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LA SAGRADA FAMILIA N. O 1416 — MARZO-ABRIL 3 De entrada De entrada De entrada De entrada en este número 2 EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO 12. La familia de Nazaret, modelo de comunidad familiar. 3 DE ENTRADA...: Queridas familias. 4-5 ¡Dios a la vista! 6 MANYANET: BOLETÍN INFORMATIVO. 7 NOTAS DE PSICOLOGÍA FAMILIAR Un viento que borra los recuerdos (Alzheimer). 8 NAZARENUM Un centro de la Sagrada Familia para las familias. 9-11 ASOCIACIÓN DE LA SAGRADA FAMILIA Diálogos en familia: Vivir en familia, contagia la fe. Año paulino: Textos. 12 ESPOSOS Y SANTOS Santa Salomé, esposa y madre de los Apóstoles Santiago y Juan. 13-14 La familia, educadora en valores. 15 En familia... 16 «MÁRTIRES POR LA FAMILIA17 XVII Taller de pasatiempos para hacer en familia. 18 ÚLTIMA PÁGINA Comunidad y transparencia. Queridas familias: VISÍTENOS EN INTERNET www.lasagradafamilia.net E-mail: [email protected] L a principal tarea de la familia, en palabras del cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, es la de ser «formadora de valores humanos y cristianos». El cardenal, en la presentación del VI Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en la ciudad de México, los días14 al 18 del pasado mes de enero, destacó la «ausencia de valores compartidos, de una certeza educativa que desemboca en jóvenes desorientados y padres desmotivados» como uno de los principales problemas que aquejan a las relaciones familiares en la actualidad. Se refirió igualmente a la necesidad de educar a los hijos en la fe, un elemento esencial en las familias y que «no es algo que se hereda automáticamente sino que cada generación debe apropiarse, hacer esta elección, si bien es necesario recibir la propuesta con el testimonio y la experiencia concreta». L a familia debe ser un espacio para cultivar la virtud y la experiencia de ser amados, acogidos, acompañados y educados pues, en su seno, se aprende y vive el sentido de la solidaridad, de la dignidad de la persona, de la lealtad, de la cooperación, de la autonomía misma y la realización personal a través de la experiencia de los padres. Es un auténtico laboratorio de convivencia, reciprocidad y de compromiso activo en la sociedad civil. Durante la celebración, como es habitual en estos encuentros, del Congreso teológico-pastoral en el que participaron familias de todos los continentes, se preparó un comunicado conclusivo de las aportaciones y experiencias compartidas, en el que se lee: «El Encuentro constató una vez más la riqueza de la familia como educadora, formadora, transmisora de la fe, los valores, las tradiciones y la identidad cultural y espiritual, que pudieran verse cuestionadas por una globalización pragmática». El documento explica que «frente a la crisis económica, la familia también se confirma como eje de la solidaridad y el apoyo fraternal a quienes pierden su empleo o ven mermados sus ingresos». « E n el hogar es donde se aprende a vivir verdaderamente, a valorar la vida y la salud, la libertad y la paz, la justicia y la verdad, el trabajo, la concordia y el respeto». Estas palabras de Benedicto XVI en su mensaje a los participantes, subrayan nuevamente el extraordinario valor de la familia «formadora en los valores humanos y cristianos». No nos cansaremos de recordar y manifestar que la familia auténtica es más grande y más fuerte que todos los males; su poder y su grandeza están justamente en su ser originario de lugar de amor, que se llama hogar, y de crecimiento, que se llama escuela. No cabe un mejor servicio a la sociedad que el vivir los valores éticos, las normas morales que pertenecen a la lógica y al dinamismo de la vida que tiende a su plenitud. El ambiente del hogar crea un clima de humanidad y de vida cristiana para todos sus miembros, con consecuencias beneficiosas para las personas, la Iglesia, la sociedad. Al mismo tiempo, la familia cristiana, viviendo la confianza y la obediencia filial a Dios, la fidelidad y la acogida generosa de los hijos, el cuidado de los más débiles y la prontitud para perdonar, se convierte en escuela en la que todos pueden aprender. La belleza de la familia debe ser testimoniada de forma concreta en la unidad profunda, el respeto de las diferencias, la santidad, en definitiva, que es el mejor servicio que podemos ofrecer a la sociedad actual. J. D. A.

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LA SAGRADA FAMILIA

N.o 1416 — m a r z o - a b r i l • 3

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Entrar en el JubileoEntrar en el JubileoEntrar en el Jubileo

Proyecto Escuela-FamiliaProyecto Escuela-FamiliaProyecto Escuela-Familia

Las Virtudes de NazaretLas Virtudes de NazaretLas Virtudes de Nazaret

Apuntes de Psicología FamliarApuntes de Psicología FamiliarApuntes de Psicología Familiar

Esposos y SantosEsposos y SantosEsposos y Santos

De entrada

en e

ste

núm

ero 2

El sacramEnto dEl matrimonio 12. La familia de Nazaret,

modelo de comunidad familiar.

3 DE Entrada...: Queridas familias.

4 -5 ¡Dios a la vista!

6 MaNyaNet: BoLetíN iNforMativo.

7 notas dE psicología familiar Un viento que borra los recuerdos (alzheimer).

8 nazarEnum Un centro de la Sagrada Familia para las familias.

9 -11 asociación dE la sagrada familia Diálogos en familia: Vivir en familia, contagia la fe. año paulino: Textos.

12 Esposos y santos Santa Salomé, esposa y madre de los apóstoles Santiago y Juan.

13-14 la familia, educadora en valores.

15 En familia...

16 «Mártires por La faMiLia.»

17 XVii Taller de pasatiempos para hacer en familia.

18 Última página Comunidad y transparencia.

Queridas familias:

visíteNos eN iNterNetwww.lasagradafamilia.net

E-mail: [email protected]

La principal tarea de la familia, en palabras del cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, es la de ser «formadora

de valores humanos y cristianos». El cardenal, en la presentación del VI Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en la ciudad de México, los días14 al 18 del pasado mes de enero, destacó la «ausencia de valores compartidos, de una certeza educativa que desemboca en jóvenes desorientados y padres desmotivados» como uno de los principales problemas que aquejan a las relaciones familiares en la actualidad. Se refirió igualmente a la necesidad de educar a los hijos en la fe, un elemento esencial en las familias y que «no es algo que se hereda automáticamente sino que cada generación debe apropiarse, hacer esta elección, si bien es necesario recibir la propuesta con el testimonio y la experiencia concreta».

La familia debe ser un espacio para cultivar la virtud y la experiencia de ser amados, acogidos, acompañados y educados pues, en su seno, se aprende y

vive el sentido de la solidaridad, de la dignidad de la persona, de la lealtad, de la cooperación, de la autonomía misma y la realización personal a través de la experiencia de los padres. Es un auténtico laboratorio de convivencia, reciprocidad y de compromiso activo en la sociedad civil. Durante la celebración, como es habitual en estos encuentros, del Congreso teológico-pastoral en el que participaron familias de todos los continentes, se preparó un comunicado conclusivo de las aportaciones y experiencias compartidas, en el que se lee: «El Encuentro constató una vez más la riqueza de la familia como educadora, formadora, transmisora de la fe, los valores, las tradiciones y la identidad cultural y espiritual, que pudieran verse cuestionadas por una globalización pragmática». El documento explica que «frente a la crisis económica, la familia también se confirma como eje de la solidaridad y el apoyo fraternal a quienes pierden su empleo o ven mermados sus ingresos».

«E n el hogar es donde se aprende a vivir verdaderamente, a valorar la vida y la salud, la libertad y la paz, la justicia y la verdad, el trabajo, la

concordia y el respeto». Estas palabras de Benedicto XVI en su mensaje a los participantes, subrayan nuevamente el extraordinario valor de la familia «formadora en los valores humanos y cristianos». No nos cansaremos de recordar y manifestar que la familia auténtica es más grande y más fuerte que todos los males; su poder y su grandeza están justamente en su ser originario de lugar de amor, que se llama hogar, y de crecimiento, que se llama escuela. No cabe un mejor servicio a la sociedad que el vivir los valores éticos, las normas morales que pertenecen a la lógica y al dinamismo de la vida que tiende a su plenitud. El ambiente del hogar crea un clima de humanidad y de vida cristiana para todos sus miembros, con consecuencias beneficiosas para las personas, la Iglesia, la sociedad. Al mismo tiempo, la familia cristiana, viviendo la confianza y la obediencia filial a Dios, la fidelidad y la acogida generosa de los hijos, el cuidado de los más débiles y la prontitud para perdonar, se convierte en escuela en la que todos pueden aprender. La belleza de la familia debe ser testimoniada de forma concreta en la unidad profunda, el respeto de las diferencias, la santidad, en definitiva, que es el mejor servicio que podemos ofrecer a la sociedad actual.

J. D. A.

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¡DioS a la ViSTa!

Este título no está tomado de esos anuncios que ahora ruedan en autobuses por las ciudades. Le pertenece a

Ortega y Gasset, quien en un artículo de 1926 bajo ese marbete escribía lo siguiente: «Hay épocas de odium Dei, de gran fuga lejos de lo divino, en que esta enorme montaña de Dios llega casi a desaparecer del horizonte. Pero al cabo vienen sazones en que súbitamente, con la gracia intacta de una casta virgen, emerge a sotavento el acantilado de la divinidad. La hora es de este linaje, y procede gritar desde la cofa: ¡Dios a la vista!».

¿Qué ha ocurrido en la conciencia europea para que tras años de silencio social sobre Dios, ahora aparezca esa extraña proclamación, que expresada como rechazo no se atreve a la negación absoluta y deja su existencia en probabilidad? Esa palabra primordial «Dios» todos la proclamamos en consentimiento o en rechazo. Ella nos precede y nos comprendemos a nosotros mismos como finitos a la luz del Infinito, como mortales a la luz del In-mortal, como creados a la luz del Creador. ¿Qué es más sensato: acogerse como frutos de un amor preveniente o como arrojados por un destino ciego? ¿Es posible que nuestra razón y corazón procedan de algo sin-razón y sin-corazón?

De Dios ni podemos callar ni sabemos hablar. Sólo podemos hablar de Él haciéndonos eco y siendo altavo-ces de su propia palabra acogida pecho a tierra, como re-velación de su amor y en respuesta de nuestro amor. Quien se la apropia o la blande como arma frente al pró-

jimo, está profanando a Dios y ofendiendo a su prójimo. ¿Quién se atrevería a decir que conoce a Dios, que lo puede retener por propia mano, o ponerlo a su servicio? Él es una presencia real pero elusiva, personal pero sus-traída. No es posesión de nadie y es soberana sobre todos. Sólo descalzos y de rodillas, los oídos abiertos y los ojos cerrados, en acogimiento de uno mismo y en recogimien-to de la dispersión exterior, podemos percibirle. No en el terremoto, ni en el viento, ni en el fuego exterior sino en la brisa tenue está Él. Así se dio a sentir a Elías camino del Horeb y a Moisés desde el Sinaí en la hendidura de la peña, viéndole por la espalda mientras se alejaba. Pero ese silbo amoroso, que ha rozado nuestras pupilas inte-riores ya nunca podremos olvidarlo, aun cuando azoten los vientos del Norte.

De Dios sólo se puede hablar con amor y temblor des-de dentro de la verdad de la existencia, desde el estreme-cimiento de quien se sabe lejos de la propia dignidad hu-mana y más lejos todavía lejos de la santidad divina. Sólo se puede hablar de Él con una razón que nace de la vida y del servicio incondicional al prójimo. A ese Dios po-demos reconocerle en las huellas que han dejado en nues-tro mundo sus testigos cualificados: profetas, místicos, poetas altavoces suyos en la cotidianidad, servidores de pobres y enfermos, santas voces de una eternidad que es inherente a nuestra finitud, de un Misterio, que es ya pre-sencia a nuestra soledad, y al que podemos abrirnos por-que previamente Él se ha abierto a nosotros. Aceptación de nuestra individualidad y adentramiento en nuestra so-ledad son condiciones para conocer a Dios. Sólo quien se conoce a sí mismo puede reconocer a Dios y sólo quien ama a su prójimo puede columbrar a Dios.

No se puede hacer comercio, propaganda o ideología con este santo nombre. Sólo podemos manuducir el pró-jimo hasta Dios con la verdad de la existencia, la digni-dad de la justicia y la fortaleza de la esperanza. Tenemos que darle palabra y razón de Él pero no demostrar y nun-ca imponer. Estando en la verdad ante Él y desde Él en-hiestos y libres para todo a la vez que solidarios de todo y servidores de todos, gozosos y esperanzados, los creyen-tes serán verdaderos y hablarán bien de Dios. Preocupa-dos por todo lo bello, noble y justo, a la vez que serena-mente despreocupados y abiertos a la gloria del mundo y a la belleza de las cosas, que es alimento natural del hom-bre y suprema flor de la realidad.

... Mortal es ya el hecho histórico de que creyentes e increyentes se lancen la palabra «Dios» a la cara cuando tendría que ser pronunciada por los creyentes con veneración y asombro, mientras que los no creyentes deberían respetarla por ser sagrada a sus semejantes...

Olegario González de Cardedal,

ABC 18/01/09

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LA SAGRADA FAMILIA

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recoge el agua y se la ofrece a su prójimo para saciar la sed: nunca se la arroja contra el rostro. Cada hombre tie-ne que cavar en la tienda de su propia interioridad para allí encontrar a Dios. El creyente le ofrecerá a su prójimo como agua viva. El no creyente no debe equivocarse: la realidad de Dios es una gracia posible también para él y no depende de cómo sean los propios creyentes. Cada uno somos un absoluto ante Dios y ante Él tenemos que responder con el nombre con el que previamente Él nos llama a cada uno. Dios es el primer bien común de la humanidad. Porque Él es uno creándonos, somos noso-tros unos como hombres. Su paternidad creadora es el fundamento de nuestra fraternidad indestructible.

A la luz de lo anterior el lector se preguntará: ¿son los autobuses públicos lugar apto para el uso acusativo o de-fensivo del santo nombre de Dios? (No pregunto si es legítimo en pura lógica de mercado sino si es fermento de concordia o de discordia en una democracia humana). No parece. Las empresas públicas, ¿pueden prestarse a tales usos ideológicos, que siempre terminan ofendiendo a unos o a otros? No parece. Esta campaña nació en In-glaterra como reacción contra una presentación que hace a Dios fuente de miedo y amenaza al hombre con la con-denación eterna. Y tenía razón en rebelarse contra ella y contra tal uso fatídico e inhumano de Dios, porque Él es la fuente primera de la vida y la raíz última de la feli-cidad. Dios es gratuito como lo son el amor y la luz, la belleza y las flores.

No puede ser utilizado como palanca que sirva de ace-lerador ni de freno para fines materiales de este mundo. Él es de otro orden: la luz que nos alumbra para que exis-tamos en libertad; la lumbre que alumbra para que en gozosa responsabilidad crezcamos. No se puede hablar de Dios en vano, en falso, en profano. El creyente no hablará así nunca de Él.

El creyente se sabe agraciado con la luz de la fe. Ella no es una conquista suya sino un don de Dios al que ya no puede renunciar porque equivaldría a renunciar a la luz con la que ve un mundo nuevo. Agraciado y humi-llado por la propia fe, de la que debe gozarse pero nunca vanagloriarse, se asombra cada día de sí mismo, de que al despertar siga existiendo y creyendo. Tanto la vida como la fe son una diaria sorpresa, que el bien nacido agradece a Dios y comunica a los demás. Lo que le causa asombro al creyente no es la increencia del prójimo sino su propia fe, porque sabe que es puro don de Dios. Nada más con-tradictorio con ella que despreciar o acusar a quien no la tiene: esto revelaría que quien lo hace no sabe lo que es el admirable don de creer; que ha confundido lo que es gra-cia con lo que es un vulgar producto que se compra, una idea que se fabrica o una mera herencia que se recibe.

Cuando las cosas sagradas de la vida humana son trata-das mal y maltratadas, terminan volviéndose contra el hombre y degradándole. La trivialización maligna condu-ce al olvido de lo esencial, a la pérdida del respeto a lo sagrado, al encubrimiento de los límites de la vida huma-na, a la anulación de la diferencia entre el bien y el mal. ¡Mortal es ya el hecho histórico de que creyentes e incre-yentes se lancen la palabra «Dios» a la cara cuando ten-dría que ser pronunciada por los creyentes con veneración y asombro, mientras que los no creyentes deberían respe-tarla por ser sagrada a sus semejantes! Cuando esa reali-dad que debería aparecer como alma vivificadora para todos, se convierte en arma de acoso, entonces algo esen-cial se ha pervertido en la convivencia. ¡Y todos los que colaboremos a esa pugna seremos culpables de lesa divi-nidad y de lesa humanidad!

Kierkegaard decía que al hombre que encuentra a Dios en su vida, le ocurre como al beduino en el desierto que, cavando dentro de su tienda, descubre una fuente. De ella

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GraCiaS Y FaVorES

2 Muy agradecida a San José Manyanet por favores recibidos, les mando un donativo de 50 e. A ser posible agradecería

una reliquia de San José Manyanet. Gracias, Puri (Barcelona); Sense deixar mai de confiar en el Pare Manyanet, R. Sonet (Vilafranca).

oraCiÓN a SaN JoSÉ maNYaNETDios y Padre nuestro, que has otorgado a San José Manyanet el don de encarnar las virtudes de la Familia humana de tu Hijo, y con la gracia del Espíritu Santo le has llamado a vivir y anunciar, con la palabra y el testimonio, el Evangelio de la familia, proclamado desde Nazaret; concédenos, por su inter-cesión, la gracia de vivirlo en nuestros hogares. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

oTra oPorTUNiDaD PErDiDa...

Hace pocos meses, Fidel González y M.a Pilar Adín han publicado, en catalán, una nueva biografía de la fundadora de las Hermanas de

la Sagrada Familia de Urgel, titulada «Anna Maria Janer Anglarill, una dona sense fronteres» (Roma 2008). Buena parte de los capítulos 8.o, 9.o y 10.o en los que se narra la fundación de las Hijas de la Sagrada Familia siguen, como falsilla, el contenido de la Disquisitio (Roma 1978) (que no es equiparable a la Positio, claro (Roma 1980) sobre José Ma­nyanet en la cual, sobre estos hechos, se cita poquísimo a la madre Janer. Los autores, que desconocen otros documentos y bibliografía posteriores (por lo menos no los citan), se muestran más preocupados en des­autorizar a la Disquisitio que en aportar nuevos ar­gumentos. La afirmación de que el Padre Manyanet recibió como «providencial» (p. 305) el encargo hecho por el obispo Caixal de asu­mir la dirección de las Reli­giosas de la diócesis como base de su nuevo proyecto fundacional femenino, re­sume bien la objetividad de estos capítulos. En definiti­va, otra oportunidad perdi­da para la verdad histórica y objetiva de los hechos.

al SErViCio DE la Palabra

El tema de la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia —tema del último Sínodo de los Obispos—

podemos considerarlo sin exageración un tema muy queri-do por San José Manyanet. No porque su preocupación central estuviese vinculada a la lectura de las Escrituras —ésta no era la preocupación de la Iglesia en el si- glo xix—, pero sí por el conocimiento que tenía de ellas y por la intensidad con que las empleaba en sus escritos y predicaciones.

Durante los años de su formación teológica en Seo de Urgel adquirió un conocimiento fuera de lo común de la Sagrada Escritura que le inspiró en primer lugar la expe-riencia de su vida y de su proyecto apostólico. Y lo que él vivía lo predicaba también en sus pláticas y sermones. Los testigos del proceso de canonización, que habían convivi-do largos años con él, son muy explícitos al respecto.

«Éstas [pláticas] —afirmó el padre Luis Tallada— las hacía con tal unción espiritual y con tal dominio de las santas Escrituras, que nos dejaba admirados y edificados» (Summ. § 72). «En las conversaciones —declaró el padre Antonio Carrió—no parecía otra cosa que un enviado de Dios para defender los intereses del Creador, pues en todo aplicaba un texto adecuado de la Sagrada Escritura para mayor provecho de los concurrentes» (Ibíd. § 367). «En el trato con el Siervo de Dios —refirió el sacerdote Miguel Piera— había observado que él vivía vida de fe, y que aplicaba en sus conversaciones textos de la Sagrada Escri-tura, particularmente del Apocalipsis» (Ibíd. § 400). «Yo estoy persuadido —añadió todavía el mismo sacerdote— de que era un especial don sobrenatural la inteligencia que tenía el Siervo de Dios de la Sagrada Escritura, cuyos tex-tos eran aplicados por él con gran oportunidad en todas ocasiones, como comidas, bodas, fiestas de familia, con-versaciones familiares con sus hijos» (Ibíd. § 414).

En segundo lugar, recurrió con abundancia a las citas bíblicas explícitas, y sobre todo a las citas implícitas, en sus obras fundamentales y sermones. Especialmente en La Escuela de Nazaret y Casa de la Sagrada Familia y en Preciosa joya de Familia, se han señalado más de quinien-tas en cada una de ellas, como puede comprobarse en el volumen de las Obras selectas. Y dígase lo mismo en sus sermones.

J. M. Blanquet, S.F.

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Notas de psicología familiar

UN ViENTo QUE borra loS rECUErDoS Alzheimer

Hasta en la vida más plena, puede llegar el momento en que se borren los re-

cuerdos atesorados con tanto afán. Se em-pieza por no recordar si se han tomado las medicinas, se sigue por olvidar los compro-misos tomados con antelación; se olvida el nombre de los conocidos, luego el de los amigos e incluso el de los familiares.

Puede llegar el día en que uno no recuer-de ni quién es.

No se trata de uno de esos olvidos puntua-les y transitorios que todas las personas tie-nen, sino la suma de todos ellos, la que pone a la familia en pie de alerta y a la persona en situación de indefensión y desprotección.

¿QUÉ ES EL ALZHEIMER?

Es una enfermedad que va minando, poco a poco, la vida cotidiana de quien la pa-

dece y de su familia. Es la causante de la desorientación de quien sale a la calle y no sabe si debe ir a la izquierda o a la derecha. Así como también de que, en medio de una conversación, se olvide terminar una frase.

Sin entrar en términos médicos, parece que es un acúmulo de proteínas. Algunos científicos creen que hay tres causas princi-pales:

■ Déficit de acetilcolina.■ Acúmulo de amiloide.■ Trastornos metabólicos, aunque no se ha

llegado, todavía, a diagnosticar perfecta-mente las causas.

EXPERIMENTO EN UNA RESIDENCIA PARA ENFERMOS DE ALZHEIMER

Basado en una idea de Takanori Shiba-ta, experto en Robótica, se elaboró un

peluche blanco, una cría de foca, con tecno-logía punta. El peluche tiene pequeños mo-vimientos y emite gruñidos. Se creó con intención de que sirviera de compañía a personas solas y enfermas.

M.a Aurora de Santiago, psicóloga

contenido, es una queja. Se pregunta: «Si la vejez es un premio que te da la vida ¿por qué a mi madre se lo ha negado?».

La quiere y la respeta aunque echa de menos a su «madre» de antes, no la de los dos últimos años; y se pregunta qué puede hacer por ella. Quisiera darle la vida que tenía antes de la enfermedad.

CONCLUSIONES

Queda un largo trecho de investigación científica para encontrar las causas

exactas y así descubrir la prevención y cu-ración del Alzheimer. Pero existe la espe-ranza de que se está en el camino correcto.

Un peluche robotizado puede ser, se ha comprobado que sí, una ayuda emocional para los ancianos enfermos.

A los hijos que viven estas situaciones se les hace difícil asumir que la persona que más les quiso y a la que, probablemente, más quisieron, no les reconoce.

Cabe preguntarse:■ Los padres, aunque estén enfermos, ¿si-

guen siendo padres?■ Los peluches robotizados, ¿pueden sustituir

a los hijos y nietos?■ En los momentos en que la enfermedad no

anule la identidad, ¿a quién quisieran ver a su lado?

En función de las respuestas, cada uno debe pensar en su posible actuación.

Sus efectos se experimentaron en una residencia de ancianos, enfermos de Alzhei-mer, durante dos años. Los resultados fue-ron muy esperanzadores.

La mayoría de ancianos mejoraron su estrés, se sintieron más relajados y sonreían con más frecuencia. Se observó una reduc-ción de cortisol, la hormona del estrés.

B. Klein (asistenta geriátrica de dicha residencia) concluyó que pueden ser un re-curso al servicio de las cuidadoras encarga-das de atender a las personas mayores en-fermas.

¿CÓMO ENVEJECER BIEN?

El camino natural de la vida lleva a enve-jecer. Todas las personas envejecen, si

no mueren antes, pero la pregunta puede ser: ¿Qué hacer para envejecer bien?

Lo más adecuado es tener una vida con buenos hábitos, como: ejercicios físicos, ejer-cicios intelectuales y equilibrio emocional.

Para conseguir aunarlos todos se puede: leer, reflexionar, viajar, discutir (con mo-deración), disfrutar de la familia, rela-cionarse con amigos...

Las personas mayores exploran menos por eso segregan menos serotonina y dopa-mina.

En la edad avanzada se tiende a no ex-perimentar nada nuevo, repitiendo aquello que proporciona cierta satisfacción. Eso da seguridad, pero aletarga.

Los lugares de encuentro, las asociacio-nes, los viajes, cursos en la universidad u otros son estímulos necesarios para que las personas mayores consigan el equilibrio entre la seguridad, a la que tienden, y la necesidad de contacto con el exterior.

CARTA DE UN HIJO

En estos días de febrero de 2009, en un periódico español, apareció una carta

con la que muchos hijos se identificarían. Y que desde luego hace pensar.

Es de un hijo cuya madre padece Alzhei-mer. Es un grito desgarrado, es un llanto

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Un centro de la Sagrada Familia para las familias

ORACIÓN PARA PEDIR GRACIAS POR INTERCESIÓN DEL SIERVO DE DIOS

Dios y Padre nuestro, que has suscitado en la Iglesia a tu sacerdote MAGÍN MORERA, ferviente apóstol de la Familia humana de tu Hijo, para que, con los dones del Espíritu Santo, trabajara incansablemente por la salvación de las familias y de la juventud; haz que, animados por el testimonio de su vida, seamos servidores fieles del Evangelio de Nazaret y, por su intercesión, alcan-cemos la gracia... Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La primera etapa de la vida del SIERVO DE DIOS MAGÍN MORERA co- mo religioso y sacerdote Hijo de la Sagrada Familia estuvo dedicada a la

formación. Fue primero vice-prefecto (1929-1931) y después prefecto de los aspirantes (1933-1936) a la vida religiosa y sacerdotal del Instituto en el cole-gio Nazareno de Blanes. El P. Casimiro Roca que fue uno de los aspirantes en aquellos años ha declarado lo siguiente:

«Desde el primer día fue como un ángel custodio. Su contagioso entusiasmo, su incansable actividad, su total dedicación a cada uno de nosotros, era una constante inspiración. Las 24 horas del día y los 7 días de la semana estaba con nosotros. Él pasaba todo el día y noche junto a nosotros. En seguida me di cuen-ta de la vida tan sujeta del hermano Magín. Casi no le quedaba tiempo material para sí. Tampoco los domingos y fiestas eran de descanso para él. Era como una cantera de entusiasmo y de actividad para tenernos siempre entretenidos.

En pocos días, pues, se ganó el cariño de todo el grupo. Casi nunca se sepa-raba de nosotros, o como profesor y siempre como el mejor custodio y amigo. Todos apreciábamos su entrega total e incondicional. Donde ponía más su alma era en nuestra educación religiosa y nos proponía al vivo el espíritu de san José Manyanet y su obra, la congregación, despertando en todos nosotros el amor por los dos. El Siervo de Dios demostraba que estaba bien imbuido del espíritu de los Hijos de la Sagrada Familia. Por el entusiasmo que ponía en estos ratos de explicación, experimenté en mí mismo cómo nos contagiaba del espíritu que él vivía en plenitud.

En nuestros tiempos de recreación o paseos tomaba parte en todos los jue-gos y correrías. Tenía como muletilla muy usada el grito de “Amunt i crits!” (¡Siempre adelante!). Nos acompañaba en todos los actos religiosos, todas nuestras devociones y prácticas piadosas y, sobre todo, en la meditación diaria, durante la cual nos hacía participar a todos de su abundante caudal de vida interior y espiritualidad».

UN NUEVO «NAZ@RED»

La diócesis de Ciudad Real ha puesto en marcha el pro- yecto Naz@red, cuya denominación «juega con el

nombre de Nazaret, el hogar familiar de Jesús, y la Red, en un doble sentido, red de padres y adolescentes de dis-tintos pueblos, y la red de internet, porque utilizamos las nuevas tecnologías para comunicarnos».

El proyecto se define no como un grupo juvenil más sino como:

j Una experiencia de encuentro, comunicación y relación de adolescentes y jóvenes de 12-18 años en prin-cipio de todo Ciudad Real y abierto a todo el mundo que esté interesado.

j Una experiencia de encuentro, comunicación y relación con Jesús de Nazareth, que ofrece la Iglesia Ca-tólica. Una amistad con un doble contenido: amistad en-tre todos y cada uno de los que estamos aquí (apertura sin grupitos cerrados) y amistad de todos con Jesús Joven.

j Un espíritu, una marca que nos define, es el espíri-tu de la vida de Jesús en su pueblo de Nazaret y con su familia: su Madre la Virgen María y su Padre San José.

j Un estilo alternativo de alegría, de buen ambiente con serenidad y mucha paz, y de ganas de crecer en to-dos los aspectos de nuestra persona. Una aventura, un reto, una iniciativa que está naciendo ahora mismo.

La finalidad es que oiga una buena noticia que se debe oír: el Evangelio de Nazaret, que es el evangelio del: Crecimiento oculto en un pueblecito anónimo; La acep-tación del límite de la autoridad paterna y materna; La vida como vocación recibida de Dios que hay que descu-brir y ofrecer; Tiempo como oportunidad diaria de cons-truir la voluntad de Dios en este mundo; La objetividad de lo real frente a lo virtual, de la verdad frente a la men-tira, de lo bello frente a lo vulgar, de lo bueno frente al todo vale o al da igual 8 que 80; Educar la afectividad, el corazón desde la limpieza y la pureza de intenciones y afectos.

Ciertamente Naz@Red es una apuesta novedosa, ilu-sionante, es estilo nuevo de evangelizar con jóvenes que no les saca de su ambiente ni de su entorno, mirándose en el adolescente y joven Jesús.

J. M. Blanquet, S.F.

GraCiaS Y FaVorES

2 Dono gràcies al sacerdote Magí Morera per un favor rebut, C. S., Sant Hipòlit de Voltregà

(Barcelona); Encomiendo a la intercesión del Siervo de Dios la vocación de un joven a la vida religiosa y sacerdotal que pasa por un momento de dificultad, M. B. J. (Barcelona).

La fotografía corresponde al curso 1933-1934 y el Siervo de Dios aparece jun-to al P. Enrique Tatjer y a los HH. Ramón Jordá y José Farré.

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LA SAGRADA FAMILIA

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ViVir EN Familia, CoNTaGia la FE

CREER Y DESCRIBIR LA FE

Reconocemos la dificultad para describir la «fe». Qui-zás por la poca profundidad de nuestra propia expe-

riencia, o por la incidencia de los corrientes imperantes en cada momento que han remarcado sucesivamente aspectos diversos de la misma noción (la fe entendida como «ideas», «sentimientos» o una «experiencia subjetiva») o, incluso, por la propia evolución del fenómeno religioso y por la transformación de la vivencia y el testimonio «de los hom-bres y mujeres de fe». Juntos concordamos que definir la fe no es fácil.

A través de la Biblia descubrimos cómo Dios se revela y se da a conocer en una historia tejida de palabras y de acontecimientos. El ser humano responde acogiéndola libremente, comprometiéndose plenamente, con la inteli-gencia, la voluntad y el corazón (cf. DV,5), confiándole el propio futuro, asintiendo a la verdad comunicada por él. Esta adhesión plena y que implica a toda la persona, trans-ciende el sentido religioso común y se llama fe.

La fe es una actitud existencial: nos da la convicción de ser amados, nos libera de la soledad y de la angustia de

la nada, nos dispone a aceptarnos a nosotros mismos y a amar a los otros, nos da el coraje para desafiar a lo desco-nocido.

Creer es abrirse, salir de uno mismo, confiarse, obedecer, arriesgar, ponerse en camino, «creer es poseer anticipada-mente lo que esperamos, es conocer realidades que no ve-mos» (He 11,1), creer es ir detrás de Jesús «quien nos ha de guiar por el camino de la fe y quien la lleva a la plenitud» (He 12,2). Es asumir una actitud de acogida activa, que per-mite a Dios hacer historia juntamente con nosotros, más allá de las posibilidades humanas». (VFEF, págs. 25-26).

«La fe es, en primer lugar, don del Espíritu Santo, que la precede, la suscita, la sostiene, la ayuda a crecer. Es él quien ilumina la inteligencia, atrae la voluntad, gira el co-razón hacia Dios, haciéndole aceptar con alegría y com-prender siempre mejor la revelación histórica de Cristo.

Pero, al mismo tiempo que es un don de Dios, la fe pi-de la colaboración de la persona, su decisión libre y ra-zonable. Dios nunca se impone, sino que propone; no sólo respeta sino que suscita y sostiene la libertad». (VFEF, pág. 26).

VIVIR EN FAMILIA

Tampoco resulta sencillo explicar que significa «vivir en familia», pues, esto nos obliga a hablar de cuales

son los pilares de nuestra relación, de lo que mantiene vi-gente nuestro proyecto, de qué papel juega el hogar como lugar de experiencia, o de vivencias, o de educación-creci-miento... «Vivir en familia» nos interpela a reflexionar so-bre qué tipo de comunidad formamos, cómo gestionamos el respeto hacia las otras opciones individuales y a la vez si fomentamos una verdadera convivencia. Implica, también, reconocer un cúmulo de situaciones y de retos que están condicionando nuestros proyectos y a veces se traducen en grandes dificultades reales... Y fundamentalmente, nos pide tomar conciencia del lugar de la persona humana en la sociedad.

«La persona crece en la medida que cree en el amor de los otros y de Dios, lo acoge y lo intercambia con la dona-ción de uno mismo. El amor, como actitud fundamental y

DIÁLOGOS en Familia

El lema «Vivir en familia, contagia la fe» nos remite a una compleja red de conceptos y a una rica gama de experien-cias que entran en juego en el escenario de la vida cotidiana. En concreto: la «fe», el «vivir en familia» y el «contagiarla».

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proyecto global de vida, asume en su lógica todas las di-mensiones de la existencia, comprendida la sexual, como obertura corporal y espiritual, y como expresión y actua-ción privilegiada, confiriéndole un gran valor. La donación física total está llamada a ser signo y parte de una dona-ción personal total». (VFEF, pág. 11).

«Amar verdaderamente no es fácil. Para que el amor sea auténtico, debe tener un conjunto de cualidades sobre la dimensión puramente sensible, emotiva, superficial. En medio de las contradicciones humanas y de la vida, el au-téntico amor “no pasa nunca”. Hay que esforzarse para hacerlo crecer, madurar». (VFEF, págs. 11-12).

La realidad que nos envuelve y las situaciones que to-dos juntos vivimos o conocemos «conllevan un mensaje de trasfondo: el amor es fuerte y débil a la vez. Hay que velar para que el amor crezca, se convierta en adulto, llegue a recibirse plenamente, que sea vivido a la luz del amor en Jesús». (VFEF pág. 12).

«Las relaciones dentro de la familia deben incluir una afinidad de sentimientos, de aficiones y de intereses, que provienen, sobre todo del respeto mutuo de las personas. La familia es una comunidad privilegiada, es la primera escuela de vida cristiana, es “una escuela de humanidad muy rica. Pero para que pueda alcanzar la plenitud de su vida y su misión, son necesarias una benévola comunica-ción espiritual de los esposos, el compartir criterios y una colaboración continua de los padres en la educación de los hijos” (GS 51,2)» (VFEF, pág. 19).

CONTAGIAR

Sin duda la expresión «contagiar» pertenece a la misma órbita del «transmitir». Aunque, a menudo hemos ima-

ginado una transmisión de «contenidos» (ideas-creencias); «vertical» (de padres a hijos); de algo «poseído» (como si fuera una cosa originalmente nuestra); «puntual» (como la entrega de una herencia-obsequio); «pasiva» (unos que dan y otros que reciben)... y realmente, ésta no es la diná-

mica de la fe. La expresión «contagiar» aplicada a la fe nos resulta también limitada, pero, a la vez profundamente su-gerente si recordamos todos los sentidos y simbolismos. Si tomamos como referencia «contagiar una ilusión o un pro-yecto» acordaremos que:

✔ Se contagia un ambiente, una situación, unas condi-ciones... Pero, en realidad el objeto de la ilusión no eres tú mismo y, por tanto, la causa u objeto reside fuera (un posible viaje, la compra de un piso, abrir un despacho...). En la fe pasa lo mismo. La familia con-tagia un «ambiente», pero el verdadero motivo de la fe está fuera.

✔ Se contagia algo si realmente hay un espacio, un tiempo, unas actividades compartidas..., y un diálogo, un tiempo para la contraposición o para el silencio... La fe también requiere todos estos elementos que configuran un verdadero escenario de humanización.

✔ Se contagia con reciprocidad de marido a mujer, de madre a hijo, de hermana a hermano, de hijos a pa-dres. La fe también es dinámica y, a menudo se trans-mite y se alimenta recíprocamente, como en una verdadera comunidad cristiana.

✔ Se contagia en función de la implicación de lo que quiere contagiar y de su testimonio, pero también depende de la situación y reacción del otro: de su momento, de su predisposición, de su historia... La fe, pasa por una decisión personal. Ni se presta, ni se libera y ni se impone.

✔ Se contagia motivando, alimentando, dando sopor-te..., en definitiva, haciendo crecer algo a través de un proceso, porque todos sabemos que no hay ninguna realidad importante en la vida que no tenga esta ca-racterística. La fe, también necesita de muchas ayu-das que van desde la formación y de la propia comu-nidad hasta la experiencia de la oración y de los sacramentos.

«Esta educación en la fe es mutua, también los hijos contribuyen al crecimiento de la fe de sus padres. Por ello, todos y cada uno de los miembros de la familia se conce-derán generosamente y sin cansarse el perdón mutuo exi-gido por las ofensas, las peleas, las injusticias y los aban-donos. El afecto mutuo lo sugiere, la caridad de Cristo lo solicita» (VFEF, pag. 28).

«A veces, los padres experimentan la frustración porque los hijos no han acogido la fe que les han intentado trans-mitir, o no han actuado como ellos se imaginaban, o mani-fiestan, incluso, unas formas de vida totalmente opuestas a

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LA SAGRADA FAMILIA

libroSj Jesús Renau. Cada día. Ed. Claret. Barcelona,

2000.

j Lluis Armengol i Bernils, sj. Vivir a fondo. Re-flexiones sobre la vida cotidiana. Ed. Claret. Barcelona, 2003.

j Los primeros años de la vida. La iniciación cristiana de los niños de 6 a 7 años. SIC. Bar-celona, 2004.

TEXToS bÍbliCoSHechos de los Apóstoles 2, 42-47: Todos vivían

unidos.

Col. 3, 12-14: «Por tanto, como elegidos de Dios, consagrados y amados, revestíos de compa-sión entrañable, amabilidad, humildad, mo-destia, paciencia; soportaos mutuamente; perdonaos si alguien tiene quejas contra otro; como el Señor os ha perdonado, así también haced vosotros. Y por encima de todo el amor, que es el broche de la perfección.»

Gal. 6, 10: Haced el bien a todos.

Delegación Diocesana de Pastoral Familiar Barcelona

PUNToS DE rEFlEXiÓNj ¿Cómo definiríamos la fe? ¿Qué nos implica?

¿Qué es la fe para cada miembro de la familia? ¿En qué aspectos coincidimos y en cuáles tene-mos una perspectiva distinta?

j ¿Qué características tiene nuestro «vivir en fa-milia»? ¿Estamos satisfechos? ¿Qué podríamos mejorar?

j ¿Cuál es nuestra experiencia en «contagiar la fe»? ¿Cuáles son nuestros puntos débiles?

PABLO DE TARSO: Un hombre al servicio de la feJunio 08-Junio 09: AÑO PAULINO-TEXTOS

4. rom 8, 35-39: Himno al amor de Dios«¿Quién nos separará del amor de Cristo?. ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnu-dez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos más que vencedores gracias a aquel que nos amó.Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potesta-des ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.»

las que les han intentado inculcar. Este hecho provoca heri-das profundas en muchos de ellos que van unidas a un profundo sentimiento de fracaso personal [...] Nunca debe-mos olvidar que la fe se encuentra entre la propuesta de Dios y la libertad de la persona. Aunque no hayamos al-canzado lo que pretendíamos, seguro que la propuesta que les hemos hecho, la educación que les hemos transmitido y el propio testimonio han dejado alguna huella en su vida» (VFEF pág. 28).

«Escoger y tener un lugar favorable no es indiferente para la oración. Tanto para la oración personal como en familia, ayuda mucho poder disponer de un espacio —no hace falta que sea muy grande— para la oración en co-mún. Este “rincón de oración” puede estar formado con la Biblia y alguna imagen o icono, por la presencia, según los diversos tiempos litúrgicos, de alguna flor o elemento sim-bólico. De este modo tendremos un espacio físico para estar “allí, en secreto” delante de nuestro Pa-dre» (MT 6,6) (VFEF, págs. 35-36).

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Proyecto Escuela-FamiliaProyecto Escuela-FamiliaProyecto Escuela-Familia

Las Virtudes de NazaretLas Virtudes de NazaretLas Virtudes de Nazaret

Apuntes de Psicología FamliarApuntes de Psicología FamiliarApuntes de Psicología Familiar

Esposos y SantosEsposos y SantosEsposos y SantosEsposos y Santos

Pedro Mas, SF

Dos mujeres con este mismo nombre aparecen en el Nuevo Testamento, una es designada como hija

de Herodías, la otra se la llama «la madre de los hijos del Zebedeo». No tenemos más fuentes que los evan-gelios, y de éstos, dos evangelistas nos dan datos so-bre ella: Mateo y Marcos.

María Salomé era esposa de un pescador del mar de Galilea, Zebedeo, de la ciudad de Betsaida y fue-ron padres de dos hijos, más tarde apóstoles de Jesús, Santiago el Mayor y Juan Evan gelista, aquellos que un buen día le pidieron al Maestro les concediese sen-tarse en su gloria a derecha e izquierda; esto, nos lo ha contado Marcos. La petición causó cierto escándalo.

San Mateo atribuye la petición a la madre, Salomé. Con los dos hijos se presenta ante Jesús y le dice:

—«Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino».

Replicó Jesús:—«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa

que yo voy a beber?»Dícenle:—Sí, podemos.Díceles:—«Mi copa sí la beberéis, pero sentarse a mi de-

recha o a mi izquierda no es cosa mía el conceder- lo, sino que es para quiénes está preparado por mi Padre».

En el evangelio de San Marcos, Salomé es mencio-nada en una segunda ocasión: en el amanecer de aquél día, «pasado el sábado», ella forma parte de grupo, con María Magdalena y María de Cleofás, de las que se dirigen con perfumes al Sepulcro de Jesús, con la intención de completar las unciones funerarias.

Salomé era una de las mujeres que siguieron a Jesús en su apostolado y desde lejos, a la Crucifixión. Apa-rece representada en las escenas del Descendimiento y de la Resurrección.

Santa Salomé entra en «Esposos y santos» por su condición de tal, y además, en la distancia, nos trae un mensaje bien actual:

■ Acompañar a Jesús por los caminos de nuestro mundo, como ella lo hizo por los de Ga lilea.

■ Escuchar las palabras del Maestro, como ella hizo acompañando a Jesús en su vida pública.

■ Formar parte de la familia del Mesías, y vivir esta pertenencia como ella la vivió.

■ Acompañar a Cristo crucificado, como ella hizo.

■ Descubrirlo resucitado, como ella, que se pre-sentó en su tumba con los perfumes.

Su nombre, Salomé, evoca la palabra hebrea que designa la paz —shalom—, así que podría traducir-se por «pacífica» o «apacible». Su memoria la celebra la Iglesia el día 22 de Octubre.

Santa Salomé (detalle del llanto por Cristo muerto).

OraciónOh Dios, cada año nos llenas de alegría, al celebrar la memoria de Santa Salomé.

Haced que, así como le damos culto, imitemos la santidad de su vida. Amén.

SaNTa SalomÉEsposa y madre de los Apóstoles Santiago y Juan

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la Familia EDUCaDora EN ValorES

Ignacio Acedo, SF

LA SAGRADA FAMILIA

UN GRITO DESESPERADO, SER Y TENER FAMILIA

«Mi deseo es tener una familia». Esta frase salió muy sentida y de lo más profundo del corazón de una jo-

ven de veintisiete años. Había diferentes parejas y cada perso-na explicaba su relación personal con su padre-madre-herma-nos, con su familia. Experiencias personales de familia hay tantas como personas. Pero el relato de esta joven no dejó indiferente a nadie de los presentes. Era hija de unos padres que cuando ella tenía siete años se habían divorciado. Se fue a vivir con su madre y temporalmente pasaba unos días con su padre. La relación entre el padre y la madre no era «amisto-sa» y creció entre mordaces comentarios, poco constructivos para sentir confianza en las personas. Tenía las cosas necesa-rias para vivir pero no afecto. Con los abuelos la relación, por diferentes causas, era escasa. En cuanto pudo se indepen-dizó. La relación con el padre y la madre existe pero muy es-porádicamente. Los miembros de las otras parejas manifes-taban experiencias más gratificantes en su relación con su familia. Ella con una envidia sana manifestó con toda sinceri-dad «me gustaría tener una familia como la vuestra formada por padre, madre y hermanos aunque a veces discutiéramos y riñéramos».

El deseo profundo de todo hijo, hija es tener un padre y una madre donde las relaciones sean amorosas, equilibradas, se sientan queridos y amados. Donde la urdimbre afectiva, más que la material, les acompañe en su crecimiento hacia la ma-durez personal. Éste es el ideal. Ya sabemos que entre la reali-dad y el ideal hay muchos matices. Pero quien tiende al ideal gana en ser una persona más completa, con un sentido en su vida, más coherente más feliz. La familia entendida como pa-dre y madre e hijo/a en la medida que se construye intentando alcanzar ese ideal educa en valores, entendidos como respues-tas a los porqués del sentido de la vida. Educa en aquellas ac-titudes y aptitudes que hacen ser mejores personas y viven la realidad y el mundo que les rodea como algo bueno a compar-tir y construir... Los padres y madres cristianos acuden al Evangelio de Jesús, a la Buena Noticia de Dios, para descubrir cuáles son los valores a los que el Espíritu de Jesús urge hoy en la construcción de su Reino. El ambiente, la relación, el espacio familiar, vivenciado desde la llamada al Amor que Dios hace a todo miembro de la familia hace de este espacio el lugar privilegiado de construcción de ese nuevo mundo que todos ansiamos. El reto hoy está en saber y querer hacer fami-lia. Sin este ámbito la formación y educación en valores no deja de ser un deseo ilusorio.

EL VALOR Y LA APORTACIÓN DE LA FAMILIA A LA PERSONA Y A LA SOCIEDAD ES INSUSTITUIBLE

La familia ocupa un lugar primario en la educación de la persona. Es una verdadera escuela de humanidad y de

valores perennes. Es curioso observar que cuando hay una ruptura familiar, en muchos casos, se empiece a valorar la ma-ravilla de lo perdido. El cristiano ha de ser consciente que la familia fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer expresa la dimensión relacional, filial y comunita-ria, que el Dios de Jesús nos muestra. Es el ámbito donde el hombre puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral. No hay administración ni recurso estatal que la pueda sustituir. Podrá ayudar en ocasiones a desdramatizar vivencias y relaciones familiares no saludables pero nunca creará un espacio parecido a «una familia saludable». Es en el hogar donde se aprende a vivir verdaderamente, a valorar la vida y la salud, la libertad y la paz, la justicia y la verdad, el trabajo, la concordia y el respeto. La familia es un fundamento indispensable para la sociedad y los pueblos, así como un bien insustituible para los hijos, dignos de venir a la vida como fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres. Para ello el hombre y la mujer que deciden formar una familia han de ser conscientes que no surge espontáneamente. Puede que el drama de muchos fracasos familiares actuales tengan su origen en la creencia que vivir y construir un matrimonio y una familia es simplemente vivir juntos y procrear. Hacer fa-milia exige también formación permanente y toda la vida.

LA FAMILIA TRANSMISORA DE VALORES Y VIRTUDES HUMANAS

Durante el mes de enero (2009) ha tenido lugar en México el «VI Encuentro Mundial de las Familias». El lema que

ha guiado todo el encuentro ha sido «La Familia Formadora en los Valores Humanos y Cristianos».

El último Encuentro tuvo como sede Valencia, España, del cual esta revista informó y animó a su participación.

¿Qué valores la familia habría de considerar como esencia-les a vivir y educar hoy? Según los enfoques y perspectivas antropológicas pueden ser múltiples los considerados «urgen-tes». Un organizador y participante en este encuentro propuso éstos:

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Valores de relación personal generosaLa familia, nacida de la íntima comunión de vida y de amor conyugal fundada sobre el matrimonio de un hombre y una mujer, es el lugar primario de las relaciones interpersonales, el fundamento de la vida de las personas y el prototipo de toda organización social. Esta cuna de vida y amor es el lugar apro-piado en que el hombre nace y crece, recibe las primeras no-ciones de la verdad y del bien donde aprende qué quiere decir amar y ser amado y, por con siguiente, qué quiere decir ser persona. La familia es la comunidad natural donde se tiene la primera experiencia y el primer aprendizaje de la sociabilidad humana, pues en ella no sólo se descubre la relación personal entre el «yo» y el «tú», sino que se da el paso al «nosotros». La entrega recíproca del hombre y de la mujer unidos en ma-trimonio, crea un ambiente de vida en el cual el niño puede desarrollar sus potencialidades, tomar conciencia de su digni-dad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible. En este clima de afecto natural que une a los miembros de la co-munidad familiar cada persona debe ser reconocida y respon-sabilizada en su singularidad.

Valores socialesLa familia educa al hombre según todas sus dimensiones hacia la plenitud de su dignidad. Es el ámbito más apropiado para la enseñanza y trasmisión de los valores culturales, éti-cos, sociales, espirituales y religiosos, que son esenciales para el desarrollo y bienestar tanto de sus propios miembros como de la sociedad. En efecto, es la primera escuela de las virtudes sociales, que necesitan todos los pueblos. La familia ayuda a que las personas desarrollen algunos valores fundamentales que son imprescindibles para formar ciudadanos libres, hones-tos y responsables; vg. la verdad, la justicia, la solidaridad, la ayuda al débil, el amor a los demás por sí mismos, la toleran-cia, etcétera.

Valores de fraternidadLa familia es la mejor escuela para crear relaciones comuni-tarias y fraternas, frente a las actuales tendencias individua-listas. En efecto, el amor —que es el alma de la familia en to-das sus dimensiones— sólo es posible si hay entrega sincera

de sí mismo a los demás. Amar significa dar y recibir lo que no se puede comprar ni vender sino sólo regalar libre y recíproca-mente. Gracias al amor, cada miembro de la familia es recono-cido, aceptado y respetado en su dignidad. Del amor nacen relaciones vividas como entrega gratuita, y surgen relaciones desinteresadas y de solidaridad profunda. Como demuestra la experiencia, la familia construye cada día una red de relacio-nes interpersonales y educa para vivir en sociedad en un clima de respeto, justicia y verdadero diálogo.

Valores de relación familiarLa familia cristiana hace descubrir a los hijos que los abuelos y ancianos no son inútiles porque no sean productivos, ni gra-vosos porque necesiten el cuidado desinte resado y constante de sus hijos y nietos; pues enseña a las nuevas generaciones, que además de los valores económicos y funcionales, hay otros bienes: humanos, culturales, morales y sociales que son incluso superiores.

Valores de solidaridadLa familia ayuda a descubrir el valor social de los bienes que se poseen. Una mesa, en la que todos comparten los mismos alimentos, adaptados a la salud y edad de los miembros es un ejemplo, sencillo pero eficacísimo, para descubrir el sentido social de los bienes creados. El niño va incorporando así crite-rios y actitudes que le ayudarán más adelante en esa otra fami-lia más amplia que es la sociedad.

Valores de transcendenciaSomos felices cuando somos amados y amamos. La familia es el lugar privilegiado para experimentar ese amor profundo, el más parecido al amor de Dios, porque en la familia se nos ama sin condiciones, por quienes somos, no por lo que hacemos o tenemos; no se nos quiere por nuestras cualidades o capacida-des ni se nos deja de querer por nuestras limitaciones y defec-tos. Esa incondicionalidad y gratuidad del amor, aunque no seamos capaces de amar siempre así, es un reflejo del amor de Dios. Se nos ve como Dios nos ve. Los padres son testigos privilegiados del valor infinito de la vida de los hijos. Ellos han participado en el milagro, pero saben que no son los artí-fices, que no todo ha estado en sus manos. Así vislumbran el don que es la vida, lo divino que hay en ella. La familia es el lugar propicio e insustituible según los planes de Dios para el encuentro con Cristo, porque está llamada a ser espejo del amor de Dios. La familia se convierte en un verdadero hogar, como en Nazaret, en donde se comparten las alegrías y las tristezas, y donde se puede decir que se forma la actitud de ser un solo cuerpo, una sola alma y un solo corazón. La base de esto se encuentra en la oración, y en particular, la oración en familia.

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LA SAGRADA FAMILIA

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El Campo de Solidaridad es una oportunidad para acercar-nos a las inquietudes de los hombres y mujeres de los paí-

ses del sur. Conviviendo con una familia, trabajando con una parroquia o comunidad, sintiendo como propias las dificultades y las alegrías y esperanzas allí donde se trabaja. Este era nues-tro objetivo como cooperantes, compartir una experiencia, compartir una realidad diferente a la nuestra y compartir la ilusión y el esfuerzo trabajando juntos por un proyecto común.

Con este año ya son tres años que se ha realizado el campo de trabajo, muchos cooperantes han podido disfrutar y apren-der de esta experiencia, que de alguna manera u otra, a todos nos cambia la vida. Algunos han repetido, en mi caso era la primera vez.

Este año hemos ido 12 cooperantes que hemos participado en el proyecto de diferentes maneras. Hemos trabajado en dos

comunidades de Venezuela, una en Caracas, en el barrio de Cotiza y otra en Valencia en el barrio de El socorro.

En Caracas se ha hecho, como otros años, un plan vacacio-nal lúdico social y en Valencia se ha llevado a cabo un proyec-to piloto con maestros de plan vacacional lúdico-educativo, similar a un refuerzo escolar, pero siempre a través de juegos y dinámicas. Tanto en uno como en el otro, monitores y premo-nitores venezolanos han compartido con nosotros la experien-cia y nos han ayudado muchísimo.

Yo tuve la oportunidad de participar en los dos planes vaca-cionales, pudiendo conocer las diferentes realidades de los ba-rrios, de los niños, de las comunidades, etc. Para mi la expe-riencia ha sido muy enriquecedora y positiva, siempre recibes mucho más de lo que das; ha significado mucho personalmente y me ha reafirmado en la creencia de este tipo de proyectos. Está claro que nuestro trabajo no acaba simplemente cuando bajamos del avión de vuelta a Barcelona, sino que esta expe-riencia debe significar el seguir trabajando y con más fuerzas aquí, porque hemos podido ver con nuestros propios ojos que lo que hacemos nunca es en vano. No podemos cambiar el mundo de un día para el otro, pero eso tampoco significa que no podamos hacer nada por él. Podemos empezar por sensibi-lizar la opinión pública sobre la realidad del Tercer Mundo.

Es por todo esto que yo animo a todas aquellas personas que se plantean participar en un proyecto de cooperación a que sin dudarlo lo hagan, es cierto que hay momentos duros, ya que la realidad que nos encontramos a veces es difícil de entender y el sentimiento de impotencia nos invade, pero también es cierto que todo lo que aprendemos, recibimos y compartimos vale la pena. Finalmente agradecer a todas aquellas personas que han hecho posible esta experiencia y especialmente a todos aquellos que la han compartido conmigo.

FUNDACIÓN MANYANET SOLIDARIO CAMPAÑA 2009: «TUS MANOS AYUDAN»

EN Familia...

■ Campaña anual de sensibilización y recogida de fondos

■ Apadrinamiento de niños/as.

■ Proyectos puntuales de desarrollo educativo y social.

■ Jornadas sobre Matrimonio y Familia. E-mail: [email protected]

«Una experiencia enriquecedora»

Ester Clemente Armelles, Cooperante, Campo de Trabajo en Venezuela

CAMPOS DE TRABAJO - VERANO 2009VENEzUEla (Caracas y Valencia)

Y Colombia (bogotá)

Monitores: 19 de julio al 14 de agosto.

Profesores: 19 de julio al 9 de agosto.

iNFÓrmaTE: E­mail: [email protected]

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mÁrTirES Por la Familia

En este año de 2009 se cumplirán cien años del nacimiento del Siervo de Dios Sebastián llorens y Telarroja. Nació el 2 de diciembre de 1909 en Tordera (provincia de Barcelona y diócesis de Girona), en el seno de una familia campesina. Recibió los sacramentos de la iniciación cristiana e hizo los estudios primarios en el colegio Santa María de Blanes, teniendo como profesor al Siervo de Dios Segismundo Sagalés, y más tarde, asistiendo a las clases nocturnas del mismo colegio, entabló una fuerte amistad con el Siervo de Dios Jaime Puig, profesor de las mismas.

El Siervo de Dios tenía una fe viva y una piedad honda y varonil que conformaban su trabajo, su estudio y toda su vida. Su piedad tenía otro canal por el que vertía asimismo su alma: la devoción a la Virgen santísima, que veneraba sobre todo en la imagen del Vilar, patrona de Blanes. También el proyecto de su vida, que alimentaba con los ejerci­cios espirituales. Organizaba romerías y aplecs de los jóvenes de Blanes y alrededores en el santuario, que, a menudo, se convertían en jornadas de retiro espiritual o de for­mación, o en reuniones y asambleas de propaganda de los ideales cristianos.

Como es natural, el Siervo de Dios pensaba también con mucha seriedad en el proyecto de su matrimonio. Por eso, en la última visita al santuario del Vilar, antes de la revolución, el Siervo de Dios oró más fervorosamente que otras veces, y luego se confió a don José Masllovet, el capellán del Vilar: «¿Sabe qué cosa he pedido a la Santísima Virgen? Pues, que si no he de ser feliz en el matrimonio, me ponga un impedimento grande por delante».

ORACIÓN PARA PEDIR GRACIAS POR LA INTERCESIÓN DE LOS SIERVOS DE DIOS

Dios y Padre nuestro, que has suscitado en la Iglesia a tus Siervos JAIME PUIG Y 19 COMPAÑEROS, Hijos de la Sagrada Familia, apóstoles de la familia y edu-cadores de la juventud hasta derramar generosamente su sangre; te ro gamos humil demen te que, por su ejemplo e intercesión, seamos siempre y en todas partes instrumentos de tu paz y nos concedas la gracia que te pedimos... Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

«LA IGLESIA EN LLAMAS»

«Es un ensayo histórico escrito con el objeti-vo de ordenar datos y plantear hi pótesis

que permitan entender la persecución religiosa que se produjo en la retaguardia republicana du-rante la guerra civil española».

Así presenta el autor, J. Albertí (Cassà de la Selva, Gerona, 1950) la intención que se ha pro-puesto al publicar este nuevo libro (Barcelona 2008) sobre la persecución religiosa en España durante la guerra civil. En el 2007 ya había publi-cado El silenci de les campanes, un ensayo histó-rico sobre el anticlericalismo y la persecución re-ligiosa en Cataluña.

La obra está dividida en ocho capítulos, de los cuales los tres primeros, son como una introduc-ción y explicación de lo que sucedió entre 1936 y mayo de 1937. Como afirma el mismo autor, «sin esta panorámica histórica resultaría imposible in-tentar una aproximación interpretativa a la trage-dia que se vivió de forma paralela al estallido de la guerra. Tampoco sería posible forjarse una opinión sobre la cuestión sin atender a la evolu-ción de las relaciones entre la República y la Iglesia, ni sería posible valorarla sin marcar con claridad las coordenadas de la represión que se desencadenó tanto en la zona republicana como en la dominada por las fuerzas sublevadas».

En el capítulo 4.o: «De julio de 1936 a mayo de 1937: guerra, revolución, represión» analiza el alzamiento militar y el estallido revolucionario y las primeras víctimas eclesiásticas que se produ-jeron en Sevilla, Barcelona y Madrid. Y en el ca-pítulo siguiente describe los «diez meses de per-secución religiosa» en todas las diócesis del país. Un panorama tan devastador que el autor, al final del capítulo, se veía incapaz de continuar sin to-mar cierta distancia por necesidad de perspectiva y por necesidad de un reflujo de ánimos.

Estudia luego el nuevo impacto social y políti-co que surge a partir de mayo de 1937, el martirio de las cosas (iglesias, imágenes, bibliotecas y ar-chivos) y la organización de la iglesia clandes-tina.

Finalmente, ya en el último capítulo hace una aproximación interpretativa de los hechos a favor de una memoria completa. En concreto, analizan-do las palabras de víctimas y verdugos se reafir-ma en tres conclusiones básicas: que la condición de sacerdote bastó para ser condenado a muerte; que existieron órdenes y consignas a cumplir, y que la impunidad con que actuaron los agresores fue absoluta.

BLIM

INFORMACIÓN

2 Hace unos días que Domingo Purroy Coloma, pariente del Siervo de Dios Antonio Mascaró nos remitió esta carta: «Me dirijo nuevamente a Vd., pidién-

dole el favor que, si le es posible, remita a las direcciones que le voy a poner, sendos libros de los Mártires por la familia para los sacerdotes que están rezando con noso-tros por la curación de nuestra hija M.a Elena, rogando la intercesión de nuestro pa-riente ANTONIO y demás Mártires de la Sagrada Familia. Se trata del capellán del Hospital Quirón de Madrid, don J. M. que pertenece a la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Y el P. J. A. R., de los PP. Mínimos de mi Parroquia San Francisco de Paula, de Madrid». Hemos enviado estos libros a los dos sacerdotes y quedamos encomendando con fervor a la intercesión del Siervo de Dios Antonio Mascaró y demás compañeros la curación de su pariente María Elena.

A PROPÓSITO DE OTRO CENTENARIOSEBASTIÁN LLORENS TELARROJA1909-1936 | Apóstol laico

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LA SAGRADA FAMILIA

N.o 1416 — m a r z o - a b r i l • 17

XVii TallEr DE PaSaTiEmPoS para hacer en familia(De una idea del colegio P . Manyanet de Alcobendas —Madrid—)

COCINANDO UNA MONAPor supuesto, no nos referimos al animal.

Descubre los ingredientes de este tradicional postre de Semana Santa.

Horizontales

5. Una casita blanca sin puerta; todos la saben abrir, na-die la puede cerrar.

6. Blanca soy, y, como dice mi vecina, útil siempre soy en la cocina.

8. Por fuera, corteza verde; por dentro, estuche marrón; después, a mi fruto muelen, y hacen con ello turrón.

Verticales

1. Fuerza oculta que hace crecer a la masa, cuando le ponen harina y un poquitín de agua clara.

2. Choco me dice la gente, y late mi corazón, el que no sepa mi nombre, es un gran tontorrón.

3. Blanco soy como la nieve, me sacan de una caña, y aunque soy del otro mundo, ahora ya nazco en España.

4. Agrio es su sabor, bastante dura su piel; y si lo quieres tomar tienes que estrujarlo bien.

7. En verdes ramas nací, en molino me estrujaron, en un pozo me metí, y del pozo me sacaron, a la cocina a freír.

¿DÓNDE ESTÁS, PRIMAvERA?¿Qué sería la primavera sin flores?Encuentra: azahar, azucena, jacinto, lirio, loto, narciso y 6 flores más que seguro que conoces.

E T U Y A L Y Q K E P N A L O Y Z E R x

E O Z E T Q U Q L I G A N P T I L A A G

x K K V I M B H w L H P E Q N Y C T H B

M H w V R Y U C D C F I C M E M V Z A J

J Y w J A C I N T O L L U F I G J A Z U

C O M I G w I E M Y N U Z H M F x Q A F

w U P A R x T U F G D T A N A T P I L M

K I K Q A B E Q G T S I G M S O E w O M

J L G x M J R w L D Q M I K N J B S T I

Q I B A N A B C K D L U B P E L Z x O w

G w x J Q K G L F O P F M F P M H M V V

U N C Z V F V T Z R F w C A G Q L I M S

O I R I L A B K C Y J D G I R A S O L F

J U E J N M V T L U C U A w O P F P J F

O H K F H A A T A V Y Z N w Z N E I Q T

Y V A I M P R H V J x w L w Y Q Z B I Y

A G Q K U O Y D E M w w B w J R A B T R

R J J U U L V U L Y G Z x J V A V P M D

F I S K Z A U L E Z D R V D J C Q w E B

O S I C R A N U L J U Z C G w U V N U x

EDUCaCiÓN Primaria¡ParTiCiPa!

Resuelve estos pasatiempos en familia, haz una fotocopia, pon tu nombre y curso en el reverso

y entrégalo en la Secretaría de tu Colegio. Si eres de los diez primeros recibirás un obsequio.

¿A DÓNDE vAS?

Responde a la pregunta con este jeroglífico.

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Édison Fañanás Lanau

ComUNiDaD Y TraNSParENCia¡TÚ LO TIENES TODO!

Stephanie es una joven universitaria alemana que está a punto de acabar sus estudios en Ciencias de la Educación.

Es una joven formada y simpática. Ella tiene una gran sensi-bilidad por lo social. Esto la ha llevado a hacer alguna expe-riencia de voluntariado local y de cooperación internacional. Oficialmente no profesa ninguna religión.

Hace poco ha regresado de realizar una experiencia de 6 meses en Perú, donde ha participado en un proyecto de co-operación internacional. Ha estado trabajando en el barrio de La Mansión, barrio marginal de la ciudad de Arequipa, al sur del país. Su trabajo se ha centrado en evaluar las condiciones higiénico-sanitarias de los niños que van a la escuela y sen-sibilizar y formar a los padres sobre la necesidad de una alimentación sana y equilibrada.

Tanto antes de marcharse como al regresar ha compartido con sus amigos sus anhelos y sus experiencias. Muchos de ellos la admiran y la felicitan. Incluso algunos le dicen algo así como: «Stephanie, eres genial. Estudias, trabajas y ade-más haces cooperación internacional. No te quejarás, ¡lo tie-nes todo!».

¿QUÉ ES LA POBREZA?

Comparto con Stephanie una tarde de trabajo. Tenemos tiempo para dialogar tranquilamente en el viaje de ida y

de vuelta. Hablamos de casi todo. También del proyecto y de su experiencia. Me confiesa que a veces se siente algo lejana de sus amigos, pues muchos no acaban de entender la vivencia interior de su experiencia de cooperación internacional. Se sincera y me dice que lo está pasando mal, que no acaba de encontrarse consigo misma. No cree en Dios, pero intuye algo.

Antes del viaje, pero sobre todo después de su estancia, hay un sinfín de interrogantes que no obtienen respuesta. A ella no le importa su currículum ni su prestigio social; ella ha sido tocada por una realidad que la confronta más consigo misma y con el mundo occidental donde vive. Cuestiones tan sencillas de formular como «¿qué es la pobreza?» no encuen-tran fácil respuesta después de su experiencia.

Stephanie se rebela contra hechos que las personas acomo-dadas del mundo occidental queremos ignorar. Es más fácil hacer algo de voluntariado o de cooperación internacional para dormir nuestra conciencia que enfrentarse a fondo a pre-guntas que seguro que harán temblar los frágiles fundamentos de nuestras vidas cómodas. Stephanie busca un sentido en su vida más profundo que el que hasta ahora ha vivido.

COMUNIDAD Y TRANSPARENCIA

A pesar de sus interrogantes y dudas existenciales, Stepha-nie también tiene certezas surgidas de su experiencia.

Dice que para poder tirar adelante un proyecto de coope-ración hace falta trabajo en equipo, comunidad. También afirma que este trabajo en equipo ha de ser sincero, transpa-rente.

Me llaman la atención sobremanera estas dos observacio-nes suyas. No sólo porque las comparto, sino sobre todo porque también las puedo relacionar sin problemas con el Dios-Amor cristiano: Dios es uno, pero está formado por tres personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo), lo que llamamos el Misterio de la Santísima Trinidad. Es decir, los cristianos creemos en un solo Dios pero que en su intimidad es comu-nitario. Si esto es así, y sin pretender desvelar el Misterio de la Santísima Trinidad, me atrevo a pensar que la transparen-cia es otro atributo de la naturaleza íntima de Dios.

Que Stephanie piense así es para mí un signo más que Dios está en todo corazón humano y que anhela ser descu-bierto. Ponerle nombre es a veces lo complicado. El testimonio de vida comunitaria y transparente de los que creemos debería ser una ayuda. El resto Gracia.