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1 HACIA UNA HISTORIA DE LA ENTOMOLOG˝A EN MÉXICO Layla MichÆn 1 & Jorge Llorente Bousquets 1 1 Museo de Zoología Alfonso L. Herrera, Departamento de Biología Evolutiva, Facultad de Ciencias, UNAM, Apdo. Postal 70-399, MØxico, D.F., MØxico. Correos electrónicos: [email protected], [email protected] No me lisonjeo de haber hecho una obra importante, pues no me ha cegado el amor propio, y sØ que estoy destituido de los dotes de talento y de instrucción que se necesitan para escribir con acierto en materia tan difícil...; deseo œnicamente que se considere este tra- bajo, incompleto e imperfectísimo, como una tentativa, un esfuerzo o un ensayo que podrÆ servir de punto de partida para que personas mÆs inteligentes hagan una obra mÆs acabada. J. SÆnchez, Datos para la Zoología MØdico Mexicana, 1893. ABSTRACT. We present a general panorama of the his- tory of entomology (sensu lato) in Mexico, which in- cludes the development of studies concerning Insecta and Arachnida. Entomology is one of the more devel- oped zoological disciplines in Mexico and with a richer tradition. The first residents of this region observed and took advantage of insects. During the colony two expeditions were made to know the fauna and many organisms were described, including insects. Formal entomological studies in our country began in the XIX century, with the establishment of the Museo Nacional (1868-1908), the Sociedad Científica Antonio Alzate (1884-1932), and publications like La Naturaleza and contributions from Eugenio DugLs and Jesœs SÆnchez. Due to the uncertainty at that moment in the country, it is until the 30·s in the XX century that formal institu- tionalization is produced, with the foundation of cen- ters for education and research and the consolidation of collections, societies, and journals. The Instituto Pato- lógico disappears and in 1906 the Instituto Bacterioló- gico become in 1923 Instituto de Higiene. The Instituto MØdico Nacional, created in 1888, the Museo de Histo- ria Natural, freed of that of Anthropology from 1909, the Museo de la Comisión GeogrÆfica Exploradora grouped to constitute the Dirección de Estudios Bio- lógicos, that in 1929 was incorporated to the Uni- versidad Nacional Autónoma de MØxico as the Insti- tuto de Biología. The Facultad de Ciencias de la UNAM and the Escuela Nacional de Ciencias Biológicas IPN were founded. Journals with relevant articles are the Anales del Instituto de Biología, the Revista de la Sociedad Mexicana de Historia Natural and the Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate , among others. At the beginning of the 50·s, the situation of entomol- ogy in Mexico, like in general that of biology, was limited but consolidated, showing the continuity of institutions and authors like CÆndido Bolívar, Carlos Hoffmann, and Alfonso Dampf. Years later, the Escuela de Posgraduados and the establishment of the Sociedad Entomológica Mexicana and the publi- cation of its Folia, began a new era, with in increasing numbers of articles, and authors like Alfredo Barrera, Leonila VÆzquez, Anita Hoffmann, and Gonzalo Halffter. The decade of the 80·s marks another land- mark, with research organizations like the Instituto de Ecología, the Universidad de Guadalajara, and the Universidad Autónoma Metropolitana, and the de- velopment of institutions like CONACyT, SNI, and CONABIO, entering the scene and an increase in the publications abroad, interdisciplinary works, and theoretical and applied contributions.

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HACIA UNA HISTORIA DE LA ENTOMOLOGÍA EN MÉXICO / 3

1HACIA UNA HISTORIA

DE LA ENTOMOLOGÍA EN MÉXICO

Layla Michán1 & Jorge Llorente Bousquets1

1 Museo de Zoología �Alfonso L. Herrera�, Departamento de Biología Evolutiva, Facultad de Ciencias, UNAM, Apdo. Postal 70-399, México, D.F., México. Correos electrónicos: [email protected], [email protected]

No me lisonjeo de haber hecho una obra importante, pues no me hacegado el amor propio, y sé que estoy destituido de los dotes detalento y de instrucción que se necesitan para escribir con aciertoen materia tan difícil...; deseo únicamente que se considere este tra-bajo, incompleto e imperfectísimo, como una tentativa, un esfuerzoo un ensayo que podrá servir de punto de partida para que personasmás inteligentes hagan una obra más acabada. J. Sánchez, Datos para la Zoología Médico Mexicana, 1893.

ABSTRACT. We present a general panorama of the his-tory of entomology (sensu lato) in Mexico, which in-cludes the development of studies concerning Insectaand Arachnida. Entomology is one of the more devel-oped zoological disciplines in Mexico and with a richertradition. The first residents of this region observedand took advantage of insects. During the colony twoexpeditions were made to know the fauna and manyorganisms were described, including insects. Formalentomological studies in our country began in the XIXcentury, with the establishment of the Museo Nacional(1868-1908), the Sociedad Científica Antonio Alzate(1884-1932), and publications like �La Naturaleza� andcontributions from Eugenio Dugès and Jesús Sánchez.Due to the uncertainty at that moment in the country,it is until the 30´s in the XX century that formal institu-tionalization is produced, with the foundation of cen-ters for education and research and the consolidationof collections, societies, and journals. The Instituto Pato-lógico disappears and in 1906 the Instituto Bacterioló-gico become in 1923 Instituto de Higiene. The InstitutoMédico Nacional, created in 1888, the Museo de Histo-

ria Natural, freed of that of Anthropology from 1909,the Museo de la Comisión Geográfica Exploradoragrouped to constitute the Dirección de Estudios Bio-lógicos, that in 1929 was incorporated to the Uni-versidad Nacional Autónoma de México as the Insti-tuto de Biología. The Facultad de Ciencias de la UNAMand the Escuela Nacional de Ciencias Biológicas IPNwere founded. Journals with relevant articles are theAnales del Instituto de Biología, the Revista de la SociedadMexicana de Historia Natural and the Memorias de laSociedad Científica Antonio Alzate, among others. Atthe beginning of the 50´s, the situation of entomol-ogy in Mexico, like in general that of biology, waslimited but consolidated, showing the continuity ofinstitutions and authors like Cándido Bolívar, CarlosHoffmann, and Alfonso Dampf. Years later, theEscuela de Posgraduados and the establishment ofthe Sociedad Entomológica Mexicana and the publi-cation of its Folia, began a new era, with in increasingnumbers of articles, and authors like Alfredo Barrera,Leonila Vázquez, Anita Hoffmann, and GonzaloHalffter. The decade of the 80´s marks another land-mark, with research organizations like the Institutode Ecología, the Universidad de Guadalajara, and theUniversidad Autónoma Metropolitana, and the de-velopment of institutions like CONACyT, SNI, andCONABIO, entering the scene and an increase in thepublications abroad, interdisciplinary works, andtheoretical and applied contributions.

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INTRODUCCIÓN

La finalidad de este ensayo es presentar un pano-rama general, aunque sucinto, de la historia de laentomología (sensu lato) en México. Comprendeel estudio del desarrollo de los estudios concer-nientes a los Insecta y los Arachnida en el país.Éste es un trabajo preliminar, que deberá ser am-pliado y �completado�; es resultado de una líneade investigación instrumentada en el Museo deZoología �Alfonso L. Herrera�, orientada al estu-dio de la historia de la taxonomía y la biogeografía,particularmente en México.

La historia de la ciencia, en especial de la bio-logía, es un ámbito poco estudiado en nuestro país,los trabajos más representativos son los de Beltrán(1977, 1979, 1982), De Gortari (1957, 1980), More-no de los Arcos (1986, 1988, 1989a, b, 1994) y Tra-bulse (1983, 1984, 1985a, b, 1989, 1995). Abordar lahistoria de una subdisciplina como la entomologíaaún es pionero y complejo, debido a la falta de unatradición y, por consecuencia, de trabajos genera-les, bibliografías y fuentes, entre otros elementos.

A menudo, como parte de la formación y produc-ción de un naturalista, están el conocer y presentarlos antecedentes históricos de su disciplina, se po-dría decir que éste es �al igual que en otras áreascientíficas� el origen de la historia de la ciencia(Christie, 1996). También es el caso de la historia dela entomología en México, que únicamente ha sidoabordada por los entomólogos, como complemen-to de su tarea biológica. Hasta el siglo XX, se produ-cen los primeros trabajos formales de historia de labiología en México, realizados por Enrique Beltrán(ver referencias), iniciador de esta temática en elpaís, quien se interesó por los aspectos generales yla protozoología en particular.

En tal escenario es donde se han producido lospocos trabajos que existen hasta el momento sobreel tema. La importancia que pueden poseer los es-tudios históricos para el desarrollo, análisis, pla-neación y conformación de una disciplina, haceobligada la realización de proyectos que en este casose encaminan a presentar de una manera formal eldesarrollo de la entomología en nuestro país.

El ensayo presentado por Alfredo Barrera (1955)2

fue el intento de producir una historiografía de la

entomología en México. Posteriormente, autorescomo Ortega et al. (1965, 1966), Coronado (1962,1978, 1981), Halffter (1996, 1997) y Llorente et al.(1996, 2000) hicieron contribuciones importantes.Además, en varias de las subdisciplinas entomoló-gicas se conocen bibliografías, notas, estado yapuntes sobre su desarrollo, pero éstas están dis-persas en muchísimas publicaciones. No obstan-te, algunos autores han producido resúmenes deello, v. gr. para la sifonapterología mexicana, Mo-rales y Llorente (1986), para la lepidopterologíaestá el trabajo De la Maza y De la Maza (1993), ypara la acarología el de Hoffmann y López-Cam-pos (2000), entre otros.

Por el carácter general de esta revisión se pre-sentará de manera esquemática el desarrollo de laentomología en la República Mexicana, enfati-zando en el siglo XX y en la taxonomía, debido aque es el periodo y el área de interés de la primeraautora. Una base importante de esta contribuciónson los trabajos de Barrera, Beltrán, Coronado,Halffter y Hoffmann, a los cuales nos referiremoscon frecuencia. Dado que la entomología está ín-timamente ligada a la historia natural, por lo co-mún hasta la mitad del siglo XX, se describiránalgunos aspectos de ésta. Se presentarán en ordencronológico los principales acontecimientos de laentomología en nuestro país, tomando en cuentala institucionalización (formación de institucionesde investigación, escuelas, sociedades, publicacio-nes periódicas y otros aspectos), los autores y elestado de los estudios entomológicos.

Para la presentación de cualquier historia, amenudo es necesario suponer criterios en la divi-sión temporal de los acontecimientos por épocas,teniendo en cuenta las necesidades, los anteceden-tes, el objeto de estudio, el contexto espacial y eltemporal entre los principales. Así, la historia dela ciencia en México se ha dividido en distintasetapas, entre las que están, la de De Gortari (1980)y Trabulse (1983-1985), y para la historia de la bio-logía están los criterios de Herrera (1921) y Beltrán(1982). Por lo regular cada autor utiliza la divi-sión que más le conviene o se acomoda a sus ne-cesidades, y no obstante que cualquier división oclasificación del tiempo histórico puede ser arbi-traria o artificial, es necesario utilizar esta estrate-gia para tener como base un esquema temporal-mente ordenado. En este trabajo se utilizará una2 Este artículo está reproducido en Michán y Llorente (1999).

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modificación de la división planteada por Barrera(1955), en la �Historia de la Entomología en México�y de acuerdo con su punto de vista: �Consideramosque la Historia de la Entomología en nuestro país correparejas con las vicisitudes y desarrollo de las CienciasNaturales y la Biología Mexicanas, ya que forma parte deellas; ahora bien, puesto que las actividades de índole inte-lectual, cualesquiera que éstas sean, están siempre deter-minadas por las condiciones materiales de existencia ydesenvolvimiento de la sociedad que las mantiene, [...],apuntamos que el estudio del desarrollo de la ciencia quenos ocupa deberá referirse al de las características que im-primieron en él las condiciones imperantes en cada uno delos tres períodos clásicos de la Historia Mexicana: pre-cortesiano, colonial y del México Independiente�. Noso-tros también adoptaremos estas tres etapas, pero laúltima la dividiremos en los siglos XIX y XX, por suimportancia en el inicio y la consolidación de lainstitucionalización de la taxonomía en nuestro país.

EL CONOCIMIENTO DE LOS INSECTOSANTES DEL SIGLO XX

Conocimiento indígena. La clasificación y la de-nominación de los organismos fue una de las pri-meras tareas que el hombre realizó y que inclusocontribuyó a su evolución, como una parte del len-guaje, junto con la agricultura, la caza, la alfareríay la confección de herramientas de piedra y me-tal. Tal fue el caso de los primeros habitantes deAmérica que llegaron de Asia por el estrecho deBering (25,000 a. C.), a los que comúnmente se losincluye en las llamadas culturas líticas (De Gortari,1980). Así se constituyeron civilizaciones y cultu-ras autóctonas de alto grado de desarrollo en Amé-rica, algunas de cuales se localizaron en lo queahora es nuestro país. El conocimiento tradicio-nal fue el resultado de innumerables observacio-nes y �experimentos� empíricos de los observado-res de la naturaleza, quienes registraron y trans-mitieron sus conocimientos a las nuevas genera-ciones, a través de estelas, códices o la enseñanzaoral (Flores, 1982). Los tlamatine (�aquel que sabealgo�), según León Portilla (1963), eran los sabiosnahuas responsables de componer, pintar, cono-cer y enseñar los cantos y poemas en que preser-varon su conocimiento. Poco después de la con-quista, hubo una pérdida brusca de los conoci-

mientos, la destrucción de códices y la muerte delos sabios locales por enfermedades y violencia,cuyo registro fue ampliamente documentado enlos códices y en los escritos de los conquistadores(León Portilla, 1961).

Los pobladores de México nunca pasaron por altola observación y estudio de los insectos, aprovechan-do las especies útiles y segregando las nocivas (Coro-nado, 1981). De la época precortesiana poco sabe-mos del conocimiento que los antiguos mexicanostuvieron de los insectos y otros artrópodos, debido ala destrucción que sufrieron los documentos que hoypudieran ilustrarnos (León Portilla, 1961). Los esca-sos códices indígenas rescatados, los epistolarios,relaciones y otros libros europeos escritos a raíz dela Conquista (Cuadro 1.1), además del material lin-

Cuadro 1.1. Nombre de algunos de los códices reali-zados en la época prehispánica.

AzoyuBarandaCantares MexicanosAubinBeckerBorbonicusBorgiaBoturiniColombinoCospi Calendario Messicano 4093ChimalpopocaDe 1576De CempoallanDe CuauhtémocDresdeEn CruzFejervary MayerFernández LealFlorentinoIxtlilxóchitlLaudMagliabechianoMariano JiménezMartínez GracidaMatritenseMendozaPeresianoTro-Cartesiano

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güístico, etnográfico y folklórico, constituyen un ma-terial poco estudiado con un enfoque entomológico.

Los antiguos mexicanos fueron agudos conoce-dores de la naturaleza. En lo que respecta a los ar-trópodos, debieron reconocer y diferenciar grancantidad de formas e hicieron observaciones sobrela organización de los insectos sociales, el ciclo bio-lógico de ciertos lepidópteros, ortópteros y cóccidos,entre otros, además de las propiedades venenosas,sus hábitats y sus costumbres (Barrera, 1955). Te-nían conocimiento de la etología y la ecología devarios animales, y supieron interpretar de formaadecuada fenómenos biológicos como la metamor-fosis (Trabulse, 1983). México es uno de los paísesdel mundo en el que más se han utilizado insectoscomo alimento y como materia prima en pequeñasindustrias (Martínez Báez, 1961), los conocimien-tos que tenían sobre estos organismos entre las cul-turas prehispánicas lo expresa Barrera (1955) de lasiguiente manera: �Quien tenga deseos de darse unaligera idea de la importancia que los artrópodos, insectosprincipalmente, tuvieron entre los antiguos habitantesde México, consulte el Códice Chimalpopoca en el quesabrá de Azcatl, la hormiga que reveló la existencia demaíz a Quetzalcóatl, quien después lo donara al pueblo;sumérjase en el maravilloso y místico mundo del Popol-Vuh y siga los pasos de los piojos portadores de nuevas,de los mosquitos Xan picadores del hombre, de las hor-migas cortadoras de flores y de las luciérnagas, que soncomo las puntas de los cigarros de los señores de la no-che; déjese llevar por las profecías del Chilam Balam yadmire el hondo contenido social de frases tales como laque se refiere a que durante algún tiempo serán gober-nantes los Piques (redúvidos hematófagos) chupadores yextorsionadores de los pueblos; recorra las ruinas de lasantiguas ciudades y visite nuestros museos y admire lasrepresentaciones zoomórficas que tanto caracterizan el arteantiguo mexicano, dése cuenta, por ésta y por otras fuen-tes, de que la organización de los diferentes pueblos delMéxico antiguo correspondía, más o menos, a la de unneolítico superior de características muy especiales, en elque cabían a la par de un profundo aunque empírico cono-cimiento de muchos fenómenos naturales, prácticas reli-giosas y mágicas, como las de adjudicación de totems per-sonales y de relacionar estos animales o plantas con deida-des. Las prácticas agrícolas primitivas no incluyeron porsupuesto la lucha contra las plagas de insectos, y por elcontrario, cuando las prácticas de tabú intervinieron, hubode hecho cierta protección hacia las mismas�.

En el arte también se expresó la representaciónde insectos, tal fue el caso de la �llamadora� (Pterou-rus multicaudatus), que se relacionaba con la diosaXochiquetzal, patrona de las artes agradables y per-sonificación de la belleza (Beutelpacher, 1989); ocomo es el caso de la poesía �El ave y la mariposa�:¿Qué es lo que dice el ave roja del dios?Es cual un repicar de sonidos: anda chupando miel.¡Que se deleite: ya se abre su corazón:es una flor!Ya viene, ya viene la mariposa:viene, viene volando; viene abriendo sus alas:Sobre las flores anda chupando miel.¡Que se deleite: ya se abre su corazón:es una flor!Cantares Mexicanos, f. 17 v. De Tenochtitlan. Anónimo.

Quizá los datos más antiguos que poseemos deeste conocimiento en la actualidad han permane-cido en los lenguajes de las etnias, o en los nom-bres de muchas localidades o regiones enteras(toponimia), que recuerdan la presencia o la abun-dancia de ciertas plantas y animales, entre los quese cuentan principalmente mariposas, hormigasy saltamontes. Tal es el caso de Papaloapan: �río delas mariposas�, Papalotepec: �en el cerro de las ma-riposas�, Papalotla: �lugar abundante en mariposas�(Beutelspacher, 1989) y Chapultepec: �cerro del cha-pulín� (porque parece un chapulín). Las lenguasmaya, purépecha, totonaca y mexica poseen riquí-simos vocabularios zoológicos que indican inclu-so el inicio del establecimiento de una sistemáticapopular que reunía infinidad de formas en gru-pos relativamente naturales (Barrera, 1955). Estanomenclatura popular ha subsistido en gran par-te hasta nuestros días, como lo demuestran los es-tudios realizados en comunidades indígenas dedistintas regiones de México (Berlin, 1974; DeGortari, 1980; Paso y Troncoso, 1988; Barrera, 1994).

En cuanto a la clasificación, en general esasculturas conformaron taxonomías folk ahoraanalizadas por la etnobotánica y la etnozoologíade grupos linguísticos como el maya yucata-nense, el náhuatl y el tzeltal, que al ser estudia-dos presentan información muy importante so-bre el sistema de clasificación de los seres vivosque utilizaban (Barrera, 1994). Las clasificacionesde plantas y animales fueron muy avanzadas eincluían datos de usos, propiedades, formas yecología (Gómez-Pompa, 1993).

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Periodo Colonial. Durante la Colonia poco se hizopor estudiar la naturaleza de nuestro país, peroflorecieron algunas industrias basadas en técni-cas indígenas que propiciaron el estudio de cier-tos insectos de importancia económica, tal fue elcaso de la grana o cochinilla del nopal (Dactylopiuscoccus) que tuvo gran importancia en esa época,lo mismo que la explotación y el uso de las lacasque produce el axe (Llaveia axin) (Trabulse, 1985).También la industria de la grana, según dice elpadre José d� Acosta en su Historia Natural y Moralde las Indias, en 1587 dio 5677 arrobas de polvo secolo que produjo 283,750 pesos a la corona españo-la. Este incremento de la industria de las lacas sedebió a que no competía con las industrias metro-politanas, por lo que pudo desenvolverse libre depersecuciones económico-políticas y el mejora-miento de las técnicas de desflemado y torneo dela madera que permitieron lograr la fabricaciónde objetos de acuerdo con el gusto y costumbresoccidentales (Barrera, 1955). Por otra parte, las in-dustrias del olivo y del gusano de seda que co-menzaron a florecer con gran éxito en México fue-ron destruidas con el propósito de proteger losmonopolios de Cádiz y Sevilla. Motolinia y Fran-cisco Hernández fueron los primeros en reseñaralgo sobre el cultivo de la seda en México y sobrela explotación posterior de la seda silvestre de va-rias orugas de Eutachiptera psidii y también, pro-bablemente, con varias especies de Hilesia (Hoff-mann, 1937).

La introducción del gusano de seda en la Nue-va España data del año 1528, cuando parece serque Francisco de Santa Cruz y el oidor Delgadillollegaron a estas tierras con algunos capullos, y elgobierno español otorgó una concesión para quefueran plantados árboles de morera en lo que hoyes parte del estado de Oaxaca, donde dominicos yfranciscanos extendieron su cultivo, produciendouna industria de gran éxito que duró hasta 1576,cuando inició su decadencia (María y Campos &Castelló, 1990).

El uso de Apis mellifica constituyó un progresode relevancia en la industria agrícola. Antes de laconquista, las abejas nativas y sus productos tu-vieron gran importancia, sobre todo entre los ma-yas, quienes cultivaron varias especies de Meliponapara obtener miel y cera, que utilizaron como ali-mento y con fines ceremoniales (Barrera, 1955).

De las historias y relaciones de los conquista-dores es posible obtener datos respecto al conoci-miento que tenían los indígenas de la naturaleza.Los escritos conocidos de la época donde se haencontrado información sobre plantas (principal-mente) y animales son: a) la Historia verdadera de laconquista de la Nueva España de Bernal Díaz delCastillo; b) la Relación de las cosas de Yucatán de FrayDiego de Landa; c) la Historia general de las cosas dela Nueva España (Códice Florentino) de Fray Ber-nardino de Sahagún, donde se encuentra la másinteresante noticia de los artrópodos conocidos porlos indígenas en el siglo XVI; d) las Cartas de Rela-ción de Cortés; e) la Historia general y natural de lasIndias de Francisco Gonzáles de Oviedo; f) las obrasde Motolinia, Mendieta y Torquemada acerca delos procedimientos terapéuticos y de remedios ve-getales empleados por los indígenas; g) los Proble-mas y secretos maravillosos de las Indias de Juan Cár-denas (1591); h) el Herbario formulado por Martínde la Cruz y Juan Badiano; i) De historia Plantarumde Francisco Hernández, y j) Cuatro Libros de la Na-turaleza de Francisco Ximénez. Estas tres últimasobras proporcionan el testimonio directo de los co-nocimientos botánicos y médicos elaborados porlos antiguos mexicanos que, por la coyuntura his-tórica, sin duda fue el aporte más importante denuestro país a la biología del siglo XVI.

De 1570 a 1577 se hizo la primera Expedición ala Nueva España por mandato de Felipe II. Estu-vo a cargo del doctor Francisco Hernández (1517-1587), �Protomédico general de las indias, islas y tie-rra firme del mar océano�, para que se estudiaranlas plantas, los animales y los minerales del terri-torio (Ibarra, 1937). Durante siete años recolectóplantas y animales aborígenes, llegó por el nortehasta Querétaro, Colima y Michoacán, descendiópor la costa del Pacífico hasta cerca del Istmo deTehuantepec, y en la Meseta Central no dejó sitiosin explorar. Gran parte de su material provinode los jardines botánicos de Azcapozalco, Texcocoy Oaxtepec (Somolinos, 1971). Contó con la ayu-da de su hijo, el herbolario Juan Fernández, y delgeógrafo Alonso López de Hinojoso. La mayoríade los dibujos originales fueron hechos por lospintores indígenas Antón Elías, Baltazar Elías yPedro Vázquez (Somolinos, 1951). En su obraHistoriae animalium et mineralium novae Hispaniae Liberunicus, in sex tractatus divisus, Frco. Fernandez Philippi

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II di primario medico authore3 (Fig. 1.1), Hernándezcasi siempre habla de lo que ha visto con exactitudy sencillez; a veces sus descripciones son demasia-do cortas, lo que dificulta identificar a los animalesa que se refieren (Barrera & Hoffmann, 1981).

Dentro de la parte zoológica, abordó el estudiode los artrópodos en el Tratado Cuarto, denomina-do Historia de los insectos de la Nueva España. Dugés(1885) identificó en cuanto le fue posible las des-cripciones y señaló los nombres científicos moder-nos enfrente de los mexicanos, escritos en la orto-grafía que se usó en la edición de 1651. Según Ba-rrera y Hoffmann (1981), Hernández en su obra nodedicó mucha atención a los artrópodos; los nom-bres, las descripciones y los datos de otra índoleque recogió fueron de origen náhuatl, purépechasy filipinos distribuidos en Cuernavaca y Tepoztlán,la zona Tarasca y de las islas Filipinas. En este mis-mo trabajo se enumeran a los organismos, en el mis-mo orden en que aparecen en los capítulos del Tra-tado IV, las notas interpretativas, caracteres, notasetnozoológicas y su identificación (ver cuadro 1.2).

Después de la expedición de Hernández, lasciencias naturales entraron en un largo periodode estancamiento y, aunque es cierto que prontocomenzaron a fundarse colegios y universidadesen la Nueva España, no parece que en ellos se hayaenseñado la historia natural (Beltrán, 1943a).

Fray Bernardino de Sahagún (1499?-1590) pue-de considerarse como el máximo estudioso de todolo que atañe a la cultura náhuatl. Recopiló y escri-bió de las costumbres, modos, lugares, maneras,dioses, lenguaje, ciencia, arte, alimentación, orga-nización social y otros temas, de los llamadosmexicas. Quizás el valor más importante de suobra se debió a que las fuentes de su informaciónfueron directas (de la propia boca de los indíge-nas), que tanto a él como a sus alumnos relatarony confirmaron todo lo referente a su cultura. Suobra la escribió en náhuatl (lengua que dominó ala perfección), español y latín (Martín del Campo,1938). Desde 1547 empezó a investigar y recopilardatos acerca de la cultura, creencias, artes y cos-tumbres de los antiguos mexicanos, a partir de

cuestionarios en náhuatl que hizo a los indígenasancianos (Informantes de Sahagún) de tres luga-res: a) Tepepulco (1558-1560), donde se elabora-ron los Primeros memoriales; b) Tlatelolco (1564-1565), donde hicieron los Memoriales con escolios(ambas versiones se conocen como Códices matri-tenses); y c) la ciudad de México (1566-1571), don-de realizó una nueva versión, mucho más comple-ta que las anteriores, llamada la Historia General delas Cosas de la Nueva España, que contenía lo que seconsideraba �útil para la doctrina, cultura y mante-nencia de la cristiandad destos naturales de la NuevaEspaña y para ayudar a los obreros y ministros que losdoctrinasen� (Gortari, 1980). Esta última es una en-

3La UNAM publicó en 1959 la obra con el título de Obras Com-pletas, con interpretaciones de algunos especialistas en va-rios de los tópicos tratados en la obra; los insectos fueronabordados por Barrera y Hofmann (1981).

Fig. 1.1. Portada de la obra de Francisco Hernández,editada por la UNAM.

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ciclopedia de tipo medieval, con influencia de losconocimientos renacentistas y de la culturanáhuatl, escrita por varios autores (presenta va-rios estilos), pues intervino en ella su equipo deestudiantes en el periodo 1558-1585. La obra constade un prólogo y 12 libros, el Undécimo trata de laspropiedades de los animales, aves, peces, árboles,hierbas, flores, metales, piedras y colores. Toda estainformación permanecía en el olvido, hasta queFrancisco del Paso y Troncoso publicó los origina-les conservados en Madrid y Florencia.

El Códice Florentino es un manuscrito, original-mente de cuatro volúmenes (solo quedan tres), queincluyeron los textos en náhuatl y en español, a ve-ces resumido y a veces con comentarios y gran nú-mero de ilustraciones, la mayoría en color. Este có-dice, llamado así porque se conserva en la Biblioteca

�Medicea Laurenciana� de Florencia, Italia, constitu-ye una copia que Sahagún envió a Roma con el pa-dre Jacobo de Testera para que fuera entregada alPapa en 1580. Francisco del Paso y Troncoso la pu-blicó, en forma de láminas en Madrid en 1905, y pos-teriormente, en 1979, el Archivo General de la Na-ción editó el facsimilar. En este escrito se percibe al-guna influencia europea y se representan variasmaterias, los insectos tratados son cochinillas, lan-gostas, moscas, abejas y mariposas (Trabulse, 1983).

Después de estos trabajos no encontramos nadasignificativo en el desarrollo de los estudios sobrehistoria natural, hasta finales del siglo XVIII, quese caracterizó por la Ilustración, lo cual produjoun renacimiento que propició la Revolución Fran-cesa e influyó en América, y marcó el fin de la in-fluencia feudal y apuntó el comienzo de una nue-

Cuadro 1.2. Insectos mencionados en el Tratado IV de Hernández e interpretados por Barrera y Hoffmann (1981).

Nombre dado por HernándezAtocaatlAxinAoachtócatlEcatócatlHoitztócatlTemahoaniTechichiatlCoyayáhoal o IchcatonItzuqua o SípantipeTemictliPollinTemaznanapaloaCohahoapochinTetlatocaQuauhmécatlQuetzalmiáhuatlQuauhtemollinQuauhocuilinTleocuillinTemolinTlalácatlTlaxiquipillinTócatlHoeitexcaTzontecomamaLavalavaSulum

Familia-ordenTetragnathidae-AraneaeCoccidae-HomopteraTheraphosidae-AraneaeAraneidae-AraneaeAcridoidea-OrthopteraSaturniidae-LepidopteraNoctuidae-LepidopteraPolydesmidae-Diplopoda

Saturniidae-LepidopteraIsopodaCerambycidae-ColeopteraSaturniidae-LepidopteraPompilidae-HymenopteraPhasmidaeVespidae-HymenopteraChrysomelidae-ColeopteraIsopodaStaphylinidae-ColeopteraScarabaeidae-ColeopteraMantodeaMeloidae-ColeopteraLoxoscelidae-AraneaeReduviidae-Hemiptera

AraneaeIsoptera

Nombre científicoLeucage venustaLlaveia axinAphonopelmaNeoecona oaxacensisTaeniopoda sp.Automeris leucaneHeliothis

Pepsis sp.

Polistes o Polybia

PaederusXyloryctes sp. y Strategus aloeus

MeloeLoxosceles y Latrodectus mactansTriatoma phyllosoma

Latrodectus tredecimguttatus

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va era en la organización social, política y econó-mica (Gortari, 1980). En la Nueva España, este pe-riodo se caracterizó por las inquietudes científicas,sociales y de otra índole, que apenas comenzabana desarrollarse dentro de un cuadro de condicio-nes históricas que culminaron en la guerra de in-dependencia de México (Moreno 1994; Saladino,1996). En aquella época, la Nueva España, aisladade toda influencia intelectual extranjera, fue objetode un bloqueo económico por corsarios ingleses yfilibusteros de otras naciones. Mientras el poderíonaval de España declinó y el de Inglaterra prospe-ró, el régimen de la propiedad de las riquezas porparte de la corona y la situación anárquica creadapor la explotación desmedida de los campesinos,artesanos y trabajadores, crearon un clima de desor-ganización y decadencia (De Gortari, 1980).

Los trabajos de Carlos de Sigüenza y Góngora(1645-1700), José Antonio Alzate y Ramírez (1733-1799) y de Francisco Xavier Clavigero (1731-1787)son claros representantes de la ilustración novohis-pana (Beuchot, 1996). El primero ha sido conside-rado domo �uno de los más grandes estudiosos delsiglo XVII en el Hemisferio Occidental, incluyendo lasColonias Inglesas�, quien hizo comentarios sobrela plaga de chiahuitzin que atacó al trigo y dondeseñala que utilizó el microscopio para sus obser-vaciones (Beltrán, 1982). El segundo, naturalistaentre otras cosas, publicó más de cincuenta artí-culos sobre agricultura, minería, artes, industriase historia natural de muchos insectos (Aurelianoet al., 1996), entre los cuales dedicó especial aten-ción a la ya citada cochinilla del nopal y a los gu-sanos de seda (Saladino, 1990). La obra del histo-riador Clavigero (Fig. 1.2) también es importante,en especial por haber sido el primero en pronun-ciarse en contra de las inexactitudes que Paw,Buffon y Robertson habían logrado popularizaren torno del origen y naturaleza de los animales,plantas y hombres del Nuevo Mundo (Moreno,1994 ). Sus obras no fueron editadas en español,porque se trasladó a Italia por la expulsión de losjesuitas, ordenada por Carlos III. Ahí publicó suStoria Antica del Messico, que después fue traduci-da al francés, alemán, inglés e incluso al español(Trabulse, 1958a). Clavigero, en 1780, hizo comen-tarios y proporcionó una clasificación sobre losinsectos de México que consistía en tres órdenes:volátiles, terrestres y acuátiles (Clavigero, 1882)4.

A finales del siglo XVIII tuvieron lugar las tresexpediciones botánicas que la metrópoli españolaenvió a sus colonias americanas: Perú en 1778(Ruiz y Pavón), Nueva Granada en 1783 (Mutis) yNueva España en 1787 (Sessé y Mociño). Éstasfueron producto del impulso que la ciencia reci-bió en España bajo el reinado progresista de Car-los III. El objetivo fundamental de las tres prácti-camente fue el mismo, así como la manera de lo-grarlo. En todas interviene �de un modo u otro�Casimiro Gómez Ortega, quien, como director yprimer catedrático del Jardín Botánico de Madrid,ejercía autoridad incontrovertible en los medioscientíficos. Cada una de las tres expediciones fuedirigida por una persona especialmente designadacon tal carácter, pero con posición y condiciones

Fig. 1.2. Francisco Xavier Clavigero.

4 Ésta es una publicación del trabajo original presentado porJesús Sánchez en La Naturaleza, traducido por Francisco P.Vázquez, quien también hace notas aclaratorias. El originales de 1780, fue escrito en italiano, pues su compañía fue ex-pulsada en 1767 y su obra apareció en Cesena.

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personales que variaron notablemente en cada caso(Beltrán, 1967). La última de ellas es de nuestro in-terés, por realizarse principalmente en lo que aho-ra es el territorio mexicano, pues en las otras solose aproximaron al mismo o hicieron visitas cortas.

La �Real Expedición a la Nueva España� formóparte de un proyecto de exploraciones botánicasque se llevaron a cabo en América durante las úl-timas décadas del siglo XVIII, para conocer el te-rritorio, sus riquezas naturales y humanas. Fuebase importante del trabajo científico desarrolla-do en la botánica, la zoología, la paleontología, lamineralogía y la geología, pues se efectuaron tra-bajos cartográficos, observaciones astronómicas,viajes, expediciones de reconocimiento, descrip-ciones de flora y fauna, clasificaciones de plantas,colecciones mineralógicas y estudio de enferme-dades (Beltrán, 1968b). Esta expedición fue orde-nada por Carlos III e impulsada por el Real JardínBotánico de Madrid, y estuvo bajo la responsabi-lidad del español Martín de Sessé y Lacasta (1751-1808) y el novohispano José Mariano Mociño(1757-1820). Participaron en ella el naturalista JoséLonginos Martínez (?-1803), el boticario Juan delCastillo (1744-1793), Vicente Cervantes (1755-1829)y dos notables pintores, Atanasio Echeverría (1766-1811) y Juan Cerdá (Moreno, 1988).

Los expedicionarios recorrieron de lo que aho-ra es México, en las llamadas �tres excursiones�,los estados de Colima, Distrito Federal, Guana-juato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Na-yarit, Querétaro, Sinaloa, Veracruz y Tabasco, prin-cipalmente (McVaugh, 1969); realizaron una im-portante labor de acopio de especímenes de la flo-ra y la fauna (incluyendo insectos) con su descrip-ción, láminas y clasificación (Grobet Palacio, 1983).Las láminas originales se perdieron, pero la ma-yor parte del herbario quedó incorporado al Jar-dín Botánico de Madrid en 1820; consistía en lasdescripciones originales de la Flora de México y laFlora de Guatemala, las descripciones de las plan-tas del viaje a Cuba y Puerto Rico y 121 dibujos acolor. El resto quedó diseminado en otros museosy colecciones europeas, como el Museo Británico,el Jardín Botánico de Kew, el Herbario de Ginebray la Universidad de Florencia. Las láminas origi-nales (Colección Torner) se redescubrieron en 1980y están en resguardo del Instituto Hunt de Docu-mentación Botánica de Pittsburgh. Entre ellas hay

19 láminas que contienen 30 especies de lepi-dópteros mexicanos que parecen haber sido eje-cutadas en su totalidad por Atanasio Echeverría,éstas son de gran calidad y han permitido identi-ficar la mayoría de las especies que enumera (La-mas, 1986).

En 1788, también por orden del Rey, se instauróla Primera Cátedra de Botánica, en la Real yPontificia Universidad de la Ciudad de México.Con este acontecimiento las ideas de Linneo lle-garon a México (Moreno, 1988) y se iniciaron losestudios formales de clasificación en nuestro país.Además se proyectó un Gabinete de Historia Na-tural a cargo de José Longinos Martínez, el natu-ralista de la expedición (Moreno, 1989b). Otra in-fluencia importante en la transición de siglo fuela visita a este territorio del científico, exploradory geógrafo alemán Barón Alexander von Hum-boldt (1769-1859), quien en el periodo 1803-1804recolectó ejemplares de plantas, animales y mine-rales, así como datos geográficos, geológicos yastronómicos. Con esa información publicó obrasimportantes como las Tablas geográficas políticas delReino de Nueva España, que manifiestan su superficie,población, agricultura, fábricas, comercio, minas, ren-tas y fuerzas militares (1802) y el Ensayo político so-bre el Reino de la Nueva España (1810).

México Políticamente Independiente, el siglo XIX.Como resultado del momento histórico, despuésde casi 20 años de lucha y ajustes, �surge entoncesun impulso regenerador, revolucionario, que protesta encontra de las condiciones desfavorables del campesino yde las clases desheredadas y que promueve el fomento dela agricultura, el mejoramiento de la industria, del co-mercio, y las tareas de difusión cultural. Después de con-sumada la Independencia, en 1821, hasta 1868 el estadode cosas es tan lleno de contradicciones y confuso, quepuede hablarse de un periodo de asentamiento, de nor-malización de la situación en todos sus aspectos. Con lainstauración de la República, las actividades de toda ín-dole, incluso las intelectuales, resurgen con mayor es-plendor y mejores finalidades� (Barrera, 1955).

La guerra de Independencia y las continuasconmociones que agitaron al país en la primeramitad del siglo pasado, evitaron que las cienciasnaturales se desarrollaran o incluso se practica-ran. Sin embargo, se pueden mencionar para esostiempos los nombres de los Cervantes, de la Lla-

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ve, Lejarza, Bustamante y Septién, Bustamante yRocha, Cal y otros más (Beltrán, 1943a), naturalis-tas que de forma generalmente individual hicie-ron contribuciones importantes a la botánica y lazoología, a pesar de la inestabilidad de la época,la falta de una tradición y la discontinuidad quese produjo.

Con la independencia política de México se de-sarrollaron gran número de actividades, hasta en-tonces intocadas o inhibidas por las condiciones po-lítico-económicas prevalecientes durante la Colo-nia (De Gortari, 1980; Trabulse, 1984). Uno de estosacontecimientos fue el inicio de lo que se denomi-na institucionalización, es decir la creación de ins-tituciones como centros de investigación, publica-ciones, sociedades y colecciones. Barrera (1955) serefiere a este proceso de la siguiente manera: �Unode los hechos más importantes y característicosque reflejan un desarrollo progresivo en las acti-vidades intelectuales es la formación de grupos,de sociedades. Dígalo si no el hecho de que al apareceren el siglo XIX las sociedades científicas en México, elentusiasmo por el estudio y discusión de los problemas seacrecienta y rinde más y mejores frutos, puesto que talessociedades no solamente se forman cuando las condicio-nes son propicias para ello, sino que a su vez propor-cionan mejores condiciones del desarrollo del tra-bajo científico. La Sociedad Mexicana de Geografía yEstadística, la Sociedad Científica Antonio Alzate, la So-ciedad Mexicana de Historia Natural fundada en 1848, laSociedad Agrícola Mexicana que publicó sus primeros tra-bajos en 1879 y el Instituto Médico Nacional, respondie-ron más o menos bien, en aquella época, a estas necesida-des. Fueron ellas las que impulsaron entre otros, elestudio de la Entomología económica sin descui-dar el de la entomología pura.� (énfasis nuestro).

En 1822 se estableció un Gabinete de HistoriaNatural en la Universidad, posteriormente fue trans-formado en Museo e inaugurado por Maximilianode Habsburgo, el 6 de julio de 1866 (Beltrán, 1943a).Maximiliano, amante de la naturaleza, siempre viocon simpatía los estudios en este campo; en 1865designó director del Museo Nacional a D.G. Bili-meck, un zoólogo austriaco que acompañó al em-perador y que principalmente recolectó insectosy arácnidos en los alrededores de Morelos y Méxi-co. Fue el primero que hizo estudios de bioes-peleología y describió animales cavernícolas deeste país (1867) en su visita a las grutas de Caca-

huamilpa, entre los que estuvieron gran cantidadde insectos y arácnidos (Hoffmann, 1984).

El espíritu científico de México había ido formán-dose lentamente, con las lecturas de los enciclope-distas franceses, llegados de contrabando a laNueva España; la Intervención y el Imperio, im-pregnados de ese mismo espíritu, tuvieron en elterreno de las ciencias naturales algunas repercu-siones positivas, que perduraron en la República.Para esta época también hay que mencionar lasexploraciones biológicas llevadas a cabo por laComisión Científica Francesa en 1865 y 1866, con-tinuadoras de las que diez años antes había diri-gido H. de Saussure y Francisco Sumichrast, na-turalista suizo que se quedó hasta 1882; así comoel establecimiento de la Academia Imperial deCiencias y Literatura, y la creación de la Secciónde Medicina de la Comisión Científica, que con eltiempo se transformaría en Academia Nacional deMedicina (Beltrán, 1943), organismo que editó laGaceta Médica de México, institución de gran in-fluencia, no solo para el desenvolvimiento de lasCiencias Médicas, sino también de las naturales,incluyendo la entomología médica; según Beltrán(1942), entre 1865 y 1941, aparecieron en esta re-vista 11 artículos sobre insectos.

Con el triunfo de la República, en 1867, se dioel fortalecimiento de las instituciones sociales ypolíticas, y se promovieron las manifestacionesculturales. En 1868 se dio un impulso científico,cuya más brillante expresión fue la constituciónde la Sociedad Mexicana de Historia Natural, lacual celebró su primera sesión pública el 6 de sep-tiembre de ese mismo año y editó el periódico LaNaturaleza (Beltrán, 1948).

El Museo Nacional. Para entonces existían variosestablecimientos donde se estudiaba historia na-tural. El más importante fue el Museo Nacional,del que era director Ramón I. Alcaraz, y al quepertenecían Manuel M. Villada y Jesús Sánchez,entre otros. Contaba con un Departamento de His-toria Natural, en el que se realizaron importantesinvestigaciones en botánica, zoología y mineralogía.Destacaron personajes como Antonio del Castilloy Mariano Bárcena, entre otros. Dicha instituciónfue el centro de los estudios de ciencias naturaleshasta 1909, cuando se separó del Departamentode Historia Natural, para constituir el Museo Na-

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cional de Historia Natural (Beltrán, 1943). LosAnales del Museo iniciaron su publicación en 1877,siendo director Gumersindo Mendoza, donde sepublicaron los catálogos de varias colecciones. Co-laboraron en las publicaciones Antonio del Casti-llo, Mariano Bárcena, Manuel Villada, Jesús Sán-chez, Alfonso L. Herrera, Manuel Urbina, GabrielAlcocer, Eugenio Dugès y Nicolás León entre otros(Beltrán, 1943a). Con la fundación de este estableci-miento, se dio la institucionalización y la profe-sionalización de la historia natural en el Méxicoindependiente, pues al mismo tiempo fue centrode investigación, difusión (Anales del Museo Nacio-nal, 1877-1905), docencia y de acervos biológicos,además de que fue la primera vez que se asignósueldo a los naturalistas por realizar su trabajo(Saldaña y Cuevas, 1999).

Jesús Sánchez (1847-1911) fue primer directordel Museo Nacional de Historia Natural y una delas figuras más distinguidas en la zoología mexi-cana. Tanto en el Museo como en las escuelas Pre-paratoria, de Agricultura y Normal para Profeso-res, realizó una obra muy valiosa publicando, ade-más de variados artículos, sus libros Datos para laZoología Médica Mexicana, Elementos de Historia Na-tural y Datos para la Zoología Agrícola Mexicana(Hoffmann et al., 1993); este autor puede conside-rarse el precursor de los estudios de entomologíamédica en México (Barrera, 1955).

La Escuela de Agricultura. Fue otro centro de im-portancia en el estudio de las ciencias naturales,donde se impartían las materias mineralogía, geo-logía, botánica y zoología. Formaron parte de sucuerpo docente Alfonso Herrera, José RománRamírez, Guillermo Gándara y José G. Aguilera,entre otros.

La Escuela Nacional Preparatoria. Como resulta-do de la reorganización educativa de 1833, el 15de mayo de 1869, con la promulgación de la �LeyOrgánica de Instrucción Pública�, se estableció laEscuela Nacional Preparatoria, con la dirección deGabino Barreda. En ella estaban incluidos los es-tudios de ciencias naturales, con profesores dezoología como Jesús Sánchez, Alfonso L. Herrera,Luis Murillo, Agustín Reza y Alfonso Herrera. Esteúltimo fue uno de los socios fundadores y presi-dente de la Sociedad Mexicana de Historia Natu-

ral; como director de la Escuela Nacional Prepa-ratoria organizó un bien dotado Gabinete de His-toria Natural (Beltrán, 1961).

La Comisión Geográfica Exploradora. Fue funda-da en 1879, y tenía entre otras tareas la de formarun museo para conservar los ejemplares de la floray la fauna. Su sede era el local del Observatorio As-tronómico, en Tacubaya. Estaba bajo la direcciónde Fernando Ferrari Pérez, hasta 1915, en que talescolecciones pasaron a formar parte del Museo Na-cional de Historia Natural (Beltrán, 1977).

El Instituto Médico Nacional. Por iniciativa deCarlos Pacheco, Secretario de Fomento, y comouna idea generada para las colecciones de plantasmexicanas que se habían enviado a la ExposiciónUniversal de París, se creó, por Decreto del Con-greso, el 17 de diciembre de 1888, el Instituto Mé-dico Nacional. Su primer director fue FernandoAltamirano, lo substituyeron José Ramos y des-pués José Terrés. Esta institución desarrolló unalabor importante, publicó El Estudio en tres volú-menes de 1889 a 1893, y los Anales en once volúme-nes aparecidos de 1893 a 1909, en los que se hicie-ron contribuciones científicas importantes (Bel-trán, 1943a).

El Instituto de Higiene. En 1895, Rafael Lavista in-auguró el Museo Anátomo-Patológico, que en 1899se amplió con el nombre de Instituto Patológico.Hacia 1906 se expidió una ley que creaba dos esta-blecimientos separados: el Instituto Patológico y elInstituto Bacteriológico, este último bajo la direc-ción de Ángel Gaviño quien �comprendió que el fun-damento de toda Institución Industrial es la ciencia bá-sica� (Ramírez, 1932). Posteriormente, el InstitutoBacteriológico se transformó en el Instituto de Hi-giene, en el que se realizaron algunos trabajos deimportancia en Zoología Médica (Beltrán, 1977).

En cuanto a los personajes de esta época hubonaturalistas que estudiaron a los insectos comoIgnacio Blázquez, José Ramírez, Jesús Sánchez,Alfredo y Eugenio Dugés, Alfonso Herrera y Ro-mán Ramírez. Los hermanos Dugès fueron losverdaderos compiladores y autores de descripcio-nes de especies de las faunas herpetológica yentomológica mexicanas. Alfredo Dugès nació en1833 en Montpellier (Francia) y murió en 1910 en

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Guanajuato, estudió medicina en la Universidadde París, llegó a México, como su hermano Euge-nio, por causas desconocidas, en 1853. En Guana-juato fundó la Cátedra de Historia Natural y tra-bajó en compañía de su esposa, Luisa Frey. Aun-que fundamentalmente fue herpetólogo, publicótrabajos aislados sobre botánica, paleontología yentomología, como muchos otros naturalistas desu época, y formó una colección importante conmaterial herpetológico (Beltrán, 1945).

Eugenio Dugès (Fig. 1.3) también nació en Fran-cia (1833) e hizo sus estudios en París. Es curiosoque su tesis para obtener el grado de doctor ver-sara sobre los problemas biológicos de las altitudesde México. Llegó a este país en 1865, ejerció lamedicina en Guanajuato, Silao, León y Morelia,donde participó como preparador y profesor deanatomía e histología en el Colegio de San Nico-lás, colaboró como jefe del Departamento de His-toria Natural y, a partir de 1892, dirigió el MuseoMichoacano, hasta su muerte el 13 de febrero de1895 (Sánchez y Nomelí, 1996). Según Barrera

(1955), sus trabajos científicos se relacionaron casiexclusivamente con la entomología, siendo sus es-tudios sobre taxonomía y ciclos biológicos de loscoleópteros, verdaderamente buenos. La mayorparte de sus artículos aparecieron en el periódicoLa Naturaleza, donde colaboró entre 1869 y 1891 con15 trabajos, entre los que destacan varias especiesnuevas de coleópteros, además de sus notas parafacilitar el estudio de los coleópteros que aparecie-ron en 1889. De acuerdo con Sánchez y Nomelí(1996), en los Anales de la Sociedad Entomológica deBélgica se divulgaron ocho artículos entre 1880 y1887; casi todos versan sobre el proceso de meta-morfosis ocurrida en algunas especies de insectos,como el Lyctus plamielles, Cyllene crytropus y laChapuisia mexicana. El Bulletin de la Sociedad Zoo-lógica de Francia, en 1886 recogió una nota y adi-ciones relativas a la clasificación de meloideos y,en la revista norteamericana Insect Life, apareció unadescripción de Leonila rileyi, nuevo género de me-loideo, vecino de Hornia, que con una láminalitográfica coloreada se incluyó ese mismo año enel segundo volumen de los Anales del Museo Mi-choacano, publicación que también recogió una Se-gunda nota sobre la clasificación de los meloideos de laRepública Mexicana y una extensa Sinopsis de éstos(Dugès, 1889). En la Gaceta Oficial del Gobiernodel Estado de Michoacán correspondiente al 25 denoviembre de 1888, Eugenio Dugès dio a conoceruna descripción de su colección particular decoleópteros, en su mayoría recolectados por él enlocalidades de Guanajuato y Michoacán (Beltrán,1953). Al morir, en 1895, dejó sin publicar 10 volu-minosos tomos de una Coleopterografía Mexicana,que hoy se custodian en el Instituto de Biología dela UNAM.

La declinación de las actividades científicas enMéxico, al dispersarse los grupos intelectuales yal desaparecer muchos de los hombres del viejoequipo de naturalistas, coincidió con otro cuadrohistórico lleno de fuertes contracciones económi-cas y sociales que culminaron con la revoluciónde 1910 y que se iniciaron con las Leyes de Refor-ma. El triunfo de la Revolución y de sus princi-pios ideológicos tuvieron como consecuencia elestablecimiento de una nueva estructura social,política y económica, que entre la inestabilidad devarios años daría lugar a partir de la década de1920 a la constitución de un país con problemas,Fig. 1.3. Eugenio Dugès.

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intereses y planes propios. Ello produjo un impul-so importante en la ciencia, sobre todo por la graninfluencia que tuvo el positivismo en México (Pa-rra, 1903; De Gortari, 1957; Herrera, 1921). Inclusofue en este contexto que se dio la introducción delas ideas darwinianas en México (Ruiz, 1987; Mo-reno, 1989a). También es en ese momento en quese desarrollaron considerablemente distintas dis-ciplinas científicas (incluida la zoología) en variosde los estados de la República Mexicana. EnMichoacán, por ejemplo, se efectúan estudios bo-tánicos y zoológicos; aunque los segundos fueronmenos numerosos, abundan los de orientaciónentomológica, y casi todos los trabajos fueron pro-ducidos por investigadores de origen extranjero,especialmente por franceses y norteamericanosque visitaron o residieron en este Estado (Sánchez& Nomelí, 1996). En Veracruz, Francisco Sumi-chrast, zoólogo radicado en Córdoba; en Pueblalos más destacados fueron Ignacio Blázquez quientrabajó en el Colegio del Estado como preparadorde Historia Natural (Ledesma, 1990) y fue autorde varias monografías, entre las que destaca unasobre la mosca doméstica; Pablo Blázquez y An-tonio Cal, cultivaron las ciencias naturales, entreotros (Beltrán, 1982). En Tabasco, José N. Rovirosahizo valiosas aportaciones a la zoología y la botá-nica de la región. Joaquín y Juan Dondé, enCampeche y Yucatán, pero también alcanzaronfama Ramón Sabas Flores y Geo Gaumer. Tambiénse destacaron, en Oaxaca, Nicolás León y CasianoConzatti; en Nuevo León, José Eleuterio González,médico y naturalista; y en Guanajuato AlfredoDugès entre otros. Carlos Pattoni, en Durango,fundó la rama de la Alianza Científica Universal(Beltrán, 1943a).

Entre 1879 y 1915 se publicó la Biologia CentraliAmericana, una obra monumental de origen inglésque en la actualidad sigue siendo la fuente de in-formación más importante para muchos gruposde artrópodos mexicanos, especialmente insectosde los órdenes Coleoptera, Hymenoptera, Lepi-doptera, Diptera, Heteroptera, Homoptera, Ephe-meroptera, Odonata y Orthoptera. Fue editada porDu Cane Godman y Osbert Salvin en más de 50volúmenes, en los que se documentaron un totalde 1560 especies de artrópodos no insectos (Arach-nida, Chilopoda y Diplopoda) y 33,502 especiesde insectos (Llorente el al., 1996). Esta magna obra

conjuntó a varios recolectores y naturalistas im-portantes de esa época, como Hoge, Sallé, Sturm,Palmer, Morrison, Forrer, Coffin, H. H. Smith, Gau-mer Pilastre, Flor y Bruck, entre otros, quienes re-corrieron México obteniendo decenas de miles deinsectos que fueron depositados principalmenteen el Museo de Historia Natural de Londres(Brailovsky, 1993).

EL SIGLO XX

Es durante el siglo XIX que se inician los estudiosformales de entomología en nuestro país, se vis-lumbra una profesión, se fundan centros de ense-ñanza e investigación, museos y colecciones, aligual que sociedades y publicaciones periódicasque tratan del tema. Sin embargo, como resultadode la discontinuidad producida por la Revolución,esta estructura se pierde, y es hasta el siglo XX,después de 1921, que se da la instauración y con-solidación de la institucionalización de esta disci-plina. Es con la revolución, las dos guerras mun-diales y la guerra civil española como contexto,que se desarrolla este proceso que se constituirácon mayor formalidad a partir de los 50´s y culmi-nará en la estructura institucional actual.

Publicaciones �periódicas�. Durante el siglo XX va-rias revistas científicas mexicanas han publicadotrabajos sobre o relacionados con la entomología,utilizando distintos enfoques (ver cuadro 1.3). Deéstas, las más importantes para la entomología,por tener varias contribuciones, fueron las que sepresentan a continuación.

La Naturaleza. La Sociedad Mexicana de HistoriaNatural original inició la publicación de La Natu-raleza, �Periódico Científico de la Sociedad Mexi-cana de Historia Natural� el 1 de junio de 1869, suprimera serie constó de siete volúmenes (1869-1887), la segunda serie formada por tres (1887,1899) y la tercera por un volumen (1910-1914). Suprincipal propósito fue la difusión del conocimien-to, por lo que se incluyeron numerosas traduccio-nes de artículos aparecidos en revistas extranjeras,pero también reprodujo publicaciones antiguas deAlzate, Darwin, Cervantes y Clavigero, entre otros,lo que sirvió para dar a conocer originales inéditos

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Cuadro 1.3. Algunas revistas mexicanas que han publicado artículos sobre temas entomológicos en México(*abordaron el tema específicamente).

TituloActa Científica PotosinaActa Zoológica Mexicana*AgrariaAgricultor MexicanoAgricultor ModernoAgricultura InternacionalAgricultura Técnica en MéxicoAgrimex, Base de Datos Agrícola MexicanaAgrociencia*

AgrosíntesisAgrosistemasAnales de la Academia Mexicana de CienciasExactas Físicas y NaturalesAnales de la Escuela Nacional de CienciasBiológicas*Anales de la Sociedad HumboldtAnales del Instituto de Biología*Anales del Instituto Medico Nacional*Anales del Instituto Nacional de Antropología eHistoriaAnales del Instituto Nacional de Parasitología*Biodiversitas

Biotam

Biótica*

Boletín de Agricultura, Minería e IndustriaBoletín de la Academia de la Investigación CientíficaBoletín de la Dirección de Estudios Biológicos*Boletín de la Dirección General de Agricultura*Boletín de la Sociedad Agrícola Mexicana*Boletín de la Sociedad Mexicana de Entomología*Boletín de Parasitología AgrícolaBoletín del Departamento de Salubridad Pública*Boletín del Instituto de Higiene*Boletín DivulgativoBoletín ForestalBoletín TécnicoCatálogo SARH-INIFAPCiencia*Ciencia ForestalCiencia y DesarrolloCircular de la Estación Agrícola Central*

Editor

Instituto de Ecología A.C.

Justina de clima & Publisher. Mazatlán, SinaloaUniversidad Autónoma de ChapingoUniversidad Autónoma de ChapingoColegio de Postgraduados, UniversidadAutónoma de ChapingoAño 2000Universidad Autónoma de ChapingoAcademia Mexicana de Ciencias ExactasFísicas y NaturalesEscuela Nacional de Ciencias Biológicas Ins-tituto Politécnico NacionalSociedad HumboldtInstituto de Biología U.N.A.M.

Instituto Médico NacionalInstituto Nacional de Antropología e Historia

Instituto Nacional de ParasitologíaComisión Nacional para el Conocimiento yUso de la BiodiversidadInstituto de Ecología en Alimentos Univer-sidad Autónoma de TamaulipasInstituto Nacional de Investigaciones sobreRecursos Bióticos, Xalapa, Ver.Secretaría de Fomento Colonización e IndustriaAcademia de la Investigación CientíficaDirección de Estudios BiológicosDirección General de AgriculturaSociedad Agrícola MexicanaSociedad Mexicana de Entomología A.C.Comisión de Parasitología AgrícolaDepartamento de Salubridad PúblicaInstituto de HigieneSARH-INIFAPSARH-INIFAPDivisión forestalAcademia de la Investigación Científica

CONACyTSecretaría de Fomento

Época1957195519851896-19491902-1906

195519891966

1903-1909

1938

18721930

1889 ?-18941909

1995

1989

1976-1988

1891-1901

1915-19261911-19171879-19141968-19731900-1908192519231961196119811940-1975197619751908-1914

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Cuadro 1.3. (Continuación)

Compendio Técnico CientíficoCuadernos de DivulgaciónDugesiana*El Estudio, Seminario de Ciencias MédicasFitófiloFolia Entomológica Mexicana*Gaceta de Literatura de México

Gaceta de MéxicoGaceta Médica de MéxicoINIREB InformaLa Naturaleza*Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate*México ForestalPaludismo y Medicina TropicalPublicaciones Especiales del Museo de Zoología*Publicaciones Docentes del Museo de Zoología*Revista AgrícolaRevista Agrícola 1Revista de la Sociedad Mexicana de Historia Natural*Revista de la Sociedad Mexicana de Lepidopterología*Revista del Instituto de Salubridad y Enfer-medades TropicalesRevista Fitotecnia MexicanaRevista Mexicana de BiologíaRevista Mexicana de Fitopatología*Revista Mexicana de Parasitología*Revista Zoología Informa

Universidad Autónoma de ChapingoInstituto de Ecología A. C.Universidad de GuadalajaraInstituto Médico NacionalSAG. DGASociedad Mexicana de EntomologíaPrimer periodo lo edita Alzate y el segundoManuel Antonio de ValdésManuel Antonio ValdésAcademia Mexicana de MedicinaInstituto de Ecología A. C.Sociedad Mexicana de Historia NaturalSociedad Científica Antonio AlzateSociedad Forestal Mexicana

Facultad de Ciencias UNAMFacultad de Ciencias UNAMSociedad Agrícola MexicanaDirección General de AgriculturaSociedad Mexicana de Historia Natural A.C.Sociedad Mexicana de Lepidopterología A.C.Instituto de Salubridad y EnfermedadesTropicalesSociedad Mexicana de FitogenéticaSociedad Mexicana de BiologíaSociedad Mexicana de Fitopatología A.C.Sociedad Mexicana de ParasitologíaDepartamento de Zoología, ENCB, IPN

1994

19941889-1893194219611795

1784-1809186419761868-19141887-19321923

1990

1885-18951917-1922193919751939-1965

19771929-1935198219881984

de valor, como los escritos dejados por los naturalis-tas de la Real Expedición Botánica. Muchos de losoriginales de las láminas se debieron al acuarelistaJosé María Velasco, quien al mismo tiempo era na-turalista, colaborador científico de su periódico y Pri-mer Secretario de la Corporación en el periodo 1879-1880 (Beltrán, 1968a). Tal como se indicaba en la mis-ma revista, cada �entrega� constituía un pliego de 16páginas, interrumpiéndose los artículos al final dela página última de cada entrega. En el �Prospecto�mencionado, se habla de publicación mensual, peroésta nunca fue muy regular, lo que dio por resultadoque los volúmenes comprendieran varios años decalendario, lo que hacía difícil fijar con exactitud lafecha de aparición de un artículo determinado (Smith,1942), cosa de gran significado cuando se trata dedescripción de especies nuevas, en las que surgen

problemas de prioridad nomenclatural. Aparecieronun total de 691 artículos en los once volúmenes deLa Naturaleza (Beltrán, 1948), de los cuales 265 (38%)son de zoología y 166 (24%) de botánica.

La Revista Mexicana de Biología. Se creó como ór-gano de la Sociedad Mexicana de Biología y su pu-blicación, en volúmenes en 16o. de cuádruplo, seextiende desde 1920 hasta 1935, formando una se-rie bastante uniforme de 17 tomos. El Tomo I seinicia en septiembre de 1920 y continúa hasta agostode 1921; los tres tomos siguientes siguen teniendofechas correspondientes a dos años, en la siguienteforma: II, 1921-1922; III, 1922-1923, y IV, 1923-1924;los siguientes corresponden cada uno a un solo año,de la siguiente manera: V, 1925; VI, 1926; VII, 1927;VIII, 1928; IX, 1929; X, 1930; XI, 1931; XII, 1932; XIII,

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1933; XIV, 1934; XV, 1934; XVI, 1935; y XVII, 1935.Muchos de los artículos están ilustrados con figu-ras y láminas a línea o medio tono; también en losúltimos volúmenes se incluyeron algunas zincogra-fías a color. Los directores sucesivos de la publica-ción fueron Isaac Ochoterena (Tomo I, 1920 a tomoVI, 1926), Elíseo Ramírez (tomo II, 1927 a tomo VII,1932) e Ignacio González Guzmán (tomo XIII, 1933a tomo XVII, 1935) (Beltrán, 1951b).

Revista de la Sociedad Mexicana de Historia Na-tural. Desde su fundación, la corporación estable-ció dentro de sus estatutos �Reunir y publicar lostrabajos de profesores nacionales y extranjeros�, porlo que en 1939, siendo Presidente el Dr. ManuelMartínez Báez, se inició la edición de la Revista dela Sociedad Mexicana de Historia Natural, cuyo pri-mer volumen lleva la fecha 1939-1940. Original-mente se planificó en cuatro fascículos anuales,pero después tuvo una edición irregular con alre-dedor de 300 páginas por volumen e ilustracio-nes. Su finalidad fue la de ser órgano de difusiónde los avances sobre la materia (Beltrán, 1968a).

De acuerdo con Gío-Argáez & Rivas (1993), laspublicaciones de la Sociedad Mexicana de Histo-ria Natural, La Naturaleza y la Revista han concen-trado máximo interés en un reducido número deáreas esenciales. En la primera, el 72.42% del totalde artículos corresponden a: zoología y parasitolo-gía animal, 229 (32.87%); botánica, 177 (25.64%); ygeología y mineralogía, 96 (13.91%), sin que nin-guna de las nueve áreas restantes alcancen siquieraun 10%. En la segunda publicación el 64.85% sólocorresponde a dos áreas: zoología y parasitologíaanimal (173; 37.77%); historia de las ciencias na-turales, 124 (27.08%); y otras, 10%. Así, los artícu-los referentes a zoología y parasitología animalrepresentan, el 32.87% y el 37.77%. Un índice com-pleto y cruzado de la Revista será publicado en lamisma próximamente (Gio, R., com. pers.).

Memorias de la Sociedad Científica Antonio Al-zate. Fueron publicadas por la Sociedad a la que serefiere durante el periodo 1887-1932. Constaron de59 volúmenes con artículos de diversa índole, en-tre los que estaban varios de zoología, botánica,antropología e historia, que se caracterizaron pororientarse en una perspectiva nacionalista y tuvie-ron gran influencia en aquella época (Aragón, 1936).

Los índices de los números 1-52 pueden consultarseen Aguilar y Santillán & Mendizábal (1934).

Anales del Instituto de Biología (ISSN 0076-7174).Se originaron en 1930, como el órgano de difu-sión científica del Instituto de Biología de laUNAM (Fig. 1.4). En 1967 se dividió en cuatroseries, según la especialidad: Botánica (ISSN0374-551), Zoología (ISSN 0368-8720), Cienciasdel Mar y Limnología (ISSN 0368-8305) y Biolo-gía Experimental (ISSN, 0368-8267), sobrevivenhasta nuestros días sólo las dos primeras. Estarevista (formada por todos los títulos anterio-res) contiene el 30% de los artículos taxonómicoscontenidos en la base de datos �TaXMeXX� (Mi-chán, 2001), lo que la convierte en una revistaespecializada en publicaciones taxonómicas enMéxico, entre otras especialidades que aborda.

Fig. 1.4. Anales del Instituto de Biología.

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Publica dos números al año, con un tiraje de 1000y 1,500 ejemplares, y recibe artículos que son elresultado de investigaciones científicas, origina-les e inéditas, preferentemente de México y Amé-rica. Hasta ahora consta de 71 volúmenes5 , 171números y 33,979 páginas totales; el número depáginas de cada volumen varía de un mínimo de11 a un máximo de 790, con un promedio de 167.

El mismo Instituto de Biología publica variasseries: Monografías desde 1982 con cuatro núme-ros hasta el 2000; los Cuadernos, desde 1989 con 33números; Listados faunísticos de México, publicadosdesde 1989 y ya salieron ocho volúmenes; y lasPublicaciones especiales, iniciadas en 1969, con 17números a la fecha. Éstas también pueden consi-derarse contribuciones de gran importancia.

Acta Zoológica Mexicana. Abarcó dos títulos: ActaZoológica Mexicana, editada de 1955 a 1971, y ActaZoológica Mexicana (nueva serie) (ISSN-0065-1737)(Fig. 1.5), desde 1984 a la actualidad. La primerafue editada por el Museo de Historia Natural dela Ciudad de México y la segunda por el Institutode Ecología A. C., Xalapa (Veracruz). Tiene comofinalidad difundir la investigación zoológica enlas áreas de comportamiento, ecología, sistemáti-ca y zoogeografía, con interés fundamental en lafauna terrestre de México y América Latina. Lostrabajos taxonómicos de revisión o monográficostienen prioridad sobre aquellos meramente des-criptivos de taxones aislados. Se editan tres nú-meros al año, con un tiraje de 500 ejemplares. Larevista contiene 81 volúmenes, 140 números, 5895páginas totales y el número de páginas de cadarevista varía de un mínimo de 16 a un máximo de204, con un promedio de 56.

Ciencia (ISSN 1405-6550). Es una revista editadadesde 1940 por la Academia de la Investigación Cien-tífica (ahora llamada Academia Mexicana de Cien-cias). Fue fundada por científicos trasterrados comoIgnacio y Cándido Bolívar, �para difundir el conoci-miento de las ciencias físico-naturales y exactas y susmúltiples aplicaciones por considerarse una de las princi-pales bases de la cultura pública [�] procurará [�] au-

mentar el interés hacia su estudio en los países hispano-americanos� (Bolívar, 1940). Dado que ambos esta-ban muy involucrados en temas entomológicos,hubo gran desarrollo de esa disciplina en dicha re-vista (cf. Barrera, 1968). Sin embargo, en 1979 cam-bió su política editorial y dejó de publicar artículosde investigación original, convirtiéndose en un ór-gano de difusión de las ciencias, por ello desapare-cieron los artículos sobre entomología, entre otros.

Anales de la Escuela Nacional de Ciencias Bio-lógicas (ISSN 03651932). Publicados por el Insti-tuto Politécnico Nacional, fueron fundados en1939. Hasta 1999 se publicaron 45 volúmenes enforma intermitente.

Zoología Informa (ISSN 018862147). Se edita des-de 1986 por el Departamento de Zoología de laENCB, IPN, principalmente para difundir los tra-bajos de este grupo.

5 El contenido de los volúmenes 1-67 puede consultarse enButanda & Ramírez (1997), y los siguientes en línea a travésde la página electrónica del Instituto de Biología.

Fig. 1.5. Acta Zoológica Mexicana.

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Publicaciones entomológicas. En lo que respectaa la primera publicación especializada en entomo-logía, de la primera que tenemos noticia fue laRevista de la Sociedad Mexicana de Entomología, cuyoprimer y único volumen de dos números data de1955 y contiene seis artículos. Seis años más tardese consolidó tal publicación con la aparición delprimer número de la denominada Folia Entomoló-gica Mexicana (ISSN 04308603) (Fig. 1.6), editadapor la Sociedad Mexicana de Entomología A. C.Publica tres números por año, sin periodicidad fija,con 600 ejemplares cada una (aunque esto ha va-riado en épocas), contiene trabajos de investiga-ción original e inéditos, síntesis o ensayos, notascientíficas y reseñas de libros que traten sobre cual-quier aspecto de la entomología, acarología yaracnología en América; además, durante un tiem-po publicó algunos resúmenes de sus congresos.También acepta trabajos comparativos con la fau-na de otras partes del mundo. Durante el siglo XXpublicó 99 volúmenes, 110 números y 12,277 pá-

ginas totales y el número de páginas de cada re-vista varía de un mínimo de 13 a un máximo de344, con un promedio de 124. El órgano informa-tivo de las actividades internas de la sociedad fueel Boletín de la Sociedad Entomológica Mexicana queempezó a publicarse en 1968 la primera serie, en1985 la segunda y en 1989 la tercera (Morón, 1989).Dugesiana (ISSN 145409) fue fundada en 1994,como una edición semestral (publicada en julio ydiciembre) de la Sección de Entomología del Cen-tro de Estudios en Zoología, CUCBA, Universi-dad de Guadalajara. Surgió con la finalidad dedifundir los estudios entomológicos generados endiferentes instituciones tanto nacionales como in-ternacionales. Recibió su nombre en honor a Euge-nio Dugès y es la segunda revista especializadaen entomología existente en nuestro país.

Existen varias revistas de entomología aplica-da, no taxonómicas y por lo tanto no reseñadasaquí, que publican artículos y monografías de in-terés agrícola, forestal, veterinario y médico.

En cuanto a las subdisciplinas entomológicas,la única revista existente empezó a aparecer pormedio de la Sociedad Mexicana de Lepidoptero-logía (ISSN 0187022X), a partir de 1975. Hasta el2000 se publicaron 17 volúmenes, 33 números y 682páginas en total. El número de páginas de cadavolumen varía de un mínimo de 16 de a un máxi-mo de 64, con un promedio de 20. La misma so-ciedad publicó un boletín trimestral durante losprimeros ocho años y luego desapareció.

Dentro del análisis de las publicaciones perió-dicas latinoamericanas realizado por Galicia-Alcántara (1990), México ocupa el segundo lugaren producción entomológica con 183 artículos so-bre el tema (17.16%), después de Brasil que pro-dujo 553 documentos (52.15%). Del total 66 (6.19%)documentos fueron publicados por investigado-res del Instituto de Biología de la UNAM.

Los autores. Al siglo XX correspondieron figurascomo Alfredo Barrera, Harry Brailovsky, Cándi-do Bolívar y Pieltáin (Fig. 1.7), Alfonso Dampf,Anita Hoffmann, Gonzalo Halffter (Fig. 1.8), Car-los Hoffmann (Fig. 1.9), Raúl Mc Gregor , JoséRamírez y Leonila Vázquez, entre otros. Hay másde un centenar de autores que han publicado entaxonomía de insectos de México en revistasmexicanas (ver como ejemplo Cuadro 1.4).Fig. 1.6. Folia Entomológica Mexicana.

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Las instituciones de enseñanza. La primera cáte-dra de zoología como tal se abrió en nuestro país enla Universidad, en 1834, pero comenzó a impartirsedos años después; duró algunos años a cargo deManuel Moreno y Jove (1797-1874) (Hoffmann et al.,1993), se interrumpieron y se volvieron a establecerde una forma continua hasta 1916 en la Escuela deAltos Estudios cuando se inauguraron las clases deZoología, donde se ofrecían tres cursos que aborda-ban los temas generales correspondientes a los ani-males, ellas estuvieron a cargo de Agustín Reza yAlfonso L. Herrera (Beltrán, 1943a).

En lo que respecta a la enseñanza y la forma-ción de entomólogos, la materia �entomología� secontinuó impartiendo como parte de la zoología.

Coronado (1958) expuso las vicisitudes y la opo-sición que tuvieron que ser vencidas para el esta-blecimiento de la entomología en la Escuela Nacio-nal de Agricultura en 1935, lo que constituyó unhecho significativo pues fue el primer esfuerzo se-rio en México para formar profesionales con unapreparación adecuada en el campo de la entomo-logía agrícola. Coronado y Ortega (1962) señalaronla posición alcanzada en el desarrollo de la ento-

Fig. 1.7. Cándido Bolívar y Pieltain.

Fig. 1.9. Carlos Christian Hoffmann.

Fig. 1.8. Gonzalo Halffter Salas.

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mología agrícola en esa época e hicieron hincapiéen la necesidad de impulsar los estudios deentomología veterinaria, médica y forestal, tantoen sus aspectos básicos como en los aplicados.

Ortega et al. (1965) realizaron un análisis conjun-to de la historia de la entomología en México en sumomento y presentaron un diagnóstico de esta dis-ciplina para esa época. Estos autores en resumenexpusieron lo siguiente:

1. En México, la investigación entomológica tuvosus antecedentes en el siglo XIX, pero no es sino

Cuadro 1.4. Algunos de los principales entomólogos que publicaron en México durante el siglo XX.

Atkinson Thomas H.Ayala Barajas RicardoBarrera AlfredoBarrera ErnestoBeutelspacher Baigts CarlosBeutelspacher M. Guadalupe L. deBolívar y Pieltain CándidoBonet FedericoBrailowsky HarryBueno Soria JoaquínCastillo CameliaCockerell T. D. A.Chemsak John A.Dampf AlfonsoDelfín González HugoDelgado Castillo LeonardoDeloya CuauhtémocDíaz Francés AlbertoDiaz Nájera AlfonsoEquihua Martínez ArmandoGarcía Aldrete Alfonso NeriGonzález Soriano EnriqueHalffter Salas GonzaloHernández Ortiz VicenteHoffmann AnitaHoffmann Carlos C.Ibañez Bernal SergioIslas Salas FedericoJiménez María LuisaJohansen Naime Roberto M.Lamas GerardoLópez Torres María GuadalupeLuis Martínez ArmandoLlorente Bousquets Jorge Enrique

MacGregor Loaeza RaúlMachado Allison C. E.Mariño Pedraza EnriqueMárquez Mayaudon CarlosMartínez AntonioMartínez Palacios ArmandoMateu J.Mayorga CristinaMaza Elvira Javier de laMaza Elvira Roberto G. de laMaza Ramírez Roberto de laMójica Guzmán AureaMooser Barendun OswaldoMorón Miguel ÁngelMorrone Lupi Juan JoséMuñiz Vélez RaúlNavarrete Heredia José LuisNoguera Felipe A.Novelo Gutiérrez RodolfoOrtega León GuillerminaPalacios Vargas José G.Peláez DionisioRamos Elorduy de Conconi JulietaReyes Castillo PedroRomero Nápoles JesúsRuiz Cancino Enrique L. O.Sampedro Rosas GuadalupeSantiago Fragoso SilviaSchaffner Joseph C.Turrent Díaz RafaelVargas LuisVázquez García LeonilaWittmer WalterZaragoza Caballero Santiago

entre los 40´s y 60´s del siglo XX cuando se estable-cieron los medios adecuados para el desarrollo deesta actividad. Los últimos años se caracterizaronpor algunos logros realmente importantes: buenoslaboratorios y remuneraciones adecuadas que per-mitieron al entomólogo dedicarse por completo ala investigación o a la investigación-docencia. Sinembargo, estos logros están limitados a unas pocasinstituciones (no más de cinco), y aún en éstas elnúmero de plazas de tiempo completo y el de labo-ratorios adecuados fue insuficiente.

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2. La enseñanza de la entomología con un plande estudios organizado data de 1935, cuando sefundó la especialidad de parasitología en la Es-cuela Nacional de Agricultura. El número de bió-logos jóvenes que se dirigieron a la entomologíafue inferior al atraído por otras actividades, comola biología marina y conservación de recursos na-turales. Este fenómeno no dejó de ser alarmante,pues disminuyó la formación de nuevos elemen-tos en algunos de los centros que más impulso handado a la entomología en México.

3. En relación con el total de egresados, pudoverse que el número de los que se dedicaron a laentomología fue del 10% en la Escuela Nacionalde Agricultura y en la Escuela Nacional de Cien-cias Biológicas. El postulado de que toda escuelasuperior debe hacer investigación se aplicó a va-rias de las escuelas de agricultura, especialmentecon el establecimiento de cursos para graduados.

4. Mencionaron que la enseñanza debía man-tener una relación estrecha con las necesidades delpaís y el avance de la ciencia; recomendaron el fun-cionamiento regular de seminarios departamen-tales y academias de profesores. Destacaron la im-portancia de las relaciones entre las institucionesde enseñanza superior y los centros de investiga-ción y trabajo. Estas relaciones permitían mante-ner al estudiante en contacto con el desarrollo dela industria, la ganadería y la agricultura.

5. Apuntaron que la investigación entomoló-gica, tanto básica como aplicada, estaba lejos dealcanzar los niveles que el país requería y, por otraparte, su progreso, en cuanto a condiciones de tra-bajo se refiere, fue muy inferior al experimentadopor otras ciencias (las físico-matemáticas por ejem-plo) en los últimos años.

6. Uno de sus corolarios respecto a la infraes-tructura y recursos humanos fue que se necesita-ban más plazas de tiempo completo bien remune-radas, con un escalafón académico que fuera in-centivo a la investigación. Destacaron que se ne-cesitaban más laboratorios, insectarios y camposexperimentales, así como bibliotecas y colecciones.

7. Las pocas colecciones que existían, como ladel Instituto Nacional de Investigaciones Agríco-las, la del Instituto de Biología de la UniversidadNacional Autónoma de México y algunas otras,no representaban �en ningún caso� una verda-dera colección nacional, lo que constituyó un gran

obstáculo para el desarrollo de la ciencia. Era ur-gente el enriquecimiento de las colecciones ya exis-tentes, a las que deberían dedicarse medios y per-sonal adecuados, sin los cuales no podían supe-rarse; consideraban de vital importancia la crea-ción de un Museo Nacional, con amplias coleccio-nes de estudio. Esta propuesta sigue siendo vigen-te e importante a principios del siglo XXI y es unproyecto no iniciado (ver León, 1994).

8. La situación de las bibliotecas entomológicas(o biológicas en general) era triste, varias institu-ciones tenían sus propias bibliotecas, pero ningu-na se encontraba en condiciones de dar servicioadecuado a los entomólogos del país, que teníanque recurrir con excesiva frecuencia a los servi-cios bibliográficos extranjeros, que resultaba unsistema lento y costoso.

9. El mayor número de trabajos se realizaronsobre entomología agrícola y estaban encamina-dos a la evaluación de las pérdidas ocasionadaspor plagas, resistencia de plantas a insectos, esta-blecimiento de calendarios para la aplicación opor-tuna de insecticidas, evaluación de insecticidas yfórmulas para lograr mayor efectividad, abatir loscostos, e interferir lo menos posible con los ene-migos naturales de las plagas. No obstante, habíatópicos que recibieron poca atención, entre ellasla toxicología de insecticidas y acaricidas, la api-cultura, los insectos vectores de enfermedadesvegetales, y la entomología forestal. Además con-cluyeron que eran muy escasos los estudios sobrela fisiología, la ecología, la etología, la dinámicade poblaciones y la genética de los insectos.

10. En el desarrollo de la entomología en Méxi-co tuvieron un papel revelante dos sociedadescientíficas: la Sociedad Mexicana de Historia Na-tural fundada en 1868, que tomó su actual estruc-tura en 1936, y la Sociedad Mexicana de Entomolo-gía, fundada en 1952.

Con esto podemos formarnos un concepto dela situación de la entomología en la década de 1960;16 años después, Coronado (1981) apuntó que elestudio de los insectos se abordó en forma elemen-tal en las escuelas técnicas agropecuarias del país.A nivel licenciatura se llevaban cursos formalesen las universidades e institutos politécnicos y tec-nológicos donde se estableció la carrera de biólo-go, así como en las escuelas superiores de agricul-tura y facultades de agronomía de algunas uni-

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versidades, donde se dio importancia al estudiode los insectos como plagas de la agricultura, perola enseñanza más intensa fue en las institucionesque habían integrado la especialidad de parasito-logía a la carrera de ingeniero agrónomo.

En cuanto a los estudios de posgrado, en 1981,la maestría se impartía en el Colegio de Postgra-duados de Chapingo, y la maestría y el doctoradoen la Universidad Nacional Autónoma de Méxi-co, el Instituto Politécnico Nacional y el InstitutoTecnológico de Estudios Superiores de Monterrey(Coronado, 1981). A finales del siglo también seiniciaron estudios de posgrado en institucionescomo el Instituto de Ecología A. C., el Instituto deEcología-UNAM y la Universidad de Guadalajara,entre otros (Cuadro 1.5).

Instituciones de investigación y servicio. Pode-mos mencionar de esta época, en un primer pe-riodo, a instituciones como la Escuela Normal deProfesores y la de Profesoras, su continuadora laEscuela Nacional de Maestros, el DepartamentoForestal, la Dirección de Pesquerías, la DirecciónForestal y de Caza, la Dirección de Pesca e Indus-trias Conexas y su Estación Limnología en Pátz-cuaro, la Secretaría de Agricultura; el Instituto deInvestigación y Enseñanza Forestal y de Caza yPesca, la Escuela de Bacteriología de la Universi-dad Gabino Barreda, el Instituto Biotécnico, entre

otras, han tenido cierta importancia en el desen-volvimiento de las Ciencias Naturales en México(Beltrán, 1943a) (Cuadro 1.6). A continuación sepresentan algunas de las características de las ins-tituciones más significativas en las que se realizóinvestigación entomológica.

Por aquel entonces funcionó un organismo es-pecial denominado Departamento de Plagas, bajola dirección de Román Ramírez, en 1915 la Direc-ción General de Agricultura se convirtió en la Di-rección de Agricultura que editó la llamada RevistaAgrícola (19l7-1920). En 1924 surgieron nuevas mo-dalidades en las actividades entomológicas: comen-zaron a desarrollarse estudios integrales, en equi-po, como respuesta a la necesidad de obtener da-tos sobre plagas tan importantes como la langosta(Schistocerca paranensis) en la región sureste del país,con lo que se generó la Comisión Científica Explo-radora de la Plaga de la Langosta bajo la direcciónde Carlos C. Hoffmann, con colaboradores comoAlfonso Dampf, Leopoldo Ancona y Ramírez La-guna. En 1926, al declinar la plaga, la mencionadaComisión y la Junta Nacional Directora de la Cam-paña contra la Langosta desaparecieron, subsistien-do solamente el Instituto de Higiene como únicaorganización dedicada a estudios entomológicos.

Dirección General de Defensa Agrícola. La Ofi-cina Federal para la Defensa Agrícola, que des-

Cuadro 1.5. Algunas instituciones en las que se imparten cursos de entomología en México.

Escuela Superior de Agricultura, Antonio Narro, Universidad de CoahuilaEscuela Superior de Agricultura, Hermanos Escobar, Universidad de CoahuilaEscuela Nacional de Agricultura (Especialidad Parasitología)Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, Instituto Politécnico NacionalFacultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México (Biología)Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México (Maestría y Doctorado)Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de MonterreyFacultad de Agronomía y Facultad de Biología, Universidad de Nuevo León.Escuela Nacional de Agricultura, Colegio de PosgraduadosInstituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Colegio PosgraduadosFacultad de Agrobiología, Universidad de MichoacánEscuela Nacional de Ciencias Biológicas, Instituto Politécnico Nacional (Doctorado)Instituto de Ecología A. C. (Maestría y Doctorado)Instituto de Ecología UNAM (Maestría y Doctorado)Centro de Estudios en Zoología, Universidad de GuadalajaraColegio de la Frontera Sur (incluye ex CIQROO)

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Cuadro 1.6. Instituciones de investigación sobre entomología en México (* las más importantes).

Campo Agrícola Experimental del Sur de TamaulipasCentro de Desarrollo de Productos Bióticos del IPNCentro de Investigaciones Biológicas de Baja California Sur A. C.Centro de investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C.Centro de Investigaciones de Quintana RooCentro de Investigaciones Ecológicas del SuresteCentro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y FríjolCIFAPCIIDIR-IPNColegio de la Frontera NorteColegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas*Colegio Superior de Agricultura TropicalComisión Nacional para Erradicar el Paludismo, Secretaría de Salubridad y Asistencia*Departamento de Salubridad, MéxicoDepartamento Técnico de Campo, Ingenio de Puga, S. A.Dirección General de Sanidad ForestalDirección General de Sanidad Vegetal, Secretaría de Agricultura y GanaderíaEl Colegio de la Frontera SUREscuela Nacional Estudios Profesionales UNAMEscuela Nacional de Agricultura (Parasitología)Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, Instituto Politécnico Nacional*Escuela Nacional Preparatoria UNAMEscuela Superior de Agricultura, Antonio NarroFacultad de Ciencias UNAM*Fideicomiso para el Desarrollo AgroindustrialInstituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México*Instituto de Ecología A. C.*Instituto de Ecología UNAM*Instituto de Ecología y AlimentosInstituto de Fitosanidad, Colegio de PosgraduadosInstituto de Historia Natural de ChiapasInstituto de Salubridad y Enfermedades Tropicales, Secretaría de Salubridad y asistencia*Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, SSAInstituto Nacional de Investigaciones Agrícolas Secretaría de Agricultura y GanaderíaInstituto Nacional de Investigaciones Forestales, Secretaría de Agricultura y GanaderíaInstituto Nacional de Investigaciones Pecuarias, Secretaría de Agricultura y GanaderíaInstituto Tecnológico y de Estudios Superiores de MonterreyUniversidad Autónoma de Nuevo LeónUniversidad Autónoma del Estado de MéxicoUniversidad Américas PueblaUniversidad Autónoma Agraria «Antonio Narro»Universidad Autónoma de GuadalajaraUniversidad Autónoma de HidalgoUniversidad Autónoma de MorelosUniversidad Autónoma de Nuevo LeónUniversidad Autónoma de TamaulipasUniversidad Autónoma Metropolitana

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pués de varios cambios de organización y de de-signación, aunque no de carácter, en 1949 se trans-formó en la Dirección General de Defensa Agríco-la, por acuerdo presidencial. En esta instituciónse hizo recopilación de datos entomológicos y seeditó un libro denominado Principales plagas y en-fermedades de los cultivos de la República Mexicana,que incluyó �[...] la primera bibliografía que en mate-ria de Defensa Agrícola se forma en la República [...]con más de 400 títulos sobre el asunto de 1791 a 1929�(Barrera, 1955). Se han efectuado actualizacionesposteriores en la revista Fitófilo que es de gran in-terés en la entomología agrícola de México.

Instituto de Higiene. En 1920 el Instituto Nacio-nal de Bacteriología se convirtió en el Instituto deHigiene en el que se creó, en 1923, un Departa-mento de Parasitología que estuvo bajo la direc-ción de C. C. Hoffmann por más de 15 años. Envarias revistas se publicaron trabajos de investi-gadores de esta institución, como C. Hoffmann,A. Dampf, L. Vargas, Nieto Roaro y Matías Macías,que trataban sobre culícidos, escorpiones e ixodoi-deos mexicanos, principalmente. Esta instituciónsobresalió como el principal centro de investiga-ción médico biológica en México y, en 1923, apa-reció el Boletín del Instituto de Higiene, donde se pu-blicaron gran cantidad de estudios entomológicos(Hoffmann et al., 1993). También en esa época fun-cionó, a cargo de Alfonso Dampf, un laboratoriopara el estudio de artrópodos de interés médicoque dependía del Departamento de Salubridad(Barrera, 1955).

Desde fines del siglo XIX, el gobierno de losEstados Unidos envió personal técnico especiali-zado, debido principalmente a la alarma produci-da en 1898 por la aparición de la llamada moscade la fruta (Anastrepha spp.) en el noreste de Méxi-co, lo que preocupó a los productores de cítricos

de la Alta California. Por ejemplo, vino LelandOssian Howard, quien en otras dos ocasiones más,en 1902 y 1904, regresó a nuestro país para seguir-le la pista al barrenador o picudo del algodonero(Anthonomus grandis). Además, en 1928 se estable-ció en México, como en Hawai, Puerto Rico y lazona del Canal de Panamá, un magnífico labora-torio que dependía del �Bureau of Entomology andPlant Quarantine, del U.S. Department of Agricul-ture�, que colaboró con la Secretaría de Agricultu-ra y Ganadería. También la Institución Rockefellerrealizó trabajos entomológicos con la Secretaría deSalubridad y Asistencia y con la de Agricultura(Oficina de Estudios Especiales) (Barrera, 1955),produciéndose así gran cantidad de trabajos enlos que participaban principalmente especialistasprovenientes de los Estados Unidos de América,generándose proyectos �conjuntos� tanto en cien-cia básica como aplicada.

Comisión de Parasitología Agrícola. Ésta consti-tuyó una de las instituciones más destacadas enla historia de las ciencias biológicas mexicanas. Laimportancia de la agricultura en nuestro país ha-cía imprescindible, para fines del siglo pasado, elestablecimiento de un centro que se ocupara deestudiar las plagas y enfermedades azote de agri-cultores y ganaderos. Alfonso L. Herrera planeóel establecimiento de dicho centro que, con el nom-bre de Comisión de Parasitología Agrícola, se fun-dó el 9 de julio de 1900, bajo la dirección del pro-pio Herrera, y contó con la participación de natu-ralistas como Gándara, Riquelme, Madariaga,Meraz, de la Barrera, Téllez y otros. Publicaron elBoletín que constó de cuatro tomos (1900-1905) ysus Circulares, de las que se contaron 75 (1903-1908), además contaba con colecciones importan-tes en su museo. En esa época se creó la EstaciónAgrícola Central y también se fundaron en los es-

Cuadro 1.6. Continuación.

Universidad de GuadalajaraUniversidad de GuanajuatoUniversidad de Michoacana de San Nicolás de HidalgoUniversidad de Quintana RooUniversidad Veracruzana

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tados instituciones similares que tuvieron bastanteimportancia en el desenvolvimiento de la biolo-gía mexicana (Beltrán, 1943).

Dirección de Estudios Biológicos. El 2 de octu-bre de 1915 se inauguró la Dirección de EstudiosBiológicos, planeada por Alfonso L. Herrera, aquien se confió la misma dependencia, que era parteintegrante de la Secretaría de Fomento, Coloniza-ción e Industrias; su titular fue Pastor Rouaix. Lanueva Dirección, que había organizado Herrera,comprendía lo que había sido el Instituto MédicoNacional, el Museo Nacional de Historia Natural,el Museo de Tacubaya y parte de la Comisión Geo-gráfica Exploradora (Ortega et al., 1996).

Además de Pastor Rouaix y Alfonso Herreraestuvieron en una época u otra, conectados con laDirección de Estudios Biológicos, Fernando Oca-ranza, Manuel Pérez Amador, Emiliano Torres,Casiano Conzatti, Jesús González Ortega, IsaacOchoterena, Miguel Cordero, Moisés Herrera,Juan Manuel Noriega, Luis Murillo, MaximinoMartínez, y Francisco Contreras, entre otros (Bel-trán, 1969b). La Dirección de Estudios biológicostuvo un periodo de crecimiento que culminó porlos años de 1924 a 1926, con la creación del JardínBotánico y el Parque Zoológico de Chapultepec,la iniciación del Acuario en el mismo sitio y la or-ganización de los estudios hidrobiológicos ennuestro país, intentados anteriormente por la mis-ma dependencia, y que tomaron forma con el es-tablecimiento por Enrique Beltrán de la Estaciónde Biología Marina del Golfo, que funcionó en elpuerto de Veracruz entre los años de 1926 y 1927(Beltrán, 1977).

La Dirección dio a conocer sus trabajos en el Bo-letín, del que aparecieron tres tomos de 1915 a 1926,y en algunas otras publicaciones aisladas. A partirde 1927, la Dirección de Estudios Biológicos viodisminuir paulatinamente los recursos con que con-taba y, a fines de 1929, separada del Jardín Botáni-co y del Parque Zoológico, pasó a depender delInstituto de Biología de la UNAM (Rouaix, 1952).

Instituto de Biología, UNAM. Se fundó el 9 denoviembre de 1929, por disposición de las auto-ridades universitarias, en las instalaciones queahora se conocen como Casa del Lago en Cha-pultepec. Se nombró como su director a Isaac

Ochoterena y se integraron investigadores de laEscuela Nacional Preparatoria y alumnos de estamisma escuela, de la Facultad de Filosofía y Le-tras y de la Facultad de Medicina (Ortega et al.,1969a). A finales del siglo XX se consolidó comola institución más importante de investigación enbotánica y zoología en el país, teniendo en su senola mayor cantidad de investigadores, coleccionesy publicaciones sobre estos temas (Llorente et al.,2000; SNI, 2001).

Facultad de Ciencias, UNAM. El 26 de mayo de1910, con Justo Sierra se creó la Universidad Na-cional de México, a la que se incorporó la EscuelaNacional de Altos Estudios y en la que había la po-sibilidad de realizar estudios superiores en diver-sas disciplinas, entre ellas las ciencias naturales. En1924, por decreto presidencial, esta Escuela se con-virtió en Facultad de Filosofía y Letras, en la cualse creó, en 1930, un departamento llamado �secciónciencias� donde se estudiaba biología, física y ma-temáticas y dentro de las maestrías figuraba la deciencias biológicas. La primer persona que lo hizocon una tesis entomológica fue Leopoldo Anconaen 19316 . En 1935 se inició el proyecto de creaciónde la Facultad de Ciencias a cargo de RicardoMonges López. Como resultado de esto se fundó,el 1 de marzo de 1936, la Escuela de Ciencias Físi-cas y Matemáticas, pues los biólogos al ser consul-tados prefirieron no adicionarse a este proyecto,quedando al frente el mismo Monges, quien tam-bién gestionó la transformación en la Facultad deCiencias, la cual quedó estructurada en 1938 e ini-ció labores en 1939 manteniendo al mismo direc-tor. La nueva facultad quedo constituida por sietedepartamentos, uno de los cuales era el de Biolo-gía. Hasta ese momento habían 12 graduados congrado de Maestría y un Doctor en Ciencias Biológi-cas (Hoffmann et al., 1993). En los apéndices dellibro Historia del Departamento de Biología de la Facul-tad de Ciencias de la UNAM pueden encontrarse lis-tadas las tesis de grado y posgrado de esa depen-dencia universitaria.

6 Él fue la segunda persona que obtuvo tal grado con latesis �Los chilacuiles o gusanitos de la sal de Oaxaca�, laprimera fue Helia Bravo unas cuantas horas antes (Hoff-mann et al., 1993).

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Instituto Biotécnico. En 1933, la Secretaría de Agri-cultura y Fomento se adaptó a las nuevas necesi-dades del país y Beltrán formuló el proyecto paraestablecer el Instituto Biotécnico, aprovechandolos elementos ya existentes de la Defensa Agríco-la, el Instituto de Medicina Veterinaria, el Labora-torio de Aguas y Suelos, y otros, junto con nuevasaportaciones, entre las cuales se pensó volver aimpulsar los estudios hidrobiológicos e iniciar losreferentes a genética, tanto animal como vegetal.El 1 de enero de 1934 quedó fundado el nuevo Ins-tituto, cuya dirección se encomendó al mismoBeltrán, con colaboradores como Alfonso Rome-ro, Guillermo Gándara, Alfonso Madariaga, Pan-durang Kankhoje, José F. Rulfo, Javier Escalona,Alfredo Téllez Girón y Francisco Herrera, entreotros. El Instituto, con la mayor parte de su perso-nal original, siguió funcionando hasta 1940, enque, estando como director José Figueroa, fue des-membrado, pasando las secciones que se ocupa-ban de cuestiones vegetales a depender de la Di-rección de Agricultura, mientras las relacionadascon asuntos animales quedaron en el edificio quehabía sido del Biotécnico, constituyendo lo que sellamó Instituto Pecuario (Beltrán, 1943).

Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, IPN. LaEscuela de Ciencias Biológicas, establecimiento delInstituto Politécnico Nacional, nació en junio de1933 como Escuela de Bacteriología a iniciativa deVicente Lombardo Toledano y como parte de laUniversidad Gabino Barreda. Su historia se iniciócuando una comisión, integrada por Pedro De LilleB., Enrique Suárez del Real, Marcelino García Jun-co, Leopoldo Ancona, Demetrio Sokolov, AntonioRamírez Laguna y Diódoro Antúnez Echegaray,se reunió para analizar las posibilidades de pro-poner la creación de una Escuela de Bacteriolo-gía. Ésta inició sus actividades el 28 de enero de1934 y formó parte de la Universidad GabinoBarreda, y dictó la primera cátedra Manuel Maldo-nado Koerdel (Beltrán, 1949). Su primer directorfue Leopoldo Ancona. Así, en el año de 1936 secreó el Instituto Politécnico Nacional y en ese añola Escuela de Bacteriología se incorporó al mis-mo. En febrero de 1937 se inauguraron oficialmen-te los cursos, donde se impartían varias carrerasrelacionadas con el área de las ciencias biológicas,entre las que estaban la de �entomólogo�, �parasitó-

logo� y �zoólogo�. A partir de 1938 adoptó el nom-bre de Escuela Nacional de Ciencias Biológicas,teniendo como director a Alfonso Dampf, y se fun-dó la revista Anales de la Escuela Nacional de Cien-cias Biológicas como su órgano de difusión (Beltrán,1951a). Para los 50´s, ya no existían las carreras deentomólogo, ni de zoólogo, quedando solo la debiólogo y otras enfocadas a los estudios bioquí-micos principalmente. Además se presentaban eldoctorado y las maestrías en ciencias con especia-lidad en biología, bioquímica y microbiología.

Instituto de Salubridad y Enfermedades Tropi-cales. Fue un centro de investigación inauguradoen 1939. Su primer director fue Manuel MartínezBáez. Se realizaron trabajos de importancia desdeel punto de vista biológico, con una orientaciónprimordialmente médica y sanitaria. Publicó laRevista del Instituto de Salubridad y Enfermedades Tro-picales, la cual contiene contribuciones interesan-tes sobre parasitología, anatomía patológica y mi-crobiología (Beltrán, 1977). En la década de 1990cambió su nombre, pero no sus objetivos.

Instituto de Ecología A. C. Fue fundado en 1975con un núcleo de investigadores provenientes dela Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN,con dos líneas principales de investigación: el es-tudio de la biología, ecología, taxonomía y biogeo-grafía de dos familias de Coleoptera (Scarabaeidaey Passalidae), y el estudio ecológico de LagunaVerde, Veracruz. La primera de ellas es la que hadado mayores resultados publicados (Halffter &Halffter, 1998). Esta institución se integró al Siste-ma Nacional de Centros SEP-CONACYT. Desde1989 su sede se encuentra en la ciudad de Xalapa,Veracruz. Cuenta con centros regionales en losestados de Michoacán, Durango y Chihuahua, einstalaciones como la Estación de Biología de Pie-dra Herrada en la Michilía y el Laboratorio delDesierto en Mapimí, ambos en Durango; y el Cen-tro de Investigaciones Costeras La Mancha(CICOLMA) en Veracruz.

En el Instituto se realiza investigación científi-ca básica y aplicada, para (1) generar conocimien-to científico y tecnológico acerca de la biología deespecies, poblaciones y ecosistemas; (2) contribuiral manejo y a la conservación de la biodiversidadde México; (3) realizar investigación acerca del uso

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sostenible de recursos naturales renovables; (4)divulgar, difundir y publicar los resultados de es-tas investigaciones; (5) formar y entrenar recur-sos humanos, y 6) promover y establecer progra-mas de intercambio con científicos de institucio-nes similares nacionales y extranjeras (Halffter,2001). Sus actividades están directamente vincu-ladas a la problemática ambiental ocasionada porlas actividades productivas y el desarrollo del país.Surgió como respuesta al interés por desarrollarinvestigación acerca del uso de los recursos natu-rales, la conservación y la biodiversidad de Méxi-co. A su vez, este interés partió de la necesidad decontar con estudios básicos y respuestas científi-camente fundadas para resolver los problemasecológicos derivados del uso de los recursos na-turales. Esta postura ha permitido reunir un im-portante cúmulo de experiencias y sigue vigenteen la actualidad. Con esto, se busca apoyar conbases sólidas el establecimiento de políticas ymecanismos adecuados para continuar e impul-sar el desarrollo del país, evitando al máximo laposible afectación de las condiciones ecológicas yla riqueza biológica de los ecosistemas, que con-dicionan la calidad de vida y el bienestar de lapoblación (Instituto de Ecología, A. C., 2000).

Las sociedades entomológicas en México. La pre-sencia de una sociedad científica favorece tres ac-tividades prioritarias que hacen indispensable suexistencia: (1) dar a conocer los resultados del tra-bajo de los socios, principalmente los de investi-gación, lo que se logra con la estructuración de unórgano de difusión; (2) ser puente de unión entretodos los especialistas en determinado tema quelaboran en distintas instituciones tanto naciona-les como extranjeras, a través de revistas, congre-sos, coloquios, simposios y talleres temáticos, y(3) promover y dar reconocimiento a la actividadde los socios con la entrega de premios y recono-cimientos (Halffter, 1997).

Sociedad Mexicana de Historia Natural. �Posible-mente uno de los acontecimientos más fecundos de lapasada centuria, fue la organización, en 1868, de la So-ciedad Mexicana de Historia Natural� (Beltrán,1968a). Fue la tercera en antigüedad en el país, an-tecedida por la Sociedad Mexicana de Geografíay Estadística (1833) y la Academia Nacional de Me-

dicina (1864). También en importancia estuvieronla Academia Nacional de Ciencias Antonio Alza-te (1884) y la Academia Mexicana (1894) (Maldo-nado-Koerdell, 1943). Se originó a partir de la Co-misión Científica Francesa, cuya antigua secciónde medicina se transformó en la Academia Nacio-nal de Medicina (Beltrán, 1968a). La historia deesta organización consta de tres periodos: la pri-mera época de 1868 a 1914, la segunda época de1936 a 1968 y la tercera a partir de 1986.

El 29 de agosto de 1868, los naturalistas JoséJoaquín Arriaga, Antonio del Castillo, FranciscoContreras y Hoyos, Gumesindo Mendoza, Alfon-so Herrera, Antonio Peñafiel, Manuel Río de laLoza, Jesús Sánchez, Manuel Urbina y Manuel M.Villada fundaron dicha Sociedad, el 6 de septiem-bre del mismo año se llevó a cabo su primera jun-ta pública, y el 1 de junio de 1869 se comenzó aimprimir el periódico La Naturaleza. Esta sociedad,apoyada por el gobierno y el Museo Nacional,durante 36 años �laboró por el conocimiento de nues-tra fauna, flora, minerales, fósiles, sus aplicaciones yen general por el progreso de las ciencias, preferente-mente las naturales� (Herrera, 1939).

De acuerdo con el artículo primero de los esta-tutos se establecían tres finalidades para la Socie-dad: (1) dar a conocer la Historia Natural de Méxi-co y, por consiguiente, fomentar el estudio de lamisma en todas sus ramas y en todas sus aplica-ciones; (2) reunir y publicar los trabajos de profe-sores nacionales y extranjeros, relativos a los pro-ductos indígenas, y (3) formar colecciones de ob-jetos pertenecientes a los tres reinos de la natura-leza. Estaba dividida en cinco secciones (zoología,botánica, mineralogía, geología y paleontología,y ciencias auxiliares), a las cuales se inscribían lossocios según sus predilecciones particulares. Lassesiones eran semanales y se llevaban a cabo en elMuseo Nacional; por las actas que se publicaronpuede verse que la concurrencia no era muy nu-trida (Beltrán, 1943b). A partir de 1899, la socie-dad inició una etapa difícil con actividades irre-gulares en los años que transcurren entre la sus-pensión de labores de la Sociedad original (1914)y la reanudación de las mismas por la nuevamen-te organizada en 1936 (Beltrán, 1968a).

Para el año de 1936, en México no existía nin-guna agrupación científica consagrada específica-mente a las ciencias naturales, pues la Sociedad

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Mexicana de Biología estaba a punto de disolver-se. La idea de formar una agrupación que se ocu-para de realizar estudios relacionados con las cien-cias naturales era algo latente en el ambiente cien-tífico mexicano. Después de 24 años se reanuda-ron los trabajos de la sociedad, el 25 de diciembrede 1936 se celebró la sesión constitutiva de la cor-poración en la Academia Nacional de CienciasAntonio Alzate, a la reunión concurrieron 40 per-sonas, entre las que se contaban los más distin-guidos naturalistas residentes en el Distrito Fede-ral (Beltrán, 1964).

Al considerar la labor que la Sociedad habíaejercido y que tanto estimuló a la ciencia nacio-nal y la inexistencia de corporación alguna en esosmomentos, en la que pudieran agruparse los na-turalistas mexicanos (geólogos, paleontólogos,antropólogos, botánicos, zoólogos, genetistas,microbiólogos e hidrobiólogos, entre otros), sur-gieron las condiciones que parecían favorablespara reorganizar la Sociedad Mexicana de Histo-ria Natural que, en 1939, publicó la Revista (Bel-trán, 1956). Ésta es actualmente la única socie-dad de ese tipo en nuestro país que sesiona deforma intermitente.

1. La creación de la Sociedad Mexicana de His-toria Natural, su fecunda vida (1868-1914) y la altacalidad de su periódico La Naturaleza (1869-1914,11 volúmenes) constituyeron factores de gran im-portancia para el progreso de las ciencias natura-les en México.

2. El largo período de inactividad de la Corpo-ración (1914-1936, 22 años) puede explicarse porla desaparición de la mayoría de los fundadores,que tanto lucharon por ella; y sobre todo los gran-des cambios sociales y la lucha armada del perío-do 1910-1929, que fueron poco propicios para lainvestigación científica.

3. La reorganización de la Sociedad Mexicanade Historia Natural, en 1936, perseguía tres pro-pósitos: (a) llenar el vacío que dejó la suspensiónde labores de la Corporación de 1868, para quelos naturalistas de todas las especialidades tuvie-ran un foro común; (b) agrupar a los socios sobre-vivientes de la primera época, con los de las nue-vas generaciones �para que, sin bandera alguna, bo-rrando perniciosas hostilidades y distanciamientos delarga duración trabajaran en un clima de verdadera fra-ternidad y colaboración, y (c) dotarlos de una publica-

ción periódica digna de llenar el sitio que La Naturale-za había ocupado�.

4. La vida de la Sociedad en su segunda épocafue fecunda y provechosa, no solo en una formadirecta, sino también estimulando a algunos desus miembros a que, sin separase individualmen-te de la Sociedad Mexicana de Historia Natural,fundaran grupos especializados en los múltiplescampos de las ciencias naturales.

De acuerdo con Herrera (1939), la obra de laSociedad de Historia Natural merece los mayoreselogios, recuerdo y respeto, porque contribuyóeficazmente a fines importantes que de forma re-sumida serían:

1. Sostuvo el amor a la ciencia, especialmente alas ciencias naturales y al engrandecimiento de laRepública Mexicana.

2. Dio a conocer numerosas especies de plan-tas, animales y minerales mexicanos, contribuyen-do al conocimiento completo de nuestras rique-zas, y evitando en parte los graves inconvenien-tes de que sean ignoradas o las estudien y explo-ten solamente los extranjeros.

3. Colaboró grandemente a la formación y cla-sificación de las colecciones y publicaciones detoda obra, enseñanza y cultivo de las ciencias na-turales en México, así como de las exploracionesy exposiciones mexicanas y extranjeras y sus de-partamentos de ciencias naturales, que le conce-dieron valiosos premios.

4. La formación de profesores de ciencias natu-rales mexicanos, estimulándolos desde la juventudy ayudando a las escuelas en cuanto le fue posible.

5. Preparó lenta y sólidamente la enseñanza ycultivo de la biología en México y sus aplicacio-nes y ciencias filiales, que tienen por base indis-pensable la botánica y la zoología.

6. Publicó valiosas monografías, artículos ori-ginales, informes de exploraciones, traduccio-nes y reimpresiones relativas a cosas de Méxi-co; revistas, proyectos, leyes protectoras de fau-na y flora; multitud de estudios y documentos,estudios sobre la flora, fauna y minerales, des-cripciones, biografías, óbitos, historias; reim-presión de preciosas obras antiguas de Alzate,Cervantes, Mociño, la Llave, Lejarza, Sessé, Hum-boldt, Hernández, Schaffner, Clavigero, y otros,también publicó varios apéndices importantes,entre otras cosas.

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Sociedad Entomológica Mexicana. La primerasociedad entomológica en nuestro país fue la So-ciedad Entomológica Mexicana, A. C. (SME), fun-dada el 29 de enero de 1952 por entomólogos dela UNAM, el IPN, la Escuela Nacional de Antro-pología, la Oficina de Estudios Especiales y la Di-rección General de Defensa Agrícola (Pacheco,1989). Su lema, �Por el mejor conocimiento de lafauna entomológica de México�, refleja de mane-ra resumida su declaración de principios y obje-tivo primordial. En el discurso de inauguración,Alfredo Barrera (1955) expondría la imperiosanecesidad de esta organización y la pasión conla que fue proyectada, teniendo su origen en laSociedad Mexicana de Historia Natural y escri-bió: �...pero no existe, hasta ahora una sola especiali-zada en nuestro campo. Asimismo, no contábamos conuna asociación que reuniera en su seno [...] a todasaquellas personas cuyas actividades científicas y pro-fesionales [...] quedarán enmarcadas dentro de laEntomología [...] con el objeto de propiciar un mayoracercamiento en un plan de recíproco intercambio deconocimientos, tendencias y opiniones. Todos o casitodos los entomólogos, hasta la fecha, estaban y estánadscritos a la Sociedad Mexicana de Historia Natu-ral, cuya denominación habla por sí sola del carácterde los asuntos que trata aunque, en la segunda etapade su vida, desde 1936, ante el desarrollo no ya de laHistoria Natural, sino de las Ciencias Biológicas, hatenido que dar cabida a temas de discusión disímbolosy poco coherentes ya dentro de la designación antiguade Historia Natural, como Izquierdo (1950) ha hechonotar. La Sociedad Mexicana de Historia Natural,hermana mayor de ésta que ahora se funda, realiza anuestro modo de ver una misión importantísima y fun-damental como la que se refiere a tratar de lograr unacercamiento cordial entre todos los naturalistas ycrear un ambiente propicio para el estudio y enseñan-za de las Ciencias Naturales en su conjunto, todo locual no se opone a que los trabajadores especializadosen un determinado aspecto de la Biología se agrupencon el fin se solucionar problemas que les interesen deuna manera muy particular. Por ello anotamos comoun hecho de gran trascendencia, como un hecho quemarca una nueva etapa en el desarrollo de la Entomo-logía en México, la integración de la Sociedad Mexi-cana de Entomología, que estimamos será desde unprincipio un campo de trabajo y de discusión científi-cos; una organización que entienda de los problemas

de orden académico y profesional de sus miembros y nouna decadente academia de autobombo y elogios mutuos�.

Los primeros congresos nacionales de entomo-logía fueron organizados por el Departamento deParasitología de la Escuela Nacional de Agricul-tura, en las instalaciones de Chapingo, siendo di-rector el Ing. Ricardo Coronado Padilla y con lacolaboración de Sociedad Mexicana de Entomo-logía (Mac Gregor, 1974). El primero se celebró en1958, se presentaron 49 trabajos entomológicos; enel segundo (1960), el número de trabajos se elevóa 60. A partir del tercer congreso, la dirección yorganización quedaron totalmente en manos dela Sociedad Mexicana de Entomología, que ha con-tado con la entusiasta participación de las institu-ciones de enseñanza superior e investigación, asícomo de la industria de insecticidas. Al aumentoen el número de estudios presentados en los suce-sivos congresos, hay que añadir la calidad crecien-te de los trabajos presentados (Ortega et al., 1965).A partir del X Congreso la periodicidad pasó deser bianual a anual.

Ortega et al. (1965) afirmaban: �Sin duda alguna,la Sociedad Mexicana de Entomología, ejerce una influen-cia decisiva en el desarrollo de esta ciencia en México.Sus congresos y reuniones ordinarias son el lugar de dis-cusión de los trabajos entomológicos. Efectúa una im-portante labor de divulgación de los trabajos entomoló-gicos, interesando a la industria y autoridades del paísen estas actividades�. Esta opinión sigue siendo váli-da en nuestros días, ya que la publicación más im-portante sobre el tema, Folia Entomológica Mexica-na, es una de las grandes contribuciones de estasociedad a las publicaciones biológicas mexicanas,aparece con regularidad, se distribuye en las prin-cipales bibliotecas e instituciones científicas delmundo y se encuentra incluida en el índice de pu-blicaciones de excelencia del CONACYT.

Sociedad Mexicana de Lepidopterología A.C. En1975 se formó otra organización similar pero conorigen distinto, para conjuntar a los estudiososde las mariposas, fueron diletantes o profesiona-les; la Sociedad Mexicana de Lepidopterolo-gíaA.C., cuya sede se encuentra en el Distrito Fede-ral. Su promotor principal fue Carlos RommelBeutelspacher Baigts, en aquel tiempo investiga-dor del Instituto de Biología de la UNAM y quefiguró como primer presidente; entre sus miem-

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bros fundadores estuvieron Roberto de la MazaRamírez, Alberto Díaz Francés, Jorge LlorenteBousquets y otros que conformaron la primeramesa directiva. Desde su inicio esta sociedadpublicó una Revista, un Boletín, y, años más tar-de (1981), organizó una reunión internacional delepidopterólogos en conjunto con la Lepidopterists�Society, en Cocoyoc, Morelos.

Las colecciones entomológicas. El establecimien-to de colecciones biológicas en nuestro país ha sidopoco afortunado, resultado de la propia historia yestado de desarrollo (Barrera, 1974; Reyes Casti-llo, 1980) y de la discontinuidad existente en lasinstituciones producida por el cambio de nombrese instalaciones, la falta de recursos y del poco in-terés de las autoridades por el desarrollo de estetipo de acervos (Herrera, 1924; Beltrán, 1971, 1977),a pesar de su importancia (Halffter, 1980). Hastael momento, principios del siglo XXI, todavía noexiste en nuestro país siquiera el proyecto de for-mar un Museo Nacional que albergue las colec-ciones biológicas mexicanas con un servicio na-cional y moderno. Todo país que se respete tieneel suyo. A lo largo de este trabajo se ha hecho men-ción de varios de los establecimientos de este tipoque han existido; los más importantes fueron ElGabinete de Historia Natural instalado por Longi-nos (1790), el Museo Nacional impulsado porMaximiliano (1865) y el Museo de Historia Natu-ral (1909) (Beltrán, 1971).

A continuación presentamos un análisis parcialde los resultados contenidos en la base de datoscontenida en Llorente et al. (2000), con datos actua-lizados hasta 1999, para el estado de las coleccio-nes entomológicas mexicanas a finales del siglo XX.En la base de datos se registraron 69 institucionescon 77 sedes diferentes que albergan 193 coleccio-nes, sin haber correspondencia entre las cifras, porejemplo, se pueden reconocer 77 sedes en la basede datos, pero en realidad es un número menor,debido a la jerarquía de sedes y de colecciones quese considera de modo distinto en las diferentes ins-tituciones, por lo tanto es posible que, en aparien-cia, algunos de los números no coincidan.

De las 110 colecciones zoológicas registradas, el53.6% corresponde a colecciones de uno o variosgrupos de vertebrados y el 46.4% restante es de in-vertebrados, con 29.41% de artrópodos y 16.99% de

otros invertebrados. Algunas colecciones alberganejemplares de un taxón restringido, mientras queotras incluyen varios grupos taxonómicos.

Coronado (1981) mencionó 18 colecciones ento-mológicas registradas para 1981 (Cuadro 1.7). Se-gún Llorente el al. (2000) si se consideran las co-lecciones divididas según el taxón de estudio seconvertirían en un total de 1167 colecciones, delas cuales 451 son de zoología y 46 contienen in-sectos y/o arácnidos (entomología) (Cuadro 1.8).Por lo tanto, en casi 20 años, el número de colec-ciones entomológicas en México aumentó consi-derablemente. Las familias zoológicas mejor re-presentadas pertenecen a los órdenes de Hemip-tera, Diptera y Lepidoptera (ver cuadro 1.9). Re-salta que todas ellas pertenecen al grupo de losInsecta, lo que apoya la importancia que éstas re-presentan para la biología mexicana (Llorente elal., 2000). Por los datos registrados, debe habernumerosas colecciones particulares para coleóp-teros y lepidópteros, tanto tanto de diletantes comode profesionales que aún no creen lo suficiente enlas instituciones.

El Distrito Federal es la entidad con mayor nú-mero de colecciones entomológicas, 12 en total. Ahíse encuentran la mayoría de las colecciones másimportantes cuantitativa y cualitativamente. Lamayor cantidad de ejemplares se concentra en po-cas instituciones (IB-UNAM, ENCB-IPN, FC-UNAM), estas instituciones albergan gran volumende ejemplares, esto es la mayor parte del total enMéxico. Los estados que tienen colecciones ento-mológicas en orden decreciente son: Chiapas y Nue-vo León con cinco colecciones cada uno, el Estadode México con cuatro; Tamaulipas con tres; Aguas-calientes, Guanajuato, Jalisco, Tabasco, Sinaloa yYucatán con dos cada uno; y Baja California Sur,Quintana Roo, Campeche, Durango y San LuisPotosí con una colección por estado. Las cifras delpersonal asociado a las colecciones mostró la insufi-ciencia de especialistas, particularmente para un paísde hiperdiversidad como México (Llorente et al., 2000).

Ya que la colección entomológica más impor-tante es la del Instituto de Biología de la UNAM(ver cuadro 1.8), ahondaremos más sobre sus ca-racterísticas. Se trata de una de las colecciones másantiguas y activas de Latinoamérica, su origen sepuede ubicar en el transcurso de la segunda mi-tad del siglo XIX, con las colecciones formadas por

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Cuadro 1.7. Algunas colecciones entomológicas personales, de instituciones de educación superior y dedependencias oficiales en 1981 (Ortega, 1981).

Institución o PersonaUniversidad Nacional Autónoma de MéxicoEscuela Nacional de Ciencias Biológicas, Instituto PolitécnicoNacionalUniversidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (Facultadde Agrobiología)Universidad Autónoma de Nuevo León (Facultad de Ciencias)DP-UACHColegio de Posgraduados ChapingoInstituto Nacional de Investigaciones AgrícolasDirección General de Sanidad Vegetal

Instituto Nacional de Investigaciones ForestalesInstituto para el mejoramiento de la producción de azúcarMuseo de Historia Natural de la Ciudad de MéxicoInstituto de Enfermedades TropicalesCentro de Investigaciones Agrícolas del NorteInstituto Tecnológico de Estudios Superiores de MonterreyGonzalo HalffterPedro Reyes CastilloJuan M. Mathiu V.Miguel Ángel Morón R.

Número de Ejemplares Determinación taxonómica ? 7,816 spp. 30, 000 1,500

50 cajas para enseñanza

2,500 * 25,000 A nivel subfamilia150,000 10,000 gen, 1,000 spp. aprox. 40,200 4,700 spp. 23,773 adultos 12,056 larvas * 8,000 75 spp. 1,491 1,264 spp. 40,000 * 60,000 894 spp.385,345 213,539 gen y spp. 33,000 3,500 spp. 50,000 * 15,000 300 spp. 8,000 6,000 spp. 10,500 7,000 spp.

Eugenio Dugès (más de 3000 especies), que pos-teriormente pasarían a formar parte el Museo deHistoria Natural y la Oficina de Estudios Biológi-cos; en julio de 1929 se convirtieron en patrimo-nio universitario al decretarse la autonomía uni-versitaria (aunque solo se conservaban 960 ejem-plares). Además incluye organismos de las colec-ciones de la Comisión Geográfico Exploradora ydel Instituto Médico Nacional. A partir de estabase, Carlos C. Hoffmann incrementó la coleccióny generó su estructura, quien sería sustituido ensu tarea a partir de 1942 por Leonila Vázquez, lle-gando a sumar a finales del siglo cerca de 3 millo-nes de ejemplares preparados7 . Se distinguen porsu número y calidad las de Lepidoptera, Hemip-tera-Heteroptera, Psocoptera, Trichoptera, Coleop-tera, Thysanoptera, Orthoptera y Diptera (Brai-lovsky et al., 1993). En cuanto a los ácaros, la co-

lección formalmente se origina en 1990, cuandose depositó la colección �Anita Hoffmann�, que enun salón ad hoc fue incrementada considerable-mente en número de ejemplares durante los últi-mos años (Pérez-Ortíz, 1993) y desde la Facultadde Ciencias entre 1975 y 1982.

Las colecciones de la Facultad de Ciencias, Mu-seo de Zoología �Alfonso L. Herrera�, han sido deimportancia porque ahí se encuentran la mayorcolección de Siphonaptera de Latinoamérica y lacolección más grande de Papilionoidea de Méxi-co, ambas con las mejores hemerobibliotecas ybases de datos relacionales de los cerca de 500,000ejemplares que las componen (León et al., 1994;Llorente et al., 2000; Armando Luis, com. pers.).

Organizaciones gubernamentales que apoyan yfomentan la entomología mexicana. Algunas or-ganizaciones gubernamentales en las que se hanrealizado investigaciones entomológicas fueronvarias dependencias de la Secretaría de Salubri-dad y Asistencia y de Agricultura y Ganadería,

7 Números citados pero que parecen una sobreestimación, verLot (1994) para contrastar cifras.

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Cuadro 1.8. Colecciones institucionales del área de entomología en México (Llorente et al., 2000).

Institución

Instituto de Biología, U.N.A.MFacultad de Ciencias Biológicas, Uni-versidad Autónoma de Nuevo LeónInstituto Nacional de InvestigacionesForestales y Agropecuarias Campo Ex-perimental BajíoMuseo de Zoología «Alfonso L. Herre-ra», Facultad de Ciencias, U.N.A.M.Instituto Nacional de Diagnóstico y Re-ferencia EpidemiológicaEscuela Nacional de Ciencias Biológi-cas, I.P.N.El Colegio de la Frontera Sur, UnidadSan Cristóbal de las Casas, ENCB-IPNFacultad de Medicina Veterinaria y Zoo-tecnia, Universidad Autónoma de YucatánMuseo de Historia Natural de la Ciu-dad de MéxicoInstituto de Ciencias del Mar yLimnología, U.N.A.M.Instituto de Ecología, A.C. Xalapa, Ver.Instituto Manantlán de Ecología y Con-servación de la Biodiversidad Univer-sidad de GuadalajaraUniversidad Autónoma de TamaulipasInstituto Tecnológico y de Estudios Supe-riores de Monterrey, Campus MonterreyFacultad de Ciencias Biológicas, Uni-versidad Autónoma de Nuevo LeónDepartamento de Fitotécnia, Universi-dad Autónoma ChapingoMuseo de Zoología «Alfonso L. Herre-ra», Facultad de Ciencias, U.N.A.MColegio de Postgraduados en CienciasAgrícolas, Instituto de Fitosanidad,Campus Estado de MéxicoInstituto de Ciencias del Mar yLimnología, U.N.A.MMuseo de Zoología «Alfonso L. Herre-ra», Facultad de Ciencias, U.N.A.M.Universidad Autónoma de AguascalientesCentro de Estudios de Zoología, Uni-versidad de GuadalajaraFacultad de Ciencias Biológicas, Uni-versidad Autónoma de Nuevo León

Colección

Colección Nacional de InsectosColección de Artrópodos no Insecta:Sección QueliceradosColección Nacional de Insectos

Colección Lepidopterológica

Colección de Artrópodos con importan-cia médicaColección de Artrópodos asociados amamíferos silvestresColección Entomológica

Colección Entomológica Regional

Colección Nacional de Insectos «Dr.Alfredo Barrera Marin»Colección de Invertebrados de la Esta-ción MazatlánColección EntomológicaColección Entomológica

Museo de InsectosColección Entomológica de Monterrey

Colección de Insectos Benéficos-Ento-mófagosColección Científica de EntomologíaForestal, UACHColección Himenopterológica

Colección del Centro de Entomologíay Acarología

Crustáceos del Golfo de México, Cari-be y Pacífico MexicanosColección de Siphonaptera

Colección de ZoologíaColección Entomológica

Colección de Artrópodos de interésMédico Veterinario

No.total Repre-ejemplares sentación3,000,000 Mundial 350,000 Local

200,000 Nacional

125,000 Nacional

117,000 Nacional

91,841 Nacional

81,000 Estatal

56,000 Regional

52,000 Nacional

51,366 Regional

44,800 Nacional 43,000 Regional 39,170 Regional

35,000 Nacional

30,000 Nacional

25,626 Nacional

23,000 Nacional

20,736 Subcont.

20,000 Nacional

20,000 Nacional

15,000 Estatal 14,000 Regional

10,500 Regional

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Cuadro 1.8. Continuación.

Instituto de Investigaciones de ZonasDesérticas de la Universidad, Autóno-ma de San Luis PotosíEl Colegio de la Frontera Sur, UnidadTapachulaLab. de Ecología y Sistemática de Micro-artrópodos, Facultad de Ciencias, U.N.A.M.Facultad de Ciencias, U.N.A.M.

Instituto Tecnológico de Los MochisInstituto de Ciencias Agrícolas, Univer-sidad de GuanajuatoEl Colegio de la Frontera Sur, UnidadChetumalEl Colegio de la Frontera Sur, UnidadTapachulaColegio de Postgraduados en CienciasAgrícolas, Instituto de Fitosanidad,Campus Estado de MéxicoInstituto Manantlán de Ecología y Con-servación de la Biodiversidad, Univer-sidad de GuadalajaraLab. de Ecología y Sistemática de Micro-artrópodos, Facultad de Ciencias, U.N.A.MCentro Interdisciplinario de Investiga-ción para el Desarrollo Integral Regio-nal, I.P.N., Unidad DurangoEl Colegio de la Frontera Sur, UnidadTapachulaFacultad de Ciencias Agrícolas, Univer-sidad Autónoma del Estado de MéxicoFacultad de Ciencias Biológicas, Uni-versidad del Noreste, A.C.El Colegio de la Frontera Sur, UnidadTapachulaCentro de Investigación y de EstudiosAvanzados del I.P.N., Unidad Mérida

Centro de Investigaciones Biológicasdel Noroeste, S.C.Colegio de Postgraduados en CienciasAgrícolas, Campus TabascoMuseo de Biodiversidad Maya, Univer-sidad Autónoma de CampecheFacultad de Ciencias Biológicas, Uni-versidad Autónoma de Nuevo LeónTotal

Colección Zoológica, Sección de Inver-tebrados

Insectos Asociados a Plantas Cultivadasen la Frontera Sur, ECOSUR-TapachulaHormigas de México, Lab. Ecol. y Sist.,FC-UNAMColección de Collembola de México yácaros edáficosColección Entomológica, ITLMColección Entomológica «Leopoldo Ti-noco Corona»Colección Lepidopterológica del Museode ZoologíaColección Apidológica del Estado deChiapasColección de Entomología Económica

Colección de Vertebrados

Fauna cavernícola, Lab. Ecol. y Sist.,FC-UNAMColección Entomológica

Colección de Arañas del Sureste deMéxicoColección Entomológica

Colección de Vertebrados e Invertebra-dos de Tamaulipas, FCB-UNEColección de Artrópodos asociados a cul-tivos de la región del Soconusco, ChiapasColección de Invertebrados Bentónicosde Yucatán, Laboratorio de Bentos,CINVESTAV-MéridaColección de Artrópodos

Colección Entomológica del CampusTabascoColección Entomológica, MBM-UAC

Colección Entomológica Regional

46

10,000 Estatal

9,854 Estatal

9,000 Local

6,000 Nacional

5,500 Regional

5,434 Estatal 5,133 Estatal

4,736 Regional

3,439 Regional

3,017 Regional

3,000 Nacional

2,800 Estatal

2,500 Estatal

1,930 Estatal

1,500 Regional

885 Local

? Regional

? Regional

? Regional

? Estatal

? ?

7,303,914

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como la Campaña Nacional Contra el Paludismo,la Campaña Nacional Contra la Oncocercosis, laCampaña Contra la Fiebre Amarilla, el Institutode Salubridad y Enfermedades Tropicales, el De-partamento de Salubridad (hoy Secretaría de Sa-lubridad y Asistencia), y la Dirección General deDefensa Agrícola con su Oficina de Investigación,entre otras. En casi todas ellas básicamente se in-vestigó sobre aspectos aplicados, médicos y agrí-colas principalmente.

En cuanto a las que fomentaron esta actividad,con apoyo de infraestructura, proyectos y becas, en-tre las más importantes han estado el Consejo Na-cional de Ciencia y Tecnología, el Sistema Nacionalde Investigadores, y la Comisión Nacional para elConocimiento y Uso de la Biodiversidad; en unsentido similar también deberíamos ubicar aquí ala Universidad Nacional Autónoma de México.

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Deacuerdo con el Diario Oficial de la Federación del 29de diciembre de 1970, se creó el Consejo Nacionalde Ciencia y Tecnología (CONACyT), por Ley delCongreso de la Unión y reformada por Decreto ex-pedido el 27 de diciembre de 1974. Tiene comomisión impulsar y fortalecer el desarrollo cientí-fico y la modernización tecnológica de México,mediante la formación de recursos humanos dealto nivel, la promoción y el sostenimiento de pro-yectos específicos de investigación y la difusiónde la información científica y tecnológica. Lasprincipales líneas de acción del Consejo se refie-

ren a: (1) la organización de un sistema de otor-gamiento de becas-crédito para estudios deposgrado en el país o en el extranjero; (2) el im-pulso a la investigación científica; (3) el fomentopara el desarrollo y modernización tecnológica;(4) la promoción del desarrollo científico y tec-nológico regional; (5) la coordinación del Siste-ma Nacional de Investigadores; y (6) la difusiónde la información científica y tecnológica.

El máximo órgano de decisión del CONACyTes su junta directiva, presidida por el Secretario deEducación Pública e integrada por diez miembrospermanentes y cuatro temporales. Una de sus di-recciones, la Adjunta de Coordinación del SistemaSEP-CONACyT, dirige, coordina y evalúa la políti-ca científico-tecnológica dentro de las entidadesparaestatales que conforman el sistema de institu-ciones de investigación científica y desarrollo tec-nológico denominado Sistema SEP-CONACyT.Durante su periodo de existencia CONACyT haapoyado a numerosos entomólogos e institucionescon proyectos operativos y de infraestructura.

El Sistema Nacional de Investigadores. En 1984,el Presidente Miguel de la Madrid H. estableció elSistema Nacional de Investigadores (SNI) (DiarioOficial de la Federación, 26 de junio de 1984) para:(1) fomentar el desarrollo científico y tecnológicodel país fortaleciendo la investigación en cuales-quiera de sus ramas y especialidades, a través delapoyo a los investigadores de las instituciones deeducación superior y de investigación en México;

Cuadro 1.9. Colecciones del área de zoología, se incluyen las familias con más de 19,000 ejemplares en total(Llorente et al., 2000).

Familias No. ejemplares No. tipos primarios No. tipos secundariosLygaeidae (Hemiptera) 73,077 0 0Nymphalidae (Lepidoptera) 57,554 2 0Simuliidae (Diptera) 48,577 157 323Pieridae (Lepidoptera) 43,397 10 0Pentatomidae (Hemiptera) 34,153 0 0Scarabaeidae (Coleoptera) 22,586 0 22Miridae (Diptera) 24,154 0 0Melolonthidae (Coleoptera) 23,230 2 24Papilionidae (Lepidoptera) 23,124 0 0Lycaenidae (Lepidoptera) 21,609 0 0Coreidae (Hemiptera) 19,754 0 0

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(2) incrementar el número de investigadores enactivo con que cuenta el país, elevando su nivelprofesional; (3) estimular la eficiencia y calidadde la investigación; (4) promover la investigaciónque se realiza en el país, de acuerdo con las priori-dades establecidas en el Plan Nacional de Desa-rrollo; (5) apoyar la formación de grupos de in-vestigación en las entidades federativas del país;y (6) contribuir a la integración de sistemas nacio-nales de información científica y tecnológica pordisciplina, que incrementen y diversifiquen losservicios vigentes actualmente.

Podrían participar en el Sistema Nacional deInvestigadores los investigadores de tiempo inte-gral de las instituciones de educación superior yde investigación del sector público pertenecien-tes, coordinados o en los que participe la Secreta-ría de Educación Pública, los coordinados por elConsejo Nacional de Ciencia y Tecnología y lasuniversidades públicas autónomas, o dependien-tes de los gobiernos de los estados que así lo de-seen, considerando también las dependencias yentidades del sector público que lleven a cabo fun-ciones de investigación. Además los investigado-res de las instituciones de educación superior yde investigación del sector privado, como las uni-versidades, institutos, colegios y centros que rea-licen actividades de investigación científica y tec-nológica, cualquiera que sea el régimen jurídicocon el que estén organizados, y los centros de in-vestigación de empresas incorporadas en el regis-tro de instituciones de investigación del ConsejoNacional de Ciencia y Tecnología.

Estaba integrado por cuatro Comisiones Dicta-minadoras, la de Ciencias Biológicas contemplala entomología, a finales de siglo se reestructura-ron en siete, siendo la de biología y química la denuestro interés.

Los criterios fundamentales que se utilizaronpara decidir sobre la incorporación del investiga-dor al Sistema tendrán en cuenta la productivi-dad reciente del investigador, tanto en la calidadde sus trabajos medida indirectamente por elScience Citation Index, como en la contribución a laformación de investigadores y de personal de altonivel; y la contribución de sus actividades de in-vestigación al desarrollo científico, tecnológico,social y cultural de México, tomando en cuentalos objetivos y lineamientos del Plan Nacional de

Desarrollo. Los investigadores por su parte obtie-nen las distinciones de �Candidato a InvestigadorNacional� o �Investigador Nacional� en tres nive-les, y reciben estímulos económicos o becas. Elnúmero de investigadores en taxonomía ento-mológica beneficiados no sobrepasó los 25.

La Comisión Nacional para el Conocimiento y Usode la Biodiversidad (CONABIO). Se creó en 1992.Su misión es la de coordinar las acciones y estu-dios relacionados con el conocimiento y la preser-vación de las especies biológicas, así como pro-mover y fomentar actividades de investigacióncientífica para la exploración, estudio, proteccióny utilización de los recursos biológicos tendientesa conservar los ecosistemas del país y a generarcriterios para su manejo sustentable. Fue creadapara promover, apoyar y coordinar los esfuerzosque actualmente realizan diversas instituciones ygrupos sobre biodiversidad en México, con base entres líneas principales: (1) conocimiento, (2) usosustentable, y (3) difusión del conocimiento (Dia-rio Oficial de la Federación, 16 de marzo de 1992).Sus principales funciones son: (1) establecer un Pro-grama Nacional Sobre Inventarios Biológicos; (2)concentrar y sintetizar la información relativa a losrecursos biológicos en un banco de datos actuali-zado permanentemente; (3) diseñar e instrumentarel Sistema Nacional de Información sobre Biodi-versidad; (4) promover el desarrollo de proyectosenfocados al uso actual y potencial de recursos bio-lógicos convencionales y no convencionales, y (5)asesorar sobre los aspectos técnicos y de investiga-ción aplicada relacionados con la diversidad bioló-gica a las dependencias gubernamentales, organi-zaciones sociales y privadas.

Establecido el Sistema Nacional de Informaciónsobre la Biodiversidad, así como sus procedimien-tos de mantenimiento y actualización de los da-tos, la Comisión incursionó en las tareas relacio-nadas con el desarrollo de los criterios de susten-tabilidad del uso y manejo de la biodiversidad; lanormatividad y gestión sobre el acceso a los re-cursos genéticos; el avance sobre el inventario delos microorganismos y las plantas, cuyo potencialpara la industria es enorme, y en la caracteriza-ción detallada de la biodiversidad en las áreas prio-ritarias identificadas. En cumplimiento de su man-dato y fiel a su experiencia, la CONABIO enfren-

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tará estas tareas coordinando la participación decientíficos, ciudadanos organizados, asociacionesde productores del campo y las diferentes entida-des gubernamentales (Diario Oficial de la Federa-ción el 16 de marzo de 1992).

La CONABIO se constituyó como una comi-sión de carácter intersecretarial, encabezada porel Presidente Constitucional de México y com-puesta por los titulares de las diez Secretarías deEstado y un Coordinador Nacional, quien es apo-yado por un grupo operativo integrado por 80personas (funcionarios, analistas y personal ad-ministrativo) que encabeza un secretario ejecuti-vo. Los recursos financieros de los que dispone laCONABIO los aporta principalmente el GobiernoFederal y son administrados mediante el fideico-miso privado �Fondo para la Biodiversidad�. Estefideicomiso permite no solo un uso ágil, eficientey transparente de los recursos financieros, sinotambién la recepción de otras contribuciones na-cionales y extranjeras. La mayor parte de los re-cursos de la CONABIO han sido canalizados parafinanciar proyectos a instituciones de investiga-ción o grupos de trabajo ya existentes. Las priori-dades que rigen estos apoyos fueron definidas através de consultas con los expertos nacionales einternacionales en la materia, las instituciones na-cionales, los directores de las principales institu-ciones académicas y de investigación (CONABIO,2000). A la fecha ha apoyado algunos proyectosde infraestructura de colecciones, numerosos pro-yectos operativos de campo y gabinete de natura-leza taxonómica y biogeográfica, publicación devarios catálogos y libros, formación de bases dedatos8 y otros más (Soberón & Llorente, 1993).

La entomología aplicada: la medicina y la indus-tria. Es de gran importancia anotar el hecho quedesde un principio, los entomólogos mexicanos sepreocuparon por resolver problemas de utilidadpráctica que ayudaran a mejorar las condicioneshumanas del mexicano, como lo confirmó Sánchez(1893): �Convencido de que en todo estudio científicodebe buscarse principalmente la aplicación práctica, hacealgún tiempo colecto los hechos conducentes que en Méxi-co pueden contribuir para la formación de dos obras: la

Zoología médica y la Zoología agrícola nacionales. Miposición como miembro titular de la Academia de Medi-cina y como encargado de la Cátedra de Zoología en laEscuela N. Preparatoria y accidentalmente también aveces en la escuela N. de Agricultura, ha sido la más apropósito para emprender esta labor. Todos reconocen hoyla grande importancia del estudio de los animales en cuyoreino existen tantos que nos procuran beneficios y mu-chos también son causa de enfermedades. Entre los pará-sitos, por ejemplo, hay varios que pueden ocasionar acci-dentes graves y aun la muerte; sus manifestaciones clí-nicas, como observa juiciosamente el Dr. Blanchard en elprólogo de su Zoología médica eran conocidas, pero se ig-noraba la etiología y por consiguiente la profilaxis y eltratamiento de esas enfermedades. Ha resultado de aquí,añade tan distinguido médico naturalista, que la enseñanzade la Zoología en las facultades o escuelas de Medicina enEuropa ha adquirido recientemente una importancia y unadirección nuevas. No sólo nos importa estudiar a los ani-males que viven en nuestro propio cuerpo, también es ne-cesario conocer aquéllos cuyas ponzoñas, inoculadas en elorganismo humano, pueden ocasionar, ora un mal ligerí-simo, ora síntomas de gravedad suma y aun la muerte;otros, que nos sirven de alimento regularmente, provocana veces por su indigestión en el tubo digestivo fenómenosde envenenamiento; hay algunos, por último, que dan a lamateria médica productos que se utilizan en el arte de cu-rar. Es verdad que de casi todos estos asuntos tratan loslibros europeos, pero es verdad también que en lo que serefiere a nuestro país lo hacen superficialmente. Para noser difuso citaré un solo ejemplo: los efectos de envenena-miento producido por la inoculación de la ponzoña de ala-crán de nuestras tierras calientes y de Durango y la ma-nera de combatirlos con éxito no se conocieron bien hastaque se tuvo conocimiento de los estudios importantes ydetallados de los Dres. Santa María y Herrera (Mariano)en Durango y Espinosa en Morelos. Otros médicos nacio-nales y extranjeros han contribuido al progreso de la Zoo-logía médica nacional: son notabilísimos entre los segun-dos los trabajos de los Dres. Hermanos D. Alfredo y D.Eugenio Dugés, residentes en México, hace muchos años,y entre los mexicanos bastará citar los nombres de los Dres.Lauro Jiménez, José Eleuterio Gonzáles, FernandoAltamirano, Antonio Peñafiel, Donaciano Cano y Alcacioy profesores Alfonso Herrera, Gumersindo Mendoza yalgunos otros, los cuales han escrito acerca de asuntos re-ferentes a zoología médica mexicana�.

Centros particulares, relacionados con la pro-ducción y manejo de insecticidas como BAYER,8 Una de las más importantes es Biótica (CONABIO, 1998).

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empezaron a ver la necesidad de emplear ento-mólogos, a fin de poder ofrecer servicios basadosen principios realmente científicos. Los profesio-nales que colaboran en las actividades de la in-dustria de parasiticidas en 1965 eran aproximada-mente 400 técnicos, de los cuales provenían: 50% dela Escuela Superior de Agricultura Hermanos Esco-bar, 30% de la Escuela Superior de Agricultura An-tonio Narro, 10% de la Escuela Nacional de Agricul-tura y 10% de otras escuelas (Ortega et al., 1965). Al-gunas de las empresas particulares que han realiza-do o fomentado la investigación entomológica ennuestro país se pueden ver en el cuadro 1.10. Mu-chos de los más destacados entomólogos que Méxi-co ha tenido, en algún periodo trabajaron en talesindustrias, por ejemplo, Alfredo Barrera, Raúl MacGregor y Gonzalo Halffter.

La taxonomía entomológica en México duranteel siglo XX. Dada la trascendencia que pueden sig-nificar los estudios históricos para el desarrollo,el análisis, la planificación y la conformación deuna disciplina, surge la necesidad de llevar a caboproyectos encaminados a presentar de manera for-mal su desarrollo en nuestro país. Por ello se ini-ció la línea de investigación denominada �Teorías,métodos y conceptos de la taxonomía en Méxicodurante el siglo XX�, en el Museo de Zoología dela Facultad de Ciencias de la UNAM, en la queactualmente se analiza la historia de esta discipli-na, a partir de la práctica taxonómica y la forma-ción de instituciones, siendo por el momento laprincipal fuente de información los artículostaxonómicos producidos en México.

Con la finalidad de sistematizar la informacióncontenida en las fuentes primarias de la investiga-ción (los artículos taxonómicos), se capturaron enuna base de datos relacional diseñada específi-camente para esta investigación en el programaAccess (Microsoft Office, 2000), atendiendo a lasnecesidades que planteaba el proyecto. Esta basede datos �TaXMeXX� (Michán, 2001) contiene tablas,formularios e informes. De sus 40 tablas, tres sonprincipales, 15 intermedias, 22 accesorias (actuali-zación) y 28 relaciones de uno a muchos, con inte-gridad referencial y actualización en cascada. Tie-ne ocho formularios principales, 50 subformulariosy más de un centenar de consultas e informes. Labase de datos y el índice bibliográfico de la infor-

mación que ésta contiene se presentarán en un fu-turo impresos, en discos y/o en línea por Internet.

La base de datos contiene, para cada caso: Re-vista: nombre, abreviatura, editor, época, ISSN, nú-mero de volúmenes y números totales y tiraje en-tre otros. Número: nombre. Página inicial, final ytotales: fecha de publicación o impresión, númerode artículos taxonómicos, biblioteca donde se rea-lizó la consulta entre otros. Artículo: revista, abre-viatura, año, volumen, número, páginas (de inicio,fin y totales), disciplina, subdisciplina, autor(es),orden del autor en la referencia, institución a la quepertenece el autor, tipo de trabajo taxonómico y sucaracterística, taxón de estudio, caracteres, concep-to (s), teoría (s), método(s), región del o al que serefiere, referencias y notas entre otros.

Cuadro 1.10. Algunas de las empresas Industriales patro-cinadoras de la Revista Folia Entomológica Mexicana.

Bayer de México, S. A. de C. V.Ciba-Geigy Mexicana, S. A. de C. V.Cyanamid de México, S. A. de C. V.Diamond Shamrock de México, S. A. de C. V.Distribuidora Shell de México, S. A. de C. V.Dow Química Mexicana, S. A.Dupont, S. A. de C. V.FMC de México, S. A. de C. VICI de México, S. A.Insecticidas Cruz Negra, S. A. de C. V.Insecticidas Ortho, S. A.Laboratorios Helios, S. A.Lerma Industrial, S. A.Montedison de México, S. A.Montrose Mexicana, S. A.Plaguicidas Mexicanos, S. A. de C. V.Productora Nacional de SemillasProductos H-24Química Hoechst de México, S. A.Química Lucava, S. A.Químicas Unidas, S. A.Rhom and Hass de México, S. A.Searle de México, S. A de C. V.Semillas del Pacífico, S. A.Stauffer de México, S. A.Unicarb Comercial, S. A de C. V.Unión Carbide Mexicana, S. A.VIMSA, S. A. de C. V.

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La base de datos en la actualidad registra 63revistas, 8100 artículos y 2460 autores, de los cua-les se analizaron 27 revistas (ver figura 1.10), conun total de 893 volúmenes, 1698 números, 6101artículos, 173,397 páginas, escritos por 2329 auto-res, 163 instituciones o dependencias mexicanasy 46 países diferentes.

En esta sección presentaremos un análisis par-cial de algunos de los resultados sobre los Insectay Arachnida contenidos en la base de datos�TaXMeXX� (Michán, 2001), obtenidos en la inves-tigación de doctorado de la primera autora. Nues-tro propósito es hacer una sinopsis de la historiade la taxonomía entomológica y obtener una ten-

dencia del desarrollo de la misma en México du-rante el siglo XX, lo que formará parte de un tra-bajo in extenso sobre el tema, presentándose aquísolo algunos de los resultados preliminares.

De los 6141 artículos taxonómicos capturadosen la base de datos, 337 (5%) son de taxonomíageneral, 3104 (50%) de taxonomía zoológica, 2720(44%) de taxonomía botánica y 52 (1%) de taxono-mía microbiológica. En lo que respecta a lassubdisciplinas zoológicas, 1337 (43%) son de In-secta y 144 se refieren a aracnología; es decir, su-mados conforman (entomología sensu lato) y co-rresponden al 24% del total de los artículos anali-zados. Esto es importante porque la entomología

Fig. 1.10. Revistas mexicanas del siglo XX analizadas, su distribución en el tiempo y las institucionesque han tenido mayor influencia en la taxonomía entomológica en México durante el siglo XX. Ennegritas las revistas que han publicado al menos un artículo sobre entomología. CONABIO: ComisiónNacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad; ENCBIPN: Escuela Nacional de CienciasBiológicas IPN; FC.: Facultad de Ciencias UNAM; I. B: Instituto de Biología, UNAM; I.E: Instituto deEcología, A. C; SMEntom: Sociedad Mexicana de Entomología; SMHN: Sociedad Mexicana de Histo-ria Natural; SMLepidop: Sociedad Mexicana de Lepidopterología; Posgraduados: Colegio de Posgra-duados; y SNI: Sistema Nacional de Investigadores.

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representa la subdisciplina zoológica con mayorcantidad de trabajos taxonómicos en México du-rante el siglo XX, los Coleoptera son los más tra-bajados de este conjunto (Michán y Morrone,inéd.), les siguen los Lepidoptera con 264 (19.5%)y los Hemiptera con 165 (12%) (ver figura 1.11).

Del total, los artículos de taxonomía de Insectay Arachnida se publicaron en 16 revistas (59%) (Fig.1.12), 329 volúmenes (37%), 461 números (27%),23,425 páginas (13%) y 1481 artículos (18%), cuyocomportamiento en el tiempo se puede observaren la figura 1.13. Fueron escritos por 546 autorespertenecientes a 67 instituciones nacionales (34%)y 33 países distintos (74%). De 2329 autores que hanrealizado al menos un trabajo taxonómico, 546 in-vestigadores (23%) lo han hecho sobre entomología;de ellos, 371 (68%) son varones, 121 (23%) mujeresy 54 (9%) no se pudo determinar el género. De los546 autores, 32 (6%) han producido el 50% de losartículos, mientras que los restantes 514 (94%) hanescrito la otra mitad de artículos.

De las instituciones a las que representaron losautores que han publicado sobre entomología sensulato en México, podemos decir que el 77% son na-cionales, 18% son extranjeros y aproximadamente5% no se pudo determinar. En nuestro país las insti-tuciones mejor representadas son el Instituto de Bio-logía de la UNAM con el 44%, el Instituto de Ecologíay la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPNcon cerca de 11% cada institución y la Facultad deCiencias con el 9%. Las cuatro conforman cerca del75% de las instituciones a las que se afiliaron lostaxónomos de México (Fig. 1.14). Del extranjero seencontró que los autores pertenecieron a 34 paísesdistintos, 11 de Europa, nueve de América y seis deAsia. La mayor cantidad de trabajos correspondie-ron a autores de los E.U.A. con 39% y la Argentinacon 13%; juntos aportan el 52% de los autores extran-jeros. El tercer y cuarto lugar lo ocupan Francia y Bra-sil, respectivamente, con 6% cada uno (Fig. 1.15).

Puesto que la información contenida en la basede datos se refiere a revistas mexicanas, fue nece-

Fig. 1.11. Órdenes entomológicos s.l. más estudiados en México durante el siglo XX.

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sario establecer la representatividad de la infor-mación comparándola con la producción total delos investigadores, evaluando la cantidad de tra-bajos publicados en revistas no contempladas enla base �TaXMeXX� y en revistas extranjeras. Paraello se analizó la lista de publicaciones de 25 in-vestigadores de la taxonomía mexicana del sigloXX, con la intención de tener representada la ten-dencia de los trabajos taxonómicos publicadosdentro y fuera del país. A partir de los curriculavitarum se obtuvo: (1) periodo de publicación, (2)total de trabajos publicados (artículos con y sinarbitraje, de difusión y divulgación; libros, folle-tos, capítulos, resúmenes de congresos etc.), (3)total de trabajos no taxonómicos, (4) total de tra-bajos taxonómicos, (5) total de trabajos taxonó-micos publicados en México, (6) total de trabajos

taxonómicos publicados en el extranjero, y (7) re-vistas en las que publicaron trabajos taxonómicosno analizados en TaXMeXX�. Este análisis permi-tió determinar la representatividad de los resulta-dos obtenidos a partir de los datos de �TaXMeXX�en el contexto general. De los 25 autores analiza-dos, 15 están en el conjunto de los autores másproductivos (los primeros 44 autores en orden deproductividad, con más de 30 artículos y 1/3 dela producción) y 10 autores pertenecen al conjun-to restante, todos practicaron las subdisciplinasmás representativas de nuestro país (botánica, en-tomología, helmintología, micología y vertebra-dos terrestres). Los 25 autores analizados suman3095 artículos, de los cuales 722 (23.3%) son notaxonómicos y 2373 (76.7%) son taxonómicos, loque corrobora que los autores contenidos en la

Fig. 1.12. Número de artículos taxonómicos sobre entomología (sensu lato) publicados en las revistasde México durante el siglo XX.

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base se dedican principalmente a la prácticataxonómica. De estos últimos, 1761 (74.2%) se pu-blicaron en revistas mexicanas y 612 (34.8%) en re-vistas extranjeras. Esto nos permite concluir quecerca del 70% de la producción taxonómica mexi-cana se ha publicado en revistas mexicanas Sinembargo las tendencias de los últimos 15 años pro-nostican que estas proporciones están variando.

De los 25 curricula vitarum revisados, 11 fueronde autores que han producido trabajos sobreentomología y juntos tienen 4642 artículos, de loscuales 1156 (25%) fueron no taxonómicos (traba-jos ecológicos y biogeográficos principalmente) y3486 (75%) fueron taxonómicos, lo que hace evi-dente que gran parte de los investigadores hizotrabajos taxonómicos. De los trabajos taxonómicos,2518 (72%) están en revistas mexicanas y 968 (28%)

se publicaron en revistas extranjeras (Fig. 1.16) laproporción en cada uno de los autores de estasvariables puede verse en la figura 1.17.

Al considerar los resultados anteriores, es evi-dente que los autores y las publicaciones de taxo-nomía entomológica han aumentado considera-blemente durante el siglo XX, especialmente lasegunda mitad del siglo, pero es innegable el re-traso que todavía presentamos en todo tipo deactividades científicas y tecnológicas, y la ento-mología no es la excepción (Morón, 1994).

Taxonomía de Coleoptera en México durante elsiglo XX. Considerando que el orden Coleopteraes el grupo de insectos más estudiado desde elpunto de vista taxonómico en nuestro país a con-tinuación se presenta un resumen de los resulta-

Fig. 1.13. Artículos taxonómicos sobre entomología publicados en México durante el siglo XX y sucomportamiento en el tiempo.

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dos obtenidos por Michán y Morrone (inéd.). Nue-ve de las 27 revistas mexicanas analizadas en�TaXMeXX� (Michán, inéd) contienen trabajos ta-xonómicos sobre Coleoptera. De acuerdo con ladispersión de la información publicada, tal comoes medida por el modelo de Bradford, estas revis-tas se ordenaron en tres: (1) Folia EntomológicaMexicana, que publicó el 36.3% de los artículos ta-xonómicos en Coleoptera; (2) Anales del Institutode Biología (20.8% de los artículos) y Acta ZoológicaMexicana (15.2%); y (3) Ciencia, Dugesiana, Analesde la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas IPN,Revista de la Sociedad Mexicana de Historia Natural,Zoología Informa y Memorias de la Sociedad CientíficaAntonio Alzate, que conjuntamente publicaron el

27% de los artículos. Un total de 335 de los 6,141artículos analizados se refieren a Coleoptera, y 157de los 2329 autores han publicado sobre el grupo.El 63% de los autores se especializan en una solafamilia. El 74% de las instituciones donde ellos tra-bajan son mexicanas, siendo las más importantesel Instituto de Ecología, A.C. de Xalapa, el Institutode Biología de la UNAM y la Escuela Nacional deCiencias Biológicas del IPN. La mayoría de los au-tores extranjeros son de la Argentina y los E.U.A.Un total de 36 artículos se refieren a relaciones evo-lutivas (29), cladísticas (5) y fenéticas (2). Las fami-lias mejor estudiadas son las Scarabaeidae con 74artículos (21.5%), Melolonthidae con 58 (16.8%) yCurculionidae con 35 (10.1%).

Fig. 1.14. Instituciones mexicanas en las que se han realizado investigaciones sobre taxonomíaentomológica en México. IBUNAM: Instituto de Biología UNAM, IEAC: Instituto de Ecología A. C.,ENCBIPN: Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, Particular: personas que firman con su direcciónparticular, ISET: Instituto de Salubridad y Enfermedades Tropicales, Uguadalajara Universidad deGuadalajara. UAM: Universidad Autónoma Metropolitana, INDRE: Instituto Nacional de Diagnósti-co y Referencia Epidemiológicos, UATamaulipas: Universidad Autónoma de Tamaulipas.

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A partir de lo expuesto anteriormente, podemospresentar un panorama general de la entomologíadurante el siglo XX en México: de 1910 a 1925 suce-dieron muchos cambios en la organización de lasinstituciones científicas; el periodo de 1925-1950según Beltrán (1943a) se caracterizó por: (1) el sur-gimiento del biólogo profesional; 2) la multiplica-ción de los centros y las personas dedicadas a lasciencias biológicas lo que facilitó el estudio y lainvestigación, y (3) el perfeccionamiento de losinvestigadores en el extranjero.

A principios de la década de los 50´s la situa-ción de la entomología en México, como en gene-ral la de la biología comparada, era limitada; exis-tía un ejercicio profesional en el área, pero la en-señanza y la investigación se cultivaban en pocoscentros, por muy pocos individuos y además conescasos nexos (Barrera, 1955). La existencia de al-

Fig. 1.15. Otros países en los que se han realizado investigaciones sobre taxonomía entomológica pre-sentes en revistas mexicanas del siglo XX.

gunos hombres ilustres no cambió lo restringidodel ámbito, quizás la rama más desarrollada erala entomología agrícola (Halffter, 1997). El estadode la entomología a mediados del siglo XX era des-crita de la siguiente forma por Barrera (1955): �Lamagnitud e índole de los problemas entomológicos, laescasez de medios de trabajo, de estaciones experimen-tales, la falta de una publicación especializada y, sobretodo, las condiciones materiales en las que se desarro-llan las labores de los entomólogos, así lo exigen. Enesta época de contradicciones, en nuestro medio, elentomólogo de profesión, no simplemente el aficionado,sino el que trabaja como tal, no es considerado en lapráctica como un profesionista, pues aunque hubierarealizado estudios profesionales en las escuelas del Go-bierno, el mismo, al emplearlo, lo cataloga entre lossubprofesionales y lo trata como un burócrata, atándo-lo, como a otros científicos, a escasas remuneraciones y

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a ciertas prácticas disciplinarias que presuponen, si nouna falta de responsabilidad y ética profesional de suparte, sí su condición injusta de oficinista, de trabaja-dor mecánico o empleado administrativo, y por lo tan-to, también, un medio en desacuerdo con las activida-des que debieran desarrollarse y que se traduce simple-mente en detrimento de la cantidad y sobre todo de lacalidad del trabajo. Bajo el plan de discusión libre de lasdiferentes tendencias científicas elaboradas en todos lospaíses del mundo; de una cordial cooperación científicaentre nosotros y entre las diferentes sociedades simila-res dentro y fuera de México; sin perder nunca de vistalas realidades que vive el país, todas las aportacionesque podamos ofrecer en nuestro campo de acción, pormodestas que sean, estamos seguros, redundarán, por unaparte, en el desarrollo feliz de la Entomología como cien-cia, y por otra en el fortalecimiento de la misma comoinstrumento a nuestro servicio en la tarea de combatir lasplagas y aprovechar, lo mejor posible, la utilización de losartrópodos beneficiosos. No es menester enumerar aquí

Fig. 1.16. Gráfico de las publicaciones de 25 taxónomos que han publicado en México y el estado de la ta-xonomía entomológica y sobre Coleoptera en México.

todo lo que falta por hacer en la Entomología; el descono-cimiento casi completo que tenemos de los ciclos biológi-cos de muchos insectos de interés económico, la falta deestudios económicos serios que nos permitan valorizar conjusteza los métodos de combate de plagas más adecuadosa nuestro medio y el hecho de que las bases de solución deproblemas taxonómicos importantes aún no existan o ha-yan sido establecidas por extranjeros que, a veces, ni si-quiera han estado en el país; son apenas unos cuantosejemplos de atraso en este sentido, tan importantes quedemuestran, en primer lugar, que todavía no contamoscon un número adecuado de entomólogos y que la aplica-ción de métodos de combate en general, ha respondido,hasta ahora, a situaciones de emergencia aprovechadas,en plan de competencia comercial, por las empresas quí-micas extranjeras cuyas sucursales, a veces disfrazadasde instituciones científicas al servicio de México, tratande encontrar tan sólo un mercado más de sus productos,dando lugar a desorientación y fracasos lesivos a la eco-nomía del país. Por esto y porque consideramos que, aun

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Fig. 1.17. Gráfico de las publicaciones de diez autores que han escrito sobre entomología en México.

siendo universal la ciencia, los científicos sí tienen nacio-nalidad en la medida en la que pueden formar parte de unpueblo, de una nación (que, incluso, pudo no haberlos vistonacer), creemos que la labor de formación de entomólogoscon conciencia firme de mexicanos y de científicos que sincorromperse puedan hacer suyo el acervo universal de laciencia y aplicar sus conocimientos de modo racional ennuestro medio; la formación, repetimos, de trabajadoresde este tipo, en número suficiente, será parte determinan-te de una nueva y vigorosa corriente, única que, por mexi-cana, tendrá verdadero interés en resolver nuestros pro-blemas. Por ello es loable la labor que actualmente, y des-de hace varios años, llevan a cabo personas comoHernández Olmedo en la Escuela Nacional de Agricultu-ra; C. Bolívar Pieltain y D. Peláez Fernández, en la Es-cuela Nacional de Ciencias Biológicas, y la señorita L.Vázquez en el Instituto de Biología, para no citar sino

algunas de las que forman parte de nuestra Sociedad. LaEntomología en México, como todas las Ciencias Biológi-cas, cuenta actualmente con las bases necesarias para lo-grar un desarrollo vigoroso y progresista. La SociedadMexicana de Entomología será, estamos seguros, un fac-tor importante en este progreso, pues logrará, y de hecholo está logrando, agrupar en un todo armónico, a quienesantes estuvieron aislados, sin participar organizadamente,sino de manera quizá esporádica en una asociación querecoja y sepa de sus esfuerzos, que discuta en un plan derecíproco intercambio de tendencias y opiniones científi-cas, que pugne por solucionar sus problemas de índoleprofesional y una fraternalmente a sus miembros, paralograr ofrecer aportaciones de conjunto mejores en la ta-rea de impulsar la ciencia en México y más útiles en latarea de mejorar, en cuanto se pueda, las condiciones devida de nuestro pueblo�.

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Es evidente en el discurso de uno de los ento-mólogos más importantes de los que se han forma-do en nuestro país la falta de una institucionaliza-ción profesional de la disciplina, esto fue claro, esen la primera mitad del siglo el momento en el quese instauró la biología de una forma institucional,y correspondería a la segunda mitad de este sigloel establecer y reseñar la institucionalización y pro-fesionalización de las subdisciplinas biológicas,entre ellas la entomología.

En 1965 se podía registrar para nuestro país untotal de 77 entomólogos, contratados en 12 institu-ciones de investigación. Para 1981, los entomólogosdedicados a la investigación, diagnóstico y ense-ñanza que existían eran 215, de los cuales 35 erantaxónomos; se presentan en la tabla los númerosde investigadores y proyectos para cada institución(14 en total, dos más que en 1965) (Coronado, 1981),lo que significó un aumento del número de inves-tigadores del 74% respecto a 1965. Fue precisamen-te con la conferencia transcrita en parte, que se ini-ció el largo camino que tiene por recorrer la en-tomología mexicana, se estableció la Sociedad Mexi-cana de Entomología y se publicó la revista de esaSociedad que se cohesionaría en ese momento a ungrupo de profesionales interesados en un mismotema, lo que robustecería la práctica entomológicamexicana y permitiría a todos y cada uno de losintegrantes de esta red identificarse, reconocerse,comunicarse y establecerse formalmente.

CONSIDERACIONES FINALES

La historia de la entomología en México está porescribirse. La presente contribución apenas sonpinceladas gruesas, una guía para emprender untrabajo más extenso que también comprenda elanálisis de los libros, tesis, memorias y las publi-caciones extranjeras, análisis de referencias y ci-tas, más datos detallados de biografías de entomó-logos destacados, información más completa so-bre los autores de las instituciones entomológicas,sus colecciones y hemerobibliotecas, más y mejorinformación sistematizada sobre lo que han he-cho las instituciones de fomento o financiamientopor la práctica entomológica, la relación entre lascondiciones sociales, políticas y económicas conel desarrollo de la disciplina, la influencia de la

industria y los aspectos aplicados en este procesoy, desde luego, diversos enfoques históricos quenos permitan comprender el multifacético y com-plejo panorama de la historia de esta disciplina.

Acercamientos filosóficos, sociológicos, psico-lógicos, ideológicos y cientimétricos son impor-tantes para entender las diversas inclinaciones opreferencias temáticas de los entomólogos mexi-canos que ya han generado tradiciones. La aplica-ción de metodologías diversas de naturalezaepistémica son indispensables para conocer conrigor el cambio y las contribuciones de los entomó-logos de este país: destacar las inercias, las idiosin-crasias y las tradiciones, así como las rupturas ocambios de paradigmas. Advertir las influenciasdel extranjero en cuanto teoría y métodos.

Por no ser finalidad de este trabajo se dejaronde lado las historias de cada una de las subdis-ciplinas entomológicas, pero convendría tambiénrevisar las fuentes que existen para ellas e inte-grarlas, lo que también constituiría un trabajo pio-nero en el campo.

La narración erudita con bases documentalesamplias, datos cuantitativos sistemáticos y elabo-rados, y construcciones y juicios sustentados conformalidad, nos serán de gran valor para exami-nar críticamente nuestra historia, cada vezreelaborada con mayor calidad. Necesitamos sa-ber quienes hemos sido, quienes somos y quienesqueremos y debemos ser, el reflexionar sobre nues-tra historia de un modo crítico y con inteligencianos ayudará, tal vez, a evitar errores y a mejorarnuestros esfuerzos individuales y colectivos.

AGRADECIMIENTOS

Al Instituto de Biología de la UNAM por permi-tirnos la consulta del acervo bibliográfico y en es-pecial al personal de la biblioteca por su apoyo. Alas bibliotecas del Instituto de Ciencias del Mar yLimnología, del IMERNAR y de la Facultad deCiencias y al Departamento de Cómputo de la Fa-cultad de Ciencias. A todos aquellos investigado-res que nos facilitaron material bibliográfico, enespecial a Joaquín Cifuentes, Evangelina Elizondo,Héctor Espinosa, Oscar Flores, Raúl Gio, GonzaloHalffter, Teófilo Herrera, Beatriz Ludlow, IsoldaLuna, Juan J. Morrone, Eberto Novelo, José Pala-

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cios y Leía Scheinvar. También a Harry Brailowsky,Alfonso García Aldrete, Gastón Guzmán, GonzaloHalffter, Roberto Johansen, Rafael Lamothe,Eucario López Ochoterena, Miguel Ángel Morón,Adolfo Navarro, José Palacios, Gerardo Pérez yJerzy Rzedowski por facilitarnos su curriculum vi-tae. A Juan J. Morrone y Ana Barahona por sus su-gerencias. A Isabel Vargas y Armando Luis por suapoyo. Los resultados de este proyecto se obtuvie-ron gracias al apoyo del proyecto PAEP-101315,DGEP y CONACYT becaria 130009; el proyectoCONACYT 5-R32002-N fue importante para la con-clusión de este capítulo.

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