1027.pdf

16
Como cada año, El Viejo Topo conmemora el 14 de abril con unas páginas en torno a las ideas republicanas. Este año hemos dirigido tres preguntas a una serie de personas que intuíamos o sabíamos que eran republicanas. Las respuestas, francamente interesantes, constituyen en buena medida un programa de acción. Vale la pena señalar que una parte muy im- portante de los encuestados ha declinado res- ponder a estas preguntas, o simplemente las ha ignorado. Se trata en muchos casos de per- sonas sin duda de ideario republicano, pero que tal vez han creído que su actividad profe- sional podría resentirse de un pronuncia- miento rotundo a favor de la república. Dicho en otras palabras: en la democracia española realmente existente, todavía hay miedo a las represalias. Por eso agradecemos de corazón las respues- tas de los encuestados. Gracias a ellos, y a mu- chos otros, pasito a pasito, será posible algún día la recuperación plena de los valores repu- blicanos y su forma de gobierno. REPÚBLICA Hacia la Tercera República . ¿Cree que ha llegado el momento de iniciar el camino hacia la proclamación de la IIIª República? ¿Por qué? . Si cree que sí, ¿qué pasos habría que empezar a dar para ello? . En ese caso, ¿qué propuestas efectuaría usted para fortalecer el movimiento republicano? Las respuestas, en las páginas siguientes. Señoras y señores, pasen y lean.

Upload: prigogineesfm

Post on 29-Sep-2015

212 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • Como cada ao, El Viejo Topo conmemora el14 de abril con unas pginas en torno a lasideas republicanas. Este ao hemos dirigidotres preguntas a una serie de personas queintuamos o sabamos que eran republicanas.Las respuestas, francamente interesantes,constituyen en buena medida un programa deaccin.Vale la pena sealar que una parte muy im-portante de los encuestados ha declinado res-ponder a estas preguntas, o simplemente lasha ignorado. Se trata en muchos casos de per-

    sonas sin duda de ideario republicano, peroque tal vez han credo que su actividad profe-sional podra resentirse de un pronuncia-miento rotundo a favor de la repblica. Dichoen otras palabras: en la democracia espaolarealmente existente, todava hay miedo a lasrepresalias.Por eso agradecemos de corazn las respues-tas de los encuestados. Gracias a ellos, y a mu-chos otros, pasito a pasito, ser posible algnda la recuperacin plena de los valores repu-blicanos y su forma de gobierno.

    REPBLICA

    Hacia la Tercera Repblica

    . Cree que ha llegado el momento de iniciar el camino hacia laproclamacin de la III Repblica? Por qu?

    . Si cree que s, qu pasos habra que empezar a dar para ello?

    . En ese caso, qu propuestas efectuara usted para fortalecer elmovimiento republicano?

    Las respuestas, en las pginas siguientes. Seoras y seores, pasen y lean.

  • REPBLICA

    26 / El Viejo Topo

    1. Creo que ese camino ya se ha iniciado. El pacto desilencio de la transicin parece haber llegado a su findurante los ltimos tiempos y son cada vez ms voceslas que plantean la posibilidad de un Estado Repu-blicano. Es cierto que polticamente an la representa-cin republicana es minoritaria, pero socialmente ganaterreno poco a poco, superando el 30% segn las en-cuestas y siendo la tendencia mayoritaria en provinciascomo Mlaga. Uno de los hitos ms importantes delmovimiento republicano fue el ao pasado la creacinde la Red de Municipios y cargos pblicos por la Ter-cera Repblica, que sin duda dar mucho que hablar.

    2 . El primero es mirar al futuro, aunque partamos de labase de que recogemos la herencia de la primera ysegunda Repblicas como referencias indispensablespara marcar el hilo conductor del pensamiento republi-cano. Es necesario hacer ms propuestas de futuro quehomenajes al pasado, movilizando el mayor nmero derecursos para que la Repblica no sea vista como algode ayer, sino de maana. Este es uno de los mayoresretos, y quiz para el que hay que ser ms audaces. Hoypor hoy tenemos al poder econmico y meditico encontra, pero tiene grietas. Al mismo tiempo deberemosconstruir y reforzar nuestros medios de comunicacin,nuestras organizaciones, adems de crear una estructu-ra econmica lo suficientemente slida como para darcobertura al movimiento.

    3. Existe un documento titulado La Propuesta Repu-blicana, elaborado por Julio Anguita, que plantea unascuestiones bsicas sobre las que comenzar el debate entorno a la cuestin republicana. Propondra discutir yenriquecer dicho documento a travs del debate, dotan-do de contenido poltico al movimiento republicano.Tambin impulsar y fortalecer espacios unitarios en los

    que confluyan todas las sensibilidades polticas dispues-tas a trabajar por un Proceso Constituyente, como pue-den ser los Ateneos Republicanos, creando las herra-mientas necesarias para hacer partcipe a la ciudadanay llevando a los medios de comunicacin el debate.Propondra que se llevase a los plenos municipales delmayor nmero de Ayuntamientos de toda Espaa lamocin impulsada por Red de Municipios y Cargos P-blicos por la Tercera Repblica.En las manifestaciones republicanas abogara por quelas nicas banderas presentes fueran las republicanas.Esto dotara al movimiento de una importante imagende unidad, que por otro lado, es cierto que an falta porforjar.Todo esto, entre otras muchas cosas, debera conducir-nos a la construccin serena de una propuesta polticaconcreta a travs del debate y a la conformacin de unaapuesta electoral de carcter republicano, quiz explo-rando nuevas frmulas, como una coalicin electoral enla que no se disuelvan las organizaciones

    1. El momento comenz hace treinta aos, cuando losgestores de la transicin nos negaron la Repblica quetan sangrientamente nos haban arrebatado. Cuantoms tardemos en reclamarla con energa tanto ms tar-daremos en conseguirla. Creo que este es el momentoen que el pueblo espaol est harto de la estafa quesupone mantener la monarqua. Tenemos una monar-qua como todas clasista, machista y beata aliada conlos enemigos del pueblo: la Iglesia Catlica, el Ejrcitoms reaccionario y el gran capital.

    2. Deben asociarse los que deseen ver proclamada laTercera Repblica. Hay que hacer un llamamiento p-blico a todos ellos para iniciar el encuentro. Estoy segu-ra de que en Espaa hay muchos republicanos aunque

    Javier ParraDirector de larepublica.es

    Lidia FalcnEscritora. Feminista. Su ltima novela es Al fin estaba sola.

  • REPBLICA

    El Viejo Topo / 27

    estn pasivos, sin decidirse a iniciar la campaa por laRepblica.

    3. Es preciso organizar o fortalecer las asociacionesrepublicanas que ya existen. Por supuesto una campaapoltica significa trabajar con ahnco y verdadero inte-rs. Comenzar con la difusin del ideario republicano yla denuncia de la corrupcin, y el ocultismo que escon-de la familia real, instando al pueblo a exigir un refern-dum para decidir la forma de Estado que queremos.Sera muy til la publicacin de un breve peridico o unpanfleto explicando los negocios de la Corona, susrelaciones con la extrema derecha y con los hombres denegocios implicados en las corrupciones que ya hansalido a la luz pblica y la celebracin de actos en pue-blos y ciudades

    1. Tengo la sensacin de que la monarqua ha deja-do de ser intocable. El aura de la transicin y sobretodo del 23-F ya no da ms de s. Y el prncipe here-dero suscita pocas emociones.Con todo, temo que esta misma pasividad e inope-rancia cree una ambiente de que no estorba. Dichode otro modo, el descenso del s puede ser mshacia la abstencin que hacia el no.

    Por otra parte, creo que mucha gente no tiene clarala figura de presidente de la repblica: Si ya tenemosun presidente de gobierno, elegido democrtica-mente, para qu necesitamos un presidente de larepblica? La bicefalia es ms difcil de entender, sino es que una de las cabezas es meramente repre-sentativa, y para eso no vale la pena cambiar.En definitiva creo que la desacralizacin de la mo-narqua y su prdida de prestigio, abre el camino ha-cia su abolicin, pero no conduce necesariamente aella.

    2. Creo que hay que seguir con la crtica y la pedagoga:transparencia en los gastos de la monarqua, irraciona-lidad de los privilegios hereditarios, insensibilidad hacialas lenguas cooficiales, errores en las relaciones interna-cionales

    3. Formular en positivo el papel y las ventajas que ten-dra una figura de presidente de la repblica

    1. El resultado de la transicin, el juancarlismo, su-puso una ley de punto final que amnisti a los benefi-ciarios de un sistema poltico que arras las institu-ciones y entidades trabajosamente puestas en pie du-rante decenios por los grupos ilustrados, demcratas,progresistas, republicanos, socialistas, anarquistas ycomunistas. Los aparatos del Estado y las fortunasamasadas durante dcadas de rapia quedaron intac-tos. Treinta aos despus de perpetrado el gran frau-de, son cada da ms numerosas las personas quecuestionan a un sistema ineficaz, corrupto, injusto,embrutecedor y despilfarrador. Muchas de estas per-sonas han puesto sus esperanzas en la III Repblica,que aparece como un smbolo de una sociedad msjusta e ilustrada.Ahora es posible y necesario convertir ese anhelo in-tuitivo de la Repblica como smbolo en un objetivoalcanzable para las prximas generaciones, en una al-ternativa capaz de lograr la hegemona social, intelec-tual, moral y poltica. Este proceso puede ser lento, pe-ro hay que abordarlo ya de una manera decidida ycoordinada.

    2 y 3. Propuesta:Convocar una Conferencia de Entidades Republicanaspara:

    Josep Ferrer LlopEx-rector de la Universitat Politcnica de Catalunya

    Guillermo LusaPresidente de l Associaci Sabadell per la Repblica

  • REPBLICA

    28 / El Viejo Topo

    .Poner en marcha el proceso de definicin de un pro-grama mnimo de la Alianza Republicana, que comomuestra del deseo de ruptura del sistema establecidoponga en primer plano la cuestin de la forma de Esta-do (referndum monarqua-repblica)..Intercambiar materiales de formacin republicana(libros, pelculas, cursos, conferenciantes...)..Preparar coordinadamente campaas especficas desensibilizacin: por la laicidad; en favor de la apostasa;contra los acuerdos con el Vaticano; por el federalismo;por la austeridad pblica, contra la corrupcin y la es-peculacin; por la renta bsica; en defensa de lo pbli-co (enseanza, sanidad)....Integrar al movimiento por la III Repblica en elmovimiento de movimientos, en el movimiento alterglo-balizador

    1. Antes de abordar el debate sobre cualquier proyectode carcter republicano se impone una reflexin acercade la necesidad de una propuesta poltica de regenera-cin de la Democracia y de la tica pblica. Un proyec-to republicano no puede ser sino el corolario, la conse-cuencia de una clarificacin previa sobre la sociedad yel Estado que se quieren como respuesta a la situacinexistente. La III Repblica sera pues la expresin de unamplio movimiento de carcter fundacional y alternati-vo. La cuestin subyacente y clave es qu Repblica?

    2. La puesta en marcha de un mtodo de convocatoria,amplio, preparado y riguroso que cuajase en los EstadosGenerales de la Repblica. Y desde ah impulsar un pro-ceso constituyente a travs del cual se fueran conci-biendo, aprobando y difundiendo los contenidos de la

    Constitucin republicana. Este proceso ira sirviendoadems como mecanismo de consolidacin de la alian-za social, ideolgica y poltica sustentadora del trnsitohacia el nuevo estado republicano y la consolidacindel mismo.

    3. Para m son siete los ejes sobre los que articular eldebate sobre una propuesta republicana en el desarro-llo, tanto de los Estados Generales como del procesoconstituyente: Derechos Humanos, Paz, DemocraciaRadical, Laicidad, Austeridad, Estado Federal y EuropaFederal. Cada concepto de estos exige un desarrolloexpositivo que el espacio no permite. Sin embargo con-densan, a mi juicio, bastantes de las mltiples visionesrepublicanas

    1. El momento por supuesto que ha llegado porque loque nunca debi suceder es la existencia de una monar-qua. Por otro lado, es evidente que muchos elementosde nuestro sistema estn agotados: sistema electoral,estado de las autonomas, etc Es el momento de abrirun profundo debate sobre todo ello, los llamamientos ala estabilidad democrtica no deben impedirlo. Al con-trario, es esa estabilidad la que no puede consolidarsecon esas cuestiones pendiente.

    2. El primer objetivo es lograr que la ciudadana vayacompartiendo el carcter preilustrado que supone con-vivir en el siglo XXI con algo tan trasnochado como es lamonarqua. Es fundamental hacer ver que ni la raciona-lidad, ni los principios fundamentales de los derechoshumanos, ni las ideas bsicas de la ilustracin, ni unademocracia verdadera son incompatibles con la exis-tencia de una casa Real hereditaria. Los medios decomunicacin han tenido un papel fundamental en la

    Julio AnguitaEx-coordinador de Izquierda Unida

    Pascual SerranoEscritor. Prximamente aparecer su libro Medios violentos

  • REPBLICA

    El Viejo Topo / 29

    sacralizacin de la monarqua, pero el ltimo ao hademostrado que ese tab se est resquebrajando.

    3. Sin duda, debemos enfrentar dos posiciones al res-pecto, las de quienes slo se limitarn a proponer ladesaparicin de la monarqua y quienes busquen recu-perar parte de los principios y valores que caracteriza-ron la II Repblica Espaola. Si nos quedsemos en laprimera opcin nos encontraramos de nuevo con otrafrustracin histrica como lo fue la transicin espaola,de ah la importancia de dotar de contenidos sociales yrenovadores a la idea de esa III Repblica

    1. S: el momento ha llegado, porque el momento essiempre. La Repblica no es una utopa para el da demaana, no es algo "que a lo mejor nosotros ya no vere-mos". Debemos abandonar la resignacin autocom-placiente! La Repblica no es maana, sino esta mismatarde.

    2. En primer lugar, debemos cambiar la forma de pen-sar y actuar. Est bien conmemorar el ayer, pero no de-bemos olvidar ni por un momento en qu da vivimos.En lugar de emplear tanto esfuerzo en celebrar el pa-sado, ms nos valdra dedicar nuestras fuerzas en avan-zar decididamente hacia la consecucin de logros quealgn da merezca la pena celebrar.

    3. Hacer un esfuerzo para combatir el sectarismo; dar-nos cuenta de la necesidad de unir voluntades, asumirque debemos viajar junto a compaeros incmodos pe-ro imprescindibles ser capaces de despertar confian-za, seriedad y complicidad. Actuar sobre la opinin p-blica y sus instrumentos polticos y sociales

    1. El camino hasta la proclamacin de la III Repblicaser largo. La decisin la ha de tomar el pas entero y notenemos an los mecanismos para que esto ocurra nipara acelerar el proceso, formando parte la monarquade la Constitucin Espaola. Creo que lo que nos tocahacer a los que creemos en la Repblica como una for-ma de gobierno ms justa y racional es intentar explicarnuestras razones y exponer las razones histricas, filo-sficas y polticas, de tal modo que la sociedad enteravaya tomando conciencia de la necesidad de estructu-rar los mecanismos para elegirla y alcanzarla si nos pa-rece absolutamente necesaria.

    2. Devolver la II Repblica al lugar que le correspondeen la Historia del pas, en dignidad, legalidad y conoci-miento de los problemas con los que tuvo que enfren-tarse: poderes fcticos, traicin de los militares y falta deapoyo internacional en la guerra civil provocada y orga-nizada por el golpe de Estado. En escuelas y en forospolticos y culturales.Reconocimiento de todos los que lucharon por ella con-tra el fascismo.Y sobre todo aadir en los programas escolares el estu-dio de todas las formas de gobierno a fin de que la Re-pblica forme parte de las posibilidades de gobiernoque un ciudadano puede desear para su pas.

    3. Estudio, conocimiento, debate sobre las diferenciasentre Monarqua y Repblica, para no aceptar una for-ma de gobierno slo por temor a complicar las cosas. Elconocimiento es siempre el paso previo indispensable ala libertad, en este caso la libertad de elegir y la libertadde luchar por la consecucin de lo que se ha elegido.Y hablar de la Repblica tanto como se pueda en todoslos foros hasta lograr que sea una cuestin que hay queabordar un da u otro. Que seamos todos los que la

    Jaume dUrgellEscritor. Editor de lademocracia.es

    Rosa RegsEscritora. Su ltima novela esLuna lunera

  • mencionemos, no slo algn partido que en general seune a lo que en los foros del PP llaman romper Espaa.Las Repblica slo debe asociarse a quienes quierenmejorar la forma de gobierno de la nacin

    1. Creo, sinceramente, que ha llegado el momento deplantear abiertamente un proceso constituyente haciala III Repblica, y ello por las siguientes razones:Cuando se aprob la Constitucin, en el ao 1978, vota-ron las personas que tenan ms de veintin ao, y hantranscurrido treinta aos, luego todos los ciudadanos yciudadanas de Espaa que cuenten con una edad de 51aos, la inmensa mayora del pas, no vot la Consti-tucin de 1978, en cuyo seno figura, como modelo deEstado la Monarqua Parlamentaria, porque no hubo unreferndum especfico para que el pueblo decidiera en-tre monarqua o repblica. Las nuevas generaciones tie-nen todo el derecho a ser consultadas, a opinar, la Cons-titucin no es las Tablas de la Ley.

    2. Ya hemos empezado; se tratara de hacer un grantrabajo para que las ideas de la Repblica sean hegem-nicas en la sociedad, fortaleciendo y ampliando el n-mero de Ayuntamientos que se pronuncien a travs desus Plenos por el Proceso Constituyente hacia la IIIRepblica, de Cargos Pblicos, de colectivos sociales yculturales, de la ciudadana en general.

    Con tres ideas bsicas:

    1. El Rey fue nombrado sucesor por Franco, lamonarqua es opaca en gastos econmicos.

    2. La monarqua ser constitucional, pero noes democrtica; el Estado no puede heredarse como sifuese un cortijo.

    3. La Repblica Federal y Solidaria es la formams democrtica, ms social y la que se adecua mejor ala Espaa plural del siglo XXI.

    3. En todo el estado espaol existe ya un potente movi-miento republicano; todas las encuestas solventes si-tan en ms del 30% el porcentaje de ciudadanos y ciu-dadanas que se declaran republicanos; todas las inicia-tivas que pongamos en marcha deben ser de organizar,dar eficacia, y ello significa, incluir en la agencia polti-ca, aqu y ahora, la lucha por la III Repblica.La propuesta fundamental es pasar de la declaracin es-ttica del republicanismo de saln, al trabajo diario yorganizado en las Instituciones y en los movimientossociales; algunas propuestas seran:.Aumentar el nmero de Ayuntamientos que se sal-gan del rgimen monrquico actual y que impulsen unared republicana..Crear medios de comunicacin con lnea abierta-mente republicana..Hacer una campaa donde las personas que piensencomo republicanos, acten en coherencia con los valo-res republicanos..Y lo mas importante es situar la lucha por la Re-pblica, aqu y ahora, y en ningn caso, a medio o largoplazo

    1. Creo que el camino hacia la Tercera Repblica nuncase ha abandonado, siempre ha estado como horizonte,aunque desde posiciones minoritarias, incluso margi-nales. En los ltimos aos, sin embargo, con el impulsodel movimiento social llamado de recuperacin de la

    REPBLICA

    30 / El Viejo Topo

    Antonio Romero RuizCoordinador de la Red de Municipios yCargos Pblicos por la III Repblica

    Isaac RosaEscritor. Su ltimo libro esOtra maldita novela sobre la guerra civil!

  • memoria histrica, las fuerzas republicanas han gana-do visibilidad, tanta que a veces nos provocan el espe-jismo de creer que el republicanismo tiene una presen-cia mayor.

    2. Habra que situar en el centro del debate los valoresrepublicanos, que van ms all de la sustitucin del reypor un presidente electo. Muchos que hoy se dicen re-publicanos ignoran los elementos sociales, laicos, po-pulares y federales del pensamiento republicano, lo quelimita el debate a una repblica vaciada de contenido,reducida a la cuestin de que el jefe de Estado sea ele-gible. Un horizonte, que no por limitado deja de serdeseable, y que no parece lejano, por el propio desgas-te de la institucin monrquica, y las dificultades parauna sucesin en la corona que carecera de la legitimi-dad que hoy muchos ciudadanos conceden al rey.

    3. La reivindicacin republicana no puede limitarse auna cuestin de justicia histrica, de reparacin por loperdido hace setenta aos. As lo perciben los detrac-tores y los indiferentes, pero tambin no pocos parti-darios. Hay que vincular los valores republicanos a sucapacidad para resolver los actuales problemas de Es-paa

    1. La institucin monrquica en Espaa es orgnica-mente inseparable de la obra de ingeniera poltica lla-mada transicin democrtica. Porque ilumina los lmi-tes internos de la democracia, est siempre amenazadaen su legitimidad. Porque su deslegitimacin amenaza-ra tambin el conjunto del sistema, el acuerdo institu-cional para protegerla es casi absoluto. Su esencial debi-lidad es paradjicamente su mxima fortaleza, por loque su destino mismo es imprevisible y est sujeto a las

    contradicciones interpartidistas de las mismas fuerzasque la apoyan. Por eso mismo, en todo caso, el republi-canismo es necesariamente marginal y de izquierdas;pero por eso mismo el republicanismo, mucho ms queel anticapitalismo, puede ser el instrumento de un girolento, insensible, hacia la izquierda dentro de la pobla-cin. Estamos muy lejos de la III Repblica, pero la pro-pia polarizacin bipartidista de los ltimos aos abreuna grieta inesperada para un discurso hasta hace muypoco silenciado o incluso directamente impensable.

    2. Como el republicanismo sigue siendo un discursomarginal y de izquierdas (en una sociedad dominadapor la visibilidad meditica y por la derecha) se trata deintroducir la palabra misma (Repblica) en el horizonteperceptual del mayor nmero posible de ciudadanos.Las condiciones blindadas (pero imaginarias) de la legi-timidad monrquica determinan esta especie de mate-rialismo lingstico: que la Repblica cobrar existenciahablando mucho de ella. Objetivamente, la tensin PP-PSOE debilita la monarqua. Y creo que cada vez habrms espacios para hablar contra ella.

    3. Por un lado, insistir en el camino modesto y pacien-te ya emprendido: iniciativas para la recuperacin de lamemoria histrica, multiplicacin de actos republica-nos, difusin por todas las vas accesibles de ideas ysmbolos republicanos. Por otro, tratar de asociar el mo-vimiento republicano a la razn, la sensatez, el sentidocomn, la moral ilustrada, disciplinando los radicalis-mos fcilmente criminalizables. El juicio contra El Jue-ves da homeopticamente a la monarqua; el juiciocontra los que la quemaron en efigie en las fotos de losreyes slo la fortaleci

    1. El camino hacia la nueva Repblica se abri hacemucho tiempo, cuando Franco y la oligarqua espaola

    REPBLICA

    El Viejo Topo / 31

    Santiago Alba RicoEscritor. Su ltimo libro esLeer con nios

    Bernat MuniesaPresidente de la Unitat Cvica per la Repblica. Su ltimo libro esLibertad, liberalismo, democracia

  • REPBLICA

    32 / El Viejo Topo

    destruyeron la legalidad de 1931. Algunos estamos ins-talados ya en ese camino hace tiempo.

    2. Organizar plataformas pedaggicas y activistas,como la UCR, organizar seminarios y encuentros, sobretodo con jvenes.

    3. Renovar las Jornadas y, repito, promover la difusin.Yo estoy dispuesto a participar directamente

    1. Jams he reconocido la legitimidad ni la oportuni-dad de D. Juan Carlos I como Jefe del Estado espaol,por mucho que qu remedio no he podido por menosque acatar desde que lo impuso Franco este lamenta-ble paso de la Transicin espaola. Entiendo que la pro-clamacin de la III Repblica fortalece la democraciapopular, puesto que comienza impugnando el carctervergonzosamente hereditario y, obviamente, antide-mocrtico de la Jefatura del Estado.

    2. Slo se me ocurre apelar a la buena fe de D. Juan Car-los I, y recordarle que para que pase a la Historia comoel Democratizador, debera preparar la Sucesin nopara su Hijo, sino para quien salga elegido de las urnasen unas futuras elecciones a la Jefatura del Estado. Locual comportara, esta s, una verdadera Transicin, pa-cfica, generosa y ejemplar.

    3. Ninguno de los dos as llamados grandes parti-dos entiende por Democracia otra cosa que un proce-dimiento de eleccin de una lite poltica que perpetua-r sine die, fieles a su programa, el statu quo institucio-

    nal. Slo con que se hiciera visible, de vez en cuando,que hay quien disiente de la marcha de los aconteci-mientos como, con toda seguridad, har la presenteencuesta de El Viejo Topo quizs se frenara un poco eldeterioro incesante de la democracia espaola

    1. S, porque empieza a resquebrajarse el amplio con-senso que el desarrollo de la transicin (intento degolpe incluido) gener (errnea, pero indudablemente)en torno a la figura, ms que del rey como tal, de la per-sona de Juan Carlos I, quien adems se acerca al final desu ciclo vital.

    2. Machacar en todos los foros la idea de que el sistemamonrquico supone una limitacin grave de la demo-cracia y hacer un esfuerzo de divulgacin de las activi-dades paralelas del rey como intermediario (y comisio-nista) en las negociaciones entre grandes empresas.

    3. Intentar generalizar el movimiento Municipios por laIII Repblica, iniciado en Andaluca. No hay que olvidarque la II vino a raz de unas elecciones municipales

    1. El camino nunca debera haberse interrumpido. Laizquierda antifranquista, toda ella, sin excepciones, era

    Alejandro MontielProfesor de Historia del Cine de laUniversidad Politcnica de Valencia

    Miguel CandelProfesor de Historia de la Filosofa de la UB. Su ltimo libro es Metafsica de cercanas

    Salvador Lpez ArnalEditor de la obra de Manuel Sacristn,de quien editar prximamente Sobre dialctica

  • partidaria de la III Repblica y no se conceba otraforma de romper con el franquismo sino a travs de esaforma de Estado. Suponiendo aunque no admitiendoque la correlacin de las fuerzas durante la transicinexigiera la aceptacin momentnea de la Monarqua, esobvio que tal acuerdo tiene fecha de caducidad y nuncase hizo por convencimiento sino, concedmoslo, pornecesidad. Por tanto, ste, cualquier momento, es unbuen momento para proseguir el combate republicano.La izquierda no puede dejar de ser republicana a no serque quiera perder una arista ms.

    2. El primero, el ms bsico, estar convencidos que stees un punto esencial por tratarse de una cuestin deprincipios, inserta en el ncleo duro del proyecto. El se-gundo: denunciar sin miedo y en voz alta, y sin miedo arepresalias, todas las barbaridades, y son muchas, quecomete la institucin y sus miembros individualmente:corrupcin, amparo a corruptos, caceras salvajes, enri-quecimientos sin lmite, asuntos privados convertidosen asuntos pblicos, un tratamiento impensable de lainstitucin en la constitucin de 1978, crtica del servi-lismo de los medios, presupuesto estatal inadmisible.Largo etctera. En tercer lugar, unir, hay razones paraello y argumentos slidos, la lucha por la Tercera Re-pblica espaola, sin idealizaciones de la II Repblica,con la concepcin republicana radical de las libertades,de la democracia y de la sociedad civil, es decir, de la lu-cha por una sociedad que aspira a civilizacin, no abarbarie.

    3. Las propuestas necesariamente tiene ser diversas enfuncin del territorio y de la sensibilidad de la ciudada-na. Cuestin bsica en este asunto no controvertido:evitar el insulto y el desprecio de los personajes de larealeza. Creara incomprensin y alejamiento entre laciudadana amiga. Lneas de actuacin a estudiar: cele-brar masivamente, o intentarlo como mnimo, el 14 deabril, el 16 de febrero y otras efemrides republicanascomo celebramos (o celebrbamos) el 1 de mayo; gene-rar una fundacin no acadmica, con peso cultural,centrada en estudios republicanos y con iniciativasconstantes; estudiar, con calma y sin prisas, la posibili-dad de una iniciativa popular que pida la convocatoriade un referndum sobre la forma de estado. La oportu-nidad, en este punto, es bsica

    1. S, sin duda, tenemos que incrementar los esfuerzospara proclamar en un da no lejano la III Repblica. Porque el marco poltico creado tras el final del fran-

    quismo, con una transicin que fue lesiva para los inte-reses populares, se ha convertido en una suerte de sis-tema canovista renovado que no resuelve las tensionesnacionalistas y que impide el desarrollo de la democra-cia. Y porque el pueblo espaol debe tener tambin elderecho de elegir a la mxima representacin del pas.

    2. Incremento de la denuncia pblica del anacronismode la monarqua y del despilfarro de recursos pblicosque supone. Popularizacin de los valores republicanos (libertad,igualdad, justicia, solidaridad, laicismo, democracia, fe-deralismo, etc.) y exigencia de su cumplimiento.Demanda de una futura consulta popular, en condicio-nes de igualdad democrtica, sobre la forma de gobier-no: repblica o monarqua.Inicio de discusiones pblicas para preparar una nuevaConstitucin.Impulso de la simbologa republicana en todo tipo deactos pblicos y manifestaciones.Impulso de una cultura democrtica que reivindique lapaz (Espaa renuncia a la guerra como instrumento depoltica nacional), el desarme y la disolucin de blo-ques militares.

    3. Extensin de la iniciativa Ayuntamientos por un pro-ceso constituyente, proponiendo mociones en losayuntamientos de todo el pas, sin agresividad hacia otrasfuerzas: es imprescindible ganar adeptos entre toda laizquierda y en otros sectores polticos.Demanda en todas las instituciones de los derechos hu-manos plenos: polticos, sociales y ecolgicos, que sloen un marco poltico republicano tendrn posibilidad dedesarrollarse

    REPBLICA

    El Viejo Topo / 33

    Higinio PoloNovelista y ensayista, prximamente aparecer su ltima obra, La noche deCalcuta

  • Creacin en todas las poblaciones del pas de grupos depropaganda republicana, permanentes, abiertos, evi-tando caer en manipulaciones partidistas que son mscontraproducentes que eficaces

    1. No. Por qu? Porque no me gustan las repblicasefmeras, que es lo que hemos tenido en Espaa, segui-das de largos perodos monrquicos conservadores o dedictaduras. Estimo bastante escaso el apoyo social paracambiar de rgimen. Las ltimas elecciones muestranque, al menos, el 40% del voto emitido (votantes del PP),ms del 50% de los senadores electos y el 44% de los di-putados (del PP), seran contrarios a una reforma deeste tipo, eso sin contar otros partidos. Y no tiene senti-do tratar de establecer una repblica sin amplio respal-do social; es decir, una repblica necesita, sobre todo,republicanos leales, no sobrevenidos republicanos ociudadanos que soportaran el nuevo rgimen y querenunciaran a l con el menor pretexto. Dada la existencia de tensiones sobre la configuracindel Estado y de otros problemas ms acuciantes queabordar, introducir el problema del cambio de rgimensupondra acentuar esas tensiones, y de cara al objetivoperseguido, no acercarnos a l.Finalmente, la institucin monrquica, mal que nospese, goza de buena salud, incluso dira que disfruta demejor opinin que la clase poltica en general. Y recalcoque, en Espaa, la instauracin de las dos repblicas haestado precedida por el deterioro de la monarqua. Sinello, la repblica es impensable.

    2 y 3. Concibo el advenimiento de la Repblica, almenos en su etapa fundacional, como un gran momen-to de movilizacin ciudadana, como un movimiento deregeneracin democrtica, de reafirmacin del poderde los ciudadanos para establecer un rgimen que, almenos al principio, fuera virtuoso. Pero eso precisa ciu-

    dadanos fuertes, y en Espaa la ciudadana es an muydbil. Es necesario, por tanto, difundir el ideal republi-cano, pero sobre todo, conseguir una ciudadana fuerte,crtica, consciente de sus derechos y acreedora delpoder. Lo cual precisa de un trabajo pertinaz y a largoplazo

    1. Quin? Yo? Qu he hecho yo ahora? Esto me pasapor escribir en El viejo topo. Si escribiera en un peridi-co, seguro que esto no me lo preguntaran, fijo. Una servidora era republicana convencida, all en susaos mozos. Luego vino Santiago Carrillo y dijo que sehaba acabado la bandera republicana. Me sent muymal, pero la verdad es que haba cosas ms urgentes quehacer. Supongo que no hay nada que me haya hechocambiar de ideas. O sase, que debo ser republicana; sinsaberlo, claro. (Pero no me busquen, eh?, que tengomucha faena. Aqu la cogen a una y, hala, a soltar ser-mones!) Me parece de perillas un movimiento republi-cano, pero conmigo que no cuenten.

    2. Jo, vaya preguntas de hacer! El primer paso es tenermilitantes. Bueno, dicho as, la verdad, suena fatal, no?Mejor pon peregrinos, aunque quede como de cienciaficcin. Porque alguien tendra que ir a la base a contarla buena nueva republicana. Porque si nadie la cuenta,mal lo tiene la repblica para ganar adeptos. O no?Claro, que, de peregrinos-militantes hay gran escasez.No es para desanimaros, pero la cosa est muy magra.Que lo sepas.

    3. Crecer desde abajo, como est mandado. Ir adondeestn las masas, como si dijramos. Claro que, la rep-blica no es un problema muy cotidiano, que digamos.Vamos, que una mandada puede morirse sin plantearse

    REPBLICA

    34 / El Viejo Topo

    Jos Manuel RocaEscritor. Autor deEl lienzo de Penlope y la desazn constituyente (1808-1978) La Puri

    Colaboradora habitual de El Viejo Topo

  • la cuestin. Yo no es que tenga el remedio, aunque loque hara es un poco de propaganda de masas. Porejemplo, hay la huelga de autobuses. Pues vas y redactasuna pequea octavilla con el ttulo La lucha por larepblica, la huelga de autobuses y el descanso semanalde dos das garantizado. No s si conseguiramos ven-cer en la huelga, pero, esto s, ni dios olvidara nuncaesta octavilla. Y con ella, la tercera Repblica de trabaja-dores... o lo que haya

    1. No, desgraciadamente pienso que no. Aunque elsentido comn nos indica que a estas alturas ya debe-ramos ser un pas maduro para entrar en la moderni-dad y desembarazarnos de rmoras absurdas, la tozudarealidad nos muestra que no. Y buena muestra de ello esla respuesta, con ovacin cerrada incluida, que depara-mos a la salida de tono que el Rey tuvo con Chvez. Si aeso le sumamos la derecha ultramontana que nos atosi-ga, impertrrita frente a los cambios que suceden, y laIglesia que padecemos, la respuesta es que no, que con-tra toda lgica no estamos preparados para proclamaruna III Repblica.

    2 y 3. Lo anterior no es bice para seguir avanzandoen el camino que conduzca a un nuevo modelo de Es-tado ms acorde con la razn y los intereses del pas.Para ello es necesario un intenso trabajo de recupera-cin histrica en lucha con los revisionistas y con losidelogos de la derecha que pretenden formar un pasa-do a su exclusiva medida. Y llevar a cabo una implacablelabor de crtica. No hay que dejar pasar lo ms mnimoa la familia real. Es necesario estar atentos para denun-ciar en cada momento lo absurdo de la situacin y lascontradicciones que genera, y no hay que olvidar queantes que una reforma constitucional necesitamos unareforma cultural y educativa que nos ponga definitiva-mente en el siglo XXI

    1. Los resultados de las elecciones generales del pasado9 de marzo han sido decepcionantes para IzquierdaUnida, la fuerza poltica de nivel estatal que abiertamen-te ha simpatizado con la Repblica. Dentro de los espa-cios que favorece la democracia existente para la expre-sin poltica, no es esperable que crezca la ambicin porla transformacin del estado hacia la Repblica.Dicho esto, la Repblica forma parte de la herencia delpasado espaol, y es un smbolo privilegiado de lasluchas en el seno de una amplia y muy mal avenidaizquierda por un objetivo de justicia social. En la medi-da en que estamos an lejos de conseguir ese objetivo,la Repblica sigue siendo un referente imprescindiblede la memoria discriminadora y crtica espaola, uninstrumento para pensar el pasado, y transformar elpresente y el futuro. El camino hacia la proclamacin dela Repblica como tal referente ya est iniciado.

    2. Desde el mbito de la cultura, continuar insistiendoen el conocimiento, complejo y no complaciente, de loque significaron las experiencias republicanas en Es-paa y de las consecuencias que su fracaso tuvo para eldesarrollo posterior del pas. Desde el mbito de la pol-tica, desvincular la Repblica de su asociacin a un pa-sado violento, fracasado y obsoleto.

    3..Sanear la imagen de la Repblica en el sentidodado en 2).Supeditar su invocacin a un programa de izquierdasconcreto y atento al presente que debe ser el foco de lapoltica..Evitar invocar la Repblica como una panacea

    REPBLICA

    El Viejo Topo / 35

    Antonio Garca VilaEscritor. Su ltimo libro esAlma Mahler. El fin de una poca

    Mari Paz BalibreaProfesora en Birkbeck, Universidad deLondres. Su ltimo libro esTiempo de exilio.

  • 1. S, porque la actual monarqua parlamentaria hadado sobradas muestras de incapacidad para afrontarlas reformas estructurales que precisa la democracia enEspaa. El rgimen actual surgi de la Transicin, unacuerdo entre los sectores reformistas del franquismo yla oposicin democrtica que dise una democraciade bajo perfil. Este sistema poltico hbrido no ha podi-do depurar los elementos de origen franquista, comorevela, por ejemplo, la imposibilidad de reivindicar larica historia democrtica de este pas o la anmala rela-cin entre Iglesia y Estado. La monarqua parlamentariano est resolviendo sino agravando el problema de lasnacionalidades, cuya solucin sera mucho ms fcil enel marco de una repblica federal. El sistema electoral yde partidos ha generado una autntica oligarqua cadavez ms alejada de las inquietudes e intereses de la ciu-dadana. En fin, la III Repblica podra significar unaautntica profundizacin y regeneracin de la demo-cracia que no parece viable en el actual marco poltico.

    2. Los agrupamientos republicanos dispersos por todoel pas deberan coordinarse y con el apoyo de algunafuerza poltica de dimensin estatal pienso en Izquier-da Unida convocar un congreso constituyente que fun-dase un movimiento republicano. Soy consciente deque la debilidad y fragmentacin de ese espacio polticogeneran grandes dificultades difcilmente superables,agravadas por el hecho de no contar ni con suficientesmedios financieros ni con el apoyo de ningn grupomeditico. Pero este debera ser el primer paso.

    3. El movimiento republicano debera elaborar un pro-grama poltico cuyo eje estratgico girase en torno a laprofundizacin en la democracia y la depuracin lasdistorsiones institucionales y prcticas oligrquicas delactual rgimen poltico. Por falta de espacio no puedo

    entrar a detallarlo pero tendra que plantear un modelode organizacin territorial de carcter federal, ajustadoa las especificidades del caso espaol, reformar la leyelectoral, asegurar el carcter laico del Estado, impulsarun ambicioso programa de reformas sociales o garanti-zar la separacin de poderes y la independencia delpoder judicial

    1. S, y ya llega tarde. Por razones simblicas, porque la monarqua represen-ta la conservacin del consenso constitucional y no esposible proponerse, ni siquiera imaginar una alternati-va emancipadora sin su invalidacin.Tambin por razones polticas, porque el Rey desempe-a un papel activo y explcito a favor de los interesesdel Estado en la economa, la poltica militar, las rela-ciones internacionales, etc.Finalmente, por razones de educacin cvica: para sa-near la polucin creada, por ejemplo, por el tsunamimonrquico desencadenado con ocasin del 70 cum-pleaos del Rey.

    2. Distinguir el debate histrico, en el que habr pun-tos de vista muy diferentes, de la accin poltica, quetendra que ser lo ms unitaria posible.Tambin, terminar con la competencia estril de legiti-midades republicanas.Y, sobre todo, pasar de los ritos a la poltica concreta. Esdecir, promover y difundir la crtica sistemtica y biendocumentada de las acciones (tambin en sentido mer-cantil) de la institucin y de quienes la representan.Quizs podra ser til crear un Observatorio Republi-cano que se encargue de trabajar en esa direccin.

    3. Creo que un movimiento republicano slo puede

    REPBLICA

    36 / El Viejo Topo

    Miguel RomeroPeriodista. Redactor de la revistaViento Sur

    Antonio SantamaraEscritor y periodista. Es editor deFederalismo y Repblica, de Pi y Margall

  • crearse como movimiento de movimientos, es decir,como expresin del compromiso republicano de todo loque se mueve en la izquierda social y poltica, en la eco-loga, el feminismo, el sindicalismo, el antifascismo, laprensa, la cultura, etc. Se trata pues de trabajar por eldesarrollo de esos compromisos

    1. S. En Espaa se incumplen sistemticamente los de-rechos sociales, civiles y polticos de los ciudadanos, esta-blecidos en la menguada constitucin espaola trabajo,derechos laborales, salario justo, vivienda, igualdad antela ley, soberana poltica. El estado corre hacia la pri-vatizacin de sus recursos. La burguesa capitalistaincumple sistemticamente la ley: Las rentas del capital apenas tributan. Los delitos econmicos de los miembrosde la plutocracia quedan exonerados por las ms altasinstituciones y tribunales del estado una y otra vez. Lacorrupcin involucra a las ms altas magistraturas y hapenetrado en partidos polticos y sindicatos cuyos apara-tos organizativos no responden ni ante sus bases ni antela ciudadana.

    2. Crear las condiciones de posibilidad del cumpli-miento del proyecto: la construccin de un movimientosociopoltico estable, capilar, que luche por los dere-chos econmicos, sociales, civiles y polticos que defi-nen como tal a un ciudadano, y que se proponga la ins-tauracin de un nuevo rgimen poltico.

    3. En ese caso, qu propuestas efectuara usted parafortalecer el movimiento republicano?Que la organizacin del movimiento sociopoltico sea elfin, y no el objetivo instrumental de la accin de las fuerzaspolticas y civiles que lo impulsen. La consigna polticaRepblica no es un granero de votos, ni un proyecto cu-ya ejecucin dependa de la mediacin ante las institucio-

    nes del estado de un partido poltico, sino el nombre de laconstruccin de una nueva sociedad civil, esto es, unasociedad de cives, de ciudadanos, y de un nuevo estadopoltico Que el movimiento posibilite la constitucin ensoberano de las bases sociales del mismo .

    1. Bueno, nunca se le deba haber hurtado al puebloespaol, tras el establecimiento de la democracia, elpreguntarle qu Espaa querra para el futuro. No obs-tante, como la transicin no pudo ser ms que la quefue, debido a muchos factores, entre ellos la Ley deSucesin franquista y el miedo (recuerdo de la guerracivil, ruidos de sables, etc.) pienso que en tanto no pue-da establecerse un nuevo perodo constituyente debe-mos trabajar para desdemonizar la palabra Repblica,apoyar los valores republicanos que fue el gran legadode la II Repblica y trabajar unidos con quienes pensa-mos en republicano.

    2. En mi libro de conversaciones "Encuentros republi-canos" una gran parte de mis contertulios vean clarasdos cuestiones: una, el inicio ya de una seccin polticafavorable al objetivo a conseguir, trabajando entretodos, la voluntad y las condiciones para plantear unaconsulta sobre la III Repblica, y dos, propiciar la exi-gencia de una reforma constitucional con un perodo dereflexin constituyente en determinada forma y maneraque permita al pueblo expresarse en libertad. Es posi-ble, dadas las circunstancias polticas actuales, que unmomento propicio puede ser cuando el Rey, por ley bio-lgica, desaparezca y la sociedad espaola pueda, contodas las fuerzas polticas, sociales y culturales, exigir laapertura de ese proceso constituyente.

    3. De los republicanos depende ponerse en marchapara la III Repblica. De forma paulatina y democrti-

    REPBLICA

    El Viejo Topo / 37

    Joaqun MirasProfesor. Miembro de Espai Marx

    Ramn Serrano BalaschEscritor. Director de la editorialFlor del Viento

  • ca. Sin desavenencias esenciales pero con democraciaparticipativa. Creando las estructuras socio-polticaspara que la idea de Repblica sea algo tan normal comola libertad, la igualdad y la solidaridad que tantos pre-conizamos

    1. Una concepcin enteramente laica de las institucio-nes pblicas, desgajada de concepciones premodernasdel poder que lo ponen fuera del alcance de las pobla-ciones, es la nica que me parece digna de personasdotadas de derechos. La monarqua no encaja con estamanera de entender la vida en comn. Y adems es peli-groso para todos que en un puesto institucional desta-cado se site una persona jurdicamente irresponsable(aunque fuera la mejor persona del mundo).A las razones tericas se aaden en nuestro caso razo-nes polticas y prcticas: tenemos un monarca designa-do como tal por un dictador; un monarca cuya instau-racin nunca ha podido ser objeto de una consultapopular formal; un monarca que no puede jurar laconstitucin vigente porque jur los Principios Fun-damentales del rgimen anterior; y un monarca, en fin,que no parece saber escoger bien a sus amigos (MarioConde, M. Prado Coln de Carvajal, Javier de la Rosa,Alfonso Armada, por poner algunos ejemplos, han pasa-do por la crcel).

    2. Me parece que hay muchas entidades que se lucranpublicitando la institucin monrquica, creando sue-os regios en mentalidades de conciudadanos y con-ciudadanas poco educados, y legitimando as de estemodo espreo la institucin. Creo que hay que dar aentender a estas entidades (revistas del corazn, perio-distas sensibleros, etc.) que su actividad no es bien aco-gida. En otras palabras: un primer paso es poner al desnudola vaciedad y la ridiculez de los sentimientos monr-

    quicos impuestos a los sectores ms analfabetos de lapoblacin a travs de la industria massmeditica pbli-ca y privada. Y correspondientemente, poner de manifiesto los valoresrepublicanos de igualdad y fraternidad, protestando con-tra las campanas de cristal que aislan y protegen a laclase poltica que se ampara en la clausura monrquicadel rgimen vigente para ser irresponsable a su vez.

    3. En esta fase los smbolos y los ritos me parecenesenciales. Cada festividad pblica debera ser conver-tida en una fiesta republicana. Los colores republica-nos deben aparecer por todas partes, aunque sea comosimples guios. Y tambin habra que tratar de avanzarhacia la celebracin de una festividad anual puramen-te republicana.Pero es esencial que el republicanismo de nuestro pas per-manezca incontaminado de todas las provocaciones y pseu-do-manifestaciones que se tratar de organizar contra l. Portanto ha de ser exquisitamente democrtico y pacfico, y sa-ber que ser objeto de provocaciones

    1. El camino hacia la proclamacin de la Repblica estabierto desde el restablecimiento de las libertades pol-ticas, ste slo alcanza su plenitud en el estado republi-cano, en la plena elegibilidad de todas las instancias ins-titucionales. Otra cosa es cuando el camino enfilar surecta final y la marcha hacia se acelere

    2. El paso fundamental es no dar por cerrado, con elrgimen actual, el proceso de construccin democrtica.Ni esperar pasivamente a su quiebra, que no est escritoque pueda llegar, ni pretender imponer la Repblica porotro va que no sea poltica y democrtica

    3. La educacin republicana de la ciudadana, llegar a

    REPBLICA

    38 / El Viejo Topo

    Jos Luis Martn RamosProfesor en la UAB. Su ltimo libro esPetita histria del Partit dels Socialistes de Catalunya

    Juan-Ramn CapellaCatedrtico de Filosofa del Derecho.Su ltimo libro esEntrada en la barbarie

  • generar un estado de opinin mayoritario y instigar alos movimientos sociales y a las fuerzas polticas a asu-mir el horizonte republicano sin complejos, combatien-do el accidentalismo que hoy por hoy les domina

    1. La pregunta sobre el eventual inicio de un caminohacia la proclamacin de la III Republica presuponeotra pregunta previa, la de si existen en los actualesmomentos de Espaa condiciones politcas reales paraello. O de otra manera, se trata de una mera reformaconstitucional, que se llegara a aprobar por las Cortes ode levantar una bandera de agitacin y movilizacin quellene el vaco que tiene en estos momentos la Izquierdainsatisfecha? Lo primero solo sera tcnicamente posi-ble por parte de una mayora parlamentaria de izquierdaque se decidiera a hacerlo, como se hizo con el matrimo-nio de los gays. Lo segundo es ms fcil y es a lo que con-ducen ms bien las dos preguntas que siguen. Yendo algrano, creo que si hablamos de un cambio como el del 14de abril del 31, ello exige unas condiciones polticas queno se tienen en estos momentos, ni siquiera para iniciarese camino, que es un proceso de naturaleza fundamen-talmente poltica. La II Repblica fue en nuestra luchaantifranquista una referencia ideolgica de gran potenciay un objetivo poltico claro, hasta que el PCE, no lo olvi-demos, abandon esta bandera. La extrema izquierda encambio sigui defendindola incluso en la Transicin,hasta la llegada del PSOE al poder, que hizo irreversible elcambio a la democracia, bajo la forma monrquica. Hacambiado el escenario y los agentes. No es el menor deellos, por no decir el dominante, el nacionalismo omni-presente, que ha contaminado a la izquierda y ha impe-dido profundizar en una democracia transformadora.Creemos que no hay condiciones para volver a la antiguaconsigna que se plante a la muerte de Franco: era unaminora la que optaba por el binomio ruptura/repblicaen contra del que triunf, transicion/monarqua (apoya-do por el PCE/PSUC).

    2. Ello no quiere decir que no haya que seguir alimen-tando la memoria republicana, por un lado, y actualizarel contenido de la Repblica, insuflndole los nuevosvalores que ha puesto de relieve la corriente del republi-canismo acadmico.

    3. Abrir un gran debate sobre el binomio Democraciay Repblica y sobre el contenido del que se quiere dotara estos trminos, adaptados a la situacin actual. Se tra-tara no slo de mantener la Memoria republicana, sinoconvencer de que es la mejor forma posible en elmomento actual de Democracia radical. Pero me pare-ce muy prematuro hablar de estrategia para un posi-ble movimiento republicano

    1. No creo que sea una cuestin que est en la agen-da de los partidos polticos. Es ms, no creo que seauna prioridad, ni siquiera, para los restos de IzquierdaUnida. Sin embargo, La Repblica como modelo deestado y sin que signifique, en principio, nada ms queeso debera ser una aspiracin natural del siglo XXI.La reforma de la Constitucin se impone, sin duda,pero me preocupa ms desde un punto de vista de-mocrtico y pensando en la igualdad el Ttulo VIII queel Ttulo II.

    2. Creo que la deslegitimacin de sus funciones y de lasupuesta necesidad esencial de la monarqua como r-bitro debera ser la primera parte de una estrategia glo-bal. No creo que la figura del Jefe del Estado actual debaser atacada (sera un error tctico vista la popularidaddel monarca y slo reforzara su posicin), ms bien sedebera cerrar esta etapa borbnica con la concesinde medallas al tiempo que se impide la sucesin por ra-zones de inutilidad.

    REPBLICA

    El Viejo Topo / 39

    Irene CastellsProfesora en la UAB. Es autora deLa revolucin francesa

    Manuel Fernndez-CuestaEditor, director de la editorial Pennsula

  • 3. Siguiendo la respuesta anterior, considero que elanlisis crtico de la historia y de la actuacin de la mo-narqua debera llevarnos a una toma de conciencia co-lectiva. Sin embargo, para que se pueda poner en cues-tin una institucin en el capitalismo democrtico demercado, se requieren medios materiales y humanosno slo voluntad para extender una fuerte campaade informacin. En realidad, deberamos plantearnosprimero qu tipo de Repblica queremos, no sea que enel camino nos encontremos con incmodos aliados

    1. Ha llegado el momento, una vez estrellada la polti-ca de IU de acercamiento gratuito al PSOE, de iniciar,desde la izquierda anticapitalista, el camino hacia lademocracia. La monarqua es slo uno de los fetichesde este modelo poltico y social injusto. Si cuestionamosel modelo econmico, ya estamos preguntndonos so-bre la forma del Estado.

    2. Es un error histrico derribar estatuas para erigir otrassobre la misma estructura y relaciones de produccin.Qu es eso que llamamos Repblica? En qu modelosocial estamos pensando? Seguimos soando con la ide-alizacin falsa e interesada que desde algunos sectores dela izquierda se ha hecho del modelo burgus de 1931?Repblica o monarqua no es la cuestin. Socialismo obarbarie, por decir con los clsicos, parece todava el ejede cualquier discurso que se pretenda anticapitalista.

    3. En primer lugar, deberamos preguntarnos qu eseso que los medios de comunicacin denominan larealidad. Una vez desmontado el espectculo, se debe-ra fortalecer la izquierda real, transformadora. Paraello las formaciones polticas y sindicales deberan re-flexionar, sin miedo ni vergenza, sobre las relacionesde explotacin y el mundo del trabajo precario en el

    seno del capitalismo neoimperial. Si se rompe el es-quema establecido por el mercado, si se pone en dudael sagrado binomio democracia-mercado, la monar-qua desaparecer

    1. La pregunta, supongo, tiene un sentido emprico. Des-de el punto de vista normativo, de lo deseable, no tienesentido apelar al momento. Y, en el presente, no creo quehoy la disposicin de los agentes polticos sea la mejor. IUest en trance de desaparicin. Por lo dems, una repbli-ca medianamente pulcra no creo que contara con elapoyo de los partidos nacionalistas que, una y otra vez, seresisten a cualquier forma de tomarse en serio lo de ciu-dadanos iguales en derechos y libertades. Basta con leer aAzaa para convencerse de su deslealtad cuando no trai-cin con la anterior repblica. Y en esa consideracinhay que incluir a ERC, un partido directamente xenfobocon los trabajadores del resto de la repblica, segn mos-tr la investigacin de Chris Ealham.

    2. En virtud de lo anterior, la tentacin ms inmediataes dejar en blanco esta pregunta. Y la siguiente. Si no haytrama poltica slo cabe la batalla de las ideas. Y en estatres frentes: defensa de lo pblico, con un espacio libre delos poderes econmicos; aumento del control democr-tico, de la lucha contra la corrupcin y, tambin, del con-trol poltico de los gobiernos de turno (basta con ver lastelevisiones autonmicas); y lucha por los ideales igua-litarios, que conlleva como primer paso el camino devuelta de la contaminacin identitaria que vincula la ciu-dadana a una hipottica identidad cultural atribuida yque convierte al rival poltico en antipatriota (ese anti-cataln aplicado en su da a los socialistas y que ellosaplican ahora al PP o entre ellos mismos).

    3. Es complicado condicionar una pegunta a las ante-riores. Y ms una tercera. Lo poco que se me ocurre estcontenido en las respuestas anteriores

    REPBLICA

    40 / El Viejo Topo

    Mara ToledanoFilsofa, colaboradora dewww.rebelion.org

    Flix OvejeroProfesor de la Universidad de Barcelona.Su ltimo libro esContra Cromagnon