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Formación Astrología Psicológica: “Entendiendo y sanando el Mundo Emocional”


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Módulo XVI: Piscis, Neptuno, Luna y Sol en Piscis,

Instrucción Luna - Neptuno


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Piscis

El signo de Piscis es el duodécimo del zodíaco. En Acuario alcanzamos un mayor nivel de libertad, en la medida en que nos desapegarnos de nuestros condicionamientos y estructuras de personalidad limitantes. De esta manera, el Yo espontáneo que vive dentro de nosotros puede surgir en el presente y manifestarse de forma libre, con conciencia individual, pero también con la certeza de ser alguien global y parte de un colectivo. Dar este paso es fundamental si queremos experimentar el último signo del zodíaco, pues en Piscis ese Yo libre se disuelve y se conecta con la totalidad, se funde con el Todo y vuelve a la fuente de la vida desde donde surgió.

El Yo, liberado de sus condicionamientos, percibe su conexión con la totalidad, siente la vida alrededor y sabe que es parte de ella. Se sabe unido a algo más grande y trascen-dental. Las barreras del ego que sostenían la sensación de separación y soledad van disolviéndose… el Yo se funde con algo más grande. No hay separación entre el individ-uo y la vida, todo es parte de algo mayor, todo está unido. No hay seres superiores ni inferiores, todos somos iguales, todos somos gotas de agua en el mismo océano.

Piscis representa el proceso de disolución del Yo. En Aries un Yo ha surgido en este planeta, con una propia carga individual y energía personal, listo para vivir distintos tipos de experiencias. En Piscis el ciclo se ha completado y es hora de volver al hogar desde donde surgimos. Uno en el cual no hay separación, ni diferencias: uno donde hay totalidad y unidad.

Este signo posee una tremenda energía mística y espiritual, que trasciende lo racional de la realidad, pues va más allá de lo concreto. Nos habla de algo que es invisible a los ojos, pero que está ahí a disposición de los que quieran sentirlo.

Es importante aclarar que empezaremos hablando del signo del zodíaco Piscis pro-piamente tal, no de la persona que tiene el Sol en Piscis. La primera parte del módu-

lo se centrará en los signos como el segundo engranaje de la Carta Astral; luego iremos viendo qué ocurre cuando el Sol o la Luna de una persona están por ejemplo

en este signo o en los siguientes.


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Es una energía muy femenina, muy ying, muy pasiva y sensible, que es compleja de “en-carnar” y ser vivida por un ser humano, pues quita empoderamiento y fuerza individual.

Una forma de entender a los signos del zodíaco es pensar en que cada signo tiene una intención fundamental. Si logramos comprender “qué” es lo que quiere un sig-

no, vamos a descubrir las cualidades fundamentales que lo describen.

El signo Piscis tiene la siguiente intención fundamental:

Disolver las barreras de la separación individual, de manera de poder fundirnos con el Todo, conectándonos con el amor y la compasión, llevándonos al servicio hacia nosotros mismos y los demás, y aprendiendo a fluir con la vida para volver-nos uno con los deseos de la totalidad.

Es difícil hablar y explicar a este signo. Su lenguaje no es verbal ni racional. De hecho, su energía es tan amplia y abstracta que no se puede realmente describir. Está asociado al hemisferio derecho del cerebro: cargado de mitos, símbolos, metáforas, sueños y fantasías, donde el orden y lo racional no tienen cabida.

El mundo de los sueños es el mundo de Piscis, en él lo fantástico y lo real se funden, no existen los límites para lo que podemos ver, sentir y soñar.

Para entender a Piscis, lo mejor es hablar de las sensaciones y emociones que su en-ergía genera: paz, unión, comunión y amor. Cuando nos entregamos con tal intensidad al momento presente y solo somos un vehículo para que la conciencia se manifieste en el aquí y ahora, en ese momento el Yo ya no está, desaparece… somos parte de algo mayor. Cuando bailamos, hacemos algo creativo o contemplamos un paisaje que nos sobrecoge. En esos momentos hemos desaparecido como seres humanos separados y hemos vuelto al hogar de la totalidad.

La energía de Piscis se activa en nuestra vida cada vez que nuestro sentido de Yo indi-vidual pierde fuerza y nos fundimos con un otro o con algo más grande. El Yo separado no tiene sentido en esta vibración, pues Piscis es unión con algo mayor. Si hay un Yo fuerte, que se siente superior o separado del resto, entonces se hace muy difícil entrar a ese movimiento de energía.

No nos sorprenda entonces, la gran sensibilidad que existe en este signo. El elemen-to Agua está en su punto más alto. La carne y lo concreto no son verdad, son solo la ilusión de una separación que no existe. La emoción y conexión espiritual son lo único que puede desarmar estas barreras ilusorias de separación. Y para poder llegar a sentir esto, la energía del Agua tiene que estar en un estado de sensibilidad máxima.

Las personas muy conectadas con la energía de Piscis tienen la capacidad de poder sentir y conectarse con todo lo que se encuentra a su alrededor. La frontera energética que marcar un límite entre la persona y el ambiente, no está claramente limitada. Su campo áurico es poroso, pues no cuenta con una barrera clara que las separe del en-torno. Esto da como resultado que la información de lo que está afuera entre dentro de la persona pisciana, haciendo que esta se sienta muchas veces invadida o superada por


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emociones que no le son propias y vienen desde afuera. ¿Qué pertenece a uno y que es propio del entorno? Las emociones de afuera se pueden sentir como propias. Todo esto genera un potente estado de confusión para la persona pisciana.

Los lugares con mucha gente les pueden incomodar, se sienten invadidas por emo-ciones externas. Se ahogan ante lo que sienten. Sin embargo, si el ambiente está carga-do de “buena onda” y amor, la sensación de la persona pisciana se vuelva gloriosa, ya que está percibiendo emociones expansivas y se funde con ellas.

¿Dónde termino yo y dónde partes tú? ¿Cuánto de mí está influenciado por el entorno y la familia? La energía pisciana tiene una enorme capacidad de simbiosis y de sobre-adaptación, tomando como propias características externas.

A máxima sensibilidad, máxima fragilidad, pues ¿cómo poder protegernos de lo exter-no que puede provocar dolor y nos invade?, ¿cómo poner límites, si la energía pisciana quita fuerza al Yo individual? Para el elemento Fuego esto es un problema, los signos de Aries, Leo y Sagitario están cargados de energía individual y personal, que fácilmente se diferencia y pone verdaderas “barreras energéticas” con el entorno, a fin de no perder la identidad. Piscis es el proceso contrario, “no hay barreras”, he ahí la gran dificultad para conciliar esta energía en la vida de un ser humano y poder vivirla en el día a día.

Piscis es un signo que nos habla de una enorme empatía, ya que siente dentro de sí lo que le pasa al otro. Entonces, ¿cómo herir?, ¿cómo causar daño?… si todo lo doloroso que puede provocar, se siente dentro de uno. “Si te causo daño a ti, es como si me lo causara a mí”. Recordemos que esta energía nos dice que todos somos parte de lo mis-mo y todos estamos conectados. Esto hace que el Yo personal sea aún más difícil de manifestar, pues el Yo puede herir a los demás y el pisciano por su enorme sensibilidad no puede “hacerse el loco” con esto.

La energía pisciana es tan vulnerable, que muchas veces prefiere quedarse escondida en un lugar seguro, sin tener que exponerse a todo lo que está afuera. No nos sor-prenda que el pánico, esa emoción paralizante que ahoga, esté tan asociada a Piscis. Sentimos algo muy potente, que nos invade, no tenemos cómo protegernos de esto y esta emoción nos devora.

En ocasiones, esta energía (atrapada en su sensación de vulnerabilidad) busca que haya otro que la cuide y la sostenga, tanto así que puede caer en la victimización a fin de conseguir apoyo y sentirse protegida.

La persona conectada con la energía de Piscis muchas veces prefiere escapar de la realidad. Especialmente si percibe emociones dolorosas, de separación, dificultad, su-frimiento u abandono. Quieren desaparecer y volver a esa fuente de totalidad, donde no existe el dolor, ni el sufrimiento, donde se vive en un estado de amor y comunión.

El vino, el alcohol y las drogas que disuelven el Yo son los estupefacientes típicamente piscianos, pues nos “salvan” de esta realidad y nos llevan a una más expandida. Claro que esto es hacer trampa. La energía pisciana viene a ser encarnada a esta Tierra por los seres humanos. No está hecha para utilizarse como una vía de escape para evadir la realidad. Las personas piscianas no quieren estar en este planeta, quieren volver a


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la totalidad. Ese es el gran dolor de Piscis: estar vivo, cuando lo único que quiere es disolverse y volver a la fuente.

Piscis quiere que demos un salto de fe, que nos lancemos al vacío. Que dejemos de controlar y aprendamos a fluir con la vida. El Yo que pone límites y barreras debe de-saparecer y así el Yo Esencial, conectado con el Todo, puede surgir. La paz interna apa-rece, ya que no hay separación ni diferenciación, todos somos parte de lo mismo. La vida me lleva hacia donde tengo que ir.

Este signo representa el desafío de alcanzar un Yo que es completamente colectivo y parte de algo mayor, pero que a la vez también tiene un carácter individual porque está encarnado en un cuerpo físico que tiene su propia personalidad.

Es por eso que el estado pisciano se asocia con el Avatar o con el Yo Iluminado. Está presente en el aquí y el ahora, fluyendo con la vida. Es un estado de paz, comunión y de servicio con el todo, pues la energía de Piscis, su enorme empatía y compasión vienen a estar al servicio de los demás, en especial, ayudar y acompañar a los que sufren. Claro que sin olvidar, que también se es un ser humano y que la compasión tiene que partir por casa.

Para que un signo logre su equilibrio y evolución, es necesario que integre al signo que representa su propio opuesto o polaridad.

Piscis y Virgo representan una polaridad astrológica. Virgo es lo racional, práctico, con-creto, funcional y mental. Piscis son los sueños, fantasías, lo caótico, lo irracional, ilógi-co y emocional.

Cuando estos signos están polarizados, jugamos a dos juegos.

Si estamos atrapados en Virgo, la vida es solo racional, pragmática, nos quedamos en lo que nuestros ojos pueden percibir. Esta se vuelve un “método científico” sin alma. Se pierde la magia, el amor y la trascendencia. Como no hay fe en nada mayor, solo se actúa si hay sensación de control. Da miedo lanzarse a la vida.

Si nos atrapamos en Piscis, la vida se vuelve un estado de confusión, de ilusión, de fantasía y de escapismo de la realidad, un estado espiritual que no puede tomar forma concreta en esta realidad y que muchas veces se siente dominado por el pánico que implica vivir en el mundo.

Piscis necesita de Virgo. Estamos encarnados en un cuerpo físico, que nos pide que le demos forma a nuestra conexión y a los espacios espirituales. Virgo le dice a Piscis que genere hábitos y que viva experiencias concretas de disolución: bailar, tocar música, re-alizar actividades artísticas, meditar, hacer yoga, etc.; que aprenda a diferenciar lo que es realidad y lo que es un anhelo fantástico, así como también dedicar tiempo a ayudar a otro. De esta forma, la energía pisciana se puede integrar con la realidad, haciendo que sea más fácil de encarnar.


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Virgo necesita de Piscis. La realidad es mucho mayor y más amplia que lo que nuestra mente racional puede entender. La unión y totalidad, el ser parte de algo mayor es algo que no se puede comprender con la mente racional, solo se puede sentir y percibir. Así la vida cobra un mayor sentido y gana una lógica trascendental. Ya no hay que tener el control de todo, pues hay algo mayor que la sostiene, se puede confiar en ella y tener fe en el camino al que nos quiere conducir. No solo hay que trabajar y servir, Piscis le da a Virgo el regalo de parar y conectarse con su interior.

Virgo es el hemisferio izquierdo cerebral; Piscis es el derecho. La integración de estas energías permite que nuestro cerebro funcione en su máximo potencial.


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Palabras asociadas a la energía del signo Piscis

Magia

Sensibilidad

Compasión

Unidad

Fragilidad

Empatía

Fantasía

Confusión

Escapismo

Ilusión

Desilusión

Pánico

Servicio

Totalidad

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Victimización·


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NeptunoNeptuno es un planeta transpersonal y regente de Piscis. Tiene la importante tarea evo-lutiva de disolver el sentido de individualidad y separación que todos hemos construido en este mundo.

Cuando pequeños fuimos expuestos a la dolorosa sensación de separación y desconex-ión de la fuente primordial. Para poder sobrevivir a esto, construimos una barrera pro-tectora llamada ego. Esta nos permitió tener un Yo que se protegió de lo externo y que se identificó fuertemente con características “individuales”.

El problema es que mientras ese ego esté fuertemente activado, se nos hace imposible bajar las barreras personales. Si están altas, entonces aumenta la sensación de sepa-ración y desconexión. Para protegernos del dolor de estar separados, nos aislamos y esto redunda en que nos sintamos más separados.

Neptuno quiere disolver y hacer desaparecer las barreras del Yo. Busca borrar nuestro sentido de importancia, nuestra necesidad de control, de orden y de un entendimiento racional del mundo, impulsándonos a escapar de las limitaciones del yo-ego y del mun-do material.

Neptuno nos dice que en realidad nunca hemos estado separados, que somos parte de algo mucho mayor. Cuando se disuelve el Yo, disminuye nuestra necesidad de importan-cia y el control que tenemos en esta vida: podemos abrirnos a esta dimensión de amor y espiritualidad. Nos damos cuenta de que estamos todos unidos y conectados, que no hay diferencia entre lo que te pasa a ti y lo que me pasa a mí.

Cuando estamos viendo una puesta de Sol, por ejemplo, un paisaje maravilloso o nos perdemos completamente en una melodía, es cuando Neptuno se ha activado dentro de nosotros. Ya no estamos… somos por un instante parte de algo mucho mayor.

Para el feto, el estado de embarazo es neptuniano. Está completamente fundido con algo más grande, no siente ninguna separación, no hay ningún Yo presente. Es parte del todo, como una gota de agua disuelta en el mar. En el adulto, esta experiencia de conexión con la totalidad está presente dentro del inconsciente personal, por ello es sin darnos cuenta anhelamos volver a ese estado de paz, unión y de amor. Y lo ponemos afuera, creyendo que mediante experiencias externas vamos a llegar a disolvernos. No nos damos cuen-ta de que esa capacidad de conectarnos con algo mayor está dentro de nosotros y no


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necesita nada que esté afuera. Eso es lo que quiere Neptuno: disolver esa barrera para activar la conexión interna de unidad personal con la totalidad.

Neptuno nos dice que en este plano de realidad, existen cosas que no podemos ver y que son mucho más importantes que los apegos materiales y éxitos que el Yo cree necesitar para sentir seguridad. Existen dimensiones y mundos espirituales en esta realidad y Nep-tuno nos da la capacidad de conectarnos con ellos, pues ve lo que es invisible a los ojos, entendiendo que es el amor la fuente que une y trasciende todo.

Este planeta habla de la espiritualidad y del amor que la mayoría de las religiones predi-can, pero muy pocas practican.

Energéticamente desarma los límites del Yo. Hace que nuestro campo áurico sea más sensible y permeable. Nos conectarnos con los demás y con lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, con la totalidad y con el inconsciente colectivo: en palabras simples, con el campo energético de sueños, mitos y arquetipos al que todos los humanos esta-mos vinculados.

Neptuno aporta una gran energía ying, un estado de conexión y de amor que solo se logra al detenernos y mirarnos hacia adentro. Así como también, nos entrega una gran capacidad de ensoñación, fantasía e idealismo, pues conecta a la persona con un campo de posibilidades infinitas y de creatividad pura.

Está justamente ahí la gran dificultad de lo pisciano, ¿cómo poder encarnar en la realidad todo lo mágico y creativo que percibe?, pues en esos mundos neptunianos no hay dolor ni sufrimiento ni dificultades.

Las personas que tienen muy presente a Neptuno en su carta astral, tienen una gran difi-cultad con el planeta Saturno, el cual, como hemos visto, representa las leyes y los códigos con los que funciona nuestra realidad dual. Una que no solo tiene experiencias lindas, mágicas y maravillosas, sino que presenta desafíos, dolor y oportunidades de crecimiento.

Las personas con energía neptuniana sienten mucho miedo de esta realidad, no les gusta estar acá y dudan de sus capacidades para lograr cosas en este planeta. Es por eso que suelen tener más bien características escapistas y soñadoras. Vivir en sus mundos inter-nos de fantasía y sensibilidad es mucho más agradable que la realidad de este planeta. Esto es muy importante de entender, así que vamos a profundizar en este tema.


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El embudo energético del neptuniano

Todos los seres humanos estamos compuestos por un sistema de siete chakras prin-cipales, los cuales van desde la corona de nuestra cabeza hasta la planta de los pies. Estos chakras son como válvulas energéticas por donde la energía emocional, mental y espiritual circula por nuestro cuerpo. En total, estos forman una estructura que es básicamente un canal energético vertical, que nos atraviesa de arriba hacia abajo.

La energía espiritual que proviene desde los mundos espirituales superiores, entra en nosotros por el séptimo chakra que se encuentra en la coronilla del cráneo. Estas en-ergías nos atraviesan y salen por nuestro primer chakra, luego de lo cual ingresan a la Tierra. De la misma forma, las experiencias y energías que se viven acá en la Tierra, penetran por el primer chakra, para salir por el séptimo y conectarse con los planos su-periores. Si alguno de los siete chakras se cierra, entonces el flujo queda obstaculizado. Una persona que está sana, feliz, conectada e integrada tiene el canal con todos sus chakras abiertos, alineados y funcionando; de esta forma fluye la energía por su ser. Esto significa que está conectada con los planos superiores de conciencia y, al mismo tiempo, está enraizada y presente aquí en la realidad. Logra plasmar en este mundo sus anhelos emocionales y espirituales, al tiempo que vive una realidad más feliz acá en la Tierra.

Cuando analizamos sistema energético de la mayoría de los neptunianos, nos encon-tramos generalmente con un escenario muy distintivo. La energía no está fluyendo libremente por el conducto, este se ha bloqueado y la energía ya no circula libremente de arriba hacia abajo. Debido a su gran conexión y sensibilidad con el mundo espiritual, tienen muy abiertos los chakras superiores; pero también por su rechazo, miedo, páni-co e inseguridad frente a la realidad, tienden a tener bastante bloqueados sus chakras inferiores. Esto significa que el canal arriba está muy abierta y por abajo está más bien cerrada. Lo que produce un efecto de embudo energético.


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La consecuencia de tener este embudo es principalmente la disociación. La persona está dividida. Por un lado, se conecta y percibe algo mucho mayor que la realidad, un espacio más bello, mágico y espiritual, siente que no está en este mundo, puede dar rienda suel-ta a sus ensoñaciones, fantasías y escapismos. Por el otro, siente que vive en un mundo duro, poco mágico y poco espiritual. Cuando está activo el embudo, la energía espiritual no puede bajar a la Tierra. La persona pierde la capacidad de crear una vida con mayor sentido que la satisfaga en niveles más profundos.

Son el miedo y la inseguridad los que tienden a cerrar los chakras inferiores. La sensación de no sentirse protegido, de no tener raíces, de no pertenecer y de no sentirse en un lugar seguro. Los neptunianos caen muy fácilmente en esto, pues la realidad es algo que en el fondo detestan.

Si Saturno no está activado e integrado sanamente, entonces el primer chakra tendrá problemas. La persona neptuniana rechazará a Saturno, porque la densidad, lentitud y dificultades que presenta la realidad, atentan directamente contra el ideal de magia, amor y fantasía que buscan desesperadamente.

Algunos neptunianos no se atreven a actuar y salir a lograr cosas acá en la realidad. Qui-eren “vivir” en sus mundos internos, o se quedan escondidos y alejados de esta. Muchas veces caen en el alcohol, las drogas o andan tras experiencias místicas y espirituales de forma constante. Tratan siempre salir del cuerpo y creen que es un castigo estar encar-nado en la Tierra.

Otros sí se mueven y logran cosas, pero lo hacen sobre la base del miedo y la autoexigen-cia. Lo que no permite que se conecten con quienes realmente son y les impide disfrutar y gozar de lo que hacen. Esto de igual forma cierra los primeros chakras. En la realidad funcionan de forma rígida, no hay disfrute, mientras internamente sueñan con una vida más relajada, conectada y amorosa.

Esto genera básicamente una doble vida. Por dentro, se aspira y sueña con tener una vida mágica e ideal. Por fuera se vive una vida que muchas veces no satisface. El neptu-niano al negarse a enfrentar los miedos que bloquean sus chakras inferiores, se niega la oportunidad de empezar a cambiar la realidad. Lo que simplemente quiere es que la realidad se vuelva mágica y maravillosa, sin tener que hacer ningún esfuerzo. Es decir, sin la necesidad de confrontar sus propios miedos e inseguridades.

La energía espiritual que está estancada y acumulándose en los chakras superiores, comienza a desbordarse hacia abajo, al igual que el agua cuando comienza a desbordarse por la parte de arriba de un embudo, cuando la parte inferior está tapada o no es capaz de drenar la gran cantidad que se le está vertiendo.

Esa energía espiritual, que se desborda hacia abajo, se filtra a la realidad del neptuniano, pero no de forma sana e integrada, sino como una ilusión fantástica. Es una suerte de ne-blina que cubre los ojos y que los hace ver cosas que no son, provocando que el neptuni-ano proyecte sus anhelos mágicos acá en la realidad. Como, por ejemplo, que crea haber encontrado una pareja perfecta, cuando realmente no está viendo al que tiene al frente, sino que proyecta sus ilusiones y anhelos de amor en el otro. El problema es que cuando la realidad realmente se haga presente, se va a llevar la neblina y en este instante, frente


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a sus ojos, va a aparecer esa verdad que siempre estuvo ahí, pero que el neptuniano no fue capaz de ver, en ese momento se dará cuenta de que la persona que idealizó no se parece al ser real que tiene al lado.

El embudo hace caer a estas personas en el juego de la ilusión y la desilusión con-stantemente. Entre más se desilusionan, más decepcionan de la realidad. Por lo tanto, más anhelo mágico va a haber y más disociada y dividida se va a ir volviendo, lo que generará más ganas de que todo sea lindo y mágico en el aquí, pero sin esfuerzo y sin hacerse cargo.

Más adelante en la formación veremos cómo se destapa el embudo y se logra canalizar esta energía espiritual neptuniana hacia la realidad. Sin embargo, podemos comenzar a entender que lo que más quiere Neptuno es que volvamos nuestra vida una experiencia mágica y espiritual. Pero para hacerlo, tenemos que aceptar que existe Saturno y que va a ser nuestra responsabilidad lograr que esto ocurra. No debemos esperar que esto pase mágicamente, o peor aún escaparnos de la realidad porque no sentimos desilusionados de ella.

Para lograr esto, va a ser clave:

Incorporar en la rutina de vida actividades “neptunianas”, es decir, disolventes del

Yo (arte, música, danza, salir a la naturaleza, meditación, retiros, etc.), dándonos

tiempo para, aunque signifique aprender a decir NO a otros.

Resolver los miedos e inseguridades que se tienen con respecto a las propias ca-

pacidades y a los peligros que presenta el mundo (miedos saturninos).

Aprender a sostener a la parte vulnerable (niño interno), de manera que esa parte

se pueda sentir segura en el mundo.

Aprender a ser más realista y a darse cuenta de la tendencia a proyectar fantasías

a la realidad.

Dedicar tiempo de servicio y ayuda a otros, canalizando la compasión que se si-

ente, aunque sin descuidar el tiempo hacia uno mismo y el propio autocuidado.

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Sol en Piscis

Cuando el Sol está en el signo de Piscis, el sentido de identidad que la persona viene a desarrollar, es la de alguien conectado con la totalidad, con el amor universal, el servi-cio, la entrega, el misticismo y el vivir momentos donde el Yo desaparece.

No es fácil tener el Sol en Piscis. Energéticamente el Sol representa un principio suma-mente individual: es el Yo que quiere mostrarse y expresarse, pues tiene características propias. “En mi pecho hay algo único y vivo que quiere mostrarse”, nos dice el Sol.

Piscis, por el otro lado, representa la disolución del Yo. Este signo pide que la energía individual pierda importancia, a fin de conectarnos con los demás y con experiencias más trascendentales. Si estoy focalizado en mí y me veo como el centro de mi universo, entonces no puedo conectarme con la totalidad y espiritualidad que hay a mi alred-edor, pues esa espiritualidad me dice que en realidad solo soy uno más dentro del todo y que, de hecho, todos somos parte de lo mismo. Esto de cierta manera anula la sensación de individualidad y de ser especial que tiene este Sol.

¿Cómo expresar un Yo con características propias e individuales que a la vez esté conectado con el Todo y con los demás seres que habitan la realidad? Esa es la gran pregunta del Sol en Piscis: una duda que como humanidad estamos muy lejos de pod-er resolver, pues seguimos atrapados en nuestras propias necesidades y tratando de escapar de los miedos individuales.

El Sol en Piscis tendrá que descubrir cómo conciliar estos principios, aprendiendo que tiene que abrirse a su gran sensibilidad y conexión con los demás. Al mismo tiempo, debe empoderarse, de manera de no olvidar que también tiene un Yo dentro de sí.

La persona con el Sol en Piscis desde pequeño siente como su Yo lo trasciende. Un Yo que sin darse cuenta se conecta con los demás, con las emociones de los otros y que los ambientes lo “cargan” de alguna forma. Un Yo que contiene algo mayor que la per-sona individual, que percibe cosas invisibles a los ojos y que no tienen base racional.


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Claro que si se tiene una Luna en signos de Aire, Tierra o Fuego esta extrema sensibilidad, que lleva a sentir fuertemente lo que ocurre alrededor, probablemente no va a ser vivida con mucha aceptación y alegría. Si la Luna de alguien no quiere sentir, entonces va a ser muy difícil poder conectarse con la compasión y vulnerabilidad que tiene este Sol.

Compasión y vulnerabilidad son las llaves que abren la puerta del servicio y de la entre-ga amorosa hacia los demás y el Sol en Piscis está llamado a ello; pero también debe aprender a desarrollar estas cualidades para consigo mismo, sino lo hace puede per-derse en los otros y olvidarse de sus propias necesidades y de su yo interior. De esta manera, no logra ver al sensible y frágil que habita dentro de sí y continúa fantaseando que al “salvar” a otros, se salva a sí mismo.

Este Sol debe aprender a darse espacios de conexión espiritual y de retiro. Así como, momentos de entrega hacia los demás, encarnando en esta Tierra un Yo muy creativo, conectado con la magia y originalidad del mundo pisciano.


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Luna en Piscis

La sensación de protección, afecto y de seguridad emocional (Luna) está asociada con la sensibilidad extrema, la simbiosis con el entorno, con querer escapar de la realidad y vivir solo emociones de amor, paz, felicidad y alegría.

Cuando alguien nace con la energía de Piscis conectada con su mundo emocional lu-nar, entonces su sentido de seguridad y protección infantil, está justamente en tratar de vivir ese “mundo mágico” acá en la realidad, esperando que su medio afectivo les brinde las mismas cualidades de amor incondicional, nutrición y entrega total que se viven en el espacio pisciano.

Aquí se desea una madre que proteja de cualquier sensación de dolor y dificultad, que sepa inmediatamente todo lo que la persona necesita y se lo provea. Una madre muy sensible, que deje crecer a su hijo sin restricciones, incentivando su imaginación y fantasía.

El niño está conectado con el mundo “mágico” pisciano. Siente y percibe cosas que los demás no ven, de ahí que no sea raro que mezclen la realidad con la fantasía.

Muchas de estas características también valen para la instrucción Luna - Neptuno

Para facilitar la comprensión de estos contenidos y con fines estrictamente met-odológicos, revisaremos la Luna en Piscis, cómo si no tuviese ninguna otra instruc-

ción asociada en el Mecanismo Lunar de una persona. Así podemos entender a esta Luna en su caso “puro” y sin contradicciones.

Esto no ocurre con frecuencia en la mayoría de las Cartas Astrales, ya que suelen existir otras instrucciones que cambian la expresión de la Luna, no obstante, a con-

tinuación estudiaremos el caso “puro”.


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También va a existir un fuerte impulso de conectarse y fundirse con los demás a fin de trascender el yo separado. Esa conexión total, la van a vivir disolviéndose comple-tamente en su madre o en sus seres más amados. El Yo no quiere estar separado y para sentirse seguro a nivel emocional, tenderá a la simbiosis con los que más quiere, buscando perder su sentido de individualidad. Esta conexión será especialmente fuerte con su madre, haciendo completamente suyas las emociones de esta.

Esta cualidad hace que se “conecten” con todo lo que está a su alrededor: las personas, los animales, las plantas, etc. Su instrucción de seguridad les va a pedir vivir esa con-exión de forma constante. Es decir, sentir y vivir las emociones, experiencias y sensa-ciones tanto de su medioambiente familiar, como de los espacios físicos donde se en-cuentren, percibiendo dentro de sí las emociones de las personas que se encuentran a su alrededor. La persona con la Luna en Piscis las siente incluso a nivel físico y las hace completamente suyas.

Estas personas se protegen de la sensación de separación, conectándose y fundién-dose con todo lo que encuentran a su alrededor. Esa es la clave de su instrucción lunar. Así la sensación de separación y vacío desaparecen.

Esto no es algo fácil de vivir, pues en esta realidad, todos tenemos un cuerpo físico sepa-rado. Cada persona tiene su propio ego y personalidad, pero si el deseo de conexión nos lleva a perdernos en el otro, entonces no es raro que comiencen las confusiones. ¿Qué emociones son del niño y cuáles son de los padres y el medio afectivo?, ¿cómo poder dis-tinguir lo que proviene de uno, versus de lo que proviene de afuera?, ¿lo que se desea, es realmente lo que se anhela o es lo que el otro quiere? “¿Quién soy yo realmente?”

Esta necesidad de conexión con los otros genera una fuerte tendencia a la sobreadapta-ción. Esto obviamente dificulta poner límites, decirle que no a los padres y a los que más se quiere es algo muy complejo para estos niños, pues el mecanismo lunar pide una simbiosis en la que se trascienda el Yo. Decir que no puede generar dolor en el otro. Por la capacidad de sentir lo que al otro le ocurre, esta Luna tenderá a sentirse cul-pable de imponer sus propios deseos. El problema es que muchas terminarán llevando esto a un extremo, sacrificándose y prohibiéndose a sí mismas hacer lo que realmente quieren. Todo con tal de no afectar al otro.

De hecho, muchos niños con esta Luna, terminan sintiéndose culpables de varias de las emociones de dolor que perciben en el entorno.

El niño y el adulto con Luna en Piscis buscan satisfacer dos necesidades al mismo ti-empo: el experimentar solo emociones amorosas, mágicas e idealizadas y, al mismo tiempo, sentir y conectarse con todo lo que está alrededor. El problema radica en que vivimos en una realidad donde los seres humanos no experimentamos siempre emo-ciones mágicas, agradables y de amor incondicional. Estas existen, las podemos vivir y vivenciar, pero son muy difíciles de sostener todo el tiempo, de hecho, existen emo-ciones dolorosas, hay sufrimiento, abandono y egoísmo. Por lo tanto, el mismo impul-so que lleva a esta Luna a vincularse buscando amor mágico e incondicional, la lleva a conectarse con emociones desagradables, que van a atentar contra su instrucción lunar la que le pide que todo sea lindo y maravilloso.


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Estas emociones que atentan contra lo “mágico”, las va a encontrar no solo en las per-sonas con las que se rodea afectivamente, sino también cuando sale al mundo y se siente invadido por emociones externas muy desagradables. Su necesidad de fundirse con lo externo y de perder su propia individualidad, le impide poner un límite a lo que experimenta desde afuera. Es por este motivo que tiende a sentirse muy incómodo en lugares con mucha gente.

La energía de esta Luna es extremadamente ying y femenina. Es muy vulnerable y frágil. Cuando se siente invadida por las emociones externas, no puede separarse de ellas. La ahogan, la paralizan y muchas veces sobreviene un miedo cercano al pánico.

Es muy común que los niños con Luna en Piscis le tengan miedo a la oscuridad o que “sientan” cosas extrañas en el ambiente. Esto hace que experimenten mucho miedo. Hay que recordar que estos niños pueden percibir lo que está más allá de la realidad. Es importante no burlarse de ellos, sino aprender a contenerlos.

La realidad tal como es, les va a causar un dolor muy grande; no encuentran en el mundo real lo que añoran en sus mundos internos. Es complejo estar conectado con un lugar tan mágico y estar viviendo en una realidad que se puede experimentar como tan poco mágica. Esto hace que muchos Luna en Piscis vivan con una fuerte sensación de melancolía y nostalgia.

Nacen esperando que sus madres y familia les hagan sentir solo emociones agrad-ables, relacionadas con el amor, la contención y la felicidad, pero esto no va a ocurrir siempre, pues sus padres son “solo” seres humanos, no deidades mágicas amorosas. Es probable que en algún minuto se terminen decepcionando y desilusionando de la propia humanidad de los padres. En algunos casos esto ocurrir tempranamente en la infancia y en otros durante la adolescencia.

Hay niños que se van a negar a aceptar que sus padres son solo seres de carne y hueso. Que dentro de ellos existen emociones que no son agradables y que esas emociones los llevan muchas veces a actuar de forma completamente contraria a lo que esperan de ellos. Esta negación a aceptar verlos tal como son, hace que tiendan a idealizarlos y a construir una imagen ficticia alrededor de su madre, padre o de ambos. Sin embargo, esta fantasía se puede destruir en algún momento de su vida temprana, causando un gran dolor y una fuerte decepción.

También puede haber una gran sensación de abandono. Esta Luna tiende a percibir la realidad de una forma difusa y poco clara. Eso puede provocar que a veces el niño sienta que uno o ambos progenitores estaban muy presentes y luego completamente ausentes, es decir, una falta de consistencia en el amor que entregan los padres, lo cual redunda en una mayor decepción hacia ellos.

La experiencia de vivir en una familia o en un lugar que no cumple con sus expectati-vas idealizadas, va a provocar un efecto: el rechazo hacia la “encarnación” y a ser parte de esta realidad. Experimentar emociones desagradables aumenta la tendencia a no querer estar acá. El niño no se siente nutrido como su instrucción lunar se lo pide, y ello genera una falta de arraigo y una sensación de no tener piso afectivo.


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Hay que tener claro que lo anterior puede ir variando de niño en niño, dependiendo de cómo sea su familia, qué tipo de emociones predominaban en el ambiente y de qué tanto su madre (o familia) logró proveerle de la tan anhelada súper contención emocional. En la consulta he podido ver niños con Luna en Piscis (y Neptuno asociado a su mundo lu-nar) que muchas veces tienen el primer chakra completamente cerrado. Es decir, no han logrado construir raíces afectivas seguras acá en la realidad. Esto genera fuertes miedos e inseguridades en los pequeños, que se sienten muy vulnerables y frágiles.

También les produce un gran dolor, pues al no estar cumpliéndose lo que su instruc-ción lunar pide, se sienten no amados y contenidos; se les desarrollan entonces fuertes sensaciones de soledad. Esto ocurre especialmente cuando el niño también tiene aso-ciado a su mundo lunar, instrucciones fuertes de Urano, Saturno, Plutón y/o Marte. Esto último, deviene en una necesidad de buscar conflicto, discusiones y peleas; lo que claramente atenta contra el ideal neptuniano.

También surge otra situación que lo va a afectar tanto en la niñez como en su vida de adulto. ¿Cómo poder manejar las propias emociones dolorosas que surgen desde el propio ser? Convengamos que estas personas son seres humanos igual que todos no-sotros y como tales experimentarán rabia, dolor, envidia, abandono, inseguridad, en-tre muchas otras emociones, que son naturales para todos los habitantes del planeta. Desde dentro de sí surgirán sensaciones que atentarán en contra del mecanismo de seguridad afectiva, causándoles dolor, sufrimiento y decepción.

Todo esto hace que a las personas con Luna en Piscis les cueste mucho aclarar sus emociones y comprender lo que realmente les ocurre. Esta es una Luna en Agua, que tiene prohibido racionalizar lo que siente, que más encima se apega a la fantasía y a la confusión, tratando de evitar definirse y tomar decisiones emocionales.

¿Cómo hacen para lidiar con todo esto? Existen varias formas. Una es tratar de “escapar” de esta realidad, ya sea disocián-dose y viviendo más bien en su imaginación, fantasía y mundos mágicos, sin estar muy presente en la realidad. Es normal ver niños y adultos con problemas de con-centración, que parecen estar perdidos o, más bien, idos. Es su necesidad de salir, lo que los lleva a perderse y a disociarse de la realidad. Pueden estar presentes físicamente, pero internamente permanecen en otro lugar. Algunos buscan medios externos que los saquen de la realidad, como el alcohol, las drogas, los juegos de videos, etc.

Otra forma es intensificando su necesidad de simbiosis y conexión con los que más quiere, ya sea esperando ser salvado o protegido mediante amigos o parejas que los puedan contener y que les puedan proveer de la tan ansiada seguridad. De esta manera no tienen que lidiar con la realidad, pues otro se va a hacer cargo de eso.

Otros intentarán apaciguar el dolor que ven a su alrededor. Se convertirán en sal-vadores de los que sufren y lo pasan mal. Por su capacidad de conectarse y sentir lo que al otro le pasa, tienen una tremenda cualidad de empatía, aunque muchas veces sacrifican su propia individualidad, en pos de algo más trascendental y hu-manitario; o bien proyectan su propia fragilidad y vulnerabilidad en otros.


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Algunas personas con Luna en Piscis tenderán a negar y a eliminar dentro de sí su propio lado vulnerable e idealista y se desconectan de su sensibilidad y empatía. Esto lo hacen para poder sobrevivir a las experiencias de dolor y de falta de apoyo vividas en la infancia. Ocurre especialmente en los hombres, pues en nuestra so-ciedad tal nivel de sensibilidad se lee como una falta de hombría, por lo mismo, el pequeño aprenderá a ocultar ese lado frágil.

Esta Luna es demasiado sensible y siente gran vulnerabilidad. Si el resto de su carta tiene fuertes características de individualidad o de necesidad de logro (por un Ura-no, Saturno, Marte y/o Plutón muy activos en el resto de la carta), entonces también tenderán a bloquear su hipersensibilidad, porque esta no les va a permitir conse-guir lo que quieren. Entonces se mostrarán como personas más bien frías y duras, todo lo contrario de su verdadera naturaleza emocional.

Cuando una Luna en Piscis decide bloquearse emocionalmente, entonces la melan-colía aumentará más y la sensación de soledad también, y se pondrán más barreras para no sentir. Se va creando así una “bola de nieve” que causa más dolor y más negación. No es sorprendente que estas personas tengan mayor tendencia a caer en el abuso de alcohol o drogas. Pues esa es la única forma que tienen para poder disolverse y conectarse con ese lado más sensible. Otros caen en un exceso de tra-bajo o en tener una agenda diaria que los mantenga lo más ocupados posible, de manera de no sentir.

Una persona con Luna en Piscis es un vehículo de amor y compasión. Es capaz de conectarse con lo que los demás necesitan y entender la vulnerabilidad de la vida. El servicio y ayudar a otros es su don, pero para hacerlo deben aprender a manejar la hipersensibilidad y no temer al mundo real.

Sanando esta Luna

En la última parte de la formación se dará un especial énfasis al trabajo de sanación de la Luna en Piscis y de la Luna aspectada con Neptuno.

Por mientras, podemos adelantar que la sanación de esta Luna está en aprender a tomar conciencia de su tendencia a escaparse de la realidad, victimizarse y de esperar de que esta se vuelva “mágicamente” maravillosa, aceptando que se está encarnado en este planeta y que la clave de su madurez emocional está en dejar de esperar que los demás y la vida llenen sus anhelos infantiles.

Es muy importante aprender a conectarse con el “niño interno” que habita dentro, uno que tiene mucho dolor por haber nacido en un mundo dual. Un mundo donde existen emociones de dolor, de no amor y donde el tiempo impide que las fantasías se mate-rialicen de forma inmediata.

Conectarse de manera consciente con su mundo emocional les va a permitir que sus anhelos inconscientes y desilusiones emocionales puedan ser expresados y ser capac-es de reconocer y hacerse cargo de esa tremenda necesidad de protección y cuidados


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infinitos. Así como visibilizar las emociones no agradables, de rabia y decepción que sienten, pues su tendencia es a desconectarse de su realidad emocional, como una forma de escapar de lo “desagradable” que habita dentro de ellos.

Son muy recomendables las terapias que vayan hacia la infancia, que permitan ver las heridas, expresarlas, reconocer las necesidades infantiles y les que ayuden a liberar el dolor acumulado.

Aprender a darle forma en el mundo a su conexión “mágica” neptuniana también es algo muy importante. En vez de “escaparse” hacia sus mundos internos de fantasía, la clave está en traer esa magia a la realidad. Ser conscientes de su necesidad de vivir estados de disolución, pero experimentarlos desde la conciencia y no de forma escap-ista. El arte, la música, la danza, la meditación, la sanación, el servicio son formas de encarnar la energía neptuniana de manera sana. No obstante, deben tener claro que el exceso de servicio hacia los demás también habla de un desequilibrio. Si sienten que se están apegando al rol de salvador, deben recordar que es importante “salvar” también a la parte vulnerable que habita dentro de ellos.

Si la persona tiene Luna en Piscis, pero no se comporta de esta manera, entonces tene-mos a alguien que aprendió a desconectarse de lo que siente para no experimentar su potente emocionalidad y vulnerabilidad.

Acá es fundamental aprender a tomar contacto con esa parte frágil. Una terapia am-orosa y un trabajo con esencias de reparación y sanación se vuelve fundamental, de manera de “desinflamar” esa parte emocional fuertemente herida, que se oculta de-bajo de la rigidez. Así será más fácil para la persona poder conectarse con su parte emocional infantil vulnerable.


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Instrucción Luna-NeptunoAcá se une la seguridad emocional con la simbiosis, la hipersensibilidad y la necesidad de conectarse con las emociones de los demás; así como querer escapar de la realidad y la dificultad para poner límites.

Lo descrito sobre la Luna en Piscis también es válido para esta instrucción. Los anhe-los de vivir solo emociones agradables, de ser infinitamente contenido y amado, el no querer experimentar emociones dolorosas y la dificultad para distinguir qué sentimien-tos son propios y cuáles son del entorno.

Esta instrucción está cargada de una potente energía de Agua lo que le aporta extrema sensibilidad. Es como tener una antena-radar conectada al mundo emocional, que percibe y siente todo lo que ocurre a su alrededor.

Si la instrucción es armónica, entonces va a ser más fácil de manejar y no va a inco-modar tanto, aunque se van a mantener muchos de los comportamientos y apegos descritos anteriormente.

En cambio, si la instrucción es disarmónica, la hipersensibilidad y la dificultad para pod-er límites se va a potenciar en exceso, haciendo que la persona se sienta incómoda o confusa al sentir tanto.

También suele generar problemas de enraizamiento afectivo y de activación del primer chakra en niños. Es importante trabajar con esos pequeños la sensación de falta de pertenencia, sanar la herida del abandono y ayudarlos a sentir seguridad en la realidad. Al final del módulo se describirán las esencias florales para ello.

¿Cómo se va a manejar esto? Dependerá del elemento del signo de la Luna.

Si la Luna está en un signo de Aire, entonces la persona no va a saber cómo manejar la enorme cantidad de emociones que percibe. Estas Lunas no quieren sentir, pero al ten-er a Neptuno lo sienten todo. El sistema nervioso muchas veces se puede sobrecargar y pueden caer en estados de pánico. Además, se generan emociones confusas que la mente racional no comprende y que producen gran ruido mental.

Si esta persona aprendiera a dejar de temer a sus emociones y fuera capaz de “mirar” lo que siente, se daría cuenta de que mucho de lo que percibe no es suyo, sino que del entorno. Así podría poner límites y aprendería a manejar sus dones empáticos.


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Si la Luna está en un signo de Tierra, entonces la persona sin darse cuenta tenderá a cargarse de las emociones de los demás. Las Lunas en este elemento se rigidizan para no sentir. La carga emocional externa puede hacerles somatizar emociones que no son suyas. Así como dedicarse en exceso a ayudar a otros. Esto no tiene nada de malo, excepto que como no se conectan con su “niño interno” ponen en los demás su propia vulnerabilidad. No se dan cuenta de que su intento de ayudar a otros es una proyección para calmarse a sí mismos.

En el caso de una Luna en Virgo con instrucción de Neptuno la falta de límites y la difi-cultad para decir que no se ven potenciadas.

Esta Luna tiene que aprender a desrigidizarse para poder sentir sus emociones y así sostener todo lo que siente. Esta instrucción asociada con una Luna en Tierra potencia el efecto “embudo”.

Si la Luna está en un signo de Fuego, entonces la persona tendrá una instrucción de Agua que atenta contra su necesidad de tener el Fuego interno constantemente pren-dido. Estas Lunas no quieren sentir fragilidad ni debilidad, menos experimentar lo que sienten los otros. He visto muchas Lunas en Aries y Leo con esta instrucción disarmóni-ca que la niegan completamente, volviéndose aún más hiperactivas, agresivas y cen-tradas en sí mismas. No saben cómo manejar esta energía, por lo que la bloquean y entonces proyectan.

Las Lunas en Sagitario con esta instrucción tendrán mayor tendencia a querer vivir solo experiencias agradables y escapistas de la realidad. Suelen sufrir de ansiedad, pues den-tro de sí experimentan las emociones complejas de todos lo que están a su alrededor.

También he visto Lunas en Fuego con esta instrucción tan marcada, que esta termina dominándolas y apagando su fuego individual. Cuando esto pasa, esas Lunas no expre-san la rabia, ni ponen límites.

La Luna en Fuego, con su gran capacidad de delimitar espacios y sentirse un individuo con derecho propio, tiene una capacidad natural de poder aprender a limitar y conten-er las emociones que vienen de afuera, pero para lograrlo primero tienen que abrirse a sentir y a experimentar dicha vulnerabilidad.

Si la Luna está en un signo de Agua, entonces la instrucción de Neptuno termina po-tenciando la hipersensibilidad y el sentirse vulnerable. A la persona se hace muy difícil diferenciarse, poner límites y hay mayor tendencia a querer que alguien que se haga cargo de uno. Así como la dificultad para aclarar lo que sienten y poner orden a sus emociones. Si la instrucción es disarmónica, es común ver crisis de pánico y de angus-tia, pues no pueden limitar lo que están sintiendo.


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Buscar una pareja que sea un salvador o una pareja a la que haya que salvar

Las personas con la instrucción Luna-Neptuno tienen la tendencia a caer u oscilar en estos dos comportamientos. Se enamoran de personas que necesitan ser salvadas y por las que hay que sacrificarse, convirtiéndose en sus salvadores, o bien buscan a alguien que los salve o proteja, es decir, una pareja que sea una figura protectora pa-ternal o maternal.

En ambos casos, esto nace del no hacerse cargo y tomar conciencia de sus tremen-das necesidades afectivas infantiles no resueltas y satisfechas. El neptuniano quería un amor incondicional total en la infancia, quería padres que pudiesen satisfacer todas sus necesidades infantiles, protegiéndolos y salvándolos del dolor del mundo, pero en la mayoría de los casos, esto no pudo ser, lo cual les provocó una tremenda decepción, una que generó un gran dolor. Dentro del neptuniano queda una parte infantil que anhela y sueña con que esas necesidades sean satisfechas.

Hay personas que van a negar sus propias necesidades de protección y de contención. Personas que no se quieren conectar con su propia debilidad, vulnerabilidad y fragili-dad. Por lo tanto, van a proyectar sus necesidades en otros, atrayendo a su vida parejas que estén dañadas, heridas o a las que haya que cuidar. Tienen relaciones con perso-nas más débiles o con problemas físicos u emocionales, en algunos casos personas enfermas, alcohólicas o con algún tipo de adicción.

Al salvar al otro, compensan su propia necesidad de ser salvados y cuidados. Si a esto le agregamos la falta de límites, el no poder decir que no y el sobreadaptarse, se tiene la receta perfecta para una relación donde el neptuniano tiene que sacrificarse y conver-tirse en el salvador abnegado. He escuchado a muchos neptunianos quejarse de que tienen relaciones con niños, de los cuales tienen que hacerse cargo. No se dan cuenta que una parte de ellos busca a ese “pájaro herido” o a ese otro que necesita a un padre o una madre.

En el otro caso, es el neptuniano el que busca una pareja que lo cuide y proteja. Necesi-ta de un salvador que haga de sustituto parental. Una figura que provea la tan ansiada protección y contención que no tuvieron de pequeños y que los puede salvar de esta dura realidad. La persona está atrapada en su rol y necesidades infantiles no satisfe-chas, de las que no se quiere hacer responsable. No se hacen cargo de las emociones de dolor y vulnerabilidad que sienten, tanto de aquellas que provienen desde el mundo externo, como las propias. Hay cosas no resueltas que quedaron así desde la infancia y esto va a hacer que se relacionen o con figuras mayores o con personas de person-alidad fuerte, de las que serán muy dependientes. Esto las va a terminar limitando o restringiendo de alguna forma, pues le están dando su poder al otro para que se haga cargo de sus vidas.


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Muy sensibles, absorben las emociones de los ambientes a su alrededor.

Sienten el dolor de los demás y se pueden sentir culpables por lo que pasa a su alrededor.

Creativos, parecen conectados con un mundo paralelo.

Tienen una relación simbiótica con la madre, lo que les dificulta distinguir entre sus

emociones y las de ella.

Gran capacidad de ayuda a los demás y una real preocupación por ellos.

Pueden ser muy miedosos, incluso pueden llegar a sentir un nivel de pánico que los

llega a paralizar.

Siempre están acompañados de amigos imaginarios, animalitos y toda clase de fan-

tasías; en un mundo sin definiciones se sienten seguros.

El mundo real les parece muy duro, son terriblemente perceptivos y todo les llega.

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Que se les escuche y se les respete en el sentido de beatitud y mística que perciben en su

vida interior.

Es importante enseñarles a gestionar lo que llega de afuera a través de sellados energéticos,

como poner las manos en el plexo solar.

Deben aprender a respirar y hacer que la tensión salga del cuerpo.

Enseñarles que se es sensible y vulnerable a la respuesta emocional del mundo y que

mucho de lo que sienten no les pertenece, pero pueden ayudar a los demás gracias a su

especial sensibilidad.

Ayudarles a potenciar su poderoso lado artístico, creativo y sensible.

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Características Luna en Piscis y Luna – Neptuno en niños (y muchas veces en adultos)

Consejos para el desarrollo sano en niños (y muchas veces en adultos) con Luna en Piscis o

Luna – Neptuno:


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Talentos Luna en Piscis

Enorme capacidad para conectarse con los demás, contenerlos, protegerlos y cuidarlos. Muchas veces sacrificándose a sí mismos por los otros.

Don para sentir la vulnerabilidad de la vida y ayudar a todo tipo de seres vivos.

Podrá canalizar su conexión emocional, sensibilidad y de fantasía hacia actividades creativas. Tienen una enorme imaginación.

Una gran intuición, la capacidad de sanar y canalizar energías espirituales y de sanación.

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Esencias florales recomendadas para el signo de Piscis y Neptuno activo en el mundo emocional

Rock Rose de Bach: es la esencia floral del signo Piscis. Es una esencia para el páni-

co y ayuda en el miedo paralizante que sienten los neptunianos-piscianos. También

es una flor muy recomendable para las tendencias escapistas, debido al pánico que

genera enfrentar los desafíos acá en la realidad.

Dog Rose de Bush: ayuda los miedos e inseguridades que se pueden sentir al salir

al mundo.

Pink Yarrow de Fes: ayuda al generar una barrera de protección energética, que

permite que la persona no se cargue de las emociones que vienen del ambiente o

de otras personas.

Centaury de Bach: esencia que permite poner límites y decir que no a los demás.

Red Grevillea de Bush: promueve la libertad y la independencia, especialmente

para personas muy dependientes de su entorno, libera de los patrones aprendidos

que muchas provienen de la familia.

Shooting Star de California y Tall Yellow Top de Bush: para el arraigo emocional,

la sensación de pertenencia al mundo y la conexión con la vida. Ambas flores son

maravillosas para ayudar al primer chakra a abrirse y a enraizarse con la tierra.

Esto disminuye la sensación de soledad. Muy útil para los niños y adultos que no se

sienten cómodos encarnados en la Tierra.

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Mariposa Lily de California y Clematis de Bach: ayudan a conectarse con la en-

ergía de nutrición de mamá, lo que disminuye la sensación de abandono vivida en

la infancia.

Mustard de Bach: ayuda a superar y a salir de la sensación de melancolía que

suelen sentir las personas piscianas.

Red Lily y Sundew del sistema Bush: son flores que ayudan a tener una mayor

conexión a la tierra. A estar más presente en la realidad y a ver lo que realmente está

pasando.

Crowea de Bush: una flor que ayuda en los estados de angustia emocional o de

sentirse sobrepasado por las emociones, calma el Agua.

Fórmula de Protección del sistema Saint Germain: excelente esencia de protec-

ción y limpieza energética. Ideal para las personas piscianas que se sienten muy

cargadas por los ambientes.

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