18647469 grandes errores de la humanidad

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GRANDES ERRORES DE LA HUMANIDADRelatos, Explicacin y Comentarios de Notables Equivocaciones en la Historia del Hombre

El gigante areo de 12 millones de libras que termin en un depsito de chatarra En 1942, las fbricas britnicas de aviones lanzaban bombarderos tan rpidamente como podan construirlos. Pero, en medio de las presiones de la guerra, an rondaban soadores por las fbricas. Y pareca que la mayor parte de estos soadores se haba reunido en una estancia del Whitehall de Londres, donde un comit dirigido por lord Brabazon, un pionero del aire, estaba decidiendo el futuro de la industria britnica de la aviacin.

Los expertos proponan que deba empezarse a construir un avin gigantesco, capaz de volar un trayecto equivalente a la mitad de la circunferencia del mundo. Una aeronave que pudiera volar, transportando pasajeros, de Londres a Nueva York sin escalas. Construirlo costara mucho dinero, y no era dinero lo que sobraba durante el gran esfuerzo nacional que demandaba la guerra; deba disponerse, para su construccin, de una amplia infraestructura industrial, que tampoco abundaba.

Sin embargo en marzo de 1943, se anunci en el parlamento la decisin de construir dos prototipos de este avin gigantesco, llamado Bristol Brabazon. Tena que ser el orgullo de la aviacin del siglo. La decisin fue aprobada: no hubo objeciones en cuanto al dinero En Pilton, cerca de Brstol, los diseadores no esperaban ms que eso. Disearon un avin que habra de ser el mayor del mundo: una fantstica estructura que, por si sola, pesaba 70 toneladas, y una vez cargada, llegara a las 140. Tena una envergadura de ala de 75 m, una altura de 17 m y estaba dotada de motores que desarrollaban 20 mil caballos de fuerza. Se construy un nuevo hangar para montar los prototipos. Se extendi la pista de aterrizaje hasta Filton, para lo que hubo que demoler la mayor parte de la poblacin y revestir de hormign la nueva pista principal. Se construy una maqueta a gran escala del avin, ridculamente lujosa, completa en todos los detalles, incluso las jaboneras en los aseos de seoras Pasajeros? Bueno, poda acomodar a 75, con literas, bares y paseos. En ese mismo momento, los norteamericanos estaban construyendo un avin con capacidad para 150 pasajeros. A fines de 1949, siete aos y medio despus del informe de lord Brabazon, el primer Bristol Brabazon realiz su vuelo inaugural sobre Filton, ante los enviados especiales de toda la prensa mundial El primer vuelo fue un xito. Pero seis meses despus, se descubri que el gigante del aire estaba sufriendo de fatiga del metal; se estaba deteriorando. Su expectativa de vida fue cifrada en dos aos. En septiembre de 1952, se inform a la Cmara de los Comunes que el Bristol Brabazon estaba siendo desarmado. El costo del proyecto haba alcanzado los 12,5 millones de libras esterlinas. Slo una de las naves fue construida. Los restos de la mayor aeronave del mundo fueron vendidos como chatarra por unas 10.000 libras.

El hombre que nunca existi El cadver sobre la playa de Huelva no significaba mucho para el pescador espaol que lo haba cogido del mar con la red. Despus de todo, corra el mes de abril de 1943, y la segunda guerra Mundial haba aportado un flujo continuo de cadveres como consecuencia de accidentes areos y buques hundidos en el Atlntico. Pero este cadver era diferente,

porque perteneca al hombre que nunca existi. Muchos soldados aliados viven an hoy gracias a la manera en que enga a los alemanes. Los aliados acababan de expulsar a los nazis del norte de frica y, segn las palabras de Winston Churchill, nadie sino un condenado imbcil deba saber que Sicilia seria el objetivo para la invasin aliada. De una forma u otra, los aliados tenan que engaar a Hitler, inducindole a pensar de otra manera. La solucin, ideada por el departamento confidencial del ministerio de marina, era brillante: haba que hacer llegar a los nazis documentos que nunca esperaran obtener, y de una manera que jams pudiera hacerles sospechar en una conspiracin... Un correo diplomtico volara al norte de frica con instrucciones escritas para los vencedores jefes aliados. Su avin se estrellara, y l y los documentos apareceran, arrastrados por el mar, en las costas espaolas. A pesar de que el gobierno de Franco era nominalmente neutral, tena una fuerte simpata por los alemanes, y haba suficientes agentes nazis en el pas como para que los aliados confiaran en que cualquier documento britnico llegara rpidamente a Berln. Era innecesario preparar un verdadero accidente areo. De todas formas, los aviones perdidos en el mar con frecuencia no dejan restos superficiales. En lugar de eso, el cadver seria dejado en el mar por un submarino, a las afueras de la costa espaola. Obtener los documentos falsos era fcil. Primero, el general sir Archibald Nye, vicejefe del estado mayor general, escribi al general Alexander, comandante del 8vo. Ejrcito, revelando los planes para asaltar el cabo Araxos, en Grecia. Luego, el almirante, lord Lous Mountbatten, escribi al general Eisenhower, comandante supremo del norte de frica, y a sir Andrew Cunningham, almirante de la flota, haciendo bromas acerca de las sardinas, para hacer pensar a los nazis en Cerdea; en su carta, Mountbatten tambin presentaba al correo diplomtico como un Pero el verdadero problema era encontrar un correo diplomtico muerto y hacerlo parecer plausible para los alemanes. Se decidi que el hombre debera tener unos treinta aos y debera parecer que realmente haba sido vctima de un accidente areo en el mar. Finalmente se encontr el cadver de un hombre de la edad correcta y que haba muerto de neumona por exposicin al fro. Sus padres aceptaron permitir que se usara a su hijo con la condicin de que recibiera un entierro apropiado y que nunca se revelara su identidad. As, el equipo del ministerio de marina emprendi la tarea de crear una nueva identidad para su hombre. Lo convirtieron en un marino y lo nombraron capitn (mayor suplente William Martin, porque haba varios

Martin en la infantera de marina. Lo inscribieron como nacido en Cardiff en 1907 y le asignaron la cartilla de identidad Nro. 148228. Para explicar el porqu la cartilla pareca tan nueva, le agregaron una lnea manuscrita que versaba: provista en lugar del n0 09650, perdida. Entonces, agregaron algunos matices al personaje que haban creado. En la cartera tena un billete de 5 libras y tres billetes de 1 libra. En los bolsillos del pantaln haban 5 chelines y 10 peniques de calderilla; un paquete de cigarrillos, una caja de cerillas, un lpiz corto, dos billetes de autobs usados y un manojo de llaves; un recibo de la cuenta por una noche en el Club naval y militaren el Piccadilly londinense, y los talones de dos localidades de teatro. Para darle una vida privada al mayor Martin, una muchacha del ministerio de marina le escribi dos cartas como si fuera su novia. Estas, junto con una instantnea de la chica y una cuenta de un anillo de compromiso por 53 libras, estaban en sus bolsillos. As tambin, haba una carta de su padre, escrita desde Gales del Norte, donde la noticia del compromiso de su hijo era vista con poco entusiasmo. El toque final era una carta del Banco Lloyds, instando a la accin inmediata sobre un saldo deudor por 79 libras, y una nota de una firma de abogados acusando recibo de sus instrucciones. Ya estaba todo dispuesto para la entrega del mensajero muerto, El cuerpo fue sacado del depsito de cadveres, se le puso el uniforme y un chaleco salvavidas. Sus efectos personales fueron empacados y los documentos oficiales, dentro de una cartera, atados a una de sus muecas. Finalmente se le introdujo en un recipiente de hielo seco, y dos hombres partieron con el cuerpo para realizar un largo trayecto nocturno hacia Greenock, Escocia, donde el submarino Seraph estaba esperando para partir hacia Malta. En esta etapa de la operacin. el nico que conoca el secreto era el oficial que comandaba el submarino. Cuando subi a bordo el enorme bul Despus de diez das de navegacin, el Seraph emergi al sur de la costa espaola, el 30 de abril, a las 4.30 de la maana. Un grupo de oficiales seleccionados, que se enteraron a ltimo momento de la verdadera naturaleza del cargamento, acarrearon el bulto sobre la cubierta, mientras sobre el mar calmo se arremolinaban vestigios de niebla. Sacaron al mayor Martin, inflaron su chaleco salvavidas y lo deslizaron suavemente hacia el agua, a una milla de distancia de la ra de Huelva. Detrs de l, lanzaron una lancha neumtica y un remo para agregar evidencias de un accidente areo. El plan no podra haber funcionado mejor. El pescador inform del hallazgo esa misma maana, y el cadver fue entregado a la patrulla naval espaola. Las

noticias de la tragedia llegaron rpidamente a la embajada britnica en Madrid, junto con los efectos personales del mayor. Pero no se dijo ni una palabra de los documentos. Para su devolucin fue necesario enviar una alarmada demanda formal desde Londres, antes de que los remitieran el 13 de mayo, y para entonces ya haban cumplido su misin. Los anlisis cientficos comprobaron que los sobres haban sido abiertos y, despus de la guerra, los documentos nazis demostraron que las cartas haban sido estudiadas al ms alto nivel, convenciendo incluso a Hitler de que el ataque de los aliados se producira sobre Grecia y Cerdea. El alto mando alemn distribuy sus fuerzas, listas como ellos pensaban para sorprender a los invasores. Pero fueron los alemanes los que sufrieron el shock cuando los aliados tomaron por asalto Sicilia y se encontraron slo con la oposicin de una divisin italiana y dos alemanas. La invasin fue un xito: las prdidas en las playas fueron mucho ms bajas de lo esperado y se haba conseguido ab rir un camino hacia Europa, va Italia. Pero el hroe del momento era un hombre que no sabia nada del asunto. El hombre que nunca existi. El hombre que fue enterrado con todos los honores militares en Huelva, por la misma gente que le haba ayudado, inconscientemente, a embaucar a Hitler.

El hombre al que no pudieron colgar

Una serie de errores hicieron posible que John Lee defraudara al verdugo, y le permitieron vivir su vida en paz, Porque Lee ha pasado a la historia como el hombre al que no pudieron colgar.

El 23 de febrero de 1885, Lee estaba de pie sobre el cadalso, recientemente construido, de la crcel de Exeter.

Y la trampa fall tres veces cuando trataron de abrirla, Cada vez que Lee, de 19 aos, era reintegrado a su celda, los mecnicos inspeccionaban la trampa, el ejecutor accionaba la palanca y, sin Lee

sobre el patbulo, el mecanismo funcionaba a la perfeccin. A Lee se le conmut la pena de muerte por la de cadena perpetua Fue puesto en libertad despus de 22 aos y entonces emigr a Amrica, donde muri.

La teora sobre la asombrosa buena suerte de Lee consiste en que cuando los Prisioneros ayudaron a construir el nuevo patbulo, clavaron a propsito una tabla torcida debajo de la tarima.

Esta tabla estaba colocada debajo del sitio donde deba hallarse el capelln mientras el prisionero suba al patbulo. El peso del capelln presionaba la tabla, de tal manera que su extremo inmovilizaba el mecanismo de la trampa e impeda que sta se abriera. Los mecnicos que, cada vez que Lee se salvaba, probaban la trampa se equivocaron al no colocar a alguien sobre la tabla torcida donde haba estado el capelln

Imprevisible crimen El da 7 de agosto de 1979, entre las nueve y las diez de la maana, estall un incendio en un bosque de unas mil hectreas, en el trmino municipal de Blanes, donde empieza la Costa Brava catalana. Era un fuego intencional: haba empezado simultneamente en unos tres kilmetros de ancho. Agosto, calor y viento y el fuego voraz empez a devorar rboles y mas rboles a una increble velocidad. No lo pudieron dominar ni dos aviones de Icona ni las dotaciones de bomberos de Barcelona y Girona, ms las de otras dos poblaciones prximas, que sumaron unos quince cochesbomba. Se haban aadido un equipo de extincin cien soldados, ms numerosos miembros de la guardia civil y la polica nacional y los equipos de salvamento de la Cruz Roja, amn del elevado nmero de personas civiles. (A las nueve de la noche todava quedaran rescoldos.). El fuego, iniciado en el Camp den Figues, ahora avanzaba hacia Lloret Mar. Ya haba alcanzado varias casas de campo y ahora se acercaba peligrosamente a una urbanizacin, llena de veraneantes.

La gente huyo despavorida. No se ha podido saber por qu ocultas razones, en vez de dirigirse a la carretera de Vidreres, mucho ms prxima y segura, optaron por adentrarse en una vaguada. El viento, encajonado, llev hasta all las implacables llamas. Perecieron alrededor de unas cuarenta personas, entre ellas cinco mujeres y cuatro nios, cuyos restos calcinados hacan imposible su identificacin. Esta vez el fallo humano haba adquirido proporciones dantescas. El presidente de la Diputacin gerundense manifest no tener duda alguna acerca de la intencionalidad del incendio forestal. Los motivos yacen, an no revelados, en algn recndito archivo. Se supone, con toda lgica, que los incendiarios trataban de eliminar el bosque, para edificar all, pasado un tiempo prudencial una nueva urbanizacin. No habra sido el primer caso. Pero los expedientes permanecern sepultados e inconclusos, para siempre jams. Pero si era la primera vez que esa voracidad humana, rayana en lo inconcebible, ocasionara tan elevado nmero de muertes inocentes. Era un error grave incendiar el bosque, y fue un grave error que aquellas personas enloquecidas, en vez de buscar la salvacin en la prxima carretera, se hubiesen adentrado en la caada que les matara. La saga de los acorazados submarinos

Durante la primera guerra Mundial Gran Bretaa decidi construir un nuevo y gigantesco tipo de submarino. Un tipo de acorazado submarino que dara a los aliados el control no slo de las profundidades de los mares, sino tambin de su superficie. Los nuevos submarinos fueron bautizados barcos-K.

Imagen de un K-4

Las dos primeras flotillas de barcos-K estuvieron listas para entrar en accin hacia fines de 1917. Pero cuando fueron puestos a prueba, estos monstruos de las profundidades marinas, de 100 metros de largo e impulsados a vapor, demostraron ser inmaniobrables en la superficie, lentos y pesados al sumergirse y, una vez bajo el agua, muy difciles de ser sacados nuevamente a la superficie.

Su lamentable record ha sido ste: Durante su primera prueba de inmersin, se produjo un incendio a bordo del K-2; de manera inexplicable, el K-3 se hundi hasta el fondo del mar, tambin durante su primera prueba. Llevaba a bordo al prncipe de Gales, que ms tarde seria Jorge VI. Finalmente, el barco consigui emerger y su ilustre pasajero fue rescatado. Ms tarde, durante el entrenamiento, el K-3 fue atacado y hundido por el 14-6; el 14-4 encall; el K-5 se hundi y toda su tripulacin muri.

El K-6 se atasc en el fondo del mar. El K-7 embisti al K-17 durante los entrenamientos, y qued fuera de combate definitivamente. Al K-14 se le abri una va de agua an antes de que abandonara el puerto para someterse a las primeras pruebas. Y despus, durante el entrenamiento en el mar del Norte, fue embestido y hundido por el K-22.

En el mismo entrenamiento, el K-17 perdi el control y se hundi, despus de chocar contra un buque escolta y contra el K-7. Por ltimo, el K-22 se averi sin posibilidad de reparacin, despus de haber chocado con otro barco. La operacin de los barcos-K fue descartada en 1918, tras haberse cobrado 250 vidas britnicas y no haber causado el menor dao a ningn marino alemn.

Cncer a domicilio: A ltimos de abril de 1979 se produjo en la central nuclear de Harrisburg una fuga de residuos radiactivos, que origin una pavorosa catstrofe. Harrisburg, la ciudad capital del

estado norteamericano de Pennsylvania, es un gran centro industrial en el que destaca, con robustos caracteres, la produccin siderrgica. Era lgico que se escogiera aquel punto vido de energa para instalar all una de las centrales nucleares, que a la sazn se calificaba como la ms segura del mundo. La fuga de residuos radiactivos fue, sucesivamente y por va oficial, en primer lugar negada; luego, aceptada con reservas y, finalmente, atenuada, con el vivo deseo de quitarle importancia y evitar que cundiera la alarma. El gobierno de los EE.UU. admiti que a consecuencia de una ruptura del conducto de residuos, habfase extendido una pequea proporcin de los mismos, ahora ya bajo control, que haba ocasionado alrededor de treinta muertes entre los pobladores de las zonas inmediatas a la central nuclear. La realidad discrepaba del comunicado oficial. El agua residual y radiactiva, tremendamente cancergena, se haba extendido por los campos. El ganado bovino y caprino que pastaba por aquellos prados haba ingerido el letal caldo. Y se haba iniciado una terrible reaccin en cadena: las vacas daban leche que contena residuos de uranio enriquecido, y la gente que la ingera firmaba, ignorndolo, su sentencia de muerte; cualquier producto vegetal o animal para el consumo humano se hallaba en idnticas condiciones; despus, por simple contacto, cualquier cosa, cualquier objeto, poda ser vehculo transmisor. A pesar de la cortina de humo oficial, hubo que evacuar la poblacin entera de la vecina ciudad de Middleton, sometida al peligro. stos, a grandes rasgos, fueron los hechos que conmovieron al mundo cada vez ms proclive a la adopcin de la energa nuclear en aquellos das de abril y mayo de 1979. Los tcnicos nucleares declararon conjurado el peligro, una vez reparado el conducto averiado que haba originado la letal fuga. Y dejaron que especialistas del mundo entero visitaran la central de Harrisburg y comprobaran cmo, afortunadamente, la central nuclear era perfectamente inocua- Un tcnico cataln uno de los cerebros fugados residente en Pars tuvo la oportunidad de examinar a fondo las instalaciones de Harrisburg. El fsico Lloret dio detalles muy especializados. Y, en una rueda de prensa, dijo: Vivira donde fuese, menos cerca de una central nuclear, por segura ue hubiese sido proclamada. Pero el relato de este trgico episodio jque ahora sabemos que ocasion la muerte de no menos de 300 personas> no tendra sentido alguno si no revelbamos el origen de la catstrofe. Detrs de la cual, como ya es de suponer, haba un fallo humano. Absurdo e incongruente, como todos ellos.

La central de Harrisburg cuenta con diecisiete aparatos que registran y miden la radiactividad y detectan la ambiental, o sea la existente fuera de los ncleos energticos. Sealan un grado de emanaciones, indicado por una escala que lleva nombres de letras griegas. La fuga de Harrisburg corresponda a la cifra Beta, uno de los ndices ms crticos. Por qu no se dispararon las seales de alarma? Por qu ninguno de los diecisiete aparatos lanz la trgica advertencia? Por una ttrica razn: los tenan cubiertos con unas fundas de plstico, para evitar que el polvo los daara. Pero tales fundas, a prueba de polvo, tambin lo eran a prueba de radiaciones mortales. El eslabn perdido que ridiculiz a los arquelogos El mximo disparate de la arqueologa mundial consiste en su prolongada aceptacin de que el hombre de Piltdown era el eslabn perdido en la evolucin humana desde los primates. En 1912, Charles Dawson, abogado y gelogo aficionado, recogi los restos de un crneo humano en un pozo de grava, cerca de Piltdown Sussex, y los envi a uno de los principales expertos en la evolucin del hombre el doctor Arthur Woodward del museo Britnico. Los dos hombres continuaron trabajando juntos en la excavacin del pozo, hasta que reunieron una impresionante coleccin de dientes, huesos y utensilios prehistricos, Woodward estudi sus hallazgos y anunci que lo que l y Dawson haban desenterrado era el crneo de una criatura mitad hombre y mitad mono, que haba vivido solo 500 mil aos atrs. Aunque el crneo era de una hembra, el hallazgo fue oficialmente denominado Eocanthropus dawsoni el hombre primitivo de Dawson El descubrimiento fue anunciado como la primera prueba concreta de la controvertida teora de la evolucin formulada por Charles Darwin? y Dawson se convirti en un hombre mundialmente famoso. Dawson continu sus excavaciones en el rea de Piltdown y, luego de unos aos, reconstruy un segundo crneo. Los hallazgos finalizaron con su muerte, en 1916, a la edad de 52 aos. Otros cientficos continuaron la bsqueda, pero no encontraron nada. Esto caus extraeza, hasta que poco a poco se descubri que el hombre de Piltdown haba sido un engao,

El crneo perteneca realmente a un ser humano, pero la quijada y lo dientes eran de un orangutn. Los dientes haban sido dispuestos de manera que parecieran dientes humanos; luego, el crneo completo haba sido hbilmente manchado y envejecido, antes de romperlo y enterrarlo en el pozo de grava. El engao no fue descubierto hasta el ao 1953, cuando se aplicaron tcnicas modernas, desarrolladas con el fin de comprobar la antigedad de los objetos y los huesos. Y a pesar de que nadie ha resuelto complete mente el misterio de quin fabric el engao, Dawson siempre ha sido desde entonces el sospechoso nmero uno. Ambicionaba una distincin acadmica. Y cierta vez un inesperado visitante lleg a su laboratorio encontr a Dawson atareado con un crisol burbujeante: el procedimiento para envejecer los hallazgos.

Los marcianos han aterrizado! El programa radiofnico de Orson Welles que hizo cundir el pnico en Amrica Pocos minutos despus de las ocho de la noche del domingo 30 de octubre de 1938, una voz sombra interrumpi una emisin radial para advertir a los americanos: Seoras y seores, tengo que hacer un grave anunci...s Las palabras que siguieron, emitidas en un programa que se difunda a travs de una red que abarcaba todo Estados Unidos, caus notables escenas de pnico. Pues el grave anuncio consista en que los marcianos haban aterrizado en Norteamrica, y estaban barriendo toda la resistencia que se les opona en una serie de sangrientas batallas. Hombres del espacio exterior estaban ocupando los Estados Unidos de Amrica. El anuncio formaba parte de una obra radioteatral algo excntrica, pero tan realista como que estaba producida por un genio del teatro que mucha gente tom la obra como un hecho real. El programa haba comenzado de una manera convenientemente poco dramtica. A las ocho de la tarde, los oyentes escucharon: La Columbia Broadcasting System y sus estaciones filiales presentan a Orson Welles y su Teatro Mercury del Aire, en... La guerra de los Mundos, del I.G. Wells. Luego, se oy la impresionante voz de Orson Welles: Ahora sabemos que, desde comienzos del siglo XX, nuestro planeta est siendo observado muy de cerca por inteligencias ms desarrolladas que la humana.

Fue interrumpido por un locutor que, aparentemente, lea un boletn meteorolgico de rutina: El tiempo para esta noche: para las prximas 24 horas se prevn pocos cambios de temperatura. Se informa de una ligera alteracin atmosfrica de origen indeterminado sobre Nueva Escocia, que ha causado el desplazamiento bastante rpido de una baja presin sobre los estados del Nordeste, con posibilidad de lluvias, acompaadas por vientos de escasa intensidad. Temperatura mxima, 190. mnima, 90. Este parte meteorolgico es ofrecido a ustedes por el servicio meteorolgico oficial. Ahora nos trasladamos a la sala Meridian del Park Place Hotel, en el centro de Nueva York, desde donde podrn or la msica de Ramn Requello y su orquesta. Hasta entonces, no haba nada capaz de causar alarma. Pero se estaba creando hbilmente el ambiente. Los oyentes que haban sintonizado desde el principio ya haban olvidado que lo que estaban oyendo era una obra radioteatral. No es que hubiera muchos oyentes. Despus de 16 representaciones del Teatro Mercury, los empresarios de la CBS admitieron rpidamente que sus series dramticas no estaban resultando un xito. El Teatro Mercury obtena slo el 3 por ciento de la audiencia. La mayor parte de la gente sintonizaba, los domingos por la noche, el shaw de Charlie McCarthy, en una emisora rival. Por este motivo, Welles, preocupado por los niveles de audiencia, los ratings, estaba jugndose el resto en La guerra de los mundos. Saba que la CBS eliminara su programa si no encontraba un patrocinador importante que lo respaldara. Y el programa no conseguira un patrocinador si no aumentaba su audiencia. Welles, Paul Stewart y John Houseman, sus asociados en el Teatro Mercury, haban trabajado en la serie durante cinco das. La haban ensayado, haban reescrito el guin y haban vuelto a ensayar. La noche del jueves anterior a la salida al aire, los tres hombres haban escuchado la grabacin de su trabajo hasta ese momento, y no estaban conformes. Welles, que entre tanto haba ensayado otra obra en Nueva York, y que casi se estaba durmiendo de pie, exhiba ms malhumor que nunca. Afirm: Nuestra nica oportunidad es hacer este programa lo ms realista posible. Tendremos que utilizar todos los artilugios que seamos capaces de imaginar. El equipo estuvo toda la noche agregando al guin retazos de noticias verosmiles. Al da siguiente, Stewart trabaj en los efectos sonoros apropiados: ruido de multitudes presas del pnico, disparos, chillidos... El domingo a la noche, el estudio estaba repleto de vasos de papel y de recipientes de comida, tras ocho horas de excitados ensayos.

Pero a las 7.59 de la noche, mientras Welles se tragaba una botella de jugo de pia, antes de salir al aire, todo el mundo estaba de acuerdo en que este programa tena una oportunidad... este programa robara oyentes a Charlie McCarthy. -- este programa iba a hacer que se hablara del Teatro Mercury. -. Lo que ocurri despus, durante las veinticuatro horas siguientes, dio que hablar sobre el Teatro Mercury y sobre Welles en particular. Tambin gan oyentes al show de McCarthy, y mucho ms pronto de lo que Welles haba imaginado nunca. Casualmente, ese domingo, el show de variedades de McCarthy haba presentado a un nuevo cantante como principal atraccin. Era un desconocido. Fue presentado a las ocho y diez minutos; los fastidiados oyentes comenzaron a girar sus diales para averiguar si haba algo mejor en la CBS. Captaron La guerra de los mundos despus de que hubieran hecho los anuncios preliminares. No disponan de indicio alguno de que lo que estaban escuchando era una obra radioteatral. Todo lo que saban era que estaban ocurriendo cosas extraas en la zona costera oriental. El locutor de la CES se lo estaba diciendo... Seoras y seores: tengo que hacer un grave anuncio. El extrao objeto que cay esta tarde temprano en Grovers Milis, Nueva Jersey, no era un meteorito. Por increble que parezca, el objeto contiene seres extraos que, segn se cree, constituyen la vanguardia de un ejrcito proveniente del planeta Marte. A continuacin se oy una msica suave: un toque sutil para mantener ansiosa a la gente, para mantenerla incmoda, sobre ascuas. Qu estaba ocurriendo? El locutor interrumpi la msica de nuevo. El tono de su voz denotaba que se senta nervioso, aterrorizado. Los marcianos, repugnantes criaturas de piel correosa, se estaban desplegando. La polica de Nueva Jersey se precipitaba a interceptarlos. Se oy ms msica, otros anuncios febriles, seguidos de silencios escalofriantes. La gente estaba pegada a sus receptores. Se llamaba a los vecinos para que tambin oyeran. Se telefoneaba a los parientes para alertarlos. A travs de toda Amrica, la gente comenz a ser presa del pnico. Entonces, el locutor nuevamente en el aire balbuce: Conectamos ahora con Washington, para dar difusin a un mensaje de emergencia nacional formulado por el secretario del ministerio de interior.

Se escuch una voz solemne que incitaba a la poblacin a no ceder al pnico; pero con el mismo tono, se le deca que los marcianos que aterrizaban no lo hacan solamente en Nueva Jersey. Haban cado a tierra vehculos espaciales en todos los estados de la Unin. Miles de civiles y de soldados haban sido ya barridos por armas de rayos letales. Se emitieron entrevistas con testigos oculares, muchas de las cuales corrieron a cargo del brillante actor Joseph Cotten. El testigo narraba cmo haba visto aterrizar objetos llameantes, de los que luego emergan repugnantes seres; cmo los rayos letales haban arrasado a miles de personas; hasta qu punto los extraos aliengenas resultaban indetenibles. Uno de los actores de Welles desempe el papel del presidente de los Estados Unidos y advirti al pueblo americano contra los peligros del pnico. El programa termin con un locutor que, desde la cspide del rascacielos de la CBS, gritaba que Manhatann estaba siendo invadida. Su febril relato se transform, al final, en un grito ahogado. A esta altura, muchos oyentes haban abandonado ya su lugar junto a los receptores de radio. Los que oyeron el programa hasta el final advirtieron que todo haba sido solamente una obra de radioteatro. Los que no lo hicieron siguieron dominados por un pnico ciego. En Nueva Jersey, donde se haba dicho que los marcianos hablan aterrizado primero, los caminos estaban atestados de automviles que corran hacia las colinas. Familias enteras salieron de sus casas volando, con toallas mojadas alrededor de las cabezas, en la creencia de que esto les salvara de los nauseabundos gases espaciales de los que se habla hablado. El mobiliario y los objetos valiosos haban sido apilados en camiones y coches. Haba comenzado la estampida. El pnico se expandi a todas partes. En Nueva York, los restaurantes se vaciaron. Las terminales de autobuses y las colas de taxis se llenaron de gente que trataba de llegar a sus hogares para confortar a sus familias. Las esposas telefoneaban a los bares, tratando de localizar a sus maridos. Y la noticia sigui corriendo. Los marinos de la armada estadounidense fueron convocados a sus barcos en el puerto de New York, para preparar la defensa de Amrica contra los marcianos. Desde Los Angeles hasta Boston se produjeron denuncias sobre meteoros. Alguna gente impresionable asegur que, efectivamente, haba visto marcianos. Los soldados estatales de reserva fueron llamados a presentarse en sus cuarteles generales como voluntarios para la defensa del mundo. En el sur, mujeres histricas y llorosas rezaban por las calles. Los servicios religiosos fueron interrumpidos en muchos lugares del pas cuando la gente irrumpa para contar las noticias a los fieles. Incluso se produjo el caso de un intento de suicidio. Las. centrales telefnicas de los peridicos y las estaciones radiales estaban abarrotadas Pero curiosamente, no haba indicios de pnico en los estudios

de la CES, donde, entre alaridos y anuncios sobre la implantacin de la ley marcial Welles estaba otorgando a su programa un horrible final. Welles y Cotten fueron advertidos sobre la masa de llamadas telefnicas, pero Cotten minimiz el hecho: Son unos pocos maniticos. Hacia el final del programa, dos policas que estaban de guardia llegaron a la parte posterior de los estudios, pero al darse cuenta de que slo se trataba de una obra radioteatral, no dijeron nada a nadie sobre el pnico, y en cambio se quedaron para oir el final. La primera noticia que Welles tuvo acerca del resultado de sus entusiastas esfuerzos la recibi a la maana siguiente, al abandonar su apartamento. Vio su nombre en los letreros luminosos de nen del edificio del New York Times: Orson Welles causa pnico. Compr los peridicos y ley los principales titulares del New f-ferald Tribuna El ataque desde Marte en una obra radiofnica sumi a miles en el pnico y del New York Times Oyentes de radio dominados por el pnico: muchos huyeron de sus hogares para escapar a la invasin de gas proveniente de Marte; Welles, que ya a los 24 aos era un actor conocido, resultaba duramente criticado por su inconcebible actuacin, que haba sumido en el terror a la mitad de los Estados Unidos. Los peridicos lo criticaban tachndole de irresponsable. Se habl de entablar una accin criminal en su contra. Docenas de personas iniciaron pleitos contra la CES; el total de las reclamaciones sumaban 750.00o dlares. Pero todas las demandas fueron desestimadas y, lejos de suprimir el programa de Welles, los empresarios se felicitaban por haber contratado al actor ms clebre de Amrica. Los mtings del Teatro Mercury subieron rpidamente. Tambin se encontr un patrocinador Rabia sido recompensado el mayor disparate radiofnico. Dnde est la piedrecita? Los mdicos especialistas de la Residencia Sanitaria del Valle de Hebrn, en Barcelona, haban descubierto un clculo renal, en camino de taponar el urter, en las radiografas tomadas N.R., un gitano. La piedra era de considerable proporcin y se prevea que su evacuacin a travs de los conductos urinarios era prcticamente imposible. Los clicos nefrticos atenazaban al gitano, y la nica alternativa posible era la quirrgica: operar el rin derecho de NR. y extraer el temible clculo. As le fue notificado a N.R. y el hombre accedi al expeditivo camino, puesto que el dolor producido por el corpsculo extrao era cada vez ms intenso y, en consecuencia, insoportable. Convinieron con el paciente en efectuar la operacin al da siguiente.

Tendra que llegar en ayunas a la Residencia, a las ocho de la maana, y pasara al quirfano inmediatamente. N. R. lleg puntualmente, acompaado de todo su clan, una mucli,duxnbre gitana: hombres, mujeres e inclusive algn cro. Dejaron a la solidaria multitud cal en una sala de espera contigua al quirfano, y N.R. entr en el recinto, sancta sanctorum de la ciruga. Anestesia apertura.., e intil bsqueda del clculo. Los estupefactos mdicos no hallaban nada. Consultaban una y otra vez las radiografa que mostraban la incontrovertible presencia del intruso objeto. Estara alojado en el rin izquierdo? No habra la posibilidad por otra parte remotsima de haber confundido las radiografas? O an mi lejana la probabilidad de que las radiografas que examinaban una Otra vez no estuvieran invertidas? Angustiados, no daban con la respuesta la lgica. Pero no, no exista duda alguna: el clculo estaba en el rin derecho en el que no haba ni asomo de corpsculo ajeno. Nuevos exmenes radiogrficos, siguiendo milmetro a milmetro todo el trayecto urinario con el mismo resultado negativo: no haba tal piedra, Ya slo quedaba la oportunidad de cerrar y coser. Ya en la sala de recuperacin, el paciente, el cirujano jefe sali a comunicar su estupefaccin al clan gitano. Inexplicable, seores, pero no hemos encontrado el clculo renal. El paciente est perfectamente bien, recuperndose en estos momentos. El jefe pregunt al mdico: Qu es, eso del clculo? La piedra que tena alojada en el rin, rastreada en las radiografas. Pero no la hemos hallado. El gitano meti su mano en el pequeo bolsillo delantero del pantaln y sac un diminuto envoltorio hecho con papel de fumar. En l estaba el clculo. Pregunt: Ser esto lo que buscaban?. El atnito mdico, que haba reconocido inmediatamente el inhallable ridculo, respondi: Si, claro: esto es lo que tratbamos de encontrar? Pues lo orin anoche. Pero, por qu no lo dijeron?

El jefe gitano, con una sonrisa picaresca, contest De habrselo dicho, ya no lo hubiesen operado, no es cierto? Una una manifestacin de desconfianza enraizada en la conviccin de que lo menos que debe hacer el Seguro Social es operar a quien lo merece, Una errnea interpretacin humana, en resumidas cuentas, que hubiese podido entraar grave peligro para N.R., mucho mayor que el de sus clicos nefrticos. Desastres diplomticos en Washington Lo que el asistente de la Casa Blanca le dijo a la esposa del embajador El montaje era magnfico: una recepcin diplomtica en Washington; estaban invitados VIPs (esas Very Jmportant People, esas Personas Muy Importantes) de todas partes del mundo. Los hombres resplandecan en sus smohings, las mujeres chorreaban joyas. Fue entonces cuando un joven bien parecido y elegante, uno de los ms antiguos asistentes del presidente Carter, perpetr una de las planchas diplomticas ms comentadas del siglo. Aparentemente, le sent algo mal el delicado vino que se serva. Se desabroch el primer botn de la camisa y se afloj la corbata; luego, segn los invitados, sus ojos encendidos se clavaron en el insinuante escote que luca la seora Ashraf Ghorbal, esposa del embajador egipcio y uno de los huspedes de honor. El joven asistente estir la mano hacia el escote, como si estuviera dispuesto a arrancar el sujetador de la dama, diciendo: Siempre he querido ver las pirmides. Parece que muchos invitados observaron la situacin. Poco despus, el asistente se levant y anunci a toda la reunin que se iba al lavabo, para echarse un pis. La historia se difundi por todo el mundo, y el abochornado pudo leer todos sus detalles en la prensa internacional, cuando se despert al da siguiente. Pero no fue el primer diplomtico que intent fomentar las relaciones internacionales de una manera poco convencional y fracas en el intento. De un famoso estadista, conocido por su inclinacin a las mujeres, se cuenta que hizo proposiciones deshonestas a la esposa de un embajador francs, en el curso de un importante banquete. Ella demostr ser ms diplomtica que l. Su respuesta fue: Por favor, no antes de la sopa, monsieur. Un diplomtico britnico, mientras pronunciaba un discurso frente a un lder latinoamericano, en un acto pblico, gesticulaba enrgicamente para subrayar sus palabras. Desgraciadamente, uno de sus movimientos arranc la peluca de la esposa de su anfitrin. La seora era completamente calva. Otro britnico, que asista al funeral de un dignatario africano, fue afectado sbitamente por un ataque de hipo. Tras unos instantes de embarazo, hall la forma de resolver el problema: se esforz por alzar su espalda, por

arrugar la cara y por derramar lgrimas. El hipo se convirti en sollozos diplomticos. El duque de Edimburgo es un experto en protocolo, pero prefiere la charla informal a los cotilleos diplomticos. Sin embargo, cometi un grave desliz cuando visit Kenia para asistir a la ceremonia de su independencia. La Union Jach, la bandera del imperio britnico, estaba a punto de ser arriada por ltima vez, cuando el prncipe Felipe se inclin hacia el presidente Jomo Kenyatta y le dijo: Est seguro de que quiere seguir adelante con esto?. Por desgracia, en la tribuna oficial los micrfonos estaban todava conectados y la multitud escuch cada palabra. Un hecho similar le sucedi al presidente norteamericano Jimmy Carter cuando visit la India. Despus de una larga reunin con su anfitrin, el primer ministro Morarji Desai, los dos hombres aparecieron ante los periodistas y, sonrientes, coincidieron en afirmar que las conversaciones haban sido extremadamente amistosas. En realidad, los dos lderes haban discutido airadamente acerca de los planes de ayuda nuclear norteamericana para el subcontinente. Despus de las diplomticas declaraciones conjuntas, Carter susurr al secretario de Estado, Cyrus Vance, que estaba a su lado, algunos comentarios muy desfavorables respecto a Desai. Lo que Carter olvid es que cada palabra que dijo era grabada por el equipo de televisin invitado por la Casa Blanca. Ms tarde, la grabacin fue trasmitida ante un anonadado cuerpo de prensa. Los periodistas oyeron al presidente susurrar que haba tratado de impresionar al lder indio. Y agregaba: Cuando regresemos a casa, deberamos enviarle otra carta, una carta fra y spera. Pero quiz la mayor plancho diplomtica pblica fue cometida unos pocos das antes, cuando el presidente de Estados Unidos visit Polonia. Carter descendi de su avin en el aeropuerto de Varsovia, y pronuncio un discurso para un grupo de 500 altos funcionarios y oficiales que lo estaban esperando. En ingls, el discurso del presidente era bastante amistoso. Pero, a medida que el intrprete traduca para los concurrentes, stos se mostraron al principio divertidos, luego insultados y finalmente furiosos. Porque el intrprete del Departamento de Estado hablaba una extraa mezcla de polaco arcaico, incorrecto, salpicado de expresiones rusas. El colmo fue que tradujo los clidos y afectuosos saludos del presidente como si fueran una insinuacin sexual. Carter abri su discurso diciendo: "Cuando part de los Estados Unidos....", lo que fue traducido por el intrprete como Cuando me divorci de Estados Unidos. El intrprete dijo que Carter, al

referirse a la constitucin polaca, haba dicho que era un motivo de ridculo. Nuestra nacin fue fundada se convirti en Nuestra nacin fue tejida. Carter trat de decir a los polacos: Comprendo vuestras esperanzas para el futuro, pero el intrprete les dijo: Comprendo vuestra codicia por el futuro. La ltima gota que colm el vaso fue cuando Carter dijo: He venido para estudiar vuestras opiniones y comprender vuestros deseos, que el intrprete transform en Deseo a los polacos carnalmente. En ese momento, mientras los polacos se encolerizaban, se esforzaban por contener la risa o se rescaban la cabeza, la prometedora carrera diplomtica de un intrprete pareca haber llegado a un abrupto final. Cuarenta aos con gripe, en cama:

En su periodo de practicas un medico visito a una anciana de 74 aos, que haba estado postrada en cama durante los ltimos cuarenta. No pudo encontrar ninguna enfermedad en ella. Descubri que uno de los mdicos que le haban precedido haba ordenado a la mujer que permaneciera en cama, porque padeca gripe. Le haba dicho que no se levantase hasta que l volviera a visitarla. Pero el mdico se olvid de volver.

Despus de unos das, la mujer soltera, de 34 aos se haba recuperado, pero permaneci en su cama esperando la visita del doctor. Transcurrieron varias semanas y el mdico no volva. Para ese entonces, la paciente haba descubierto que disfrutaba siendo atendida a cuerpo de rey y rehus levantarse. Al principio, fue cuidada por su madre.

Cuando sta muri, la reemplaz su cuado. Finalmente, el nuevo mdico del rea hizo una visita de rutina a la casa de la paciente en Taunton, Devon y examin a la mujer, que tena entonces 74 aos y an guardaba cama, empecinada-mente. El nuevo mdico remiti el caso a un especialista en geriatra. El geriatra, doctor Peter Rowe, dijo: En la poca en que la vi, ella no hubiera podido levantarse silo hubiera querido.

Estaba bastante rolliza, y muy lejos de desear abandonar el lecho. El doctor Rowe inform del caso a las revistas mdicas britnicas en 1978, pero a causa de la tica profesional el nombre de la mujer nunca fue revelado. Rowe relat que se necesitaron siete meses de terapia de apoyo para persuadir a la anciana de que abandonara la cama, y cmo al fin, por suerte, se puso de pie nuevamente. Vivi tres aos plenamente ,activos antes de su muerte, a los 77 aos.

El panadero que incendi Londres: Dej un horno encendido e inici el Gran Incendio de 1666 John Farynor haba conseguido una reputacin y honores nada comunes para ser un humilde comerciante Era el panadero del rey Carlos II, recientemente reinstaurado en el trono despus de su exilio en Francia. Farynor haba sido el panadero real durante cinco aos, cuando una tarde de 1666, despus de un da largo y fatigoso, subi las escaleras hacia su dormitorio, en el piso superior de su panadera en Pudding Lane. Apag la vela y se dispuso a dormir en paz. Pero mientras tanto, en la panadera de abajo arda an una flama. Farynor no haba apagado bien sus hornos de pan. La llama creci y a las dos de la maana, el 2 de setiembre de 1666, el fuego en la panadera inici uno de los peores incendios de la historia, el Gran Incendio de Londres. Las chispas procedentes de la panadera de Farynor encendieron un montn de heno almacenado en el patio del Star un, que quedaba al lado; luego se encendi el techo. Pudding Lane est en el centro de un rea superpoblada del viejo Londres, y miles de vecinos salieron pronto a la calle para ver las llamas. No estaban demasiado alarmados: los incendios eran frecuentes en esta parte de la ciudad, donde las construcciones eran de yeso y estaban sostenidas por pilares empapados de brea. Apenas un ao antes, el rey Carlos haba escrito al Lord Mayor urgindole a que hiciese cumplir ms estrictamente las reglamentaciones destinadas a impedir incendios. Pero los incendios anteriores haban podido dominarse y no haba ninguna razn para creer que con ste pasara algo diferente. Pudding Lane era un vaciadero de desperdicios del cercano mercado de Eastcheap. All no viva ninguna persona distinguida, pero estaba cerca de la calle principal, que lleva al Puente de Londres; por lo tanto, a primera hora de la maana el Lord Mayor fue informado. Cuando lleg al escenario del incendio, no pareca particularmente impresionado. Samuel Pepys, que relata el suceso en su diario, no estaba

ms impresionado que el alcalde. Lo despert su criada a las 3 de la maana; estaba en su casa, situada a tres cuartos de milla al este, cerca de Tower Hill. Escribi acerca del incendio: Me levant, me puse la bata y fui a la ventana. Pens que el incendio deba ser muy lejos, detrs de Mark Lane, y entonces me fui otra vez a dormir. Pepys fue quien llev a la corte, y por lo tanto al rey, las noticias del incendio, cuando fue a su despacho en Whitehall, poco antes de medioda. Hasta entonces, nadie se haba molestado en informar al rey. Despus de todo, era domingo. Sin embargo, pronto tuvo que desecharse la idea de que el fuego poda ser apagado pronto. El domingo por la tarde las llamas llegaban al ro Tmesis, y una serie de depsitos llenos de madera, aceite, coac y carbn, estallaron como bombas, uno tras otro. Un viento seco y cortante soplaba de continuo desde el este, de manera que, si bien llegaba a cierta distancia de la casa de Pepys, el incendio se extenda hacia el oeste de manera incontrolable. El domingo hubo un momento en que las llamas pudieron haber sido sofocadas, pero los bomberos rompieron las caeras para llenar sus cubos ms rpidamente, y as cortaron el suministro de agua a toda el rea. El infierno continu sin mermar desde el domingo hasta el mircoles. Para entonces, haban quedado destruidas 13.000 viviendas, se haban incendiado 87 iglesias y se haban chamuscado uns 300 acres. Las tiendas instaladas en el Puente de Londres se incendiaron. Algunas chispas cruzaron hacia la orilla opuesta del Tmesis e iniciaron pequeos incendios en Southwark. El Guildhall y el Royal Exchange centros financieros de la ciudad quedaron reducidos a ceniza. El mayor incendio se produjo en la Catedral de St. Paul, donde el calor hizo estallar las piedras; las tumbas antiguas reventaron, y dejaron al descubierto los restos momificados. El techo de la Catedral se fundi y el plomo derretido se desliz por las calles adyacentes: Es de destacar que slo murieron ocho personas en el Gran Incendio de Londres. La mayor parte de los ciudadanos tuvo tiempo suficiente para escapar. Las calles estaban llenas de carretillas con enseres. Pepys estuvo entre los que abandonaron la ciudad. Escribi: "De cara al viento, uno casi se quemaba con una llovizna de chispas, provenientes de la ms horrible, malfica, sangrienta llamarada... Pero lo ms sobrecogedor era el humo, un humo tan denso que oscureca el sol de medioda. Si asomaba el sol, asomaba rojo como la sangre". Hacia el mircoles por la noche, el fuego haba sido controlado, debido en gran parte a la intervencin personal del rey, que organiz a los bomberos para derribar edificios, a fin de

circunscribir los destrozos del incendio. Pero Londres continu ardiendo y humeando lentamente en las semanas que siguieron. Seis meses despus, an haba stanos en los que el fuego continuaba vivo. El disparate del panadero Farynor produjo algn beneficio: los vergonzosos barrios bajos del centro de Londres quedaron limpios en una semana; el fuego purific los ltimos vestigios del gran desastre londinense anterior, la Gran Plaga de 1665, que haba producido 100.000 vctimas.(Ver: Incendio en Roma Antigua)

Coln muri sin saber que haba descubierto Amrica Una suave brisa hinchaba las velas de los pequeos barcos de madera, y los impulsaba suavemente fuera del bullicioso puerto de Palos, al sur de la costa espaola. Era el viernes 3 de agosto de 1492. Algo ms que una pequea aprensin reinaba entre los 87 hombres embarcados. Este era un viaje nunca hecho, hacia ms all del mundo conocido. Por delante se extenda el ocano Atlntico, potente y misterioso. Pero para un hombre que, a bordo de la Santa Mara una carabela de 70 pies de largo, observaba cmo se iba alejando poco a poco la costa, la idea de navegar hacia lo desconocido no lo aterraba. El capitn Cristbal Coln nacido Cristoforo Columbo, hacia 1445, hijo de un sastre genovs era un marino altivo, terco y ambicioso, que soaba con abrir una nueva ruta desde Espaa hacia las ricas islas de las especies, en las Indias Orientales. Durante muchos aos, mientras navegaba alrededor de Espaa y Portugal, y por la costa africana hasta Cananas, haba estado planeando cruzar el Atlntico Coln estaba convencido de que la Tierra era redonda, una teora impopular en esa poca, pero que estaba ya adquiriendo adeptos. Crea que la costa este de Asia y las tierras ricas en oro del Oriente estaban al oeste de Europa, a una distancia fcilmente navegable. Ahora, por fin, estaba cumpliendo su propsito, bajo el patrocinio de los reyes de Espaa, Fernando e Isabel. Su primer intento se haba frustrado ocho aos antes, ante la negativa de! rey de Portugal, Juan II. Quiz estaba a punto de cometer el mayor disparate de que es capaz un explorador, pero cometindolo iba a lograr el mayor de los descubrimientos. Coln dirigi sus barcos hacia San Sebastin, en Canarias; luego el 6 de septiembre, impaciente por no perder los vientos constantes del este, vir su pequea flota hacia el oeste, hacia el Atlntico abierto. Pero a mitad del mes, todava sin tierra a la vista, sus hombres comenzaron a asustarse.

Teman no poder regresar jams a Espaa. El propio Coln, seguramente, habr empezado a dudar de su clculo de la distancia de las Indias. El 19 de septiembre comenz a llevar un cuaderno de bitcora falso, con el cual trataba, mediante la subestimacin de las millas navegadas, de apaciguar los temores de la tripulacin. La Santa Mara, junto con sus buques de escolta La Pinta y La Nia super los peligros del mar de los Sargazos, a veces agitado por las mareas altas, otras en calma durante largos das. Obsesionado por lograr el xito de su empresa, y calculando las recompensas que acumulara debido a la gratitud del rey y de la reina, Coln se aferr a cualquier evidencia que mostrara que estaban cerca de tierra. Las esperanzas tan pronto crecan como se desvanecan. Entonces, a las dos de la maana del 2 de octubre, exactamente 37 das despus de haber abandonado Canarias, un marinero a bordo de La Pinta lanz el grito: Tierral. Ese mismo da, ms tarde, la pequea flota lleg a una isla, a la que Coln denomin San Salvador. Coln escribi ese da en su cuaderno de bitcora: Enseguida vimos all nativos desnudos... Apareci ante nuestros ojos un paisaje con verdes rboles exuberantes, muchos ros y rboles frutales de varios tipos. Al da siguiente, escribi: Vi que algunos de los hombres se haban hecho un agujero en la nariz y haban puesto una pieza de oro a travs de l... Por algunos indicios, pudimos entender que debamos ir hacia el sur para encontrarnos con un rey que tena grandes navos de oro. El 17 de octubre anot: En todos estos das que he estado en las Indias, siempre ha llovido, ms o menos.... An crea firmemente que haba recalado en las costas orientales de Asia. Coln emprendi la exploracin y naveg entre las islas del Caribe hacia el norte de la costa cubana y La Espaola. Qued muy impresionado por lo que haba visto y el 28 de octubre, mientras estaba a la altura de la costa cubana, escribi en su diario: Me atrevo a suponer que los poderosos barcos del Gran Khan vienen hasta aqu, y que de aqu al continente hay un viaje de slo diez das. Despus de ocho meses en el mar, Coln volvi triunfante a Espaa, donde fue nombrado Almirante de la mar ocano y gobernador de las islas recientemente descubiertas en las Indias. Hizo cuatro viajes de exploracin a Amrica Central en los siguientes diez aos, y slo al final de ellos comenz a dudar sobre si realmente haba encontrado la costa oriental de Asia. Durante su tercer viaje al Nuevo Mundo, en 1498, comenz a reflexionar sobre la posibilidad de que hubiera encontrado un nuevo continente. Un rumbo ms austral a travs del Atlntico lo haba conducido a la isla de Trinidad y, mientras exploraba el cercano golfo de Paria, lleg hasta el sitio donde el poderoso ro Orinoco desemboca en el mar. El 14 de

agosto de 1498, escribi en su diario: Creo que ste es un continente enorme que hasta ahora ha permanecido ignorado. En los aos siguientes, un aventurero italiano, Amrico Vespucio, junto a otras personas, habra de confirmar sus sospechas. Vespucio explor gran parte de la costa brasilea, y el relato de sus descubrimientos le vali el honor de que se concediera su nombre al nuevo y enorme continente. Pero en 1502, cuando Coln parti en su cuarto viaje, crea an que las islas que haba descubierto estaban a la altura de la costa oriental de Asia. Pensaba que el camino hacia Asia deba estar entre las islas y el nuevo gran territorio que se extenda al sur. Por lo. tanto, parti con el propsito de encontrar ese paso. Y por segunda vez tropez con Amrica, sin reconocerla realmente. Durante nueve meses, soportando el mal tiempo, explor a lo largo de las costas de Honduras, Costa Rica y Panam. Luego, en mayo de 1503, con sus barcos azotados por las tormentas, carcomidos y en peligro de naufragar, se dirigi al norte en un intento desesperado de llegar al nuevo asentamiento espaol de Santo Domingo, en la isla La Espaola. Fracas, y debi pasar doce meses como nufrago en Jamaica, antes de ser rescatado con su tripulacin y reintegrado a Espaa. Coln muri el 20 de mayo de 1506. Nunca habra de saber que la tierra que haba descubierto era, en realidad, el vasto continente americano. El fiasco de las olimpiadas de Montreal Los juegos se llevaron mil millones de dlares Montreal actu como orgullosa anfitriona en los juegos olmpicos de 1976. Pero luego debi pagar por ellos mil millones de dlares. Esa fue la increble deuda que contrajo la ciudad al celebrarse los juegos: ms de ocho veces lo que se haba calculado. El desastre financiero de las olimpiadas de los mil millones de dlares fue tan grande que, cuando stas terminaron, los empresarios de Montreal se encontraron con unos Impuestos Olmpicos Especiales (recaudados en un esfuerzo por saldar la deuda) que deberan pagar durante los prximos veinte aos. La provincia de Quebec carg con el resto del dficit, que comenz a pagar con impuestos. extras al consumo de tabaco y la organizacin de una lotera. Cuando los juegos finalizaron, el principal estadio olmpico y dos hoteles para los asistentes an no haban sido terminados. Se culp a los problemas sindicales, al mal tiempo, a la mala planificacin y al mal manejo del dinero. Se pensaba que las espectaculares instalaciones solventaran su propio

mantenimiento despus que todos los atletas internacionales se hubiesen reintegrado a sus lugares de origen. Pero el veldromo, de 10 mil localidades (construido a un coste de 50 millones de dlares: un milln de dlares por cada ciclista federado en Canad) slo atrajo a 300 personas durante los primeros campeonatos nacionales. Otros ejemplos de extravagancia fueron el milln y medio de dlares invertidos en aparatos transmisor-receptores para las fuerzas de seguridad, el milln de dlares para el alquiler de 300 gras (ms caro el alquiler que comprarlas todas( el milln y medio de dlares pagado al Coro y Orquesta Sinfnica de Montreal por la mmica de grabaciones que eran pasadas por altoparlantes. Apenas terminaron los juegos, ms de 3.700 toneladas de materiales de segunda mano que iban desde cordones para las botas de los boxeadores hasta 10.000 aparatos de televisin fueron lanzados al mercado, a precios de remate. Los escombros llenaban depsitos del tamao de tres estadios de ftbol, y slo el ejrcito canadiense tena camiones suficientes para trasladarlos. El ministro de deportes de Quebec, Claude Charrori, calcul que el coste post-olmpico necesario para mantener el complejo polideportivo ascenda a cinco millones y medio de dlares por ao, con ingresos de slo dos millones de dlares. Es una herencia monstruosa, nacida de un gasto desaforado, que no tiene justificacin social ni realidad econmica, dijo.

Los prncipes que nunca llegaron Lo primero que se supo acerca de la visita real fue un telegrama enviado por el ministerio de asuntos exteriores, desde Londres, a la flota anclada a la altura de Waymouth, Dorset. Transcurra el ao 1910 y el poder naval de Inglaterra no tena parangn. El mayor barco de la flota era el HMS Dreadnougth, nave capitana de la armada real. Y fue el Dreadnougth el que recibi el mensaje del ministerio de asuntos exteriores. El telegrama, firmado por el subsecretario de exterior, sir Charles Hardinge, ordenaba que el barco se preparara para recibir a un grupo de prncipes abisinios. La marina deba darles una buena acogida, hacerles sentirse importantes y, en general, impresionarles con la invencibilidad del poder imperial. Los oficiales del Dreadnougth se dieron a la tarea y jams sospecharon que el telegrama pudiera no ser genuino. Mientras tanto, en la estacin de Paddington, en Londres, un hombre elegante, con sombrero de copa y chaqu, hablaba confidencialmente con el jefe de la estacin. Se present como

Herbert Cholmondesly, del ministerio asuntos exteriores, y solicit un tren especial, dispuesto para transportar hasta Weymouth a un grupo de prncipes abisinios. Quera ese tren inmediatamente. El jefe de la estacin se apresur a preparar un coche destinado a los VIPs, sin sospechar que Cholmondesly pudiera ser un impostor. El hombre del Foreign Office era William Horace de Vere Cole, un acaudalado joven de la alta sociedad, un bromista fuera de lo comn. Fue l quien envi el telegrama al barco. Y los cuatro prncipes abisinios que abordaron ei tren eran sus amigos: la famosa novelista Virginia Woolf; Guy Ridley, hijo de un clebre juez; el deportista Anthony Buxter y el pintor Duncan Grant. Todos haban sido maquillados, caracterizados y vestidos por el experto maquillador teatral Willy Clarkson, Durante el viaje, estaban acompaados por un intrprete: Adrin, el hermano de Virginia Woolf, y por el propio Cole, el bromista. El grupo lleg a Weymouth y fue recibido por una fastuosa alfombra roja y una guardia de honor. Al llegar a bordo del Dreadnougth, que haba sido engalanado con gallardetes para la real visita, se sorprendieron al ser saludados con honores que habitualmente slo se reserva a los almirantes. No pudo encontrarse en ninguna parte ni l bandera ni la msica del himno nacional de Abisinia. En su lugar, los atribulados oficiales ordenaron izar la bandera de Zanzbar, y la banda ejecut el himno de ese pas. Nadie debera haberse preocupado: los prncipes no podan notar la diferencia. Mientras, el grupo recorra el barco, distribua tarjetas de presentacin impresas en swahili y sus integrantes hablaban entre si en latn, con un acento irreconocible. Todo lo que se les mostraba era saludado por ellos con la complacida expresin de Bunga-bunga. Se les dispensaron todas las formas de la hospitalidad. En retribucin, trataron de rendir honores militares abisinios a algunos de los oficiales de alto rango. Pidieron esteras para rezar al ocaso, pero rehusaron todos los ofrecimientos de comida y bebida por razones religiosas