5. cuarto tema, platón

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1 IV. Platón En general, también este autor está bien tratado en el manual de referencia de Iñaki Yarza. Recuerdo algunos puntos de especial interés, también en función de nues- tra carrera de filosofía en la UMA, y subrayo algunos otros. 1. La relevancia de Platón en la historia de la filosofía occidental 1.1. Primer gran filósofo “explícito” Al calificarlo de “explícito”, pretendo aludir a los escritos platónicos con- servados —Diálogos y Cartas—, frente, por ejemplo, a Sócrates, que no escribió nada. La “grandeza” de Platón puede advertirse desde distintas perspectivas, que se suman y entrecruzan mutuamente. Desde el punto de vista cuantitativo Salta a la vista, con solo comparar lo que nos queda de los filósofos anterio- res, incluso sumándolos todos y sumando las distintas versiones, y lo que nos llega desde Platón como auténtico y directamente escrito por él. Se multiplica por mucho a la luz del texto que leímos al hablar de Sócrates y que de nuevo recojo, por su capital importancia para entender a Platón y su visión de la filosofía y del auténtico filósofo: «Desde luego, no hay ni habrá nunca una obra mía que trate de estos temas; no se pueden, en efecto, precisar, como se hace con otras ciencias, sino que después de una lar- ga convivencia con el problema y después de haber intimado con él, de repente, como la luz que salta de la chispa, surge la verdad en el alma y crece ya espontáneamente […]. Tampoco pudo escribirlo para que se recordara; pues no hay peligro de que se olviden una vez que han penetrado en el alma, ya que están contenidas en los más breves térmi- nos». PLATÓN, Carta VII, 341 c, 344 e. La negativa de Platón a poner por escrito los temas fundamentales ha dado origen a la llamada “doctrina no escrita”, que es hoy, para bastantes especialis- tas —con razón, como puede vislumbrarse en el texto que acabamos de citar—, el punto de partida para la reconstrucción de su pensamiento más profundo y más propio. Puesto que se trata de los grandes temas, de los principios o fundamentos de lo real, esto significa que puede haber tanta o más filosofía en la doctrina no escrita que en sus escritos. Completitud y articulación Los grandes temas y las grandes ramas de la filosofía se encuentran por primera vez en Platón (resto de la filosofía, notas a pie de página de Platón). Si en los presocráticos destaca sobre todo el aspecto cosmológico y en los sofistas y Sócrates la dimensión antropológica, en Platón todas las grandes ra- mas y en casi todos sus aspectos.

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FILOSOFIA

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  • 1IV. Platn

    En general, tambin este autor est bien tratado en el manual de referenciade Iaki Yarza.

    Recuerdo algunos puntos de especial inters, tambin en funcin de nues-tra carrera de filosofa en la UMA, y subrayo algunos otros.

    1. La relevancia de Platn en la historia de la filosofa occidental1.1. Primer gran filsofo explcito

    Al calificarlo de explcito, pretendo aludir a los escritos platnicos con-servados Dilogos y Cartas, frente, por ejemplo, a Scrates, que no escribinada.

    La grandeza de Platn puede advertirse desde distintas perspectivas, quese suman y entrecruzan mutuamente.

    Desde el punto de vista cuantitativoSalta a la vista, con solo comparar lo que nos queda de los filsofos anterio-

    res, incluso sumndolos todos y sumando las distintas versiones, y lo que nosllega desde Platn como autntico y directamente escrito por l.

    Se multiplica por mucho a la luz del texto que lemos al hablar de Scratesy que de nuevo recojo, por su capital importancia para entender a Platn y suvisin de la filosofa y del autntico filsofo:

    Desde luego, no hay ni habr nunca una obra ma que trate de estos temas; no sepueden, en efecto, precisar, como se hace con otras ciencias, sino que despus de una lar-ga convivencia con el problema y despus de haber intimado con l, de repente, como laluz que salta de la chispa, surge la verdad en el alma y crece ya espontneamente [].Tampoco pudo escribirlo para que se recordara; pues no hay peligro de que se olvidenuna vez que han penetrado en el alma, ya que estn contenidas en los ms breves trmi-nos. PLATN, Carta VII, 341 c, 344 e.

    La negativa de Platn a poner por escrito los temas fundamentales ha dadoorigen a la llamada doctrina no escrita, que es hoy, para bastantes especialis-tas con razn, como puede vislumbrarse en el texto que acabamos de citar,el punto de partida para la reconstruccin de su pensamiento ms profundo yms propio.

    Puesto que se trata de los grandes temas, de los principios o fundamentosde lo real, esto significa que puede haber tanta o ms filosofa en la doctrina noescrita que en sus escritos.

    Completitud y articulacinLos grandes temas y las grandes ramas de la filosofa se encuentran por

    primera vez en Platn (resto de la filosofa, notas a pie de pgina de Platn).Si en los presocrticos destaca sobre todo el aspecto cosmolgico y en los

    sofistas y Scrates la dimensin antropolgica, en Platn todas las grandes ra-mas y en casi todos sus aspectos.

  • 2Estatuto definitivo para el filsofoAunque existen otras escuelas de pensamiento, la Academia es el primer

    gran punto de referencia de vida filosfica.Dentro de la Academia o, al menos, en relacin con ella, destaca como pa-

    radigma del filsofo la figura de Scrates (de ah que hayamos estudiado, sobretodo, este aspecto de Scrates).

    Punto de referencia de la cultura griegaPlatn no es solo filsofo, sino tambin un gran escritor polifactico (y, en

    cierto modo, un poltico), al que se apela con frecuencia para comprender elmundo griego en su conjunto.

    Maestro de AristtelesPuede que esto no sea del todo correcto, pero pienso que no son muchos los

    autores que defienden el conjunto de la doctrina platnica, aunque para bastan-tes ms s es el punto de referencia de la filosofa en Occidente.

    Son muchos ms los que apelan incluso hoy a Aristteles.Pero Aristteles es el mejor discpulo de Platn: la segunda navegacin, por la

    que alza el vuelo ms all de lo estrictamente sensible, es clave en Platn y enAristteles.

    En resumen, aunque en cierto modo remodela, Aristteles conserva aPlatn y hace que siga vigente despus de muchos siglos.

    1.2. La unidad del pensamiento platnicoDesde el punto de vista vital

    A diferencia de los filsofos precedentes, en Platn todo se encuentra referi-do de forma expresa a la filosofa, que se convierte, de este modo, en centro opunto de referencia de la vida humana como tal.

    De nuevo el lugar al que debemos acudir es la Carta VII, en la que recogemuchos detalles autobiogrficos, en un tono sincero e ntimo.

    Conviene leer toda la Carta VII, tambin para advertir que Scrates marcade manera muy decisiva la orientacin de su-vida-y-su-pensamiento (loreorienta desde la poltica hacia la filosofa, entendida como fundamento detodo).

    Uno de los textos ms claros es el que sigue: y al final llegu a comprender que todos los Estados actuales estn mal goberna-

    dos; pues su legislacin casi no tiene remedio sin una reforma extraordinaria unida a feli-ces circunstancias. Entonces me sent obligado a reconocer, en alabanza de la filosofaverdadera, que slo a partir de ella es posible distinguir lo que es justo, tanto en el terrenode la vida pblica como en la privada. Por ello, no cesarn los males del gnero humanohasta que ocupen el poder los filsofos puros y autnticos o bien los que ejercen el poderen las ciudades lleguen a ser filsofos verdaderos, gracias a un especial favor divino.PLATN: Carta VII 326 a-b.

    Sin duda, se pueden poner muchas objeciones a la pretensin platnica deunir filosofa y poltica, pero su intencin solo se comprende al considerar elconjunto de su pensamiento, cuya clave, como en Scrates y, a su modo, en

  • 3Aristteles, es el hombre bueno-justo; y el hombre bueno-justo tiene mucho quever con el verdadero filsofo, hasta el extremo de que casi se identifica con l.

    Atendiendo a sus principales fuentesLa unidad radical a la que estoy apelando se advierte tambin, y funda-

    mentalmente, tomando como punto de partida los autores que ms influyen enPlatn: Scrates y Parmnides.

    Scrates: distincin muy clara entre conocimientos relevantes e irrelevan-tes; los relevantes son aquellos que permiten la mejora del ser humano; el restono cuenta.

    Eso le lleva a abandonar el otro tipo de conocimientos.(En l hay una opcin clara por el ser concretada en el ser humano, conce-

    bido fundamentalmente como alma).Parmnides: la distincin primordial entre la autntica realidad (o el autn-

    tico conocimiento de la autntica realidad) y lo que no es, as como la va de laopinin.

    Lo suyo es fundamentalmente una ontologa, aunque con visos de panen-tesmo (todo es uno y lo mismo).

    Platn funde las dos perspectivas y las ampla: el hombre debe conocer loque verdaderamente es (en lo que se contiene en potencia lo que debe llegar aser); la grandeza del ser humano deriva del conocimiento operativo de lo quemerece ser conocido porque efectivamente es.

    En resumen, los muy distintos aspectos que componen su pensamientopueden enlazarse gracias a su modo de entender lo que es, la realidad entitati-vamente ente o verdaderamente real: lo que es, en su sentido ms propio yvigoroso.

    2. El ncleo de la filosofa platnica2.1. Tras las huellas de Parmnides

    Ms de una vez he explicado que si quiere entenderse la historia de la filo-sofa en su (relativa) unidad y continuidad, conviene atender mucho ms y mshondamente a los problemas que los distintos pensadores pretenden resolverque, en el fondo, vienen a ser casi los mismos, en lugar de prestar atencina las respuestas o soluciones, aparentemente diversas e incluso opuestas,que ofrecen para esos problemas.

    La continuidad entre los presocrticos, Parmnides, Scrates, Platn y Aris-tteles se observa al considerar que todos ellos se preguntan por el principio olos principios de todo lo real (la ms que clebre arj), que ser tambin lapregunta fundamental en toda la filosofa occidental.

    A su vez, Parmnides emboca una va nueva que prcticamente nuncaser abandonada: la que concibe e interpreta la realidad en trminos de ente-ser.

    Tendra que hacernos pensar el hecho de que, pese a las aporas que su vi-sin de lo ente parece llevar consigo (y que se ponen de relieve, por ejemplo, con

  • 4Zenn, empeado en negar el movimiento), ni Platn ni Aristteles ni la mayorade los filsofos que los siguen abandonan esta va regia abierta por Parmnides(la del ente-ser).

    Por qu motivos?La cuestin salta a la vista, con relativa claridad, si intentamos dar una res-

    puesta coherente y un tanto provocativa a la gran pregunta que, de ordina-rio, cualquier alumno acaba por formular cuando le explican la teora platnicade las Ideas, con toda la relevancia que presenta en el pensamiento de Platn.Tarde o temprano, el alumno, desconcertado, plantea la cuestin: Pero, bueno,el dichoso mundo de las Ideas existe o no existe?

    Me gusta responder provocativamente, como ya he apuntado as: Pa-ra Platn, precisamente porque existe no es, y precisamente porque es nopuede ni debe existir.

    Ante el asombro de quienes me escuchan, aado: Porque, para Platn, elmundo de nuestra experiencia, ese de cuya existencia no podemos dudar, comoes mltiple y cambiante y sometido al tiempo, a la generacin y la corrupcines decir, como est tocado por el no-ser no puede afirmarse que es, enel sentido o acepcin ms fuerte de ser.

    Y esto es algo muy similar y, en el fondo-fondo, idntico a lo que ya vioParmnides cuando distingui entre la va de la verdad (el ente es y es necesa-rio que sea) y la va de las opiniones de los mortales, empeados en que elmundo existente est compuesto de ser y no-ser.

    Enfocando la cuestin desde una perspectiva complementaria, con todo loanterior Parmnides pretenda afirmar o, ms bien, daba por supuesto y evi-dente que el hecho de que algo exista o no exista, ofrecindose a nuestra expe-riencia, aunque sin duda relevante, no es lo autnticamente definitivo en filoso-fa y en metafsica: la va de la verdad se aparta de los existentes que muestranuestra experiencia, precisamente para afirmar cmo es o cmo tiene que serpara poder afirmar con absoluta verdad que es la realidad ms real.

    Dicho de otra manera, todava ms complicada, lo que Parmnides advirtiy se ha mantenido de una manera u otra a lo largo de toda la historia de lafilosofa es que no se puede ser a medias, mezclndose con el no-ser, cam-biando, dejando de ser y comenzando a ser; que el ser que sea verdaderamen-te que sea, sin ms tiene que ser de manera absoluta, sin cambios ni fisuras,sin empezar a ser ni dejar de ser

    A nosotros nos cuesta advertirlo, justo porque desde nios estamos en con-tacto inmediato con el mundo de nuestra experiencia: es difcil sobre todo enuna cultura donde la reflexin pausada es la gran ausente poner en duda laconsistencia de ese mundo, la necesidad de que existan sus integrantes; lacostumbre de verlos siempre ah nos lo impide. Por eso, suele ser necesarioun hecho drstico como la muerte de un ser querido para comenzar a to-mar conciencia de que todo lo que nos rodea, y nosotros mismos, no somos ple-namente, podemos sin problemas dejar de ser y, por tanto, no tenemos en noso-tros mismos la justificacin de nuestro ser. Advertimos, aunque solo de ma-nera vital y tal vez no reflexiva, que ser a medias ser pudiendo no ser no

  • 5es suficiente para explicar la realidad; que solo el-ser que-es-plenamente es ne-cesario que sea.

    No resulta sencillo advertirlo, segn vengo repitiendo. Pero, una vez queesto se capta especulativamente y con hondura como hizo Parmnides, estanta su fuerza que el resto de los filsofos, en lugar de abandonar la va de laverdad, que Parmnides declara como la nica verdadera, intentarn hacer en-trar en ella el conjunto de lo real, con objeto de ofrecer una explicacin cohe-rente de esa realidades.

    Con pocas palabras: Parmnides no es dejado de lado por Platn ni porninguno de los grandes que lo siguen, porque su principal descubrimiento esde una grandeza y una relevancia capitales para la comprensin profunda ydefinitiva de la realidad. Resulta muy difcil hacer filosofa, con alcance meta-fsico, al margen de ese hallazgo.

    Todo esto deja su huella en el ncleo de la filosofa platnica, que es, efecti-vamente, su doctrina de las Ideas.

    2.2. La concepcin platnica del enteComo acabo de recordar, la concepcin platnica de lo ente, se refleja en

    la clebre doctrina de las Ideas.El punto de partida es Parmnides, cuyo fondo conserva, pero inclinndo-

    lo hacia las esencias y, de este modo, fragmentando el ente parmendeo.Si el ente de Parmnides era uno, inmutable, homogneo, sin mezcla de no

    ser, etc., todo ello corresponder, debidamente transformado por Platn, a cadauna de las Ideas, concebidas como ntos on, como lo entitativamente ente: perfec-tamente idnticas a s mismas.

    En cierto modo, todo Platn pende de ah.Como veremos con detalle en la asignatura de Metafsica, todas las filosofas

    con alcance metafsico giran en torno al modo de entender dos nociones-realidades bsicas: lo que se entiende por ente y lo que cabra calificar como ser;es decir, la realidad en cuanto tal, propiamente real (ente) y lo que, solo paraentendernos, podemos denominar su fundamento, lo que hace que sea y seapropiamente real (ser).

    Como sugiero entre parntesis, la primera de ellas corresponde a lo que enla metafsica posterior a Aristteles se denomina ente, y la segunda a lo que, deforma muy amplia, cabra calificar como ser, es decir, aquello que hace que elente sea y sea ente (con otras palabras, el fundamento del ente, de cada ente).

    Dar una primera explicacin, que ser retomada a cada paso.En Parmnides, como acabamos de ver, no hay distincin entre ente y ser:

    no existe necesidad de fundamento.Platn instaura un modo de entender lo autnticamente real, cuyo funda-

    mento (lo que hara las veces del ser) es la identidad o unidad; y lo lleva a caboen el mbito de las esencias, trasladadas al mundo de las ideas.

    Pero, una vez realizada esta primera operacin, Platn se ver obligado abuscar una vez ms el fundamento, pero ahora el de las propias ideas. Inicia

  • 6entonces una labor de depuracin, hacia lo que es en su acepcin ms plena-mente fundamental y fundamentante: elabora entonces la teora de la participa-cin de unos gneros en otros (los superiores), que constituye la pirmide delmundo de las Ideas, en cuyo vrtice se encuentran los gneros supremos ypor encima de los cuales nos encontraremos con lo Bueno-Bello, que correspon-de, de manera ms explcita en la doctrina no escrita, a lo Uno.

    Las Ideas platnicas no son, por tanto, una transposicin de nuestras ideaspsicolgicamente concebidas a un mundo superior, sino la encarnacin delnico modo real de ser autnticamente que nosotros solo podemos captar conla inteligencia, no con los sentidos: no se trata, como tantas veces se explica, deuna sublimacin de nuestro modo intelectual de conocer (entendido, adems,al modo cartesiano), sino de una doctrina con alcance ontolgico estricto.

    3. Sus principales doctrinas3.1. Metafsica y filosofa de la naturaleza

    La metafsica es, efectivamente, para Platn, meta-fsica, superacin delmbito de lo sensible, precisamente para dar razn de l.

    As lo explica en el Fedn. El punto de partida es el intento, puesto en bocade Scrates, de mostrar la inmortalidad del alma, a la que se haba referido Ce-bes:

    Entonces Scrates, demorndose durante un rato y examinando algo consigo mismo,dijo:

    No es nada trivial, Cebes, el asunto que investigas. Porque hay que ocuparse a fon-do y en conjunto de la causa de la generacin y la destruccin. As que yo voy a contartesobre este tema, si quieres, mis propias experiencias [].

    El caso es que yo, Cebes, cuando era joven estuve asombrosamente ansioso de ese sa-ber que ahora llaman investigacin de la naturaleza. Porque me pareca ser algo sublimeconocer las causas de las cosas, por qu nace cada cosa y por qu perece y por qu es. Ymuchas veces me devanaba la mente examinando por arriba y por abajo, en primer lugar,cuestiones como stas. PLATN: Fedn 95 e 96 b.

    Pues yo de tal gnero de causa, de cmo se realiza, habra sido muy a gusto discpulode cualquiera. Pero despus de que me qued privado de ella y de que no fui yo mismocapaz de encontrarla ni de aprenderla de otro dijo, quieres, Cebes, que te haga unaexposicin de mi segunda singladura en la bsqueda de la causa, en la que me ocup?

    Desde luego que lo quiero, ms que nada respondi.

    [El resto de este apartado y los siguientes puede estudiarse por los libros dereferencia]

    3.2. tica y poltica