120912389 el libro de los muertos

Upload: betianapia

Post on 04-Apr-2018

228 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    1/256

    El libro tibetano de la vida y deEl libro tibetano de la vida y dela muertela muerte

    Sogyal Rimpoch

    Ttulo de la edicin original: The Tibetan Book of Living and Dymg

    Dedico este libro a Jamyang Khyentse Chkyi Lodr, a Dudjom Rimpoch, a DilgoKhyentse Rimpoch, a Khyentse Sangyum Khandro Tsering Chdrn y a todos misqueridos maestros, que han sido la inspiracin de mi vida.Que este libro sirva de gua para la liberan, que sea til para los vivos, los moribundos

    y los muertos.Que sirva de ayuda a todos quienes lo lean y los aliente en su viaje hacia la Iluminacin!

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    2/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    Acerca del autor

    Sogyal Rimpoch naci en Tbet y fue criado como un hijo por uno de los maestrosespirituales ms reverenciados de este siglo, Jamyang Khyentse Chkyi Lodr. Desde su

    primera infancia, Rimpoch disfrut de una relacin particularmente ntima y afectuosa

    con este gran maestro y se impregn de la atmsfera de sabidura, compasin y devocinque lo rodeaba. Eso instil en l una profunda comprensin de la esencia-ncleo de lasenseanzas budistas, surgida de su propia experiencia, que, al combinarse con su

    preparacin tradicional como Lama encarnado, lo prepar para su futuro papel de maestro.Tras el fallecimiento de Jamyang Khyentse, Sogyal Rimpoch sigui estudiando con susotros dos maestros principales, Dudjom Rimpoch y Dilgo Khyentse Rimpoch, quefueron la principal fuente de inspiracin de su trabajo en Occidente. En 1se traslad aInglaterra, donde estudi Religin comparada en la Universidad de Cambridge. Empez aensear en 1974, y desde entonces ha estado cada vez ms solicitado y no ha cesado deensear en Europa oriental y occidental, en Estados Unidos, en Australia y en Oriente.Rimpoch considera que el trabajo de su vida consiste en trasplantar la enseanza de Buda

    a Occidente, mediante su oferta de una formacin basada en la visin que se expone en elEl libro betano de la vida y de la muerte. Esta formacin puede capacitar a las personasque la siguen para comprender, encarnar e integrar las enseanzas en su vida cotidiana, y,

    por consiguiente, ofrecer la mayor ayuda posible a los dems y al mundo en general. Pocosmaestros poseen la capacidad de comunicacin de Rimpoch, y los ms de veinte aos quelleva viviendo y enseando en Occidente le han proporcionado una profunda comprensinde la mente occidental. Se lo conoce sobre todo por el entusiasmo, el buen humor y laclaridad con que salva todas las barreras religiosas, culturales y psicolgicas para revelar elcorazn de la visin de Buda. Recurriendo a sus propias experiencias y a convincentesejemplos sacados de la vida cotidiana, es capaz de transmitir vividamente el sentido y elaroma de la verdad interior de las enseanzas, relacionndolas directamente con laexperiencia personal de cada alumno.Sogyal Rimpoch encarna la energa dinmica, el espritu de generosidad y lacomunicacin directa que distinguen a la gran tradicin Dzogchen a la que pertenece.RIGPA Sogyal Rimpoch ha dado el nombre de Rigpa a una red singular de centros ygrupos de personas de todo el mundo que siguen las enseanzas de Buda bajo suorientacin. La visin y los objetivo de estos grupos es poner las enseanzas budistas adisposicin del mayor nmero posible de personas, sin distinciones de raza, color ni credo,y crear ambientes favorables e inspiradores que fomenten el estudio y la prctica.A fin de responder a la enorme oleada de inters que ha despertado el trabajo de SogyalRimpoch y el Libro tibetano de la vida y de la muerte, Rigpa publica regularmente un

    boletn por el que informa a quienes han ledo el libro de Rimpoch sobre otrosacontecimientos, noticias y enseanzas con l relacionadas. Actualmente se estdesarrollando una serie de cursos de formacin basados en este libro, dentro de un

    programa de asistencia espiritual dirigido a los vivos y a los muertos, y se ha creado ya unared de asistentes que permite intercambiar ideas y recursos. Este programa explorar

    posibles maneras de desarrollar servicios de asistencia espiritual, crear hospicios budistas yconcebir nuevos enfoques para la asistencia sanitaria y psicoespiritual.Rigpa tiene centros en ciudades de varios pases que ofrecen cursos regulares sobremeditacin, sobre la compasin y sobre todos los aspectos de la sabidura budista aplicadaal mundo moderno. Rigpa ha desempeado un papel fundamental en la presentacin aOccidente de los ms eminentes maestros budistas de todas las tradiciones, entre ellos Su

    Santidad el Dalai Lama. En el Centro Internacional de Rigpa de Londres se exploran, juntoa las enseanzas budistas, los ms diversos mtodos contemporneos, desde la psicoterapia

    Pgina 2 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    3/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    y la sanacin, las artes y las ciencias, al estudio de la muerte y la asistencia a losmoribundos.Uno de los grandes problemas que afronta la persona en el mundo moderno es la falta deuna educacin espiritual completa, y la ausencia de un ambiente espiritual en el cualexperimentar plenamente la verdad de las enseanzas e integrarlas en la vida cotidiana. Por

    consiguiente, uno de los puntos centrales del programa de Rigpa es la formacin intensivadirigida por Sogyal Rimpoch durante retiros de hasta tres meses de duracin. Estos retirostienen lugar cada ao en Europa, Estados Unidos y Australia. Rimpoch ha fundadocentros de retiro en zonas rurales de Francia e Irlanda.

    Rigpa contribuye tambin al trabajo de muchos grandes maestros de Oriente y colaboracon el Monasterio Dzogchen y su reconstruccin en Kollegal (Mysore), en el sur de India.En su prximo libro, que en cierto modo ser continuacin deEl libro tibetano de la vida yde la muerte, Rimpoch aprovechar su considerable experiencia docente en Occidente

    para explorar de qu manera quienes deseen seguir la senda espiritual pueden crear un

    entorno espiritual en el que encuentren un sentido personal a las enseanzas y las integrenverdaderamente en su vida cotidiana. Ser un manual prctico sobre cmo trabajar con lamente y las emociones, cmo aplicar realmente la prctica de la compasin y cmoresponder a los desafos que implica llevar una vida espiritual en el mundo de hoy.Las personas que estn interesadas en obtener ms datos sobre el programa de enseanzade Sogyal Rimpoch y los cursos de Rigpa, informacin sobre cualquier tema mencionadoen este libro, casetes magnetofnicas con las enseanzas de Sogyal Rimpoch oinformacin sobre la manera de hacer una ofrenda a los muertos, pueden dirigirse a lassiguientes direcciones: Estados Unidos Rigpa National Office P.O. Box Santa Cruz, CA95061-0Tcl.: (408) 91 03 En esta direccin podr ponerse en contacto con grupos deWashington DC, Boston, Nueva York, Chicago, Seattle, Portland, San Francisco, Berkeley,San Diego, Ontario (Canad) y otras ciudades.Gran Bretaa Rigpa Caledonian Road Londres NI 1BB Tel.: (071) 01 85 Australia Rigpa12/37 Nicholson Street Balmain Sydney, NSW 2Tel.: (02) 99 52 Irlanda Dzogchen BearaGarranes Allihies, West Cork Tel.: (027) 32 Alemania Rigpa Hasenheide 9 10Berln Tel.:(030) 64 33 Rigpa Nibelungenstr. 11 80Munich Tel.: (089) 13 31 20Francia Rigpa 22, ruBurq 75Pars Tel.: (l) 42 54 53 25 Lerab Ling L'Engayresque 34Roqueredonde Tel.: (67)44 41 99 Pases Bajos Stichting Rigpa Sint Agnietenstrat 22 1EG Amsterdam Tel.: (20)8Suiza Rigpa P.O. Box 8Zrich Tel.: (01) 15 47 En estos pases existen muchos otrosgrupos. Puede solicitar informacin sobre ellos a los centros nacionales que aqu seindican.

    Pgina 3 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    4/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    ndice

    Prlogo de Su Santidad el Dalai LamaPrefacio

    PRIMERA PARTE: LA VIDA1.En el espejo de la muerte2. La impermanencia3. Reflexin y cambio4. La naturaleza de la mente5. Llevar la mente a casa6. Evolucin, karma y renacimiento7. Los bardos y las otras realidades8. Esta vida: el bardo natural9. La senda espiritual10. La esencia ntima

    SEGUNDA PARTE: LA MUERTE11. Consejo de corazn sobre la asistencia a los moribundos12. Compasin: la joya que concede los deseos13. Ayuda espiritual para los moribundos14. Prcticas para morir15. El proceso de morirTERCERA PARTE: MUERTE Y RENACIMIENTO16. La base17. El resplandor intrnseco18. El bardo del devenir19. Ayudar despus de la muerte20. La experiencia de casi muerte: una escalera hacia el cielo?CUARTA PARTE: CONCLUSIN21. El proceso universal22. Servidores de la pazApndice 1: Mis maestrosApndice 2: Preguntas acerca de la muerteApndice 3: Dos historiasApndice 4: Dos mantras

    Agradecimientos

    Pgina 4 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    5/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    Prlogo de Su Santidad el Dalai Lama En esta oportuna obra, Sogyal Rimpoch se centraen los modos de comprender el verdadero significado de la vida, aceptar la muerte, asistir alos moribundos y ayudar a los muertos.La muerte es una parte natural de la vida que todos deberemos afrontar tarde o temprano.Segn mi entendimiento, son dos las actitudes que podemos adoptar ante ella mientras

    vivimos: o bien elegimos no pensar en ella, o bien podemos hacer frente a la perspectiva denuestra propia muerte y, reflexionando con claridad sobre ella, tratar de reducir al mnimoel sufrimiento que puede producir. Sin embargo, con ninguna de estas dos actitudes

    podemos llegar realmente a vencerla.En mi condicin de budista, contemplo la muerte como un proceso normal, una realidadque acepto ha de ocurrir en tanto permanezca en esta existencia terrenal. Sabiendo que no

    puedo eludirla, no veo que tenga sentido preocuparme por ella. Tiendo a figurarme lamuerte como un cambio de ropa cuando la que llevo est vieja y gastada, no como un finaldefinitivo. Pero la muerte es imprevisible: ignoramos cundo o cmo ocurrir. As pues,resulta sensato tomar ciertas precauciones antes de que se produzca realmente.Es evidente que a la mayora de nosotros nos gustara tener una muerte apacible, pero

    tambin est claro que no podemos esperar una buena muerte si nuestra vida ha estadollena de violencia, si nuestra mente ha estado agitada principalmente por emociones comola ira, el apego o el miedo. Por lo tanto, si deseamos morir bien, hemos de aprender a vivir

    bien; manteniendo la esperanza de una muerte apacible, debemos cultivar la paz en nuestramente y en nuestra manera de vivir.Como podrn leer aqu, desde el punto de vista budista la experiencia real de la muerte esmuy importante. Aunque el cmo y el dnde vamos a renacer viene generalmentedeterminado por fuerzas krmicas, nuestro estado mental en el momento de la muerte

    puede influir en la calidad de nuestro prximo renacimiento. As pues, y a pesar de la granvariedad de karmas que hemos acumulado, si en el momento de la muerte hacemos unesfuerzo especial para generar un estado mental virtuoso, podemos fortalecer y activar unkarma virtuoso y de este modo dar lugar a un feliz renacimiento.El instante real de la muerte es tambin la ocasin en que pueden presentarse lasexperiencias interiores ms profundas y beneficiosas. Mediante la repetida familiarizacincon los procesos de la muerte por medio de la meditacin, un meditador experimentado

    puede aprovechar su muerte para alcanzar una gran realizacin espiritual. Por eso lospracticantes con experiencia emprenden prcticas meditativas en el momento de morir.Una indicacin de sus logros es que muchas veces su cuerpo no empieza a descomponersesino hasta mucho despus de la muerte clnica.

    No menos importante que prepararnos para nuestra propia muerte es ayudar a otros a morirbien. Cuando nacemos, todos nos hallamos desvalidos e impotentes, y sin el cuidado y el

    afecto que recibimos entonces no habramos sobrevivido. Puesto que los moribundos sonigualmente incapaces de valerse por s mismos, deberamos aliviar su malestar y suangustia y asistirlos en la medida de lo posible para que mueran con serenidad.Aqu lo principal es evitar todo aquello que perturbe la mente de la persona moribunda msde lo que ya est. Al asistir a una persona moribunda, nuestro primer objetivo es infundirleserenidad, lo que se puede conseguir de muchas maneras. Un moribundo que estfamiliarizado con las prcticas espirituales puede sentirse estimulado y alentado si se lerecuerdan estas prcticas, pero incluso la simple atencin afectuosa puede generar unaactitud serena y sosegada en la mente de la persona que va a morir.La Muerte y el Morir constituyen un punto de encuentro entre la tradicin cientficamoderna y la budista tibetana. Creo que en el plano de la comprensin y el beneficio

    prctico ambas pueden ayudarse muchsimo mutuamente. Sogyal Rimpoch se hallaespecialmente bien situado para facilitar este encuentro; nacido y educado en la tradicin

    Pgina 5 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    6/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    tibetana, recibi formacin de algunos de nuestros mayores lamas. Puesto que tambin seha beneficiado de una educacin moderna y vivido y enseado muchos aos en Occidente,ha llegado a conocer bien los modos de pensamiento occidentales.Este libro ofrece a los lectores no slo una explicacin terica de la muerte y el morir, sinotambin medidas prcticas para que comprendan y se preparen ellos mismos y a otros de

    una forma serena y enriquecedora.

    Pgina 6 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    7/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    Prefacio

    Nac en Tbet, y a los seis meses ingres en el monasterio de mi maestro JamyangKhyentse Chkyi Lodr, en la provincia de Kham. En Tbet tenemos la especial tradicinde buscar las reencarnaciones de los grandes maestros que han fallecido. Se los elige de

    pequeos y se les da una educacin especial con objeto de prepararlos para que sean los

    maestros del futuro. A m me impusieron el nombre de Sogyal, aunque todava habra depasar algn tiempo para que mi maestro me reconociera como encarnacin de TertnSogyal, renombrado mstico que haba sido uno de sus propios profesores y maestro delDcimotercer Dalai Lama.Mi maestro, Jamyang Khyentse, era alto para lo que es corriente entre los tibetanos, y sucabeza siempre pareca destacar sobre las dems en una multitud. Tena el cabello plateado,muy corto, unos ojos amables que brillaban de humor y unas orejas largas, como las deBuda. Pero lo que ms llamaba la atencin en l era su presencia. Su mirada y su porterevelaban que era un hombre sabio y santo. Tena una voz bien modulada, grave ycautivadora, y cuando enseaba sola echar la cabeza ligeramente hacia atrs y lasenseanzas fluan de su boca en un torrente de elocuencia y poesa. Y, con todo el respeto e

    incluso admiracin reverente que suscitaba, haba humildad en todo lo que haca.Jamyang Khyentse es el fundamento de mi vida y la inspiracin de este libro. Fue laencarnacin de un maestro que transform la prctica del budismo en nuestro pas. EnTbet, nunca era suficiente llevar el nombre de una encarnacin; siempre haba que ganarseel respeto mediante el propio saber y la propia prctica espiritual. Mi maestro se pas aosen retiro, y se cuentan muchos relatos milagrosos sobre l. Sus conocimientos y surealizacin espiritual eran profundos, y con el tiempo llegu a descubrir que era como unaenciclopedia de sabidura y conoca la respuesta a cualquier pregunta que pudieranformularle.En Tbet haba muchas tradiciones espirituales, pero Jamyang Khyentse era reconocidocomo una autoridad en todas ellas. Para todos aquellos que lo conocieron u oyeron hablarde l, era la personificacin del budismo tibetano, un ejemplo viviente de cmo podallegar a ser quien comprendiera las enseanzas y completara su prctica.He odo decir que mi maestro afirm que yo contribuira a continuar su obra, y ciertamentesiempre me trat como si fuera su propio hijo. Pienso que lo que he podido lograr hastaahora en mi trabajo, y el pblico al que he podido llegar, es la maduracin de la bendicinque me dio.Mis primeros recuerdos son de l. l fue el entorno en que me cri, y su influencia dominmi niez. Fue como un padre para m. Me conceda todo lo que le peda. Su consorteespiritual, Khandro Tsering Chdrn, que es tambin mi ta, sola decir: No molestes aRimpoch, a lo mejor est ocupado,1 pero yo siempre quera estar a su lado, y l se

    alegraba de tenerme cerca. Constantemente lo atosigaba con toda clase de preguntas, y lsiempre me responda con paciencia. Yo era un chico travieso; ninguno de mis tutoresconsegua inculcarme disciplina. Cuando pretendan pegarme, corra a esconderme detrsde mi maestro, donde nadie osaba acercarse. All agazapado, me senta orgulloso ysatisfecho de m mismo; l se limitaba a rer. Hasta que un da, sin que yo lo supiera, mitutor fue a hablar con l y le explic que, por mi propio bien, la cosa no poda continuaras. La siguiente vez que fui a esconderme, mi tutor entr en la sala, hizo tres postracionesante mi maestro y me sac a rastras. Recuerdo que, mientras me sacaba de la habitacin,me pareci muy extrao que no le tuviera miedo a mi maestro.Jamyang Khyentse viva en la sala en que su anterior encarnacin haba tenido sus visionesy puesto en marcha el resurgir de la cultura y la espiritualidad que se extendi por todo el

    Tbet oriental durante el siglo pasado. Era una sala maravillosa, no especialmente amplia,pero con una atmsfera mgica, llena de libros, pinturas y objetos sagrados. La llamaban

    Pgina 7 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    8/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    el cielo de los budas y la sala de la transmisin de poderes, y si hay algn lugar deTbet que recuerdo bien es esa habitacin. Mi maestro se sentaba en un asiento bajo hechode madera y tiras de cuero, y yo me acomodaba a su lado. Me negaba a comer si no era desu tazn. En el pequeo dormitorio contiguo haba una galera exterior, pero siempreestaba a oscuras, y siempre haba una tetera hirviendo sobre el fogoncito del rincn. Por lo

    general, yo sola dormir en el cuarto de mi maestro, en una cama pequea situada a los piesde la suya. Un sonido que nunca podr olvidar es el tableteo de las cuentas de su mala, surosario budista, mientras l susurraba sus oraciones. Cuando me iba a acostar l estaba all,sentado y practicando, y cuando despertaba por la maana lo encontraba ya despierto,sentado y practicando de nuevo, rebosante de bendiciones y poder. Cuando abra los ojos ylo vea, me inundaba una clida y reconfortante sensacin de dicha. Tal era el aura de pazque lo envolva.A medida que fui hacindome mayor, Jamyang Khyentse me haca presidir ceremonias,mientras l desempeaba el papel de director de los cantos. Yo era testigo de todas lasenseanzas e iniciaciones que daba a otros, pero, ms que los detalles, lo que recuerdoahora es la atmsfera. Para m, era el Buda, de eso no tena ninguna duda. Y todos los

    dems tambin lo reconocan.Cuando daba iniciaciones, sus discpulos quedaban tan abrumados de pasmo reverencialque apenas se atrevan a mirarlo a la cara. Algunos lo vean verdaderamente bajo la formade su predecesor, o como diferentes budas y bodisatvas.2 Todos lo llamaban Rimpoch, elPrecioso, que es el ttulo que se concede a un maestro, y cuando l estaba presenteninguno de los dems maestros reciba esa denominacin. Su presencia era tan imponenteque muchos lo llamaban afectuosamente el Buda Primordial.' S que si no hubieraconocido a mi maestro Jamyang Khyentse, yo sera una persona completamente distinta.Con su calidez, su sabidura y su compasin, encarnaba la verdad sagrada de lasenseanzas y, as, las volva prcticas y vibrantes de vida. Cada vez que comparto conotros esa atmsfera de mi maestro, pueden percibir la misma sensacin profunda quedespertaba en m. Qu fue, pues, lo que inspir en m Jamyang Khyentse? Unainconmovible confianza en las enseanzas, y la conviccin de la esencialsima importanciadel maestro. Toda la comprensin que pueda tener hoy, s que se la debo a l.Y eso es algo que nunca podr pagarle, pero que puedo transmitirlo a otros.Durante mi juventud en Tbet vi la clase de amor que Jamyang Khyentse irradiaba en lacomunidad, sobre todo cuando guiaba a los moribundos y a los muertos. En Tbet, un lamano era slo maestro espiritual, sino tambin sabio, terapeuta, prroco, mdico y sanadorespiritual, dedicado a ayudar a los enfermos y los moribundos. Ms tarde llegu a aprenderlas tcnicas concretas para guiar a los moribundos y a los muertos siguiendo las enseanzasrelacionadas con elLibro tibetano de los muertos, pero las lecciones ms importantes que

    aprend sobre la muerte (y la vida) las obtuve contemplando a mi maestro cuando guiaba alos moribundos con infinita compasin, sabidura y comprensin.Rezo para que este libro transmita al mundo algo de su gran sabidura y compasin, y paraque gracias a ellas, tambin usted, est donde est, pueda sentirse en presencia de su mentede sabidura y encontrar una conexin viva con l.

    Pgina 8 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    9/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    PRIMERA PARTE La vida

    CAPITULO UNOEn el espejo de la muerte

    Mi primera experiencia de la muerte se produjo cuando yo tena unos siete aos. Nos

    disponamos a dejar las tierras altas del Este para viajar al Tbet central. Samten, uno de losasistentes personales de mi maestro, era un monje maravilloso que fue muy bueno conmigodurante mi niez. Tena una cara resplandeciente, rolliza y redondeada, siempre a punto deesbozar una sonrisa. Debido a su buen carcter, era el favorito de todos en el monasterio.Mi maestro daba cada da enseanzas e iniciaciones, y diriga prcticas y rituales. Alterminar la jornada, yo sola reunir a mis amigos y organizaba una pequea representacinteatral en la que pona en escena los acontecimientos de la maana, y era Samten quien me

    prestaba siempre las vestiduras que haba utilizado mi maestro durante el da. Jams menegaba nada.Pero entonces Samten cay enfermo repentinamente, y pronto se hizo evidente que no ibaa vivir. Tuvimos que aplazar la partida. Nunca olvidar las dos semanas que siguieron. El

    rancio olor de la muerte lo cubra todo como una nube, y cada vez que pienso en aquellosdas vuelvo a sentir ese olor. El monasterio estaba saturado de una intensa conciencia de lamuerte. Sin embargo, la atmsfera no era en absoluto morbosa ni de temor; en presencia demi maestro la muerte de Samten cobraba un significado especial. Se converta en unaenseanza para todos nosotros.Samten permaneca acostado junto a la ventana de un pequeo templo situado en laresidencia de mi maestro. Yo saba que estaba murindose. De vez en cuando iba a verlo yme sentaba un rato a su lado. Por entonces Samten ya no poda hablar, y me impresionabael cambio que haba experimentado su rostro, ya macilento y demacrado. Comprend queiba a dejarnos y que no volveramos a verlo ms. Me senta profundamente triste ysolitario.La muerte de Samten no fue fcil. El sonido de su laboriosa respiracin nos segua portodas partes, y podamos oler la descomposicin de su cuerpo. El monasterio se hallabasumido en un silencio abrumador, roto nicamente por sus estertores.Todo estaba centrado en Samten. Sin embargo, aunque haba tanto sufrimiento en su

    prolongada agona, todos nos dbamos cuenta de que en lo ms hondo tena paz yconfianza interior.Al principio no poda explicrmelo, pero en seguida comprend de dnde proceda esasensacin: de su fe y su preparacin, y de la presencia de nuestro maestro. Y aunque seguestando triste, supe entonces que si nuestro maestro estaba all, todo acabara siendo para

    bien, pues l podra guiar a Samten hacia la liberacin.

    Ms tarde llegu a saber que todo practicante suea con morir ante su maestro y con tenerla buena fortuna de ser guiado por l en el trance de la muerte.Mientras Jamyang Khyentse guiaba serenamente a Samten en su muerte, le iba explicandouna por una todas las fases del proceso por el que estaba pasando. Me asombraban la

    precisin de sus conocimientos y su confianza y serenidad. Cuando estaba presente, suserena confianza tranquilizaba aun a la persona ms angustiada. En aquellos momentos,Jamyang Khyentse nos revelaba su intrepidez ante la muerte. No es que se tomara jams lamuerte a la ligera: a menudo nos deca que l le tena miedo y nos recomendaba que no nosla tomramos de un modo ingenuo o complaciente. Qu era, entonces, lo que le permitaafrontar la muerte de una manera tan solemne y al mismo tiempo tan libre de cuidados, tan

    prctica pero tan misteriosamente despreocupada? Esta pregunta me fascinaba y me

    absorba.

    Pgina 9 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    10/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    La muerte de Samten fue una conmocin para m. A los siete aos de edad, vislumbr porprimera vez el enorme poder de la tradicin en que se me estaba instruyendo y empec acomprender el sentido de las prcticas espirituales. La prctica haba conferido a Samten laaceptacin de la muerte, as como una clara comprensin de que el sufrimiento y el dolor

    pueden formar parte de un profundo proceso natural de purificacin. La prctica haba

    conferido a mi maestro un conocimiento completo de lo que es la muerte, y una tecnologaprecisa para guiar a las personas en ese trance.Tras la muerte de Samten partimos hacia Lhasa, la capital de Tbet, emprendiendo un arduoviaje de tres meses a lomo de caballo.Desde all proseguimos nuestra peregrinacin hacia el Tbet central y meridional, hacia loslugares sagrados de los santos, reyes y letrados que introdujeron el budismo en Tbet a

    partir del siglo VII. Mi maestro era emanacin de muchos maestros de todas lastradiciones, y a causa de su reputacin reciba una tumultuosa bienvenida all donde iba.Aquel viaje fue sumamente emocionante para m, y todava guardo de l muchos hermososrecuerdos. Los tibetanos se levantan temprano, con objeto de aprovechar plenamente la luzdel da. Nos acostbamos al caer la noche y nos levantbamos antes del alba, para que los

    yaks que transportaban la carga pudieran ponerse en marcha con la primera luz delamanecer.Se desmontaban las tiendas, y las ltimas que permanecan en pie eran la de la cocina y lade mi maestro. Siempre se adelantaba un explorador con la misin de elegir un buen lugar

    para acampar, y hacia el medioda nos detenamos y montbamos las tiendas hasta lamaana siguiente. A m me gustaba acampar a orillas de algn ro y escuchar el rumor delagua, o sentarme dentro de la tienda y escuchar el chapaleteo de la lluvia en el techo.ramos un grupo pequeo, de unas treinta tiendas en total.Durante el da yo montaba un caballo de color dorado al lado de mi maestro; mientrascabalgbamos, l me daba enseanzas, contaba historias, practicaba y compona diversas

    prcticas especialmente para m. Un da, cuando nos acercbamos al lago sagrado deYamdrok Tso y divisbamos ya el resplandor turquesa de sus aguas, otro lama de nuestrogrupo, Lama Tseten, empez a morir.La muerte de Lama Tseten fue para m otra slida enseanza.Este lama haba sido el tutor de la esposa espiritual de mi maestro, Khandro TseringChdrn, que en la actualidad todava vive. Son muchos quienes la consideran la msdestacada practicante de Tbet, una maestra oculta que, en mi opinin, personifica ladevocin y ensea mediante la sencillez de su presencia amorosa. Lama Tseten era un

    personaje enormemente humano, como un abuelo de todos. Tena ms de sesenta aos, eraalto, de cabellos grises, e irradiaba una bondad espontnea.Tambin era un consumado practicante de la meditacin, y el mero hecho de estar junto a

    l suscitaba en m una sensacin de paz y serenidad. A veces me regaaba, y entonces letena miedo, pero a pesar de sus momentos de severidad nunca perda su talante afectuoso.Lama Tseten muri de una forma extraordinaria. Aunque haba un monasterio cercano, seneg a ir all, diciendo que no quera darles el trabajo de deshacerse de su cadver. As

    pues, nos detuvimos y levantamos las tiendas en crculo, como de costumbre. Khandrocuidaba y atenda a Lama Tseten, puesto que era su tutor. Ella y yo ramos las nicas

    personas que haba en su tienda cuando de pronto el lama la llam a su lado. Tena lacostumbre de llamarla cariosamente A-mi, que en su dialecto natal significa hija ma.

    A-mi le dijo con ternura, ven aqu. Ha llegado el momento. No tengo ms consejosque darte. Ests bien como ests; estoy contento de ti. Sirve a tu maestro tal como hasvenido hacindolo.

    Ella se gir de inmediato para salir corriendo de la tienda, pero l la cogi por la manga.Adonde vas? le pregunt.

    Pgina 10 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    11/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    Voy a llamar a Rimpoch respondi ella.No lo molestes, no hay necesidad sonri el lama. Con el maestro no existe ladistancia.Dicho eso, alz la mirada hacia el cielo y falleci. Khandro liber la manga y sali a toda

    prisa para avisar a mi maestro.

    Yo permanec sentado en la tienda, incapaz de moverme.Me asombraba que una persona que estaba contemplando la muerte cara a cara pudieramostrar tal confianza. Lama Tseten habra podido tener junto a l a su lama en persona paraque lo ayudara (algo que cualquier otro hubiera deseado ardientemente), pero no lonecesitaba. Ahora s por qu: ya tena la presencia del maestro en su interior. JamyangKhyentse estaba siempre con l, en su mente y en su corazn; nunca, en ningn momento,notaba una separacin.Khandro fue a buscar a Jamyang Khyentse. Nunca olvidar cmo l se agach para entraren la tienda. Dirigi una mirada al rostro de Lama Tseten y luego, contemplando fijamentesus ojos, empez a rerse entre dientes. Siempre sola llamarlo La Gen (viejo Lama) enseal de afecto. Mi maestro advirti al instante, ahora lo comprendo, que Lama Tseten

    estaba practicando una meditacin especial en la que el practicante funde la naturaleza desu mente con el espacio de la verdad.

    Ya sabes, La Gen, que cuando se hace esta prctica pueden surgir obstculos sutiles.Vamos. Yo te guiar.Observ paralizado lo que ocurri a continuacin; de no haberlo visto yo mismo, jams lohabra credo.Lama, Tseten volvi a la vida. Acto seguido, mi maestro se sent a su lado ylo condujo en la prctica de phowa, cuyo fin es guiar la conciencia en los momentosanteriores a la muerte. Hay muchas maneras de realizar esta prctica, y la que utilizentonces culminaba con la slaba A pronunciada tres veces por el maestro. Cuando dijoA por primera vez, omos que Lama Tseten le acompaaba de un modo perfectamenteaudible. A la segunda, su voz ya no fue tan clara, y la tercera vez permaneci en silencio;nos haba dejado.La muerte de Samten me haba enseado el propsito de la prctica espiritual; la muerte deLama Tseten me ense que no es inslito que los practicantes de su calibre oculten susnotables cualidades durante su vida. Algunos, en realidad, slo las muestran una vez, en elmomento de la muerte. Aunque era un nio, me di cuenta de que haba una asombrosadiferencia entre la muerte de Samten y la de Lama Tseten, y comprend que era ladiferencia entre la muerte de un buen monje que haba practicado a lo largo de su vida y lade un practicante mucho ms consumado.Samten muri de un modo corriente y doloroso, aunque con la confianza de la fe; la muertede Lama Tseten fue una demostracin de maestra espiritual.

    Poco despus del entierro de Lama Tseten nos trasladamos al monasterio de Yamdrok.Como de costumbre, me acost en la habitacin de mi maestro, y recuerdo que estuvecontemplando las sombras producidas por los candiles de manteca que se agitaban en la

    pared. Mientras todos los dems dorman tranquilamente, yo permanec despierto y mepas la noche llorando.Aquella noche comprend que la muerte es real, y que yo tambin tendra que morir.Mientras yaca all tendido, pensando en la muerte en general y en mi propia muerte, porentre toda mi tristeza fue emergiendo una profunda sensacin de aceptacin, y con ella laresolucin de dedicar mi vida a la prctica espiritual.As pues, empec a afrontar la muerte y sus implicaciones a una edad muy temprana.Entonces no habra podido imaginar cuntas clases de muerte deban sobrevenir an,

    amontonndose la una sobre la otra: la muerte que fue la trgica prdida de mi pas, Tbet,tras la ocupacin china; la muerte que es el exilio; la muerte de perder todo lo que

    Pgina 11 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    12/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    poseamos mi familia y yo. Mi familia, Lakar Tsang, se haba contado entre las ms ricasde Tbet. Desde el siglo XIV era conocida como uno de los ms importantes benefactoresdel budismo, que sostena la enseanza de Buda y ayudaba a los grandes maestros en sutarea.' Pero la muerte ms desoladora an estaba por venir: la de mi maestro JamyangKhyentse. Al perderlo tuve la sensacin de que haba perdido el fundamento de mi

    existencia. Sucedi en 1959, el ao de la cada de Tbet. Para los tibetanos, la muerte de mimaestro fue un segundo golpe demoledor. Y para Tbet seal el fin de una era.

    LA MUERTE EN EL MUNDO MODERNO

    Cuando llegu a Occidente, me sorprendi el contraste entre las actitudes hacia la muertecon que me haba criado y las que entonces encontr. A pesar de sus xitos tecnolgicos, lasociedad occidental carece de una verdadera comprensin de la muerte y de lo que ocurredurante la muerte y despus de ella.Descubr que a la gente de hoy se le ensea a negar la muerte, y se les ensea que nosignifica otra cosa que aniquilacin y prdida. Eso quiere decir que la mayor parte del

    mundo vive o bien negando la muerte o bien aterrorizado por ella. El mero hecho de hablarsobre la muerte se considera morboso, y muchas personas creen que el solo hecho demencionarla es correr el riesgo de atrarsela.Otros contemplan la muerte con un buen humor ingenuo e irreflexivo, pensando que, poralguna causa desconocida, la muerte les ir bien y que no hay por qu preocuparse. Cuando

    pienso en estas personas recuerdo lo que dice un maestro tibetano: La gente suele cometerel error de tomarse la muerte con frivolidad y pensar "Bueno, morirse es algo que le pasa atodo el mundo; no es nada grave, es un hecho natural. Todo ir bien". Esa una teora muy

    bonita hasta que llega el momento de la muerte.2 De estas dos actitudes hacia la muerte,una la considera algo de lo que hay que escabullirse y la otra algo que se resolver por ssolo. Qu lejos estn las dos de comprender la verdadera importancia de la muerte! Lasgrandes tradiciones espirituales del mundo, incluyendo por descontado el cristianismo,siempre han dicho claramente que la muerte no es el final. Todas transmiten la visin dealguna clase de vida venidera, que infunde un sentido sagrado a esta vida que estamosllevando ahora. Pero, a pesar de sus enseanzas, la sociedad moderna es en gran medida undesierto espiritual en el que la mayor parte de la gente imagina que esta vida es lo nicoque existe. Carentes de toda fe autntica en una vida posterior, son mayora las personasque llevan una vida en ltimo trmino desprovista de sentido.He llegado a descubrir que los desastrosos efectos de esta negacin de la muerte vanmucho ms all del individuo y que afectan a todo el planeta. Debido a su creencia en questa es la nica vida, la gente moderna no ha desarrollado una visin a largo plazo; en

    consecuencia, no hay nada que les impida devastar el planeta para sus propios finesinmediatos y vivir de una manera egosta que podra resultar fatal para el futuro. Cuntasadvertencias ms necesitamos, como sta del anterior ministro brasileo de MedioAmbiente, responsable de la selva tropical amaznica? La moderna sociedad industrial esuna religin fantica.

    Estamos demoliendo, envenenando, destruyendo todos los sistemas vitales del planeta.Estamos firmando letras que nuestros hijos no podrn pagar... Nos comportamos como sifuramos la ltima generacin que va a vivir en el planeta.Sin un cambio radical de corazn, de mente, de visin, la Tierra acabar como Venus,calcinada y muerta? El miedo a la muerte y el desconocimiento de la vida futura alimentanesta destruccin del medio ambiente que amenaza las vidas de todos. Por eso, no es an

    ms preocupante que no se le ensee a la gente qu es la muerte ni cmo morir? O que nose les d ninguna esperanza en lo .que hay despus de la muerte ni, por tanto, en lo que

    Pgina 12 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    13/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    realmente hay detrs de la vida? Podria resultar ms irnico que los jvenes sean tancuidadosamente instruidos en todos los temas excepto en aquel que encierra la clave delsentido total de la vida, y acaso de nuestra misma supervivencia? He pensado a menudo enla manera en que algunos maestros budistas que conozco formulan una pregunta sencilla aquienes los abordan buscando sus enseanzas: Cree usted que hay una vida despus de

    sta? No se les pregunta si lo aceptan en cuanto proposicin filosfica, sino ms bien si losienten en lo profundo del corazn. El maestro sabe que si alguien cree en una vidadespus de sta, toda su actitud ante la vida ser distinta y tendr un claro sentido de lamoralidad y la responsabilidad personal. Lo que los maestros deben sospechar es queexiste el peligro de que la gente que carece de una intensa creencia en una vida venideraacabe creando una sociedad centrada nicamente en los resultados a corto plazo, sin

    pararse a reflexionar en las consecuencias de sus actos. Podra ser ste el motivo principalde que hayamos creado un mundo tan brutal como el que ahora ocupamos, un mundo en elque hay tan poca compasin? A veces creo que los pases ms ricos y poderosos del mundodesarrollado son como el reino de los dioses de que hablan las enseanzas budistas. Se diceque los dioses viven en un lujo fabuloso, deleitndose en todos los placeres imaginables,

    sin conceder el menor pensamiento a la dimensin espiritual de la vida. Todo parece ir bienhasta que se acerca la muerte y aparecen inesperados signos de decadencia; entonces loscnyuges y amantes de los dioses ya no osan acercrseles, sino que les arrojan flores desdecierta distancia y rezan a !a ligera para que vuelvan a renacer como dioses. Ni todos susrecuerdos de gozo y felicidad pueden protegerlos ahora del sufrimiento que afrontan; slosirven para volverlo ms cruel. As que a los dioses moribundos se les deja morir solos ensu desdicha.El destino de los dioses me recuerda la forma en que se trata hoy a los ancianos, losenfermos y los moribundos. Nuestra sociedad est obsesionada por la juventud, el sexo y el

    poder.No es aterrador que desechemos a los ancianos cuando termina su vida productiva y dejande ser tiles? No es inquietante que los llevemos a asilos donde mueren solos yabandonados? No es hora ya de volver a examinar cmo tratamos en ocasiones a quienes

    padecen enfermedades terminales como el cncer y el sida? He conocido a varias personasque han muerto de sida y he visto con cunta frecuencia hasta sus propios amigos lastrataban como a proscritas, y cmo el estigma que va unido a la enfermedad las reduca a ladesesperacin y les haca sentir que su vida era repugnante y que a los ojos del mundo yahaba llegado a su fin.Aun cuando la persona que muere es alguien a quien conocemos o amamos, muchas vecescomprobamos que no se nos da casi ninguna idea acerca de cmo asistirla y, tras su muerte,no se nos alienta a pensar en su futuro, en cmo va a continuar ni en cmo podemos seguir

    prestndole nuestra ayuda. De hecho, cualquier reflexin de este tipo corre el riesgo de serdesechada por absurda y ridcula.Lo que todo esto nos muestra con dolorosa claridad es que ahora ms que nuncanecesitamos un cambio fundamental en nuestra actitud hacia la muerte y el morir.Afortunadamente, empieza a haber un cambio de actitud El movimiento de los hospicios,1

    por ejemplo, est realizando un maravilloso trabajo para ofrecer cuidados prcticos yafectivos.Sin embargo, los cuidados prcticos y afectivos no bastan; las personas que se hallan a las

    puertas de la muerte necesitan amor y cuidados, pero tambin necesitan algo todava msprofundo.

    1Instituciones para el cuidado de personas gravemente enfermas, en especial terminales, opara personas pobres. (N del T.)

    Pgina 13 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    14/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    Necesitan descubrirle un sentido autntico a la muerte y a la vida. Sin ello, cmopodemos ofrecerles verdadero consuelo? La ayuda a los moribundos, pues, ha de incluir laposibilidad de cuidados espirituales, ya que slo con el conocimiento espiritual podemosafrontar realmente la muerte y comprenderla.Me ha alentado ver cmo en estos ltimos aos se ha abierto en Occidente toda la cuestin

    de la muerte y el morir, gracias a pioneros como Elisabeth Kbler-Ross y RaymondMoody. Contemplando detenidamente la manera en que cuidamos de los moribundos,Elisabeth Kbler-Ross ha demostrado que, con amor incondicional y una actitud mscomprensiva, morir puede ser una experiencia serena e incluso transformadora.Los estudios cientficos sobre los numerosos aspectos de la experiencia de casi muerte quesiguieron al valeroso trabajo de Raymond Moody han ofrecido a la humanidad la vivida y

    poderosa esperanza de que la vida no termina con la muerte, y que efectivamente hay unavida despus de la vida.Por desgracia, hubo quienes no comprendieron realmente el pleno significado de estasrevelaciones sobre la muerte y el morir.Se ha llegado al extremo de buscarle un atractivo a la muerte, y me han hablado de casos

    trgicos de jvenes que se suicidaron porque crean que la muerte era bella y que lespermitira escapar de la depresin que vivan. Pero igualmente se trivializa la muerte si sela teme y se rehusa afrontarla como si se la convierte en algo romntico. Tanto ladesesperacin como la euforia ante la muerte son formas de evasin. La muerte no esdeprimente ni emocionante; es sencillamente un hecho de la vida.Es muy triste que la mayora slo empecemos a apreciar la vida cuando estamos a punto demorir. Muchas veces pienso en las palabras del gran maestro budista Padmasambhava:Quienes creen que disponen de mucho tiempo slo se preparan en el momento de lamuerte. Entonces los desgarra el arrepentimiento.Pero, no es ya demasiado tarde?. Qu observacin sobre el mundo moderno podra serms escalofriante que la de que casi todos mueren sin estar preparados para la muerte, talcomo han vivido sin estar preparados para la vida?

    EL VIAJE POR LA VIDA Y LA MUERTE

    Segn la sabidura de Buda, realmente podemos utilizar nuestra vida para prepararnos parala muerte. No tenemos que esperar a que la dolorosa muerte de un ser querido o laconmocin de una enfermedad terminal nos obliguen a examinar nuestra vida.Tampoco estamos condenados a ir a la muerte con las manos vacas, al encuentro de lodesconocido. Podemos empezar aqu y ahora a encontrarle un sentido a nuestra vida.Podemos hacer de cada instante una oportunidad de cambiar y prepararnos, de todo

    corazn, con precisin y serenidad, para la muerte y la eternidad.Desde el punto de vista budista, la vida y la muerte son un todo nico, en el cual la muertees el comienzo de otro captulo de la vida. La muerte es un espejo en el que se refleja todoel sentido de la vida.Esta idea es fundamental en las enseanzas de la escuela ms antigua del budismo tibetano.Muchos de ustedes habrn odo hablar del Libro tibetano de los muertos. Lo que pretendohacer en este libro es explicar y ampliar elLibro tibetano de los muertos, tratar no slo dela muerte sino tambin de la vida, exponer en detalle toda la enseanza de la que el Librotibetano de los muertos slo es una parte. En esta enseanza maravillosa, encontramos latotalidad de la vida y la muerte presentada conjuntamente como una serie de realidadestransitorias y en constante cambio llamadas bardos. La palabra bardo se utiliza

    corrientemente para designar el estado intermedio entre la muerte y el renacimiento, pero

    Pgina 14 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    15/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    en realidad los bardos sesuceden continuamente tanto en la vida como en la muerte, y soncoyunturas en las que se intensifica la posibilidad de liberacin o Iluminacin.Los bardos son oportunidades de liberacin particularmente poderosas porque, como lo

    muestran las enseanzas, hay momentos que son mucho ms poderosos que otros y muchoms cargados de potencialidad, en los que todo cuanto uno hace tiene un efecto decisivo y

    de largo alcance. Yo me figuro un bardo como el momento en que se avanza hacia el bordedel precipicio; un momento as, por ejemplo, ocurre cuando un maestro le expone a undiscpulo la naturaleza esencial, original e ntima de su propia mente. De estos momentos,no obstante, el mayor y el ms cargado es el de la muerte.As pues, segn el punto de vista del budismo tibetano, podemos dividir toda nuestraexistencia en cuatro realidades continuamente entrelazadas: l) la vida, 2) el morir y lamuerte, 3) despus de la muerte y 4) el renacimiento. Se las conoce como los cuatro

    bardos: l) el bardo natural de esta vida, 2) el bardo doloroso del morir, 3) el bardo luminosode dharmata y 4) el bardo krmico del devenir. Debido a la inmensidad y la exhaustividadde las enseanzas del bardo, este libro se ha estructurado cuidadosamente. Ser ustedguiado etapa por etapa a medida que se va desplegando la visin del viaje por la vida y la

    muerte. Nuestra exploracin empieza necesariamente con una reflexin directa sobre elsignificado de la muerte y las mltiples facetas de la verdad de la impermanencia: el tipode reflexin que nos capacite para hacer un uso enriquecedor de esta vida cuando antenemos tiempo y nos permita morir sin tener que arrepentimos ni reprocharnos el habermalgastado la vida. El clebre santo y poeta tibetano Milarepa lo expres as: Mi religines vivir, y morir, sin remordimientos.La contemplacin profunda del mensaje secreto de la impermanencia, lo que hay enrealidad ms all de la impermanencia y la muerte, nos lleva directamente al corazn de lasantiguas y profundas enseanzas tibetanas: la introduccin a la naturaleza esencial de lamente.Comprender la naturaleza de la mente, lo que se podra llamar nuestra esencia ntima, esaverdad que todos buscamos, es la clave para comprender la vida y la muerte; porque lo queocurre en el momento de morir es que la mente ordinaria y sus conceptos ilusorios mueren,y en ese espacio que se abre se revela, ilimitada como el cielo, la naturaleza de nuestramente.Esta naturaleza esencial de la mente es el teln de fondo de toda la vida y la muerte, comoel cielo, que abarca a todo el universo en su abrazo.Las enseanzas dejan claro que, si todo lo que conocemos de la mente es ese aspecto de

    ella que se disuelve al morir, quedaremos sin tener ninguna idea de lo que sigue, ningnconocimiento de esta nueva dimensin de la realidad ms profunda de la naturaleza de lamente. As pues, es esencial que nos familiaricemos con la naturaleza de la mente cuando

    an estamos vivos. Slo entonces estaremos preparados cuando se revele espontnea ypoderosamente en el instante de la muerte, podremos reconocerla, dicen las enseanzas,tan naturalmente como corre un nio hacia el regazo de su madre, y, permaneciendo enese estado, quedar finalmente liberados.La descripcin de la naturaleza de la mente conduce naturalmente a una instruccincompleta sobre la meditacin, ya que la meditacin es el nico medio por el que podemosdesvelar repetidamente y poco a poco comprender y estabilizar esa naturaleza de la mente.A continuacin, se ofrece una explicacin de la naturaleza de la evolucin humana, elrenacer y el karma, a fin de proporcionarle el contexto y el sentido ms amplios posibles denuestra andadura por la vida y la muerte.A estas alturas ya tendr usted suficientes conocimientos para introducirse con confianza

    en el corazn del libro: una exposicin completa, derivada de muchas fuentes distintas, delos cuatro bardos y de todas las fases de la muerte y el morir.

    Pgina 15 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    16/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    Se exponen detalladas instrucciones, consejos prcticos y prcticas espirituales paraayudarnos a nosotros mismos y a los dems durante la vida, durante el morir, durante lamuerte y despus de la muerte. Finalmente, el libro concluye con una visin de cmo lasenseanzas del bardo pueden ayudarnos a comprender la naturaleza ms profunda de lamente humana y del universo.

    Mis alumnos suelen preguntarme cmo sabemos qu son estos bardos y de dnde procedela pasmosa precisin de las enseanzas sobre los mismos y su conocimientoasombrosamente claro de todas las fases del morir, la muerte y el renacimiento. A muchoslectores la respuesta les parecer difcil de comprender al principio, porque el concepto dela mente que se tiene actualmente en Occidente es muy estrecho. Pese a los importantesavances de los ltimos aos, sobre todo en la ciencia del cuerpo/ mente y la psicologatranspersonal, la gran mayora de los cientficos sigue reduciendo la mente a meros

    procesos fsicos que se producen en el cerebro, lo que va contra el testimonio de mileniosde experiencias de msticos y meditadores de todas las religiones.Desde qu fuente, con qu autoridad puede escribirse entonces un libro como ste? Laciencia interior del budismo se basa, como lo expresa un estudioso de Estados Unidos,

    en un completo y cabal conocimiento de la realidad, en una profunda y ya experimentadacomprensin del yo y el entorno; es decir, en la Iluminacin completa de Buda. La fuentede las enseanzas sobre los bardos es la mente iluminada, la mente de buda completamentedespierta, tal como ha sido experimentada, explicada y transmitida por un largo linaje demaestros que se remonta al Buda Primordial. Sus cuidadosas, meticulosas, casi se podradecir cientficas, exploraciones y formulaciones de sus descubrimientos sobre la mente enel curso de muchos siglos nos proporcionan la imagen ms completa posible de la vida y lamuerte. Es esta imagen completa la que, inspirado por Jamyang Khyentse y mis otrosgrandes maestros, intento humildemente transmitir por primera vez a Occidente.Tras muchos aos de contemplacin, enseanza y prctica, y de aclarar preguntas yconceptos con mis maestros, he escrito El libro tibetano de la vida y de la muerte connimo de presentar la quintaesencia de los sinceros consejos de todos mis maestros, paraque sea un nuevoLibro tibetano de los muertos y unLibro tibetano de la vida. Mi deseo esque sea un manual, una gua, una obra de consulta y una fuente de inspiracin sagrada.Estudiar a fondo este libro, leerlo una y otra vez es, creo yo, la nica manera de revelar susmuchos significados.Comprobar que cuanto ms lo utilice, ms profundamente captar sus implicaciones ymejor percibir la hondura de la sabidura que se le transmite por medio de las enseanzas.Las enseanzas sobre el bardo explican con precisin lo que ocurrir si nos preparamos

    para la muerte y lo que ocurrir si no lo hacemos. La eleccin no podra estar ms clara. Sinos negamos a aceptar la muerte ahora, cuando an estamos vivos, lo pagaremos muy caro

    durante toda nuestra vida, en el momento de la muerte y despus de ella. Los efectos de talnegativa repercutirn sobre esta vida y sobre todas las vidas por venir.No podremos vivir plenamente; quedaremos aprisionados justamente en aquel aspecto denosotros mismos que debe morir.Esta ignorancia nos robar la base del viaje hacia la Iluminacin y nos mantendratrapados eternamente en el reino de la ilusin, el ciclo incontrolado del nacimiento y lamuerte, ese ocano de sufrimiento que los budistas denominamossamsara.Sin embargo, el mensaje fundamental de las enseanzas budistas es que, si estamos

    preparados, existe una enorme esperanza, tanto en la vida como en la muerte. Lasenseanzas nos revelan la posibilidad de una libertad asombrosa y en ltimo trminoilimitada por la que podemos empezar a trabajar ahora mismo, en la vida; una libertad que

    nos permitir tambin elegir nuestra muerte y, por ello, elegir nuestro nacimiento. Para la

    Pgina 16 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    17/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    persona que se ha preparado y ha practicado, la muerte llega no como una derrota, sinocomo un triunfo, el momento ms glorioso que corona toda la vida.

    CAPITULO DOS

    La impermanencia

    No hay lugar en la tierra donde la muerte no pueda encontrarnos, por mucho quevolvamos constantemente la cabeza en todas direcciones como si nos hallramos en unatierra extraa y sospechosa. [...] Si hubiese alguna manera de resguardarse de los golpesde la muerte, no soy yo aquel que no lo hara. [...]Pero es una locura pensar que se puedaconseguir eso. [...] Los hombres vienen y van, trotan y danzan, y de la muerte ni una

    palabra. Todo muy bien. Sin embargo, cuando llega la muerte, a ellos, a sus esposas, sushijos, sus amigos, y los sorprende desprevenidos, qu tormentas de pasin no losabruman entonces, qu llantos, qu furor, qu desesperacin! [...]Para empezar a privar ala muerte de su mayor ventaja sobre nosotros, adoptemos una actitud del todo opuesta a la

    comn; privemos a la muerte de su extraeza, frecuentmosla, acostumbrmonos a ella;no tengamos nada ms presente en nuestros pensamientos que la muerte. [...]No sabemosdnde nos espera la muerte: as pues, espermosla en todas partes. Practicar la muerte es

    practicar la libertad. El hombre que ha aprendido a morir ha desaprendido a ser esclava.MONTAIGNE'

    Por qu es tan difcil practicar la muerte y practicar la libertad? Y por qu exactamentenos asusta tanto la muerte que nos negamos en redondo a contemplarla? Dentro denosotros, en lo ms hondo, sabemos que no podremos evitar eternamente enfrentarnos a lamuerte. Sabemos que, como dijo Milarepa, aquello llamado "cadver", a lo que tantotememos, est viviendo con nosotros aqu y ahora. Cuanto ms tardamos en afrontar lamuerte, cuanto ms la borramos de nuestros pensamientos, mayores son el miedo y lainseguridad que se acumulan para acosarnos. Cuanto ms intentamos huir de ese miedo,ms monstruoso se vuelve.La muerte es, en efecto, un enorme misterio, pero de ella se pueden decir dos cosas: esabsolutamente cierto que moriremos, y es incierto cundo y cmo moriremos. La nicacerteza que tenemos, pues, es esta incertidumbre sobre la hora, la cual nos sirve de excusa

    para postergar el afrontar la muerte directamente.Somos como nios que se tapan los ojos jugando al escondite y se figuran que nadie puedeverlos.Por qu vivimos en tal terror a la muerte? Porque nuestro deseo instintivo es vivir y seguir

    viviendo, y la muerte es el cruel fin de todo lo que consideramos familiar. Tenemos lasensacin de que, cuando llegue, nos veremos sumergidos en algo del todo desconocido, oque nos convertiremos en alguien completamente distinto. Imaginamos que nosencontraremos perdidos y confusos, en un ambiente extrao y aterrador. Nos imaginamosque ser algo as como despertar en medio de una tormenta de ansiedad, solos en un pasextranjero, sin conocer el territorio ni el idioma, sin dinero, sin conocer a nadie, sin

    pasaporte, sin amigos...Quiz la razn ms profunda de que temamos a la muerte es que ignoramos quines somos.Creemos en una identidad personal, nica e independiente, pero, si nos atrevemos aexaminarla, comprobamos que esta identidad depende por completo de una interminablecoleccin de cosas que la sostienen: nuestro nombre, nuestra biografa, nuestras parejas

    y familiares, el hogar, los amigos, las tarjetas de crdito... Es de este frgil y efmero sostnde lo que depende nuestra seguridad. As que, cuando se nos quite todo eso, tendremos

    Pgina 17 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    18/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    idea de quines somos en realidad? Sin nuestras propiedades conocidas, quedamos cara acara con nosotros mismos: una persona a la que no conocemos, un extrao inquietante conquien hemos vivido siempre pero al que en el fondo nunca hemos querido tratar. Acaso noes ese el motivo de que tratemos de llenar cada instante de ruido y actividad, por aburrida ytrivial que sea, para evitar quedarnos a solas y en silencio con ese desconocido? Y no

    apunta eso hacia algo fundamentalmente trgico en nuestro estilo de vida? Vivimos bajouna identidad asumida en un neurtico mundo de cuento de hadas que no tiene msrealidad que la Tortuga deAlicia en el Pas de las Maravillas.Hipnotizados por el entusiasmo de construir, hemos edificado la casa de nuestra vida sobrecimientos de arena. Este mundo puede parecer maravillosamente convincente hasta que lamuerte nos destruye la ilusin y nos saca de nuestro escondite. Qu ser entonces denosotros si no tenemos la menor idea de ninguna realidad ms profunda? Cuando muramoslo dejaremos todo atrs, sobre todo este cuerpo al que tanto hemos apreciado, en el que tanciegamente hemos confiado y al que con tantos esfuerzos hemos procurado mantener vivo.Pero la mente no es ms fiable que el cuerpo.Fjese unos minutos en su mente. Comprobar que es como una pulga, que no cesa de

    saltar de un lado a otro. Ver que los pensamientos surgen sin ningn motivo, sin ningunarelacin.Arrastrados por el caos de cada instante, somos vctimas de la volubilidad de nuestramente. Si ste es el nico estado consciente con el que estamos familiarizados, confiar ennuestra mente en el momento de la muerte es una apuesta absurda.

    EL GRAN ENGAO

    Elnacimiento de un hombre es el nacimiento de su pena. Cuanto ms vive, ms estpidose vuelve, porque su ansia por evitar la muerte inevitable se hace cada vez ms aguda.Qu amargura! Vive por lo que est siempre fuera de su alcance! Su sed de sobrevivir enel futuro le impide vivir en el presente. CHUANG TZU

    Tras la muerte de mi maestro, disfrut de una estrecha relacin con Dudjom Rimpoch,uno de los mayores maestros de meditacin, msticos y yoguis de los ltimos tiempos. Unda iba viajando por Francia con su esposa, admirando el paisaje mientras conduca.Pasaron ante un extenso cementerio que estaba recin pintado y adornado con flores. Suesposa coment: Rimpoch, mira qu pulcro y qu limpio lo tienen todo en Occidente.Hasta los lugares donde depositan los cadveres estn inmaculados. En Oriente, ni siquieralas casas donde vive la gente estn tan limpias.

    Ah, s replic l, es verdad; es un pas muy civilizado.

    Tienen unas casas maravillosas para los cadveres de los muertos. Pero, no te has fijado?Tambin tienen casas muy bonitas para los cadveres de los vivos.Cada vez que recuerdo esta ancdota pienso en lo hueca y ftil que puede ser la vidacuando se funda en una falsa creencia sobre la continuidad y la permanencia. Cuandovivimos as, nos convertimos, como dijo Rimpoch, en inconscientes cadveres vivientes.La mayora vivimos as; vivimos segn un plan preestablecido.Pasamos la juventud educndonos. Luego buscamos un trabajo, conocemos a alguien, noscasamos y tenemos hijos. Compramos una casa, procuramos que nuestro negocio tengaxito, intentamos realizar sueos, como tener una casa de campo o un segundo automvil.

    Nos vamos de vacaciones con nuestras amistades.Hacemos proyectos para la jubilacin. Los mayores dilemas que algunos de nosotros

    hemos de enfrentar son dnde pasar las prximas vacaciones o a quin invitar por Navidad.

    Pgina 18 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    19/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    Nuestra vida es montona, mezquina y repetitiva, desperdiciada en la persecucin de lobanal, porque al parecer no conocemos nada mejor.El ritmo de nuestra vida es tan acelerado que lo ltimo en que se nos ocurrira pensar es enla muerte. Sofocamos nuestro miedo secreto a la impermanencia rodendonos de ms yms bienes, de ms y ms cosas, de ms y ms comodidades, hasta que nos vemos

    convertidos en sus esclavos. Necesitamos todo nuestro tiempo y toda nuestra energasimplemente para mantenerlos.Nuestra nica finalidad en la vida pronto se convierte en conservarlo todo tan seguro y asalvo como sea posible. Cuando se produce algn cambio, buscamos el remedio msrpido, alguna solucin ingeniosa y provisional. Y as, a la deriva, va pasando nuestra vidahasta que una enfermedad grave u otra calamidad nos saca de nuestro estupor.Por otra parte, no es que dediquemos mucho tiempo ni mucha reflexin a esta vida,tampoco. Piense en esas personas que trabajan durante aos y luego tienen que retirarse,slo para descubrir que no saben qu hacer con su vida a medida que envejecen y se acercala muerte. Aunque mucho hablamos de ser prcticos, ser prctico en Occidente significaser miopes, muchas veces necia o egostamente. Nuestra miope concentracin en esta vida,

    y slo en esta vida, es el gran engao, el origen del sombro y destructivo materialismo delmundo moderno. No se habla de la muerte ni se habla de la vida tras la muerte porque sehace creer a la gente que hablar de estas cosas slo sirve para estorbar nuestro progresoen el mundo.Sin embargo, si nuestro deseo ms profundo es vivir y seguir viviendo, por qu insistimosciegamente en que la muerte es el fin? Por qu no intentamos al menos explorar la

    posibilidad de que exista una vida ms all? Por qu, si somos tan pragmticos comopretendemos, no empezamos a preguntarnos seriamente dnde est nuestro futuro real?Despus de todo, nadie vive ms de cien aos. Y despus de eso se extiende toda laeternidad, sin ser tenida en cuenta...

    LA PEREZA ACTIVA

    Hay un antiguo relato tibetano que me encanta; se titula El padre de "Famoso Como LaLuna". Un hombre muy pobre, despus de mucho trabajar, consigui acumular todo unsaco de grano. Se senta muy orgulloso de s mismo, y cuando lleg a casa cogi unacuerda y colg el saco de una viga para que estuviera a salvo de ratas y ladrones.Dejndolo all colgado, se tendi a dormir justo debajo para mayor seguridad. Mientrasyaca acostado, su mente empez a divagar: Si vendo el grano en pequeas cantidadesobtendr mayor beneficio. As podr comprar ms grano y repetir el negocio, y muy prontome har rico y ser una persona influyente en la comunidad. Las chicas se prendarn de m.

    Me casar con una mujer hermosa, y muy pronto tendremos un hijo. Habr de ser un nio,pero... qu nombre vamos a ponerle?. Pase la mirada por el cuarto y la detuvo en unventanuco tras el cual se vea ascender la Luna.Qu signo ms auspicioso!, pens. Ese s que es un buen nombre. Lo llamar "FamosoComo La Luna". Ahora bien, mientras l se entregaba a sus fantasas, una rata logrtrepar hasta el saco de grano y roy la cuerda que lo sostena. En el momento en que

    brotaban de sus labios las palabras Famoso Como La Luna, el saco cay del techo y lomat al instante.Famoso Como La Luna, lgicamente, no lleg a nacer.Cuntos de nosotros, a semejanza del protagonista de este relato, somos arrastrados por loque he dado en llamar pereza activa? Naturalmente, existen diversas variedades de

    pereza. La pereza de estilo oriental es como la que se ha llevado a la perfeccin en India.Consiste en pasarse el da holgazaneando al sol, sin hacer nada, evitando toda clase de

    Pgina 19 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    20/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    trabajo o actividad til, bebiendo tazas de t, escuchando msica de pelculas indias a todovolumen en los aparatos de radio y charlando con los amigos. La pereza occidental es muydistinta. Consiste en abarrotar nuestra vida de actividades compulsivas a fin de que noquede tiempo para afrontar los verdaderas problemas.Si contemplamos nuestra vida veremos claramente cuntas tareas sin importancia, a las que

    llamamos responsabilidades, se acumulan para llenarla. Un maestro las compara ahacer la limpieza de la casa en sueos. Nos decimos que queremos dedicar tiempo a lascosas importantes de la vida, pero nunca tenemos tiempo. El mero hecho de levantarnos

    por la maana supone una multitud de tareas: abrir la ventana, hacer la cama, ducharse,limpiarse los dientes, dar de comer al perro o al gato, fregar los platos de la noche anterior,descubrir que te has quedado sin azcar o caf, salir a comprarlo, preparar el desayuno...Es una lista interminable. Luego hay que buscar la ropa, elegirla, plancharla, volverla aguardar. Y el cabello? Y el maquillaje? Desvalidos, vemos cmo se nos llenan los das dellamadas telefnicas y proyectos triviales, de responsabilidades y responsabilidades...O no deberamos llamarlas irresponsabilidades? Parece que nuestra vida nos vive, que

    posee su propio impulso imprevisible, que se nos lleva; en ltimo trmino, nos parece que

    no tenemos eleccin ni control sobre ella. Naturalmente, esto a veces nos hace sentir mal,tenemos pesadillas y despertamos sudorosos, preguntndonos: Qu estoy haciendo de mivida?. Pero nuestros temores slo duran hasta la hora del desayuno; aparece el maletn yvolvemos a estar donde empezamos.Pienso en el santo hind Ramakrishna, que le dijo a uno de sus discpulos: Si dedicaras ala prctica espiritual una dcima parte del tiempo que dedicas a distracciones como irdetrs de las mujeres o hacer dinero, llegaras a la Iluminacin en unos pocos aos. Huboun maestro tibetano llamado Mipham, que vivi a principios de siglo, una especie deLeonardo da Vinci del Himalaya. De l se cuenta que invent un reloj, un can y unaeroplano. Pero en cuanto daba por terminado un invento, lo destrua, diciendo que slosera causa de nueva distraccin.La palabra cuerpo en tibetano es l que quiere decir algo que se deja atrs, como elequipaje. Cada vez que decimos l, recordamos que slo somos viajeros refugiadostemporalmente en esta vida y este cuerpo. As, en Tbet la gente no se distraa ni se pasabatodo el tiempo procurando hacer ms cmodas sus circunstancias externas. Se daban porsatisfechos si tenan lo suficiente para comer, la espalda cubierta de ropa y un techo sobresu cabeza. Lo que hacemos nosotros, tratar obsesivamente de mejorar nuestrascondiciones, puede convertirse en un fin por s mismo y en una distraccin vana. A quinque estuviera en su sano juicio se le ocurrira redecorar minuciosamente la habitacin delhotel cada vez que se alojara en uno? Me gusta mucho el siguiente consejo de PatrulRimpoch: Ten presente el ejemplo de una vaca vieja, que se da por satisfecha durmiendo

    en un cobertizo.Tienes que comer, dormir y cagar, eso es inevitable, lo dems no es asunto tuyo.A veces pienso que el mayor logro de la cultura moderna es su brillante manera de venderel samsara y sus distracciones estriles. La sociedad moderna me parece una celebracin detodas las cosas que alejan de la verdad, que hacen difcil vivir para la verdad y que inducena la gente a dudar incluso de su existencia. Y pensar que todo esto surge de una civilizacinque dice adorar la vida, pero en realidad la priva de todo sentido real; que habla sin cesarde hacer feliz a la gente, pero que de hecho obstruye su camino a la fuente de laautntica alegra.Este samsara moderno se alimenta de la misma ansiedad y depresin que induce en todosnosotros y que fomenta cuidadosamente con una maquinaria de consumo que necesita

    mantenernos deseosos para continuar funcionando. El samsara es muy organizado, verstily refinado; nos asalta con su propaganda desde todos los ngulos y crea a nuestro alrededor

    Pgina 20 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    21/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    un entorno de adiccin casi inexpugnable. Cuanto ms intentamos escapar, parece que mscaemos en las trampas que con tanto ingenio nos tiende. Jikm Lingpa, maestro tibetanodel siglo XVIII, dijo: Hipnotizados por la variedad misma de las percepciones, los seresvagan perpetuamente errantes por el crculo vicioso del samsara.As obsesionados por falsas esperanzas, sueos y ambiciones que prometen felicidad pero

    slo conducen a la desdicha, somos como personas que se arrastran por un desierto sin fin,muertas de sed. Y todo lo que este samsara nos ofrece para beber es un vaso de agua saladaque intensifica nuestra sed.

    AFRONTAR LA MUERTE

    Sabiendo y comprendiendo esto, deberamos escuchar a Gyals Rimpoch cuando nosdice: Hacer planes para el futuro es como ir a pescar en un barranco seco; nada sale

    jams como quieres; renuncia pues a todos tus proyectos y ambiciones.Si has de pensar en algo, que sea en la incertidumbre de la hora de tu muerte...Para los tibetanos, la principal festividad del ao es el Ao Nuevo, que es como la

    Navidad, la Pascua y el da de cumpleaos, todo en uno. Patrul Rimpoch fue un granmaestro cuya vida estuvo llena de episodios excntricos que daban vida a la enseanza. Envez de celebrar el Ao Nuevo y desear a la gente un prspero ao nuevo, como hacanlos dems, Patrul Rimpoch se echaba a llorar. Cuando le preguntaban por qu lloraba,responda que haba transcurrido un ao ms y que muchas personas se encontraban un aoms cerca de la muerte sin estar an preparadas.Pensemos en algo que debe de habernos ocurrido a casi todos en uno u otro momento.Vamos andando por la calle, pensando en cosas elevadas, especulando sobre asuntosimportantes o, sencillamente, escuchando nuestro walkman. De repente, pasa un coche atoda velocidad y casi nos atropella.Encienda el televisor o chele un vistazo a cualquier peridico: ver muerte por todas

    partes. Se imaginaban que iban a morir las vctimas de esos accidentes areos oautomovilsticos? Daban la vida por supuesta, como nosotros. Cuntas veces hemossabido de personas que conocamos, incluso amigos, que han muerto inesperadamente? Noes necesario estar enfermos para morir: nuestro cuerpo puede estropearse de repente ydejar de funcionar, igual que un automvil. Un da podemos encontrarnos perfectamente

    bien y al siguiente caer enfermos y morir.Milarepa cantaba: Cuando ests vigoroso y sano no piensas en la llegada de laenfermedad, pero sta cae con fuerza repentina como la descarga de un rayo.

    LA IMPERMANENCIA

    Cuando ests absorto en cosas mundanas no piensas en la venida de la muerte; rpidallega como un relmpago que estalla sobre tu cabeza.1 Hemos de darnos una sacudida devez en cuando y preguntarnos seriamente: Y si muriera esta noche? Entonces, qu?.

    No sabemos si maana despertaremos, ni dnde. Si despus de espirar el aire no podemosvolver a inspirar, nos morimos. As de sencillo. Dice un proverbio tibetano: Maana o la

    prxima vida; nunca se sabe qu llegar primero.Algunos de los renombrados maestros contemplativos de Tbet vaciaban las tazas y lasdejaban boca abajo al lado de la cama al acostarse por la noche. No estaban seguros dedespertar por la maana y necesitarlas de nuevo. Incluso apagaban el fuego por la nochesin molestarse en conservar algunas brasas encendidas para el da siguiente. Momento a

    momento, vivan con la posibilidad de una muerte inminente.

    Pgina 21 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    22/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    Junto a la ermita de Jikm Lingpa haba un estanque que le costaba mucho cruzar. Algunosde sus discpulos se ofrecieron para construirle un puente, pero l contest: De quservira? Quin sabe si an vivir lo suficiente para dormir aqu maana? .Algunos maestros intentan alertarnos de la fragilidad de la vida por medio de imgenes anms crudas: le aconsejan que se considere como un preso que da el ltimo paseo desde su

    celda, como un pez que se debate en la red, como un animal que aguarda su turno para sersacrificado en el matadero.Otros proponen a sus alumnos que se imaginen vividamente la escena de su propia muerte,dentro de una contemplacin serena y estructurada: las sensaciones, el dolor, el pnico, ladesvalidez, el pesar de las personas amadas, el darse cuenta de lo que han hecho o dejadode hacer en sus vidas.

    El cuerpo tendido sobre su ltimo lecho, las voces que susurran las ltimas palabras, lamente que ve pasar su ltimo recuerdo: Cundo te llegar este momento? Es importantereflexionar serenamente, una y otra vez, que la muerte es real y llega sin aviso. No seamoscomo el palomo del dicho tibetano, que se pasa toda la noche atareado, hacindose lacama, y llega el amanecer antes de que haya tenido tiempo de acostarse. Un importante

    maestro del siglo XII, Drakpa Gyaltsen, dijo: Los seres humanos se pasan la vida enterapreparando, preparando, preparando... y llegan a la prxima vida sin estar preparados.

    TOMARSE LA VIDA EN SERIO

    Quiz los nicos que de veras comprenden cuan preciosa es la vida son aquellos queconocen su fragilidad. En cierta ocasin tom parte en un congreso en Inglaterra, en quelos participantes eran entrevistados por la BBC. Al mismo tiempo, podan hablar con unamujer que estaba mundose. La mujer se hallaba acosada por el miedo, porque en realidadnunca haba pensado que la muerte fuera real. Ahora lo saba. Slo tena un mensaje quedar a quienes la sobrevivamos: que nos tomramos la vida, y la muerte, en serio.Que nos tomemos la vida en serio no quiere decir que debamos pasarla toda meditandocomo si viviramos en las montaas del Himalaya o en el Tbet de los antiguos tiempos.En el mundo moderno hemos de trabajar y ganarnos la vida, pero no debemos enredarnosen una existencia de nueve a cinco sin prestar ninguna consideracin al sentido profundode la vida. Nuestra tarea consiste en encontrar un equilibrio, encontrar el camino delmedio, aprender a no volcarnos en preocupaciones y actividades accidentales, sino asimplificar nuestra vida cada vez ms. La clave para encontrar un equilibrio feliz en la,vida moderna es la sencillez.En el budismo, este es el verdadero sentido de la palabra disciplina. En tibetano,disciplina se dice tsul trim. Tsul significa apropiado o justo, y trim, norma o

    camino. As pues, la disciplina consiste en hacer lo que es justo o apropiado; es decir, enuna poca excesivamente complicada, simplificar nuestra vida.De all surge la paz mental. Tendr usted ms tiempo para dedicarse a las cosas del esprituy al conocimiento que slo la verdad espiritual puede proporcionar, y que le ayudar aafrontar la muerte.Lamentablemente, eso es algo que pocos hacemos. Quiz deberamos formularnos ahora la

    pregunta: Qu he logrado realmente en mi vida?. Con esto me refiero a cunto hemoscomprendido realmente acerca de la vida y la muerte. He hallado inspiracin en losinformes que se han publicado sobre los estudios de la experiencia de casi muerte, comolos libros de mi amigo Kenneth Ring y otros autores. Un nmero sorprendente de los quesobreviven a un accidente casi mortal o a una experiencia de casi muerte describe una

    revisin panormica de la vida. Con asombrosa claridad y precisin, reviven losacontecimientos de su vida. A veces reviven incluso los efectos que sus actos han

    Pgina 22 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    23/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    producido sobre otros, y experimentan las emociones causadas por sus actos. Un hombre ledijo a Kenneth Ring:Me di cuenta de que todos somos enviados a la Tierra para descubrir

    y aprender ciertas cosas. Por ejemplo, a compartir ms amor, a tratarnos con ms amorlos unos a los otros. A descubrir que lo ms importante son las relaciones humanas y elamor, y no las cosas materiales. Y a darnos cuenta de que hasta la ltima cosa que uno

    hace en su vida queda registrada, y que, aunque uno no piense en ella y la deje de lado,siempre acaba surgiendo ms tarde* A veces esta revisin de la vida se produce encompaa de una presencia gloriosa, un ser de luz. Lo que se advierte en los diversostestimonios es que este encuentro con el ser revela que los nicos objetivos serios en lavida son aprender a amar a los dems y adquirir conocimiento.Una persona le cont a Raymond Moody: Cuando apareci la luz, lo primero que me dijofue: "Qu has hecho que me demuestre que ya has cumplido con tu vida?", o algo en estesentido. [...] Durante todo ese tiempo no ces de subrayar la importancia del amor. [...]Tambin pareca muy interesado en cosas relativas al conocimiento.' Otra persona lecont: Me preguntaron, pero sin palabras, todo fue una comunicacin mental directa einstantnea, qu haba hecho para beneficiar o hacer progresar la raza humana.6 Lo que

    hayamos hecho con nuestras vidas es lo que somos cuando morimos. Y cuenta todo,absolutamente todo.

    NUBES DE OTOO

    En su monasterio de Nepal, el ms anciano de los discpulos de mi maestro que anseguan con vida, el gran Dilgo Khyentse Rimpoch, lleg al fin de una enseanza. Erauno de los maestros ms destacados de nuestra poca, profesor del propio Dalai Lama y demuchos otros maestros que lo consideraban un tesoro inagotable de sabidura y compasin.Todos alzamos la mirada hacia ese hombre apacible y resplandeciente, erudito, poeta ymstico que haba pasado veintids aos de su vida en retiro. Dilgo Khyentse Rimpochhizo una pausa y contempl la lejana: Tengo ya setenta y ocho aos y a lo largo de mivida he visto muchas cosas. Muchos jvenes han muerto, muchas personas de mi edad hanmuerto, muchas personas mayores han muerto. Muchas personas encumbradas handescendido. Muchas personas de posicin humilde se han encumbrado. Muchos pases hancambiado. Ha habido muchos desrdenes y tragedias, muchas guerras y plagas, mucha yterrible destruccin en todo el mundo. Y, no obstante, todos estos cambios no son msreales que un sueo. Si se mira a fondo, se advierte que no hay nada permanente niconstante, nada, ni siquiera el menor pelo del cuerpo. Y esto no es una teora, sino algo querealmente podis llegar a conocer, percibir y ver incluso con vuestros propios ojos.Muchas veces me pregunto: Cmo es que todo cambia? Y slo encuentro una

    respuesta: As es la vida. Nada, nada en absoluto, posee el menor carcter duradero. Budadijo:Esta existencia nuestra es tan pasajera como las nubes de otoo.Observar el nacimiento y la muerte de los seres es como contemplar los movimientos deun baile.

    La vida entera es como un relmpago en el cielo; se precipita a su fin como un torrentepor una empinada montaa.Una de las principales razones por las que tanto nos cuesta y tanta angustia nos produceafrontar la muerte es que ignoramos la verdad de la impermanencia. Tan desesperadamentedeseamos que todo siga como est que hemos de creer que las cosas siempre continuarnigual. Pero eso slo es una ficcin. Como tan a menudo comprobamos, las creencias tienen

    poco o nada que ver con la realidad. Esta ficcin, con sus ideas, suposiciones y falsa

    informacin, es el endeble cimiento sobre el cual construimos nuestra vida. Por mucho que

    Pgina 23 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    24/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    la verdad se interponga una vez y otra, preferimos seguir intentando mantener nuestraspretensiones, con una jactancia sin esperanzas.En nuestra mente los cambios siempre equivalen a prdida y sufrimiento. Y, cuando se

    producen, procuramos anestesiarnos en la medida de lo posible. Damos por supuesto,tercamente y sin ponerlo en tela de juicio, que la permanencia proporciona seguridad y la

    impermanencia no. Pero, en realidad, la impermanencia es como algunas personas queencontramos en la vida: difcil e inquietante al principio, pero, cuando se la conoce mejor,mucho ms amigable y menos perturbadora de lo que hubiramos podido imaginar.Reflexione sobre esto: la percepcin de la impermanencia es, paradjicamente, la nicacosa a que podemos aferramos, quiz nuestra nica posesin duradera. Es como el cielo ola tierra. Aunque todo a nuestro alrededor cambie o se venga abajo, ellos se mantienen.Supongamos que pasamos por una demoledora crisis emocional: toda nuestra vida parecedesintegrarse...nuestro cnyuge nos abandona de pronto, sin aviso previo. La Tierra sigue ah, el cielosigue ah. Naturalmente, incluso la Tierra tiembla de vez en cuando, para recordarnos queno podemos dar nada por sentado...

    Incluso Buda muri. Su muerte fue una enseanza, para sacudir a los ingenuos, losindolentes y los complacientes, para despertarnos a la verdad de que nada es permanente yque la muerte es una realidad inevitable de la vida. Cuando se acercaba a la muerte, Budadijo:De todas las huellas de pisadas, la del elefante es suprema; de todas las meditaciones

    sobre la presencia mental, la de la muerte es suprema.7 Siempre que perdemos laperspectiva o nos dejamos llevar por la pereza, reflexionar sobre la muerte y laimpermanencia nos devuelve de una sacudida a la verdad:Lo que ha nacido morir, lo que

    se ha recogido se dispersar, lo que se ha acumulado se agotar, lo que se ha construidose derrumbar y lo que ha estado en alto descender.Segn nos dicen actualmente los cientficos, todo el universo no es sino cambio, actividady proceso; una totalidad de flujo que es la base de todas las cosas: Toda interaccin

    subatmica consiste en la aniquilacin de las partculas originales y la creacin de nuevaspartculas.El mundo subatmico es una danza continua de creacin y aniquilacin, de masa que seconvierte en energa y energa que se convierte en masa. Formas efmeras entran en laexistencia y salen de ella como una chispa, creando una realidad que no tiene fin y que esconstantemente creada de nuevo!' Qu es nuestra vida sino una danza de formasefmeras? No est todo cambiando constantemente, las hojas de los rboles del parque, laluz de su habitacin mientras lee esto, las estaciones, el clima, la hora del da, la gente conque se cruza por la calle? Y nosotros qu? Acaso no nos parece un sueo todo lo quehemos hecho en el pasado? Los amigos con los que crecimos, los lugares favoritos de

    nuestra infancia, las creencias y opiniones que en otro tiempo tan apasionadamentedefendamos: lo hemos dejado todo atrs. Ahora, en este instante, leer este libro le parecealgo vividamente real. Pero incluso esta pgina no tardar en ser slo un recuerdo.Las clulas de nuestro cuerpo mueren, las neuronas de nuestro cerebro se deterioran, hastala expresin de nuestra cara est siempre cambiando segn nuestro estado de nimo. Loque llamamos nuestro carcter bsico slo es un continuo mental, nada ms. Hoyestamos contentos porque las cosas marchan bien; maana sentimos lo contrario. Adondese fue aquella sensacin de contento? Nuevas influencias nos dominaron cuandocambiaron las circunstancias. Somos impermanentes, las influencias son impermanentes, yen ninguna parte hay nada slido ni duradero que podamos sealar.Qu puede haber ms imprevisible que nuestros pensamientos y emociones? Tiene usted

    idea de lo que va a pensar o sentir la semana que viene? Nuestra mente, en realidad, es tanvaca, tan impermanente y efmera como un sueo. Observe un pensamiento: viene,

    Pgina 24 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    25/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    permanece un tiempo y se va. El pasado ya ha pasado, el futuro an no ha surgido e inclusoel pensamiento presente, mientras lo experimentamos, se convierte en pasado.

    Lo nico que tenemos en realidad es el ahora.

    A veces, cuando enseo estas cosas, se me acerca alguien al terminar y me dice: Todo

    eso es evidente! Siempre lo he sabido. Explqueme algo nuevo. Entonces le pregunto:Ha comprendido y captado realmente la verdad de la impermanencia? La ha integradohasta tal punto en todos sus pensamientos, respiraciones y movimientos, que su vida haquedado transformada? Hgase estas dos preguntas: Recuerdo en todo momento queestoy muriendo, y que todas las dems personas y cosas tambin mueren, de modo quetrato a todos los seres en todo momento con compasin? Mi comprensin de la muerte y dela impermanencia, es tan aguda y urgente que dedico hasta el ltimo segundo a la

    bsqueda de la Iluminacin? Si puede responder "s" a estas dos preguntas, entonces hacomprendido de verdadla impermanencia.

    CAPITULO TRES

    Reflexin y cambio

    Cuando era nio y viva en Tbet, o la historia de Krisha Gotami, una joven que tuvo labuena fortuna de vivir en la poca de Buda. Cuando su hijo primognito contaba cosa deun ao, cay enfermo y muri. Agobiada por la pena, con el cuerpecito en brazos, KrishaGotami vagaba por las calles suplicndole a todo el mundo un remedio que le devolviera lavida a su hijo. Algunas personas pasaban por su lado sin hacerle caso, otras se rean de ella,y aun otras la tomaban por loca, pero finalmente dio con un sabio que le dijo que la nica

    persona del mundo que poda realizar el milagro que ella pretenda era Buda.As pues, fue en busca de Buda, deposit el cadver de su hijo ante l y le expuso su caso.Buda la escuch con infinita compasin, y luego respondi con amabilidad: Slo hayuna manera de curar tu afliccin. Baja a la ciudad y treme un grano de mostaza decualquier casa en la que no haya habido jams una muerte.Krisha Gotami experiment un gran alivio y se dirigi a la ciudad de inmediato. Cuandolleg, se detuvo en la primera casa que vio y explic: Me ha dicho Buda que vaya y

    busque un grano de mostaza de una casa que nunca haya conocido la muerte.En esta casa ha muerto mucha gente le replicaron.Fue a la casa de al lado.

    En nuestra familia ha habido incontables muertes le dijeron.Y lo mismo en la tercera y en la cuarta casa, hasta que por fin hubo visitado toda la ciudady comprendi que la condicin de Buda no poda cumplirse.

    Llev el cuerpo de su hijo al osario y se despidi de l por ltima vez, y a continuacinvolvi a Buda.Has trado el grano de mostaza? No respondi ella. Empiezo a comprender la

    leccin que intentas ensearme. Me cegaba la pena y crea que yo era la nica que habasufrido a manos de la muerte.

    Por qu has vuelto? le pregunt Buda.Para pedirte que me ensees la verdad de lo que es la muerte, de lo que puede haberdetrs y ms all de la muerte y de lo que hay en m, si algo hay, que no ha de morir.Buda empez a ensearle: Si quieres conocer la verdad de la vida y la muerte, debesreflexionar continuamente sobre esto: en el universo slo hay una ley que no cambianunca, la de que todas las cosas cambian y ninguna cosa es permanente. La muerte de tu

    hijo te ha ayudado a ver ahora que el reino en que estamos, el samsara, es un ocano desufrimiento insoportable. Slo hay un camino, y uno solo, para escapar del incesante ciclo

    Pgina 25 de 256

  • 7/29/2019 120912389 El Libro de Los Muertos

    26/256

    El libro tibetano de la vida y de la muerte Sogyal Rimpoch

    de nacimientos y muertes del samsara, que es el camino a la liberacin. Puesto que ahora eldolor te ha preparado para aprender y tu corazn se abre a la verdad, te la voy a mostrar.Krisha Gotami se arrodill a sus pies y sigui a Buda durante el resto de su vida. Se diceque cuando su vida llegaba a su fin, alcanz la Iluminacin.

    ACEPTACIN DE LA MUERTE

    La historia de Krisha Gotami nos muestra algo que podemos observar una y otra vez: unencuentro prximo con la muerte puede producir un autntico despertar, unatransformacin en toda nuestra actitud ante la vida.Tomemos, por ejemplo, la experiencia de casi muerte. Quiz una de sus ms importantesrevelaciones es cmo transforma la vida de quienes han pasado por ella. Los investigadoreshan observado una asombrosa variedad de cambios y efectos posteriores: una disminucindel miedo y una aceptacin ms profunda de la muerte; una mayor preocupacin porayudar a los dems; una visin ms cabal de la importancia del amor; menos inters por loslogros materiales; una creciente fe en una dimensin espiritual y en el sentido espiritual de

    la vida, y, naturalmente, una mayor disposicin a creer en la vida despus de la muerte.Un hombre le dijo una vez a Kenneth Ring: El hombre perdido que yo era, vagando a laderiva, sin ms objetivo en la vida que el deseo de riquezas materiales, se transform enalguien con una profunda motivacin, un propsito en la vida, una direccin clara y laenorme conviccin de que al final de la vida habra una recompensa.

    Mi inters por las riquezas materiales y mi avidez de posesiones fueron sustituidos por unased de comprensin espiritual y un deseo apasionado de ver mejorar el estado delmundo.1 Una mujer le cont a Margot Grey, investigadora britnica de la experiencia decasi muerte:Las cosas que sent lentamente fueron un sentido del amor muy intensificado,la capacidad de comunicar amor, la capacidad de encontrar alegra y placeres en lascosas ms pequeas e insignificantes... Surgi en m una gran compasin hacia la genteque estaba enferma y se enfrentaba a la muerte, y sent grandes deseos de hacerles saber,de explicarles del modo que fuera, que el proceso de morir no es sino una extensin de la

    propia vida.2 Todos sabemos de qu manera una crisis vital, como una enfermedad grave,puede producir transformaciones de semejante profundidad. Freda Naylor, doctora quevalerosamente llev un diario mientras mora de cncer, escribi: He tenido experienciasque jams habra tenido y que debo agradecer al cncer. H