06 a.-locke - ensayo sobre el entendimiento humano- libro ii cap. 2 (1)

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Libro 2, capítulo 2

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ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO

ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO

LIBRO II, CAPTULO 2, 1-3

J. LOCKE

Introduccin

Sin duda J. Locke es uno de los filsofos ms influyentes en el liberalismo poltico y econmico de los tres siglos ltimos: su defensa de los derechos y libertades individuales, de la propiedad, del parlamentarismo, de la tolerancia,..., se ha dejado notar en muchas corrientes de filosofa poltica posterior.

Pero Locke, adems, es un filsofo del conocimiento, un empirista britnico que abri nuevos caminos con su Ensayo sobre el entendimiento humano, caminos que ms tarde radicalizar el escocs D. Hume hasta llegar a las ltimas consecuencias con su Investigacin sobre el entendimiento humano.

Efectivamente, mientras que el empirismo de Bacon se centraba en el anlisis del valor de la experiencia y la necesidad del experimento en el conocimiento cientfico, Locke entiende que no se trata de explicar el mundo por medio de la experiencia, sino de poner los lmites del conocimiento en la experiencia misma: ms all de ella no hay verdadero conocimiento porque todo conocimiento procede de ella y se limita a ella. La filosofa empieza a ser Crtica.

Los fragmentos a comentar del captulo 2 tienen una gran importancia en el pensamiento de Locke, ya que las ideas simples las considera el material de todo nuestro conocimiento. Las ideas simples proceden del propio yo o de los objetos del mundo exterior y son cualidades primarias, con objetividad, y secundarias, solamente subjetivas y causadas por la primarias. Adems estn las ideas complejas, aquellas que proceden de combinaciones de ideas simples.

De las ideas simples

Hay dos clases de ideas: simples y complejas

1. Apariencias no compuestas. Para entender mejor la naturaleza, el modo y el alcance de nuestro conocimiento, es de observarse cuidadosamente una circunstancia respecto a las ideas que tenemos, y es que algunas de ellas son simples y algunas son complejas.

Ejemplos de ideas simples

Aun cuando las cualidades que afectan a nuestros sentidos estn, en las cosas mismas, tan unidas y mezcladas que no hay separacin o distancia entre ellas, con todo, es llano que las ideas que esas cualidades producen en la mente le llegan, por va de los sentidos, simples y sin mezcla. Porque si bien es cierto que la vista y el tacto toman frecuentemente del mismo objeto y al mismo tiempo ideas diferentes, como cuando un hombre ve a un tiempo el movimiento y el color, y cuando la mano siente la suavidad y el calor de un mismo trozo de cera, sin embargo, las ideas simples as unidas en un mismo objeto son tan perfectamente distintas como las que llegan por diferentes sentidos. La frialdad y la dureza, que un hombre siente en un pedazo de hielo, son, en la mente, ideas tan distintas como el aroma y la blancura de un lirio, o como el sabor del azcar y el aroma de una rosa. Y nada hay ms llano para un hombre que la percepcin clara y distinta que tiene de esas ideas simples; las cuales, siendo cada una en s misma no compuesta, no contienen nada en s, sino una apariencia o concepcin uniforme en la mente, que no puede ser distinguida en ideas diferentes.

Las ideas simples son la materia del conocimiento

El origen de las ideas simples es la sensacin y la reflexin

2. La mente no puede ni hacerlas ni destruirlas. Estas ideas simples, los materiales de todo nuestro conocimiento, le son sugeridas y proporcionadas a la mente por slo esas dos vas arriba mencionadas, a saber: sensacin y reflexin. Una vez que el entendimiento est provisto de esas ideas simples tiene el poder de repetirlas, compararlas y unirlas en una variedad casi infinita, de tal manera que puede formar a su gusto nuevas ideas complejas. Empero, el ms elevado ingenio o el entendimiento ms amplio, cualquiera que sea la agilidad o variedad de su pensamiento, no tiene el poder de inventar o idear en la mente ninguna idea simple nueva que no proceda de las vas antes mencionadas; ni tampoco le es dable a ninguna fuerza del entendimiento destruir las que ya estn all; ya que el imperio que tiene el hombre en este pequeo mundo de su propio entendimiento se asemeja mucho al que tiene respecto al gran mundo de las cosas visibles, donde su poder, como quiera que est dirigido por el arte y la habilidad, no va ms all de componer y dividir los materiales que estn al alcance de su mano; pero es impotente para hacer la ms mnima partcula de materia nueva, o para destruir un solo tomo de lo que ya est en ser. Igual incapacidad encontrar en s mismo todo aquel que se ponga a modelar en su entendimiento cualquier idea simple que no haya recibido por sus sentidos, procedente de objetos externos, o por la reflexin que haga sobre las operaciones de su propia mente acerca de ellas. Y yo quisiera que alguien tratase de imaginar un sabor jams probado por su paladar, o de formarse la idea de un aroma nunca antes olido; y cuando pueda hacer esto, yo concluir tambin que un ciego tiene ideas de los colores, y que un sordo tiene nociones distintas y verdaderas de los sonidos.

Conocemos los cuerpos por los cinco sentidos comunes

3. Slo son imaginables las cualidades que afectan a los sentidos. sta es la razn por la cual, aunque no podamos creer que sea imposible para Dios hacer una criatura con otros rganos y ms vas que le comuniquen a su entendimiento la noticia de cosas corpreas, adems de esas cinco, segn usualmente se cuentan, con que dot al hombre, por esa razn pienso, sin embargo, que no es posible para nadie imaginarse otras cualidades en los cuerpos, como quiera que estn constituidos, de las cuales se pueda tener noticia, fuera de sonidos, gustos, olores y cualidades visibles y tangibles. Y si la humanidad hubiese sido dotada de tan slo cuatro sentidos, entonces, las cualidades que son el objeto del quinto sentido estaran tan alejadas de nuestra noticia, de nuestra imaginacin y de nuestra concepcin, como pueden estarlo ahora las que pudieran pertenecer a un sexto, sptimo u octavo sentidos, y de los cuales no podra decirse, sin gran presuncin, si algunas otras criaturas no los tienen en alguna otra parte de este dilatado y maravilloso universo. Quien no tenga la arrogancia de colocarse a s mismo en la cima de todas las cosas, sino que considere la inmensidad de este edificio y la gran variedad que se encuentra en esta pequea e inconsiderable parte suya que le es familiar, quiz se vea inclinado a pensar que en otras mansiones del universo puede haber otros y distintos seres inteligentes, de cuyas facultades tiene tan poco conocimiento o sospecha, como pueda tenerlo una polilla encerrada en la gaveta de un armario, de los sentidos o entendimiento de un hombre, ya que semejante variedad y excelencia convienen a la sabidura y poder del Hacedor. Aqu he seguido la opinin comn de tener el hombre solamente cinco sentidos, aunque, quiz, puedan con justicia contarse ms; pero ambas suposiciones sirven por igual a mi actual propsito.

J. Locke. Ensayo sobre el entendimiento humano,

Fondo de Cultura Econmica

Nota: Las anotaciones introductorias (entradillas) al texto son las aportadas por la Editorial Coloquio