1. el hechoel hechoalejandro goic (18 de septiembre de 2007) explicarían el sentido exacto de sus...

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preten pronunciar poner de relie temas que incide pensar éticamen éticamente. Los (Doctor en Teolo de Ética (Eliza Pablo Conch Anguita 1. EL HECHO el hecho 1.- El 1 de agosto de 2007, Mons. Alejandro Goic Karmelic (Obispo de Rancagua), después de haber realizado un rol mediador en el conflicto de Codelco, llamó a analizar las escandalosas diferencias económicas que existen en el país, advirtiendo que en la ausencia de una mayor justicia social se pavimentará el camino inevitable al conflicto. Por ello, hizo un llamado para un diálogo nacional sobre la deuda permanente con los más pobres de Chile. Si bien reconoció avances, constató que aún faltaba dar pasos. 2.- Así, lanzó la pregunta que remeció el país: ¿Es posible vivir con un sueldo mínimo de $135.000 pesos? En consecuencia, Mons. Alejandro Goic propuso que el sueldo mínimo debería ser transformado en un sueldo ético, en el sentido de que todos los que puedan, no paguen el sueldo mínimo legal, sino que por lo menos éste alcance a los $250.000 pesos. 3.- Las reacciones, a favor y en contra, no se dejaron esperar y surgió un debate nacional, reflejado en todos los medios de comunicación social. El 23 de agosto del mismo año, la Presidente Michelle Bachelet constituyó el Consejo Asesor Presidencial en Materias de Trabajo, Salario, Competitividad y Equidad Social: Hacia un Chile más justo, conformado por 48 figuras públicas, con la tarea de preparar un informe final (marzo 2008) con propuestas concretas, que el Gobierno utilizaría como base para buscar “la forma de alcanzar la confluencia de voluntad de los diversos sectores políticos y sociales, con el propósito de dar origen a un Pacto Social por el Desarrollo”. 2. COMPRENSIÓN DEL HECHO comprensión del hecho 4.- La relevancia y la comprensión de las palabras de Mons. Alejandro Goic exigen considerar la realidad del mundo del trabajo (el contexto) y el significado exacto de sus dichos (el texto). La Encuesta Casen 2006 del Ministerio de Planificación (MIDEPLAN) iluminaría el primer punto, mientras que su intervención en el Encuentro sobre Desigualdad Social, organizado por la Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC) y el Diario El Mercurio (24 de octubre de 2007), como también un discurso del mismo Mons. Alejandro Goic (18 de septiembre de 2007) explicarían el sentido exacto de sus afirmaciones. 5.- En la última Encuesta Casen (Caracterización Socioeconómica Nacional, 2006) se constata que el total de ocupados es de 6.578.325. De este total, el 75.7% (4.977.834) son asalariados y el 24.3% (1.600.491) son no asalariados. Ahora bien, el 16.2% (1.066.454) del total del mundo del trabajo gana menos o igual a un salario mínimo líquido, es decir, 108.000 pesos (se resta el 20% de 135.000 pesos para calcular el ingreso recibido, es decir, líquido). Además, el 52.7% (3.465.643) de los trabajadores gana menos del salario ético propuesto por Mons. Alejandro Goic 1 . Por consiguiente, resulta muy relevante la problemática propuesta por el Obispo porque afecta directamente a más de la mitad del mundo del trabajo. 6.- Durante el Encuentro sobre Desigualdad Social realizado en el mes de octubre, Mons. Alejandro Goic explica que la formulación de una cantidad concreta (250.000 pesos) era simbólica, ya que “si no hubiera dado una cifra, probablemente el debate no se hubiera puesto en el tapete”. Además, deja en claro que “soy observador de la realidad, no soy político ni economista… Soy un pastor que está cerca de la gente, que procura escuchar a la gente” 2 . 7.- El 18 de septiembre de 2007, en la Homilía pronunciada durante el Te Deum de Fiestas Patrias celebrada en la Catedral de Rancagua, Mons. Alejandro Goic toca el tema Por una Patria más equitativa. Por de pronto, llama la atención las dos citas bíblicas que encabezan la Homilía: He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto (cf. Ex 3, 1 – 12), y Denles ustedes de comer (cf. Mc 6, 31 – 44). En parte de la Homilía se explica el qué dijo sobre el sueldo ético y el por qué lo dijo. 8.- Como Pastor, explica Mons. Alejandro Goic, le corresponde sensibilizar sobre el desafío de la equidad y de mayor comunión, señalando la necesidad de un salario ético como un imperativo de justicia y una urgencia para la necesaria paz social. Es el mismo Evangelio que interpela la conciencia del ciudadano. Obviamente, no se dice una palabra “como técnicos en la materia, porque no lo somos”. Sin embargo, no deja indiferente el sufrimiento de tantos hombres y mujeres (trabajadores, jubilados, pensionados y montepiados) que no logran vivir con dignidad si no acceden a un ingreso que permita a una familia satisfacer sus necesidades básicas acordes con la naturaleza de quienes son hijos de Dios. 9.- “Al plantear este grave problema que, si bien aqueja al conjunto de nuestra sociedad, lo sufren los más pobres”, aclara el Prelado, “no somos más que el eco de la Palabra de Dios que nos interpela cuando dice: Miren, el salario de los obreros que segaron sus campos, y que no han pagad, está gritando, y los gritos de sus segadores han llegado a los oídos del Señor (Sant 5, 4)”. En la Doctrina Social de la Iglesia emerge con claridad la responsabilidad social de todos los católicos y el deber de los Pastores de proponerla a todos y de colaborar para que el conjunto de la sociedad de pasos de mayor justicia y fraternidad. 10.- ¿Cómo puede alguien creer en Dios, comunión de amor del Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, si no se es obrero de la comunión entre los seres humanos y de éstos con Dios? Así, sostiene Mons. Alejandro Goic, “los creyentes en Jesucristo tenemos la misión de estar allí donde la común–unión en cualquiera de sus formas es amenazada y, por tanto, menoscabada la dignidad del ser humano. Allí es misión de la Iglesia defender esa dignidad humana y anunciar el designio de común–unión que Dios tiene para todos los hombres y mujeres”. 11.- En concreto, esto significa que “en ocasiones hemos tenido que hacerlo a causa de graves violaciones de los derechos humanos; en otras ocasiones cuando el derecho a la vida es amenazado, especialmente en los más pequeños e indefensos a causa del aborto; en otras, cuando hay políticas públicas que debilitan a la familia o no contribuyen a una real educación de niños y jóvenes. Del mismo modo, nuestro llamado a todos los sectores de la sociedad a buscar un salario ético se inserta en esta corriente de promoción de la dignidad humana que anima al designio de comunión entre Dios y los hombres”. 12.- El respeto por la dignidad de todas las personas implica necesariamente una mejor distribución de los bienes, asegurando un salario justo. “En realidad, y sin eufemismos”, afirma el Prelado”, “¡lo mínimo para que un salario sea mínimo es que sea ético, si no es así significa que estamos viviendo en una sociedad inmoral!” No es correcto resignarse a aceptar la inequidad y la injusticia social como simples datos de la realidad. No se puede separar la ética de la vida ni de la economía. 13.- La propuesta de un salario ético se sitúa en el contexto más amplio de considerar al país como una patria para todos. Este desafío exige repensar, desde la responsabilidad ética que corresponde a cada uno, qué tipo de sociedad se desea vivir, qué tipo de desarrollo se busca, qué tipo de crecimiento se anhela, qué tipo de empresas se pretende desarrollar, qué tipo de conocimientos se desea promover, qué tipo de vida política y de políticos se aspira, qué modo de relacionarse se quiere cultivar; en una palabra, qué Chile se desea vivir y qué futuro entregar a las próximas generaciones. 14.- “En el Evangelio”, concluye Mons. Alejando Goic, “se nos recuerda que en medio

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Page 1: 1. EL HECHOel hechoAlejandro Goic (18 de septiembre de 2007) explicarían el sentido exacto de sus afirmaciones. 5.- En la última Encuesta Casen (Caracterización Socioeconómica

Los Informes Ethos nopretenden agotar un tema como tampoco

pronunciar una palabra conclusiva. Su propósito esponer de relieve la dimensión ética en la discusión sobre

temas que inciden en la vida ciudadana. Por ello, no se pretendepensar éticamente por otros sino estimular a otros para pensaréticamente. Los informes son elaborados por Tony Mifsud s.j.(Doctor en Teología Moral), apoyado por un equipo del Centro

de Ética (Elizabeth Lira, Directora del Centro y Psicóloga;Pablo Concha s.j., Doctor en Teología Moral; y Verónica

Anguita, Licenciada en Ciencias Religiosas yMagister en Bioética).

1. EL HECHOel hecho1.- El 1 de agosto de 2007, Mons. Alejandro Goic Karmelic (Obispo de Rancagua), después de haber realizado un rol mediador en el conflicto de Codelco, llamó a analizarlas escandalosas diferencias económicas que existen en el país, advirtiendo que en la ausencia de una mayor justicia social se pavimentará el camino inevitable al conflicto.Por ello, hizo un llamado para un diálogo nacional sobre la deuda permanente con los más pobres de Chile. Si bien reconoció avances, constató que aún faltaba dar pasos.

2.- Así, lanzó la pregunta que remeció el país: ¿Es posible vivir con un sueldo mínimo de $135.000 pesos? En consecuencia, Mons. Alejandro Goic propuso que el sueldomínimo debería ser transformado en un sueldo ético, en el sentido de que todos los que puedan, no paguen el sueldo mínimo legal, sino que por lo menos éste alcance a los$250.000 pesos.

3.- Las reacciones, a favor y en contra, no se dejaron esperar y surgió un debate nacional, reflejado en todos los medios de comunicación social. El 23 de agosto del mismoaño, la Presidente Michelle Bachelet constituyó el Consejo Asesor Presidencial en Materias de Trabajo, Salario, Competitividad y Equidad Social: Hacia un Chile más justo,conformado por 48 figuras públicas, con la tarea de preparar un informe final (marzo 2008) con propuestas concretas, que el Gobierno utilizaría como base para buscar “laforma de alcanzar la confluencia de voluntad de los diversos sectores políticos y sociales, con el propósito de dar origen a un Pacto Social por el Desarrollo”.

2. COMPRENSIÓN DEL HECHOcomprensión del hecho4.- La relevancia y la comprensión de las palabras de Mons. Alejandro Goic exigenconsiderar la realidad del mundo del trabajo (el contexto) y el significado exacto desus dichos (el texto). La Encuesta Casen 2006 del Ministerio de Planificación (MIDEPLAN)iluminaría el primer punto, mientras que su intervención en el Encuentro sobre DesigualdadSocial, organizado por la Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC) y el DiarioEl Mercurio (24 de octubre de 2007), como también un discurso del mismo Mons.Alejandro Goic (18 de septiembre de 2007) explicarían el sentido exacto de susafirmaciones.

5.- En la última Encuesta Casen (Caracterización Socioeconómica Nacional, 2006) seconstata que el total de ocupados es de 6.578.325. De este total, el 75.7%(4.977.834) son asalariados y el 24.3% (1.600.491) son no asalariados. Ahorabien, el 16.2% (1.066.454) del total del mundo del trabajo gana menos o igual aun salario mínimo líquido, es decir, 108.000 pesos (se resta el 20% de 135.000pesos para calcular el ingreso recibido, es decir, líquido). Además, el 52.7% (3.465.643)de los trabajadores gana menos del salario ético propuesto por Mons. Alejandro Goic1.Por consiguiente, resulta muy relevante la problemática propuesta por el Obispo porqueafecta directamente a más de la mitad del mundo del trabajo.

6.- Durante el Encuentro sobre Desigualdad Social realizado en el mes de octubre,Mons. Alejandro Goic explica que la formulación de una cantidad concreta (250.000pesos) era simbólica, ya que “si no hubiera dado una cifra, probablemente el debateno se hubiera puesto en el tapete”. Además, deja en claro que “soy observador dela realidad, no soy político ni economista… Soy un pastor que está cerca de la gente,que procura escuchar a la gente”2.

7.- El 18 de septiembre de 2007, en la Homilía pronunciada durante el Te Deum deFiestas Patrias celebrada en la Catedral de Rancagua, Mons. Alejandro Goic toca eltema Por una Patria más equitativa. Por de pronto, llama la atención las dos citasbíblicas que encabezan la Homilía: He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto (cf. Ex3, 1 – 12), y Denles ustedes de comer (cf. Mc 6, 31 – 44). En parte de la Homilíase explica el qué dijo sobre el sueldo ético y el por qué lo dijo.

8.- Como Pastor, explica Mons. Alejandro Goic, le corresponde sensibilizar sobre eldesafío de la equidad y de mayor comunión, señalando la necesidad de un salario éticocomo un imperativo de justicia y una urgencia para la necesaria paz social. Es el mismoEvangelio que interpela la conciencia del ciudadano. Obviamente, no se dice una palabra“como técnicos en la materia, porque no lo somos”. Sin embargo, no deja indiferenteel sufrimiento de tantos hombres y mujeres (trabajadores, jubilados, pensionados ymontepiados) que no logran vivir con dignidad si no acceden a un ingreso que permitaa una familia satisfacer sus necesidades básicas acordes con la naturaleza de quienesson hijos de Dios.

9.- “Al plantear este grave problema que, si bien aqueja al conjunto de nuestra sociedad,lo sufren los más pobres”, aclara el Prelado, “no somos más que el eco de la Palabrade Dios que nos interpela cuando dice: Miren, el salario de los obreros que segaron suscampos, y que no han pagad, está gritando, y los gritos de sus segadores han llegadoa los oídos del Señor (Sant 5, 4)”. En la Doctrina Social de la Iglesia emerge conclaridad la responsabilidad social de todos los católicos y el deber de los Pastores deproponerla a todos y de colaborar para que el conjunto de la sociedad de pasos demayor justicia y fraternidad.

10.- ¿Cómo puede alguien creer en Dios, comunión de amor del Padre y el Hijo y elEspíritu Santo, si no se es obrero de la comunión entre los seres humanos y de éstoscon Dios? Así, sostiene Mons. Alejandro Goic, “los creyentes en Jesucristo tenemos lamisión de estar allí donde la común–unión en cualquiera de sus formas es amenazaday, por tanto, menoscabada la dignidad del ser humano. Allí es misión de la Iglesiadefender esa dignidad humana y anunciar el designio de común–unión que Dios tienepara todos los hombres y mujeres”.

11.- En concreto, esto significa que “en ocasiones hemos tenido que hacerlo a causade graves violaciones de los derechos humanos; en otras ocasiones cuando el derechoa la vida es amenazado, especialmente en los más pequeños e indefensos a causa delaborto; en otras, cuando hay políticas públicas que debilitan a la familia o no contribuyena una real educación de niños y jóvenes. Del mismo modo, nuestro llamado a todoslos sectores de la sociedad a buscar un salario ético se inserta en esta corriente depromoción de la dignidad humana que anima al designio de comunión entre Dios y loshombres”.

12.- El respeto por la dignidad de todas las personas implica necesariamente una mejordistribución de los bienes, asegurando un salario justo. “En realidad, y sin eufemismos”,afirma el Prelado”, “¡lo mínimo para que un salario sea mínimo es que sea ético, sino es así significa que estamos viviendo en una sociedad inmoral!” No es correctoresignarse a aceptar la inequidad y la injusticia social como simples datos de la realidad.No se puede separar la ética de la vida ni de la economía.

13.- La propuesta de un salario ético se sitúa en el contexto más amplio de consideraral país como una patria para todos. Este desafío exige repensar, desde la responsabilidadética que corresponde a cada uno, qué tipo de sociedad se desea vivir, qué tipo dedesarrollo se busca, qué tipo de crecimiento se anhela, qué tipo de empresas se pretendedesarrollar, qué tipo de conocimientos se desea promover, qué tipo de vida política yde políticos se aspira, qué modo de relacionarse se quiere cultivar; en una palabra, quéChile se desea vivir y qué futuro entregar a las próximas generaciones.

14.- “En el Evangelio”, concluye Mons. Alejando Goic, “se nos recuerda que en medio

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Los Informes Ethos nopretenden agotar un tema como tampoco

pronunciar una palabra conclusiva. Su propósito esponer de relieve la dimensión ética en la discusión sobre

temas que inciden en la vida ciudadana. Por ello, no se pretendepensar éticamente por otros sino estimular a otros para pensaréticamente. Los informes son elaborados por Tony Mifsud s.j.(Doctor en Teología Moral), apoyado por un equipo del Centro

de Ética (Elizabeth Lira, Directora del Centro y Psicóloga;Pablo Concha s.j., Doctor en Teología Moral; y Verónica

Anguita, Licenciada en Ciencias Religiosas yMagister en Bioética).

de los complejos desafíos de la historia, el Señor nos hace responsables delas situaciones, asegurando su presencia, pero invitándonos a actuar nosotros.En realidad, la situación de los discípulos era casi desesperada: cómo alimentar

a una multitud en un lugar despoblado y sin medios suficientes para ello. Larespuesta de Jesús es un desafío a la libertad y responsabilidad de los discípulos:denles ustedes de comer (Mc 6, 37)”.

implicaciones éticas3. IMPLICACIONES ÉTICAS

15.- La preocupación y las palabras de Mons. Alejandro Goic no sóloreflejan fielmente el pensamiento social de la Iglesia, sino se insertandentro de la corriente de la tradición eclesial del episcopado chileno. Así,ya en 1937 se encuentra una Carta Pastoral del Episcopado Chileno sobreEl justo salario (15 de enero de 1937)3. Esta Pastoral de los ObisposChilenos recoge las enseñanzas de las primeras dos encíclicas sociales:León XIII, Rerum Novarum (15 de mayo de 1891), y Pío XI, QuadragesimoAnno (15 de mayo de 1931).

16.- “Siguiendo el ejemplo del Maestro Divino”, comienza la Carta Pastoral,“lleno de compasión por las muchedumbres que lo escuchaban, y marchandosobre las huellas de Nuestra Santa Madre la Iglesia, que en diecinuevesiglos de existencia ha dedicado preferente atención a todos los quepadecen en este mundo, los Obispos Chilenos no podemos, venerableshermanos en el sacerdocio y amados hijos todos en el Señor, mirar sinprofunda angustia la penosa situación creada a una parte numerosa dela porción predilecta de Cristo, de los pobres, de los obreros, que en tangran número padecen aquella inmerecida miseria”.

17.- Esta miserable condición “en parte, se debe a los mismos obreros,que aprovechan mal el dinero que ganan”; pero, “asimismo, hemos dereconocer con dolor que la triste condición de los obreros resulta, en muchasocasiones, del proceder de los que se aprovechan de su trabajo”.

18.- Los obispos recuerdan que el régimen del salario no es en sí injusto.Sin embargo, la justicia del salario no depende del simple acuerdo entreel patrón y el obrero. “Efectivamente, sustentar la vida es deber comúna todos y a cada uno y faltar a ese deber es un crimen. De aquínecesariamente nace el derecho de procurarse aquellas cosas que sonnecesarias para sustentar la vida; estas cosas no las hallan los pobres sinoganando un jornal con su trabajo. Por consiguiente, aún concedido queel obrero y su amo convienen libremente en algo y particularmente en lacantidad del salario, queda, sin embargo, una cosa que dimana de lajusticia natural y que es de más peso y anterior a la libre voluntad de losque hacen el contrato, y es ésta: que e1 salario no debe ser insuficientepara la sustentación de un obrero frugal y de buenas costumbres. Y siacaeciese alguna vez que el obrero, obligado por la necesidad y movidopor el miedo de un mal mayor, aceptase una condición más dura y, aunqueno lo quisiera, la tuviese que aceptar por imponérsela el amo o el contratista,sería eso hacerle violencia, y contra esa violencia reclama la justicia”.

19.- Ahora bien, para determinar la cuantía del justo salario hay queatender al carácter individual y social del trabajo. Por consiguiente, poruna parte, “hay que dar al obrero una remuneración que sea suficientepara su propia sustentación y la de su familia”. Por otra, “atender a lasituación de la empresa y del patrón”, ya que sería injusto pedir salariosdesmedidos que la empresa no pudiera soportar.

20.- Una tercera condición para determinar la cuantía del justo salario esla atención al bien común, o al bien público económico. El principio delbien común exige que obreros y empleados, mediante el ahorro, lleguena formarse un modesto capital; que se evite la ruina de las empresas quedan trabajo a los obreros; que todos los que deben y pueden trabajartengan trabajo para sustentarse y que, por lo mismo, se eviten los salarios

insuficientes y también los demasiado elevados que dejarían sin trabajo alos obreros; y que se procure establecer una justa proporción entre lossalarios y los precios de venta de las distintas industrias.

21.- Establecidos los principios generales, se pasa, en la Segunda Parte dela Carta Pastoral, a explicitar algunos medios para asegurar un salario justo.Así, se plantea la pregunta por el quién debe satisfacer el derecho del obrerode ganar el justo salario. “Por justicia estricta, que cuando es violada, obligaa la restitución, lo debe pagar el patrón o empresario, al menos en la parteequivalente al servicio prestado por el obrero… A él también le toca,cuando le es posible, dar el salario suficiente para la familia: pero si algunavez no le fuera posible, a la sociedad le tocará proveer, porque, al menos,es obra de justicia social; pues el obrero, con su trabajo, no sólo beneficiaal patrón, sino también a la sociedad y ésta tiene sumo interés en la familiadel obrero, que la provee y proveerá de labradores de sus riquezas ybienestar”.

22.- También se establece la responsabilidad del Estado con relación alsalario justo. “Por lo que toca a la intervención del Estado, según lasenseñanzas Pontificias, fundadas en la recta razón y en la fe, debe tenerpor fin y medida el bien común, objeto propio de la Autoridad Civil…Ahora bien: es parte tan esencial de ese bien común el bienestar de losobreros y con él la paz, el orden y el bienestar de todo el cuerpo social,que los Sumos Pontífices declaran repetidas veces que a la Autoridad Civille toca cuidar especialmente a los pobres, de que tengan el justo salarioy de que se establezca un régimen social en que se les asegure una justaparticipación en las riquezas que contribuyen a producir… Aunque en laprotección de los derechos de los particulares débense tener en cuentaprincipalmente los de la clase ínfima y pobre; porque la clase de los ricos,como que se puede defender con sus propios recursos, necesita menos delamparo de la pública autoridad; el pobre pueblo, como que carece demedios propios con qué defenderse, tiene que apoyarse grandemente enel patrocinio del Estado (cf. R.N. 57). Por consiguiente, es no sólo derecho,sino deber del Estado proveer con prudente legislación que al obrero se legarantice una justa retribución para satisfacer sus necesidades individualesy familiares, espirituales y temporales”.

23.- La responsabilidad de los empleadores consiste en “esforzarse encumplir para con sus obreros o empleados, en cuanto les sea posible,además de los deberes de estricta justicia, los de justicia y caridad sociales”.También se señala la responsabilidad del trabajador. “Los obreros, por suparte, procuren emplear bien su dinero, en satisfacer las necesidades dela familia y propias, según su condición, empeñándose, al mismo tiempo,en hacer que les permitan mirar con tranquilidad su porvenir y el de sushijos… También los obreros han de estar penetrados de espíritu de justiciay de caridad, cumpliendo bien, a conciencia, sus contratos y considerandoen sus exigencias las posibilidades razonables y justas con que se les podráatender, sobre todo cuando, como a tantos sucede en los tiempos de crisis,se paraliza el comercio y se perturban o paralizan también las industriasy a los empresarios amenaza la ruina, con la cesantía consiguiente paralos mismos obreros y empleados”.

24.- A la Iglesia le corresponde “en primer lugar, enseñar los principiosreligiosos y morales a que se ha de ajustar la actividad social pública y

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SUELDO ÉTICO

1 Cf. Centro de Estudios INFOCAP, septiembre 2007.2 Diario El Mercurio, Sección Economía y Negocios,24 de octubre de 2007, B9.3 La Pastoral fue publicada por la Editorial Splendor.En ella se remite a otros documentos eclesiales anteriores:“El Episcopado Chileno, en cumplimiento de su sagradamisión, ha tratado de corregir ese mal en nuestro país,no sólo publicando las Encíclicas Pontificias y con actosindividuales, como lo hizo en hermosa Pastoral de1891 el Rvdmo. Arzobispo de Santiago, MonseñorMariano Casanova, de feliz memoria, sino también enforma colectiva, como lo hemos hecho en nuestraPastoral del 8 de septiembre de 1932 sobre La Verdaderay Única Solución de la Cuestión Social, en la cual hemosenseñado la doctrina de la Santa Iglesia sobre el justosalario y sobre la justicia y la caridad sociales, sin lascuales será inútil todo esfue rzo para conseguir la pazy la felicidad del mundo”.4 CEPAL, Cohesión Social: inclusión y sentido depertenencia en América Latina y el Caribe (Síntesis),(Santiago: Naciones Unidas, 2007), pp. 49 - 50. Enla cita reproducida se hace referencia al estudio de laCEPAL: Equidad, desarrollo y ciudadanía, (Santiago,2000).5 Alberto Hurtado s.j., Moral Social (Obra póstuma),(Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile,2004), p. 248. Cf. también pp. 63 – 65 y 241 –249. Tres son las exigencias del bien común: (a) quelos trabajadores puedan formarse un modestopatrimonio; (b) que los salarios se regulen de talmanera que el mayor número de trabajadores puedaemplear su actividad productiva (es decir, que lossalarios no sean ni demasiado reducidos niextraordinariamente elevados); y (c) que exista uncierto equilibrio entre las varias profesiones de lasociedad (entre los salarios de las varias categoríasprofesionales; entre los precios de los productos yservicios de las distintas ramas productivas; entre lossalarios y los precios de las diferentes actividadeseconómicas). Cf. p. 247.6 Juan Pablo II, Laborem Exercens, (14 de septiembrede 1981), Nº 3.7 Juan Pablo II, Laborem Exercens, (14 de septiembrede 1981), Nº 19.8 Juan Pablo II, Laborem Exercens, (14 de septiembrede 1981), Nº 6.9 Pontificio Consejo Justicia y Paz, Compendio de laDoctrina Social de la Iglesia, 2004, Nº 303.

Esta publicación se financia con aporte de los suscriptores y de laUniversidad Alberto Hurtado. Gracias a esta contribución es posibledistribuir un cierto número de ejemplares en forma gratuita.

privada, de los patrones y de los obreros, y, en seguida, juzgar si esas actividades, instituciones o leyes, son o no conformes alos principios que enseña”.

25.- Los obispos terminan con un llamado a los católicos: “Ojalá, amados hijos en el Señor, no hubiera en nuestra querida Patriauno sólo de esos patrones o empresarios que se llaman católicos y que, sin embargo, en sus relaciones con sus trabajadores, seportan como paganos”. Y, recurriendo a las palabras de Pío XI, insisten: “Hay, además, quienes abusan de la misma Religión yse cubren con su nombre en sus exacciones injustas, para defenderse de las reclamaciones completamente justas de los obreros.No cesaremos nunca de condenar semejante conducta; esos hombres son la causa de que la Iglesia inmerecidamente, haya podidotener la apariencia y ser acusada de inclinarse de parte de los ricos, sin conmoverse ante las necesidades y estrecheces de quienesse encontraban como desheredados de su parte de bienestar en esta vida” (Quadragesimo Anno, No 125).

26.- También se dirigen a los sacerdotes recordándoles su responsabilidad en “dar a conocer las enseñanzas de la Santa Iglesiasobre las relaciones del capital con el trabajo, sobre todo en lo tocante al salario, y con ello se disiparán los prejuicios que laignorancia o la calumnia han hecho nacer en el pueblo contra la Iglesia y contra el Clero, como si fuéramos defensores de lasinjusticias de los ricos para con los pobres, o quizás, a veces también, de pretensiones injustas del trabajo contra el capital…Y si alguna preferencia hemos de tener, ella ha de ser por los pobres y desvalidos, como la tuvo el Señor, por lo mismo queson los más necesitados”.

elementos para el discernimiento4. ELEMENTOS PARA EL DISCERNIMIENTO

27.- La importancia del sueldo como fuente de ingreso para muchas familias resulta evidente. “El empleo es el vínculo másimportante entre el desarrollo económico y el desarrollo social”, constata un estudio de la CEPAL (Comisión Económica para AméricaLatina y el Caribe, Naciones Unidas), “por ser la principal fuente de ingreso de los hogares, alrededor del 80% del total en nuestraregión. Las posibilidades de acceder a él, la retribución, la cobertura y la protección social de los trabajadores inciden en formadecisiva en el nivel y la distribución del bienestar material de la población. Por lo tanto, la exclusión y la segmentación socialderivados de la falta de acceso a empleos de calidad son factores determinantes de la pobreza y de las desigualdades socialesque se reproducen a lo largo del tiempo y que se expresan en la elevada y persistente concentración del ingreso prevaleciente enla región”4.

28.- San Alberto Hurtado resume el pensamiento social de la Iglesia con respecto al salario justo en cinco puntos: (a) que baste alas necesidades del trabajador y su familia; (b) que responda al valor técnico del trabajo; (c) que refleje la situación económicadel momento; (d) que guarde proporción con el estado de la empresa; y (e) que tenga en cuenta las exigencias del bien común.Así, “la retribución del trabajo debe tener como límite mínimo las necesidades del trabajador y su familia; como límite máximo,las posibilidades económicas de la empresa; como regla que lo regule, las exigencias del bien común; como alternativas defluctuación, la preparación técnica del trabajador y las condiciones económicas del momento”5.

29.- Con Juan Pablo II, el tema del trabajo llega a ocupar un lugar central en el pensamiento social de la Iglesia. “El trabajo humanoes una clave, quizás la clave esencial, de toda la cuestión social, si tratamos de verla verdaderamente desde el punto de vista delbien de la persona humana”, adquiriendo “una importancia fundamental y decisiva”6. Tanto es así que “la justicia de un sistemasocio-económico y, en todo caso, su justo funcionamiento merecen en definitiva ser valorados según el modo como se remunerajustamente el trabajo humano dentro de tal sistema”, porque “el salario, es decir, la remuneración del trabajo, sigue siendo unavía concreta a través de la cual la gran mayoría de las personas puede acceder a los bienes que están destinados al uso común”7.

30.- No se trata tan sólo de un principio de justicia social, sino la clave está en su fundamentación antropológica. La dimensiónsubjetiva del trabajo condiciona la misma esencia ética del trabajo, porque “quien lo lleva a cabo es una persona humana”. “Estaverdad, que constituye en cierto sentido el meollo fundamental y perenne de la doctrina cristiana sobre el trabajo humano, ha tenidoy sigue teniendo un significado primordial en la formulación de los importantes problemas sociales que han interesado épocasenteras”8.

31.- En el Nuevo Testamento se afirma dos veces: El trabajador tiene derecho a su salario (Lc 10, 7; 1 Tim 5, 18). Esta preocupaciónse encuentra en las primeras páginas de la Sagrada Escritura: “No explotarás al jornalero humilde y pobre, ya sea uno de tushermanos o un forastero que reside dentro de tus puertas. Le darás cada día su salario, sin dejar que el sol se ponga sobre estadeuda; porque es pobre, y para vivir necesita de su salario. Así no apelará por ello a Yahvéh contra ti, y no te cargarás con unpecado” (Dt 24, 14 – 15). Es que el salario es, para la gran mayoría, condición de calidad de vida (alimentación, vivienda,educación), de dignidad (auto-respeto y reconocimiento social), y de realización personal y familiar (posibilidad de proyección).

32.- El auténtico progreso de un país, en el pensamiento social de la Iglesia, “no se mide exclusivamente por la cantidad de bienesproducidos, sino también teniendo en cuenta el modo en que son producidos y el grado de equidad en la distribución de la renta,que debería permitir a todos disponer de lo necesario para el desarrollo y perfeccionamiento de la propia persona”9. La implementaciónde un salario justo hace, en verdad, de la sociedad una auténtica patria para todos y todas.

Page 4: 1. EL HECHOel hechoAlejandro Goic (18 de septiembre de 2007) explicarían el sentido exacto de sus afirmaciones. 5.- En la última Encuesta Casen (Caracterización Socioeconómica

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