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Silvia Barbescu, artista rumana, quien llego a la ciudad deMéxico desde Bucarest, capital de Rumania, en el 2000, graciasa la invitación realizada por el director de la Escuela Nacional de

Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, Arturo Rodríguez Döring,en coordinación con la Secretaría de Relaciones Exteriores, expuso sutrabajo realizado en México en la galería de “La Esmeralda”, en la deGabriel Macotela, ‘‘Jimena y la Fábrica’’ y en la misma Secretaría querespaldó su llegada. Actualmente radica en el Distrito Federal, dondecursa la Maestría en Artes Plásticas impartida por la Academia de SanCarlos y trabaja en el taller de Anzures, situado en la misma escuela.

Las litografíasSobre el trabajo plástico de Silvia Barbescu, en específico el reciente,que ha realizado en México, es importante atender a ciertos apuntes quese presentan como litografías; se trata de apuntes espontáneos, direc-

SOL ÁLVAREZ SÁNCHEZ

Editora del CENNIDIAP

solarisalvarez @ yahoo.com

▲▲▲▲▲ Palabras clave: Litogra-fías, autorrevelación,espotaneidad, bosque, árbol,retrato

Análisis sobre una serie de litografías de Silvia Barbescu,artista rumana que radica en México

ENSAYOS GRÁFICOS

ANÁLISIS DE OBRA PLÁSTICA

Silvia Barbescu, Autorretrato, litografía, 2001.

Silvia Barbescu, Dualidad, litografía, 2001.

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tos, no demasiado pensados, que sin em-bargo, constituyen un esbozo, en términosgráficos atendiendo a la técnica que utilizóy, en términos plásticos atendiendo a lascaracterísticas propias de la naturaleza de laobra, a las particularidades estéticas y ex-presivas. Dichos apuntes presentan unavisión básica, elemental dentro del contex-to artístico, amplio, que abarca la creaciónplástica reciente de Barbescu.

Las litografías de la artista rumanarevelan como tema inicial el autorretrato.No se trata de la representación con base enla copia del modelo que, en este caso sepodría realizar frente a un espejo, si se ha-bla sobre autorretrato o de cualquier rostroen general, como elemento principal delretrato de la figura humana y como elemen-to plástico. Por el contrario, para Barbescula creación se desarrolla a partir de la idea yno del modelo. Quizá esto explica la con-junción de elementos figurativos con otrosque no lo son, pero que tampoco se defini-rían como abstractos. Es decir, la represen-tación gráfica implica su percepción pro-pia del mundo a partir del fondo, de laexpresión y traspasa las barreras conteni-das en los elementos puramente formales,así, se presenta como libre y sumamentepersonal.

Ensayo literario y ensayográficoLa espontaneidad que se aprecia en dichosapuntes bien puede equipararse con la esenciaque cubre al concepto original del ensayo,cual género literario, es decir, el de Michelde Montaigne. Se trata del terratenientefrancés, gente de provincia, con una in-fluencia ideológica ya marcada por los prin-cipios del Renacimiento, quien realizó una

serie de intentos textuales, críticos, co-menzando por un concreto tema: él mis-mo. Digo “intentos” no por denigrar omenospreciar su obra, sino por retomar elsentido mismo del escritor, “intento” es latraducción al español de la palabra “essayer”,en francés. Montaine “ensayó” el ejerciciode la “autorrevelación” y que se convirtióen un género literario, enfocado más ade-

lante, a motivos desligados de lacadaquienidad.

Sin embargo, en contraste con lasformas de los retóricos, el ensayono era realmente una forma. An-tes bien era una idea hacia ellibrepensamiento literario, una li-cencia para lo personal y lo es-

pontáneo. Aldous Huxley, que fueun brillante exponente de este gé-nero, afirmaba: “Cuando empezóa escribir el tercer libro ya habíaalcanzado los límites del nuevoarte... La libre asociación contro-lada artísticamente, tal es el secretoparadójico de los mejores ensa-yos de Montaigne. Una cosa de-trás de la otra, pero en una secuen-cia que de una forma casi milagro-sa desarrolla un tema central y lorelaciona con el resto de la expe-riencia humana”. El “tema central”que da unidad a los “Ensayos”no es –como recuerda constante-mente Montaigne al lector—otroque el del propio autor.(1)

Al crear un paralelismo entre el conceptooriginal, de Michel de Montaigne, de unanueva corriente literaria, el ensayo, con losapuntes gráficos de Silvia Barbescu, quepresentan como tema al retrato, no intentoaseverar de manera caprichosa la equipara-ción de dos formas de creación que en pri-mera instancia y en apariencia nada ten-drían que ver, dada, en principio, la lonta-nanza espacio-temporal que las separa. Másbien retomo un concepto que se inició enel plano de la literatura y que, posee comocualidades intrínsecas la espontaneidad, labúsqueda, el tema sobre “sí mismo” yque, como su nombre lo indica, “intenta”la “autorrevelación”, no a partir de la for-ma, sino de la expresión, cosa que conduceal esparcimiento y a la manifestación quedescartan los compromisos morales (másque éticos) impuestos por las formas socia-les. Así, los apuntes gráficos de SilviaBarbescu poseen la esencia que evoca a

Silvia Barbescu, Confesional, litografía, 2001.

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los “intentos” de Montaigne en aquel Re-nacimiento francés.

Acerca de la técnica litográficaEl conjunto de litografías, compuesta cadauna por seis o siete copias-grabado, comoserie limitada donde no se repite la mismaimagen más que en cada copia, es decir,cada una presenta su particularidad con re-lación al resto de la serie (aunque el graba-do es por definición la multiplicación deuna imagen, para Silvia implica el carácterde unicidad entre imágenes casi iguales)cada copia posee algunas diferencias en tér-minos técnicos, como el acabado y el lo-gro que la artista esperaba obtener. ParaSilvia, la maestría, es decir, el buen mane-jo, maduro, de la técnica que requiere elgrabado sobre piedra, implica la capacidaddel creador para abarcar una gama completade tonos grises (cuando se trabaja con unatinta, como en este caso es la negra). Lagama de grises fluctúa entre el blanco abso-luto y el negro profundo, intenso y satura-do. Entre mayor es la gama tonal de grises,mayor es la calidad del grabado.

El proceso de creación plástica deBarbescu, como ya se mencionó, parte dela construcción imaginaria de los temasque aborda en su pintura, como son elárbol (árbol de la vida) y el cuerpo huma-no. La reproducción gráfica frente al obje-to, al crear una obra a partir de elementosfigurativos, es una cuestión, para la artista,que responde al periodo de aprendizaje, alperiodo didáctico y de formación. Así,Barbescu optó por desligarse de la repre-sentación figurativa en términos formales ymás bien adentrar su trabajo en la esenciadel objeto temático, aunque, por supuesto,siempre se parte de la percepción visual ysensorial en general del objeto, ya que se

trata de elementos figurativos, que por lotanto existen ya previamente en la memo-ria cognoscitiva del sujeto.

Paralelismo entre creación ybosqueLa produción del artista es para SilviaBarbescu similar a la trayectoria de la vidadel hombre en su carácter de individuo; la

equipara a la complejidad estructural de unbosque. Piensa en el interior del ser comoese conjunto de árboles cercanos entre sí,cohabitando en un espacio y en un tiempo,que representan mejor que ningún otro ele-mento a los factores orgánico y natural.También piensa en el recorrido que se pue-de dar dentro del bosque. Así, el sentidodel bosque que parte de un plano mitológi-

co implica la presencia del culto a diosesrelacionados con la vida.

La influencia de la naturaleza so-bre el pensamiento del hombre ha ejercidodesde tiempos inmemoriales, en las épo-cas primitivas, un acto de contemplaciónque deriva en la interpretación del nómeno,es decir, que deriva en el fenómeno enten-dido mediante la estupefacción y la expli-

Silvia Barbescu, Confesional, litografía, 2001.

cación mágica y maravillosa, talfue la esencia del culto al granconjunto de árboles. La presen-cia de los bosques excitó senti-mientos religiosos de admiracióny de culto en la antigüedadgrecorromana. Según Plinio losprimeros templos fueron árbolesy a cada dios se le dedicaba uno:la encina a Júpiter, el laurel aApolo, el olivo a Minerva, elmirto a Venus, el pino a Cibeles,el álamo a Hércules. Así mismo,el culto druídico en las Galias yen la península Ibérica se cimen-tó en torno a los bosques y enparticular a la adoración del muér-dago y de la encina. El culto aárboles y a bosques fue prohibidoen el mundo occidental por elcristianismo, aunque se continuócomo veneración clandestina aúnen tiempos en que ya había bienentrado la religión censurante.

Temática en losapuntes de BarbescuLa composición de los ensayosgráficos de Barbescu se basa enun concepto que funciona comounidad frente a las variantes de latemática del rostro-retrato yautorretrato: se trata de la duali-dad. La exposición de dos planosque se complementan para con-formar la substancia gráfica y ma-terial de la obra se traduce en lapresencia de elementos contrariosa veces y complementarios por logeneral: el blanco y el negro, unpar de manos y cada mano.

La litografía mejor logra-da en este conjunto de ensayos

gráficos se llama Dualidad y esjustamente la que más resalta ladiferencia entre los polos grises,el blanco y el negro. El elementoque resalta en cuanto a idea y con-cepto es el que se refiere a lasmanos, situadas ambas en la es-quina superior izquierda de la li-tografía; junto a éstas, del ladoderecho se distingue apenas la lí-nea ascendente diagonal, hacia laotra esquina, parte de la silueta deun volcán y que culmina en elconjunto de trazos negros, la erup-ción. La parte inferior de la obrapresenta una antena que comple-menta el paisaje volcánico y laperspectiva lejana, a salvo de laerupción, pero sobre todo com-plementa una trilogía de elemen-tos que se resumen en cuerpo hu-mano, paisaje natural y tecnolo-gía, que remite a una visualiza-ción plástica, a un ensayo gráficosobre el medio ambiente y la in-tervención cultural y social hu-mana sobre la naturaleza.

Dos obras más, llama-das ambas Confesional son va-riaciones en torno al tema delautorretrato relacionado con el ros-tro humano y con uno de los sen-tidos, el oído, retomado porBarbescu debido a su simbología:Dios creó al mundo a través de lapalabra, misma que se recibe pormedio del oído, representado grá-ficamente por la oreja, que es ca-racol y espiral. Así de estos gra-bados, el primero trata una cabezade perfil con la oreja visible, unrostro de frente marcado básica-mente por los ojos y una enorme

oreja del tamaño de los otros doselementos; el fondo, que en algu-nas partes se transparenta, estáconformado por varias líneas ho-rizontales que recuerdan al pisode duela. La otra litografía se com-pone por dos elementos: la mitadizquierda de la obra es un rostromuy parecido al del grabado ante-rior, lleno de sombras cuasi ne-gras y trazos en espiral; la mitadderecha, remite a un tronco grue-so en posición horizontal que cul-mina con sus raíces desprendidas,al aire; el tronco parte de la orejadel rostro, aunque ésta no se ve,sin que tan sólo se supone o seasume como un tronco en lugarde una oreja.

La imagen del árbol en-tero o la concepción del árbol,representado gráficamente por al-guna de sus partes, como bienpuede ser el tronco es el tronco,alude simbólicamente al conoci-miento, sobre todo, si, como enel caso de algunas litografías deBarbescu, éste parte o nace de unacabeza, de un rostro o de un sen-tido: de la cabeza la oreja y de laoreja el oído, del sentido el árboly del árbol el bosque, del bosquela vida de la naturaleza y del hom-bre; del árbol la cultura, el cono-cimiento y la civilización.

Las litografías de SilviaBarbescu remiten a la expresióngráfica que se presenta transpa-rente y directa, se trata de apun-tes, ensayos que permiten apre-ciar los intereses temáticos y losgestos sensoriales de la artista.De la misma forma en que sucede

con el dibujo como modalidad, encontraste con trabajos más elabo-rados, más retrabajados, con re-lación al óleo. Son ensayos gráfi-cos que descartan en su esenciapretensiones y presumciones, sonpequeñas joyas que permiten deforma honesta y desprendida elreconocimiento del espíritu y lareflexión sobre el trabajo de la crea-dora rumana, su forma y su fondoplasman una impronta relevante,ya que conduce a una lectura entrelíneas, se trata de la única manerapara ingresar a la compresión dela otra parte de su obra, la granobra.

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Notas:

1 Daniel J. Boorstin, Los crea-dores, Ed. Crítica, pp. 507-508.