38251589 codigo civil argentino comentado obligaciones tomo ii a 652 a 895
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CÓDIGO CIVIL COMENTADO
OBLIGACIONES
F É L I X A . T R I G O R E P R E S A S
R U B É N H . C O M P A G N U C C I D E C A S O
Directores
CÓDIGO CIVIL
COMENTADO
DOCTRINA - JURISPRUDENCIA - BIBLIOGRAFÍA
OBLIGACIONES
Tomo II
Artículos 652 a 895
R U B I N Z A L - C U L Z O N I E D I T O R E S
Talcahuano 442 - Tel. (011) 4373-0544 - C1013AAJ Buenos Aires
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Queda hecho el depósito que dispone la ley 11 723
I M P R E S O EN A R G E N T I N A
AUTORES DE ESTE TOMO
A r t í c u l o s A u t o r e s
6 5 2 a 7 23 F É L I X A . T R I G O R E P R E S A S
7 2 4 a 7 55 R U B É N H . C O M P A G N U C C I D E C A S O
7 5 6 a 7 6 6 H É C T O R D A N I E L A R C A
7 6 7 a 7 83 R U B É N H . C O M P A G N U C C I D E C A S O
7 84 a 7 98 M A R C E L O R O L A N D O B L A N C O
M A R Í A D EL C A R M E N A N G E L I N I
7 9 9 y 8 00 R U B É N H . C O M P A G N U C C I D E C A S O
8 0 1 a 8 17 V A L E R I A M O R E N O
8 1 8 a 8 3 1 N O R A F A R I Ñ A
8 3 2 a 8 61 C A R L O S E C H E V E S T I
8 62 a 8 67 V A L E R I A M O R E N O
8 68 a 8 87 M A R C E L O R O L A N D O B L A N C O
M A R Í A D E L C A R M E N A N G E L I N I
8 88 a 8 95 V A L E R I A M O R E N O
T Í T U L O XI
D E L A S O B L I G A C I O N E S C O N C L Á U S U L A P E N A L
Art. 652 La cláusula penal es aquella en que una persona, para asegurar
el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena o
multa en caso de retardar o de no ejecutar la obligación.
Concordancias: arts. 654, 655, 659, 1189.
A) Bibliografía especial
COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H., Inmutabilidad de la cláusula penal
y la incidencia de la desvalorización monetaria, Lex, La Plata, 1979;
DÍAZ, Guillermo, La inmutabilidad de la cláusula penal, El Ateneo, Bue
nos Aires, 1936; KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída,
La cláusula
penal, Depalma, Buenos Aires, 1981; Reajuste de la cláusula penal di-
neraria en razón de la pérdida del poder adquisitivo de la moneda, en
J.A. 1979-IH-257 y ss.; LOBATO DE BLAS, Jesús María,
La cláusula
penal en el Derecho español, Universidad de Navarra, Pamplona, 1974;
MOISSET DE ESPANÉS, Luis, Posibilidad de actualizar el monto de
las cláusulas penales, en J.A. 1979-111-44 y ss.; Restitución de sumas en
caso de resolución y cláusula penal compensatoria: posibilidad de ac
tualización, en J.A. 1984-III-236 y ss.; RAMELLA, A nteo E., Arras con
firmatorias penales y cláusulas penales, en L.L. 1987-C-677 y ss.; ROCA
SASTRE, Ramón Ma. y PUIG BRUTAU, José, La cláusula penal en las
obligaciones contractuales,
en
Estudios de Derecho Privado,
Revista de
Derecho Privado, Madrid, 1948, t. I, ps. 269 y ss.; VOCOS, Fernando y
VOCOS, Eduardo J., Cláusula penal, en J.A. Reseñas 1969-187 y ss.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Noción.
2. Antecedentes históricos. 3. Funciones. 4. Clases. 5. Caracteres.
9
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
1. Noción
Sin perjuicio de la definición de cláusula penal contenida en el
artículo en comentario, quizá podría decirse, con mayor propiedad,
que se trata de una estipulación accesoria, por la cual una persona se
compromete a una prestación indemnizatoria, para el caso de incum
plimiento de una obligación o de no cumplirse la misma en debida
forma.
2. Antecedentes históricos
En el Derecho Romano la stipulatio
poence,
como se la denominaba,
era una obligación de tipo condicional, que se tornaba exigible ante
la frustración de la principal.
Empero en el Derecho antiguo, cuando las únicas obligaciones exi-
gibles compulsivamente eran las de dar sumas de dinero, la stipulatio
poence vino a posibilitar el cumplimiento forzado de todas las demás
obligaciones no dinerarias; puesto que habiéndose estipulado una pena
en dinero, el deudor se hallaba entonces obligado a pagarla. El carácter
de la cláusula penal en dicho período fue pues esencialmente com
pulsivo.
Más adelante, cuando en el Derecho Romano se reconoció la exi-
gibilidad de las obligaciones del deudor mediante la ejecución de sus
bienes, la cláusula penal se continuó empleando pero con otros fines:
a) por su intermedio se libraba ante todo al acreedor de la carga de
la prueba del perjuicio sufrido por el incumplimiento, y b) se evitaba
asimismo el riesgo del arbitrio judicial en la estimación del daño, dado
que el monto del mismo quedaba fijado de antemano en la cláusula
pactada. O sea que su carácter en este período pasa a ser preferente
mente indemnizatorio.
3. Funciones
En el Derecho moderno la cláusula penal continúa conservando la
doble función que tenía en el Derecho Romano, aunque con algunas
variantes.
Es ante todo compulsiva, aunque no en el sentido que tuvo en la
primera época de Roma, atento a que en la actualidad son exigibles
10
lo que no es necesario recurrir a la cláusula penal para darles fuerza
obligatoria. Pero de todas maneras tal cláusula conserva su carácter
compulsivo, dado que por su intermedio se puede ejercer una presión
psicológica decisiva sobre la voluntad del deudor, inclinándolo hacia
el cumplimiento de lo debido, máxime si aquélla consiste en una
suma elevada y considerablemente superior a la de la prestación obli-
gacional.
Y es igualmente indemnizatoria, cualidad que prevalece en la ac
tualidad, dado que mediante la cláusula penal las partes dejan fijada
de antemano la indemnización que corresponderá en caso de incum
plimiento, evitándose entonces tanto la carga de la prueba de la exis
tencia del daño y de su monto (arts. 655 y 1189), como el discrecio-
nalismo judicial sobre tal cuestión. Es en este sentido un "sucedáneo
convencional de los daños e intereses", como acertadamente la deno
minara Lafaille.
4. Clases
En el mismo texto del artículo 652 se alude a dos tipos de cláusulas
penales, que se corresponden exactamente con la clasificación de los
daños y perjuicios en compensatorios y moratorios.
La cláusula penal compensatoria es la que se pacta para la hipótesis
de inejecución absoluta; en dicha situación, una vez producido el in
cumplimiento el acreedor debe optar, en principio, entre reclamar la
pena o exigir el cumplimiento de la prestación (art. 659), salvo con
vención en contrario.
5. Caracteres
La cláusula penal tiene los siguientes caracteres: a) accesoria; b)
condicional; c) subsidiaria; d) es estipulable a favor del acreedor o de
un tercero y por un tercero; e) de hermenéutica restrictiva, y f) de
inmutabilidad relativa.
Pasamos a considerarlos.
a)
Accesoria.
Que la cláusula penal es una obligación que siempre
accede a otra principal resulta de lo expresamente establecido en el
l l
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
artículo 524, en el cual se la menciona como ejemplo de "obligacio
nes [...] accesorias respecto del objeto de ellas", e igualmente del texto
de la nota a su artículo 663. Resulta por ende inconcebible una cláusula
penal aislada.
Y como consecuencias generales de tal carácter accesorio tenemos
las siguientes:
1) Que el acreedor tiene siempre el derecho de obtener el cum
plimiento de la prestación principal, ya que la pena constituye
para él una simple opción (art. 659), razón por la cual el deudor
no puede liberarse pagando esta última (art. 658);
2) la nulidad de la obligación principal causa la nulidad de la
cláusula penal, pero no a la inversa (art. 663);
3) la extinción de la obligación principal provoca la extinción de
la cláusula penal, pero no a la inversa (art. 665);
4) la condición o el plazo que afecten el vínculo relativo a la
obligación principal se proyectan y alcanzan a la cláusula pe
nal,
y
5) la competencia jud icial para entender sobre la prestación prin
cipal se extiende a la cláusula penal.
Aunque de todas formas existen a su turno algunas excepciones a
tales principios, según se verá a continuación.
Así, en punto a la nulidad se ha dicho, ante todo, que la cláusula
penal que garantiza una obligación que no es exigible judicialmente,
es válida siempre que se trate de una obligación lícita (art. 666), tal
como ocurre cuando se garantiza con una cláusula penal el cumpli
miento de una obligación natural asumida. Para otra posición mino
ritaria, en cambio, "la obligación inserta bajo el ropaje de la cláusula
penal es la única adeudada".
Y también se menciona el supuesto del artículo 664, que contempla
en rigor un caso de promesa del hecho de tercero, al establecer que
cuando una persona se obliga mediante una cláusula penal a que un
tercero cumplimente una prestación, si en definitiva dicho tercero no
lo hiciere, subsiste sin embargo la obligación por la penalidad. Aunque
con relación a este caso otra tendencia doctrinaria, a la que nos su
mamos, considera que en realidad no se trata de una excepción a tal
12
Art. 652
principio de accesoriedad de la cláusula penal, por cuanto la obligación
del deudor es propia y directa, y por lo tanto su incumplimiento con
figura la consiguiente responsabilidad (art. 1163).
Finalmente, la excepción al principio con tenido en la segunda parte
del artículo 663, sobre que la nulidad de la cláusula penal no afecta
a la obligación principal, se da en los casos contem plados en el artículo
526: "Si las cláusulas accesorias de una obligación fueren cláusulas
imposibles, con apariencias de condiciones suspensivas, o fueren con
diciones prohibidas", en los cuales "su nulidad hace de ningún valor
la obligación principal". Se ha dicho que en situaciones semejantes
se considera que la cláusula accesoria está ejerciendo tal presión o
extorsión ilegítima con respecto a la obligación principal, que no
cabe otra salida que pronunciar la nulidad de ésta.
Aunque también puede sostenerse con otra parte de nuestra doctrina
que si la pena resulta extorsiva, bastaría con declarar su nulidad para
lograr el fin perseguido, ya que de esta forma el cumplimiento de la
obligación principal no podría ser exigido por tales medios extorsivos,
pero sí por los normales que la ley establece.
b) Condicional. La cláusula penal es condicional, en el sentido de
que su existencia depende del hecho futuro e incierto de que el deudor
cumpla o no la prestación principal. Pero debe entenderse que lo con
dicional está en la misma eficacia de la cláusula penal y no en la
obligación principal a la que accede. Esta última no debe considerarse
condicional por la sola circunstancia de ir acompañada por una cláusula
penal, sino que habrá o no de ser condicional según que tenga o no
condiciones.
c) Subsidiaria. La cláusula penal figura en el contrato como un
sustituto de la prestación principal para el supuesto de inejecución de
la misma, y en ello reside su carácter subsidiario.
Por ello es que el deudor no puede pretender liberarse del cum
plimiento pagando la cláusula penal, tal como lo establece el artículo
658; como así que el acreedor tampoco puede pretender, antes de la
inejecución, que se le pague la cláusula penal en lugar de la prestación
debida, aunque sí pueda hacerlo después de producido el incumpli
miento de la obligación principal (art. 659).
13
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
d) Estipulable a favor del acreedor o de un tercero y por un tercero.
Este tipo de cláusulas pueden ser constituidas a favor del acreedor o
de un tercero (art. 653), aunque lo más común es que lo sea a favor
del primero.
E igualmente puede ser constituida por el deudor o por un tercero,
según resulta de lo establecido en el artículo 518; pese a que lo corriente
también es que lo sea por el propio obligado.
e) De hermenéutica restrictiva. En aplicación del principio del favor
debitoris, la interpretación de las cláusulas penales ha de ser restrictiva.
Por lo cual, verbigracia, no sería posible extender una cláusula com
pensatoria para sancionar la mora del deudor, o hacerla más gravosa
de lo convenido, ni tampoco se podría entender que efectivamente se
había pactado una cláusula penal, existiendo dudas sobre si realmente
se convino o no.
f) De inmutabilidad relativa. Por la trascendencia de esta caracte
rística y las cuestiones a que ha dado lugar, se la considera por separado
en el comentario al artículo 656.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1.
C oncep to. 2. Funciones. 3. Ha de convenirse expresam ente. 4. Fs accesoria.
5. Es condiciona l. 6. De interpretación restrictiva. 7. Casos.
1. Concepto
La cláusula penal es la estipulación accesoria a una obligación
principal, por la cual el deudor deberá satisfacer cierta prestación si
no cumpliere lo debido o si lo cumpliere tardíamente
1
.
2. Funciones
La cláusula penal tiene una doble finalidad, toda vez que importa
una liquidación convencional por anticipado de los daños y perjuicios
que el incumplimiento cause al acreedor, y también procura compe
ler al deudor a satisfacer la prestación principal, para eludir la apli-
1
CNCiv., sala D, 14-8-84, E.D. 112-494.
14
Art. 652
cación de la pena
2
. Siendo, en este último sentido, un sucedáneo
convencional de los daños y perjuicios
3
.
3. Ha de convenirse expresamente
Aunque no se exigen fórmulas sacramentales, debe ser expresa
mente convenida, no pudiendo serlo implícitamente, ni incorporarla
por analogía
4
.
4. Es accesoria
La cláusula penal es una obligación accesoria de otra principal,
siendo por lo tanto inconcebible una cláusula penal aislada
5
.
5. Es condicional
Es también condicional en orden a la necesaria existencia de una
obligación principal
6
.
2
CNFed.CC, sala II, 3-2-98, L.L. 1998-F-670; sala III, 10-10-96, L.L. 1998-C-252
y E.D. 173-95; CNCiv., sala A, 2-9-97, J.A. 1998-11-97 y L.L. 1999-B-792, S-41.308;
9-9-93,
E.D. 157-117; id., 22-12-83, E.D. 107-713; sala B, 28-9-90, L.L. 1991-B-143
yD.J. 1991-2-68; id., 16-11-90, L.L. 1991-C-9 y D.J. 1991-2-20; 3-8-81, E.D. 96-255;
sala C, 3-7-84, J.A. 1985-11-454; id., 17-11-83, E.D. 108-99; sala D, 9-9-99, L.L.
2000-C-911, S-42.698; 5-3-92, E.D. 152-401; 4-7-88, L.L. 1988-E-419; 14-8-84, L.L.
1985-C-77, J.A. 1984-III-433 y E.D. 112-494; sala G, 8-11-90, L.L. 1991-E-23; id.,
8-4-81, L.L. 1982-A-236 y E.D. 94-275; 5-12-80, E.D. 92-585; sala I, 9-9-97, L.L.
1999-C-729, S-41.462; sala L, 4-3-99, L.L. 2000-C-914, S-41.712; CNCom., sala A,
14-12-89, L.L. I990-C-365; sala B, 5-2-99, L.L. 1999-D-193 y J.A. 1999-11-155; id.,
22-7-91, L.L. 1991-E-392; sala C, 2-4-85, L.L. 1985-C-361; sala D, 4-9-84, L.L.
1985-A-157; SCBA, 4-12-90, L.L. 1991-C-221 y E.D. 145-121; C1"CC de La Plata,
sala I, 1-2-94, Juba7 B100358; C l
a
C C de San Isidro, sala II, 25-2-88, D.J. 1988-2-949;
CCC de Mercedes, sala II, 14-8-84, E.D. 110-689; CCC 4
a
Circ. de Córdoba, 4-6-81,
E.D. 99-730, sum. 143; CApel. de Concordia, Sala III Civ. y Com., 6-3-97, L.L.
Litoral 1998-2-83 y L.L. 1999-C-727, S-41.452, etc.
3
CFed., 21-9-67, J.A. 1968-11-182; íd„ 28-6-63, L.L. 112-805, S-9754.
4
Cám. de Córdoba, 28-9-56, C.J. 10-302.
5
CNFed.CC, sala III, 10-10-96, L.L. 1998-C-252 y E.D. 173-95; CNCiv., sala E,
20-3-87,L.L. 1988-C-198yDJ. 1988-2-783;salaG, 18-8-81, E.D. 95-701; CN Com ., sa
la C, 19-3-85, E .D. 114-631; C l
a
CC de Mar del Plata, sala I, 23-2-89 , Juba7 B13 50888.
6
CNCiv., sala E, 20-3-87, L.L. 1988-C-198 y D.J. 1988-2-783; sala G, 18-8-81,
E.D. 95-701; CNCom., sala C, 19-3-85, E.D. 114-631; Cl
a
CC de Mar del Plata, sala
I, 23-2-89, Juba7 Bl350888.
15
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
6. De interpretación restrictiva
No se puede entender que se había pactado efectivamente una cláu
sula penal si existen dudas sobre si realmente se la convino o no
7
.
7. Casos
Configuran cláusulas penales: a) la suma depositada en garantía
por los oferentes en una licitación convocada por un particular, pues
ella cubre los daños que pueda sufrir este último con motivo del retiro
de aquéllos antes de la adjudicación
8
; b) la cláusula de una promesa
de venta, conforme a la cual el promitente se obliga a devolver la
suma recibida más otro tanto, si aquélla no se cumple por su culpa
9
.
Art. 653 La cláusula penal sólo puede tener por objeto el pago de una
suma de dinero, o cualquiera otra prestación que pueda ser
objeto de las obligaciones, bien sea en beneficio del acreedor
o de un tercero.
Concordancias:
arts. 953, 1168, 1169.
A) Bibliografía especial
La del artículo anterior.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
N egocio jurídico en sí mismo. 2. El objeto.
1. Negocio jurídico en sí mismo
El carácter accesorio de la cláusula penal no obsta a que consista
en un negocio jurídico en sí misma: o sea que aunque dependa jurí-
7
CFed., 17-3-37, J.A. 57-652; Cám. Civ. 2
a
, 24-10-34, J.A. 48-203; CNCiv., sala
G, 22-5-86, E.D. 122-470; Cám. Com., 12-8-58, J.A. 1958-111-77; CNCom., sala E,
17-11-86, L.L. 1987-A-633; Cám. 2
a
de La Plata, 17-9-57, DJBA 52-653; Cl
a
CC de
Mar del Plata, sala I, 23-2-89, Juba7 B1350888; Cl
a
CC de Córdoba, 26-2-98, L.L.C.
1998-853 y L.L. 1999-F-737, S-42.023.
8
CNCiv., sala C, 21-4-70, J.A. 7-1970-498.
9
SCBA, 11-8-64, DJBA
16
Art. 654
dicamente de la principal, es igualmente un negocio con elementos
estructurales propios: objeto, sujetos y fuente.
2. El objeto
Como toda prestación, el objeto de la pena debe ser posible, va-
lorable patrimonialmente, determinable y lícito.
Y en cuanto a su contenido, a estar a lo que establece la norma
en comentario, la prestación que constituye el objeto de la cláusula
penal puede consistir en dar, hacer o no hacer (art. 495), aunque fre
cuentemente se trate de prestaciones de dar sumas de dinero.
Art. 654 Incurre en la pena estipulada, el deudor que no cumple la
obligación en el tiempo convenido, aunque por justas causas
no hubiese podido verificarlo.
Concordancias:
arts. 513, 656, 657, 660, 662 a 665, 888.
A) Bibliografía especial
La del artículo 652.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Presupuestos para la exigibilidad de la pena. 2. Incumplimiento absoluto o
relativo de la prestación principal. 3. La mora del obligado. 4. Un factor atributivo
de la responsabilidad. 5. Innecesariedad del daño.
1. Presupuestos para la exigibilidad de la pena
Hay una gran similitud entre las condiciones requeridas para la
procedencia de la reclamación de los daños y perjuicios y las necesarias
para pretender la exigibilidad de la cláusula penal. Así, de la misma
manera que en materia de daños y perjuicios, son necesarios los re
caudos que se pasan a considerar.
2. Incumplimiento absoluto o relativo de la prestación principal
Se requiere ante todo la existencia de una obligación principal que
el deudor incumplió o cumplió en forma parcial o defectuosamente,
17
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
según se trate de pena compensatoria o moratoria. Debiendo valorarse
esta exigencia conforme a la buena fe, de manera que la misma no
se configura cuando el incumplimiento afecte a circunstancias irrele
vantes, que no fueron determinantes de la voluntad de las partes.
3. La mora del obligado
Con relación a este tema existen dos normas aparentemente con
tradictorias, cuya interpretación diera lugar a posturas contrapuestas.
En efecto, el artículo 654 en comentario dispone que: "Incurre en la
pena estipulada, el deudor que no cumple la obligación en el tiempo
convenido , lo que da la sensación de la no necesidad de la previa
interpelación al obligado para que el mismo incurra en mora, mientras
que el subsiguiente artículo 655 dice en cambio que la pena o multa
corresponde "...cuando el deudor se hubiere constituido en mora", ha
ciendo pensar por el contrario en que será necesario el previo reque
rimiento de pago al deudor para su constitución en mora.
Ello dio lugar en su momento, como se dijo, a una controversia
interpretativa que dividió a nuestras doctrina y jurisprudencia. Pero
dicha discusión ha perdido mayormente su interés después de la reforma
del artículo 509 por el decreto-ley 17.711/68, que estableciera como
principio general de nuestro régimen, el de la mora automática por el
solo no cum plimiento en el tiempo debido. Aunque em pero será todavía
necesaria la previa interpelación al deudor, para que entre en juego la
cláusula penal, en aquellos supuestos que han quedado en nuestro
sistema vigentes como excepciones a la mora de pleno derecho.
. Un factor atributivo de la responsabilidad
Igualmente se encuentran divididas las opiniones sobre si es o no
preciso para que proceda la pena que medie, además, culpa o dolo
del deudor de la obligación principal incumplida.
En este sentido, para una corriente que entiende que para que se
produzca la mora basta con el mero retardo, desprovisto de toda con
notación axiológica subjetiva u objetiva, tal exigencia resulta obvia
mente innecesaria, pues la sola demora del deudor habrá de abrir las
puertas a la cláusula penal.
18
Art. 654
Para otra tendencia, en cambio, es indispensable que la inejecución
de la prestación principal sea imputable a culpa, o a fortiori a. dolo,
del deudor, para que la cláusula penal entre en vigencia.
Y por último también se ha sostenido que siempre es menester la
presencia de un factor de atribución que califique el incumplimiento
absoluto o relativo de la prestación principal para que proceda la cláu
sula penal; pero que tal factor puede ser objetivo en la obligaciones
de resultado
(riesgo creado, garantía, etc.) y
subjetivo,
o propiamente
imputativo, en las de medios (dolo, culpa).
De todas maneras, para la mayoría de nuestra doctrina, esta exi
gencia de la imputabilidad implica como contrapartida que el caso
fortuito o la fuerza mayor habrán de liberar al deudor, tanto del cum
plimiento de la obligación principal como de la cláusula penal, lo cual
encuentra un sólido fundamento en lo previsto en el artículo 665, en
el sentido de que: "Si la obligación principal se extingue sin culpa
del deudor queda también extinguida la cláusula penal". Para este
entendimiento, entonces, las "justas causas" por las que el deudor no
hubiese podido cumplir, que según el artículo en comentario sin em
bargo no lo liberan del pago de la pena, sólo comprenden a aquellas
razones subjetivas que pudo tener el obligado, pero que no alcanzaban
carácter objetivo y general. O sea, en suma, que para que el deudor
responda por un incumplimiento sin culpa, debe haber asumido espe
cíficamente este riesgo, lo que por cierto es algo bien distinto a la
aceptación convencional de una cláusula penal.
5. Innecesariedad del daño
Por el contrario, según se verá en el comentario al artículo siguiente,
no se exige la existencia de daño alguno.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Imputabilidad del deudor. 2. Incumplimiento por caso fortuito. 3. Incum
plimiento imposible antes de la constitución en mora.
1. Imputabilidad del deudor
La cláusula penal se halla gobernada, en principio, por las mismas
19
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
normas que rigen la indemnización de daños e intereses, por lo que
se exige como primer presupuesto la imputabilidad del deudor, ya que
sin ese recaudo no existe ningún deber de indemnizar
1
.
2. caso
El deudor que no cumple la obligación por caso fortuito o fuerza
mayor no incurre en la pena convenida
2
; pero no lo eximen las difi
cultades que se le puedan haber presentado, en tanto no reúnan los
requisitos del casus
2
, los que en esta materia deben apreciarse con
cierta severidad
4
.
3. Incumplimiento imposible antes
de la constitución en m ora
Constituye presupuesto para la imposición de la pena moratoria
que la prestación debida sea de posible ejecución al tiempo de la
constitución en mora del deudor, puesto que de lo contrario tal impo
sibilidad de cumplimiento excluye las consecuencias derivadas de la
simple demora; por lo que entonces no puede el acreedor pretender
acumular el importe de la cláusula penal moratoria al resarcimiento
de los daños derivados del incumplimiento definitivo de la obligación
5
.
Art. 655 La pena o multa impuesta en la obligación, entra en lugar de
la indemnización de perjuicios e intereses, cuando el deudor
se hubiese constituido en mora; y el acreedor no tendrá derecho
a otra indemnización, aunque pruebe que la pena no es in
demnización suficiente.
Concordancias: arts. 509, 522 (anterior al decreto-ley 17.711/68), 524, 656, 660 , 663,
665, 1189.
1
C2
a
CC de La Plata, sala III, 14-3-89, Juba7 B350006.
2
Cám. Civ. I
a
, 17-5-37, L.L. 6-974; Cám. Civ. 2
a
, 8-9-24, J.A. 14-190; Cám. 2
a
de La Plata, 28-11-58, DJBA 57-117; CFed. de Rosario, 11-12-47, J.A. 1948-1-491.
3
Cám. Civ. I
a
, 17-5-37, L.L. 6-974; CNCiv., sala B, 4-9-57, L.L. 90-68; sala C,
31-12-52, J.A. 1953-11-47; sala D, 28-8-63, L.L. 112-110; id., 14-4-67, L.L. 128-672.
4
CNCiv., sala B, 15-4-66, J.A. 1966-111-269.
3
CNCiv., sala F, 2-8-84, E.D. 111-598.
20
Art. 655
A) Bibliografía especial
La del ar t ículo 652 y: CAZEAUX, Pedro N. , La cláusula penal y la depre
ciación monetaria,
en L .L . 1986-B-733 y s s .; CO M PA GN UC CI DE C A
S O , Rubén H. ,
Incump limiento del deudor y cláusula penal,
en L.L. 1994-
E-622 y s s . ; REZZÓNICO, Luis Mar ía , La inmutabilidad de la cláusula
penal y la inejecución dolosa de la obligación, en L.L . 126-201 y ss.;
T R I G O R E P R E S A S , F é l i x A . ,
Los intereses punitorios en las obligaciones
reajustadas por depreciación monetaria,
en L.L. 1985 -E-85 y ss.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. El requisito de la constitución en mora. 2. Inmutabilidad relativa de la
cláusula penal. 3. Daños distintos a los previstos en la cláusula. 4. Supuesto de
incumplimiento doloso. 5. Cláusula penal ínfima. 6. Cláusulas penales insuficientes
por efecto de la depreciación monetaria. 7. Repotenciación del capital cuando se
invoca una cláusula penal.
1. El requisito de la constitución en mora
Con relación a este recaudo mencionado por el artículo que co
mentamos, nos remitimos a lo expuesto al ocuparnos del precedente
artículo 654.
2. Inmutabilidad relativa de la cláusula penal
La inmutabilidad de este instituto implica, según así resulta de lo
dispuesto en los artículos 655, 656 y 1189, que después de pactada
la cláusula penal ya no será posible cambiarla, ni pretender su incre
mento o disminución. En efecto, cuando se ha pactado una cláusula
de esta índole: el acreedor no tiene derecho a reclamar una indemni
zación mayor aunque pruebe que la señalada en la cláusula penal no
es suficiente (art. 655); el deudor no puede liberarse del pago de la
cláusula penal aunque demuestre que el acreedor no ha sufrido ningún
perjuicio (art. 656), y la indemnización, en suma, ha de consistir ex
clusivamente en el pago de la pena (art. 1189). Aunque cabe agregar
desde ya que tal inmutabilidad es relativa.
Se aceptan sin embargo algunas excepciones a la regla de este
artículo, que se pasan a considerar.
21
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
3. Daños distintos a los previstos en la cláusula
La regla no impedía la acumulación de la cláusula penal y los
daños y perjuicios cuando los producidos no son los previstos en la
pena, siendo entonces tarea de los jueces interpretar los contratos, con
el fin de determinar qué efectos tuvieron en cuenta las partes cuando
pactaron la multa. El supuesto típico de daños distintos se da si, por
ejemplo, se estipuló una pena por daños moratorios y el incumpli
miento fue total, o si a la inversa se previo solamente la hipótesis de
inejecución absoluta y se hubiesen producido además perjuicios mo
ratorios, puesto que entonces parece lógico reconocer al acreedor el
derecho de reclamar la indemnización de esos perjuicios diferentes,
además de la pena pactada.
4. Supuesto de incumplimiento doloso
También se menciona, como excepción al principio general de la
norma, el caso del incumplimiento doloso del deudor.
En efecto, se ha entendido que la cláusula penal produce un efecto
limitativo del resarcimiento en los supuestos normales de incumpli
miento imputable a culpa del deudor (caso general del art. 520), "pero
si interviene una novedad tan extraordinaria y particularmente ilícita
como es el dolo del deudor, al margen del juego ordinario de la cláusula
penal es indispensable aplicar el régimen especial represivo del dolo.
Por tanto el deudor responderá hasta un cierto monto por efecto de
dicha cláusula y por el daño adicional en los términos del artículo
521, por razón de su dolo".
Tal solución se funda, entre otros, en los siguientes argumentos:
dar valor absoluto a un convenio que hace irrisoria la reparación de
los daños significa contrariar lo dispuesto por el artículo 507, además
la conducta de quien intenta prevalerse de este tipo de convenios viola
lo dispuesto en los artículos 1198 y 1071, y por último cuando las
partes pactan una cláusula penal sin aclarar a qué tipo de incumpli
miento se refieren, es obvio que están previendo el culposo, pues el
dolo significa una circunstancia extraordinaria, que razonablemente
no puede encuadrarse dentro de los montos prefijados.
n
Art. 655
5.
Cláusula penal ínfima
Las cláusulas penales pueden haber sido ínfimas desde su naci
miento, en cuyo supuesto es posible que por su intermedio se haya
procurado infringir disimuladamente los principios que rigen la validez
y eficacia de las cláusulas limitativas o exonerativas de responsabilidad.
Por eso es que nuestra jurisprudencia también ha resuelto que co
rresponde admitir la reparación de los perjuicios suplementarios no
cubiertos por una cláusula penal ínfima, con el argumento de que la
inmutabilidad de la cláusula penal puede ser dejada de lado, no sólo
cuando la pena es exorbitante sino también cuando lo es ínfima, atento
a que "la pena ínfima convenida implica una suerte de dispensa del
dolo del deudor, pues es claro que éste se reserva la posibilidad de
cumplir o no según su arbitrio, si ha pactado para el caso de incum
plimiento una pena irrisoria".
6. Cláusulas penales insuficientes por
efecto de la depreciación monetaria
De otro punto de vista, el deterioro de nuestra moneda que se vino
operando hasta la sanción de la ley 23.928 provocó que numerosas
cláusulas penales se convirtiesen en indemnizaciones irrisorias, moti
vando a los deudores a incumplir. Nuestra jurisprudencia se negó pri
mero a toda posibilidad de reajuste, pero luego admitió la llamada
indexación de la cláusula penal desde la mora, y finalmente prevaleció
la posición del valorismo absoluto, que entendía que el reajuste del
valor de la cláusula penal no significaba modificar la obligación pactada
en relación a las circunstancias tomadas en cuenta para fijar su monto,
sino por el contrario mantener los valores que en su momento fue
intención real de las partes convenir.
Siendo ésta una situación que podría volver a plantearse después
de que la ley 25.561, que mantuvo el nominalismo de los artículos 7
o
y 10 de la ley 23.928, dejara al mismo tiempo sin efecto la conver
tibilidad uno a uno de nuestro peso con el dólar estadounidense, lo
que ya ha generado un proceso inflacionario, aunque afortunadamente
bastante inferior, hasta ahora, a lo que pudo temerse en un primer
momento.
23
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
7. Repotenciación del capital cuando
se invoca una cláusula penal
En este caso la cuestión es si la cláusula penal pone un valladar
al reajuste del capital, cuando no existe cláusula que admita la in-
dexación de la obligación principal.
La jurisprudencia también pasó al respecto, por varias etapas. En
la primera se entendió que el reajuste era un capítulo de la reparación
de los daños y perjuicios y que el artículo 655 ponía un freno impor
tantísimo al reajuste. Luego se empezó a aceptar el reajuste, pero sólo
si se acreditaba que la pena o intereses punitorios previstos resultaban
insuficientes para cubrir el desfase monetario, máxime cuando la pena
se había pactado muchos años antes, cuando la espiral inflacionaria
era imprevisible. Y finalmente terminó por prevalecer la teoría valo-
rista, impulsada por la Corte Suprema nacional, en cuya virtud la
existencia de la cláusula no impedía el reajuste del capital.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Constitución en mora. 2. Pena ínfima. 3. Daños distintos a los previstos en
la cláusula. 4. Incumplimiento doloso. 5. Reajuste por depreciación monetaria. 6.
Reajuste del capital cuando se invoca una cláusula penal.
1. Constitución en mora
tución en mora del deudor, salvo el caso de las obligaciones de no
hacer
1
; por lo que, tratándose de una obligación pura y simple, de
inmediata exigibilidad, es necesario el requerimiento fehaciente para
constituir en mora al deudor
2
.
2. Pena ínfima
Corresponde admitir la reparación de los perjuicios suplementarios
1
CFed., 24-11-60, J.A. 1961-1II-3, S-14; Cám. Civ. I
a
, 7-7-37, L.L. 7-687; Cám.
Civ. 2
a
, 7-10-46, L.L. 44-522 ; CNCiv., sala A, 1-10-65, L.L. 121-613; sala D, 14-7-65,
J.A. 1965-V-65; sala G, 7-5-86, E.D. 119-618; sala E, 6-9-88, L.L. 1990-B-547; Cám.
Com., 27-7-38, J.A. 65-199; CNCom., sala A, 15-5-57, L.L. 88-346.
2
CNCiv., sala C, 4-6-93, L.L. 1994-E-622.
24
Art. 655
no cubiertos por una cláusula penal ínfima, atento a que la misma
implica una suerte de dispensa del dolo del deudor; pues es claro que
éste, si ha pactado para el caso de incumplimiento una pena irrisoria,
se ha reservado así la posibilidad de cumplir o no según su arbitrio
3
.
3.
Daños distintos a los previstos en la cláusula
Se aceptan asimismo como excepción al principio de la inmutabi
lidad de la pena los casos en que con motivo del incumplimiento se
producen daños diferentes a los tenidos en cuenta en la cláusula con
venida. El supuesto típico de daños distintos se da si, por ejemplo, se
estipuló una pena por daños moratorios y el incumplimiento fue total,
o si a la inversa se previo solam ente la hipótesis de inejecución absoluta
y se hubiesen producido además perjuicios moratorios, puesto que
entonces parece lógico reconocer al acreedor el derecho de reclamar
la indemnización de esos perjuicios diferentes, además de la pena pac
tada
4
. Por el contrario, si la cláusula penal es compensatoria y tiene
en mira preestimar los daños para la hipótesis de la inejecución de la
obligación por el obligado, cabe concluir que producida la resolución
por incumplimiento, la indemnización de daños y perjuicios debe su
jetarse a la directiva del artículo 655
5
.
En este sentido, se ha considerado que si las consecuencias dañosas
para el acreedor no se hallaban comprendidas en la cláusula penal
pactada con otra finalidad, por tratarse de un daño sobreviniente a la
ruptura del contrato y por lo tanto no contemplado en la pena convenida,
el deudor debe el resarcimiento de ese daño que se origina en una
causa o título distinto al estipulado en la cláusula penal
6
.
4. Incumplimiento doloso
En el caso del incumplimiento doloso del deudor se ha entendido
3
CNCiv., sala A,
10-8-71,
L.L. 146-341 y E.D. 43-617.
4
SCBA, 31-12-43, L.L. 34-257; CNCiv., sala A, 26-10-84, E.D. 112-471; id.,
4-4-67, L.L. 127-355 y J.A. 1967-1V-249; sala B, 18-9-67, J.A. 1968-1-431; sala C,
28-2-67,
L.L. 126-56 y E.D. 19-83; sala D, 14-8-84, E.D. 112-494; CCCom.CAdm.
de San Francisco, 13-6-91, L.L.C. 1992-159.
5
CNCiv., sala C, 3-2-84, E.D. 110-496.
6
CNCiv., sala B, 17-2-67, L.L. 126-736.
25
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
que, como la cláusula penal, produce un efecto limitativo del resarci
miento en los supuestos normales de incumplimiento imputable a culpa
del deudor (caso general del art. 520 del Cód. Civ.), si interviene una
novedad tan extraordinaria y particularmente ilícita como es el dolo,
al margen del juego ordinario de la cláusula penal resulta indispensable
aplicar el régimen especial represivo del dolo; por lo que el deudor
responderá hasta un cierto monto por efecto de dicha cláusula y por
el daño adicional en los términos del artículo 521 del Código Civil,
en razón de su dolo
7
.
5. Reajuste por depreciación monetaria
Al principio se aceptó la indexación de la cláusula penal, pero sólo
desde la mora
8
, y más adelante se aceptó que el reajuste del valor de
la cláusula penal no significa modificar la obligación pactada en re
lación a las circunstancias tomadas en cuenta para fijar su monto, al
celebrarse el acuerdo, sino por el contrario mantener los valores que
en su momento fue intención real de las partes convenir
9
.
6.
El reajuste sólo se admitió en un primer momento si se acreditaba
que la pena o los intereses punitorios previstos eran insuficientes, para
cubrir el desfase monetario, máxim e si la pena se había pactado muchos
años antes, cuando era imprevisible la magnitud a la que llegaría la
inflación
10
. Pero terminó por prevalecer la postura valorista, cuya con
secuencia fue que la existencia de la cláusula no impedía el reajuste
del capital".
7
CNCiv., sala A, 13-12-66, E.D. 19-69, J.A. 1967-111-75 y L.L. 126-201.
8
CNCiv., sala C, 28-2-85, J.A. 1985-11-385.
9
C.S.J. de la Nac ión, 12-2-87, L.L. 1987-C-38 y D.T. 1988-A-243; id., 25-10 -88,
E.D. 131-440; CNFed.CC, sala I, 26-9-80, J.A. 1981-11-415; CNCiv., sala B, 3-8-81,
E.D. 96-255; sala D, 15-2-80, J.A. 1981-11-345; sala E, 15-12-80, E.D. 92-676; sala
F, 27-10-87, L.L. 1989-A-513; sala G, 1-3-83, E.D. 104-298; id., 23-5-84, E.D. 110-
496; sala M, 5-4-90, J.A. 1990-III-496; CNCom., sala C, 28-5-85, J.A. 1985-111-533.
10
CNCom., sala D, 18-3-83, E.D. 104-331 y L.L. 1983-D-230; sala F, 18-3-83,
L.L. 1983-D-231.
11
C.S.J. de la Nación, 25-10-88, L.L. 1989-C-774, sum. 2103; CNCiv., sala A,
12-6-86,
L.L. 1986-D-341; CNCom., sala C, 28-8-87, L.L. 1989-A-ll; id., 28-5-85,
26
Art. 656
Art. 656 Para pedir la pena, el acreedor no está obligado a probar que
ha sufrido perjuicios, ni el deudor podrá eximirse de satisfa
cerla, probando que el acreedor no ha sufrido perjuicio alguno.
Los jueces podrán, sin embargo, reducir las penas cuando su
monto desproporcionado con la gravedad de la falta que san
cionan, habida cuenta del valor de las prestaciones y demás c ir
cunstancias del caso, configuren un abusivo aprovechamiento
de la situación del deudor
Párrafo
agregado
por ley 17.711/68).
Concordancias: arts. 522 (anterior al decreto-ley 17.711/68), 655, 660.
A) Bibliografía especial
La de los artículos 652 y siguientes y: PALACIO, L. E., La sentencia de
remate y la posterior discusión sobre la exorbitancia de una cláusula
penal,
en L.L. 1988-E-257; ROCCA, Ival,
La prioridad del resarcimiento
pactado, en L.L. 1988-E-427; SALERNO, Marcelo U., Reducción de la
cláusula penal sin reclamo abusivo, en L.L. 1995-E-160.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Inversión de la carga de la prueba del
daño. 2. El principio de la inmutabi
lidad relativa.
3.
Cláusulas penales excesivas. 4. La gravedad de la falta sancionada.
5. El valor de las prestaciones y el daño sufrido. 6. La naturaleza y origen de las
prestaciones a las cuales accede. 7. El abusivo aprovechamiento de la situación del
deudor.
8.
¿Petición
de
parte
o
declaración
de
oficio para la reducción de la cláusula
excesiva?
1.
Inversión de la carga de la prueba del daño
Existiendo una cláusula penal, la ley presume que el acreedor ha
sufrido los perjuicios previstos en la convención.
2. El principio de la inmutabilidad relativa
En su originaria redacción, el Código Civil había consagrado la
inmutabilidad de la cláusula penal en los artículos 522, 655, 656 y
1189, tanto a favor del acreedor como del deudor.
L.L. 1985-D-199; sala D, 18-6-80, L.L. 1981-D-97; CNECC, sala 111, 22-8-80, E.D.
91-225; CCC de San Martín, sala I, 29-9-81, L.L. 1982-C-169.
27
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Para fundamentar este principio de la inmutabilidad se han dado
las siguientes razones:
a) Se evitan con él las discusiones de las partes y el arbitrio de
los jueces;
b) se reconoce el derecho de los interesados de convenir libremente
la indemnización del daño (art. 1197), y
c) nadie mejor que las propias partes para conocer aproximada
mente el monto de los daños.
De todas formas esta regla ya tenía sus excepciones en el primigenio
texto del Código Civil redactado por Vélez Sársfíeld, y su relatividad
se ha ampliado después de la reforma del decreto-ley 17.711/68, con
el segundo párrafo agregado al artículo 656.
3. Cláusu las penales excesivas
Cuando una cláusula penal consiste en una prestación cuyo valor
resulta notoriamente desproporcionado con respecto a los daños pro
ducidos, la doctrina y la jurisprudencia anteriores a la reforma del
decreto-ley 17.711/68 ya habían reconocido a los jueces potestad para
intervenir y poner un límite a tales exageraciones; aunque a ello se
llegara luego de un prolongado desarrollo.
La primera posición frente al originario texto del artículo 656 fue
la de acatar lisa y llanamente el principio de la inmutabilidad de la
cláusula penal consagrado en el mismo. Después esa solución se fue
morigerando, al tiempo que se empezaron a considerar inaceptables
ciertas cláusulas penales, y así se derivó el tema central de discusión,
a decidir si en tales casos correspondía invalidar toda la cláusula penal
o sólo reducirla a sus justos límites. Finalmente se impuso justifica
damente esta última postura, por cuanto se entendió que lo ilícito no
se encontraba en la cláusula penal en sí, que por cierto podía ser
válidamente pactada, sino en su exceso o abuso, por lo que no co
rrespondía su completa anulación, sino la reducción por los tribunales
de la demasía de las penas exorbitantes.
Ahora bien, esa facultad morigeradora que los jueces se fueron
arrogando lentamente en punto a la cuestión de la inmutabilidad de
la cláusula penal, vino a convertirse en una expresa facultad legal,
28
Art. 656
con el segundo párrafo agregado al artículo 656 por el decreto-ley
17.711/68, con el que ya no pueden caber dudas de que ahora el sistema
adoptado por nuestro Derecho Privado en esta materia es el de la
inmutabilidad relativa de la cláusula penal.
Doctrina y jurisprudencia han precisado también cuáles son las
pautas a tenerse en cuenta, con ajuste al segundo párrafo del artículo
656, para la determinación del exceso, los que se consideran a conti
nuación.
4. La gravedad de la falta sancionada
Esta expresión hace referencia al grado de reproche que merece
el incumplimiento y también al resultado objetivo que él produce.
5. El valor de las prestaciones y el daño sufrido
La desproporción debe subsistir en el momento de la aplicación
de la cláusula penal, dado que sólo entonces podrá determinarse en
concreto si hay o no relación entre los daños causados por el incum
plimiento y la pena. Pero con buen criterio el legislador no ha esta
blecido límites fijos vinculados al valor de las prestaciones, sino que
todo dependerá de las circunstancias del caso.
6. La naturaleza y origen de las
prestaciones a las cuales accede
A veces el objeto de la cláusula penal constituye un porcentaje
sobre la suma de dinero pactada como obligación principal, en cuyo
caso existe cierta analogía entre el problema de la limitación de las
cláusulas penales y el tope permitido para los intereses.
Pero tal analogía no es identidad, debiendo meritarse a qué tipo
de contrato accede la cláusula.
7. El abusivo aprovechamiento
de la situación del deudor
La reducción de la cláusula penal entronca aquí con el instituto de
29
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
la lesión, también incorporado por el decreto-ley 17.711/68 al artículo
954,
y en la jurisprudencia sobre la cuestión existen dos posturas.
Para una, el recaudo es autónomo y, por lo tanto, si no existe un
abusivo aprovechamiento de la situación del deudor, considerando la
pena con relación principalmente a su monto y las demás circunstancias
del caso, los jueces no pueden reducirla, porque ello sería atentatorio
contra el artículo 17 de la Constitución Nacional.
Para la otra, la existencia del abusivo aprovechamiento surge in
contestablemente de los hechos, sin posibilidad de razonamiento o de
prueba en contrario, cuando la diferencia en más derivada de la apli
cación de la pena es en sí misma y objetivamente exorbitante, o sea,
lo decisivo es el elemento objetivo: si hay desproporción notoria, co
rresponde la reducción.
La prudencia de los jueces seguirá pues teniendo amplio campo
de acción en este tema. Y por su parte quienes convengan cláusulas
penales deberán extremar el cuidado de no hacerlo por montos tan
bajos que no signifiquen ninguna presión sobre la voluntad del obli
gado, ni tan elevados que afecten los principios que la ley y la juris
prudencia han tenido en cuenta, exponiéndolos al alcance del arbitrio
judicial.
8. ¿Petición departe o declaración de oficio
para la reducción de la cláusula excesiva?
Nuestra ley guarda silencio al respecto. Ahora bien, quienes sos
tienen que el aprovechamiento abusivo de la situación del deudor es
un elemento autónomo, requieren siempre la petición de parte, en tanto
que algunos de quienes admiten que la mera desproporción permite
la reducción, se inclinan generalmente por la posibilidad de la apli
cación de oficio. Aunque hoy prevalece la tesis de la declaración de
oficio, en razón de que como la reducción exige que el vicio aparezca
manifiesto, resulta obvio que su comprobación no habrá de requerir
de una previa investigación de hecho.
Por otra parte, la jurisprudencia mayoritaria se ha pronunciado por
la admisibilidad de esta cuestión, aun en el juicio ejecutivo.
30
Art. 656
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Innecesariedad del daño. 2. Inmutabilidad de la pena. 3. El valor de las
prestaciones y el daño sufrido. 4. Naturaleza y origen de las prestaciones a las que
accede la cláusula. 5. Gravedad de la culpa del deudor y provecho que pudo haber
obtenido. 6. ¿Reducción de oficio?
1. Innecesariedad del daño
El derecho a reclamar la pena convencional no está subordinado
a la existencia de un perjuicio resultante del incumplimiento
1
.
2. Inmutabilidad de la pena
Aunque alguna vez se ha atribuido carácter absoluto a la inmuta
2
cuando por su onerosidad resulta contraria a la moral y buenas cos
tumbre
3
, en general los tribunales se han reservado en estos casos la
facultad de reducirlas a sus justos límites
4
; teniendo en cuenta que la
inmutabilidad está subordinada a los principios rectores del ordena
miento jurídico, que consagran la supremacía del orden público y de
la moral, por sobre la autonomía de la voluntad particular, orientación
ésta que fuera consolidada por las modificaciones introducidas a este
artículo 656 por el decreto-ley 17.711/68
5
. Y también se ha resuelto
que la "inmutabilidad" de la pena ha quedado relativizada con la figura
1
CNCom., sala B, 17-11-54, J.A. 1955-111-67; CNPaz, sala III, 3-12-59, J.A.
1960-1V- 399; Cám. de Rosario, 7-4-64, L.L. 115-748.
2
Cám. Civ. I
a
, 25-2-44, L.L. 33-532; CFed. de Bahía Blanca, 6-3-50, L.L. 59-833.
3
Cám. Civ. 2
a
, 19-11-37, L.L. 8-848; S.C. de Tucumán, 3-6-56, J.A. 1956-1V-217.
4
CFed., 2-7-45, L.L. 39-253; Cám. Civ. I
a
, 10-2-37, L.L. 5-568; Cám. Civ.
2
a
, 21-10-43, J.A. 1944-1-332; CNCiv., sala A, 13-12-66, L.L. 126-202; id., 3-12-
59, L.L. 98-535; sala B, 25-10-60, J.A. 1962-III-484; sala C, 26-12-56, L.L. 86-
741; sala D, 7-9-66, L.L. 125-130; sala E, 6-5-59, L.L. 95-504; sala F, 28-6-66,
J.A. 1966-V-310; CNCom., sala A, 30-11-66, J.A. 1967-11-288; Cám. 2
a
de La Pla
ta, 30-7-59, DJBA 58-102; Cám. 2
a
de Mercedes, 12-12-63, L.L. 115-817, S-
10.588; Cám. de Rosario, 7-4-64, L.L. 115-748; C.J. de Salta, 15-6-67, J.A. 1968-
1-725.
5
CNCom., sala A, 9-3-90, L.L. 1990-D-353; íd„ 14-12-89, L.L. 1990-C-365;
sala B, 8-11-88, L.L. 1989-B-560 y D.J. 1989-2-173; sala D, 14-8-84, E.D. 112-494;
C l
a
CC de La Plata, sala III, 2-4-92, Juba7 B200323; CCC Morón, sala II, 1-8-95,
Juba7 2350087; C8
a
CC de Córdoba, 19-3-90, L.L.C. 1990-717.
31
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
de la lesión, introducida en el artículo 954 del Código Civil por el
decreto-ley 17.711/68
6
. En suma, hoy en día sin duda el sistema adop
tado por nuestro Derecho Privado es el de la inmutabilidad relativa
de la cláusula penal
7
.
Pero teniendo en cuenta la finalidad compulsiva de la cláusula
penal, se ha considerado que la facultad de reducirla debe usarse pru
dentemente y con criterio restrictivo
8
; atento a que para no desvirtuar
su función compulsiva, la cláusula penal debe ser lo suficientemente
gravosa, a fin de convencer al deudor de que le conviene más cumplir
su obligación principal
9
.
Por otra parte, el artículo 656 autoriza a reducir la pena, pero no
a suprimirla totalmente
10
.
3. El valor de las prestaciones y el daño sufrido
Con buen criterio el legislador no estableció límites fijos vinculados
al valor de las prestaciones, sino que todo habrá de depender de las
circunstancias de cada caso".
En algunos casos parece haberse limitado la posibilidad de reducir
la pena a los supuestos en que existe una desproporción grosera, que
revela la explotación de las necesidades, la ligereza o la inexperiencia
6
CNCiv., sala F, 29-3-85, L.L. 1986-A-252; sala G, 29-6-90, E.D. 140-363; id.,
23-5-84, E.D. 110-415. En contra: CNCiv., sala C, 16-2-88, L.L. 1989-E-498.
7
CNCiv., sala E, 17-7-97, L.L. 1998-C-619 y E.D. 176-57; sala F, 18-6-98, L.L.
1998-F-434.
8
CNCiv., sala C, 28-11-91, L.L. 1992-B-575 y DJ. 1992-2-18; id., 3-7-84, J.A.
1985-11-454 y E.D. 111-178; sala D, 14-7-84, L.L. 1985-C-77; 8-9-83, E.D. 107-554;
31-12-65,
J.A. 1966-11-576; sala F, 10-3-88, L.L. 1988-E-183; CNCom., sala A, 10-
11-61, J.A. 1962-1-655; sala B, 14-9-62, J.A. 1963-VI-12, S-170; CNECC, sala V,
12-3-87,
J.A. 1988-11-60; SCBA, 22-8-61, J.A. 1962-11-173; CCC de San Isidro, sala
I, 19-10-99, LLBA 2000-647.
9
CNCiv., sala G, 8-11-90, L.L. 1991-E-23.
10
CNCiv., sala D, 8-9-83, E.D. 107-555; CNECC, sala V, 12-11-87, J.A. 1988-
11-160; SCBA, 2-12-80, J.A. 1981-III-588.
11
CNCiv., sala F, 18-6-98, L.L. 1998-F-434; id., 10-3-88, L.L. 1988-E-183; sala
G, 29-7-80, L.L. 1982-B-59; sala I, 9-9-97, L.L. 1999-C-729, 41.462-S; id., 10-12-97,
L.L. 1998-C-194; sala J, 16-11-90, L.L. 1991-C-9; CNCom., sala E, 30-8-91, L.L.
1992-A-219; CNPaz, sala III, 6-6-63, L.L. 113-17; Cám. de Rosario, 20-7-54, J.
6-85,
etc.
32
Art. 656
del deudor
12
; en tanto en otros, sin contemplar ese aspecto subjetivo,
se ha requerido que la pena guarde cierta proporción con el daño
sufrido por el acreedor
13
. O sea que lo decisivo es el elemento objetivo:
si hay desproporción notoria, corresponde la reducción
14
.
En suma, la carencia de efectivo aprovechamiento por parte del
acreedor no puede obstar al reajuste de la pena, ya que la despro
porción hace presumir el aprovechamiento, y porque, en todo caso,
subsiste la inmoralidad o la ilicitud del objeto de la cláusula penal
excesiva
15
.
Han sido elementos importantes tenidos en consideración para eva
luar el verdadero daño sufrido, los siguientes: si el comprador, acree
dor de la cláusula, gozó de la posesión del inmueble
16
; si debió pagar
reajustado el saldo de precio y lo consignó oportunamente
17
; si se
pudo o no resolver rápidamente el vínculo contractual
18
; si está o
no autorizado para retener las mejoras sin indemnización alguna
19
,
etcétera.
4. Naturaleza y origen de las prestaciones
a las que accede la cláusula
También se ha vinculado el monto de la cláusula penal con el de
la obligación que tiende a asegurar, del que no debe exceder
20
.
A veces el objeto de la cláusula penal constituye un porcentaje
sobre la suma de dinero pactada como obligación principal, en cuyo
12
CNPaz, sala II, 21-2-62, L.L. 107-310; Cám. 2
a
de Mercedes, 12-12-63, L.L.
115-817, S-10.588.
13
CNPaz, sala IV, 29-7-59, L.L. 100-1.
14
C.S.J. de la Nación, 18-12-90, J.A. 1991-11-151 y L.L. 1991-D-97.
15
CNCom., sala A, 9-3-90, L.L. 1990-D-353; id., 30-12-83, cit. por R. A. Nissen,
en
Obligaciones. Jurisprudencia comercial,
L.L. 1985-C-667 y ss., N° 3 y 4; CNCiv.,
sala C, 16-2-88, L.L. 1989-E-498; id., 8-3-88, L.L. 1988-D-522, 30.016-S; sala F,
29-3-85, J.A. 1986-11-418; id., 10-3-88, J.A. 1989-1-845; CNECC, sala I, 23-12-82,
E.D. 103-736.
16
CNCiv., sala D, 8-9-83, E.D. 107-554; sala F, 3-8-90, J.A. 1991-11-607.
17
CNCiv., sala G, 6-6-84, E.D. 110-537.
18
CNCiv., sala C, 3-2-84, E.D. 110-497.
19
CNCiv., sala C, 7-7-81, E.D. 95-218.
20
CNCiv., sala A, 30-6-92, L.L. 1992-E-84; SCBA, 22-8-61, J.A. 1962-11-173.
33
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
caso existe cierta analogía entre el problema de la limitación de las
cláusulas penales y el tope permitido para los intereses. Por eso se ha
fallado que en el contrato de mutuo, los intereses punitorios tienen
el carácter de una verdadera cláusula penal
21
, y en esta línea algu
nos fallos han recurrido al tope fijado por el artículo 622 del Código
Civil
22
, en tanto otras sentencias permiten la reducción aun cuando
las penas no superen las tasas bancarias
23
. Pero como tal analogía no
es identidad, también se ha resuelto que "no es aplicable la tasa máxima
de interés si la cláusula penal accede a un contrato de locación y no
de mutuo"
24
.
5. Gravedad de la culpa del deudor y
provecho que pudo haber obtenido
Igualmente se ha tenido en cuenta la gravedad de la culpa del
deudor y el provecho que pudo haber obtenido como consecuencia
del incumplimiento
25
.
6. ¿Reducción de oficio?
Mientras que algunos tribunales afirman tener la facultad de reducir
de oficio las multas exorbitantes
26
, otros la niegan
27
, exigiendo el pedido
21
CNCom., sala A, 8-5-84, E.D. 109-690.
22
CNCiv., sala F, 22-12-89, L.L. 1991-C-478; CNCom., sala B, 22-7-91, L.L.
1991-E-396.
23
CNCiv., sala G, 12-3-81, L.L. 1981-D-213.
24
CNCiv., sala C, 7-8-90, L.L. 1991-A-510; id., 28-11-86, L.L. 1987-C-256.
25
CNCiv., sala E, 21-10-66, L.L. 125-334; sala F, 12-9-68, L.L. 134-606.
26
CN Civ., sala B, 30-6-75 , L.L. 1976-B-313; id., 28-9-63, J.A. 1964-1-513; sala C,
20-6-90, L.L. 1991-B-354; sala D, 15-12-75, E.D. 67-490; sala G, 5-12-80, E.D.
92-585; CNCom., sala A, 14-12-89, L.L. 1990-C-365; sala B, 21-8-59, L.L. 96-587;
CNECC, sala I, 11-6-73, J.A. 20-1973-530; SCBA, 4-12-90, L.L. 1991-C-221; id.,
16-3-71,
L.L. 146-410; CCC de San Martín, 7-8-73, J.A. Reseñas 1973-527, S-22;
CCC de M ercedes, sala II, 12-7-83, E.D. 106-372; CCC de M orón, sala II, 27-12-85,
J.A. 1986-IV -513; CCC de Río C uarto, 19-10-90, J.A. 1992-11-467; Cám . de Tucum án,
3-6-56, L.L. 85-213.
27
C NCiv., sala F, 2-8-7 3, J.A. 20-197 3, índic e: voz 2; Cám. de Dolores,
3-9-70, DJBA 91-193; Cám. de Córdoba, sala IV, 14-8-69, J.A. Reseñas 1979-424,
S-ll; CPaz de Córdoba, 26-9-73, J.A. Reseñas 1973-552, S-21.
34
Art. 657
de parte
2 8
; aunque se ha resuelto que el pedido de reducción está
comprendido en el pedido de rechazo de la demanda y que basta con
que la cuest ión hubiese sido planteada por uno solo de los codeman
dados para que beneficie a todos
2 9
.
Art. 657 El deudor incurre en la pena, en las obligaciones de no hacer,
desde el momento que ejecute el acto del cual se obligó a abs
tenerse.
Concordancias: arts. 655, 660.
A) Bibliografía especial
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Tiempo
de
devengamiento
de la
pena en las obligaciones
de no
hacer.
1. Tiempo de devengamiento de la pena
en las obligaciones de no hacer
Las obligaciones de no hacer no son susceptibles de retardo en el
cumplimiento, por su propia naturaleza. O sea que en el las el deudor
no puede caer en mora, pues si hace lo que le estaba vedado direc
tamente incurre en incumplimiento.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Mora desde el emplazamiento de pago de la multa.
1.
M ora desde el emplazamiento de pago de la multa
Si en el pacto existen dos obligaciones, una de no comerciar y la
otra de pagar una multa si se comercia, cada una tiene su propio
28
CNCiv., sala A, 27-9-85, L.L. 1986-B-51; sala B, 9-5-72, E.D. 43-414; sala
D, 12-9-72, E.D. 47-691; CNCom., sala C, 7-3-83, J.A. 1984-V-385; CCCMin. de
San Juan, sala 2 \ 14-6-83, J.A. 1984-III-364.
29
CNCiv., sala G, 29-6-90, E.D. 140-365; CNCom., sala B, 29-3-85, L.L. 1985-
D-85.
35
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
régimen de infracción y de mora, de suerte que si se trata de determinar
cuándo ocurrió la mora respecto del pago de la multa, debe tenerse
en cuenta el emplazamiento de pago y no la fecha de reinstalación
del comercio
1
.
Art. 658 El deudor no podrá eximirse de cumplir la obligación, pagando
la pena, sino en el caso en que expresamente se hubiese re
servado este derecho.
Concordancias: arts. 631, 1197, 1202.
A) Bibliografía especial
La de los artículos 652 y siguientes.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Sustitución de la obligación principal por la pena.
1. Sustitución de la obligación principal por la pena
La pena no está in facultatis solutionis, o sea que el deudor no
puede, a su arbitrio, pagar la pena en lugar de cumplir con la obligación
principal.
La norma admite, sin embargo, que mediante pacto expreso, el
deudor pueda reservarse el derecho de liberarse de la obligación pa
gando la cláusula penal. Pero la mayoría de la doctrina considera que
entonces no existe una verdadera cláusula penal, sino una figura dis
tinta: el pactum displicentia; o multas de arrepentimiento, a la cual
no le son aplicables las normativas del Título XI en comentario.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Sustitución de la obligación principal por la pena.
1. Sustitución de la obligación principal por la pena
El deudor no puede ofrecer el cumplimiento de la pena en susti-
1
CNCom., sala D, 3-11-78, L.L. 1978-D-644.
36
Art. 659
tución de la obligación principal
1
, y si se hubiese reservado tal facul
tad, la obligación se transforma en facultativa
2
.
Art. 659 Pero el acreedor no podrá pedir el cumplimiento de la obli
gación y la pena, sino una de las dos cosas, a su arbitrio, a
menos que aparezca haberse estipulado la pena por el simple
retardo, o que se haya estipulado que por el pago de la pena
no se entienda extinguida la obligación principal.
Concordancias: arts. 652, 655, 658, 1197.
A) Bibliografía especial
La de los artículos 652 y siguientes.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Clases de cláusulas penales. 2. Importancia de la clasificación. 3. Posibili
dad de pretender el pago acum ulado de la prestación principal y la pena. 4. Resolu
ción del contrato que contiene una cláusula penal.
1. Clases de cláusulas penales
En el texto en comentario aparecen aludidos los dos tipos de cláu
sulas penales que la doctrina ha distinguido tradicionalmente y que
además se corresponden con la clasificación de los daños y perjuicios:
compensatorias y moratorias.
La cláusula penal compensatoria es la que se pacta para la hipótesis
de inejecución absoluta; en dicha situación, una vez producido el in
cumplimiento el acreedor debe optar, en principio, según lo dispone
este artículo, entre reclamar la pena o exigir el cumplimiento de la
prestación, salvo convención en contrario.
La cláusula penal moratoria es ante todo la que contempla el cum
plimiento tardío, pero comprende igualmente a otro tipo de circuns
tancias tenidas en cuenta en el artículo 660; por lo que en esta clase
de cláusulas moratorias deben contemplarse todas aquellas estipula-
1
SCBA, 11-8-64, DJBA 73-93.
2
Cám. Com., 27-7-38, J.A. 65-199.
37
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
ciones que tengan en mira cumplimientos producidos de manera di
ferente al pactado, no sólo el tardío, sino también todo otro que resulte
irregular: el defectuoso , o fuera del lugar convenido, o parcial, etcétera.
2.
Establecer cuál es el tipo de cláusula penal pactado tiene indiscutible
trascendencia práctica, por varias razones:
a) La pena estipulada para el caso de incumplimiento absoluto no
es trasladable a los casos de mora, y viceversa;
b) la acumulación de la pena con el cumplimiento efectivo de la
obligación principal sólo es factible, en principio, cuando la
cláusula es moratoria, y
c) las cláusulas compensatorias se agotan, por lo general, en una
sola prestación; en tanto que las moratorias admiten prestaciones
que duran o se repiten en el tiempo, cuando se devengan por
mes, día, etcétera.
3. Posibilidad de pretender el pago acumulado
de la prestación principal y la pena
Si la prestación se cumple en tiempo, no se puede pretender desde
luego que en vez de ésta se pague la pena, pero si media incumplimiento
y el obligado está constituido en mora, el acreedor puede optar entre
exigir la prestación principal o el cumplimiento de la pena, según lo
establece el artículo 659 en comentario.
En esta norma hay un principio general y dos excepciones. El
principio general consiste en que el acreedor no puede acumular en
su demanda la exigencia de que se le pague la prestación principal y
la pena, sino que debe elegir, a su arbitrio, entre una u otra; tratándose
de un principio aplicable únicamente a la cláusula penal compensatoria,
es decir, a la que se conviene para el supuesto de inejecución absoluta,
es lógico por lo tanto que no se pueda exigir la indemnización y el
cumplimiento.
La primera excepción se refiere entonces a la cláusula moratoria.
Cuando la pena se conviene para el caso de retardo, entonces sí el
acreedor puede reclamar la prestación y la pena, de manera que resulta
38
Art. 659
muy importante determinar cuándo se está frente a una cláusula penal
compensatoria y cuándo ante una moratoria. En doctrina se enseña
que una de las formas de distinguirlas es la de examinar el monto de
la misma: cuando el valor de la pena es mayor que el de la prestación
principal, es casi seguro que se está ante una cláusula compensatoria,
y cuando la pena es menor que la prestación principal, es un buen
índice de que se está ante una cláusula moratoria.
Tratándose de cláusulas penales moratorias, si el deudor cumple
la prestación con retardo y no paga simultáneamente la pena morato
ria pactada, el acreedor debe efectuar una expresa reserva en forma
fehaciente sobre esta última circunstancia, para mantener sus derechos
para reclamar la pena. De lo contrario podría tenerse por caducado
ese derecho al cobro de la pena, tal como lo ha entendido y resuelto
la jurisprudencia, haciendo una aplicación analógica del ya visto ar
tículo 624.
La otra excepción, que posibilita la acumulación de la exigibilidad
de la prestación y la pena, se da cuando las partes así lo hubieren
convenido (art. 659). Empero, si tal acumulación significara un monto
demasiado elevado y desproporcionado, contrariando la moral y las
buenas costumbres, caería dentro de las previsiones del segundo párrafo
del artículo 656 y el juez estaría facultado para intervenir y reducir
tal cláusula a sus justos límites.
4. Resolución del contrato que contiene una cláusula penal
En este caso la doctrina y la jurisprudencia mayoritarias coinciden
en que el acreedor no puede invocar la cláusula moratoria para reclamar
los daños y perjuicios producidos hasta el momento en que se opta
por la resolución, porque precisamente su elección supone volver las
cosas al mismo estado en que se hallaban antes de la concertación.
O sea que el acreedor no puede pretender las ventajas emanadas de
la cláusula penal y al mismo tiempo sostener que las obligaciones a
su cargo han quedado extinguidas. Por el contrario es exigible la cláu
sula penal moratoria que accede a obligaciones que no se extinguen
con la resolución; lo cual sucede habitualmente, en aquellas de eje-
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
cución periódica que imponen el cumplimiento de prestaciones suce
sivas en períodos establecidos de antemano.
Si la pena es compensatoria, la cuestión es más dudosa. Para algunos
autores, la resolución tiene por efecto volver las cosas al estado anterior
al momento de la concertación y la cláusula penal es accesoria, por
lo que el acreedor no podría prevalerse de una convención contenida
en un contrato que él mismo ha decidido extinguir, a menos que una
previsión contractual se lo permitiese. En tanto otro sector doctrinal
ha propiciado la aplicación lisa y llana de la cláusula penal.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pena referida a un perjuicio determinado. 2. Pena por
mora.
3. Acum ulación
de pena y prestación.
1. Pena referida a un perjuicio determinado
Si la cláusula penal tuvo en vista un perjuicio determinado, el
acreedor puede pretender la pena y la reparación de los otros daños
no comprendidos en ella
1
. Así la pena impuesta para el incumplimiento
del beneficiario de la promesa de venta de un inmueble, en definitiva
resuelto, no cubre el daño causado por la demora en la restitución del
mismo
2
; ni la pena establecida para el incumplimiento del contrato
puede extenderse a los perjuicios derivados de la mora en su cumpli
miento
3
; ni la pactada para la mora puede aplicarse a los derivados
de la resolución por incumplimiento
4
.
También se pueden pactar penas distintas para perjuicios también
diferentes, en cuyo caso ellas resultan acumulables, como ser: promesa
de venta de un inmueble con multa pactada por la resolución por
falta de pago y otra multa diaria por cada día de retardo en la resti
tución de aquél
5
, o pena en forma de intereses por la mora en el pago
1
SCBA, 31-12-43, J.A. 1944-1-630; Cám. de Dolores, 2-9-43, DJBA 5-737; Cám.
de Córdoba, 22-6-43, J. Córdoba 2-330.
2
CNCiv., sala A, 4-4-67, J.A. 1967-IV-249; sala B, 18-9-67, J.A. 1968-1-431;
sala C, 31-7-68, L.L. 134-299; Cám. de Bahía Blanca, 18-6-68, J.A. 3-1969-584.
3
CNCiv., sala B, 13-3-68, L.L. 131-973.
4
CNCiv., sala B, 7-12-66, L.L. 125-553.
5
CNCiv., sala F, 7-10-69, L.L. 139-765, S-24.061.
40
Art. 659
del capital, y otra para el caso de que el acreedor tuviese que pro
mover juicio para lograr su cobro
6
.
2.
Pena
por mora
Si la pena se pactó para el caso de retardo en el cumplimiento, el
acreedor puede, después de constituido en mora el deudor, demandar
aquélla y el cumplimiento de la prestación principal
7
; pero recibida
ésta sin reserva alguna, se extingue el derecho a reclamar la pena
8
. Y
si esta última se ha tornado imposible, sin perjuicio de la responsa
bilidad del deudor si ello le fuere imputable, la cláusula penal convenida
para el retardo en el cumplimiento no puede aplicarse
9
. Pero el deudor
no incurre en pena por el retardo, cuando éste obedece a una causa
legítima, como si por ejemplo se hubiese pactado para el caso de que
no se devolviese la finca locada hasta el vencimiento del plazo con
tractual y éste fue prorrogado por una ley de emergencia
10
.
Cuando el contrato se resuelve por culpa del deudor, la pena mo
ratoria sólo corre hasta la traba de la litis, en razón del efecto retroactivo
de la sentencia".
3. Acum ulación de pena y prestación
Obtenido el cumplimiento de la prestación principal, aunque lo
hubiese sido por vía compulsiva, no corresponde el pago de la pena
12
;
pero es válida la acumulación convencional, para lo cual la estipulación
debe ser expresa
13
y clara, pues en caso de duda debe resolverse que
no son acumulables
14
.
6
CNCiv., sala C, 19-6-74, L.L. 155-548.
7
CNCiv., sala C, 29-7-85, E.D. 115-519; Cám. Civ. I
a
Capital, 15-10-34, J.A.
48-111.
8
CNCiv., sala A, 1-10-65, L.L. 121-613; sala C, 28-2-67, L.L. 127-56 y E.D.
19-83; sala E, 8-10-65, L.L. 121-502.
9
CNCiv., sala D, 7-12-60, J.A. 1961-VI-7, S-67.
10
CPaz, sala III,
28-4-61,
L.L. 104-753, S-7229.
11
Cám. Com., 27-7-38, J.A. 65-199.
12
CPaz, sala I, 28-4-61, L.L. 104-49.
13
Cám. 2
a
de La Plata, 18-3-60, L.L. 105-360.
14
Cám. Com., sala A, 12-8-58, J.A. 1959-111-77; Cám. Civ. 2
a
, 31-7-50, J.A.
1951-1-814.
41
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Art. 660 Si el deudor cumple sólo una parte de la obligación, o la cumple
de un modo irregular, o fuera del lugar o del tiempo a que
se obligó, y el acreedor la acepta, la pena debe disminuirse
proporcionalmente, y el juez puede arbitrarla si las partes no
se conviniesen.
Concordancias:
arts. 652, 656, 659.
A) Bibliografía especial
La de los artículos 652 y siguientes.
B) Doctrina
SUMARIO:
1. Cumplimiento defectuoso aceptado por el acreedor. 2. Pautas para la
reducción.
1. Cum plimiento defectuoso aceptado por el acreedor
La norma contempla el supuesto del cumplimiento parcial, o irre
gular, o fuera de tiempo o de lugar, aceptado voluntariamente por el
acreedor, para el cual dispone que: "...la pena debe disminuirse pro
porcionalmente, y el juez puede arbitrarlo si las partes no se convi
niesen", lo cual constituye, evidentemente, una solución de equidad.
En efecto, el acreedor hubiera podido rechazar ese pago incom
pleto,
irregular, extemporáneo o fuera de lugar (doctrina de los arts.
673 y 742), pero si no obstante lo acepta, lo cual presupone que tal
cumplimiento le ha sido útil en alguna medida, permitírsele el cobro
de la totalidad de la cláusula penal infringiría, ante todo, el principio
que prohibe acumular la pena y la prestación (art. 659), y además se
le estaría consintiendo un exceso o demasía en ese proceder de su
parte y aun posibilitándosele un enriquecimiento sin causa.
Pero si el acreedor recibe el pago parcial en el convencimiento
de que el deudor lo completará posteriormente y formula la corres
pondiente reserva, en este caso la aceptación ha sido subordinada al
pago total, por lo que si finalmente el deudor no lo completa, el
acreedor tendrá derecho a exigir el total de la pena, reintegrando lo
recibido.
42
Art. 660
2. Pautas para la reducción
Si las partes han estipulado las bases de reducción, son ellas las
que deben aplicarse. Sin perjuicio de que pueda corresponder aun una
mayor disminución por aplicación de lo dispuesto en la segunda parte
del ya visto artículo 656.
En esta materia tiene vasto campo de aplicación el libre arbitrio
judicial. Aunque puede señalarse que para efectuar la reducción, cabe
tener en cuenta el provecho o utilidad que la prestación parcial le
pueda haber significado al acreedor.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Cumplimiento irregular.
1. Cumplimiento irregular
La pena puede ser reducida cuando el deudor cumple parcialmente,
de modo irregular, o fuera del lugar y tiempo a que se obligó, y no
obstante el acreedor acepta el pago
1
. Tal el caso de la multa establecida
por cada día de retardo en la instalación de una cámara frigorífica, si
ella funcionó en forma deficiente y con intermitencias, y además su
empleo no fue necesario durante varios meses
2
.
de un inmueble hubiese pagado la mitad del precio convenido cuando
se le entregó la posesión, no autoriza a disminuir la multa pactada, si
no concurre a suscribir la escritura traslativa de dominio ni hizo efectivo
el saldo de precio, ya que la recepción del pago parcial estaba con
dicionada al cumplimiento total
3
.
Por otra parte, nada obsta a que las partes convengan que el in
cumplimiento parcial hará exigible la totalidad de la pena establecida
4
.
1
CNCiv., sala C, 15-9-60, J.A. 1961-IV-8, S-75.
2
CNCom., sala A, 17-10-56, L.L. 86-126.
3
Cám. de Dolores, 3-9-70, L.L. 144-591, S-27.508.
4
CNCiv., sala D, 28-8-63, J.A. 1964-1-513; CNCom., sala B, 11-10-57, L.L.
99-40.
43
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Art. 661 Sea divisible o indivisible la obligación principal, cada uno de
los codeudores o de los herederos del deudor, no incurrirá en
la pena sino en proporción de su parte, siempre que sea divi
sible la obligación de la cláusula penal.
Concordancias: arts. 685, 697, 698, 710 a 712.
Art. 662 Si la obligación de la cláusula penal fuere indivisible, o si fuere
solidaria aunque divisible, cada uno de los codeudores, o de
los coherederos del deudor, queda obligado a satisfacer la pena
entera.
Concordancias: arts. 685, 686, 689, 698, 705 a 711.
A) Bibliografía especial
La de los artículos 652 y siguientes.
B) Doctr ina
SUMARIO: 1. Pluralidad de acreedores y deudores. 2. Obligación principal divisible y
cláusula penal indivisible. 3. Obligación principal indivisible y cláusula penal
divisible.
1. Pluralidad de acreedores y deudores
La existencia de plural idad de deudores y acreedores hace aparecer
algo complejo el régimen de las obligaciones con cláusula penal , s i
ésta es de distinta naturaleza a la de la prestación principal.
Ahora bien, no existe ningún problema cuando la naturaleza de la
prestación de la obligación principal coincide con la de la pena, como
por ejemplo si ambas son de objeto divisible, o ambas de objeto in
divisible, en cuyo caso se habrán de aplicar , respectivamente, los prin
cipios de la divisibilidad o de la indivisibilidad.
Cuando la obligación principal es solidaria, dicha solidaridad re
percute en la cláusula penal, aunque ésta fuese divisible; por lo que
cualquier acreedor podrá reclamar a cualquier deudor el pago íntegro
de la cláusula penal.
De tal manera, los únicos casos que pueden presentar algún pro
blema son los de: obligación principal divisible y cláusula penal in-
44
Art. 662
divisible, y a la inversa de: obligación principal indivisible y cláusula
penal divisible, que se estudian a continuación, distinguiendo el caso
de pluralidad de deudores y el de pluralidad de acreedores. Aunque
puede anticiparse que el carácter divisible o indivisible de la prestación
principal no ejerce mayor influencia en el cumplimiento de la pena
divisible.
2.
Obligación principal divisible
y cláusula penal indivisible
Cuando existe pluralidad de deudores, en este caso prevalece la
naturaleza de la cláusula penal (art. 622) y, por lo tanto, producido el
incumplimiento, aun si fuese parcial, el acreedor tiene derecho a re
clamar de cualquiera de los deudores el pago íntegro de la pena; aunque
discrepan con esta solución Salvat, De Gásperi y Llambías, para quienes
sólo se podría reclamar el pago de la pena al deudor culpable de la
inejecución.
De existir pluralidad de acreedores, ocurrida la inejecución, cual
quier acreedor podría reclamar al deudor el pago íntegro de la pena.
3. Obligación principal indivisible
y cláusula penal divisible
Habiendo pluralidad de deudores, producido el incumplimiento, el
acreedor tiene derecho a cobrar la pena a los deudores, pero sólo
puede reclamar de cada uno de ellos su parte proporcional (art. 661).
Y existiendo pluralidad de acreedores, después de la inejecución,
cada acreedor tiene derecho para pedir la parte que le corresponda en
la cláusula penal.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Divisibilidad de la pena.
1. Divisibilidad de la pena
Cuando la pena es divisible, el artículo 661 establece claramente
45
FÉLIX A. TRIGO RHPRKSAS
el principio de la división de la misma, con prescindencia de la na
turaleza divisible o indivisible de la obligación principal
1
.
Art. 663 La nulidad de la obligación principal causa la nulidad de la
cláusula penal; pero la nulidad de ésta deja subsistente la obli
gación principal.
Concordancias: arts. 525, 664 a 666.
A) Bibliografía especial
La de los artículos 652 y siguientes.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Carácter accesorio de la cláusula penal. 2. Nulidad de la obligación
principal.
1.
Carácter accesorio de la cláusula penal
Lo dispuesto en esta norma es una consecuencia del carácter de
accesoriedad de la cláusula penal , el cual está además reconocido ex
presamente en el ar t ículo 524.
2. Nulidad de la obligación principal
La nulidad de la obligación principal causa la nulidad de la cláusula
penal, pero no a la inversa, según así lo dispone el texto en comentario.
En punto a la nulidad se ha sostenido, ante todo, que la cláusula
penal que garantiza una obligación que no es exigible judicialmente
es válida siempre que se trate de una obligación lícita (art. 666); tal
como ocurre cuando lo que se garantiza con una cláusula penal es el
cumplimiento de una obligación natural . Para otra posición minori taria ,
en cambio, la obligación inserta bajo el ropaje de la cláusula penal
es la única adeudada.
Y también se menciona el supuesto del ar t ículo 664, que contempla
en rigor un caso de promesa del hecho de tercero, al establecer que
1
CNCiv., sala A, 6-4-78, E.D. 80-732; sala C, 14-8-87, L.L. 1988-A-389 y D.J.
1988-1-733; sala F, 13-4-87, J.A. 1988-1-179.
46
Art. 663
cuando una persona se obliga mediante una cláusula penal a que un
tercero cumplimente una prestación, si en definitiva dicho tercero no
lo hiciere, subsiste sin embargo la obligación por la penalidad. Aunque
con relación a este caso otra tendencia doctrinaria considera que en
realidad no se trata de una excepción al principio de accesoriedad de
la cláusula penal, por cuanto la obligación del deudor es propia y
directa, y por lo tanto su incumplimiento configura la consiguiente
responsabilidad (art. 1163).
Finalmente, la excepción al principio contenido en la segunda parte
del artículo 663, sobre que la nulidad de la cláusula penal no afecta
a la obligación principal, se da en los casos contemplados en el artículo
526: "Si las cláusulas accesorias de una obligación fueren cláusulas
imposibles, con apariencias de condiciones suspensivas, o fueren con
diciones prohibidas", en los cuales "su nulidad hace de ningún valor
la obligación principal". Se ha dicho que en situaciones semejantes,
se considera que la cláusula accesoria está ejerciendo tal presión o
extorsión ilegítima con respecto a la obligación principal, que no cabe
otra salida que pronunciar la nulidad de ésta. Aunque también puede
sostenerse con otra parte de nuestra doctrina que, si la pena resulta
extorsiva, bastaría con declarar su nulidad para lograr el fin perseguido,
ya que de esta forma el cumplimiento de la obligación principal no
podría ser exigido por tales medios extorsivos, pero sí por las otras
vías normales que la ley establece.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligación principal nula. 2. Cláusula penal nula y pacto com isorio.
1. Obligación principal nula
La cláusula penal que accede a una obligación principal nula, result
también nula
1
.
2. Cláusula penal nu la y pacto comisorio
La nulidad de la cláusula penal no afecta la validez del pacto co-
1
CNCiv., sala D, 17-10-80, E.D. 91-517.
47
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
misorio inserto en el mismo contrato, pues ambos institutos son in
dependientes y de distinta naturaleza jurídica
2
.
Art. 664 Subsistirá, sin embargo, la obligación de la cláusula penal,
aunque la obligación no tenga efecto, si ella se ha contraído
por otra persona, para el caso de no cumplirse por ésta lo
prometido.
Concordancias:
arts. 518, 1163, 1164, 1994.
A) Bibliografía especial
La de los artículos 652 y siguientes.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Supuesto con templado en la norm a. 2. Distintas situaciones posib les.
1. Supuesto contemplado en la norma
El supuesto contemplado es el de una persona que sin poder, o sin
poder suficiente, actúa en nombre de otro prometiendo el hecho de
éste.
La cláusula penal que garantiza la estipulación hecha por un
tercero resulta exigible si este tercero no acepta convalidar lo que por
él se hubiese prometido. Por ejemplo: Pedro promete que Pablo venderá
su automóvil a Juan, y conviene que en el supuesto de que así no
fuera, pagará cinco mil pesos a Juan en concepto de cláusula penal;
si Pablo no acepta vender su auto a Juan, la obligación convenida en
su nombre queda sin efecto, pero no obstante subsistirá la cláusula
penal y Pedro tendrá que pagar a Juan el importe convenido en tal
concepto.
2. Distintas situaciones posibles
Pero en estos casos pueden darse distintas situaciones. Así, el pro
mitente puede haberse obligado a obtener la ratificación del tercero
(art. 1932), o al ulterior cumplimiento de la prestación por parte de
2
CNCiv., sala D, 18-6-65, J.A. 1965-V-86.
48
Art. 665
éste (art. 1197), y en estos supuestos se han pactado obligaciones de
resultado y las cláusulas penales pactadas son válidas a tenor de lo
dispuesto en el artículo en comentario. Igualmente puede suceder que
el pseudomandatario también se hubiese obligado a título personal,
en cuyo caso la obligación es válida y debe ser cumplida por el mismo.
Y por último, si el cocontratante desconocía la insuficiencia o la falta
de poder, el artículo 1933 dispone que el pseudomandatario podrá ser
demandado por el incumplimiento del contrato o por indemnización
de pérdidas e intereses, no existiendo ningún inconveniente legal en
conferir al contratante de buena fe la opción para reclamar el pago
de la cláusula penal pactada o bien la indemnización del daño por los
principios ordinarios del Derecho común.
Art. 665 Si la obligación principal se extingue sin culpa del deudor
queda también extinguida la cláusula penal.
Concordancias: arts. 525, 578, 584, 627, 655, 663, 888.
A) Bibliografía especial
La de los artículos 652 y siguientes.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. Extinción por vía de consecuencia.
1. Extinción por vía de consecuencia
Otra consecuencia del carácter accesorio de la cláusula penal es
que la extinción de la obligación principal a la cual se hallaba subor
dinada trae aparejada también la de aquélla. Por el contrario no es así
a la inversa, pues la extinción de la pena no ejerce ninguna influencia
sobre la obligación principal.
Cuando la cláusula penal es moratoria, mayoritariamente se acepta
que la misma se extingue si el deudor recibió tardíamente la obligación
principal, sin hacer reserva expresa de reclamar aquélla.
49
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Extinción por vía de consecuencia. 2. Extinción por vía de consecuencia de
la cláusula penal moratoria.
1. Extinción por vía de consecuencia
La pena también se extingue, dado su carácter accesorio, una vez
extinguida la obligación principal
1
.
2. Extinción por vía de consecuencia
de la cláusula penal moratoria
Recibida la prestación principal sin haberse formulado reserva, se
extingue la pena moratoria
2
.
Art. 666 La cláusula penal tendrá efecto, aunque sea puesta para ase
gurar el cumplimiento de una obligación que no pueda exigirse
judicialmente, siempre que no sea reprobada por la ley.
Concordancias: arts. 515 (nota), 518, 634, 663, 1993, 1994.
A) Bibliografía especial
La de los artículos 652 y siguientes.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Cláusula penal para asegurar una obligación natural.
1. Cláusula penal para asegurar una obligación natural
Este artículo reitera lo ya establecido en el artículo 518 y configura
una excepción al carácter accesorio de la cláusula penal, conforme al
cual resulta exigible la pena, pese a no ser ejecutable la obligación
1
Cám. de Tucumán, 10-8-75, L.L. 153-418, S-30.900.
2
CNCiv., sala A, 8-5-73, L.L. 151-121; sala B, 4-4-75, J.A. 27-1975-416; sala
C, 23-4-80, L.L. 1981-A-575; id., 29-7-73, J.A. 19-1973-495; sala E, 24-6-69, L.L.
137-763, S-22.853; sala G, 8-4-81, L.L. 1982-A-236 y E.D. 94-274; Cám. de Tucum án,
10-8-73, L.L. 153-418, S-30.900. En contra: CNCiv., sala A, 3-7-72, L.L. 150-11;
sala F, 31-7-69, L.L. 137-86.
50
Art. 666 bis
p r i n c i p a l . P e r o e l l o s ó l o s e r á p o s i b l e s i s e e s t i p u l ó l a c l á u s u l a p e n a l
c u a n d o l a o b l i g a c i ó n y a e r a n a t u r a l , y a q u e d e o t r o m o d o s e l l e g a r í a
a l a b s u r d o d e q u e , s i l a c l á u s u l a s e p a c t ó j u n t o c o n l a p r i n c i p a l y é s t a
p r e s c r i b i ó , a ú n p o d r í a r e c l a m a r s e l a p e n a .
Art. 666 bis Los jue ces pod rán im pon er en beneficio del t i tular del de
recho, condenaciones conminatorias de carácter pecuniario
a quienes no cumplieron deberes jurídicos impuestos en
una resolución judicial .
Las condenas se graduarán en proporción al caudal eco
nómico de quien deba satisfacerlas y podrán ser dejadas
sin efecto o reajustadas si aquél desiste de su resistencia
y justif ica total o parcialmente su proceder Artículo agre-
gado por ley 17.711).
Concordancia: art. 37, CPCCN.
A) Bibliografía especial
BORDA, Gui l l e rmo A. , La reforma del Código Civil. Las astreintes, en E.D.
30-821 y ss . ; BREBBIA, Roberto H., voz
Astreintes,
en
Eneiclopedia
Jurídica Omeba,
Bibliográfica A rgen tina, Bu eno s A ires , 1954, t . I, ps.
931 y s s . ; CARRANZA CASARES, Car los Alber to y CASTRO, Pa t r i c ia
E., Las astreintes y el cump limiento puntual e íntegro de la obligación
alimentaria,
en L.L. 1987 -C-595
y
s s . ; C O M P A G N U C C 1 D E C A S O , R u
bén II. , Astreintes (algunos de sus aspectos en el Derech o argentino y
francés), en L.L. 1992-D-575 y ss .; M OIS SE T DE ES PA NÉ S, Luis , Las
astreintes y el incump limiento de manda tos judiciales,
en E.D . 85-428
y ss.;
Sanciones conminatorias o astreintes,
en L.L. 198 3-D -129 y ss.;
PEYRANO, Jorge Wal te r , La medida conminatoria y el valor eficacia
del proceso, en J .A. 1987 -IV-857 ; La medida de aprem io en general y
la conminatoria en particular,
en L.L. 1991 -D-98 5 y ss . ;
Medidas con
minatorias,
en L.L. 1989-1042 y ss .; RA FF O BE N EG A S, Patr icio y SA-
SOT, Rafael A., Ejecutabilidad de las astreintes, en J .A. Do ctrina 1971-809
y ss . ; SARAVIA PATRÓN, Vicente Domingo, Las astreintes, en L.L.
149-875 y ss . ; V IN CE N T, Mabel B. ,
Astreintes y cuota alimentaria (ámbito
de aplicación),
en L.L. 1989-A-381 y ss.
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Terminología. 2 . Concepto . 3. Caracteres. 4. Naturaleza jurídica . 5. Funda
me nto. 6. Momento de aplicación de los astreintes. 7. Sujeto activo. 8. Sujeto pasivo
de la imposición. 9. Pautas para la cuantificación. 10. M odificación y cesación de las
sanciones conminatorias.
1. Terminología
La norma regula las llamadas sanciones conminatorias pecuniarias,
conocidas en todo el Derecho continental europeo y latinoamericano
con la voz "astrein tes" , que no tiene una traducción exacta al castellano.
Pero igualmente pueden utilizarse otras denominaciones sinónimas o
equivalentes, tales como: constricciones, conminaciones, multas con
minatorias, penas pecuniarias, condenas conminatorias, etcétera.
2. Concepto
Para los hermanos Mazeaud, las astreintes son condenaciones pecu
niarias aplicadas por el juez a fin de vencer la resistencia de un deudor
recalcitrante, inclinando su voluntad al cumplimiento de la sentencia.
Constituyen pues una forma de coacción psicológica sobre el obligado.
3. Caracteres
Las astreintes son: a)
judiciales,
o sea que sólo las pueden imponer
los tribunales de justicia; b) conminatorias, por cuanto importan una
presión sobre la voluntad del deudor, al punto que Josserand las ha
llamado gráficamente "vueltas de tornillo"; c) accesorias, ya que siem
pre están vinculadas a un deber fijado en una decisión jurisdiccional,
por lo que se las califica de medida instrumental, que tiende a obtener
la realización de una prestación a la cual tiene derecho el acreedor;
d) arbitrarias o discrecionales, porque su monto no tiene por qué
guardar proporción con la prestación, pudiendo el juez en cualquier
momento aumentarlas o disminuirlas, de acuerdo con la conducta ob
servada por el obligado, siendo éste uno de los caracteres que las
vuelven más eficaces. El texto que comentamos prevé en cambio que
"las condenas se graduarán en proporción al caudal económico de
quien deba satisfacerlas", lo que generó algunas dudas con relación a
52
Art. 666 bis
este carácter, habiéndose entonces aclarado por el doctor Guillermo
A. Borda que lo que se quiso decir fue que el juez no tiene por qué
atenerse al valor del derecho incumplido, sino que debe guiarse por
el total del caudal económico del obligado; e) provisorias, en cuanto
el juez puede prolongarlas o hacerlas cesar y aun dejarlas sin efecto,
según las exigencias del caso; f) pecuniarias, lo que vale decir que
consisten en el pago de una suma de dinero; g) subsidiarias, o sea
que solamente se las puede aplicar cuando no hay otros medios previos
para lograr el cumplimiento de la prestación, y h) ejecutables, porque
si no lo fuesen se trataría de una figura por completo inútil, carente
de toda fuerza y eficacia.
4.
Naturaleza jurídica
Los autores antiguos confundían a veces este instituto con los daños
y perjuicios. No obstante existen diferencias esenciales entre ambos:
a) los daños y perjuicios tienen por objetivo reemplazar el cumplimiento
in natura
de la obligación; las astreintes tienden por el contrario a
lograr dicho cumplimiento; b) los daños y perjuicios son definitivos
y se limitan exactamente al monto de la pérdida sufrida y la ganancia
dejada de percibir por el acreedor; las astreintes son provisorias y
arbitrarias, en el sentido de que pueden ser dejadas sin efecto y no
tienen por qué guardar relación con el daño causado.
Los autores más modernos han dejado en cambio de vincular este
instituto con los daños y perjuicios, considerándolo una vía de ejecución
(Josserand) o una medida de coerción patrimonial (Planiol y Carnelutti),
pudiendo decirse que entre nosotros constituyen, en realidad, una me
dida procesal de ejecución.
5. Fundamento
El fundamento de esta figura debe buscarse en el concepto de ju
risdicción, que se integra, entre otros elementos, con el poder de eje
cutar las decisiones, es decir, con el imperio. Como bien lo destacara
Galli, "la jurisdicción, sin el poder de ejecución de sus mandatos,
convertiría a sus resoluciones en simples consejos", o sea que casi
sería preferible no determinar la solución justa de un litigio, si luego
53
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
no se la puede cumplir. Por ello los procesalistas modernos han insistido
en que iurisáitio in sola executione consistit.
Pero toda esta argumentación, planteada con relación a los sistemas
jurídicos que no contemplaban esta medida conminatoria, carece ya de
mayor relevancia en nuestro Derecho, a partir de los nuevos Códigos
Procesales en lo Civil
y
Comercial que contemplan esta figura, como por
ejemplo los de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires (art. 37) o el
de Santa Fe (art. 263), y tanto más después de la incorporación al Código
Civil del texto en comentario, por la reforma del decreto-ley 17.711/68.
6. Momento de aplicación de las astreintes
Las mismas deben aplicarse una vez producido el incumplimiento
del deber impuesto por una resolución judicial firme; no como una
mera amenaza para la eventualidad de un futuro e hipotético no aca
tamiento a aquélla.
7. Sujeto activo
La norma se ha pronunciado en el sentido de que estas condena
ciones deben imponerse a favor del propio acreedor; lo cual empero
puede provocar problemas más o menos difíciles de resolver, cuando
aquél también peticiona por daños y perjuicios.
8. Sujeto pasivo de la imposición
El artículo ofrece un amplio margen para su aplicación, ya que no
se refiere a las partes del proceso y puede por lo tanto alcanzar a
otras personas que deban cumplir obligaciones impuestas en un pro
cedimiento. Por ejemplo, un tercero que, en razón de un embargo
ordenado, no debe pagar directamente a su acreedor, sino consignar
en el expediente.
El primer párrafo del artículo 37 del CPCCN dispone, en cam bio, que
estas sanciones se imponen a las partes, y el segundo, luego de la
reforma introducida por la ley 22.434, dice: "...Podrán aplicarse sancio
nes conminatorias a terceros, en los casos en que la ley lo establece".
Por lo demás, de existir discrepancia entre las distintas normas,
deben prevalecer los términos amplios del Código Civil, pues el tema
54
Art. 666 bis
de la legitimación activa está más estrechamente vinculado al Derecho
de fondo que al procedimental, y además debe respetarse la escala
jerárquica de las normas jurídicas, conforme a lo dispuesto por el
artículo 31 de la Constitución Nacional.
9. Pautas para la cuantificación
Conforme a esta norma, las astreintes se gradúan en proporción al
"...caudal económico de quien deba satisfacerlas...", o sea conforme
a su "capacidad económica", atento a que se trata de presionar al
deudor para que cumpla una resolución judicial. En cambio, no se
tiene en cuenta, en principio, el valor del interés en juego en el pleito,
por cuanto las astreintes no son daños y perjuicios.
10.
Modificación y cesación de
las sanciones conminatorias
Tanto el artículo en comentario como el artículo 37 del CPCCN
permiten al juez dejar sin efecto o reajustar la multa, si quien debe
satisfacerla "...desiste de su resistencia y justifica total o parcialmente
su proceder".
Pero evidentemente, para hacer cesar la astreinte, el juez debe
verificar si efectivamente se ha dado cumplimiento a lo debido por
el obligado o se encuentra fehacientemente demostrado que se está
en vías de hacerlo, o se ha justificado razonablemente el anterior
proceder.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Las astreintes antes de la reforma. 2. Multas conm inatorias después de la
reforma. Finalidad. 3. Fundamento. 4. Procedencia. 5. Carácter compulsivo. 6.
Carácter no retroactivo. 7. Pautas para fijarlas. 8. Provisionalidad. 9. D evengam ien-
to . 10. Extinción. 11. Casos.
1. Las astreintes antes de la reforma
Ya antes del decreto-ley 17.711/68, la jurisprudencia había adm itido
la posibilidad de aplicar multas conminatorias a quienes desobedecían
55
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
una orden judicial, fundándose en la necesidad de que los tribunales
contasen con medios idóneos para hacer cumplir sus decisiones
1
.
2. Multas conminatorias después de la reforma. Finalidad
Constituyen un medio apto para compeler al cumplimiento in na
tura de obligaciones incanjeables, aunque sólo puede ser compelido
quien se encuentre en posición de poder cumplir, pues de otro modo
sólo se agravaría una objetiva imposibilidad de efectivizar la presta
ción
2
.
3. Fundamento
Su fundamento radica en una actitud recalcitrante del obligado,
que se obstina en su negativa a cumplir, no obstante la existencia de
un pronunciamiento judicial que lo urge a ello; es decir, a doblegar
la voluntad renuente de quien deliberada y culpablemente se sustrae
al cumplimiento de su obligación
3
.
4. Procedencia
Sólo proceden cuando no existe otro medio legal o material para
evitar una burla a la autoridad de la justicia, o impedir que el pro
nunciamiento se torne meramente teórico
4
.
En cambio, no corresponde aplicarlas a quien no es un litigante
recalcitrante en el cumplimiento de la sentencia, aunque lo haga con
1
CNCiv., sala B, 6-12-65, J.A. 1966-11-671, S-9; sala D, 4-8-61, J.A. 1961-VI-73;
sala E, 3-10-66, L.L. 125-769, S-14.829; Cám. 2
a
de La Plata, 2-12-60, J.A. 1961-
11-644; Cám. 2
a
de Mercedes, 13-10-64, J.A. 1965-IV-410; Cám. de Mar del Plata,
18-6-64, J.A. 1964-IV-612; S.T. de Río Negro, 17-10-63, J.A. 1964-11-384; etc.
2
T.S.J. de Neuquén, 27-4-98, L.L. 1998-D-532.
3
CNCiv., sala A, 31-10-91, L.L. 1992-A-475 y D.J. 1992-2-720; id., 30-6-89,
E.D. 135-483; sala D, 24-5-83, L.L. 1984-B-117; id., 29-2-80, E.D. 88-776; sala E,
23-9-81, L.L. 1981-D-463; sala G, 6-6-90, L.L. 1990-D-292; Cl
a
CC de Bahía Blanca,
sala II, 20-9-90, L.L. 1991-D-262 y D.J. 1990-2-720; T.S.J. de Neuquén, 27-4-98,
L.L. 1998-D-532.
4
CNCiv., sala A, 13-9-83, L.L. 1984-A-298; sala G, 6-6-90, L.L. 1990-D-292;
CNCiv., sala G, 10-9-84, E.D. 111-626; id., 30-9-83, L.L. 1984-B-43; CNTrab., sala
VII, 1-8-90, D.T. 1990-B-2706; Cl
a
CC de Bahía Blanca, 20-11-84, E.D. 115-645,
183-SJ; T.S.J. de Neuquén, 27-4-98, L.L. 1998-D-532.
56
Art. 666 bis
cierta demora y negligencia
5
, y menos aún fijarlas al dictarse aquélla,
para el caso de una eventual resistencia a acatarla
6
. Tampoco proceden
si la obligación no puede ser satisfecha por razones ajenas al deudor,
ya que entonces no existe la negativa relevante de este último
7
.
Aunque por un aspecto formal, no son aplicables las astreintes
cuando sólo medió intimación al cumplimiento de una orden judicial
so pena de aplicarlas, pero no hubo pronunciamiento expreso que las
impusiera, haciendo efectivo el apercibimiento, ya que es de la esencia
de este tipo de sanción que las personas a las que se dirigen conozcan
de antemano las consecuencias económicas que se derivarán de no
cumplir con el mandato judicial
8
.
5. Carácter compulsivo
Las astreintes no constituyen una condena, sino una amenaza de
tal,
si el conminado no cumple con lo debido o se resiste a hacerlo,
y si no justifica su proceder, ya que entonces tendrá como sanción el
monto de aquéllas que en su momento se fijaron y en la medida en
que se establecieron
9
.
6. Carácter no retroactivo
Por su carácter conminatorio, las astreintes no pueden imponerse
con carácter retroactivo, sancionando hechos anteriores a la resolución
por la cual se las establece
10
.
5
CNCiv., sala A, 5-2-74, L.L. 154-325.
6
CNCiv., sala A, 30-6-89, E.D. 135-483; sala B, 3-4-72, J.A. 15-1972-180;
C3
Ü
CC de Córdoba, 5-5-89, L.L.C. 1990-147; Cl
a
CC de Bahía Blanca, 20-11-84,
E.D. 116-645, 183-SJ.
7
CNCiv., sala D, 7-5-85, L.L. 1985-D-270; sala E, 26-6-87, L.L. 1988-A-555,
S-37.851;
sala F, 29-8-90, L.L. 1991-A-388 y E.D. 140-480.
8
CNCiv., sala B, 4-7-91, L.L. 1992-A-9 y D.J. 1992-1-598; íd„ 21-11-90, E.D.
141-606.
9
CNCiv., sala C, 7-3-85, L.L. 1985-C-490; id., 12-8-83, L.L. 1984-A-485, S-
36.519 y E.D. 107-269; 29-10-82, E.D. 103-417; 15-11-83, L.L. 1984-A-450 y E.D.
109-327; sala E, 7-10-80, L.L. 1981-A-118 y E.D. 93-295; id., 21-3-80, L.L. 1980-
C-301; C2
a
CC de La Plata, sala II, 17-11-94, Juba7 B251651.
10
CNCiv., sala D, 25-10-85, L.L. 1986-A-341 y J.A. 1986-1-138; id., 3-7-70,
J.A. 9-1971-144; CNTrab., sala V, 24-2-92, D.T. 1992-A-1052 y D.J. 1992-2-272.
57
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
7. Pautas para fijarlas
Las sanciones conminatorias no se relacionan en absoluto con el
perjuicio sufrido por el acreedor por la inejecución, porque no se pre
tende mediante ellas la reparación del interés afectado, sino que se
persigue constreñir al obligado al cumplimiento que adrede evade".
En cambio, la proporcionalidad de las mismas, debe intentársela
con relación al caudal económico, a la fortuna de quien debe satisfa
cerlas
12
.
8. Provisionalidad
Las astreintes constituyen una medida compulsoria provisional, y
no se ven afectadas por el principio de la cosa juzgada, ni el de la
preclusión procesal
13
. Siendo por ello que se pueden aumentar, dismi
nuir o dejar sin efecto en vista de las particularidades de la causa
14
.
Por ello, vencida la resistencia opuesta por el contumaz, queda el
juzgador libre para reducir su monto, si lo estima procedente
15
.
Igualmente se ha decidido que corresponde reformar oficiosamente
el monto de las astreintes, teniendo en cuenta la situación fáctica, si
ellas no han logrado el cumplimiento de la prestación de modo rápido,
y frente al prolongado incumplimiento del deudor, el cálculo por pro
gresión geométrica impuesto por el juez llevaría a un resultado ab
surdo
16
.
11
CNCiv., sala D, 17-10-80, E.D. 91-450; id., 25-10-85, L.L. 1986-A-341 y J.A.
1986-1-617.
12
CNCiv., sala B, 18-12-85, L.L. 1987-A-653, S-37.496, y E.D. 117-345; id.,
18-11-85, E.D. 117-345; sala C, 23-12-87, L.L. 1988-C-246 y DJ. 1988-2-269; id.,
16-5-85, J.A. 1986-1-59 y L.L. 1986-A-620, S-37.090; sala D, 2-6-81, L.L. 1981-D-
35; sala F, 13-9-78, L.L. 1979-A-506; C2
a
CC de La Plata, sala 1T1, 16-3-89, Juba7
B350051; Cl
a
CC de Bahía Blanca, sala 11, 20-9-90, L.L. 1991-D-262 y D.J. 199Ó-
2-720.
13
CNCiv., sala A, 31-10-91, L.L. 1992-A-475.
14
CNCiv., salaB, 10-9-85, E.D. 117-666, 624-SJ; sala C, 28-2-86, E.D. 121-431;
id., 3-10-89, E.D. 136-574; sala D, 18-6-86, E.D. 121-484; id., 14-8-80, L.L. 1980-
D-341; Cám Civ. de Rosario, sala 1, 20-8-85, J. 78-143.
15
CNCom., sala B, 14-12-78, L.L. 1981-A-558, S-35.741; T.S.J. de Neuquén,
27-4-98,
L.L. 1998-D-532.
16
Cám. Civ. de Rosario, sala I, 20-8-85, J. 78-141.
58
Art. 666 bis
9. Devengamiento
Las astreintes sólo comienzan a devengarse cuando está firme la
sentencia que las impuso
17
.
10.
Extinción
Las astreintes cesan cuando se extingue la obligación principal
18
.
11. Casos
Se han aplicado multas conminatorias a la demora en cumplir la
sentencia que condenaba a otorgar una escritura traslativa de dominio '
9
,
o a hacer desaparecer las causas que provocaban humedad en una
pared medianera
20
o a devolver un inmueble en el que se asentaba un
edificio demolido por la Municipalidad, así como a entregar al pro
pietario los comprobantes pertinentes que éste debía hacer valer ante
otros organismos administrativos
21
.
17
CNCiv., sala C, 28-2-86, E.D. 121
-431;
id., 15-11
-83,
L.L. 1984-A-450; 12-8-83,
L.L. 1984-A-485, S-36.519 y E.D. 107-269; 12-9-79, L.L. 1980-A-542 y E.D. 86-516;
Cl
a
CC de Bahía Blanca, sala I, 10-9-81, E.D. 98-569.
18
CCC de Mercedes, sala II, 23-9-82, J.A. 1982-111-413.
' CNCiv., sala F, 14-9-71, L.L. 149-607, S-30.075.
20
CNCiv., sala E, 8-10-74, L.L. 1975-B-860, S-32.379.
21
CNCiv., sala B, 12-7-73, L.L. 152-302.
59
TITULO XII
DE LAS OBLIGACIONES DIVISIBLES E INDIVISIBLES
C A P Í T U L O I
D E L A S O B L I G A C I O N E S D I V I S I B L E S
Art . 667 Las obl igacion es son divis ibles, cua ndo tienen por objeto pres
taciones suscept ibles de cumplimiento parcial . Son indivis ibles ,
s i las prestaciones no pudiesen ser cumplidas sino por entero.
Concordancias: arts. 669 a 671, 673, 679 a 681, 683, 685, 2326.
A ) B i b l i o g r a f í a e s p e c i a l
PLINER, Adol fo ,
Divisibilidad e indivisibilidad de las obligaciones. Ensayo
de una indagación de fuentes,
en L.L. 121-813 y ss . ; RO CC O , Em m a
Adela ida , Boleto de comp raventa. Adqu isición del dominio. Indivisibilidad
impropia e incump limiento de la obligación de escriturar, Astrea , Buenos
Ai res ,
1982; TRIGO REPRESAS, Fé l ix A. ,
Obligaciones indivisibles,
en
Cuadernos de Obligaciones,
N° 3, Ha mm urabi , Bue nos Aires , 1986, ps .
25 y ss.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligaciones de sujeto múltiple. 2. Pluralidad conjunta y disyunta. 3.
Distintos casos de pluralidad conjunta. 4. Dificultades. 5. El tema en el Código
Napoleón. 6. El régimen de nuestro Código Civil. 7. Obligaciones divisibles e
indivisibles. 8. Determinación de la divisibilidad. 9. La divisibilidad como principio
general. 10. Obligaciones indivisibles im propias.
1. Obligaciones de sujeto múltiple
En el presente título y en el subsiguiente nuestro Código Civil
61
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
encara una doble clasificación, que opone las obligaciones divisibles
e indivisibles, por un lado, y, por otro, las obligaciones simplemente
mancomunadas y las mancomunadas solidarias. Pero en rigor todo
ello está referido exclusivamente a las obligaciones con pluralidad de
sujetos, es decir, a las que se establecen entre varios acreedores y un
deudor, o entre varios deudores y un acreedor, o entre varios acreedores
y varios deudores, atento a que aun cuando el objeto de la obligación
fuese divisible, si únicamente hay un solo deudor y un solo acreedor,
la prestación debe cumplirse por entero como si fuese indivisible, por
cuanto el acreedor no puede ser obligado a recibir pagos parciales
(doct. de los arts. 673 y 742). No obstante, aun en el caso de una
obligación con acreedor y deudor únicos, la divisibilidad o indivisi
bilidad de la prestación puede tener importancia para establecer si
ciertos actos que en alguna forma son cumplimiento de la deuda im
portan un pago parcial, con su consecuente efecto liberatorio en esa
medida, para lo cual es necesario que la prestación sea divisible, o
sólo una aceptación "a cuenta de pago" y en el convencimiento de
que luego se completará el mismo. Por ejemplo, dice Busso, que si
se compra un juego de muebles de comedor y en tiempo propio se
entregan y reciben las sillas, dando por descontado que luego se en
tregarán la mesa, el aparador, etcétera, si estas entregas no se cum
pliesen, no podría decirse que se ha consentido la división de la deuda
y su extinción parcial por el hecho de haberse recibido parte.
Además, el régimen de las obligaciones divisibles coincide con el
de las simplemente mancomunadas, pese a que en las primeras se
toma en cuenta la divisibilidad de la prestación, y en las segundas la
forma de obligarse, dado que ambas categorías apuntan a la misma
situación: una pluralidad subjetiva simple, es decir, no solidaria, frente
a un objeto divisible.
2. Pluralidad conjunta y disyunta
La pluralidad de sujetos puede ser disyunta o conjunta.
En la pluralidad disyunta, no legislada en nuestro Código Civil,
los sujetos aparecen obligados en forma alternativa, por medio de la
conjunción disyuntiva "o": si la pluralidad es activa, la obligación se
62
Art. 667
cumple cuando el deudor paga la prestación a uno de los acreedores;
si es pasiva, la obligación se cumple cuando el acreedor cobra a uno
de los deudores, y finalmente es activa y pasiva a la vez cuando uno
de los deudores paga la prestación a uno de los acreedores. Pero tal
alternatividad sólo existe hasta el momento de la opción, en que se
concreta quién habrá de ser el acreedor y/o quién el deudor, dado que
los demás deberán ser tenidos como si nunca lo hubieran sido.
En cambio, en la pluralidad conjunta, que se enuncia con la con
junción "y", todos los acreedores concurren los unos con los otros en
el crédito, o sea que sus derechos coexisten, y lo mismo sucede en
la pluralidad pasiva.
3. Distintos casos de pluralidad conjunta
La existencia de varios sujetos en forma conjunta tiene importancia
respecto de dos situaciones jurídicas: con relación a la prestación de
bida, que puede ser divisible e indivisible, y en lo atinente a la forma
de estar obligadas las partes, que puede serlo de manera simplemente
mancomunada o mancomunada solidaria, resultando así cuatro posibles
situaciones distintas.
a) Obligación simplemente m ancomunada con prestación divisible.
En ella los acreedores y/o los deudores se han vinculado únicamente
en proporción a su parte, y como la prestación es divisible, cada acree
dor sólo puede exigir y cada deudor está obligado a pagar nada más
que su porción en la obligación.
b) Obligación simplemente mancomunada con prestación indivisi
ble. En cuyo caso, aunque el vínculo existente entre los sujetos per
mitiría el cumplimiento proporcional de la obligación por cada uno
de los deudores o a favor de cada uno de los acreedores, ello sin
embargo no resulta posible en razón de la naturaleza indivisible de la
prestación, la que por lo tanto no puede ser reclamada ni pagada en
forma fraccionada, sino que debe cumplirse por entero. Siendo por
ello,
en consecuencia, que cualquiera de los acreedores tiene derecho
a exigir íntegramente la prestación y que de igual manera debe pagarla
cualquiera de los deudores.
c)
Obligación solidaria con prestación divisible.
En este supuesto,
63
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
aunque la prestación permitiría su cumplimiento en proporción a la
cuota parte de cada interesado, la solidaridad impide esa solución, y
entonces cualquiera de los acreedores puede exigir y a cualquiera les
puede ser requerida la integridad de la prestación.
d) Obligación solidaria con prestación indivisible. Aquí se unen
y acumulan los efectos de la solidaridad y de la indivisibilidad, con
lo cual adquiere su mayor fuerza el nexo que une a las partes.
De lo expuesto resulta la conveniencia de vincular el tema de la
divisibilidad e indivisibilidad con el de la mancomunación simple y
la solidaria. En tanto que nuestro Código Civil ha separado su trata
miento, ocupándose de aquéllas con relación al objeto de las obliga
ciones y como si nada tuvieran que ver con la pluralidad de sujetos
de las obligaciones mancomunadas, siendo que los fenómenos de la
divisibilidad e indivisibilidad únicamente tienen sentido, según se viera,
cuando hay pluralidad de acreedores y/o de deudores.
4. Dificultades
La materia de la divisibilidad e indivisibilidad tradicionalmente ha
sido considerada como llena de dificultades.
En el siglo XVI, Charles Dumoulin (o Molinaeus) en su obra Ex-
tricatio labyrinthi dividui et individui, ya advirtió que "en el turbulento
océano del Derecho, no hay aguas más profundas y peligrosas", dando
para simplificar el problema, diez llaves y tres hilos, como los faci
litados por Ariadna a Teseo para ayudarlo a salir del laberinto dé
Creta, luego que éste matara al Minotauro. Obra ésta de la que pudo
decir Demolombe, que no sabe qué admirar más, si la vasta erudición
del autor, o la penetrante sagacidad de su lógica, o la prodigiosa pa
ciencia que tuvo para concluirla, sólo comparable, añade, con la pro
digiosa paciencia que es necesario tener hoy en día para poder leerla.
5. El tema en el Código Napoleón
No obstante la obra de Dumoulin, a través de Pothier, quien lo
siguiera en líneas generales, influyó decididamente en la redacción
del Código Civil francés, en el cual se establece que la divisibilidad
de las obligaciones no depende de la prestación, sino del objeto de
64
Art. 667
ésta: la cosa a entregarse o el hecho a realizar; teniéndose en cuenta
además que la divisibilidad puede ser material o intelectual (art. 1217
de ese Código). O sea que con este criterio cualquier obligación de
dar una cosa cierta puede ser divisible, ya que idealmente no hay cosa
que no pueda fraccionarse y pertenecer en copropiedad a más de una
persona por cuotas partes indivisas. Pero es de destacar que quien da
un porcentual proindiviso, en realidad no da nada, pues lo que se
adeuda es una cosa y no una porción ideal de la misma, y además si
uno de los condóminos se opusiese luego a desprenderse de su parte,
se frustraría toda la enajenación.
En cuanto a la indivisibilidad, ella puede resultar de que la cosa
a entregar o el hecho en su ejecución no sean, material o intelectual-
mente, susceptibles de división, lo que se corresponde con la "indi
visibilidad absoluta" de Pothier; o cuando aun siendo aquéllos divisi
bles,
resulta lo contrario de la misma relación en que es considerada
la obligación, que no admite cumplimiento parcial (art. 1218, Cód.
Napoleón), o, en fin, cuando la voluntad de las partes ha sido que la
deuda no se cumpla fraccionadamente (art. 1221, inc. 5
o
), que es la
"indivisibilidad accidental" o "convencional" de Pothier, y desde otro
punto de vista se establece que la indivisibilidad puede existir con
relación a la propia obligación -in obligaíione-, o puede serlo, tra
tándose de obligaciones en sí divisibles, con relación al pago -indi
visibilidad solutione tantum-; así la obligación de dar una cosa cierta
es divisible de serlo ésta material o intelectualmente, pero si el deudor
fallece y deja varios herederos, ya no se fracciona la obligación entre
éstos según su cuota hereditaria, sino que deberá demandarse por el
todo al sucesor que tenga la cosa debida en su lote o haber hereditario
(art. 1221, inc. 2
o
infine, Cód. Napoleón). Todo lo cual resulta confuso
y criticable, ya que una obligación no puede ser divisible para ciertos
efectos e indivisible para otros.
6. El régimen de nuestro Código Civil
Vélez Sársfield se inspiró fundamentalmente en esta materia en
Freitas, apartándose así del Código Napoleón: suprimió el distingo
entre indivisibilidad obligaíione y solutione tantum, rechazó la indi
visibilidad intelectual y tomó en cuenta, a los fines de la caracterización
65
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
de la divisibilidad, la naturaleza de la prestación o conducta del deudor
y no la cosa a entregar. De esa manera mejoró notablemente el régimen
de las obligaciones divisibles e indivisibles con relación a la legislación
francesa; s iendo este sistema seguido luego por el Código Civil español
de 1889, lo cual es señalado por Barassi, cuando afirma que esta materia
tiene un notable desarrollo en los Códigos Civiles de Argentina y
España.
7. Obligaciones divisibles e indivisibles
En nuestro ordenamiento se distingue ante todo, claramente, entre
el objeto de la obligación, que es la "prestación", y el objeto de esta
última, que a su vez puede consistir en: dar, hacer o no hacer (art.
725). Y la divisibilidad de las obligaciones depende de que sea frac-
cionable la prestación, es decir el hecho a cumplirse por el deudor, y
no de que pueda o no dividirse la cosa a entregarse. Por lo que, con
cretando, serán divisibles las obligaciones, como lo dice el artículo
en comentario, si su "prestación" puede cumplirse parcialmente o por
partes, e indivisibles en caso contrario.
Por ello la obligación de entregar un cuerpo cierto es siempre in
divisible (art. 679), aunque éste materialmente fuese susceptible de
división por poderse fraccionar la cosa en porciones reales, cada una
de ellas homogéneas y análogas a las otras partes y al todo (art. 2326);
lo cual es así en razón de que el objeto de la deuda de un cuerpo
cierto no es la cosa a entregar, sino el hecho en sí de su entrega, la
"tradición" indispensable para la transmisión del dominio (arts. 577,
3265 y concs.), y este hecho de la entrega es indivisible como suceso
(art. 681), pues debe cumplirse en un acto único
(unu actú).
Por el contrario la indivisibilidad puede ser: "natural", porque por
sus caracteres intrínsecos el objeto o hecho prometido resulta mate
rialmente indivisible, o "convencional", si siendo la prestación divi
sible,
no obstante se acuerda expresamente su cumplimiento íntegro,
o en todo caso si éste era el "fin" perseguido, como sucede con la
obligación de dar una suma de dinero para pagar la fianza para la
excarcelación de un detenido, en la cual pese a ser la prestación per
fectamente divisible en sí, empero deviene indivisible por su finalidad,
66
Art. 667
dado que mientras no se integre la cantidad fijada como fianza no se
obtendrá la liberación del detenido.
O sea, en suma, que para que la obligación sea divisible se exigen
dos requisitos: que lo sea materialmente la prestación debida, y además
que no se hubiese pactado su cumplimiento en forma integral o indi
visible; en tanto que la obligación indivisible sólo requiere de una
u otra situación indistintamente: imposibilidad material de fracciona
miento de la prestación, o un convenio, expreso o tácito, de cumpli
miento completo.
8. Determinación de la divisibilidad
Para precisar cuándo una obligación es divisible o indivisible, en
nuestro Código Civil se toman en cuenta dos factores: la homogeneidad
y el valor económico. Ante todo, conforme al criterio de Maynz, se
considera que la prestación puede cumplirse por partes si cada una
de éstas constituye a su vez un objeto homogéneo y análogo tanto a
las otras partes como al todo, de forma tal que reuniéndose todas las
prestaciones parciales se pueda reconstituir a la prestación entera; tal
como resulta de la primera parte del artículo 2326 con relación a las
cosas divisibles, que son "...aquellas que sin ser destruidas enteramente
pueden ser divididas en porciones reales, cada una de las cuales forma
un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a la cosa
misma".
Pero además la división no debe afectar el valor económico de la
prestación, tal como lo consigna el cuarto párrafo de la nota al artículo
669,
donde se ejemplifica con la obligación de dar un diamante de
20 kilates, la que no es divisible, por cuanto de fraccionarse en dos
mitades de 10 kilates cada una, éstas en conjunto no representarían
el mismo valor que aquel diamante entero. Habiendo sido este requisito
incorporado a nuestro Código Civil con el agregado que se le hizo
por la reforma del decreto-ley 17.711/68 al artículo 2326: "No podrán
dividirse las cosas cuando ello convierta en antieconómico su uso y
aprovechamiento..."
No obstante lo cual, bien puede concluirse en que la posibilidad
del cumplimiento parcial y la conservación de la sustancia y calidad,
67
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
y el valor y la utilidad, deben mentarse a su vez, atendiendo a los
fines tenidos en mira por las partes al obligarse; tal como resulta de
la nota del Codificador al artículo 670, cuando dice: "Tal es también
la obligación de entregar un terreno destinado, según la intención de
las partes, para una construcción que exige la totalidad del terreno.
Aunque un terreno considerado en sí mismo sea divisible, cesa de
serlo cuando viene a ser el objeto de una obligación en la cual es
considerado como un lugar destinado a una construcción o a otro uso
que exija la totalidad de ese terreno".
9. La d ivisibilidad como principio general
En las obligaciones de sujeto plural, el principio general es el de
la división del objeto (arts. 674 y 691), atento a que de esta forma se
permite, salvo que exista indivisibilidad o solidaridad, que todos los
acreedores y deudores participen en el beneficio y ejecución de la
obligación.
10. Obligaciones indivisibles impropias
Junto a las obligaciones indivisibles legisladas, se dan en la práctica
otras obligaciones que también son indivisibles, pese a ser su régimen
distinto al de aquellas que bajo ese nombre reglamenta la ley. Éstas
se caracterizan porque, a diferencia de lo que ocurre con las obliga
ciones indivisibles propias, su cumplimiento requiere de la colabora
ción organizada de todos los deudores, y en consecuencia sólo puede
demandarse a todos ellos en conjunto. Tal como sucede, por ejemplo,
si dos personas se comprometen a componer una canción o pieza mu
sical, aportando uno la letra y el otro la partitura, o a cantar a dúo,
o en el caso de la obligación de escriturar, cuando el inmueble vendido
pertenece en condominio a varias personas, o genéricamente en los
"contratos por equipo", en los cuales a la obligación la asume un
"grupo" humano y se compromete la participación y cooperación de
todos sus integrantes.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Indivisibilidad material o natural. 2. Indivisibilidad convencional. 3. Con-
68
Art. 667
tratos bilaterales en que una de las obligaciones es indivisible. 4. Indivisibilidad
impropia. 5. Obligación de escriturar.
1. Indivisibilidad m aterial o natural
Cuando se reclama la nulidad de una enajenación simulada hecha
por el otro cónyuge a favor de un tercero, que persigue la restitución
del bien al haber ganancial del que fuera indebidamente sustraído, la
obligación subsecuente es indivisible, por cuanto: si se trata de la
restitución de la posesión, es una obligación de dar una cosa cierta,
que es indivisible, y si simplemente se procura la anulación de escrituras
e inscripciones regístrales, se está frente a una obligación de hacer,
que no es menos indivisible
1
.
2. Indivisibilidad convencional
Se ha entendido que la intención de las partes había sido la de
concertar una obligación indivisible: a) en una venta de mercadería
que debía entregarse en partidas sucesivas, si se tuvo en cuenta el
total de aquéllas como una unidad, de manera que el incumplimiento
de la primera afectaba todo el contrato
2
; b) la emergente de un contrato
de locación, si por un solo precio se contrató el uso de un local para
negocio y un departamento para vivienda, aunque cada uno de ellos
fuera ocupado por una persona diferente; por lo que si uno de ellos
cede la parte que ocupa no obstante la prohibición existente, quedan
ambos incursos en la causal de desalojo
3
; c) la asumida al abrirse una
cuenta corriente bancaria pluripersonal, en cuyo caso no cabe dividir
entre sus titulares la responsabilidad y efectos contractuales de ella
derivados
4
.
3. Contratos bilaterales en que una
de las obligaciones es indivisible
En los contratos bilaterales, la contraprestación debida por una pres-
1
CNCiv., sala C, 30-4-75, E.D. 63-317.
2
Cám. Com., 23-12-47, L.L. 49-500.
3
SCBA, 11-5-65, DJBA 75-185.
4
CNCom., sala A, 9-8-91, E.D. 145-686.
69
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
tación indivisible es también indivisible
5
, tal como ocurre cuando un
inmueble es alquilado conjuntamente a varios locatarios
6
.
Pero se ha resuelto que es divisible la obligación de pagar el precio
a cargo de los compradores de un inmueble, aunque pueda existir
indivisibilidad en el intercambio de las prestaciones recíprocas de cum
plimiento simultáneo en un contrato bilateral, como lo es la compra
venta
7
.
4. Indivisibilidad impropia
Se denomina impropia o irregular la indivisibilidad de ciertas obli
gaciones que obligan a las partes a una actuación conjunta, contraria
mente a lo contemplado en el artículo 688 del Código Civil: y se trata
desde luego de obligaciones indivisibles, porque la prestación debida
no puede ser cumplida sino por entero (conf. art. 667, Cód. Civ., se
gunda parte)
8
; de manera que no puede ser exigida por uno solo de
los acreedores ni cumplida por uno solo de los deudores, debiendo en
cada caso concurrir todos ellos conjuntamente
9
.
Por ello, para que el requerimiento constituya en mora a los deu
dores,
debe ser dirigido contra todos ellos
10
, y la demanda debe ser
entablada contra todos los deudores conjuntamente, produciéndose un
litisconsorcio necesario"; por lo que es procedente la defensa de falta
de acción, cuando se la dirige contra uno solo de aquéllos
12
, o por
uno solo de los distintos acreedores
13
. En el juicio cada uno de los
5
CNECC, sala 1, 19-10-77, E.D. 75-693; CPaz, sala IV, 22-7-59, L.L. 99-260;
SCBA, 21-9-76, E.D. 71-279.
6
CNPaz, en pleno, 1-6-71, J.A. 11-1971-264; sala IV, 22-7-59, L.L. 99-260.
7
SCBA, 14-7-92, J.A. 1993-IV-230 y DJBA 143-170.
8
CNCiv., sala C, 22-8-84, E.D. 111-605; Cám. de Concepción del Uruguay,
Sala Civ. y Com., 10-5-79, Z. 1980-21, sec. jurisp., 354.
9
Cl
a
CC de La Plata, sala III, 29-10-91, Juba7 B351312 y fallos cits. en notas
subsiguientes.
10
CNCiv., sala C, 29-8-68, L.L. 134-818.
11
Cám. Civ. 2
a
, 29-9-50, L.L. 60-529; CNCiv., sala A, 29-5-80, E.D. 89-391;
sala D, 9-9-83, E.D. 107-448; id., 28-2-58, J.A. 1958-11-571.
12
CNCiv., sala C, 23-6-75, E.D. 63-370; Cám. I
a
de Tucumán, 15-11-60, J.A.
1962-IV-19, S-258.
13
CNCiv., sala C, 2-3-71, L.L. 144-560, S-27.279; sala D, 7-7-70, L.L. 139-646.
70
Art. 668
demandados actúa independientemente, pero el recurso interpuesto por
uno de ellos los beneficia a todos, ya que la sentencia es necesariam ente
única y surte iguales efectos frente a todos
14
.
Y el incumplimiento de la obligación imputable a uno solo de los
deudores de la obligación indivisible impropia no perjudica a los de
más
15
, para quienes constituye un caso fortuito
16
.
5. Obligación de escriturar
Es indivisible impropia o imperfecta la obligación de escriturar un
inmueble que está en condominio
17
.
Art. 668 La solidaridad estipulada no da a la obligación el carácter de
indivisible, ni la indivisibilidad de la obligación la hace soli
daria.
Concordancias:
arts. 667, 686, 699, 701, 705, 3776.
A) Bibliografía especial
La del artículo anterior.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Indivisibilidad y solidaridad. 2. Diferencias entre ellas.
1. Indivisibilidad y solidaridad
Este artículo sienta como premisa la independencia de ambos con
ceptos. Aunque luego ello se contradice con lo dispuesto en el artículo
14
SCBA, 14-12-65, DJBA 77-154.
15
CNCiv., sala E, 24-6-77, E.D. 76-565; sala F, 27-5-59, L.L. 97-179.
16
CNCiv., sala A, 6-4-78, E.D. 80-732; id., 24-3-66, J.A. 1966-III-558; sala E,
24-6-77,
E.D. 76-565.
17
Cám. Civ. 2
a
, 19-9-50, L.L. 60-529; CNCiv., sala A, 28-5-52, J.A. 1952-IV-31;
sala B, 24-11-58, L.L. 94-217; sala C, 22-8-84, E.D. 111-605; sala D, 9-9-83, E.D.
107-448;
id., 5-7-56, L.L. 84-6; sala E, 24-6-77, E.D. 76-565; id., 15-10-76, E.D.
75-444; SCBA, 14-12-65, DJBA 77-154; Cám. I
a
de La Plata, 5-3-48, J.A. 1948-1-588;
CCC de Mercedes, sala II, 9-3-79, E.D. 84-235; Cám. I
a
de Tucumán, 15-11-60, J.A.
1962-IV-10, S-258.
71
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
3776,
cuando después de establecer que: "Los herederos están obli
gados personalmente al pago de los legados en proporción de su parte
hereditaria", agrega que: "son solidarios cuando la cosa legada no
admite división".
En algunas legislaciones se ha tendido a equiparar las obligaciones
indivisibles y las solidarias, tal como sucede en el Código Civil alemán
(art. 434), en el italiano de 1942 (art. 1317), en el español (art. 1772
y su remisión a los arts. 1141 y 1142), y en el de Paraguay (art. 506)
Pero entre nosotros, pese al efecto común a ambos tipos de obli
gaciones, de que un solo acreedor puede exigir el cumplimiento total
a uno solo de los deudores (arts. 686 y 705), existen diferencias de
régimen que dan razón a la dualidad preanunciada en la norma en
comentario.
2. Diferencias entre ellas
La separación entre esas dos clases de obligaciones se advierte
sobre todo en tres rubros: su causa o razón de ser, sus efectos y su
extinción.
a) Por su razón de ser. En la solidaridad la imposibilidad de frac
cionamiento de la prestación deriva de que, por disposición de la ley
o por contrato, es un solo ligamen o lazo el que une o ata, juntos, a
todos los deudores con todos los acreedores, entre quienes así resulta
una suerte de "asociación de intereses". En la indivisibilidad hay plu
ralidad de vínculos o ligámenes, es decir, tantos lazos o ataduras dis
tintos como partes haya (arts. 691, 693 y concs.), y la imposibilidad
del fraccionamiento proviene de que la prestación es en sí indivisible
por su naturaleza, o bien por la forma en que se prometió su cumpli
miento, o sea que si cada deudor debe solventar el todo, lo es sólo
porque "de hecho", no de derecho, no puede exonerarse de otra m anera.
b)
Por sus efectos.
En la solidaridad, al existir un único ligamen
o atadura, si el acreedor tira del lazo atraerá simultáneamente a todos
los deudores que están "atados" juntos. De ahí que: I
o
) la constitución
en mora de un obligado alcanza también a los demás codeudores (art.
710); 2
o
) la culpa de uno torna responsables a todos por los daños y
perjuicios (arts. 710 y 711); 3
o
) un solo acreedor puede remitir la
72
Art. 668
totalidad de la obligación (art. 707); 4
o
) la novación concluida entre
un acreedor y uno de los deudores se propaga a todos los demás (arts.
707,
809 y 810), y 5
o
) la transacción hecha por uno de los obligados
y uno de los acreedores puede ser invocada por los demás, aunque
no serles opuesta (art. 853).
En cambio no sucede así en la indivisibilidad, donde median varios
vínculos o ligámenes diferentes, de modo tal que si se tira solamente
de uno de los lazos o ataduras, se atrae exclusivamente al único obli
gado por él y no a los restantes. Por ello es que: I
o
) la mora y la culpa
resultan ser puramente personales del deudor que incurrió en ellas,
según surge del artículo 697, referido a obligaciones simplemente man
comunadas, que sin embargo no efectúa distingos, y del artículo 685
sobre abstención indivisible, que expresamente reza: "...Sólo el autor
de la violación del derecho debe soportar la indemnización que pueda
exigir el acreedor, quedando libres de satisfacerla los otros codeudo
res";
2
o
) de resolverse la obligación por inejecución, la indemnización
de los daños y perjuicios sustitutiva de aquélla, que habrá de consistir
en una suma de dinero y es por lo tanto divisible, ya no será exigible
íntegramente a uno cualquiera de los codeudores, sino que cada uno
deberá su parte en proporción a su cuota en la obligación primigenia,
tal como lo dice la nota al artículo 686; aunque a su vez quepa distinguir
entre el valor de la prestación perdida, que sería reclamable contra
todos los obligados en sus respectivas proporciones, y el de los daños
y perjuicios derivados del incumplimiento, por los que únicamente
sería responsable el deudor culpable; 3
o
) sólo la totalidad de los acree
dores,
conjuntamente, puede hacer remisión de la deuda (art. 687);
4
o
) la novación entre uno de los coacreedores y el deudor no extingue
la obligación de éste para con los otros (doctrina de los arts. 809 y
810), y 5
o
) según resulta del artículo 851: "La transacción hecha por
uno de los interesados, ni perjudica ni aprovecha [...] a los demás
interesados, aun cuando las obligaciones sean indivisibles".
Sin em bargo, el Codificador se apartó luego de ese punto de partida,
estableciendo algunos "efectos" de la indivisibilidad que, al igual que
en la solidaridad, también se propagan a los demás acreedores y/o
deudores no intervinientes. Así: la novación concluida por el acreedor
único con uno de sus deudores extingue la obligación para todos éstos
73
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
(art. 810), y con relación a la prescripción, la cumplida a favor de un
deudor y en contra de un acreedor, aprovecha a todos aquéllos y per
jud ica a todos éstos (art. 688), ocurriendo lo mismo con la interrupción
de la prescripción por un acreedor contra un deudor (arts. 688 y 3996),
y aun con la suspensión en similares condiciones (art. 3982), la que
en cambio es personal y no se extiende a otros acreedores y deudores
en las obligaciones solidarias (art. 3981).
c) Por su extinción. Finalmente la solidaridad acaba con la muerte
del obligado, ya que si bien todos sus herederos en conjunto seguirán
obligados por la totalidad de la deuda, que era lo exigible al causante
(art. 699), sin embargo cada uno de ellos sólo deberá pagar la cuota
parte que le corresponda según su haber hereditario (art. 712), y a
mayor abundamiento: "La demanda entablada por uno de los herederos
de uno de los acreedores solidarios, no interrumpe la prescripción a
beneficio de sus coherederos, y no la interrumpe a beneficio de los
otros acreedores, sino por la parte que el heredero demandante tenía
en el crédito; y recíprocamente, la demanda interpuesta contra uno de
los herederos del codeudor solidario, no interrumpe la prescripción
respecto a sus coherederos; y no la interrumpe respecto a los otros
deudores, sino en la parte que el heredero demandado tenía en la
deuda solidaria" (art. 3995).
En tanto que en las obligaciones indivisibles, como es la propia
prestación debida la que no admite fraccionamiento, la muerte del
deudor no modifica para nada ese estado de cosas y el acreedor puede
igualmente demandar el cumplimiento íntegro de uno cualquiera de
sus sucesores (art. 686), y de ahí también que: "Siendo indivisible la
obligación [...] la interrupción de ésta, hecha por uno solo de los in
teresados, aprovecha y puede oponerse a los otros" (art. 3996).
Art. 669 Las obligaciones de dar son divisibles cuando tienen por objeto
entregas de sumas de dinero o de otras cantidades, o cuando
teniendo por objeto la entrega de cosas inciertas no fungibles,
comprenden un número de ellas de la misma especie, que sea
igual al número de acreedores o deudores, o a su múltiple.
Concordancias: arts. 616, 667, 680, 1639, 2326.
74
Art. 670
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Tipos de obligaciones divisibles.
1. Tipos de obligaciones divisibles
Conforme a esta norma, en las obligaciones de dar son divisibles:
las de género, o sea de dar cosas inciertas no fungibles (arts. 601 y
ss.),
cuando el número de cosas de la misma especie a entregar sea
igual al número de acreedores o deudores, o a su múltiplo; las de dar
cantidades de cosas inciertas y fungibles (arts. 600 y ss.), y la subes-
pecie de estas últimas, de entregar sumas de dinero (arts. 616 y ss.).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligac iones de dar sumas de dinero.
1. Obligaciones de dar sumas de dinero
La obligación de entregar sumas de dinero es divisible
1
; por ello,
existiendo pluralidad de acreedores, cada uno tiene título suficiente
para pretender el cobro de su cuota parte del crédito, con independencia
del resto
2
.
En los contratos bilaterales, lo indivisible del intercambio no obsta
a que siga siendo divisible la prestación del pago del precio, y de ahí
que el vendedor no puede reclamar todo el precio a uno cualquiera
de los compradores, sino que deberá demandar a todos por el total o
a cada uno por su respectiva cuota parte
3
.
Art. 670 Las obligaciones de hacer son divisibles cuando tienen por
objeto la prestación de hechos, determinados solamente por
1
SCBA, 14-7-92, J.A. 1993-IV-230 y DJBA 143-170; CCC de Dolores, 8-9-94,
Juba7 B950279.
2
CCC de Dolores, 8-9-94, Juba7 B950279.
3
C l
a
CC de San Nicolás, 12-11-96, Juba7 B854691.
75
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
un cierto número de días de trabajo, o cuando consisten en
un trabajo dado, según determinadas medidas expresadas en
la obligación, como la construcción de un muro, estipulada
por metros; pero cuando la construcción de una obra no es
por medida, la obligación es indivisible.
Concordancias: arts. 680, 1639.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Principio genera . 2. Excepciones.
1.
Principio general
Según resulta del artículo 680, las obligaciones de hacer son en
principio indivisibles.
2 . Excepciones
La norma en comentario establece a t í tulo de excepción que las
obligaciones de hacer son divisibles: a) "cuando t ienen por objeto la
pres tación de hechos determinados solamente por un c ier to número
de días de trabajo", dado que el t iempo es cuali tat ivamente igual a s í
mismo y por lo tanto divisible, y b) "cuando consisten en un trabajo
dado ,
según determinadas medidas expresadas en la obligación, como
la construcción de un muro, est ipulada por metros". Y cabe señalar
que el ar t ículo 1639 hace aplicación de lo establecido en esta norma.
De todas formas es obvio que el carácter divisible se toma en
cuenta según la naturaleza de la prestación, como así que las partes
bien podrían pactar la indivisibilidad.
Art. 671 En las obligaciones de no hacer, la divisibilidad o indivisibilidad
de la obligación se decide por el carácter natural de la pres
tación, en cada caso particular.
Concordancias: arts. 627, 681, 685.
76
Art. 671
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Carácter divisible o indivisible de las obligaciones de no hacer.
1. Carácter divisible o indivisible de las obligaciones de no hacer
Con relación a las obligaciones de no hacer, según el texto en
comentario, "...la divisibilidad o indivisibilidad de la obligación se
decide por el carácter natural de la prestación, en cada caso particular",
lo cual concuerda con lo establecido en el artículo 685, en el sentido
de que: "Toda abstención indivisible hace indivisible la obligación..."
En este punto nuestro Código se apartó del criterio de Freitas, para
quien en estos supuestos no había materia a la que se pudiese aplicar
la división. Sin embargo, en las obligaciones de no hacer la conducta
del deudor consiste en la abstención de un hacer, pero bien puede
ocurrir que el hecho cuya omisión se ha prometido pueda ser ejecutado
en parte y al mismo tiempo dejado sin hacer en otra parte, o sea que
pueden caber infracciones parciales, en cuyo caso la obligación será
divisible. Vélez Sársfield lo explica claramente en su nota a este ar
tículo, con un apropiado ejemplo tomado de Marcadé, al que Cazeaux
corrige planteándolo con pluralidad de sujetos, que es como la divi
sibilidad de la obligación presenta verdadero interés: Pedro, Pablo y
Andrés se han comprometido a no talar 60 hectáreas del bosque que
poseen en comunidad, para que Juan pueda cazar en él. Pedro tala 20
hectáreas y los demás respetan la abstención prometida. En principio
cabría considerarla divisible.
Empero, en la misma nota el Codificador brinda otro ejemplo to
mado de Savigny, que ya no resulta tan acertado. Se dice allí que es
divisible la obligación de no demandar en adelante (amplius non agit)
asumida por el acreedor, la que se dividiría a su muerte entre sus
herederos, por cuanto cada uno de éstos sólo podría iniciar acción por
su parte, atento a que en verdad, si de esa convención resultara que
el deudor quería evitar todo procedimiento que lo pusiera en la nece
sidad de acudir a la justicia, cualquier demanda, aun parcial, vendría
77
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
a importar la violación total de la obligación. Y con un razonamiento
extremo, inclusive en el primer ejemplo de la tala parcial de un bosque
donde se iba a cazar, cabe pensar en la frustración de la finalidad
perseguida, ya que no será lo mismo para el acreedor disponer de un
coto de caza de 50 hectáreas que de una extensión menor, que incluso
puede resultar inapropiada o no tan adecuada para la cacería tenida
en mira.
Por lo que en definitiva puede concluirse en que en las obligaciones
de no hacer la indivisibilidad es la regla, la cual tiene muy contadas
excepciones.
Art. 672 Las obligaciones alternativas que tienen por objeto prestacio
nes de naturaleza opuesta, no son consideradas como divisibles
o indivisibles sino después de la opción del acreedor, o del
deudor con conocimiento del acreedor.
Concordancias:
arts. 637, 641.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Divisibilidad e indivisibilidad en las obligaciones alternativas. 2. Divisibi
lidad e indivisibilidad en las obligaciones facultativas.
1. Divisibilidad e indivisibilidad
en las obligaciones alternativas
En las obligaciones alternativas (art. 635) que tengan por objeto
prestaciones de naturaleza opuesta, conforme a la norma en comentario,
será necesaria aguardar hasta después de la elección para saber si la
obligación es divisible o indivisible.
2. Divisibilidad e indivisibilidad
en las obligaciones facultativas
En éstas, contempladas en los artículos 643 y siguientes, hay que
78
Art. 673
atenerse, en cambio, exclusivam ente a la prestación principal que forma
el objeto de las mismas, para saber si la obligación es divisible o
indivisible (art. 644 y su nota); dado que en nada influye para su
caracterización la naturaleza de la prestación incluida en la facultad
de pago.
Art. 673 Las obligaciones divisibles, cuando hay un solo acreedor y un
solo deudor, deben cumplirse como si fuesen obligaciones in
divisibles. El acreedor no puede ser obligado a recibir pagos
parciales, ni el deudor a hacerlos.
Concordancia: art. 742.
A) Bibliografía especial
La del articulo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Pluralidad de sujetos.
1. Pluralidad de sujetos
Puede decirse que, en principio, la pluralidad de sujetos activos o
pasivos resulta indispensable para que ofrezca interés la divisibilidad
de la obligación. Sobre lo expuesto nos remitimos a lo ya dicho en
el comentario al artículo 667, punto 1 de Doctrina.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Deuda divisible con un solo acreedor. 2. Transmisión del crédito de un
acreedor único a varias personas. *
1. Deuda divisible con un solo acreedor
Aunque la prestación debida sea fraccionable por su naturaleza, el
pago siempre ha de ser íntegro, y aun así "el acreedor no puede ser
obligado a recibir pagos parciales, ni el deudor a hacerlos"
1
.
1
CNCiv., sala K, 20-4-90, J.A. 1993-I-índice: p. 113, sum. 3.
79
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
2. Transm isión del crédito de un acreedor único a varias personas
Una obligación de dar sumas de dinero, nacida entre un solo acree
dor y un solo deudor, se divide si varios terceros pagan y se subrogan
en los derechos del acreedor primitivo, quedando constituida entonces
una pluralidad de obligaciones que deben ser tratadas independiente
mente
2
.
Art. 674 Si la obligación se contrae entre muchos acreedores y un solo
deudor, o entre muchos deudores y un solo acreedor, la deuda
se divide entre ellos por partes iguales, si de otra manera no
se hubiese convenido.
Concordancias:
arts. 675, 689, 691 a 693, 2688, 3485 a 3490.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Fraccionam iento del crédito y de la deuda. 2. Fraccionamiento en la plura
lidad originaria o convencional. 3 . Fraccionam iento en la pluralidad hereditaria.
1. Fraccionamiento del crédito y de la deuda
El texto en comentario sienta el principio del fraccionamiento en
las obligaciones divisibles en tantas partes como acreedores o deudores
existan, lo cual es repetido por el artículo 691, cuyo último párrafo
expresa que: "Las partes de los diversos acreedores o deudores se
consideran como que constituyen otros tantos créditos o deudas dis
tintos los unos de los otros". Por ello, partiendo de la divisibilidad de
la prestación y de la pluralidad de sujetos, se llega a la conclusión de
que existe una pluralidad de vínculos obligacionales.
2. Fraccionamiento en la pluralidad originaria o convencional
La división de la prestación entre los sujetos de la relación obli-
2
CNCiv., sala A, 8-3-66, L.L. 123-977, S-13.949.
80
Art. 674
gacional se puede producir de distintas maneras, según que la pluralidad
emane de la convención de las partes, o de una sucesión mortis causa.
En el primer caso, la división se efectúa por partes iguales, a menos
que en el título de la obligación se hubiese establecido otra forma de
fraccionamiento (arts. 674 y 691). O sea que el régimen de la ley es
supletorio, pues los interesados tienen amplias facultades para convenir
la medida del interés de cada uno en la obligación (art. 1197). Siendo
sólo de aplicación el régimen de división igualitaria establecido en la
ley, en defecto de convención entre las partes.
3.
Fraccionamiento en la pluralidad hereditaria
Cuando se trata de pluralidad de sujetos producida por una sucesión
hereditaria, la división no se hace por partes iguales, sino en proporción
a la cuota hereditaria que le corresponda a cada acreedor o a cada
deudor (arts. 3485, 3490). En la nota al artículo 673 Vélez Sársfield
explica que: "...cuando por la muerte de una de las partes, el derecho
se divide entre sus herederos, no es en partes viriles, es decir, en tantas
partes cuantos sean los herederos, sino en la proporción de la parte
por la cual cada uno de los herederos representa al difunto. Si, pues
el difunto deja dos herederos, el uno por dos tercios y el otro por un
tercio, el primero será deudor o acreedor por dos tercios, y el segundo
por un tercio de la obligación".
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Fraccionamiento convencional.
1. Fraccionamiento convencional
Si de un convenio surge que las obligaciones a que se sometieron
los cocontratantes son divisibles, por tener por objeto prestaciones
susceptibles de cumplimiento parcial, cual es la entrega de suma de
dinero, en tal situación cabe concluir que la deuda debe dividirse entre
ellos por partes iguales, si no se convino de otra manera
1
.
1
CPCC de San Nicolás, 17-3-95, LLBA 1996-552.
81
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Art. 675 Si en las obligaciones divisibles hubiere muchos acreedores o
muchos deudores originarios o por sucesión, cada uno de los
acreedores sólo tendrá derecho para exigir su parte en el cré
dito;
y el deudor que hubiese pagado toda la deuda a uno
solo de los acreedores, no quedará exonerado de pagar la par
te de cada acreedor; y recíprocamente, cada uno de los deu
dores sólo podrá estar obligado a pagar la parte que le co
rresponda en el crédito, y podrá repetir todo lo demás que hu
biere pagado.
Concordancias: arts. 693, 731 -inc. 3
o
-, 790 -inc. 6°-.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Exigibilidad y cumplimiento de las obligaciones divisibles. 2. Apartamien
to por las partes con respecto al antecedente principio general. 3. Derecho a repetir.
1.
Exigibilidad y cump limiento de las obligaciones divisibles
En las obligaciones divisibles y s implemente mancomunadas, las
partes de los diversos acreedores o deudores se consideran como que
constituyen otros tantos créditos o deudas distintos los unos de los
otros (art . 691); por loque, tal como lo dispone la norma en comentario,
ningún acreedor puede exigir más que su cuota, puesto que de lo
contrario por el excedente estaría cobrando un crédito del cual no
sería acreedor, y paralelamente a ningún obligado se le puede exigir
el pago de un importe mayor que el de su respectiva cuota, porque
lo contrario sería lo mismo que imponerle por la demasía el pago de
una obligación de la que no era deudor.
Y de existir pluralidad activa y pasiva el principio es el mismo, y
la división del crédito y de la deuda debe hacerse primero entre los
acreedores y después de acuerdo al número de codeudores, o mult i
plicando primero el número de acreedores por el de deudores, para
obtener así el "divisor", por el cual luego deberá dividirse el importe
total de la obligación.
82
Art. 675
2. Apartam iento por las partes con respecto
al antecedente principio general
Si las partes no se ajustaran a esos principios y algún acreedor
pretendiese cobrar más que su porcentaje, o percibir de alguno de los
deudores más que el importe de la parte del mismo que les corresponde
en la deuda, o si alguno de los obligados pagara un importe mayor
que el de su
debitum,
o a un acreedor más de la cuota parte que tenía
en el crédito, ello traería aparejado un conjunto de consecuencias, que
se pasan a considerar.
Si uno de los acreedores exige al deudor la totalidad del crédito,
éste tiene derecho para limitarse al pago de nada más que de la cuota
que le pudiese corresponder a aquél, pudiendo hacer valer en cuanto
al resto la defensa de falta de acción. Y si el deudor le pagase la
totalidad del crédito al coacreedor accionante, habría pagado mal y
no se liberaría con relación a los demás acreedores.
Y en el supuesto de pluralidad de deudores, la parte acreedora no
puede pretender de cada uno de ellos nada más que su cuota parte en
la deuda (arts. 675 y 693), y éstos tendrían a su favor la defensa de
falta de acción.
3. Derecho a repetir
El deudor que paga un importe mayor del que le correspondía tie
ne,
en principio, el derecho de reclamar la restitución de lo que hubie
re pagado de más, aunque pueden darse varias situaciones diferentes.
Puede ocurrir que el deudor haya pagado a uno solo de los acree
dores la totalidad de la deuda y que éste hubiese distribuido lo que
cobrara entre todos sus cointeresados, en cuyo caso estaríamos frente
a un pago hecho a un tercero, pero que en definitiva llega a manos
de los verdaderos acreedores y por consiguiente extingue la obligación.
Pero si el que cobró todo no hubiese participado a los otros acreedo
res y éstos exigieran del deudor el pago de sus correspondientes cuotas
partes, éste tendría que volver a pagar ahora a los legítimos interesados,
naciendo a su vez en su favor una acción contra el acreedor que perci
biera todo el crédito más allá de su parte proporcional, por la restitución
de lo que le abonara en exceso. Esta acción de repetición se fundaría en
83
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
el pago hecho por error, ya que se trataría de un error esencial, o
simplemente en el pago hecho sin causa (arts. 790, inc. 6
o
, y 792).
Y si uno solo de los deudores hubiese pagado la totalidad de la
deuda, conociendo que pagaba su parte y la de los demás obligados,
entonces no podría pretender la devolución de lo abonado en exceso,
pero sí podría, en cambio, reclamar a cada uno de sus codeudores la
parte que a ellos les correspondía, de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 727, aunque sin contar en este supuesto con la acción de pago
con subrogación, en razón de que la misma le es negada por el in
fine del artículo 693.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Divisibilidad del crédito dinerario. 2. Deudas del causante de una sucesión.
3. La renuncia en las obligaciones divisibles.
1. Divisibilidad del crédito dinerario
Tratándose del cobro de una indemnización derivada de la expro
piación de un inmueble en condominio, consistente en un crédito di
nerario, cada acreedor sólo tiene derecho a reclamar su propia parte,
por lo que ningún condómino está legitimado para pretender el cobro
total de la deuda, sino tan sólo su porción en la acreencia
1
.
2. Deudas del causante de una sucesión
La división de las deudas del causante, en proporción al número de
sucesores, es una solución aplicable con mayor razón, cuando se trata
de deudas devengadas con posterioridad al deceso, atento a que entonces
la pluralidad de sujetos pasivos es originaria y no sobreviniente
2
.
3. La renuncia en las obligaciones divisibles
Tratándose de obligaciones divisibles, cada acreedor sólo puede
hacer renuncia de su parte en el crédito, la que no afecta para nada
a los demás
3
.
1
CNCiv., sala F, 13-11-84, E.D. 113-340 y L.L. 1985-D-560, S-36.956.
2
CNCiv., sala D, 22-2-84, E.D. 109-148.
3
CNCiv., sala E, 15-12-78, J.A. 1979-11-710.
84
Art. 676
Art. 676 Exceptúase de la última parte del artículo anterior, el caso en
que uno de los deudores o uno de los coherederos tuviese a
su cargo el pago de toda la deuda, ya en virtud del título de
la obligación, o por haberse así determinado en la división de
la herencia, en cuyo caso el deudor podrá ser demandado por
el todo de la obligación, salvo sus derechos respecto a los otros
codeudores o coherederos.
Concordancias: arts. 504, 674, 1742 -inc. 3
o
-, 3497.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Supuesta excepción al principio de división. 2. Cómo juega la asunción de
la deuda. 3. Acción de reembolso.
1. Supuesta excepción al principio de división
Pese a los términos en que se encuentra redactada esta norma, en
rigor no hay ninguna excepción a las reglas del ar t ículo precedente,
sino que nos encontramos frente a un convenio de asunción de deuda
por parte de uno de los codeudores o coherederos, con respecto a las
cuotas partes de los demás; lo que por otra parte es perfectamente
factible y válido con arreglo al principio de la autonomía de la voluntad
en materia contractual (art . 1197).
2. Cóm o juega la asunción de la deuda
La forma de cómo jugará dicha asunción de deudas, dependerá,
en cuanto a su alcance, de que haya o no intervenido en ella el acreedor
y de que se hubiese o no produc ido la l iberación de los dem ás oblig ado s.
Debiendo además dist inguirse entre tres posibles si tuaciones: a) s i se
trata de un convenio celebrado entre los deudores, s in intervención
del acreedor; b) cuando el acuerdo se ha celebrado al dividir los bienes
de la herencia, y c) si la imposición del pago de la deuda fue hecha
en un testamento.
En el primer supuesto, el convenio celebrado por los deudores sin
85
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
la intervención del acreedor, determinando que uno solo de ellos tendrá
a su cargo el pago de la deuda, es res ínter alios acta con respecto a
este último, quien por ello conserva íntegramente su derecho para
reclamar el pago a los demás codeudores, en proporción a sus respec
tivas cuotas partes (art. 3497). El acreedor viene a ser un tercero con
relación al acuerdo concluido entre los obligados y por lo tanto el
mismo no le sería oponible (arts. 503, 1195).
La intervención del acreedor en el aludido acuerdo obliga a dis
tinguir: si el titular del crédito al aceptar que uno de los deudores
tomase a su cargo el pago de la deuda ha liberado a los demás obligados,
en cuyo caso carecerá de derecho para reclamar el cumplimiento a
los otros deudores pese a no haberlo hecho el encargado del pago.
Pero de no haber mediado tal liberación, el acreedor conservaría intacta
su acción contra todos los demás obligados, en proporción a sus res
pectivas partes en la deuda.
Las mismas directivas son aplicables en la hipótesis de acuerdo
realizado al dividir la herencia, en el cual se hubiera encargado a uno
de los coherederos el pago de las deudas comunes (arts. 676 y 3497).
También se acepta por la doctrina que el encargo del pago total
de la deuda a uno solo de los obligados puede resultar de una imposición
testamentaria, pues se reconoce al testador el derecho de determinar
que,
pese a la divisibilidad de la obligación, sea uno de los herederos
instituidos el que pague la totalidad de la misma, siempre que de esa
forma no se vulnere la legítima de un heredero legitimario (arts. 3591
y 3598). Y si el heredero-a quien le fuera impuesto el pago no lo
hace,
el acreedor conserva su derecho para reclamar a cada uno de
los coherederos sus respectivas partes en la deuda (art. 3947); dado
que la voluntad del testador no puede afectar los derechos del acreedor,
que es un tercero en cuanto a las relaciones de aquél con sus sucesores
(art. 503).
3.
Acción de reembolso
El artículo además concede al deudor que ha tomado a su cargo
el pago íntegro la acción recursoria o de reembolso contra sus codeu
dores, por las partes que a éstos les toca en la obligación cumplida.
86
Art. 677
Art. 677 Si uno o varios de los codeudores fueren insolventes, los otros
codeudores no están obligados a satisfacer la parte de la deuda
que a aquéllos correspondía.
Concordancias: arts. 694, 1731, 1751, 2024, 2690, 3475, 3495.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Recae sobre el acreedor la insolvencia de uno de los codeudores. 2.
El caso de pluralidad hereditaria. 3. Excepciones. 4. Caso de pluralidad de acree
dores.
1. Recae sobre el acreedor la insolvencia
de uno de los codeudores
El principio del texto en comentario, luego repetido en el artículo
694 , es consecuencia del fraccionamiento e independencia de los dis
t intos vínculos que se integran en la obligación divisible con sujetos
plurales (arts. 674 y 691). Es lógico pues que la insolvencia de uno
o varios de los codeudores deba soportarla el acreedor.
2. El caso de pluralidad hereditaria
El artículo 3495 adopta la misma solución con respecto a los su
cesores mort is causa que heredan una obligación divisible, pero, no
obstante, el artículo 3475 le confiere al acreedor el derecho de oponerse
a la partición y entrega de los bienes a los herederos hasta que no
sea satisfecho su crédito.
3 .
Excepciones
Lo dispuesto en este art ículo t iene sus excepciones en lo previsto
en los artículos 1731 y 1751 en punto a sociedades civiles y en el
art ículo 2690 sobre el condominio, conforme a los cuales la insolvencia
es soportada únicamente por los codeudores.
87
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
4. Caso de pluralidad de acreedores
Se trata de un supuesto no contemplado expresamente en el Código
Civil, cuya solución debe ser la misma que la del texto que se comenta.
Art. 678 La suspensión de la prescripción respecto a alguno de los deu
dores,
no aprovecha ni perjudica a los otros acreedores o deu
dores.
Concordancias:
arts. 696 y 3981.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Prescripción de una obligación divisible. 2. Suspensión de la prescripción.
3.
Interrupción de la prescripción.
1. Prescripción de una obligación divisible
La prescripción de la obligación operada con respecto a uno de
los acreedores, o a favor de uno de los deudores de la obligación
divisible, no perjudica a los demás acreedores, ni beneficia a los otros
deudores.
2. Suspensión de la prescripción
La suspensión de la prescripción sucedida con relación a uno de
los sujetos de la obligación, tema que es el específicamente contem
plado en el texto en comentario, tiene efectos limitados a la parte del
respectivo coacreedor o codeudor, sin que pueda ser invocada a favor
de los demás acreedores, ni opuesta en contra de los demás obligados.
A mayor abundamiento, el mismo principio es desenvuelto por el Co
dificador en su nota al artículo 3981, cuando dice que: "Entre muchos
copropietarios, o muchos deudores aun solidarios, si se encuentra uno
a cuyo beneficio la prescripción ha sido suspendida por la ley, por
ejemplo, por causa de minoridad los otros no son admitidos a prevalerse
de esta suspensión".
88
Art. 679
3. Interrupción de la prescripción
Igual ocurre con la interrupción de la prescripción: los actos ema
nados de uno solo de los acreedores, dirigido contra uno solo de los
deudores, que interrumpan la prescripción en curso, no aprovechan ni
perjudican a los otros sujetos de la obligación divisible (arts. 695,
3992 y 3993).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Prescripción de honorarios de abogado.
1. Prescripción de honorarios de abogado
Los honorarios correspondientes al abogado patrocinante en una
sucesión es una obligación simplemente mancomunada, por lo que la
prescripción de los mismos corre separadamente a favor de cada deudor
o en contra de cada acreedor, como consecuencia de la autonomía que
tienen las obligaciones parciarias contenidas en la obligación divisible
(art. 691, 2
a
parte), y tampoco aprovecha a los deudores que no la
opusieron (arg. a contrario del art. 688)'.
C A P Í T U L O II
D E L A S O B L I G A C I O N E S I N D I V I S I B L E S
Art. 679 Toda oblig ación de da r un cue rpo cierto es indivisible.
Concordancias: arts. 574, 2326, 3776, 3778.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Indivisibilidad de la obligación de dar una cosa cierta. 2. Obligación de dar
varias cosas ciertas.
1
CNCiv., sala F, 30-7-82, L.L. 1983-A-10 y E.D. 102-470.
89
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
1. Indivisibilidad de la obligación de dar una cosa cierta
Nuestro Código se apartó en este punto del Derecho Romano y
del francés. En el primero las obligaciones eran divisibles, excepto
cuando se trataba de un derecho indivisible. En el segundo, según
algunos autores, la obligación de dar una cosa cierta era perfectamente
divisible, aunque recaiga sobre un objeto que materialmente no podía
ser fraccionado, pues en tal caso la obligación impondría a cada co
propietario el deber de transmitir al acreedor su respectivo derecho
indiviso, siendo esto consecuencia de la adopción del criterio de la
divisibilidad intelectual.
El error de concepto del Derecho francés ha sido puesto de relieve,
señalándose que la obligación de transferir la propiedad de un objeto
cierto podrá ser divisible, pero que no lo es en cambio el hecho m aterial
de su entrega, porque el señorío de hecho no puede referirse a una
cuota ni otorgarse parcialmente. A mayor abundamiento, la posición
de nuestro Código es también la seguida por los Códigos Civiles de
Alemania, España e Italia.
2. Obligación de dar varias cosas ciertas
Este supuesto no ha sido contemplado en el artículo en comentario.
Para algunos autores la multiplicidad de cosas ciertas comprendidas
en una obligación no le quita el carácter indivisible, así como es obvio
que si las partes hubiesen considerado a la obligación como indivisible,
la existencia de una pluralidad de cosas ciertas no la torna divisible.
Otros autores propician en cambio una solución algo más flexible
atendiendo a las circunstancias del caso. Así, si la intención de las
partes resulta suficientemente clara en cuanto a la forma de cumpli
miento, debe estarse a lo convenido, y así por ejemplo si las cosas
ciertas fueron consideradas en su unidad, como sería en el caso de
una biblioteca, deberán aplicarse las normas de las obligaciones indi
visibles, y si por el contrario las partes hubiesen establecido de común
acuerdo cómo se haría la distribución de las cosas ciertas, nada obsta
a que la misma se lleve a cabo de esa manera. Finalmente, a falta de
claridad en la intención de las partes, según Galli debe seguirse el
régimen de las obligaciones de dar cosas inciertas no fungibles que
90
Art. 679
más se le aproxime; en tanto que para Busso la obligación sería d ivisible
si coinciden el número de partes y de cosas. Empero, si se trata de
pluralidad activa, el deudor no puede decidir por sí mismo la forma
de distribuir las cosas ciertas entre los distintos titulares del crédito,
y por lo tanto deberá entregar en conjunto las diversas cosas debidas.
Y de existir pluralidad de deudores, uno de ellos puede obligar al
acreedor a que reciba una de las cosas ciertas, aunque los otros no
entregaran simultáneamente las restantes, dado que la obligación de
entregar varias cosas se descompone en otros tantos actos de entrega
independientes entre sí; pero de todas maneras el deudor que pagó no
se liberaría definitivamente de la obligación, en tanto los demás co
deudores no cumplan con la entrega de los objetos restantes.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligación de restituir un bien arrendado. 2. Caso de retocesión de un
inmueble ex propiado.
1. Obligación de restituir un bien arrendado
Esta obligación es indivisible (arts. 677 y 679), máxime no ha
biéndose aducido en autos que la locación se hubiese contratado por
habitaciones separadas y no por el departamento en su totalidad, por
lo que la prestación a cargo de la locataria es la de restituir el objeto
de la locación en su conjunto, es decir, el "cuerpo cierto" al que alude
el artículo 679'.
2. Caso de retrocesión de un inmueble expropiado
En el caso de retrocesión, la demanda no puede ser deducida por
uno solo de los condóminos del inmueble expropiado, pues se trata
de una obligación de devolver un cuerpo cierto que se debe reputar
indivisible, tanto cuando tiene por objeto transferir esa cosa para cons
tituir sobre ella derechos reales, como cuando se trata de restituirla a
sus dueños
2
.
1
CNECC, sala V, 16-5-79, L.L. 1979-C-22S.
2
CNCiv., sala F, 19-11-85, E.D. 118-193.
91
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Art. 680 Son igualmente indivisibles las obligaciones de hacer, con ex
cepción de las comprendidas en el artículo 670.
Concordancias: arts. 670, 1639.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligaciones de hacer
indivisibles. 2. Aplicación al contrato de locación de
obra. 3. Excepciones.
1. Obligaciones de hacer indivisibles
Como ya se dijo al comentar el artículo 670, las obligaciones de
hacer son en principio indivisibles; dado que, como bien lo acota Galli,
en realidad, la prestación de hacer es siempre indivisible. Un hecho
sólo puede concebirse como una unidad. Pero ello es así cuando se
requiere un solo hecho como constitutivo de la prestación de hacer,
ya que como lo expone Vélez en la nota a este artículo, sólo "aquellos
hechos que bajo un solo nombre envuelven muchos hechos pueden
dividirse y hacer resultar divisible la obligación".
2. Aplicación al contrato de locación de obra
Implicando el contrato de locación de obra una obligación indi
visible, el locador no la cumple mientras no entregue la obra com
pletamente terminada; en tanto que a su turno las entregas de dinero
realizadas por el locatario en las épocas previstas en el contrato y de
acuerdo al mismo son adelantos a cuenta de precio y no pagos pe
riódicos.
3. Excepciones
Las excepciones están indicadas en el ya visto artículo 670, en
razón de que, como lo señala Galli, al introducirse en la obligación
un elemento divisible, el tiempo o la medida, el hacer se torna divisible.
92
Art. 681
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Locación de obra.
1. Locación de obra
La obligación del locador de obra es indivisible, aunque el locatario
haya efectuado pagos parciales, pues éstos sólo importan un adelanto
sobre el pago total'.
Art. 681 La obligación de entregar es indivisible, cuando la tradición
tenga el carácter de un mero hecho, que no fuese de los de
signados en el artículo 670,
o
fuese una dación no comprendida
en el artículo 669.
Concordancia: art. 679.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Indivisibilidad de la tradición.
1. Indivisibilidad de la tradición
El presente artículo se ocupa de la indivisibilidad de lo que, im
propiamente, llama obligación de entregar. Habiéndose objetado que
no estamos aquí ante una obligación, sino frente a un deber de conducta,
que no es otra cosa que el modo de cumplimiento de las obligaciones
de dar y en algunos casos de completar el cumplimiento de las de
hacer.
Ahora bien, la tradición indispensable para la transmisión del do
minio, el hecho en sí de la entrega de una cosa, es como suceso
indivisible, por cuanto debe cumplirse en un acto único (unu actu).
1
S.C. de Mendoza, 17-9-43, J.A. 1944-1-547.
93
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligación de hacer la tradición de un inmueble.
1. Obligación de hacer la tradición de un inmueble
Se ha resuelto que es indivisible, respecto de los condóminos de
un inmueble prometido en venta, la obligación de hacer tradición del
mismo al adquirente
1
.
Art. 682 Cuando las obligaciones divisibles o indivisibles, tengan por
accesorio una prenda o hipoteca, el acreedor no está obligado
a devolver la prenda ni a alzar la hipoteca en todo o en parte,
mientras el total de la deuda no fuere pagado, salvo el caso
de obligaciones divisibles garantidas con hipoteca en cuya eje
cución los jueces declaren procedente la división del bien hi
potecado para la enajenación, y la cancelación parcial de la
hipoteca
(Texto según ley 11.725).
Concordancias: arts. 3112, 3188, 3233; ley 19.724, art. 23.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligación de restituir una cosa dada en prenda y de cancelar una hipoteca.
2. Excepciones. 3 . Reenvío.
1. Obligación de restituir una cosa dada
en prenda y de cancelar una hipoteca
El cumplimiento de una prestación divisible puede estar garantizado
con una prenda o con una hipoteca, y aquélla puede haber sido pagada
parcialmente por uno de los deudores. Para tal supuesto el precepto
en comentario establece que "el acreedor no está obligado a devolver
la prenda ni a alzar la hipoteca en todo o en parte, mientras el total
de la deuda no fuere pagado".
1
CNCiv., sala C, 18-5-64, E.D. 44-230, N° 53.
94
Art. 682
Ahora bien, aunque el texto del artículo habla de obligaciones di
visibles o indivisibles, en realidad su solución sólo tiene sentido en
el caso de las primeras, atento a que si la prestación fuese indivisible,
no se podría sustentar ninguna pretensión de las mencionadas en dicha
norma, que se vincula necesariamente con la posibilidad del cumpli
miento parcial de la obligación principal. Y a su respecto se ha querido
dejar bien aclarado que, a pesar de que las obligaciones tengan el
carácter de divisibles, cuando están garantizadas con una prenda o
una hipoteca prevalece la indivisibilidad de estos derechos reales, tal
cual lo consagran los artículos 3112, 3188, 3229 y 3233.
después de lo cual el régimen de las obligaciones garantizadas con
hipoteca es el siguiente: a) se mantiene como principio general el de
la indivisibilidad de la hipoteca; b) en caso de ejecución judicial de
el o los bienes hipotecados, cuando sea posible la división en lotes o
la garantía comprenda bienes separados, los jueces podrán ordenar la
venta en lotes y la cancelación parcial de la hipoteca, siempre que
con ello no se cause perjuicio al acreedor, y c) el codeudor o el cohe
redero del deudor originario que hubiere pagado su cuota en la deuda,
no podrá exigir la cancelación de la hipoteca a su respecto mientras
la deuda no esté íntegramente pagada. El coacreedor o el coheredero
del primitivo acreedor que hubiese recibido el pago de su cuota tampoco
podrá otorgar la cancelación parcial de la hipoteca, mientras no se
pague totalmente el crédito.
2. Excepciones
El premencionado principio admite excepción en el caso de existir
ejecución judicial, en la que, y según resulta de la última parte del
artículo 3188 que remite al 3112, los jueces pueden ordenar una can
celación parcial de la hipoteca cuando de ello no surja lesión al acree
dor, es decir, cuando por el precio obtenido en las ventas no quede
duda acerca de que los derechos al cobro íntegro del crédito están
suficiente e indiscutiblemente garantizados.
Por otra parte, se ha entendido que el principio de la indivisibilidad
de la hipoteca, por ser de la naturaleza y no de la esencia de dicho
95
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
derecho real, puede ser renunciado por el acreedor, en razón de haber
sido establecido en su exclusivo beneficio y por no afectar entonces
tal renuncia al orden público ni a las buenas costumbres.
A su turno , la Ley de Prehorizontalidad 19.724 ha establecido otra
situación de excepción en su artículo 23, que dice: "Al escriturarse
cada unidad, el o los acreedores hipotecarios están obligados a otorgar
cancelaciones parciales de las hipotecas globales que afecten al in
mueble, por el monto que pudiera corresponder a cada unidad, previo
pago de la parte proporcional de la hipoteca global que corresponda
a dicha unidad, quedando ésta liberada de ese gravamen".
3. Reenvío
En rigor, este artículo reproduce conceptos de los artículos 3112
y 3233, por lo que carece de utilidad, amén de resultar desubicado,
si se quiere. El tratamiento detallado de la cuestión corresponde al
comentario de esos artículos, al que remitimos.
Art. 683 La obligación que tiene por objeto la creación de una servi
dumbre predial es indivisible.
Concordancias: arts. 2985, 3007, 3008, 3029.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Indivisibilidad de la obligación de crear una servidumbre predial. 2.
Ejemplo.
1. Indivisibilidad de la obligación
de crear una servidum bre predial
Como se trata de una típica obligación de hacer, la de crear una
servidumbre predial es por ello indivisible.
Pero la situación prevista en la norma es la relacionada con la
constitución de una servidumbre predial, y no se refiere por ende al
96
Art. 684
ejercicio de las que ya estuvieran constituidas, también indivisibles
de
por sí
(art. 3007),
lo que
constituye
un
tema
a
considerar
al
tratarse
este derecho real.
2. Ejemplo
Los autores han puesto como ejemplo la obligación de conceder
una servidumbre
de
tránsito, que
en
caso
de
tener pluralidad
de
sujetos
comprometidos a su otorgamiento no podría serlo de manera fraccio
nada:
o la
servidumbre
se
constituye
en un
todo
o en
realidad
no se
la constituye.
Art.
684 Las
obligaciones indivisibles
no
pueden constituirse respecto
de un objeto común a muchos, sino con el consentimiento de
todos los condóminos.
Concordancias:
arts. 1331, 2680, 2682, 2683, 2985, 2986.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Condominio.
1. Condominio
En el texto anotado se dispone, reiterando disposiciones contenidas
en
el
Título VIII
del
Libro Tercero
{Del condominio), que
para cons
tituir obligaciones indivisibles sobre
una
cosa
en
condominio
se ne
cesita el consentimiento de todos los titulares. Por lo demás ello resulta
lógico, atento
a
que cada uno
de los
condóminos sólo tiene
un
derecho
parcial y no total, por lo cual a obligación no podría constituirse
válidamente
sin el
acuerdo
de
todos.
Por aplicación de este principio, el condómino no puede vender la
totalidad
de la
cosa indivisa
(art.
1331);
no
puede arrendar
la
cosa
indivisa, ni aun en la parte que le pertenece, sin el consentimiento de
97
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
sus condóminos (art. 1512); ni puede constituir sobre ella derechos
reales de servidumbre (arts. 2682 y 2985).
Art 685 Toda abstención indivisible hace indivisible la obligación. Sólo
el autor de la violación del derecho debe soportar la indem
nización que pueda exigir el acreedor, quedando libres de sa
tisfacerla los otros codeudores.
Concordancias:
arts. 671, 697, 698.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Incum plimiento imputable de las obligaciones indivisibles. 2. Dolo o culpa
de varios o todos los obligados.
1. Incumplimiento imputable de las obligaciones indivisibles
Como ya se dijera, en las obligaciones indivisibles existen varios
vínculos o ligámenes distintos entre cada acreedor y cada deudor, o
sea que los codeudores son independientes entre si. De ahí que la
culpa, o afortiori el dolo, y la mora, resultan ser puram ente personales
del obligado que incurrió en ellos, y que no se les adjudique a ¡os
restantes para exigirles responsabilidad, puesto que para ellos vienen
a configurar un caso fortuito liberatorio.
Todo ello resulta de lo dispuesto en el artículo 697 sobre obliga
ciones simplemente m ancomunadas, que no efectúa distingos de ningún
tipo, y más específicamente del último párrafo del artículo 685 en
comentario, sobre abstención indivisible, cuya parte final así lo esta
blece expresamente, aunque sentando en realidad una regla general
aplicable a todas las obligaciones indivisibles y no solamente para las
de no hacer.
2. Dolo o culpa de varios o todos los obligados
En este caso la responsabilidad habrá de pesar sobre todos ellos, pero
98
Art. 686
respondiendo cada uno de la indemnización en proporción a su parte, o
sea que el principio de la personalidad de la culpa se mantiene incólum e.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Responsabilidad por incumplimiento de la obligación indivisible.
1. Responsabilidad por incumplimiento
de la obligación indivisible
El incumplimiento de una obligación de hacer indivisible, imputable
a uno de los codeudores, no perjudica a los demás
1
, y lo mismo sucede
con la mora de uno de los obligados que es estrictamente personal
del mismo y no se propaga de un codeudor a otro, por la ausencia de
carácter asociativo en este tipo de obligaciones
2
.
Art. 686 Cualquiera de los acreedores originarios, o los que lo sean por
sucesión o por contrato, pueden exigir de cada uno de los
codeudores, o de sus herederos, el cumplimiento íntegro de la
obligación indivisible.
arts. 667, 706, 731 -inc. 2
o
- 2181, 2689, 3776.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Concentración de efectos: exigibilidad y pago íntegro. 2. Excepciones. 3.
Prestación que sólo puede cum plirse por uno de los codeudores. 4. El supuesto de la
indivisibilidad impropia. 5. Efectos que no se propagan.
1. Concentración de efectos: exigibilidad y pago íntegro
En las relaciones de obligación, tratándose de deudas indivisibles,
1
CNCiv., sala A, 6-4-78, E.D. 80-732; id., 24-3-68, E.D. 20-542 y L.L. 122-653;
sala D, 10-2-82, L.L. 1983-A-173; sala F, 27-5-59, L.L. 97-80; CNCom., sala B,
7-10-64, J.A. 1965-1-599.
2
CNCiv., sala A, 6-4-78, E.D. 80-732.
99
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
las notas más típicas se derivan del hecho de la imposibilidad de
fraccionar la prestación, lo que da lugar a una concentración de los
efectos del vínculo obligacional en cada uno de los acreedores y cada
uno de los deudores. "Aunque en rigor -dice Llambías-, cada acreedor
no debería tener derecho sino a una parte, y cada deudor no debería
satisfacer sino también su parte, la concentración del objeto le concede
al primero y le impone al segundo, la satisfacción debida por entero".
De ahí la consecuencia inevitable, en punto al régimen del pago,
del derecho de cualquier acreedor a exigir el todo de la obligación de
uno solo de los deudores. O sea que tenemos ante todo una concen
tración activa, que se traduce, cuando hay pluralidad de acreedores,
en la posibilidad de que uno cualquiera de ellos pueda demandar el
cumplimiento íntegro de la prestación debida.
Como contrapartida, el deudor, en principio, puede y debe pagar
a cualquier acreedor, o sea que se libera cumpliendo de esa manera,
y no puede pretender que concurran al cobro los restantes acreedores.
2. Excepciones
Lo que antecede es así, mientras el deudor no hubiese sido de
mandado judicialmente por alguno de los acreedores, en cuyo caso el
pago debe realizarse al mismo en virtud del llamado principio de "pre
vención" (art. 731, inc. 2
o
).
3.
Prestación que sólo puede cumplirse
por uno de los codeudores
Igualmente existe una concentración pasiva que determina, siendo
varios los deudores originarios o por sucesión, que a cualquiera de
ellos se le pueda pedir el cumplimiento total de la obligación; aunque
dicha solución pueda tener sus riesgos o resultar de no fácil aplicación,
frente a diferentes situaciones que pueden presentarse y son puntua
lizadas por la doctrina.
Así, la prestación puede ser cumplida por cualquiera de los obli
gados o sólo por el deudor precisamente requerido al efecto, a menos
que únicamente pudiese ser cumplida por uno de los codeudores en
particular, que no hubiese sido demandado.
100
Art. 686
4. El supuesto de la indivisibilidad impropia
Y sucede algo parecido en la llamada indivisibilidad impropia, que
exige para su cumplimiento el concurso de todos los obligados, dado
que cada uno de ellos sólo ha comprometido su propia colaboración
pero no la totalidad de la deuda; tal como sucede, por ejemplo, con
la composición de una ópera, si uno se obliga a hacer la partitura
musical y otro el libreto, o en la obligación de escriturar un inmueble
en condominio, que necesita de la concurrencia de todos los copro
pietarios para su otorgamiento (doctrina de los arts. 2603, 2690, 3270
y concs.).
Para estos supuestos del punto anterior y del presente, en algunas
legislaciones se confiere al deudor demandado el derecho de citar a
su o sus coobligados para que comparezcan al juicio, a fin de cumplir
el único que puede hacerlo o todos conjuntamente. Y aunque nuestro
Código Civil no contiene tal previsión, de todas maneras se puede
llegar al mismo resultado por medio del procedimiento de citación de
"tercero" al juicio, contemplado en la mayoría de nuestros ordena
mientos procesales, tal como ocurre con los artículos 94 y siguientes
de los CPCCN y CPCCBA.
5. Efectos que no se propagan
En todo lo demás, como en la indivisibilidad existen vínculos se
parados y no se crea entre los acreedores y deudores ninguna asociación
de intereses, los efectos no se extienden entre ellos, en razón de que
no se relacionan con el único y compacto objeto debido, sino con la
persona de aquéllos y la independencia de los ligámenes que los vin
culan.
Tal es lo que sucede con la mora y la culpa de un deudor, ya
considerado en el comentario del precedente artículo 685; la novación
consentida y la remisión o quita efectuada por uno de los acreedores,
que no es oponible a los demás (arts. 687 , 809 y 810), y la transacción
arribada entre un acreedor y un deudor, que no perjudica ni aprovecha
a los demás (art. 851).
Amén de que de resolverse la obligación por inejecución, la in
demnización de los daños y perjuicios sustitutiva de aquélla, que habrá
101
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
de consistir en una suma de dinero y es por ende divisible, ya no será
exigible íntegramente a uno cualquiera de los coobligados, sino que
cada uno deberá su respectiva cuota en proporción a su parte en la
obligación primigenia, por haber perdido la obligación su condición
de indivisible, tal como por otra parte se lee en la nota al artículo en
comentario.
Con respecto a la compensación, que sólo podría tener lugar res
pecto de las obligaciones indivisibles cuando se trate de la entrega de
cosas inciertas no fungibles, no comprendidas en el artículo 669, ha
sostenido Lafaille implícitamente que cabe aplicar en todos los su
puestos de medios extintivos la regla particular del artículo 687, de
manera que se requeriría el consentimiento de todos los acreedores
para que la compensación pudiese producir efecto. Y algo similar co
rresponde decir con relación a la confusión, o sea que la misma debe
afectar a todos los sujetos de la obligación, puesto que si alguno no
fuese alcanzado por aquélla, él deberá cumplir.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pluralidad de acreedores. 2. Indemnización por incumplimiento imputable
por culpa de uno solo de los codeudores. 3 . Obligación de escriturar.
1. Pluralidad de acreedores
Si la cosa indivisible se ha vendido a varios acreedores conjunta
mente, el vendedor cumple su obligación entregándola a cualquiera
de ellos
1
.
2. Indemnización por incumplimiento imputable
por culpa de uno solo de los codeudores
El régimen de la divisibilidad recobra todo su imperio cuando se
trata de establecer las derivaciones del incumplimiento de la obliga
ción, imputable a la culpa exclusiva de uno solo de los obligados. Esa
culpa es personal del culpable y no se adjudica a los demás para
exigirles responsabilidad, por cuanto es extraña a los deudores que
1
Cám. Com., 22-10-36, J.A. 32-1155.
102
Art. 687
fueron ajenos a ella, para quienes configura un caso fortuito liberato
rio.
Esta doctrina, que reposa en la aplicación analógica de los artícu
los 685, 697, 698, 1921 y 1923 del Código Civil, encuentra su razón
de ser en la noción misma de la indivisibilidad, que no crea una aso
ciación de intereses entre coacreedores y codeudores, sino que resulta
de una imposición de los hechos que obstan al fraccionamiento de la
prestación
2
.
3. Obligación de escriturar
En la obligación de escriturar no rige el artículo 686 del Código
Civil, que supone una prestación susceptible de ser solventada eficaz
mente por uno de los codeudores o a uno de los coacreedores, siendo
obvio que aquella obligación no se cumple si no concurren a solventarla
todos los otorgantes del acto
3
.
Art. 687 Sólo por el consentimiento de todos los acreedores, puede re
mitirse la obligación indivisible, o hacerse una quita de ella.
Concordancias: arts. 874, 877.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Remisión o quita de la deuda hecha por un solo acreedor. 2. Remisión o
quita de sólo su parte por un acreedor. 3. Remisión total a uno de los codeudores.
1. Rem isión o quita de la deuda hecha por un solo acreedor
Se trata del supuesto contemplado por el artículo en comentario, que
dispone que "Sólo por el consentimiento de todos los acreedores, puede
2
CNCiv., sala A, 6-4-78, E.D. 80-732; id., 24-3-68, E.D. 20-542 y L.L. 122-653;
sala D, 10-2-82, L.L. 1983-A-173; sala F, 27-5-59, L.L. 97-80; CNCom., sala B,
7-10-64, J.A. 1965-1-599.
3
CNCiv., sala A, 19-6-79, L.L. 1980-A-647, S-35.451. Ver los puntos 4 y 5 de
Jurisprudencia del comentario al art. 667.
103
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
remitirse la obligación indivisible, o hacerse una quita de ella", solución
que ha sido explicada por el propio Codificador en la nota al artículo 668,
cuando dice que: no se admite este derecho para uno de los acreedores de
la cosa indivisible (hacer una remisión de la deuda), porque él no es
personalmente dueño del crédito. O sea, en suma, que no obstante que
uno de los acreedores hubiese hecho remisión o quita de la deuda, los
demás coacreedores conservan su derecho para reclamar el pago íntegro
del crédito.
2. Rem isión o quita de sólo su parte por un acreedor
Pero si bien uno de los coacreedores no puede remitir o hacer
quitas que afecten el derecho de los demás interesados, no ocurre lo
mismo en lo concerniente a su parte en la obligación. El Código no
lo ha contemplado expresamente, pero en la misma nota al artículo
668 se señala que: la remisión de la deuda hecha por uno de los
acreedores tendría el efecto de disminuir la deuda.
A tenor de lo expuesto, la remisión hecha individualmente por
alguno de los titulares del crédito no resulta oponible y no impide a
los demás coacreedores el reclamo íntegro del mismo. Pero el deudor
que abonó la totalidad puede a su vez repetir contra el acreedor que
hizo la remisión o quita, el importe proporcional a la misma, ya que
a su respecto tal liberación ha producido efecto. Y a su turno, el
acreedor que hubiese hecho la remisión podría exigir al o los acree
dores que hubiesen cobrado íntegramente el valor de su respectiva
parte en el crédito, ya que entre ellos la remisión no había tenido
efecto.
O sea que si se cumplen todos esos pasos, como bien lo señala
Mayo, en definitiva el deudor sólo abona la parte correspondiente al
o los acreedores que no hicieron remisión de la deuda, aunque pri
meramente hubiese cumplido el total de la prestación.
3. Remisión total a uno de los codeudores
En lo concerniente a la parte pasiva de la obligación indivisible,
puede ocurrir que el acreedor o todos los acreedores remitan la deuda
con relación a uno solo de los deudores.
104
Art. 688
En este supuesto nuestra doctrina se ha dividido. Algunos autores,
como Machado, Mayo y Salvat, son de opinión de que la obligación
se extingue con respecto a todos los deudores, por cuanto la remisión
de la deuda produce la extinción de la obligación con todos sus ac
cesorios (doctrina de los arts. 876 y 868). En tanto que otros, como
Guillermo A. Borda, Busso, Colmo, De Gásperi-Morello y Llambías,
entienden, interpretando a contrario sensu el artículo 881, que la re
misión concedida únicamente a un deudor no impide que el acreedor
pueda exigir el cumplimiento a los demás codeudores.
C) Jur isprudencia
SUMARIO: 1. Extensión de la norma a la facultad resolutoria.
1. Extensión de la norma a la facultad resolutoria
La imposibilidad de ejercer la facultad resolutoria por uno solo de
los acreedores contra la voluntad de los otros, en la hipótesis de obli
gaciones indivisibles, surge de la doctrina implícita en los artículos
687,
que exige la concurrencia de la voluntad de todos para remitir
esta especie obligacional, y 851, que prescribe la inoponibilidad de la
transacción hecha por un acreedor a los restantes integrantes del grupo,
los cuales trasuntan el principio de la indisponibilidad de las facultades
emergentes de la relación obligatoria, no mediando conformidad de
todos los acreedores
1
, de manera que uno cualquiera de los acreedores
sólo podrá demandar el cumplimiento de la totalidad de la prestación
2
.
Art. 688 Prescripta una deuda indivisible por uno de los deudores con
tra uno de los acreedores, aprovecha a todos los primeros, y
perjudica a los segundos; e interrumpida la prescripción por
uno de los acreedores contra uno de los deudores, aprovecha
a todos aquéllos, y perjudica a todos éstos.
Concordancias: arts. 713, 3975, 3982, 3996.
1
C2
a
CCMin. de San Juan, 15-12-83, E.D. 108-414; CCC de Mercedes, sala II,
7-3-96, Juba7 B2351152.
2
CCC de Mercedes, sala II, 7-3-96, Juba7 B2351151.
105
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
P ropagación atípica de algunos efectos de la indivisibilidad. 2. Prescripción
de la acción. 3. Interrupción de la prescripción. 4. Suspensión de la prescripción.
1. Propagación atípica de algunos efectos de la indivisibilidad
En esta norma el Codificador se apartó del régimen que atribuyera
a las obligaciones indivisibles, estableciendo que ciertos efectos en
rigor ajenos ai hecho de ¡a imposibilidad de fraccionamiento de ia
prestación y "personales" a alguno de los deudores o acreedores, no
obstante se propagasen a los demás coacreedores o codeudores no
intervinientes, pese a la independencia de los distintos vínculos exis
tentes entre ellos.
2. Prescripción de la acción
Así, conforme a la primera parte del artículo en comentario, la
prescripción de la deuda indivisible ocurrida entre uno de los deudores
y uno de los acreedores se propaga y aprovecha a todos los primeros
y perjudica a todos los segundos.
3. Interrupción de la prescripción
La segunda parte de la norma alude a la interrupción de la pres
cripción como consecuencia de la acción de uno de los acreedores
(arts.
688 y 3996); pero como este fenómeno jurídico puede ocurrir
también por reconocimiento de la parte obligada o por compromiso
celebrado en escritura pública entre acreedor y deudor (arts. 3988 y
3989),
se ha planteado el interrogante sobre si en estos supuestos tam
bién se propagan sus efectos interruptivos.
La doctrina, con excepción de Guillermo A. Borda, y la jurispru
dencia se han inclinado por la afirmativa en el caso del reconocimiento
efectuado por uno de los codeudores.
106
Art. 689
4. Suspensión de la prescripción
Por último, también la suspensión de la prescripción que beneficie
a uno de los acreedores expande sus efectos a los demás coacreedores,
quienes podrán invocarla en su favor (arts. 3981 y 3982); solución
ésta verdaderamente singular, ya que dicha figura es en cambio "per
sonal" y no se extiende a los demás acreedores y deudores, en las
obligaciones solidarias (art. 3981 citado).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Prescripción y su suspensión o interrupción. 2. Suspensión de la pres
cripción.
1. Prescripción y su suspensión o interrupción
Tratándose de obligaciones indivisibles, la prescripción actúa ma
sivamente con respecto a todos y a cada uno de los integrantes del
frente de deudores o acreedores; el curso de la prescripción arranca,
se detiene por suspensión, o se inutiliza por interrupción para todos
1
.
2. Suspensión de la prescripción
El efecto relativo de la suspensión de la prescripción no tiene lugar
cuando se trata de obligaciones indivisibles, cuya esencia jurídica im
pone que favorezca a todos los acreedores o perjudique a todos los
deudores, aun cuando la causa de la suspensión sea personal a uno
solo de aquéllos
2
.
Art. 689 Las relaciones de los acreedores conjuntos entre sí, o de los
deudores conjuntos entre sí, después que uno de ellos hubiese
cumplido una obligación divisible o indivisible, se reglarán de
la manera siguiente:
1. Cada uno de los acreedores conjuntos debe pagar una cuota
igual o desigual, designada en los títulos de la obligación,
o en los contratos que entre sí hubiesen celebrado.
1
CNCiv., sala F, 5-7-78, BNCCiv. 1978-IV-243, sum. 384.
2
CNCiv., sala C, 30-4-75, E.D. 63-517.
107
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
2. Si no hubiere títulos, o si nada se hubiese prevenido sobre
la división del crédito o de la deuda entre los acreedores
y deudores conjuntos, se atenderá a la causa de haberse
contraído la obligación conjuntamente, a las relaciones de
los interesados entre sí, y a las circunstancias de cada uno
de los casos.
3. Si no fuese posible reglar las relaciones de los acreedores
o deudores conjuntos entre sí, se entenderá que son inte
resados en partes iguales, y que cada persona constituye
un acreedor o un deudor.
Concordancias:
arts. 691 a 693, 717, 2692, 3498.
A) Bibliografía especial
La del artículo 667.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Relaciones de "contribución" o "distribución". 2. Derechos de los coacree
dores que no cobraron. 3. Derecho del deudor que pagó íntegramente la prestación.
4. Proporción del derecho de cada uno.
1. Relaciónesele contribución o distribución
En las obligaciones indivisibles, el pago efectuado por un deudor
a un acreedor extingue totalmente la deuda y el crédito, pero al mismo
tiempo abre un nuevo orden de relaciones de "contribución" entre el
deudor que pagó y sus coobligados, y otro de "distribución" entre el
acreedor accipiens y sus propios compañeros.
2. Derechos de los coacreedores que no cobraron
Tratándose la obligación de dar un cuerpo cierto, el pago realizado
a uno de los acreedores tendrá como consecuencia convertir a todos
en condóminos del objeto, ya que la entrega al acreedor que recibió
la cosa provoca la "tradición" traslativa del dominio a favor de todo
el grupo creditor (argumento del art. 2394). De forma tal que quien
cobró deberá después permitir a cada uno de los restantes acreedores
la correspondiente participación en el uso y goce de la cosa, y el
108
Art. 689
ejercicio de aquellas facultades que sean compatibles con su condición
de condómino y los derechos de los demás (doctrina del art. 2684).
Por el contrario, en algunas legislaciones, como en el Código Civil
de Brasil (art. 893) y en el de Paraguay (art. 504), se ha establecido
que el derecho de los otros acreedores consiste exclusivamente en
exigir de aquel que recibió el cumplimiento de la prestación, la par
te proporcional que pudiera corresponderles sobre el total, pero con
vertida a "dinero". Siendo éste el criterio propiciado entre nosotros
por Mayo.
3. Derecho del deudor que pagó íntegramente la prestación
El deudor que pagó la totalidad de la deuda puede exigir de sus
coobligados el reintegro de sus respectivas cuotas partes, sea en virtud
de la acción recursoria que contempla el artículo en comentario, fun
dada en el título de la obligación o en las circunstancias que deter
minaron a los codeudores a obligarse en forma conjunta, sea mediante
la acción de pago con subrogación del artículo 768, inciso 2
o
. Todo
lo cual exige previamente la reducción de la prestación a una suma
de dinero, sobre la base de la cual se habrá de practicar luego la
división.
4. Proporción del derecho de cada uno
En cuanto a la proporción de cada acreedor o del deber de con
tribución de cada deudor, si ello no surgiere de los títulos de la obli
gación o no hubiese títulos, la ley prevé que habrá que atenerse: a la
causa de haberse contraído la obligación, a las relaciones internas de
los interesados entre sí y a las circunstancias de cada uno de los casos.
Y si no obstante todavía no se pudiese establecer en qué medida con
curren unos y otros en el crédito o en la deuda, se entenderá que "son
interesados por partes iguales y que cada persona constituye un acreedor
o un deudor".
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Relaciones de contribución y de obligación. 2. Circunstancias del caso. 3.
Relaciones entre coacreedores o codeudores.
109
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
1. Relaciones de contribución y de obligación
Este artículo se refiere a la división del crédito o de la deuda en
las relaciones de contribución, es decir, entre los acreedores o deudores
entre sí. Por ende, el supuesto en consideración no debe confundirse
con la división que se produce en las relaciones de obligación, pues
en estas últimas se consagra directamente, a falta de previsión en los
títulos, la división por partes iguales (art. 691), mientras que en las
primeras se tienen en cuenta previamente los antecedentes y circuns
tancias del caso'.
La problemática de las relaciones entre los integrantes del sujeto
acreedor m últiple no afecta la posición del deudor, quien se desobligaría
en todo caso haciendo depósito de la suma de su eventual débito,
dejando a resolución de los accionantes el acreditar los títulos y modo
de efectivizar la percepción de la respectiva acreencia
2
.
2. Circunstancias del caso
Las "circunstancias del caso" a que se refiere el artículo 689 en
su inciso
2 ° infine
configuran un
standard
de discrecionalidad jud icial,
que permite ponderar las peculiaridades de cada litigio, enriqueciendo
la desnuda letra de la ley con los datos que surgen de una realidad
siempre cambiante y vivificadora. Tratándose de un contrato celebrado
entre la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y un particular,
en el que dicha entidad goza de participación en las recaudaciones
brutas sin haberse establecido en qué porcentaje, corresponde que el
tribunal salve dicha omisión mediante la aplicación del artículo 689
del Código Civil
3
.
3.
Relaciones entre coacreedores o codeudores
Abonada una obligación de sujeto pasivo múltiple por uno de los
constreñidos al pago, a los efectos de la acción recursoria (arts. 717
1
CCC de Rosario, sala II, 19-11-98, L.L. Litoral 1999-662.
2
CFed. de Mendoza, sala B, 17-6-80, J.A. 1980-IV-ll.
3
CNCiv., sala A, 10-2-99, E.D. 185-78, Rev. Resp. Civ. y Seg. 1999-672 y L.L.
2000-C-912, S-42.702.
110
Art. 689
y 689), la misma se divide entre cada uno de los deudores, atendiendo
a la causa de haberse contraído la obligación conjuntamente, a las
relaciones de los interesados entre sí y a las circunstancias de cada
uno de los casos
4
.
La prueba de que los coacreedores o codeudores no se hallan
interesados por partes iguales, incumbe a quien entre ellos así lo
afirma
5
.
4
CCCom.CAdm. 2
a
Nom. de Río Cuarto, 10-12-97, L.L.C. 1999-602.
5
CFed., 4-2-60, J.A. 1960-IV-104; CNCom., sala C, 5-8-71, J.A. 12-1971-70.
111
D E L A S O B L I G A C I O N E S C O N
R E L A C I Ó N A L A S P E R S O N A S
TÍTULO XIII
DE LAS OBLIGACIONES SIMPLEMENTE
MANCOMUNADAS
Art. 690 La obligación que tiene
más
de
un
acreedor
o más
de
un
deudor,
y cuyo objeto es una sola prestación, es obligación mancomu
nada, que puede ser o no solidaria.
Concordancias:
arts. 667 a 689, 699, 700.
A) Bibliografía especial
Nos remitimos a la bibliografía general del Título I.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Obligaciones
de
sujeto múltiple. 2. Obligaciones conjuntas
y
disyuntas. 3.
Caracteres. 4. Clases.
1. Obligaciones de sujeto múltiple
Las obligaciones pueden tener un solo acreedor y un solo deudor,
o ser de sujeto múltiple, cuando presentan más de un sujeto en alguno
de los dos lados de la relación jurídica, o en ambos. Estas obligaciones
de sujeto plural se denominan mancomunadas.
Ergo,
la idea de mancomunación denota la existencia de una comu
nidad de intereses en torno a un único punto de referencia, que resulta
determinante para producir una variedad de relaciones obligatorias.
113
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
2. Obligaciones conjuntas y disyuntas
La mancomunación puede ser conjunta, en cuyo caso los sujetos
se vinculan por intermedio de la conjunción "y", de manera que con
curren los unos con los otros en relación a sus deudas, si fuesen co
deudores, o a sus créditos si se tratara de coacreedores.
En la mancomunación disyunta o alternativa existiría, en cambio,
una pluralidad originaria de acreedores o deudores que, en definitiva,
habrán de excluirse entre sí; de manera que la elección de cualquiera
de ellos habrá de dejar sin efecto el crédito o la deuda de los otros.
Aunque como bien se ha dicho, en rigor acá se trata más bien de
obligaciones de sujeto indeterminado, dentro de una pluralidad de su
jetos posibles, por lo que la elección de cualquiera de ellos habrá de
producir el cese de la indeterminación provisoria del sujeto activo o
pasivo, y que sólo deba ser tenido como acreedor o deudor quien o
quienes resulten elegidos.
3. Caracteres
Las obligaciones mancomunadas presentan las siguientes notas ca
racterizantes:
a) Pluralidad de sujetos, la que puede darse en el lado activo, en
el pasivo o en ambos, y puede ser originaria o sobrevenida, si
la obligación había nacido con un único acreedor o deudor y
luego por su fallecimiento lo suceden varios herederos;
b) unidad de objeto, en razón de que la prestación es debida por
todos los deudores a todos los acreedores;
c) causa fuente única, ya que el origen de la obligación es el
mismo para todos los acreedores y deudores, y
d) pluralidad de vínculos, ya que se trata de una única relación
obligacional, con pluralidad de vínculos disociados, al menos,
sin duda, en la mancomunación simple.
4. Clases
La mancomunación puede ser originaria, cuando existe desde el
mismo momento de la constitución de la obligación, o sobreviniente,
114
Art. 690
pasivo de la relación obligacional.
E igualmente puede ser simple, cuando no se ha introducido ninguna
asociación de intereses entre los acreedores o deudores, o solidaria,
si se proyecta una asociación de intereses entre las personas involu
cradas, produciéndose una concentración de efectos que desplaza el
principio de división.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligación conjunta. 2. Obligaciones con sujetos múltiples. 3. Mancomu
nación simple.
1. Obligación conjunta
La obligación mancomunada integra la categoría superior de las
obligaciones conjuntas, en las que resulta indispensable la característica
de unidad de causa fuente'.
2. Obligaciones con sujetos mú ltiples
Las partes pueden prometer una cosa divisible, sea obligándose
solidariamente o bajo simple mancomunación. Y asimismo pueden
prometer con o sin solidaridad una cosa indivisible. Hay pues cua
tro tipos de obligaciones perfectamente diferenciables: a) obligaciones
mancomunadas de objeto indivisible; b) obligaciones mancomunadas
de objeto divisible; c) obligaciones solidarias de objeto indivisible, y
d) obligaciones solidarias de objeto divisible
2
.
3.
Mancomunación simple
Provoca una mancomunación simple la condena pronunciada con
tra dos sujetos en relación a un débito único, si falta la expresión
inequívoca de la solidaridad que requiere el artículo 701 del Código
Civil
3
.
1
SCBA, 7-2-94, DJBA 148-2175.
2
C2
a
CC de La Plata, sala III, 29-10-91, Juba7 B351311.
3
CNCom., sala D, 23-3-84, L.L. 1984-C-247.
115
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Art. 691 En las obligaciones simplemente mancom unadas, el crédito o
la deuda se divide en tantas partes iguales como acreedores o
deudores haya, si el título constitutivo de la obligación no ha
establecido partes desiguales entre los interesados. Las partes
de los diversos acreedores o deudores se consideran como que
constituyen otros tantos créditos o deudas distintos los unos
de los otros.
Concordancias: arts. 667, 674, 675, 686, 689, 1747, 1750, 1941, 2107.
A) Bibliografía especial
Nos remitimos a la bibliografía general del Título I.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Concepto. 2. Simple mancomunación con objeto indivisible.
3.
El régimen
de nuestro Código Civil.
1. Concepto
En las obligaciones simplemente mancomunadas, el crédito o la
deuda se divide entre todos los acreedores y todos los deudores, de
forma tal que las partes de unos y otros se consideran como consti
tuyendo otros tantos créditos o deudas distintos (art. 691). Pero este
fraccionamiento de la obligación sólo puede ser cumplido en lo con
cerniente a las relaciones de los acreedores con los deudores, si la
prestación es divisible.
2. Simple mancom unación con objeto indivisible
Cuando la prestación no es susceptible de fraccionamiento, el ré
gimen aplicable es el de las obligaciones indivisibles ya estudiado, en
el que cualquiera de los acreedores tiene derecho a exigir de cualquiera
de los deudores el cumplimiento íntegro de la prestación.
De ahí que en nuestra doctrina se haya planteado el interrogante
acerca de s i pueden exis t i r obl igaciones s implemente mancomunadas
con objeto indivisible, como lo sostuvieran Busso, Lafai l le , Moisset
de Espanés, Rezzónico y Salvat-Gall i , o s i por el contrario es impres-
116
Art. 691
cindible que el objeto de las mismas sea susceptible de fraccionam iento,
como lo entienden Guillermo A. Borda y De Gásperi.
De todas maneras, nuestro Código da la impresión de admitir que
el objeto de una obligación mancomunada pueda ser tanto divisible
como indivisible, cuando dice en su artículo 693, en forma condicional
como lo señalara Lafaille: "Siendo el objeto de la obligación simple
mente mancomunada, una cosa divisible, cada uno de los deudores...",
con lo cual habría dejado abierta la posibilidad de que el objeto de
la obligación pueda también ser indivisible.
3. El régimen de nuestro Código Civil
mentado únicamente el instituto de las obligaciones mancomunadas
con prestación divisible (arts. 690 a 698); en tanto que cuando la
figura se presenta con prestación indivisible, el régimen aplicable es
el previsto en los ya considerados artículos 679 a 689 del mismo
Código.
En rigor, en el tratamiento de la mancomunación simple, el Código
ha incurrido en una repetición innecesaria, ya que todo el articulado
sobre el tema presenta una gran similitud con el que se refiere a las
obligaciones divisibles, advirtiéndose sólo alguna ampliación de efectos
para completar el sistema (arts. 667 a 678).
Dicho régimen puede sintetizarse, en pocas palabras, de la siguiente
divisible se fracciona de acuerdo al número de acreedores o deudores,
en principio por partes iguales, salvo que en el título de la obligación
se hubiese dispuesto otra cosa (arts. 674, 691 y 692), y en la pluralidad
sobrevenida por sucesión hereditaria, la proporción a tenerse en cuenta
es la que corresponda a la cuota hereditaria que corresponda a cada
heredero (arts. 3485 y 3490); b) cada acreedor sólo puede exigir el
pago de su parte en la prestación y cada deudor sólo puede ser obligado
a pagar su cuota en la misma (arts. 675 y 693); c) el deudor que
pagare íntegramente la deuda, no se subroga en los derechos del acree
dor contra sus codeudores (art. 693 in finé), y d) la prescripción del
crédito, la suspensión y la interrupción de la prescripción, la culpa,
117
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
el dolo, la mora, la cosa juzgada, la transacción, la novación, la re
misión, la compensación y la confusión, que puedan haber ocurrido
con respecto a uno solo de los interesados, no propagan sus efectos
a los demás. La insolvencia de un codeudor tampoco afecta a los
demás. Y el reconocimiento de la deuda hecha por un deudor es ex
clusivamente personal.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. En principio la obligación de sujeto plural es simplemente mancomunada.
2. División por partes iguales. 3. Gastos y cargas de un juicio suceso rio. 4. Litiscon-
sortes vencidos en juic io. 5. Reconocim iento. 6. Excepción al principio de división
cuando varias personas deban ser conside radas com o si fuesen una sola. 7. Caso de
litisconsorcio facultativo.
1. En principio la obligación de sujeto
plural es simplemente mancomunada
En la obligación de sujeto plural la regla es la simple mancomu-
nación, en tanto que la excepción es la solidaridad, que debe surgir
expresamente de la voluntad de las partes o de la ley
1
, debiéndosela
interpretar y admitir restrictivamente
2
.
2. División por partes iguales
En las obligaciones simplemente mancomunadas se presume que
a cada coacreedor o a cada codeudor les corresponde una alícuota
igual a la de los demás, salvo que expresamente se hubiese convenido
otra cosa
3
.
3. Gastos y cargas de un juicio sucesorio
El pago de los gastos y cargas del juicio sucesorio, entre los que
1
CNCom., sala D, 13-3-84, L.L. 1984-C-247; SCBA, 12-4-89, AS 1989-1-591;
CCC de Rosario, sala II, 22-2-88, J. 81-1; CCC de Tandil, 30-6-92, Juba7 B220275I.
2
CCC de Tandil, 30-6-92, Juba7 B2202751.
3
SCBA, 12-4-89, AS 1989-1-591; CCC de Rosario, sala II, 22-2-88, J. 81-1;
S.T.J. de Santiago del Estero, Sala Civ. y Com., 14-7-97, L.L. NOA 1998-1233.
118
Art. 691
se incluyen los honorarios de los letrados, es para cada uno de los
herederos una obligación simplemente mancomunada y no solidaria
4
.
4.
Litisconsortes vencidos
en
juicio
También es simplemente mancomunada la obligación de pagar las
costas por los litisconsortes vencidos en juicio
5
.
5. Reconocimiento
El reconocimiento efectuado por uno de los deudores simplemente
mancomunados carece de efectos frente a los demás
6
.
6. Excepción al principio de división cuando varias personas
deban ser consideradas como si fuesen una sola
El principio de que en materia de obligaciones simplemente man
comunadas, los actos interruptivos de la prescripción realizados por
un acreedor no benefician a los demás, está subordinado a la plena
vigencia de la regla de la división de la deuda, la que está sujeta a
modificación cuando entre los acreedores o deudores haya varias per
sonas que deban ser consideradas como si fuesen una sola y se las
deba computar por una sola cabeza. Tal es el caso de marido y mujer
que tienen un mismo interés, como en lo referente a una pensión a
que ambos tenían derecho por el fallecimiento de su hijo, en cuyo
caso la interrupción de la prescripción realizada por uno solo de los
cónyuges beneficia también al otro
7
.
7. Caso de litisconsorcio facultativo
La independencia funcional en las relaciones entre acreedores y
deudores de la obligación simplemente mancomunada puede atempe
rarse procesalmente si se configura un litisconsorcio facultativo
8
.
4
CNCiv., sala F, 26-3-91, L.L. 1991-C-472 y D.J. 1991-2-945; id., 30-7-82, L.L.
1983-A-10 y E.D. 102-470; CCCom .CCorr. de Pergam ino, 14-3-95, LLBA 1995-454.
5
6
Cám. Civ. I
a
, 26-8-42, J.A. 1942-III-812.
7
SCBA, 7-9-82, DJBA 123-439.
8
CNCiv., sala E, 6-6-90, L.L. 1990-E-446.
119
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
A rt. 692 El título de la constitución de la obligación puede hace r que
la división del crédito o de la deuda no sea en porciones iguales,
sino a prorrata del interés que cada uno de ellos pueda tener
en la asociación o comunidad a la cual se refiere el crédito o
la deuda.
Concordancias: arts. 674 a 676, 691, 3490 a 3492.
A) Bibliografía especial
Nos remitimos a la bibliografía general del Título I.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Principio del fraccionamiento. 2. Cuota parte de cada interesado.
1.
Principio del fraccionamiento
Cuando existe una relación obligacional con plural idad de sujetos,
la ley presume la existencia de una mancomunación simple, en la cual
opera el fraccionamiento del crédito y de la deuda en tantas partes
como acreedores o deudores haya. Ello, claro está, s iempre y cuando
la prestación sea divisible, en cuyo caso resultan aplicables todas las
consideraciones vert idas en el comentario al ar t ículo 674.
2. Cuota parte de cada interesado
Ante todo debe estarse a lo pactado en el t í tulo constitutivo de la
obligación, aunque los convenios que a tales f ines pudiesen real izar
internamente los acreedores o los deudores entre sí , no son en principio
oponibles a la contraparte.
No exist iendo determinación de partes desiguales en el t í tulo cons
t i tutivo de la obligación, la ley presume que el fraccionamiento lo
será por partes iguales.
Si la plural idad fuese sobreviniente, por muerte del acreedor o
del deudor, la división se habrá de efectuar en proporción a la parte
por la cual cada uno de ellos es llamado a la herencia (arts. 3485
y 3498).
120
Art. 693
Art. 693 Siendo el objeto de la obligación simplemente mancom unada,
una cosa divisible, cada uno de los deudores está obligado
solamente a su parte en la deuda, y cada uno de los acreedores
puede sólo demandar su parte en el crédito. El deudor que
pagase íntegra la deuda no será subrogado en los derechos
del acreedor contra los otros deudores.
Concordancias: arts. 673 a 676, 727 a 729, 767, 768 -incs. 2
o
y 3
o
-, 790 -inc. 6
o
-,
791 -inc. 6
o
-, 792.
A) Bibliografía especial
Nos remitimos a la bibliografía general del Título I y: BREBBIA, Roberto
H., Pago con subrogación, en Juris, N° 4, Rosario, ps. 486 y ss.; GA-
RRIGA, Román,
Pago con subrogación,
en J.A. 1950-IV-643 y ss.; TO-
RRENT, Pedro J., Posición del deudor mancomunado que paga íntegra
la deuda. Subrogación legal en el caso, en Revista del Instituto de Derecho
Civil, N° 3, Universidad Nacional de Tucumán, 1953, t. 2, N° 3, ps. 76
y ss.; TRIGO REPRE SAS, Félix A.,
El pago con
subrogación
y sus e fectos,
en Jus, N° 6, Platense, La Plata, ps. 235 y ss.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Ámbito de aplicación de la norma. 2. Pago en demasía. 3. Ausencia de
subrogación.
1. Ám bito de aplicación de la norma
En su primera parte se reitera el principio de la división del crédito
y la deuda, presuponiendo la divisibilidad de la prestación. En con
secuencia, las cuestiones atinentes a la exigibilidad de la prestación,
al pago y a otros modos de extinción de la obligación se resuelven
por aplicación de lo previsto para las obligaciones divisibles (arts. 675
y 676), que se reitera innecesariamente en esta norma.
2. Pago en demasía
Pueden considerarse varios supuestos diferentes:
a) Caso de un acreedor y varios obligados. Si habiendo un único
acreedor y varios codeudores no solidarios, uno de ellos paga la to
talidad de la deuda por error, es decir, creyéndose obligado por el
121
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
total, tiene derecho a repetir lo pagado en exceso con arreglo a las
reglas del pago por error (art. 790, inc. 6°).
Si,
en cambio, hubiese pagado todo con pleno conocimiento, ob
viamente no procederá repetición alguna de lo pagado en exceso. Pero
podría intentar su reembolso contra los demás codeudores, sea por la
acción que nace del mandato, si contaba con su conformidad, o la de
gestión de negocios si realizó el pago ignorándolo sus coobligados, e
inclusive podría intentar la acción de enriquecimiento sin causa, de
haber pagado contra la voluntad de los otros deudores.
b)
Varios acreedores y un deudor.
Si el único deudor paga a un
coacreedor la totalidad de la deuda, no se libera frente a los demás,
a quienes debe satisfacer sus correspondientes cuotas partes. Pero en
tonces podría repetir lo pagado en demasía, por aplicación de las reglas
del pago por error (art. 790, inc. 6
o
) o del pago sin causa (art. 792).
c) Pluralidad de acreedores y de deudores. Si entonces uno de los
codeudores paga a uno de los acreedores una suma mayor a la debida,
ello no libera ni a quien pagó en exceso ni a los demás codeudores
frente a los restantes coacreedores, salvo que el acreedor que recibiera
dicho pago hubiese después realizado la pertinente distribución con
los demás coacreedores.
3. Ausencia de subrogación
La parte final del artículo en comentario, inspirada sin duda en el
artículo 1251, inciso 3
o
del Código Napoleón y su doctrina, ha dado
lugar a las más dispares interpretaciones.
La mayoría de los autores, algunos de ellos no sin dejar de criticar
el precepto, se inclina por su lisa y llana aplicación, que conduce al
rechazo de la subrogación legal en el supuesto de que se trata, atento
a que de jure conditio resulta forzoso admitir que el artículo que se
comenta importa una excepción al principio general de la subrogación
ministerio legis, establecido en el artículo 768, inciso 2
o
, que como
tal debe ser respetada.
Otra tendencia, ya insinuada en Colmo y defendida sin ambages
por Galli y Llerena, considera que la negación del artículo en comen
tario no puede ser tenida en cuenta, atento a la gran latitud de los
122
Art. 694
efectos subrogatorios del pago efectuado por quien no es deudor (art.
768, inc. 3
o
), amén de que con este entendimiento se mantendría la
coherencia con la aplicación concreta contraria a lo dispuesto en este
artículo, que hace el artículo 2038 del mismo Código.
Finalmente, otra postura sostenida por Brebbia y Torrent entiende
que el pago en demasía hecho a sabiendas por un deudor lo coloca
por el excedente en la situación de un tercero no interesado, que debe
quedar subrogado conforme al artículo 768, inciso 3
o
, y que si lo hizo
por error, creyéndose obligado por el todo, tiene entonces acción de re
petición por pago indebido (art. 790, inc. 6
o
), pero no queda subrogado.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pluralidad de acreedores h ipotecarios.
1. Pluralidad de acreedores hipotecarios
Cuando hay varios acreedores hipotecarios sin haberse pactado la
solidaridad, la obligación es simplemente mancomunada, en tal caso,
si la prestación garantizada es divisible, cada uno de aquéllos sólo
puede reclamar la cuota que le corresponda, sin que sea necesaria la
concurrencia de los demás
1
.
Art. 694 La insolvencia de uno de los deudores debe ser soportada por
el acreedor, y no por los otros deudores.
Concordancias:
arts. 677, 2024, 3495.
A) Bibliografía especial
Nos remitimos a la bibliografía general del Título I.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisible. 2. Obliga
ciones simplemente mancomunadas de objeto indivisible.
1
Cám. 2
a
de La Plata, 25-8-64, DJBA 73-218.
123
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
1. Obligaciones simplemente mancomunadas
de objeto divisible
La solución de que la insolvencia de un codeudor es soportada por
el acreedor, que no puede reclamar a los demás la parte que corres
pondía al insolvente, guarda estricta coherencia con la estructura de
la obligación y con la pluralidad e independencia de vínculos y pres
taciones que la caracterizan.
Empero existen algunas obligaciones de este tipo, en las que por
disposición legal quedan obligados los codeudores a soportar, propor-
cionalmente, la insolvencia de alguno de ellos, tal como sucede en
punto a sociedad (arts. 1731 y 1751) y condominio (art. 2690).
2. Obligaciones simplemente mancomunadas
de objeto indivisible
La insolvencia de un codeudor perjudica en principio a los demás,
dado que el acreedor puede reclamar la totalidad de la prestación contra
cualquiera de aquéllos (art. 686).
Pero si media imposibilidad absoluta
de
pago por causas imputables
a todos los deudores, la insolvencia habrá de soportarla el acreedor,
dado que la indemnización de pagar los daños y perjuicios que procede
en tal supuesto es divisible, y entonces sólo puede reclamarse a cada
codeudor su respectiva cuota parte.
Art. 695 Los actos emanados de uno solo de los acreedores, o dirigidos
contra uno solo de los deudores, que interrumpan la prescrip
ción, no aprovechan a los otros acreedores, y no pueden opo
nerse a los otros deudores.
Concordancias: arts. 678, 688, 3992 a 3994.
Art. 696 La suspensión de la prescripción que tenga lugar por parte
de uno de los acreedores solamente, no aprovecha a los otros,
y recíprocamente, cuando la prescripción es suspendida res
pecto de uno
de
los deudores solamente, la suspensión no puede
ser opuesta a los otros.
Concordancias:
arts. 678, 3981.
124
Art. 696
A) Bibliografía especial
Nos remitimos a la bibliografía general del Título I.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Prescripción, interrupción y suspensión de la prescripción.
1. Prescripción, interrupción y
suspensión de la prescripción
Tratándose de obligaciones simplemente mancomunadas de objeto
divisible, todos los efectos de la prescripción, de la interrupción y de
la suspensión de la prescripción son personales, y no se propagan a
los demás coacreedores o codeudores.
Si por el contrario la obligación tuviese objeto indivisible, la pres
cripción corrida, como su interrupción o suspensión, por uno de
los deudores y contra uno de los acreedores, propaga sus efectos a
los demás, por aplicación de las reglas de la indivisibilidad (arts. 688
y 3982).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Excepción al principio de división cuando varias personas deban ser
consideradas como si fuesen una sola.
1. Excepción al principio de división
cuando varias personas deban ser
consideradas como si fuesen una sola
El principio de que en materia de obligaciones simplemente man
comunadas los actos interruptivos de la prescripción realizados por
un acreedor no benefician a los demás, está subordinado a la plena
vigencia de la regla de la división de la deuda, la que está sujeta a
modificación, cuando entre los acreedores o deudores haya varias per
sonas que deban ser consideradas como si fuesen una sola y se las
deba computar por una sola cabeza. Tal es el caso de marido y mujer
que tienen un mismo interés, como en lo referente a una pensión a
que ambos tenían derecho por el fallecimiento de su hijo, en cuyo
125
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
caso la interrupción de la prescripción real izada por uno solo de los
cónyuges beneficia también al otro
1
.
Art. 697 La mora o la culpa de uno de los deudores no tiene efecto
respecto de los otros.
Concordancias: arts. 509, 512, 1922.
A) Bibliografía especial
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Mora y culpa.
1.
Mora y culpa
En todas las obl igaciones s implemente mancomunadas , fuesen de
objeto divisible como indivisible, los efectos de la mora y la culpa
de uno de los codeudores o coacreedores son personales y no se pro
pagan a los demás. Es otra consecuencia de la plural idad de vínculos
disociados que caracteriza a estas obligaciones. Para más detal les re
mitimos al comentario al ar t ículo 685.
Art. 698 Cuando en la obligación simplemente mancom unada, hubiere
una cláusula penal, no incurrirá en la pena sino el deudor
que contraviniese a la obligación, y solamente por la parte
que le correspondía en la obligación.
Concordancias: arts. 661, 662.
A) Bibliografía especial
Remitimos a la bibliografía general del Título 1.
1
SCBA, 7-9-82, DJBA 123-439.
126
Art. 698
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Cláusula penal.
1. Cláusula penal
Tratándose de obligaciones simplemente mancomunadas, divisibles
o indivisibles, los efectos de la cláusula penal son siempre personales
y no se expanden. Basta al efecto con leer el texto del presente artículo
en comentario.
127
T Í T U L O XIV
D E L A S O B L I G A C I O N E S S O L I D A R I A S
Art. 699 La obligación mancomunada es solidaria, cuando la totalidad
del objeto de ella puede, en virtud del título constitutivo o de
una disposición de la ley, ser demandada por cualquiera de
los acreedores o a cualquiera de los deudores.
Concordancias: arts. 700, 701, 705, 711, 753, 866, 1081, 1109, 1921, 1945; ley
17.285, arts. 55, 67 in fine, 170; ley 22.250, art. 32, párrafo 2
o
; ley 24.192, art.
51; ley 24.240, modificada por la ley 24.999, arts. 13 y 40; Convención de Viena
de 1963, ratificada por la ley 17.048, art. II, párrafo 3
o
, apartado a.
A) Bibliografía especial
GALLI, Enrique V., El problema de la solidaridad en los delitos civiles y
cuasidelitos, en Anales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
de La Plata, 1933, t. IV, ps. 123 y ss.; Solidaridad en los cuasidelitos,
en L.L. 25-581 y ss.; GUAGLIANONE, Aquiles H.,
El efecto extintivo
de la confusión en las obligaciones solidarias, en Estudios de Derecho
Civil en homenaje a Héctor Lafaille, Depalma, Buenos Aires, 1968, ps.
349 y ss.; HERNÁNDEZ-GIL, Antonio, La solidaridad en las obligacio
nes, en
Revista de Derecho Privado,
Madrid, 1946, N° 30, ps. 404 y ss.;
LÓPEZ DOMÍNGUEZ, Ramón, Tesis, Universidad Nacional de Santa Fe,
Santa Fe, 1914; MOISSET DE ESPANÉS, Luis, Reformas en materia de
solidaridad,
en J.A. Doctrina 1969-73 y ss.; SAFONTÁS, Simón R,
Cua
sidelitos. Responsabilidad in totum
,
en Jus, N° 3, Platense, La Plata,
ps. 34 y ss.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Concepto. 2. Clases. 3. Caracteres. 4. Fundamentos. 5. Función de la
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FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
solidaridad. 6. Semejanzas y diferencias con la indivisibilidad. 7. Obligaciones
"concurrentes", "c one xas" o "indistintas". 8. Régimen jurídico de las obligaciones
"concurrentes" y sus diferencias con el de la "solidaridad". 9. Supuestos actua les de
obligaciones "concurrentes".
1. Concepto
Obligación solidaria es aquella de sujeto plural en la que, por vo
luntad de las partes o de la ley y con prescindencia de la naturaleza
divisible o indivisible de su objeto, cualquiera de los acreedores puede
exigir y a cualquiera de los deudores puede serle requerido el cum
plimiento íntegro de la prestación.
2. Clases
La solidaridad puede darse en el grupo acreedor o solidaridad activa,
cuyo uso ha sido poco corriente.
También puede darse en el grupo deudor o solidaridad pasiva, la
que,
por el contrario, es de gran importancia en el mundo de los ne
gocios, por cuanto viene a constituir una forma de brindarle al acreedor
mayores garantías de cumplimiento de la obligación.
Finalmente, también puede ocurrir en ambos grupos a la vez, que
es la llamada solidaridad mixta.
En los casos en que hay pluralidad de acreedores y deudores en
la obligación, el hecho de que la misma sea solidaria para uno de los
grupos no significa que por ello lo sea también para el otro grupo,
concentración alcanza a los acreedores y deudores.
3. Caracteres
Las notas que caracterizan a las obligaciones solidarias son las que
siguen.
a) Pluralidad de sujetos. Atento a que la solidaridad es una especie
de mancomunación y requiere por lo tanto pluralidad de acreedores,
o de deudores, o de ambos grupos a la vez.
b) Unidad de objeto. En estas obligaciones hay unidad de prestación.
Todos los acreedores y deudores están vinculados respecto a una misma
130
Art. 699
prestación (eadem peunian), cuyo cumplimiento puede ser exigido por
cualquiera de los acreedores y a cualquiera de los deudores, pero sólo
por una vez, de forma que pagada la prestación por un deudor o a un
acreedor, la obligación se extingue para todos los sujetos de la misma.
c) Fuente única. En las obligaciones solidarias el título o fuente
debe ser el mismo para todos los sujetos de la obligación. La pluralidad
de causas generadoras resulta incompatible con la idea de solidaridad
y conduce, inexorablemente, a la existencia de varias obligaciones
distintas.
d) ¿ Unidad o pluralidad de vínculos? Éste ha sido un tema con
trovertido en la doctrina nacional y extranjera.
Para una postura existiría pluralidad de vínculos, en razón de que
uno de los deudores puede obligarse pura y simplemente, y otros bajo
condición o a plazo ; la obligación puede ser nula o anulable con relación
a uno de los deudores y conservar su validez respecto a los demás;
el acreedor puede demandar a uno solo de los deudores, no obstante
lo cual conserva su acción contra los otros y, además, cada acreedor
puede disponer del crédito por separado, cediéndolo.
La escuela alemana que sigue los pasos de Savigny, y entre nosotros
Colmo, entienden en cambio que existe unidad de vínculo entre todos
los coacreedores y/o codeudores.
Finalmente un sector considera que en esta clase de obligaciones
existe unidad de vínculo pero con pluralidad de situaciones subjetivas,
en razón de que no podría haber pluralidad de vínculos, dado que
entonces habría pluralidad de obligaciones. El vínculo es uno solo,
añaden, porque la obligación nace en una única oportunidad: la prevista
por la ley o la acordada por voluntad de las partes.
De todas maneras los autores coinciden en que la existencia de la
solidaridad en la obligación no impide que dentro de la misma puedan
existir entre los sujetos situaciones distintas. En efecto: 1) la obligación
puede ser pura y simple para uno de los sujetos y modal para los
demás (art. 702); 2) si uno de los sujetos fuese incapaz de adquirir
el derecho o de obligarse, la obligación no deja de ser válida para los
otros, puesto que la incapacidad sólo puede ser opuesta al acreedor o
deudor efectivamente incapaz (art. 703); 3) el vicio de consentimiento
131
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
que afecte a uno de los obligados sólo anularía la obligación a su
respecto; 4) alguno de los deudores puede otorgar prenda, fianza o
cláusulas penales , con relación a su responsabilidad, todo lo cual surtiría
efecto únicamente con relación al deudor que las hubiera otorgado;
5) puede convenirse un pacto de
non petendo
por uno solo de los
acreedores y con relación a uno solo de los deudores; 6) cada acreedor
puede disponer de su crédito, por separado, cediéndolo, y 7) la obli
gación puede llevar intereses con respecto a alguno de los deudores
y no para con los demás.
e) Carácter expreso. En algunos regímenes jurídicos se requiere
que la solidaridad sea expresa, por cuanto se la considera de carácter
excepcional. Tal es el caso de nuestro Derecho, atento a que en el
artículo 701 se exige la concurrencia de este requisito por dos veces.
Vale decir que se requiere la expresión asertiva y manifiesta de la
solidaridad, sea que ésta emane de la voluntad de las partes o de la
ley. Aunque no es necesario, sin embargo, el empleo de términos sa
cramentales.
Hay en cambio otros regímenes, en los cuales se presume la exis
tencia de solidaridad en las obligaciones de sujeto plural pasivo.
4. Fundamentos
En la doctrina nacional y comparada se han formulado distintos
criterios.
Para la postura dominante, el fundamento de la solidaridad radica
en la idea de representación recíproca, que existe entre quienes integran
los grupos de acreedores y de deudores, derivada del interés comuni
tario que existe entre ellos.
Otros consideran que el fundamento radica en la unidad de la pres
tación.
Y quienes participan de la idea del vínculo único, encuentran en
él adecuado justificativo para la propagación de efectos esenciales y
accidentales.
Finalmente, algunos autores italianos y españoles conciben a la
obligación solidaria como un supuesto de deuda única con pluralidad
132
Art. 699
de responsables, haciendo radicar su esencia en la función económica
de garantía que cumple, al reforzar la posición del acreedor.
5. Función de la solidaridad
La principal finalidad de este instituto consiste en facilitar el cobro
del crédito, si se trata de la solidaridad activa, y asegurar el pago de
la deuda en la solidaridad pasiva.
Esta última es la que presenta mayor importancia práctica, dado
que al quedar varios codeudores vinculados por la totalidad de la obli
gación, ello le brinda al acreedor mejores perspectivas de cobro, en
razón de que tendrá varios patrimonios en pie de igualdad, afectados
al pago de la deuda. Por ello, ha podido sintetizar Messineo que su
ventaja práctica consiste en poner a disposición del acreedor varios
patrimonios para una misma prestación.
La solidaridad activa tiene en cambio un rol económico y jurídico
más modesto, aunque indudablemente práctico, cual es el de facilitar
la reclamación de todo el crédito a cualquiera de los acreedores, al
margen de lo que efectivamente se les deba individualmente. Aunque
como contrapartida también encierra riesgos para los demás coacree
dores,
ante la eventualidad de una posible ulterior insolvencia de quien
percibiera la totalidad, lo cual ha conspirado en los hechos contra su
aplicación.
Todos esos objetivos se logran por medio de la convergencia de
todos los vínculos, de modo que los derechos y obligaciones singulares
aparecen sólo como medio para la obtención de ese fin común que
es la extinción de la obligación, por la prestación que se cumple por
uno solo y/o a uno solo.
6. Semejanzas y diferencias con la indivisibilidad
Al respecto nos remitimos a lo expuesto en el comentario de Doc
trina del artículo 668, punto 1.
7. Obligaciones concurrentes , conexas o indistintas
Al lado de la mancomunación pasiva solidaria, en la que hay una
pluralidad de sujetos obligados individualmente por el "todo" (arts.
133
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
699 y ss.), existen también en nuestro Derecho otro tipo de obliga
ciones, en las que igualmente dos o más sujetos aparecen como deu
dores indistintos de igual prestación frente a un mismo acreedor. Se
trata de las llamadas obligaciones "concurrentes", "conexas" o "indis
tintas", cuyo matiz diferencial con relación a las solidarias está dado
por la circunstancia de provenir cada débito de una distinta fuente
obligacional; de forma que son independientes entre sí, pese a mediar
entre ellos la conexión resultante de estar referidos a idéntico objeto.
Como ejemplo típico de tal clase de obligaciones "concurrentes" se
suele mencionar a la obligación de indemnizar que tendrían, en la
hipótesis de un incendio intencional, quien lo provocara y el asegurador
del damnificado; pese a que para el primero resulte ser la fuente de
su deber el hecho ilícito por él cometido, en tanto que para el último lo
sea el contrato de seguro anteriormente concluido con el damnificado.
Empero ha señalado con razón Von Tuhr que: "hay muchos casos
en que no resulta fácil deslindar los campos entre la solidaridad y la
concurrencia", lo cual se advierte tanto cuando se trata de determinar
las diferencias de régimen existentes entre ambas figuras, como así
cuando se procura establecer cuáles son los casos concretos de obli
gaciones conexas o concurrentes.
8. Régimen jurídico de las obligaciones concurrentes
y sus diferencias con el de la solidaridad
Ha quedado dicho que en las obligaciones "concurrentes" o "in
distintas" nos hallamos en presencia de una suerte de responsabilidad
colectiva, generadora de débitos que, pese a no ser solidarios, de todas
maneras importan para el acreedor la posibilidad de poder reclamar
la totalidad de lo adeudado, de uno solo, cualquiera, de los obligados.
No obstante existen notorias diferencias entre ambos tipos de obli
gaciones, las que pasamos a considerar.
a) La obligación solidaria es una sola, las concurrentes son varias
-dos o más- que se conectan por la circunstancia de tener idéntico
objeto y existir en favor del mismo acreedor.
b) En las solidarias, una vez efectuado el pago de la obligación
por cualquiera de los codeudores, van a existir entre ellos relaciones
134
Art. 699
internas de "contribución", ya que ellos en definitiva sólo estaban
obligados a su parte y porción (arts. 716, 717 y concs.); razón por la
cual el solvens puede luego recuperar el desembolso por él efectuado
en todo cuanto excediese de su respectiva cuota parte en la obligación,
mediante acciones de regreso contra sus codeudores: sea por la vía
del pago con subrogación (art. 768, inc. 2
o
), o por la del mandato
(arts. 727, 1949, 1950 y concs.), o, en su caso, por la de gestión de
negocios (arts. 727, 2288, 2298 y concs.).
En cambio, en general ello no sucede así en las obligaciones "con
currentes", en las que quien paga la deuda debe a veces soportarla
íntegramente, si fuese el verdadero responsable de su constitución, o
por el contrario puede en otros casos procurar el reintegro total de lo
por él abonado; así, en el ejemplo ya mencionado del incendio pro
vocado, del que es víctima alguien asegurado contra ese siniestro, si
el damnificado hubiese sido indemnizado por la compañía aseguradora,
ésta podrá luego perseguir el reintegro total de lo pagado contra el
autor del hecho ilícito dañoso, por aplicación de los principios del
pago con subrogación (arts. 80, ley 17.418, y 767 y ss.); en tanto que
si se hubiese cobrado el resarcimiento directamente del incendiario,
como éste era en realidad el único responsable, deberá soportar todo
el peso de esa deuda, careciendo por ende de acción alguna contra la
compañía aseguradora.
c) En las obligaciones solidarias, los efectos de la prescripción
operada en favor de un deudor o la interrupción producida en su contra
se propagan masivamente a los demás coobligados (arts. 713 y 3994),
lo cual no ocurre en las obligaciones "concurrentes", en las que, por
tratarse de obligaciones independientes entre sí, los efectos de la in
terrupción actúan separadamente para cada obligado, no afectando nada
más que a aquel contra quien se hubiese producido. Es más, por tratarse
de obligaciones distintas, también puede ser diferente el término de
la prescripción de cada una de ellas; tal como ocurre, verbigracia, en
el supuesto de una inejecución contractual concretada con la interven
ción de un tercero cómplice, como sucede, por ejemplo, en las cesiones
o subiocaciones prohibidas, en ¡as cuales la prescripción de la obli
gación de indemnizar a cargo del cocontratante que no cumplió es la
decenal, ordinaria, del artículo 4023, en tanto que la prescripción de
135
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
la responsabilidad extracontractual del tercero cómplice se opera en
los dos años establecidos por el artículo 4037.
d) Con la salvedad del pago, existen también diferencias en punto
a otros medios extintivos de las obligaciones. En efecto, siendo la
misma la prestación debida, es claro que una vez satisfecha integral
mente por cualquiera de los deudores, el acreedor queda totalmente
desinteresado y cesa su derecho para pretender otro tanto de los res
tantes obligados.
Pero la situación varía cuando se trata de otros medios extintivos.
Así, si bien "La novación, com pensación o remisión de la deuda, hecha
por cualquiera de los acreedores y con cualquiera de los deudores,
extingue la obligación" solidaria (art. 707), no sucede lo mismo con
las obligaciones "concurrentes". Con relación a éstas, por ejemplo, si
el acreedor hiciera remisión de la deuda a uno de sus obligados conexos,
ello quizá no altere para nada la situación del otro; tal como sucede
si el damnificado renuncia a perseguir la reparación contra el civilmente
responsable, la cual por sí sola no puede afectar, obviamente, a su
derecho para obtener la misma del autor material del daño.
9. Supuestos actuales de obligaciones concurrentes
Se pueden señalar como supuestos de este tipo de obligaciones los
que se citan a continuación, a título meramente enunciativo:
a) La obligación de resarcir del dependiente autor directo de un
daño y la refleja de su patrón o principal, en cuanto civilmente res
ponsables. Antes y después de la reforma por el decreto-ley 17.711/68,
se han tenido entre nosotros como obligaciones "concurrentes", al deber
de resarcir del dependiente autor directo del daño (art. 1109), y al del
tercero civilmente responsable, en su condición de principal, patrono
o comitente, con ajuste a lo dispuesto en el primer párrafo del artículo
1113; en cuyo supuesto la víctima tiene derecho para requerir la in
demnización contra ambos, sea conjuntamente o bien en forma suce
siva, por existir a cargo de cada uno de ellos, individual y separada
mente, una responsabilidad plena o integral por las consecuencias del
hecho ilícito.
b) La responsabilidad del ente asistencial, o en su caso la de la
136
Art. 699
obra social, y la del médico y/o auxiliares designados por el primero
para la atención de los pacientes. Como una variante del supuesto
anterior, también puede hablarse de la responsabilidad del estableci
miento sanatorial con el que contratara directamente el paciente dam
nificado y la del facultativo y/o auxiliares designados por aquél para
su atención, quienes igualmente pueden llegar a ser indistintamente
obligados por el total de la indemnización del perjuicio ocasionado al
enfermo.
No obstante, no se trata exactamente de la misma situación que la
del caso precedente. Es que en el que ahora nos ocupa existe, al menos,
en efecto, un "contrato" generador de obligaciones, que por lo común
se habrá concluido entre el paciente y el establecimiento, habiéndose
comprometido éste frente a aquél a brindarle un servicio de salud, por
intermedio de los integrantes de su cuerpo médico. Todo lo cual suscita
problemas sobre el tipo de la relación jurídica que se establece, por
un lado, entre esas dos partes -paciente y ente asistencial-, y, por el
otro,
entre el mismo paciente y el facultativo a quien se le encomendara
su atención; como igualmente sobre si en caso de deberse reparar los
daños sufridos por el paciente durante su tratamiento o asistencia, tal
responsabilidad será contractual o extracontractual, y si la misma habrá
de involucrar sólo al establecimiento o al médico, o a ambos en con
junto,
y en este último supuesto aun sobre cuál habrá de ser el grado
de responsabilidad de cada uno de ellos.
Puede decirse, sin embargo, que en general existe coincidencia
sobre que media responsabilidad de los sanatorios o clínicas por los
perjuicios sufridos, como consecuencia de una defectuosa atención
médica, por los pacientes en ellos internados, siempre que igualmente
exista responsabilidad profesional del facultativo interviniente.
c) La responsabilidad civil de los establecimientos educativos y la
de los profesores, directores y otros agentes de la educación por su
hecho personal. Después de la reforma de la ley 24.830 al artículo
1117, son "Los propietarios de establecimientos educativos privados
o estatales [...] responsables por los daños causados o sufridos por sus
alumnos menores cuando se hallen bajo el control de la autoridad
educativa..."
Pero en el régimen argentino vigente subsiste también la respon-
137
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
sabilidad directa del autor de un daño del artículo 1109, aunque éste
sea un docente: profesor, director, preceptor, etcétera, sin perjuicio de
la acción recursoria que el Estado o el propietario del establecimiento
educativo privado que hubiesen pagado pueden luego ejercer contra
el docente causante del daño al art. 1123).
De tal forma nos venimos a encontrar frente a un nuevo supuesto
de responsabilidad "concurrente" o "indistinta": la del docente autor
directo de un daño y la refleja del propietario del respectivo estable
cimiento educativo; muy similar a la del principal o comitentes por
el hecho de sus dependientes, ya considerada anteriormente.
d)
La responsabilidad del dueño o del guardián de una cosa que
provoca un daño. Antes de la reforma del decreto-ley 17.711/68, ya
se hablaba de la obligación de reparar el perjuicio ocasionado con una
cosa ajena, la que pesaba sobre el autor culpable del hecho ilícito y
también sobre el propietario de la cosa que fuera el instrumento del
daño causado, los que también aparecían frente a la víctima como
responsables in sólidum de la totalidad de la indemnización.
Y después de dicha reforma, el segundo párrafo del artículo 1113
ya establece concretamente la responsabilidad indistinta "del dueño o
guardián" de la cosa que intervino en la causación de un daño; lo cual
ha llevado a la mayoría de nuestras doctrina y jurisprudencia a sostener
que cuando ambas calidades no están en cabeza de una misma persona
sino en dos sujetos distintos, la responsabilidad de ambos frente a la
víctima resulta ser también "concurrente" o "indistinta".
e) Daños resultantes de un incumplimiento contractual producido
con intervención de un tercero cómplice. En los casos de daños re
sultantes de un incumplimiento contractual, logrado merced a la in
tervención de un tercero cómplice, como lo es el tan corriente supuesto
de las cesiones o sublocaciones prohibidas, la parte contratante inocente
y damnificada va a tener también frente a sí a dos obligados "indis
tintos"
o "concurrentes", por el total de la indemnización de los per
juicios que así sufriera: su propio cocontratante, para quien el deber
de reparar reviste naturaleza contractual, y el tercero cómplice, cuya
responsabilidad es de fuente extracontractual.
f) Responsabilidad del ladrón que roba a un comodatario negligente
y asimismo la de este último. Parecidamente, autores como Cazeaux,
138
Art. 699
Llambías y Rezzónico, mencionan también como obligaciones concu
rrentes: a la del ladrón que le roba a un comodatario negligente la
cosa que tenía en comodato, como asimismo la de este último, res
pondiendo ambos en forma concurrente por el mismo perjuicio frente
al comodante: el primero, extracontractualmente por el "delito" co
metido, y el segundo, contractualmente por el incumplimiento culpable
de sus deberes determinados de conservación y restitución de la cosa
recibida en comodato, en razón del robo o hurto de a misma sobre
venido por su culpa (doctrina de los arts. 2266, 2269, 2274 y concs.).
g)
Obligaciones indistintas del propio obligado y de quien era su
deudor
habiéndole éste pagado pese a que el crédito estaba em bargado
o había sido dado en prenda. Este supuesto resulta de lo previsto en
el artículo 736, en cuanto establece como requisito de la eficacia del
pago que el crédito que se pretenda cancelar esté disponible por parte
del acreedor, cuando dice que: "Si la deuda estuviese pignorada o
embargada judicialmente, el pago hecho al acreedor no será válido".
En efecto, la prenda o el embargo judicial relacionan entre sí a
tres sujetos: el acreedor prendario o embargante, que es titular de un
derecho, en el primer caso "real" y en el otro de "garantía", sobre el
crédito que su deudor tiene con relación a un tercero; el deudor pren
dario o embargado, que está obligado frente a su acreedor prendario
o embargante, pero que es a su vez acreedor del crédito dado en prenda
o embargado, y finalmente el tercero deudor en esta última relación
jurídica: el crédito prendado o embargado.
Ahora bien, el efecto primordial del embargo o la prenda de un
crédito se traduce en una oposición al pago, por medio de una orden
puramente negativa dirigida al deudor del mismo, que está implícita
mente consagrada en el artículo 736: no pagar a su acreedor. Y en
tales circunstancias, si el deudor del crédito embargado o pignorado
quisiese liberarse, debe proceder a consignar judic ialmente lo que adeu
da, conforme a lo previsto por el artículo 757, inciso 5
o
; pero de
ninguna manera podría pagar directamente: ni al tercero acreedor em
bargante o prendario, quien no es titular del crédito afectado por esas
medidas; ni tampoco a su propio acreedor (embargado o deudor pig
noraticio), precisamente en razón de lo dispuesto en el citado artícu-
139
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
lo 736, que declara no válido al pago realizado de un crédito que
estuviese pignorado o embargado.
Si no obstante ello el deudor pagase a su acreedor, se suscita en
tonces concretamente la situación prevista y resuelta por el artículo
736, que establece ab initio que tal pago no será válido, aunque acla
rando acto seguido que: "En este caso la nulidad del pago aprovechará
solamente a los acreedores ejecutantes o demandantes, o a los que
hubiesen constituido la prenda, a quienes el deudor estará obligado a
pagar de nuevo". Pero en rigor, se trata simplemente de un caso de
inoponibilidad de tal pago con relación a los acreedores embargantes
o pignoraticios del accipiens, quienes por ello tienen derecho a reclamar
un nuevo pago en su favor por parte del solvens, por aplicación del
principio de que: quien paga mal, paga dos veces. Sin embargo, los
acreedores embargantes o pignoraticios conservan también su primitivo
crédito contra "su" deudor y pueden ejecutar al mismo, y si así llegasen
a percibir íntegramente su acreencia, obviamente ya no podrían pre
tender prevalerse de lo dispuesto en el artículo 736 para cobrar por
segunda vez del deudor de su propio obligado, por más que el mismo
le hubiese pagado a este último su crédito que estaba embargado o
había sido dado en prenda.
O sea, en suma, que en razón del indebido pago por parte del
obligado de un crédito que se hallaba embargado o pignorado, los
respectivos acreedores embargantes o pignoraticios pasan a tener frente
a sí a dos obligados "indistintos" (o "concurrentes"): su propio deudor,
que continúa siéndolo, y el deudor de su deudor, que pagara la obli
gación que tenía con este último, pese a que el crédito estaba embargado
judicialmente o había sido dado en prenda.
Todo ello sin perjuicio de que si el deudor del crédito embargado o
pignorado debiese efectuar un doble pago en razón de lo dicho pre
cedentemente, tendrá luego a su vez "derecho a repetir contra el acree
dor [propio de él] a quien pagó" (art. 736
infine),
ya que entonces el
primer pago realizado a su propio creditor vendría a quedar sin causa,
en razón del segundo pago impuesto por el artículo 736 en favor de los
acreedores embargantes o pignoraticios, viniendo a configurarse así un
supuesto de pago indebido: el del realizado "en consideración de una
causa existente pero que hubiese cesado de existir", del artículo 793.
140
Art.
699
h) Obligación indistinta del heredero beneficiario que, pese a la
oposición de otros acreedores o de legatarios, pagó a algún acreedor
del
causante,
y de este mismo frente a los oponentes. Como una variante
del supuesto anterior, tenemos igualmente la situación del heredero
aceptante con beneficio de inventario, que hizo pagos a algún o algunos
presuntos acreedores del causante, pese a mediar oposición de otros
acreedores y/o de legatarios (art. 3402), y la de el o los acreedores
así pagados, ya que ambos quedan como indistintamente obligados
frente a los oponentes, quienes podrán demandarlos por el todo conjunta
o sucesivamente, sin necesidad de tener que probar previamente la
insolvencia del otro (art. 3403).
i) La responsabilidad indistinta del constructor, el director y el
proyectista de la obra. Después de la reforma del decreto-ley 17.711,
tenemos también la responsabilidad contractual por ruina total o parcial
de edificios u obras en inmuebles destinados a larga duración, la cual,
conforme al texto actual del artículo 1646, recae sobre el constructor
y se extiende "indistintamente al director de la obra y al proyectista
según las circunstancias", lo cual -al decir de Spota- "constituye, luego
de la reforma de 1968, una doctrina que mereció recepción en el nuevo
artículo 1646, al establecerse, no la responsabilidad solidaria, sino la
responsabilidad indistinta (por el todo) del locador de obra material
(constructor) y del locador de obra intelectual (proyectista y director
de obra)".
j) La responsabilidad civil indistinta del autor de un daño y la
de su asegurador con relación a tal siniestro. La jurisprudencia y la
doctrina de Francia y de nuestro país admiten, asimismo, que el campo
de aplicación de las obligaciones "concurrentes" comprende también
los frecuentes casos de responsabilidad del autor de un daño y la de
su "asegurador" contra tales perjuicios, con relación a la víctima de
aquel hecho ilícito lesivo.
Al respecto puede recordarse lo expresado por los hermanos Henri
y Léon Mazeaud, en el sentido de que cuando la víctima demanda en
un mismo juicio al asegurador y al asegurado (causante del daño),
puede obtener contra ellos una condena in sólidum, que es la que
obliga por la totalidad a cada uno de los deudores, sin llevar consigo
las consecuencias de la solidaridad, y como "el asegurador y el ase-
141
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
gurado se encuentran desde luego obligados cada uno de ellos por la
totalidad, al menos dentro de los límites de la indemnización estipulada
en el contrato de seguro y del daño sufrido por la víctima [...] así
pues, la víctima debe obtener una condena in sólidum, que le conceda
el derecho de exigir, ya del asegurador o del asegurado, la indemni
zación correspondiente a su daño y garantizada por el contrato de
seguro".
Y tal es, por cierto, lo que en definitiva sucede entre nosotros a
partir de la entrada en vigencia de la Ley de Seguros 17.418, en virtud
de lo establecido en su artículo 118.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligaciones solidarias. 2. Condición de los sujetos de la obligación. 3.
Carácter expreso. 4. Efectos de la solidaridad: posibilidad de embargar los inmuebles
de cada uno de los codeudores. 5. Obligaciones disyuntivas. 6. Obligaciones concu
rrentes.
1. Obligaciones solidarias
La solidaridad es un concepto jurídico que a partir de la manco-
munación tiene un efecto que, en síntesis, puede señalarse como "uni
dad en la prestación y pluralidad de vínculos"'. La obligación man
comunada es solidaria cuando la totalidad del objeto de ella puede,
en virtud del título constitutivo o de una disposición de la ley, ser
demandada por cualquiera de los acreedores o a cualquiera de los
deudores;
"el.
acreedor o cada acreedor, o los acreedores
juntos,
pueden
exigir el pago de la deuda por entero contra todos los deudores soli
darios juntamente, o contra cualquiera de ellos
2
.
En las obligaciones solidarias los vínculos que ligan a los acreedores
plurales o a los deudores plurales nacen de una sola fuente, caracte
rística común a todas las obligaciones conjuntas, que se denomina
"unidad de causa": el deber de prestar de todos los deudores o la
pretensión de todos los acreedores deriva del mismo hecho o título
1
CCC de Junín, 2-8-84, E.D. 110-670.
2
C l
a
CC de La Plata, sala I, 28-4-94, Juba7 B100456.
142
Art. 699
justificante. Si no fuera así, no se podría hablar de una sola ob ligación,
sino de obligaciones diferentes derivadas de fuentes distintas
3
.
2. Condición de los sujetos de la obligación
El Código Civil ha aceptado el principio de la representación re
cíproca de los codeudores solidarios
4
; pero demandado uno solo de
los deudores, la sentencia sólo puede condenar al mismo
5
.
3. Carácter expreso
Es un principio básico en Derecho de Obligaciones que la solida
ridad requiere una voluntad explícita de las partes o una decisión ine
quívoca de la ley, por lo que no la hay tácita o inducida por analogía,
de manera que no se presume y toda duda a su respecto implica ausencia
de solidaridad
6
, atento a que las normas sobre solidaridad son, por
otra parte, de interpretación restrictiva
7
.
4. Efectos de la solidaridad: posibilidad de embargar
los inmuebles de cada uno de los codeudores
Es efecto de la solidaridad que el acreedor pueda perseguir el
cobro total de la deuda contra cualquiera de los codeudores, pudiendo
también garantizar tal derecho, trabando embargo por el monto de lo
adeudado sobre los inmuebles de propiedad de cada uno de los obli
gados.
Por lo que si se admitiese el levantamiento de embargo sobre
algunos de esos bienes, se estaría limitando, sin justificación alguna,
la aplicación del principio de la garantía común y menoscabando las
prerrogativas que confiere al acreedor la solidaridad expresamente
convenida
8
.
3
SCBA, 7-2-95, J.A. 1996-1-523 y AS 1995-1-9.
4
Cám. Civ. 2\ 2-6-42, L.L. 27-566; C.J. de Salta, 30-3-66, L.L. 123-89.
5
SCBA, 7-2-95, J.A. 1996-1-523 y AS 1995-1-9; id., 29-4-58, J.A. 1959-1-32.
6
CNCiv., sala D, 9-6-81, L.L. 1981-D-326.
7
CNCiv., sala D, 9-6-81, L.L. 1981-D-326; sala F, 11-6-85, L.L. 1985-D-202;
C1"CC de La Plata, sala II, 6-8-92, Juba7 B150912.
8
CNCiv., sala A, 14-3-94, E.D. 159-449.
143
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
5. Obligaciones disyuntivas
Cuando los sujetos activos o pasivos aparecen vinculados por la
conjunción disyuntiva "o", la obligación es solidaria
9
, tal es el caso
de las cuentas corrientes bancarias a la orden recíproca
10
.
6. Obligaciones concurrentes
Contrariamente a la solidaridad, en que hay una relación creditoria
única constituida por varios vínculos que ligan independientemente a
cada deudor con cada acreedor, las obligaciones concurrentes son va
rias, conjugadas entre sí por tener el mismo objeto y el mismo acree
dor", pero con diversidad de causa y de deudor, actuando en ellas la
obligación independientemente para cada obligado
12
. En estas obliga
ciones el acreedor también tiene la facultad para pretender la totalidad
de la prestación debida, sea de todos los deudores o de uno cualquiera
de ellos, por lo que el deudor concurrente no puede pretender que el
acreedor sustituya el embargo ya trabado sobre sus bienes, para que
recaiga sobre bienes de otro coobligado'
3
.
En estas obligaciones concurrentes, la prescripción actúa indepen
dientemente para cada deudor
14
, de manera que la ganada por uno de
los deudores no beneficia a los restantes obligados
15
.
Configuran obligaciones concurrentes: a) la del dueño y el guardián
de una cosa
16
; b) la del causante del daño y el responsable indirecto
9
Cám. Civ. I
a
, 8-7-21, J.A. 7-20; Cám. Civ. 2
a
, 27-6-30, J.A. 33-554; Cám.
Com., 27-7-18, J.A. 2-108.
10
Cám. Civ. 2
a
, 2-11-31, J.A. 36-1765.
11
CNCiv., sala A, 7-4-88, L.L. 1988-E-296; C2
a
CC de La Plata, sala I, 27-4-89,
Juba7 B250370.
12
CNCiv., sala A, 19-8-98, L.L. 1998-D-495; id., 7-4-88, L.L. 1988-E-296; sala
C, 23-4-91, L.L. 1992-A-168, J.A. 1991-IV-134 y D.J. 1992-1-599; sala F, 11-6-85,
L.L. 1985-D-202; SCBA, 2-9-80, DJBA 119-761; C2
a
CC de La Plata, sala III, 6-5-82,
DJBA 123-261.
13
S.C. de Mendoza, sala I, 2-9-88, L.L. 1989-B-332.
14
C2
a
CC de La Plata, sala I, 27-4-89, Juba7 B250370.
15
SCBA, 2-9-80, DJBA 119-761; C2
a
CC de La Plata, sala III, 6-5-82, DJBA
123-261.
16
C.S.J. de la Nación, 1-12-92, L.L. 1994-B-434; CNCiv., sala A, 16-3-73, E.D.
48-505; id., 29-8-71, L.L. 146-674, 28.749-S; sala B, 8-6-81, J.A. 1982-1-31; id.,
144
Art. 700
por el autor de un hecho dañoso, como ser el empleador del culpable
o el propietario del vehículo'
7
; c) la obligación del autor del daño y
la de su asegurador, las que difieren en cuanto a la fuente y al deudor,
aunque coincidan en relación con el acreedor y el objeto debido, es
decir, en cuanto a la reparación del daño
18
; d) el crédito por honorarios
del perito designado de oficio en una litis, quien puede cobrarlos contra
cualquiera de las partes, inclusive la vencedora en costas
19
; e) la obli
gación de reparar el daño causado por la transferencia ilegítima de la
locación, que no es solidaria entre el locatario y el sublocatario, aunque
ambos deben la totalidad de la indemnización a título distinto, aquél
por el incum plimiento del contrato, éste porque no restituyó el inmueble
sobre el cual no tenía derecho
20
.
Art. 700 La solidaridad puede también ser constituida por testamento,
por decisión judicial, que tenga fuerza de cosa juzgada, o puede
resultar de la ley respecto de los deudores.
Concordancias:
arts. 699, 701, 1081, 1109, 1921, 1945, 3870; ley 17.285, arte. 55,
67
infine,
170; ley 22.250 , art. 32, párrafo 2
o
; ley 24.192, art. 51; ley 24.240,
modificada por la 24.999, arts. 13 y 40; Convención de Viena de 1963, art. II,
párrafo 3
o
, apartado a, ratificada por la ley 17.048.
30-9-74, E.D. 58-347; sala C, 25-9-85, L.L. 1985-E-131; id., 28-3-85, L.L. 1985-C-471;
26-4-83, E.D. 104-746; 22-8-77, J.A. 1977-III-176; 23-6-76, E.D. 68-358; sala D,
8-10-81, L.L. 1982-D-239 y E.D. 97-213; id., 3-12-79, L.L. 1980-D-77; 13-9-78, L.L.
1979-B-38;
sala F, 25-6-82, L.L. 1982-B-568; id., 16-2-79, L.L. 1979-B-559 y J.A.
1979-11-572; sala G, 19-5-82, E.D. 100-179; CNECC, sala VI, 15-5-78, J.A. 1978-
11-475; CNPaz, sala II, 24-4-72, J.A. 15-1972-10; SCBA, 17-11-92, J.A. 1993-11-320
y DJBA 144-551; id., 23-10-90, L.L. 1991-A-336 y DJBA 141-3241; 8-4-80, DJBA
118-318; 10-12-79, E.D. 87-306; Cám. I
a
de Bahía Blanca, 7-11-72, L.L. 150-
718, 30.160-S; CCC de Junín, 20-4-80, DJBA 121-177; S.T. de Córdoba, Sala
CCom.CAdm., 8-5-84, L.L. 1984-C-518; C5
a
CC de Córdoba, 29-8-80, J.A. 1981-1-
348; CCC de Rio Cuarto, 28-3-85, L.L.C. 1985-635; S.C. de Mendoza, sala
1,
2-9-89,
L.L. 1989-B-332; CCC de Santa Fe, sala II, 6-6-75, J.A. 1976-11-332; C2
a
CC de
Paraná, sala II, 29-10-93, Z. 64, sec. jurisp., fallo 9651, etc.
17
CCC de San Martín, sala I
a
, 5-3-81, supl. Prov. L.L. 1981-353 y E.D. 93-677.
18
CNCiv., sala A, 2-12-71, J.A. 14-1972-303.
19
CNCiv., sala C, 23-4-91, L.L. 1992-A-168, J.A. 1991-IV-134 y D.J. 1992-1-599;
sala E, 8-2-83, E.D. 103-335; SCBA, 7-2-95, J.A. 1996-1-523 y AS 1995-1-9.
20
CNPaz, sala II, 18-3-68, L.L. 132-372.
145
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Fuentes de la solidaridad. 2. La voluntad. 3 . La ley. 4. La sentencia judic ial.
1. Fuentes de la solidaridad
Las fuentes de la solidaridad mencionadas en la última parte del
artículo 699 y en el presente son las siguientes: la voluntad de las
partes, el testamento, las sentencias que tengan fuerza de cosa juzgada
y la ley. Aunque la doctrina predominante considera, sin embargo,
que tales fuentes pueden reducirse a sólo dos: la voluntad y la ley.
2. La voluntad
Ésta es la fuente más frecuente de solidaridad. Puede ser por con
vención de las partes, en los contratos, o por la voluntad del testador,
en las disposiciones testamentarias. Incluso, las partes tienen libertad
en sus estipulaciones para hacer más o menos gravosa la solidaridad
para los distintos obligados.
En ambos casos la solidaridad debe ser expresamente establecida,
aunque no se requiere el uso de términos sacramentales, bastando con
que se la instituya en forma categórica e inequívoca.
3. La ley
La solidaridad legal se impone, por lo general, en situaciones en
las que el legislador quiere proteger con el máximo rigor posible la
posición del acreedor, de manera de asegurarle el cobro del crédito.
Tan así es, que, según resulta a contrario sensu del texto en comentario,
en nuestro Derecho no hay solidaridad activa emanada de la ley.
También aquí la solidaridad debe ser expresa, de manera que del
respectivo texto legal surja concluyentemente que a cualquiera de los
deudores le puede ser exigido el pago íntegro de la prestación.
En el Código Civil, los casos más importantes de solidaridad legal
son los que corresponden a los actos ilícitos. Así, todos los que par-
146
Art. 700
ticipan en un delito, como autores, consejeros o cómplices, responden
solidariamente ante la víctima por la reparación del daño causado (art.
1081); a partir de la reforma del decreto-ley 17.711/68, también es
solidaria la responsabilidad de todos los partícipes en un cuasidelito,
según resulta del agregado que se le hizo al artículo 1109, y la ley
23.264 , al reformar el artículo 1114, ha introducido un nuevo supuesto,
al hacer solidariamente responsables al padre y a la madre por los
daños causados por sus hijos menores de edad que habiten con ellos.
Pero en el mismo Código Civil existen también otros casos de
solidaridad legal: a) la de los diversos mandantes de un mismo man
datario, con respecto a un negocio común, quienes quedan solidaria
mente obligados para todos los efectos del mandato (art. 1945); b) la
mismas cosas, que responden solidariamente ante el comodante por
la restitución y los daños que pudieran causar (art. 2281); c) la de los
albaceas nombrados por el testador para actuar de común acuerdo,
quienes son solidariamente responsables en el desempeño de su co
metido (art. 3870); d) la fianza solidaria, que es tal cuando así se lo
hubiese estipulado o cuando se la otorga con renuncia al beneficio de
excusión, o cuando el acreedor fuera el Fisco de la Nación o de las
provincias (art. 2003); e) los fundadores de una asociación que no
tenga existencia legal como persona jurídica, en tanto no se cumplan
los requisitos que la ley dispone para que puedan considerarse sujetos
de derecho (art. 46), etcétera.
Y fuera del Código Civil encontramos otros casos de solidaridad
pasiva de origen legal. Así tenemos el caso del locatario de una ae
ronave y el propietario de la misma, cuando el contrato de locación
no ha sido debidamente inscripto en el Registro Nacional de Aeronaves
(art. 67 inflne, ley 17.285); el "exp lotador" de la aeronave y el tercero
que sin tener su disposición jurídica, hizo uso de la misma sin con
sentimiento de aquél, cuando además no concurren los requisitos ne
cesarios para la exención de responsabilidad del primero (art. 55, ley
17.285), y los "explotadores" de las dos o más aeronaves que parti
ciparon en un abordaje, frente a quienes resultaron damnificados en la
superficie terrestre como consecuencia de aquél (art. 170, ley 17.285).
Igualmente "son solidariamente responsables de los daños y perjuicios
147
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
que se generen en los estadios [...] las entidades o asociaciones par
ticipantes de un espectáculo deportivo" (art. 51 de la ley 24.192),
norma ésta que, al igual que su predecesora ley 23.184, ha impuesto
expresamente a cargo de quienes se benefician con la organización de
espectáculos deportivos un deber de garantía con respecto a la seguridad
de los espectadores, que configura un factor legal, objetivo, de atri
bución de la responsabilidad, inspirado en la idea del "riesgo creado",
que ni siquiera permite liberarse probando que los daños fueron pro
vocados por un sujeto concreto e individualizado, extraño a la entidad.
También responden solidariamente "los empresarios, los propietarios
y los profesionales" que se desempeñen como constructores de obra,
con los contratistas o subcontratistas que utilicen en sus obras y que
no estén inscriptos en el Registro Nacional de la Industria de la Cons
trucción, respecto de las obligaciones de estos últimos para con el
personal que ocuparen en obra, que fueren consecuencia de la referida
relación laboral (art. 32, T párrafo, ley 22.250), etcétera. Y en punto
a protección y defensa de los consumidores, desde la vigencia de las
reformas introducidas por la ley 24.999, que prácticamente vino a
restablecer la vigencia de los textos vetados al sancionarse la ley
24.240, los artículos 13 y 40 de esta última instituyen un sistema de
responsabilidad objetiva derivada del vicio o defecto de la cosa o del
servicio y una amplia legitimación pasiva solidaria entre los corres-
ponsables, ya que el artículo 13 dispone que: "Son solidariamente
responsables del otorgamiento y cumplimiento de la garantía legal,
los productores, importadores, distribuidores y vendedores de las cosas
comprendidas en el artículo 11", y el 40 que: "Si el daño al consumidor
resulta del vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio,
responderán el productor, el fabricante, el importador, el distribuidor,
el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o
servicio [...] La responsabilidad es solidaria, sin perjuicio de las ac
ciones de repetición que correspondan. Sólo se liberará total o par
cialmente quien demuestre que la causa del daño le ha sido ajena";
tratándose de un supuesto de causación individual, en el que sin em
bargo no se conoce al autor sino al grupo o conjunto de cual provino
el daño, entendiéndose que estando acreditado el nexo causal entre el
daño y la acción colectiva del conjunto o grupo de presuntos respon-
148
Art. 700
sables, deben todos ellos ser tenidos como tales, en cuanto posibles
autores del detrimento. Por último, en el caso de responsabilidad co
lectiva por daños nucleares, que recae entre los varios "explotadores"
en la medida en que no se pueda determinar con certeza qué parte de
los daños ha de atribuirse a cada uno de ellos, la misma es solidaria
conforme a lo dispuesto en el artículo 11, párrafo 3
o
, apartado a, de
la Convención de Viena de 1963, ratificada por la ley 17.048.
4.
La sentencia judicial
A pesar de la terminante preceptuación del
in fine
del artículo en
comentario, la mayoría de la doctrina entiende que la sentencia judicial
no puede crear una solidaridad que no esté reconocida expresamente
por la voluntad de las partes o por la ley. La función de la sentencia
a este respecto seria, a lo sumo, declarar la existencia de una solidaridad
que ya estaba establecida por la ley o por un acto juríd ico , que seguirían
siendo sus dos únicas verdaderas fuentes.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Fuentes de la solidaridad. 2. Leyes impositivas. 3. Sentencia judicia l.
1. Fuentes de la solidaridad
Las únicas fuentes de la solidaridad son: la voluntad y la ley; la
sentencia judicial sólo la declara cuando resulta de alguna de ellas
1
.
La solidaridad activa tiene como única fuente a la voluntad
2
.
2. Leyes impositivas
Las leyes de impuestos que imponen la solidaridad del mandatario
con el mandante por el sellado de actuación judicial y multas en caso
de incumplimiento, no viola lo dispuesto en la norma comentada,
pues aunque se trate de disposiciones de carácter local han podido
ser dictadas con este carácter, dado que las reglas del Código Civil
1
Cám. Civ., en pleno, 21-8-25, J.A. 17-218; Cám. Com ., 8-11-44, J.A. 1945-1-24;
Cám. de Rosario, 11-6-59, J. 15-8.
2
SCBA, 12-4-55, L.L. 79-134.
149
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
sobre mandato (art. 1930) sólo se aplican subsidiariamente a las pro
curaciones judiciales (art. 1870, inc. 6
0
)
3
.
3.
Sentencia judicial
Existe unanimidad doctrinaria en el sentido de que la sentencia
judicial no puede crear una solidaridad que no hubiese sido establecida
o por la voluntad o por Ta ley, limitándose a declarar su existencia
cuando emana de alguna de ellas
4
.
El juez no tiene facultades para determinar la solidaridad de una
obligación que por ley es simplemente mancomunada, pero sí puede
imponer las costas en forma solidaria, cualquiera que sea la naturaleza
de la obligación principal, si las circunstancias de la causa lo llevan
a decidir en tal sentido
5
.
Art. 701 Para que la obligación sea solidaria, es necesario que en ella
esté expresa la solidaridad por términos inequívocos, ya obli
gándose in solidum, o cada uno por el todo, o el uno por los
otros,
etcétera, o que expresamente la ley la haya declarado
solidaria.
arts. 668, 674, 675, 690, 699, 700.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Carácter expreso. 2. Forma de establecer la solidaridad. 3. Prueba de la
solidaridad.
1. Carácter expreso
Nuestro Código Civil ha sentado como principio general, en materia
3
C.S. de la Nación, 4-5-62, L.L. 108-128.
4
CNCiv., sala F, 11-6-85, L.L. 1985-D-202; sala E, 14-3-79, J.A. 1979-1V-530;
CNTrab., sala VI, 31-10-86, D.T. 1986-B-1835; C2
a
CC de La Plata, sala III, 13-12-94,
Juba7 B352219; CCC de San Isidro, sala I, 30-10-86, D.J. 1987-1-524.
5
S.C. de Mendoza, sala I, 2-6-92, L.L. 1992-C-292.
150
Art. 701
de obligaciones de sujeto múltiple, la mancomunación simple. En con
secuencia, la solidaridad constituye algo excepcional, por lo que no
se presume y debe estar expresamente establecida por la voluntad de
las partes o por la ley.
El Codificador siguió en esta materia los precedentes del Derecho
Romano que cita en la nota al artículo 701, que es la solución adoptada
por la mayoría de los códigos de la época y en particular del Código
Napoleón en su artículo 1197.
Aunque algunos Códigos, como el alemán (art. 427) y el italiano
de 1942 (art. 1294), adoptan otra postura, presumiendo la solidaridad
en caso de pluralidad de sujetos, salvo que resulte de otro modo de
la ley o del título constitutivo.
2. Forma de establecer la solidaridad
En cuanto a esto la redacción de la norma denota cierta flexibi
lidad, por cuanto no requiere de fórmulas sacramentales para esta
blecer la solidaridad. Sólo se exige que la misma resulte de una ma
nera inequívoca, ya haciéndose expresa referencia a la solidaridad,
ya obligándose las partes in sólidum, o cada uno por el todo, o el uno
por los otros, o bien mediante expresa disposición de la ley en tal
sentido.
3. Prueba de la solidaridad
La solidaridad impuesta por la ley no requiere prueba alguna, resulta
de la respectiva norma legal y basta con su invocación.
En la solidaridad convencional, la carga de la prueba recae sobre
quien pretende su existencia. De ahí que, en caso de duda, la obligación
deba ser tenida como simplemente mancomunada.
En esta materia se aplican los principios generales que rigen la
actividad probatoria, admitiéndose cualquier medio, inclusive la prue
ba testimonial con las limitaciones que prevé el artículo 1193.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Declaración expresa. 2. Cuenta corriente bancaria a la orden indistinta. 3.
Falta de solidaridad.
151
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
1. Declaración expresa
La solidaridad constituye una excepción a los principios del De
recho común, que implican una repartición de la deuda entre los obli
gados,
por lo que no hay solidaridad tácita, o inducida por analogía
1
;
o sea que la solidaridad no se presume
2
, y en caso de duda debe
entenderse que la obligación ha de ser simplemente mancomuna
da, atento a que ésta es la regla general en la materia
3
. Por ello,
quien la alega debe acreditar su existencia
4
, por cualquier medio de
prueba
5
.
En suma, la solidaridad debe estar expresada en términos inequí
vocos
6
Pero no se exigen términos sacramentales, bastando con que
su existencia surja incuestionablemente
7
.
2. Cuenta corriente bancada a la orden indistinta
El hecho de que la cuenta corriente bancaria esté abierta a nombre
indistinto de dos titulares, no convierte a éstos en deudores solidarios
por los cheques en descubierto librados por uno solo de ellos
8
.
3. Falta de solidaridad
A mérito de lo dispuesto en el artículo 701, se ha resuelto que no
hay solidaridad alguna cuando falta la causa única de obligación, que
1
CNCiv., sala C, 30-10-86, L.L. 1987-A-381 y E.D.122-498; sala D, 9-6-81,
L.L. 1981-D-326; CNCom., sala C, 30-12-98, L.L. 1999-C-176 y D.J. 1999-2-469;
CNTrab., sala I, 28-4-86, D.T. 1986-B-1277; sala VII, 21-8-84, D.T. 1984-B-1531;
Cám. 5
a
de Córdoba, 23-7-80, BJC XXIV-282.
2
C.S. de la Nación, 25-10-1887,
Fallos:
32-256; Cám. I
a
de La Plata, 16-2-54,
J.A. 1954-11-279; Cám. de Rosario, 9-4-54, J. 5-454; Cám. de Mendoza, 30-4-48,
J.A. 1948-11-219.
3
CNCiv., sala B, 8-6-81, E.D. 95-449; sala F, 11-6-85, L.L. 1985-D-202.
4
Cám. Civ. 2
a
, 26-9-14, J.T.N. 1914-232; C2
a
CC de La Plata, 13-12-94, Juba7
B352218.
5
Cám. Com., 5-7-43, J.A. 1943-III-310.
6
CNCiv., sala C, 23-11-93, L.L. 1994-C-405; id., 18-5-65, E.D. 11-420.
7
CCC de San Isidro, sala II, 21-4-94, Juba7 B1750287; Cám. de Rosario, 9-4-54,
J. 5-454.
8
CNCom., sala C, 21-8-75, L.L. 1975-D-410, S-32.906.
152
Art. 702
comprometa a una pluralidad de deudores o que favorezca a varios
acreedores, en cuyo caso no existe una sola obligación sino varias
9
.
Art. 702 La obligación no deja de ser solidaria, cuando debiéndose una
sola y misma cosa, ella sea para alguno de los acreedores o
para alguno de los deudores obligación pura y simple, y pa
ra otros obligación condicional o a plazo, o pagadera en otro
lugar.
Concordancias:
arts. 703, 704, 712, 753.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligación pura y simple para algunos y sujeta a condición para otros.
1. Obligación
pura y simple para algunos
y sujeta a condición para otros
La obligación no deja de ser solidaria por la circunstancia de ser
pura y simple para algunos coacreedores o codeudores, y sujeta a
condición o a plazo para otros. En este caso sólo los acreedores puros
y simples estarán facultados para reclamar el cumplimiento y exclu
sivamente de los primeros, debiendo aguardar hasta el vencimiento
del plazo o el cumplimiento de la condición suspensiva para accionar
contra los codeudores alcanzados por tales modalidades; en tanto que
a su vez los acreedores sujetos por esas modalidades deberán esperar
hasta que se venza el término o se cumpla la condición para poder
pretender el pago de lo debido.
Por otra parte, las modalidades mencionadas en el artículo no son
las únicas posibles, ya que puede pensarse, verbigracia, en la estipu
lación de un cargo, o en la implementación de garantías reales o per
sonales para afianzar el vínculo de alguno de los codeudores o coa
creedores, etcétera.
9
CNCiv., sala D, 14-7-83, L.L. 1984-A-320.
153
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Lo dispuesto en esta norma constituye una consecuencia lógica del
principio de la pluralidad de situaciones subjetivas existentes dentro
de un mismo vínculo obligacional, según unos, o para otros de la
pluralidad de vínculos coligados en un mismo haz, que caracteriza a
esta institución.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligación condicionada al incumplimiento de un codeudor.
1. Obligación condicionada al
incumplimiento de un codeudor
Una obligación no deja de ser solidaria, aun cuando esté condi
cionada al incumplimiento por parte de uno de los codeudores
1
.
Art. 703 Aunque uno de los acreedores fuese incapaz de adquirir el
derecho o contraer la obligación, ésta no dejará de ser solidaria
para los otros. La incapacidad sólo puede ser opuesta por el
acreedor o deudor incapaz.
Concordancias:
arts. 702, 715, 1048, 1049, 2020.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Invalidez de un vínculo y validez de la obligación para el resto.
1. Invalidez de un vínculo y validez de la obligación para el resto
Esta norma establece que la nulidad del vínculo de cualquier coa
creedor o codeudor, derivada de su incapacidad, no afecta la validez
de la obligación de los demás coacreedores y codeudores. Solución
que cabe extender, por analogía de situaciones, a los supuestos de
nulidad por mediar vicios de la voluntad (error, dolo o violencia).
1
CNCom., sala A, 18-3-98, L.L. 1999-B-564 y D.J. 1999-2-463.
154
Art. 704
En todos los casos, la nulidad -relativa y parcial- de una de las
relaciones jurídicas no perjudica ni invalida a las demás.
Al igual que lo dispuesto en el artículo precedente, se trata de otra
consecuencia lógica del principio de la pluralidad de situaciones sub
jetivas existentes dentro de un mismo vínculo obligacional, según unos,
o para otros de la pluralidad de vínculos coligados en un mismo haz,
que caracteriza a esta institución.
Art. 704 La obligación solidaria perderá su carácter en el único caso
de renunciar el acreedor expresamente a la solidaridad, con
sintiendo en dividir la deuda entre cada uno de los deudores.
Pero si renunciare a la solidaridad sólo en provecho de uno
o de alguno de los deudores, la obligación continuará solidaria
para los otros, con deducción de la cuota correspondiente al
deudor dispensado de la solidaridad.
Concordancias:
arts. 705, 868 a 873, 88 1, 882.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Extinción de la solidaridad pasiva por renuncia. 2. Renuncia absoluta a la
solidaridad. 3. Renuncia relativa a la solidaridad. 4. Extinción de la solidaridad
activa.
1. Extinción de la solidaridad pasiva por renuncia
La norma contempla únicamente la cesación de la solidaridad en
cuanto a su aspecto pasivo, y por la vía unilateral de la renuncia del
acreedor a los derechos que aquélla le confiere.
Pero tal renuncia a la solidaridad no afecta al crédito ni a la deuda en
sí mismos, los que permanecerán sustancialmente intactos, con la única
variante de que la obligación ha quedado como simplemente manco
munada, en la medida en que hubiese sido hecha la renuncia. En suma,
que la renuncia a la solidaridad no importa la remisión de la deuda,
aunque ésta, en cambio, sí trae aparejada la extinción de la solidaridad.
155
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
2. Renuncia absoluta a la solidaridad
Es el supuesto contemplado en la primera parte del artículo en
comentario, en donde se resuelve que la obligación solidaria perderá
su carácter en el único caso de renunciar el acreedor expresamente a
la solidaridad, consintiendo en dividir la deuda entre cada uno de los
deudores.
Se exige pues que la manifestación de voluntad ha de ser expresa,
vale decir, que sin necesidad de ser sacramental debe, empero, estar
concebida en términos lo suficientemente claros y precisos como para
que no queden dudas al respecto.
3. Renuncia relativa a la solidaridad
La renuncia es relativa cuando el acreedor la hace en beneficio de
alguno o algunos de los deudores, pero no a favor de todos; de manera
que la solidaridad habrá de continuar con respecto a los restantes, con
deducción de la cuota del deudor o deudores liberados de la solidaridad.
O sea que al otorgarse la remisión parcial de la solidaridad, el o
los deudores así beneficiados pasan a ser deudores simplemente man
comunados y, por lo tanto, obligados nada más que por su parte pro
porcional en la prestación, en tanto que con relación a los demás no
liberados de la solidaridad, el acreedor conserva su facultad de poder
exigir de cualquiera el cumplimiento total de la obligación, pero de
ducida la o las partes de quienes pasaron a ser deudores simplemente
mancomunados de sus respectivas cuotas, las cuales, por ende, ya no
integran lo debido en la subsistente obligación solidaria, que ahora
tiene menos sujetos pasivos.
La renuncia parcial puede ser expresa o tácita, y ésta habrá de
existir siempre que resulte indudable la voluntad del acreedor en ese
sentido. Pero en el subsiguiente artículo 705 se contempla un supuesto
de renuncia tácita, muy importante en la práctica: el que resulta del
proceder del acreedor que reclama sólo la parte de un deudor, o que
de algún otro modo consiente la división de la deuda con respecto a
uno de los obligados. Sobre lo cual se ha propuesto como ejemplo el
otorgamiento de un recibo, por el cobro de la parte que corresponda
a alguno de los deudores solidarios, por entenderse que quien recibe
156
Art. 704
de uno de ellos la parte proporcional que el mismo tiene en la obligación
está consintiendo tácitamente la extinción de la solidaridad a su res
pecto.
Aunque, claro está, ello no será así si al percibir esa parte de
la deuda, el acreedor hace al mismo tiempo una expresa reserva de
su derecho a hacer valer la solidaridad.
Pero los efectos de esta renuncia parcial se refieren sólo a las
relaciones de "obligación" del acreedor con los deudores. Pues en las
relaciones de los deudores entre sí, a pesar de tal renuncia a la soli
daridad, conservan ellos el derecho a los reajustes que pudiesen co
rresponder, conforme a la situación real que internamente tuviesen en
la deuda. E igualmente puede ocurrir que, a pesar de haber sido liberado
de la solidaridad uno de los obligados, tenga que concurrir a pagar la
parte de un codeudor insolvente (art. 717, última parte).
4. Extinción de la solidaridad activa
En esta materia se admite pacíficamente que no basta la mera re
nuncia de algún acreedor a la misma para que se opere la mutación
de la obligación solidaria en simplemente mancomunada.
Siempre será necesario alcanzar un acuerdo con el deudor. Si el
mismo se realiza con la intervención de todos los acreedores, se pro
ducirá una novación por cambio de naturaleza, extinguiéndose la obli
gación solidaria, la que será sustituida por otra simplemente manco
munada. Si, en cambio, el acuerdo sólo se lleva a cabo con alguno
de los acreedores, pero no con todos, la deuda se dividirá únicamente
con relación al mismo, permaneciendo solidaria en cuanto a los demás.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Renuncia a la solidaridad. 2. No se presume. 3. Renuncia parcial.
1. Renuncia a la solidaridad
La demanda por la cual se reclama a cada uno de los deudores el
pago de su parte en la obligación importa una renuncia a la solidaridad,
que no puede retractarse después de trabada la litis'; pero la demanda
1
CNCiv., sala D, 18-6-57, L.L. 88-481.
157
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
por su parte dirigida contra uno de los deudores no importa tal renuncia,
si el acreedor expresa los motivos por los cuales no acciona también
contra los otros
2
.
2. No se presume
La renuncia a la solidaridad no se presume, por lo que no basta
con la mención genérica de un expediente que contiene evidencias de
tal acto, sino que es necesaria la individualización precisa y concreta
de la circunstancia que la determinó y del documento que la contiene
3
.
Pero la acción dirigida contra los demandados en la órbita de sus
responsabilidades individuales, a pesar de que los mismos sean res
ponsables solidarios, implica la renuncia del acreedor a la solidaridad
pasiva
4
.
3. Renuncia parcial
El desistimiento del actor con relación a uno de los deudores so
lidarios, dejando subsistente la obligación con respecto a los demás,
implica renunciar a la solidaridad en exclusivo provecho del primero,
manteniéndose la misma con respecto a los demás, con deducción de
la cuota del deudor liberado
5
.
El acreedor que recibe de uno de los deudores la cuota parte de
su crédito, consiente en la división de la deuda, quedando liberado de
la solidaridad quien hizo el pago
6
.
Art. 705 El acreedor, o cada acreedor, o los acreedores juntos pueden
exigir el pago de la deuda por entero contra todos los deudores
solidarios juntamente, o contra cualquiera de ellos. Pueden
exigir la parte que a un solo deudor corresponda. Si reclamasen
el todo contra uno de los deudores, y resultase insolvente, pue
den reclamarlo contra los demás. Si hubiesen reclamado sólo
2
CNPaz, sala II, 30-5-67, J.A. 1967-V-248.
3
CNCom., sala D, 4-6-82, E.D. 101-731.
4
CNCom., sala C, 24-11-95, L.L. 1996-C-688.
5
CTrab., sala II, 29-12-64, J.A. 1965-11-477.
6
Cám. Com., 19-5-19, J.A. 3-428.
158
Art. 705
la parte, o de otro modo hubiesen consentido en la división,
respecto de un deudor, podrán reclamar el todo contra los
demás, con deducción de la parte del deudor libertado de la
solidaridad.
Concordancias:
arts. 699, 704, 712, 717,
731
-inc. 3
o
-; decreto-ley
5965/63,
arts. 51
y 103; ley 24.522, art. 40; ley 24.452, art. 135.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Exigibilidad del pago a cualquiera de los deudores. 2. Reclamo contra sólo
uno o algunos de los codeudores. 3. La cuestión en el Derecho Mercantil.
1. Exigibilidad del pago a cualquiera de los deudores
Éste es el más importante de los efectos de la solidaridad. La parte
acreedora puede optar entre demandar el pago de la deuda por entero,
contra todos los deudores conjuntamente o contra cualquiera de ellos.
La primera tiene la ventaja de que la sentencia que oportunamente
se dicte surtirá efecto contra todos los obligados y no se presentarán
problemas sobre el alcance de la cosa juzgada. Empero, al acreedor
puede serle más cómodo, más simple o más fácil, dirigir su acción
contra uno solo de los deudores, por lo que uniformemente se le re
conoce esta facultad de opción, como principal razón de ser de la
solidaridad, gozando en dicha elección de la más amplia libertad.
En la hipótesis de que el acreedor demanda a todos los codeudores,
sea que todos contribuyan al pago o que uno solo de ellos satisfaga
la prestación, la obligación se extingue. Aunque dicha extinción se
opera entre la parte acreedora y el grupo deudor, lo que no obsta a
que,
en lo que respecta a las relaciones de los codeudores entre sí,
empiece a entrar en juego, a raíz del pago, el principio interno de
contribución, a fin de que entre los distintos obligados se efectúen los
correspondientes reintegros, de acuerdo a los vínculos que entre ellos
tengan.
159
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
2. Reclamo contra sólo uno o algunos de los codeudores
El acreedor puede dirigir su acción solamente contra uno o algunos
de los codeudores, sin necesidad de demandar a los dem ás. Lo cual tiene
especial importancia desde el punto de vista de la mayor simplicidad
y celeridad del proceso, particularmente en los casos en que el deudor
demandado es suficientemente solvente como para no justificar la ci
tación ajuicio de los otros obligados. Y si opta por así hacerlo, pueden
darse tres situaciones posibles, que se pasan a considerar.
Puede ser que el acreedor perciba la totalidad del crédito, en cuyo
caso se extinguen en cuanto a aquél la obligación y, en su consecuencia,
los derechos em anados de la solidaridad. Pero nacerá entones el derecho
del deudor que pagó para obtener de sus coobligados la contribución
correspondiente, conforme a los vínculos entre ellos existentes.
Si renuncia en forma parcial a la solidaridad, demandando a uno o
alguno de los deudores y percibe única esa parte del crédito tendrá ac
ción contra los restantes por el cobro del saldo todavía insoluto, pero
en este caso debe probar, previamente, que el cobro del saldo no pudo
obtenerse contra el primer demandado a causa de su insolvencia.
Si en la demanda promovida contra uno o algunos de los coobli
gados no se consigue cobrar la prestación, el acreedor puede dirigir
su acción contra los demás, pero previa prueba también de la insol
vencia del demandado, sin la cual no podría prosperar la nueva de
manda, requisito que se infiere de la tercera parte del texto en comen
tario,
cuando dispone que: "Si reclamasen el todo contra uno de los deu
dores,
y resultase insolvente, pueden reclamarlo contra los demás". O
sea que el acreedor puede elegir a quién demandar, pero con ello se
agota en principio su derecho a requerir el cobro a los otros codeudores,
salvo que el primer elegido resultase insolvente. Pese a ello se admite
de lege ferenda que tal recaudo no se justifica y que subordinar la
acción contra los demás codeudores a la prueba de la insolvencia del
primer demandado puede, en muchos casos, frustrar las posibilidades
de cobro del crédito. Por ello, como una forma de mitigar la rigidez
del sistema, se ha resuelto que no es exigible la aludida prueba de la
insolvencia si el acreedor primero desiste del procedimiento iniciado,
para luego dirigir su acción contra otro u otros codeudores.
160
Art. 705
En el Derecho Comparado prevalece la admisión de demandas su
cesivas contra los deudores, sin supeditarlas a la prueba de la insol
vencia de quien fuera demandado en primer término.
3. La cuestión en el Derecho Mercantil
Aquella solución m encionada supra guarda estrecho parentesco con
la determinada por los artículos 51 y 103 del decreto-ley 5965/63 y
el artículo 40 de la ley 24.452, atento a que en materia de pagaré,
letra de cambio y cheque, el acreedor puede promover demanda contra
cualquier obligado (librador aceptante, endosante, avalista), de manera
individual o colectiva, sin que la acción promovida contra uno de los
obligados le impida accionar contra los otros; amén de que es facul
tativo del acreedor solicitar la verificación de su crédito en el concurso
preventivo o quiebra de un codeudor solidario, sin que ello importe
limitación alguna a su derecho de reclamar el cobro a los restantes
codeudores no concursados.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Demanda contra uno de los deudores. 2. Demanda contra todos los
deudores.
1. Dem anda contra uno de los deudores
El acreedor puede reclamar el pago íntegro de la prestación a cual
quiera de los deudores solidarios
1
, sin que ello extinga la obligación de
los otros
2
; pero el acreedor sólo puede dirigirse contra estos últimos
probando la insolvencia del demandado en primer término
3
, para lo cual
no es necesario esperar a la terminación del juicio si las circunstancias
del caso revelan la insolvencia del primer accionado
4
. Cuando el acree-
1
Cám. Civ. 2
a
, 27-5-25, J.A. 15-932; CNCom., sala E, 21-11-83, E.D. 107-494.
2
Cám. Com., 11-7-30, J.A. 33-863.
3
Cám. Civ. 2
a
, 29-4-27, J.A. 24-566; Cám . Com ., 17-11-31, J.A. 36 -1805; C2
a
CC
de La Plata, 7-12-42, DJBA 8-390; Cám. de Rosario, 11-8-44, RSF 7-187.
4
CNCom., sala A, 25-8-81, L.L. 1981
-D-511; sala B, 24-6-66, J.A. 1966-IV-484,
S-52; S.C. de Tucumán, 13-10-34, J.A. 48-320.
161
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
dor es satisfecho en todo su crédito, la obligación se extingue con
respecto a todos los deudores, aunque uno solo hubiese pagado todo
5
.
Las costas del juicio seguidas contra el codeudor que resultó in
solvente también pueden reclamarse a los otros coobligados
6
.
En principio, la sentencia dictada contra uno de los deudores so
lidarios hace cosa juzgada frente a todos los demás
7
; siempre que no
haya mediado una colusión fraudulenta entre el acreedor y el deudor
demandado en primer término
8
. Pero la existencia de cosa juzgada no
autoriza al acreedor a dirigirse contra los otros codeudores, por el
procedimiento de ejecución de sentencia, ya que éstos pueden hacer
valer, además de sus defensas particulares, las comunes que no hayan
sido planteadas con anterioridad
9
, así como la colusión fraudulenta ya
indicada
10
. Sin embargo, se ha resuelto que cuando el mandatario se
dirige contra uno de sus mandantes, la existencia y monto de su crédito
no puede establecerse sin audiencia de los demás, no obstante la so
lidaridad establecida en el artículo 1945".
No obstante el principio establecido precedentemente, el deudor
solidario demandado no puede imponer una intervención adhesiva a
sus codeudores
12
.
2. Dem anda contra iodos los deudores
La demanda puede dirigirse por el total contra cualquiera de los
deudores
13
o contra todos ellos conjuntamente, pero no simultánea y
separadamente contra cada uno y por la totalidad de la deuda
14
. Para
que la demanda dirigida contra todos los deudores condene a éstos
5
CNCom., sala E, 21-11-83, E.D. 107-494.
6
Cám. Civ. 2
a
, 2-6-42, L.L. 27-566.
7
C.S. de la Nación, 19-4-1898,
Fallos: 72:331; Cám. Civ. I
a
, 28-6-40, J.A.
73-140.
8
S.T. de Santa Fe, 15-10-40, L.L. 22-739 ; CNPaz, sala III, 23-2-66, L.L. 123-554.
9
CTrab., sala I, 14-8-59, L.L. 97-441.
10
S.T. de Santa Fe, 15-10-40, L.L. 22-739; CNPaz, sala III, 23-2-66, L.L. 123-554.
11
Cám. Civ. I
a
, 16-3-37, L.L. 6-74.
12
CNPaz, sala II, 30-5-67, J.A. 1967-V-249.
13
C l
a
CC de La Plata, sala II, 4-3-96, Juba7 Bl51446.
14
Cám. Civ. 2", 29-4-27, J.A. 24-566.
162
Art. 706
solidariamente, es necesario que así se haya pedido al promoverla,
aunque la deuda no se haya dividido
15
.
En caso de acción dirigida conjuntamente contra todos los codeu
dores solidarios, la situación del codemandado activo o diligente no
puede ser empeorada por la negligencia o rebeldía de su litisconsorte
16
.
Los pagos parciales efectuados por uno de los codeudores y acep
tados por el acreedor liberan a todos los obligados, en la medida de
lo pagado
17
.
Art. 706 El deudor puede pagar la deuda a cualquiera de los acreedores,
si antes no hubiese sido demandado por alguno de ellos, y la
obligación queda extinguida respecto de todos. Pero si hubiese
sido demandado por alguno de los acreedores, el pago debe
hacerse a éste.
Concordancias:
arts. 699, 705, 731 -inc. 2°-.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Derecho a pagar. 2. Principio de prevención. 3. Efectos del pago a un
acreedor que no notificó la demanda. 4. Demandas promovidas por distintos acree
dores.
1. Derecho a pagar
El deudor tiene derecho de pagar la deuda a cualquiera de los
acreedores y, en principio, puede elegir libremente a cuál de ellos
hacerlo. Este derecho, sin embargo, cesa cuando hubiese sido deman
dado por alguno de los acreedores, en cuyo caso "el pago debe hacerse
a éste", según lo establece la norma en comentario y se verá en el
punto siguiente.
15
CNCiv., sala E, 30-12-68, L.L. 135-903.
16
CVCC de La Plata, 22-2-62, J.A. 1962-V-151.
17
CNCom., sala E, 21-11-83, E.D. 107-494.
163
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
El pago efectuado por el deudor en tales circunstancias propaga
sus efectos y extingue la relación obligatoria entre acreedores y deu
dores.
2. Principio de prevención
El principio de prevención consiste en a preferencia que la ley
acuerda al acreedor que ha demandado el cobro del crédito, en el
sentido de que el pago le debe ser hecho a él y no a otro acreedor.
Preferencia que ha sido consagrada en los artículos 706 y 731, inciso
2
o
, que determinan que el deudor puede pagar la deuda a cualquiera
de los acreedores, si antes no hubiese sido demandado por alguno de
ellos, en cuyo caso el pago debe hacerse a éste y no a otro.
O sea, en suma, que antes de que alguno de los acreedores accione
reclamando el pago del crédito, todos están en un pie de igualdad y
cualquiera de ellos puede percibirlo válidamente; pero una vez que
uno cualquiera de los acreedores dem anda el pago, el deudor no puede
pagar a nadie más que al acreedor que accionara.
Pero para que el derecho de prevención se configure, el acreedor
debe promover una demanda judicial contra el deudor o los deudores,
exigiéndose además que la misma hubiese sido notificada a la parte
obligada. No son pues suficientes las meras reclamaciones privadas,
aun cuando hubiesen sido hechas en forma fehaciente.
3. Efectos del pago a un acreedor que no notificó la demanda
A tenor de lo expuesto, es obvio que el deudor tiene que respetar
el derecho de prevención, y que el pago total o parcial que hiciese
sin atenerse al mismo sería un pago mal hecho, inoponible al acreedor
que ejercitara el derecho de prevención, y que no lo liberaría de la
obligación. Por lo que tendría que volver a pagar al acreedor que
había prevenido en la exigibilidad del crédito, aunque con deducción
de la parte del acreedor que recibiera el primer pago, y luego podría
repetir de éste lo abonado en exceso (art. 792 y su doctrina).
4. Demandas promovidas por distintos acreedores
En la hipótesis de que los distintos acreedores hubieran demandado
164
Art. 707
separadamente el cobro del crédito, la doctrina m ayoritaria se inclina en
el sentido de que los deudores están obligados a pagar al primero que
notificó la demanda. Y si todas las demandas se notificaron el mismo
día, aunque algunos autores confieren la prioridad de acuerdo a la hora
de la notificación, parece preferible la opinión de quienes sostienen que,
en este caso, el medio más seguro para obtener la liberación es el de
proceder al pago por consignación de lo debido (art. 757 , inc. 4
o
).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Principio de prevención.
1. Principio de prevención
Para que sea aplicable el principio de prevención, es menester que
medie demanda judicial, pues las gestiones particulares hechas por
uno de los acreedores son insuficientes
1
.
Art. 707 La novación, compensación o remisión de la deuda, hecha por
cualquiera de los acreedores y con cualquiera de los deudores,
extingue la obligación Texto según ley 17.711/68).
Concordancias: arts. 809, 810, 830, 853, 866, 881, 884, 2005, 3784.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Propagación de efectos extintivos de la obligación. 2. El caso de la
confusión.
I. Propagación de efectos extintivos de la obligación
Este artículo consagra el principio de la propagación de efectos
extintivos de la obligación solidaria en los casos de novación, com
pensación o remisión de deuda. Y pese a no estar mencionados se
1
Cám. Com., 15-7-25, J.A. 16-734.
165
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
admite pacíficamente que también la dación en pago y la renuncia
expanden sus efectos de la misma manera.
De tal forma, de producirse cualquiera de esos medios extintivos
entre uno o algunos de los acreedores solidarios y uno o algunos de
los deudores, se habrá de extinguir la obligación en su totalidad.
2. El caso de la confusión
La reforma del decreto-ley 17.711/68 excluyó del artículo 707 a la
confusión, mientras que mantuvo inalterado el artículo 866, que en
materia de obligaciones solidarias asigna a esta figura extintiva nada
más que efectos con relación a los acreedores o deudores entre los cuales
ocurre. Por lo tanto, parece indudable que, con relación a este medio
cribir sus alcances a las partes entre las cuales se produce y nada más.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Recibo de capital sin reserva de intereses. 2. Remisión de la deuda.
1. Recibo de capital sin
reserva
de intereses
El recibo por capital extendido a favor de uno de los codeudores
solidarios, sin que se hubiese hecho en él reserva sobre los intereses,
también extingue el crédito por este concepto, con relación a los demás
codeudores, aunque su curso estuviese suspendido con respecto a quien
hizo el pago por hallarse en concurso'.
2. Remisión de la deuda
La remisión hecha a favor de uno de los deudores solidarios, sin
dejarse constancia expresa de la reserva de los derechos del acreedor
contra los demás codeudores, extingue la obligación con respecto a
todos
2
;
pero si aquél era insolvente, la relación subsiste con respecto
a los demás y la solidaridad entre ellos no queda afectada
3
.
1
Cám. Civ. 2
a
, 27-3-44, J.A. 1944-11-82.
2
SCBA, 17-4-31, J.A. 35-757.
3
Cám. 2
a
de Córdoba, 17-4-56, C.J. 10-371.
166
Art. 708
Art. 708 El acreedor que hubiese cobrado el todo o parte de la deuda,
o que hubiese hecho quita o remisión
de
ella, queda responsable
a los otros acreedores de la parte que a éstos corresponda,
dividido el crédito entre ellos.
Concordancias:
arts. 689, 717, 753, 866.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Efectos de la solidaridad activa. 2. El régimen vigente. 3. Cobro parcial. 4.
Remisión parcial.
1. Efectos de la solidaridad activa
Después de que uno de los acreedores ha cobrado, corresponde
encarar la cuestión de la "distribución" de lo por él percibido, entre todos
los demás coacreedores, habiendo establecido nuestro Código el princi
pio de participación de todos ellos sobre el crédito solidario cobrado.
2. El régimen vigente
En esta materia el régimen resulta de lo dispuesto por los artículos
708, 717 y 689, pudiendo resumirse de la siguiente manera:
a) Si todos los acreedores que figuran en la obligación lo son en
realidad y si uno de ellos ha percibido la totalidad del crédito, debe
entregar a sus compañeros de grupo lo que les corresponde, conforme
a la parte que cada uno de ellos tenga en el mismo. Si no procede de
esa manera, sus coacreedores tienen acción para reclamarle sus res
pectivas cuotas, según cuál fuese la causa de la solidaridad: del man
dato, si existía una sociedad entre aquéllos, o la gestión de negocios,
si mediaba una simple comunidad.
b) Cuando la prestación ha sido recibida por un acreedor aparente,
puesto sólo para facilitar el cobro pero carente en realidad de interés
alguno, los demás acreedores solidarios tienen acción para reclamarle
el pago íntegro de la prestación, en proporción a su respectivo interés
en el crédito.
167
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
c) Si el cobro fue realizado por el acreedor que era el único inte
resado en la obligación, en razón de que los demás figuraban sólo de
nombre en la misma, aquél tiene derecho para retener íntegramente
para sí lo que hubiese percibido y sus coacreedores carecen de acción
para reclamar participación alguna.
d) Para la determinación de la verdadera situación de hecho en la
relación íntima del grupo acreedor, como asimismo en su caso para
el esclarecimiento de cuál es la cuota que corresponde a cada interesado,
rigen las pautas establecidas por el artículo 689.
3. Cobro parcial
La norma contempla la posibilidad de que uno de los acreedores
reciba un pago parcial, equivalente o no a su parte. En este supuesto,
quien recibió dicho pago deberá efectuar la distribución proporcional
que por derecho corresponda, con los demás coacreedores, ya que el
pago recibido debe imputarse a cuenta de lo adeudado.
Por otra parte, la aceptación de ese pago parcial por uno de los
acreedores no puede inferirles perjuicio alguno a los demás, quienes
siempre podrán reclamar el saldo adeudado.
4. Remisión parcial
Según ya se viera, la remisión total opera la extinción de la relación
entre el grupo acreedor y el grupo deudor.
De tal forma, sólo interesa el supuesto de una remisión parcial. Y
acá habrá que considerar ante todo si la remisión supera o no la cuota
parte del acreedor que la efectuó: en el primer caso los restantes acree
dores tendrán derecho a reclamo contra el redimente por la cuota parte
que supere el crédito de éste y también contra el deudor redimido
parcialmente, el saldo todavía impago; mientras que nada podrán re
clamar los restantes acreedores a quien practicó la remisión parcial
de deuda, si lo remitido equivalía a su cuota de interés en la obligación
o era inferior a la misma.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Cobro por uno de los acreedores.
168
Arts.
7 0 9 - 7 1 0
1. Cobro por uno de los acreedores
La responsabilidad del acreedor solidario frente a los demás coa
creedores sólo es aplicable cuando lo cobrado o remitido excede de
su cuota parte, pero no tiene ninguna responsabilidad frente a ellos si
se limitó a cobrar o remitir su porción
1
.
Art. 709 Si la cosa objeto de la obligación ha perecido sin culpa del
deudor, la obligación se extingue para todos los acreedores
solidarios.
Concordancias: arts. 578, 584, 588, 891, 892, 895.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Pérdida no culpab le de la cosa objeto de la obligación .
1. Pérdida no culpable de la cosa objeto de la obligación
Este precepto se limita a reiterar un principio básico en materia
obligacional, desarrollado en o tras normativas del mismo Código Civil.
Obviamente también en las obligaciones solidarias, la pérdida o des
trucción no culpable de la cosa debida trae aparejada la extinción de
la obligación.
Y si bien sólo se hace alusión a la pérdida del objeto debido,
corresponde aplicar la misma solución a los casos similares de impo
sibilidad material o jurídica de la prestación, no imputable al deudor.
Art. 710 Si la cosa ha perecido por el hecho o culpa de uno de los
deudores, o se hallase éste constituido en mora, los otros co
deudores están obligados a pagar el equivalente de la cosa.
Concordancias: arts. 509, 579, 585, 662, 889, 891, 899.
1
SCBA, 12-4-55, L.L. 79-134.
SCBA, 12-4-55, L.L. 79-134.
169
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Art. 711 La indemnización de pérdidas e intereses en el caso del artículo
anterior, podrá ser demandada por cualquiera de los acree
dores,
del mismo modo que el cumplimiento de la obligación
principal.
Concordancias: arts. 505 -inc. 3
o
-, 508, 509, 710, 889, 890, 1204.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. La idea del mandato tácito
recíproco. 2. Culpa o mora.
3. Incumplimiento
por dolo.
1. La idea del mandato tácito recíproco
Para explicar los efectos secundarios de la solidaridad pasiva, entre
los que se encuentran los tratados en los artículos en comentario, la
doctrina francesa aceptó, en general, la existencia de un mandato tácito
recíproco entre los distintos codeudores. Y Vélez Sársfield se ha apo
yado indudablemente en esa idea, como lo demuestran sus notas a los
artículos 706, 708, 711, 714 y 853.
Dicha teoría ha sido aceptada por algunos de nuestros doctrinarios
y criticada por otros. Pero la verdad es, sin embargo, que las funda-
mentaciones de los efectos secundarios que se han propuesto en re
emplazo de la del mandato tácito recíproco adolecen de iguales y
quizás mayores defectos, por lo que, frente al hecho incuestionable
de que el Codificador adoptó dicha teoría, corresponde atenerse en
líneas generales a la misma.
2. Culpa o mora
Cuando la prestación se hace imposible por culpa de uno de los
obligados, o hubiera éste incurrido en mora, ios codeudores, inclusive
los que no son pasibles de esas imputaciones, están obligados a pagar
el equivalente de la prestación, y además los daños e intereses, según
así resulta de los dos artículos en comentario.
170
Art. 711
Nuestro Código tomó aquí partido por una de las tendencias que
desde hace tiempo dividen a la legislación y a la doctrina.
Un sector legislativo impone a los codeudores solidarios el deber
de indemnizar el valor de la cosa perdida por culpa o durante el estado
de mora de cualquiera de ellos, pero no los hace responsables de los
daños y perjuicios. Tales: el Código Civil francés (art. 1205), el de
Chile (art. 1521), el italiano (art. 307), etcétera.
El Código Civil alemán (art. 425) y el suizo de las Obligaciones
(art. 146) deciden que los codeudores no culpables ni morosos no
son responsables ni del valor de la prestación, ni de los daños e
intereses.
Y finalmente el tercer sistema, que es el del Código de España
(art. 1147), de Bolivia de 1975 (arts. 445 y 447) y del nuestro (arts.
710 y 711), opta por extender a todos los codeudores las consecuencias
de la culpa y de la mora de uno de ellos, haciéndoles cargar no sólo
con la obligación de pagar el valor de la prestación, sino también los
daños y perjuicios. Contando esta solución con el auspicio de la mayoría
de la doctrina nacional, que lo considera como más en armonía con
los fines del instituto de la solidaridad.
3. Incumplimiento por dolo
No ha se ha previsto expresamente la hipótesis de que la mora o
el incumplimiento hubiesen obedecido al obrar doloso de alguno de
los codeudores solidarios, o a la falta de colaboración, también dolosa,
de un coacreedor.
De todas formas, recurriendo a lo dispuesto en los artículos 520
y 521, puede sugerirse la siguiente solución: todos los codeudores
habrán de responder por el valor de la prestación y por los daños y
perjuicios que sean consecuencia inmediata y necesaria del incumpli
miento (art. 520), pero sólo el codeudor que incumplió dolosamente
deberá responder, además, por las consecuencias mediatas previsibles,
en los términos del ya citado artículo 521.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Mora.
171
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
1. Mora
En las obligaciones solidarias, la constitución en mora de uno de
los obligados se hace extensible a los dem ás'. Por tal razón, tratándose
de una obligación solidaria la asumida por los coejecutados, colibra
dores del pagaré base del juicio, la mora en que incurriera uno de los
firmantes del documento afecta al otro obligado por igual
2
.
Art. 712 Si falleciere alguno de los acreedores o deudores, dejando más
de un heredero, cada uno de los coherederos no tendrá derecho
a exigir o recibir, ni estará obligado a pagar sino la cuota que
le corresponda en el crédito o en la deuda, según su haber
hereditario.
Concordancias:
arts. 731 -inc. 4
o
-, 3485, 3490, 3496.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Sucesión m ortis causa en las obligaciones del deudor. 2. Consecuencias en
relación a los coherederos del codeudor fallecido.
1. Sucesión mortis causa en las obligaciones del deudor
En caso de fallecimiento de alguno de los codeudores, si quedaren
más de un heredero y la prestación fuese divisible, cada uno de ellos
habrá de concurrir en la obligación del causante en proporción a su
respectiva cuota hereditaria. Vale decir que todos los herederos con
juntamente siguen siendo deudores de la totalidad de la prestación
debida, que era lo que precisamente se le podía exigir a su causante,
en su condición de coobligado solidario; en tanto que a cada heredero,
separadamente, no se le podrá reclamar nada más que el pago del
porcentual de la prestación total, que corresponda a su parte en la
herencia.
1
C l
a
CC de La Plata, sala II, 6-3-90, Juba7 B150109.
2
C2 CC de La Plata, 16-11-89, Juba7 B350143.
172
Art. 713
Por otra parte, esta limitación en los efectos de la solidaridad en
el supuesto de sucesión mortis causa, cuando el codeudor fallecido
deja varios coherederos, de ninguna manera significa el cese de la
solidaridad en cuanto a los demás codeudores supérstites, cuya situa
ción se mantiene exactamente igual y sin modificaciones de nin
gún tipo.
2. Consecuencias en relación a los
coherederos del codeudor fallecido
La limitación de los efectos de la solidaridad en cuanto a los
coherederos del codeudor fallecido trae aparejadas las siguientes con
secuencias: a) la interrupción de la prescripción operada con respecto
a uno de los herederos no propaga sus efectos con relación a sus
coherederos y, en cuanto a los demás originarios codeudores, tal efecto
sólo se produce en proporción a la parte que aquel heredero tenía en
definitiva en la deuda so lidaria (art. 3995), y b) la demanda de intereses
instaurada contra uno de los coherederos se rige, en cuanto a sus
alcances, por análogos principios a los indicados precedentemente.
Todo lo cual pone de resalto que, en esta hipótesis de sucesión
por varios coherederos en la obligación solidaria de un extinto codeu
dor, si el sujeto activo quiere reclamar el pago íntegro del crédito a
tales herederos, es imprescindible que los demande a todos en forma
conjunta, mientras que nada impediría, en cambio, la demanda de la
totalidad del crédito a uno solo cualquiera de los otros codeudores
solidarios sobrevivientes.
Art. 713 Cualquier acto que interrum pa la prescripción en favor de
uno de los acreedores o en contra de uno de los deudores,
aprovecha o perjudica a los demás.
Concordancias: arts. 688, 1980, 3993 a 3996; decreto-ley 5965/63, ratificado por la
ley 16.478, arts. 96 y 103; ley 24.452, art. 61, último párrafo.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
173
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Principio general en punto a interrupción de la prescripción. 2. Distintos
tipos de actos interruptivos. 3. Excepciones. 4. Suspensión de la prescripción. 5.
Dispensa de la prescripción corrida.
1. Principio general en punto a interrupción de la prescripción
Según el artículo en comentario y el 3994, cualquier acto interrup-
tivo de la prescripción en contra de uno de los codeudores solidarios
es oponible a los demás.
2. Distintos tipos de actos interruptivos
La cuestión es clara y no ha generado dudas cuando la interrupción
resulta de una demanda judicial o de compromiso hecho en escritura
pública (arts. 3986 y 3988), en cuyo caso la fecha en que ambos han
tenido lugar es indudable también para los terceros, por lo que no
cabe pensar en que tal acto interruptivo pueda ser el resultado de una
confabulación entre el acreedor y uno de los codeudores, concertada
con fecha antedatada después de producida la prescripción liberatoria.
Por el contrario, ha preocupado a los autores la interrupción de la
prescripción que pueda resultar del reconocimiento de uno de los obli
gados (art. 3989), ya que es bien factible que uno de ellos pueda hacer
un reconocimiento de deuda a favor del acreedor, mediante instrumento
privado con fecha antedatada, con el que se pretenda interrumpir una
prescripción en verdad ya sucedida; atento a que un reconocimiento
otorgado después de producida la prescripción, en rigor no es tal, sino
una renuncia a la prescripción ya ganada, lo cual no puede perjudicar
a los demás codeudores. Por eso la mayoría de la doctrina se ha in
clinado por exigir que cuando el reconocimiento de deuda se realice
mediante instrumento privado, el mismo tenga fecha cierta, en cuyo
caso su efecto interruptivo de una prescripción en curso será oponible
también a los demás codeudores.
3. Excepciones
Lo antecedentemente expresado sufre sin embargo una modificación
cuando muere un codeudor solidario dejando varios herederos. En este
174
Art. 713
caso el acto interruptivo que afecte solamente a uno de esos coherederos
sólo interrumpe la prescripción con respecto a su parte y no con relación
a las partes de los otros coherederos (arts. 3485, 3498 y 3995); salvo
que la prestación fuese indivisible, ya que entonces sí el acto inte
rruptivo que afecte a uno de los herederos del codeudor, propaga sus
efectos a los restantes (art. 3996).
Y tampoco son aplicables estas normas referentes a la interrupción de
la prescripción en materia cambiaría, en la que los actos interruptivos sólo
producen efectos contra el deudor con respecto al cual se hubiesen
cumplido dichos actos y nada más (arts. 96 y 103 del decreto-ley 5965/63,
ratificado por la ley 16.478 y art. 61, último párrafo de la ley 24.452).
4. Suspensión de la prescripción
En cambio, la suspensión de la prescripción producida con respecto
a un codeudor solidario no propaga sus efectos a los demás (art. 3981),
salvo que la prestación fuese indivisible.
5. Dispensa de la prescripción corrida
Son igualmente personales los efectos de la dispensa de una pres
cripción ya cumplida, los que, por ende, sólo habrán de favorecer a
aquel coacreedor que se hubiese encontrado temporalmente impedido
de ejercitar su acción, por razones de hecho o de derecho , y que después
de cesado el impedimento hubiese hecho valer sus derechos dentro
del término legal (art. 3980).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Perención de la instancia.
1. Perención de la instancia
Por aplicación analógica de esta norma se ha resuelto que los actos
interruptivos de la perención de la instancia, realizados contra uno de
los codeudores solidarios, producen igual efecto contra los otros'.
1
Cám. Civ. I
a
, 17-7-37, J.A. 57-698; CCC de Rosario, sala I
a
, 8-8-69, L.L.
137-185.
175
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Art. 714 La demanda de intereses entablada contra uno de los deudores
solidarios, hace correr los intereses respecto de todos.
Concordancias:
arts. 508, 509, 622, 710, 711.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Antecedentes. 2. Efectos
de la demanda de
intereses.
1. Antecedentes
Este artículo ha empleado la expresión "demanda de intereses",
por haber seguido literalmente al artículo 1207 del Código Civil francés
que, hasta la ley del 27 de abril de 1900, admitía la constitución en
mora por demanda judicial.
Empero, nuestra doctrina considera que esa expresión debe ser en
tendida en un sentido lato, incluyendo en ella tanto el requerimiento
judicial como el extrajudicial.
2. Efectos de la demanda de intereses
La norma contiene una disposición lógica, coincidente con la de
los artículos 710 y 711, estableciendo en punto a los intereses de las
obligaciones dinerarias, la propagación de los efectos de la mora de
uno solo de los obligados al resto de los codeudores, quienes van así
a quedar obligados, todos y cada uno de ellos, por la totalidad de lo
debido.
En rigor, esta preceptiva ha perdido buena parte de su aplicabilidad
después de la reforma del artículo 509 por el decreto-ley 17.711/68,
la que ahora ha quedado circunscripta a los casos excepcionales en
que, de acuerdo al régimen vigente, todavía resulta necesaria la previa
interpelación al deudor para que se produzca la constitución en mora.
Art. 715 Cada uno de los deudores puede oponer a la acción del acree
dor, todas las excepciones que sean comunes a todos los co-
176
Art. 715
deudores. Puede oponer también las que le sean personales,
pero no las que lo sean a los demás deudores.
La cosa juzgada recaída en juicio, es invocable por los coa
creedores, pero no es oponible a los codeudores que no fueron
parte en el juicio. Los codeudores pueden invocar la cosa juz
gada contra el coacreedor que fue parte en el juicio Párrafo
agregado por ley 17.711/68).
Concordancias: arts. 703, 707, 809, 810, 830, 2020, 2039.
A) Bibliografía especial
La del artículo 699.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Defensas oponibles por las partes. 2. Defensas y excepciones comunes. 3.
Defensas y excepciones personales con efectos parcialmente expansivos. 4. Defen
sas y excepciones estrictamente personales. 5. Cosa juzgada.
1. Defensas oponibles por las partes
Este art ículo trata de las excepciones oponibles por los deudores
solidarios ante las reclamaciones de la parte acreedora. En él se habla
de excepciones, pero como en el Derecho Procesal se dist inguen los
conceptos de defensas, que son los que hacen al fondo del derecho,
y excepciones, que se relacionan con aspectos formales o circunstan
ciales, ante todo cabe dejar en claro que esta norma comprende tanto
a unas como a otras.
En doctr ina se han adm itido dos clases de exc epcio nes: las generales
u objetivas y las personales o subjetivas. Siendo tal distingo el acogido
en el ar t ículo en comentario, cuando se ocupa de las excepciones co
m une s a todo s los deud ores y de las excep ciones perso nales. La do ctr ina
a su vez ha distinguido dentro de estas últimas, a las estrictamente
personales, que no aprovechan en lo más mínimo a los demás codeu
dores ,
y las que aun siendo personales pueden, s in embargo, repercutir
y aprovechar en parte a los otros codeudores.
177
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
2. Defensas y excepciones com unes
Son las también llamadas reales u objetivas, porque interesan a
todos los coobligados por igual y pueden, por lo tanto, ser invocadas
y opuestas por cualquiera de ellos (primera parte del artículo).
Entre estas defensas se han mencionado: a) las causas de nulidad
que afectan intrínsecamente a la obligación: falta o ilicitud de la causa;
objeto prohibido o contrario a la ley; el error, dolo o violencia que
involucren a todos los obligados; la falta de formas solemnes, etcétera;
b) las causas de extinción de la obligación, como el pago, novación,
compensación, remisión, etcétera; c) la imposibilidad no imputable de
cumplimiento y la prescripción; d) las modalidades (plazo, condición,
etc.),
que comprendan a todos los deudores en conjunto.
3. Defensas y excepciones personales
con efectos parcialmente expansivos
Se trata de defensas que, si bien se relacionan exclusivamente con
uno de los obligados, no obstante propagan sus efectos con relación
a los demás, en proporción a la parte de aquél.
Tales son los casos de la remisión parcial de la deuda y la confusión.
Los codeudores no beneficiados por la remisión hecha a uno de los
obligados o no comprendidos en la confusión, en el caso de ser de
mandados por el total de la deuda, tienen derecho a oponer como
defensa al progreso de la acción la existencia de esas figuras extintivas
hasta la concurrencia de la parte del deudor beneficiado, para así exigir
que se deduzca el porcentual correspondiente al mismo del monto que
se le demande.
Entre este tipo de defensas también cabe incluir a la compensación
basada en el crédito que otro codeudor solidario pudiese tener contra
el acreedor, puesto que así lo permite el artículo 830. Y en el caso
especial del fiador solidario, el mismo puede utilizar todas las defensas
propias del obligado principal, salvo las fundadas en la incapacidad
de éste (arts. 2020 y 2021).
4. Defensas y excepciones estrictamente personales
Se trata de las referidas nada más que a uno de los obligados y
178
Art. 715
que de ningún modo pueden aprovechar a los demás. La doctrina cita
como ejemplos los siguientes: las causas de nulidad que afecten úni
camente a uno de los deudores, sea por su falta de capacidad, o por
la existencia de error, dolo o violencia a su exclusivo respecto; las
modalidades (plazo, condición, cargo) que atañan solamente a uno de
los deudores y el avenimiento o la carta de pago obtenidos en un
concurso, que benefician a un solo deudor.
A ello cabe agregar las defensas que exigen la concurrencia de
todos los obligados para poder ser opuestas: como la rescisión del
contrato, que sólo puede hacerse valer en juicio por la totalidad de
los interesados, tal como verbigracia ocurre en el supuesto del artículo
1614, que reza: "Siendo arrendada la misma cosa a dos o más locatarios
solidarios, ninguno de ellos podrá sin consentimiento de los otros res
tituirla antes de acabado el tiempo de la locación".
5. Cosa juzgada
En su originaria redacción, nuestro Código Civil no había contem
plado la hipótesis relativa a si la sentencia dictada en un juic io tramitado
entre uno solo de los sujetos activos y uno solo de los pasivos de una
obligación solidaria propagaba o no los efectos de la cosa juzgada a
los demás interesados que no habían intervenido en el proceso.
Tal cuestión dio lugar a encontradas soluciones en el Derecho Com
parado y en la doctrina nacional. Una postura negaba todo efecto ex
pansivo de la sentencia a los acreedores o deudores solidarios que no
hubiesen intervenido en el juicio. Otra solución intermedia distinguía
según el resultado del litigio: si el mismo había sido favorable, los
compañeros de quien había intervenido en el juicio logrando esa de
cisión también tendrían derecho a invocar esa sentencia en su provecho;
mientras que si el resultado hubiese sido adverso, éste ya no podía
ser opuesto a los cointeresados que no hubiesen intervenido en el
juicio. Por último, un temperamento mayoritario se inclinaba por la
extensión de los efectos de la cosa juzgada, a todos los coacreedores
o codeudores solidarios que no habían participado del proceso, aunque
con algunos pocos supuestos de excepción.
Sobre este temática legisló el segundo párrafo agregado al artículo
179
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
en comentario, por la reforma del decreto-ley 17.711/68, adoptando
el cri ter io intermedio de acordar o no efecto expansivo a la cosa juz
gada, con relación a los cointeresados que no fueron parte en el l i t igio,
según cuál fuese el resultado del mismo. Así, la cosa juzgada del fallo
adverso dictado no le puede ser opuesta al sujeto de la obligación
solidaria que no fuera parte en el pleito, pero en cambio dicho sujeto
puede invocarlo en su favor contra los que hubiesen intervenido en
dicha litis, si le hubiese resultado total o parcialmente beneficioso.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Defensas comunes oponibles.
1.
Defensas comunes oponibles
Conforme a esta norma, cada uno de los deudores puede oponer
a la acción del acreedor todas las excepciones que sean comunes a
todos los codeudores
1
.
A rt. 716 La obligación con traída s olidariam ente respecto de los acree
dores, se divide entre los deudores, los cuales entre sí no están
obligados sino a su parte y porción.
Concordancias: arts. 689, 708, 717, 771 -inc. 3
o
- .
A rt. 717 Las relaciones de los codeudo res y acreedo res solidarios entre
sí que hubiesen pagado la deuda por entero, o que la hubiesen
recibido, se reglarán como está dispuesto en el artículo 689.
Si alguno de los deudores resultare insolvente, la pérdida se
repartirá entre todos los solventes y el que hubiese hecho el
pago.
Concordancias: arts. 689, 716, 771 -inc. 3°-.
A Bibliografía especia l
La del artículo 699.
1
CNCom., sala A, 16-9-83, E.D. 107-152.
180
Art. 717
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Efectos de la solidaridad con relación a los deudores entre sí. 2. Distintas
posturas doctrinarias. 3. El régimen del Código Civil. 4. Acciones de regreso del
solvens.
5. Medida de la acción recursoria. 6. Insolvencia de uno de los codeudores.
7.
Insolvencia de un codeudor y dispensa de la solidaridad. 8. Insolvencia de un
codeudor y remisión parcial de la deuda a otro. 9. Ausencia de acción de contribu
ción en los delitos civiles.
1. Efectos de la solidaridad con relación a los deudores entre sí
Otro aspecto de los efectos de la solidaridad se presenta en punto
a las relaciones internas de cada grupo, el haz horizontal, la cuestión
de distribución si se trata de los coacreedores, y de contribución en
cuanto a los codeudores.
Pero estas cuestiones internas sólo pueden entrar en juego después
de haberse solucionado y satisfecho la relación de obligación. Una
vez que alguno de los acreedores solidarios ha percibido el crédito, o
que alguno de los deudores ha pagado la deuda, llega el momento de
proceder al reajuste interno entre los componentes de cada grupo, de
acuerdo a las relaciones que respectivamente tengan entre sí.
Por lo demás, tales relaciones internas pueden no coincidir con lo
que aparece externamente en las relaciones de obligación, siendo per
fectamente posible que en la obligación solidaria figuren algunos acree
dores que no lo sean en realidad o cuyo interés sea desigual, o a la
en verdad un único deudor, o que no todos tengan una igual proporción
en el debitum.
2. Distintas posturas doctrinarias
Fueron tres las posiciones adoptadas por la doctrina con relación
a los derechos del deudor que pagara la deuda solidaria, frente a sus
codeudores.
La primera sostuvo que el deudor solidario que pagó la deuda no
tiene acción recursiva contra sus codeudores, dado que la naturaleza
esencialmente abstracta de la obligación solidaria indica que este rea
juste definitivo interno resulta extraño a la esencia de la institución.
La segunda entendía que el codeudor que había pagado la deuda,
181
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
indiscutiblemente tenía una acción recursoria para exigir a sus com
pañeros de grupo la contribución proporcional de cada uno de ellos
en cuanto al pago efectuado.
Y una tercera posición, sostenida por Maynz, consideraba que en
esta materia no caben soluciones absolutas: la acción del deudor que
efectuó el pago contra los demás obligados procederá o no según el
interés de cada uno de los deudores en la obligación, o sea que todo
dependería únicamente de las vinculaciones especiales existentes entre
los distintos cointeresados, con independencia de la solidaridad y de
acuerdo a las circunstancias particulares del caso.
3. El régimen del Código Civil
Vélez Sársfield se inclinó por la última de las posturas antes re
señadas, según resulta de lo establecido en los artículos 689, 708 y
717,
como así de la nota al artículo 708, tomada precisamente de
Maynz.
Y en el artículo 717 en comentario se dispone que las relaciones
de los codeudores solidarios entre sí, después de que alguno de ellos
hubiese pagado la deuda por entero, se habrán de reglar como está
dispuesto en el artículo 689. O sea que a los fines de determinar la
cuota, igual o desigual, que corresponda a cada uno en el total de la
deuda, habrá que atenerse: a) a lo que resulte de los títulos de la
obligación o de los contratos que entre sí hubiesen celebrado; b) en
su defecto se atenderá a la causa de haberse contraído la obligación
conjuntamente, a las relaciones de los interesados entre sí y a las
circunstancias de cada uno de los casos, y c) si todavía no fuese posible
reglar las relaciones internas de cada grupo, se entenderá que todos
son interesados en partes iguales, y que cada persona constituye un
acreedor o un deudor.
4. Acciones de regreso del solvens
El deudor que realizó el pago total de la obligación solidaria tiene
derecho a exigir de sus cointeresados la contribución que a cada uno
de ellos les corresponda, contando al efecto con dos acciones distintas.
Ante todo puede ejercitar la acción que nazca de las relaciones
182
Art. 717
que unían a los deudores y en virtud de las cuales contrajeron la
obligación solidaria. Así, si entre las partes existía una sociedad, la
acción a ejercitar será la que surja del mandato, o si la vinculación
entre los codeudores provenía nada más que de una comunidad de
intereses, la acción será la que nace de la gestión de negocios, etcétera.
Pero el solvens también cuenta en su favor con la acción de pago
con subrogación, resultante de lo dispuesto en los artículos 768, inciso
2
o
, y 771, inciso 3
o
, que se confiere en la medida del pago efectuado.
La elección entre una u otra vía legal tiene sus repercusiones desde
el punto de vista de los pro y contra que cada una de ellas pueden
representar para el accionante, aunque sin duda con ambas se ha de
lograr el objetivo fundamental de obtener la contribución de la parte
correspondiente a los otros codeudores. Empero, si se ejercitan las
acciones emanadas del mandato o de la gestión de negocios, el deudor
que efectuó el pago tiene derecho a reclamar de sus coobligados los
intereses devengados desde la fecha en que efectuó el desembolso
correspondiente (arts. 1950 y 2298), en tanto con la acción de pago
con subrogación, los intereses correrían sólo a partir de la fecha en
que los compañeros del grupo quedaron constituidos en mora, que
puede o no coincidir con la época del pago efectuado. Pero a su vez
la acción de pago con subrogación tiene una indudable ventaja con
respecto a las otras mencionadas, atento a que mediante su ejercicio
se conservan intactas, a favor del deudor que pagó, las garantías de
la deuda originaria, como ser, por ejemplo: hipotecas, prendas, fianzas,
etcétera (arts. 767 y 771); las que en cambio no se habrían mantenido
de haberse ejercitado las acciones resultantes del mandato o de la
gestión de negocios.
No obstante, la doctrina coincide en que como no se trata de medios
opuestos y excluyentes, el deudor puede acumular el empleo de ambas
vías legales, con lo que se aseguraría todos los beneficios que fluyen
de cada una de las mismas.
5. Medida de la acción recursoria
Los principios de la solidaridad se producen únicamente en las
relaciones de la parte acreedora con la parte deudora, es decir en las
183
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
relaciones de "obligación". Pero una vez efectuado el pago de la pres
tación la solidaridad se extingue, y en las relaciones internas de cada
grupo, tanto el crédito como la deuda deben considerarse como sim
plemente mancomunados.
De ahí que al deudor que pagó, la acción recursoria que le es
concedida contra sus codeudores está limitada a la parte que a cada
uno de ellos le correspondía en la deuda solidaria (arts. 689, 716, 771,
inc. 3
o
). Aunque esta regla es susceptible de modificación, en los casos
en que algún codeudor lo haya sido únicamente de complacencia, como
refuerzo de garantía, en cuyo caso el deudor aparente que hubiese
pagado la deuda solidaria podría ejercer la acción de recurso por el
total de lo pagado, pero siempre sin poder reclamar de cada uno de
los codeudores nada más que la parte que ellos tenían en aquélla. Por
el contrario, si el deudor que efectuó el pago fuese el único verdade
ramente interesado en el negocio, no tendría ninguna acción contra
sus coobligados, que lo fueron sólo de complacencia.
6. Insolvencia de uno de los codeudores
En la relación interna del grupo deudor, la última parte del artículo
717 en comentario dispone que: "Si alguno de los deudores resultare
insolvente, la pérdida se repartirá entre todos los solventes y el que
hubiese hecho el pago".
La solución de la ley es la misma, sea que la insolvencia de uno
de los codeudores fuese anterior o posterior al pago realizado. Pero
la doctrina se encuentra dividida al respecto. Salvat entendió que la
norma se refiere a la insolvencia anterior, y que la sobreviniente debe
ser soportada sólo por el deudor que realizó el pago, quien de haber
actuado con diligencia habría podido cobrar antes de que el codeudor
cayera en insolvencia. En cambio Borda, Busso, Cazeaux, Galli, La-
faille y Llambías propician otra solución menos rigurosa: la insolvencia
sobreviniente también debe ser soportada en la forma que indica el
último párrafo del artículo 717, salvo que el deudor que pagó hubiese
obrado de manera negligente al reclamar la contribución al codeudor
que después cayera en estado de insolvencia, en cuyo caso deberá
entonces por sí solo soportar tales consecuencias (doct. del art. 512).
184
Art. 717
7. Insolvencia de un codeudor
y dispensa de la solidaridad
La dispensa de la solidaridad efectuada por el acreedor a favor de
un codeudor solidario no obsta, sin embargo, a que ésta deba contribuir
a soportar con los demás codeudores la insolvencia de uno de ellos.
Siendo ésta una lógica aplicación del principio res ínter olios acta,
que impide que los acuerdos entre partes proyecten sus efectos hacia
terceros, perjudicándolos.
8. insolvencia de un codeudor y
remisión parcial de la deuda a otro
De haber mediado una remisión parcial de la deuda a favor de un
codeudor solidario, y de resultar otro codeudor insolvente, el solvens
puede ejercer la acción recursoria contra el beneficiado por la remisión,
reclamándole la parte pertinente, conforme a las reglas antedichas.
Pero la acción también podría intentarse contra el mismo acreedor,
reclamándole lo que tuvo que abonar el solvens; como contribución
por la parte del codeudor insolvente.
9. Ausencia de acción de contribución
en los delitos civiles
Cuando se trata de delitos civiles, es decir de hechos ilícitos rea
lizados con intención de dañar (art. 1072), el artículo 1081 establece
la solidaridad entre todos los coautores, consejeros o cómplices, y el
subsiguiente artículo 1082 dispone que cualquiera de ellos que pague
mandar de los demás contribución alguna.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Relaciones entre codeudores. 2. Obligación de contribución y acción de
regreso. 3. Pago anticipado y acción de regreso. 4. Obligaciones concurrentes.
1. Relaciones entre codeudores
La obligación solidaria se divide entre los codeudores, los cuales
185
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
entre sí no están obligados sino a su parte o porción, por lo que debe
entenderse que cuando el solvens ha pagado por encima de su propia
parte, en las relaciones internas entre los deudores ese exceso constituye
el pago de una deuda ajena, cuyo reembolso puede exigir de sus co
deudores; todo ello por el desdoblamiento del carácter del pago en
las obligaciones solidarias y por aplicación del artículo 689 del Código
Civil
1
.
Y si uno de los tres deudores solidarios hizo el pago y de los
títulos o antecedentes de la obligación no resulta cuál es la cuota de
cada uno de ellos, el solvens sólo puede reclamar de uno de los otros
una tercera parte del total, si no demuestra la insolvencia del restante
2
.
2. Obligación de contribución y acción de regreso
La obligación de contribuir nace de la cancelación de la obliga
ción por uno de los obligados solidarios y no por la constitución del
crédito
3
.
El deudor que pagó toda la deuda solidaria tiene, conforme al ar
tículo 716, acciones recursorias o de regreso contra el resto de los
coobligados
4
.
3. Pago anticipado y acción de
regreso
Si bien es cierto que en las obligaciones solidarias el plazo está
establecido a favor de todos los obligados, debiendo en consecuencia
el codeudor que renuncia a esa ventaja y paga anticipadamente hacerse
cargo frente a sus codeudores de los perjuicios que les pudo causar
con su decisión unilateral, corresponde, sin embargo, al codeudor de
mandado por contribución la prueba de esa modalidad de la obligación,
en la que funda su excepción al principio de la participación igualitaria
presumida por la ley
5
.
1
CNCom., sala B, 10-8-81, E.D. 96-362.
2
CFed., 4-2-60, J.A. 1960-IV-104.
3
Cl
a
CC de Bahía Blanca, sala I, 8-6-89, E.D. 137-168 y DJBA 139-5485.
4
CNCom., sala B,
10-8-81,
E.D. 96-362.
5
C l
a
CC de Bahía Blanca, sala I, 8-6-89, E.D. 137-168 y DJBA 139-5485.
186
Art. 717
4. Obligaciones concurrentes
Aunque en las obligaciones concurrentes no juega el principio de
contribución, propio de las obligaciones solidarias, de ello no se debe
hacer una regla general o un principio absoluto, pues el obligado con
currente que ha satisfecho el objeto de la deuda no puede verse privado
del derecho de probar cuál ha sido la real causalidad de la conducta
de cada uno de ellos en la producción del daño, ya que razones de
justicia y equidad obstan siempre a que alguien soporte un daño mayor
del que efectivamente causó
6
.
6
C.S.J. de la Nación, 21-12-89, E.D. 137-618.
187
TÍTULO XV
DEL RECONOCIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES
Art. 718 El reconocimiento de una obligación es la declaración por la
cual una persona reconoce que está sometida a una obligación
respecto de otra persona.
Concordancias:
arts. 719, 720, 797, 1031, 3788, 3789.
A) Bibliografía especial
ACUÑA ANZORENA, Arturo, Prueba del reconocimiento, en J.A. 70-453
y ss.; LEGÓN, Fernando, Naturaleza y eficacia del reconocimiento, en
J.A. 51-965 y ss.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Concepto. 2. Naturaleza jurídica. 3. Caracteres. 4. Efectos.
1. Concepto
El reconocimiento de la obligación es un acto jurídico unilateral,
por el cual alguien admite que se encuentra obligado con respecto a
otra persona.
2. Naturaleza jurídica
La mayoría de nuestra doctrina, sobre la base de lo dispuesto en
los artículos 719 y 944, considera que el reconocimiento es un acto
jurídico-negocial, pues se realiza con el fin inmediato de producir
consecuencias jurídicas.
Una posición minoritaria ha entendido que, aunque en general es
189
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
un acto jurídico, en ciertos casos el reconocimiento constituye un hecho
jurídico, como cuando obra como causal de interrupción de la pres
cripción (art. 3989), en cuyo caso el deudor se concreta a admitir un
hecho: la existencia de la deuda, y se somete a ella.
3. Caracteres
Se atribuyen al acto de reconocimiento los siguientes caracteres:
a) Unilateral, pues para su realización basta con la sola voluntad
del deudor.
b) Irrevocable, ya que una vez concretado el reconocimiento, su
otorgante no puede dejarlo sin efecto. Pero algunos autores en
tienden que cuando el reconocimiento es hecho mediante tes
tamento (arts. 3788 y 3824), se consagraría una excepción al
principio. En rigor, el último de esos artículos contiene una
pauta general, la de que el reconocimiento de la deuda hecha
en un testamento importa un legado, y es por lo tanto revocable,
pero a continuación se agrega: "mientras no se pruebe lo con
trario",
lo cual deja abierta la posibilidad de probar que no se
trata de un legado sino de una deuda real, en cuyo caso la
última parte del artículo 3788 no sería aplicable y tal recono
cimiento sería entonces irrevocable.
c) Declarativo y no constitutivo de derechos, por cuanto sólo tiende
a admitir una obligación que ya existía con anterioridad, y tal
cual existía, es decir, limitándose a reproducirla y sin agregarle
ni quitarle nada. Lo cual se corrobora con lo dispuesto en el
artículo 723 cuando, ante la existencia de diferencias entre el
título del reconocimiento (título nuevo) y el título primitivo,
se pronuncia a favor de este último.
d) Neutro, ya que no es en sí, ni a "título oneroso", ni a "título
gratuito", por no participar de ninguna de esas cualidades, pu-
diendo decirse, con Compagnucci de Caso, que tiene un carácter
equidistante.
. Efectos
Los efectos del reconocimiento son dos: a) es ante todo un eficaz
190
Art. 718
medio de prueba, ya que por su intermedio el acreedor se ve provisto
de un importante elemento demostrativo, que habrá de facilitarle su
situación en el proceso judicial, en caso de negativa del mismo deudor,
y b) constituye también uno de los medios de interrupción del curso
de la prescripción (art. 3989).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Concepto. 2. Naturaleza
jurídica.
3 . Caracteres. 4. Efectos.
1. Concepto
El reconocimiento no es una nueva causa de deber, deja intacta la
obligación a la que se refiere, que permanece idéntica a sí misma';
consiste en que alguien admite la existencia de una obligación a su
cargo o que se encuentra sometida a una obligación con respecto a
otra persona
2
.
2. Naturaleza jurídica
El reconocimiento es un acto jurídico porque se practica con la
finalidad de producir una consecuencia jurídica: admitir la existencia
de un derecho
3
. Siendo un acto jurídico unilateral, que no necesita de
la aceptación del acreedor para su perfeccionamiento
4
.
3. Caracteres
El reconocimiento es una especie dentro de la confesión, de cu
yos caracteres participa, por lo que es indivisible, es decir que debe
1
C2
a
CC de La Plata, sala III, 26-11-96, Juba7 B352515; CCC de Junín, 19-2-87,
D.J. 1987-2-201.
2
CNCiv., sala F, 9-4-86, L.L. 1986-C-47; C2
a
CC de La Plata, sala III, 26-11-96,
Juba7 B352514.
3
CNCiv., sala D, 8-2-84, L.L. 1985-A-495 y E.D. 109-331; CCC de Tandil,
12-12-91, Juba7 B2200820.
4
CNCiv., sala A, 17-12-70, J.A. 10-1970-472; sala F, 22-7-70, L.L. 142-582,
S-27.139; id., 16-3-82, L.L. 1983-B-753, S-36.344; C2
a
CC de La Plata, sala III, 26-
11-96,
Juba7 B352514.
191
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
aceptarse en su integridad y no sólo las manifestaciones perjudicia
les para el confesor
5
.
Tiene además carácter declarativo y no constitutivo, por lo que en
el supuesto de atenuación de la deuda original, el acreedor puede so
licitar el cumplimiento de la obligación primitiva
6
; siendo evidente
que cuando se suscita alguna incoincidencia entre el acto de recono
cimiento y el título primitivo del derecho que se reconoce, corresponde
estar al título primordial, ya que aquél no es causa generadora de
derechos
7
. Y es extraña a nuestra ley la figura del reconocimiento
constitutivo
8
.
El reconocimiento requiere de la individualización del acreedor y
de la importancia del crédito, por lo que no reviste esa calidad la
provisión de fondos con destino a gratificaciones a los dependientes
que el empleador registrara en tres balances anuales consecutivos, si
no indicó quiénes eran los posibles beneficiarios, ni las bases para su
liquidación
9
.
4. Efectos
El reconocimiento es una de las formas de interrupción de la pres
cripción
10
, haya o no concluido el plazo respectivo, atento a que la
prescripción no opera de pleno derecho por el solo vencimiento de
los plazos, sino que tiene que ser opuesta o hecha valer por el inte
resado"; pero para que produzca ese efecto interruptivo, es necesario
que el reconocimiento se realice con anterioridad al cumplimiento del
plazo de prescripción'
2
. El fundamento de este principio estriba en
que el reconocimiento importa confesión de la subsistencia del derecho
5
CNCiv., sala C, 5-11-63, L.L. 115-78; C1TC de La Plata, sala I, 4-7-95, Juba7
B100775.
6
CNCom., sala E, 5-3-96, J.A. 1996-IV-419.
7
CNCom., salaD, 8-2-84, E.D. 109-331; C2
a
CC de La Plata, sala III, 26-11-96,
Juba7 B352515.
8
CFed., 10-4-67, L.L. 127-98.
9
CTrab., sala II, 29-9-67, J.A. 1968-1-335.
10
CNCom., sala B, 24-5-90, E.D. 138-770.
11
CCC de Mercedes, sala I, 16-9-83, E.D. 107-182.
12
CNCiv., sala F, 2-4-87, L.L. 1987-D-131.
192
Art. 719
del adversario, hecho más que concluyente sobre la aniquilación del
curso precedente de la prescripción
13
. Interrumpido el curso de la pres
cripción, se torna ineficaz todo el tiempo que, a los fines de aquélla,
hubiese corrido hasta entonces
14
.
Art. 719 El acto del reconocimiento de las obligaciones está sujeto a
todas las condiciones y formalidades de los actos jurídicos.
Concordancias:
arts. 721, 944, 947, 951, 952, 973 a 978, 2993.
A) Bibliografía especial
La del artículo 718.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Requisitos y formalidades. 2. Manifestación de voluntad. 3. Capacidad. 4.
Objeto lícito. 5. Causa.
1. Requisitos y formalidades
Según reza esta norma, el reconocimiento está sujeto a todas las
condiciones y formalidades de los actos jurídicos.
2. Manifestación de voluntad
Se requiere ante todo que exista una manifestación de voluntad
como en cualquier acto jurídico, y que dicha voluntad esté exenta de
vicios que la invaliden: dolo, violencia, error (arts. 921, 931 y 954),
y que no sea ni simulada ni fraudulenta (arts. 954, 955, 961).
3. Capacidad
Es necesario que quien reconozca sea suficientemente capaz para
obligarse, por lo que no pueden hacerlo los incapaces de los artículos
54 y 55, los interdictos del artículo 152 bis sin la conformidad del
curador, los concursados y los condenados penalmente a más de tres
13
CNCiv., sala D, 18-11-82, E.D. 104-267.
14
C2
a
CAdm. de Córdoba, 24-8-88, L.L.C. 1989-140.
193
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
años de prisión, etcétera. Cuando el reconocimiento se realiza por un
mandatario, debe contar con un poder especial al efecto (art. 1881,
inc. 17), o una facultad expresa incluida el mandato general.
4. Objeto lícito
El contenido del reconocimiento debe tener un objeto lícito y que
no sea contrario al orden público o a la moral y las buenas costumbres,
conforme a lo dispuesto por el artículo 953.
5. Causa
De acuerdo a lo establecido en el artículo 500, el reconocimiento
debe tener una causa determinante y lícita que justifique tal acto. Para
todo lo relativo al tema de la "causa" nos remitimos al comentario
de los artículos 499 a 502.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Validez del reconocimiento.
1. Validez del reconocimiento
Uno de los requisitos para la configuración válida del reconoci
miento es la capacidad del agente, requerida en todo sujeto para cambiar
el estado de su derecho; siendo de destacar que no pueden reconocer
obligaciones quienes no hubiesen podido contraerlas en el momento
del reconocimiento
1
.
Art. 720 El reconocimiento puede hacerse por actos entre vivos o por
disposición de última voluntad, por instrumentos públicos o
por instrumentos privados, y puede ser expreso o tácito.
Concordancias:
arts. 721, 915, 918, 947, 952, 3788, 3824.
A) Bibliografía especial
La del artículo 718.
1
CCC de San Isidro, sala II, 1-3-88, D.J. 1988-2-855.
194
Art. 720
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Por actos entre vivos. 2. Actos de última voluntad. 3. Expreso y tácito.
1. Por actos entre vivos
De esta norma resulta, ante todo, que el reconocimiento puede
hacerse por actos entre vivos, existiendo al respecto libertad de formas
(art. 974), salvo cuando se exige alguna determinada (art. 722).
Si se hiciera por instrumento privado, no se exige en principio el
doble ejemplar. Y la doctrina acepta que también puede ser hecho
verbalmente si se trata de obligaciones que no excedan de la cantidad
fijada por la ley (art. 1193). Pero cuando la obligación reconocida debió
constituirse mediante instrumento público, el reconocimiento también
debe ser realizado en ese tipo de instrumento (art. 1184, inc. 10);
aunque aun así, el reconocimiento que en tal caso se hubiese efectuado
en instrumento privado, constituiría una obligación de otorgar la co
rrespondiente escritura pública (art. 1185).
Los efectos del reconocimiento por actos entre vivos se producen
a partir de su realización.
2. Actos de última voluntad
El reconocim iento por acto de última voluntad debe ajustar su forma
a las establecidas por la ley para los testamentos (arts. 3622 y ss.),
constituyendo un legado conforme a lo dispuesto en el artículo 3788 . El
caso más frecuente es el que se hace por medio de testamento, aunque
sin embargo pueden efectuarse reconocimientos por actos de última
voluntad que no importen testamento, si se otorga por una persona para
después de su muerte, pero sin disponer de ninguno de sus bienes y al
solo efecto de que sus herederos respeten dicho reconocimiento.
Este tipo de reconocimiento habrá de producir efectos recién después
del fallecimiento de la persona que lo hubiese otorgado (arts. 947 y 952).
3. Expreso y tácito
Siguiendo las reglas comunes de la manifestación de la voluntad,
en este artículo se establece también que el reconocimiento puede
ser expreso o tácito (arts. 915 a 918).
195
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Forma del reconocimiento. 2. Reconocimiento expreso y tácito. 3. Prueba
del reconocimiento.
1. Forma del reconocimiento
El reconocimiento de una obligación es la declaración por la cual
una persona admite que está sometida a una obligación respecto de
otra persona, y puede ser hecho en forma expresa o tácita, y en esta
última posibilidad queda incluido el reconocimiento que resulta de
pagos hechos por el deudor
1
. El reconocimiento es un acto no formal,
pero el principio de libertad de formas no es absoluto, pues en el
reconocimiento expreso se debe mencionar: la causa de la obligación
original, su importancia y el tiempo en que fue contraída
2
.
2. Reconocimiento expreso y tácito
Éste puede hacerse por instrumento público o privado, en tanto
que el reconocimiento tácito es el que surge de los hechos de conducta
obrados por el deudor, si persuaden con certidumbre acerca de su
voluntad de admitir la existencia de la obligación
3
.
3. Prueba del reconocimiento
El reconocimiento es un acto jurídico y su acreditación queda so
metida a los principios que rigen la prueba de los mismos
4
.
Art. 721 El rec on ocim iento táci to resultará de pa go s hec ho s po r e l
deudor.
Concordancias:
arts. 720, 918, 1063.
A) Bibliografía especial
La del artículo 718.
1
CNCiv., sala F, 9-4-86, L.L. 1986-C-47.
2
CNCom., sala B, 27-12-85, E.D. 122-648, 882-SJ.
3
CNCiv., sala C, 19-12-88, E.D. 132-282; CCC de Mercedes, sala I, 16-3-83,
E.D. 107-182.
4
C2
a
CAdm. de Córdoba, 24-8-88, L.L.C. 1989-140.
196
Art. 721
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Los pagos parciales como reconocimiento tácito.
1. Los pagos parciales como reconocimiento tácito
Esta norm a establece que el reconocimiento tácito resultará de pagos
parciales hechos por el deudor, por entender que los mismos revelan
inequívocamente la voluntad del pagador de admitir su condición de
obligado frente al accipiens.
No obstante, doctrina y jurisprudencia coinciden en que el artículo
sólo ha incluido el caso más típico, sin que ello obste a que todo
hecho que implique aceptar que se está sometido a una obligación,
pueda dar base a un reconocimiento tácito. Siendo además suficien
temente demostrativa al respecto la nota puesta por el Codificador al
artículo 3989.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Reconocimiento tácito por pagos parciales. 2. Reconocimiento tácito.
Casos.
1. Reconocimiento tácito por pagos parciales
Si bien con relación al reconocimiento tácito el Codificador
nos brinda en forma expresa solamente el prototipo clásico, que es
el pago parcial, doctrina y jurisprudencia han coincidido en atribuir
también este efecto a no pocos actos que igualmente permiten pre
suponer la existencia de la obligación, toda vez que el estudio de la
fuente que inspiró la norma autoriza a concluir que se trata de un
mero ejemplo que Vélez Sársfíeld enumera, entre otros, debiendo
los tribunales apreciar con amplitud de criterio las circunstancias de
cada caso ocurrente, a los fines de decidir si existe o no la tal con
fesión'.
Así se ha considerado que importa reconocimiento tácito todo hecho
que implique la admisión de la existencia del derecho invocado por
1
CCC de Mercedes, sala I, 26-9-83, E.D. 107-182.
197
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
el acreedor y que permita conocer con la certidumbre exigida en el
artículo 917 una ausencia de voluntad de liberarse
2
.
2. Reconocimiento tácito. Casos
Ante todo, cualquier pago efectuado importa un reconocimiento
tácito de la obligación, por cuanto con él se está admitiendo que existía
la obligación que se extingue
3
.
Pero además se ha resuelto que existe reconocimiento tácito en los
casos en que han mediado gestiones previas, a los fines de determinar
extrajudicialmente el monto de una deuda, para un arreglo, o intentos
de avenimiento en busca de una solución amistosa a los mismos fines,
o bien un pedido de prórroga para cumplir la obligación de que se
trata
4
; o la nota dirigida al intendente municipal, por la cual el empleado
que conducía un vehículo comunal solicita que se le permita pagar
en cuotas el importe de los daños que sufrió en un accidente
5
; o la
aceptación del recibo dado por el acreedor, con la mención de que el
pago es a cuenta de determinada obligación
6
; o el silencio del deudor
frente a la emisión de los recibos expedidos por el locador del servicio
de asesoramiento, en los cuales se detallaba que los importes fueron
recibidos a cuenta de determinadas notas de débito y que arrojaba un
saldo deudor especificado, lo que frente a las notas de débito impagas
comporta un reconocimiento de la relación jurídica y de la deuda, que
no queda enervado por el hecho de que la deuda pudiera encontrarse
prescripta
7
; o la manifestación en el alegato que habían fracasado las
gestiones para llegar a un avenimiento
8
; o cuando en un juicio ejecutivo
se oponen las excepciones de pago parcial, quita y espera
9
; o cuando
2
C.S.J. de la Nación, 9-11-89, Rep. E.D. 24-559, N° 14; SCBA, 14-3-72, L.L.
147-369.
3
CN Com ., sala A, 11-8-89, L.L. 1991-B -561, jurisp . agrup., N° 7257; sala B,
13-9-89, L.L. 1990-B-49; CNTrab., sala I, 24-8-87, D.T. 1988-A-67.
4
CCC de Mercedes, sala I, 26-9-83, E.D. 107-182.
5
CNCiv., sala E, 7-7-70, L.L. 142-599, S-26.238.
6
C3
a
CC de Córdoba, 28-10-80, supl. Prov. L.L. 1981-299.
7
CNCom., sala D, 16-3-89, L.L. 1989-E-162.
8
Cám. Civ. I
a
, 29-7-42, L.L. 17-800; CNCiv., sala E, L.L. 112-58.
9
Cám. Com., 29-8-33, J.A. 43-272.
198
Art. 722
se ofrece un bien inmueble a embargo
10
; o se consiente una regulación
de honorarios a favor del abogado patrocinante, aun cuando al efec
tuarse la regulación la acción estuviese prescripta", etcétera.
Por el contrario no implica reconocimiento la mera recepción de
una carta
12
; la sola circunstancia de hacerse valer la defensa de pres
cripción
13
; como tampoco lo implican los pagos parciales efectuados
por terceros
14
Art. 722 El acto del reconocimiento debe contener la causa de la obli
gación original, su importancia, y el tiempo en que fue con
traída.
Concordancias:
arts. 499, 500, 501, 1034, 1035.
A) Bibliografía especial
La del artículo 718.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Reconocimiento expreso. 2. Requisitos.
1. Reconocimiento expreso
Este artículo se refiere a la forma; hay requisitos que debe contener
el reconocimiento expreso. Y el mismo ha suscitado discrepancias en
doctrina y jurisprudencia, en cuanto a las consecuencias de la omisión
de las exigencias que en él se establecen.
Algunos autores distinguen según cuáles menciones han sido omi
tidas: la de la causa o de la importancia de la obligación tornarían
nulo o anulable el reconocimiento, pero no ocurriría lo mismo con la
enunciación del tiempo en que la obligación había sido contraída, que
no se juzga indispensable.
10
SCBA, 14-3-78, E.D. 78-482.
11
Cám. Com., 13-11-41, L.L. 24-920.
12
CNCom., sala E, 19-4-94, J.A. 1994-IV-712.
13
CNCiv., sala A, 21-4-70, L.L. 141-669, S-25.482.
14
CNCiv., sala C, 19-12-88, E.D. 132-282.
199
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
Pero la mayoría de la doctrina entiende que las exigencias de esta
norma no son imperativas y que su sentido ha sido el de individualizar
la obligación admitida, de forma que la omisión de esas indicaciones
no importaría otra cosa que una insuficiencia probatoria, subsanabie
por otros medios.
2. Requisitos
Se exige que se indique la "causa" de la obligación, existiendo coin
cidencia en que se ha querido aludir a la fuente de la misma (art. 499).
Cuando la norma se refiere a la "importancia", lo ha hecho teniendo
en cuenta el contenido material del objeto, como, por ejemplo, si se
tratara de una dineraria, el importe de la misma.
Por último, la referencia al tiempo en que se contrajo la obligación
tiene por finalidad una mejor individualización de la relación jurídica
que se pretende reconocer.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Sentido instrumental de la palabra "acto". 2. Requisitos legales y conse
cuencias de su incumplimiento. 3. Causa de la obligación.
1. Sentido instrumental de la palabra acto
Este artículo y el siguiente dan a la palabra "acto" un sentido ins
trumental, o sea que se alude al título emitido por el deudor para
documentar un reconocimiento formal, el que por cierto debe ajustarse
a lo previsto en la norma
1
.
2. Requisitos legales y consecuenc ias de su incumplimiento
Los requisitos exigidos por la norma se refieren al reconocimiento
extrajudicial
2
. El reconocimiento debe contener, para tener viabilidad
jurídica, la causa de la obligación original, la importancia, su monto
o importe y la fecha en que se la contrajo
3
.
1
CCC de Mercedes, sala I, 16-9-83, E.D. 107-182.
2
Cám. Civ. 2
a
, 31-3-43, J.A. 1943-11-333.
3
CCCMin. de San Juan, sala I
a
, 1-6-85, E.D. 116-275.
200
Art. 722
Se ha resuelto que la omisión de todos o algunos de los extremos
indicados hace anulable el acto de reconocimiento (art. 989), por lo
que puede ser objeto de confirmación
4
; la que puede resultar de un
pago parcial posterior (art. 1063)
5
.
En tanto, otros fallos deciden que si el instrumento de reconoci
miento carece de los recaudos establecidos en esta norma, se traduce
en una insuficiencia probatoria y no en una sanción de nulidad
6
; habida
cuenta de que siempre se podría llegar a la correcta individualización
de la obligación reconocida por otros elementos de prueba
7
. Su omisión
de todas formas le atribuye al acto la calidad de principio de prueba
por escrito (art. 1192)
8
. Lo cual es así porque no existe ninguna norma
que imponga la declaración de nulidad del reconocimiento que no
cumplimentara los requisitos del artículo 722
9
, amén de que resultaría
inconciliable con la admisión del reconocimiento tácito
10
.
3. Causa de la obligación
El reconocimiento tiene el sentido de ser la comprobación de una
obligación ya existente, cuya causa se confunde con el mismo reco
nocimiento, por lo que va de suyo que el hecho antecedente debe
tener entidad suficiente para generar una obligación, ya que de lo
contrario, al no existir esta última, ello inmediatamente trae aparejada
la nulidad del reconocimiento"; aunque de todas maneras corresponde
al deudor la prueba de que la obligación reconocida no existía
12
. Pero
en contra se ha dicho que cuando se emite una declaración por la cual
se acepta la existencia de una deuda que no se individualiza, el acto
4
Cám. Civ.
2\
31-3-43, J.A. 1943-11-333.
5
Cám. Civ. I
a
, 20-7-42, J.A. 1942-111-837.
6
CFed., 30-6-70, J.A. 8-1970-63; CNCiv., sala G, 14-11-80, J.A. 1981-IV-281;
CNCom., sala A, 21-4-70, J.A. 8-1970-83; C2
Ü
CC de La Plata, sala III, 26-11-96,
Juba7 B352513.
7
C2
a
CC de La Plata, sala III, 26-11-96, Juba7 B352513.
8
SCBA, 4-5-65, AS 1965-1-881.
' ídem nota anterior.
10
CNCiv., sala C, 27-2-75, L.L. 1975-B-783.
11
CNCiv., sala E, 8-6-82, J.A. 1983-1-636 y E.D. 115-683, 294-SJ.
12
CNCiv., sala E, 20-5-75, L.L. 1976-A-498, S-33.246; SCBA, 4-5-65, AS 1965-
1-881; CCC de Mercedes, sala II, 18-6-81, E.D. 94-670 y DJBA 121-275.
201
FÉLIX A. TRIGO REPRESAS
no vale como reconocimiento de una obligación preexistente, sino como
título de la deuda cuya existencia se declara'
3
.
Art. 723 Si el acto del reconocimiento agrava la prestación original, o
la modifica en perjuicio del deudor, debe estarse simplemente
al título primordial, si no hubiese una nueva y lícita causa de
deber.
Concordancias: arts. 499, 500, 3789.
A) Bibliografía especial
La del artículo 718.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Carácter d eclarativo. 2. Modificación del importe original. 3. Ausencia de
título primordial.
1. Carácter dec larativo
Esta norma reafirma el carácter meramente declarativo del reco
nocimiento. Por ello siempre debe tenerse en consideración lo previsto
en el título primordial, regla con la cual se resuelven las diferencias
que pudiesen existir entre ambos títulos.
2. Modificación del importe original
La variación del importe original puede ser para su agravamiento
o su disminución. En el primer caso, siguiendo la regla referida, debe
estarse al título originario o primordial.
En cambio, si mejora la situación del deudor disminuyendo la deuda,
como la cuestión no ha sido resuelta en el Código, la doctrina ha
propuesto diferentes soluciones. Para unos, siguiendo el principio del
favor debitoris, hay que entender que el título de reconocimiento es
el que debe prevalecer. Para otros, hay que estar siempre al título
primordial, siguiendo el principio declarativo básico ya aludido.
13
C.S. de Santa Fe, 28-10-68, J.A. Reseñas 1969-127, S-148.
202
Art. 723
Ausencia de título primordial
Si falta el título primordial, no existe otra vía que considerar como
único elemento válido al reconocimiento y estar a lo allí determinado.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Efectos. 2. Obligación inexistente.
1. Efectos
El reconocimiento no nova, ni agrava la prestación original
1
; ni
modifica
2
; ni altera la naturaleza de la obligación
3
; ni hace desaparecer
los vicios de que adolecía el título antiguo
4
; ni modifica el plazo de
prescripción de la obligación reconocida
5
.
Si el acto de reconocimiento agravase la prestación original, o la
modifica en perjuicio del deudor, cabe estar simplemente al título ori
ginal, si no hubiese una nueva y lícita causa de deber
6
.
2. Obligación inexistente
El reconocimiento de una obligación anterior inexistente o nula no
perjudica a quien lo hace
7
; ya que no m ediando deuda, no puede existir
su reconocimiento
8
.
1
CCC de Tandil, 20-9-90, Juba7 B2201070.
2
SCBA, 1-4-52, J.A. 1952-11-345.
3
C NCiv., sala A, 19-10-59, L.L. 97-19 2; Cám. Com ., 14-8-43, J.A. 1943-111-891.
4
SCBA, 1-4-52, J.A. 1952-11-345.
5
CNCiv., sala A, 19-10-59, L.L. 97-192; Cám. Com., 14-8-43, J.A. 1943-III-891;
SCBA, 7-3-44, J.A. 1944-11-31.
6
CNCiv., sala D, 22-2-84, L.L. 1984-B-364; id., 15-10-81, L.L. 1982-A-324.
7
CNCiv., sala E, 8-6-82, J.A. 1983-1-636.
8
Trib.Trab. de Quilmes, 29-8-80, DJBA 120-265.
203
EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES
T Í T U L O X V I
D E L P A G O
Bibliografía general
La citada en la bibliografía general del Libro Segundo, Sección Primera,
Parte Primera, Título I.
Art. 724 Las obligaciones se extinguen:
Por el pago.
Por la novación.
Por la compensación.
Por la transacción.
Por la confusión.
Por la renuncia de los derechos del acreedor.
Por la remisión de la deuda.
Por la imposibilidad del pago.
Concordancias: arts. 725, 801, 803, 818, 832, 862, 868, 888.
A) Bibliografía especial
ALLARA , A., Le fattispecie estintive nell rapporto obb ligatorio, Utet, Torino,
1952;
CARDENAL FERNÁNDEZ, J. , El tiempo en el cumplimiento de
las obligaciones,
Montecorvo, Madrid, 1979; CÁTALA, N.,
La nature
juridique dupayement, L.G.D.J., Paris, 1961; GHOZ1, A., La mod ification
de l'obligation par la volonté desparties, L.G.D.J., Paris, 1980; GR EC O,
R. E., Extinción de las obligaciones, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1987;
PASCUAL ESTEVIL, L.,
El pago,
Bosch, Barcelona, 1986.
205
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
B) Doctrina
SUMARIO: 1. M edios de extinción. 2. Enum erados y no enumerados. 3. Clasificaciones.
1. Medios de extinción
Los medios de extinción son todos los hechos o actos jurídicos
que tienen como efecto concluir con la relación jurídica obligacional.
La obligación, como todo derecho personal, posee la característica de
su perentoriedad. En la mayoría de los supuestos, cuando satisface el
interés del acreedor, el vínculo concluye con su propio objetivo (Llam-
bías,
Busso, Trigo Represas, De Ruggiero, Parellada). Es de señalar
que hay otros medios de extinción que no importan el cumplimiento
efectivo y la satisfacción del acreedor.
2. Enumerados y no enumerados
El artículo enuncia ocho medios de extinción (más adelante se
analizan en particular) que no agotan la totalidad de las maneras de
concluir con la obligación, y por dicha razón algunos autores han
considerado inútil la enumeración de la norma (Colmo). En la nota
respectiva el Codificador adiciona a los dados en el texto: la condición
resolutoria, el plazo resolutorio, la anulación de los actos y la pres
cripción.
Por otra parte a ello se agrega: la muerte de las partes en las
obligaciones intuitu persones (arts. 1640, 1758, 1963 -i nc . 3
o
- , y 2083);
la dación en pago (arts. 779 a 783); la resolución por incumplimiento
(arts.
1203 y 1204); el mutuo disenso (art. 1200); el abandono de la
cosa, verbigracia en la medianería (arts. 2723 y 2724); en la donación
para liberarse el donatario del cumplimiento del cargo (art. 1854), y
el concurso de causa lucrativa (art. 3754) (Busso, Llambías, Boffi
Boggero, Trigo Represas, Alterini-Ameal-López Cabana, De Gáspe-
ri-Morello, Salvat-Galli, López Cabana, Parellada, Compagnucci de
Caso y Rezzónico).
3. Clasificaciones
Se han dado varias clasificaciones: entre los medios que tienen
virtualidad de pleno derecho (ipso iure), como el pago, y los que lo
206
Art. 725
(ope exceptionis),
la prescripción, o la compensación.
Algunos autores diferencian entre los medios "satisfactivos", como
el pago o la compensación, y los "no satisfactivos", como la prescrip
ción o la renuncia (Messineo, Stolfi, Giorgi, Barassi).
También se distingue entre medios "negociales", tales: la novación,
renuncia o transacción, de los que no lo son, como: la confusión e
imposibilidad de pago (Perlingieri, Aliara).
Y, por último, especialmente en la doctrina española, se diferencia
entre los modos extintivos "voluntarios" (pago, dación en pago y no
vación), de los "inv oluntarios" (prescripción, confusión e imposibilidad
de pago) (Castán, Albaladejo, Espín).
C) Jurisprudencia
Remisión: Los casos jurisprudenciales son citados en cada uno de
los medios de extinción que se desarrollan más adelante.
Art. 725 El pago es el cumplimiento de la prestación que hace el objeto
de la obligación, ya se trate de una obligación de hacer, ya de
una obligación de dar.
Concordancias: arts. 516, 726 a 728, 740 a 746; ley 25.345, art. I
o
.
A) Bibliografía especial
CÁTALA, N., La nature juridique du payement, L.G.D.J., Paris, 1961; CAR-
NELUTTI, F.,
Prova testimoníale dei pagamento,
en
Riv. di Diritto C om-
merciale, 2
a
parte, 1922, p. 337; COMPAGNUCCI DE CASO, R., Sobre
la naturaleza jurídica del pago, en J.A. 1986-11-749; ESTIV1L, L. P.,
El pago, Bosch, Barcelona, 1986; GALLI, E. V., Naturaleza y prueba del
pago, en
Anales
de la Fac. de Ciencias Jurídicas y Sociales de La Plata,
1941, p. 268, N° 12; GIORGIANNI, M., Pagamento, en N.D.I., Torino,
1939, t. IX, p. 414; YM AZ , E., La prueba del pago, en Revista del Colegio
de Abogados de Buenos Aires, 1932, p. 387; MARTÍNEZ RUIZ, R., Am
paro constitucional del efecto liberatorio del pago. Función de la juris
prudencia como fuente del Derecho positivo, en L.L. 55-186; NEPPI, V.,
Naturaleza jurídica del pago, en L.L. 33-484; ORGAZ, A., El pago y el
207
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
acto jurídico,
en
Estudios de Derecho Civil,
Tea, Buenos Aires, 1948, p.
9 3 ;
SALAS, A. E . ,
La naturaleza jurídica del pago,
en J.A. Doctrina
1950-1-26 y en Juris 1950-1-25, sec. doct.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. ¿Modo de cumplimiento o medio de extinción? 2. Acepciones. 3. Natura
leza jurídica, a) Acto jurídico, b) Hecho jurídico, c) Acto debido. 4. Efectos, a)
Efecto principal, b) Efectos secundarios.
1. ¿M odo de cumplimiento o medio de extinción?
El Código Civil argentino, siguiendo la tendencia de su época,
ubicó al pago como uno de los medios de extinción de las obligaciones
(art. 724); en la doctrina moderna se diferencia netamente entre el
cumplimiento como adecuación de la conducta obrada con el com
portamiento debido (Llambías, Diez-Picazo, Galgano, Messineo) del
incumplimiento. El pago aparece como el elemento paradigmático del
cumplimiento de las obligaciones (Enneccerus, Hartmann, Lacruz Ber-
dejo, De Ruggiero, Albaladejo García).
2. Acepciones
El pago tuvo y tiene diferentes acepciones. En el Derecho Romano
clásico se entendía por pago todo m edio de extinción de las obligaciones
que significara la liberación del deudor, y si solvere era lo contrario del
ligare, la solutio importaba la forma más amplia de conclusión del
ligamen jurídico (Paulo, Digesto 46.3.54). Incluyéndose entre ello la
novación, compensación, renuncia, imposibilidad de pago, etcétera.
Un concepto más restrictivo es el del Código Civil argentino, donde
el pago queda ubicado como un medio de extinción de las obligaciones,
ya sea de una obligación de dar, de hacer o de no hacer. La exclusión
de las de "no hacer" de la definición del artículo en estudio no impide
entender que la abstención es también una manera de cumplimiento.
Y, por último, la concepción más limitada es la del Código Civil
alemán (B.G.B.), que entiende por pago la entrega de una suma de
dinero, tal como se lo conoce vulgarmente (Enneccerus, Larenz, He-
demann, Medicus).
208
Art. 725
3. Naturaleza jurídica
Sobre la naturaleza juríd ica del pago se han dado tres ideas centrales,
con algunas derivaciones
de
detalle para cada
una de
ellas.
Se
juzga
que el pago es: un acto o negocio jurídico, un hecho jurídico, o un
acto debido no negocial (Trigo Represas, Salvat, Colmo, Salas, Orgaz,
Llambías, Boffi Boggero, Galli, Wayar
y De
Gásperi-Morello, Alte-
rinL-Ameal-López Cabana, Cátala).
a) Acto jurídico
La mayoría
de la
doctrina nacional considera
al
pago como
un
acto jurídico (negocio), porque coincide conceptualmente y en sus
elementos
con lo que
dispone
el
artículo
944. Se
trata
de un
acto
voluntario, lícito y que tiene como finalidad inmediata la producción
de efectos jurídicos,
en el
caso
la
extinción
de
obligaciones (Col
mo, Salvat, Borda, Cordeiro Alvarez, Llambías, Busso, Boffi Boggero,
Rezzónico, Barbero).
A
ello
se
suma
la
necesaria capacidad
de
quien
hace efectivo el pago (art. 726).
Dentro
de
esta corriente algunos autores entienden
que es un
acto
jurídico unilateral, ya que con la voluntad del solvens es suficiente
para
su
perfeccionamiento
(conf. art. 946),
encontrándose como fun
damento principal el pago por consignación (conf. arts. 756 a 763)
(Llambías, Lafaille, Alterini-Ameal-López Cabana, Wayar
y
Peirano
Fació).
Otros consideran que es bilateral en razón de la necesidad de
la conformidad del acreedor (Salvat, Busso, De Gásperi, Etkin).
Por último, se puede anotar la tesis el pago como "contrato" por
la concurrencia
de
elementos volitivos,
ya que el solvens
realizaría
una especie de oferta, y el accipiens su aceptación (Laurent, Carbonnier,
Ferrara);
es
también importante consignar
que
algunos autores
han
circunscripto la idea al solo supuesto de cumplimiento en las obliga
ciones de dar (Beltrán de Heredia, De R uggiero).
b) Hecho jurídico
También
se
sostiene
que el
pago
es un
"hecho jurídico",
ya que
estrictamente no exige capacidad en el solvens, ni que la actividad
del deudor
sea
voluntaria,
es
decir
con animns solvendi, ni que
tenga
209
RUBÉ N H. CO MPAGNUCCI DE CASO
la finalidad de extinguir la obligación animus prcestandi (Salas, Tri
go Represas, Giorgianni, Cátala).
Lo importante es que el comportamiento del deudor tenga una iden
tidad objetiva con el contenido de la prestación. De esa manera se li
bera y extingue la obligación.
Si el que paga es incapaz de hecho, pero tiene discernimiento, el
acto nulo relativo que genera carecería de acción, pues al reclamar el
representante se le podría oponer como compensación del efecto de la
ineficacia, el deber de cumplimiento que le corresponde al representado
del reclamante.
c) Acto debido
Para los autores que han diferenciado al acto jurídico negocial (ne
gocio jurídico) de otro tipo de actos jurídicos no negocíales, es posible
cualificar al pago como un "acto debido" (Carnelutti, Galli, Albaladejo,
Cariota Ferrara, Stolfi, Compagnucci de Caso).
En este entendimiento hay actos que se realizan con plena libertad,
donde el sujeto puede manifestar la voluntad o no, y ellos pertenecen a
los "negocios juríd icos"; pero existe otra categoría en la cual la conducta
humana está impuesta por una relación jurídica anterior. El deudor carece
de la posibilidad de elegir entre cumplir
o
no, necesariamente debe pagar.
El pago es evidentemente un buen ejemplo de ello, ya que las partes
han acordado este deber jurídico o la ley lo ha impuesto con an terioridad
al momento de efectivización o cumplimiento.
Algunos comentaristas sostienen que cuando el pago se realiza para
constituir un derecho real de dominio, el pago es un acto jurídico
negocial, ya que la finalidad impuesta modifica la situación del solvens
(Giorgianni, Compagnucci de Caso).
4. Efectos
El pago produce un efecto principal que consiste en la extinción de
la obligación y consiguiente liberación del deudor, y varias consecuen
cias secundarias, que se han señalado, como: reconocimiento de la
obligación, confirmación de la relación jurídica ineficaz, y -en ciertos
casos-
la consolidación del contrato.
210
Art. 725
) Efecto principal
El principal efecto del pago lo constituye la extinción de la obli
gación y la liberación del deudor (art. 505). La relación jurídica con
cluye y de esa manera se satisface el interés del acreedor.
La característica más importante y de gran relevancia es la "irre-
vocabilidad" del pago, que impide a ambas partes retrotraer la situación
jurídica a su status anterior. Ni el deudor puede pretender la devolución
de lo entregado ni el acreedor reavivar la relación o reclamar un in
cremento o sumas dinerarias mayores a las percibidas (Colmo, Ca-
zeaux-Trigo Represas, Llambías, Salvat-Galli, Boffi Boggero, Cátala).
b) Efectos secundarios
Se trata de algunas consecuencias reflejas del acto de pagar, que
exige que dicho comportamiento tenga el carácter de voluntario, es
decir, sea hecho con discernimiento, intención y libertad, y que, por
lo tanto, el solvens tenga animus solvendi y animus prcestandi (Busso,
Llambías, Trigo Represas, López Cabana y Boffi Boggero).
El pago voluntario puede producir el reconocimiento tácito de la
obligación (conf. art. 721), el que, a su vez, tiene el efecto práctico
de interrumpir el curso de la prescripción extintiva (art. 3989).
El pago parcial de un acto jurídico nulo o anulable de nulidad
relativa es juzgado como un supuesto de confirmación tácita, de acuer
do a lo dispuesto en el artículo 1063. Por otra vez, se exige que dicho
acto de cumplimiento tenga el carácter de voluntario (Llambías, Trigo
Represas, Borda).
Y, por último, en ciertos casos el pago consolida una relación ju
rídica contractual sometida a una cláusula de displicencia. Es clásico
el ejemplo de las arras o señal penitencial prevista en el artículo 1202,
donde se permite a las partes el arrepentimiento para disolver el con
trato.
Si luego del pacto una de las partes realiza algún acto que cons
tituya principio de ejecución del contrato, como puede ser un pago
parcial, la facultad que permite el artículo 1202 cesa y solamente es
posible reclamar el cumplimiento del acuerdo (Salvat-Acuña Anzo-
rena, Lafaille, Masnatta, Machado).
211
RUBÉN H. COM PAGNUCCI DE CASO
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. El pago es un acto juríd ico . 2. El pago es un hecho jurídico. 3. Medios de
prueba. 4. Recibo . 5. Reconocim iento. 6. Efectos del pago: liberación del deudor. 7.
Reservas hechas en los recibos. 8. Principio de ejecución contractual.
1. El pago es un acto jurídico
El pago es un acto jurídico unilateral, pues basta con la voluntad
del solvens; el acreedor no puede resistir la prestación ofrecida si
su objeto reúne los requisitos necesarios
1
. También se ha sostenido
que el pago es un acto jurídico bilateral, no un contrato, ya que es
necesario que se manifiesten las voluntades de las partes para su
concreción
2
.
2. El pago es un hecho jurídico
La voluntariedad en el cumplimiento no es un requisito para el
pago, no exigiéndose ni el animus solvendi, ni el animus prcestandi.
El pago como hecho jurídico permite una mayor amplitud probatoria
3
.
3. Medios de prueba
Para una tesis restrictiva la naturaleza jurídica influye en los medios
probatorios, si es un simple hecho cualquier medio es idóneo, si se
trata de un "acto jurídico" se rige por lo dispuesto en los artículos
1190 a 1194 del Código Civil
4
.
1
CNCiv., sala A, E.D. 43-506; ídem, L.L. 1980-A-358; sala D, E.D. 62-193; sala
F, L.L. 1997-B-490; CNFed.CC, sala II, L.L. 1996-C-760; sala II, L.L. 2000-C-896;
C4
a
CCom. de Córdoba, L.L.C. 2002-248.
2
CFed., L.L. 6-635; CNECC, sala l, L.L. 37-1122; CL'CC de Mercedes, J.A.
1947-IV-863;
SCBA, AS 1960-1-231; CNCom., sala A, J.A. 1962-1-268; sala F, L.L.
1997-B-490.
3
C2
ü
CCom. de Córdoba, sala II, L.L.C. 1996-1051; S.T. de Santa Fe, L.L. 45-18;
Cám. Civ. 2
a
, J.A. 50-165; Cl
a
CC de Bahía Blanca, L.L. 32-1156; CF'CC de Bahía
Blanca, L.L. 1994-A-82.
4
CNPaz, sala II, J.A. 1943-1-432; Cám. Civ. I
a
, L.L. 6-635; CNCiv., sala A, L.L.
92-202; ídem, sala I, L.L. 2000-1-420; sala B, L.L. 2000-C-927; CNCom., sala B,
L.L. 2000-C-927; SCBA, L.L. 71-32; id., J.A. 1955-11-66; Cl
a
CC de Bahía Blanca,
L.L. 107-413; C2
a
CC de La Plata, sala II, J.A. 1955-11-314; CCCom.CAdm. de Río
Cuarto, L.L.C. 1994-484; CNCiv., sala I, L.L. 2000-A-205.
212
Art. 725
La corriente predominante indica que cualquier forma es idónea,
no rigiendo las limitaciones impuestas en la legislación para los con
tratos y los actos jurídicos. Incluso las presunciones
5
.
El pago puede ser probado de otra manera, aunque el recibo es la
prueba por excelencia, los otros medios deben ser apreciados con rigor
6
.
4. Recibo
Es una constancia por escrito que emana del acreedor y se encuentra
firmada por éste, ya sea otorgado en instrumento privado o público,
donde confiesa haber recibido el pago de la prestación adeudada
7
.
El recibo reconocido por quien lo suscribe constituye una plena
prueba del pago y liberación consiguiente del deudor, y el otorgado
por el saldo se entiende que cancela las obligaciones existentes entre
las partes al momento en que se lo firma
8
.
La posesión del recibo hace presumir, salvo demostración en con
trario, que quien lo posee es el que pagó, aun cuando no conste a su
nombre
9
.
5.
Reconocimiento
El reconocimiento que tiene como esencia ser un acto voluntario
donde se admite la existencia de una obligación, puede surgir mediante
5
CNCiv., sala F, J.A. 1977-1-425; ídem, sala E, L.L. 106-269; sala D, J.A. 1963-
III-277; SCBA, DJBA 81-305; ídem, DJBA 101-129, AS 1966-1-393; CFed. de Men
doza, J.A. 1945-111-80; S.T. de Entre Ríos, J.A. 1950-1-125; CTrab. de Río Cuarto,
L.L. 111-180; CNFed.CC, sala II, L.L. 1996-C-760; id., D.J. 2000-1-420; id., D.J.
1996-11-392.
6
CNCom., sala 1, L.L. 1998-D-872.
7
CNCiv., sala A, E.D. 23-831; ídem, sala C, E.D. 42-697; CNECC, sala IV, E.D.
49-297;
CNAT, sala IX, D.T. 1998-B-1679; S.T. de Formosa, L.L. Litoral 2002-634.
8
CNCiv., sala A, E.D. 49-473; ídem, L.L. 105-145; sala C, L.L. 135-1201; id.,
sala B, L.L. 135-722; C2
Ü
CC de La Plata, sala II, L.L. 60-556; CTCC de La Plata,
sala I, J.A. 1953-149; CCC de Rosario, sala III, RSF 18-139; S.T. de Córdoba, BJC
1959-01-293;
CPazL etr., sala IV, J.P. 45-42; C2
a
CCom. de Córdoba, L.L.C. 1996-1051;
CApel. de Azul, E.D. 180-636.
" CNCiv., sala E, L.L. 138-347; Cám. Civ. I
a
, L.L. 23-775; CNCom., sala A,
J.A. 1960-11-19; C2
a
CC de La Plata, sala II, L.L. 60-556; S.T. de Misiones, sala I,
D.J. Misiones 1970-1-69; CNCom., sala C, L.L. 1993-E-549.
213
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
el pago
10
. Es por ello que el pago del incapaz, o el obtenido por los
medios legales coactivos que permite la ley, no constituye un acto
válido de reconocimiento".
6. Efectos del pago: liberación del deudor
El pago importa el cumplimiento de la obligación, libera al deudor
y concluye con la deuda
12
, tiene carácter definitivo y constituye para
el deudor un derecho adquirido que integra su patrimonio y no se le
puede privar sin afectar la garantía constitucional de la propiedad
13
.
Debe tratarse de un pago "perfecto", no correspondiendo ello cuando
se intenta cumplir mediante certificaciones de deuda
14
, o el acreedor
no obtiene la entrega o disponibilidad de la suma señalada en el con
trato
15
.
7. Reservas hechas en los recibos
Las reservas hechas en el texto del recibo no pueden ser objetadas
y no enervan el efecto liberatorio del pago, solamente tienen como
objetivo aclarar y dar alcance al propio recibo
16
.
El haberse pagado honorarios convenidos, sin formular reserva por
parte de los profesionales acreedores, configura razón decisiva para
rechazar la demanda por nulidad del convenio concertado, que en razón
10
CNCom., J.A. 23-414; CNCiv., sala E, L.L. 106-648; ídem, L.L. 91-526; sala
B, E.D. 33-79; CNFed.CC, sala III, L.L. 1997-F-806; C5
a
CCom. de Córdoba, L.L.C.
2001-204; CNFed.CC, sala II, L.L. 2000-C-896; CApel. de Concordia, sala III, D.J.
1992-1-295; CCC de Azul, LLBA 1996-358 y DJBA 150-3245.
11
CNCiv., sala B, E.D. 33-70.
12
CNCiv., sala C, E.D. 66-468; ídem, E.D. 58-359; sala A, L.L. 125-113; sala
D, L.L. 1997-D-752; CNCom., sala A, D.J. 1997-1-320; CNFed.CAdm., sala I, L.L.
1997-C-309.
13
C.S.J. de la Nación, E.D. 66-501; ídem, L.L. 101-388; ídem, J.A. 1950-1-383;
ídem, L.L. 57-336; CNCiv., sala A, E.D. 10-91; ídem, sala D, L.L. 115-669; ídem,
E.D. 59-348; ídem, L.L. 1997-D-752; sala G, L.L. 1997-A-5; ídem, L.L. 1997-C-950;
CNCom., sala A, E.D. 2-884; CNFed.CAdm., sala I, L.L. 1997-C-309; CNCiv., sala
D, L.L. 1997-D-752; ídem, sala B, L.L. 1992-C-496 y E.D. 145-578; sala A, L.L.
1994-C-172.
14
C.S.J. de la Nación, E.D. 66-379; CNFed.CC, sala II, E.D. 143-485.
15
CNCom., sala A, L.L. 1997-C-141.
16
CNCiv., sala D, E.D. 38-549; CNCom., sala C, L.L. 1996-B-708 (38.464-S).
214
Art. 726
que, bajo pretexto de la invalidez, puedan volverse a liquidar los ha
beres ya saldados
17
.
Si el actor no hizo reserva al momento de recibir el pago efectuado
por la compañía de seguros, y manifestó que liberaba de responsabi
lidad a la aseguradora y al asegurado como responsable del daño, el
reclamo posterior contra el responsable por diferencias entre el monto
originario y el valor real del perjuicio resulta improcedente
18
.
8. Principio de ejecución contractual
El pago posterior a la formación del contrato, que importa darle
principio de ejecución, consolida un negocio concertado inicialmente
en condiciones inseguras e impide un arrepentimiento futuro
19
.
Art. 726 Pueden hacer el pago todos los deudores que no se hallen en
estado de ser tenidos como personas incapaces, y todos los
que tengan algún interés en el cumplimiento de la obligación.
Concordancias: arts. 54, 55, 725, 727, 728, 730, 737, 738.
A) Bibliografía especial
B A Y O R E C U E R O , N i e v e s ,
El pago del tercero,
Dijusa , Madr id , 2000; DEL
O L M O G A R C Í A , P e d r o ,
Pago de tercero y subrogación,
Civi tas , M adr id ,
1998; H E R N Á N D E Z M O R E N O , A l f o n s o , El pago del tercero, Bosch,
Barce lona , 1983 ; PA LM ER O, Juan Car los , El cum plimiento por el tercero,
Depalma , Buenos Ai res , 1973 ; SERAS CALLEJO,
Consideraciones sobre
el pago de terceros,
en L.L. española 1991-2-1082; VENEZIAN, Antonio ,
Pagam ento di debito altrui, en Foro Italiano 1901-1481.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Legitimados activos para el pago (solvens). 2. Representante. 3. Capacidad.
4. Terceros: interesados y no interesados.
17
CNCiv., sala A, L.L. 1997-A-38; CApel. de Chubut, D.J. 1996-1-370.
18
CNCom., sala C, L.L. 1996-B-383.
19
CNCom, sala A, J.A. 1960-IV-168; ídem, J.A. 1960-1-700; ídem, L.L. 102-497.
215
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
1. Legitimados activos para el pago ( solvens )
De conformidad a lo dispuesto en el artículo en comentario, com
pletado con lo que ordenan los artículos 727 y 728, se encuentran
legitimados para pagar: los deudores y los terceros (interesados y no
interesados) (Busso, Llambías, Trigo Represas, López Cabana, Wayar,
Lafaille, Colmo, Borda, Palmero, Boffí Boggero, Rezzónico, Piza
rra-Vallespinos).
2. Representante
El pago también puede ser hecho por un representante del deudor,
salvo que se trate de una obligación de hacer intuitu persones (Com
pagnucci de Caso, Borda, Trigo Represas). Los representantes volun
tarios,
como los mandatarios para cumplir actos de disposición, nece
sitan poder especial (art. 1881, inc. I
o
), en cambio, si se cumplen
actos de administración ordinaria, es suficiente el poder general (Busso,
Wayar, Trigo Represas).
En cuanto a los representantes legales, como los padres con relación
a sus hijos menores, están autorizados a cumplir en la medida que
puedan realizar dichos actos de disposición.
3. Capacidad
Tanto el artículo 726 como el artículo 738 hacen referencia a la
aptitud para actuar por sí mismo sin necesidad de la actividad ajena.
La capacidad exigida es la de "hecho", y no la que importe establecer
el derecho de cumplir la obligación (Llambías, Alterini-Ameal-López
Cabana, Boffí Boggero, Salvat-Galli).
Los incapaces son los que se indican en los artículos 54 y 55.
El pago realizado por un incapaz es un acto nulo de nulidad relativa
(arts. 1041 y 1042) (Llambías, Busso, Salvat, Alterini, López Cabana).
Para algunos autores, la aplicación de la sanción de nulidad no
es absoluta, ya que en las obligaciones de no hacer, o en las de
hacer donde solamente se cumple la prestación mediante la realización
de un hecho material, no se exige el requisito de la capacidad del
deudor (Galli, Trigo Represas, Colmo, Orgaz, Boffí Boggero, Salas,
Wayar, Hernández Gil, Cátala). Claro está que siempre es necesario
216
Art. 726
que se adecué la acción u omisión a los requisitos de: integridad,
identidad, puntualidad y localización.
En las obligaciones de dar, ante la acción del incapaz, el represen
tante puede reclamar la ineficacia del acto por nulidad relativa cuando:
pagó más de lo debido, o entregó cosa distinta, o lo hizo con ante
rioridad al vencimiento del término (Galli, Busso, Compagnucci de
Caso).
Aunque es importante reconocer que si el pago tiene coinci
dencia con lo debido, y el representante pretende dejar sin efecto el
acto y reclamar sus consecuencias (conf. art. 1050), el demandado
puede oponerle una especie de compensación (art. 818), ya que quien
reclama está obligado al cumplimiento de lo mismo (Trigo Repre
sas,
Busso, Llambías, Wayar, López Cabana, Borda, Salas, Ennecce-
rus-Lehmann, Von Tuhr).
. Terceros:
interesados y no interesados
Es tercero todo aquel que no es parte en la relación jurídica. El
Código Civil permite que no sólo puedan pagar los deudores, sino que
amplía la legitimación a los terceros (Palmero, Llambías, Alteri-
ni-Ameal-López Cabana, Boffi Boggero). Aunque dentro de esa mis
ma doctrina para algunos el cumplimiento por tercero configura un
verdadero pago (Llambías, Busso, Lafaille, Colmo, Salvat, Com pagnuc
ci de Caso, Alterini-Ameal-López Cabana), para otra corriente no se
ría un verdadero cumplimiento ante la ausencia de la conducta o com
portamiento del deudor (Salas, Trigo Represas, Palmero, Giorgianni).
Tercero interesado es quien tiene un interés lícito en el cum plimiento
de la obligación (Boffi Boggero), o posee animus solvendi (Llambías),
o bien quien no siendo deudor puede ser reclamado a cumplir por el
acreedor (Llerena), o pueden repercutir en su patrimonio las conse
cuencias del incumplimiento del deudor (Trigo Represas), o bien ob
tiene un beneficio como consecuencia del pago (Lafaille). Se dan como
ejemplos: el del tercer poseedor hipotecario (arts. 3162 y ss.), y el de
quien acepta que un inmueble de su propiedad garantice la obligación
de otro.
Lo cierto es que el distingo no tiene mucha importancia prácti
ca. Sólo es posible observar alguna diferencia en el caso en que tanto
217
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
el acreedor como el deudor se opongan al pago de un tercero, solamente
el interesado podría llegar a cumplir mediante la acción judicial de la
consignación (Salas, Busso, Borda, López Cabana, Trigo Represas,
Llambías, Wayar).
C) Jur isprudencia
SUMARFO: 1. Pago parcial hecho por un menor. 2. Derecho de pagar de los terceros.
1. Pago parcial hecho por un menor
El pago parcial que realiza un menor de edad no permite admitir
la confirmación de un contrato con arras, ya que el acto está viciado
de nulidad relativa ante la incapacidad del solvens'.
2. Derecho de pagar de los terceros
El tercero, sea o no interesado, tiene derecho de pagar, aun contra
la voluntad del deudor, y el acreedor debe aceptar dicho pago
2
. En el
caso del tercero interesado, puede obligar al acreedor y colocarlo en
estado de morosidad, abriendo de esa manera el derecho a la consig
nación judicial
3
.
Art. 727 El pago puede hacerse también por un tercero con asentimiento
del deudor y aun ignorándolo éste, y queda la obligación ex
tinguida con todos sus accesorios y garantías. En ambos casos,
el que hubiese hecho el pago puede pedir al deudor el valor
de lo que hubiese dado en pago. Si hubiese hecho el pago antes
del vencimiento de la deuda, sólo tendrá derecho a ser reem
bolsado desde el día del vencimiento.
Art. 728 El pago puede también ser hecho por un tercero contra la
voluntad del deudor. El que así lo hubiese verificado tendrá
sólo derecho a cobrar del deudor aquello en que le hubiese
sido útil el pago.
Concordancias:
arts. 525, 729 a 731, 768, 771, 1957, 2029, 2062, 2288, 2298.
1
CNCom., sala B, L.L. 108-739.
2
SCBA, L.L. 1986-C-541 (37.303-S); CNCiv., sala F, L.L. 134-1082.
3
CNCom., sala B, J.A. 1976-IV-570; CNCiv., sala D, L.L. 1979-A-205.
218
Art. 728
A) Bibliografía especial
La indicada para el ar t ículo 726, y BIONDI, Biondo,
Gestine representativa
e ratifica, en Foro Italiano 1954-1-98; DE SE M O , Giorgio , La gestión
de negocios ajenos, t rad. de Rodríguez del Barco, Revista de Derecho
Privado, Mad r id , 196 1; PASQU AU LI
A N O , La gestión de negocios ajenos,
Montecorvo , Madr id , 1986 ; COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H. ,
La
gestión de negocios y el principio de no injerencia , en L.L. 1998-E -867;
del mismo autor: Enriquecim iento sin causa, en Derecho de Daños, ho
menaje al Dr. F. A. Trigo Represas, La Rocca, Buenos Aires, 1990, p.
4 0 2 ;
A M E A L , O s e a r ,
Enriquecim iento sin causa,
en
Responsab ilidad por
daños en el tercer milenio, hom enaje al Dr. A. A. Alte rini , Abeled o-Pe rrot ,
Buenos Aires , 1997, p . 1063; DÍEZ-PICAZO, Luis , La doctrina del en
riquecimiento injustificado,
Civ i tas , Madr id , 1988 ; ÁLVAR EZ CA PE RO -
CHIPI, J . , El enriquecimiento sin causa, Univers idad de Composte la , San
t i ago de Compos te la , 1979 ; RICA BARBERIS, Diritto d'indebito arric-
chimento,
en
Archivio giuridico
1952-161 ; M OIS SE T DE ESP AN ÉS, Lu is ,
Notas sobre el enriquecimiento sin causa,
en D.J. , sept . de 1979; LACRUZ
B E R D E J O , M., Notas sobre el enriquecimiento sin causa, en Revista
Crí-
tica de Derecho Inmobiliario, M adrid, 1979, p. 59 5.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. Efecto del pago por tercero. 2. Pago del tercero con asentimiento del
deudor. 3. Diferencias entre las acciones de "mandato" y "pago con subrogación".
4. Pago del tercero en la ignorancia del deudor. 5. Pago contra la voluntad del deudor.
6. Relaciones entre el tercero solvens y el acreedor.
1. Efecto del pago por tercero
La intervención del tercero al pagar produce la extinción de la
obligación con relación al acreedor que, como sujeto, queda fuera de
la relación (Llambías, Busso, Trigo Represas).
Con respecto al deudor la ley le otorga al tercero el derecho de
reclamarle el contenido de la prestación efectivizada, salvo el supuesto
excepcional que se hubiera hecho con animus donandi y para beneficiar
al obligado principal (Llambías, Alterini, López Cabana).
El derecho del tercero puede variar en su contenido intrínseco según
la posición que asuma el deudor.
219
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
2. Pago del tercero con asentimiento del deudor
Cuando el tercero paga con asentimiento del deudor la ley le otorga
dos acciones: la del mandato, y la que corresponde al pago con sub
rogación (subrogación legal, art. 768, inc. 3
o
) (Salvat-Galli, Trigo Re
presas, Boffi Boggero, Rezzónico).
Mediante el ejercicio de la acción de mandato puede exigir del
deudor la totalidad de lo que hubiere pagado con más el importe de
los gastos sufragados, y los intereses legales desde que hizo efectivo
el cumplimiento (arts. 1948 a 1950) (López Cabana, Trigo Represas,
Wayar, Compagnucci de Caso, Alterini-Ameal-López Cabana).
En virtud de lo dispuesto en el artículo 768, inciso 3
o
, también le
corresponde a quien paga la acción derivada del pago con subrogación
legal (Colmo, Trigo Represas, Hernández Moreno, Palmero y Bayo
Recuero). El tercero queda colocado en la posición acreedora del ac-
cipiens originario, y se le transfieren todos los derechos y acciones
que le correspondían, no sólo contra el deudor sino también hacia los
demás obligados: fiadores, tercer poseedor hipotecario, etcétera. El
crédito que nace en cabeza del tercero queda limitado a lo que efec
tivamente éste hizo efectivo (art. 771).
3. Diferencias entre las acciones de
mandato y pago con subrogación
La acción de mandato (o la de gestión de negocios) nace como
consecuencia de la actitud del deudor, la del pago con subrogación
por el propio cumplimiento de la prestación, y ambas acciones son
diferentes.
En una (mandato) los intereses comienzan a correr desde que se
hace el desembolso (arts. 1950 y 2298), en la otra (pago con subro
gación) hay que estarse al contenido de la obligación original y lo allí
pactado . En cuanto al importe a reclamar puede diferir en la de mandato
y gestión, pero siempre se tendrá en cuenta el beneficio que recibió
el deudor y lo gastado por el solvens, mientras que en el pago con
subrogación solamente se puede pretender el valor de lo invertido, no
pudiéndosele adicionar intereses, gastos u otras inversiones (Busso,
Machado, Salas, Llambías). Otras diferencias se anotan en cuanto a: la
220
Art. 728
prescripción, que para ejercer la de mandato es de diez años, y la
del subrogante quedará ligada al crédito principal; también al conte
nido del derecho que se transmite, en el mandato es el que corres
ponde a esa pretensión, en la de la subrogación se traslada todo lo
vinculado al derecho del accipiens (Salvat-Galli, López Cabana, Wa-
yar, Llambías).
4. Pago del tercero en la ignorancia del deudor
Cuando el tercero cumple y el deudor lo ignora, el tercero adquiere
dos acciones para reclamarle: la que corresponde a la gestión de ne
gocios negotiorum gestorum, y -al igual que lo dicho en el parágrafo
anterior- la que surge del pago con subrogación (art. 768, inc. 3
o
) (la
nota al art. 727) (Palmero, Busso, Machado, Salvat-Galli, R ezzónico).
La acción asimilable a la del gestor (actio contraria) (art. 2298)
le permite reclamar todo aquello que le hubiese sido útil al deudor,
con más los gastos inferidos y los intereses que pueda justificar (De
Semo, Pasquau Liano, Alterini-Ameal-López Cabana, López de Za-
valía).
Este derecho tiene sus límites y le hace perder esa posibilidad
al gestor {solvens) cuando: la gestión no fue emprendida útilmente, o
fue prohibida por el dueño, o tuvo en mira un acto de liberalidad o
un negocio propio (arts. 2297, 2301 y 2302) (Compagnucci de Caso,
Borda, Salvat-Acuña Anzorena).
En este caso el solvens debe avisar al deudor para que no pague
al acreedor y éste reciba dos veces el cumplimiento de la obligación. En
caso contrario no puede reclamarle al deudor y solamente le queda una
acción contra el
accipiens
por pago indebido sin causa (Busso, Trigo
Represas, Alterini-Ameal-López Cabana, Llambías, Boffí Boggero).
5. Pago contra la voluntad del deudor
El artículo 728 admite expresamente que el pago puede ser hecho
por un tercero "contra la voluntad del deudor". El tema había dado
lugar a un extenso debate en la doctrina francesa, el Codificador ex
plica, con buenas razones, en la nota al artículo mencionado, por qué
acepta la tesis de Marcadé y permite de esa manera que el
solvens
que paga en esas condiciones tiene para sí el ejercicio de la actio de
221
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
in rem verso, es decir la que surge de los principios del enriqueci
miento sin causa (Diez-Picazo, Moisset de Espanés, Álvarez Capero-
chipi, Ameal, Compagnucci de Caso).
A pesar de que el artículo concede el reclamo en lo que "le hubiere
sido útil el pago", lo cierto es que, conforme a los principios del
"enriquecimiento", el tercero solvens sólo puede pedir el importe me
nor, entre lo pagado y la medida del beneficio que obtuvo el deudor
(Colmo, Llambías, De Gásperi-Morello, Machado, Busso, Wayar, Tri
go Represas, Alterini-Ameal-López Cabana, Lafaille).
6. Relaciones entre el tercero solvens y el acreedor
Si el tercero adecúa su conducta al objeto del pago, es decir se
trata de una obligación de dar o de hacer que no sea intuitu personce,
y cumple los requisitos de integridad, identidad, localización y pun
tualidad, el acreedor verá satisfecho su crédito y para él la obligación
se extingue (Busso, Llambías, Boffi Boggero).
En los supuestos en que se produzca la resolución contractual en
virtud de la "evicción" (total o parcial) de la cosa transmitida, o por
los vicios redhibitorios, el tercero es responsable en virtud de lo dis
puesto en los artículos 2089 a 2127 y 2164 a 2181.
El acreedor tendrá dos acciones no acumulables: una contra el ter
cero por la responsabilidad mencionada, y otra contra el deudor por
el cobro del crédito originario (Llambías, Busso, Trigo Represas).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pago a nombre propio o del deudor. 2. Tercero que paga con asentimiento
del deudor. 3. Condómino que paga la deuda de otro. 4. Intereses. 5. Pago del deudor
y del tercero.
1. Pago a nombre propio o del deudor
A los efectos de las acciones que nacen en cabeza del tercero
desinteresa que el pago lo sea a nombre propio o del deudor
1
.
1
Cám. Com. de Capital, L.L. 58-40; C1
Ü
CC de Bahía Blanca, sala II, D.IBA
124-253.
222
Art. 729
2. Tercero que paga con asentimiento del deudor
El tercero que paga con asentimiento del deudor tiene dos acciones
distintas pero acumulables, y son: la de mandato y la del pago con
subrogación
2
.
3. Condómino que paga la deuda de otro
El condómino que le paga al acreedor la parte de otro condómino,
en una obligación divisible, tiene acción contra éste; no se puede sub
rogar legalmente (art. 693), pero está habilitado para ejercer la facultad
prevista en el artículo 727 del Código Civil
3
.
4.
Intereses
El tercero que paga y ejerce la acción de mandato o la de gestor
de negocios tiene derecho a cobrar intereses desde la fecha del cum
plimiento
4
.
5. Pago del deudor y del tercero
Cuando tanto el deudor como el tercero han pagado la misma
deuda y consecuentemente fue cobrada dos veces, solamente resul
ta válido el primer cumplimiento, y puede repetirse el de fecha pos
terior
5
.
Art. 729 El acreedor está obligado a aceptar el pago hecho por un ter
cero,
ya pagando a nombre propio, ya a nombre del deudor;
pero no estará obligado a subrogar en su lugar al que hiciere
el pago.
2
CNPaz, sala VI, L.L. 140-9; C1"CC de La Plata, J.A. 1950-IV-392; S.C. de
Mendoza, L.L. 98-645; CNCiv., sala C, Rep. E.D. 5-724; CNCom., L.L. 1997-C-
14; CNCiv., sala F, E.D. 166-494; ídem, sala C, L.L. 2000-B-468; sala I, D.J. 2003-
3-1124.
3
CNCiv., sala D, J.A. 1960-1V-257.
4
C2
a
CC de La Plata, L.L. 34-67; Cl
a
CC de La Plata, DJBA 17-418; CNCiv.,
sala F, E.D. 166-494; sala K, L.L. 2003-C-846.
5
CNPaz, sala VI, L.L. 140-9.
223
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
Art. 730 Si la obligación fuere de hacer, el acreedor no está obligado
a recibir el pago por la prestación del hecho o servicio de un
tercero, si hubiese interés en que sea ejecutado por el mismo
deudor.
Concordancias: arts. 626, 727, 728, 768.
A) Bibliografía especial
La misma de los artículos 726 a 728.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligación del acre edora recibir el pago. 2. Subrogación convencional. 3.
Obligaciones de hacer. Diferentes supuestos.
1. Obligación del acreedor a recibir el pago
Como principio y regla general, el acreedor se encuentra obligado
a recibir el pago que realice el deudor, ya sea que lo haga a nombre
propio o a nombre del deudor. Para algunos autores este deber sólo
tiene efecto cuando el que paga es un "deudor interesado" (Llambías),
aunque la mayoría de los autores no efectúa diferencia alguna.
Si el acreedor se niega a recibir el cumplimiento, puede ser cons
tituido en mora accipendi, y el tercero promover un pago por consig
nación (Busso, Boffi Boggero, Rezzónico).
Diferente situación se brinda ante la negativa conjunta del deudor
y del acreedor, ya que en ese caso es importante el distingo, debido
a que sólo el tercero interesado tiene el ius solvendi, y puede preten
der un pago judicial coactivo (Borda, Llambías, Trigo Represas, Pi
zarra-Vallespinos).
2. Subrogación convencional
Cuando la norma dispone que el acreedor no se encuentra obligado
a "subrogar" al pagador en su lugar, lo hace con referencia única a
la "subrogación convencional", es decir la que surge del convenio de
las partes, ya que la subrogación legal está dispuesta en la ley (art.
768) y mantiene plenos efectos (Llambías, Busso).
224
Art. 730
3. Obligaciones de hacer. Diferentes supuestos
En las obligaciones de hacer, al igual que en las de dar, se mantiene
la regla que indica que los terceros pueden pagar. La excepción la
establece el artículo 730, que impide el cumplimiento por quien no
es parte, cuando la persona "hubiese sido elegida [...] por su industria,
arte o cualidades personales" (art. 626 ir t fine), lo que comúnmente
se conoce com o obligaciones infungibles o intuitupersonas (Salvat-Ga-
lli,
Trigo Represas, Llambías, Colmo, Wayar).
Una parte importante de la doctrina sostiene que la normativa es
también aplicable a las prestaciones de dar, ya que el acreedor podría
válidamente negarse a la recepción del pago, cuando el tercero pre
tendiera modificar el objeto material del cumplimiento (Busso, Trigo
Represas, Llambías), sin embargo, otros autores consideran que la dis
posición solamente rige para las obligaciones de hacer (Borda, Com-
pagnucci de Caso).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Tercero que paga en lugar del locatario. 2. Tercero interesado y derecho de
pagar. 3. Pago por consignación.
1. Tercero que paga en lugar del locatario
El tercero que paga en lugar del locatario no puede tener el efecto
jurídico de convertirlo en inquilino, pero sí produce el efecto de la
subrogación legal en el pago
1
.
2.
Tercero interesado y derecho de pagar
El tercero interesado es aquel que puede ver afectados sus dere
chos ante el incumplimiento, y por lo tanto tiene un verdadero derecho
de pagar
2
.
1
CNCiv., sala A, L.L. 91-289.
2
CNCiv., sala A, E.D. 81-747; sala D, L.L. I979-A-205; sala B, J.A. 1977-1-596;
ídem, L.L. 121-664; Cl
a
CC de La Plata, J.A. 1961-V-534.
225
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
3. Pago por consignación
Ante la negativa conjunta del acreedor y del deudor el tercero
interesado puede acudir a la vía del proceso judicial del pago por
consignación. Debe hacerlo en carácter de tercero, y nunca como parte
de la obligación
3
.
Art. 731 El pago debe hacerse:
1. A la pe rson a a cuyo favor estuviere constituida la obliga
ción si no hubiese cedido el crédito, o a su legítimo repre
sentante, cuando lo hubiese constituido para recibir el pa
go, o cuando el acreedor no tuviese la libre administración
de sus bienes.
2. A cualq uie ra de los acre edo res, si la obligación fuese in
divisible o solidaria, si el deudor no estuviese demandado
por alguno de ellos.
3. A cada uno de los coacreedores, según la cuota que les
corresponda, si la obligación fuese divisible, y no fuese
solidaria.
4. Si el acr eedo r o coa creedo r hubiese fallecido, a sus legítimos
sucesores por título universal, o a los herederos, según la
cuota que a cada uno perteneciere, no siendo la obligación
indivisible.
5. A los cesionarios o sub rog ado s, legal o conve ncionalm ente.
6. Al que p rese ntas e el título del cré dito , si éste fuese de p a
garés al portador, salvo el caso de hurto o de graves sos
pechas de no pertenecer el título al portador.
7
Al tercero indicado para poder hacerse el pago, aunque
lo resista el acreedor, y aunque a éste se le hubiese pagado
una parte de la deuda.
Concordanc ias: Inc. I
o
: arts. 732 a 735, 1466 a 1468, 1870 a 1874. Inc. 2
o
: arts. 686,
705 a 707, 736. Inc. 3
o
: arts. 674, 675, 693. Inc. 4
o
: arts. 675, 712, 3486. Inc.
5
o
: arts. 771, 1457, 1458. Inc. 6
o
: arts. 732, 1457.
3
CNCiv., sala A, J.A. 1952-1V-363; S.C. de Mendoza, L.L. 97-92; Cl
a
CC de
La Plata, sala 1, J.A. 1961-V-534.
226
Art. 731
A) Bibliografía especial
La
del
capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Pago al acreedor: diversos supuestos. 2. Pago al representante. 3. Sucesores
del acreedor. 4. Tenedor de un título de crédito al portador. 5. Tercero indicado para
recibir el pago
(adiectus solutionis causa).
1. Pago al acreedor: diversos supuestos
La legitimación natural para recibir el pago le corresponde al acree
dor, como bien dice
la
norma
"la
persona
a
cuyo favor estuviera cons
tituida la obligación" (inc. I
o
), sea una persona física o jurídica.
Si se está en presencia de parte activa plural, el inciso 2
o
prevé
que cuando
son
obligaciones indivisibles
o
solidarias
el
pago puede
efectuarse a cualquiera de los acreedores (conf. arts. 686, 699, 705 y
706), con la excepción del ejercicio del derecho de prevención por
acción
de
algunos
de los
acreedores (arts.
706 y 731,
inc.
2
o
)
(Llambías,
Trigo Represas, Busso y Borda). Si las obligaciones son m ancomunadas
y
de
objeto divisible, cada acreedor sólo debe recibir
la
cuota
que le
corresponde (conf. arts. 674, 675, 691 a 693).
2. Pago al representante
La representación puede
ser
legal
o
convencional.
La
primera
es
la que surge de la ley, como por ejemplo los padres de los hijos menores,
o
los
tutores
de sus
pupilos.
El
pago realizado
a un
representante legal
es plenamente eficaz, ante la imposibilidad de obrar que tienen sus
representados.
Cuando
se
está
en
presencia
de
representación
de
ausentes decla
rados tales enjuicio (conf. art. 15, ley 14.394), el pago debe ser hecho
al curador de los bienes.
En el caso de los inhabilitados del artículo 152 bis, es el mis
mo quien puede recibir
el
pago, pero cuando importe
un
acto
de
dis
posición, debe ser asistido por el curador (Llambías, Borda, Alteri-
ni-Ameal, López Cabana).
Si
la
representación
es
voluntaria,
el
pago puede
ser
recibido
por
227
RUBÉ N H. COM PAGNUCCI DE CASO
el mandatario. Algunos autores exigen que dicha facultad surja de un
"poder especial" (art. 1881) (Salvat, Machado, Lafaille y Borda), aun
que la mayoría de la doctrina enseña que primero es necesario deter
minar el tipo de crédito y el acto que lo vincula. En los negocios de
administración es suficiente el poder general; en los de disposición o
administración extraordinaria se exige un poder especial (Busso, Trigo
Represas, Compagnucci de Caso, López Cabana y Llambías).
3. Sucesores del acreedor
Las personas que van a ocupar el lugar del acreedor, ya sea por
sucesión a título universal, o a título singular, se encuentran legitimados
para recibir el pago.
En caso de muerte del acreedor originario los herederos tendrán
derecho a recibir la prestación conforme a la naturaleza de la obliga
ción; habrá que determinar si es solidaria o mancomunada, y si tiene
objeto divisible o indivisible. Si fuere fraccionable, el deudor se libe
ra pagando a cada nuevo acreedor según la porción que le correspon
da (arts. 731, inc. 3
o
, y 3488) (López Cabana, Trigo Represas, Boffí
Boggero).
Si el crédito fue transmitido a título particular, el pago debe efec
tuarse "a los cesionarios o subrogados, legal o convencionalmente"
(art. 731, inc. 5
o
). Al respecto resultan aplicables los artículos 767,
768,
771,
1434, 1457, 1460, 1467, 1468, 1470 a 1474 (Llambías, Busso,
Compagnucci de Caso, Trigo Represas).
4. Tenedor de un título de créd ito al portador
El inciso 6
o
se refiere "Al que presentase el título del crédito, si
éste fuese de pagarés al portador, salvo el caso de hurto o de graves
sospechas de no pertenecer el título al portador". Los títulos de créditos
al portador se encuentran regulados en la legislación comercial, siendo
el titular aquel que lo presenta al cobro. En este supuesto no es ra
zonable pensar que se trata de un tercero con relación al verdadero
acreedor (Llambías, Compagnucci de Caso, Busso).
Siendo el deudor de buena fe y no habiendo sospechas de maniobras
delictivas, el pago es válido.
228
Art. 731
Resultará ineficaz en los casos que el deudor sepa del hurto por
notificación del verdadero acreedor, o de publicaciones periodísticas,
o tenga pruebas que le lleven a sospechar que el título no pertenece
al tenedor. En tal supuesto, si paga, no se libera y deberá pagar dos
veces (Busso, Galli, Trigo Represas, Giorgi, Boffi Boggero).
5. Tercero indicado para recibir el pago
( adiectus solutionis causa )
El adiectus solutionis causa o gratia es una figura que nació en
el Derecho Romano y se difundió en la Edad Media. Consiste en la
designación que hacen ambas partes de una persona autorizada para
cobrar como si fuera el propio acreedor. En sus orígenes fue de mucha
utilidad, ya que sirvió para suplir la imposibilidad de ceder créditos
entre vivos y otorgar mandato o poder para percibir (Machado, Sal-
vat-Galli, Alterini-Ameal-López Cabana, Pothier).
Se ha controvertido su naturaleza, ya que para alguna doctrina
sería un "mandato irrevocable" (art. 1977), debido a que ambas partes
lo designan y, por lo tanto, ninguno en forma individual puede dejar
sin efecto ese nombramiento (Salvat-Galli, Giorgi). Otros lo han ubi
cado como un "gestor de negocios". La mayoría de los autores con
sideran que es una especie de título "abstracto", ya que de la desig
nación no surgen las razones o la causa, y cuando el adiectus solicite
el cumplimiento el deudor no puede oponerle defensas fundadas en
relaciones causales entre ambos (Busso, Colmo, Llambías, Wayar, Tri
go Represas, Alterini-Ameal-López Cabana).
El indicado para el pago posee un derecho subjetivo pleno para
percibir la prestación, y el mismo resulta irrevocable por la sola vo
luntad de una de las partes. Puede reclamar al deudor el pago , e incluso
recurrir a los medios legales coactivos (art. 505) (Llambías, Borda,
Trigo Represas, Compagnucci de Caso).
La muerte o su incapacidad sobreviniente trae alguna dubitación.
Para un pensam iento hoy abandonado, en esos casos el derecho se retraía
al acreedor; sin embargo, y a partir de las ideas de Demolombe, se
considera que los herederos o sucesores del adiectus están autorizados
para reclamar el cumplimiento (Machado, L lambías, Busso y Borda).
229
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
C) Jur isprudencia
SUMARIO: 1. Pago al acreedor. 2. Pago al representante. 3.
Adiectus solutionis causa.
1. Pago al acreedor
El pago al acreedor es siempre eficaz y liberatorio, aun cuando se
pactare que se haría a un mandatario, o a un comisionista
1
. El pago
hecho a un falso procurador ante la falsificación del instrumento del
mandato, no perjudica el pago realizado por el deudor
2
.
2. Pago al representante
El deudor carga con la prueba de que quien recibió el pago era
un representante del acreedor con facultades suficientes
3
. El apoderado,
mediante un mandato general, se encuentra facultado para cobrar cuan
do se lo encarga para efectuar "cobros y pagos", o "exigir sumas de
dinero", u "otorgar recibos y cartas de pago"
4
. Se entiende que tiene
un mandato tácito para cobrar aquel que fue autorizado por el acreedor
para realizar una tarea que requiere percibir la prestación
5
.
3. 'Adiectus solutionis causa
Las partes no pueden unilateralmente dejar sin efecto la designación
de un tercero indicado para el pago, es necesario el acuerdo de ambas
6
.
El adiectus tiene un título abstracto para cobrar, pero no se convierte
en acreedor, sino que sólo es el titular del beneficio del pago
7
.
Art. 732 El pago hecho al que está en posesión del crédito es válido,
aunque el poseedor sea después vencido en juicio sobre la pro
piedad de la deuda.
Concordancias: arts. 731 -inc. 6
o
- 1456, 1457, 3429, 3430, 3542, 3543, 3546.
1
S.T. de Santa Fe, J. 13-251; CNCiv., sala G, L.L. 1997-F-162.
2
CNCiv., sala D, E.D. 31-67.
3
Cám. Com., J.A. 11-171.
4
CNCom., sala A, L.L. 102-782.
5
Cám. Civ. I
a
, J.A. 75-22.
6
Cám. Civ. I
a
, J.A. 11-513.
7
CNCom., sala A, E.D. 166-303.
230
Art. 732
A ) B i b l i o g r a f í a e s p e c i a l
A L S I N A A T I E N Z A , D a l m i r o , El principio de la buena fe, Talleres Gráficos
R o s s o , B u e n o s A i r e s, 1 9 3 5; A M O R Ó S G U A R D I O L A , M a n u e l ,
El acree
dor aparente,
en
Estudios en hom enaje al
Prof.
De Castro,
Madrid, 1976,
t . I , p . 41; DE LOS MOZOS, J . L . , El principio de la buena fe en el
Derecho español, Bosch , Barce lona 1965; SCH EL ING ER , P ie ro , El pago
al tercero,
t rad . de Mart ínez Radio , R. D. R, Madr id , 1971; COMPAG-
NUCCI DE CASO, R . H. , Pago al tercero y apariencia jurídica, en L.L .
del 3-11-2004.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. Pago
a
acreedor aparente. 2. Requisitos. 3. Efectos. 4. Casos de acreedores
aparentes.
1. Pago al acreedor aparente
El pago a un tercero como regla nunca libera al deudor, pero hay
excepciones entre las que se encuentra la prevista en el artículo. Es
el supuesto del pago al "poseedor del crédito", o a mejor decir "acreedor
aparente". Cuando se afirma la cualidad de "poseedor del crédito", no
se trata de que una persona tenga materialmente el título correspon
diente, ya que como bien afirma De los Mozos, se trata de una remi
niscencia del Derecho Canónico y se refiere a la apariencia del derecho .
Cuando el deudor obra de buena fe, y el pago se realiza al acreedor
aparente, surte todos los efectos extintivos que la ley prevé (Beltrán
de Heredia, Barassi, Llambías, López Cabana).
2. Requisitos
En el desarrollo de la tesis de la apariencia jurídica y para su
configuración se exige la existencia de los siguientes requisitos: a)
que el tercero tenga un comportamiento regular y ostensible como un
verdadero acreedor; b) duración temporal, y c) que ese estado sea
público y pacífico (Boffi Boggero, Trigo Represas, Llambías, Wayar).
Se lo ha asimilado a la situación jurídica del "heredero aparente",
que antes de la reforma de la ley 17.711 definía el artículo 3430.
Para que el pago al "acreedor aparente" surta los efectos de un
231
RUBÉN H. COMPAGNUCCI OE CASO
medio extintivo pleno, es necesario que: se esté en presencia de un
acreedor aparente, la buena fe del solvens y que haya padecido un
error de hecho excusable.
En cuanto al carácter del tercero que obra como si fuera un ver
dadero acreedor, deben cumplirse los requisitos señalados.
El solvens debe obrar de buena fe, es decir convencido en la le
gitimación del accipiens, considerándolo, conforme a las circunstancias
y comportamientos corrientes, como un verdadero acreedor (Schelin-
ger, Diez-Picazo, Betti, Ladaria, Busso, Wayar).
El que paga al acreedor aparente sufre un verdadero error de hecho,
que para su exculpación exige que sea "excusable", es decir que el
sujeto haya valorado motivaciones justificadas que lo llevaron a errar
(Colmo, Llambías, Borda, Trigo Represas).
3. Efectos
Las consecuencias de este pago son que el deudor queda liberado
y para él se extingue la obligación que paradójicamente no existía, en
razón de la imposición legal.
Por otro lado, el verdadero acreedor tendrá derecho a reclamarle
al "acreedor aparente" el valor del crédito percibido. Si obró de buena
fe, sólo será posible argüir el principio del enriquecimiento sin causa
y su consiguiente
actio in retn verso,
y en el supuesto de un compor
tamiento de mala fe el reclamo se debe encauzar por los principios
generales de la responsabilidad extracontractual, salvo que medie algún
tipo de contrato entre las partes (Alterini-Ameal-López Cabana, Boffí
Boggero, Trigo Represas, Llambías, Wayar, Busso).
4.
Casos de acreedores aparentes
Se citan los casos de: heredero aparente (arts. 3429 y 3430), que
el Codificador menciona en la nota al artículo 732; el cónyuge que
percibe un crédito de la sociedad conyugal luego de su disolución por
divorcio; el asegurado que percibe el importe del seguro de un inmueble
incendiado, en perjuicio del acreedor hipotecario, y el legatario de
crédito que lo percibe y luego se sabe de la revocación de la manda
(Llambías, López Cabana, Wayar, Trigo Represas).
232
Art. 733
C) Jur isprudencia
SUMARIO: 1. Poseedor del crédito. 2. Matrimonio en el extranjero y pensión a favor de
la viuda. 3. Sospechas sobre la validez del título. ..
1.
Poseedor del crédito
Debe considerarse como poseedor del crédito no a quien es el
tenedor material del tí tulo, sino a quien goza aparentemente de la
cal idad de acreedor
1
.
2 . Matrimonio en el extranjero y pensión
a
favor de la viuda
Ante el reclamo de una indemnización basada en el derecho que
surge del matr imonio celebrado con el causante en México, después
de que éste se divorciara de su primera cónyuge con la que se casó
en el país, el Instituto de Previsión Social no puede valorar la invalidez
del matrimonio si no hay sentencia que lo anulara, y el pago a la
reclamante estaría protegido ante lo dispuesto en la úl t ima parte del
art ículo 732 del Código Civil
2
.
3 .
Sospechas sobre la validez del título
Aunque el acreedor sospeche sobre la val idez del t í tulo, está obli
gado a pagarle a quien goza aparentemente de la cal idad de acreedor
3
.
Art. 733 El pago hecho a un tercero que no tuviese poder para recibirlo,
es válido en cuanto se hubiese convertido en utilidad del acree
dor, y en el todo, si el acreedor lo ratifícase.
Concordancias: arts. 1161, 1934, 1935, 1939, 2304, 2543.
A) Bibliografía especial
La citada para el artículo anterior y ROCA, Juan, Validez del pago al tercero
por conversión en utilidad del acreedor,
en
Anuario de Derecho Civil,
Madrid, 1968, p. 283.
1
CFed., J.A. 1944-1-644.
2
SCBA, J.A. 2-1969-612.
3
ídem nota anterior.
233
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Ineficacia del pago al tercero. 2. Excepciones: utilidad del acreedor y
ratificación. 3. Utilidad del pago, concepto y acciones. 4. Momento de apreciación
y prueba. 5. Ratificación del acreedor.
1. Ineficacia del pago al tercero
Si el deudor paga a un tercero, que por ser tal no es parte en la
obligación, ni es acreedor, ni representante de éste, ni indicado para
el pago, el acto es inoponible al verdadero acreedor y no extingue la
deuda (Llambías, Boffi Boggero, Salvat-Galli, Parellada, Pizarra-Va-
llespinos, Colmo, Alterini-Ameal-López Cabana, Boffi Boggero).
2. Excepciones: u tilidad del acreedor y ratificación
El artículo consagra dos excepciones a la regla sobre la inoponi-
bilidad, y son: la utilidad o beneficio que recibe el verdadero acreedor
y la ratificación posterior.
3. Utilidad del pago, concepto y acciones
La primera de las excepciones a la regla glosada anteriormente es
que el pago puede ser válido en la medida en que se haya convertido
en utilidad del acreedor. Es de pura razón y lógica que si el titular
del crédito obtuvo un beneficio económico con el cumplimiento rea
lizado por el deudor, aun cuando el contenido de la prestación lo haya
recibido otro, la obligación se extingue en la medida de ese beneficio
(Llambías, Trigo Represas, Busso, Borda, López Cabana).
Ello se fundamenta en el principio jurídico del "enriquecimiento
sin causa", que le imposibilitará al acreedor pretender cobrar dos veces
por la misma fuente. Ahora bien, es importante considerar cuál ha
sido el valor de dicha "utilidad"; si ella es menor al importe de la
prestación extinguirá la obligación en esa medida, en cambio, si resulta
mayor, el solvens puede pretender reclamar por el excedente en razón
paradójicamente del mismo principio del enriquecimiento injustificado,
y en concreto basado en las normas del pago "sin causa" (Busso,
Wayar, Boffi Boggero, López Cabana, Trigo Represas).
Queda como interrogante si ante el excedente el deudor tiene acción
234
Art. 733
contra el tercero accipiens, o bien puede reclamarle directamente al
acreedor beneficiario. De la primera opinión resulta ser Llambías, con
siderando que la pretensión debe dirigirse hacia quien recibió la pres
tación, y éste a su vez demandar al acreedor (Llambías). Sin embargo,
otro sector importante de la doctrina entiende -acertadamente, a mi
juicio- que el
solvem
tiene una especie de acción directa contra el
acreedor (Busso, López Cabana, Trigo Represas).
4. Momento de apreciación y prueba
La utilidad debe ser apreciada cuantitativamente al momento de
su producción, sin poder ser considerada en los incrementos o dismi
nuciones que pueda sufrir en el futuro (Machado, López Cabana, Llam
bías,
Trigo Represas).
La demostración y consiguiente prueba de la utilidad del pago queda
a cargo del deudor que hizo efectiva la prestación al tercero (Pizarro-Va-
llespinos, Compagnucci de Caso, López Cabana, Trigo Represas).
5. Ratificación del acreedor
Cuando el verus creditoris (acreedor) ratifica la actuación del tercero,
modifica la situación juríd ica de ese tercero, quien pasa a constituirse en
representante voluntario del titular del crédito (Busso, Lafaille, Sal-
vat-Galli, Pizarro-Vallespinos). La ratificación es una "declaración uni
lateral de la voluntad por la cual una persona hace suyo un negocio
jurídico que, sin poder o con extralimitación del poder, otra persona ha
concluido para él" (Roca Sastre-Puig Brutau, Núñez Lagos, Diez-Pica
zo). Se encuentra prevista en el artículo 1936 y entre las partes produce
los efectos equiparables al negocio de apoderamiento (Salvat-Acuña
Anzorena, Spota, Compagnucci de Caso, Mosset Iturraspe, Diez-Picazo).
Esta declaración, como todas las manifestaciones de voluntad, pue
de ser expresa o tácita, cuestión que se rige por los principios generales
previstos en los artículos 915, 917 y 918.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Regla general. 2. Utilidad del acreedor. 3. Ratificación expresa. 4. Ratifi
cación tácita.
235
RUB ÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
1. Regla general
Si no media ratificación del verdadero acreedor, el pago realizado
a un tercero no autorizado no extingue la obligación
1
.
2. Utilidad del acreedor
Resulta perfectamente válido un pago realizado a un tercero no
autorizado, si el importe del crédito ingresó al patrimonio del verdadero
acreedor
2
.
3. Ratificación expresa
El pago resulta válido si el verdadero acreedor lo ratifica; cuando
por ejemplo le indica al tercero que le gire la suma recibida, o dice
haber recibido una carta donde le comunica el cobro del crédito
3
.
4. Ratificación tácita
Se considera que hay ratificación tácita del acreedor al tercero
cuando se dirige a él para reclamarle lo cobrado
4
. La falta de sus
cripción por parte del titular de la escribanía de los recibos que acre
ditaban la cuota de un crédito hipotecario no determina su inhabilidad,
pues al existir un mandato aparente de los acreedores sin determina
ción de persona, los empleados se consideran autorizados por el man
datario
5
.
Art. 734 El pag o no puede hacerse a persona im pedida de adm inistrar
sus bienes. Sólo será válido en cuanto se hubiese convertido
en su utilidad.
Concordancias:
arts. 54, 55, 135, 731, 739, 1165, 1166, 2306, 2309.
1
CCC de Mercedes, supl. L.L. 1979-545; Cám. Civ. de Venado Tuerto, L.L.
Litoral 2000-1138.
2
SCBA, AS 1989-III-145.
3
CNCom., J.A. 1-725.
4
CCC de Azul, J.A. 57-560.
5
CNCiv., sala K, L.L. 1998-B-222.
236
Art. 734
A ) B i b l i o g r a f í a e s p e c i a l
TOBÍAS, José W. , La inhabilitación en el Derecho Civil, 2
a
ed., Astrea,
Buenos Aires, 1992.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. Capacidad del acreedor. 2. Fundamentos de la norma. 3. Ineficacia. 4.
Excepciones a la ineficacia. 5. Utilidad del acreedor.
1. Capacidad del acreedor
El acreedor debe tener suficiente capacidad y facultad amplia de
administrar sus bienes para que el pago surta sus verdaderos efectos
(Parellada, Trigo Represas, López Cabana, Busso, Borda, Rezzónico,
Llambías). Dice Busso que la norma impone un verdadero mandato
u orden al deudor: "no debe pagar al acreedor cuando éste sea persona
impedida de administrar sus bienes".
De esos impedimentos algunos resultan "absolutos" y otros "rela
tivos". Son absolutos los que corresponden a: a) los incapaces enu
merados en los artículos 54 y 55; b) los inhabilitados del artículo 152
bis,
y c) los concursados desapoderados de sus bienes (arts. 177 y ss.,
ley 24.522). Resultan relativos los siguientes: a) los menores adultos
(art. 55); b) los menores de 21 años y mayores de 18 no pueden recibir
pagos,
salvo los que provengan de su actividad laboral; c) los eman
cipados por el matrimonio por el precio de la enajenación de los bienes
recibidos a título gratuito (art. 131) (Llambías, Compagnucci de Caso,
Busso, Rezzónico, Trigo Represas).
2. Fundamentos de la norma
El artículo prohibe que el solvens efectúe el pago a quien carece
de Sa facultad de administrar sus propios bienes, y tiene como funda
mento la protección del propio incapaz o inhabilitado, aunque en el caso
de los quebrados se tiene en mira el interés de los acreedores del con
curso más que el del accipiens (Parellada, Busso, Alterini-Ameal-Ló-
pez Cabana, Pizarro-Vallespinos).
237
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
3. Ineficacia
La ineficacia que produce el cumplimiento hecho al incapaz o inha
bilitado permite al representante reclamar la nulidad o anulabilidad
del acto (art. 1048). Esta pretensión puede ser promovida por el re
presentante o por el propio acreedor cuando tenga o readquiera la
capacidad suficiente (Busso, Parellada, Llambías, Trigo Represas, Boffi
Boggero, Borda).
Como se trata de una nulidad relativa, la misma es prescriptible y
confirmable (ver comentario a los arts. 1041 a 1043, 1045, 1048, 1049,
1059, 1061 y 1063).
4. Excepciones a la ineficacia
La misma ley contiene dos excepciones a la nulidad: a) cuando el
cumplimiento se hubiere convertido en utilidad del acreedor, y b) en
el caso del solvem de buena fe ante la incapacidad sobreviniente del
acreedor (Busso, Salvat-Galli, Rezzónico, De Gásperi-Morello, Llam
bías). Para el segundo supuesto ver el comentario al artículo 735.
5.
Utilidad del acreedor
Si a pesar del impedimento legal y la necesidad de proteger al
incapaz, el pago redunda en su beneficio económico, la ley deja de
lado la nulidad y considera al pago perfectamente válido (López Ca
bana, Trigo Represas, Llambías, Borda, Salvat-Galli). La utilidad a
que refiere el artículo es estrictamente patrimonial y tiene por ello un
contenido económico; de esa forma se considera útil si el acreedor lo
destinó para su alimentación, vestido, educación, o incrementó su activo
patrimonial, o disminuyó su pasivo mediante el pago de deudas (Pa
rellada, Busso, De Gásperi-Morello, López Cabana, Borda).
Ante la controversia, la demostración del efecto que se produjo
por la utilidad del pago le corresponde al solvens que pretende el
efecto cancelatorio de la obligación.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Utilidad del pago: prueba.
238
Art. 735
1. Utilidad del pago: prueba
La prueba de la utilidad del pago queda a cargo del deudor que
la invoca
1
.
Art. 735 Si el acreedor capaz de contraer la obligación se hubiese hecho
incapaz de recibir el pago, el deudor que sabiendo la incapa
cidad sobreviniente se lo hubiese hecho, no extingue la obli
gación.
Concordancias: arts. 726, 731 -inc. I
o
-, 734, 738, 739, 757 -inc. 2
o
-, 1040, 1044.
A) Bibliografía especial
La citada para el artículo 734.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Incapacidad sobreviniente. 2. Buena fe del
solvens.
3. Novedad y razones
de la norma. 4. Prueba de la capacidad.
1. Incapacidad sobreviniente
El artículo se diferencia del anterior porque la incapacidad del acree
dor no resulta coetánea con el nacimiento de la obligación, sino que
sobreviene al momento del cumplimiento. Pero aun en esa circuns
tancia, si el deudor sabe y conoce de la incapacidad del acreedor, el
pago deviene ineficaz y no libera al deudor (conf. arts. 734 y 739)
(Salvat-Galli, Busso, Borda, Llambías, Rezzónico, Parellada, Piza-
rro-Vallespinos).
Según algunos autores la importancia de la norma surge de su
interpretación a contrario sensu, ya que si para la incapacidad sobre
viniente se exige que el deudor conociera esa incapacidad, si no la
conoce el pago es válido (Busso, Trigo Represas, Colmo, Machado,
Parellada, Alterini-Ameal-López Cabana, Lafaille, Pizarro-Vallespi-
nos, Boffi Boggero).
1
SCBA, AS 1958-1V-366; CFed., J.A. 1-632.
239
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
2. Buena fe del solvens
A más de que la incapacidad debe surgir con posterioridad al origen
de la relación jurídica, se exige que el solvens haya obrado con buena
fe;
ello implica que desconozca el cambio en el estado de capacidad
del accipiens. Esta cuestión siempre tuvo un debate propio, pues ya
en el Derecho Romano y entre los juristas franceses, Demolombe sos
tenía: "Quien contrata con otro no puede aparecer como ignorando
esa condición, pues sin esa regla la protección de la incapacidad sería
irrisoria" (Ulpiano en el Digesto; Demolombe, Busso).
Por otra parte, se ha sostenido que la buena fe se presume, y que
el pago como acto jurídico o como acto debido (ver art. 725) no es
asimilable al contrato, y por ello, el legislador puede mostrarse menos
severo que cuando trata la nulidad de los contratos (Busso , Demolombe,
Giorgi, López Cabana, Pizarro-Vallespinos, Lafaille, Llambías).
3. Novedad y razones de la norma
El artículo tiene su fuente en la obra de Freitas y en el artículo
1241 del Code Civil francés, especialmente a algunas críticas que se
le hicieran.
Lo cierto es que, además de lo dicho, se ha tratado de justificar
la solución dada por el Codificador, en virtud de entenderse que el
verdadero fundamento se apoya en la tesis de la "apariencia", ya que
si al nacer la obligación el acreedor era capaz, resulta normal que el
deudor considere que al tiempo del pago se mantiene ese status jurí
dico (Boffi Boggero, Busso, Pizarro-Vallespinos, López Cabana, Trigo
Represas, Llambías), y además que si la misma ley protege a quien
paga de buena fe al "poseedor del crédito" (art. 732), o al mandatario
cuyo poder caducó ante la incapacidad del mandante (arts. 1963, 1964,
1967),
la solución dada aquí es nada más ni nada menos que una
consecuencia de esos principios (Lafaille, Trigo Represas, Busso, Sal-
vat-Galli, Rezzónico, Boffi Boggero, López Cabana, Pizarro-Valles
pinos, Borda).
4. Prueba de la capacidad
El deudor tiene a su cargo la prueba de que el acreedor era capaz
240
Art. 736
al momento del nacimiento de la obligación, ya que la incapacidad
posterior será alegada y debe ser demostrada por quien reclame la
invalidez del pago (Borda, Colmo, Busso, Parellada, Salva t-Galli, Tri
go Represas, Pizarro-Vallespinos, López Cabana, Llambías).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Invalidez del pago .
1. Invalidez del pago
La invalidez del pago hecho a un acreedor incapaz está supeditada
al conocimiento que haya tenido el que paga de la incapacidad sobre-
viniente'.
Art. 736 Si la deuda estuviese pignorada o embargada judicialmente,
el pago hecho al acreedor no será válido. En este caso la nulidad
del pago aprovechará solamente a los acreedores ejecutantes
o demandantes, o a los que se hubiesen constituido la prenda,
a quienes el deudor estará obligado a pagar de nuevo, salvo
su derecho a repetir contra el acreedor a quien pagó.
Concordancias: arts. 757 -inc. 5
o
-, 822, 1458, 1468, 1471, 3209.
A) Bibliografía especial
A R A N D A R O D R Í G U E Z , R . , La prenda de créditos, Marcia l Pons , Madr id ,
1996; C O M P A G N U C C 1 D E C A S O , R . H . , Cesión de créditos, La Ley,
Buenos Ai res , 2002 ; PANTALEÓN PRIETO, F . ,
Cesión de créditos,
en
Anuario de Derecho Civil
XLI-IV, p. 1034.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Eficacia del pago. 2. Crédito embargado. 3. Crédito prendado. 4. Conse
cuencias del embargo y de la pignoración del crédito. 5. Extensión a otras formas de
cumplimiento.
1
Cám. Civ. Capital, Fallos: 95:387.
241
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
1. Eficacia del pago
Para que el pago sea válido, y de esa manera se libere el deudor
que cumple, es necesario -entre otros requisitos- que el crédito se
encuentre libre o expedito (Pizarra-Vallespinos, Llambías, Trigo Re
presas, Alterini-Ameal-López Cabana, Boffi Boggero, Salvat-Galli).
De allí que se afirme que el pago no es eficaz cuando la deuda que
se intenta cumplir se encuentra embargada o prendada.
2. Crédito embargado
El embargo de un crédito supone una orden judicial que a petición
de un acreedor del acreedor de la relación obligatoria, le ordena al
deudor que no pague y que, al momento de tener que cumplir, deposite
la totalidad o parte del importe en el expediente judicial donde se
ordena la medida (Borda, Llambías, Busso, Trigo Represas, Parellada,
López Cabana, Boffí Boggero).
3. Crédito prendado
De conformidad con lo dispuesto en los artículos 3204 y 3211, al
igual que las cosas muebles, los créditos pueden ser dados en prenda.
Para ello es necesario que la obligación conste en un título que debe
ser entregado al acreedor prendario o a un tercero (art. 3212), y adem ás
hacérsele saber del gravamen real al deudor originario (art. 3209), a
los efectos de que no pague a su originario acreedor. Por otra parte,
el acreedor prendario se encuentra impedido de apropiarse del crédito
ante el incumplimiento, sino que debe someterlo a un proceso judicial
y proceder a la subasta.
4. Consecuencias del embargo y de la pignoración del crédito
Tanto el crédito que se encuentra prendado como el embargado
le impiden al deudor originario pagar a su propio acreedor. El artículo
declara como "no válida" la efectivización de una deuda pignorada
o embargada. Si el deudor incumpliere la orden judicial del embargo,
o pasare por alto la notificación de que el crédito se encuentra pren
dado, pagando a su propio acreedor, el acto será nulo y no producirá
los efectos liberatorios (Salvat-Galli, Busso, Lafaille, Colmo, Llam-
242
Art. 736
bías, Parellada, Trigo Represas, Borda). Es por ello que deberá pagar
por otra vez, depositando el contenido de prestación a la orden del
juez embargante, o de quien tiene intervención en el juicio prendario.
Los autores recuerdan el dicho popular: "quien paga mal paga dos
veces".
Ahora bien, la norma indica que la ineficacia viene sólo a proteger
a los terceros embargantes o acreedores prendarios; dice: "En este
caso la nulidad del pago aprovechará solamente a los acreedores eje
cutantes o demandantes, o a los que se hubiesen constituido la pren
da, a quienes el deudor está obligado a pagar de nuevo..." La inter
pretación ha suscitado diferentes opiniones que, si bien difieren en el
encuadre estrictamente jurídico, no presentan variantes en los efectos
prácticos.
Para algunos como la nulidad lo es solamente con relación a los
acreedores embargantes o pignoraticios, se trata de un acto nulo de
nulidad relativa, en atención que se brinda en referencia a sujetos
determinados (Boffi Boggero, Salvat-Galli, Colmo).
En otra dirección, se lo entiende como un acto "anulable", pues
según otros autores el vicio no opera por sí, sino que es necesario
que lo solicite el embargante o el acreedor prendario, pues si consienten
el acto, el mismo puede ser convalidado por la prescripción (Lafaille
y Busso). A mi entender el razonamiento es erróneo , porque la categoría
de acto anulable se vincula con la actitud del sujeto titular de la pre
tensión, y además con la necesaria investigación de hecho de las causas
de la invalidez (Cifuentes, Llambías, Arauz Castex, Salvat, Compag-
nucci de Caso).
Además, se ha entendido que se trata de una categoría especial de
ineficacia relativa, ya que llega a un determinado número de personas,
pudiendo surtir efectos normales para otros; es lo que entre nosotros
se conoce como supuesto de "inoponibilidad" (Lloverás de Resk, Diez-
Picazo, Zannoni). En el presente caso la ineficacia lo es solamente
con relación a los acreedores prendarios y embargantes, siendo per
fectamente válido con respecto al acreedor originario y los demás
terceros (Llambías, Trigo Represas, Galli, Alterini-Ameal-López Ca
bana, Compagnucci de Caso).
243
RUB ÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
5. Extensión a otras formas de cumplimiento
El acreedor embargado o quien prendó el crédito no puede usar
otros medios de extinción de las obligaciones que importen disposición
del activo; es por ello que está imposibilitado de: novar, remitir la
deuda, acordar quitas, esperas, transar, etcétera (Boffi Boggero, Llam-
bías, Salvat-Galli, Trigo Represas. En la doctrina francesa: Planiol,
Ripert-Boulanger, Baudry Lacantinerie-Barde).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pago del deudor del crédito embargado. 2. Cesión e inoponibilidad. 3.
Nulidad parcial.
1. Pago del deudor del crédito embargado
Si el deudor a quien se le notificó el embargo, le pagó a su propio
acreedor, procede la intimación realizada para que deposite judicial
mente el importe en el término de 48 horas de la suma adeudada
1
.
2.
El embargo del crédito constituye un impedimento para la ulterior
cesión, con relación al embargante, pero tiene plena eficacia con res
pecto a los demás acreedores
2
.
3.
Nulidad parcial
Es parcialmente nulo el pago que realizó el deudor a quien se le
notificó el embargo del crédito, sin que pueda aceptarse la alegación
de ignorancia de la medida cautelar
3
.
Art. 737 El pag o hecho por el deu dor insolven te en fraude de otros
acreedores es de ningún valor.
Concordancias: arts. 961 a 972, 4033.
1
CNCom., J.A. 14-267; CNCiv., sala F, J.A. 1985-111-612.
2
Cám. Civ. 2", J.A. 71-383; CNCiv., sala F, J.A. 1985-111-612.
3
Cám. Civ. I
a
, L.L. 25-314.
244
Art. 737
A) Bibliografía especial
C R I S T Ó B A L M O N T E S , A . ,
La vía pauliana,
T e c n o s , M a d r i d , 1 9 9 7 ;
M O S S E T I T U R R A S P E , J . , Nego cios simulados, fraudulentos y fiducia
rios, Ediar , Buenos Aires , 1974 (dos vols . ) ; SÁNCHEZ DE BUSTAMAN-
T E ,
M .,
Acción revocatoria,
Tea, Buenos Aires , 1954; CO M PA GN UC CI
DE CASO, R . H. ,
Actos revocables,
en AL TE RIN I, At i l io A. y LÓ PE Z
CABANA, Rober to (d i r s . ) , Enciclopedia de la responsabilidad civil, A b e -
ledo-Perrot , Buenos Aires, 1996; PUIG PEÑA, F. , Teoría de la acción
pauliana,
Revis ta de Derecho Pr ivado, M adr id , 1945; K EM EL M A JE R
DE CARLUCCI , A . R . , La revocación de pagos efectuados por el deudor
concursado, en Revista de Derecho Comercial y de las Obligaciones, N°
11, Depalma, Buenos Aires, 1978.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. Innecesariedad de la norma. 2. Insolvencia del deudor. 3. Pago fraudulento.
4. Naturaleza y efectos del pago fraudulento.
1. Innecesariedad de la norma
Se ha sostenido con razón que la disposición del artículo 737 resulta
ser innecesaria por ser sobreabundante, en virtud de que, ya sea el
cumplimiento en sí mismo o cualquier acto fraudulento, puede ser
tachado de nulo o anulable (arts. 1044 y 1045) (Colmo, Lafaille, Busso).
2. Insolvencia del deudor
La insolvencia del deudor puede ser de "derecho" o de "hecho".
período de sospecha, como los producidos después de la sentencia,
resultan tachables como actos nulos, anulables o inoponibles (arts. 118
y 119, ley 24.522).
A tenor de lo que dispone la norma es necesario esclarecer en qué
casos resulta impugnable el pago que el deudor insolvente de hecho
hace a uno de sus acreedores.
En principio, el solvens que efectiviza el cumplimiento a cualquiera
de sus acreedores ejerce el derecho y la facultad de extinguir una de
sus obligaciones, y por lo tanto dicho acto no puede ser objetado. Como
245
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
bien afirma Busso: "La deuda que se redime es algo que se gana"
(Busso, Salvat-Galli, Lafaille, Colmo, Trigo Represas, Llambías, Boffi
Boggero). Ello ha llevado a la doctrina a intentar establecer cuándo
el pago resulta fraudulento e impugnable.
3. Pago fraudulento
Para que el acto resulte ineficaz y no sume uno de los requisitos
de un pago válido, es necesario que se trate de un pago hecho en
fraude a los acreedores.
Son muchas las opiniones que han sostenido que para establecer
esta categorización es necesario vincular el comportamiento del deudor
a lo que disponen los artículos 961 y siguientes, cuando regulan el
ejercicio de la acción pauliana (De G ásperi-Morello, Salvat-Galli, Col
mo, Lafaille).
A fin de adecuar la pretensión a esa normativa, es necesaria la
demostración de que el solvens se encuentre en insolvencia, que por
el pago la agravó o bien la produjo; la existencia del animusfraudatoris,
que el crédito de quienes reclaman sea de fecha anterior, y que el
accipiens
fue cómplice en dicho acto (Sánchez de Bustamante, Mosset
Iturraspe, Cristóbal Montes, Compagnucci de Caso). Aunque es dable
señalar que algunos autores indican que la figura del pago fraudulento
tiene alguna variante con relación a la teoría general de la acción
revocatoria o pauliana, quedando como requisitos: la intención de de
fraudar a los acreedores, y la complicidad del accipiens (Busso, Pa-
rellada, Planiol, Ripert-Boulanger).
El ánimo de defraudar se presume por la propia insolvencia, y la
complicidad del acreedor se presume por el conocimiento que pudiera
tener del estado patrimonial del deudor (Sánchez de Bustamante, Cris
tóbal Montes, Segovia, Machado, Salvat-Galli).
Algunos juristas entienden que el perjuicio a los demás acreedores
y el fraude nacen ante lo que Llambías denomina "abuso del derecho
de pagar", es decir cuando el solvens cumple con una deuda sin estar
compelido a ello por no ser exigible, o se trata de obligaciones naturales,
o se hace efectiva la deuda de otro, o se realizan daciones en pago,
246
Art. 737
o bien se entrega algo de mayor valor a lo debido (Llambías, Trigo
Represas, López Cabana, Pizarro-Vallespinos).
4.
Naturaleza y efectos del pago fraudulento
Al igual que en los otros casos se ha entendido que el acto de
cumplimiento en fraude puede ser calificado como: nulo, anulable o
inoponible.
Alfredo Colmo sostiene que, al igual que cualquier acto fraudu
lento,
el pago realizado con ese carácter es nulo (Colmo). Otros au
tores consideran que si es necesario realizar una investigación de he
cho el acto es "anulable" (Segovia y Busso). El resto de la doctrina
se atiene a una distinción más precisa, juzgando al pago en frau
de como un acto "inoponible" a los acreedores reclamantes en jui
cio,
pero no con relación a las partes intervinientes y a los demás
(Llambías, Alterini-Ameal-López Cabana, Sánchez de Bustaman-
te, Trigo Represas, Compagnucci de Caso, Parellada, Pizarro-Valles
pinos).
En tal caso, los acreedores que hayan demandado podrán hacer
efectivo su crédito sobre los bienes dados en pago, ya bien cuando
se encuentren en el patrimonio del deudor, o en el de quien los haya
adquirido o tenga en su poder (Borda, Llambías, Spota, Trigo Represas,
Parellada, Pizarro-Vallespinos).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pago de deuda no vencida. 2. Dación en pago. 3. Cosa entregada en una
compraventa.
1. Pago de deuda no vencida
El pago de una deuda no vencida puede considerarse fraudulento
y ser atacado mediante el ejercicio de la acción revocatoria
1
.
Dación
en
pago
La dación en pago se asimila al acto de cumplimiento en fraude
1
SCBA, L.L. 101-218.
247
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
a los demás acreedores, cuando la cosa entregada excede el importe
del crédito, o cuando con ese acto se elimina un bien fácilmente em-
bargable por los acreedores, dejando en el patrimonio el dinero que
es un bien fácilmente ocuítable
2
.
3. Cosa entregada en una compraventa
Todos los actos de entrega en la compraventa pueden ser hechos
en perjuicio de los acreedores y para defraudarlos, ya que su entrega
es asimilable a un pago
3
.
Art.
738
Cuando
por el
pago deba transferirse
la
propiedad
de la
cosa,
es preciso para su validez, que el que lo hace sea propietario
de ella y tenga capacidad de enajenarla. Si el pago fuese de
una suma de dinero o de otra cosa que se consuma por el uso,
no puede ser repetido contra el acreedor que la haya consumido
de buena
fe.
Concordancias: arts. 54, 55, 135, 152 bis, 1040 a 1043, 1045, 1329, 1330, 2767.
A Bibliografía especial
BLOCH, R, L 'obligation de transférer la propriété dans la vente, en RTDC,
oct.-dic. 1988; CRISTÓBAL MONTES, A., Los
elementos personales
y
reales
del
pago,
en
RCD I, marzo-abril 1987; DE CA STR O,
R,
El negocio
sobre cosa futura. Su construcción dogmática,
en
ADC, 1976;
DE LOS
MOZOS, L., El principio de la buena fe Bosch, Barcelona, 1965; FER
NÁNDEZ DE V ILLAVICENCIO ÁLVAREZ O SOR IO, Ma. C,
Compra
venta de cosa ajena, Bosch, Barcelona, 1995; RISOLÍA, Marco
A.,
Venta
de cosa ajena, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1959; ROCA SASTRE y
PUIG BRUTAU, La venta de cosa ajena, en Estudios de Derecho Privado,
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1948; ROGER VIDE, C, Venta de
cosa ajena y evicción, Estudia Albornotiana, Bologna, 1975; SPOTA,
A.
G., Venta de la cosa ajena, en J.A. 1954-1-296.
2
ídem nota anterior.
3
S.T. de
Santa Fe,
J. 23-111;
Cl
a
CC
de La
Plata, J.A. 1961-IV-14 (S-162).
248
Art. 738
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Propiedad de la cosa con que se paga. 2. Situación jurídica del solvens.
3.
Situación jurídica del accipiens. 4. Situación jurídica del venís dominus o propie
tario.
1. Propiedad de la cosa con que se paga
Se exige como otro de los requisitos para que se configure la
validez del cumplimiento que el deudor
solvens
sea propietario de la
cosa con que paga. Claro está que ello solamente es necesario cuan
do se trata de extinguir una obligación de dar cosas ciertas para cons
tituir derechos reales (arts. 574 y ss.) (Boffi Boggero, Trigo Represas,
Llambías, Borda, Compagnucci de Caso, Rezzónico, Parellada). De
esa forma se aplica por una vez más el principio consagrado en el
artículo 3270 del Nemo plus iuris in alium transferre potest quam
ipse habet.
En atención a dicha circunstancia, cuando el deudor pretenda pagar
con una cosa ajena, el acreedor puede válidamente negarse a recibirla,
ya que ello puede arrostrar conflictos con terceros, entre los que se
encuentra el verdadero propietario, y sufrir perjuicios y reclamos (Ló
pez Cabana, Parellada, Busso, Alterini-Ameal-López Cabana).
Ante el cumplimiento, entrega y recepción de la cosa es necesario
analizar: la situación del solvens, la del accipiens y la del verus domini
o verdadero propietario.
2. Situación jurídica del solvens
Se presenta como principal interrogante, si el solvens que pagó
mediante la entrega de la cosa ajena, tiene o no acción para solicitar
la nulidad del acto y la consiguiente devolución del objeto. Para Salvat,
quien cita en su apoyo a los juristas franceses: Planiol, Colin-Capitant
y Mourlon, el pagador puede -como regla- reclamar la nulidad y la
restitución de la cosa dada, salvo que se tratare de dinero u otro objeto
que se consuma con su uso, tal como reza el artículo 738. Las razones
que da el citado jurista son: que el acreedor carece de interés en man
tener la cosa, ya que el deudor debe entregarle otra equivalente; si el
propio acreedor puede pedir la nulidad, también tiene derecho a ello
249
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
el deudor, que lo único que hace es adelantar dicha solicitud, y, por
último, que el verdadero interés a proteger es el del dueño y no el
del deudor (Salvat).
La mayoría de los autores en nuestra doctrina le niega esta facultad
al solvens y para ello se esgrimen diferentes razones: que el mismo
Codificador en la nota al artículo 738 hace saber que el solvens no
puede solicitar la nulidad y repetición de la cosa por el principio
Quem
de evictione tenet actio, eumdem agentem repellit exceptio; que el
artículo 1329, y como resulta una norma aplicable por la analogía, le
impide al vendedor ejercer la acción de nulidad y producir los efectos
consiguientes (Busso, Llambías, Trigo Represas, Boffí Boggero, Borda,
Trigo Represas, Pizarro-Vallespinos, Parellada).
3. Situación jurídica del accipiens
El accipiens, que actúa y obra de buena fe, por no tener conoci
miento ni sospecha que la cosa no le pertenecía al solvens, posee el
derecho de solicitar la nulidad del pago y el consiguiente renacimiento
de la obligación (art. 1329). Para que el reclamo sea eficaz debe sumar
los siguientes requisitos: a) buena fe; b) devolver la cosa ajena, y c)
demostrar el peligro de evicción.
a) Buena fe del accipiens . La buena fe del accipiens tiene carácter
subjetivo y es legitimante de su estado jurídico (De los Mozos), consiste
en la ignorancia de que la cosa entregada no le pertenecía al solvens;
en cambio, se entenderá que es de "mala fe" cuando conoce la situación
fáctica real, es decir, la ajenidad de la cosa con que se paga (Sal-
vat-Galli, Lafaille, Llambías, Trigo Represas, Borda, Boffi Boggero).
b) Devolución de la cosa. El accipiens debe restituir la cosa que
recibió, para legítimamente pretender dejar sin efecto el cumplimiento
y hacer renacer la obligación (Trigo Represas, Pizarro-Vallespinos,
Parellada, Llambías, Boffi Boggero, Rezzónico). Es que la nulidad
produce el efecto negativo de que todo debe retornar al estado anterior
(arts. 1050 y 1052), y por consiguiente el acreedor carece de derecho
de mantener la cosa bajo su poder.
Si el acreedor consume la cosa, y de esa manera satisface sus
necesidades, pierde el derecho de pretender la nulidad. No hay facultad
250
Art. 738
jurídica ante la ausencia de interés y de perjuicio concreto (Busso,
Borda, y en la doctrina francesa: Planiol-Ripert, Barde-Baudry La-
cantinerie y Laurent).
En el supuesto de que la cosa se pierda por caso fortuito o fuerza
mayor, es posible sostener que ello no impide que el acreedor reclame
la nulidad (Busso, Trigo Represas, Compagnucci de Caso), aunque es
dable aclarar que para otro sector de la doctrina en ese supuesto se
extingue la pretensión del acreedor, ya que de esa forma se confirma
el pago. El objeto se perdió por lo fortuito y el acreedor no sufrió
perjuicio concreto alguno; poco interesa que la cosa haya sido de per
tenencia de un tercero o del mismo solvens (Borda, y en la doctrina
francesa: Duranton).
c)
Peligro de evicción.
La acción del
accipiens
nace por el solo
riesgo o perjuicio potencial de sufrir la evicción. En contrario, carece
de acción cuando su derecho se encuentra protegido de todo peligro
de evicción, ya sea porque se trata de una cosa mueble adquirida por
prescripción, o con los requisitos previstos en el artículo 2412, o el
propietario ratificó el acto del deudor, o el mismo solvens pasó a ser
propietario del bien por sucesión universal o singular (Boffi Boggero,
Trigo Represas, Busso, Pizarro-Vallespinos, Parellada).
4. Situación jurídica del venís dominus o propietario
El verdadero propietario es un tercero a la relación de obligación,
y los actos de esas partes no le pueden ser opuestos
(conf.
arts. 1195
y 1199).
En virtud de ese carácter de titular del dominio del bien está le
gitimado para ejercitar la acción reivindicatoría prevista en los artículos
2758 y siguientes (Salvat-Galli, Boffi Boggero, Borda, Trigo Represas,
Llambías, López Cabana, Parellada, Pizarro-Vallespinos).
Esta pretensión debe ser dirigida contra el acreedor, aunque la ley
también la admite contra el deudor solvens (art. 2785). Sostiene Busso
que en este último supuesto seria más una acción de reparación del
daño que una acción real (Busso).
Si se trata de un bien inmueble la acción reivindicatoria es proce
dente (arts. 2777 y 2778), salvo la prescripción adquisitiva que pueda
251
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
invocar el demandado (arts. 3999 y 4015), o bien - lo que es un supuesto
muy controvertido- la adecuación del caso a lo previsto en el artícu
lo 1051 (ver comentario al art. 1051) (Salvat-Galli, Lafaille, Colmo,
Busso, López Cabana, Pizarro-Vallespinos).
Cuando las cosas dadas en pago son bienes muebles, y no son ni
robadas ni perdidas, la acción no es procedente contra el adquirente
de buena fe y por título oneroso (art. 2412), ya que por ese carácter
puede repeler cualquier acción reivindicatoría (arts. 2765 a 2767 y
3271) (Lafaille, Colmo, Parellada, Busso, Llambías, López Cabana,
Trigo Represas, Compagnucci de Caso, Borda).
Si la reivindicación no es posible porque la cosa fue consumida
de buena fe, o bien se transmitió a un tercer adquirente protegido
por el artículo 1051, o fue destruido por casus, al propietario le queda
el derecho de reclamar una indemnización de daños y perjuicios (art.
2779). Esta pretensión la puede dirigir contra el solvens, que fue
quien dispuso de la cosa ajena, y en determinados supuestos también
podrá reclamarle la indemnización al accipiens de mala fe (Wayar,
López Cabana, Trigo Represas, Parellada, López Cabana, Pizarro-Va
llespinos).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. La venta de cosa ajena es un acto "anulable" de nulidad relativa. 2. El
vendedor carece de acción. 3. Accipiens de "buena fe". 4. No es necesario que se
produzca la evicción. 5. Sucesión al propietario.
1. La venta de cosa ajena es un acto
anulable de nulidad relativa
La venta de cosa ajena, o su cumplimiento con una cosa ajena es
un acto de nulidad relativa
1
. También puede entenderse que la ineficacia
hace al acto "anulable"
2
.
1
CNCiv., sala F, J.A. 1967-111-56; Cám. Civ. 2
a
, J.A. 75-431; CNCiv., sala A,
L.L. 96-324; ídem, sala D, L.L. 138-945; sala C, L.L. 1978-B-512.
2
S.T. de Santa Fe, J.A. 1961-111-27.
252
Arts. 739 - 740
2. El vendedor
carece
de acción
El vendedor que hubiere hecho tradición de la cosa ajena carece
de acción de nulidad, salvo cuando no la hubiere entregado
3
.
3. Accipiens de buena fe
Para que proceda la acción del accipiens es necesario que sea de
buena fe, aunque no se le exige que haya actuado con suma diligencia
4
.
4. No es necesario que se produzca la evicción
Para ejercer la acción de nulidad, el
accipiens
no tiene necesidad
de esperar que se produzca la evicción
5
.
5. Sucesión al propietario
Si el vendedor sucede por transmisión universal al propietario de
la cosa, el acto queda cubierto y consecuentemente es válido
6
.
Art. 739 Lo que está dispuesto sobre las personas que no puedan hacer
pagos, es aplicable a las que no pueden recibirlos.
Concordancias:
arts. 726, 733, 734, 738.
Remisión: Ver lo desarrollado en el artículo 734.
CAPÍTULO I
DE LO QUE SE DEBE DAR EN PAGO
Art. 740 El deudor debe entregar al acreedor la misma cosa a cuya
3
SCBA, J.A.
1944-111-321;
C1
Ü
CC de La Plata, J.A. 1948-1-583; CCC de Junín,
J.A. 1983-11-29; CCCom.CAdm. de Villa María, L.L.C. 1993-925.
4
CNCiv., sala E, L.L. 95-376; sala A, L.L. 1999-E-913.
5
CNCiv., sala E, L.L. 96-376.
6
CFed. de Mendoza, J.A. 36-242; C7
a
CCom. de Córdoba, L.L.C. 1999-1439.
253
RUBÉ N H. COMPAGNUCCI DE CASO
entrega se obligó. El acreedor no puede ser obligado a recibir
una cosa por otra, aunque sea de igual o mayor valor.
Concordancias: arts. 579, 581, 601, 607, 725, 779, 1325; leyes 25.345 y 25.413.
A) Bibliografía especial
CURA, L. M. y PETITO, D. G. , Ley 25.345 , frente al sistema del Código
Civil,
en L .L . 2001-B-1069; MAR1ANI DE VIDAL, M. y ABELLA, A. ,
Limitaciones a las transacciones en dinero efectivo. Leyes 25.345 y 25.413 ,
en L.L. del 6-9-2001; ZINNY, M. A. , Limitación al pago en efectivo,
Ad-Hoc , Buenos Ai res , 2001 .
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. Objeto del pago: requisitos. 2. Obligaciones de dar. 3. Leyes 25.345 y
25.413.
1. Objeto del pago: requisitos
Como una concreción del verdadero cumplimiento de la obligación
que se sintetiza como la adecuación de lo debido con lo prestado,
surgen dos requisitos sustantivos y otros dos circunstanciales (Boffl
Boggero, Llambías, Cazeaux-Trigo Represas, Galli en Salvat, Busso,
Terré-Simler-Lequette, Larroumet-Francois).
Los requisitos sustantivos son: a) identidad; b) integridad; los cir
cunstanciales: a) localización, y b) puntualidad (los citados anterior
mente y Colmo, Machado, Compagnucci de Caso, Borda, De Gáspe-
ri-Morello, Rezzónico).
2. Obligaciones de dar
El artículo indica bien que en las obligaciones de dar el deudor
no puede pretender pagar entregando una cosa distinta, aunque sea de
igual o mayor valor a la adeudada; deber que también debe observar el
acreedor, quien no puede exigir el cumplimiento con algo distinto (Sal-
vat-Galli, Llambías, Cazeaux-Trigo Represas, Alterini-Ameal-López
Cabana, Boffi Boggero).
Lo que la ley plantea no es una cuestión de valor económico sino
de identidad cualitativa, que siempre debe existir entre el contenido
254
Art. 740
originario de prestación con lo que debe cumplir el deudor (Salvat-Ga-
lli, Borda, Machado, Compagnucci de Caso).
En las obligaciones de dar cosas ciertas el principio se aplica con
toda rigidez. Cambian un poco las cosas cuando se trata de obliga
ciones de dar cosas inciertas no fungibles o de género, y en las de
dar cosas inciertas fungibles también llamadas de cantidad. En ellas
es posible que la cantidad entregada o enviada sea un poco mayor
a lo prometido, y el acreedor se vea obligado a recibirlas, pero nun
ca es posible mutar la cualidad o la sustancia de los objetos (art.
1198).
Si las obligaciones son de dar sumas de dinero debe cumplirse
con lo dispuesto en los artículos 617 y 619. El acreedor tiene dere
cho pleno a rechazar el pago mediante cheque, sea o no certificado,
o el depósito en cuenta bancaria (sobre todo ello ver lo dispuesto
en las leyes 25.345 y 25.413) (Busso, Llambías, Cazeaux-Trigo Re
presas).
3. Leyes 25.345y 25.413
Para las obligaciones de dar sumas de dinero las leyes mencionadas
disponen que las que son superiores primeramente a $ 10.000 y más
luego con la segunda de las leyes a $
1.000,
no surten efecto ni entre
las partes ni con relación a terceros si no son realizadas mediante
cheque personal o cancelatorio, tarjeta de crédito, transferencia ban
caria, etcétera. Esas normas producen una alteración al principio de
identidad y al sistema coherente del Código Civil; solamente tienen
una intención fiscalista que desordena el régimen.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Entrega de la misma cosa. 2. Pago con cheque. 3. Depósito en cuenta
bancaria.
I. Entrega de la misma cosa
Para que el pago tenga plena eficacia cancelatoria de la obligación,
el deudor debe entregar la misma cosa a la que se obligó, careciendo
de importancia que entre el nacimiento de la deuda y el cumplimiento
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
haya pasado un cierto tiempo
1
. El vendedor de un camión identificado
por su número de motor (cosa cierta) no puede pretender entregar otro
vehículo aunque sea similar
2
.
2. Pago con cheque
Cuando se debe una suma de dinero el acreedor no está obligado a
recibir un cheque, aun cuando se trate de un cheque certificado, ya que
el cheque no es dinero sino un título representativo de un crédito contra
el banco girado
3
. Si el acreedor acepta voluntariamente ese cheque,
el deudor no se libera hasta tanto no se cobre el importe respectivo
4
.
3, Depósito en cuenta bancada
El depósito efectuado por el deudor en una cuenta bancaria, no
configura un pago hasta tanto el acreedor acepte esa forma de cum
plimiento
5
.
Art. 741 Si la obligación fuere de hacer, el acreedor tampoco podrá ser
obligado a recibir en pago la ejecución de otro hecho, que no
sea el de la obligación.
Concordancias:
arts. 625, 626, 730.
A) Bibliografía especial
L E D E S M A M A R T Í N E Z , M a r í a J . , Las obligaciones de hacer, Comares , Gra
nada, 1999.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. Obligaciones de hacer. 2. Obligaciones de no hacer.
1
SCBA, E.D. 37-228; CNAT, sala I, D.T. 1992-B-1425; CNCom., sala C, L.L.
1997-C-645.
2
SCBA, J.A. 1963-II-8, sum. 88; CNCom., sala A, L.L. 1992-A-24; CNFed.CC,
sala 1, D.J. 2001-3-808; CCC de Lomas de Zamora, LLBA 2001-1493.
CNCiv., sala A, E.D. 49-473; sala C, E.D. 47-373; CNCom ., sala A, L.L. 100-616;
SCBA, L.L. 103-170.
4
CNCom., sala A, J.A. 1961-IV-367; sala C, J.A. 1962-VI-588.
5
S.T. de Santa Fe, J. 15-9.
Art. 742
1. Obligaciones de hacer
Para el cumplimiento de las obligaciones de hacer la solución es
igual a la prevista para las de dar. Claro está que en este tipo de
prestación puede haber alguna pequeña diferencia entre lo previsto y
lo realizado, y si ello no perjudica a las partes, se lo debe entender
como ajustado a la ley.
2. Obligaciones de no hacer
No están previstas en la ley, pero deben identificarse con las de
dar y las de hacer; siempre es necesaria la identidad cualitativa entre
lo prometido y lo prestado.
Art. 742 Cuando el acto de la obligación no autorice los pagos parciales,
no puede el deudor obligar al acreedor a que acepte en parte
el cumplimiento de la obligación.
Concordancias: arts. 673, 744, 2017.
A) Bibliografía especial
La del capí tu lo , y GUASTAVINO, E. ,
El pago anticipado en cuotas en el
contrato de ahorro previo, en L.L. 1993-C-251.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Principio de integridad. 2. Casos especiales. 3. Excepciones.
1. Principio de integridad
El artículo consagra otro de los requisitos sustantivos del objeto
del pago: el principio de integridad. El deudor no puede forzar al
acreedor a recibir en parte la prestación de una misma deuda aun
que ésta resulte divisible. Esta regla se reitera en el artículo 673 y
rige tanto para el deudor como para el acreedor (Machado, Sego-
via, Llambías, Cazeaux-Trigo Represas, Alterini-Ameal-López Ca
bana, Compagnucci de Caso, Rezzónico, De Gásperi-Morello y Boffi
Boggero).
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
2. Casos especiales
Hay supuestos donde se mantiene el principio de integridad pero
surgen situaciones excepcionales, tales: a) Cuando las obligaciones
son independientes entre ellas y deben cumplirse
pro rata temporis,
es decir en relación al transcurso del tiempo. Por ejemplo: la deuda
por alquileres en la locación de cosas que se dispone cada mes, o
mayor o menor período acordado, o la deuda de intereses, rentas pe
riódicas, alimentos, etcétera. Cuando se suman varios períodos, ver
bigracia, alquileres, cada uno de ellos tiene independencia con relación
al otro y es exigible o puede pagarse sin hacerse efectivos los otros
(Hernández Gil, Castán, Boffi Boggero, Busso, Lafaille). b) Las obli
gaciones m ancomunadas de objeto divisible (arts. 690, 691 , 693 y ss.),
donde cada acreedor sólo puede reclamar su parte, y cada deudor está
obligado a su porción (art. 675) (Busso, Borda, Cazeaux-Trigo Re
presas, Galli en Salvat, Giorgi). c) Otro supuesto se da con la pluralidad
de fiadores o sistema de cofiadores (art. 2024), lugar en que el acreedor
sólo puede ex igir a cada fiador su cuota. En todos los casos el principio
de integridad se mantiene en plenitud (Boffi Boggero, Llambías), y
el último de los ejemplos se da con la pluralidad de herederos, ya que
cuando el deudor originario muere y deja varios herederos de una
obligación de objeto divisible, la deuda se divide entre ellos (arts.
3490 y 3491) (Galli en Salvat, Compagnucci de Caso).
3.
Excepciones
Las excepciones al principio de integridad pueden tener origen en
el convenio de las partes o en una disposición de la ley. Para los
supuestos de: a) beneficio de competencia (ver comentario a los arts.
799 y 800); b) deuda en parte líquida y en parte ilíquida (ver comen
tario al art. 743), y c) los casos de imputación legal (ver comentario
al art. 778).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Integridad. 2. Consignación parcial. 3. Obligación del pago en cuotas. 4.
Costas del juicio. 5. Accesorios.
Art. 742
1. Integridad
Para pretender los efectos de un pago válido, el mismo debe ser
completo, es decir íntegro. Aunque el acreedor puede recibir un pa
go parcial, haciendo reserva de su derecho al reclamo por el saldo
insoluto
1
.
2. Consignación parcial
Los depósitos consignados por el ejecutado, que solamente cubren
parcialmente el crédito reclamado, no pueden ser considerados a cuenta
del total de lo reclamado
2
.
3. Obligación del pago en cuotas
Cuando una deuda única ha sido fraccionada en cuotas, el pago
de algunas de ellas atrasadas resulta incompleto
3
.
4. Costas del juicio
El pago, para ser íntegro, debe comprender las costas del juicio,
donde se incluyen los honorarios regulados y firmes de los profesio
nales que tuvieron intervención en representación o patrocinio del
acreedor
4
.
5. Accesorios
Los accesorios de la obligación, como los intereses, costas, u otros,
como la cláusula penal moratoria, también deben hacerse efectivas
para cumplir con el principio de integridad
5
.
1
SCBA, DJBA 80-58; Cám. Civ. I
a
, J.A. 8-110; CNCom., sala A, E.D. 97-415;
CNCiv., sala B, E.D. 83-660; sala K, L.L. 1994-A- 547; sala A, J.A. 1968-VI-35;
sala C, L.L. 134-980; sala G, L.L. 1994-E-602.
2
CNCiv., sala A, L.L. 89-369; sala B, E.D. 85-515; id., E.D. 83-660.
3
CNCiv., sala F, E.D. 26-534; sala A, L.L. 89-369; CNFed.CAdm., sala I, L.L.
1997-C-309; CCCom. de Villa Dolores, L.L.C. 2003-625.
4
5
Cám. Civ. 2
a
, J.A. 68-865; CNCiv., sala B, Rep. E.D. 13-630, N° 16; sala E,
en Rep. E.D. 13-630 (N° 13); CNCom., sala B, J.A. 1985-11, sínt.; CNCiv., sala C,
L.L. 1991-B-561; CCC de Trenque Lauquen, LLBA 2003-919.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
Art. 743 Si la deuda fuese en parte líquida y en parte ilíquida, podrá
exigirse por el acreedor, y deberá hacerse el pago por el deudor
de la parte líquida, aun antes de que pueda tener lugar el
pago de la que no lo sea.
Concordancias: arts. 624, 3239.
La del capítulo, y LASARTE ALVAREZ, Carlos, D eudas líquidas e ilíquidas
y cobro de intereses,
Tecnos, Madrid, 1995.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Deudas líquidas e ilíquidas. 2. Derecho de pagar lo líquido.
1.
Deudas líquidas e ilíquidas
El concepto de deuda o crédito líquido lo da el Codificador en la
nota al artículo 819, al establecer que resulta ser "aquella cuya exis
tencia es cierta y cuya cantidad se encuentra determinada".
La posibilidad de fraccionar y cumplir con el requisito de integridad
pagando solamente la parte l íquida, resulta una regla de toda razón,
ya que sólo esa porción se puede hacer efectiva, pues se conoce su
cantidad (cum certum est an et quantum debeatur) (Llambías, Lafai l le ,
Sa lva t -Gal l i , Cazeaux-Tr igo Represas ) .
2 . Derecho de pagar lo líquido
El deudor t iene la obligación y consecuentemente el derecho de
pagar la parte líquida. En virtud de ello, también el acreedor puede
pretender el cobro de esa porción del crédito (Colmo, Busso, Llambías,
Salvat-Gall i , Boffí Boggero).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Consignación del importe líquido. 2. Intereses no calculados.
1. Consignación del importe líquido
Siendo la deuda en parte líquida y en parte ilíquida, el deudor
Art. 744
puede válidamente depositar sólo la parte l iquida, y el acreedor se
encuentra obligado a aceptar el pago, no pudiendo alegar que el cum
plimiento es parcial
1
.
2 . Intereses no calculados
Si los intereses punitorios aún no fueron calculados por falta de
determinación de su tasa, el acreedor no se puede negar a recibir el
capital y los intereses compensatorios
2
.
Art . 744 Si se debiese sum a de dinero con intereses, el pago no se es
tim ar á íntegro sino pag ánd ose todos los intereses con el capital.
Concordancias: arts. 624, 776, 3229.
A) Bibliografía especial
LAFUEN TE, Virginia M , La prestación de intereses, M cGraw -Hill, Madrid,
1999; LIBERTINI, Mario, voz: ¡nteressi, en Enciclopedia del Diritto, M i
lano, 1952, t. XXII; MARINETTI, Giorgio, voz:
¡nteressi,
en
Novissimo
Digesto Italiano, Torino, 1962, t. VIII.
B) Doct ina
SUMARIO: 1. o accesorio sigue a lo principal. 2. Requisito de exigibilidad.
1.
Lo accesorio sigue a lo principal
El artículo no hace más que con firmar la regla que, desde el D erec ho
Romano, se explica por aquello de accesorit principal seguit (Bonet
Correa, Diez-Picazo, Lafai l le , Trigo Represas, Llambías) (ver comen
tario a los arts. 2327 a 2335).
Los intereses resultan ser una obligación accesoria de la principal
y, por lo tanto, integran una totalidad indivisible con el capital; ello
impone que deban ser adicionados para que se cumpla con el requisi to
1
CNCiv., sala A, E.D. 42-394.
2
CNCiv., sala D, L.L. 106-1002; sala B, E.D. 78-475; id., E.D. 85-515; sala A,
L.L. 1982-A-576; CNCom., sala B, E.D. 78-475; Cl
a
CC de La Plata, sala II, J.A.
1960-1-367; CApel. de Concepción del Uruguay, D.J. 1993-2-743.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
de la integridad del pago (Sa lvat-G alli, Boffi Boggero, Colmo, Busso,
Compagnucci de Caso, Pizarro-Vallespinos).
2. Requisito de exigibilidad
Si bien surge de los principios generales, es necesario aclarar que
ambos rubros deben encontrarse en estado de cumplimiento y ser exi-
gibles, ya que si, por ejemplo, alguno de ellos estuviere pendiente de
plazo, no puede ser reclamado (Llambías).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pago parcial del cap ital. 2. Relatividad de la regla.
1. Pago parcial del capital
El pago parcial del capital que haya hecho el deudor no suspende
el curso de los intereses
1
. Si el acreedor recibió sin reservas el capital,
no puede -en principio- reclamar el pago de intereses y costas
2
.
2. Relatividad de la
regla
Lo dispuesto en el artículo 744 del Código Civil debe ser aplicado
en consideración al principio de la buena fe que rige las relaciones
contractuales, por lo que si la diferencia por intereses es de unos pocos
días, corresponde declarar la validez del pago
3
, "...al igual que si el
importe resulta muy pequeño"
4
.
Art. 745 Si el pago consistiese en la entrega de cosas determinadas, o
de cosas inciertas o de cosas fungibles o no fungibles, se ob
servarán las disposiciones contenidas en el Título De las obli
gaciones de dar .
Concordancias: arts. 574 a 615.
1
CNCiv., sala C, E.D. 36-769 (sum. 6).
2
CNCiv., sala C, E.D. 63-338.
3
C l
a
CC de La Plata, J.A. 1948-IV-842.
4
Cám. Civ. I
a
, J.A. 42-585; CNCiv., sala C, L.L. 1978-B-651 (24.537-S);
C3
a
CCom. de Córdoba, C.J. XXVI1I-152.
Art. 746
A) Bibliografía especial
La que corresponde a los artículos 574 y ss.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Reenvío a otras norm as.
1. Reenvío a otras normas
En general se ha juzgado que la norma carece de contenido nor
mativo, ya que cumple solamente la función de enviar a otros artículos
del Código para resolver los casos que se pueden plantear con el pago
mediante cosas ciertas o inciertas.
Art. 746 Cuando el pago deba ser hecho en prestaciones parciales, y
en períodos determinados, el pago hecho por el último período
hace presumir el pago de los anteriores, salvo la prueba en
contrario.
Concordancias:
arts. 773 a 778.
A) Bibliografía especial
C A R D E N A L F E R N Á N D E Z , Je sú s,
El tiempo en el cump limiento de las obli
gaciones, M ontec orvo, M adr id , 1979.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Fraccionamiento de la prestación: obligaciones periódicas y en cuotas. 2.
Previsión de la norma. 3. El recibo de la última cuota y la presunción legal.
1. Fraccionamiento de
la
prestación:
obligaciones periódicas y en cuotas
A veces y por diversas razones el cumplimiento de la prestación
se realiza en partes o fracciones distribuidas en el tiempo.
De entre ellas se distinguen las obligaciones periódicas, donde cada
prestación nace en lapsos distintos y tiene independencia de las otras,
aunque mantiene igual naturaleza y contenido homogéneo con las de-
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
más. Se dan como ejemplos: el pago de los salarios, de los arriendos
en la locación de cosas y el deber de pagar intereses (Hernández Gil,
Llambías, Alterini-Ameal-López Cabana, Busso).
En cambio, si una única prestación se divide en cuotas para facilitar
y dar mayor comodidad al deudor para su cumplimiento, la obligación
tiene uniformidad y en muchos casos actúa como contrapartida de una
única prestación, por ejemplo, la venta de un inmueble cuyo precio
se paga en cuotas mensuales y consecutivas (Trigo Represas, Borda,
Rezzónico, Diez-Picazo).
Entre ambos tipos existen diferencias notorias, en las de prestacio
nes periódicas hay varias obligaciones que entre sí son independientes,
a más van surgiendo a través del transcurso del tiempo (pro rata tem-
poris), y a pesar de la homogeneidad, hay varios objetos; en cambio,
en las "cuotizadas" o también llamadas "obligaciones de prestaciones
parciales", la obligación es única y surge cuando se hace efectiva su
causa, y el objeto es único (Llambías, Salvat-Galli, Busso, Compag
nucci de Caso, Alterini-Ameal-López Cabana).
2. Previsión de la norma
El artículo 746 solamente contempla las obligaciones "cuotizadas"
donde el objeto es único, ya que el nexo jurídico íntegro surgió en
un momento preciso y determinado (Borda, Llambías, Busso, Trigo
Represas).
3.
El recibo de la última cuota y la presunción legal
Ante la división en cuotas y fraccionamiento de la prestación, la
ley consagra una presunción a favor del deudor: el recibo de la última
de las cuotas presume el pago de las anteriores.
Se trata de una presunción iuris tantum, y por ello impugnable
mediante prueba en contrario. Es el acreedor quien debe aportar los
elementos demostrativos suficientes para destruir la presunción legal,
situación que, por otro lado, le permite rechazar el pago de una cuota
mientras haya una anterior insoluta (Segovia, Busso, Salvat, Llambías,
Borda; en contra: Galli).
Art. 747
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Prestaciones en cuotas. 2. Pago del precio parte de contado y parte en
cuotas. 3. Impugnación de la presunción: medios de prueba. 4. Impuestos y tasas.
1. Prestaciones en cuotas
Para que se aplique el artículo 746 es necesario que los pagos parcia
les deban hacerse efectivos en períodos determinados
1
. Cuando son
prestaciones sucesivas fraccionadas y pagaderas por períodos, la prueba
del pago de una de las cuotas presume el cumplimiento de las otras
2
.
2. Pago del precio parte de contado y parte en cuotas
Cuando el precio de una venta se fijó una parte de contado y otra
parte en cuotas, el recibo de una de las cuotas no presume el cum
plimiento de la parte de contado
3
.
3. Impugnación de la presunción: medios de prueba
La presunción legal que establece el artículo 746 puede ser des
virtuada por cualquier medio probatorio
4
.
4. Impuestos y tasas
La presunción prevista no se aplica al caso de pago de impuestos
o tasas en cuotas
5
.
CAPÍTULO II
DEL LUGAR EN QUE DEBE HACERSE EL PAGO
Art. 747 El pago debe ser hecho en el lugar designado en la obliga-
1
CNCom., sala B, E.D. 55-528 (sum. 6).
2
CNCom., sala B, E.D. 13-863; CTCC de La Plata, sala III, E.D. 20-243.
3
CNCom., sala A, L.L. 92-202; CNCiv., sala E, L.L. 103-770 (S-6833); Cl
a
C C
de La Plata, sala II, DJBA 81-320; C2
a
CC de La Plata, sala II, L.L. 131-1183
(18.176-S).
SCBA, J.A. 1959-1-37; Cám. Civ. I , J.A. 68-272.
5
SCBA, J.A. 1959-1-57; Cám. Civ. I
a
, J.A. 62-272.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
ción. Si no hubiese lugar designado, y se tratase de un cuerpo
cierto y determinado deberá hacerse donde éste existía al tiem
po de contraerse la obligación. En cualquier otro caso, el lugar
de pago será el del domicilio del deudor al tiempo del cum
plimiento de la obligación.
Concordancias: arts. 576, 618, 748, 749, 1212, 1214, 1410, 1424, 2216.
A) Bibliografía especial
BELTRÁN DE HEREDIA, El cumplimiento de las obligaciones, Revista de
Derecho Privado, Madrid, 1956; CRISTÓBAL MONTES, A., El pago o
cumplimiento de las obligaciones, Tecnos, Madrid, 1986.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Lugar de pago designado. 2. Domicilio del deudor. 3. Obligación de dar
una cosa cierta. 4. De dar sumas de dinero. 5. Obligaciones bilaterales de cumpli
miento simultáneo. 6. Efectos.
1. Lugar de pago designado
El lugar de pago tiene una relevancia mayúscula en la relación
jurídica, ya que determina dónde debe ser cumplida la obligación. Las
partes pueden coetáneamente con el nacimiento de la obligación o en
un momento posterior designar, en forma expresa o tácita, el lugar de
cumplimiento (Colmo, Salvat-Galli, Busso, Llambías, Trigo Represas,
Torrente-Schelinger, Bigliazzi Geri-Breccia-Busnelli-Natoli).
2. Domicilio del deudor
Si el lugar de pago no se encuentra establecido por los contratantes
o la ley no prevé un supuesto especial, la prestación debe hacerse
efectiva en el domicilio del deudor. Es ésta una regla general que debe
aplicarse como subsidiaria cuando no exista una previsión especial de
la ley, o las partes no hayan establecido el lugar de cumplimiento
(Salvat-Galli, Rezzónico, Boffi Boggero).
El domicilio que corresponde considerar es el que tenía el deudor
al momento de contraer la obligación, aunque, como se verá más ade
lante, mude de lugar (art. 1212).
Art. 747
En los contratos que se celebran fuera del domicilio del deudor y
nada surge del acuerdo de las partes ni de la propia naturaleza de la
obligación, se plantea la cuestión de si el locus de cumplimiento es
el previsto en el artículo 747, o el previsto en el artículo 1213, o rige
lo indicado en el artículo 1212 (ver lo dispuesto en el comentario a
estos artículos).
En cambio, en las obligaciones de fuente extracontractual el lugar
de pago es siempre el domicilio del deudor (Borda, Trigo Represas,
Busso, Llambías, Colmo, Compagnucci de Caso, Machado).
3. Obligación de dar una cosa cierta
Se remite al comentario al artículo 1424. Este mismo artículo prevé
que cuando no hubiere lugar designado y el cumplimiento consiste en
la entrega de un cuerpo cierto, debe ser hecho "donde éste existía al
tiempo de contraerse la obligación".
Poco importa que el lugar de contratación haya coincidido o no
con el lugar donde se encontraba la cosa. Pero se ha indicado de
manera casi unánime que la ley se refiere a aquellos objetos que se
hallan en forma habitual en un lugar; si se trata de bienes inmuebles
la cuestión no ofrece dificultad, en cambio, con los muebles habrá
que saber dónde se los ubica de manera casi permanente (Salvat-Galli,
Busso, Llambías, Borda, Trigo Represas. En la doctrina francesa: Au-
bry-Rau, Baudry Lacantinerie-Barde, Demolombe, Laurent).
4. De dar sumas de dinero
Se remite al comentario al artículo 618.
5.
Obligaciones
bilaterales
de cumplimiento simultáneo
Se remite al comentario al artículo 749.
6. Efectos
El lugar de pago tiene efectos muy importantes en el desarrollo y
cumplimiento de la obligación. Primero porque constituye uno de los
RUB ÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
requisitos del objeto del pago, y además determina dónde el deudor debe
hacer efectiva la prestación (Diez-Picazo, A lbaladejo, Von Tuhr, Busso).
Cuando la deuda no puede ser pagada en el lugar acordado o que
surja de la naturaleza de obligación o previsión legal, queda planteada
la cuestión -a mi juicio equív oca- si ello puede ser causa de resolución
por incumplimiento. Mientras el hecho no haya sido producido por
culpa o dolo del deudor y pueda cumplirse en otro lugar, no produce
ningún efecto jurídico negativo. Diferente es el caso de impedimento
causado por negligencia o dolo del deudor, que puede dar lugar a
sumar daños y perjuicios, no a resolver, porque no estamos en presencia
de un efecto contractual, sino de concretar un acto debido, como es
el pago.
Otro efecto del lugar de pago se produce sobre la competencia
judicial. El artículo 5
o
, inciso 3
o
de los Códigos Procesales en lo Civil
y Comercial de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires establecen
que será juez competente aquel que corresponda al lugar donde debe
ser cumplida la obligación.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Lugar designa do. 2. Naturaleza de la obligación. 3. Dom icilio del deudor.
4. Lugar de entrega de la cosa y p recio. 5. Obligaciones de dar cosas inciertas.
1. Lugar designado
El lugar de pago puede ser fijado por las partes, de conformidad
con el principio de autonomía de la voluntad, ya que la regla que fija
el domicilio del deudor no es imperativa ni de orden público
1
.
2. Naturaleza de la obligación
Si los pagos anteriores se hicieron en la empresa de bienes raíces
intermediadora de la venta, y en el contrato se dice que el domicilio
será donde lo indique el vendedor y éste nada dijo, el lugar de pago
es el de la sociedad inmobiliaria
2
.
1
CNCiv., sala C, E.D. 58-563; sala K, L.L. 1998-B-222.
2
CNCiv., sala D, J.A. 1953-IV-215.
Art. 748
3. Domicilio del deudor
Si no se acordó un lugar de pago especial, el lugar de cumplimiento
es el domicilio del deudor
3
. Es éste un principio de valor residual del
concepto contenido en el artículo 747 del Código Civil
4
. Cuando resulta
un poco dudoso el lugar de pago, el acreedor debe concurrir al dom icilio
del deudor para percibir las cuotas debidas
5
. No invalida el domicilio
debitoris como lugar de pago, aun cuando el deudor en otras ocasiones
haya pagado en otro sitio
6
.
4. Lugar de entrega de la cosa y precio
El comprador debe hacer el pago del precio en el tiempo y lugar
en que se haga entrega de la cosa, salvo convenio en contrario
7
. El
párrafo segundo del artículo 747 referente al lugar de pago de un
cuerpo cierto y determinado sólo se aplica a cosas no susceptibles de
desplazamiento, como un inmueble, o de traslado dificultoso, como
la cosecha de granos
8
.
5. Obligaciones de dar cosas inciertas
Tratándose de obligaciones de dar cosas inciertas, el lugar de pago
es el domicilio del deudor
9
.
Art. 748 Si el deu do r m ud ase de do m icil io, en los caso s en qu e el luga r
de éste fuese el designado para el pago, el acreedor podrá
exigirlo, o en el lugar del primer domicil io, o en el del nuevo
del deudor.
Concordancias:
arts. 747, 749, 1212, 1213, 1410, 2424.
3
CNCiv., sala A, E.D. 54-187; id., E.D. 47-431; L.L. 1979-C-609 (35.247-S);
L.L. 1976-B-222; CNCom., sala B, L.L. 1980-D-51; sala C, L.L. 1978-B-370.
4
CCC de Morón, E.D. 63-398 (sum. 161).
5
CNCiv., sala E, E.D. 103-731.
6
CNCiv., sala E, E.D. 24-219; sala F, E.D. 43-290.
7
CNCom., sala B, E.D. 2-735.
8
CNPaz, sala II, J.A. 1958-IV-514.
9
Cám. Com., J.A. 11-610.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
A) Bibliografía especial
La del artículo anterior.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Cambio de domicilio del deudor y derechos del acreedor. 2. Naturaleza.
1.
C ambio de domicilio del deudor
y derechos del acreedor
Si el deudor cambia de domicil io luego de consti tuida la obligación,
el acreedor tiene derecho a reclamar el pago en cualquiera de los dos
lugare s, el anterior o el nu ev o. Poco in teresa que se trate de un dom icilio
consti tuido por convenio expreso o táci to de los contratantes, o por
orden suple tor ia de la ley (Llambías , De Gásper i -Morel lo , Salvat -Ga-
lli, Busso, y Tr igo Represas) .
Por su parte, el deudor carece de la facultad de pagar en su nuevo
domicilio, ya que a la potestad la ley solamente se la otorga al acreedor
(Borda, Llambías) .
2. Naturaleza
Este ius variandi, que faculta al acree dor para optar por uno u
otro lugar, configura una especie de obligación alternativa a favor del
acreedor.
Art. 749 Si el pago consistiese en una suma de dinero, como precio de
alguna cosa enajenada por el acreedor, debe ser hecho en el
lugar de la tradición de la cosa, no habiendo lugar designado,
salvo si el pago fuese a plazos.
Concordancias: arts. 618, 1411, 1424.
A) Bibliografía especial
MORELLO, A. M.,
El boleto de compraventa,
2
a
ed., Platense, La Plata,
1975;
MOSSET ITURRASPE, J., Compraventa inmobiliaria, Ediar, Bue
nos Aires, 1976; DEGNI, F., La compraventa, trad. de Bonet Ramón,
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1957; El contrato de compraventa
Art. 750
según el Código Civil español Bosch, Barcelona, 1952; BADENES GAS-
SET, R., El contrato de
compraventa,
Bosch, Barcelona, 1995 (dos vo
lúmenes).
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Compraventa con precio de contado. 2. Prestaciones de cumplimiento
recíproco.
1. Com praventa con precio de contado
La norma refiere al supuesto del lugar de pago en una compraventa
con precio de contado. El lugar del cumplimiento es -salvo pacto en
contrario- donde se hace la tradición de la cosa. Estando el supuesto
previsto en los artículos 1411 y 1424, no resulta como muy necesaria
su repetición en estos principios generales.
2. Prestaciones de cumplimiento recíproco
Esta regla sólo se aplica en las obligaciones o contratos bilaterales
que prevean el cumplimiento recíproco y simultáneo de las prestaciones
y una de ellas sea dinero (Llambías, Trigo Represas, Salvat-Galli,
Busso).
Si el cumplimiento no es simultáneo porque, por ejemplo, se hu
bieren convenido cuotas para el precio , hay que recurrir a los principios
generales.
C) Jurisprudencia
Remisión: Ver la citada en el comentario a los artículos 1411 y 1424.
CAPÍTULO III
DEL TIEMPO EN QUE DEBE HACERSE EL PAGO
Art. 750 El pago debe ser hecho el día del vencimiento de la obligación.
Concordancias: arts. 570, 618, 620, 752, 755, 758.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
A) Bibliografía especial
C A R D E N A L F E R N Á N D E Z , J . ,
El tiempo en el cump limiento de las obli
gaciones, M ontecorvo , M adr id , 1979 ; ZA PU LL I , voz : Termini, en Nuovo
Digesto Italiano,
Parte I I , t. XII ; CO M PA GN UC CI DE CA SO , R. H. ,
¿Térm ino o condición?,
en L .L . 1990-E-448 ; CER UT TI DE ZA LA CH I
P E N A , M . , M odalidades de los contratos, ¿plazo o condición?, en L.L.
1982-A-539.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Requisito de la puntualidad. 2. Momento del pago. 3. Obligaciones puras
o sin plazo. 4. Obligaciones a plazo. 5. Obligaciones a plazo indeterminado.
1. Requisito de la puntualidad
El artículo consagra expresamente el requisito de puntualidad. El
pago debe ser temporalmente exacto o, como dice Diez-Picazo, "tem
pestivo" (Diez-Picazo, Cardenal Fernández, Trigo Represas, Llambías,
Busso, De Gásperi-Morello, De Ruggiero).
Si la obligación tiene fecha de vencimiento, ése es el momento en
que debe ser cumplida, pues un pago tardío impide su exactitud y
virtualidad.
2. Mom ento del pago
El enunciado de la norma debe ser adecuado a diferentes supuestos:
obligaciones puras o sin plazo, obligaciones a plazo, obligaciones a
plazo indeterminado y obligaciones modales sin plazo.
3. Obligaciones puras o sin plazo
Si bien no aparecen clasificadas en el Código Civil, hay buenos
ejemplos de obligaciones "inmediatas" o puras, o sin plazo, tales los
supuestos previstos en los artículos 1409, 2285, 2226 y 2227, inciso
I
o
, y en la órbita comercial los títulos de créditos pagaderos a la vis
ta (Kemelmajer de Carlucci, Trigo Represas, Salvat-Galli, Llambías,
Wayar, Compagnucci de Caso, Alterini-Ameal-López Cabana, Piza-
rro-Vallespinos).
El momento del pago lo establece el acreedor, ya que cuando éste
Art. 750
reclama es el tiempo en que debe pagar el deudor (para una ma
yor explicación ver comentario al art. 509).
4. Obligaciones a plazo
Si bien no se lo indica, el artículo 750 se está refiriendo al plazo
"suspensivo" o "in icial", desinteresando que sea cierto o incierto, o ex
preso o tácito, ya que en todos los casos el pago debe hacerse efectivo a
su vencimiento (Busso, Colmo, De Gásperi-M orello, Borda, Llambías).
5. Obligaciones aplazo indeterminado
Es el supuesto en que las partes han dispuesto fijar un plazo pero
dejaron para un momento posterior su determinación (Salvat, Busso,
Greco) (ver comentario a los arts. 509, 618 y 751). Para otra corriente
de opinión, se trata de supuestos donde se difiere el "tiempo del pago",
y para ello es necesario completar el momento (Llambías).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Prórroga de plazo y cobro anticipado de intereses. 2. Falta de fecha precisa.
1. Prórroga de plazo y cobro anticipado de intereses
Si el acreedor cobró intereses anticipados, el día del vencimiento
de la obligación queda prorrogado por el lapso cubierto por dichos
intereses
1
. El día del vencimiento de la obligación no queda postergado
por la percepción de intereses adelantados
2
.
2. Falta de fecha precisa
Al no establecerse una fecha precisa de cumplimiento y dejarla
fijada como "en los primeros días del mes", o a "fines de ese tiempo",
debe ser entendido como que en cualquiera de los días de ese período
es válido el cumplimiento de la obligación
3
.
1
SCBA, J.A. 1943-111-39; CNCiv., sala A, D.J. 19-2-59.
2
Cám. Civ. 2
a
, L.L. 45-123.
3
Cám. Com., L.L. 46-26.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
Art. 751 Si no hubiese plazo designado, se observará lo dispuesto en el
artículo 618.
Concordancias: arts. 509, 561, 618, 1635.
A) Bibliografía especial
La citada para el artículo 509 y TRIGO REPRESAS, A. F., Acerca de las
obligaciones sub modo , en Anales de la Fac. de Ciencias Jur. y Soc.
de la Univ. Nac. de La Plata, vol. XVII, p. 213 ; TORRALB A SOR IANO ,
O., El modo en el Derecho Civil, Montecorvo, Madrid, 1967; VINDIGNI,
G., voz: Modo, en Novissimo Digesto Italiano, t. X, p. 821; COMPAG
NUCCI DE CASO, R. H.,
¿Término o condición?,
en L.L. 1990-E-448.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligaciones de plazo indeterminado. 2. Forma judicial de fijación de
plazo.
1. Obligaciones de plazo indeterminado
A estas obligaciones me referí en el comentario al artículo anterior,
donde al momento de contratar las partes dejan sin definir el momento
de cumplimiento, aunque establecen la modalidad o elemento acci
dental del plazo (ver coment. al art. 618).
No es posible confundir este tipo de obligación con las "sin plazo
o puras", donde la exigibilidad es inmediata. Las previstas en los ar
tículos 618 y 751 no se pueden reclamar velis nolis del acreedor, sino
que es necesario que haya un acuerdo de las partes o decisión judi
cial (Sa lvat-G alli, Trigo Represas, Llambías, Kemelmajer de Carlucci,
Busso, Greco).
2.
Forma judicial de fijación de plazo
Hasta antes de la reforma de 1968 por la ley 17.711 al artículo
509 se debatía la forma judicial de fijación de plazo. De esa manera
quedaba controvertida la intervención del deudor, si era o no necesaria
la apertura a prueba, o bien si con el reclamo de cumplimiento se
encontraba implícita la potestad judicial de determinar el tiempo.
Lo dispuesto en el artículo 509 dejó en claro que el acreedor, y
Art. 751
también el deudor, pueden solicitar en procedimiento sumario u or
dinario el establecimiento del término de pago, acción que puede
ser acumulada con la de cumplimiento (Boffi Boggero, Borda, Llam-
bías,
Trigo Represas, Compagnucci de Caso, Alterini-Ameal-Ló-
pez Cabana, Greco, Moisset de Espanés, Cazeaux) (en considera
ción a los efectos en cuanto a la mora del deudor, ver comentario al
art. 509).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Plazo indeterminado . 2. Supuestos especiales. 3. Dem anda de cumplim ien
to y tácito reclamo de fijación de plazo.
1. Plazo indeterminado
Hay plazo indeterminado de cumplimiento de la obligación que
hace caer el régimen en lo previsto en el artículo 751, cuando las
partes se limitan a prever su existencia sin agregar los antecedentes
que permitan delimitar su duración
1
.
2. Supuestos especiales
Si se pactó que la escritura se hará "tan pronto sea posible", o
bien "cuando se efectúen los trámites de constitución en propiedad
horizontal", hay plazo incierto (rectus: indeterminado), correspondien
do a los jueces, a falta de acuerdo, fijar el término dentro del cual
deben cumplirse las obligaciones
2
. Cuando el deudor se obliga a sa
tisfacer la obligación "lo antes posible", contrae una obligación sin
plazo (rectus: plazo indeterminado) encuadrada dentro de lo dispues
to en el artículo 618 del Código Civil que cuadra cumplir en el tér
mino de noventa días
3
. Si el deudor se obliga a escriturar una vez
obtenidas las autorizaciones administrativas correspondientes de par
te de la municipalidad, instituciones oficiales, o DGI, hay plazo in
cierto (rectus: indeterminado), siendo previo a la demanda de escri
turación la de fijación de plazo como punto de partida de la mora
1
CNCiv., sala A, L.L. 110-571.
2
CNCiv., salaD, L.L. 88-141.
3
Cám. Civ. I
a
, L.L. 8-682.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
del deudor
4
. Si se obliga a escriturar en cuanto "la tramitación per
tinente lo permita", hay una concesión prudencial del adquirente a
aquél y no un plazo indeterminado o incierto estipulado a favor del
vendedor, por lo que corresponde fijar razonablemente el plazo
5
. Si
se conviene escriturar dentro de los ciento ochenta días a contar de
la fecha del boleto por ante instituciones oficiales, hay plazo incierto
(rectus: indeterminado), por lo que corresponde fijar judicialmente el
plazo
6
.
3. Demanda de cumplimiento y tácito
reclamo de fijación de plazo
El pedido de fijación de plazo para el cumplimiento de la obligación
no requiere ser expreso, habiéndose decidido que la demanda por cum
plimiento de contrato lleva alojado el pedido de fijación de plazo de
ejecución de las respectivas obligaciones
7
.
Art. 752 Si por el acto de la obligación se autorizare al deudor para
hacer el pago cuando pudiese o tuviese medios de hacerlo, se
observará lo dispuesto en el artículo 620.
Concordancia: art. 620.
A) Bibliografía especial
S A L A S , A. E., Obligaciones a mejor fortuna, en J.A. 1962-11-367; D A S SE N ,
J., Obligaciones a satisfacer cuando el deudor pueda o tenga los medios
para hacerlo,
en J .A. 43-989; OLIVERA, J . H. ,
Obligaciones a mejor
fortuna, en J.A. 1954-11-356.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligaciones a mejor fortuna. 2. Naturaleza. 3. Fijación de plazo. 4.
Cesación.
4
CNCiv., sala F, J.A. 1961-11-215.
5
CNCiv., sala C, J.A. 1960-1-420.
6
CNCiv., sala B, J.A. 1960-11-136.
7
CNCiv., sala E, L.L. 130-616; sala D, E.D. 4-567.
Art. 752
1. Obligaciones a mejor fortuna
Es una cláusula en la cual los contratantes acuerdan postergar el
cumplimiento de la obligación hasta tanto el deudor mejore sus posi
bilidades de pago, disponga de dinero suficiente, o en general cuando
las circunstancias personales le posibiliten el cumplimiento (De Gás-
peri-Morello, Dassen, Salas, Busso, Llambías, Salvat-Galli, Trigo Re
presas, Lafaille).
2. Naturaleza
No es totalmente uniforme la opinión de los autores. Algunos sos
tienen que se trata de una cláusula que importa una "condición" casual
o mixta, pues el hecho condicionante resulta futuro e incierto, ya que
consiste en una mutación de la situación económica del deudor (Boffi
Boggero, Galli).
Otros autores, que son mayoría en la doctrina nacional, entienden
que se trata de un "plazo incierto", a lo que Salas agregó intuitupersona;
(Salas, Rezzónico, Colmo, Llambías, Busso, Salvat-Galli). Es decir,
la obligación de pago a "mejora de situación económica", o "cuando
el deudor se encuentre en condiciones de pagar", importa que las partes
han diferido el cumplimiento y es necesario que se determine el tiempo
de su concreción. Se agrega lo de
intuitu persona;
porque este beneficio
no se traslada a los sucesores mortis causa, con el fallecimiento del
deudor concluye el beneficio (Trigo Represas, De Gásperi-Morello,
Salas,
Olivera).
3. Fijación del plazo
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 620, que resulta
ser la referencia del artículo 752, el juez, a pedido del acreedor, debe
establecer el momento del vencimiento de la obligación y, por lo tanto,
el momento del pago.
La demostración de la "mejoría de fortuna" será acreditada y de
mostrada por el reclamante, ya que en caso contrario puede dar lugar
a que se rechace la demanda (Salas, Busso, Salvat, Trigo Represas);
aunque otros autores consideran innecesaria dicha prueba, pues sola
mente se trataría de establecer un plazo para que en un tiempo razonable
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
pueda cum plir (Galli, Llam bías), y además que, si no mejoró de fortuna,
resulta de inutilidad práctica condenarlo a pagar (Llambías).
4. Cesación
El término que impone la cláusula para el cumplimiento concluye
en dos circunstancias: a) con la sentencia judicial que lo hace exigible;
b) con la muerte del deudor (Borda, Salas, Trigo Represas, Salvat-G alli,
Llambías, Lafaille), y c) con la declaración de quiebra o concurso del
obligado.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Naturaleza. 2. Prueba del cambio de situación económica. 3. Cuotas. 4.
Prescripción.
1. Naturaleza
La cláusula del pago "cuando mejore de fortuna" constituye una
especie de plazo incierto, y no una condición'.
2. Prueba del cambio de situación económ ica
El acreedor debe demostrar la mejoría de fortuna para la desig
nación de la fecha del pago
2
. En contra: El acreedor no se encuentra
obligado a probar la mejoría de fortuna del deudor para que se proceda
a fijar el momento del tiempo del pago
3
. Si el deudor demandado
demuestra que no mejoró de fortuna, corresponde el rechazo de la
demanda
4
.
1
C.S.J. de la Nación, J.A. 1943-IV-748; CNCiv., sala A, L.L. 91-512; sala B,
L.L. 104-104; sala C, L.L. 85-617; sala B, L.L. 138-708; CNCom., J.A. 72-116;
SCBA, J.A. 69-749; CFed. de La Plata, J.A. 40-82; CNCiv., sala H, E.D. 166-384;
sala E, E.D. 80-278.
2
CNCiv., sala A, L.L. 91-512; sala B, L.L. 138-708; CNCom., sala B, J.A.
1954-11-538; Cám. Civ. I
a
, J.A. 43-989.
3
CNCiv., sala B, J.A. 1962-11-397; sala C, J.A. 1956-IV-142; sala B, J.A. 1961-
1-247; sala D, L.L. 99-669; sala A, L.L. 83-600; CCC de Mercedes, J.A. 1956-1-222;
SCBA, J.A. 1947-IV-313; CFed. de Bahía Blanca, J.A. 75-623,
4
Cám. Civ. 2
a
, J.A. 1942-1-374.
Art. 753
3. Cuotas
El tribunal puede disponer el pago en cuotas condicionadas a la
situación del deudor, en interpretación de la cláusula de pago a mejora
de fortuna
5
.
4. Prescripción
La prescripción de la acción comienza a partir del cambio de la
situación económica del deudor
6
. La prescripción comienza a partir
del acto constitutivo de la obligación
7
.
Art. 753 Puede el acreedor exigir el pago antes del plazo, cuando el
deudor se hiciese insolvente, formando concurso de acreedores.
Si la deuda fuese solidaria, no será exigible contra los codeu
dores solidarios, que no hubiesen provocado el concurso.
Concordancias:
arts. 572, 699.
A) Bibliografía especial
La del capítulo y la citada en el artículo 751.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Insolvencia declarada y caducidad del plazo. 2. Obligaciones so lidarias.
1. Insolvencia declarada y caducidad del plazo
La apertura del concurso del deudor o la declaración de su quiebra
producen la caducidad de todos los plazos suspensivos pendientes de
las obligaciones contraídas. Al igual que en lo dispuesto en el artículo
572,
la norma establece la necesariedad de que, ante el proceso uni
versal, todos los acreedores se encuentren en una situación de igualdad
y que la existencia de plazos no produzca una situación de diferen
ciación injusta. No tendría sentido que algunos acreedores deban es-
5
Cám. Civ. 2
a
, J.A. 1943-1-898.
6
Cám. Civ. 1", J.A. 1949-1-611; SCBA, J.A. 69-749.
7
CFed. de Bahía Blanca, J.A. 75-623.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
perar el vencimiento del término para solicitar el reconocimiento ju
dicial de su derecho (Salvat-Galli, Borda, Llambías, Cazeaux, Com
pagnucci de Caso, Busso, Diez-Picazo, Coviello).
En nuestra legislación es necesario que se produzca una insolvencia
de derecho o declarada judicialmente, a diferencia de los Derechos
francés e italiano, donde basta y es suficiente con la insolvencia de
"hecho" para que acaezca la caducidad del término (Giorgi, M essineo,
Weill-Terré, Terré-Simler-Lequette, etc.).
2. Obligaciones solidarias
De conformidad a lo aclarado en la segunda parte del artículo, el
efecto de caducidad del plazo no alcanza a los otros deudores solidarios,
quienes siguen teniendo para sí la postergación en la exigibilidad de
la obligación. Algunos autores sostienen -a mi entender erróneam ente-
que el acreedor solidario, en caso de concurso de un deudor, también
solidario, puede reclamar a los otros obligados invocando una especie
de efecto reflejo de la caducidad del plazo (Busso, Machado). La ma
yoría de la doctrina no efectúa este tipo de distingo y mantiene la
regla para todos los casos (Llambías, Lafaille, Salvat-Galli, Borda,
De Gásperi-Morello).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Insolvencia de derecho .
1. Insolvencia de derecho
La insolvencia prevista en el artículo 753 es la declarada o de
derecho, es decir, la que se verifica con la declaración de la quiebra
o presentación a concurso del deudor, y no la mera insolvencia de
hecho
1
. El deudor que se presenta a concurso de los acreedores queda
asimilado al quebrado, en cuanto confiesa su estado de insolvencia
patrimonial
2
.
1
CCC de San Nicolás, J.A. 1050-1V, sum. 101.
2
C2
a
CCom. de Córdoba, C.J. 7-123.
Art. 754
Art. 754 Puede también el acreedor exigir el pago antes del plazo, cuan
do los bienes hipotecados o dados en prenda, fuesen también
obligados por hipoteca o prenda a otro acreedor, y por el cré
dito de éste se hiciese remate de ellos en ejecución de sentencias
pasadas en cosa juzgada.
Concordancias:
arts. 3158 a 3161, 3889.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Caducidad del plazo a favor del acreedor hipotecario o prendario. 2.
Fundamento.
1. Caducidad del plazo
a
favor del
acreedor hipotecario o prendario
Estos acreedores que tienen un gravamen real sobre un objeto, se
benefician y pueden alegar la caducidad de un plazo suspensivo si la
cosa gravada resulta ejecutada y se ordena su venta a solicitud de otro
acreedor prendario o hipotecario (Colmo, Busso, Salvat-Galli, Borda,
Cazeaux).
Si bien el artículo se refiere a que los acreedores que solicitan la
subasta deben tener un gravamen real, se ha sostenido con buen criterio
que nada cambia si ese reclamo lo realiza un acreedor quirografario
(Colmo, Salvat-Galli, Llambías).
2. Fundamento
El fundamento resulta más práctico que técnico jurídico, tiende a
que cuando el bien gravado se vende judicialmente, los acreedores
hipotecarios o prendarios no tengan que esperar el vencimiento de sus
acreencias para reclamar el cobro. Por otro lado, como estos acreedores
tienen privilegio especial para el cobro, carece de sentido que los
fondos que son producto de la subasta, resten depositados hasta que
esos créditos se hagan exigibles (Salvat-Galli, Cazeaux, Alteri-
ni-Ameal-López Cabana, Rezzónico, Colmo).
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
A rt. 755 Si el deu dor qu isiere hacer pagos anticipados y el acreed or
recibirlos, no podrá éste ser obligado a hacer descuentos.
Concordancias: arts. 533, 570, 571.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Pago anticipado. 2. La falta de obligación legal de efectuar descuentos.
1.
Pago anticipado
El artículo 570, producto de la sabiduría del Codificador, dice que
el plazo se presume establecido a favor de ambos: acreedor y deudor,
salvo cuando por el objeto de la obligación o por otras circunstancias
pueda entendérselo de ot ra manera (Colmo, De Gásper i -Morel lo , Sal -
vat -Gal l i , Cazeaux, Bibi loni) .
Es ésta la razón por la cual el artículo dispone que esa regla so
lamente se pueda romper ante el acuerdo y la conformidad de las
partes; en el caso, es el deudor que paga anticipadamente y el acreedor
que recibe la prestación.
2. La falta de obligación legal de efectuar descuentos
Si el deudor paga antes del vencimiento, el acreedor que recibió la
prestación no está obligado a efectuar descuento alguno ni disminuir el
contenido de su pretensión. Poco importa que se produzca una varia
ción económica entre el valor del crédito al t iempo del pago y el que
pudiere tener al momento del vencimiento (Llambías, Cazeaux, Busso).
CAPÍTULO IV
DEL PAGO POR CONSIGNACIÓN
Bibliografía general
WAYAR, Ernesto C, El pago por consignación, doctrina y jurisprudencia,
Art. 756
Buenos Ai res ; SALERNO, Marce lo Urbano ,
La consignación por el deu
dor moroso, en L.L. 1995-337, nota al fallo de la CNFed.CC, sala II,
"Fr igor í f i co Moreno SA c /Segba SA" ; MORENO DUBOIS, E . , El pago
por consignación frente a la doctrina y la jurisprudencia,
en L.L . 118-
641 /672 ; LOIÁCONO, Vi rg i l io ,
El silencio del accionado por consigna
ción, en J .A. 15-1972-214/216, nota a fa l lo ; MOISSET DE ESPANÉS,
Luis , Mora del acreedor y pago por consignación, en J.A. 1977-11-707/710;
Reflexiones sobre las personas que pueden consignar,
en J.A . 1979-11-98;
C A R R A N Z A , J o r g e A . ,
Inconveniencia de aplicar la hermené utica teo
lógica de lo negocial a la unidad ontológica de lo obligacional, en J.A.
1986-11-34, nota al fallo de la CNCom., sala E, "Mariñanski SA c/El
A s t r a k a n S A " ; C O L O M B R E S , J u a n C a r l o s ,
Pago por consignación y de
pósito judicial del artículo 45 del decreto-ley 5965/63 , similitudes y di
ferencias, en L.L. 1982-B -870.
Art. 756 Pága se por consign ación, haciéndo se depó si to judic ial de la
suma que se debe.
Concordancias: arts. 759, 764 a 766.
A ) B i b l i o g r a f í a e s p e c i a l
La del capítulo.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. Definición. 2. Alcances. 3. Caracteres del pago por consignación. 4.
Procedimiento y juez competente. 5. Fundamentos del pago por consignación, a)
Protección del interés del deudor, b) El interés social, c) El derecho a liberarse. 6. El
pago por consignación y la extinción de la situación de m ora del deudor.
1. Definición
El pago por consignación puede definirse como el modo de extin
ción de las obligaciones que se verifica mediante la intervención ju
dicial solicitada por el deudor, que ejerce coactivamente su derecho
a liberarse, para suplir la falta de cooperación del acreedor o para
salvar obstáculos que imposibilitan el pago directo espontáneo.
HÉCTOR DANIEL ARCA
2. Alcances
Si bien el artículo 756 -literalmente interpretado- parece circuns
cribir la consignación sólo a las obligaciones de dar sumas de dinero,
es lo cierto que la consignación es un mecanismo al cual también se
puede acudir cuando se pretende la iteración coactiva de obligaciones
de dar cosas ciertas (arts. 764, 765), en las de dar cosas inciertas (art.
766) e, incluso, en obligaciones de no hacer (Wayar).
3. Caracteres del pago por consignación
El pago por consignación presenta los siguientes rasgos caracte
rísticos:
Debe ser judicial.
procedimiento judicial. Puesto que se trata del ejercicio coactivo de
un derecho (el que tiene el deudor para obtener su liberación), sólo
será legítimo en tanto se dé intervención al órgano jurisdiccional com
petente. El deudor carece de fuerza para imponer -privadamente y
por la fuerza- el pago a su acreedor (Lafaille, Falzea).
b) Es facultativo. En principio el deudor no está obligado a efectuar
la consignación judicial cuando el acreedor se niegue a recibir el pago
o existan obstáculos que imposibiliten el pago directo; se trata sólo
de una facultad que, como tal, puede dejar de usar. Es suficiente que
el deudor realice ofertas reales y efectivas de cumplimiento para que
cese su situación de mora (si incurrió en ella), sin que sea obligatoria
la consignación.
c) Debe respetar los principios generales que gobiernan el pago.
Así resulta de lo dispuesto en el artículo 758, según el cual la con
signación no tendrá fuerza de pago si no concurren, en cuanto a las
personas, objeto, modo y tiempo, todos los requisitos sin los cuales
el pago no puede ser válido. No concurriendo estos requisitos, el acree
dor no está obligado a aceptar el ofrecimiento de pago.
Es un remedio de carácter excepcional. Se presenta como un re
medio de corte excepcional pues sólo se puede acudir a él cuando el
acreedor se niegue a recibir el pago o existan obstáculos insalvables que
impidan el pago directo (Moreno Dubois, Lafaille, Llambías, Busso).
e) El juicio debe ser contencioso. Es necesario que se respete el
Art. 756
principio de contradicción, emplazándose al acreedor a contestar la
demanda; si no lo hace, el juicio seguirá su curso y se aplicarán las
reglas sobre el silencio en el proceso.
4. Procedimiento y juez competente
El pago por consignación debe ser tramitado según las reglas del
juicio sumario (Llambías). En materia de competencia, ésta se deter
mina según el lugar donde el pago debía ser efectuado, aunque el
acreedor no tenga su dom icilio en ese lugar; en tal hipótesis la demanda
se le notificará por exhorto y oficio, según corresponda.
5. Fundamentos del pago por consignación
a)
Protección del interés del deudor
Siempre que una persona debe soportar el peso de una obligación,
tiene correlativamente un legítimo interés en lograr la liberación de
ese peso. Y es este interés del deudor el que se protege mediante el
mecanismo del pago por consignación. Debe hacerse notar que en
materia de pagos anticipados no siempre será procedente la consig
nación, pues sólo cuando el deudor se reserve la facultad de pagar
anticipadamente y el acreedor se niegue a recibir el pago, será pro
cedente la consignación.
b) El interés social
El verdadero fundamento no está exclusivamente en el interés del
deudor de liberarse, sino en el interés social en que las obligaciones
se liquiden en la forma conveniente a los intereses en juego. Tanto el
interés del deudor como el interés social quedan satisfechos cuando
las obligaciones se extinguen, aunque para ello el solvens deba recurrir
al procedimiento de la consignación.
c) El derecho a liberarse
Al deudor le interesa primordialmente sustraerse a las cargas que
toda obligación trae aparejadas; por ello, el orden jurídico le brinda
HÉCTOR DANIEL ARCA
protección cuando el acreedor no quiere o no puede recibir el pago,
o cuando median obstáculos que hacen imposible el pago directo.
6.
El pago por consignación y la extinción
de la situación de mora del deudor
La situación de mora del deudor, definida como ¡a situación anormal
de retraso en el cumplimiento por la que atraviesa una relación de
obligación exigible, se da cuando por una causa imputable, el deudor
no satisface oportunamente la expectativa del acreedor, o éste rehusa
las ofertas reales que se le formulan, y subsiste mientras la ejecución
de la específica prestación, aunque tardía, sea posible y útil (Wayar).
Se considera que la mora es una situación esencialmente dinámica,
ya que tiende a cesar o extinguirse (Moisset de Espanés).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Concepto. 2. Procedencia. 3 . Efectos. 4. Respe to a los principios generales
del pago. 5. Remedio de carácter excepcional. 6. Carácter contencioso. 7. Juez
competente.
1. Concepto
El pago por consignación es una vía a la que sólo puede acudir
el deudor cuando resulta coartado el ejercicio de su derecho a pagar.
El actor, antes que nada, tiene que justificar el motivo por el cual
recurre a esa forma de pago excepción
1
.
2. Procedencia
Si el deudor conserva el derecho a satisfacer la prestación debida
y el acreedor la rechaza o no le acepta el pago, puede proceder a
consignarlo judicialmente
2
.
3. Efectos
Las ofertas del deudor, al tiempo que purgan su mora provocan la
1
CNCiv., sala A, L.L. 1977-D-668.
2
CNCiv., sala A, E.D. 89-310.
Art. 757
del acreedor; de tal suerte que a partir de las ofertas será el acreedor
quien soporte los riesgos de la cosa y en general sufra todos los efectos
de la mora
3
.
4. Respeto a los principios generales del pago
Se ha declarado que para que la consignación produzca los efectos
liberatorios del pago, deben reunirse los requisitos determinados por
los artículos 758 y 759 del Código Civil
4
.
5. Remedio de carácter excepcional
La consignación judicial se presenta como un remedio de corte
excepcional, pues sólo se puede acudir a él cuando el acreedor se
niegue a recibir el pago o existan obstáculos insalvables que impidan
el pago directo
5
.
6. Carácter contencioso
El artículo 756 del Código Civil indica que se paga por consignación
haciéndose depósito judicial de la suma que se debe, resultando, pues,
de su propia terminología que la intervención judicial es la caracte
rística fundamental de esta forma de cancelar la obligación
6
.
7. Juez competente
Es juez competente para entender en el juicio por consignación el
juez del lugar donde el pago deba hacerse
7
.
Art. 757 La consignación puede tener lugar:
1. Cuando el acreedor no quisiera recibir el pago ofrecido
por deudor.
3
CNCiv., sala E, J.A. 11-1978-151; E.D. 75-271; C2
a
CC de La Plata, sala III,
L.L. 1980-293.
4
SCBA, DJBA 79-251, L.L. 135-474.
5
CNCiv., salaF, L.L. 130-703.
6
CNCiv., sala F, L.L. 1980-A-419.
7
C.S.J. de la Nación,
Fallos:
75:214.
H É C T O R D A N I E L A R C A
2. Cuando e l acreedor fuese incapaz de recibir e l pago al
t iempo que e l deudor quis iere hacerlo .
3 . C ua nd o e l acreed or estuviese ausente .
4. C ua nd o fuese dudoso e l derech o del acreedor a recibir e l
p a g o ,
y concurrieren otras personas a exigir lo del deudor,
o cuando e l acreedor fuese desconocido.
5 . Cuando la deuda fuese embargada o retenida en poder
del deudor, y éste quisiere exonerarse del depósito.
6. C ua nd o se hu biese perd ido el t ítulo de la deu da .
7 . C ua nd o el deu do r del precio de inm uebles adquir ido s por
él , quisiera redimir las hipotecas con que se hallasen gra
vados .
Concordancias: Inc. I
o
: arts. 505, 727, 729. Inc. 2
o
: arts. 734, 73 5, 739. Inc. 3
o
: nota
al art. 509 y 3203. Inc. 4
o
: arts. 731 a 736. Inc. 5
o
: art. 736. Inc. 6
o
: art. 731.
Inc. 7
o
: arts. 1433, 3196.
A ) B i b l i o g r a f í a e s p e c i a l
La del capítulo.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. Los supuestos enumerados en el artículo 757 del Código Civil, a) La
negativa del acreedor a recibir el pago, b) Incapacidad del acreedor para recibir el
pago,
c) Ausencia del acreedor, d) Dudas en el derecho del acreedor. Concurrencia
de varias personas reclamando el mismo derecho. Acreedor desconocido, e) Embar
go, retención o gravamen sobre el derecho de crédito, f) Pérdida del título, g)
Redención de hipotecas. 2. Carácter meramente enunciativo del artículo 757. 3.
Otras causales no enumeradas en el artículo 757.
1. Los supuestos enumerados en el artículo 757 del Código Civil
a)
La negativa del acreedor a recibir el pago
La solución no admite réplica; cuando el acreedor se niega a recibir
el pago, el deudor puede recurrir a la consignación y obtener su libe
ración coactiva.
1) Cómo se acredita la negativa del acreedor. El deudor no tiene
más remedio que probar que el acreedor se negó a recibir la prestación;
así lo sostienen algunos autores (Salvat-Galli, Busso, Llambías). La
Art. 757
doctrina (Salvat, Rezzónico, De Gásperi, Morello, Cazeaux-Trigo Re
presas) afirma que esta negativa del acreedor se puede probar por
cualquiera de los medios permitidos por las leyes procesales. Es ésta
una verdad a medias (Wayar). Es verdad que el deudor puede acudir
a cualquier medio de prueba para acreditar el rechazo; adviértase, sin
embargo, que su actividad probatoria estará encaminada a la demos
tración de un hecho negativo: la omisión del acreedor en recibir la
prestación. Y a este respecto, una calificada doctrina se empeñó en
poner de relieve la imposibilidad de acreditar hechos negativos (E.
Couture, C. Lessona, Demolombe). Se dijo que tales pruebas son "dia
bólicas", "imposibles" o "tortuosas".
En síntesis, para que proceda la consignación por negativa del acree
puede demostrar que él realizó ofertas serias de cumplimiento y que
éstas fueron rechazadas por su acreedor. El rechazo de las ofertas
puede ser acreditado por cualquier clase de remedios, incluidas pre
sunciones (Ameal, Cazeaux-Trigo Represas).
2) La negativa del acreedor a recibir el pago y la situación de
mora del deudor. Negativa del acreedor antes de la mora del deudor.
La negativa del deudor a recibir el pago antes de que el deudor hubiere
quedado constituido en mora es del todo injustificada y autoriza ple
namente el pago por consignación. Deben examinarse dos hipótesis:
a) cuando el deudor queda incurso en mora en forma automática, y
b) cuando es necesaria la interpelación del acreedor:
a) Supuestos de mora automática (art. 509, primera parte). En
las obligaciones sometidas al régimen de mora automática im
puesto en el primer párrafo del artículo 509, el deudor no puede
realizar ofertas antes del vencimiento, pues ellas serían prema
turas; pero sí puede realizarlas después del vencimiento, ya que
en virtud de las ofertas purgará su mora y habilitará el camino
a la consignación (Wayar).
b) Cuando es necesaria la interpelación del acreedor. Antes de
la interpelación del acreedor el deudor no está en mora; en
consecuencia, está habilitado a ejecutar la prestación, para lo
cual debe proceder a formular las respectivas ofertas. Éstas, las
ofertas del deudor, constituyen la forma de constituir al acreedor
HÉCTOR DANIEL ARCA
en mora. Por ello, la jurisprudencia admitió siempre la posibi
lidad del deudor no moroso de ofertar y consignar con eficacia
(Diez-Picazo).
3) Negativa del acreedor después de la mora del deudor. Cabe
afirmar con énfasis que el deudor moroso tiene derecho a pagar tar
díamente. Los fundamentos, en tal sentido, son incontrovertibles y en
numerosos pronunciamientos la jurisprudencia ha reconocido este de
recho del moroso a pagar tarde. Por último, debe recalcarse que las
ofertas, para ser válidas y tener eficacia moratoria, deben ser reales,
es decir, comprensivas de la prestación originaria y del daño moratorio
derivado del retardo.
4)
Supuestos asimilados a la negativa del acreedor a recibir el pago:
I) Acreedor que se niega a extender recibo. Si el acreedor no
quiere extender el pertinente recibo, el deudor queda autorizado
a negarse a pagar y puede acudir al procedimiento consignatorio.
La prueba de que el acreedor no quiere otorgar recibo puede
ser intentada por cualquier medio, incluso presunciones, aunque
siempre será conveniente dejar constancia de esa negativa en
acta notarial (Wayar). Por idénticos motivos, el deudor puede
consignar cuando el acreedor, sin negarse a extender recibo,
pretende hacerlo a nombre de una persona distinta del deudor,
o cuando se quiere mencionar una suma menor a la realmente
pagada, o cuando se omite imputar el pago a la deuda que se
reclama. En suma, siempre que el recibo no reúna los requisitos
que le den plena eficacia cancelatoria, el deudor puede negarse
a pagar a su acreedor y puede acudir al procedimiento consig
natorio.
II) Cuando el acreedor no comparece a recibir el pago. Si el deudor
prueba que el acreedor no concurrió a recibir el pago, queda
habilitado para efectuar la consignación. Esa inconcurrencia del
accipiens
debe ser interpretada como una verdadera negativa a
recibir el pago (Wayar).
III) Cuando el acreedor no acepta las reservas que formule el deu
dor. Si el deudor pretende efectuar un pago, haciendo expresa
reserva del derecho de repetir lo pagado, y el acreedor se niega
a recibirlo, pues no acepta la reserva del deudor, éste puede
Art. 757
acudir al procedimiento consignatorio, ya que la conducta del
acreedor es arbitraria, carente de todo fundamento (Salvat).
IV) Cuando el acreedor hace remisión de la deuda y el deudor no
acepta. Cuando el acreedor hace remisión de deuda, puede pre
tender liberar a su deudor, y si éste no acepta ese perdón, puede
acudir al mecanismo consignatorio. El acreedor no puede obligar
al deudor a que deje de pagar; si éste quiere hacerlo, lo hará
aun contra la voluntad del accipiens.
b) Incapacidad del acreedor para recibir el pago
Según los principios generales sobre capacidad de las personas
contenidos en nuestro Código Civil (arts. 739 y 726), los incapaces
no pueden hacer ni recibir pagos. Recogiendo tales principios el inciso
2
o
del artículo 757 contiene un precepto por el cual se faculta al deudor
a recurrir a la consignación "Cuando el acreedor fuese incapaz de
recibir el pago al tiempo que el deudor quisiere hacerlo".
La causal prevista en este inciso sólo funciona cuando el acreedor
incapaz no tuviere representante legal al momento en que el deudor
pretende hacer el pago, pues de lo contrario las ofertas deben dirigirse
al representante legal del acreedor incapaz (Diez-Picazo).
Debe destacarse que el acreedor sometido a proceso concursal (a
cualquiera de los concursos previstos en la ley 24.522) está inhabilitado
para recibir
pagos;
por ende, la consignación no procedería en su contra;
el deudor debe dirigirse al órgano de la masa de acreedores (sindicatura)
y ofrecer el pago directo (Cámara, Fusaro, Bonfanti-Garrone, García
Martínez-Fernández Madrid, Kemelmajer de Carlucci).
) Ausencia del acreedor
Esta causal se configura cuando el acreedor, además de estar ausente
del lugar de pago, no deja persona autorizada para recibir el mismo.
El procedimiento consignatorio, en la causal que consideramos, es
diverso según que se trate de una simple ausencia del acreedor, o que
se trate de una persona declarada ausente por resolución judicial.
1)
Simple ausencia.
El inciso 3
o
del artículo 757 se refiere a la
simple ausencia, es decir, a aquella que se produce cuando el acree-
HÉCTOR DANIEL ARCA
dor no está presente en el lugar en que el pago debe ser realizado.
Es simplemente el hecho de no estar presente en el lugar designado
para pagar (Machado, Salvat, Lafaille, Busso, Llambías, Alteri-
ni-Ameal-López Cabana, Borda, Ameal). Algunos autores estiman
que es necesario, además, que se ignore el paradero del acreedor.
2) Ausencia declarada judicialmente. La cuestión es diversa cuan
do el acreedor es declarado ausente por resolución judicial según el
procedimiento previsto en los artículos 15 a 21 de la ley 14.394. El
pago en estos casos no puede ofrecerse al acreedor ausente, sino que
se debe dar intervención al juez que entiende en la causa de decla
ración de ausencia (De Gásperi-Morello).
d)
Dudas en el derecho del acreedor. Concurrencia
de varias personas reclamando el mismo derecho.
Acreedor desconocido
Este inciso comprende, en rigor, dos causales que habilitan la vía
de la consignación: a) la incertidumbre en el derecho del acreedor,
que se agudiza cuando concurren varias personas invocando idénticos
derechos; b) cuando el acreedor es desconocido.
1) Incertidumbre en el derecho del acreedor. Cuando el deudor
tiene motivos serios que lo hacen dudar acerca de quién es el verdadero
titular del crédito, está legitimado para consignar; si paga mal, se
puede ver obligado a pagar de nuevo. Nada más justo entonces que
acudir al juez para que decida -mediante el procedimiento consigna-
torio- quién es el verdadero acreedor y otorgarle a él la prestación
depositada. Las dudas deben ser serias y razonables, debiéndose te
ner siempre presente las circunstancias de cada caso (Borda, Busso),
no siendo necesario que para ello exista un pleito (Busso, Lafaille,
Llambías).
2) Acreedor desconocido. Cuando el deudor desconoce quién es el
acreedor, puede recurrir a la consignación; adviértase que no se trata
de inexistencia del acreedor, pues en tal supuesto se desintegraría el
vínculo por falta de sujeto activo, sino que existiendo un acreedor, el
deudor no sabe quién reviste esa calidad (Wayar).
Art. 757
e) Embargo, retención o gravamen
sobre el derecho de crédito
1) Crédito embargado. Cuando el embargo recae sobre la deuda,
impidiendo que el deudor efectúe el pago directo a su acreedor, puede
aquél recurrir a la consignación.
2) Retención de la deuda. Las palabras "deuda retenida" que utiliza
la ley comprende cualquier situación en que, sin cumplirse las forma
lidades del embargo, el deudor se ve en la necesidad de suspender el
pago al acreedor (Busso, Llambías, Wayar). En suma, la oposición al
pago formulada por un tercero crea una situación de incertidumbre
(inc.
4 , art. 757), que es la que da lugar a la consignación. También
se menciona que habría retención de deuda cuando el acreedor y un
tercero comunicaran al deudor que han convenido en que el primero
no puede cobrar hasta tanto se dilucide determinada cuestión (Busso,
Machado, Cazeaux-Trigo Represas).
3 Deuda prendada. Si el acreedor hubiera dado su crédito en prenda
a sus propios acreedores, el deudor debe abstenerse de pagar a su
acreedor, pues tal pago no sería válido (doct. del art. 736). Ante el
peligro que trae aparejado para el deudor tal situación, lo más seguro
es recurrir a la consignación, pues puede alegar el mismo derecho del
deudor cuya deuda ha sido embargada (Ameal).
f) Pérdida del título
Esta materia se halla sometida a las normas del Derecho Mercantil,
pues los títulos al portador son actos de comercio que hacen aplicable
esa legislación; ello no implica la solución que resulta del artículo
757,
inciso 6
o
, pues éste resulta aplicable en virtud del dispuesto en
el artículo 1 del Título Preliminar del Código de Comercio y del artículo
207 del mismo cuerpo. En el plano de las relaciones civiles, esta causal
podría funcionar siempre que sea necesaria la presentación de los títulos
en que conste la obligación; verbigracia, en la cesión de créditos es
necesaria la presentación del título (arts. 1434 y 1457), lo mismo en
la remisión de una deuda (art. 877) y en la constitución de prenda
(art. 3209).
HÉCTOR DANIEL ARCA
g) Redención de hipotecas
La ley ha querido proteger al adquirente de un inmueble hipotecado
sin asumir el compromiso contractual de cancelar la hipoteca; en tal
caso,
el adquirente puede optar entre recibirlo con el gravamen, pero
reteniendo el importe suficiente para su pago, o proceder a consignar
judicialmente el importe de la hipoteca a fin de lograr su cancelación
(R. Greco).
2. Carácter meram ente enunciativo del artículo 757
La doctrina está de acuerdo en sostener que la enumeración con
tenida en el artículo 757 tiene carácter solamente enunciativo de las
situaciones que con mayor frecuencia se presentan en la vida de re
lación. Por ello, se afirma que si la situación de un deudor no está
contemplada en alguno de los supuestos del artículo 757, pero a con
secuencia de ella aquél tiene reales dificultades para efectuar un pago,
o existe un serio riesgo de efectuar un pago equivocado que lo obligue
a pagar de nuevo, puede intentar el procedimiento consignatorio para
lograr su liberación coactiva.
3. Otras causales no enumeradas en el artículo 757
Siempre que el deudor o un tercero interesado enfrenten una difi
cultad seria que impida el seguro ejercicio de su ius solvendi, ellos
están legitimados para satisfacer el pago con intervención judicial. Las
dificultades deben ser reales, serias, fundadas; es decir, no porque
surja un pequeño inconveniente el deudor puede creerse con derecho
a consignar (Llambías). En suma, determinar cuándo las dificultades
que enfrenta el deudor tienen suficiente entidad como para habilitar
la vía del procedimiento consignatorio es una cuestión de hecho que
depende de las circunstancias de cada caso concreto, verbigracia: a)
cuando el acreedor no dispone lo necesario para recibir la cosa que
se le debe en el lugar convenido, en el momento, o en las condiciones
estipuladas; b) cuando el domicilio del acreedor es incierto o de acceso
peligroso o difícil; c) cuando existe pleito con relación al objeto del
pago,
y d) cuando existe controversia entre todos los acreedores acerca
de los privilegios que ellos ostentan sobre la cosa debida.
Art. 757
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. El deudor tiene la carga probatoria de la negativa del acreedor. 2. Ofertas
de pago. 3. Posibilidad de consignar del deudor moroso. 4. Negativa del acreedor.
Efectos. 5. Obstáculos del acreedor para otorgar recibo. 6. Falta de colaboración del
acreedor. 7. Negativa injustificada del acreedor. 8. Incertidumbre respecto de quién
es el acreedor. 9. Ausencia del acreedor. 10. Basta que el derecho que exhiba el
acreedor resulte "dudoso" mas no litigioso. 11. Acreedor desconocido. 12. Reden
ción de hipoteca. 13. Otras causales no previstas en la enum eración legal.
1. El deudor tiene la
carga
probatoria
de la negativa del acreedor
La procedencia de la demanda está sujeta a la prueba por el actor
de su afirmación -cu ando ella ha sido negada en el escrito de res po nd e-
de haber mediado un infructuoso ofrecimiento efectivo de pago
1
. El
obstáculo que autoriza la consignación debe ser serio, no es suficiente
la mera posibilidad de que el acreedor obstaculice el pago; debe, por
ello, el deudor probar inexcusablemente la negativa del acreedor a
recibir el pago
2
.
2. Ofertas de pago
Lo que debe ser materia de prueba en el juicio de consignación
no es la "intención de pagar" sino el hecho de que se ha ofrecido
efectivamente el pago y que el acreedor rechazó su ofrecimiento
3
.
3. Posibilidad de consignar del deudor moroso
Si bien el deudor conserva el derecho de satisfacer la prestación aun
cuando se encuentre en mora, al punto de que si el acreedor la rechaza
o no le acepta el pago puede proceder a consignarlo judicialmente,
la consignación es tardía si al tiempo de realizarla carece del derecho
de pagar, como ocurre cuando ha mediado rescisión del contrato
4
.
1
CNPaz, sala I, L.L. 123-707.
2
CPazLetr. de Santa Fe, Z. 1979-16-113; CCC de Bahía Blanca, DJBA 118-195.
3
CNECC, sala I, Bol. Jur. CNECC 612, N° 8334; CNCiv., sala A, L.L. 1975-C-73
y J.A. 28-1975-34.
4
CNCiv., sala A, L.L. 1980-A-124; SCBA, DJBA 83-205; CNFed.CC, L.L. 132-
73;
Cl
a
CC de Bahía Blanca, L.L. 132-1060, DJBA 84-238; J.A. 1968-IV-395.
HÉCTOR DANIEL ARCA
4. Negativa del acreedor. Efectos
Los hechos del acreedor que obstaculizan el pago, si bien autorizan
la consignación, no la hacen obligatoria, de modo que el deudor no
cae en responsabilidad por incumplimiento si, ante tales hechos, no
consigna oportunamente
5
. Constituido en mora el acreedor, no hay
razón alguna para que el deudor deba iniciar el juicio de consignación
al día siguiente
6
.
5. Obstáculos del acreedor para otorgar recibo
No sólo la negativa lisa y llana a otorgar recibo habilita la vía de
consignación; también ésta se abre cuando el acreedor pretende ex
tender recibo en términos
defectuosos o
dejando constancia improce
dente
7
.
6. Falta de colaboración del acreedor
Incurre en negativa el acreedor que no se presenta en el lugar y
fecha establecidos para el cumplimiento de la obligación
8
. Mismo cuan
do guarda silencio al telegrama donde se manifiesta esa negativa
9
.
7. Negativa injustificada del acreedor
Frente a la negativa infundada del acreedor de recibir un dinero,
le queda al deudor el recurso de la consignación en pago si es su
voluntad la conservación de los derechos emergentes de una estipu
lación sinalagmática por la cual se ha comprometido a pagar una suma
de dinero en un término o plazo fijos
10
.
8. Incertidumbre respecto de quién es el acreedor
Existe incertidumbre sobre el derecho del acreedor frente a la opo-
5
SCBA, DJBA 72-173.
6
CNFed., Sala Civ. y Com., L.L. 132-73.
7
C.S.J. de la Nación, Fallos: 267:212; CPaz, sala II, JA. 1954-IV-136; id., L.L.
58-516.
8
Cám. Civ. I
a
, J.A. 42-627.
9
SCBA, L.L. 59-400.
10
CNCiv., sala F, L.L. 114-88.
Art. 757
sición de un tercero que denuncia al vendedor de la mercadería como
un simple intermediario en la operación, y el cuestionado vendedor no
puede acreditar con instrumentos válidos su condición de ta l" . También
hay incertidumbre cuando dos personas se presentan y sostienen ser
- los únicos (de modo excluyente) ganadores de una rifa
12
.
9. Ausencia del acreedor
Queda abierta la vía consignatoria cuando el acreedor desaparece
de su domicilio sin dejar persona autorizada a recibir el pago
13
. Si
fallece el acreedor y se desconoce quiénes son sus sucesores, se ha
declarado procedente la consignación
14
.
10. Basta que el derecho que exhiba el acreedor
resulte dudoso mas no litigioso
La ley no habla de "derechos litigiosos" sino simplemente de "du
dosos"; por ello, no es necesario para que se configure esta causal
que exista un pleito entre acreedores; basta que sean varios los que
invoquen frente al deudor el mismo derecho para que éste quede ha
bilitado a recurrir al procedimiento de consignación
15
.
11. Acreedor desconocido
El supuesto de acreedor desconocido puede presentarse cuando,
habiendo fallecido el titular del derecho de crédito, el deudor desconoce
quiénes son sus herederos
16
.
12. Redención de hipoteca
Esta causal funciona cuando el adquirente, al comprar la cosa hi
potecada, asumió la obligación de cancelar este gravamen; no puede
11
Cám. Com., J.A. XV-137.
12
C3
a
CC de Córdoba, BJC 4-316.
13
Cám. Civ. 2
a
, L.L. 4-364.
C2 CC de La Plata, sala III, L.L. 101-505; ídem, L.L. 57-140.
15
Cám. Com., 13.255, J.A. XV-137.
16
C2
a
CC de La Plata, L.L. 57-140; Cám. Civ. I
a
, L.L. 17.489; C2
a
CC de La
Plata, sala III, L.L. 101-505.
HÉCTOR DANIEL ARCA
valerse del procedimiento consignatorio, sino que tiene que respetar las
cláusulas contractuales, y, por ende, efectuar el pago directo al acreedor
hipotecario
17
. El segundo acreedor hipotecario no está comprendido
en el inciso T del artículo 757; este acreedor hipotecario (de segundo
rango) no está autorizado para consignar en pago a favor del acreedor
hipotecario de primer rango, el importe del crédito de éste
18
.
13.
Otras causales no previstas en la enumeración legal
Cabe admitir la vía de la consignación cuando algunos de los coa
creedores de un deudor intiman a éste a pagar una cantidad que no
era la que correspondía
19
; cuando el acreedor se niega a extender recibos
con las constancias exigidas por la autoridad que controla el destino
de los bienes
20
; cuando existe controversia sobre el crédito entre acree
dor y deudor
21
. Cabe admitir la consignación si la intimación reiterada
hecha por el deudor al acreedor para que acepte el saldo de una cuenta
simple de gestión, autoriza a éste a utilizar el procedimiento de la
consignación si demuestra que no es el titular de uno de los créditos
que le atribuye su deudor
22
.
Art. 758 La consignación no tendrá la fuerza de pago, sino concurriendo
en cuanto a las personas, objeto, modo y tiempo, todos los
requisitos sin los cuales el pago no puede ser válido. No con
curriendo estos requisitos, el acreedor no está obligado a acep
tar el ofrecimiento del pago.
Concordancias:
arts. 570, 574, 602, 607, 619, 726, 729, 731, 734, 735, 740, 742,
744,
747, 750, 760.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
17
C l
a
CC de Bahía Blanca, J.A. 1970, N° 7, sec. Prov., p. 640, fallo 2075.
18
Cám. Civ. 2
a
, J.A. 50-149.
19
CNCiv., sala A, E.D. 44-351.
20
CFed. Capital, L.L. 33-226.
21
CFed. de Mendoza, Jur. Mendoza 8-129.
22
S.T. de Santa Fe, J. 20-46.
Art. 758
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Enum eración de los requisitos de adm isibilidad. 2. Legitimación activa. 3.
Legitimación pasiva. 4. Requisitos atinentes al objeto de la prestación que se
consigna, a) Principio de identidad, b) Principio de integridad, c) La consignación y
el tiempo de pago: el principio de puntualidad, d) Puntualidad y consignación en las
obligaciones de plazo determinado: cierto o incierto, e) La consignación no puede
ser prematura, f) La consignación puede ser tardía. 5. Requisitos relativos al lugar.
1. Enum eración de los requisitos de admisibilidad
En materia de pago por consignación existe un precepto que debe
ser considerado como ariete del sistema legislado por Vélez Sársfíeld:
el artículo 758, en virtud del cual, para que un pago por consignación
tenga éxito debe realizárselo respetando los principios que gobiernan
el pago y que se refieren a las personas intervinientes (sujetos del
pago),
al objeto debido (identidad e integridad), al modo, al tiempo
y al lugar.
2. Legitimación activa
Se hallan legitimados activamente para promover una demanda ju
dicial por consignación todos aquellos que -dentro de determinada
relación de obligación- tienen derecho a pagar (Belluscio-Zannoni,
Alterini-Ameal-López Cabana, Cazeaux-Trigo Represas, Llambías,
Busso).
En primer lugar, el deudor, ya sea que revista esta calidad como
obligado principal, o como obligado en subsidio (fiador, avalista, etc.);
en segundo lugar, cualquier tercero interesado, entendiéndose por este
último todo aquel que, sin intervenir en determinada relación jurídica,
se puede ver beneficiado o perjudicado jurídicamente por las conse
cuencias derivadas de dicha relación, por estar vinculado en razón de
algún derecho con los sujetos o con el objeto del negocio jurídico. El
interés del tercero, en la medida en que tiende a proteger su propio
patrimonio, es atendible, y el derecho debe brindarle la posibilidad de
consignar por su deudor obteniendo la liberación coactiva de éste (Co
lumbres Garmendia).
Cuando el tercero intenta el pago por consignación puesto que la
ley le reconoce el derecho a pagar, debe ejercerlo como tercero y no
HÉCTOR DANIEL ARCA
como deudor; de lo contrario se estaría admitiendo una sustitución
procesal anómala (Llambías, Borda, Cazeaux-Trigo Represas).
Consignación intentada por un incapaz. Si el acreedor acepta el
pago hecho por el incapaz y ninguno de los interesados en proteger
los intereses de éste ataca el acto, el acreedor no puede pretender la
invalidez del pago, por aplicación de los principios generales -la nu
lidad no puede ser invocada contra los incapaces por la parte capaz-
(Wayar).
3.
Legitimación pasiva
son: el acreedor o el tercero autorizado por éste a recibir el pago.
Ellos son los destinatarios del pago; por tanto, es a ellos a quienes
hay que demandar; si la acción se dirige contra una persona distinta
del acreedor o contra un tercero no autorizado a recibir la prestación,
debe ser rechazada de plano (Borda, Busso, Alterini-Ameal-López
Cabana, Ameal, Llambías).
Si la demanda se dirige contra un incapaz, podrá ser detenida por
la excepción de falta de personería en el demandado; aunque esa de
fensa no se intente, todas las actuaciones que se realizaren contra el
incapaz serían nulas, pues estaría comprometido su derecho de defensa
en juicio (art. 18, Const. Nac); por ello, se aconseja integrar la litis
con el ministerio encargado de velar por los intereses de los incapaces
(Llambías).
. Requ isitos atinentes al objeto de la prestación que se consigna
Para que una consignación sea plenamente eficaz, debe verificarse
respetando los principios de identidad e integridad, pues con ellos se
resguarda la exactitud del objeto. Tales principios imponen al deudor
el deber de dar, hacer o no hacer exactamente io que se comprometió
a dar, hacer o no hacer.
a) Principio de identidad
Se requiere identidad cualitativa entre el objeto del pago y el de
la deuda. El deudor no puede ofrecer -menos imponer- ni el acreedor
Art. 758
pretender una conducta diferente de la establecida. Nuestro ordena
miento recoge este principio en el artículo 740 para las obligaciones
de dar y en el artículo 741 para las de hacer (Cazeaux-Trigo Represas).
b) Principio de integridad
Para que la conducta del deudor tenga fuerza solutoria debe ser
cuantitativamente igual a la debida. Por su aplicación, está prohibido
al deudor realizar entregas parciales y al acreedor reclamarlas, salvo
que dispongan lo contrario. De la integridad se ocupan los artículos
673, 742 y 744 (Colmo).
c)
La consignación y el tiempo de pago:
el principio de puntualidad
La consignación sólo será válida cuando se verifique respetando
los principios que rigen el pago (art. 769). Entre tales principios está
enumerado el de puntualidad.
Para que el pago sea puntual debe ejecutárselo en la oportunidad
designada por la voluntad de las partes o por la ley; ni antes ni después.
La solución es diversa según que la obligación esté sometida a un
plazo expreso y cierto, o a un plazo tácito, o a un plazo indeterminado
propiamente dicho, o sea pura y simple (Wayar).
d) Puntualidad y consignación en las obligaciones
de plazo determinado: cierto o incierto
Un plazo es determinado cuando en el acto constitutivo de la obli
gación queda previsto cuál será el acontecimiento -futuro e inevitable-
que indicará la llegada de dies ad quem, o el límite final. Al contrario,
el plazo es indeterminado cuando, al nacer la obligación, no se prevé
cuál será el evento que indicará el fin. El plazo determinado, a su
vez, puede ser cierto o incierto.
Un plazo determinado es cierto cuando se sabe exactamente la
época en la que habrá de ocurrir el acontecimiento previsto del límite
final del plazo, es decir, es conocible a priori (doct. art. 567). El plazo
determinado es incierto cuando no se conoce la época en que habrá
HÉCTOR DANIEL ARCA
de ocurrir el evento previsto como término final del plazo, o sea, es
conocible a posteriori (Moisset de Espanés-Merino, Greco).
e) La consignación no puede ser prematura
Según el sistema de nuestro Código (art. 755 y su nota), el plazo
se presume establecido a favor de ambas partes; en consecuencia, nada
autoriza al deudor a pretender efectuar pagos anticipados -salvo que
el acreedor quisiere recibirlos, en cuyo caso no estará obligado a hacer
descuentos-, y este principio se aplica sin restricciones en materia de
consignaciones (Moreno Dubois, Llambías, Cazeaux-Trigo Represas,
Ameal, Alterini-Ameal-López Cabana).
f) La consignación puede ser tardía
El principio de puntualidad no puede tener una vigencia absoluta
en materia de obligaciones sujetas a plazo cierto. De lo contrario, si
se pretendiera una aplicación inexorable de ese principio, podría afir
marse que la consignación nunca podría funcionar en esta clase de
obligaciones. Por el contrario, mientras subsista la situación de mora
solvendi -sin importar que a esta situación se llegue por el vencim iento
del plazo o mediante la interpelación-, el deudor conserva el deber y
el derecho de pagar y liberarse; el ejercicio de este derecho está con
dicionado a la previa purga de la mora y a respetar la integridad de
la prestación consignada (Wayar).
Puntualidad y consignación en las obligaciones de plazo tácito y
en las de exigibilidad inmediata:
I) Obligaciones de plazo tácito. En las obligaciones de este tipo
el deudor tiene derecho a consignar antes de ser interpelado por el
acreedor, siempre que con carácter previo formule ofertas concretas
de pago. En caso de ser interpelado, y, por tanto, quedar incurso en
mora, también podrá efectuar una consignación válida, siempre y cuan
do proceda previamente a purgar su mora, lo que también se logra
por medio de ofertas de pago.
El deudor puede consignar antes o después de ser interpelado, pero
en diferentes condiciones:
a) Antes de ser interpelado, bastará que efectué las ofertas de pago
Art. 758
-que se limitarán a la específica prestación debida, sin acreci
das - para poner en mora al acreedor y abrir el camino a la
consignación,
b) Por el contrario, si el deudor es interpelado y cae en mora, las
ofertas tendrán que incluir no sólo la prestación originaria sino
también intereses, etcétera.
II) Obligaciones de exigibilidad inmediata. Por las obligaciones
puras y simples se entiende aquellas cuya exigibilidad es inmediata;
es decir, su cumplimiento puede ser exigido inmediatamente de quedar
constituido el vínculo (Puig Brutau, Roitman, Fariña). Para esta clase
de obligaciones se aplica el mismo régimen que para las obligaciones
de plazo tácito, de modo que son aplicables los conceptos inmediata
mente antes vertidos: el deudor está en condiciones de consignar la
prestación debida inmediatamente de quedar constituido el vínculo, a
condición de que efectúe ofertas previas.
Si el acreedor se anticipa e interpela primero, será moroso el deudor,
pero ello no implica que pierda el derecho a pagar
tarde;
deberá primero
purgar su mora y luego intentar la consignación.
III)
Puntualidad y consignación en las obligaciones sin plazo
(arts. 509, tercera parte, 618, 751). El deudor en ejercicio de su derecho
a pagar y liberarse, está en condiciones de solicitar al órgano juris
diccional, en un mismo proceso sumario, la fijación del plazo de cum
plimiento e intentar su liberación coactiva por medio de la consigna
ción, depositando la prestación debida una vez dictada sentencia que
fije el día en que aquélla debe cumplirse (Wayar).
5. Requisitos relativos al lugar
Si bien el artículo 758 no enumera entre los requisitos que deben
concurrir para que el pago por consignación sea eficaz el relativo al lugar
de cumplimiento, no obstante dicha omisión nadie duda de que dicho
recaudo también debe ser observado para que el intento liberatorio sea
eficaz (Salvat-Galli, Lafaille, Busso, Llambías), o sea, si la consigna
ción se hace en lugar distinto del que correspondiere (vgr., si el pa
go debe hacérselo en el domicilio del deudor y éste lo intenta en el lu
gar del domicilio del acreedor), la consignación debe ser rechazada.
HÉCTOR DANIEL ARCA
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Personas. 2. Objeto. 3. Integridad del pago y abuso del derecho. 4. Principio
de puntualidad. 5. La consignación no puede ser prematura. 6. La consignación
puede ser tardía. 7. Límite al derecho de consignar tardíamente. 8. Obligaciones de
plazo tácito. 9. Obligaciones de exigibilidad inmediata. 10. Requisito relativo al
lugar. 11. Modo de cumplimiento.
1. Personas
No procede la consignación efectuada a nombre propio por quien
invoca una calidad que no le pertenece
1
o si se abstiene de indicar el
carácter en que paga
2
.
No es procedente la consignación efectuada por un tercero que persi
gue con ello consolidar derechos locativos que no
le
pertenecen
3
. Cuando
el tercero intenta el pago por consignación debe hacerlo como tal, y no
invocando la investidura o calidad de su deudor
4
. Es válido afirmar que
la demanda de consignación puede ser intentada contra el acreedor, sus
herederos, sus representantes y contra los terceros habilitados para reci
bir el pago
5
. Por el contrario, si la consignación se intenta contra quien
no está legitimado pasivamente para recibir el pago, debe ser rechazada
6
.
2. Objeto
Es improcedente la consignación, por incom pleta, del capital sin los
intereses correspondientes
7
u omitiendo el pago de las costas
8
o cuando
la intimación no se ajusta al monto de la intimación practicada en el
juicio
9
.
1
CPaz, sala III, G.P. 109-227; ídem, sala IV, G.P. 125-51.
2
CPaz, sala IV, L.L. 102-113; ídem, sala II, L.L. 104-352.
3
CNCiv., sala A, J.A. 1952-IV-363; CPaz, sala II, E.D. 1-741; ídem, sala III,
G.P. 125-84; sala IV, G.P. 125-5; Cl
a
CC de La Plata, J.A. I961-V-534; Cám. de
4
S.C. de Mendoza, L.L. 97-92 (4142-S); CNCiv., sala A, J.A. 1952-IV-363.
5
CN Civ., sala E, L.L. 129 -393; C2
a
CC de La Plata, sala I, L.L. 144-569, 28.347-S.
6
CNPaz, sala I, E.D. 30-427.
7
CNCiv., sala A, L.L. 99-792, 4999-S; ídem, sala D, E.D. 61-289, L.L. 93-124,
sum.; CNCom., sala A, J.A. 1959-V-632; SCBA, J.A. 1948-11-535, L.L. 51-177.
8
Cám. Civ. I
a
, J.A. 8-110, 4-238; Cám. de Tucumán, J.A. 32-1192.
9
CNCiv., sala F, L.L. 99-804, 5114-S.
Art. 758
Cumplidos los requisitos de identidad e integridad resulta factible
extender al cumplimiento forzado la naturaleza jurídica del pago, de
tal modo que, siendo un acto jurídico unilateral, no ha requerido la
aceptación del acreedor, pues la actitud del accipiens debe limitarse
en tales casos a la mera recepción del pago
10
.
Cuando la suma que se pretende consignar es en parte líquida y
en parte ilíquida, la consignación es válida si se deposita la cantidad
líquida y se ofrece cumplir con el saldo una vez producida la liqui
dación. En tal caso, el acreedor no puede rechazar el depósito arguyendo
que se trata de un pago parcial
11
. Corresponde rechazar la consignación
que no satisface las exigencias de los artículos 756, 758 y concordantes
del Código Civil
12
. No resulta viable la consignación si sólo se han
depositado las cuotas adeudadas, omitiéndose el pago de intereses pu-
nitorios ya devengados
13
.
3. Integridad del pago y abuso del derecho
Existen algunos precedentes jurisprudenciales en el sentido de no
tolerar la consignación por insuficiencias consideradas mínimas, con
relación al monto efectivamente adeudado
14
. Por el contrario, también
se ha decidido que no cabe el rechazo de la consignación por un
faltante para completar el depósito pues dada la pequenez de la suma
debe suponerse un error material, revelando tal conducta poca lealtad
negocial y procesal y un abusivo rigorismo
15
.
4.
Principio de puntualidad
La mora del deudor no obsta a una consignación válida siempre
que la obligación subsista y que aquél complemente la deuda originaria
con las prestaciones adicionales derivadas de su mora
16
. El deudor
10
CNCom., sala B, E.D. 78-456.
11
CNCiv., sala C, L.L. 136-1121; ídem, sala A, L.L. 154-506; sala D, L.L.
156-387.
12
C.S.J. de la Nación, E.D. 94-87.
13
SCBA, L.L. 150-653; DJBA 99-193.
14
CNPaz, sala III, L.L. 148-661; CNECC, sala I, L.L. 1977-C-605.
15
CNCiv., sala C, L.L. 1978-D-651, 34.537-S.
16
CNCiv., sala A, E.D. 60-632, 43.290.
HÉCTOR DANIEL ARCA
moroso puede consignar válidamente y a su vez constituir en mora al
acreedor, siempre que su depósito comprenda y satisfaga todos los
efectos derivados de la situación de mora existente
17
.
5. La consignación no puede ser prematura
Siendo que el plazo se establece a favor de ambas partes, nada
autoriza al deudor a pretender efectuar pagos anticipados -salvo que
el acreedor quisiere recibirlos-, en cuyo caso no estará obligado a
hacer descuento, y este principio no se aplica sin restricciones en ma
teria de consignaciones
18
. Para el supuesto de una obligación que no
tuviere plazo establecido, la pretensión del deudor de pagar antes de
que aquél quede determinado, debe estimársela como prematura
19
.
6.
La consignación puede ser tardía
La circunstancia de estar el deudor en mora no significa que que
de condenado sin remisión a permanecer perpetuamente en ese esta
do sin poder purgarlo, entregado a la discreción del acreedor, quien
con sólo permanecer inactivo prolongará su situación sine die, si le
place, agravando las consecuencias del retardo, en perjuicio del obli
gado,
aunque éste se encuentre dispuesto a pagar
20
. Cuando el deu
dor moroso no pueda justificar su retraso, siempre que purgue su mo
ra ofreciendo pagar una prestación íntegra está habilitado para con
signar
21
.
7. Límite al derecho de consignar tardíamente
Si bien es posible aceptar que el pago por consignación no se
produzca el mismo día del vencimiento de la obligación, lo que no
se puede aceptar razonablemente es que la demanda por consignación
sea incoada doscientos veinte días después de producido, a menos que
17
SCBA, J.A. Reseñas 1969-11, sum. 6.
18
CNPaz, sala
111,
L.L. 94-444; Cám. Com. Capital, L.L. 25-368.
19
CNCiv., sala D, E.D. 29-420; ídem, 66-650.
20
CrCC de Bahía Blanca, L.L. 132-1060 (18.532-S), DJBA 84-238 y J.A. 1968-
IV-395.
21
CNCiv., sala D, L.L. 1979-A-187.
Art. 758
en el transcurso de ese exagerado plazo haya sido justificada por el
deudor la existencia de hechos que tornen imputable semejante atraso
22
.
Si bien se ha entendido que el estado de mora no constituye un im
pedimento para que el deudor pueda hacer una consignación válida,
es menester no sólo que sea completa y con sus accesorios derivados
del estado de mora, sino que es necesario que la obligación subsista,
es decir, que en el ínterin el acreedor no haya fundado en el incum
plimiento su derecho a resolver el contrato
23
.
8. Obligaciones de plazo tácito
La jurisprudencia ha reconocido unánimemente el derecho del deu
dor a consignar antes de incurrir en mora
24
.
9. Obligaciones de exigibilidad inmediata
Para un concepto de exigibilidad, se ha decidido que por obliga
ciones puras y simples se entiende aquellas cuya exigibilidad es in
mediata; es decir, su cumplimiento puede ser exigido inmediatamente
de quedar constituido el vínculo
25
. Para esta clase de obligaciones se
aplica el mismo régimen que para las de plazo tácito.
10.
Requisito relativo al lugar
No corresponde la consignación si la oferta de pago que la ha
precedido, que debe ser apropiada en cuanto al objeto, modo y tiempo
del pago, falla en cuanto a este requisito por haber sido practicada en
un lugar distinto del señalado para ello
26
. No procede la consignación
si el deudor cambia unilateralmente el lugar convenido para el pago
de los arriendos pactados
27
.
22
S.C. de Mendoza, sala I, L.L. 131-1141 (17.898-S).
23
CNCiv., E.D. 91-708, ídem, sala A, E.D. 68-166; ibídem, E.D. 19-247.
24
SCBA, AS 1963-1-82; ídem, DJBA 72-173 y 117-454; CNCiv., sala D, L.L.
125-780 (14.925-S).
25
CNCiv., sala B, L.L. 1976-C-255.
26
CNCiv., sala A, E.D. 43-290.
27
C2
a
CC de La Plata, sala I, L.L. 144-569, 27.347-S.
HÉCTOR DANIEL ARCA
11.
Modo de cumplimiento
La consignación también debe respetar los requisitos atinentes al
"modo" en que el pago debe efectuarse. Debe ser interpretada en el
sentido de que la prestación debe ser consignada en la forma estipulada
por las partes, o, en caso contrario, en la forma que normalmente
corresponde, según la naturaleza y circunstancias de la obligación
28
.
Art. 759 La consignación hecha por depósito judicial, que no fuese im
pugnada por el acreedor, surte todos los efectos del verdadero
pago.
Si fuese impugnada, por no tener todas las condiciones
debidas, surte los efectos del pago, desde el día de la sentencia
que la declare legal.
Concordancias: arts. 756, 761, 764, 3192.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
P resupuestos de la consignación judicial, a) Primer presupuesto: Existencia
de un deber de cumplimiento impuesto por una relación de obligación, b) Segundo
presupuesto: Ejecutabilidad de la obligación (deuda en estado de ser cumplida), c)
Tercer presupuesto: Existencia de dificultades reales que imposibiliten el pago
directo. 2. Consecuencias del pago por consignación, a) Efectos de la consignación
antes de ser aceptada por el acreedor o declarada válida por sentencia judicial, b)
Influencia de la situación jurídica del consignante (concursos, embargos) sobre la
cosa depositada mientras la consignación no se perfeccione, c) Consecuencias del
pago por consignación, d) Influencia de la consignación sobre otros juicios seguidos
entre las mismas partes.
1. Presupuestos de la consignación judicial
a) Existencia de una obligación que imponga al deudor el cumpli
miento de determinada prestación.
b) Que el deber de prestación puesto al deudor se halle en condi
ciones de ejecutabilidad (en estado de cumplimiento).
28
CNCiv., sala D, E.D. 54-512.
Art. 759
c) Que el deudor esté frente a alguna de las causales que impiden
y/u obstaculizan el pago directo y espontáneo.
a) Primer presupuesto: Existencia de un deber de cumplimiento
impuesto por una relación de obligación
La consignación en pago supone la preexistencia de una relación
de obligación que imponga al deudor el deber de pagar. Así como el
deudor no puede incurrir en situación de mora sin violar un deber
jurídico preexistente, tampoco el solvens puede pretender pagar sin
estar obligado a hacerlo.
Según el moderno concepto de obligación, ella impone a los sujetos
que la protagonizan (accipiens-solvens) deberes secundarios de con
ducta (Larenz, Betti), que obligan al acreedor a observar determinado
comportamiento de cooperación, confiriendo al deudor la facultad de
exigir el cumplimiento de tales deberes (Wayar).
Todas estas facultades otorgadas al deudor vienen a reforzar el
derecho a pagar que el orden jurídico confiere al deudor (art. 505 in
fine).
Obligaciones en las cuales se puede consignar. Supuestos contro
vertidos:
1) Obligaciones de dar. Según los casos, varía el procedimiento a
seguir, pero la consignación es siempre procedente en esta clase de
obligaciones. En materia de deudas dinerarias se debe consignar por
depósito, según surge del artículo 756; si se trata, en cambio, de obli
gaciones de dar cosas ciertas o inciertas, la consignación debe verifi
carse por intimación (doct. de los arts. 764 y 766).
La doctrina señala algunos ejemplos de inexistencia de deuda que
impide la consignación:
a) Depósito en la venta con pacto de
retroventa.
Según lo dispuesto
en el artículo 1366 de nuestro Código, el vendedor puede re
servarse el derecho de readquirir la cosa que enajenó restitu
yendo el precio. Como en el ejemplo propuesto no se trataría
de un deudor sino de un acreedor (a obtener la recompra), el
mecanismo consignatorio no puede funcionar; el depositante
debe recurrir al juicio ordinario
(Busso).
Esta conclusión no
HÉCTOR DANIEL ARCA
está exenta de críticas. El vendedor que pretende recomprar es
indudablemente un acreedor con relación a esa prestación (la
de lograr que el comprador le devuelva la cosa), pero también
es deudor de la restitución del precio en la medida de lo con
venido. Y siendo así estaría en condiciones de invocar el derecho
a consignar que resulta del artículo 756 (Wayar).
b) Depósito de cosas perdidas o extraviadas. En estos casos se
debe admitir que el procedimiento consignatorio es ajeno, pues
quien halla una cosa perdida o extraviada, si bien debe devol
verla, no tiene vínculo jurídico obligacional con el propietario.
Puede apelar al depósito judicial.
2)
Obligaciones naturales.
Existen dos posturas enfrentadas:
a) En las obligaciones naturales no procede la consignación. Se
argumenta que la ley sólo admite la validez de las obligaciones
naturales cuando media pago voluntario. Antes del pago vo
luntario la obligación natural no importa un verdadero vínculo
jurídico y, por tanto, no puede servir de soporte para un acto
liberatorio (G. Oppo, Falzea).
b) En las obligaciones naturales la consignación es procedente.
Otro sector de la doctrina estima que la consignación es pro
cedente, dado que el hecho de que no sean ejecutables, no quiere
decir que no sean pagables; ello es indudable como queda de
mostrado por el carácter irrevocable del pago que pudiere efec
tuar el deudor de una obligación natural (art. 515) (Colagrosso,
Mommsen, Moscato, Fritz, Sintenis, Falzea).
3)
Obligaciones de hacer o de no hacer.
La doctrina señala sin
mayores discrepancias que el procedimiento previsto para el pago por
consignación queda excluido en las obligaciones de hacer y en las de
no hacer, excepto en los supuestos de:
a) Obligaciones de hacer que no necesitan la cooperación del acree
dor. Ello, siempre que se observen determinadas reglas para
su procedencia, a saber, el deudor debe intimar judicial o ex-
trajudicialmente al acreedor para que éste reciba la obra ya
realizada, y si la obra no estuviere ya realizada, el deudor
Art. 759
debe previamente intimar al acreedor para que manifieste si
recibir o no el trabajo a realizar (Busso).
b) Si para la realización de la obra es necesaria la cooperación
del acreedor y éste no responde la intimación que le dirigiere,
cabe la resolución del vínculo por culpa del acreedor. Sin em
bargo, si la cooperación del acreedor puede ser suplida por un
tercero, antes de la resolución, el deudor debe intentar el cum
plimiento apelando a la cooperación subrogada (Demolombe,
Giorgi, Busso).
4) Obligaciones de no hacer. En esta clase de obligaciones el pro
cedimiento consignatorio pareciere de imposible verificación, pues no
se advierte cómo el deudor puede recurrir al órgano jurisdiccional a
depositar una abstención.
5) Obligaciones mixtas. La doctrina individualiza como obligacio
nes mixtas a aquellas que comprenden tanto un "dar" como un "hacer".
Se admite que respecto a la de dar es procedente la consignación, no
siéndolo cuando se trata de la de hacer. Cuando la obligación consiste
en ejecutar una obra (hacer) y entregarla (dar), si el acreedor impide
la realización de la obra (hacer) la consignación no sería procedente,
debiendo resolverse por incumplimiento.
En cambio, si la obra está ya realizada y sólo resta la entrega de la
obra, queda abierto el camino para la consignación. Lo que se pretende
dar y no se recibe, se puede consignar (Falzea, Colmo, Lafaille, Giorgi).
b) Segundo presupuesto: Ejecutabilidad de la
obligación (deuda en estado de ser cumplida)
El segundo presupuesto exigido para que la consignación sea pro
cedente, queda configurado cuando la obligación entra en la etapa de
ejecutabilidad, es decir, cuando la deuda se torna cumplible.
Cuando se afirma que la obligación es cumplible llegado el tiempo
de pago y que ello se rige por el principio de puntualidad, no se niega
la posibilidad de pagar tarde que asiste al deudor; muy al contrario
el deudor aun en mora está en condiciones de consignar válidamente
(Wayar).
Los sujetos y el objeto deben ser determinados.
HÉCTOR DANIEL ARCA
También se señala que para que la obligación se halle en estado
de ser cumplida, los sujetos y el objeto de la relación deben estar
determinados.
Lo mismo sucede con el objeto de la prestación; éste debe estar
determinado al momento de intentarse la consignación.
La iliquidez de la deuda no impide la consignación.
Según uniforme jurisp rudenc ia, la iliquidez de la deuda no perjudica
la acción de consignación, pudiendo el deudor depositar la cantidad
líquida y ofrecer cumplir con el saldo una vez realizada la liquidación.
Si las operaciones de liquidación dependen de la actividad del acreedor,
y éste es negligente en realizar la liquidación, esta negligencia no
debe ser soportada por el deudor.
Si la liquidación depende del deudor, es obvio que si éste desea
liberarse deberá proceder previamente a liquidar la deuda.
Si la deuda es totalmente ilíquida, se aplican los mismos principios.
c) Tercer presupuesto: Existencia de dificultades
reales que imposibiliten el pago directo
Por último se señala que la procedencia del pago por consignación
depende de un tercer presupuesto: que el deudor demuestre que el
pago directo y espontáneo es de imposible realización, por la existencia
de obstáculos insalvables, al par de reales y serios (Busso, Cazeaux-T ri-
go Represas, Ameal).
Elementos del pago por consignación:
I) Diligencias previas al depósito judicial. Ofertas reales. La ley
exige no sólo que el deudor esté dispuesto a cumplir la prestación,
sino que, además, exige que haya comenzado a cumplirla, o sea que
el deudor ha de aproximar el objeto de la prestación al acreedor en
tal forma que éste no tenga que hacer otra cosa que tomarlo (Larenz).
La oferta debe ser real, debe traducirse en un acto real; no basta
la mera declaración de voluntad, aunque ésta llegue a conocimiento
del acreedor.
Lo que interesa es que el deudor ponga a disposición del acreedor
la prestación de tal manera que sólo de este último dependa que se
consume el cumplimiento.
Art. 759
En el caso de ofrecimientos verbales o telegráficos, por no implicar
un acto real se considera que no constituyen ofertas reales, puesto que
en tales casos el acreedor no puede disponer, al instante, de la prestación
(Wayar).
Aunque estas ofertas valdrían si el acreedor respondiera a ellas
manifestando no recibir la prestación. Así, el ofrecimiento verbal es
suficiente cuando el acreedor ha declarado formalmente no aceptar la
prestación (Larenz).
Aceptado que la consignación es un remedio de carácter excep
cional, el deudor que esté comprendido en las otras causales debe
agotar las posibilidades de pagar de modo directo; sólo cuando tales
posibilidades estén agotadas podrá recurrir a la consignación.
II) Caracteres que debe reunir el depósito. El depósito judicial
constituye el acto que da inicio al procedimiento judicial, ya que la
pretensión de liberarse del deudor debe ser articulada por medio de
una demanda, reconvención o excepción a la cual se debe adjuntar el
instrumento que acredite la realización del depósito en los bancos
oficiales o autorizados a recibir depósitos. Las sumas depositadas deben
ser puestas a disposición del órgano jurisdiccional competente e indi
vidualizarse el expediente por el cual se tramita el juicio.
Relaciones entre el depositante y el acreedor, en las relaciones
existentes entre el deudor que efectúa el depósito y el acreedor des
tinatario final del pago, el depósito se presenta como un acto unilateral
que el primero realiza sin ninguna intervención del segundo, comprán
doselo con una pollicitatio (Demolombe, Salvat, Busso).
Relaciones entre depositante y depositario: se trata de un acto ju
rídico bilateral, pues para su conclusión concurren ambos centros de
interés. La particularidad que presenta este depósito es que se lo efectúa
a favor de un tercero (acreedor) que no participa en la concreción del
depósito.
III) Iniciativa del deudor. Por su propia naturaleza, el pago por
consignación supone que quien debe tomar la iniciativa para poner en
movimiento el mecanismo consignatorio es el deudor. Lo afirmado no
significa desconocer que también un tercero interesado puede intentar
la consignación.
HÉCTOR DANIEL ARCA
IV ) Animus solvendi . El animus sohendi es uno de los elementos
del pago, por lo que también debe concurrir cuando se trata de la
consignación judicial.
Puede desaparecer cuando el depositante formula reservas que des
vían la intención de pagar. Otras reservas, en cambio, son compatibles
con el
animus.
Son reservas que perjudican la consignación todas aquellas cláu
sulas que implican modalidades o reservas en cuya virtud dejan de
producirse los efectos típicos del pago (Demolombe, Aubry y Rau).
Las reservas son compatibles con la consignación si el deudor con
diciona el retiro de los fondos al cumplimiento de determinados re
quisitos vinculados con la contraprestación a él debida, por ejemplo,
hasta que se le otorgue la escritura, etcétera, no invalidando la fuerza
solutoria de la consignación (Busso).
2. Consecuencias del pago por consignación
La consignación produce efectos desde la iniciación del juicio, pero
al pago sólo se lo considera concretado si el acreedor acepta el depósito
o el juez -pese a la oposición de éste- lo considera válido.
a) Efectos de la consignación antes de ser aceptada por
el acreedor o declarada válida por sentencia judicial
Si bien se advierte la existencia de diversas tesis doctrinarias sobre
el particular, es lo cierto que la solución de nuestro Derecho considera
al depósito en consignación como una simple oferta de pago que es
ineficaz por sí sola para operar la transmisión dominial. Ni el depo
sitante pierde el dominio ni el demandado lo adquiere; se trata de una
simple oferta que puede, como tal, ser aceptada o rechazada por el
acreedor.
Ello se sustenta de los textos de este Código Civil; con arreglo a
lo normado por los artículos 759 y 760, la consignación no tendrá
fuerza de pago, sino cuando fuese aceptada por el acreedor (o no
impugnada) o declarada válida por sentencia.
El artículo 761 autoriza al deudor a retirar el depósito mientras el
acreedor no lo hubiese aceptado o mientras no hubiese recaído sen-
Art. 759
tencia; ello demuestra que mientras no se perfecciona, el depósito es
una simple oferta que puede, como tal, ser revocada por el deudor.
Si bien la cosa depositada no sale del patrimonio del deudor, queda
"a disposición del acreedor" desde el día del depósito. Cuando el acree
dor decide aceptar el depósito debe saber que con ello extingue la
obligación que lo mantenía vinculado con el consignante. La cosa
depositada tiene siempre una ubicación patrimonial cierta; antes de la
aceptación por el acreedor o de dictarse sentencia convalidante, per
tenece al deudor; una vez perfeccionada la consignación, pasa a per
tenecer al acreedor.
b) Influencia de la situación jurídica del consignante
(concursos, embargos) sobre la cosa depositada
mientras la consignación no se perfeccione
Durante el lapso que media desde el momento del depósito hasta
que la consignación se perfecciona, la cosa depositada se halla en una
situación peculiar. No ha salido del patrimonio del deudor y puede
ser adquirida por el acreedor en cualquier momento.
Esta particular situación se complica cuando ocurren hechos que
vienen -directa o indirectamente- y modifican la condición jurídica
de la prestación consignada.
a) Concurso del deudor consignante. Concurso preventivo. Con
forme lo dispuesto por el artículo 15 de la ley 24.522: "El concursado
conserva la administración de su patrimonio bajo la vigilancia del
síndico", no obstante lo cual no puede realizar actos a título gratuito
o que importen alterar la situación de los acreedores por causa o título
anterior a la presentación.
Declarado el concurso, el deudor no puede efectuar pagos bajo
ninguna forma, ya que ello violaría la igualdad de los acreedores.
Si la demanda de consignación se promovió con anterioridad a la
declaración del concurso, habrá que determinar si aquélla se ha per
feccionado o no; en el primer caso, el pago se torna irrevocable, pues
la declaración del concurso no altera la eficacia de los actos cumplidos
con anterioridad (Busso, Llambías, Borda, Cazeaux-Trigo Represas,
Héctor Cámara, Ameal).
HÉCTOR DANIEL ARCA
Al contrario, si la consignación no se ha perfeccionado al momento
de realizarse la presentación del concursado (Aída K. de Carlucci), el
síndico está autorizado para presentarse al juicio donde se tramita la
consignación y retirar lo consignado, haciendo uso de la facultad con
ferida al deudor por el artículo 761.
Luego de la petición del concurso preventivo efectuada por el propio
deudor, éste se halla imposibilitado de intentar pagos por consignación;
la prohibición surge del artículo 16 de la ley 24.522, ya que un acto
de tal naturaleza importaría alterar la situación de los acreedores.
Pero la prohibición no puede ser absoluta; el deudor puede obtener
autorización judicial para efectuar pagos que se verificarán por vía
consignataria, si fuere menester, cuando ello fuere imprescindible para
la continuación de sus actividades o para resguardar los intereses del
concurso (art. 16, ley cit.).
b) Quiebra o concurso civil. Si el procedimiento consignatario se
verifica durante el período de sospecha, es necesario distinguir también
en este caso si la consignación se perfeccionó o no.
La consignación consumada durante el período de sospecha puede
resultar un acto ineficaz; en efecto, si una vez notificado el acreedor
demandado en la consignación acepta el depósito porque tiene cono
cimiento del estado falencial de su deudor, el pago -aunque consu
mado- será ineficaz. Así resulta del artículo 119 de la ley 24.522.
Si una consignación consumada es declarada ineficaz y la prestación
consignada debe entrar en la masa del concurso, se le deben restituir
las costas al acreedor consignado.
Después de declarada la quiebra o el concurso civil, no cabe duda
de que toda pretensión consignatoria debe quedar descartada. Y si se
hubiere intentado con anterioridad a la fecha de la declaración de la
quiebra, pero hasta esa fecha no se hubiere perfeccionado, el síndico
debe retirar la prestación consignada para reintegrarla a la masa en
resguardo.
Si la demanda de consignación se promueve en fecha anterior a
la de iniciación del período de sospecha, pero se perfecciona durante
ese período, este acto es plenamente válido, pues sus efectos se re
trotraen a la fecha de la consignación, con lo que se tendría un pago
realizado antes del período de sospecha (Busso). Sólo podrá impug
nárselo por medio de la acción revocatoria común,
c) Embargo de la prestación consignada:
1) Embargo por el propio deudor que consignó: la prestación con
signada puede ser embargada por el propio consignante, mientras la
consignación no se haya consumado.
Por efecto del embargo, el acreedor consignado no podrá retirar
lo depositado hasta tanto se sustancie el juicio principal.
2) Embargo por los acreedores del deudor consignante: si bien se
advierte la existencia de doctrinas diferentes, es lo cierto que se admite
que el embargo pedido por los acreedores del consignante podría ser
aceptado por el juez, subordinando su eficacia a las resultas del juicio
por consignación. Es decir, si la consignación es rechazada el embargo
cobraría plena vigencia a favor de quien lo pidió, en cambio, si la
consignación es aceptada o declarada válida el embargo queda sin
efecto.
Los acreedores del consignante están en condiciones de peticionar
un embargo mientras la consignación no se hubiere consumado. Mien
tras la consignación no ha sido aceptada o declarada válida por sen
tencia, la prestación consignada sigue siendo propiedad del consig
nante; en consecuencia, si se mantiene en el patrimonio del deudor,
otros acreedores también pueden pretender que su crédito se garantice
con lo depositado.
El consignado debe ser diligente en la protección de su derecho;
si otros acreedores logran embargar la cantidad depositada, es el em
bargante quien tiene privilegio sobre lo consignado y no el demandado.
Con m ayor razón, si la consignación disimula un fraude a los demás
acreedores, el embargo debe ser aceptado.
3) Embargo por el acreedor demandado en el juicio de consigna
ción: si el acreedor demandado por consignación pretende asegurar el
cobro de todo o parte de su crédito con la prestación consignada, sin
recurrir a la aceptación lisa y llana del depósito, está autorizado a
trabar embargo sobre lo consignado (Salvat, Fuzier-Herman, Llambías,
Cazeaux-Trigo Represas, Borda, Ameal).
El acreedor de esta manera no sólo impedirá que el deudor retire
HÉCTOR DANIEL ARCA
el depósito, sino que aventará cualquier duda sobre su preferencia
frente a otros acreedores del mismo deudor.
d) Embargo por los acreedores del acreedor demandado en el juicio
de consignación. En principio, los acreedores del acreedor demandado
pueden trabar embargo sobre la prestación consignada.
El embargo se hará efectivo sobre el depósito, una vez que éste
sea declarado válido por sentencia o sea aceptado por el acreedor;
mientras esto no ocurra -no hallándose la prestación afectada por el
embargo- el deudor podrá retirarla conforme al artículo 761; por ello,
si la sentencia adjudica lo depositado al acreedor, éste no podrá retirarla
por efecto de la medida.
Pueden también los acreedores del acreedor subrogarse en los de
rechos de éste y accionar directamente sobre la prestación consignada;
es decir, impedirán el retiro de los fondos por parte del depositante y
tendrán preferencia sobre los demás acreedores.
c)
Consecuencias del pago por consignación
El destino de la prestación consignada depende de la actitud del
acreedor demandado en el juicio de consignación. Si éste acepta el
depósito, la obligación que dio origen a la consignación se extingue,
porque el depósito aceptado por el acreedor produce los efectos del
pago.
Si, al contrario, el acreedor impugna la consignación, habrá que
esperar pronunciamiento judicial mediante el cual se decidirá si el
depósito tiene o no fuerza de pago.
1) Aceptación de la consignación o declaración de validez. Esta
situación produce los efectos propios del pago y, como tal, desde su per
feccionamiento detiene el curso de los intereses, cualquiera sea su tipo.
La cuantía de la prestación se cristaliza, es decir, no puede sufrir
ulteriores modificaciones.
Desde su perfeccionamiento los riesgos de la prestación consignada
quedan a cargo del acreedor (Salvat, Galli, De Gásperi-Morello, Rezzó-
nico, Colmo, Busso, Ameal, Borda).
2) Desde cuándo se producen los efectos de la consignación acep
tada por el acreedor.
La aceptación del acreedor retrotrae los efectos
del pago al día del depósito o de la intimación judicia l, según los casos,
Art. 759
a excepción de los supuestos de los incisos 4
o
y 6
o
del artículo 757,
que no permiten asignarle inicialmente la eficacia para perfeccionar
el pago a su respecto puesto que por la incertidumbre en torno a la
persona del acreedor deberá esperarse el pronunciamiento del juez.
3) Silencio del demandado. Respuestas evasivas. Según calificada
doctrina (Salvat-Galli, Lafaille, Acuña Anzorena, Ameal, Busso, Wa-
yar), predomina la tesis de que se debe considerar aceptada la con
signación con el argumento de que el demandado por consignación
tiene la obligación legal de explicarse, en los términos en que tal
obligación aparece consagrada en el artículo 919.
4) Aceptación con reserva. Modernamente se ha consolidado la
postura de admitir la aceptación de la prestación consignada aunque con
reservas (Salvat-Galli, Colmo, Busso, Moreno Dubois, Llambías, Bor
da, Cazeaux, Trigo Represas, Alterini-Am eal-López Cabana, Am eal),
las que pueden versar sobre lo consignado, o consistir en un rechazo
sobre el procedimiento, o sobre la causa del pago, etcétera.
5) Consignación impugnada por el acreedor. Si el acreedor de
mandado por consignación se presenta ajuicio e impugna el depósito
pidiendo el rechazo de la demanda, el destino de la prestación con
signada deberá ser resuelto en la sentencia judicial, la que decidirá si
el depósito es eficaz o no para extinguir la obligación. El principal
problema que se plantea es el de saber si la sentencia declara válida
la consignación desde cuando se producen los efectos del pago.
6) La sentencia convalidante. Cuándo se considera consumado el
pago. Si el acreedor demandado impugna la consignación, lo que se
resuelva en la sentencia es obligatorio para las partes; por ello, si la
demanda es rechazada, el depósito no surtirá los efectos del pago y
el acreedor podrá reclamar la íntegra prestación a que tenga derecho.
En cambio, si se admite la pretensión del actor, la sentencia declarará
que el depósito tiene fuerza cancelatoria, pues considerará que es un
acto equivalente al pago.
7) Momento a partir del cual se producen los efectos del pago.
La doctrina y la jurisprudencia sostienen que cuando la sentencia de
clara válida la consignación, los efectos del pago se retrotraen al día
del depósito (Salvat-Galli, Lafaille, Rezzónico, De Gásperi-Morello).
HÉCTOR DANIEL ARCA
Algunos autores opinan que los efectos de la sentencia convalidante
se remontan al día de notificación de la demanda: el pago se operaría
al momento de ser notificada la demanda (Colmo, Borda).
Una tercera corriente distingue: si la impugnación es justificada,
el pago se perfecciona con la sentencia; si es injustificada, el efecto
del pago se retrotrae al día del depósito (Llerena, Machado, Busso,
Llambías, Alterini-Ameal-López Cabana, Wayar).
d) Influencia de la consignación sobre otros
juicios seguidos entre las mismas partes
El juicio de consignación ejerce influencia sobre otros juicios se
guidos entre las mismas partes.
1) La consignación y los juicios ordinarios. Cuando se establecen
entre las mismas partes por una misma causa
un
juic io de consignación
y otro ordinario que debe ocurrir, ¿cuál es la situación jurídica de
ambos pleitos y qué relación existe entre uno y otro?
Es indudable que si los juicios se originan en una misma causa,
existe entre ellos tal conexidad que no sería posible sin riesgo de
contradicción que dictaran sentencias jueces diferentes. De allí la ne
cesidad de acumular ambas causas a fin de que sean resueltas mediante
una sola y única resolución (Podetti).
Si la consignación se inicia en primer término y luego el consignante
es notificado de un juicio ordinario en su contra, podrá oponerse la
excepción de litispendencia. El segundo juicio se acumula al primero
y ambos serán resueltos por una misma resolución. La acumulación
se efectuará según el principio de prevención.
2) La consignación y los juicios ejecutivos: posibilidad de oponer
litispendencia o excepción de pago en el juicio ejecutivo, en
virtud de una consignación anterior:
Excepción de litispendencia. Si la consignación ha sido notificada
con anterioridad a la intimación de pago (ordenada en el juicio eje
cutivo) y exhibe características de seriedad y el monto consignado es
más o menos equivalente al pretendido por el acreedor ejecutante, se
debe admitir la excepción de litispendencia (Llambías, Borda, Ennec-
cerus-Lehm ann).
Art. 759
Excepción de pago. La consignación sólo puede servir como excep
ción de pago cuando se hubiere perfeccionado (por aceptación o por
medio de sentencia convalidante). Si estuviere en trámite el juicio de
consignación al momento de interponer excepciones, no es viable, en
principio, la excepción de pago, salvo que haya, entre ambos juicios,
identidad de objeto. En cualquier caso, se deberán acumular los pro
cesos para evitar sentencias contradictorias.
3) Juicio ejecutivo y consignación: posibilidad de consignar luego
de la intimación de pago ordenada en el juicio ejecutivo. Si el deudor,
en vez de depositar lo que se le reclama ante el juez que tiene a su
cargo el juicio ejecutivo, prefiere promover, por separado, demanda
de consignación, no podrá interponer excepción de litispendencia ni
menos de pago, pues, por hipótesis, éste no se habrá perfeccionado.
Sólo le queda el recurso de solicitar acumulación de procesos; en tal
caso el juicio ejecutivo atraerá al de consignación (principio de pre
vención) y la litis se resolverá mediante sentencia única.
4) Cobro de alquileres y juicio por consignación. Si una persona
es demandada por cobro de alquileres con posterioridad a su demanda
de consignación, podrá detener el primero de los juicios enunciados
oponiendo excepción de litispendencia, pues en esta hipótesis la iden
tidad de objeto es evidente. Al contrario, si la demanda por cobro de
alquileres es iniciada en primer término, el deudor no podrá paralizar
ese juicio con consignaciones posteriores.
5) La consignación y los juicios de desalojo. Iniciado un juicio de
desalojo por falta de pago, pendiente de resolución otro juicio de con
signación promovido por el deudor en contra del acreedor, el primero
quedará paralizado por el segundo (Llambías). Desde luego, ambos
deberán encontrarse en la misma instancia (art. 188, inc. I
o
, CPCBA).
Resulta asimismo de aplicación el nuevo inciso 4
o
del artículo 188
del CPCCN, a fin de evitar que la promoción tardía de un proceso
de consignación persiga como único propósito producir una demo
ra perjudicial e injustificada en el trámite del desalojo; esta doctrina
es aplicable en la Provincia de Buenos Aires, en función de las di
rectivas del artículo 34, inciso 5
o
, apartados d, y e (M orello-S osa-B e-
rizonce).
HÉCTOR DANIEL ARCA
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Desde cuándo se considera consumado el pago. Posturas. 2. Aceptación
condicionada o con reservas. 3. Silencio del acreedor. 4. Rebeldía del acreedor. 5.
Rechazo del acreedor. 6. Consignación desestimada. Efectos. 7. Juez incompetente.
8. Consignación aceptada. Efectos. 9. Consignación y juicio ejecutivo. 10. Excep
ción de litispendencia. 11. Consignación y juicio de desalojo.
1. Desde cuándo se considera consumado el pago. Posturas
Aceptada la consignación, surge el interrogante relativo a desde
cuándo se considera consumado el pago. Una primera postura sostiene
que cuando la consignación es declarada válida, los efectos del pago
se producen desde el día del depósito
1
.
Una segunda postura afirma que los efectos de la sentencia con
validante se remontan al día de notificación de la demanda. El pago
se operaría al momento de ser notificada la demanda
2
.
Una tercera corriente sostiene que debe distinguirse: a) si la opo
sición del acreedor demandado es justificada, pero los defectos de la
demanda se subsanan durante el curso del proceso, el pago se perfec
ciona desde la fecha de la sentencia que declara válida la consignación;
b) si la impugnación del acreedor es injustificada, los efectos se pro
ducen desde el día del depósito
3
.
2. Aceptación condicionada o con reservas
La aceptación condicionada o con reservas del acreedor es admi
sible,
en cuyo caso la consignación tiene fuerza de pago en la medida
que fue hecha, sin perjuicio de ventilarse la legitimidad de la reserva,
imposición de costas, etcétera
4
.
1
CNCiv., sala C, J.A. 1960-111-413; SCBA, L.L. 33-624; C2
a
CC de La Plata,
sala II, L.L. 57-140; CNCiv., sala A, E.D. 6-174; CPaz, sala II, J.A. 1959-11-642,
2-1970-270; C2
a
CC de La Plata, L.L. 101-505.
2
CApel. de La Plata, J.A. 1946-IV-29; L.L. 44-306; J.A. 1955-III-182; C2
a
CC
de La Plata, L.L. 44-306; CNCiv., sala C, L.L. 67-60.
3
CNCiv., sala C, L.L. 99-267, J.A. 1960-III-413; SCBA, L.L. 33-624; C2
a
CC
de La Plata, sala II, L.L. 57-140; Cám. Civ. 2
a
, L.L. 41-53; CNCiv., sala C, L.L.
67-60;
C2
a
CC de La Plata, sala II, L.L. 44-306 y J.A. 1946-IV-29.
4
C NCiv., sala A, E.D. 6-174; CPaz, sala II, J.A. 1959-11-642, 2-1970-270; C2
a
CC
de La Plata, L.L. 101-505.
Art. 759
3. Silencio del acreedor
Para que la consignación hecha por vía judicial pueda tener efectos
de verdadero pago, no tiene que haber sido impugnada por el acreedor,
y toda vez que éste tiene el deber de expedirse, su silencio equivale
a conformidad
5
. El acreedor demandado por consignación que guarda
silencio sin impugnarla, tácitamente la acepta
6
.
4. Rebeldía del acreedor
La rebeldía del demandado por consignación no impone necesa
riamente la admisión de la demanda, sino que abre la posibilidad de
que conforme a las normas procesales se tengan por reconocidos los
hechos afirmados por el actor
7
.
5. Rechazo del acreedor
El demandado, al rechazar la consignación, debe proceder a liquidar
correctamente la suma que cree es su derecho a percibir; una discon
formidad genérica con la cantidad que se le ponía a disposición no
llena su deber
8
. No impugnado el pago en sí, sino la consignación
porque el acreedor sostiene que no se negó a recibirlo, el juicio debe
proseguir en lo atinente a las costas y riesgos de la cosa depositada,
no siendo necesario que para ello aquél rechace la consignación y
reconvenga por cobro
9
.
6. Consignación desestimada. Efectos
Si la consignación es judicialmente rechazada, carece de toda efi-
5
CNCiv., sala C, 28-6-90, L.L. 1990-E-126.
6
CN Civ., sala D, L.L. 75-505; Cám. Civ. I
a
, J.A. 44-520; ídem, J.A. 1943-111-789;
C l
a
CC de La Plata, J.A. 1946-IV-774; S.T. de La Pampa, J.A. 1960-11-374; CFed.
de Resistencia, L.L. 98-730, 4617-S; C4
a
CC de Córdoba, J.A. 1968-V1-537.
7
SCBA, J.A. 1949-III-292, L.L. 56-367; CPaz, sala I, L.L. 104-146; CPaz de
Córdoba, 26-8-60, C.J. 17-84. En contra: Cám. Civ. I
a
, 1-12-33, J.A. 44-520; CNCiv.,
sala D, 20-4-54, L.L. 75-505; CFed. de Resistencia, 5-2-59, L.L. 98-730, S-4617.
8
Cám. Civ. I
a
de Neuquén, PS 1995-111-445/447, Pretor Q 952.
9
CPaz, sala II, J.A. 1959-11-642; C2
a
CC de La Plata, L.L. 101-505-F, 35.756;
Cám. I
a
de San Juan, JSJ 1-93.
HÉCTOR DANIEL ARCA
cacia cancelatoria, por lo que los intereses continúan corriendo por la
totalidad de la deuda
10
. La consignación insuficiente no tiene los efectos
del pago ni aun por la parte depositada, por lo que los intereses con
tinúan corriendo sobre la totalidad de la deuda".
7. Juez incompetente
La consignación desestimada por haberse declarado incompetente
el tribunal ante el cual se efectuó no extingue la obligación
12
.
8. Consignación aceptada. Efectos
La consignación aceptada o declarada judicialmente válida extin
gue la obligación y equivale a la tradición de la cosa o suma depo
sitada, aunque ella no haya pasado materialmente a poder del acree
dor'
3
. Cesa el curso de los intereses y los riesgos corren por cuenta del
acreedor
14
.
9. Consignación y juicio ejecutivo
La consignación efectuada por el deudor que está pendiente de
sustanciación no autoriza a aquél a oponer una excepción de pago,
por no saberse aún si tiene eficacia cancelatoria'
5
, salvo que haya una
resaltante identidad en cuanto al objeto de uno y otro juicio
16
, pero
en cualquier caso corresponde paralizar el juicio ejecutivo hasta tanto
se dicte sentencia en el juicio de consignación'
7
.
10
CNCiv., sala E, L.L. 93-99, sum. 26; CNCom., sala A, L.L. 108-459.
11
CNCiv., sala E, L.L. 93-V; Cám. Com., L.L. 108-459-F, 49.175.
12
Cám. Com., G.F. 155-74; SCBA, J.A. 1944-11-440; C2
a
CC de La Plata, DJBA
57-293.
13
SCBA, 31-12-43, J.A. 1944-1-423.
14
C.S.J. de la Nación, 23-2-1899, Fallos: 77:23.
15
CNCiv., sala C, E.D. 4-507, L.L. 111-682; ídem, sala D, E.D. 4-507; sala F,
L.L. 112-775, 9479-S; Cám. Civ. I
a
, J.A. 23-765; Cám. Civ. 2
a
, J.A. 37-1072; CN Com .,
sala A, E.D. 1-849, L.L. 102-11; id., L.L. 67-21; sala B, L.L. 100-744, 5544-S; Cám.
Com., J.A. 54-213, 52-334; CPaz, sala I, G.P. 1948-11-77; CFed. de Mendoza, J.A.
1943-1-289.
16
Cám. Civ. I
a
, J.A. 24-65, 9-58; id., G.F.
189-81.
17
CNCiv., sala C, L.L. 67-70; Cám. Civ. 2
a
, J.A. 1946-111-381, L.L. 42-832.
Art. 760
10.
Excepción de litispendencia
Es admisible una excepción de litispendencia, sobre la base de la
promoción de un juicio de consignación anterior a la intimación de
pago practicada, siempre que dicha consignación sea por una suma
semejante a la pretendida por el ejecutante y exhiba características de
seriedad
18
.
11. Consignación y juicio de desalojo
Es útil para detener una demanda de desalojo por falta de pago de
alquileres la anterior consignación de éstos
19
pero no la consignación
que sea posterior
20
.
Art. 760 Si el acreedor no impugnare la consignación, o si fuese vencido
en la oposición que hiciere, los gastos del depósito y las costas
judiciales serán a su cargo. Serán a cargo del deudor, si retirase
el depósito, o si la consignación se juzgare ilegal.
Concordancias: arts. 508, 761 a 763.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
18
CNCiv., sala A, causa 100.976; ídem, sala C, L.L. 77-671, J.A. 1955-111-11;
id., L.L. 94-1543-S; id., sala D, E.D. 4-507; sala F, E.D. 4-532; CPaz, en pleno, J.A.
1960-1-571, L.L. 97-578; CPaz, sala IV, L.L. 85-55; Cám. de Mar del Plata, J.A.
1960-III-253; CPaz, sala I, G.P. 124-215; SCBA , J.A. 1963-1-521; C l
a
CC de La Plata,
sala I, JA 1959-1-242; C2
a
CC de La Plata, DJBA 57-139; Cám. de Mar del Plata,
J.A. 1963-1-470; CPaz de Córdoba, C.J. 10-20; Cám. I
a
de Santiago del Estero, J.A.
1963-1-523.
19
CPaz, sala II, G.P. 79-655; ídem, sala III, G.P. 107-245; sala IV, L.L. 99-765,
4744-S; S.T. de Chaco, D.J. IV-582, sum. 3106.
20
Cám. Civ. 2
a
, L.L. 5-357, 1-562; CPaz, sala IV, J.A. 1946-11-146; ídem, L.L.
85-18, 74-406; SCBA, L.L. 64-666; Cl
a
CC de La Plata, sala I, J.A. 1956-11-363;
C2
a
CC de La Plata, sala II, J.A. 1952-IV-431, 1952-11-517; CNCiv., sala C, J.A.
1964-III-5,
S-32; CNCom., sala A, L.L. 102-11; CNCom., sala B, J.A. 1961-11-35;
C l
a
CC de Bahía Blanca, L.L. 111-506; Cám. de Rosario, L.L. 106-37; CPaz, sala I,
J.A. 1966-V-150; CPaz, en pleno, J.A. 1960-1-571; CNCiv., sala D, L.L. 111-682;
sala F, L.L. 112-775, S-9479.
HÉCTOR DANIEL ARCA
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Primera postura: Aplicación irrestricta del artículo 760. 2. Segunda
corriente: Primacía de las reglas procesales sobre la generalizada situación que
resulta del artículo 760. 3. Tercera posición: El artículo 760 no debe ser aplicado
con carácter absoluto. Son admitidas las excepciones contenidas en las legislacio
nes procesales.
La solución contenida en dicha norma es clara, se imponen las
costas a quien resulta derrotado enjuicio, o, en otros términos, a aquel
cuya pretensión es rechazada por el órgano jurisdiccional. Esta solución
guarda coherencia con la regla sobre costas contenida en todas las
legislaciones procesales (Sentís Melendo, Snopeck).
El debate suscitado en torno a dicha normativa y el ordenamiento
procesal puede sintetizarse en tres posturas diversas.
1. Primera postura: Aplicación
irrestricta del artículo 760
Se considera que la solución consagrada en el artículo 760 debe
tener irrestricta aplicación en todos los supuestos, con exclusión de
las reglas de carácter procesal contenidas en las legislaciones locales.
De este modo, las costas y gastos que origine el proceso deben ser
impuestos fatalmente a quien resulte vencido en juicio, siguiendo al
pie de la letra lo dispuesto en el artículo 760 (Salvat-Galli, Rezzónico,
De Gásperi, Morello, Busso, Fernández).
2. Segunda
corriente:
Primacía de las reglas
procesales sobre la generalizada situación
que resulta del artículo 760
El principal argumento que hacen valer los sostenedores de esta
tesis radica en las disposiciones constitucionales que otorgan a las
provincias la facultad de legislar en materia procesal; de allí que el
artículo 760 deba quedar excluido frente a las disposiciones de los
códigos procesales. Se excluye la aplicación del artículo 760 a favor
de las disposiciones procesales.
Art. 760
3. Tercera posición: El artículo 760 no debe ser aplicado
con carácter absoluto. Son admitidas las excepciones
contenidas en las legislaciones procesales
Son admitidas las excepciones contenidas en las legislaciones proce
sales. Se entiende que corresponde interpretar el artículo 760 con un
criterio fluido que coordine su directiva, también coincidente con el
principio procesal de las "costas al vencido ", con las normas procesales
que indican una solución distinta cuando hay "mérito para ello". Según
esta postura, en suma se postula la aplicación del principio contenido en
el artículo 760, pero con las limitaciones contenidas en las reglamenta
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Aplicación irrestricta del artículo 760. 2. Preeminencia de las reglas
procesales. 3 . Criterio "fluido". 4. Allanam iento del acreedor.
1. Aplicación irrestricta del artículo 760
En materia de aplicación de costas una primera postura sostiene
la aplicación irrestricta del artículo 760 del Código Civil, o sea, con
prevalencia a lo normado en dicha materia en los ordenamientos pro
cesales
1
. Si no se ha cuestionado la validez constitucional de la norma
contenida en el artículo 760 del Código Civil, las costas no pueden
ser soportadas por el acreedor
2
.
1
Cam. Civ. 2
a
, L.L. 15-628; Cám. Civ. I
a
, J.A. 6-594; ídem, J.A. 12-747; J.A.
30-382; J.A. 30-382; Cám. Civ. 2
a
, J.A. 24-946, CNCiv., sala B, G.F. 218-8, SCBA,
AS 61-34; C2
a
CC de Rosario, J. 4-12; CPazLetr., J.A. 61-34; Cl
a
CC de La Plata,
sala I, L.L. 99-812, 5195-S; SCBA, AS 1956-V-406; Cl
a
CC de La Plata, sala II,
145.794, reg. sent. 16/71.
2
C2
a
CC de La Plata, sala I, B-50.201, reg. sent.
151/81;
ídem, B-26.819, reg.
sent. 232/69; ibídem, sala III, B-46.658, reg. sent. 111/79; Cám. Civ. 2
a
, J.A. 10-186,
G.F. 57-272; CNCom., sala A, L.L. 93-593; CNCiv., sala B, G.F. 218-8; id., sala A,
J.A. 1957-III-168; sala D, J.A. 10-1971-29; ídem, J.A. 11-1971-408; Cl
a
CC de Mer
cedes,
L.L. 57-80; Trib.Trab. de Tres Arroyos, J.A. 1960-11-523; Cl
a
CC de Rosario,
J. 4-12; C2
a
CC de Córdoba, C.J. VI-126, VIII-477; CPaz, sala III, J.A. 1967-11-147;
CNCiv., sala D, L.L. 111-713; ídem, J.A. 11-1971-408, 10-1971-29; Cám. Civ. I
a
,
J.A. 13-411; SCBA, J.A. 1950-IV-334, Cám. de Dolores, L.L. 46-218; S.C. de Tu-
cumán, L.L.
77-691.
HÉCTOR DANIEL ARCA
2. Preem inencia de las reglas procesales
En cambio, se ha decidido sobre la preeminencia de las reglas
procesales sobre el ordenamiento adjetivo del artículo 760 del Código
Civil, que no puede prevalecer sobre aquéllas
3
. Se ha declarado que
por ser las costas materia típicamente procesal, las disposiciones de
los Códigos de forma privan sobre el artículo 760 del Código Civil
4
.
3. Criterio fluido
Adoptando un criterio "fluido" la jurisprudencia tiene establecido
que en materia de costas en el juicio por consignación, el artículo 760
del Código Civil debe ser interpretado de forma tal que coordine su
directiva con las normas previstas en las legislaciones procesales que
indican una solución distinta cuando hay mérito para ello
5
. Se ha sos
tenido que corresponde interpretar el artículo 760 del Código Civil
con un criterio que coordine su directiva, coincidente con el principio
general de costas al vencido, con las normas procesales que permiten
la exoneración cuando hay mérito para ello
6
.
4. Allanamiento del acreedor
No corresponde imponer las costas al acreedor, ante el allanamiento
de éste, máxime cuando el consignante sólo pidió costas en caso de
oposición
7
. Cuando el deudor ofrece en forma real y efectiva el cum-
3
Cám. Civ. 2
a
, J.A. 10-186, G.F. 57-272; CNCom., sala A, L.L. 93.593; CNCiv.,
sala B, G.F. 218-8; sala A, J.A. 1957-111-168; sala D, 7-10-70, J.A. 10-1971-29; ídem,
J.A. 11-1971-408; Cl
a
CC de Mercedes, L.L. 57-80; Trib.Trab. de Tres Arroyos, J.A.
1960-11-523;
C l
a
CC de Rosario, J. 4-12; C2
a
CC de Córdoba, C.J. VI-126, VIII-477;
CPaz, sala III, J.A. 1967-11-147; CNCiv., sala D, L.L. 111-713; ídem, J.A. 11-1971-408,
10-1971-29; Cám. Civ. I
a
, J.A. 13-411; SCBA, J.A. 1950-IV-334; CCC de Dolores,
L.L. 46-218; S.C. de Tucumán, L.L. 77-691.
4
CNCiv., sala D, L.L. 146-331.
5
CNCiv., sala A, L.L. 85-350 y J.A. 1957-III-168; ídem, sala D, L.L. 111-713;
Cám. Civ. I
a
, J.A. 10-759; Cám. Civ. 2
a
, J.A. 10-187; CNCom., sala A, L.L. 93-593;
ídem, J.A. 1952-11-244, C.S.J. de la Nación, L.L. 94-255; ídem, J.A. 1959-III-314;
Cám. Civ. I
a
, J.A. 30-382; CNCiv., sala D, 20-3-80, J.A. 1981-1-641, E.D. 90-367,
L.L. 1981-B-551, 35.843-S.
6
C l
a
CC de La Plata, sala III, 169.275, reg. sent. 105/77.
7
C2
a
CC de La Plata, sala II, L.L. 80-293.
Art. 761
plimiento de su obligación pendiente, el acreedor debe facilitar su
cumplimiento allanándose a la consignación, sin perjuicio de las re
servas a que se considerase con derecho y a la eximición de costas
que pudo requerir en función de la falta de necesidad para litigar
8
.
Art. 761 Mientras el acreedor no hubiese aceptado la consignación, o
no hubiese recaído declaración judicial teniéndola por válida,
podrá el deudor retirar la cantidad consignada. La obligación
en tal caso renacerá con todos sus accesorios.
Concordancias: arts. 758, 876, 1150.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Retiro del depósito por el consignante. 2. Casos en que el consignante no
puede retirar el depósito. 3. ¿Es renunciable el derecho a retirar el depósito por el
consignante? 4 . Efectos de retiro del depósito.
1. Retiro del depósito por el consignante
Analizando la naturaleza jurídica del depósito, se controvierte la
misma entre quienes sostienen que se trata de una estipulación a favor
de tercero (Enneccerus, Larenz, Von Tuhr, Segovia). Para otros, el
depósito no es otra cosa que una oferta de pago que puede ser, como
tal, revocada por el oferente mientras el destinatario de la oferta no
la acepte (Busso, Llambías, Galli, Borda, Cazeaux-Trigo Represas;
Aubry-Rau, Wayar).
Esta solución aparece consagrada en la mayoría de las legislaciones.
2. Casos en que el consignante no puede retirar el depósito
1) Cuando la prestación consignada ha sido embargada, ya sea a
pedido del acreedor consignado, o de los acreedores del consignante
o del consignado.
8
C2"CC de Neuquén, sala II, 16-5-95, PS 1995-11-231/236, Pretor, Q 1500.
HÉCTOR DANIEL ARCA
2) Cuando lo depositado no tiene carácter de consignación. Existen
ciertos pagos que aunque se hacen judicialmente, no tienen carácter
de consignación, así ocurre, verbigracia: con lo que se deposita en los
juicios ejecutivos ante el requerimiento formulado por el oficial de
justicia; o cuando se deposita el importe de una subasta judicial; o
cuando se deposita el importe de los honorarios de un perito; etcétera.
3) Cuando el acreedor lo acepta o es declarado válido por sentencia
judicial. Aunque la aceptación sea parcial o se hubiere efectuado bajo
reserva, el deudor queda privado del derecho a retirar el mismo.
3. ¿Es renunciable el derecho a retirar
el depósito por el consignante?
Esta situación está prevista en el Derecho alemán, en el artículo
376, inciso 2
o
, del BGB, según el cual la recuperación de lo depositado
está prohibido "...2) si el deudor declara al establecimiento de con
signación que renuncia al derecho de recuperación". La renuncia, en
seña la doctrina alemana, torna irrevocable la oferta de pago.
En cambio, nuestro Derecho no lo contempla expresamente. En
nuestro Derecho podrían surgir argumentos a favor de dos tesis.
Conforme al artículo 1150, se puede afirmar que el depósito, en
cuanto oferta, tendría que regirse por las mismas reglas que gobiernan
las ofertas en los contratos; de allí se podría concluir que si es posible
renunciar a la facultad de revocar las ofertas contractuales, también
se debe admitir la renuncia del derecho de retirar, pues no sería otra
cosa que renunciar a revocar la oferta.
Por el contrario, cabría invocar la regla del artículo 875: "La re
nuncia puede ser retractada mientras no hubiere sido aceptada por la
persona a cuyo favor se hace". De allí que si se renuncia al derecho
de retirar, tal renuncia es revocable mientras no haya sido aceptada;
de tal manera que la oferta siempre sería revocable, pues si el con
signado aceptara la renuncia, estaría implícitamente aceptando el de
pósito, con lo que la consignación se habría perfeccionado.
Por lo demás, la aludida facultad de revocación es estrictamente
personal, y no puede ser ejercida por otros acreedores del mismo deudor
por acción subrogatoria (Llambías).
Art. 761
4. Efectos del retiro del depósito
1) El retiro del depósito actualiza los poderes de agresión patri
monial del acreedor. La disposición legal tiene un sentido; una vez
notificada la demanda de consignación, el acreedor queda bloqueado,
impedido para accionar contra su deudor (salvo que lo haga por vía
de reconvención); siempre la litis quedará trabada en torno de la pres
tación consignada. La sentencia deberá resolver si el depósito tiene o
no fuerza de pago, y hasta que esto se resuelva, el acreedor no puede
agredir patrimonialmente a su deudor.
El retiro del depósito implica, sin más, desistimiento del juicio de
consignación; por efecto de ese desistimiento, el acreedor quedará li
berado y en condiciones de demandar al deudor el cumplimiento de
la prestación. Por lo demás, queda claro que al desistir del juicio, será
el deudor consignante quien cargará con las costas del juic io frustrado.
2) El citado retiro de la oferta puede provocar la mora del deudor
consignante. El procedimiento consignatorio supone que el d eu do r-q ue
recurre a él- ha purgado su situación de mora (si incurrió en ella);
más aún, las ofertas que deben preceder a la interposición de la demanda
implican la puesta en mora del acreedor. El retiro de la oferta constituye
una circunstancia que purga la mora creditoris, es decir, el deudor que
se retracta de la oferta de cumplimiento pone de manifiesto su intención
de no cumplir.
Si el deudor está en mora y purga ese estado mediante la oferta
y posterior demanda de consignación, el retiro de la oferta hace renacer
3) Subsistencia de ciertos efectos. La doctrina señala (Llambías,
Busso, Cazeaux-Trigo Represas, Ameal) que el retiro del depósito
deja subsistentes ciertos efectos generados a causa de la consignación,
por ejemplo, la interrupción de la prescripción (art. 3989), o el reco
nocimiento de la obligación que implica toda demanda de consignación
(doct. del art. 721).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Derecho a retirar el depósito. 2. Aceptación parcial. 3. Carga de m antener
el valor de lo depositado.
HÉCTOR DANIEL ARCA
1. Derecho a retirar el depósito
El derecho a retirar el depósito con que cuenta el deudor desaparece
cuando el acreedor lo acepta o es declarado válido por sentencia ju
dicial'. El deudor no podrá retirar el depósito efectuado mientras no
desista, tácita o expresamente, del juicio por consignación
2
.
2. Aceptación parcial
Cuando el acreedor ha impugnado la consignación por considerarla
insuficiente, el deudor no puede retirar lo depositado, pues hasta su
importe media aceptación
3
.
En esta hipótesis, el acreedor puede continuar el pleito por la di
ferencia .
3. Carga de mantener el valor de lo depositado
Mientras la actora retiene la disponibilidad del importe consigna
do en los términos del artículo 761 del Código Civil, a ella incumbe
pedir las medidas tendientes a preservar su valor, y si no lo hace debe
cargar con las consecuencias de su omisión si la consignación resulta
rechazada
5
.
Art. 762 Si ha habido sentencia declarando válida la consignación, el
deudor no puede retirarla, ni con consentimiento del acreedor,
en perjuicio de sus codeudores o fiadores.
Concordancias: arts. 759, 763, 1200, 2048.
1 Cám. Com., J.A. 1945-111-185; CNCiv., sala A, L.L. 97-103, sum.; sala D, L.L.
104-776, 7475-S.
2
C4
a
CC de Córdoba, BJC 4-188.
3
Cám. Civ. I
a
, J.A. 1943-11-88; Cám. Civ. 2
a
, J.A. 25-601; CNCiv., sala A, L.L.
99-V, Pago, 2; sala D, L.L. 104-776, S-7475; Cám. Com., J.A. 1945-111-85.
4
Cám. Civ. I
a
, J.A. 1943-11-88; CNCiv., sala D, L.L. 104-776, S-7475; Cám.
Com., J.A. 1945-III-638; C2
a
CC de La Plata, L.L. 101-505. En contra: Cám. Civ. I
a
,
J.A. 8-159; Cám. Com., J.A. 67-819; Cám. de Rosario, J. 1-267.
5
CNFed.CAdm., sala 111, L.L. 1988-B-88 y D.J. 988-1-56.
Art. 762
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. El deudor no puede retirar lo consignado después de operado el pago. 2. El
retiro de la consignación no puede hacerlo el deudor contra la voluntad del acreedor.
3.
No procede ese retiro ni con el consentimiento del acreedor.
1. El deudor no puede retirar lo consignado
después de operado el pago
Luego de consumada la consignación, sea por aceptación o por
sentencia, el pago se torna irrevocable. La obligación se extingue con
todos sus accesorios; los bienes consignados se incorporan al patri
monio del acreedor, que adquiere el dominio de ellos.
Por tanto, el deudor no puede retirar lo consignado después de
operado el pago.
Una deuda extinguida no puede renacer en perjuicio de terceros,
la liberación obtenida por un sujeto jurídico no puede verse compro
metida por actos ulteriores en los cuales ese sujeto no fue parte (Busso).
Ésta es, por otra parte, la solución consagrada en todos los sistemas
legislativos.
2. El retiro de la consignación no puede hacerlo
el deudor contra la voluntad del acreedor
El retiro de la consignación no puede hacerlo el deudor contra la
voluntad del acreedor, por no tener título para ello. Pero ni siquiera
podría proceder a ese retiro con el consentimiento del acreedor, porque
ellos no pueden hacer renacer una obligación definitivamente extin
guida, en perjuicio de terceros (arg. art. 953).
3. No procede ese retiro ni con el consentimiento del acreedor
El legislador prohibe al deudor retirar el depósito, aun con el con
sentimiento del acreedor, si con ello se perjudica o se compromete la
situación de codeudores o fiadores del deudor consignante.
HÉCTOR DANIEL ARCA
Art. 763 Si declarada válida la consignación, el acreedor consiente que
el deudor la retire, no puede, para el pago de su crédito, apro
vecharse de las garantías o seguridades que le competían; y
los codeudores y
fiadores
quedarán libres.
Concordancias:
arts. 759, 762, 1200, 2048.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. La obligación extinguida no renace, se genera una obligación nueva. 2. Los
codeudores o fiadores de esa obligación quedan liberados sin que el retiro influya o
modifique esa liberación. 3. Nace una nueva obligación, entre las mismas partes y
con el mismo objeto, pero con distinta causa.
1. La obligación extinguida no renace,
se genera una obligación nueva
Aun frente a la prohibición legal, puede ocurrir que el deudor, con
consentimiento del acreedor, retire el depósito.
Frente a ello, la obligación que motivó la consignación quedó irre
versiblemente extinguida; entre las partes (deudor-acreedor) se esta
blece una nueva relación jurídica.
La obligación ex tinguida no renace, se genera una obligación nueva.
La interpretación de los artículos 763 y 762 arroja estas conclu
siones.
2. Los codeudores o fiadores de esa obligación
quedan liberados sin que el retiro influya
o modifique esa liberación
Con respecto a la obligación primitiva que dio origen a la consig
nación, ella quedó definitivamente extinguida "con todos sus acceso
rios",
de tal modo que los codeudores o fiadores de esa obligación
quedan liberados sin que el retiro influya o modifique esa liberación.
Art. 764
3. Nace una nueva obligación, entre las mism as partes
y con el mism o objeto, pero con distinta causa
Con relación a los bienes depositados, cuyo retiro por el deudor
es consentido por el acreedor, son nuevamente debidos por el primero
al segundo. El título de esa nueva obligación nada tiene que ver con
el anterior; se trata de una nueva obligación, entre las mismas partes
y con el mismo objeto, pero con distinta causa (Lafaille, Salvat-Galli,
Colmo, Machado, Llerena, Borda, Llambías, Cazeaux-Trigo Represas,
Rezzónico, Alterini-Ameal-López Cabana, Belluscio-Zannoni, Aubry
y Rau, Demolombe).
DEUDAS DE CUERPOS CIERTOS
Art. 764 Si la deuda fuese de un cuerpo cierto, que deba ser entregado
en el lugar en que se encuentre, el deudor deberá hacer inti
mación judicial al acreedor para que lo reciba; y desde entonces
la intimación surte todos los efectos de la consignación. Si el
acreedor no lo recibe, la cosa debida puede ser depositada en
otra parte con autorización judicial.
Concordancias: arts. 756, 758, 765, 2185.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Intimación judicial. 2. Carácter de la intimación. Desde cuándo debe
considerársela recibida. 3. El depósito de llaves en la locación de cosas. 4. Derecho
del deudor a solicitar la designación de depositario judicial. 5. Consignación de
cosas perecederas.
1.
Intimación judicial
Las obligaciones de dar cosas ciertas son aquellas que tienen por
objeto la entrega de una cosa perfectamente individualizada desde la
HÉCTOR DANIEL ARCA
misma constitución del vínculo obligatorio, de suerte tal que pueda
conocérsela y separársela sin ninguna dificultad.
En las obligaciones de dar cosas ciertas, la liberación coactiva del
deudor, que puede ser intentada por el procedimiento consignatorio,
comienza a gestarse con la intimación judicial dirigida al acreedor
para que reciba la prestación. No es necesario que el deudor se des
prenda de la posesión material de la cosa, ya que el efecto cancelatorio
de la consignación se producirá, no como consecuencia de la despo
sesión, sino como resultado de la intimación judicial (Llambías). Si
bien el deudor no pierde la posesión material de la cosa, queda con
vertido en simple tenedor, puesto que la cosa queda a disposición del
acreedor, quien puede apropiársela en cualquier momento.
2. Carácter de la intimación. Desde cuándo
debe considerársela recibida
La intimación apropiada para gestar la consignación de un cuerpo
cierto debe ser judicial, según los claros términos del artículo 764
aquí bajo estudio.
Una intimación extrajudicial de carácter privado no tiene idoneidad
suficiente para dar curso a una consignación válida (Llambías).
El pago por consignación es un modo extintivo de obligaciones
que opera con intervención judicial. Empero, si bien la intimación
privada no sirve para abrir el mecanismo consignatorio, purga la mora
solvendi
y, al mismo tiempo, constituye una interpelación al acreedor
que provoca la mora de éste (Moisset de Espanés, Diez-Picazo).
Por su naturaleza, la intimación constituye una declaración de vo
luntad unilateral, no formal y recepticia, por la que el deudor o la
persona legitimada para efectuar el pago exige de su acreedor por
intermedio de la autoridad judicial que acepte el cumplimiento de la
prestación.
Cobra eficacia la misma a partir del momento en que entra en la
esfera propia del destinatario, de manera que sólo de él dependa, según
el modo en que tenga organizado sus negocios o su casa, el que conozca
o no la intimación que se le formula. En suma, es eficaz la interpelación
Art. 764
cuando se hace llegar al domicilio del acreedor, de modo que sea
inverosímil que éste no haya tomado conocimiento de ella (Llambías).
Por aplicación de este principio, una ausencia accidental del acree
dor del lugar de su domicilio, la devolución de la comunicación sin
abrirla, el analfabetismo del destinatario, etcétera, no impide el efecto
moratorio de la interpelación. En caso de duda, se debe estar a favor
de la liberación del requerido.
Por último, puede acontecer que la intimación resulte frustrada por
la actitud del destinatario, sea porque éste se niegue a recibirla o de
cualquier modo imposibilite su recepción. Tal conducta no impide que
se produzcan los efectos del acto interpelatorio. Al contrario, pone de
manifiesto una conducta maliciosa que puede agravar la situación del
accipiens (Wayar).
3. El depósito de llaves en la locación de cosas
En materia de locación de cosas (en particular locación inmobilia
ria),
si el locatario pretende liberarse de sus obligaciones restituyendo
la cosa locada y el locador se niega a recibirla, no cabe otro camino
que la consignación. En tal hipótesis la doctrina ha puesto de resalto
que la intimación judicial es insuficiente por sí sola para operar los
efectos de la consignación; es menester, también, que el consignante
deposite las llaves del inmueble para que éste las atribuya al locador
consignado (Salvat-Galli, Ameal, Busso, Cazeaux-Trigo Represas, La-
faille, Colmo, Rezzónico, Llambías).
En este caso, además de la intimación, se debe proceder a la con
signación de las llaves.
Asimismo, cabe destacar que el artículo 765 funciona tanto para
cosas muebles como para inmuebles. Tratándose de inmuebles la in
timación debe ser efectuada conforme a la naturaleza de la obligación
contraída, debiéndose además observar las reglas para la transmisión
de derechos sobre tales bienes, previstas en este Código, verbigracia.
Si se pretende transmitir la propiedad, se deberá intimar al acreedor
no sólo a que reciba la cosa (para que opere así la tradición) sino
también a que concurra a formalizar la respectiva escritura.
HÉCTOR DANIEL ARCA
4. Derecho del deudor a solicitar la
designación de depositario judicial
Una vez efectivizada la intimación judicial, el deudor consignante
se convierte de poseedor a tenedor, ya que comienza a poseer por otro,
manteniendo la tenencia de la cosa objeto de la consignación. Mas,
si el deudor pretende exonerarse de las responsabilidades que le caben
como depositario, está facultado para solicitar al juez el secuestro de la
cosa para que sea puesta bajo custodia de un depositario judicial nom
brado al efecto. Los gastos del secuestro y posterior depósito serán a
cargo del acreedor demandado (Alterini-Ameal-López Cabana, Busso,
Rezzónico, Llambías, Cazeaux-Trigo Represas, Ameal).
5. Consignación de cosas perecederas
Esta situación no se encuentra prevista en la ley, pero el juez puede
disponer, a instancia de parte, la venta en pública subasta de los bienes
involucrados, poniendo a disposición del acreedor la suma de dinero
resultante, operándose una suerte de subrogación real (Llambías, Wayar).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligación de dar cosas ciertas. 2. Inmuebles.
1. Obligación de dar cosas ciertas
Tratándose de deudas de cuerpos ciertos, la sola intimación judicial
hecha al acreedor para que la reciba surte todos los efectos de la
consignación; si éste no la recibe, el deudor se halla facultado para
proceder a su depósito con autorización judicial, pero no constituye
un requisito necesario para la eficacia de aquélla
1
.
2. Inmuebles
Si bien el artículo 764 se refiere especialmente a cosas muebles,
su consignación puede hacerse en forma simbólica respecto de los
inmuebles
2
. Si se pretende transmitir la propiedad, debe intimarse al
1
CNCom., sala A, J.A. 1960-V-181; Cám. Com., J.A. 1947-1-646.
2
Cám. Civ. I
a
, J.A. 57-389; CNCiv., sala C, L.L. 1987-A-66 y D.J. 987-1-609.
Art. 765
acreedor no sólo a que reciba la cosa, sino también a que concurra
a formalizar la respectiva escritura
3
.
Art. 765 Si la cosa se hallase en otro lugar que aquel en que deba ser
entregada, es a cargo del deudor transportarla a donde debe
ser entregada, y hacer entonces la intimación al acreedor para
que la reciba.
Concordancias:
arts. 576, 754, 1410, 1415, 2216.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Traslado de la cosa cuando se halla en un lugar distinto de aquel en que
debe ser entregada, a) Gastos de traslado, b) Supuestos de excepción. Posibilidad de
exonerar al deudor de efectuar el traslado. 2. Después del traslado y consecuente
intimación judicial puede el deudor liberarse de la custodia de la cosa y solicitar la
designación de depositario judicial. 3. Consignación de cosas perecederas.
1. Traslado de la cosa cuando se halla en un lugar
distinto de aquel en que debe ser entregada
Cuando la cosa que es objeto de la obligación se halla en un lugar
distinto de aquel en el cual debe ser entregada según los términos de
la obligación, antes de proceder a formular la intimación judicial, el
deudor debe trasladar la cosa hasta el lugar en que se debe realizar
la entrega. El acreedor debe ser intimado a recibir la cosa en el lugar
de cumplimiento y no en un sitio distinto (Am eal, Busso, Cazeaux-Tri-
go Represas, Rezzónico).
La exigencia del artículo
es
justificada. La intimación importa poner
la cosa a disposición del acreedor y para ello es menester llevarla allí
donde ha de ser recibida. Toda consignación debe cumplir con los
requisitos exigidos en el pago (Busso).
3
Cám. Civ. I
a
, L.L. 5-568; ídem, L.L. 32-85; CNPaz, sala 1, E.D. 42-725.
HÉCTOR DANIEL ARCA
a) Gastos de traslado
Los gastos del traslado de la cosa serán a cargo del consignante;
la solución es lógica, pues de lo contrario se violaría el principio de
localización (la obligación debe ser cumplida en el lugar establecido
en la fuente constitutiva). El pago debe ser hecho en un lugar prees
tablecido que el deudor no puede modificar unilateralmente (Alteri-
ni-Ameal-López Cabana, Borda, Salvat-Galli, Busso, Rezzónico, Ca-
zeaux-Trigo Represas, Ameal).
b) Supuestos de excepción. Posibilidad de
exonerar al deudor de efectuar el traslado
La regla del artículo 765 no debe ser interpretada en términos ab
solutos; cuando el traslado de los bienes implique gastos importantes
que no se justifiquen según las circunstancias, el juez podrá dispensar
al deudor de la obligación de realizar el traslado sin que ello perjudique
el progreso de la acción intentada (Busso, Llambías, Wayar).
2. Después del traslado y consecuente intimación judicial
puede el deudor liberarse de la custodia de la cosa
y solicitar la designación de depositario judicial
Si el acreedor no responde a la intimación, se debe entender que
acepta tácitamente la consignación, de modo que ésta surte los efectos
del pago desde la intimación. Ello significa que el deudor quedó li
berado de la obligación, pero conserva la custodia de la cosa; de allí
que esté autorizado a solicitar el desapoderamiento y el nombramiento
de un nuevo custodio, corriendo con todos estos gastos el acreedor
consignado (Cazeaux-Trigo Represas).
3. Consignación de cosas perecederas
Tratándose de cosas perecederas, o cuya custodia resulte sum amente
onerosa, el juez puede disponer, a pedido de parte, que tales bienes
sean vendidos en pública subasta. Los fondos así obtenidos deben ser
puestos a disposición del acreedor (si la consignación se hubiere per
feccionado), o bien deben quedar depositados, afectados al expediente
respectivo y a la orden del juez que entiende en la causa, hasta tanto
Art. 766
se dicte sentencia. Si bien esta situación no está prevista en la ley, se
considera que es la que mejor contempla los intereses en juego, pues
evita pérdidas inútiles, beneficiando a las dos partes; se operaría una
suerte de subrogación real , pues los bienes serían reemplazados por
dinero, que ocuparían el lugar de aquéllos (Llambías, Wayar, Bellus-
c io -Zannoni , Cazeaux-Tr igo Represas ) .
DEUD S DE COS S INDETERMIN D S
ELECCIÓN DEL CREEDOR
Art. 766 Si la cosa debida fuese indeterm inada y a elección del acreedor,
el deudor debe hacerle intimación judicial para que haga la
elección. Si rehusare hacerla, el deudor podrá ser autorizado
por el juez para verificarla. Hecha ésta, el deudor debe hacer
la intimación al acreedor para que la reciba, como en el caso
de la deuda de cuerpo cierto.
Concordancias: arts. 602, 603, 637, 764, 765.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Consignación de cosas inciertas. 2. Solución análoga para las obligaciones
de objeto alternativo.
1. Consignación de cosas inciertas
Las obligaciones de dar cosas inciertas pueden ser definidas como
aquellas que tienen por objeto la entrega de una o varias cosas a elegir
dentro de la respectiva especie.
Cóm o debe proceder se para consignar este tipo de obligaciones:
a) Cuando la elección corresponde al deudor. Si es el deudor
quien debe real izar la elección -que es la regla que gobierna en esta
materia: ar t ículo 601-, la cuest ión no ofrece dif icultades, pues el sol-
vens,
al seleccionar la cosa que desea entregar en pago, el imina la
HÉCTOR DANIKL ARCA
incertidumbre y convierte a la primitiva obligación en otra de dar
una cosa cierta. Una vez operada esta conversión, se aplica el régimen
del artículo 764, antes examinado (Alterini-Ameal-López Cabana,
Busso, Llambías, Rezzónico, Galli, Lafaille, C azeaux-T rigo Represas,
Borda).
b) Cuando la elección corresponde al acreedor. Para este supuesto
el legislador ha previsto el sistema de la "doble intimación". Si el
acreedor infringe el deber jurídico de realizar la elección, el deudor
no puede por esa razón quedar sujeto a la voluntad de aquél, que
podría dilatar su elección sine die. De allí, se permite al solvens solicitar
al juez que intime al acreedor a realizar la elección. Si pese a la
intimación el acreedor permanece inactivo, el juez dispondrá que sea
el deudor quien verifique la elección; una vez cumplido ese trámite,
se despachará la segunda intimación, también dirigida al accipiens;
esta vez, para que reciba la prestación consignada. Tal es la solución
dispuesta en el presente artículo 766, que es objeto de estudio.
Con relación a la situación de mora del accipiens, en esta clase
de obligaciones la mora puede sobrevenir a una intimación extraju-
dicial, de tal manera que cuando se produzca la primera intimación
judicial el acreedor puede estar ya en mora. En tal caso la intimación
sólo sirve para poner en marcha el procedimiento consignatorio.
La cuestión tiene interés con relación a los daños y perjuicios que
puede reclamar el deudor, si triunfa en la consignación. Tales daños
se computarán desde la mora del accipiens, y no desde la intimación
judicial, por aplicación de los principios generales (Wayar).
2. Solución análoga para las obligaciones
de ob jeto alternativo
Recuérdese que las obligaciones de objeto alternativo son aquellas
en que se debe entregar una cosa de entre dos, tres o más (siempre
en número limitado), cuya elección corresponde a cualquiera de las
partes comprendidas en la relación de obligación. Según que la elección
corresponda al acreedor o al deudor, el procedimiento consignatorio
se verificará según las reglas estudiadas.
Art. 767
CAPÍTULO V
DEL PAGO CON SUBROGACIÓN
Bibliografía general
ALFERILLO, Pascual, Reflexiones sobre el pago con subrogación, en L.L.
1988-E-103;
BREBBIA, Roberto, Pago con subrogación, en Instituciones
de Derecho Civil, Juris, Rosario, 1997, t. I, p. 289; BUSTAMANTE AL-
SINA, Jorge,
Naturaleza jurídica
del
pago con subrogación,
en L.L. 1985-
E-691;
CAÑ IZARES LASO, Ana, Pago con subrogación, Civitas, M adrid,
1996;
DEL OLMO GARCÍA, Pedro, Pago de
tercero
y subrogación, Ci
vitas, Madrid, 1998; ESPÍN CÁNOVAS, Diego, Sobre el pago con sub
rogación,
en
Revista de Derecho Privado
1942-300; GARRIGA, Román,
Pago con subrogación, en J.A. 1950-IV-643; PASCUAL ESTIVIL, Luis,
El pago, Bosch, Barcelona, 1986; RUBIO GARRIDO, Tomás, La subro
gación por pago. Régimen jurídico y supuestos prácticos de aplicación,
McGraw-Hill, Madrid, 1997; TRIGO REPRESAS, F. A.,
El pago con
subrogación, y sus efectos, en fus, N° 6, La Plata, p. 235.
Art. 767 El pago con subrogación tiene lugar, cuando lo hace un tercero,
a quien se transmiten todos los derechos del acreedor. La sub
rogación es convencional o legal. La subrogación convencional
puede ser consentida, sea por el acreedor, sin intervención del
deudor, sea por el deudor, sin el concurso de la voluntad del
acreedor.
Concordancias: arts. 725 a 728, 768 a 771.
A) Bibliografía especial
La general del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Concepto. 2. Naturaleza.
3.
Clases. 4. Requisitos.
1. Concepto
El pago con subrogación consiste en el cumplimiento de la obligación
RUB ÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
realizado por un tercero y produce los efectos de desinteresar al acree
dor y sustituirlo en el ejercicio de los derechos (Pizarro-Vallespinos).
Se trata de un pago que da lugar al cambio de un acreedor por
otro, y de esa manera se produce la sucesión entre vivos de la parte
activa de la relación obligatoria (Torrente-Schelinger).
2. Naturaleza
Se han sostenido diferentes posturas, tales como: a) ficción legal;
b) doble operación; c) cesión del crédito; d) extinción relativa de la
obligación, y e) forma de transmisión del crédito a título singular.
La primera es la que, fundada en las ideas de Aubry y Rau, fun
damenta el Codificador en la nota al artículo en comentario. La ficción
estaría dada en que, por un lado, con el pago se extingue la obligación,
pero, por otro, se mantiene a favor del tercero que pagó.
Se ha sostenido que constituye una doble operación, ya que con
el acreedor hay un verdadero pago, y con relación al deudor, se produce
una transmisión del crédito que inviste al tercero en el nuevo acreedor
(Demolombe, Llambías).
Se ha intentado asimilar a la figura con la cesión de créditos, ya
que los efectos son semejantes. La idea es seguida por los autores ger
manos (Enneccerus-Lehmann, Von Tuhr, Larenz, Medicus). De con
formidad a lo que el mismo Código Civil legisla (arts. 1434 y ss.)
sobre la cesión de créditos, es posible observar las importantes dife
rencias entre ambas figuras.
También se indica que la extinción de la obligación es relativa en
virtud de que este tipo de cumplimiento no concluye con la relación
jurídica (Hartmann), si bien se satisface el interés del acreedor, pero
restan otros fines a cumplir, como el reembolso al tercero y la liberación
posterior del deudor.
Y, por último, la mayoría de los autores sostiene que es una su
cesión del crédito a título singular (Borda, López Cabana, Alferillo,
Trigo Represas, Cazeaux, Lafaille, Brebbia, Pascual Estivil y Rubio
Garrido). Aquellos que a su vez consideran que el cumplimiento por
tercero no es un verdadero pago, se identifican en esta corriente. El
acreedor resulta satisfecho, pero la deuda resta íntegra sobre el deudor;
Art. 767
el principal efecto se brinda mediante la transferencia a título singu
lar de la parte activa de la obligación.
3. Clases
Hay dos clases bien diferenciadas entre la subrogación convencio
nal,
que tiene como base a la voluntad de las partes, y la subrogación
legal, que surge de la propia ley (Brebbia, Colmo, Lafaille, Salvat-Ga-
lli,
Machado, Pizarro-Vallespinos).
A su vez, la subrogación convencional puede ser hecha por el acree
dor (art. 769) o por el propio deudor (art. 770).
4. Requisitos
Son los siguientes: a) que el pago sea hecho por un tercero capaz
de contratar y consciente de que paga una deuda ajena; b) que el pago
reúna todos los requisitos que se corresponden con su objeto y la
virtualidad de la deuda, y c) que el tercero quede subrogado en lugar
del acreedor satisfecho (Pizarro-Vallespinos, C azeaux-Trigo Represas,
Salvat-Galli, Lafaille, Brebbia).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. El tercero debe probar que hizo efectiva la obligación. 2. El tercero debe
pagar con fondos propios. 3. Transmisión del crédito.
1. El tercero debe probar que
hizo efectiva la obligación
Para poder pretender subrogarse en la posición jurídica del acreedor,
el tercero deberá probar que hizo efectivo el cumplimiento, y que no
estaba obligado como deudor directo'.
2. El tercero debe pagar con fondos propios
El tercero no puede invocar ni decir que pagó con fondos que le
1
Cám. Com., J.A. 29-493; CNCiv., sala I, D.J. 2003-III-1124; sala A, L.L. 1999-
C-392.
RUB ÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
entregó el propio deudor, pues en tal caso se presupone que es su
representante, y el cumplimiento se atr ibuir ía al obligado originario
2
.
3 .
Transmisión del crédito
Mediante el pago con subrogación se produce la t raslación del
crédito del originario acreedor al tercero que pagó
3
.
Art. 768 La subrogación tiene lugar sin dependencia de la cesión expresa
del acreedor a favor:
1. Del que siendo acreedor paga a otro acreedor que le es
preferente.
Del que paga una deuda a que estaba obligado con otros
o por otros.
3. Del tercero no interesado que hace el pago, consintiéndolo
tácita o expresamente el deudor, o ignorándolo.
4.
Del que adquirió un inmueble, y paga al acreedor que
tuviese hipoteca sobre el mismo inmueble.
5. Del heredero que adm itió la herencia con beneficio de in
ventario, y paga con sus propios fondos la deuda de la
misma.
Concordancias: Inc. I
o
: arts. 3876 y 3877. Inc. 2
o
: arts. 693, 727 y 771. Inc. 3
o
: arts.
727 y 729.
o
2151.
o
arts. 3371 y 3374.
A) Bibliografía especial
La general del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Subrogación legal. 2. Carácter de los casos previstos. 3. Acreedor que le
paga a otro que le es preferente. 4. Deudor obligado con otros o por otros. 5. Pago
del tercero. 6. Adquirente de un inmueble que paga a un acreedor hipotecario. 7.
Heredero aceptante beneficiario que paga deudas de la sucesión.
2
C.S.J. de la Nación L.L. 24-947; CNCom., sala A, J.A. 1952-1-275; SCBA,
J.A. 1945-IV-51.
3
CFed. de Mendoza, L.L. 25-604; CNCom., sala C, L.L. 2000-B-468 y J.A.
2000-111-140.
Art. 768
1. Subrogación legal
El artículo 768 contempla los supuestos de subrogación dispuesta
por la misma ley; para ello no se exige que haya conformidad del
acreedor, ya que el efecto jurídico se integra con la sola voluntad del
tercero (Brebbia, Llambías, Borda, Trigo Represas, Garriga, Rezzónico
y Machado).
Asimismo, poco interesa la actitud del deudor, ya que la oposición
o la manifestación de oposición no tienen ninguna incidencia en el
traspaso del derecho creditorio (Salvat-Galli, Lafaille, Garriga, García
del Olmo).
2. Carácter de los casos previstos
Para algunos autores la enumeración del artículo tiene carácter ta
xativo, ya que la excepción de la subrogación legal hace que no se
puedan incorporar otros supuestos a los ya indicados en los cuatro
incisos (Machado, Salvat, Lafaille y Rezzónico). Sin embargo, otra
corriente de opinión considera que pueden darse otros casos previstos
en el Código Civil o bien en otras leyes especiales (Trigo Represas,
Colmo, Compagnucci de Caso, Llambías). Así, lo dispuesto en el ar
tículo 3932: el mutuante que dio dinero prestado para pagar a los
arquitectos, empresarios u obreros que trabajaron en la construcción
o reparación de un edificio, asume la calidad de acreedor, o el supuesto
previsto en el artículo 3927, donde quien facilitó dinero para adquirir
un inmueble se subroga en los derechos del acreedor
y
tiene al inmueble
como garantía.
3. Acreedor que le paga a otro que le es preferente
Cuando un acreedor le paga a otro que tiene un mejor grado de
preferencia para el cobro, la ley lo pone en el lugar del que recibe la
prestación. Se dan como ejemplos los de quien le paga a su abogado
los honorarios regulados en un juicio y queda subrogado para reclamar
a los condenados en costas; o bien el que paga impuestos o tasas que
debía el obligado y queda en el lugar del Fisco acreedor (Brebbia,
Pizarro-Vallespinos, Busso, Salvat-Galli).
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
4. Deudor obligado con otros o por otros
Está previsto en el inciso 2
o
del artículo, y establece dos casos
diferentes, los obligados con otros y los obligados por otros.
En el primer supuesto se encuentran previstas las obligaciones de
objeto divisible (arts. 667, 679 y ss.), y las solidarias (arts. 699 y ss.).
Cuando uno de los deudores paga todo, queda subrogado contra el
resto de los obligados (Salvat-Galli, Colmo, Busso, Rezzónico). No
ocurre ello en el caso que se trata de una obligación mancomunada
simple, ya que el artículo 693 excluye expresamente la subrogación;
aunque es de considerar que dicha afirmativa no tiene recepción pa
cífica en la doctrina de los autores (ver comentario al art. 693).
También se subroga legalmente aquel que, como el fiador, se en
cuentra obligado por el deudor principal. Dicho efecto se reitera en
el artículo 2029 del Código Civil.
5. Pago del tercero
Es el supuesto más importante en la enumeración legal, ya que
resulta de una amplitud mayúscula que no conoce identidad en otras
legislaciones; el tercero no interesado (o interesado) que paga se sub
roga legalmente en los derechos del acreedor, cuando el deudor con
siente o ignora el acto solutorio.
Este caso va más allá de lo que había proyectado García Goyena
en el artículo 1117 del Anteproyecto para el Derecho español, que
sólo lo aceptaba para el caso de asentimiento del deudor. De confor
midad a ello solamente quedaría fuera de estos efectos el tercero que
paga contra la voluntad del obligado. Para la mayoría de la doctrina
poco importa que el pago se haga a nombre del deudor o a título
personal (Salvat-Galli, Lafaille, Machado, Trigo Represas, Brebbia,
Pizarro-Vallespinos).
6.
Adquirente de un inmueble que
paga a un acreedor hipotecario
En una primera apreciación pareciera que el supuesto se asimila a
lo previsto en el inciso 2
o
del artículo bajo comentario (Salvat-Galli,
Garriga, Laurent). Sin embargo, para lograr un mejor entendimiento
Art. 768
es necesario entender que el inmueble adquirido se encuentra gravado
con más de una hipoteca, y el comprador le paga a un acreedor que
tiene prioridad de cobro. Si otro acreedor reclama judicialmente el
cumplimiento, el comprador queda colocado, en virtud de la subroga
ción, en mejor grado para percibir el importe abonado (Trigo Represas,
Rezzónico, Salvat-Galli).
7. Heredero aceptante beneficiario
que paga deudas de la sucesión
El heredero que acepta la herencia con beneficio de inventario
(arts. 3357 y ss.) produce una especie de separación de patrimonios
entre el que correspondía al sucesorio y el propio. Si con fondos de
su pertenencia le paga a acreedores del causante, tanto el inciso en
comentario como el artículo 3374 lo subrogan en los derechos de los
terceros acreedores (De Gásperi-Morello, Salvat-Galli, Rezzónico).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Subrogación legal. 2. Deudores de la obligación divisible. 3. Pago de
impuestos por el tercero. 4. Cofiadores. 5. Pago a nombre propio o por el deudor. 6.
Deudores solidarios.
1. Subrogación legal
Cuando se trata de un supuesto de subrogación legal en el que
concurren la aceptación del acreedor -quien retiró los fondos dados en
pago por el tercero- y la tácita conformidad del deudor -atento a la
incontestación del emplazamiento que se le hiciera mediante cédula-,
corresponde autorizar el traspaso del crédito a favor del tercero pagador'.
2. Deudores de la obligación divisible
No están comprendidos en el inciso 2
o
del artículo 768, los codeu
dores de una obligación divisible, simplemente mancomunada
2
.
1
CNCiv., sala A, L.L. 1999-C-392.
2
CNCiv., sala D, J.A. 1960-IV-257; S.T. de Santa Fe, J.A. 23-549.
RUB ÉN H. COMPAGN UCCI DE CASO
3. Pago de impuestos por el tercero
El representante de la sucesión deudora que con su dinero paga
los impuestos adeudados por la finca subastada en una ejecución hi
potecaria, se subroga en los derechos del Fisco con el privilegio de
éste que puede oponer al acreedor hipotecario
3
.
4. Cofiadores
Ante la existencia de varios fiadores, el que paga tiene derecho a
reclamarle a los cofiadores como efecto de las relaciones entre ellos
4
.
5. Pago a nombre propio o por el deudor
Los casos de subrogación contemplados en el artículo 768, inci
so 3
o
, proceden aun cuando el tercero pague a nombre propio o a nom
bre del deudor, y, además, es indiferente la razón por la que el ter
cero paga
5
.
6. Deudores solidarios
Los obligados conjuntos a que alude el artículo 768, inciso 2
o
,
comprenden a los codeudores solidarios y a los de una obligación
indivisible, en razón de la cual cuando estos obligados han satisfecho
la totalidad de la deuda se produce una subrogación parcial en los
derechos del acreedor contra los demás obligados limitada a la cuota
de contribución de cada obligado conjunto
6
.
Art. 769 La subrogación convencional tiene lugar, cuando el acreedor
recibe el pago de un tercero, y le transmite expresamente todos
sus derechos respecto de la deuda. En tal caso, la subrogación
será regida por las disposiciones sobre la "cesión de derechos".
Concordancias: arts. 767, 1434, 1444, 1454, 1457, 1458.
3
CNCom., sala A, L.L. 1999-E-208.
4
Cám. Civ. 2
a
, L.L. 17-450.
5
Cám. Com., L.L. 58-41; CCC de Mercedes, L.L. 73-480; S.C. de Mendoza,
L.L. 111-278; CNCom., sala A, L.L. 2000-D-732; id., L.L. 1999-B-716.
6
CNCom., sala A, L.L. 2000-D-732.
Art. 769
A) Bibliografía especial
C O M P A G N U C C I D E C A S O , R . H . , Cesión de créditos, La Ley, Buenos
Ai res ,
2002; GAVIDIA SÁNCHEZ, J . V . , La cesión de créditos, Tirant
lo Blan ch, Valencia, 1993; NA VA RR O P ÉR EZ , J . L. ,
La cesión de créditos
en el Derecho Civil español,
Comares , Granada, España, 1988; PANTA-
LEÓN PRIETO, F . , Cesión de créditos, en Anuario de Derech o Civil,
t . XLI, fascículo IV, ps. 1033 y ss.; SOTGIA, A., Cessione di crediti e
di altri diritti,
en
Novissimo Digesto Italiano,
t. III, p. 155.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Subrogación convencional por el acreedor. 2. Requisitos. 3. La aplicación
de las disposiciones sobre la cesión de créditos.
1. Subrogación convencional por el acreedor
Es un supuesto muy especial en el cual el acreedor originario recibe
el dinero de un tercero, sea interesado o no, y por su voluntad lo
subroga en el crédito, mediante una transferencia voluntaria (Brebbia,
Trigo Represas, Rezzónico, Colmo).
Poco importa la actitud del deudor, ya que sea mediante su asen
timiento, ignorancia o contra su voluntad, el derecho igualmente se
transfiere.
2. Requisitos,
Para que se produzca la subrogación convencional por el acreedor,
aun cuando la ley no lo exija, es necesario: a) que la voluntad se
manifieste en forma expresa, y b) que se lo indique con anterioridad
al momento del cumplimiento, o en el mismo acto del pago. Estas
condiciones se encuentran previstas en el artículo 1250, inciso 2
o
del
Code Civil francés, que en cierta medida es antecedente y fuente del ar
tículo en comentario (Planiol-Ripert, Terré-Simler-Lequette, Larrou-
met, Cabrillac).
3. La aplicación de las disposiciones
sobre la cesión de créditos
La última parte del artículo indica que la subrogación convencional
RUB ÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
efectuada por el acreedor "será regida por las disposiciones de la cesión
de derechos". Y sobre ello se han sostenido dos corrientes de opinión:
algunos autores entienden que deben aplicarse todas las normas que
el Código tiene para el contrato de "cesión de créditos", asimilando
este tipo de subrogación a esa figura (Machado y Colmo), en cambio,
el resto de la doctrina entiende acertadamente que las disposiciones
sobre la cesión de derechos (o de créditos) son de utilización subsi
diaria y no alteran las normas particulares, como, por ejemplo, lo dis
puesto en los artículos 771 y 772 (Salvat-Galli, Lafaille, Rezzónico,
Cazeaux-Trigo Represas, y Brebbia).
No es necesario que el deudor originario preste conformidad, pero
es imprescindible notificarlo de la transferencia, o bien que la acepte.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Momento que debe realizarse la subrogación. 2. Condiciones de forma. 3.
Oposición del deudor.
1. Momento en que debe realizarse la subrogación
La subrogación por el acreedor al tercero que le realizó el pago
no puede ser hecha con posterioridad a ese acto, debe ser hecha siempre
con anterioridad'.
2. Condiciones de forma
Para la apreciación de las formas de la cesión convencional por el
acreedor, debe tenerse en cuenta lo dispuesto en el contrato de cesión
de créditos. Su omisión trae aparejada la nulidad del acto
2
.
3. Oposición del deudor
Tratándose de un pago con subrogación, en principio no puede el
deudor oponerse válidamente a la intervención del acreedor subrogante;
la sustitución procesal opera con prescindencia del deudor
3
.
1
CNCom., sala A, L.L. 65-432.
2
CNCom., sala A, L.L. 65-432; CFed. de Mendoza, L.L. 25-605.
3
CApel. de San Martín, sala II, LLBA 2000-516.
Art. 770
Art. 770 La subrogación convencional puede hacerse también por el
deudor, cuando paga la deuda de una suma de dinero, con
otra cantidad que ha tomado prestada, y subroga al presta
mista en los derechos y acciones del acreedor primitivo.
Concordancia:
art. 3932.
A) Bibliografía especial
La general del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Subrogación convencional por el deudor. 2. Requisitos.
1. Subrogación convencional por el deudor
Es una situación anómala que tiene antecedentes en el antiguo De
recho francés y ha sido receptada en casi todos los códigos del mun
do.
El deudor toma la iniciativa y paga su propia deuda, con fondos
que le facilita un tercero prestamista, a quien va a favorecer subro
gándolo en lugar de su acreedor (De Gásperi-Morello, Cazeaux-Trigo
Represas, Colmo, Brebbia, Llambías, Lafaille, Compagnucci de Caso,
Rezzónico).
2. Requisitos
El Código Civil argentino no enuncia requisitos para cumplir con
este acto de transferencia del crédito, como lo hace el Codificador
francés en el artículo 1250, inciso 2
o
. Sin em bargo, y para evitar fraudes
a otros y como surge de principios de la ley nacional (art. 1035), es
necesario cumplir algunas condiciones. De esa manera se exige: a)
que el deudor manifieste su voluntad de subrogar al tercero en forma
expresa; b) que la subrogación se haga mediante instrumento público
o privado de fecha cierta, porque ello le sirve al prestamista para
oponerla a otros acreedores, y c) para algunos autores debe constar
en el recibo del pago (Salvat-Galli, Machado, Lafaille, Rezzónico,
Llambías, Alterini-Am eal-Lóp ez Cabana, Compagnucci de Caso, Ca
zeaux-Trigo Represas), mientras que otros piensan que ello es inne
cesario bastando la demostración por otros medios (Colmo, Brebbia).
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Manifestación de voluntad expresa. 2. Instrumento público o privado de
fecha cierta.
1. Manifestación de voluntad expresa
Es un requisi to de la subrogación convencional por el deudor que
la manifestación de voluntad se manifieste en forma expresa
1
.
2 . Instrumento público o privado de fecha cieña
Además, es necesario para poder oponer el pago a otros acreedores,
que el instrumento donde conste el mismo sea público o privado de
fecha cierta
2
.
Art. 771 La subrogación legal o convencional, traspasa al nuevo acree
dor todos los derechos, acciones y garantías del antiguo acree
dor, tanto como contra el deudor principal y codeudores, como
contra los fiadores, con las modificaciones siguientes:
1. £1 subrogado no puede ejercer los derechos y acciones del
acreedor, sino hasta la concurrencia de la suma que él ha
desembolsado realmente para la liberación del deudor.
2. El efecto de la subrogación convencional puede ser limitado
a ciertos derechos y acciones por el acreedor, o por el deu
dor que la consiente.
3. La subrogación legal, establecida en provecho de los
que han pagado una deuda a la cual estaban obligados
con otros, no los autoriza a ejercer los derechos y las ac
ciones del acreedor contra sus coobligados, sino hasta la
concurrencia de la parte, por la cual cada uno de estos
últimos estaba obligado a contribuir para el pago de la
deuda.
Concordancias: Inc. I
o
: arts. 803, 1458, 2047 y 3877. Inc. 2
o
: arts. 727, 1197, 2032
y 3189. Inc. 3
o
: arts. 689, 717 y 768.
1
CFed. de La Plata, J.A. 49-46.
2
ídem nota anterior.
Art. 7/1
A) Bibliografía especial
La general del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Principio general. 2. Limitación legal. 3. Limitación convencional. 4.
Acción de contribución. 5. Diferencias con la cesión de créditos.
1. Principio general
Sin diferenciar entre la subrogación convencional o legal, el enun
ciado del artículo dispone que el efecto principal es el de la transmisión
a favor del tercero de todos "los derechos, acciones y garantías del
antiguo acreedor".
Como la propia denominación lo indica (subrogación) el solvens
queda en lugar del originario acreedor, y el deudor pasa a tener un
nuevo acreedor (Llambías, Pizarro-Vallespinos, Brebbia, Trigo Repre
sas,
Bustamante Alsina, Rezzónico).
En cuanto a "todos los derechos" significa que las prerrogativas y
situación jurídica anterior se traspasan al nuevo acreedor; así: los pri
vilegios, el continuar percibiendo intereses compensatorios, beneficiar
se con la garantía de evicción o la de los vicios redhibitorios, etcétera
(Salvat-Galli, De Gásperi-Morello, Cazeaux-Trigo Represas, Rezzó
nico,
Llambías).
También se mencionan a "las acciones" , y al igual que en el supuesto
anterior, el solvens puede promover las que hacen al ejercicio de los
derechos, como: la de rescisión, la resolución, la pauliana o revocatoria
y, por ende, la acción principal o de cumplimiento de la obligación
(art. 505).
Las garantías de que gozaba el primitivo acreedor que le facilitaban
el cobro del crédito, también se trasladan; de esa manera el nuevo
pretensor puede beneficiarse con una hipoteca, prenda, fianza personal,
etcétera (Pizarro-Vallespinos, Llambías, Boffi Boggero, Busso).
2. Limitación legal
El inciso I
o
del artículo dispone una limitación que es producto
R U B É N H . C O M P A G N U C C I D E C A S O
del propio efecto de la subrogación personal; el tercero que paga so
lamente puede demandar el importe que hubiere dispuesto para satis
facer al acreedor (Brebbia, Salvat-Galli, Busso, Lafaille). Así, por
ejemplo, si paga todo el crédito tiene derecho a ello; si lo hace par
cialmente, sólo a lo que desembolsó.
3. Limitación convencional
El inciso 2
o
, en ejercicio del principio de autonomía de la voluntad
(art. 1197), permite que en la subrogación convencional, ya sea por
el acreedor o por el deudor, las partes puedan acordar que la transfe
rencia quede limitada a ciertos derechos o algunas acciones (Salvat-Ga
lli,
Rezzónico, Cazeaux-Trigo Represas, Compagnucci de Caso, Llam-
bías, Boffi Boggero).
4. Acción de contribución
Si el que paga era codeudor en virtud de estar obligado con otros,
el inciso 3
o
formula la debida aclaración de que la acción no se puede
ejercer como en el supuesto corriente del pago con subrogación. La
ley dispone que la medida de la pretensión queda limitada a la acción
de contribución que le corresponde a un deudor (de obligación solidaria
o indivisible) contra los otros codeudores.
Para ello se aplica lo dispuesto en los artículos 689, 716 y 717
(Salvat-Galli, Busso, Llambías, Pizzarro-Vallespinos, Compagnucci
de Caso, Brebbia, Bustamante Alsina).
Los supuestos que aparecen como excepción al principio referido,
aunque controvertidos: a) del tercer'poseedor de inmueble hipotecado
que paga la obligación, y la viabilidad de su derecho contra el fiador,
y b) del tercer poseedor de un inmueble donde hay varios otros en
igual situación, que se opone al abandono del bien o al pago, y puede
hacerlos condenar para que paguen en proporción al valor de lo que
tienen, deben ser estudiados en los comentarios a los artículos 2043
y 3171, respectivamente.
5. Diferencias con la cesión de créditos
En ambos institutos se transmite el crédito, y se mantiene inmu-
Art. 771
lable la relación de obligación; en el pago con subrogación sólo se
transmite a favor del subrogante el importe efectivamente paga
do, mientras que en la cesión, onerosa o gratuita, el cesionario reci
be la totalidad del crédito objeto del negocio (Llambías, Brebbia,
Cazeaux-Trigo Represas, Compagnucci de Caso, Borda, Lafaille,
Kezzónico).
Hay otras diferencias, como que el pago con subrogación puede
ser convencional o legal, y no se garantiza la evicción; en cambio, la
cesión de créditos es siempre convencional; en la onerosa se responde
por la existencia y legitimidad del crédito y es siempre necesaria la
conformidad del acreedor.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Efectos. 2. Im porte. 3. Intereses. 4. Privilegios. 5. Acc iones. 6. Prescrip
ción.
1. Efectos
Los efectos subrogatorios del pago hecho por el tercero se producen
en forma plena y perfecta, sin necesidad de otros actos'.
2. Importe
Si el tercero satisfizo el interés y desinteresó al acreedor pagándole
una suma de un importe menor a lo adeudado, sólo tiene acción contra
el deudor por lo efectivamente abonado
2
.
3. Intereses
Si el crédito que pagó el tercero devengaba intereses compensato
rios,
éste tiene derecho a reclamarlos del deudor, pero solamente desde
que efectivamente hizo efectiva la obligación
3
.
1
CNCiv., sala A, E.D. 36-432; ídem, L.L. 1999-C-392.
2
CNCiv., saja A, E.D. 92-611; CNCom., sala A, L.L. 2000-D-732.
3
CNCiv., sala A, L.L. 92-611; sala E, L.L. 99-819; sala F, J.A. 1965-V-668;
(Yim. Com., L.L. 34-632.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
4. Privilegios
El pago con subrogación le transfiere, al tercero que paga, todas
las garantías y especialmente el privilegio que tenía el crédito
4
.
5. Acciones
El tercero que paga, por efectos de la subrogación, puede continuar
el juicio iniciado por el acreedor
5
o "promover una acción revocatoria
o pauliana"
6
, o solicitar un embargo sobre los bienes del deudor
7
.
6. Prescripción
La prescripción de la acción comienza a correr a partir de que la
acción originaria se hizo exigible; en nada se modifica por el pago
con subrogación
8
.
Art. 772 Si el subrogado en lugar del acreedor hubiere hecho un pago
parcial, y los bienes del deudor no alcanzaren a pagar la parte
restante del acreedor y la del subrogado, éstos concurrirán
con igual derecho por la parte que se les debiese.
Concordancias: arts. 1475, 3920.
A) Bibliografía especial
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Pago parcial y concurrencia con el acreedor.
1. Pago parcial y concurrencia con el acreedor
En el supuesto de que el tercero realiza un pago parcial al acreedor
4
Cám. Com., J.A. 1947-III-155; Cl
a
CC de La Plata, J.A. 1945-11-627; S.C. de
Mendoza, sala I, L.L. 98-645.
5
CNCom., sala B, J.A. 1960-11-311; CFed. de Paraná, L.L. 122-350.
6
S.T. de Santa Fe, RSF 19-232.
7
Cám. Com., J.A. 71-623.
8
CNCiv., sala C, L.L. 124-477.
Art. 773
y los bienes del deudor no son suficientes para satisfacer ambos de
rechos, se plantea el interrogante de cómo debe decidirse la cuestión.
En la mayoría de las legislaciones (Cód. Civ. francés, art. 1252;
Cód. Civ. español, art. 1213; Cód. Civ. alemán, art. 268; Cód. Civ.
de Uruguay, art. 1474) se otorga un privilegio a favor del acreedor
originario pues se entiende que el efecto del pago con subrogación
no puede afectar los derechos del acreedor originario (Brebbia, Lafaille,
Bibiloni).
El Código Civil argentino se inclinó por la solución que propiciaba
Marcadé, y al igual que lo dispuesto en el artículo 3920, considera
que ambos créditos están en igualdad de situación, tienen la misma
causa y, por ello, los respectivos acreedores deben percibir a prorrata
(Machado, Salvat-G alli, Colmo, Rezzónico, Llambías, Cazeaux-Trigo
Represas).
C) Jurisprudencia
Los créditos que concurren en virtud de un pago parcial de un
tercero que se subroga y el deudor originario se encuentran en igualdad
de situación y participan en proporción a sus acreencias
1
.
CAPÍTULO VI
DE LA IMPUTACIÓN DEL PAGO
Bibliografía general
BERCOVITZ RODRÍGUEZ CANO, R., La imputación de pagos, Monte-
corvo, Madrid, 1973; CARRANZA, Jorge, Imputación del pago, en J.A.
1968-III-515, sec. Prov.; CRISTÓBAL MONTES, A., El pago o
cumpli
miento de las ob ligaciones,
Tecnos, Madrid, 1996; ESTIVIL, L. R,
El
pago, Bosch, Barcelona, 1986.
Art. 773 Si las obligaciones para con un solo acreedor, tuviesen por
objeto prestaciones de la misma naturaleza, el deudor tiene la
1
C2
a
CC de La Plata, sala I, DJBA VIII-395.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
facultad de declarar al tiempo de hacer el pago, por cuál de
ellas debe entenderse que lo hace.
Concordancias: arts. 742, 776.
Art. 774 La elección del deudor no podrá ser sobre deuda ilíquida, ni
sobre la que no sea de plazo vencido.
Concordancias: arts. 570, 572, 743, 819.
A) Bibliografía especial
La general del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Imputación de
pago. 2. Requisitos.
3. Clases. 4. Imputación por el deudor.
5. Límites.
1. Imputación de pago
Los art ículos 773 a 778 están dedicados a resolver la denominada
"imputación de pago", cuest ión que se presenta cuando entre un acree
dor y un deudor existan varias obligaciones con objeto de igual na
turaleza, y el pago que realiza el obligado no es suficiente para cumplir
con todas las deudas (Carranza, Llambías, Colmo, Puig Brutau, Ca-
zeaux-Tr igo Represas ) .
Ante la incert idumbre que genera dicho pago, es necesario precisar
a cuál de esas obligaciones debe ser imputado el mismo.
2. Requisitos
Para que exista la duda suficiente que dé origen al tema, es nece
sario: a) la existencia de más de una obligación entre los mismos
sujetos; b) que dichos lazos de obligación se den entre las mismas
pers ona s, f ís icas o juríd icas ; c) que el conten ido de las prestacione s
sea de igual naturaleza; d) que el pago realizado no sea suficiente
para el cumplimiento de todas las deudas (Salvat-Gall i , Rezzónico,
Compagnucci de Caso, Boffi Boggero, Lafai l le) .
Art. 774
3. Clases
Hay tres posibilidades y clases de imputación de pago: por el deudor,
por el acreedor o por la ley. El artículo en comentario se ocupa de la
que le corresponde al deudor.
4. Imputación por el deudor
El primero que puede efectuar la imputación, como es de pura
razón, es el propio deudor. La ley le impone un momento preciso para
ello, o bien antes del cumplimiento o al tiempo del efectivo pago. Es
necesario aclarar que no puede afectar el principio de "integridad", es
decir, nunca puede pretender pagar menos que el importe que corres
ponda a una de las obligaciones. Por ejemplo, si debe $ 300 en una
obligación y $ 500 en otra, no puede intentar pagar $ 400 e imputarlos
a la de $ 500.
Esta manifestación del obligado debe ser hecha en forma expresa
y mediante una manifestación de voluntad recepticia (Llambías, Com-
pagnucci de Caso).
5. Límites
El primero de ellos hace al tiempo de la manifestación de la vo
luntad, que la ley exige que lo sea con anterioridad o contemporánea
al pago. Una exteriorización posterior carece de efectos y en nada
puede modificar la imputación ya realizada (Carranza, Galli en Salvat,
Lafaille, Pizarro-Vallespinos, Cazeaux-Trigo Represas, Llambías).
Otro de los impedimentos que trae la ley está en el artículo 774,
que tenga un plazo inicial que no haya vencido.
La deuda ilíquida es aquella que no está determinada en su cantidad
y, por lo tanto, es casi imposible establecer que el pago resulte o no
íntegro. En cuanto a pagar antes del vencimiento del plazo suspensivo,
también llamado final, lo impide lo dispuesto en el artículo 570 que
le impone a ambas partes tener que respetar el término para poder
cumplir. La nota del Codificador al artículo citado es explícita y jus
tifica la solución legal (Salvat-Galli, Lafaille, Borda, Llambías, Ca
zeaux-Trigo Represas, Bueres, Pizarro-Vallespinos, Borda).
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Dec laración del deudor previa al pago. 2. Insuficiencia del pago. 3. Única
obligación en cuotas. 4. Carácter de definitiva de cualquier imputación.
1. Declaración del deudor previa al pago
Cuando el deudor avisa y anuncia a cuál de las obligaciones im
putará el pago futuro, si no hay rectificación, el cumplimiento futuro
se aplicará a la deuda indicada
1
.
2. Insuficiencia del pago
El pago debe ser insuficiente para satisfacer a todas las obligaciones
pendientes de cumplimiento, ya que si alcanza a toda la cuestión de
la imputación, pierde todo sentido
2
.
3 Única obligación en cuotas
El deudor que tiene una única deuda, fraccionada en cuotas de
vencimiento escalonado, carece del derecho de imputar el pago a una
cuota determinada, si está impaga otra anterior; resulta adecuada la
conducta del acreedor que rectificó esa imputación y aplicó la remesa
de fondos a la cuota impaga más antigua
3
.
4. Carácter de definitiva de cualquier imputación
Una vez hecha la imputación, sea por el deudor, el acreedor o por
el juego de pautas legales, ello tiene carácter definitivo, por tanto, no
puede ser modificada unilateralmente por quien lo hubiera hecho pues
había extinguido la obligación
4
.
Art. 775 Cuando el deudor no ha escogido una de las deudas líquidas
y vencidas para la imputación del pago, y hubiese aceptado
recibo del acreedor, imputando el pago a alguna de ellas es-
1
C.S.J. de Nación, Fallos: 58:289.
2
CNCiv., L.L. 1990-D-49.
3
CNCiv., sala A, L.L. 89-368, J.A. 1957-IV-378.
4
CNCiv., sala E, L.L. 1999-B-456.
Art. 775
pecialmente, no puede pedir se impute en cuenta de otra, a
menos que haya mediado dolo, violencia o sorpresa por parte
del acreedor.
Concordancias: arts. 778, 932, 934, 1045.
La general del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Imputación por el acreedor. 2. Vicios que afectan la imputación por el
acreedor.
1. Imputación por el acreedor
Cuando el deudor no hace uso de su originario derecho de imputar
el pago, dicha facultad se revierte a favor del acreedor. Se trata de
una situación de carácter subsidiario, ya que ingresa siempre que el
obligado principal no ejercite su derecho en la oportunidad debida
(Llambías, Colmo, Rezzónico, Salvat-Galli).
El acreedor debe manifestar su voluntad m ediante un acto unilateral
recepticio donde se le hace saber al deudor a qué obligación se atribuye
el pago. Ese acto puede ser instrumentado en el mismo recibo o me
diante otra forma. Luego de hecha, el deudor no puede pretender re
vertir la situación ya que pasó la oportunidad que le daba el artículo
773 (Cazeaux-Trigo Represas, Borda, Rezzónico).
2. Vicios que afectan la imputación por el acreedor
El artículo en estudio dispone que la aceptación que haga el acreedor
puede ser atacada por ineficaz, en los casos de vicios de la voluntad,
como: el dolo, la violencia o la sorpresa por parte del propio accipiens
(Busso, Llambías, Boffí Boggero, Borda, y Salvat-Galli).
En cuanto al dolo (art. 931) y la violencia (art. 936), están regulados
debidamente como causales de anulabilidad de los actos jurídicos y
producen las consecuencias de ineficacia que las normas regulan. En
cambio, el vicio de la "sorpresa", que tiene origen en el Derecho
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
francés {anden droit), constituye una novedad en la normativa del
Código Civil. Algunos autores han sostenido que se trata de una especie
de dolo, que consiste en un apresuramiento o prontitud que utiliza el
acreedor para imponerle al deudor una imputación que lo perjudica
(Salvat-Galli, Borda, Llambías, Cazeaux-Trigo Represas, Carranza,
Lafaille).
El artículo no hace mención del "error", que es otro de los vicios
de la voluntad. Existe una coincidente opinión en que su omisión no
impide que, si se puede demostrar que el deudor incurrió en un "error
esencial" y "excusable", puede pretender dejar sin valor al acto de
imputación (Llambías, Galli en Salvat, Carranza, Bueres, Cazeaux-Tri
go Represas, Pizarro-Vallespinos). En definitiva, se aplican los prin
cipios generales para todos los actos jurídicos.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Imputación por el acreedor en e recibo. 2. Cese del derecho del deudor para
imputar el pago. 3. Mom ento de la imputación por el acreedor. 4. La sorpresa com o
vicio de la voluntad.
1. Imputación por el acreedor en el recibo
Si el recibo contiene una expresa imputación por el acreedor, no
puede más tarde el deudor pretender que el pago se impute a otra
deuda, salvo los casos de demostración de algún vicio, como el error,
dolo,
violencia o sorpresa. La falta de aclaración por el deudor de que
el pago que realiza es imputable al negocio celebrado, le impide luego
imputarlo a una deuda distinta a la elegida por el acreedor, máxime
cuando no se probó la ocurrencia de dolo, violencia o sorpresa
1
.
2. Cese del derecho del deudor para imputar el pago
La imputación que realizó el acreedor y a que tenía derecho, ad
quiere carácter definitivo, siendo improcedente la petición del deudor
de su modificación
2
.
1
CNCiv., sala A, E.D. 58-419; ídem, sala C, L.L. 2000-E-906; sala E, L.L.
1999-E-456.
7
CNCiv., sala D, Rep. E.D. 8-856, sum. 27; sala G, L.L. 1997-A-5.
Arts. 776 - 777
3.
Momento de la imputación por el acreedor
La imputación por el acreedor debe hacerse en el momento del
pago, en el recibo o en un documento que tenga unidad con ese acto,
no siendo eficaz el registro realizado en los libros de contabilidad del
acreedor. Luego de la imputación que hace el acreedor en el recibo,
no puede el deudor pretender que se impute a otro
3
.
4 . La sorpresa como vicio de la voluntad
El vicio de sorpresa previsto en el artículo 775 no consiste en
maniobras engañosas, sino en la rapidez o celeridad con que el acreedor
aprovecha la ignorancia o el descuido del deudor, haciéndole aceptar
una imputación perjudicial o desventajosa para éste
4
.
Art. 776 Si el deudor debiese capital con intereses, no puede, sin con
sentimiento del acreedor, imputar el pago al principal.
Concordancias: arts. 624, 742, 744, 777, 778.
Art. 777 El pago hecho por cuenta de capital e intereses, se imputará
primero a los intereses, a no ser que el acreedor diese recibo
por cuenta del capital.
Concordancias: arts. 624, 744, 3231, 3246 a 3248.
A) Bibliografía especial
La general del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Deuda con intereses.
1. Deuda con intereses
El art ículo consagra otra excepción a la l ibertad del deudor a rea-
3
CApel. de Río Cuarto, J.A. 1968-III-515; CApel. de Curuzú Cuatiá, L.L. Litoral
1999-698.
4
CNCiv., sala E, J.A. 1968-III-108.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
lizar la imputación de pago; la misma está referida a la deuda de
capital e intereses.
Aunque si se observa bien lo dispuesto en la norma, no es un
supuesto preciso de "imputación de pago" ya que se trata de una sola
obligación, y lo que impone el artículo es el principio de "integridad
del pago" dispuesto en los artículos 742 y 744.
Claro está que si el acreedor acepta una suma menor, tal como lo
prevé el artículo 777, el deudor sólo puede imputarla primero a cancelar
intereses y el resto al capital (Llambías, Cazeaux-Trigo Represas, Sal-
vat-Galli, Rezzónico). No es preciso diferenciar entre intereses com
pensatorios o moratorios; en todos los casos resulta aplicable el prin
cipio enunciado.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Deuda de capital e intereses: imputación.
1. Deuda de capital e intereses: imputación
Si el deudor debe capital e intereses, no puede -sin aceptación del
acreedor- imputar primero al principal sino a los intereses. El pago
se imputa primero a intereses y luego al capital'. Aun cuando el deudor
pueda pagar su obligación en cuotas, debe respetar el principio del
pago primero a intereses
2
.
Art. 778 No expresándose en el recibo del acreedor a qué deuda se
hubiese hecho la imputación del pago, debe imputarse entre
las de plazo vencido, a la más onerosa al deudor, o porque
llevara intereses, o porque hubiera pena constituida por falta
de cumplimiento de la obligación, o por mediar prenda o hi
poteca, o por otra razón semejante. Si las deudas fuesen de
igual naturaleza, se imputará a todas a prorrata.
Concordancias: arts. 776, 777.
1
CNCiv., sala B, E.D. 10-33; S.T. de Santiago del Estero, L.L. NOA 2000-869.
2
CNCiv., sala E, E.D. 41-468; SCBA, DJBA 124-33.
Art. 778
A) Bibliografía especial
La general del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Imputación legal. 2. La deuda más gravosa. 3. Prorrateo. 4. Deudas no
vencidas.
1. Imputación legal
En último término y cuando ni el deudor ni el acreedor realizan
la imputación, es la ley la que dispone cómo se atribuye el pago
(Llambías, Rezzónico, Pizarro-Vallespinos, Carranza, Bueres, Ca-
Es importante hacer notar que la ley se refiere a la imputación
legal "entre las de plazo vencido", mediante lo cual, si existen obli
gaciones aplazadas y que aún no fenecieron, con relación a otras ven
cidas en el plazo, la imputación será siempre a estas últimas.
2. La deuda más
gravosa
Como base para establecer la imputación legal el juez debe tener en
consideración a la "deuda m ás onerosa", lo que se ha entendido com o la
prestación que pueda agravar la situación económica del deudor. El
artículo, a manera de ejemplos, indica como más gravosas: las deudas
con intereses, o que tengan una alta tasa, o contengan una cláusula
penal, o una hipoteca, o bien una prenda, etcétera (Cazeaux-Trigo Re
presas, Pizarro-Vallespinos, Llambías, Borda, Carranza, Lafaille).
3. Prorrateo
Si entre las obligaciones no es posible distinguir entre las más o
menos onerosas que afecten la vida económica del obligado, la ley,
en una solución salomónica, dispone que el pago debe ser imputado
a "prorrata" entre todas las obligaciones exigibles. Mediante lo cual
se fijan cuotas parciales sobre cada una de las obligaciones, lo que
evidentemente altera el principio de integridad del cumplimiento (Sal
vat-Galli, Borda, Lafaille, Carranza).
RUBÉ N H. COM PAGNUCCI DE CASO
4. Deudas no vencidas
Como el artículo sólo atiende a las obligaciones exigibles, es posible
que se paguen, y el acreedor acepte, deudas que aún no se encuentran
en estado de cumplimiento. Por aquello de que quien puede lo más
puede lo menos, sería perfectamente viable utilizar esta normativa para
establecer la forma de imputación de pago (Machado, Llambías, Sal-
vat-Galli, Cazeaux-Trigo Represas).
C) Jurisprudencia
SUMARIO:
1.
M ayor onerosidad: cuestión de hecho. 2. Casos de tasa más alta de intereses,
hipoteca o fianza, y su carácter ejemplificativo. 3. Deuda más antigua. 4. Carácter
ejemplificativo. 5. Deudas de plazo no vencido.
1. Mayor onerosidad: cuestión de hecho
Juzgar que una deuda contiene o no mayor onerosidad y, por ello,
es más gravosa para el deudor, es una cuestión de hecho sujeta a la
apreciación judicial
1
.
2. Casos de tasa más alta de intereses, hipoteca
0 fianza, y su
carácter
ejemplificativo
Es más onerosa una deuda con relación a otra si lleva intereses
2
;
o "cuando se encuentra garantizada con prenda o hipoteca"
3
; o bien
"consta en un documento que tiene título ejecutivo"
4
, aunque la enu
meración del artículo 778 es meramente ejemplificativa
5
.
3. Deuda más antigua
La mayor antigüedad de una deuda no la hace más onerosa
6
; en
1
Cám. Civ. I
a
, J.A. 39-796.
2
C.S.J. de la Nación, Fallos: 24:391.
3
4
Cám. de Río Cuarto, J.A. 1968-111-515.
5
CNPaz, sala III, L.L. 89-340.
6
Cám. Corn., J.A. 24-235.
Art. 779
contra se ha dispuesto que cuando se efectúa un pago sin indicar su
imputación, corresponde aplicarlo a la deuda más antigua
7
.
4. Carácter ejemplificativo
La enunciación del artículo 778 es meramente ejemplificativa, de
modo que corresponde a los jueces establecer cuá es la más gravosa
8
.
5. Deudas de plazo no vencido
Aun cuando el artículo 778 contempla las deudas de plazo vencido,
sus disposiciones son aplicables cuando media un pago sin imputación
y todos los derechos están pendientes de plazo
9
.
CAPÍTULO VII
DEL PAGO POR ENTREGA DE BIENES
Bibliografía general
B O F F I B O G G E R O , L . M . , Dación en pago, en Enciclopedia Ju rídica Om eba,
t . V, p. 485; GRECO, R. , Reflexiones en torno a la dación en pago, en
Anales de la Fac. de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Univ. Nac. de
La Plata, t. X X V I, p. 24 5; LEO TY, D., La nature juridique de la dation
en paiement. La dation en paiement, paiement pathologique?, en Revue
Trimestrelle de Droit Civil,
1975, 12; MALBRÁN, M. E. ,
La dación en
pago en cuanto al objeto,
en J.A. 1948-11-123.
Art. 779 El pago queda hech o, cua ndo el acreedo r recibe volun taria
mente por pago de la deuda, alguna cosa que no sea dinero
en sustitución de lo que se le debía entregar, o del hecho que
se le debía prestar.
Concordancias: arts. 740, 783, 1325, 1326.
7
SCBA, L.L. 70-721.
8
CNCiv., sala E, L.L. 1999-B-456.
9
CApel. de Curuzú Cuatiá, L.L. Litoral 1999-698.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
A) Bibliografía especial
La general del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Denominación y concepto. 2. Requisitos. 3. Naturaleza. 4. Efectos.
1. Denominación y concepto
Los artículos 779 a 803 se ocupan de lo que el Codificador llamó
"pago por entrega de bienes" y que hoy recibe la denominación más
{datio in solutum).
Consiste en que las partes de la obligación, en pleno ejercicio del
principio de autonomía privada (art. 1197), acuerdan que el deudor
hará efectiva una prestación diversa de la prometida originariamente,
a lo que el acreedor presta debida conformidad (Salvat-Galli, Lafaille,
De Gásp eri-Morello, Cazeaux-Trigo Represas, Compagnucci de Caso,
Boffi Boggero).
El artículo 779 define a la figura y es coincidente con lo señalado.
En la dación en pago se configura un cambio en el objeto de la
prestación por voluntad de los contratantes, en cierta medida se al
tera el principio de identidad (arts. 740 y 741), y tiene base de sus
tento en el principio de autonomía de la voluntad o autonomía privada
(art. 1197).
2. Requisitos
Se señala la existencia de tres requisitos: a) el acuerdo de las partes;
b) objeto diferente al prometido en origen; c) el aninus solvendi.
En cuanto al "acuerdo de las partes", es la base de sustento del
instituto. Las partes llegan a un acuerdo para sustituir el contenido de
la prestación, y para su análisis y juzgamiento es necesario aplicar
todo lo indicado con referencia al principio de autonomía.
Además, el deudor se obliga a cumplir una prestación diferente a
la acordada en la génesis de la obligación. Por ejemplo, si debía una
cosa cierta puede cam biarla por una incierta, o una prestación de hacer.
El artículo 779 indica que ese cambio nunca puede consistir "en di-
Art. 779
ñero",
presupone que el objeto originario era dinero (Salvat, Colmo, Rezzó-
nico,
Compagnucci de Caso), o bien que se excluye al dinero por
entenderse que ello es propio y se puede confundir con la liquidación
del daño por el incumplimiento (Trigo Represas, Boffí Boggero) o,
por último que, la exclusión del dinero como objeto de cambio carece
de razón de ser (Borda, Galli).
El animus solvendi importa que mediante este acto las partes qu ieren
extinguir la obligación.
3.
Naturaleza
Es bastante controvertida la naturaleza jurídica de la "dación en
pago",
habiéndose dado varias explicaciones, entre ellas: a) un capítulo
del pago; b) novación objetiva; c) convención liberatoria, y d) com
praventa.
Los autores franceses (Pothier, Planiol-Ripert, Josserand) y algunos
españoles (Beltrán de Heredia, De Diego) consideran que, tal como
lo trata el Código Civil argentino, constituye un mero capítulo del
pago, es decir, un modo no habitual, particular y anormal del cum
plimiento (Terré-Simler-Lequette, Malaurie-Aynés).
La concepción que lo asimila a la novación por cambio de objeto
reúne muchas adhesiones (Colmo, Segovia, Rezzónico, Boffí Boggero,
Aubry y Rau, Baudry Lacantinerie y Barde, Larroumet y otros) y
considera que la obligación inicial se extingue como consecuencia de
una convención novatoria, en virtud y por la cual se cambió el contenido
de la prestación.
Se ha señalado que el fenómeno se puede explicar considerando
que las partes han producido una contratación atípica o un contrato
solutorio; en definitiva, una convención liberatoria (Borda, Galli, Ca-
zeaux-Trigo Represas, Pérez Vives).
Y por último, existe una corriente de opinión que lo considera
como un contrato de compraventa, donde el deudor aparece como
vendedor de una cosa y el acreedor es el adquirente que paga el precio
con el valor de la deuda (Enneccerus-Lehmann, Puig Brutau).
RUB ÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
4 . Efectos
Como cualquier otro medio de extinción de las obligaciones, pro
duce la conclusión del ligamen jurídico, y la consiguiente liberación
del deudor y de las garantías accesorias (Llambías, Boffi Boggero,
Trigo Represas, Colmo, Borda). Sobre otras consecuencias, ver co
mentario al artículo 783.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. La dación en pago es una novación. 2. La extinción de la obligación.
1. La dación en pago es una novación
La figura de la dación en pago se asimila e implica una verdadera
novación por cambio de objeto
1
.
2. La extinción de la obligación
Cuando un deudor realiza a favor de su acreedor una transferencia
de los derechos de un contrato de promesa de compraventa, y con
ello extingue la obligación originaria, dicha obligación no puede re
nacer ante la resolución del contrato por incumplimiento
2
.
Art. 780 Si la cosa recibida por el acreedor fuese un crédito a favor
del deudor,
se
juzgará por las reglas de la cesión de derechos .
Concordancias: arts. 1434 a 1436, 1454, 1455, 1476.
A) Bibliografía especial
C O M P A G N U C C I D E C A S O , R . H . , Cesión de créditos, La Ley, Buen os
Ai res ,
2002; GAVIDIA SÁNCHEZ, J . V. , La cesión de créditos, Tirant
lo Blanch, Valencia, 1993; NA VA RRO PÉ RE Z, J . L . ,
La cesión de créditos
en el Derecho Civil español,
Co ma res , Granada, 1988; SO TG IA , S .,
La
cesión de bienes, Bosch, Barcelona, 1961.
1
C l
a
CC de San Isidro, DJBA 80-143; CNCom., sala B, J.A. 1967-V-3.
2
CNCom., sala B, J.A. 1967-V-3.
Art. 780
B) Doctrina
SUMARIO: 1. La dación en pago y la cesión de créditos. 2. Las reglas aplicables.
1. La dación en pago y la cesión de créditos
Cuando la entrega en pago es un crédito, se extienden las reglas
aplicables a lo dispuesto sobre el contrato de cesión de créditos (arts.
1434 a 1484). Si bien el artículo indica que se trata de la "cesión de
derechos", constituye opinión común la existencia de una especie de
identidad entrambos, y las reglas resultan perfectamente intercambia
bles (Rezzónico, Borda, Colmo, Llambías, Spota, Cazeaux-Trigo Re
presas, Compagnucci de Caso).
2. Las reglas aplicables
En virtud de lo resuelto, es necesario hacer notar que en este tipo
de extinción hay que hacer aplicación de lo dispuesto en el artículo
1454,
es decir, usar la forma escrita, notificar al deudor ced ido u obtener
su aceptación, para que produzca efectos con relación a él y a los
terceros, hacer valer la garantía de evicción y las de hecho cuando
correspondan (arts. 1476 a 1478, 2089, 2155 a 2159), y demás nor
mativa sobre la cesión de créditos (Llambías, Cazeaux-Trigo Represas,
Greco, Boffi Boggero, Alterini-Ameal-López Cabana).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. N ecesidad de la forma escrita. 2. Las garantías que debe el deudor cedente.
1. Necesidad de la forma escrita
La dación en pago mediante la entrega de un crédito para efectivizar
el cumplimiento en la adquisición de un campo debe ser hecha por
escrito
1
.
2. Las garantías que debe el deudor cedente
La responsabilidad de aquel que da en pago un crédito que tiene
1
Cám. Civ. I
a
, JA .
1-656.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
contra otro se rige por lo dispuesto en las normas sobre la cesión
de créditos (arts . 1476 a 1483)
2
.
Art. 781 Si se determinase el precio por el cual el acreedor recibe la
cosa en pago, sus relaciones con el deudor serán juzgadas por
las reglas del contrato de compraventa .
Concordancias: arts. 1323, 1325, 1326, 1435.
A) Bibliografía especial
BADENES GASSET, R., El contrato de compraventa, 3
a
ed., Bosch, Barce
lona, 1995; DEGNI, F., La compraventa, trad. de F. Bonet Ramón, R. D.
R, Madrid, 1957; LUZZATTO, R.,
La compraventa,
trad. de F. Bonet
Ramón, Reus, Madrid, 1953; MOSSET ITURRASPE, J., Compraventa
inmobiliaria, Ediar, Buenos Aires, 1976; BORREL Y SOLER, A., El
contrato de compraventa según el Código Civil español, Bosch, Barce
lona, 1952.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Dación en pago y compraventa.
1.
Dación en pago y compraventa
Para quienes ent ienden que ambas f iguras son asimilables, la norma
es un argumento más. Si el objeto de la dación es una cosa y el precio
por el cual se la recibe está determinado, ya bien en forma tácita o
expresa, el acercamiento a la venta es evidente, a todo lo cual se suma
lo disp uesto en el artículo 1325 (ver lo dich o sobre la natu ralez a juríd ica
de la dación en pago).
Sin embargo, tal como el mismo Codificador lo hace saber en la
nota al artículo 1325, existen entre ambas figuras diferencias sustan
t ivas. Mientras la dación produce la extinción, la compraventa hace
nacer obligaciones; la dación se brinda como consecuencia de la exis
tencia de una obligación anterior, lo que no ocurre en la compraventa
y, por último, como dice Vélez en la nota citada, se anotan diferencias
2
Cl
a
CC de San Isidro, DJBA 80-143.
Arts.
782 - 783
en los fines pues en la dación la cosa se da para la liberación del
deudor, cuest ión totalmente diferente en la compraventa (Boffi Bogge-
ro , Greco, Llambías , Rezzónico, Borda, Lafa i l le , Salvat -Gal l i , Al te-
r i n i -Amea l -López Cabana ) .
Art. 782 Los representantes del acreedor, sean necesarios o volunta
rios, no están autorizados para aceptar pagos por entrega de
bienes.
A) Bibliografía especial
MOSSET ITURRASPE, J., Mandatos, Ediar, Buenos Aires; MINERVINI,
A.,
El mandato, la comisión. El contrato de comisión de transporte,
trad.
de J. Pere Raluy, Bosch, Barcelona, 1959; DÍEZ-PICAZO, L., La repre
sentación en el Derecho Privado, Civitas, Madrid, 1979; COMPAGNUCCI
DE CASO, R. H., Com entario a los arts. 1869 y ss., en Código Civil
anotado,
BE LLU SCIO (dir.) y ZANN ONI (coord.), Astrea, Buenos Aires,
2004,
t. IX.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. La
representación
y la
dación
en
pago.
1. La representación y la dación en pago
La prohibición de que los representantes, sean necesarios o volun
tar ios, puedan extinguir la obligación por intermedio de la dación en
pago solamente es aplicable a los poderes o mandatos generales, y
a las s imples facultades de los representantes legales (Salvat-Gall i ,
L lambías , Al te r in i -Ameal -López Cabana , Diez-P icazo , Compagnucc i
de Caso) .
De allí que a los representantes voluntarios, sean del acreedor o
del deudor, se les exige un poder especial (art. 1881, incs. I
o
, 2
o
y
7
o
); en cuanto a los necesarios, necesi tan autorización judicial (Llam
bías , Salvat-Gal l i , Bibi loni ) .
Art. 783 Si el acreedor fuese vencido en juicio sobre la propiedad de
la cosa dada en pago, tendrá derecho para ser indemniza-
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
do como comprador, pero no podrá hacer revivir la obl iga
ción primit iva.
Concordancias: arts. 740, 779, 781, 1325, 1326, 2050, 2180.
A) Bibliografía especial
R O D R Í G U E Z M O R A T A , F . , Venta de cosa ajena y evicción, Bosch, Barce
lona , 1990; RUSSO, M. , Evizione e garantía, Guiffré, M ilano , 1965; W A-
YAR, E. ,
Evicción y vicios redhibitorios,
Astrea , Bueno s Aires , 20 01 .
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Dación en pago y evicc ión. 2. Fianza. 3. Hipoteca.
1. Dación en pago y evicción
El artículo plantea el supuesto del acreedor que recibe una cosa
en pago, sufre la evicción y luego es desposeído. Si se hubiere en
tendido que la dación era un simple pago, debía dejarse sin efecto el
cumplimiento y la obligación renacería con todos sus elementos y
garantías.
Sin embargo, la ley nacional entiende que se produce una verda
dera novación objetiva y, por lo tanto, considera que el único efecto
es el derecho del acreedor a reclamar la indemnización de los daños
(Cazeaux-Trigo Represas, Rezzónico, Salvat-Galli, Llambías, Boffi
Boggero).
2. Fianza
El artículo 2050 coincide con lo dispuesto en el artículo 783 y
ante la dación en pago determina la liberación del fiador aunque luego
la cosa debida se pierda por evicción (ver coment. al art. 2050).
3. Hipoteca
Con relación a la obligación garantizada con hipoteca, la cuestión
difiere y las opiniones dejan de ser pacíficas.
De conformidad a lo que surge de la nota al artículo 3198, la
opinión de Llerena, y algunos antiguos fallos de la Corte Suprema
Art. 784
nacional, "cuanto la obligación se extingue por dación en pago y con
ella la hipoteca, ésta debe revivir si el acreedor es vencido en el dom inio
de la cosa recibida en pago" (Llerena), la mayoría de nuestra doctrina
entiende que debe mantenerse lo dispuesto en el artículo 783, y la
garantía real no puede renacer (Segovia, Salvat-Galli, Cazeaux-Trigo
Represas, Lafaille, Borda, Boffi Boggero, Llambías).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1.
Dación
en pago,
evicción
y
la garantía hipotecaria.
1. Dación en pago, evicción y la garantía hipotecaria
Si el acreedor hipotecario a quien el deudor pagó mediante la en
trega de una cosa, luego es vencido en el dominio de la cosa por un
tercero, la hipoteca que había sido cancelada renace en virtud de lo
dicho en la nota al artículo 3198'.
CAPÍTULO VIII
DE LO DADO EN PAGO DE LO QUE NO SE DEBE
Bibliografía general
ALTERINI, Atilio,
Repetibilidad del pago sin causa no mediando error,
en
L.L. 127-68; MARTÍNEZ, Francisco, Enriquecimiento sin causa y repe
tición, en E.D. 72-709; FASSI, Santiago, El pago de lo indebido, en L.L.
80-648;
BUSTAMANTE ALS1NA y colaboradores,
Repetición del pago
de lo que no se debe, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1981; CORTES, La
acción por repetición del pago indebido, en L.L. 126-1035; LOIZAGA,
Repetición del pago por error, en L.L. 1986-E-467; SPOTA, El pago de
lo indebido,
en J.A. 76-500; CÁCERES, Alberto Ignacio,
El término de
la prescripción en la devolución y la acción de repetición, en PET,
2003; COMPAGNUCCI DE CASO, R. H., Pago al
tercero
y apariencia
jurídica, en L.L. del 3-11-2004; GULLÓN BALLESTEROS, A., Cobro
de lo indebido,
en
Estudios en homenaje al profesor Battle Vázquez,
Re
vista de Derecho Privado, Madrid, 1987, p. 367; LACRUZ BERDEJO,
1
C.S.J. de la Nación, Fallos: XXIV: 177; ídem, XX:465.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
J. L.,
El pago de lo indebido y la transmisión de la propiedad,
Temis ,
M a d r i d , 1 9 5 7 ; M O I S S E T D E E S P A N É S , L . , Acción de repetición de lo
pagado por error, y sus efectos respecto de terceros, en Estudios en ho
menaje al profesor Federico De Ca stro y Bravo,
Madrid, 1976, t . II, p.
3 9 3 ; D E L O S M O Z O S ,
1
L ,
Pago o cobro de lo indebido,
en
Revista
de Derecho Privado 1988-651 ; PASC UA L ESTIV1L, L ., Los efectos que
puede producir un cum plimiento estricto o indebido, en A.D .C. 1986-
151; Com entario a los arts. 784 a 798,
en
Código Civil y leyes comp le
mentarias, análisis doctrinario y jurisprudencial,
A . J. Bu eres (dir.) y E.
Highton (coord.) , Hammurabi , Buenos Aires, 1998, t . I I-B, ps. 194 y ss . ;
L Ó P E Z C A B A N A , R . , Com entario a los arts. 784 y ss., en Código Civil
anotado,
A. C. Belluscio (dir. ) y E. Zan noni (coo rd.) , As trea, B ue nos
Ai res ,
t. III.
Art. 784 El que por un erro r de hecho o de derec ho, se creyere deudor,
y entregase alguna cosa o cant idad en pago, t iene derecho a
repetirla del que la recibió.
Concordancias: arts. 499 a 502, 785, 792, 796 y 798.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
El artículo 784 encabeza un articulado que debe claramente divi
dirse entre lo que es abarcativo del "pago por error" y lo atinente al
"pago sin causa". Los artículos 792 a 795 configuran casos de pagos
sin causa, en los que al momento de efectivizarse el pago existe cau
sa fuente, pero dicha fuente resulta ineficaz por desaparición de la
causa fin.
El pago de lo indebido en términos generales es aquel que no
habilita al accipiens a retener el pago efectuado. El pago indebido
comprende tres hipótesis: a) El pago por error (abarcativo del pago
de una deuda ajena por quien se cree el deudor y el pago hecho con
una cosa que se cree deber cuando en realidad se debe otra), b) El
pago sin causa legítima, que abarca los casos de pago sin causa, pago
Art. 784
por una causa futura o frustrada, pago de causa que deja de existir,
pago de una causa inmoral y pago de una causa ilícita, c) El pago
obtenido por medios ilícitos*.
En principio, podemos afirmar que habrá pago de lo indebido (en
términos generales): 1) si el solvens no es deudor, salvo que se trate
de un tercero; 2) si el accipiens no es acreedor; 3) si el acto del pago
carece de objeto (elemento indispensable del pago) porque se paga
algo distinto a lo debido sin que haya concordancia entre acreedor y
deudor en la sustitución del objeto; 4) si el pago carece de causa
fuente porque no se debe prestación alguna; 5) si no tiene el pago
efectuado causa fin, como puede ocurrir al pretender cancelar una
obligación y por error se cancela otra.
El articulo 784 alude entonces a aquel que por error de hecho o
de derecho se creyere deudor. El vínculo entre deudor y acreedor es
bilateral, por lo cual el deudor es sólo deudor ante "su" acreedor, y
viceversa. Esto lleva a concluir que un pago efectuado entre sujetos
no vinculados por ninguna obligación es un pago sin causa. Ni el
accipiens no acreedor tiene derecho a retener lo que por error le fue
pagado, ni tampoco el accipiens acreedor tiene derecho a retener lo
que le pagare quien no es su deudor.
En ambos casos el derecho remedia el pago efectuado por error
otorgando acción al deudor para recuperar lo pagado.
La doctrina distingue asimismo el error absoluto del error relativo.
En los casos de error absoluto (como el que expone el art. 784) sólo
existe una obligación aparente. El deudor paga creyendo que realmente
está obligado al pago, cuando en realidad no lo está. El fundamento
jurídico de la acción de repetición se encuentra en el enriquecimiento
sin causa. No puede permitirse que el accipiens se beneficie aumen
tando su patrimonio en detrimento del patrimonio del solvens, rete
niendo la prestación sobre la base de un error del solvens. El enri
quecimiento sin causa provoca un incremento patrimonial (enriqueci
miento) injustificado, por parte del accipiens y paralelamente un em-
* Los directores de la obra consideran que el pago de lo indebido se integra con
cuatro casos: a) pago por error; b) pago sin causa; c) pago por causa ilícita o inmoral,
y d) pago obtenido por medios ilícitos.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
pobrecimiento del solvens. Estos dos requisitos deben hallarse presentes
para dar lugar a la acción de in rem verso, juntamente con una cla
ra relación causal entre el enriquecimiento y el empobrecimiento, es
decir, que el primero cause el segundo. Esta acción de restitución o
reintegro no debe confundirse con la acción ordinaria de indemnización
por daños.
Por el contrario, en los casos de error relativo (art. 790) existe una
verdadera obligación entre deudor y acreedor, pero el error recae entre
lo que el deudor cree deber y lo que realmente debe, no habiendo
coincidencia entre ambos conceptos.
Finalmente, en cuanto a la prescripción de estas acciones de repe
tición, se ha sostenido (Llambías) que, tratándose de los casos de pago
por error, siendo la acción de repetición una acción de nulidad de un
acto jurídico viciado, la misma se rige por la prescripción bienal que
impone el artículo 4030, tal como si fuese un contrato viciado de
error. El mismo autor sostiene que la acción de repetición del pago
efectuado sin causa prescribe, en cambio, a los diez años.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pago indebido . 2. Pago indebido. Procedencia de la acción de repetición.
1. Pago indebido
La confusión entre pago sin causa y por error radica en que, de
ordinario, el
solvens
ha llegado a hacerlo por creer erróneamente que
la persona a quien le pagó tenía título que lo habilitaba para recibir
el pago; sin embargo, el motivo individual por el cual se hubiere
concretado carece de relevancia alguna para definir la suerte de un
pago que es inválido, porque es la ausencia de título o causa el elemento
fundante de la repetición. Ésa es la razón por la cual es igualmente
repetible el pago sin causa, haya o no sido hecho por error
1
.
2. Pago indebido. Procedencia de la acción de repetición
La demanda por repetición de pago indebido o sin causa sólo puede
1
CNCiv., sala A, L.L. 1990-E-123, D.J. 1991-1-413.
Art. 785
fundarse en la existencia de un traspaso patrimonial incausado. Por
tanto,
no procede cuando -en el caso- se encuentra suficientemente
acreditada la existencia de una contraprestación por el rubro facturado
en concepto de mantenimiento o conservación de elementos que el
demandante usufructuaba en forma gratuita
2
.
Art. 785 El derecho de repetir lo entregado cesa, cuando el acreedor
ha destruido el documento que le servía de título a consecuencia
del pago; pero le queda a salvo el derecho al que ha pagado,
contra el deudor verdadero.
Concordancias:
arts. 768 y 2306.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
La norma del artículo 785 constituye una excepción a la norma
general establecida por el artículo 784. El que paga por error tiene
en general derecho a repetir lo pagado, a excepción de que el acree
dor demuestre (ya que sobre él pesa la carga de la prueba) que ha
destruido el título sobre el que se asentaba jurídicamente la deuda
pagada.
El deudor ya no podrá repetir en este caso lo pagado al acreedor.
Sin embargo, y toda vez que el deudor pagó por error creyéndose
un verdadero solvens frente al accipiens, tiene a salvo el derecho de
accionar contra el verdadero deudor de éste, que no puede quedar
liberado de su obligación por el error del que pagó. Es un caso asi
milable al pago por subrogación. En efecto, el que pagó se subroga
en los derechos del acreedor (conf. art. 768, inc. 3
o
) y accionará en
tonces para recuperar lo pagado. Es cierto, sin embargo, que no con
tará para esta acción con el documento que acreditaba la deuda, de-
2
CNCom., sala C, L.L. 1997-E-291, DJ. 1997-3-640.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
biendo cargar con las consecuencias de su destrucción de buena fe
por parte del acreedor que ha recibido el pago.
El artículo 785 habla de destrucción del documento que sirve de
título.
Sin embargo, la doctrina coincide en que es asimilable a la
destrucción la situación en la que el acreedor, creyendo no necesitar
más ese título en el que se asienta la obligación, lo deja perjudicar
(por ej., si no ha renovado la inscripción de la hipoteca) (Salvat-G alli,
Trigo Represas, Llambías, Alterini).
Art. 786 El que recibió el pago de buena fe, está obligado a restitui
igual cantidad que la recibida, o la cosa que se le entregó con
los frutos pendientes, pero no los consumidos. Debe ser con
siderado como el poseedor de buena fe.
Concordancias: arts. 590, 1052, 2423, 2425, 2428 y 2438.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
La norma establece un paralelismo entre el accipiens que debe
restituir lo recibido en pago por error y el poseedor de buena fe.
El artículo 2356 establece que "La posesión es de buena fe cuando el
poseedor, por ignorancia o error de hecho, se persuadiere de su legitimi
dad". Si el accipiens resulta de buena fe (lo que obviamente se presu
me hallándose a cargo del deudor la demostración de la mala fe que
invoque), sólo debe restituir la cosa con los frutos pendientes, pero no
así los consumidos que quedan en su patrimonio. Sin embargo, si los
frutos hubiesen sido "percibidos" y no consumidos, también podrá
retenerlos el acreedor de buena fe, debiendo devolver sólo los pendien
tes (Boffi Boggero, De Gásperi-M orello, Rezzónico, Salvat-Ga lli).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. D epreciación monetaria. Expropiación. Pago indebido. Repetición. 2. Pago
por error. Cuenta corriente. Cheque. Repetición.
Art. 787
1. Depreciación monetaria. Expropiación.
Pago indebido. Repetición
Habiendo efectuado el expropiante un pago sin causa que autoriza
la repetición (art. 792, Cód. Civ.), según lo dispone el artículo 786
del mismo Código, el expropiado debe restituir igual cantidad que la
recibida, finalidad que no se cumple con la mera devolución de las
sumas adeudadas según valores vigentes a la data del pago'.
Al no hallarse cuestionado un pago sin causa que autoriza la re
petición según lo dispone el artículo 786 del Código Civil, el expro
piado debe restituir al solvens igual cantidad que la recibida, finalidad
que no se cumple con la mera devolución de las sumas adeudadas
según valores vigentes a la data del pago, toda vez que el reconoci
miento de la depreciación monetaria sobreviniente no traduce la crea
ción de una nueva prestación sin causa legítima ni torna la deuda más
onerosa, sino que tiende a preservar la intangibilidad del crédito ori
ginario
2
.
2. Pago por error. Cuenta comente. Cheque. Repetición
Corresponde hacer lugar a la repetición de la suma pagada por el
banco a un cliente, como consecuencia de haberle acreditado errónea
mente en su cuenta bancaria un cheque de un tercero que dicho clien
te depositó y que resultó carecer de fondos
3
.
Art. 787 Si el que de buena fe recibió en pago una cosa raíz, la hubiese
enajenado por título oneroso o por título lucrativo, el que hizo
el pago puede reivindicarla de quien la tuviese.
Concordancias:
arts. 597, 1051, 2412, 2413, 2431 y 2664.
A) Bibliografía especial
La de l cap í tu lo y ANDORNO, Luis , La propiedad aparente en la doctrina
y jurisprudencia francesa y el artículo 105 del Código Civil argentino,
1
C.S.J. de la Nación, F. 28-XXII, 14-6-88, Fallos: 311:989.
2
C.S.J. de la Nación, L.L. 1989-A-36, D.J. 1989-1-1070.
3
C.S.J. de la Nación, B. 77-XXII, 28-9-89, Fallos: 312:183.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
en E.D. 37-931; TRIGO REPRESAS, A. R, Nulidad y reivindicación.
La nu lidad de los actos jurídicos y los terceros adquirentes de inmuebles,
en Z. IX-62;
Nulidad y reivindicación de subadquirentes,
Lex, La Plata,
1978; CORTÉS, Hernán, Los efectos contra terceros de la nulidad de los
actos jurídicos y la referencia de la ley 17.711, en L.L. 139-906; ALTE-
RFNI, Jorge, E l artículo 1051 del Código Civil y el acto inexistente, en
J.A. 1971, sec. doct., p. 634; ADROGUÉ, Manuel,
El artículo 1051 del
Código Civil y su influencia en el régimen de los derechos reales, en
L.L. 143-1180.
B) Doctrina
La norma establece claramente el derecho del deudor a perseguir
hasta del tercero adquirente de buena fe la cosa dada en pago por
error al acreedor que, a su vez, la ha enajenado a título oneroso.
Ante este caso el deudor tiene a su disposición dos acciones: 1)
O bien la común de indemnización por daños y perjuicios causados
por la enajenación, seguida contra el acreedor-enajenante o sus he
rederos. Procede en forma subsidiaria y sólo cuando no es viable la
acción de reivindicación de la cosa dada en pago. La acción resar-
citoria contra el accipiens está establecida en el artículo 2779, norma
que deja al arbitrio del reivindicante intentar una acción subsidiaria
contra el enajenante o sus herederos por la indemnización del daño
causado por el acto de la enajenación. En ese caso cesa el derecho
de reivindicar la cosa si el solvens obtiene el resarcimiento completo
de los daños. 2) O la acción de reivindicación contra el tercero ad
quirente.
Si bien la solución es criticada por la doctrina nacional, su fun
damento se encuentra en el principio de que nadie puede transmitir
un derecho mejor que el que ostenta. Y el acreedor que recibió de
buena fe la cosa entregada en pago tiene sobre ella un título imper
fecto,
ya que nunca llegó a ser propietario de la misma al haberse
entregado por error y por una falsa causa (nota de Vélez Sársfield
al art. 787).
La norma así dispuesta por este artículo crea una verdadera inse
guridad jurídica a terceros adquirentes de buena fe, que choca fron-
talmente con la solución adoptada por el artículo 1051 luego de la
Art. 788
reforma de la ley 17.711. Esta ley agregó al artículo 1051 la solución
que deja "a salvo los derechos de terceros adquirentes de buena fe
a título oneroso sea el acto nulo o anulable". Parece claro entonces
afirmar que el artículo 787 en análisis crea una situación mucho más
gravosa para terceros adquirentes de buena fe a título oneroso, que
se encuentra, por el contrario, salvada en la norma más amplia del
artículo 1051 mentado. Esto ha llevado a la doctrina a considerar
derogado implícitamente el artículo 787. En apoyo de esta idea es
destacable que la norma "posterior", que por principio deroga la "an
terior", justamente es el artículo 1051. Sin embargo, no podemos
dejar de observar que la norma del artículo 1051 es sólo aplicable
al caso de bienes inmuebles, mientras que el artículo 787 no distingue
el tipo de cosas sobre las que establece el derecho de persecución
del deudor.
Como consecuencia de este conflicto normativo podemos afirmar
que el deudor que ha pagado sólo podrá reivindicar la cosa frente al
adquirente de mala fe o al de buena fe que hubiere adquirido la cosa
a título gratuito (Trigo Represas, Alterini, Andorno).
Art. 788 Si ha habido mala fe en el que recibió el pago, debe restituir
la cantidad o la cosa, con los intereses o los frutos que hubiese
producido o podido producir desde el día del pago. Debe ser
considerado como el poseedor de mala fe.
Concordancias: arts. 590, 789, 2432, 2435 y 2444.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
El artículo 788 establece el caso "contrario" al dispuesto por el
artículo 786, en cuanto a la calidad del que recibe la cosa dada en
pago. Es asimilado al poseedor de mala fe, y siendo así no sólo debe
restituir la cosa con los frutos pendientes, sino también los producidos
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
o que hubiese podido producir desde el momento del pago efectuado
por error (Llambías, Rezzónico, Lafaille).
En caso de que la cosa dada en pago haya sido una suma de dinero,
deberá restituirse éste con más los intereses desde la fecha del pago.
Cabe preguntarse qué intereses son los que se deben ad icionar al capital
que debe restituirse. Es obvio que en el caso no hay convención alguna
entre deudor y acreedor por tratarse de un pago por error, por lo que
no podrá aplicarse tasa de interés alguna que surja de un convenio
entre las partes. Ante esta situación, creemos que debe obligarse al
que recibió el dinero a restituirlo con más los intereses calculados a
la tasa de interés promedio del mercado financiero que hubiese obtenido
el que pagó mediante error, por depósitos a treinta días (Trigo Represas,
Salvat, Compagnucci de Caso).
El artículo 788 debe complementarse con el comentario al siguiente
artículo 789.
Art. 789 Si la cosa se ha deteriorado o destruido, aunque sea por caso
fortuito, el que la recibió de mala fe en pago, debe reparar
su deterioro o su valor, a no ser que el deterioro o pérdida de
ella hubiera también de haber sucedido, estando en poder del
que la entregó.
Concordancias: arts. 513, 514, 892, 1057 y 2435.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
Ambos artículos (788 y 789) plantean el caso del de
mala fe, asimilándolo al poseedor de mala fe. Dado que la buena fe
en las relaciones jurídicas debe presumirse, lo contrario, es decir la
mala fe, debe ser probada por quien la alega. Existirá dicha mala fe
en la medida en que el poseedor de la cosa dada en pago no pue
da demostrar la existencia de error de hecho que le haya provocado
Art. 790
la conciencia y seguridad de estar ejerciendo un derecho legítimo
sobre la cosa dada en pago.
El artículo 789 establece qué sucede cuando la cosa se pierde o
deteriora estando en poder del accipiens, resolviendo que el accipiens
que recibió la cosa debe cargar con su reparación o reponer su valor.
Sin embargo, se exonera de responsabilidad cuando prueba que la cosa
hubiese tenido los mismos efectos de deterioro o pérdida estando en
poder del que pagó con ella. La solución es compatible con lo dispuesto
por los artículos 889 y 892 sobre "imposibilidad de pago" (Llambías,
Boffí Boggero, Trigo Represas).
Art. 790 Habrá también error esencial con lugar a la repetición, aunque
el deudor lo sea efectivamente, en los casos siguientes:
1. Si la obligación fuese condicional, y el deudor pagase antes
del cumplimiento de la condición.
2. Si la obligación fuese de dar una cosa cierta, y el deudor
pagase al acreedor, entregándole una cosa por otra.
3. Si la obligación fuese de dar una cosa incierta, y sólo de
terminada por su especie, o si fuese la obligación alterna
tiva y el deudor pagase en la suposición de estar sujeto a
una obligación de dar una cosa cierta, o entregando al
acreedor todas las cosas comprendidas en la alternativa.
4. Si la obligación fuese alternativa compitiendo al deudor
la elección, y él hiciese el pago en la suposición de corres
ponder la elección al acreedor.
5. Si la obligación fuese de hacer o de no hacer, y el deudor
pagase prestando un hecho por otro, o absteniéndose de
un hecho por otro.
6. Si la obligación fuese divisible o simplemente mancomu
nada, y el deudor la pagase en su totalidad como si fuese
solidaria.
Concordancias: Inc. I
o
:
art. 547.
Inc. 2
o
:
art. 924.
Inc. 3
o
:
art. 637.
Inc. 4
o
:
arts. 637
y 924.
Inc. 5
o
:
arts. 625, 627, 632.
Inc. 6
o
:
arts. 675, 691 a 693.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
B) Doctrina
La norma en análisis plantea casos de "error esencial", a contrario
de la norma siguiente (art. 791), donde los casos de pago no contienen
ese error esencial.
Los supuestos de este artículo son en los que siempre existe causa
fuente de la obligación. Se paga porque hay una verdadera obligación
entre deudor y acreedor, pero, sin embargo, falla la causa fin. La vo
luntad jurídica del deudor se encuentra viciada porque pagó creyéndose
obligado a ello, sin conocer las circunstancias por las cuales no debía
pagar entregando la cosa dada en pago, ya sea por el tiempo del pago
o por su objeto.
Aquí no hay enriquecimiento injusto de una parte, ya que la deuda
existe, sino que un error vicia la voluntad del que paga por existir
errores esenciales en lo pagado.
Los incisos I
o
a 6
o
son suficientemente claros como para sólo re
flejar sintéticamente lo establecido por ellos. El primero establece el
caso de la obligación sujeta a condición suspensiva que de todos modos
es pagada por el deudor sin esperar el cumplimiento de la condición,
y en el entendimiento de estar obligado a hacerlo. En este caso el que
pagó puede repetir lo pagado. Es que pendiente la condición el deudor
no tenía realmente la obligación de pagar. Quedan descartados los
casos de obligaciones sometidos a condiciones resolutorias, por cuanto
la doctrina sostiene que en ese caso el derecho existe en toda su ex
tensión y plenitud mientras no se efectivice la condición (Trigo Re
presas, Lafaille, Colmo).
Los incisos 2
o
y 3
o
se relacionan con casos en que el deudor
comete un error esencial sobre el objeto dado en pago. Es obvio
señalar que en estos casos el deudor tendrá derecho a repetir lo pagado
con error, pero deberá cumplir con la "verdadera" obligación que
tenía, siempre que la misma no estuviera sometida a condición alguna.
Sin embargo, en el caso de una obligación de dar una cosa incierta
determinada por la especie, si la cosa entregada corresponde al género
prometido en la obligación, el solvens no podría repetir el pago. Asi
mismo en el caso de la obligación alternativa, si el deudor ha cumplido
con "todas" las prestaciones, podrá repetirlas del accipiens, menos
Art. 790
aquella que sea elegida para el cumplimiento, por cuanto respecto de
ella el pago deja de ser indebido.
El inciso 4
o
establece el caso de error en la modalidad del pago,
por cuanto competía al deudor la elección de la cosa a pagar (obli
gación alternativa), y, creyendo que la elección corresponde al acree
dor, permite que el accipiens elija el objeto con el cual se cumple la
obligación.
El inciso 5
o
nos coloca ante el caso del cumplimiento de la obli
gación mediante un hecho distinto del prometido. El deudor podrá en
este caso no ya repetir lo pagado, por ser ello imposible fácticamente
(no se puede devolver lo "hecho" o lo "no hecho" para cumplir la
obligación), sino pedir la indemnización por el costo del servicio rea
lizado al momento de cumplir con la obligación, y siempre que el
mismo exceda el costo que el deudor debía asumir si hubiese cum
plido con la verdadera prestación debida. La mencionada indemniza
ción tendrá como límite la diferencia entre un concepto y otro (costo
del servicio prestado contra costo del que hubiese sido correcto pres
tar).
Sin embargo, cabe agregar que la doctrina sostiene que en el caso
de las obligaciones de no hacer la hipótesis planteada en el artículo
790, inciso 5
o
, es impracticable y la norma legal no tiene sentido
alguno (Llambías, Trigo Represas, Compagnucci de Caso, Bustamante
Alsina).
El inciso 6
o
y último establece el caso del deudor que ha pagado
en exceso de su obligación por ser ésta simplemente mancomunada
y el deudor paga la totalidad en el entendimiento de tratarse de una
obligación solidaria. El deudor ha pagado "de más" por error. Obvia
mente, podrá este deudor subrogarse en los derechos del acreedor de
acuerdo a las normas generales del pago por subrogación y reclamar
a los restantes codeudores la diferencia. Sin embargo, y ante la posi
bilidad de la insolvencia de esos restantes codeudores, la solución que
propicia la norma es correcta, ya que el deudor podrá repetir lo pagado
en exceso del accipiens.
Resulta claro como conclusión del análisis que es el solvens que ale
ga el error esencial el que debe probarlo, mediante cualquiera de los
medios procesales de prueba (Bustamante Alsina, Alterini, Ameal-Ló-
pez Cabana).
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pago indebido. R epetición. Error en el objeto de la prestación. 2. Recurso
extraordinario. Requisitos propios. Cuestiones no federales. Sentencias arbitrarias.
Procedencia del recurso. Defectos en la consideración de extremos conducentes.
Sentencia arbitraria. Hon orarios. Pago indebido. Error. 3. Error esencial. Repetición
del pago. Acción de repetición. Pago indebido.
1. Pago indebido. Repetición. Error
en el objeto de la prestación
El carácter definitivo de la extinción del crédito que provoca el
pago,
por ser éste irrevocable e irrepetible (doct. del art. 725, Cód.
Civ.), lo es sólo en principio, ya que no excluye la posibilidad de
repetición del pago indebido cuando el deudor paga lo que no debe
1
.
2. Recurso extraordinario. Requisitos propios. Cuestiones no
federales. Sentencias
arbitrarias.
Procedencia del recurso.
Defectos en la consideración de extremos conducentes.
Sentencia arbitraria. Honorarios. Pago indebido. Error
Es descalificable la sentencia que omitió ponderar adecuadamente,
por aplicación de principios generales, la alegación de la actora de
haber pagado por error los honorarios, por haberlo hecho antes de que
la sentencia que los fijó se encontrara firme, pero sin desistir del recurso
de apelación por ella interpuesto y después activado
2
.
3. Error esencial. Repetición del pago.
Acción de repetición. Pago indebido
Si el legislador al decir "voluntariamente" quiso referirse al pa
go efectuado conscientemente, como presupuesto de la irrepetibilidad,
cuando aquel presupuesto falta como en el caso del pago de deudas
prescriptas, debió receptar normativamente la repetición. Sin embargo,
ha optado en este supuesto por la solución contraria, al disponer que "no
habrá error esencial, ni se puede repetir lo que no se hubiese pagado"
3
.
1
C.S.J. de la Nación, L. 491-XXI, 18-2-88,
Fallos: 311:121.
2
ídem nota anterior.
3
CNCiv., sala D, J.A. 1995-1-317.
Art. 791
Art. 791 No habrá error esencial, ni se puede repetir lo que se hubiese
pagado, en los casos siguientes:
1.
Cuando la obligación fuere a plazo y el deudor pagase
antes del vencimiento del plazo.
2.
Cuando se hubiere pagado una deuda que ya se hallaba
prescripta.
3.
Cuando se hubiere pagado una deuda cuyo título era nulo,
o anulable por falta de forma, o vicio en la forma.
4. Cuando se pagare una deuda, que no hubiese sido reco
nocida en juicio por falta de prueba.
5. Cuando se pagare una deuda, cuyo pago no tuviese derecho
el acreedor a demandar en juicio, según este Código.
6. Cuando con pleno conocimiento se hubiere pagado la deu
da de otro.
Concordancias: Inc. I
o
:
art. 571.
Inc.
2°: art. 924.
Inc. 3°:
art. 637.
Inc. 4
o
:
arts. 637
y 924.
Inc. 5
a
:
arts. 625, 627 y 632.
Inc. 6
o
:
arts. 675, 691 a 693.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
El artículo 791 establece los casos en que no habrá error esencial,
y por lo tanto no se puede repetir lo pagado por el deudor.
El Código señala en seis incisos los casos en que no hay acción
de repetición posible. El primero de ellos resuelve el caso del deudor
que paga con anticipación al vencimiento del plazo convenido para
hacerlo. Aun sin ser exigible la obligación, si el deudor paga (creyendo
serle exigible) no puede reclamar que se le restituya lo pagado. Es
claro que dicho error no es esencial y puede válidamente presumirse
que el deudor ha pretendido desobligarse con anticipación al momento
establecido convencionalmente para hacerlo. La solución contraria (es
decir si el deudor pudiese repetir lo pagado en estas circunstancias)
dejaría expuesto a una total inseguridad jurídica al acreedor que reci
biera el pago anticipado (Cazeaux, Alterini, Borda).
Desde el inciso 2
o
hasta el 5
o
inclusive, se trata de casos de obli-
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
gaciones na turales. Casos en los cuales el deudor no tenía una verdadera
"obligación" a pagar, pero hallándose ante obligaciones naturales puede
efectivamente pagar, siendo dicho pago totalmente válido. El error no
es en estos casos esencial. Se trata de las obligaciones prescriptas, o
fundadas en títulos nulos o anulables, o de deudas no reconocidas en
juicio (caso de demandas rechazadas), o deudas por las cuales el acree
dor no tiene derecho a entablar demanda contra el deudor (Trigo Re
presas, Rezzónico).
Finalmente, el inciso 6
o
señala que no puede repetirse lo pagado
cuando el deudor paga con plena conciencia de estar cumpliendo con
la obligación de otra persona. Es el caso del que paga por otro (pago
por terceros).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Juicio ejecutivo. Proceso ordinario posterior. Pago indebido. 2. Pago inde
bido.
Acción de repetición.
1. Juicio ejecutivo. Proceso ordinario
posterior.
Pago indebido
Corresponde rechazar la demanda ordinaria posterior al proceso
ejecutivo por el cobro de cheques, si no existió un pago por error ni
sin causa, sino que el realizado por la actora constituyó un pago an
ticipado de una operación de compraventa comercial -en el caso, por
la compra de cueros-, operación que constituyó la causa de ese pago
1
2. Pago indebido. Acción de repetición
El pago de una deuda que no es propia, que no se debe, constituye
un pago sin causa mientras no se pruebe que se hizo con pleno co
nocimiento de esa circunstancia; es decir, como regla, no cabe exigir
a quien acciona por repetición la prueba del error si pagó lo que él
no debía
2
.
1
CNCom., sala D, J.A. 2002-11-651.
2
SCJ de Mendoza, sala 1, L.L. Gran Cuyo 2002-737.
Art. 792
Art. 792 El pago efectuado sin causa, o por una causa contraria a las
buenas costumbres, como también el que se hubiese obtenido
por medios ilícitos, puede ser repetido, haya sido o no hecho
por error.
Concordancias: arts. 499, 500, 502, 793 a 795, 931, 932.
A) Bibliografía especial
La del capítulo, y VETRANO, Alejandro, El pago de lo que no se debe,
en Derecho Privado (obra colectiva), homenaje al Dr. Alberto Bueres,
Hammurabi, Buenos Aires, 2001, p. 1853.
B) Doctrina
El artículo 792 encabeza los casos de los llamados "pagos sin
causa".
Se trata de pagos viciados, ya que la causa fuente estará sujeta a
la declaración de nulidad o de resolución.
Podemos establecer una división analítica en el artículo. La primera
parte se refiere a casos en que la obligación no existe, es decir, casos
en que no hay obligación alguna. Una segunda parte del artículo se
refiere a los casos en que la causa fuente no es válida, ya sea por ser
esa causa contraria a las buenas costumbres, o porque el pago que
hace el deudor se genera por medios ilícitos. En este caso podrá tratarse
del pago obtenido con violencia, que excluye la libertad, o mediante
el dolo (que en su concepto del art. 931 excluye la intención). Se trata
de pagos efectuados mediante actos desarrollados sin voluntad y vi
ciados como tales (Boffi Boggero, Bustamante Alsina, Alterini).
La ley pretende desterrar el empleo de medios ilícitos para obtener
la voluntad de los deudores. Sin embargo, se debe distinguir el caso en
que el pago ha sido hecho por quien no era deudor o por quien lo era
y paga lo que no debe, de aquel caso en el que el pago efectuado me
diante la utilización de medios ilícitos lo efectúa quien realmente es
deudor. En el primer caso funciona la acción de nulidad, haciendo
que las cosas se restituyan al estado anterior, debiendo el accipiens
devolver lo recibido. Sin embargo, si quien paga es el deudor y hay
identidad entre lo pagado y lo que se debía, nada debe devolver el
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
acreedor, por cuanto la nulidad del pago queda extinguida por la com
pensación con su crédito. Sin perjuicio de ello no debe haber impu
nidad para el acreedor, por cuanto no puede quedar liberado por su
acción ilícita. El dolo o la violencia ejercidos por el
accipiens
confi
guran un delito civil que puede generar daños al Surgirá en
tonces la responsabilidad civil del acreedor en forma independiente al
pago realizado.
En conclusión, no importa aquí (en cualquiera de los casos del art.
792) si hay error o no en el pago. El deudor podrá pagar con error o
no,
pero siempre lo pagado es repetible del accipiens. Sin embargo,
resulta claro que estos vicios deben ser probados por el solvens que
los alega como fundamento de la acción de repetición.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Prescripción. Tiempo de la prescripción. M ateria c ivil. Vicios de la volun
tad. Pago sin causa. Repetición
1. Prescripción. Tiempo de la
prescripción.
Materia civil.
Vicios de la voluntad. P ago sin causa. Repetición
Si la demanda no se fundó en la presunta existencia de un vicio
de la voluntad del solvens, sino en la alegada ausencia de título por
parte del accipiens, se trata de una acción de repetición de un pago
sin causa que, por no tener un lapso especial determinado, cae bajo
el régimen común del artículo 4023 del Código Civil, que fija el plazo
de diez años
1
.
Cuando se trata de repetir sumas percibidas en virtud de una sen
tencia dejada sin efecto con arreglo a una decisión de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación por la vía del artículo 14 de la ley 48, el
plazo de prescripción es decenal, ya que se trata de un pago sin causa
y no un pago por error
2
.
Resulta improcedente la aplicación de la prescripción bienal del
artículo 4030 del Código Civil, respecto de una acción por repetición
1
C.S.J. de la Nación, c. 681.XXV, 19-5-99,
Fallos:
322:817; J.A. del 17-11-99.
2
CNAT, sala V, D.J. 1996-1-1147.
Art. 793
de pago sin causa, ya que se corresponde con acciones en que el ele
mento fundante de la repetición fuera el error y no la falta de causa
3
.
El referido error, al que la apelante califica de inexcusable, no
gravita a los efectos de obstaculizar la acción de repetición que aquí
se intenta, pues el caso de autos importa un pago sin causa y, en
consecuencia, es irrelevante que haya existido o no error (art. 792,
Cód. Civ.), y por ende innecesario precisar si para la procedencia
de aquélla el error debe ser o no excusable
4
.
Art. 793 El pago debe ser considerado hecho sin causa, cuando ha tenido
lugar en consideración a una causa futura, a cuya realización
se oponía un obstáculo legal, o que de hecho no se hubiese
realizado, o que fuese en consideración de una causa existente
pero que hubiese cesado de existir.
Concordancias: arts. 499, 502, 530 y 790.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
También este artículo analiza dos cuestiones distintas, pero ambas
vinculadas a la falta de causa de la obligación.
En primer lugar se señalan los casos de causa futura irrealizable.
Ya sea que esa imposibilidad surgiera de un "obstáculo legal" o que
de hecho no pudiese realizarse (Trigo Represas, Compagnucci de Caso,
Alterini, Lafaille).
En segundo lugar se señala el caso del pago hecho cuando la causa
es existente pero deja de existir con posterioridad al cumplimiento de
la obligación. Clarifica esta hipótesis el ejemplo del pago de un seguro
por robo, cuando luego la cosa robada aparece y es restituida a su
dueño que cobró el seguro. Quien pagó en estas condiciones (en el
ejemplo la compañía de seguros) puede repetir el pago del que lo
3
CNCiv., sala A, L.L. 1990-E-123, D.J. 1991-1-413.
4
CNFed.CC, sala I, E.D. 98-588.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
recibió (el asegurado en el ejemplo), por cuando si no fuese así éste
tendría a su favor un enriquecimiento sin causa. En el caso existe una
verdadera causa ab initio de la obligación, pero el pago se torna ine
ficaz por haber dejado de existir la causa (Salvat-Galli, Rezzónico, De
Gásperi, Morello).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pago sin causa . 2. Restitución del pago. Honorarios. Pago indebido . Causa
de la obligación.
1. Pago sin causa
El pago hecho en consideración de una causa existente pero que
hubiese dejado de existir constituye un pago sin causa y puede ser
repetido, haya sido o no hecho por error
1
.
2. Restitución del pago. Honorarios. Pago
indebido. Causa de la obligación
El derecho de repetir lo abonado con motivo de una sentencia que
se dejó sin efecto comprende asimismo los honorarios de ejecución,
toda vez que carecen de "causa fuente" y se trata de una consecuencia
emergente de un pago sin causa
2
.
Art. 794 Es también hecho sin causa, el pago efectuado en virtud de
una obligación, cuya causa fuese contraria a las leyes o al
orden público; a no ser que fuese hecho en ejecución de una
convención, que debiese procurar a cada una de las partes
una ventaja ilícita, en cuyo caso no podrá repetirse.
Concordancias:
arts. 502, 953, 1635 y 1656.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
1
CNCiv., sala A, L.L. 1990-E-123, D.J. 1991-1-413; C.S.J. de la Nación, c.
681.XXV, 19-5-99, Fallos: 322:817; J.A. del 17-11-99.
2
CNAT, sala V, D.J. 1996-1-1147.
Art. 794
B) Doctrina
El artículo 794 prevé el caso del pago que tiene como antecedente
una obligación con una causa "contraria a las leyes o al orden público",
considerándolo un pago sin causa por tener ilicitud la causa fuente.
Cabe en este caso la acción de repetición contra el accipiens, que
recibió el pago hecho bajo esas circunstancias.
A modo de ejemplo podría ser el caso de un contrato de locación
en el cual las partes pacten la indexación del canon locativo en forma
mensual, mediante determinadas pautas de actualización del capital
(índice de precios al consumidor, por ejemplo), lo que se encuentra
prohibido actualmente por la ley. Siguiendo la norma del artículo 794,
los pagos efectuados al locador en exceso de lo pactado originalmente
como precio de la locación serían repetibles por el locatario por haber
tenido una causa contraria a las leyes.
Sin embargo, el artículo señala una limitación al derecho de repe
tición, vedando esa posibilidad al deudor que pagó. Se trata del caso
en que el pago se haya hecho en ejecución de un contrato cuyo fin
era procurar una ventaja ilícita a ambas partes. La nota a este artículo
clarifica con el ejemplo que da Vélez Sársfield allí: "en el caso que
una sociedad se formase para operaciones de contrabando, y una de
las partes quisiera repetir contra la otra las sumas pagadas en ejecución
de la convención a título de beneficios o pérdidas" (Salva t-Galli, Llam-
bías,
Trigo Represas, Borda).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Pago indebido. 2. Ley. Orden público. Locación. Alquiler. Cláusulas de
actualización monetaria. Ley de Convertibilidad. Convertibilidad: contrato. Liber
tad contractual. Libertad de forma. Pago indebido. Obligación natural. Repeti
ción del pago.
1. Pago indebido
Para que un pago sea considerado sin causa debe haber sido efec
tuado en virtud de una obligación cuya causa fuese contraria a las
leyes o al orden público
1
.
1
CNCiv., sala C, E.D. 191-213.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
2. Ley. Orden público. Locación. A lquiler.
Cláusulas de actualización monetaria. Ley
de convertibilidad. Convertibilidad: contrato.
Libertad contractual. Libertad deforma. Pago
No obstante el carácter de orden público de la ley 23.928, el actor
no puede repetir las diferencias de la suma que abonó por alquileres
indexados según lo pactado en el contrato de locación, en mérito a
los efectos cancelatorios e irrevocables del pago, ya que no fue hecho
por error ni se trata de un pago sin causa, dado que deriva de la
convención de las partes y en todo caso la situación podría asimilarse
a las obligaciones naturales donde no se puede reclamar lo pagado,
cuando se lo ha hecho voluntariamente por el que tenía capacidad
legal para hacerlo
2
.
Art. 795 El pago hecho por una causa contraria a las buenas costum
bres, puede repetirse cuando sólo hay torpeza por parte del
que lo recibe, aunque el hecho o la omisión en virtud de la
cual el pago ha sido efectuado, hubiese sido cumplido. Si hay
torpeza por ambas partes, la repetición no tiene lugar aunque
el hecho no se hubiese realizado.
Concordancia:
art. 792.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
Se trata del pago realizado como consecuencia de una obligación
cuya causa es contraria a la moral y las buenas costumbres (causa
fuente inmoral). La ley otorga derecho de repetición sólo cuando hu
bo "torpeza" en el accipiens que recibió el pago, pero niega este de-
2
CCC de San Isidro, sala I, LLBA 1995-994.
Art. 796
recho al solvens cuando él también actuó con torpeza, es decir, cuan
do ésta es bilateral (Llambías, Rezzónico, Bibiloni).
Tanto en esta norma como en la anterior (art. 794) la ley impone
limitaciones al derecho de repetición fundadas en la conducta también
ilícita o inmoral del
solvens
que paga. Cuando esa conducta es seguida
por ambas partes de la relación obligacional, la ley prefiere que el
accipiens
retenga para sí lo recibido en virtud del pago hecho sin
causa fuente (Bustamante Alsina, A lterini-A meal-L ópez Cabana, Bofil
Boggero).
A modo de ejemplo, Trigo Represas recuerda un antiguo caso re
señado por Salvat, en el cual la Suprema Corte de la Provincia de
Buenos Aires declaró irrepetible por su carácter inmoral y la existen
cia de torpeza de ambas partes, una suma abonada en concepto de
arrendamiento de un inmueble destinado a casa de prostitución.
Art. 796 Lo dispuesto en este Capítulo es extensivo a las obligaciones
putativas, aunque el pago no se haya verificado; y así, el que
por error se constituyó acreedor de otro que también por error
se constituyó deudor, queda obligado a restituirle el respectivo
instrumento de crédito, y a darle liberación por otro instru
mento de la misma naturaleza.
Concordancias:
arts. 900, 922 y 954.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
El artículo en análisis contempla el caso de las llamadas "obliga
ciones putativas", en las cuales el deudor asume ese carácter creyendo
sin que exista verdaderamente una causa para esa supuesta obli
gación.
Como estas obligaciones no tienen causa alguna, carecen por com
pleto de existencia jurídica y son consideradas por la doctrina co
mo "obligaciones inexistentes". No se trata de pagar por error o por
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
una obligación que existe pero que tiene causa fuente inválida por
i l ici tud o inmoralidad, s ino que directamente la obligación no exist ió
nunca (Colmo, Lafai l le , Trigo Represas) .
La norma establece la obligación del supuesto acreedor de l iberar
al deudor que imagina serlo, rest i tuyéndole el instrumento en el que
se asentó la deuda.
Art. 797 El que por error aceptó una liberación de su acreedor, que
también por error se la dio, queda obligado a reconocerlo nue
vamente como a su acreedor por la misma deuda, con las
mismas garantías y por instrumento de igual naturaleza.
Art. 798 No obstante la liberación dada por error, el verdadero acree
dor tendrá derecho a demandar a su deudor en los términos
del anterior artículo, si la deuda no estuviere vencida, y ser
virá de nuevo título de crédito la sentencia que en su favor
se pronuncie. Si la deuda estuviese ya vencida podrá demandar
su pago.
Concordancias: arts. 796, 900 y 922.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
Estas dos norm as (arts . 797 y 798) debe n ser analizadas en conjun to,
a tal punto que algun a doctr ina ha considerad o so breab und ante el úl t imo
artículo.
Se trata de la situación inversa a la que plantea el artículo 796.
Es decir, la liberación putativa. El caso del verdadero acreedor que
creyendo haber recibido el pago del deudor, lo libera. Esa liberación
se hace sobre la base de un error del accipiens (Tr igo Represas , Llam-
bías , Compagnucc i de Caso , Al te r in i -Ameal -López Cabana) .
Se establece entonces la obligación de restituir las cosas a su
estado anterior y dejar sin efecto alguno la liberación efectuada por
Art. 799
el acreedor. El error debe ser sólo de éste sin que sea necesario que
haya error del deudor.
Resulta claro que en estos casos deberá ser el acreedor quien de
muestre la existencia de error, por cuanto es él el interesado en volver
las cos as a su estado anterior, quitand o valide z a la liberación efectuad a.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Liberación hecha por error.
1. Liberación hecha por error
Se ha considerado que la liberación dada por error en el recibo
por saldo por un importe menor a la cifra efect ivamente adeudada es
un caso de l iberación putat iva encuadrado en los art ículos 797 y 798' .
CAPÍTULO IX
DEL PAGO CON BENEFICIO DE COMPETENCIA
Bibliografía general
ACUÑA ANZORENA, A., Algunas consideraciones sobre el beneficio de
competencia en el Código Civil, en L.L. 22-924; FERNÁNDEZ, L. R.,
Beneficio de competencia. La obligación de devolver y la extinción de
las obligaciones de la ley 11.078, en L.L. 28-745; BOFFI BOGGERO,
L. M., Beneficio de competencia, en Estudios jurídicos, primera serie,
Cooperativa de Derecho y Ciencias Sociales, p. 262; LEGÓN, F., El be
neficio de competencia a través de una teoría objetiva,
en J.A. 48-453.
Art. 799 Beneficio de competencia es el que se concede a ciertos deu
dores, para no obligárseles a pagar más de lo que buenamente
puedan, dejándoles en consecuencia lo indispensable para una
modesta subsistencia, según su clase y circunstancias, y con
cargo de devolución cuando mejoren de fortuna.
Concordancias: arts. 752, 800.
1
CNCiv., sala B, 18-8-54, L.L. 76-374.
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Beneficio de competencia: contenido. 2. Fundamento. 3. Requisitos.
1. Beneficio de competencia: contenido
El beneficio de competencia es una facultad que le otorga la ley
a determinados deudores para que puedan pagar la deuda en lo que
"buenamente" puedan, manteniendo para sí lo indispensable para una
vida modesta, según su condición social y fortuna (Boffi Boggero,
Lafaille, Legón, De Gásperi-Morello, Trigo Represas).
Aquellos que se encuentran en circunstancias de necesidad econó
mica imperiosa deben hacer valer y alegar el beneficio en los procesos
judiciales donde son reclamados, y será el juez quien determinará el
porcentaje a hacer efectivo (Llambías, Borda, Boffi Boggero, Lafaille).
Por el saldo que resta impago no quedan desobligados ni se trans
forma en una obligación natural, sino que se les puede demandar cuando
mejoren de fortuna (art. 752).
2. Fundamento
Es un instituto que tuvo su origen en el Derecho Romano, y su
fundamento se apoya en razones morales y humanitarias; es importante
no dejar en la indigencia a determinados deudores. Esa justificación
de puro orden ético hoy ha perdido sentido, ya que los deudores que
se encuentran en situación de imperiosa necesidad económica están
protegidos por otras figuras, como el bien de familia, la inembarga-
bilidad de los bienes muebles indispensables de uso, limitaciones le
gales al embargo de salarios, jubilaciones, pensiones, etcétera. Es im
portante considerar que en las legislaciones modernas no está contem
plado el beneficio de competencia.
3. Requisitos
Se indican como requisitos para el beneficio: a) que el deudor se
Art. 799
encuentre en la indigencia económica; b) que sea de buena fe, y c)
que el acreedor no se halle en la misma situación de miseria (Legón,
Colmo, Salvat-Galli, Borda, Llambías, Boffi Boggero).
El deudor debe demostrar que carece de bienes suficientes para
sobrellevar una vida modesta; aunque esto debe ser juzgado con un
sentido de relatividad, porque en cada caso particular es importante
analizar las condiciones sociales y hábitos anteriores del obligado (Bo
ffi Boggero, Galli, Trigo Represas, Llambías, Borda).
La buena fe de quien alega el beneficio es un elemento fundamental
para su procedencia. Este requisito aparece en el inciso 6
o
del artículo
800, para un supuesto particular, pero se ha entendido, con toda razón,
que debe ser extendido a todos los casos (Borda, Llambías, Salvat-Ga
lli,
Trigo Represas, Rezzónico).
Y, además, que el mismo acreedor no sufra las mismas necesidades
de su deudor, porque si no sería aplicar aquello de "desvestir a un
santo para abrigar a otro". En la equivalencia de condiciones hay que
estarse a favor del titular del derecho, quien en definitiva puede alegar
los mismos fundamentos morales para su legítimo reclamo.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Situación del deudor. 2. Mala fe de quien pretende el beneficio. 3 . El pedido
debe ser realizado a solicitud de parte.
1. Situación del deudor
Para que el deudor pueda ser incluido en el beneficio de competencia
debe encontrarse en una situación vecina a la indigencia, y no -como
en el caso de autos- la de quien acaba de adquirir una porción social
en un negocio
1
.
2. Mala fe de quien pretende el beneficio
Si el deudor ocultó bienes para sustraerlos a la acción de sus acree
dores,
su mala fe le impide invocar el beneficio de competencia
2
.
1
Cám. Com., J.A. 73-791.
2
Cám. Civ. I
a
, J.A. 2-902.
RUBÉN
H.
COMPAGNUCCI DE CASO
3. El pedido debe ser realizado a solicitud departe
A este beneficio los jueces solamente lo pueden conceder a solicitud
de parte interesada, y no de oficio
3
.
Art. 800 El acreedor está obligado a conceder este beneficio:
1. A sus descendientes o ascendientes no habiendo éstos irro
gado al acreedor ofensa alguna de las clasificadas entre
las causas de desheredación.
2. A su cónyuge no estando divorciado por su culpa.
3.
A sus hermanos, con tal que no se hayan hecho culpables
para con el acreedor de una ofensa igualmente grave que
las indicadas como causa de desheredación respecto de los
descendientes o ascendientes.
4.
A sus consocios en el mismo caso; pero sólo en las acciones
recíprocas que nazcan del contrato de sociedad.
5. Al donante, pero sólo en cuanto se trate de hacerle cumplir
la donación prometida.
6. Al deudor de buena fe que hizo cesión de bienes, y es
perseguido en los que después ha adquirido, para el pago
completo de la deuda anterior a la cesión, pero sólo le
deben este beneficio los acreedores a cuyo favor se hizo.
Concordancias: arts. 198, 267, 268, 271, 272, 343, 372, 799.
A) Bibliografía especial
La del capítulo.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Sujetos beneficiarios. 2. Descendientes
o
ascendientes.
3.
Cónyuge divor
ciado inocente. 4. Hermanos. 5. Socios. 6. Donante. 7. Concursado que hizo cesión
de los bienes. 8. Carácter de la enumeración.
1. Sujetos beneficiarios
El artículo determina quiénes son los sujetos beneficiarios y que
3
Cam. Civ. I
a
, J.A. 43-159; ídem, J.A. 59-187.
Art. 800
por ello pueden pretender el beneficio de competencia. En su mayoría
son supuestos en los que el deudor se encuentra en condiciones de
reclamar alimentos, salvo las excepciones de los casos previstos en
los incisos 4
o
y 6
o
.
2. Descendientes y ascendientes
Por el nexo tan cercano de parentesco, el deudor puede alegar el
beneficio hacia sus descendientes y ascendientes; la ley deja a salvo
el caso en que se pudiere demostrar, a cargo del acreedor, alguna
causal de desheredación (conf. arts. 3747, 3748 , 3750) (Boffí Boggero,
Acuña Anzorena, Borda, Lafaille).
3.
Cónyuge divorciado inocente
La ley impide al divorciado culpable reclamar el derecho que otorga
el artículo 799, y por lo tanto se lo admite al "inocente". Considero
que ello solamente tiene virtualidad para los casos de "separación
personal" (arts. 198 a 205), pero no cuando se trate de personas di
vorciadas con disolución del vínculo (arts. 214 a 218), que no pueden
alegar esta especie de situación de amparo.
4. Hermanos
Al igual que con relación a los ascendientes y descendientes, la
ley equipara a los colaterales por su evidente relación de sangre y
afecto. La protección cesa cuando el deudor produjo una ofensa o
daño grave cuyo hecho se pueda asimilar a una causal de deshere
dación. Pareciera que cualquier otro hecho de carácter doloso que
haya hecho sufrir al acreedor en su persona o bienes debe ser moti
vo asimilable al anterior (Llambías, Salvat-Galli, Borda, De Gáspe-
ri-Morello).
5. Socios
Se remite al comentario al artículo 1733. El inciso 4
o
, al igual
que el artículo 1733, concede el beneficio de competencia al socio,
pero limitado a las acciones que recíprocamente pueden reclamarse
RUBÉN H. COMPAGNUCCI DE CASO
los consocios que surjan del contrato de sociedad (Trigo Repre
sas,
Rezzónico, Llambías, Borda).
6. Donante
En la donación la facultad de alegar el beneficio es a favor del
donante, pero solamente con relación al cumplimiento efectivo del
contrato. No creo que se pueda extender a otras relaciones jurídicas
entre las partes, ya que es sólo un supuesto restringido y por lo tanto
no admite la aplicación de la analogía.
7. Concursado que hizo cesión de los bienes
El inciso 6
o
prevé el caso del deudor concursado que hizo un acuerdo
con sus acreedores y les cedió sus bienes. La norma establece que si
éste obró de buena fe, los acreedores que acordaron deben otorgar el
beneficio cuando pretendan cobrarle el excedente impago sobre los
nuevos bienes adquiridos con posterioridad.
Este beneficio de competencia carece hoy de aplicación. Ya con
la sanción de la ley 11.077 hoy derogada, se determinó que con la
cesión el deudor extinguía todas sus obligaciones, incluyéndose a los
bienes presentes y a los futuros.
La ley 24.522, actualmente en vigor, establece que los acuerdos
judiciales o extrajudiciales producen novación y consiguiente extinción
de todas las obligaciones anteriores cualquiera sea su causa (art. 52),
mediante lo cual lleva sus efectos hacia todos los acreedores.
8. Carácter de la enumeración
Algunos autores, a los que me sumo, son de la opinión de que la
enumeración del artículo 800 es taxativa y clausa. Y dan como fun
damento de pura razón que, al concederse este amparo de excepción
y sólo a ciertos y determinados deudores, no corresponde extenderlo
a casos no previstos (Salvat, Borda, Trigo Represas, Lafaille, Llambías,
Acuña Anzorena). Otra corriente de opinión entiende que se trata de
un mero enunciado de la ley, y cabe la inclusión de supuestos similares
(Morello, Colmo, Rezzónico).
Art. 800
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Extensión del beneficio a los herederos y viuda. 2. Carácter de la enume
ración.
1. Extensión del beneficio a los herederos y viuda
Es posible extender el beneficio de competencia a la viuda e hijos
menores del deudor fallecido, ya que pasan por una situación econó
mica afligente
1
.
2. Carácter de la enumeración
La enumeración dispuesta en el artículo 800 es taxativa
2
. Lo esta
blecido en el artículo 800 resulta solamente ejemplificativo, pudién
doselo extender a otros casos .
1
CNCiv., sala C, J.A. 1952-1-159; Cam. Civ. I
a
, J.A. 40-140.
2
CNCom., L.L. 22-921; CFed. de Buenos Aires, J.A. 51-758.
3
CNCiv., sala A, L.L. 91-474.
TÍTULO XVI I
D E L A N O V A C I Ó N
Art. 801 La novación es la transformación de una obligación en otra.
Concordancias: arts. 724, 802, 815 a 817.
A) Bibliografía especial
MARZORANA, Michele, La novazione nel Diritto Civile italiano, Orazio
Fiorenza, Palermo, 1927, p. 8; PASSI LAN ZA, Miguel Ángel y CH OCLIN,
Sergio Edgardo, Acerca de la vigencia de la novación, en L.L. 135-711
y ss., N° II1-VI; SANCHO REBULLIDA, Francisco,
La novación de las
obligaciones, Nauta, Barcelona, 1963.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Concepto. 2. Clases de novación. 3. Elementos.
1. Concepto
Hay novación cuando acreedor y deudor dan por extinguida una
obligación pendiente y convienen en sustituirla por una nueva obliga
ción. Esta nueva obligación nacida de la novación es la condición de la
extinción de la anterior. La extinción de la obligación primitiva no sólo
es el efecto, sino también la causa de la nueva obligación; la caracterís
tica de esta unidad compleja "creación-extinción" es, dice Sancho Re
bullida, la mutua interdependencia causal: se extingue la obligación
primitiva porque nace otra nueva; nace una obligación nueva para extin
guir la anterior y ocupar su sitio. El Código la define como la transfor
mación de una obligación en otra; esa definición es exacta sólo desde el
punto de vista económico, pues desde el ángulo juríd ico no hay transfor-
VALERIA MORENO
Cazeaux-Trigo Represas, Colmo, Llambías, De G ásperi-Morello).
2. Clases de novación
Hay dos especies o clases de novación:
- La objetiva, en la cual cam bia el objeto o la causa de la obligación
primitiva. Hay cambio de objeto cuando las partes deciden sus
tituir la prestación que debía satisfacer el deudor por otra distinta;
hay cambio de causa cuando las partes deciden innovar con res
pecto al título de la obligación.
- La subjetiva cuando proviene de un cambio en la persona del
acreedor o deudor, que produce la extinción de la obligación
primitiva (Llambías, Salvat-Galli, Cazeaux-Trigo Represas, Bor
da).
3. Elementos
Son elementos necesarios para la novación:
a) Preexistencia de una obligación. Si no mediara entre las partes
una relación creditoria, con eficacia jurídica, sería imposible novar.
Tal es la doctrina del Código, aunque haya sido formulada en términos
poco precisos (Lafaille, Colmo, Rezzónico).
Si la obligación anterior es nula, no puede producir ningún efecto
y, por lo tanto, no es posible que sea novada. El Codificador, en la
nota al artículo 802, dice que una obligación anulable (quizá pretendió
decir de nulidad relativa), susceptible de confirmación, puede ser trans
formada en una válida. La nueva obligación obra como un supuesto
de acto de confirmación tácito de la anterior relación ineficaz relativa.
Cuando la primera obligación está sometida a una condición, sea sus
pensiva o resolutoria, habrá que estar a los efectos de la misma. Si
se frustra la condición suspensiva o se cumple la resolutoria, no es
posible que la obligación sea novada (Compagnucci, Borda, Salvat-G a
lli,
Machado, De Gásperi-Morello, Llambías, Segovia).
b) Extinción de la misma. Tal categoría envuelve en primer término
la extinción de un derecho creditorio, el cual debe quedar irremisible
mente sin efecto.
Art. 801
c) Nacimiento de una nueva. No se produce esta situación jurídica
si al propio tiempo no surge otro nexo obligatorio, y así como es
indispensable la validez de la preexistente, no lo es menos la eficacia
de la llamada a sustituirla (LafaiUe). La nueva obligación debe ser
válida. En caso contrario, si adolece de nulidad absoluta no habrá
novación. Cuando la nulidad es relativa, la novación podría sobrevenir
como consecuencia de la confirmación posterior de la obligación vi
ciada (Alterini-Ameal-López Cabana, Salvat-Gallí, De Gásperi-Mo-
rello, Cazeux-Trigo Represas, Borda).
d) Animus novandi . Se ha denominado animus novandi a la in
tención de los agentes para producir novación, es decir, para que el
vetus sea extinguido mientras se lo sustituye por el novum (Boffi
Boggero).
Esta intención debe ser clara, no dudosa, por cuanto desde el punto
de vista del acreedor la novación importa la renuncia a la obligación
primigenia y la voluntad de renunciar no sólo no se presume, sino
que la interpretación de los hechos tendiente a establecerla debe ser
restrictiva. Tampoco cabe presumir la voluntad de contraer una nueva
obligación con relación al deudor. Ante la duda, debe concluirse que
no existió novación. De lo dicho no debe inferirse que la novación
es un acto jurídico formal; todo lo que se exige es que la intención
sea clara. De ahí que el animus novandi puede manifestarse expresa
o tácitamente (Cazeaux-Trigo Represas).
e) Capacidad para ambos fines (extinguir y crear). Pueden novar
todas las personas capaces de contratar, que no sean incapaces de
hecho o de derecho conforme a lo dispuesto por el artículo 1160 del
Código Civil (Cazeaux-Trigo Represas). Este tema será tratado con
mayor amplitud en el comentario al artículo 805.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1.
Novación. C oncepto. 2. Casos que no importan novación. 3. M anifestación
tácita del
animus novandi.
1. Novación. Concepto
La novación es el cambio de una obligación que se extingue
VALERIA MORENO
por otra nueva destinada a reemplazarla, que difiere de la primera
por algún elemento nuevo'.
La novación implica un acto jurídico bilateral. Lo expuesto conduce
a la conclusión de que no reúne tal carácter el instrumento que úni
camente emana de los deudores principales y sus avalistas, pues cons
tituye sólo un acto unilateral en los términos del artículo 946 del
Código Civil
2
Para que exista novación es indispensable que el cambio recaiga
sobre elementos esenciales y no sobre estipulaciones accesorias de la
obligación
3
.
La novación es la mutación de una obligación que se extingue por
otra nueva destinada a reemplazarla y que difiere de la anterior por
algún elemento reciente y diferente
4
.
2. Casos que no importan novación
Ni la condena judicial ni el plazo otorgado para su cumplimiento
importan novación
5
.
El reconocimiento no opera la novación de la deuda que continúa
sometida al mismo término de prescripción
6
.
Es inexistente la novación de deuda cuando se trata de una refi
nanciación, donde no se cambia el título ni las partes y solamente se
reajustan cuotas y sus montos de pago
7
.
3. Manifestación tácita del animus novandi
Si la aseguradora recibió sin reserva alguna las irregulares remesas
efectuadas por el asegurado, ello genera la presunción de que se mo
dificó la forma originaria de liquidación del premio, importando una
novación parcial del régimen de pagos, aun cuando no fuera instru-
1
C r C C de Mar de Plata, sala II, causa 92.403, 1-12-94, RSI 896-94-1, 1-12-94;
causa 103.707, RSI 1122-97-1, 23-9-97.
2
CNCom., sala E, 5-3-96, L.L. 1996-E-261; DJ. 1996-2-1303.
3
CC de Tandil, 20-9-90, causa 9668, RSD 19-91.
4
CC de Quilmes, sala I, 30-6-98, causa 1718, RSD 32-98.
5
SCBA, 7-8-90, Ac. 42.440, DJBA 1991-140-84, AS 1990-11-808.
6
CC de Tandil, 20-9-90, causa 9668, RSD 19-91.
7
CCCom.CAdm. de San Francisco, L.L.C. 2000-1464.
Arts.
802 - 803
mentada de manera idónea, pues para la transformación de una obli
gación por otra (art. 801, Cód. Civ.) no se requiere solemnidad alguna,
pudiendo manifestarse la intención de hacerlo en forma tácita
8
.
Art. 802 La novación supone una obligación anterior que le sirve de
causa. Si la obligación anterior fuese nula, o se hallaba ya
extinguida el día que la posterior fue contraída, no habrá no
Concordancias:
arts. 499, 793, 807, 808, 2057, 2058.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Novación anterior nula.
1. Novación anterior nula
La novación supone siempre una obligación anterior que le sirve
de causa. Cuando esta disposición habla de obligación nula se refiere
a las que adolecen de nulidad absoluta, las que no son confirmables.
Pero si la obligación anterior estuviera viciada de una nulidad sim
plemente relativa, es claro que la novación hecha después de cesar el
vicio que invalidaba el acto y por quien tenía interés en la nulidad,
tiene efectos confirmatorios. La novación es, por consiguiente, válida
(Borda, Salvat-Galli, De Gásperi-Morello, Llambías, Cazeaux-Trigo
Represas).
Art. 803 La novación extingue la obligación principal con sus acceso
rios, y las obligaciones accesorias. El acreedor sin embargo
privilegios e hipotecas del antiguo crédito, que entonces pasan
8
CNCiv., sala B, 25-3-2002, J.A. 2002-11-805.
VALERIA MORENO
a la nueva. Esta reserva no exige la intervención de la perso
na respecto de la cual es hecha.
Concordancias: arts. 524, 525, 724, 801, 802, 816, 2047, 3190, 3935.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
SUMARIO: 1. Extinción de la obligación principal y de los accesorios. 2. Excepciones. 3.
El acto de reserva del acreedor.
1. Extinción de la obligación principal y de los accesorios
Los "accesorios" de la obligación principal comprenden los privi
legios u otras garantías que aseguran el crédito principal, los intereses
adeudados, etcétera; así como las obligaciones accesorias: las que de
rivan de la fianza o de la cláusula penal, etcétera. Como consecuencia
de la extinción de la obligación principal, se extinguen los accesorios,
lo que no es más que la aplicación del principio sustentado en el
artículo 525, que liga la suerte de la obligación accesoria a la principal
de la cual depende.
2. Excepciones
Sin embargo, existen dos excepciones donde la extinción no se
produce definitivamente: el primer caso se da cuando la nueva obli
gación está supeditada al cumplimiento de una condición suspensiva
o resolutoria y aquélla falta o ésta se cumple, supuesto contemplado
en el artículo 807. La segunda hipótesis se presenta en la novación
por cambio de deudor, cuando el nuevo obligado fuese insolvente al
tiempo de concretarse la novación, supuesto previsto en el artícu
lo 816. Para que se regenere el derecho creditorio contra el primer
deudor se requiere la insolvencia anterior del nuevo obligado y la
ignorancia del acreedor respecto a esa situación (Cazeaux-Trigo Re
presas).
Art. 804
3.
El acto de reserva del acreedor
En la segunda parte del artículo se establece una excepción al
principio general de los efectos extintivos de la novación. El acto de
reserva que haga el acreedor debe ser expreso, pero no exige una
declaración solemne, basta con una manifestación de voluntad ine
quívoca en cualquiera de las formas previstas en el artículo 917. La
reserva debe ser hecha con anterioridad o en el acto mismo de la
novación.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Extinción de la fianza .
1. Extinción de la fianza
La novación que se pacte entre deudor y acreedor, en cuya virtud
se extinga la obligación principal, determina al mismo tiempo la ex
tinción de la obligación al fiador, el que no puede ser considerado
garante de la nueva obligación nacida del contrato novatorio'.
Art. 804 El acreedor no puede reservarse el derecho de prenda o hi
poteca de la obligación extinguida, si los bienes hipotecados o
empeñados pertenecieren a terceros que no hubiesen tenido
parte en la novación.
Concordancias:
arts. 503, 2047, 3119, 3221.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Novación de una obligación garantida con prenda, hipoteca o fianza.
1
C l
a
CC de Mar del Plata, sala I, 28-3-96, causa 95.129, RSI 184-96-1.
VALERIA MORENO
1. Novación de una obligación garantida
con prenda, hipoteca o fianza
Cuando terceras personas hubieren constituido prenda, hipoteca o
fianzas, garantiendo la obligación, si ésta fuere novada sin su consen
timiento o aceptación, aunque el acreedor se hubiera reservado expre
samente las garantías de la primera, quedarían extinguidas, no sólo
porque la primera obligación garantida ha desaparecido, sino porque
no puede hacerse alteración alguna sin su consentimiento. En una obli
gación en que han intervenido terceros, garantiéndola, deben tener
participación en cualquier modificación fundamental que se opere (Ma
chado, Salvat-Galli).
Art. 805 Sólo pueden hacer novación en las obligaciones, los que pueden
pagar y los que tienen capacidad para contratar.
Concordancias:
arts. 54, 55, 135, 726, 1040, 1160.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Capacidad para novar.
1. Capacidad para novar
El legislador parece haber querido amalgamar dos sistemas: el del
Derecho Romano, que exigía para la novación la capacidad necesaria
para el pago, y el del Derecho francés, que exige la capacidad para
contratar. En los términos poco precisos del artículo, lo que el legislador
ha querido es exigir la capacidad para celebrar contratos, lo cual se
explica perfectamente, puesto que la novación reposa, en definitiva,
en un acuerdo de voluntades de las partes que la realizan destinado
a reglar sus derechos, es decir, sobre un contrato en toda la acepción
de la palabra (art. 1137). La capacidad para pagar queda absorbida
por la capacidad de contratar que es más estricta o rigurosa (Salvat).
Art. 806
Art. 806 El representante del acreedor no puede hacer novación de la
obligación, si no tuviere poderes especiales.
Concordancias:
arts. 782, 1881 -inc. 2
o
-, 1888, 2905.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Novación por representante.
1. Novación por representante
La novación puede ser realizada por representantes, sean necesarios
o voluntarios. Se requiere un poder especial, ya que el acto excede
los límites de una mera administración. Pero debe observarse que el
principio enunciado se aplica únicamente cuando se trata de obliga
ciones ya existentes al tiempo del mandato (art. 1881, inc. 2
o
), es decir
anteriores a él. Cuando por el contrario, se trata de obligaciones con
traídas por el propio mandatario en desempeño de su mandato, la
novación puede hacerse sin necesidad de poderes especiales.
Las reglas sobre capacidad para novar se aplican a ambos otor
gantes. No hay, pues, razón para limitar la solución del problema a
la situación del acreedor (Salvat).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Poder especial para novar.
1. Poder especial para novar
Las reglas aplicables al mandato entre cónyuges, en actos de dis
posición, son idénticas a las que rigen entre extraños, porque lo que
el artículo 1276 dispone respecto del mandato entre cónyuges no altera
las disposiciones generales aplicables -salvo en cuanto a la obligación
de rendir cuentas- al contrato de mandato. Por consiguiente, como la
novación es un medio de extinción de las obligaciones (arts. 801 y
803, Cód. Civ.), y se necesita un poder especial para novar por cuenta
VALERIA MORENO
ajena (arts. 806 y 1881, inc. 2
o
, Cód. Civ.), queda descartada la po
sibilidad de que el marido, mediante la existencia de un mandato tácito,
se encontrara facultado para novar lo primigeniamente pactado, ya
que tal acto no puede considerarse comprendido en los de adminis
tración (art. 1276, in fine, y 1888, Cód. Civ.)
1
.
Art. 807 Cuando una obligación pura se convierta en otra obligación
condicional, no habrá novación, si llega a faltar la condición
puesta en la segunda, y quedará subsistente la primera.
Concordancias:
arts. 548, 808.
Art. 808 Ta m poc o habrá nov ación , s i la obl igación condic iona l se con
vierte en pura, y faltase la condición de la primera.
Concordancias: arts. 802, 807.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligación condicional en la novación. 2. Obligación anterior pura y
simple. Obligación condicional nueva. 3. Obligación anterior condicional. Obliga
ción nueva pura y simple.
1. Obligación condicional en la novación
Vélez dice en la nota común a estas normas: "La razón en el caso
de los dos artículos es que no existiendo la condición, no hay más
que una obligación, y toda novación requiere esencialmente dos obli
gaciones". Aludiendo a la condición suspensiva, si ella faltase, esta
ríamos ante lo dispuesto en el artículo 548, en el sentido de que la
obligación es considerada como si nunca se hubiera formado (Boffi
Boggero).
La doctrina discrepa acerca de si la norma se extiende o no a los
casos de condición resolutoria. La mayoría se inclina por la afirmativa.
1
C2
a
CC de La Plata, sala I, 24-8-98, causa 88.664, RSD 201-98.
Art. 808
En ese sentido, entiende Llerena: los términos de estos artículos au
torizan a interpretar que se habla de obligación condicional sin limi
tación a una determinada clase de condición, y no hay razón alguna
para limitarlo a la suspensiva.
2. Obligación anterior pura y simple.
Obligación condicional nueva
De la doctrina del artículo 807 bien puede extraerse esta conclusión:
cuando una obligación pura y simple se sustituye por una obligación
condicional, el cumplimiento de la condición se incorpora al acuerdo
novatorio, de modo que, no sucedida la condición suspensiva o pro
ducida la condición resolutoria, se priva de eficacia al acuerdo nova-
torio, subsistiendo en consecuencia la obligación originaria.
3.
Obligación anterior condicional.
Ob ligación nueva pura y simple
En el caso inverso, del cual se ocupa el artículo 808, si se sustituyó
una obligación condicional por una obligación pura y simple, y la
condición suspensiva a que se subordinó el derecho del acreedor no
acaece, o la condición resolutoria a que se subordinó la resolución de
los derechos adquiridos por el acreedor se cumple, la ineficacia de la
obligación original priva a la novación de uno de sus presupuestos.
En ambos casos el efecto es retroactivo al tiempo en que la primigenia
obligación se contrajo y ha de reputarse que faltó la base del acuerdo
novatorio mismo (Belluscio).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Condición resolutoria.
1. Condición resolutoria
Hay novación de la deuda primitiva si el acreedor concede una quita
obligándose el deudor a satisfacer el saldo en cuotas periódicas bajo
pena de quedar restablecido el importe inicial si no se da cum plim iento '.
1
CFed., J.A. 1942-IV-332.
VALERIA MORENO
Art. 809 La novación entre uno de los acreedores solidarios y el deudor,
extingue la obligación de éste para con los otros acreedores.
arts. 707, 715, 731 -inc.
Art. 810 La novación entre el acreedor y uno de los deudores por obli
gaciones solidarias o indivisibles, extingue la obligación de los
otros codeudores.
Concordancias: arts. 707, 830.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Obligaciones solidarias. 2. Obligaciones indivisibles.
1. Obligaciones solidarias
En ambos artículos se contempla el efecto extintivo de la novación
en las obligaciones solidarias. Si el acreedor es singular y hay codeu
dores solidarios, la novación concluida por aquél con cualquiera de
éstos extingue la obligación respecto de los demás deudores (art. 810).
Si existen acreedores solidarios y deudor singular, la novación realizada
entre un coacreedor y el deudor extingue la obligación para los otros
acreedores (art. 809). En el caso de coacreedores solidarios y codeu
codeudor extingue la obligación respecto de los demás coacreedores
y codeudores.
2. Obligaciones indivisibles
A diferencia de las obligaciones solidarias, en las indivisibles los
efectos de la novación varían según que el acreedor sea singular o plural.
Cuando hay un solo acreedor y varios deudores, la novación con
cluida con alguno de los codeudores extingue la obligación para todos.
Los efectos de la novación asimilados al pago se producen sin limi
taciones.
Art. 811
Si existen varios acreedores y un solo deudor, la novación celebrada
por un coacreedor con el deudor no afecta el derecho de los demás
coacreedores. Cada coacreedor no es dueño de extinguir el crédito
transformándolo, puesto que sólo es titular de una cuota parte. La
concentración en cada coacreedor del derecho a recibir el cumpli
miento íntegro de la prestación, no se vincula en forma necesaria a
la posibilidad de sustituirla por otra, ni se extiende a la facultad de
extinguir la obligación de otra manera que no sea el pago efectivo
(Salvat).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Efectos de la novación en las obligaciones solidarias.
1. Efectos de la novación en las obligaciones solidarias
Si el acreedor de una obligación solidaria, sin intervención de
todos los deudores, prorrogó la obligación más allá del plazo con
tractual y modificó de común acuerdo con otros codeudores solidarios
elementos esenciales de la obligación, ello importa lisa y llanamente
una novación de la obligación primitiva, es decir, un cambio o sus
titución de ella con su consiguiente extinción y el nacimiento de otra
nueva
1
.
Art. 811 La novación entre el acreedor y los fiadores, extingue la obli
gación del deudor principal.
Concordancias: arts. 525, 803, 804, 2047.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Efectos para el fiador de la novación entre deudor y acreedor. 2. Efectos
para el deudor de la novación entre acreedor y fiador.
1
CCC de Santa Fe, sala I, 6-8-92, J. 90-112.
VALERIA MORENO
1. Efectos para el fiador de la novación
entre deudor y acreedor
De conformidad a lo dispuesto en el artículo 2047, la novación
entre deudor y acreedor extingue la obligación del fiador, aun en el
caso de mediar reserva en contrario por parte del acreedor.
2. Efectos para el deudor de la novación
entre acreedor y fiador
Nuestro Código en el artículo 811 establece el mismo principio
opuesto, introduciendo así una excepción a la regla general establecida
en el artículo 525, en el sentido de que
la extinción de la obligación
accesoria no envuelve la de la obligación principal. La explicación
al artículo 811 la da el propio Vélez en su nota al citado artículo, y
es que los fiadores pueden pagar por el deudor (Cazeaux, Trigo Re
presas).
El artículo 811 está tomado de Freitas y no es corriente en la
legislación, pero no podrían ser otros los efectos que los que establece
la disposición, en los casos de fiadores que, en su calidad de terceros
interesados en el pago, extinguen la obligación con el acreedor. Su
obligación no era otra que la contraída por el deudor principal. La
extinción tiene, necesariamente, que liberar al verdadero deudor. La
novación entre acreedor y fiador participa de la novación objetiva y
de la subjetiva, configurando una forma de expromisión (Salvat, Llam-
bías, Cazeaux-Trigo Represas).
Art. 812 La novación no se presume. Es preciso que la voluntad de las
partes se manifieste claramente en la nueva convención, o que
la existencia de la anterior obligación sea incompatible con la
nueva. Las estipulaciones y alteraciones en la primitiva obli
gación que no hagan al objeto principal, o a su causa, como
respecto al tiempo, lugar o modo de cumplimiento, serán con
sideradas como que sólo modifican la obligación, pero no que
la extinguen.
Concordancias:
arts. 874, 1483, 2046.
Art. 812
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Animu s no vandi. 2. Novación objetiva. 3. Casos de novación por cambio
de objeto. 4. Casos de novación por cam bio de causa. 5. Alteraciones de importancia.
6. Novación por modificaciones sustanciales al vinculo. 7. Novación por incompa
tibilidad entre la obligación anterior y la nueva. 8. Cambios que no producen
novación.
1. 'Animus novandi
En el Derecho m oderno el animus novandi es fundamental para ori
ginar una nueva obligación en sustitución de la primitiva. A falta de esa
intención, o en la duda de que ella exista, ha de concluirse que no hay
novación. Es lo que expresa el artículo 812, primera y segunda partes.
Es de notar que no se requiere una manifestación expresa, sino
una voluntad inequívoca, por lo que basta que se insinúe la duda para
que no haya novación, debiendo entenderse que subsisten ambas obli
gaciones (Llambías, Salvat-Galli, Borda y Cazeaux-Trigo Represas).
2. Novación objetiva
La tercera parte del artículo refiere a la novación objetiva, es decir,
aquella que se relaciona con los elementos objetivos de la obligación:
es necesario que el cambio recaiga sobre alguno de los elementos
esenciales de ella. Si por el contrario, el cambio recae sobre elementos
de carácter accesorio o que no afecten ni modifiquen sustancialmente
el vínculo jurídico, la novación no existirá (Salvat).
La sustitución del objeto o de la causa que el artículo 812 enumera
no ofrece dificultades. El cambio de la prestación debida evidencia
que se trata de una nueva obligación. Igual ocurre con la causa, en
tendida en el concepto del artículo 499 como fuente creadora de obli
gaciones.
3. Casos de novación por cam bio de objeto
Cuando la obligación de pagar una suma de dinero es sustituida
VALERIA MORENO
por la de dar una cosa; la de hacer se convierte en la de dar una
suma de dinero; la de dar una cosa cierta es sustituida por otra cosa
cierta.
4. Casos de novación por cambio de causa
La suma percibida en calidad de mandatario continúa en poder de
éste como mutuo; la compraventa que sirve de fuente a la obligación
de dar es sustituida por una permuta; la obligación de pagar el precio
de la locación de servicios se transforma en la de restituir por depósito;
la obligación de pagar intereses se sustituye por la de restituir un
mutuo (Trigo Represas y Salas).
5. Alteraciones de importancia
Existen supuestos que importan novación y no afectan el objeto o
la causa. Se los indica como cambio de trascendencia o alteraciones
de importancia. Ello indica que no todos los cambios operan nova
ción, sino tan sólo aquellos en los que su inclusión permite configurar
una relación obligacional jurídicamente distinta de la que se modifica
(Salvat).
6. Novación por modificaciones sustanciales al vínculo
Cuando a una obligación simplemente mancomunada se la hace
solidaria; a una obligación pura y simple se le agrega una condición;
a una obligación comercial se la transforma en una civil (Trigo Represas
y Salas).
7. Novación por incompatibilidad entre
la obligación anterior y la nueva
Cuando entre las mismas partes se celebra una nueva promesa de
venta sobre el mismo inmueble, sin hacer ninguna referencia a la
anterior, en la cual se modifican las obligaciones que en la primitiva
habían asumido los contratantes; cuando se celebra un nuevo contrato
de locación sobre el mismo inmueble en virtud del cual se incorpora
un nuevo sujeto que también adquiere la calidad de locatario, quedando
éste y el anterior como coinquilinos (Trigo Represas y Salas).
Art. 812
8. Cam bios que no producen novación
Las modificaciones del plazo de la obligación o del lugar de cum
plimiento; la agregación o supresión de garantías; la adición de cargos
simples; la modificación en el monto de la obligación, salvo que tenga
una entidad muy importante que haga incompatible una relación con
respecto a la anterior; el reconocimiento de la obligación; el pago
parcial; la contabilización de un crédito en una cuenta simple o de
gestión; la litis contestatio y la sentencia.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Incompatibilidad entre las obligaciones. 2.
Animus novandi.
3. Aum ento o
reducción de alquileres. 4. Convenio de desocupación. 5. Alteraciones de tiempo,
lugar y modo de cumplimiento. 6. Modificaciones en el monto de la deuda. 7.
Cambio de prestación. 8. Alteración de plazo, agregación o supresión de garantías.
9. El reconocimiento de la obligación, el pago parcial, la contabilización de un
crédito en cuenta simple o de gestión, la litis
contestatio
y la sentencia. 10. Novación
por cambio de objeto. 11. Novación por cambio de causa. 12. Novación por
modificaciones sustanciales al vínculo.
1. Incompatibilidad entre las obligaciones
Conforme al artículo 812 del Código Civil la novación no se pre
sume y es necesario que la voluntad de las partes se manifieste cla
ramente en la nueva convención o que la existencia de la anterior
obligación sea incompatible con la nueva
1
.
Hay novación por incompatibilidad entre la obligación anterior y
la nueva cuando entre las mismas partes se celebra una nueva promesa
de venta sobre el mismo inmueble sin hacer referencia a la anterior,
y en la que se modifican las obligaciones de la primitiva obligación .
2. 'Animus novandi
Un requisito esencial para que se produzca la novación de una
obligación en otra es el animus novandi, o sea la voluntad de susti-
1
CNCom., sala A, 16-2-82, E.D. 100-174; CNCiv., sala A, 2-6-96, D.J. 1996-
2-944; Cám. Civ. Fed., L.L. 103-799 (S-7145); CNCiv., sala C, L.L. 131-548; id.,
sala E, J.A. 1962-IV-84; sala C, J.A. 23-379.
2
CNCiv., sala F, L.L. 131-736.
VALERIA MORENO
tución. A falta de esa intención no quedará extinguida la primitiva
obligación, sino que habrá acumulado a ella una segunda obligación,
que hará nacer un nuevo vínculo jurídico entre las partes sin desapa
rición del primero; en definitiva, la intención de novar debe ser indu
dable
3
.
3. Aum ento o reducción de alquileres
El aumento o reducción de alquileres no causa novación si no
cambian las demás condiciones de la locación. Ello así pues la novación
objetiva que no se presume, además del animus novandi, requiere una
diferencia en el objeto principal de la obligación y no en circunstancias
concernientes al tiempo, lugar o modo de cumplimiento, de forma tal
que el cambio en la prestación debe ser sustancial y no versar sobre
aspectos accidentales o secundarios de la misma
4
.
4. Convenio de desocupación
Un convenio de desocupación en la locación no necesariamente
implica la novación del contrato de locación, pues la novación objetiva
no se presume y requiere una modificación en el objeto principal de
ambas obligaciones y no en circunstancias concernientes al tiempo,
lugar o modo de cumplimiento
5
.
5. Alteraciones de tiempo, lugar y modo de cumplimiento
Si los suscriptores del convenio obrante en autos, realizaron alte
raciones que no hacen a lo principal del objeto, sino que se refirieron
al tiempo, lugar y modo de cumplimiento, queda evidenciada una ex
plícita voluntad conciliatoria que descarta cualquier animus novandi.
Es decir, que si la obligación primitiva continuaba subsistiendo, no
hay novación, porque aquélla existe sólo cuando sobreviene un cambio
de causa
6
.
El artículo 812 es de meridiana claridad y la doctrina se ha pro-
3
CNCiv., sala A, L.L. 1990-A-267; CCCGar.Pen. de Zarate, LLBA 2000-953.
4
CNCiv., sala I, 31-10-96, J.A. 1998-1-435.
5
CNCiv., sala I, 17-10-96, L.L. 1997-F-207.
6
CNCiv., sala A, 26-5-98, E.D. 180-196.
Art. 812
nunciado en el sentido de que los cambios relacionados con el tiempo
de cumplimiento de la obligación (ej., prórroga de la obligación) no
producen novación
7
.
Las especificaciones concernientes al modo de cumplimiento de
un contrato, en principio, no significan alteración del objeto debido,
y en tal sentido el fraccionamiento de una deuda mediante la aceptación
de un pago parcial y el convenio sobre el tipo de cambio respecto a
una deuda en moneda extranjera, no causa novación de la obligación
original
8
.
6. Modificaciones en el monto de la deuda
Las modificaciones del monto de la deuda no significan una alte
ración del carácter o calidad esencial de ésta, sino sólo el aspecto
cuantitativo y, por lo tanto, no implican novación
9
.
7. Cam bio de prestación
La mutación de un objeto por otro de la obligación constituye
novación, pues no puede encontrarse un cambio más sustancial en la
obligación
10
.
8. Alteración de plazo, agregación o supresión de garantías
Se ha resuelto que no importan novación".
9. El reconocimiento de la obligación, el pago parcial,
la contabilización de un crédito en cuenta simple
o de gestión, la litis contestado 'y la sentencia
Se ha resuelto que carecen de efectos novatorios de la obligación
12
.
7
CCC de Córdoba, L.L.C. 1990-882.
8
CNCom., sala B, L.L. 1990-C-465.
9
CNCiv., sala C, L.L. 1992-B-575.
10
CNCom., sala A, E.D. 85-800.
11
Cám. Civ. I
a
, J.A.
60-461;
Cám. Civ. 2
a
, J.A. 71-569; CNCiv., sala F, L.L.
132-902.
12
SCBA, J.A. 1944-11-31; Cám. Com., J.A. 1943-III-891; Cám. I
a
de La Plata,
J.A. 1960-11-619.
VALERIA MORENO
10. Novación por cambio de objeto
Cuando la obligación de pagar una suma de dinero es sustituida
por la de dar una cosa
13
; o la de hacer se convierte en la de dar una
suma de dinero
14
.
11. Novación por cambio de causa
La suma percibida como mandatario continúa en poder de éste
como mutuo
15
; la compraventa es sustituida por una permuta
16
.
12. Novación por modificaciones sustanciales al vínculo
Ocurre cuando una obligación simplemente mancomunada se trans
forma en solidaria
17
; a una obligación comercial se la transforma en
civil
18
.
Art. 813 Si el acreedor que tiene alguna garantía particu lar o privilegio
en seguridad de su crédito, aceptase de su deudor billetes sus
criptos en pago de la deuda, no hace novación de la primera
obligación, si la causa de la deuda fuese la misma en una y
otra obligación.
Concordancias:
arts. 2057, 2059, 3202.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 801.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Acreedor que acepta documentos a la orden suscriptos por el deudor. 2.
Innecesariedad de garantía o privilegio. 3. Prescripción.
13
Cám. Com., J.A. 23-379.
14
Cám. Civ. 2
a
, J.A. 35-674.
15
SCBA, AS 5-VII-171.
16
S.C. de Tucumán, RLJ 4-332.
17
Cám. Com., J.A. 1952-III-395.
18
Cám. Civ. 2
a
, J.A. 74-551.
Art. 813
1. Acreedor que acepta documentos
a la orden suscriptos por el deudor
La circunstancia de que el acreedor haya aceptado documentos a
la orden suscritos por el deudor (cheques, pagarés, etc.) referentes a
una deuda que ya existía, no importa novación, siempre que de la
conducta de las partes no se desprenda otra cosa (Trigo Represas-Salas,
Salvat-Galli, Colmo y Lafaille).
No es necesario suponer que las partes han tenido una voluntad
de novar, evidentemente ausente cuando hay una causa única que
respalda la obligación de pagar el precio de compra y la obligación
de satisfacer a su vencimiento los pagarés suscriptos (Llambías).
2. Innecesariedad de garantía o privilegio
Se ha observado, con razón, que para el funcionamiento del ar
tículo 813 no es indispensable que el acreedor que acepta documentos
en pago de la deuda tenga alguna garantía particular o privilegio en
seguridad de su crédito, como reza el precepto. Ésa es una frase
explicativa que apunta a la hipótesis en que hay mayor interés en
destacar la ausencia de novación, pero no significa erigir esa posi
bilidad en presupuesto necesario de la solución allí prevista. Cual
quiera sea el carácter del crédito, privilegiado o quirografario, igual
mente perdura pese a la recepción de billetes en pago por parte
del acreedor, si la causa fuere la misma en una u otra obligación
(Llambías).
3. Prescripción
Como corolario de este principio, se ha resuelto que la prescripción
de la acción cambiaría no afecta la acción causal que sirvió de base
a la emisión del documento (Trigo Represas-Salas).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Recibo de cheque. 2. Otorgamiento de pagaré o cheque. 3. Emisión de
pagaré. 4. Aplicación a créditos comunes o quirografarios.
VALERIA MORENO
1. Recibo de cheque
Ni la remisión ni el recibo de los cheques de la deudora y su
depósito en la cuenta del acreedor producen por regla novación de la
obligación originaria
1
.
2. Otorgamiento de pagaré o cheque
El otorgamiento de pagaré o cheque no produce novación, a menos
que se haga constar expresamente en el recibo; es que la entrega de
cheques y su aceptación por el acreedor constituye una forma de pago
sujeta a la condición de que el banco girado lo haga efectivo; si por
cualquier circunstancia no lo hiciera, la obligación originaria perma
nece incólume
2
.
3.
Em isión de pagaré
La novación de una deuda en razón de la emisión de pagaré no
se presume, subsiste la obligación anterior, salvo prueba contraria feha
ciente de esa sustitución. Así es preciso que aparezca claro el animus
novandi de los litigantes
3
.
4. Aplicación a créditos comunes o quirografarios
El precepto establecido en el artículo 813 es aplicable no sólo en
caso de que el crédito tenga garantías o goce de privilegios, sino que
merece aplicación aun en créditos comunes
4
.
Art. 814 La delegación por la que un deudor da a otro que se obliga
hacia el acreedor, no produce novación, si el acreedor no ha
declarado expresamente su voluntad de exonerar al deudor
primitivo.
Concordancias:
arts. 1596, 1742.
1
SCBA, 8-2-83, DJBA 125-195; CNCiv., sala A, E.D. 56-287; id., L.L. 103-309,
JA. 1961-III-655; C2
a
CC de La Plata, sala II, L.L. 112-784.
2
C2
a
CC de La Plata, sala I, 5-10-95, causa B-80677, RSD 254-95-S.
3
CNCom., sala C, 27-9-96, L.L. 1997-B-163.
4
CNCiv., sala A, JA. 1987-IV-581.
Art. 814
A) Bibliografía especial
G O L D E N B E R G , I s i d o r o ,
Delegación perfecta e imperfecta,
en
Enciclopedia
Jurídica Omeba,
vol . VI , ps . 165/168, N° IV y V; LLAMBÍAS, Jorge
Joaqu ín , Novación subjetiva, en E. D. 49-8 58/8 59, N° XI.
B ) D o c t r i n a
SUMARIO: 1. N ovación subjetiva por cambio de deudor. Delegación. Sujetos. 2. Delega
ción perfecta. 3 . Delegación imperfecta.
1. Novación subjetiva por cambio
de
deudor.
Delegación. Sujetos
En este caso, el obligado y el tercero celebran una convención, a
fin de que éste se haga cargo de la deuda. Para exonerar al primitivo
deudor, debe recabarse el beneplácito del acreedor. Cuando éste no se
produce en la forma que la ley exige, el primitivo responsable continúa
en tal situación, sin perjuicio de que haya un segundo deudor. De esta
manera se caracteriza la "delegación perfecta" en una hipótesis, y la
"imperfecta" en la otra (Lafaille, De Gásperi-Morello, Cazeaux-Trigo
Represas y Salvat-Galli).
Cuadra decir que para una, lo mismo que para la otra, se da el
nombre de "delegante" al primitivo responsable de la prestación; "de
legado" al nuevo, y "delegatario" al titular del crédito.
2. Delegación perfecta
Bajo su forma perfecta, la delegación nova de una manera com
pleta, puesto que pone fin al primer nexo creditorio y constituye
uno distinto. Cesa toda responsabilidad para el primer deudor. La
liberación de la persona originariamente responsable no puede ser
tácita; de suerte que este aspecto es más riguroso que el examinado
en la novación objetiva que admite la incompatibilidad (art. 812)
(Lafaille).
Para que la delegación se considere como novación, es condición
esencial que el deudor sea exonerado definitivamente de su obligación
(Machado, Cazeaux-Trigo Represas, Salvat-Galli y Colmo).
V A L E R I A M O R E N O
3. Delegación imperfecta
Dado que en la "delegación imperfecta" falta el acuerdo del acree
dor, subsiste la obligación originaria a la cual se le agrega el nuevo
deudor.
La delegación es una figura jurídica, cuya amplitud se presenta
como considerable, y que bajo uno de sus aspectos engloba la novación
por cambio de acreedor (Lafaille).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Manifestación de voluntad en la delegación. 2. Delegación perfecta. 3.
Delegac ión imperfecta. 4. Voluntad de novar en la novación subjetiva por cam bio de
deudor. 5. Exoneración expresa del delegante.
1. Manifestación de voluntad en la delegación
El artículo 814 del Código Civil requiere una manifestación de
voluntad positiva del acreedor, pues no basta inferir la liberación de
expresiones tácitas. Por ello, la intención liberatoria respecto de la
persona del deudor delegante debe manifestarse verbalmente, por es
crito o por signos inequívocos'.
2. Delegación perfecta
La sustitución de un deudor por otro requiere la expresa declaración
815 del Cód. Civ.), declaración que no se ha acreditado en autos que
fuera formulada, no debiendo olvidarse, por otra parte, que la intención
de renunciar derechos no se presume y que han de interpretarse res
trictivamente los actos de los que pretenda extraerse su prueba
2
.
3. Delegación imperfecta
Se entiende por delegación imperfecta el convenio celebrado en
tre el deudor y un tercero relativo al desplazamiento de una deuda,
sin la conformidad expresa del acreedor a ese respecto. Esa delega-
1
CNCiv., L.L. 1997-C-643
2
j r ins t .CC 4
a
Nom. de Rosario, firme, 26-3-80, Z. 1980-21-348.
Art. 815
ción imperfecta no causa la novación de la deuda primit iva, que sub
siste sin extinguirse frente al acreedor
3
.
4 . Voluntad de novar en la novación
subjetiva por cambio de deudor
La regla im puesta po r el ar t ículo 812 del Có digo C ivil , en el sentido
de que la volun tad de novar debe ser m anifestada claram ente, se acen túa
en la novación subjet iva por cambio de deudor, que presupone una
declaración expresa, aunque no solemne
4
.
5 . Exoneración expresa del delegante
Existe novación subjetiva si la actora se hizo cargo parcialmente
de la obligación al imentaria asumida por su ex cónyuge respecto de
sus hijos menores de edad, extinguiéndose la obligación de éste por
haber mediado cambio de deudor
5
.
Art. 815 Puede hacerse la novación por otro deudor que sustituya al
primero, ignorándolo éste, si el acreedor declara expresamente
que desobliga al deudor precedente, y siempre que el segundo
deudor no adquiera subrogación legal en el crédito.
Concordancias: arts. 727, 728, 868, 1197, 1742 -inc. 3°-; 1792.
A) Bibliografía especial
GOLDENBERG, Isidoro, Expromisión, en Enciclopedia Jurídica Omeba,
vol. XI, p. 639, N° IV-1; LEGÓN, Fernando,
Inaplicabilidad de la ex
promisión que señala el artículo 815 del Código Civil, en J. A. 49-591/592 ,
N° 4.
B) Doctrina
1. Expromisión. Requisitos. 2. Ausencia de subrogación.
3
CNCom., sala A, E.D. 103-332.
4
S.C. de Mendoza, sala I, L.L. 1992-A-77.
5
CNCiv., sala B, L.L. 2000-D-857.
V A L E R I A M O R E N O
1. Expromisión. Requisitos
Es el caso de la "expromisión" de los romanos; cuando una ter
cera persona arregla con el acreedor tomando sobre sí la deuda y
extinguiendo la obligación precedente. Para esta novación no se ne
cesitan sino dos personas, prescindiendo por completo del deudor
originario, y para que tenga lugar es necesario que no haya subro
gación legal, porque entonces no se habría extinguido la primera obli
gación (Machado, Colmo, Lafaille, Salvat-Galli, Cazeaux-Trigo Re
presas).
La novación puede hacerse con asentimiento del deudor, ignorán
dolo, o aun contra su voluntad; en el último caso no habrá más acción
que la de
in rem verso,
por aquello en que le hubiere sido útil.
2. Ausencia de subrogación
Es condición esencial para que opere la novación que el nuevo
deudor no se subrogue en los derechos del acreedor, sin que podamos
aplicar lo dispuesto en el artículo 768 que trata del pago, porque la
novación es una causa de extinción, pero no es el pago mismo. El
artículo sólo habla de la subrogación legal, y debe también comprender
la convencional (Machado).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Exprom isión. Falta de liberación del primitivo deudor.
1. Exprom isión. Falta de liberación
del primitivo deudor
Si no media exoneración del primitivo deudor, la expromisión no
causa su liberación, y sólo produce los mismos efectos que la dele
gación imperfecta, en cuya virtud el acreedor tiene frente a sí dos
deudores distintos: el primitivo y el nuevo'.
Art. 816 La insolvencia del deudor sustituido, no da derecho al acreedor
1
CNCiv., sala C, E.D. 49-741; sala E, L.L. 111-909.
Art. 816
para reclamar la deuda del primer deudor, a no ser que el deu
dor sustituido fuese incapaz ya de contratar por hallarse fal l ido.
Concordancias:
arts. 924, 961, 962, 1476, 1477.
A) Bibliografía especial
La citada en los artículos 814 y 815.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Insolvencia del deudor sustituido. 2. Requisitos para reclamar al deudor
originario. 3. La insolvencia posterior a la novación. 4. La insolvencia anterior a la
novación.
1. Insolvencia del deudor sustituido
Nuestro Código habla en términos generales de la insolvencia del
deudor sustituido, y en consecuencia el derecho de volver contra el
deudor primitivo debe serle reconocido al acreedor, tanto en el caso
de la delegación perfecta como en la expromisión (Salvat).
Es lo que cuadra admitir, no sólo porque el artículo 816 no hace
distinción literal entre la delegación y la expromisión, sino porque
juega en ambas hipótesis el mismo fundamento para anular la novación,
a saber, el error esencial que vicia la voluntad liberatoria del acreedor
(Llambías).
2. Requ isitos para reclam ar al deudor originario
Para regenerar el derecho creditorio contra el deudor originario,
por razón de la insolvencia del nuevo deudor, el artículo 816 exige
que, al realizarse la novación, el nuevo deudor fuese ya incapaz de
contratar por encontrarse fallido. El supuesto se debe extender al caso
de concurso civil (Salvat).
La ley, siguiendo los principios del Derecho francés, distingue la
insolvencia posterior y anterior a la novación.
3. La insolvencia posterior a la novación
Prevalece el principio de la extinción definitiva de la primitiva
VALERIA MORENO
obligación. Aceptado el cambio de deudor y desligando de su obliga
ción al deudor anterior, el acreedor ha pesado bien todas las eventua
lidades y debe soportar las consecuencias de sus propios actos. El
deudor primitivo ha quedado desobligado y ninguna acción puede ejer
cerse contra él.
4.
La insolvencia anterior a la novación
El principio general cede en este caso, la ley acuerda al acreedor
el derecho de reclamar al primitivo deudor el pago de la obligación.
Es necesario que el acreedor haya ignorado el estado de insolvencia
del deudor sustituido: la ley no lo dice expresamente, pero si se de
muestra que el acreedor conocía el estado de insolvencia del deudor
sustituido, y a pesar de ello ha consentido en la novación, él debe
soportar las consecuencias de sus propios actos (art. 903) (C azeaux-Tri-
go Represas, Salvat-Galli, Llambías y De Gásperi-Morello). El dere
cho de reclamar contra el primitivo deudor se funda en que el acreedor
ha sufrido un error (Salvat).
Art. 817 Habrá novación por sustitución de acreedor en el único caso
de haberse hecho con consentimiento del deudor el contrato
entre el acreedor precedente y el que lo sustituye. Si el contrato
fuese hecho sin consentimiento del deudor, no habrá novación,
sino cesión de derechos.
Concordancias:
arts. 769, 1434, 1469, 1474.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 814.
B) Doctrina
SUMARIO:
1.
Novación subjetiva por cambio de acreedor. 2. Diferencias con la cesión de
créditos.
1. Novación subjetiva por cambio de acreedor
La novación no existe sin la extinción de la primitiva obligación
Art. 817
y la creación de una nueva que la reemplaza, y siguiendo este principio,
cuando un acreedor se cambia por otro, para que la novación se opere
es necesario que el primero cancele la deuda y el segundo tome una
nueva por el mismo valor u otro semejante; puede también tener lugar
por un contrato en que el primer acreedor libere a su deudor y éste
se obligue para con el nuevo; en estos casos, aunque en realidad la
primera obligación es la que cambia de persona, siendo siempre la
misma, hay novación, porque extinguiéndose la primera, ha dado na
cimiento a la segunda (Machado).
2. Diferencias con la cesión de créditos
Pero cuando la transferencia del crédito se ha hecho a favor de
otro,
como no se ha extinguido, no hay novación. La delegación ne
cesita del consentimiento del deudor; la cesión se opera, por el con
trario,
sin su consentimiento, y aun cuando se hubieran empleado los
términos de cesión, habiendo concurrido y consentido el deudor es
una delegación. Y esta diferencia es importante, porque en la cesión
el crédito se traspasa con todos sus accesorios, como son las fianzas,
privilegios y excepciones que no fueren personales; mientras en la
delegación, partiendo de la extinción de la primera obligación, no deja
subsistente sino la nueva. Tanto la subrogación como la cesión tienen
por base la primitiva obligación y, por consiguiente, difieren de la
novación (Machado).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Novación subjetiva por cambio de acreedor. 2. Caso en el que no opera
novación.
1. Novación subjetiva por cambio de acreedor
Hay novación por cambio de acreedor si el contratante inicial
fue sustituido por una sociedad comercial con el consentimiento del
deudor
1
.
1
CNCiv., sala C, Rep. E.D. 8-837, sum. 7.
VALERIA MORENO
2. Caso en el que no opera novación
No media novación subjetiva activa si el acreedor, pese haberse
transformado por la adopción de otro tipo societario -en el caso, so
ciedad de economía mixta que se transformó en sociedad anónima-,
mantiene su existencia sin solución de continuidad
2
.
2
CApel. de Concepción del Uruguay, Sala Civ. y Com., L.L. Litoral 2000-1237.
TÍTULO XVIII
DE LA COMPENSACIÓN
Bibliografía general
MIGUEL SANCHA, Carolina de, La compensación convencional, Bosch,
Barcelona, 1999; ANGELONI, Franco, Compensazione, en GALGANO,
Franco (dir.),
Dizionario E nciclopédico del D iritto,
Cedam, Padova, 1996;
ÁLVAREZ VIGARAY, Rafael, El efecto extintivo de la obligación, en
Estudios en honor del Prof. J. Castán Tobeñas, Universidad de Navarra,
Pamplona, 1969, t. IV; CHABAS, F., Réflexions sur la compensation ju-
diciaire,
en J. C. P. 1966-11; DE ARRILLAGA, José, voz
Compensación,
en Nueva Enciclopedia Jurídica, Seix, Barcelona, 1956, p. 480; DE LA
OLIVA, Santos A., Com pensación y proceso civil de declaración, en L.L.
española, 1982; BUERES, A. J.,
Comentario a los arts. 818 a 832,
en
Código Civil y leyes complementarias, Bueres y Highton, Hammurabi,
Buenos Aires, t. II-B; COMPAGNUCCI DE CASO, R. H., Comentario
a los arts. 818 a 831, en la misma obra.
Art. 818 La compensación de las obligaciones tiene lugar cuando dos
personas por derecho propio, reúnen la calidad de acreedor
y deudor recíprocamente, cualesquiera que sean las causas de
una y otra deuda. Ella extingue con fuerza de pago, las dos
deudas, hasta donde alcance la menor, desde el tiempo en que
ambas comenzaron a coexistir.
Concordancias: arts. 724, 819, 831, 1712 y 1713.
A) Bibliografía especial
La del Título.
N O R A F A R I Ñ A
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Concep to y etimología. 2. Fundam ento y funciones. 3 . Importancia prácti
ca. 4. Naturaleza jurídica. 5. Clases de compensación. 6. Compensación legal.
Requisitos. 7. Compensación por imperio de la ley. 8. Compensación convencional.
9. Compensación facultativa. 10. Compensación judicial. 11. Efectos de la comp en
sación legal. 12. Renuncia.
1. Concep to y etimología
El artículo 724 menciona a la compensación dentro de los distin
tos modos de extinción de las obligaciones y el artículo 818, al re
ferirse a ella, señala que se trata de un modo de extinción simultánea,
hasta la misma cuantía de quienes son acreedores y deudores recí
procamente, de manera tal que sin importar cuáles son las causas de
una y otra obligación, lo cierto es que alcanza hasta la menor de
ellas.
En el Libro XVI, Título II, ley I
a
del Digesto, Modestino definía
a la compensación como la contribución o equilibrio entre un crédito
y una deuda
Giorgi decía que "cuando una persona es deudora y acreedora a un
mismo tiempo de otra, pone, por decirlo así, en los platillos de la
balanza, en uno la deuda y en otro el crédito, y si los encuentra de
igual peso ofrece a la parte contraria o pide al juez que considere
ambos extinguidos, el uno con el otro, en virtud de la compensación.
De allí que sea considerada, para muchos, un pago ficticio y econó
mico",
sosteniendo Castán Tobeñas que la compensación es un modo
de extinguir en la cantidad concurrente las obligaciones de aquellas
personas que por derecho propio sean recíprocamente acreedoras y
deudoras la una de la otra (Albaladejo, Castán).
De todo ello se infiere que es necesaria la existencia de dos obli
gaciones diferentes entre los mismos sujetos que reúnen la condición
de acreedor y deudor recíprocamente.
Antonio Borrell Soler directamente habla de "destrucción" de ambas
obligaciones, llegándose en Roma a considerar dolosas las reclama
ciones dirigidas contra un deudor que a su vez era acreedor del re
clamante.
Art. 818
2. Fundamento funciones
Indudablemente el legislador pensó en la utilidad práctica que brin
daba este modo extintivo de las obligaciones: no hay dudas de que
facilita la extinción de deudas y créditos recíprocos, ya que evitaría
"recibir con una mano y pagar o devolver con la otra a la misma
persona" (Rezzónico). Es decir que el fundamento de la com pensación
es su practicidad, tanto en permitir la extinción propiamente dicha
como también en brindar una función de garantía y seguridad recí
proca, ya que un deudor que paga -y que es a la vez acreedor de
esa misma persona- podría verse perjudicado al no poder cobrar -en
su oportunidad- ante la insolvencia de su deudor-acreedor, en cam
bio la compensación permite que ambas obligaciones se extingan a
la vez.
Borda explica que la utilidad del instituto es evidente en razón de
eliminar la necesidad de un doble cumplimiento con el consiguiente
transporte de numerario o de cosas fungibles y los gastos y molestias
consiguientes. Sirve de garantía a las personas que, teniendo créditos
y deudas recíprocas con otras, no se verán expuestas, luego de haber
pagado, al riesgo de no recibir lo que les corresponde.
3. Importancia práctica
La compensación es un medio extintivo que es utilizado a diario
en diversos campos de la economía y del comercio, fundamentalmente.
La cuenta corriente mercantil y la cuenta corriente bancaria son claros
ejemplos de ello, ya que entre el "deb e" y el "haber" sólo es reclamable
el "sald o" que resta efectuada la operación; idéntica situación se plantea
en el denominado clearing bancario manejado por el Banco Central
de la República Argentina, mediante el cual se resuelven diversas ope
raciones bancarias a través de la compensación. Ello así puesto que
a lo largo de cada jornada las entidades bancarias son acreedoras y
deudoras recíprocamente en virtud de los numerosos cheques, giros,
letras de cambio, etcétera, que presentan sus clientes, permitiendo el
clearing que todas esas operaciones queden com pensadas sin m ovilizar
dinero alguno.
Podríamos también mencionar al comercio internacional que en
N O R A F A R I Ñ A .
operaciones de exportación e importación entre distintas naciones sue
le configurarse este modo extintivo obligacional.
4. Naturaleza jurídica
Se ha considerado a la compensación como un modo de pago al
calificarlo como "doble pago recíproco y ficticio" o "pago abreviado
o simplificado". Borrell Soler dice que "la necesidad de que sean
homogéneas las cosas debidas, para que puedan compensarse [...] no
autoriza al deudor de una cosa para obligar a su acreedor que reciba
en pago otra diferente a la debida, teniendo en cuenta que la com
pensación es un doble pago". Otros, en cambio, como Ripert o Bou-
langer, la entendían como un cum plimiento simu ltáneo de obligaciones
y en nuestro país Machado manifestó que "la necesidad de la com
pensación se funda en que está en nuestro interés retener lo que nos
es debido, antes que intentar una acción para hacernos devolver lo
que hemos pagado". Saleilles ha sostenido que se trata de un
medio
efectivo de garantía acordado a un acreedor que a la vez es deudor
de su deudor. La corriente más moderna considera justamente que la
compensación es la contracara del pago, puesto que precisamente se
busca suprimir el efectivo cumplimiento recíproco de ambas obliga
ciones; en tal sentido Trigo Represas se adhiere a esta corriente alejando
a la compensación de la naturaleza del pago en el entendimiento de
que "aunque haya cierta similitud entre los efectos liberatorios de uno
y otro instituto, ya que la compensación es en efecto un medio satis-
faciente de extinción de las obligaciones, pues pese a que no importa
cumplimiento y deja las cosas en su anterior status, de todas for
mas acuerda a cada parte la ventaja de no deber la prestación a su
cargo, sacrificando en su lugar su derecho a percibir sus respectivas
acreencias".
Muy pocos juristas ven en la compensación una "dación en pago",
porque cada deudor paga con su propio crédito, criterio que no ha
tenido demasiada adhesión y la última postura -que comparto- con
sidera que este modo de extinción es un supuesto de "recíprocas abs
tenciones" con equivalencias económicas con el pago (Compagnucci
de Caso).
Art. 818
5. Clases de com pensación
Existen cinco clases de compensación: la legal, la convencional,
la facultativa, la judicial y la automática o por imperio de la ley,
que suele considerarse una subespecie de la legal (Cazeaux-Trigo
Represas).
6. Compensación legal. Requisitos
Es la que expresam ente contempla nuestro Codificador en el artículo
en comentario -siguiendo al modelo francés- y es, de todas las clases,
la de mayor trascendencia. Exige seis requisitos: a) reciprocidad; b)
fungibilidad u homogeneidad; c) liquidez; d) exigibilidad; e) libre dis
ponibilidad del crédito (expedito); f) embargabilidad, y g) subsisten
cia civil.
a) Reciprocidad. La reciprocidad está mencionada en la norma ci
tada al decir "cuando dos personas por derecho propio, reúnen la calidad
de deudor y acreedor recíprocamente". Es uno de los presupuestos
básicos e imprescindibles para que pueda configurarse el instituto, ya
que debe haber dos obligaciones y en cada una de ellas ser acreedor
y deudor a la vez del otro sujeto que también es deudor y acreedor
de uno. A ello debemos sumarle que la reciprocidad debe serlo "por
derecho propio", es decir que debemos ser los titulares del crédito y
de la deuda y no puede oponerse en representación de otro; de modo
tal que el padre no puede oponer en la compensación con su acreedor
una deuda que tiene su hijo para con él, ni tampoco podría hacerlo
el tutor o curador o una persona jurídica que pretendiera compensar
por un crédito contra el deudor y que éste tuviere con algún miembro
de la misma. García Goyena sostuvo que "Si el tutor pide lo que se
debe a nombre del pupilo, no podrá el deudor oponer la compensación
de lo que le debe el tutor suo nomine (Ley 23
a
, Título II, Libro XVI,
Digesto). Concretamente el artículo 1712 expresamente prohibe a los
deudores de la sociedad compensar un crédito de ésta con otro crédito
particular contra alguno de los socios, y el artículo 1713 también impide
que la sociedad oponga contra su acreedor la compensación con lo
que éste adeude particularmente a alguno de los socios, al decir que
"Los acreedores de la sociedad son acreedores, al mismo tiempo, de
N O R A F A R I Ñ A
los socios. Si cobraren sus créditos de los bienes sociales, la sociedad
no tendrá derecho de compensar lo que les debiere con lo que ellos
debiesen a los socios, aunque éstos sean los administradores de la
sociedad. Si los cobrasen de los bienes particulares de algunos de los
socios, ese socio tendrá derecho para compensar la deuda social con
lo que ellos le debiesen, o con lo que debiesen a la sociedad". Llevado
al instituto de la sucesión, en similar sentido, el artículo 3376 impide
compensar créditos que se tuvieren contra la sucesión a los deudores
personales del heredero que aceptó con beneficio de inventario, par
tiendo en todos estos ejemplos del principio de la independencia de
los patrimonios.
b) Fungibilidad u homogeneidad. Este presupuesto lo exige el ar
tículo 819, primera parte, al decir que "Para que se verifique la com
pensación, es preciso que la cosa debida por una de las partes, pueda
ser dada en pago de lo que es debido por la otra", y el artículo 820
completa que "Para que la compensación tenga lugar, es preciso que
ambas deudas consistan en cantidades de dinero, o en prestaciones de
cosas fungibles entre sí...", es decir, que la prestación adeudada por
uno debe ser fungible con relación a la debida por el otro, pudíendo
intercambiarse ambas. Para Borda no es indispensable que la fungi
bilidad exista desde el primer momento, ya que puede producirse por
el hecho de que uno de los créditos o ambos se conviertan posterior
mente en créditos de indemnización.
En consecuencia, el objeto de ambas obligaciones debe ser la en
trega de cosas de naturaleza fungible, que sean de igual especie y
calidad, como se presenta en las obligaciones dinerarias. Podrían in
cluirse también aquellos supuestos en los cuales las partes no tuvieron
en cuenta la individualidad del cuerpo cierto , sino una unidad de género
susceptible de ser reemplazada por otra de la misma especie (obliga
ciones de género), siempre que a la elección la tengan ambos deudores:
ambos entregarán caballos o cereal, por ejemplo. Hay doctrinarios que
entienden que este caso sería un supuesto de compensación facultativa
y no legal.
En la obra de Aubry y Rau se expresa que "No basta que las
cosas sean fungibles separadamente. Es preciso que lo sean la una
con relación a la otra. Las cosas son fungibles, o no fungibles, según
Art. 818
que sean o no susceptibles de ser reemplazadas por otras cosas de
la misma especie y calidad. Res quarum una alterius vice fungitur.
Una pipa de vino de Burdeos de 1846 que formase el objeto de un
préstamo de consum o, sería ciertamente una cosa fungible, entre tanto,
ella no podría ser compensada con otra pipa igual de vino de Burdeos
de 1866, igualmente fungible, considerada aisladamente, porque estas
dos pipas de vino de calidad o de valor diferente no son fungibles
entre sí".
Las obligaciones de dar cosa cierta no son en principio compen
sables, a excepción de que se deba en ambas una misma e idéntica
cosa y el acreedor fuese al mismo tiempo deudor de la restitución de
la cosa recibida en pago (Llambías) y también se excluyen las obli
gaciones de hacer aun cuando ambas prestaciones tengan objetos idén
ticos de conformidad con lo establecido en el artículo 825, máxime
pudiendo alguna de ellas haber tenido especial interés en el cumpli
miento personal de la obligación.
Mourlon, Demolombe, Aubry y Rau, y Baudry Lacantinerie han
explicado que no se configura la fungibilidad si una de las partes debe
dos cosas en alternativa, siendo una de ellas fungible y la otra no.
Ello así en razón de que la otra parte podría ser obligada a recibir en
pago la cosa no fungible a cambio de lo que se le debe. También sería
impedimento de compensar la existencia de una obligación facultativa
(conf. art. 643).
c)
Liquidez.
El Código Civil exige la liquidez de ambas deudas
para que pueda efectivizarse la compensación (conf. art. 819). Respecto
al significado del término, el propio Vélez Sársfield en la nota al
artículo cita a Pothier expresando que se llama "deuda líquida aquella
cuya existencia es cierta, y cuya cantidad se encuentra determinada,
cum certum est an et quantum debeatur , es decir que la liquidez
deviene frente a la certeza de la deuda (existencia y determinabilidad
en cuanto a su monto).
Las dos deudas son líquidas cuando es cierta su existencia y están
determinadas en su cantidad. Si sólo una es clara y líquida, y la otra
está sujeta a discusión, no pueden compensarse.
Colmo, Lafaille, Rezzónico y Boffi Boggero han sostenido que
debe flexibilizarse el concepto de iliquidez cuando está referido a la
N O R A F A R I Ñ A
indeterminación del monto de la obligación, ya que debe ser admitida
la compensación cuando ello depende de una mera operación contable
o pericia realizable al efecto. En tal sentido, la doctrina y la jurispru
dencia han ido aceptando que no sería impedimento la iliquidez del
monto cuando éste es fácilmente determinable y muchos Códigos mo
dernos, como el alemán o el suizo, han suprimido tal exigencia. Saleilles
ha afirmado que "Si la compensación es una garantía de pago fundada
en la existencia de dos deudas recíprocas, no es posible subordinar su
eficacia a un hecho azaroso cual es su liquidación, sin suministrar, de
esta suerte, a una de las partes el medio de apartar sus consecuencias,
fundada en argumentos fáciles de ser traídos, pero por lo común sólo
inspirados en el espíritu de chicana" (Saleilles). Colmo explica que
"por ilíquida que sea una deuda no deja por eso de ser una deuda y
si la compensación se opera de pleno derecho, aun en la ignorancia
de los interesados ¿por qué no admitirla aunque no haya liquidez, si
ésta puede reducirse a un asunto secundario de pericia o de contabi
lidad? De otra suerte, se puede llegar a situaciones abusivas. Debo a
A $ 500 por una deuda líquida y soy acreedor del mismo por un
servicio o por una indemnización que hasta prima facie pueden importar
5 o 50 mil pesos; la compensación no se produce porque mi crédito
es líquido, por ende, yo puedo verme obligado a pagar lo que adeudo
y tener que exponerme a todo un juicio ulterior, en que puedo ir a
pura pérdida contra un deudor trapacero, para establecer su liquidez.
De ahí que los citados Códigos alemán y suizo, lo propio que el japonés,
no exijan tal requisito".
Borda justifica la exigencia de este requisito al decir que "...Por
más que la compensación sea un medio muy práctico e importante
de extinguir obligaciones, no deja de tener carácter excepcional, ya
que las obligaciones deben extinguirse normalmente con su cumpli
miento. Sólo se justifica, pues, como un remedio de excepción, que
debe funcionar en condiciones bastante rigurosas. Si cualquier crédito,
aun eventual, dudoso o incierto, pudiera dar lugar a la defensa de
compensación, probablemente ésta se convertiría en un recurso en
manos de los malos pagadores para lograr dilaciones en el pago de
sus deudas. Se explica así que, no obstante la influencia del Código
alemán, legislaciones posteriores hayan insistido en exigir este requi-
Art. 818
sito (Cód. italiano, art. 1243; mexicano , art. 2188 ; brasileño, art. 1010;
venezolano, art. 1333; peruano, art. 1288)" (Borda).
d) Exigibilidad. También el referido artículo 819 exige que ambas
deudas sean exigibles, es decir, que pueda ser reclamado su cumpli
miento por parte de su titular, en consecuencia quedan exentas las
obligaciones a plazo no vencido, las condicionales y las que no sub
sisten civilmente.
Las obligaciones con plazo resolutorio, en cambio, serían com
pensables hasta que concluya el tiempo fijado, y las condiciona
les,
sólo de haberse cumplido la condición. Trigo Represas considera
que en el caso poco importa distinguir si se trata de una condición
suspensiva o resolutoria, ya que el principio debe regir para ambas.
Respecto a las naturales, también se encuentran excluidas de la com
pensación (art. 515), como también los actos declarados nulos o anu-
lables (art. 1050) y las deudas de juego (art. 2057) por idéntico fun
damento.
No es posible, entonces, compensar un crédito civil con un crédito
natural, tampoco uno que nació de un acto nulo de nulidad absoluta
(el otorgado por la persona declarada judicialmente incapaz, por quien
tiene prohibido su realización, los actos efectuados en fraude o con
simulación, entre otros).
Borda señala que en el caso de las obligaciones prescriptas hay
que distinguir si la prescripción ya fue declarada o no. Obviamente
en el primer supuesto se está frente a una obligación natural y no
exigible, por ende, no compensable. Si, en cambio, aún la prescripción
no se declaró, el titular del crédito puede oponer la compensación, la
que operará en tanto y en cuanto el titular de la deuda prescripta no
se oponga a la compensación invocando la prescripción. Es decir, que
para este caso la compensación no opera de pleno derecho y depende
de su invocación.
e) C réditos expeditos o libres. Los créditos -y también las deudas-
deben hallarse expeditos, sin que un tercero hubiera adquirido dere
chos respecto de los cuales pueda oponerse legítimamente, es decir
que los mismos deben encontrarse libres de traba legal. Así lo esta
blece el artículo 822 que reza: "Para que se verifique la compensación
es necesario que los créditos y las deudas se hallen expeditos, sin
N O R A F A R I Ñ A
que un tercero tenga adquiridos derechos, en virtud de los cuales
pueda oponerse legítimamente", excluyéndose de la posibilidad
de compensar a aquellos créditos que se encuentran embargados o
prendados. En tal caso la extinción operada en estas condiciones se
ría inoponible al tercero acreedor embargante o pignoraticio (conf.
art. 736).
f) Créditos susceptibles de embargo. En realidad lo expuesto surge
del
juego de los artículos 825 y 374, ya que el primero de ellos establece
que las deudas de alimentos no son compensables y el segundo habla
de su inembargabilidad, a lo que se suma el principio general de que
los créditos no embargables se encuentran fuera de la garantía común
de los acreedores. De modo tal que al no ser compensables las deudas
de alimentos, ni las obligaciones de ejecutar algún hecho, se desprende
la necesidad de excluir aquellos créditos que no son susceptibles de
embargo, haciéndose ello extensivo a todo crédito cualquiera sea su
naturaleza.
Sabemos que el embargo es una medida procesal destinada a lo
grar la indisponibilidad del bien afectado para asegurar que el monto
adeudado pueda realmente ser exigido y así satisfacer el interés del
acreedor. El embargo impide el pago y si tenemos en cuenta que la
compensación es un modo de extinción de las obligaciones, es obvio
que también el embargo impide la compensación: si Pedro embarga
a Pablo por una suma que éste le adeuda, el embargo va a impedir
la compensación ipso iure de la suma embargada con el crédito que
Pablo pudiere tener contra Pedro, en consonancia con lo estipulado
en el artículo 736.
g) Subsistencia civil. Así lo establece el artículo 819, excluyéndose
de la compensación a las obligaciones naturales, las prescriptas, las
nulas o anulables y las deudas de juego, como ya se expresara pre
cedentemente.
7. Com pensación por imperio de la ley
Algunos autores la consideran una subespecie de la compensación
legal, ya que en este caso estamos frente a aquella que se produce
por la sola fuerza de la ley, sin que, asimismo, concurran los presu-
Art. 818
puestos exigidos por los artículos 818 y concordantes. Inclusive en
este supuesto tampoco es condición excluyente la comprobación exacta
de los montos de las obligaciones que se están compensando, extin
guiéndose ambas de manera íntegra sin entrar a considerar si eran -o
n o - de idéntico valor.
Ejemplos de este tipo de compensación lo encontramos en el artículo
1053, que establece la compensación entre intereses y frutos percibidos
hasta el día de la demanda o por anulación de un acto bilateral que
dio nacimiento a obligaciones correlativas de dar sumas de dinero y
cosas productivas de frutos; en el artículo 1383 el pacto de retroventa
le permite al vendedor recuperar la cosa vendida y los frutos de ésta
ser compensados con los intereses del precio de la venta y también
el artículo 2430, que compensa por imperio legal los gastos del po
seedor de buena fe que ha conservado la cosa en buen estado, con
los frutos percibidos.
8. Compensación convencional
También se la llama contractual o voluntaria y exige el acuerdo
de voluntades entre acreedor-deudor y deudor-acreedor, de conformi
dad con lo preceptuado por el artículo 1197. No importará más que
el acuerdo entre ambos, prescindiéndose de la naturaleza, monto o
liquidez de las obligaciones. Se acuerda extinguir ambas prestaciones
por la propia libertad y autonomía de los sujetos.
9.
Compensación facultativa
Es aquella que depende exclusivamente de la voluntad de una
sola de las partes, que es quien la alega y la otra no puede oponerse
ni tampoco participa. En este caso, la compensación es posible en
tanto y en cuanto no pueda invocarse la legal por faltarle algunos de
los requisitos exigidos por la norma. Trigo Represas menciona en su
Tratado algunos ejemplos valiosos aplicables al caso: el acreedor que
debe recibir un animal con determinadas condiciones (raza, pedigrí)
y que es deudor al mismo tiempo de un animal cualquiera de ese
mismo género; el acreedor de una obligación exigible que es deudor
de una obligación natural o prescripta o el acreedor del depositario
N O R A F A R I Ñ A
en un depósito irregular que a su vez es deudor por cualquier otro
motivo (Cazeaux-Trigo Represas). Por su parte De Gásperi da como
ejemplo que Primus es encargado por el testador de entregar a Se
cundus, legatario, su caballo blanco de carrera. Mas Primus era ya
acreedor personal de Secundus de "un caballo" no especificado por
su calidad. Aquí falta el requisito de la recíproca fungibilidad de
ambas deudas, sólo alegable por el legatario para oponerse a la com
pensación que Primus pudiese pretender. Si, ello no obstante, consiente
en que ésta tenga lugar, la compensación se habría verificado por
voluntad de una de las partes.
Los efectos de este tipo de compensación son similares a los de
la legal, pero la diferencia radica en que operan recién a partir del
momento en que es opuesta o invocada
(ex mine)
(Compagnucci de
Caso).
Muchos autores prefieren la compensación facultativa por sobre
los demás tipos establecidos. Primero porque es necesario que una de
las partes la invoque o demande; segundo porque el juez debe pro
nunciarse; tercero, en razón de poderse alegar frente a la ausencia de
requisitos legales.
Así como la compensación legal tiene lugar "hasta donde alcance
la menor", la facultativa, en cambio, exige la igualdad de ambos cré
ditos en razón de que no puede el acreedor verse obligado a recibir
un pago parcial conforme a lo establecido en el artículo 742, por lo
que mal podría compensarse por importes menores.
a 1770 son supuestos de compensación facultativa, ya que se requiere
la decisión especial de una de las partes para que pueda operar la
extinción de las obligaciones.
10. Compensación judicial
Es la compensación que ordena el juez en su fallo, declarándola
admisible y procedente. En estos casos generalmente ocurre que falta
el requisito de la liquidez y es necesario, en consecuencia, que a través
de un procedimiento judicial se proceda a su determinabilidad. Será
el magistrado quien, luego de cumplidos todos los recaudos, así la
Art. 818
ordene bajo su imperium y se discute a partir de cuándo comienzan
a correr los efectos: para algunos -entre ellos Salvat-, lo es a partir
del dictado de la sentencia y para otros desde el momento de la traba
de la litis, ya que la sentencia no es constitutiva sino meramente de
clarativa de derechos (Galli, De Gásperi, Morello, Borda, Alterini,
López Cabana, Trigo Represas, entre otros).
Salvat se pregunta cuál de las dos clases de compensación es pre
ferible, si la legal o la judicial, y al respecto señala que la legal presenta
dos grandes inconvenientes: a) funciona en forma excesivamente me
cánica, sin tener en cuenta todas las exigencias de la equidad, y b)
exige una serie de condiciones que no siempre están dadas y que
la hacen fracasar, mientras que en la compensación judicial hay me
nor rigorismo en sus condiciones y responde a las necesidades de la
práctica.
11. Efectos de la compensación legal
Los efectos de la compensación legal se producen de pleno dere
cho,
es decir, que ambas obligaciones se extinguen desde el momento
en que comenzaron a coexistir en situación de ser compensadas, re
uniendo todos los requisitos exigidos por los artículos 818, 819, 822
y 825. Por su parte, en la nota del artículo 828 establece que "es el
efecto legal de la compensación, dar las deudas por pagadas, desde
el tiempo en que los créditos fueron líquidos y exigibles, como queda
establecido en el artículo 818", de manera tal que la compensación
se produce automáticamente sin necesidad de que alguna de las partes
manifieste su voluntad de querer compensar y aun en ignorancia de
las partes, aunque por supuesto fácticamente es necesario que alguien
la alegue y pruebe, no siendo posible que sea declarada de oficio por
los jueces (Colmo). Ello condice con la redacción de los artículos
821,
822 y 831, que establecen la necesidad de ser "opuesta", y de
los artículos 828 y 830, que hablan de "invocación" o "alegación"
del instituto.
De todo lo expuesto inferimos que en rigor de verdad la compensa
ción nace desde que ambas obligaciones coexisten y se encuentran en
N O R A F A R I Ñ A
condiciones de compensabilidad por reunir todos los requisitos legales,
pero se halla en un estado latente hasta tanto
la
parte interesada la invoca.
Como cualquier otro medio extintivo de las obligaciones, la com
pensación produce los siguientes efectos: a) Ambas deudas fenecen
en su totalidad de ser iguales o sólo hasta la concurrencia de la me
nor, de ser de distinto monto. Podría entenderse que en caso de una
extinción parcial se alteraría el principio de la integridad del pago
contemplado en el artículo 742, pero en realidad no habría perjuicio,
ya que efectivamente el acreedor-deudor A estaría recibiendo la su
ma que su deudor-acreedor B le debe y en el mismo momento la
estaría devolviendo en pago de su deuda, quedándole la diferencia,
de haberla, b) Dejan de correr los intereses desde el mismo momento
en que ambas obligaciones comenzaron a coexistir en condiciones de
compensabilidad. Para el caso de darse una compensación parcial, el
saldo que aún una de las partes adeuda seguiría devengando intereses
desde esa fecha en adelante, c) Se extinguen todos los accesorios, a
excepción de aquellos que revisten carácter de "indivisibles" (hipoteca,
prenda, privilegios y cláusula penal), los que subsisten hasta la can
celación total de la obligación, d) Desde el mismo momento de la
compensación ya no puede operar la prescripción respecto de ninguna
de las dos obligaciones, e) Ninguno de los deudores puede luego ser
constituido en mora, al quedar extinguidas ambas obligaciones.
12. Renuncia
La compensación es renunciable y se puede producir antes o después
de operada la misma.
Si se produce antes de operada la compensación, la misma debe
ser expresa, haciéndose clara mención a la abdicación al derecho de
invocarla en un futuro; aunque en nuestro ordenam iento no se encuentra
contemplado, hay legislaciones en las cuales está estipulado expresa
mente como uno de los supuestos prohibidos, como el Código italiano
de 1942, el brasileño o el venezolano.
Asimismo la renuncia puede ser tácita y se da cuando el acreedor-
deudor reclama el pago de su crédito y el otro no opone la compen
sación.
Art. 818
Especial interés reviste el supuesto en el cual el acreedor-deudor
exige el pago de la obligación a su deudor-acreedor por desconoci
miento de la compensación operada y este último efectúa el pago y
no la opone. Buena parte de la doctrina entiende que es procedente
invocar el pago por error o sin causa -a la que me adhiero- a efectos
de obtener la repetición, pero no otros autores; Llambías considera
que no tratándose de una renuncia a la compensación, se estaría efec
tuando un acto jurídico viciado por error esencial y sería pasible de
anulabilidad (conf. art. 1050).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Concepto. 2. Caracteres. 3. Efectos. 4. Ejecución de sentencia. 5. Recon
vención.
1. Concepto
Para que exista compensación se requiere que dos personas, por
derecho propio, reúnan calidad de acreedor y deudor recíprocamente,
cualesquiera sean las causas de una y otra deuda. La condición de
acreedor y deudor debe resultar cabalmente acreditada o reconocida
sin controversia, así como el crédito y la deuda de uno y otro, las
obligaciones que se pretenden compensar deben tener reciprocidad y
las prestaciones ser fungibles entre sí, líquidas y exigibles. Moderna
mente se dice que el crédito es líquido cuando es determinado en su
consistencia y en su monto e incontrovertido en su título, vale decir,
no susceptible de controversias y excepciones
1
.
A diferencia del pago, no supone el cumplimiento de aquello que
es debido, sino que opera de manera estática, mediante la neu tralización
de deudas en sentido opuesto. Para poder compensarse, los créditos
en cuestión deben emanar de títulos diferentes, no pudiendo pues ex
tinguirse de ese modo las obligaciones emanadas de una misma rela
ción. Es decir, aquéllas deben ser recíprocas, aunque no correlativas,
debiendo las obligaciones responder a distinta causa
2
.
1
Cl
a
C C de Mar del Plata, sala II, 74.662, RSD 443-89, Juba B14 00078; CN Com .,
sala D, D.J. 1996-1-635; sala J, L.L. 1996-D-197.
2
CCC de San Martín, sala II, 43.970, RSD 24-1, Juba B2001832; C.S.J. de
NORA FARIÑA
la mentada subasta, no debe hallarse condicionado a la existencia de
otros acreedores con preferencia
3
.
Sabido es que la compensación solicitada es una facultad judi
cial admitida por la práctica y procederá a concederla según las cir
cunstancias del caso; estando condicionada a que no existan otros
acreedores que puedan verosímilmente invocar derecho preferente al
pago
4
.
2. Caracteres
Deben necesariamente concurrir en la compensación judicial la vo
luntad de ambos titulares de los créditos y en la convencional o fa
cultativa la del acreedor a la prestación mayor
5
.
Para que se verifique la compensación es preciso que la cosa debida
por una de las partes pueda ser dada en pago de lo que es debido por
la otra
6
.
El instituto de la compensación exige para su viabilización
que ambas partes reúnan la calidad de deudor y de acreedor recí
procamente, como lo dispone claramente el artículo 818 del Código
Civil
7
.
La compensación no requiere palabras sacramentales, pero sí ne
cesita que la realidad corporizada en los hechos documentados en el
expediente responda al "tipo" pertinente (arts. 818, 819, 822) y que
responda a una obligación con causa
8
.
la Nación,
Fallos: 44:43; CNCiv., sala B, E.D. 37-92; CFed. de Bahía Blanca,
J.A. 1962-1-248.
3
CCC de Quilmes, sala I, 4560, RSI 102-1, Juba B2901470; CNCiv., sala A,
E.D. 37-92.
4
CCC de San Isidro, sala I, 76.666, RSI 58-2, Juba B1701032.
5
C CC de Pergamino, 1427, RSD 4-95, Juba B2 8029 1; CNCiv., sala I, L.L. 1991-
A-161.
6
C l
a
CC de La Plata, sala I, 231.359, RSD 261-00, Juba B101373.
7
C2
a
CC de La Plata, sala III, B 67.838, RSD 276-89, Juba B350251; CNCiv.,
sala A, L.L. 1990-D-34.
8
C l
a
CC de La Plata, sala II, 204.253, RSD 140-89, Juba B150004.
Art. 818
3. Efectos
La compensación legal se produce ipso iure, bastando para su
declaración judicial la alegación cierta y oportuna de ella por par
te interesada
9
.
Como la compensación implica un indubitable medio de extinción
de las obligaciones, equiparable al pago (art. 818, Cód. Civ.), si la
pretensa imputación de las sumas a compensar lo es en beneficio de
honorarios profesionales, la Provincia de Buenos Aires debería aco
meter una erogación en sufragio de la argüida compensación (arts. 17,
decreto-ley 7543; I
o
, 2
o
y 8
o
, ley 11.174), que la citada ley procura
evitar, motivo por el cual se persuade de que es necesario ratificar la
providencia impugnada, pues se imbrica en el presupuesto del artículo
I
o
de la ley 11.174
10
.
4. Ejecución de sentencia
La compensación es un medio extintivo que opera de pleno de
recho y produce los mismos efectos jurídicos que el pago. Por tal
motivo se admite que tal defensa pueda oponerse como excepción
en el trámite de ejecución de sentencia, aun cuando no figure enu
merada en la enunciación del número clausus. La ejecución de sen
tencia comprende todas las obligaciones reciprocas entre compradores
y vendedores; por tanto, los pagos no desconocidos que se alegaron
en el expediente, dada su calidad, de acuerdo con el artículo 818 del
Código Civil, deben ser compensados con los créditos a favor de los
actores".
5. Reconvención
Al tratarse de créditos de distinto origen, la reconvención es la
vía procesal adecuada a la compensación, debiendo el demandado
9
CNCiv., sala E, L.L. 1997-D-746; Cám. I
a
de La Plata, J.A. 1946-11-665.
10
C2
a
CC de La Plata, sala 1, B 72.048, RSE 122-92, Juba B250584; CNCiv.,
sala C, L.L. 1991-B-309.
11
C2
a
CC de La Plata, sala III, B 73.119, RSD 93-92, Juba B351576; CCC de
Mar del Plata, 73 .613 , RSI 5 60-89 ; CNCiv., sala G, L.L. 1997-F-781; CNCom ., sala B,
L.L. 65-98.
NORA FARIÑA
independizar la suerte de su pretensión de la del actor y proponer tal
contrademanda para solicitar, no tanto que se declare la compensa
ción y se condene por el saldo o diferencia, sino para que se condene
por la obligación total que pretende, y se la declare compensada has
ta la concurrencia de la menor (arts. 818, 819, 822, 825 y concs.,
Cód. Civ.)
12
.
Incumbe al excepcionante la prueba de un pago válido para oponer
una compensación también válida; es que se está frente a una excepción
y no ante una reconvención o contrademanda, ya que de ser procedente
la compensación y tener un monto mayor el crédito del ejecutado no
se sigue la ejecución contra el actor, sino que habrá de promoverse
otra ejecución
13
.
Si se descarta de plano la posibilidad de compensación judicial
-pues no hubo reconvención, ni compensación legal-, pues ella ade
más de exigir que sean ambos créditos recíprocos, tener título diferente
y que las prestaciones consistan en cantidades fungibles del mismo
género, requiere fundamentalmente que éstas sean líquidas y exigi-
bles,
y que los créditos y deudas se hallen expeditos y sean embar-
gables -artículos 819 y 820 del Código Civil-, debe entonces, desde
que uno de los créditos está aún siendo debatido en juicio, necesa
riamente tratarse de compensación convencional (voluntaria) o facul
tativa
14
.
Art. 819 Para que se verifique la compensación, es preciso que la cosa
debida por una de las partes, pueda ser dada en pago de lo
que es debido por la otra; que ambas deudas sean subsistentes
civilmente; que sean líquidas; ambas exigibles; de plazo ven
cido, y que si fuesen condicionales, se halle cumplida la con
dición.
Concordancias:
arts. 515, 516, 818, 1546 y 1580.
12
CCC de San Isidro, sala II, 64.008, RSD 96-95, Juba B1750383.
13
C l
a
CC de Mar del Plata, sala I, 68.909, RSI 106-88, Juba Bl350945.
14
CCC de Pergam ino, RSD 4-95, Juba 2800290; CNCiv., sala E, L.L. 1997-D-740;
S.T. de Santa Fe, J. 15-227; CNFed., Sala Civ. y Com., J.A. 1968-VI-218.
Art. 819
A) Bibliografía especial
La citada en el Título y RIVAS, Adolfo A., Juicio ejecutivo y com pensación,
en L.L. 1990-E-491.
B) Doctrina
Remisión: Ver comentario artículo 818 -Compensación legal. Re
quisitos-.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: I. Requisitos. 2. Alcance. 3. Depreciación monetaria.
1. Requisitos
Una deuda incierta no puede ser opuesta en compensación
1
.
Sin desmedro de la inviabilidad de la excepción de compensación
a la luz de la taxativa enumeración del artículo 504 del CPCCN, aquélla
exige que se trate de deudas ciertas y líquidas, generadas en aconte
cimientos posteriores a la sentencia de mérito, reclamada en base a
prueba documental sobre la cuantía y reciprocidad de las obligaciones
insertas en tal petición
2
.
La excepción de compensación en el juicio ejecutivo debe apoyarse
en un crédito líquido que resulta de un documento que traiga apare
jada ejecución (art. 542, inc. 7
o
, CPCCN), no resultando procedente
la excepción si la obligación que se pretende compensar no reúne los
presupuestos del título ejecutivo. En aplicación de estos principios se
ha decidido que a la ejecución de alquileres no puede oponerse la
excepción de compensación referida al depósito en garantía que efectuó
el ejecutado al formalizar el contrato de locación, pues no se funda
en un crédito líquido asentado en un documento que traiga aparejada
ejecución
3
.
1
SCBA, Ac. 35.060, AS 1985-111-98, DJBA 1986-130, L.L. 1986-D-651.
2
C2
a
CC de La Plata, sala I, B 69.344, RSD 119-90, Juba B250160; CNCiv., sala
C, L.L. 1990-E-491; CNFed.CC, sala I, L.L. 2000-A-576.
3
C2
a
CC de La Plata, sala I, B 69.026, RSD 62-90, Juba B250303; CNCom.,
sala B, E.D. 3-270.
NORA FARIÑA
La excepción de compensación del depósito en garantía que efectuó
el ejecutado al formalizar el contrato de locación deviene improceden
te en el juicio por cobro de alquileres, toda vez que del documento surge
que el crédito por restitución del depósito no es líquido y exigible, lo que
obsta a su compensación (arts. 819, Cód. Civ.; 542, inc. 7
o
, CPCCN)
4
.
Para que la compensación exista varios son los requisitos que
deben darse: a) fungibilidad de las prestaciones entre sí; b) exigibilidad
de ambas obligaciones; c) liquidez de las prestaciones debidas, y d)
carácter expedito de las obligaciones en juego (arts. 819 a 822)
s
.
Para que tenga lugar la compensación como medio de extinción
de obligaciones, ambos créditos deben ser líquidos y exigibles, por
lo que el carácter de litigioso de un crédito le quita certidumbre y
obsta a la misma
6
.
La defensa de compensación puede oponerse como excepción en
el caso de ejecución de sentencia, siempre que al deducirla se acompañe
con los documentos probatorios de la existencia del crédito líquido y
exigible
7
.
No median dos deudas líquidas en los términos del artículo 819
del Código Civil cuando es menester sustanciar un juicio para deter
minar el monto de una de las prestaciones
8
.
Para que sea viable la compensación, el crédito que se alegue debe
ser líquido y exigible. Reviste dicha calidad cuando es determinado
en su monto e incontrovertido en su título, vale decir, no susceptible
de controversias y excepciones
9
.
2. Alcance
Si se dispuso la compensación de los créditos recíprocos que re-
4
C2
a
CC de La Plata, sala II, B 68.791, RSD 129, Juba 300012.
5
C l
a
CC de La Plata, sala II, 214.666, RSI 158-93, Juba B150824.
6
C l
a
CC de Mar del Plata, sala 1, 83.768, RSI 408-92, Juba B1350195; CNCiv.,
sala E, E.D. 63-168; CNCom., G.F. 17-115.
7
C l
a
CC de Mar del Plata, sala II, 74.335, RSI 489-89, Juba B1400912.
8
CCC de San Isidro, sala II, 59.764, RSI 231-94, Juba B1750350.
9
C l
a
CC de Mar del Plata, sala II, 93.452, RSI 457-94, Juba B1401173; Cl
a
C C
de La Plata, sala II, 226.198, RSI 728-96, Juba B151859; CCC de Quilines, sala II,
601,
RSI 72-96, Juba B2950108.
Art. 819
sultaron de la responsabilidad que les cupo a los protagonistas de un
accidente de tránsito, la obligación de indemnidad de la aseguradora
está dada por la disminución patrimonial efectivamente sufrida por su
asegurado luego de operada dicha compensación y no por el monto
de lo que debía con anterioridad a esa forma de extinción de las obli
gaciones
10
.
Para que la compensación sea visible es menester que el crédito
liquidado resulte de un documento que traiga aparejada ejecución.
El crédito que surge del depósito en garantía efectuado en ocasión
de suscribirse el contrato de locación se encuentra condicionado al
cumplimiento de las obligaciones que garantiza ese depósito, por lo
tanto carece de fuerza ejecutiva, y por lo tanto es improcedente la
compensación".
Para que la compensación de deudas se opere es requisito, entre
otros, que ambas deudas sean exigibles en el momento de oponerse.
La obligación de abonar el precio por el acreedor adquirente recién
nace con la aprobación del remate; hasta entonces, la situación de
aquél está supeditada a eventualidades de orden procesal o jurídico,
que obstan a la compensación desde la fecha de la subasta, debien
do por tanto computarse los intereses hasta el momento de aproba
ción del remate. En otras palabras, en el juicio ejecutivo la compen
sación se produce cuando las deudas comienzan a coexistir, lo
cual ocurre con la aprobación del remate, ya que a partir de ese mo
mento, y dentro de los cinco días, el comprador debe depositar el
precio
12
.
Si el decisorio no habilitaba a la parte demandada a compensar la
suma debida en concepto de daño emergente con el dinero que denuncia
haber entregado al vendedor (arts. 724, 818, 819, 822, Cód. Civ.), tal
unilateral proceder importa arrogarse un derecho no reconocido en el
10
SCBA, Ac. 38.545, L.L. 1988-D-47, AS 1988-1-377, DJBA 1988-134-318,
E.D. 130-421, Juba B11382.
11
CCC de Mar del Plata, 73.876, RSI 355-89, Juba B1400234; Cám. Civ. I
a
,
J.A. 33-802.
12
C2
a
CC de La Plata, sala I, 91.380, RSI 101-99, Juba B253395; CCC de San
Martín, sala II, 38.306, RSD 293-95, Juba B2000742; CNCiv., sala E, L.L. 1997-
D-740.
NORA FARIÑA
fallo y que, por lo tanto, no puede ser admitido sin incurrir en franca
violación a la garantía de la defensa en juicio y el derecho de pro
piedad (arts. 17, 18, Const. Nac; 500, 501, Cód. Proc.)
13
.
3. Depreciación monetaria
Es procedente la compensación por depreciación monetaria tratán
dose de deudas u obligaciones dineradas
14
.
Art. 820 Para que la compensación tenga lugar, es preciso que am
bas deudas consistan en cantidades de dinero, o en prestacio
nes de cosas fungibles entre sí, de la misma especie y de la
misma calidad, o en cosas inciertas no fungibles, sólo deter
minadas por su especie, con tal que la elección pertenezca res
pectivamente a los dos deudores.
Concordancias: arts. 601, 810 y 2324.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Rem isión. 2. Cosas inciertas.
1. Remisión
Ver comentario al artículo 818
-Compensación legal. Requisitos-.
2. Cosas inciertas
Más allá de lo ya expuesto al respecto en el comentario al artículo
818, Borda señala que no es demasiado claro el tercer supuesto
que contempla el presente artículo, es decir, el de compensar cosas
inciertas no fungibles cuando la elección pertenezca respectivamente
a los dos deudores, y cita como ejemplo aquella persona que debe a
13
C2
a
CC de La Plata, sala I, 90.009, RSI 317-98, Juba 253335.
14
CCC de Mar del Plata, en pleno, 38.439, RSD 246-B-76, Juba B1350625.
Art. 820
otra 200 vacas y ésta a la primera 500, a elegir por cada deudor
dentro de la mayor cantidad de que cada uno es dueño. Si el primer
deudor paga 200 vacas por él elegidas, el otro podría devolver esos
mismos animales, ya que él tiene también derecho de elección. Este
autor considera que la solución legal es injusta, ya que no se la podrá
aplicar sino cuando los valores de las cosas que se pretende compensar
sean equivalentes. De lo contrario se podría llegar a soluciones inicuas,
que evidentemente no han estado en el ánimo del legislador. Supon
gamos que A tiene solamente hacienda de pedigrí y se obliga a entregar
20 vacas de su marca y a su elección; B, por su parte, tiene hacienda
de baja calidad y se obliga a entregar 200 vacas, a su elección. Es
obvio que las 20 vacas de pedigrí no se pueden compensar con 20
vacas ordinarias, pues está fuera de duda que B, que tiene el derecho
de elección de los animales que entrega, no elegirá nunca las que
debe recibir de A, pues eso sería cometer un desatino. Y la ley no
puede imponerle una solución tan contraria a la equidad, la justicia y
la razón (Borda).
C) Jurisprudencia
1. Compensación. Elección.
1. Compensación. Elección
Si bien cuando a un reclamo judicial se pretende oponer en com
pensación un crédito ilíquido, es necesaria la reconvención; como en
el sub lite el crédito que se opone en compensación ha sido reconocido
judicialmente, no resulta válido argüir, para oponerse a la compensa
ción, que ésta no puede operarse porque no se ha deducido reconven
ción. Es que si el crédito es líquido y concurren los requisitos previstos
en los artículos 819 y 820 del Código Civil, una vez alegada la com
pensación en el proceso, no interesa que lo sea o no por conducto de
reconvención o contrademanda, porque en todas las hipótesis, debiendo
fallar el juez de acuerdo con lo alegado y, en su caso, probado por
las partes, la defensa en juicio aparece viviendo en toda su integridad
1
.
1
C2
a
CC de La Plata, sala I, 90.904, RS1 319-99, Juba B253612.
NORA FARIÑA
Art. 821 Cuando ambas deudas no son pagaderas en el mismo lugar,
sólo puede oponerse la compensación abonando las costas del
pago en el lugar en que deba verificarse.
Concordancias: arts. 747 y 765.
A) Bibliografía especial
La citada en el título y BORRELL SOLER, Antonio, Cumplimiento, incum
plimiento y extinción de las obligaciones contractuales civiles, p. 194.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Obligaciones con distinto lugar de pago. Efectos.
1. Obligaciones con distinto lugar de pago. Efectos
Si hubiere dos deudas pagaderas en distintos lugares, sólo podrá
oponerse la compensación abonando las costas del pago en el lugar
en que deba verificarse. Esto significa que un deudor que debe pagar
determinada deuda a su acreedor en la ciudad de La Plata, por ejemplo,
a su vez debe cobrarle otra en la ciudad de Tres Arroyos. En este
caso es posible compensar siempre y cuando quien la alegue satis
faga los gastos del pago: podría ser, verbigracia, la suma que en estos
casos cobran las entidades bancarias por el interdepósito o bien el
desembolso del transporte. Este supuesto también está contemplado
expresamente en el Código Civil francés (art. 1296) y que si bien exis
ten diferentes lugares de pago, la compensación igualmente opera de
pleno derecho (Llambías, Salvat-Galli, Compagnucci de Caso).
Esta norma se hace extensiva al caso en el cual haya "diferencias
de cambio o de precio": si tengo que pagar 10 kilos de trigo en
Buenos Aires y debo recibir idéntica cantidad en Tres Arroyos, quien
alegue la compensación deberá soportar la diferencia de precio del
cereal (Trigro Represas, Lafaille, Boffi Boggero).
Borrell Soler explica que "A acredita 600 balas de algodón, de B,
que le serán entregadas en Barcelona. Por virtud de una operación
distinta B debe recibir 4.000 balas de algodón a entregar por A en
Dallas (Texas) y se pregunta: ¿la ley puede imponer a A la obligación
de que se haga cargo de las 4.000 balas que B tiene en Dallas para
Art. 822
cobrar parte de lo que le debe B? Entendemos que no, y que las
deudas que deben cumplirse en lugares distintos no pueden extinguirse
ipso iure por compensación, salvo el caso indicado de que consistan
en dinero nacional" (Borrell Soler).
Art. 822 Para que se verifique la compensación es necesario que los
créditos y las deudas se hallen expeditos, sin que un tercero
tenga adquiridos derechos, en virtud de los cuales pueda opo
nerse legítimamente.
Concordancias: arts. 736 y 1465.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título.
B) Doctrina
Remisión: Ver comentario al artículo 818 -Compensación legal.
Requisitos-.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Compensación. Créditos expeditos. 2. Embargo.
1. Com pensación. C réditos expeditos
El demandado no puede oponer compensación en base al crédito
por pavimentos que tiene contra el actor, si los certificados respectivos
se encuentran en caución en poder de un Banco, dados los derechos
de éste como acreedor prendario
1
.
2. Embargo
El embargo obsta a la compensación que opone el deudor sobre
la base de otros créditos suyos contra el acreedor.
1
Cám. Civ. I
a
, L.L.
27-331.
2
C.S.J. de la Nación, E.D. 48-404.
NORA FARIÑA
Art. 823 Las deudas y créditos entre particulares y el Estado no son
compensables en los casos siguientes:
1. Si las deudas de los particulares proviniesen de remates
de cosas del Estado, o de rentas fiscales, o si proviniesen
de contribuciones directas o indirectas, o de alcance de
otros pagos que deban hacerse en las aduanas, como de
rechos de almacenaje, depósito, etcétera.
2.
Si las deudas y los créditos no fuesen del mismo departa
mento o ministerio.
3. En el caso que los créditos de los particulares se hallen
el Estado, que hubiese ordenado la ley*.
Concordancias:
arts. 33, 42, 3879 y 3880.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Créditos no compensables.
1. Créditos no compensables
Existen diversos supuestos contemplados por la ley que se encuen
tran excluidos de la compensación y que merecen un trato diferenciado.
En este artículo se consideran las
deudas y créditos del Estado,
indi
vidualizándose distintos supuestos: a) las derivadas de remates de cosas
del Estado mismo; b) las que provienen de impuestos directos o in
directos; c) las derivadas de tasas; d) las que corresponden a distin
tos ministerios o departamentos y, finalmente e) la deuda consolidada
que no puede exigirse judicialmente (Trigo Represas, Salvat-Galli,
Rezzónico).
Aquí se reafirma el principio general de que las deudas públicas
no son compensables (Colmo) y prohibe la de todas aquellas deudas
de los particulares para con el Estado por impuestos directos e indi-
* El art. 823 fue modificado por el art. I
o
del dec. 1387/2001, el que a su vez
fue derogado por el art. I
o
del dec. 282/2002 (B. O. del 13-2-2002).
Art. 823
recios, es decir cuando éste actúa como Fisco. El legislador ha querido
proteger el ingreso de fondos a las arcas públicas y en realidad hay
coincidencia en hacer extensiva esta norma a los Estados nacional,
provincial y municipal. Los incisos 2
o
y 3
o
están dirigidos al accionar
del Estado como persona de "derecho privado" que, si bien en principio
admiten la compensación, exigen que tanto el crédito como la deuda
pertenezcan al mismo departamento -es decir a la misma administra-
eión contable- y que no estén comprendidos dentro de una ley de
consolidación.
(') Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Créditos no compensables y compensables. Fisco. 2. Créditos no compen
sables. Otra naturaleza.
I. Créditos no compensables y compensables. Fisco
Luce correcta la sentencia de trance y remate que manda ejecutar
el saldo impago, el que, no obstante existir un crédito contra el Fisco
a favor de la deudora por la existencia de las diferencias abonadas en
exceso, no puede ser compensado por ésta, ello debido a que tal medio
ile extinción de las obligaciones está expresam ente vedado en el ámbito
fiscal (art. 823, inc. 1°, Cód. Civ.)
1
.
La compensación de la deuda del causante proveniente de un dé
ficit en los fondos recaudados durante su desempeño como secreta
rio-tesorero de un Colegio Nacional, con su crédito contra el Fisco
por diferencias de sueldo devengadas en los cargos que desempeñó
en dicha entidad, no encuadra en ninguno de los supuestos del ar
ticulo 823 del Código Civil
2
.
Para la compensación de un crédito invocado ante el Fisco nacional
es preciso que sea líquido y exigible en los términos del artículo 819
del Código Civil, lo cual requiere que la autoridad de aplicación de-
lermine los saldos netos a compensar
3
.
1
CCCom.CCorr. de Pergamino, 1190, RSD 6-94, Juba B2800081.
•' Cám. Civ. I
a
, L.L. 9-766.
' CNFed.CC, sala 1, L.L. 1999-D-516.
NORA FARIÑA
2. Créditos no compensables. Otra naturaleza
El crédito que surge del depósito en garantía efectuado en ocasión
de suscribirse el contrato de locación se encuentra condicionado al
cumplimiento de las obligaciones que garantiza ese depósito, por lo
tanto carece de fuerza ejecutiva, como tampoco procede la compen
sación
4
.
Art. 824 No es compensable la obligación de pagar daños e intereses
por no poderse restituir la cosa de que el propietario o poseedor
legítimo hubiese sido despojado, ni la de devolver un depósito
irregular.
Concordancias:
arts. 820, 2219 y 2223.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Créditos no compensables.
1. Créditos no compensables
Este artículo contempla dos situaciones diferentes respecto de cré
ditos no compensables. La primera de ellas se trata de la obligación
de pagar daños e intereses en casos de despojo, y la segunda, de la
obligación de devolver un depósito irregular (Colmo, Lafaille, Com-
pagnucci de Caso).
Cuando alguien ha despojado a otro de la cosa que este último
poseía y luego de ello la consumió o destruyó o enajenó, queda en
consecuencia obligado al pago de la correspondiente indemnización
de daños y perjuicios por tal accionar. Ahora bien, el despojante tenía
una obligación principal, cual era la de restituir la cosa conforme a
lo preceptuado en el artículo 2490 y al no poder hacerlo es lógico
4
C r C C de Mar del Plata, sala II, 65.810, RSI 546-86; ídem, 73.876, RSI 355-89;
92.271, RSI 886-94, Juba B1400234; ídem, 95.651, RSI 911-95, Juba B1400234.
Art. 824
que el Codificador previera la solución acordada de indemnizar los
daños ocasionados; en este caso entonces no puede pretender com
pensar esa obligación con algún otro crédito que tuviere por otra
causa contra el despojado en atención a que -por un lado- no pueden
compensarse las deudas de entregar cosas ciertas y -por otro- se
evita que el acreedor pueda por este medio apoderarse de cosas de
su deudor.
El segundo supuesto contemplado en la segunda parte del artículo
en comentario impide también compensar la obligación de devolver
un depósito irregular. Tanto el Código francés como aquellos que lo
siguieron prohibieron la compensación de aquellos créditos prove
nientes de la restitución de una cosa dada en depósito, en comodato
o en préstamo de uso. En el depósito regular debemos devolver la
misma e idéntica cosa depositada, no siendo posible la compensación
en atención a que -co m o ya dijim os- no se permite respecto a deudas
que no sean de cosas fungibles (conf. art. 820). En el depósito se
configura una deuda de honor mediante la cual el depositante consi
deró con especial atención al depositario-deudor y si se permitiera
este modo extintivo se frustraría la devolución de la cosa afectando
seriamente la confianza depositada (Trigo Represas, Borda, De Gás-
peri,
Morello).
El artículo 2219 reza que "El depositario no puede compensar la
obligación de devolver el depósito regular con ningún crédito, ni por
otro depósito que él hubiese hecho al depositante, aunque fuese de
mayor suma o de cosa de más valor".
La excepción se configura en el depósito irregular. Aquí el depo
in ipso individuum,
sino que se le da la facultad de poderla confundir con cosas propias,
con el cargo de restituir más adelante no la misma e idéntica cosa
sino una semejante de la misma especie (art. 2020). De ahí que no
se entiende por qué Vélez Sársfield prohibe en este artículo 824 in
fine la compensación en el depósito irregular, lo que claramente se
contradice con el texto del artículo 2223, que admite la compensación
en el depósito irregular sólo cuando el crédito y la deuda tienen como
una misma causa fuente dicho depósito (Compagnucci de Caso). Esta
norma establece que "El depositario [del depósito irregular] puede
NORA FARIÑA
retener el depósito por compensación de una cantidad concurrente que
el depositante le deba también por depósito; pero si se hubiese hecho
cesión del crédito, el cesionario no puede embargar en poder del de
positario la cantidad depositada".
Las explicaciones de la doctrina al respecto han sido variadas: com o
señala Segovia, se trata de una clara excepción a lo establecido en
este artículo en análisis; para Machado es un error del legislador;
Salvat destaca que en el depósito irregular la deuda es de honor y
sería injusto alegar la com pensación, y para Bibiloni no hay explicación
a la prohibición, por lo que propició su supresión (Segovia, Machado,
Bibiloni).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Créditos no compensables.
1. Créditos no com pensables
El acreedor hipotecario que ha recibido sumas en depósito de su
deudor no puede compensar lo que se le adeude por saldo personal,
con las cantidades que deba restituir al acreedor que, ejercitando la
acción oblicua, ha trabado embargo sobre el importe depositado
1
.
Art. 825 No son compensables las deudas de alimentos, ni las obliga
ciones de ejecutar algún hecho.
Concordancias: arts. 374 y 1453.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Créditos no compensables.
1
J.A. 35-82.
Art. 825
1. Créditos no compensables
Ya habíamos dicho que del juego de los artículos 825 y 374 las
deudas de alimentos no eran compensables ni embargables, reafirmando
el principio de que este tipo de créditos se encuentra excluido de la
garantía común de los acreedores. Concretamente en este caso la doc
trina ha discutido si la prohibición de compensar estas obligaciones
está dirigida a las deudas ya vencidas o bien a las actuales o futuras,
puesto que el artículo en comentario habla en general de "deudas de
alimentos", el 374 de "obligación de prestar alimentos" y el 1453 de
"alimentos futuros" (Colmo, Llerena, Segovia).
Es así que muchos juristas consideran que los alimentos vencidos
y no reclamados oportunamente no resultan indispensables para la sub
sistencia, carácter emanado de la propia inacción del beneficiario, razón
por la cual cae en abstracto la discusión acerca de si deben entrar o
no dentro de la prohibición de la compensación (Colmo, Segovia).
Otros autores, en cambio, afirman que como la ley no distingue al
respecto, poco importa si se trata de alimentos devengados o a de
vengarse en el futuro. Finalmente, y en una postura ecléctica, Llambías
señala que no se pueden compensar alimentos futuros en razón de
carecer del requisito de la exigibilidad, quedando aplicable el artículo
825 a este tipo de créditos que tienen los recaudos exigidos por la
ley, en consecuencia, la norma está dirigida a los alimentos ya deven
gados (Llambías).
El artículo en análisis infine contempla la prohibición de compensar
"obligaciones de ejecutar algún hecho", es decir las obligaciones de
hacer, solución que cae por su propio peso en razón de faltar el requisito
de
la
fungibilidad exigida para este modo de extinción de las obliga
ciones (Llambías, De Gásperi, Morello, Bueres, Borda, Compagnucci
de Caso, Zannoni).
Otros supuestos de créditos no compensables. La doctrina es con
teste en afirmar que los casos en los que la ley prohibe la compensación
son meramente enunciativos y que debieran incluirse otros supuestos
excluidos.
En tal caso debiéramos mencionar el artículo 1725, que le prohibe
al socio compensar el importe de la indemnización que deba a la
N O R A F A R I Ñ A
sociedad por los daños ocasionados por su culpp y respecto del crédito
en su favor por ventajas que por su industria o cuidado le hubiere
reportado a la sociedad; el artículo 2429 impide que el dueño de la
cosa reivindicada compense con los gastos útiles y necesarios que
efectuó con los frutos percibidos por el poseedor de buena fe; el artículo
3376 también se opone a que los terceros deudores personales del
heredero que ha aceptado con beneficio de inventario, compense cré
ditos que tuviere contra la sucesión.
Trigo Represas sostiene que en estos tres supuestos no habría es
trictamente prohibición de compensar sino hipótesis en las cuales no
se puede dar el instituto, ya que en ninguno de estos ejemplos hay
dos deudas distintas sino una sola: la del socio, la del propietario de
la cosa reivindicada y la del tercero , faltando en todos ellos el requisito
de la reciprocidad (Trigo Represas).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Créditos no compensables. Alimentos.
1. Créditos no compensables. Alimentos
Los gastos que manifiesta haber hecho el recurrente a favor de los
alimentados, habiéndose determinado la prestación en una cuota men
sual -no en especie-, deben entenderse como una concesión no sus-
criptible de compensación
1
.
El pago por el padre de la cuota del colegio privado al que asiste
el niño, en modo alguno implica una formal autocompensación de
lo acordado, sin conocimiento ni conformidad del Ministerio Pupilar
(doct. art. 59, Cód. Civ.). Una admitida liberación del alimentante no
conlleva la renuncia -que no se presume de derechos tan prístinos-
(doct. art. 874, Cód. Civ.), ni la obligación alimentaria admite pretensas
compensaciones (arts. 374 y 825, Cód. Civ.). El pago de las mensua
lidades y matrícula correspondiente al colegio a que asiste el menor,
como cualquier otra erogación hecha en su favor, sólo conlleva una
1
C l
a
CC de Bahía Blanca, sala II, 77.791, RSI 8-77, Juba B1200019; CCC
de Trenque Lauquen, 8359-1, 6-11-86, Juba B2200196; CNCiv., sala E, L.L. 1995-
E-202.
Art. 825
espontánea liberalidad de su padre, que de ninguna m anera -s in previa
convalidación jurisdiccional expresa- puede hacer declinar la cuota
alimentaria en ejecución y lejos se está de los pagos documentados
que con circunspección exige el especial carril instrumental del cobro
de alimentos predeterminados y firmes
2
.
Al estar obligado el alimentante a abonar en dinero la cuota ali
mentaria provisional fijada en autos, no puede alterarla en forma uni
lateral, pretendiendo su compensación con pagos que hizo a terceros
en relación a rubros que la integran. Ello en virtud de lo dispuesto
por los artículos 374 y 825 del Código Civil, que extienden sus efectos
a estos supuestos, de modo tal que esas erogaciones deben considerarse
simples liberalidades. No obstante lo cual dicho principio cede excep-
cionalmente ante circunstancias que tornarían injusta esa solución, tal
el caso en que el alimentante pagará al tercero para evitar un perjuicio
cierto e inminente
3
.
Si bien puede admitirse, no ya como compensación sino como
"pago a cuenta" lo abonado, excediendo la pensión fijada, ello es a
condición de que en el recibo pertinente se le dé esa imputación. Esto
así,
no habiéndose adjuntado constancias que acreditan la admisión
del mentado pago a cuenta y no pudiendo compensarse los alimentos,
debe considerarse que las sumas que se agregaron a las cuotas tuvieron
por objeto satisfacer mayores gastos del alimentado (doct. art. 825,
Cód. Civ.)
4
.
El principio general consagrado en el artículo 374 del Código Civil,
en concordancia con lo dispuesto por el artículo 825 de dicho orde
namiento, establece que la prestación alimentaria no es compensable
con obligación alguna, porque obligado el alimentante por convenio
o por sentencia a abonar en dinero la cuota, no puede alterar unilate-
ralmente este aspecto de su obligación. De manera que, en principio,
no puede pretender compensación por lo que se entregó en especie al
alimentante, o servicios que le prestó, o por pagos que hizo a terceros
2
C2
a
CC de La Plata, sala I, Ac. 43.106, RSD 134-94, Juba B251397.
3 a
sala E, L.L. 1995-E-202; sala A, L.L. 1996-E-61; sala F, L.L. 1996-D-891; sala G,
L.L. 1996-B-733.
4
C l
a
CC de Bahía Blanca, sala II, 99.469, RSI 523-97, Juba B1200117.
NORA FARIÑA
en relación a rubros que integran el contenido de los alimentos. Las
erogaciones hechas por el alimentante deben considerarse simples li
beralidades de éste
5
.
En esta materia no son aplicables los principios generales sobre
pago de lo indebido y de enriquecimiento sin causa, sino el de irre-
petibilidad que se funda en la naturaleza de la prestación, ya que los
alimentos tienen carácter asistencial y su destino es ser consumidos
6
.
Art. 826 No son compensables entre el deudor cedido o delegado y el
cesionario o delegatario, los créditos contra el cedente o dele
gante que sean posteriores a la cesión notificada, o a la dele
gación aceptada.
Concordancias:
arts. 822, 827, 1460 y 1474.
A) Bibliografía especial
La c i t ada en e l T í tu lo y COMPAGNUCCI DE CASO, R . H. , Cesión de
créditos, La Ley, Bu enos Aires , 20 01 .
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Com pensación y cesión. Notificación de la cesión. Efectos.
1. Compensación y cesión. Notificación de la cesión. E fectos
Debemos tener en cuenta el presente texto legal en concordancia
con el artículo 1467, que reza: "La notificación y aceptación de la
transferencia, causa el embargo del crédito a favor del cesionario, in
dependientemente de la entrega del título constitutivo del crédito..."
Quiere decir que si A cede a B el crédito que tiene contra C, éste
-q ue es deudor cedido o deleg ado- no puede oponerle a B (cesionario,
delegatario) la compensación del crédito que él - C - tiene contra A
(cedente, delegante) y que haya nacido después de que C ha sido
notificado de la cesión o después de que la ha aceptado.
5
C2
a
CC de La Plata, sala I, Ac. 44.149, RSI 196-97, Juba B252726; CCC de
Quilmes, sala II, 2781, RSD 130-99, Juba B2950645.
6
C l
a
CC de Bahía Blanca, sala II, 99.392, RSI 517-97, Juba B1200116.
Art. 827
La notificación efectuada al deudor cedido o la aceptación de éste
produce que el cedente deje de ser el titular del crédito cedido a partir de
ese momento y que el deudor cedido pase a ser un tercero más, de
manera tal que así como el deudor cedido ya no debe pagarle al cedente,
tampoco se puede compensar la obligación que éste tenía con el ceden-
te por créditos posteriores al momento de la transmisión del crédito
(Borda, Cazeaux, Compagnucci de Caso, Bueres).
En cambio, sí es posible que el deudor cedido pueda oponer al
cesionario la compensación de los créditos que tuviere contra el cedente
en tanto y en cuanto ambas obligaciones estuvieran en condiciones
de compensabilidad antes de la notificación de la cesión. Una vez
que el deudor cedido aceptó la cesión ya no puede oponer al cesionario
la compensación de su crédito anterior contra el cedente, porque su
silencio se considera una renuncia (art. 1474 infine), salvo que hubiere
efectuado una reserva, exigencia que no opera para el caso de simple
notificación (Colmo, Rezzónico, Boffí Boggero).
La deuda posterior que pueda contraer el acreedor "delegatario"
con el deudor originario "delegante" no admite compensación con el
crédito que el primero tuviere con el nuevo deudor "delegado" porque
faltaría el requisito de la reciprocidad (Llambías, Rezzónico, Borda).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Cesión y ausencia de requ isitos.
1. Cesión y ausencia de requisitos
La obligación impuesta al deudor cedido en un convenio de cesión
de cuotas sociales, no es compensable con el crédito que mantenía la
sociedad contra el cedente de dichas cuotas, la razón de no darse los
requisitos previstos en los artículos 818 y 819 del Código Civil, pues
la acreedora sería la sociedad y no el cesionario, y la deuda no sería
líquida, exigible y de plazo vencido
1
.
Art. 827 Tratándose de títulos pagaderos a la orden, no podrá el deu-
1
CNCom., sala E, L.L. 2000-D-899.
NORA FARIÑA
dor compensar con el endosatario, lo que le debiesen los en-
dosadores precedentes.
Concordancia: art. 1438.
A) Bibliografía espec ia l
La citada en el Título y FERNANDEZ, R., Ejecución cambiaría. Inoponibi-
lidad de las llamadas excepciones causales,
en L.L. 135-1653.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Títulos a la orden. Imposibilidad de compensar.
1. Títulos a la orden. Imposibilidad de compensar
El firmante de un título a la orden contrae una deuda distinta y per
sonal con cada acreedor y en cada una de ellas debe el todo, por lo
que no es posible la com pen sació n con el endo satario de lo que le ade u
dan los endosantes anteriores y el lo también se encuentra en armonía
con lo establecido en el artículo 18 del decreto-ley 5965/63, que reza:
"Las personas contra quienes se promueva acción en vir tud de la letra
de cambio no pueden oponer al portador las excepciones fundadas en
sus relaciones personales con el librador, o con los tenedores anterio
res . . ."
De no ser así perderían los documentos a la orden la importante
función comercial y mercanti l que t ienen (López Cabana, Borda).
A rt. 828 El de ud or o acree dor de un fallido sólo po drá aleg ar com pen
sación en cuanto a las deudas que antes de la época legal de
la falencia ya existían, y eran exigibles y líquidas; mas no en
cuanto a las deudas contraídas, o que se hicieren exigibles y
líquidas después de la época legal de la quiebra. El deudor
del fallido en este último caso, debe pagar a la masa lo que
deba, y entrar por su crédito en el concurso general del fallido.
Concordancias: arts. 819 y 822; ley 24.522, arts. 107, 128 y 130.
A) Bibl iograf ía especia l
La citada en el Título.
Art. 828
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Compensación y quiebra.
1. Compensación y quiebra
La norma se correlaciona estrechamente con lo dispuesto en el
artículo 130 de la ley 24.522, que dispone: "La compensación sólo se
produce cuando se ha operado antes de la declaración de la quiebra".
La cuestión es clara, si las obligaciones reunían todos los requisi
tos antes de esa fecha son compensables; en caso contrario, el deu
dor del quebrado debe pagar y concurrir al concurso a verificar su
crédito y de esa manera integrar la masa de acreedores (Trigo Represas,
Llambías, Rivera, Fassi, Borda-, Compagnucci de Caso, López Cabana,
Rezzónico).
El Derecho alemán contempla que en el concurso la compensación
-al igual que el derecho de retención o la prenda- le permite al acree
dor-deudor asegurarse, ya que no es justo que restituya a la masa lo
que cubre su crédito, y el Código Suizo de las Obligaciones también
establece que en la quiebra del deudor tienen sus acreedores el derecho
de compensar sus créditos, aun cuando éstos no sean exigibles con
los que el quebrado tenía contra ellos.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Concurso preventivo y quiebra. 2. Efectos de la apertura.
1. Concurso preventivo y quiebra
Si por un lado tenemos un débito líquido y exigible del actor como
comprador, y por el otro, un crédito líquido (o fácilmente liquidable)
y exigible del acreedor hipotecario contra el titular del bien, que todavía
estaba in bonis, son inaplicables al caso las normas concúrsales, toda
vez que las acreencias deben darse por extinguidas en la fecha en que
se pidió la compensación, que fue muy anterior al auto de quiebra
cuando estaba el deudor hipotecario in bonis
1
.
1
C1°CC de La Plata, sala III, 213.580, RSD 372-92, Juba B200693; Cám. Civ.
I
a
, J.A. 66-831; Cám. Com., J.A. 1945-1-116.
NORA FARIÑA
Aun cuando la alegación de la compensación no configure recon
vención, sino que técnicamente podría calificársele de excepción, ella
lleva implícita una declaración de mérito a favor de un pasivo del
fallido, lo que es propio del juez del concurso, máxime cuando si bien
la compensación opera ministerio legis no lo hace de pleno derecho,
sino que debe ser invocada, invocación concretable luego de declarada
la falencia
2
.
El deudor o acreedor de un fallido podrá alegar compensación sólo
en cuanto a obligaciones exigibles, líquidas y anteriores a la falencia
(art. 828, Cód. Civ.). Se encuentra en esa condición un crédito litigioso
anterior a la falencia y reconocido por un fallo posterior a la declaración
de quiebra
3
.
2. Efectos de la apertura
Si la compensación fue pedida por el acreedor hipotecario, que
resultara comprador en la subasta (ocho meses antes del auto de quie
bra) ello tiene significación por el efecto temporal de la sentencia de
mérito que admita o rechace la compensación, porque ella es una
sentencia declarativa que retrotrae sus efectos hacia el momento en
que tuvieron lugar los hechos sobre los cuales versa la declaración de
certeza
4
.
Art. 829 El fiador no sólo puede compensar la obligación que le nace
de la fianza con lo que el acreedor le deba, sino que también
puede invocar y probar lo que el acreedor deba al deudor
principal, para causar la compensación o el pago de la obli
gación. Pero el deudor principal no puede invocar como com
pensable su obligación, con la deuda del acreedor al fiador.
Concordancias:
arts. 2003, 2004, 2020, 2022 y 2029.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título y CASANOVAS MUSSONS, Ana, La relación obli-
2
C l
a
CC de San Nicolás, 930515, RSI 361-93, Juba B853659.
3
J.A. 1949-IV-405.
4
C l
a
CC de La Plata, sala III, 213.580, RSD 372-92, Juba B200694.
Art. 829
gatoria de fianza, Bosch , Barce lona , 1984 ; AL VE NT OSA DE L RÍO, Jo
sefina,
La fianza. Ám bito de responsabilidad,
Com ares , Granada , 1988.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. La com pensación y la fianza. Generalidades.
1. La compensación y la fianza. Generalidades
Este artículo considera distintas situaciones. La primera de ellas
es la del fiador que puede compensar la obligación que le nace de la
fianza respecto de lo que el acreedor le deba; también -en segundo
término- le permite hacerlo en relación a lo que el acreedor le deba
al deudor principal, mas no puede ser factible la compensación invo
cada por el deudor principal respecto a la deuda que el acreedor tiene
con el fiador.
Las dos primeras soluciones son lógicas, ya que la compensa
ción entre acreedor y deudor principal extingue también la fianza que
reviste carácter de accesorio, conforme a lo establecido en el artícu
lo 2042, pudiendo el fiador invocarla y haciéndola extensiva a la
obligación que nace de la fianza con lo que el acreedor le deba al
fiador, ya que ello está en armonía con el artículo 2020, que le per
mite oponer todas las excepciones propias (Bueres, Compagnucci de
Caso).
Lo expuesto es consecuencia natural del requisito de principalidad
de las deudas, porque el fiador se obligó únicamente de manera ac
cesoria y condicional, y sólo para el caso de que el deudor principal
demandado por el acreedor- pueda oponer la compensación de lo que
ese acreedor le debe, sin perjuicio de la acción regresiva que tiene
contra el deudor principal, conforme lo establecen los artículos 2029
y 2030. Asimismo puede el fiador -por excepción al principio de la
personalidad de las deudas- oponer la compensación de todo lo que
el acreedor le deba al deudor principal, solución que se armoniza con
el artículo 2020 que reza: "Aunque el fiador sea solidario con el deudor,
podrá oponer al acreedor todas las excepciones propias, y las que
podría oponerle el deudor principal en la fianza simple, excepto so-
NORA FARIÑA
lamente las que se funden en su incapacidad"; ello así porque aun
siendo fiador solidario , la obligación no deja de ser accesoria (L lambías,
Boffi Boggero, Colmo, Trigo Represas).
Le está vedado al deudor invocar la compensación respecto a la
deuda que el acreedor tiene con el fiador, pues aquí falta el requisito
de la reciprocidad (Borda, Lafaille, Rezzónico).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Compensación y fianza.
1. Compensación y fianza
La compensación no puede tener lugar cuando se pretenda hacer
con el crédito de un tercero, aun cuando el que lo alegue tenga poder
para cobrarlo'.
Art. 830 El deudor solidario puede invocar la compensación del crédito
del acreedor con el crédito de él, o de otro de los codeudores
solidarios.
Concordancias:
arts. 707 y 715.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Com pensación. Pluralidad de sujetos. Solidaridad pasiva y activa.
1. Com pensación. P luralidad de sujetos.
Solidaridad pasiva y activa
En caso de configurarse la solidaridad pasiva, la compensación
entre un acreedor y un deudor solidario, se extienden los efectos a
los demás codeudores y cualquiera de ellos puede oponer la compen
sación de un crédito
personal
suyo contra el acreedor, como también
1
C.S.J. de la Nación, 5-4-1879,
Fallos:
21:170.
Art. 830
la de un crédito propio de otro codeudor que no ha sido demanda
do contra dicho acreedor, como lo establece este artículo, resultado
que es a todas luces coherente con los principios que rigen respecto
a la solidaridad en general (Llambías, Boffi Boggero, Colmo, López
Cabana).
Esta solución difiere de la dada por el Código francés, que no
permite extender los efectos al resto de los codeudores solidarios al
decir que "El codeudor solidario no puede oponer la compensación
de lo que el acreedor debe a su codeudor", porque para los franceses
en la solidaridad cada uno de los acreedores no se reputa propietario
único del crédito frente a los codeudores, sino de sólo su parte y
mandatario por el resto de sus coacreedores para recibir el pago de
la deuda, pero no para remitir ni para realizar cualquier otro acto que
pueda perjudicarlos. En tal sentido, De Gásperi sostiene que la soli
daridad en el Derecho francés supone pluralidad de obligaciones con
unidad de prestación, mas en el Derecho argentino -al igual que el
Romano- supone unidad de vínculo con pluralidad de relaciones sub
jetivas (De Gásperi, Morello, Trigo Represas, Borda).
Hay otros Códigos, como el italiano de 1942, que lo permite pero
sólo en la medida de la concurrencia de la parte que al deudor le
correspondía en el total de la deuda.
No toda la doctrina argentina se adhiere a Vélez Sársfield, ya que
muchos -como Bibiloni- la consideran una solución inapropiada, pues
cada deudor es dueño de sus bienes. Sostenía: "Puede éste no necesitar
de la garantía. Puede no tener inconveniente en que su crédito continúe.
Nadie está obligado a cobrar lo que el deudor no le paga. La ley no
se entromete en el cumplimiento de los créditos que no se reclaman.
El pago es libre. ¿Por qué no lo es la compensación? Cuestiones éstas
que sólo interesan a las partes. La ley no tiene motivo para abandonar
el principio de la libertad de gestión. El orden público no está en
juego. Los terceros interesados ya sabrán usar de sus derechos si les
conviene. Con este sistema de la extinción forzosa se perjudican graves
y respetables relaciones económicas. En la industria fabril, en el co
mercio, principalmente en el bancario, las mismas personas tienen
cuentas diversas, depósitos a la vista, en cuenta corriente, a término.
Coexisten con independencia. ¿Por qué declararlos extinguidos desde
N O R A F A R I Ñ A
el día que el accidente modifica los saldos en cada rubro? El propio
Código Civil francés no habría conservado su principio, según se infiere
de sus artículos 1295 y 1299, inspirados en el de la libertad que tienen
las partes de renunciar, tácita o expresamente, al beneficio de la com
pensación legalmente cum plida. Tal sería el caso del deudor que pagase
una obligación compensada o que delegase otro deudor al acreedor
para que con su aceptación le pague lo que le debe. También el deudor
que ha aceptado pura y simplemente la cesión que un acreedor ha
hecho de sus derechos a un tercero, renuncia tácitamente a los bene
ficios de la compensación legal: no podría oponer al cesionario la
compensación que pudo oponer al cedente. Es lo que también dispone
el artículo 1474. En el mismo orden de ideas, previene el artículo
1299 del Código Civil francés que 'el que ha pagado una deuda que
de derecho estaba extinguida por la compensación, no puede, al ejercer
el crédito, al cual dejó de oponer la compensación, prevalerse, en
perjuicio de terceros, de los privilegios e hipotecas que le garantizaban,
a menos de haber tenido justa causa de ignorar el crédito que debía
compensar su deuda'. Mas como bien dicen los impugnadores de este
sistema, «si la compensación se ha operado ipso iure por la sola coe
xistencia de ambos créditos, y aun sin saberlo las partes, no se ve
cómo puede existir el crédito a que se refiere el artículo 1299, ni que
la aceptación de la cesión pueda hacer revivir lo extinguido»". También
entre los detractores suele citarse la famosa frase de Dernburg, al decir
que "admitir la compensación con lo ajeno es como pagar con el
bolsillo de los otros" (Bibiloni).
En definitiva este autor afirma, a lo que se adhiere De Gásperi: si
el deudor -que es acreedor al mismo tiempo- paga lo que debe pese
a haberse extinguido la obligación por compensación, y por ello está
tácitamente renunciando a los beneficios de ella y puede hacer revi
vir su crédito contra el cedente -aunque sin perjuicio de terceros- es
obvio que la compensación es facultativa y no imperativa, por lo que
debiera la ley haber sólo admitido la compensación, en tanto los deu
dores pueden invocarla si les conviene (Bibiloni).
Art. 831 Para oponerse la compensación, no es preciso que el crédito
Art. 831
al cual se refiere se tenga por reconocido. Si la compensación
no fuere admitida, podrá el deudor alegar todas las defensas
que tuviere.
Concordancia:
art. 819.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Modo de oponer la compensación.
1. Modo de oponer la compensación
Toda la doctrina es conteste en afirmar que la ley no exige a quien
alega la compensación tener que admitir el crédito de la otra parte
(Lafaille, Llerena, Trigo Represas).
Segovia afirma que la primera parte del artículo 831 se refiere a
que el hecho de oponer la compensación no importa un reconocimiento
de deuda y que, no obstante poderse oponer, no hay inconveniente
alguno en que también se deduzcan todas las defensas y excepciones
que el deudor pudiere invocar en su favor.
Salvat expresa que "...la circunstancia de que el deudor que opone
la compensación no tuviera anticipadamente la prueba de su crédito,
no bastaría por sí sola para hacerla improcedente. La compensación
sería siempre posible, toda vez que él pudiera producirla fácilmente
y sin retardo. Pero la ley es más severa y exige, para que la excepción
de compensación pueda prosperar, no sólo que el crédito opuesto por
el deudor sea líquido, sino también que resulte de un documento que
traiga aparejada ejecución" (Salvat).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1.
Compensación. Oposición.
I. Compensación. Oposición
La compensación opuesta como única defensa basta para tener por
N O R A F A R I Ñ A
confeso al demandado que reconviene y para eximir a la otra parte
de la obligación de probar su derecho
1
.
El artículo 831 del Código Civil sólo sería aplicable, según se
desprende de sus propios términos, cuando mediaren otras defensas,
es decir, cuando la compensación se hubiere opuesto en forma hipo
tética o subsidiaria
2
.
La confesión clara y espontánea hecha al oponer la compensación
como única defensa y con intención de conceder a la otra parte el
derecho de prevalerse de ella, tiene el valor consensual de un acto de
renuncia; una vez hecha, no es lícito volverse atrás para desconocer
el crédito del actor
3
.
La compensación es un medio extintivo de las obligaciones que
supone la existencia de dos créditos recíprocos. Quien la opone como
única defensa, reconoce explícitamente que adeuda lo que se le reclama;
es una confesión, que exime al actor de rendir la prueba del crédito.
No obsta a esta solución el artículo 831 del Código Civil, que sólo
es aplicable cuando median otras defensas
4
.
La circunstancia de que el crédito en que se basa la defensa de
compensación no haya sido líquido en el momento de alegarla, no
obsta a su procedencia, si la prueba producida ha permitido subsanar
ese inconveniente
5
.
No es oponible la compensación si el crédito alegado es litigioso
o está sujeto a una rendición de cuentas
6
.
Lo mismo si se trata de honorarios regulados sometidos a una
reserva por la que se rechazó su ejecución
7
.
1
CNCiv., sala A, L.L. 97-42.
2
ídem nota anterior, y C2
a
CC de La Plata, J.A. 74-563.
3
L.L. 3-1941-805.
4
J.A. 74-563
5
ídem nota anterior.
6
Cám. Civ. I
a
, J.A. 26-1032.
1
CNCiv., sala D, J.A. 1951-III-124.
T Í T U L O XIX
D E L A S T R A N S A C C I O N E S
Art. 832 La transacción es un acto jurídico bilateral, por el cual las
partes, haciéndose concesiones recíprocas, extinguen obliga
ciones litigiosas o dudosas.
Concordancias: arts. 19, 724 -inc. 4
o
-, 872.
A) Bibliografía especial
COMPAGNUCCI DE CASO, R. H., La res dubia como motivación tota
lizadora de la transacción, en E.D. 85-859; MOXO RUANO, A., Notas
sobre la naturaleza de la transacción, en Revista de Derecho Privado,
Año 34, septiembre de 1950, p. 673; SANA HUJA, J. M.,
Consideraciones
sobre la naturaleza del contrato de transacción, en Revista de Derecho
Privado, abril de 1945, p. 231; CARNELUTTI, F., Teoría del Derecho,
trad. Posada, p. 51 ; LÓPEZ, Bárbara María E., El contrato de transacción.
Su resolución por incumplimiento,
Labour, Murcia, 2001; TREGGIARI,
Ferdinando, voz Transazione, en E nciclopedia del Diritto, Giuffré, Milano,
1962,
t. XLIV; VALSECHI, Emilio, lntorno alia natura della transazione,
en Rivista del Diritto Com merciale 1950-1-453; SCHIAVON1, Aldo, Tran
sazione nel Diritto Romano,
en
Novísimo Digesto Italiano,
Utet, Torino,
1973, t. XIX, p. 477; CARNELUTTI, Francesco, La transazione é un
contratto?, en Rivista di Diritto Procesal 1953-1-185; BONET, Derecho
Civil com ún y foral,
t. II, p. 178; DE DIEGO, Clemente,
Instituciones de
Derecho Civil español, t. II, p. 295; COLÍN y CAPITANT, Curso elemental
de Derecho Civil trad. de Revista General de
Legislación
y Jurisprudencia,
IV, p. 720; DÍEZ-PICAZO y GULLÓN, Sistema de Derecho Civil, 6
a
ed.,
1992, vol. II, p. 491; LÓPEZ, Bárbara María E.,
El
contrato
de transacción.
Su resolución por incumplimiento, Labour, Murcia, 2001; TREGGIARI,
CARLOS ECHEVESTI
Fernd inando , voz
Transazione,
en
Enciclopedia del Diritto,
GifTré, Milano,
1962, t . XLIV; VALSECHI , Emi l io , Intorno alia natura della transazione,
en Rivista del Diritto Com merciale 1950-1-453; SCH IAVO N1, Ald o, Tran
sazione en el Diritto Romano,
en
Novísimo Digesto Italiano,
Utet, Torino,
1973, t . XIX, p . 477; PELAEZ, Francisco J . ,
La transacción: su eficacia
procesal, B o s c h , B a r c el o n a, 1 98 5 ; G U L L Ó N B A L L E S T E R O S , A . , Tra
tado práctico y crítico de Derecho Civil, Inst i tuto Nacional de Estudios
Jur íd icos , Madr id , 1964, t . 48 , vol . 2 ; PALMIERI, A. M. ,
Transazione e
rapporti eterodeterminati,
Giuffré, M ilano , 200 0.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Definición. 2. Requisitos. 3. El acuerdo extintivo. 4. Las concesiones
recíprocas. 5 . La
res dubia.
6. Na turaleza jurídica de la transacción.
1. Definición
La transacción es un contrato en virtud del cual las partes efectúan
sacrificios recíprocos a fin de extinguir una situación jurídicamente
incierta (Carnelutti, Valsechi, Gullón Ballesteros).
La transacción puede adoptar dos modalidades, la que concluye la
incertidumbre de derechos dudosos y la que finiquita derechos litigio
sos,
las que tendrán relevancia respecto de la forma y prueba de las
mismas (arts. 837 y 838).
2. Requisitos
Los requisitos para su configuración son: a) el acuerdo con finalidad
extintiva; b) las concesiones o renunciamientos recíprocos; c) el ca
rácter litigioso o dudoso de las obligaciones en juego (Llambías, Trigo
Represas, Lafaille).
3. El acuerdo extintivo
Es ésta la finalidad perseguida y sobre la cual recae el consenti
miento expresado por las partes, la de extinguir derechos y obligacio
nes. Consentimiento que deberá regir además todos y cada uno de los
diversos aspectos del negocio, inclusive los secundarios (Llambías).
La amplitud del objeto de la transacción comprende la extinción
Art. 832
de derechos tanto creditorios -obligaciones- como de derechos reales,
sucesorios, intelectuales y de familia (doctrina de los arts. 843 a 849),
y asimismo la posibilidad de incluir en la transacción la creación,
modificación o extinción de otros derechos no disputados pero vincu
lados a la controversia, a fin de concluirla dándole certeza.
4. Las concesiones recíprocas
Éste es uno de sus rasgos específicos. La expresión técnica del
artículo 832 para designar la sustancia de la transacción es la de hacer
concesiones. El verbo transitivo conceder significa tanto dar, como
otorgar o reconocer (Compagnucci de Caso, Rezzónico, Colmo).
Este intercambio de concesiones se concreta cuando una de las
partes otorga o reconoce a la otra un derecho sobre algo, en virtud de
lo cual esta última reconoce a la primera otro derecho sobre un bien.
El reconocimiento o la renuncia con que suele designarse a las
concesiones no se confunden con los actos o negocios del derecho
sustancial que, estrictamente, llevan esa denominación, sino más bien
importan declaraciones que obran en el orden de las pretensiones (D iez-
Picazo). Así, mediante tal reconocimiento, una de las partes contendien
tes declara que la pretensión de la parte adversa es fundada, en razón de
lo cual la última hace lo propio respecto de la primera (Sanahuja).
Las concesiones pueden realizarse, sin que necesariamente exista
equivalencia entre los renunciamientos. Para ciertos autores, y parti
cularmente para el Código de los franceses, este rasgo -la indiferencia
en la equivalencia de los renunciamientos- impide atacarla por lesión
(Les transaction [...] ne peuvent étre attaquées pour cause d'erreur
de droit, ni pour cause de lesión, art. 2052 del Code). No es justa la
solución. La lesión la alcanza como a todo negocio cuya voluntad ha
sido viciada en su nacimiento. Una cosa es la innecesariedad de la
equivalencia en los renunciamientos, y muy otra que el sacrificio haya
sido aprovechándose de la ligereza, inexperiencia o necesidad del otro
(art. 954) (Ripert-Bollanger).
5. La res dubia
La materia sobre la que recaen los reconocimientos o sacrificios la
CARLOS ECHEVESTI
configuran las obligaciones litigiosas o dudosas (la res dubia). Cualquier
acuerdo que verse sobre derechos u obligaciones ciertas -n o dudosas ni
litig iosas- no es transacción. A hora bien, las obligaciones son litigiosas
cuando son objeto de un proceso judicial (Trigo R epresas, M orello).
El carácter dudoso ofrece un matiz: puede tener un alcance subjetivo
u objetivo. El primero se da cuando las mismas partes del negocio
consideran inciertas sus obligaciones, aunque estimadas por una per
sona formada en Derecho no lo fueran. Este carácter subjetivo es su
ficiente para conformar la res dubia y validar el negocio transaccional
(Gullón Ballesteros, Moxo Ruano).
6.
Naturaleza jurídica de la transacción
El Código argentino, al igual que el brasileño y el peruano, trata
la transacción en la parte correspondiente a la "extinción de las obli
gaciones"; tal fue el criterio Vélez, siguiendo a Freitas. Sin embargo
otros códigos (Colombia, México, Chile, Uruguay, Ecuador, Italia -de
los años 1865 y 1942 -, España) aceptaron la técnica del Código francés,
que la trata en los contratos en particular (arts. 2044 a 2058); esto,
claro está, porque ha sido considerada en su naturaleza jurídica un
contrato. Veamos las posiciones al respecto.
a) Autores como Machado, Colmo, Lafaille, defendieron la tesis
de que la transacción consiste en una convención liberatoria o, si se
quiere, un acto jurídico extintivo (Lafaille, Trigo Represas, Colmo).
Descartaron calificarla como contrato, pues concebían a éste como
fuente de obligaciones, y en tanto la transacción ponga fin a las mismas,
no correspondía a ella tal denominación.
b) La corriente m ayoritaria de la doctrina nacional la juzga un con
trato. La razón es sencilla: la extendida definición del artículo 1137
de este Código la comprende. La finalidad del contrato para nuestra
ley puede cifrar en dar nacimiento a obligaciones, tanto como mo
dificarlas, transmitirlas o ex tinguirlas. El consentimiento en el contrato
está destinado a
reglar derechos.
Vélez en el punto ha seguido a
Domat, Maynz y Savigny; no así a Freitas, Duranton, Aubry y Rau,
ni -claro está- al Code de los franceses (art. 1101). Tal es el pensa
miento de Segovia, Llerena, Bibiloni, Salvat-Galli, De Gásperi-Mo-
Arl.
832
relio,
Borda y Llambías. Surge asimismo dicha naturaleza de la nota
al artículo 857, en la que el autor dice: "La transacción es un contrato
como está establecido en el artículo 832 y en todos los códigos pu
blicados".
La peculiaridad de este contrato es que supone un asunto cuestio
nable o una diferente apreciación sobre un derecho (nacimiento, ex
tensión o extinción). Por ello se ha dicho que con la transacción se
concluye con un conflicto jurídico (Carnelutti).
Y sin perjuicio de su naturaleza contractual no es de poca impor
tancia puntualizar que la transacción desborda el campo del contrato
a secas y penetra en los órdenes jurisdiccionales y legales (Sanahuja).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Naturaleza jurídica . 2. Materia litigiosa. 3. Negocio de fijación.
1. Naturaleza jurídica
La transacción es un contrato o negocio jurídico bilateral modifi
cativo o extintivo de una relación jurídica litigiosa preexistente. Ello
en tanto la transacción se incorpora a la litis para cerrarla jurisdiccio-
nalmente y recibir, con su homologación, el refuerzo de la jurisdicción
que le atribuye aptitud para ser cumplimentada por la vía de la eje
cución. Es a través de la homologación que se inviste de eficacia
jurisdiccional obligatoria. Eficacia ínsita en la misma transacción acor
dada por los interesados, pero que adquiere una específica ejecutabi-
lidad como si fuera una sentencia
1
.
2. Materia litigiosa
La transacción hecha después del dictado de una sentencia firme
no es tal, sino un convenio distinto, porque ya no.existe obligación
"litigiosa" alguna, puesto que en torno a ella obra la inmutabilidad de
la cosa juzgada
2
.
1
C l
a
CC de La Plata, sala III, 23-2-99, in re "Duran v. Sáez", RSD 22-99-S.
2
JCC de Zarate, 26-9-97, in re "Municipalidad de Tordillo c/Suc", RSI 99-97-1.
CARLOS ECHEVESTI
3. Negocio de fijación
La transacción es un negocio de fijación que tiende a hacer cierta
o poner fuera de discusión una situación determinada, eliminando la
incerteza de la relación
3
.
Art. 833 Son aplicables a las transacciones todas las disposiciones sobre
los contratos respecto a la capacidad de contratar, al objeto,
modo,
forma, prueba y nulidad de los contratos, con las excep
ciones y modificaciones contenidas en este Título.
Concordancias:
arts. 834 a 839, 842, 857, 944 a 946, 953, 1144, 1160, 1180.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
La preceptiva de la regla ha sido juzgada sobreabundante por La-
faille, Colmo y Llambías. Este último ha dicho que el Codificador ha
insistido en ello para aclarar que pese a ser la transacción un contrato
extintivo de obligaciones, le son aplicables, en principio, las disposi
ciones referentes a los contratos en general, que incluidas en la Sección
Tercera del Libro Segundo, trata "De las obligaciones que nacen de
En atención a lo dispuesto en el artículo respecto de la capacidad,
son de aplicación los artículos 54, 55, 839 a 841, 1160 y 1361. Res
pecto del objeto, los artículos 842 a 849 y 954 y concordantes. Para
la forma, los artículos 837, 838 y 1184. A los fines de la prueba, los
artículos 1190 y siguientes. Y en orden a los eventuales vicios, los
artículos 857 a 861: régimen específico de nulidad en la transacción.
La figura de la transacción exhibe los siguientes caracteres:
a) Es bilateral: las partes se obligan recíprocamente la una hacia
la otra (art. 1138).
b) Es oneroso: las ventajas que procura a una u otra de las partes
3
CNCiv., sala A, E.D. 49-385.
Art. 833
no les es concedida sino por una prestación que ella le ha he
cho, o que se obliga a hacerle (art. 1139).
c) Es consensual: sin perjuicio de lo que se dispusiese sobre la
forma de los contratos, queda concluida para producir sus efec
tos,
desde que las partes hubiesen recíprocamente manifestado
su consentimiento (art. 1140).
d) Es indivisible: cualquier nulidad que afecte a una de las cláusulas
de la transacción deja sin efecto todo el acto (art. 834).
e) Es de interpretación estricta (art. 835).
f) Es declarativa o recognoscitiva de derechos: por la transacción
no se transmiten, sino que se declaran o reconocen derechos
que hacen al objeto de las diferencias sobre que ella interviene
(art. 836).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Régimen aplicable. 2. El consentimiento. 3. Examen de los requisitos. 4.
Cosa dudosa.
1. Régimen aplicable
Son aplicables a las transacciones todas las disposiciones sobre los
contratos respecto a la capacidad de contratar, al objeto, modo, forma,
prueba y nulidad de los contratos; poniendo especial énfasis en que
es esencial el consentimiento mutuo, íntegro y completo, que se presta
en orden a todos y cada uno de los elementos que han considerado
las partes: de ahí que si esa voluntad común no ha sido elaborada por
la discrepancia subsistente sobre algún aspecto del negocio, por m ínima
que sea la importancia del desacuerdo, no existe transacción alguna .
2. El consentimiento
Para que en una transacción el consentimiento se considere for
malizado, y aun cuando estén presentes los restantes elementos que
configuren el acuerdo transaccional, se requiere que exista conformidad
1
C2"CC de La Plata, sala I, 4-7-96, in re "Valiente c/Koldobsky", B 82.361,
USD 182-96-S.
CARLOS ECHEVESTI
sobre todos los puntos en discusión, sin distinguir entre aquellos que
sean esenciales o secundarios (arts. 1144, 1148 y concs. del Cód. Civ.)
2
.
3. Exam en de los requisitos
Compete al órgano judicial examinar tanto los presupuestos sub
jetivos de la transacción (capacidad, legitimación, personería), cuanto
los requisitos objetivos del mismo, entre otras cosas, la naturaleza
disponible de los derechos debatidos
3
.
4.
Cosa dudosa
Un acuerdo extintivo sobre obligaciones que no son litigiosas o
dudosas no es transacción; la res dubia es de la esencia de la figura
4
.
Art. 834 Las diferentes cláusulas de una transacción son indivisibles, y
cualquiera de ellas que fuese nula, o que se anulase, deja sin
efecto todo el acto de la transacción.
Concordancias:
arts. 534, 847, 850, 1039, 1176.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
La regla declara el principio de la indivisibilidad de la transacción,
el que, sin embargo, carece de la rigidez con que ha sido enunciado
en el artículo.
Corolario de la indivisibilidad es la imposibilidad de decretar una
nulidad parcial. En la transacción las partes han dado su consentimiento
para el todo, y no podría esa expresión de la voluntad sufrir fracciona
miento por la acción del otro, sin que se resista
el
negocio en su conjunto.
2
ídem nota anterior.
3
C2
a
CC de La Plata, sala I, 21-6-94, in re "Collado c/Sartor de Volpe", B 77.558,
RSI 681-94.
4
CNCiv., sala B, L.L. 105-71; sala E, D.J. IV-1515.
Art. ¡as
A pesar de ello, cuando la cláusula objetada no incide sobre la
sustancia del negocio, podría ser materia de anulación (Llambías, Trigo
Represas, Rezzónico).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Indivisibilidad. 2. Marco arancelario. 3. Ám bito de la indivisibilidad.
1. Indivisibilidad
Siendo la transacción un acto indivisible, tal como reza la norma
del artículo 834, las concesiones que las partes recíprocamente se otor
garon vinculan a los terceros también en lo relativo a la carga en
costas (arts. 832 y 835 del Cód. Civ.)
1
.
2. Marco arancelario
Al finalizar el juic io por transacción es la cuantía de ésta la que hace
al marco arancelario por encima de otras sumas que, hipotéticamente,
pudieron integrar la disputa, incluso del alcance de las concesiones que
las partes recíprocam ente se otorgaron. Es un acto indivisible y al acep
tarla, se vinculó in totum a su cuantía y a la carga en costas convenida
2
.
3. Ám bito de indivisibilidad
La indivisibilidad de la transacción sólo juega en cuanto a las conce
siones y renuncias que contiene, pero no con relación al procedimien
to elegido por las partes, que siendo nulo no invalida la transacción
3
.
Art. 835 Las transacciones deben interpretarse estrictamente. No re
glan sino las diferencias respecto de las cuales los contratantes
han tenido en realidad intención de transigir, sea que esta in
tención resulte explícitamente de los términos de que se han
1
C2
a
CC de La Plata, sala I, 6-5-97,
in re
"Seoane c/Martorano", B 85.788, RSD
199-97-S.
2
C2
Ü
CC de La Plata, sala I, 17-2-94,
in re
"Serventi c/Barinaga", B 77.390, RSD
21-94-S.
3
SCBA, L.L. 90-569.
CARLOS ECHEVESTI
servido, sea que se reconozca como una consecuencia necesa
ria de lo que se halle expreso.
Concordancias: arts. 533, 874, 1197, 1198.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
La regla es aceptada sin retaceos por la mayoría de los autores
(Machado, Llerena, Colmo, Lafaille, Salvat-Galli, De Gásperi-Morello
y Llambías). Toda duda sobre el alcance de los derechos o las con
cesiones comprendidos en la transacción debe interpretarse en sentido
negativo, esto es, que no están incluidos en el negocio transaccional.
Se ha opinado sin embargo -y recogido en alguna jurisprudencia-
que,
siendo la transacción onerosa y bilateral, debe ser entendida como
conforme al criterio de que ampare la mayor reciprocidad de intere
ses (Borda).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Interpretación. 2. Voluntad de las partes.
1. Interpretación
Cualquier duda sobre los derechos comprendidos en la transacción
o sobre la medida de las concesiones efectuadas debe interpretarse en
el sentido de que los derechos o la extensión sobre la cual se duda
no están incluidos en la misma
1
.
2. Voluntad de las partes
Los valores establecidos en la transacción tienen vigencia solamente
con respecto a los profesionales que intervinieron en el acto; más aún
teniendo en cuenta la interpretación restricta, que rige la aplicación
1
SCBA, 20-9-94, Ac. 50.933-S, DJBA 147-282, J.A. 1995-11-181, E.D. 167-275,
AS 1994-III-710.
Ait. 830
de este instituto legal y que impide comprender en él aspectos extraños
a los que estrictamente las partes en forma mutua resignaron en aras
de superar el conflicto
2
.
Art. 836 Por la transacción no se transmiten, sino que se declaran o
reconocen derechos que hacen el objeto de las diferencias sobre
que ella interviene. La declaración o reconocimiento de esos
derechos no obliga al que la hace a garantizarlos, ni le impone
responsabilidad alguna en caso de evicción, ni forma un título
propio en que fundar la prescripción.
Concordancias:
arts. 854, 855, 1476, 2115.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
El artículo consagra el denominado efecto declarativo de la tran
sacción. Esto es, el negocio transaccional no es traslativo de derechos.
Tanto la doctrina nacional como la extranjera han señalado, en este
aspecto, la semejanza de la transacción con la sentencia judicial (Sa-
mahuja, De Diego, Diez-Picazo, Llerena, Machado, Salvat).
Con m otivo del abandono de la antigua regla transigere est alienare,
hoy la tendencia mayoritaria es considerarla como un acto declarativo
o recognoscitivo de derechos (Baudry Lacantinerie y Wahl, Colin y
Capitant, Pacifi-Mazzoni, Planiol, De Bueni, De Diego). Ello en la
medida que no hay en este negocio intención recíproca de transferir
y adquirir la propiedad sino de reconocer o admitir recíprocamente
un derecho en cabeza del otro.
Si se supone que dos partes que se disputan una herencia llegan
a ponerse de acuerdo en dejarla en manos de una de ellas, a cambio
de una suma de dinero que el adjudicatario abonará al renunciante, el
2
SCBA, 6-7-99, in re "Serantes c/Baigol", Ac. 51.536; 6-7-99, Ac. 52.451, DJBA
157-83.
CARLOS ECHEVESTI
beneficiario de esta renuncia será considerado como si siempre hubiere
sido el único propietario (Colin y Capitant).
Es por esta y no otra razón que las partes de la transacción no se
deben recíprocamente la garantía de evicción por los derechos que se
reconocen. Como nada se transmite, no nace deber alguno de asegurar
ni la existencia, ni la legitimidad de los derechos.
Sin embargo pueden integrar la transacción otros derechos rela
cionados a la composición del negocio, que sí son objeto de trans
misión; a éstos, claro está, no se extiende la eximición de garantizar
la evicción de los mismos.
Tampoco el título emergente de la transacción "forma un título
propio en que fundar la prescripción"; por lo cual quien transige queda,
respecto de la prescripción, en idéntica situación a la que se encontraba
previo a dicho negocio.
Por los mismos fundamentos, la transacción no es imponible como
acto de enajenación de bienes, sino como contrato típico y con arreglo
a las leyes fiscales (Llambías).
C) Jurisprudencia
Por medio de la transacción no se transmiten derechos, sino que
meramente los reconoce (nota art. 854 del Cód. Civ.), por lo que no
resultan conciliables los conceptos de acto declarativo y resolución
por incumplimiento
1
.
Art. 837 La validez de las transacciones no está sujeta a la observancia
de formalidades extrínsecas; pero las pruebas de ellas están
subordinadas a las disposiciones sobre las pruebas de los con
tratos.
Concordancias:
arts. 833, 838, 974, 1020, 10 21, 1184 -in c . 8 % 1191 a 1193.
Art. 838 Si la transacción versare sobre derechos ya litigiosos no se
podrá hacer válidamente sino presentándola
al
juez
de la
causa,
1
SCBA, 23-10-90,
Ac. 44.811, L.L. 1991-A-320, DJBA 1991-141, 32; AS 1990-
III-804.
A r l . 8.3K
firmada por los interesados. Antes que las partes se presenten
al juez exponiendo la transacción que hubiesen hecho, o antes
que acompañen la escritura en que ella conste, la transacción
no se tendrá por concluida, y los interesados podrán desistir
de ella.
Concordancias: arts. 837, 871, 973, 974, 977.
A) Bibliografía especial
La del Título y MORELLO, A. M.,
La transacción desde la perspectiva
procesal, en Los recursos extraordinarios y la eficacia del proceso,
Hammurabi, Buenos Aires, 1981, t. I, p. 217; LARA, Jerónimo, La asi
milación de la transacción a la
cosa
juzgada,
en
Revista Crítica de Ju
risprudencia, Buenos Aires, t. III, p. 39.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Qué se entiende por "derechos litigiosos". 2. Fecha de eficacia. 3. Nulidad
de la transacción judicial por defecto de forma. 4. Prueba de la transacción extraju-
dicial. 5. Prueba de la transacción judicial.
Las reglas anotadas tratan la forma y la prueba de las dos modali
dades transaccionales, la concluida sobre derechos dudosos (art. 837) y
la realizada sobre derechos litigiosos (art. 838). El criterio adoptado por
Vélez en el punto es el del Esbogo de Freitas (art. 1203, incs. 2
o
y 3
o
).
Según lo dispuesto en el artículo 837, primera parte, al estable
cer que la validez de las transacciones no está sujeta a la observan
cia de formalidades extrínsecas, la transacción resulta un acto jurídi
co no formal. En virtud de lo cual los contrayentes pueden darle al
negocio la forma que juzguen más conveniente a sus intereses, sea ver
bal o instrumentada en forma privada o pública (arts. 915, 917 y 974).
Este principio de libertad de formas cede respecto de la transacción
judicial, que recae sobre derechos litigiosos (art. 838) y respecto de
las que recaen sobre bienes inmuebles. Así, las transacciones sobre
bienes inmuebles deben ser hechas bajo escritura pública (art. 1184,
inc. 8
o
), y las efectuadas en relación a derechos litigiosos deben ob
servar la forma establecida en el artículo 838: la exposición o presen
tación al juez de la causa de la escritura en la que conste, firmada
CARLOS ECHEVESTI
por las partes, siendo éste un acto formal solemne, por lo que no se
juzgará realizado el negocio transaccional si no se cumple la forma
allí establecida.
Del artículo 838 surgen en apariencia dos modos de cumplimentar
el requisito formal. Mediante un acta judicial ("se presenten al juez
exponiendo la transacción" dice la norma) y presentación del docu
mento extrajudicial donde conste el acto ("acompañen la escritura en
que ella conste"). Ambos se reducen en definitiva a la presentación
al juez.
Así, la forma de la transacción sobre derechos litigiosos se
concreta en la incorporación del respectivo documento al expediente
judicial. Hasta ese momento no hay transacción, por ello puede ser
desistida por las partes. Aunque, sostiene Llambías, un desistimiento
unilateral injustificado configuraría una hipótesis de responsabilidad
precontractual.
Una vez presentada en juicio, la transacción queda perfeccionada.
No es necesaria la ratificación por parte de los firmantes aunque fuera
dispuesta por el magistrado. Tampoco la homologación hace al per
feccionamiento, dado que ésta no es un recaudo para su conclusión
sino un modo de terminación del proceso que le da autoridad de cosa
juzgada.
1. Qué se entiende por derechos litigiosos
Son los que están judicialmente controvertidos por constituir ma
teria de un proceso. Hasta que la demanda no haya sido notificada, no
existe propiamente un derecho litigioso. Ahora bien, si se realizara una
transacción en tales condiciones, sería igualmente válida pues recaería
sobre derechos dudosos, modo éste de la transacción que no exige la
presentación del documento al juez, quedando al margen del artículo
838 (Trigo Represas, Llambías, Alterini-Ameal-López Cabana).
2. Fecha de eficacia
La transacción, atento a su carácter declarativo de derechos, es
eficaz respecto de las partes a partir de la fecha de creación del do
cumento y no a partir de la de presentación del mismo al expediente,
y respecto de terceros, desde la fecha cierta (arts. 994 y 1035).
Arl.
838
3.
Nulidad de la transacción judicial
por defecto deforma
Si la transacción no tiene la forma exclusivamente ordenada por
la ley estaríamos frente a un acto nulo (art. 1044) de nulidad absoluta,
por estar en juego la tutela de terceros que dentro del expediente tienen
un medio eficaz de publicidad (Lafaille), no siendo posible la confir
mación (art. 1063). La ausencia de esa formalidad igualmente no les
priva a los derechos emergentes del negocio transaccional ser consi
derados obligaciones naturales (arts. 515 y 516) (Galli y Llambías).
4. Prueba de la transacción extrajudicial
Al remitir a la prueba de los contratos, esta regla ha sido considerada
superflua y sobreabundante (Llambías).
5. Prueba de la transacción judicial
Cuando la transacción es judicial, la prueba se concreta con la
exhibición del expediente donde consta el acto (arts. 976 y 977).
La solución no puede ser absoluta, y siempre que se acredite la
desaparición del expediente o la anterior incorporación del documento
de la transacción al juicio desaparecido, debe permitirse la demostra
ción de las condiciones en que se efectuó la transacción por otros
medios, como escrituras públicas, testimonios de sentencias, inscrip
ciones en el registro inmobiliario, etcétera.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Forma y prueba. 2. Presentación del convenio. 3. Alcance de la homo
logación.
1. Forma y prueba
No existen formalidades extrínsecas que exigir al negocio transac
cional, pero siendo que la prueba del mismo está subordinada a las
disposiciones sobre las pruebas de los contratos, deberá tenerse pre
sente lo dispuesto en los artículos 1190, 1191, 1193 y concordantes del
Código Civil, y en cuanto implique alguna renuncia, siendo que ésta
CARLOS ECHEVESTI
no se presume (art. 874, Cód. Civ.), la interpretación de los actos que
induzcan a probarla debe ser restrictiva.
Amén de ello, para que pueda ser opuesta como excepción será
necesario: 1) identidad de personas, es decir que las partes sean las
mismas, y 2) identidad del objeto, esto es, la cosa u objeto debe ser
el mismo sobre el cual se transigió
1
.
2. Presentación del convenio
Las partes podrán hacer valer la transacción del derecho litigioso
con la presentación del convenio o suscripción del acta ante el juez;
por consiguiente, en lo que atañe a la dimensión formal del acto, la
presentación puede realizarse por cualquiera de los litigantes, resul
tando innecesario que lo hagan ambos mediante escrito suscripto en
forma conjunta
2
.
3. Alcance de la homologación
Por ello la homologación no constituye un requisito de eficacia de
la transacción, por cuanto si así fuera contrariaría lo ordenado por los
artículos 837 y 838 del Código Civil, según los cuales, tratándose de
derechos litigiosos, sólo es menester que se haga por escrito y se
presente al juez de la causa, surtiendo plenos efectos desde ese mismo
momento, no pudiendo esa eficacia ser modificada por las disposiciones
de las leyes de forma, de valor tan sólo local
3
.
CAPÍTULO I
DE LOS QUE PUEDEN TRANSIGIR
Art. 839 No se puede transigir a nombre de otra persona sino con su
poder especial, con indicación de los derechos u obligaciones
1
C l
a
CC de Mar del Plata, sala II, 29-10-98,
in re
"Simón c/Feresin", 107.040,
RSI 899-98-1.
2
C2
a
CC de La Plata, sala I, 30-6-88,
in re
"Parisi de Clerc c/Milano", B 65.192,
RSI 276-88-1; SCBA, AS 1958-1-79 y J.A. 1959-1-261; C2
a
CC de La Plata, sala II,
DJBA 55-281; CCC de San Nicolás, DJBA 60-198.
3
CCC de Dolores, 24-2-94,
in re
"Bidalum c/Mariani", 68.776, RSI 35-94-1.
A l t X V í
sobre que debe versar la transacción, o cuando el poder fa
cultare expresamente para todos los actos que el poderdante
pudiera celebrar, incluso el de transar.
Concordancias:
841, 1870, 1880, 1881, 1931 a 1938, 1946, 3383.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
De acuerdo a lo reglado en el artículo, la personería para transigir
debe emanar, en principio, de un poder especial con indicación con
creta de los derechos u obligaciones sobre los que deberá recaer, o
de uno general que faculte expresamente a transigir. La inconsisten
cia denunciada por Galli, que destaca Llambías, es incontestable; no
hay razón para exigir la identificación de cada derecho u obligación
en el poder especial, cuando en el poder general es suficiente la
mención genérica de la facultad de transigir según la parte final de
la regla.
Razón por la cual la personería para transigir surge de estar ex
presamente autorizado a ello, sin perjuicio de que no se individuali
cen los derechos u obligaciones comprendidos en el negocio transac-
cional.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Poder para transar. 2. Carácter
de la
nulidad.
1. Poder para transar
Aunque los artículos 839 y 1881, inciso 3
o
, del Código Civil alu
dan a la necesidad de un poder especial para transar, lo que realmen
te requiere la ley es la existencia de un facultamiento expreso para
ello, que puede estar incluido en un poder concebido en términos
generales
1
.
1
CNCiv., sala A, E.D. 49-384; sala D, E.D. 4-680.
CARLOS ECHEVESTI
2. Carácter de la nulidad
La transacción realizada por el letrado invocando un mandato ine
xistente, violando así la norma sustancial, es de nulidad absoluta
2
.
Art. 840 No puede transigir el que no puede disponer de los objetos
que se abandonan en todo o en parte.
Concordancias: 833, 841, 1040, 1160, 3383.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
Siendo la transacción un contrato, se aplican a ella, en general, las
reglas que el Código establece para este último, tal como lo dispone
el artículo 833, y en particular lo instituido para la capacidad de con
tratar (arts. 1160 y concs.) (Mayo, Rezzónico).
El artículo exige para transigir la capacidad para disponer de un de
recho por renuncia. Si bien quien transige no transmite un derecho
propio a la otra parte, es decir estrictamente no dispone, tal como se
adelantara sólo abandona una pretensión en relación al otro, ante la
importancia del acto recognoscitivo se exige la aptitud para enajenar
un derecho.
Si quienes son considerados incapaces según las reglas de los ar
tículos 54 y 55, o inhabilitados de acuerdo a lo normado en el artículo
152 bis, llevan adelante alguna transacción, la misma es nula de nulidad
relativa, susceptible de ser confirmada por el incapaz (arts. 1041, 1042).
Y la acción de nulidad prescribe a los dos años (según Spota y Llam-
bías) a partir de que obtuvieran los menores la plena capacidad civil
por mayoría de edad (art. 4031), aunque se trate de menores emanci
pados por matrimonio o habilitación de edad.
2
CCC de Dolores, 23-6-92,
in re
"Gutiérrez de Denot c/Suárez", 67.168, RSD
116-92-S.
Arl. «41
C ) J u r i s p r u d e n c i a
SUMARIO: 1. Autorización judic ial. 2. Legitimación para solicitar la nulidad.
1. Autorización judicial
Los padres necesi tan autorización judicial para transigir en nombre
de sus hijos menores
1
.
2 . Legitimación para solicitar la nulidad
La parte capaz no puede demandar la nulidad de la t ransacción
que ha celebrado, invocando para ello la incapacidad de la otra parte
2
.
Art. 841 No pueden hacer transaccione s:
1. Los agentes del Ministerio Público, tanto nacionales como
provinciales, ni los procuradores de las municipalidades.
2. Los colectores o em pleados fiscales de cualquie r d enom i
nación en todo lo que respecta a las rentas públicas.
3.
Los representantes o agentes de personas jurídicas, en
cuanto a los derechos y obligaciones de esas personas, si
para la transacción no fuesen legalmente autorizados.
4. Los albace as, en cuan to a los derecho s y obligaciones de
la testamentaría, sin autorización del juez competente, con
previa audiencia de los interesados.
5. Los tuto res con los pupilos que se em anc ipar en, en cu an to
a las cuentas de la tutela, aunque fuesen autorizados por
el juez.
6. Los tutores y curadores en cuanto a los derechos de los
menores e incapaces, si no fuesen autorizados por el juez,
con audiencia del Ministerio de Menores.
7.
Los menores emancipados.
Concordancias: Incis. I
o
y 2
o
: arts. 35 a 37, 41, 844, 1160. Inc. 3
o
: arts. 31, 36, 37,
839. Inc. 4 : arts. 1870 -inc. 7
o
-, 3383, 3862, 3863. Inc. 5
o
: arts. 134, 135, 297,
443 -inc. 5
o
-, 450 -in c. 3
o
- , 465 , 475 , 1044. Inc. 6
o
: arts. 59, 443 -in c. 5
o
- 494.
Inc.
7
o
: arts. 840, 1694, 1881, 3383.
1
Cl
a
CC de La Plata, sala II, DJBA 59-45.
2
C l
a
CC de La Plata, sala II, L.L. 97-315.
CARLOS ECHEVESTI
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
La regla ha sido criticada por su heterogéneo contenido; pare
ce proponerse la enumeración de quienes no pueden transigir, e in
cluye supuestos de personería insuficiente (incs. I
o
a 4
o
y 6
o
), de
incapacidad de derecho (inc. 5
o
) y de incapacidad de hecho (inc. 7
o
)
(Llambías).
o
palidades (inc. I
o
), claro que dichos funcionarios pueden ser especial
mente autorizados por el órgano competente para acordar una tran
sacción.
2
o
) Colectores de rentas públicas (inc. 2
o
): esta prohibición tiene
alcances análogos a la del inciso primero.
3
o
) Representantes de personas jurídicas (inc. 3
o
), enunciación con
siderada innecesaria en tanto cae dentro de la norma del artículo 839.
4
o
) Albaceas (inc. 4
o
): la compresión del enunciado requiere dis
tinguir dos situaciones. Cuando hay herederos, son éstos los que tienen
esa facultad y no el albacea, que sólo tiene como misión el control
en el cumplimiento por parte de los herederos de la voluntad del tes
tador.
Cuando no hay herederos, las facultades del albacea se amplían
(verbigracia, tiene en depósito los bienes del acervo hereditario para
darles el destino querido por el testador [doct. art. 3854 y nota]),
teniendo aptitud para realizar transacción bajo la condición impuesta
en el artículo, esto es: la audiencia de los interesados (los legatarios
implicados) y la posterior autorización del juez competente, que es
el que tramita el juicio testamentario. Aun así, si el legado lo fuera
sobre una cosa cierta, el albacea necesita de la conformidad del pro
pietario de la cosa, que es el legatario desde la muerte del testa
dor; mediando dicho consentimiento, no es necesaria la autorización
del juez.
5
o
) Los tutores con los pupilos emancipados: este impedimento
A i t . H4I
para el tutor de realizar transacciones con su ex pupilo respecto de
las cuentas de la tutela configura una incapacidad derecho, no pu-
diendo ser salvada ni con la autorización judicial. La incapacidad que
grava al tutor lo es por el término de un mes siguiente a la cesación
de la tutela, sea por habilitación de edad del pupilo o por casamiento
(art. 465).
6
o
) Tutores y curadores (inc. 6
o
): es una disposición sobreabundante
(arts. 59, 443 -inc. 5
o
-, 475 y 493) (Llambías). Y cabe destacar que
no es necesario la conformidad del Ministerio Pupilar, sí el haberles
dado audiencia. La falta de autorización judicial y de la audiencia al
Ministerio Pupilar acarrea una nulidad relativa (art. 1042).
7
o
) Los menores emancipados (inc. 7
o
): esta prohibición está referida
a la transacción sobre bienes adquiridos por el emancipado a título
gratuito.
La ley 17.711 modificó el régimen de la emancipación; el antiguo
artículo 135 impedía al emancipado hacer transacciones sin autoriza
ción del juez. La reforma redactó el nuevo artículo 135 otorgando
capacidad de administración y disposición de sus bienes a los eman
cipados, pero respecto de los adquiridos a título gratuito, antes o des
pués de la emancipación, sólo la administración; para disponer de
ellos necesitan autorización judicia l. Éste es el alcance de la prohibición
de este inciso, la que puede ser suplida cuando mediare acuerdo de
ambos cónyuges y uno sea mayor, según la nueva letra del artículo
135 del Código Civil.
Igualmente los menores habilitados por la edad, al tener el mis
mo régimen de capacidad que los emancipados, no pueden transigir
sin autorización judicial respecto de los bienes adquiridos a título
gratuito.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. El Estado: capacidad para transar.
1. El Estado: capacidad para transar
La Nación, las provincias y las municipalidades tienen como per
sonas jurídicas plena capacidad de derecho para celebrar transacciones,
CARLOS ECHEVESTI
pudiendo discutirse solamente si sus representantes han obrado o no
dentro de sus facultades, lo que no implica una cuestión de capacidad
sino de suficiencia de poderes
1
.
CAPÍTULO II
Art. 842 La acción civil sobre indemnización del daño causado por un
delito puede ser objeto de las transacciones; pero no la acción
para acusar y pedir el castigo de los delitos, sea por la parte
ofendida, sea por el Ministerio Público.
Concordancias:
arts. 19, 21, 953, 1097.
Art. 843 No se puede transigir sobre cuestiones de validez o nulidad
de matrimonio, a no ser que la transacción sea a favor del
matrimonio.
Concordancias: arts. 19, 21, 846, 847, 1059 a 1065.
Art. 844 Las cosas que están fuera del comercio, y los derechos que no
son susceptibles de ser materia de una convención, no pueden
ser objeto de las transacciones.
Concordancias: arts. 19, 833, 842, 848, 853, 1167, 1502, 2261, 2336 a 2347.
Art. 845 No se puede transigir sobre contestaciones relativas a la pa
tria potestad, o a la autoridad del marido, ni sobre el propio
estado de familia, ni sobre el derecho a reclamar el estado que
corresponda a las personas, sea por filiación natural, sea por
filiación legítima.
Concordancias: arts. 19, 21, 252 a 255, 259, 262, 332, 843, 847, 872, 1218, 1219.
Art. 846 La transacción es permitida sobre intereses puramente pecu
niarios subordinados al estado de una persona, aunque éste
1
Cl
a
CC de Mar del Plata, E.D. 27-741, J.A. 1968-III-420.
Arts.
847 - 848 - 849
sea contestado, con tal que al mismo tiempo la transacción
no verse sobre el estado de ella.
Concordancias: arts. 19, 21, 252 a 255, 259, 262, 332, 843, 845, 872, 1218, 1219.
Art. 847 Si la transacción fuese simultánea sobre los intereses pecunia
rios y sobre el estado de la persona, será de ningún valor,
hayase dado un solo precio, o una sola cosa, o bien un precio
y una cosa distinta por la renuncia del estado, y por el aban
dono de los derechos pecuniarios.
Concordancias: arts. 834, 845, 1039.
Art. 848 No puede haber transacción sobre los derechos eventuales a
una sucesión, ni sobre la sucesión de una persona viva.
Concordancias: arts. 849, 1175, 1176, 3311.
Art. 849 En todos los dem ás casos se puede transigir sobre toda clase
de derechos, cualquiera que sea su especie y naturaleza, y aun
que estuviesen subordinados a una condición.
Concordancias: arts. 374, 825, 842 a 848.
A) Bibliografía especial
La del Título y DE SPON TIN,
i.
L.,
Las transacciones en favor del matrimonio
según el Código Civil, en Boletín del Instituto de Derecho Civil de Cór
doba, enero-diciembre de 1953, p. 223.
B) Doctrina
Los art ículos 842 a 849 importan la aplicación al negocio transac-
cional de los principios generales sobre el objeto de los actos jurídi
cos patrimoniales, tal como lo anticipa el Capítulo II, a la vez que
establecen las excepciones al mismo.
Como regla general , se puede, mediante la t ransacción, extinguir
toda clase de derechos subjetivos (arts. 833 y 1167), principio del cual
el artículo 849 es una repetición innecesaria (Llambías, Boffi Boggero).
Según el ar t ículo 842, no es transigible la acción penal, cualquie-
CARLOS ECHEVESTI
ra sea la índole del hecho cometido, y sí la civil dirigida a resarcir
los perjuicios causados.
La razón es clara: en esta última juega el interés particular del
damnificado, aquélla pone en juego el interés público.
Cuestiones de validez o nulidad de matrimonio (art. 843): no puede
haber transacción sobre la validez o nulidad del matrimonio, excepto
que la transacción sea a favor del matrimonio; se ha dicho que esta
excepción no importa que cualquier unión pueda ser elevada a la
categoría de matrimon io por un convenio transaccional (Salvat y Galli,
Llambías); que el sentido de lo preceptuado en el artículo 843 inflne
supone un matrimonio ya existente pero controvertido en su validez,
y que el eventual vicio acarree una nulidad relativa y por ende sea
susceptible de confirmación (verbigracia, el celebrado con defecto de
edad), y no así cuando la controversia involucre un vicio que importe
una nulidad absoluta no confirmable (art. 1047,
in fine).
Cosas y derechos no comerciables (art. 844): esta prohibición no
es más que una especificación de la general contenida en el artículo
953 sobre el objeto de los actos jurídicos.
Contestaciones relativas a la patria potestad, autoridad del marido,
estado de familia, estado de las personas (art. 845): por ser la patria
potestad, el estado familiar y el de las personas cuestiones no dispo
nibles para los particulares, siendo su regulación materia de orden
público, no son susceptibles de convenio transaccional.
Transacción sobre intereses puramente pecuniarios subordinados
al estado de una persona, y simultánea sobre intereses pecuniarios y
estado de la persona (arts. 846 y 847): el estado de una persona es
innegociable (art. 845); ahora bien, un interés puramente pecuniario
subordinado al estado de una persona puede ser objeto de una tran
sacción, claro sin que por ello se vea afectado el estado mismo. El
interés puramente pecuniario subordinado al estado son las utilidades
y beneficios patrimoniales derivados del estado de la persona. Y si la
transacción hubiere englobado intereses pecuniarios y el estado de la
persona, será nula e inconfirmable (art. 1044).
Transacción sobre derechos eventuales a una sucesión o sobre la
sucesión de una persona viva (art. 848): el artículo 1175 prohibe con-
Arl.
K49
tratar sobre herencia futura; la regla del artículo 848 es otra especifi
cación más del Codificador, al particularizar la prohibición sobre la
transacción. Ahora bien, basta que la sucesión esté deferida para que
sea susceptible de un negocio transaccional. La sucesión se abre desde
la muerte del causante. Y entre la muerte, la apertura y la transferen
cia no hay el menor intervalo de tiempo: son indivisibles (art. 3282
y nota).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Acuerdo administrativo: valor transaccional. 2. Transacción sobre alimen
tos. 3. Derechos eventuales.
1. Acuerdo administrativo: valor transaccional
La disposición que otorga a la indemnización por accidente del
trabajo una naturaleza alimentaria, al tener carácter de orden público,
impide que la indemnización reparatoria de los infortunios laborales
sea objeto de cesión, renuncia o transacción alguna, de modo que en
ese aspecto el acuerdo al que arriben los litigantes en sede adminis
trativa, como así su posterior homologación, carece de toda validez
1
.
2. Transacción sobre alimentos
Los alimentos no pueden ser objeto de transacción; así lo dispone
el artículo 374 del Código Civil: "La obligación de prestar alimentos
no puede ser compensada con obligación alguna, ni ser objeto de tran
sacción; ni el derecho a los alimentos puede renunciarse ni transferirse
por acto entre vivos o muerte del acreedor o deudor de alimentos, ni
constituir a terceros derecho alguno sobre la suma que se destine a
los alimentos, ni ser ésta embargada por deuda alguna". Mas no se
prohibe que se determine convencionalmente el monto de la cuota o
el modo de suministrarla. De tal modo, el derecho a los alimentos
puede ser objeto de acuerdo de partes en cuanto a su extensión y a
la forma de satisfacerlos
2
.
1
SCBA, 2-9-97, in re "García c/Agronom SA", L 59.936-S; 20-12-94, L 53.937,
DJBA 148-114, AS 1994-IV-496.
2
CCC de Dolores, 31-8-93, 68.422, RSD 130-93-S.
CARLOS ECHEVESTI
3. Derechos eventuales
Más allá de la estricta prohibición del artículo 848 , en virtud del cual
no puede haber transacción sobre los derechos eventuales a una su
cesión, ni sobre la sucesión de una persona viva, y en virtud de lo dis
puesto en la norma siguiente (art. 849), no hay impedimento para tran
sigir sobre derechos eventuales, como los posibles perjuicios futuros
3
.
CAPÍTULO III
EFECTO DE LAS TRANSACCIONES
Art. 850 La transacción extingue los derechos y obligaciones que las
partes hubiesen renunciado, y tiene para con ellas la autoridad
de la cosa juzgada.
Concordancias:
arts. 724 -inc. 4
o
- 832, 833, 1137, 1197.
A) Bibliografía especia]
La del Título.
B) Doctrina
La regla declara dos efectos para las partes del negocio: el extintivo
de derechos y obligaciones, y el de la autoridad de cosa juzgada.
Efecto extintivo: se ha dicho con precisión que en ella se agotan
o consumen pretensiones a las que se ha renunciado sin transferen
o
y 832).
A la alegación posterior de derechos que habían sido materia de
una transacción, les cuadra una excepción de falta de acción al haber
fenecido los mismos en el negocio transaccional. Esto es en virtud
del señorío que las personas tienen sobre sus derechos disponibles y
la fuerza legal del acuerdo (art. 1197).
3
Cám. Civ. 2
a
, L.L. 16-278.
Arl.
850
Efecto de cosa juzgada:
este efecto es sólo predicable de la tran
sacción judicial investida del acto homologatorio.
La transacción que no ha sido homologada judicialmente carece
de autoridad de cosa juzgada, lo que no impide que sea tenida por
válida y eficaz para producir sus efectos extintivos.
Al igual que la sentencia, la transacción adquiere el efecto juris
diccional de la cosa juzgada, pero existen entre ambas claras diferen
cias: a) la forma de cada una es distinta; b) la sentencia supone un
pleito; la transacción, no necesariamente; c) la transacción puede ser
impugnada por los vicios que invalidan los contratos; la sentencia
está regida por otras reglas; d) la transacción se impugna mediante la
acción de nulidad; la sentencia, por las vías recursivas o incidentales
de nulidad; e) la transacción es indivisible; la sentencia es divisible,
pudiendo ser revocada parcialmente.
Ahora bien, la transacción homologada causa ejecutoria. Esto es,
que configura un acto jurisdiccional susceptible de ser mandado a
cumplir por el procedimiento de ejecución de sentencia (Galli, Morello,
Borda, Cazeaux y Trigo Represas, Llambías). Por el contrario, el ne
gocio transaccional no homologado no puede ser ejecutado, y el in
teresado tendrá a su favor una acción ordinaria de cumplimiento de
contrato.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Efecto extintivo: alcance. 2. Costas. 3. Cosa juzgad a.
1. Efecto extintivo: alcance
La transacción produce como efecto característico y fundamental
la extinción de los derechos y obligaciones que han sido objeto de
ella, es decir, de los derechos y obligaciones que las partes entienden
renunciar, y éstas no pueden -en adelante- exigirse nuevamente el
cumplimiento de esos derechos y obligaciones porque la transacción
hace para ellas las veces de una sentencia
1
.
1
SCBA, 23-10-90, in re "Millán c/Alonso", Ac. 44.811; 23-2-99, in re "Pagano
c/Pagano", Ac. 54.871.
CARLOS ECHEVESTI
2. Costas
Ahora bien, no habiéndose pactado expresamente en la transacción
arribada la cuestión vinculada sobre la forma como serán soportadas
las costas, se tornan aplicables las normas supletorias del ordenamiento
ritual respecto de la transacción, las que indican -como por ejemplo
en el código de procedimiento de la Provincia de Buenos Aires- que
se imponen en el orden causado
2
.
3.
Cosa juzgada
El efecto de la cosa juzgada que el artículo atribuye a la transacción
no implica su asimilación a una sentencia, sino que debe interpretar
se en el sentido de su irrevocabilidad
3
.
Art. 851 La transacción hecha por uno de los interesados, ni perjudica
ni aprovecha a tercero ni a los demás interesados, aun cuando
las obligaciones sean indivisibles.
Concordancias: arts. 687, 853, 1161, 1162, 1195, 1199.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
El artículo en lo particular destaca el efecto relativo de los con
tratos en general (arts. 503, 1195), en virtud del cual no pueden afec
tar derechos de terceros, ni tampoco ser invocados por estos últimos
(art. 1199). La regla no cede frente a obligaciones de naturaleza in
divisible; es que sólo por el consentimiento de todos los acreedores
puede remitirse la obligación indivisible, o hacerse una quita de ella
(art. 687).
2
C2
a
CC de La Plata, sala I, 21-11-96, in re "Milanini", B 83.991-1.
3
CNTrab., sala II, L.L. 100-128; S.T. de Santa Fe, sala I, J.A. 1962-VI-240.
Art. 851
Las excepciones la constituyen la fianza (art. 852) y lo dispuesto
respecto de las obligaciones solidarias (art. 853).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Efecto relativo. 2. Efectos directos e indirectos. 3. Valores denunciados en
la transacción.
1. Efecto relativo
El artículo 851 no hace más que reiterar, de modo sobreabundante,
el principio general que surge de los artículos 1195 y 1199, consagrando
el efecto relativo de los contratos con relación a las partes, sus herederos
y sucesores universales, siendo inoponible a los terceros, para quienes
la transacción es un acto ajeno, que no los puede perjudicar ni lo
pueden invocar salvo los casos de los artículos 1161 y 1162, también
del Código Civil
1
.
2. Efectos directos e indirectos
En la aplicación del axioma res ínter olios acta allis ñeque nocere
ñeque rodesse potest
debe distinguirse entre los efectos directos e in
directos del contrato porque de lo contrario pueden producirse errores
de graves consecuencias
2
.
3. Valores denunciados en la transacción
Los valores establecidos en la transacción tienen vigencia solamente
con respecto a los profesionales que intervinieron en el acto; más aún
teniendo en cuenta la interpretación restrictiva, que rige la aplicación
de este instituto legal y que impide comprender en él aspectos extraños
a los que estrictamente las partes en forma mutua resignaron en aras
de superar el conflicto
3
.
1
SCBA, 15-11-94, Ac. 49.573, DJBA 148-79, J.A. 1996-1-9, AS 1994-1V-204,
LLBA 1995-486.
2
SCBA, 20-8-91, Ac. 4036, L.L. 1992-A-108.
3
SCBA, 6-7-99,
in re
"Serantes c/Baigol", Ac. 51.536; S.C. de Mendoza, J.A.
1965-II-7.
CARLOS ECHEVESTI
Art. 852 La transacción entre el acreedor y el deudor extingue la obli
gación del fiador, aunque éste estuviera ya condenado al pa
go por sentencia pasada en cosa juzgada.
Concordancias:
arts. 525, 829, 880, 2021 a 2024.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
Esta disposición es una excepción al principio estatuido en el ar
tículo anterior y una consecuencia del carácter accesorio de la fianza.
En virtud de este carácter -la accesoriedad-, la extinción de la obli
gación principal acordada en la transacción entre deudor y acreedor
produce la extinción de la fianza (arts. 525 y 2042).
Que la sentencia en que hubiese sido condenado el fiador haya
pasado en autoridad de cosa juzgada no modifica las cosas, porque la
condena del fiador no importa una novación respecto de la obligación
originaria del fiador (Salvat y Galli, Cazeaux y Trigo Represas), y la
transacción posterior deja a la fianza sin causa (Llambías).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Efecto sobre lo accesorio.
1. Efecto sobre lo accesorio
Si la transacción produce como efecto característico y fundamen
tal la extinción de los derechos y obligaciones que han sido objeto
de ella, esta extinción también se extiende a todos los accesorios de
los derechos u obligaciones -como la fianza-, por mera aplicación de
los principios generales de los artículos 524 y 525 del Código Civil
1
.
Art. 853 La transacción hecha con uno de los deudores solidarios apro
vecha a los otros, pero no puede serles opuesta: y recíproca-
1
CCC de Azul, sala II, 11-6-96, in re "Laplace c/Rotonfa", 37.656, RSD 60-96.
Art. 853
mente, la transacción concluida con uno de los acreedores so
lidarios puede ser invocada por los otros, mas no serles opues
ta sino por su parte en el crédito.
Concordancias:
arts. 707, 809, 810, 830.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
El Código diferencia las consecuencias de la transacción celebra
da con uno de los deudores solidarios de la llevada a cabo con uno
de los acreedores solidarios, por lo que el término recíprocamente
empleado en la regla es inexacto.
La transacción realizada por la parte acreedora con uno de los deu
dores solidarios puede ser aceptada y aprovechada por los demás deu
dores no partícipes, pero no puede serles opuesta (Alterini-Ameal-Ló-
pez Cabana, Trigo Represas, Bofñ Boggero).
Y la concluida por la parte deudora con un acreedor solidario,
puede ser aceptada también por los otros hacedores no partícipes, y
también puede serles opuesta deduciendo la parte del acreedor que ha
transado.
Así, la transacción (de la parte acreedora) con un deudor solidario
aprovecha a los otros, si la aceptan la hacen suya y rige para ellos.
Si no la aceptan, no puede serles opuesta por la parte acreedora.
Es decir, los acreedores no pueden obligar a los deudores solidarios
no partícipes del negocio.
La transacción (de la parte deudora) con uno de los acreedores
solidarios aprovecha a los otros no partícipes; si la aceptan y la hacen
suya, rige para ellos.
Y también puede serles opuesta por los deudores solidarios, de
duciendo la parte del acreedor que ha transado (Llambías, Rezzónico).
Es decir, los deudores pueden obligar a los acreedores solidarios
no partícipes a deducir la parte del acreedor que transó.
CARLOS ECHEVESTI
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Invocación de la transacción por el deudor solidario. 2. Obligaciones
concurrentes.
1. Invocación de la transacción
por el deudor solidario
En el supuesto de contrato de transporte aéreo combinado que ori
gina una deuda solidaria a cargo de las empresas que intervienen en
la prestación del servicio, la transacción convenida por el pasajero
(acreedor) con la empresa cuyo avión se accidentó (deudor solidario)
puede ser invocada para eximirse de la reparación del perjuicio por
la empresa que le vendió el pasaje (codeudor solidario)
1
.
2. Obligaciones concurrentes
La transacción concretada entre el anestesista y su aseguradora, y
la reclamante no extingue la obligación de la clínica, ya que la obli
gación de ésta no es solidaria con la del anestesista, en tanto aquélla
no fue copartícipe del hecho. El origen de las responsabilidades es
diverso, no naciendo, por ende, una sola obligación, característica de
la solidaridad, siendo la suya distinta y concurrente con relación a la
otra, aunque el objeto sea idéntico. La diferencia con la solidaridad
radica en sus efectos secundarios, que no se transmiten de una hacia
otra obligación , por lo que la transacción invocada no produjo secuelas
respecto de la deuda de la clínica
2
.
Art. 854 La evicción de la cosa renunciada por una de las partes en la
transacción, o transferida a la otra que se juzgaba con derecho
a ella, no invalida la transacción, ni da lugar a la restitución
de lo que por ella se hubiese recibido.
Concordancias: arts. 836, 851, 1476, 2115.
Art. 855 La par te qu e hub iese transferido a la otra algun a cosa com o
1
CNCom., sala B, L.L. 93-331.
2
C l
a
CC de San Nicolás, 5-12-95, in re "Stoppo c/Ramos", 950.387, RSD 277-
95-S.
Art. 85d
suya en la transacción, si el poseedor de ella fuese vencido en
juicio,
está sujeta a la indemnización de pérdidas e intereses;
pero la evicción sucedida no hará revivir la obligación extin
guida en virtud de la transacción.
Concordancias:
arts. 783, 2091, 2117.
A) Bibliografía especial
La del Título y WAYAR, Ernesto, Evicción y vicios redhibitorios, Astrea,
Buenos Aires, 1992.
B) Doctrina
El carácter declarativo del negocio transaccional descarta en prin
cipio la operatividad de la garantía de evicción.
Cuando se transmiten bienes en concepto de precio en la transacción
el principio cede.
En esta hipótesis los bienes constituyen la contraprestación de una
de las partes a favor de la otra que ha renunciado a una pretensión
respecto de la primera (Llambías). Por ello se justifica que respecto
de esos bienes que se transmiten en la transacción se deba garantizar
al adquirente la satisfacción de su interés sobre la existencia y legi
timidad del derecho transmitido, imponiendo la indemnización perti
nente, de acontecer la evicción, sin que ello importe revivir la obli
gación extinguida por la transacción. Idéntica solución a la adoptada
para la dación en pago (art. 783).
Art. 856 Si una de las partes en la transacción adquiriere un nuevo
derecho sobre la cosa renunciada o transferida a la otra que
se juzgaba con derecho a ella, la transacción no impedirá el
ejercicio del nuevo derecho adquirido.
Concordancias: arts. 835, 850.
A) Bibliografía especial
La del Título.
CARLOS ECHEVESTI
B) Doctrina
La regla contempla la hipótesis de los derechos adquiridos sobre
la cosa renunciada en la t ransacción con ulterioridad al negocio.
Es que los efectos ext in t ivos de la t ransacción operan sobre
las obligaciones dudosas o l i t igiosas que fueron materia del negocio
y no sobre futuros derechos que pueden ser adquir idos por otras causas
o t í tulos.
C) Jur isprudencia
SUMARIO: 1. Efectos sobre los derechos materia de la transacción.
1.
Efectos sobre los derechos m ateria de la transacción
Los efectos de la t ransacción se proyectan sobre las obligaciones
pasadas li t igiosas o dudosas, y no sobre las futuras, por lo que el
convenio de l iquidación y distr ibución de bienes que concertaron los
esposos d ivorc iados no r ige con respecto a un ter reno no contemplado
en e l ar reglo , que había s ido adquir ido a nombre de ambos cónyuges ' .
CAPÍTULO IV
NULIDAD DE LAS TRANSACCIONES
Art. 857 Las transacciones hechas por error, dolo, miedo, violencia o fal
sedad de documentos, son nulas, o pueden ser anuladas en los
casos en que pueden serlo los contratos que tengan estos vicios.
Concordancias: arts. 833, 858 a 861, 923 y ss., 932 y ss., 937 y ss„ 954, 1045, 1157
a 1159.
A) Bibliografía especial
La del Título y COMPAGNUCCI DE CASO, R. H., Error de derecho, en
Jus, La Plata, 1986, p. 39; TRIGO REPRESAS, A. F., Error de hecho y
de derecho, en Derecho Privado (homenaje al Dr. Alberto Bueres),
Hammurabi, Buenos Aires, 2001, p. 609.
1
CNCiv., salaD, L.L. 99-612.
Art. 858
B) Doctrina
Siendo aplicables a la transacción todas las disposiciones sobre los
contratos (art. 83), rigen para este negocio las causas que tornan ineficaz
el contrato.
El artículo dice que las transacciones hechas por error, dolo, miedo,
violencia o falsedad de documentos son nulas o pueden ser anuladas.
Sin embargo, se ha señalado que los vicios enunciados hacen siempre
anulable el negocio, en tanto dicha invalidez depende de la apreciación
judicial, por lo que el vicio debe ser acreditado en el juicio y declarado
por el juez (Lafaille, Galli y Llambías).
Al sujeto puede afectarlo: las incapacidades de hecho y de derecho,
el defecto en el discernimiento y los vicios de la voluntad.
Al objeto de la transacción, la simulación o el fraude y el carácter
de ilícito o inmoral.
A la forma, la omisión de las formalidades exigidas por la ley, o
la invalidez de los instrumentos que la constituyen.
El artículo menciona el miedo, el que no es considerado un vicio
específico de la transacción sino que refiere a la violencia moral o
intimidación (Llambías).
La falsedad de documentos no es estrictamente una causa de nulidad
del contrato (Segovia), sino el medio en el que puede manifestarse el
dolo, cuando, por ejemplo, dichos instrumentos han sido empleados
para alcanzar el consentimiento o el error, o cuando las partes son
ajenas a la falsedad de los instrumentos, en tanto no hubiese sido
consentida si se hubiese conocido la misma (Llambías).
Art. 858 La transacción es rescindible cuando ha tenido por objeto la
ejecución de un título nulo, o de reglar los efectos de derechos
que no tenían otro principio que el título nulo que los había
constituido, hayan
o no
las partes conocido la nulidad del título,
o lo hayan supuesto válido por error de hecho o por error de
derecho. En tal caso la transacción podrá sólo ser manteni
da,
cuando expresamente se hubiese tratado de la nulidad del
título.
Concordancias: arts. 499, 792, 796, 797, 857, 859, 860.
C A R L O S E C H E V E S T Í
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
Las concesiones recíprocas de obligaciones litigiosas o dudosas
basadas en un título nulo -en una causa de deber nula- invalidan la
transacción, excepto si tales obligaciones derivasen de un título o causa
de deber, de nulidad relativa, que hubiese sido confirmado.
Es que los derechos u obligaciones derivados de un
acto inválido
son incausados, no existiendo por tanto dichas obligaciones (art. 499).
Así, si un heredero y un legatario transigen sobre una cosa legada
por un testamento nulo o anulable o si versare sobre la compraventa
de un inmueble que no está en el comercio por haber sido expropiado
(Llambías).
De esta manera la razón de la invalidez en la hipótesis regulada
en este artículo es la falta de causa fuente de las obligaciones dudosas
o litigiosas objeto de la transacción (art. 499).
El error de hecho o de derecho de las partes en la suposición de
la validez del título resulta indiferente, porque no es el error lo que
invalida, sino la falsa causa fuente.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Transacción y lesión. 2. Mandato inexistente. 3. Error de derecho.
1. Transacción y lesión
Es anulable el acto atacado que revela la existencia de una des
proporcionada e injustificada ventaja en los beneficios que le significó
a la sociedad aseguradora el acuerdo concretado por el actor. Ello
teniendo en cuenta el alcance del perjuicio que supone la muerte de
una persona y la indemnización dinerada otorgada al reclamante. Y
si, a su vez, ha concurrido el estado de inferioridad del actor respecto
de la otra parte, al enfrentarse con una organización ampliamente es
pecializada, compuesta por gente capaz y experimentada en este tipo
de negocios, que a no dudarlo estaba en mejores condiciones desde
A r t H W
todo punto de vista para negociar con ventajas el monto de la indem
nización solicitada por el perjudicado inexperto y de escasa cultura, lo
que le permitió a la aseguradora arreglar un convenio extremadamente
abusivo e injusto para el perjudicado, cabía estimar la nulidad por el
vicio de lesión, en los términos del artículo 954 del Código Civil'.
2. Mandato inexistente
La transacción realizada por el letrado invocando un mandato ine
xistente, violando así la norma sustancial, es de nulidad absoluta
(arts. 839, 957 del Cód. Civ.)
2
.
3. Error de derecho
No es alegable para anular la transacción celebrada el error de dere
cho en que incurrieron los aceptantes de una sucesión bajo beneficio de
inventario, en la creencia de estar ellos Iegalmente obligados a solventar
el saldo impago de una deuda del causante con sus bienes propios
3
.
Art. 859 La transacción puede ser rescindida por el descubrimiento de
documentos de que no se tuvo conocimiento al tiempo de ha
cerla, cuando resulta de ellos que una de las partes no tenía
ningún derecho sobre el objeto litigioso.
Concordancias:
arts. 784, 796, 797, 857, 858, 860, 926, 1045.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
La hipótesis es asimilable al error del que habla el artículo 857;
1
C2
a
CC de La Plata, sala I, 20-12-94,
in re
"Maldonado c/Barreyro", B 79.228,
RSD 256-94.
2
CCC de Dolores, 23-6-92, in re "Gutiérrez de Denot c/Suárez", 67.168, RSD
116-92.
3
Cám. Civ. I
a
, J.A. 52-731.
CARLOS ECHEVESTI
ello en tanto la ignorancia de los documentos clarificadores de los
derechos, al tiempo de su celebración, fue lo que determinó la con
creción del negocio. Es un supuesto particular en el que el error ex
cusable autoriza la rescisión aun cuando la transacción hubiese pasado
en autoridad de cosa juzgada.
Es necesaria la concurrencia de los requisitos que hacen procedente
la anulación por este vicio y, como surge de la regla, que los docu
mentos descubiertos ameriten que una de las partes carecía de todo
derecho sobre el objeto en litigio. La acreditación de tales extremos
corre por quien alega la rescisión.
Art. 860 Es también rescindible la transacción sobre un pleito que es
tuviese ya decidido por sentencia pasada en cosa juzgada, en
el caso que la parte que pidiese la rescisión de la transacción
hubiese ignorado la sentencia que había concluido el pleito.
Si la sentencia admitiese algún recurso, no se podrá por ella
anular la transacción.
Concordancias:
arts. 832, 852.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
Otra vez la causa cifra en el error, esta vez consistente en el no tener
conocimiento de una sentencia sobre el mismo objeto del acto de la
transacción que ha pasado en autoridad de cosa juzgada. Dicho error
debe ser excusable para que sea alegable, es decir, tiene que haber
habido razón para errar (art. 929). En virtud de este error se transigió
sobre una obligación o derecho que por la sentencia firme había deja
do de poseer la calidad de litigioso. La sentencia que no está firme no
obsta a la transacción por más que se ignorara el dictado de la misma
(Salvat-Galli, Llambías, Trigo Represas).
Puede plantearse una dificultad si la transacción fue realizada con
Arl. 861
anterioridad al dictado de la sentencia y se la agrega una vez que
aquélla pasó en autoridad de cosa juzgada.
Para alguna doctrina es válida la transacción (Borda). Para otra,
cuadra distinguir si la presentación tardía se la efectuó en conocimiento
o ignorancia del dictado de la sentencia: 1) cuando se ha conocido
la existencia de una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada,
la transacción carece de validez al haber dejado de ser litigioso el
objeto de la misma, aunque lo hubiera sido al momento de la cele
bración. Pero puede valer como renuncia de la cosa juzgada y novación
de la obligación controvertida en el proceso por la que hubiesen es
tablecido las partes en su lugar (Borda y Llambías); 2) si se la presentó
en ignorancia de la existencia de la sentencia pasada en autoridad de
cosa juzgada, puede ser alegado el vicio de
error
por el que lo sufrió
para invalidar el acto renunciando a la cosa juzgada y novando la
obligación primitiva por la nueva.
C) Jurisprudencia
Es válida la transacción celebrada con posterioridad a una sentencia
firme, en la medida que fuera conocida por las partes
1
.
Art. 861 La transacción sobre una cuenta litigiosa no podrá ser rescin
dida por descubrirse en ésta errores aritméticos. Las partes
pueden demandar su rectificación, cuando hubiese error en lo
dado, o cuando se hubiese dado la parte determinada de una
suma, en la cual había un error aritmético de cálculo.
Concordancias: 857, 928 , 1197, 1198.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
La solución es clara: el error meramente aritmético es irrelevante
1
SCBA, J.A. 1963-111-345.
CARLOS ECHEVESTI
a los fines de invalidar el negocio transaccional. El precepto ha sido
considerado superfluo en la medida que siendo el error aritmético un
error
accidental,
no origina ninguna nulidad, excepto los casos del
artículo 928.
Lo accidental es aquella propiedad de la cosa cuya ausencia no le
hace perder identidad, significación o funcionalidad.
Ahora bien, si el error aritmético ha sido de una magnitud que
pusiera en crisis el precio de la renuncia en la transacción, de modo
tal que sin ese error el acto no se habría celebrado, debiera ser con
siderada la posibilidad de la rescisión (art. 857).
C) Jurisprudencia
No es un error aritmético indiferente para la validez del acto el
desconocimiento de la existencia de canteras en el lote adjudicado en
la transacción a una de las partes
1
.
C l
a
CC de Córdoba, CJ 10-62.
T Í T U L O X X
D E L A C O N F U S I Ó N
Art. 862 La confusión sucede cuando se reúnen en una misma persona,
sea por sucesión universal o por cualquier otra causa, la calidad
de acreedor y deudor; o cuando una tercera persona sea he
redera del acreedor y deudor. En ambos casos la confusión
extingue la deuda con todos sus accesorios.
Concordancias: arts. 524, 525, 724, 863, 867, 2928, 3055, 3198, 3342, 3417.
A) Bibliografía especial
ABRIL CAMPOY, Juan Manuel, La con fusión de derechos, Tirant lo Blanch,
Valencia, España, 1995; ARIAS DÍAZ,
La confusión como medio de ex
tinción de las obligaciones, monografía publicada por la Universidad de
Jaén, España, 1994.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Concepto. 2. Diferencias con la compensación. 3. Naturaleza jurídica. 4.
Requisitos. 5. Formas.
1.
Concepto
Hay confusión cuando se reúnen en la misma persona la calidad
de acreedor y deudor. En tal caso, dice el artículo 862, la deuda se
extingue con todos sus accesorios. Puesto que el ordenamiento jurídico,
dice Larenz, sólo regula las relaciones de los hombres entre sí y los
derechos de crédito entre personas que se contraponen como deudor
y acreedor, al l í donde no entre enjuego más que una persona no existe
fundamento suficiente para mantener la validez de la relación obliga
toria.
VALERIA MORENO
Pero no sólo es necesario que se reúna en una misma persona la
calidad de acreedor y de deudor, es indispensable también que el crédito
y la deuda pertenezcan a la misma masa patrimonial; en efecto, si la
persona tiene dos patrimonios distintos y el crédito y la deuda perte
necen a cada uno de ellos, no hay confusión (Larenz, Puig Brutau,
Borda).
2. Diferencias con la compensación
La confusión así considerada ha sido algunas veces confundida
con la compensación, sin duda alguna, partiendo de la base de que la
extinción de la deuda tiene como correlativa la extinción del crédito.
Pero existe entre ambas esta diferencia fundamental: la compensación
opera la extinción de dos obligaciones recíprocas, en tanto que la
confusión da lugar a la extinción de una sola obligación (Salvat y
Galli).
3. Naturaleza jurídica
Se han expuesto dos teorías distintas:
a) Teoría del medio exüntivo. Se concibe a la confusión como
medio de extinción de las obligaciones, similar en su resultado al pago
o a la novación. Se entiende que la confusión produce el abatimiento
del crédito que ya no podrá ejercerse ni reclamarse (Salvat y Galli,
Machado, De Gásperi y Morello, Orgaz).
b)
Teoría de la paralización de la acción.
Entiende a la confusión
como una paralización de la acción respectiva, pero que no obsta a
que la obligación subsista en un estado larvado o latente, con aptitud
para reasumir su verdadera eficacia tan pronto se modifiquen las cir
cunstancias fácticas que motivaron la imposibilidad de obrar (Llambías,
Borda, Trigo Represas, Lafaille).
4. Requisitos
Para que se produzca la extinción de la obligación por confusión:
a) Debe existir una relación obligatoria, con sus extremos opuestos
de crédito y deuda.
b) Se requiere que ambos títulos de deudor y acreedor de la misma
Ar l
K62
obligación se unifiquen en cabeza de una sola persona, que
puede ser uno de los primitivos sujetos de la obligación que
sucede al otro, o un tercero que sucede a ambos.
5. Formas
La confusión puede producirse de dos maneras distintas:
a) Por sucesión a título universal, intestada o testamentaria.
b) Por sucesión a título singular por acto entre vivos , como ocurre
por ejemplo si el deudor resulta cesionario del mismo crédito
existente en su contra, o si un tercero adquiere el crédito y
también toma a su cargo la deuda correspondiente.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. La confusión como m edio extintivo. 2. La confusión como paralización de
la acción.
1. La confusión como medio extintivo
La confusión como medio extintivo de la relación obligacional de
viene como consecuencia de que en una misma persona se reúnen las
calidades opuestas de acreedor y deudor, pues una persona no puede
exigirse a sí misma la realización de la prestación debida. Es evidente
que en situaciones en que se reúnen en la misma persona las dos
cualidades antitéticas de acreedor y deudor, de manera que el titular
del crédito se encuentra deudor de sí mismo, y el responsable de la
deuda se encuentra acreedor de sí propio, existe una imposibilidad
lógica de que ese deudor se pague a sí mismo, o de que actuando
como acreedor accione contra sí mismo. La deuda y el crédito corre
lativo quedan extinguidos entonces por "confusión", y tal extinción
es simple consecuencia de aquella imposibilidad de accionar contra
sí mismo, pues admitir en tales situaciones la supervivencia de la
obligación en una misma cabeza, que es a la vez su deudora y su
acreedora, sería una absurdidad
1
.
Cuando en una misma cabeza -o parte- se reúne la doble calidad
1
C2
a
CC de La Plata, sala I, 27-3-2002, causa 97.156, Juba B1400817.
VALERIA MORENO
de acreedora y deudora de la obligación es lo que se llama confusión
y tiene la virtualidad de extinguir la obligación, siendo además aplicable
a la extinción de las hipotecas
2
.
Si el beneficiario del endoso de retorno es, a su vez, tomador y
primer endosante del título, y si al presentarlo al cobro éste le es
rechazado (entiéndase por un motivo que no implique perjudicar la
aptitud cambiaría del documento ni las acciones que en ese carácter
confiere), se produce la extinción por confusión y la consecuente li
beración de los titulares posteriores a su primigenia intervención, ya
sean endosantes o sus avalistas. Si bien la confusión no ha sido re
ceptada específicamente como tal dentro del abanico de excepciones
que taxativamente enumera el artículo 542 del CPCC, en estos casos
ella admite su encuadre en la defensa de inhabilidad de título, dado
que la configuración de esa modalidad extintiva emana de la cadena
negocial del título, y que, por su virtualidad, la recurrente no resulta
legitimada pasiva de la acción entablada, pues la relación jurídica car-
tular por la cual el ejecutante le reclama el crédito se encuentra ex
tinguida (arts. 862 y ss., Cód. Civ.)
3
.
Se cumplen los requisitos necesarios para que se opere la extinción
de la obligación por confusión, si el actor es acreedor del Consorcio
de Propietarios a raíz de los daños y perjuicios sufridos en la unidad
funcional de su propiedad y, a su vez, es deudor de la obligación de
contribuir al pago de las expensas como integrante de dicho consorcio
(art. 862, Cód. Civ.)
4
.
2. La confusión como paralización de la acción
La confusión exime de la acción, impide el ejercicio del derecho,
de tal manera que la obligación sufre una suerte de paralización y
en la medida solamente de que esta paralización de la acción es re
querida por el obstáculo material que se opone a su ejercicio; fuera
de esta medida la obligación, que en realidad no ha sido ejecuta
da, debe reputarse subsistente. A la confusión pertenece el carác-
2
C l
a
CC de Mar del Plata, sala II, causa 87.771, Juba B1400817.
3
CCC de San Martín, sala II, causa 47.625, Juba B2001555.
4
C2
a
CC de La Plata, sala I, 27-3-2002, causa 97.156, Juba.
Arl. 863
ter más bien de defensa personal del deudor afectado que de cau
sa extintiva de la obligación
5
.
La confusión no tiene una fuerza extintiva absoluta como ocurre
con el pago, la compensación o la novación, sino que constituye un
obstáculo a la ejecución de la obligación sin ser una verdadera causa
de extinción de ella
6
.
Art. 863 La confusión no sucede, aunque concurran en una persona la
calidad de acreedor y deudor por título de herencia, si ésta
se ha aceptado con beneficio de inventario.
Concordancia:
art. 3373.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 862.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Beneficio de inventario.
1. Beneficio de inventario
El beneficio de inventario tiene dos objetos: 1) impedir la confusión
del patrimonio del difunto con el del heredero; 2) limitar las obliga
ciones del heredero, quien sólo responde a las deudas de la sucesión
con el haber de ésta (Machado).
El beneficio de inventario, en efecto, impide la confusión del pa
trimonio del causante con el patrimonio del heredero, los cuales per
manecen absolutamente distintos e independientes: el heredero puede
reclamar, como cualquier otro acreedor, los créditos que tuviese contra
la sucesión, e inversamente queda obligado, como cualquier extraño,
a pagar lo que él debiese al causante (arts. 3371 y 3373) (Llambías,
Machado, Colmo, Salvat y Galli, Borda).
5
CNCiv., sala A, L.L. 128-960, S-15.910.
6
CNCiv., sala A, E.D. 42-596; sala D, E.D. 42-600.
VALERIA MORENO
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Beneficio de inventario. 2. Aceptación de la herencia pura y simplemente.
1. Beneficio de inventario
Habiendo accionado la viuda de quien era novia al momento del
hecho, y con quien se casara poco después, es por consiguiente su
heredera, y aun causando un detrimento patrimonial propio, también
accedió al patrimonio de su cónyuge. No obstante, la confusión no
se produjo, pues ella no opera con beneficio de inventario (art. 863,
Cód. Civ.)
1
.
2. Aceptación de la herencia pura y simplemente
Si el locatario hereda al locador, en concurrencia con otros here
deros,
y acepta la herencia pura y simplemente, las obligaciones que
resultan de la locación se extinguen como consecuencia de la confusión
que se produce entre dicha herencia y el patrimonio de aquel heredero
2
.
Art. 864 La confusión puede tener efecto, o respecto a toda la deuda,
o respecto sólo a una parte de ella. Cuando el acreedor no
fuese heredero único del deudor, o el deudor no fuese heredero
único del acreedor, o cuando un tercero no fuese heredero
único de acreedor y deudor, habrá confusión proporcional a
la respectiva cuota hereditaria.
Concordancias:
arts. 674, 693, 866, 3435, 3493, 3502.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 862.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Confusión total y parcial. 2. Obligaciones de sujeto plural. 3. Obligaciones
divisibles e indivisibles.
1
CITC de San Nicolás, causa 960.146, Juba B854545.
2
SCBA, E.D. 34-551.
Alt.
K M
1. Confusión total y parcial
Según que la reunión de ambas calidades contrapuestas de acreedor
y deudor en una persona se refiera a la totalidad o a una parte de la
obligación, la confusión será total o parcial (Llambías). Ejemplo de
confusión parcial es el deudor del causante que luego lo hereda jun
tamente con otros parientes; la deuda queda extinguida sólo en pro
porción a la porción hereditaria del deudor (Borda).
En realidad, esto fluye como consecuencia directa de la división
que se opera, tanto para los créditos como para las deudas, con mo
tivo del fallecimiento (arts. 3485 y ss.), la cual por lo demás ha sido
expresamente aplicada a nuestro caso por los artículos 3494 y 3502
(Lafaille).
2. Obligaciones de sujeto plural
Cuando la obligación es de sujeto plural, la confusión recaída en
alguno de los acreedores o deudores sólo produce la insubsistencia
de la obligación en la parte correspondiente al acreedor o deudor afec
tado por ese hecho. Es lo que indica el artículo 864, segunda parte
(Llambías).
3. Obligaciones divisibles e indivisibles
Aunque el artículo 864 sólo contempla la confusión parcial que
puede sobrevenir en el supuesto de la pluralidad de herederos, la norma
respectiva es más amplia y abarca todos los supuestos de obligaciones
divisibles. Si la confusión se produce con respecto a un acreedor o a
un deudor, ello no altera para nada la situación de los restantes acree
dores o deudores ajenos a la confusión. Algo semejante ocurre en las
obligaciones indivisibles, aunque el resultado equivalente obedezca a
una motivación jurídica distinta: la confusión entre uno de los deu
dores y el acreedor común no opera con relación a los demás, que
continúan obligados en los mismos términos originarios (Llambías).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Confusión parcial.
VALERIA MORENO
1. Confusión parcial
Cuando uno de los coherederos era locatario del inmueble del cau
sante, la confusión parcial sólo lo afecta a él por su parte en la herencia,
quedando inalterados los derechos y obligaciones derivados de la lo
cación con respecto a los demás coherederos
1
.
En sentido contrario, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos
Aires ha considerado que la extinción es total, como corolario de la
indivisibilidad de la posesión de la herencia
2
.
Art. 865 La confusión del derecho del acreedor con la obligación del
deudor, extingue la obligación accesoria del fiador; mas la con
fusión del derecho del acreedor con la obligación del fiador,
no extingue la obligación del deudor principal.
Concordancias: arts. 525, 829, 852, 880, 2042, 2047, 2048.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 862.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Confusión del derecho del acreedor con la obligación del deudor. 2.
Confusión del derecho del acreedor con ia obligación del fiador. 3. Confusión de las
obligaciones de deudor y fiador.
1. Confusión del derecho del acreedor
con la obligación del deudor
La primera parte de este artículo contempla el supuesto de extinción
por confusión de la obligación principal y extiende sus efectos a la
obligación accesoria del fiador. En realidad no se trata más que de
una aplicación del principio de que la confusión extingue la deuda
1
CNCiv., sala A, E.D. 42-596; sala D, J.A. 1962-11-162; sala E, E.D. 42-579;
C l
a
CC de Bahía Blanca, J.A. 1962-11-162.
2
SCBA, E.D. 50-546, sum. 24; J.A. 1967-1-499; Cl
a
CC de La Plata, DJBA
58-121.
A r l . 866
"con todos sus accesorios", y aun del régimen de interdependencia de
las obligaciones principales y accesorias (art. 525).
2. Confusión del derecho del acreedor con la obligación del fiador
La segunda parte de la norma se refiere al supuesto inverso de
confusión del derecho del acreedor con la obligación accesoria de la
fianza, el cual no envuelve la extinción de la obligación principal (art.
525, infine). Las situaciones de deudor y acreedor permanecen intactas,
pero desaparece la garantía y la obligación queda como pura y simple,
ya que frente al acreedor resta un único responsable: el deudor (Cazeaux
y Trigo Represas, Borda, Machado).
3. Confusión de las obligaciones de deudor y fiador
Lo que el Código no trata es el caso de confusión de las calidades
de deudor y fiador, en cuyo supuesto, quien resulte sucesor queda
obligado en ese doble carácter. Pero si el fiador hubiese otorgado
seguridades reales o personales (hipotecas, prendas, etc.), éstas sub
sistirán inalterables pese a la reunión en la misma persona de ambas
calidades de deudor y fiador, con arreglo a lo dispuesto en el artículo
2048 (Cazeaux y Trigo Represas, Machado).
Art. 866 La confusión entre uno de los acreedores solidarios y el deudor,
o entre uno de los codeudores solidarios y el acreedor, sólo
extingue la obligación correspondiente a ese deudor o acreedor,
y no las partes que pertenecen a los otros coacreedores o co
deudores.
Concordancias: arts. 707, 771 -inc. 3
o
-, 3494.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 862.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Confusión en las obligaciones solidarias. 2. Normativa del Código Civil. 3.
Reforma del decreto-ley 17.711/68.
VALERIA MORENO
1. Confusión en las obligaciones solidarias
En las obligaciones solidarias la confusión entre uno de los coa
creedores solidarios y el deudor, o entre uno de los codeudores so
lidarios y el acreedor, sólo extingue la obligación correspondiente a
ese deudor o acreedor, y no las partes que pertenecen a los otros
acreedores y deudores. Como se ve, aun en el caso de solidaridad,
la confusión tiene efectos estrictamente limitados a la porción en que
el crédito y la deuda han quedado confundidos en una sola persona
(Borda).
2. Norm ativa del Código Civil
En el Código Civil existía una contradicción entre esta norma y
lo dispuesto en el artículo 707. Mientras la primera establece la ex
tinción parcial de la obligación, el artículo 707 establecía que la no
vación, la compensación, confusión o remisión de deuda, hecha por
cualquiera de los acreedores y con cualquiera de los deudores, extinguía
la obligación; es decir, establecía la extinción total en el mismo su
puesto de confusión.
Ante la contradicción de las normas, la doctrina interpretó que
debía preferirse la solución dada por este artículo (Machado, Bor
da, Salvat).
3. Reforma del decreto-ley 17.711168
Para evitar dicha contradicción, el decreto-ley 17.711/68 supri
mió del artículo 707 la palabra "confusión". El artículo en comentario
habla de las partes que los acreedores o deudores tengan en la obli
gación, y es de acuerdo a esas partes que opera la extinción (Trigo
Represas).
A rt. 867 Si la confusión viniese a cesar por un acontecim iento poste
rior que restablezca la separación de las calidades de acree
dor y deudor reunidas en la misma persona, las partes inte-
Art. S(>7
resadas serán rest i tuidas a los derechos temporalmente ext in
guidos, y a todos los accesorios de la obligación.
Concordancias: arts. 2930, 3056, 3057, 3181, 3308.
A) Bibliografía especial
La citada en el artículo 862.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Causas de cesación de la confusión. 2. La cesación voluntaria y de pleno
derecho. Efectos.
1. Causas de cesación de la confusión
Esta norma establece que cesando la confusión renace el status
jurídico o vínculo obligacional anterior .
En la sucesión mortis causa se pueden encontrar los supuestos más
corrientes de desaparición ulterior de la confusión: así, si el testamento
que creó los derechos fue después anulado, o si la aceptación de la
herencia queda anulada por alguna de las causas que la ley autoriza,
o si el heredero fuese declarado indigno y apartado de la sucesión,
etcétera (Salvat y Galli).
El crédito paralizado por la confusión recobra, en estos casos, toda
su eficacia, lo mismo que sus accesorios (Salvat y Galli , Cazeaux y
Trigo Represas , Borda , Machado, Llambías) .
La confusión también puede cesar por un acto voluntario de la
persona en cuya cabeza se operó, como ocurre por ejemplo si el acree
dor que hereda a su deudor luego cede su crédito, o a la inversa su
obligación hereditaria a un tercero; en tales casos, al separarse nue
vamente las calidades de acreedor y deudor, podrá el cesionario en el
primer caso exigir el cumplimiento de su cedente en cuanto sucesor
del obligado, y en el segundo, el cedente reclamar el crédito del ce
sionario que asumió las deudas de la herencia que le fueran cedidas.
2.
La cesación voluntaria y de pleno derecho. Efectos
Existe una diferencia entre la cesación voluntaria de la confusión
V A L E R I A M O R E N O
y la provocada de pleno derecho por causas extrañas a la voluntad
de las partes: en el primer supuesto los efectos no alcanzan a los
terceros como consecuencia del principio de
res inter alios acta;
en
tanto que en el segundo caso, al ser restituidas las partes a todos los
derechos temporalmente extinguidos y a todos sus accesorios, va de
suyo que las fianzas u otras garantías constituidas por terceros se
guirán acompañando como accesorios a la obligación reactivada al
cesar la confusión (De Gásperi y Morello, Llambías, Cazeaux y Trigo
Represas).
TÍTULO XXI
DE L RENUNCI DE LOS
DERECHOS DEL CREEDOR
Bibliografía general
COVÍELLO, Doctrina general del Derecho Civil, trad. de Felipe de Jesús
Tena, Uthea, México, 1938, p. 350, N° 103; COM PAGNU CCI DE C ASO,
El negocio jurídico, Astrea, Buenos Aires, 1992, p. 69; STOLF1, Teoría
del
negocio
jurídico, trad. de J. Santos Ruiz, Revista de Derecho Privado,
Madrid, 1959, p. 66; ALBA LADEJO, Negocio jurídico, Bosch, Barcelona,
1958, p. 27, N° 55; CANO MARTÍNEZ DE VELAZCO,
La renuncia a
los derechos, Bosch, Barcelona, 1986, p. 35.
Art. 868 Toda persona capaz de dar o de recibir a título gratuito, puede
hacer o aceptar la renuncia gratuita de una obligación. Hecha
y aceptada la renuncia, la obligación queda extinguida.
Concordancias: arts. 450, 724, 726, 870 a 876, 948, 949, 1804, 1809 y 3047.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Concepto. 2. Renuncia y rem isión. 3. Distintas tesis de diferenciación. 4.
Caracteres, a) Unilateral o bilateral, b) Abdicativa, c) Neutra, d) Interpretación
restrictiva. 5. Naturaleza ju rídica.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
1. Concepto
La renuncia es abandono, pérdida o abdicación de un derecho, sin
correspondérsele ninguna ventaja jurídica (Salvat-Galli, Rezzónico,
Boffi Boggero, Ripert-Boulanger, Messineo).
La renuncia se caracteriza porque no hay transferencia de derechos
sino dejación de derechos, ello no implica que otro sujeto puede o no
adquirir el derecho renunciado, pero esa adquisición es siempre ori
ginaria y nunca traslativa (Cano Martínez, Compagnucci de Caso, De
Gásperi, Morello).
Algunos autores, como Llambías, diferencian dos tipos de renuncia:
una de alcance amplio y otra de alcance restringido.
De alcance amplio: es el acto jurídico por el cual alguien se des
prende de un derecho propio, cualquiera sea la índole de éste, se trate
de un derecho creditorio, real o intelectual. Es un abandono o abdi
cación que el titular del derecho realiza, con respecto a cualquier pre
rrogativa suya, incluso la misma titularidad del derecho de que se
trate, lo que siempre le está permitido efectuar cuando la facultad
renunciada, siendo separable de la persona del renunciante, le ha sido
concedida en su interés particular. Y de alcance restringido: es el acto
jurídico por el cual el acreedor se despoja de alguna facultad relativa
a su crédito pero manteniendo su carácter de acreedor, por ejemplo,
cuando admite la purga de la mora del deudor concediéndole un nuevo
plazo para el pago, lo que significa renunciar a la posibilidad de hacer
valer ese estado de m ora para resolver la obligación o bien para cancelar
los futuros plazos de que pudiere gozar el deudor; es decir, que refiere
solamente a los derechos de los acreedores en relación con sus deu
dores (Llambías).
2. Renuncia y remisión
Cabe decir que entre nuestros autores la renuncia y remisión son
modos extintivos de derechos subjetivos que se encuentran en relación
de género a especie, ya que la mayoría considera que la renuncia
constituye el género, ya que se refiere a cualquier derecho, y la re
misión, su especie, que se encuentra vinculada con la dejación del
crédito (Lafaille, Colmo, Salvat-Galli).
Arl.
868
Para Llambías la renuncia es la abdicación o abandono de cualquier
derecho; cuando ese derecho es una obligación la renuncia recibe el
nombre especial de remisión de deuda. Según ello, toda remisión (es
pecie) es una renuncia (género), pero a la inversa, toda renuncia no
es una remisión (Llambías).
3.
Distinta tesis de diferenciación
a) Para Galli, la distinción radica en el carácter unilateral o bilateral
del acto extintivo: mientras la renuncia de un crédito sería unilateral,
por emanar de la sola voluntad del acreedor, en cambio, la remisión
es bilateral por derivar de una convención. Es una tesis que atribuye
a la renuncia una característica que no le corresponde y a la que se
le ha reprochado formular una distinción que no tiene arraigo en los
textos legales (Galli en Salvat-Galli).
b) Según Lafaille, la diferencia reside en el modus operandi; la
remisión de deuda "consiste solamente en la entrega del instrumento
constitutivo del artículo 877". De donde se infiere que cualquier otro
modo de abandonar un derecho de crédito configura una renuncia; la
remisión queda circunscripta al acto extintivo que se perfecciona por
la entrega del documento representativo del crédito. Empero, como ha
observado Galli, la remisión por entrega del documento es la remisión
tácita, que no cubre otros supuestos de remisión expresa, los cuales,
según la tesis de Lafaille, no configurarían remisión sino renuncia: es
un enfoque que el propio Código rechaza en el artículo 885.
c) Según Llambías, la diferencia entre la remisión de deuda y la re
nuncia de los derechos del acreedor reside en la materia del acto ab
dicativo: cuando esa materia es el crédito, en su conjunto, y sea que se
refiera a la totalidad de la deuda o a una parte de ella, el acto configura
una remisión de deuda; si, en cambio, esa materia es alguna de las
tantas facultades del acreedor que continúa invistiendo su carácter de
tal, el acto constituye una renuncia de la facultad de la cual el acreedor
se ha despojado. Esta tesis, que no tropieza con dificultad legal alguna,
muestra que tal renuncia sobre alguna facultad en particular del acree
dor no afecta la existencia del crédito sino el contenido actual que
resulta disminuido en la medida del objeto de la renuncia (Llambías).
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
4. Caracteres
a) Unilateral o bilateral
Para algunos autores la renuncia es un acto bilateral porque la
misma se perfecciona por la aceptación del deudor en cuyo favor se
hace (Salvat). Por tanto, no basta para producir la extinción de la
obligación la manifestación de la voluntad del acreedor, aunque, desde
luego, ella es indispensable; se requiere, además, la aceptación del
deudor, hasta cuyo m omento no opera el efecto extintivo de la renuncia.
Esta comprensión tiene, en nuestro Derecho, el respaldo considerable
que le brinda el texto legal (art. 868, parte final: "Hecha y aceptada
la renuncia, la obligación queda extinguida", y art. 875). Ello implica
elevar a la categoría de elemento constitutivo del acto el consenti
miento de las partes, sin que sea suficiente la sola voluntad del acreedor,
si tropieza con la oposición del deudor, para extinguir la obligación
(Salvat-Galli, De Gásperi, Morello, Llambías). Otra corriente sostiene
que la renuncia es siempre un acto unilateral; según la opinión prin
cipalmente sostenida por Lafaille y Colmo (Trigo Represas, Compag-
nucci de Caso, Borda, Orgaz), la renuncia es un acto unilateral, que
sólo requiere para lograr su eficacia de la manifestación de la voluntad
del acreedor. Para esta tesis cuadra prescindir de la anuencia del deudor,
pues el acto jurídico quedará perfecto por la sola decisión del acreedor,
que con suficiente capacidad se desprende voluntariamente de su de
recho. A esta corriente se adhiere Compagnucci de Caso, quien ma
nifiesta que aunque el Código en los artículos 868 y 875 exige para
la retractación que la renuncia no haya sido aceptada por el beneficiario
del acto abdicativo, de ninguna manera impide juzgar a la renuncia
como acto que se forma mediante una sola voluntad: la del sujeto
renunciante.
b) Abdicativa
La renuncia es siempre un acto de dejación o abandono y no aparece
como traslativa de derechos; aunque importe un incremento en el pa
trimonio de otro, no hay traslación (Albaladejo, De Ruggiero; en contra:
Cano Martínez).
Arl.
868
c) Neutra
No es gratuita ni onerosa, siendo un acto unilateral no es posible
que sea onerosa, a más de que no es gratuita, pues no hay liberalidad,
no implica la dejación en favor de nadie para el incremento o mejoría
de otros patrimonios, es siempre un acto de simple abandono o de
sistimiento (Compagnucci de Caso).
Para otra parte de la doctrina, la renuncia puede ser gratuita u
onerosa. Gratuita: cuando se efectúa por el renunciante sin contrapres
tación alguna. Onerosa: si se realiza a cambio de una contraprestación
a favor del renunciante (Salvat-Galli, Trigo Represas, Boffi Boggero).
En ausencia de elementos de juicios que permitan atribuirle el ca
rácter de oneroso, la renuncia se presume gratuita (Lafaille, Colmo,
Llambías).
d) Interpretación restrictiva
Este carácter se vincula con la forma en que debe interpretarse el
acto (infra, art. 874).
5. Naturaleza jurídica
Esta temática consiste en establecer la esencia de la renuncia. Dán
dose dos puntos de vista: a) negocio jurídico, y b) acto no negocial.
Si el renunciante se encuentra imposibilitado de establecer un régimen
especial que regule los efectos de su renuncia, se trata de un acto no
negocial, porque los efectos del acto están impuestos por la legislación
y no pueden ser cambiados. Si el renunciante pretendiese establecer
otro sistema a los efectos de su acto abdicativo, dejará de ser renuncia
para transformarse en una oferta (Compagnucci de Caso).
Para la mayoría de la doctrina que no hace la diferenciación se
ñalada, la renuncia es un acto jurídico y, por lo tanto, negocial (Llam
bías, Salvat-Galli, Lafaille, Rezzónico).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Desistimiento. 2. Concepto. 3. Naturaleza jurídica. 4. Clases. 5. Facultad
para renunciar.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
1. Desistimiento
El acto jurídico procesal de desistimiento del derecho es diferente
y, por consecuencia, tiene efectos distintos del acto jurídico civil de
nominado renuncia de derechos o remisión de deuda. Así, la remisión
de deuda tiene como objeto la deuda misma, la obligación que se
extingue, en tanto el desistimiento del derecho, pese a su denominación,
tiene como objeto inmediato no al derecho en sí mismo, sino al proceso
en el cual se articula una pretensión fundada en ese derecho
1
.
2. Concepto
La renuncia -con alcance amplio- es el acto jurídico por el cual
alguien se desprende de un derecho creditorio, real o intelectual
2
.
3. Naturaleza jurídica
La renuncia gratuita de derechos importa una liberalidad que, como
tal,
es ajena a toda idea de equivalencia, pues a cambio de ella no se
espera recompensa patrimonial alguna
3
.
4. Clases
Nuestro ordenamiento de fondo considera a la renuncia de derechos
por el acreedor, en sus dos especies. Gratuita: "En virtud del principio
de la analogía, se rige por las reglas de la donación". Onerosa: "Se
4
5. Facultad para renunciar
El desistimiento del derecho comporta una renuncia gratuita, en
los términos del artículo 1881, inciso 4
o
del Código Civil, por lo que
si se lleva a cabo por medio de mandatario es menester una facultad
especial al respecto, que sólo resulta de un poder especial específico;
al efecto no basta un poder especial genérico.
1
CNCom., sala D, L.L. 1997-E-477, D.J. 1998-1-444.
2
CNCiv., sala C, 14-6-83, L.L. 1984-C-620, E.D. 106-495.
3
CNCiv., sala E, 15-12-78, J.A. 1979-11-293.
4
CNCiv., sala E, 15-12-78, J.A. 1979-11-710.
Art. 869
La renuncia del acreedor, consistente en su decisión de no hacer
valer los derechos que le ha conferido la mora, extingue la misma. Y
dicha renuncia puede ser total o parcial, según que comprenda todos
los efectos de la mora o solamente algunos efectos determinados. Pue
de hacerse en forma expresa o tácita, pues aun cuando la renuncia
no se presume, ello no impide que pueda ser inducida, con entera
certidumbre, de la conducta del acreedor
5
.
Art. 869 Cuando la renuncia se hace por un precio o una prestación
cualquiera, la capacidad del que la hace y la de aquel a cuyo
favor es hecha, se determinan según las reglas relativas a los
contratos por título oneroso.
Concordancias: arts. 1160, 1357 a 1362.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Capacidad.
1. Capacidad
Por ley se establecen diferentes tipos de capacidad según la renuncia
sea "onerosa" o "gratuita".
Con respecto a las renuncias gratuitas, dice el artículo 868, pri
mera parte: "Toda persona capaz de dar o de recibir a título gratuito
puede hacer o aceptar la renuncia gratuita de una obligación". En
definitiva, son incapaces para renunciar a sus facultades de acreedor
quienes carecen de capacidad de hecho para hacer donaciones (conf.
arts. 1804/1809); tales como los menores emancipados por matrimo
nio, o los habilitados de edad que se les asimilan, con respecto a
bienes recibidos a título gratuito y los inhabilitados del artículo 152
bis,
con relación a cualquier derecho , salvo que practiquen la renuncia
5
CNCiv., sala D, 16-10-90, L.L. 1991-C-7, D.J. 1991-2-64.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGEUNÍ
con conformidad de su curador. También están impedidos para hacer
renuncias quienes padecen alguna incapacidad de derecho, como las
personas casadas, que no pueden renunciar sus facultades de acreedor
a favor del cónyuge, sea directa o indirectamente (arg. art. 1807, inc.
I
o
). En cuanto a la capacidad para aceptar renuncias, sólo carecen
de ella las personas absolutamente incapaces del artículo 54 y los
menores adultos (arg. art. 55 con conexión con la ausencia de dis
posiciones que pudieran conferirles esa aptitud). En cambio, tienen
capacidad los menores emancipados o habilitados de edad, y los inha
bilitados del artículo 152 bis. Todos los cuales gozan de un principio
general de capacidad y no sufren restricción con respecto a la reali
zación de actos que sólo redundan en su beneficio. Padecen incapa
cidad de derechos para aceptar renuncias los tutores y curadores con
respecto a las que les quieran hacer sus representados "antes de la
rendición de cuentas, y del pago del saldo que contra ellos resultare"
(art. 1808, inc. 4
o
).
Este artículo establece que rigen las reglas relativas a los contratos
por título oneroso. En esta hipótesis tanto el acreedor como el deudor
están en pie de igualdad, pues el beneficio que recibe el deudor con
la renuncia lo obtiene a cambio de la contraprestación que, a su vez,
debe satisfacer. Ello explica que sólo son incapaces para hacer o aceptar
renuncias quienes son incapaces de contratar en general
(conf.
art.
1160) y especialmente quienes padecen las incapacidades de derecho
indicadas en el título de la compraventa, que es el típico contrato
oneroso (arts. 1357/1362) (Llambías, Salvat).
C) Jurisprudencia
Quien desiste del derecho debe tener la disponibilidad de éste y
la capacidad necesaria'.
Art. 870 La renuncia hecha en disposiciones de última voluntad, es un
legado y se reglará por las leyes sobre los legados.
Concordancias: arts. 3782 a 3786.
1
CApel. de Corrientes, L.L. 108-700.
Art. 871
A) Bibliografía especial
La del Título y ver: FERRER, F. A. M. y MEDINA, G., Código Civil co
mentado. Sucesiones,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2003.
B) Doctrina
Legados de derechos de créditos y de liberación: el Código dispone
la asimilación de la renuncia del derecho hecha en el testamento al
legado. Si el causante, como titular de un derecho creditorio lo declina
en favor de un legatario, la manda constituye un legado de crédito
(Zannoni). También cabe señalar al llamado legado de liberación, que
se da cuando el testador tiene como objeto liberar al deudor mediante
la remisión de la obligación, en este supuesto el legatario era deudor
del causante (Borda).
Art. 871 Si la renuncia por un contrato oneroso se refiere a derechos
litigiosos o dudosos, le serán aplicadas las reglas de las tran
sacciones.
Concordancias: arts. 832 y 861.
A) Bibliografía especial
GULLÓN BALLESTEROS, Transacción, 1946, p. 43, N° 9; PEL ÁEZ , Fran
cisco J., La transacción. Su eficacia procesal, Bosch, Barcelona, 1987;
PALMIERI, Antonio M.,
Transazione e rapporti eterodeterminanti,
Giu-
ffré,
Milano, 2000.
B) Doctrina
Remisión a otras normas: Llambías sostiene que aunque las partes
califiquen el acto como renuncia, no es tal sino una transacción cuan
do concurran los dos elementos característicos que enuncia el artícu
lo 871, a saber, la onerosidad y la
res dubia
o calidad litigiosa o
dudosa de la materia sobre la cual versa el abandono o abdicación
de quien lo hace. La sola onerosidad no es suficiente porque hay re
nuncias onerosas, pero si a ello se agrega la materia dudosa o liti-
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
giosa del renunciamiento, se está en presencia de una transacción,
siendo lógica entonces la aplicación de "las reglas de las transac
ciones" (art. 871).
Conforme Gullón Ballesteros, la renuncia de derechos litigiosos
no configura una verdadera "transacción", puesto que para ello no es
suficiente la renuncia, sino que debe cumplimentarse con el respectivo
reconocimiento, en lo que el artículo 832 sintetiza como "concesiones
recíprocas" (Gullón, Compagnucci de Caso, Trigo Represas, Lafaille).
C) Jurisprudencia
La transacción -que contiene entre sus cláusulas una expresa re
nuncia del accionante- produce como efecto fundamental y caracte
rístico la extinción de los derechos y obligaciones en ella com prendidos
(arts.
832, 850 y 871, Cod. Civ.)
1
.
Art. 872 Las personas capaces de hacer una renuncia pueden renunciar
a todos los derechos establecidos en su interés particular, aun
que sean eventuales o condicionales; pero no a los derechos
concedidos, menos en el interés particular de las personas, que
en mira del orden público, los cuales no son susceptibles de
ser el objeto de una renuncia.
Concordancias: arts. 842 a 848, 1218, 2097, 2099, 2232 y 3965.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Derechos renunciables. 2. Derechos irrenunciables.
1. Derechos renunciables
Los artículos 19, segunda parte, y 872 establecen como principio
general que son renunciables los derechos patrimoniales conferidos en
1
SCBA, E.D. 110-634, J.A. 1984-IV-38.
Art. 872
el interés individual y no son susceptibles de renunciarse los derechos
que tienen en la mira al orden público, es decir, al interés general.
Nuestro Código Civil tiene ejemplos de derechos renunciables, así
como el derecho del acreedor a la indemnización ante la mora del
deudor, a la resolución contractual ante el incumplimiento (arts. 1203
y 1204), a la posibilidad de ejercer la reversión de una donación (arts.
1845 y 1846), al derecho de excusión por parte del fiador (art. 2003),
a una herencia (arts. 3311 a 3356), a la prescripción ya ganada, pero
no al derecho a prescribir para el futuro (art. 3965).
La libertad de renunciar a los derechos propios se puede ejercer
con respecto a los derechos obligacionales, reales e intelectuales (Boffi
Boggero, López Cabana, Trigo Represas).
Por lo demás, el artículo en comentario precisa que la renuncia
puede recaer no sólo sobre derechos actuales sino también condicio
nales y eventuales. Son condicionales los derechos cuya existencia o
cesación dependen de un acontecimiento futuro e incierto, ajeno a las
partes, que es discrecional, para ellas, efectuar o no; son eventuales
los derechos existentes cuyo ejercicio depende de un presupuesto de
hecho contingente, que puede o no ocurrir. Contrariamente, no es dable
renunciar a un derecho que no existe ni siquiera potencialmente (De
Gásperi-Morello).
2. Derechos irrenunciables
A los derechos instituidos más en el interés público que en el
particular, aun cuando su contenido sea patrimonial, se los juzga como
no renunciables. El acto de declinación es juzgado nulo de nulidad
absoluta.
Se han conceptuado irrenunciables: los derechos de familia, como
la patria potestad y los derechos derivados de la condición marital o
del parentesco, que se conceden para el logro de la mejor formación
de los hijos y para asegurar el orden familiar querido por el legislador;
la nacionalidad argentina; los alimentos futuros (art. 374); los bene
ficios que las leyes de previsión social conceden al trabajador (ley
20.744); la defensa en juicio de los derechos, especialmente la inti
mación de pago, la citación para oponer excepciones y la sentencia;
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
la herencia futura (arts. 848, 1175 y 3311); la prescripción futura; la
facultad de pedir la división del condominio, salvo el período máximo
de cinco años que prevé la ley (art. 2693); los honorarios mínimos
indicados en los aranceles profesionales, la facultad del concursado
de pedir su rehabilitación y carta de pago; el régimen de emergencia
instituido por las leyes de locación urbana o rural, y los derechos que
no pueden ser objeto de convención, como la libertad nupcial, de re
ligión, de domicilio, etcétera (Alterini-Ameal-López Cabana, Trigo
Represas, Llambías, De Gásperi, Morello).
Cuando se encuentra interesado el orden público los derechos no
se pueden renunciar, tales los que deriven del Derecho de Familia, la
porción legítima en favor de los herederos forzosos, los que surgen
de la patria potestad, la nacionalidad argentina, etcétera.
En la jurisprudencia extranjera existen casos de nulidad de renuncia
a la indemnización derivada de daños dolosos, por considerársela con
traria a la moral. O al usufructo legal que tienen los padres sobre los
bienes de los hijos menores (Cano Martínez).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligación solidaria. 2. Excepción de espera. 3. Caducidad del seguro.
Renuncia del derecho. 4. Renuncia a intereses. 5. Derecho del trabajo. Renuncia.
Fraude a la ley. 6. Crédito hipotecario. Renuncia. 7. Renuncia a la acción. 8.
Recusación sin causa. Renuncia. 9. Juicio ejecutivo. Renuncia de derechos. 10.
Defensa en
juicio.
11. Recurso de apelación. Renuncia. 12. Renuncia a la mora.
1. Obligación solidaria
Cuando el actor desiste del derecho respecto de uno de los deman
dados codeudores solidarios, no renuncia a su derecho contra el mismo:
simplemente renuncia a continuar el conflicto con ese demandado.
Así, ese desistimiento no produce la extinción de la obligación de los
otros coobligados
1
.
2. Excepción de espera
La excepción de espera es una renuncia parcial del acreedor que
1
CNCom., sala D, L.L. 1997-E-477, D.J. 1998-1-444.
Art. 872
consiste en su decisión de no hacer valer el derecho conferido por
el estado de mora del deudor
2
.
3. Caducidad del seguro. Renuncia del derecho
Sólo puede renunciarse a la caducidad del derecho del asegurado
al cobro de siniestro acaecido durante el período en que se encuentra
suspendida la cobertura por falta de pago de la prima o a los efectos
de esta suspensión mediante renuncia expresa o tácita, la cual debe
resultar de actos inequívocos
3
.
4.
Renuncia a intereses
Constituye un ritualismo excesivo no agregar los intereses a la
suma debida por la accionada por el hecho de no haber sido solicitados
en la demanda, toda vez que ello consagraría una renuncia a un derecho
con fundamento legal que, como tal, no se presume sino que debe ser
expresa (del voto en disidencia de la Dra. Herrera)
4
.
5. Derecho del trabajo. Renuncia. Fraude a la ley
El fin del principio de irrenunciabilidad es la protección de quien,
por situación económica y social menos privilegiada, puede ser fácil
mente coaccionado y obligado a renunciar al ejercicio de un derecho
muchas veces presunto y discutible, frente a una oferta que venga a
remediar, con su valor numérico inferior, una necesidad de atención
urgente, incluso, en los casos en que no fuera posible probar debida
mente el fraude a la ley ni la existencia de una vía compulsiva suficiente
para invalidar el acto de renuncia
5
.
6.
Crédito hipotecario. Renuncia
La renuncia del derecho a apelar acordada por las partes en la
constitución del mutuo hipotecario no puede ser aplicada de oficio
por el juzgador, pues tal proceder impide que la parte que se encuentra
2
CNCom., sala E, L.L. 1997-F-177, D.J. 1997-3-970.
3
CNFed.CC, sala I, L.L. 2000-C-518, D.J. 2000-3-241.
4
CNFed.CAdm., sala II, L.L. 2001-B-885, jurisp. agrup., caso 15.740.
5
T.S. de Neuquén, D.T. 1998-B-2363.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
en condiciones de hacer valer dicha cláusula no lo haga y convalide
el trámite del recurso de apelación por ante la Alzada
6
.
7. Renuncia a la acción
Cabe calificar al desistimiento de la acción como una renuncia del
actor o del demandado tendiente a extinguir la relación procesal, y en
la medida en que se requiera la conformidad del accionado y éste la
preste, su asentimiento implica también una renuncia a ejercer su de
recho a peticionar y a obtener una sentencia
7
.
8. Recusación sin causa. Renuncia
La renuncia al derecho a recusar sin causa prevista en un contrato
no es un supuesto comprendido en la Ley 24.240 de Defensa del
Consumidor -artículo 37-, pues no compromete la tutela de las ga
rantías fundamentales de la defensa en juicio, toda vez que está esta
blecida en el interés individual de la parte y como tal renunciable por
su beneficiario
8
.
9. Juicio ejecutivo. Renuncia de derechos
Corresponde rechazar la excepción de espera opuesta por el deudor
en un juicio ejecutivo si ésta fue respaldada por recibos que no exte
riorizaban claramente la concesión del nuevo plazo o la prórroga del
plazo originario -en el caso, los recibos señalaban que no implicaban
espera-, pues tratándose de una renuncia del acreedor al derecho a
percibir su crédito en el tiempo originariamente previsto, ella debe
ser expresa y claramente manifiesta, sin prestarse a dudas o a distintas
interpretaciones
9
.
10. Defensa en juicio
La renuncia anticipada a la facultad de utilizar las vías recursivas
6
CCC de Rosario, sala VI, L.L. Litoral 1997-1178.
7
CCC 2
a
Nom. de Santiago del Estero, L.L. NOA 2000-957, E.D. 187-282.
8
CDoc.Loc. de Tucumán, L.L. NOA 2001-639.
9
CNCiv., sala A, DJ. del 23-7-2003; D.J. 2003-2-802.
Art. 872
encuentra sustento en las prescripciones contenidas en los artículos
872 y 1881, incisos 3
o
del Código Civil, pudiendo ser pactada entre
las partes, tanto por ser un derecho de individuo que no afecta al
orden público, como en la consideración de que la doble instancia
no configura requisito de la garantía constitucional de la defensa en
juicio, siempre que ambas partes igualitariamente abdiquen de tal
derecho
10
.
11. Recurso de apelación. Renuncia
Cabe hacer lugar a la renuncia anticipada al derecho de interponer
recurso de apelación, procedencia fundada en los artículos 872 y 1881,
inciso 3
o
del Código Civil, pues la renuncia constituye un derecho del
individuo que no afecta al orden juríd ico
y,
asimism o, la doble instancia
no configura un requisito de la garantía constitucional de defensa en
juicio
11
.
12. Renuncia a la mora
Como regla general, si bien la mora puede extinguirse cuando el
acreedor, expresa o tácitamente, renuncia a hacerla valer, para ello es
necesario que ejecute hechos o actos de los cuales surja inequívoca
mente la voluntad de renunciar, o que sean incompatibles con la sub
sistencia de la mora, lo que sucede, por ejemplo, cuando concede un
nuevo plazo al deudor sin hacer reserva alguna o cuando se extinguen
las obligaciones para novación
12
.
La renuncia del acreedor a los derechos que le ha conferido la
mora de su deudor puede ser parcial o total, verificándose la primera
cuando se efectúa con relación a efectos determinados; mas, en la
duda, debe entenderse que la renuncia sólo se aplica a aquellos efectos
con relación a los cuales se manifestó la voluntad abdicativa del acree
dor, porque la interpretación de la renuncia es restrictiva
13
.
El acreedor puede renunciar a los efectos de la mora de su deudor
10
CNCiv., sala G, L.L. I998-A-495.
11
CNCiv., sala G, L.L. 1998-B-242, D.J. 1998-1-648.
12
CCC de San Isidro, sala II, Juba7 Bl 750342.
13
C l
a
CC de Bahía Blanca, sala I, E.D. 93-404.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
tanto de manera expresa como tácita, si bien esta última debe "ser
inducida con entera certidumbre de la conducta del acreedor", dado
que la renuncia no se presume, y que, salvo evidencia contraria, la
renuncia extingue los efectos de la mora ya producidos y no los fu
turos
14
.
La extinción de la mora por renuncia del acreedor requiere la eje
cución de hechos o actos inequívocos de los que resulte su voluntad
de renunciar, o que sean incompatibles con la subsistencia de la mora,
lo que sucede, por ejemplo, cuando se concede al deudor un nuevo
plazo sin reserva alguna o cuando se extinguen las obligaciones por
novación. La espera concedida por el acreedor luego de la constitución
en mora no borra el efecto provocado, que se renueva a la expiración
del plazo de espera. La renuncia del acreedor a los derechos que le
ha conferido la mora de su deudor puede ser parcial o total, verifi
cándose la primera cuando se efectúa con relación a efectos determi
nados. Mas, en la duda, se debe entender que la renuncia sólo se
aplica a aquellos efectos con relación a los cuales se manifestó la
voluntad abdicativa del acreedor, porque la interpretación de la renuncia
es restrictiva
15
.
Otra cuestión que plantea la renuncia se refiere al alcance de ella
con respecto a los efectos ya producidos de la mora, considerándose
que,
en principio, extingue la mora para el futuro y no esos efectos
ya producidos, a menos que otra cosa deba entenderse de los términos
en que hubiere sido efectuada; ésta es la diferente virtualidad cance-
latoria de la mora que tienen el pago y la renuncia, pues mientras el
primero disuelve la relación obligacional con todos sus accesorios,
salvo la reserva expresa del acreedor respecto de ellos, la renuncia, a
la inversa, deja incólumes los efectos anteriores del estado de mora,
a menos que por la manera de hacerse la renuncia deba extendérsela
también a tales efectos anteriores
16
.
Si los acreedores aceptaron en su momento que el deudor alterara
la modalidad del pago de lo adeudado, sin hacer jugar todas las pre-
14
CCC de San Isidro, sala II, Juba7 B1750342.
15
Juba7 B100250.
16
Juba7 B251747.
Arl.
X73
visiones pactadas para el caso de incumplimiento, ello importó renun
ciar a los efectos de la mora. Es que si se aceptó tal temperamento,
es obvio que esta situación implicó una prórroga del vencimiento para
solventar la deuda, pues aquella aceptación significó renunciar a hacer
valer la mora
17
.
Art. 873 La renuncia no está sujeta a ninguna forma exterior. Puede
tener lugar aun tácitamente, a excepción de los casos en que
la ley exige que sea manifestada de una manera expresa.
Concordancias: arts. 103, 105, 704, 814, 815, 915, 920, 973 a 978, 1184, 3047, 3080
y 3511.
A) Bibliografía especial
La del Título y SANTOS MORÓN, María J., La forma de los contratos en
el Código Civil Universidad Carlos III, Madrid, 1996.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Forma y prueba de la renuncia.
1. Forma y prueba de la renuncia
Forma: en principio, la renuncia es un acto no formal que puede
concertarse por cualquier modo de manifestación de la voluntad, ex
preso o tácito, por escrito o verbalmente; tal como lo hace toda la
doctrina, que es "no formal", y puede ser hecha en instrumentos pú
blicos o privados y manifestarse expresa o tácitamente (L lambías, Trigo
Represas, Salvat-Galli, Rezzónico).
Esa libertad de formas que ya está declarada en el artículo 974
con relación a cualquier clase de actos jurídicos, aparece reiterada por
el artículo en comentario, en su primera parte.
A renglón seguido, el principio de libertad de forma de la renuncia
(conf. art. 974) aparece reiterado por este artículo 873, segunda parte,
que especifica la validez de una renuncia tácita. Ello significa que el
17
SCBA, E.D. 110-633.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
renunciante puede consentir en la renuncia de modo tácito, compor
tándose
de tal
modo
que su
conducta
sea
reveladora
del
abandono
que
hace de alguna facultad suya, por incompatibilidad de esa conducta
con la pretensión de ejercer ese derecho: así, por ejemplo, si luego
de
la
mora
del
deudor
el
acreedor
le
recibe
los
intereses
de la
deuda
por un período futuro, esto equivale a la renuncia tácita del acreedor
a
su
derecho
de
perseguir
la
devolución
del
capital durante
el
lapso
cubierto por los intereses. Igualmente puede el deudor manifestar tá
citamente
su
conformidad
con la
renuncia: basta
que
sepa
de
ella
y
la consienta sin formular oposición para que el acto quede perfeccio
nado (Albaladejo, Compagnucci
de
Caso, Salvat-Galli, Trigo R epresas,
Cano Martínez).
Cuando la renuncia es formal, el propio artículo 873 deja de lado
el principio
de
libertad
de
forma cuando
la ley
exige
que la
renuncia
sea expresa (conf. art. 917). Igualmente ocurre si la ley prescribe una
forma determinada.
Así la
renuncia pasa
a ser un
acto formal cuando
se refiere a obligaciones que pesan sobre inmuebles (arg. art. 1184,
inc.
I
o
) o
cuando recae sobre derechos hereditarios
(conf. art. 1184,
inc. 6
o
). En tales casos la renuncia debe otorgarse en escritura pública
y
si el
renunciante
se
negare
a
ello,
el
deudor podrá demandarlo
por
escrituración bajo apercibimiento de ser otorgada la escritura por el
juzgado,
o
bien
de
reparación
de los
daños
y
perjuicios
que
causare
la falta de renuncia. Otros ejemplos en que la ley exige que la renuncia
sea expresa: renuncia
de
hipoteca
(art.
3193), supuesto
de
renuncia
absoluta a la solidaridad pasiva (art. 704), a la garantía de evicción
en
la
partición
(art.
3511), dispensa
de
fianza
al
usufructuario
(conf.
arts. 2851 y 2852), conforme Compagnucci de Caso.
Prueba: la prueba de la renuncia puede ser hecha por todos los
medios d isponibles,
aun por
presunciones;
sin
perjuicio
de lo
dispuesto
en las reglas sobre la de los contratos cuando la forma de la renuncia
adquiera
ese
carácter (Salvat-Galli, Boffí Boggero).
C) Jurisprudencia
La renuncia implica declaración contenido negativo respecto
Art. 874
principio, a ninguna formalidad'.
Ella no configura un acto formal, por lo que puede realizarse de
cualquier manera, y en forma verbal o escrita -aunque con algunas
excepciones
2
-.
El renunciante puede consentir en la renuncia de modo tácito, com
portándose de tal modo que su conducta sea reveladora del abandono
que hace de alguna facultad suya, por incompatibilidad de esa conducta
con la pretensión de ejercer ese derecho
3
.
La circunstancia de que el artículo 873 del Código Civil reconozca
que la renuncia puede tener lugar tácitamente, sólo significa que el
renunciante puede consentir en la renuncia de modo tácito, compor
tándose de tal manera que su conducta sea reveladora del abandono
que hace de alguna facultad suya, por la incompatibilidad de esa con
ducta con la pretensión de ejercer el derecho
4
.
Si bien la renuncia no se presume, ello no impide que pueda ser
inducida con entera certidumbre de la conducta del acreedor
5
.
La renuncia tácita de los derechos del acreedor, admitida por la
ley, puede resultar de hechos o actos que permiten hacer conocer con
certidumbre la existencia de una voluntad en ese sentido, en los casos
en que no se exija una expresión positiva, o cuando no haya una
protesta o declaración expresa en contrario
6
.
Art. 874 La intención de renunciar no se presume, y la interpretación
de los actos que induzca a probarla debe ser restrictiva.
Concordancias: arts. 873, 1097, 3047 a 3049, 3059 y 3345.
A) Bibliografía especial
La del Título.
1
CNCiv., sala G, 14-5-81, J.A. 1982-11-54, E.D. 95-220.
2
CNCiv., sala D, 7-6-77, J.A. 1979-1-617.
3
CNCiv., sala D, 30-6-83, E.D. 105-148.
4
CNCiv., sala C, 23-4-80, L.L. 1981-A-575, 35.831-S.
5
CNCom., sala A, 27-4-81, Juba7 B251744.
6
CNCiv., sala D, 23-8-74, E.D. 59-348.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
B) Doctrina
Interpretación: la intención de renunciar no se presume, debiendo
aplicarse una regla hermenéutica y restrictiva; en la duda, no hay re
nuncia (Lafaiile, Stolfi, De Ruggiero, Colmo).
El problema se plantea con las renuncias tácitas, mas no en las
expresas, pues será el destinatario quien debe inferir si hubo o no acto
de declinación, teniéndose en cuenta además los usos y costumbres
corrientes, y pautas y conductas del remitente.
En ese sentido, se ha considerado que al no exigir una cláusula
penal con respecto a un incumplimiento no implica no pedirla en
relación con otros incumplimientos posteriores. El recibo de intereses
menores a los pactados no significa renunciar a la tasa convenida.
Para Llambías se debe diferenciar la renuncia gratuita de la one
rosa. Con relación a la primera prevalece el criterio restrictivo (conf.
art. 874), mientras que tratándose de renuncias onerosas hay que es
tar a la más aproximada equivalencia de las obligaciones recíprocas
(Llambías).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Renuncia de derechos. Presunción. 2. Interpretación de la renuncia tácita.
3.
Obligación de expedirse. 4. Contratos de adhesión.
1. Renuncia de derechos. Presunción
La renuncia gratuita de los derechos no puede ser presumida, y los
actos que induzcan a probarla se deben interpretar restrictivamente'.
Aunque la renuncia no es, en principio, un acto formal y puede
ser otorgada tácitamente, no se presume, y la interpretación de los
actos que induzcan a probarla debe ser restrictiva
2
.
Por tanto, se ha entendido que tratándose de una renuncia gratuita,
cualquier duda que se tenga sobre la extensión de las facultades re-
1
CNCiv., sala B, L.L. 93-415; sala C, L.L. 100-80; SCBA, DJBA 72-12 5; CNCiv.,
sala C, L.L. 1988-A-507; sala D, J.A. 1979-1-617; sala G, E.D. 100-244; sala B, L.L.
135-536.
2
CNCiv., sala C, 12-3-81, L.L. 1981-C-352.
Art. 874
nunciadas debe decidirse en el sentido de la ausencia de ella, ya que
la intención de despojarse del derecho en cuestión sólo puede aceptarse
como establecida cuando está configurada mediante hechos inequívo
cos y claros que no le dejen duda al intérprete; la duda favorece al
posible renunciante para que no se lo tenga como tal
3
.
La renuncia de un derecho puede ser manifestada tanto expresa
como tácitamente, pero esa intención debe surgir -tratándose de la
renuncia gratuita - de un modo inequívoco de los actos o de la conducta
seguida por el agente en torno al ejercicio de su derecho, ya que la
renuncia no debe ser presumida, y su configuración es de interpretación
restrictiva
4
.
La intención de renunciar se manifiesta inequívocamente, cuando
quienes podían optar por pedir la resolución del contrato o el reajuste
del precio en un momento en que no se podia llamar a engaño porque
la descompensación profunda de la economía ya era un hecho, deciden
ratificar aquí, es decir, mantener la vigencia del contrato
5
.
La omisión en invocar la excesiva onerosidad inmediatamente des
pués de ocurrido el acontecimiento extraordinario e imprevisible que
la provocó y proseguir cobrando las cuotas no puede entenderse co
mo una renuncia a la facultad que el artículo 1198, segunda parte,
del Código Civil otorga a la vendedora en su condición de parte
afectada, puesto que la renuncia gratuita de los derechos no se pre
sume y los actos que induzcan a probarla deben interpretarse restric
tivamente
6
.
2. Interpretación de la renuncia tácita
La ley admite la posibilidad de renunciar a los derechos en modo
tácito, pero también establece, para esos casos, que la intención de
renunciar no se presume y que la interpretación de los actos que in-
3
CNCiv., sala G, 5-3-81, L.L. 1981-C-122; SCBA, DJBA 110-174; S.C. de Men
doza, sala I, L.L. 129-816; CNCiv., sala D, L.L. 86-57; sala F, L.L. 112-127;
CNFed.CC, sala III, J.A. 1981-111-567; CNCiv., sala B, E.D. 108-254; sala A, E.D.
72-428.
4
CNCiv., sala C,
12-2-81,
L.L. 1981-B-385.
5
ídem nota anterior.
6
CNCiv., sala G, 13-11-80, J.A. 1981-11-243.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
duzcan a probarla sea restrictiva. La prueba de la renuncia tácita a
los derechos ha de fundarse en hechos absolutamente claros y con
vincentes que revelen tal voluntad de manera indudable; debe fluir de
un conjunto de circunstancias que la traduzcan y estar fundada en
hechos categóricos
7
.
La renuncia tácita es inadmisible cuando los hechos que se invocan
en su apoyo no son suficientemente claros y convincentes, no revelan
de manera indubitable la voluntad de proceder en tal sentido
8
.
Atin cuando la renuncia a un derecho pueda ser manifestada tanto
expresa como tácitamente, esa intención debe surgir -tratándose de la
renuncia gra tuita- de un modo inequívoco de los actos o de la conducta
seguida por el agente en torno al ejercicio de su derecho, puesto que
la renuncia no debe ser presumida y su configuración resulta de in
terpretación restrictiva
9
.
3. Obligación de expedirse
No habiendo obligación legal de expedirse, el silencio o la inacción
no pueden tomarse como renuncia tácita
10
.
En modo alguno se puede pretender que las partes deban hacer
reserva de sus derechos para conservarlos, si no existe obligación
legal de manifestarse en ese sentido; en los términos que establecen
los artículos 918 y 919 del Código Civil, no ha mediado silencio
alguno que corresponda interpretarse como configurativo de tal re
nuncia".
4. Contratos de adhesión
En los contratos de formulario las cláusulas que prorrogan la ju
risdicción pueden ser consideradas, dadas ciertas circunstancias, como
restrictivas o de renuncia a los derechos del consumidor, ya que im
portan una renuncia de derechos por parte de éste y, por lo tanto,
7
SCBA, 9-12-80, DJBA 120-166.
CNCiv., sala C, 23-4-80, L.L. 1981-A-575, 3531-S.
9
CNCiv., sala B, 9-12-83, E.D. 108-254.
10
CNCiv., sala G, 5-2-82, E.D. 93-379.
11
Juba7 B300400.
Arl.
875
deben tenerse por no escritas. Ello se entiende así, ya que litigar en
extraña jurisdicción puede significar que por motivaciones económicas,
de distancia y de desconocimiento del medio, se abstenga de promover
un juicio en protección de sus derechos, con lo cual esa cláusula se
convierte en una renuncia anticipada al derecho a la jurisdicción que
la ley no está dispuesta a tolerar
12
.
Art. 875 La renuncia puede ser retractada mientras que no hubiere
sido aceptada por la persona a cuyo favor se hace, salvo los
derechos adquiridos por terceros, a consecuencia de la renun
cia, desde el momento en que ella ha tenido lugar hasta el de
su retractación.
Concordancias: arts. 868, 1144, 1156, 3347, 3348, 3350 y 3351.
A) Bibliografía especial
La del Título.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Efectos. 2. R etractación. 3 . Tiempo útil de realización. 4. Forma y p rueba
de la retractación. 5. Situación de los terceros.
1. Efectos
Una vez aceptada la renuncia como lo establece el artículo 868,
se extinguen los derechos principales y consecuentemente todos sus
accesorios. El acto de renuncia produce efectos entre las partes vin
culadas y no puede perjudicar el derecho de terceros.
Retractación
Conforme expresa Llambías, la retractación de la renuncia es la
manifestación de voluntad del renunciante por la cual éste revoca su
decisión de despojarse de la facultad a que su renuncia se había referido
(Llambías). Puede ser hábilmente efectuada mientras no haya tenido
12
E.D. 174-494, LLBA 1998-389, L.L. 1998-B-170.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
lugar la aceptación del deudor, como lo expresa el articulo 857, cláusula
I
a
. La ley permite la retractación de la renuncia con anterioridad a la
aceptación por quien resulta beneficiario. Éste puede mediante la acep
tación impedir que el titular del derecho retrotraiga su voluntad y deje
sin eficacia el acto abdicativo.
3. Tiempo útil de realización
La retractación debe ser hecha en tiempo útil, o sea hasta la acep
tación expresa o tácita del deudor. Luego de esa aceptación la retrac
tación sería estéríl, porque el consentimiento de las partes para dar
por extinguida la obligación ya habría quedado com pletado y el acuerdo
tendría para ellas valor de ley (arg. art. 1197), no pudiendo desdecir
se, unilateralmente, el renunciante (Salvat-Galli, Trigo Represas, Boffi
Boggero).
4. Form a y prueba de la retractación
La retractación no exige una forma determinada, su prueba es amplia
y puede ser demostrada por cualquier medio de prueba.
La retractación puede hacerse de un modo expreso o tácito. Es
expresa cuando el renunciante comunica al deudor la revocación de
la renuncia. Es tácita cuando resulta de la conducta del acreedor, in
compatible con la intención de desprenderse de la facultad renunciada
(arg. art. 918); así se ha juzgado que la ejecución de los honorarios
regulados implica la retractación de la anterior manifestación de no
cobrarlos, que el deudor todavía no había aceptado. Cualquier medio
de prueba es idóneo para establecer la retractación, no existiendo li
mitación alguna para ello (Llambías, Rezzónico).
5. terceros
La retractación de la renuncia, aunque es eficaz para privar al deudor
de la posibilidad de aceptar esa renuncia ulteriormente, no lo es para
perjudicar los derechos de terceros que derivan de esa renuncia, como
lo decide este artículo en su parte final (Compagnucci de Caso, Colmo).
Frente al deudor es eficaz y consolida el derecho del acreedor en
su consistencia originaria (arg. art. 875, cláusula inicial); frente a ter-
Arl.
S7.S
ceros,
"a consecuencia de la renuncia", los cuales deben quedar a salvo (arg.
art. 875, parte final) pese a la retractación. Lo dispuesto en el articulo
resulta concordante con el artículo 6-2 del nuevo Título Preliminar
del Código Civil español: La exclusión voluntaria de la ley aplicable
y la renuncia de los derechos en ella reconocidos sólo serán válidos
cuando no contraríen el interés, el orden público ni perjudiquen los
derechos de terceros.
C) Jurisprudencia
mologada dicha conducta procesal (arts. 868 y 875, Cód. Civ., y 306,
CPCCN), sin desmedro de la aceptación de la contraria en "otrosí
decimos", torna improcedente cualquier pretensa revocación; desbor
dando el continente del juicio hueras circunstancias propias de una
acción autónoma (arg. arts. 954 y 1071, Cód. Civ.)
1
.
18-5-90, Juba B58468, RSD 128-90.
TÍTULO XX11
DE LA REMISIÓN DE LA DEUDA
Art. 876 Lo dispuesto en los cuatro artículos primeros del Título ante
rior es aplicable a la remisión de la deuda hecha por el acreedor.
Concordancia:
art. 724.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Concepto. 2. Régimen legal. 3. Naturaleza
jurídica.
4. Clases.
1. Concepto
Se la llama también "condonación", "perdón" o "quita", claro que
en este último caso cuando es parcial.
Para LÍambías, la remisión de deuda es el acto jurídico que consiste
en el perdón o condonación del pago de la obligación, total o parcial,
efectuado por el acreedor a favor del deudor (LÍambías).
Se la puede definir como "la renuncia que hace el acreedor a su
derecho creditorio" (Trigo Represas, Lafaille, Salvat-Galli).
2. Régimen
legal
Como tipo específico de renuncia que es, le son aplicables a la
remisión de deuda los principios y normas que rigen al género a que
pertenece, como lo dice este artículo.
M A R C E L O R O L A N D O B L A N C O - M A R Í A D EL C A R M E N A N G E L I N I
3. Naturaleza jurídica
Los autores más modernos establecen que se trata de un acto de
abdicación de créditos, que para nada interviene la voluntad del deudor
y sus efectos se brindan en momentos lógicos sucesivos.
El efecto primario es la extinción del crédito, y en un segundo
tiempo lógico se concluye con la deuda y la relación obligatoria con
siguiente, y en ningún supuesto aparece la intervención de la voluntad
del deudor (Colmo, Rezzónico).
4. Clases
Podemos establecer las siguientes clases:
a) Total o parcial. Si se contempla la extensión del sacrificio de
su crédito hecho por el acreedor, la remisión de deuda puede ser total
o parcial. Es total cuando agota todo el derecho creditorio, parcial si
lo hace sólo en una porción del mismo. Aunque el Código no se
refiere a esa distinción en el presente título, el asunto no se presta a
vacilación alguna: en efecto, si el crédito puede pertenecer a varios
acreedores, y si el pago puede satisfacer parcialmente, es elemental
que también la renuncia a la recepción de ese pago pueda ser parcial.
El Código alude a la remisión parcial bajo la denominación de quita
en el artículo 708.
b)
Por actos entre vivos y mortis causa.
Cuestión que se vincula
con lo dispuesto en los artículos 870 y 871 con relación a la renuncia.
c)
Expresa o tácita.
La expresa se realiza mediante manifestación
positiva de la voluntad enderezada a producir el efecto querido, en el
caso la renuncia al derecho creditorio, desinteresándose de la forma
utilizada para ello (Trigo Represas, Salvat-Galli, Llambías).
En cambio, la remisión tácita exige que de los actos del acreedor
pueda inferirse válidamente que la voluntad se dirige a declinar el
derecho. Salvat, Llambías y Rezzónico dan ejemplos de remisión tácita
en los supuestos de: entrega voluntaria del instrumento creditorio, des
trucción voluntaria que realiza el acreedor del mismo documento y la
entrega de un recibo simulado.
Art. 877
gratuitamente, o sea sin contraprestación alguna a favor del acreedor,
o bien a cambio de una utilidad en provecho del acreedor.
Compagnucci de Caso considera que, al igual que la renuncia, se
trata de un acto neutro, puesto que el acto abdicativo no puede con
siderarse oneroso o gratuito, pues el efecto sólo se produce en forma
directa e inmediata en la órbita del acreedor y cualquier prestación o
ventaja queda ajena y no cualifica al negocio (Compagnucci de Caso).
Art. 877 Habrá remisión de la deuda, cuando el acreedor entregue vo
luntariamente al deudor el documento original en que constare
la deuda, si el deudor no alegare que la ha pagado.
Concordancias: arts. 878, 886 y 887.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
Según Llambías, la presunción de remisión que sienta este artículo
es sólo juris tantum y pasible de impugnación tanto por el acreedor
como por el deudor (Llambías).
Acreedor: puede probar que, no obstante la entrega del documento
original, él no ha tenido la intención de renunciar al crédito, para lo
cual tiene que establecer el motivo en cuya virtud se hizo la entrega
para que quede excluido el motivo presumido por la ley, o sea la
intención de hacer la renuncia. Ejemplo: si el acreedor ha confiado el
título al deudor para hacer algunas verificaciones.
Deudor: interesa al deudor acreditar que él no es beneficiario de
una remisión inexistente, sino que el documento original se encuen
tra en su poder como resultado del pago que ha efectuado. El pro
pio artículo en comentario establece que la entrega voluntaria del
documento configura una remisión de la deuda "si el deudor no ale
gare que la ha pagado" (Trigo Represas, Alterini-Ameai-López Ca
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Con cepto. 2. Cuestiones procesales.
1. Concepto
La remisión debe ser entendida como aquella especie de renuncia
mediante la cual el acreedor se desprende, total o parcialmente, del
derecho de exigir el cumplimiento de la obligación
1
.
La remisión de deuda es un modo extintivo de las obligaciones y
constituye una especie del más amplio género, que es la renuncia a
invocar cualquier derecho subjetivo y no sólo el de crédito
2
.
Pero no se debe confundir al desistimiento del derecho con la re
misión de la deuda. Este modo de extinción de las obligaciones es,
en propiedad, una regulación legal de la expresión tácita de la voluntad
de renunciar, cuya certidumbre emana de la entrega voluntaria por el
acreedor al deudor del documento original en que consta la deuda;
ello no equivale a la conducta de quien, en un proceso judicial, abdica
de perseguir a uno solo de los deudores solidarios cuando mantiene
expedita la acción contra los restantes
3
.
2. Cuestiones procesales
La remisión presenta también un costado procesal, relacionado con
el modo de hacer valer a ésta en juicio. Al respecto, los tribunales
nacionales han señalado que:
a) La remisión de la deuda está enmarcada en el ámbito de las
defensas autorizadas por el CPCCN, por lo cual el tema debe ser
resuelto sobre la base de su normativa.
b) De acuerdo con lo prescripto por el artículo 544, inciso 8
o
del CPCCN es necesaria la presentación del documento que acredita
la remisión de la deuda o su debida individualización, en cuyo caso
el excepcionante debe producir esa prueba durante el período respec
tivo
4
.
1
CNCiv., sala G, 7-7-89, L.L. 1989-E-477.
2
CNCiv., sala D, 18-12-81, E.D. 98-452.
3
CCC de San Isidro, sala II, 16-5-89, Juba7 B1750319.
r l H7H
La quita es la remisión o la liberación que ha hecho el acreedor
de parte de la deuda
5
.
La admisibilidad de la excepción de remisión está supeditada al
requisito de que el ejecutado acompañe el documento del cual resulte,
en forma inequívoca, que el acreedor ha remitido la deuda; no es
admisible la remisión tácita, pues el documento debe ser agregado al
expediente. Si se cumple con la exigencia de agregar los documentos
con los que se intenta invocar la excepción de remisión, su redacción
debe ser clara para que pueda admitirse la defensa; es necesario que
del instrumento surja en forma precisa e inequívoca, sin dejar lugar
a ninguna duda. De lo contrario, las cuestiones que intenten debatir
se deberán ser argüidas en un proceso de conocimiento más am
plio, donde se puedan conocer exhaustivamente las invocaciones he
chas,
que resulta imprudente analizar en el limitado marco del proceso
ejecutivo
6
.
Art. 878 Siem pre que e l doc um ento original de dond e resulte la deuda ,
se halle en poder del deudor, se presume que el acreedor se
lo entregó voluntariamente , sa lvo e l derecho de éste a probar
lo contrario.
Concordancias: arts. 877 y 920.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
Remisión: Ver lo expresado al comentar el artículo 877.
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Obligaciones. Extinción.
5
Juba7 B2200142.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
1. Obligaciones. Extinción
No se debe confundir al desistimiento del derecho con la remisión
de la deuda. Este modo de extinción de la obligación es, en propiedad,
una regulación legal de la expresión tácita de la voluntad de renunciar,
cuya certidumbre emana de la entrega voluntaria por el acreedor al
deudor del documento original en que consta la deuda (arts. 876, 878,
887, 918, 873, 874 y concs., Cód. Civ.). Ello no equivale a la conducta
de quien, en un proceso judicial, abdica de perseguir a uno solo de
los deudores solidarios cuando mantiene expedita la acción contra los
restantes'.
Art. 879 Si el documento de la deuda fuere un documento protocolizado,
y su copia legalizada se hallare en poder del deudor sin ano
tación del pago o remisión del crédito, y el original se hallase
también sin anotación del pago
o
remisión firmada
por el
acree
dor, será a cargo del deudor probar que el acreedor se lo
entregó por remisión de la deuda.
Concordancias: arts. 877, 878, 979, 1006, 1010 y 1184.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Documentos protocolizados o constitutivos del protocolo.
1. Documentos protocolizados
0 constitutivos del protocolo
Este artículo deja al margen de la presunción de los artículos an
teriores los documentos protocolizados, a los que cuadra agregar los
propios instrumentos constitutivos del protocolo, como son las escri
turas matrices. En esos casos la copia del instrumento original, obrante
en poder del deudor, no es presuntiva de remisión alguna. Así pues,
A r l HHO
si el deudor pretende que media tal remisión de duda debe probarlo
eficientemente, no teniendo ese sentido la entrega hecha por el acreedor
de la mera copia de un documento original que, subsistiendo en el
registro de un escribano, puede dar lugar a la expedición de sucesivas
"segundas copias" mediante el cumplimiento de los recaudos perti
nentes (Boffi Boggero, Rezzónico, Llambías).
Requisitos:
a) Entrega del acreedor al deudor: el documento debe ser entrega
do siempre por el acreedor o un representante con autorización sufi
ciente.
b) Entrega voluntaria: es importante señalar este requisito, ya que
si el documento se hubiese extraviado o hurtado y luego aparece en
poder del obligado, no es posible pensar que ingresa en juego lo dis
puesto en el artículo objeto del comentario.
c) Documento original: con este concepto se ha querido clarificar
que quedan excluidas las copias, copias certificadas, testimonios, et
cétera.
d) Que sea posible establecer conexidad entre el crédito y el do
cumento.
e) La no alegación de pago por el deudor: lo establece la parte
final del artículo 877, que la presunción tácita tiene efecto en tanto
el deudor no alegue tener el documento por haber pagado (Trigo Re
presas, Llambías, López Cabana).
Compagnucci de Caso considera que no es posible establecer a
priori una regla general, y habrá que estarse a las circunstancias del
caso en particular (Compagnucci de Caso).
Art. 880 La remisión hecha al deudor principal, libra a los fiadores;
pero la que se ha hecho al fiador,no aprovecha al deudor.
Concordancias: arts. 525, 852, 882 a 884, 2049 y 3785.
A) Bibliografía especial
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
B) Doctrina
En la disposición de este artículo hay una directa aplicación del
principio general del artículo 525 que aquí bien pudo omitirse, como
así lo hicieron los proyectos de reforma integral del Código Civil.
No varía esa solución por el hecho de realizarse la remisión al
fiador, mediante la entrega del documento donde consta la obligación,
aunque al desprenderse de ese elemento de prueba el acreedor pueda
encontrarse en dificultades para justificar su crédito. Si el deudor
principal llegara a negarlo, no hay razón suficiente para extender la
extinción de la fianza a la extinción de la obligación principal, contra
lo prevenido en el artículo 525 in fine. Por ello cuadra concluir que,
en esa hipótesis, la remisión tácita a favor del fiador no causa la
extinción de la deuda principal (Llambías, Llerena, Salvat-Galli).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Locac ión. Fianza. Fiador principal pagador.
1. Locación. Fianza. Fiador principal pagador
Cabe distinguir pulcramente entre el fiador solidario y el princi
pal pagador. Mientras para el primero resultan de aplicación las re
glas de la fianza, con excepción de la privación del beneficio de
excusión y del de división (art. 2004 , Cód. Civ.). En cambio, tratándose
del principal pagador, su situación se halla reglada por los principios
que gobiernan a los codeudores solidarios (art. 2005, Cód. Civ.). o
sea, por las normas propias de las obligaciones solidarias (arts. 699
a 717, Cód. Civ.). De allí que respecto de la extinción de las obli
gaciones que asumiera el principal pagador, no cabe aplicar las re
glas sobre la extinción de la fianza, sino que debe estarse a lo dis
puesto por el artículo 707 del Código Civil, en cuanto sienta que "la
novación, compensación o remisión de la deuda, hecha por cualquiera
de los acreedores y con cualquiera de los deudores, extingue la obli
gación"
1
.
1
Juba B82873, 20-6-96, RSD 161-96.
Arl. SKI
Art. 881 La remisión hecha al deudor, produce los mismos efectos ju
rídicos que el pago respecto a sus herederos, y a los codeudores
solidarios.
Concordancias: arts. 704, 707, 809, 810, 868, 1195, 3417 y 3784.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
Este artículo con tiene la regula ción de esta figura en las oblig acio nes
de sujeto plural que menciona. También los artículos 882 y 884 se
refieren a aspectos del tema. En rigor, es posible presentar el siguiente
esquema de las obligaciones de sujeto plural o múltiple, según ellas
sean divisibles, indivisibles o solidarias y atendiendo a que la pluralidad
sea activa o pasiva.
Obligaciones divisibles. Siendo la obligación divisible cada acree
dor sólo puede hacer remisión de la parte que le corresponde en el
crédito. Si hiciere remisión también de las partes ajenas, el acto ca
recería de valor respecto al exceso, por provenir la disposición de
quien no es ti tular del crédito remitido. Si la remisión fuere hecha en
beneficio de uno de los deudores, ella no favorece a los demás.
Obligaciones indivisibles.
Sien do la obliga ción ind ivisible, la re
misión hecha por uno de los acreedores no es oponible a los demás
ni la remisión hecha a favor de alguno de los deudores beneficia a
los otros.
Obligaciones solidarias. Sien do la obliga ción solidaria la rem isión
hecha por uno de los acreedores es oponible a los otros, pero éstos
pueden cobrar, a quien hizo la remisión, el valor de la parte de cada
uno en el crédito. En principio, esa solución también se aplica a favor
de cualquiera de los deudores, a menos que el acreedor demuestre que
no tuvo sino intención de hacer una remisión parcial a favor de alguno
de los deudores, pero no de los demás, que entonces siguen respon
diendo por la totalidad de la deuda con deducción de la parte remitida.
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
C) Jurisprudencia
En las obligaciones in sólidum la remisión de la deuda hecha en
favor de uno de los deudores no aprovecha a los demás
1
.
La remisión de la deuda que el acreedor efectúe con respecto a
uno de los deudores no modifica la obligación de otro deudor concu
rrente
2
.
Art. 882 La remisión hecha a uno de los fiadores no aprovecha a los
demás fiadores, sino en la medida de la parte que correspondía
al fiador que hubiese obtenido la remisión.
Concordancias: arts. 674, 675, 2024.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
Cofianza: este artículo regula la remisión hecha a un cofiador cuan
do en la obligación son varios los que han afianzado, es decir "la
existencia de cofianza".
Conforme Com pagnucci de Caso, se está en un supuesto de cofianza
solidaria en el cual el acreedor renuncia parcialmente a la solidaridad
en favor del remitido. La disposición en análisis incorpora las acciones
de regreso (Llambías, Rezzónico, Borda, Trigo Represas).
Art. 883 Si el fiador hubiese pagado al acreedor una parte de la obli
gación para obtener su liberación, tal pago debe ser imputado
sobre la deuda; pero si el acreedor hubiese hecho después re
misión de la deuda, el fiador no puede repetir la parte que
hubiese pagado.
Concordancias: arts. 768 , 791 , 2013.
1
T.S. de Córdoba, 22-10-91, L.L.C. 1992-624.
2
Art. 884
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
Pago parcial hecho por el fiador para liberarse: este artículo esta
blece que para liberarse, el pago parcial del fiador debe imputarse a
la deuda, pero si el acreedor luego remite la obligación al deudor, el
fiador que pagó nada puede reclamar (Pothier, Trigo Represas, De-
molombe).
Es evidente que con el pago mencionado el fiador cierra una etapa
en el vínculo con el acreedor y queda fuera de la relación; es una
forma de obtener la libertad jurídica de no ser más deudor accesorio.
Parte de la doctrina se muestra contraria a esta solución legal porque
considera que el acreedor podría percibir un importe mayor que el de
la obligación, teniendo en cuenta que el fiador efectivizó un pago
parcial (Pothier, Salvat, De Gásperi, Morello).
También puede entenderse que lo dispuesto en el último apartado
del artículo en análisis no se contradice con los principios estudiados.
Si el acreedor realiza la remisión de lo que le restaba como crédito,
después del pago parcial hecho por el fiador, no hizo más que disponer
de todo lo que tenía a ese tiempo.
Art. 884 La remisión por entrega del documento original, en relación
a los fiadores, coacreedores solidarios o deudores solidarios,
produce los mismos efectos que la remisión expresa.
Concordancias:
arts. 707, 881 y 882.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
la remisión expresa y la tácita, que hace aplicable a ésta lo dicho con
relación a cualquier forma de remisión (Llambías).
Se trata de
sujetos plurales,
pudiéndose plantear casos de simple
mancomunación con objeto divisible, con objeto indivisible y de so
lidaridad.
Obligación indivisible: en estos casos la remisión hecha por uno
de los acreedores no afecta al derecho de los otros, pues el artículo
667 exige el asentimiento de todos, y si la remisión se hace a uno
solo de los deudores tampoco se extiende al resto del grupo.
Obligación solidaria: en los efectos de la solidaridad en los sujetos
pasivos, la remisión a uno de los deudores extingue la obligación. La
solución es la misma si uno de los acreedores remite la deuda al
deudor: también concluye con relación al resto de los acreedores.
Art. 885 No hay forma especial para hacer la remisión expresa aunque
la deuda conste de un documento público.
Concordancias: arts. 873, 874, 877, 879, 974, 1034, 1035 y 1184.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
Forma: esta norma sigue el principio de libertad de formas ya con
sagrado en el Código (art. 974); permite la remisión expresa, tácita,
en forma oral y en forma escrita.
Con respecto a la remisión de deuda que consta en escritura pública
se ha creído encontrar una contradicción entre el artículo objeto del
comentario y lo dispuesto en el artículo 1184, incisos 10 y 11. Pero
es mayoritaria la opinión de los autores en señalar que la remisión no
configura un acto accesorio de un contrato redactado en escritura pú
blica, ni un verdadero pago ante la ausencia de cumplimiento.
Arl.
HS7
recibida en prenda, causa sólo la remisión del derecho de pren
da,
pero no la remisión de la deuda.
Concordancias: arts. 525, 887 y 3782.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Restitución de la cosa prendada.
1.
Restitución de la cosa prendada
Este artículo, siguiendo los principios generales, establece la ex
t inción de lo accesorio. En el caso el derecho real de prenda no afecta
el derecho creditorio principal.
Mientras que el ar t ículo 887 consagra a su vez una presunción
legal de entrega voluntaria y consecuente remisión del derecho pren
dario, cuando la cosa objeto de la garantía está en poder del deudor,
invirtiendo la carga probatoria hacia el acreedor que pretenda que se
mantenga el gravamen real .
Art. 887 La existencia de la prenda en poder del deudor hace presumir
la devolución voluntaria, salvo el derecho del acreedor a probar
lo contrario.
Concordancia: art. 886.
A) Bibliografía especial
La del Título XXI.
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Devolución de la cosa prendada.
1.
D evolución de la cosa prendada
MARCELO ROLANDO BLANCO - MARÍA DEL CARMEN ANGELINI
cual la circunstancia de tener el deudor la prenda en su poder, hace
presumir la voluntariedad de la devolución (Trigo Represas, De Gás-
peri,
Morello, López Cabana).
Corresponde aclarar que queda excluida la aplicación de estas
normas a los casos de prenda sin desplazamiento regulada por el
decreto-ley 15.348/46, de prenda con registro, ya que en estos su
puestos la prenda no se desplaza y queda en posesión del propio
obligado.
TÍTULO XXIII
DE LA IMPOSIBILIDAD DEL PAGO
Art. 888 La obligación se extingue cuando la prestación que forma la
materia de ella, viene a ser física o legalmente imposible sin
culpa del deudor.
Concordancias: arts. 556, 578, 584, 627, 632, 642, 647, 665, 709, 724 -inc. 8
o
-,
890.
A) Bibliografía especial
La indicada en el Título XVI, "Del pago".
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Concepto. 2. Imposibilidad física y jurídica.
3. Requisitos.
1. Concepto
El pago es el cumplimiento exacto de la prestación ofrecida, y
cuando esa prestación viene a ser física o legalmente imposible sin
culpa del deudor, la obligación se extingue porque no hay materia u
objeto. Nadie puede estar obligado a hacer lo imposible, ni puede
responder de acontecimientos que no están en su mano evitar (Ma
chado, Cazeaux y Trigo Represas, Salvat y Galli).
2. Imposibilidad física y jurídica
La forma más común de disolverse la obligación por imposibilidad
física es la extinción o pérdida de la cosa, pero puede ocurrir igualmente
V A L E R I A M O R E N O
del comercio la cosa objeto de la obligación, o si una ordenanza mu
nicipal ha prohibido un acto, la obligación se extingue.
Las fuentes tenidas en cuenta por el Codificador argentino han
sido la obra de Aubry y Rau y el de Freitas (Salvat y Galli,
Llambías).
3. Requisitos
Para que la imposibilidad resulte extintiva se requiere:
a) Que el cumplimiento de la prestación debida resulte imposible.
Éste es el requisito básico, que consiste en una imposibilidad irrefra
gable de cumplimiento de la prestación. Queda descartada una difi
cultad para cumplir difficultas pr&standi, por extremada u onerosa
que ella sea, si puede ser contrarrestada por la ejecución de los medios
apropiados: tal evento no libera al deudor.
Por regla general, la imposibilidad debe ser absoluta, es decir, que
lo sea para todo el mundo y no únicamente para la persona del obligado;
pero en las obligaciones de hacer intuitu
personce,
en las que se han
tenido particularmente en cuenta las condiciones especiales del deudor,
una imposibilidad relativa que sólo afecte a este último puede cons
tituirse sin embargo en causal extintiva de la obligación por imposi
bilidad de cumplimiento (Cazeaux y Trigo Represas, Colmo, Llambías,
Borda, Lafaille).
b)
Que sea una imposibilidad definitiva.
Una imposibilidad tran
sitoria no es suficiente para liberar al deudor, aunque sí para eximirlo
de responsabilidad por el daño moratorio que pudiera experimentar
el acreedor por la falta de cumplimiento en tiempo propio (Llambías).
c)
Que esa imposibilidad haya sobrevenido sin culpa o dolo del
deudor. La imposibilidad debe ser el resultado de un caso fortuito o
fuerza mayor (art. 513) y no imputable al deudor, pues si la misma
se hubiere producido como consecuencia de su culpa, o, con mayor
razón, de su dolo, la obligación no se extingue sino que se transforma
en la de satisfacer la indemnización de los daños y perjuicios ocasio
nados.
d) Que el deudor no sea responsable del caso fortuito. No se di
Art. KX9
por haberlo asumido convencionalmente, sea por haberlo provocado
por su culpa o dolo, o por haber ocurrido con posterioridad a su mora.
Se explica así que se compute como un requisito de la figura extintiva
la ausencia de responsabilidad del deudor con ocasión del hecho de
terminante de la imposibilidad de cumplimiento de la obligación (Salvat
y Galli, Cazeaux y Trigo Represas, Borda, Llambías).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Imposibilidad de pago.
1. Imposibilidad de pago
El contrato celebrado entre actor y demandado ponía a cargo de
este último, y por un mismo precio, dos prestaciones: la transferencia
del dominio de un automotor y la transmisión de la habilitación mu
nicipal como taxímetro. Esta última obligación es de cumplimiento
legalmente imposible en virtud de que la habilitación no pertenecía
al promitente, y, además, la misma es intransferible en virtud de la
ordenanza municipal aplicable. La obligación asumida por el deman
dado se resuelve por imposibilidad de pago y él debe devolver a su
acreedor todo lo recibido con motivo de dicha obligación extinguida,
sin perjuicio del resarcimiento de los daños que pudiera corresponder
cuando la imposibilidad sobreviene por culpa del deudor (arts. 888,
889 y 895, Cód. Civ.) .
Art. 889 Si la prestación se hace imposible por culpa del deudor, o si
éste se hubiese hecho responsable de los casos fortuitos o de
fuerza mayor, sea en virtud de una cláusula que lo cargue con
los peligros que por ellos vengan, o sea por haberse constituido
en mora, la obligación primitiva, sea de dar o de hacer, se
convierte en la de pagar daños e intereses.
Concordancias: arts. 505, 506, 511, 513, 514, 556, 576 a 579, 585, 610, 628, 634,
641,
648, 710, 724, 890.
VALERIA MORENO
A) Bibliografía especial
La citada en el Título XVI, "Del pago".
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Conversión de la obligación primitiva en la obligación de pagar daños e
intereses.
1. Conversión de la obligación primitiva en
la obligación de pagar daños e intereses
Cuando ocurre alguna de las circunstancias que este artículo deter
mina, la obligación primitiva se convierte en la de pagar daños e
intereses. La prestación primitiva no puede ser cumplida, pero la obliga
ción no se extingue, sino que se transforma, se convierte en la de pagar
daños e intereses. Es la misma obligación que perdura o se perpetúa,
como decían los textos romanos, aunque se haya modificado el objeto
de la prestación (Salvat y Galli, Cazeaux y Trigo R epresas, Llambías).
Esta idea de perpetuación de la obligación primitiva da lugar a conse
cuencias prácticas de importancia: así, la obligación de pagar daños
e intereses es siempre contractual y la prescripción aplicable es la co
rrespondiente a la relación jurídica originaria y no la establecida pa
ra obligaciones derivadas de los hechos ilícitos (Salvat y Galli).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Aplicación al contrato de com praventa.
1. Aplicación al contrato de compraventa
El artículo 1413 del Código Civil no constituye otra cosa que una
aplicación, respecto del contrato de compraventa, del principio esta
blecido por los artículos 578, 628, 532, 888, 895 y concordantes del
Código citado, en el sentido de que cuando el cumplimiento de una
prestación adviene imposible sin culpa del deudor, la obligación se
extingue por ambas partes, y aquél debe restituir al acreedor lo que
por razón de ella hubiera recibido'.
Arts. 8W- 891
Art. 890 Cuando la prestación consiste en la entrega de una cosa cierta,
la obligación se extingue por la pérdida de ella, y sólo se con
vierte en la de satisfacer daños e intereses en los casos del
artículo 889.
Concordancias: arts. 578, 579, 584, 585, 588, 888, 891.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título XVI, Del pago".
B) Doctrina
SUMARIO: 1.
Aplicación a las obligaciones de dar cosas ciertas.
1.
Aplicación a las obligaciones de dar cosas ciertas
En este artículo se hace aplicación concreta de la imposibilidad en
una obligación de dar cosa cierta. Se trata de una norma que repite
lo ya dispuesto en los artículos 578, 579, 584 y 585, que tratan en
detalle de los supuestos de pérdida inculpable y culpable de la cosa
debida (Llambías, Salvat y Galli, Cazeaux y Trigo Represas). Debemos
remitirnos a lo expuesto al explicar esas disposiciones.
Art. 891 La cosa que debía darse, sólo se entenderá perdida en el caso
que se haya destruido completamente o que se haya puesto
fuera del comercio, o que haya desaparecido de un modo que
no se sepa de su existencia.
Concordancias: arts. 556, 578, 844, 888, 2336, 2338, 2450, 2451.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título XVI, Del pago".
B) Doctrina
VALERIA MORENO
1. Pérdida de la cosa debida
El artículo precisa en qué supuestos debe considerarse que existe
pérdida de la cosa debida . La ley equipara en sus efectos a tres hipótesis
distintas: destrucción material, cosa puesta fuera del comercio, y cosas
desaparecidas de modo que no se sepa de su existencia. Por cuanto,
en definitiva, en todas ellas se presenta una imposibilidad de cumpli
miento por parte del deudor.
Los supuestos de cosa perdida no resultan de la misma intensidad
o grado de irreparabilidad que los supuestos de destrucción de la cosa.
2. Destrucción de la cosa
La destrucción de la cosa hace definitiva la imposibilidad. Mien
tras que la colocación de la cosa fuera del comercio puede quedar
sin efecto por derogación de la norma legal o del acto de autoridad
que trabó la libre disposición, la pérdida o extravío pueden quedar
sin efecto porque la cosa reaparece (Salvat y Galli, Llambías, Ca-
zeaux y Trigo Represas). Existen códigos que en forma expresa re
conocen al acreedor el derecho de reclamar la cosa encontrada que
se había perdido, restituyendo lo que hubiere percibido por razón de
la pérdida (Códigos Civiles chileno, ecuatoriano y colombiano; Salvat
y Galli).
C) Jur isprudencia
SUMARIO: 1. Pérdida parcial.
1. Pérdida parcial
La expropiación sólo produce la resolución de la promesa de venta
de un inmueble por imposibilidad de cumplimiento en la medida de
lo expropiado, sin comprender el resto de la finca objeto del contrato'.
Art. 892 El deudor cuando no es responsable de los casos fortuitos sino
constituyéndose en mora, queda exonerado de pagar daños e
Art. 893
intereses, si la cosa que está en la imposibilidad de entregar
a consecuencia de un caso fortuito, hubiese igualmente pere
cido en poder del acreedor.
Concordancias: arts. 513, 584, 789, 889, 2295, 2435, 2436, 3779.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título XVI, "Del pago".
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Caso fortuito. Irrelevancia de la mora.
1. Caso fortuito. Irrelevancia de la mora
Hay imposibil idad de pago y consiguiente l iberación del deudor s i
demuestra que su propia mora es irrelevante, porque aunque él hubiera
sat isfecho lo debido en t iempo propio, igualmente se hubiera perju
dicado el acreedor por la destrucción de la cosa (Machado, Llambías,
Cazeaux y Trigo Represas) . Es el ejemplo del bombardeo de una casa
durante una guerra: aunque el inquil ino estuviera en mora con relación
a la restitución de la casa alquilada en buen estado, podría alegar la
imposibi l idad de pago respecto de esa obligación porque el locador
se hubiera perjudicado igualmente si aquél le hubiera restituido la casa
antes del bombardeo (Llambías) .
La disposición se aplica no sólo a las obligaciones de dar cosas
ciertas, como resulta de su texto, s ino también a las obligaciones de
hacer o no hacer un hecho determinado (Lafai l le , Colmo, Busso).
A rt. 893 C ua nd o la obligación tenga por objeto la entreg a de un a cosa
incierta, determinada entre un número de cosas ciertas de la
mism a especie, qued a extinguida si se perdiesen tod as las cosas
comprendidas en ella por un caso fortuito o de fuerza mayor.
Concordancias: arts. 604, 635, 642, 888, 889.
A) Bibliografía especial
VALERIA MORENO
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Entrega de cosas inciertas.
Entrega de cosas inciertas
Se trata de la pérdida de cosas indeterminadas entre un número de
cosas ciertas, como tantas ovejas de tal majada, tantos carruajes de
los que están en la cochería tal; la indeterminación está limitada, y
aunque las cosas no lo estén en su individualidad propia, si todas las
comprendidas en la determinación se perdieron por caso fortuito, la
obligación quedaría resuelta; pero no así cuando quedasen algunas
(Machado, Llambías, Cazeaux y Trigo Represas).
SUMARIO: 1. Obligac iones de género limitado.
Obligaciones de limitado
Para que pueda tenerse por extinguida una obligación de género
limitado, es necesario que se acredite la pérdida de las cosas entre las
cuales debía efectuarse la determinación, de manera que no haya que
dado un número suficiente para cumplir la prestación
1
.
Art. 894 Si la obligación fuese de entregar cosas inciertas no fungi-
bles, determinadas sólo por su especie, el pago nunca se juz
gará imposible, y la obligación se resolverá siempre en indem
nización de pérdidas e intereses.
Concordancias:
arts. 601, 602, 604, 605.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título XVI, "Del pago".
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Cosas inciertas no fungibles.
1
A r l . 895
1. Cosas inciertas no fungibles
Esta disposición, concordante con lo establecido en los artículos
604 y 605, se funda en la idea de que tratándose de cosas inciertas,
determinadas sólo por su género, se juzga que el cumplimiento de
ellas no puede nunca llegar a ser imposible. Los romanos decían en
este sentido genus nunquam perit (el género nunca perece). Este prin
cipio se aplica mientras las cosas debidas no hayan sido individuali
zadas,
porque una vez hecha la individualización, esta clase de obli
gaciones se rige por las disposiciones establecidas para las de dar
cosas ciertas (Salvat, C azeaux y Trigo Represas, Machado, Llambías).
Art. 895 En los casos en que la obligación se extingue por imposibilidad
del pago, se extingue no sólo para el deudor, sino también
para el acreedor a quien el deudor debe volver todo lo que
hubiese recibido por motivo de la obligación extinguida.
Concordancias:
arts. 578, 584, 627, 632, 642, 709.
A) Bibliografía especial
La citada en el Título XVI, "Del pago".
B) Doctrina
SUMARIO: 1. Efectos de la imposibilidad de pago.
1. Efectos de la imposibilidad de pago
Esta disposición refiere a los efectos que produce la imposibilidad
de pago. Cuando la imposibilidad es inculpada, la obligación se ex
tingue con todos sus accesorios para ambas partes. Se trata de la rei
teración del principio establecido en el artículo 578.
Los riesgos de la cosa son soportados por el deudor en su calidad
de propietario de la misma hasta el momento de la tradición. Es con
secuencia de la aplicación del principio res perit domino: o la cosa
perece para su dueño (Busso, Llambías, Salvat, Cazeaux y Trigo Re
presas).
VALERIA MORENO
la extinción de la obligación a que se refiere, e indirectamente repercute
en la disolución del contrato mismo que ha engendrado dicha obliga
ción (Colmo, Lafaille, Llambías).
C) Jurisprudencia
SUMARIO: 1. Efectos de la imposibilidad de pago.
1. Efectos de la imposibilidad de pago
La obligación asumida por el demandado se resuelve por imposi
bilidad de pago y él debe devolver a su acreedor todo lo recibido con
motivo de dicha obligación extinguida, sin perjuicio del resarcimiento
de los daños que pudiera corresponder cuando la imposibilidad sobre
viene por culpa del deudor (arts. 888, 889 y 895, Cód. Civ.)'.
ÍNDICE SUMARIO
T Í T U L O X I
D E L A S O B L I G A C I O N E S C O N C L Á U S U L A P E N A L
Art. 652 9
A ) Bibliografía especial 9
B) Doctrina 9
1.
Noción 10
2. An tece den tes históricos 10
3. Funcion es 10
4.
Clases 11
5.
Ca ractere s 11
C) Jurisprud encia 14
1.
Co ncepto 14
2. Funcione s 14
3. H a de conven irse expresa me nte 15
4.
Es accesoria 15
5.
Es condicio nal 15
6. De inte rpre tació n restrictiva 16
7.
Casos 16
Art. 653 16
A ) Bibliografía especial 16
B) Do ctrina 16
1. Ne gocio juríd ico en sí mism o 16
2. El obje to 17
Art. 654
17
A ) Bibliografía especial 17
B) Do ctrina 17
2. Incumplimiento absoluto o relativo de la prestación principal 17
3. La mora del obligado 18
4. Un factor atributivo de la responsabilidad 18
5. Innecesariedad del daño 19
C) Jurisprudencia 19
1.
Imputabílidad del deudor 19
2. Incumplimiento por caso fortuito 20
3. Incumplimiento imposible antes de la constitución en mora 20
Art. 655 20
A) Bibliografía especial 21
B) Doctrina 21
1. El requisito de la constitución en mora 21
2. Inmutabilidad relativa de la cláusula penal 21
3. Daños distintos a los previstos en la cláusula 22
4. Supuesto de incumplimiento doloso 22
5. Cláusula penal ínfima 23
6. Cláusulas penales insuficientes por efecto de la depreciación monetaria . . . 23
7.
Repotenciación del capital cuando se invoca una cláusula penal 24
C) Jurisprudencia 24
1.
Constitución en mora 24
2. Pena ínfima 24
3. Daños distintos a los previstos en la cláusula 25
4. Incumplimiento doloso 25
5. Reajuste por depreciación monetaria 26
6. Reajuste del capital cuando se invoca una cláusula penal 26
Art. 656 27
A) Bibliografía especial 27
B) Doctrina 27
1. Inversión de la carga de la prueba del daño 27
2. El principio de la inmutabilidad relativa 27
3. Cláusulas penales excesivas 28
4. La gravedad de la falta sancionada 29
5. El valor de las prestaciones y el daño sufrido 29
6. La naturaleza y origen de las prestaciones a las cuales accede 29
7.
El abusivo aprovechamiento de la situación del deudor 29
8. ¿Petición de parte o declaración de oficio
para la reducción de la cláusula excesiva? 30
C) Jurisprudencia 31
1.
Innecesariedad del daño 31
2. Inmutabilidad de la pena 31
3. El valor de las prestaciones y el daño sufrido 32
5. Grav edad de la culpa del deu do r y
provecho que pudo haber obtenido 34
6. ¿R educ ción de oficio? 34
Art. 657 35
A ) Bibliografía especial 35
B) Do ctrina 35
1. Tiem po de deve ngam iento de la pen a en las obligaciones de no hacer 35
C) Jurisprud encia 35
1. M ora desde el em plaza mie nto de pago de la multa 35
Art. 658
36
A ) Bibliografía especial 36
B) Do ctrina 36
1. Sustitución de la obligación principal por la pe na 36
C) Jurisprud encia 36
1. Sustitución de la obligación principal por la pen a 36
Art. 659
37
A ) Bibliografía especial 37
B) Do ctrina 37
1. Clases de cláusulas pen ales 37
2.
Imp ortan cia de la clasificación 38
3. Posibilidad de pre ten de r el pago acum ulado
de la prestació n principal y la pen a 38
4. Resolución del con trato que contie ne una cláusula pen al 39
C) Jurisprud encia 40
1. Pena referida a un perjuicio dete rm inad o 40
2.
Pena por mo ra 41
3. Acum ulación de pena y prestación 41
Art.
66 0 42
A ) Bibliografía especial 42
B) Doctrina 42
1. Cum plimiento defectuoso aceptad o por el acreedor 42
2.
Pautas para la reducción 43
C) Jurispruden cia 43
1. Cu mp limien to irregular 43
Art.
661 44
Art. 662 44
A ) Bibliografía especial 44
B) Doc trina 44
2. Ob ligación princ ipal divisible y cláusula pen al indivisible 45
3. Ob ligación princ ipal indivisible y cláusula pen al divisible 45
C) Jurisprudencia 45
1. Divisibilidad de la pe na 45
Art. 663
46
A ) Bibliografía especial 46
B) Do ctrina 46
1. Ca rácte r accesorio de la cláusula penal 46
2.
Nulidad de la obligación principal 46
C) Jurisprudencia 47
1. Obligación principal nula 47
2.
Cláusula penal nula y pacto comisorio 47
Art. 664 48
A ) Bibliografía especial 48
B) Do ctrina 48
1. Supuesto contem plado en la norm a 48
2.
Distintas situaciones posibles 48
Art. 665 49
A ) Bibliografía especial 49
B) Do ctrina 49
1.
Extinción por vía de consecuencia 49
C) Jurisprud encia 50
1.
Extinción por vía de consecuencia 50
2. Extinción po r vía de consecuencia de la cláusula penal mo ratoria 50
Art. 666 50
A ) Bibliografía especial 50
B) Do ctrina 50
1. Cláusula penal para asegurar una obligación natural 50
Art. 666 bis
51
A ) Bibliografía especial 51
B) Do ctrina 52
1. Term inología 52
2.
Conc epto 52
3. Caracteres 52
4. Na turaleza jurídica 53
5. Fundam ento 53
6. M om ento de aplicación de las astreintes 54
7.
Sujeto activo 54
9. Pau tas pa ra la cuantificación 55
10. Modificación y cesación de las sanciones conm inatorias 55
C) Jurisprud encia 55
1. Las astrein tes an tes de la reform a 55
2.
M ultas conm inatorias despu és de la reforma. Finalidad 56
3. Fundam ento 56
4 .
Pr oc ed en cia 5(>
5.
Cará cter compulsivo 57
6. Cará cter no retroactivo 57
7. Pau tas pa ra fijarlas 58
8. Provisionalidad 58
9. Deven gamiento 59
10.
Extinción 59
11. Casos 59
T Í T U L O X I I
D E L A S O B L I G A C I O N E S D I V I S I B L E S E I N D I V I S I B L E S
CAPÍTULO I
Art.
667 61
A ) Bibliografía especial 61
B) Doctrina 61
1. Ob ligacion es de sujeto mú ltiple 61
2. Pluralida d conjun ta y disyunta 62
3. Distinto s casos de pluralid ad conjunta 63
4. Dificultades 64
5. El tema en el Código Nap oleón 64
6. El régimen de nu estro Có digo Civil 65
7. Ob ligac ion es divisibles e indivisibles 66
8. De term ina ción de la divisibilidad 67
9. La divisibilidad com o princip io gene ral 68
10. Ob ligacion es indivisibles imp ropia s 68
C) Jurispruden cia 68
1. Indivisibilidad ma terial o natu ral 69
2.
Indivisibilidad conve ncional 69
3. Co ntra tos bilatera les en que una de las obligaciones es indivisible 69
Art. 668 71
A ) Bibliografía especial 71
B) Doc tr ina 71
1.
Indivisibilidad y solidarida d 71
2. Diferencias en tre ellas 72
Art. 669
74
A) Bibliografía especia l 75
B) Do ctrina 75
. Tipos de obligac iones divisibles 75
C) Jurisprud enc ia 75
1. Obligacion es de dar sumas de dine ro 75
Art. 670
75
A ) Bibliografía especial 76
B) Do ctrina 76
1. Princip io gene ral 76
2.
Excepciones 76
Art. 671 76
A ) Bibliografía especial 77
B) Do ctrina 77
1. C ará cte r divisible o indivisible de las obligaciones de no ha ce r 77
Art.
672 78
A ) Bibliografía especial 78
B) Do ctrina 78
1. Divisibilidad e indivisibilidad en las obligaciones alterna tivas 78
2. Divisibilidad e indivisibilidad en las oblig acio nes facultativas 78
Art. 673 79
A) Bibliografía especial 79
B) Doctrina 79
1.
Pluralidad de sujetos 79
C) Jurispruden cia 79
1.
D eu da divisible con un solo acre edo r 79
2. Transmisión del crédito de un acre edo r único a varias perso nas 80
Art. 674 80
A ) Bibliografía especial 80
B) Doc trina 80
¡. Fracciona miento de/ créditoyde ¡a deuda 80
C) Jurispruden cia 81
1. Fracc ionam iento convencional Kl
Art. 675 «2
A ) Bibliografía especial 82
B) Do ctrina 82
1. Exigibilidad y cum plim iento de las obligacion es divisibles R2
2.
Ap artam iento por las partes con respecto al anteced ente principio g en er al .. 83
3. Derec ho a repetir 83
C) Jurisprud encia 84
1. Divisibilidad del cré dito din era rio 84
2. De uda s del caus ante de una sucesión 84
3. La renu ncia en las obligacio nes divisibles 84
Art.
676 85
A ) Bibliografía especia l 85
B) Do ctrina 85
1.
Sup uesta excepción al princip io de división 85
2. Có mo juega la asunción de la deu da 85
3. Acción de reem bolso 86
Art.
67 7 87
A ) Bibliografía especial 87
B) Doc trina 87
1. Rec ae sobre el acre edo r la insolvencia de un o de los cod eud ores 87
2. El caso de pluralidad hered itaria 87
3. Excepciones 87
4. Caso de pluralidad de acre edo res 88
Art. 678
88
A ) Bibliografía especial 88
B) Do ctrina 88
1. Prescripción de una obligación divisible 88
2.
Suspensión de la prescripción 88
3. Interrup ción de Ja prescripción 89
C) Jurisprude ncia 89
1. Prescripción de hon orario s de aboga do 89
CAPÍTULO II
DE LAS OBLIGACIONES INDIVISIBLES
Art. 679 89
B) Do ctrina 89
1. Indivisibilidad de la obligación de dar una cosa cierta 90
2.
Ob ligación de dar varias cosas ciertas 90
C) Jurisprud encia 91
1. Obligación de restituir un bien arre nd ad o 91
2.
Caso de retrocesión de un inmue ble expropiado 91
Art. 680 92
A ) Bibliografía especial 92
B) Do ctrina 92
1. Ob ligacion es de hac er indivisibles 92
2.
Aplicación al con trato de locación de obra 92
3. Excepciones 92
C) Jurisprudencia 93
1. Locac ión de obra 93
Art. 681 93
A ) Bibliografía especial 93
B) Doc trina 93
1. Indivisibilidad de la tradi ción 93
C) Jurisprud encia 94
1. Obligación de hacer la tradición de un inmu eble 94
Art. 682 94
A ) Bibliografía especial 94
B) Doc trina 94
1. Obligac ión de restituir una cosa dad a
en pren da y de cancelar una hipoteca 94
2. Exce pciones 95
3. Reenvío 96
Art. 683 96
A ) Bibliografía especial 96
B) Doc trina 96
1. Indivisibilidad de la obligación de crea r una servid um bre pred ial 96
2.
Ejem plo 97
Art. 684 97
A ) Bibliografía especial 97
B) Do ctrina 97
1.
Condom inio 97
Art.
685 98
B) Do ctrina 98
1. Incum plimiento impu table de las obligaciones indivisibles 98
2.
Do lo o culpa de varios o todo s los obligados 98
C) Jurispruden cia 99
1, Resp onsab ilidad po r incu mp limie nto de la obligación indivisible 99
Art.
68 6
99
A ) Bibliografía especial 99
B) Doctrina 99
1. Co nce ntrac ión de efectos: exigibilidad y pag o ínte gro 99
2.
Excep ciones 100
3. Prestación que sólo pue de cumplirse por un o de los cod eud ores 100
4. El sup ues to de la indivisibilidad impro pia 101
5. Efectos qu e no se prop agan 101
C) Jurispruden cia 102
1. Pluralidad de acreed ores 102
2.
Indemnización por incump limiento imputab le
por culpa de uno solo de los cod eud ores 102
3. Obligación de escritu rar 103
Art.
687 103
A ) Bibliografía espe cial 103
B) Doctrina 103
1. Rem isión o quita de la deu da hech a por un solo acre edo r 103
2.
Remisión o quita de sólo su parte por un acreed or 104
3. Remisión total a uno de los code udo res 104
C) Jurisprud encia 105
1. Exten sión de la no rm a a la facultad resolu toria 105
Art.
688 105
A ) Bibliografía espe cial 106
B) Do ctrina 106
1. Propa gació n atípica de alguno s efectos de la indivisibilidad 106
2.
Prescripción de la acción 106
3. Interrupc ión de la prescripción 106
4. Suspen sión de la prescripción 107
C) Jurispruden cia 107
1. Prescripción y su suspensión o interr upc ión 107
2.
Suspen sión de la prescripción 107
Art. 689 107
A ) Bibliografía espe cial 108
B) Do ctrina 108
2. Derechos de los coacreedores que no cobraron 108
3. Derecho del deudor que pagó íntegramente la prestación 109
4. Proporción del derecho de cada uno 109
C) Jurisprudencia 109
1.
Relaciones de contribución de obligación 110
2. Circunstancias del caso 110
3. Relaciones entre coacreedores o codeudores 110
D E L A S O B L I G A C I O N E S C O N
R E L A C I Ó N A L A S P E R S O N A S
TÍTULO XIII
DE LAS OBLIGACIONES
SIMPLEMENTE MANCOMUNADAS
Art. 69 113
A) Bibliografía especial 113
B) Doctrina 113
1.
Obligaciones de sujeto múltiple 113
2. Obligaciones conjuntas y disyuntas 114
3. Caracteres 114
4. Clases 114
C) Jurisprudencia 115
1.
Obligación conjunta 115
2. Obligaciones con sujetos múltiples 115
3. Mancomunacion simple 115
Art.
691
116
A) Bibliografía especial 116
B) Doctrina 116
1.
Concepto 116
2. Simple mancom unacion con objeto indivisible 116
3. El régimen de nuestro Código Civil 117
C) Jurisprudencia 118
1.
En principio la obligación de sujeto plural
es simplemente mancomunada 118
2. División por partes iguales 118
3. Gastos y cargas de un juicio sucesorio 118
4. Litisconsortes vencidos en juicio 119
6. Excepción al princip io de división cu an do varias person as
deb an ser con sidera das com o si fuesen un a sola 119
7.
Caso de litisconsorcio facultativo 119
Art. 692 120
A) Bibliografía especial 120
B) Do ctrina 120
1. Principio del fraccion am iento 120
2.
Cu ota par te de cada interesa do 120
Art. 693 121
A ) Bibliografía espec ial 121
B) Do ctrina 121
1.
Ám bito de aplicación de la norm a 121
2. Pago en dem asía 121
3. Ausencia de subrogación 122
C) Jurisprud encia 123
1.
Pluralidad de acree dore s hipotecarios 123
Art. 694
123
A ) Bibliografía especial 123
B) Do ctrina 123
1. Obligaciones simplem ente ma nco mu nad as de objeto divisible 124
2.
Obligaciones simplem ente ma nco mu nad as de objeto indivisible 124
Art. 695 124
Art. 696
124
A ) Bibliografía espec ial 125
B) Do ctrina 125
1. Prescripc ión, interru pció n y suspen sión de la prescripció n 125
C) Jurisprud encia 125
1. Excepción al princip io de división cu and o
varias personas deban ser consideradas
com o si fuesen un a sola 125
Art. 697 126
A ) Bibliografía especial 126
B) Do ctrina 126
1. M ora y culpa 126
Art. 698 126
A ) Bibliografía especial 126
B) Do ctrina 127
T Í T U L O X I V
D E L A S O B L I G A C I O N E S S O L I D A R I A S
Art.
699 129
A ) Bibliografía especial 129
B) Do ctrina 129
1. Co nce pto 130
2.
Clases 130
3. Ca ractere s 130
4. Fun dam entos 132
5. Función de la solidarid ad 133
6. Sem ejanza s y diferenc ias con la indivisibilidad 133
7. Obligaciones "co ncu rren tes", "con exas" o "indistintas" 133
8. Régim en jurídico de las obligaciones "conc urre ntes "
y sus diferencias con el de la "so lidar idad " 134
9. Sup uestos actuales de obligaciones "co ncu rren tes" 136
C) Jurisprud encia 142
1. Ob ligacion es solidarias 142
2.
Co ndición de los sujetos de la obligación 143
3. Ca rácter expreso 143
4.
Efectos de la solidarida d: posibilidad de emb arga r
los inmu ebles de cada un o de los code udore s 143
5.
Ob ligacio nes disyuntivas 144
6. Obligaciones con curre ntes 144
Art.
700 145
A ) Bibliografía espe cial 146
B) Doc trina 146
1. Fu ente s de la solidarid ad 146
2.
La volun tad 146
3. La ley 146
4. La senten cia judicial 149
C) Jurispruden cia 149
1. Fue ntes de la solidaridad 149
2.
Leyes impositivas 149
3. Sen tencia judicial 150
Art. 701 150
A) Bibliografía espec ial 150
B) Do ctrina 150
1. Ca ráct er expreso 150
2. Form a de estable cer la solidaridad 151
C) Jurispruden cia 151
1. De clarac ión expresa 152
2. Cu enta corrien te ba nca da a la orden indistinta 152
3. Falta de solidarid ad 152
Art. 702
153
A ) Bibliografía espec ial 153
B) Do ctrina 153
1. Obligac ión pu ra y simple par a algun os y sujeta a condición pa ra otro s 153
C) Jurisprud encia 154
1. Obligación condicionad a al incum plimiento de un cod eud or 154
Art. 703 154
A ) Bibliografía espec ial 154
B) Doc trina 154
1. Invalidez de un vínculo y validez de la obligación para el resto 154
Art. 704 155
A ) Bibliografía espec ial 155
B) Do ctrina 155
1. Extinción de la solidaridad pasiva po r renu ncia 155
2. Ren uncia absoluta a la solidaridad 156
3. Re nu ncia relativa a la solidaridad 156
4.
Extinción de la solidaridad activa 157
C) Jurispruden cia 157
1.
Re nun cia a la solidaridad 157
2. No se presu me 158
3. Ren uncia parcial 158
Art. 705 158
A ) Bibliografía especial 159
B) Do ctrina 159
1. Exigibilidad del pag o a cua lquie ra de los de ud ore s 159
2. Reclam o contra sólo un o o algunos de los code udo res 160
3. La cuestión en el De rech o Me rcantil 161
C) Jurisprud encia 161
1. De ma nda con tra uno de los deu dore s 161
2.
Dem anda contra todos los deudo res 162
Art. 706
163
A ) Bibliografía espec ial 163
B) Do ctrina 163
1. De rech o a pagar 163
3. Efectos del pago a un acre edo r que no notificó la dem and a 164
4.
De ma nda s promovidas por distintos acreedores 164
C) Jurispru denc ia 165
1.
Principio de preve nción 165
Art.
707 165
A ) Bibliografía especia l 165
B) Do ctrina 165
1.
Prop aga ción de efectos extintivos de la obligación 165
2. El caso de la confusión 166
C) Jurispru den cia 166
1.
Re cibo de capital sin reserva de intere ses 166
2. Rem isión de la deu da 166
Art. 708 167
A ) Bibliografía especial 167
B) Do ctrina 167
1. Efectos de la solidaridad activa 167
2. El régim en vigente 167
3. Co bro parcial 168
4. Rem isión parcial 168
C) Jurisprud encia 168
1. Co bro por un o de los acreed ores 169
Art.
709
169
A ) Bibliografía especial 169
B) Do ctrina 169
1. Pérd ida no culpa ble de la cosa objeto de la obligación 169
Art. 710
169
Art. 711 170
A ) Bibliografía especial 170
B) Do ctrina 170
1.
La idea del m and ato tácito recíproco 170
2. Culpa o mo ra 170
3. Incum plimiento por dolo 171
C) Jurispruden cia 171
1.
M ora 172
Art. 712 172
A ) Bibliografía espec ial 172
B) Doc trina 172
1. Sucesión mo rtis causa en las obligacione s del deu do r 172
Art. 713 173
A ) Bibliografía especial 173
B) Do ctrin a 174
1.
Principio general en pu nto a interrupción d é la prescripción 174
2. Distinto s tipos de actos interru ptivo s 174
3. Excepc iones 174
4. Suspen sión de la prescripción 175
5. Dispe nsa de la prescripción corrid a 175
C) Jurisprud encia 175
1. Peren ción de la instancia 175
Art. 714 176
A ) Bibliografía espec ial 176
B) Doc trina 176
1.
Antec edentes 176
2. Efectos de la dem and a de intereses 176
Art. 715 176
A ) Bibliografía espe cial 177
B) Do ctrina 177
1. Defen sas opo nible s por las pa rte s 177
2.
Defensas y excepciones com unes 178
3. Defensas y excepciones persona les con efectos parcialm ente expansivos . . . 178
4. Defensas y excepciones estrictam ente personales 178
5. Cosa juzgada 179
C) Jurispruden cia 180
1. Defensas com unes oponibles 180
Art. 716 180
Art. 717 180
A ) Bibliografía especial 180
B) Doc trina 181
1. Efectos de la solidaridad con relación a los de ud ore s en tre sí 181
2.
Distintas postura s doctrinarias 181
3. El régim en del Có digo Civil 182
4. Acciones de regreso del solvens 182
5.
M edida de la acción recurso ria 183
6. Insolvencia de un o de los co deu dor es 184
7.
Insolvencia de un cod eud or y dispensa de la solidaridad 185
8. Insolvencia de un cod eud or y remisión parcial de la deu da a otr o 185
9. Ause ncia de acción de contribu ción en los delitos civiles 185
C) Jurisprud encia 185
2.
Obligación de contribución y acción de regreso í 86
3. Pago anticipad o y acción de regreso 186
4.
Obligaciones con curre ntes 187
T Í T U L O X V
D E L R E C O N O C I M I E N T O D E L A S O B L I G A C I O N E S
Art. 718
189
A ) Bibliografía especial 189
B) Do ctrina 189
1. Co nce pto 189
2.
Natu raleza jurídica 189
3. Ca ractere s 190
4.
Efecto s 190
C) Jurisprud encia 191
1.
Co nce pto 191
2. Na turaleza jurídica 191
3. Ca ractere s 191
4. Efectos 192
Art . 719 193
A ) Bibliografía espec ial 193
B) Do ctrina 193
1.
Requ isitos y formalidades 193
2. Manifestación de voluntad 193
3. Capa cidad 193
4. Ob jeto lícito 194
5. Ca usa 194
C) Jurispruden cia 194
1. Validez del reco noc im iento 194
Art. 720 194
A ) Bibliografía espec ial 194
B) Do ctrina 195
1.
Por actos en tre vivos 195
2. Actos de última voluntad 195
3. Exp reso y tácito 195
C) Jurispruden cia 196
1. Form a del recono cimiento 196
2.
Rec onoc imien to expreso y tácito 196
Art. 721 1%
A ) Bibliografía especial 1 %
B) Do ctrin a 197
1. Los pagos parciales como recono cimien to tácito 197
C) Jurisprud encia 197
1. Rec ono cimie nto tácito por pagos parciales 197
2. Re con oci mi ento tácito. Casos 19fi
Art. 722 199
A ) Bibliografía espec ial 199
B) Do ctrin a 199
1. Rec onoc imiento expreso 199
2.
Req uisitos 200
C) Jurispruden cia 200
1. Sentido instrume ntal de la palabra "ac to" 200
2.
Requisitos legales y consecuencias de su incum plimiento 200
3. Causa de la obligación 201
Art. 723 202
A ) Bibliografía especial 202
B) Do ctrina 202
1. Ca rácter declarativo 202
2.
Mod ificación del im port e original 202
3. Ausencia de título primordial 203
C) Jurisprud encia 203
1. Efecto s 203
2.
Obligación inexistente 203
PARTE SEGUNDA
EXTINCIÓN DE LAS O BLIGACIONES
TÍTULO XVI
DEL PAGO
Bibliografía gene ral 205
Art. 724 205
A ) Bibliografía especial 205
B) Do ctrina 206
2.
Enum erados y no enum erados 206
3. Clasificaciones 206
C) Jurispru denc ia 207
Art. 725 207
A ) Bibliografía especial 207
B) Do ctrina 208
1. ¿M odo de cum plimien to o med io de extinción? 208
2.
Ace pciones 208
3. Na turaleza jurídica 209
a) Acto jurídico 209
b) H ech o jurídico 209
c) Acto deb ido 210
4. Efectos 210
a) Efecto principa l 211
b) Efectos secun darios 211
C) Jurisprud encia 212
1. El pago es un acto jurídico 212
2.
El pago es un hec ho jurídico 212
3. M edios de prue ba 212
4.
Recibo 213
5.
Reconocim iento 213
6. Efectos del pag o: liberación del deu dor 214
7.
Reservas hech as en los recibos 214
8. Principio de ejecución contractu al 215
Art. 726
215
A ) Bibliografía especial 215
B) Do ctrina 215
1. Leg itimad os activos pa ra el pago (solvens) 216
2.
Rep resentante 216
3. Capacidad 216
4. Terceros: interesados y no interesado s 217
C) Jurisprudencia 218
1. Pago parcial hecho por un men or 218
2.
De rech o de paga r de los terceros 218
Art. 727 218
Art. 728
218
A ) Bibliografía especial 219
B) Do ctrina 219
1. Efecto del pago por tercero 219
2. Pago del terce ro con asentim iento del deu dor 220
4. Pago del terce ro en la ignorancia del deu dor 221
5. Pago contra la voluntad del deu dor 221
6. Relacione s entre el terce ro solvens y el acree dor 222
C) Jurispruden cia 222
1. Pago a nom bre propio o del deu dor 222
2.
Tercero que paga con asentim iento del deud or 223
3. Con dóm ino que paga la deuda de otro 223
4. Intereses 223
5. Pago del deu do r y del terce ro 223
Art. 729 223
Art. 730 224
A ) Bibliografía especial 224
B) Do ctrina 224
1.
Obligación del acre edo r a recibir el pago 224
2. Subrogación convencional 224
3. Obligacione s de hace r. Diferentes supuesto s 225
C) Jurisprud encia 225
1. Terce ro qu e paga en lugar del loca tario 225
2. Tercero intere sado y derec ho de pagar 225
3. Pago po r consignación 226
Art. 731 226
A ) Bibliografía especial 227
B) Doc trina 227
1. Pago al acr eed or: diversos supu estos 227
2. Pago al rep rese nta nte 227
3. Sucesores del acree dor 228
4. Tenedo r de un título de crédito al porta dor 228
5. Tercero indicado para recibir el pago (ad iectus solutionis causa) 229
C) Jurisprud encia 230
1. Pago al acr eed or 230
2.
Pago al rep rese nta nte 230
3.
Adiectus solutionis causa 230
Art. 732
230
A ) Bibliografía especial 231
B) Do ctrina 231
1. Pago al acree dor ap are nte 231
2.
Req uisitos 231
3. Efectos 232
4. Casos de acreedores aparentes 232
C) Jurispru denc ia 233
2. M atrim onio en el extranjero y pensión a favor de la viuda 233
3. Sospecha s sobre la validez del título 233
Art. 733 233
A ) Bibliografía especial 233
B) Do ctrina 234
1. Ineficacia del pag o al terc ero 234
2.
Exc epcio nes: utilidad del acr eed or y ratificación 234
3. Utilidad del pago , con cep to y acciones 234
4. M om ento de apreciación y prueba 235
5. Ratificación del acre edo r 235
C) Jurispru denc ia 235
1. Regla gen eral 236
2.
Utilidad del acree dor 236
3. Ratificación expresa 236
4.
Ratificación tácita 236
Art. 734 236
A ) Bibliografía especial 237
B) Do ctrina 237
1. Capacidad del acreed or 237
2. Fund am entos de la norm a 237
3. Ineficacia 238
4. Exce pciones a la ineficacia 238
5. Utilidad del acree dor 238
C) Jurisprud encia 238
1. Utilidad del pago : prueb a 239
Art . 735 239
A ) Bibliografía especial 239
B) Do ctrina 239
1. Incapacidad sobrevinien te 239
2.
Bu ena fe del solvens 240
3. Novedad y razone s de la norm a 240
4. Prue ba de la capacidad 240
C) Jurisprude ncia 241
1. Invalidez del pag o 241
Art. 736 241
A) Bibliografía especial 241
B) Do ctrina 241
1.
Eficacia del pago 242
2. Crédito emb argado 242
4. Con secuencias del em bargo y de la pignoración del crédito 242
5. Extensión a otras formas de cum plimiento 244
C) Jurisprud encia 244
1. Pago del deu dor del crédito em barg ado 244
2.
Cesión e inoponibilidad 244
3. Nulidad parcial 244
Art. 737 244
A) Bibliografía especial 245
B) Do ctrina 245
1. Innecesa riedad de la norm a 245
2.
Insolvencia del de udo r 245
3. Pago fraudulento 246
4. Natu raleza y efectos del pago fraudulento 247
C) Jurisprud encia 247
1. Pago de deud a no vencida 247
2.
Dación en pago 247
3. Cosa entregada en una compraventa 248
Art. 738 248
A) Bibliografía especial 248
B) Doc trina 249
1. Pro pied ad de la cosa con qu e se paga 249
2.
Situación jurídica del solvens 249
3. Situación jurídica del accipiens 250
4. Situación jurídica del verus dominus o prop ietario 251
C) Jurisprud encia 252
1. La venta de cosa ajena es un acto "an ulab le" de nulidad relativa 252
2.
El ven ded or carece de acción 253
3. Accipiens de "buen a fe" 253
4.
No es nec esario qu e se prod uzc a la evicción 253
5.
Sucesión al prop ietario 253
Art. 739
253
CAPÍTULO 1
DE LO QUE SE DEBE DAR EN PAGO
Art. 740 253
A) Bibliografía especial 254
B) Doc trina 254
2.
Obligacione s de dar 254
3. Ley es 25.345 y 25.413 255
C) Jurispru denc ia 255
1. En treg a de la mism a cosa 255
2. Pago con che que 256
3. Depó sito en cuenta bancaria 256
Art. 741 256
A) Bibliografía especial 256
B) Doctrina 256
1. Obligacion es de hace r 257
2.
Obligacion es de no hacer 257
Art. 742 257
A ) Bibliografía especial 257
B) Do ctrina 257
1.
Principio de integridad 257
2. Caso s especiale s 258
3. Excepciones 258
C) Jurisprud encia 258
1. Inte grid ad 259
2.
Consignación parcial 259
3. Obligación del pago en cuotas 259
4. Co stas del juicio 259
5. Accesorios 259
Art. 743 260
A ) Bibliografía especial 260
B) Do ctrina 260
1. D eu da s líquidas e ilíquidas 260
2.
De recho de pagar lo l íquido 260
C) Jurisprud encia 260
1. Consignación del imp orte líquido 260
2.
Intereses no calculados 261
Art. 744 261
A ) Bibliografía especial 261
B) Do ctina 261
1.
Lo accesorio sigue a lo principal 261
2. Re quisito de exigibilidad 262
C) Jurisprude ncia 262
1. Pago parcial del capital 262
Art. 745 262
A ) Bibliografía especial 263
B) Do ctrina 263
1.
Reenvío a otras norm as 263
Art. 746 263
A ) Bibliografía especial 263
B) Do ctrina 263
1. Fracc ionam iento de la prestación: obligaciones periódicas y en cuotas 263
2. Previsión de la norm a 264
3. El recibo de la última cuo ta y la presu nció n legal 264
C) Jurispruden cia 265
1.
Prestaciones en cuotas 265
2. Pago del precio parte de conta do y pa rte en cuotas 265
3. Impug nación de la presunción : medios de prueb a 265
4. Imp uestos y tasas 265
CAPÍTULO II
DEL LUGAR EN QUE DEBE HACERSE EL PAGO
Art. 747 265
A ) Bibliografía especial 266
B) Doc trina 266
1. Lugar de pago designado 266
2.
Dom icilio del deu dor 266
3. Obligación de dar una cosa cierta 267
4. De dar sumas de dinero 267
5. Obligaciones bilaterales de cum plimiento simultán eo 267
6. Efectos 267
C) Jurisprud encia 268
1.
Lugar designad o 268
2. Natu raleza de la obligación 268
3. Dom icilio del deu dor 269
4. Lugar de entrega de la cosa y precio 269
5. Obliga ciones de da r cosas inciertas 269
Art. 748 269
A ) Bibliografía especial 270
B) Do ctrina 270
1.
Cam bio de domicilio del deu dor y derec hos del acreed or 270
Art. 749 270
A ) Bibliografía especial 270
B) Do ctrina 271
1. Co mp raven ta con precio de con tado 271
2. Prestaciones de cum plimie nto recíproco 271
C) Jurisprude ncia 271
CAPÍTULO III
DEL TIEMPO EN QUE DEBE HACERSE EL PAGO
Art.
750 271
A ) Bibliografía especial 272
B) Do ctrina 272
1.
Requ isito de la pun tualidad 272
2. M om ento del pago 272
3. Obligaciones pu ras o sin plazo 272
4. Obligaciones a plazo 273
5. Obligaciones a plazo inde term inad o 273
C) Jurisprud encia 273
1. Prórroga de plazo y cobro anticipado de intereses 273
2.
Falta de fecha precisa 273
Art.
751 274
A) Bibliografía especial 274
B) Do ctrina 274
1.
Obligaciones de plazo inde term inad o 274
2. Form a judicial de fijación de plazo 274
C) Jurisprud encia 275
1.
Plazo indeterm inado 275
2. Supue stos especiales 275
3. De ma nda de cum plimien to y tácito reclam o de fijación de plazo 276
Art. 752
276
A ) Bibliografía especial 276
B) Doc trina 276
1. Obliga ciones a mejor fortuna 277
2.
Natu raleza 277
3. Fijación del plazo 277
4.
Cesación 278
C) Jurisprud encia 278
2. Prueba del cam bio de situación económ ica 278
3. Cu otas 279
4. Prescripción 279
Art. 753
279
A ) Bibliografía especial 279
B) Do ctrina 279
1. Insolvencia declara da y caducidad del plazo 279
2.
Obligaciones solidarias 280
C) Jurisprude ncia 280
1. Insolvencia de dere cho 280
Art. 754 281
A ) Bibliografía especial 281
B) Do ctrina 281
. Cad ucidad del plazo a favor del acre edo r hipoteca rio o pre nda rio 281
2.
Fundam ento 281
Art. 755 282
A ) Bibliografía especial 282
B) Do ctrina 282
1. Pago anticipad o 282
2.
La falta de obligación legal de efectu ar des cue nto s 282
CAPÍTULO IV
DEL PAGO POR CONSIGNACIÓN
Bibliografía gen eral 282
Art. 756
283
A ) Bibliografía especial 283
B) Do ctrina 283
1. Definición 283
2.
Alcances 284
3. Ca racte res del pag o por consignación 284
4. Procedimiento y juez com petente 285
5. Fun dam ento s del pago por consignación 285
a) Protección del interés del deu dor 285
b) El inter és social 285
c) El dere cho a liberarse 285
6. El pago por consignación y la extinción de la situación de mora del d e u d o r. . 286
C) Jurispru den cia 286
2. Procedencia 286
3. Efectos 286
4. Re speto a los principios generales del pago 287
5. Re me dio de carácter excepcional 287
6. Cará cter contenc ioso 287
7. Juez com pete nte 287
Art. 757
287
A ) Bibliografía especial 288
B) Doc trina 288
1. Los supue stos enu m era dos en el artículo 757 del Código Civil 288
a) La negativa del acr eed or a recibir el pago 288
b) Incapacidad del acre edo r para recibir el pago 291
c) Ausencia del acree dor 291
d) Du das en el dere cho del acree dor. Con currencia de varias
personas reclam ando el mismo derecho. Acreed or desconocido 292
e) Em barg o, retención o gravamen sobre el dere cho de crédito 293
t) Pérdida del título 293
g) Rede nción de hipotecas 294
2.
Ca rácter m eram ent e enunciativo del artículo 757 294
3. O tras causales no enu me rad as en el artículo 757 294
C) Jurisprud encia 295
1. El deud or tiene la carga prob atoria de la negativa del acree dor 295
2.
Ofertas de pago 295
3. Posibilidad de consignar del deud or mo roso 295
4. Negativa del acr eed or. Efectos 296
5. Obstácu los del acre edo r para otorgar recibo 296
6. Falta de colaboración del acreed or 296
7.
Neg ativa injustificada del acre edo r 296
8. Incertídu mb re respec to de quién es el acreed or 296
9. Ausencia del acreedo r 297
10. Basta que el dere cho que exhiba el acreed or
resulte "d ud oso " mas no litigioso 297
11 .
Ac reedo r desconoc ido 297
12.
Red ención de hipoteca 297
13. Otra s causales no previstas en la enum eración legal 298
Art.
7S8 298
A) Bibliografía especial 298
B) Do ctrina 299
1. Enu mera ción de /os requisitos de admisibilidad 299
2. Legitimac ión activa 299
3. Legitimac ión pasiva 300
b) Princ ipio de inte grid ad .101
c) La consignación y el tiemp o de pa go : el principio de puntualidad Vil
d) Pun tualidad y consignación en las obligaciones
de plazo dete rm inad o: cierto o incie rto .101
e) La consignación no pue de ser pre m atu ra .102
f) La consignación pu ed e ser tard ía .102
5.
Re qu isito s relativ os al lugar .10.1
C) Juris pru den cia .104
1.
Persona s 304
2. Ob jeto 304
3. Integridad del pago y abuso del de rec ho 305
4. Principio de pun tualidad 305
5. La consignación no pue de ser pre m atu ra 306
6. La consignación pu ed e ser tardía 306
7. Límite al derec ho de consignar tard íam en te 306
8. Obligaciones de plazo tácito 307
9. Obligaciones de exigibilidad inm edia ta 307
10. Re quisito relativo al lugar 307
11. Mo do de cumplimiento 308
Art. 759 308
A ) Bibliografía especial 308
B) Do ctrina 308
1.
Presupu estos de la consignación judicial 308
a) Primer presu pue sto: Existencia de un debe r de cumplim iento
imp uesto por una relación de obligación 309
b) Segun do presu pue sto: Ejecutabilidad de la
obligación (deu da en estad o de ser cump lida) 311
c) Tercer pre sup ue sto: Existencia de dificultades
reales que imposibiliten el pago directo 312
2.
Con secuencias del pago por consignación 314
a) Efectos de la consignación antes de ser aceptada por
el acree dor o declarada válida po r sentencia judicial 314
b) Influencia de la situación jurídic a del con signa nte
(concursos, embargos) sobre la cosa depositada
mien tras la consignación no se perfeccione 315
c) Conse cuencias del pago por consignación 318
d) Influencia de la consignación sobre otros
juicios seguidos ent re las mismas partes 320
C) Jurisprudencia •• 322
1. De sde cuá ndo se considera consu ma do el pag o. Posturas 322
2.
Acep tación condiciona da o con reservas 322
3. Silencio del acree dor 323
6. Consignación desestimada. Efectos 323
7. Juez incompetente 324
8. Consignación aceptada. Efectos 324
9. Consignación y juicio ejecutivo 324
10. Excepción de litispendencia 325
11. Consignación y juicio de desalojo 325
Art.
76
325
A) Bibliografía especial 325
B) Doctrina 326
1.
Primera postura: Aplicación irrestricta del artículo 760 326
2. Segunda corriente: Primacía de las reglas
procesales sobre la generalizada situación
que resulta del artículo 760 326
3. Tercera posición: El artículo 760 no debe ser aplicado
con carácter absoluto. Son admitidas las excepciones
contenidas en las legislaciones procesales 327
C) Jurisprudencia 327
1.
Aplicación irrestricta del artículo 760 327
2. Preeminencia de las reglas procesales 328
3. Criterio "fluido" 328
4. Allanamiento del acreedor 328
Art. 761 329
A) Bibliografía especial 329
B) Doctrina 329
1. Retiro del depósito por el consignante 329
2. Casos en que el consignante no puede retirar el depósito 329
3. ¿Es renunciable el derecho a retirar el depósito por el consignante? 330
4. Efectos del retiro del depósito 331
C) Jurisprudencia 331
1.
Derecho a retirar el depósito 332
2. Aceptación parcial 332
3. Carga de mantener el valor de lo depositado 332
Art.
762 332
A) Bibliografía especial 333
B) Doctrina 333
1.
El deudor no puede retirar lo consignado después de operado el p a g o . . . . 333
2. El retiro de la consignación no puede hacerlo
el deudor contra la voluntad del acreedor 333
3. No procede ese retiro ni con el consentimiento del acreedor 333
B) Do ctrina 334
1. La obligación extinguida no renac e, se genera una obligación nueva 334
2. Los cod eud ores o fiadores de esa obligación qued an liberados
sin qu e el retir o influya o mod ifique esa liberación 334
3. Nac e una nueva obligación, en tre las mismas partes
y con el mismo objeto, pe ro con distinta causa 335
DEUDAS DE CUERPOS CIERTOS
Art.
76 4
335
A ) Bibliografía especia l 335
B) Do ctrina 335
1. Intim ación judicial 335
2.
Carác ter de la int imación. Desde cuándo debe considerársela recibida . . . . 336
3. El dep ósito de llaves en la locación de cosas 337
4. D ere ch o del de ud or a solicitar la designación de dep ositario judicial 338
5. Consignación de cosas pere ced eras 338
C) Jurispru denc ia 338
1. Obligac ión de da r cosas cierta s 338
2. Inmue bles 338
Art.
765 339
A ) Bibliografía especial 339
B) Do ctrina 339
1. Traslado de la cosa cuan do se halla en un lugar
distinto de aquel en que deb e ser entre gad a 339
a) Ga stos de traslado 340
b) Supue stos de excepción. Posibilidad de
exon erar al de ud or de efectuar el traslado 340
2. De spué s del traslado y conse cuen te intimación judicial
puede el deudor liberarse de la custodia de la cosa
y solicitar la designac ión de dep osita rio judicial 340
3. Consignación de cosas pere ced eras 340
DEUDAS DE COSAS INDETERMINADAS
A ELECCIÓN DEL ACREEDOR
Art. 766 341
A) Bibliografía especial 341
B) Do ctrina 341
CAPÍTULO V
DEL PAGO CON SUBROGACIÓN
Bibliografía gen eral 343
Art. 767 343
A ) Bibliografía especial 343
B) Do ctrina 343
1.
Con cepto 343
2. Naturaleza 344
3. Clases 345
4. Req uisitos 345
C) Jurisprud encia 345
1. El ter ce ro de be pro ba r qu e hizo efectiva la obligación 345
2.
El tercero deb e pagar con fondos propios 345
3. Transm isión del créd ito 346
Art. 768 346
A ) Bibliografía especial 346
B) Do ctrina 346
1. Sub rogac ión legal 347
2. Ca rác ter de los casos previstos 347
3. Ac reed or que le paga a otro que le es preferen te 347
4. De ud or obligado con otros o por otros 348
5. Pago del terce ro 348
6. Ad quire nte de un inmue ble que paga a un acree dor hipoteca rio 348
7. H ere de ro ace ptan te beneficiario que paga deu das de la sucesión 349
C) Jurisprud encia 349
1. Subrog ación legal 349
2.
D eu do res de la obligación divisible 349
3. Pago de impu estos por el tercero 350
4.
Cofiadores 350
5.
Pago a nom bre propio o por el deu dor 350
6. De udo res solidarios 350
Art. 769 350
A ) Bibliografía especial 351
B) Do ctrina 351
1.
Subrogación convencional por el acree dor 351
2. Req uisitos 351
3. La aplicación de las disposiciones sobre la cesión de crédito s 351
C) Jurispruden cia 352
2. Con diciones de forma 352
3. Oposición del deu dor 352
Art. 770 353
A) Bibliografía especial 353
B) Do ctrina 353
1. Subrogación convencional por el deu dor 353
2.
Requ isitos 353
C) Jurisprud encia 354
1. Man ifestación de voluntad expresa 354
2. Instrum ento público o privado de fecha cierta 354
Art . 771 354
A ) Bibliografía especial 355
B) Do ctrina 355
1. Principio gen eral 355
2.
Limitación legal 355
3. Limitación conve ncional 356
4. Acción de contribución 356
5.
Diferen cias con la cesión de crédito s 356
C) Jurisprud encia 357
1.
Efectos 357
2. Importe 357
3. Intereses 357
4. Privilegios 358
5. Accion es 358
6. Prescripción 358
Art. 772 358
A ) Bibliografía especial 358
B) Do ctrina 358
1.
Pago parcial y concurren cia con el acree dor 358
C) Jurispruden cia 359
CAPÍTULO VI
DE LA IMPUTACIÓN DEL PAGO
Bibliografía gen eral 359
Art. 773 359
Art. 774 360
B) Doc tr ina 360
1. Impu tación de pag o 360
2. Requ isitos 360
3. Clases 361
4. Imputación por el deu dor 361
5. Límites 361
C) Jurisprudencia 362
1. Dec laración del de ud or previa al pago 362
2.
Insuficiencia del pag o 362
3. Única obligación en cuotas 362
4.
Ca rácte r de definitiva de cualquier imputación 362
Art . 775 362
A ) Bibliografía especial 363
B) Do ctrina 363
1. Impu tación po r el acre edo r 363
2.
Vicios que afectan la imputación por el acree dor 363
C) Jurisprudencia 364
1. Imp utación po r el acre edo r en el recibo 364
2.
Cese del derech o del deudo r para imputar el pago 364
3. M om ento de la imputación por el acreedor 365
4.
La sorpresa com o vicio de la voluntad 365
A rt. 776 365
A rt. 777 365
A ) Bibliografía especial 365
B) Do ctrina 365
1. De uda con intereses 365
C) Jurisprud encia 366
1.
De uda de capital e intereses: imputación 366
A rt. 778 366
A ) Bibliografía especial 367
B) Do ctrina 367
1. Im puta ción legal 367
2.
La deud a más gravosa 367
3. Prorra teo 367
4. De uda s no vencidas 368
C) Jurisprud encia 368
1. M ayor onero sidad: cuestión de hech o 368
2.
Casos de tasa más alta de intereses, hipoteca
o fianza, y su cará cter ejemplificativo 368
4. C ará cte r ejemplificativo 369
5. De uda s de plazo no vencido 369
CAPÍTULO VII
DEL PAGO POR ENTREGA DE BIENES
Bibliografía gen eral 369
Art. 7 79 369
A ) Bibliografía especial 370
B) Do ctrina 370
1. Denom inación y concepto 370
2.
Req uisitos 370
3. Naturaleza 371
4. Efectos 372
C) Jurisprudencia 372
1. La dación en pag o es una novación 372
2. La extinción de la obligación 372
Art.
780
372
A ) Bibliografía especial 372
B) Do ctrina 373
1. La dación en pago y la cesión de créditos 373
2.
Las reglas aplicables 373
C) Jurisprud encia 373
1. Nec esidad de la forma escrita 373
2.
Las garantías que debe el deudo r cedente 373
Art. 781
A ) Bibliografía especial 374
B) Do ctrina 374
1. Dación en pago y comp raventa 374
Art. 782 375
A) Bibliografía especial 375
B) Doc trina 375
1. La represe ntació n y la dación en pago 375
Art. 783 375
A) Bibliografía especial 376
H) Do ctrina 376
2.
Fianza 376
3. Hipoteca 376
C) Jurisprud encia 377
1. Da ción en pag o, evicción y la gara ntía hipo teca ria 377
CAPÍTULO VIH
DE LO DADO EN PAGO DE LO QUE NO SE DEBE
Bibliografía gen eral 377
Art. 784 378
A ) Bibliografía especial 378
B) Do ctrina 378
C) Jurisprude ncia 380
1. Pago ind ebid o 380
2.
Pago indeb ido. Proceden cia de la acción de repetición 380
Art. 785 381
A ) Bibliografía especial 381
B) Do ctrina 381
Art. 786 382
A ) Bibliografía especial 382
B) Doc tr ina 382
C) Jurisprud encia 382
1. Deprec iación mo neta ria. Expropiación. Pago indebido. Repetición 383
2.
Pago por error . Cue nta corriente. Che que. Repetición 383
Art. 787 383
A ) Bibliografía especial 383
B) Do ctrina 384
Art. 788 385
A ) Bibliografía especial 385
B) Doc trina 385
Art. 789 386
A ) Bibliografía especia) 386
B) Do ctrina 386
Art. 790 387
A ) Bibliografía especial 387
C) Jurispruden cia WO
1. Pago indeb ido. Repetición. Erro r en el objeto de la prestación 390
2. Recurso extraordinario. Requisitos propio s. Cuestiones no
federales. Sentencias arbitrarias. Procedencia del recurso.
Defectos en la consideración de extremos conducentes.
Sentencia arbitraria. Ho nora rios. Pago indebido. Err or 390
3. Err or esencial. Repetición del pago .
Acción de repetición. Pago indebid o 390
Art. 791 39I
A) Bibliografía especial 391
B) Do ctrina 391
C) Jurisprude ncia 392
1.
Juicio ejecutivo. Proceso ordin ario posterior. Pago indebido 392
2. Pago indebido . Acción de repetición 392
Art. 792 393
A ) Bibliografía especial 393
B) Doc trina 393
C) Jurisprude ncia 394
1. Prescripció n. Tie mp o de la prescrip ción. M ateria civil.
Vicios de la volu ntad. Pago sin causa. Rep etición 394
Art. 793 395
A) Bibliografía espec ial 395
B) Do ctrina 395
C) Jurispruden cia 396
1. Pago sin causa 396
2.
Restitución del pago . Ho nora rios.
Pago inde bido . Cau sa de la obligación 396
Art. 794 396
A ) Bibliografía especial 396
B) Do ctrina 397
C) Jurispruden cia 397
1.
Pago indebido 397
2. Ley. Ord en pú blico. Locación. Alquiler. Cláusulas de actualización
monetaria. Ley de convertibilidad. Convertibilidad: contrato.
Libertad contractual. Libertad de forma. Pago indebido.
Obligación natu ral. Repetición del pago 398
Art. 795 398
A) Bibliografía especial 398
Art. 796
399
A ) Bibliografía especial 399
B) Do ctrina 399
Art. 797 400
Art. 798 400
A ) Bibliografía especial 400
B) Do ctrina 400
C) Jurispru denc ia 401
1. Liberación hech a po r err or 401
CAPÍTULO IX
DEL PAGO CON BENEFICIO DE COMPETENCIA
Bibliografía gen eral 401
Art. 799
401
A ) Bibliografía especial 402
B) Do ctrina 402
1.
Beneficio de com peten cia: con tenid o 402
2. Funda mento 402
3. Requ isitos 402
C) Jurispru denc ia 403
1. Situación del deu dor 403
2.
M ala fe de quien pre ten de el beneficio 403
3. El ped ido deb e ser realizado a solicitud de parte 404
Art. 800 404
A ) Bibliografía especial 404
B) Do ctrina 404
1. Sujetos bene ficiarios 404
2.
De scend ientes y ascend ientes 405
3. Cónyuge divorciado inocen te 405
4. He rman os 405
5.
Socios 405
6. Do nante 406
7. Co ncu rsado que hizo cesión de los bienes 406
8. Ca rácter de la enum eració n 406
C) Jurisprud encia 407
1. Extensión del beneficio a los he red ero s y viuda 407
T Í T U L O X V I I
D E L A N O V A C I Ó N
Art.
8 1 409
A ) Bibliografía especial 409
B) Doc trina 409
1. Co nce pto 409
2. Clases de novación 410
3. Eleme ntos 410
C) Jurisprud encia 411
1. Novación. Co nce pto 411
2.
Casos que no impo rtan novación 412
3. M anifestación tácita del animus novandi 412
Art. 802 413
A ) Bibliografía especial 413
B) Do ctrina 413
1. Novación ante rior nula 413
Art.
803 413
A ) Bibliografía especial 414
B) Do ctrina 414
1. Extinción de la obligación principa l y de los acceso rios 414
2.
Excepciones 414
3. El acto de reserva del acree dor 415
C) Jurisprude ncia 415
1. Extinción de la fianza 415
Art. 804 415
A ) Bibliografía especial 415
B) Do ctrina 415
1. Novación de una obligación garantida
con pren da, hipotec a o fianza 416
Art. 805 416
A ) Bibliografía especial 416
B) Do ctrina 416
1.
Capac idad para novar 416
Art. 806 417
A ) Bibliografía especial 417
B) Do ctrina 417
1. Novación por repr ese ntan te 417
C) Jurisprud encia 417
1. Pod er especial par a nova r 417
Art. 807 418
Art. 808
418
A ) Bibliografía especial 418
B) Do ctrina 418
1. Obligación cond icional en la novación 418
2.
Obligación anterior pura y simple.
Obligación condicional nueva 419
3. Obligación ante rior condicional.
Obligación nueva pura y simple 419
C) Jurisprud encia 419
1.
Condición resolutoria 419
Art. 809 420
Art. 810 420
A ) Bibliografía especial 420
B) Do ctrina 420
1. Obliga ciones solidarias 420
2.
Ob ligacione s indivisibles 420
C) Jurisprud encia 421
1. Efectos de la novación en las obligacio nes solidarias 421
Art. 811 421
A ) Bibliografía especial 421
B) Do ctrina 421
1.
Efectos para el fiador de la novación entre deu dor y acree dor 422
2. Efectos para el deu dor de la novación entre acreed or y fiador 422
Art. 812 422
A ) Bibliografía especial 423
B) Do ctrina 423
1. Animus novandi 423
2. Novación objetiva 423
3. Casos de novación por cambio de objeto 423
4. Casos de novación por cambio de causa 424
5. Alterac iones de impo rtancia 424
6. Novación por mod ificaciones sustanciales al vínculo 424
7. Novación por incompatibilidad entre
la obligación an teri or y la nueva 424
8. Cam bios que no produ cen novación 425
C) Jurispruden cia 425
2. Animas novandi 425
3. Au m ento o reducción de alquileres 42d
4.
Co nve nio de desoc upac ión 42(>
5. Alteracion es de tiempo , lugar y m odo de cump limiento 42(>
6. M odificaciones en el m onto de la deu da 427
7. Cam bio de prestación 427
8. Alteración de plazo, agregación o supresión de garantías 427
9. El reco noc imie nto de la obligación, el pa go parcial,
la contabilización de un crédito en cuenta simple
o de gestión, la litis contestatio y la sentenc ia 427
10. Novación por cambio de objeto 428
11. Novación por cambio de causa 428
12. Novación por modificaciones sustanciales al vínculo 428
Art.
813 428
A ) Bibliografía especial 428
B) Do ctrina 428
1. Ac reedo r que acepta docu me ntos a la orden suscriptos por el deu dor . . . . 429
2. Innecesa riedad de garantía o privilegio 429
3. Prescripción 429
C) Jurisprude ncia 429
1.
Recibo de cheq ue 430
2. Otorga mien to de pagaré o cheque 430
3. Emisión de paga ré 430
4. Aplicación a créditos com unes o quirografarios 430
Art.
814
430
A ) Bibliografía especial 431
B) Do ctrina 431
1. Novación subjetiva por cambio de deu dor. Delegac ión. Sujetos 431
2.
Delegación perfecta 431
3. Delegación imperfecta 432
C) Jurisprud encia 432
1.
M anifestación de volun tad en la delegación 432
2. Deleg ación perfecta 432
3. Delegación imperfecta 432
4. Vo luntad de novar en la novación subjetiva po r cam bio de de ud or 433
5. Exoneración expresa del deleg ante 433
Art.
815
433
A ) Bibliografía especial 433
B) Doc trina 433
1. Expro misión . Req uisitos 434
C) Jurisprudencia 434
I. Expromisión. Falta de liberación del primitivo deudor 434
Art.
816
434
A) Bibliografía especial 435
B) Doctrina 435
1.
Insolvencia del deudor sustituido 435
2. Requisitos para reclamar al deudor originario 435
3. La insolvencia posterior a la novación 435
4. La insolvencia anterior a la novación 436
Art. 817 436
A) Bibliografía especial 436
B) Doctrina 436
1.
Novación subjetiva por cambio de acreedor 436
2. Diferencias con la cesión de créditos 437
C) Jurisprudencia 437
1.
Novación subjetiva por cambio de acreedor 437
2. Caso en el que no opera novación 438
TÍTULO XVIII
DE LA COM PENSACIÓN
Bibliografía general 439
Art.
818
439
A) Bibliografía especial 439
B) Doctrina 440
1. y
2. Fundamento
y
funciones 441
3. Importancia práctica 441
4. Naturaleza jurídica 442
5. Clases de compensación 443
6. Compensación legal. Requisitos 443
7.
Compensación por imperio de la ley 448
8. Compensación convencional 449
9. Compensación facultativa 449
10. Compensación judicial 450
II . Efectos de la compensación legal 451
12. Renuncia 452
C) Jurisprudencia 453
2. Caracteres 454
3. Efectos 455
4. Ejecución de sentencia 455
5. Reconve nción 455
Art. 819 456
A ) Bibliografía especial 457
B) Do ctrina 457
C) Jurisprud encia 457
1.
Requisitos 457
2. Alcance 458
3 Depreciación mon etaria 460
Art.
820 460
A ) Bibliografía especial 460
B) Do ctrina 460
1. Rem isión 460
2. Cosas inciertas 460
C) Jurisprud encia 461
1.
Com pensación. Elección 461
Art. 821 462
A ) Bibliografía especial 462
B) Do ctrina 462
1. Ob ligacion es con distinto lugar de pag o. Efectos 462
Art. 822 463
A ) Bibliografía especial 463
B) Do ctrina 463
C) Jurisprud encia 463
1. Co mp ensació n. Créd itos expeditos 463
2.
Emb argo 463
Art.
8 3 464
A ) Bibliografía especial 464
B) Do ctrina 464
1.
Cré ditos no com pensables 464
C) Jurispru denc ia 465
1. Cré ditos no com pensables y com pensables. Fisco 465
2. Créditos no compensables. Otra naturaleza 466
Ar t .
8 4
466
B) Do ctrina 466
1. Créd itos no com pensables 466
C) Jurisprude ncia 468
1. Créd itos no com pensab les 468
Art. 825 468
A ) Bibliografía especia 468
B) Do ctrina 468
1. Créd itos no com pensables 469
C) Jurisprud encia 470
1. Créd itos no com pensables. Alim entos 470
Art. 826 472
A ) Bibliografía especial 472
B) Do ctrina 472
1. Co mp ensa ción y cesión. Notificación de la cesión. Efectos 472
C) Jurisprud encia 473
1. Cesión y ausen cia de requisito s 473
Art.
827 473
A ) Bibliografía especial 474
B) Do ctrina 474
1. Títulos a la ord en . Imposibilidad de com pen sar 474
Art. 828 474
A ) Bibliografía especial 474
B) Do ctrina 475
1.
Com pensación y quiebra 475
C) Jurispruden cia 475
1.
Con curso preventivo y quiebra 475
2. Efectos de la ap ertu ra 476
Art. 829
476
A ) Bibliografía espec ial 476
B) Doc trina 477
1. La compen sación y la fianza. Ge neralid ades 477
C) Jurispruden cia 478
1. Co m pen sació n y fianza 478
Art.
83 0 478
A ) Bibliografía especial 478
Art. 831 -MI)
A) Bibliografía espec ial 481
B) D oc trin a 4KI
1. M odo de opo ner la compensación 48I
C) Jurispruden cia 481
1. Com pensació n. Oposición 481
T Í T U L O X I X
D E L A S T R A N S A C C I O N E S
A ) Bibliografía especial 483
B) Do ctrina 484
1. Definición 484
2.
Re quisitos 484
3. El ac ue rdo extintivo 484
4.
Las concesiones recíprocas 485
5. La re s dubia 485
6. Natu raleza jurídica de la transacción 486
C) Jurispruden cia 487
1. Natu raleza jurídica 487
2.
M ateri a litigiosa 487
3. Ne goc io de fijación 488
Art. 833 488
A ) Bibliografía especial 488
B) Do ctrina 488
C) Jurispruden cia 489
1.
Régim en aplicable 489
2. El conse ntimien to 489
3. Exam en de los requisitos 490
4. Cosa dudosa 490
Art. 834 490
A ) Bibliografía especial 490
B) Do ctrina 490
C) Jurisprude ncia 491
1.
Indivisibilidad 491
Art. 835 491
A ) Bibliografía espec ial 492
B) Do ctrina 492
C) Jurisprudencia 492
1. Interp retac ión 492
2.
Voluntad de las par tes 492
Art. 836 493
A ) Bibliografía especial 493
B) Doctrina 493
C) Jurispru denc ia 494
Art. 837
494
Art. 838 494
A ) Bibliografía especial 495
B) Do ctrina 495
1. Q ué se ent iend e por "dere cho s litigiosos" 496
2.
Fec ha de eficacia 496
3. Nulidad de la transacción judicial por defecto de forma 497
4.
Pru eba de la transa cció n extrajudicial 497
5.
Prue ba de la transacción judicial 497
C) Jurisprudencia 497
1.
Forma y prueba 497
2. Presenta ción del convenio 498
3. Alcance de la hom ologación 498
CAPÍTULO I
DE LOS QUE PUEDEN TRANSIGIR
Art.
8 39 498
A ) Bibliografía especial 499
B) Do ctrina 499
C) Jurispru denc ia 499
1. Pod er para transa r 499
2.
Ca rácter de la nulidad 500
Art. 840 500
A ) Bibliografía especial 500
B) Do ctrina 500
C) Jurisprud encia 501
Art.
841 501
A ) Bibliografía especial 502
B) Doc trina 502
C) Jurisprud encia 503
1. El Estad o: capacidad para transar 503
CAPÍTULO II
DEL OBJETO DE LAS TRANSACCIONES
Art.
842 504
Art.
84 3
504
Art.
844
504
Art.
845
504
Art.
84 6 504
Art.
847 505
Art.
84 8 505
Art.
849 505
A ) Bibliografía especial 505
B) Do ctrina 505
C) Jurisprud encia 507
1. Ac uerd o adm inistrativo: valor transaccional 507
2. Transacción sobre alimentos 507
3. Derech os eventuales 508
CAPÍTULO III
EFECTO DE LAS TRANSACCIONES
Art.
85 0 508
A ) Bibliografía especial 508
B) Do ctrina 508
C) Jurispru denc ia 509
1. Efecto extintivo: alcanc e 509
2. Costas 510
3. Cosa juzgad a 510
Art.
851 510
A ) Bibliografía especial 510
C) Jurispru denc ia 511
1. Efec to relativ o 511
2.
Efectos directo s c indire ctos 511
3. Valores denu nciad os en la transacción 511
Art. 852 512
A) Bibliografía especial 512
B) Do ctrina 512
C) Jurisprudencia 512
1.
Efecto sobre lo accesorio 512
Art. 853 512
A) Bibliografía especial 513
B) Doc trina 513
C) Jurisprud encia 514
1. Invocac ión de la transac ción por el de ud or solidario 514
2.
Obligaciones con curre ntes 514
Art.
854 514
Art.
855
514
A ) Bibliografía especial 515
B) Do ctrina 515
Art.
856 515
A ) Bibliografía especial 515
B) Do ctrina 516
C) Jurisprud encia 516
I. Efectos sobre los dere cho s materia de la transacción 516
CAPÍTULO IV
NULIDAD DE LAS TRANSACCIONES
Art. 857 516
A ) Bibliografía especial 516
B) Do ctrina 517
Art.
858 517
A) Bibliografía especial 518
B) Doc trina 518
C) Jurisprud encia 518
1. Transa cción y lesión 518
2.
M and ato inexistente 519
Art.
859 519
A) Bibliografía especial 519
B) Do ctrina 519
Art. 860 520
A) Bibliografía especial 520
B) Do ctrina 520
C) Jurispruden cia 521
Art. 861 521
A ) Bibliografía especial 521
B) Doc trina 521
C) Jurisprud encia 522
T Í T U L O X X
D E L A C O N F U S I Ó N
Art. 862 523
A ) Bibliografía especial 523
B) Do ctrina 523
1. Co ncep to 523
2. Diferencias con la comp ensación 524
3. Naturalez a jurídica 524
4. Requ isitos 524
5. Form as 525
C) Jurisprud encia 525
1. La confusión com o m edio extintivo 525
2.
La confusión com o paralización de la acción 526
Art.
863 527
A ) Bibliografía especial 527
B) Doc trina 527
1.
Beneficio de inve ntario 527
C) Jurisprud encia 528
1.
Beneficio de inve ntario 528
2. Acep tación de la herencia pura y simplem ente 528
Art.
86 4
528
A) Bibliografía especial 528
2. Obligaciones de sujeto plural 529
3. Obligaciones divisibles e indivisibles 529
C) Jurisprudencia 529
1.
Confusión parcial 530
Art. 865 530
A) Bibliografía especial 530
B) Doctrina 530
1.
Confusión del derecho del acreedor con la obligación del deudor 530
2. Confusión del derecho del acreedor con la obligación del fiador 531
3.
Confusión de las obligaciones de deudor y fiador 531
Art. 866 531
A) Bibliografía especial 531
B) Doctrina 531
1. Confusión en las obligaciones solidarias 532
2. Normativa del Código Civil 532
3. Reforma del decreto-ley 17.711/68 532
Art.
867
532
A) Bibliografía especial 533
B) Doctrina 533
1.
Causas de cesación de la confusión 533
2. La cesación voluntaria y de pleno derecho. Efectos 533
TÍTULO XXI
DE L RENUNCI DE LOS
DERECHOS
EL
CREEDOR
Bibliografía general 535
Art. 868 535
A) Bibliografía especial 535
B) Doctrina 535
1.
Concepto 536
2. Renuncia y remisión 536
Distinta tesis de diferenciación 537
4. Caracteres 538
a) Unilateral o bilateral 538
b) Abdicativa 538
c) Neutra 539
d) Interpretación restrictiva 539
C) Jurisprude ncia 539
1. Desistimien to 540
2.
Co ncep to 540
3. Na turaleza jurídica 540
4.
Clases 540
5.
Facultad para renunciar 540
Art. 869 541
A ) Bibliografía especial 541
B) Do ctrina 541
1.
Cap acidad 541
C) Jurisprud encia 542
Art.870 542
A ) Bibliografía especial 543
B) Do ctrina 543
871 543
A ) Bibliografía especial 543
B) Do ctrina 543
C) Jurisprudencia 544
Art. 872 544
A ) Bibliografía especial 544
B) Do ctrina 544
1. De rechos renunciables 544
2.
Derec hos irrenunciables 545
C) Jurisprud encia 546
1. Obligac ión solidaria 546
2. Excepción de espera 546
3. Caducidad del seguro. Renuncia del derech o 547
4.
Ren uncia a intereses 547
5. De rec ho del trabajo. Ren uncia. Frau de a la ley 547
6. Crédito hipotecario. Renuncia 547
7. Re nun cia a la acción 548
8. Recu sación sin causa. Ren unc ia 548
9. Juicio ejecutivo. Ren uncia de derecho s 548
10. Defensa en juicio 548
11. Recu rso de apelación. Ren uncia 549
12.
Re nun cia a la mo ra , 549
Ait. 873 551
B) Do ctrina 551
1.
Form a y prue ba de la renuncia 551
C) Jurisprud encia 552
Art. 874 553
A ) Bibliografía especial 553
B) Doc trina 554
C) Jurispru denc ia 554
1. Renun cia de dere cho s. Presunción 554
2.
Interpre tación de la renuncia tácita 555
3. Obligación de expedirse 556
4.
Co ntrato s de adhesión 556
Art. 875 557
A ) Bibliografía especial 557
B) Do ctrina 557
1. Efec tos 557
2.
Retractac ión 557
3. Tiem po útil de realización 558
4. Forma y prue ba de la retractació n ' 558
5. Situación de los terc ero s 558
C) Jurisprud encia 559
T Í T U L O X X I I
D E L A R E M I S I Ó N D E L A D E U D A
Art. 876
561
A ) Bibliografía especial 561
B) Doc trina 561
1.
Con cepto 561
2. Ré gim en legal 561
3. Na turaleza jurídica 562
4. Clases 562
Art. 877 563
A ) Bibliografía especial 563
B) Doc trina 563
C) Jurispruden cia 564
1. Co ncep to 564
Art. 878 565
A ) Bibliografía especial 565
B) Do ctrina 565
C) Jurispruden cia 565
1. Ob ligacio nes. Extinción 566
Art. 879 566
A ) Bibliografía especial 566
B) Doc trina 566
1.
Do cum ento s protocolizados o constitutivos del protoc olo 566
Art.
880 567
A ) Bibliografía especial 567
B) Doc trina 568
C) Jurisprud encia 568
1. Locación. Fianza. Fiado r principal paga dor 568
Art. 881 569
A) Bibliografía especial 569
B) Doctrina 569
C) Jurisprudencia 570
Art.
882 570
A ) Bibliografía especial 570
B) Doc trina 570
Art.
883 570
A) Bibliografía especial 571
B) Do ctrina 571
Art.
884 571
A ) Bibliografía especial 571
B) Do ctrina 571
Art.
885
572
A) Bibliografía especial 572
B) Doc trina 572
Art.
886 572
A) Bibliografía especial 573
B) Do ctrina 573
1. Restitución de la cosa pre nd ad a 573
Art. 887
573
B) Doctrina 573
1. Devolución de la cosa prendada 573
TÍTULO XXIII
DE LA IMPOSIBILIDAD DEL PAGO
Art. 888 575
A) Bibliografía especial 575
B) Doctrina 575
1.
Concepto 575
2. Imposibilidad física y jurídica 575
3. Requisitos 576
C) Jurisprudencia 577
1.
Imposibilidad de pago 577
Art. 889 577
A) Bibliografía especial 578
B) Doctrina 578
1. Conversión de la obligación primitiva en
la obligación de pagar daños e intereses 578
C) Jurisprudencia 578
1.
Aplicación al contrato de compraventa 578
Art. 89 579
A) Bibliografía especial 579
B) Doctrina 579
1. Aplicación a las obligaciones de dar cosas ciertas 579
Art. 891 579
A) Bibliografía especial 579
B) Doctrina 579
1. Pérdida de la cosa debida 580
2. Destrucción de la cosa 580
C) Jurisprudencia 580
1.
Pérdida parcial 580
Art. 892 580
A) Bibliografía especial 581
B) Doctrina 581
1.
Caso fortuito. Irrelevancia de la mora 581
Art.
893
581
A) Bibliografía especial 581
B) Doctrina 582
1.
Entrega de cosas inciertas 582
C) Jurisprudencia 582
1.
Obligaciones de género limitado 582
Art. 894 582
A) Bibliografía especial 582
B) Doctrina 582
1.
Cosas inciertas no fungibles 583
Art. 895 583
A) Bibliografía especial 583
B) Doctrina 583
1.
Efectos de la imposibilidad de pago 583
C) Jurisprudencia 584
1.
Efectos de la imposibilidad de pago 584
Código civil : doctrina, jurisprudencia, bibliografía : obligacio
nes : artículos 652 a 895 / dirigido por Félix A. Tr igo Represas
y Rubén H. Compagnucci de Caso - 1
3
ed. - Santa Fe :
Rublnzal-Culzoni, 2005
v. 2, 640 p. ; 23x16 cm
ISBN 950-727-600-9 edición rústica)
ISBN 950-727-601-7 edición encuadernada)
1. Derecho Civil. I. Trigo Represas, Félix A., dir. II. Compag
nucci de Caso, Rubén H., dir.
CDD 323
LA COMPOSICIÓN Y DIAGRAMACIÓN SE REALIZÓ EN RUBINZAL - CUl.ZONI EDITORES
Y SE TERMINÓ DE IMPRIMIR EL 31 DE ENERO DE 2005 EN LOS TALLERES
GRÁFICOS DE IMPRENTA LUX S. A., H. YRIGÓYEN
2463,
SANTA FE