06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

10
2 zazpika zazpika 27 zazpika BERLIN VS BERLIN Texto y fotografía: Conny Beyreuther

Upload: conny-berrueta

Post on 10-Jul-2015

176 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

2zazpikazazpika

27zazpika

BERLIN VS BERLINTexto y fotografía: Conny Beyreuther

Page 2: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

9zazpika

Noviembre; el viento parece proceder direc-tamente de las planicies de Siberia. La de-pendienta china del “Späti” (Spätverkauf)acorta las largas horas de espera entre

cliente y cliente cantando canciones de su lejana patriaen el karaoke, con un pequeño micrófono casero y unordenador, envuelta en varias capas de chaquetas. LasSpätverkauf son tiendas nocturnas de primera nece-sidad. En Bernauer Strasse, Mitte, hay una tienda cadacien metros, imagínense cuánta necesidad. En la calle,temperaturas solo para valientes. Las mismas que hi-cieron aquel 4 de noviembre de 1989, hace 23 años,cuando medio Berlín del Este se manifestó, casi incré-dulo de su propia valentía, por sus derechos de libertad

de prensa, opinión y reunión. Fue la primera mani-festación autorizada y transmitida en directo por latelevisión estatal que, según las palabras de StefanHeym (escritor y antifascista que chocó no pocas vecescon Erich Honecker pero quien, tras la reunificación,criticó la discriminación contra los alemanes del estey luchó por un socialismo alternativo al capitalismode la Alemania reunificada), fue como abrir una ven-tana de golpe. Unos días más tarde, el jueves 9 de no-viembre, a Günter Schabowski, miembro del Politbürodel SED (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands oPartido Socialista Unificado de Alemania), se le trababala lengua en una rueda de prensa ante medios inter-

nacionales. Anunciaba que todas las leyes para viajaral extranjero eran derogadas con efecto inmediato (enlugar de «a partir del próximo día, previa solicitud…»,como rezaba la segunda página del documento quedebía leer). Para entonces, la frontera entre Austria yHungría ya no era casi tal tras una ley de permisos deviaje igualmente confusa. Todo ello llevó a miles depersonas al Muro, para ver si ya estaba abierto; losguardias fronterizos cedieron a la presión popular, alas 22.30 cayó el muro en Bornholmer Strasse y, a me-dianoche, el Checkpoint Charlie era una fiesta comosi no hubiera mañana.

El resto de la historia ya la conocen –o quizás no, yaque también en este caso fue escrita por los ganadores

de la precipitada unificación de los dos Alemanias ylos cuatro sectores repartidos de Berlín–. Cuenta Da-niela Dahn, escritora y periodista, que «en el periodode transición (Wende) en el otoño de 1989 y los mesesposteriores, hubo en el Este un despertar político sinprecedentes, una prudente autocrítica y apertura. Seinspiró en la idea de que no solo el revoltoso Este sinotambién la consolidada República Federal tenían de-seo de cambio, y que se crearía un tercer ente, algonuevo. En cambio, Occidente insistía únicamente enla idea de ganar, y Alemania Oriental fue obligada averse a sí misma como perdedora». En su libro “SinEste no hay Oeste”, Dahn sostiene que el capitalismo

no ganó, sino que sencillamente restó. La ambigua re-lación del Oeste con el Este se refleja incluso en la cre-ación del término “Ostalgie”, interpretado como lanostalgia del Este y/o como la del sueño de un occi-dente que no se cumplió, entre otras cosas porque elsistema capitalista cambió por falta de competenciasocialista, que es lo que de algún modo parecía otor-garle parte de su inspiración y quizás legitimación.

En la antigua RDA millones perdieron su trabajo, sucasa, su tejido social. De hecho, la producción indus-trial y el abastecimiento en los «nuevos Länder» to-davía no ha remontado hasta los niveles de los últimosaños de la República Democrática Alemana. Vino elcambio, regalando libertad y cuentas de vidrio mien-

tras Die Treuhand (la institución creada para admi-nistrar y privatizar las empresas de propiedad popularde la RDA) se dedicaba a liquidar todo un país. Vendiólas industrias nacionales de la República DemocráticaAlemana, en muchos casos por precios simbólicos demedio euro, a la competencia occidental, que se apre-suró a cerrar fábricas, editoriales… y extender así suradio de exportación. Todo bajo el lema de que los Os-sis eran unos vagos y unos incompetentes. (¿Les suenade algo? ¿Qué se dice hoy de los griegos?)

«Las posiciones de poder y control fueron ocupadaspor las fuerzas occidentales. Es una tendencia en elámbito económico, político... La encontramos una y

otra vez en todas partes», constataba, por su parte, elsociólogo Andrej Holm.

Aún hoy es preciso buscar con lupa a directivos degrandes empresas o rectores de las universidades queprocedan del Este. Eso sí, la canciller, Angela Merkel,y el presidente, Joachim Gauck, una persona elitista ysin empatía alguna por los movimientos sociales quele hicieron famoso, son la excepción a la regla.

¿Si todavía se nota la diferencia entre Este y Oeste?Sí. Es más, la brecha se va ensanchando y en 2050 vol-verá a estar al mismo nivel que al principio de 1989.Los sueldos siguen estando más bajos y, por consi-guiente, también las pensiones. El paro es más alto, laesperanza de vida más baja.

Puzzle. Berlín, mencionada por primera vez hace 775años, no viene de los osos, sino de la palabra eslavaBerl, ciénaga. Desde luego, hay mucha agua, más puen-tes que en Venecia e incluso playas y chiringuitos enverano. Nunca nada fue fácil en esta ciudad: hace másde cien años decía Karl Scheffler que «Berlín es unaciudad condenada a no ser, a estar siempre en procesode devenir». Y desde entonces ha seguido viviendo suhistoria a bandazos. Ni tan siquiera aquel 9 de no-viembre fue el único 9 de noviembre: tal día de 1918se ponía fin a la monarquía y comunistas (Liebknecht)y socialdemócratas (Scheidemann) anunciaban la re-pública cada uno por su lado, desde dos balcones si-

Espacio fantasmaEn este espacio vacío,

hoy lugar de ocio de losberlineses, se alzaba,

hasta su derribo en2008, el Palast der

Republik, parlamentopopular de la RDA. En el

mismo lugar estaba elPalacio prusiano

bombardeado durantela II Guerra Mundial y

demolido en 1950.

Tempelhof.Ocio, deporte ydiversión en lasantiguas pistas delaeropuerto deTempelhof.

Page 3: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

tuados en puntos opuestos de la ciudad; y el 9 no-viembre de 1939 se conoce como “la noche de los cris-tales rotos”, la serie de pogromos y ataques cometidoscontra los judíos por los “camisas pardas”, las tropasde asalto del partido de Adolf Hitler.

Queda, por supuesto, el mito, un puzzle de tiempospasados: ciudad prusiana, capital de la república deWeimar, de los nazis, una metrópoli destruida y par-tida, la construcción del Muro y su caída. Y es el Berlínde Rosa Luxemburg, Käthe Kollwitz, Helene Weigel yChrista Wolf. Una revolucionaria, una escultora, unaactriz y una escritora. Todas ellas “madres coraje” des-lumbrantes que dejaron su trazo apa-sionado en esta ciudad, y más allá.

Es, sobre todo, una urbe viva, dehuertos urbanos y apicultura en lostejados; un lugar donde se organizade todo, hasta conferencias de la cer-veza como la que tiene lugar todos losaños en Neukölln, donde se puede dis-cutir de cuestiones tales como la im-portancia de los bares de la esquinacomo lugar de reunión en el movi-miento obrero de Berlín (incluso hayuna fracción abstemia y también untaller para elaborar tu propia cervezaen una máquina de café).

Berlín es una capital joven, pocomás de veinte años en su actual for-mato, «pobre pero sexy» según su al-calde, Klaus Wowereit (SPD), aunque,realmente, nunca ha sido pobre. 3,5millones de habitantes repartidos enuna enorme superficie (890 km²), condos centros urbanísticos que se fueronexpandiendo en sentidos opuestos yaantes de la Segunda Guerra Mundial.Con la construcción del Muro, su partehistórica quedó despoblada, lo quellevó a una verdadera bonanza (deconstrucción, sobre todo) tras la uni-ficación. Primero en Friedrichstrasse,con templos del consumo; luego letocó al descampado del PotsdamerPlatz, «la mayor obra de Europa», y eso a pesar de queun grupo de jóvenes de una recién estrenada organi-zación juvenil acampamos allí en la primavera de1990, en medio de la vasta «franja de la muerte», enun campo de minas ya limpio, según nos aseguraron,con mirada curiosa, los militares (grenztruppe) de laRDA. Precisamente allí, entre los todavía dos países,pretendíamos reunirnos con nuestros «nuevos her-manos», los jóvenes del Oeste, para manifestarnoscontra la reconstrucción del Potsdamer Platz (centrode mando de Hitler)… pero no vinieron, cambiaron deplanes sin acordarse de avisar a los jóvenes de la RDA

que ya estábamos allí alrededor de una buena ho-guera, cerca de las ruinas del hotel Esplanade (quizáslo recuerden de “El cielo sobre Berlín”, de Wim Wen-ders), mientras el metro seguía pasando sin detenerseen la estación fantasma bajo nuestros pies. No nos hi-cieron caso, claro, y allí queda el nuevo barrio: DaimlerCity, en la parte sur; el Sony-Center, en su zona inter-media, y el Beisheim-Center. Capítulo cerrado. Hayque añadir que queda bien una vez al año, en febrero,cuando se cubre con la alfombra roja de la Berlinale.

Berlín sigue cambiando a un ritmo vertiginoso, yasí seguirá mientras haya un hueco que llenar.

Podríamos seguramente decir queestá de moda precisamente porque estan beta como los tiempos que corren:líquido, inestable, volátil, variable.

How long is now? ¿Cuánto duraahora? pregunta en letras gigantes elgrafiti pintado en la pared del edificioTacheles que da hacia OranienburgerStrasse, la milla turística por antono-masia. Lo que durante los últimosveintidós años fue un símbolo de laciudad, ruinoso pero muy colorido,era desalojado a principios de setiem-bre de 2012. Quizás sea este un buenmomento para traer a colación la pe-lícula “Goodbye Lenin”, la misma enla que dos hijos mantienen a su en-ferma madre en el engaño con un no-ticiario tan falso como espléndido,cuando el improvisado locutor afirmaque son los ciudadanos de Berlín Oc-cidental quienes vienen al paraíso co-munista, el cual, como buen y solida-rio hermano, les permite la entrada.En esta película, el protagonista (Da-niel Brühl) y la enfermera rusa (Chul-pan Khamatova) acuden a una in-mensa casa ocupada en su primeracita y terminan sentados en la cornisade un edificio medio derruido, con lospies colgando en el vacío, compar-

tiendo un canuto y dos botellas de Becks. Esa escenafue rodada precisamente en el Tacheles. Pero para elTacheles se ha acabado por ahora el presente.

Construido como gran almacén con cúpula de ce-mento en el corazón del barrio judío de Berlín, fueconvertido en cuartel de las SS y en cárcel para prisio-neros franceses. En tiempos de la RDA, el malheridoedificio albergó varios talleres y un cine, hasta que sedecidió empezar con el derribo del precario inmueblecon la voladura de la cúpula y la parte que daba a Frie-drichsstrasse (para construir una calle). Quedó pocomás que la fachada, cortada a cuchillo en su parte pos-

11zazpika

Marx y Engels.Al otro lado del río,

a la espalda deambos, se

encontraba el Palastder Republik. El

palacio fuederribado (tenía

amianto, pero sudemolición fue

utilizada como unaespecie de símbolode la “victoria” del

Oeste sobre el Este). Hoy, el monumento

a Karl Marx yFriedrich Engels

sigue concitando elinterés de muchas

de las personas quevisitan Berlín. Marx

sentado, Engels depie, ambos

construidos enbronce.

A la derecha,homenaje a los

pioneros de la RDA.

Page 4: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

13zazpika

terior, y un solar enorme. En el caos tras la caída delMuro, la “casa del arte” fue ocupada con ayuda de uncamión de bomberos y así salvada del derribo planifi-cado. Tacheles es un término que viene del yiddish:hablar sin rodeos. Pero la clandestinidad «pura» sefue perdiendo, domesticándose, los veteranos se can-saron de las interminables luchas internas de poder,la comuna se volvió institución. Fue vendido en losnoventa, pero alquilado, a precio simbólico, por diezaños, hasta que la empresa que la compró acabó enbancarrota y el banco (también intervenido) decidióvender el terreno (sin inquilinos). Los ocupas del café“Zapata” decidieron abandonar el edificio a cambiode un millón de euros. Y los artistas no opusieron re-sistencia. Al final, tenían más incondicionales inter-nacionales que locales; para los berlineses era un lugarde un tiempo pasado ya hace mucho, una atracciónturística más en una zona de prostitución callejera,restaurantes caros y vigilancia constante en la Sina-goga Nueva, protegida como un puesto fronterizo, conbloques de cemento y alguna tanqueta ocasional.

Ulrich Gutmair contaba en el diario “TAZ” que lo es-pecial del Tacheles radicaba en el hecho de ser una es-pecie de herida que permanecía abierta, donde se po-día intuir lo que significaba perder una guerra; unahistoria no representada, sino presente.

Pero no se trata solo del Tacheles. A unos cien me-tros de este edificio se acaba también el tiempo parala galería de fotografía más importante de la ciudad,C/O-Berlin, al menos en su actual forma en el edificiode la antigua Dirección de Correos (Postfuhramt). Esun imponente edificio de ladrillos de color ocre, que

en sus mejores tiempos llegó a albergar a doscientoscaballos al servicio de la compañía de correos, con es-tablos en el primer piso (los animales eran subidosmediante cintas y poleas). La galería de fotos, con susmuy interesantes programas para fomentar la foto-grafía entre los jovenes, se va a trasladar al viejo Oeste,al antiguo centro comercial de Berlín Occidental, cercade la estación del Zoológico, en la casa de las Américas,donde ya esperan con los brazos abiertos. Y es que,mientras el Este sufre una verdadera fiebre del oro yuna actividad de construcción casi frenética, en elOeste apenas ha habido ni se ha creado nada nuevo, ocasi. El director de la galería C/O-Berlin, Stephan Erfurt,se refería recientemente a la «venta» de Mitte como«lugar para reinventarse». Pero ya veremos qué pasacon el edificio de correos y qué queda de esa «rein-vención» más allá de las viviendas de lujo, fabulosasoficinas, varios estudios de yoga y alguna que otra ga-lería chic de arte.

Tiburones en el Spree. Quedan, por lo tanto, el mito,los recuerdos y las referencias populares, recogidosde un modo u otro, por ejemplo, en obras como “Ti-burones en el Spree”, que arranca con los planes deuna empresa inmobiliaria para construir edificios deoficinas junto al río Spree ante la feroz resistencia ciu-dadana, o el anticapitalista musical “Dreigroscheno-per” (La ópera de los tres peniques), de Bertolt Brecht,y su Mäckie Messer (Mackie Navaja).

Pero, ¿qué queda del Berlín de los años veinte? ¿Quéqueda de los cabarets dadaístas? Busquen en las coli-nas hechas de escombros con más de cien metros de

altura y hoy cubiertas de frondosos bosques, como elTeufelsberg, la montaña del diablo, en las afueras deBerlín, fruto del ingente trabajo de las mujeres escom-breras que movieron casi cien millones de toneladasde ruinas en toda la ciudad en los años posteriores alfin de la Segunda Guerra Mundial.

Pasado y presente se entrelazan, viven y mueren; elGuggenheim Berlin, por ejemplo. Ubicado en la sedecentral del Deutsche Bank en Unter den Linden, estáa punto de cerrar sus puertas. Se acaba así una sim-biosis entre banco y museo que impulsó interesantesexposiciones del arte más innovador, al tiempo, desdeluego, que servía de escaparate para muchas comprasprovechosas para el banco, que hoy posee una de lasmejores colecciones del mundo. Esa unión entre artey comercio, o cómo construir un imperio pasando loscostes a otros quedándose las ganancias, pierde el pa-trocinio del banco, con lo que uno de los más avanza-dos centros de arte contemporáneo de Alemania sequedará como «Espacio de diálogo entre economía ypolítica», símbolo no sólo de las prioridades actualessino también de que, a la larga, la subvención públicapuede garantizar más continuidad.

Este verano iba a encontrar cobijo en un descam-pado de la calle Cuvry, en la orilla del Spree en Kreuz-berg, el Guggenheim Lab, en la segunda etapa de sugira mundial, pero el barrio decidió no dejarle entrarpor estar patrocinado por BMW y tuvo que buscarseun hueco en Prenzlauer Berg; en su lugar siguen acam-pados los sin techo, hasta ahora tolerados por el pro-pietario del terreno (quizás porque recogen la basurade los turistas y reciclan la opulencia de los vecinos).

Madres coraje.

Helene Weigel, actriz y directora de teatro,madre del teatro Berliner Ensemble,

compañera y continuadora del trabajo deBertolt Brecht.

Christa Wolf, autora de “Kassandra”, “El cielodividido” o “Un día del año”.

Käthe Kollwitz, escultora y dibujante de trazoapasionado, una de las figuras más destacadas

del realismo crítico a finales del siglo XIX yprincipios del XX, cuya obra “Madre e hijo

muerto”, conocida como “La Pietá de Kollwitz”,ocupa el homenaje a los caídos en el Neue

Wache de Berlín.

Rosa Luxemburg, deslumbrante,revolucionaria ejecutada por las tropas de

Gustav Noske tras el levantamientoespartaquista de enero de 1919. «La libertad

siempre ha sido y es la libertad para aquellosque piensen diferente», proclamó. Tomó parte

en la frustrada revolución de 1919 en Berlín,aun cuando este levantamiento tuvo lugar en

contra de sus consejos. La revuelta fue sofocadacon la intervención del ejército y la actuación

de los freikorps (grupos de excombatientesnacionalistas). A su término, cientos de

personas, entre ellas Rosa Luxemburg, fueronencarceladas, torturadas y asesinadas.

Moritzplatz.A la izquierda, losjardines delMoritzplatz,agricultura urbanay conciencia social yecológica enKreuzberg.Sobre estas líneas,dos clientes en unacarnicería paraanimales y el«campamento» deCuvrystrasse, enKreuzberg.

Page 5: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

15zazpika

Estampas de la ciudad.

Arriba, lo que queda de la fachada de laestación Anhalter Bahnhof. Muchosjudíos cruzaron ese pórtico para tomarel tren del exilio cuando aún eraposible. En el espacio de los antiguosandenes hay una zona deportiva, y ahísigue todavía el Tempodrom, unclásico de la escena musical berlinesa.A la derecha, el Reinhardstrasse, unbunker de tres mil metros cuadrados,protegido de los ataques aéreos porparedes de 1,9 metros de grosor (de 3,10metros en el techo), capaz de dar cobijoa tres mil personas, cerca de la estaciónde Friedrichstrasse. Un millonariopublicista, Christian Boros, lo compróy convirtió en galería de su colecciónprivada de arte y también en vivienda.A la izquierda, la prueba de fachadapara la reconstrucción (algún día,quizás) del Palacio Real de Berlín.Arriba, el monumento al holocausto,cerca de Brandenburger Tor.Y una cometa en Tempelhof.

Page 6: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

17zazpika

Aeropuertos. El último gran fiasco: el nuevo aero-puerto Berlín-Brandenburg (en Schönefeld), que ibaa ser inaugurado este pasado verano, se ha convertidoen una máquina de tragar millones de euros (muchí-simos más de los previstos, por supuesto), debido alos graves errores de planificación, localización (de-masiado cerca de la ciudad en una elección marcadapor la presión política), impacto medioambiental ysocial, y construcción. Dos pueblos derruidos parauna previsión de 26 millones de pasajeros anuales. Lanueva fecha de apertura es octubre de 2013. Berlín-Brandenburg reemplazará a Tegel, el amable aero-puerto en forma de hexágono con salida directa a lacalle en cada puerta, y a Tempelhof, un templo de laaviación en medio de la ciudad, que vio por últimavez retirarse a los aviones hacia su inmenso hangarsemicircular en 2008. Hasta la creación del Pentágono,la terminal de Tempelhof era el mayor edificio delmundo («la madre de todos los aeropuertos», en pa-labras de Norman Foster); fue el preferido de Hitler yallí levantaron los nazis un campo de concentraciónpara comunistas y socialistas (y luego también parahomosexuales); fue la base del puente aéreo y del PlanMarshall de EEUU para Berlín; hasta 1993 permanecióen manos del US Airforce y ahora es propiedad de laciudad. Hoy es un parque gigantesco (380 hectáreas),con huertas, campos de fútbol, aves protegidas y mu-cho espacio para practicar patinaje, kite surf y otros

deportes sobre el asfalto de las antiguas pistas. Entrelas propuestas más descabelladas que se formularonpara Tempelhof figura la de construir allí un montede 1.071 metros de altitud, aunque, en realidad, se pre-sentó en protesta por la falta de ideas de las autorida-des. El Gobierno de la ciudad se ha dado cuenta ahoradel chollo que supone tener un vasto terreno sin co-lonizar en pleno centro de la ciudad y ya tiene planespara edificar allí casas de gama alta (es decir, para ven-der terrenos a precios astronómicos), crear puestosde trabajo y construir la nueva biblioteca de la ciudad.Los vecinos han reaccionado ante tales planes, espe-cialmente los inmigrantes, que temen que vayan a su-bir más los alquileres. Aunque es posible que la meraexistencia del superparque dispare también los pre-cios. Pero hay quien se plantea si realmente necesitaotro gran parque Berlín, una ciudad que no ha cons-truido casi viviendas (mucho menos viviendas socia-les) en los últimos años y que se ahoga por la crecientedemanda. Según un reciente estudio, se prevé que supoblación aumente en 250.000 habitantes en los pró-ximos años, un barrio entero más.

Silicon Valley. Comparado con el resto del país, elparo es elevado en esta ciudad (un 11,7 %). En general,Alemania está capeando la crisis mucho mejor que elresto de socios europeos gracias a su potencia expor-tadora, pero Berlín no es esa “Alemania general”, entre

otras cosas porque Berlín Occidental siempre fue unareserva mantenida por la RFA y porque las fábricasdel Este fueron cerradas hace 20 años. El empleadormayor de Berlín es la política, con el turismo y las em-presas puntocom (la clase creativa metida en internetque pulula en esta urbe) pisándole los talones. De he-cho, ya están vendiéndola como el nuevo Silicon Va-lley. Según un estudio de la consultora McKinsey, tienemucho potencial para atraer no solo la atención sinotambién la financiación internacional como labora-torio de nuevas empresas tecnológicas y es especial-mente pujante en desarrolladores de aplicaciones parateléfonos y otras plataformas: Soundcloud (música),Wooga (social game developer) o Mozilla ya están ins-taladas aquí y otros están dando sus primeros pasosen ese camino. Berlín es creativa, llena de talentos, ysigue siendo relativamente barata para vivir, lo queatrae a mucha gente de fuera.

Sin embargo, y esto marca otra diferencia entre Ca-lifornia y Berlín, faltan figuras femeninas destacadasen las nuevas empresas tecnológicas, de ahí que sehayan juntado las frikis de la informática (Berlin Gee-kettes) para ayudarse y promocionarse mutuamente:«Un grupo de mujeres emprendedoras que compartenla creencia de que, mediante la organización, el inter-cambio de historias y experiencias y la construcciónde una comunidad basada en la confianza, se puedecrear algo importante».

Aunque, en general, nueve de cada diez startups(empresas asociadas generalmente a la innovación,desarrollo de tecnologías, diseño y desarrollo web…)no prosperan. Surgen y cierran, y se abren otras.

El director, escritor y artista conceptual SebastianOrlac relata perfectamente todo esto en el “Show delfracaso”, una iniciativa satírica que impulsó hace diezaños con el grupo Kulturmassnahmen y que, básica-mente, celebra la belleza de las ideas, por muy desca-belladas que estas sean. En cada sesión o show, adere-zada con alegre música en directo, tres referenteselegidos entre el público cuentan su historia personaly un experto, el filosofo polaco Wiktor Winogradzky,analiza la «calidad» del fracaso; al final, cada uno de-clara solemnemente si va a seguir con el proyecto fra-casado o si lo entierra definitivamente.

Dice Sebastian Orlac que lo interesante del fracasoes que hayas arriesgado algo: «A veces el atrevimientoes mayor cuando pagas poco alquiler. En Berlín haymás espacios para probar cosas y, por consiguiente,mejores condiciones para fracasar».

«Hoy –añade Orlac– cuentan la eficacia y el marke-ting. El anárquico momento del fracaso es reprimido.Si se piensa en todo lo que se intentaba y que fracasabaen tiempos del Wende (el periodo de transición) sepercibe un gran momento de libertad». Un fracasosuele ser una historia interesante que contar, si so-brevives para contarlo.

TachelesEn el Tacheles, arriba,

todavía se puedevisitar lo que queda

del parque deesculturas, separado

del edificio porpasillos de verjas.

A la derecha, el muralen la pared que da

hacia OranienburgStrasse. Al lado, la

entrada del C/O BerlinInternationales Forum

für Fotografie.

Page 7: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

19zazpika

Hay muchas historias e iniciativas interesantes,como la que desarrollaron los empleados de la oficinaberlinesa de la empresa dotcom Futurice (con sede enFinlandia), que publicaron un anuncio en los princi-pales periódicos de la ciudad con un «se busca abuelao abuelo para nuestra oficina de Berlín», un «almabuena» ajena al mundo-twitter para cocinar una vezal mes (Soup Friday) y cohesionar el equipo y facilitarla comunicación intergeneracional e intercultural.Aunque mejor que sepa inglés para poder entendersecon un equipo tan cosmopolita. Berlín sigue siendola capital de los advenedizos, de los solitarios (un terciode los hogares son singles).

Piratas. La historia política de Berlín es, obviamente,intensa, incluida la más reciente. SPD y CDU acabaronmal en el último periodo de «gran coalición» y esoofreció una oportunidad a Die Linke (la izquierda) enla coalición rosa-roja (con los socialdemócratas delSPD). Después, en los comicios de 2011 irrumpieronlos piratas, quienes de la nada llegaron a 15 escañosen el Parlamento de Berlín. Prometen un update parala democracia, una actualización; han movilizado agente harta de la política. Quieren promover transpa-

rencia y participación, mediante la democracia lí-quida, la participación de base y la unión del Agoragriego con los recursos tecnológicos del siglo XXI. Todofluye, esa es su esperanza. También en Berlín, dondela exigencia de hacer las cosas de otro modo se hundeno pocas veces en las turbias aguas de la lógica de lapolítica partidista y de los medios. La Realpolitik. LosVerdes atravesaron ese rubicón y el nuevo Linksparteiestá luchando por no cruzarlo: ahora son los piratasquienes se asoman a esa línea; cruzarla significa noser percibido ya como algo distinto. En este punto, elpartido pirata podría ser espejo de nuevos conflictossociales, expresión del creciente deseo de cambiar lasformas de producción y de sacar otros temas al esce-nario político (aunque, en su caso, quizás también re-flejo de una creciente individualización).

A este respecto, los Piratas han resultado ser atrac-tivos para los votantes a pesar de no contar con unprograma (orgullosos de su «agujero» programático,no tienen por qué saber la respuesta a todo, al menoshasta las elecciones de otoño de 2013). Sebastian Nerzresponde que tampoco los partidos establecidos tienenlas respuestas, aunque no lo admitan. Aprenden sobrela marcha, apuntan, y ven las cosas con cierta frescura.

«Y si no funciona no pasa nada –añade Martin Delius–,es un experimento, vamos a ver hasta dónde llegamos;si no funciona nos disolvemos y a casa».

Retorno a la comunidad. Si en algún lugar reside lanueva energía de Berlín es en sus ciudadanos: la meraamenaza de pedir un referéndum en febrero sobre larecomunitarización de las redes energéticas pareceestar logrando sus objetivos, la política berlinesa haaprendido que un referéndum puede ocupar la agenday a los medios durante meses. La meta es conformaruna plataforma abierta, una alianza local (Mesa de laEnergía de Berlín) para refundar con criterios ecoló-gicos y democráticos la compañía municipal en basea energías renovables y descentralizadas, ya que a fi-nales de 2013 se renuevan las concesiones con las mul-tinacionales EON, Vattenfall y gdf Suez. El objetivo esque el dinero se quede en la comunidad.

Ya en 2011, una iniciativa popular forzó y ganó unreferéndum que exigía la publicación de los contratosde venta del servicio de agua de Berlín, hasta entoncessecretos, y desde entonces continúa la batalla por re-comunitarizar este servicio, aunque los políticos estánalargando el tema y la alianza popular poco a poco se

va deshaciendo. En 2012 se fundó, por si acaso, unacooperativa abierta (Energía Ciudadana Berlín) paracomprar redes energéticas. Sin embargo, otro pro-yecto, la cooperativa “Vivienda justa”, formada por in-quilinos de miles de pisos puestos en venta por elTreuhand (recuerden, la institución creada para ad-ministrar y privatizar bienes y empresas de propiedadpopular de la RDA) fue eliminada sin más explicacio-nes, en una decisión abiertamente ideológica, del con-curso que finalmente ganó una inmobiliaria de Ham-burgo. Y otra de las más recientes propuestas es lapetición de referéndum de la iniciativa “100% campode Tempelhof”, en contra de la edificación de un terciode las 380 hectáreas del antiguo aeropuerto.

Se acercan las elecciones al Bundestag de setiembrede 2013, una fecha idónea para consultas populares.

Gentrificación o el juego del Berlinopoly. Este añose habrá superado un récord: 10 millones de turistasy 25 millones de pernoctaciones en Berlín. No solovienen turistas, sino sobre todo gente joven para viviry estudiar: 4 universidades, 4 academias de arte, 6academias especializadas (algo similar a Mondragon-Unibertsitatea) y 19 academias privadas.

En reconstrucción.Berlín sigue siendouna ciudad enreconstrucción. Aúnguarda marcas de losimpactos de bala y delos destrozos causadospor las bombas en susedificios, o losnombres de lasvíctimas judías enaceras y fachadas.Y en algunas partes seven las tuberías quequedan a la vista (nohabía profundidadsuficiente para poderhacerlassubterráneas), comoen Alexanderplatz,Unter den Linden, laisla de los museos…

Page 8: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

21zazpika

East Side Gallery.

Es una galería de arte al aire libre con más decien grafitis y pinturas situada sobre unasección de 1.316 metros en la cara este del Muro,que se salvó del derribo y hoy es icono turístico.También aquí hubo polémica. La ciudad fueacusada por ignorar los derechos de autor y porpretender abusar de la historia al tratar dereemplazar o reelaborar los estropeados y malconservados originales tras veinte años a laintemperie. Algunos se negaron, pero muchosautores aceptaron repintar sus propios murales,como hizo el ruso Valeri Vrubel con la famosapintura que muestra a Breshnev y a Honeckerdándose un fraternal beso en la boca. Elresultado es una reproducción del arte del Murodigna de Disney, diseñada para satisfacer lacuriosidad de los turistas. Lo cierto es que esasección no fue propiamente muro, ya que allí laseparación la constituía el río y, de hecho, nuncaestuvo pintado en el lado oriental.Además, siempre fue una reproducción, ya queel muro de 155 kilómetros de longitud, «franjade la muerte» o «muro de protecciónantiimperialista», desapareció de la faz deaquella tierra de nadie casi sin dejar rastro,dejando tras sí una brecha entre las distintasarquitecturas de las dos partes antesantagonistas, vendido en trozos grandes opequeños a todo el mundo (si desean ver untrozo auténtico del Muro de Berlín deténganseun momento en el área de servicio de la AP-15entre Iruñea e Irurtzun).Lo cierto es que, para muchos, ya no queda muyclaro por dónde iba el Muro; algunos inclusoincluyen Kreuzberg en la parte socialista. De vezen cuanto una se topa en esta ciudad conturistas desorientados que preguntan en quélado están, este u oeste.

Page 9: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

23zazpika

Esta avalancha tiene consecuencias y causa, tam-bién, rechazo o hartazgo. Campañas o actos como elde “Berlín no te quiere” (pegatina con el corazón ta-chado), ataques que tienen en su punto de mira a co-ches de lujo, hoteles y bares nuevos no son ya una no-vedad. Hace cinco años era detenido (junto a otrasseis personas) el profesor de la universidad de Hum-boldt Andrej Holm, acusado de «complicidad intelec-tual con un grupo terrorista» (Militante Gruppe) alque se acusó de varios incendios en Berlín. La acusa-ción se basaba solo en la coincidencia de ciertos tér-minos usados por dicho grupo en sus comunicadoscon los recogidos en un estudio que llevaba a caboHolm. El sociólogo investiga cuestiones tales como lagentrificación (aburguesamiento de zonas urbanaspobres) y la precarización. Andrej Holm fue puestoen libertad, pero este caso trajo a primer plano lo queestaba (y sigue) ocurriendo en Berlín. Primero fueronPrenzlauer Berg y Mitte, luego Friedrichshain y Kreuz-berg y ahora le toca a Neukölln, mientras el Weddingespera su turno. Se trata de un proceso habitual enmuchas ciudades: gente joven, artistas e inmigrantesse instalan en un barrio en busca de alquileres bajos,crean una subcultura o una marca que atrae a másgente, se convierten en reclamo turístico y pronto to-dos quieren vivir en el barrio de moda; y empiezan asubir los alquileres. En Neukölln, por ejemplo, han su-

bido un 30% en los últimos años, en un barrio en elque la mitad de su habitantes lleva ahí menos de cincoaños. Esto provoca que «los de siempre» ya no puedanpagar los nuevos alquileres y no tengan otro remedioque irse a la periferia, un camino que estudiantes yartistas no tardarán mucho en seguir, ya que ellostampoco podrán soportar más subidas.

La así llamada «mezcla berlinesa» (la social, al me-nos) no se va a mantener, no en el centro. Dice ahorael jefe de la Cámara de Comercio de Berlín que hayque tener en cuenta esta «mezcla berlinesa» como«incentivo principal» del desarrollo económico, mien-tras Die Linke y los Verdes comienzan a pedir «zonasde protección», que impidan que las casas de alquilerpasen a ser de propiedad, algo difícil si se venden blo-ques enteros de viviendas. Donde antes hubo mezclapuede que solo quede un ghetto trendy o de pijos.

Este proceso va especialmente rápido en Berlín por-que es una ciudad de inquilinos con mucha movili-dad: el 85% de los habitantes viven de alquiler, soloun 15% en propiedad. No es la capital económica deAlemania, pero su atractivo es muy alto y, además, seha convertido en una especie de capital política euro-pea. Esto ha provocado que muchos inversores ex-tranjeros vean ahora negocio en Berlín, el boomtowninmobiliario, y estén comprando casas (con inquili-nos). Además, personas del sur de Europa con dinero

y «necesidad» de buscar un puerto seguro para susahorros o negocios en tiempos de crisis han puestotambién sus ojos en esta ciudad, aprovechándose, porejemplo, de los puentes aéreos con Barcelona o Madrid(están entrando demasiados “modernillos”, adviertenya los “locales” en algunos barrios berlineses).

En Berlín había muchos pisos vacíos y mucho po-tencial para espacios de creatividad, pero eso está cam-biando. Es el capitalismo real imperante sin muro decontención. Una alternativa extraordinariamente útil,tal y como sostiene el sociólogo Andrej Holm, seríaque los “nuevos” se dieran cuenta de su propio rol yque la «clase creativa», que encarna un capital socialy cultural relativamente fuerte, «participe en la for-mación de los intereses vecinales e incluso en los mo-vimientos de protesta».

Este pasado verano, por ejemplo, los organizadoresde una acampada en contra de las subidas de alquile-res invitaron a los turistas a participar como bloqueen una manifestación.

No hay Latte macchiato. Matthias Merkle, berlinésdesde los 90 y propietario del bar Neukölln Libre, sededicó a contar cuántas veces le pedían un Latte mac-chiato. Nunca ocurría al principio, y de repente no es-cuchaba otra cosa. «Pero jamás nos ha gustado el caféen vaso, no hay y punto». Merkle puso el bar hace

siete años para poder tomar una cerveza en condicio-nes sin tener que cruzar el canal hasta Kreuzberg. «Sí,era un pionero de la gentrificación, y es un dilema,pero lo que pasa ahora es enervante, esta aceleraciónartificial para sacar ganancias cuanto antes hace crujira la ciudad». Es consciente de que todos están dentrode ese proceso, hasta cuando coloca un graffiti de“¡Gentrifica esto!” en una persiana, convirtiéndola asíen arte callejero, pero darse cuenta de ello ayuda acomportarse de modo diferente. Su alquiler, por su-puesto, también sube; es más, debería abrir una se-gunda o tercera dependencia del bar para poder pa-garlo, y eso le pone de los nervios. «No estoy en contrade los turistas –subraya–, ni de los cambios. Que ven-gan todos, a mí también me parece guay Berlín. Peroantes me gustaba más el bar; si te recomiendan en lasguías te inundan de tal manera que los fines de se-mana ya no hay sitio en la barra para los habitualesdel barrio, y eso me entristece».

“Entrada prohibida a modernetes”, pone en unatienda de esta misma calle en Neukölln.

Obviamente, no todos coinciden con Merkle. Desdela organización Hipster Antifa, Jannek Korsky cuentaque no apoyan la gentrificación, que quieren pararloy que hacen falta leyes nuevas para controlar los al-quileres y ayudar a los pobres. Pero, a continuación,recuerda que «Neukölln siempre ha estado marcada

Vida cotidiana.Un tranquilo local yuna tienda debicicletas, dosestampas típicas ycotidianas de Berlín,un lugar ideal paraandar en bicicleta ytomarse un café yun delicioso pan,bollo o dulce.

Page 10: 06 berlin 7_k728_20-ona_7k 2011

por la pobreza y la miseria. La pregunta es si hay queconservar esto. Por supuesto, puedo entender que lagente diga que se sienten como en un zoológico porel turismo de masas, pero, ¿dónde está la justificaciónpara solicitar un ‘biotopo’? Creo que hemos idealizadodemasiado algunas cosas».

Lo cierto es que algunos barrios pasan enseguida aser exclusivos –y excluyentes–, mientras que otrosconservan cierta mezcla social durante largo tiempo.La distinta suerte que puede correr una zona dependede numerosos elementos, tales como el tipo de pro-piedad de los inmuebles, la legislación y regulaciónvigentes, la estructura de clase y la cohesión social, laoposición vecinal, las iniciativas empresariales…

Otro ejemplo: Kreuzberg. Al otro lado del “fronte-rizo” Oberbaumbrücke, el puente rojo de líneas góticasy dos torreones pintorescos que salva el río Spree y«une» ahora los barrios de Friedrichshain y Kreuzberg,el mismo que recorre la pelirroja Lola (Franka Potente)en la película “Corre Lola Corre”, de Tom Tykwers, parasalvar a su novio; el mismo sobre el que los Ossis deFriedrichshain y los Wessis de Kreuzberg se citan enun batalla anual de agua (cañones de agua incluidos),harina, verduras, huevos y lo que tengan a mano –porcierto, en revancha de su derrota del año pasado, esteaño ganaron los Ossis al empujarlos con facilidad allado oeste, y les habrían llevado mucho más allá si elcampo de batalla no hubiera sido delimitado y limi-tado por la Policía–.

Desde finales de los ochenta, la privilegiada situa-ción de Kreuzberg, barrio turco de Berlín y principalsede del movimiento ocupa de la ciudad, lo ha con-vertido en blanco de todo tipo de operaciones espe-culativas, a las que activistas, vecinos u oportunistasde todo tipo se han opuesto de muy diversas maneras:desde volcar cubos de basura y arrojar mierda dentrode los nuevos restaurantes de moda a la hora de lacena, hasta el ataque a coches e incluso la colocaciónde pequeños artefactos, en acciones atribuidas a dis-tintos grupos por la Policía.

Recientemente, los activistas se han volcado en con-tra de la remodelación de la ribera del Spree, que de-nuncian como una privatización del espacio públicode las orillas del río.

La iniciativa “Mediaspree versenken” a favor de unaorilla del Spree para todos y no solo para los rascacie-los, y otras como la de los jubilados okupas de Pankow,llevan a preguntarnos a quién pertenece, o deberíapertenecer, esta ciudad. Hay varias tendencias rela-cionadas de algún modo con esta cuestión.

Zwischennutzung. Uso temporal para usuarios tem-porales. Para parcelas todavía no vendidas o en pro-piedad de alguien sin idea o capital para hacer algocon ella. Se alquilan mediante contrato temporal, aveces a precio simbólico. Berlín como agujero tempo-

ral, un espacio de libertad pasajero, un paraíso siempre pro-visional. Este concepto ha sido aplicado a centros de ocio ocultura como Tacheles, Prinzessinnengärten, Kater Holzig oYAAM (Young African Arts Market, el Berlín jamaicano fun-dado hace 18 años que ya se ha tenido que mudar seis veces yque debe reinventarse de nuevo, porque la inmobiliaria es-pañola Urnova les ha cancelado el contrato).

Hace poco más de un mes, el Senado de Berlín acordó nosolo mirar la rentabilidad puramente económica de una em-presa sino también su contribución al desarrollo social, eco-nómico y ecológico de la comunidad, el denominado “Réditociudadano” al vender bienes inmuebles. Es decir, importatambién el concepto, no sólo el capital. De momento, es solouna teoría; puede que los primeros que se aprovechen de esteconcepto sean los Prinzessinnengärten, los jardines urbanosdel Moritzplatz en Kreuzberg, hasta ahora de uso temporal,pero si logran parar el proceso de venta a quien más dineroponga sobre la mesa es posible que los nómadas urbanosechen finalmente raíces.

En el camino, sin embargo, puede perderse el encanto de loprovisional cuando lo temporal se vuelve fijo. Hay muchosque echan de menos el espíritu juguetón de los noventa, sincompromiso, sin ánimo de profesionalizarse sino, simple-mente, de pasarlo bien. En Berlín, como en otros sitios, ya noquedan muchos espacios de libertad. No hace mucho, busca-bas un agujero en una cuasi ruina y ponías allí tu música(Martin Eberle, “temporary spaces”); ahora cada vez cuestamás mudarse, de ahí que sea positivo que la política empiecea ver que tiene que reservar espacios para los creativos quehicieron de la ciudad lo que hoy es.

Recientemente, la cooperativa Holzmarkt ha ganado unconcurso sobre un terreno (en derecho de superficie) en laorilla del río Spree. Algunos de sus integrantes ya habían ex-perimentado en otros dos proyectos de uso temporal que sehicieron muy famosos (el Bar 54 y el Kater Holzig) hasta queexpiraron los contratos pero, ahora, la cooperativa planificapara este terreno la construcción de un edificio de once pisospara un centro de empresas IT, una residencia para estudian-tes, un restaurante y club, luego un hotel y hasta un pueblourbano (con mercado, panadero, vinoteca, peluquero, guar-dería, artistas y un parque). Se trata de un proyecto cambiante,creciente y vivo para al menos diez años. Un proyecto, segúnalgunos, que pretende ser una mezcla interesante entre lotemporal y unas infraestructuras más establecidas. ChristianSchönigh, uno de los arquitectos de este proyecto, apuntaque el desafío será no convertirse en su propio museo.

Berlín es Babel, beta, una ciudad donde oscurece pronto,pero donde las horas de luz son muy intensas. La capital ale-mana todavía tiene algo de indómito; mantiene un sano einnato desinterés por domesticar cada palmo cuadrado desu territorio. El tiempo dirá quién vive y perdura más, si elHolzmarkt o los Prinzessinnengärten u otros proyectos que,de momento, siguen siendo nómadas, como ese YAAM quetendrá que reinventarse por séptima vez y conquistar unnuevo lugar que todavía no figura en ningún reportaje deningún dominical. •

23zazpika

Berlín es, además de capital, un estado autónomo dentro de la organización federal. Situada a 70 km de Polonia, es la más poblada deAlemania y la quinta aglomeración urbana de la UE. Está divida en doce distritos, que a su vez contienen diferentes barrios. La mayoríade estos distritos se crearon a partir de la Fusión de 2001. Hasta ese momento, se subdividía en distritos más pequeños, que el mapa, sinmostrarlos, refleja de modo sutil (Prenzlauer Berg, Wedding, Tiergarten, Weißensee…). El mapa muestra y nombra los doce, pero reflejatambién cómo fue «repartido» tras la guerra lo que hoy es Mitte y Friedrichshain-Kreuzberg. Además, las distintas tonalidades sugierenlas cuatro porciones de la «tarta» berlinesa tras 1945: al Oeste, la francesa en tono azulado; rosado el británico y verdoso el de EEUU; aleste de la antigua línea del Muro, la soviética que, con la fundación de la RDA el 7 de octubre de 1949, se convirtió en su capital.

PankowLichtenberg

MarzahnHellersdorf

Treptow-KöpenickNeukölln

Tempelhof-Schöneberg

Mitte

Friedrichshain-

-Kreuzberg

Reinickendorf

Spandau

Charlottenburg-Wilmersdorf

Steglitz-Zehlendorf

Aeropuerto de Tegel

Tempelhof

Checkpoint Charlie

Aeropuerto de Schönefeld

Oberbaumbrücke

Superficie: 892 km²Distritos: 12Uso de la tierra en % (a dic. de 2011):

Edificios y solares: 41,4 %Áreas de recreo: 11,9 %Carreteras: 14,9 %Terreno agrícola: 4,2 %Bosque: 18,3 %Superficie de agua: 6,7 %

Lago principal: Müggelsee, 743,3 haRío más largo: Spree, 45,1 kmCanal más largo: Teltowkanal, 29,1 kmPunto más alto: Müggelberge, 115 m

Edificio más alto: Fernsehturm, 368 mPoblación (a diciembre de 2012): 3.513.026Población masculina: 1.676.434Población femenina: 1.750.680Extranjeros en 2011: 478.212PIB en 2011: 97.700 millones de eurosRenta mensual media (2008): 1.475 eurosPresupuesto (2011): 21.948 mill. de eurosNacimientos en 2011: 33.100Desempleo (agosto 2012): 214.796 = 12,2 %Vías de tren, tranvía y bus: 1.710 kmVehículos de motor (2011): 1.327.015Árboles en las calles: 435.680

Perros en 2010: 109.488Jardines en 2010: 74.094Parques infantiles en 2010: 1.842Hospitales en 2010: 79Turistas en 2011: 9.866.000Pernoctaciones en 2011: 22.359.000Representaciones teatrales (09/10): 9.645Museos: 157Cines (en 2010): 247Escuelas públicas y privadas (en el curso 2011/12): 777Alumnos (en el curso 2012/13): 317.830Universidades y academias: 39

Trazado delMuro de Berlín