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ECUADOR Debate CONSEJO EDITORIAL José Sánchez-Parga, Alberto Acosta, José Laso Ribadeneira, Simón Espinosa, Diego Cornejo Menacho, Manuel Chiriboga, Fredy Rivera Vélez, Marco Romero. Director: Primer Director: Editor: Asistente General: Francisco Rhon Dávila. Director Ejecutivo del CAAP José Sánchez Parga. 1982-1991 Hernán Ibarra Crespo Margarita Guachamín REVISTA ESPECIALIZADA EN CIENCIAS SOCIALES Publicación periódica que aparece tres veces al año. Los artículos y estudios impresos son canalizados a través de la Dirección y de los miembros del Consejo Editorial. Las opiniones, comentarios y análisis expresados en nuestras páginas son de exclusiva responsabilidad de quien los suscribe y no, necesariamente, de ECUADOR DEBATE. © ECUADOR DEBATE. CENTRO ANDINO DE ACCION POPULAR Se autoriza la reproducción total y parcial de nuestra información, siempre y cuando se cite expresamente como fuente a ECUADOR DEBATE. SUSCRIPCIONES Valor anual, tres números: EXTERIOR: US$ 45 ECUADOR: US$ 15,50 EJEMPLAR SUELTO: EXTERIOR US$. 15 EJEMPLAR SUELTO: ECUADOR US$ 5,50 ECUADOR DEBATE Apartado Aéreo 17-15-173B, Quito-Ecuador Telf: 2522763 . Fax: (5932) 2568452 E-mail: [email protected] Redacción: Diego Martín de Utreras 733 y Selva Alegre, Quito. PORTADA PuntoyMagenta DIAGRAMACION Martha Vinueza IMPRESION Albazul Offset <O caap IISSN-1012-1498!

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ECUADOR

DebateCONSEJO EDITORIALJosé Sánchez-Parga, Alberto Acosta, José Laso Ribadeneira,Simón Espinosa, Diego Cornejo Menacho, Manuel Chiriboga,Fredy Rivera Vélez, Marco Romero.

Director:Primer Director:Editor:Asistente General:

Francisco Rhon Dávila. Director Ejecutivo del CAAPJosé Sánchez Parga. 1982-1991Hernán Ibarra CrespoMargarita Guachamín

REVISTA ESPECIALIZADA EN CIENCIAS SOCIALESPublicación periódica que aparece tres veces al año. Los artículos yestudios impresos son canalizados a través de la Dirección y de losmiembros del Consejo Editorial. Las opiniones, comentarios y análisisexpresados en nuestras páginas son de exclusiva responsabilidad dequien los suscribe y no, necesariamente, de ECUADOR DEBATE.© ECUADOR DEBATE. CENTRO ANDINO DE ACCION POPULARSe autoriza la reproducción total y parcial de nuestra información, siemprey cuando se cite expresamente como fuente a ECUADOR DEBATE.

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ECUADORDEBATE 80Qui to-Ecua dor, Agosto del 2010

PRE SEN TA CION / 3-6

COYUNTURA

Diálogo sobre la coyuntura: Vicisitudes del presidencialismo y de la intervención estatal / 7-22El desarrollo del mercado de valores en el Ecuador: Una aproximaciónLuis Rosero / 23-34Conflictividad socio-política: Marzo – Junio 2010 / 35-44

TEMA CENTRAL

¿Más allá de la democracia representativa procedimental?Carlos de la Torre / 45-62Para una democracia de alta intensidadBoaventura de Sousa Santos / 63-76El presidente Rafael Correa y su política de redenciónPilar Pérez Ordoñez / 77-94Apuntes sobre la polarización política en Venezuela y los países andinosMargarita López Maya / 95-104La nueva izquierda indígena-nacionalista en BoliviaSofía Cordero / 105-120Una democracia de rostro populistaPatricio Moncayo / 121-136

DEBATE AGRARIO

Movilización campesina en la costa (1950-1963)Hernán Ibarra / 137-148

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ANÁLISIS

Crítica, política, modernidad (Bolívar Echeverría y el marxismo)Rafael Polo Bonilla / 149-154Gabinetes itinerantes, enlaces ciudadanos y consejos comunalesJaneth Patricia Muñoz / 155-178El secuestro, un nuevo rostro de la vulnerabilidad del migrante centroamericano en MéxicoRodolfo Casillas / 179-196Poder, dependencia y pobreza: invisibilización en el África subdesarrolladaGermán Carrillo García / 197-218

RESEÑAS

Petropolítica. Una teoría de la gobernanza energética / 219-220Historia del Ecuador en contexto regional y global / 221-228

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ste trabajo estudia las tensio-nes entre autoritarismo y de-mocracia en los proyectos

refundacionales de Hugo Chávez, EvoMorales y Rafael Correa. En un sugerenteensayo en el que se cuestiona el fin delas dictaduras, Andrew Arato (2000: 942)argumenta que los proyectos radicalesde democratización “basados en los va-lores sustantivos de la democracia comoson la soberanía popular, la representa-ción genuina o la comunidad, o suscombinaciones, al costo de los procedi-mientos democráticos lleva a la dicta-dura revolucionaria”. La propuesta deArato es sugerente para analizar los pro-yectos de democratización radical y re-fundacional en Venezuela, Bolivia yEcuador. En estas naciones se han pro-puesto modelos de democracia basadaen las nociones de comunidad, sobera-

nía popular y representación genuinapero sin valorar ni respetar los procedi-mientos de la democracia. Más bien seinstrumentaliza los procedimientos enfunción de la lucha en contra de los in-tereses de las élites que amparándose enlas reglas de la democracia liberal nopermiten el cambio. Estas palabras delpresidente Evo Morales resumen bien lavisión de los procedimientos y de las ins-tituciones liberales como reliquias quepreservan el viejo régimen. “Dicen quenuestros decretos supremos son incons-titucionales, el pueblo será quien lo juz-gue, de esta manera identificaremos a losenemigos que no quieren el cambio”(Morales citado en Barrios 2008: 125).

Arato argumenta que el punto de lle-gada de las propuestas de democratiza-ción sustantiva son regímenes autoritarios.Si bien la experiencia venezolana la juzga

TEMA CENTRAL

¿Más allá de la democracia representativa procedimental?*

Carlos de la Torre

En los procesos políticos de Venezuela, Ecuador y Bolivia se evidencian tensiones entre losprocedimientos de la democracia representativa y las instituciones de la democracia partici-pativa. Si se evalúa la democracia desde los parámetros del liberalismo se estaría asistiendo asu deterioro y a la emergencia de tendencias autoritarias. En los tres países la participaciónpopular se topa con los límites establecidos por liderazgos carismáticos.

E

1 Esta investigación fue posible gracias al apoyo del Fondo de Investigación Académica de la FLACSO-Ecuador.

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desde parámetros liberales parecería co-rroborar su hipótesis, si se la evalúa desdelas propuestas de la democracia radicalque enfatizan la participación directa delpueblo y el gobierno de la mayoría, larespuesta es más compleja (Ellner 2010).Parecería que en Venezuela, al igual queen Bolivia y Ecuador, se están dando si-multáneamente un deterioro de las insti-tuciones y libertades liberales y mayoresíndices de participación de los sectorespreviamente excluidos. Por lo tanto es in-teresante analizar las características de laparticipación y deliberación en las insti-tuciones creadas para suplantar o mejorara la democracia liberal en estas naciones.

Estos experimentos que buscan la de-mocracia participativa sin mediacionesque tergiversen la voluntad popular sehan dado junto a liderazgos carismáticos(Lindholm y Zúquete 2010: 159-60). A lavez que Chávez, Correa y Morales pro-mueven la democracia participativa seauto-perciben y son vistos como la en-carnación de las promesas de ruptura re-volucionaria y como imprescindibles enla construcción de nuevas democracias.Las tensiones entre la promesa de demo-cracia participativa y directa y los peli-gros de la apropiación populista de lavoluntad popular vista como un ente ho-mogéneo, sin diferencias ni contradic-ciones, es otra de las disyuntivas de estaspromesas de transformación revolucio-naria y democrática.

Para analizar las ambigüedades entreautoritarismo y democracia en Bolivia,Ecuador y Venezuela se analizan las pro-puestas de intelectuales y las institucionesde democracia participativa en estos paí-ses. La primera sección estudia las institu-ciones bolivarianas creadas parapromover la democracia participativa y

protagónica. Se analizan las promesas deRafael Correa de encabezar una revolu-ción ciudadana que instaure formas dedemocracia participativa. También seanalizan las propuestas de intelectualesbolivianos de modelos de democracia co-munitaria indígena y asambleísta sindicalbasadas en las nociones de la participa-ción plena de la comunidad, en el con-senso y la revocatoria del mandato. Lasegunda sección estudia las contradiccio-nes entre liderazgos populistas y carismá-ticos que dicen encarnar las ofertas decambio y redención y las promesas decrear una democracia sin representantes.Se analizan las diferencias entre los lide-razgos de Morales asentado en una red deorganizaciones sociales y los liderazgosde Chávez y Correa forjados desde arriba.

Construyendo democracias pos-libe-rales

En el sexto Foro Social MundialHugo Chávez sostuvo: “la democraciarepresentativa siempre termina siendouna democracia de las élites y por lotanto una democracia falsa. Buscamosun nuevo modelo, una democracia re-volucionaria, del pueblo, participativa yprotagónica” (citado por French 2009:357) Haciendo eco a las demandas dejusticia social y de participación de or-ganizaciones populares, el gobierno deChávez ha implementando la democra-cia participativa y protagónica. Ésta, enpalabras de sus promotores, es diferente“a la democracia burguesa, esto es almero sistema político representativo” yse basa en el “ejercicio real y cotidianodel poder por las grandes mayorías po-pulares” (Acosta 2007: 22). El gobiernode Chávez ha creado varias instancias

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para institucionalizar la democracia par-ticipativa y protagónica. Tal vez los másestudiados han sido los círculos boliva-rianos y los consejos comunales.

Los círculos bolivarianos se estable-cieron para organizar el apoyo a Chávezy para hacer efectiva la democracia par-ticipativa y protagónica. Funcionaronentre el 2001 y el 2004 y tuvieron un rolimportante en las protestas en contra delgolpe de estado contra Chávez en el2002. Si bien es indudable que los cír-culos han incrementado la participaciónpopular y han politizado a sectores pre-viamente excluidos, no están basados enla “clase de autonomía que la democra-cia requiere” (Hakwins y Hansen 2006:127). Funcionaron con criterios cliente-lares para transferir recursos y se basaronen mecanismos de mediación carismá-tica entre el líder y sus seguidores que nopermiten la autonomía de las bases (Are-nas y Gómez Calcaño 2006).

La radicalización del proceso boliva-riano, desde el triunfo electoral de Chá-vez en el 2006, hacia el socialismo delsiglo XXI asocia a la democracia prota-gónica, que ahora se la denomina revo-lucionaria y socialista, con el poderpopular que se expresa a través delpoder comunal. En palabras de Chávez“el poder popular es alma, nervio, hueso,carne y esencia de la democracia boli-variana, de la democracia revoluciona-ria, de la democracia verdadera” (citadopor Sosa 2007: 52). De acuerdo al go-bierno, “los consejos comunales son es-pacios desde los cuales se construye lademocracia participativa y protagónicay posibilitan que las comunidades orga-nizadas activen la democracia directa encontra de la democracia representativa”(Maningon 2007: 128). Se estima que

hasta el 2008 se conformaron alrededorde 36.812 consejos comunales lo quedemuestra un gran nivel de “apropiaciónde esta iniciativa por parte de los secto-res populares” (Machado 2008: 48).Según estimaciones de Gregory Wilpert(2007: 60) en el 2006 los consejos co-munales manejaron alrededor del 30 porciento del presupuesto para servicios so-ciales de gobiernos locales y regionales.

Un estudio basado en encuestas a1.200 consejos comunales ilustra que lamayor parte de proyectos de los consejoshan sido sobre infraestructura pública,urbanismo y servicios (Machado 2008:32). Además se concluye que los conse-jos comunales no están reforzando pa-trones asistencialistas y clientelares. Alcontrario, se sostiene que “hay un pro-ceso progresivo de protagonismo y res-ponsabilidad popular en la construcciónde respuestas colectivas en la búsquedade un mejor vivir” (Ibíd.: 50). Estas con-clusiones positivas son cuestionadas porun estudio que señala los peligros de queel estado esté penetrando “en la vida co-munitaria con fines de control político ysocial” (Reyna y D’Elia 2009: 21). Estosriesgos se magnifican por el rol de lasfuerzas armadas en los consejos comu-nales que están conformando comités dedefensa y por su papel de ingerencia di-recta en los proyectos de desarrollo inte-gral y movilización nacional (Ibíd.: 12).

La encuesta del Centro Gumilla se-ñala que un 84 por ciento de los encues-tados se involucran en las acciones de loscentros comunales (Machado 2008: 23).Estas conclusiones no son compartidaspor todos los estudiosos. Por ejemplo, ensu estudio sobre instituciones de demo-cracia participativa en Caracas MargaritaLópez Maya (2008) señala que la partici-

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pación se reduce a un grupo de personaspolitizadas con anterioridad y con expe-riencias participativas, que tienen difi-cultades de incorporar a otras personasde la comunidad. Estas observacionesson compartidas por Steve Ellner (2009:6) que señala que los consejos tienenproblemas de “free rider, en el cual el ve-cino recibe pero no contribuye”.

Críticos y defensores de los consejoscomunales sostienen que tienen los mis-mos problemas y virtudes que los círculosbolivarianos. Si bien han incrementadola participación y se ha empoderado asectores antes excluidos (Ellner 2010: 83),el liderazgo personalista y carismático deChávez reduce la autonomía de las pro-puestas e iniciativas que vienen desde lasbases (Ellner 2010, Sosa 2007, Wilpert2007: 195-407). Además, como lo señalael periodista Ian Bruce los consejos co-munales dependen de las decisiones uni-laterales y centralizadas del presidentesobre cuanto dinero distribuir, en qué ycómo gastarlo. Así se transforma a losmiembros de los consejos en “ejecutoresde proyectos públicos en pequeña escalaneutralizando su potencial político paraser quienes construyan una nueva socie-dad y un nuevo estado comunitario”(2008: 163).

Si bien el gobierno de Chávez ha in-crementado la participación y la delibe-ración que encuentra límites en cuantolas políticas son diseñadas desde elpoder, si se lo juzga desde los paráme-tros de la democracia liberal es deficienteen varios aspectos. Se ha concentrado elpoder en el ejecutivo, no hay indepen-dencia de los diferentes poderes del es-tado, se ha censurado a los medios deopinión privados, se han creado organi-

zaciones sindicales paralelas y depen-dientes del ejecutivo y se han reducidolos espacios para que la oposición parti-cipe en las elecciones en condiciones deigualdad (Ellner 2010: 79-80; Madrid,Hunter y Weyland 2010; Reyna y D’Elia2009). Parecería que siguiendo las hipó-tesis de Andrew Arato la búsqueda deformas sustantivas de democracia sin res-petar los procedimientos están llevandoa formas de gobierno cada vez más au-toritarias. Hay un “riesgo verdadero deque la concentración del poder puedaconsolidarse y asuma cada vez más unanaturaleza autocrática” (Madrid, Huntery Weyland 2010: 60).

Rafael Correa ganó las elecciones del2006 proponiendo terminar con la “larganoche neoliberal” y convocar a unaAsamblea Nacional Constituyente deplenos poderes. En el programa de go-bierno de Alianza País se anotó que laasamblea ayudará a construir una “de-mocracia activa, radical y deliberativa”y que propiciará “un modelo participa-tivo a través del cual todos los ciudada-nos y ciudadanas puedan ejercer elpoder, formar parte de las decisiones pú-blicas y controlar la actuación de sus re-presentantes políticos” (Alianza País2006: 19). La Asamblea Constituyente nofue vista como un mecanismo para hacerreformas políticas. Propusieron crear “unproyecto de vida común, un acuerdo so-cial amplio” en que la “sociedad movili-zada tendrá que participar no sólo en laelección de asambleístas” sino que“adueñarse de la Constitución y luegopresionar para que se cumpla lo acor-dado” (Ibíd.: 20).

El 15 de abril del 2007 el 82% de losvotos válidos fueron a favor de que se

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rea lice una asamblea constituyente deplenos poderes y en noviembre delmismo año la alianza Acuerdo País ob-tuvo 80 de los 130 representantes. Con elafán de que el proceso constituyente seaparticipativo e incluyente se organizaron10 mesas de trabajo con la participaciónde legisladores de AP y de la oposición.1Estas mesas recibieron a 1.500 delega-ciones de distintos sectores sociales y1.000 propuestas de partidos, organiza-ciones de la sociedad civil y aún de indi-viduos.2 Las mesas organizaron alrededorde 70 foros en varias ciudades del país entemas tales como la minería, el agua, losjóvenes, las políticas culturales, etc.

Si bien se buscó que la asamblea seaincluyente se dieron contradiccionesentre este espacio participativo y delibe-rativo y el liderazgo carismático del pre-sidente Correa que vetó algunos temas eimpuso su voluntad en otros. La asam-blea caminó en una cuerda floja para de-mostrar su independencia y no dar laimpresión de que la constitución se es-taba haciendo a la medida no sólo de APsino que de los intereses de Rafael Co-rrea. El presidente de la república tuvovarias reuniones con los asambleístas deAP para discutir temas tales como los de-rechos de la mujer, la minería, etc. Sibien estas reuniones, que fueron a puertacerrada y sin presencia de la prensa,según los partícipes tuvieron un carácterdemocrático y deliberativo, la prensa se-

ñaló que el ejecutivo impuso sus crite-rios. Sea cual fuese la verdad, estas reu-niones fueron la oportunidad para quealgunos asambleístas traten de demostrarsu lealtad al líder carismático y en algu-nos temas controversiales se impuso elcriterio de Correa. Por ejemplo se in-cluyó el nombre de Dios en la constitu-ción, no se incluyeron el matrimonio gayni el aborto contrarios a la ideología ca-tólica del presidente Correa, se aceptó lareelección presidencial por un perío do.

Un segundo problema tuvo que vercon los tiempos de la asamblea. La visióndel presidente de la asamblea AlbertoAcosta fue que para que la constituciónsea duradera la deliberación y la inclu-sión de la oposición eran necesarias yque el proceso constituyente se deberíaextender más allá del plazo por el quefue convocado. Correa, al igual queHugo Chávez, buscó que el procesoconstituyente se de rápidamente y queno se dilate en largas discusiones. Apo-yándose en encuestas de opinión, Correaargumentó que la baja de popularidadde la asamblea, que fue vista como unaespecie de congreso, afectaría negativa-mente los resultados del referéndumaprobatorio. La deliberación fue vista porCorrea como “excesiva democracia” y sebuscó un nuevo presidente de la asam-blea que agilite los procesos. Acosta fueobligado a renunciar a su cargo de pre-sidente de la asamblea por una decisión

ECuador dEbatE / TEMA CENTRAL 49

1 Las mesas fueron:1) derechos fundamentales y garantías constitucionales; 2) organización, participaciónsocial y ciudadanía y sistemas de representación; 3) estructura e instituciones del estado; 4) ordena-miento territorial y asignación de competencias; 5) recursos naturales y biodiversidad; 6) trabajo, pro-ducción e inclusión social; 7) régimen de desarrollo; 8) justicia y lucha contra la corrupción; 9) soberanía,relaciones internacionales e integración latinoamericana; 10) legislación y fiscalización.

2 La Constituyente Avanza, suplemento institucional, El Comercio, Quito, 13 de mayo 2008.

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del Buró Político de Alianza País en juniodel 2008 y fue reemplazado por Fer-nando Cordero quien se desempeñabacomo su vicepresidente. Durante el man-dato de Cordero la asamblea aprobó losartículos sin mayor debate e imponiendola agenda de la mayoría gubernamental.Las dudas sobre la independencia de laasamblea quedaron despejadas por lapoca independencia de ésta del ejecutivoen su última fase.

Pese a que las feministas no consi-guieron que sus propuestas de matrimo-nio gay y legalizar el aborto seanincorporadas, la nueva Constituciónavanzó una serie de conquistas y dere-chos económicos de las mujeres. Lanueva Constitución además profundizóel proceso de otorgar derechos colecti-vos a los indígenas y afrodescendientesque empezó con la Constitución de1998. La Constitución del 2008 designóal estado ecuatoriano como interculturaly plurinacional. Se reconocieron los te-rritorios indígenas, afroecuatorianos ymontubios, se estableció el “sumak kaw-say” o buen vivir como un objetivo a al-canzar en el proceso de desarrollo(Larrea, 2008: 80). Los movimientos eco-logistas lograron otorgar derechos a lanaturaleza. El movimiento sindical logróque termine la precarización y la terceri-zación laboral.

Si bien el plan de gobierno deAlianza País y la Constitución del 2008promovieron la democracia participa-tiva, en los tres años de gobierno de Co-rrea, y a diferencia del de Chávez, no sehan creado instituciones de democracia

participativa. Pese a que se sostiene quela planificación estatal debe contar conla participación de la sociedad civil, porlo pronto la participación se reduce a es-cuchar la socialización de proyectos ela-borados por los técnicos de la SecretaríaNacional de Planificación y a los plebis-citos que legitiman el liderazgo del pre-sidente.

Correa que nunca fue militante de laizquierda ortodoxa comparte la distin-ción de ésta entre democracia formal ydemocracia real. En una conferenciaacadémica en Oxford diferenció “la de-mocracia formal de derechos políticos,básicamente el derecho al voto” de una“verdadera democracia real, es decir, elderecho a la educación, a la salud, a lavivienda” (Correa 2009e). Debido a queel presidente no valora los principios dela democracia liberal como el plura-lismo, los derechos civiles, la división depoderes y la rendición de cuentas, pudodecir sin tapujos en La Habana que Cubaes un ejemplo de verdadera democraciay de respeto a los derechos humanos.3

La revolución ciudadana encabe-zada por Correa se asienta en nocionessustantivas de la democracia entendidacomo la equidad. También en una visiónde la democracia que privilegia sus as-pectos mayoritarios y plebiscitaros. Aligual que otros populismos, el gobiernode Correa “es hostil a la idea de derechosy rendición de cuentas, pues dichos ins-trumentos de limitaciones gubernamen-tal son herramientas que protegen a lasminorías, debilitando en cambio a la vo-luntad popular” (Peruzzotti 2008: 111).

50 CARLOS DE LA TORRE / ¿Más allá de la democracia representativa procedimental?

3 Digital Granma internacional, 9 de enero 2009 http://www.granma.cubaweb.cu/2009/01/09/nacio-nal/artic10.html.

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Ya que el líder populista sostiene enca-bezar un proyecto de transformaciónprofunda no respeta los derechos al di-senso de las minorías, los procedimientosde la democracia liberal que aseguran laindependencia de los diferentes poderesdel estado y los mecanismos de rendi-ción de cuentas horizontales (Madrid,Hunter y Weyland 2010).

Los procedimientos de la democra-cia son instrumentalizados en funcióndel proyecto político de Alianza PAIS deacumular hegemonía para transformar lacorrelación de fuerzas políticas. En el2007 el gobierno por ejemplo destituyócon artimañas legales a 57 parlamenta-rios y luego la Asamblea Constituyentedeclaró que el congreso estaba en recesoindefinido. Estas acciones fueron autori-tarias tanto en la forma como se las hizocomo en sus consecuencias (Domínguez2008: 344). Al igual que sus predeceso-res populistas el presidente no siemprese siente atado a la constitución. Muchosde los artículos transitorios sobre mine-ría, uso del agua y seguridad alimenticiahan violado el espíritu de la Constitucióndel 2008. Además se ha concentrado elpoder político en la presidencia y se handesmantelado los mecanismos que ga-rantizan la independencia entre los dife-rentes poderes del estado que ahora soncontrolados por el ejecutivo.

En el gobierno de Correa importanmás los valores sustantivos de la demo-cracia que las libertades que garantizanque la sociedad civil no esté subordinadaal estado. La participación ciudadana seestatiza y desde el poder se crean y pro-mocionan organizaciones sociales afinesal gobierno, a la vez que se fragmentan,debilitan y cooptan a las organizaciones

autónomas de la sociedad civil (Ospina2010, De la Torre 2010). Por ejemplo, ensu afán de debilitar a la Confederaciónde Nacionalidades Indígenas del Ecua-dor CONAIE, el gobierno desempolvódel olvido a la Federación Ecuatorianade Indios, antigua organización creadapor el partido comunista que casi habíadesaparecido en los años 80 y 90. Los lí-deres de esta organización que apoyan aCorrea y que manejan recursos del es-tado pretenden mostrar que existen otrasbases indígenas diferentes a la CONAIE,la organización indígena más grande queha cuestionado las políticas de mineríay uso del agua del régimen. Es así que aligual que en las experiencias populistasclásicas y neopopulistas neoliberales sesubvierten las actividades organizacio-nales autónomas de los movimientos so-ciales y su capacidad para la accióncolectiva autónoma del estado (Oxhorn1998: 225).

Si se evalúa el gobierno de Evo Mo-rales desde los parámetros de la demo-cracia liberal se encuentran problemasparecidos a los de Venezuela y Ecuadorque dan la razón a las conclusiones pe-simistas de Andrew Arato. René AntonioMayorga (2009: 113), por ejemplo, des-taca las acciones anti-institucionales ba-sadas en la premisa que “la voluntad delpueblo está por encima de las reglas deljuego, del orden legal y constitucional;y que el gobierno del MAS representa ala mayoría del país y, por lo tanto, noestá limitado por las llamadas leyes neo-liberales”. De manera parecida EduardoGamarra (2008: 134) si bien reconocelos procesos de inclusión de los indíge-nas en el gobierno de Morales, argu-menta que el sistema patrimonial y

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excluyente del pasado no ha cambiado.El cambio ha significado abrir el sistemapero no cambiar sus prácticas.

Estas evaluaciones críticas son im-portantes pues apuntan a los problemasdel autoritarismo señalado por Arato.Pero no toman en serio las propuestas delMAS de incorporar las prácticas de la de-mocracia indígena comunitaria y de lasasambleas sindicales en el diseño de unanueva arquitectura democrática. La Cons-titución boliviana reconoce que “el es-tado adopta para su gobierno la formademocrática participativa, representativay comunitaria, con equivalencia de con-diciones entre hombres y mujeres” (ci-tado por F. Mayorga 2009: 136). Elpresidente Morales sigue las prácticas sin-dicalistas y comunitarias de convocar areuniones en que se discuten propuestashasta alcanzar el consenso. Por ejemploel presidente debatió con organizacionescampesinas por más de veinte horassobre la propuesta de organizar marchasque presionaban a la oposición para queapruebe la constitución (F. Mayorga2009: 158-59). Morales también dio uninforme paralelo de sus actividades degobierno a las organizaciones campesi-nas y sindicales. Estos actos no sólo fue-ron simbólicos sino que demuestran loserio que se toma Morales las tradicionesde democracia comunal y sindical.

El MAS ha contrapuesto la verdaderay auténtica democracia comunitaria ba-sadas en los principios de solidaridad eigualdad a la democracia representativae individualista. Morales por ejemplo se-ñaló: “les recuerdo que vivir en una co-munidad indígena es vivir en igualdad,en colectividad, en comunidad”. En otraocasión manifestó al Congreso “yo viví

en un Ayllu y no hay mayorías ni mino-rías, las cosas se aprueban por consenso”(citado por Lindholm y Zúquete 2010:43). Estas reflexiones del presidente Mo-rales hacen eco de las elaboraciones deintelectuales sobre las diferencias entrela democracia liberal que es importaday que sólo es aceptada por una minoríay las tradiciones democráticas comunita-rias y asambleístas de los pueblos origi-narios y de los sindicatos. Se argumentaque la democracia liberal se asienta enracionalidades ajenas a los sectores po-pulares por lo que proponen comple-mentarla con otras formas democráticas(García Linera 2005). Según estos acadé-micos las democracias comunal y asam-bleísta se basan en las normas,tradiciones y experiencias de los mine-ros, pueblos indígenas, trabajadores sin-dicalizados como los productores de hojade coca y de los pobladores urbanos.Sostienen que los valores de solidaridadcomunal, igualdad y de la búsqueda delconsenso son fundamentalmente diferen-tes que los principios individualistas enque se sustenta la democracia liberal.Estos académicos argumentan que la de-mocracia comunitaria se basa en los prin-cipios de reciprocidad, en la deliberaciónde todos en las decisiones, en la obliga-ción de asumir cargos de poder y res-ponsabilidad y en la rotación de estoscargos. En estas formas de democracia losderechos individuales son parte de losfines colectivos. La democracia comunalse basa en la participación plena de susmiembros y en el acatamiento obligatoriode las decisiones consensuadas. A dife-rencia de la representación liberal basadaen la delegación, en las formas de repre-sentación comunal el representante “so-

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lamente expresa y cumple lo que deli-beró la colectividad” (Patzi 2004: 180).

Si bien algunos académicos sostie-nen que la democracia asambleísta y co-munal es superior a la liberal y que esincompatible con ésta, otros buscan in-tegrarla. Lo que no está resuelto es quetan compatibles son las formas de de-mocracia liberal con las formas comuni-taria-asambleísta. A continuación sediscuten las tensiones entre las formas li-berales y las formas comunitarias en loque se refiere a la participación volunta-ria o coercitiva de todos en asambleas,las competencias que se requieren paraque todas las voces tengan el mismopeso en las deliberaciones y las garantíaspara el disenso una vez alcanzado elconsenso.

Los críticos de la democracia delibe-rativa han argumentado que no todossiempre quieren o pueden participar yque la participación tiende a fluctuar. Enlos momentos de efervescencia colec-tiva, como lo atestiguan los trabajossobre rebeliones indígenas y populares,es muy probable que muchos participenactivamente. Pero en otros momentoshay déficits participativos. Este no seríaun problema de acuerdo a las construc-ciones de los intelectuales sobre la de-mocracia comunitaria indígena, puestodos los miembros de la comunidadestán obligados a participar y el no ha-cerlo significa romper con la comunidady arriesgarse al castigo o al aislamiento.Estas visiones sobre la democracia co-munitaria son difíciles de reconciliar conlas nociones de derechos individualesdel liberalismo.

La idea de comunidad se basa enconstrucciones idealizadas sobre su ho-

mogeneidad e igualdad que asumen quetodos tienen las competencias para quesu voz tenga el mismo peso en las deli-beraciones. Aún cuando se reconoceque hay desigualdades sociales en lascomunidades, no se toman en cuentacómo las diferenciaciones económicas,de género, generacionales y de niveleducativo se manifiestan en la autoridady en el peso que tienen las diferentesvoces de los comuneros en los procesosdeliberativos. Se desconoce que loshombres silencian y no escuchan a lasmujeres y se olvida que quienes han te-nido acceso a la educación manejan loscódigos y las reglas del lenguaje (“culto”o burocrático) que les permite que suvoz tenga autoridad frente a quienes tie-nen menos estudios o no los tienen y porlo tanto carecen de las competenciaspara que su voz sea escuchada. La an-tropóloga Sian Lazar (2008: 244) anotaque el saber “hablar bien” en público esmuy valorado en la democracia asam-bleísta-comunitaria y que las mujeres ha-blan de sí mismas como carentes deestas competencias. Es por esto que losmodelos idealizados de comunidaddeben prestar más atención a las dife-renciaciones que influyen en la capaci-dad de saber hablar y ser escuchadoscon respeto.

De acuerdo a Félix Patzi (2004: 177)en la democracia comunitaria “no rigenlas reglas democráticas, sino una espe-cie de autoritarismo basado en el con-senso”. Las deliberaciones comunitariasproducen una voluntad homogénea queno permite espacios para el disenso quees visto como traición. Por ejemplo, antelos resultados de las elecciones presi-denciales del 2005 en las que triunfó Evo

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Morales un líder comunitario manifestó,“en nuestra comunidad hubo un votopara Tuto Quiroga, vamos a investigar dequién fue porque no podemos tolerartraiciones a nuestros propios compañe-ros” ( Citado por Stefanoni y Do Alto,2006: 20).

Esta idealización de las comunidadesse basa en modelos dualistas que imagi-nan un pasado mítico libre de los viciosdel individualismo liberal y capitalista.Se olvida que las comunidades indíge-nas tienen sus raíces en las formas de go-bierno de la república de indios creadasdurante la colonia y que muchas de susprácticas, como los castigos rituales porejemplo, vienen de la hacienda. Si bienla idea de comunidad puede funcionarcomo un elemento movilizador y de crí-tica al individualismo y al egoísmo, esdifícil complementarla con la democra-cia liberal si es que no se liberalizan lasformas comunitarias. Por ejemplo sedeben garantizar que las mujeres tenganla misma voz que los hombres y que seinstauren criterios que garanticen el plu-ralismo y el derecho al disenso. Es unapregunta abierta si la liberalización de lademocracia comunitaria la mejoraría ola desvirtuaría.

Entre la autorepresentación y la apropia-ción populista de la voluntad popular

Los gobiernos de Chávez, Morales yCorrea han seguido la consigna populistaclásica de devolver el poder, que lehabía sido arrebatado por los políticos,al pueblo (Canovan 2005: 1). Esta con-signa democratizadora ha ido de lamano con la construcción de liderazgoscarismáticos que en estos tres casos hansido vistos como la encarnación de las

promesas de cambio. Además, en lugarde imaginarse a la sociedad como con-formada por una complejidad de intere-ses, opiniones y propuestas, se imaginaal “Pueblo como Uno”, con una solaidentidad e interés encarnada en el líder(Abst y Rummens 2007). Para explorarlas tensiones entre la apropiación de lavoluntad popular y la promesa de que elpueblo se gobierne directamente se ana-lizan los liderazgos y discursos de estostres presidentes señalando las similitudesy diferencias de sus estilos y retóricas.

El líder carismático es “la proyecciónsimbólica de un ideal. Representa algoque se sale de lo corriente” (MartínArranz 1987: 84). El haber realizadoactos extraordinarios son un elemento através del cual los líderes son percibidoscomo excepcionales. Chávez por ejem-plo lideró un fallido golpe de estado el 4de febrero de 1992 y reconoció su res-ponsabilidad declarando que “porahora” los objetivos habían fracasado.Cuando el diputado Evo Morales fue ex-pulsado del parlamento en el 2002 y uti-lizó las palabras de Tupac Katari “puedenmatarme pero regresaré y seremos mi-llones” (Lindholm y Zúquete 2010: 41).En la campaña electoral del 2002 el Em-bajador de los Estados Unidos exhortó aque no se vote por Morales por ser unnarcotraficante. Es así que Evo “el ‘nar-cotraficante’ era ahora el ‘cocalero per-seguido por los gringos’ y el indígenaexpulsado del Congreso por las ‘oligar-quías de siempre’” (Stefanoni y Do Alto2006: 56). Rafael Correa comenzó su ca-rrera política desde el poder como mi-nistro de economía y finanzas. Mantuvouna política de independencia ante losorganismos internacionales y se llevó laatención de los medios por su estilo con-

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frontacional con el FMI y el Banco Mun-dial.

Estos tres políticos han consolidadosu calidad de líderes extraordinariosdesde el poder. Han ganado una serie decontiendas electorales en las que a sujuicio se jugaron los destinos de la na-ción. En marzo del 2009 Correa mani-festó “pueden decidir continuar con elcambio o volver al pasado” (Correa2009b). Morales aseveró que en la luchapor el referendo revocatorio a su man-dato se enfrentaban el pueblo y los co-lonizadores e invasores ahora llamadosneoliberales. Ofreció su triunfo “a los re-volucionarios de América Latina y delmundo” (Lindholm y Zúquete 2010: 45).Estos líderes han enfrentado a enemigostodopoderosos y omnipresentes como elimperialismo yanqui y sus aliados na-cionales y siempre los han derrotado.Correa dijo, “hemos derrotado a los re-presentantes de los sectores más retarda-tarios de la oligarquía, de la bancacorrupta, de la prensa comprometidacon el pasado” (2009c). Es por esto que“nos enfrentamos a una reacción viru-lenta que utiliza todos los mecanismos asu alcance” (2009b). “Pocos gobiernosen la historia se han enfrentado a unaoposición tan recia y visceral como laque hemos tenido que enfrentar noso-tros… Vendrán días muy duros” (2009a).

El líder es una persona de origen po-pular que se ha superado desde abajohasta convertirse en un ser que es igualque el pueblo pero a su vez superior alpueblo. Durante los primeros meses del2006 se desplegaron gigantografías enBolivia que decían “Evo soy yo”. El“líder puede ser ‘nosotros’, puesto quetodos somos (yo soy –con minúsculas) el

espejo donde él se refleja. Él es el Cau-dillo, somos la Masa. Pero ninguno denosotros puede ser Evo… porque se di-luiría la excepcionalidad de su figura:sólo él fue y es el primer presidente in-dígena o el primer indígena presidente”(F. Mayorga 2009: 114). Morales cuyaniñez en la pobreza es igual a la de lamayoría de indígenas relata: “siemprerecuerdo a las grandes flotas que transi-taban por la carretera, repletas de genteque arrojaban cáscaras de naranja o plá-tano. Yo recogía esas cáscaras paracomer. Desde entonces una de mis aspi-raciones mayores era viajar en alguno deesos buses” (en Stefanoni y Do Alto2006: 94). Evo no se imaginó que llega-ría a ser jefe de estado. Morales es supe-rior pero es igual a todos pues ademásde ser el presidente de la república, pre-side el MAS y sigue siendo el presidentedel sindicato de cocaleros. Su historiapolítica está ligada al sindicalismo. Su li-derazgo se ha construido desde abajo yse basa en los consensos entre diferen-tes organizaciones sindicales.

Si bien Chávez y Correa no vienende las élites sus orígenes sociales no sonpopulares. Chávez es hijo de maestrosde escuela de provincia y se formó en loscuarteles desde los que, según destacansus biografías, siempre estuvo conspi-rando para protagonizar una revuelta ar-mada en alianza con civiles (Jones 2007,Marcano y Barrera 2004). Chávez fueademás formado en la universidad ysiempre se distinguió por sus habilidadesde profesor. Es una persona acostum-brada a dar órdenes y a dictar cátedra asus alumnos. Estas cualidades se eviden-cian en la mezcla de militarismo y cáte-dra con la que se comunica con su

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pueblo (Zúquete 2008). Rafael Correaviene de una familia de clase media altaempobrecida de Guayaquil. Su padreantes de suicidarse fue apresado portransportar cocaína a los Estados Unidos.Su madre contó con el trabajo de sushijos para solventar las necesidades delhogar. Correa estudió con becas en co-legios de las élites y en universidades. Suestilo que combina los apelativos popu-listas y los razonamientos tecnocráticosse explican por su formación como pro-fesor universitario. Al igual que Chávezes un líder que da cátedra. Por ejemploen sus enlaces ciudadanos que se trans-miten todos los sábados del año siemprediserta desde un podio alto y utilizandopower point explica sus políticas de go-bierno al pueblo ecuatoriano que escu-cha pero no debate sus propuestas (Dela Torre 2010).

Para demostrar que son como el pue-blo Chávez y Correa utilizan el lenguajepopular coloquial, hacen bromas y can-tan en el “Aló Presidente” y en los “en-laces ciudadanos”. Ya que Evo es delpueblo no tiene necesidad de demostrarque viene desde abajo y más bien ha te-nido que soportar la arremetida clasista yracista de los medios de comunicaciónque reproducían los estereotipos de lasélites cuando le pedían que se vistacomo gente y no como sindicalero (Ti-cona 2006). Estos líderes no tienen inte-reses personales. Se han sacrificado porla patria y su pueblo. Chávez siemprehabla de la posibilidad de que le asesi-nen. Correa y Morales se bajaron sussueldos presidenciales a la mitad. Correacita el Evangelio y asevera: “tengan la se-guridad que mi tesoro no es el poder,sino el servicio, servir a mi pueblo, sobre

todo a los más pobres, servir a mi Patria”(2009e). En su afán desinteresado de ser-vicio el líder ha hecho sacrificios perso-nales que afectan a su vida familiar. Alasumir por segunda vez la presidenciaCorrea pidió disculpas a su mujer y a sushijos por no estar suficiente tiempo juntoa ellos, “sé que estos años han sido in-justamente duros para ustedes y no tengoderecho a hacer esto” (2009d).

Los líderes populistas son ligados amitos importantes de sus naciones. Talvez el caso más dramático es la apropia-ción del mito bolivariano nacionalista ymilitarista por parte de Chávez (Arenas yGómez Calcaño 2006, Zúquete 2008).Chávez es percibido por gran parte delos sectores populares como una figuraredentora y “como la encarnación actualdel libertador” (Arenas y Gómez Calcaño2006: 97). Una ex misionera Maryknollseñala: “los venezolanos han estado es-perando a alguien que los rescate, unBolívar moderno que les vengue de lospolíticos corruptos y que enrumbe el paíshacia la prosperidad” (Jones 2007: 158).También se liga a Chávez con Cristo. Unentrevistado por Ian Bruce (2008: 139)manifestó que “Chávez es como Cristo”.Esta aseveración no es tan fortuita puesChávez no sólo ha pintado a Bolívar y aCristo como precursores del socialismodel siglo XXI sino que ha manifestadoestar construyendo el reino de Dios en latierra (Zúquete 2008: 109).

Morales y sus seguidores ligan su lle-gada al poder con el mito del Pachakuti,el momento fundacional o de ruptura enque un mundo injusto es destrozado ynace uno nuevo, renovado y redimido(Lindholm y Zúquete 2010: 40). Evo Mo-rales sigue las narrativas cristianas de

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presentar el paraíso perdido como unaépoca comunitaria. Inspirándose enconstrucciones antropológicas y en eldiscurso de los intelectuales aymaraspresenta una imagen mítica de un glo-rioso pasado indígena basado en laigualdad, la solidaridad y el consenso.Este paraíso originario igualitario y de-mocrático fue desvirtuado y corrompidopor el colonialismo, el capitalismo y elneoliberalismo. La Redención fundacio-nal ha llegado con el asenso del primerpresidente indígena al poder.

Debido a que estos líderes equiparanel neoliberalismo con el reinado de lapartidocracia desconocen los avancesdemocratizadores que se dieron en suspaíses durante la cuarta república vene-zolana, la democracia pactada bolivianay durante la “larga noche neoliberal”ecuatoriana. Chávez refundó todos lossímbolos que podían asociarse con elreinado de la partidocracia neoliberal in-cluido el escudo, el nombre del país y lanarrativa oficial de la historia. Moralescomo se ha señalado liga su gobiernocon la llegada del pachakuti que redi-mirá a su país del colonialismo, del im-perialismo y de la falsa democraciapactada. Correa asocia los avances dedescentralización y los espacios depoder conseguidos por los movimientossociales en los años noventa como fue-ron el control de las organizaciones in-dígenas de la educación bilingüe y losespacios estatales desde donde los mo-vimientos de mujeres, indígenas y afroe-cuatorianos diseñaron proyectos paraestas poblaciones como legados del neo -liberalismo (Ospina 2010, Martínez2010). Para terminar con la globaliza-ción neoliberal el estado ecuatoriano ha

regresado para controlar la economía, laexplotación de los recursos naturales ypara regular a los movimientos sociales.

Ya que el objetivo es redimir al pueblode los vicios y sufrimientos del neolibera-lismo, de la globalización y de la partido-cracia, estos presidentes no ven susmandatos como uno más en la historia.Más bien los presentan como momentosrefundacionales de sus repúblicas, comoel nacimiento de la segunda independen-cia o como el fin del colonialismo. Suspresidencias marcan la disyuntiva entreun pasado opresivo y de sufrimiento y unrenacer que se enmarca en las luchas delos héroes patrios. Morales empezó sudiscurso de posesión del 2006 pidiendoun minuto de silencio para honrar a“Manco Inca, Túpac Katari, TúpacAmaru, Bartolina Sisa, Zárate Willca,Atihuaiqui Tumpa, Andrés Ibáñez, CheGuevara, Marcelo Quiroga Santa Cruz,Luis Espinal” (en Stefanoni y Do Alto2006: 131). Chávez no se cansa de men-cionar las tres raíces de la revolución bo-livariana. Correa desenterró las reliquiasdel líder liberal Eloy Alfaro, llamó a sumovimiento “alfarista y bolivariano” du-rante la campaña electoral del 2006 y ensus discursos menciona a los mártires dela primera independencia.

Chávez, Morales y Correa lideran lasegunda y definitiva liberación. Correa,que a primera vista y dada su trayectoriaacadémica sería de esperarse sea el máslejano al uso de imágenes redentoras ymilenarias, presenta el momento actualcomo clave en la historia pues podría lle-var a la segunda y definitiva liberación.Ya que el pueblo ha despertado de lalarga noche neoliberal “los próceres re-cuperan el don de la palabra, recobran

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el mando, la calidad fecunda de capita-nes libertarios” (2009d). Es así que Co-rrea se construye como el prócer de lasegunda independencia.

El discurso misional, redentor y me-siánico necesariamente construye a losrivales como enemigos. Estos son vistoscomo “portadores de una serie de carac-terísticas que los transforma en malignos,e inmorales… independientemente delas acciones que emprendan (Edelman1998: 67). José Álvarez Junco (1987:239) señala las funciones que cumple lademonización de los enemigos: “une algrupo… legitima a la élite gobernante…y canaliza las emociones y las estructu-ras de la mente, en situaciones de ten-sión, proporcionando una explicacióncausal, ordenada y sencilla, para la com-plejidad de los fenómenos”. Si bien laconstrucción de los rivales como enemi-gos es autoritaria pues descalifica sus de-mandas como no legítimas y los excluyedel debate democrático (Mouffe 2005:50), es muy útil para mantener la unidaddel grupo y su capacidad y energía parala movilización. Estas construccionesconspirativas ayudan a que se manten-gan las pasiones en los momentos de po-larización pues como dice Chávez lalucha es “entre los patriotas y los anti-pa-triotas” (en Zúquete 2008: 104).

El discurso polarizador e intransi-gente legitima y transforma a los líderesen la encarnación del pueblo. Durantela huelga general convocada por la opo-sición Chávez dijo, “esto no es entre losque están a favor y en contra de Chávezsino entre los patriotas y los enemigos dela patria” (Zúquete 2008: 105). En unmensaje a la asamblea nacional Chávezmanifestó, “no soy yo, soy el pueblo”

(Ibíd.: 100). Rafael Correa (2009d) ex-plicó el significado de su triunfo electo-ral en abril del 2009 en que ganó con el55 por ciento de los votos en la primeravuelta, manifestando “el Ecuador votópor sí mismo”. Estos presidentes “no sepercibe a sí mismo(s) como político(s) or-dinario(s), si no como la encarnación delmismo pueblo” (Peruzzotti 2008: 110).Ya que Correa encarna a la Patria, aligual que los próceres dice “aquí esta-mos dispuestos a jugarnos la vida por elcambio” (2009d).

Morales, Correa y Chávez están en-cabezando procesos revolucionarios.Éstos están cargados de mitos y la revo-lución es en sí misma un mito (ÁlvarezJunco 1987: 263-4). La evolución ace-lera el tiempo histórico y obliga a tomarpartido. Se terminaron las medias tintas ose está con el proceso cargado de alego-rías como un mandato de la historia o sees parte de la reacción que se opone alcambio. En los momentos de ruptura, lacomplejidad de lo social se reduce a doscampos nítidos: el del líder que encarnaal pueblo y las promesas de redención; y,el de los enemigos del líder, del puebloy de la historia. El mito de la revoluciónhace esperar que el paraíso se construyaen la tierra y que de fin a la opresión y alos sufrimientos del pueblo consideradocomo un sujeto liberador (Álvarez Junco1987: 252-3). El pueblo ha sufrido, espuro y no ha sido corrompido por los vi-cios importados por la globalización, elindividualismo y el mercado. La historiano termina sino que recién empieza puesestos líderes recogen las luchas del pue-blo y sus próceres y por fin llevarán alpueblo a la redención y al reinado deDios en la tierra.

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Conclusiones

Este trabajo ha evaluado las hipótesisde Arato sobre cómo las promesas demo-cratizadoras que desconocen los proce-dimientos pueden llevar a solucionesautoritarias. Parecería que éstas se corro-boran en los tres casos analizados pues sise evalúa la democracia desde los pará-metros del liberalismo se estaría asis-tiendo a su deterioro y a la emergencia detendencias autoritarias. Pero si se juzgaestos procesos de acuerdo a los paráme-tros de la democracia radical que preten-den alcanzar, las conclusiones son máscomplejas. En estos tres países se handado procesos de participación popularque se topan con los límites establecidospor los liderazgos de los presidentes ca-rismáticos. En Bolivia donde se dan lar-gas negociaciones entre Morales y lasorganizaciones sociales que lo apoyanparecería que el proceso no es unidirec-cional y que todas las directrices no vie-nen desde arriba. En Venezuela se handado procesos participativos que segúnobservadores favorables al proceso no selimitan a las directrices de Chávez. Másbien estaríamos ante la tensión entre lamovilización desde arriba y la moviliza-ción desde las bases (Ellner 2010). En elcaso ecuatoriano donde no se han creadoinstituciones de democracia participativaparecería se está dando un doble procesode apropiación autoritaria. El líder popu-lista al igual que en los otros países diceencarnar la voluntad del pueblo y seapropia de ésta. Pero además los tecnó-cratas del estado se apropian del debate

democrático sobre propuestas y buscanimponer sus criterios que al igual que losdel presidente son los únicos científicos ypor lo tanto verdaderos (De la Torre2010).

Estos procesos también pueden ter-minar sustituyendo la diversidad de inte-reses y opiniones de estas sociedades enla apropiación populista de la voluntadpopular. Estos riesgos se magnifican enlos casos venezolano y ecuatorianodonde la movilización se da desde arribay se han creado organizaciones socialesparalelas desde el estado. En Bolivia lared de organizaciones del MAS hacenque las decisiones tengan que ser másconsensuadas y aunque pasan por la pa-labra dirimente de Evo Morales hay másespacios de autonomía.

Las conclusiones de este trabajo esque quienes buscan mejorar la calidadde la democracia no deberían contrapo-ner la participación a la representación(Peruzzotti y Seele 2009). Tampoco de-berían buscar procesos participativos sinrespetar las instituciones y los procesosreconocidos por la democracia liberalpues la búsqueda de la participación sinmediaciones lleva al populismo plebis-citario (Panizza 2005). Más bien habríaque construir procesos que mejoren lacalidad de la democracia pero dejandode lado los sueños refundadores que albuscar la revolución desconocen losavances de experiencias previas y queademás pueden terminar en las antiuto-pías autoritarias de la apropiación de lavoluntad popular y de la soberanía poruna élite.

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