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Page 1: 2 Boieliu Mercaniil. · 2019-03-21 · BolillaMfiMee. JikMS, 14and mator>B 1885. “El ISPASOL” Vozcomola del señor Labra, plumascomolas de El Liberal ElDiay otraspublicaciones,que

Bolilla Mfi Mee.JikMS, 14 and mato r>B 1885.

-

“El ISPASOL”Voz como la del señor Labra,

plumas como las de El Liberal,El Dia y otras publicaciones, queconstantemente se ocupan de lascosas de las Antillas, no con mu-cho acierto y discreción, por lomismo que, sin examinar la pro-cedencia dán como bueno cuanto se conforma con la propaganda política democrático-autono-mista, necesitan un correctivo enel seno mismo de la nacionalidad,donde aquéllos esgrimen sus po-derosas armas contra lo queno corresponde á su respectivaescuela, así sea para ello necesa-rio f*frifiear la imparcialidadhistórica en aras de la pasiónpolítica. Mejor dicho: necesitanuna voz juna pluma que conten-gan aquella propaganda, encau-zando opinioues,restableciendo laverdad de los hechos, reprimien-do abusos, y señalando con el dedoá los importadores y traficantesen noticias y comentarios falsos óinexactos.

Estas solas razones serían suficíente, si no hubiera otras, parajustiiiear la reaparición de El Español. Estas razones, repetimos,son las que principalmente haninotido al señor Bonatoux á in-tentar de nuevo la publicaciónde su periódico, ya que insisten-tes excitaciones de correligionaríos de Cuba y Puerto Rico parece que así lo demandan. \

en verdad que el motivo no pue-de ser más poderoso.

Ayer mismo lamentábamosen este periódico la perniciosatendencia de muchos escritores áponer en ridículo y someter alludibrio de las gentes cuanto seroza con la política española ytiene qué ver con nuestra augustanacionalidad. Y ¿cómo no lie-mos de deplorarlo, si ello a! tinviene a demostrar que han desa-parecido ó van desapareciendo vaaquellas virtudes cívicas que noshicieran grandes y respetados enel patriotismo cou el amor á lainstituciones? ¿Cómo no hornosoe deplorarlo, si ello viene á revolar cuan grande ha llegado aser el descreimiento general y e!apego á las ficciones políticas quedesvían, por lo común, la corriente de las ideas de su verdaderocáuce, y conducen ó los pueblo*por senderos inuy apartados de laprosperidad? ¿Cómo, finalmente,no lo deploraremos, si aquellastendencias que dejamos señaladasnos indican de manera clara iosprogresos de la espantosa gangre-na, que va minando el cuerpo so-cial, sometido á procedimientosabsurdas, á peligrosísimas observ&eiones, á enseñauzas, estérilespara el bie#, aunque fecundasfiara el mal y dolorosas siemprey siempre entronizadoraa de todovicio ó ue todo exceso crimi-nal?

Y, i eso deploramos, junto ynütural parece que

~

prestemosnuestra adhesión más completa apublicaciones que, como El Es-pañol, vienen á ser tuerte valladarcontra la invasión de aquellosmalea; á publicaciones que, comoEl Español, con la razón porescudo, se propongan contener óreprimir esas desoladoras currientes que esterilizan todo noble es-fuerzo y matan la virtud del pa-triotismo, que es la primera yprincipal que debe guiar los ac-tos de un buen gobernante y lapluma del escritor honrado, delescritor que no rinde sus conoci-mientos y su elevada misión álas granjerias del vulgo ó a la-'adulaciones del poderoso, por unavanidad pueril, ó por una miserable pitanza, cuando no por otrosfines más lepugnnDtes; á publi-caciones serias y circunspectasque, sin herir susceptibilidadesracionales, se decidan por el camino, tau escaso de gentes, dedar á cada cosa el lugar que lecorresponde, elevando á una al-tura conveniente lo que debeestar muy por encima de las pasiones y de ios errores.

En este número podremos con-tar, no hay duda, á El Español,y, como además suponemos quehabrá de ser paladín ardiente cíetodas las verdaderas conveniencias de nuestra Isia, cuyas neceeidades expondrá, reclamando imperioso y urgente remedio paraellas, he aquí por qué no hemosvacilado en prestar nuestra adhe-sión á El Español en su segundaépoca, ó sea en su nueva vidaentre ios compañeros periodistasque consagran su pluma á la po-lítica bispano-ultramanna.

Nos hemos apercibido del su-ceso por la siguiente carta quenos ha dirigido e 1 señor lionaf>ux, declarándonos su propósitoy los medios de realizarlo por.suscripción iniciada entre lo*

ooseeuerites correligionarios yamigos de Guayama. La generosidad y desprendimiento de es-tos son una razón más que garan-tiza aqnelía realización y abonasus resultados para lo porvenir;generinódad y desprendimientoque también creemos habrá deservir de corma á otros no meno*entusiastas patricios, y que bienmerecen un aplauso, siendo degrande honor sobre todo para elfavorecido con una manifestaciónUn elocuente como la que consta

en la lista al final de la carta qu*insertamos á continuación:

Sr. Director del Bolkti Mer-cantil.

Amigo mió: Mis amigos y co-rreligionarios, que han gastado enhonor mió un verdadero lujo deadhesiones y cariños, respondená la patriótica idea que anima álos amigos y correligionarios queme honran en la isla de Cuba;y todos quieren la reaparición demi Español.

He vacilado algo porqueentiendo que es precaria la sitúación económica de esta Lia, y,siendo así, me abstuve de solicitaroficialmente la cooperación delPartido. Pero. . . los buenos es-pañoles quieren probar, v vanprobando, que no hay sacrificio',para el verdadero patriota mo, yque, si les afecta la crisis económica de esta provincia, les duelemucho más la crisis política queatraviesa la Patria española enAmérica y amenaza de muerte ála integridad nacional.

Ahí tiene V. la síntesis de losesfueizos de Guavaina. Sírvasepublicar la lista, para honra demis amigos y gratitud mía.

Y ya que he salido del silencioque me impuse, quiero expresardesde luego—y sin perjuicio dehacerlo en El Español—los sentimientoß de gratitud que tengopara con todos los correligionariosque me lian distinguido con miniTentaciones de afecto y amistad.

Gracias por todo, y muy suyoafectísimo amitro,

Luis Bonatoux.

SUSCRIPCION PRIVADAPARA REANUDAR EN MADRII'

LOB TRABAJOS DE “EL ESPAÑOL

Departamento </•- Guat/ami.

Sr. D. Ignacio Díaz S3OO'* “ Ignacio R. Lafuente. 300

“ Jesús M. Texidor.. 100“

.

“ Luis Ardura 100“ “ Geiardo Garriga...,. 100“ “ Rafael Vázquez.. 50“ “ Francisco llovira.... 30“ “ Julián M. Julián.... 25“ “ Juan Vicia, por m \

en representación delseñor Vi relia 25

“ “ Tomás Cano 25“ “ \ ícente Fernández... 25“ “ Manuel Cividanes.... 5“ “ Tomás B ilbÁs 5

Total délo recaudado 1,00 *

EL TESORO PÚBLICO.No es ciertamente una novedad

que el Tesoro piibli o de la I®-la se encuentre actualmente encircunstancias algo menos des-ahogadas que en las épocas deabundancia. Cuando la escás* zse acentúa, la penuria alcanzadtodas las ciases y á todas las cajasmucho más á aquellas que, comola del Tesoro, tiendo obligacio-nes perentorias y no cuentan conotros recursos que los de los coutribnyentes empobrecidos.

Aquello, repetimos, no constitu-ye una novedad, y por eso nosha sorprendido El Asimilista quetal lo supone, ateniéndose á rumores que dice circulan hacedías en el sentido de que el e*tadodel Tesoio no es muy halagüeño.Claro está, y esto viene suce-diendo há ya tiempo, sin que ánadie sorprenda una noticia deque todo el mundo está apercibi-do y que tan fácilmente se?explicaen la situación que atravesamos.Fero esa situación uo se lia agra-vado; antes bien parece que llevatiazas de mejorar, aunque no :eamucho relativamente. Por tanto,extrañamos que a e-da altura sealarme El Asimilista.

A dos causas, de todos conoci-das, atribuve el colega el fenómeno; á la baja en los precios denuestros frutos que retienen laexportación, y á la disminuciónprogresiva de los derechos deimportación, por consecuencia dela lev de relaciones comerciales.Claro esta, y éstas son de aque-llas verdades (pie á la manocerrada llaman puño. Y siendohechos ciertos esas causas, ¿ cómono !o han de ser también sus efec-tos? Si los frutos no valen ni seexportan, y por tanto Us contri-buciones difícilmente se cobran;si los derechos de importaciónhan disminuido, porque así lo es-tamos pidiendo constantemente,¿qué de particular tiene que elTesoro público no se halle tandesahogado como én . épocas deabundancia? *

¿ Acaso se pueden conjurartodas las situaciones? ¿Acasohabrá un solo pueblo que guardeel privilegio de experimentarsiempre la bienandanza, sin al-ternativas de ninguu género?¿No habremos de esperar épocasmejores y peores, y podremosarreglarlo todo á medida de miestro deseo ?

Hacemos estas preguntas por-que vemos á la vez que el colegaparece culpar á la Administración pública actual, dich ndo quepermanece cruz-ida de brazos,que no adopta resolución alguna para contrarrestar ios efec-tos de! mal. Y ¿qué ha de hacer laAdministración para que suba elprecio de nuestros trinos ? ¿ Qniérese que no se disminuvan los derethosde importación? Pues áestas dos causas atribuye El Asimilista el origen del malestar.Si éste es conocido, ¿é qué culparinjustificadameote?

Pocos dias há que el mismoperiódico pedia que se tratase conla debida consideración al contri-buyente, v que, con motivo de unadiscreta citcular de la íntenden>:ia, se declaraba en contra de todo procedimiento apremiante.Hov se lamenta de que la Admi-nistración se cruce de brazos antea penuria del Tesoro. Quieredecir, que si se gestionan cobros,malo, v si no se gestionan, peor;entonces no sabemos qué es loque deberá b icerse.

Por nue-tra parte, sin quecreamos tan pióxiino el peligro,puesto que los servicios se estánllenando cumplidamente aún, singlandes apuros -que sepamos, te-nemos entendido que la Administración se ha anticipado, á proponer economí is en el próximonresupue-to, que es lo más quepuede hacer dentro de su estera.

Y, aunque reconozcamos (¡ue¡a situación de ia Hacienda pu-blica no e-; tan desahogada, co-mo fue en otros tiempo®, optamos porque, procurólas laseconomías compatibles, so sigatratando con benevolencia al contribuvente, ínterin al c< 10-o .L feactml de Hacienda no le pinzaprocedente, por altísimas razones,seguir otros rumbos para evitar,cuando sea indispensable, la pe-nuria de las cajas que lamentaFJ Asimilista, atribuyéndola in-directamente á incuria y abando-no.

ALZA.EMBARQUE DE AZÚCAR.

No porque un colega de estaCapital haya copiado en sus c.olumnas los párrafos que veránnue tros lectores á continuación,publicados primeramente en laprenda de Cuba, no por esto, dé-cimo®, dejaremos de reproducirlos nosotros.

Son de gran iuteres para elcomercio y los hacendados de aziícar, á quienes importa mucho co-nocerlo . Ademas, cuanta mayorpublicidad alcancen en nuestropaís y en ambas Antillas e-pañ *-

las aquellos párrafo-, más prove-- lioso será el resultado.

Refiérese el primero de los párratos en cuestión, y correspondía una carta de Nueva-York quelia visto la luz en nuestro apre-i iable colega habanero el Dia-tio de la Marina íecieiúemente; refiérese el prinn ro, repeti-mos, al hecho por demás halago■*-ño para los hacendados le quen> existía últimamente en el mercado de Nueva- Yi tk ningún cargamento de mascabado en almacen, y a que por lo mismo senotaba una tendencia á alza en lo-precios, augurio de mejores diaspara el azúcar y por ende paranuestra agricultura sacarina.

Sin otro comentario, pues, r *

producimos á continuación el párrafo aludido. ¡Ojalá que *n

contenido sea una voz de alientov de esperanza para ios hacendódos! Y asi debe ser, porque nohay mal que se eternice, v tierno >

hai-e que la industria de la remolacha, rival de la caña, anda, comosuele decirse, de capa caidi, yotros acontecimientos, que no haypara qué especifi ar ahora, brindan también al azúcar gratas per*pectivas y claros horiz mies par i

el porvenir.lie aquí el párrafo á que no*

contraemos, y sobre el cual llamamos la atención pública:

“ Aquellos cuyas operaciones y girosse relacionan en medio a'gano coa lasAutülas, tienen los ojos fijos eti la cotización de! azúcar, como barómetroqne señala el estado del tiempo. Af >r-tnuadamente, ho empezado á moversela aguja y á marcar nn alza pequen t,sí, pero visible, que hace esperar uncambio próximo y favorable. ‘‘No hayrazón pa -a que esté tan bajo el preciodel azúcar de esta plaza’’, dice hoy tutuacreditada revista azucarera que aquíse publica, ‘mi para que ¡as centrífugas, por ejemplo, se vendan tan ba-ratas como se vendían caan lo • azú-car de remolacha se cotizaba en Lm-dres á 10 chelines. Por la primeravez en mochísimos afi s (si es que busucedido nunca) no hay en la actuali-dad un solo cargamento de mascabados de Cuba almacenado en Nueva-York. Es evidente que unestro mer-cado h de subir y ponerse al nivel dt-otras plazas consumidoras. La sitúación estadística nua mejoría, ynos sonríe una perspectiva más hala-güeña. ”

Esto dice la revista de ios señores\Vi!‘<n A Haralen, que es autoridad enla materia, y otros negociantes en azúcar opinan que si los tenedores eu estaIsla supieran ó pudieran sostenerse tr-ines por algún tiempo ó concertarse enno hacer venta por algunos dias, ntardaría eu subir el precio del azúcarpor la necesidad qne tienen estos refi-nadores de ¡leñar ¡os crecientes pedi-dos del extranjero y ¡a falta de exis-tencias qne empieza á sentirse en estaplaza. ’’

Los otros párrafos pertenecenal ilustrado Diario de Cienfu gos.i’ur ellos verán nuestros lentores que el mercado de Londresofrece más ventajas al azúcarantillano, que el de Nueva-Yorkdonde los r< tinadores quieren hacer mi antojo, y muy especialmente, á los centrifugado-. Enaquél se sostienen njor los ¡ rerio?. Lo observarán nuestros fuvoreeídores por los .datos qtuse consignan. Y esto tambiénintensa ser conocido por el co-mercio y los hacendados.

Y aquí bien podemos decir un <vez más, aunque parezca una digresión, que el porvenir de miestro azúcar estriba seguramente enlos aparatos para hacer centrífugado. Si hubiese en la actualidad

unas cuantas docenas de ellos ena isla, uo atravesaríamos, no, la

crisis que atravesamos. Más so--s¡citado el azúcar de centrífuga,con menos merma que el masca-hado y mejor remunerado, claroestá que de él es el porvenir.

Y sin más consideraciones, beaquí los conceptos que lia pobii-jmido el Diario de Cienfuegoscon el epígrafe jEmbaitpiede azo-tares, y sobre los cuales llama-mos así mismo la atención gene-ral. ■‘"

y;

Dicen:

Hace algún tiempo que nos esta-b.i llamando la .atención la firmeza deprecios del azúcar cu el mercado deL mires, al paso que en Nueva-York¡a baja con tiu naba sin guardar analo-gía con los tipos qne se sostienen eu lacapital inglesa. Sabíamos muy bienmi -no jiocoa hacendados tenían por¡esgrana compromisos ineludibles demandar *ns azúcares al mercado deNueva-5 urk, al precio de aquella pla-za, y qne otros se veían precisados ávem.er al dia para adquirir fon los.Sibí irnos también qne los refinadores-le Nueva-York, nna vez surtidos p aratres ó cuatro semana?, no hacían ofer-tas Je compra, ni admitían las qne les¡ rusentaban los vendedores, con lo cualaqnel mercado entraba en el descensodeprecios, aprovechando así la b ija qnerepercutía aqní para hacer sus com-pras de nnevo snrtido en nuestrospuertos, donde el tipc de venta se rigepor las cotizaciones de Nueva-York,cuando en realidad se debía seguir porlas cotizaciones de Londres, tratándo-se de nn artículo, como e! azúcar, qnees de nniversal consumo, y qne por lotanto tiene mercado universal. Pero,sea por los compromisos qne tienen va-rios de nuestros hacendados y qne he-mos indicado má* arriba, ó por la faltade costumbre de enviar azúcares áLondres, lo cierto es que la infidencia yla táctica de los refinadores de Nneva-York ha prevalecido con gran perjui-cio de nuestros prodnetores, quienesvenden sns azúcares á precios más ba-jos de los qne debieran obtener.

Hicimos algunas indicaciones sobrela conveniencia do enviar nuestros azú-cares al mercado de Ijoodres, no soloporque á los tipos de uno y otro mer-cado, era aquél preferible al de Nnevu-York sino tamb án con el objeto decontrarrestar la táctica de los refinado-res, qmenes se verán obligados á subir¡os tipos, hasta hacer imposible el en-vío de nuestros azúcares al mercado deLondres, y estas indicaciones las am-pliamos hoy gracias á los datos qu*>liemos obtenido de una persona mnvilustrada y perita eu estas materias, lacual, á nuestro ruego, nos ha proporcio-nado dos extensos y detallados cálcu-los sobre el embarque de frutos á Lonfres y Nueva-York.

De ellos resulta qne mil bocoyes deazúcar centrifugado de fifi grados enbocoyes producen en el mercado deLondres £2,362 mas qne en el mérca-lo d ■ Nueva-York, calculando el flete

á L'udres á 30 chelines tonelada, y áNueva-York á s3s bocoy, tomando en-dienta lo qne se pierde por los intere-ses del reembolso, qne son, como se sa-lí >, mucho mayores en los envíos áLondres, por el tiempo qne se tardapara hacer los giros.

Este cálculo está hecho sobre losprecios que actual mente rig-n, ósea

centavos libra en Nueva-York, y14[' 1 chelines quintal en Londres.

Hech > e! embarque en sacos, resultaaún la diferencia mas favorable fiaraios hzú are® enviados á Londres, pnesel cálenlo minn úoso da sobre 5,000 sa-cos de 12 arrobas, equivalente de los1,000 bocoyes, $2,787 de mayor prodnet) liquido obtenido en el mercadoinglés, á ¡os tipos actuales qne másarriba hemrs indicad >.

Conviene, pues, qne aquellos denuestros hacendados qne tienen recur-sos propio* estudien y mediten sobreeste importan! - asunto, v que nuestroscomerciantes vean también el modo deno dejarse imponer por el mercado deNueva-York", que hoy está á completamerced de los refinadores. ”

A “EL CLAMOR.”

Uuu vez más nes ha demostrado‘‘ElClamor” que es para discurrir muychusco y qne tiene además toda la gra-cia de un chuleo en fingir pa peles, ytoda ¡a -ábra de un crítico para co-mentar los textos.

Dos sueltos hemos escrito sobre elconsabido asunto del Capataz de puer-tas del Presidio; el segundo nn tantoaclaratorio del primei o, ya que en uuoy otro hemos hablado por informes, dela misma manera que lo hace “El 01a-m ir,” sobre cosas que él no ha tocadoai visto. Solo que nosotros procuramosser leales en lo que se nos informa, y“El Clamor,” por ¡o visto, no distin-gue bien de colorea y confunde los tér-mino, llamando contradicción alo queestá muy lejos de serlo.

Muy escasos deben ser los triunfosleí colega sobre nosotros cuando poruno que tal cree, sin qne en ello puedarecibir honra ni provecho, nos dedicados columnas, hablándonos de nuacaída y de la diversidad de manos qnehan trazado los dos referidos sueltos.

¡Diversidad de manos! ¡Claro está!D s y dos son cuatro y ninguno deellos manco. ¿Y es esto un cargo?¡De caida en caída! ¿Porqué y don-di- ha tenido lugar la caida? En laimaginación del colega, qne olvida lassuyas, las cnales se multiplican como lasmienes en la primavera. ¡Solo que elcontárselas fuera cosa muy larga, y nohay para qué hacerlas patentes.

Conque así, cuando el colega no ten-ga modo de llenar las columnas de superiódico, puede pasarse el tiempo co-piando artículos algo más provechososy no divagando eu escaramuzas á quesiempre le conduce su persistente pa-sioncilla contra el Bolktin.

Nosotros le ofrecemos !a “ Enciclo-pedia Popular,*' que brinda amena yvariada lectura,

Y' no hable de caldas á los que sesienten firmes y robustos para andar

I 1 que se ha caído es “El Clamor”,que no advierte á donde ita bajado cotí

su gran lucubración sobre lo que diji-mos respecto al Capataz del PresidioProvincial.

Boiel iu M ercaniil.MAHIFESTACIÓH.

Imparciales por deber, damoscabida á la siguiente de loa se-ñorea Acuíia y Cottes:

Puetto Rico, Mayo 13 de 1885.Sr. Director del Boletín Mer-

cantil.

Muy señor nuestro:

Lamentamos tener que ocuparla aten' ión de V. y del públicocon motivo del nuevo artículo delseñor Fernández Unmierre bajoel rubro “R rtificación.”

En nuestro anterior comunica-do expusimos claramente quenuestro objeto era solo rectiticarlas apreciaciones dei expresadoseñor y de la Redacción sobre elverdadero estado de la ndministra.-ión de la Hacienda “San Vicente y del juicio de quiebra dedon Leonardo Igaravídez; colo-cando la situación real y positivade las cosas en trente de los cál-enlos hechos, que no discutimosen lo má mínimo.

I íijimes también entonces, v re-producimos ahora, con ocasión delas nuevas defensas y censuras,que no íbamos á hacer cargos niá defendernos; porque lo prime-ro lo habíamos ya hecho en elterreno judicial correspondiente,y para lo segundo esperábamoslas censuras en el mismo terreno;no considerando la prensa cerió-dica palenque á propósito parauna discusión que, cualquiera que-ea el punto de vista en que el Sr.Fernández la examine, es paranosotros puramente jurídica.

Esta és nuestra línea de con-ducta, de que no nos separarán lasapreciaciones del señor Fernández.

Y hemos concluido.Con toda consideración nos

suscribimos de V. atentos y S. S.Q. B. S. M.

Augusto de Cottes, Francisco de P. Acuña.

LO REPROBAMOS.Según habrán visto con pena

nuestros lectores, como con penalo hemos visto nosotros, los últimoB telegramas vía Habana, reproducidos oportunamente en es-tas columnas, nos dicen que hahabido en la Metrópoli algunosmovimientos revolucionarios, ve-rificándose varias prisiones en Zhragoza, Tarragona y Gerona.

Triste es que no pa-e un lustrosin que tengamos que lamentarcon todo nuestro corazón esosatentados. No hace mucho huboque sellar con sangre otra-, intentonas frustradas con mano fuertepor nuestros gobiernos. ;Xo seescarmienta, sin embargo, y vol-vemos á las andadas!

Y quien sufre en esas algaradases el País, es la Nación, es su tran-quilidad, su reposo.

Esas intentonas revolucionarias,cuando la Patria cigue avanzandoanimo-a en el sendero de su reconstrucción, en el camino do suadelanto, de su progreso bien entendido, á la sombra del árbolfecundo de la paz; e.-as intentona-,decimos, en tales circunstancia-,no pueden menos que producir enel pecho de todos los españolesque ansian la completa regenera-ción de la Patria, la solidez de lasinstituciones y el afianzamientodel orden; no pueden producir,decimos, otra cosa que un eco dedesagrado, de execración, de pe-na.

Más aun; júzgalas ja opiniónpública anti-patrióticas, atentato-rias a lo más sagrado, en pugnacon toda noción de civismo y deamor al bien.

¿Cuándo se convencerán losperturbadores de que por esasviolencias no se puede ir á nadaprovechoso, a nada que tienda alengrandecimiento de la Patria, ásu prestigio y á su esplendor?

Nosotros no cumpliríamosnues-tro deber, ni seríamos tieies ánuestras tradición s, ni á nuestraconvicción, ni á nuestro patriotisrao, si no reprobáramos todo loque propenda á perturbar y álastimar á España, si no reite-ráramos en estos ilutantes nues-tra inquebrantable adhesión yafecto á las instituciones que fe-lizmente nos rigen.

CONTESTACIÓN.

Con et epígrafe ¿En qué quedamos?, leemos lo siguiente ennuestro colega El País de Mayagüez:

“Según leemos en los periódicos ex-tranjeros, en Francia, en Portugal, enTnr<jnía, en Argelia y en otros paísesse han decretado cuarentenas A los bu-ques procedentes de España. NuestraJunta Superior de Sanidad ¿qué re-suelve en vista de los repetidos casos<le etj't rmed'td sospechosa que se vieueu contando en Valencia? ¿Se toma-rán aquí las precauciones uecesarias

{tara evitar que un punible descuidopueda ser la causa de que con una epide-mia importada empeore la situaciónque atravesamos?

Responda quien tieue el deber y laobligación de velar por la salud pú-blica.”

Sin sor nosotros Junta de Sanidad ni Autoridades, podemoslar una Contesta* ióti al colegamayagut zano, cuyo buen des o<iende luego alabamos.

Nosotros abrigamos tambiénese buen deseo, y harto lo hemosdemostrado allegando constan-temente en pro de lu salud pú-blica.

Pero es el caso que si nuestrasAutoridades y la Junta Supeiiorde Sanidad nada han hecho respecto á salubridad, en el puntoconcreto á que se contrae ElPaUt

, ello tiene sus motivos.Los despachos telegráficos úl-

timos nos han dicho que la enfermedad que tenía atemorizadosrecienteim nte á los valencianosno era el cólera. Nada m nosque el /fera/d lo afirmé) categóri-camente.

Mas aun: Despacho telegráfico jhubo que dijo textualmente:

“El gobierno de Madrid ha dadoinstrucciones A sus embajadores en elextranjero, para que protesten contrala imposición de cuarentena, decretadaA consecnencia de haber aparecido nnaenfermedad sospechosa (no el cólera)en Játiva, y la cnal va desapareciendorápidamente.

Por último, el telegrama viaHabana de mis inmediata fechadecía:

“ La salud pública es inmejora-ble en toda España.”

¿Puede darse contestación má-satisfaetoria que é>ta á la interpe-lación de El Pan de Mayagiiez?

No.Nosotros se la damos al co’iega

con sumo gusto.Haga el cielo que nunca jamás

sufra perturbación la salud en laMetrópoli; que nunca jamás nosveamos amenazados por los ries-gos de una epidemia deeastrosacomo la del Ganges.

“¡COSAS VEREDES!...”

Leemos en un periódico masónde Mayagiiez, entre otras cosasmuy peregrina-:.-I los matonea afiliados de la obedien-

cia, residentes en esta Provincia.SALUD.

Q íeridos Hermanos:líii sesión ordinaria de esta Logia,

celebrada el dia 24 del actual y á pro-puesta del Honorable Gran MaestroProvincia!, q. h. Santiago 11. Palmer,acordó por unanimidad el Taller quetengo el honor de presidir, la celebra-ción de nt> cert im n público literari--para el 24 de Junio de 1885.

Temas.1. Memoria sobre “La influencia

de la masonería en la emancipación delpensamiento.”

2. —Memoria sobre “La Caridad.”

¡La Masonería disertando sobre ¡a Caridad !

¡ Esto nos faltaba ver!Cristo, el Redentor de la llu

inanidad, contra cuya Iglesia serevuelven las sectas; Cristo, cuyosanto nombre tanto suelen teneren los labios los sectarios, enseñóV practicó la Caridad individual-mente; individualmente, sin avada de ndie, devolvió la vista á lo>ciegos y el movimiento á los tu-llidos.

Los sectarios, para practicar loque e'los llaman Beneficencia , yque tal vez tengan por Caridad, -ereúnen en logias v provocan loanatemas de la Iglesia nuestramadie....

¿Habráse vLto co.-a más rara?¿Habíase visto cosa tnás estu

penda ?

Concluy amos:Los premios del campaneado

certamen -on una obra científicay un objeto de arte.

Mejor ptemio seríaun ejemplarde la Encíclica contra los Maso-nes promulgada por S. S. LeónXIII.

¡Tal vez á algunos que sonciegos abriría á la verdadera luzlos ojos!

Pero esto no conviene.Hay quien necesita vivir á os-

curas, á pesar de estar predicandola luz.

¡Un Certamen masónico!¡ Luego dirán que no progresa-

mos!¡“Cosas veredes el Cid!”¿A qué preocuparnos cou la

crisis actual?El certamen masónico nos sa-

cará de apuros.

DESDE COMERIO.

Aunque con pena, principalmente por la causa que la motiva,insertamos la siguiente manifes-tación, correspondiendo á los de-seos muy justosde los dignos co-rreligionarios que la firman:

Sr. Director del Boletín.Puerto-Rico.

Comerlo, Mayo Ü de 1885.

Muy apreciado amigo y corre-ligionario; Un acto incalificableile dos correligionarios nuestrosde esta localidad, y empleados pormás serlas en el municipio, hadado lugar á que el partido incondicionalmente español de estepueblo haya dejado de llevar, como era natural, su representaciónal seno de la Corporación Muni-cipal.

Decimos incalificable, amigoDirector, porque no podemos enmanera alguna explicárnosla cana, ni hav justificación posible pu

ra que los causantes se negasen ávotar, precisamente en e! tercerdia de elección, y cuando tenían laevidencia de nuestro seguro tríunfo con sus sufragios, tanto máscuanto que ningún temor itrepa-vable podía aconsejarles ese pro*

ceder, puesto que, en tuerza denuestra imparcialidad, no pode-mos menos de confesar que nues-tros adversarios políticos en la,lucha, siempre estuvieron dignosv generoso-*, guardándonos lasdeferencias propias de amistad yvecindad; y este hecho viene ájuzgar por sí solo el proceder deaquellos individuos.

Ya han pasado las elecciones,v aunque nuestro ánimo no es queesos caballeros e arrepientan desn obra, sino dar al César lo quees del César, diremos, aunque depaso, que, según se nos ha informado, uno de ellos es I). ManuelLoysele, v otro D. Pedro S. Cai-mary, médico titular, cuyos ca-balleros, al vernos aprestados pa-ra la luch i, porque contábamoscon el empate, y confiábamos áia suerte la justicia de nuestracausa, nos abandonaron, por razuñes que nos abstenemos de ma-nifestar.

A la consideración de V., amigo Director, v demás correligio-narios de la isla, sometemos elfallo de tal conducta, y por nues-tra parte queremos que consteque la rechazamos enérgienmen-te. (

Anticipamos á V. las gracias yuos suscribimos de V. atentasservidores amigos y correligionarios

Q. B. S. M.Angel Sin Miguel. Ramón

Quirós.—Evaristo San Miguel.—Juan B. Longo.— A ruego deCarmen (4 irriga, Ramón Quirós.—M ircflino San Miguel.—PedroSánchez.—Manuel Pontón.—Mo-desto Cobian.—Lorenzo Muñoz.—lgnacio Díaz. —Amador Bisbal.Manuel Cobián.

El Ex mo. Sr. Gobernador Ge-neral ha nombrado Alcalde deJuncos á nuestro antiguo amigoy correligionario D. Fermín deTlioma*, que hace algún tiempodesempeñó el mismo cargo enYabucon.

Felicitamos al Sr. Gobernadorñor su acertada designación, yfelicitamos también al agraciadopor la distinción que ha merecido•i S. E.

Leemos en el Diario de la Mariña:

“ Por la Capitanía Genera! de estaisla se manifiesta á la de Puerto-Rico,qne, en la propuesta reglamentaria deascensos del arma de Caballería, corres-pondiente al mes de febrero último, vapropuesto para el empleo inmediatoel teniente D. Joaqnfn Ferrer Arenas,que se encuentra en dicha Ida comoayudante dei Exorno. Sr. Capitán Ge-neral.”

Enviamos nuestros plácemes al-cñor Ferrer por la propuestapara ascenso de que es objeto.

Damos el más sentido pésameá nuestro amigo y correligiona-rio el señor Diputado Provincialdon Santiago E iheveste, por lamuerte de su señora madre acaeci-da en la Península.

Dcscan.-e en el Señor el almade la finada.

GACETA DE HOY.

Resultado del sorteo verificadoel din 12 ante la Junta nombradaal efecto para la amortización de'os 5,015 billetes del Tesoro quecorresponden al presupuesto de1884-85, entre los 33,032 á quese refiere la regla 2? de la Circular de la Intendencia fecha 29 deAbril próximo pisado, inserta enla Gaceta oficial núm. 53 de 2 delactual.

CORRESPONDENCIA ESPECIAL081,

“BOLETIN MERCANTIL.”

París, 1(5 de Abril de 1885.Francia.

La guerra eu Tonkíu y el bloqneode algunos de los puertos, más ó me-nos lejanos de las fronteras del vastoterritorio del imperio de la China, hanproducido en Francia hondas emocio-nes y no pocas sorpresas políticas enla primera quincena del mes actual.Cuando escribimos la anterior corres-pondencia había en París un pánicoindescriptible, producido por la excesi-va impresionabilidad de los habitantesde esta capital. El estado físico, lomismo que el moral de los purisienes,era deplorable; pero como estos re-presentantes del llamado refinamientode la civilización, parecen, á veces,agitados por convulsiones nerviosasque tari pronto les producen postracio-nes profundas y abatimientos letárgi-cos, como les hacen recobrar el uso delos sentidos, annque tío dén muchosItrios al sentido coman, sucedió que ála epilepsia producida por la primeracontrariedad que en la guerra sufrie-ron siguió uu acceso do impresionescontrarias á las de los primeros dias,Después de haberse imaginado que to-do se había perdido, se pensó que nadase había comprometido, y así fué, puesaunque toda la brigai a, al mando delgeneral Negrior, hubiese sido deshecha,que no lo fué, por el ejército de la Chi-ua, tal revés, frecuenté m las guerras,no debía intimidar á tíña nación tangrande como la Francia, cjue tiene unejército de cerca de medio millón dehombres y unas reservas muoéio musnumerosas que las fuerzas militares enactivo servicio.

Algunos periódicos han anunciadoque las pérdidas de la brigada Negrierfueron de 297 hombre, pero fcunqnehubiesen sido mayores y oí gobierno na

pachos oficial® dei general en Jefe delas tropas francesa m Toafcfo, no ha-bría debido á nadie el primerrevés parcial habido en la guerra.

En los dias de ia excitación nervio-sa de lo* parisienses recordábamos anafrase atribuid* al Príncipe Bismarckqne es ia siguiente: “E! atemba es nohombre; el francés una cardar; el rosoea hombre y mojer á la vet.*

Sin aceptar las calificacionei atribui-das al gran Canciller aludido, nos pare-ce que el parisién tieoe algo de afemi-nado; qne tiene mas nervios que mús-culos, y es capaz de abandonarse 4 pá-nicos infnadados, para ;*3ar repentina-mente hasta á la temeridad más irre-flexiva.

Los mismos parisienses qne habíansupuesto qae una división del ejércitofrancés bastaría para i legar victoriosoA Pekín é imponer darás condicionesdo paz al gobierno del celeste imperio,pensaron todo lo contrario despnes deque fné batida la brigada al mando delgeneral Negrier.

Advirtieron qne el imperio chino tie-ne una importancia colosal por sn po-blación, qne es la tercera ócnarta partede la del mundo (valuada ésta en anos1,400 millones de habitantes próxima-mente) y se convencieron de qne laChina continuará engrandeciéndose co-mo los enjambres, será indestructibleen sn territorio y qne, con el trabajo,la paciencia, la a-tuda y el número,reemplazará las aptitudes superioresqne la falten.

Como la China tiene nna poblaciónqne supera á la dé Europa en mas de100 millones Je habitante, podrís, enno caso dado y canudo ja tiene ejércitoorganizado d ¡a enropea, enviar avalan-chas degnerrdos contra los franceses, yasí lo hizo contra la división del gene-ral Negrier, obligada á abandonar elcampo al ser atacada por tres colnm-nas del ejército de Qnan-Si, compuestasde innumerables combatientes.

Además de lo dicho, se pensaba enque la China no está en 1885 indefen-sa como lo estaba en 1855, cuando elgeneral francés Monteaban y ana divi-sión del ejército inglés llegaron hastaPekín en 18flü. Entonces la Franciay la Inglaterra aliña vencieron fácil-mente á los chino; hoy el imperio sehalla en estado de defensa, tiene nnnie-rosas fuerzas militares v ha erizado defortalezas i Pey-Ho ti minoría deiEmperador influye en la preponderan-cia que el partido de la guerra tiene euel gobierno; éste sabe que cuando elEmperador llegue á ser mayor de edadpodrá mandar decapitar á los signata-rios de nn tratado de paz qae no leagrade y á 10-* Ministros y mandarinesqae no hayan servido bien al imperio.

La gnerra en Tonkín, y sobre todo enla China, estaba consideradaen Fraudacomo una calamidad peligrosísima, ade-más de costosa. Hasta en las reunio-nes de los demagogos, de loa socialis-tas y de los radicales se pronunciabandiscursos violentos que tenían por con-clusiones: Primera. La der*cnsaral Mi-ui-tt-rio como reo de lesa-República,por seguir la llamada política ae pren-das y hacer ana guerra anti-constitncio-oal. Segunda. La de resolver la retiradade las tropas empeñadas en la campañade Tunkin, lo mismo que la de la es-cuadra francesa qao hay en los maresde la China y en las aguas qae rodean4 la isla Formosa.

La impresión profunda, producidapor las últimas noticias recibidas deTonkín, debía ser funesta al Ministeriofrancés y á la Union Republicana, yasí fué.

El Ministerio Ferry había recibidoel golpe de gracia, y no podía sobrevi-vir al acontecimiento que la opiniónpública, extraviada, consideraba comoun desastre.

La exaltación de las imaginacionesera extremada, y candía no solamenteentre los enemigos del Gabinete sinotambién entre los miembros de la ma-yoría parlamentaria. Los amigos deía víspera se habían hecho enemigos aldia signiente. M Jnles Ferry se de-cidió ¿ someterse á la última prueba,peusando tal vez que podría ser sos-tenido por sus amigos. Se preseotóen la Asamblea para someter 4 naprobación un proyecto de ley pidiendoun crédito de 200 millones de francospara eontinnar la guerra en Tonkín yenviar prontamente un ejército de 50mil hombres que vengase la derrotasufrida por la brigada al mando delgeneral Negrier.

Pálido y desconcertado se presentó ála Asamblea el Presidente del Gabine-te. Apenas había leído el proyecto deley, cnando una oposición formidable lemanifestó que no podía vencerla. Hn-bo proposiciones de acusación al Minis-terio, hubo también voces que dijeron:los nuevos créditos y el envío de tropas,sí, pero confianza en el Ministerio, no.

M. Jales Ferry quiso que la disen-sión del proyecto de ley presentadoprecediese á la de las proposiciones decensara al Gabinete, y como la Asam-blea resolvió acto seguido lo contrario,el ministro huyó la disensión diciendoque inmediatamente presentaría al Pre-sidente de la República sn dimisión yla de los demás miembros del Gabi-nete, y asi lo hizo.

Cayó, pues, el Ministerio Ferry, nocomo el atleta qne muere lachando,sino como el tímido qae se salva hu-yendo. Dícese qne en aqnel dia noquiso Ferry salir del Palacio de Borbonpor la puerta principal, y qne, temiendoser injuriado por la mnchedumbre, hos-til al Ministro, fué á bascar ana puer-ta secreta qne pone en comnnicacióo elPalacio de la Asamblea con el del Mi-nisterio de Negocios extranjeros. Añá-dese que la pnertecílla de comunicaciónentre ambos Palacios estaba cerrada yno se halló en seguida la llave de lacerradura, y que, como M. Ferry queríasalir prouto, pidió á un jardinero que leproveyese de una escalera de mano pa-ra subir á lo alto de la pared divisoriade los jardines, V bajar después al jar-líu del Palacio del Ministerio de Nego-cios extranjeros.

M. Ferry, ministro que se vanaglo-riaba de ser demócrata, no quiso afron-tar las iras de la democracia, ni tampo-co volverse á presentar en la Asamblea,donde se le han hecho severos cargosde haber ocultado la verdad de lo queen Tonkíu paó, en muchas ocasiones,para que la publicidad de telegramas•iAciale adversos no influyese des-favorablemente en la opiuión pública.

E! ministro presentó las dimisionesde sus compañeros de Gabinete y la sa-ya, qne fueron admitidas al panto porel Presidente de la República.

Graves fueron las dificultades habi-das pam foi mar nn nuevo ministerio.La crisis se prolongó por varios dias ycomo, entre tanto, Los miuistros dimi-sionarios qusJaron encargados de des-jacharloe negocios urgentes, se prtwh

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