2 - la moda aristocratica
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La Moda AristocraticaTRANSCRIPT
II. LA MODA ARISTOCRÁTICA
II.1. NACIMIENTO DE LA MODA
Las primeras señales de la aparición de la moda son a partir de finales de la Edad Media con
la consolidación de un vestuario que se diferenciaba para los dos sexos. En efecto, hasta la mitad
del siglo XIV, hombres y mujeres han vestido amplias túnicas y largas capas. Después de este
periodo y durante todo el Cuatrocientos, las formas de los trajes no son muy variadas, pero los
cambios en el vestuario han sido verdaderamente radicales. Los hombres adoptaron el jubón
(especie de chaleco corto y ajustado) junto a las medias pantalón (parecidos a los leotardos)
generalmente vistosos y de colores. Las mujeres, en cambio, empezaron a llevar vestidos largos y
adheridos al cuerpo, a menudo escotados, y sombreros extravagantes.
Hombres y mujeres empezaron, de esta manera, a poner en evidencia la diferencia sexual a
través de los vestidos. Ha derivado una dialéctica entre los sexos de tipo seductivo que ha
continuado desarrollándose también más tarde y, históricamente, ha representado uno de los
"motores" más potentes para el desarrollo de la moda.
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Al principio de este proceso de creación de las modas desarrolladas a partir de finales de la
Edad Media hay una tranquilidad social seguida por el final de las Invasiones Bárbaras y el
progresivo desarrollo de los Estados modernos (desde el Trescientos hasta el Ochocientos cada
Estado europeo ha desarrollado un estilo específico de vestimenta, si bien a partir de la mitad del
Setecientos, Francia se ha convertido en el país con mayor grado de ejercitar una hegemonía en el
ámbito de la moda). Además, una fase de expansión de la economía fue posible por una revolución
de las tecnologías de producción en el campo de la agricultura, en el desarrollo de las actividades
artesanales, en el impulso recibido de los comerciantes internacionales y del nacimiento de las
primeras metrópolis.
Nacieron también las profesiones y los gremios, con la consiguiente especialización de las
tareas de trabajo y el desarrollo de un saber técnico en el sector textil y de la elaboración de los
vestidos.
En su primera fase, la moda era un fenómeno que concernía exclusivamente a la aristocracia
y la monarquía. Las clases inferiores continuaron, en cambio, vistiendo siempre el mismo tipo de
vestidos a causa de la escasa disponibilidad económica, pero también porque a menudo estaban
obligados a tener este comportamiento de las "leyes suntuarias" emitidas en muchas ciudades por
los aristócratas entre el Trescientos y el Seiscientos para impedir que las personas pertenecientes a
las clases menos acomodadas vistieran indumentaria reservada a los nobles y consentir, por tanto, a
veces a las clases dominantes el acceso a tales signos distintivos del poder social.
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Algunos burgueses empezaron a acumular las primeras grandes riquezas a través de los
intercambios comerciales, pero fue sólo en el curso del Seiscientos que la burguesía consiguió
convertirse en una realidad significativa sobre el plano social, aunque ya desde el Trescientos los
pocos burgueses no estaban satisfechos con disponer de recursos sustanciales económicos y
quisieron un reconocimiento a todos los niveles de la sociedad. Por esto, han intentado imitar el
modo de vestir de los nobles, pero puesto que imitaban, los burgueses llegaban siempre con retardo,
y así obligaban a los aristócratas a cambiar el modo de vestir y a crear nuevas modas.
En el Setecientos, siglo de la Revolución francesa (1789), los revolucionarios utilizaron en
los trajes los colores de los uniformes militares y de las rosetas para expresar los nuevos valores de
nacionalismo, igualdad y libertad. Estos han introducido además el uso para los hombres de
pantalones largos y anchos en lugar de aquellos cortos y apretados de los nobles. Pero, sobre todo,
han combatido las pelucas y los encajes, símbolos de aquella odiada aristocracia; en general, todo lo
que pertenecía a la nobleza fue abolido tanto por los hombres como por las mujeres, en nombre de
la sencillez y de lo práctico.
Hasta principios del Ochocientos, el ámbito principal de desarrollo de la moda estuvo, por lo
tanto, constituido por la moda aristocrática: un tipo de moda que se ha desarrollado sobre todo a
través de una progresiva "artificialidad" del cuerpo, ya que en la sociedad de la corte las relaciones
interpersonales eran innaturales y "artificiales", en cuanto que esencialmente dominadas por la
frivolidad y por la obligación de estar bajo las reglas de sofisticadas ceremonias, como se ha
testimoniado por la atención de la etiqueta y las buenas maneras.
La época de la Restauración impuso para las mujeres a
principios del Ochocientos un tipo de vestimenta simple y clásico: el
estilo imperio, que se inspiraba en los vestidos de la antigua Grecia y de
la antigua Roma: consistía en una túnica larga de tela ligera, sostenida
por una cinta o un paño bajo los senos y vestida prácticamente sin nada
más debajo para experimental aquella nueva libertad del cuerpo.
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