a dicción

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A dicción Eso que se sufre. Bunbury “contra el vacío asistido me lleno de sustancia y contra la distancia la vida completa” A: significa falta, privación Dicción: del latín dictio-tionis. Palabra (decir palabras) Shakespeare dice que el dolor no habla, gime desde el corazón. Lo que no se habla se actúa. Se hincha el vacío, como se infla un globo, sólo que aquí se busca, en lugar de un hueco de silencios, llenar ese vacío con la sustancia… TOXICOMANIA RECALCATI 1. ADICCION NEUROLÓGICA DEBIDO A UNA BÚSQUEDA NATURAL DE REGULAR CIERTAS DEMANDAS DEL CUERPO. 2. VACÍO PARA REGULAR EMOCIONES Dodes (1990, 1996) sugiere que las personas adictas tienen una vulnerabilidad narcisística a sentirse abrumados por experiencias de impotencia/indefensión. El papel central de la impotencia/indefensión en la creación del trauma psíquico es citado por Freud (1926, pp. 166-167), y Wurmser (1978) cita la impotencia/indefensión como una dinámica adictiva central creada por una vergüenza abrumadora. Dodes cree que la puesta en funcionamiento de la conducta adictiva sirve para restaurar un sentimiento de potencia contra la vivencia de impotencia/indefensión. Afirma que el intenso impulso agresivo para restablecer esta potencia que surge de una herida narcisista de impotencia/indefensión es idéntico al de la rabia narcisista. Finalmente observa que los síntomas más importantes de la adicción, como también su intensidad, su carácter implacable e ilimitado pueden explicarse por la

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reflexiones realizadas en la licenciatura sobre la a-dicción para presentar ponencia desde algunas nociones precarias de mi formación

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A diccin Eso que se sufre. Bunbury contra el vaco asistido me lleno de sustancia y contra la distancia la vida completa

A: significa falta, privacinDiccin: del latn dictio-tionis. Palabra (decir palabras)Shakespeare dice que el dolor no habla, gime desde el corazn. Lo que no se habla se acta. Se hincha el vaco, como se infla un globo, slo que aqu se busca, en lugar de un hueco de silencios, llenar ese vaco con la sustancia

TOXICOMANIA RECALCATI

1. ADICCION NEUROLGICA DEBIDO A UNA BSQUEDA NATURAL DE REGULAR CIERTAS DEMANDAS DEL CUERPO. 2. VACO PARA REGULAR EMOCIONESDodes (1990, 1996) sugiere que las personas adictas tienen una vulnerabilidad narcisstica a sentirse abrumados por experiencias de impotencia/indefensin. El papel central de la impotencia/indefensin en la creacin del trauma psquico es citado por Freud (1926, pp. 166-167), y Wurmser (1978) cita la impotencia/indefensin como una dinmica adictiva central creada por una vergenza abrumadora. Dodes cree que la puesta en funcionamiento de la conducta adictiva sirve para restaurar un sentimiento de potencia contra la vivencia de impotencia/indefensin. Afirma que el intenso impulso agresivo para restablecer esta potencia que surge de una herida narcisista de impotencia/indefensin es idntico al de la rabia narcisista. Finalmente observa que los sntomas ms importantes de la adiccin, como tambin su intensidad, su carcter implacable e ilimitado pueden explicarse por la presencia de la rabia narcisista en la adiccin.

Dodes tambin sugiere que se puede mostrar que las adicciones son formaciones/soluciones de compromiso idnticas a las compulsiones. Da ejemplos de casos que demuestran la restauracin de un sentimiento de poder por va de la conducta adictiva como un reemplazo a la reafirmacin de poder en el mundo real. Por ejemplo, un paciente que est enfurecido con su hijo porque ste ha hecho un desfalco en la compaa se emborracha. El hombre siente que estara mal despedir a su hijo, por lo que queda impotente para actuar. Beber le hace sentir mejor porque es una accin que l si puede llevar a cabo; ya no se siente ms impotente.

La comprensin emptica de que los pacientes han sido traumatizados por la impotencia y que estn respondiendo de una manera agresiva aunque desubicada permite a los clnicos hacer intervenciones que posibilitan valorar el impulso sin alentar la conducta: (1) el impulso agresivo de controlar la propia existencia con integridad no es nada de lo que hay que avergonzarse; (2) el paciente necesita luchar para ser consciente de lo que realmente quiere en lugar de permanecer dominado por las respuestas adictivas; (3) los conflictos y vulnerabilidades con respecto a la reafirmacin del Self y la dificultad de tolerar la impotencia cuando sera necesario hacerlo tienen su origen en experiencias de la infancia que necesitan ser recordadas y elaboradas en el tratamiento.

archivo ndice temtico ndice por autores nmero actual

Tres puntos de vista sobre la adiccinPublicado en la revista n006Autor: Johnson, Brian JOHNSON, Brian (1999). Three Perspectives on Addiction. Publicado originalmente en ingls en Journal of the American Psychoanalytic Association, vol. 47, no. 3, pp. 791-815. Copyright del JAPA 1999. Traducido y publicado con autorizacin de The American Psychoanalytic Association.

Traducido por: Marta Gavito del Campo

En este trabajo se revisan tres puntos de vista sobre la adiccin establecidos en los aos 90, adems de muchas contribuciones anteriores a la comprensin de las enfermedades adictivas. Se propone que estas formulaciones sobre la dinmica de la adiccin, distintas aunque coincidentes en algunos aspectos, forman una jerarqua aplicable a cada paciente que sufre de una adiccin.

La evaluacin de la fortaleza yoica del paciente y de la importancia relativa de la conducta adictiva en la totalidad de la estructura de carcter permiten la derivacin a diversos tipos de tratamiento, incluida la psicoterapia psicoanaltica. Se presentan ejemplos de casos, incluyendo el material de tratamiento psicoanaltico de una mujer adicta a la herona, metadona, cocana, anfetaminas, nicotina, alcohol y a comprar.

En el campo de la adiccin ha existido una tendencia a evitar la comprensin dinmica en favor de simples diagnsticos descriptivos basados en criterios verificables. Esta tendencia ha estado acompaada por un inters centrado en tratamientos conductuales que pueden ser evaluados de forma fiable mediante resultados objetivos mensurables y, adems, por un esfuerzo inmenso de investigacin para comprender la biologa de la adiccin. Todo esto deja al terapeuta serio con una pregunta sin responder: cmo comprende uno estas conductas empticamente? Deja al terapeuta orientado hacia el insight con la pregunta: puede la capacidad de autoobservacin del paciente contribuir en algo al tratamiento de la adiccin? Puede dejar al terapeuta preguntndose: consiste el tratamiento de la adiccin en un proceso constante de identificar una adiccin y derivar al paciente a un mdico para que prescriba medicinas como disulfiramo y naltrexona, a programas de Doce Pasos donde acontecimientos de alguna manera misteriosos hacen que el paciente permanezca sobrio, y a los especialistas en prevencin de recados que imparten clases acerca de cmo identificar los detonantes? Los terapeutas con orientacin psicodinmica pueden creer que los desordenes adictivos de alguna manera quedan fuera de su mbito de accin.

Sin embargo, la adiccin ha sido un tema importante en psicoanlisis desde sus comienzos. En 1908, por ejemplo, Abraham public La Relacin Psicolgica entre la Sexualidad y el Alcoholismo, en donde indicaba un nmero de posibles dinmicas.

A mediados de los aos 60 la literatura psicoanaltica temprana fue resumida adecuadamente por Rosenfeld (1965) y desde entonces el psicoanlisis se ha beneficiado del trabajo de un nmero de profesionales especializados en los trastornos adictivos. Sus contribuciones han consistido especficamente en sealar la dinmica adictiva, proveyendo una variedad de opiniones consideradas como puntos de vista (en lugar de escuelas tericas exclusivas y mutuamente excluyentes), guas tiles para la comprensin y la interpretacin (ver Spezzano 1998).

Tres puntos de vistas sobre la adiccin son recurrentes en la literatura psicoanaltica y en la literatura sobre la adiccin: la adiccin como una enfermedad mediada biolgicamente, la adiccin como una respuesta frente a la falta de capacidad para tolerar los afectos y la adiccin como un objeto transicional o su equivalente. Estos temas sern presentados con referencia a la literatura y su utilidad ser investigada. En un campo que ha ido acumulando conocimiento a lo largo de un siglo, ninguno de los autores elegidos como ejemplo tiene una idea completamente original y todos ellos han revisado cuidadosamente los muchos senderos que llevan a sus formulaciones especficas. En el trabajo que sigue a continuacin he recurrido a la simplificacin para hacer resaltar estas diferentes perspectivas.

El concepto neurobiolgico de adiccin

Las sustancias drogas adictivas parecen estar incluidas en el mismo sistema instintivo que motiva a los animales a buscar comida, agua y sexo (Miller y Gold 1993; Volkow citado en Swan 1998). Un punto de vista sostenido por Robinson y Berridge (1993; Berridge y Robinson 1998) describen el aumento de inters por las drogas como yendo desde lo ocasional hasta lo compulsivo. Esta teora puede considerarse como un intento de ubicar al impulso dentro de las vas mesotelenceflicas de dopamina del cerebro. Sin embargo, los autores combinan componentes introspectivos y una discusin de los factores sociales involucrados en la adiccin para producir una forma de pensar sobre la adiccin compleja y exhaustiva. Robinson y Berridge comienzan con tres preguntas claves referidas a la naturaleza de la adiccin: (1) Por qu las personas adictas sienten un deseo compulsivo de drogas? (2) Por qu el deseo compulsivo de consumir droga persiste aun despus de una abstinencia prolongada? (3) Es lo mismo desear drogas o que a una persona le gusten las drogas? Su respuesta tiene cuatro puntos principales.

1. Las drogas adictivas comparten la capacidad para aumentar la neurotransmisin mesotelenceflica de la dopamina.

2. Una funcin psicolgica de este sistema neural es atribuir carcter de incentivo a la percepcin y representacin mental de los acontecimientos asociados con la activacin del sistema. Atribuir carcter de incentivo es un proceso psicolgico que transforma la percepcin de estmulos, resaltndolos, hacindolos atractivos, estmulos incentivosdeseados.

3. En algunos individuos el uso repetido de drogas adictivas produce modificaciones graduales en ese sistema neural, hacindolo ms cada vez ms sensible, tal vez con carcter permanente, a las drogas y a los estmulos relacionados con las drogas. La sensibilizacin al incentivo transforma el deseo ordinario en deseo compulsivo.

4. La sensibilizacin del sistema neural responsable de crear incentivo (desear) puede ocurrir independientemente de los cambios en el sistema neural que media los efectos subjetivos placenteros de las drogas (gustar) y del sistema neural involucrado en la abstinencia. Despus de suficiente exposicin, el placer de las conductas adictivas se vuelve irrelevante ya que el sistema neural deseante est construido para estimular al organismo a conseguir un objetivo. Lo que sigue es el consumo compulsivo de droga a pesar de los fuertes efectos adversivos (prdida de trabajo, del hogar y la agona de la abstinencia).

El concepto neurobiolgico de adiccin ( de los cuales este es solo un ejemplo particularmente claro) incluye como un principio importante y central el que de todas las sustancias qumicas derivadas de plantas que los humanos han ingerido, se han encontrado solo algunas pocas que imitan de alguna forma un proceso natural que afecta partes del cerebro. Los incentivos naturales tales como la comida, el agua o un compaero sexual deseable han sido dotados por la evolucin para condicionar placer y carcter de incentivo bajo condiciones como aquellas creadas por las hormonas o la sed. Si uno se ve atrado por un compaero sexual deseable, uno puede modificar el impulso si avizora una orquesta de casamiento. De la misma forma, uno puede sentirse atrado por una bebida pero tener el impulso modificado por la reunin de Alcohlicos Annimos de la noche anterior.

El proceso de dotar a los estmulos de un carcter de incentivo tiene tres pasos: (1) el placer es la consecuencia de un acontecimiento o acto particular; (2) el placer se asocia a una representacin del objeto, acto, acontecimiento o lugar en que la experiencia de placer tuvo lugar, a travs de un condicionamiento clsico (por asociacin); (3) se atribuye la connotacin de incentivo a las percepciones siguientes y a las representaciones mentales asociadas al objeto, acontecimiento, acto o lugar asociados, lo que hace que estas sean deseadas. Los estmulos que sealan la disponibilidad del incentivo se vuelven atractivos. Los actos que llevaron a la situacin en el pasado es probable que se repitan.

Robinson y Berridge, sealan la posibilidad de que este proceso en su totalidad, o parte de este, pueda suceder de forma inconsciente. No es necesario darse cuenta que uno se haya influenciado por un deseo compulsivo para desear algo. Por ejemplo, cuando se administran dosis subclnicas de anfetamina a sujetos que no son capaces distinguirla con respecto a los efectos del placebo y que, adems, no presentan una respuesta electrofisiolgica detectable como consecuencia de la inyeccin de la droga, estos sujetos eligen usar la palanca que les administra la droga con una incidencia mayor de la que podra ser producida por el azar, mientras que al mismo tiempo insistan que no haba diferencia entre el efecto causado por cualquiera de las palancas que administran el placebo o la droga, y que sus elecciones eran aleatorias.

La teora de la sensibilizacin al incentivo explica adecuadamente el fenmeno clnico comn de que los pacientes dicen que a ellos no les gusta fumar cigarrillos o consumir cocana y al mismo tiempo sienten intensos deseos que aparentemente slo pueden ser satisfechos mediante el consumo de la droga.

Trabajos recientes (Ej. Sora y col. 1998) indican que resulta simplista considerar la dopamina como el nico sistema neurotransmisor que interviene en este fenmeno. Sin embargo, aunque nuestra comprensin de la biologa subyacente a la sensibilizacin al incentivo pueda modificarse, su conceptualizacin bsica sigue siendo un importante punto de vista desde el cual comprender la cualidad de verse impulsado hacia eso, que es la cualidad ego-distnica de la adiccin.

La adiccin como una manifestacin de la falta de habilidad para tolerar los afectos

La hiptesis de la automedicacin, que fue primero propuesta por Khantzian (1985, 1997), afirma simplemente que las drogas alivian el sufrimiento y que la preferencia por una droga en particular supone algn grado de especificidad psicofarmacolgica. Khantzian cree que los opiceos atenan los sentimientos de clera o violencia, los depresores del sistema nervioso central como el alcohol alivian los sentimientos de aislamiento, vaci y ansiedad, y que los estimulantes mejoran la hipotona, alivian la depresin o contrarrestan la hiperactividad y los dficits de atencin.

Khantzian considera su trabajo como una ampliacin del trabajo de los psiclogos del Self, especialmente Kohut (1971, 1977). Khantzian (1995) localiza los orgenes de la incapacidad para regular los afectos en la infancia temprana y en un fracaso de la internalizacin de la capacidad de autocuidado proveniente de los padres. El autocuidado es una capacidad psicolgica relacionada con determinadas funciones y reacciones del yo. Esta capacidad protege contra el peligro y asegura la supervivencia, incluye la prueba de realidad, la capacidad de juicio, el control, la angustia seal, y la habilidad para sacar conclusiones acerca de las consecuencias causales. La capacidad de autocuidado se desarrolla a partir de los cuidados y proteccin prodigados por los padres desde la temprana infancia y, posteriormente, a travs de las interacciones entre el nio y sus padres (p. 30). Debido a que carecen de estas internalizaciones, las personas adictas no pueden regular la autoestima o las relaciones, ni cuidar de s mismos.

Este nfasis en la intolerancia a los afectos relacionada con fallos tempranos en el desarrollo es similar al de Zinberg (1975) y Cristal (1988, 1995; Cristal y Raskin 1981). Sin embargo, existe una diferencia importante entre Khantzian y Cristal: Khantzian considera la falta de autocuidado o autocontrol como un defecto del yo, como una funcin que nunca se desarroll, mientras que Cristal considera el auto cuidado como habiendo sido prohibido por una figura parental excesivamente controladora. En la opinin de Cristal los individuos adictos son completamente capaces del autocuidado pero creen que si tomaran el control de sus funciones vitales o afectivas, las cuales creen pertenecer a la madre, estaran realizando una trasgresin punible con un destino peor que la muerte (1995, p. 85).

La hiptesis de la automedicacin se confirma constantemente cuando se escuchan los relatos que hacen los pacientes de cmo responden a los estados afectivos intolerables mediante el uso de drogas. Un hombre encolerizado inhala una bolsa de herona en lugar de asesinar a su novia. La herona permite una interaccin agradable con ella. Un adolescente encuentra que despus de unas pocas cervezas puede disfrutar de la fiesta en vez de sentirse atrapado por la ansiedad. La depresin de un hombre puede mejorar lo suficiente con cocana como para permitir una interaccin social. Una mujer que ha sido abusada puede tener relaciones sexuales despus de medicarse con alcohol o herona.

Mientras la evidencia ms importante para la hiptesis de la automedicacin se encuentra en los relatos de los pacientes, Khantzian cuidadosamente examina estudios ms amplios en la literatura sobre adiccin. Encuentra que la experiencia psicoanaltica bien fundamentada sirve para cotejar algunas de las conclusiones ofrecidas por los investigadores que emplean mtodos ms operativos en el intento de comprender y describir las conductas adictivas.

Por ejemplo, considera la posibilidad de que algunos investigadores de estudios longitudinales Ej. Schukit 1986; Vaillant (1983, 1996)- encuentran que los desordenes afectivos son una consecuencia en lugar de un precursor de la adiccin, debido al fallo en detectar condiciones subclnicas ms tempranas ya que los sujetos estn siendo medicados en el momento en que se hace evidente el diagnstico. Khantzian sugiere que las entrevistas relativamente poco frecuentes y los requerimientos de que los sujetos coincidan con un criterio diagnstico de trastornos afectivos relativamente severos van en contra de la realidad de que algunas personas comienzan con las drogas tempranamente en el curso de estos desordenes para alterar estados afectivos que experimentaban como intolerables. La opinin de Khantzian est confirmada por un estudio prospectivo longitudinal (Kushner, Sher y Erickson 1999) que demuestra una relacin causal recproca a lo largo del tiempo entre los desordenes de ansiedad que llevan a la dependencia del alcohol y viceversa.

La posicin que tiene en cuenta la subjetividad provee de apoyo a otros hallazgos objetivos. Khantzian sugiere que el uso de nicotina es una forma de automedicacin. Cita un estudio de Breslau, Kilbey y Andreski (1993) que muestra que en 1007 sujetos dependientes de la nicotina sus puntuaciones para las escalas de nivel de afectos negativos (desesperanza, neuroticismo, y trastorno emocional general) eran ms elevadas que las de los fumadores no dependientes. Tambin cita, un estudio (Anda y col. 1990) en el cual el nivel de abandono del habito para fumadores depresivos se encontr que era de 10 por ciento en lugar de 18 por ciento para los no depresivos.

Dodes (1990, 1996) sugiere que las personas adictas tienen una vulnerabilidad narcisstica a sentirse abrumados por experiencias de impotencia/indefensin. El papel central de la impotencia/indefensin en la creacin del trauma psquico es citado por Freud (1926, pp. 166-167), y Wurmser (1978) cita la impotencia/indefensin como una dinmica adictiva central creada por una vergenza abrumadora. Dodes cree que la puesta en funcionamiento de la conducta adictiva sirve para restaurar un sentimiento de potencia contra la vivencia de impotencia/indefensin. Afirma que el intenso impulso agresivo para restablecer esta potencia que surge de una herida narcisista de impotencia/indefensin es idntico al de la rabia narcisista. Finalmente observa que los sntomas ms importantes de la adiccin, como tambin su intensidad, su carcter implacable e ilimitado pueden explicarse por la presencia de la rabia narcisista en la adiccin.

Dodes tambin sugiere que se puede mostrar que las adicciones son formaciones/soluciones de compromiso idnticas a las compulsiones. Da ejemplos de casos que demuestran la restauracin de un sentimiento de poder por va de la conducta adictiva como un reemplazo a la reafirmacin de poder en el mundo real. Por ejemplo, un paciente que est enfurecido con su hijo porque ste ha hecho un desfalco en la compaa se emborracha. El hombre siente que estara mal despedir a su hijo, por lo que queda impotente para actuar. Beber le hace sentir mejor porque es una accin que l si puede llevar a cabo; ya no se siente ms impotente.

La comprensin emptica de que los pacientes han sido traumatizados por la impotencia y que estn respondiendo de una manera agresiva aunque desubicada permite a los clnicos hacer intervenciones que posibilitan valorar el impulso sin alentar la conducta: (1) el impulso agresivo de controlar la propia existencia con integridad no es nada de lo que hay que avergonzarse; (2) el paciente necesita luchar para ser consciente de lo que realmente quiere en lugar de permanecer dominado por las respuestas adictivas; (3) los conflictos y vulnerabilidades con respecto a la reafirmacin del Self y la dificultad de tolerar la impotencia cuando sera necesario hacerlo tienen su origen en experiencias de la infancia que necesitan ser recordadas y elaboradas en el tratamiento.

3. La naturaleza objetal/objeto transicional de una adiccin

La naturaleza objetal de la conducta adictiva es central para muchas teoras de la adiccin. La formulacin original de Winnicott del objeto transicional (1951) describa a ste como una adiccin. Kernberg (1975) describe diversas dinmicas objetales en la adiccin: puede reemplazar a una imago parental en la depresin o a una madre toda bondad en una personalidad borderline, o puede alimentar un sentimiento grandioso del Self en el narcisismo. Wurmser (1995) describe el terror a la separacin y considera la intensa vergenza y rabia manifestada en la conducta adictiva en parte como un intento de mantener una conexin con los objetos. Las importantes contribuciones de Wurmser (Ej. 1974, 1978,1981) incluyen a la dinmica de la dificultad de internalizar las interacciones con los padres como formando parte del funcionamiento efectivo del supery, lo que trae como resultado la alternancia entre el sometimiento a prohibiciones internas poco razonables, por un lado, y las conductas adictiva rebeldes y completamente desordenadas, por otro. Meyers (1944, 1995) muestra que en la terapia psicoanaltica de pacientes adictos a conductas sexuales compulsivas, estas conductas pueden disminuir a medida que los pacientes comienzan confiar en s mismos o en los otros como objetos cuidadores

La proteccin de la adiccin en la familia es mediante la negacin, esto perpetua la adiccin, la adiccin no se dice, no se dice tampoco en la familia lo que hace que el adicto recorra a la sustancia, pero se sabe, no decir, no asegura que no este presente, que no se sienta aquello que pasa. (se actua)

JOHNSON, Brian (1999). Three Perspectives on Addiction. Publicado originalmente en ingls en Journal of the American Psychoanalytic Association, vol. 47, no. 3, pp. 791-815. Copyright del JAPA 1999. Traducido y publicado con autorizacin de The American Psychoanalytic Association.Pachini, A. (2004). A-Diccin. La autntica defensa. (Edicin Digital). Buenos Aires. Extraida en Octubre de 2008: http://www.laautenticadefensa.com.ar/noticias.php?sid=14199