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Dietmar Roth: Et in Arcadia ego. El paisaje cultural de mañana no será el de ayer 1 . El dominio del hombre sobre la naturaleza nos desvela mucho sobre las relaciones de poder entre los humanos. (David Blackbourn) 1. El paisaje: algunas reflexiones iniciales Lucius Burckhardt, inventor de la promenadología o “ciencia del paseo”, concebida a partir de elementos de la sociología y del urbanismo, postuló que “el paisaje […], esta obra de arte, tiene carácter ideológico. No hay que buscar el “paisaje” en la esencia de las cosas, sino en nuestra cabeza” 2 . Evidentemente, todos los actuales paisajes de Europa se han formado por actividad antrópica, sea por agricultura, ganadería, minería, salinas, aprovechamientos silvícolas y otros. Consultando los diccionarios, bajo la entrada “paisaje” encontramos diferentes y conocidos conceptos: 1. Extensión de terreno que se ve desde un sitio. 2. Extensión de terreno considerada en su aspecto artístico y 3. Pintura o dibujo que representa cierta extensión de terreno. El concepto del paisaje lleva implícita la existencia de un sujeto observador y de un objeto observado (el terreno) del que se destacan fundamentalmente sus cualidades visuales y espaciales. Según el Convenio Europeo del Paisaje, “a los efectos del presente convenio: a. por “paisaje” se entenderá cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo 1 Citado de: Robert de Jong, presidente del Comité Internacional de Jardines Históricos-Cultural Landscapes, ICOMOS/IFLA, Coblenza, 2002 2 Lucius Burckhardt, „Landschaft und Gesellschaftsstruktur“, en, idem., Warum ist Landschaft schön?, Berlín, 2008, pp. 19 – 32, aquí p. 19. 1

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Dietmar Roth: Et in Arcadia ego. El paisaje cultural de mañana no será el de ayer1.

El dominio del hombre sobre la naturaleza

nos desvela mucho sobre las relaciones

de poder entre los humanos.

(David Blackbourn)

1. El paisaje: algunas reflexiones iniciales

Lucius Burckhardt, inventor de la promenadología o “ciencia del paseo”, concebida a partir de elementos de la sociología y del urbanismo, postuló que “el paisaje […], esta obra de arte, tiene carácter ideológico. No hay que buscar el “paisaje” en la esencia de las cosas, sino en nuestra cabeza”2. Evidentemente, todos los actuales paisajes de Europa se han formado por actividad antrópica, sea por agricultura, ganadería, minería, salinas, aprovechamientos silvícolas y otros.

Consultando los diccionarios, bajo la entrada “paisaje” encontramos diferentes y conocidos conceptos: 1. Extensión de terreno que se ve desde un sitio. 2. Extensión de terreno considerada en su aspecto artístico y 3. Pintura o dibujo que representa cierta extensión de terreno. El concepto del paisaje lleva implícita la existencia de un sujeto observador y de un objeto observado (el terreno) del que se destacan fundamentalmente sus cualidades visuales y espaciales.

Según el Convenio Europeo del Paisaje, “a los efectos del presente convenio: a. por “paisaje” se entenderá cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción naturales y/o humanos”3 y precisa que “cada parte se compromete a: a) reconocer jurídicamente los paisajes como elemento fundamental del entorno humano, expresión de la diversidad de su patrimonio común cultural y natural y como fundamento de su identidad”4.

Algunos autores valoran el paisaje como condición esencial para el bienestar individual y social, entendido en el sentido físico, fisiológico, psicológico e intelectual, para un desarrollo sostenible y como recurso que favorece la actividad económica. Entre otros enfoques interpretativos, a nuestro entender, los estudios del paisaje se enmarcan en la historia ambiental, la cual analiza, entre otros, el reflejo de las relaciones de producción y de poder en el medio ambiente5.

1 Citado de: Robert de Jong, presidente del Comité Internacional de Jardines Históricos-Cultural Landscapes, ICOMOS/IFLA, Coblenza, 2002

2 Lucius Burckhardt, „Landschaft und Gesellschaftsstruktur“, en, idem., Warum ist Landschaft schön?, Berlín, 2008, pp. 19 – 32, aquí p. 19.3 Convenio Europeo del Paisaje, Art.1 Definiciones.4 Convenio Europeo del Paisaje, Art. 5 Medidas generales.5 Joachim Radkau, Natur und Macht, Munich, 2000.

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El discurso sobre el paisaje y la naturaleza se expone al peligro de su ideologización, donde se postulan axiomas como la de la oposición del ser humano frente a la naturaleza, de lo orgánico frente al artefacto. Es obvio que este debate, como todos, se enmarca en un contexto intelectual y una percepción cambiante: sirva de ejemplo la visión romántica de los Alpes, que se formó durante el siglo XIX, frente a un fenómeno natural que antes había infringido terror y horror, debido al fenómeno del incremento demográfico de la población asentada en las ciudades y cada vez más apartada de la naturaleza.

La evolución, reflejada en el paisaje, es un proceso continuo de creación, caracterizado por sucesión y selección. El paisaje refleja la conciencia que de él tiene de la sociedad6. La lucha del ser humano contra la dinámica natural es una causa importante de la aparición de tradiciones culturales, éticas y religiosas. Según su concepto utilitarista, el ser humano diferencia entre animales y plantas “buenos” y “malos”, los primeros a proteger contra fenómenos “adversos” como sequías, inundaciones, terremotos, enfermedades o incendios. Desde la introducción de la agricultura, las plantas domesticadas y cultivadas precisan permanentes cuidados: tala de viñas, almendros y olivos, cosecha del esparto, abonado de tierras, regadío, construcción y mantenimiento de terrazas y acequias. El ser humano persigue, especialmente en la agricultura, condiciones estables con el paraíso como referencia. No olvidemos que el término griego paradeisos proviene del persa paerdis, es decir, huerto cercado. El paisaje es dinámico por procesos ecológicos y antrópicos, aduciendo como ejemplo el paisaje del brezo “Lüneburger Heide”, un paisaje deforestado en la Edad Media por la extracción de leña para las salinas de Lüneburg y protegido como parque natural.

Es curioso que en ciertos momentos cronológicamente diferentes de oriente a occidente, la geografía y naturaleza dejaron de ser objeto de temor, espacio simbólico de los poderes míticos o de los espíritus de la región, espacio del amar y el engendrar, pero también del parir con dolor, espacio de trabajo que con el sudor de la frente le arranca unos magros frutos a esa tierra que hay que temer y al mismo tiempo respetar ya que de ella vivimos y en ella morimos, terminando a ser objetos estéticos, de belleza en las obras artísticas. Al paisaje se le atribuyen un significado y un valor públicos. Se considera como un bien común, despreciando el valor de un paisaje monofuncional. El paisaje se interpreta como parte de nuestra añoranza de ser uno mismo, el deseo del habitante de la urbe de encontrar tranquilidad, espacio y variedad paisajística.

La conservación del patrimonio del siglo XIX, nutrida de un nacionalismo cultural de la Europa de los estados nacionales en formación, se une a una tendencia de museización y estetización del mundo occidental y se espera de la conservación del paisaje que contribuya a la memoria y visualización de la identidad y característica histórica de la región, de la ciudad y del pueblo, atribuyéndole un valor simbólico, lo cual, a veces, puede entorpecer el análisis de la realidad histórica.

La transmisión de estereotipos se debe también a una creciente “heritage industry”: la sociedad occidental se concibe como una “sociedad del espectáculo”, descubriendo el turismo cultural e, incluso, de masas el patrimonio. Cada vez más elementos engrosan el inventario del patrimonio, cada vez mejor gestionado y puesto en valor. La industria del patrimonio es una fuente importante de ingresos, buscando en la puesta en valor del 6 Hans Hermann WÓBSE, Landschaftsästhetik, Stuttgart, 2002, p. 186.

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patrimonio siempre nuevos estímulos para despertar el interés de las personas, los posibles clientes. La proliferación de centros de interpretación, muchos de ellos cerrados, y rutas didácticas mejor o peor conservadas, dan testimonio de ello.

El paisaje no es sólo un símbolo visual, textual o semántico. Es un reflejo de relaciones de poder, de identidades sociales, de género y de su uso durante siglos. En la composición histórica del paisaje existen aparte de los valores científicos, bióticos y ecológicos, muchos otros. Una metáfora para el paisaje podría ser el de un libro de historia. Para comprender la percepción del paisaje, es necesario partir de personajes: el espectador y el viajero. No existe una estética en el paisaje hasta que ésta sea otorgada por el ser humano, el artista es quien la identifica y reproduce. El responsable de la creación de un paisaje es el viajero, aquel sujeto que recorre las tierras, encontrándose con los espacios geográficos y se propone hacer una compilación de sucesos, de temas, de objetos, de elementos, dentro de un solo cuadro. El espectador sería aquel que es el beneficiario de los resultados, es aquel que disfruta una obra llena de naturaleza donde el hombre y su necesidad de presencia ha sido borrado7.

Entre otros enunciados de la recomendación CM/Rec (2008)3, del comité del ministros a los estados miembro, sobre las orientaciones para la aplicación del Convenio Europeo del Paisaje, se debe:

- reconocer el papel fundamental del conocimiento: La identificación, caracterización y cualificación de los paisajes constituye la fase preliminar de cualquier política de paisaje. Esto implica un análisis del paisaje en los planos morfológico, histórico, cultural y natural, y de sus interrelaciones, así como un análisis de las transformaciones. La percepción del paisaje por la población debe ser también analizada, desde el punto de vista tanto de su desarrollo histórico como de su significado reciente.

- promover la sensibilización: la implicación activa de la población supone que el conocimiento especializado sea accesible a todos, es decir, que sea fácilmente accesible, estructurado y presentado de un modo que pueda ser comprendido incluso para no especialistas.

- formular estrategias para el paisaje: cada nivel administrativo (nacional, regional y local) está llamado a formular estrategias para el paisaje, específicas y/o sectoriales, dentro del marco de sus competencias.

- poner en práctica la participación pública: todas las acciones emprendidas para la definición, realización y seguimiento de políticas de paisaje deberían estar precedidas y acompañadas por procedimientos de participación de la población y los agentes afectados, con el objetivo de permitirles jugar un papel activo en la formulación de los objetivos de calidad paisajística, su puesta en práctica y su seguimiento8.

7 Reinhard Piechocki, Landschaft – Heimat – Wildnis, Munich, 2010.

8 Recomendación CM/Rec (2008)3 del Comité del Ministros a los Estados miembro sobre las orientaciones para la aplicación del Convenio Europeo del Paisaje; I.1.B, C, D y G.

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Conviene recordar que uno de los aspectos más preocupantes es la ideologización del paisaje, asociando valores de la naturaleza y cultura a conceptos ideológicos, siendo el ejemplo más nefasto el nacionalsocialismo y su propagación de lo germánico, la agricultura como base de la sociedad y una visión interesada de una hipotética sociedad rural en armonía. En este contexto se enmarca la ley de protección de la naturaleza de 26 de junio de 1935, la cual introdujo, por vez primera, el concepto de la protección del paisaje9.

En la actualidad, el análisis del paisaje emplea términos como la potencialidad de experimentar vivencias, exigiendo que a un máximo de cada 500 metros exista un elemento que pueda provocar esta vivencia. Para la gran mayoría de los ciudadanos, la sorpresa es que no sean los paisajes con menos impacto antrópico los con más biodiversidad, sino alguno muy “degradado”, como los pastizales, con 6 bit de índice de biodiversidad incluso más que la selva tropical. No obstante, ya en 1958 el poeta y ensayista alemán Hans Magnus Enzensberger, tan vinculado a España, advirtió de la dialéctica del turismo: el mismo turista, con su mera presencia, destruye la soledad que estaba buscando.

Desde el año 2000 existe la ELC (European Landscape Convention o Convención de Florencia), cuyo documento fundacional entró en vigor en 2004 y ya ha sido firmado y ratificado (20-08-2008) por 29 de los 46 países miembros del Consejo de Europa (y firmado por otros seis).2 Su propósito general es establecer un marco para la protección, gestión y planificación de los paisajes europeos y su objetivo último es conservar y mejorar su calidad. La UNESCO quiere conservar paisajes culturales “combined works of nature and man” como patrimonio mundial. Las estrategias que plantea animan a la implicación del público, las instituciones, autoridades y agentes locales, regionales, nacionales e internacionales en procesos de toma de decisiones públicas. El Convenio reconoce todas las formas de los paisajes europeos: naturales, rurales, urbanos y periurbanos, y tanto los emblemáticos como los ordinarios y los deteriorados. En el Art.1 de su documento fundacional define paisaje como: Área, tal como la percibe la población, el carácter de la cual es resultado de la interacción de factores naturales y/o humanos.

Más de 70 sitios del patrimonio mundial de la UNESCO han sido incluidos como paisajes culturales, por ejemplo, Afganistán (Valle de Bamiyan); Alemania (el parque de Dessau-Wörlitz, el parque Muskau, el valle medio del Rín); Andorra (Valle de Madriu-Perafita-Claror); Argentina (Quebrada de Humahuaca); Australia (Parque Nacional de Uluru-Kata Tjuta); Austria (Fertö /Lago Neusiedlersee, Hallstatt-Dachstein / Salzkammergut, Wachau); Azerbaiyan (Arte Rupestre de Gobustan); China (Monte Wutai); Croacia (altiplano de Stari Grad); Cuba (Paisaje arqueológico de las primeras plantaciones de café del sureste de Cuba; valle de Viñales); República Checa (Lednice-Valtice); España (Aranjuez, Pirineos); Filipinas (Terrazas de arroz de las Cordilleras Filipinas); Francia (Saint-Emilion, Pirineos - Mont Perdu, el valle del Loira entre Sully-sur-Loire y Chalonnes); Gabón (Ecosistema Ecosystem de Lopé-Okanda); Hungría (Fertö /Lago Neusiedlersee, parque nacional de Hortobágy/la Puszta, región vinícola de Tokaj), Islandia (Parque Nacional Þingvellir); India (Paisaje rocoso de Bhimbetka); Israel (ruta del incienso-ciudades del desierto de Negev); Italia (Sacri 9 David Blackbourn, Die Eroberung der Natur. Eine Geschichte der deutschen Landschaft, Munich, 2008, p. 17.

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Monti del Piamonte y Lombardía, Parque Nacional de Cilento y Vallo di Diano con los yacimientos de Paestum y Velia y la cartuja de Padula, la costa Amalfitana, Portovenere, Cinque Terre y las islas de Palmaria, Tino y Tinetto, el ferrocarril de Raetia y los paisajes de Albula / Bernina, Val d'Orcia); Japón (La mina de plata de Iwami Ginzan, los sagrados sitios y rutas de peregrinaje en las montañas Kii); Kazakhstan (petroglíficos de Tamgaly); Kenia (los bosques sagrados de Mijikenda); Kirgisistán (monte sagrado de Sulaimán-Too); República Democrática Popular de Laos (Vat Phou y antiguos asentamientos asociados de Champasak); Líbano (el sagrado valle de Ouadi Qadisha y el bosque de cedros de Horsh Arz el-Rab); Lituania (Curonia, sitio arqueológico de Kernavė); Madagascar (Monte real de Ambohimanga); México (paisaje de agave y antiguas instalaciones industriales de Tequila); Mongolia (valle de Orkhon); Nueva Zelanda (Parque Nacional de Tongariro); Nigeria (Cueva sagrada de Osun-Osogbo, paisaje cultural de Sukur); Noruega (Vegaøyan – archipiélago de Vega); Polonia (Kalwaria Zebrzydowska; parque Mużakowski); Portugal (región vinícola del Alto Douro, Sintra, viñedos de la Isla Pico), Rusia (Curia), Suráfrica (Mapungubwe, Richtersveld), Suecia (paisaje agrícola del sur de Öland); suiza (terrazas con viñedos de Lavaux, ferrocarril de Raetia); Togo (Koutammakou, tierra de los Batammariba), Turkmenistán (fortaleza parta de Nisa); Reino Unido (paisaje industrial de Blaenavon, Cornwall y el paisaje minero de West Devon, los reales jardines botánicos de Kew, Santa Kilda); Zimbabwe (los montes Matobo)10.

Pero respecto a la conservación del patrimonio natural y cultural, se presta más atención al inventariar, valorar y enumerar la legislación y los reglamentos existentes.

Con la Ley 8/2005, de 8 de junio, de Protección, Gestión y Ordenación del Paisaje de Cataluña se creó la figura del Catálogo de Paisaje como un instrumento nuevo para la introducción de objetivos paisajísticos en la planificación territorial en Cataluña, así como en las políticas sectoriales, y de esta forma adopta los principios y estrategias de acción que establece el Convenio Europeo del Paisaje promovido por el Consejo de Europa. Los Catálogos de Paisaje son las herramientas que permiten conocer cómo es el paisaje y qué valores tiene, qué factores explican que exista un determinado tipo de paisaje y no otro, cómo evoluciona el paisaje en función de las actuales dinámicas económicas, sociales y ambientales y, finalmente, definen qué tipo de paisaje quieran los ciudadanos y cómo se puede conseguirlo. Los catálogos de paisaje tienen que orientar la integración del paisaje en los instrumentos de ordenación territorial en Cataluña a diferentes escalas; constituyen una base para campañas de sensibilización sobre la diversidad paisajística y sus valores ambientales, culturales y estéticos, así como para la inserción del paisaje en distintos niveles de la enseñanza.

Sirven de soporte a los planes y estrategias sectoriales, como por ejemplo: políticas de conservación de la naturaleza (política de espacios naturales, de conectores ecológicos, estrategia catalana de uso y gestión sostenible de la biodiversidad), políticas agrarias en clave de sostenibilidad, políticas de desarrollo rural o políticas de promoción turística asociada al paisaje. Actuar de documentos de partida para la definición de estrategias regionales o locales dirigidas a un desarrollo sostenible del territorio (Agendas 21 locales, etc.).

10 UNESCO, Das Welterbe, Munich, 2010.

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El proceso de elaboración de los catálogos se compone de la identificación y caracterización, la evaluación del paisaje, definición de los objetivos de calidad paisajística, el establecimiento de medidas y propuestas de actuación. La elaboración de los catálogos de paisaje se basa en los criterios siguientes: coherencia con los documentos internacionales (Convenio Europeo del Paisaje), ivisión integrada, multiplicidad de valores, enfoque metodológico cualitativo, participación y cooperación.

El paisaje es concebido en los catálogos como un producto social, la proyección cultural de una sociedad en un espacio determinado desde una dimensión material, espiritual y simbólica. Como tal producto social, un factor determinante en su conservación es la integración de la participación pública como herramienta para implicar y corresponsabilizar a la sociedad en la gestión y planificación de su paisaje, y como elemento necesario de la gobernanza para el desarrollo sostenible. Las formas pueden ser muy diversas: sesiones informativas, talleres participativos, entrevistas a agentes de paisaje, debates, estudios de opinión, consultas a través de webs y buzones de sugerencias. La transparencia que actualmente permiten las redes sociales tipo 2.0 es un factor muy a tener en cuenta referente a las actuaciones de las administraciones públicas y las posibilidades de movilización de la sociedad civil.

Desde siempre, las tareas de análisis del paisaje han sido mayoritariamente emprendidas por especialistas, pero el Convenio Europeo del Paisaje insiste en la importancia que tienen también los ciudadanos y los agentes económicos, sobre todo a la hora de tomar parte en las fases de planificación del paisaje, pero empezando por la de caracterización. También debe existir una cooperación efectiva entre los diferentes agentes implicados, tanto los cargos electos, como el ámbito científico, los técnicos y los ciudadanos de los territorios donde se aplica el catálogo de paisaje, y la aceptación de diferencias en cada uno de los intereses.

Los catálogos de paisaje recogen el ámbito territorial inventariando factores naturales que condicionan el paisaje en el ámbito territorial correspondiente, el proceso histórico de poblamiento y su influencia sobre el paisaje, el paisaje actual, la expresión artística del paisaje de la zona, los valores en el paisaje, las rutas y puntos de observación y disfrute del paisaje, las dinámicas de las actividades y procesos que inciden más notoriamente en el paisaje, la evolución del paisaje obedeciendo a las tendencias socioeconómicas y ambientales actuales, la evaluación del paisaje, los paisajes de atención especial, los objetivos de calidad paisajística para todo el ámbito territorial, las medidas y acciones para todo el ámbito territorial.

La segunda parte analiza las unidades de paisaje con fichas para cada unidad recogiendo datos como los rasgos distintivos de cada unidad de paisaje tales como naturales, culturales y dinámicos; elementos naturales que constituyen el paisaje; evolución histórica; paisaje actual; expresión artística del paisaje; dinámica actual; valores paisajísticos; principales rutas y puntos de observación y disfrute del paisaje; riesgos e impactos; posible evolución futura del paisaje; evaluación del paisaje; objetivos de calidad paisajística; medidas y acciones; conclusiones y documentación de referencia.

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En Alemania se está llevando a cabo un proyecto sobre el patrimonio cultural agrario11. Por otra parte, la Sociedad para la Historia Agraria (Alemania) propone la siguiente división de ámbitos de conocimiento referente al análisis del paisaje12:

Paisajes agrarios y urbanismo; piscicultura, silvicultura, arquitectura rural, útiles agrarios y aperos, artesanía agraria, industria agraria, molinos y generación de energía, edificios religiosos, edificios religiosos, edificios administrativos, edificios de la nobleza, comunicaciones, infraestructuras hidráulicas, patrimonio biológico (sin plantas y animales domesticados), el patrimonio inmaterial, documentos escritos, audiovisuales, regiones y elementos regionales específicos, empresas, partidos, asociaciones, federaciones, cooperativas, ámbitos de la política; grupos sociales y religiosos, movimientos sociales; expedientes, periódicos y revistas; tecnología rural; ciencia e investigación; monasterios y dominios eclesiásticos; plantas de cultivo y su aprovechamiento; animales domésticos, de tracción y cría y sus productos; y diferentes formas de cultivo, trabajo, comercio y producción-

Para un tema tan complejo como el paisaje cultural parece lógico apostar por la interdisciplinaridad. En el caso de paisajes culturales en el ámbito rural, la historia ambiental y la historia agraria serían disciplinas a incorporar. El primer congreso internacional sobre historia agraria se celebró en Brighton, en el año 2010, acudiendo más de 240 investigadores de toda Europa. Los participantes acordaron en la sesión plenaria fundar una Sociedad Europea de Historia Agraria, encargando la iniciación de este proyecto al profesor (Reading). El proyecto “European Pathways to rhe Cultural Landscape”, liderado por el departamento de Biología de la universidad de Bergen (Noruega), quiere comunicar “the universal importance of European cultural landscapes enabling the broad European public to read our landscapes in terms of cultural heritage.The project will raise awareness about the protection of cultural landscapes heritage and sustainable agricultural practices among the public and the political opinion”.

El ser humano transforma el paisaje y su genius loci. Como el paisaje es una referencia al pasado, su adecuada gestión evita que la memoria colectiva caiga en un vacío histórico. El paisaje cultural se compone de testimonios del pasado. En vez de decir “paisaje cultural”, sería más honesto llamarlo “paisaje monumental” o simplemente “monumento”13. Parafraseando al catedrático de Historia Moderna de la universidad de Munich, Winfried Schulze, no existen unidades territoriales como entes ajenos a los cambios de los tiempos, sino habrá que analizarlos en las diferentes épocas históricas14.

El término “paisaje cultural histórico” en una construcción mental e intelectual y, a la vez, algo abstracto. El paisaje como patrimonio es memoria colectiva, la transferencia de valores culturales y componentes físicos y materiales del pasado. Las reacciones de

11 Coordinado por el Instituto para la Historia Cultural, Empresarial y Social en Bamberg (www.agrarkulturerbe.de). 12 www.agrargeschichte.org 13 Hans Hermann WÖBSE, Landschaftsästhetik, Stuttgart, 2002, p. 185.14 Winfried SCHULZE, "Bayern und die Französische Revolution: Machterweiterung und innere Reform“, en Alois SCHMID/Katharina WEIGAND (eds.), Bayern mitten in Europa, Munich, 2005, pp. 242 – 263; p. 244.

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la población local, del propietario y del usuario referente al pasado de un paisaje cultural va unido al cambio y transformación del paisaje. El paisaje cultural incluye varios significados y “no cae del cielo”. Evoca diferentes interpretaciones. El paisaje más cercano a la población es el “paisaje mental”. Desde el mundo universitario habría que estudiar de forma interdisciplinaria el paisaje cognitivo. El paisaje “administrativo” de los proyectos legislativos y de desarrollo de las administraciones públicas. El paisaje conceptual de diseñadores, gestores de proyectos, etc.

Hay que tener en cuenta las diferencias entre el saber local y el saber científico. El saber local es individual, subjetivo, sentimental, restringido al ámbito vital del pueblo, ciudad o región o determinado de los lugares de la memoria (loci memoriae)15. Este saber es retrospectivo y está determinado por la experiencia y las vivencias locales (local knowledge), frente al saber científico (expert knowledge).

Referente a la conservación, también conviene hacer algunas reflexiones partiendo de que es una actividad difusa. Algunos tienen una visión maniquea de la conservación, diferenciando en términos morales entre bueno y malo. El proyecto Man and Biosphere (MAB) abrió el horizonte de la conservación incluyendo a las personas afectadas, abogando por una gestión racional para abandonar ideas esencialistas de considerar la naturaleza como creación perfecta de un ser superior y de que cualquier actuación humana fuera “perversa”. Se propagaban ideas equivocadas sobre un supuesto equilibro ecológico, pero desde un punto de vista científico no existe tal equilibrio, sino un dinamismo ecológico. Según aquel determinismo, los ecosistemas evolucionan como un superorganismo hacia una situación de equilibrio estable, o sea, la perfección, valorando los ecosistemas más evolucionados como los más valiosos. Como uno de los mitos se forjó la idea del clímax, en clara contraposición a la sucesión como un proceso histórico, complejo y azaroso. En cambio, la idea no finalista de la naturaleza parte del paradigma de que la intervención humana origina nuevos sistemas con una diferente y compleja evolución. Los ecosistemas están continuadamente sometidos a perturbación, la cual puede ser beneficiosa para la biodiversidad porque da ventajas a especies que antes habían estado en desventaja16.

2. Paisaje y estética

Reflexionar sobre el paisaje y la estética es hablar del significado social del paisaje, del paisaje como un conjunto de signos. En la mayoría de las ocasiones, por paisaje se entiende una configuración estéticamente bella, haciendo reminiscencias al ideal del „locus amoenus“, el "lugar placentero" o "lugar ameno"; un término literario que, generalmente, se refiere a un lugar idealizado, un terreno bello, sombreado, de bosque abierto, a veces con connotaciones de Edén. La literatura usa de este tipo de lugares imaginarios, en la literatura occidental al menos, en las obras de Homero, y se convierte 15 Etienne FRANÇOIS/Hagen SCHULZE (eds.), Deutsche Erinnerungsorte, 3 tomos, Munich, 2003, aquí: tomo I, p. 17 sobre los paisajes de la memoria.16 José Manuel de Miguel Garcínuño, profesor del departamento de Ecología, Facultad de Biología, Universidad Complutense.

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en elemento fundamental en obras ambientadas en entornos pastoriles de poetas como Teócrito, Virgilio y otros. En la Edad Media también es frecuente su mención, como en los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo, donde se describe un maravilloso prado lleno de fuentes y verdor. Todo esto hay que enmarcar en una reflexión sobre la estética y su función en la educación. Ante todo, habría que aclarar la pregunta fundamental de “¿Qué es lo bello?” y la relevancia de este concepto para el análisis del paisaje.

Conviene reflexionar sobre esta historia de la percepción del paisaje, incluso desde la subida de Petrarca al Mont Ventoux, en 1336, con sus connotaciones religiosas, como sobre la distinción entre zonas geográficas consideradas como “paisaje cultural” y otras que no merecen esta consideración en los debates, lo cual nos induce a preguntar quién y por qué razones emplea estos baremos17. Tengamos en cuenta también la referencia a la bucólica Arcadia en la Inglaterra del siglo XVIII, abstrayendo de la realidad rural de la época con sus enclosures y el incipiente capitalismo agrario, con la introducción del “jardín inglés” (Lord Burlington y su arquitecto William Kent) y la creatividad literaria de Alexander Pope y Horace Walpole.

En este contexto, habría que tener presente varios conceptos: la evolución de los monumentos naturales del santuario al símbolo, el paisaje: de lo ideal a lo funcional, la “patria chica” (Heimat, en alemán): de un término jurídico a un paisaje amansador, la naturaleza salvaje: del miedo vital al sueño de la libertad, la ética de la naturaleza: el trato adecuado con la naturaleza, el problema de la inclusión: ¿qué y quién pertenece a la comunidad moral?, el valor intrínseco: protección de la naturaleza por derecho propio, antropocentrismo: el ser humano como centro de interés, el biocentrismo: valor intrínseco de todos los seres vivos, el ecocentrismo: el valor intrínseco de los sistemas ecológicos, el holismo: el valor intrínseco de todos los fenómenos naturales, etcétera.

Desde la acuñación de la palabra “estética” por Alexander Gottlieb Baumgarten (1714 – 1762) y la valorización de Friedrich von Schiller sobre la importancia de la educación estética para el ser humano, es evidente que el comportamiento estético se basa en una serie de normas estéticas inculcadas por el espíritu de la época y la sociedad. La estética, y allí reside su importancia para la correspondiente interpretación del paisaje, se basa en la configuración y la forma, los materiales naturales y su transformación artificial, luz, colores (preferencias, cambios según las temporadas), la vivencia del espacio y del paso del tiempo (velocidad humana o mecánica) y demás conceptos. El paisaje no es nada estático. „Damnosa quod non inminuit dies?“ se preguntaba Horacio en su Oda III. Algunos de los parámetros para percibir el paisaje son lo estático, lo dinámico y el ritmo.

Entre 1953 y 1963, el pintor austríaco Oskar Kokoschka (1886-1980) organizó en Salzburgo la “Escuela de la Vista”, basándose, entre otros referentes, en el primer pedagogo Jan Amos Comenius y su obra „Orbis pictus“. El pintor alemán Robert Reiter

17 “Altissimum regiones huius montem […] hodierno die, sola videndi insignem loci altitudinem cupiditate ductus, ascendi”, en: Francesco PETRARCA, Die Besteigung des Mont Ventoux, Stuttgart, 1995, p. 4.c. Plinio maior, en su Historia naturalis, recoge el dato de que, en 126 d.C., el emperador Adrián interrumpió en Sicilia un viaje marítimo para subir al Etna para contemplar el atardecer.

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(*1932), vinculado desde hace unos años a la comarca de los Vélez, asistió a aquellos cursos de verano, influyendo hondamente en su obra, la cual versa sobre huellas del pasado en paisajes culturales de Alemania, Francia, Italia y España. Evidentemente, la educación de los cinco sentidos es una tarea pedagógica fundamental para un conocimiento exhaustivo de los elementos paisajísticos. La valoración del papel que juegan los objetos naturales, tales como flora, fauna, piedras y otros en la composición del paisaje18, pero también la importancia de los artefactos humanos y la curiosa predilección de muchos visitantes por las ruinas, elemento paisajístico de primer orden desde finales del siglo XVIII, incluso como ruinas artificiales en los jardines ingleses y como símbolo de planteamientos metafísicos en obras de la pintura romántica, como las de Caspar David Friedrich ( 1774 – 1840).

La percepción sensorial (visual, auditiva, olfativa, táctil y gustativa) y emocional que tiene una población de su entorno y el reconocimiento de sus diversidades y especificidades históricas y culturales son esenciales para el respeto y la salvaguarda de la identidad de la propia población y para su enriquecimiento individual y social. Ello implica un reconocimiento de los derechos y deberes de la población para jugar un papel activo en los procesos de adquisición de conocimiento, decisión y gestión de la calidad de los lugares. La implicación de la población en las decisiones de intervención y en su puesta en práctica y su gestión en el tiempo es considerada no como un acto formal, sino como parte integral de los procesos de gestión, protección y ordenación19.

El conocimiento del paisaje implica:

- Comprensión y descripción de las características materiales específicas de los lugares en su estado actual, mostrando las trazas de los procesos naturales y humanos, reconociendo que las características de los paisajes resultan de la acción de factores naturales y humanos y de sus interrelaciones.

- Análisis de los procesos evolutivos y la constatación de las dinámicas temporales pasadas, presentes y posibles derivadas de factores humanos o naturales así como de las presiones que se ejercen sobre los paisajes y los riesgos que pueden resultar de ello.

- Reconocimiento de las características y de los sistemas de valores, fundamentados sobre los análisis de los expertos o sobre el conocimiento de las percepciones sociales del paisaje y de su distribución espacial. Este conocimiento se adquiere a través de diversas formas de participación pública en los procesos de definición de las políticas de paisaje, así como a través del análisis de la distribución geográfica de la población20.

Deben tomarse medidas para favorecer la integración de los diferentes enfoques de generación de conocimiento que permitan la observación del territorio, desde los aspectos económico, social, ambiental, histórico-cultural, perceptivo-visual, etc.) y asegurar la facilidad de acceso, claridad y transparencia de la organización, y a la presentación de los conocimientos, para la participación pública en las orientaciones de

18 Lucius Burckhardt, “Warum ist Landschaft schön?“, en idem. Warum ist Landschaft schön?, Berlín, 2008, pp. 33 – 41, aquí, p. 3619 Recomendación CM/Rec (2008)3 del Comité del Ministros a los Estados miembro sobre las orientaciones para la aplicación del Convenio Europeo del Paisaje; I.2.20 Recomendación CM/Rec (2008)3 del Comité del Ministros a los Estados miembro sobre las orientaciones para la aplicación del Convenio Europeo del Paisaje; II.2.1.

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las políticas de paisaje. No se olvide que el paisaje cultural se refleja tanto en la gastronomía, como en las canciones, la poesía y el habla, la pintura y fotografía21.

Los elementos naturales de la belleza son suelos, relieve, montes y valles, agua (fuentes, arroyos, acequias), aire, nubes22, horizonte, sol, luna y estrellas (los Vélez es un lugar privilegiado para la astronomía), plantas (verde, defensa contra cabras y retención de agua), arbustos, árboles como los árboles frutales (almendro, olivo en su variedad Lechín de Granada como variedad local, manzano, granado, higuera, noguera) y árboles singulares23 que servían de refugio para ganado y pájaros; animales (el arte rupestre neolítico refleja ciervos y cabras), los bosques con el predominio del pinar y del encinar con sus vicisitudes históricas, su propiedad y la composición de las especies), los pastos con la forma de vida y conocimientos asociados de los pastores y su repercusión en las creencias, la religión y el arte: el salmo 23 de la biblia, el dios Pan, la música el género pastoril, especialmente en composiciones para la Navidad como la “Misa pastoril de Vélez Blanco”), la transhumancia y el comercio de la lana24.

Sirvan de ejemplos para los elementos antropogénicos: cortijo, pueblo25 y ciudad con sus identidades inconfundibles por su evolución histórica, el impacto, por ejemplo, de las sociedades islámica y cristiana, o por la adaptación al entorno; las sendas, vías pecuarias y carreteras, considerando el cambio de la percepción debido a la introducción del coche cambiando la velocidad de percepción, antes adaptada al caminar de humanos y caballerizas26, un sistema de carreteras también asegura poder, puentes, acequias, qanat, pozos, muros, hormas y tapias. El análisis del paisaje implica también la historia de las mentalidades27 y, como decíamos más arriba, la historia agraria28.

Habiendo enunciado ya en varias ocasiones la importancia de la percepción visual, analizar el paisaje velezano implica a los cinco sentidos, así que se debe considerar la importancia del

- Paisaje sonoro, tanto de fenómenos naturales, como los sonidos de los animales como las aves, los perros y los gatos; fenómenos meteorológicos como la lluvia, el viento y los truenos; pero también de las actividades antrópicas, sean los cencerros y silbidos de los pastores, los tractores, los “dumper” de los albañiles, las motos y los coches, el murmullo y gritos de los mercados, las campanas de las iglesias, los tambores y rezos de las procesiones - y el silencio29.

21 Hans Hermann WÖBSE, Landschaftsästhetik, Stuttgart, 2002.22 Este es el lugar de recordar al botánico alemán Günther Kunkel (1928 – 2007) con su predilección por los fenómenos meteorológicos de los Vélez, tomando fotografías que llamaba skyscapes, en analogía a los landscapes 23 Asociación Naturalista Mahimón/Fundación Horstmann, Árboles singulares de la comarca de los Vélez, Vélez Rubio, 1995.24 Para la importancia del comercio de la lana velezana a través de los genoveses residentes en Huéscar y su sistema crediticio, véase: Julián Pablo DÍAZ LÓPEZ (ed.), Campesinos, nobles y mercaderes. Huéscar y el reino de Granada en los siglos XVI y XVII, Huéscar, 2005.25 Werner TROSSBACH/Clemens ZIMMERMANN, Die Geschichte des Dorfes, Stuttgart, 2006.26 Sobre los cambios en la forma de viajar y percibir el paisaje por la introducción del ferrocarril en el siglo XIX, véase Wolfgang SCHIVELBUSCH, Geschichte der Eisenbahnreise. Zur Industrialisierung von Raum und Zeit im 19. Jahrhundert, Frankfurt, 2000.27 Peter DINZELBACHER (ed.), Europäische Mentalitätsgeschichte, Stuttgart, 1993, esp. los capítulos sobre “naturaleza/medio ambiente” y “espacio”.28 Werner ROESENER, Einführung in die Agrargeschichte, Darmstadt, 1997. Un premiado ejemplo de la historiografía rural alemana; Rainer BECK, Unterfinning, Munich, 1993.

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- Paisaje olfativo, como la tierra mojada por la lluvia o el riego, las plantas aromáticas (tomillo, romero), el humo de leña en invierno, el olor a pan de los hornos por las mañanas, al aceite y alpechín durante el primer trimestre del año, a vino en el último trimestre del año, a carne recién sacrificada y sangre durante las matanzas, pero también a los purines de los cerdos.

- Paisaje sensual o táctil, como la dureza de las piedras y del suelo en época de sequía, los pinchos y las hojas duras de las plantas como defensa de ser devoradas o reducir la evaporación, el frescor del agua de las fuentes y un largo etcétera, considerando sugerente la propuesta del periodista alemán Harald Klöcker de instalar una senda didáctico-sensual para andar descalzo sobre diferentes superficies para sensibilizar nuestros pies.

- El paisaje del gusto, sean de los diferentes sabores del agua de cada fuente, como en el caso de las fuentes del Gato y del Perro de Vélez Rubio; de los frutos de las distintas especies cultivadas y silvestres y un largo etcétera.

Importante para la percepción del paisaje es su medición, inventariando las antiguas medidas agrarias, como la fanega, el celemín, la arroba y otras muchas como una forma de medir más cercana a las condiciones naturales locales, frente al sistema decimal de la Revolución Francesa (1795-99) aplicable a todos los sitios, para no hablar de los modernos sistemas de información geográfica como GPS y Google Earth y Maps30. También considerar la distinta percepción del paisaje según las velocidades de locomoción, no olvidando que hasta mediados del siglo XX la inmensa mayoría de las personas en el hábitat rural no contaban con medios motorizados para desplazarse.

3. Paisaje y desarrollo

Independientemente de las diferentes definiciones y de los problemas metodológicos, el paisaje es un concepto y su calidad es un recurso cada vez más presente en estrategias de desarrollo rural y turístico en los últimos decenios en el marco de una nueva y positiva valorización del hábitat rural. Después de la segunda Guerra Mundial se extendió la motorización y el uso de abonos y pesticidas en la agricultura, con su correspondiente repercusión en el paisaje. Siguiendo las pautas americanas, se cuestionaban las tradiciones y formas de cultivar centenarias, abandonado la agricultura de subsistencia y diversificada, para evitar la pérdida íntegra de las cosechas, implantando monocultivos. En consecuencia, se redujo el número de las personas empleadas en el sector primario y se abandonaron las cortijadas del hábitat disperso, concentrándose la población remanente en los núcleos. El poder moldeador milenario de la agricultura parecía haber terminado. En ciertas zonas de Alemania Oriental, el despoblamiento de algunas zonas rurales y la pérdida de servicios sociales ha provocado en la población que permanece en su tierra natal una sensación de abandono a su suerte, suscitando fenómenos de radicalismo político31.

29 Hedfors PER, Site soundscapes: landscape architecture in the light of sound, 2008. Justin Winkler, “Umwelthören - Instrument für eine kunstlose Kunst”, in Volker BENIUS/Peter KEMPER/Regina OEHLER/Karl-Heiz WELLMANN, Der Aufstand des Ohrs – die neue Lust am Hören, Göttingen, 2006, pp. 153 – 158.30 Wolfgang TRAPP, Kleines Handbuch der Masse, Zahlen, Gewichte und der Zeitrechnung, Stuttgart, 1998, pp. 28 – 33.31 La importancia de un entorno socioeconómico desfavorable y la relación con radicalismos políticos (NPD) en Sajonia analizó de forma ejemplar: Friedemann TETSCH (Ministerio Dederal de Economía y Tecnología”, “Entwicklungsperspektiven von Regionen im ländlichen Raum”, en Deutscher

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En la discusión sobre la Política Agraria Común (PAC) a partir de 2013, varios expertos apuestan por la eficiente puesta a disposición de alimentos y materias primas seguros y de alta calidad; una mejora de la competitividad del sector agroalimentario y la conservación de los recursos naturales, la generación de bienes públicos y el desarrollo de las zonas rurales. Hay que ser consciente de que la agricultura y ganadería se desarrolla en el medio ambiente, de que estas actividades precisan recursos naturales (suelo, agua, etc.) y de que estas actividades transforman el paisaje32.

En territorios con poca productividad agrícola, pero paisajes atractivos, se puede generar turismo, pero estos paisajes precisan un cultivo básico como medida de prevención y conservación. Según una encuesta del año 2009, para más de un 80 % de los turistas alemanes la conservación del paisaje y de la naturaleza son importantes para valorar una destinación turística33. Para un importante segmento del mercado turístico, el turismo va asociado a consideraciones éticas en cuanto a favorables condiciones ambientales, socioeconómicas y culturales de la zona receptora (Lifestyle of Health and Sustainibility/LOHAS)34. Las tendencias de consumo apuntan a una evolución del egoísmo a la cooperación, de los productos y servicios a las relaciones, del conocimiento a la acción y del derroche a la eficiencia, aunque muy diferenciado según las edades, nivel cultural y el género35. No obstante, la acusada estacionalidad, la reducida permanencia del cliente en el territorio, la deficiente estructuración de la oferta, la falta de una visión global y a largo plazo sobre el alcance e impacto del turismo en la zona receptora y la carencia de actividades complementarias precisan una nueva estrategia integral de gestión de destinaciones turísticas (destination management, estar presente en el “relevant set”, “mercado gris”36), creación de productos turísticos con un alto contenido de vivencias y experiencias y de autenticidad (turismo de salud, de formación, cultural, ambiental, rutas y jornadas temáticas, etc.37), su promoción (cross márketing, redes sociales), su distribución y comercialización identificando segmentos de mercado y clientelas de temas específicos (familias, discapacitados, incentivos empresariales) aplicando la estrategia de la diversificación de los canales de distribución y utilizando herramientas como el comercio electrónico y el CRM38. Un

Landschaftspflegetag 2008, en www.lpv.de. 32 WISSENSCHAFTLICHER BEIRAT FÜR AGRARPOLITIK, EU-Agrarpolitik nach 2013, mayo 2010.33 www.nationale-naturlandschaften.de. Véase también el proyecto „Junior Ranger“ (jóvenes agentes de medio ambiente) de EUROPARC Alemania y el WWF (www.junior-ranger.de). 34 Klaus AMANN, „Schulterschluss durch Leader – Naturschutz, Landwirtschaft und Tourismus in der Erlebnisregion Altmühltal, Bereich Landkreis Kelheim“, en: www.zukunftsforum-laendliche-entwicklung.de/.../user.../BG04-Amann.pdf. Véanse también las otras ponencias y experiencias prácticas de los años 2008 hasta 2011descargables de esta plataforma digital del Ministerio Federal de Alimentación, Agricultura y Protección del Consumidor: www.zukunftsforum-laendliche-entwicklung.de. FUR-Reiselandanalyse, en www.fur.de. Sobre las dimensiones ecológicas, económicas y socioculturales de las destinaciones turísticas, véase también la página web del Instituto para el Turismo Integrativo y Desarrollo: www.respect.at.

35 OTTO GROUP TRENDSTUDIE 2009, Die Zukunft des ethischen Konsums, en: http://www.ottogroup.com/uploads/media/Otto_Group_Trendstudie_2009_Ethischer_Konsum.pdf. 36 Bajo este calificativo se entienden entidades susceptibles de ser usuarios de servicios turísticos, como pueden ser universidades, colegios profesionales, asociaciones, federaciones, etcétera.37 Temas como el arte rupestre o la cultura renacentista/marquesado de los Vélez, aniversarios como el centenario de las visitas de Breuil y Obermeier, festivales como el de música renacentista y barroca, jornadas gastronómicas con productos regionales y recetas tradicionales adaptadas a los conocimientos nutricionistas actuales, turismo nupcial, experiencias como la cultura del agua, el turismo ornitológico, astronómico o religioso, rutas del Estraperlo, de la Lana o de la Sal, etcétera. 38 Matthias POESCHEL, „Reiseland Sachsen-Anhalt: Touristische Inwertsetzung der Nationales Naturlandschaften durch integrative Produktentwicklung, -vermarktung und –vertrieb“, en

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turismo de calidad precisa el mantenimiento de los correspondientes estándares y flexibilidad frente a la demanda de los clientes. Algunos estudios detectan un importante potencial para servicios sanitarios y de rehabilitación para las zonas rurales39, incluso existen proyectos que confieren al paisaje valores terapéuticos en combinación con la producción de alimentos sanos, titulando todo “economía de la salud”40. Pensando en otros sectores, la creación de agrupaciones de maquinaria y asistencia agrícolas también puede ser un factor de creación de empleo41. Otras propuestas apuntan que ciertos territorios podrían servir como reservas de recursos naturales, para generar energías renovables o, como en los parajes yermos y despoblados, como terrenos de compensación de CO242.

Se pierde la simbología asociada a esta forma de vida, tan ligada en sus aspectos positivos y negativos a los fenómenos naturales. El último paso sería hacía el descubrimiento de la naturaleza y el patrimonio, desde finales de los años 1980, comenzando con asociaciones de ecologistas y la aparición de las granjas-escuela. Durante la década de 1990, coincidiendo con los programas de desarrollo rural como Leader I+II, Leader+ y LiderA, se extiende el nuevo segmento del turismo rural, y en menor medida el agroturismo, rehabilitándose y transformándose, con más o menos acierto estético, muchos edificios en el ámbito rural (molinos, batanes, casas señoriales, cortijos, etc.) en alojamientos y restaurantes con encanto, aparte de numerosísimos intentos de recuperar la artesanía tradicional. Inicialmente estos proyectos, en muchos casos, fueron promovidos por agentes exógenos a la comunidad rural. Los usuarios de esta nueva oferta turística se sensibilizaban con respecto al patrimonio natural, histórico, etnográfico y hasta gastronómico. Se produjo un paulatino cambio de percepción: en épocas anteriores, se había considerado todo lo rural como atrasado, poco estético y menos higiénico.

Los paisajes culturales de Europa han sido formados por los sistemas de aprovechamiento agrícola y ganadero, los cuales, a su vez, estaban influenciados por condiciones medioambientales, políticas, naturales y sociales en un cambio constante. Esta es la razón por la cual no se pueden considerar a los paisajes culturales como sistemas estáticos, sino en constante evolución43. La mecanización de la agricultura, la pérdida de valor y rentabilidad de los productos agrarios y la revalorización como suelos urbanizables han caracterizado la evolución de los últimos sesenta años en la comarca de los Vélez. El minifundismo, la baja rentabilidad de los suelos agrícolas, el

http://www.zukunftsforum-laendliche-entwicklung.de/fileadmin/user_upload/Downloads/2010/6Poeschel_TMS.pdf. 39 Kristina JAHN (PriceWaterhouseCoopers Sustainable Business Solutions), “Ökologische Zukunftsmärkte ländlicher Räume“, en: http://www.zukunftsforum-laendliche-entwicklung.de/fileadmin/user_upload/Downloads/2010/6Jahn_PwC.pdf. 40 TerraVita Natur- und Geopark Nördlicher Teuteburger Wald, Wiehengebirge, Osnabrücker Land e.V. 41 Markus GLASER (Agrupción de maquinaria agrícola del Palatinado Meridional), “Personaldienstleistungen als Motor zur Stärkung des Ländlichen Raumes“, en: http://www.zukunftsforum-laendliche-entwicklung.de/dokumentation-2009/nr-2-personaldienstleistungen-als-motor-zur-staerkung-des-laendlichen-raums. 42 Wolfgang HUBER, „Den ländlichen Raum neu denken“, en Politische Ökologie, 96, octubre 2005, pp. 55 – 57.43 Rainer LUICK, Andreas MUHAR, Thomas WRBKA, David MCCRACKEN, “Perspektiven der nachhaltigen Entwicklung europäischer Kulturlandschaften“, en Kurt KRZYWINSKI, Michael O’CONNELL, Hansjörg KÜSTER, Europäische Kulturlandschaften, Bremen 2009.

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sistema de ganadería intensiva. Depende también de la Política Agraria Común (PAC). Austria invierte el 65 % de su presupuesto de Agricultura en programas ambientales, mientras que a nivel de la UE es menos del 10 %. La introducción de normas sobre cross-compliance.implica que sólo se darán subvenciones cuando se cumplen ciertos parámetros ambientales, de protección del entorno y de los animales.

Analizando la estrategia de actuación global del Grupo de Desarrollo Rural “Los Vélez” para el programa “LiderA” (2007 - 2013), el objetivo general es “contribuir al desarrollo socioeconómico de Los Vélez, mejorando las opciones de sus habitantes para optimizar su bienestar, procurando la equidad social y territorial, mejorando su competitividad territorial, persiguiendo la valorización de su identidad y la sostenibilidad medioambiental”. Entre los objetivos específicos se encuentran varios que podrían tener relevancia para la temática del paisaje, como son la gestión y el aprovechamiento de los recursos naturales de manera sostenible; la conservación y promoción de la diversidad y riqueza natural de Los Vélez, así como su calidad ambiental; la sensibilización e involucración a la población en materia de uso y conservación de recursos naturales y mejora de la calidad ambiental; la conservación y valorización del patrimonio rural; la mejora de la competitividad y rentabilidad de las actividades agrícola, ganadera y turística; el mantenimiento y la mejora del espacio turístico; la diversificación de la economía local; el aprovechamiento de las oportunidades de desarrollo comarcal ofrecidas desde el entorno; y la incorporación de la gestión de la calidad.

4. El paisaje de Vélez Blanco en la historia

4.1 Percepción del paisaje e identidad local

Cerremos un momento los ojos y nos imaginamos nuestro paisaje favorito. ¿Qué vemos? Tal vez el paisaje de nuestra infancia e , incluso, lo podemos oler y oír. para un importante número de personas los paisajes son el más importante acceso emocional y sensual a la naturaleza44.

4.1 Fuentes de información bibliográficas y archivísticas

Gracias a la Revista Velezana45, los distintos departamentos de la Junta de Andalucía, el Instituto de Estudios Almerienses, las universidades de Almería, Granada y Murcia, algunos investigadores extranjeros, la comarca de los Vélez es seguramente una de las mejor estudiadas del territorio andaluz. La investigación sobre el paisaje, concretamente sobre los montes de los Vélez, se inició con el libro editado por Andrés Sánchez Picón, la guía sobre el parque natural Sierra María-Los Vélez de José Domingo Lentisco Puche y la publicación de Cándida Martínez López y Francisco A. Muñoz sobre el poblamiento ibérico y romano en la comarca de los Vélez46. Luego siguieron publicaciones sobre la cultura del agua, los repartimientos del siglo XVI, fortalezas y

44 Anke OXENFORTH en Politische Ökologie, 96, octubre 2005, p. 345 Para la consulta de los contenidos de los números de Revista Velezana, se recomienda entrar en la web: www.velezrubio.org.

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arquitectura tradicional, aparte de artículos sobre aguas, ganadería, ordenanzas municipales, urbanismo y un largo etcétera. Para el conocimiento del paisaje cultural velezano es importante y pionero el trabajo de Modesto García en el marco del proyecto Identidades II y la publicación Arquitectura rural y doméstica de los Vélez: los paisajes rurales (2006). Además se han celebrado varias jornadas sobre patrimonio en los Vélez desde 1995, destacando las Jornadas sobre Urbanismo y Arquitectura en la comarca de los Vélez, celebradas el 26 y 27 de enero de 2007 en Vélez Blanco y Vélez Rubio47.

No obstante, las informaciones sobre las transformaciones y la evolución del paisaje de la comarca de los Vélez han aumentado notablemente gracias al proyecto de digitalización y estancias de investigadores en el Archivo Ducal de Medina Sidonia desde 1995 (con numerosísimos documentos como mercedes de tierras, gestión de los montes, incendios forestales, roturaciones ilegales, venta de madera, ordenanzas, impuestos, etc.); el uso de los protocolos notariales custodiados en el Archivo Histórico Provincial de Almería (exterminio de los lobos, paso de ganado, sistema de regadío, viñedo, roturaciones) y en el Archivo General de la Región de Murcia; de los libros de bautismos, matrimonios y sepelios y padrones de feligreses de los archivos parroquiales; los archivos municipales con sus libros de apeo y repartimiento del siglo XVI y el catastro de Ensenada (1752) con informaciones sobre uso de suelos, superficie cultivada, cultivos, y padrones de riqueza urbana y rústica que indican la concentración y tipos de cultivo, sus propietarios, los libros de actas de plenos con las subastas de los aprovechamientos de monte, como la madera, el esparto, las hierbas aromáticas; las fuentes procedentes del Archivo General de Simancas (visitas de la repoblación de 1576, 1578 y 1593), Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Archivo Real Chancillería de Granada (pleito entre el marqués y el obispo de Almería, con inclusión de las ordenanzas de 1541); los archivos de la administración central y autonómica con informaciones sobre obras públicas, refundiciones de montes y reforestaciones, subvenciones concedidas, la PAC; los boletines oficiales tipo Gaceta de Madrid/BOE, BOJA y BOP, las fotos aéreas y las bibliotecas y hemerotecas con la prensa provincial y

46 Andrés SÁNCHEZ PICÓN (ed.), Historia y medio ambiente en el territorio almeriense, Almería, Almería 1996; Asociación Naturalista Mahimón/Fundación Horstmann, Árboles singulares Comarca de los Vélez-Almería, Almería 1995; José Domingo LENTISCO PUCHE, El parque natural Sierra María-Los Vélez (Almería) Vélez Rubio, 1995; Lorenzo CARA BARRIONUEVO, José Luis GARCÍA LÓPEZ, José Domingo LENTISCO PUCHE y Domingo ORTIZ SOLER, Los molinos hidráulicos tradicionales de los Vélez (Almería), Almería, 1996; Miguel CUETO/Gabriel BLANCA, La flora del parque natural Sierra de María-Los Vélez, Almería, 1997; Cándida MARTÍNEZ LÓPEZ/Francisco A. MUÑOZ, Poblamiento ibérico y romano en el sureste peninsular: la comarca de los Vélez (Almería) , Granada, 1999; Guía del parque natural Sierra María-Los Vélez, Sevilla, 2007; José Domingo LENTISCO PUCHE (coord.), El parque natural Sierra María-Los Vélez, Vélez Rubio, 2011; Guía Oficial del parque natural Sierra María-Los Vélez, Jaén, 2011; Encarnación NAVARRO LÓPEZ, Ángel C. NAVARRO SÁNCHEZ, Dietmar Roth (coord.) y Sandra SCHIMANSKY, Vélez Blanco, Almería, 2012.Véase también. Dietmar ROTH, “La Cultura del Agua en la Comarca de los Vélez: el conjunto hidráulico de la Ribera de Argan”, comunicación en el 8º Congreso Internacional de Molinología, Tuy, 2012 (publicado en CD e Internet).

47 Véase también el artículo „Los Vélez no pueden, solos, mantener su patrimonio”, en La Voz de Almería (16-I-2007).

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local. La generosidad y confianza de algunos particulares, residentes o no en la comarca, ha permitido acceder a archivos familiares de trascendental valor para la historia local.

No obstante esta abundancia, a lo largo de los siglos se ha perdido mucha documentación de la jurisdicción municipal y señorial, especialmente referente a las denuncias de los sobreguardas de montes y caballeros de sierra y alguaciles, lo cual nos priva de una magnífica fuente para conocer el alcance de las intervenciones humanas en el paisaje (incendios forestales, talas, invasión de ganado en tierras cultivadas). Se conservan algunos testimonios en los protocolos notariales de Vélez Rubio, en el ADMS y, cuando se recurrían sentencias, en el Archivo Real Chancillería de Granada, donde se está procediendo a la inventarización de los pleitos criminales.

4.2 El paisaje cambiante de Vélez Blanco a lo largo de la historia

Como el autor del presente artículo no es especialista en investigaciones geológicas, hidrológicas, geográficas, botánicas, zoológicas y un largo etcétera de ciencias aplicables al análisis del paisaje, en las siguientes páginas se centrará el enfoque en la cambiante ocupación humana del territorio que hoy llamamos comarca de los Vélez para demostrar el cambiante uso de este entorno y sus efectos sobre el paisaje.

Desde Pangea, pasando por el mar Thetys y la Orogenia Alpina, la cambiante fisionomía de la región que hoy conocemos por comarca de los Vélez poco ha cambiado en lo geológico desde hace unos dos millones de años, aunque la placa tectónica africana sigue presionando sobre la euroasiática, cuyos efectos se sienten en los Vélez en mayor (1751) o menor (2011/13) medida48. Mucho más ha cambiado la flora y la fauna desde la última glaciación. Los Vélez es frontera o encrucijada de tres provincias botánicas con más de 1.200 plantas diferentes, aunque a nivel popular sólo se suele “ver” un número bastante reducido49.

Con la ocupación humana de esta región comienza el cambiante uso del medio ambiente y los correspondientes efectos sobre el paisaje. Los paisajes están determinados por los cambios socioeconómicos: desde la sociedad de los cazadores-recolectores, pasando por los inicios de la “revolución neolítica” con la introducción de la ganadería y agricultura, las grandes explotaciones agrarias romanas con una clara orientación mercantil, la sociedad clánica islámica, el feudalismo europeo, el capitalismo burgués del siglo XIX con el dogma de la propiedad individual y la venta de bienes comunales durante las desamortizaciones50, la crisis de la posguerra española con una masiva emigración, la integración de la economía nacional en la Unión Europea en el siglo XX. De todas formas, es obvio que gentes de diferentes culturas organicen los espacios de forma diferente porque no perciben el medio ambiente del mismo modo, v.g. en el caso de 48Diego GEA PÉREZ, “Historia geológica”, en J.D. LENTISCO PUCHE, 2011, pp. 44 – 47.49 Miguel CUETO ROMERO/Gabriel BLANCA LÓPEZ, “Flora de la comarca de los Vélez“, en J.D. LENTISCO PUCHE, 2011, pp. 110 – 117. Menos todavía se perciben las, según Manuel Garre Belmonte, 468 especies de mariposas existentes en el parque natural (comunicación presentada en la junta rectora del 28-V-2012 en Vélez Blanco). 50 Luis Carlos NAVARRO PÉREZ, Una riqueza inmensa abandonada, Almería, 2001

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cristianos y musulmanes. Las percepciones se basaban en conceptos idealizados del uso de la tierra referidos a sistemas reales de producción campesina, así como a los diferentes mecanismos usados por el poder para apropiarse de los excedentes de esta producción51.

Desde la sociedad de los cazadores-recolectores, pasando por los inicios de la “revolución neolítica” con la introducción de la ganadería y agricultura, la jerarquización social en la era de los metales, las grandes explotaciones agrarias romanas (villae) con una clara orientación mercantil, la sociedad clánica islámica, el feudalismo y los señoríos del Antiguo Régimen, el capitalismo burgués del siglo XIX con el dogma de la propiedad individual y la venta de bienes comunales durante las desamortizaciones, las crisis de principios del siglo XX y, especialmente, de la posguerra española con una masiva emigración, la integración de la economía nacional en la Unión Europea y la aplicación de las políticas agrarias y de desarrollo rural. Es obvio que gentes de diferentes culturas organizan los espacios de forma diferente, porque no perciben el medio ambiente del mismo modo. Las percepciones se basaban en conceptos idealizados del uso de la tierra referidos a sistemas reales de producción campesina, así como a los diferentes mecanismos usados por el poder para apropiarse de los excedentes de esta producción.

Quedando a la espera de que se encuentre la primera prueba inequívoca de un fósil de homínido en el yacimiento paleontológico de Venta Micena, excavado por Josep Gibert, para corroborar la hipótesis de los primeros pobladores de Europa en nuestro entorno más próximo, Julián Martínez afirma la existencia de un yacimiento musteriense al aire libre en la cuesta del río Claro52. La Cueva de Ambrosio, de la época solutrense, fue declarada Monumento Natural por la Junta de Andalucía een 2010 por su valor ecocultural. En una época con entre 6 y 8 grados menos de temperatura media, se ocupaba de forma estacional, posiblemente durante primavera y verano, realizando actividades de talla de sílex para la caza, documentándose especies como el caballo, el ciervo, el lince, la cabra montés y el lobo. De suma importancia ha sido el descubrimiento de arte rupestre entre 1992 y 2012, localizándose grabados y pinturas casi exclusivamente de caballos. La pesca es otra de las actividades documentada apareciendo truchas de hasta tres kilogramos procedentes del cercano arroyo del Moral. Todos estos datos confirman la gran transformación del paisaje desede el Paleolítico53.

Durante el Neolítico las poblaciones se sedentarizan y se inicia la agricultura. La caza disminuye, aumentando los porcentajes de fauna doméstica como la cabra, la oveja, o el cerdo. Durante el Neolítico y las edades del Cobre y del Bronce, entre 7.000 y 3.800 a.n.e, aparecen dos nuevas formas de arte rupestre, cuya importancia fue reconocida en 1998, cuando la UNESCO declaró un total de 25 abrigos con arte levantino y pintura

51 Thomas F. GLICK, Paisajes de conquista, Valencia, 2007, p. 208.52 Manuel CARRILERO MILLÁN/Ángela SUÁREZ MARQUÉZ, El territorio almeriense en la prehistoria, Almería, 1997, p. 50. Julián MARTÍNEZ GARCÍA, “Arqueología y prehistoria en la comarca de los Vélez (Almería). Del Paleolítico al Neolítico”, en Martín HARO NAVARRO/José Domingo LENTISCO PUCHE (coords.), Arqueología en la comarca de los Vélez (Almería). Homenaje al profesor Miguel Guirao Gea, Almería/Vélez Rubio, 1994, pp. 31 – 54.53 Los hallazgos se publicarán próximamente en las actas del IICongreso Internacional sobre Solutrense, celebrado en Vélez Blanco del 25 al 28 de junio de 2012.

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esquemática patrimonio mundial54. El 6 de mayo de 2010 las cuevas de Ambrosio y de los Letreros fueron incluidos en el itinerario cultural europeo “Caminos de Arte Rupestre Europeo”.

La Edad del Bronce datada en el II milenio a. C. es una época menos conocida en Vélez Blanco debido tal vez a la escasa atención prestada por la investigación. Sin embargo, si han podido detectarse algunos indicios sobre ocupaciones pertenecientes a la Edad del Bronce en los alrededores de Cueva de Ambrosio, la zona del Piar, e incluso, el Castillo de Vélez Blanco. Los poblados se sitúan en este momento sobre cerros escarpados de difícil acceso con enterramientos individuales con ajuares diferenciados entre unos casos y otros que indican la existencia de grupos sociales fuertemente jerarquizados.

La siguiente ocupación ampliamente documentada corresponde al mundo ibérico, entre finales del siglo VII hasta el siglo III a. C., fundamentalmente en el área norte de la comarca y con una economía basada en el cultivo del cereal y la ganadería55. También hay testimonios de una incipiente minería de hierro. Durante la época ibérica y el primer periodo romano se ocuparon terrenos siguiendo una línea marcada por el río Caramel, de oeste a este, pasando por los núcleos de Bugéjar, Macián, Santonge, Derde, Tello, El Alcaide, Guadalupe y Rambla Mayor; eje de comunicaciones que se trasladó en el Imperio Tardío al sur del actual término municipal de Vélez Blanco, destacando importantes villae en su vega, por donde pasaba la Vía Augusta.

Referente a la situación hasta mediados del siglo XIII, disponemos de dos noticias importantes referente a la densidad de población y cultivos en la actual comarca de los Vélez. Ibn Sahib al-Salat, secretario del calufa almohade Yusuf al-Mansur, relata en su crónica sobre la guerra contra Ibn Mardanis, que en la campaña de 1165 “acampamos por el lado de Vélez, en una comarca con muchas aldeas y poblaciones con una vista sin igual y con castillos y fortalezas, cuyas construcciones se levantan en las alturas y admiran a la vista por su elevación”56. Este testimonio es corroborado por una carta del primer marqués de los Vélez diciendo que, “antiguamente, quando Murçia hera de moros, avía en la huerta de Veles el Blanco e el Ruvio quince poblaciones o alquerías que llaman ellos”, siendo una de ellos el Piar con su mezquita. “Despues de ganado por los cristianos el Reyno de Murçia, fue forçado al caerse estas alquerías a los lugares fuertes asy como Velez el Blanco e el Rubio57. Evidentemente, los años entre 1243 – 1488 supusieron un cambio brusco en la ocupación humana y aprovechamiento de suelos, pero es sólo una etapa de 245 años en miles de años de transformación paisajística. Además, el paisaje sólo refleja una parte de la realidad social y política de aquella época, obviando que la frontera no sólo era conflictividad, sino la mayor parte del tiempo espacio de convivencia (aunque precaria), intercambio comercial y comunicación (alfaqueques). Una de las reminiscencias de aquella época son los

54 Julián MARTÍNEZ GARCÍA/Carmen MELLADO SÁEZ, Arte rupestre en la comarca de los Vélez (Almería). Patrimonio mundial, Almería, 2010; Julián MARTÍNEZ GARCÍA/Carmen MELLADO SÁEZ, Guía del arte rupestre en la comarca de los Vélez, Sevilla, 2012.55 Ana PÉREZ CARPENA, “Los Vélez durante el período ibérico”, en Revista Velezana, 14, 1995, Vélez Rubio, pp. 7-12.56 Fátima ROLDÁN CASTRO (coord..), Paisaje y naturaleza en Al-Andalus, Granada, 2004, p. 7757 ADMS, R.I., Leg. 444, c.13. Agradezco al profesor Francisco Andújar Castillo haberme facilitado esta fuente.

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extensos y poco poblados términos municipales, subdivididos con el crecimiento demográfico de los siglos XVIII y XIX:

Términos municipales de la frontera murciano-granadina58

Término municipal Extensión km2Caravaca 859,00Huéscar con la Puebla de don Fadrique 996,84Lorca con Puerto Lumbreras, Águilas y Mazarrón

2.391,77

Moratalla 954,82Mula 633,38Orce 324,96Vélez Blanco con María 666,00Vélez Rubio con Chirivel y Taberno 523,00Elaboración propia.

Con la permuta forzada de Cartagena por los Vélez y Cuevas, en 1503, y la concesión del título de marqués de Vélez el Blanco a don Pedro Fajardo y Chacón, el 12 de septiembre de 1507, comenzó una importante repoblación de la comarca de los Vélez incentivada por la concesión de franquezas de ciertos impuestos, como la alcabala, e incentivos, como solares para edificar casas y tierras para plantar viñas, confirmados en un privilegio de 29 de marzo de 1526. Vélez Rubio llegaría a unos 200 vecinos (entre 800–1.000 personas) en 1530, mientras que en Vélez Blanco y su anejo María se afincaron 120 vecinos (unas 500–600 personas) entre 1512 y 153159. En 1568 vivían en Vélez Blanco y María unos 600 vecinos (400 moriscos y 200 cristianos viejos), es decir, entre 2.500 y 3.000 personas; y en Vélez Rubio, con su anejo Chirivel, unos 230 moriscos y 40 cristianos, lo que se traduce en unas 1.100 o 1.300 personas. Referente a la explotación del monte (saltus) en general, se pueden destacar la ganadería, silvicultura, apicultura y caza. El fomento económico iniciado por don Pedro Fajardo, con la construcción de batanes, molinos hidráulicos y tintes, tenía como finalidad el aumento de los ingresos para sus arcas. La plantación de 15.000 tahullas de viña en las vegas de Vélez Blanco y Vélez Rubio durante el primer tercio del siglo XVI era la apuesta por un producto fácilmente transportable y comerciable fuera del contexto comarcal60.

La tala de los montes a gran escala a partir de principios del siglo XVI se debía a la concesión de mercedes de tierra con la obligación de pagar, aparte de los diezmos habituales, la trigésima parte de la cosecha generada en estas tierras roturadas. La suposición marquesal era que todas las tierras no cultivadas pertenecían a su señorío, concediendo muchas mercedes de tierras exclusivamente a moriscos entre 1551 y 1567, un total de 3.687,5 fanegas en el marquesado, de ellos, 2.924,5 en los términos de Vélez

58 Partiendo de las superficies actuales, aunque no siempre corresponden las sumas a los términos históricos, como en el caso de Chirivel o Mazarrón.59Dietmar ROTH, Vélez Blanco en el siglo XVI, Almería, 2008, pp. 28 - 35.

60 Dietmar ROTH, “La administración señorial de los montes, del siglo XVI a principios del XIX”, José Domingo LENTISCO, 2011, pp. 208 – 219.

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Blanco y Vélez Rubio, por razones de recibir el marqués recibía un diezmo mayor de ellos que de los cristianos viejos. La concesión de mercedes seguía después de la expulsión de los moriscos, alcanzando en algunos casos extensiones muy considerables, como la concedida el 12 de septiembre de 1580 por la marquesa viuda de 300 fanegas de tierra en lo que “dicen el Bancal” para el vicario Juan Bautista de Prado. El cuarto marqués seguía la estrategia del segundo premiando a sus fieles seguidores o atraer a adversarios y, en el contexto de la conflictiva repoblación, concedió numerosas de mercedes en los pagos de Barrax, la Hoya del Carrascal y el campo de la Alfahuara, a partir de 1601. Las apostillas del gobernador del marqués sobre la lealtad de los peticionarios son reveladoras en cuanto a esta estrategia política61. Referente al impacto ambiental, los títulos de concesión determinaban que el beneficiario tenía que empezar con la roturación en un año, no podía dejar la merced sin cultivar durante cuatro años, con la condición de que “el monte bajo que en las dichas heredades hubiere después de rozado, lo haréis montones dentro de ellas, de manera que el fuego no salga a hacer daño a los montes y pinares”; y con la salvedad de que "todas las carrascas de un pie, pinos, salgareños y sabinas que hubiere las habéis de dejar y no cortar sin expresa licencia mía, so las penas de las ordenanzas" (1609).

El otro pilar de la economía, la ganadería, estaba indisolublemente unido a los montes. El primer marqués de los Vélez incentivaba a los señores de ganado con darles ejidos “de balde” en invierno en las tierras de sus villas, pero obligándoles a tener la paridera en los términos de Vélez Rubio y Vélez Blanco porque “para aquel tiempo, los términos de ellas son los mejores en toda la comarca”. Otro recurso importante era el potencial maderero de los montes. La madera no sólo fue uno de los materiales de construcción más importantes durante siglos, sino que se aprovechaba como fuente de energía para caleras, carboneras, los hornos de vidrio y aguafuerte, alquitrán62.

La siguiente gran transformación demográfica, económica y social se produjo con la expulsión de los vecinos moriscos y el reparto de sus haciendas a los repobladores (1570-74). Respetando las formas de cultivo anteriores, aparte de los conflictos entre el marqués de los Vélez y la Corona sobre los derechos de los repobladores (impuestos, representación política), se generó un conflicto sobre la propiedad de los recursos hídricos de los cuales se querían apropiar los vecinos “originarios”, es decir, cristianos viejos velezanos residentes desde antes de 1568/70, en detrimento de los repobladores. Aunque se ha repetido durante mucho tiempo que los repobladores cristianos viejos no estaban acostumbrados al mantenimiento y uso del regadío de tradición musulmana, lo cierto es que sí continuaron la cultura del agua velezana, conservando sus infraestructuras, seguramente porque los repobladores valoraban la productividad y eficiencia de los sistemas de

61 Francisco ANDÚJAR CASTILLO/Manuel BARRIOS AGUILERA, “Los moriscos de los secanos. Mercedes de tierras a moriscos en el marquesado de los Vélez(1551 – 1568), en VII Simposio Internacional de Mudejarismo, Teruel, 1999, pp. 335 – 349; Dietmar ROTH, Vélez Blanco…, pp. 94 – 100.62 A mediados del siglo XVI don Luis Fajardo concedió una licencia a Perijuán Ramírez, arrendador del batán, para cortar madera (20 rollizos) “para afirmas y teleras e barras para la rueda e dos jácenas para tablas e que cortara las dichas tablas en el pago de Canales [...] que corte la dicha madera a mil pasos apartado de cualquier agua manante e corriente” (ADMS, Leg. 459).

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regadío, los cuales conocía la gran mayoría por proceder de Murcia y Valencia63. No obstante, los cambios sociales repercutieron en la gestión de los recursos hídricos, permitiendo la acumulación de derechos de agua en manos de la élite local.

En el contexto de la citada conflictividad generada por la repoblación entre 1571 y 1574 se enmarca también la promulgación de las ordenanzas de Vélez Blanco de aguas, huertas, colmenares, mantenimientos, molinos y molineros, de 10 de marzo y 26 de abril de 1591, y las ordenanzas de la Alfahuara, diferenciándose de las anteriores a 1570 por ser propuestas por los concejos de las villas y aprobadas por el Consejo de Castilla. A partir de ese momento se intensifica el seguimiento del estado de los montes mediante informes, emitidos por los sobreguardas y alcaldes mayores, los cuales ejercían desde el siglo XVIII la función de Subdelegado de Montes del Partido. Por ellos se conoce el considerable gasto de leña que ocasionaron los hornos de vidrio, de aguafuerte y de pan, carboneras, caleras o simplemente con fines domésticos. Tambien denunciaban las intromisiones ilegales de vecinos o forasteros para venderla en otro lugar; el lento pero continuo desgaste que producían los ganados, para los cuales se cortaban muchas ramas, y las talas y cortes "desordenados" que impedían su reproducción posterior. Esta situación llevó a los señores territoriales a ejercer un control riguroso de los montes, dictando una normativa específica, las ordenanzas. El 15 de abril de 1541 el marqués de los Vélez, “como por experiencia se ha visto, a causa de la mucha desorden que en los montes, encinares y pinares de esas mis villas ha habido, los dichos montes se han destruido de tal manera que casi no quedan para hacer madera para las casas de los vecinos de los vecinos de esas dichas mis villas, ni para otras cosas necesarias a los labradores y vecinos [...] y porque los dichos montes no se acaben totalmente de destruir y perder y [...] los montes y pinares de las dichas mis villas se conserven y no se destruyan”, promulgó para los términos de Vélez Blanco y Vélez Rubio unas ordenanzas.

Alrededor de 1600 comenzaba otra vez un repunte en la coyuntura económica, entrando en un nuevo declive a partir de 1640 por las cargas fiscales ocasionadas por las guerras y la plaga de la peste. Terminada la fase inicial de la repoblación, la propiedad inmobiliaria se iba concentrando en las manos de una reducida oligarquía comarcal, la cual no sólo procuraba perpetuar y aumentar su status social por acumulación de bienes, alianzas matrimoniales, acceso a prebendas eclesiásticas, ocupación de cargos municipales y en la administración marquesal, sino que intentaba salvar buena parte de su patrimonio de la enajenación y partición por herencia gracias a la fórmula de los vínculos y mayorazgos. Los decenios alrededor de 1600 supusieron también la pérdida de biodiversidad en la fauna con la pretendida erradicación de los lobos. En 1580 el concejo de Vélez Blanco concertó con el murciano Antón de Cervera la paga de 31 reales por cada lobo matado y por cada camada sacada en los términos de Vélez Blanco y Vélez Rubio y por cada zorra dos reales64. Durante la visita del IV marqués de los Vélez en 1619, fue informado en María de “que a causa de los muchos lobos que andan por su termino y por los de mi villa de Velez el Ruvio, se haçe diligençia para que se cazen”65. 63 Thomas F. GLICK, Paisajes…, pp. 193 – 204 y 208.64 AHPA, Prot. 2932; 30-10-1580.65 ADMS, Legajo 513, “Mandamientos y ordenes que el marques de los Velez mi señor dio a pedimiento y suplicazion de los concejos de su villa de Velez el blanco y lugar de Maria tocantes al gobierno de la dicha villa en la bisita general que su Exa. hiço por su persona en ella en ocho dias del mes de febrero de mil y seysçientos y diez y nuebe”.

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Especialmente entre 1588 y 1600 numerosos documentos demuestran la caza de lobos y camadas de hasta seis lobos en parajes velezanos como hasta Río Corneros, Baciares, Puerto Viejo, Rambla de Tello, Rambla de las Carrascas, Sierra de la Zarza, dehesa de la Alfahuara, El Mancheño/La Jarosa, Solana del Mahimón, Simanque, vereda de Pontes, Casa Mula, Alto del Graj, El Campillo, Fuente de la Puerca, Cerro Gordo de la Sierra de la Zarza66. Pero otra serie de protocolos notariales de los años 1641 y 1642 testifican la caza de lobos en aquellos años, especialmente en la dehesa de la Alfahuara67, e incluso de épocas posteriores68. En una carta de 1724, el alcalde mayor Olivares informó al gobernador de que había detenido a tres vecinos cortando siete cargas de leña en el Pinar del Rey, “lo cual han ejecutado confiados en las tolerancias y malas costumbres que hasta aquí han tenido, pues al presente se halla dicho pinar destruido, siendo el sitio prohibido semejante a los montes de la Alfaguara, y así para remediar este daño, como también el que continuamente están causando los hornos del vidrio y los hornos de pan cocer, talando los pinos y carrascas y todas las majadas de albergue de ganados, pudiendo fácilmente abiar dichas fábricas con leña seca y monte bajo, como se practica en otros pueblos con orden y limitación, no lo han hecho en estas villas por decirme que se les ha permitido”69.

Referente a la gestión de los montes, comenzó una nueva era con la implantación de las múltiples reformas desde la llegada de la dinastía borbónica. La administración real no sólo quería conocer la riqueza de sus súbditos a través del Catastro de Ensenada, sino también los recursos naturales aprovechables, como era la madera para fortalecer la Marina. Comienza la centuria de los cuestionarios y de las estadísticas, pero también de la intervención regia implantando mecanismos de control sobre estos recursos. Prueba de ello es la protesta que, en octubre de 1744, Agustín de Molina Serna, regidor y procurador síndico de Vélez Rubio, denunció “que de tiempo inmemorial a esta parte” los marqueses habían nombrado los guardas de montes que denunciaban las infracciones ante la justicia de las villas. También habían otorgado las licencias para cortar madera “por cuya economía y buena distribución se han conservado los montes en la mejor positura”. Como en aquel momento la intendencia de Marina del departamento de Cartagena designaba a un juez conservador de los montes, habiendo ampliado las facultades para cortar madera e inhibido a las justicias locales en materia de las denuncias sobre los daños que se causaban en los montes, “se hallan estos destruidos así en este término, como en el de la villa de Vélez el Blanco, del que principalmente se está sacando madera y transitando por esta villa para la ciudad de Cartagena […], pues continuándose en esta forma en pocos años no habrá maderas” ni para el arsenal, ni para los vecinos de los pueblos. El testigo, don Alonso Tomás Marín, guarda mayor durante más de veinte años, señaló que desde que la intendencia estaba gestionando los montes, “todos los montes van destruidos, pues los mismos jueces cortan a su arbitrio y dan licencia a otros para que corten, de suerte que todos los días está bajando por esta villa madera y se dice que en los montes de Vélez el Blanco y María está muy desconocida la grande tala que hacen”. El 31 de enero de 1748 se promulgaron las

66 AHPA, Prot. 2935 (17-11-1588), 2936 (3, 17, 20, 22, 25 y 28-5-1591), 2937 (20-5 y 18-6-1592), 2938 (26 y 30-5-1593), 2940 (25-2, 22-3 y 21-6-1596), 2941 (13 y 16-5 y 20-6-1599), 2943 (4-6-1600).67 AHPA, Prot. 3055 ( 26-5 y 5-6-1641), 3056 (2-2 y 3 y 17-3-1642).68 AHPA, Prot. 3200; 14-8-1711.69 ADMS, Leg. 1402; 18-I-1724.

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“Ordenanzas para la conservación y aumento de los montes de la Marina”, en cuya virtud se realizó una inspección en noviembre de 1752, confeccionando como resultado la “Relación de los árboles que se han reconocido existentes en el término y jurisdicción de esta villa de Vélez Blanco”.

Después de 190 años de pérdida y estancamiento de población, en el último tercio del siglo XVIII comienza un crecimiento imparable de la población velezana con las correspondientes consecuencias para la ocupación y uso del suelo.

Evolución demográfica en el término municipal de Vélez Blanco 1568 - 1900

1568 1752 1769 1814 1828 1849 1857 1888 1900

2.500-3.000 3.375

4.005 5.382

6.562 7.000 6.780

6.568 6.825

Elaboración propia70.

La extinción de los señoríos, las sucesivas leyes de desamortización de bienes eclesiásticos y comunales y el embargo de los bienes (1837-57) del duque de Medina Sidonia causaron problemas con los ayuntamientos y algunos vecinos poderosos. El administrador del marqués en Vélez Rubio, Juan Sánchez, informaba de que los ayuntamientos de María y Vélez Blanco reclamaban la posesión de los montes en base del decreto de las Cortes de 14 de enero de 1812, restablecido por otro de 23 de noviembre de 1836, considerando que “los montes de Su Excelencia ya es del dominio de los hacendados […], llegando la cosa a tal estado que no se admitan las denuncias de los guardas, y se dé facultad amplia a todo el mundo para hacer cortas, fabricas de carbón. etc. Disgustadísimo en extremo con tales procedimientos porque veo caminar a pasos agigantados la destrucción de los montes, y deseoso por otra parte de contenerlos, si me es posible, haciendo que se respete tan sagrado derecho de propiedad”. En una carta de 1837, el administrador se lamentaba “del estado deplorable en que estoy notando los montes y dehesa de la Alfaguara, propiedades interesantes que de no volver al instante a nuestro poder, concluirán para siempre sin que yo pueda ser otra cosa que un mero espectador de los desastres que se están causando”. Prueba de ello era un pleito con vecinos que habían cortado 30.000 pinos, aportando la parte del marqués copias de muchos documentos de su archivo para demostrar sus derechos, comenzando por el privilegio de Isabel la Católica, de 1503, sobre el trueque de Cartagena por las villas de Vélez Rubio, Vélez Blanco, Cuevas y Portilla; y varias reales órdenes, como las de 1752 y 1809, confirmando al marqués de Villafranca la propiedad y posesión de los montes, su derecho de expedir licencias para cortar madera y la facultad de nombrar subdelegados y demás dependientes de sus montes. Como pruebas se adjuntaban varias mercedes de tierra y otros documentos que certificaban los pagos de arbitrios y derechos al marqués por el aprovechamiento de los recursos silvícolas, como eran la tala de pinos, carrascas, leñas y atochas para fábrica de carbón, miera, hornos de vidrio, cal, yeso, etcétera.

70 Para conocer los múltiples aspectos de su explotación y conservación, véase: Dietmar ROTH, Vélez Blanco en el siglo XVI, Almería, 2008; idem., “La administración señorial de los montes, del siglo XVI a principios del XIX”, en J.D. LENTISCO PUCHE, 2011, pp. 208 - 219.

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Cesado como director de la comisión de arbitrios, en 1841, Juan Sánchez escribió al administrador general, refiriéndose a los pagos de las Moratas y Bancal de Gallego, que “desde mi cesación ya no queda arbolado alguno en aquellos parajes ni en los de sus cercanías, ni a algunas leguas de Vélez Blanco, y la dehesa de la Alfaguara, que hasta entonces había sido algún tanto respetada, sufre hoy mismo por los que debían impedirlo un destrozo que pasma, pues a la sombra de una licencia dada por esta subalterna para solos seis pinos en aquella preciosa propiedad, se están fabricando 3 o 4 mil piezas de madera”. En una carta de 16 de agosto de 1853, el marqués de Villafranca y los Vélez reflexionaba: “¿De qué sirve un monte sin se utilizar? Un monte que ha dado todas las vigas de las almazaras del pais y toda la madera necesaria para el consumo de todos los pueblos, y en estos últimos tiempos la que se ha necesitado para las galerias de las minas. […] Concluir con decir que desde el mar no se encuentra un árbol hasta los montes de Caravaca y Velez, de modo que hacen frente a todo el consumo con preferencia a la Sierra de Segura que está mucho mas adentro. Usted sabe la escasez de arbolado y aún de combustible que se experimenta en todas partes y me parece convendrá conmigo que no es posible desprecien ni abandonen 15 ó 20 mil fanegas de terreno en que hay 13 mil cubiertas de buen monte de pinos para cortar tablones de 24 ó 30 pies”71.

Con la recuperación de los bienes secuestrados, el marqués comenzó con una serie de iniciativas jurídicas y administrativas para proteger y explotar sus montes, entre otras, la promulgación del “Reglamento de guardas de la casa del Excmo. Sr. Marqués de Villafranca y de los Vélez”, consistentes en 80 artículos agrupados en seis capítulos, publicado en 1867, determinando las atribuciones del guarda mayor, sobreguarda o excusador del guarda mayor, los guardas de la dehesa de la Alfahuara encargados, entre otras tareas, del registro de leña y yeso, y los guardas de los restantes montes, obligados a no apartarse de los cuarteles y “patrullar incesantemente las redondas demarcadas por el guarda mayor. […] Como este funcionario les deberá dar a conocer los pactos y concordias celebrados últimamente entre la casa de S.E. y los pueblos, los guardas procurarán con toda inflexibilidad que no aprovechen los mismos pueblos más que lo concordado, ni cometan el más pequeño abuso al amparo de sus aprovechamientos. Como uno de los principales elementos de destrucción es la roturación de terrenos montuosos, que se pretende hacer con mucho empeño por los propietarios o labradores que tienen enclavadas sus haciendas dentro de los montes mismos, los guardas celarán esto con particular esmero, para que no sucedan descuajes ni se usurpen terrenos que a los montes pertenecen”.

Con la ley general de desamortización de 1 de mayo de 1855, se pusieron a la venta las propiedades de propios, comunes y baldíos de los pueblos. Directamente vinculada con estos procesos desamortizadores sería la división de dominios y declaración de incompatibilidad de usos vecinales en los montes velezanos. Esta conclusión fue recogida por el ingeniero jefe del distrito forestal, José María Escribano, en un informe de 1882, suscitando una fuerte oposición de los ayuntamientos, alegando el de Vélez Blanco que los derechos de la casa de Villafranca no eran tan antiguos y con la abolición de los señoríos habían revertido en la Corona. En los años 1858 y 1870 Vélez 71ADMS, Leg. 4768.

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Blanco había firmado sendas concordias con la casa ducal de Medina Sidonia referente a los aprovechamientos y dominio útil de los montes. Con la Ley de Montes de 1863 y su reglamento de 1865, por real orden de 31 de enero de 1879 fueron declarados montes públicos incluidos en los planes de aprovechamiento desde 1880. Los montes de los Vélez fueron de los primeros incluidos en el servicio de reforestación creado por R.O. de 28 de julio de 1888. El expediente pasaría a través del Gobierno civil al consejo de Estado, el cual aprobó la división de montes por real orden de 17 de junio de 1893. Los correspondientes trabajos se llevaron a cabo durante cinco años, aprobándose la división practicada por real orden de 7 de junio de 1899. El 7 de julio de 1897 el alcalde de Vélez Blanco, don Julián García Arcas, aprobó la refundición. Se reconocían como propiedades de Vélez Blanco, en mancomunidad con Vélez Rubio, 14.852 hectáreas, quedando 10.122 hectáreas en el término de Vélez Blanco en propiedad absoluta de la casa ducal de Medina Sidonia. El real decreto de 21 de septiembre de 1900 puso final a este largo proceso. En 1930, el aprovechamiento de los montes de Vélez Blanco abarcaba 1.275 m cúbicos de madera de pino, 3.187 metros cúbicos de leña gruesa y ramaje, 65.000 pinos para resinación, 1.500 quintales de esparto, 2.200 quintales de espliego, 1.000 quintales de madreselva, 8.294 cabezas de ganado lanar y 853 de cabrío. Otra impronta importante en el paisaje, especialmente en los extensos viñedos de Vélez Blanco sitos en los pagos de Alara, Alcaide, Canales, Unela y otros más, fue la devastación por el insecto de la filoxera (Dactylosphaera vitifoliae) en las últimas dos décadas del siglo XIX.

Alcanzando un máximo de población a principios del siglo XX, la prolongada sequía de los años 1910 – 1915 y la prosperidad económica en otras zonas de España, Francia y especialmente de Argentina y Brasil, provocaron una éxodo masivo del campo. Este fenómeno se repetiría después de la Guerra Civil y con la motorización de la agricultura, quedando muchas cortijadas abandonadas, tales como Casa Mula, Cueva de Ambrosio, Derde, el Mancheño, y un largo etcétera. La cosecha del esparto y la destilación de las esencias se abandonan durante las décadas de 1970 y 1980.

Evolución demográfica en el término municipal de Vélez Blanco 1900 - 2010

1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1996 2002 2007 2010

6.825 7.634 7.566 6.207 6.335 6.966 6.001 2.317 2.001

2.219 2.282

Elaboración propia.

La siguiente transcendental transformación del paisaje se inició después de la Guerra Civil con la adquisición de fincas privadas de monte, como las de Pascual Arias Vázquez, para el Patrimonio Forestal Estatal y la reforestación a partir de la década de 1940, empleando casi únicamente el pino carrasco (pinus halepensis) en 4.911 de las 5.291 has. repobladas, casi un 93 % de la superficie afectada

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Superficie repoblada en María y Vélez Blanco. 1940-197072

Municipio Monte 1941-1950(Has.)

1951-1960(Has.)

1961-1970(Has.)

María Dehesa Afahuara Levante

250 - -

María Umbría de la Virgen y otros

- 45 -

María Umbría de la Virgen (Estado)

28 - -

María Perentín - 80 50María Lomas de

Tejera127 - -

María Hoya Labat y Cerro Julián

- - 160

Vélez Blanco Las Almohallas

20 10 -

Vélez Blanco Sierra Larga y Estepares

770 100 -

Vélez Blanco Serrata de Guadalupe

- 55 -

Vélez Blanco Los Andaluces

- - 50

Vélez Blanco Las Cañicas - 40 -Vélez Blanco Solana de

Perentín- 30 80

Vélez Blanco Los Maimones y Quemados

- 100 400

Vélez Blanco Cerros del Almez, Carretas

- - 200

Vélez Blanco El Mancheño y otros

- 105 985

Vélez Blanco Montes de Vélez Blanco

- 220 -

Vélez Blanco El Peñascal, La Hoya

10 - -

Vélez Blanco Cerro de Calderón

60 - -

Vélez Blanco El Pinar - 16 60Vélez Blanco Monte de

Vélez Umbría- 100 -

Vélez Blanco Monte de Vélez Solana

- 370 100

Vélez Blanco Los Campos y otros

- 70 -

Vélez Rubio Montes públicos de Vélez Rubio

- 600 -

Total 1.265 1.941 2.085

5. El término municipal de Vélez Blanco en la actualidad

6.1 Uno de los municipios con menos densidad poblacional de la provincia

Con un término de 441,00 km2 término y 2.282 habitantes en cinco núcleos de población en el año 2010, Vélez Blanco tiene con 5,17 habitantes por kilómetro cuadrado la densidad más baja de la comarca de los Vélez y una de las más bajas de la

72 Eduardo ARAQUE JIMÉNEZ, “Refundición de dominios y repoblación forestal en la porción andaluza de la cuenca del río Guadalentín”, en Investigaciones geográficas, 48, pp. 9 – 37.

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provincia de Almería (78,01 en 2009), muy por debajo de la media de Andalucía (95,92 en 2010) y de la media nacional (93,17 en 2010).

La evolución demográfica de los últimos 500 años demuestra que Vélez Blanco tiene en el momento una población parecida a la del primer tercio del siglo XVI, después de la repoblación fomentada por el primer marqués de los Vélez. Con la emigración iniciada en la década de 1910 y acentuada entre las décadas de 1950 y 1970, Vélez Blanco pasó en cien años de 7.634 a 2.282 habitantes, es decir, que perdió más de un 70 % de su población. La inmigración de ciudadanos del norte de Europa, especialmente de nacionalidad británica, supuso un importante aumento de la población entre 2001 y 2010, siendo censados 397 extranjeros en el término de Vélez Blanco (2009). Del total de la población, 1.727, es decir, un 75,68 por ciento viven en el los núcleos de población como El Cercado, El Piar, Topares y Vélez Blanco, mientras sólo 532 (23,32 %) viven en diseminado, especialmente en la vega de Vélez Blanco y en el pago de Cagüit, habitado mayormente por vecinos de Vélez Rubio por ser colindante con ese municipio. Realmente, el 99 % del término municipal no conoce ocupación urbanística.

Evolución demográfica del término municipal de Vélez Blanco 1568 – 1900

1568 1752 1769 1814 1828 1849 1857 1888 1900

2.500-3.000 3.375

4.005 5.382

6.562 7.000 6.780

6.568 6.825

Elaboración propia.

Evolución demográfica del término municipal de Vélez Blanco 1900 – 2010.

1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1996 2002 2007 2010

6.825 7.634 7.566 6.207 6.335 6.966 6.001 2.317 2.001

2.219 2.282

Elaboración propia.

La población en la comarca de los Vélez en el año 2010:

Municipio Habitantes Término/km2 Habitantes /km2Chirivel 1.852 197,00 9,4María 1.455 225,00 6,47Vélez Blanco 2.282 441,00 5,17Vélez Rubio 7.138 282,00 25,31TOTAL 12.727 1.145,00

Fuente: SIMA/Wikipedia (Elaboración propia).

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6.2 Uno de los municipios con más figuras legales de protección de la provincia de Almería

Por su riqueza de patrimonio natural y cultural, Vélez Blanco es uno de los municipios con más superficies y elementos patrimoniales protegidos de la provincia de Almería. Después del expolio del castillo de Vélez Blanco en 1903/4 ante la inexistencia de instrumentos legales para evitar similar barbaridad, en 1924 se declaró la Cueva de los Letreros Monumento Histórico Nacional, siete años antes del castillo de los Fajardo.

Un hecho importante para la conservación del paisaje fue la declaración del parque natural Sierra María-Los Vélez con un total de 22.562 hectáreas73, incluido en la Red Natura 2000 al estar designado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en consecuencia de la aplicación de la Directiva Aves (Directiva 79/409/CEE). Además, la Sierra del Oso, con una superficie de 12.017,49 has., está incluida en la relación de Lugares de Interés comunitario (LIC) en función de lo promulgado por la Directiva Hábitats (Directiva 92/43/CEE)74. Fundamentales para el paisaje son el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN), el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) y, para una visión global de gestión de la conservación y las actividades económicas, el Plan de Desarrollo Sostenible (PDS)75.

Superficie de términos municipales incluida en el parque natural

Término municipal Superficie (has.) Porcentaje del totalChirivel 2.737 12,13María 5.028 22,28Vélez Blanco 13.449 59,62Vélez Rubio 1.348 5,97TOTAL 22.562 100,00

Fuente: Dirección P.N. Sierra María-Los Vélez (2011).

Término municipal Superficie (has.) Porcentaje del totalChirivel 2.737 12,13María 5.028 22,28Vélez Blanco 13.449 59,62Vélez Rubio 1.348 5,97TOTAL 22.562 100,00

Fuente: Dirección P.N. Sierra María-Los Vélez (2011).

El 2 de diciembre de 1998 se incluyeron los entonces 757 registros del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo en ella lista de patrimonio mundial de la UNESCO por ser “el conjunto más grande de pinturas rupestres de toda Europa”, constituyendo “una imagen excepcional de la vida humana en un periodo de la evolución cultural de la humanidad”, correspondiendo 25 abrigos con pinturas rupestres a los municipios de María y Vélez

73 Decreto 236/1987, de 30 de septiembre, junto con la Ley 2/1989, del 18 de julio.74 PORN/PRUG Parque Natural Sierra María-Los Vélez, Sevilla, 2006. Relación de Lugares de Interés Comunitario, según decisión de la Comisión Europea de 22 de diciembre de 2009.75 Aprobado por el Decreto 210/2006, de 28 de noviembre.

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Blanco. Falta por ejecutar del Centro de Interpretación del Arte Rupestre de Vélez Blanco, cuyo proyecto fue encargado por la Consejería de Cultura, para poder difundir este importante patrimonio y sensibilizar a la población para una mayor protección a través del conocimiento.

Con el Decreto 51/2002, de 12 de febrero (BOJA núm 98, 24-IV-2002) se declaró bien de interés cultural con la categoría de conjunto histórico, el sector delimitado a tal efecto de la población de Vélez Blanco, basándose en ser “un conjunto homogéneo y con un alto valor ambiental. Lo accidentado del terreno y su delimitación física, determinan la configuración urbana. Las hileras escalonadas y continuos cambios de pendiente y rasante han creado un ambiente paisajístico muy homogéneo y bien conservado, con un Patrimonio edificado de gran unidad, fraguado a lo largo de los siglos y conformado de manera definitiva durante los siglos XVIII y XIX. Su importante importante pasado histórico queda atestiguado por el Castillo, el elevado número de edificios y casas palaciegas y edificaciones sinbgulares. La arquitectura tradicional de Vélez Blanco subsiste de manera mayoritaria, y junto a ella la arquitectura mudéjar, renacentista, barroca e historicista, asentada sobre un trazado urbanístico cuya tipología responde a los mismos cánones de su arquitectura”. El ayuntamiento de Vélez Blanco y don Manuel Díaz Martínez presentaron alegaciones, considerando el ambos que, primero, se aprobaran las normas subsidiarias y, segundo, que se redujera la delimitación por abarcar la mayoría del casco urbano, proponiendo que se incluyeran nada más que la Morería y el Arrabal. Ambas alegaciones fueron desestimadas. Las limitaciones impuestas por la normativa supone varios inconvenientes para, por ejemplo, instalar equipamiento de energías renovables y climatización, con las correspondientes mermas en la calidad de vida y repercusiones en la economía familiar.

Con la resolución de 3 de octubre de 2003, de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se resuelve inscribir colectivamente, con carácter genérico, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, sesenta y tres inmuebles de la Cultura del Agua de la comarca de los Vélez (BOJA núm. 217, 11-XI-2003), de los cuales 38 corresponden al término municipal de Vélez Blanco. Se justificaba esta inscripción por “el interés de los molinos hidráulicos, balsas, lavaderos, fuentes, aljibes y abrevaderos y los complejos hidráulicos se basa, fundamentalmente, en sus valores etnológicos como bienes estrechamente relacionados con la cultura del agua de los Vélez (Almería). Esta singular cultura nos revela la importante acción de sus pobladores sobre un espacio que ha propiciado un aprovechamiento cuidadoso e intensivo del agua y que se ha materializado en una variada serie de bienes inmuebles con diversas funciones, formas, usos y cronologías. Dos circunstancias favorecieron la creación de esta cultura del agua tan singular: de un lado, la continuidad de la influencia hispanomusulmana en la construcción de un paisaje de regadío a pesar de la ruptura que supuso la expulsión de los moriscos y la nueva repoblación del siglo XVI; y de otro, la estratégica situación geográfica de la comarca de los Vélez, como zona de comunicación entre Andalucía y Levante y entre el litoral y el interior. La característica común de los bienes etnológicos de la cultura del agua de la comarca de los Vélez es el intenso aprovechamiento de un recurso escaso y vital”. La resolución se hace eco de un error de una parte de la historiografía, ya refutado ampliamente, porque está demostrado que tal ruptura no existió, dado que la mayoría de los repobladores vinieron de las zonas de Murcia y Alicante, regiones con una centenaria experiencia en la irrigación.

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El 23 de julio de 2002 José Domingo Lentisco Puche, Modesto García Jiménez, Juan Antonio Muñoz Muñoz y Diego Gea Pérez presentaron una alegación para incluir unos cien nuevos elementos (molinos, fuentes, pozos, pasos de agua, aljibes medievales, galerías y pozos de nieve) en el Catálogo General de Patrimonio Histórico de Andalucía; alegación desestimada por considerar que los 63 elementos fueran una selección representativa del conjunto de elementos relacionados con la cultura del agua. La difícil situación demográfica y económica del municipio repercute en el abandono de los cultivos de subsistencia, las correspondientes infraestructuras hidráulicas (acequias) y las instalaciones de transformación de los productos agrarios y ganaderos (molinos, batanes). Esta situación se refleja también en un muy disminuido dinamismo de las comunidades de regantes, antes un eje vertebral de la vida social. Ante esta tendencia, en su pleno de abril de 2008, el ayuntamiento de Vélez Blanco acordó solicitar a la Consejería de Cultura inscribir como Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial el “Alporchón” de Vélez Blanco e incluirlo en el expediente de Murcia y Valencia para declararlo patrimonio mundial de la UNESCO.

Por el Decreto 48/2010, de 23 de febrero, se declaró la Cueva de Ambrosio monumento natural (BOJA núm. 49, 12-II-2010), ya declarada Bien de Interés Cultural por Decreto 460/2004, de 20 de julio, por el que se delimitan los Bienes de Interés Cultural, con categoría de Monumento, constituidos por las manifestaciones de arte rupestre, declaradas Patrimonio de la Humanidad, sitas en Vélez-Blanco y María (Almería) , por ser “uno de los yacimientos paleolíticos más importantes de la península ibérica”.

En el Boletín Oficial de la Provincia, número 42, de 3 de marzo de 2006, se publicó el Plan General de Ordenación Urbanística de Vélez Blanco, elaborado por “Gestión, Arquitectura y Planeamiento” del arquitecto Rafael Saiz Fraile en junio de 2004, en cuyo catálogo de bienes protegidos se enumeran 42 escudos y lápidas, 85 edificios de protección ambiental, 85 edificios de protección estructural en Vélez Blanco y ocho en Topares, y diez edificios de protección integral. También se protegieron 104 yacimientos arqueológicos y los restos de cinco atalayas y torres de vigía. El estudio de impacto ambiental resalta el valor histórico-artístico del conjunto urbano y, especialmente, “la coherencia de la estructura de cada uno de sus recintos, la composición volumétrica de su edificación y el, en algunos casos, importante patrimonio arquitectónico”. Se definen las protecciones y se identifican las arquitecturas monumental (castillo, iglesias, ermita y convento), histórica (casas-palacio) y tradicional, aparte de las arquitecturas ambiental tipológica y ambiental popular. Se dictan condiciones estéticas y se clasifican los edificios según su protección integral, estructural o ambiental. Los espacios naturales a proteger en suelo no urbanizable de especial protección, según art. 46 L.O.U.A., se incluyen la Sierra del Norte (Sierra del Oso en términos de María y Vélez Blanco, 19.218 has.), las vegas de Vélez Blanco y Vélez Rubio, con 1.925 has. de paisaje agrícola singular según el Plan Especial de Protección del Medio Físico (PEPMF), el parque natural Sierra María-Los Vélez, los yacimientos arqueológicos, castillos y torretas, vías pecuarias, cauces, riberas

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y márgenes, montes públicos, el patrimonio inmueble vinculado a la cultura del agua y los cortijos inventariados76.

Relacionado con el paisaje y el urbanismo está el turismo cultural. Para su fomento, el 6 de abril de 2011 el ayuntamiento de Vélez Blanco se adhirió a la Asociación de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, participa en el proyecto “Conoce tus fuentes” de la Agencia Andaluza del Agua77, en la Red Patrimonia junto con otros 22 municipios andaluces, caracterizados por estar declarados conjuntos históricos, o ser representativos de la arquitectura popular de Andalucía, colabora en la creación de una ruta didáctica del agua con la Confederación Hidrográfica del Segura, apoya la primera y segunda fase de la carta Europea de Turismo Sostenible (CETS) de la red Europarc78, en las aulas de naturaleza hispano-alemanas organizadas (Fundación Horstmann)79, en el intercambio de experiencias en gestión turística y de espacios naturales protegidos a través del hermanamiento de los parques naturales de Altmühltal (Baviera/Alemania) y Sierra María-Los Vélez80. Además, ha propuesto el diseño de la “Ruta del Marquesado de los Vélez” (desde 2005), forma parte de la Red Patrimonia81, colabora desde 2009 en la creación de una ruta didáctica del agua con la Confederación Hidrográfica del Segura junto al Río Chico y la Ribera de los Molinos82, diseña actualmente (2013) varias rutas para conocer la diversidad de paisajes de todo el término municipal y ha apoyado la primera y segunda fase de la carta Europea de Turismo Sostenible (CETS) de la red Europarc. Junto con otras instituciones y asociaciones, desde 2011/13 se está trabajando en un proyecto sobre la vida pastoril, la ganadería extensiva del cordero segureño, la transhumancia y las vías pecuarias para unir agricultura, ganadería, cultura y turismo para la creación de productos turísticos sostenibles con aspectos de márketing directo, slow food, la adquisición de alimentos “kilómetro cero”, la realización de cursos de cocina y jornadas gastronómicas con la publicación de recetarios. En relación con esta iniciativa, en 2011 se realizó una exposición de obras del pintor alemán Robert Reiter83. Para conocer el paisaje velezano y difundir sus valores se han realizado numerosos proyectos, tales como la señalización por parte de la Consejería de Medio Ambiente de siete rutas enseñando el paisaje con sus valores botánicos, zoológicos e históricos, junto a la edición de los correspondientes folletos y archivos descargables desde la página

76 Se puede consultar en la página web: www.ayuntamientodevelezblanco.org. 77 www.conocetusfuentes.com. 78 www.redeuroparc.org. 79 www.horstmann-stiftung.de. 80 www.naturpark-altmuehltal.de. 81 www.redpatrimonia.com. 82 http://www.chsegura.es/export/descargas/cuenca/restauracionderios/riochico/docsdescarga/Resumen_jornada_de_participacion_publica_Velez_Blanco_26-05-2010.pdfhttp://www.chsegura.es/export/descargas/cuenca/restauracionderios/riochico/docsdescarga/Resumen_jornada_de_participacion_publica_Velez_Blanco_26-05-2010.pdf83 Fue profesor de Bellas Artes en varios institutos de enseñanza secundaria de la comarca de Coburgo (Baviera/Alemania). Entre otras actividades, fundó y dirigió un museo de aperos agrícolas. En reconocimiento de su labor fue condecorado con la “Cruz al Mérito de la República Federal de Alemania y con la medalla “Pro meritis” de la Consejería de Cultura de Baviera.

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web84. En febrero de 2012, el Grupo de Desarrollo Rural “Aprovélez”, en un proyecto con los otros cuatro GDR de la provincia, realizó un evento para el disfrute de la flor del almendro con publicación de un recetario. La Asociación Artística “Grupo Gabar”, la Asociación de acuarelistas de Andalucía y la asociación de fotógrafos amateur Afavélez han realizado jornadas y exposiciones relacionadas con el paisaje velezano. Los cinco concursos de pintura rápida del ayuntamiento de Vélez Blanco han tenido también como tema aspectos paisajísticos.

6. Conclusiones

¿Qué expectativas tenemos respecto al paisaje? ¿Cuál es su interacción con nuestra vivienda, el trabajo, los transportes, el ocio, la agricultura, la ganadería, etcétera? Hay una relación permanente entre realidad e ilusión respecto al paisaje. El debate sobre el paisaje cultural de los Vélez es necesario e importante debido a su riqueza y diversidad, pero hay que profundizar mucho más allá de lo que se ha manifestado hasta ahora, con un enfoque multi e interdisciplinar, analizando los motivos de cada uno de los agentes, dando el protagonismo a la población local, la cual vive en este territorio y tiene todo derecho a un desarrollo sostenible de la comarca y a una calidad de vida conforme a los estándares contemporáneos. No habrá que olvidar que la comarca de los Vélez es una zona que precisa un especial apoyo institucional por su situación geográfica, en la alta montaña del interior, y demográfica por la dramática pérdida de población en los últimos cien años, tal como demuestran los análisis DAFO para los programas europeos Leader y similares. Por consiguiente, en el análisis debe incluir forzosamente los aspectos de los beneficios para la población local, justificando la razón por la cual se debe proteger un determinado paisaje y sus implicaciones económicas, ambientales y sociales85. Recordemos en este contexto a lo expuesto por Lentisco Puche en su citado artículo, publicado en tiempos de bonanza económica, referente a la conservación del patrimonio velezano, siendo “una obra titánica de esfuerzos, sacrificios, iniciativas e inversiones que difícilmente puede asumir una comarca escuálida en recursos humanos y financieros“, hoy día parece más titánica, si aún cabe, para el paisaje. Efectivamente, “no podemos, alegre o justificadamente, proteger un edificio y limitar su uso y las posibilidades de intervención, recomendar o exigir al propietario que lo mantenga en buen uso o que lo restaure adecuadamente, pero sin ofrecerle apoyo alguno”. Lo mismo vale para el paisaje.

Como se ha expuesto anteriormente, una conditio sine qua non es la sensibilización, formación y participación de la población local (propietarios y usuarios de terrenos sitos en el paisaje cultural, otros grupos sociales), diseñando estrategias sostenibles para el paisaje y sus habitantes, con medidas compensatorias, dado que es la población local 84 www.juntadeandalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/publicacionesCategoria.do?sig=4&tipo=EN. 85 Sobre conservación del paisaje y el sector turístico en una parte del parque natural de Altmühltal, véase: Klaus BLÜMLHUBER, “Tourismus braucht Landschaft - Erfahrungen aus der Praxis”, en Deutscher Landschaftspflegetag 2008, en www.lpv.de.

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que custodia el paisaje86. Hay que tener bien presente que en Europa estamos pasando de una “aristocracy of culture” a una “democracy of culture”, del “despotismo ilustrado” a un sistema “bottom up”, metodología exigida por la Unión Europea para los programas de desarrollo rural (NERA, LiderA) y empleado también en la elaboración del Plan de Desarrollo Sostenible (PDS) del P.N. Sierra-María-Los Vélez, aprobado por unanimidad en 2006, y en el foro de la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS). Precisamente la experiencia de la fundación del parque natural Sierra María-Los Vélez y su escasa aceptación inicial entre la población local por falta de una política de comunicación centrada en el ciudadano es un referente importante. La experiencia de los grandes beneficios en materia laboral y de inversiones en este espacio natural protegido, junto a la experiencia que se conceden casi todos los permisos solicitados para una gran variedad de actividades y una dirección del parque natural con espíritu de servicio público en busca activa del contacto con el ciudadano, han hecho cambiar esta postura en los últimos diez años87.

Pudiera servir como ejemplo de coordinación la Federación Alemana de Gestión de Paisajes, cuyas asociaciones se componen a iguales partes de agricultores, asociaciones conservacionistas y administración local. Su organización tripartita se explica por la multifuncionalidad del paisaje, prefiriendo la integración a la segregación; su carácter voluntario, el consenso y la compensación de intereses se basa en la cooperación y no en la restricción, su enfoque de la unión de conservación y desarrollo sostenible se centra en la conservación a través del uso; aparte de una organización descentralizada, prestando servicios de asesoramiento, formación, activación de la economía local y cadenas de valor, iniciación de redes y cooperación, implantación práctica de medidas de conservación. La financiación se aplica a proyectos y no institucional, a través de fondos europeos88.

Partiendo de esta base, la elaboración de un catálogo de paisajes velezanos precisará todavía muchos estudios monográficos sobre el paleoclima, paleobotánica, paleozoología, la evolución de la ocupación humana y el aprovechamiento del suelo, los sistemas de irrigación y un largo etcétera. Sólo el conocimiento a través de actividades formativas y educativas desde muy temprana edad, implicando los cinco sentidos, de forma interdisciplinar, a través de una red del conocimiento que reúne las comunidades escolares, las consejerías de Educación, Cultura, Agricultura, Innovación, Empleo, Medio Ambiente y Obras Públicas, el sector de la construcción (arquitectos, constructores), las administraciones locales, el Grupo de Desarrollo Rural, las

86 Hartmut SCHWARZE (Ministerio Estatal de Medio Ambiente y Agricultura de Sajonia), „Landschaftspflegeverbände – wichtige Partner für dieKulturlandschaft in Sachsen“, en Deutscher Landschaftspflegetag 2010, en www.lpv.de. 87 Véase también el modelo austríaco con la integración de desempleados de larga duración en tareas medioambientales y de conservación de paisajes, y su financiación mixta: Josef FORSTINGER (Gobierno de Austria Superior), „Ländliche Entwicklung und ökonomische Perspektiven in Naturparken Österreichs“, en Deutscher Landschaftspflegetag 2010, en www.lpv.de.

88 Deutscher Landschaftspflegeverband e.V. (www.lpv.de),

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asociaciones (culturales, de mujeres, de mayores, de jóvenes, de empresarios, conservacionistas), con la elaboración de materiales didácticos convencionales89 y multimedia y una formación sobre el terreno en cursos, talleres, excursiones, proyectos de historia oral y otros temas. La investigación realizada en las últimas décadas ha demostrado la importancia de la perspectiva de género, en este caso aplicable al análisis del paisaje (espacios de sociabilidad). También sería muy importante realizar encuestas entre agricultores y ganaderos sobre la visión que ellos tienen sobre su persona, el sector, su relación con el medio ambiente y su visión del futuro (mercado, ayudas, sostenibilidad)90.

Pero junto al estudio interdisciplinar del paisaje se precisa un análisis y planificación del futuro. Por consiguiente, sería imprescindible la constitución de un consejo asesor de metodología aplicable en clave de un foro de innovación, a imitación de un clúster, entre administraciones, universidades, asociaciones (culturales, mujeres, jóvenes mayores) y personas de reconocido prestigio91. Muy ligado a la innovación es la inclusión de las nuevas tecnologías de la información y comunicación y sistemas de información geográfica para inventariar, documentar, analizar, poner en valor y difundir los paisajes. Como la conservación y puesta en valor del patrimonio es una estrategia del programa de desarrollo rural LiderA, se propone un proyecto transnacional metodológico y de intercambio de experiencias, pudiendo ser un contacto la Sociedad Europea de Historia Agraria.

También habría que considerar un business plan para los sites, en el caso de querer proteger un paisaje cultural determinado, porque hay que gestionar los paisajes. Esta premisa precisa el desarrollo de una estrategia, la cual abarcaría las inversiones

89 Véase el proyecto pionero de Miguel SÁNCHEZ ROBLES, El taller de cultura local: hacia una integración de la escuela en el entorno, mecanografiado, consultable en: http://www.doredin.mec.es/documentos/008199100142.pdf90 Véase el ejemplo de la encuesta realizada a finales de 2008 a 800 agricultores en la zona montañosa del Eifel (estados federados de Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado) por Ralf NOLTEN (Instituto de la Economía de Alimentación y Recursos de la Universidad de Bonn), “Landwirte und Landschaftspflege: Einstellungen, Trends und Entwicklungsansätze”, en Deutscher Landschaftspflegetag 2010, en www.lpv.de. 91 Se propone para una cooperación transnacional al Leibniz-Zentrum für Agrarlandschaftsforschung (ZALF) e. V. Müncheberg es un complejo de institutos para el análisis de sistemas de paisajes, de su uso, su socioeconomía (uso multifuncional del paisaje, su gestión integral y desarrollo sostenible), su hidrología (procesos físicos, químicos y biológicos en aguas subterráneas y superficiales y el papel de las estructuras y los procesos del entorno y de la estructura del paisaje), su edafología (estructuras, procesos y funciones de paisajes superficiales) y su entomología. El Instituto para el Análisis de sistemas Paisajísticos es uno de los pocos institutos en Alemania que se ocupa del análisis de las complejas relaciones entre ser humano y medio ambiente y el único que se interesa por cuestiones de análisis de sistemas en el contexto de paisajes agrarios, analizando los impactos de cambios de uso de suelo y del cambio climático en las funciones del sistema ecológico de los paisajes y desarrollando modelos para analizar las repercusiones a largo tiempo. El reto es diseñar planes de uso de suelo bajo la perspectiva del respeto por el medio ambiente a largo plazo, adaptando el cultivo a las condiciones ambientales locales, la innovación tecnológica o incluso el abandono del cultivo en zonas marginales (www.zalf.de). Esta institución alemana, en cooperación con la "International Association of Landscapes Ecology" (IALE), puso en marcha el portal internet dinámico llamado "openLandscapes", con filosofía de acceso libre tipo wikipedia:http://www.openLandscapes.org.

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necesarias, el beneficio esperado, los riesgos culturales, sociales, financieros y económicos; las repercusiones para la ordenación territorial y la sociedad local y otros más. La categoría, las dimensiones, la situación geográfica y el uso intervendrían como factores en la gestión de estos “sites”. El plan de gestión no puede ser sólo un documento siguiendo un modelo prototipo, con procesos esquemáticos, sanciones y referencias jurídicas, con reparto de responsabilidades, sino tiene que aclarar el por qué y el cómo del “desarrollo y la conservación” del paisaje en cuestión.

Como se ha expuesto en varias ocasiones, el paisaje es un recurso turístico de singular importancia, no sólo asociado al disfrute estético, sino como factor del bienestar y calidad de vida, a través de actividades saludables y respetuosas con el entorno natural, cultural y humano. En conjunción con una gastronomía basada en recetas tanto tradicionales como innovadoras, a su vez elaboradas con alimentos locales producidos en su temporada y de forma ecológica, o por lo menos respetuosa con el entorno, el animal y el consumidor final, con una alta y fiable seguridad alimentaria, la sensibilización del consumidor por el esfuerzo de la elaboración de los alimentos con esta filosofía a través de eventos agroturísticos y una hostelería con mentalidad “slow food” pudieran ayudar definitivamente a conservar el paisaje por la propia población local. Para esto hace falta más sensibilización y formación, más estímulos para fomentar el espíritu emprendedor, las técnicas del márketing directo y la orientación hacia el cliente en un mercado de oferta, orientando los productos y servicios según las preferencias del consumidor (calidad, presentación y diseño, comercialización y distribución, con comercio electrónico y tiendas en las explotaciones, experiencias para turistas en contacto con el ganadero y agricultor, es decir, un verdadero agroturismo. En España y Europa existen miles de ejemplos cómo funcionan con éxito estos modelos de desarrollo sostenible92.

Se propone también un proyecto de recuperación de la memoria histórica de los emigrantes velezanos sobre su percepción del paisaje de su tierra natal, incluso la percepción de la segunda y tercera generación, asociado al complejo tema de la patria chica, la cual no es realmente un sitio, sino las emociones que evoca, las impresiones y vivencias. Este taller de la memoria abordaría también otros temas de la vida en el hábitat rural, grabando entrevistas y recogiendo fotografías para una presentación on-line93.

La integración del patrimonio significa integración a la realidad actual. Hay que pasar de la “integrated conservation” al “integrated development”. Mejor la gestión de un “continuing landscape”, lo que implica ordenación territorial en vez de más restricciones legislativas. Hay que evitar agravios comparativos de manera que no se

92 En esta línea estratégica se desarrollaron unas jornadas formativas sobre el impacto del cordero segureño, recientemente distinguido con Indicación Geográfica Protegida, en la cocina velezana (5-7-IV-2011), exposiciones del pintor alemán Robert Reiter sobre el paisaje cultural histórico de los Vélez. Desde diciembre de 2012 se está creando un grupo de trabajo de ganaderos, empresarios turísticos y administraciones públicas para el fomento del agroturismo y del cordero segureño.

93 Este es el sitio para reconocer la importante labor desarrollada por Encarnación Navarro López en el Museo Comarcal “Miguel Guirao” y recomendar su publicación Vida cotidiana en los Vélez a través de la fotografía, 1870 – 1970, Vélez Rubio, 2008.

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puede ser permisivo en las ciudades y riguroso en el hábitat rural, y no diferenciar entre unas zonas geográficas y otras.

7. A modo de epílogo: la necesidad de analizar las opiniones de lugareños y forasteros sobre el paisaje y algún ejemplo

Si la singular belleza del paisaje velezano se ha conservado durante mucho tiempo, es precisamente gracias a la población local. Aunque se ha publicado un gran número de trabajos de investigación sobre el paisaje, los distintos tipos de patrimonio y aspectos parciales de los mismos, y se han celebrado varias jornadas sobre el patrimonio en los Vélez, falta todavía un trabajo exhaustivo sobre la percepción y valoración de la población local sobre el paisaje. Tampoco existe un registro diferenciado y detallado de las opiniones de los visitantes al respecto. Sólo a modo de ejemplo, a continuación se aducen las opiniones de tres ciudadanos alemanes, muy resumidas por razones de espacio. La existencia de un hermanamiento entre los parques naturales de Altmühltal y Sierra María-los Vélez ha vinculado a varias ciudadanos alemanes, sensibilizadas con temas medioambientales, con la comarca de los Vélez por motivos profesionales y/o simpatía94. El autor de este artículo agradece la gentileza de los autores haber aceptado su invitación a resumir sus impresiones sobre el paisaje en unos brevísimos textos.

7.1 Harald Klöcker, de Colonia, periodista especializado en temas turísticos, uno de los iniciadores del hermanamiento a finales de la década de 198095.

Los Vélez no se comprenden en sólo tres días

Tanta extensión, tanta sequedad desierta.

El día siguiente me llevó el compañero del guarda mayor en el todoterreno por el parque natural y tenía ocasión de hacer apuntes. Pasamos por pistas compactadas a través de un paisaje amplio caracterizado por la sequedad y la erosión. Algunas partes habían sido reforestadas con pinos. Veía almendrales, pequeños campos de cereal, monte bajo, rosa canina, hierbas, unas encinas grandes. Pero a mi me daba la impresión que el tipo imperante de paisaje era un yermo reseco. En Norteamérica se llamaría “badlands”. Montes surcados por la erosión, barrancos cortados por el agua, piedras y más piedras, suelos blancos y rojizos, hierbas secas tipo estepario, y llanuras polvorientas hasta el horizonte. Nunca antes había visto en ninguna parte de Europa tanta extensión, tanto despoblado yermo, marcado por un sol tan intenso. […]

Durante la primera jornada estaba un poco asustado. Tanta naturaleza desierta y extenuada. En todas partes polvo, suelo calizo yermo, piedras y chinarro. No era precisamente un paisaje ameno. Tenía algo duro, inaccesible, extremo, pobre – por lo menos, así me parecía el primer día. Y, luego, este alto grado de luminosidad. El

94 Sobre el hermanamiento se puede consultar el correspondiente apartado en la web: www.ayuntamientodevelezblanco.org 95 Sobre Harald Klöcker: www.hakloecker.de

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segundo día, uno piensa que el paisaje tenía también su atractivo. Hay que tomarse el tiempo suficiente para contemplar estas inmensas extensiones, esta luz deslumbrante, pendientes quebradas, altiplanos, cerros, acantilados – esto también asimila uno el segundo día. El tercer día uno quiere salir a hacer una excursión para entender mejor el atractivo de este paisaje. Realmente, son varios tipos de paisaje, así que no es suficiente con un solo día de excursión.

Me gusta el paisaje extenso, el silencio, la aridez y la luminosidad. Para comprenderlo, hay que saber que vivo en una metrópoli de un millón de habitantes. Allí todo está masificado y ruidoso. En poco espacio se agolpa mucha gente. ¿Qué pasaría si todos los habitantes de Murcia capital se afincaran en el término de Vélez Rubio? No sería ninguna visión demasiado atractiva. Además, donde yo vivo, en un mes de otoño o invierno llueve más que en la comarca de los Vélez en un año. Luego, el clima nublado, el cielo mayormente cubierto, el aire no demasiado puro, el estrés de la circulación. Esto sólo para enumerar algunos atractivos de mi ciudad de origen.”

7.2 Dr. Konrad Tyrakowski,Eichstätt, profesor de Geografía de la universidad de Eichstätt. Estuvo varias veces en los Vélez con alumnos de cursos optativos de español del Instituto de Bachillerato “Werner von Siemens” de Weissenburg. Autor de numerosos artículos científicos, también sobre el parque natural Sierra-María-Los Vélez.

“Primeras impresiones

El turista alemán, que viene de su región de media montaña, de su país boscoso, verde y lluvioso, se acerca a la Sierra de María habitualmente desde el Puerto de Lumbreras, mirando con asombro los barrancos sin agua, la alta montaña caliza y los cerros sorprendentemente desnudos de vegetación. Llaman la atención las altas montañas de masas calcáreas de color gris y de una pintura entre rojiza y amarilla, a veces salpicadas de pequeñas manchas de árboles. Mirando este panorama seco, el viajero busca entre todos los colores los asentamientos humanos. Casi a sus pies se puede observar en la hondura de la rambla de Chirivel la villa de Vélez-Rubio. Pero llegando la primera vez, uno busca más: la villa de Vélez-Blanco – y puede reconocerla solo a duras penas, porque se esconde camuflándose con un material constructivo como piedra caliza, ladrillo rojizo y tejas de color a tierra que encubre el asentamiento con su color terroso. Por fortuna reconoce el palacio de los Fajardos en lo alto ante el cielo y detecta la medialuna de la villa. Pues, desde arriba puede mirar a la sedienta con campos verdes, con pasto seco, con chales y cortijos, con el ruinoso castillo Xiquena en la neblina al fondo. Al subir más, el turista espera olivares, pero de vano: Por el frío de la altura, en la región de María hay almendrales que en primavera lucen su vestido de flores blancos, casi nevado. Aquí, el alemán debe aprender que los cerros tienen dos diferentes caras: Una de solana, otra de umbría y la protección por la sombra permite grandes áreas de bosques. Faltan los amplios trigales mediterráneos: El viajero los encuentra cerca de

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Chirivel: a veces verdes, a veces amarillos, a veces rastrojos. Así uno percibe primeras impresiones del hermanado parque natural”.

7.3 Johann Bauch, responsable de educación ambiental en el Centro de Información del P.N. de Altmühltal y coordinador alemán del hermanamiento entre los parques naturales de Altmühltal y Sierra María-Los Vélez:

Encuentros con los Vélez

Mi espontánea decisión de viajar en coche a los Vélez para pasar allí unas vacaciones, en 1991, fue el comienzo de una relación cordial con esta comarca y sus habitantes. Poco antes de llegar a Vélez Rubio, el paisaje me parecía tan familiar, como si la conociera toda la vida. Estos montes soleados con sus biotopos xerofíticos también existen en el parque natural de Altmühltal.

Caso parecido como en el de nuestro parque natural, el parque natural de Sierra María-Los Vélez es el paisaje ideal para unir la conservación de la naturaleza y del patrimonio cultural con el fomento de un turismo sostenible. Desde hace veinte años tengo la ocasión de observar la creación de una infrastructura ejemplar para el turismo natural y cultural en los cuatro municipios hermanados y en el ámbito del parque natural.

El jardín botánico en María con su programa de actividades de educación ambiental no sólo es un importante lugar de la interpretación de la naturaleza para las escuelas, sino también para turistas y excursionistas interesados en la naturaleza. A esto se suman los senderos señalizados por la Consejería de Medio Ambiente. La Fundación Horstmann ha aportado su contribución con el diseño de rutas didácticas en la vega de Vélez Blanco, donde el más corto de ellos se señalizó con paneles informativos. Otras dos rutas pasan por el Rio Claro llegando hasta la falda de la Muela. Los museos y centros de interpretación en los cuatro municipios permiten conocer a fondo la riqueza cultural de la comarca de los Vélez.

Un problema para el fomento del turismo pudiera ser el incremento de granjas porcinas, envolviendo el intenso hedor de los purines esparcidos por los campos durante días parte del parque natural.

La intensa colaboración entre nuestros parques está caracterizado por el intercambio de experiencias en los ámbitos de la educación cultural y del turismo sostenible. Me alegro de que pueda colaborar desde hace veinte años en este hermanamiento de parques naturales.

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