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Excavaciones Tel Qara Quzaq

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  • Introduccin

    El comienzo de las excavaciones en Siria esconsecuencia directa de la creacin del Ins-tituto Interuniversitario del PrximoOriente Antiguo y del empeo por partedel profesor de la Universidad de Barcelonadoctor don Gregorio del Olmo Lete, que,entre los aos 1987 y 1989, realiz intensasgestiones hasta que consigui la primera fi-nanciacin por parte del entonces Ministe-rio de Educacin con el proyecto MisinArqueolgica de la Universidad de Barcelo-na en Siria (adems de puntuales ayudaspor parte de los Ministerios de Educacin yCultura) y el permiso definitivo por partede las autoridades sirias para poder excavaren el yacimiento de Tell Qara Qzq, cuyosprimeros sondeos se verificaron ese ao porun equipo formado por los profesores Ol-mo Lete (UB), Olavarri Goicoechea (Semi-nario de Oviedo) y Molina Martos (UMU).

    Desde ese ao hasta la actualidad las acti-vidades arqueolgicas emprendidas han si-do variadas y fructferas. Cabe destacar laincorporacin en firme de la Universidadde Murcia al proyecto con los profesoresGonzlez Blanco, Molina Martos y MatillaSiquer. Tambin la renovacin del proyec-to Misin Arqueolgica de la Universidadde Barcelona en Siria y la concesin deotro Romanizacin y Cristianismo en la

    Siria Mesopotmica: Limes Oriental delImperio, dirigido por el doctor GonzlezBlanco. De las actividades realizadas y losproyectos concedidos, adems de un abun-dante nmero de publicaciones, en el que seincidir ms adelante, cabe remarcar la lec-tura de cuatro tesis doctorales.

    Respecto a la financiacin, adems de losproyectos del Ministerio de Educacin, he-mos contado desde el ao 1992 con sub-venciones regulares por parte del Ministeriode Cultura primero y con posterioridad porparte del Instituto del Patrimonio HistricoEspaol, con subvencin entre 1992 y 1994de la Fundacin Duran Vall Llosera y conayudas puntuales del Ministerio de AsuntosExteriores, de las Universidades de Barcelo-na y Murcia, de la Comunidad Autnomade Murcia, de Cajamurcia y de la Funda-cin Cultural Privada Estaban Romero.

    Los comienzos: Tell Qara Qzq

    La eleccin del emplazamiento arqueolgicoestuvo motivada por la necesidad de la Di-reccin General de Antigedades y Museosde Damasco de intervenir en los yacimientosamenazados por la construccin de la presade Tisrin, que a su conclusin prevista para1995 (luego se atras hasta 1999) anegarauna amplia zona del curso alto del ufrates.

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    Excavaciones en Tell Qara Qzq y Tell Jamsy actividades arqueolgicas derivadas

    ANTONINO GONZLEZ BLANCOUniversidad de Murcia

    GONZALO MATILLA SIQUERUniversidad de Murcia

  • El Tell de Qara Qzq se encuentra en laaldea homnima, en la margen izquierda delro ufrates, inmediato al puente que cruzael ro y que une por la carretera nacional quevertebra el norte del pas las actuales ciuda-des de Alepo y Hasake. Est, por tanto, en lava natural de comunicacin entre Anatoliay la Baja Mesopotamia (Babilonia), por unaparte, y el Mediterrneo y la Alta Mesopota-mia (Asiria), por otra.

    Este emplazamiento y unas dimensionescompletamente abarcables (150 m de longi-tud por 20 m de altura) hacan de Qara Q-zq un lugar ideal para excavar y obtener re-sultados concluyentes en pocos aos, puesno hemos de olvidar que al tratarse de unaexcavacin de salvamento, estbamos limi-tados por el tiempo.

    La excavacin

    A lo largo de estos aos se han desarrolladotrabajos tanto en el Tell como en el Llanoque lo circunda. En el primero se han defini-do cinco niveles de ocupacin desde el Bron-ce Antiguo II (ca. 2800) hasta poca romana,adems de una ocupacin residual y limitadacomo lugar de enterramiento musulmn. Enel Llano los trabajos han dado como resulta-do la documentacin de un asentamientoque se desarrolla desde poca de los Antoni-nos hasta un momento bizantino muy avan-zado. En dos zonas puntuales situadas en loslmites del actual cementerio tribal se hanpodido evidenciar estructuras domsticas delBronce Antiguo III (ca. 2400) y una necr-polis del Bronce Antiguo IV (ca. 2.200).

    En el Tell, donde se ha concentrado elgrueso de los trabajos, se ha excavado inin-terrumpidamente desde 1989 hasta 19991

    inclusive, ao en que las aguas del pantanosubieron, inundando la aldea de Qara Q-zq y convirtiendo el yacimiento en una is-

    la. Los niveles que se han establecido son lossiguientes:

    Nivel I Romano Siglo I a. C. - II d. C.

    Nivel II Bronce Medio II ca. 1800 a. C.

    Nivel III Bronce Antiguo IV ca. 2200 a. C.

    Nivel IV Bronce Antiguo III ca. 2400 a. C.

    Nivel V Bronce Antiguo II ca. 2800 a. C.

    Llama la atencin la relativa continuidadentre los niveles del Bronce y el hiato exis-tente entre stos y la poca romana, que sig-nifica la desocupacin del Tell durante casi2.000 aos.

    Nivel I Romano

    Relativamente deteriorado por la superficia-lidad de las estructuras de la cima. Presentauna serie de pequeas habitaciones de ca-rcter domstico. Pero el inters est en laexistencia de un gran recinto defensivo delsiglo I a. C. y d. C. (abundaban los frag-mentos de sigillata oriental A) compuestopor una muralla, una antemuralla y un pa-so de ronda.

    La muralla, de un grosor variable que lle-gaba a los 3 m en algunas zonas, era demampostera y estaba apoyada directamen-te sobre niveles del Bronce Antiguo II. Enrealidad era un enorme forro de piedra (amodo de pedriza) que circundaba el edificodel Bronce Antiguo, adaptndose a l en sucara interior y mostrando una bien acabadacara en el exterior. La parte superior de lamuralla, la exenta, era una cerca de 1,20 maproximadamente y de la que se conserva-ban unos alzados de 50 cm en algunos pun-tos. La antemuralla, de 1 m de grosor esta-ba separada de la muralla por un paso deronda de 2 m de anchura. Se trata tambinuna obra de mampostera con un buen aca-bado en ambas caras.

    1 Con la excepcin de 1998 en que

    tras ser concedidas las subvenciones a

    las misiones arqueolgicas en el ex-

    tranjero, el Ministerio las anul.

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  • Los tramos conservados de muralla y an-temuralla nos dan una longitud de 31 m enel occidente y de 19 m en el sur. En otraszonas del Tell no se ha documentado; es po-sible que la mayor inclinacin de otras pen-dientes la haya hecho rodar o que slo estu-viera o fuera de tan buena factura en las par-tes ms accesibles del yacimiento.

    Ya se ha defendido la tesis de que el Tell,al igual que otros de las inmediaciones y ve-cinos del ro, formaba parte de la lnea de-fensiva del limes entre las pocas de Pompe-yo y de Trajano. La existencia de un Cas-trum romano en la otra orilla del ro (sinduda alguna Ceciliana) y el amplio ngulode visin que se tiene desde Tell Qara Q-zq as lo indicaban. Pero si quedaba algunaduda, la existencia de una construccin cla-ramente militar en el propio Tell confirmano slo que formaba parte de esa lnea de-fensiva, sino que el topnimo de Cecilianapuede aplicarse a ambas mrgenes del ro.

    Nivel II Bronce Medio II

    Caracterizado por la carencia casi absoluta dehbitat y la existencia de una gran cantidadde silos circulares de piedra de hasta 4 m dedimetro y 6 m de altura, que se desarrollanen toda la cima formando racimos. Estos si-los estn dominados por un pequeo templode antas que elevado sobre una plataforma demampostera se ubica en la zona ms alta delTell. Slo se ha conservado la plataforma, laescalera de acceso y los cimientos. Pero la co-nexin entre el espacio religioso y los silos dealmacenamiento de cereal sugiere cuestionesmuy interesantes: desde la organizacin in-mediata del territorio circundante con el Tellconvertido en granero comunal, hasta la exis-tencia de una red de graneros estatales depen-dientes del reino de Karkemis y controladosdirectamente por ste.

    La ubicacin de los silos en altura obede-ce a una cuestin prctica, pues se permiteel drenaje a la vez que se alejan los peligrosde eventuales subidas del nivel fretico enlas crecidas estacionales del ufrates.

    Ciertamente los silos en el PrximoOriente son muy abundantes, pero casisiempre estn asociados a instalaciones do-msticas o agropecuarias, de tal forma queel hallazgo de este conjunto, con el temploy las calles que se forman entre ellos es has-ta ahora. Slo en la ladera occidental de lacolina, la ms suave, se han encontradorestos de casas, que sin duda han de res-ponder a los trabajadores o administrado-res de la ciudad granero. Es de resear, co-mo elemento anecdtico, la aparicin,junto a esas casas de un pequeo vaso ce-rmico lleno de joyas de plata y cuentas decollar.

    Cuando los silos se amortizan, los reci-pientes cermicos que haban estado en usomientras funcionaban los depsitos de ce-real se abandonan, siendo arrojados muchosde ellos al interior de los silos. Esta circuns-tancia ha permitido la sistematizacin de es-tas cermicas que ha sido realizada por ladoctora Valds Pereiro.

    Por ltimo, cabe destacar el estudio delcontenido vegetal de los silos, donde se handocumentado por primera vez la pimienta(Piper sp.) y el ndigo (Indigofera articulata).

    Nivel III Bronce Antiguo IV

    Tras el desmonte de los silos comenz a apa-recer, aunque muy alterado, el conjunto ur-bano del Bronce Antiguo IV, compuestopor restos de edificaciones domsticas deadobe. La imagen en esta poca del yaci-miento es bastante confusa debido a la den-sidad de silos del nivel anterior y su irrup-cin en niveles ms antiguos.

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  • Adems de los conjuntos cermicos recu-perados, lo ms significativo de este nivel esla continuidad entre el Bronce Antiguo IIIy el Bronce Medio.

    Nivel IV Bronce Antiguo III

    Si bien hay determinadas zonas de transi-cin en que no es fcil saber con certeza sipertenecen a la fase ms antigua de este ni-vel o a la ms moderna del Bronce Anti-guo IV, hay una serie de elementos que ledan carcter propio.

    Estructuralmente tenemos en las fasesms antiguas la ocupacin de la parte supe-rior de las habitaciones del Nivel V y en lasms modernas la existencia de dos templosque estn ocupando la mitad oriental del ya-cimiento. De uno de ellos, de planta cua-drada, slo se conservaba el suelo encalado eindicios del arranque de los muros de adobe.Sobre este suelo se encontraron un cuernode uro. El otro templo es un edificio deplanta rectangular de grandes dimensionesque apoya los dos tercios posteriores en elsuelo del Tell y su tercio anterior en una te-rraza construida en la ladera meridional a talefecto. En l se distinguen dos cuerpos: el

    prtico, enmarcado dentro de las antas queprolongan las paredes laterales, y la cella in-terior, existiendo trazas de un tercer espaciosobreelevado en el fondo del santuario. Suzcalo de piedra de 0,70 m, desde el suelointerior, llega en algunas zonas a alcanzar los1,2 m de grosor, siendo sus medidas exterio-res de l6 m de largo por 8,5 m de ancho. Apartir de una altura de 70 cm, el alzado delas paredes es de adobe. El suelo est hechocon un enlosado de adobes mal conservado.En el centro de la cella se hall una mesa deadobes a modo de mesa de ofrendas.

    El inters del templo es evidente tanto porsu cronologa como por sus dimensiones, quele hacen convertirse en uno de los templos deantas ms antiguos (si no el ms antiguo),convirtindose en un eslabn ms de unacorta cadena que supuestamente empieza enAnatolia en el III milenio y termina en Pales-tina en el I milenio, donde el ejemplo mejorconocido por todos es el Templo de Salomn.

    Adems de ese inters, se aaden dos ele-mentos interesantes. Uno de ellos es la docu-mentacin en su cara septentrional de un con-junto de dependencias destinadas a los servi-dores del mismo. El otro es la existencia de lagran terraza en la que se apoya, colgando prc-

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    Figura 1. Tell Qara Qzq. Nivel IV.Depsito cultural del templo de antas.

    Figura 2. Tell Qara Qzq.Nivel IV. Diosa de ncar con forma de

    vaca cefalomorma aparecida en eldepsito cultual del templo de antas. Se

    conocen muy pocos ejemplares de estetipo.

  • ticamente en la ladera. Esta terraza tiene tresgrandes escalones en los que se depositaronexvotos por los fieles que no podan tener ac-ceso al recinto sagrado y que habran de seguirlas ceremonias desde la llanura desarrolladaentre el Tell y el ro, pues la inclinacin de laladera es poco hbil a ese respecto.

    En la parte superior de la plataforma, juntoa una de las antas se hall una gran vasija de220 litros de capacidad con un depsito cul-tual compuesto por 333 piezas de alabastro,cermica, fayenza, ncar, concha, hueso y pie-dra. De ellas destacan un vaso y un cuenco dealabastro, una deidad de ncar con forma devaca cefalomorfa y cuatro cilindros sello. Hayque insistir en que un hallazgo como ste esnico en Siria y si bien piezas como las apare-cidas en el depsito se han encontrado enotros lugares, por lo general se trata de hallaz-gos aislados y puntuales. En cuanto a la dei-dad de ncar hay menos de 10 piezas seme-jantes en todo el Prximo Oriente.

    Nivel V Bronce Antiguo II

    Se caracteriza por la presencia de un granedificio de adobes rojos que ocupa ms de lamitad del yacimiento y que ha tenido dosclaras fases de ocupacin, la primera comoresidencia palacial y la segunda como com-plejo funerario.

    Tiene alzados que llegan a los 5 m de altu-ra y grosores de paredes de hasta 2 m. Estconstruido de forma escalonada desde la la-dera occidental del yacimiento, habindosedocumentado hasta la fecha media docenade habitaciones que destacan por haberseconvertido en recintos funerarios, con la de-posicin del cuerpo acompaado de unenorme ajuar entre el que destacan las cer-micas y en especial los elementos metlicoscomo lanzas y alfileres, estudiados en su mo-mento por el doctor Montero Fenolls.

    Se ha podido constatar cmo tras cadainhumacin la puerta de la habitacin co-rrespondiente se sellaba con adobes, dejan-do esa parte del palacio inutilizada. Es posi-ble, aunque no se ha podido determinar,que cuando se producen los enterramientosel edificio ya est amortizado. En cualquiercaso y aparte de la espectacularidad de laedificacin, que en nada desmerece al Pala-cio de Ebla y que utiliza el mismo sistemade ocupacin de ladera y cima, el conjuntode piezas de metal se sita entre los broncesms antiguos del Prximo Oriente.

    La mitad oriental del yacimiento, menosexcavada para este perodo, muestra tam-bin grandes edificios de adobe. De ellosdestaca una habitacin enlucida de blancoque conserva un alzado de 5 m y presentaen una de sus caras una puerta y una venta-na intacta.

    En cuanto a los hallazgos materiales, ade-ms de las piezas de los ajuares, merece lapena mencionar en una de las habitacionesla existencia de un depsito de crtulas-pre-cintos (ms de 50 fragmentos), muchas deellas con improntas de sellos cilndricos, en-tre los que se han diferenciado hasta ochomotivos diferentes. Nos encontramos, pues,

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    Figura 3. Tell Qara Qzq.Nivel V. Habitacin del palacio deadobe rojo reutilizada como tumba.

  • con el reflejo de un complejo sistema de al-macenes y a cuyo cargo se encuentran almenos ocho funcionarios diferentes, posi-blemente por ser depsitos de distinta natu-raleza. Sabemos que las crtulas se almace-naban durante algn tiempo para dar fe delacto administrativo que ha supuesto su rup-tura y que con posterioridad eran arrojadasa vertederos. En este caso se encontraban enel interior de una habitacin que haba sidodestruida por un incendio, lo que quieredecir que no haca mucho que se haba pro-cedido a la apertura de los sellados.

    Las reas prximas al Tell

    La Edad del Bronce

    Uno de los problemas que ha planteado Qa-ra Qzq desde el principio es el de la exis-tencia de una ciudad baja en todos o algunode los niveles documentados en la excava-cin. La colina ocupada por el sistema de al-macenamiento durante el Bronce Medio seexplicara mejor si existiera un entorno ur-bano en el llano. Lo mismo ocurrira para elcomplejo sacro del Bronce Antiguo III y pa-ra el palacial del Bronce Antiguo II.

    La existencia de un inmenso cementeriocontemporneo al pie del Tell, las casas par-ticulares, los caminos y las tierras de cultivono han facilitado la tarea de la excavacin enel llano. No obstante se han realizado unaserie de sondeos que sin ser determinanteshan excluido la posibilidad de un pobla-miento en llano concentrado para el BronceMedio y la han verificado para el BronceAntiguo III. No existiendo evidencia positi-va o negativa para el Bronce Antiguo II.

    Adems se han localizado dos necrpolis,una del Bronce Antiguo IV a unos 500 m alnorte del yacimiento, de la que slo se han

    podido excavar unas pocas tumbas, pues seintroduce bajo el cementerio moderno. Desta lo ms destacable es la presencia de unatumba colectiva (casi megaltica) que a modode panten se abri en mltiples ocasionespara recibir nuevos cadveres que eran de-puestos y cubiertos de masa de adobe.

    La otra necrpolis se encuentra ms aleja-da y ocupa de forma dispersa las alturas delmonte que se eleva al este de Qara Qzq.Se trata de una necrpolis de tmulos de di-versas pocas, en donde slo se ha podidointervenir en tareas de limpieza en uno deellos. La proximidad a Qara Qzq, la in-mediatez visual y la existencia de materialesdel Bronce en superficie conectan la necr-polis con el yacimiento.

    poca Romana y Bizantina

    Si bien en la cima del Tell encontramos unpequeo asentamiento de carcter militarque no puede ir ms all del traslado del li-mes romano del ufrates al Tigris en pocade Trajano, tanto en la aldea actual como apie de yacimiento e incluso en un rea decasi un kilmetro desde el establecimientoarqueolgico principal, hay diseminadosuna serie de restos que completan el pano-rama de este amplio perodo.

    Desde un mosaico de comienzos del si-glo III d. C. hasta estructuras domsticas delos siglos VI al X. A esto hay que aadir elhallazgo de innumerables monedas tardas ybizantinas en toda el rea, alguna de las cua-les llega hasta el siglo XI. Aunque es un fe-nmeno generalizado en toda la zona, en elentorno inmediato tambin tenemos doshipogeos del siglo VI con planta de cruzgriega de los que se ha excavado uno.

    Los sondeos y las prospecciones nosmuestran esta fase, a partir del siglo III co-mo una poca de gran vitalidad.

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  • Un Nuevo Yacimiento: Tell Jams

    Gracias a la financiacin de la FundacinDuran Vall Llosera tuvimos la oportunidadde emprender en el ao 1992 la excavacinde un nuevo yacimiento: Tell Jams. Demuy pequeas dimensiones (8 m de alturay 100 m de base) y tambin afectado por laconstruccin de la presa de Tisrn, permitaa priori dada su proximidad a Qara Qzqy a la secuencia cronolgica que las diferen-tes prospecciones haban predeterminado,completar con los datos extrados de ste lasinformaciones procedentes de Qara Qzq.Tambin las reducidas dimensiones lo hac-an abarcable en un plazo limitado de aos.

    Desde 1995 hasta el ao 2000, en que serealiz la ltima campaa de excavaciones,el peso econmico de la intervencin ar-queolgica ha recado en el Ministerio deCultura y Educacin.

    Cuando comenzaron los primeros son-deos, lo primero que pudimos constatar fuela divergencia entre la cronologa propuestaen las prospecciones y la cronologa real, detal forma que los sincronismos con QaraQzq los documentamos slo en los per-odos del Bronce Antiguo II y del BronceMedio:

    Jams I Islmico Posterior al siglo VII d. C.

    Jams II Helenstico Siglo II a. C.

    Jams III Helenstico Siglo III-II a. C.

    Jams IV Helenstico Siglo III a. C.

    Jams V Persa-Helenstico Siglo IV-III a. C.

    Jams VI Persa-Helenstico Siglo IV a. C.

    Jams VII Persa Siglos VI-V a. C ?

    Jams VIII Asirio Siglos VIII-VII a. C.

    Jams IX Arameo Siglo IX a. C.

    Jams X Bronce Medio I 2000-1750 (Cermica)1750-1600 (C14)

    Jams XI Bronce Antiguo II 2800-2500 a. C.

    Si por una parte disminua la capacidadde contraste directo entre los dos yacimien-tos, por otra nos acercbamos a una secuen-cia completa de la Edad del Hierro que fal-taba en Qara Qzq. Lo cierto es que entrelos dos yacimientos estaban cubiertos todoslos perodos desde comienzos del tercer mi-lenio a poca bizantina, hecho que a la lar-ga result mucho ms fructfero pues per-miti una comprensin integral de la zonapor medio de la experiencia propia.

    Nivel I Islmico

    Tras el abandono de Tell Jams a mediadosdel siglo II a. C., hay un perodo largo detiempo en que no vuelve a existir ningn ti-po de ocupacin. Despus de la conversinde Siria en territorio del Islam y sin poderprecisar la fecha el yacimiento se convierteen un lugar habitual de enterramiento. Du-rante las sucesivas campaas de trabajos seha excavado ms de un centenar de tumbasde la ms diversa tipologa, pudindoseconstatar tambin la existencia de varios ni-veles de enterramientos. Aunque la conti-nua utilizacin del cementerio ha provoca-do la alteracin de muchas de las tumbas,especialmente de las cubiertas, s se puedehacer una relacin de los diferentes tipos deinhumaciones detectadas, de los que se hanpodido determinar hasta nueve, desde elms sencillo, la fosa simple abierta en tierra,hasta las ms complejas, como las tumbasdobles o las de sillares regulares.

    Nivel II-IV Helenstico

    El ltimo momento de ocupacin del Tell,(Nivel II) muy indefinido por otra parte,tiene todas las trazas de representar unaocupacin espordica y marginal. No exis-ten restos constructivos que sigan ningn

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  • tipo de esquema, pero s se han documenta-do muretes de mampostera sin cimientos,de mala factura o muy deteriorados, en unazona en la que las tumbas alteran y desvir-tan de manera considerable estructurasms antiguas. Las ocupaciones de esta claseson fciles de determinar. Una serie de ele-mentos inconfundibles se dan en cualquierpoca cada vez que se produce un fenme-no semejante. El rasgo fundamental es eluso de elementos anteriores para un fin dis-tinto al que fueron concebidos. Lo ms evi-dente suele ser la aparicin de hogares / ho-gueras sobre pavimentos de habitaciones oen lugares exteriores de paso.

    El Nivel III representa la ltima ocupa-cin estable del yacimiento y la ulterior ac-tividad edilicia en funcin de un plan pre-viamente establecido. Se adivinan ya losprecedentes del uso marginal y del abando-no, pues slo podemos reconocer una uni-dad de habitacin. Durante todo el perodopersa-helenstico y con exclusin de una fa-se ocupacional lgida en el momento del es-tablecimiento persa, Jams ir perdiendogradualmente poblacin hasta llegar a unasola unidad familiar? y de ah a la nada.

    El Nivel IV es uno de los ms interesan-tes del Tell y a la vez uno de los que plan-tean mayores problemas. Tiene muy pocasconstrucciones, y tal actividad en la cons-truccin de silos de tierra con creces supe-rior a los que podran ser necesarios, que ala fuerza hay que buscar un ncleo de po-blacin al margen del Tell para llegar a en-tender el uso que se hace del mismo comodepsito masivo de cereal.

    Por otra parte, presenta tal abundancia yriqueza de cermica que nos lleva a plantearla existencia de una factora, que en ciertamedida puede llenar el vaco que existe en elconocimiento de las producciones de pocahelenstica.

    Durante la campaa del 93 se realiz unaprospeccin electromagntica en la vertien-te meridional del Tell. Se proyectaron16 mallas de 25 x 25 m con 625 puntos encada una de ellas para efectuar mediciones.Sin embargo, el excesivo calor afect a losaparatos y slo pudieron realizarse dos ma-llas completas. No obstante en uno de lospuntos que parecan ms interesantes, don-de aparecan unas manchas negras en elsubsuelo, se procedi a realizar un sondeode 2 x 2 m para comprobar la naturaleza delos elementos que producan perturbacio-nes electromagnticas y poder trasladar estaexperiencia al estudio del conjunto de laprospeccin. En la cata, y tras una serie desedimentos, aparecieron a 70 cm de pro-fundidad 2 tannres (hornos de pan). Indu-dablemente lo que se reflejaba en ese puntotras las mediciones era la ceniza del interiorde los hornos y la cermica refractaria de losmismos. Los datos obtenidos ese ao y untrabajo ms tranquilo con ellos permitieronnuevas lecturas del subsuelo. En la malla1 + 4 (25 x 50 m) podan distinguirse concierta claridad unos grupos de manchas queformaban tres grandes crculos casi conver-gentes de unos 20 m de dimetro. Excavadala zona durante 1994 se comprob cmolos grandes crculos correspondan aderrumbes de estructuras. As que la combi-nacin entre el sondeo realizado y la pros-peccin magntica indicaba la existencia deuna importante poblacin que explicara laexistencia de tanto silo domstico.

    Nivel V Helenstico-Persa

    Hay un momento difcil de precisar cronol-gicamente en que el yacimiento, careciendode hbitat estable, se convierte en un puntode referencia para poblaciones de la zona.No existen demasiadas referencias arqueol-

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  • gicas, pero stas son tan sugestivas que encierta medida es posible llenar el vaco. Has-ta ahora y que puedan asociarse a ese mo-mento han aparecido dos enterramientos.Uno, si no en el centro fsico de la colina, sen el lugar en que sta tena ms alturacuando se practic y el otro en el extremonororiental de la zona excavada, en un lugarde suave pendiente y escaso depsito ar-queolgico sobre la tumba.

    De las dos inhumaciones una est practi-cada en un sarcfago antropomorfo de ce-rmica, lo que nos acerca a determinadastumbas persas; sin embargo, el cadver esten posicin fetal, lo que nos aleja de la prc-tica funeraria persa e indica que el enterra-miento ha sido practicado por poblacinautctona. Por otra parte, si estos enterra-mientos estn utilizando la forma de grantmulo que presenta el Tell, la similitudconceptual con la necrpolis oriental deQara Qzq es evidente.

    Nivel VI-VII. Helenstico-Persa y Persa

    El VI primero de los niveles excavados enque las construcciones hacen uso de todo elTell. El volumen de lo construido no es muygrande, pero asistimos a una planificacinde todo el espacio en la que parece que el h-bitat est ausente. Tanto de este nivel comodel VII, inmediatamente anterior, es com-plicado tener una imagen global. La superfi-cialidad de gran parte de las estructuras, lapropia naturaleza de las mismas, en su ma-yora espacios cercados pero abiertos, las fo-sas del Nivel IV, que por inmediatez crono-lgica y fsica condicionan ms este perodoque todos los dems. En cualquier caso nosencontramos con un gran patio de accesoempedrado, una gran habitacin, que pare-ce un obrador de cermica, y un conjuntode espacios acotados que jams tuvieron ni

    alzados mas all de los zcalos ni cubierta, amenos que sta fuera un ramaje sencillo.

    Si tenemos en cuenta la gran cantidad decermicas con defectos de coccin que hanaparecido (tambin sin defectos) hay queinterpretar los restos como una alfarera. Laindustria cermica es de las que dejan me-nos rastros. No necesita grandes instalacio-nes ni instrumentos especializados. Entrelas primeras lo que ms destaca son los hor-nos y si acaso los testares. Entre las segundastodo vale, desde un trozo de caa a un seg-mento de alambre pasando por una piedrao un tiesto roto. Pero un alfar necesita bal-sas de decantacin de arcillas y agua. Nohay balsas documentadas, ni hornos, aun-que agua no faltara por la presencia del w-d. Por otra parte los espacios semiabiertosencajaran muy bien con los secaderos decermica que cualquier alfar necesita.

    Respecto al Nivel VII Persa, lo ms inte-resante es constatar su existencia bien dife-renciado de lo helenstico. Hasta ahora lopersa se incluye en un cajn de sastre en elque lo helenstico tambin est incluido. Deesta forma la excavacin de una pequea al-dea de esta poca crea un importante prece-dente para afrontar los estudios de este pe-rodo, en los que el mundo material es prc-ticamente desconocido.

    Nivel VIII Asirio y IX Arameo

    Estos dos niveles estn claramente diferen-ciados por estratigrafa y por el uso que ha-cen del espacio. Mientras en el Arameo lasuperficie del Tell est convertida en un es-pacio sacro, con un templo rectangular detres naves en el centro de un gran patio cir-cundado por un porche porticado al inte-rior, en el Asirio Jams se ha convertido enuna aldea agrcola en la que se distinguenhasta diez viviendas familiares y una serie de

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  • espacios comunes, como pequeos almace-nes y una cerca para resguardar el ganado.

    El inters de los dos niveles est precisa-mente en esa diferencia. Sabemos que eltemplo se saquea, se incendia y se arrasa einmediatamente despus, sobre los cimien-tos del mismo se construye la alquera,desacralizando el lugar. Si tenemos en cuen-ta que a unos 7 km se encuentra Til Barsip(Tell Ahmar), la capital del reino arameo deBit Adini que fue conquistada despus derepetidos intentos por Salmanasar III, po-demos entender perfectamente lo que le hasucedido en esta poca al yacimiento, en es-pecial su laicizacin sin solucin de conti-nuidad desde la concepcin sagrada dellugar.

    Nivel X Bronce Medio

    Entre la ocupacin del Bronce Medio y lainmediatamente posterior Aramea hay unafranja cronolgica de ms de 500 aos enlos que Jams no tiene ningn tipo de ocu-pacin. No obstante, se mantiene un nexoentre ambos momentos, pues si veamosque la poca aramea se caracterizaba por es-

    tar el Tell destinado a albergar un templo,sin ocupacin laica, durante el Bronce Me-dio vamos a asistir al mismo fenmeno: lacolina va a estar en su centro dominada porun gran templo, al que se adosarn en suparte occidental una serie de dependenciasde sacerdotes-servidores.

    El templo se ubica sobre una plataformaartificial de adobe. Se compone de dos par-tes, una pequea cella rectangular y un granpatio cerrado tambin rectangular, pero conla particularidad de que sus muros cortostienen un grosor de 3 m, por lo que es po-sible que su parte superior fueran platafor-mas desde las que realizar sacrificios. No seexplica de otra forma que un patio a lo su-mo semicubierto necesitara muros de seme-jante grosor.

    Las dos partes, cella y patio, se vertebranen torno a un pasillo enlosado de adobe y,por lo tanto, cubierto, que arranca de unapuerta situada en el extremo oeste del tem-plo, por la que accedan los servidores. Dela puerta principal del complejo nada sabe-mos, pues las intrusiones posteriores hanprovocado en la mitad oriental del edificioun enorme dao.

    Respecto a las dependencias de los do-msticos, las que se han podido excavarcompletamente muestran una divisin tri-partita del espacio, con dos habitaciones pe-queas paralelas, una destinada a cocina yotra a almacn, adems de un ancho y cor-to pasillo que una ambas. Como espaciocolectivo entre las habitaciones se ha encon-trado un enorme granero de planta cuadra-da y muros de adobe que conservaba ms de1 m de espesor de cebada carbonizada.

    El templo y las dependencias anejas fue-ron destruidos por un incendio, saquendo-se cuanto haba en su interior, a excepcinde las cermicas y el contenido de las mis-mas, que en los casos en que era vegetal se

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    Figura 4. Tell Jams. Nivel X.Habitaciones de los sacerdotes deltemplo del Bronce Medio tal y comoquedaron tras la destruccin violentaque concluy con un incendio.

  • ha conservado hasta la actualidad, de mane-ra que no slo tenemos un importante con-junto de piezas de Bronce Medio, sino quesabemos para qu se utilizaba cada una deellas. Por su excepcionalidad merece la penaresear una jarra pintada cilicia de boca tri-lobulada, semejante a las aparecidas en lasnecrpolis reales de Ebla.

    Es sugerente, aunque incontrastable, co-nectar la destruccin del yacimiento a la ex-pansin del Imperio Antiguo Hitita duran-te el reinado de Hattu?ili y a los conflictosque surgen en especial entre hititas y hurri-tas en la zona del Eufrates cuando est Mur-sili I en el trono hitita. Pero al margen de laespeculacin lo realmente importante esconstatar cmo la carencia de ocupacindurante cientos de aos, no hizo desapare-cer la tradicin del yacimiento como lugarsagrado. Estamos ante uno de los casos msclaros en los que se demuestra que la histo-ria, a menos que existan acontecimientosmuy excepcionales, est compuesta porcontinuidades y no por rupturas.

    Nivel XI Bronce Antiguo II

    Se ha excavado muy parcialmente, pero losdatos obtenidos hasta la fecha indican quenos encontramos frente a otro complejo re-ligioso, en el que destacara una plataformaempedrada con un betilo en su centro.

    Otras actuaciones

    El coste econmico y humano de los traba-jos arqueolgicos realizados en el extranjeroes alto, por lo que nos vemos en la obliga-cin moral y en la necesidad, cuantos esta-mos en Siria, de rentabilizar el tiempo depermanencia al 100%. Por este motivo, eltiempo que no es de trabajo directo relacio-

    nado con el Tell lo empleamos en una seriede actividades paralelas que nos permitencomprender mucho mejor el tipo de traba-jo que estamos realizando.

    Entre ellas podemos destacar las prospec-ciones, con una incidencia especial en elmundo romano y bizantino, las recogidasbotnicas, los estudios antropolgicos dendole variada, la recogida de toponimia,etc. Para ello contamos con reconocidos es-pecialistas como los doctores Ribera(UMU) y Obn (UMH) bilogos, Beja-rano filloga y Cano epigrafista (US) olos arquitectos Lpez Martnez y SnchezGarre (UCAM). Comentaremos slo algu-na de estas actividades:

    Prospecciones

    Destaca la localizacin y catalogacin decientos de cuevas artificiales utilizadas co-mo sepultura, de varios complejos monaca-les, de vas romanas, acueductos, estatuariay de epigrafa en griego, siriaco, safatico yrabe. Lo ms llamativo ha sido el descubri-miento del Monasterio rupestre de la here-ja de los Acoimetas (los que nunca duer-men), fundado en el siglo V d. C. y con ac-tividad hasta el siglo X d. C.

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    Figura 5. Trabajos de epigrafa enun eremitorio rupestre.

  • Recogida y catalogacin de epigrafa

    Gracias a las prospecciones que se haban reali-zado en la zona del ufrates prxima a QaraQzq ramos conscientes de la gran cantidadde inscripciones que se encontraban en la zonay que no haban sido ni recogidas, ni estudia-das. Junto a numerosas inscripciones modernasy antiguas escritas en rabe, aparecen un sinfnde grafitos en unos caracteres grficos que guar-dan bastante similitud y coincidencia con va-rios de tres antiguos dialectos del rabe delnorte: el lihyanita, el tamudeo y el safatico.

    Etnologa

    Con el apoyo de la doctora Ingrid Bejarano,de la universidad de Sevilla y de varios licen-ciados en rabe de esta misma universidad,hemos estado recogiendo diverso material et-nolgico que ha servido de base para otrostantos estudios: toponimia, joyera, estampa-dos en los pauelos, usos funerarios, sistemasde irrigacin, cuentos y leyendas, organiza-cin social, tareas del campo, etc. En generalel material es muy rico y sobre todo variado.

    Restauracin

    Desde el ao 1998 y previa peticin de ayu-da desde la direccin de antigedades deDamasco, se trabaja con el apoyo del ar-quelogo Jos Antonio Martnez Lpez ylos arquitectos Francisco Javier Lpez Mar-tnez y Ricardo Snchez Garre en un pro-yecto de restauracin de Qalcat Najm (Cas-tillo de la Estrella). Fortaleza-palacio Ayyu-b a 8 km de Qara Qzq y uno de los po-cos ejemplos de arquitectura militar islmi-ca en piedra. Junto a arquitectos e ingenie-ros civiles sirios se ha planificado de formaconjunta la intervencin, se han levantadolos planos que no existan y evaluado las zo-nas en las que era ms urgente intervenir.En la actualidad estamos en condiciones deacometer la intervencin.

    Montaje de vitrinas en el MuseoNacional de Alepo

    El IPOA (Universidades de Barcelona yMurcia) ha instalado en este Museo un es-tupendo panel explicativo (en lengua rabey en espaol) que resume la historia de lasexcavaciones en los yacimientos de Tell Ja-ms y Tell Qara Qzq, as como dos vitri-nas que recogen materiales arqueolgicos decada uno de los yacimientos. El panel estenmarcado entre un sarcfago antropomor-fo de cermica (Jams) restaurado por Virgi-nia Page y la gran vasija procedente delTemplo de Antas (Qara Qzq).

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    Figura 6. Museo Nacional de Alepo(Siria). Al fondo las dos vitrinas

    montadas por el IPOA de lasuniversidades de Barcelona y Murcia.

    En primer trmino la vasija deltemplo de antas de Qara Qzq, el

    cartel explicativo en rabe y enespaol y el sarcfago antropomorfo de

    Tell Jams.

  • Tesis y bibliografa

    Hasta la actualidad se han defendido cuatro tesis doctorales emanadas directamente de lostrabajos realizados en Siria. Adems se han editado varias monografas, cientos de artculosy se ha celebrado un congreso internacional: International Symposium on the Archaeology ofthe Upper Syrian Euphrates (Tishrin Dam Area), Barcelona 1998 (organizado por el doctorOlmo Lete). Por cuestiones de espacio slo citaremos las monografas (editadas o en prepa-racin). Hay que hacer la salvedad de que todos los datos recogidos en este artculo, as co-mo la discusin de los mismos y la bibliografa de apoyo se encuentra recogida en estos tra-bajos:

    OLMO LETE, G. (ed.): Qara Qzq-I. Campaas I-III (1989-1991) (Aula Orientalis Supplementa 4),Barcelona, 1994.

    OLMO LETE, G.; MONTERO FENOLLOS, J. L., y VALDES PEREIRO, C. (eds.): Qara Qzq-II. Campa-as IV-VI (1992-1994) (Aula Orientalis Supplementa 17), Barcelona, 2001.

    OLMO LETE, G.; MATILLA SIQUER, G., y GONZLEZ BLANCO, A. (eds.): Qara Qzq-III. CampaasVII-VI (1995-1999) (Aula Orientalis Supplementa), en preparacin.

    RIBERA NEZ, D.; MATILLA SIQUER, G., y OBON DE CASTRO, C.: Los macrorrestos vegetales del Bron-ce Medio y Bronce Antiguo de Tell Qara Qzq y revisin de la flora del Prximo Oriente Antiguo, enpreparacin.

    GONZLEZ BLANCO, A., y MATILLA SIQUER, G. (eds.): Romanizacin y Cristianismo en la Siria Me-sopotmica, Antigedad y Cristianismo XV, Murcia, 1998.

    MATILLA SIQUER, G.: Arqueologa y Antropologa en el Alto ufrates Sirio: Tell Jams, Murcia 2001, edi-cin en CD.

    MONTERO FENOLLOS, J. L.: La metalurgia em el prximo Oriente Antiguo (III y II milenios a. C.) (Au-la Orientalis Supplementa 16), Barcelona, 1998.

    VALDS PEREIRO, C.: La cermica de la edad del Bronce de Tell Qara Quzaq, Siria, tesis doctoral.EGEA VIVANCOS, A.: Poblamiento romano en el Alto ufrates Sirio, Murcia, 2002, tesis doctoral en cur-

    so de publicacin.

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