2. ¿qué pasa pussycat?...y que la tercera corriente del gusto, ha devenido en un sis tema de...
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coaí~ntan llenando 'devi~ode encuentros ser~."leL~ espacio de la tela,~W,::::::r,l .<' h '1en .",~.~: no ay un .so opun~:~uerto. R~jo consigueque l!ILese espacio todo pareJc..'p'nid~cto de una cuidadcliSa. y vigilante elaboración)~sin embargo, 'su maestría éStá llena de una viva yfresca espontaneidad. CadahaIlazgo puede ser productodel accidente o de la elaboración, pero es que en la pintura de Rojo ambos tienenel mismo valor, en tanto quellI1 el resultarlo de la absoluta identificación entre el pintor y su mundo. En él, laintuición y la inteligencia, elimpulso creador y la críticase uo.en de una manera natura( .Los encuentros se conviertim en reglas y leyes enel utomento mismo de empezar a'Vivir. y todos estos elementos se advierten tan sóloa'~ de la absoluta belleza dé las "obras. Ellas son lasque DOS hablan y es imposible dejar de ceder al poderde su lenguaje.
Llegar a ese resultado porel difícil camino elegido porVicente Rojo no es una tareamenor. Ante esta última exposición no es exagerado afirmar que nos enContramosante uno de los más importantes pintores de México.Su obra, cerrada en sí misma,a?~ toda una serie de posibilidades y es un continuoelemento de fecundación. PeTO independientemente de su~or como enseñanza, quizásunporta señalar por encimade todo su intensa capacidadpara proporcionarnos un auténtico goce estético. Cadacuadro nos habla del penetrante viaje del artista haciala verdad última encerradaen su creación. Vicente Rojohace posible la belleza porque ha llegado a ella, sin hacerse ninguna concesión, sinhacer a un lado ninguna delas dificultades que encontraba en su viaje, y ahora éstase le ha impuesto, con todo elpeso y la profundidad deuna verdad adquir.ida. No esextraño que ahora esa verdad resplandezca en sus cua.dros de adentro hacia afuera.El pintor sólo tiene que volverse sobre sí mismo y buscaren su interior para encontrarla. A nosotros nos tocacelebrarla.
.CIne
l. Solicitud deingreso a la
batmanía2. ¿Qué pasa
Pussycat?por
Carlos Monsiváis
1. La Historia no es consciente de sus grandes momentos. No sabe ensayar. Qué seiba a imaginar Bob Kaneaquel lejano día de 1939,mientras contemplaba la portada de Detective Comics,que sus creaciones serían tanrepresentativas de la épocacomo Damón y Pitias lo fueron del mundo clásico y Abelardo y Eloísa de la EdadMedia. i Santo David Reynoso! 1l271JlZUD!Jilot? Heaquí la era de Batman y Robin, los difamables, calumni a b 1e s, insultoendilgablesCruzado Encapuchado y Muchacho Maravilla. Mas no elsatirizable o parodiable DúoDinámico. Porque su méritoes situarse más allá de la parodia, trascender la sátira, nopoder' ser reducidos al absurdo, puesto que son el absurdoy el desafuero mismo. ¡Santaimpaciencia del corazón! Yalas épocas no tienen los mitosque se merecen; ahora lasépocas se divierten como pueden.
¡Santa enajenaclOn ambiental! La madurez se extingue. Afirma Norman Mailer: "Desconfía de la muertellamada madurez." Y puesto
que la madurez -tal y comola concibe la burguesía- hadejado de tener sentido o utilidad, vale la pena indagaren los valores del mundo dela puerilidad. James Bond,por ejemplo, es la visión quetodo adolescente tiene de lasfunciones de un Servicio Exterior. i Santa Doctrina Estrada! Los Beatles son la primera Junta de Gobierno delnuevo país de la adolescencia.Y Batman y Robin lo sonprácticamente todo, el deporte de moda, el día de fiestapara psicólogos y sociólogos,el triunfo masivo del pop, laentronización del low campo
i Santa Consuelo Guerrerode Luna! Más de una razónexplica el éxito. Desde 1949,cuando ese inolvidable macartista sexual, el Dr. Frederick Wertham, denunció ladudosa ambigüedad del comic en su libro La seducciónde los inocentes y acusó aBatman de insinuar lascivamente su mano sobre el hombro de Robin, sobre TheCaped Crusader ha descendido la difamación (que también se aplicó a Marvila,acusada de un lesbianismoolímpico) . Fue inútil que
apareciese, un personaje femenino, La Mujer Gato, yque Batman se enamorasey comprometiese con ella. Ladesconfianza estaba sembrada. Ningún hombre solteroque vive con un adolescentepuede quedar libre de culpa.i Santo Marqués de Queensberry! A partir de ese momento, en todo lo concer-
I niente al pop-ait, Batmanquedó bajo la jurisdicción dela porno-estética. Ahora, eldelirante triunfo de la serieha acrecido la sospecha; para los exégetas Batman tieneéxito porque encarna, comoexpresión C a m p, no sóloaquello tan malo que resultabueno, sino también el hüw.menaje al estilo epiceno, esetono de indiferenciación quedistingue a la sociedad contemporánea.
Pero Batman es tambiénmuchas otras cosas. En primer término resulta el puntode reunión de dos ideales !contradictorios de Norteamé- !rica: permitir y provocar lamayor violencia y permanecerabsolutamente inocente. Es,dice Al Capp, sólo un D'Artagnan mecanizado que llevabaticinturón en vez de espa-
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da. i Santa Necesidad de Celebrar el 24 de octubre comoDía de las Naciones Unidas!Según algunos, es un remedio contra James Bond, siempre elegante y siempre seductor de doncellas; Batman encambio protege la virginidad(incluso se le cree capaz derestaurarla) y actúa "bajoun disfraz aún más atractivoque el de cualquier muchacha". De acuerdo con losantroposicólogos, representa eltipo chamánico del héroe. Esun héroe primario que se encuentra en la raíz de todaslas tradiciones primitivas ysignifica la libertad de lospoderes humanos de las limitaciones de tiempo y espacioy peso y contenido. ¡SantoAlberto Einstein! El héroe sedespoja de sus limitacioneshumanas y adquiere fuerzasprodigiosas. ¡Santo MirceaEliade! GUL.P,
Mas, j Santo Sufrimientode la Mujer Mexicana!, tanta teoría es excesiva aplicadaa una peliculita como Batman, a actores como AdamWest y Burt Ward y a laimaginación capaz de inventar el truco de la rehidratación. Batman prueba que haylo malo tan malo que resultamalo y que el pop, al industrializarse, ha dejado de serreivindicación y burla despiadada y se ha convertido enotra manifestación arribistade la omnívora clase media.y que la tercera corriente delgusto, ha devenido en un sistema de canonizar un deseo:la clase media quiere estarde vuelta de todas las cosas.j Santo C. Wright MilIs! Yaunque hay cierta gracia posible en los imposibles diálo-
gas de Batman, en los inventos ridículos, en la exageradaactuación de los archivillanos,en el desafío continuo a lassituaciones heroicas tradicionales, en las poses de BruceWayne y los comentarios deDick Crayson, todo concluveen el elogio gratuito de laestupidez. El mundo de lasonomatopeyas ha llegado, lasburbu ¡as son el máximo reducto de nuestra expresión ylas personas que carecen deidentidad secreta, carecen afin de cuentas de identidad.
¿y no es de lamentar queBur~ess Meredith haya concluido su carrera convertidoen el Pingüino?
¡Santaconcuspiscencia!
2. Los aficionados al humorestán de plácemes. No sóloporque acaban de leer unode los más horrendos lugarescomunes del idioma, sino porla exhibición de What's New,
,Pussyeat?, la supercomediacon el super-reparto encomendada al super-argumentista Woody AlIen y dirigidapor el infracineasta CliveDonner. Si se atiende al cast,Pussyeat es perfecta: PeterSellers, Peter O'Toole, RomySchneider, P a u Ia Prentiss,Capucine, Ursula Andress,Woody AlIen. Si se piensa enla música, Pussyeat es excelente y Baccarat, el compositor, es por lo menos, de lacategoría de John Barry. Sise examinan las fotos, Pussyeat es regocijante: un Sellers
bítlico, el vestuario de PaulaPrentiss, Eda Cale corno cantante wagneriana. Si se exam i n a n secuencias aisladas,Pussyeat es magnífica: lasrabietas de Peter SelIers, laatmósfera de las fiestas, losgags paródicos de Woody AIlen, las sesiones de análisis degrupo. Pero si Pussycat seexamina como unidad, nosenfrentaremos a uno de losfilms más fallidos de los últimos años.
Pussyeat es el reinado delo popo Hay música pop, poppsicología, chistes pop, visiones pop del mundo. Poreso, debido a su fidelidad extrema a la realidad culturald~ Ahora, Pussyeat está sufriendo el destino de lasbuenas-malas películas en elestilo de Muñequita de luio(Breakfast at Tiffany's) o de,en un nivel "metafísico", LaDolee Vita. Son obras retóricas, fundamentalmente cursis, hechas para desquiciar,q ue em;~ iecen con rapidez deexiliado de Shangri-La, y quesin embargo importan másque muchas otras películas,superiores desde el punto devista cinematográfico. Y significan más por su valór histórico, por su influencia en laconducta de las generacionesjóvenes, por encarnar de modo insuperable un estilo devida. La Dolee Vita, porejemplo, inició a los sesentaseh su culto más espectacular:el de la orgía y el caos conpretensiones. Muñequita delujo dio la imagen exacta dela sofisticación m o d e r na:Audrey Hepburn con sunglasses infinitos y un vaso deleche admirando una vitrinaoligopólica. Y en esta secuela
¿ Qué hay de nuevo, Pussycat? tiene mucho que ofrecer.
Resumo: la pop-psicología, for instance. Hoy Freudya es tan pop; por ser tanclase media, corno las lata.!;Campbell o la Coca-Cola. Setienen complejos o traumasdel mismo modo en que seleen comics o se piensa enonomat&¡ (Me vaya estreIlar, ' ~1~m.Dos espmtus gem~Edipoy Elvis Presley. ¿Qué diferencia hay entre un análisisde grupo y un happening? Lamisma que existe entre latransferencia y los clubes defans. Pussyeat es la exaltación de esa pop-psicología.Woody AIlen decidió explotar cómicamente todos losrecursos freudianos que desdeHit c h ca c k atormentabannuestra almita y utilizó, sinpudor alguno, cuanto clichéencontró. El mayor cliché, laimagen de este analista andrógino; genialmente encaronado por ,Peter SeIlers, (elactor con el rostro contem·poráneo por excelencia, sobretodo si se le compara conPeter O'Toole, cuyas facciones escaparon de una novelade Thomas Hardy). Pero nosólo ese psiquiatra vienés epiceno, que además se llamaSegismundo y tiene una esposa dominante, es el único cli·ché de Pussycat. La galeríade lugares comunes es abun·dante: la ninfómana, el sedu·cido profesional, el psiquiatraque resuelve los problemasajenos pero que no puede resolver el suyo propio, etc., etc.
Otro aspecto decisivo dePussyeat es la auto-concien·cia, el afán paródico y autoparódico. Woody AIlen, au·
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lar y argumentista, pertenecea esa nueva generación incapaz de construir un humorpropio, mas sumamente hábilen la tarea de destruir la solemnidad y las mitologíasajenas. Así, cada escena depusS')lcat está construida como un juego, una diversión acosta de esquemas mentalesy culturales, que van desdeel ataque al matrimonio,. típica de las comedias norteamericanas, hasta la burla deFellini y sus memorias sádicosolitarias. Este es otro graninconveniente de Pussycat:se vuelve un film ancilar,servil ante los objetos de sucritica, incapaz de .existirpor su cuenta y riesgo. Enprimer lugar, y ése es unproblema genérico, la parodia siempre es un géneroinferior, puesto que nuncapuede ser superior a lo parodiado. En se~ndo término,una sucesión de sketches jamás logra la unidad orgánica. Se pierde el timing, elsentido del ritmo y todo depende en última instancia delas posibilidades exteriores,nunca del vi~or interno de lacinta. Moraleja: Nunca ninguna suma de parodias llegará a integrar una sátira.
Lo que interesa de estascomedias no es tanto su calidad intrinseca, sino la manera en que expresan, de unmodo dócil, el conjunto dedoctrinas culturales e ideasvitales que integran la cosmogonía de la cIase media.Después de éussycat, ya sabeuno que la cIase media adora la psicología y por lo·mismo le· fascina burlarse delobjeto de su reverencia; piensa que no hay nada más orgiástico y fin-del-mundo queuna fiesta a-go-go, acepta yacomplacida la idea de quesiempre es humorística lapromiscuidad s e x u a 1, gozahasta la saciedad el adulterio,ha santificado la importanciadel pelo largo y ha decidido,finaimente, la naturalidadabsoluta de eso. ¿Algo más?S~ pese a su sociologismo,esta interpretación sigue siendo valida, ya que películascomo ¿Qué hay de nuevo,PusS')lcat? dependen, paraexistir, de un market researchprevio, de la cuidadosa aplicación de la mercadotecniaal examen del gusto masivo.y pues que paga el vulgo.
teatro
ubu rey:el ilimitado
afánde poder
porAlberto Dallal
El teatro, enamorado desdehace tiempo de la forma,plantea en la actualidad unalucha constante entre tendencias. Las batallas se libranmás en los escenarios, a través de los ojos y de las sensaciones, que en la letra impresa. Las palabras vuelan enel espacio, impregnadas deluces, y el espectador las asimila, las goza y, si así lo desea, las rechaza. El directorde escena es ya un especialista, pues los elementos quemanipula quedan, aun sinuna intención premeditada,dentro de clasificaciones particulares. Teatro clásico, teatro popular, teatro poético,teatro de vanguardia sonahora vocablos y capítulosde la historia del teatro, peroasimismo conceptos universales sobre el arte teatral, selección de procedimientos, nosólo de obras, para una uotra realización. Todos estostipos de teatro pueden serincluidos en el repertorio deuna compañía y el públicoescogido y la crítica los aceptará por ser fieles creyentesde su coexistencia. Sin embargo, el público grueso, el
mayoritario, en el cual seapoya la supervivencia delteatro como experiencia, como espectáculo y no como literatura, ¿no se siente atraido por una o dos clases deteatro solamente? El públicoque asiste al teatro a sentir,no a razonar, ¿no seleccionasegún su propia naturaleza yla de la obra que se le ofrece ante los ojos?
El nombre de Alfred Jarrydebe estar sin duda mencionado en todos los estudios serios sobre el teatro contemporáneo. Sin embargo, descontando al público francés,Jarry es amigo lejano del público universal, pues a estasalturas se halla más cerca dela literatura y de la investigación que de los escenarios.Las causas, sin serlo tanto,resultan razonables a primera vista: Ubu Rey, la obraque Alfred Jarry publicara yestrenara por primera vez en1896, a los 23 años de edad,por llevar contenidas las innovaciones que posteriormente elaborarían y desarrollarían los movimientos de vanRuardia, se pierde en el aludde tendencias y de cronologías que le han de seguir. Envarias ocasiones, tras de breves reconocimientos en tornoa su estilo, Ubu Rey vuelvea ser emplazado en las corrientes del teatro francésmoderno, pero sin que la ceremonia bibliográfica implique la enumeración total yla descripción profunda delos e.xcepcionales atributos dela pieza. Al correr del tiempo, las clasificaciones de UbuRe,Y se hacen más justas, másexactas. Con. respecto a suscontemporáneos, por ejem-
plo, Jarry, con una sola obra,se hace acreedor a múltipleselogios, ya que un Ubu Reyes al teatro de hoy muchomás de lo que diez obras delfin de siecle son a la producción de la época. Pero, ¿podrá existir mayor audacia quela de adelantarse treinta, cuarenta, cincuenta años a losmovimientos artísticos? ¿Quéqueda -y de quedar algo,quién nos lo ha hecho saber- no ya de los Donnay,de los Curel, los Hervieu, losBrieux, sino de todas las ideascon las que el Théatre d'Artpensaba revolucionar el arteteatral? Las teorías inmersasen Ubu Rey, en este sentido,son más que premoniciones.La intuición de Alfred Jarry puede situarse en los terrenos de la genialidad, en elmismo ámbito en el que seencuentra el pensamiento deDiderot, cuyas obras asustanaún a nuestros contemporáneos. Porque los genios no sólo llegan a dominar su personal forma de expresión, nosólo prevén los fenómenosque sobrevendrán en el futuro, sino también deducen laactitud del hombre ante dichos fenómenos. En sus razonamientos incluyen los vira-
. jes del espíritu de los humanos, infinito en posibilidadesde cambio.
Ubu Reyes una obra revolucionaria y militante, perosobre todo es antirrealista,antidocumentaI. Los elemen-
, tos de comedia contenidos enella, aunados al tono crítico de sus conceptos, así comolas circunstancias en que Jarry escribe la pieza, son factores que hacen de Ubu Rey unhecho teatral sin anteceden-
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