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Page 1: 2. ¿Qué pasa Pussycat?...y que la tercera corriente del gusto, ha devenido en un sis tema de canonizar un deseo: la clase media quiere estar de vuelta de todas las cosas. j Santo

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Llegar a ese resultado porel difícil camino elegido porVicente Rojo no es una tareamenor. Ante esta última ex­posición no es exagerado afir­mar que nos enContramosante uno de los más impor­tantes pintores de México.Su obra, cerrada en sí misma,a?~ toda una serie de posi­bilidades y es un continuoelemento de fecundación. Pe­TO independientemente de su~or como enseñanza, quizásunporta señalar por encimade todo su intensa capacidadpara proporcionarnos un au­téntico goce estético. Cadacuadro nos habla del pene­trante viaje del artista haciala verdad última encerradaen su creación. Vicente Rojohace posible la belleza por­que ha llegado a ella, sin ha­cerse ninguna concesión, sinhacer a un lado ninguna delas dificultades que encontra­ba en su viaje, y ahora éstase le ha impuesto, con todo elpeso y la profundidad deuna verdad adquir.ida. No esextraño que ahora esa ver­dad resplandezca en sus cua.dros de adentro hacia afuera.El pintor sólo tiene que vol­verse sobre sí mismo y buscaren su interior para encon­trarla. A nosotros nos tocacelebrarla.

.CIne

l. Solicitud deingreso a la

batmanía2. ¿Qué pasa

Pussycat?por

Carlos Monsiváis

1. La Historia no es cons­ciente de sus grandes momen­tos. No sabe ensayar. Qué seiba a imaginar Bob Kaneaquel lejano día de 1939,mientras contemplaba la por­tada de Detective Comics,que sus creaciones serían tanrepresentativas de la épocacomo Damón y Pitias lo fue­ron del mundo clásico y Abe­lardo y Eloísa de la EdadMedia. i Santo David Reyno­so! 1l271JlZUD!Jilot? Heaquí la era de Batman y Ro­bin, los difamables, calum­ni a b 1e s, insultoendilgablesCruzado Encapuchado y Mu­chacho Maravilla. Mas no elsatirizable o parodiable DúoDinámico. Porque su méritoes situarse más allá de la pa­rodia, trascender la sátira, nopoder' ser reducidos al absur­do, puesto que son el absurdoy el desafuero mismo. ¡Santaimpaciencia del corazón! Yalas épocas no tienen los mitosque se merecen; ahora lasépocas se divierten como pue­den.

¡Santa enajenaclOn am­biental! La madurez se ex­tingue. Afirma Norman Mai­ler: "Desconfía de la muertellamada madurez." Y puesto

que la madurez -tal y comola concibe la burguesía- hadejado de tener sentido o uti­lidad, vale la pena indagaren los valores del mundo dela puerilidad. James Bond,por ejemplo, es la visión quetodo adolescente tiene de lasfunciones de un Servicio Ex­terior. i Santa Doctrina Es­trada! Los Beatles son la pri­mera Junta de Gobierno delnuevo país de la adolescencia.Y Batman y Robin lo sonprácticamente todo, el depor­te de moda, el día de fiestapara psicólogos y sociólogos,el triunfo masivo del pop, laentronización del low campo

i Santa Consuelo Guerrerode Luna! Más de una razónexplica el éxito. Desde 1949,cuando ese inolvidable ma­cartista sexual, el Dr. Frede­rick Wertham, denunció ladudosa ambigüedad del co­mic en su libro La seducciónde los inocentes y acusó aBatman de insinuar lasciva­mente su mano sobre el hom­bro de Robin, sobre TheCaped Crusader ha descendi­do la difamación (que tam­bién se aplicó a Marvila,acusada de un lesbianismoolímpico) . Fue inútil que

apareciese, un personaje fe­menino, La Mujer Gato, yque Batman se enamorasey comprometiese con ella. Ladesconfianza estaba sembra­da. Ningún hombre solteroque vive con un adolescentepuede quedar libre de culpa.i Santo Marqués de Queens­berry! A partir de ese mo­mento, en todo lo concer-

I niente al pop-ait, Batmanquedó bajo la jurisdicción dela porno-estética. Ahora, eldelirante triunfo de la serieha acrecido la sospecha; pa­ra los exégetas Batman tieneéxito porque encarna, comoexpresión C a m p, no sóloaquello tan malo que resultabueno, sino también el hüw.menaje al estilo epiceno, esetono de indiferenciación quedistingue a la sociedad con­temporánea.

Pero Batman es tambiénmuchas otras cosas. En pri­mer término resulta el puntode reunión de dos ideales !contradictorios de Norteamé- !rica: permitir y provocar lamayor violencia y permanecerabsolutamente inocente. Es,dice Al Capp, sólo un D'Ar­tagnan mecanizado que llevabaticinturón en vez de espa-

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da. i Santa Necesidad de Ce­lebrar el 24 de octubre comoDía de las Naciones Unidas!Según algunos, es un reme­dio contra James Bond, siem­pre elegante y siempre seduc­tor de doncellas; Batman encambio protege la virginidad(incluso se le cree capaz derestaurarla) y actúa "bajoun disfraz aún más atractivoque el de cualquier mucha­cha". De acuerdo con losantroposicólogos, representa eltipo chamánico del héroe. Esun héroe primario que se en­cuentra en la raíz de todaslas tradiciones primitivas ysignifica la libertad de lospoderes humanos de las limi­taciones de tiempo y espacioy peso y contenido. ¡SantoAlberto Einstein! El héroe sedespoja de sus limitacioneshumanas y adquiere fuerzasprodigiosas. ¡Santo MirceaEliade! GUL.P,

Mas, j Santo Sufrimientode la Mujer Mexicana!, tan­ta teoría es excesiva aplicadaa una peliculita como Bat­man, a actores como AdamWest y Burt Ward y a laimaginación capaz de inven­tar el truco de la rehidrata­ción. Batman prueba que haylo malo tan malo que resultamalo y que el pop, al indus­trializarse, ha dejado de serreivindicación y burla despia­dada y se ha convertido enotra manifestación arribistade la omnívora clase media.y que la tercera corriente delgusto, ha devenido en un sis­tema de canonizar un deseo:la clase media quiere estarde vuelta de todas las cosas.j Santo C. Wright MilIs! Yaunque hay cierta gracia po­sible en los imposibles diálo-

gas de Batman, en los inven­tos ridículos, en la exageradaactuación de los archivillanos,en el desafío continuo a lassituaciones heroicas tradicio­nales, en las poses de BruceWayne y los comentarios deDick Crayson, todo concluveen el elogio gratuito de laestupidez. El mundo de lasonomatopeyas ha llegado, lasburbu ¡as son el máximo re­ducto de nuestra expresión ylas personas que carecen deidentidad secreta, carecen afin de cuentas de identidad.

¿y no es de lamentar queBur~ess Meredith haya con­cluido su carrera convertidoen el Pingüino?

¡Santaconcuspiscencia!

2. Los aficionados al humorestán de plácemes. No sóloporque acaban de leer unode los más horrendos lugarescomunes del idioma, sino porla exhibición de What's New,

,Pussyeat?, la supercomediacon el super-reparto enco­mendada al super-argumen­tista Woody AlIen y dirigidapor el infracineasta CliveDonner. Si se atiende al cast,Pussyeat es perfecta: PeterSellers, Peter O'Toole, RomySchneider, P a u Ia Prentiss,Capucine, Ursula Andress,Woody AlIen. Si se piensa enla música, Pussyeat es exce­lente y Baccarat, el compo­sitor, es por lo menos, de lacategoría de John Barry. Sise examinan las fotos, Pussy­eat es regocijante: un Sellers

bítlico, el vestuario de PaulaPrentiss, Eda Cale corno can­tante wagneriana. Si se exa­m i n a n secuencias aisladas,Pussyeat es magnífica: lasrabietas de Peter SelIers, laatmósfera de las fiestas, losgags paródicos de Woody AI­len, las sesiones de análisis degrupo. Pero si Pussycat seexamina como unidad, nosenfrentaremos a uno de losfilms más fallidos de los úl­timos años.

Pussyeat es el reinado delo popo Hay música pop, pop­psicología, chistes pop, vi­siones pop del mundo. Poreso, debido a su fidelidad ex­trema a la realidad culturald~ Ahora, Pussyeat está su­friendo el destino de lasbuenas-malas películas en elestilo de Muñequita de luio(Breakfast at Tiffany's) o de,en un nivel "metafísico", LaDolee Vita. Son obras retóri­cas, fundamentalmente cur­sis, hechas para desquiciar,q ue em;~ iecen con rapidez deexiliado de Shangri-La, y quesin embargo importan másque muchas otras películas,superiores desde el punto devista cinematográfico. Y sig­nifican más por su valór his­tórico, por su influencia en laconducta de las generacionesjóvenes, por encarnar de mo­do insuperable un estilo devida. La Dolee Vita, porejemplo, inició a los sesentaseh su culto más espectacular:el de la orgía y el caos conpretensiones. Muñequita delujo dio la imagen exacta dela sofisticación m o d e r na:Audrey Hepburn con sun­glasses infinitos y un vaso deleche admirando una vitrinaoligopólica. Y en esta secuela

¿ Qué hay de nuevo, Pussy­cat? tiene mucho que ofrecer.

Resumo: la pop-psicolo­gía, for instance. Hoy Freudya es tan pop; por ser tanclase media, corno las lata.!;Campbell o la Coca-Cola. Setienen complejos o traumasdel mismo modo en que seleen comics o se piensa enonomat&¡ (Me vaya es­treIlar, ' ~1~m.Dos espmtus gem~Edipoy Elvis Presley. ¿Qué dife­rencia hay entre un análisisde grupo y un happening? Lamisma que existe entre latransferencia y los clubes defans. Pussyeat es la exalta­ción de esa pop-psicología.Woody AIlen decidió explo­tar cómicamente todos losrecursos freudianos que desdeHit c h ca c k atormentabannuestra almita y utilizó, sinpudor alguno, cuanto clichéencontró. El mayor cliché, laimagen de este analista an­drógino; genialmente encaronado por ,Peter SeIlers, (elactor con el rostro contem·poráneo por excelencia, sobretodo si se le compara conPeter O'Toole, cuyas faccio­nes escaparon de una novelade Thomas Hardy). Pero nosólo ese psiquiatra vienés epi­ceno, que además se llamaSegismundo y tiene una espo­sa dominante, es el único cli·ché de Pussycat. La galeríade lugares comunes es abun·dante: la ninfómana, el sedu·cido profesional, el psiquiatraque resuelve los problemasajenos pero que no puede re­solver el suyo propio, etc., etc.

Otro aspecto decisivo dePussyeat es la auto-concien·cia, el afán paródico y auto­paródico. Woody AIlen, au·

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y.J.

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elS

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n

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lar y argumentista, pertenecea esa nueva generación inca­paz de construir un humorpropio, mas sumamente hábilen la tarea de destruir la so­lemnidad y las mitologíasajenas. Así, cada escena depusS')lcat está construida co­mo un juego, una diversión acosta de esquemas mentalesy culturales, que van desdeel ataque al matrimonio,. tí­pica de las comedias norte­americanas, hasta la burla deFellini y sus memorias sádico­solitarias. Este es otro graninconveniente de Pussycat:se vuelve un film ancilar,servil ante los objetos de sucritica, incapaz de .existirpor su cuenta y riesgo. Enprimer lugar, y ése es unproblema genérico, la paro­dia siempre es un géneroinferior, puesto que nuncapuede ser superior a lo pa­rodiado. En se~ndo término,una sucesión de sketches ja­más logra la unidad orgáni­ca. Se pierde el timing, elsentido del ritmo y todo de­pende en última instancia delas posibilidades exteriores,nunca del vi~or interno de lacinta. Moraleja: Nunca nin­guna suma de parodias lle­gará a integrar una sátira.

Lo que interesa de estascomedias no es tanto su cali­dad intrinseca, sino la ma­nera en que expresan, de unmodo dócil, el conjunto dedoctrinas culturales e ideasvitales que integran la cos­mogonía de la cIase media.Después de éussycat, ya sabeuno que la cIase media ado­ra la psicología y por lo·mis­mo le· fascina burlarse delobjeto de su reverencia; pien­sa que no hay nada más or­giástico y fin-del-mundo queuna fiesta a-go-go, acepta yacomplacida la idea de quesiempre es humorística lapromiscuidad s e x u a 1, gozahasta la saciedad el adulterio,ha santificado la importanciadel pelo largo y ha decidido,finaimente, la naturalidadabsoluta de eso. ¿Algo más?S~ pese a su sociologismo,esta interpretación sigue sien­do valida, ya que películascomo ¿Qué hay de nuevo,PusS')lcat? dependen, paraexistir, de un market researchprevio, de la cuidadosa apli­cación de la mercadotecniaal examen del gusto masivo.y pues que paga el vulgo.

teatro

ubu rey:el ilimitado

afánde poder

porAlberto Dallal

El teatro, enamorado desdehace tiempo de la forma,plantea en la actualidad unalucha constante entre tenden­cias. Las batallas se libranmás en los escenarios, a tra­vés de los ojos y de las sen­saciones, que en la letra im­presa. Las palabras vuelan enel espacio, impregnadas deluces, y el espectador las asi­mila, las goza y, si así lo de­sea, las rechaza. El directorde escena es ya un especialis­ta, pues los elementos quemanipula quedan, aun sinuna intención premeditada,dentro de clasificaciones par­ticulares. Teatro clásico, tea­tro popular, teatro poético,teatro de vanguardia sonahora vocablos y capítulosde la historia del teatro, peroasimismo conceptos universa­les sobre el arte teatral, se­lección de procedimientos, nosólo de obras, para una uotra realización. Todos estostipos de teatro pueden serincluidos en el repertorio deuna compañía y el públicoescogido y la crítica los acep­tará por ser fieles creyentesde su coexistencia. Sin em­bargo, el público grueso, el

mayoritario, en el cual seapoya la supervivencia delteatro como experiencia, co­mo espectáculo y no como li­teratura, ¿no se siente atrai­do por una o dos clases deteatro solamente? El públicoque asiste al teatro a sentir,no a razonar, ¿no seleccionasegún su propia naturaleza yla de la obra que se le ofre­ce ante los ojos?

El nombre de Alfred Jarrydebe estar sin duda mencio­nado en todos los estudios se­rios sobre el teatro contempo­ráneo. Sin embargo, des­contando al público francés,Jarry es amigo lejano del pú­blico universal, pues a estasalturas se halla más cerca dela literatura y de la investiga­ción que de los escenarios.Las causas, sin serlo tanto,resultan razonables a prime­ra vista: Ubu Rey, la obraque Alfred Jarry publicara yestrenara por primera vez en1896, a los 23 años de edad,por llevar contenidas las in­novaciones que posteriormen­te elaborarían y desarrolla­rían los movimientos de van­Ruardia, se pierde en el aludde tendencias y de cronolo­gías que le han de seguir. Envarias ocasiones, tras de bre­ves reconocimientos en tornoa su estilo, Ubu Rey vuelvea ser emplazado en las co­rrientes del teatro francésmoderno, pero sin que la ce­remonia bibliográfica impli­que la enumeración total yla descripción profunda delos e.xcepcionales atributos dela pieza. Al correr del tiem­po, las clasificaciones de UbuRe,Y se hacen más justas, másexactas. Con. respecto a suscontemporáneos, por ejem-

plo, Jarry, con una sola obra,se hace acreedor a múltipleselogios, ya que un Ubu Reyes al teatro de hoy muchomás de lo que diez obras delfin de siecle son a la produc­ción de la época. Pero, ¿po­drá existir mayor audacia quela de adelantarse treinta, cua­renta, cincuenta años a losmovimientos artísticos? ¿Quéqueda -y de quedar algo,quién nos lo ha hecho sa­ber- no ya de los Donnay,de los Curel, los Hervieu, losBrieux, sino de todas las ideascon las que el Théatre d'Artpensaba revolucionar el arteteatral? Las teorías inmersasen Ubu Rey, en este sentido,son más que premoniciones.La intuición de Alfred Ja­rry puede situarse en los te­rrenos de la genialidad, en elmismo ámbito en el que seencuentra el pensamiento deDiderot, cuyas obras asustanaún a nuestros contemporá­neos. Porque los genios no só­lo llegan a dominar su perso­nal forma de expresión, nosólo prevén los fenómenosque sobrevendrán en el futu­ro, sino también deducen laactitud del hombre ante di­chos fenómenos. En sus razo­namientos incluyen los vira-

. jes del espíritu de los huma­nos, infinito en posibilidadesde cambio.

Ubu Reyes una obra revo­lucionaria y militante, perosobre todo es antirrealista,antidocumentaI. Los elemen-

, tos de comedia contenidos enella, aunados al tono críti­co de sus conceptos, así comolas circunstancias en que Ja­rry escribe la pieza, son facto­res que hacen de Ubu Rey unhecho teatral sin anteceden-

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