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ULRICH RUH TEOLOGÍA TRINITARIA Y ESPECIFICIDAD DEL DIOS CRISTIANO Das unterscheidend Christfiche in der Gottesfrage. Zu neueren Entwicklungen in der Trinitätstheologie. Herder Korrespondenz 36 (1982) 187-192 Sea cual sea el punto de atención que escoja el pensador teológico, actual, tendrá que llegar tarde o temprano a plantearse el problema de la validez y sentido de nuestro hablar sobre Dios: el teólogo no puede hablar sobre Dios sin procurar aclarar qué entiende él con esta palabra o de qué Dios está exactamente hablando. En los últimos decenios se han contrapuesto a menudo el Dios de la metafísica, el Dios de la biblia y el Dios de la modernidad: el resultado de esta contraposición ha sido un creciente consenso en la idea de que el Dios específicamente cristiano no puede ser otro que el Dios uno y trino, el Dios de la doctrina trinitaria. La revelación del Dios trinitario configura, sin duda la idea específicamente cristiana de Dios. Pero esto parece chocar con la escasa importancia que tanto los teólogos en sus investigaciones como los simples creyentes en su praxis de fe parecen haber otorgado en los últimos tiempos a la doctrina trinitaria. Dando, en cierto modo, la razón a Schleiermacher, quien decía que la doctrina trinitaria no expresaba más que una construcción eclesiástica, K. Rahner constataba que la vivencia de fe de la mayoría de los cristianos en occidente era puramente monoteísta. Con todo, las cosas parecen haber cambiado de un tiempo a esta parte. Nuevas perspectivas en la teología evangélica Entre los teólogos evangélicos, E. Jüngel ha subrayado que la fe en el Dios trinitario ha de marcar toda la existencia cristiana , la teología, la pie. dad y la misma moral. Con ello no quiere decir que haya que volver a poner en vigencia el aparato conceptual y las sutiles distinciones de la teología clásica. Más bien propone como punto de partida que la doctrina trinitaria no ha de concebirse como una especulación abstracta sobre los misterios de Dios, sino como una reflexión sobre la historia de la salvación la cual sólo se comprende como la actuación de un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu. Con ello aparece la cuestión de la relación que pueda haber entre Trinidad "inmanente" y "económica". Además, hay un cierto consenso en admitir que no es posible hablar por un lado del Dios uno, su existencia y sus atributos, y por otro del misterio de su Trinidad: uno y otro aspecto han de ser contemplados a la vez, con la mirada fija en Jesucristo, con el cual Dios ha hecho su entrada en la historia. Consiguientemente la Trinidad no ha de quedar relegada a un tratado dogmático especial, sino que hay que preguntarse por la incidencia que una concepción trinitaria de Dios tiene en todos los aspectos de la fe y en la concepción cristiana del hombre y del mundo. Ello ha dado como resultado que en los últimos años se hayan marcado acentos diferenciales en la teología evangélica alemana que recibió en este sentido un estímulo peculiar a través de la Dogmática de K. Barth .

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  • ULRICH RUH

    TEOLOGA TRINITARIA Y ESPECIFICIDAD DEL DIOS CRISTIANO

    Das unterscheidend Christfiche in der Gottesfrage. Zu neueren Entwicklungen in der Trinittstheologie. Herder Korrespondenz 36 (1982) 187-192

    Sea cual sea el punto de atencin que escoja el pensador teolgico, actual, tendr que llegar tarde o temprano a plantearse el problema de la validez y sentido de nuestro hablar sobre Dios: el telogo no puede hablar sobre Dios sin procurar aclarar qu entiende l con esta palabra o de qu Dios est exactamente hablando. En los ltimos decenios se han contrapuesto a menudo el Dios de la metafsica, el Dios de la biblia y el Dios de la modernidad: el resultado de esta contraposicin ha sido un creciente consenso en la idea de que el Dios especficamente cristiano no puede ser otro que el Dios uno y trino, el Dios de la doctrina trinitaria.

    La revelacin del Dios trinitario configura, sin duda la idea especficamente cristiana de Dios. Pero esto parece chocar con la escasa importancia que tanto los telogos en sus investigaciones como los simples creyentes en su praxis de fe parecen haber otorgado en los ltimos tiempos a la doctrina trinitaria. Dando, en cierto modo, la razn a Schleiermacher, quien deca que la doctrina trinitaria no expresaba ms que una construccin eclesistica, K. Rahner constataba que la vivencia de fe de la mayora de los cristianos en occidente era puramente monotesta. Con todo, las cosas parecen haber cambiado de un tiempo a esta parte.

    Nuevas perspectivas en la teologa evanglica

    Entre los telogos evanglicos, E. Jngel ha subrayado que la fe en el Dios trinitario ha de marcar toda la existencia cristiana, la teologa, la pie. dad y la misma moral. Con ello no quiere decir que haya que volver a poner en vigencia el aparato conceptual y las sutiles distinciones de la teologa clsica. Ms bien propone como punto de partida que la doctrina trinitaria no ha de concebirse como una especulacin abstracta sobre los misterios de Dios, sino como una reflexin sobre la historia de la salvacin la cual slo se comprende como la actuacin de un Dios que es Padre, Hijo y Espritu. Con ello aparece la cuestin de la relacin que pueda haber entre Trinidad "inmanente" y "econmica".

    Adems, hay un cierto consenso en admitir que no es posible hablar por un lado del Dios uno, su existencia y sus atributos, y por otro del misterio de su Trinidad: uno y otro aspecto han de ser contemplados a la vez, con la mirada fija en Jesucristo, con el cual Dios ha hecho su entrada en la historia.

    Consiguientemente la Trinidad no ha de quedar relegada a un tratado dogmtico especial, sino que hay que preguntarse por la incidencia que una concepcin trinitaria de Dios tiene en todos los aspectos de la fe y en la concepcin cristiana del hombre y del mundo. Ello ha dado como resultado que en los ltimos aos se hayan marcado acentos diferenciales en la teologa evanglica alemana que recibi en este sentido un estmulo peculiar a travs de la Dogmtica de K. Barth.

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    G. Ebeling en su Dogmtica (Tubinga 1979) reserva para el tratamiento de la Trinidad los apartados finales, despus que ha desarrollado la doctrina de Dios como creador, salvador y consumador del mundo. Por lo dems, se limita a una exposicin sumaria y positiva de la doctrina trinitaria clsica: la intencin de todas las afirmaciones acerca de la Trinidad es que "Dios ha de ser pensado como Dios vivo" (III, 540). La consideracin de la Trinidad se hace ms bien en un piano formal y hermenutico, como clave de bveda del edificio teolgico.

    J. Moltmann puede decirse que se coloca en el extremo opuesto con su obra "Trinidad y Reino de Dios" (traduccin castellana, Salamanca, Sgueme, 1983), que reelabora temas anunciados ya anteriormente en "El Dios crucificado" (ibid. 1975). Todo su empeo est en interpretar el misterio trinitario a partir del acontecimiento de la cruz, afirmando la "pasin de Dios" frente a la supuesta impasibilidad del Dios de la metafsica. Ms afn, a travs de su concepcin de una "Trinidad social" busca desarrollar un concepto de Dios que permita interpretar el hombre y la historia en conexin con las relaciones trinitarias. Moltmann no tiene reparo en hablar del "mundo de la Trinidad", en el que la encarnacin y la iluminacin por el Espritu se conciben como historia de Dios en el mundo. Sus consideraciones llevan a una teora teolgica de la libertad en conexin con su idea trinitaria. "El concepto teolgico de libertad es el concepto de la historia trinitaria de Dios". Resumiendo crticamente la idea de los tres reinos de Joaqun de Piore, Moltmann desarrolla la idea de una libertad "pluridimensional" en tres rdenes (libertad de esclavos, libertad de hijos, libertad de amigos de Dios), relacionados con las tres divinas personas.

    Tambin E. Jngel en su obra "Dios como misterio del mundo" (1977), aunque por otros caminos, pretende articular una concepcin trinitaria a partir del acontecimiento de la cruz. En un intento de dar respuesta a las aportas de la modernidad sobre el concepto de Dios, mantiene que Dios ha de ser considerado en el don de su palabra y en su humanidad: slo cuando Dios es considerado como el que habla, puede nuestro hablar de Dios decir algo sobre Dios. Su frmula es "El ser de Dios est en su venida"; frmula que permite hablar del "ser de Dios como historia que puede ser narrada como misterio del mundo".

    W. Pannenberg se ha ocupado de la teologa trinitaria en diversos artculos. Tambin l quiere, a partir de la Trinidad, llegar a pensar conjuntamente Dios y la historia, el Infinito y la finitud, apoyndose en formas mentales provenientes de la filosofa de Hegel. Mientras que Jngel hablaba de la Trinidad como de la narracin de la venida de Dios, Pannenberg busca una mediacin ms especulativa para hablar de la relacin entre Dios y la historia. "Un doble hecho, a saber, el de que la divinidad de Dios est todava en juego en la historia, y el de que la realidad futura de Dios est hacindose en el proceso de la historia, queda expresado en la doctrina trinitaria como la tensin entre la actividad creadora del Padre y su presencia en la accin del Hijo y del Espritu para la realizacin del reino de Dios como presencia suya en la creacin, y presencia de la creacin en El, sin supresin de su diferencia".

    Algunas posturas catlicas

    Las posiciones catlicas recientes en materia de teologa trinitaria parecen menos llamativas. Ello se debe a que el punto de partida es aqu distinto: en unos casos haba

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    que recobrar el sentido de la necesidad de un concepto especficamente cristiano de Dios contrapuesto al de Dios de la teologa natural, por ejemplo a travs de la teologa de la cruz; en otros haba que lograr una nueva comprensin del tratado clsico De Deo Trino. Los trabajos de K. Rahner fueron aqu de capital importancia (Mysterium Salutis, Vol. II). El ha defendido la identidad de la Trinidad inmanente y la econmica, y ha precisado el sentido de "persona" en el contexto trinitario. La Trinidad econmica surge como autocomunicacin de Dios en su revelacin: en la encarnacin tiene lugar la autocomunicacin de Dios como verdad de la historia, como cuestin y como oferta; en la misin del Espritu como amor en trascendencia, futuro y aceptacin. La Trinidad inmanente es la condicin de posibilidad de esa autocomunicacin hacia afuera. "En el Dios en s existe la diferencia real dentro del uno e idntico Dios, en cuanto que en l se da el nico necesario sin origen que se comunica a s mismo (Padre), el que en verdad es expresado para s (Hijo) y el que en amor es concebido y acogido para s mismo (Espritu); y precisamente por esto es aqul que, en libertad, puede comunicarse hacia afuera".

    H. U. von Balthasar puede ser considerado como un correctivo a la postura rahneriana y, en cierto modo, como paralelo a la teologa trinitaria de la cruz representada en el protestantismo por J. Moltmann. En el volumen tercero de su Teodramtica (Einsiedeln, 1980) se halla la siguiente conclusin: "No slo hay que desarrollar toda la teologa trinitaria a partir de una teologa de la cruz... de la que en ningn momento puede aquella prescindir, sino que la teologa trinitaria ha de ser concebida como un presupuesto interno y siempre presente de la estaurologa" (1) (p. 296). Con ello Balthasar se distancia a la vez de Rahner y de Moltmann; la Trinidad inmanente es de tal manera fundamento del proceso del mundo que culmina en la crucifixin, que ha de ser considerada como "aquella autoentrega total y absoluta que Dios ya manifiesta en s mismo como amor absoluto, que explica su libre entrega al mundo como amor, sin que por ello Dios se viera necesitado a un proceso autoevolutivo en el proceso del mundo y de la cruz" (p. 300).

    Klaus Hemmerle representa una tercera alternativa catlica al partir, no de la autocomunicacin ni de la autoentrega de Dios en la cruz, sino de consideraciones ontolgicas (Tesis para una ontologa trinitaria, Einsiedeln, 1976): para l no es posible una teologa sin ontologa, es decir, una comprensin del ser que toma sus puntos de referencia en el acontecimiento trinitario de Dios, el nico que permite una explicacin del mundo y del hombre: "Nuestra situacin fundamental como hombres, nuestro pensar y nuestro ser, ms an, todo ser adquiere un nuevo sentido si Dios es trino, y si la Trinidad tiene su historia en nuestra historia".

    La cruz y la historia copio manifestacin del Dios Trinitario

    Estas nuevas propuestas se salen de los lmites simples y seguros de la doctrina trinitaria clsica, y suscitan cuestiones que estn lejos de haber sido contestadas satisfactoriamente.

    La primera podra formularse as: cmo se ha de pensar trinitariamente la relacin entre Dios y el mundo o la historia, sin caer en una simple identificacin o en una intermitente polarizacin? O bien, qu significan la encarnacin y la pasin de Jesucristo para el ser trinitario de Dios? Puede llegarse a un concepto de Dios en el

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    que se haga justicia a las tensiones apuntadas? Se trata aqu de la adecuada relacin entre Trinidad inmanente y econmica: se afirma su identidad, de suerte que el ser de Dios "en si" y su actuacin "ad extra" ni pueden separarse, ni pueden simplemente yuxtaponerse; pero este planteamiento presenta dificultades.

    Jngel afirma la identidad de la Trinidad econmica e inmanente, porque slo as puede considerarse al crucificado como constitutivo del concepto cristiano de Dios: "S i la Trinidad econmica habla de la historia de Dios con los hombres, la Trinidad inmanente ha de hablar de la historicidad de Dios. La historia de Dios es su venir a los hombres. La historicidad de Dios es el ser de Dios en su venir".

    Moltmann habla de la doxologa como lugar propio de las afirmaciones sobre la Trinidad inmanente y de que se da en Dios como una "accin reciproca entre el ser y la revelacin, el dentro y el fuera": es as como puede decirse que el dolor de la cruz determina eternamente la vida interna del Dios trinitario.

    Von Balthasar habla del "drama intradivino" que se presupone en el acontecimiento de la cruz. Con todo, no se da una simple identificacin entre cruz y Trinidad: ms bien hay que decir que "con el vaciamiento del corazn del Padre en la entrega del Hijo ha quedado asumido y superado todo drama posible entre Dios y el mundo, un mundo que slo puede hallar su lugar dentro de la diferenciacin de Padre e Hijo que es a la vez mantenida y superada por el Espritu Santo".

    Pannenbe rg habla de un "cruzarse" de la representacin de la accin del Dios nico ad extra con las relaciones intratrinitarias de las Personas: as se asegura la unidad de Dios con su actuar histrico, por cuanto que la diferencia entre Dios y la creatura queda situada como algo que es siempre trascendido por Dios mismo.

    Detrs de estas sutiles consideraciones est el problema de hasta qu punto se puede hablar del dolor de Dios o de su mutabilidad: o bien, de hasta qu punto la necesaria absolutez divina es compatible con su autoconciencia y con su libre entrada en la historia. Estos problemas no quedan resueltos con una mera referencia a la necesidad de un concepto trinitario de Dios, sino que ms bien constituyen las dificultades de una teologa trinitaria. Tomemos, por ejemplo, la teologa de Jngel: sus frmulas "El ser de Dios es su venir", o tambin "a mayor autoconciencia, mayor entrega", que se presentan como expresin del Dios-amor, representan, por una parte, la negacin de los axiomas tradicionales acerca de la inmutabilidad, impasibilidad y absolutez de Dios; pero quieren tambin prevenir el error de pensar a Dios como dependiente del hombre: "Dios viene de Dios: pero no quiere volver a s mismo sin nosotros".

    Moltmann tiene formulaciones menos cautas. Su idea de la Trinidad como "unidad abierta, invitante e integrable", por la que Dios y el mundo, en vez de contraponerse, entran en relacin, es una idea que crea ms problemas de los que resuelve: por ejemplo, ya no se sabe donde estn los limites entre Dios y el mundo cuando se dice que "la liberacin del mundo y de los hombres para la libertad y la comunin es al mismo tiempo el perenne proceso de liberacin de Dios de los sufrimientos implicados en su amor".

    Por otra parte, la teologa trinitaria de Moltmann lleva a tener que replantearse algo que ya fue un problema de la teologa clsica: Con qu conceptos hay que describir la

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    unidad y la diferencia en Dios? Aqu Moltmann pretende rechazar el "monotesmo cristiano" que considerara las tres personas divinas slo como tres "modos de ser" de un nico sujeto, y explica la Trinidad como la accin conjunta de tres sujetos divinos. A pesar de sus afirmaciones sobre la "perichoresis", parece que la unicidad de Dios queda cuestionada en una concepcin que parece preferir hablar de "unin" (Einigkeit) que de "unidad" (Einheit), con resonancias claramente mitolgicas.

    Tanto K. Barth como K. Rahner haban ya expuesto sus reparos al uso clsico del trmino "persona", sugiriendo que se hablara de "modos de ser" o "modos de subsistencia". Pannenherg aborda el problema por otro lado: rechaza que el Dios cristiano sea designado como "substancia" o "sujeto" absoluto, y propicia la rehabilitacin del concepto trinitario de persona: "Pero la unidad de Dios de ninguna manera es algo previo a la trinidad de personas: es algo que vive en la comunin de las tres personas, algo personal, en cuanto que cada una de las tres personas es el nico Dios". El concepto trinitario de persona es como un signo protector contra toda forma apresurada y demasiado antropomrfica de hablar del ser personal de Dios.

    Sobre esto ya haba hablado tambin Jngel: es peligroso hablar vagamente de un Dios personal; hay que precisar posibles equvocos con la referencia a la tripersonalidad de Dios, porque en el eterno autohacerse de Dios cada una de las personas es persona en su relacin con las otras dos.

    La Trinidad como respuesta cristiana al problema de Dios

    La doctrina trinitaria tiene una peculiar relevancia actual desde distintos puntos de vista.

    Bajo el punto de vista ecumnico la recuperacin de una teologa trinitaria comn acercara las Iglesias, como se constat en la reciente celebracin del XV centenario del concilio de Constantinopla. Particularmente esto valdra para acercar el cristianismo occidental al oriental, que siempre fue ms fiel a una concepcin econmico-salvfica, ms prxima a la que ahora se revaloriza en occidente. En este sentido son de estimar los esfuerzos por clarificar y superar las disputas sobre el filioque , evitando enconos seculares.

    Pero, sobre todo, la teologa trinitaria debiera ayudar a superar los problemas actuales sobre la posibilidad de un hablar humano sobre Dios. Los telogos mencionados han sugerido cmo una "ontologa trinitaria" puede aportar coherencia a un pensamiento que amenaza desintegrarse (Hemmerle); o cmo una "doctrina social" de la Trinidad puede incidir en la configuracin de una antropologa teolgica de la que nazca una nueva sociologa (Moltmann); o cmo la "humanidad de Dios" puede iluminar las aporas del pensar metafsico sobre Dios (Jngel). Lo que la moderna teologa trinitaria puede aportar puede verse con slo considerar cmo ha puesto su acento sobre el principio de que "Dios es amor", frente al clsico "Ser absoluto" o "necesario": con lo que se abre camino para superar malentendidos sobre un Dios omnipotente caprichoso e irresponsable, y para intentar comprender la relacin de Dios con el mundo y la historia a travs del acontecimiento de Jess y de su cruz.

    Con todo, hay que precaverse contra todo intento demasiado unilateral y exclusivizante de teologa trinitaria, que podra cerrarse ella misma el camino que pretende abrir.

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    Como deca H. Fries: "Cmo llegar el hombre a reconocer la manifestacin de Dios en la persona y el acontecimiento de Jess de Nazaret, si no tiene ninguna preconcepcin de lo que pueda ser Dios?". Algunas de las nuevas teologas trinitarias, particularmente la de Moltmann, dan la impresin de saber mucho sobre los "sujetos" divinos y su accin, sin preocuparse mucho de sus mediaciones y de los principios metdicos que han de asegurar un lenguaje coherente sobre Dios.

    En definitiva, no hay soluciones mgicas

    La nueva teologa trinitaria ha dado frutos positivos. Pero no hay que pensar que con ella queden sin ms resueltas las dificultades de todo hablar humano sobre Dios y sobre sus relaciones con el mundo y con la historia. Ya no es posible hacer una doctrina sobre Dios como en dos pisos: abajo, las cuestiones sobre la existencia y cognoscibilidad de Dios, y arriba el misterio stricte dictum de la Trinidad. Pero tampoco hay que remarcar de tal manera lo nuevo de la revelacin trinitaria frente al puro tesmo o al pensar metafsico sobre Dios, que ya no pueda admitirse relacin alguna entre ambos enfoques. Esto es lo que sealaba L. Oeing-Hanhoff (Theol. Quartals. 1979, 285-303): slo en una concepcin trinitaria pueden pensarse a la vez Dios y la libertad humana. Pero tampoco se puede pensar a Dios si la teologa no recoge la herencia de la metafsica: la tensin entre unidad y pluralidad -que la teologa trinitaria presenta como entre "esencia" y "personas"- es un dato metafsico que interesa conservar, por ejemplo en un dilogo con el Judasmo o el Islam. Pannenberg en un dilogo con el judo Pinchas Lapide, intentaba presentar la Trinidad como un monotesmo consecuente: porque "si Dios fuera slo el Padre eterno ms all del mundo, la profesin de la unidad y unicidad de Dios sera algo meramente verbal, ya que Dios estara limitado por el mundo que se le contrapone". Slo el Dios que puede hacerse presente por el Hijo y el Espritu puede eliminar el dualismo entre Dios y el mundo, que fcilmente podra estar latente en una ingenua afirmacin de monotesmo.

    La teologa trinitaria no es, pues, ninguna solucin mgica para aclarar el problema de Dios. Ella misma presenta siempre problemas. Se mueve siempre en el terreno estrecho que se da entre el hablar doxolgico-narrativo, y las distinciones conceptuales formales. Por esto, o bien se pierde en abstractas consideraciones sobre las condiciones de posibilidad del actuar divino, o bien se reduce a narracin de este actuar: pero la presencia de este actuar en Jess y en el Espritu hacen la tarea de la teologa trinitaria a la vez tan difcil como necesaria para la fe.

    Notas: 1Estaurologa es equivalente a teologa de la cruz (Nota de la redaccin).

    Tradujo y extract: JOSEP VIVES