a don américa cas{t'o

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EL ( DIÁLOGO ENTR'EL AMOR Y VN VIEJO)) (1) A don América Cas{t'o. l. Desde los orígClles de la literatura española, se pueden rastrear, en producciones de diferente género, elementos dialogísticos rudimentarios. Los hay en obras narrativas como el Cantar de Jlio Cid, Libro deIs tres reys ¡{'Orient, Libre de Appolloliio, Libro de Alixandre, l·ida de Santa ¡Haria Egipciar¡ua. Aparecen, con más claridad, en disputas como la del Alma y el Cuerpo, la del A gua y el Vino, la del Clerigo yel Caba- llero, la Reuclat;ion de vn hermitanno, etc. Existen también embriones dialogísticos en Berceo y abundan en el Libro de buen amor, del Arcipreste de Hita. Baste, para el caso, recordar el coloquio de don Melón y doña Endrina, la pelea que tuvo don Camal con doña Qua- resma y las Canticas de SUlTana. La prosa, entretanto, arrastraba también con dificultad su coloquio incipiente. Menéndez Pidal - prologando su Antología de prosistas - dice que en la segunda parte de la Crónica General, y aun en el Conde Lncanor, no suele emplearse el diálogo propiamente dicho. Constata que el personaje principal, (1) Proemio de la próxima edición crítica.

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Page 1: A don América Cas{t'o

EL ( DIÁLOGO ENTR'EL AMOR Y VN VIEJO)) (1)

A don América Cas{t'o.

l. Desde los orígClles de la literatura española, se pueden

rastrear, en producciones de diferente género, elementos

dialogísticos rudimentarios.

Los hay en obras narrativas como el Cantar de Jlio Cid,

Libro deIs tres reys ¡{'Orient, Libre de Appolloliio, Libro de

Alixandre, l·ida de Santa ¡Haria Egipciar¡ua.

Aparecen, con más claridad, en disputas como la del Alma

y el Cuerpo, la del A gua y el Vino, la del Clerigo yel Caba­

llero, la Reuclat;ion de vn hermitanno, etc.

Existen también embriones dialogísticos en Berceo y abundan en el Libro de buen amor, del Arcipreste de Hita.

Baste, para el caso, recordar el coloquio de don Melón y

doña Endrina, la pelea que tuvo don Camal con doña Qua­

resma y las Canticas de SUlTana.

La prosa, entretanto, arrastraba también con dificultad su

coloquio incipiente.

Menéndez Pidal - prologando su Antología de prosistas

- dice que en la segunda parte de la Crónica General, y aun en el Conde Lncanor, no suele emplearse el diálogo

propiamente dicho. Constata que el personaje principal,

(1) Proemio de la próxima edición crítica.

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- 3:m-

generalmente, pronuncia un discurso y se le responde en

forma indirecta, en tercera persona. Todavía en El Corbacho

contilll'lan las tiradas oratorias.

" Para ver rolo el estrecho molde medieval de la mera

sucesión de discursos - dice el sabio maestro - necesita­

mos llegar a La Celestina. »

En el siglo xv, muchas obras poéticas aportan elementos

precursores oel diálogo.

Tal ocurre con las Coplas contra los pecados mortales y el

Laberinto de Fortuna, de Juan de :\fena; las serranillas,

Comedieta de PO/ll;a, El planto de la Reyna doña Margarida,

Coronal/ion de mosún Jordi, El sueño y el Triunphete de

Amor, del marqués de Santillana; l'na obra que hizo el Seso

al Pensamiento, por Hernán MexÍa ; (Diálogo) entre el cora­

\;on y los ojos, por Pedro de Cartajena; (Diálogo) entre el Sen­

timiento y el Conoscimiento, del vizconde de Altamira; Ques­

tion y d(ferencia que áy entre la Razon y la Sensualidad y rita: Christi (trozo en que hablan el Angel y los PasLores),

de Íñigo de Mendoza; Coplas de Mingo Revulgo, etc.

El diálogo, en todas las obras anteriores, se mueve con

más o menos pesadez. Su estructura rudimentaria y exigua

dramaticidad, no pueden competir aún con el coloquio de

Cota.

Pero es en el siglo xv, sobre todo, cuando aparecen diálo­

gos que igualan o superan la agilidad del de Rodrigo.

Ello se wrifica en uno muy movido de Puerto Carrero, en

que actúan tres personajes: él, una dama y una amiga de

ambos; en el principo del Razonamiento que Jau Jollan de

Mena eOIl la Muerte; en el (Diálogo) entre la Razón y el

Pensamiento, de Diego López de Haro; en los di¡ílogos Bías

cOl/tra Fortuna, El infierno de los enamorados, Qlccrella de

Page 3: A don América Cas{t'o

- 3:lI -

.llllor y en IlIs coplas que empiezan: Por un valle deleitoso,

del marqués de Sant'illana, elc,

Igual ventaja llevaban la Razón de Amor (siglo XIII) y los

pasajes dialogados del Cantar de,Rodrigo (siglo XIV),

En cuanto a las obras de canícter dramático, nada tenían

que envidiar a la célebre de Cota ~ en lo que a movi­

mienlo del diálogo respecta - ni el A uta de los Reyes Magos

(fines del siglo XII o prin'ci pios del .nu); ni en el siglo xv la

anónima Danra dI' la Muerte, ni tampoco La Representat;ion

del narimiento de Nuestro Seflor )" el Breve tratado .. , para

!'no,~ momos, ambos de Gúmez Manrique,

Se suele repetir, pmpero, como si se tratara de un hecho

comprobado e indiscutible, que el diúlogo español alcanza,

en la obra de Cota, una agilidad hasta entonces desconocida,

Ello no es verdad,

Comparando esa producción con otras anteriores, mús o

menos dramáticas, en que platican diversos personajes, se

advierte que Rodrigo contribuye a enriquecer el diálogo.

Otros autores, sin embargo, anticipándose a él, habían escrito

pláticas de mayor movimiento,

2. Distingamos, cntre las obras que preceden, las repre­

sentadas de las representables,

Las dos producciones de Manrique y el A uta de los Reyes

Alagas fueron, indudablemente, lIe~ados a escena. "

La Disputa del Alma y el Cnerpo,. la Hazon de Amor, la

Renela¡¡ion de vn hermitanno, la disputa de Elena y Maria,

lo mismo que otros debates y diálogos, se prestaban y pu­

dieron servir, en ~u momento, para la recitación juglaresca.

Nada se opone a que la Dan¡¡a de la Muerte haya logrado

interpretación dramútica. De los Ríos y Milá notaron que la

Page 4: A don América Cas{t'o

Muerte, en el último verso de cada estrofa, se dirige a uQ

lluevo interlocutor y no al personaje que acaba de hablar.

{( Esto prueba - dice Milá - que la Danza no fué com­

puesta como explicación de una pintura, sino para ser re­

presentada >l.

Las anl.nimas Coplas de Mingo Revltlgo, por el contrario,

carecen de movimiento y - dado su carácter de sátira polí­

- tica -:- no pudieron ser destinadas ni llegar a la representa­

ción.

¿Qué· puede afirmarse, a este respecto, del coloquio de

Cota?

Las funciones tenían lugar en templos, hostales, plazas.

Disponíase, a veces, de carretones ambulantes o de cadalsos.

Pero el aparato escénico, desplegado en solemnidades ecl!!­

siásticas o regOcijos regios, no pudo ser ~!lla Edad Media

sino rudimentario y excesivamente convencional.

Entonces no había teatros. Es sabido que, hasta la segun­

da mitad del siglo XVI, muchas representaciones se realizaban

en los corrales o patios posteriores de algunas casas.

Fundados en Madrid el Teatro de la Cmz (1579) y el del

Príncipe (1582), las decoraciones y recursos escénicos eran

todavía de pobreza extremada.

Figurábase, con unas cortinas, una calle, plaza o bosque.

Dicen Rennert y Castro: « ••. no debe sorprendernos que

en esta época las decoraciones y efectos escénicos fueran de lo

más primitivo. Ni siquiera se intentaba producir una ilusión

óptica ... Si la escena quedaba vacía durante un momento y

los personajes entraban por distinto sitio, eso significaba un

cambio de decoración. Un ejemplo curio~o de estas muta­

ciones imaginarias se halla en La española de Florencia: Car~

los, Gerardo y Lucrecia están en casa; se marchan y dice la

Page 5: A don América Cas{t'o

acotación: Énlranse y salen por la olra parle. Y entonces

Carlos dice: Ya estamos en la posada. »)

Lope - que ya pudo disfrutar de telones pintados -

deplora en su Arle nuevo de hacer comedias la inverosimi­

litud de que los romanos aparezcan en el teatro vestidos a

la española.

En los albores del siglo XVII, ni Inglaterra ni Francia po­

dían uf¿marse tampoco de mayores adelantos de la mise en

scene.

Por eso debernos hoy considerar exageradas las opiniones

de "\Ioratín y de Schack.

(( Este diálogo - afirma el autor de los Orígenes ... -

supone decoración escénica, máquina, trajes y aparato. ))

También Schack creía - en su Historia de la literatura y del arte dramáticu en España - que el Diálogo, \( según

indica su título, se había destinado a la representación hasta

con cierto aparato escénico)).

El coloquio de Cota parece no haber sido escrito para

representarse. No hay, tampoco, noticias de que lo haya sido

nunca.

3. En el frondoso título del Diálogo queda resumido su

argumento :

(( Comienl;a vna obra de Rodrigo Cota, a manera de diá­

logo entr'el Amor y vn Viejo que, escarmentado dél, muy

retraydo, se figura en vlla huerta seca y desttuyda, do la casa

del Plazer derribada se muestra, cerrada la puerta, en vna

pobrezilla chol;a metido; al qual súbitamente paresció el

Amor con sus ministros, y aquél húmilmente procediendo,

y el Viejo en áspera manera replicando, van discurriendo por

su habla, Casta qu'el Viejo del Amor fué vencido ... ))

Page 6: A don América Cas{t'o

El anterior epígrafe nada tiene que ver con las acotaciones

características de las obras de teatro.

Los cancioneros abundan en producciones versificadas,

de toda índole, con nombres igualmente farragosos. Choza,

huerta y casa del placer, son tan sólo ideas alegúricas. l'Io

habría, por tanto, decoración ninguna.

Los ministros que - ~n la obra de Rodrigo -llegan con

el Amor, no son personajes sino simples abstracciones: Afán,

Deseo, Celos, o.~ar, Temer, Desesperanza, etc. El anciano

menciona vrintiséis, añadiendo: y otros mil deste linaje.

Al desfile de antítesis exhibidas jactanciosamente por el

hijo de Venus, sabe· oponer el hombre las negras tintas de un

contraste absoluto.

Es de adverti,' que las oposiciones abundan en el Diálogp,

ya que tal obra· surge - como todos los debates - dedos

caracteres antagúnicos.

l¡. El Diálogo consta de seiscientos treinta versos. Está

escrito en redondillas mixtas de nueve pies. Los consonantes

responden al esquema siguiente: a, b, b, a + c, d, c, e, d. La misma forma estrófica se usó - entre otros autores -

por el marqués de Santillana, en el De9ir de un enamorado.

La redondilla inicial es alterada una vez, al cruzarse la rima

en la siguiente forma: a, b, a, b ~versos 577-580). Esto no

modifica la estructura básica de la estrofa. Son siempre nueve

versos, distribuidos en una cuarteta (primero) y una quin­

ti !la (después).

En las seLenta estancias de que consta la obra, hay sola­

mente una excepciún (cuarteta 208-21 1). La considero errata.

El texto viciado dice:

Page 7: A don América Cas{t'o

Comunmente todavia han los viejos yn vezino, enconado. muy malino, gobernado en san1're fria; llamasse malenconia, amarga conuersacion; quien por tal estremo guia. ciertamente se desuia lexos de mi condiciono

Mas dpspues que te e sentido que me quieres dar audil'nciíl, de mi miedo mu,' vencido.

culpado. despauorido, se partio de tn presencia. Este moraua contigo I'n el tiempo que me viste, y por esto te encendiste en rigor tanto comigo.

Así puede leerse en todas las ediciones - salvo en la

[lIO/'esta de ¡'imas antiguas castellanas, por 'J. N. Bühl de

Faber - desde el Cancionero General de 1511, donde apa­

reció el Diálogo por primera vez.

Antes de haberse afirmado éste moraua contigo, resulta

inoportuna la coordinació'n adversativa mas después ... se

partió ...

Es diferente el caso en Berceo, cuando éste comiema una

copla de la Introducción a los Milagros de Nuestra Sennora :

Pero que vos dissiemos todas estas bondades,

porque antes ha descrito las bellezas del prado.

Por otra parte, en la corrección que introduzco, la 'voz éste

queda mucho más cerca de su antecedente vezino, Malenco­

nía, Amarga Conuersación. Creo que debe leerse:

BOL .• C"'D. "G. bIS Lt:TJU.8. - T. 1~ •

Page 8: A don América Cas{t'o

Comúnmente todavía han los viejos vn vezino enconado, muy malino, gobernado en sangre fría; llámasse Malenconía. Amarga COlluersación; quien por tal estremo guía, 'ciertamente se desuía lexos de mi condición.

Éste moraua contigo en el tiempo que me viste,

y por esto te encendiste

en ·"igor tanto comigo ; mas, después que t'e sentido que me quieres dar audiencia, de mi miedo muy vencido, culpado, despauorido, se partió de tu presencia.

Sólo el buen sentid.o aconsejaría la enmienda, si no la exi­

giesen la versificación primorosa y la arquitectura de todas

las estancias.

5. En su libro vigoroso y múltiple, narra el pletórico Juan

Ruiz tres altercados que tuvo con Cupido. Dice las respuestas

y castigos que le dió aquél y pinta - con animación extra­

ordinaria - cómo clérigos é legos é jlayres é monjas é dueñas

é joglares salieron a recebir á don Amor.

Los vituperios espetados por el Arcipreste, no les van en

zaga a los que el Viejo de Cota enhebrará pasado más de un

siglo:

Page 9: A don América Cas{t'o

Con saña (lue tenía fuylo á denostar: Díxel' : « Si Amor eres, no puedes aquí estar: « Erps mintroso, falso en muchos enartar, « Salvar non puedes uno, puedes "ient milI matar,

« Con engaiios é Iysonjas é sotiles mentiras « Enpo"onas las lenguas, enervolas tus viras; « Al que mejor te syrve, á él Seres, quando tiras, (( Párteslo del amiga alome que ayras,

« Traes enloque"idos munchos con tu saber, « I·'ázeslos perder el sueiio, ei comer y el bever; II Ffazes a munchos omes tanto se atrever « En ti, fasta que el cuerpo é el alma van perder,

« 'Ion tienes regla "ierta nin tienes en ti tiento: « .\ las vegadas prendes con grand revatamiento, (( A vezes poco a poco con maestrías "iento : (( De quanto yo te digo, tu sabes que non miento.

(1 Desque los omes prendes, non das por ellos nada, « Traéslos de oyen cras en vida muy penada, « Fazes al que te cree 'lazar en tu mesnada, « E por plazer poquillo andar luenga jornada.

« Eres tan enconado que, do fieres de golpe, « ~on lo sana mengía, enplasto nin xarope, (1 'Ion sé !fuerte nin rre~io, que se contigo tope, « Que no l' debatas luego, por mucho que se enforce.

« De cómo entlaquezes las gentes é las dapñas, « Munchos libros ay desto, de cómo las engañas « Con tus muchos doñeos é ~on tus malas mañas; « Sienpre tiras la fuer"a, dízenlo en fazañas >J.

6. Varios poetas del. siglo xv hicieron obras en que apa

rece, personificado, el hijo de Venus.

Page 10: A don América Cas{t'o

El gallego t\lvarez de Villasandino versificó Fablando con

el Amor, y aparece - según la fortuna próspera o adversa­

Loando al Amor y escribiendo Contra el Amor.

Pedro de Cartagena compuso una obra en que introdll::e

interlocutores el Dios de Amor y vn enamorado, de la que se

hablará después. Versifico también algunas composiciones

brevísimas en las que se queja del divino sagitario.

El bachiller Ximénez y Sánchez de Badajoz son autores de

interesantes obritas alegóric<ls.

Escribió Ximénez Vna aCllsacion que hizo a su amIga y el

Purgatorio de Amor.

En la primera,· culpa a su amada de sub)·ugarlo no sola­

mente a M sino a~ propio Cupido. En la segunda el poeta,

desamado, huye hacia el yermo y se refugia en lobregas

cuevas. Ya en su busca el Amor, préstale alas y, para

consolarlo con el mal ajeno, lo cond~ce a un purgatorio

donde contempla Ximénez, individualizándolos, a numero­

SQS amadores. He aquí un fragmento:

ELL AMOR

Pues que te mata cuydado, si tal beuir te contenta)

ELL AUCTOR

No me mata el mal doblado, mas matame vp gran cuydado que continuo me atormenta.

EI.L AMOR

Que cu)'dado es esse tuyo que en tanto grado te ciega :\

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ELL AUCTOR

Antes, ;eñor, yo soy suyo, que quanto yo del mas huyo, tanto mas a mi se llega, y en mi alma se atrauiessa dandome dos mil ('nojos; de darme penas no cessa ; hazeme saltar apriessa las lagrimas de mis ojos.

ELL AMOR

"\0 te dire que no llores, avnque llores sin conpas, porque las penas mayores tanto se tornan menores quanto son lloradas mas; mas si consolarle quieres, yo te licuare do veas heridos del mal que mueres tantos ombres y mugeres, que avn en vello no lo creas.

Dicha obra se parece al Injierno de Amo,., de Badajoz.

Este galán, .viajando imaginariamente en la tiniebla, visita

un torreado castillo. Ve allí a muchos y doloridos amantes,

que repiten aún trozos de las canciones compuestas en mejo­

res tiempos. Dice Badajoz :

Caminando en las honduras de mis tristes pensamientos, tanto anduue en mis tristuras, que me halle en los tormentos delas tinieblas f'sruras : \"imf' f'nlre los 3lnadoff'S

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('n el Infierno de amores,

de quien escriue Gueuara.; vime donde me quedara si alguno con mis dolores en ser penado ygualara.

Vilo todo torreado de estraña lauor de nueuo, en el qual despues de entrado, yi estar solo vn mancebo en vna silla asentado : hizele la cortesia que a su estado requeria, que bien vi que era eH Amor, al qual le dixe : (( Seí"íor, yo vengo en busca mia que me perdi de amador. ))

Respondiome : « Pues que vienes a uer mi casa real, quiero mostrate lLos bienes, pues que has yisto mi mal y los sientes y lo tienes. )) Leuantose y luego entramos a otra casa, do hallamos penando los amadores entre los grandes señores. en las manos sendos ramos, todos cubiertos de flores.

Dixome : (( Si en "na renta vieres andar mis catiuos. no te ponga sobreuienta, que de muertos J de binos de todos hago vna cuenta : todos los tengo encantados, los biuos ~. los finados,

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con las penas que touiel'on, dela misma hedad que fueron qua ndo mas ena morados en este mundo se vieron,

El poeta se refiere, como se ha visto, al lnjierno de amo­

res, pOl' Guevara. Esta es un obrita en octavas y consta de

ochenta y ocho octosílados. El autor deplora en ella sus

tormentos y termina esperando que la amada libre un tal

cautivo de .un inJierno tan lloro~o. Sánchez de Badajoz entreteníase también Fantaseando las

cosas de A mor. Esta obra, lo mismo que un diálogo amato­

rio de Jorge Manrique y el coloquio de Cartagena entre el

Dios de Amor y t'n enamorado, merecen párrafos aparte.

7. Cupido había mostrado a Sánchez de Badajoz males

pretéritos, presentes y futuros. El sagaz infante aparece luego

entre una nube, adherido a verde árbol por agudo harpón

que le atraviesa el cuerpo. A pesar de su difícil trance, con­

tinúa el Amor arrojando saetas. Ofrece consuelo al jove'n ;

pero éste, platónico, no acepta. Cupido, para atemorizarlo,

muéstrale una fragua alegórica con instrumentos de tortura.

El fuego es el amor; los fuelles, el sospirar; los martillos,

cuidados; lo que martillan, la vida, etc. El casto amante

rechaza, por tres veces, tod~ auxilio. Desea vivir sin sosiego,

como salamandra en/llego, y termina entonando una canción.

V éanse algunos fragmentos de Fantaseando las cosas de

Amor:

Yo afligido de temor mas que no dela tristura que tal nueua me ponia,

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vide venir al Amor con toda su hermosura, porque de mi procedia,

abra¡;ado a vn verde arbol enclabado,

alli con vn pon¡;oñoso harpon por el cuerpo atrauesado.

En vna nuue venia con que mÍs ojos cegaua quando mas claro lo via; hedad de niño traya; de vi ex as armas se armaua, delas que mas le ofendia

de passion, de passion y de aficion

muy secretas y un manojo de saetas cuya aljaua el cora¡;on.

y de alli le vi sacar las flechas de fuego ardidas, assi como a ballestero; e con vn arco tirar las saetas e las "idas alos mas suyos primero.

RESPONDE EL AMOR

Yo soy en todo general. (sic) que en todas las cosas biuo, .Y en algunas muero e mato: yo soy causa en bien J en mal; hago de libre captiuo. y al muy captiuo reséato;

Page 15: A don América Cas{t'o

mas mi oficio es doblado beneficio

dar sin prenda, e tambien tomar emienda de quil'n me haze semicio.

Yo soy Amor. a quien llamaste (sic)

que te viniessl' a vl'ngar; y todas I'slas seiiales son tormentos que passaste, pero avn quedan por passar lodos los mns de tus males;

lo qual "iendo, lo qual ,iendo adoleciendo­

me de ti, vengo a remediarle aqui de mi condirion no siendo.

Que desque el firme amador se empina para rortar algun ramo de esperan(,"a, por doblar el su dolor, hago las ramas alc;ar de manem que no alcam;a;

y rl barpon, el ha rpon que el cora¡;on

me ppnetra, segun parece en su Irira, I'S gloria dela passion.

LA LETIl.'"

A quien mi saeta hiere,

dulce muerte es la que muere.

Page 16: A don América Cas{t'o

E otras lelras que bordadas en la ropa de mi historia, has visto sin entenderse, son mis hazmias passadas. que no aprouecha memoria de ellas para defenderse

de mi mano; que de mi mano, a quien gano

vna suerte, nunca mas hasta la muerte sanara si no le sano.

RESPL"ESTA DEI. AL"TOR

Respondile, avnque de oyr er1\n dulces sus razones, porque era contra mi fe : - No temo lo por venir, no quiero tus galardones; quiero lo que siempre fue,

que es passion, donde mi mayor prision

es libertad, pues biuo a mi voluntad si'n salir dela razon.

8. En un Cancionel'o de poesías inéditas, custodiado en

la Biblioteca Nacional de Madrid, he descubierto una obra

ignorada de Jorge Manrique. COlista de ciento sesenta versos

~. es una de las más importantes del poeta. Se titula De don

JOl'ge Malll'iqlle qllexándose del Dios de A 1/101', Y cómo razo­flan el lUlO COIl el otro.

He aquí varias estrofas :

Page 17: A don América Cas{t'o

- 335-

¡O!, muy alto. Dios dl' Amor, por quien mi vida se guía e Cómo sufrl's tú, señor, siendo justo juzgador, en tu ley tal eregía ~ (que se pierda el que serbió, que s'olvide lo servido, que viva quien engaIió, que muera quien bien amó, que yalga el amor fengido;l

RESPONDE· EL DIOS n' AMOIl

Amador : Sabe que absencia te acusó y te condenó, que si fuera en tu presencia, no se diera la sentencia injusta como se dió; ni pienses que m'a placido por haberte condenado, porque bien he conoscido que perdí en lo perdido y pierdo en lo que he ganado.

REPLICA EL AQUEJADO

Que aunque seas poderoso, has lo de ser en lo justo; pero no voluntarioso, criminoso y achacoso, haciendo lo qu'es injusto. Si guardares igualdad, todos te obedl'sceremos; si vsares voluntad, no nos pidas lealtad porque no te la daremos.

Page 18: A don América Cas{t'o

- 336 -

IIESPONUE EL 'DIOS D'AMOR

'io te puedo ya sofrir porque mucho te m'atreves; sabes que habrp de reñir y aun podrá ser que herir, pues no guardas lo que debes. y pues eres mi basallo, no te hagas mi señor, ,que no puedo comportallo; ni presumas porque callo, que lo hago por telIlor.

IIEPLICA EL AQUEJADO

Quiero moverte un partido, escúchame sin enojos: si me das lo que te pido, de rodi\Ías, y aun rendido, te serviré, y aun de ojos; pero sin eslo no'ntiendas que ~'o me contentaré, ni quiero sino contiendas; , porque todo'l mundo en prendas que me des, no tomaré,

RESPONDE EL DIOS D'AMOR, y ACABA

Por tu buen conostimiento en te dar a quien te diste, por tu firme pensamiento, por las penas y tormento que por amores sofriste, te torno,! le restituyo en lo que tanto deseas,

Page 19: A don América Cas{t'o

- 33¡ -

y te do todo lo tuyo. r por vendición concluyo que jamás en tal ie veas.

He publicado esta obra, por primera vez, en el Cancio­nero de Jorge Manrique, volumen perteneciente a la colec­

ción de Clásicos Castellanos de Madrid.

9. El coloquio entre el Dios de Amor y vn enamorado,

del petrarquista Pedro de Cartagena, está escrito en estrofas

de nueve octosílabos y consta de 531 ,·ersos.

El enamorado despierta oyendo la voz del Amor.

Mi lengua tornada muda dixe ('ntre mi con temor: ({ El que dizell dios de amor este d('be ser sin dubda : estl' es, cierto. quien ordena que tengamos por muy buena la vida mala y cruel; este debl' ser aqul'l por quien ay f{loria enla pena.

Este ('5 quien haze y deshaze todo nuestro bien)" mal; este es el rico ca IIda 1 que al drsspo sa tisrace .: por (Iuirn es birn l'mpleado qualquipr prnoso cu)"dado qur nuestro srntido prupue. porque rn su gloria se embeue la pena qur nos ha dado. ,)

Page 20: A don América Cas{t'o

- 338-

Ruega el amante que el Dios se haga visible y diga, para

poder reconocerlo, si es él ql,lien torna esclavo a quien gozaba de libertad. Cupido, materializado, dice

Yo soy quien ala fortuna troxo y traygo a mi mandar j yo soy quien puede tornar dos voluntades en vna : yo soy aquel que podre gualardonar quien fIuerre y pagar alos que yerran j y sabe que en mi se encierran

desseo,t'speran<;a y fe.

Yo soy quien no hago yguales a lodos enlos amores, que a mis fieles semidores les do victorias campales j

y por el contrario quede, que quien esto haze p1.lede a quien quisiere ofender, que bien puedo yo hazer que al reues mi rueda ruede. ))

El galán, que no quiere recompensa, pregunta cómo hace­

el Amor para causar glo~ia y pena juntamente. Es descrit(}

por el Dios el perdimiento de la libertad, y el hijo de Venus

ordena que la inflexible Oriana corresponda al cariño del

joven, so pena de excomunión. Pártese Cupido para rendir

a aquella señora; pero vuelve sin lograrlo

(( En silla de fe y firmeza la vi que estaua assentada.

Page 21: A don América Cas{t'o

- 339-

wstida de gran nobleza, de onestidad en forrada ; y su rica bordadura de humanidad y cordura cosida con lealtad, de constancia v de verdad v castidad la cintura.

La fortaleza ~. prudencia, la justicia y temperancia, su persona y rica estancia velauan con diligencia : yo, yiendola como digo, estuue en duda comigo recelando de ofendella, mas si quise acometella, mi a rco te sea testigo.

Al fin, yiendo que era ,·ano pensar vencer tal quistion, por no dalle alteracion, tornar me fue lo mas sano: y como veys, soy wnido no poco, mas muy corrido, do pu('des tu consolarte, pues w('s que la mayor parte de tu mal yo la he sentido. ))

Si Cupido se pudiera enamorar, sería solamente de

Oriana.

No obstante las ·"irtudes excelsas que adornan a esta inven­

cible deidad, el Amor y el enamorado parten, con la espe­

ranza de tener éxito si la sorprenden dormida.

En la estrofa final, Cartagena dice gentil y donosamente :

Page 22: A don América Cas{t'o

- 340 --

CABO

Perdonen los cauallt>ros a quien hago sinjuslicia. pues lJlledan por extrang-eros y ag-f'I1os de mi nolicia de poner 1'\1 los primeros: y si de eslo SI' quexaron los que a<jui no se hallaren porque assi cierro la pUf'rta, la materia qUf'da abierta, ponganse los que faltaren.

10. Pienso que, para escribir su obra, nuestro autor tuvo

presentes las Coplas qlle ,/izo Jllan de Mena contra los pecados

mortales, sobre todo el fragmento en que debaten la Ra~ón

y la Lujuria:

.. FABLA LA RAZON CONTRA LA LUXUR1A

o luxuria, vil foguera de sufre mucho fedionda, en todo tiempo cachonda syn razon e sin manera! enemiga lastimera dela santa caslidad, ofensa de honestad y de \"ieios heredera!

RESPOi\DE LA LUXl'RIA COi\TRA LA I\AZO:'oi

Con tus modos con Ira feellOs no me dt>s tanto baldón,

pues que le llamas Razon.

Page 23: A don América Cas{t'o

- 341 -

ten por ml'dio los derl'chos ; fallaras enlos mis fl'ehos sy parar quisil'rl's mientes, por pocos ineonnl'nil'ntes causados muchos prouechos,

LA RAZON REPLICA

Tn tI' brnñl's '! te aluzias, tu fazes COIl los tus males que las manos mucho suzias tratl'n muchos corporales; muchos ll'ehos maritales dI' agenas pisadas fuellas, y syenbr~s grandl's querellas en debdos tan principales,

pnOSYGUE

Das alas gentes vltragl's, de muerte no las resernas, tu fallas las' tristes yer'uas,

tu los cruell'S po/ajes; por ti los limpios linagl's son bastardos y no puros, de claros fazes escuros y dI' varonl's saluajl's.

PROSYGUE

Tu fazl's fijos mezquinos de agena casa herederos, pones los adulte¡'inos en lugar de verdaderos; fazes con tus vill's fueros

Page 24: A don América Cas{t'o

que por culpa de las madres muchos fijos a sus padres saludan por estrangeros.

PROSYGUE

La fuer(a tu la destruyes; los dias tu los acortas; quanto mas tu te deportas tanto mas tu vida fuyes; los sentidos diminuyes y los ingenios ofuscas; la beldad, que tanto buscas, con tu causa la refuyes.

Cota supo p1asmar, artísticamente, pel:~onificaciones ab.s­

tractas, como la Lujuria y la Razón (el Amor yel Viejo). No

satisfecho aún, tomó dos versos:

Tu fallas las tristes yeruas, tu los crueles potajes.

Mena falleció en 1466. Las Copla.~ quedaron sin terminar

y son, a todas luces, anle~iores al Dirílogo.

Cota, que pertenece a la segunda mitad del siglo xv, debi,)

de ser muy joven cuando moría el autor de El Laberinlo.

Bonilla y San Martín opina, en La.~ Bacanles, que ha."

en Rodrigo « reminiscencias, y hasta plagios, de Juan dI'

Mena >l.

1 l. Exitlte támbién notable semeJanza, Y aun identidad,

entre algunos pasajes del Diálogo y otros de la Comedia de

Calislo y Melibea. En el Apéndice T de esta última obra, edi·

Page 25: A don América Cas{t'o

- 3~3-

ción de la Bibliuteca Rumánica, y en las Observaciones sobre

las fuentes literarias de « La Celestina)), de F. Castro-Gui­

sasola, se indican casi todas estas similitudes. Agrego algunas

y suprimo otras, cuando me parecen simples coincidencias de

expresiones usuales.

Comparemos:

Diá.logo :

... ~·n Yif'jo ... en ma pobrezilla cho,<a metido. (Epígrafe.)

" La Celestina )) :

... la vejez no es sino ... cho,>a sin rama, que se llueue porcada parte. (I\", 164-165.)

Diálogo:

Tú traydor eres, Amor. de los tuyos enemigo. lV ersos 46-47.)

" La Celestina» :

. i O Amor, Amor! ... Enemigo de amigos, amigo de enemigos: .. (xxi, 224 y 226.)

Diálogo:

A la habla que te hago ~por qué cierras las ol'ejas~ (100-101.)

" La Celestina» :

1: Por qué cierras las orejas a lo que todos los del mundo las aguzan ... ~ (VI, 210.)

Diálogo:

Porque muerden las abejas aunque llegan con halago. (102-103.)

Page 26: A don América Cas{t'o

- 344 -

{( La Celestina ») :

... porquC' v('nga cargada de m('ntiras como abC'ja. (VI, :lIB.)

Diálogo:

Ve d'ay, pan de c;ara~as. vete, carne de s('ñuclo. (1 IB-l 19.)

{( La Celestina ) :

Cata. madre, que assí suelen dar las t;ara~as en pan embueltas, porque no las sienta el gusto. (XI, 75.)

¡O arufianada muger, é con qué blanco pan te daua c;arat;as! (XIX, l8!}.)·

Diálogo:

qu'el furor qu'es encerrado, do se encierra más empesc~. (IB5-186.)

« La Ce/estilla)) :

la llaga interior más empece. (1, 39.)

Di,Hogo:

Yo hallo las argentadas; yo, las mudas y (('ri\las, lucen loras, vnturillas y las aguas estiladas; yo, la líquida estoraque y el licor d(' las rasuras. (:ljl-:q6.)

{( La Cele.~tilla » :

HazÍa solimán, afeyte coziuo, argentadas, bujelladas. cerillas, \lanillas, "nturillas, lustres, luzenlores, clarimielltes, alualinos (; otras aguas del rostro, ue rasuras ue gamollC's, dC' l'OrtC'zas d('

Page 27: A don América Cas{t'o

- 345 -

spalltalobos, de taraguntia, de hieles, de agraz, de mosto, desti­ladas é a(,'ucaradas. (1, 75.)

Diálogo:

En el ayre mis espuelas fieren a lodas las aues, y en los muy hondos concaues las replilias ppqueriuelas : loda bestia de la tierra y pescado de la mar, so mi gran poder s' encierra, sin podprse dI" mi gu(>rra con sus fuer(,'as amparar.

Algún aue que librar se quiso de mi conquista, solamente con la vista le di premia d'engendrar; mi poder, tan absoluto que por todo caho siembra, mira como lo secuto : árbol ay que no da fruto do no nasce macho y hembra. (3IG-333.)

« Lf! Celestina)) :

E no sólo en la humana especie; mas en los pesces, en las bes­tias, en las aues, en las reptilias y en lo vegetatiuo, Rlgunas plan­tas han este respeto, si sin interposición de otra cosa éri poca distancia de tierra están puestas, en que hay determinación de heruolarios é agricultores, ser machos é hembrRs. (1, 95.)

Diálogo:

bien sabes quebrar el ojo y después vnlar el caxco. (354-355.)

Page 28: A don América Cas{t'o

- 346 -

{( La Celestilla )) :

Quiébrasnos 1'1 ojo é vnlasno!' de conslll'los 1'1 ('ax('o. (\XI, 2~O-!l!I l.)

Diáloyo :

sin rotura estó herido. (520.)

« La Celestina)) :

Sin te romper las vf'stiduras se lanQó en tu pf'cho 1'1 amor. (X, 62.)

Sana dexas la ropa, lastimas el cora<;ón. (\XI, 225.)

Diálogo:

gran linajf' de wnganQa ·f'S las culpas perdonar. (624~?25.)

« La Ce/estilla » :

.. : yo te perdono, que de los buenos es propio las culpas per­donar. (YI, 222.)

Las analogías son indiscutibles. Aunque a veces se redu­

cen, tan sólo, a expresiones habituales, resulta evidente que

hay imitación directa.

Pero, ¿quién es el influido!) Resumamos los hechos:

1° Cotarelo, en el Cancionero de Montoro, hace notar la

perspicacia con que Moratíll fijó la fecha de 1470 para el

DiáLogo. 2° Hacia aquel mismo año nacía Fernando de Rojas.

3° La primera edición de « La CeLestina)), parece ser la de,

1499· 4° Cuando aparecia la Tragicomedia. el autor del Diálogo

Page 29: A don América Cas{t'o

- 34í -

erá ~a célebre y, por eso, :ie le pudo atribuir el primer acto

de aquélla.

5" .La úILimas noticia~ que se tienen de Cota, 110 van más

allá de 150;).

u'" Rojas vivía aún en 1::i38.

Tníta:se, pues, de autores que alcanzaron una misma época;

prl"O Cota pertenece a una generación indudablemente ante~

rior. Por tanto - hasta que no se demuestre otra cosa -

Jebrmos admitir que ('1 autor dI' (( La Cele.~lifla )l ingirió en

ésta nllmerosos frag~elltos del 'Diálogo.

12. Con el Diálogo elllr'el Amor y Vil Viejo, estamos a

uu paso de Juan del Encina (14u9~ 1 ::i29), llamado - tradi~

cionalmente - patriarca del teatro español.

E! autor de las Églogas imitó a Cot'a en algunas compo~

SIClOnes.

En la representación sin título, a la que llama Gallardo

(1 El triunfo de Amor)l, (1 introdúcense dos pastores, Bras e

J llanillo, e COIl ellos un Escudero, que a las voces de otro

pastor, Pelayo llamado, sobrelinieron; el ellal (pasLor), de

las doradas flechas del Amor mal herido, se quejaba; at cual

(Amor), andando por dehesa vedada con sus frechas e arco,

de su gran poder ufanándose, el sobredicho pastor había

<¡uerido prendar».

Veamos cómo el Amor se jacta desu poder:

Hago. de mi~ serviciales. los groseros ser polidos; los polidos: ser locidos

J I'speciales; los escasos. lihel'all's,

Page 30: A don América Cas{t'o

- 348-

Hago de los aldeanos cortesanos,

e a los simples, ser discretos; e a los discretos, perfetos; e a los grandes, muy humanos:

E a los más e más potentes hago ser más sojuzgados; e a los más ilcobardados,

ser valientes; e a los mudos, elocuentes ...

E a los más botos e rudos, ser ilgudos.

Mi poder haze e deshaze; hago más cuando me place: los elocuentes, ser mudos .

. Hago de dos voluntades una mesma voluntad; renuevo con novedad

las edades, e ajeno las libertades ...

13. Adviértese también influencia de Cota en este Villan­

cico de Juan del Encina:

Ninguno cierre las puertas si Amor viniere a llamar, que no le ha de aprovechar.

All Amor obedezcamos con muy presta voluntad, pues es de necesidad, de fuerza virtud hagamos.

En Amor no resistamos; nadie ciene a su llamar. que no le ha de aprovechar.

Page 31: A don América Cas{t'o

- 349 -

.\mor amansa al más fuerle, ) al m;,s l1aco forlalpce; al 'lile menos le obedpcl' más aqul'ja con la llluertl'. _\ su buena o mala suerte ninguno debe apuntar. que no 11' ha dI' aprov('C'har.

Amor muda los estados. las vidas y condiciones; conforma los corazones de los bien pnmnorados. Resistir a sus cuidados nadie debl' proC'lIfar. que no le ha dI' aprovechar.

Aquel fuerte del Amor, que se pinta niño,! ciego, hace al pastor palaciego, y a I palaciego pastor. Con lra Sil pena y dolor ninguno debe lidiar, que no Ir ha de aprovechar.

El qu'es amor verdadero. dpspiprla al enamorado. hacr al /IIl'dro.<o e:<jof·=ado .Y IIl/ly po/ido al yro.<ero. Quien es de Amor prisionero, no salga de su mandar, qup no le ha de aprovl'char.

14. También se advierten reminiscencias del Diálog() en

la Égloga de Cristino y Febea, " adonde se introduce nn

pastor que con otro se aconseja, queriendo dpjar este mundo

y sus vanidades por senir a Dios; el cual, después de

haberse retraído a ser ermitaño, el dios de Amor, muy:

Page 32: A don América Cas{t'o

- 350 -

enojado porque SIn Sil licencia lo hahía fecho, una ninfa

ellvía a le lentar, dI' lal suertr qlle, fOf7.ado eI!'.1 "mor, deja

los hábitos) la religiún Il.

Menéndez Pelayo dice, ell la AlllIJ{ogín de poelas líricos, <fue Juan del Encina, en f'! Villancico que comienza ¡,"inglU/()

cierre la.~ ¡me"las, (t parece que alude Il al Diálogo de Cota,

a quien imita en (t EllrilLnfo de Amo" Il; pero « la df'rivación

- afwdl' - es mucho más directa en la rarísima Égloga de

r;"istino y FeIH'1l Il.

1\0 comparto esta opinión del ilustre maestro. En el

'"i[[ancic/), no sblamente ha)" un parecido sustancial, sino

también palabras idénticas: hace al medro.~o e.~forzad/) y /1/11)' polid/) al grosero.

En « El triunjo de A lIlor 1) hay, también, mucha semejan.za

entre los argumentos aducidos por éste; son casi los mismos

en el Diálogo.'" la Égloga. No ocurre así con"'("ristino )' Febea;

allí no ha~ similitud .de dicciones ni se alude tampoco a

n'pr~salias lomadas por el Amor, desenlace capital en Cota.

Cnpido tienta a un pastor que SI' había recluído en ~na ermita, a un solitario, en suma. Es, como se ve, asunto vul­

garísimo, ~ lo mismo le había ocurrido - enlre otros - a

Anacreontp, dándole asunto para su oda Del Amor.

En conclusión: la influencia de Cota en ninguna obra de

J uall del Encina es más indi"ecta que en Cristino y Febea,

ni má" direda que en el Fillancico citado )' en (, El tril/njo de

.·1/110" Il.

15. Hacia aquella misma época (segunda mitad del siglo

xv), Tapia, nrtificioso y hoy casi desconocido versi~la, se in~­

pin', en pI Diálogo para una obra en la cual dice que (( estando

sin amores, le buscó .'\mor y le mandú que los touiesse, ~.

Page 33: A don América Cas{t'o

- 351

(lale yna señora a quirn SIma, y es a quien mucho tiempo

auiaque comen(;o a seru ir, .' dexola temiendo que seria mal

gradescida )).

Ha) pn esta composición de Tapia más serenidad y dulzura

que en la de CoLa. El aulor está satisfpcho y sin preocupa­

ciones cuando ('I\mor IIpga a buscarlo. Aquél, como el

'iejo, )0 rechaza:

Amor, sPi'ior dI' las "idas de los Irisl('s siI~ venlura. cuyas yozes doloridas de tus birnrs despedidas van llorando mi tristura. cu,"o llanto de amadores lastima los cora(,'olles

por memoria; cup boz con tus dolores mas publica sus passiones

que su g-Ioria.

Estos S01l los que siguieron tus semicios sin e!Tarte; estos son los qup quisieron tu querer ~. le simieron de una fp firme sin arte; estos son los desdichados que por bipll amar sufrieron

mil enojos: rstos son mas oluidados porqu!' vean qup hizi!'roll

COIl sus oJos.

Eslos andan dando gritos con al'anrs dpscubiertos: pstos muestran por !'scrilos <[Uf' COIl lloros illlillitos

Page 34: A don América Cas{t'o

- 352-

andan muertos y no muertos; estos veo lastimados por seguir tras tu renombre,

que es amores, y los bien auenturados son aquellos que en tu nombre

sOn peores.

y pues esto se muy cierto, \: para que quieres mandarme que siga tu nombre muerto, pues tu vida es desconcierto de penarme y de matarme? Dexame, si le ploguiere, amor dul<;>.e y lisonjero

con engaños, (lue el que quiere es el que muere: dexame, que beuir quiero

sin tus daños.

Responde el Amor que él no puede ser culpado de los aje­

nos yerros, y así cont.inúa la plática hasta que Tapia se ena­

mora y declara vencedor a su generoso contrincante.

16. En un manuscrito perteneciente a la primera mitad

del siglo XVI, hallado por Alfonso Miola en la Biblioteca

Nacional de Nápoles, hay una extensa refundición del Diálogo.

Carece de título y no es mencionado el autor; pero sería

práctico dar a la obrita el nombre de los interlocutores men­

cionados al comienzo: Senex el Amor, mltlierqlLe pltlchra

forma.

Aparece aquí, como en la Ágluga de Cristino y Febea, el

tercer personaje: una mujer hermo&'l., de la que se yale el

Amor para conquistar y luego escal'llecer al Viejo.

Page 35: A don América Cas{t'o

- 353 -

Dice el Amor, entre otras cosas:

Sino, dimp sin pasiones, (ya acabo, no te alborotes) : e Quién bace las inyellciones, las músicas J canciones, los donayres y los motes~

¿ Las demandas y respuestas, y las suntüosas salas? e Las personas bipn dispueslas, las justas y ricas fiestas, las bordaduras y galas:\

é Quién los süayes olores, los perfumes, los azeytes; y quién los dulces sabores, los agradabll's colorps. los delicados afeites:)

e Quién las finas alconzillas '! las aguas pstiladas ~ 1: Quién las mudas,! cerillas ~ ¿ Quién encubre las mancillas en los gestos asenladas,'

En los "iPjos pncogidos resucito la virtud: tornan limpios y p~lidos, )" en plazeres dplenidos les conserYo la salud.

I7. Además de su obra cPlebre, Cola nos ha dejado tres

producciones de poco \3101'. Son los doscientos treinta y l~n yersos de un Epitalamio satírico, ocho de una R.~pa/'za en que,

con una serie de antítesis, descubre las propiedades del Amo/'

y cuarenta) ocho de una Respuesta a Gómez Manrique.

Page 36: A don América Cas{t'o

- 354 -

Preguntaba éste a Francisco de Noya sy (JU(/ reyes primero

que cauallc/'os. Tercio Cot.a opinando que, al ,enir los reyes,

había caballeros; pero que tal cosa presupone la ex~stencia

de un rey anterior que otorgase fueros a tal título.

El:a Cota pariente de Diego Arias de hila; pero no fué

invi Lado a la boda de un hijo o sobrino de aquél. Emparen­

taba tal unión, a una parte de la familia Cota, nada menos

que con la del Cardenal Pedro González de Mendoza, hijo del

marqués de Santillana, primo de Hodrigo y Gómez Manrique

y de Garcilaso de la Veg<l.

Para vengar el desaire, Rodrigo escribi') el Epitalamio.

Es una burla por démás prosaica. Resulta ho~ sumamente

oscura por el mal estado del manuscrito y porque alude

continuamente a trivialidades que ignoramos y a prácticas

de los israelitas en la España del siglo xv. "

Estú compuesta de redondillas (coplas octosilábicas de

cnatro ) cinco versos), álternadas de modo irregular.

Las rimas, casi siempre perfectas, se combinan así:

a, b, b, a; a, b, 11, b; a, b, b, c; a, b, a, e J a, a, b, b; ti,

b, a, 11, b Y a, b, b, b. a .

. El autor nombra, en su sátira, los años dio, 1471 Y d¡2 (estancias LI-LJlI). La escribiría, pór consiguiente.

algo después ele la ültima' fecha mencionada.

18. Durante algún tiempo se confundió Hodrigo con Sil

hermano Alonso. Conviene dejar deslindada, con nitidez, la

p.ersonalidad ue ambos.

En la Lisla de inhábiles de Toledo y cantidade.~ que cada

lino pagó pOI; su /'ehabilitación en J!¡95, que se conserva en

el Archivo Histórico Nacional de Madrid, figuran los nombres.

de Rodrigo Cota, joyero; Leonor de Arroyal, mujer que fUt-

Page 37: A don América Cas{t'o

- 355 -

del doctor Cota; Sancho e Inés Cota, hijos del doctor Cota;

Catalina, María, Diego, Martín y Tristán Cota.

Levantaron, pues, la inhabilidad que pesaba sobre ellos

por ser parientes de judíos condenados.

Los editores de Ordenalilienlo ... de Aleald, Ignacio Jor­

dán de Asso y Miguel de Manuel)' Rodríguez, hallaron,

hacia 1771, un interesante documeIlto. Trátase de un manus­

crito que paraba en la' Biblioteca Real (hoy Nacional) de

Madrid. Es un inventario de,las obras jurídicas que, a fines

riel siglo XV,' poseía el docior Cota. Dichos ilustrados autores

llaman a este personaje sabi,) jurisconsulto y ministro del

COllsejo Real, del tiempo deL s~ñor don Juan el Seglllldo.

Bonilla y San Martín ha publicado, en sus Anales de la

literfltllra españolfl (J 901), un autógrafo del docior Cota.

El ilustre investigador creía muy Llerosimil que perteneciese

al poeta.

Trát,ase de la siguiente nota, que aparece en. la última

hoja, vuelta, de los Comel!tario.~ de Bartholo a la última

parle del Digesto:

COMPRE ESTE LIBRO YO EL DOCTOR COTA

EN LA (,::IBDU' DE TOLEDO, A X V DIAS

DEL MES DE ABRIL A>¡O DEL NASr,:IMJ ,"

DE 11110, SALUADOR ¡HU X,o DE MJLL

E QU.HROCÚ:NTOS E OCHE"iT.~ y

(;E~CO A";08

DOCTOH COTA

Luego, en diversas páginas, hay trece anotaciones ('1}

latín, torlas insignificantes y de la misma letra.

El \ olumen está en' la Biblioteca Nacional de Madrid (Signalura : 1. 860).

Menímdez Pelayo, en Orígenes de la I!ovela, no admitiú

Page 38: A don América Cas{t'o

- 356 -

que el doctor Cota y el autor del Didlogo pudieran ser la

misma persona. « ,Se trata, - dice - según toda probabi­

lidad, de nn doctor Alonso Cota que tUYO ... muy desventu­

rado fin ". Hecuerda, en seguida, que el 16 de agosto de

1486 fueron quemados en Toledo veinticinco herejes, entre

los cuales - según cuenta Sebaslián de Horozco - murió el dicho doctor.

La relación de Horozco interesa doblemente: por la noti­

cia que aporta )' porque describe uno de los siniestros allto.~

de p que se realizaban en la ciudad de los concilios,! los

re)'es.

En 192:1, Angel J: Battistessa estudió La biblioteca de un

jllriscnnSl/lf() toledano del· siglo XV, representada por la nó­

mina que descubrieron de Asso y de Manuel. Pudo compro­

bar entonces que ·la letra del breve inventario es igual a la

de la inscripciún que reprodujo Bonilla.

Esta ci¡:cunstancia, la Índole de los volqmenes y la profe­

siú¡l" del dicho Cola, permitieron a BaUistessa confirmar la

feliz intuiciún de Menéndez Pelayo : Alonso Cota, consejero

y jurisconsulto, no debe ser confundido con el poeta Hodrigo

Cola.

I!J. Hodrigo floreció eH Toledo,hacia la segunda milad del

siglo xv. A pesar de lo creído hasta hoy, no murió eu esa

centuria sino después de 1 JO;).

Eu " de agosto de dicho año - según consta en un expe­

diente de pruebas de hábito en la Orden. de Santiago - hizo

una donación a su hijo Martín y a la esposa de éste.

Tal documento aclara y completa, de modo notable, los

datos genealt"gicos que couocíamos.

Cotarelo y Mori da noticias del a y lo extracta en el

Page 39: A don América Cas{t'o

- 3;-'¡ --

opúsculo Algl/nas nolicia,~ lluevas acerca de Rodrigo Cola,

Incorporo las llmedades, despul's de sorlear penosamenle la

profusiún de citas y llamadas con qlle ha petrificado su

pSludio este laborioso erU:dito.

El poda usú diferentes nombres: Rodrigo Cota, Rodrigo

Cota de Maguaque, Ruy Sánchez Cota y Ruy Sánchez de

Toledo. (Ru)' es una de las formas que tornaba el nombre

Rodrigo.)

Se le apodaba el Tío y el Viejo, para diferenciarlo de su

sobrino, a quien decían el Mózo. Era este Mozo - según se

verá detalladamente - hijo del doctor Alonso Cota y tenía

oficio de joyero.

Hubo, además, un tercer Rodrigo Cota, cuyo progenitor

fué Fernando, el hermano menor del poeta.

El autor del Diálogo era hijo del tesorero Alonso Cota,

regidor de Toledo, y de su mujer Teresa Ortiz.

Fundóle su padre un mayorazgo y heredó Rodrigo, junto

con otros bienes, "arias casas situadas en aquella urbe.

Casó con Isabel de Peralta, cristiana, y tuvieron un hijo

llamado Martín. Este hijo usó el apellido de Alarcím, adop­

lado por sus descendientes.

Los hermanos del poetase llamaban Alonso y Fernando.

20. Maltín de Alarcón era casado con una hija de Luis

Á.lvarez de Toledo, regidor de la ciudad de este' 'último

nombre.

Un parieule de los Cota, Diego Ariils de .\.vila, fué conta­

dor mayor del reino.

Sábese por una carta de Isabel la Católica que. hacia

d72, Sancho Cota y Sil hijo Rodrigo estaban presos en

Toledo. Dispuso doña Isabel la libertad de aquél y excarce-

Page 40: A don América Cas{t'o

- 358 -

lóse a Rodrigo lIlerliante una multa de noventa mil mara­

vedís.

La misma reina, en otra epístol?, se refiere a la mujer e

hijos de un tesorero apellidado Cota, de nombre Francisco.

Ambas misivas fueron publicadas por Foulché-Delbosc,

en su Hevue Húpaniglle, el alio 18g!,.

Otro hijo de Sancho Cota, el bachiller Alonso de la Cua­

dra, fué alcalde abulense.

Los cargos desempeñados por algunos miembros de esta

familia, como asimismo el interés que demostró Isabel la

Católica. demuestran que se trataba de individuos de cierta

significación social. .

21. No pudieron salvarse los Cota de las terribles persec.n­

ciones y castigos con que la Inquisición asolaba la judeIia.

FlH~ron quemados, además del doctor Al()nso. el escribano

.Juan Cota (en tl,87) y.Beatriz Alonso, mujer del escribano

AloIJsO Martínez Cota, (1496). Otros heréticos se reconcilia­

ron: Juan Cota (1486) y el tercer Rodrigo Cota (1496).

El autor del Diálogo no sólo abjuró; sentía, o demostraba,

odio a los judíos. Para no inspirar dudas, osó asumir I1l\a

actitud odiosa: fuú aliado de los degolladores de conversos.

\ntón de Montoro (1404-1480;)), versificador J sastre

cordobés, zahirió a Cota por su antisemitismo.

En la burla de Montoro se advierte, sin embargo, el pr('~­

ligio intelectual de que gozaba el poeta:

La muy gran injuria dellos lugar hubiera, por Dios, ("asi de pies a cabrllos. si por condenar a ellos quedárades libre yos.

Page 41: A don América Cas{t'o

- 359

Gentil hombre de buen celo. de linda sabiduría, quién hiciera a vuestro agüelo que di xera si n recelo : ; Voto a la Virgen María!

Varón de muy linda vista á quien el saber se humilla, quien á prudl'ncia conquista; dicen que sois L'Oronista del sl'ñor rey de (-ecilla ; mas no vos pese, señor, porqul' este golpe vos den : sé que fuérades mejor para ser memorador de los fechos de Moisén.

Otra prueba del renombre logrado por Rodrigo, la cons­

ti tu ve el hecho de haberle sido atribuídas varias obras céle­

bres : el primer acto de « La Celestina J), las Coplas del

ProlJincial, las de AJingo Hermlgo y las de la Panadera.

Sus escritos y los que se creyó debían de ser suyos, mues­

tran la índole apicarada del ingenio de Cota.

:~2. Conclusiones:

a) Agilita Cota el di.Jlogo español; pero, anticip4~dose,

otros autores habían escrito coloquios de mayor movimiento.

b) No existen noticias de que la célebre obra de Rodrigo

se ha\a llevado nunca a escena.

e) No supone decoración ni personajes secundarios.

eh) La principal enmienda introducida en el Diálogo, con­

siste en la l'estituciún de cuatro versos al lugar que les corres­

ponde.

Page 42: A don América Cas{t'o

- 360-

d) Entre los poetas contemporáneos de Cota que personi­

ficaron a Cupido, merecen especial recuerdo Garci Sánche7.

de Badajoz, Jorge Manrique y Pedro de Cartagena.

e) Las Coplas que filO Juan de Mena contra lo.~ pecados

mortales, parecen ser la fuente inmediata.

/) El aulor de La Celestina ingirió en ésta numerosos frag­

mentos ll('[ Diál()go.

g) Rodrigo influ)'u en « La Celestina)), en tres obras de

Juan del Encina, en un poeta del siglo "Xv llamado Tapia y pn un autor anónimo del siglo XVI.

h)\clC'más del Diálogo, Cota compuso un Epitalamio satí­

rico, 11l1a Hespnesla y una Esparza.

i) El poda Rodrigo Cota y el doctor Alonso Cota, juris­

con:,;ulto, eran hermanos.

j) 1,0:-; Cotá (,J'an individuos de cierta ~,ignificaciun social.

k) En la presente monografía se reúne el material exis­

tenle acercn de Rodrigo, y se avanza en el conocimiento de

dicho po('ta.

Lejos de mí la presunciun de haber llegado a un término

inmutable, me complacería que mi trabajo contribuyese a

más amplia:-; ~. felices investigaciones.

AUGUSTO CORTI'B,

Page 43: A don América Cas{t'o

"O :.;¡

Alomo Martíncz Cota casado. con

Beatriz Alonso

Apéndice

CUADRO GENEAlJlGICO DE LA FAMILIA COTA

.. \ ~ . Rodrigo Cota 1 (Poeta) I Martín d" Alarcón I Rodrigo de .\Iarc"n I Pedw ,le Peralta Rodri o de ~ I casado con casado con rasado ron ra,ado con I P gl g, Isabel d~ Peralta habel Zapata B .. rnardina de Toledo A.na de la Cerda \ cra tao

~ (Tesorero) \ Alonso Cola (Doclor) I Rodrigo Cota 11, el Mo:o (Joyero). casado con Alrlonza de San Pedro .

. ;: Alonso Cota

c",ado con I cas.do con Sancho Cota l. Tere,a Ortiz Leonor de Arroyal Inés Cola.

\ Rodrigo Cota 1lI. Fernalltlo Gota I Sancho Cola 11) Alonso de la Cuadra.

'"" el

Page 44: A don América Cas{t'o

-- ~(j2 --

u UN AUTO PE }'E

Miercoles diez y seis dias de agosto del dicho atlO de ochenta y seis quemaron veinte y t;inco personas. veinte hombres y c;inco

mugeres. entre los quales quemaron al doctor alonso cota "eeino

de toleno e a un regidor de esta c;ibdat. ~ a un fiscal. y a un

comendador de la horden de santiago. e a otras personas que

fueron de honra. y sacaronlos de esta man(~ra. a pie con coro«;as

en las cabec;as vestidos unos sanbenitos de lienc;o amarillo escrito

en cada santbenito el nombre de aquel. dizie ansi. fulano herejp

condenado. las manos atadas con sogas a los pescue<;os e traxeronlos

a la pla<;a a do esta va un cadabalso de gradas y asentados alli por

orden e frontero estava otro cadahalso donde estavan los inqnisi­

dores e notarios' e otras gentes.

E Alli publica mente a voces le~'an el pro<;eso de cada uno. e las

cosas en qut' avia judaysado y en fin del pro~eso lo publicavan e

con~enavan por hereje e remitian a la justicia y brac;o seglar )"

estuvieron en pasar los pro<;esos todos desde las seis de la ma¡jana

fasta doze y acabados de leer los prot;esos los entregaron a la

justicia seglar e de alli los llevaron a la vega donde fueron que­

mados que gueso de ellos no quedo por quemar e fazer <;eniza.

(S. DE HOROZCO, Noticias curiosas sob"e diferente .• malerias. El manuscrito SI' halla en la Biblioteca Nacional de Madrid.)

III

BREYE MENCIÓN DEL ORIGEN Y COSTUMBI\ES DE DIEGO ARIAS

No creo ajeno de mi relato decir algo sobre el origen de Diego

A.rias, natural de Avila, a fin de que la narración suce~Ya arran­

que de la raíz de los hechos.

Page 45: A don América Cas{t'o

- 363 -

Sicndo príncipe Don Enrique [IY], VIIlO desde aquella ciudad

a Segoyin un COflH'rSO de oscuro linaje, llamado Diego.

Hombre de bajas inclillnciones, empezó a gannrse el sustento

cambiando especias de escaso valO!' )- yendiendo a bajo precio

olras df' mayor estimación. C0ll10 la pimienta, canela) clayo.

Así I'('('orrín los pueLlos, rl'uniendo con sus cantos moriscos

gmpos de nldpanos cuyo trato 11' I'rn mu)- agradnhlp, y ganúndos,'

d" ('3sn en casa las yolunladf's de los campesinos ~ ]'f'cursos suli­

cipntes para sus llH'zquinos gastos_

:\lal an'nido luego con eslf' tráfico, ~- pidiéndolp sus costumbres

más desahogada yida. call1bió aquélla por la dI' rpcaudador df'

alcabalas, rentas del Prínripe.

Para Pjercpr este cargo ron más prontitud ~- 'oher de sus

exp"dicionf's COII más seguridad, compró un caballo de lIIiserable

traza;; d,· íIltimo precio, cuanto con su corrrr bastase para sacar

a saho al jinetp de las iras de los camppsinos, cuando Ip pC'rse­

,.nían para wngal' el all'Opello cOllJetido contra algullos de ellos.

Tantas ypces logró escapar de sus manos. que al caho k llama­

r<lll ,,1 ¡',,fadur. llegando a ser conocido llllicalllelll(' por pi 110111-

bre dI' Di<'go Volado/'.

Ejerrido Yn "u bajo f'mpleo durante algún ti('mpo. ~. con CiIU­

dal no dpspn·ciable. dedicóse a más importantrs y multiplicados

negorios, :va empleando su actividad, :va a:V\ld~ndos<' dI' su do­

naire, chish's <[ue le ganaban el nnimo de los '(11(' 1" trataban.

Mas ni alln con esto hubiera acrecentado sus ri'lupzas. a 110

acudir. según se dice, a un crimen por. demás infanlP. meJ'ecl'dor

dt' la pl'isiúlI ) prna capital a que le condenaron los regidoreti, y

<1" la '(tIP, )a ('n camino del suplicio. le libertó el príncipe D.

E Ill'i<jIH', haciéndole su secret.ario, COII el apellido df' Arias, y juzgámlok m{l:" digno de su intimidad.

Rico ~a. 'j favorecido como el que mús, los mismos jueces '1ur

1" condenaron. le distinguían; admirados muchos de que hubiese

.. scapado de la muerte, todos más y más sorprendidos de sn grall

Page 46: A don América Cas{t'o

- 364 -

valimiento en la caMa del l)ríncipe, como que era único árbitro

del repartimiento de pechos y único distribuidor tambipn de sus

productos. En ella t.uvo al mismo tiempo por compuiieros a otros encargados de diversos menesteres, como los que cuidaban de la

alimentación de las fieras; ocupación qUf' en aqucl Palacio no SI'

tenía por indigna; así como se consideraba merecedor de gran­

des premios al que llamaba, capitaneaba y fayorf'cía a los moros

granadinos.

(ALONSO DE PAL~NCIA, Crónica úe Enrique I~·. Madrid, Colección

de E~c,.ito,.es Castel/allos, I ~101, I. 93-9/,.J

Contribución a la bibliografía de Rodrigo Cota

EDICIONES

Cancionero general de Hemando del Gastillo. Valencia, Cristóbal

K6sman. 1511. Edición de la. Sociedad de Bibliófilos Españoles. Madrid,

.882, J vols.

Facsímile de la edición de 1520, publicado por .\rcher

M. Huntington. Nueva York, 19°4. Diálogo entre el Amor y un caballero viejo, compuesto por Rodriy"

Cola. Alcalá de Henares, Francisco Cormellas y Pedro

de nobles, 1564, [:1", 4 hjs. preliminares + 103 folios

+ 11 hjs. sin foliar. [El volumen principia por la Gl(j.~a

religiosa y nwy Christiana sobre las coplas de don George

J{anrrique (por nodrigo de Valdepeñas). Contiene, adf'­

más. Un caso memorable de la conversión de una dama

'j las Cat·tas en refranes de don Blasco Gara,v. Se publi­

caron numerosas ¡'eediciones, incluyendo algunas las

Coplas de Mingo Revulgo 'j la Doctrina del Es/oico Filo­

.<Ofo Epiclelo, traducida del griego por el Brocense J,

Page 47: A don América Cas{t'o

- 365-

Mpdina del Campo. F rancisro del Canto, 1 ;}6g, 12·.

Sevilla, Alonso Picardo, 1575. 12· prol.

Sevilla, Alonso Picardo, 1577, 12° pro\. [La licpncia, fr­

chada en 157:l, hace presumir otra edición de este año l. Alcalá dI' Henares, Querino Gerardo, 1581, 12", 113 fo­

lios útiles. Bib. Na\. de Madrid: R. 2857. Medina del Campo. Francisco del Canto, 1582, [2·,

146 hjs. útiles, sin foliar. Bib. Na\. de Madrid: 1i.

2°7°· Madrid, Luis Sánchez. "15g8, 12", 6 hjs. preliminares sin

numerar + :104 folios. Bib. :'ia\. de ~1adrid : R. 79°[. (A este ejemplar 1(' faltan los 12 últimos folios).

\:Iadrid. Juan de la Cuesta, 1614, l:l·, 6 hjs. prelimina­

res sin foliación + :104 foliadas. Bib. Na!' de Madrid :.

U. 1 [2g. (En esta misma ciudad y año, de la Cuesta

publicó dos ediciones).

Madrid, Juan de la Cuesta, 16[4. 12" prol., 6 hjs. pre­

liminares + 236 folios. [Con la Doctrina de Epicteto l. Bib. Na!' de Madrid: R. 6978.

Madrid, viuda de Alonso Martín, 1632, [2° pro\., 6 hjs.

preliminares + 246 foliadas. [Con la Doclrina de" Epic­

leloJ. Bih. 'ü\. de ~Iadrid : H. 5919. En el libro Refranes o proverbios e,~paiioles de César

Oudin. París, [608. Lyon, [6[4.

Bruselas, [634. [Sin luga\'. ario ni foliación. Son 16 págs. en 4", impre­

sas en el siglo XVIII por Pedro Josef '\lonso de Padilla,

juntamente con un romance titulado El blasón de las

mujeres.J

Las coplas conlra el amor (Con refranes de Blasco de Garay. Lo­

renzo Palmircno y Malara). Madrid, Repulles, 180l.,

l:I0 , 328 págs.

Page 48: A don América Cas{t'o

Diálogo ealre el Amor y /lit Vil'jo y E.~par:a. En Flo/'es/a de

rimas alltíyuascastellaaa.~. por J. ". Bahl de Faber. Hamburgo, 18!!I-18:~3-182j, 3 vols. 1.235-143.,301.

Madrid, León Amarita, 182').. En la edición de (f Lo Ce­

lestina " (al final).

Madrid, León Amarita, 1835. En Boutenvek, F .. His/oria de la lill'/'fI/llra e .• pajíl//a. Ma­

drid. Eusebio Aguado, [829, 1, 243-~~53.

En Fernúndez de Moratín. L., Orígenes del lea/ro espa­

jíol, B. de AA. E., n, ·~26-227. En Tesoro del teatro español. por Eugenio de Ochoa (5

vols.). Tomo 1, París, Baudry, 1838. 131-[33.

Cal!cionero de GÓlIle: Manique, publícale con algunas notas D. A.

Paz y Melia. Madrid, Colección de escritores castellano.5,

1885,11, 13:1-137. [Contiene una Uespllesta de Cola}.

t'pitalalllio satírico, pd. R. Foulch':'-Delbosc. );;n Revue lIispa­

nique, 1894, 1, 69-72. Heproducido en el Cancionero castellano del siglo XV. n.

588-59 1 .

. 'lENÉNDEZ T PELATO, M .. Antología de poetas líricos, lY. 1-22.

COTA, HODRIGO DE (sic), Diálogo enlre el AlIlor y un J'iejo. En Cu­

/'iosidades literarias. Madrid. Biblioteca l'lIiver.<a1. 19°7, CLIX, 1 [-23.

Diálogo en/re el Amor y I1n J!iejo. Madrid, Biblio/eca 01'0-

pesa, 19°7. T. IY, 30 págs. fol. FoncHÉ-DELBOSC, R., Callciolle/'o cas/ellmlO del siglo XV.

ordellado por ... Nueva Biblioteca de Autores Espaijo/e .•.

-'Iadrid, '!F 5, n, 580-587. Diálogo entr'e/ AlIlor y 1111 Viejo. En Antología de ]101'10.< dI' 10'<

.<iglos X/lI al XV, pOI' A. Bonilla y San MarHII. Ma­

drid. Huizhermanos, 1917' pp. 8í-11O.

Page 49: A don América Cas{t'o

- 3tii-

ESTUllIOS \ ,",OTlCIAS

bTOl\IO, \ICOL\S. Bihliolheca Hispana ¡YClpn. i\Iadrid, ISíS. 11,

2ti3.

B.n·TlsTESSA, Al\GEL, J .. La bi/¡jiole'YI de 1111 jlll'iscu/I-</tl/CI loledall"

del siylCl XV. \Iadrid, R'5I'is/a de la Biblio/eca, Archit,(,

y .lJuseu ,Id .-lyunlamie/¡{o,1925. \" \"11. pp. 341-351.

Buenos Aires, Instituto dI.' Filología, 1~125, 1. 1, :\,jo 3.

BOl\IJ.LA y SAN \JAI\T¡~ .\ .. Anales de ItI lilt'I"!l/1l1"!l e.<paiiola. Ma­

drid, 1904, pp. 164~16í' La .• Bacanle.< o del IJ/'ir¡e/l del leatro. \Iadrid. 1921, pp.

9;)-98 . CASTIIO-GUISASOJ.A, F., Obse/'vnciones .<obre la .• filen les literar'ias

de (( La Cele .• li/lU )). Madrid, [~j24, pp. i í8-1 80. (( CLARlJS. L. )) ("("así', \"OLK. "-.).

COTARELO V \[ORI, E,. Cancionero de Anftí/l de .l{ollloro ... , reunido

ordenado ~ anotado por .. _ 'Iadrid. [900, pp. 288.

29 [, 292 ~- 344-34í-.4lgllnas IlOlicias IIIWI'aS are/','a ,[1> /?"dl'iyo Cula. 'ladrid,

Tipogra fía dí' la I!evis/a di' A /·chipo .. , Bi{,fi"lp('II.<." Mú-

seos. '926. .

Ih LA BAIIRERA y LEIIlADO. CAYETA:'iO ALBERTO, Calálog(¡ biblio­

gráfico ,v biogl'lUic" del lea/r" alllíguo e-<paijo/, 'ladrido

Rivadenena, 1860. :05-106. DE LOS Ríos, J. A .• lfis/rl/'ia edliea de la lile/Yl/llra española,

VII. 398. 4S1 y 482.

Rl cancionero de Juall A(j'on-<o de Baella (:';g[o XVj, ahol'll po,.

pril/lem pe: darl" a 111: 1'011 nola.~ :v cOI/lI>n.lw'ios, por Eu­genio de Ochoa y P<,c11'O JoS(; Pidal. 'Jadrid, IH5,. lnll'oducc¡'ín. p. X:\.XVII.

FERN,{NDEZ DE MOIIATí", Loo Rod,.iyo di> Cola. ('11 O,.ígelles drl

lealr'o e-</Jfliiol. Bi/¡lioleca de Aulol'es Espa/io 11'.< , 11. [í9.

FITA, FWEL, La {lIquisici,íll Toler//1/w. H('la(,iólI conl<'lIlporánea

Page 50: A don América Cas{t'o

- 368-

eI(' los autos y autillos qul' cdcbr,', ¡)psd(' el año 184;)

hasta el de 1501. Madrid, Boletín de la Real Academia

de la Historia, 188í. XI, ~91-311. Deu3' le/U'es inMites d' Isabc/le la Calho/ique concernanl la

fami/le de Rodrigo Cola. En Ileuue /lispallique, 1, 1894,

R5-87' Vo/e.< sU/' ta.~ coplas del provincial ... n. Les allrlbutions.

En RC1'1¡e Hispanique, n, 1899, 426-428.

GALLARDO, lhuTOLOMÉ JoslÍ, Ensayo de una biblioteca española de

libro.' raros y curiosos. Madrid, Rivadcneyra, 1866,11.

6dl.

GAm:RO. Al\TO;";1O MAI\TíN, Hislol'ia de Toledo. Toledo. López

Fando, 1862, págs. 930, 1064-1069.

JORO \:I¡ DE .\S80 y DEL Hío, L y DE MANUEL y HODRíGUEZ, M., El ordenamiento de las leyes que don Alfonso Xl lIi:o en la.,

Cortes de Alcalcí de Henares el ario 134&. Madrid, Joachín

Ibarra, I íí4. (En el Discllr.<o preliminar, p. XXIV).

lIE:"IÍl'iDEZ ':f PELAYO, }IAI\CELINO, Antología de poetas líricos caste­

llanos. 1. VI, pp. CCCLXXVI-CCCLXXXIlI.

Orígenes de la noue/a. t. lB, pp. XXI-XXIV.

:\1111. \ Y FOl\TAN.US, MAl'iUEL, Principibs de literatura general. Bar­

celona, 1888, p. 492. (Tomo I dc las Obras completas).

,'ljovelistas anteriores a Cer/!anles, Biblioteca de Autores EspaIioles.

18~6, t. III, pp. XII-XIV, ':f 1-15.

Bo.JAs, FERNANDO DE, (( La Celestina n. Edicionps de Sevilla, 1502.

('n la Carla preliminar), y Valencia, 1514 (reproducida

por Cayo Ortega en la Biblioteca CltÍsica. 'ladrido

1 !)Oí. p. 4). SCIIACK, ADOLFO FEDERICO DE. Historia de la li/era/llm y del arte

dmmtÍtico en E.~paña. ~fadrid, Colección de esc,.itores

rastel/anos, 1885, 1, 245.

SERRA1<iO y SANZ. MANUEL, JYoticias biográjicas de Fel'nando d.! Rojas, autor de (( La Ce/estilla n. Madrid, 190:1, pág. 4-

Page 51: A don América Cas{t'o

- 369 --

SORAVILLA, JA\IER, « La Cele.~lina », por Hodri90 Cola y Fernando

Rojas, SIIS pensamientos .r refralles. Madrid, 1895.

TICKNOR, J .. Historia de la lileratura e.~pa¡lola. l, :q4-277' VILLEGAS SELYAGO, Al.Ol'Iso DE, Comedia llamada 81'1I'a9;a, COIll­

pUf'sla por ... Toledo, Juan Fel'l'e l' , 1;>54.

Madrid, 1873, p. VIII.

YOLK, W ILHELM, Dal's/elllm9 del' Sj)(lIIisrlrl'n Li/era/I/I' ;/11 Mi//t'I­

altrr. Mainz, 1840, 1I, 231.

OBRAS AFI~ES

ALVAREZ DE Y ILLASANlJ(¡\O, A U'OlliSO , Fablando con el Al/lIJr, Loan­

do al Amol' ,. (,m/ra el Amol'. En Cancionero cas/el/ano

dd siglo XV, por R. Foulch,q)elbosc, I1, 385, 386,:,

387. CARTAGENA, PEDRO IlE. (¡/ra obl'a suya el/ 'lile in/,'odll:e inlel'ioclI­

tores el dios de amor.Y vn enamorado. En Cancionero

castel/allo del úglo .\T,. por B. Foulcllt;-Delhosc, I\. 5:14-531.

DEL ENCIM, JI.:Al\. El /rÍllllfo del Amo/'. En Cancionero de J.

del E. Priml'ra pdición, 1496. Puhlicad" en fa('slmi\(,

por la Rf'al Academia Espaiíola. 'Iadrid, 1 !)2H. LXI-

LXVIII.

¡;:9109a de Cris/illo.v Febea. En Tea/ro comple/o de ... Edi­

ción dI' la Rral Acadrmia Espariola. 'ladrido 1893. pp.

379-4°9, Villanciro «( :'i inguno cierrf' las pU('rlas »). En A /ltología

de por/ns de los siglos .\71I al.\ r', por A. Bonilla y San

Martín. Madl'id, Huiz hf'rmaJ\os. r~)l7, pp. r 13-115. tiUEVAIIA, lnJi e 1'Il/J de alflO''I'S. En Callcio/t(,/,o rasle/tano riel .• igtu

X V, por B.. FOlllché-Delbo~('. 11. {¡97-4!)S. :\hNRIQUE, JORGE, De don .J. M. q,¡e:l'Iíndosl' del Dios de AlIlo/'. y

C()T/I0 ra;onan el uno CO/l el o/ro. EII Callciolll'I'U ,t" ./. M.

Page 52: A don América Cas{t'o

Prólogo, edición y vocabulario por '\ugusto Cortina. '\Iadrid, Clrí .• ieo .• Cas/ellmw .• , 1929, pp. 155-163.

MENA, JUAI\ DE, Coplas que .fizo el famoso J. dI' M. contra los

pecado .• mortales. En Cancionero castel/ano del siglo XV,

1, 120-.52. MIOLA, ALFONSO, Un testo d"amatico .• pagnuolo del XV secolo ...

FirPllze, 1885. 18 págs. + 1 facsímil.

. H.U\z, J., DI' cómo el Amor vino al A"~:ipreste é de la pelea que con

';101'0 el dicho Argipre .• te. Aquí ffabla de la pelea qu'el

A/'\,ipreste ovo con dOIl Amo/' (del l'ezo) , y De la pelea que

(JI'O el A/'('ipresle con don Amor (de las doncellas I'Pcogi­

das). En Libro de buen amor, Madrid, Clríúcos Caslella­

IIOS, 1913,2\'018 .. 1, 73-75, 136-156. S \NCHE7. DE BADAJOZ, GARCI, Infierno de Amor y Fantaseando la.<

co.<as de A /1101'. En Cancionero cas/el/ano del siglo X r~.

por R. Foulch~-Delbosc. Il, 631-635 Y 638-643. TAPIA. Comieru;atl las obras de .... .Y es/a pr¡'¡lem es l'na en que

di!e que, es/ando sin al/lOreS, le buscó el A mor y le

mandó qul' los /ouiesse ... pte. En Cancionero cas/ellanu

del úylo XV, por R. Foulché-Delbosc, Il, 440-44:.!. XIMÉNEZ (el bachiller), Vlla acusacion que hizo a su amiga y Pur­

galorio de Amor. En Cancionero castellano del siglo X r, por R. Foulché-Delbosc, 11, 273-:.183.

\/ANUSCRITOS

[\utóg-rafo tlel doctor Alonso Cota.] En la última hoja vuelln.

t!p\ Comentario de Bartholo a la última partp dp\ Di­

gps/o. Biblioteca NaeÍonal de Madrid: I. 860. Carlas de Isabel la Católica (referentes a Sancho, Rodrigo y Fran­

cisco' Cola). En la Biblioteca\aeiona\ de 'Madrid: Dd.

59, pág. !JI. (Colpcción del P. BUl'riel.)

Page 53: A don América Cas{t'o

Epitalamio satírico. En la Biblioteca ~acional de Madrid: K. 97

antíguo, pág. \14. HOBozco, SEBASTl\N DE, Solicia.~ curiosas sobre dijeren tes materias.

En la Biblioteca Nacional de Madrid: I\a. 105, hoy

9 1 75. [Inventario de obras jurídicas que pertenecieron al doctor Cota].

En la Biblioteca ~acional de Madrid: D. 43, hoy 691. folios 31 i vuelto y 318 recto.

Lista de illhábiles de Toledo)' cantidades que cada U/IO pagó pOI' SIl

rehabilitación en 194'i. En el Archivo Histórico Nacional

de Madrid: Inquisiciún de Toledo, lrg. 120, n° 92,

23 hjs. rn folio.

[~oticias genealógicas de los Cota J. En el expediente ~o 368, de

pruebas de hábito en la Orden de Santiago (verificadas

en 1634). TAMAYO DE VARGAS. TOMÁS, Junta de lilJros, la mayor que Espaíia

ha visto en SIl lengua hasta el ario 16"2f" folios 23-24. Biblioteca ~acional de Madrid.