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EL DHAMMAPADA -EL CAMINO DE LA RECTITUD- Capítulo 1: Versos gemelos Capítulo 2: La Atención Capítulo 3: La mente Capítulo 4: Flores Capítulo 5: Necios Capítulo 6: El sabio Capítulo 7: El honesto Capítulo 10: Castigo Capítulo 11: Vejez Capítulo 12: Autocontrol Capítulo 13: El mundo Capítulo 14: El Buda Capítulo 15: Felicidad Capítulo 16: Apego Capítulo 17: Ira Capítulo 18: Impurezas Capítulo 19: El justo Capítulo 20: La Senda Capítulo 21: Miscelánea Capítulo 22: La desgracia Capítulo 23: El elefante Capítulo 24: Avidez Capítulo 25: El monje Capítulo 26: El noble

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EL DHAMMAPADA

-EL CAMINO DE LA RECTITUD-

Captulo 1: Versos gemelos

Captulo 2: La Atencin

Captulo 3: La mente

Captulo 4: Flores

Captulo 5: Necios

Captulo 6: El sabio

Captulo 7: El honesto

Captulo 8: Miles

Captulo 9: El mal

Captulo 10: Castigo

Captulo 11: Vejez

Captulo 12: Autocontrol

Captulo 13: El mundo

Captulo 14: El Buda

Captulo 15: Felicidad

Captulo 16: Apego

Captulo 17: Ira

Captulo 18: Impurezas

Captulo 19: El justo

Captulo 20: La Senda

Captulo 21: Miscelnea

Captulo 22: La desgracia

Captulo 23: El elefante

Captulo 24: Avidez

Captulo 25: El monje

Captulo 26: El noble

CAPTULO 1: VERSOS GEMELOS

1. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente.Si uno habla o acta con un pensamiento impuro, entonces el sufrimiento le sigue de la misma manera que la rueda sigue la pezua del buey...

2. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente.Si uno habla o acta con un pensamiento puro, entonces la felicidad le sigue como una sombra que jams le abandona.

3. "Me maltrat, me golpe, me derrot, me rob". El odio de aquellos que almacenan tales pensamientos jams se extingue.

4. "Me maltrat, me golpe, me derrot, me rob". Quienes no albergan tales pensamientos se liberan del odio.

5. El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a traves del amor. Tal es una antigua ley eterna.

6. Muchos desconocen que al disputar, perecemos; pero aquellos que lo comprenden, refrenan por completo sus disputas.

7. Al que vive apegado al placer, con los sentidos irrefrenados, sin moderacin en la comida, indolente, inactivo, a ese Mara lo derriba, como el viento derriba a un rbol dbil.

8. Al que vive consciente de las impurezas, con los sentidos refrenados, moderado en la comida, lleno de fe, lleno de sustentadora energa, a ese Mara no lo derribar, como el viento no derribar a la montaa.

9. Quienquiera que sea que carezca de autocontrol y no permanezca en la verdad, aunque se vista con la tnica amarilla, no es merecedor de ella.

1O. El que se ha liberado de toda mancilla, est establecido en la moralidad y se curte en el autocontrol y la verdad, tal es merecedor de la tnica amarilla.

11. Los que imaginan lo no esencial como esencial y lo esencial como no esencial, debido a tan equivocado juicio nunca llegan a lo Esencial (Nibbana, el supremo refugio ms all de las ataduras).

12. Pero aquellos que ven lo esencial en lo esencial y lo inesencial en lo inesencial, debido a su correcta visin, perciben la esencia.

13. As como la lluvia penetra en una casa mal techada, la avidez penetra en una mente no desarrollada.

14. As como el agua no penetra en una casa bien techada, la avidez no penetra en una mente bien desarrollada.

15. El malhechor se lamenta ahora y se lamenta despus. Se lamenta tanto aqu como all. Siempre se lamenta y sufre percibiendo la impureza de sus propios actos.

16. El bienhechor se regocija ahora y se regocija despus. Tanto aqu como all se regocija. Se regocija; se regocija enormemente, percibiendo la pureza de sus propios actos.

17. Sufre ahora y sufre despus. Sufre en ambos estados. He actuado mal, se dice sufriendo. Adems, sufre abocndose a un estado mas doloroso. As el que mal obra.

18. Goza ahora y goza despus. En ambos estados es verdaderamente feliz. He actuado bien, se dice feliz. Adems, abocndose a un apacible estado es feliz. As el que bien obra.

19. Aunque uno recite muy a menudo las escrituras, si es negligente y no acta en consecuencia, es como el vaquero que cuenta las vacas de los otros. No obtiene los frutos de la Vida Santa.

20. Aunque uno recite poco las escrituras, si se conduce segn la Enseanza, abandonando el deseo, el odio v la ilusin, provisto con una mente bien liberada y no apegndose a nada ni aqu ni despus, obtiene los frutos de la Vida Santa.

CAPTULO 2: LA ATENCIN

21. La atencin es el camino hacia la inmortalidad; la inatencin es el sendero hacia la muerte. Los que estn atentos no mueren; los inatentos son como si ya hubieran muerto.

22. Distinguiendo esto claramente, los sabios se establecen en la atencin y se deleitan con la atencin, disfrutando del terreno de los Nobles.

23. Aquel que medita constantemente y persevera, se libera de las ataduras y obtiene el supremo Nibbana.

24. Gloria para aquel que se esfuerza, permanece vigilante, es puro en conducta, considerado, autocontrolado, recto en su forma de vida y capaz de permanecer en creciente atencin.

25. A travs del esfuerzo, la diligencia, la disciplina y el autocontrol, que el hombre sabio haga de s mismo una isla que ninguna inundacin pueda anegar.

26. El ignorante es indulgente con la in atencin; el hombre sabio custodia la atencin como el mayor tesoro.

27. No os recreis en la negligencia. No intimis con los placeres sensoriales. El hombre que medita con diligencia, verdaderamente alcanza mucha felicidad.

28. Cuando un sabio supera la inatencin cultivando la atencin, libre de tribulaciones, asciende al palacio de la sabidura y observa a la gente sufriente como el sabio montaero contempla a los ignorantes que estn abajo.

29. Atento entre los inatentos, plenamente despierto entre los dormidos, el sabio avanza como un corcel de carreras se adelanta sobre un jamelgo decrpito.

30. Por permanecer alerta, Indra se impuso a los dioses. As, la atencin es elogiada y la negligencia subestimada.

31. El monje que se deleita en la atencin y observa con temor la inatencin, avanza como el fuego, superando todo escollo grande o pequeo.

32. El monje que se deleita en la atencin y observa con temor la inatencin, no es tendente a la cada. Est en presencia del Nibbana

CAPTULO 3: LA MENTE

33. Esta mente voluble e inestable, tan difcil de gobernar, la endereza el sabio como el arquero la flecha.

34. Esta mente tiembla como un pez cuando lo sacas del agua y lo dejas caer sobre la arena. Por ello, hay que abandonar el campo de las pasiones.

35. Es bueno controlar la mente: difcil de dominar, voluble y tendente a posarse all donde le place. Una mente controlada conduce a la felicidad.

36. La mente es muy difcil de percibir, extremadamente sutil, y vuela tras sus fantasas. El sabio la controla. Una mente controlada lleva a la felicidad.

37. Dispersa, vagando sola, incorprea, oculta en una cueva, es la mente. Aquellos que la someten se liberan de las cadenas de Mara.

38. Aquel cuya mente es inestable, no cono ce la enseanza sublime, y aquel cuya confianza vacila, su sabidura no alcanzar la plenitud.

39. Aquel cuya mente no est sometida a la avidez ni es afectada por el odio, habiendo trascendido tanto lo bueno como lo malo, permanece vigilante y sin miedo.

40. Percibiendo que este cuerpo es frgil como una vasija, y convirtiendo su mente tan fuerte como una ciudad fortificada vencer a Mara con el cuchillo de la sabidura. Velar por su conquista y vivir sin apego.

41. Antes de que pase mucho tiempo, este cuerpo, desprovisto de la consciencia, yacer arrojado sobre la tierra, siendo de tan poco valor como un leo.

42. Cualquier dao que un enemigo puede hacer a su enemigo, o uno que odia a uno que es odiado, mayor dao puede ocasionar una mente mal dirigida.

43. El bien que ni la madre, ni el padre, ni cualquier otro pariente pueda hacer a un hombre, se lo proporciona una mente bien dirigida, ennoblecindolo de este modo.

41. Antes de que pase mucho tiempo, este cuerpo, desprovisto de la consciencia, yacer arrojado sobre la tierra, siendo de tan poco valor como un leo.

42. Cualquier dao que un enemigo puede hacer a su enemigo, o uno que odia a uno que es odiado, mayor dao puede ocasionar una mente mal dirigida.

43. El bien que ni la madre, ni el padre, ni cualquier otro pariente pueda hacer a un hombre, se lo proporciona una mente bien dirigida, ennoblecindolo de este modo

CAPTULO 4: FLORES

44. Quin comprender esta tierra y el terreno de Yama y este mundo de los devas ? Quin investigar el bendito Camino de la Virtud como el experto que selecciona las mejores flores?

45. El discpulo que se ejercita, comprender esta tierra y el terreno de Yama y el mundo de los devas.El discpulo que se ejercita, investigar el bendito Camino de la Virtud, como el experto que selecciona las mejores flores.

46. Percibiendo este cuerpo como la espuma y comprendiendo que es como un espejismo, aniquilar las espinas de las pasiones sensuales y burlar la vigilancia del rey de la muerte .

47. Al que recoge tan slo las flores (de los placeres sensoriales)y cuya mente se distrae (en los objetos de los sentidos), la muerte le arrastra como una enorme inundacin arrasa a un pueblo entero mientras duerme.

48. Al hombre que toma las flores (de los placeres sensoriales)y cuya mente se distrae, insaciable en sus deseos, el Destructor lo pone bajo su dominio.

49. As como la abeja liba en la flor, sin daar su color y esencia, y luego se aleja, llevndose nicamente la miel, as el sabio pasa por esta existencia.

50. No deberamos considerar los fallos de los dems, ni lo que los otros han hecho o dejado de hacer, sino nuestros propios actos cometidos u omitidos.

51. Igual que una flor bella y de brillante color, pero sin perfume, as son de estriles las buenas palabras de quien no las pone en prctica.

52. Igual que una flor bella y de brillante color, y asimismo rebosante de perfume, son de fructferas las buenas pa