93 272 04 47 una división de harpercollins ibérica, s.a

220

Upload: others

Post on 12-Jul-2022

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A
Page 2: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A
Page 3: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Cualquier formade reproducción, distribución, comunicaciónpúblicao transformaciónde estaobra solopuede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase aCEDROsinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.www.conlicencia.com-Tels.:917021970/932720447EditadoporHarlequinIbérica.UnadivisióndeHarperCollinsIbérica,S.A.NúñezdeBalboa,5628001Madrid©2019OlgaSalar©2019HarlequinIbérica,unadivisióndeHarperCollinsIbérica,S.A.Enamorarse:clasesprácticas,n.º179-febrero2019Todoslosderechosestánreservadosincluidoslosdereproducción,totaloparcial.EstaediciónhasidopublicadaconautorizacióndeHarlequinBooksS.A.Estaesunaobradeficción.Nombres,caracteres,lugares,ysituacionessonproductodelaimaginacióndelautorosonutilizadosficticiamente,ycualquierparecidoconpersonas,vivasomuertas,establecimientosdenegocios(comerciales),hechososituacionessonpuracoincidencia.®Harlequin,HQNylogotipoHarlequinsonmarcasregistradasporHarlequinEnterprisesLimited.®y™sonmarcasregistradasporHarlequinEnterprisesLimitedysusfiliales,utilizadasconlicencia.Lasmarcasquelleven®estánregistradasenlaOficinaEspañoladePatentesyMarcasyenotrospaíses.ImagendecubiertautilizadaconpermisodeDreamstime.com.I.S.B.N.:978-84-1307-519-8Conversiónebook:MTColor&Diseño,S.L.

Page 4: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

ÍndiceCréditosCitaDedicatoriaNotadelaautoraPrólogoAPRIMERAVISTA

Capítulo1SÍQUELAHEMOSHECHOBUENA

Capítulo2COMOELLATIDODEUNCORAZÓN

Capítulo3YOTAMBIÉNPUEDOHACERLO

Capítulo4¿QUÉESTÁPASANDOAQUÍ?Capítulo5SOYUNAPROFESIONALCUALIFICADACapítulo6¿DEVERDADTODOSLOSHOMBRESSONIGUALES?Capítulo7HOYESELPRIMERDÍADELRESTODEMIVIDA

Capítulo8¿BAILAMOS?Capítulo9QUEESTOSEACABEPRONTO,PORFAVORCapítulo10¿QUIENTIENEUNHERMANOTIENEUNTESORO?Capítulo11NOSOYYO,ERESTÚCapítulo12ESOYANOESASUNTOMÍO

Capítulo13ESIMPRESCINDIBLESABERLOQUETUPELOPUEDEHACERPORTI

Capítulo14LAMÚSICAAMANSAALASFIERAS

Capítulo15UNAOFERTAQUENOSEPUEDERECHAZAR

Capítulo16CARPEDIEM,MYFRIENDCapítulo17UNPOCODEGLAMUR,PORFAVORCapítulo18JUNTOS,PERONOREVUELTOSCapítulo19HASIDOUNSIMPLEMALENTENDIDO

Capítulo20CATALINA,DEJADEPENSARTONTERÍAS…Capítulo21UNDELICIOSOERROR

Capítulo22UNALOCURADEVEZENCUANDONOHACEDAÑO

Capítulo23UNANOCHEDIFERENTE

Capítulo24ESCOSADEUNANOCHE

Page 5: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo25DESAYUNOSINDIAMANTES

Capítulo26NOESMÁSQUEUNMALENTENDIDO

Capítulo27¿NOERAESOLOQUEQUERÍAS?PUESAHÍLOTIENESCapítulo28ASÍDEBIÓSENTIRSECENICIENTACapítulo29MÁSDELOMISMO…

Capítulo30UNBAÑODEREALIDAD

Capítulo31CADAVEZMEGUSTAMÁS

Capítulo32¿QUÉESTÁPASANDOAQUÍ?Capítulo33LOSAMIGOSDEMISAMIGOSSONMISAMIGOS

Capítulo34NADIESABEQUÉPASARÁMAÑANA

Capítulo35¿QUÉESTÁQUÉ?Capítulo36¡MENUDALOCURA!Capítulo37HOYESNOCHEDECHICAS

Capítulo38¿QUÉMEHEPERDIDO?Capítulo39YELRELOJSIGUIÓDANDOLAHORA…

Capítulo40NUESTRAPRIMERACITA

Capítulo41¿SOMOSUNAFAMILIAFELIZ?Capítulo42ENCANTADACONELNUEVOYOCapítulo43TODONOPUEDENSERMALASNOTICIAS

Capítulo43PUEDOSEGUIRCONMIVIDA,ESSOLOCUESTIÓNDEDEJARQUEPASENLOSDÍAS…

Capítulo44ESONOESDETUINCUMBENCIA

EpílogoSÍ,QUIEROSitehagustadoestelibro…

Page 6: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Losespejosseempleanparaverselacara;elarteparaverseelalma.GEORGEBERNARDSHAW

Page 7: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Para Aitana, para que siempre persiga sus sueños por muy imposibles que

estosparezcan.Paratodosaquellosquesiguencreyendoquelossueñossepuedencumplir.

Page 8: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

NotadelaautoraEnamorarse:clasesprácticasesunanovelaenlaquellevotrabajandoalgún

tiempo. La he ido aparcando y retomando en varias ocasiones, hasta quefinalmentelehedadoprioridadyaquílatenéis.Comocomprobaréis,tratatemasconciertascomplejidadestécnicas,comoson

larestauracióndeobrasdearteyelbaile.Puedequeos resulte chocante que equipare a ambas en cuanto a dificultad,

pero dado que yo tengo dos pies izquierdos y que el baile me aterra, puedoasegurarqueparamítienenmásomenoslamismacomplejidad.Seacomosea,mi intenciónconestanotaes justificarcualquier licenciaque

me haya tomado al respecto. Si bien investigué mucho sobre el arte de larestauración,desde losprocedimientoshasta losmaterialesutilizadosparaestefin,tambiénesciertoquehetenidoquecubriralgunaslagunasconunpocodesentido común y un mucho de imaginación. Pido perdón si me lee algúnrestauradoryencuentramásfallosdelosquedebería.Miintencióneracrearunanovela romántica que entretuviera e ilusionara al lector, y espero, al menos,haberconseguidoeso.Respecto al baile, he tenido la suerte de ver el ambiente que reina en las

academias de ritmos latinos y puedo decir que, aunque lo que sucede en lanovelaesficción,elcompañerismoqueencontramosenellaseasemejamuchoalarealidad.Gracias a todos por vuestra comprensión y, como he dicho, espero que

disfrutéisdelalectura.

Page 9: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

PrólogoAPRIMERAVISTA

Catalina Obando acababa de enamorarse, así de golpe, sin pasar por los

diversos estados que conllevan al enamoramiento, ni medias tintas que lahicieran replantearse la situación. El flechazo fue instantáneo y profundo,exactamenteigualqueelquesufríanlasprotagonistasdelasnovelasrománticashistóricasconlasquetantodisfrutaba.Suspirómentalmente,ellanopodíahacerlascosascomotodoelmundo,no.

Tenía que complicar un gesto tan cotidiano como perder la cabeza por unhombreatractivo.Siseparecieraenalgoasuhermanamayorhabríacomenzadoporfijarseensuslabios,demasiadoperfiladosparalosdeunhombre,y,aunasí,masculinos y perfectos para su rostro de mandíbulas marcadas; después sehubieraprendado de sus ojos gris azulado, y aunqueEugenia hubiera seguidoporsusanchoshombros,queseadivinabanbajoelimpecabletrajedechaquetade corte italiano,Catalina se deleitó en sus grandesmanos y en el efecto quepodríantenersobreuncuerpofemeninobiendispuestoarecibirlas.Ahogó un grito en su cabeza, y parpadeó varias veces para recuperar la

compostura,¿quéleestabapasando?Ellanosededicabaapensarenesetipodecosasenunaentrevistadetrabajoymuchomenosconunhombrealqueacababade conocer y que si la suerte se ponía de su lado, por una vez, sería su jefedirecto.Debía de ser la reacciónnormal al amor, decidió, poco familiarizada con el

sentimiento.Asusveintiséisañoseralaprimeravezqueseenamoraba.Sibieneraciertoquehabíaestadoencaprichadadeotroshombres,nuncahabíasufridoun flechazo como el que acababa de noquearla y de lograr que balbucearapensamientosdemasiadoardientesalavezqueabsurdos.Se esforzó por regresar a su díscolamente al pulcro despacho en el que se

encontraba cuando vio que Aiden Fischer alzaba la cabeza de su carta de

Page 10: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

recomendaciónymovíasusimpresionanteslabiosparahablarle:—Señorita Obando, si bien el museo no acostumbra a contratar a recién

licenciadas, la recomendación del doctor Doyle, ha inclinado la balanza a sufavor. El puesto es suyo —anunció levantándose y tendiéndole la mano—.Bienvenida al departamento de restauración y conservación de la NationalGalleryofLondon.—Muchasgracias,señorFischer.—Estrechólamanocálidaqueélleofrecía,

estremeciéndoseporelcontacto.—No tiene por qué dármelas. Esta entrevista era una mera formalidad. El

trabajo es suyo por decisión unánime. Debe de haberles causado muy buenaimpresiónalosquerealmentemandan—dijoriendo.Porpuroinstinto,Catalinasellevólamanoasupelo,paraapartarselamorena

coleta rizada de su hombro, lamentándose por no haberse dejado el cabellosuelto.Silohubierahechoahorapareceríamayorymáscurtida,yAidenFischerno habría argumentado sobre su inexperiencia. Sobre todo, porque en realidadhacíamás de dos años que se había licenciado en las dos especialidades quehabía cursado en la universidad: Historia del Arte y Bellas Artes. Lo que laalejaba veinticuatromeses de la etiqueta de recién licenciada con la que él lahabíacargado.Losañossiguientes, tras terminar lascarreras, losdedicóasudoctorado,de

modoquesibienacababadesalirdelauniversidadnoerataninexpertacomoélhabía argumentado, y seguramente mucho mejor formada que los demáscandidatosalpuesto.Habíapasadolosúltimostresveranosrestaurandofrescosde iglesiasenEspaña,paísdelqueprocedíasu familiayenelqueellamismahabíanacido.—Por favor, llámame Aiden —pidió él—. Puede que sea el director del

departamentoderestauración,perotambiénsomoscolegas,y,sobretodo,nosoyni tan viejo ni tan remilgado —dijo, ofreciéndole una sonrisa que hubieratentadoacualquieraconmenosdominiodesímisma.Catalinaledevolviólasonrisacontimidez.Porsupuestoquenoeratanviejo.

Antesdeacudiralaentrevistalehabíainvestigadolosuficientecomoparasaberqueteníatreintayunaños,quesolohacíaunoqueostentabaelcargodedirectorderestauracionesyqueeradivorciado.Sabíatambiénqueeralaprimeravezqueun americano se hacía conun cargo tan importante en elmuseo, lo quehabíadespertado sus ansias de ver su labor y descubrir qué era lo que le hacía tanespecial.—Mepermitirásqueyo te llameKatea ti,¿verdad?—Catalinasupoenese

Page 11: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

mismoinstanteporqueAidenFisherteníaéxitoconlasmujeres.Era imposible que la sonrisa que le estaba ofreciendo no consiguiera su

cometidoconcualquieradelaschicasquetuvieranlasuertederecibirla:hacerquesesintieranespeciales.—No.La sorpresa de Aiden fue auténtica. Catalina dedujo que porque no estaba

acostumbradoaqueningunamujerlenegaranada.—Quiero decir que no me llamo Kate. Mi nombre es Catalina. —Se dio

cuentaqueélbajabalamiradahastalospapelesquehabíaestadoleyendoparacomprobarquenosehabíaequivocadoconsunombre.Lavergüenzahizoquesesonrojara,peronoestabadispuestaacederenese

punto.Enrealidad,eraenloúnicoenloquenoagachabalacabezaycedía,erauna persona tranquila, que valoraba el sosiego y el entendimiento, pero en loreferenteasunombresacabaelcarácter latinodelquesufamiliahacíagala,yqueellanohabíaheredado,almenosenlamismamedidaqueellos,ydefendíasuposturahastaelfinal.Desde que con dos años se mudó a Londres con sus padres y su hermana

mayor,todossusprofesoreshabíanqueridoenunmomentouotrocambiarleelnombre,omásbienadaptarloalpaísenelqueseencontraban,y todasycadaunadelasvecesenqueesosucedía,Catalinasemostrabaimplacable.—Losiento,eldoctorDoylenollevamuybienquenohayaqueridotraducir

mi nombre al inglés, y ha decidido hacerlo él por mí. Sin embargo, eso nocambiaelhechodequemellamoCatalinaynoKate.—Entiendo.¿Puedopreguntarporquénolohashecho?—Parecíainteresado

ensurespuesta—.Estoysegurodequetehabríafacilitadomucholascosas.—Soyespañola,aunquehayavividoenInglaterramástiempoqueenEspaña.

No estoy dispuesta a olvidarme de ello o a que los demás lo olviden. Y minombreespartedequiensoy.Aidenadmiróladeterminaciónconquehablaba,élmismoerauninmigrante

enLondres.Americanodenacimiento,sehabíaesforzadomuchopormantenersuacento,unrasgoqueformabapartedesupersonalidad.—Enese casohaceshonor a tunombre.La reinaCatalina fuemuyquerida

por su pueblo, lástima que no lo fuera también por sumarido—bromeó, conintencióndequenosesintieraincómodaporelgestodesuantiguoprofesor.Ellasonrióalcomprobarqueconocíalahistoriadesupaisanaytocaya.—Enesecaso,Catalina,tedoymipalabradequenoloolvidaré—prometió,

antesdeindicarlequehablaraconsusecretariaparaquesepusieraenmarchasu

Page 12: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

contratación.Lástima que una semana después, cuando regresó para trabajar de

restauradora en el museo de sus sueños, Aiden Fischer hubiera olvidado porcompletosupromesay,porsupuesto,sunombre.

Page 13: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo1SÍQUELAHEMOSHECHOBUENA

Tresañosdespués

—Nomepuedocreerquetengastantasuerte—vociferóApril,sabiendoque

nohabíanadiemásenlasala.—No es suerte, soy muy buena en mi trabajo—se defendió Catalina, aun

sabiendoquesuamiganoloestabacuestionando.Dealgúnmodolasnoticiaslateníanintranquila.—Yo también lo soy y el jefe no me ha escogido a mí para restaurar el

maravilloso retrato de Lord Byron que va a prestarnos la National PortraitGalleryparalanuevaexposición,yencima,segúntengoentendido,hadecididoremangarseyponerseatrabajarcodoacodocontigo.—Enesecasonocreoqueseabuena ideafelicitarme.Seguramentemecree

másproblemasdelosquevayaaresolver.Llevademasiadotiempodetrásdeunescritoriocomoparaquemevayaaservirdeayuda.Aprilarrugólanarizanteelcomentariodesuamigaycompañeradetrabajo,

noobstante,decidióobviarloyseguirconsuentusiasmo.—Celebrémoslo esta noche. Es viernes y nos lo hemos ganado. Nos

tomaremosunas pintas y buscaremos a algunos tipos guapos que semerezcannuestrafabulosacompañía.April siempre salía con ese tipodeocurrencias, pero a lahorade laverdad

nuncahacíanadaquenomeditararigurosamente.Su amiga era una soñadora atípica que solo se dejaba llevar por impulsos

calculadosdeantemano.Era lamenorde treshermanosvaronesque lahabíansobreprotegidotodasuvida,porelloeratanmeticulosaensusacciones.—Losiento,nopuedoquedar.HoyvoyasalirconEugenia,¿quéteparecesi

lodejamosparaotrodía?Porejemplo,cuandoestemossegurasdequehayalgo

Page 14: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

quecelebrar.—¡Eresimposible!—laregañósuamiga.No replicó. No podía hacerlo puesto que April tenía razón. Debería estar

saltandodefelicidadportrabajarenlarestauracióndelcuadrodeByronconeldirectordeldepartamento,pero,aunqueacadémicamenteestabaencantada,aunnivelpersonalelasuntoestabalejosdeemocionarla.Sequedóensilenciorecordandosuprimerencuentrotrassuincorporaciónal

museo.Habíallegadoesedíatanllenadeesperanzas…—Disculpe, señorita, pero estos ascensores son para uso exclusivo de los

empleadosdelmuseo—musitóunavozasusespaldas.Catalinasehabíadadolavuelta,nerviosa.Habríareconocidoalapersonaque

hablaba en cualquier parte.Apesar de haber intercambiado con él unas pocasfrases,semanasantes.Leofrecióunasonrisatímida.—Buenosdías,señorFischer.Éllamirótratandoderecordarelmotivoporelqueellasabíasunombre.LaseguridaddeCatalinaseesfumóconrapidez.—Hoyesmiprimerdía—anunció,tratandoderecuperarse.Eraevidentequeélnorecordabahaberlaentrevistadoymuchomenoshaberla

consideradomerecedoradelpuestodetrabajo.—¿Enquédepartamento?—Restauración.Aidenasintió,visiblementeincómodo.—BienvenidaalaTheNationalGallery,señorita…—Doctora—su tono fue firme.La indignación que sentía le dio fuerzas—.

DoctoraObando.DoctoraCatalinaObando.Eldirectordeldepartamentoasintióporeducación,perosuinterésseesfumó

encuantootrosempleadosseacercaronparaesperarjuntoaellosalascensorquelosllevaríaalasentrañasdelmuseo.Aun tras tanmal comienzo todavíahabía conservado los sueños románticos

queéllehabíadespertado…Hastaquesediocuentadequeeraunapérdidadetiempoydeenergía.Durante su primer año de estancia en el departamento había levitado de

felicidade ilusióncadavezque se topabaconAidenFisher en lospasillos, elsegundoañoabandonólailusióny,cuandoeldestinooeltrabajoloponíaensucamino, solo le aportaba la sensación de que el mundo se ralentizaba a sualrededor.El tercerañosededicóaevitarle, sinsergrosera.Nohabíaninguna

Page 15: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

posibilidaddequeesehombresefijaraenella,y,aunquetarde,alfinalterminópor darse cuenta. Poner distancia entre ellos era lomás inteligente que podíahacer y, desde luego, era menos doloroso evitarle que ser testigo de suindiferencia.Aesasalturasloquemenosnecesitabaeraverseobligadaatrabajarcodocon

codo con el hombre del que se había creído enamorada, y que fue incapaz deincumplirunapromesatansencillacomorecordarsunombre.Demodoquesí,aunqueunapartedeellatuvieraqueestaremocionadaporsu

nuevo proyecto, la otra lo temía casi tanto como a la descabellada idea de suhermanamayor,quienpretendíaarrastrarlahastaunaacademiadebaileenlaqueencontraralsementalperfectoqueladejaraembarazada.Se frotó las sienes intentando aligerar la tensión que le estaba produciendo

dolordecabeza.—Pregunta comprometida —anunció April. Dado que el trabajo de

restauración implicaba silencio y mucha concentración, habían inventado unjuegopararestarleimportanciaalaseriedaddelajornada.Dichojuegoconsistíaen hacer preguntas absurdas que requerían una respuesta seria por parte delreceptor—.SituvierasquebesaraAidenFischerenalgunapartedesucuerpo,¿dóndelobesarías?Ynovaledecirloslabios.—Nolobesaríaenningúnlado.—¡Error!Esarespuestatampocoesválida.¡Tómateloenserio!Catalinasuspiróexageradamenteparamostrarleasuamigalopésimaquele

habíaparecidolapreguntaysetomóunossegundosparapensarensurespuesta.—Enelcuello.—¿Porqué?Sabesquetienesquedarunaexplicación.—Porque esmásomenos la zonapor la que, dadami estatura, llegaría sin

tenerqueponermedepuntillasohacerqueélseagacharay,comodudoqueélfueraaponérmelotanfácilyainclinarsehaciamí,mequedoconelcuello.Que,además,esunazonaneutra.—¿Elcuellounazonaneutra?Noestoydeacuerdoconesaapreciación.Catalinaseencogiódehombrosysiguióconloqueestabahaciendo.—¿Deberíamoshacerunapausa?—preguntóAprilunosminutosmástarde—.

Parecequehoysetecaetododelasmanos.—Meparecebien.¿Teapeteceuncafé?—Claro.Yoiréaporellos.Esevidentequeeldescansotehacemásfaltaati

que a mí. Hoy tienes una pinta horrible —bromeó, mientras se quitaba losguantesysalíadelasaladelimpiezaenlaqueestabantrabajando.

Page 16: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Llevabanvariassemanasraspandocapasdesuciedaddecuadrosqueestabanenlareservaporquelaadministracióndelmuseoteníaenmentededicarunasalaa artistas victorianos que hasta el momento habían estado alejados de losvisitantes.Catalinatambiénsequitólosguantes,ansiosapordesconectar,aunquefuera

unosminutosysesentóalaesperadelprometidocafé.Nopodíaevitarpreocuparseyporalgúnmotivo,entansolounaspocashoras,

su vida apacible estaba comenzando a tambalearse como los primerosmovimientosdeuntsunami.Lanocheanteriorhabíarecibidolaalarmantellamadadesuhermanamayory,

con ella, la noticia de que las había matriculado en una academia de baileslatinosydesalón.Eldetallenosería tanpreocupantesiEugenianolehubieraexplicado el motivo por el que lo había hecho. Y es que tras ver fracasar sumatrimonioconArthurAldridge,principalmentepornohaberpodidoengendrarel hijo que la familia de este reclamaba como obligación insalvable; Eugenia,segura de que la culpa de no haber podido quedarse embarazada no era suya,había decidido desquitarse y buscar al candidato perfecto que cumpliera susueñodesermadre,yseconvirtieraenelpadreausentequenecesitaba.—Quierosermadre,Cata.—Ymeparecemuybien,peroporquélobuscasenunaacademiadebaile.Tu

entornosocialesmuchomásamplioy…—Meniegoabuscaralpadredemihijoenmientornosocial.Al comprender que por ese camino no iba a conseguir nada decidió jugar

fuerte.—¿YquépasaconArthur?¿Cómocreesquesevaasentircuandosepaquete

hasquedadoembarazadadeuntipoconelquesolopasasteunanoche?—Terecuerdoqueestamosdivorciados.Notengoqueestarpendientedesus

sentimientos.—Losé,peroéltequiere.—Quieremásasumadre,eseessuproblema—argumentóenuntonoquedio

aentenderaCatalinalodolidaquetodavíaestabasuhermana.—Nomedigasqueestoesporloquetehizotusuegra.—Miexsuegrayno,no tienenadaqueverconella.¿Vasaacompañarmeo

no?Catalinasuspirósonoramente.—¿Puedonegarme?—No,peroseríamuypocoamableportupartequelointentaras.

Page 17: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Deacuerdo.¿Cuándo?—aceptó.Despuésde todonopodía dejar aEugenia sin supervisión adulta.Elmayor

problemaque se avecinabaesanocheeraquecatalinano teníaningún sentidodel ritmo, y lo quemenos le apetecía era pasarse la noche demostrándoselo aextraños.Seoyeronunaspalmasatravésdelalíneayungolpeseco,comosiaEugenia

selehubieracaídoelteléfonodelasmanos.—Gracias. Estoy segura de que te va a encantar—dijo unos segundosmás

tardedeloesperado—.Impartenbaileslatinosydesalóny,además,laacademiaes el centro neurálgico de los españoles en Londres. Va a ser una formainteresantedevolverasentirnosespañolas.—Permítemequelodude—sequejó—.Unpardebailesnopuedencambiar

unavidadeexquisitapuntualidadinglesa.—Noseasagorera.—Unmomento,¿lohashechoporeso?¿Quieresquetubebétengaunpadre

español?—Quieroquemibebéseaunapersonaapasionada.Consangreenlasvenas…

Que sepa disfrutar de la vida. Los ingleses son demasiado… aburridos. ConArthurcumplísobradamenteconelcupoobligatorioporviviraquí.—¡Estásloca!Yosoyespañolaynosoycomodices.Quealguienhayanacido

enunpaísnosignificaquevayaateneruncarácterpredeterminado.—Túeresuncasodeestudio—zanjó,sinquererentrarenpolémicas—.Hasta

mañana,hermanita.Tequiero.LaaparicióneneseinstantedeAprilvolvióaCatalinaalarealidad.—¿Teencuentrasmejor?Ahoratienesunpocomásdecolorenlasmejillas.Hizounamueca.—Estoyseguradequeloestarédespuésdelcafé—dijoaceptandolatazaque

letendían—,¿lehaspuestodobledeazúcar?—¡Ups!Ni doble ni simple. Seme ha olvidado el azúcar—confesóApril,

perosucomentarioparecíaforzado,comosiestuvieramintiendo,algoqueseledabarealmentemal.—Voy a por él —resolvió Catalina, poco dispuesta a hacer preguntas. Se

levantó de la silla de un salto, decidida a endulzar su triste mañana—. ¿Túquieres?—preguntóalargandolamanoparacogersutaza.—No,no.Micafétieneazúcar.Catalinaachicó losojos,peronodijonada.LaactituddeAprileraunpoco

sospechosa,peroenesosinstantesestabamásinteresadaenelcafé,yenloque

Page 18: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

haría la glucosa en su sangre, que en comprender el comportamiento de sucompañeradetrabajo.Porelloseencaminóhastalasaladedescanso,tazaenmano,sinmolestarse

enadivinarelmisterioqueenvolvíaasuamiga.Noobstante,nollegóaentrar,sinoquesequedóparadaenlapuerta,paralizadaporlaimponentepresenciadeAidenFisher,quien,deespaldasaella,seestabasirviendouncaféensupropiatazablancaconunaimagendelaEstatuadelaLibertadenmedio,comosiconello pretendiera recordarles a todos que era americano. ¿Pero qué estabahaciendo allí? ¿Se habría estropeado la impresionante cafetera italiana de sudespacho?Ibaadarselavueltayaregresarpordondehabíallegado,conscientedequeel

motivoporelquesucaféestabaamargoeraculpadelasfantasíasrománticasdeApril,dequeCatalinaconquistaraaljefe.—No tendría que haberle contado nada—musitó en voz bajita—, ymucho

menoshaberleprestadomisnovelas.Parasumalasuerte,eloídodeAideneramuyafiladoporquesegiróenese

instante,yalverlaleofrecióunasonrisadeslumbrantequecompitióconsupelodoradoporvercuálbrillabamás.—¡Kate!Precisamentelapersonaalaquedeseabaver—comentóyCatalina

comprendió el motivo por el que había descendido a los infiernos, como asíllamaban a la planta más baja del museo, la de conservación, en la que selimpiabanyrestaurabanlasobrasqueestabanenlascoleccionesdeexposiciónolasqueibanaexponerseynecesitabanserrestauradas.Lairahirvióensusangrecuandoleescuchóllamarlaconunnombrequeno

eraelsuyo.Tuvoquerespirarprofundamenteantesdecontrolarla.Eramásqueevidentequesehabíaolvidadodelaconversaciónquemantuvieronensuprimerencuentro.Aunqueestavez,almenos,sabíaqueeraunatrabajadoradelmuseo.—¿Queríahablarconmigo,señorFisher?Élarrugóelceñoyapesardeellosiguiósinperderunápicedeatractivo.—LlámameAiden,porfavor—pidióconunasonrisa.—Catalina.—¿Disculpa?—apesardeltonoutilizado,algoensusojosllamólaatención

deCatalina.Algomalicioso.—EnesecasotúpuedesllamarmeCatalina.Eseesminombre,nomellamo

Kate.Estabaseguradequetelohabíadejadoclaroeldíaquemecontrataste—dijoconvozaceradayunaenormesonrisa—.Veoquemeequivoqué.—Lolamento.Avecestiendoaolvidarmedecosas…importantes.

Page 19: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Ellaadmitióinteriormentequeeltiposabíacómoaplacaraunamujer.—Ya está olvidado. ¿Para qué deseabas verme?—su voz no emitió ningún

tonoquepudieramostrarsufascinaciónporél.—Queríacitarteellunesalasdiezenmidespacho.LehabríapedidoaNorma,

misecretaria,que te llamara,peromepareciómásacertadobajarenpersonaadecírtelo,ahoraquevamosatrabajarjuntos.Ellaasintió.Elteléfonomóvilcomenzóavibrarenesemomentoenelbolsillodesubata,

peroCatalinanohizoningúngestoparacogerlo.Aidenlamirósignificativamente,noobstante,ellaleignoró.—Gracias por tu deferencia. Si no deseas nadamás demí, nos veremos el

lunes.Élnoapartólamiradadeellaaltiempoqueasentía.—¡Porsupuesto!Catalinaestabatanalteradaquesefuedeallísinelazúcar.Algoquelamentó

elrestodeldía,porqueunacosateníaclara,noibaavolveraporél.

Page 20: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo2COMOELLATIDODEUNCORAZÓN

—Noseascobarde.Soloesunaacademiadebaile,teaseguroquenosehacen

sacrificioshumanosytampocohaymonstruosnimarcianos;nopongasesacaradesusto—laregañóEugenia,cuandobajarondeltaxi,quelashabíadejadoalaspuertasdesudestino.EstabaparadaalladodeCatalina,retocándoseelcabellocastañoconhilosdoradosytirandodesuvestidoparapresentarseperfecta.Había tomado ladecisióndecambiar suvidayelprimerpasopara lograrlo

eraentrarenesaacademiayvolverasentirseellamismadeunavezportodas.ApesardelomuchoquehabíaamadoaArthur,convivirconlosAldridgelehabíapasadofacturay,aunquesehicieralafuertefrenteasufamilia,unamujerseguradesímisma,lociertoeraqueelfracasodesumatrimoniolahabíadejadotocadaynecesitabasentirquevolvíaaretomareldominiodesuvida.—Medamásmiedoloquetúesperasquehayaahídentro—apuntóCatalina.—¿Yquésesuponequeespero?—Undonantedeesperma.—Bueno,esonovoyadiscutírtelo.Aserposiblemoreno,alto,atractivoycon

muchoritmo—bromeó.SabíaqueCatalinaestabapreocupadaporella.Suhermanapensabaqueesa

era la única motivación que la había llevado hasta allí, no obstante, en esosinstantesnoteníaganasdeexplicarlequeesaeralapartemásinsignificantedetodas.Loquemenosdeseaba era asustarla hasta el puntodehacer que salieracorriendo.—¿PorquénolehacesunavisitaalatíaCarmen?Estoyseguradequeestaría

encantadadeayudarteaencontrarpareja—yera totalmentecierto, lahermanadesumadreeraunacasamenteraconbastanteéxitoentresusamigos.Eugenialamirómolesta.—Nopuedoirmedeviajeahora.Tengomuchotrabajoporhacer.

Page 21: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Porsupuesto—replicóCatalinairónica.—Acabodefirmaruncontratoparadecorareláticomásperfectoquepuedas

imaginar.Sipudierapagarlomelohabríacompradoparamímisma,peroestáenKensingtonytotalmentefuerademialcance.—Haberlepedidoayudaapapá.Eugenianegóconénfasis.Aunquesuspadreshabíanconstruidounimperioa

basedetrabajoduro,lashabíaneducadoparaserindependientesyconsideradas.—Megustamicasaytampocovoyairmeaningunaparte—yañadióconuna

sonrisa—.Poresoestaacademiaeslaopciónperfecta.Noquieroquemihijoseaunbritánicofríoyestirado,ysegúntengoentendido,estaacademia—señalólaentradaconeldedo,decididaamolestaraCatalinaporpermitirse juzgarla sinsaber—,eselpuntodeencuentroentrelosespañolesenLondres.—Sigo pensando que si lo que buscas es un español el mejor lugar para

encontrarloesEspaña.—Y yo acabo de decirte que no puedo viajar ahora —se quejó Eugenia

comenzandoasentirsemolesta.—Estáscompletamentechalada.—Espartedemiencanto.¡Vamos!Tiró de ella sinmuchosmiramientos.Unas puertas de cristal ahumado, con

grandesletrasnegrasconelnombredelaacademia,lasseparabandelsalóndebaile.Las abrió con ímpetuydescubrióunvestíbulo conun escritorioyotraspuertasdemaderamásalládeél.Lamujertraslamesalasrecibióconunasonrisa.Lasorpresa lasdejópetrificadasunos instantes.Susojos rasgadosysupelo

oscuroylacionoeraloqueningunadelasdoshubieraesperadoencontrarseallí.—Buenastardes—dijoeninglésconunmarcadoacentoqueningunadelas

doslogrósituar.—Buenastardes—saludóEugeniaenespañol—,mihermanayyoqueríamos

informaciónsobrelasclasesdebaile—apuntósonriente.Lamujer, de unos treinta y pocos, les devolvió encantada la sonrisa, y las

saludó cambiándose al español. Para sorpresa de ambas la mujer hablaba elidiomacomounaauténticanativa.Vestía un pantalón oscuro y un jersey de punto de color verdemusgo.Con

mucha amabilidad les explicó en qué consistían las clases, los horarios y elprecio.Una vez que les expuso todo lo que necesitaban saber las invitó a ver las

instalaciones. Era costumbre que asistieran a la primera clase para ver si les

Page 22: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

gustabaantesdecomprometerseapagarlamatrículaylainscripción.Sonia,queasísellamabalarecepcionistaasiática,lesmostrólosvestuariosy

finalmenteabriólapuertadelasaladebaileylescedióelpasoparaquepasaranprimero. Eugenia entró sin titubeos, Catalina tuvo que pensárselo antes decontinuar.¿Deverdadestabadispuestaa recibirclasesdebaile?Elsentidodelritmonuncahabíasidounadesuscualidades.De acuerdo que no era lo mismo hacer el ridículo ante amigos que ante

desconocidos,pero¿quénecesidadteníadeello?Unasalaenorme,conespejosenlasdosparedesdelfondo,seabrióanteellas.

Habíabancosdemaderaenloslaterales,yunascincopersonasquelasmirabanconcuriosidad.Enunampliorangodeedades.Al fondo, en un lateral, había unamesa larga llena de comida y unas sillas

plegables,cuidadosamentecolocadascontralapared.Deltechocolgabanlastípicaslámparas,noobstante,loquedestacabaeranlos

farolillosdecoloresylasbanderitasqueibandeunladoaotrodelsalón.El ambiente era colorido y alegre, tuvo que aceptar Catalina. Que siempre

optabaporloscoloresoscuros.—Carlos—llamóSonia—,tetraigoalumnasnuevas.EltalCarlos,seacercóhastaellassonriendo.Catalina se fijó en el modo en que la camiseta blanca se agarraba a sus

músculos e inmediatamente pensó en Ricky Martin. Llevaba el pelo castañoclaro,despeinadoyteníalamismamandíbulacuadradaqueelcantante,aunqueeltalCarloserabastantemásatractivoqueelpuertorriqueño.—Bienvenidas,soyCarlos—anuncióconunacentocubanomuysexy.—Eugenia—suhermanaleestrechólamano—,ellaesmihermana,Catalina.Conunasonrisatímida, laaludidaextendiólamano,antelapresentaciónde

Eugenia,yselaestrechó.Elagarredeélfuefirmeydelicadoalavez.Lesorprendióquenolesdieradosbesosenlugardelfríoapretón,perosupuso

queeraporquenoteníamuchaideadeadondeagarrarseconellas.Elprofesorestabalobastantecercacomoparaquepudierannotarsuaromaa

perfumemasculino.—Bienvenidas,¿lleváismuchotiempoviviendoenLondres?—Sepodríadecirquetodalavida—evadióEugenia.—Nacimos en España, pero nos trasladamos aquí de pequeñas. Nuestros

padres tenían negocios aquí —explicó Catalina sin comprender la actitudmisteriosadesuhermana—.VivimosenLondresdesdequeyoteníatresañosyEugeniacinco.

Page 23: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Qué clase de negocios, tengo curiosidad?—preguntó una chica de unosdiecinueveañosquesehabíaacercadohastaellas—.SoyAna—sepresentó—.Trabajodeaupairdesdehaceseismeses.Catalinalaobservóconsutilezas.Nodeseabasergrosera,perolacuriosidad

siemprehabíasidounrasgodesucarácter.Anaerarubiaygordita.Teníaunamiradadirectayparecíasimpática.—Ropa.Catalinale lanzóunamiradadeincomprensiónasuhermanamayor,porser

tancortante,y,denuevo,tomólainiciativadelaconversación.—NuestropadreeseldueñodeSpanishQueens.SupoqueEugenianoestabacontentaconquelohubieracontado,peroesaera

su pequeña venganza por arrastrarla hasta allí sin tener en cuenta sussentimientos.¿Qué temía? ¿Qué las secuestraran para pedirle un rescate a su padre? Por

Dios, que su hermana era dramática cuando las cosas no salían como ellaesperaba.—Meencanta la líneamasculina—dijoCarlosconunguiño, señalandosus

pantalones.—Amí también—bromeóAnamirandoaCarloscondescaro.Eraevidente

quesuprimeraimpresiónhabíasidoacertada.Lamuchachaeradirectayclara.Carlos soltó una carcajada tan sexy que las tres mujeres se descubrieron

mirándoleembelesadas.—¿Habéisrecibidoclasesalgunavez?—inquirióCarloscentrandolaatención

ensusnuevasalumnas.—Deniñas—apuntóEugenia.Catalina agachó la cabeza para que no se dieran cuenta de su sonrojo y

vergüenza.Cuando tenía cuatroañosy suhermana seis, sumadre lashabíaapuntadoa

clases de ballet, ilusionada con que sus hijas llegaran a ser las nuevas AnnaPavlovadeladanzaclásica.Dosmesesmástarde,laprofesoralehabíadejadocaerasumadrequelomejoreraqueborraraasuhijamenor,yaquelaniñaeraincapazdehacerunsolomovimientocongracia.Despuésdeeso,habíadesistidodetodoloquetuvieraqueverconlacoordinaciónoelritmo.—Algoesalgo.¿Quéosparecesiospresentoalrestodealumnosydespués

hacemosunapruebadenivel?Losotroscuatroestabanapartadoshablandoentreellos,seguramentedeellas,

sedijoCatalina,nerviosa.TodolocontrarioqueEugenia,querecuperósubuen

Page 24: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

humorantelamencióndeconoceragentenueva.Media hora después,Carlos había descubierto que sus nuevas alumnas eran

polosopuestosyqueibaatenerqueesmerarseespecialmenteconlamástímida.Conesaideaenmentelacitóaellasolaparaelsábadopor la tarde.Noera

algo excepcional, ya que solía concertar sesiones privadas con los nuevosalumnos más complicados. Bruno había sido uno de ellos y ahora era, podíadecirconsinceridad,sualumnomásbrillante.Miróendirecciónhaciasualumnofavoritoyloviosonriéndoleconinterésa

Catalina,quienlecorrespondiócontimidez.Eugenia en cambio estaba repartiendo besos con una sonrisa y una actitud

abiertaqueresultabarefrescante.DefinitivamentelashermanasObandoeranlanocheyeldía,decidió;aunasí,

noestabasegurodecuáldeellasleresultabamásinteresante.

Page 25: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo3YOTAMBIÉNPUEDOHACERLO

CatalinahabíacomenzadoarelajarseenpresenciadeCarlos,loquefacilitaba

mucho que se abriera a él. El cubano era alguien cercano y amable, con unencantonaturalqueatraíaalaspersonas,casisinqueestassedierancuentadequeestabancayendobajosuhechizo.El modo en que hablaba era tan dulce que resultaba imposible encontrarle

algúnfallo.Aunasí, tantoellacomoEugeniasehabíanquedadosorprendidascuandoel

profesor había citado a Catalina a solas para una clase privada el sábadosiguiente.Lamorenahabíaestadotansorprendidaqueniquierahabíapensadoennegarseoexcusarseparanoir.Antelasorpresaquereflejósurostro,Analeshabíacontadoqueeraalgoque

Carlosacostumbrabaahacerconlosbailarinesmenosexperimentados.Por encontrarse dentro de esa amplia categoría, que abarcaba tanto a los

patososcomoalosprincipiantes,allíestabaella,enlaacademiaalaquehabíaidoporobligación,asolas,unsábadoporlatarde,conelhombremásatractivoquehabíavistonunca,alaalturadelmismísimoAidenFischer.SoloqueCarloseramuchomásaccesibleysimpáticoqueelamericano.—Notepreocupespornada—dijoestealverlainquieta—,notevoyahacer

bailar,solovamosacharlarunrato.Se sentó en el suelo y señaló el espacio vacío delante de él para que ella

hicieralomismo.—Yamehancomentadoqueestosololohacesconlagentesinritmocomoyo

—comentóavergonzadaaltiempoquetomabaasientodondelehabíaindicado.—De eso nada —replicó él mirándola con fijeza—, solo lo hago con los

alumnossinritmoquetienenpotencial—bromeó.Catalinarioylatensiónqueleatenazabaelestómagosedeshizounpoco.

Page 26: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Potencial yo? —volvió a reír— si te escuchara mi profesora de balletseguroquetecensuraríapordecirsemejantementira.—Seguroquetuprofesoraeraunaestiradayunaesnob.Catalinaseencogiódehombros.Erademasiadopequeñaparaasegurarlo,aun

así,queCarlos ladefendieracontantoímpetulaemocionómucho.Nisiquierasu madre había actuado así. La mujer se limitó a sacarla de las clases y amatricularlaenuncursodedibujo,sinsaberque,conello,estabadescubriéndoleasuhijasufuturavocación.—Graciasporelvotodeconfianza.Élhizoungestoconlamanoparaquitarleimportanciaalasunto.—¿Quéclasedemúsicaescuchasnormalmente?—Laquesuenaenelmetro,supongo.Notengomuchotiempoparaescuchar

música.Eneltrabajoalguiensueleponerdevezencuandomúsicaclásica,peroteaseguroquenoesbailable.Carlosabriólosojossorprendidoporqueellasehubierarelajadotantocomo

parasercapazdebromearconél.—Enesecasovoyaponertedeberes.Paralapróximaclasetienesquevenir

conunacanción,da igualelgéneroqueescojas—dijoconunguiño—,quetehaga sentir algoy para ello vas a tener que escucharmuchas hasta dar con laindicada.—Deacuerdo—aceptó,comenzandoarelajarse.Latareanoparecíadifícil.—Puedequecreasque lodehoyesunapérdidade tiempo,pero teaseguro

que no lo es. Bailar no es aprenderse de memoria unos pasos diseñados, nimostrarunatécnica.Bailaresdejarquelamúsicainvadatucuerpoypermitirlesalirpordondequiera.Esalgoinstintivo,comorespirar,silofuerzasnosaldrá,encambiosilodejassersaldrásinquelopienses.—Nunca seme ha dado bien bailar o hacer cualquier cosa que requiera de

ciertoritmo.Élleofrecióunasonrisatranquilizadora.—Vamos a seguir los pasos adecuados antes de decidir que no podemos

hacerlo.¿Teparece?Catalinaasintióconunasonrisa.—¡Perfecto!Déjametumóvil.Voyahacerteelmejorregaloquetehanhecho

nunca.Conciertodesconcierto,perosobretodoconmuchacuriosidad,selevantódel

sueloyfueabuscarsuteléfonodentrodesubolso.Con él en la mano se acercó a Carlos, lo desbloqueó y se lo tendió con

Page 27: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

timidez.Volvióasentarseenelsuelo,soloqueestavezlohizodemaneraquesusrodillassetocaban.Queríaverloqueestabahaciendo,noporquenosefiaradeél,sinoporesacuriosidadqueibaimplícitaensucarácter.Poresemotivonotuvo más remedio que ponerse lo más cerca posible sin llegar a echárseleencima.CarlostecleóenelmóvilydescargóunaaplicacióndelaqueCatalinahabía

escuchadohablar,peroporlaquenuncasehabíainteresado.—¡Regístrate!—pidiósuprofesordebaile,tendiéndoleelteléfono.Unavezqueestuvodadadealtaselodevolvió,pensandoenqueibaatener

queaprendercómofuncionaba.Élvolvióateclearytrasunosminutosselotendióconunasonrisasatisfecha.—Aquí tienes. Ya no vas a poder decir que no dispones de tiempo para la

música, con esto vas a poder escuchar la canción que quieras y te cabe en elbolsillo.—¡Gracias!Élsonriótravieso.—Ahoravienelapartedifícil.¡Vamosabailar!LaexpresióndesorpresahizoreíraCarlos.—Notepreocupes,novaasertanmalocomocrees.Yteprometoquenote

voyaver.—¿Cómodices?Élalzólamanoamododepromesasolemne.—Ojoscerrados.Yadejarqueelcuerpohablepornosotros.

Catalinasehabíapasadotodoelfindesemanaconlosauricularespegadosen

lasorejas,escuchandosinpararunacancióntrasotray,aunquehabíaencontradoun par que le gustaban especialmente, ninguna de ellas le había removido delmodoenqueCarloslehabíaexplicadoquedebíahacerlolacancióncorrecta.Poresomismosiguióalabúsquedaellunescuandosubióalmetro,mientras

iba al trabajo, y después, cuando caminó hasta llegar al museo. Y siguióhaciéndolomientras se quitaba el abrigo y se ponía la bata negra, con la queprotegíasuropadelosproductosqueusabaparatrabajar.Eran las siete de lamañana, demasiadoprontoparaque sus compañerosya

hubieranllegado.Además,tampocoteníaqueiraldespachodeAidenhastalasdiez,porloquedisponíadetiempoparairalasaladedescansoyprepararseuncaféhiperazucarado,todoellosinquitarselosauricularesdelasorejas.

Page 28: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Estabasentadaenunadelasmesasconsucaféenlamanocuando,derepente,lapistacambióyJustdancedeLadyGagacomenzóa sonar.Sequedócon latazaamediocaminodesuboca.Laletranoeragrancosa,sedijo:Justdance,gonnabeOK.Dadadoodoojustdancespinthatrecordbabe.Da-da-doo-doojustdance,gonnabeOK.Duh-duh-duhdance,dance,dance,just,just,just,justdance.

Peroel ritmoeraotrocantar.Lamelodía laembargóyantesdequepudiera

darsecuentadeloquehacía,suspiesseestabanmoviendoalritmodelamúsica.Se sorprendió a sí misma al tener esa reacción. Llevaba horas y horasescuchando canción tras canción y ninguna de ellas la había empujado amoverse.Los primeros en seguir el ritmo fueron sus pies, pero, inmediatamente

después, dejó su taza sobre la mesa y a los pies les siguieron los brazos, elcuerpoe incluso lacabeza.Se levantóde la sillay talycomoCarlos lehabíadicho,cerrólosojosysedejóllevar…Aiden se quedó parado a la entrada de la sala de descanso, observándola

bailar.Suprimerareacciónhabíasidocreerquehabíaperdidoeljuicioyqueporesosemovíadeunladoparaotro,noobstante,alfijarsemásenellavioelcableblancoquesalíadelbolsillodesubatayquesebifurcabahastasusoídos.—Está escuchando música —dijo en un susurro, como si temiera

interrumpirla.Había ido temprano almuseo para volver a familiarizarse con el trabajo de

restauración:elaromadelosproductosdelimpieza,eltactodelosguantesyelambiente de las instalaciones…Loquemenos había esperado era toparse consemejanteescena.La mujer que bailaba se dio la vuelta, con los ojos cerrados, y Aiden se

escondió tras lapuerta, temerosodequepudieraverle.CatalinaObandoera lamujeralaquehabíaescogidoporencimadeotrasmásexperimentadasqueella,solamente porque parecía fría y precisa. Eficiente. Había asimilado coneleganciasusdesplantessinpataletasnimalaspalabrasporloquehabíaestadosegurodequenoledaríaproblemas.Enunapalabra,erafiable,justoloopuestoaloquepensabadeellaeneseinstante.

Page 29: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo4¿QUÉESTÁPASANDOAQUÍ?

TalycomolehabíapedidoelmismísimoAidenFischer,alasdiezenpunto

Catalina entraba en la antesala de su despacho, los dominios de su eficientesecretaria,esperandoparaseratendida.Comosecretariadeldirectorderestauración,NormaMartinpertenecíaauna

categoríadistintaaladeCatalina,porloquesuscaminosraramentesecruzaban.Aun así, las veces en las que se había topado con ella le había parecido unamujerinteresanteyconmuchocarácter.Catalinanuncalahabíavistovestirpantalones.Siempreibaimpecableconsu

faldahastalasrodillas,sucamisaalmidonadayunaamericanaquecombinabaala perfección con el resto de su atuendo. Tenía una piel preciosa de colorcaramelo y su cabello rizado siempre estaba peinado en un perfecto moñofrancés. Su expresión iba de la seriedad más absoluta a una sonrisadeslumbrante,loqueaumentabasufamademujerconcarácter.—Buenosdías,vengoaveralseñorFischer—sepresentóCatalina,parándose

frenteaella.—La está esperando, doctora Obando —dijo Norma, al tiempo que se

levantabadesulugartraselescritorioparaguiarlahastalapuertadeldespacho.Lamujer,deunoscincuentaypocos,llamóconsuavidadyabriólapuertaen

cuantoescuchólarespuestadesujefe,asomandolacabezaporelmarco.—Aiden,ladoctoraObandoestáaquí.—Quepase,porfavor.Norma se apartó para cederle el paso y en cuanto Catalina entró, cerró la

puertatrasella.—Buenosdías,Catalina—saludóél,usandosunombrecorrectamente,pero

sindespegarlamiradadesuspapeles.—Doctor Fischer—su tono excesivamente respetuoso captó la atención del

Page 30: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

director, que por fin alzó la cabeza de su trabajo para atenderla, tal y comodictabalacortesía.—Creoqueenalgúnmomentoenestosañostehepedidoquemellamespor

minombre—sutonoeraamableycercano,peroalgoensuposturamarcabalasdistancias—.Porfavor,tomaasiento.—Comoquieras,Aiden—concedióellaconelmismoademánfríoalsentarse.—Tehepedidoquevinierasporquenecesitoquesepasalgunascosassobreel

proyecto. La primera es que tenemos aproximadamente tres semanas paraterminarlo,porloqueeltrabajovaaserduroylaborioso.Parecíaqueelcuadrono estaba tan deteriorado, pero al revisarlo minuciosamente se han detectadodesconchonesyescamasenlapintura.Élsedetuvoparaversureacciónyellaasintióconformalidad.—¿Significaesoquedeboabandonarmisotrostrabajos?—Asíes.HayquedarleprioridadalcuadrodeByronporencimadetodolo

demás. Tu compañera puede seguir, de momento, sin ti. La National PortraitGallerynoslohaprestadoparalanuevaexposiciónsoloporqueesconscientedeque contamos con los mejores restauradores de Gran Bretaña. Da igual locercanasqueestemos,geográficamentehablando,nuestrosrecursossonmuchomásampliosquelossuyos.—Deacuerdo.—Elotropuntoquemegustaríaquetuvierasencuentaeslaimportanciaensí

deestarestauración.Nopuedehaberningúnerrorquedañeoretraseeltrabajo.Seesperadenosotrosqueseamosrápidosyeficaces.Ellaseirguióaltiva.—Niuna solavezenel tiempoque llevo trabajandoaquíhahabidoningún

problemaconmitrabajo—sedefendió—.Estoyseguradequeenestaocasióntampocosucederá.Éllamiróconcuriosidadantesderesponder.—Eslaprimeravezquevasatrabajaramilado.Nosoyunapersonafácilde

llevar, por loque te aviso de antemanopara que no hayamalentendidos entrenosotros.Yodirigirélarestauración,aunasí,tuayudaesprimordialytutrabajodebeserimpecable.Nopermitirédistraccionesquepuedanafectaralproyecto.Lasangrelehirvióenlasvenas.¿Quéestabainsinuandoexactamente?¿Qué

era tanmaravilloso que ella iba a dejar de ser profesional solo por estar a sulado?¿Oqueél,quellevabaañossentadotrasunescritoriosabíamásqueellasobrelasnuevastécnicasderestauración?—Coneldebidorespeto,señorFischer,niquefueraustedelauténticoLord

Page 31: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Byronenpersonaparaemocionarmehastaelpuntodeperderlaconcentración.SurespuestalocallóporunossegundosyCatalinaseanotómentalmenteuna

victoria. ¿En qué momento había pensado que él era encantador y amable?Debía de haber estado loca, los tres años en los que había perdido el tiemposuspirandoporél.Enesosinstantessentíaqueeranlosmásdesperdiciadosdesucortavida.—No se preocupe. No suelo cometer errores —volvió a hablarle con

formalidad.—Nopretendoofenderlasinoponerlasobreavisoacercadelospeligrosque

puedeconllevartrabajarconeldirectordeldepartamento.—Nosepreocupe.Nosucederáalgotanabsurdocomoloqueustedteme.Si

no tiene nada más que añadir regresaré al trabajo. Ya que voy a dejar a micompañeraenlaestacada,voyatratardeayudarentodoloquepuedahastaquenospongamosconelretratodeTomasPhillips[1].—Porsupuesto—aceptóAiden,yañadióalverqueellaseponíaenpiepara

marcharse—,comenzaremosmañanaa lasochoenpunto.No tenemos tiempoqueperder.—Aquíestaré.Comosiempre.Ytrassuspalabrassaliódeallíconlacabezaenaltoylaespaldatanerguida

quelehormigueabaacausadelatensión.Noraentróunminutodespuésconunasonrisadesuficienciaenloslabios.—Telodije.Esachicanoescomopensabas.—¿Lohasescuchadotodo?—Porsupuesto,¿porquiénmetomas?Aidensonrióantelarespuestadesusecretaria.—Creoqueeslaprimeravezqueunamujermeconfundetanto—admitióde

malagana.—Estásdemasiadoacostumbradoa lasmujeresquecaena tuspiesconsolo

escucharte hablar. Si me hicieras caso en lugar de meter a todas las chicasjóvenesenelmismosacolascosasteiríanmejor.Aidennoasintió.Supropiaexperienciaerasuadalid.La primera vez que conoció a Catalina la había visto como un pajarillo

asustado, demasiado transparente para su propio bien.Cuando ella salió de sudespacho,élnotuvoningunadudadequelahabíadeslumbradoporcompleto.

Page 32: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Tanto fue así que la siguiente vez que se topó con ella trató de desalentarla,fingiendoquenolarecordaba.Lasvecesposterioresenquecoincidierontodofuemásfácildeloquehabía

supuesto,ellayanolemirabaconadmiraciónnisiquierapareciódarsecuentadequeéllaignorabadeliberadamente.—Poresolaelegíaellaparaelproyecto.Porquenohayningunaposibilidad

dequecoqueteeconmigooquevayamosa sentirnos incómodoselunoconelotro. Sabes que he escarmentado lo suficiente como para saber que mezclartrabajoyamoresunaideadescabellada.—Entonces¿porquéhasdudadoestamañana?—insistióNorma,queera la

clasedepersonaincapazdedejarescaparasupresahastahaberlesacadohastalaúltima gota de información—. El viernes estabas seguro de que era unaprofesionaly,lomásimportante,quenoeratutipo.Las palabras de Norma le hicieron sentirse incómodo, incluso su propia

respuestaenesosinstantes,leparecíaabsurdayexagerada.—Ysiguesinsermitipo.—Entonces¿quétepreocupa?—Melaheencontradoenlasaladedescansodelauladerestauraciónymeha

confundidounossegundos.ElinterésdeNormaaumentóexponencialmentealmisterioqueteníadelante.—¿Qué estaba haciendo? No creo que tomarse un té sea algo tan

extraordinariocomoparaqueteafectehastaelpuntodereplanteartetuelección.¿Nomedigasqueesdelasquebebecafé?—preguntóconironía.Aidenlelanzóunamiradaaniquiladoraantesderesponder.—Noestababebiéndoseunté.Nisiquierauncafé.Estababailando.

[1]AutordelretratodeLordByronentrajealbanésqueseencuentraenlaNationalPortraitGallery.

Page 33: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo5SOYUNAPROFESIONALCUALIFICADA

Eugeniaestabaencantadaconsunuevotrabajo.Eláticoqueteníaquedecorar

para su nuevo cliente era el sueño de cualquier diseñador de interiores:luminoso,amplio,contechosaltos,unadistribuciónatractivayunalocalizaciónperfecta.Sipudierapermitírselo,lohabríaadquiridoparasímisma.El cliente se había puesto en contacto con ella a través de varias

recomendacionesdeusuariosanterioresdeEugeniay,aunquehabíasidoElinor,sueficienteasistente,quienhabíahabladoconélyquiensehabíaencargadodetodo lo relacionadoconel contrato, todoparecía indicarque se tratabadeunapersonaseria,conungustoexquisitoy,lomásimportante,conunabilleteralosuficientementeabultadacomoparanoponerlímitesasutrabajo.Ansiosa por comenzar a buscar los muebles y determinar el color de las

paredes,sacódesubolsolalibretadenotasylaestilográfica,elúnicoregalodesu antigua familia política que se negaba a donar a la caridad, y se dispuso ainspeccionarlacasa.Loprimeroque le llamó la atenciónyque supoquepodía ser el puntoque

marcara ladiferencia respectoaotras casas similares, fue la terraza.AmpliayconunasvistasimponentesdeLondres.Tomarseunacopaallídenochedebíasertodaunaexperiencia.Decididaacerrarlaconcristaleras,quenoimpidieranlavistayquepudieran

abrirse y cerrarse según la necesidad,metió lamano en su chaqueta y sacó elmetro.Conlaexperienciadeañoshaciendoelmismotrabajotomómedidasylasanotóensulibreta.Anotó también el nombre de a quién iba a llamar para ese trabajo y siguió

valorandoelespacioparaverquémásselepodíaañadirsinhacerlorecargado.Según lo que le había explicado Elinor, el cliente buscaba un espacio

Page 34: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

funcional, elegante y cómodo.Una estufa portátil de diseño junto con sillas yunamesadejardín,podíanserungranacierto.—Hola,Eugenia—saludóunavozasusespaldas.Laaludidasediolavueltaalescucharsunombre, todavíadándolevueltasa

losmueblesquepretendíacolocarallí.Noobstante,sequedóenblancoalveralapersonaqueestabaparadafrenteaella.—¡Arthur!¿Quéhacesaquí?¿Cómohasentrado?Lavisióndesuexmaridohizoquesintieraunpinchazoagradableenelpecho.

Casisinserconscientede loquehacíase llevólasmanosalcabelloy tratódeacomodárselo. Cualquier pensamiento no relacionado con Arthur pasó a unsegundoplanoenlamentedeEugenia.Arthur, por su parte, estaba como siempre, con su cabello oscuro

perfectamentecortadoysusojosazulesbrillantesyfijosenella.Élsonriócontristeza.—Estaesmicasa.—¿Tucasa?—Sí.—Seencogiódehombros—.Hedejadolamansióndemifamilia.Taly

comosiemprequisistequehiciera,ymehecompradoesteático.Ellanegóconlacabeza.—¡Vaya!—acertóadecir.Porprimeravezenmuchotiemposuelocuenciasehabíaevaporado.—Esesiempre fueelmotivoporelquediscutíamos,noentiendoporqué te

sorprendes—replicóél.—Supongo que me sorprendo porque jamás creí que fueras a hacerlo.

¡Enhorabuena!Porfintehasconvertidoenunadulto—felicitótratandodefingiralegría.Uno de los motivos por los que su matrimonio había fracasado era

precisamenteporeso,porelhechodequeArthureraincapazdeabandonarasuaristocráticafamiliayalasrígidasyobsoletasnormasquelagobernaban,envezdeformarunhogarconEugenia.—Reconozcoquemehacostado,perofinalmentelohehecho.—Noséporquémelocuentas,ahorayanoimporta.Estamosdivorciados,es

muytardeparaquemeafecten tusdecisiones.Aunquenovoyanegarquemealegroporti.—¿Deverdadesdemasiadotarde?Eugeniasenegóaresponder.—¿Porquémehascontratado?¿Yporquénohe sabidohastaahoraqueel

Page 35: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

dueñoerastú?—Tehecontratadoporqueereslamejor.Además,nohaynadiequeconozca

mejormisgustosquetú.—¿Ylarespuestaamiúltimapregunta?Élseencogiódehombrosantesderesponder.—Elinoresuna romántica.No laculpesaella,yo le roguéqueno tedijera

nada.Noestabasegurodesiaceptaríasel trabajosisabíasqueerayoquientecontrataba.Eugeniarecordólopersuasivoquepodíasersuexmaridocuandodeseabaalgo

y,aunencontradesuvoluntad,comprendióasuasistente.—El trabajo es el trabajo. En cualquier caso, ahora ya no hay nada que se

pueda hacer. Limitémonos a ser profesionales. Iba a llamarte igualmente—sedetuvo un segundo al darse cuenta de lo que había dicho—, bueno a ti no, aldueño,peroalparecersoislamismapersona.Arthur sonrió, consciente de que Eugenia decía cosas sin sentido cuando

estabanerviosa.—Necesitosaberquéesloquequieresquehagacontucasa.—Quieroque la decores como si tú fueras a vivir en ella.Escoge loque te

guste,loquecreesquenecesitaunacasaparaqueparezcaunhogar.Ellaarrugóelceño,concentradaentratardeleersuexpresión.—¿Meestásdandocartablanca?—¡Exactamente!Tienescartablancaparahacerloquedeseesconella.Eugeniaasintió.—Unacosamás,¿vasavivirconalguienaquí?Notelopreguntoporqueme

interese a nivel personal —aclaró—, sino porque necesito saberlo para ladecoración.¿Deboañadiruntoquefemeninoparaqueellasesientacómoda?¿Omelimitoaponerlotodotalycomotegustaati?El corazón de Arthur se aceleró al escuchar la pregunta. No estaba todo

perdidoconella,sedijo,sijugababiensuscartaspodríarecuperarasuesposa.Ydeunacosaestabaseguro,arriesgaríacuantoteníasiconellolatraíadevueltaasuvida.—Inicialmente viviré solo, pero sí, tengo toda la intención de terminar

compartiéndolaconunamujer.Ella no respondió al instante, sino que se limitó a ofrecerle una sonrisa

forzada.—Demomentonotengomáspreguntas.Tellamarésinecesitoalgomásdeti

—dijo,dándoselavueltayentrandodenuevoenlacasa.

Page 36: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Nisiquieraseparóparaabrocharseelabrigo.AtodaprisatomósuscosasysemarchósingirarseparacomprobarqueArthurseguíaenlamismaposición.Encuantosaliódelascensorsacóelteléfonodelbolsoyllamóasuhermana.Catalina no respondió, por lo que saltó el buzón de voz. Desesperada por

soltar su rabia dejó un mensaje, más para sí misma que para que ella loescuchara.—Mañana por la tarde tenemos nuestra primera clase de baile. No se te

ocurrafaltaroretrasarte,¿meoyes?Quierollegarprontoyescogeralbailarínmásguapodelaacademia.Necesitodesfogarmispasiones,queteaseguroquehoysonintensas.

Page 37: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo6¿DEVERDADTODOSLOSHOMBRESSONIGUALES?

Catalina estaba furiosa: consigo misma por haberse delatado y con Aiden

Fischerportenertanaltoconceptodesímismo.Cómosehabíaatrevidoainsinuarquesolamenteporestarasuladoellapodía

bajarelnivelquesiempreimponíaensutrabajo.Tratandodecontrolarsehastaqueestuvierasola, se despidiódeNorma conun abrupto adiós y dejó atrás eláreadedespachos.Conlaideaenmentedeapaciguarsumalhumorpasódelargoelascensory

abriólapuertaquedabaaccesoalasescaleras.Debíabajarvariospisos,loqueeraidealparaquemarsuenojo.—¿Qué te sucede? —preguntó April al verla entrar mascullando para sí

misma.SuenfadoaumentóalrecordarqueporculpadelegodeAidenibaadejarasu

amigacolgadaconeltrabajoqueteníanesosdías.—Acabodesalirdeldespachodeldirectorderestauración—sutonodevoz

sonóburlónalpronunciarelcargo—.Tengounapreguntaasesinaparati.—¡Dispara!—pidiósuamigatratandodehacerunjuegodepalabras.—Situvierasquemataraalguienusandosolouncubierto,¿cuálelegirías?Y

novaledecirqueelcuchillo.—¿Novaleningúncuchilloosoloeldecarne?—Todosestánexcluidos.—Deacuerdo,entonceselijolospalilloschinos.Catalinalamiródereojo.—¿Deverdad?¿Porencimadeltenedor?Aprilasintióconseguridad.—¿Nohasoídohablarde la torturachina?Estoyseguradequesonelarma

perfectaparaunasesinato.Lospuedesclavareinclusopuedespartircosascon

Page 38: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

ellos.Catalinaseestremeciódesoloimaginarselaescena.—¡Dios!Eresmalévola.Nadieque teveacon tucaraangelicaly tucabello

doradoseimaginaríajamásquepordentroeressádicayretorcida.April ibaareplicar,perosequedóconlapalabraenlabocacuandovioque

Raphael,otrocompañeroderestauracióndelmuseo,entrabaenlasalaenlaqueestabanellas.—Buenosdías,hermosasdamas—saludóesteconsubonitoacentoitaliano.Raphael llevaba dos años trabajando en el museo y se encargaba

principalmentedelmantenimientoyrestauracióndelaescuelaitaliana.ErajuntoconAprilelquemejorlecaíadetodalaplantilla.Eraunapersonadivertidae inteligenteconunasombroso sentidodel estilo.

Aunquenoeraguapoenelsentidotradicionaldelapalabra,sumaneradevestire incluso de moverse lo volvían un hombre increíblemente atractivo. Con sucabello negro, sus ojos del mismo color y esa nariz patricia que delataba suorigen,lograbaquemuchasmujeresgiraranlacabezaparamirarle.Élconfirmabaelporquélosdiseñadoresitalianoserantanvaloradosentodas

partes.No había nadie comoRaphael para ponerle valor a una simple camisablancayunosvaquerososcuros.Suvida amorosa anterior a su trabajo erauna incógnita para sus amigas, lo

que lo envolvía en un aura demisterio que lo hacíamás interesante si cabía.Mientras que April y Catalina habían hablado, en alguna ocasión, de susrelaciones, Catalina había obviado el tema de Aiden, pero sí que habíamencionado a Henry, a pesar de lo avergonzada que se sentía cada vez quepensaba en él. Raphael por su parte jamás había hecho alusión a nada quepudieraparecermínimamenteromántico.—Loseránparati,porqueaquílacompañera—señalóaCatalina—estádeun

humordeperros.Raphaellamiróconinterés.—¿Porqué?—Nocreoquehayasidobuenaideaqueyomeencarguedelarestauraciónde

laobracedidaporelNationalPortraitGallery.—Entiendo—adivinó—,elbuenodenuestrodirectoryatehasaturadoantes

deempezareltrabajo.Catalinaleofrecióunasonrisadeorejaaoreja,encantadaporquesuamigose

pusieratandescaradamentedesuladosinsabersiquieraloquehabíasucedido.—Algoasí.

Page 39: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Así que era eso… —comprendió April recordando la pregunta sobreasesinatos.Raphaelabriólosbrazosylasasióaambas,unaacadaladodesuscostados.—La única solución que le encuentro a este peliagudo problema es que

salgamosestanochelostresjuntos.—¡Perosieslunes!—protestóApril.Élsediolavueltaparamirarlaconmalacara.—Porfavor,dejadeladoesamentalidadtuyatanbritánica—pidiómuyserio.—Nopuedo,soybritánica.Catalinarioporlobajo,menudoparteníacomocompañeros.Sinofuerapor

ellos,losdíasallíseríanigualesyaburridos.YesquemientrasRaphael era espontáneoydivertido,April erameticulosa

conpremeditadosarranquesdefalsaespontaneidad,propiciadossiempreporlasconstantescríticasdelitalianoasucarácter.Élsiguióconsudiscursocomosinolahubieraescuchado.—Disfrutemos ahora que todavía podemos. Dentro de unos años el

matrimonioyloshijossellevaránnuestrosañosdejuventud.April saltó como un resorte ante las palabras de Raphael. Se apartó de su

abrazoysepusofrenteaélparahablarle.—¿Matrimonio e hijos? Creía que habías dicho que nunca te casarías ni

tendríasdescendencia.Élseencogiódehombros,sinsoltaraCatalina.—Nohablabademísinodevosotras.Aprilnodijonada,perosuceñofruncidofuelosuficientesignificativopara

quenohicieranfaltalaspalabras.—Nopuedeshacereso,Raphael—comentóCatalinaconunasonrisa—,eres

nuestraúltimaesperanza.Sialgunadenosotrasnoencuentramaridovasatenerqueofrecertevoluntarioparasalvarnosdelasoltería.—Sutonoerajocoso,pero,aunasí,lasmejillasdeAprilseencendieroncomolagrana.—Porvosotrasloquesea—siguiólabroma—,yalosabéis.

Salieron del museo los tres juntos, ya que Raphael no permitió en ningún

momento que se olvidaran de su cita, y tras coger el metro se bajaron en laparadaquelosdejabamáscercadesupubfavorito.Eraelsitioalqueacudíansiempreque,trasunalargajornadalaboral,sentían

lanecesidaddebeberseunabuenapinta.Esanoche,alserlunes,estabamenos

Page 40: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

concurrido de lo que era habitual, por lo que pudieron sentarse sin tener queesperaraqueunamesasevaciara.Catalinasealegródedisponerdeuntiempoconellosporqueesolepermitía

olvidarsedeloquetendríaquesoportaraldíasiguientecuandocomenzaranlastareasderestauración.William, el camarero que siempre los atendía, se acercó a ellos con una

sonrisaytrespintasdecervezaenunabandeja.Sindejardesonreírles,pusounadelantedecadaunodeellosylesofreciólacarta.—Buenastardes,chicos,¿vaisacenaralgo?—Sí,noesbuenobebercervezaconelestómagovacío—apuntóRaphaelcon

unasonrisapícara—.YoquieroSausageandmash[2]—pidiósinmirarlacarta.Ibantanamenudoquesesabíaelmenúsinnecesidaddemirarlo.—Yoquierounahamburguesacontodo—pidióCatalina,dándosecuentade

repentedelohambrientaqueestaba.Entre el estrés del trabajo y que no había dejado de darle vueltas a la

conversación que había mantenido con Aiden, apenas había comido nada amediodía,loquehabíacomenzadoapasarlefactura.—YoquierolomismoqueCatalina—sedecidióApril.Williamlessonrióysemarchóadaravisoalacocina.FueAprilquienretomólaconversación.—¿SoyyolaúnicaquepiensaqueWillesuncalcodeJimSturgess?Raphaelarqueóunaceja,pensativo.—Sisupieraquiénesesetipopodríaopinar,peronotengolamenoridea.Catalina,quienyahabíadadobuenacuentadesupinta,segiróparamirarasu

amigoconfingidacaradehorror.—¡Sacrilegio!—bromeó—,¿cómoesposiblequenoconozcasalmejoractor

británicodelahistoria?—¡Gracias,amiga!Nopuedocreerquenosepasquiénes—antesdequeel

italiano pudiera protestar, April sacó su móvil del bolsillo y se dispuso amostrarlelaimagendesuactorfetiche.—¿Eseltipoquellevasdefondodepantalla?Yoquecreíaqueeraunamigo

tuyo—bromeó,siempredispuestoamolestarla.April le lanzó una mirada asesina y Raphael, consciente de que se estaba

metiendoenterrenopantanoso,asintióconvehemencia:—Puessíqueseleparece.—Losdossonbritánicos—apuntóCatalinatratandodeaguantarselarisa.RaphaellamiróconcensurayAprilignoróelcomentario.

Page 41: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Laconversacióndioungiromenospeligrosocuandollególacomida.—¿Estásnerviosaporlodemañana?—inquirióApril.Catalina,quehabíatratadodeolvidarsedeellopalidecióalinstante.—Hagamos un trato—propuso Raphael, tratando de salvar la situación—,

cuando estemos en el Crown, los temas de trabajo están vetados. ¿Qué osparece?Lasdosestuvierondeacuerdoconlapropuesta,Catalinaporqueeltrabajoera,

precisamente, lo que trataba de olvidar, yApril porque se había dado cuenta,nadamásformularla,dequesupreguntahabíaafectadoasuamiga.—¿Pedimosotraronda?—Lacervezaestabafuncionando,sedijoCatalina,la

ayudabaadesconectarhastaelpuntodequetodoleparecíadivertido.—Pormí perfecto. ¿Creéis que es posible queWill sea familia de Jim? Se

parecendemasiadoparaqueseaunasimplecoincidencia.Ningunode losdosrespondió,encambio,Catalina le lanzóasuamigaotro

retodeljuegodepreguntas.—Pregunta sexy—anunció—, si pudieras acostarte una vez con Jim o las

vecesquequisierasconuntipoqueseparecieraaél,¿quéelegirías?AprilgirólacabezaparabuscaraWillconlamiradaaltiempoquesepensaba

surespuesta.—Preferiríaacostarmeconelverdadero—anunció,porfin.—Seríasolounavez—insistiólamorena.—Losé,peroyomeencargaríadequefuerainolvidable—comentósoñadora.

[2]TambiénllamadoBangersandMash:Salchichas,salsaypurédepatata.

Page 42: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo7HOYESELPRIMERDÍADELRESTODEMIVIDA

Catalinallegóalmuseocontiempomásquesuficienteparatomarseuncafé,

ponerselabataytranquilizarse.Lanocheanteriorsehabíaexcedidoconlaspintasdecervezayesosexcesos

leestabanpasandofactura,justocuandodebíatenerenalertatodossussentidosseencontrabalentaycansada.Como se había vuelto una costumbre, desde que Carlos le instalara la

aplicación, se puso los auriculares en las orejas y con su café en lamano sedirigióhastalasalaenlaquetendríaquetrabajarjuntoaAidenlaspróximastressemanas.La zona de los restauradores estaba formadapor salas, similares a las aulas

escolares,soloquesinpupitres.Enellasdestacabanlosarmariosmetálicos,queocupaban toda lapared,normalmente ladel fondo,yqueconteníangranpartedelmaterialnecesariopararealizareltrabajo.Sidichomaterialnoseencontrabaallí, entonceshabíaquebuscarloenelalmacén,unazonamásvigiladayaqueconteníamaterialesmuchomáspeligrososycostosos.Porelloallísíquehabíauncontroldeloquesesacabaydequiénlohacía.Normalmentesolosehacíanecesarioiralalmacénpararecogerlosaparatos

electrónicos,comolosinfrarrojos.Cuandoentróen lasalaD,se topóconqueAidenyaestabaallí,y,además,

había sacado del almacén todo lo necesario. Desconcertada, se sacó losauricularesysaludóconextremacortesía.—Buenos días, Catalina. Me alegra comprobar que eres tan madrugadora

comoyo.EllaasintióamododerespuestayrevisóladocumentaciónqueAidenlehabía

dejadosobrelaqueseríasuespacio.Sefijóenlosalicatesylosclavosoxidadosquehabíasobrelamesaysediocuentadequeélyahabíasacadoellienzodesu

Page 43: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

sitio,loqueimplicabaquellevabaunratotrabajando.—Comencemos con los infrarrojos —pidió Aiden, quien lo tenía todo

dispuesto para ver las entrañas de la pintura—. Después podrás leer losdocumentos que te he dejado. Son básicamente una guía de los pasos queconsideronecesariospararecuperarelesplendororiginaldellienzo.Catalinaasintió,molestaporquecreyeraquenecesitabaleeresospapelespara

hacersutrabajo,ysecolocófrentealordenador,dejandoquefueraélquienseencargaradelodemás.Eldibujoqueseestudióenel infrarrojoeramuypreciso,claramentepasado

deuncartónyconuncalconítidodondesituabacadaunodelosdetallesdelavestimenta y allí lo elaboraba la pintura.Después había sido repasado con untrazofluidoapincelencolorrojizoqueyallevabaalacomposicióncompletadelaobra.—Deberíamosfijarelcolor—propusoCatalina—,hayzonaslevantadasycon

pequeñasescamasquepuedensuponerunriesgoparasurestauracióndesoporte.—Estoydeacuerdo.Siteencargasdeesaparte,yoprepararéunamezclade

White Spirit y etanol para descargar el barniz de restauraciones anteriores yprepararélaobraparasutratamientodesoporte.Catalinavolvióaasentir,reaciaahablarconél.—Sitienestrabajoquehacereneldespachopuedoocuparmeyosoladeesa

parte—propuso,ansiosaporqueélaceptaramarcharseyladejaraasolas.—Demomentopuedoorganizarme,perograciasportuoferta.Inclinó la cabeza sin decir nada que delatara el malhumor que supuso su

negativa.Ambos continuaron con lo que estaban haciendo sin mediar palabra. El

silenciodeCatalinasedebíaprincipalmenteadosmotivos:elprimeroelintensodolordeestómagoquelehabíadejadolaresacaylasegundaymásimportante,parademostraraAidenquesupresencianoladistraía,nisiquieraeraconscientedeella.Noobstante, élnopareciódarsecuenta siquierade sus intenciones, loquedealgunamaneralasconvertíaenabsurdaseinnecesarias.Dispuestaademostrarlelopocoqueleafectabatenerlecerca,comentó:—Sinoteimportamegustatrabajarconmúsica—señalósusauriculares—,

deestemodonotemolestaré.Aidenalzólavistauninstanteconunaexpresiónherméticayasintió.Catalina

nosuposisusesfuerzospordañarsuegosehabíanvistorecompensadosono.Decualquiermanera,esperabahaberlogradosuobjetivo.Ajustóelvolumendemaneraquepudieraescucharlosiélsedirigíaaellayse

Page 44: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

dispusoahacersecargodesupartedeltrabajo.Fijarelcoloreraunadelaspartesmásimportantesdelarestauraciónporque

deesemodoseevitabaquelapinturaperdierasuautenticidad.—¿Has visto la zona acuchillada que hay debajo? —preguntó Aiden

acercándosesigilosoaella.Catalinasesobresaltóalsentirlotancerca.Sucuerpola traicionóencuantonotósu respiraciónensunuca.Elvellose leerizóysupulsoseaceleróconrapidez.—Sí.Pretendíanrebajarelnivel.Aidenestuvodeacuerdoconqueeseeraelmotivo,peronoseapartó.Tardó

másdelonecesarioenregresarasulugaroriginal.—Después de aplicar el barniz voy a dejarlo para que se fije.Mientras eso

sucedepuedesleerlosdocumentosquetehedejadoo,siloprefieres,puedesirteacomer.Catalina sedio cuentadelmodo sutil enqueestabadiciéndolequeno tenía

ninguna intención de compartir con ella nada más que trabajo. No es que lesorprendiera, después de la charla que le había dado en su despacho, perotampocoesperabaquesiguieraconelmismotema,dadoquetodohabíaquedadoaclaradoentreellos.—Saldréacomer.Gracias.Despuésleerélosdocumentosquemehasdejado

paraseguiralpiedelaletratusinstrucciones—dijoenuntonoqueeracualquiercosa,menossumiso—.De todosmodos,hastamañananocreoquevayamosapodercomenzararetirarelbarnizoxidado.—Tienesrazón.Porello,encuantolohayacubierto,regresaréamidespacho

paraocuparmedeotrosasuntos.Teveréaquímañanaalamismahora.—Hastamañana,entonces—sedespidiósindejarentreverniunápicedesu

desilusión.PorsuerteparaCatalina,April todavíaseguíaensusalacuandosepasópor

allí. Su amiga se sorprendió de verla, pero prudentemente no hizo alusión alhechodequefueraacomerconellaynoconsucompañerodeproyecto.Habitualmente los equipos que trabajaban en las restauraciones solían

agruparseysaliracomer juntos.Dehecho,apesardesurelacióntancercana,Raphaelhabitualmentealmorzabaconsuscompañerosdelaseccióndemaestrositalianos.Elmuseodisponíadecateringycomedorparalostrabajadores,ubicadolejos

delazonahabilitadaparalasexposicionesylosvisitantes.Allísecongregaban

Page 45: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

desde las secretarias y los del equipo de seguridad hasta los encargados delmantenimientoylimpiezadeledificio,loscomisariosdelasexposicionesactivasy,porsupuesto,losrestauradorescomoCatalina,ApriloRaphael.Noobstante,habíaunaseparacióntácita,porlacualcadaunodelossectoresquetrabajabaenelmuseoserodeabadesuscolegas.—¿Porquénotienesresaca?—preguntóCatalinamientrasambassedirigían

alcomedor.—Lacervezanomeafecta.—Puesamísí.Asíquelapróximaveznomedejesbebertanto.—Meparecióquelonecesitabas.Trabajarconeljefeteestáafectandomucho.

Al principio pensé que debía felicitarte, pero ahora estoy comenzando aplantearmedarteelpésame.—Esposibleque tengasquehacerlo—dijo tratandodesonreír—.Almenos

tengoelconsuelodequeestemporal.—¿Quétaltehaido?Catalinanosesentíaconánimoderesponder,demodoqueoptóporevitardar

unarespuestarecurriendoasujuegohabitual.—Preguntafriki—anunció—,sihubieraunabatallaentreLordVoldermorty

Sauron,elseñoroscuro,¿quiéncreesqueganaría?Aprilnotitubeó.—LordVoldermort,notengoningunaduda.—¿Porquéestástansegura?—En primer lugar, porque es inglés y en segundo lugar porque, aunque no

tienenariz,esunpocomásconsistentequeSauron,queessolounojollameante.—Tienesentido—aceptóCatalina.—¿Elqué?¿Lodequeesgenialporseringlésolodeque,aunquenotiene

nariz,almenostienecuerpo?—Lodequeesinglés,porsupuesto.—Porsupuesto—repitióAprilmuyseria.

Page 46: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo8¿BAILAMOS?

Tal y como le había prometido a su hermana, Catalina llegó a la academia

quinceminutosantesdequecomenzaranlasclasesdebaile.Sehabíacambiadoderopayllevabamallasyzapatillascómodas.Loszapatosdetacónlosllevabaenunabolsaaparteparaponérselossiterminabasiendonecesario.Carlos leshabíadichoque los ritmosde salsa sebailabancon tacones,pero

ellanosesentíalosuficientementeseguracomoparallevarlosdeinicio.Comosuponíaquesucedería,cuandoentróen laacademiadescubrióquesu

hermanamayoryaestabaallíy,comoeradeesperar,dadosucarácterabiertoycordial,yahabíaentabladoconversaciónconcasitodossuscompañeros.Fueellaquien tomó la iniciativaypocoapoco fuepresentándole a losque

teníamáscerca.—Estela—llamóEugeniaaunamujerdeunossesentaypocosaños—,estaes

mihermanapequeña—presentó.Lamujerseacercóaellaylediolosdosbesosderigorenlasmejillas.—Encantada de conocerte, Catalina; tienes un pelo precioso —halagó la

mujer,tomandounmechóndesucabelloparanotarsutextura.Eugeniariodebuenaganaantelaspalabrasdelamujermayor.—Puesellaloodia—explicó—.Estelahasidopeluqueratodasuvida,perose

jubilóysevinoavivirconsuhijo,quese trasladóaLondreshacecincoañosparatrabajar—ledijoaCatalinaamododeexplicación.—¿Cuántotiempollevasaquí?—bromeóCatalina.Aunque sabía de la facilidad de su hermana para entablar conversaciones y

haceramistades, erademasiada informaciónparahaberla recabado en tan solounosminutos.—Elsuficientecomoparaquenoshaya interrogadoa todos—respondióun

hombre,conacentoandaluz,deunoscuarentaaños—.YosoyManuel, trabajo

Page 47: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

de traductor freelance.CreoqueaAnaya laconoces.—Señalóa lachicaquetrabajabadeaupair.—Asíes.Encantada,Manuel.Hola,Ana.Quedaban dos personasmás por presentarse, pero cuandoCatalina estaba a

puntodetomarlainiciativayacercarseellamismaaellos,Carlosseaproximóalgrupodecididoadarcomienzoalaclase.—Catalina,túbailarásconBruno—dijoCarlosseñalandoaunhombrealto,

moreno,deojoscolorcaramelo.Noeraunchicoguapo,perosíqueeraatractivoeinteresante.Atravésdesu

jerseyysusvaquerossepodíaadivinarque teníauncuerpo trabajadoy firme.EramásaltoqueCatalina,porloqueestaadivinóqueibaapasarsetodalatardeconelcuellolevantado.El aludido se acercó a ella con una sonrisa que acentuaba todavía más su

atractivo.—Hola,Catalina,encantadodeconocerte—saludóaltiempoqueseinclinaba

haciaellaparadarledosbesos—.SoyBruno,trabajodeprofesordeespañolenuninstitutoyllevodosañosviviendoenLondres.—Encantada,Bruno—contestócontimidez—.Yotrabajoderestauradoraen

laNationalGallery.—¡Losé!Túhermananoslohacontado.—¡Típicodeella!Enesecasoimaginoquesabesquetengoveintinueveaños

yquesigosoltera.Brunosoltóunacarcajada,peronolonegó.—¡Qué suerte tienen algunas!—musitó la aludida, lo bastante fuerte como

paraqueBrunolaoyeraysegiraraparasonreírle.CarlostambiénsegiróenesemomentoymiróaEugeniaconguasa.—YobailomejorqueBrunoysoytupareja.—¿Deverdad?—inquirióconasombro.Elprofesordebaileasintiósindejardesonreír.—Enesecasoretirolodicho,laúnicaquetienesuerteestatardesoyyo.Sus compañeros sonrieron ante la broma de Eugenia y las risas borraron

cualquierposibletensión.Bailar con Bruno fue agradable. Y no solo porque él demostró tener una

pacienciainfinitasinoporqueCatalinasupodejarsellevar,porprimeravezensuvida.

Page 48: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Quizáseléxitosedebióaquenoseesforzódesesperadamenteporpillar lospasoso, talvez, fueporque lamúsicaqueCarlos lehabíaobligadoaescucharcumplió con su objetivo y logró que dejara de estar encorsetada por losprejuiciosdelosdemás.Fueracomofuera,esatardeCatalinaporfinsintióqueestababailando.La conversación de su pareja fue agradable y, contra todo pronóstico, el

ejercicio logróquealiviara tensionesy seolvidaradeldía tancomplicadoquehabíatenidoeneltrabajo.—¿Quéteestápareciendolaclase?—inquirióBruno,altiempoquelemovía

losbrazosparaqueellasiguieraelritmoconsucuerpo.—Megusta.Noesperabadecirlo—yañadió—,almenosnosinceramente.—Mealegro.—Rioél.—Ytú¿cómollegasteaquí?—AtravésdeElías—señalóalchicoquebailabaconAna—.Eseldueñode

lacafeteríaalaquevoycadamañanaapormidosisdiariadecafeína.Estacercade donde trabajo —aclaró con un guiño—. Fue pedirle un café y saberinmediatamente que era español. Desde ese momento entablamos amistad ycomencéasentirmemenossoloaquí.—¡Québien!Brunoasintió.—ElíasescomoCarlos, losdosacogenagentealaquelecuestaadaptarse.

¿No te has fijado que estomás que una academia parece un club social paraespañoles sin familia?—señaló con un gesto de la cabeza lamesa que habíapreparadaenunlateral,llenadeplatostapadosconpapeldealuminioyvasosdeplástico.—¿Quéeseso?—La cena de los martes. Si quieres comer algo típicamente español en

Londres debes venir aquí. La tortilla de patatas deEstela es espectacular y eljamón que trae Elías es auténtico jamón serrano, nada de los sucedáneos quepuedasencontrarporaquí.—¿Hayquetraeralgo?—Solositienesalgunaespecialidad.Catalinasesonrojó.—Creo que se me da bien hacer cualquier tipo de arroz, pero no le pega

muchoaunacena.Brunosonrió.—¿Eresvalenciana?

Page 49: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Nacíallí,mimadresíqueesvalenciana,peromipadreesgallego.—Yo soy de Barcelona, Manuel es de Málaga, Ana de León, Carlos y su

padre, Héctor, son cubanos, Estela madrileña, Elías extremeño y Angie deLondres —señaló a la rubia que bailaba con Manuel—, pero su madre esespañola.Yalaconocerás,suelevenirlosjueves.—Nosoismuchos.—Síquelosomos,aunqueraravezcoincidimostodoselmismodía.Aunasí,

los juevesestosueleestarmásconcurrido—añadióconpicardía—ylascenassuelensermásespectaculares.Carlos les llamó la atención para que dejaran de distraerse hablando y la

conversaciónllegóasufin.Continuaronaprendiendolospasosycuandotodosempezaron a quejarse del cansancio, el profesor, resignado, aceptó dar porterminadalaclase.Comoeradeesperar,todossereunieronalrededordelamesaconlacomida,

sesacaronlasbebidasdelaneveraysedispusieronapicotearlasviandas.CarlosinterceptóaCatalinaantesdequellegarahastadondeestabaEugenia,

quienyaseestabasirviendounabebidayconversandoconabsolutaconfianza.—¿Hashecholosdeberesquetepuse?—preguntóesperanzado—.Estanoche

lohashechomuybien.—¡Gracias!Brunomehaayudadomucho.—Sabíaquecongeniaríais.¿Ybien?¿Tienesunacanciónparamí?—Sí.—Muybien,pónmela.Contimidezseñalósubolso,quehabíadejadosobreelbancolargodemadera

pegadoalapareddelfondo,yseencaminóhastaallíparacogersuteléfono.Carlos la esperó donde lo había dejado y Catalina agradeció el detalle de

haberseapartadodelosdemásparadarleciertaintimidad.Regresóhastaélconelmóvilenlamano,buscandolacanciónelegida.—¿Latienes?—Sí.—Puesvamosaescucharla.Catalinaasintióypulsóelplay.Elprofesordebailenodijonadahastaquela

melodía terminó.Nisonrióni fruncióelceño,seabstuvodedarningunapistasobreloqueestabapensando.—¿LadyGaga?—preguntóenelmismotonoimpasible,cuandoestaterminó.—Sí.EstabacomenzandoasentirseincómodacuandolabocadeCarlosseestiróen

Page 50: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

unasonrisagrandiosa.—¡Vaya!¡Vaya!Esosíquenomeloesperaba.LadyGaga,nadamenos.—¿Quéquieresdecir?—Quierodecirquesabíaquenomeequivocabacontigo.Catalinasonrió,encantada.—¡Eresunarebelde!

Page 51: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo9QUEESTOSEACABEPRONTO,PORFAVOR

Tras una semana infernal en la queCatalina había tenido que lidiar con las

dotesdemandodeAidenFischerylaobsesióndeEugeniaporlaacademiadebaile;porfinpudotomárseloconcalmaelfindesemanaysalirconsusamigos.Esesábadopor lanochehabíaquedadoparacenare iralcineconRaphael.

April,quiennormalmentelosacompañaba,habíatenidoqueasistiralabodadeunaamigadel instituto,por loquenoestabaen laciudad.Elhechonohabríatenido mayor importancia de no ser porque la amiga ausente era siempre laencargadadedecidiracuál,delasdospelículaspropuestas:unaporCatalinayotraporRaphael,quenuncaseponíandeacuerdo,ibanaver.Convencidadequeesanochenoseibaaaburrir,sepusounvestido,taconesy

elabrigoysalióalencuentrodeRaphael.—¡Quéelegantevas!—HeaprovechadoqueestanochenotenemosquecenarenelpubdeltalWill

paraarreglarmeunpoco.Catalina se dio cuenta en ese momento de que ella misma había hecho lo

mismo.Normalmente cuando iban los tres juntos siempre terminaban cenandoenelmismolugar.—¿Qué te parece si hoy vamos a Covent Garden e improvisamos dónde

cenar?—propusoRaphael.Ella estuvo de acuerdo y con esa idea en mente caminaron hasta el metro

sintiéndoseunpococulpablesdealegrarsedequeAprilnoestuvieraallí.Habíancaminadounoscincominutos,trassalirdelmetro,cuandoRaphaelse

detuvodegolpeconlamiradaclavadaenalguienpordelantedeellos.—¿EsenoesAidenFischer?Catalinabuscóconlamiradaysetopóconunaparejaquecaminabadelbrazo

pordelantedeellos.Estabandeespaldasaellos,perolafisonomíadelhombre

Page 52: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

eraidénticaaladesujefe.—Síqueparece—admitió,fijándoseenlamujer.Aunque lo único que pudo ver de ella fue su pelo largo y rubio y su

espectacularfigura,queseadivinabaapesardelabrigoquellevaba.Durante unos instantes ninguno de los dos se movió, pendientes de lo que

hacíalaparejaquelesprecedía.Seguíaninmóvilesenlaaceracuandolosvieronentrarenunrestaurante.—Entremos aquí —dijo tirando de Catalina para ir al mismo restaurante

italianoenquehabíaentradoAidenysupareja.Ellaclavólospiesenelsueloparaevitarquelaarrastrara.—Perosinuncaquierescomerenrestaurantesitalianos.—Pues hoy sí. Estoymelancólico y necesito comida queme recuerde ami

madre—volvióatratardemoverla.—¡Puesllámala!—Loharé.Despuésdecenar.Suamigajugósuúltimabaza.—Meniegoaquetepaseslanochecriticandolacomida.Raphaelparecíaindignadocuandorespondió.—Solocriticoalosmalosimitadores,peroestoysegurodequeelchefesun

compatriotaquesabecómoservirlapasta.—Lo que tú digas—se rindió—. Pero no quiero que Aiden nos vea y se

pienseloquenoes.Raphaelnoentendióa loquese refería,por loqueno ledio importanciaal

comentario.—Si entramos te dejo elegir a ti la película. —No esperó a que Catalina

aceptara,tiródeellaconfuerzayatravesólapuertadelrestaurante.Inmediatamente se les acercóun camarero para preguntarles si iban los dos

solos.Raphaelnodesaprovechólaocasión.—¿Nospuedeponerlomáscercaposibledelaparejaqueacabadeentrar?Catalinasetropezóconsuspropiospiesalescucharlapeticióndesuamigo.

Por si no era suficiente locura seguirle hasta allí, ahora Raphael también seproponíaacosarledurantesucenaromántica.—Esnuestrojefe—escuchóqueestabaexplicándolealcamarero—,ynoes

uno muy agradable, por cierto. No nos vendría mal enterarnos de algo malosobreél.Porejemplo,quesorbelasopaoquesehurgalanarizmientrascome—bromeó.ElhombresonriócomosilaspalabrasdeRaphaelfueranlacosamásnormal

Page 53: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

delmundo.—Entiendo.Síganme,porfavor.Raphael victorioso y ella temblorosa cumplieron con la petición y se

adentraron en el comedor. Aiden y su acompañante ya estaban acomodadoscuandoentraron.GraciasaDios,Aidenestabasentadodeespaldasalaentrada,loquetranquilizóunpocoelagitadopulsodeCatalina,yaquehabíaunaínfimaposibilidaddequeélnolosviera,queyapuestos,eramejorquenada.—¿Aquíestábien?—¡Perfecto!Gracias—aceptóRaphael,encantado.Elhombrelestendiólascartasysemarchóparadarlestiempoadecidir.Catalinaestabatannerviosaquenisiquierasesintióconfuerzasparaabrirla

suya.—Conqueel jefehavueltoconsuex—murmuróRaphael,encuantopudo

verbienalaacompañantedeAiden.—¿Quiénes?—Suexmujer:HeidiKlein.—¿Esalemana?—Su familia esdiplomática.Supadre estádestinadoenEEUUyellanació

allí.Aunasí,juraríaquetienelanacionalidadalemana.—¿Cómosabestantosobreella?Raphaelseencogiódehombrosparaquitarleimportanciaaltema.—Trabajamosjuntosunatemporada.—Sinosvemevoyamorirdevergüenza—lloriqueóCatalina.—¿Porqué?Aversinovamosapodercomerdondequeramos.Catalinasintióunpinchazodearrepentimientopornohaberlecontadonadaa

Raphael sobre el estúpido enamoramiento que había tenido con su jefe, unosaños atrás.De haber sido sincera con él no se estaría viendo en esa situaciónsurrealista.—¿Recuerdas que el otro día me llamó a su despacho?—preguntó en un

susurro.—No hace falta que hables tan bajito.No te oye con lamúsica y tampoco

estamostancerca—retomólaconversación—.Síquemeacuerdo,fueellunes,¿no?Catalinaasintió.—Fue para decirme que esperaba que trabajar con él no me supusiera un

problemaaniveldeconcentración.Raphaelparpadeó,sorprendido.

Page 54: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Cómodices?Catalina tomó una bocanada de aire que llenó sus pulmones y expiró con

lentitud.—Supongoquemelodijoporquesediocuentadequehacealgúntiempome

creíenamoradadeél.La llegada del camarero interrumpió la respuesta de Raphael, que tomó la

iniciativa y pidió por los dos, lo que consideró que era lo más atractivo delmenú.Catalinaloagradecióporquenisiquierasehabíamolestadoenmirarlacarta.—¿Yquévasahacer?—¿Conqué?—Consuego.¿Conquésino?Suamigoretomóeltemaencuantovolvieronaquedarseasolas.—¡Nada!Novoyahacernada.Dehecho,prácticamentenoledirijolapalabra

mientrastrabajo.Raphaellopensóunosminutosyfinalmentehabló.—Noessuficiente—yañadió—:Ahoravuelvo.Catalina sintióque se le iba a salir el corazóndelpechocuandovioque su

amigoselevantabaysedirigíahaciadondeestabaAiden.Afortunadamentepasóde largo y se dirigió hasta el baño, que estaba al fondo del comedor.Regresóunosminutosmás tarde,perosupasoera lento, tan lentoqueencuantoAidenlevantaralacabezalovería,sedijoCatalina.Efectivamente,talycomohabíatemido,sucedió.Aidenalzólamiradadesu

platoparahablarconsuacompañanteysetropezóconRaphael.Sesaludaronconlacabezayconlaextremacortesíadelaqueelitalianohacía

galaseacercóaellos.AlparecertambiéneraamigodelatalHeidiporquelamujerselevantócon

unasonrisabrillanteyloabrazó,dándoledosbesos.Catalinanosabíaquelasalemanaspudieransertanefusivas.Raphael le devolvió el abrazoy señalóhacia donde estabaCatalina, quede

haber podido se habría escondido debajo de la mesa. Los tres miraron en sudirecciónyellasevioobligadaasonreírconfingidanaturalidad.No se permitió pensar en lo atractivo que estaba Aiden con un jersey de

cashmereazulceleste.Encambio,aprovechólaoportunidadparafijarsebienensuexmujer.Era la típicabellezaalemanadeojosazulesycabellorubio,altaydelgadayconmuchoestilo.Raphaelregresóalamesaconunasonrisavictoriosaenloslabios.

Page 55: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¡Solucionado!—anunciómientrassesentaba—,yanocreoquepiensequeestásinteresadaenél.—¿Quéhashecho?—inquiriópreocupadaporlaposiblerespuesta.—¡Nada!Sololehehechosaberqueestabaaquícenandocontigo.Lodemás

lohedejadoasuimaginación.Catalinanodijonada.Dehecho,seesforzópornomirarhaciadondeestabala

mesadeAiden.Podíahacerlo, sedijo, laconversaciónde suacompañanteerainteligenteydivertidaylacomidaeraexquisita.—Por si te interesa sehagiradounpar devecesy aHeidi no le ha tocado

siquieralamano.—Nomeimporta.Raphaelseencogiódehombros.—¡Muybien!—¿Deverdadestámirando?ÉlseriodeunmodotanexageradoquecualquierahabríadichoqueCatalina

acababadecontarleunchistebuenísimo.—¡Noexageres!—¿Porqué?Fingirqueestoyinteresadoentieslomásdivertidoquehehecho

enmuchotiempo.—¡Vaya!Gracias.Raphaellamiróconintensidad,perosemantuvoensilencio.Unosinstantesdespués,Catalinasesobresaltócuandosintióunamanocálida

ensuhombro.SediolavueltaenlasillaysetopóconlamiradaintensadeAiden.—Buenasnoches,chicos—sedespidió—,esperoquedisfrutéisdelacena.—Todo estaba delicioso —corroboró Heidi—. Raphael, ha sido un placer

volveraverte.MiróaCatalinayletendiólamanoconunasonrisa.—SoyHeidiKlein.Antetalgestodecortesíasevioobligadaalevantarseyestrecharsumanode

perfectamanicura.—CatalinaObando.Lamujerabriólosojossorprendida.—¿CatalinaObando?—repitió—, ¿tienes una entrevista en elmuseo de El

Pradoelpróximomes?Sorprendidaporquelosupiera,asintió.Lapinacotecaespañolasehabíapuesto

en contacto con ella porque, según le habían dicho, estaban interesados en su

Page 56: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

trabajoyhabíaunaposibilidaddequelacontrataranyaqueibaaquedarvacanteunpuesto.Catalinasabíaquenoeralaúnicacandidata,dehecho,habíadoscandidatos

másparaelpuesto,noobstante,elhechodehaberquedadoentrelostresúltimosdetodoslosquesehabíanpresentadoalaentrevistainicialyaeraunlogro.—Puesesperoquetengaséxitoypodertrabajarcontigomuypronto.Aidensetensóderepente.—¡Gracias!¿Trabajasenelmuseo?Lamujerasintióconunasonrisa.—OstentoelmismocargoqueAiden—explicóconnaturalidad,sinunapizca

deafectaciónoprepotencia.Era evidente que Heidi no solo era atractiva, educada y amable, sino que

ademáseraunamujer inteligenteydeéxito. ¿Porqué sehabríadivorciadodeAiden?¿Habríaninfluidosuscarrerasyladistanciageográfica?DejódeladosuspensamientoscuandoAidensedirigióaella.—¿Estáspensandoendejarnos?—preguntóenuntonobrusco.—Así es, pero solo si el museo de El Prado o el Louvre se animan a

contratarme—respondiósaltándoselosformalismos.Heidi rio, afirmando que estaba de acuerdo con sus elecciones, y Raphael

intervinoparaaligerarlatensiónqueemanabadeAiden.—Sonlosdosmejoresmuseosdelmundo,yotambiénharíalomismo.Aidennovolvióahablar,nisiquieracuandosedespidieronyCatalinaestaba

temblandocuandosesentódenuevo.—Acabas de marcarte un hat trick con el mismísimo Aiden Fischer —

aplaudióRaphael—,nohaydudadequeestanochehasmagulladosuorgullo.Después de esta noche, ni un hombre con un ego del tamaño deWestminstercreeríaqueestésinteresada.

Page 57: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo10¿QUIENTIENEUNHERMANOTIENEUNTESORO?

Catalinasedespertósobresaltadaeldomingoporlamañanacuandosintióque

algo pesado le caía encima. Su primera reacción fue defenderse, por lo quelevantó los brazos y las piernas, tratando de golpear al intruso que habíainterferidoensumerecidodescanso;hastaqueenmediodelaneblinadelsueñoescuchóunarisafamiliar.Gruñó,conlosojosabiertos,perotodavíasinsercapazdesituarseyempujó

confuerzaalpesadobultoquesenegabaamoverse.—Devuélveme las llaves de mi casa—pidió, cuando logró despertarse del

todo.—¡No!—zanjóEugenia,moviéndosedeencimayrodandohastaponerseasu

lado.Noobstante,comonoestabadeltodocómodadiountirónalaalmohadayselaacomodóasugusto,dejandoaCatalinaconlacabezaenelcolchón.—¿Porquéerestanmolesta?Eugeniaselimitóasonreír.—Noesculpamíasinodepapáymamáporhacermeasídeestupenda.Catalinasedioporvencida.—Lo que tú digas. ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿No sabes que es

domingo?Suhermanaseencogiódehombros.—Tengoquecontarteunacosa.—¿Ynopodríashaberusadoelteléfonoparaeso?Negóconlacabeza.—Comobienhasdichoesdomingo,asíquevamosacomerjuntascomodicta

latradición.¡Dúchateyvístete!—¿Quémeibasacontar?—preguntó,reaciaaabandonarlacama.—¡Después! Ahora haz lo que te digo. Yo te esperaré aquí —comentó

Page 58: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

acomodándosemejorenlacama.Catalinanoprotestó,sabíaquesuhermanaeraimposiblecuandoqueríaalgo

y,loquefueraquenecesitaracontarledebíadeserimportantesilahabíallevadohastaallí.Normalmente cenaban juntas los domingos, solamente comían en las

ocasionesenlasquesuspadresseencontrabanenlaciudad.Ningunadelasdoshermanas era madrugadora por lo que la cena era mucho más cómoda paraambas.Un pensamiento pasó por la cabeza de Catalina que hizo que saltara de la

camacompletamentealerta.—¿Estásembarazada?¿Esesoloquenomepodíasdecirporteléfono?Eugenianiseinmutó.—Todavíano.Consciente de que no iba a lograr que le contara nada hasta que ella no

decidierahacerlo,semarchóenfurruñadaalbañoparadarseunaducha.UnpardehorasmástardeestabanlasdossentadasenElPirataofMayfair,un

bardetapasespañolalqueacudíanconregularidad.Lacomidaallíeraexcelenteyeljamóneraauténtico,motivoporelquelovisitabancasicadasemana.—¿QuevasadecorareláticodeArthur?Eugeniaasintióconvehemencia.—Perolociertoesqueesoesloquemenosmepreocupaahoramismo.Esun

espacioasombrosoyvoyadisfrutartrabajandoallí.—¿Entonces?¿Cuáleselproblema?—PuesqueArthurtienepensadovivirconunamujer.Inmediatamentedespuéslecontócómohabíadescubiertoquesuexmaridoera

eldueñode la casay cómoeste lehabía explicadoqueestabaviviendoenunhotelhastaqueeláticoestuvieralisto.Durante los tres años que había durado sumatrimonio,Arthur nunca había

aceptado laspeticionesde sumujerdedejar lamansióndeMayfair en la quevivíanconlamadredeesteytrasladarseaunapartamentoenKnightsbridge.Noobstante,despuésdedivorciarseestedecidía,porfin,alejarsedesuentrometidaprogenitora.Tras la explicación, Catalina comprendió losmotivos que habían llevado a

Eugeniaamadrugareinvadirsucasa.Consciente del carácter de su hermana contó hasta diez antes de responder.

Page 59: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Eugeniaeralareinadeldrama,porloqueteníaquemedirmuchosuspalabrassiesperabadisfrutardeunacomidaagradableenlugardeunaregadaporlágrimas.—¿Yesotepreocupa?—Nomepreocupa.¡Memolesta!—¿Porqué?Fuistetúlaquequisodivorciarse.EugenialelanzóunamiradamatadorayCatalinasupoqueteníaquesermás

sutilsiesperabasalirairosadelasituación.—Memolestaporqueyoestoysola.Noporqueéltengaaalguien.—¿Noloentiendo?Estássolaporquequieres.Eres tú laquequiereunhijo,

peronodeseaunmarido.—Esonoesverdad.Catalinanodijonada,selimitóamirarlasignificativamente.—Lo que me pone furiosa es que haya rehecho su vida tan pronto —se

lamentó—.Deberíaestardestrozado,igualqueyo.Catalinatuvolacertezaenesemomentodequenoeraciertoquesuhermana

tuvieracelosporquesuexmaridohubierarehechosuvidayellano.EllamismahabíasidotestigodelofelicesquehabíansidoArthurysuhermanadurantesurelación. El único problema que había habido en sumatrimonio había sido laobsesión de la familia de él con que Eugenia se quedara embarazada. Unaobsesiónquehabíaterminadoporafectartambiénaesta.YquehabíallevadoaEugeniaahuirdespavoridadeesacasa.—¿Notepareceextraño?—inquirióCatalina.—¿Elqué?—¿Por qué te ha contratado a ti de todos los decoradores de interiores de

Londres?—¿Porquesoylamejor?Decididaanocrearmásconflictosobviólamodestiadesuhermanamayory

redirigiólaconversaciónhaciadondeelladeseaba.—Yocreoqueesporotracosa.Obienporquepretendeponertecelosaobien

porquequierequedecorestúeláticoparaquevivasallíconél.—Te recuerdo que estamos divorciados. Las personas que se separan no

conviven.—Haymuchasparejasquevuelvenajuntarsedespuésdeundivorcio.Sobre

todo,silosmotivosquelosllevaronasepararseyanoestán—comentómientrassellevabaunapatatabravaalaboca.—¿Quiénhadichoqueyanoestén?—inquirióEugeniaaladefensiva.—Tú.¿Noacabasdecontarmequesehaidodecasadesumadre?

Page 60: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Muyasupesar,Eugenianopudoobjetarnada,aunquefulminóasuhermanaconlamiradaporhaberlacaladocontantafacilidad.

Page 61: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo11NOSOYYO,ERESTÚ

EncontrarsedenuevocaraacaraconAidendespuésdelosucedidoelfinde

semana, era cuantomenos incómodo.Aunque él nohizoningunaalusión a suencuentronicambiósuactituddistanteconella.CatalinasabíaqueestabamolestoporlaposibilidaddequedejaralaNational

Gallery, pero si fuera justo entendería que llegar al museo de El Prado o alLouvreeraelsueñodecualquierrestauradordearte.Y,aunque,noestabaseguradeladecisiónquetomaríasi leofrecíanel trabajo,lociertoeraquenecesitabaprobarse a símismaydescubrir si estaba a la alturade loque se exigía en lapinacotecaespañola.Talycomoerahabitual,desdequeiniciaronlarestauraciónconjunta,Aidenla

castigó con su absoluto silencio, solamente interrumpido cuando era necesarioporeltrabajo.—Creoquedeberíamoscomenzaryalareintegraciónendosfases—propuso

él.—Me parece lomejor. Si lo deseas yome haré cargo de la capa de barniz

Damar.—Loveremossobrelamarcha—fuesurespuestaylaúltimavezquehablóen

lorestantedeldía.Agradecidaportenermúsicaconlaquesentirsemenossola,seconcentróen

su trabajo. Para su mala suerte se encontró varias veces tarareando algunacanción en un tono lo suficientemente alto como para queAiden lamirara y,seguramente,lacensurara,tachándolamentalmentedepocoprofesional.Paraacabarderematarellunes,Aprilestabacompletamenteida.Habíaidoa

buscarlaparacomer juntasyhabía sido igualquesi lohubierahechosola.Suamiga,normalmentejovialycharlatanaestabacompletamentederrotada.—¿Quétepasa?

Page 62: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Creesquesoyviejaparaestarsoltera?—preguntóderepenteesta.—¿Cómodices?—Nada.¡Déjalo!—¿Tepasóalgoenlabodadetuamiga?Esnormalquelagentetepregunte

queporquénotehascasado.Amímepasaconstantemente—comentótratandodeadivinarloquelesucedíaalarubia.Aprilalzólacabezaparamirarla,peroretirólavistaantesdecruzarseconsus

ojos.—Erasolounapregunta.¡Estoybien!Catalinaoptópornoinsistir,sibiensabíaquenoloestaba.—CreoquevoyapedirleunacitaaWilliam—anunció,derepente.—¿William?¿EldelCrown?—Hace mucho que no salgo con nadie. La mayoría de mis amigos están

casadosyconhijos.Puedequetengaquecomenzaraplanteármeloenserio—seencogiódehombros—,yasabesquemegustanlosniños.—¿Qué les pasa a todas las mujeres que conozco que no hacen más que

pensarenbebés?—¿Eugenia?—preguntóApril.—Por supuesto que Eugenia. Todas mis preocupaciones provienen de mi

hermana. No me malinterpretes, me gusta tenerla cerca. Después de que mipadresejubilarayregresaraaEspañaconmimadremesentímuydesamparada.SinohubiesesidoporEugeniayomismamehubieraidoconellos.Elproblemaes quemi hermana es demasiado exagerada tanto para lo bueno comopara lomalo.—Amímecaegenial.—Yamí,essoloquesientoquedeberíatomarselascosasconmáscalma.—Loqueyocreoesqueatitambiéntevendríabiensalirconalguien.—Yyoestoyseguradequeesoeslopeorquemepuedepasarahoramismo

—dijoacordándosedelacenadelsábado.—¿CreesquetengoalgunaposibilidadconWill?—¿Por qué no?Nunca lo sabrás si no lo intentas, pero ¿qué pasa con Jim

Sturgess?Éltambiénsiguesoltero—bromeó.Aprilsonrió,porprimeravezesedía.—¿Cómoselepideunacitaaunhombre?—preguntótrasvariossegundosde

duda.Catalinanorespondiódeinmediatoporquetampocoteníaunarespuestaclara.

Ellatampocohabíainvitadonuncaanadieasalir.

Page 63: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Estás segura de que quieres hacerlo?—preguntó.April era una personametódica y meticulosa que pensaba mucho las cosas antes de hacerlas, peroCatalinaenesaocasiónestabaseguradequenolohabíameditadoaconciencia.—Quieroserespontanea.Lamorenario,peronodijonada.Desdeelmomentoenquealguienplaneaba

serespontaneadejabadeserlo.—Creoquelomejorespedírselodirectamente.—Deacuerdo—aceptópococonvencida.Durantevariosminutosningunade lasdosdijonada.Comieronensilencio,

concentradasensuspropiospensamientos.HastaqueAprilplanteóunadesusacostumbradaspreguntasraras.—Pregunta morbosa. ¿Quién preferirías que te transformara en vampiro,

KlausMikaelsonoDamonSalvatore?—¡Quédifícil!—sequejóCatalina—,¿nopuedenser losdos?Unoqueme

muerdaporladerechayelotroporlaizquierda.Larubianegóconlacabeza.—Tienesqueelegirsoloauno.Molestapor tenerqueabandonaraunodelosdosse lopensóconauténtico

interésduranteunosminutos.—MequedoconKlaus—dijofinalmente.—¿Porqué?Damonesrealmenteimpresionante.¡Menudosojostiene!—Losé,peroKlauseselvampirooriginal,porloquetienemásexperienciay

porquetieneunavozquemevuelveloca…—¡Buenaelección!Tequedasconelinglésydesechasalamericano.Deberías

planteartelosmensajessubliminalesquetemandatucerebro.Catalinasequedóquieta,coneltenedoramediocaminohastasuboca.—¿Creesqueestátratandodedecirmealgo?—bromeófingiendoseriedad.—Yolotendríaencuenta.Dicenquelossueñossonconsejosquenosenvía

nuestramente.—Jamáshesoñadoconquememordíaunvampiro—sequejó.—No,peroencuantoteheplanteadoelproblemahaselegido.Catalinaasintiópensativa.Siguieroncomiendoensilencio,hastaquelamorenahablódenuevo.—¿Cuándoquieresquevayamosalpub?—seencogiódehombros—,vamos

atenerquepasarporallísiquierespedirleunacitaaWill,ytampocoestaríamalquenospresentaraaalgúnamigo.¿Quiénsabe?IgualconocealdobledeJosephMorganymatamosdospájarosdeuntiro.

Page 64: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo12ESOYANOESASUNTOMÍO

CuandoelmartesporlamañanaEugeniasedirigióhastaeláticodeArthur,en

elqueesperabaaloscristaleros,queseencargaríandeaislarlaterraza,lohizoconunhumordiferente.Traspasarsedosdíasdándolevueltasalaconversaciónquehabíatenidoconsuhermanadecidióqueeraposiblequeestatuvierarazón.Después de todo, Catalina era la eminencia de la familia y había tenido unarelaciónmuyestrechaconsuexmarido.Tantoeraasíqueambossalíanacomerjuntos de vez en cuando. Aunque solo habían estado casados tres años, sunoviazgohabíasidodeseisaños,porloquesepodíadecirquesuhermanaysuexmarido se conocían de toda la vida. Por otro lado, el que su divorcio no sehubiera producido por culpa de terceras personas, al menos no por motivosrománticosodeslealtades,sinoquesimplementesedebíaaquelasprioridadesdecadaunoeranmuydiferentes entre sí, favorecíaque siguierahabiendounabuenarelación.LomásimportanteparaArthurerasufamilia,despuésibasutrabajo,erauno

de los abogados más preeminentes de Londres; su bufete llevaba asuntos tanimportantescomolagestióndelaNationalGallery.Lamentablementeesasdosprioridadeshabíanestadoporencimadelvalorqueleotorgabaasumatrimonio.YaunqueEugenia lo había toleradodurante un tiempoporque le amaba, lo

cierto eraque tanto su familia como sudedicación al bufetehabían terminadoporpasarlesfactura.Susuegravivíaúnicamenteparapresionarlaparaquesequedaraembarazada.

Eugenia lohabíadeseado también,porotrosmotivos,claroestá,pero tambiénhabía soñado con ser madre. El problema era que por mucho que lo habíaintentado,susesfuerzosnohabíandadosusfrutos.Trasinterminablesrevisionesmédicashabíandescubiertoqueapriorinohabíaningúnimpedimentoparaquenoseprodujeraunembarazonatural.

Page 65: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Aun así, el tan ansiado bebé no había llegado y su matrimonio se habíadesmoronadovíctimadelapresión.Eugeniaestabaanalizandounapaletadecolorparaescogereltonoqueibaa

utilizar en la cocina cuando sonó el timbre de la puerta. Debían de ser loscristaleros,sedijo,yaquehabíadadoavisoalporteroparaquelespermitieraelacceso.Nadie podía acceder a la finca sin un consentimiento previo del dueño del

piso.Loquecontribuíaalaintimidadquelospropietariosbuscabanencontrarensushogares.Contenta porque todo estuviera yendo bien se encaminó hasta la puerta y

abrió.Sequedódepiedraaldarsecuentadequenoeranloscristaleros.—Eugenia,justolapersonaquebuscaba—anuncióLaurenAldridgeentrando

enlacasasinesperaraserinvitada.Suexsuegrasedetuvotrasdeellaalaesperadequecerraralapuerta.Siuna

cosaeraimportanteenlafamiliaAldridgeeraquelostrapossuciossiempreselavabanenprivado.—Lauren,¡quésorpresa!—saludó.Nisiquierahizoelamagodeacercarsea

ellaparabesarle lamejillacomosolíahacerantes—.Imaginoquesiesperabasvermeesporqueestásaquíparadecirmealgo.Eugeniano teníaprevistoamedrentarseanteella.Despuésde todoyano les

uníaningúnvínculoquelaobligaraaseramable.Consereducadaycordialibamásquesobrada.—¡Porsupuesto!Pero¿nocreesqueesdemalaeducaciónatenderaalguien

enlapuerta?—Disculpa,estanoesmicasaycomopuedescomprobarestavacía.Loúnico

quepuedoofrecerteesunasillaenlacocina.—Serásuficiente.Graciasportuamabilidad.Eugenia dejó pasar la pulla, sabedora de que Lauren no estaba allí para

conversarconelladeltiempoquehacíaquenoseveían.EnderezólaespaldalomásrectaquepudoyseencaminóhastalacocinamientraspensabaenelmodomásadecuadodealertaraArthurdelapresenciadesumadreensucasa.—Porfavor,siéntate—ofreciólaúnicasilladisponibleenlacasa.Lamujer dejó suBirkin[3] encima de la pequeñamesa que Eugenia usaba

paratomarnotasysesentó.—¿Quétetraeporaquí,Lauren?Sideseabasvereláticotendríasquehaberle

pedidoaArthurquetelomostrara.Lociertoesquenomesientomuycómoda

Page 66: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

enestasituación.Lamujer,deaspectodelicado,peroconuncarácterdemildemonios,lelanzó

unasignificativamiradaantesderesponder:—Noestoyaquí por el ático.Ni para rememorar viejos tiempos, estoy aquí

paradescubrirquéesloquepretendes.—Losientomucho,perosoloestoyhaciendomitrabajo.Noentiendoaquéte

refierescon«loquepretendo».—¿Tu trabajo es hacer quemi hijo semarche de su hogar? ¿Tu trabajo es

alejarlo de nosotros? Porque no puedes dejarle en paz ahora que os habéisdivorciado.Eugeniaseirguiócuanaltaeraydiograciasporhabersecalzadounosstilettos

de diez centímetros porque con ellos se sentía más y más grande que suoponente.—Nodeberíasdarmetantomérito,yaquenohetenidonadaqueverconesto

—se detuvo un segundo para calmarse. Si seguía así terminaría por decirlecuatro cosas a su exsuegra y, si había sido capaz de aguantarse durante sumatrimonio, no podía permitirse estallar en esos instantes en que no las uníaningúnlazo—.LapersonaalaquetienesquepedirleexplicacionesesaArthur.—Así es, mamá. Se puede saber ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó el

dueñodelacasaentrandoenesemomentoenlacocina.Eugenia se fijó en la serenidad que mostraba su rostro. No parecía ni

sorprendidoniafectadoporlavisita.Laurenselevantódeunsaltoysuexpresiónmalhumoradayamenazadoradio

pasoaotraconunasonrisaradiante.—¡Hijo!—se acercó a él para besarle lamejilla—, qué sorpresa.He ido a

comercontunoviaycomoestabaporlazonamehaparecidobuenaideaveniravertunuevacasa.AEugenianose lepasóporalto laalusiónasunovia,pero tampocoestaba

dispuestaaescucharmás.—Simedisculpáis.IbaasalirhuyendodeallícuandoArthurlaasióporelbrazoylapegóasu

costado.—Blairnoesminovia.Eslamujerconlaquetúpretendesemparejarme—

explicó con lamirada clavada en su exesposa—.De cualquiermanera, lo queverdaderamentemeinteresaessaberquéestáshaciendoaquíyporquéestabasacosandoaEugenia.—Yonoestaba…—sedetuvoaldarsecuentadequenopodíanegarloyaque

Page 67: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

había sido pillada in fraganti—. No pretendía acosarla, es solo que estoypreocupadaporti.—La próxima vez que estés preocupada por mí búscame. Y, por favor, no

vuelvasaperderlasformasconella.Noquisieratenerqueenfadarmecontigo.Eugenia sintió un agradable calor subirle por el pecho. ¿Era posible que

Arthurhubieracambiadotantocomoparadefenderladeesemodoconsumadre?Antes siempre la había disculpadoy había alegado a su condición de viuda

parajustificarelcontrolexcesivoqueLaurenteníasobreél.Encambio,enesosmomentos le estaba exigiendo que la tratara con respeto e, incluso, se habíaatrevidoamarcharsedesucasa,dejandoaLaurensolaenlaenormemansión.—Voy amarcharme para que podáis hablar—ofreció Eugenia—, regresaré

mástarde,tengoalgunosrecadospendientes.Arthurafirmómássupresa.—Laquesemarchaesmimadre—anunció—,nosotrostenemostrabajoque

haceryellayamehavisto,queesloquedeseaba.¿Verdad,madre?—Porsupuesto,hijo.Eugenia tuvoqueesconder lasonrisaque lebrotabadelpechoyamenazaba

con descubrir la alegría que la embargaba en esos momentos. Puede que nohubieraganado laguerra,e inclusopodíaserqueestayaestuvieraperdida,noobstante,algunasbatallashacíansoñarencómoseríaladerrotadelosganadores.

[3]ClásicobolsodeHermès.

Page 68: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo13ESIMPRESCINDIBLESABERLOQUETUPELOPUEDE

HACERPORTILasclasesdebaileseestabanconvirtiendoenunaadicciónparalashermanas

Obando. Eugenia había olvidado su intención inicial al apuntarse a ellas yCatalina estaba comenzando a desechar sus prejuicios sobre su falta decoordinación.Además,ambassehabíandadocuentadequeapesardeserunaacademiade

baile, lo importanteallíeraelcompañerismoylaconversación.Cadamartesyjueves, tras las clases, se juntaban para cenar y en esos momentos todos sevolcabanenlosproblemasdelosdemás.Máscomounafamiliaquecomomeroscompañeros.Sandra,unadelaschicasalasquelashermanasacababandeconocer,había

relatadoeljuevesanteriorquesunoviolahabíadejadoyquelatiendaderopadesegundamanoenlaquetrabajabaenNottingHillestabaapuntodecerrary,antessiquieradequenadietuvieratiempodeasimilar loquedecía,Elíasyalehabíaofrecidotrabajocomocamarera.InclusoEugenia,queeramuyreservadaconsuscosas,leshabíacontadoque

estabadecorandoeláticodesuexmarido.Todos coincidieron en que era extraño que la hubiera elegido a ella para el

trabajoymásquemencionaraqueibaavivirconunamujer.Delmismomodo,Lauren fue odiada de inmediato por la granmayoría, ofreciendo de esemodoauténticasolidaridadaEugenia.De alguna manera comenzar en la academia las estaba cambiando, decidió

Catalina,quehabíacomenzadoavivircolgadadesusauricularesyqueyanosemostrabatanincómodaconsuspasosdebaile.Noobstante,esemartesnoestabateniendosuerte.Estelanodejabademirarla.

Noesqueelinterésdelamujerlaincomodaraexactamente,eramásbienquela

Page 69: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

hacía sentir torpe. De todos los bailarines que danzaban, siguiendo lasindicacionesdeCarlos,ellaeralamenosgrácil,esoloteníamásqueasumido.Elquehubieramejoradonosignificabaquesehubieraconvertidodelanochealamañanaenunabailarinaexperta.—¿Estásbien?—preguntóBrunoalverlatropezardenuevoconsuspies.—¡Losiento!Éllesonriórestándoleimportanciaalpisotón.—Tranquila.Yotampocoteníamuchoritmocuandocomencéabailar.Venía

másporsocializarqueporverdaderointerés.Ella se paró en seco con los ojos abiertos exageradamente por la sorpresa.

Brunoeraunodelosquemejorbailabanentodalaacademia.—Chicos,concentraos—losregañóCarlos.—¿Ycómohasllegadoabailartanbien?—Quitándoleimportanciaypracticandomucho.Siguieronbailando,peroBrunocambióunpocosuactitud,siemprecorrectay

encantadora,ysemostrómásjuguetóngastándolebromasparahacerlareír.Cuandolaclaseterminó,sesentíacansada,perocontenta.—Catalina,¡venunmomento!,porfavor—pidióEstelafinalmente.La aludida se acercó con cierta timidez hasta ella, preocupada de lo que

pudieradecirle.Sinembargo,Estelanohabló.Selimitóacolocarunasillafrenteaellayasacaralgodesubolso.HastaqueCatalinanoestuvo lo suficientemente cercanopudodistinguir el

cepillo.Porinstintosellevólasmanosalcabello.Estelahabíasidopeluqueratodasu

vida,talvezsusinsistentesmiradassedebíanmásqueasudescoordinadobailealestadodesupelo.—¡Siéntate!Porfavor—pidió,porfin.—¿Sucedealgo?—Voyapeinarte—anunciósinmayoresexplicaciones.Catalinahizoloquelepidió,entresorprendidaeintrigada,yenseguidanotó

lasmanosdeEstelamoverseporsucabello.Elgestoatrajolaatencióndetodossuscompañerosyantesdequetuvieratiempodeavergonzarseestabanrodeadasporellos.—¿Esunatrenza?—aventuróAna.—Esunatrenza.Unatrenzasiempreesunaopciónelegantealmismotiempo

quepráctica.Estoycansadadeverlacasisiempreconunasosacoleta.—Mihermanasiemprehatenidounpeloprecioso,elproblemaesquenosabe

Page 70: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

lucirlo—comentóEugenia.—Tieneunpeloyunacarapreciososynolesacapartidoaningunodelosdos

—dijoEstela,quienseguíatrenzandoelcabellodeCatalina.Habíacomenzadoenunlateralylatrenzaledabalavuelta,porencimadela

nuca,hastapordetrásdesuorejaderecha.—Llevar una coleta es práctico. Si lo dejo suelto memolesta en la cara y

ademásterminopringándolodeetanolobarnizyesmuydifícileliminarelolorpormuchoquelolaves.—Tenía ganas de peinarla desde que la vi—siguió hablando la mujer sin

hacercasoalasexcusasdesuclienta—.Estoyacasiestá—anuncióaltiempoqueatabaunagomaalapuntadelatrenza.—¡Wow!—halagóBruno—.¡Estásguapísima,compañera!—¿Puedoverme?Lohabíapreguntado,peronisiquieraesperóaqueEstelaledierapermiso.En

cuantonotóquelamujersoltabasupelo,sepusodepieyseacercóalosespejosdelfondoopuestoadondeestaban.Lamujerque lemostró el espejo eramuybonita.La trenza ledabaun aire

juvenilyalavezsofisticado.Teníalasmejillassonrosadasporelejercicioysusojosmarronesseveíangrandesybrillantes.—Sinoeresdelasquedanmuchasvueltasenlacamateduraráhastamañana.Catalinanodijonada,peroyaestabapensandoenenrollarseunpañueloenla

cabezaoinclusounabolsadeplásticoparaqueledurarahastaeldíasiguiente.Todos los que se habían arremolinado a su alrededor admiraron tanto el

resultado como el trabajo de Estela, quien inmediatamente se vio rodeada decompañerasquelerogabanquelaspeinaraaellastambién.Trashacersede rogarunosminutos,Eugenia terminóconunelegantemoño

francésyAnacondostrenzasdeboxeadora.—Queridas mías, por si lo habéis olvidado, estoy felizmente jubilada—se

quejóEstela.Aunqueeramásqueevidentequeestabaencantadacontodasellasasualrededorpidiéndolequelaspeinara.

Page 71: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo14LAMÚSICAAMANSAALASFIERAS

—¿Te importaríanoponerte losauricularesestamañana?—preguntóAiden

—,lociertoesquemevendríabienescucharunpocodemúsica.Nohedormidomuybienyelsilenciopuedeserdemasiadosoporíferohoy.Catalina asintió y dio gracias por haberse tomado lamolestia de abrirse su

propia playlist. Las que había estado escuchando de Carlos eran demasiadobailableseinclusoalgunascancioneserandemasiadoexplícitasparaescucharlasconsujefe.Respiróaliviadacuandolaprimeracanciónquesonóalponerelaltavozfue

UnderPreasuredeQueenyDavidBowie

PressurepushingdownonmePressingdownonyounomanaskforUnderpressure-thatburnsabuildingdownSplitsafamilyintwoPutspeopleonstreetsUmbababeUmbababe[4]

Por primera vez desde que habían comenzado a trabajar juntos,Catalina se

sintiótranquila.Lapresiónconlaquenormalmenteafrontabalajornadaparecíahabersedisipadoyelsilencionofuetandensocomoenocasionesanteriores.LaactituddeAiden tambiéneramenosestrictaynosoloporsupeticiónde

quecompartierasuplaylistconél,sinoqueporprimeravezleofreciócompartiruncaféjuntos.Enlasemanaymediaque llevabantrabajandonunca lehabíaofrecidonada

más que fría cordialidad, por lo que un café se sentía como un gran triunfo

Page 72: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

personal.—Tienes unos gustos peculiares —comentó con una sonrisa mientras se

llevabasutaza,conlaestatuadelalibertadimpresaenella,aloslabios.—¿Peculiares?Aidenasintió.—Enmenosdemediahorahastocadotodoslosgéneros:Rockandroll,pop,

soul,country…Elpopyelsoulnomehansorprendido.Inclusopodíaesperarmeelcountry,peroconelRockyelHeavymehasdejadoatónito.Catalina rio,nerviosa.Desdeesaprimeravezensuoficina,cuando lahabía

entrevistadoparaeltrabajoderestauradoranohabíavueltoahablarconAidencontantanaturalidad.—MegustanlasbandasclásicasdeRockyHeavy.—¡Losé!Mehedadocuenta.—Lapróximavezpuedesescogertúelrepertorio—ofreció.Aidennegóconlacabeza.—Misgustossondemasiadoaburridoscomparadosconlostuyos.Mesentiría

ridículo.Catalinalemiróconincredulidad.—¿Quétipodemúsicategusta?—Megustalamúsicaclásicaylaópera—yañadióconungestodepesar—:

Yatehedichoquemisgustossonaburridos.—No estoy de acuerdo contigo. La ópera puede ser cualquier cosa menos

aburrida. Enmi humilde opinión, ya que no estoymuy versada en ellas, soncomo las actuales series de la televisión. En apenas tres horas y cuarto pasancosastanfascinantescomoregicidios,traicionesyenamoramientosfulminantes.AidenriodebuenaganayCatalinatuvoqueconcentrarseparanocomenzara

balbucear.—Lo digo de verdad.Hay óperas comparables a cualquier serie al nivel de

JuegodeTronosoLosSoprano.—No puedo negar que tienes razón ni dejar de admitir que nunca lo había

vistodeesemodo.Tras el descanso para el café regresaron a la sala de restauración para

continuarconeltrabajo.Era cerca de mediodía cuando su cordialidad fue interrumpida por un

inesperadovisitante.—Buenosdías,esperonomolestar—dijounavozasusespaldas.Tanto Aiden como ella se giraron para ver quién era la persona que había

Page 73: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

hablado.Catalinaestabatansorprendidacomoencantada,porloquedioungrititode

felicidadyseacercóatodaprisaaabrazarlo.—¡Arthur!¡Cuántomealegrodeverte!Estesehabíaquedadoenelumbraldelapuertaalaesperadequeleinvitaran

apasar.NohabíaesperadoencontraraCatalinaconeldirectordeldepartamento,sinoqueesperabaverlaconApril.Dehecho,había idoprimeroa la salaAenque ambas solían trabajar y la rubia era quien le había informadodel recientecambio.—¡Cata!—contestóeste tancontentocomoella,devolviéndoleelabrazo—,

estás preciosa —la halagó, tal y como solía hacer—. Me encanta tu nuevopeinado.—¡Gracias!—¡Aldridge!—cortóAidenacercándoseaellosmuyserio—,¿quétetraepor

aquí?¿Necesitasquerevisealgúnpermisocontigo?—Aiden,disculpa,notehabíavisto.—ArthurleofreciólamanoyAidense

laestrechóconelceñofruncido.—No,estaveznoestoyaquíparahablarcontigo.Teníaquesolucionarunos

asuntos con el comisario de la nueva exposición y he querido aprovechar laocasiónparasaludaraCatalina.—Nosabíaquefueraisamigos.Arthursonrióconamabilidadyunbrillomaliciosoenlosojos.—Catalina y yo somosmuchomásque amigos—comentó sin darmayores

explicaciones.—Yaveo—dijo—.Osdejaréhablartranquilamente.Seretiróensilencioysedispusoaseguirconsutrabajosinabandonarlasala.Catalinaapenasleprestóatención,demasiadosorprendidaporlavisitadesu

excuñado.—Supongoquevienesarecabarinformación,perosabesquenopuedodecirte

nada.Arthurlamiróconpicardía.—¿Porquéerestanmalpensada?Solovengoainvitarteacomer.Hacemucho

quenocomemosjuntos.AidenhablóenesemomentoyCatalinasediocuentaentoncesdequenise

habíamarchadonihabíadesconectadodelaconversación.—SeñoritaObando,estáustedmuysolicitadacontodoeltrabajoquetenemos

pendiente —Catalina estaba segura de que nunca la había hablado con tanta

Page 74: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

formalidad—. Recuerde que nuestro plazo era de tres semanas y ya hemoscubiertoelcincuentaporcientodeél.Comobuenabogadoqueera,Arthurtomólasriendasdelasituación.—Enesecasocenemos.Terecojoencasaalasseis.—Sediolavueltapara

enfrentaraAiden—.Unplacersaludarte,Fischer.—Lomismodigo.

Aiden no volvió a hablar en todo el día y Catalina se negó a forzar una

conversación. Se había acostumbrado al Aiden taciturno y una conversacióndistendida sobremúsica no era signo de que hubiera cambiado su actitud conella.Decualquiermanera,yanoleimportaba.Mástarde,cuandosequedósola,llamóasuhermana.—VoyacenarconArthurestanoche.¿Hayalgoquequierassaber?—Tequiero,ereslamejorhermanadelmundo—fuelarespuestadeEugenia.—Osea,quesí.—¿Deverdadteníasesperanzasenquedijeraqueno?—Yasabesloquedicen:laesperanzaesloúltimoquesepierde.—Hermanita, eres una ilusa —bromeó mientras se reía de buena gana—,

aunquesabesquetequieroigual.

[4]Presión,aplastándome./Presión,aplastándote./Ningúnhombrelapidió./Bajopresión-derribaunedificio./Divideaunafamiliaendos./Ponegenteenlascalles.Umbababe/Umbababe.

Page 75: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo15UNAOFERTAQUENOSEPUEDERECHAZAR

Ese jueves el comedor estaba más animado que de costumbre. Las

conversacionessiempreestabanpresentesdurante lacomida,peroelmurmullodeesedíaeramuchomássonorodelohabitual,pensóCatalinamientrascomíajuntoaApril.Comoeradeesperar,esedíaAidentampocohabíatenidointencióndecomer

consucompañeraenelcomedory,comosucedíacadadía,alahoraseñaladasehabía marchado sin mencionarlo. Catalina había comenzado a dudar sobre sirealmentehabíancompartidouncaféyunaconversaciónamigableohabíasidotodounsueño.—¿Qué les pasa a todos hoy?—preguntó Raphael, apareciendo delante de

ellas con su bandeja de comida en lasmanos.Se sentó junto aApril—.¿Estálibre?Lasdosamigassemiraronconextrañeza.Normalmenteelitalianocomíacon

sugrupoy,apesardelaestrechaamistadquelesunía,raravezsesentabaconellas. El ritual del mediodía era una norma no escrita seguida por lostrabajadoresdelmuseo,aexcepción,claroestaba,del jefedeldepartamentoderestauración, que desde que había comenzado a ensuciarse las manos con eltrabajodecampocomíaensudespacho.—Sí—respondióCatalina.—¿Tehasenfadadocontuscompañeros?—inquirióApril.—¿Cuántosañostenemos?¿Cinco?Larubiaobviólapullayretomólaconversaciónanterior.—Estánalteradosporlaconferencia—explicólarubia.—¿Quéconferencia?—preguntóCatalina.—HayunaconferenciaenOxfordeste findesemana.Essobre tecnologíay

Page 76: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

restauración. En sí mismo es unomás como tantos otros, lo importante es elcócteldehonorquetendrálugarelsábado.—¿Ycuáleselproblema?Llevodosdíasdeinsinuaciones,poresohehuido

deallí—insistióRaphaelsindarmásexplicaciones.—Las personas más importantes en materia de restauración estarán en ese

eventodelsábadoporloqueesunbuenmomentoparaestablecercontactos.—Normalmentelasconferenciassonlibres.Cualquierapuedeasistir.Aprilnegóconlacabeza.—Estano.Hayunaforolimitado,porloqueprimeroaccederánlosquetienen

invitaciónydespuéslosquenolatienen.Yparaelvinodehonorespeor,hayquetenerinvitación.Raphaelseencogiódehombros.—Yotengouna,poresomeestoyviendoacosado.—¿Quéhasdicho?—preguntóAprilasombrada.—Que tengouna invitaciónpara el vinodehonor, el coctel o loque sea, y

también para la conferencia. Me la enviaron por correo electrónico hace dossemanas.Nopenséquefueranadaimportante—yañadiómuyserio—,noteníaplaneadoasistir, pero si lodeseáispodéis acompañarmealgunade lasdos.Heignoradoamiscompañerasenfavorvuestro—explicómuyserio.—Amí nome interesa—dijoCatalina falsamente. Esa era unamuy buena

oportunidadparahacercontactosimportantesdecaraasunuevaentrevistaenElPrado—,veconApril.—Perosuamigaparecía tanemocionadaconeleventoquelodejópasar.—Nopuedo—dijoestaconhorror—,hequedadoconWill.—¿Will?¿ElWilldelCrown?—inquirióRaphaelconunavozunpocomás

estridentedelonormal.—Esemismo—confirmóCatalina—.Aprillehainvitadoasalir.Suamigaenrojeciódevergüenzayalserunatípicarosainglesa,depielclara

ymejillassonrosadas,elefectofuemásqueapreciable.—¡Enhorabuena!Porfinhashechoalgoquenomeesperabaquehicieras—

apuntóRaphael.—¡Oye!QueAprilesmuyespontanea.Simplementepasó.Tratandodedefenderla,Catalinasoloconsiguióquelasmejillasdelarubiase

encendieranunpocomás.—Sitúnoquieresvenirtendréquepedírseloaotrapersona.Lociertoesque

nomefaltancandidatas—murmuróRaphaelmirandoaCatalina,pensativo.—¿Aunamujer?—lapreguntadeAprilsorprendióasusamigos.

Page 77: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

CatalinaledabavueltasacómodecirleaRaphaelquehabíacambiadodeideaysíquedeseabaacompañarlemientrasRaphaelvalorabaaquécompañeradebíainvitarparanoirsolo.—Porsupuestoquevoyallevaraunamujer.Novaaseraunhombre.¿Qué

diversiónhabríaentonces?Catalinaregresóaltrabajodespuésdecomer,conlacabezatodavíaperdidaen

pensamientosrelativosalaconferencia.TeníaquehablarconRaphaelantesdeque tuviera tiempo de invitar a otra persona, pero se había marchado tanmolesto,sinapenastocarsucomida,quenohabíatenidotiempodedecirnada.EntróenlasalaenlaquetrabajabaconAidenysediodebrucesconél,que

salíadeellasinlabataconlaquecubríasusropasdelosproductosqueusaban.—Cuandodispongasdeunosminutoslibrespásatepormidespachoypídelea

Normaelprogramadelaconferenciaalaqueasistiremosestefindesemana—dijosindarleimportancia.—¿Cómodices?—¿Hederepetirlotododenuevo?—Noseránecesariosimeloexplicascomosinotuvieralamásremotaidea

deloqueestáshablando.—EstefindesemanahayunaconferenciaenOxfordy…—Esoyalosé—lecortó—,megustaríaquetecentrarasenlaparteenlaque

sesuponequeteacompaño.—Enesecasolohasentendidotodocorrectamente.Estamostrabajandojuntos

y,porlotanto,esadecuadoquevayamosjuntosalaconferencia.Además,serámuyinteresanteparati,yaqueestáscompitiendoporunaplazaenElPrado.Catalinalemiróconasombroyconfusión.Unosdías antes, cuando se enteró de quehabía ido a una entrevista inicial,

parecíamolesto,¿yenesosmomentosseofrecíaaayudarla?Nohabíaningunadudadequesehabíaperdidounapartedelproceso,porqueelresultadoactualnoteníaelmenorsentido.—Supongoqueesasí.—Teaseguroqueloes.—¿Porquéquieresayudarme?SiconsigolaplazadejarélaNationalGalleryy

deberásbuscaraalguienquemesustituya.Aidenseencogiódehombros,perosumiradanoeratanindiferentecomosu

expresióncorporal.

Page 78: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Esoesexactamenteloquedeseo.—¿Disculpa?—Eresunaexcelenterestauradora.TemereceseltrabajoylaNationalGallery

nopretenderetenerte.LaexplicaciónapaciguóunpocoaCatalina,aunasí,noestabaseguradeque

Aiden hubiese sido del todo sincero o de que lo que había dicho fuera uncumplido.—Teverémañana—sedespidió—,hedeatenderunosasuntosimportantesen

midespacho—dijo,dejándolasola.Aidenestabatanensimismadoensuspensamientosqueprácticamentenovio

a nadie de camino a su despacho. Aunque le saludaron varios compañeros ytrabajadoresconlosquesecruzó,apenasfuecapazdeefectuarungestoconlacabezayseguirsucamino,absortoensusproblemas.Cuando llegó, Norma se levantó sin decir nada a prepararle un café bien

cargado.Llevabantanto tiempotrabajandojuntosqueyaeracapazdepredecirsuhumorsoloconverlelacara.Dosminutosdespuésledejabaunatazahumeantesobrelamesa.—¡Gracias!—¿Quésucede?¿Tehaspeleadoconelcomisariodelanuevaexposición?Negóconlacabeza.—Nadaquedebapreocuparte,essoloquehedeorganizareltrabajopendiente

paradespejarelviernes.Tengoprevistosalirtemprano.—Cierto,laconferencia.¿Deboreservartebilletesdetrenoirásentucoche?—Sonmenosdesesentakilómetros.Conduciréyo.—¿No vas a beber en el evento del sábado? Si tienes previsto conducir no

deberíashacerlo.—Aprecio tupreocupación.Mequedaréenelhotelel sábadoy regresaréel

domingo,asípodrésocializarsinriesgoaprovocaraccidentes.—¡Muybienvisto!—alabóNorma,encaminándosehastalapuerta.—Unacosamás,voyairconCatalinaObando,porfavor,preparaundosier

paraellaconlostemasquesevanatratarenlaconferencia.—¿Quévasa irconquién?—preguntóNormamuysorprendida—,pensaba

quenoqueríastenertratoconnadiedelGallerymásalládeltrabajo.Aidenmiróasusecretariaconunaexpresiónindescifrable.—Novoyatenertratoconella.Voyatrabajarconellafueradelmuseo.

Page 79: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Loquetúdigas.¿Deboreservarbilleteparaellaolallevarásentucoche?Aidenlafulminóconlamirada.—Noseránecesarioquereservesnadamásquelashabitaciones,gracias.—¡Muybien!—Norma—lallamócuandosediocuentadequeellaibaadejarsudespacho

—, averigua quién está invitado al vino de honor y si va alguien que tengarelaciónconelmuseodeElPrado.Ellalemirósorprendida.—¿Estáspensandoenaceptarlaofertadelmuseo?Aidennegóconlacabeza.—Noesparamí—contestóeinmediatamentedespuésagachólacabezahacia

los papeles sobre su escritorio, lo que dejó claro a Norma que no estabadispuestoadarmásexplicaciones.

Page 80: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo16CARPEDIEM,MYFRIEND

NoestabamuyseguradequeiralCrownesatardehubiesesidobuenaidea,

pensóCatalina, al ver la expresión taciturna deRaphael. Sus amigos parecíanincómodos y la actitud excesivamente atenta deWill, quien les sirvió patatasfritas, regalode lacasa, tampocoayudabamuchoaquese instalara lahabitualcomplicidadquecompartíanlostres.—Llevamosviniendoaquíañosyhoyeslaprimeravezquenosinvitaaalgo

—musitó Raphael, negándose a comérselas—. Debes de haberle impactadomucho.—¡Estánbuenas!—tratódeapaciguarlesCatalina.—Todavíanohemostenidounacita,porloquenocreoqueseapormí—se

defendiólarubia.—Yoestoysegurodequenoespormí.Decididaaeliminarlaincomodidad,Catalinajugósumejorbaza.—AidenFischermehainvitadoaasistirconélalaconferenciadelviernesy

alvinodehonordelsábado.—¡Quégraciosaeres!—seburlóApril.—Esverdad.¡Lojuro!Losdosdejaronde lado sumalestar y la observaron con fijeza, tratandode

leerensuexpresiónsieraunamentiraoestabadiciendolaverdad.—NoquierequetemarchesaMadrid—especulófinalmenteRaphaeldando

porverdaderalaexplicación—,ahoraquesabequeestásentrelostreselegidospara la plaza de restaurador quiere hacerte la pelota para que te quedes enLondres.—Para nada. Creo que en realidad quiere quememarche y que esta es su

maneradeecharmeunamano.—¿Y por qué iba a querer eso? Eres una de las mejores restauradoras del

Page 81: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

museo.—¡Gracias,Raphael!Perocreoqueno lecaigobien—yañadió—:Durante

lashorasqueestamosjuntosnomehablaynuncahaqueridocomerconmigo.—Noespropiodeél.Siemprehasidounapersonamuysociableyamable—

apuntóRaphaelcogiendounapatata.Ibaallevárselaalabocacuandorecordódedóndehabíansalidoylasoltóconrapidezcomosiquemara.Aprilapartólavista,incómodaconelgestodelitaliano.—¿Loconocías antesdevenir a laNationalGallery?Pareceque tienesuna

ideabastanteampliadesucarácter—dejócaerCatalinatratandodenomostrarsucuriosidad.—EstuverestaurandofrescosenlaToscanaycoincidíallíconélyconHeidi.—¿QuiénesHeidi?—preguntóApril.—LaexdeAiden—aclaróRaphael—.Laexmujer,aunqueporaquellaépoca

soloeranpareja.—Nomehabíasdichosunombre—recriminóAprilmirandoaCatalina.Catalinanorespondió,demasiadoimpacienteporquesuamigosiguieraconla

historiacomoparajustificarse.—Estuvimosjuntostresmeses.Despuéslesperdílapistaynosupenadade

ninguno de los dos hasta que comencé en laNationalGallery.AHeidime laencontréelañopasadoenParís,enelcongresoalqueasistísobreconservaciónyrestauracióndebienesculturales.Nolahabíavueltoaverhastaelsábadoenquecoincidimosconellosenelrestaurante.—Querrásdecirenquelosseguimos.—Cómosea.Mesorprendióquemantuvieranesetipoderelación.—¿Porquénoibanallevarsebien?—protestóApril.Raphaelseencogiódehombros.—Noeslohabitual.SiguiócontándolesqueporaquellaépocatantoAidencomoHeiditrabajaban

en laNationalGallery of art deWashingtonD.C y que allí era donde amboshabíancomenzadosurelación.AlparecersecasarondespuésdetrabajaraquelveranoenlaToscanayseguíancasadoscuandocadaunosemarchóaunapuntade Europa a trabajar. Aunque trataron de que funcionara el matrimonio adistancia,alfinalnoresultó.El talento y los contactos de Heidi, que procedía de una familia de

diplomáticos,loshabíallevadoaambosaEuropa,yconellosumatrimoniosefueapique.—Raphael,sitodavíanolehaspedidoanadiequeteacompañealeventodel

Page 82: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

viernes,¿puedoircontigo?—¿Quépasacontucita?—dijomirandoaWillqueseguíasirviendomesas.—HablaréconWillymedisculparéporcancelarla.—Seencogiódehombros

—.Siemprepodemossalirenotraocasión.Raphaelnodijonadaduranteunossegundosenlosqueselimitóahacerseel

interesante y a mantener la intriga de si había invitado a alguien o no aacompañarle.—¡Está bien! Puedes venir conmigo. Tienes suerte de que todavía no me

hubieradecididoentreAndreaoLea.—Gracias…Supongo.—Perosivasasermiparejaenelvinocóctellomejorseráqueteconsigasun

vestidoacordeamiestilo—dijo,todavíamolestoporsurechazoanterior.—Notepreocupesporeso.Tengoungustoexquisito.—Enhombresnoserá…—¡Niños!—llamó Catalina—, no os enfadéis o tendré que castigaros—se

burlóhaciéndolesnotarsuactitudpueril.—¡Quégraciosa!—sequejóRaphael.—Esperoequivocarme,perotengolasensacióndequevasanecesitarapoyo

emocionalsivasconAidenalaconferencia—decidióApril.Catalina no lo negó y Raphael frunció el ceño volviendo a su anterior

malhumor.DealgunamaneraAprilacababadedaraentenderquesoloibaparaapoyarla,dadolooscuroqueseveíasufuturoinmediatoalladodeAiden.Catalinapensóenelloduranteelrestodelanocheysiguióhaciéndolocuando

llegóacasaysedejócaerencimadelsofá,sinquitarsesiquieraelabrigo.LomirasepordóndelomiraselainvitacióndeAideneraextraña.¿Porquéel

director del departamento de restauración la elegiría a ella para asistir a unaconferenciatanimportante?Cuandonisiquieraeracapazdecompartirconellaunacomidaenelmuseo.La excusa de que era su compañera de restauración no era creíble

precisamenteporesemismomotivo,porqueno la tratabacomotal.Por loquedebíaserciertoquelallevabaparaayudarladecaraasupróximaentrevistadetrabajo.Porotrolado,¿quésesuponíaquetendríaquehacerelfindesemana?¿Fingir

queAidenlatratabacomoaunacolega?Esonohabíanadiequeselocreyera.Noobstante,nopodíaolvidarquesuacompañanteeraeljefedeldepartamentode restauración, loque, junto con su trayectoria impecable, hasta elmomento,podíaabrirlemuchaspuertas.Loúnicoqueteníaquehaceresefindesemanaera

Page 83: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

mostrarse profesional y aprovechar cualquier presentación que Aiden pudierahacerle.De repente, las palabras deRaphael sobre el vestido para el vino de honor

regresaron a su mente. Debía de ser algo elegante, pero llamativo al mismotiempo.Unvestidoquecaptaralaatencióndelagenteporsuestiloydistinción.—Notengonadaadecuadoqueponerme—sequejó,pensandoen lo irónico

queeraquelahijadeldueñodeSpanishQueensnotuvieraunatuendoadecuadoparalaocasión.Sihabíaalgoenloquesuspadressiempreleshabíaninsistidoeraenlaropa

delosdomingos.AnselmoObandohabíainiciadosuempresasiendounmodestosastre,oficioaprendidoasuvezdesupadrey,cuandosedecidióaarriesgarlotodoyacrearsuimperio,solocontabacondostrajespropios,elqueusabatodoslosdíasyelquesereservabaparalosdomingos.Cuandoeléxitolellegó,antessiquiera de tener a sus hijas, siguió con la costumbre de reservar ropa paraocasionesespeciales.—Mipadrememataríasilosupiera.Deun salto sepusodepieybuscó subolso,quehabíadejadodecualquier

maneraalentrarencasa.Sequitóelabrigoysacóelmóvil,volviendoadejarsecaerenelsofá.Duranteunossegundossequedómirandoelteléfonosindesbloquearlo.LlamaraEugeniaibaaserunamuymalaidea.Paraempezarporqueacabaría

contándoseloasuspadresyparaterminarporqueseibaaverobligadaacontarlea su hermana losmotivos por los que necesitaba que le prestara un vestido y,cuandoledijeraqueasistiríaacompañadadesujefe,lacosasoloempeoraríayempeoraría…De todosmodos, no podía hacer otra cosa, se dijo para animarse.No tenía

tiempoparapedirleasumadrequeleenviaraalgoadecuadoytampocopodíairdecomprasporquealdíasiguientetrabajabayteníaclasedebaile.Enfurruñada,desbloqueolapantallayllamóasuhermana,quienrespondióal

tercertono.—¿QuétaltefuelacenaconArthur?—preguntósinsiquierasaludar.¡Ostras! Se había olvidado por completo de eso. Conociendo a Eugenia,

seguroquehabíahechounesfuerzosobrehumanoparano llamarlayesperaraquelohicieraella.—Muybien.Blairnoleinteresalomásmínimo.—¿Estássegura?—Sí.Esunanuevacompañeradelbufete.Noesnadapersonal.

Page 84: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Osea,queesjoven.—Supongo.—¿Noselopreguntaste?—elenfadoylaincredulidadteñíansuvoz.—¿Nocreesqueesunpocofuertepreguntareso?Sesuponíaquequeríasque

fueradiscreta.—Puesno,quierosaber.¡Pregúntale!Catalinapusolosojosenblanco.—Porsupuesto,ahoramismolellamoylepreguntoydespuéstelocuento—

dijoestaconguasa.—Esunaironía,¿verdad?—¡Loes!Aunqueteprometoquelapróximavezquelovealepreguntarémás

afondosobreella.—¿Loprometes?Catalinaviolaoportunidadynoladesperdició.—Conlacondicióndequetúmeayudesamíconalgo…—¿Qué necesitas? —preguntó con curiosidad. Su hermana no era alguien

propensoapedirfavores.Normalmentesolucionabaellamismasusproblemasyraravezrecurríaaellaparaquelaayudara.Ensurelaciónlosrolestípicosestabancambiados,lahermanamenorprotegía

alamayor.—Necesitounvestido.—¡Pídeseloapapá!—Notengotiempoparaeso.—Menosmal que soy una digna hija de mi padre. La ropa es una de mis

especialidades,peroloprimeroesloprimero,¿quiénvaasertuacompañante?—¿Cómosabesquellevoacompañante?Yonotelohedicho.Eugeniasuspirósonoramenteatravésdelalínea.—Primero porque me has llamado para pedirme ayuda y segundo porque

cuando una mujer como tú necesita un vestido es porque hay un hombreimplicado.—¿Unamujercomoyo?—Unamujerinteligente,independientequesepreocupamásdesumenteque

desuaspecto.Catalinalopensóunossegundosantesderesponder.—¿Estás tratando de hacerme la pelota porque has metido la pata con tu

afirmaciónmachista?—¿Vescomoeresinteligente?¿Ves?

Page 85: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo17UNPOCODEGLAMUR,PORFAVOR

El jueves,Catalinaestuvoapuntodenoiralaacademiadebaile,yaqueal

díasiguienteporlamañanateníaquemarcharseconAidenaOxfordydebíadeorganizarlo todo, dado lo inesperado de la invitación.Aunque el viaje apenasdurabaunahoraymedia teníanprevistosalir tempranoparaacomodarseenelhotelyprepararsedebidamenteparalaconferencia.Pasarían allí las siguientes dos noches, ya que regresarían a Londres el

domingoporlamañana,parapoderdisfrutarcontranquilidaddelvinodehonorsinverseobligadosaconducirderegresoesemismodía.Noobstante,pormuchoquetuvierapendiente,Catalinanotuvoelección,ya

quesuhermanaibaallevarlelosvestidosquehabíaescogidoparaprestarlealaacademia.Conesaideasedesplazóhastaallíy,nadamásentrar,setopóconuncorrode

personasquerodeabanaalguien.Conunmalpresentimientoseacercóaellosymientraslohacíalaconversaciónquemanteníansefueaclarando.—Amímegustamáseste.—Yoprefieroeste.—¿Quéestápasandoaquí?—preguntócuandoseacercó lo suficientecomo

para ver a Sandra y a su hermana sosteniendo perchas de las que colgabanvestidosdecóctel.—¡Yaestásaquí!—dijoEugeniaemocionada—,puestoma.—Letendiósus

dosperchas—.Pruébateprimeroestos,quesonmis favoritosydespués losdeSandra.—¿Ahora?—miróaCarlosenbuscadeapoyo.Elprofesordebailesolíaser

quien impartía además de bachata, un poco de cordura a sus alumnos, noobstante,enesosinstantesparecíahabersecontagiadodelalocurageneral.—Por petición popular hoy no vamos a ensayar.—Se encogió de hombros

Page 86: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

señalandoalasmujeresconlacabeza—.Sonmayoría—seexcusó.Catalinaenrojecióantelaideadequetodoslavieranconlosvestidos.Porlo

quepodíaver,losdosquelehabíapasadosuhermanaerannegros,largoshastalarodilla,peroconbastanteescote.DelosdosquesosteníaSandra,unotambiéneranegroyotrogrisoscurocon

vetasirisadasentonosplata.—¿Porquésontodostannegros?—Porqueeselcoloradecuadoparaunvestidodecoctel.—Nosabíaquetuvierastantos.¿Teloshaenviadopapá?Sandra escondió una sonrisa, pero Ana no pudo evitar soltar lo que todos,

menosella,parecíansaber.—SondelatiendaenlaquetrabajaSandra.Sonvintage.AntesdequeCatalinatuvieratiempodeasimilarloyprotestar,suhermanase

adelantóanunciandoqueerasuregalodecumpleañosadelantado.—Micumpleañosnoeshastaabril.—Poresoesadelantado—insistió—.Misvestidossondemasiadograndesde

ciertaparteparaquetequedenbien—señalósinreparossupecho.Catalinaenrojecióantelamencióndesusescasosatributos.—Deberíahaberlepedidoayudaamamá—sequejó.—Nohubierallegadoatiemponipormensajerourgente—replicóEugenia.—¿Porquénotelospruebasydespuésdecidimosquepeinadolevamás?—

tratódeapaciguarlaEstela.—Eso,eso,pruébatelos,quequeremosvercómotequedan—apuntóManuel

que,aunqueestabaapartadoconloshombres,parecíahaberseenteradodetodalaconversación.BrunoleguiñóunojoparaanimarlayCatalinadecidióqueestabametidaen

unbuenlío.—Vamosaver loquehabéis traídohoy—intervinoCarlos llevándosea los

hombresmáslejos,hastalamesadelacomida.—¡Venga!Quetenemosmuchascosasquehacer—laespoleóEugenia.

Unahoradespuésyporconsensogeneralelelegidofueelmodelonegrode

Dior.Unvestidode seda, largopordebajode la rodilla conel escote altopordelanteyenbarcopordetrás.Como adorno llevaba una sobrefalda a media altura del cuerpo original,

dándolelavueltaalacinturaymarcandounpocodevolumen.

Page 87: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Estáspreciosaconélpuesto,peroyo tambiénmequedaríaconelgris—dijoSandra,ensuafánvendedor.Anaasintióconvehemencia.—¡Meencantaelgris!—Yoteregaloelnegroytútecompraselgris—comentóEugenia.—¿Ycuándomelopondría?—Esunainversión,porsitienesqueiraotroevento—insistióSandra.Catalina se dio cuenta de que tenía razón. Por culpa de no tener el

denominadoporsupadre«trajedelosdomingos»sehabíavistoenunproblema.—Deacuerdo—concedió—,meloquedo.—Siyahabéisterminadoconelvestuario,metocaamí—dijoEstela,quese

habíaacercadohastaellas.—Elpelonolevaadurarhastaelsábado—apuntóAna.—Novoyapeinarlaparaqueledurehastaentonces,voyaenseñarlecómose

haceparaqueselohagaellamisma.Pensaremosenalgofácil,peroelegante.Se escuchó la risa contenida de Eugenia, quien se tapaba la boca para

disimular.—No te rías—la regañóCatalina—,si soycapazde restauraruncuadrode

milesdelibrasseguroquepuedopeinarmedecentemente.Estelaaplaudiósuánimo.—Estoyseguradeello,bonita—confirmólamujer.—Esqueteexplicasmuybien—apuntóAna,quienterminóporaconsejara

Estela para que abriera un canal de YouTube para enseñarle a la gente cómopeinarseparaunafiesta,hacerseunatrenzadeespigaocortarseelflequillo.—Yoloveríasiloabrieras—apoyóCatalina.El problema fue cuando al llegar a casa trató de seguir los pasos que la

peluquera le había explicado.En la academia, viéndola hacerlo con sus dedoságiles le pareció algo fácil. Sus manos se movían decididas y, erróneamente,Catalina,creyóqueeracuestióndeseguirlasindicaciones.Sinembargo,comonoteníaprevistodarseporvencida,probóyprobóhasta

queestuvomediosatisfechaconel resultado.Cuandoporfin terminó,eramástardedeloquehabíaesperado.Atodaprisasemetióenlacamaysedurmió.Cuando se despertó al día siguiente todavía tuvo tiempo de prepararse la

maleta, ducharse con tranquilidad y meditar sobre lo que estaba a punto desuceder.Buena parte del estrés acumulado desapareció cuando recordó que contaría

conelapoyodeRaphaelyApril.Despuésdetodo,noteníalamínimaideadelo

Page 88: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

que haría Aiden una vez allí. ¿La dejaría por su cuenta o pretendía que setrataran como auténticos colegas? En el museo la evitaba como si fuera unaenfermedad,porello lehabíaparecido tanextrañoque la invitaraaasistira laconferencia.Alfinaldecidióqueibaatenerqueesperaryverenquéacababatodo.Fuera

como fuera, el evento era unmodo de promocionarse y no tenía intención dedesaprovecharlaoportunidad.Unavezque lo tuvo todo listo, se sirvió una taza de café, y se sentó en su

cocina a leer un par de artículos que se había impreso, sobre el tema que setrataríaenlaconferencia.Todavíadisponíadetiempoantesdequefueralahorade marcharse. Además, el que fuera a asistir con Aiden Fischer no debíadesmoralizarla y perder la oportunidad de entablar conversación con alguieninteligentequepudieraañadirlealgopositivoalfindesemana.

Page 89: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo18JUNTOS,PERONOREVUELTOS

CatalinasesorprendióeljuevescuandoAidenseofrecióapasarporsucasa

pararecogerla.Dadasuactituddistante,ellahabíaesperadoquequedaranenlapuertadelmuseoyquesalieranparaOxforddesdeallí.Noseatrevióaprotestar,por temor a que el ambiente se volviera más gélido, cuando él se ofreció arecogerla en su casa, por loque se limitó a asentir y adarle sudirección.Sinembargo,yapesardesuinesperadoofrecimiento,suactitudduranteelrestodeldíasiguiósiendotanfríaydisplicentecomohabíasidosiempre.CuandoelvierneselcochedeAidensedetuvofrenteasucasa,Catalinaya

estabaenlapuertaesperando.LeextrañóquellegaraconunAudiQ3,siemprequeselohabíaimaginadocomohéroedealgunadesustontasfantasíasconducíaundeportivorojoynounSUVnegro.Sucuerpocomenzóa temblarcuando loviobajarsedelcocheyacercarsea

ella.Nollevabatraje,sinoquevestíaunosvaquerosazulesyunjerseydelanaazulmarinoy,aunqueloshombresteníanfamadeserirresistiblesenfundadosenun traje de chaqueta, Aiden podía ser la excepción que confirmara la reglaporquelaropainformallesentabacomounguante.Lasaludóconlaextremacortesíadelaquesiemprehacíagalaysehizocargo

desumaleta.Catalina,medioabrumada,medioasustadaportenerquecompartirunespaciotanpequeñoconél,semetióenelcocheyesperóaqueélhicieralopropio.—Porfavor,ponteelcinturón—pidióAidencuandosepusoalvolante.—Sí, lo siento—sedisculpó.Había estado tan absorta en suspensamientos

quenosehabíadadocuentadequenolohabíahecho.Loquelahabíahechoparecerirresponsableyestúpida.Aiden no dijo nada más, se limitó a arrancar el motor y a salir del

estacionamiento.

Page 90: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Cuando Catalina presentía que el viaje iba a transcurrir en un absoluto eincómodosilencio,élalargólamanohastaelreproductordemúsicaycomenzóasonarelariaOmiobabbinocaro,delaóperadePuccini,GianniSchicchi.Aiden la observó con curiosidad, apartando unos segundos la mirada de la

carretera.—No es precisamente el tipo de música que sueles escuchar, así que si te

molestapuedescambiarla.Catalinanegóconunasonrisa.—Lociertoesquemegusta.Yatedijequetengogustoseclécticosencuantoa

música.Aidensonrióconsinceridad,sorprendiéndola.—Lorecuerdo.No volvieron a hablar en mucho tiempo, la música pareció embargarlos a

ambosyCatalinaterminóporrelajarseapesardeserconscientedesucercaníaya pesar de que el aroma deAiden, que se colaba por sus fosas nasales, hacíaestragosensuestómago.Nisiquierafueconscientedequehabíacerradolosojos,perocuandosedio

cuenta, su mente volaba tranquila en multitud de pensamientos, todos ellosrelacionadosconelfindesemanaqueibaacompartirconAiden.Había estado tan sorprendida por la invitación que hasta ese instante no se

preguntó quién asistiría a la conferencia ni si se iba a arrepentir de haberaceptadosininvestigaresepunto.Abriólosojosdegolpeyseincorporóligeramente.—¿Yatehasdespertado?—inquirióAidensobresaltándola.—Enrealidadnomehedormido.—Parecíaquesí.Ellaseencogiódehombros.—Estaba pensando. ¿Sabes quiénes están invitados a la conferencia?Según

medijoRaphael,elaforoestácasicubiertopor las invitaciones.Ylociertoesquetampocotengolamenorideadequiénlaimparte.—Por fin parece interesarte —dijo en un tono serio—. Te pedí que me

acompañaras, además de porque estamos trabajando juntos, porque pensé quepodíaayudarteentuafándetrabajarenElPrado.Ellaenrojecióavergonzada.Habíaestadotanobsesionadaconelhechodeque

lahubierainvitadoquenisiquierasehabíaplanteadoloimportante,quenosoloeraunamuybuenaopciónparahacersever, sinoque tambiénpodríaaprendertécnicasquelesirvieranensutrabajo.

Page 91: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Sehabíalimitadoenpensarenloqueleaportaríaanivelsocial,porqueenelambiente académico, igual que en casi todo en la vida, lo importante no eransololostítulosolasacreditaciones;loscontactosylasrecomendacionestambiénerannecesariasparaascenderoconseguiruntrabajo.Ellamismahabíacontadoconlarecomendacióndeunodesusprofesoresde

la facultadygracias a eso se le abrieron las puertas de laNationalGalleryofLondon.—¡Losiento!Heestadomuyocupada.Además,meavisastedelaconferencia

enelúltimominuto.Loúnicoquehetenidotiempodeleerhasidoeldosierquemediotusecretariasobreeltemaquesevaatratar.—Laconferenciahasidolacomidillaenelmuseodesdehacesemanas.—Nosueleninteresarmeloschismes.Aidenapartólamiradadelacarreteraparaclavarlaensurostro.—¿Deveras?—Así es. Por lo general los chismes que triunfan en el museo están

relacionados con la vida privada de mis compañeros y, te aseguro, que nadapuedeimportarmemenos.—Mealegraescucharlo.—Y a mí me alegra que te alegre, pero ¿puedes responder ahora a mis

preguntas?—Respectoalosasistentes,enmimaletínhayunalistaconlosquerecibieron

lainvitación.Noescienporcienfiable,peroseacercabastantealarealidad—hizounapausaparapavonearsedel trabajodeNorma,aunquenodijonadadepalabra,suexpresiónerasuficientementesignificativa—,yencuantoaloradoreseldoctorHenryLangdon,delauniversidaddeCambridge.—¿Cómodices?La voz de Catalina había sonado tan estrangulada que Aiden la miró con

interés.—¿Sucede algo? —preguntó, preocupado por la repentina palidez de su

rostro.—Losiento,creoquemehemareadounpoco—seexcusó.Aidennodijonada, se limitó a avanzar lospocosmetrosque restabanpara

llegaralaestacióndeservicioantesdedetenerseallí.—¿Porquénosdetenemos?Sindecirnadasaliódelcocheydiolavueltaparaabrirlapuertadelcopiloto.—¿Hasdesayunado?Catalinaasintióconcuidadodenoaumentarsumalestar.

Page 92: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Uncafé.—Esonollenaelestómago—laregañó—.Vamosatomarnosunatazadeté

hastaquesetepaseelmalestar.—¡Losiento!Noesnecesario,yameencuentromejor.—Daigual,yotambiénnecesitounté.Ellaalzólacabezaparamirarle.—Túnuncatomasté.—Rápidamentesemordiólalenguaporqueacababade

descubrirse.No tenía por qué saber si bebía o no té si no fuera porque habíaestadopendientedeél.—Lohago.Perosolocuandolasituaciónlorequiere.

Page 93: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo19HASIDOUNSIMPLEMALENTENDIDO

EláreadeservicioenlaquesedetuvoAidenestabadecoradacomosideuna

viejaestacióndetrenessetratara.Lasmesaseranpequeñosvagonesrecicladosylas paredes, recubiertas de listones demadera, estaban adornadas con señalesmetálicasdediferentesépocasyciudades.Enelcentrodelcomedorhabíaunaviejalocomotoraenlaquelosturistasse

deteníanparahacersefotografías.Aidensemostrósolícitoynodejódepreguntarlesisesentíabien,sepegóa

sucostado,temerosodequefueraadesmayarseylaayudóaacomodarseenunasilla.EntreelbajóndeazúcarqueCatalinahabíasufridopor la impresióny lacercaníadeAidensusnerviossedispararon.Comenzóasentirsemejorcuandollegóelté,quelessirvieronenunateterade

peltrejuntocondostazasyunavariadaseleccióndegalletas.Inmediatamente, Catalina alargó la mano y cogió una de las galletas de

mantequilla, se la llevó a la boca y la paladeó con los ojos cerrados. Teníaauténticadevociónporesetipodepastas.Sinosecontrolabaunpocoacabaríapordevorar todas lasquehabíaenelplatoy lamentablementesumetabolismono era tan rápido como el de Eugenia, por lo que las calorías se asentaríandirectamenteensuscaderas.—¿Teencuentrasmejor?Catalinaabriólosojos.—Sí,gracias.Adorolasgalletasdemantequilla,nohayningúnmalquenose

cureconunadocenadeellas.Aidensonriósinapartarlamiradadeella.—¿Vasacontármelo?Ohedefingirquenomehedadocuentadenada.—Noséaquéterefieres.—Deacuerdo,siesloquedeseas…¡Fingiré!

Page 94: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Catalina se quedómirándole unos segundos en los queAiden le aguantó lamiradaconexpresiónserena,sindelatarloquefueraqueestuvierapensando.—De acuerdo —repitió ella—. Te lo contaré solo si tú respondes a mis

preguntas.Aidensonrióconpicardía.—Esapropuestaesmuyambigua.Contestaréatrespreguntas,niunamenosy

niunamás.¿Aceptas?—extendiósumanoparacerrareltrato.Catalinanoselopensó.Alargósumanoyselaestrechó.Elcontactodesupielcalienteleprovocóunramalazodedeseoquelecaldeó

elpechoytiñósusmejillas.—¡Tratohecho!Peromereservoelderechoanousartodasmispreguntasde

unavez.Aidenasintió,divertido.—Meparecejusto.Ellasetomóunosminutosparaordenarsuspensamientosantesdecontarlelo

quedeseabasaber.Demodoqueparamantenerseocupadasededicóaservirelté.—NoesperabatenerquevolveraencontrarmeconHenryLangdonnuncamás

ymehaafectadosaberqueeraelponentedeestatarde.Dehabersabidoqueeraél,esposiblequemehubierainventadoalgunaexcusaparanovenir.—¿Esposible?—Seguroquelohubierahecho—accedió.—Esomehabíaparecido.¿Porqué?—EstuvesaliendoconHenryduranteuntiempo.Noacabóbien.—¿Cuánto tiempo?—sellevó la tazaa los labiosparaquenoparecieraque

estabademasiadopendientedesurespuesta—,¿voyatenerquepreguntarteparaquesigasconlahistoria?—¡Losiento!Noesunasuntoagradablederecordar.Éllamiróunossegundossindecirnada.—¿Temaltrató?—preguntó con una expresión queCatalina nunca le había

vistoantes.—¡No!—se apresuró a responder—.Me hizo daño, pero nunca empleó la

violencianifísicaniverbal.Élpareciórelajarse.—Comprendo que no somos amigos y que no te sientas del todo cómoda

contándomelo,peroestoesuntrueque.Tuhistoriaacambiode tres respuestas—sonrióconcalidezyCatalinasintiócómosusangreseacelerabaensusvenas

Page 95: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—.Nohaydudadequesalesganando.Eralaprimeravezquelesonreíacontantacomprensión.—Salimos juntosunosochomeses, hastaquemedi cuentadeque loúnico

queleinteresabademíeramidineroyloscontactosdemifamilia.Yantesdequepreguntescómo,tediréquelodescubrídelpeormodo.—¿Quéfue?—Sunoviavinoavermeymepusoaldíadelasituación.Inicialmentesolo

meibaautilizarunosmeses,ellacomenzóaimpacientarsecuandonoconsiguiólafinanciaciónquebuscabaynuestrarelaciónsealargó.—Entiendo.¿Dineroycontactos?—MipadreeseldueñodeSpanishQueens.—Esoexplicalodeldinero.Creíquehabíamosquedadoenquelaspreguntas

erancosatuya.—ArthurAldridgeesmicuñado.YasabesqueelbufetedeArthuresunode

losmásimportantesdeLondres,pornodecirelmásimportante.—¡Oh!¿Estucuñado?—Lo cierto es que lo era.Mi hermana y él se divorciaron, aunque nuestra

relaciónsiguesiendomuybuena.Escomounhermanoparamíydadoqueéltampocotienehermanasmevedelmismomodo.Aidenparecióauténticamentesorprendido.—Hedereconocerquenolotoméportucuñadocuandovinoaverte.Pensé

queteníaisunarelación…diferente.—¿Deverdad?—preguntóriendo—.Mealegrodequemihermananopueda

oírte.—¿Teparecedivertido?—Sí.Arthursigueperdidamenteenamoradodemihermana,yyosoyalgoasí

como la bisagra que los conecta—cogió otra galleta del plato—, ambos meutilizanpararecabarinformacióndelotro.—¿Yesonotemolesta?—¡No!Losquieroalosdosymeencantaríaquevolvieranaestarjuntos.—Eres mucho más interesante de lo que pareces a simple vista Catalina

Obando.Laaludidaenrojecióyapartólamirada.—Gracias.Ningunodelosdosdijonadaduranteunosminutos.Aidenselimitóabeber

sutée inclusocogióunagalletadechocolate.Catalinaporsupartesiguióconlasgalletasdemantequilla.

Page 96: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Voy a tener que seguir con las preguntas?—comentó Aiden—, no megustalaincertidumbre.—Lociertoesquelohabíasospechado.Pareceseltipodepersonaorganizada

queodialassorpresas.—Supongo queme has calado bastante bien—y añadió al ver que ella no

decíanadamás—.Ytuprimerapreguntaes…—¿Por qué fingiste que no recordabas quién era en mi primer día en el

museo?Aidenparpadeó,sorprendidoporlainesperadapregunta.—¿Porquécreesquefingí?—Hasta hace unas semanas estaba segura de que era cierto que no me

recordabas,perotrastrabajarcontigohellegadoalaconclusióndequefueunafarsa.Eresdemasiadoconcienzudocontutrabajocomoparaolvidartedealguienaquiéntúmismohascontratado.Aiden cabeceó con un gesto que transmitía admiración por haber sido

descubierto.—Fingí que no te conocía porque no me gusta mezclar el trabajo con las

relacionespersonales.—¿Aquéterefieresexactamente?—¿Esaestusegundapregunta?—Esunameraaclaracióndelaprimera.Aidenlaobservó,seguramenteevaluandohastaquépuntoerainteligentedecir

laverdad.—Tuvelasensacióndequetehabías…encariñadoconmigo.ElprimerpensamientodeCatalinafuequedebíadeescondersedebajodela

mesa para que su vergüenza no fuera notoria y después negarlo.No obstante,algoenelmodosinemociónenqueAidenhizoelcomentarioactivósucarácter,normalmentetranquilo,ydecidióqueesaveznoibaaesconderse.—Tienesunaltoconceptodetimismo.Aunqueescierto.Élarqueóunacejasorprendidoporsurespuesta.—Mesentíadmiradapor tunaturalidad.Noesperabaquealguienquehabía

llegado tan alto como tú fuera tan normal, tan humilde. Lo cierto es quemetrataste con tanta amabilidad que me sorprendí. —Hizo una pausa antes decontinuar—.Además,quefuerasamericanotambiéninfluyóenmisimpatíaporti.Supongoqueelhechodesertambiénunaextranjeramehizosentirmecercanaati.—Yaveo.

Page 97: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¡Oh!Ypor supuesto tambiénme llamó laatención tuapariencia.Aunqueimaginoqueesoyalosabes.Aidennodijonadaalrespecto.Estabatansorprendidodequeporprimeravez

enmuchotiempounamujerledejarasinpalabrasquenosupoquéresponder.—¿Esporeseencariñamientodelquehablasporloquetehasnegadoacomer

conmigoenelmuseo?—siguióhablandoCatalina.—Imaginoqueestasíqueestusegundapregunta—aventuró.—Sí.—Asíes.Comotehedicho,nomegustamezclarel trabajoylasrelaciones

personales.Catalina fue encendiéndose más. El deseo que momentos antes la había

sorprendido ahora se había tornado en rabia bullendo en sus venas, con tantafuerza, que se obligó a respirar con normalidad para que él no notara sumalhumor.Cómopodíasertanengreídoyprepotente.—Noesquemeimporte,perotuafánporevitarmeenelcomedorestádando

que hablarmás de lo que piensas.Nome extrañaría que una gran parte de laplantilladelmuseopiensequesomosalgomásquecompañeros.Élparpadeósorprendido.Lociertoesquenohabíapensadoenque lagente

hablaradelmodoenqueevitabacomerconella.—Y dado que soy tu acompañante a la conferencia el chisme tendrá más

consistencia.—Bueno,dadoqueyahemosaclaradomimalentendidopodemoscompartir

mesa la próxima vez —ofreció él con una sonrisa—. Así acallaremos loscomentarios.—Lo siento, pero yo también tengo una máxima que rige mi vida: solo

comparto mesa con mis verdaderas amistades —respondió con una sonrisadeslumbrante.

Page 98: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo20CATALINA,DEJADEPENSARTONTERÍAS…

El hotel estaba situado enAbingdonRoad, el aspecto exterior era el de un

típicohogaringlés,soloquemuchomásgrande.Fueraquienfueraelarquitectohabíapretendidoconelloqueloshuéspedessesintierancomoencasa.Normahabíahecholasreservas,porloqueapenastardaronunosminutosen

registrarseyunbotoneslosacompañóhastasuplanta.—¿Quieresque tepaseelmaterialqueharecopiladomisecretariasobre los

asistentesalaconferencia?Catalinanegóconlacabeza.—Voyadejarlalecturaparaotromomento.Tengopensadodarunpaseopor

laciudad.Creoquenecesitorelajarmeunpocoantesdeenfrentarmealapruebadefuego.—¿Vasaestarbien?—parecíarealmentepreocupado.—Sí.Haréturismoydesconectaré.—¿VasavisitarelSheldonianTheatreoelTrinityCollege?Comohacenlos

turistas.Catalina enrojeció, pero no respondió porque el botones les señaló sus

habitaciones,unajuntoalaotra.ElchicoseretirócuandoAidenlediounbilletedepropina.—TeníaenmenteiralChristChurch—respondióCatalinamientrasmetíala

tarjetaenlacerradura.Aidenriodebuenagana.—¡Vaya!UnafandeHarryPotter.¡Quétediviertas!—Gracias —dijo abriendo la puerta de su habitación—. Te veré en la

conferencia.—Nosvemosalastresymediaenelvestíbulo.Iremosjuntos—dijosindarle

opciónanegarse.

Page 99: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Catalinaasintióyentróensudormitoriomásconfundidaqueantes.Sumentebullíadeactividad.Estabamolestayavergonzada,curiosa…Primero sehabía sentidoavergonzadaporelhechodequeAiden lahubiera

caladocontantafacilidadeldíadelaentrevista,peropocodespuéssuvergüenzasetransformóeniraalcomprenderquelahabíamanipuladoparahacerlesaberque su interés no era correspondido. No obstante, debía reconocer que él nohabíatratadodementirleodejustificarsusacciones.Había afrontado sus actos con sinceridady, a partir de ahí, su actitudhabía

cambiado.Quizássedebíaaqueellalehabíadejadoclaroquenoteníaningúninterés románticoporél, loquehacía imposiblequesesaltarasunormadenomezclar trabajo y relaciones o, puede que ese compañerismo inesperado fuerasolocosadeuninstante,talycomohabíasucedidoeldíaquecompartieronuncafé.Seacomofuere,loquemenoshabíaesperadoalhacerlelapreguntaeraqueél

fuera tan brutalmente sincero y directo, aun así, parecía que la conversaciónhabíamarcadounpuntodeinflexiónensurelación.Dándolevueltasalosmismostemasdeshizosumaletaysacóelvestidonegro

deella.Locolgódeunaperchayloobservósentadaenlacama.ErainevitableencontrarseconHenry,peroeramuchomásagradablehacerloataviadaconunpreciosoDior,quelequedabacomounguante.—Catalina, me había parecido verte antes en Saint Broad. No sabía que

estuvierasinvitadaalaconferencia—saludóHenry,acercándoseaella.Catalina acababa de entrar por la puerta con Aiden, pero este se había

disculpadoun segundopara ir a saludar aunconocido,demodoque se habíaquedadosolayHenryhabíaaprovechadosudebilidadparaacercarseaella.Ella también lehabíavisto a laspuertasdelSheldonianTheatre,por lo que

habíahuidodeallíparanotenerquesercortésconél.Lamentablementeparaella,Henrynoteníaningúnescrúpuloensaludarlani

entratardeiniciarunaconversación.—Henry, cuánto tiempo—respondió negándose a responder a su pregunta

implícita.—Comodigonoesperabaverteaquíestatarde.—Puesaquíestoy—aunquepordentrosemoríadeganasdeabofetearlopor

obligarlaahablarle,setragólahielysonrióconfalsedad.—Yaveo.

Page 100: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Aldarsecuentadequenopensabaresponderoptóporcambiardetema.—Esperoquetambiénhayassidoinvitadaalvinodehonor.—Por supuesto. Allí estaré. Si me disculpas…—se excusó al ver a April

hacerleseñasdesdeunassillasmásallá.EstabasentadajuntoaRaphaelenlasegundafiladeasientosdeladerecha.La

salaeraunsemicírculoenelquehabíabancoscolocadosde formaascendenteparaqueeldeabajonomolestaraaldearribayasísucesivamente.—Porsupuesto,Catalina,hasidounplacerverte,comosiempre.Como despedida le ofreció una sonrisa templada. Ella no podía decir lo

mismo,despuésdetodonoseledababienmentir.Además,estarcercadeélsololeaportabadoloryunaintensavergüenza.—Buenasuerteconlaponencia.Estabaapuntodemarcharseyescapar juntoa susamigoscuandonotóuna

manoensubrazoqueleimpidiócontinuar.—Catalina—saludóAiden—,veoqueconocesanuestroanfitrión.—Vagamente—respondióellaconunasonrisa.Henrysoltóunbufidodeincredulidad,peronoreplicó.—Aiden, me alegro de verte. ¿Qué tal Heidi?—la pregunta maliciosa fue

formulada sin apartar la mirada del gesto posesivo de Aiden que seguíaagarrandoelbrazodeCatalina.—EnMadrid, como siempre, aunque cenamos con ella hace unas semanas,

¿verdad,Catalina?—elcomentariofuetaninesperadocomosignificativo.Henrynoseatrevióapreguntarmásylaconversaciónderivóenelcontenido

de la ponencia. Hablaron cincominutosmás, durante los cualesAiden siguióagarrando el brazodeCatalina.La conversación finalizó cuando los asistentescomenzaronabuscarasientos.EntoncesAidensemovió llevándoselaconélysentándosejuntoaRaphael.—Creía que habías dicho que no te gustaba mezclar el trabajo con las

relaciones.Aidenlamiróantesderesponder.—Nolohehecho.—Losé,perohasdadolaimpresióndequesí.Élsonriócomplacido.—Si hay algo que soporto menos que las relaciones complicadas son los

tiranosylosengreídos.Catalina sediocuentadeque fueracual fueraelmotivo,el casoeraquesu

relaciónhabíadadoungirodecientoochentagrados.

Page 101: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¡Gracias!Aunquenolesoportonopuedoevitartratardesereducadaasulado.Élselimitóacabecearsinresponder.Sediolavueltaparaatenderaalgoque

leestabadiciendoRaphaelyCatalinaserelajóunpoco.Notóquesumóvilvibrabaenelbolsoporloquelosacó.Era unmensaje deApril, que estaba sentada a solo tres sillas de distancia.

Sorprendida, se echó hacia atrás y la miró. April la estaba esperando porqueenseguida se cruzaron sus miradas. Su amiga hizo un gesto significativo queindicabaquemirarasuteléfono.ObedientedesbloqueóelmóvilyleyóelWhatsApp.¿Quéestápasando?,leyó.Sedispusoateclearunarespuesta.¡Nolosé!

Page 102: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo21UNDELICIOSOERROR

EugeniaseguíaenfrascadaeneldiseñodeláticodeArthur.Laterrazaacababa

determinarseporfinytrashaberescogidoelcolordelasparedeshabíallevadounaseleccióndetejidosparalascortinasyelsofá.Personalmenteellahubierapreferidodejar lasventanasdesnudas,yaqueno

eran necesarias, dada la altura de la casa, para preservar la intimidad de loshabitantes,noobstante,aceptabaelhechodequeponerlasdabaciertacalidezacualquierestancia,ademásdelhechoañadidodequeimpedíaqueentraraelsolsinnecesidaddebajardeltodolaspersianas.—Sicreesqueesmejordejalasalasincortinas,peronecesitooscuridadpara

dormir —informó Arthur, quien había acudido a la cita para determinar lostejidosqueibanautilizar.Arthurhabíainsistidoenquedaralahoradelalmuerzoporquenopodíasalir

antesdelbufete,porloque,porunlado,EugeniaestabaencantadaporquedeesemodoseasegurabadequeArthurnofueraacomerconBlairniconningunaotracompañera del bufete, y por el otro dejaba abierta la posibilidad de que él lainvitaraacomeralfinalizareltrabajo.—Lo recuerdo, por eso he hecho instalar persianas automáticas. Solo vas a

tenerquepresionarunbotónparaquetodosequedeaoscuras.Arthurdecidióqueeraelmomentodepresionar,porloquesesacóunasdela

manga.—Elúnicolugardondeexijoquehayacortinaseseneldormitorioprincipal.

Creo que le dan cierto aire femenino. No deseo que sea exclusivamentemasculino.—¡Entiendo!Eugenianomostróningunareacción,aunquepordentroechabachispas.—¡Muybien!¿Hayalgúncolorquetegusteparticularmente?

Page 103: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Arthurfingiónocomprenderla.—¿Hablasdelascortinas?Ella asintió sin dejar de pasar muestras de tela a una velocidad demasiado

rápidacomoparaqueledieratiempoaverlas.—Algún tono pastel. Suelen ser los que prefieren las mujeres. ¿Cuál

escogeríastú?Como un resorte se dio la vuelta y lemiró directamente a los ojos con un

brillo malicioso en ellos. ¿De verdad le estaba pidiendo su opinión para queescogieraelcolorquemáslegustaríaasuamante?Estabaclaroqueloestabahaciendo.Catalinadebíadehaberseequivocadoy

la tal Blair sí que era su novia, o mejor, él había engañado a su hermanadiciéndolequesoloeraunaamigaporquepretendíaseguirburlándosedeella.Además,elhechodequehubieradejadolamansióndeMayfairteníaqueser

debidoaunasfaldas.Puedequeellanolohubieraconseguido,peroeraevidentequelatalBlairteníamáspodersobreArthurdelqueellahabíatenidonunca.Larabiay loscelos lafustigaroncontantafuerzaquesintió lanecesidadde

vengarse.—¡Púrpura!—¿Cómodices?—Yoescogeríaelpúrpura—cabeceóconvehemencia—,sí,seguro.¡Púrpura!Arthurdisimulósusonrisa.—¿Púrpura?¿Ylasparedesqué,laspintaríasdenegro?Estoysegurodeque

seríaeldormitoriosoñadodeLestatelvampiro.LarabiadeEugeniacrecióalversepillada.—Mehaspreguntadoytehecontestado,despuésdetodosesuponequeme

contrataste porque soy la mejor en mi trabajo. Me ofende que dudes de micriterio.—Tienesrazón,esposiblequeelpúrpuranoseatanmalo.Elproblemaesque

me atraen lasmujeresmás… sutiles. Estoy seguro de que un tono pastel seráperfectoparaloquetengoenmente.—Supongoqueloquequieresdeciresparaquientienesenmente.Arthursonrió,estavezabiertamente.—¿Estáscelosa?Tusmejillasestánsonrojadasy recuerdoperfectamente los

dosmotivosporlosqueseponenasí.Unoeseldeseoyelotroloscelos.¿Cuálesestavez?Ellasoltóunbufido,molestaporqueélrecordarasusdebilidades.—¿Yo?¡Estásloco!Porsupuestoquenoestoycelosa.

Page 104: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Arthursiguiósonriendomientrasseacercabaaella.—¿Entoncesesdeseo?El dormitorio y el resto de la casa estaban vacíos. Los únicosmuebles del

ático eran la mesa y la silla en la cocina, por lo que habían mantenido laconversacióndepie,yporloqueEugeniapudoretrocedersinchocarconnada.—¿Quéhaces?—preguntóaltiempoqueseapartabadeél.—Nada.Solonecesitocomprobarmiteoría—explicóalcanzándola.Ellanopudoseguirhuyendoporquesuespaldadioconellímitemarcadopor

lapared.—Yatehedichoqueteequivocas…—¿Deverdad?—no lepermitió responderporquecubrió sus labios con los

suyosylaencerróentresucuerpoylaparedasuespalda.Eugeniaemitióundébilquejidodeprotestaqueprontosetornoengemidode

placer.Lohabíaechado tantodemenos,pensómientras lebesaba.Aunquenorecordabaquefueratanintensocomoestabasiendoeneseinstante…SintiólasmanosdeArthurensucinturaycuandosediocuentadequeelbeso

seestabaintensificando,élyaestabasacándolelacamisaylevantandosufalda.Sintióelairefríoensusmuslos,peroelcontrastedelasmanoscálidasdeélleprodujounagradableescalofrío.Derepente,élmetióunamanobajosufalda,moviendolapalmadesumano

haciaarribaporelinteriordesumuslo.—Erestansuave—dijoaltiempoquecolocabaunapiernaentresusrodillas

paramantenerlasabiertasyllevabasusmanoshastaelcentrodeellas.—Llevas demasiada ropa —se las ingenió para decir ella, agarrando con

firmezasuchaqueta,pulcramenteplanchada.—Esomismopiensoyo—musitósobresuslabios.Él continuó ahuecando y frotando su entrepierna. Las piernas de Eugenia

permanecieronabiertasysurespiraciónsehizoprofundayrápida.Ellaempujócon fuerza la chaqueta hacia atrás y le forzó a soltarla para poder quitársela.Siguióconlacorbata,quedejócaeralsuelo.Arthurpaseóundedobajoelbordedesuropainteriorylodeslizódentrode

ella.Eugeniaseolvidódequeestabatratandodedesabotonarsucamisa.Sequedósinalientoysearqueócontraél.—Notemuevas—susurrómientraslatorturabaconunamanoyconlaotrale

bajabalacremalleradelafalda.Arthurretiróeldedo,tanteóalrededor,entródenuevo.Loretiróotravez.Otro

tanteotortuoso…

Page 105: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Oh, no —gimió ella apoyándose más contra la pared. Sus piernastemblabantantoquedenoserporqueelcuerpodeArthurlasosteníasehabríaidoalsuelo.Élsiguiótorturándolayatrapóellóbulodesuorejaentresuslabios.Ella buscó el cierre de sus pantalones y bajó frenéticamente la cremallera,

introduciendodentrolamanoyasiéndoloenelpuño.FueelmomentodeArthurdequedarsesinaliento.—No…—gimióél.Sacóeldedodesuinteriorylomovióhaciadelante,rozándola.Se estremecieron juntos y entonces Arthur se puso de rodillas ante ella.

CuandoEugeniasintiólaprimerasucción,comenzóagimotear.Cuandoestabaapuntodecaer,notólasacudidadeplacerquelaembargóal

sentirloensuinterior.Habíapasadotantotiempo…Eugenianosepermitiópensarenloqueestabasucediendo,nodebíahacerloo

volveríalacordura.Élempujóhaciadelanteyseenterróporcompletoenella,consiguiendocon

ello que sumente se perdiera totalmente en las sensaciones.Arthur se deslizódespacioensuinteriorysalióconlamismadelicadeza.EllaseaferróaélconfuerzayexplotóenunmillóndepedazosconArthuren

suinteriorysoloentoncesélsepermitiólomismo.CuandoEugeniaporfinabriólosojosestabatumbadaenelsueloencimade

Arthur.Nisiquierarecordabahabersequitadolafalda,muchomenosrecordabahabersetumbado.Selevantóconcuidadodenohacerledañoysedispusoavestirseensilencio.Habíasidoespectacular,peroahoraletocabaenfrentarloquehabíahecho,se

dijo,tratandoderetomarelcontroldesusemociones.—Noheusadoprotección—dijoélderepente,volviéndolaalarealidad.—Notepreocupes,somosincompatibles.—Nosetratadeeso,yo…—No he estado con nadie desde que nos divorciamos, si es eso lo que te

preocupa.LaexpresióndeArthurmostróalivioyotracosamuchomáscomplicadaque

Eugenianosupodilucidar.—Yo tampocohe estadoconnadie—confesó élyEugenianodudódeque

estuvieradiciendolaverdad.—Entoncesestátodobien—zanjóella,metiéndoselacamisapordentrodela

cinturilla de su falda—.Ha sido poco profesional demi parte, pero está todo

Page 106: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

bien.—Eugenia.Ellasediolavueltayafrontósumirada.—Quierovolveraestarcontigo.Necesitovolveraestarcontigo.—Me parece bien, pero sin compromisos. Podemos tener una aventura,

siempreycuandonoseaenmilugardetrabajo.Arthursellevólasmanosalassienesfrustrado.—¿Meestásmalinterpretandoadrede?Nohablodeunaaventurasinodeuna

relación.Eugeniasemantuvofirme.—Ahoramismosolotepuedoofrecerunaaventura.Seodióasímismapordecirlo,peronoestabaseguradepodersoportaruna

nuevaseparación.YaunqueArthurhabíadejadolacasadesumadrenosabíasisu decisión se mantendría firme, teniendo en cuenta la presión que estabaejerciendosuprogenitoraparaqueregresara.—Quiero estar contigo—no dijo nada más y tampoco hizo falta, fue una

abiertaaceptacióndesusreglas.

Page 107: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo22UNALOCURADEVEZENCUANDONOHACEDAÑO

Aiden siguió con su actitud cordial durante toda la conferencia y

posteriormentecuandollegóelmomentoderegresaralhotel.Graciasaeso,notuvo que volver a soportar la compañía de Henry, quien le dedicó miradasfurtivasmientrasexponíasutrabajo.Aunqueno eran los únicos asistentes a la conferencia que habían reservado

habitacionesenelhotelMagister,semarcharonsolos.Aidenesperóhasta estar alejadosdeoídosmaliciososparapreguntarle si se

sentía bien, consciente de la incomodidad que había sentido cuandoHenry seacercóaella.—Graciasporayudarmeenesemomento—dijodenuevo.—Yatehedichoquenofuenada.Elladetuvosuspasosobligándoleaélahacerlomismo.—Teaseguroquelohasido.Nopuedoevitarsentirmeavergonzadacuandolo

recuerdo.Élparecióconfundidoporsurespuesta.—¿Porqué?Catalina retomó el paseo, incómoda por estar hablando tan abiertamente de

sussentimientos.—Dejé queme engañara—se encogió de hombros—, yo queme creía tan

lista.Además…—Puedescontármelo—dijoalverqueelladudaba.—Meavergüenzaelhechodequepormipartesíquefuereal…Aligualquehabíahechoenelsalóndelcongreso,Aidenlaasiódelbrazoyla

detuvo.—Notienesporquésentirteavergonzada.Nadadeloquepasófueculpatuya.

Esevidentequeélpretendíaexactamenteeso,quetussentimientosfueranreales.

Page 108: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Losé,pero…AidencomprendiósinnecesidaddemásexplicacionesloqueCatalinahabría

sentidocuandoseenteródelaverdad.Yporprimeravezenmuchotiemposintiólanecesidaddeabrazarlayhacerleverqueellaeraperfecta talycomoera.Elpensamientolellegótanderepentequelonoqueó.¿De dónde había salido? Él no se permitía tales pensamientos. Había

aprendidoabloquearciertasemocionesquellevabanimplícitosproblemas.—Noparecesesetipodepersona—dijo.—¿Quétipodepersona?—Eltipodepersonaquesemenospreciaasímismasoloporqueuncanallalo

hahecho.Catalinasediocuentadequetratabadeanimarla,aunquesusmétodosfueran

pococorrientes,inclusobruscos.Normalmentelagenteusabapalabrasamablesparaesefin,nosededicabaacriticarsinoaconsolar.Sabedora de que eso era exactamente lo que había hecho no consideró

oportuno protestar. Aiden por su parte no retomó el tema y, en unos pocosminutosenlosquenohablaron,llegaronalhotel.NingunodelosdosmencionólaposibilidaddecenarjuntosyCatalinaentró

ensudormitorioparacambiarse,yaquehabíaquedadoconAprilyRaphaelparadisfrutardelanocheenOxford.Suamigolashabíaanimado,aellayaApril,diciéndolesqueibaamostrarles

comosedivertíanlosacadémicosylosjóvenesdehoyendía.Ninguna de las dos encontró una excusa lo suficiente buena para negarse.

Despuésde todo,elvinodehonor ibaa tener lugarpor la tarde,demodoqueteníancasitodoeldíapararecuperarsedelosexcesosquepudierancometerenunaciudadllenadeestudiantesuniversitarios.Dándolevueltasalmismotemasemetióenladucha,dándosegolpesmentales

por no haberle invitado a cenar. Estaba enjuagándose el cabello cuandoThunderstruckdeACDCcomenzóaatronareneldormitorio.

Yeah,it’salright,we’redoingfine,fine,fineThunderstruck,yeah,yeah,yeahThunderstruck,thunderstruckThunderstruck,oh,baby,babyThunderstruck,you’vebeenthunderstruck[5]

Quienfueraquellamaravolvióaintentarlounavezmásyotra,peropareció

Page 109: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

desistir tras tres intentos. Catalina terminó de enjuagarse el pelo y salió de laducha.Estelalehabíadichoque,parahacerseelpeinadoparaelvinodehonor,lomejoreraquenollevaraelcabelloreciénlavadoporqueasínoseleescurriría.Poresohabíaoptadoporlavarlolatardeanterior.Saliódelcuartodebañoenrolladaenunatoallaybuscósumóvil.Talycomo

habíaescuchadomientrasseduchabateníatresllamadas,todasellasdeEugenia.Decidióqueantesdedevolverlelasllamadassesecaríaelpeloyasílohizo,

noobstante,todavíanoselohabíasecadodeltodocuandosuteléfonovolvióasonar.—Notienespaciencia.Ibaallamarteencuantomevistiera.—¡Nopodíaesperar!Cata,hehechoalgo…—¿Estásbien?—preguntó,preocupadaporloquefueraquesuhermanahabía

hecho.Conociéndolapodíaserdesdealgomuygravehastacualquiernimiedad.—Sí,perohehechoalgo.—Esoyaloshasdicho,dime¿quéhashecho?—¿Estássentada?Catalina decidió que si Eugenia tenía tiempo para preguntarle semejante

tonteríaeraporquesuteoríaeraacertadayeraunanimiedad.—Sí.¿Quéhashechoestavez?—MeheacostadoconArthur—soltódesopetón.Catalinadecidióqueesarespuestasíquemerecíaquesesentara,porloquese

echóparaatrásparasentarseenlacama,perocalculómalycayóalsuelo.—¿Quéhapasado?—preguntóEugeniaalescucharelestruendoyelgritode

dolordeCatalina.—Quemehecaído.—Yatehabíadichoquetesentaras—respondiómuydigna.

Ademásdelaconferenciaydelvinodehonor,habíaprogramadosunaseriede

eventosdeportivosenlaciudadquehabíanhechoqueloshotelesestuvieranalcompleto.Poresemotivo,Raphael,quienhastaelúltimomomentonodecidióasistiralaconferencia,nohabíapodidohacerunareservaenelmismohotelenelqueestabanAidenyCatalina,yhabíatenidoqueconformarseconcompartiruna habitación, ya que no había más disponibles, con April en un hotel másdiscreto.PortodoelloyparaqueCatalinanotuvieraqueandarsola,AprilyRaphael

fuerona recogerlaasuhotel.Lanochenoeramuyfría,por loquedecidieron

Page 110: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

que lomejor era ir andando. Estaban a las puertas delMagister cuandoAprilhizolapregunta.—¿PorquénohasinvitadoaAidenacenarconnosotros?—Nocreíquefuerabuenaidea.Larubialamiróconfusa.—¿Por qué? Te ha echado unamano esta tarde. Hubiese sido unmodo de

agradecérselo.—Yaoslocontarécuandoregresemos—enesosmomentosnoteníaganasde

ponerse a pensar en nada que pudiera resultar medianamente incómodo. YcontarlesasusamigoselmodoenqueAidenlahabíacreídoenamoradadeélnoeramuygratoquedijéramos.—Noospreocupéis.Yaloheinvitadoyo—zanjóRaphael.—¿Quéhasdicho?—Esnuestrojefedirecto,nostocahacerlelapelota—seexcusóRaphael,pero

algoensutonohizodudaraCatalinadequeesefueseelmotivoporelquelohabíainvitado.—Supongoquehadichoqueno—aventurótratandodeocultarsudesilusión.—Vieneporahí—susurróAprilmirandoaalgomásalládelaespaldadesu

amiga.—¿Qué?—seguradequehabíaentendidomalsediolavueltaysetopócon

que había escuchado perfectamente, Aiden caminaba hacia ellos vestidoinformalmente.—¡Oslodije!Traslosrigurosossaludossurgióladudadedóndeiracenar.Fue Raphael quien les había prometido diversión, el que se encargó de

organizarelitinerarioaseguir.—Primero iremos a cenar al Turf Tavern, que es el local al que acuden la

mayoríadelosestudiantes—dejócaerloshombrosenactitudderrotista—,mesientoviejoynecesitorecuperarlajuventud,aunqueseaporunanoche.—Pormí,bien—aceptóApril.—¿Catalina?Estaasintió.Despuésdetodo,ellanoteníamuchaideadeadóndeir.—¿Jefe?—preguntóRaphael.—MejorAiden, ahorano estamos trabajando—dijo conmás seriedadde la

quecorrespondía—.SolositerminamoslaveladaenRaoul’sBar.SegúnelTheIndependentTodayesunodeltop50delReinoUnido.Yaqueestamosaquíseríauncrimennovisitarlo.

Page 111: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Catalinasediocuentadequesutonocambióalpronunciarlaúltimapartedesudiscursoy,sinpoderevitarlo,sepreguntóquélehabríasucedidoparasertanintransigenteconeltemadeltrabajoylasrelacionessociales.¿Sedebíaeseafánpordistinguirambosámbitosasumalogradomatrimonio?Raphaelnopareciódarsecuentadenada,porloquesonrióencantado.—Veo que no has cambiado. Me preocupaba que te hubieras vuelto serio

desdequeteconvertisteendirector.—Yasabesquenomegustamezclarlascosas.Meesfuerzoporserserioenel

trabajo,fueradeélsoyeldesiempre.Raphaelsonriócontravesura.—¿Siguesteniendoelmismoaguantedecuandoerasjoven?AidenledevolviólasonrisayCatalinatuvoqueobligarseaparpadearporque

susojossenegabanahacerloporvoluntadpropia.—Soymejor.Mehededicadoaperfeccionarloconlaedad.—Imaginoqueestásdispuestoademostrarlo.LarespuestadeAidenfueampliarmássusonrisa

[5]Sí,nopasanada,estamosbien,bien,bien. /Atónito, sí, sí, sí. /Atónito,atónito. /Atónito,oh,cielo,cielo./Atónito,tehasquedadoatónito.

Page 112: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo23UNANOCHEDIFERENTE

—Preguntadesupervivencia.Sinopudierasvolverabeberaguanuncamásy

tuvieras que escoger entre beber cerveza o vino, ¿qué tomarías el resto de tuvida?—¿Porquénopuedobeberagua?—preguntóCatalina.—¡Estácontaminada!Silabebesteconviertesenzombicomecerebros.—¿Ynopuedo simplemente no beber nada y evitarmorir alcoholizada?—

preguntómuyseria.—No,porquetedeshidrataríasymoriríasigualmente.—¡Deacuerdo!—setomóunoslargossegundosparapensarsurespuesta—,

mequedoconelvino.—¿Porqué?—Porque es más elegante y —hizo una pausa dramática más larga de lo

necesario— porque la cerveza está hecha con agua y paso de convertirme enzombicomecerebros.Aprilcabeceóconvehemencia.—¡Muybuenarespuesta!—alabó.AidenquelasescuchabaasombradomiróaRaphaelenbuscaderespuestas.—Lohacensiempre—selimitóaexplicarelitaliano—,acuálpreguntamás

absurdaoretorcida.—Oseaquenoeselalcoholelquehabla.Raphaelriodivertido.—No,vienedefábrica.Catalinadirigióentoncessuatenciónhastaellos.Puedequehubierabebidoun

poco,lojustoparaeliminarsusinhibiciones,peroestabamuylucida.Alcomienzodelanochesehabíasentidoincómoda,preocupada.DealgúnmodosehabíaacostumbradoalaindiferenciadeAideny,aunqueno

Page 113: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

podía negar que al principio esta había herido su amor propio, después en unafándeautoconservación,habíaterminadopordejardepensarenello.Elproblemaeraque,alparecer,nopodíaafirmarlodadoelcaráctercambiante

de Aiden; su conversación, esa en la que ambos habían sido exageradamentesinceros,habíamarcadounantesyundespuésensurelación.Aiden había afrontado la noche comoun colegamás.Había competido con

Raphaelparaverquiénsebebíamásrápidolapinta,conversóconAprildecineindependientee,incluso,bromeóconella.—¿Quéhabríaselegidotú?—preguntóCatalinaderepente.Élestabasentadofrenteaella,alladodelitaliano,porloquepudomirarlede

frente.—Lomismoquetú.Eralarespuestamásinteligente.Catalina arrugó el ceño mientras pensaba en si lo que le acababa de decir

Aidenerasinceroosedebíasoloaqueeraunborrachosimpático.Trasvariossegundosdetitubeodecidióqueerasincero.—Gracias.Supongo.Aiden soltó una carcajada tan sexy que hasta April dejó a medias su

conversaciónconRaphaelparamirarle.—Denada—respondióconunasonrisaquesequedócongeladaensurostro

—.April,¿mecambiaselsitio?La aludida incapaz de responder se levantó obedientemente y dio la vuelta

parasentarsejuntoaRaphael,quienparecíatansorprendidocomoella.—¿Porquéhasqueridosentarteaquí?—preguntóCatalinaencuantoocupóla

sillavacíaasulado.Aidenarqueóunacejaconlamiradafijaenella.—¿Vasausarconestolaúltimapreguntaqueteguardaste?—¡No!—contestóellarápidamente.Aidensonrió.—Tengo que protegerte. Eres mi compañera, mi colega —susurró,

acercándoseaella.Catalina notó el olor a cerveza de su aliento y el masculino aroma de su

perfume.—¿Dequéoquiéntienesqueprotegerme?Sucerebrolemandóotrapregunta,perolaobvio,conscientedelopeligrosa

queera…«¿Cómovasaprotegermedetimismo?».—DeHenry.Nofuenecesarioquesedieralavueltaparacomprobarqueestabaallí.

Page 114: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Loprimeroque escuchó fue su voz, antes de que se plantara frente aellos,acompañadodeotras trespersonas:dosmujeres jóvenesyunhombredeunoscuarentaañosalqueCatalinahabíavistoenlaconferencia.Antesdequenadiepudieraresponderasusaludo,Aidenalzóelbrazoyselo

pasóporloshombros.SiHenrysediocuentadelgestonodijonada.—Veo que ya habéis comenzado con los cócteles—dijo, señalando la dos

copasqueAprilyCatalinateníandelante—,¿algunarecomendación?—Elnewyorkflipestáespecialmentebueno—comentóApril.—Puesloprobaremos.Catalina,¿cuálmerecomiendastú?—Yo nunca hago recomendaciones, Henry, creía que me conocías lo

suficiente—contestócayendoenlaprovocación.—Escierto,nunca tearriesgas lo suficientecomoparahacerlo—escupióél

conmalicia.—¡Oh!Síquelohago,conlaspersonasquemerecenlapena—contestócon

unasonrisadeorejaaoreja.GraciasalaintervencióndeRaphaeleldesencuentronofueamayores,pero

laincomodidadquehabíadisueltoelalcoholregresóaCatalina.El resto de la noche siguió sinmayores incidentes. Aiden permaneció a su

ladoysiguiócomportándosecomoRaphaelsiemprelehabíadichoqueera,untipoamable,simpáticoymuydivertido.Durante la hora siguiente los dos viejos amigos se dedicaron a contar

anécdotas de cuando restauraban frescos en la Toscana. Según Aiden, poraquella época Raphael ganó sus buenos cinco kilos, comiendo todo lo que lagentedelpueblolosllevabaenagradecimientoporsutrabajo.—Nopodíahacerlesundesprecio—sejustificó.—No, loquepodríashaberhechoera compartir el botín—replicó—, como

eraelúnicoquehablabaitalianoseganabaelfavordelagente,aunqueeltrabajoeracompartido—explicómirandoaCatalinamientrashablaba.—Ylohacía…—Esapartenolarecuerdo—zanjóAidenriendo.

Unratodespués,abandonaronelpubysedirigieronasusrespectivoshoteles.

Disponíandetiempolibrehastalahoraenquetendríalugarelvinodehonor,demodoquepodíanverlaciudadconciertatranquilidad.Aunqueestuvotentadadehacerlo,CatalinanoseatrevióainvitaraAidenal

Page 115: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

paseo del día siguiente. Con un poco de suerte, pensó, Raphael volvería ainvitarloaacompañarlos.—¿Nosvamosya?¿Porquénonosquedamosunpocomás?—pidióAprila

susamigos.—Es tarde,yaestáncerrándolo todo—explicóRaphael,quecaminabaunos

pasospordelantehablandoconAiden.—Noquierovolveralahabitación—susurróAprilcercadeloídodeCatalina.Estasevolvióylamirósincomprender.—HededormirconRaphaelenunahabitacióndoble—explicó.—¡Losé!Mehacontadoquenohabíamáshabitacionesdisponibles.Esuna

suertequeNormaseacapazdevenderlesaguaalospeces—rioalpensarenlasecretariadeAiden.—¿Quévoyahacer?—¿Qué vas a hacer? —repitió confundida—, ¡ah! No te preocupes, es

Raphael.—Poresomismoestoypreocupada.ElcerebrodeCatalinasepusoenmarchaatodaprisa,siseponíalaadecuada

atenciónsepodíaescucharlamaquinariamoverse.—¡Nomedigas!Aprilasintióconvehemencia.—Enesecasoteentiendoperfectamente—anunció.

Page 116: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo24ESCOSADEUNANOCHE

RaphaelabriólapuertaylecedióelpasoaAprilparaquepasaraprimeroala

habitación.Esta accedió y se quedóparada a solo unos pasos de la entrada aldormitorio.FueRaphaelquienencendiólaluzponiendolatarjetaenlaranuradelaentradaqueactivabalasluces.—¿Teduchastúprimero?—ofrecióRaphaelencuantosecerrólapuerta,en

untonodespreocupadoquenoteníanadaqueverconelmodoenquesesentíaella.—No,dúchatetú.Hedeordenaranteslaropaydesmaquillarme.—Deacuerdo—aceptóélcompletamentetranquilo.Aprilleviorebuscarensumaletaytrassacarropaparacambiarseyunabolsa

deaseosegiróparamirarla.—Voy a usar pijama en deferencia a ti. Normalmente duermo sin ropa—

comentóconunguiñodivertido.¿Esquenosetomabanadaenserio?SepreguntóApril.¿Cómopodíahablar

contantafrivolidaddecompartireldormitorioconella?—Muyamableportuparte.—Yosoyasí—bromeóencaminándosealcuartodebaño—.Yalosabes.En cuanto se quedó sola, April se sentó en la cama y la observó con

preocupación.Aunque no fuera una cama de matrimonio en sí misma sino dos camas

pequeñas, estaban tan cerca la una de la otra que era casi como si fueran acompartirla.Loúnicoquelatranquilizabaunpocoeraquecadaunatuvierasuspropiassábanasymantasconloquelesdabaunpocodeintimidad.SuenamoramientoporRaphaellahabíapilladocompletamentedesprevenida.

Estabatanacostumbradaatenerlocercaquenosehubieradadocuentadeellodeno ser por el congreso al que estaban asistiendo. Comenzó a plantearse que

Page 117: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

sentíaalgoporsuamigocuandoélcomentó,trashaberlesofrecidoaCatalinayaellaqueloacompañaran,queibaallevardeacompañanteaunamujer,dadoqueningunadeellas estaba interesada,yconfirmósus sospechascuandosupoqueibaatenerquecompartirlahabitaciónconél.Loprimeroquelevinoalamenteen ese momento fue una imagen que no se correspondía en nada con unaamistad…ElsonidodelavozdeRaphaelatrajosuatenciónyconsigiloselevantódela

camaycaminóhastapegarlaorejaalapuertadelcuartodebaño.Raphaelseestabaduchandomientrascantabaenvozlobastantealta:

Iwon’trunawaynomoreIpromiseEvenwhenIgetboredIpromiseEvenwhenyoulockmeoutIpromiseIsaymyprayerseverynightIpromise[6]

I promise de Radiohead, entendió April. Pensó que la elecciónmusical era

muy apropiada, él prometía no marcharse mientras que ella estaba deseandodesaparecer.Conelmismosigilo, regresóa la camay sedejócaer sobreella.Teníaque

tranquilizarseantesdequeledieraunataquicardia,sedijo.NopodíapensarenelhechodequeRaphaelestabadesnudoasolounosmetrosdeella,conelaguacayendosobresupieldorada,mientrasseenjabonaba…—¡Mierda!No,no,no—exclamó.¿Noacababadedecidirqueeraunapésimaideapensareneso?Entonces,¿por

quéestabahaciéndolo?Escuchó como el agua dejó de correr, pero no se sintió con fuerzas para

levantarse. Si pretendía resistir lo mejor era seguir como estaba con los ojoscerrados y sin moverse, concentrada en su respiración… Tratando de queregresaralacordura.—April,yaheterminado—dijoRaphaelunosminutosmástarde.Aunqueleescuchónoseatrevióaabrirlosojos.—¿April?—preguntóélalverlainmóvil.Sintió el aroma de su jabón de ducha cuando él se inclinó sobre ella para

Page 118: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

comprobarsiestababien.Unacariciaensumejilla…—¿April?¡Despiertaycámbiate!Notepuedesacostarconlaropadetodoel

díapuesta.Eramás seguro nomoverse de donde estaba, se dijo. Solo de imaginarse a

Raphaelconelcabellohúmedoselehacíalabocaagua.Cerróconmásfuerzalosojosenunmovimientodesesperadoporborrarlasimágenesqueseaparecíanensumente.—¿Estásdespierta?—No—dijoconlavozpastosaporeldeseo.Élriototalmenteajenoalarealidad.—Deacuerdo.Lo escuchómoverse por la habitación, pero siguió sin abrir los ojos. Podía

esperaraqueélsedurmiera,sí,esoharía,sedijo.Esperaríaaqueélsemetieraen lacamaysedurmierayentoncesse levantaría, seducharíaysepondríaelpijama.Sesobresaltócuandoalgomojadorozólapieldesucara.Abriólosojosyse

topóconlamiradadeRaphaelsobreella.Estabainclinadotancercaqueconunmínimoesfuerzopodíacubrirsuslabiosconlossuyos.—Tranquila—lemostróunatoallitadesmaquillante—,solovoyaayudartea

quitarteelmaquillaje.—Sonrió—.Eresunaborrachamuyvaga.Completamente asustada de sus pensamientos, trató de incorporarse con

demasiadarapidez,porloquesemareóhastaelpuntodequeselerevolvieronlastripasylavistaselenubló.—¿Estásbien?—¡No!—contestóal tiempoquese llevaba lamanoa laboca,comosicon

ellopudieraeliminarsusganasdevomitar.—Vuelveatumbarte.Teayudaré—ofrecióély,enesaocasión,Aprilpermitió

quelepasaralatoallitaporlosojosyporlapieldelrostro.—Esto ya está. Ahora la ropa. Si vuelves a sentir náuseas dímelo

inmediatamenteytellevaréalbaño.Aprilvolvióaabrirlosojosderepente.Raphaelemitióunacarcajadatanauténticaqueellaenrojecióhastalaraízdel

pelo.—Puedollevartealbañoenbrazosyayudarteaponerteelpijamasinatacarte

—alzólamano—.¡Loprometo!Esa respuesta no era la que April había deseado escuchar, pero fue lo que

Page 119: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

necesitabaparaquesuspreocupacionesanterioressedisolvierandegolpe,juntoconsusesperanzasdesercorrespondida.¿En qué momento había creído que tenía una posibilidad con él? Raphael

jamáslahabíatratadodeunmododistintoalquetratabaaCatalina.Éleraatentoy cariñoso con las mujeres en general y especialmente atento y cariñoso conellas.Eraprotectoryamable,peronoevitabahablarconellasdelasmujeresconlas

quesalía.Y,aunquereservabaciertosdíasparacenarconsusamigas, tambiéneraciertoquesuvidasentimentalsiemprehabíaestadoactiva,todolocontrario,a lo que podía decir April, que no era ni de lejos una mujer sofisticada niapasionada.Yalohabíadescubiertoenlabodadesuamiga,cuandosetopóconquetodos

suscompañerosdeclaseestabanfelizmentecasadosyalgunosinclusoconhijos.En esa boda se había sentido tan fuera de lugar a como se sentía en esemomento.—Voyalevantarme.Yameencuentromejor,gracias.Élseapartóparaqueellapudieraponersedepie.—Estábien,peronocierresconpestilloelcuartodebaño.Teprometoqueno

voyaentraramenosquetedesmayesyseaabsolutamentenecesario.—¡Lo sé! No te preocupes, no tengo la intención de meterte en semejante

aprieto.Raphaellamiróconlaconfusiónpintadaensurostro,peronodijonada.April sacó lo necesario del armario donde había guardado sus cosas y con

ellasentrelosbrazossemetióenelcuartodebaño,maldiciendoporquetodavíaolíaalperfumedeél.Quinceminutosmástarde,cuandosaliódelcuartodebaño,Raphaeldormía

plácidamentedelado,mirandoalapared.—April,dejadepreocupartepornada—susurróenvozalta—ysiguecontus

planesdesalirconWill.

[6]Yanovoyahuirmás,loprometo./Inclusocuandomeaburra,loprometo./Inclusocuandomedejesfuera,loprometo./Rezomisoracionescadanoche,loprometo.

Page 120: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo25DESAYUNOSINDIAMANTES

Catalina se despertó con el sonido de ACDC atronando en la silenciosa

habitación de hotel en la que se encontraba. Antes de que Carlos le hubieraotorgadoelpoderabsolutodelamúsica,apenashabíaescuchadoalgunadesuscancionesenalgunapelículaoenlatelevisión.Sinembargo, laaplicación lehabíaabierto laspuertasde lamúsicaydesde

entoncesnodejabadedescubrirnuevascanciones,solistasygrupos.Alargó el brazo hasta lamesita de noche para coger sumóvil.Como había

supuesto, la persona que había interrumpido su tranquilo sueño era Eugenia.Sabedoradequenoeraunasuntodevidaomuertelodejósonarysepermitióestarenlacamaunosminutosmás.Aunquenosehabíaacostadotardelehabíaresultadodifícilconciliarelsueño,

sabiendoqueAidenestabaenlahabitacióndeallado.Nopudoevitarrecordarelmodoenqueéllahabíaasidodelbrazonicómolahabíaabrazadoenelpub.Además,eltalanteprotectorconquehabíaactuadolaconfundíahastaelpunto

dequepeligrabaladecisiónquehabíatomadodeolvidarsedeél.SuspirósonoramentecuandocomprendióqueEugenianoestabadispuesta a

darseporvencida.—¿Quéestanimportanteaestashoras?—contestóencuantodescolgó.—¿DeberíallamaraArthursiélnolohace?Catalinaemitióunbufidomolesto.Yasabíaellaqueeraunanimiedad.—¿Medespiertasparaesto?Eugenianoparecióinmutarseporelenfadodesuhermanapequeña.—¡Rápido!¡Contesta!—Noveoporquéno.Ahorasoisamantes.—¡Nosomosamantes!—¿Entoncesquésois?—contraatacóCatalinatapándoselosojosconelbrazo.

Page 121: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Eugeniapensósurespuesta.—Odioquesiempretengasrazón.Catalinasonrióparasímisma.—Aver,túqueerestanlista,¿porquécreesquenomehallamado?—insistió

Eugenia.—Tal vez sea porque no sabe en qué consiste ser tu amante. ¿Se lo has

explicado?Norespondióalapregunta.—Voy a dejarte dormir —dijo a toda velocidad y antes de que Catalina

pudierapreguntarlenadacolgó.Con una sonrisa en los labios dejó el teléfono sobre la cama y se estiró a

placer, sabiendo que en esos instantes su querida hermana mayor estaríadespertandoaotrapersonayexplicándolepuntoporpuntoloqueesperabadesureciénestrenadarelación.Todavíanosehabíalevantadocuandosuteléfonovolvióasonar.—Tengo que acordarme de ponerlo en silencio por las noches —se dijo

molestaconsigomisma.De mala gana descolgó preparada para lo que fuera que Eugenia quisiera

decir.—¿Quésetehaolvidado?—preguntóresignada.—¿VisteaHenry?¿Estásbien?—Sí que lo vi, pero no te preocupes. Apenas hablamos —mintió, no

queriendo preocuparla. Conociéndola estaría haciendo un drama respecto aArthur,nonecesitabamásmotivosparapreocuparse.—Losiento,Cata.—¿Quésientes?—Quesemehayaolvidadopreguntarteantes.Surespuestafuereírseconsinceridad.—No te preocupes. Arthur es más importante que Henry —dijo con

sinceridad.—Voyallamarle.¡Deséamesuerte!—Nolanecesitas.

Una hora más tarde, tras darse una ducha, vestirse y ponerse un calzado

cómodo,sedirigióalcomedorenelqueestabapreparadoeldesayunoparaloshuéspedes.Alpasarpordelantede lapuertadeAidensedetuvoparaversise

Page 122: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

escuchaba algún sonido, pero solo había silencio, por lo que imaginó queseguiríadurmiendo.Lomismoquehabríaestadohaciendoellasisuhermananolahubieradespertadotantemprano.Elcomedorestabacasivacíoaesashoras,por loquepudoescoger lamesa

quequiso.Sinsentarsedejósubolsocolgadodelasillayseacercóhastaelbufédecomida.Habíadetodoloquepudieradesear:fruta,cereales,huevos,bacón…peroella

fuedirectaalcafé.Sesirvióunatazaqueendulzóasugustoytrasllevarlaalamesaregresóaporunastostadasconmantequillaymermelada.Unavezque tuvolistoeldesayunosesentóysacódelbolsoelKindlepara

leermientrasdesayunaba,exactamentelomismoquehacíalosfinesdesemanacuandonoteníaprisaporirsealtrabajo.La novela histórica que estaba leyendo la tenía tan atrapada que no se dio

cuentadequealguienseponíaasuladohastaqueescuchóelarrastrardelasillaalapartarla.—Buenosdías—saludóAidenconunatazadecaféenlamanoyunplatode

huevosconbacón—.¿Puedosentarme?—preguntó,seguramenterecordandoelcomentariodeelladequesolocompartíacolacionesconsusamigos.—Buenosdías.¡Puedes!—leofrecióunasonrisadebuenhumor.Élcabeceócomoagradecimiento.—¿Has dormido bien? —inquirió, supuso Catalina que tratando de ser

amable.—Demaravillahastaquemehandespertado.Élarqueóunacejainterrogante.—¿Pedisteelserviciodedespertador?—Nolonecesito.Cuandomásagustoestoydurmiendomihermanamellama

ymedespiertaporalgunatontería.Aidensonrió.—Nopuedodecirqueséloqueesesoporquenotengohermanos.—¡Quésuertetienes!—No pienso así. Mis padres murieron hace algunos años y al no tener

hermanossepuededecirqueestoysoloenelmundo—lodijoenuntononeutro,peroalgoledijoaCatalinaquerealmentelosentía.—¡Oh!Losiento,nolosabía.—Yatehecomentadoquenomegustahablardemividaprivada—ycomosi

trataradehacérselovercambiódetema—.¿Quéleescontantaconcentración?Hetenidoquearrastrarlasillaparaquetedierascuentademipresencia.

Page 123: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Unanovela.SihabíaalgodeAidenqueCatalinahabíadescubiertoesefindesemanaera

quesabíarespetarlossilenciosdelosdemás,quizáseraporqueélmismoestabacargadodeellos.Fueracomofuera,noinsistiósobreeltema.Tampocoesqueconfesarqueleíanovelasrománticasfueraunproblemapara

Catalina,setratabasimplementedequeestabacansadadelosprejuiciosquelagente tenía sobre el género y dado que Aiden ya la creía una románticaenamoradizalomásinteligenteeranodarlesmuniciónasusprejuicios.—Deacuerdo.Allí sentados juntos se terminaron la primera taza de café y volvieron a

rellenarunasegunda.CatalinanuncahubieraesperadoquehablarconAidensevolviera algo fácil, pero así fue. Él parecía auténticamente interesado en supróximaentrevistaenElPradoe,inclusosehabíaofrecidoaescribirleunacartaderecomendación,loqueledejabaunsaboragridulceenloslabios.Porunlado,se alegraba de que la valorara lo suficiente como para avalarla con su buennombrey,porelotroledolíaqueladejaraircontantafacilidad.Normalmente,cuandoun restaurador recibíaunaofertapara trabajarenotro

lugar,elqueloteníacontratadosolíahacerunacontraofertaparaconseguirquese quedara, pero, por lo que estaba viendo, Catalina estaba segura de que eldirectordeldepartamentoderestauraciónteníaprevistodejarlairconfacilidad.AidenFischer era un hombre lleno de contradicciones, podía parecer frío y

distante, pero también tenía un agudo sentido de la justicia y no podía evitarponersealladodelmásdébil.Delmismomodo, teníaun conceptomuyalto sobre símismoy, al parecer,

tambiénunmiedodescomunalaexponersuvidaprivadaalosdemás.Catalinamiróelrelojysesorprendióaldarsecuentadequellevabanunahora

y cuarto desayunando. Los demás huéspedes habían entrado y salido delcomedormientrasellosseguíanabsortosconversando.—HequedadoconAprily conRaphaelparadarunavueltaporOxford.La

ciudadsevedistintaaplenaluzdeldía.¿Quieresvenirconnosotros?Aidenleofrecióunamiradadedisculpa.—No, pero gracias por la invitación. Ayer lo pasé muy bien contigo y tus

amigos.Ellasonriódecepcionada.—Raphael yApril son geniales.—Se puso de pie—. Pues en ese caso nos

vemosestatardeenelvinodehonor.Aidenasintió.

Page 124: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¡Disfrutadetupaseo!—¡Gracias!

Page 125: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo26NOESMÁSQUEUNMALENTENDIDO

Catalinaestabadecididaapasárselobienesamañana,apesardeladecepción

porqueAidensehubieranegadoairconellos.Estehabíasidotantaxativoquenosehabíaatrevidoapreguntarlenadamás,demodoqueahíestabadenuevo,pensandoensisehabíanegadoporqueteníaotrosplanesosimplementeporquehabíaconsideradoqueunacenayundesayunoeranmásquesuficientesparaunfindesemanaconunacolega.Seguía tratando de no pensar en nada negativo cuando April y Raphael

aparecieronporlapuertadelvestíbulodelhotel.Se acercó a ellos sonriente, pero se detuvo en seco al notar la tensión que

emanabadeApril.Suamigavestíavaquerosyunachaquetagruesa,perolomásllamativo era la bufanda que rodeaba su cuello, la llevaba tan enrollada queparecía que quisiera esconderse tras ella. Catalina la miró significativamente,peroellaonosediocuentaonoquisohacerlo.—Buenosdías,chicos.—Buenosdías—respondieronAprilyRaphaelalunísono.—¿Quéplanestenemosparahoy?—Podemos ir a ver arte —propuso el italiano, siempre dispuesto a ser el

encargadodelositinerarios—,despuésvamosdecomprasyterminamosconunabuenacomida.—Meparecebien.¿Quévemosprimero?—¿April?—preguntóRaphaelmirándola.—ElModernArtOxfordmepareceunabuenaopción.Esloopuestoaloque

vemos cada día. —Se encogió de hombros—. Será interesante cambiar deregistro.—Entoncesdecidido—aprobóelencargadodelitinerario.Comoelmuesoquedabaunpocolejosdedondeestabanpidieronuntaxique

Page 126: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

losllevarahastaallí.Duranteeltrayecto,Aprilsemantuvoensilencio,mirandopor laventana.Catalina tratóde fingir queno sedaba cuenta.Raphaelpor supartetampocodijonada,porloqueestanosuposilohizoporcortesíaoporquerealmentenohabíanotadolamelancolíadesuamiga.Elmuseoresultó,talycomohabíaadivinadoApril,todolocontrario,aloque

estabanacostumbradosaverenlaNationalGallery.Quizás,poresemotivo lodisfrutaron tanto. Incluso April pareció relajarse un poco y sonrió en variasocasiones.Tras elmuseo visitaron elmercado deCoveredmarket con sus abovedados

techos de largos y rojizos listones de madera. Allí se tomaron un café ycompraron varias frutas que se comieron mientras paseaban por sus callescubiertas.Al mediodía los tres estaban hambrientos por el ejercicio. Encontraron un

localqueanunciabaguisoscalientes.Eldueño resultó serunescocésgrandoteconunasonrisabonachonayunamanomaravillosaparalacocina.CatalinaaprovechóunmomentoenqueRaphaelselevantódelamesaparair

albañoparatratardedescubrirquéeraloquelesucedíaasuamiga.—Cariño,¿estásbien?Nohasdichomuchoentodoeldía.—Losiento,peroesqueahoranoquierohablardeltema.—Deacuerdo,pero¿sabesquepuedescontarconmigoparaloquenecesites?Aprilafirmóconlacabeza.—No tepreocupes.Estarébien.Despuésde todo, loquemepasanoes tan

importante —y añadió con una sonrisa triste—. Si no hubiese asistido a laconferencianisiquieramehabríadadocuentademimal.Supongoquesoyunaestúpida.—Esonoescierto.Aprilseencogiódehombros.—¿Pasóalgoanoche?—Nada que valga la pena comentar. Ya te he dicho que está todo en mi

cabeza.—April…—nodijonadamásporquevioqueRaphaelregresabadelbañoen

esemomento.—¿Dequéhablabais?—seinteresóelitalianoalregresaralamesa.—LeestabadiciendoaAprilqueconunpocodesuertenosencontraremosen

el vino de honor a algún catedrático guapo y soltero que nos alegre la noche.¿Quiénsabe?Puedequeterminesiendoelamordenuestravida—bromeó.—Aprilnonecesitacatedráticos—comentóRaphaelenuntonomolestoque

Page 127: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

captólaatencióndeambasmujeres.—¿Yesoporqué?—desafiólaaludida.—PorquetúyatienesaWill,eldelCrown.Esequesepareceaeseactorque

tantotegusta.Aprilledesafióconlamiradaantesderesponder.—Paratuinformacióntediréqueyonotengoanadie.Porloquesiestanoche

me topo con un tipo del estilo que ha mencionado Catalina tengo toda laintencióndeinvitarleaunacopaydespuéspedirlesunúmerodeteléfono.Raphael gruñó, pero April estaba tan molesta que no se dio cuenta. Sin

embargo,Catalinaestabatanpendientedeellosquenoseleescapóelgesto.¿Quélesestabapasandoaesosdos?,sepreguntó.¿Habíaestadotanabsorta

en Aiden que no se había dado cuenta de lo que sucedía entre sus mejoresamigos?RaphaelsiemprehabíasidomuyprotectorconAprileinclusocríticoconsus

citas,peroellanuncasehabíaplanteadoquepudieraserporqueestuvieraceloso.Tambiéneraprotector conellaybajoningunacircunstancia creeríaque sentíaporellaalgodistintoalaamistad.Noobstante,ahoraquesabíadelinterésdeAprilporélnopodíadescartarque

esefueraelmotivodesusreaccionesdesproporcionadas.¿Habíaestadoel italianoenamoradodeApril todoese tiempo?Ysieraasí,

¿porquénohabíadichonuncanada?¿Lepreocupabaqueellalorechazara?¿Oloqueleimpedíahablarabiertamentesobresussentimientoseraeltemoraquela confesión estropeara su amistad? Fuera como fuera, Catalina tenía toda laintencióndeestaratentaalasreaccionesdeRaphaelduranteelfindesemana.—Yo pienso lo mismo —apoyó a su amiga—, como mujer soltera y

emancipadavoyaestarojoavizorporsiaparecemihombrepredestinado.Raphaelpusolosojosenblanco.—Lees demasiadas novelas románticas. ¿Hombre predestinado? ¿De verdad

creesqueesoexiste?—Porsupuestoqueexiste—intervinoApril,quienbuscabadiscutirconélpor

elmotivoquefuera.Sufrustraciónsolopodíaencontrarlasalidadeesemodoyenesosinstantesle

importabapocoresultarmezquinao infantil, teníaque liberar la tensiónque laembargabayquehacíaqueporprimeravezdesdequeloconocíanofueracapazdesentirsecómodaconRaphael.—Soisunasilusas—serioél—,perocomonoquieroserelculpabledeque

maduréisosdejarépensarenqueelhombrepredestinadoexiste.Siesooshace

Page 128: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

felices…Noseréyoquienosimpongalarealidad.—Nadaquevengadetipuedehacernosfelices—atacóAprilaltiempoquese

poníadepie—.Voyalbaño—dijoalejándosedeallí.RaphaelmiróaCatalinaenbuscadeexplicaciones.—¿Québicholehapicado?—Creoqueesodeberíaspreguntárseloaella.Larespuestadespertóaunmássicabeelinterésdelitaliano.—Osea,quelepasaalgo.Ellaseencogiódehombros.—Sea lo que sea es evidente que le pasa conmigo—comentó,más para sí

mismoqueparaqueCatalinalerespondiera.Laconocíay sabíaqueno teníaninguna intenciónde traicionar aAprilpor

muchoqueéllapresionaraoleinsistiera.Conloquenolequedabamásremedioqueaveriguarloporsímismo,ysidealgoestabaseguroeradequeibaallegaralmeollodelasunto.

Page 129: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo27¿NOERAESOLOQUEQUERÍAS?PUESAHÍLOTIENES

—¿Dóndevamos?—preguntóEugeniaencuantoArthurarrancóelmotordel

coche,trasrecogerlaenelportaldesucasa.Al final, tras hablar conCatalina, se había decidido a llamar a su exmarido

paradejarleclaroslostérminosdesunuevarelación.Elpuntomásimportantedetodosera el secretismo, nadie podía saber que se estaban viendo, porque si lohacían nadie creería que se trataba solo de sexo, y los chismes sobre sureconciliaciónseextenderíancomolapólvora.Elsegundopunto,yunode losmás importantes para Eugenia, era el compromiso de no mantener relacionesparalelasmientrasduraselasuya.Mientrasestuvieranjuntosambosdebíansermonógamos,sobretodoteniendo

encuentaqueensuprimerencuentronohabíanusadoprotección.El tercer punto era el más peliagudo porque contradecía en sí mismo la

relación que Eugenia pretendía tener. Y es que, aunque se negaba a llamarlacomo algo distinto a amantes,Arthur debía reservar tiempo para verla y parallamarla por teléfono cuando sus agendas les impidieran verse. Había sidotaxativaenesepunto,lasllamadastelefónicaseranimprescindibles.Afortunadamente, cuando terminó sumonólogo telefónico,Arthur seguía al

otroladodelalínea,ynoprotestóniregateóningunadelasnormasqueEugeniahabíaimpuesto.—Comonopuedollevarteaningúnbuenrestaurante,yaquenoquieresquela

gentesepanuestrarelación…—Notenemosunarelación—interrumpióEugenia.—Deacuerdo,paraquelagentenosepaquesomosamantes.Hetenidoque

improvisar.—Esonorespondeamipregunta.—Vamosaunacadenadehamburgueseríasparacomprarlacena,despuésnos

Page 130: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

lacomeremosenmicasa.—Entucasanohaymuebles.Arthurseencogiódehombros.—Llevomantas en elmaletero.Hazte a la idea de que te llevo a un picnic

cubierto.Eugenia se mantuvo en silencio unos segundos, digiriendo todo lo que él

acababadedecirle.—¿HashabladorecientementeconCatalina?—preguntó,derepente.—No,¿porquélopreguntas?—apartólamiradadelacarreteraparamirarla.—Por nada —respondió, pensando en que la reacción de Arthur era

exactamenteloquehubieraesperadodesuhermana,nuncadesuexmarido.¿Seríaquesoloahoraestabacomenzandoaconocerrealmentealhombrecon

elquesehabíacasadoydivorciado?Habíancomenzadoasalirsiendomuyjóvenes,cuandoseconocieronatravés

deunamigocomún.EugeniateníadiecinueveañosyArthurveintey,desdeesemomento se habían vuelto inseparables. Desde ese entonces había llovidomucho, ella misma había cambiado, aprendiendo a poner su bienestar porencimadeeldeél.EsefueelmotivoprincipalporelqueseseparódeArthur.Habíaestadoaguantando las intromisionesdesusuegradurantesunoviazgoyposteriormentedurantesumatrimonio,alaesperadequesumaridolapusieraensusitio,alaesperadequelaescogieraporencimadetodolodemás.Puedequehubieraactuadodeunmodoegoístaalponerleenesatesitura,perosusuegraeracapaz de molestar a un santo y ella no era tan pura, era una simple mujerenamoradaquedeseabavivirsuamorsinpresionesniconstantescríticas.Arthurentróconelvehículoporlazonahabilitadaparacomprarsinsalirdel

coche.—¿Cuándo has venido a comprar aquí comida? —preguntó Eugenia,

sorprendidaconquesemanejaratanbien.—A veces cuando salgo tarde del bufete vengo aquí a por algo rápido que

cenar.Nohaymuchosrestaurantesabiertosaesashoras.Se calló cuando el megáfono le preguntó qué deseaba encargar. Se dio la

vueltaparamiraraEugenia.—¿Siguessincomerternera?Ellaasintió.Arthur se giró de cara al megáfono, sacando la cabeza por la ventanilla

abierta.—Dosmenúsgrandes,unodeternerayelotrodepollo,porfavor.

Page 131: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Patatas?—preguntóunavozfemeninaatravésdelaparato.—Paramínormales—ibaapreguntarleaEugeniacuandoestaseleadelantó.—Rústicasparamíyagua.Élsonrió,peronodijonada.Repitió el pedido ymovió el vehículo, tal y como le habían indicado, para

acercarsealacajadepago.—Asíquetútambiénvienesporaquí.—Algunavez.Tengolasuertedecomerloquequierasinengordar—dijocon

orgullo.Arthurdenuevooptópornoreplicar.Recordabaperfectamentelomelindrosaqueellaeraconlacomidaylomucho

queseesforzabaconejercicioparamantenersuesbeltafigura,todolocontrarioque su hermana que comía sin molestarse en si sus excesos acababanasentándoseensuscaderas.—¡Tienesrazón!—¿Estástratandodecontentarme?—¿Estáfuncionando?Ellariocoqueta.—Tendrásqueesperaraver.

Contratodopronósticoestabasonriendocuandobajódelcocheconlasmanos

llenasdebolsasdecomidamientrasArthurcargabaconlasmantas.Dealgunamanerasesentíacomounaaventura,comerenelsueloypasarla

nocheenunacasavacía.—¿Podemoscenarenlaterraza?—Podemoscenardondequieras.Alentrar,lesrecibióelolorapinturadelasparedes.Dedospatadassequitó

los zapatos de tacón y se acercó hasta la terraza, que, gracias a Dios, fue loprimerodeloqueseocupó.Demodoqueestabaaisladadelfrío,peroconsusmaravillosasvistasdisponibles.Arthurseadelantóyseagachóenelsueloparaponerlasmantas.Enrolladaen

ellasllevabaunaalmohadaquequedóaldescubiertoaldejarlasenelpiso.—Vienespreparado—rioella,sintiéndosecomounaadolescente.—¡Siempre!Sesentaronlistosparadevorarlacena.Ymientraslohacíanhablaron.Sihabíaalgoquehabíaechadodemenos,tras

Page 132: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

suseparación,fueeso,lofácilquelehabíaresultadosiemprehablarconArthur.Cuando tenía algún problema en el trabajo o alguna preocupación, siemprerecurríaaél.Loúnicoquesehabíaguardadopara símismayqueal final leshabía pasado factura eran sus preocupaciones sobre el embarazo que nuncallegabayquesusuegratantoseesforzabaenrecordarle.—¿Sabes? —preguntó él de repente—, creo que me gusta esto de ser tu

amante.Eugeniasonrió.—Separecebastantealoquehacíamosalprincipio.Élasintió.—Peronuncatuvimosestasvistas—bromeó.—¡Cierto!Mipisocompartidoeramuchomásmodesto—recordó.—Ycomíamosenlacama,comoahora.—¿Esto es una cama?—abrió los ojos exageradamente—, pretendes acaso

quenosquedemosaquítodalanoche.¿Notienesunahabitacióndehotel?—Latengo,peroeresmiamante,nopuedollevarteallí,dondetodoelmundo

pueda verte—replicóArthur con una sonrisamaliciosa que calentó la piel deEugenia,quesemaldijomentalmentepornohabercalculadobienlosprosyloscontrasdelasnormasquehabíaestablecido.—Las amantes suelen ir a las habitaciones de hotel. Las casas son para las

esposas.—Esas son las amantes que no les importa serlo. Tú quieres mantener el

secreto.Nopudoprotestarantesuspalabras,demodoqueoptópordesquitarsedeotro

modo.—Lasamantestienenbeneficiosquenotienenlasesposas.—¿Cómocuáles?—Sushombresseesfuerzanensatisfacerlas.Arthurleofrecióunasonrisalobuna.—Esopuedohacerlo—musitó,antesdeabalanzarsesobresuboca.

Page 133: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo28ASÍDEBIÓSENTIRSECENICIENTA

Trasvariosintentosqueacabaronendesastre,Catalinaporfinpudohacerseel

recogido queEstela le había enseñado. Semiró en el espejo satisfecha con elresultadoysiguióconelmaquillaje.Graciasalcielo,aunquehabitualmentenosemaquillabamucho,teníabastante

destreza para hacerlo y no solo porque fuera una experta con un pincel en lamano sino porque durante mucho tiempo había perfeccionado la técnica conEugeniayconsusamigas.Aunasí,noqueríairllamativasinoelegante,porloque sepintóuna fina líneaconeyeliner negro,máscaradepestañasyun tononudeenloslabios.Unavezquetuvoelpeloyelmaquillajelisto,seperfumóysepusoelvestido.Enlugardecalzarseunoszapatosdediezcentímetros,quenoharíanotracosa

másquetorturarladurantetodalanoche,sepusounoszapatosnegrosdecharolcon un tacónmás bajo y un clutch de Chanel del mismo color, que le habíaregalado su hermana por Navidad el año anterior. Era la primera vez queencontrabaelmomentoadecuadoparaestrenarlo.Estaba a punto de marcharse cuando llamaron suavemente a la puerta.

Sorprendidadejóelbolsosobrelacamaycaminólostrespasosquelaseparabandelapuertayabrió.Al otro lado estabaAiden, vestido conun traje azulmarinoque combinaba

conunallamativacorbatanaranjayunpañuelodelmismocolorenelbolsillodelachaqueta.Lacamisatambiéneraazul,soloquedeuntonodesvaído.—Buenasnoches—saludó,altiempoquelamirabadearribaabajo.—¡Hola!—respondióellacontimidezysorpresa—.¿Quéhacesaquí?—Yaséquehabíamosquedadoenvernosenelcóctel,perohepensadoque

eramejorvenirarecogerteporqueellugardeleventoestáunpocolejosparairandando. ¿Teparecebien compartir un taxi conmigo?Vaahaber alcoholy lo

Page 134: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

mejorseráquenoconduzcaestanoche.—Porsupuesto.¡Gracias!—Denada. ¡Estásmuy elegante!—dijo apartándose de la entrada para que

ellapudierasalir.Elegante, pensó Catalina. Nada de guapa o atractiva, un cumplido

políticamentecorrectodentrodeunmarcoprofesional.—¡Gracias! Tú también —correspondió—. Dame un segundo que coja mi

bolso.Aidenasintióylavioacercarsealacamayrecogerlo.—¡Lista!Élsonrió.—Eltaxiestáenlapuerta.

Elcóctelovinodehonor, sehabíaorganizadoenunode losCollegesde la

universidad.Catalinahabíaestadonerviosadurante todoel trayecto,perose lepasóencuantoatravesólaspuertasdelsalónreservadoparaesefin.Aunque los hombres y lasmujeres asistentes vestían de unmodo elegante,

todavíapudovervarios trajesde tweed que la reconfortaron.Despuésde todoestabaensuambiente.Laspersonasqueestabanallíteníansusmismosinteresesysusmismaspreocupaciones,almenos,anivelintelectual.Noeraunafiestaaluso,enlaquelagenteasistíaparaveryhacersever,sinoqueeraunencuentroentreintelectualesesforzándoseendemostraralprójimoqueeraelmáslistodelasala.Muchomássanoycompetitivoquepelearporserelmásguapooelmásinfluencer.Como si hubiera notado el cambio en su expresión, Aiden optó por

tranquilizarla:—Estoysegurodequehabrágentealaqueconozcas,aunqueseadenombre.

Despuésdetodo,nuestrocamponoestanampliocomootros.Sediolavueltaparamirarle.—Eso espero. No me gustan mucho los eventos en los que no conozco a

nadie.Aiden iba a ofrecerse a traerle una copa cuando aparecieron por la derecha

RaphaelyApril.Elitalianovestíatanelegantecomosiempreconunospantalonescolorcamel

yunaamericanaazuldecuadrosdelmismocolordelospantalones.Nollevabacorbata,sinounacamisablanca,queCatalinapensóqueerasuseñapersonal.

Page 135: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

April llevabaunvestidodecóctelporencimadelarodilla,verdebotella,demangacortaconuna faldadevueloque se abría desde lamarcada cintura.Elcolordelaroparesaltabaeltonodesucabello,porloqueestabapreciosa.—Tedejoenbuenacompañía,Catalina—sedespidióAiden,acercándoseaun

grupodepersonasquelosaludaronefusivamentecuandoseunióaellos.—Estásguapísima,Catalina—dijosuamigaencuantosediocuentadeque

estabamirandodemasiadointensamenteaAiden—.¿Habéisvenidojuntos?—Sí, hemos compartido un taxi —hizo una pausa para retomar la

conversaciónanterior.Porcierto,ereslamáselegantedelafiesta.Aprilsonrió,encantadaporelcumplido.—Gracias, pero tuvestido esprecioso, nohaydudadeque lamás elegante

erestú.Raphaelpaseólamiradadelaunaalaotra,peronoseatrevióainterveniry

muchomenosadarsuopiniónsobrecuáldelasdoseralamáselegante.—¿Yyoqué?—protestófinalmentealverqueestabasiendoignorado—.¿No

tenéisplaneadohalagarmeamítambién?—Losiento.Estásmuyguapo—loapaciguóCatalina.RaphaelmiróaAprilenbuscadesucumplido,perolarubianoestabaporla

labor.Dehecho,apenaslehabíadirigidolapalabraentodoeldía.Aunasí,élhabíatenidoladeferenciademarcharsedelahabitacióndehotel

paraquepudieracambiarsecómodamentesintenerqueencerrarseenelpequeñocuartodebañoparaesefin,y¿cómoselohabíaagradecidoella?Conunsilenciotanestruendosoquehabíacomenzadoapreocuparle.—Comohassidoamableconmigo,voyapresentartealchicomásguapodela

fiesta—le dijo a Catalina—, April no va a contar con mi ayuda—comentó,medioenbromamedioenserio.—Nolanecesito.Soyperfectamentecapazdepresentarmesola—ytrasdecir

esosediolavueltaylosdejóalosdosallí,desconcertadosysorprendidosporsureacción.—¿Quémoscalehapicado?Estoysegurodequesabesporquéllevatodoel

díaevitándome.Ellaseencogiódehombros.—Tantosilosécomosino,siquieressaberpregúntaseloaella.Raphaelhizoungestoconlamano.—¡Después!Ahoratocacumplirconmipromesa.Con esa idea en mente, dio una vuelta sobre sí mismo al tiempo que

inspeccionaba la sala. Sonrió satisfecho cuando dio con lo que buscaba y sin

Page 136: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

darle explicaciones de lo que iba a hacer, asió a su amiga por el brazo y laarrastróhastaungrupodedoscaballerosquehablabantranquilamente.Encuantoseplantaronjuntoaellos,elmásmayorseexcusóparamarcharsey

Raphaelnoperdióeltiempo.—Matías, esta esCatalina, también es española, por loque estoy segurode

que tendréis mucho de que hablar —dijo Raphael, presentándoles ydesapareciendoconlamismavelocidad.Catalinariodivertida,eraevidentequesuamigonoeramuysutil.Aunqueno

podía protestar con respecto a la elección que había hecho. Matías era muyatractivo,debía tenerunos treintay seis años, arribaoabajo,deojosverdesypelonegro,que llevabamuycorto.Subarba,muycuidada, ledabaunaspectomalotequeseguroqueatraíalasmiradasdelasféminas.—Lo siento —le dijo a Matías en castellano—, me temo que Raphael ha

decididoemparejarnos.—Nolosientas,voyatenerquedarlelasgraciasmástarde—dijoélconun

acentocanariomuysexy.Sonrióconcalidezyleofrecióelbrazo—,peroahoravayamosaporunacopa.ElprofesorMaxwellmehainterceptadoencuantoheentradopor lapuertaynohepodidoprobarelfamosovinodelquehablabalainvitación.Catalinaasintióyaceptósubrazo.Mediahoramás tardesesentíamuchomásqueagradecidaaRaphaelpor la

presentación.Matíaseraencantadorydivertido,nosededicabaalarestauración,sinoqueeraprofesordeHistoriaenlauniversidaddeLondres.Alparecereraunreputadohispanistay,lomásimportante,erasolteroyconsecuenteconsusactos.EstabariéndosedeunadesusocurrenciascuandoaparecióAiden.—Catalina,megustaríapresentarteaalguien—dijosinmiraraMatías.—Porsupuesto—sedisculpóconsuacompañante—,losiento,ahoravuelvo.Aidensediocuentadequeestabahablandoconélenespañol,peroseabstuvo

depreguntarnada.—Aquíestaré—contestóMatíasconunguiño.Obediente, siguió a su jefe por entre la gente, mostrándose encantadora

cuandoAidenlepresentabaaalguien.Trasveinteminutosdandovueltasporelsalón, pudo por fin regresar conMatías, que la recibió con una sonrisa y unacopadevino.—Tunoviononosquitaojodeencima—dijoMatíasconunasonrisatraviesa.Catalinabuscóenladirecciónenlaqueélestabataninteresadoysetopócon

lamiradadeAidenqueconversabaconHenry.

Page 137: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Noesminovio,esmijefeyelqueestáasuladopodríamosdecirqueesmiexnovio.Elmorenorio.—Entonces,espeordeloqueimaginé.—Niquelodigas.Siguieronhablandomientraspaseabanporentrelagente.Matíaslepresentóa

variaspersonasinteresantesyellahizolopropioconApril,quienparecíaestardisfrutandodelanoche.Raphaelselesacercóenunpardeocasiones,peroparecíaestarmáspendiente

deconquienhablabalarubiaquededisfrutardelavelada.Catalina descubrió queMatías y él se conocían de haber coincidido en una

exposiciónsobreLaescuelaitalianaenpintoresespañolesdelsigloXVIIenlaqueamboshabíanparticipadocomocolaboradores.—Catalina,vamosamarcharnosahora—anuncióAiden,acercándoseaellos

—,lagenteyaestácomenzandoaretirarseycuantomástiempopaseserámásdifícilencontrartransporte.—Deacuerdo.—Tedejaréparaquetedespidas—ofreció—.Estaréfuera.EllaasintióysediolavueltaparaofrecerleunasonrisadedisculpaaMatías.—Losiento,perohedeirme.—No te preocupes. Lo entiendo —le guiñó un ojo—. Tienes mi número,

llámameynostomamosuncaféconmáscalmacuandoregresesaLondres.—¡Cuentaconello!Matías se agachó para darle dos besos de despedida, dada la diferencia de

alturadelunoalotro.Sintiendoquehabíasuperadolaprueba,Catalinaabandonólasala.Habíasido

afortunada,Henrynosehabíaatrevidoaacercarseaella,pensó.Aunquedadoelmodo en que Aiden lo había tratado anteriormente, resultaba chocante quehubieseestadohablandoconélcontantanormalidad.Fueracomofueraestabacontentaconeltranscursodelanoche.Aprilparecía

másalegrede loque lohabíaestadopor lamañana,yconoceraMatíashabíasidounasuerte.Aidenestabadepiealladodeuntaxi.Leabriólapuertaencuantoseacercó

hastaél.—¡Entra!—¡Gracias!Cerrólapuertayrodeóelvehículoparahacerlopropioélmismo.

Page 138: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—AlhotelMagister,por favor—dijoal conductor—.Por loquehepodidoverlohaspasadobien—comentó.—Muybien,gracias.Esperoquetútambiénlohayasdisfrutado.Comosilohubieraofendido,Aidensediolavueltacomounresorteyclavóla

miradaenella.—¿Creesquelohepasadobien?—aunqueloenunciócomounapregunta,el

tonoeramásbienamenazante,pensóCatalina.¿Québicholehapicadoahora?,pensó,confundidaconsuscambiosdehumor.Enelestrechoasientodeatrás,Aidenseinclinósobreellaydepositóunsuave

besoensuslabios.—¿Locrees?Lamiróenbuscadeunarespuestayalverqueellaniprotestabanirespondía,

volvióahacerlo.Catalina no pudo controlarse más, gimió y se apoyó contra él. Aiden la

envolvió suavemente con sus brazos mientras su boca presionaba más fuertecontraladeella.Suslabioseransuavesyperfectos.Ellasabíabien,olíabien…Sesintiócomo

unpatánycuandodeslizósulenguasobrelagruesacurvadesulabioinferior,serecordóasímismoquehabíamaduradoyquenomezclabaeltrabajoconlavidaprivadadesdehacíaaños.Desafortunadamente,sucuerpoparecíahaberolvidadoesehecho.Ahondómás el beso, puede que ella comenzara a gustarle, pero no era una

buena idea dejar que eso sucediera, se dijo a símismo sin llegar a conseguirconvencerse.Ajenaasusdudas,ellaseestrechócontraélysuslabiosseabrieron.Aidense

zambullódentrodesubocacaliente,peroqueríamás.Laapretóduramenteentresusbrazos,sintiendosuscurvaspresionadascontrasupechoyperdiólacabeza.Entonces bajó la mano a la curva de su trasero y profundizó más con su

lengua,peronoerasuficienteporquequeríacurvarlaalrededordesuspezones,bajarentresuspiernasylamerelnéctardesufeminidad.Estabaduroyloco,ysusmanoslarecorríandearribaabajo,sulocurasealimentabadelossensualesgemidos que ella emitía y de la lucha por conquistar el poder que estabadevastandosulengua.Sinprevioaviso,mientrasestabaperdidoentrelabrumadesudeseo,recordó

dóndeestabanyseapartóconbrusquedaddeella.Catalinaparpadeóparavolver a centrarseyAidennotó cómo recuperaba la

concienciadequeestabanenuntaxi.

Page 139: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Hicieronelrestodeltrayectoensilencio.Ellareacomodósuropayselimitóamirar por la ventana, a la oscuridad de la noche, temerosa de toparse con lamiradadeAiden.¿Quéacababadesucederentreellos?¿Quéhabríasucedidodehaberestadoen

otrapartemenospública?Eltaxisedetuvoeneseinstantefrentealaspuertasdelhotelyellaoptópor

salirlaprimera,mientrasAidenpagabalacarrera.Lasdudaslaatenazaron,¿quédebía hacer? ¿Le esperaba o se marchaba? ¿Qué esperaba él que sucedieradespués?SediocuentadequesuspreocupacioneseranexageradascuandoAidensalió

del vehículo y pasó por su lado como si nada. Confundida y avergonzada lesiguióalinteriordelhotelyaguardóasuladoaquellegaraelascensor.El tenuehilomusicaldel ascensor los salvóde la incomodidaddel silencio.

Aunasí,eltrayectosehizoeterno.Cuandolaspuertasseabrieronsintióqueporfinpodíarespirar.—Buenas noches,Catalina—se despidióAiden—, saldremosmañana a las

ocho.Teesperaréenelvestíbuloaesahora.—Buenasnoches.Allíestaré.CaminólospocospasosqueseparabanlapuertadelahabitacióndeAidende

lasuyayentróatodaprisaenella.Setumbóenlacamasinsiquieraquitarselaropa.Sacóelmóvildesubolsoy

mirólahora,lasdocedelanoche.Sonriócontristeza,parecíaquelamagiasehabíavolatilizadoyvolvíaasercenicienta.

Page 140: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo29MÁSDELOMISMO…

Catalinasepresentóalasochoenpuntoenelhalldelhotel.Noobstante,no

fuelosuficientementeprontoyaqueAidenyalaestabaesperandocondosvasosdepapelenlasmanos.Sehabíamentalizadodurantegranparte de la noche conque lomás adulto

quepodíahacer,dadaslascircunstancias,eraactuarconnaturalidadycontinuarconlarecientecamaraderíaqueamboshabíanllegadoadesarrollar,sinembargo,laactituddeAidenledejóclarodesdeelprimermomentoqueesonoibaaserposible, al menos no por su parte. Ya que, sin apenas cruzar una palabra, letendióunodelosdosvasosquesostenía.—Nohaytiempoparadesayunos—dijomuyserio—,loharemosdecamino.Catalinacogióelvasoylediolasgracias.NoesquenoestuvieraacostumbradaalafrialdaddeAiden,eraquenosela

esperaba.Habíacreído,erróneamente,vistasuactitud,queobviaríaelbesoysurelaciónseguiríaporlosmismoscaucesdelfindesemana.Despuésdetodohabíanidoaunafiesta,habíanbebidoyunsimplebesono

era tan importante, se dijo, aunque una parte de su cerebro protestara porqueestuvierallamandosimplealbesoquehabíancompartido.Absorta en sus pensamientos se llevó el vaso a los labios y se llevó una

sorpresaalsaboreareldeliciosocafé.Estabatandulcecomoaellalegustaba,loquesignificabaqueélsehabíafijadoenlacantidaddecucharadasdeazúcarqueleañadía.UnpocollenadeesperanzasiguióaAidenalasalidaysemantuvoasulado

mientrasseencaminabanhastaelaparcamientodelhotel,enquehabíandejadoelvehículoelviernes.En riguroso silencio abrió el maletero y cargó las dos maletas. Para ese

entonceslasesperanzasdeCatalinahabíancomenzadoadisolverse,igualqueel

Page 141: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

azúcardesucafé.Con la misma actitud silenciosa abrió la puerta del copiloto y entró en el

coche.Sededicóamirarporlaventanillamientrasélsesentabafrentealvolanteyencendíaelmotor.Inmediatamentecomenzóasonarlamismapiezadeóperaque habían escuchado a la ida y que se había quedado amedias al apagar elmotor.ParasorpresadeCatalina,Aidenlaquitó,poniendolaradio.—Hoy no estoy de humor para óperas —dijo, sin mirarla y Catalina se

preguntóquésignificabaeso.Nosabíaque laóperarequirieradeunestadodeánimoespecial.Elrestodeltrayectotrascurrióenunsilencioúnicamenteinterrumpidoporla

música.HubounmomentociertamenteincómodocuandoMichaelBublécantóWhenIfallinlove:

WhenIfallinloveItwillbeforeverOrI’llneverfallinloveInarestlessworldLikethisisLoveisendedbeforeit’sbegunAndtoomanymoonlightkissesSeemtocoolinthewarmthofthesun[7]

AlmenosparaCatalina,quefingióquelaletranosignificabanadaparaella.

Durante ese tiempo a solas con sus pensamientos tuvo tiempo de reflexionarsobreloqueestabasucediendoy,trasdarlevueltas,alfinalllegóalaconclusióndequeAidendebíadeestarimaginandoquehabíacaídorendidaporsubeso,delmismomodoenquehabíacreído,trassuentrevista,quesehabíaenamoradodeél.Estabatanmolestaporqueélhubieravueltoapresuponercosasquelaatañían,

quesebajódelcoche,cuandoélsedetuvofrenteasucasayrecuperósumaleta,sindecirunasolapalabra.Estabatanmolestaquenisiquieralediolasgracias.No obstante, teníamuy claro que al día siguiente en el trabajo le aclararía

cualquierdudaquepudieratenersobreloquehabíasupuestoparaellaunsimplebeso,quehabíadadotrasingerirvariascopasdevino.

Page 142: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Acababadedeshacerlamaletaydeponerlaropasuciaenlacestaparalavarcuandosumóvilcomenzóasonarensubolso.Tuvoquedarvueltasporelsalóny la cocina porque, aunque lo escuchaba cerca, no podía determinar de dóndeveníaelsonido.Finalmentedioconéldebajodeunodeloscojinesdelsofá.—¿Sí?—Hola,Catalina,soyAnadelaacademiadebaile.—Sí,losé.Tengotunúmeromemorizado.Ellaemitióunasonrisitacontenta.—¡Estupendo! Te llamaba porque hemos quedado todos, bueno, menos

Eugeniaquenopuedevenir,paraasistira laexhibicióndebailedeesta tarde.VamosairaapoyaraCarlos.Catalinapensóquesuhermanadebíadeestarmuyocupadasiseperdíauna

oportunidadcomoesa.SonrióparasímismaalpensarenloocupadaquedebíatenerlaArthur.Estabaapuntodeponerunaescusaellatambiéncuandosediocuentadeque

eramuchomás inteligente irconellosaquedarseencasadándolevueltasa losucedidoelfindesemana.—¿Dóndehabéisquedado?Escuchóunos ruiditosa travésde la líneaqueparecíanaplausosy sonrióal

pensarenlajovencitaquelallamaba.—A las doce en la academia. Iremos a ver a Carlos y después, como es

domingo,Elíassehacomprometidoadarnosdecomer.Catalina miró la hora. Apenas eran las diez, tenía tiempo de sobra para

cambiarsederopaeir.—Allíestaré.—¡Genial! ¿Y qué tal te fue el evento? Seguro que estabas preciosa con el

vestidonegroquetetrajoSandra.—¡Gracias!Eleventofuebien.—Noparecesmuyentusiasmada—replicóAna,quieneramuyavispadapara

suedad.—Eratrabajo,nohabíanadaconloqueentusiasmarse—mintiórecordandoel

beso.—Sitúlodices.Teveoenunrato—sedespidió.

Cuandollegóalapuertadelaacademiasolohabíanaparecidounospocosde

losqueseesperaban,por loquehubotiempoparaexplicarleaCatalina loque

Page 143: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

eraunaexhibicióndebaile.Enesaclasedeeventosnohabíacompetición,aunasí, era una plataforma para los bailarines profesionales de buscar unpatrocinador.Héctor le contó con el orgullo propio de un padre, que Carlos era de los

mejoresenlosritmoscaribeñosyqueElsa,suparejadebaile,eraespecialistaenbailesde salón, por loque siempre se llevaban los aplausosmás intensosy elapoyodelpúblico.Catalina había visto bailar a Elsa un par de veces en la academia, pero no

habíallegadoahablarconella.Aunasí,lellamólaatenciónelmodoenquesemovía,llenadeeleganciayestilo.Pocoapocofueron llegando los rezagadosya lasdoceydiezseponíanen

marchahaciaelpabellónenqueseibaacelebrarlaexhibición.Catalina iba rezagada del grupo hablando con Bruno cuando se vieron

obligadosadetenerseenunpasoparapeatonesporqueelsemáforosepusorojoparaellosyverdeparalosvehículos.Reíaunadelasocurrenciasdesucompañerocuandosumiradasecruzóconla

delconductordelvehículoqueestabapasandofrenteaellosenesemomento.—¡Vaya!¿loconoces?—preguntóBruno.—¿Aquién?—Al tipoquehapasadoconel coche,no tehaquitado losojosdeencima.

Inclusohapasadomuydespacioparapodervertemejor.Ellanegóconlacabeza.—Nomehedadocuenta.Seguroquemehamiradodecasualidad.BrunonoinsistióyCatalinatratódeolvidarsedetodoloquetuvieraquever

conAiden Fischer, ya lo pensaría al día siguiente cuando se viera obligada atrabajarconél.

[7]Cuandomeenamoro,/seráparasiempre,/onuncameenamoraré./Enunmundoinquieto/comoeseste,/elamorterminaantesdecomenzar,/ydemasiadosbesosalaluzdelaluna/parecenenfriarseenelcalordelsol.

Page 144: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo30UNBAÑODEREALIDAD

TrasdosdíasenlosqueAidennodioseñalesdevida,nisepresentóenlasala

detrabajoniseexcusópornohacerlo,Catalinasearmódevalorydecidióqueyaestababien.Ellunesnoquisodarledemasiadaimportanciaasuausencia,demodoqueno

dijo nada y dedicó toda su atención a April, que parecía haber superado lasorpresa inicial al descubrirse enamorada de Raphael. No obstante, cuando elmartesAiden tampoco apareció y las explicaciones siguieron brillando por suausencia,supoquenopodíadejarlopasar,asícomoasí.Todoparecíaindicarquealgranjefenolebastabaconhabersalidohuyendo

de Oxford, sin permitirle siquiera tomar el desayuno, sino que también teníaprevistoevitarlaeneltrabajo,cuandosegúnelplazodetressemanasquehabíanestablecido,eseeraelúltimodíaqueibaatenerqueverla.Conlaideaenmentedeaclararlasituación,sequitólabataysaliódelasala

DparasubiralaoficinadeAiden.Nopodíadejarquesiguieraevitándolasoloporque en su mente había vuelto a montarse la película de que ella estabaenamorada de él. No era cierto, lo había estado, sí, no podía negárselo a símisma,peroyalohabíasuperadoyelbesonoteníamayorimportanciaparaella.Todoelmundoparecíaestartrabajandoporquenoseencontróconnadieenel

pasillo ni en el ascensor. Una vez en la zona de oficinas se topó con variaspersonasqueibanyvenían,perocomonoconocíaaningunanoleimportó.—Buenosdías,Norma—saludóalentrarenlosdominiosdelasecretaria—.

MegustaríahablarconAiden,porfavor.La mujer la miró interesada, por encima de sus gafas de pasta, antes de

responder.—Aidenestáocupadoestamañana.Catalinanoteníaprevistodarseporvencida.Tanfácilmente.

Page 145: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Esperaréhastaquedejedeestarlo.Notengointenciónderobarlemásqueunosminutosdesuvaliosotiempo.—Nocreoqueseabuenaideaquetequedesaquí.Ella sonrió con un gesto que pretendía ser candoroso, pero que escondía

decisiónydesafío.—Estoy segura de que tendrá un hueco en su apretada agenda para hablar

conmigo.Sobretodo,siesperaqueterminehoymismoconeltrabajopendiente.Tal vez no lo recuerde, dado que ha vuelto a los despachos, pero hoymismoteníaprevistoterminarconlarestauracióndelpréstamodelaPortrait.Catalina no estaba del todo segura, pero hubiera jurado que los ojos de la

secretariabrillaronconadmiraciónporsuveladaamenaza.Sin decir nada, Norma, descolgó el teléfono, presionó una tecla y habló a

quienfueraquehubierallamado,y,dadassuspalabras,Catalinaestabaseguradequehabíasidoasujefe.—¿Lohasescuchado?Esperóunarespuestadelotroladodelalíneayaltenerlacolgó.—Puedes pasar ahora, Catalina, el director te concede unos minutos de su

preciosotiempo—lodijoconunasonrisaamableensurostroyuntonoirónicoen la voz, por lo que la restauradora tuvo la sensación de que de algúnmodoincomprensibleesamujersehabíapuestodesulado.—¡Gracias!Adiferenciadeloquehabíasucedidoenotrasocasiones,Normanoselevantó

desusillatraselescritorio,sinoqueselimitóahacerleunaseñalconlamanopara que se presentara ella misma. Con la misma decisión con la que habíallegado,diodosgolpesdecortesíaalapuertadeldespachodeAidenyabrió.Él estaba sentado tras su escritorio conunapiladepapelesdelante.Apenas

levantó la cabeza paramirarla y la volvió a bajar clavando su atención en eltrabajoqueparecíatenerpendiente.—Buenosdías.—Buenos días, Catalina, como puedes ver, estoy ocupado, ¿en qué puedo

ayudarte?La actitud maleducada de él solo sirvió para que estuviera más decidida a

aclararlasituación.Aidenlahabíadejadodosdíasseguidoscontodoeltrabajoyencimanoparecíasentirseculpableporello.—Hevenidoahacerusodelaúltimapreguntaquemedebes.—¿Seguroqueeseeselúnicomotivoquetetraeporaquí?—Eselmotivoprincipal,sí.

Page 146: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Aidensecruzódebrazosysereclinóhaciaatrásensusilla.—Muybien,¡dispara!—¿Meestásevitandodeliberadamenteporquémebesasteeneltaxi?Élnodudó.—Sí.YCatalinanoseinmutó,lascosaserantalycomohabíasupuesto.—Noseránecesarioquesigashaciéndolo—explicó—,dadoquenovamosa

trabajarjuntosnuncamásydadoqueesebesonosignificónadaparaningunodelos dos, hagamos comoque no ha sucedido y no des pasto a los chismes quehablandenuestramalarelación.—Deacuerdo—respondiósinemoción.—Enesecaso—extendiólamanoparaqueélselaestrechase—,hasidoun

placertrabajarcontigo.—Igualmente—aceptóestrechandosumano.—Si todavía sigues dispuesto a escribirme una carta de recomendación te

estaríaprofundamenteagradecida.Élasintióconunbrilloextrañoenlosojos.—Larestauraciónhasidoprácticamentetuya,daloporhecho.Mañanaporla

mañanalatendrásentumesadelasalaA.—Graciasdenuevoyadiós.Habíaextendidolamanoparaabrirlapuerta,perolavozdeAidenladetuvo

conellaenelaire.—Catalina.—¿Sí?—Buenasuerteenlaentrevista.Ellacabeceóysaliódeallísinecharunaúltimamiradaalaestancianiaél.TalycomoAidenhabíaesperado,dosminutosmástarde,Normaentróconun

caféhumeantequelepusodelante.—¿SepuedesaberquéhapasadoenOxford?—Imagínatelotú,queerestanlista—contestóenuntonoásperoqueseganó

unamiradaferozdelasecretaria.Catalina,porsuparte,sedijoquenoteníaporqueestartanmolesta,después

de todo, se había pasado tres años sinAidenFischer y podía seguir otros tresmássinsucompañía.DeberíadeestarcontentapuestoquealdíasiguientevolveríaalasalaAcon

April y, además, conunpocode suerte, sumarcha de laNationalGallery erainminente.

Page 147: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo31CADAVEZMEGUSTAMÁS

Eugeniaestabasatisfechaporcómoestabanyendolascosasenladecoración

del ático de Arthur. Los pintores estaban dándole los últimos retoques a lasparedes y los electricistas ya estaban allí, preparados para colgar las lámparasque había elegido para el comedor principal y para las demás estancias de lacasa.Sitodoseguíaelplanprevisto,losmueblesdeldormitorioprincipalllegarían

esemismodíayconelloslahabitaciónquedaríaterminada,afaltadequeArthurescogiera la ropa de cama y las toallas del cuarto de baño anexo de entre lasmuestrasquelehabíallevado.Sonrió al recordarqueArthurhabía insistido enque el dormitorio estuviera

listoesamismasemana.Segúnlehabíadicho,estabahartodevivirenunhotel,aunque Eugenia tenía otra teoría para justificar la prisa de su exmarido pordisponerdeundormitoriocompletamenteequipado.Las preguntas de uno de los electricistas la sacaron de golpe de sus

pensamientos y con una sonrisa satisfecha se encaminó hasta donde estaba elproblema para tratar de solucionarlo. Siempre había disfrutado del caos quesuponíacrearunhogarparaalguienmás.Pormuydesordenadoquecomenzaratodo,alfinalelresultadosiempreerasatisfactorioporquelesdabaasusclientesunespacio en el que ser felices, unhogar en el que compartir sueños, amoryparaquénegarlo,tambiénpenas.Fueracomofuera,setratabadeunáreaprivada,íntimaypersonal,algoconlo

que ella siempre había soñado y que, por diversas circunstancias, nunca pudotener.Almenosnojuntoalhombreconelquehabíacreídoquecompartiríaelrestodesuvida.Con el divorcio había decorado su propio espacio, un piso de un tamaño

decenteenChelsea,peroqueapesardetodonosecorrespondíaconsusueño.

Page 148: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Unhogaragradable,perosilencioso,enelquenoseescuchabannirisasdeniñosnisusurrosdeamor.—¡Eugenia!—llamóArthur,apareciendoinesperadamenteenlacasa.—Arthur, ¿qué haces aquí a esta hora? Si es lunes —se extrañó Eugenia

cuando lo vio entrar en la cocina con su traje de chaqueta y unmaletín en lamano.—Lo sé. He salido antes del trabajo. ¿Por qué hay tanto hombre aquí?—

inquirióenuntonoincisivo.—Porque normalmente los electricistas, pintores y los que montan los

mueblessonhombres.—Seencogiódehombrosconunamuecadedisgusto—.Yasabeslomachistaqueesestasociedad.—Puesnomeparecebien.—Amítampoco.Arthurlafulminóconlamirada.—¿Meestásmalinterpretandoadrede?—Esposible—rioella—,teponesmuysexycuandoestásceloso.—¿Por qué no me lo repites cuando se marchen todos? —pidió con una

miradahambrienta.—Siesoesloquequieres…Trataréderecordarlo.

Arthurtuvoqueesperarvariashoras,queselehicieroneternas,hastaquelos

trabajadores comenzaron amarcharse. Todo el tiempo en que ellos estuvieronallíseconvirtióenlasombradeEugenia,siguiéndolaacadapasoquedaba,conlaexcusadequepretendíasupervisarquetodosehicieratalycomoéldeseaba,aunquelarealidadfueraotramenosprofesional.Duranteese tiempo lavio sonreír, enfadarseyexigir ahombresmuchomás

altosyfornidosqueella,ysepreguntócómopodíahacerparaqueesoshombresseesforzarantantoporcomplacerla.Eugeniaeratansensibleparaalgunascosasytanduraparaotras…Peroesoerapartedesuencanto,ladualidadquelahacíaúnica.En un momento dado, uno de los que estaban montando los muebles del

dormitorio golpeó la pared con lamadera y Eugenia se puso como una fiera,preocupadaporquesehubierapicadolapintura.Antelaregañina,elhombresedisculpó y agachó la cabeza, avergonzado. Arthur se mantuvo al margen sinperderladevistaporsielasunto llegabaamayoresy teníaque intervenirparaprotegeraltrabajador,sedijoriendo.

Page 149: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Osapeteceuncafé?—ofrecióa todos losqueestabanallí—.Puedequeestuvieradeseandoquesemarchasentodos,perolabuenaeducaciónloobligabaaofrecerlesunrefrigerio.La mayoría aceptó, por lo que se puso el abrigo y salió a comprar una

cafetera.No teníaprevistodejaraEugeniasolaconellospor loque la instóaacompañarle.—¿No crees que sería más fácil si te limitas a comprar café en cualquier

cafetería?¿Deverdadnecesitaslacafetera?Élasintióconlacabeza.—Igualmentevoyanecesitarunacafetera.—Deacuerdo,peroyonopuedoacompañarte.Tengotrabajoporhacer.—Seráunmomento—protestó.—Nopuedo.¡Losiento!Arthur lepusomalacaraysaliómolestodelático.Estabaapuntodedar la

vueltaydisculparsepornocumplirconsupalabracuandoelporterolosaludóenelvestíbulodeledificio.—Buenastardes,señorAldridge.—Buenostardes.Esustedelportero,¿verdad?Elhombreataviadoconlaropapropiadesuoficioasintióorgulloso.—Asíes.Llevoaquídesdequeeledificioseconstruyó.Arthurdesplegósuencantoofreciéndoleunasonrisa.—Verá,soynuevoporaquíynecesitocompraralgo,¿podríaayudarme?Eltiposeirguiómás.—Porsupuesto.Media horamás tarde el portero entraba en el ático deArthur cargado con

bolsasyconunasonrisasatisfechaenelrostroalhabercomplacidoaunodelospropietarios.—Gracias,Miles—dijoArthuraltiempoquelecogíalasbolsasyletendíaun

billeteconelrostrodelaReinadeInglaterra.—Austed,señorAldridge.Eugenia se acercó a ellos con suspicacia, pero no dijo nada hasta que el

porteronoregresóasupuesto.—No me digas que has enviado al portero para no dejarme sola con los

trabajadores—adivinóella,queleconocíalosuficientecomoparasabercómofuncionabasucerebro.—Esposible.—¿Deverdadestásceloso?—inquirióconguasa.

Page 150: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Paranada.Nohaynadiequetehagasentirloqueyotehagosentir—dijodesafiante—.Noteatrevasadudarlo.Ellaalzóundedoquemoviódeunladoaotronegandosuafirmación.—Nadadepalabrasvacías.Esovasatenerquedemostrarlo.—Serioy,tras

guiñarleelojo,sediolavueltayregresóalcampodebatalla.

Page 151: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo32¿QUÉESTÁPASANDOAQUÍ?

Tras la conversación que mantuvo con Aiden en su despacho, Catalina no

volvióatoparseconélenelmuseonifueradeél.Noobstante,aldíasiguienteasuencuentro, talycomoélhabíaprometido,descubrióen sumesa lacartaderecomendaciónquelehabíasolicitado.Singrandesdramas,suvidaregresóalarutinahabitual:eltrabajo,laspintas

conRaphaelyAprilylosbailesenlaacademia.Aunquenopodíaevitarrecordarelbeso,seesforzabaporpriorizarloquela

ilusionaba en lugar de lo que la entristecía. Por todo ello, siguió con su vida,aunque cada vez que leía una de sus novelas, no podía evitar imaginarse alprotagonistaconlaaparienciadeAiden.Delmismomodoenquetampocopodíaevitar crear sus propias escenas en las que se daba el gusto de rechazarle trashacerlesaber lodecepcionantequehabíasidosubeso.Despuésde todo, todoslosescritoressetomabanalgunaqueotralicenciapoética.Porotrolado,larelaciónentreAprilyRaphaelhabíavueltoalanormalidad,

aunqueCatalinateníalasensacióndequesuamiga,aligualqueellamisma,soloestabadejandoquepasaranlosdías,conlaideadesuperarloquesentía.AprilnohabíavueltoanombraraWilly,aunqueCatalinajamáscreyóquellegaríaaverlo, tambiénhabíacambiadoel fondodepantalladesumóvil,desterrandoaJimSturgessdesusdominios.Y, aunque Catalina en varias ocasiones había estado tentada de aconsejarle

queafrontaraloquesentíayqueselodijeraalitaliano,supropiaexperiencialedecíaqueeramuchomejorserprudente.Además,laactituddeRaphaeleratanconfusacomohabíasido ladelpropioAidenantesdequedecidieracortarporcompletocualquiercontactoconella.Entreunascosasyotraspasarontressemanas,yconellasllegóelcambiode

mesylafechaenlaqueteníaprogramadasuentrevistaenelmuseodelPrado.

Page 152: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Es mañana cuando te marchas a Madrid? —preguntó Bruno el martesmientrasbailabanenlaacademia.—Sí,tengolaentrevistaeljuevesporlamañana.—¿Ytutrabajo?—CojoelvueloaMadriddespuésdesalirdel trabajoycomomequedaban

unosdíaslibres,quesinomecogíaibaaperder,nohetenidoqueponerningunaexcusaparacogérmelos.—¿Quévasahacersinoconsigueseltrabajo?—SeguirenlaNational,megustatrabajaraquí.Megustanmisamigos…Que

me acepten no quiere decir que vaya a dejar elmuseo. Esto esmás bien unapruebapersonal.Brunoparecióconfundido.—¿Tanto esfuerzo para dejar pasar una oportunidad como esa? Tenía

entendidoqueelmuseodelPradoyelLouvresonlasdosmejorespinacotecasdelmundo.—Asíes—corroboró.—¿Entonces?¿Porquédudas?Catalina pensó su respuesta, pero igual que en ocasiones anteriores, cuando

ellamismasehabíaplanteado lamismapregunta,no supodilucidarelmotivorealdesusdudas.Londreshabíasidosuhogardesdeniña,yaunquesuhermanavivieraallí,no

eramenosciertoquesuspadreseinclusoelrestodesufamiliaestabaenEspaña.Suspropiasraíces.—Nolosé.—Nohaydudadequeesenoesunmotivodepesoparadejarperderlaque

puedeserlaoportunidaddetuvida.Nopudoreplicarle.

El vuelo aMadrid fue tranquilo y el tiempo que le esperaba en la ciudad,

cálidoencomparaciónconlaespesanieblalondinense.Con la emoción de quien llega a su tierra recogió su maleta y salió de la

terminal en busca de un taxi. La suerte hizo que el taxista fuera una personaencantadora y habladora, a la que terminó contándole, durante el trayecto alhotel,queestabaallíporunaentrevistadetrabajo.—Esperoquetengasmuchasuerte—ledijoeltaxistacuandoleentregabasu

maleta—.Estristequetengasquetrabajarfueradecasa.

Page 153: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Catalina no entró endetalles, ni le explicóquehabía vividomás tiempo enLondresqueenEspaña.—Gracias,Jesús.¡Ojaláseaasí!Entróenelhotelconelpensamientodequeeseeraunodelosmotivosporlos

queansiabatrabajarenelPrado,deregresaraEspaña,porlagente.Alamañanasiguientesearreglóconesmeroysaliócontiempodesobradel

hotel.Decidióquelomejoreracogereltransportepúblico,demodoquecogióelautobúsydisfrutódeescucharalagentehablarcastellano.ApesardequevivíanenLondresdesdeniñas,suspadresjamáslashabíanhabladoeninglésniaellani a su hermana. En casa se hablaba español, por lo que las dos dominabanambos idiomas. El inglés lo usaban en el colegio y el español en el ámbitofamiliar. No obstante, contaban también con un profesor particular que lesenseñabagramáticayortografía.Suspadresjamásdescuidaronsueducaciónpormuyocupadosqueestuvierandirigiendosuimperio.Eltrayectofuedetansolounaparadaporloquetodavíateníatiempodesobra

para llegar. Paseó con tranquilidad, deteniéndose aquí y allá para admirar laarquitectura que la rodeaba y llegó finalmente hasta la puerta de Velázquezdondesedetuvounosinstantesparaadmirarlaestatuadelpintorsevillano.Conunasonrisa traviesasacóel teléfonodesubolsoyseacercóaellapara

hacerseunselfie,queteníaintencióndeenviaraAprilyaRaphael.La respuestade susamigos fuecasi inmediata.El italianocorrespondiócon

otro selfie de él con un bote de barniz tamaño extra grande. April optó pordesearlesuerte.Cuandollególahoraseacercóalguardiadeseguridad,ledijosunombreyel

motivopor el que estaba allí.El hombre,muy amablemente le dio una tarjetaque la identificaba como visitante especial del museo, y llamó por elwalkietalkieparaquealguienseacercaraarecogerlaalapuerta.Mientrasesperabalecontóqueeralasegundapersonaqueacudíaesamañanaparaunaentrevista.Unosminutosmástardeaparecióunnuevoguardiadeseguridad,enestecaso

unamujer,quelaacompañóatravésdevariosascensoresquefuncionabanconllave,hastalazonadelmuseohabilitadaparalasentrevistasdepersonal.—¡Esaquí!—ledijoellaconunasonrisadeánimo—.¡Suerte!—¡Gracias!Lamujerampliósusonrisaydesaparecióporelpasillo.Catalina tomóvarias respiracionesprofundas, recolocó su coleta, revisóque

Page 154: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

llevabatodolonecesarioensuportafoliosyfinalmentellamóalapuerta.Unavozprofundaymasculinalepidióquepasarayasílohizo.

Media hora más tarde abandonaba la sala de entrevistas con una sonrisa

satisfechaenloslabios.Sifinalmentenoconseguíalaplazanoseríaporquenoestuvieracualificadaparaelcargo, lehabíadichoelentrevistador, sinoporquelosotrosfinalistasteníanmásañosdeexperienciaensuhaber.—Veoquetehaidobien—dijounavozfrenteaella.Alzó la mirada, sorprendida porque le hablaran en inglés, y se topó con

alguienaquienniensussueñosmássurrealistassehubieraimaginadoencontrarallí.—¿Qué haces aquí? —preguntó, preguntándose si estaba comenzando a

enloquecerhastaelpuntodesufrirvisiones.Aidenlamiróconarrogancia,loqueconfirmóaCatalinaqueeraéldeverdad.—Posiblementelomismoquetú—anuncióconseriedad.—¿Vienesporuna entrevistade trabajo?—preguntó conun tono incrédulo.

Lomásseguroeraqueestuvieraallíparaencontrarseconsuexmujer.Élsetomósutiempoenresponder.—Noexactamente.Eltrabajoyaesmíosiloacepto.—¿Entonces?—Hevenidoaescucharlascondiciones.Sobradecirqueestainformaciónes

absolutamenteconfidencialyqueesperoquenoladivulgues.Sudeclaraciónfuetansorprendentequeabriólabocavariasvecesparahablar,

peroningúnsonidosaliódesuboca.Estabaapuntodehacerunnuevointentocuando se escuchó el sonido de unos tacones por el pasillo e inmediatamentedespuéslaesculturalfiguradeHeidiKleinhizoapariciónporél.Conuna sonrisaqueaCatalina lepareciógenuina, la saludó,poniéndoseal

ladodeAiden.—No creo que Catalina sea del tipo que inician chismes —dijo con

amabilidad.—Nolosoy—contestóella,muydigna.—Siempremelasdoydetenerbuenojoconlaspersonas,mealegrodehaber

acertadocontigo.¿Cómotehaidolaentrevista?—Gracias,yotambiénmealegrodeverte—hizounapausa—.Laentrevista

haidobien,aunquetendréqueesperarunassemanasparaversitengorazón.—Estoyseguradequeasíserá—Catalinaviocómoenlazabasubrazoalde

Page 155: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Aiden—.Estanochevamosajuntarnosparacenarunosamigosdelmuseo,¿porquénonosacompañas?—Nocreoque…—Sifinalmenteconsigueselpuestoserántuscompañeros—insistióHeidisin

perderlasonrisa—.Ysino,siempreesbuenoconoceragentenueva.Aidennoledioningunapistasobresiestabadeacuerdoonoconlainvitación

desuexmujer,porloqueCatalinadudó,nopretendíapasarunanocheincómodaporunmalditobesodelqueyaniseacordaba.Nimuchomenosdarlealasasuabsurdaideadequeseguíainteresadaenél.—Yono…—Heiditienerazón—dijoporfinsujefe—,sivienestendrásmediocamino

labradocontusfuturoscompañeros—parecíaqueéltambiéncreíaqueelpuestoacabaríasiendosuyo.Loquelahizosentirbien.Independientementedeloquesintieraporellacomomujereraevidentequelavalorabacomorestauradora.—¡Deacuerdo!Iré.Heidisonriómásampliamente.—Aiden,querido,túsiempretanefectivo.

Page 156: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo33LOSAMIGOSDEMISAMIGOSSONMISAMIGOS

DoshorasdespuésdesuencuentroconHeidiyAidenenelmuseo,recibióun

mensajedeWhatsAppdeunnúmerodesconocido,conelnombre,ladirecciónylahoradelrestauranteenelqueibanacenar.Curiosaporsaberquienlahabíaescrito,guardóelnúmerocomoxyfuehasta

laimagendeperfil,paraversileaclarabaladuda.SetratabadeunafotografíadeLamajadesnuda,queseexhibíaenelmuseodelPrado,porloqueCatalinadedujoqueelnúmerodebíadeserdeHeidi,yaquecomousuariosoloaparecíaunaKrodeadadedoscorazonesrojos.Contestó con tiento,por si estabaequivocada,pero la respuesta le confirmó

quehabíaacertadoyque,efectivamente,elnúmeroeraeldelaalemana.Instintivamente entró a la configuración de la aplicación de mensajes para

comprobarcuálerasupropiaimagendeperfil.Ledabatanpocaimportanciaalasredessocialesyaesascosasqueseguramenteseríaunafotografíavieja.Tal y comohabía imaginado, su avatar erauna fotode ella con la bataque

usaba para trabajar y una mascarilla protectora cubriendo su boca. Se rio alrecordar el momento en que se la había hecho April. Estaban restaurando suprimercuadroimportanteyquisieroninmortalizarelmomento,llenasdeorgulloeilusión.—Nopuedocreerquelahayamostradoalmundoconlaspintasquetengo—

musitóparasímisma.Sintiéndose tonta abrió la cámaradelmóvil y trató dehacerse un selfie,así

comoestaba,tumbadaenlacamadelhotelconunlibroenlasmanos,esperandoquefueralahoradearreglarseparasalir.Cambiódeposturavariasveces,peronollegóapresionarelbotón.Laimagen

queledevolvíaelteléfononolepareciólobastantebuenacomoparahacerlo.RecordandolaeleccióndeHeidideLamajadesnudasepreguntóquécuadro

Page 157: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

elegiría ella como estandarte de sí misma. Tras pensarlo detenidamente sedecidióporLanocheestrelladadeVanGogh,dándosecuentaconellodequenopodíasermásdistintadelaalemanadeloqueyaera.—Tampocome importa—se dijo—, no siento nada por Aiden Fischer. Lo

superéhacemuchotiempo.Entreunasdudasyotras,alfinaldejólamismaimagenqueteníayvolvióa

retomarlalectura.SuspadresvivíanenlaComunidadValenciana,cercadelmar,porloquenohabíapodidovisitarles.AldíasiguientetomaríaelprimervuelodelamañanaconloqueestaríadenuevoenLondresantesdelahoradecomer,yaquesehabíacomprometidoconEugeniaparaacompañarlaalsitiomisteriosoalquequeríair.Su hermana, como la drama queen que era, se había negado a darle más

información,tansolosehabíaaseguradodequeCatalinaestaríalistaelviernesalaunadelatardeparaacompañarla,sinmásexplicaciones.Perezosa, se levantó y se preparó la ropa para salir. Había acudido a la

entrevistaconuntrajeoscurodechaquetayfalda,peronoteníalaintencióndearreglarsetantoparasaliracenar.Paraesefinibaaoptarporunjerseydepuntorosayvaquerosazules.Con la ideade animarseunpocoabrió la aplicacióndeCarlosyseleccionó

unadelasplaylistquehabíacreado,enel tiempoenquellevabacolgadadelaaplicaciónyahabíaabiertocinco,unaparacadaunodesusestadosdeánimo.SeduchóconWhithorwhithoutyoudeU2defondo:

Ican’tliveWithorwithoutyou

AndyougiveyourselfawayAndyougiveyourselfawayAndyougive,andyougiveAndyougiveyourselfaway[8]

Afortunadamente, a la hora de la cita, cuando llegó al punto de encuentro,

HeidiyAidenyaestabanallí,porloquenoseencontrósola.Talycomohabíasucedidoesamañana,Heidiestabapegadaasuexmarido,

aunque a su favor había que reconocer que a él no parecía importarle. Sepreguntóquéclasederelaciónteníanparallevarsetanbientraseldivorcio,peroal darse cuenta del camino que estaban tomando sus pensamientos se regañó

Page 158: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

mentalmenteytratódepensarenotracosamenospeligrosa.Se fijó entonces en que Heidi también se había cambiado, aunque los

pantalones oscuros que llevaba y su abrigo de diseño le daban elmismo airesofisticadoquelucíaenelmuseo.—Quépuntualeres,Catalina—saludólarubia.—LlevotodalavidaviviendoenInglaterra,supongoquesemehapegadola

puntualidadbritánica—bromeó—,porcierto,graciasporinvitarme.Heidirioconlaocurrencia,notantoasíAiden,quesemantuvoimpasible.—Noseastonta,esunplacer.Catalina tuvo que aceptar queHeidi eramuy agradable. Su actitud cercana

contrastabaconladeAiden,quenodespególoslabiosentodoesetiempo.Loqueresultabamásfrustrantedeloqueleconvenía.PorquéhabíatenidoquecoincidirconélenMadridyporquésevolvíatan

herméticotrascadaencuentroconella.Parecíaquelehubieraotorgadoalbesomásimportanciadelquelehabíadadoella,porque,sinoeraporesemotivo,nolograbaexplicarsesusactos:undíaprotectoryamistosoyalotrofríoyrozandologrosero.Conformefueronllegandolosdemás,Catalinasefuerelajando,yaqueapartó

delamenteaAidenenfavordeconversacionesmásagradables.Heidisededicóapresentárselostantoaellacomoasuexmarido.Noobstante,sequedóparada,completamente inmóvil cuando Heidi estaba presentándole a un chico alto,moreno, con gafas de pasta negras que escondían unos bonitos ojos colorcaramelo.—¿Catalina?¿Deverdaderestú?—dijoél,sorprendiéndolosatodos.Ellario,encantadaporlasorpresadeencontrarseconalguienconocido.—PabloAranda,cómoseteocurredudarlo.Él revelóuna sonrisadeoreja aorejay antesdequeCatalinapudieradecir

nadamás se encontró encerrada en sus brazosmientras daba vueltas sobre símismoconellaagarrada.Catalinarioconmásfuerza.—Siempre he querido hacer esto con unamujer guapa—bromeó él con su

habitualbuenhumor.—Paraquemevoyamarear—pidióCatalina retorciéndoseentre risaspara

quelasoltara.Hacía años que no lo veía, lamentablemente habían perdido el contacto y

aunque se alegrabamuchísimo de volver a verle, la vergüenza que le suponíaquetodosestuvieranmirándoloseramayor.

Page 159: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

AlfinPablolasoltóylediodossonorosbesosenlasmejillasyotroabrazodeoso.—Nomepuedocreerqueestésaquí.Nomelocreo—repitió.Heidifuelaprimeraenreaccionar.—Es evidente que os conocéis— comentó con una sonrisa—. Pero no nos

dejéisconladuda,¿dequé?—FuimoscompañerosdeerasmusenBerlín—explicóPablo—,compartimos

pisoporunaño.Nosperdimoslapistaconeltiempo.Catalinalelanzóunamiradaasesina.—Sinorecuerdomaltúdejastedellamar.—Creoqueteequivocas.Fuistetúlaquedesaparecióderepente.EllaibaareplicarcuandolavozdeAidenseimpusoycortólaconversación.—Creoqueseríamejorquenospusiéramosencamino—dijo,aunqueestaban

enlamismísimapuertadelrestaurante—.Seríademalgustoretrasarse.Anteelmodoautoritarioenquehablónadieseatrevióareplicarle.

Por lo que anunciaban los carteles se trataba de un bar de pinchos, aunque

tampoco se fijó mucho en nada porque en seguida Pablo se la llevó parapresentarla, de nuevo, a sus compañeros. Solo que, en lugar de decir solo sunombre,comohabíahechoHeidi,PablosededicóacontarbatallitasquehabíancompartidodurantesuestanciaenBerlín.Cuando se sentaron a cenar acabó entre Pablo y unamujermayor, de unos

cincuenta ymuchos, llamadaElena.Además deAiden yHeidi también habíadoschicasdelaedaddeCatalina,MaríayAnabel;Blake,unamericanodeunostreintaypocos,yCésaryAdolfo,quienessuperabanloscuarenta,peroCatalinanosupodecirporcuánto.—Es increíblequehayamosacabadoencontrándonosaquí—comentóPablo

mientrascenaban—.¿Tienescontactoconlosdemás?Catalina asintió con la cabeza mientras masticaba un pincho de pimiento

verdeychistorra.—Volví a coincidir con Ángel Ibarra restaurando unos frescos en Toledo.

TodavíanosescribimosparafelicitarnosloscumpleañosylaNavidad.Tanto Pablo con ella trataron de hablar también con el resto de los

comensales,perosiempreterminabandándoselavueltayhaciéndosepreguntassobreloqueleshabíasucedidoduranteeltiempoenquenosehabíanvisto.Aiden, que estaba sentado junto a Heidi enfrente de Pablo y Catalina, se

Page 160: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

tropezóconsumiradaenvariasocasiones.Lanochefuetanagradablequecuandosedieroncuentaestabanbajandolas

persianasdelrestaurantealaesperadequeellossemarcharanparacerrar.—¿Enquéhotelestás?—preguntóPablo—.Estarde, teacompañoparaque

novayassola.—No es necesario, ambos estamos en el mismo hotel —sentenció Aiden

apareciendodetrásdeellossinprevioaviso.—¿Quéhotelesese?—desafióPablo.—ElPetitPalaceSavoyAlfonsoXIIPlus—contestósintitubeos.Catalinanopudonegarlo,eraciertoqueestabaalojadaallí,loquedesconocía

eracómosehabíaenteradoAiden.Aunquetambiéneraposiblequeselohubieracomentadoaalguiendelantedeélyquenolorecordara.—Deacuerdo—concediósuamigo—,peronopierdaselcontactoestavez.

Meniegoaesperarotrossieteañosparavolveraverte.—¡Loprometo!—lediounaspalmaditas a subolso—, tengo tunúmero en

favoritos—dijoconunguiño.Sedespidieronconunabrazoydosbesosenlasmejillas.—Yoosllevaré—seofrecióHeidi—.Heaparcadoadoscalles.—No es necesario —se negó Aiden besándole la mejilla—, caminaremos.

Haceunanocheagradableytúnecesitasdescansar.—Voyaconducirnoallevarteacuestas,puedohacerlo.Aidennegóconlacabeza.—Prométemequevasacuidarte—pidiócondulzura.Catalina se apartó un poco para ofrecerles cierta intimidad mientras se

despedían,aunquenopudoevitarfijarseenelmodoenqueéllehablaba,conunafectoyunapreocupacióngenuinas.—Esperoquevolvamosavernospronto,Catalina—comentóHeidiantesde

marcharse.—Yotambién—ymásalládeconseguireltrabajoono,lociertoeraquelo

deseaba de corazón. Heidi era encantadora, no era de extrañar que Aidensiguieraenamoradodeella,sedijo,y,sinentendermuybienelmotivo,sesintiótriste.—¿Quémepasa?—susurrótanbajoquepareciómásquemovíaloslabiossin

emitirsonido—,yalohesuperadoynosignificónada.—¿Elquéhassuperado?—preguntóAidensorprendiéndola.—¿Cómomehasescuchado?Sinohedichonada.—Teheleídoloslabios.

Page 161: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Porqué?—¿Porqueloshasmovido?—contestóenuntonoirónico.

[8]Nopuedovivir/nicontigonisinti.Y teentregasporcompleto, /y teentregasporcompleto, /y teentregas, teentregas, /y te entregas porcompleto.

Page 162: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo34NADIESABEQUÉPASARÁMAÑANA

Catalina no se esperaba queAiden supiera leer labios ymuchomenos que

estuviera enterado de cuál era el hotel en el que se estaba quedando. Suexpresióndebiódelatarlaporquetrasmirarlaconfijezatratódejustificarse.—Siempresemehadadobienleerloslabios.—¿Yelhotel?—Eselhoteldecuatroestrellasmáscercanoalmuseo.La respuesta era lo bastante coherente como para darla por cierta, decidió

Catalina.—¡Estábien!—Puesyaqueestá todoaclarado, ¡vamos!—laasiódelbrazoy tiródeella

paraqueecharaaandar—.Parecequesiemprequeteencuentroestástentandoaalgúntipocontusonrisa.—¿Disculpa?—Tuamigoparecíaencandiladocontigo.—¿Pablo?Aidenasintiómuyserio.—Evidentemente.Nohevistoaotroestanoche,aunqueaúnespronto.Catalinalelanzóunamiradaespeculativa.¿Estabacelosooerauncomentario

sin ningún significado oculto? De cualquier modo, lo mejor era aclararle laverdad,sedijo,aunqueestuvotentadadedejarleenascuasunpocomásparaversiinsistíaconeltema.—Pabloesgay,seguramentesehasentidomásatraídoportiquepormí.A pesar de la sorpresa que reflejaban sus ojos no pareció dispuesto a

retractarse.—Hahabidootros.—¿Estásinsinuandoquesoyunacoqueta?

Page 163: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Estoy diciendo que tienes mucha facilidad para conectar con el sexoopuesto.Catalinasoltóunbufidopocoelegante.—Supongoquetúereslaexcepciónqueconfirmaesaregla.Aiden se detuvo tan abruptamente queCatalina caminó unos cuantos pasos

sola.Sedetuvo también, aldarsecuentadequeél lamiraba furibundoaunosmetros.—¡Losiento!—sedisculpóalverletanserio—,eraunabroma.Élvolvióaecharaandar,peronodijonada.—Losiento,Aiden.Nodeberíahaberlodicho.¡Malditafuera!Cuandoparecíaquehabíavueltoasuperarlafasedefríopolar

volvíaameterlapata,seregañómentalmente.—No,nodeberíashaberlodicho.Sobretodo,porquenoescierto.FueelmomentodeCatalinadepararsedegolpe.Noobstante,enesaocasión,

Aidennosedetuvo,sinoquesiguiócaminandocomosinohubieradichonadalosuficientemente importante como para darle a Catalina otra noche en velatratandodedescifrarsuspalabras.Confusayfrustradaporelmodoenquedecíaalgoyluegoloobviaba,retomó

elcaminoyaceleróelpasoparaponerseasualtura.Llegaronalhoteldiezminutosdespués.Sorprendentementelosdosestabanalojadosenlamismaplanta.Lesatendió

un recepcionista muy amable que a pesar de verlos llegar juntos, tuvo ladeferenciadehablaraAideneninglésyaCatalinaenespañol.Trasobtenersusllavessedirigieronhastalazonadeascensores.Alserjuevesytantarde,elvestíbuloestabavacío,porloqueelsilencioentre

ellossehizomásevidente.Molestacontodoello,Catalinadecidióqueyaestababien.—¿Noteparecequeyavasiendohoradequetecomportescomounadulto?—¿Quéhasdicho?—¿Deverdadcreesquelosproblemasylosmalentendidosdesaparecensite

limitasanohablardeellos?—No creo que desaparezcan, pero sí que opino que pierden importancia.

Sobretodo,losmalentendidos.—¡Muybien!Elascensorllegóenesemomentoylaspuertasseabrieronanteellos.Aidenlecedióelpasoparaqueentraraprimeroydespuéslasiguióadentro.Catalina estaba segura de que no iba a volver a hablar con él nunca más,

Page 164: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

puestoque sededicaríaaevitarlaenelmuseo,cuando la sorprendió iniciandounaconversación.—Me gustas —admitió sin ningún pudor—, en realidad me fascinas. Tus

reaccionessiempreconsiguendescolocarme.Noobstante,ypormuchoquemegustes, decidí hace mucho tiempo que mezclar trabajo y relaciones siempreterminaendesastre.—Entiendo.—No,nolohaces—replicó—,normalmentesemedabienmantenerlalínea,

elproblemaesquecontigolahecruzadomásvecesdelasquemeconviene.Catalinaseenvalentonóporlaactitudresignadadeél.—¿Yquépiensashaceralrespecto?—¡Nada! Vas a dejar la National pronto. No he de hacer nada—dijo, no

obstante,suspalabrasnosecorrespondieronconsusactos.Antesdequeellapudieraprotestarlaasióporloshombrosytiródeellapara

acercarlaasucuerpoybesarla.Catalinalerodeóelcuelloconlosbrazosyelbesosevolviómásprofundo.

Susgemidossevolvieronmássensuales.—Parece que tenemos cierta conexión por los espacios cerrados —musitó

Aidencercadesuslabios,cuandoelascensorsedetuvoensuplanta.La voz de él resonó contra la boca de ella, produciéndole un delicioso

cosquilleoqueseextendiócomounaolaportodosucuerpomientrasélseguíabesándola. Se estremeció de deseo, saboreando sensaciones tan intensas quequisoapartarseyhuir,nosabíahastaquépuntoibaasercapazdeolvidarsedeloquesucederíaesanochesinoloevitabapronto.Podía restarle importanciaaunbeso,perono ibaa tener la fuerzanecesaria

paraobviaruncontactomásíntimo.—¡Nopienses!¡Vamos!—gimióAideninterrumpiendoelbesoyasiéndolade

lamanoparasalirdelascensor.Demasiadoaturdidaparaseguirpensandopermitióqueéllaarrastrarahastasu

habitación.Encuantocerrólapuertatrasellos,Aidenvolvióaseducirlaconesadulzura

reciéndescubierta.Sus labios le acariciaron el cuelloy ella lodejó caer haciaatrásparapermitirleunmejoracceso.¿Habíavueltoaenamorarsedeéloerameralujuria?,preguntóunavozensu

interior.Tenía que averiguarlo por sí misma, se dijo. Aunque todo terminara en

desastrenopodíaapartarsedeél.Noenesosmomentos…

Page 165: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Sintió lasmanosdeél tirandode suabrigo.Lepermitióque se loquitarayalzólosbrazosparaquehicieralomismoconel jersey.Elairefríoacariciósupielyunestremecimientolerecorriólaespinadorsal.Aidensonrióantesdequesuslabiossedeslizaranlentaysensualmentehacia

abajo. Catalina arqueó su cuerpo, ofreciéndoselo sin reservas. Finalmente, labocadeélremontólacolinadesuspechosyabarcóunexcitadoytensopezón.Estaba segura de que no iba a podermantenerse en piemuchomás tiempo

cuandotodoestallóenunamiríadadeexquisitassensaciones.—Catalina—susurróélunavezmás,acariciandoconlapuntadelalenguala

rugosaprotuberanciaysosteniéndolapegadaaél.Ella empezó a retorcerse, a empujar dulcemente las caderas contra él,

volviéndololoco.Aidenpretendíacontenerse,prolongarlosbesosylascaricias,perolosmovimientosdeCatalinaloexcitarontantoquesupoquecontenerseeraun error. Se deshizo de su ropa con tanta rapidez que Catalina apenas tuvotiempodeadmirarsudeliciosocuerpo.Supalpitante erección fue al encuentrode la carnemás suavedeella, y los

movimientos de respuesta le hicieron comprender que estaba tan impacientecomoél.CatalinaalzóunapiernayrodeóconellalacaderadeAidenparasentirlolo

más pegado a ella que fuera posible en aquella precaria posición. Sus suavesgemidosdedeseohicieronque lamentedeAidenempezaraagirar comounanoria, y supo que la creciente respuesta de Catalina iba a hacerle perder elcontrol.—Catalina…—dijo, tratando de advertirla, pero sabiendo que apenas iba a

sercapazdecontenerse.Depronto,ellaarqueólaespaldahaciaatrásylomiróalosojos.Suspupilas

estaban tan dilatadas que sus ojos casi parecían negros, y tenía los labioshúmedosyligeramenteenrojecidos,invitándoledenuevoaserbesados.—Esdemasiadotardeparadudas,Aiden—jadeóella,haciéndoseecodesus

palabrasanteriores—.Ahora,porfavor…Conrapidezdesabrochósusvaquerosyselosbajóporlaspiernas,ayudándola

asalirdeellos.Con un gruñido, la atrajo hacia sí y la alzó en brazos. Catalina le rodeo la

cinturaconlaspiernas,contoneándosesobreél.Aidengruñóyseagachólentamente,hastaquedarsentadosobrelacama,con

Catalinaahorcajadassobreél.Las diminutas braguitas que Catalina todavía llevaba puestas no fueron

Page 166: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

obstáculo para su desatada pasión. Se retorcieron sin tratar de disimular susansias, y cuando Aiden la penetró, poderosa y profundamente, casi temiendohacerle daño, ella lo envolvió completamente, lo tomó en su interior comodeseandocolmarelinmensovacíoenquevivía.Aiden nunca había sido tan consciente de lo solo que estaba. Y cuando,

finalmente,suuniónhizoqueellaseestremecierasobreélenmediodedulcesgemidos y gritos de placer, supo que él también quería darle a ella elmismosentimientodeplenitudqueélestabaexperimentando.Ymás,muchomás.Entonces, su propio placer explotó dentro de ella, y comprendió que nunca

podría darle suficiente como para igualar lo que ella le había ofrecido desdeaquelprimerdía.Catalinaabrió losojosmediodormida,pero sedespertódegolpeencuanto

notóuncuerpocálidopegadoasuespalda.Con un bote se sentó en la cama al tiempo quemaldecía internamente por

habersequedadodormida.Aidendebíadeestararrepintiéndosedelosucedido,igual que se había arrepentido de cada momento de conexión que habíancompartidodesdequeseconocieron.—¡Mierda!—susurrómientras trataba de salir de la cama sin hacermucho

alboroto.Estabaapuntodeconseguirlocuandounamanorodeósucintura.—¿Aquéhoraestuvuelo?CatalinasediolavueltaparaasegurarsedequehabíasidoAidenquienhabía

hablado, no porque hubiera alguien más en la habitación sino porque su vozhabíasonadodemasiadocálidaparaparecerreal.Lemiróasombradasinresponder.—¿Lohasperdidoya?Ellanegóconlacabeza.—Esalasnueve.Contratodoloquehubieraesperado,élsonrióytiródeellaparaqueregresara

alacama.—Enesecasotodavíatenemostiempo—dijoantesdecapturarsubocaenun

beso.

Page 167: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo35¿QUÉESTÁQUÉ?

EncuantoEugeniatocóeltimbredecasadeCatalina,alaunaenpuntodela

tarde,estaselevantódelsofáenelqueestabaleyendo,sepusoelabrigo,ysindescolgar el telefonillo y responder, cogió el bolso, las llaves y salió por lapuerta.Estar con su hermana iba a contribuir un poco a que dejara de pensar en

Aiden, en lo que había sucedido y en lo que seguramente sucedería cuandovolvieranaverse.Aunque se habían despedido como una pareja normal, besos incluidos,

Catalinanoestabaseguradecuálibaasersureacciónunavezqueelcalordelapasiónsehubieraextinguido.Fueracomo fuera,no tenía intencióndeespecular sobreel tema.Puedeque

Aiden la hubiera sorprendido esa mañana, cuando en lugar de mostrarsearrepentidopor loquehabía sucedidoentre ellos, estuvodispuesto a repetirlo,pero esa actitud no servía para sentar un precedente, dados sus desplantesanteriores. YCatalina no iba amontar fantasías que probablemente acabaríanquedándoseeneso:fantasías.Teníatodalaintencióndetomarselascosasconformevinieran.Habíapasado

lanocheylamañanaconunhombrequelegustaba,alguienaquienduranteuntiempohabíaamadounilateralmente,eraunamujeradultaypodíalidiarconellocomotal.—¡Hola!—saludóaEugeniaabriendolapuertadelportal.Su hermana estaba pálida y ojerosa, pero le ofreció una sonrisa amodo de

respuesta.—¿QuétalporMadrid?¿Siguetanbonitocomosiempre?—Igualito—rioCatalina—,ydime,¿dóndevamos?Notienesbuenaspecto.

¿Estásseguradequequieressalir?

Page 168: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Eugeniaasintióconsuavidad.—Nomehesentidomuybienestosdías,poresoquieroquemeacompañesal

médico.Meheestadomareandosinmotivo,yelestómagomeestámatando,asíquemedaunpocodemiedoirsola.—¿Porquénomelohasdichohastaahora?—Noqueríapreocuparte.Ya teníasbastante con tu entrevista, pero si tengo

algunaenfermedadterminalcreoesmejorquemelodiganestandoacompañada.—¡Dios!Conlaedadtevuelvesmásymásexagerada.Deacuerdo,vamos.—Tengocitaalaunaymediaparaunarevisióngeneral.Podemosirenmetro

oentaxi,túeliges.—Mejorentaxi.Aestahoraelmetroestaráatope.—¡Cierto!¡Buenaelección!

Catalinasequedóenlasaladeesperamientrasunaenfermeraacompañabaa

su hermana a realizarse los análisis. Con la intención de evadirse de laspreocupaciones cogió una de las revistas que había sobre la mesita baja ycomenzóapasarhojas.Nohabíanadamejorqueuna revistadecotilleosparaperdereltiempoynopensarennada.Deniña siempre había tenidomiedo a los hospitales, por lo que sus padres

habíanoptadoporllevarlaalapequeña,perobienadministrada,clínicaenlaqueseencontrabaahora.EldoctorSmithhabíasidoelmédicodesufamiliadesdequeCatalinapodíarecordarycuandoélsejubilópasóaserdesuhijo,eljovendoctorSmith.Llevabaeltítulodejovenporqueteníamenosedadquesupadre,peroasuscincuentaypocostampocoselepodíallamarasídurantemuchomástiempo.Eugeniavolvióunosminutosmástardeconmejoraspecto.—¿Yaestá?Suhermanaasintió.—De momento tengo que esperar a que estén los análisis, me han sacado

sangreyhehechopis enunbote—susurró acercándosealoídodeCatalinaapesar de que no había nadiemás en la sala de espera en que estaban ellas—,despuésmerecibiráelmédico.—¿Tesientesmejor?Eugeniaarrugóelceño.—No,aunquehaquedadoclaroquenotengoazúcarnilapresiónarterialalta.Catalinatratódeocultarsusonrisa.

Page 169: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Algoesalgo.Loimportanteesirdescartandoposiblesenfermedades—seburlóveladamente.—Muygraciosa.Pero,dime,¿cómotefueporMadrid?—Bien,aunquemeencontréconAidenFischerenelPrado.—¿Y qué hacía allí?—se dio cuenta de lo que significaba y puso cara de

horror—.¡Oh,no!¿Descubrióqueibasaunaentrevista?¿Esmuymaloquelosepa?—Notepreocupes,yalosabía,inclusomediounacartaderecomendación.Eugenialamiróincrédula.—¿Esoesnormal?Suhermanapequeñanegóconlacabeza.—Aúnhaymás—sedetuvoparapreguntarle—.¿Teencuentrasbien?—Sí,¿porquémelopreguntasotravez?—Noquieroquetesubalatensiónpormiculpa.—¿Quéhashecho?—sutonoacusatoriocasidisuadióaCatalinadecontarlea

su hermana lo que había pasado, pero la lealtad pudo más y su relación erademasiadobuenacomopara ser capazdemirarla a la cara si le escondía algocomoeso.—Nosacostamosjuntosayer…Bueno,yestamañanatambién.—¿Qué?¿Nomedijistequeeraguapísimo?¡Vaya!Esgenial.—Nocreasqueestangenial.Quierodecir…—Creo que va a sermejor que empieces por el principio—la interrumpió

Eugenia.Decidida a teneruna segundaopinión le relató a suhermana todo, desde el

besoquesehabíandadoenOxfordhastalaconversaciónquehabíanmantenidoensudespacho.Cuandoterminó,Eugeniaestabacompletamentealucinada.—¿Porquénomehabíascontadonadadeestoantes?—No quería preocuparte con mis problemas, y menos al ver lo feliz que

estabasconArthur.—No vuelvas a hacerlo, eres mi hermana pequeña y me importan tus

problemas.SedieronunsinceroabrazoyCatalinapensóqueeraunaafortunadadetener

asuhermanaenLondresconella.—Entonces,¿quécreesquedebohacer?Eugeniasonrióconpicardía.—Nocreo que te convenga un tipo como ese.Aunque si te gusta tanto yo

esperaríaaverloquehacelapróximavezqueosveáis.Esosí,sinotebuscay

Page 170: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

notratadehablarcontigo,pasapágina.Nomerecelapena.—¿Creesquenomeconviene?—Creoquenotienemuyclaroloquequiereynomegustaríaquetehiciera

dañoporeso.EljovendoctorSmithestabasonriendocuandolashermanasObandoentraron

en la consulta franqueadas por la enfermera, por lo que Eugenia respiró mástranquila. Ningún médico le decía a su paciente que estaba terminal con unasonrisacomoaquella,seanimó.—Siéntense,porfavor.—¡Gracias!—Yatengoelresultadodesusanálisis,señoraAldridge.—EsObando—lointerrumpióEugenia.ElmédicoparecióconfusoporquepaseólamiradaentreCatalinaylospapeles

queteníadelante.—No, son mis análisis —aclaró—. Lo que quería decir es que me he

divorciadoyvuelvoaserEugeniaObando.El doctorSmithparpadeóvarias veces y su expresión cambió radicalmente.

Susonrisafuesustituidaporunamuecadeincomodidadydesconcierto.—Siento escuchar eso. El caso es que sus análisis son completamente

normalesparaunamujerensuestado.—¿Miestado?—¡Mierda!Al finalsíque teníaunaenfermedad terminal,se

dijoEugenia.InclusoCatalinaestabaasustada,porquelecogiólamanoyselaapretóparareconfortarla.—Estáembarazada,señoritaObando.—¿Quemihermanaestáqué?—Está embarazada de seis semanas, si las respuestas que le ha dado a la

enfermerasoncorrectas—explicó—.Todavíaesprontoparaecografías,peroelanálisisdesangrehasidoclaro.—¡Mierda!¿CómoselovoyadeciraArthur?—selamentó.—Creíaquemehabíadichoqueestabadivorciada—comentóelmédico,cada

vezmásconfuso.—Yasíes.

Page 171: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo36¡MENUDALOCURA!

Catalina se había negado a dejarla sola y Eugenia se lo agradecía, porque,

aunqueunapartedeellaqueríaespacioparaasimilar loqueacababadesaber,otra,necesitabahablardeello.Noobstante,lomásimportantedetodoelmeolloeraqueestabaembarazada

del únicohombre al quehabía amadoy, aunque estaba asustada, no podía sermásfeliz.—Voyasertía—comentóCatalinamientrasesperabanaqueelcamarerose

acercaraatomarlesnota.Tras salir de la clínica habían decidido entrar en una cafetería para que

Eugenia se tomara un té que calmara sus mareos. Según el doctor Smith,producidos por el embarazo y fácilmente curables con algo que le llenara elestómago.—Voyasermadre.—¡Losé!Yesgenial.Vasaserunamadremaravillosa.Eugeniasonriódeorejaaoreja.—¿Verdadquesí?¿Quétegustaríaquefuera?¿Niñooniña?Catalinalopensóunossegundos.—Definitivamenteniña.—Papáharáunacolecciónexclusivaparaella.Yaloverás.—¿Verdadquesí?La estaba mirando con ternura cuando la vio reírse. Inicialmente fue una

sonrisa,queCatalinacreyómotivadaporsuspalabras,perodelasonrisapasóalacarcajadayantesdequesedieracuentalasdosseestabanriendotantoqueleslloraronlosojos.—¿Dequénosreímos?—preguntólahermanamenorcuandopudohablar.—¿Hasvisto la caraque se le haquedadoalmédico cuandohehabladode

Page 172: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Arthur?—dijoentremásrisas.El pobre doctor Smith no había estado preparado para el drama de las

hermanasObando,porloqueapenassupocómoreaccionarantelasorpresadesaberquesupacientedivorciadasehabíaquedadoembarazadadesuexmarido.Elmismoexmaridoquehabíatratadoinútilmenteduranteseisañosdefecundarasumujer.—No tendrías que haber ido al joven doctor Smith, sabe demasiado sobre

nosotras.—RiomásfuerteCatalina.—Creíaquemeestabamuriendo—protestóEugeniaentrerisas.Tuvieron que recomponerse cuando la camarera se acercó a ellas para

tomarlesnotadeloqueibanapedir.—¿QuélevoyadeciraArthur?—preguntócuandoestasefue.—Laverdad.Vaaestarencantado.—¿Túcrees?—¿Deverdadmeloestáspreguntando?Puesclaroquesí,tequiere.Eugenianopudonegarqueeraasí.—NocreoquevayaasoportarteneraLaurenotravezenmivida.Esamujer

esnocivaparamisalud.—Arthur ya ha dado el paso, no busques problemas donde no los hay y

disfruta de lo que tienes ahora mismo. Llevas años soñando con esto, no locompliques,solodisfrútalo.Mástarde,mientrassedesmaquillabaysepreparabaparameterseenlacama,

Eugeniapensabaenlaspalabrasdesuhermana.Arthurparecíahabercambiadorealmente. En el tiempo que había pasado con él desde que retomaran surelación,quepormuchoqueellaseempeñaraencatalogarcomodeamantes,eramuchomás compleja que eso;Arthur no había cedido ni un ápice al chantajeemocionaldesumadre,quenodejabadepresionarleparaqueregresaraacasa.Aunasí,cuandoLaurensupieradesuembarazo ibaa tratardeorquestar las

cosasasupropiointerés,sinimportarlenadamásqueloqueaellalehacíafeliz.Quenoeraotracosamásqueorganizarlavidadelaspersonasdelmodoenquefueramejorparaella.Terminódedesmaquillarseysemetióenladucha.Normalmenteestarbajoel

grifo no solo la relajaba y la limpiaba por fuera, sino que aclaraba sus ideastambiénpordentro.Dándolevueltasalasituaciónselavóelcabelloyseenjabonóconcuidadoal

Page 173: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

pasarselamanoporeltodavíaplanoestómago.—Voy a sermamá—dijo en voz alta y las lágrimas de felicidad que había

estadoconteniendoseconfundieronconelaguaquecaíadeladucha—.Soytumamá.Saliódeladuchaconladecisióntomada.—Ahoratengoquepensarencómoselodigo—sedijo.Elproblemaeraquenopodíaretrasarlo.Arthureraelpadredesuhijoytenía

todo el derecho a saberlo. También semoría de ganas de compartirlo con suspadres,peronoleparecíajustohacerlosinhaberinformadoantesaArthur.Loprimeroeraloprimero,yalidiaríadespuésconLaurenysusintromisiones.Sepusoelpijama,sinimportarleestarsexysinocómoda,yllamóaArthural

móvil. Él se extrañó porque habían quedado en no verse esa noche, aun así,respondióalsegundotonoy,trasasegurarsedequeEugeniaestababienydequenolellamabaporquehubierapasadoalgomalo,acordaronquesepasaríaporsucasacuandosalieradeltrabajo.—¿Deverdadqueestásbien?—Muybien.Tenemosquehablar,peronotepreocupes,noesnadamalo.—Dimequées.—Porteléfonono.—Deacuerdo.Salgoahoraparatucasa.

Cuandollamaronaltimbrequinceminutosdespués,Eugenianoesperabaque

fueraArthur,eraprácticamenteimposiblequehubierallegadotanpronto.¿Habíaidovolandoosehabíateletransportado?—¿Dequéqueríashablar?—preguntóencuantoleabriólapuerta.—Pasa,porfavor.Élentrósinestarmuyconvencidodeello.Eugeniarecordóqueprácticamente

lehabíadicholomismoeldíaqueleanuncióquequeríadivorciarse,porloquecomprendió que hubiera llegado tan rápido y que estuviera preocupado por loquefueraquequisieradecirle.—Tehedichoquenoesnadamalo.Esbueno,enrealidad.LaaclaraciónlogróquelaexpresióndeArthurmutarasignificativamente.Las

arrugasdesufrentedesaparecieronysusojosvolvieronabrillardeexpectación.—Maravilloso. En ese caso dame la bienvenida comoDiosmanda—pidió

Page 174: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

acercándoseaellaporfin.—Estoyembarazada.—¡Maravilloso!—contestótratandodebesarla.Eugeniaesperóaquereaccionara.—¿Puedes repetirlo?—pidió retrocediendo para mirarla cuando asimiló lo

queacababadeescuchar.—Estoyembarazada.Vamosatenerunbebé.Arthur sonrió, pero su sonrisa no era la habitual, más bien parecía ida,

atontada…Eugeniasecuestionósucordura.—¿Arthur?No respondió, cubrió el escaso paso que lo separaba de ella y la abrazó,

mientrassuslabiosbuscabansuboca.Eugenianotósuurgenciaynecesidadyledevolvióelbesoconlasmismasansias.Sus manos se paseaban por su cuerpo con devoción y Eugenia estaba

comenzandoaperderelsentidocuandoabruptamenteArthurseseparódeella.—¿Podemoshacerlooesmaloparanuestrobebé?Eugeniasintióqueselehumedecíanlosojos.ValíalapenaqueLaurenfuera

laabueladesuhijosoloporqueesosignificabaqueArthurerasupadre.—Podemos.—¡Bien!—volvióabesarla—,tequiero.—Yyoati.

Page 175: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo37HOYESNOCHEDECHICAS

Elsábadoporlamañana,cuandovolvióasonarsuteléfono,Catalinaestuvo

tentadadehaceroídossordosydejarlosonar,temiendoquefuerasumadreotravez.DesdequeEugeniahabíahabladoconArthur,menosdedocehorasantes,yjuntoshabíanhabladoconsuspadres,suprogenitoranohabíadejadodehacerleencargosparaquealimentarayvigilaraasuhermanamayor,preocupadapornopoderestarconelladurantesuembarazo.Sintiéndoseculpableporhaberestadotentadadeignorarasumadrebuscósu

móvilyserelajóalverqueeraApril.—¿Sepuedesaberporquénomehasllamado?¿Tanmaltefuelaentrevista?—Nosetratadeeso.—¿Entonces?—Salgamosestatarde—pidió—,lasdossolas.Nosmerecemosunanochede

chicas.Aprilsemantuvoensilenciounossegundos,seguramentetratandodeadivinar

loquelesucedíaasuamiga.—Deacuerdo.InvitaaEugenia,siquieres.—Mihermananopuedevenir.—Deacuerdo—aceptóApril sinpreguntas—.Te recojoa lascinco, cenay

discoteca.—¿Discoteca?—¿Porquéestástansorprendida?Hasdichoqueeraunanochedechicas.De

hecho,ponteunodelosvestiditossexysquetemandatumadrecadatemporada,queestanochevamosaarrasar.Catalinasonrió.SumadrelesenviabaaEugeniayaellaunaselecciónderopa

de las colecciones de Spanish Queens cada temporada. Lo mejor era quemientras que a Eugenia solía mandarle vestidos serios y trajes de chaqueta,

Page 176: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

cuandosuhermanasepirrabaporlosescotesylasfaldascortas;aellaqueeraladiscreta de las dos, le enviaba ropa sexy que siempre acababa quedándosecolgadaensuarmario.—Nohaynadaponibledeloquemeenvíamimadre.—No exageres, yo también compro en Spanish Queens y hay ropa sexy y

elegante.—Esposible,peroesetipoderopanoeslaquemimadreseleccionaparamí.AAprilseleescapóunacarcajada.—Creoquetumadretratadedecirtequetesuelteselpelo.Y,porunavez,vas

ahacerlecaso.Necesitamosdesconectardetodoydisfrutardenuestrajuventud.Catalina sonrió interiormente. Conociendo a April sabía que en cuanto le

colgara se pondría a planificarminuto porminuto la noche, con ella no habíalugaralaimprovisación.—Meparecebien.Undíaalañonohacedaño.Aprilnotóalgoenlavozdesuamigaporqueinmediatamentesepusoalerta.—¿Estásbien?—Estanochehablamos.—Deacuerdo,¿peroestásbien?—insistió.—Digamos que por un lado estoy genial y por el otro no estoy mal. Esta

nochetelocuentotodo.—Odiocuandohaceseso.—¡Losé!—dijoriendoaltiempoquecolgaba.NopodíaponerseacontarleaApriltodalahistoriaporteléfono.Lomejorera

hacerlocaraacaraparaverlasreaccionesdesuamigaaloqueledecía.Decididaadisfrutardesunochedechicasfuealarmariodelaentrada,enel

queguardabalaropaqueleenviabasumadre,yloabrió,convencidadequenohabríanadaquepudieraaprovecharparasalirconApril.Traspasarvariasperchasconvestidosbrillantesquebajoningúnconceptoiba

a ponerse en público, dio con una simple falda negra de cuero, de un largoaceptable,amediomusloyuntopdeseda,tambiénnegroydetirantes.—No estámal. Se dijo, buscando algo con lo que no helarse de frío. Tras

dudarentreunachaquetagrisdelentejuelasyunadepelosintéticonegro,optóporestaúltimaqueparecíamáscalentita.Bastantes horas más tarde cuando su amiga pasó a recogerla se quedó

boquiabiertaalverla.—¡Ostras!Catalina.—¿Heexageradodemasiado?

Page 177: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Nuncasevademasiadosexy—afirmólarubia—.Adorotusbotines.Catalina se miró los pies embutidos en unos botines negros con un tacón

espectacularquelepasaríafacturaenunrato,cuandodejaradesentirlosdedosdelospies.—MelosregalóEugeniaporqueseloscompróylehacíandaño.—Puestequedangenial.¡Vamos!Catalinalafrenó,asiéndoladelbrazo.—No, todavía no. Estás muy guapa —comentó y era cierto, el vestidito

dorado que llevabaApril le quedaba demaravilla, y aunque era bastantemáscorto que su abrigo, parecía llevarlo con comodidad—, pero le falta algo a tumaquillaje.—¿Elqué?—parpadeóconfundida.—Loslabiosrojos—zanjó.—Túnolosllevasrojos—protestó.—Porqueyomehecentradoenlosojos—dijoyAprilinmediatamenteclavó

su mirada en ellos, maquillados con eyeliner con un efecto felino que losresaltabaylosconvertíaenelcentrodeatención.—Deacuerdo—concedióporfin—,sihandeserrojos,queseanrojos.

AprilaplaudiófelizcuandolecontóqueEugeniaestabaembarazadaysepuso

unanotadeavisoenelmóvilparaacordarsedefelicitarlaaldíasiguiente.Noobstante,cuandoeltemadeconversacióncambióaAidenescuchótodosurelatosininterrupcionesyapenasunpardereaccionesdesorpresa.Esosí,laacribillóapreguntasencuantoacabósuhistoria.Catalinasesentíacómodahablandoconelladeloquesentíaporél,dadoque

su amiga siempre había estado al tanto de esos sentimientos. Además, era laclase de persona que jamás juzgaba a nadie ni se creía con derecho a darconsejos que nadie le había pedido. En otras palabras, April era una personaconsiderada.Sin contar conque tenía suspropiaspreocupacionesy comprendía cómo se

sentíasuamiga.Alhaberseenamoradoellamismade lapersona incorrecta, lesugirió lomismoque lehabía sugerido supropiahermana,queesperaraaquedieraélelprimerpasoyquesino lohacíadierael temaporzanjadoypasarapágina.—Nosetratasolodeorgullosinotambiéndesentidocomún—explicóApril

—,sicadavezqueosacercáishuyesinexplicacionesesporqueloquesientepor

Page 178: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

ti no es lo bastante fuerte como para superar lo que sea que le preocupa o leretiene.—¿Yquépasacontigo?—Nada.Raphaelnuncamehabesado,ni siquieraha tratadodehacerlo.No

estoyenlamismasituaciónquetú.—Pero…—Noquierohablardeeso.Hoytocadivertirseyserfelices.CatalinanoinsistióydecidióseguirlaspautasdeApril,quienporunavezen

lavidanoparecíahaberorquestadolasalida,minutoporminuto.Por ello cogieron un taxi,Catalina se negó a ir enmetro con una falda tan

corta,yllegaronalEastLondonenbuscadeunrestaurantedondecenar.Sedecidieronporuncoreanomuyconcurrido.Trasmediahoradecola,por

finlesdieronunamesa.—Meencantalacomidacoreana—comentóCatalinadevorandounosnoodles

dearroz.—Demasiadopicanteparamigusto.Catalinario,espoleadaporelsoju.—¡Québritánicoportuparte!—Esquelosoy.Catalinanoreplicó,suamigaerademasiadoconscientedesusexcentricidades

comoparaquefueradivertidometerseconella.Noobstante,selepasóunapreguntaporlacabezaylaformulósiguiendolas

normasdesujuego.—Preguntacaliente,sisolopudierasacostarteconhombrescasadosybesarte

ymagrearteconcualquierhombrequequisieras,¿teconformaríasopasaríasporaltoasuesposa?AprilmiróaCatalinaconfijezamientraspensabaenlapregunta.—Es evidente que sí —concedió por fin—. Con el único con el que me

conformaría con el magreo y los besos es con Jim, pero a la larga acabaríaaburriéndome.—¿Porqué?Tienesquejustificartuelección.—Porquelosbesosylosmagreosestánbien,peroconformarseparasiempre

conesoesunpocotriste.—¿Noesmástristeengañaraotrapersona?Aprilnegóconlacabeza.—Creoqueesmástristeengañarseaunomismoy,sobretodo,negarseloque

sedesea.

Page 179: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Catalina meditó la respuesta de su amiga y finalmente asintió dándole larazón.SinabandonarelEastLondonencontraronunclubconbastantebuenapintaal

que entraron para bailar un poco y tomar una copa. Como era relativamentepronto,tuvieronlasuertedeencontrarunreservadolibre,dondepodíandisfrutardelamúsica,bailarybeberconciertatranquilidad,yaqueadiferenciadeotrasdiscosenlasqueCatalinahabíaestado,enesalosreservadosestabansituadosenloslímitesdelapistadebaile,porloqueerafácilveryservisto.—Ahoravengo.Voyalbaño—ledijoaApriltrasbebersusegundacopa.Suamigaasintióylediootrosorboasucóctel.—Aquíestaré.Catalina se levantóde la sillay sedispusoa seguir las flechasdeneónque

indicaban el camino al baño.No sabía si erapor el alcohol oporque sehabíahechomayor,fueracomofuera,lostaconesnolemolestabanesanoche.Al llegar allí, se topó con que, como siempre, había cola para el baño de

mujeres mientras que el de caballeros estaba despejado. Resignada se pusodetrásdelaúltimapersonayseapoyócontralapared.Pasarondosminutosantesdequehubieramovimientoporlapartedelantera.

Estaba comenzando a impacientarse cuando un aroma a perfume masculino,acompañado de una voz vagamente familiar sonaron muy cerca de su oídoizquierdo.—Alfinalvaaserciertoqueelmundoesunpañuelo.AlgirarsesetopóconlasonrisadeMatías.—¡Hola!—saludósorprendidadeverle—,vaya,síqueescierto.—¿Quétal?Élseinclinósobreellaylediodosbesos.—Aquí,haciendocola—dijosonriendo.—Alfinalnuncamellamaste—comentóél,enuntonodereprocherecubierto

debroma.—¡Losiento!Heestadomuyliada.Peromealegromuchodeverte.—Yotambién.¿Estássola?—Conunaamiga.ConApril,telapresentéenelvinodehonor.—¡Larecuerdo!Sinnecesidaddequeellalepreguntara,Matíaslediolaexplicacióndequeél

tambiénestabaallíconunosamigos.

Page 180: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Siqueréistomarosunacopaconnosotrosestáismásqueinvitadas.—Gracias,perohoyesnochedechicas—seexcusó.La cola comenzó a moverse y Catalina adelantó cuatro pasos, seguida de

Matías.—Entiendo.Enesecasosigoesperandotullamada.Ellasonrióconpicardía.—Tútambiénpuedesllamarme.—Loharíasimehubierasdadotuteléfono.Catalina se riodebuenagana.Eraciertoqueno lohabíahecho,delmismo

modoquetambiénloeraquesehabíaolvidadoporcompletodeél.—¡Losiento!Déjametumóvil.Obediente, él semetió lamanoenelbolsillo traserodelpantalóny sacó su

teléfono,queletendióconunguiño.Catalinatecleósunombreysunúmeroyselodevolvió.—Tellamaré—prometióél—,yosíqueloharé.Sedespidieroncuandofueelturnodeelladepasaralaseo.

CuandoregresóalamesasetopóconqueAprilestabahablandoconMatías.

Seunióaellosycharlaronduranteotrosdiezminutos,después,él sedisculpópararegresarconsusamigos.—Creoque siAiden te falla aquí tienesunamuybuenaoportunidad—dijo

April.—Yloqueyocreoesquehasbebidodemasiadoyvesvisiones.—Loquesoyesmuchomásavispadaquetú—replicó.Catalinanoseatrevióacontradecirla,despuésdetodopodíaserciertoloque

suamigadecía.¿Porquéno?

Page 181: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo38¿QUÉMEHEPERDIDO?

EldomingopasóparaCatalinaentrelaresacaporlosexcesosdesusalidadel

sábado conApril, la euforia por el embarazo de su hermana, y las cientos dellamadasquerecibiódesumadre,pidiéndolequeseaseguraradequeEugeniaestuvierabien.DeAidenno tuvonoticias,poresoel lunescuando llegóalmuseosesintió

nerviosayenfadadaconsigomismaporlaestúpidaesperanzaquetodavíasentía.Conformeavanzólamañanaestasefuedisolviendoenfavordelarealidad.CatalinaestabaconAprilen lasalaAcuandoAidenasomólacabezapor la

puertaylallamó:—Catalina,necesitohablarcontigounosminutos.¿Estásmuyocupadaahora

mismo?Apriltuvoelbuentinodefingirseignorantedeloquesucedía.—Puedoatenderteahora.Nohayproblema.—¡Bien!Aiden no se movió mientras esperaba que Catalina se pusiera en pie y se

quitara los guantes.La observó dejarse la bata y se dio cuenta de que ella noesperabaqueélquisierasalirdelmuseoconella.—Tenemosquesalirahacerunasgestiones—explicó—,cogetuabrigo,por

favor.Catalinasintióquesucorazónseaceleraba,pero seesforzóporqueno se le

notara el nerviosismo que la embargaba.Después de todo, era posible que nofueranadaimportanteloqueAidendeseabadecirle.Talvez,solopretendíaquecruzaranlacalleparairalPortraitporalgorelacionadoconelcuadroquehabíanrestauradojuntoso,peor,pretendíadecirlequeloquehabíasucedidoentreellosenMadridnoibaavolverarepetirse.—Ahoravuelvo,April.

Page 182: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Tranquila,demomentomelasarreglosola.—Adiós, April —se despidió también Aiden, saliendo de la sala A y

esperandoaCatalinaparacaminarasulado.—¿Adóndevamos?—preguntóestaencuantoestuvieronenelpasillo.—Demomentosalgamosdelmuseo—selimitóaresponder.Conlamismacantidaddecuriosidadydenervios,Catalinacaminóasulado

mientras se dirigían hacia los ascensores, y semantuvo en silencio a su ladocuandoentraronysalierondeél.Cincominutosmástardesalíandelmuseo,peroAidentampocoleaclaróadóndesedirigían.Cuandodejaronatrásvariascallessedetuvoylaasióporelbrazoparadetenerlaaellatambién.—Ahorasí—dijo,yantesdequeellapudierapreguntarleloquequeríadecir

seencontróencerradaensusbrazosyconsubocaasaltandolasuya.Sesepararonportemoracausarunescándalopúblico,peroestavezAidenla

tomódelamanoparacaminar.—VamosatomarnosuncaféyhablamosdeloquesucedióenMadrid.Quesé

quetegustamuchoaclararlosasuntospendientes.Catalinafruncióelceño.—¿Teestásburlandodemí?Élsonrió.—Esposible,aunqueesciertoquetegustadiseccionarlotodo.—Nomegusta diseccionarlo, lo quemedisgusta es que actúes como si no

hubiesepasadonada.—Poresomismo,vamosahablarlo—zanjómuyserio.

—A ver si lo he entendido bien —trató de recapitular Catalina mientras

estaban sentados en una mesa degustando un café—. Como según tú, voy aconseguir la plaza en el Prado yme voy amarchar pronto, es viable para tumentalidadcuadriculadaquenosveamos.—Así es. Si obviamos la parte en la que me acusas de tener una mente

cuadriculada.—¿Yquépasaráconnosotrossinoconsigolaplaza?—Esonovaasuceder.—¿Ysipasa?¿Quéocurriráconnosotros?Aidennisiquieradudó.—Queloquetenemosllegaráasufin.Elmodoenque lodijo fue tan indiferentequeCatalina sequedóenblanco

Page 183: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

duranteunossegundos.—Hedepensarlo.—¿Quéhayquepensar?—insistió—.Seacomosea,estovaaterminardeun

modouotro.¿DeverdadcreesquepodremosmantenerunarelacióncuandotemarchesdeLondres?—Túdesdeluegonoparecesinteresadoencomprobarlo.Aidenseencogiódehombros.—Yasécómofuncionanestascosas.LaalusiónasumatrimonioconHeidinolahizosentirmejor.—¿YquéhaydelaofertaquetehizoelPrado?Aidennegóconlacabeza.—Larechacéesemismodía.ElúnicomotivoporelquefuiaMadridfuiste

tú.Queríaasegurarmedequelavacanteeraparati.—¿Porqué?—Yatelodije,porquemegustas,peroyonuncamezclotrabajoyrelaciones

personales.Catalina necesitaba más explicaciones y no estaba interesada en darse por

vencida.—Trabajastecontuexmujerporuntiempo.Nolonegó.—Así es.Y ese fue elmotivopor el que ella semarchó aMadridyyome

quedéenLondres,porqueyonomezclotrabajoyplacer.Estuvobienmientrassolo éramos amigos, cuando las cosas cambiaron entre nosotros tuvimos quetomardecisiones.Ni en un millón de años Catalina hubiese sido capaz de asociar esa

circunstanciaa lanormadeAidendenomezclar las facetasde suvida,yporprimera vez, se dio cuenta de que fuera cuál fuera el motivo por el que esadivisióneratanimportanteparaél,habíaunarazóndepeso.Algo,quelehabíallevadoasertanintransigenteconeltema.—De acuerdo, y si acepto ¿qué? Supongo que pretendes que esto sea un

secreto—aventuró,dadoelmodoenquelahabíasacadodeledificio.—Nosoyunapersonade extremos,Catalina, novoyaocultarlodelmismo

modoenquetampocotengolaintencióndepublicarloenlaintranetdelmuseo—hizo una pausa y al hablar sonó más cariñoso—, ya has aceptado estarconmigoyyoquieroestarcontigo.Vamosadejarquelascosassigansucurso,sinpresiones.—Hasta que se acabe —musitó en un tono dolido que Aiden pareció no

Page 184: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

captar.—Hastaentonces—corroboróeste.

Cuandoregresaronalmuseo,Aidennoseescondió,talycomolehabíadicho

queharía.Demodoquenosoltósumanocuandoentraronni tampoco lohizohastaqueladejóenlapuertadelasalaA.Inclusolediounsuavebesoenloslabios para despedirse de ella, aunque eso no tuviera mayores consecuenciasporqueelpasilloestabadesierto.—¿Te parece bien si hoy como con April y contigo?—preguntó con una

sonrisatraviesa.—Sí.Meparecebien.—¡Estupendo!Teveoentonces.No habían pasado ni dos minutos desde que Aiden se marchó, cuando

aparecióRaphael en busca de una explicación, ya que al regresar del baño lahabíavistodelamanodeldirectordeldepartamento.—¿Estáisviéndoos?—repitióelitaliano,sorprendido.—Algoasí.—¡Vaya!—En lugar de sorprenderte tanto deberías alegrarte por tu amiga —atacó

April,quienúltimamentebuscabacualquierexcusaparapelearseconRaphael.—Ymealegro,peroesonoquitaquemesorprenda.Catalinadesconectódelaconversacióndesusamigosysededicóapensaren

lo que había cambiado su vida en los últimosmeses. Y especialmente en lasúltimas semanas. Y se dio cuenta de que no solo habían cambiado suscircunstancias,ellamisma,comopersona,tambiénlohabíahecho.DealgúnmodosehabíaconformadoconloqueAidenleofrecía,unarelación

que comenzaba sin futuro, algo totalmente opuesto a lo que disfrutaban lasheroínasdelasnovelasrománticasquetantolegustaban.—Estoeslavidareal—musitóparasímisma.Raphael y April estaban tan enfrascados en su discusión que ni se dieron

cuentadequehabíahablado.En la vida real las relaciones no eran perfectas y las personas no siempre

conseguíanloquedeseaban,sedijo,tratandodeignoraraesapartedesumenteque le decía que dejara de engañarse, que por mucho que tratara de fingir,todavíateníaesperanzasdequeAidencambiaradeopiniónyaceptaramantenerconellaunarelaciónalargoplazo,bienenlamismaciudad,bienenladistancia.

Page 185: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Catalina—lareclamóRaphael—,¿tengoonotengorazón?—Puesclaroquenolatienes—intervinoApril,muyenfadada.—¡Losiento!Meperdíhacecincominutos—seexcusó.AprillafulminóconlamiradayRaphaellelanzóotrafuribunda.—Sinoquieresdecidirteporunode losdosestábien,peronoesnecesario

quemientas—laregañóelitaliano.—Desgraciadamenteestoydeacuerdoconéleneso—zanjólarubia.YcontratodopronósticolosvioabandonarlasalaAjuntosy,derepente,bien

avenidos.Despuésde todo,habíanencontradootrapersonaquepagase sumalhumor.

Page 186: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo39YELRELOJSIGUIÓDANDOLAHORA…

Lasemanapasóentreelinterésgeneralporsureciénestrenadarelaciónylos

escasosminutosquepudieroncompartir.Noobstante,elviernes,AidentampocomencionónadasobreverseduranteelfindesemanayCatalinacomenzóadudardel carizde su relación.No soloparecía tenerunaduracióndeterminada, sinoquealparecernisiquierahabíacomenzado.Teníadosopciones,sedijo,esperaraqueéllainvitaraasaliroinvitarloella

misma.Optóporesperaraqueéldieraelprimerpaso.Eraevidentequeellaeralaquemássentíadelosdosy,poreso,tambiéneraevidentequiénibaapasarlopeorcuandolarelaciónacabara.UnarelaciónquehabíaaceptadoaúnsabiendoloqueAidenpretendíadeella.Lo menos que podía hacer, dadas las circunstancias, era tratar de auto

conservarseo,almenos,tratardesalirlomenosheridaposible.ConesaintenciónelviernesaceptólainvitacióndeAprilyRaphaeldeverse

paratomarseunascervezasycenarjuntos.Elambienteentresusamigosestabacomenzandoaserincómodoytalvezunasalidajuntosdispersaríaelmalestardelapareja.Comosiemprequequedabanpretendíanirdirectamentedesdeeltrabajo,pero

Catalinasevioobligadaaquedarseunpocomás.—April,adelantaostúyRaphael,yoterminoloquetengopendienteyvoyal

Crown—dijoporqueeraverdadqueteníaqueterminarconelbarniz,paraqueresultarahomogéneoynopodíaesperaraquesesecara loqueyahabíahechopara terminarlo y, porque pretendía darles cierto margen para que trataran dehablarfueradeltrabajo.—Nocreoque…—Yocreoquesí—lacortóCatalina.Aprilsuspirósonoramenteydejócaerloshombros.

Page 187: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¡Estábien!Notardes.Nocreoquepuedasoportarlosolamuchotiempo.—¿Novienes?—inquirióRaphael,queentrabaenesosmomentosalasalaA

yvioqueAprilestabalista,peroellano.Larubiapusomalacara,noobstante,senegóadarleexplicaciones.—Iréenseguida—explicó—.Tengoqueterminarestoantesdequeseseque.AdiferenciadeApril,aRaphaelnopareciómolestarletenerquemarcharsea

solasconsuamiga.—¡Deacuerdo!TevemosenelCrown.Catalinaasintióy retomóel trabajo.Eraciertoquenopodíapermitirqueel

barnizsesecaraantesdehaberloextendidoporcompleto.Mediahoramástardehabíacubiertoellienzoylotendióparaquesesecaray

poderrasparasílasuciedad.Selevantódelasillaymientrascaminabahaciaelvestuariofuequitándoselabata.Estabaenlapuerta,apuntodeentraraporsuscosas,cuandoAidenlallamó.Alzólacabezaylovioavanzarhastaelladesdeelotroladodelpasillo.—¿Tevasya?—preguntó.—Sí,yavasiendohora.—¿Tienesplanesparaestanoche?Duranteunadécimadesegundoestuvotentadaadecirlequeno,quenotenía

nada que hacer y que si estaba dispuesto podían cenar juntos, pero en unarranquedelucidez,recordóqueloquepretendíaerasuperarsurelaciónsinmásdolordelnecesarioylecontólaverdad,quehabíaquedadoconsusamigosparatomarseunaspintasenelpubypicaralgodecena.—Deacuerdo.¿Mañanaentonces?—Mañananotengoplanes.Aidensonrióyseagachóparabesarlaenloslabios.Loúnicoqueevitóqueseretractaradesuspalabrasanterioresfuelafuerzade

voluntad.—Tellamarémañanaparaquedar.—Deacuerdo.Entróenelvestuarioconelcorazónlatiéndoleatodavelocidadenelpechoy

lasangrerugiendoensusvenas.—¿Porquésoytanracional?—selamentó.

LlegóalCrownmástardedeloquehabíaesperado.Entreterminareltrabajo

ysuconversaciónconAiden,sehabíaentretenido,porloqueencuantobajódel

Page 188: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

metro se apresuró para llegar al Crown. Le extrañó que April no la hubierallamadounpardevecesparaasegurarsedeque ibadecamino.De losdos,suamigahabíasidolamásreticenteamarcharsesinella.Aminoróelpasocuandovioelpublobastantecercaypudorelajarse.¿Había cometido una locura al decirle que no aAiden? Se quejaba de que

apenaspasabantiempojuntosycuandoéllosugeríasenegaba.«Esoleserviríaparabuscarteanteslapróximavez,ledijounavocecitaensucabeza».Ellanoeraunaexpertaseductora,peroquienpodíaaventurarsisurelaciónno

podíallegaraalgomás,porpartedeambos.Conesebatiburrillodeideasenlamenteentróenelpub.El Crown estaba lleno hasta arriba, por lo que se detuvo en la puerta para

tratardeubicarasusamigos.Estabaescaneandoellocalcuandolosvioenunade las mesas pegadas a las ventanas. Iba a acercarse a ellos cuando vio queRaphaelalzabalamanoyleacariciabalamejillaaApril.NotóquealguiensedeteníaasuladoyalalzarlamiradasetopóconWill.Elcamareronosonreía,comoerahabitualenél.Sugestoeraadusto,molesto.—Tus amigos están ahí —señaló—. Aunque han dicho que te estaban

esperando,nocreoqueseamuycierto.—¿Porqué?—¿Nolosves?—preguntóelfalsoJimSturgess.Catalinaasintió.—Nolesdigasquemehasvisto,porfavor.Élnegóconlacabeza.—Notepreocupes,lehepasadolamesaaMery.Ellalesatenderáestanoche

—explicó,señalandoalaotracamarera.—¡Losiento!Willladeólacabezayalzólasmanosconelgestouniversaldelaresignación.Catalina se sintió como una voyeur, pero no podía dejar de mirarlos.

Completamenteasombradaporloqueparecíaestarpasandoentreellos.¿Cómo podía haber cambiado su relación con tanta rapidez? Puede que no

estuvieransaliendo,peronohabíaningunadudadequeestabancoqueteando,sihastaWillsehabíadadocuenta.Yvistolovisto,porquénopodíasucederlelomismoaella.AlomejorAidenterminabadesistiendodesumaníadenomezclartrabajoyrelaciones.Despuésdetodo,cosasmásrarassehabíanvisto.Preocupadaporqueel idilioseacabasesiseplantabafrenteaellossedio la

vueltay,talycomohabíaentrado,volvióasalir.Compuestaysincitaparaelviernes,sedijo.

Page 189: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Lo cierto era que después de pasarse toda la semana preocupada por unarelaciónquenoarrancabay trabajando sinparar, loquemenos le apetecíaeramarcharse a casa para calentarse cualquier cosa de cena y ver la televisión asolas.Con decisión sacó el móvil del bolso y buscó el número de Aiden. Este

contestó al tercer tono y por el ruido de fondo y la mala calidad del sonido,Catalinasupoqueestabaconduciendo.—Hola—saludótímida.—Hola,¿vatodobien?—Másomenos,¿siguessinplanesparaestanoche?—preguntóesperanzada.—Asíes.Lamujerconlaquepretendíacenarmeharechazado.Catalinaserelajóalnotarsutonojuguetón.—Puessitesirvoyoamímeencantaríacenarcontigo—bromeó.—¿Ytusamigos?—Alparecerestánmejorsinmí.LarisadeAidenleerizóelvellodelanuca.Lohabíavistoreírpocasveces,y,

aunasí,eracapazdevisualizarsuaspectosonriendo.—Dimedóndeestásypasoarecogerte—ofreció.—Temandomilocalización.Ahoranosvemos—sedespidió.—¡Notardo!

Page 190: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo40NUESTRAPRIMERACITA

Elsábado,Catalinasearreglóconesmero.Eralaprimeracita,comotal,que

ibaatenerconAiden.Lacenadeldíaanteriornocontabaporquehabíasidoenelúltimomomentoy,aunquehabíasidomaravillosa,nocumplíaalcienporcienconlosestándaresdeloqueseconsiderabaunacitaentodaregla.Sí,habíahabidocenaysí,elsexofueespectacular,peroAidennohabíaidoa

recogerla a su casa y ella no se había pasado dos horas arreglándose eimaginándose lavelada.Además, elpubenelquehabíancenado tampocoerapropiodeunaprimeracita.—Eres una esnob—le había dicho April cuando la llamó para contarle lo

sucedidoconRaphaelypreguntarle,depasoelmotivodequenoapareciera.—Noescierto.Perounpubnoessitioparaunacitaromántica.—Dimequenoselodijiste—pidióApril,tratandodeesconderlarisa.—Puessí,selodijeyhaprometidosorprendermeestanoche.De hecho, Aiden pareció divertirse con sus explicaciones, mostrando una

partedeélqueCatalinanohabíavistoantes.—Definitivamenteeresunaesnob—seburló.—Dejadecriticarmeycuéntametucita.Larubianohabíanecesitadomáspresiónparadejarsellevarporlaspalabras.

IgualqueCatalinasemoríaporconoceraldetallelosucedido,ellasemoríaporcontarlo.Y aunque se explayódemasiado en los pormenores, al finalCatalinasupoqueencuantollegaronalCrown,WillfuedirectoaporAprilparatratardeconcertar la cita que teníanpendiente, yque contra todo lo esperado,Raphaelestalló,alegandoqueAprilestabaocupadalosdíasqueelcamareroteníalibresenelpub.Unavezqueestesemarchó,malhumorado,Aprillepidióexplicacionesasu

compañero. Raphael no fue capaz de buscar una excusa a tiempo, y la rubia

Page 191: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

terminó acusándolede estar celoso, ante loque el italiano terminó admitiendoqueloestaba.—¡Genial!¿Yahoraqué?—Ahoravamosatratardesalircomounaparejayverquésucede.—Esoesgenial.—Hemoshecholapromesadequesilonuestronofuncionavolveremosaser

amigos—April suspiró—, ¿crees que podremos serlo? Amigos, si la cosa nocuaja.—Enprimerlugar,estoyseguradequeosvaairbieny,ensegundolugar,sé

que si sucede algo seréis capaces de mantener la amistad. Los dos sois unosamigosgeniales.Laconversaciónsiguióporesecaminounosminutosmás,yalfinalAprille

colgóporqueRaphaellaestaballamandotambién.Catalinaestabaencantadaconlasnoticias.April,quiensemanasantesparecía

tanderrotada,estabaahoraeufórica.Parecíaque losproblemasdesuamigasehabíanevaporado,esperabaqueaellalesucedieralomismo.Conesaideaenmentesepasóeldíaabriendoarmarios,enbuscadelmodelo

perfectoparasaliracenarconAiden.Estelehabíadichoquelaibaallevaraunsitiosorprendente,peronolehabíadadomáspistassobreellugarenelqueibanacenar.Porloqueterminódecidiendoquelomásinteligenteseríausarpantalones,en

lugardefalda.Conladecisióntomadarecurrióalarmariodelaentrada,conlosdedoscruzados,porsisumadrelehabíaenviadoenalgúnmomentopantalonesquesirvieranparaunacitaespecial.Antesdedarconlospantalonessetopóconunabrigotrescuartos,entallado

enlacintura,conpeloblancoynegrorodeandoelcuelloyunestampadovintageconlamismadualidadcromática.—¡Esperfecto!Encantada con el descubrimiento, siguió pasando perchas y finalmente dio

conunospantalonespitillo,largoshastaeltobillo,tambiénnegros.Lablusaqueteníapensadousarestabaenelarmariodesudormitorio.Eradegasanegra,porlo que debía llevar una camiseta lencera debajo y era perfecta para el look,sofisticadoysexyquebuscaba.Conlaropayapreparadasemetióenladucha,selavóelpeloysalióenvuelta

enelalbornozconunanuevapreocupación,quéibaahacerconsucabello.Sintiéndosetontacogiósuteléfonoytecleoenelbuscadorpeinadosparauna

cena romántica. Estaba a punto de desistir por la complejidad de lo que veía,

Page 192: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

cuandoseacordódeEstelaydesusmanosmágicas.Denuevoilusionadallamóasuamiga,quienleaconsejóquesedejaraelpelo

sueltoconsurizonatural.Loúnicoquedebíahacereraponersesuavizanteynoaclarárselo,yaquenoteníaproductosespecíficosparaelcabellorizado.—Necesitascomprarteunodeesosserumsquevendenparaelpeloondulado

—laregañó—.¿Elmartespuedesvenirantesaclase?—Sí,¿aquéhoranecesitasqueesté?—Conmediahoraserásuficiente.Teacompañaréparaqueteloscompres—

ofreció.—Gracias,Estela.Tedebounamás.Lamujercolgó,encantadaconlagentequehabíaconocidograciasalbaile,y

leexplicóasuhijoque teníaunaamigaqueeramuyguapay listaqueestabadispuestaapresentarle.Él no reaccionó, estaba demasiado acostumbrado al afán casamentero de su

madrecomoparaquelepillaraconlaguardiabaja.Alahoraseñalada,AidensepresentóencasadeCatalina.Y,aunque,estabaguapísimovestidodenegroytanencantadorcomolohabía

estadolanocheanterior,siguiótanherméticorespectoallugardondeibancomolohabíaestadocuandoconcertaronlahoraenlaqueseencontrarían.—Novasadecirmesiquierasivoybienvestidaparalaocasión.Élseinclinósobreellaylediounsuaveyrápidobesoenloslabios.—¡Estásperfecta!—declaró,abriendolapuertadelcopilotoparaqueentrara

—.¡Preciosa!Catalinasedioporsatisfechaconsureacciónyoptópornoinsistir.Aiden se puso detrás del volante y arrancó el motor. La música inundó el

pequeñoespacioquecompartían.LavozdeArianaGrandeysusidetoside[9]loenvolviótodo:

I’vebeenhereallnightI’vebeenherealldayAndboy,yougotmewalkin’sidetosideI’vebeenhereallnightI’vebeenherealldayAndboy,yougotmewalkin’sidetoside

Page 193: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Qué ha pasado con tus óperas? —preguntó Catalina con auténticacuriosidad.Aidensonriósindejardemiraralacarretera.—Meestoymodernizandoportuculpa.—¿Miculpa?Ahorasíqueapartólamiradaparaobservarla.—¿Dequiénmás?—Entoncestusiguientepasoesapuntarteaclasesdebaileconmigo.—Asíqueeraporeso—musitóélenvozbaja.—¿Cómodices?—Tevibailarunavezenlasaladedescanso.Llevabaslosauricularespuestos

ydabasvueltassobretimismaconmuchoritmo.Catalinanotócómoseencendían susmejillas.Nohabíadudadequeestaba

mintiendoenlodelritmo.—Lohagofatal—sequejó—,notendríasquehaberlovisto.Aidensoltóunamanodelvolanteparaacariciarlelamejilla.—Estuviste genial. No pude dejar de pensar en ti desde ese momento —

admitióconsinceridad.YCatalinanopudo evitar soñar conqueAiden seolvidarade sus absurdas

reglasporunavez.Catalina abrió los ojos exageradamente cuando Aiden se metió en el

aparcamiento privado de un restaurante y le anunció que habían llegado a sudestino.ElrestaurantealquelahabíallevadoeraunacombinacióndecabaréybardecoctelesemplazadoenCoventGarden.Suinteriordeuncoloridojuegodelucestransportabaalosclientesaunmundodeglamuryescapismo.Enelcentrohabía una famosa mesa escenario de cuarzo, con capacidad para veintiochoinvitados.AunqueCatalinanohabíaestadoallíantes,habíaescuchadohablardeél,por

loqueteníaunaideabastanteaproximadadelespectáculoqueibaapresenciarydelpapelqueteníaelpúblicoenél.—¿Vamosasentarnosahí?—preguntóCatalina,señalandolagranmesaenla

quelosartistashacíansuperformance.Aidenriosindisimulos.—Pensabaqueerasunaaventurera—laprovocósindarunarespuestaclara.—Losoy,no tengoningúnproblemaconsentarmeahí.Solopreguntabapor

Page 194: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

curiosidad.—Entiendo.—Lodigoenserio—dijoechandoaandarhacialamesa.Aidenvolvióasonreíryladetuvoconsuavidad.—Unalástimaporqueyohereservadounasimplemesaparados—señalólas

mesasredondasdelcomedor.CatalinasuspiróaliviadaysiguióaAiden.Sonrióconsinceridadcuandoun

camareroapartóunadelassillaspurpuraparaquesesentara.—No te preocupes —susurró Aiden inclinándose sobre ella, que estaba

sentadafrenteaél—,desdeaquívasapoderdisfrutardelespectáculosintemoraqueteincluyanenél.—Noestoypreocupada.—Claroqueno—concordóél—,nisiquieraunpoquito.¡Eresunaaventurera!Estabandegustandoelprimerplatocuandolaslucescambiaronyseenfocaron

enlamesaprincipal.Inmediatamente,lasmiradassevolvieronhaciaesazonaydel techo comenzó a bajar un aro grande y dorado del que se balanceaba unfornidotrapecista.Apartirdeesemomentoelespectáculonosedetuvoentodala noche. Bailarines de hip hop, contorsionistas, trapecista, tragadores defuego…Elnombredellocalhacíahonoralafunción,pensóCatalina.Seretiraroncuandoelmaestrodeceremoniassalióaagradeceralpúblicosu

asistencia.—Graciasportraerme.¡Hasidoincreíble!—¿Sobre todo porque no has tenido que participar? —siguió pinchándola

Aiden.—Porsupuesto.Élsonrióylaasiódelamanoparairabuscarelcoche.Comolanocheestaba

frescalasoltóylepasóelbrazoporloshombros,pegándolaasucuerpo.Unavezenelvehículosaliódelaparcamientoytomóunadirecciónopuestaa

lacasadeCatalina.—¿Tampocovasadecirmeahoraadóndevamos?Micasaestáenladirección

contraria—protestósinmuchoénfasis.Lociertoeraque,aunquesemoríaporestarasolasconél,teníamuchamás

curiosidadporsaberdóndevivía.—Vamosalamía—contestó,comosifueracapazdeleersuspensamientos.—Mañana he de madrugar. Tengo comida familiar —explicó, más por

justificarse a sí misma que porque realmente deseara cambiar el destino—,

Page 195: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

vamosacelebrarelembarazodeEugenia.Aidenarrugóelceño.—¿ArthurAldridgetambiénestaráallí?—Porsupuesto,eselpadredelacriatura—contestó,confusaporlapregunta.ElgruñidoderespuestadeAidenladesconcertótodavíamásquelapregunta.

[9]Heestadoaquítodalanoche./Heestadoaquítodoeldía./Ychico,metienesbailandodeladoalado./Heestadoaquítodalanoche/Heestadoaquítodoeldía./Ychico,metienesbailandodeladoalado.

Page 196: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo41¿SOMOSUNAFAMILIAFELIZ?

EldomingoCatalinaselevantósinhacerruido,sevistióconmuchosigiloy

salió de casa de Aiden sin tomarse siquiera un café, por temor a despertarle.HabíaquedadoparacomerconsuhermanayconArthur,yantesdeirteníaquepasarporcasaparaducharseyarreglarse.Leenvióunmensajede texto aAidenmientras el taxi la llevabadevuelta,

paradisculparseporhabersemarchadoasí,yreclinólacabezaenelasientodelvehículoconlosojoscerrados.Estabacansada,perofeliz.Lascosasestabanyendobien, lacenahabíasido

encantadorayelfinaldelaveladamuchomejor.Aideninclusolahabíainvitadoasucasa,conloquelehabíaabiertounpocomássumundo.El hogar de Aiden era tanmasculino como él, con tonos tierra y negros y

decoradoconungustoexquisito.Tambiénhabíainfinidaddepequeñasobrasdearteprocedentesdetodosloslugaresquehabíavisitado.Abriólosojoscuandorecibióunarespuestaasumensaje.Habíaesperadoque

éltuvieraelteléfonoensilencio,peroporlovistonohabíasidoasí.Sitehubiesesesperadodiezminutostehabríallevadoacasayomismo.Sonrióalapantalladesuteléfonoytecleóunarespuesta.Noqueríamolestarte.Contestóañadiendounemoticonoconlasmejillascoloradas.Deacuerdo.Disfrutacontufamilia.Nosvemosmañana.Nadadeemoticonos.Hastamañana.Llegóasucasaconunasonrisatontaenelrostro.Atodaprisasemetióbajoelgrifoyselavóelcabello.Elsuavizantequenose

habíaaclaradoeldíaanteriorlemolestaba,hastaelpuntodequesentíasupelobonito,peroapelmazado.

Page 197: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Saliódesucasaunahoradespués,conloscascosylamúsicapuestos,caminodeladesuhermana.Arthursehabíaofrecidoparairarecogerla,peroCatalinasehabíanegadonoqueriendomolestaralfuturopadre.Además,tampocovivíana mucha distancia la una de la otra, a unos escasos diez minutos andando.Minutos que tenía toda la intención de gastar regodeándose en lomaravillosamentequesesentíaestandoconAiden.Aunquealprincipioparecíaquesurelaciónnodespegaba,enlosúltimosdos

díassehabíasentido totalmentecercanaaél.Ynosoloaunnivel físico, sinotambiénanivelpersonal.La noche anterior, tras hacer el amor, habían hablado de muchas cosas

personales.Aidenlehabíacontadodetallessobresuspadresquedesconocía;quehabíanmuertoenunaccidenteautomovilísticocuandoélteníadiecisieteañosysobre el modo en que su abuelo lo había criado. Empujándolo siempre aperseguir sus sueños, fueran cuales fueran y le llevaran a donde fuera que lellevaran.Eraporeseafándeperseguirlosporloquehabíaestadoviviendoenmultitud

depaísesyciudades,hastaquealfinalhabíadecididoestablecerseenInglaterraycrearsupropiohogar.—¿Tienes previsto vivir aquí siempre? —había preguntado Catalina con

tiento,preocupadaporqueélpudieraadivinarelmotivodesupregunta.—Sí.Miabueloyanoestáconnosotrosytengoladoblenacionalidaddebido

amimadre.Nohaynadaquemeimpidacumplirconloquedeseo.—¿Tumadreerainglesa?—DeManchester.ConocióamipadreenunviajeaWashington.Eraazafata

deunaaerolínea.—¿Enquétrabajabatupadre?—Eraarquitecto.Unodelosmejores.Variosdesusedificiossonconsiderados

patrimoniodelaciudaddeWashington.—¿Nuncateplanteasteestudiararquitectura?Aidennegóconunasonrisa.—Megusta el arte que hace sentir cosas con tan solomirarlo yme agrada

trabajar con lasmanos—dijo, al tiempo que lemostraba elmodo en que susmanospodíantrabajar.—Yaveo—murmuróella.—¿Loves?¿Nonecesitasqueteloexpliquemejor?—Sí, eres muy bueno con tus manos, pero tienes razón… Las cosas se

comprendenmejorconlapráctica.

Page 198: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Aidenlabesóydurantemuchosminutosnohubomásconversación.Catalinalesonrióalporterodeledificiodesuhermanacuandollegóyaceptó

conalegríalasfelicitacionesdelhombreporqueibaaconvertirseentía.—¿Cómolosabe?Elhombresonrió.—ElseñorAldridgemeobsequióconunabotelladevinoespañolymepidió

quemeencargaradesubirlascosaspesadasdelaseñora.—¡Entiendo!—Ysuseñoramadremehapedido lomismo—elporterosonrió—, incluso

mehadadootrabotelladevinoyunvestidopreciosoparamihijamayor.—¿Mimadre?¿Cuándohavistoamimadre?—Suseñoramadreysupadrehanllegadoestamañana—explicóelhombre.Catalina le agradeció la información al portero y salió disparada hacia las

escaleras.Nisiquieraseesperóaque llegaraelascensor,no tenía tiempo.Suspadresestabanasolounosmetrosdeellaysemoríaporabrazarlosybesarlos.LlegóalapuertadeEugeniadesollando.—¡Mamá!¡Papá!—dijotocandoalapuertaconinsistencia.SumadreleabrióconunasonrisadeorejaaorejayCatalinasedejócaeren

sus brazos abiertos. Aspirando su distintivo aroma a Carolina Herrera. Sucabello,por loshombros, le rozó la caracuando se inclinóparabesarlaen lasmejillas.—¿Yparamínohaynada?—preguntósupadredesdeelpasillo.—¡Papá! —gritó entrando en la casa y corriendo hasta los brazos de su

progenitor.—Mi niña pequeña—susurró él sobre su cabello—, cuantas ganas tenía de

veramisniñas.—AnselmoObandosoltóunodelosbrazosconelquesujetabaasuhijamenorylehizoseñasalamayorparaqueseacercara.Lostressefundieronenunsentidoabrazo.—Mamá—llamóAnselmo—,faltastú.

LareuniónfamiliarquedócompletacuandoaparecióArthuracompañadode

LaurenAldridge.Sus padres se mostraron tan amables como siempre, aunque Catalina notó

cómosumadreseconteníaparanoagarraraLaurendelospelosyexigirleque

Page 199: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

semantuvieraalmargendelarelacióndesuhija.En un momento determinado, durante la comida, Eugenia y Arthur se

pusieronenpieparahacerunanuncio.—Hemos decidido que vamos a volver a casarnos —comunicó Eugenia

sonriente—. Y nos mudaremos al ático de Arthur tan pronto como estéterminado.—Nadademudarsehastaquevolváisaestarcasados—protestóMaite,quien

eraunamujerliberalytoleranteconlasdecisionesdesushijas,exceptoenesepunto:laconvivenciaantesdelmatrimonio.—Porsupuesto,esloquecorresponde—intervinoLaurentanofuscadaenla

primerapartedeldiscursodeEugeniaquenisiquierasehabíadadocuentadeloque había dicho su consuegra—, mi nieto no puede ser ileg… —sorprendentementesecallódegolpealfijarseenlasignificativamiradaquesuhijoleestabaechando.—Vaaserunabodasencilla—siguióhablandoEugenia—.Ynosmudaremos

despuésdecasarnos—zanjómirandoasumadrequeestabaapuntodeprotestardenuevo.ArthursecallólaréplicaalnotarelcododeEugeniaensucostado.—¿Cómo que sencilla? No… —se interrumpió de nuevo Lauren, quien

cambioeltonoyelcontenidodesufrase,confundidaalverelgestodedolordesuhijo—,porsupuesto,querida,loquedesees.Catalinasepegóasuspadreselrestodelavelada,yaquelamentablementeno

iban a poder quedarse más tiempo e iban a marcharse al día siguiente paraatenderunoscompromisos.—Perosipapáyaestájubilado—sequejóCatalina.—Puesporeso.Tupadreyyotenemosahoraunavidasocialmuyagitada.—

RioMaite—.Notepreocupes,tuhermanaestáembarazada,vamosavenirmásdeloquequisieras.—Yosiemprequieroveros.Maitesonrió,aunquesuinstintomaternolaavisódequehabíagatoencerrado

enlaactituddesuhijapequeña,quesiemprehabíasidolamásindependientedelasdos.—Aver,cuéntame,¿hayalgúnchicoentuvida?

Mástarde,cuandolaparejasequedóasolas,Arthurlecontóalamujerque

amabaelsecretodetrásdelcambiodeactituddesumadre.

Page 200: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Leheprometidoamimadreque,sitedejaenpaz,no—secorrigió—,siseesfuerza por hacerte feliz y se guarda sus comentarios sobre nuestra vida, sitenemosunaniñalepondremossunombre.—¡Arthur!¡Estásloco!—protestóEugenia.—Tranquila,miamor,estoysegurodequevaaserunniño.

Page 201: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo42ENCANTADACONELNUEVOYO

LassiguientestressemanaspasaroncomounsuspiroparaCatalina.Comosi

llevaran meses juntos, comenzaron a establecer rutinas, como compartir lashoras de comer en elmuseo, cenar juntos losmiércoles y el fin de semana alcompleto,tiempoqueaprovechabanparairalcine,alteatrooquedarseencasaviendopelículasclásicas.Catalina,porsuparte,siguióconsusclasesdebaile,porloquelosmartesy

losjuevesnopodíaquedarconAiden.Eugenia,apesardesusreticencias,sevioobligadaadejarloporlapresióndeArthur,queparecíapretenderquesumujervivieraenunaburbujadecristal,ypor sumadre,quiendesdeEspañaenviabaórdenesadiestroysiniestro.—EsgenialqueEugeniavayaatenerunbebé—musitóAnasoñadora—,¿nos

lotraeráparaqueloveamos?Catalinasonrió.—Por supuestoque sí.Os lo traerá para que le digáis lo guapoque es y lo

muchoquesepareceaella.—¡Chicos!Centraos—pidióCarlos.BrunolediounavueltallenadefloriturasyCatalinario.Coneltiemposehabíaidosoltandoysesentíamuchomáscómodabailando

y, de algúnmodo, eso también le había ayudado en otros aspectos, incluso lehabíaafectadoalmodoenquesevestía,muchomásdispuestaadejarseverqueantes.—¿Hasvistoaesosdos?—preguntóélmientrasladirigíaporlapista.—¿ASandrayElías?Brunoasintió.—Creoquehanempezadoasalir—arrugóelceño—,parecequeúltimamente

todoelmundoestáenamorado.

Page 202: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Porquédiceseso?—Recapitulemos —pidió—. Eugenia está embarazada, Sandra y Elías

embelesados,CarlosyElsaen laexhibicióndieronmuestrasdesuquímica—hizounapausadramáticaparacaptarsuatención—,ytú,queestáscadadíamásguapa.—¡Vaya!Gracias.—Eslaverdad,elamorembellece.—¿Y qué me dices de ti? ¿No hay nadie que te haga ver más guapo?—

bromeó.Brunoentrecerrólosojos,peronocontestó.—¡Tramposo!—serio—,sihayalguientienesqueconfesarlo.CarlossedioporvencidoyCatalinasesintióculpable.—Deacuerdo,chicos.Yaestábienporhoy.¡Todosalamesa!—losanimó.Brunotratódeescaquearse,peroellaledetuvo.—Cuéntamelo,soytuparejadebaile.Melodebes.—Esposible quehayauna chica, pero nopienso contarte nada si tú nome

cuentastuhistoria.Catalinaleofreciólamanoabierta.—¡Tratohecho!—dijoconunguiñocuandoélselaestrechó.

SemarchóacasacontentayagradecidadequeEugenialahubieraconvencido

deapuntarsealasclasesdebaile.Graciasa la locuradesuhermanahabíaconocidoapersonasmaravillosasy

había logradoaprendermuchascosas sobre símismaquedesconocía.Nosoloqueteníaunpelodecentesiaprendíaapeinárselo,sinotambiénqueeracapazdemoverseconestilosiseloproponíaolomuchoqueleencantabateneramigosvaronesconlosquepoderhablardecasicualquiercosa.AntesdeconoceraBrunosolohabíatenidoaRaphaely,aunqueelitalianoera

ungranconversadoryunapersonamaravillosa,larelaciónquehabíaestablecidoconBrunodesdeelprimermomentoeradistinta,másíntima,quizás.Talvezesaconexión se debiera también al baile. Por la razón que fuera, el caso era queCatalinahabíapodidoabrirseporcompletoconélycontarletodoloquepasabaporsucabezayquelepreocupabarespectoasurelaciónconAiden.—No conozco al tal Aiden, pero está claro que le interesas. Si no le

interesaras,nitehabríabesadonimuchomenostehabríaseguidoaMadrid.Noobstante,nopretendoengañarteydecirtequecreoqueestá locopor tiporque,

Page 203: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

comotedigo,noloconozco.Loquesíquepuedoafirmarconconocimientodecausaesquesinoseenamoracomounlocodetiesporqueesidiota.Catalina había sonreído encantada con la alabanza e interiormente había

cruzadolosdedosparaqueelsueñosehicierarealidad.

Page 204: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo43TODONOPUEDENSERMALASNOTICIAS

DesdeelprimermomentoenqueesamañanaentróalasalaA,Catalinanotó

queelambienteestabaespeso.Aprilparecíaincómoday,aunquerespondíaasuspreguntas,notratabadeiniciarunaconversación,comoacostumbrabaahacer.InclusosubióelvolumenalamúsicaquehabíapuestoCatalinaensumóvil,

comosiconellopudieraevitarlaconversación.Además,seescapóvariasvecesalasaladedescansoconlaexcusadeiraporcafé.—Yaestábien,April.¡Dimedeunavezquéestápasando!Antesdequeme

déunasubidadetensión—pidióCatalinadespuésdesutercercafé.—¡Nada!—Nomemientas.Estápasandoalgoyquierosaberquéesomevolveréloca

decuriosidad.AprillamiróconlosojoscargadosdetristezayCatalinasetemiólopeor.—¿HasdiscutidoconRaphael?¿Estásbien?—Nosetratademí,sinodeti.—¿Dequéestáshablando?—¿HasrecibidoalgunallamadadelPrado?—preguntó.Catalinanegóyfueentoncescuandocayóenlacuentadequeelanunciode

quienhabíaobtenido lavacanteestabacerca,asícomoloestaríael finaldesurelaciónconAidensinohacíaalgoparaevitarlo.—Hay un rumor sobre la plaza que solicitaste en el museo del Prado —

explicólarubiaenuntonopausado.—¿Quéclasederumor?Aprilseaseguródequeparecíaestarbienantesdeseguirhablando.—Se la han dado a otra persona. La plaza la ha conseguido un restaurador

italianodecincuentaaños.—¿Estássegura?

Page 205: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Ellaasintió.—Raphael lo ha confirmado a primera hora de la mañana. Como digo, de

momentosoloesunrumor.Catalinatomóairevariasvecesconelfindeaplacarsuaceleradocorazón.—¿Porquénomelohabéisdicho?Noestangrave.Nisiquieraestabasegura

de aceptarla si me la hubieran ofrecido —se excusó, tratando de ocultar sudecepción.Aprilclavósusojosazulesenlossuyos,másoscuros.—¡Oh!Aiden—cayóenlacuenta—,nomelohasdichoporeso.Larubiaasintió.—Notepreocupes.Lascosashancambiadomuchoentrenosotros.Vaaestar

todobien—dijoeinternamenterezóparaqueesofueraverdad.Como si hubiera sido capaz de adivinar lo que estaba pasando, elmóvil de

CatalinavibróensubolsilloyalsacarlodescubrióqueAidenlehabíaenviadounmensajepidiéndolequesubieraasudespacho.—Deséamesuerte—dijomostrándoleelmensajeaApril.—¡Suerte!Mucha,muchasuerte.

ElsemblantedeNormadebiódehaberledadoaCatalinaunapistadeloque

ibaasuceder,sediocuentamuchodespués,perohabíaestadotanpendientedelo que fuera que Aiden necesitara hablar con ella que ni siquiera le prestóatenciónasusecretaria.—Pasa,Catalina.Aidenteestáesperando—anunciólamujer.—¡Gracias!Cruzó la distancia que separaba el escritorio de Norma de la puerta del

despachodeldirectory llamósuavemente.Abriócuando lavozdelhombrealqueamabaresonódesdeelotrolado.—Hola—saludósonriente.Nopodíamostrarquelosabía,sedijo.Necesitaba

esperarycomprobarquéeraloqueAidenpretendíahacer.—Siéntate,porfavor—señalólasilladelantedeél.—¿Porquéestástanformal?—Estamosenel trabajo—lerecordó—,ydadoqueyasesabeque laplaza

delPradonoestuya,creoqueesbuenmomentoparadarporterminadanuestrarelación.—¿Cómodices?—¿Quépartedeseasqueterepita?¿Ladequeelpuestoderestauradorenel

Page 206: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Pradonoha sidopara tio ladequedoypor finalizadanuestra relación?—sutonoestabatancargadodeindiferenciaqueCatalinasepreguntósirealmentelasentía.Parecíamásunafachadaqueunsentimientoreal.—Aiden,lascosasnotienenporquéacabaraquí—pidióella,confundida.—Quedamoseneso,Catalina.Nohecambiadolasnormas.Túlasaceptaste,

porloquenuncateengañéalrespecto.—Ningunarelaciónsebaseennormas.Nosvabienjuntos,porquetirarlopor

labordaporunasnormasarbitrariasquetúhasdecididosintenerencuentamiopinión.Éllaobservóduranteunosminutosmuyserioantesderesponder.—Recuerdo haberte contado quemis padres semataron en un accidente de

coche.—Lohiciste,peronoséquétieneesoquevercon…—Lo que nunca te dije fue cómo pasó —la interrumpió. Cerró los ojos

tratandoderecordaraquellostiempos—.Mimadreeraencantadora,optimistaycariñosa. Siempre estaba riendo. Nos adoraba a mi padre y a mí.—Dejó dehablarde repenteyCatalinapensóqueno ibaavolverahacerlo,que tansolopretendíaquesemarchara.—Aiden.—Mipadre comenzó a llegar tardedel trabajo.Habíanoches en las queno

veníaytantomimadrecomoyolojustificamosconqueteníamuchotrabajoyno le dimos importancia. Una de esas noches,mimadre quiso hacérselomásllevaderoypreparólacenaparallevársela.Cuandollegóasuoficinaleextrañóqueelbolsoy lachaquetadesusecretariasiguieranallí,perono lediomayorimportancia.Estabaenlaoficinaparasorprenderamipadre…Lasorpresaselallevóella.Catalinapudoadivinar loquese encontró,pero semantuvoen silencio a la

esperadeverquérelaciónteníalahistoriaconellos.—Mipadreteníaunaaventuraconsusecretaria.Ellanolereprochónadaen

ese momento. Permitió que la mujer se vistiera y escuchó las excusas de mipadreysuspeticionesdeperdón.Losoportótodo.Soloteníaunapetición,queél regresara a casa, que volvieran juntos… Convencido de que ella le habíaperdonadomipadre accedióyambosmontaronenel coche.—Clavó susojosvacíosenCatalina—.Yasabescómoterminalahistoria.Ella por fin pudo entender el razonamiento de Aiden y esa obsesión por

separarlavidasocialdeltrabajo.—Yo no soy así, Aiden. Jamás te haría daño. Y estoy segura de que tú

Page 207: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

tampocomeengañaríasdeesemodo.—Mimadretampocoeraasí.Nadieesasíhastaqueloes.Nisiquierayoséde

loquesoycapazdehacerenunasituacióncomoesa…Noquierovermeenesatesitura.Catalinasupoquenoibaasacarnadadeesaconversación.Aidenllevabaaños

decididoamantener lasdistancias,años traumatizadoconel triste finaldesuspadres.Habíarotosumatrimonioporesaobsesión,ydebíadeasumirqueellanoera tan importante para él como para que decidiera cambiar años y años deconvicciones.—Deacuerdo,Aiden—aceptó—,esperoqueseasmuyfeliz.YdándoselavueltaabandonóeldespachosinmirarsiquieraaNorma,quien

desdesumesaparecíalamentarlotantocomoella.Aiden regresó al presente cuando escuchó el golpe de la taza sobre su

escritorio.AlzólavistaymiróaNorma,queestabadepiealotrolado.—¿Novasadecirnada?—laretó.Lamujernegóconlacabeza.—Yatienesbastanteconloqueacabasdeperder.Nonecesitasqueyotehaga

sentirpeor.

Page 208: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo43PUEDOSEGUIRCONMIVIDA,ESSOLOCUESTIÓNDE

DEJARQUEPASENLOSDÍAS…Tras la ruptura,Catalinapasó tresdíascompletamente ida.Apenascapazde

pensar en otra cosamás que en lo estúpida que había sido al creer que iba apoderlidiarconundesengañoasí.Pormuchoquehabíatratadodeprotegersenolo había conseguido, se había limitado a creer que llegado elmomento podíahacerqueAidencambiaradeopinión.Aidenporsupartenoregresóalcomedor,por loqueCatalinadedujoqueo

biencomíaencerradoensudespachoosalíadelmuseoparahacerlo.Fueracomofuera,ellaagradecíanotenerqueverle.Yaestabasiendodurosuperarlosinsuconstantepresencia,tenerlocercasoloralentizaríayharíamásduroelproceso.Susamigos:AprilyRaphaeltratabandeentretenerlaconotrosasuntosyApril

siempreseencargabadeirarecargarlastazasdecafé,paraevitarqueCatalinasepudieraencontrarconAidenporelcamino.Asusamigosdelaacademianolesdijonada,aexcepcióndeBruno,aquiensíque le relató losucedidoyfuegraciasaélquepudodesconectarunpocoyreírsesinceramente.Aunque era consciente de que tenía que asumirlo y seguir con su vida, no

lograbaentender,pormuyduraquehubiese sido lamuertede suspadres,queAidencortaradeesemodotanradical.OchodíasdespuésdesurupturaestabaenlasalaAconAprilcuandoelmóvil

lesonóenelbolsillo.LosacócondesganayvioqueeraMatías.Eralasegundavezque la llamabay, aunque la vez anterior, evitó responderle y lo solucionóenviándole un mensaje de disculpa una hora después alegando que la habíapilladoenunareunión,enesosinstantessequedóconelteléfonoenlamanosinsaberquéhacerconél.Hablar con alguien que no estuviera completamente enamorado era lo que

necesitabaenesosmomentosyMatíasparecíalamejoropción.

Page 209: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—¿Quién es?—preguntóApril preocupada al verla sostener el teléfono enaltosinresponder.—Matías.—¿Elchicodeladisco?CatalinaasintióyAprilenunmovimientomaestrolerobóelteléfonodelas

manosycontestóporella.—¿Matías?Hola,soyApril.Catalinahasalidounmomento,dameunsegundo

yahoratelapaso,¿vale?Lavioreírsedealgoqueélhabíadicho.—Yaestáaquí—anuncióunossegundosdespuésApril—,telapaso.Meha

gustadohablarcontigo.Desconcertada por el giro que había dado todo cogió elmóvil y habló con

Matías,quien le recordóqueélcumplíasuspromesasyqueporesemotivo lahabía llamado. Conversaron unos minutos más antes de que él insinuara laposibilidad de quedar. Catalina entonces propuso una comida, que nocomprometíaanada.—¿Qué te parece si te recojomañana en la puerta delmuseo y te hago un

pequeño tour por mis dominios? —ofreció. Una cita profesional era menospeligrosaqueunapersonal.—Esosuenagenial—aceptóél,ajenoalasreticenciasdeCatalina.—¡Estupendo!Nosvemosentoncesmañanaalasdoce.—¡Allíestaré!

Aprilcomenzóadarsaltitosyaaplaudirencuantosuamigacolgó.Después

delosdíasquehabíatenido,queaceptarasalirconalguieneraungranpasoparasuperarelbacheenelque lahabíadejadoAiden.EstabaaplaudiendoydandovítorescuandoRaphaelentróporlapuertaconelsemblanteserio.—Acabadepasarmeuna cosamuy surrealista—anunció—,meha llamado

HeidiKleinparasabercómoestabas—explicó,mirandoaCatalina.—¿Disculpa?¿Parapreguntartesobremí?LacelebracióndelarubiasecortóencuantoRaphaelabriólaboca.—AlparecerestabaaltantodeturelaciónconAideneinclusolaaprobaba.—¿Por qué no empiezas por el principio?—pidió Catalina—, no entiendo

nadadeloquemeestásdiciendo—comentó,recordandoelmodoenquehabíacogidodelbrazoaAidenenMadridylavezquecoincidieronenelrestauranteenLondres.

Page 210: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Todasesasvecesparecíaaferrarseaél,¿porquélehabríadichoaRaphaelqueaprobabasurelación?El italiano asintió y cogió uno de los taburetes altos que utilizaban, porque

estaban a la altura de las mesas de trabajo, para sentarse y comenzar con surelato.AunqueconocíaaHeididesdehacíaaños,sucomplicidadnollegabatanlejos

comoparahablardesentimientos,explicó,poresosehabíaextrañado tantoalrecibir la llamada y más cuando la alemana fue directa al grano. Según ella,AidenestabamuyilusionadoconCatalinay,aunque,ellamismahabíavividoenprimerapersonaesafijacióndesuexmaridoporseparar lasfacetasdesuvida,parecíaqueconCatalinahabíacomenzadoadesdibujaresalínea,aunquefueratemporalmente.—No tiene sentido que se preocupe porCatalina, si es su rival—sentenció

AprilponiéndolevozalospensamientosquemartilleabanlamentedeCatalina.Raphaellamiródesconcertado.—Yotambiénpensélomismo,peronoescierto.Heidiestáviviendoconotro

hombreeinclusoestáembarazadadeél.CatalinapensóenelaspectodeHeidienMadridynoencontróningunaseñal

en su cuerpo perfecto de que estuviera embarazada. Debía de estar de pocassemanasporquenoteníabarriga.RecordóentonceselafánprotectordeAidenycomorechazósuofertadequelosacercaraalhotelenfavordequesemarcharaacasaadescansar…¿Conocía,acaso,Aidensuestado?—¿Quélehasdichodemí?—Que,aunquetehadolido,estásbien.Queloestássuperandoconenterezay

sinllantos.—¡Gracias!—No hay nada que agradecer —intervino April—, es la verdad. Además,

mañanatieneunacitaconuntipoestupendo.FuecomosilallamadadeMatíashubierasidounrevulsivoensuvida,porque

desde ese instante, tantoApril comoRaphael, que habían tratadode animarla,perorespetandosuespacio,decidieronqueyaestababienyqueteníanquesalirjuntoscomohabíanhechosiempre.—¿Noospareceunpocoraroestaraquí?—preguntóCatalinacuandoWillse

marchóceñudodespuésdetomarlesnota.—No.Hemosvenidoaquísiempre.Novamosadejardehacerlosoloporque

Page 211: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

michicaloharechazado—anuncióRaphaelinclinándoseparadarleunsonorobesoaAprilenlamejilla.LarubiasesonrojóconfuerzayCatalinanoinsistió.Sebebiómediapintade

un trago y rezó para que la cerveza la ayudara a dormir de un tirón sinpensamientosincómodosnisueños.—Preguntaimportante—anuncióApril—,siestuvierasenamorada,perocada

vez que estuvieras con ese hombre te diera dolor de cabeza, ¿qué harías?¿Seguiríassufriendoasulado,obuscaríasaotroalquenotehicieradañoamar?—¿Quétipodedolordecabezasería?—Esetipodedolorintensoquesecogeenelcogoteyllegahastalosojos—

explicólarubia.—Definitivamente,mebuscaríaaotro—confesóCatalina—,elamornotiene

quedolerparaseramor.Aprilsonriódeorejaaorejaysentenció:—Notengomáspreguntas,señoría.

Page 212: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Capítulo44ESONOESDETUINCUMBENCIA

Catalinasehabíapuestounaalarmaenelmóvilparaquenoseleolvidaraira

recoger a Matías a la hora convenida. Cuando se ponía a trabajar perdía lanocióndeltiempoyeracapazdeolvidarsedetodo.Poresocuandoalasdocemenoscincosumóvilcomenzóavibrarensubata

selevantóatodaprisadelasillaylosilencióaltiempoqueseencaminabahacialapuerta.—¿Notequitaslabata?—preguntóAprilsorprendida.—Cuandovuelva.Ahoranotengotiempo.Suamigasonrió.—Eresuncaso,habértelapuestoconmástiempo.No respondió porque ya estaba volando por el pasillo de camino a los

ascensores.Lasuertehizoquenohubieragenteesperando,porloquellegóalaplantadel

museosinparadasintermedias.Atravesó la zona para empleados y salió a la sala de los visitantes sin

molestarseporlasmiradasdecuriosidaddelosasistentes.Endosminutosllegóa lapuertaprincipal y trashablar con el vigilante, al que le explicóque iba aacompañar a un historiador a las entrañas del museo, recogió la tarjetaacreditativadeMatíasysalióarecogerle.Éllaestabaesperando.Leofrecióunasonrisayechóaandarhaciaella.—Hola,mealegrodeverte—saludódándoledosbesos.—Yotambiénmealegro.Estoesparati—dijomostrándolelaacreditacióny

pidiéndoleporseñasqueagacharalacabezaparaponérsela.—¿Dóndemevasallevar?—preguntóconcuriosidad.—NuestraprimeraparadavaaserlasalaA,queesdondetrabajoconApril.

LoquesignificaquevasasertestigodeunaauténticarestauracióndelNational.

Page 213: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Suenabien.Con esa complicidad se encaminaron hacia la entrada del museo donde el

vigilantequehabíaatendidounosminutosantesaCatalinaleshizoungestoparaque entraran sin detenerse. No obstante, a pesar de la deferencia del hombre,Matíastuvoquepasarporlosdetectorescomocualquiervisitante.CatalinalodirigióporlospasillosylosascensoreshastalafamosasalaA.En

sucaminose toparonconNorma,quienarqueóunacejaalverla,peronodijonada al respecto. Se limitó a ofrecerle una sonrisa y un breve saludo con lacabeza.Matías pareció no darse cuenta de la reacción de la mujer, demasiado

admiradocon loqueveía comopara ser conscientedenadamás.A los pocosminutosdeestarallíentróRaphaelylaconversaciónsevolviómásanimada.MatíasteníacuriosidadporlosinfrarrojosporloqueCatalinalellevóaotra

de las salas, en laque sus compañeros estabanusándolos.Todos semostraronamablesydispuestosamostrarsutrabajo,sobretodocuandodescubrieronqueMatíaseracatedráticodeHistoriaenlauniversidad.Cuando se dieron cuenta eran casi las dos de la tarde y ambos estaban

hambrientos.—Mecambioysalimosacomer.—Deacuerdo,perosabesquemedebeslarevancha—bromeóél.—¿Larevancha?Matíasasintió.—Mehasmostradolofascinantequeestutrabajo,lapróximaveztendréque

mostrarteyoelmío.Catalinariodivertida.—¡Quécompetitivoeres!—Porsupuesto—concediósonriente—.Ypiensoganarte.

Cuandoregresóatrabajar, traslapausadelahoradecomer,Catalinaestaba

convencidadeque era estúpida.Matías era encantador e inteligente, y parecíainteresadoenella,loquedeberíainclinarlabalanzaasufavor,peropormuchoquehabíatratadodeverlecomoalgomásqueunnuevoamigonohabíapodido.—¡MalditoAiden!—musitóenvozbaja.Aunque había aceptado la invitación para visitar su universidad, se había

aseguradodenodarleningunafalsaesperanza.Erademasiadopronto,sedijo.Pormuynocivoquefueraparaellanopodía

Page 214: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

borrardegolpeloquesentíaporAiden.Aesasalturasdudabadequelohubieraborrado alguna vez, después de aquella primera entrevista. Lo que habíasucedido era que se había mentalizado en que no era para ella y así logrósobrevivir tres años sinpensar en ellomásde la cuenta, perono iba a ser tanfácilahoraquelohabíatenido.Apresuróelpasoyentróenelvestuarioparacambiarseydejarsuscosas.Cincominutosmás tarde irrumpía en la salaA.April alzó la cabeza de su

trabajoencuantolaescuchóentrar.Parecíaalterada,comprendióCatalina.—¡Yaestásaquí!—¿Quésucede?—Aiden ha estado aquí buscándote. Y ha dejado dicho que vayas a su

despachoencuantoregreses.Ellahizooídossordosycogióelbisturíparaseguirconsutrabajo.—¡Catalina! —interpeló April—, ¿qué haces? Te estoy diciendo que ha

venidoenpersonaabuscarte.—Novoyair.Larubialequitóconcuidadoelbisturídelasmanosylaobligóamirarla.—¡Estásloca!Puedequecomohombreseaunamierda,peronoteolvidesde

queestujefe.Subeahoramismoparaverquéquiere.Eso era cierto, reconoció muy a su pesar. Aiden era su jefe y tenía que

responder ante él.Malhumorada y sin decirle nada a su amiga, se dio mediavueltaysaliódelasala.LlegóalosdominiosdeNormatodavíamásmolestadeloquesesentíatrassu

conversaciónconApril.Habíatenidotiempodecalentarseellasola,pensandoenqueAidenseestabaaprovechandodesustatusparahacerlasentirpeor.—Buenastardes,Norma—saludó.—Losiento,Catalina—sedisculpólamujer—.Creoquetehemetidoenun

problema,aunqueesanoeramiintención.Noentendióaquéserefería,aunquetampocopudopreguntarleporqueNorma

selevantódelasillaycaminóhastalapuertadeAidensindarlepieapreguntas.Llamóconsuavidadyactoseguidoabrióyasomólacabezaporlapuerta.—Catalinayaestáaquí.—¡Quepase!EltonoautoritariodeAidenlasorprendió.Normalmenteeraeducadoconsus

trabajadoresyenelmuseosecomentabalaestrecharelaciónqueesteteníaconNorma,quienademásdesusecretaria,erasuamiga.—Buenas tardes, me han dicho que querías verme—dijo Catalina con un

Page 215: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

nudoenlagarganta.Traslarupturaesaeralaprimeravezqueleveíay,vistolovisto,élparecía

tanfrescocomosiempre,loquelesupusoundolorosopinchazoenelpecho.—Asíes.Siéntate,porfavor.Asílohizo,noporqueélselohubierapedido,sinoporquenoestabasegurade

quesuspiernaslasostuvierandurantemástiempo.—¿Quénecesitasdemí?Enlugarderesponderleofrecióunasonrisafalsa.—¿Quénecesitodeti?Vaya,quesolícitaestás.Supongoqueeresasícontodo

elmundo.—¿Dequéhablas?—Hastraídoaalguienalmuseoylohaspaseadoporlasinstalaciones…Ellalecortórápido.—Noestoyhaciendonadaquenoestépermitidohacer.Matíasesunprofesor

deHistoriaalquenecesitabaconsultarsobreunaiconografíaquedebíarestauraryquenocuadrabaconloquehabíamosvistohastaahora.—¡Quérápidaeresinventandoexcusas!Catalinaselevantódelasilla.—Nosonexcusasy,encualquiercaso,tengotrabajopendientequehacer.Si

no estás contento con lo que hago puedes abrirme un expediente, después detodoereseljefe.Aidentambiénselevantó.—¡Exacto!soytujefedirecto.—Soyplenamenteconscientedeello.Eseeselúnicomotivoporelqueestoy

aquí.—¡Vaya!Esto sí que nome lo esperaba. ¿Me consideras exclusivamente tu

jefe?—¿Qué más podrías ser? Lo nuestro ni siquiera merece la mención de

relación.Lasrelacionessonotracosadistintaaloquetuvimos.—¿Quécosa?—La unión entre dos personas que desean estar juntas, sin una fecha de

caducidadpreestablecida.—Siéntate, por favor—pidió en un tono tan derrotado queCatalina estuvo

tentadadehacerlecaso.—Voy a marcharme —anunció, dándose la vuelta y caminando hacia la

puerta.No llegó hasta allí. Aiden la interceptó asiéndola del brazo y abrazándola

Page 216: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

desdeatrás.—Losiento—sedisculpóél.—¿Quésientes?Duranteunossegundos,AidennorespondióyCatalinatratódezafarsedesu

agarre.—Siento haber sido un idiota. No quiero que nuestra relación acabe, pero

tengomiedo.Ellasediolavueltaensusbrazosylemiróalosojos.—Yotambiéntengomiedo.Élpareciósorprendidoporsuconfesión.—Tengo miedo de que vuelvas a cambiar de opinión, de esa frialdad que

aparececuandomenosloespero,dequemehagasdaño…Aidenlaacallóconunbeso.Catalinaseseparótratandoderecuperareljuicio.—Aiden,no,tusnormas…Novoyapodersoportarlas.Élsonrióyvolvióabesarla.—Déjamedemostrartequetúereslaexcepciónaesaregla.

Alotroladodelapuerta,Normasonrióconorgullo.Sihabíaalguienaquien

se le debía atribuir ese final feliz era a ella. Después de todo, había sido laculpabledehacerleveraAidenquelamujerdelaqueestabaenamoradonoibaaesperarleparasiempre.

Page 217: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

EpílogoSÍ,QUIERO

—Cómo mi hija se parezca a tu madre te mataré —sentenció Eugenia al

recordarqueelobstetraleshabíaconfirmadoqueelbebéqueesperabaneraunaniña.Estabanapuntodeconvertirseenmaridoymujerotravez,ylaimagendesu

suegra invadió su mente, atormentando sus últimos momentos de feliz mujerdivorciada.—Cariño, solo vamos a ponerle su nombre, eso nomarca el destino de un

bebé.—¡Claroquelohace!—sequejósuesposa—.Mírameamíyamihermana,

somosunasauténticasreinas.YoqueríaquemihijasellamaraIsabel,quesíquereinóenEspaña—lloriqueó.—Nosoloeresunareinaestupenda,sinoque,además,eresunanoviapreciosa

—sentenciólaotrareina,ladeInglaterra,apareciendoparaponerpaz—,ahorasueltaatufuturoesposoydejaquevayaaesperarteasusitio.Yasabesloquedicendequeelnovioveaalanoviaantesdetiempo.EugeniasoltóconreticenciasaArthurymiróasuhermana.—¡Tienesrazón!Arthur,vete,perocierralosojosynomemiresmás.Catalinarioalverasucuñadocumpliendoconladisparatadapeticióndesu

mujer.Elpobrevivíapendientedeella,preocupadoporquesedisgustaraosecansara

másdelacuenta.Siyahabíaestadoasídeenamoradodeellaantes,ahoraque,además,eraunfuturopadreprimerizo,estabaobsesionadoconprotegerlahastadelospocosrayosdesoldeltristecielodeLondres.—¡Estás guapísima! —dijo Eugenia una vez que Arthur abandonó la

habitaciónypudofijarseenalguienmás—.¿Dóndehasdejadoaesenoviotuyotanatractivo?

Page 218: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

—Sentadojuntoamamá.Lanoviaabriólosojosexageradamente.—¡Estás loca! Mamá le hará un tercer grado y todos vuestros secretos

quedaránaldescubierto.Catalinaseencogiódehombros.—Notenemosnadaqueocultar.Eugeniaserioentredientes.—¿Estássegura?¿Quécreesquevaadecirtuqueridamadrecuandodescubra

queprácticamenteestásviviendoensucasasinestarcasados?—Aidennoestantonto.Nolediránada.—Sitúlodices.—Estáentrenadoparasoportarcualquiertortura—bromeó.La organizadora de la boda apareció en ese instante para dar las últimas

directrices al padrino y a la novia, con lo que cortó la conversación de lashermanas.Tan solo unosminutos después, Eugenia caminaba del brazo de su padre y

seguidade sudamadehonor,Catalina,hacia lamagnífica terrazadeláticodeArthur,queofrecíalasmejoresvistasdelaciudady,dondelaesperabaneljuezde paz, su futuro marido y los pocos asistentes que habían sido invitados aleventoíntimo.Eugeniaestabapreciosaeinclusohabíaolvidadosuspreocupacionesiniciales,

yaquelesonrióaLaurenalpasarasulado.CatalinamiróembelesadaaAiden,sentadojuntoasumadre,sonrienteyfeliz,

y recordó la noche anterior en que la había sorprendido con una propuesta dematrimonio que no se esperaba. Había estado segura de que Aiden no teníaninguna intencióndevolverseacasar,por loque lapropuestafue todavíamásemocionante.Habían decidido callarse para no restarle protagonismo a la novia, pero el

anillodediamantesqueéllehabíadadoestabaabuenrecaudoenlacarterademano que llevaba la dama de honor. Caminar al altar junto a su hermana sesentíadistintoalaprimeravezenquelohizo,quizás,porqueteníalacertezadeque lapróximavez sería ella laque llevaría el ramoyAidenelque la estaríaesperandoparadarleel«sí,quiero»ycompartirconellaelrestodelosdíasquelequedaranporvivir.

Page 219: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Sitehagustadoestelibro,tambiéntegustaráestaapasionantehistoriaqueteatraparádesdelaprimerahastalaúltimapágina.

www.harpercollinsiberica.com

Page 220: 93 272 04 47 Una división de HarperCollins Ibérica, S.A

Índicetemático