a 14 años de la ruptura de la huelga en la unam

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A 14 aos de la ruptura de la huelga en la UNAM: Quines y cmo operaron la toma de Ciudad Universitaria?polticas media / 7 febrero, 2014Nahm Prez Monroy

Este 6 de febrero se cumplen 14 aos del fin de la huelga universitaria ms larga en la historia de la UNAM: la del Consejo General de Huelga (CGH) de 1999-2000. El propsito del presente artculo es esclarecer en medio de qu condiciones polticas fue posible que el gobierno utilizara a la fuerza pblica contra los estudiantes. Un estudio ms detallado de todo el curso de la huelga universitaria, as como de su desarrollo interno, puede consultarlo en: http://nahummonroy.net/publicaciones/

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I. Del martes negro de la preparatoria 3 al 6 de febrero

A inicios de febrero del ao 2000, la huelga en la UNAM rondaba por su noveno mes. Los mltiples intentos del gobierno federal por vencer a los estudiantes por medio del cansancio y el desprestigio, haban fracasado en reiteradas ocasiones, reflejando una capacidad de lucha y resistencia pocas veces vista en la historia de las luchas estudiantiles del pas. Por este motivo, a inicios de 2000, el nuevo rector, Juan Ramn de la Fuente[1], se vio orillado a flexibilizar su posicin y dar a conocer a la opinin pblica una Propuesta Institucional para destrabar el conflicto.

Semanas atrs, el 10 de diciembre de 1999, el nuevo rector haba firmado con los estudiantes un documento donde se comprometa a que el dilogo sera el nico mecanismo para resolver el conflicto y donde reconoca al CGH como interlocutor legtimo. Sin embargo, dada la proximidad de las elecciones federales, la huelga en la UNAM se convirti en un asunto poltico de primer orden en el pas y el presidente Zedillo presion por acabar con ella a toda costa;incluso, si ello implicaba el desconocimiento de los acuerdos previamente firmados.

Desde varias semanas atrs, decenas y decenas de desplegados pagados por lderes empresariales y organizaciones de profesionistas e intelectuales de toda laya, haban venido apareciendo en todos los diarios de circulacin nacional exigiendo el restablecimiento del Estado de derecho en la Universidad. Las cpulas de la burguesa mexicana, el clero y la derecha pugnaban histricas por la ruptura de la huelga.

Las tenazas de la represin se estaban cerrando aceleradamente. El 20 de enero de 2000 la Secretara de Gobernacin haba instrumentado junto con las autoridades universitarias un plebiscito para justificar del uso de la fuerza pblica contra los estudiantes. Adems, por esas mismas fechas, directores de escuelas y facultades, maestros, investigadores y empleados de confianza de la Universidad, haban aportado informacin a la PGR para aprehender a centenares de huelguistas.

Por otra parte, desde que la huelga haba cado en picada, los estudiantes haban dado sobradas muestras de su incapacidad para sostener la toma de las instalaciones ante cada provocacin montada por la Rectora. Si bien durante las ltimas semanas de enero el movimiento estudiantil volvi a dar muestras de gran vitalidad, cada intento de retoma por parte de los porros y los antiparistas, no haba quedado exenta de cierta dosis de tensin y violencia. Esta situacin no poda sostenerse de manera indefinida. Todo apuntaba a que la cadena de la huelga podra romperse por uno de sus eslabones ms dbiles, y el primer da de febrero as ocurri:

Aproximadamente las 2 de la tarde varios camiones repletos de desempleados, indigentes, porros y escoria de todo tipo, arribaron a las instalaciones de la prepa 3 al norte de la ciudad, con el objetivo de apoderarse de las instalaciones en huelga. Desde la tarde anterior varios funcionarios de la Direccin General de Proteccin a la Comunidad de la UNAM haban llevado a cabo una leva de desempleados en las terminales de camiones del Norte y Sur de la ciudad, ofreciendo entre $500 y $1000 a cada persona que estuviera dispuesta a participar en la accin de fuerza de la maana siguiente.

Encabezados por personal de vigilancia de Auxilio UNAM y por el cuerpo de seguridad privado Grupo Cobra, los casi doscientos esquiroles descendieron a las afueras del plantel e iniciaron una agresin contra estudiantes que das atrs haban conformado el Frente Estudiantil Justo Sierra. Arrojando desde el exterior piedras, palos, tubos y botellas consiguieron que los jvenes se replegaran hasta derribar la puerta principal, ingresar y echarlos a golpes.

En muy pocos minutos el choque entre unos y otros, se hizo inevitable. Los estudiantes chocaron frontalmente con los esquiroles y sin medir consecuencias, se abalanzaron contra ellos tundindolos a palos y golpendolos hasta dejarlos inconscientes. El resultado fue diversos golpeadores y elementos de Auxilio UNAM severamente lesionados yaciendo ensangrentados en el piso. Los huelguistas haban cado en una provocacin.

Por qu la Rectora y el gobierno federal decidieron pasar de una tctica que haba llamado a los estudiantes a asistir masivamente a las escuelas para votar el levantamiento de la huelga, a una tctica de abierta provocacin y violencia? Porque se dieron cuenta que no podan manipular a los estudiantes; porque todos sus intentos de utilizarlos como esquiroles estaban fracasando; porque cada vez que se llevaban a cabo asambleas masivas en lugar de la confrontacin se impona el dilogo. El resultado para la burocracia y las lites de la Universidad haba sido contraproducente y en extremo peligroso.

Para la Rectora los tiempos polticos tambin se estaban cerrando. Si no actuaba con presteza no slo tendra encima la presin del CGH, sino tambin la de numerosos ncleos de estudiantes que se estaban sumando a las asambleas y que desesperados, estaban decididos a tomar acciones para exigir la reanudacin inmediata del dilogo: Aqu ya no hay problemas, estamos negociando y hemos llegado a acuerdos. Ya no hay paristas ni antiparistas! Todos somos estudiantes! Dilogo es lo que queremos!

Los acontecimientos de la preparatoria 3 fueron difundidos en transmisiones estelares por las principales televisoras del pas. Una y otra vez de manera incesante, se pasaron imgenes en donde los huelguistas apaleaban a los guaruras y lmpenes contratados por la Rectora, pero nada acerca de cmo haba iniciado la gresca, ni de la forma en que violentamente haban irrumpido dichos elementos en la preparatoria. As, ante la opinin pblica, los victimarios resultaron ser vctimas y las vctimas su contrario.

Durante toda la tarde, decenas y decenas de estudiantes continuaron llegando desde diversas sedes de la UNAM para fortalecer las guardias. Pero la tensin empez a crecer cuando a las afueras del plantel arribaron elementos del cuerpo de granaderos dependientes del Gobierno del Distrito Federal con la orden de tejer un cerco preventivo en la periferia. A nivel nacional toda la expectacin estaba concentrada en los acontecimientos de la preparatoria 3. Con manipulacin descarada nuevamente todos los emporios de la comunicacin linchaban a los estudiantes y exigan el restablecimiento del Estado de derecho.

Hasta entonces cierta certidumbre de inviolabilidad de la autonoma universitaria haba permeado la conciencia de los estudiantes, pero conforme la noche caa, esta suposicin se desvaneca.El paso redoblado de las escuadras de la polica militar (PFP) aproximndose a la parte frontal del plantel, anunciaba fatalmente un escenario que no se haba contemplado: la irrupcin de la fuerza pblica a instalaciones de la Universidad, acontecimiento que no se reeditaba desde finales de los setenta.

Ciento cincuenta elementos de la PFP ingresaron a toda prisa a las instalaciones. Agrrenlos!, se escuch decir a uno de los agentes que comandaba la operacin. Entonces los casi trescientos jvenes que ah permanecan, se concentraron en la explanada y unos a otros se empezaron a tomar de los brazos. Inmediatamente todos los jvenes fueron conducidos a camiones tipo turista que haban sido estacionados a las afueras del plantel para llevarlos presos. Se produjeron escenas de confusin, rabia y angustia.

El plantel qued custodiado por la PFP y los 245 estudiantes detenidos fueron conducidos a la PGR de Camarones. De regreso a Ciudad Universitaria, el rumor de que la PFP preparaba la ruptura de la huelga esa misma noche, empez a cobrar fuerza. La consternacin se reflejaba en el rostro de los estudiantes. Los tiempos haban cambiado. Con los acontecimientos del martes negro de la preparatoria 3, el equilibrio poltico finalmente se haba roto. La irrupcin de la PFP haba sido la seal ms clara de que la va de la negociacin estaba cerrada y que la correlacin de fuerzas haba variado nuevamente a favor de las autoridades, pero esta vez con un plazo fatal.

Ulises Castellanos - ProcesoUlises Castellanos Proceso

II. ltimos dilogos en Minera y ltima sesin del CGH

Durante todo diciembre y enero los errores del CGH haban profundizado su aislamiento poltico: no slo se haba negado a reconocer los puntos favorables de la Propuesta Institucional, sino que adems haba rechazado una y otra vez hacer una contrapropuesta poltica.Todo apuntaba a que el siguiente recurso de la Rectora sera el uso de la fuerza, pero para sorpresa de todos, el jueves 3 de febrero De la Fuente convoc al CGH a una reunin extraordinaria. El llamado del rector se present de modo terminante y no pidi el parecer del organismo estudiantil.

Perturbados por los trminos del anuncio, los delegados del CGH sesionaron de forma extraordinaria la madrugada del 4 de febrero para discutir el emplazamiento. Dos posiciones entraron en disputa: la partidaria de asistir al dilogo para encontrar una solucin negociada; y la otra prepa 9, ENTS, ENEP Acatln y Naucalpan-, inclinada a rechazarlo hasta la liberacin de todos los presos; pero entre la mayora de los delegados permeaba la sensacin de que la convocatoria del rector representaba la ltima oportunidad para encontrar una salida negociada, por lo que mayoritariamente resolvieron asistir bajo protesta.

La necesidad de levantar la huelga tras la irrupcin de la PFP en la prepa 3 haba sido acuciante, sin embargo, ninguna de las corrientes del CGH se atrevi a plantear esta alternativa por temor a ser acusada de claudicante y traidora. Adems, para entonces la direccin del movimiento estaba dominada a tal extremo por el sectarismo y el sentimentalismo, que se hizo imposible un anlisis racional de los acontecimientos.

El encuentro con la Rectora se llev finalmente a cabo el viernes 4 de febrero a las 11:00 am.; la comisin del CGH fue recibida por el rector De la Fuente y una comisin integrada por Miguel Len Portilla, Alejandro Rossi, Federico Reyes Heroles, Ren Drucker (dirigente del PRD Universidad); Joaqun Vargas (empresario de MVS Radio), Rolando Cordera, Clementina Daz; el ombudsman del DF, Luis de la Barreda; el presidente de la Comisin Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Jos Luis Soberanes; y funcionarios como Jos Narro Robles, Fernando Serrano Migalln, Alberto Prez Blas y diversos directores de escuelas y facultades.

El golpe de la preparatoria 3 haba sido devastador. En Minera, las autoridades tuvieron toda la correlacin de fuerzas a su favor y la supieron utilizar para imponer sus condiciones de negociacin. Al final, los costos polticos que pagaba el movimiento por desistir el dilogo en el pasado, terminaron siendo mucho mayores. La jornada transcurri entre intensas discusiones pero ninguna de las partes consigui entrar en sintona. En el horizonte poltico se dibujaba cada vez con mayor claridad la ruptura definitiva del dilogo y el uso de la fuerza para recuperar las instalaciones. Tal fue la presin generada contra los estudiantes, que en un momento su comisin determin hacer a la Rectora una garanta poltica para evitar la represin.

Justo en el momento en el que la comisin redactora comenzaba a transcribir el ltimo ofrecimiento del CGH, la comisin estudiantil fue llamada de nueva cuenta a la mesa por peticin de las autoridades. El rector anunciaba su intencin de retirarse de las plticas debido a que la manifestacin multitudinaria que el movimiento haba convocado para esa misma tarde, se haba dirigido a la sede del dilogo en lugar de llegar al Zcalo. No vamos a tolerar presiones, dijo De la Fuente.

La situacin era en extremo delicada y cualquier pretexto poda ser utilizado por las autoridades para romper las negociaciones. Desde las 16:00 horas, un contingente de 12 mil estudiantes haba salido en marcha del ngel de la Independencia para exigir la liberacin de los presos polticos y la renuncia del rector. El destino acordado inicialmente haba sido el Zcalo, pero dada la tensin generada en torno a lo que aconteca en el Palacio de la Inquisicin la desesperacin se hizo presente entre algunos contingentes.

De regreso al dilogo y tras mucho meditarlo, la Rectora dijo que la propuesta de regresar las instalaciones de la zona cultural, la hemeroteca y los institutos de investigacin, como una garanta poltica del CGH, era insuficiente: insistieron en el levantamiento total de la huelga. No haba punto de acuerdo. La Comisin de los 10 estudiantes rechaz nuevamente este escenario y demand la libertad de los presos polticos, la salida de la PFP de los planteles ocupados y la continuacin del dilogo.

Cay la noche y la Rectora pidi a los estudiantes que conformaran subcomisiones de dos y dos para hablar en privado con determinados elementos de las autoridades. La comisin estudiantil accedi a la peticin. Peridicamente escribe un estudiante- se formaron comisiones conjuntas para redactar propuestas, sin embargo, siempre que se pusieron de acuerdo en alguna redaccin y lo presentaron como punto de acuerdo, el operador haca una misteriosa llamada telefnica para dar a conocer el contenido, regresaba a la mesa, deca algo al odo del rector y rechazaban la propuesta, as transcurri la reunin.

La jornada estaba por terminar, y aunque las partes no haban concretado acuerdo alguno, permeaba la sensacin de que el dilogo continuara a la maana siguiente. Sin embargo, para sorpresa de todos, se present un acontecimiento que aceler la ruptura. Alrededor de las 10 p.m., la CNDH emiti un comunicado de prensa afirmando que las plticas haban fracasado por la intransigencia de los estudiantes. Esta informacin fue reproducida a su vez por Televisa y Tv Azteca en sus noticiarios nocturnos; sin embargo, el vocero de las autoridades Alberto Prez Blas, que se encontraba en la sede del dilogo, sali a desconocer tal situacin y declarar: como ustedes se darn cuenta estamos todava reunidos aqu, no s a qu horas sali ese comunicado, pero nosotros seguimos reunidos y trabajando.

El desplegado de la CNDH y de su representante, el seor Jos Luis Soberanes, no haba sido una accin fortuita: haba sido una accin premeditada y coordinada con las cpulas empresariales y el gobierno federal para hacer fracasar las negociaciones. Sera maniqueo de nuestra parte, suponer que en la representacin de la Rectora, haba nicamente personajes ansiosos de que la huelga fuese rota por la fuerza pblica. Para ser justos, esa noche tambin estaban presentes universitarios que del lado de la Rectora como Alejandro Rossi y Miguel Len Portilla- hacan todo lo posible por evitar la intervencin del Estado en el desenlace de la huelga y llegar a un acuerdo con los estudiantes en el marco de la autonoma universitaria.

Hasta las 22:00 horas del viernes 4 de febrero, las negociaciones en la Antigua Escuela de Medicina continuaban, pero tal fue la presin que gener el boletn de la CNDH, que adentro del recinto las plticas se vinieron abajo. En uno de los ltimos encuentros Jos Narro Robles le dijo a la comisin huelguista: o devuelven las instalaciones o ya no habr otra oportunidad. Los representantes del CGH nuevamente rechazaron el chantaje y el encuentro no lleg a ninguna conclusin. Esa noche los delegados estudiantiles se retiraron sin saber lo que vendra. Al da siguiente, 5 de febrero, el rector anunciaba la ruptura definitiva de las negociaciones con el CGH.

Archivo La JornadaArchivo La Jornada

III. La ruptura de la huelga

El sbado 5 de febrero por la tarde se celebr una de las ltimas plenarias del Consejo General de Huelga (CGH) en el auditorio Che Guevara. La comisin que el da anterior haba asistido a la Antigua Escuela de Medicina a dialogar con las autoridades universitarias, inform puntualmente lo acontecido en la reunin y dio cuenta del ultimtum que el rector Juan Ramn De la Fuente haba lanzado

Los delegados del CGH guardaban an la esperanza de que las conversaciones con Rectora se reanudaran, pero el rumor de que ya estaba en marcha un golpe decisivo contra el movimiento y que la huelga en la UNAM estaba viviendo sus ltimos momentos aumentaba a cada instante. El CGH se encontraba completamente maniatado: tena a 248 estudiantes presos, 3 escuelas haban cado en manos de la polica federal y pesaban en su contra 432 rdenes de aprehensin. Por esta razn, tampoco hubo de ser un misterio que tarde o temprano, el gobierno federal echara mano de la PFP para restaurar la vida acadmica. Al menos las palabras de Jos Narro a este respecto, no haban dejado lugar a dudas. La interrogante para todos era cundo y cmo habra de ocurrir la intervencin.

Hasta la medianoche del 5 de febrero, la posicin del CGH no se haba movido ni un milmetro: la mayora de los Comits de Huelga se manifestaban por el reinicio del dilogo en el Palacio de Minera conforme los acuerdos del 10 de diciembre, y slo algunas escuelas como la FES Zaragoza, manifestaban su disposicin a discutir una contrapropuesta poltica. Conforme la noche fue avanzando, rumores de toda especie aparecieron: De la Fuente ha renunciado, La PFP viene en camino, Maana contina el dilogo, etctera. De manera recurrente distintos reporteros allegados a informantes de primera mano aconsejaban a los asistentes a la plenaria del CGH retirarse del recinto.

Finalmente la profeca se hizo realidad. La Polica Federal Preventiva irrumpi en la Ciudad Universitaria a las 6:40 a.m. del domingo 6 de febrero del ao 2000. Este fue el golpe decisivo para desmembrar la huelga en toda la Universidad. El Operativo UNAM, bautizado de ese modo por los altos mandos de la polica militar, haba iniciado slo diez minutos antes, cuando decenas de vehculos de la PFP se estacionaron en las laterales de Avenida Universidad, Insurgentes y Copilco.

Una estudiante ingres a toda prisa al auditorio de Filosofa y Letras y con un grito que estremeci a la plenaria del CGH dijo: Compaeros, ya lleg la polica!. Los asistentes al CGH se levantaron de sus asientos. Se produjeron escenas de desesperacin. Jntense, por favor compaeros, no griten!, fueron las splicas desde la mesa. Algunos jvenes intentaron escapar por las puertas laterales del auditorio, pero que ya era demasiado tarde: varios agentes encapuchados haban ingresado por las escalinatas del Che gritando: Contra la pared!. En pocos minutos cientos de elementos uniformados haban ocupado todo el recinto con toletes en mano y haban rodeado a la plenaria. Los agentes de la polica federal impedan la entrada y salida del recinto de toda persona sin explicar a los estudiantes su situacin jurdica: Estamos detenidos? pregunt un estudiante- Nos pueden contestar si nos podemos retirar. Como ciudadano mexicano, les hago esa peticin. Cmo tenemos que proceder?

A las afueras del auditorio un descomunal operativo se pona en marcha. Diversas escuadras de asalto de la PFP se desplegaban por todo el campus para tomar posesin de los centros ms activos del movimiento estudiantil, mientras la polica capitalina bloqueaba todas las avenidas circundantes a Ciudad Universitaria. Un estudiante relat: Algunos de los batallones entraron va circuito de la Alberca. Desde Ingeniera hasta Qumica por el lado sur, tiraron puertas, rompieron candados y cerrojos y destruyeron y desmantelaron la radio Ke Huelga en el cuarto piso de la Facultad de Ingeniera.

Al darse cuenta de la irrupcin militar, varios cientos de huelguistas que a esa hora pernoctaban en las facultades lograron escapar. Mientras tanto, el foco de atencin de la prensa se centraba en el casco de la Ciudad Universitaria y ms especficamente, en el estacionamiento de la FFyL que pareca un campo militarizado. El desalojo de los delegados del CGH empez a las 7:20 a.m., momento en que centenares de ellos fueron formados en hilera y conducidos a camiones cuyo destino eran las instalaciones de la PGR.

Mudos, silenciosos, con la cara plida, asustados o llenos de ira, los estudiantes iban presos mientras la polica tomaba una a una las facultades. Los momentos de angustia prosiguieron. Cuando los autobuses empezaron a salir con direccin a la PGR, padres de familia, hermanos e incluso ancianos llegaron hasta los principales accesos a Ciudad Universitaria e increparon a los policas, intentando impedir, sin xito, el avance de los autobuses de la PFP. Llenos de coraje o miedo, los familiares lloraban de impotencia, sin saber a dnde dirigan a sus hijos.

La decisin poltica de la ruptura de la huelga haba sido tomada por el gobierno federal desde la tarde del viernes 4 de febrero de 2000, cuando en el Palacio de la Inquisicin haban fracasado las negociaciones. Los responsables polticos de la ocupacin fueron en primer lugar el presidente Ernesto Zedillo; el secretario de gobernacin, Didoro Carrasco Altamirano; el subsecretario de gobierno, Jess Murillo Karam hoy titular de la PGR en el gobierno de Pea Nieto-; el procurador general de la repblica, Jorge Madrazo Cullar; el director del CISEN, Fernando Alegre; y por ltimo, el comisionado de la PFP, Wilfrido Robledo Madrid: egresado del Colegio Militar y fantico reaccionario, quien de ltimo minuto lanz una amenaza de aprehensin contra el secretario de Seguridad Pblica del DF, Alejandro Gertz Manero, si se negaba a intervenir en el conflicto.

La toma de Ciudad Universitaria no fue una simple ocupacin policiaca, fue una intervencin militar planificada y ejecutada por altos mandos del Ejrcito Mexicano. La ocupacin de la Ciudad Universitaria la maana del 6 de febrero, estuvo a cargo del general Francisco Arellano Nobleca, militar acusado de perpetrar una masacre campesina en el poblado de San Ignacio Ro Muerto, Sonora, el 23 de octubre de 1975. En el Operativo UNAM participaron 3000 elementos de la PFP, cientos de camionetas y vehculos con elementos armados, patrullas de la Polica Federal de Caminos, decenas de escuadras de asalto, 3 helicpteros como apoyo del aire, 17 autobuses tipo turista, 31 Ministerios Pblicos, y para completar el cuadro, ms de mil elementos de la polica capitalina para bloquear las avenidas circundantes con la Ciudad Universitaria.

El movimiento estudiantil sostuvo la huelga hasta el ltimo minuto en la Ciudad Universitaria, pero en el bachillerato y los planteles perifricos, las guardias abandonaron muy a su pesar las instalaciones una vez que supieron de la ocupacin de CU. No haba nada ms que hacer. Tomado el principal centro de operacin del movimiento estudiantil, la huelga se desmoron en todas las dems escuelas de forma inmediata. Este fue el caso de las nueve preparatorias; los cinco CCH; las tres FES (Iztacala, Zaragoza, Cuautitln); las dos ENEP (Aragn y Acatln), la ENM y la ENAP.

Toda la maana del 6 de febrero hasta muy entrada la tarde, la PFP continu ocupando una a una las dependencias universitarias. Por varias horas, Televisa y Tv Azteca realizaron transmisiones en vivo de la ocupacin militar de los diversos planteles de la UNAM y desde diferentes facultades captaron los momentos en que cientos de huelguistas eran detenidos y dirigidos al estacionamiento de Filosofa y Letras.

En todo momento, intelectuales como Federico Reyes Heroles y Enrique Krauze fungieron como comparsa del gobierno para justificar la ruptura militar de la huelga y linchar al movimiento estudiantil. La COPARMEX y la Conferencia del Episcopado Mexicano por su parte, tampoco estuvieron ausentes de los festejos mediticos, y hubieron de celebrar que con la ley en mano se hubiera restituido la legalidad sin haber lastimado a ningn estudiante.

En sus transmisiones en vivo, las televisoras crearon un ambiente sensacionalista y dieron veracidad a las versiones que afirmaban que en el campus se haban alojado drogas y armas de fuego. A los ojos de millones de espectadores justificaron el enorme despliegue de fuerzas en aras de someter a un fenmeno cuya peligrosidad, consideraban, equiparada a la del crimen organizado o el narcotrfico. La misma estrategia meditica se usaba en lo referente al estado de las instalaciones.

El estado de las instalaciones en manos de los huelguistas no haba sido el que los medios estaban mostrando. Hasta el 5 de febrero las instalaciones de la UNAM presentaban el deterioro y descuido de todo inmueble que por ms de nueve meses ha carecido del mantenimiento de limpieza al que habitualmente ha estado acostumbrado, pero en ningn momento haban sido objeto de una agresin ni de destruccin premeditada por parte de los huelguistas. En este caso, los emporios de la comunicacin actuaron coordinadamente con el gobierno para dar crdito a escenas fabricadas por la PFP y la Secretara de Gobernacin, como por ejemplo, una transmisin dirigida por Joaqun Lpez Driga en la que eran sustradas del Che Guevara varias plantas de mariguana.

La maana del 6 de febrero fueron aprehendidos 747 estudiantes, que sumados a los de la preparatoria 3 y a los que en el transcurso de los das se fueron sumando, llegaron a ser 998 estudiantes. Ms all de las instalaciones universitarias, toda la tarde del domingo 6 de febrero y los das que siguieron a la ocupacin militar de la UNAM, la Secretara de Gobernacin y la PGR continuaron la persecucin de las figuras ms visibles del CGH.

Al da siguiente de los dramticos acontecimientos, el CGH en el exilio sesion en la UAM- Xochimilco. Ese da el pleno repudi la violacin de la autonoma universitaria y responsabiliz de los hechos a Zedillo, Labastida, Didoro Carrasco, Rosario Robles, De la Fuente y a todas las fuerzas que se haban confabulado en el plebiscito. El mximo rgano de los huelguistas adicionaba que no haba sido derrotado y que sumaba un punto ms al pliego petitorio: la inmediata libertad incondicional de todos los presos polticos, exigencia que pasaba a ser la primera y ms importante de todas; pero lo cierto es que el CGH haba sido seriamente golpeado.

Los das subsecuentes a la ruptura de la huelga, la mayor parte de los detenidos fueron turnados al Reclusorio Norte para ser procesados por los delitos de despojo, robo calificado, lesiones, motn y terrorismo. Con escasas fuerzas el CGH en el exilio llam a toda la poblacin a salir a las calles, y aunque tal pareca que la lucha estudiantil no se podra recuperar, el da 9 de febrero ms de cien mil personas respondieron a su llamado para condenar la ocupacin militar de Ciudad Universitaria.

La masiva movilizacin compuesta por decenas de miles de jvenes, trabajadores, padres de familia y sindicatos, se convirti en una de las ms numerosas en toda la dcada de los noventa, y fue una sorpresa para todos aquellos que crean al movimiento estudiantil liquidado y sin ningn respaldo social.

IV. Estudiar la huelga de 1999-2000 y aprender de sus lecciones

Independientemente del punto de vista que se adopte, la huelga del CGH pertenece a esa clase de acontecimientos que marcan un antes y un despus en la historia de los movimientos sociales del pas. El intento de incrementar las cuotas en la universidad ms importante de Iberoamrica, as como de reducir los tiempos de permanencia de los estudiantes y subordinar funciones sustantivas de la Universidad a las necesidades del mercado, dieron origen a la revuelta estudiantil ms importante que se tenga memoria desde 1968.

El autor de estas lneas, por supuesto, est lejos de pensar que el movimiento estudiantil estuvo exento de errores; sin embargo, no puede compartir la visin de quienes sostienen que la huelga no sirvi para nada o que fue derrotada. Lejos de lo que lo que comnmente se cree, la ruptura de la huelga no signific el fin del movimiento, pues ste continu con alzas y bajas durante varios meses ms.

Despus de todo, si las cpulas empresariales, el presidente Zedillo y la burocracia universitaria hubieran ganado en 1999-2000, hoy la Universidad Nacional sera un pequeo colegio de paga con una matrcula nfima, con colegiaturas elevadas y sin bachillerato ni centros de investigacin. En medio de la actual embestida contra los derechos sociales que encabeza el gobierno de Enrique Pea Nieto, la lucha del pueblo mexicano contra los dueos del dinero, no tendra de su lado ni a los estudiantes ni a los intelectuales progresistas de la Universidad, situacin que haran las circunstancias actuales mucho ms adversas.

Lo que s reflej la ruptura de la huelga, fue el fracaso del sectarismo, el mesianismo y dogmatismo de determinadas corrientes,que no supieron implementar una estrategia inteligente para agrupar fuerzas despus de que la huelga se haba prolongado. Todo ello termin por convertirse si no en un fracaso, si en un trago amargo lleno de lecciones para toda una generacin.

En tiempos de la crisis capitalista ms aguda de toda la historia, donde la barbarie tecnificada y la rapacidad de las clases dominantes amenazan con desarticular las conquistas de la Revolucin Mexicana, es un deber de todos los jvenes estudiar la huelga universitaria de 1999-2000 a profundidad y de manera crtica, sealando sus aciertos pero tambin sus errores para preservar el carcter pblico de la Universidad y saberla defender de sus enemigos.