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µ 86 Febrero 2011 Médicos Sin Fronteras Mugarik Gabeko Medikuak Metges Sense Fronteres Médicos Sen Fronteiras La revista que te informa de las acciones que tú haces posibles 8 Desde el terreno Grecia, Malí-Níger, Nigeria, sur de Sudán, Territorios palestinos, Zambia 10 Primer plano Once años luchando contra el sida 12 Noticias MSF 14 En otras palabras Entrevista a Paula Farias y José Antonio Bastos, expresidenta y nuevo presidente de MSF-E Haití: la emergencia continúa 3 Reportaje 40 años de acción humanitaria independiente

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µ86Febrero 2011Médicos Sin Fronteras Mugarik Gabeko Medikuak Metges Sense Fronteres Médicos Sen Fronteiras

La revista que te informa de las acciones que tú haces posibles

8 Desde el terreno Grecia, Malí-Níger, Nigeria, sur de Sudán, Territorios palestinos, Zambia 10 Primer plano Once años luchando contra el sida 12 Noticias MSF 14 En otras palabras Entrevista a Paula Farias y José Antonio Bastos, expresidenta y nuevo presidente de MSF-E

Haití: la emergencia continúa

3 Reportaje

40 años de acciónhumanitaria independiente

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Fotos de portada: Campo de desplazados en Haití. Un año después, cerca de un millón de personas sigue sin hogar. © KAdiR vAN LOuiZEN / NOOR

MSF86 2Editorial

Haití: esfuerzos dedicados al día a día ante una reconstrucción incierta

Apenas 38 segundos de temblor se llevaron la vida de miles de personas en Haití en enero de 2010. Y solo minutos después se

activó la que hoy es la mayor operación de ayuda de Médicos Sin Fronteras (MSF) en sus 40 años de historia. Ha pasado un año y es importante revisar lo hecho y lo logrado para mejorar nuestra respuesta en el futuro.

En la agilidad y efectividad de la respuesta hubo dos elementos clave. El primero es que gracias a la genero-sidad y el apoyo de los donantes, pudimos activar inmediatamente todo el dispositivo de ayuda, sabiendo que íbamos a gozar de vuestra confianza. El segundo, el compromiso de nuestro personal, que continuó trabajando sin descanso, pese a la muerte de compa-ñeros, familiares y amigos. Han hecho un trabajo extraordinario, con gran profesionalidad, tratando con dignidad a todos los que pudieron humanamente atender, y así nos lo han hecho saber los haitianos.

El terremoto fue un desastre sin precedentes en Haití y creó enormes necesidades sumadas a las ya exis-tentes, que eran muchas: solo una quinta parte de la población tenía acceso a agua potable y saneamiento, la mortalidad materno-infantil era una de las peores del mundo y la violencia estaba a la par de los peores conflictos urbanos. En las operaciones de ayuda tras el seísmo, se salvaron miles de vidas y se alivió en lo posible el sufri-miento. Sin embargo, un año después, los haitianos siguen enfrentándose a unas inaceptables condiciones de vida y, además, al cólera.

La rápida propagación de la epidemia ha puesto en evidencia el impacto de la falta de infraestructuras adecuadas sobre la población, así como los límites del sistema de ayuda internacional para dar una respuesta efectiva, perpetuando una situación de vulnerabilidad crónica. Los centros de tratamiento gestionados y apoyados por MSF han tratado a unas 97.000 personas de los más de 181.800 casos registrados por las autoridades hasta mediados de enero de 2011. En las zonas rurales, el trabajo de las brigadas médicas de la cooperación cubana ha sido importante. ¿Es lógico que casi todo el peso de la epidemia recaiga sobre dos organizaciones?

La recuperación, la reconstrucción y la rehabilitación no deben ir en detri-mento de las necesidades humanitarias urgentes. Y la complicada situación política actual no debe impedir que las agencias y los organismos interna-cionales estén a la altura de los compromisos contraídos con el pueblo haitiano y sus donantes. Por su parte, MSF ha documentado su experiencia en Haití en un informe que os invito a leer en nuestra web. En él hacemos balance de un año de respuesta a la emergencia y evaluamos las lagunas existentes.

Al finalizar 2010, MSF había utilizado el total de los 104 millones de euros recaudados en todo el mundo para responder al terremoto y a la epidemia de cólera. Desde el 12 de enero hasta el 31 de octubre de 2010, los equipos trataron a más de 358.000 personas, realizaron más de 16.500 intervenciones quirúrgicas y aten-dieron más de 15.000 partos. Durante los tres primeros meses, se llevaron

a cabo más de 5.700 operaciones de cirugía mayor, lo que convierte a MSF en uno de los principales proveedores de atención quirúrgica en esta emergencia.

En cuanto a las áreas de mejora, las principales son la coordinación interna para el suministro de recursos y logística, las actividades de refugio, provisión de agua y saneamiento, la preparación para flujos masivos de heridos, la comunicación pública y la implicación con otros actores para mejorar la respuesta.

El presupuesto para las operaciones de MSF en Haití en 2011 es de 46 millones de euros para mantener una red de seis hospitales privados en Puerto Príncipe, con una capacidad total de 1.000 camas, y dar apoyo a dos hospitales del Ministerio de Salud haitiano. Los servicios de obstetricia, urgencias y traumatología serán priori-tarios. Algunas instalaciones serán traspasadas al Ministerio de Salud o a otras organizaciones, mientras seguimos respondiendo a la epidemia de cólera y atentos a otras posibles emergencias.

La suspensión de la segunda ronda de las elecciones, la llegada del antiguo dictador Duvalier al país y la actual parálisis del Gobierno haitiano auguran la ralentización de la ayuda, la rehabili-tación y la liberación de fondos durante el primer semestre de 2011. No podemos fallar a los haitianos. Estamos en ello, intentando mejorar su día a día, en vistas de una reconstruc-ción por ahora incierta.

Por Aitor Zabalgogeazkoa, director General de MSF-E

Edita Médicos Sin Fronteras. C/ Nou de la Rambla, 26. 08001 BARCELONA - Tel: 933 046 100 Fax: 933 046 102 Consejo de redacción Aloïs Hug, Nondas Paschos, Anna Pineda, Gemma Planas, Carmen vicente Coordinación Carmen vicente Edición Eulàlia Sanabra Colaboraciones Andrea Aguilar, Fernando Calero, Laura Calonge, Silvia Fernández, Cecilia Furió, Aloïs Hug, Julia Kourafa, Susana Oñoro, Mar Padilla, Gemma Planas, Clara Tarrero, Aitor Zabalgogeazkoa Diseño diego Feijóo Producción Ana Fernández, Carmen vicente Impresión Litografia Rosés Depósito legal B-25942/89 Oficinas delegadas MSF España Barcelona, 933 046 100. Bilbao, 944 231 194. Madrid, 915 411 375. Málaga, 952 604 131. Santiago de Compostela, 981 587 091. valencia, 963 916 133. Buenos Aires, Argentina, www.msf.org.ar Versión digital disponible en www.msf.es

902 250 902 www.msf.es

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Haití: la emergencia continúa

Reportaje

‘‘Al principio, hay que reconocerlo, recibimos tiendas de campaña y materiales de higiene. Era enero y el clima era benigno, sin lluvia. Pensábamos que íbamos a estar allí solo un par de meses. Mi casa ha quedado completamente destruida. Vine con mi familia a este campo (somos cuatro) porque era el más cercano a mi antigua casa. Recibimos una tienda de campaña grande, mantas, materiales de higiene y utensilios de cocina, e incluso algo de comida. Estábamos muy contentos. Pero ya hace más de siete meses del terremoto. Las tiendas no son lo suficientemente sólidas, esta ya se ha roto en algunos sitios, y tememos la temporada de huracanes. Si tienes tiempo, te invito a pasar una noche aquí. Verás a qué me refiero’’.

Hombre de 34 años en un campo de desplazados haitiano.

Por Clara Tarrero, Servicio de información

llevaron a MSF a iniciar sus primeros proyectos en Haití hace 20 años.

El país no podría haber estado en peor situación para hacer frente a la enorme presión que una catástrofe natural supone para un sistema de salud. En el momento del terremoto, MSF, que gestionaba tres hospitales en Puerto Príncipe para responder a las necesidades médicas de comunidades urbanas pobres y afectadas por la violencia, respondió a las necesi-dades médicas y humanitarias de las víctimas del desastre con toda la rapidez y amplitud que le fue posible.

Miles de trabajadores haitianos, la mayoría de los cuales habían sufrido directamente las consecuencias del terremoto, se movilizaron junto con cientos de trabajadores internacionales de MSF para respaldar la intervención de la organización. El despliegue de personal pasó rápidamente de los 800 ya presentes en los proyectos regulares de MSF a 3.400, repartidos en 26 hospitales y cuatro clínicas móviles. En unas

Haití y reconstruirlo mejor”, recuerda Stefano Zannini, coordinador general de MSF en Haití. “Pero hoy la cruda realidad es que, aunque los haitianos intentan reconstruir sus vidas, mucha gente sigue siendo muy vulnerable, especialmente ahora, al enfrentarse a una segunda catástrofe totalmente prevenible como es la epidemia de cólera”.

Los haitianos ya se enfrentaban a circunstancias adversas a diario antes del seísmo. Miles y miles de personas vivían en barrios de chabolas que regularmente quedaban aislados por riadas de fango tras las lluvias torrenciales. Las oportuni-dades económicas eran pocas, el desempleo, generalizado, y los habitantes de estos suburbios estaban más que acostumbrados a brotes de violencia organizada y agitación política. Para la mayoría de los haitianos, incluso la atención más básica de salud estaba fuera de su alcance. Precisamente la falta de acceso a la atención sanitaria y los episodios intermitentes de violencia

El testimonio de este hombre es solo el de una familia. Pero como ellos, hay cerca de un millón de personas que siguen sin hogar y viviendo en condiciones

pésimas un año después del devastador terremoto que el 12 de enero de 2010 golpeó Haití. Un año del que los haitianos tardarán en recuperarse. Primero un terremoto sacudió el país, cobrándose la vida de más de 200.000 personas y dejando un número similar de heridos; y cuando los haitianos trataban de recom-poner sus vidas y soñaban con la reconstrucción, una epidemia de cólera, que a mediados de enero acumulaba ya más de 181.800 casos y se había cobrado más de 3.750 vidas, se instaló en el país caribeño para quedarse.

“La gran devastación causada por el terremoto provocó una generosa ola de donaciones privadas de colaboradores de todo el mundo, así como promesas de la comunidad internacional de ‘reconstruir

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semanas, cientos de miles de personas de todo el mundo generosamente donaron fondos a MSF –más de 104 millones de euros–, haciendo posible la mayor operación de emergencia jamás llevada a cabo por la organización.

La fase de emergenciaLas estructuras y los trabajadores de MSF sufrieron un duro golpe con el terremoto. Por desgracia, 12 trabajadores haitianos murieron en el seísmo, así como varios pacientes y familiares de estos últimos que estaban dentro de los centros médicos que se derrumbaron. Otros trabajadores de MSF resultaron heridos o perdieron a familiares y amigos, y algunos de ellos también perdieron sus casas y todas sus posesiones.

Los pacientes llegaban a los centros médicos de MSF con fracturas múltiples y abiertas, miembros aplastados, fracturas de cráneo, lesiones de médula espinal y quemaduras muy graves. En los primeros días, la prioridad inmediata para MSF fue estabilizar y atender a los heridos, organizar el triaje, y prestar cirugía vital y cuidados paliativos para pacientes terminales.

Cirugía y atención postoperatoriaMSF fue uno de los principales actores en cirugía de emergencia de entre los 30 hospitales de campaña internacionales desplegados durante los tres primeros meses en Haití. Los cirujanos de MSF realizaron 5.707 intervenciones de cirugía mayor, 150 de las cuales fueron amputa-ciones, siendo siempre el último recurso en el esfuerzo por salvar la vida del paciente o la extremidad cuando era posible.

Jerry, de 7 años de edad, quedó atrapado bajo los escombros cuando se derrumbó su casa y sufrió una fractura abierta grave de fémur. MSF le suministró antibióticos de inmediato para frenar la infección y un cirujano de MSF realizó una limpieza completa de la herida. Sin embargo, a los pocos días, los médicos descubrieron que la infección seguía siendo grave y que existía el peligro de que se extendiera al resto del cuerpo y pusiera en peligro la vida del niño. “La herida estaba muy cerca de la ingle, así que, si la infección se hubiese extendido por encima de la misma, difícilmente podríamos haberle salvarlo. Sabíamos que había que amputar si queríamos mantenerlo con vida”, recuerda la doctora Karin Lind.

MSF aumentó rápidamente su capacidad inicial de cuidados postopera-torios y de rehabilitación para responder al enorme volumen de pacientes con necesidad de cirugía que ingresaban en los centros de MSF. La mayoría de instalaciones de MSF tenían capacidad

para cirugía, fisioterapia y atención integral de salud mental.

“Recuerdo a una paciente, una niña de 3 años llamada Anelka. Le decía a su madre: ‘mamá, mamá, dame mis piernas, quiero jugar con los otros niños’. Su madre me preguntó si sería posible darle unas muletas y le dije que no. Yo sabía que no podría encontrar nada para un niño de tres años. Así que le hice unas yo mismo y trató de caminar con ellas. Pensaba: ‘Dios, estoy seguro de que se va a caer, nunca lo logrará’. Pero dos días después caminaba con rapidez con las muletas. Ahora tiene una pierna artificial. Sin embargo, el problema de los niños es que hay que cambiarles las prótesis cada tres meses porque crecen muy deprisa”, cuenta Gilles Lavigne, fisioterapeuta llegado a Haití una semana después del terremoto.

Desde el inicio de la respuesta de emergencia, MSF movilizó o reforzó los equipos de atención de salud mental ya existentes. Jean Charles Djenane Marlhen, psicólogo haitiano que trabaja con MSF desde 2006, recuerda: “la mayoría de pacientes presentaban dolencias físicas y síntomas tales como pérdida de apetito, problemas de memoria, alteraciones del sueño, palpita-ciones o flashbacks”. Durante esta fase de emergencia, más de 40.000 personas recibieron alguna clase de apoyo psicoso-cial o psiquiátrico por parte de MSF.

Atención a desplazadosMSF organizó centros ambulatorios fijos o móviles en varios campos de desplazados, y prestó apoyo en otros asentamientos de Puerto Príncipe y, fuera de la capital, en Jacmel y Léogâne. Estos servicios ambulatorios han estado ofreciendo consultas, curas y atención postoperatoria, servicios de salud mental, controles peri y postnatales, atención a víctimas de violencia sexual y vacunaciones.

Rápidamente se hizo evidente que cientos de miles de personas necesitaban cobijo, que la falta de refugio estaba teniendo consecuencias médicas y que, a pesar de ello, no estaban recibiendo demasiada ayuda. A finales de enero, MSF empezó a distribuir lonas de plástico, tiendas de campaña y otros artículos de primera necesidad.

Para finales de junio, MSF había distribuido cerca de 85.000 kits con materiales de ayuda como utensilios de cocina, kits de higiene y mantas, y aproximadamente 2.800 rollos de lona de plástico para cobijo y más de 28.640 tiendas de campaña.

Aunque las necesidades de atención sanitaria directamente vinculadas al seísmo se iban reduciendo, seis meses después del terremoto los haitianos todavía se enfrentaban a una grave falta de acceso a atención secundaria de salud, con pocas perspectivas de que la situación mejorase en un futuro inmediato.

Y llegó el cóleraY fue a mediados del mes de octubre, cuando desde el departamento de Artibonite, situado en la región central de Haití, al norte de la capital, llegaron informaciones de enfermos con síntomas similares a los del cólera. El país llevaba muchas décadas sin conocer la enfer-medad, pero los síntomas –rápida y grave deshidratación provocada por vómitos y diarrea agudos– eran demasiado evidentes.

Existía el consenso de que el cólera tenía muchas posibilidades de propagarse rápidamente en Haití, un país donde la mayoría de la población carecía de acceso a agua potable o a saneamiento adecuado, donde la gente desconocía las medidas necesarias de prevención y donde el personal sanitario tampoco poseía ninguna experiencia previa de la enfer-medad a la que se enfrentaba.

Y así fue. “No conocían el cólera, no lo han sufrido en más de 100 años. Cuando respondes al cólera en lugares donde es endémico y lo sufren cada año, es diferente porque la población sabe que tienen que ir lo antes posible al hospital. Pero en Haití llega gente medio muerta. Por suerte puedes resucitar a algunos y salvarlos, pero para muchos de ellos es demasiado tarde”, cuenta la enfermera Michelle Mays que llegó a Haití tras el terremoto.

Los pacientes de cólera que reciben tratamiento se pueden recuperar en tan solo dos o tres días e irse caminando a casa. Pero si no lo reciben, mueren rápidamente. “Si no estás en la habitación en el momento adecuado, el paciente puede morirse. Esta es la carga que tienes que soportar y, a la hora de formar al personal, tienes que asegurarte que los enfermeros y los médicos entienden la importancia de mantener a los pacientes hidratados y controlados en todo momento”, añade Mays.

La organización tuvo que decidir de qué manera podía ser más efectiva, teniendo en cuenta los recursos de los que disponía. MSF ha realizado algunas actividades de prevención, pero ha centrado principalmente sus esfuerzos en los casos más graves, en salvar vidas, confiando en que otros actores cubrirían otras áreas y presionando para que así fuera.

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MSF86 6Haití: la emergencia continúa

MSF ha desplegado una respuesta de emergencia al cólera en todos y cada uno de los departamentos administrativos de Haití. Junto a más de 5.500 trabajadores de MSF, las brigadas médicas cubanas han sido la organización más activa en el tratamiento del cólera en Haití. Hasta mediados de enero, el Ministerio de Salud haitiano cifraba en 181.829 el número de casos y en 3.759 el de fallecidos. Los equipos médicos de MSF han tratado unos 97.000 casos de cólera en 50 centros de tratamiento repartidos por todo el país. MSF ha habilitado más de 4.000 camas hospitalarias para el brote de cólera y ha conseguido mantener la tasa de mortalidad por debajo del 2% en dichos centros.

Rendición de cuentasMSF recibió una masiva ayuda económica para Haití proveniente de cientos de miles de donantes de todo el mundo. A falta de confirmar las cifras de cierre finales, MSF había gastado en 2010 el total de los 104 millones de euros 1 donados por financiadores privados para las operaciones de ayuda de emergencia en el país caribeño.

Las agencias y actores internacionales debemos ser transparentes con la utilización de lo recaudado y con los resultados obtenidos: la rendición de cuentas es esencial para no perder la confianza de tantos y tantos miles de personas que aportaron sus donaciones a la comunidad humanitaria para responder a la emergencia. Pero sobre todo debemos cumplir las promesas hechas al pueblo haitiano y responder a las necesidades que siguen sin cubrir.

Cerca de tres cuartas partes de la población tenían, y siguen teniendo, un acceso insuficiente o casi inexistente a los servicios de atención sanitaria. Los efectos del terremoto sobre este sistema de atención sanitaria han sido devastadores. Además, solo se ha retirado una décima parte de los escombros en la capital, donde cientos de miles de personas siguen amontonándose en campos de desplazados sin instalaciones de saneamiento ni agua potable. Los compromisos financieros anunciados tras el desastre y en la poste-rior conferencia internacional de donantes celebrada en Nueva York en marzo de 2010, donde se comprometieron a aportar 9.000 millones de euros para la recons-trucción, siguen sin cumplirse. Y a esto hay que sumarle la epidemia de cólera. El panorama es bastante desolador, pero MSF seguirá junto a la población haitiana, que ya ha mostrado una enorme capacidad de adaptación, para responder a las emergen-cias médicas que surjan.

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Puerto Príncipe

Centro de consultas externas Campo de Grace

Hospital pediátrico Campo de Grace

Hospital de traumatología de Carrefour

Clínica Shekina, Waney 87

Martissant 25

Carrefour Feuille / Tapis Rouge

Hospital General de Puerto Príncipe

Bicentenaire

Sarthe

Centro hospitalario Sainte-Catherine de Labouré (Choscal)

Proyectos cerrados o transferidos a otros actoresProyectos en marcha

Hospital de obstetricia de urgencia isaîe Jeanty / Chancerelles

Tabarre

Promesse

Camp d’AviationHospital Saint-Louis / delmas 31

delmas 33Maison du Turisme, Campo de Mars

Crèche Mickey, route de Christ Roi

Campo de Pétionville Golf Club

Bahía de Puerto Príncipe

Pies de foto

1 En el hospital de Carrefour, Puerto Príncipe, un grupo de médicos opera en un improvisado quirófano. durante los tres primeros meses, los cirujanos de MSF realizaron 5.707 intervenciones de cirugía mayor, 150 de las cuales fueron amputaciones.

2 Martissant, Puerto Príncipe. Tras el seísmo, el despliegue de personal de MSF pasó rápidamente de los 800 que ya estaban presentes en el país a 3.400 repartidos en 26 hospitales y cuatro clínicas móviles.

3 Tras el terremoto, el centro de la capital haitiana parecía una zona de guerra. Muchas personas deambulaban sin rumbo. Al fondo, el mercado central en llamas.

4 Zona de rehabilitación en el hospital Saint-Louis. MSF aumentó rápidamente su capacidad inicial de cuidados postoperatorios y de rehabilitación para responder al enorme volumen de pacientes quirúrgicos.

5 una enfermera trata a un paciente de cólera en un hospital del Ministerio de Salud apoyado por MSF en Petite Rivière. En octubre se detectaron los primeros casos de cólera, una enfermedad que hacía más de 100 años que no afectaba a Haití.

6 Equipos de MSF en un centro de tratamiento de cólera en Saint-Marc, región de Artibonite, donde empezó la epidemia que a mediados de enero acumulaba ya más de 181.800 casos y se había cobrado más de 3.750 vidas.

7 Enfermos de cólera en el hospital St.Nicholas de Saint Marc, región de Artibonite. Los equipos médicos de MSF han tratado unos 97.000 casos de cólera en 50 centros de tratamiento repartidos por todo el país.

8 En Sarthe, Puerto Príncipe, dos sanitarias rehidratan a un enfermo de cólera. Los pacientes de cólera que reciben tratamiento se pueden recuperar en tan solo dos o tres días y volver caminando a casa.

Centros de tratamiento de cólera de MSF u hospitales del Ministerio de Salud haitiano a los que la organización da apoyo en respuesta a la epidemia de cólera

Principales categorías de gasto operacional12 de enero a 31 de octubre de 2010

Puntos de asistencia de MSF en respuesta al terremoto

ArtibonitePuerto Príncipe

Mar Caribe

Océano Atlántico

Artibonite

Port-de-Paix

Gros-Morne

Saint-Louis du Nord

Cap-Haïtien

Grande Rivière du NordPlaisance

Gonaïves Pignon

Dessalines

Saint Marc Petite Rivière

Gressier

LéogâneJérémie

Les Cayes

Santo Domingo

REPÚBLiCAdOMiNiCANAHAITí

Jacmel

Puerto Príncipe

Le Limbé

Categoría Euros Dólares %

Personal nacional 18.571.604 24.514.517 23,30%Logística 18.395.034 24.281.445 23,00%Transporte y fletes 14.964.735 19.753.450 19,00%Personal internacional 12.622.519 16.661.725 16,00%Gastos médicos 12.271.641 16.198.567 15,00%Gastos de mantenimiento 2.114.144 2.790.670 3,00%Asesoramiento externo 305.999 403.919 0,38%Formación de personal 102.269 134.995 0,13%Otros 180.674 238.490 0,23%

Total 79.528.620 104.977.779 100,00%

1Las cantidades donadas han sido convertidas a euros utilizando los tipos de cambio medios mensuales de las divisas en que se donaron los fondos originalmente.

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Malí y NígerUna nueva vacuna podría cambiar el curso de la meningitis en África

MSF está dando apoyo en las nuevas campañas de vacunación contra la menin-gitis meningocócica A que se inician en Malí y Níger, dos países situados dentro del llamado cinturón de la meningitis africano.

La novedad en este caso es la utiliza-ción de una nueva vacuna mucho más efectiva que las que hasta ahora existían, pues ofrece hasta 10 años de protección contra la infección y se puede administrar incluso a bebés.

Gracias al nuevo fármaco, a partir de ahora podremos adelantarnos con mayores garantías a la curva epidemiológica, pues permite iniciar las campañas antes de que la epidemia haga su aparición. En la práctica, esto significa poder evitar nuevos brotes de este tipo concreto de meningi-tis, que es la más letal en el continente africano.

Más allá incluso de su potencial de cambiar el curso de la meningitis en África, la nueva vacuna es un destacable ejemplo de cómo se puede desarrollar un producto teniendo en cuenta las necesi-dades de quienes viven en los países en vías de desarrollo, pues su coste es de tan solo 30 céntimos de euro por persona.

Sin embargo aún quedan incógnitas por resolver, pues no se han especificado los mecanismos de financiación para llegar a la población de los otros 22 países del cinturón de la meningitis, y ningún donante ha dado un paso al frente para apoyar económicamente la implementa-ción de la vacuna.

GreciaCrítica situación de los migrantes en los centros de detención de Evros

Los migrantes y solicitantes de asilo retenidos en los centros de detención y las comisarías fronterizas de la región de Evros, en el norte de Grecia, se encuentran en una situación límite. En los últimos meses, los migrantes sin papeles que cruzan la frontera de Grecia con Turquía han aumentado considera-blemente; las instalaciones están abarrotadas y las condiciones de vida en las celdas son degradantes.

“Los migrantes no tienen donde dormir, no se les permite salir al patio y muchos tienen que vivir durante semanas y meses en condiciones inaceptables”, informa Ioanna Pertsinidou, coordina-dora de emergencias de MSF. La mayoría de las instalaciones están saturadas. Hombres, mujeres, niños y menores no acompañados comparten las mismas celdas y duermen en el suelo junto a los lavabos. Aunque en los centros hay personal médico del Ministerio de Salud griego, los servicios son insuficientes para cubrir las necesidades de los detenidos.

Desde principios de diciembre, MSF presta atención sanitaria y trabaja para mejorar las condiciones de vida e higiene en los centros de detención de Evros. En las comisarías fronterizas de Soufi y Tychero han sido atendidos 565 migran-tes, principalmente por infecciones respiratorias y cutáneas, y por problemas gastrointestinales debidos a las malas condiciones de vida. También se han distribuido 3.200 sacos de dormir y 1.200 kits de higiene.

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FANigeriaMSF inicia actividades de salud primaria y reproductiva en Lagos

Makoko es uno de los suburbios más desfavorecidos de Lagos, la ciudad más poblada de Nigeria, con una población estimada de 18 millones de habitantes. Miles de personas viven en zonas margi-nales, en pésimas condiciones de higiene y saneamiento, y sin infraestructuras o servicios básicos. El acceso a la atención sanitaria es muy difícil para las personas con pocos recursos, ya que hay que pagar para recibir cualquier tipo de atención, incluso en los hospitales públicos. Con el objetivo de reducir la mortalidad y la morbilidad entre la población más desfa-vorecida, MSF ha abierto un proyecto de atención primaria y reproductiva en Makoko, así como en los suburbios de Otto y Badia, también en Lagos.

Desde el pasado mes de julio, MSF trabaja en el centro de salud de Aiyetoro (Makoko), donde ofrece servicios de atención primaria y salud reproductiva, hospitalización y urgencias. Los pacientes que necesitan atención especializada son referidos por MSF a estructuras sanitarias de segundo y tercer nivel, en colabora-ción con las autoridades locales de salud. Durante los tres primeros meses de acti-vidad, se han realizado más de 12.000 consultas. Además del centro de salud, MSF tiene previsto trabajar con clínicas móviles en los suburbios de Otto y Badia, y está habilitando un pequeño puesto de salud para atender a la población que vive en frágiles construcciones ilegales sobre el agua en la laguna que bordea Makoko.

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Zambia Prevención de la transmisión del VIH de madres a hijos

La pandemia del VIH/sida sigue siendo uno de los principales problemas médicos en Zambia. Uno de cada ocho habitantes del país es seropositivo. A pesar de los esfuerzos gubernamentales para abordar esta situación con la provisión gratuita de tratamiento antirretroviral a los pacientes de VIH/sida, todavía quedan muchas lagunas, sobre todo en las áreas rurales remotas del país.

En Luwingu, un área rural aislada al noreste de Zambia, las madres no tienen acceso a atención prenatal, por lo que muchas no pueden hacerse la prueba del VIH. Como las embarazadas seropositivas desconocen que lo son, no se les administra el tratamiento, lo que aumenta las probabili-dades de que transmitan el virus a sus hijos.

En junio de 2010, MSF inició un programa de prevención de la transmisión del VIH de madres a hijos, también llamada transmisión vertical, en esta remota área rural de Zambia, con el objetivo de evitar que más bebés resultaran infectados. Los equipos móviles de MSF trabajan en cuatro centros rurales de salud y prestan servicios de salud reproductiva, atención prenatal, urgencias obstétricas y servicios de prevención de la transmisión vertical, mientras que otro equipo da apoyo al hospital de la ciudad de Luwingu. Aun así, MSF afronta muchas dificultades para ofrecer estos servicios. La mayor parte de los centros rurales de salud no cuentan con personal médico cualificado suficiente para prestar siquiera los cuidados médicos más básicos. Por otro lado, muchas mujeres seropositivas abandonan el tratamiento debido al estigma social.

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Territorios palestinos Diez años de asistencia en la Franja de Gaza

En noviembre del año 2000, a raíz de la segunda Intifada del conflicto palestino-israelí, MSF inició actividades a largo plazo en la Franja de Gaza. A lo largo de 10 años de trabajo en este contexto frágil y volátil, sometido a constantes picos de violencia, los programas de MSF han evolucionado para adaptarse a las necesi-dades de la población. Aunque el sistema de salud de los Territorios palestinos es más eficiente que en otros contextos donde trabajamos, algunas necesidades médicas específicas siguen sin estar cubiertas. Los actuales programas de MSF en Gaza pretenden cubrir estas deficiencias. Además de hacer donaciones periódicas de medicamentos y material médico a las estructuras sanitarias, la organización ofrece atención médica y psicosocial, así como servicios de rehabilitación funcional y de cirugía reconstructiva.

En esta década también ha cambiado lo que han presenciado los equipos sobre el terreno: la violencia del conflicto pales-tino-israelí; la aparición de nuevas hosti-lidades, esta vez entre palestinos; la paralización del sistema sanitario; el re-petido endurecimiento del bloqueo; la reducción gradual del acceso a recursos económicos y atención especializada; un millón y medio de habitantes confinados dentro de sus fronteras… Todos estos factores se han añadido a lo largo de los años a la ya de por sí difícil situación médica y humanitaria.

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Sur de SudánLa mayoría de la población vota por la independencia

Sudán está en un momento crucial de su historia. La región semiautónoma del sur celebró a mediados de enero un referén-dum para decidir si el país sigue unido o se divide. Seis años después del final de la guerra civil más larga de África, el sistema de salud está demasiado debilitado para dar respuesta a las constantes emergencias y el sur de Sudán lucha por contener el mayor brote de kala azar en ocho años. La desnutrición es crónica, la violencia sigue destrozando vidas y algunas enferme-dades curables siguen matando cada día.

Decenas de miles de habitantes del sur de Sudán regresaron desde el norte del país y desde el extranjero para participar en el referéndum que obtuvo una gran mayoría a favor del sí, aunque en el momen-to de cerrar esta revista aún no hay datos oficiales definitivos. La presencia de más personas supondrá una carga adicional para unos recursos ya de por sí limitados, con escasez de comida y agua potable, y dificultades para la provisión de atención médica.

La inseguridad sigue formando parte del día a día en el sur de Sudán. Debido a la violencia intertribal y a los ataques de grupos rebeldes como el Lord’s Resistance Army y de diversas milicias, durante el año 2010 se registraron más de 900 muertos y 215.000 desplazados.

MSF ofrece asistencia médico-humani-taria de emergencia en Sudán desde 1979. Actualmente, la organización gestiona 27 proyectos en los 13 estados del país.

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MSF86 10Primer plano

El aumento del acceso al tratamiento antirretroviral en los países en vías de desarrollo ha permitido a los afectados por el VIH/sida vivir más tiempo y disfrutar de una mayor calidad de vida; un avance que les ha ayudado a recuperar su dignidad y autonomía, así como a reintegrarse en la vida familiar y en la sociedad. Para conseguirlo, han hecho falta años de lucha y compromiso, sobre todo de los propios pacientes. La historia de la surafricana Nokhwezi Hoboyi es una buena muestra de ello.

Once años luchando contra el sida

Por Fernando Calero, Servicio de información

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Nokhwezi Hoboyi, una vida en positivoEn su primer embarazo, cuando apenas tenía 18 años, Nokhwezi sabía que algo no iba del todo bien. “Fui al médico y me dijo que me haría unos análisis de sangre. Me entregaron los resultados en un sobre que decía ‘confidencial’. El médico nunca me explicó nada, solo me comentó que tenía una enfermedad rara y que me iba a recetar unas pastillas. Así que fui ingre-sada en un hospital privado donde me daban unos comprimidos azules y blancos, tomé el tratamiento durante dos semanas, y di a luz a mi hijo.

“Mi segunda hija enfermó cuando tenía dos meses. Un par de meses después, los médicos me dijeron que querían hacerle un test de VIH. Di mi consentimiento, y los resultados confir-maron que tenía el virus.

“Fue duro porque en ese momento no había mucha información sobre el VIH. Yo solo sabía que el sida era una enfer-medad mortal. Y, por supuesto, no sabía que había tratamiento. Mi hija falleció en octubre de 2002. Entonces pedí que me hicieran el test a mí también y los resultados confirmaron lo que me temía: era VIH-positiva.

“Decidí no decírselo a nadie hasta que caí muy enferma a finales de 2003. Entonces le expliqué a mi madre el problema y le pedí que se lo dijera a mis hermanos.

“Me uní a la TAC (Treatment Action Campaign 1, una organización surafricana que aboga por un mayor acceso al tratamiento, atención y apoyo para las personas con VIH y que hace numerosas campañas de sensibilización para reducir el número de nuevas infecciones) cuando el sida ya estaba plenamente instalado en mi cuerpo.

“En 2005 empecé a trabajar como profesional en los medios comunitarios y comencé a combatir a diversos charla-tanes que se dedican a vender falsos remedios para el sida. Sin embargo, seguía muy enferma y mi recuento de leucocitos CD4 era de tan solo 3. En algún momento subió hasta 11, pero era obvio que el VIH se había hecho resistente a los medica-mentos ARV que estaba tomando. Y es que la primera vez que me prescribieron el tratamiento no me informaron de la importancia de seguirlo a rajatabla. Nadie me explicó que era un tratamiento de por vida, así que cuando empecé a sentirme mejor dejé de tomar las pastillas... Por suerte, después de iniciar el tratamiento de segunda línea, mi recuento subió y mi carga viral pasó a ser indetectable.

Sin embargo, el VIH/sida es aún la principal causa de mortalidad en el mundo entre las mujeres en edad fértil, y responsable de más del 50%

de las muertes de menores de 5 años en los países donde la prevalencia de la enfermedad es más alta.

MSF comenzó a ofrecer tratamiento antirretroviral (ARV) a sus pacientes en el año 2000; en la actualidad da apoyo a la atención y el tratamiento de más de 160.000 personas en 27 países. Y si nuestro principal reto hace 10 años fue demostrar que era factible tratar el VIH/sida en contextos de recursos escasos, hoy día el desafío es que los gobiernos de estos países apoyen a los millones de personas que siguen el tratamiento y logren incrementar el acceso al mismo.

Lamentablemente, la retirada de fondos que se ha producido durante los dos últimos años por parte de los grandes donantes internacionales, no solo impide ampliar el tratamiento ARV, sino que amenaza con socavar todos los logros conseguidos hasta ahora.

La situación en SuráfricaSuráfrica representa el 17 % de las infecciones de VIH en todo el mundo y es el país con más seropositivos (5,5 millones) y más pacientes en tratamiento (700.000). Aún así, todavía hay un millón y medio de personas que necesitan acceso urgente al mismo sin conseguirlo.

El VIH/sida también es la principal causa de muerte de bebés y menores de 5 años (un 57 %) en el país y es el respon-sable de un 80 % de las muertes de niños en edades comprendidas entre un mes y un año.

Khayelitsha, en la región de Cabo Occidental, acoge desde hace 11 años uno de los primeros proyectos de MSF en la lucha contra el sida. Creado durante la época del Apartheid, este asentamiento urbano presenta una de las tasas de incidencia prenatal del VIH más altas de Suráfrica (un 30,2%), y cuenta con una prevalencia del 30% en adultos. Cada mes, se confirman 1.000 nuevos casos positivos.

Pero no todo son noticias negativas, pues Khayelitsha es uno de los pocos lugares del mundo donde se ha alcanzado el acceso universal al tratamiento ARV (cuando lo reciben más de un 80 % de quienes lo necesitan) y actualmente lo dispensa a unas 17.000 personas.

“Deseaba tener otro hijo, así que consulté con el ginecólogo y éste me explicó que, siguiendo una serie de pasos, podría concebir un niño que no tuviera el VIH. He guardado una copia de las pruebas que le hicieron a las seis semanas y a los seis meses, para que cuando sea mayor sepa que pude protegerle gracias al tratamiento. Tengo que alentarle como sea para que siga siendo VIH-negativo durante toda su vida.

“El VIH nunca me ha detenido. Me lo tomo como si tuviera una enfermedad crónica y vivo mi vida como todo el mundo. Estoy sanísima, voy al gimnasio, he seguido los planes profesionales que tenía antes de ser diagnosticada... pero sin el apoyo de mi familia no habría tenido toda esta fuerza.

“Al principio sufrí mucho por el estigma y la discriminación. Nadie quería venir a mi casa y estaba condenada al ostracismo. Me preguntaba qué había hecho yo para merecer un trato así por parte de personas en las que siempre había confiado. No entendía nada y estaba muy enfadada, pero ahora sé que actuaron así porque no tenían informa-ción suficiente sobre el virus.

“Es de vital importancia que las personas con VIH estén en contacto con otras que viven con su mismo problema. Por ejemplo, es bueno que se unan a grupos de apoyo (lo que aquí llamamos clubs de adherencia al tratamiento) o que vayan a sesiones de asesoramiento en grupo. Eso les permitirá recibir la información necesaria para hacer frente a la discriminación y les proporcionará una red de contactos a los que llamar cuando necesiten apoyo.

“Se han hecho muchos progresos en los últimos años, pero es necesario seguir por el mismo camino y lograr que todas las personas que están esperando para recibir tratamiento tengan acceso a él”.

1. www.tac.org.za Agradecimientos a TAC por compartir con MSF el testimonio de Nokhwezi

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Recta final de la campaña ‘Hambrientos de atención’Ya falta menos para presentar la petición a los principales gobiernos donantes interna-cionales y exigirles que proporcionen los recursos necesarios para que la ayuda alimentaria mundial responda a las verdaderas necesidades nutricionales de los niños.

Para seguir reuniendo fir-mas que sostengan esta peti-ción, durante el mes de febrero se realizarán eventos públicos en varias localidades de España. Voluntarios de MSF instalarán una gran pan-talla en lugares céntricos de distintas ciudades y durante cuatro días informarán sobre la problemática de la desnutri-ción infantil a fin de conseguir que más personas se unan a esta campaña.

En www.msf.es/hambrientos-de-atencion encontrarás el detalle del calendario, podrás firmar si todavía no has podido hacerlo y sobre todo podrás ayudarnos con un simple clic a seguir difundiendo esta campaña entre tus contactos.

Ayúdanos a pasar el mensaje. Tu firma puede salvar vidas. Gracias.

Los malos tiempos, a veces, tienen estas sorpresas. A pesar de la crisis, de las vacas flacas, de la incertidumbre del futuro, muchísima gente hace lo que puede por echar una mano a los demás. Una prueba irrefutable es nuestra campa-ña Pastillas contra el dolor ajeno. Apenas cuatro meses después de su puesta en marcha, esta iniciativa —que, desde las farmacias de toda España, quiere sensibilizar sobre la problemática de las enfermedades olvidadas— ha superado con creces nuestros cálculos más opti-mistas. Gracias al apoyo de farmacéuticos, distribuidoras y, sobre todo, de socios, colaboradores, simpatizantes de MSF y a la población en general, la venta de cajas de Pastillas ha sobrepasado los tres millones de unidades por todo el país. Pero eso no es todo; además, cerca de 500.000 personas han visitado la web de la campaña www.pastillascontraeldolorajeno.com, unas 110.000 nos han apoyado en Facebook y otras nos están ayudando, a través de iniciativas solidarias, a dar a conocer el drama de los enfermos olvidados y a animar a más gente a colaborar con Médicos Sin Fronteras.

“La verdad es que estamos impresionados con todo lo que está ocurriendo con esta

campaña. Para empezar, la respuesta de la gente está siendo apabullante en todos los sentidos: por su apoyo a la hora de colaborar económicamente comprando cajas de pastillas, por sus ánimos y por sus ganas, por sus iniciativas en la red. Además, son muchísimas las farmacias que se han volcado y están apoyando proactiva-mente este proyecto, dándolo a conocer a sus clientes de confianza y animándoles a implicarse”, explica Paula Farias, presidenta de MSF desde 2006 a 2010 y portavoz oficial de la campaña.

Visto el éxito y la constante demanda en tantas ciudades y poblaciones del país, ya hemos puesto en marcha toda la maquinaria necesaria para contar con una nueva produc-ción —la tercera, ya— de Pastillas contra el dolor ajeno. Así, en breve se habrán llegado a vender cuatro millones de cajas en las farmacias españolas. Paralela-mente y sin perder tiempo, desde MSF ya estamos traspasando los primeros beneficios que está generando esta campaña a diferentes proyectos de la organización dedicados al tratamiento de personas afectadas por enfermedades olvidadas (Chagas, kala azar, enferme-dad del sueño, sida infantil, tuberculosis y malaria).

Noticias MSF

‘Pastillas contra el dolor ajeno’: suma y sigue

Regalo solidario 2010Estas navidades más empresas que nunca se han sumado al Regalo Solidario de MSF. Han decidido felicitar las fiestas de una forma muy especial, donando a nuestra organización el importe que destinarían a tarjetas de Navidad o regalos de empresa. El importe de las donaciones se ha destinado al tratamiento de la desnutrición infantil. Este año se ha triplicado el número de compañías que se han unido a esta iniciativa. Han sido 128 empresas, y gracias a la colaboración de todas y cada una de ellas, podremos tratar a más de 4.200 niños desnutridos en nuestros proyectos.

A todas las empresas que han decidido regalar solidari-dad, muchas gracias.

Informe IECAH: los gobiernos reducen los presupuestos de ayuda humanitariaEl Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanita-ria (IECAH), en colaboración con MSF, ha publicado La acción humanitaria en 2009-2010: en esas estábamos cuando tembló Haití. Este informe de referencia apunta que los gobiernos redujeron sus presupuestos de ayuda humanitaria en un año en el que no hubo emergencias mediáticas, a pesar de que la crisis económica siguió golpeando en los países pobres.

España, por su parte, incrementó estos fondos, aunque siguieron pendientes reformas estratégicas para con-solidar la acción humanitaria. El informe está disponible en www.iecah.org y www.msf.es

Caja de Ahorros del Mediterráneo sigue apoyando a los haitianosLa Obra Social de Caja Mediterráneo (CAM) formalizó el pasado 24 de noviembre en Alicante la entrega de 550.000 euros a MSF, destinados a nues-tras actividades en el hospital Bicentenaire de Puerto Príncipe, la capital de Haití.

La solidaridad de más de 43.000 clientes de la entidad lo ha hecho posible, mediante sus aportaciones a la cuenta abierta por CAM poco después de conocerse la noticia del terremoto.

La entonces presidenta de MSF, Paula Farias, acudió a Alicante para recibir y agra-decer tan generosa donación. Jorge Ribera, director de la Obra Social CAM, añadió: “Por nuestra parte, lo único que podemos constatar es nuestro enorme agradecimiento a los clientes de CAM. Estamos convencidos de que la colabora-ción con MSF, una organización con un prestigio y dedicación innegables, va a poder paliar, aunque sea en parte, las terri-bles consecuencias del terremoto y el cólera en Haití”.

Mzwandile, un paciente del proyecto de sida en Zimbabue, con una caja de Pastillas contra el dolor ajeno

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‘¿Qué me pasa Ntumba?’ Este es el título de un nuevo libro de cuentos que pretende acercar al público infantil la temática de las enfermedades olvidadas. Escrito por Feli Ibáñez, médico de MSF durante más de 10 años, ilus-trado con dibujos de Mariona Cabassa y fotografías de Juan Carlos Tomasi, y publicado en colaboración con Icaria edito-rial, el libro recoge un total de seis historias.

Cada una aborda una enfer-medad olvidada: el Chagas, la malaria, la tuberculosis, la enfermedad del sueño, el kala azar y el sida infantil. Los rela-tos van seguidos de una sencilla descripción de las enfermedades para que los pequeños lectores comprendan mejor algunos de los proble-mas a los que se enfrentan las personas que las padecen.

Parte de los beneficios de la venta de este libro se destinará a financiar la labor médico-humanitaria de MSF. Muy pronto estará disponible en librerías y en nuestra tienda en www.tiendamsf.es

‘MSF por dentro’ en SevillaCon la intención de dar a conocer más de cerca cómo trabaja MSF en las emergencias y, sobre todo, crear un espacio en el que socios y donantes podáis conocer en primera persona la organización y a las personas que la integran, el pasado 25 de noviembre tuvo lugar la primera edición de MSF por dentro en Sevilla.

El acto, celebrado en el Real e Ilustre Colegio de Médicos de Sevilla, fue conducido por el periodista de Canal Sur, Leonardo Sardiña, y contó con la presencia de Paula Farias, entonces presidenta de MSF, Aitor Zabalgogeazkoa, director general, y de varios expatria-dos recién llegados de Haití. Todos ellos respondieron a las preguntas y dudas que les plantearon los asistentes y contaron sus experiencias personales trabajando en proyectos y emergencias.

Agradecemos muy sincera-mente el enorme interés de los socios de Sevilla por asistir a este acto y esperamos poder realizar una nueva edición en Bilbao esta primavera.

Estrena 2011 en la tienda MSFComenzar el año comprando o regalando agendas y calenda-rios es algo de lo más habitual. Si además quieres que este gesto práctico tenga un signifi-cado, ¿por qué no los compras en la tienda de MSF? Ya están disponibles en nuestra tienda on line, y también podrás adquirir camisetas, mochilas, bolsas de tela, bolígrafos, chapas y llaveros, además de las últimas publicaciones de MSF: libros de fotografías y de cuentos, cómics, estudios sobre ayuda humanitaria… Con tu compra, no solo contri-buirás a financiar los proyectos de MSF, sino que conseguirás que más gente nos conozca. Visita www.tiendamsf.es y, si eres MSF… ¡que se sepa!

El pasado 26 de enero el Instituto Cervantes, MSF y el diario El País inauguraron en Madrid la exposición Testigos del olvido, una mirada sobre ocho grandes crisis humanas olvidadas, narradas por otros tantos grandes escritores en lengua castellana: Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Laura Restrepo, Juan José Millás, John Carlin, Laura Esquivel, Manuel Vicent y Leila Guerriero. La muestra se compone de fotografías, que pueden verse –impresas o proyectadas– junto con extractos de esos ocho reportajes.

Testigos del olvido nos acerca el rostro humano del sufrimiento, la violencia continua y el olvido mediático que padecen algunos de los rincones más devastados del planeta: República Democrática del Congo, Haití, Yemen, Cachemira, Malasia y Bangladesh, Guatemala, Colombia y Zimbabue. Retratos del horror cotidiano en un alegato contra el olvido y la indiferencia; una apuesta por el compromiso con las víctimas de la violencia, la enfermedad y la exclusión extrema en América Latina, Asia y África.

La exposición es el resul-tado de los viajes que esos ocho prestigiosos autores realizaron a otros tantos esce-narios de crisis, para narrar después en primera persona

unas situaciones que —pese a su gravedad— apenas son recogidas en los medios de comunicación. Los escritores elaboraron sus crónicas con un enfoque literario y perio-dístico a la vez, con plena libertad y otorgando el prota-gonismo a las víctimas.

Los grandes reportajes que elaboraron fueron publicados en el suplemento dominical del diario El País entre 2009 y 2010. Ahora, con la colabora-ción del Instituto Cervantes, esta serie literaria y periodís-tica se convierte en exposición de la mano del fotógrafo Juan Carlos Tomasi, quien durante un año documentó aquellos ocho viajes para retratar los contextos de crisis humana y sufrimiento en los que se desarrollaron.

Testigos del olvido no es una exposición sobre MSF ni sobre estos ocho reporteros de excepción. Sus protagonistas son las poblaciones que nues-tros equipos asisten día tras día y que, demasiadas veces, pasan desapercibidas para la opinión pública.

Tras su paso por la sede central del Instituto Cervantes (calle de Alcalá, 49, Madrid) hasta el 15 de mayo, esta insti-tución exhibirá la muestra en varios de sus centros en todo el mundo. Una oportunidad para acercar la dura realidad de los olvidados a un público cada vez más amplio.

‘Testigos del olvido’ en el Instituto Cervantes

The Beatles contra el olvido Acordes por la paz y la disco-gráfica Dopamina pop han querido apoyar a MSF y contri-buir, a través de la música, a expandir la solidaridad con los enfermos olvidados. Para ello han lanzado un triple CD con versiones de temas de The Beatles interpretadas por músicos nacionales (Andrés Calamaro, Miguel Ríos, Coque Malla, Coti, Los Coronas, Medina Azahara, Ilegales o Manolo Tena) e internacionales (Julia Baird, hermana de John Lennon, y The Quarrymen). Los beneficios obtenidos de su venta se destinarán a proyectos de MSF de lucha contra enfer-medades olvidadas. Desde aquí damos las gracias a todos los profesionales que han hecho posible esta iniciativa y muy especialmente a Chema Río, por su esfuerzo y su gran compro-miso con los más olvidados.

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MSF86 14En otras palabras

Los pasaportes de Paula Farias y José Antonio Bastos podrían ayudarnos a dibujar el mapa del sufrimiento humano en las últimas décadas. Afganistán, Irak, Pakistán, Sudán, Somalia o Angola son solo algunos de los contextos donde han trabajado estos dos médicos. Él empezó con MSF en 1991, asistiendo a refugiados kurdos en la Primera Guerra del Golfo; ella en 1999, en la guerra en Kosovo. Ahora, a finales de 2010 y tras cuatro años y medio como Presidenta de MSF, Paula traspasa el cargo a José Antonio. Nos sentamos con ellos para hablar de los retos de la acción humanitaria y de MSF.

‘‘La ayuda humanitaria es el parche visible de la falta de acción en todo lo demás’’

Entrevista a Paula Farias y José Antonio BastosPor Silvia Fernández, Servicio de información

Paula, en estos últimos cuatro años y medio, seguro que más de una crisis de las que han requerido la interven-ción de MSF te ha hecho “hervir” la sangre. ¿Cuál destacarías, por enquis-tada, por fácilmente solucionable si hubiera voluntad, por prevenible...?P aula A mí me hace hervir la sangre el sida pediátrico. El no tener tratamiento para los niños porque aquí no son un mercado y tener que estar troceando pastillas es algo que no puedo entender, porque además tiene una solución fácil y es muy claro que es falta de voluntad y nada más. No es un problema técnico complejo, no es solucionar la pobreza, es un problema muy concreto y, sin embargo, no conseguimos avanzar.

Los dos tenéis mucha experiencia en ayuda humanitaria, ¿a qué desafíos creéis que se enfrenta MSF como organización en los próximos años?P. El gran desafío al que tenemos que hacer frente son los problemas de acceso. Los tiempos en los que la independencia nos abría puertas, que con decir quiénes

éramos bastaba para acceder a las pobla-ciones, han pasado y cada vez vale menos decir y hay que demostrar. Además, con la globalización de la información, lo que hacemos en un sitio repercute en otro y ya no basta con decir “yo soy independiente aquí”, hay que serlo en todas partes. Tenemos que ser cada vez más conse-cuentes con lo que hacemos a nivel global. José Antonio En los últimas décadas hemos visto cómo una acción humanitaria que era algo romántico y bastante exótico en los años setenta, se formalizó un poco más en los ochenta, en los noventa fue completa-mente integrada en el sistema y en la última década ha sido utilizada abierta-mente por el sistema, por ejemplo con las llamadas “guerras humanitarias”. MSF empieza a ser una de las pocas voces disidentes que protesta para que la ayuda a las víctimas de conflictos o de enferme-dades olvidadas sea aportada de manera independiente; no como parte del sistema, porque entonces se manipula y el objetivo final no es ayudar a las víctimas sino sacar un beneficio político de ese gesto.

En 2011 cumplimos años, 25 la sección española y 40 MSF internacional. José Antonio, ¿qué éxitos podemos celebrar?J.A. Muchísimos. En primer lugar, MSF sigue manteniendo ese espíritu rebelde, entusiasta, idealista al límite, pese al gran crecimiento de la organización en los últimos años. En cuanto a nuestro impacto, puedo decir con toda seguridad que MSF no ha solucionado los problemas del mundo —no tenemos la capacidad—, pero hemos peleado y seguimos peleando mucho. Nuestro trabajo va a ser un poco más difícil el año que viene, y un poco más el siguiente y el siguiente, porque el mundo es un animal complejo que se adapta a lo que pasa. Aunque las víctimas de las guerras siguen estando ahí como en los tiempos de Napoleón, cada vez es más difícil llegar hasta ellas y ayudarlas. En el campo de las enfermedades olvidadas, MSF ha dado pasos que han sido un gran éxito. Pero tenemos que estar atentos, porque las instituciones a las que estamos retando están aprendiendo y nos van a ir arrinconando y empujando. Hay saber dar un paso por adelante.

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‘‘La ayuda humanitaria es el parche visible de la falta de acción en todo lo demás’’

comunicación que tenemos con nuestros socios. Tratar de compartir esas dudas que tenemos y hacer juntos el camino, que se sumen, que apoyen la idea, que no están comprando un producto, que están compartiendo un entusiasmo.

José Antonio, ¿qué mensaje te gustaría dar a los socios ahora que empiezas esta nueva etapa como Presidente de MSF?J.A. A pesar de la crisis económica que sufre España, en Médicos Sin Fronteras todavía tenemos un buen apoyo finan-ciero de socios y donantes individuales, y esto nos permite llegar a la gente que más lo necesita, sin tener que depender de gobiernos o instituciones. Os lo agradecemos muchísimo y, por favor, seguir apoyándonos.

Tan importante o más que esto: no queremos que nos apoyéis solo con dinero sino que comprendáis lo que hacemos, que os parezca bien, que vibréis con nosotros, que participéis, que lo expreséis en los foros donde estáis, asociaciones vecinales, etc. Para MSF, tener el implante que tenemos en la sociedad española, la cantidad de personas que como vosotros nos ayudan, es muy importante; hacedlo sentir. Muchas gracias por vuestro compromiso, porque nos permite llegar a la gente que más lo necesita.

construcción de una democracia, viable, no corrupta, en Haití. Estos son ya muchos pasos entre medio. En definitiva lo que están diciendo es que la ayuda humanitaria será un medio para presionar a las instituciones políticas haitianas y eso al final tiene importantes consecuencias para la población, que necesita ayuda sin condiciones. Lo hemos visto muchas veces: en Afganistán, por ejemplo, la comunidad internacional retiró los fondos de ayuda humanitaria para la población para no apoyar así al régimen talibán. Si deciden combatir políticamente a una institución, que lo hagan con armas políticas, no usando la acción humanitaria como un instrumento político o militar. La impresión que nos da a los que hacemos ayuda humanitaria es que somos el parche visible de la falta de acción en todo lo demás. Nosotros no hacemos desarrollo, no hacemos trabajo por la paz, pero alguien tiene que hacerlo porque son iniciativas muy respetables y necesarias. Lo que no nos gusta es que, cuando las organizaciones e instituciones con responsabilidades en reconstrucción, desarrollo o procesos de paz no hacen lo que deberían, les viene bien enseñar lo humanitario para cubrir el fallo del resto, y Haití es un ejemplo más.

Sin el apoyo de los socios, firme además en los últimos tiempos a pesar de la crisis, MSF no podría trabajar con la independencia política y finan-ciera con la que lo hace. ¿Cómo seguir construyendo esta confianza?P. En la misma línea de lo que estamos haciendo ahora: ser transparentes, decir lo que hacemos y hacer lo que decimos, son dos formas de ver la misma idea. Contar lo que hacemos bien y contar lo que hacemos mal, nuestras dudas, nuestros fracasos, que es la línea de

2011 empieza como empezó 2010, crisis en Haití, tras un año de reconstrucción casi inexistente y una respuesta limitada a la epidemia de cólera. ¿Qué falla en el sistema internacional? P. La primera fase de la ayuda de emer-gencia en Haití funcionó. La segunda fase, que es la continuidad de la ayuda médica y de refugio, y además la reconstrucción, es lo que no ha funcionado. ¿Por qué? Básicamente, se prometieron muchos fondos bajo los focos mediáticos pero a la hora de ponerlos en el lugar ha habido una desconfianza brutal en el Gobierno haitiano y, como no había contraparte, no se ha empezado a reconstruir. La gran excusa es no empoderar a un gobierno en el que no se confía pero, como siempre, lo paga la población. Los únicos que podían haber hecho algo más efectivo han sido las ONG, pero ha habido una descoordinación brutal por parte de Naciones Unidas. En Haití hay 10.000 ONG, 250 en el cluster de salud de la ONU, donde no estamos ni nosotros ni los médicos cubanos, que son los otros que están haciendo algo potente en sanidad en Haití. Esto muestra mucho del fracaso del sistema de coordinación de Naciones Unidas.

Además, Haití es un nuevo ejemplo de la obscenidad recaudadora de las crisis mediáticas. Todo el mundo pidiendo dinero, cuando la mayoría de la gente que está pidiendo fondos sabe positivamente que no va a poder gestionarlos porque es un contexto donde no se saben mover. J.A. Si la ayuda humanitaria aportada por gobiernos o grandes instituciones pensara solo en las necesidades de las víctimas del terremoto o el cólera, todo sería mucho más inmediato. El problema es cuando los grandes gestores a nivel internacional que deciden sobre ayuda humanitaria piensan en las implicaciones políticas para la

Paula Farias José Antonio Bastos

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