«La Epístola de Santiago»IASD – DSA – UE – ITSAE-CADE.Pr. © Antonio López Gudiño

“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” Snt.2:26.

Mostrar que la fe genuina produce buenas obras; para que dependamos obedientemente de Dios y su palabra y así nos dejemos conducir del Espíritu para hacer su voluntad.

Los muertos no pueden obrar. Los vivos si lo pueden hacer. De la misma manera, la fe viva obra, la muerta no.

A. ¿Cuándo ha muerto la fe? Snt.2:14-17; Ro.3:27-28; Efe.2:8-10.

B. ¿Cuándo se está experimentando una fe realmente salvadora? Snt.2:18; 1Te.1:3; 1Ti.5:25; Tito 2:14.

C. ¿Qué quiere decir la expresión “también los demonios creen”? Snt.2:19; 2Co.4.2; 1Ti.2:4; Snt.5:19-20; 1Pe.1:22; 1Jn.3:18-19.

A. Snt.2:21-24 dice: “creyó a Dios y le fue contado por justicia” ¿Por qué podemos asegurar que no es el mismo evento? Gén.15:4-6; 22:5, 8-14.

B. Finalmente ¿para qué se da la fe? Snt.2:25-26.

A. ¿De qué modo sus obras han dado evidencia que su fe es genuina?

B. Tarea: Explique la diferencia entre justificación por fe y santificación por fe.

Nadie puede salvarse por sus obras, pero si las obras no siguen a la fe, ésta fe, en realidad ha muerto. Luego de la fe siempre deberán aparecer las obras. La fe genuina obra; la falsa no obra.

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