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SEPTIEMBRE 2012

¡VTR!

septiembre 01 Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor”. Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte den la alegría de tu señor”. Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo: “Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. El señor le respondió: “Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera yo con intereses? Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene.” “Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación”». Palabra del Señor. Oración introductoria

Ven, Espíritu Santo. Manda tu luz y fortaleza para que sepa poner todo lo necesario para que este momento de oración sea un encuentro personal, íntimo con Dios, mi Padre y Creador. Mira mi vacío, mis vanas preocupaciones, sin tu presencia no lo podré lograr. Petición Señor, entra en el fondo de mi alma para que sepa corresponder a los dones recibidos.

Meditación Acoger la invitación a la vigilancia. «Al volver a casa, el amo pide cuentas a los servidores de lo que les había confiado y, mientras se complace con los dos primeros, se queda desilusionado con el tercero. Aquél servidor, en efecto, que mantuvo escondido el talento sin revalorizarlo, hizo mal sus cálculos: se comportó como si su amo ya no fuera a regresar, como si no hubiera un día en el que le pediría cuentas de su actuación. Con esta parábola, Jesús quiere enseñar a los discípulos a usar bien sus dones: Dios llama a cada hombre a la vida y le entrega talentos, confiándole al mismo tiempo una misión que cumplir. Sería de tontos pensar que estos dones se nos deben, así como renunciar a emplearlos sería menoscabar el fin de la propia existencia. Comentando esta página evangélica, san Gregorio Magno nota que a nadie el Señor le hace falta el don de su caridad, del amor. Escribe: “Por esto es necesario, hermanos míos, que pongáis todo cuidado en la custodia de la caridad, en toda acción que tengáis que realizar”» (Benedicto XVI, 13 de noviembre de 2011). Reflexión apostólica

«Movidos por un gran sentido de caridad y de justicia, han de saberse meros administradores, no dueños, de los dones de Dios, incluidos los bienes materiales. Sobre estos bienes pende siempre una hipoteca social de justicia y caridad, según el espíritu de Cristo en el Evangelio» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 392). Propósito

Diariamente, al finalizar el día, hacer un balance (examen de conciencia) sobre cómo he vivido la caridad (el amor a Dios y a los demás). Diálogo con Cristo

Señor, qué fácilmente olvido lo fugaz y lo temporal de esta vida. En vez de buscar multiplicar, en clave al amor a los demás, los numerosos talentos con los que has enriquecido mi vida, frecuentemente me dejo atrapar por el camino fácil de la comodidad o la ley del menor esfuerzo. Concédeme la gracia de saber reconocer y multiplicar los dones recibidos. «Una y la misma es la santidad a la que todos los bautizados están llamados, pero cada uno

debe tratar de alcanzarla según los dones y la vocación que ha recibida» (Cristo al centro, n. 1966).

¡VTR!

septiembre 02 Evangelio Del santo Evangelio según san Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23 En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: «¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?» (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).

Jesús les contestó: «¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: *Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos!* Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios para aferrarse a las tradiciones de los hombres». Después, Jesús llamó a la gente y les dijo: «Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, no permitas que mi oración se convierta en una costumbre o ritual sin relación con el amor. Por eso no te pido que quites de mi camino las dificultades ni el trabajo arduo para cumplir siempre y en todo tu voluntad. Sólo te pido tu gracia, sé que eso me basta para vivir con alegría este día. Petición Ven, Espíritu Santo, para que mi oración sea sincera, de corazón, llena de amor. Meditación Lo que daña: la desobediencia a la voluntad de Dios.

«La desobediencia, ¿es verdaderamente un camino? ¿Se puede ver en esto algo de la configuración con Cristo, que es el presupuesto de toda renovación, o no es más bien sólo un afán desesperado de hacer algo, de trasformar la Iglesia según nuestros deseos y nuestras ideas? Pero no simplifiquemos demasiado el problema. ¿Acaso Cristo no ha corregido las tradiciones humanas que amenazaban con sofocar la palabra y la voluntad de Dios? Sí, lo ha hecho para despertar nuevamente la obediencia a la verdadera voluntad de Dios, a su palabra siempre válida. A él le preocupaba precisamente la verdadera obediencia, frente al arbitrio del hombre. Y no lo olvidemos: Él era el Hijo, con la autoridad y la responsabilidad singular de desvelar la auténtica voluntad de Dios, para abrir de ese modo el camino de la Palabra de Dios al mundo de los gentiles. Y, en fin, ha concretizado su mandato con la propia obediencia y humildad hasta la cruz, haciendo así creíble su misión. No mi voluntad, sino la tuya: ésta es la palabra que revela al Hijo, su humildad y a la vez su divinidad, y nos indica el camino» (Benedicto XVI, 5 de abril de 2012). Reflexión apostólica

« El auténtico miembro del Regnum Christi, siguiendo las huellas de Jesucristo, sólo puede realizar su misión en la vida amando: poniéndose cada día en movimiento por amor, anteponiendo el nosotros al yo, privilegiando el ser sobre el tener, prefiriendo servir que mandar, viviendo no para sí mismo sino para los demás» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, Epílogo). Propósito

Acercarme a la confesión sacramental, después de un examen de conciencia, revisando cómo estoy cumpliendo la voluntad de Dios. Diálogo con Cristo

Gracias, Jesús, por recordarme que lo que debo pedir en la oración es saber reconocer qué es lo realmente importante en esta vida y qué me puede apartar de tu gracia. Tú no le temías a nada, no tenías miedo de Satanás ni a las críticas de los demás. Aunque te causó sudar sangre no tuviste miedo al camino estrecho y arduo que tendrías que recorrer para cumplir la voluntad de Dios. ¡Dame la luz y la fuerza de una fe firme para recorrer ese mismo camino! «La voluntad de Dios debe ser para nosotros el auténtico crisol en donde probemos nuestra

entrega según aquellas palabras de Cristo: “No el que me dice “¡Señor, Señor!”, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre”»

(Cristo al centro, n.2318).

¡VTR!

septiembre 03 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 4, 16-30 En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: *El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la Buena Nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.* Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en Él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: «Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura, que ustedes acaban de oír». Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: «¿No es éste el hijo de José?» Jesús les dijo: «Seguramente me dirán aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo, y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm”». Y añadió: «Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos’ del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, que era de Siria». Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero Él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí. Palabra del Señor. Oración introductoria

Jesús, concédeme iniciar esta meditación con una actitud abierta y dócil para poder escuchar y percibir tu presencia. No quiero ser un pasivo espectador, con un corazón duro y ciego, insensible y mediocre… porque estoy hecho para ser el reflejo de tu amor. Quiero reconocerte en todas las personas que hoy podría, por amor a Ti, servir. Petición Dios mío, dame la gracia de reconocerte y amarte más el día de hoy.

Meditación Profetas de esta nueva era. «La efusión del Espíritu de Cristo sobre la humanidad es prenda de esperanza y de liberación contra todo aquello que nos empobrece. Dicha efusión ofrece de nuevo la vista al ciego, libera a los oprimidos y genera unidad en y con la diversidad. Esta fuerza puede crear un mundo nuevo: puede “renovar la faz de la tierra”. Fortalecida por el Espíritu y provista de una rica visión de fe, una nueva generación de cristianos está invitada a contribuir a la edificación de un mundo en el que la vida sea acogida, respetada y cuidada amorosamente, no rechazada o temida como una amenaza y por ello destruida. Una nueva era en la que el amor no sea ambicioso ni egoísta, sino puro, fiel y sinceramente libre, abierto a los otros, respetuoso de su dignidad, un amor que promueva su bien e irradie gozo y belleza. Una nueva era en la cual la esperanza nos libere de la superficialidad, de la apatía y el egoísmo que degrada nuestras almas y envenena las relaciones humanas. Queridos jóvenes amigos, el Señor os está pidiendo ser profetas de esta nueva era, mensajeros de su amor, capaces de atraer a la gente hacia el Padre y de construir un futuro de esperanza para toda la humanidad» (Benedicto XVI, 20 de julio de 2008). Reflexión apostólica

«En la oración no basta con reflexionar o contemplar. La meditación, como se dijo, es ante todo un diálogo con Dios. Es necesario, por tanto, entrar en una relación de corazón a Corazón, escuchando a Dios en lo profundo del alma y explayándose con Él en una verdadera conversación llena de fe y amor» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 228). Propósito

Ser un mensajero del amor de Dios, a través de la solicitud y la caridad con las que trate a los demás. Diálogo con Cristo

Padre Santo, ¿por qué tanta cerrazón y dureza de corazón? Tú siempre dispuesto a darme todo lo que me puede llevar a la santidad y yo pretendiendo ser el protagonista principal en vez de darte el lugar que te corresponde en mi vida. Gracias, Señor, por el don de mi fe que me lleva a reconocerte en el amor, en el ejercicio continuo de la caridad. Ayúdame a ser santo desde ahora para aprovechar, así, la fe que me has dado. «Sean dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo y para ello estén atentos, creando en sus

corazones un clima de silencio, ya que su voz es suave» (Cristo al centro, n. 821).

¡VTR!

septiembre 04 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 4, 31-37 En aquel tiempo, Jesús fue a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: «¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que Tú eres el Santo de Dios». Pero Jesús le ordenó: «Cállate y sal de ese hombre». Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros: «¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y éstos se salen». Y su fama se extendió por todos los lugares de la región. Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor Jesús, te quiero y te doy gracias por todo lo que haces por mí. A pesar de tus innumerables muestras de amor, no es extraño que convierta mi oración en un pliego de peticiones que nada tienen que ver con mi vida de gracia y de fe. Hoy tengo una actitud diferente: sin ataduras ni condiciones, me pongo a tu disposición confiando plenamente en tu voluntad. Petición

Señor, dame la gracia de saber orar y que tu gracia purifique mi corazón para que desaparezca todo lo que me aparta de Ti. Meditación La autoridad significa servicio. «A su enseñanza, que despierta la admiración de la gente, sigue la liberación de "un hombre poseído por un espíritu inmundo", que reconoce en Jesús "al santo de Dios", es decir al Mesías. En poco tiempo, su fama se extendió por toda la región, que Él recorre anunciando el Reino de Dios y curando a los enfermos de todo tipo: palabra y acción. San Juan Crisóstomo nos hace ver cómo el Señor "alterna el discurso en beneficio de los oyentes, en un proceso que va de los prodigios a las palabras y pasando de nuevo de la enseñanza de su doctrina a

los milagros". La palabra que Jesús dirige a los hombres abre inmediatamente el acceso a la voluntad del Padre y a la verdad propia. No les sucedía así, sin embargo, a los escribas, que debían esforzarse en interpretar las Sagradas Escrituras con innumerables reflexiones. Además, a la eficacia de la palabra, Jesús unía la de los signos de liberación del mal» (Benedicto XVI, 29 de enero de 2012). Reflexión apostólica

«Estas breves oraciones, impregnadas de actitudes de adoración, acción de gracias, amor y disponibilidad, renuevan la intención de vivir sólo por Dios y para Dios, ofreciéndole todo lo que uno es y hace» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 252). Propósito

Seguir el ejemplo de Cristo procurando que mi ayuda a los demás, trate de abarcar a la totalidad de la persona. Diálogo con Cristo

Señor, me conoces y sabes todo acerca de mí. No permitas que me ciegue la arrogancia de mis propias opiniones. Ayúdame a tenerte siempre como la meta de mi vida, quiero que tu gracia triunfe por encima de mi soberbia y de mi egoísmo. Quiero que tu voluntad impere sobre la mía, que tu vida divina resplandezca en mi conciencia. Te agradezco mucho este nuevo día que me concedes para servirte y santificarme en el Regnum Christi.

«El Espíritu Santo habla con un lenguaje que hay que saber entender. Sólo el alma que se esfuerza por conservar el silencio interior y exterior puede captar sus mensajes»

(Cristo al centro, n. 824).

¡VTR!

septiembre 05 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44 En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles. Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y Él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero Él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que Él era el Mesías. Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero Él les dijo: «También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado». Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea. Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, yo también estoy buscándote en mi interior. Ayúdame a ver qué es lo que necesito cambiar para que aprecie y valore más tu presencia en mi vida. Yo también estoy enfermo, te pido que en esta oración te dignes hacer algo por mí. Creo en Ti, confío en Ti y te amo. Petición Jesús, dame la humildad para saber reconocer tu presencia en mi vida. Meditación Vivir la enfermedad inmerso en el amor de Cristo. «El Evangelio nos presenta a Jesús que cura a los enfermos: primero a la suegra de Simón Pedro, que estaba en cama con fiebre, y Él, tomándola de la mano, la sanó y la levantó; y luego a todos los enfermos en Cafarnaún, probados en el cuerpo, en la mente y en el espíritu; Él "curó a muchos... y expulsó muchos demonios". Los cuatro evangelistas coinciden en testimoniar que la liberación de enfermedades y padecimientos de cualquier tipo, constituían, junto con la predicación, la principal actividad de Jesús en su vida pública. De

hecho, las enfermedades son un signo de la acción del mal en el mundo y en el hombre, mientras que las curaciones demuestran que el Reino de Dios -y Dios mismo-, está cerca. Jesucristo vino para vencer el mal desde la raíz, y las curaciones son un anticipo de su victoria, obtenida con su muerte y resurrección» (Benedicto XVI, 5 de febrero de 2012). Reflexión apostólica

«En la enfermedad y en la vejez, esfuércense por unir sus sufrimientos y limitaciones al sacrificio redentor de Jesucristo y traten de vivir en paz y serenidad, con espíritu de fe, aceptación y oblación de todo su ser al Señor» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 294). Propósito Consolar a una persona enferma, más que con palabras, con mi cercanía serena y sincera. Diálogo con Cristo

Señor, gracias por venir a mi casa en esta oración. Estoy agradecido por la atención personal que me das, especialmente cuando estoy enfermo y necesitado de tu gracia. Quiero corresponder rápidamente, como lo hizo la suegra de Pedro, sirviendo con alegría y prontitud a todos mis hermanos. El mundo está enfermo, muchos tienen una gran necesidad de Ti. Te ofrezco ser generoso y compartir la fuerza de tu presencia en mi vida. «Debemos luchar para levantar al caído, para ser misericordiosos con las almas que tienen la

desgracia de apartarse alguna vez del buen camino, debemos luchar para saber siempre como el buen samaritano, curar las heridas que el dolor y el odio vayan haciendo en el

corazón de nuestros hermanos» (Cristo al centro, n. 1448).

¡VTR!

septiembre 06 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 5, 1-11 En aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la Palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar». Simón replicó: «Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra echaré las redes». Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: «¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!». Porque tanto él como sus compañeros estaban llenos de asombro, al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús le dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Luego llevaron las barcas a tierra, y dejándolo todo, lo siguieron. Palabra del Señor. Oración introductoria

Jesús, gracias porque hoy tengo la oportunidad de suplicarte que entres a la barca de mi vida. Por intercesión de tu Madre santísima, quiero apartarme de mis preocupaciones y de todo lo que me distraiga o impida escucharte en esta oración. Petición Concédeme desprenderme de todo aquello que me ata al puerto de mi egoísmo. Meditación Ante la presencia de Dios. «Los experimentados pescadores habían pasado toda la noche sin conseguir nada, y entonces Jesús les dice que salgan de nuevo, a plena luz del día, y echen las redes al agua. Para los

conocimientos prácticos de estos hombres resultaba una sugerencia poco sensata, pero Simón responde: “Maestro... por tu palabra, echaré las redes”. Luego viene la pesca abundantísima, que sobrecoge a Pedro profundamente. Cae a los pies del Señor en actitud de adoración y dice: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”. Reconoce en lo ocurrido el poder de Dios, que actúa a través de la palabra de Jesús, y este encuentro directo con el Dios vivo en Jesús le impresiona profundamente. A la luz y bajo el poder de esta presencia, el hombre reconoce su miserable condición. No consigue soportar la tremenda potencia de Dios, es demasiado imponente para él. Desde el punto de vista de la historia de las religiones, éste es también uno de los textos más impresionantes para explicar lo que ocurre cuando el hombre se siente repentinamente ante la presencia directa de Dios. En ese momento el hombre sólo puede estremecerse por lo que él es y rogar ser liberado de la grandeza de esta presencia» (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, pág. 121). Reflexión apostólica

«La hora eucarística es una oportunidad para el diálogo personal con Cristo, para conocerlo y amarlo más íntimamente, desagraviarle por los propios pecados y por los de los demás hombres, agradecerle su testimonio de entrega y amor, ofrecerle los propios esfuerzos en favor de su Reino, y pedirle por las necesidades de la Iglesia, de la propia familia, del mundo y de uno mismo» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 253). Propósito

Participar en una Hora Eucarística, preferentemente delante del Santísimo Sacramento, solemnemente expuesto. Diálogo con Cristo

Señor, no quiero pedirte que te apartes de mí. Soy un pecador, no soy digno de tu presencia, pero mi corazón se moriría sin el calor de tu gracia. Contigo lo tengo todo. Contigo puedo convertir mi nada en un maravilloso todo. Contigo puedo ser el pescador de esos hombres que navegan por su vida sin saber a qué puerto les conviene llegar. Contigo soy feliz y dichoso, nunca permitas que me aparte de Ti.

«Ustedes han comenzado ahora una aventura maravillosa, y es muy importante, cuando se embarcan «para navegar hacia la otra orilla»,119 echarse a la mar con plena libertad de

espíritu y con el alma rebosante de la más plena confianza en Jesucristo» (Cristo al centro, n. 2298).

¡VTR!

septiembre 07 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 5, 33-39 En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: «¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?». Jesús les contestó: «¿A caso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán». Les dijo también una parábola: «Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: “El añejo es mejor”». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor Dios, aparta de mi oración esa actitud farisaica que me impide ver las maravillas de las inspiraciones de tu Espíritu Santo. Soy culpable de ese juicio severo que tiende a ver solo lo negativo. La oración es un don tuyo, concédemelo. Dame la gracia de orar con un corazón contrito que auténticamente busque renovarse espiritualmente. Petición

Te pido el don de la humildad, para disponerme a recibir gratuitamente el don de la oración. Meditación El hambre y la sed de Dios. «La práctica fiel del ayuno contribuye, además, a dar unidad a la persona, cuerpo y alma, ayudándola a evitar el pecado y a acrecer la intimidad con el Señor. […] Privarse del alimento material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a Cristo y a nutrirse de su palabra de salvación. Con el ayuno y la oración Le permitimos que venga a

saciar el hambre más profunda que experimentamos en lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios. Al mismo tiempo, el ayuno nos ayuda a tomar conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros hermanos. En su Primera carta San Juan nos pone en guardia: "Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?". Ayunar por voluntad propia nos ayuda a cultivar el estilo del Buen Samaritano, que se inclina y socorre al hermano que sufre. Al escoger libremente privarnos de algo para ayudar a los demás, demostramos concretamente que el prójimo que pasa dificultades no nos es extraño» (Benedicto XVI, 3 de febrero de 2009). Reflexión apostólica

«Al triduo de renovación es preciso acudir con gran visión de fe, con actitud de esfuerzo y aprovechamiento, con un intenso deseo de encontrarse con Dios en la oración y de servirse del silencio y del recogimiento para recibir con las mejores disposiciones posibles la acción de la gracia de Dios en el propio corazón» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 269). Propósito

Hacer hoy una renuncia voluntaria en los alimentos, ofreciéndola a Dios por los que no tienen lo básico para su manutención. Diálogo con Cristo

Jesucristo, la renovación espiritual que necesita mi corazón puede tener su fundamento en mi cambio de actitud hacia los demás. Y para que este deseo no sea una ilusión, por intercesión de María, te pido la gracia de saber renunciar a todo lo que me impida ser ese nuevo discípulo y misionero de tu amor, que ve y habla de todo lo bueno que hay en los demás y que, con generosidad, sabe ayudar en lo material a todos los necesitados.

«El pasar del tiempo, con la inevitable monotonía, con el mayor conocimiento recíproco, también de los defectos del otro, puede ir horadando la capacidad de amar. Por eso, el amor

ha de renovarse día a día en la fuente suprema del amor que es Dios» (Cristo al centro, n. 1561).

¡VTR!

septiembre 08 NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-16. 18-23 Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David. David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Cristo vino al mundo de la siguiente manera: estando María, su Madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que Ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: «José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque Ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: *He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.* Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, suplicando la intercesión tu Madre santísima, de la que hoy celebramos su nacimiento, busco tener un momento de intimidad contigo en la oración, para renovar mi fe. Esa fe que he recibido en mi bautismo y que necesito no sólo creer sino vivir, para convertirme en un fiel y seguro eslabón de tu genealogía. Petición Padre Santo, que la docilidad de san José para aceptar tus planes sea mi anhelo.

Meditación María, la primera bendecida. «María, la virgen, esposa de José, que Dios eligió desde el primer instante de su existencia para ser la madre de su Hijo hecho hombre, fue la primera en ser colmada de esta bendición. Ella es, como la saluda santa Isabel, “bendita entre las mujeres”. Toda su vida está bajo la luz del Señor, en radio de acción del nombre y el rostro de Dios encarnado en Jesús, el “fruto bendito de su vientre”. Así nos la presenta el Evangelio de Lucas: completamente dedicada a conservar y meditar en su corazón todo lo que se refiere a su hijo Jesús. El misterio de su maternidad divina, contiene de manera superabundante aquel don de gracia que toda maternidad humana lleva consigo, de modo que la fecundidad del vientre se ha asociado siempre a la bendición de Dios. La Madre de Dios es la primera bendecida y es ella quien lleva la bendición; es la mujer que ha acogido en ella a Jesús y lo ha dado a luz para toda la familia humana» (Benedicto XVI, 1 de enero de 2012). Reflexión apostólica

«El Regnum Christi invita a sus miembros a honrar de manera especial al Inmaculado Corazón de María los primeros sábados de mes, rezando el rosario con particular fervor. La contemplación de los misterios de la vida del Señor, a través de los ojos y del corazón de su Madre, anima a todos los miembros del Movimiento a cumplir sus deberes ordinarios, también con sentido de reparación y de desagravio por los pecados de los hombres, y a seguir el ejemplo de María en su colaboración generosa en la obra de la redención» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 452). Propósito Hacer una visita a un santuario mariano y rezar un rosario en honor a la Virgen, en su día. Diálogo con Cristo

Señor, gracias por darme a la Virgen María y a san José, modelos de mi vida porque saben poner todo en las manos de Dios. Cumplen su misión con esa seguridad de estar en lo correcto, aunque ello implique un esfuerzo extraordinario. El ser auténtico cristiano no nace espontáneamente, debo dejarme penetrar y transformar por este modelo de vida para poder crecer en amor cada día.

«Jesucristo pudo exclamar en la cruz: “Todo se ha consumado”. Y María es llamada “Virgen

fiel”. Fueron fieles a su misión, una misión que implicaba esfuerzo y sacrificio. Fueron llenando su misión con el exquisito y amoroso cumplimiento de los deberes marcados por el

Padre Celestial.» (Cristo al centro, n. 1637).

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septiembre 09 Evangelio Del santo Evangelio según san Marcos 7, 31-37 En aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «¡Effetá!» (que quiere decir “¡Ábrete!”). Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: «¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, así como apartaste al hombre del Evangelio a un lado de la gente, te pido hoy que me separes de las distracciones, de mis vanas preocupaciones, apártame de todo lo que no seas Tú. Toca mi alma con tus manos, mete tus dedos en los oídos de mi corazón para que me abra a tu gracia y a todo lo que me quieres decir en esta oración. Petición

Señor, ayúdame a escuchar tu Palabra, a guardarla siempre en mi corazón y a ponerla en práctica. Meditación La oración de intercesión de Jesús. «El punto central de este episodio es el hecho de que Jesús en el momento de realizar la curación, busca directamente su relación con el Padre. El relato dice, de hecho, que Él “mirando hacia el cielo, suspiró”. La atención al enfermo, la atención de Jesús hacia él, están vinculados a una actitud profunda de oración dirigida a Dios. Y el suspiro se describe con un verbo que en el Nuevo Testamento indica la aspiración a algo bueno que todavía falta. El conjunto del relato muestra que la implicación humana con el enfermo lleva a Jesús a la oración. Una vez más surge su relación única con el Padre, su identidad de Hijo Unigénito. En Él, a través de su persona, se hace presente la actuación benéfica y sanadora de Dios. No

es un caso en el que el comentario conclusivo de la gente, después del milagro, recuerde la valoración de la creación en el inicio del Génesis: “Ha hecho bien todas las cosas”. En la acción sanadora de Jesús, entra de un modo claro la oración, con su mirada hacia el cielo. La fuerza que ha sanado al sordomudo está ciertamente provocada por la compasión hacia él, pero proviene del recurso hacia el Padre. Se encuentran estas dos relaciones: la relación humana de compasión con el hombre, que entra en la relación con Dios, y se convierte así, en curación» (Benedicto XVI, 14 de diciembre de 2011). Reflexión apostólica

«La eficacia exige un profundo y vivo sentido de lo esencial. No todas las actividades apostólicas tienen igual importancia. Por ello, en la elección de las acciones y obras de apostolado a realizar, el Movimiento tiene presentes, además, los siguientes criterios: a. Criterio de alcance: obras y acciones que, por su magnitud y envergadura, contribuyan a extender el Reino de Cristo de la manera más amplia y ágil posible. b. Criterio de profundidad: obras y acciones que procuren una transformación profunda y duradera del hombre y de la sociedad, no entusiasmos pasajeros. c. Criterio de oportunidad: obras y acciones que respondan a las necesidades y desafíos de la Iglesia en cada momento. d. Criterio de sobrenaturalidad: obras y acciones de índole espiritual y apostólica, no meramente humanitaria o filantrópica» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 329). Propósito

Este domingo, día del Señor, dedicaré un tiempo especial a mi oración, personal y comunitaria. Diálogo con Cristo

Jesús, conducir a una persona a tu encuentro, invitar a los demás a tener una experiencia espiritual de tu amor, ¡qué inmerecida pero maravillosa misión! Concédeme tu gracia para ser un buen instrumento en tus manos. Que me entregue a la misión con el mismo amor y pasión con que Tú lo hacías. Que busque los medios formativos necesarios para ser eficaz en mi apostolado.

«Nunca olvides la oración si quieres tener eficacia en la acción»

(Cristo al centro, n. 1758).

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septiembre 10 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 6, 6-11 Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio». El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: «Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?». Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: «Extiende la mano». Él la extendió y quedó curado. Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús. Palabra del Señor. Oración introductoria

Dios mío, dame la gracia de orar con fe para poder actuar con magnanimidad, con esa grandeza de corazón que busca ayudar siempre a los demás. Aunque me cueste críticas o incomprensiones de los demás. Porque creo, confío y te amo, quiero ofrecerte mi deseo sincero de corresponder siempre a las gracias con las que has colmando mi vida. Petición Señor, dame una fe que dé frutos de caridad. Meditación La falta de unidad de los cristianos. «Pero las divisiones permanecen, y se refieren también a diversas cuestiones prácticas y éticas, suscitando confusión y desconfianza, debilitando nuestra capacidad de transmitir la Palabra salvífica de Cristo. En este sentido, debemos recordar las palabras del beato Juan Pablo II, que en su encíclica Ut Unum Sint habla del daño causado al testimonio cristiano y al anuncio del Evangelio por la falta de unidad. Es este un gran reto para la nueva evangelización, que puede ser más fructífera si todos los cristianos anuncian juntos la verdad del Evangelio de Jesucristo y dan una respuesta común a la sed espiritual de nuestro tiempo.

El camino de la Iglesia, como el de los pueblos, está en las manos de Cristo resucitado, victorioso sobre la muerte y sobre la injusticia que Él ha soportado y sufrido en nombre de todos. Él nos hace partícipes de su victoria. Sólo Él es capaz de transformarnos y convertirnos, de débiles y titubeantes, en fuertes y valientes para hacer el bien. Sólo Él puede salvarnos de las consecuencias negativas de nuestras divisiones» (Benedicto XVI, 18 de enero de 2012). Reflexión apostólica

«Cada equipo, e incluso cada grupo o sección, por su parte, puede organizar también algunas actividades para sus miembros con el fin de conocerse mejor y fomentar la unión y la amistad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 366). Propósito

Buscar incrementar lo bueno que me une a las personas con las que tengo dificultad en relacionarme. Diálogo con Cristo

Que como cristiano, y miembro del Regnum Christi, desde el primero hasta el último momento de mi día, mi único lema sea: ¡Mi vida por Cristo! Así podré ayudar a construir y fomentar la unión para que la caridad sea nuestro distintivo. Te pido, Señor, que hoy me ayudes para que todo el día me entregue con absoluta sinceridad, con total desinterés y donación, buscando lo mejor de las personas con las que me encuentre y dando lo mejor para ellas.

«Sólo la unión de todos, el amor de todos, el cariño de todos, la fidelidad de todos, la vigilancia de todos, la responsabilidad de todos, la disponibilidad de todos podrá hacer

presente y real ante el mundo toda la riqueza y todo el contenido de esta obra del Corazón de Cristo»

(Cristo al centro, n. 1894).

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septiembre 11 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19 Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa, de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos. Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, así como Tú te retiraste al monte orar y pasaste la noche en oración, yo también quiero retirarme al monte de mi interior para escuchar tu voz. No quiero «hacer» oración, quiero tener un encuentro con Quien sé que me ama sobre todas las cosas. En el silencio de mi corazón quiero escuchar tu voz que me llama a entregar, por este amor, mi vida a los demás. Petición Jesús, haz que te ame a tal punto, que me sea imposible no seguirte. Meditación La oración es un arte que implica constancia. «Cuando las decisiones se convierten en algo urgente y complejo, su oración se hace cada vez más larga e intensa. En la inminente elección de los Doce Apóstoles, por ejemplo, Lucas destaca la duración de la oración preparatoria de Jesús: “En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles”. Observando la oración de Jesús, deben surgirnos diversas preguntas: ¿Cómo rezo yo? ¿Cómo rezamos

nosotros? ¿Qué tiempo dedicamos a la relación con Dios? ¿Es suficiente la educación y formación a la oración actualmente? ¿Quién nos puede enseñar? […] Escuchar, meditar, callar ante el Señor que habla, es un arte que se aprende practicándolo con constancia. Ciertamente, la oración es un don que exige, sin embargo, el ser acogido; es una obra de Dios, pero que exige compromiso y continuidad por nuestra parte, sobre todo la continuidad y la constancia son importantes» (Benedicto XVI, 30 de noviembre de 2011). Reflexión apostólica

«El corazón del verdadero apóstol es un corazón orante. La oración ha de ser para el miembro del Regnum Christi el primer recurso para transformarse interiormente, conquistar para Cristo el propio corazón y llevar la salvación cristiana a los demás. La oración llega de forma silenciosa y eficaz, por la acción del Espíritu Santo, a donde no llegan a veces otros medios» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 377). Propósito Conocer y practicar la oración lectio divina, que recomienda el Papa Benedicto XVI. Diálogo con Cristo

Señor, qué absurda tendencia el dejarte a un lado en lo importante de mi vida. Recurro a pedirte ayuda ante cualquier complicación, pero en mi día a día, en los momentos de las decisiones, en muchas ocasiones no me doy el tiempo para pedirte la luz del Espíritu Santo en un ambiente de oración. No me abandono a tu voluntad ni te entrego mi libertad. Te pido la gracia del conocimiento experimental y profundo de tu corazón, porque sólo conociéndote podré enamorarme profundamente de Ti, sólo así no serás nunca más mi saca apuros, sino el amo y Señor de mi vida.

«El hombre es santo en cuanto que está unido a Dios por la oración» (Cristo al centro, n. 2009).

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septiembre 12 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 6, 20-26 En aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo: «Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán. Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas. Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!». Palabra del Señor. Oración introductoria

Gracias, Señor, por mostrarme el camino de las bienaventuranzas como la única vía para llegar a Ti. Éste es el sendero que los santos se han esforzado en recorrer. Ayúdame para que esta oración me dé la luz y la fuerza para ser pobre de espíritu, humilde, hambriento de justicia, misericordioso, puro de corazón y trabajador por la paz. Petición

Señor, concédeme ser un testigo fiel, por medio de una vida sobria y sencilla. Alegre y confiado ante todo temor y mortificación. Meditación Con Jesús, entra la alegría en la tribulación. «Referidas a la comunidad de los discípulos de Jesús, las Bienaventuranzas son una paradoja: se invierten los criterios del mundo apenas se ven las cosas en la perspectiva correcta, esto es, desde la escala de valores de Dios, que es distinta de la del mundo. Precisamente los que según los criterios del mundo son considerados pobres y perdidos son los realmente felices, los bendecidos, y pueden alegrarse y regocijarse, no obstante todos sus sufrimientos. Las

Bienaventuranzas son promesas en las que resplandece la nueva imagen del mundo y del hombre que Jesús inaugura, y en las que “se invierten los valores”. Son promesas escatológicas, pero no debe entenderse como si el júbilo que anuncian deba trasladarse a un futuro infinitamente lejano o sólo al más allá. Cuando el hombre empieza a mirar y a vivir a través de Dios, cuando camina con Jesús, entonces vive con nuevos criterios y, por tanto, ya ahora algo del éschaton, de lo que está por venir, está presente» (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, pág. 35). Reflexión apostólica

«La pobreza evangélica se inspira en el ejemplo y la enseñanza de Cristo: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”. Al contemplar la vida de Cristo, es patente su libertad de espíritu. Cristo, también en cuanto hombre, gozó de una total libertad interior porque su corazón tenía un solo Señor, el Padre, y porque no se apegó a ninguna criatura» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 193). Propósito

Que mi cercanía y apoyo a una persona que sufre, le haga experimentar el amor de Cristo. Diálogo con Cristo

Pobreza, hambre, dolor, críticas… no son deseables ni fáciles de aceptar, pero Tú, Señor, me las propones como el camino a seguir. Ayúdame a buscar tu Reino y a vivir con un gran espíritu de fe y amor lo que venga por añadidura.

«La pureza cristiana y evangélica, la auténtica, la de las bienaventuranzas, ha de ser una dimensión de toda nuestra persona»

(Cristo al centro, n. 1804).

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septiembre 13 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 6, 27-38 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después. Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque Él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados; den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque son la misma medida con que midan, serán medidos». Palabra del Señor. Oración introductoria

Gracias, Señor, porque hoy continúas mostrándome los valores de tu Reino. Conoces mi debilidad y aún así me llamas a la santidad. Te suplico que mi oración me llene de confianza, no en mi esfuerzo o virtud, sino en tu inmensa misericordia, en tu compasión para conmigo y en tu gracia que hace que todo sea posible. Petición

Señor, ayúdame a no defraudarte y a corresponderte buscando la perfección en mi amor, hoy más que ayer. Meditación La auténtica felicidad.

«Las paradojas que Jesús presenta en las Bienaventuranzas expresan la auténtica situación del creyente en el mundo, tal como las ha descrito Pablo repetidas veces a la luz de su experiencia de vida y sufrimiento como apóstol: “Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los sentenciados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobres que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen”. “Nos aprietan por todos los lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados pero no abandonados; nos derriban pero no nos rematan”. Lo que en las Bienaventuranzas del Evangelio de Lucas es consuelo y promesa, en Pablo es experiencia viva del Apóstol. Se siente “el último”, como un condenado a muerte y convertido en espectáculo para el mundo, sin patria, insultado, denostado. Y a pesar de todo experimenta una alegría sin límites; precisamente como quien se ha entregado, quien se ha dado a sí mismo para llevar a Cristo a los hombres, experimenta la íntima relación entre cruz y resurrección» (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, pág. 35). Reflexión apostólica

«A la novedad de vida en Cristo se opone, como principal enemigo, el egoísmo. Triste herencia del pecado original, el egoísmo consiste en anteponer el propio yo –con sus intereses, pasiones, afanes, gustos o caprichos– al amor a Dios y al prójimo» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 122). Propósito

Transformar los problemas y conflictos del día de hoy en oportunidades para crecer en la confianza en la providencia de Dios. Diálogo con Cristo

Bien conocida, pero poco aplicada, es la llamada «regla de oro»: hacer, tratar, perdonar y amar a los otros como quisiera que lo hicieran conmigo. Qué diferente sería el mundo, y mi vida, si no dejará que mi soberbia y mi egoísmo fueran más fuertes que mi amor. Por eso, Padre mío, pido la intercesión de mi ángel de la guarda, para que sea mi constante apoyo y recordatorio que, sin tu gracia, mi esfuerzo es vano. Pero contigo, todo es posible, a pesar de mis limitaciones.

«Si te cuesta sonreír o contestar con buenas palabras a los que te ofendan, recuerda cuánto

padeció y sufrió nuestro Señor Jesucristo en su santísima pasión por nosotros. Vituperado por los enemigos, negado por los suyos, callado y sufriendo por nuestro amor. La contemplación

de este paso tiene que darte valor» (Cristo al centro, n. 340).

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septiembre 14 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 6, 39-42 En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: «¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: “Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo”, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor Jesús, sólo transformando mi vida en Ti, podré vivir el Evangelio y ayudar humildemente a otros a experimentar tu amor. Creo y confío en que esta oración me ayude a profundizar en esta verdad y me llene de tu amor para poder darte a los demás, con mi testimonio de vida. Petición

Jesús, ayúdame a revertir mi tendencia a juzgar a los demás, en vez de ver esas faltas que me alejan de tu amor. Meditación Reprender con dulzura, firmeza y, sobre todo, con Cristo. «Creer fuertemente en la presencia y en la acción del Espíritu Santo, invocarlo y acogerlo en vosotros, mediante la oración y los sacramentos. Es Él de hecho el que ilumina la mente, caldea el corazón del educador para que sepa transmitir el conocimiento y el amor de Jesús. La oración es la primera condición para educar, porque orando nos ponemos en disposición de dejar a Dios la iniciativa, de confiarle los hijos, a los que conoce antes y mejor que nosotros, y sabe perfectamente cuál es su verdadero bien. Y, al mismo tiempo, cuando oramos nos ponemos a la escucha de las inspiraciones de Dios para hacer bien nuestra parte, que de todos modos nos corresponde y debemos realizar. Los sacramentos, especialmente la eucaristía y la penitencia, nos permiten realizar la acción educativa en unión con Cristo, en comunión con Él y continuamente renovados por su perdón. La oración y los sacramentos

nos obtienen aquella luz de verdad, gracias a la cual podemos ser al mismo tiempo tiernos y fuertes, usar dulzura y firmeza, callar y hablar en el momento adecuado, reprender y corregir en modo justo» (Benedicto XVI, 8 de enero de 2012). Reflexión apostólica

«Juzgar: es considerar el hecho a la luz del Evangelio, aduciendo para ello comportamientos o palabras de Cristo que ayuden a interpretar y valorar el hecho. No se trata de juzgar a las personas ni de asumir posturas contrarias a la caridad evangélica. El valor del juicio evangélico radica en que permite evidenciar o intuir las actitudes de Cristo ante diversas situaciones de la vida» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 422). Propósito

Revisar y cuidar mi actitud al reprender a un familiar, compañero de trabajo o amigo, para que sea siempre una corrección fraterna, basada en el amor. Diálogo con Cristo

Señor, que esta oración transforme mi modo de juzgar a los demás. Irónicamente me irritan las faltas u omisiones de los demás, ¡que yo también comento! A veces, y con mucha frecuencia, no soy capaz de juzgarme a mí mismo con la severidad que juzgo a los demás, por eso confío en que tu gracia logre la transformación de mi corazón, para que llegue amar a los demás con la autenticidad y pasión con que me amas a mí. «Muchas veces juzgamos al prójimo atribuyéndole nuestros propios defectos. Sin embargo, el

corazón bondadoso busca pensar bien, justificar, perdonar, comprender» (Cristo al centro, n. 230).

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septiembre 15 NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 19, 25-27 En aquel tiempo, estaban junto a la cruz de Jesús, su Madre, la hermana de su Madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su Madre y junto a Ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su Madre: «Mujer, ahí está tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Ahí está tu Madre». Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él. Palabra del Señor. O bien: Del santo Evangelio según san Lucas 2, 33-35 En aquel tiempo, el padre y la Madre del niño estaban admirados de las palabras que les decía Simeón. Él los bendijo, y a María, la Madre de Jesús, le anunció: «Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma». Palabra del Señor. Oración introductoria

Jesús, hoy no quiero pedirte nada, quiero ofrecerte más bien todo lo que soy y mi humilde esfuerzo de imitar a María, que ante el inmenso e inmerecido dolor que sufrió, supo guardar en su corazón todo lo que no logró comprender. Con mucha fe, confianza y amor te suplico, Madre santísima, que intercedas por mí ante tu amado Hijo. Petición María, acompáñame en mi camino de vida, como lo hiciste con tu Hijo Jesús. Meditación María nos enseña la necesidad de la oración. «La Madre de Jesús ha sido colocada por el Señor en momentos decisivos de la historia de la salvación y ha sabido responder siempre con plena disponibilidad, fruto de una profunda relación con Dios, madurada en la oración asidua e intensa. Entre el viernes de la Pasión y el domingo de la Resurrección, a ella se le confió el discípulo amado, y con él a toda la comunidad de los discípulos. Entre la Ascensión y Pentecostés, ella está con y en la Iglesia en

oración. Madre de Dios y Madre de la Iglesia, María ejerce su maternidad hasta el final de la historia. Le encomendamos todas las fases del paso de nuestra existencia personal y eclesial, no menos que la de nuestro tránsito final. María nos enseña la necesidad de la oración y nos muestra que sólo con un vínculo constante, íntimo, lleno de amor con su hijo, podemos salir de "nuestra casa", de nosotros mismos, con coraje, para llegar a los confines del mundo y proclamar en todas partes al Señor Jesús, salvador del mundo» (Benedicto XVI, 14 de marzo de 2012). Reflexión apostólica

«Los miembros seglares del Regnum Christi podrán ganar una indulgencia plenaria en las siguientes fechas […] En la memoria litúrgica de la Virgen de los Dolores» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 458). Propósito Rezar el saludo a la Virgen (Ángelus), preferentemente en familia. Diálogo con Cristo

Jesús, mi gran anhelo es tener muy cerca de mí a María, mi dulce Madre del cielo. Señor, gracias por este maravilloso don. En María tengo el mejor ejemplo del seguimiento fiel, amoroso y sacrificado que debo vivir.

«María es modelo de fidelidad. La Iglesia la proclama Virgen fiel porque a lo largo de las diversas, y muchas veces difíciles circunstancias de su vida, mantuvo su alma en actitud de

sierva del Señor, ratificando su “sí” inicial en cada nueva decisión y acogiendo dócilmente el plan de Dios»

(Cristo al centro, n. 1529).

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septiembre 16 Evangelio Del santo Evangelio según san Marcos 8, 27-35 En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: «¿Quién dice la gente que soy Yo?» Ellos le contestaron: «Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los profetas».

Entonces Él les pregunto: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy?» Pedro le respondió: «Tú eres el Mesías». Y Él les ordenó que no se lo dijeran a nadie.

Luego se puso a explicar que era necesario que el Hijo del hombre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día.

Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro con estas palabras: «¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres». Después llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, y por el Evangelio, la salvará». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, quiero ir contigo y «perder» mi vida por amor a Ti. No me atrae la cruz, pero creo que Tú eres mi Dios, mi Salvador, mi Amigo y fiel compañero, que ha estado y estará conmigo en todos los momentos de mi vida. Por eso, con mucha fe, esperanza y amor quiero tener este momento de oración. Petición Espíritu Santo, transforma mi debilidad en santidad, para poder seguir tu camino. Meditación Perderse a sí mismo, para encontrarse a sí mismo. «Aparece evidente la divergencia ente el designio del amor del Padre, que llega hasta el don del Hijo Unigénito en la cruz para salvar a la humanidad, y las expectativas, los deseos y los

proyectos de los discípulos. Y este contraste se repite también hoy: cuando la realización de la propia vida está orientada únicamente al éxito social, al bienestar físico y económico ya no se razona según la voluntad de Dios sino según los hombres. Pensar según el mundo es dejar aparte a Dios, no aceptar su designio de amor, es casi impedirle cumplir su sabia voluntad. Por eso Jesús le dice a Pedro una palabra particularmente dura: “¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí!”. El Señor enseña que “el camino de los discípulos es un seguirle a Él, al Crucificado. Pero en los tres Evangelios, este seguirle en el signo de la cruz… como el camino del “perderse a sí mismo”, que es necesario para el hombre y sin el cual le resulta imposible encontrarse a sí mismo”» (Benedicto XVI, 28 de agosto de 2011). Reflexión apostólica

«La abnegación no ejerce ningún atractivo sobre la naturaleza, que herida por el pecado con frecuencia está inclinada a concederse todas las satisfacciones posibles. Pero a la luz de la cruz de Cristo y con la fuerza que brota de ella, se convierte en un camino necesario de santidad y de eficacia apostólica» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 115). Propósito

Renovar mi pureza de intención en mis actividades de hoy, y hacer todo para cumplir la voluntad de Dios en mi vida. Diálogo con Cristo

Señor, quiero que seas todo para mí. Moldea mi corazón al tuyo para que pueda valorar y experimentar todos los acontecimientos desde tu perspectiva. Ayúdame a amarte sobre todas las cosas para estar listo para seguirte en los momentos de dificultad; cuando se necesite un sacrificio personal o renuncia, sosténme para poder seguir tu camino.

«En el campo de la fe el riesgo no está en la posibilidad de perder, sino en el riesgo de no arriesgarse del todo. Quien se arriesga sin condiciones, gana»

(Cristo al centro, n. 942).

¡VTR!

septiembre 17 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 7, 1-10 En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: «Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga». Jesús se puso en marcha con ellos. Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que Tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: “¡Ve!”, y va; a otro: “Ven!”, y viene; y a mi criado: “¡Haz esto!”, y lo hace». Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: «Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande». Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano. Palabra del Señor. Oración introductoria

Dios mío, aumenta mi fe, requisito indispensable para permanecer unido a Ti. Envía la fuerza de tu Espíritu Santo para que sepa guardar el silencio necesario y que este momento de oración sea auténtico e intenso, para tu gloria. Petición

Señor, no soy digno de postrarme en tu presencia, «pero una palabra tuya bastará para sanarme». Meditación Necesidad de estar en gracia para acercarse a la Comunión sacramental. «El amor a la Eucaristía lleva también a apreciar cada vez más el sacramento de la Reconciliación. Debido a la relación entre estos sacramentos, una auténtica catequesis sobre el sentido de la Eucaristía no puede separarse de la propuesta de un camino penitencial. Efectivamente, como se constata en la actualidad, los fieles se encuentran inmersos en una cultura que tiende a borrar el sentido del pecado, favoreciendo una actitud superficial que

lleva a olvidar la necesidad de estar en gracia de Dios para acercarse dignamente a la Comunión sacramental. En realidad, perder la conciencia de pecado comporta siempre también una cierta superficialidad en la forma de comprender el amor mismo de Dios. Ayuda mucho a los fieles recordar aquellos elementos que, dentro del rito de la santa Misa, expresan la conciencia del propio pecado y al mismo tiempo la misericordia de Dios. Además, la relación entre la Eucaristía y la Reconciliación nos recuerda que el pecado nunca es algo exclusivamente individual; siempre comporta también una herida para la comunión eclesial, en la que estamos insertados por el Bautismo» (Benedicto XVI, Exhortación apostólica post sinodal Sacramentum caritatis, n. 20). Reflexión apostólica

«[El sacramento de la reconciliación o penitencia. Ayuda también a afianzar la experiencia de la propia impotencia y a confiar más plenamente en la gracia de Dios nuestro Señor. » (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 257). Propósito

Prepararme para mi próxima confesión con un buen examen de conciencia y un propósito concreto de enmienda. Diálogo con Cristo

Señor, mi oración es manifestación de mi amor. No soy digno de experimentar tu presencia, por mis debilidades y omisiones, pero confío en tu misericordia. Permite que esta convivencia plena, diaria, continua, aumente mi fe. «El que posee la fe ha puesto en su mente un nuevo modo de ver las cosas, y en su voluntad

un motivo eficaz para obrar rectamente» (Cristo al centro, n. 994).

¡VTR!

septiembre 18 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 7, 11-17 En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre. Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: «No llores». Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: «Joven, Yo te lo mando: levántate». Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre. Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo». La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas. Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, acércate a mi vida, como te acercaste a la viuda de Naím. Ilumíname para que mi encuentro contigo, en este momento de oración, no tenga como resultado el temor, sino el júbilo de haberme encontrado con tu misericordia y gran amor. Petición Aquí estoy, Señor, dispuesto a levantarme y seguirte. Cuenta conmigo. Meditación Un Dios que es amor, misericordia, ternura. «Así les habló a los discípulos, expresando con la metáfora del sueño el punto de vista de Dios sobre la muerte física: Dios la considera precisamente como un sueño, del que se puede despertar. Jesús demostró un poder absoluto sobre esta muerte: se ve cuando devuelve la vida al joven hijo de la viuda de Naím y a la niña de doce años. Precisamente de ella dijo: “La niña no ha muerto; está dormida”, provocando la burla de los presentes. Pero, en verdad, es

precisamente así: la muerte del cuerpo es un sueño del que Dios nos puede despertar en cualquier momento. Este señorío sobre la muerte no impidió a Jesús experimentar una sincera compasión por el dolor de la separación. Al ver llorar a Marta y María y a cuantos habían acudido a consolarlas, también Jesús “se conmovió profundamente, se turbó” y, por último, “lloró”. El corazón de Cristo es divino-humano: en él Dios y hombre se encontraron perfectamente, sin separación y sin confusión. Él es la imagen, más aún, la encarnación de Dios, que es amor, misericordia, ternura paterna y materna, del Dios que es Vida» (Benedicto XVI, 9 de marzo de 2008). Reflexión apostólica

«Hagan rendir todos los talentos y oportunidades que el Señor les conceda, y no permitan que la superficialidad, la pereza o la falta de organización les conduzca a la pérdida del tiempo y a una preparación insuficiente o mediocre, sabiendo que un día tendrán que dar cuenta a Dios de su administración» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 299). Propósito Hacer un acto de fe para ver todo lo que pase hoy, como parte de la Providencia de Dios. Diálogo con Cristo

Señor, en alguna forma me identifico con el joven del Evangelio. Necesito revivir algunas partes de mi ser: ese talento escondido; esa desilusión que no he podido superar; esa meta que por pereza o cobardía no he querido conquistar… Gracias porque hoy he escuchado que me llamas a levantarme, a dejar la apatía a un lado para reemprender con alegría mi camino.

«Cada mañana, al levantarte, eleva tu corazón a Dios nuestro Señor y ofrécele todas las obras

de tu día, y cada noche, antes de acostarte, únete a Dios en la oración para agradecerle sinceramente el haber perseverado en el bien»

(Cristo al centro, n. 1722).

¡VTR!

septiembre 19 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 7, 31-35 En aquel tiempo, Jesús dijo: «¿Con quién compararé a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos niños que se sientan a jugar en la plaza y se gritan los unos a los otros: “Tocamos la flauta y no han bailado, cantamos canciones tristes y no han llorado”. Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y ustedes dijeron: “Ese está endemoniado”. Y viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Este hombre es un glotón y un bebedor, amigo de publicanos y pecadores”. Pero sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son quienes lo reconocen». Palabra del Señor. Oración introductoria

Espíritu Santo, te pido el don de la sabiduría para ver y comprender la realidad de mi vida, desde tu perspectiva. Eso me dará equilibrio a mis juicios y bondad para apreciar los sucesos de este día y, sobre todo, hará posible que te pueda reconocer en este momento de oración. Petición Señor, ayúdame a tener un encuentro personal decisivo contigo que cambie toda mi vida. Meditación El amor no es solo un sentimiento. «Dios es visible de muchas maneras. En la historia de amor que nos narra la Biblia, Él sale a nuestro encuentro, trata de atraernos, llegando hasta la Última Cena, hasta el Corazón traspasado en la cruz, hasta las apariciones del Resucitado y las grandes obras mediante las que Él, por la acción de los Apóstoles, ha guiado el caminar de la Iglesia naciente. El Señor tampoco ha estado ausente en la historia sucesiva de la Iglesia: siempre viene a nuestro encuentro a través de los hombres en los que Él se refleja; mediante su Palabra, en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía. En la liturgia de la Iglesia, en su oración, en la comunidad viva de los creyentes, experimentamos el amor de Dios, percibimos su presencia y, de este modo, aprendemos también a reconocerla en nuestra vida cotidiana. Él nos ha amado primero y sigue amándonos primero; por eso, nosotros podemos corresponder también con el amor. Dios no nos impone un sentimiento que no podamos suscitar en

nosotros mismos. Él nos ama y nos hace ver y experimentar su amor, y de este “antes” de Dios puede nacer también en nosotros el amor como respuesta. En el desarrollo de este encuentro se muestra también claramente que el amor no es solamente un sentimiento. Los sentimientos van y vienen. Pueden ser una maravillosa chispa inicial, pero no son la totalidad del amor» (Benedicto XVI, Deus caritas est, n. 17). Reflexión apostólica

«El Movimiento, de acuerdo con la visión de la Iglesia sobre el hombre, llena de realismo y sabiduría, reconoce en él un misterio de grandeza y pequeñez, de santidad y miseria, de fortaleza y debilidad. No se inclina al pesimismo fatalista, pero tampoco se ilusiona con un optimismo ingenuo. A este hombre, cargado con frecuencia de íntimas contradicciones, quiere ofrecerle un camino de superación constante, lleno de esperanza a pesar de los tropiezos y caídas. Porque está convencido de que el amor de Dios es más fuerte que la debilidad del hombre» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 17). Propósito Hacer una visita a Jesús en el Sagrario, reconociéndolo como Dios y Señor de mi vida. Diálogo con Cristo

Señor, es triste confirmar la tendencia de justificar mis fallas buscando que la culpa recaiga en otros. Cuánto amor me falta cuando veo sólo los defectos de los demás en vez de sus cualidades. Qué insensatez perder la objetividad de los hechos al pretender engañar a los demás. Por eso reitero mi petición, por la intercesión de tu Madre Santísima, dame la sabiduría para optar siempre por la verdad.

«Somos conscientes de que el poder del enemigo es tan grande como su miopía; pero también somos conscientes de que el poder de Dios es infinito, y que Él, que es el Señor de

la historia, les permitirá llegar hasta donde su infinita sabiduría lo tenga previsto para bien de la humanidad»

(Cristo al centro, n. 1407).

¡VTR!

septiembre 20 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 7, 36-50 En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. Una mujer de mala vida en aquella ciudad, cuando supo que Jesús iba a comer ese día en casa del fariseo, tomó consigo un frasco de alabastro con perfume, fue y se puso detrás de Jesús, y comenzó a llorar, y con sus lágrimas bañaba sus pies; los enjugó con su cabellera, los besó y los ungió con el perfume. Viendo esto, el fariseo que lo había invitado comenzó a pensar: «Si este hombre fuera profeta, sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando; sabría que es una pecadora». Entonces Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». El fariseo contestó: «Dímelo, Maestro». Él le dijo: «Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios, y el otro, cincuenta. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. ¿Cuál de ellos lo amará más?» Simón le respondió: «Supongo que aquel a quien le perdonó más».

Entonces Jesús le dijo: «Has juzgado bien». Luego, señalando a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de saludo; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besar mis pies. Tú no ungiste con aceite mi cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por lo cual, Yo te digo: sus pecados, que son muchos, le han quedado perdonados, porque ha amado mucho. En cambio, al que poco se le perdona, poco ama». Luego le dijo a la mujer: «Tus pecados te han quedado perdonados».

Los invitados empezaron a preguntarse a sí mismos: «¿Quién es es éste que hasta los pecados perdona?». Jesús le dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado; vete en paz». Palabra del Señor. Oración introductoria

Dios mío, al igual que la mujer del Evangelio, te busco con una gran fe en esta oración. Soy consciente de mis miserias y necesito tu perdón. No permitas que me aparte de Ti, porque en Ti tengo puesta toda mi esperanza. Te amo y deseo ardientemente compartir este amor con los demás. Petición Señor, ayúdame a reparar mis faltas con esta oración sincera y humilde.

Meditación A quien ama mucho, mucho se le perdona. «Ella avanza y, de modo más bien furtivo, se detiene a los pies de Jesús. Había escuchado sus palabras de perdón y de esperanza para todos, incluso para las prostitutas, y está allí conmovida y silenciosa. Con sus lágrimas moja los pies de Jesús, se los enjuga con sus cabellos, los besa y los unge con un agradable perfume. Al actuar así, la pecadora quiere expresar el afecto y la gratitud que alberga hacia el Señor con gestos familiares para ella, aunque la sociedad los censure. Frente al desconcierto general, es precisamente Jesús quien afronta la situación: "Simón, tengo algo que decirte". El fariseo le responde: "Di, maestro". Todos conocemos la respuesta de Jesús con una parábola que podríamos resumir con las siguientes palabras que el Señor dirige fundamentalmente a Simón: "¿Ves? Esta mujer sabe que es pecadora e, impulsada por el amor, pide comprensión y perdón. Tú, en cambio, presumes de ser justo y tal vez estás convencido de que no tienes nada grave de lo cual pedir perdón"» (Benedicto XVI, 7 de marzo de 2008). Reflexión apostólica

«El amor misericordioso del Padre es más fuerte que todo el mal presente en el mundo y que toda miseria que lacera la propia alma. La vida de quienes se nutren de esta convicción irradia seguridad, paz y alegría, aun en medio del dolor y la oscuridad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 139). Propósito

Evitar, hoy, juzgar a los demás para mantener un corazón generoso y misericordioso como el de Cristo. Diálogo con Cristo

Jesús, ayúdame a desterrar de mi vida esa tendencia farisaica de pretender imponerte el cómo actuar. Necesito crecer en la humildad y reconocer que necesito estar cerca de Ti. Enséñame a darme cuenta de la gratuidad de tu bondad y misericordia.

«Dios llama a todos los hombres a la santidad, pero no a todos los llama por el mismo camino, ni con las mismas exigencias. Su sabiduría y amor infinitos han predispuesto para

cada hombre o mujer una medida que cada uno debe llenar» (Cristo al centro, n. 1974).

¡VTR!

septiembre 21 Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 9, 9-13 En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?» Jesús los oyó y les dijo: «No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: *Yo quiero misericordia y no sacrificios.* Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, permite que por medio de esta oración, reciba el mensaje que me quieres dar porque soy un pecador. Que sepa escuchar la voz interior del Espíritu Santo para que con una mirada de fe, una esperanza confiada y un gran amor, pueda hacer más mío el misterio de tu misericordia. Petición Señor, ayúdame a ser un reflejo de tu misericordia y de tu bondad. Meditación Seguir a Cristo, lleva a una existencia nueva. «Hay otra reflexión que surge de la narración evangélica: Mateo responde inmediatamente a la llamada de Jesús: "Él se levantó y lo siguió". La concisión de la frase subraya claramente la prontitud de Mateo en la respuesta a la llamada. Esto implicaba para él abandonarlo todo, en especial una fuente de ingresos segura, aunque a menudo injusta y deshonrosa. Evidentemente Mateo comprendió que la familiaridad con Jesús no le permitía seguir realizando actividades desaprobadas por Dios. Se puede intuir fácilmente su aplicación también al presente: tampoco hoy se puede admitir el apego a lo que es incompatible con el seguimiento de Jesús, como son las riquezas deshonestas. En cierta ocasión dijo tajantemente: "Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme". Esto es precisamente lo que hizo

Mateo: se levantó y lo siguió. En este "levantarse" se puede ver el desapego de una situación de pecado y, al mismo tiempo, la adhesión consciente a una existencia nueva, recta, en comunión con Jesús» (Benedicto XVI, 30 de agosto de 2006). Reflexión apostólica

«La fe es un acontecimiento que toca lo más íntimo de cada persona. La respuesta del hombre a la redención y al llamado de Cristo sólo puede brotar de lo más profundo de su ser; ahí donde se expresa su originalidad intransferible y su capacidad para percibir y acoger la mirada amorosa del Maestro» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 339). Propósito

Rezar un vía crucis ofreciendo a Cristo superar esa debilidad o defecto que me impide seguirle plenamente. Diálogo con Cristo

Señor, en mi vida he experimentado grandes muestras de tu bondad, tu misericordia me ha acompañado siempre, pero yo no he sabido corresponder. Si tengo tu perdón, nada me falta, por lo tanto, por intercesión de María, te pido me ayudes a vivir feliz con tu amistad, el mayor gozo, la máxima alegría de mi vida. «El amor misericordioso del Padre es más fuerte que todo el mal presente en el mundo y que

toda miseria que lacera la propia alma. La vida de quienes se nutren de esta convicción irradia seguridad, paz y alegría, aun en medio del dolor y la oscuridad»

(Cristo al centro, n. 67).

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septiembre 22 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 8, 4-15 En aquel tiempo, mucha gente se había reunido alrededor de Jesús, y al ir pasando por los pueblos, otros más se le unían. Entonces les dijo esta parábola: «Salió un sembrador a sembrar su semilla. Al ir sembrando, unos granos cayeron en el camino, la gente los pisó y los pájaros se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, y al brotar, se secaron por falta de humedad. Otros cayeron entre espinos, y al crecer éstos, los ahogaron. Los demás cayeron en tierra buena, crecieron y produjeron el ciento por uno». Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga». Entonces le preguntaron los discípulos: «¿Qué significa esta parábola?». Y Él les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer claramente los secretos del Reino de Dios; en cambio, a los demás, sólo en parábolas *para que viendo no vean y oyendo no entiendan.* La parábola significa esto: la semilla es la Palabra de Dios. Lo que cayó en el camino representa a los que escuchan la Palabra, pero luego viene el diablo y se la lleva de sus corazones, para que no crean ni se salven. Lo que cayó en terreno pedregoso representa a los que, al escuchar la Palabra, la reciben con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba, fallan. Lo que cayó entre espinos representa a los que escuchan la Palabra, pero con los afanes, riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no dan fruto. Lo que cayó en tierra buena representa a los que escuchan la Palabra, la conservan en un corazón bueno y bien dispuesto, y dan fruto por su constancia». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, te quiero mucho y confío en que Tú puedes cambiar mi dureza de corazón en esa tierra fértil para que genere muchos frutos de amor en los demás. Gracias porque sigues sembrando la semilla de la gracia en mi interior sin cansarte. Petición Señor, concédeme vivir muy unido a ti y dar muchos frutos para la misión. Meditación Mantenerse abierto a la esperanza.

«Para hablar de salvación, se recuerda aquí la experiencia de cada año que se renueva en el mundo agrícola: el momento difícil y fatigoso de la siembra, y la alegría tremenda de la recogida. Una siembra que se acompaña con las lágrimas, porque se tira lo que todavía se podría convertir en pan, exponiéndose a una espera llena de inseguridades: campesino trabaja, prepara el terreno, esparce la semilla, pero, como tan bien ilustra la parábola del sembrador, no sabe donde caerá esta semilla, si los pájaros se la comerán, si se echará raíces, si se convertirá en espiga. Esparcir la semilla es un gesto de confianza y de esperanza; es necesario el trabajo del hombre, pero luego se entra en una espera impotente, sabiendo que muchos factores serán determinantes para el buen resultado de la recogida y que el riesgo de un fracaso está siempre presente. […] En la cosecha todo se transforma, el llanto termina, deja su lugar a gritos de alegría exultante» (Benedicto XVI, 13 de octubre de 2011). Reflexión apostólica

«Puesto que todo don del Espíritu de Cristo es dado para edificación de la Iglesia, cada miembro está llamado a ponerlo al alcance del mayor número de personas posible, convirtiéndose en sembrador del amor» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 162). Propósito

Hacer una oración especial, para poner en manos de Dios, con absoluta confianza, el problema o dificultad que más me acongoje. Diálogo con Cristo

Señor, ayúdame a quitar los abrojos y rocas que no dejan que tu Palabra se enraíce en lo más profundo de mi interior. Quiero ser esa tierra fértil donde la semilla de tu amor crezca, se multiplique y llegue a donde Tú quieres. Quiero ser un sembrador de amor, de humildad y de la paz, de la mano de María. «Camina tu camino de predicador del Evangelio, de sembrador del amor, de sembrador de la

humildad y de la paz de la mano de María» (Cristo al centro, n. 137).

¡VTR!

septiembre 23 Evangelio Del santo Evangelio según san Marcos 9, 30-37 En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero Él no quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto, resucitará». Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones. Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutían por el camino?». Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino a Aquél que me ha enviado». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, vengo abrirte mi corazón porque, aunque te he fallado, confío en tu misericordia y creo en tu infinito amor. No quiero tener nunca miedo de acercarme a Ti, porque sólo en Ti podré encontrar la respuesta a los interrogantes de mi vida. Petición Señor, permite que sepa imitar tu ejemplo de paciencia, donación y servicio a los demás. Meditación Dejarse transformar por Cristo. «Respecto a la “victoria” entendida en términos triunfalistas, Cristo nos sugiere un camino bien diverso, que no pasa a través del poder y la potencia. De hecho, afirma: "Si uno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el siervo de todos". Cristo habla de una victoria a través del amor que sufre, a través del servicio recíproco, la ayuda, la nueva esperanza y el concreto consuelo dado a los últimos, a los olvidados, a los rechazados. Para todos los cristianos, la más alta expresión de tan humilde servicio es Jesucristo mismo, el don total que hace de Sí mismo, la victoria de su amor sobre la muerte, en la cruz, que resplandece en la luz de la mañana de Pascua. Nosotros podemos tomar parte en esta "victoria" transformadora

si nos dejamos transformar por Dios, sólo si realizamos una conversión de nuestra vida y la transformación se realiza en forma de conversión» (Benedicto XVI, 18 de enero de 2012). Reflexión apostólica

«En armonía con este genuino espíritu evangélico, el Regnum Christi procura inculcar en sus miembros la actitud de «siervos inútiles», de servir siempre, servir sin esperar nada a cambio, evitando toda presunción; todas sus obras y actuaciones han de llevar el sello de la discreción, siguiendo la consigna “decir poco y hacer mucho”» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 184). Propósito

Tener una atención, un acto de servicio, o al menos una sonrisa, con la persona que más me cuesta «soportar». Diálogo con Cristo

Jesús, qué testimonio de paciencia y comprensión ante la debilidad. En vez de valorar el plan de salvación que me propones, me distraigo en lo pasajero, en la tentación del poder, del tener o del aparecer, cuando mi único afán debe ser entregarme con la confianza y docilidad de un niño a mi misión, como discípulo y misionero de tu amor. Te ofrezco éste y todos mis días. Tómame Señor, como tu servidor. Cuenta conmigo. «Nuestra capacidad de amar se medirá objetivamente no por el sentimiento sino por nuestra

capacidad de entrega y de servicio al prójimo» (Cristo al centro, n. 338).

¡VTR!

septiembre 24 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 8, 16-18 En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «Nadie enciende una vela y la tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, yo creo, confío y te amo, pero quisiera tener una fe más operante y luminosa que atraiga a los demás. Por intercesión de María, espero que esta oración aumente mi fe, mi esperanza y mi caridad, porque te amo sobre todas las cosas. Petición

Padre santo, dame la generosidad para compartir con los demás, especialmente con mi familia, la luz de tu Evangelio. Meditación Permitir que Cristo arda en nosotros. «Esta asamblea brilla en los diversos sentidos de la palabra: en la claridad de innumerables luces, en el esplendor de tantos jóvenes que creen en Cristo. Una vela puede dar luz solamente si la llama la consume. Sería inservible si su cera no alimentase el fuego. Permitid que Cristo arda en vosotros, aun cuando ello comporte a veces sacrificio y renuncia. No temáis perder algo y quedaros al final, por así decirlo, con las manos vacías. Tened la valentía de usar vuestros talentos y dones al servicio del Reino de Dios y de entregaros vosotros mismos, como la cera de la vela, para que el Señor ilumine la oscuridad a través de vosotros. Tened la osadía de ser santos brillantes, en cuyos ojos y corazones reluzca el amor de Cristo, llevando así luz al mundo. Confío que vosotros y tantos otros jóvenes aquí en Alemania sean llamas de esperanza que no queden ocultas. "Vosotros sois la luz del mundo". Dios es vuestro futuro. Amén» (Benedicto XVI, 24 de septiembre de 2011).

Reflexión apostólica

«Todo cristiano, en cuanto miembro de la sociedad humana, está sujeto a la ley común del trabajo, debiendo colaborar con su esfuerzo en la edificación y mejora del mundo» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 198). Propósito

No esconder ni auto-engañarme en mi diario examen de conciencia, al no querer reconocer lo malo que me apena y que, por eso, prefiero ignorar. Reflexión apostólica

Dar con generosidad. Compartir lo bueno que tengo (material y espiritual), con quien más lo necesita. No temer el desgaste, no esperar recompensa inmediata, tomar conciencia de mi responsabilidad como discípulo y misionero de Cristo. Señor, pongo a tu cuidado estos propósitos para que sean una realidad en mi vida cotidiana. «¡Qué terrible me parece la responsabilidad de tantas almas que se contentan con no hacer

mal!» (Cristo al centro, n. 344).

¡VTR!

septiembre 25 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 8, 19-21 En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús su madre y sus parientes, pero no podían llegar hasta donde Él estaba porque había mucha gente. Entonces alguien le fue a decir: «Tu madre y tus hermanos están allá afuera y quieren verte». Pero Él respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, ayúdame a escuchar tu Palabra y a ponerla en práctica, porque eso es lo único que realmente cuenta para la eternidad. María fue la primera en entender y vivir esta verdad, por eso, tomado de su mano, le suplico que me guíe en esta oración. Petición

María, intercede ante Dios por mí; alcánzame la gracia de amar a Jesús con tanto amor como lo hiciste tú. Meditación Cumplir la voluntad de Dios es lo que une a la Iglesia. «El vehículo de esta universalización es la nueva familia, cuya única condición previa es la comunión con Jesús, la comunión en la voluntad de Dios. Pues el Yo de Jesús no es un ego caprichoso que gira en torno a sí mismo. “El que cumple la voluntad de mi padre, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre”: el Yo de Jesús personifica la comunión de voluntad del Hijo con el Padre. Es un Yo que escucha y obedece. La comunión con El es comunión filial con el Padre, es un decir sí al cuarto mandamiento sobre una nueva base y a un nivel más elevado. Es entrar en la familia de los que llaman Padre a Dios y pueden decírselo en el nosotros de quienes con Jesús, y mediante la escucha a Él están unidos a la voluntad del Padre […] Resulta decisiva la fundamental comunión de voluntad con Dios, que se nos da por medio de Jesús. A partir de ella, los hombres y los pueblos son ahora libres de reconocer lo que, en el ordenamiento político y social, se ajusta a esa comunión de voluntad, para que ellos mismos den forma a los ordenamientos jurídicos» (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, pág. 52).

Reflexión apostólica

«Quien desea vivir el ideal evangélico de la obediencia procura descubrir y realizar de modo consciente y amoroso la voluntad de Dios, expresada sobre todo en la ley natural, los mandamientos de la ley de Dios y en los propios deberes de estado» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 205). Propósito Hacer hoy una oración especial por la unidad de todos los miembros de la Iglesia. Diálogo con Cristo

Señor, mi ilusión es trabajar para Ti, vivir para Ti y contigo. No hay algo más grande que me llene tanto el corazón. Conocerte, amarte, darte a los demás…ésa es tu voluntad y mi deseo, eso es lo que me une con mis hermanos en el Regnum Christi y en la Iglesia. Dame tu gracia para ser fiel y perseverar hasta el día de mi muerte.

«La caridad se perfecciona a través de la comunión de almas, de las mentes, de las voluntades, de los corazones y de los sentimientos, y en la solidaridad en los sufrimientos y

alegrías» (Cristo al centro, n. 395).

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septiembre 26 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 9, 1-6 En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos. Y les dijo: «No lleven nada para el camino: ni bastón, ni morral, ni comida, ni dinero, ni dos túnicas. Quédense en la casa donde se alojen, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si en algún pueblo no los reciben, salgan de ahí y sacúdanse el polvo de los pies en señal de acusación». Ellos se pusieron en camino y fueron de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y curando en todas partes. Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, quiero ponerme en camino para predicar tu Reino con mi testimonio de vida. Inicio poniendo en tus manos mi intención y te pido, en esta oración, que me concedas un corazón generoso y seguro de su misión, para la cual sólo necesito de tu gracia. Petición Jesús, dame tu gracia para ser un auténtico discípulo y misionero de tu amor. Meditación Una particular predilección por los enfermos. «Jesús no solamente envió a sus discípulos a curar a los enfermos, sino que instituyó también para ellos un sacramento específico: la Unción de los enfermos. La Carta de Santiago atestigua ya la existencia de este gesto sacramental en la primera comunidad cristiana. Si la Eucaristía muestra cómo los sufrimientos y la muerte de Cristo se han transformado en amor, la Unción de los enfermos, por su parte, asocia al que sufre al ofrecimiento que Cristo ha hecho de sí para la salvación de todos, de tal manera que él también pueda, en el misterio de la comunión de los santos, participar en la redención del mundo. La relación entre estos sacramentos se manifiesta, además, en el momento en que se agrava la enfermedad: “A los que van a dejar esta vida, la Iglesia ofrece, además de la Unción de los enfermos, la Eucaristía como viático”. En el momento de pasar al Padre, la comunión con el Cuerpo y la

Sangre de Cristo se manifiesta como semilla de vida eterna y potencia de resurrección: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”. Puesto que el santo Viático abre al enfermo la plenitud del misterio pascual, es necesario asegurarle su recepción» (Benedicto XVI, Exhortación apostólica post sinodal Sacramentum caritatis, n. 22). Reflexión apostólica

«A los hijos corresponde comprender y ayudar a sus padres, preocupándose por ellos,

rodeándoles de respeto, cariño y comprensión, y colaborando con ellos en la buena marcha del hogar. Han de ser dóciles y obedientes a ellos, especialmente en todo lo que ve a la propia formación y al bien de la familia. Procuren atender con especial cercanía y gratitud a sus padres ancianos, enfermos o necesitados» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 291). Propósito Acercar a Cristo, con mi oración y atención, a quien esté pasando por la enfermedad. Diálogo con Cristo

Señor, el mundo necesita apóstoles santos. La persona «moderna» se caracteriza por su insensibilidad e indiferencia ante las necesidades de los demás. Por eso confío en que esta oración me ayude a pasar mi vida haciendo el bien, pensando bien, hablando bien y dando no sólo lo que tengo, sino sobre todo, lo que soy, con sencillez y generosidad.

«Todas las enfermedades de la Iglesia y del cristianismo han comenzado y se han desarrollado en la falta del espíritu de caridad, que es el de Cristo»

(Cristo al centro, n. 1381).

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septiembre 27 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9 En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Pero Herodes decía: «A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?». Y tenía curiosidad de ver a Jesús. Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor Jesus, con la señal de la cruz inicio mi oración pidiendo la asistencia de tu Santo Espíritu. No me mueve la curiosidad, busco encender en mi corazón la fe y el amor al Padre y la alegría de ser cristiano. Ilumina mi mente y despierta en mí el deseo de contemplarte. Petición

Jesús, ayúdame a orar con atención, para que día con día vaya creciendo en el amor a Dios y los demás. Meditación ¿Quién es Jesús? «Los tres sinópticos coinciden en afirmar que, según la gente, Jesús era Juan el Bautista, o Elías o uno de los profetas que había resucitado; Lucas había contado con anterioridad que Herodes había oído tales interpretaciones sobre la persona y la actividad de Jesús, sintiendo por eso deseos de verlo. Mateo añade como variante la idea manifestada por algunos de que Jesús era Jeremías. Todas estas opiniones tienen algo en común: sitúan a Jesús en la categoría de los profetas, una categoría que estaba disponible como clave interpretativa a partir de la tradición de Israel.[…] Todas estas opiniones no es que sean erróneas; en mayor o menor medida constituyen aproximaciones al misterio de Jesús a partir de las cuales se puede ciertamente encontrar el camino hacia el núcleo esencial. Sin embargo, no llegan a la verdadera naturaleza de Jesús ni a su novedad» (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, pág. 117).

Reflexión apostólica

«Se pretende que los miembros, a través del estudio sistemático y orgánico de temas espirituales y doctrinales, así como del propio carisma, puedan vivir mejor su fe, responder mejor a los interrogantes que le plantea el encuentro con el mundo, y estar en condiciones de anunciar más eficazmente el Evangelio» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 387). Propósito Leer diariamente un pasaje del Evangelio para conocer y amar más a Jesús. Diálogo con Cristo

Señor, vivir centrado en conocer, vivir y dar a conocer el amor es lo esencial de mi vida. El mundo necesita corazones bien arraigados en Cristo, nuestro Señor. Por eso agradezco los medios de formación que el Regnum Christi ofrece y la oportunidad de encontrarme contigo en la oración para recibir tu gracia y, así, corresponderte más y vivir de forma más radical la caridad.

«La ciencia de Cristo no se adquiere leyendo muchos libros sobre Él o aprendiéndose de memoria el Evangelio, sin pasar de estos conocimientos a la práctica. A Cristo se le conoce,

sobre todo, cuando se le experimenta en la oración» (Cristo al centro, n. 1729).

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septiembre 28 Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 9, 18-22 Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy Yo?». Ellos contestaron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas, que ha resucitado». Él les dijo: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?». Respondió Pedro: «El Mesías de Dios». Entonces Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie. Después les dijo: «Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, Tú supiste buscar el mejor lugar y el mejor momento para la oración. Hoy yo quiero hacer lo mismo. Ven, Espíritu Santo, te pido que al comenzar esta meditación enciendas en mí el fuego de tu amor. Hazme dócil a tus inspiraciones y ayúdame a corresponder a ellas con generosidad. Petición Jesús, ayúdame a tener ese conocimiento interno de Ti que es un don del Espíritu Santo. Meditación En la oración se conoce a Jesús. «El Evangelio que hemos escuchado nos presenta un momento significativo del camino de Jesús, en el que pregunta a los discípulos qué piensa la gente de él y cómo lo consideran ellos mismos. Pedro responde en nombre de los Doce con una confesión de fe que se diferencia de forma sustancial de la opinión que la gente tiene sobre Jesús; él, en efecto, afirma: “Tú eres el Cristo de Dios”. ¿De dónde nace este acto de fe? Si vamos al inicio del pasaje evangélico, constatamos que la confesión de Pedro está vinculada a un momento de oración: “Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él”. Es decir, los discípulos son incluidos en el ser y hablar absolutamente único de Jesús con el Padre. Y de este modo se les concede ver al Maestro en lo íntimo de su condición de Hijo, se les concede ver lo que otros

no ven; del “ser con él”, del “estar con él” en oración, deriva un conocimiento que va más allá de las opiniones de la gente, alcanzando la identidad profunda de Jesús, la verdad» (Benedicto XVI, 20 de junio de 2010). Reflexión apostólica

«El contacto con Dios a través de la oración es fuente de certezas y convicciones, de actitudes y comportamientos concretos» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 107). Propósito

Revisar la cantidad y calidad de tiempo que dedico diariamente a mi oración personal, ¿cómo puede mejorar? Diálogo con Cristo

Padre Santo, el tener un conocimiento teórico de Jesús no me hace ni su discípulo ni su misionero. Sólo al dejar que Cristo pase de mi mente a mi corazón, hará posible mi transformación en el amor, y así, convencido y entusiasmado por este amor, podré llevarlo a mi familia, a mis amigos, a mis compañeros de estudio o de trabajo.

«Sigue luchando en la meditación, aunque te cueste, aunque te sientas sumergido en la sequedad; en esos momentos difíciles actúa tu fe y la humildad diciendo como los Apóstoles,

que eran incapaces de rezar: Señor, enséñanos a orar» (Cristo al centro, n. 1731).

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septiembre 29 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 1, 47-51 En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: «Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez». Natanael le preguntó: «¿De dónde me conoces?» Jesús le respondió: «Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera». Respondió Natanael: «Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el rey de Israel». Jesús le contestó: «Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver». Después añadió: «Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, como Natanael, quiero ser sincero y auténtico, en mi mente y en mi corazón, para tener la posibilidad real de tener un encuentro de amor contigo en esta oración. Tú sabes que trato de ser fiel a mi fe, que confío en tu providencia y misericordia, y que te amo con todo mi corazón. Envía tu Espíritu Santo para que ilumine y guíe esta meditación. Petición Ángel de mi guarda, ayúdame a ser un auténtico discípulo y misionero de Cristo. Meditación El testimonio suscita vocaciones. «También la vocación de Pedro, según escribe el evangelista Juan, pasa a través del testimonio de su hermano Andrés, el cual, después de haber encontrado al Maestro y haber respondido a la invitación de permanecer con Él, siente la necesidad de comunicarle inmediatamente lo que ha descubierto en su “permanecer” con el Señor: “Hemos encontrado al Mesías —que quiere decir Cristo— y lo llevó a Jesús”. Lo mismo sucede con Natanael, Bartolomé, gracias al testimonio de otro discípulo, Felipe, el cual comunica con alegría su gran descubrimiento: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés, en el libro de la ley, y del que hablaron los Profetas: es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret”. La iniciativa libre y gratuita de Dios encuentra e interpela la responsabilidad humana de cuantos acogen su invitación para convertirse con su propio testimonio en instrumentos de la llamada divina» (Benedicto XVI, 25 de abril de 2010).

Reflexión apostólica

«Sean conscientes del influjo que ejercen en sus alumnos y del poder que tienen su testimonio y su consejo, y busquen como meta de su labor educativa, además de la transmisión de conocimientos, la madurez humana y social de los alumnos, la formación de su conciencia moral, el amor a la verdad y la adquisición de una recta jerarquía de valores» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 302). Propósito

En mi oración, examinar mi testimonio de vida para darme cuenta si acerca a otros al amor de Dios. Diálogo con Cristo

Jesús, no quiero aparecer ni hacer más, mi aspiración es amarte más, y como consecuencia, a los demás. No pretendo conocer más, sino tener una relación íntima contigo. Por ello quiero ofrecerte mi esfuerzo de perseverar en la oración, de acrecentar mi vida sacramental y de meditar más tu Palabra, sólo así lograré mi anhelo y podré dar un testimonio que atraiga a los demás.

«Las palabras sobran, es necesario poner por delante de esas palabras el testimonio de la propia vida santa, conquistada por Cristo»

(Cristo al centro, n. 1982).

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septiembre 30 Evangelio Del santo Evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-48 En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: «Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos». Pero Jesús les respondió: «No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor. Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar. Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo,*donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».* Palabra del Señor. Oración introductoria

En Ti, Señor, encuentro mi gozo y felicidad. Eres dulce huésped de mi alma. Estoy tan a gusto cuando experimento tu cercanía en mi oración, por ello te pido tu gracia para prepararme a vivir este momento de oración con fe, en la esperanza que no defrauda y en la caridad que no espera recompensa. Petición

Señor Jesús, que haga todo por amor a Cristo, hoy y siempre, para tener algo que dar a los demás. Meditación Compartir el Camino, la Verdad y la Vida. «El cristianismo, al resaltar los valores que sustentan la ética, no impone, sino que propone la invitación de Cristo a conocer la verdad que hace libres. El creyente está llamado a ofrecerla a sus contemporáneos, como lo hizo el Señor, incluso ante el sombrío presagio del rechazo y

de la cruz. El encuentro personal con quien es la verdad en persona nos impulsa a compartir este tesoro con los demás, especialmente con el testimonio. Queridos amigos, no vacilen en seguir a Jesucristo. En él hallamos la verdad sobre Dios y sobre el hombre. Él nos ayuda a derrotar nuestros egoísmos, a salir de nuestras ambiciones y a vencer lo que nos oprime. El que obra el mal, el que comete pecado, es esclavo del pecado y nunca alcanzará la libertad. Sólo renunciando al odio y a nuestro corazón duro y ciego seremos libres, y una vida nueva brotará en nosotros. Convencido de que Cristo es la verdadera medida del hombre, y sabiendo que en él se encuentra la fuerza necesaria para afrontar toda prueba, deseo anunciarles abiertamente al Señor Jesús como Camino, Verdad y Vida. En él todos hallarán la plena libertad, la luz para entender con hondura la realidad y transformarla con el poder renovador del amor» (Benedicto XVI, 28 de marzo de 2012). Reflexión apostólica

«Hoy, como en los inicios del cristianismo, la renovación cristiana de la sociedad vendrá de pequeños grupos de oración y de acción que, como chispas esparcidas por el mundo, sean capaces de provocar un gran incendio; pequeños grupos que en el encuentro con Cristo, en comunión con sus Pastores y cercanos al hermano necesitado de amor, descubran la perla preciosa del Evangelio y vivan su cristianismo de modo convincente y contagioso» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Chrisit, n. 344). Propósito

Hacer un sacrificio y oración especial por un miembro de mi familia que se encuentre alejado de la fe. Diálogo con Cristo

Señor, cuánto esfuerzo desperdiciado por malos entendidos o envidias. Cuánta influencia negativa por un testimonio contrario a la caridad. Los medios que la Iglesia ofrece para conocer y vivir nuestra fe son muchos. Dame tu gracia para vivir mi misión en la unidad, porque la salvación es para todos y la forma de vivir el camino para alcanzarla es variada. Quiero tener algo que dar a las demás personas con las que conviviré este día. No quiero ser un sagrario vacío, quiero llevar lo mejor, para su salvación, a los demás, y eso mejor eres Tú.

«“Sin mí, nada podéis hacer” ¿Por qué, si Jesucristo dice que sus obras no son de Él sino de su Padre, nos empeñamos nosotros en creer que la obra por excelencia de nuestra vida: la

santificación, ha de ser obra exclusivamente nuestra?» (Cristo al centro, n. 1999).