3 historias, 3 momentos (cerro san cristobal)

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HISTORIAS FALENCIAS V/S VIRTUDES EN UNA COMUNIDAD Generosidad v/s Egoísmo: La madre que sí sabía: En cierta ocasión un hombre vino a nuestra casa y me dijo: "Aquí cerca hay una familia hindú con ocho hijos que llevan mucho tiempo sin probar bocado". Al oírlo tomé un puñado de arroz y salí de toda prisa para que pudieran comer aquella noche. En los rostros de aquellos ocho niños vi dibujadas las huellas del hambre, como pocas veces las había visto. A pesar de ello, aquella madre tuvo el coraje de dividir el arroz en dos porciones iguales y salió con una. Cuando estuvo de vuelta pregunté: -¿A dónde has ido? ¿Qué has hecho? - ¡También ellos tienen hambre! Contestó la señora. Una familia de religión musulmana vivía en la casa de enfrente y tenía otros tantos hijos. Aquella madre sabía que también ellos tenían hambre. Lo que me conmovió fue que ella sabía y, puesto que sabía, fue generosa hasta el heroísmo de la privación. ¡Esto es algo realmente hermoso! ¡Eso es amor de verdad!. Aquella mujer dio con dolor. ¡Tendrías que haber visto los rostros de aquellos pequeños! Ellos comprendieron verdaderamente lo que su madre había hecho. El gesto de su madre les enseñó lo que es el amor auténtico. Relato de la Madre Teresa de Calcuta. Piensa: ¿Doy a los demás ayuda material y humana (comprensión, amistad, solidaridad, empatía, contención emocional, apoyo frente a la adversidad, etc.) solo cuando tengo en exceso para dar, o siempre que se necesite?, ¿Me cuesta dar lo que tengo, y me justifico con que; “no alcanzará para todos”, “me costó

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3 Historias, 3 MomentosCatequesis Confirmación

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HISTORIAS FALENCIAS V/S VIRTUDES EN UNA COMUNIDAD

Generosidad v/s Egosmo:La madre que s saba:En cierta ocasin un hombre vino a nuestra casa y me dijo: "Aqu cerca hay una familia hind con ocho hijos que llevan mucho tiempo sin probar bocado". Al orlo tom un puado de arroz y sal de toda prisa para que pudieran comer aquella noche. En los rostros de aquellos ocho nios vi dibujadas las huellas del hambre, como pocas veces las haba visto. A pesar de ello, aquella madre tuvo el coraje de dividir el arroz en dos porciones iguales y sali con una. Cuando estuvo de vuelta pregunt: -A dnde has ido? Qu has hecho? - Tambin ellos tienen hambre! Contest la seora. Una familia de religin musulmana viva en la casa de enfrente y tena otros tantos hijos. Aquella madre saba que tambin ellos tenan hambre. Lo que me conmovi fue que ella saba y, puesto que saba, fue generosa hasta el herosmo de la privacin. Esto es algo realmente hermoso! Eso es amor de verdad!. Aquella mujer dio con dolor. Tendras que haber visto los rostros de aquellos pequeos! Ellos comprendieron verdaderamente lo que su madre haba hecho. El gesto de su madre les ense lo que es el amor autntico. Relato de la Madre Teresa de Calcuta.Piensa: Doy a los dems ayuda material y humana (comprensin, amistad, solidaridad, empata, contencin emocional, apoyo frente a la adversidad, etc.) solo cuando tengo en exceso para dar, o siempre que se necesite?, Me cuesta dar lo que tengo, y me justifico con que; no alcanzar para todos, me cost ganrmelo, no tengo tiempo, tengo que pensar primero en mi, l/ella est exagerando, no es para tanto?

Soberbia v/s Sencillez:Se vender cachorros:Un tendero estaba clavando sobre la puerta de su tienda un letrero que deca: "Se venden cachorros" Letreros como ese tienen una atraccin especial para los nios pequeos y efectivamente, un nio aparecibajo el letrero del tendero.

- Cunto cuestan los cachorros?- pregunto - Entre $30 y 50 mil pesos, respondi el tendero.El nio meti la mano en su bolsillo, - tengo$5 mil - dijo - puedo verlos, por favor? El tendero sonri ysilb, y de la caseta de los perros sali "Dama", que corri por lpasillo de la tienda seguida de cinco pequeitas, diminutas bolas depelo. Un cachorro se estaba demorando considerablemente. El nioinmediatamente distingui al cachorro rezagado era cojo!.- Qu le pasa a ese perrito?- preguntEl tendero le explic que el veterinario haba examinado al cachorro yhaba descubierto que le faltaba una cavidad de la cadera y que cojearapor siempre. Estara lisiado toda su vida. El nio se entusiasm.- Ese es el cachorro que quiero comprar - dijo.-NO, t no quieres comprar ese perrito. Si realmente lo quieres, te lovoy a regalar- dijo el tendero.El nio se enfad mucho. Mir al tendero directo a los ojos, ymoviendo el dedo replic:- No quiero que me lo regale. Ese perrito vale exactamente tanto como los otros perros y voy a pagar su precio completo. De hecho, ahorale voy a dar lo que tengo, y 5 mil al mes hasta terminar depagarlo. El tendero replic:- Realmente no quieres comprar este perrito. Nunca va a poder correr,brincar ni jugar contigo como los otros cachorritos.Al or esto, el nio se agach y se enroll lapierna del pantaln para mostrar una pierna izquierda gravementetorcida, lisiada, sostenida por un gran aparato ortopdico de metal.Mir al tendero y suavemente le respondi.- Bueno, pues yo tampoco corro tan bien que digamos, y el cachorritova a necesitar a alguien que lo entienda.

Piensa: Habr veces que pienso como el tendero? Creo que mientras ms cosas y ropa tengo, mientras salude a ms personas en una fiesta, mientras ms destaque de los dems (que muchas veces son mis propios amigos), soy mejor persona, tengo ms valor que los otros? Crees que eres mejor que los dems por tener cualidades que otros no?

Envidia v/s Perdn:Cuentan que una vez hubo un hombre, que rodo por la envidia ante los xitos de su amigo, le calumni grandemente. Tiempo despus se arrepinti de la ruina que haba ocasionado a su amigo con sus calumnias, y fue a confesarse. Ya una vez en el confesionario y despus de haber confesado su pecado, pecado grave contra el sptimo Mandamiento, como le dijo el confesor, pues Usted le ha robado a su amigo, el valor ms grande que una persona tiene ante la Sociedad, como son su dignidad, su reputacin, su derecho a la buena fama, y contra el octavo Mandamiento, pues lo que Usted dijo de l son solo calumnias, le pregunt al sacerdote: "Cmo puedo reparar todo el mal que he hecho a mi amigo? Qu puedo hacer?". A lo que el sacerdote le respondi: "Tome un saco llena de plumas y sultelas por donde quiera que vaya. Y una vez que lo haya hecho, vuelva. Y que Dios le acompae". El hombre, muy contento ante aquel mandato tan fcil, sali rpido fuera de la Ciudad en busca de una granja, y una vez que hubo conseguido el saco lleno de plumas, regres a ella, y sin esperar ni un minuto ms, empez a pasearse por las calles lanzando al aire, en todas direcciones, las plumas que llevaba en el saco. Y una vez que lo hubo vaciado del todo, volvi a la Iglesia en busca del sacerdote con el que se haba confesado y lleno de satisfaccin le dijo: "Padre: ya he hecho lo que me mand esta maana". Pero cual no fue su sorpresa, cuando el sacerdote le dijo: "No hijo, esa es la parte ms fcil. Ahora debe volver a las mismas calles en las que las solt, e ir recogindolas una por una, hasta que vuelva a tener el saco lleno, y luego vuelva a verme. Y que Dios le acompae. El hombre se sinti muy triste, pues saba lo que eso significaba. Y por ms empeo que puso no pudo juntar casi ninguna. Al volver a la Iglesia al da siguiente, se lo explic al sacerdote con una profunda pena y un verdadero arrepentimiento, pero ste le dijo: "As como no pudo juntar las plumas que Usted solt porque se las llev el viento, as mismo la calumnia que Usted lanzo contra su amigo, vol de boca en boca y su amigo jams podr recuperar del todo la fama, la reputacin que Usted le quito."Lo nico que Usted puede hacer es pedirle perdn a su amigo, y hablar de nuevo con todas aquellas personas ante las que lo calumni, dicindoles las verdad, para reparar as en la medida de lo posible el dao que le ha causado a su amigo y para tratar de restituirle en la medida que pueda su fama, su reputacin".Piensa: Reflexiona libremente respecto a cmo esta situacin se podra ver reflejada en tu vida.