1.fundamentos filosoficos y conceptos fund amen tales de la bioetica[1]

8/8/2019 1.Fundamentos Filosoficos y Conceptos Fund Amen Tales de La Bioetica[1]

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FUNDAMENTOS FILOSFICOS Y CONCEPTOS FUNDAM ENTALESDE LA TICA

Pamela Chvez Aguilar

Concepto de ticay moral.

Nos encontramos habituados al uso de los vocablos tica y moral; decimos que talconducta es inmoral o antitica, que lo correcto debe ser esto, que lo otro no se debehacer. Esta manera de estar en el mundo, la moral, en realidad es inherente a lo humano.

Debido a que el hombre es ms que su forma animal, no est determinado a seguirciegamente la satisfaccin de sus necesidades; diramos que hasta cierto punto puedeaislarse de stas, ponerlas entre parntesis y elegir su vida y sus acciones. Aunque tiene unsistema de necesidades (evitar el fro, alimentarse, protegerse), puede suspendermomentneamente su repertorio de acciones y producir formas ms complejas de

satisfacerlas, poder humano que le permite crear la tcnica 1; igualmente, puede reflexionar,observar, evaluar y decidir libremente sus acciones, lo que le permite crear la moral y latica. Como dira Sartre, la nica determinacin del hombre es que est condenado a serlibre, a elegir y a elegirse.2

El ser humano, es a la vez inteligente (sabe, comprende, crea, resuelve...), libre(puede elegir) y consciente (sabe que sabe y que puede elegir). Debido a que es consciente,inteligente y libre, es sujeto de responsabilidades y deberes. El deber por excelencia esintegrar en su vida la perspectiva moral, evitando responder a los problemas morales slopor la va de los impulsos, emociones, tradiciones, costumbres, hbitos generalizados,asentimiento a-crtico a la autoridad.

Pero, qu es esto de ticay moral? La descripcin etimolgica de los trminos nosmuestra una definicin preliminar. El vocablo griego thosse refiere al carcter, a la formade ser a la que estamos habituados, por tanto, a nuestro modo de habitar (thos); la palabralatina mores, se refiere a las costumbres en que vivimos. El ser humano vive siempremoralmente; acepta cierto modo de vivir y otro le parece inaceptable; hace juicios ticos,acerca de lo que se debe y lo que no se debe.

De esto podemos extraer caractersticas de esa dimensin humana que llamamos lomoral o la moralidad: el ser humano se conduce racionalmente y elige su modo de actuar,juzga que cierto modo de habitar y ser est bien y otro no, prescribe lo que est bien o nomediante normas morales, puede reflexionar sobre fundamentos y validez de estas normas.

Podemos entender, siguiendo a Adela Cortina, que morales el conjunto de principios,normas y valores que cada generacin transmite a la siguiente, como legado de orientacionessobre el modo de comportarse para llevar una vida buena, justa y que aspira a la felicidad.Podemos entender por ticala filosofa moral, es decir, una disciplina filosfica que reflexionasobre los problemas morales. La pregunta central de la moral es de carcter normativo o

1 Cfr. Jos Ortega y Gasset. Meditacin de la Tcnica. Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1961.2 Cfr. Sartre, Jean-Paul. El existencialismo es un humanismo. Ed. Losada, Buenos Aires, 1999.

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prescriptivo: qu debemos hacer?. La pregunta central de la tica es de carcter reflexivo ofilosfico: por qu debemos?, es decir, pregunta por los argumentos, razones ofundamentos que avalan y sostienen el cdigo moral que estamos aceptando como gua denuestra conducta3.

La tica es aplicada si reflexiona sobre los principios, valores, normas y mtodos enun mbito de prctica humana especfica; son ticas aplicadas la biotica, la tica del medioambiente, todas las ticas profesionales, la tica de empresas y organizaciones. Sucaracterstica es aplicar los principios y mtodos de la tica para orientar la reflexin yactuacin moral en una actividad particular. Cada una de stas tiene sus fines especficos,valores, bienes y sus virtudes y hbitos por medio de los cuales se pretende alcanzarlos. 4

Como una breve referencia al lenguaje de la moral y la tica, podemos decir que en la

interaccin comunicativa humana hay distintos tipos de enunciados, con diversas funciones.Los enunciados descriptivos se refieren a los hechos o informaciones relativas a lo que lascosas son o cmo se muestran o aparecen; los enunciados expresivos se refieren aemociones, expresan estados de nimo, es decir, lo que se siente; los enunciados valorativos

expresan estimaciones y juicios de valor, es decir, lo que valoramos en los hechos;finalmente, los enunciados prescriptivos establecen normas, prescripciones o juicios dedeber, es decir, lo que debe ser. Podemos decir que el lenguaje de la moral es valorativo yprescriptivo; la tica ocupa adems el lenguaje informativo, en cuanto todo juicio moral debeser precedido por una comprensin crtica suficiente de la realidad en cuestin.

De esta manera, la tica tiene que ver con hechos, valores y deberes; stos estnintegrados en la realidad. Pongamos un ejemplo: si visitamos el Museo de Bellas Artes deChile, encontraremos un cuadro de Pedro Lira titulado El nio enfermo, en que aparece unamadre con su hijo enfermo en brazos, mientras la abuela prepara un remedio casero; elpintor logra transmitir una atmsfera de cierta pobreza, desolacin y angustia; tambinciertas creencias, representadas por la vela que arde sobre una mesa frente a una imagendel Sagrado Corazn de Jess. Esto puede producirnos diversas emociones, ante lo cualexpresaremos que nos causa tristeza, compasin, admiracin, etc. Si observamos con msatencin, probablemente podremos apreciar o estimar positiva o negativamente esa realidad,diciendo que la escena resulta hermosa, armnica, que delata preocupacin, abnegacin,solidaridad, enfermedad, dolor, pobreza, etc.; en el mbito moral, apreciaremos que se tratade una accin de cuidado ante una persona vulnerable y de unos medios de vida precarios,que sealan hacia formas de injusticia social. A partir de ello, podemos prescribir o decir quse debera, se debe o no se debe hacer en relacin con lo que el cuadro nos expresa. Unpensamiento posible que nos surge es que esta dramtica y bellsima obra es un patrimonionacional, que debiera ser conocido por todos los nios y ciudadanos de nuestro pas;adems, que la actitud de la madre y la abuela expresa lo que constituye un deber humano

fundamental: el cuidado de los enfermos. En este breve instante hemos transitado por loshechos, las emociones, los valores y los deberes. La verdad es que en la vida cotidianaestamos constantemente viviendo en esta perspectiva mltiple, pero sin darnos cuenta. Noslo vemos y conocemos la realidad: al mismo tiempo nos emociona, nos gusta o nosproduce rechazo, la apreciamos o despreciamos, la consideramos correcta o incorrecta.

3 Cfr. Cortina, A. y Martnez, E. tica. Ed. Akal, Madrid, 1998, p. 9ss.4 bid., p. 151s.

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Pedro Lira. El nio enfermo.

Esta es la moralidad: un modo inevitable de estar en el mundo y su carcter mspropio es la conflictividad. Como en la tragedia Antgonade Sfocles, el sujeto moral tieneque decidir en cada caso qu es lo correcto. Recordemos el relato griego: Polnice, elhermano de Antgona, ha muerto enemigo del tirano rey Creonte, que en castigo decreta laprohibicin de enterrarlo, para que sea presa de cuervos y perros, so pena de muerte al quelo intente. Antgona se pregunta: debo obedecer a la ley de la patria, creada por loshumanos o a la ley ms profunda, ley divina, que obliga a dar sepultura a los muertos? Antgona decide por esta ltima; aunque pierde su libertad y su vida, decide elegir laobediencia debida a una ley ms alta, la graphoi nomoi, ley no escrita.

Lo mismo ocurre en la vida moral; frente al conflicto, siempre se pierde algo, un valorse sacrifica al otro. Por ello se ha dicho que la vida moral tiene algo de fracaso, de tragedia.Sin embargo, la mayor tragedia para el hombre es el olvido de la dimensin moral de suexistencia, es decir de su ser mismo, de su autenticidad humana. Una vida desmoralizada,

como ha dicho Ortega, es la verdadera prdida de la vida.

De dnde proviene el carcter de bueno o malo de un acto humano? Qu defineel carcter de correccin moral de un acto? A estas preguntas, las culturas y pocas handado diversas respuestas. A partir de la forma en que se ha contestado a esta pregunta,podemos encontrar dos grandes posiciones en la tica occidental: las ticas heternomasylas ticas autnomas.

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En las ticas heternomas, el carcter moral est dado por algo exterior al sujeto: la naturaleza o leyes divinas. stas ltimas corresponden a las ticas testas o confundamento en la ley de una divinidad. La tica naturalistaest representada, por ejemplo,por la tica de Aristteles, segn la cual hay una naturaleza humana cuyo fin es tender a lafelicidad, lo cual requiere realizar virtudes. En las ticas autnomas, el carcter de lo moral sefundamenta en algo interior al sujeto, tal como la propia razn autolegisladora kantiana.

Existen deberes universales, vlidos para todos, en cualquier tiempo y lugar? O, porel contrario, los deberes son slo contextuales y dependen de la situacin concreta y de susconsecuencias? La respuesta a estas preguntas nos permite clasificar las teoras ticas endeontolgicasy teleolgicas. Las ticas deontolgicas, como la kantiana, afirman que existendeberes a priori, universales, vlidas para todo ser racional. Las ticas teleolgicas ponen elcriterio de correccin moral en los fines que se persiguen con la accin; entre ellas, las ticasconsecuencionalistas como el utilitarismo y el pragmatismo, no consideran que existandeberes a prioripara el ser humano, previos a la consideracin de las consecuencias positivaso negativas de una accin.

tica de la virtud

La reflexin moral inicial en la cultura occidental toma la forma de tica de lasvirtudes, es decir, un tipo de reflexin moral que pone su nfasis en el desarrollo devirtudes, de una vida virtuosao del hombre virtuoso.

La moral griega, decantada en sus comienzos principalmente en los poemas deHomero y Hesodo, es una moral heroica. Mediante el relato de sus hazaas, los hroes seconstituyen en verdaderos modelos de actuacin y excelencia moral. Por ello, estos poetashan sido llamados con razn los primeros educadores del pueblo griego; podramos aadir,son los primeros educadores morales, pues entregan modelos elevados de actuacin quedan dignidad al pueblo griego. Van conformndose, as, las llamadas virtudes heroicas, comola valenta, la piedad, la justicia. Esta tarea ser complementada con las tragedias y lassentencias de los Siete Sabios de Grecia, tales como: nada en demasa y respeta elmomento oportuno.

La reflexin moral es iniciada en Atenas, siglo V a.C., por Scrates, quien pens ytransmiti dialgicamente la primera tica. Scrates observ que existan males en la ciudady que la mayor parte de los ciudadanos vive sin saber cmo ni porqu, sin preguntarse lafinalidad de su existencia y qu hace al hombre mejor, virtuoso. Relacion esta inconsciencia

con la ignorancia intelectual del que cree que sabe y, por tanto, obra mal. Entendi su misinfilosfica como el llamado del dios, que le instaba a recorrer los lugares pblicos de Atenas,preguntando y conversando con todos acerca del conocimiento, la verdad, el bien, la virtud.Pensaba que a travs del dilogo o mtodo mayutico -serie de preguntas en torno a unadefinicin inicial- poda hacer que su interlocutor cayera en perplejidad, en apora,reconociendo su ignorancia y aspirando, por tanto, al saber.

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Entre los grandes legados de Scrates podemos considerar el comenzar la filosofamoral o tica, desarrollar el dilogo como mtodo de la tica, defender una tica de laconviccin y una vida orientada por sta hasta sus ltimas consecuencias y la bsqueda de lavirtud en el ser humano, identificada con el saber.

Despus de l, su discpulo Platn desarroll estas ideas, aplicndolas a su propiaconcepcin del ser humano y el conocimiento. Platn entendi al hombre como un almainmortal perteneciente no al cambiante mundo de lo mudable y aparente, sino al mundoespiritual. Ello determinaba el fin de la vida humana, que es la purificacin del consorcio delalma con el cuerpo y su elevacin al mundo espiritual. Es decir, su perspectiva moral sefundamentaba en un punto de vista de tipo filosfico, religioso y escatolgico: si el fin delhombre es su purificacin a travs de vidas sucesivas, el actuar del hombre con respecto a sucuerpo y en la tierra es de suma seriedad e importancia: es el tiempo y espacio que cada serhumano puede ocupar para su perfeccionamiento espiritual. Esta purificacin se logramediante diversos medios que se complementan: el esfuerzo fsico a travs de la gimnasia,que favorece el control de las inclinaciones negativas del cuerpo, como el sedentarismo y laacidia, y desarrolla la fortaleza para cumplir nuestros deberes; el esfuerzo cognoscitivo de

quien se dedica al conocimiento cientfico y, por ltimo, el esfuerzo moral, cultivando lasvirtudes morales de la prudencia, fortaleza, templanza y justicia5. As, la filosofa moral dePlatn tiene el gran mrito de descubrir estas cuatro virtudes morales llamadas cardinales yvalorar el equilibrio entre el desarrollo corporal, cognoscitivo y moral.

Sin lugar a dudas, el filsofo griego que traz definitivamente los caminos de la ticaoccidental fue Aristteles, en el s. IV a.C. La reflexin moral de Aristteles se enmarca en unafilosofa del ser. Hombre de su poca, saca todas las consecuencias tericas y prcticas de laidea de que hay un orden del Ser, segn el cual cada cosa tiene una determinado lugar entrelos entes y est destinado a cumplir esa finalidad por naturaleza. Hay una naturaleza delcosmos, de la tierra, del agua, del animal y tambin del ser humano. Su tica, pues, esdeudora de su perspectiva antropolgica.

Segn Aristteles, el hombre es una Substancia primera, que se caracteriza por serde naturaleza pensante y social. La parte material del hombre consiste en su animalidad ocorporalidad, cuyo fin es la conquista del placer sensorial o bienestar. La parte formal delhombre es su racionalidad, cuyo fin es la comprensin de las primeras causas y principios delconocimiento. Toda la actividad del hombre est orientada a alcanzar su fin o bien, su tlosnatural, aquello a lo que cada cosa aspira.

Todos los seres humanos aspiran a la felicidad; pero, cmo podemos entender esteconcepto? Eudaimona, etimolgicamente, significa ser favorecido por un buen hado o buendestino; abarca tanto el vivir bien como el comportarse bien, dimensiones que para

Aristteles son inseparables6

. Por tanto, la felicidad no es identificable con la emocin degozo o alegra de una situacin o momento particular; ms bien es el gozo dado por eldesarrollo pleno de las facultades humanas. Aristteles identific la felicidad con la vidacontemplativa o del conocimiento, que es el supremo fin o bien. No obstante, supo ver que lafelicidad va acompaada de otras condiciones, como algunos bienes materiales, buena salud,

5 Cfr. Abad Pascual, J. La vida moral y la reflexin tica. Ed. McGraw-Hill, Madrid, 1995.6 Cfr. Agustn Domingo, Felicidad. En Cortina, A. (Dir.), Diez palabras clave en tica. Ed. Verbo Divino, Navarra,1998, p. 101s.

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cierta hermosura, afecto de hijos y mujeres, etc. El hombre slo alcanza la felicidad, suautntico fin o bien, a travs de la virtud (aret, gr. excelencia, perfeccin; virtus, lat.virtud),realizando lo mejor de s, lo que l es por naturaleza. La virtud del animal ser alcanzar lomejor en cuanto animal; la virtud de la puerta ser ser una puerta perfecta, que no rechineni se tranque; la virtud del hombre ser desarrollar su ser racional y social. El fin al que todosaspiran es la felicidad, que se alcanza con otros, en comunidad, en la polis; para ello, deberrealizar virtudes.

Las virtudes pueden ser ticas o dianoticas. Las virtudes ticas o del carcter (thos)se refieren a modos de ser relativos al correcto actuar; entre ellas se encuentran latemplanza (sophrosyne), o moderacin que nos permite no dejarnos arrastrar por el mal;valenta o fortaleza (andria), que es la firmeza para adherir al bien, soportando dificultadesy emprendiendo desafos; justicia que es el establecimiento del bien dando a cada uno losuyo. Las virtudes dianoticas o de la inteligencia (lgos) se refieren a modos de serrelativos al correcto pensar; entre ellas se consideran la prudencia (phrnesis), odeterminacin racional del bien con sentido de realidad; sabidura (sopha), inteligencia(nos), arte (techn), ciencia (epistme). La virtud por excelencia de la vida moral es la

prudencia, mediante la cual la razn gobierna los modos de ser y actuar.

Aristteles nos dice en el Libro II de la tica a Nicmaco7, que las virtudes no sonalgo que tenemos producto de la suerte o desventura; tampoco son pasiones, lo que nossucede como sensaciones o sentimientos; no son facultades, entendidas como capacidadesde hacer o no hacer. Son modos de ser libremente adquiridos por los sujetos, que se refierena acciones y sentimientos. No se nace siendo valiente u honesto, sino que el sujeto se hacevaliente y honesto ejecutando repetida y habitualmente actos de valenta y honestidad.

Las virtudes son hbitos de vida positivos y los vicios son hbitos de vida negativos.Desarrollar virtudes requiere siempre esfuerzo moral, pues en el vicio caemos fcilmente,pero a la virtud se llega con esfuerzo. Esfuerzo de autoconocimiento para discernir aquellascosas a que somos ms fcilmente llevados, pues como individuos tendemos por naturaleza aunas cosas ms que a otras; as, sabremos que tenemos que inclinarnos en sentido contrario.Respecto a la accin virtuosa es fcil equivocarse y difcil acertar; usando el ejemplo deAristteles, ocurre en la vida moral lo que al arquero frente al blanco: es ms fcil errar quedar en el centro justo o blanco.

Cmo, entonces, alcanzar la virtud en cada acto y no errar? En este sentido, ocupaun lugar fundamental la virtud de laprudencia, que pone al thosbajo el gobierno del lgos.La prudencia seala en cada circunstancia cmo debe ser la accin moral virtuosa, definiendoel justo medio o posicin intermedia entre dos vicios: el vicio por exceso y el vicio pordefecto. La razn prudencial permite tomar decisiones racionales en situaciones concretas e

inciertas, donde se hace muy difcil definir cul es el justo medio de la accin virtuosa; seapoya en la realidad y la juzga a la luz de la razn. A modo de ejemplo, podemos reconocerunnimemente que la valenta es una virtud; pero decidir cul es la accin valiente y justa, nicobarde ni temeraria, en situacin de conflicto, es muy difcil. Para ello, se requiere unmtodo de investigacin moral que es la deliberacin. As, la virtud requiere capacidadreflexiva, juicio prctico, deliberacin racional sobre la recta accin. La decisin prudencialsiempre conlleva el riesgo de acertar o equivocarse, de lograr o no la tarea tica, con todas

7 Aristteles. tica a Nicmaco. Libro II, 1103b.Alianza, Madrid, 2003, p. 76ss.

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sus consecuencias. Por ello, las virtudes son definidas por un trmino medio, segn unprincipio racional usado por el hombre prudente. El hombre virtuoso o prudente encuentra ens mismo el canon y medida de todas las cosas.8

De todo lo dicho, podemos resumir las principales caractersticas de la tica

aristotlica: es una tica heternoma, pues encuentra el criterio de correccin moral en laadecuacin a la ley de la naturaleza: todos los hombres tienden por naturaleza a ser felices;de fines o teleolgica, de las virtudes y de la felicidad.

Cabe reflexionar respecto a la aplicabilidad de la tica de las virtudes hoy, en el marcode una sociedad contempornea en que no hay una concepcin nica o universalmentecompartida de la naturaleza humana y sus fines9. En este sentido, creemos que la tica delas virtudes cobra fuerza all donde encontramos ncleos de fines claramente dados, como esel caso de las actividades profesionales. En efecto, la profesin define un conjunto de fines,de acuerdo a su funcin social; en base a ellos, es posible determinar diversas virtudes, unade las cuales y que no puede faltar es la bsqueda de la excelencia profesional.

Otro mbito de aplicacin lo constituye la educacin de virtudes para la ciudadana opara la convivencia pacfica con otros en la sociedad civil. En este sentido, Victoria Camps hadesarrollado lo que llama virtudes pblicas, necesarias para la bsqueda de la felicidadcolectiva o del inters comn; entre stas se mencionan: solidaridad, responsabilidad,tolerancia, profesionalismo, justicia, libertad, participacin.

Tambin constituye un gran aporte pensar la moralidad en trminos de virtudes yvicios, en el mbito de la formacin del carcter moral en los distintos niveles y mbitos deenseanza; en la educacin moral dentro de proyectos comunitarios o colectivos que definengrupos de fines y bienes, como comunidades indgenas, minoras culturales o gruposreligiosos con sus ideales de espiritualidad y unin con la divinidad. Finalmente, en una pocade gran carencia de sentido de la existencia humana, vuelve a tomar fuerza la preguntaltima por los fines y la felicidad del ser humano.

tica kantiana.

En el siglo XVIII, una influencia decisiva en la tica es la filosofa de Immanuel Kant.Como pensador moderno, Kant parte del hecho de la imposibilidad de fundamentar la moralen la naturaleza, porque la razn no puede conocerla o penetrarla; por esto, pone su miradaen la propia razn humana. En ella encuentra la facultad de construir juicios morales, juiciosde carcter prescriptivo del tipo de: no debemos hacer con otro lo que no queremos que el

otro haga con nosotros. La pregunta que se har Kant es cmo son posibles estos juiciosde tipo universal?

Estos juicios evidencian que en el ser humano existe una conciencia moral, es decir,un sentido del deber. El deber moral forma parte de la razn prctica o razn moral; sta

8 Cfr. Aranguren, Jos Luis. tica. Alianza Editorial, Madrid, 1995; Aristteles. tica a Nicmaco.Alianza, Madrid,2003.9 Cfr. Mc Intyre, Alasdair. Tras la virtud. Ed. Crtica, Barcelona, 1987.

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debe presuponer que el hombre acta por su voluntad y que tiene libertad. En la concienciamoral humana reconocemos, por una parte, las inclinaciones o deseos, que forman parte delo que el hombre es; por otra, los imperativos que dicen cmo el hombre debe ser.

La principal caracterstica de la razn pura prctica es ser legisladora, es decir, sucapacidad de crear leyes que pone la misma razn porque estn en ella misma. Por eso diceKant al final de la Crtica de la Razn Prctica:Dos cosas llenan el nimo de admiracin yrespeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con ms frecuencia y aplicacin se ocupa deellas la reflexin: el cielo estrellado sobre m y la ley moral en m.

La finalidad de la razn humana es producir una voluntad buena. Qu hace buena lavoluntad humana? Es aqu donde Kant se distancia de todo teleologismo y manifiesta undeontologismo moral, es decir, pone el criterio de moralidad en principios de deber, quedefinen lo debido o correcto para todos, estableciendo un marco normativo,independientemente de las consecuencias10. De esta manera, el valor moral de una accinreside en la intencin o propsito: en ser buscada por deber y no por inclinacin, por respetoa la ley moral de la razn y no por las consecuencias o resultados de la accin. En palabras

de Kant: El valor moral de una accin reside no en el propsito, que ha de alcanzarse atravs de ella, sino en la mxima segn la cual se decide.

El criterio de la correccin moral no radica, pues, segn Kant, en lo que la personahace, en su accin o los resultados y consecuencias de sta; esto a lo ms lleva a diferenciarsi determinada accin es til o intil (estril), pero no nos dice nada respecto a si es moral. Elcriterio moral est dado por lo que quiere hacer, es decir, por la voluntad o intencin moral.El giro copernicanoen la tica kantiana consiste en cifrar la clave de correccin moral no enlos objetos de la voluntad, sino en la voluntad misma. La clave en la moralidad es desarrollaruna voluntad buena, una voluntad de hacer el bien o acciones buenas, no por inclinacin sinopor deber. Deber es lo que es necesario por respeto a una ley de la razn; deber es lo queobliga la propia razn mediante mximas, mandatos, imperativos.

La razn prctica tiene su propio mtodo o procedimiento para definir cules mximasson leyes morales, que podramos entender de la siguiente manera: encontramos ennosotros mismos inclinaciones, sentimientos, estmulos sensibles, condiciones subjetivas,deseos. Para formular nuestra mxima de accin en una situacin de conflicto moral,debemos identificar y aislar toda motivacin que provenga de ese mbito, y atender slo anuestra buena voluntad de respetar el deber por el deber. De esta manera, formulamosnuestra mxima de accin racional y, luego, comprobamos su condicin de legitimidad encuanto a su legalidad universal.

Esta comprobacin la obtenemos contrastndola con tres principios que emanan de la

formulacin del imperativo categrico, incondicional, de la razn prctica. El primer principioes de universalizacin y dice: Acta de modo que puedas querer que tu mxima debaconvertirse en ley universal. El segundo principio se refiere al respeto absoluto de la personay dice: Acta de modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona como en la

persona de cualquier otro, siempre como un fin y nunca slo como un medio. El tercerprincipio se refiere a la autonoma o poder autolegislador de la razn humana y dice: Acta

10 Cfr. Garca Marz, Domingo, Deber. En Cortina, A. (Dir.), Diez palabras clave en tica. Ed. Verbo Divino,Navarra, 1998, p. 71s.

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como si la mxima de tu accin hubiera de convertirse en ley universal de la naturaleza. Siuna mxima pasa la prueba de ser contrastada en cuanto al imperativo categrico, manifiestaque es universalizable, autnoma y respeta al ser humano como fin en s mismo y, por tanto,es una ley moral de la razn.

Una crtica importante que se hace a la perspectiva kantiana es su no consideracinde las consecuencias de la accin. En efecto, aunque es una intencin fundamental de latica buscar criterios de universalidad a las mximas y juicios morales, no podemos pensaren la actualidad que las consecuencias de la accin humana son irrelevantes al momento depensar la moralidad. La necesidad de considerar las consecuencias y circunstancias en eljuicio moral se hace tanto ms fuerte cuanto mayor es el aumento del poder de intervencino transformacin que tiene el ser humano, sobre naturaleza y sociedad. Tras la experienciauniversal de la humanidad de las guerras mundiales, ataques terroristas, pobreza, etc.,pueden ser indiferentes para la tica los resultados de la accin? Ms bien debemos decirque hoy es necesaria una tica que concilie el respeto a principios universales con laprevisin responsable de las consecuencias de la accin. Adems, el juicio moral secomprende hoy no slo como dado en la propia conciencia humana personal, sino en el

mbito de la intersubjetividad, en la deliberacin comn entre varios sujetos morales.

No obstante lo anterior, hay muchos y grandes aportes de la tesis kantiana quemantienen vigencia en la tica contempornea. Uno de ellos es la construccin de una ticaautnoma, es decir, aquella en que el criterio de lo moral viene dado, por as decirlo, desdedentro, desde la propia razn humana; esto permite superar una moral meramentetradicionalista, emotivista o basada en algn tipo de autoridad. El intento de Kant defundamentar la tica desde la propia razn responde a su fin de rescatar para la tica launiversalidad, la cual no puede provenir de fundamentos empricos, de la realidad, loscondicionamientos reales, circunstanciales o situacionales; todo ello, consecuente con sucrtica a la razn metafsica en el mbito de la teora del conocimiento. La autonomaen latica es, pues, uno de los principales legados de este pensador. Conocido es su llamado a lahumanidad a dejar su estado de pupilo y pasar a la mayora de edad, mediante el sapereaude, atrvete a escuchar tu propio saber o atrvete a pensar por ti mismo.11

Podemos considerar como otro de sus legados la bsqueda de un fundamentouniversal y racional para la moral, tarea importante para superar los fanatismos emotivistas,los totalitarismos y la pasividad acrtica. Igualmente, el reconocimiento de que lasinclinaciones (placer o dolor) no son los amos soberanos del hombre y que, al menos, stosno pueden ser el nico criterio de correccin moral.

Pero, sin lugar a dudas, una de las ideas ms preclaras de la tica de Kant es suafirmacin de la dignidad del ser humano como fin en s mismo y no como medio; medios

son las cosas o herramientas, que podemos crear, usar y desechar. El reconocimiento delvalor de la persona humana es el punto de partida de toda la tica; sin la afirmacin de estadignidad con carcter absoluto, no parece posible construir tica alguna. Por ello, el principiode absoluto respeto a la dignidad de la persona humana, que adems de la formulacin deKant se encuentra en muchas tradiciones, culturas y religiones, constituye el marco moral oprincipio bsico de los cdigos de tica contemporneos, entre los cuales destaca laDeclaracin Universal de Derechos Humanos de 1948.

11 Cfr. Kant, I. Qu es la Ilustracin?Filosofa de la historia. F.C.E., Mxico, 1993.

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Las perspectivas utilitarista y pragmatista

Al otro extremo de la tica deontolgica de Kant, encontramos las ticas teleolgicasconsecuencionalistas, para las cuales es fundamental el valor de los fines o consecuencias dela accin humana. Estas teoras ticas no aceptan que pueda determinarse lo bueno a priori,sea fundamentado en la naturaleza o en la autonoma de la razn; la obligacin o deber es aposteriori, es decir, la determinacin de la correccin de cualquier acto requiere laconsideracin de sus consecuencias.

Una teora tica consecuencionalista de gran relevancia es el utilitarismo12. Podemosconsiderar utilitaristas a las teoras ticas que establecen la utilidad como criterio ofundamento de lo moral, rechazando que exista otro fundamento de la tica y que existanobligaciones morales independientes de las consecuencias. No hay deberes o mandamientosa priorique obliguen por s mismos.El principio de utilidad o de la mayor felicidad pone elcriterio de correccin o incorreccin moral en su tendencia a aumentar o disminuir la felicidadde los interesados, entendiendo por felicidad el placer y la ausencia del dolor y por infelicidadel dolor y la privacin del placer. As, se entiende por utilidad la capacidad de un objeto de

producir beneficio, ventaja, placer, bien o felicidad o prevenir el perjuicio, el dolor, el mal o lainfelicidad.

La perspectiva utilitarista de Bentham se fundamenta en un diagnstico de lanaturaleza del ser humano, al cual l ve como dominado por dos amos soberanos ydeterminantes: el deseo de placer y la huida del dolor. As, la tica es entendida como el artede dirigir las acciones de los hombres hacia la produccin de la mayor cantidad posible deplacer para todos los afectados, sean humanos o animales. Este placer es siempre individual;no existe el inters comn, sino que cualquier grupo o comunidad es slo la suma deindividuos y sus intereses particulares.

La perspectiva de John Stuart Mill es ms rica en cuanto a su concepcin de lasposibilidades humanas, admitiendo que entre stas est el inters por la excelencia, laperfeccin interior, etc. As, es posible diferenciar cualitativamente los placeres: en un primernivel estn los placeres espirituales o superiores, que resultan del uso de las capacidadessuperiores del hombre y contribuyen ms a la felicidad; en un segundo nivel, los placeresmateriales o inferiores, que si son preferidos demuestran una capacidad de disfrute baja enel interesado, dando mayor satisfaccin pero no ms felicidad. Una prueba de esta diferenciade nivel, lo constituye el hecho de que las personas que han desarrollado la capacidad deestimar ambos bienes o placeres, prefieren los de primer nivel. Mediante esta diferenciacincualitativa, Stuart Mill reconoce la legitimidad del inters humano desinteresado por la virtudel cual, por pertenecer al uso de la capacidad superior, proporcionar mayor grado defelicidad.

Un punto de vista interesante en Stuart Mill es su afirmacin del deber de buscar,adems de la propia utilidad, la utilidad general de la humanidad, es decir, intentar conseguirel mayor nmero de bienes posibles para el mayor nmero posible de personas. As, alprincipio de maximizacin del placer y minimizacin del dolor, se aade la jerarquizacin de

12 Entre sus principales exponentes figuran Jeremy Bentham y John Stuart Mill, ambos pensadores ingleses delsiglo XIX.

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placeres, separados en superiores e inferiores, y el principio de extensin, es decir, labsqueda del mayor bien para el mayor nmero posible de individuos, personas o animales.

La diferenciacin jerrquica de niveles y la extensin, permiten elevar la concepcindel utilitarismo hedonista individualista hacia un utilitarismo humanista y altruista. De todosmodos, contina mantenindose que el principio de correccin de un acto es la consecuenciams o menos beneficiosa para el individuo y la mayor cantidad posible de personas.

Uno de los principales aportes del utilitarismo a la reflexin tica, lo constituye suafirmacin de la importancia de la consideracin de las consecuencias de un acto, sus efectospositivos o negativos, para la deliberacin moral; en efecto, las consecuencias, los efectos debien o mal producido por una accin, no pueden carecer de relevancia moral; otra cosa esafirmar que sean lo nicoatendible en asuntos de la moralidad. Tambin es interesante suofrecimiento de un ideal moral no coactivo o prohibitivo, sino de produccin positiva de lamayor felicidad del mayor nmero.

Como otros aportes del utilitarismo cabe considerar: su valoracin positiva del inters

por una vida feliz en este mundo; la aclaracin que induce esta corriente hacia los debereshacia otras criaturas sintientes no humanas o animales, los cuales son tambin susceptiblesde experimentar placer y sufrimiento; la idea de la maximizacin de la utilidad social, quepuede en ciertas circunstancias servir para resolver conflictos en torno a la administracin derecursos escasos.

Entre los problemas que plantea esta perspectiva cabe considerar una posiblereduccin del ser humano a sus intereses individuales; dentro de stos, tambin puede serreductivo pensar que todos los seres humanos persiguen la felicidad as entendida, comobienestar o placer y ausencia de dolor. Adems, es razonable pensar que las consecuenciasde las acciones no pueden ser el nico fundamento de la moral. Igualmente, es problemticoidentificar lo deseado (intereses individuales) con lo deseable, esto es, lo que razonablementesea tenido por bueno o correcto. Pero quizs la mayor objecin que puede hacerse a laperspectiva utilitarista, es que la generalizacin del beneficio para el mayor nmero noconsidera una autntica universalidad, es decir, criterios de justicia para todos. Lo queaparece correcto para uno o para el mayor nmero puede ser altamente injusto, parcial oinequitativo para el menor nmero. El principio de justicia, ausente en esta perspectiva, noslleva a afirmar que s existen deberes universales, previos a la consideracin de lasconsecuencias, tales como el respeto a todo ser humano, el deber de no dao a otro serhumano y los deberes de justicia o imparcialidad.

Otra posicin moral consecuencionalista es el pragmatismo13, entendiendo por stecualquier teora que considere el xito de la accin como criterio de correccin moral. El

pragmatismo moral defiende el individualismo, en cuanto una conducta se justifica por elxito personal, y el relativismo, en cuanto, al igual que el utilitarismo, no admite principiosuniversales a priori. Por ello, comparte con esta corriente el ser una tica teleolgica yconsecuencionalista. En palabras de W. James, el pragmatismo es una actitud que prescindede las cosas primeras, principios, categoras y supuestas necesidades, para dirigirse a las

13 ste resultara de una aplicacin a la reflexin tica de fundamentos filosficos desarrollados en otros mbitos,como lgica, teora del conocimiento o teora de la educacin. Los principales exponentes del pragmatismofilosfico en que encuentra su fundamento son Charles Peirce, Williams James y John Dewey.

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cosas ltimas, los frutos, las consecuencias y los hechos. Entiende que el ser humanopersigue intereses y deseos personales; en la prosecucin de esos fines, encuentradificultades y problemas para su satisfaccin. Los objetivos de toda accin humana seresumen en la obtencin de beneficios y ganancias; el resultado o fin ltimo del ser humanoes el xito y el triunfo en la vida. As, el criterio de correccin moral o bondad de un acto essu capacidad de conducir al xito en cada caso concreto, es decir, a la satisfaccin de losdeseos e intereses; lo malo o incorrecto ser en cada caso lo que aleja de ello. Lasconsecuencias prcticas dan carta de legitimidad moral a una accin. Como un aporte de estacorriente cabe considerar la valoracin de los intereses sociales, como el crecimiento y eldesarrollo, el perfeccionamiento constante de la sociedad. As lo vio John Dewey, quienaplicando el pragmatismo a la educacin, llev a cabo una reforma en la teora pedaggicaincorporando los intereses sociales y democrticos a este mbito; vio el pensamiento comoun instrumento para el desarrollo y crecimiento social continuado y nunca definitivo. 14

Axiologa

Una forma contempornea y habitual de tratar los temas ticos es en trminos devalores; as, hablamos de valores de tal o cual persona o profesin, de educacin envalores, etc. El concepto valor en la tica proviene de una importante perspectiva moderna:la axiologa15. Segn sta, el criterio de lo moral es la realizacin de valores, los cuales no serestringen al mbito de valores morales, sino que integran valores religiosos, intelectuales,estticos, tiles, vitales, sensibles.

Podemos entender por valores, siguiendo a Ortega y Gasset, ciertas dignidades delas cosas, estimaciones que ponemos sobre los hechos y realidades o que descubrimos enellas.16 En general, se entiende por valores ciertos fines o metas que se nos presentan comocargados de dignidad o valiosos, por lo cual nuestra voluntad se orienta o es impulsadahacia ellos; as la belleza, la justicia, el bien, etc.

Un problema siempre presente en esta perspectiva es definir qu realidad tienen losvalores. La posicin subjetivista considera que los valores no son ni objetivos niindependientes, sino que slo son valoraciones de las personas. La posicin objetivistaconsidera que los valores son objetivos e independientes, existen antes de que los sereshumanos los descubran. Una posicin intermedia es la desarrollada por Frondizzi, segn lacual los valores son estimaciones del sujeto sobre las cosas. En este sentido, podemos decirque el sujeto descubre el valor en las cosas y hechos, pasando para l a constituirse en cosasvaliosas o bienes. Por ejemplo, descubrimos que un gesto es solidario, una decisin justa ouna meloda hermosa. El descubrimiento de los valores es histrico; la humanidad va

descubriendo nuevos valores a travs del tiempo; un ejemplo de ello es el descubrimiento delvalor de la autonoma en la modernidad.

14 Cfr. Abad Pascual, J. La vida moral y la reflexin tica. Ed. McGraw-Hill, tMadrid, 1995.15 Entre los principales exponentes de la axiologa figuran Max Scheler y Nicolai Hartmann.16 Cfr. Ortega y Gasset, Jos. Introduccin a una estimativa. Obras Completas, Vol VI, Ed. Rev. De Occidente,Madrid, 1964, p. 315-335.

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Los valores se caracterizan por su polaridadyjerarqua;polaridad, pues a todo valorcorresponde un antivalor opuesto; jerarqua, pues los valores siempre se construyen en unaordenacin, que depende de la mentalidad, experiencias y creencias de cada persona, culturao poca. La ordenacin o jerarqua de valores tiene profundo sentido moral, pues, en caso deconflicto entre unos y otros valores, estamos obligados a preferir los valores superiores yrechazar los inferiores. Se puede ordenar los valores de la siguiente manera17:

VALORES Valor Antiv

RELIGIOSOS Sagrado Profano

ESPIRITUALESMORALES:

INTELECTUALES:

ESTTICOS:

BuenoJustoLeal

Verdadero

ExactoEvidenteConocimiento

BelloArmonioso

EleganteSelecto

MaloInjustoDesleal

Falso

AproximadoDudoso, probableError

FeoDesarmnico

ToscoVulgar

VITALESSano

EnrgicoFuerte

EnfermoInerteDbil

TILEStil

EficienteEficaz

DurableCapaz

IntilIneficienteIneficaz

DesechableIncapaz

SENSIBLESAgradablePlacentero

DesagradableDisplacentero,

doloroso

Esta perspectiva nos lleva a pensar que cada cultura, poca, sociedad e incluso cada

individuo desarrolla su propia escala de valores. As, hoy constituye un gran desafo elcomprender las diversas culturas en su autntico sentido, sus realizaciones y valores; juntocon ello, est el desafo de comprender la propia cultura como no definitiva y perfectible.

Existen obstculos para el reconocimiento de los valores del otro y de otras culturas,que son los prejuicios. stos llevan a aceptar ciertas realidades y valores, tenindolas como

17 bid.

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referentes absolutos y nicos verdaderos, dificultando la comprensin de otras y originandosegregacin y discriminacin. Entre estas formas de discriminacin podemos mencionar: elracismo o estimacin de otra raza como inferior; el etnocentrismo o estimacin de otracultura, pueblo o civilizacin como inferior; el exclusivismo religioso, o estimacin de otrareligin como inferior; el totalitarismo ideolgico, o estimacin de otra ideologa poltica comoinferior; la discriminacin intersexos, o estimacin de otro sexo como inferior: el clasismo, oestimacin de otra clase social como inferior.

El desarrollo de la perspectiva axiolgica requiere la formacin de lo que Ortega llamafacultad estimativa, esto es, la capacidad de estimar lo valioso de cada cosa. Observar,conocer y comprender en profundidad alguna realidad nos lleva a estimarla.

El descubrimiento de valores es fundamental para la humanizacin del mundo. Comoha dicho Adela Cortina, un mundo injusto, insolidario, sin libertades, sin belleza ni eficacia,sin sacralidad, no rene las condiciones para ser habitable humanamente. Una vida sin esosvalores est falta de humanidad; esto da a los valores cierta universalidad. Una persona querenuncia a la veracidad, honestidad u otro valor no deja de ser persona, pero renuncia al

proyecto de humanidad que hemos ido descubriendo como superior a otros.18

Estos requerimientos imponen ciertos desafos educacionales, tales como formar en la

tolerancia y el respeto activo a otras formas de estimar y a otras jerarquas de valores; lanecesidad de tomar acuerdos razonables, que medien en los conflictos de valores; lucharcontra los prejuicios que son la base de la negacin de los valores del otro, distintos a lospropios y de la discriminacin. Nos impone el desafo tambin de encontrar y justificar loslmites en la libertad de la posicin de valores; el lmite principal debera ser el cumplimientode una condicin sin excepciones: que respete el valor y dignidad de la persona humanacomo fin en s mismo. Igualmente, es necesario educar hacia la actitud o disposicin avalorar positivamente una realidad. Esta actitud abierta a nuevas valoraciones de lo real escontraria al espritu de la apata o acidia, prdida del don de s mismo.

La perspectiva axiolgica nos sita, no obstante, en una situacin de perplejidad.Mediante nuestra facultad estimativa estimamos o valoramos las cosas y hechos, ya sea quenosotrospongamos los valores o los reconozcamos. Si aceptamos que ponemos los valores,entonces caemos en un inevitable subjetivismo, cada persona y cada sociedad crea suspropios valores y no puede pretender que los estimen otras personas o sociedades; siaceptamos que reconocemos los valores, es decir, que stos son reales y hemos deaceptarlos, entonces no se entiende por qu no todos los seres humanos son capaces deestimarlos igualmente.

Aunque estemos de acuerdo con el reconocimiento universal de los valores, nos

enfrentamos muchas veces ante situaciones de conflicto de valor. Si se trata de cuestionesde vida personal, familiar o sexual, echaremos mano de nuestra propia jerarquizacin devalores, suponiendo que hayamos clarificado suficientemente sta. Podremos solucionar elconflicto con nosotros mismos, sabiendo que en un conflicto siempre tendremos quesacrificar un valor a uno que consideramos ms alto o ms exigible en determinadacircunstancia.

18 Cfr. Cortina, A. Ciudadanos del mundo. Hacia una teora de la ciudadana. Alianza, Madrid, 1999; Hasta unpueblo de demonios. tica pblica y sociedad. Ed. Taurus, Madrid, 1998.

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No obstante, al momento de entrar en conflicto nuestros propios valores o escala deellos con la posicin o escala de valores de otro, en un espacio comn, surge un conflicto devalores compartido, que ya no puede ser resuelto sin ms por nuestra jerarqua particular;debemos llegar a establecer criterios o valores comunesde deliberacin, decisin y accin.Cules podran ser esos criterios? Pueden haber valores comunes en un grupo deindividuos aislados, con diversa jerarqua de valores? Cmo dirimir en un conflicto de valoresentre dos personas con jerarquas distintas?

La tica dialgica

La paradoja a que nos ha llevado la axiologa nos hace necesitar el recurso al dilogo,como procedimiento mediador de los conflictos entre diversas jerarquas o posiciones devalores. La tica discursiva o tica dialgica19, enfatiza el carcter comunicativo eintersubjetivo del lenguaje. La finalidad del lenguaje no es slo servir de medio para laverdad, entendida como conocimiento del objeto por parte de un sujeto, sino que es

posibilitar el entendimiento intersubjetivo. Nuestras afirmaciones nos hacen entrar enrelacin con otros, ante quienes estamos comprometidos a explicitar y justificar nuestrasrazones y fundamentos. El lenguaje no es slo lgico, sino dialgico.

De esta manera, el saber que se crea en el lenguaje se construyeintersubjetivamente; la verdad surge en el discurso comn. Antes de ste, tenemos nuestrasopiniones y creencias subjetivas, que son nuestro personal aporte al dilogo. Pero nuestrasopiniones (dxa) slo pueden llegar a convertirse en autntico saber (epistme) si pasan laprueba del discurso pblico, es decir, si se han confrontado en el dilogo intersubjetivo.Podemos colaborar en el discurso fundamentando la propia perspectiva y es deseable que assea, pero no podemos imponerlas; si son aceptadas, pasarn a constituir un cierto saberconsensuado, susceptible de correccin y ampliacin en futuros discursos.

La tica discursiva se preocupa por definir los procedimientos que permitan establecernormas justas, esto es, aceptables para todos los afectados. Continuando la exigencia deuniversalidad y racionalidad proveniente de los planteamientos kantianos, esta perspectivatica encuentra que dicha pretensin universalista no puede fundamentarse en la raznsubjetiva de un individuo aislado, depositario de sus propios intereses y puntos de vistapersonales, sino que tiene que buscarse en una razn intersubjetiva y comunicativa. El nicoprocedimiento que respeta la diferencia individual de las personas, sus diversos intereses ynecesidades, es el dilogo.

En el dilogo, argumentamos sobre normas que nos afectan, intentando vislumbrar

cules son ticamente correctas. Este procedimiento no es una mera negociacin estratgica,producto slo de una racionalidad instrumental, en que est permitido manipular al otro,utilizarlo o imponerle intereses propios. El dilogo es un debate racional que busca unautntico acuerdo consensuado entre los participantes del discurso, producto de laracionalidad comunicativa. ste implica, por tanto, un reconocimiento del otro como uninterlocutor vlido. No toda discusin tiene esta finalidad: puede discutirse por discutir, o

19 Los principales exponentes de esta corriente son Jrgen Habermas y Karl-Otto Apel.

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discutir para imponer; por el contrario, el dilogo autntico es un procedimiento serio pararesolver intersubjetivamente un problema comn.

La tica discursiva es un importante aporte en el mbito de la tica civil, pues nosdice cmo establecer normas justas y vlidas: a travs del discurso pblico en que participentodos los afectados por ellas. Una norma puede pretender ser universal e imparcial, si hanestado representados en el procedimiento que la establece todos los sujetos afectados porella; si el dilogo est abierto a todos, en condiciones de simetra entre los interlocutores; sipuede aceptarse cualquier afirmacin; si no existe coaccin en la expresin de cualquierposicin, deseo o necesidad. Esta representacin amplia y participacin en la generacin delas normas es muy positiva, pues permite la creacin de un compromiso ms profundo conlas decisiones y con la comunidad de personas junto a la cual se han tomado.

La tica discursiva puede aspirar a ser incorporada en las distintas esferas de la vidasocial. En el mbito de la tica civil es especialmente significativa esta inclusin, puesto quevivimos en sociedades pluralistas, cuyos miembros asumen y defienden distintas del bien y lafelicidad; por esta razn, se hace imprescindible el respeto a todas las personas, sus puntos

de vista e intereses en torno a decisiones que les afectan.

tica de mnimos y de ticas de mximos

Frente al conflicto que provoca en las sociedades modernas la diversidad deconcepciones de lo bueno, es necesario, adems del establecimiento del procedimientodialgico, definir algunos contenidos morales generalizables pese a las diferencias. Hasurgido as la distincin entre tica de mnimos y ticas de mximos, desarrolladafundamentalmente por la filsofa moral espaola Adela Cortina.

Segn esta autora, la convivencia en nuestras sociedades con diversos cdigosmorales, requiere desarrollar una tica compartida por todos los miembros de esa mismasociedad; esa tica compartida est constituida por los llamados mnimos morales.

Esta perspectiva pretende superar el problema del subjetivismo, el relativismo y elpolitesmo axiolgico, que sostienen que en materia de moralidad todo es subjetivo, dependede las preferencias individuales y es imposible llegar a un acuerdo intersubjetivo, es decir, amximas morales de valor universal.

Es un desafo de la tica contempornea superar la tolerancia y el relativismo; laintolerancia, en cuanto imposicin de un solo punto de vista moral e intransigencia con lasconcepciones de vida distintas de la propia; el relativismo, segn el cual todo valor da lo

mismo y ninguno es superior a otro. Para ello es necesario, segn Cortina, la aceptacin delpluralismo, entendido como una disposicin a construir el mundo juntos, estableciendoconjuntamente unos elementos mnimos pero indispensables de convivencia.

Segn Adela Cortina, el pluralismo requiere compartir unos mnimos morales de justicia, aunque discrepemos en los mximos de felicidad20. Pero, qu se entiende pormnimos y mximos morales?

20 Cfr. Cortina, Adela. La tica de la sociedad civil. Anaya, Madrid, 2000, 4 edicin.

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Como sujetos constructores de nuestra propia vida, elegimos e intentamos realizar

una determinada concepcin del bien, de perfeccin y de felicidad, de la que se derivanciertas valoraciones y normas morales, es decir, nuestra propia tica de mximos. stos serefieren a las diversas concepciones de vida buena y feliz, que pueden provenir decosmovisiones religiosas, espirituales u otras. Por ejemplo, la religin cristiana tiene comoideal de bien el vivir en amor a Dios y al prjimo, en bsqueda de la vida eterna. No pareceposible el acuerdo entre todos los ciudadanos respecto a estas concepciones; podemosinvitar a ellas, pero no podemos exigirlas o imponerlas.

Pero existe otro mbito que compartimos y que es comn: el de ser ciudadanos y co-constructores de la sociedad civil. Como tales, s podemos ponernos de acuerdo en lo que esjustopara todos. Esto es lo que se designa como mnimos morales, aquellos elementos deacuerdo bsico acerca de lo justo en las sociedades con diversas concepciones de bien, quepodemos exigir a todos. stos nos permiten dirimir, adems, respecto a la legitimidad orespetabilidad de una determinada concepcin de mximos; en efecto, no toda tica demximos da lo mismo: es exigible que respete los mnimos compartidos para ser aceptable

en una sociedad democrtica.

Entre estos mnimos morales propios de una tica civil estn: el respeto a todos losseres humanos; el respeto a la autonoma o capacidad de toda persona de elegir ydesarrollar sus planes y proyectos de vida; el respeto activo o aprecio positivo porcomprender los proyectos de otro, si representan un punto de vista moral respetable; laactitud dialgica o disposicin al intercambio de razones con el objeto de buscar de maneracooperativa lo verdadero y lo justo y a resolver dialgicamente los desacuerdos y conflictos;la equidad o justicia como imparcialidad; la solidaridad o disposicin a la cooperacin mutua.

tica de la responsabilidad

Una de las discusiones encontradas al considerar las diversas tradiciones ticas, es ladistincin y aparente incompatibilidad entre el deontologismo y el teleologismo moral, esdecir, entre poner el criterio de correccin moral en la aceptacin de principios moralesuniversales a priorio en la consideracin de las consecuencias a posteriori. La necesidad desuperar esta discusin, sumada al diagnstico del carcter de las sociedades modernas, llevaa una nueva forma de reflexin moral llamada tica de la responsabilidad21. A partir de losplanteamientos de Weber22, entendemos que sta se caracteriza por atender no slo aprincipios sino tambin a las consecuencias previsibles de una accin, es decir, a la realidadefectiva.

Un elemento propio de las sociedades contemporneas, segn nos recuerda HansJonas23, es el desarrollo cientfico- tcnico, mediante el cual el carcter de la accin humanase ha transformado radicalmente. sta ya no afecta nicamente al individuo y a su entorno

21 El concepto de tica de la responsabilidad ha sido desarrollado especialmente por pensadores como Max Webery Hans Jonas.22 Weber, Max. El poltico y el cientfico. Alianza, Madrid, 1997.23 Cfr. Jonas, Hans. El principio de responsabilidad. Ensayo de una tica para la civilizacin tecnolgica. Herder,Barcelona, 1995.

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comunitario ms inmediato, sino que la accin humana ha aumentado significativamente sualcance en el espacio y en el tiempo. Todo el mundo es hoy objeto de la accin humana.

El incremento del poder de transformacin del hombre sobre s mismo, naturaleza ysociedad, unido al nuevo carcter provocador de la accin, llevan a Jonas a la idea de lanecesidad de una nueva tica. Si el poder transformador de la tcnica moderna alcanzaproporciones planetarias y puede afectar la vida y el medio ambiente de las generacionesfuturas, entonces la nueva tica actual debe ser de previsin o prediccin de lasconsecuencias posibles de la accin humana. Una tica, al decir de Jonas, de autovigilanciade nuestro poder desmesurado, una tica que se cuida del futuro24.

A partir de ello, descubrimos que existe un deber de responsabilidad en la accinhumana, que coincide con la extensin de su poder de transformacin en el espacio y en eltiempo25. En todos nuestros actos, somos responsables de los hombres afectados por ellas,especialmente si estn a nuestro cargo o bajo nuestro cuidado, porque manifiestan ciertaindefensin y vulnerabilidad; nuestra primera responsabilidad es por el otro. Jonas entiendeque la responsabilidad es el deber de cuidado por otro ser que nos preocupa, dada su

vulnerabilidad y su estado de amenazado. Una pregunta responsable sera, entonces. qu lesuceder a X si yo no me preocupo de l? Jonas estima que cuanto ms oscura o difcil seala respuesta y cuanto ms lejano en el tiempo futuro se encuentre el efecto que ha detemerse, ms clara se hace la responsabilidad.

El deber de responsabilidad es retrospectivo, en cuanto nos obliga a prever y tomarmedidas de prevencin y de prudencia, y prospectivo, en cuanto nos obliga a prever yconsiderar los efectos potencialmente destructores que pueda tener nuestra accin.

El principio de responsabilidad y la consideracin de los posibles efectos oconsecuencias negativas de nuestras acciones es, entonces, el criterio moral fundamental.Proceder hoy slo respecto a principios universales sin considerar las circunstancias yconsecuencias particulares en que se da la situacin de conflicto moral, puede ser injusto. Latica de la responsabilidad nos llama a atender tanto a principios como a consecuencias;parafraseando a Kant, podemos decir que la accin slo acorde a principios es vaca y laaccin slo acorde a consecuencias es ciega. La ponderacin de la accin justa, considerandoprincipios y consecuencias, requiere de la antigua solucin aristotlica: desarrollar la virtud delaprudencia, es decir, el juicio moral razonable en circunstancias inciertas.26

24 bid.25 Cfr. Ricoeur, Paul. El concepto de responsabilidad. Lo justo, Ed. Jurdica de Chile, Santiago, 1997, p. 39-68.26 bid.

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Referencias bibliogrficas:

Abad Pascual, J. La vida moral y la reflexin tica. Ed. McGraw-Hill, Madrid, 1995.Aranguren, Jos Luis. tica. Alianza, Madrid, 1995.Aristteles. tica a Nicmaco.Alianza, Madrid, 2003.Cortina, A. Diez palabras clave en tica. Ed. Verbo Divino, Navarra, 1994.Cortina, A. y Martnez, E. tica. Ed. Akal, Madrid, 1998.Cortina, A. Ciudadanos del mundo. Hacia una teora de la ciudadana. Alianza, Madrid, 1999.Cortina, A. La tica de la sociedad civil. Anaya, Madrid, 2000, 4 edicin.Cortina, A. Hasta un pueblo de demonios. tica pblica y sociedad. Ed. Taurus, Madrid,1998.Camps, V. Virtudes pblicas. Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1990.Frondizzi, R. Qu son los valores?F. C. E., Mxico,1995.Jonas, H. El principio de responsabilidad. Ensayo de una tica para la civilizacin tecnolgica.Herder, Barcelona, 1995.Kant, I. Fundamentacin de la Metafsica de las Costumbres. Espasa Calpe, Madrid, 1995.Ortega y Gasset, Jos. Introduccin a una estimativa. Obras Completas, Vol VI, Ed. Rev. De

Occidente, Madrid, 1964, p. 315-335.Weber, M. El poltico y el cientfico. Alianza, Madrid, 1997.

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1.fundamentos filosoficos y conceptos fund amen tales de la bioetica[1]

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