a. g. howard - the moth in the mirror.pdf

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  • 2

    Esta traduccin fue hecha sin fines de lucro.

    Es una traduccin de fans para fans.

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    puedes apoyar al autor con una resea, siguindolo en redes sociales y

    ayudndolo a promocionar su libro.

    Disfruta la lectura!

  • 3

    Staff Moderadora:

    Melii

    Traductoras: Aimetz

    Niki

    Moni

    Gaz

    Florbarbero

    Correctoras: gabihhbelieber

    NnancyC

    Sof Fullbuster

    Melii

    Aimetz

    Lectura final: Melii

    Diseo: Yessy

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    ndice

    Sinopsis

    Las Manipulaciones de la Polilla

    Recuerdo Uno: Kriptonita

    Recuerdo Dos: Matanza

    Recuerdo Tres: Capturado

    La Resolucin de Polilla

    Sobre la autora

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    Sinopsis Una historia corta de la serie Splintered contada desde los

    puntos de vista de Jeb y Morfeo. Morfeo quiere saber ms sobre su rival amoroso de Alyssa, as que entra en los recuerdos de Jeb en el Pas de las Maravillas. Pero puede sorprenderse con lo que va a encontrar.

    Splintered #1.5

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    1 Las Manipulaciones de la Polilla

    Traducido por Aimetz

    Corregido por gabihhbelieber

    Ests seguro de esto, Morfeo?

    Lo estoy respondi Morfeo, quitndose los guantes y metindolos en su chaqueta. Sin embargo, t pareces necesitar convencerte. La magia hormigueaba en la punta de sus dedos, una palpitante luz azul justo debajo de la piel. Debido al puente de hierro en el exterior, sus

    poderes estaban limitados a unos pocos trucos benignos. Pero seran suficientes para ilustrar su punto si fuera necesario.

    El escarabajo de alfombra, quien se alzaba hasta la altura de la

    clavcula de Morfeo despus de que este hubiera consumido una pocin encogedora, trag saliva detrs de sus muchos chasquidos de mandbula.

    Su piel se estremeci. No, no. Por favor, malinterpretas mis dudas. Los brazos semejantes a ramitas del pequeo insecto temblaban mientras hojeaba en su portapapeles el recuento alfabtico de todos los recuerdos

    que se haban perdido en el Pas de las Maravillas. Se ve como una forma aburrida de pasar una tarde, es todo... espiando en los momentos olvidados de un humano.

    Morfeo se movi, y sus alas proyectaron una sombra sobre la cara del escarabajo. Ah, pero este humano en particular tiene mucho que ensearme.

    Este humano en particular haba logrado atrapar algo que Morfeo deseaba por encima de todo lo dems en el mundo.

    Toma asiento el escarabajo seal hacia una silla de vinil blanco, y preparar los recuerdos para ti.

    Morfeo baj sus alas a un costado, se sent y dio una calada al

    narguile proporcionado por su anfitrin como una cortesa. El dulce y confitado tabaco le quem la trquea. Sopl bocanadas de humo,

    moldendolas con la cara de Alyssa. Era fcil imaginar la forma en que sus ojos se ponan de un azul hielo cuando ella lo vea, llenos tanto de miedo

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    como de emocin. Adoraba eso de ella: el borde afilado de su instinto de

    habitante del Inframundo, advirtindole que no confiara en l, suavizado por las emociones humanas forjadas durante su infancia compartida.

    Antes de ella, haba vivido su vida en soledad, sin necesitar a alguien. No tena la menor idea de qu hechizo haba lanzado sobre l. Ella estaba ms all de la frustracin, siempre comprometiendo su devocin

    hacia el lado equivocado. Pero su encanto era innegable. Sobre todo cuando lo desafiaba o lo miraba con indignacin. Eso trajo la ms deliciosa mueca a los labios femeninos.

    Morfeo dej a un lado el narguile, aunque el ardor en su pecho no tena nada que ver con el humo. Alyssa era la nica que poda apagar el

    fuego all, porque era ella quien primero haba avivado esas llamas.

    Haban pasado cinco aos juntos amigos de la infancia, hasta que su madre la alej de l, ensangrentada y herida, y l se haba

    preocupado con remordimiento y culpa a distancia debido a un voto imprudente que haba hecho de mantenerse alejado.

    El estar privado de su amiga le dio su primera muestra de soledad. A pesar de todos los aos que haba pasado en un capullo antes de conocerla, atrapado y claustrofbico... incluso eso no lo haba preparado

    para la desolacin de su ausencia.

    Entonces, por fin, haba vuelto a l, reviviendo todos los viejos sentimientos que crea haber dominado. Esa vez, tambin, fue de corta

    duracin. Ella lo haba dejado una vez ms, por su propia eleccin. El dolor y la soledad resultante eran insoportables. Debilitantes.

    Ella solo se haba marchado del Pas de las Maravillas haca seis meses, y l no entenda este enfermo vaco por dentro que slo poda ser llenado por su tacto, su olor, su voz. Las hadas solitarias no tenan ningn

    uso para semejantes tonteras. Ellas no requeran ninguna compaa, aborrecan el equipaje emocional. El afecto y la lealtad pertenecan a la

    selva del Pas de las Maravillas y a nadie ni nada ms.

    Entonces, qu le haba hecho ella para cambiar eso?

    En los ltimos tiempos, cada vez que vea su reflejo, ya no reconoca

    a la polilla en el espejo. Estaba incompleto, roto, y despreciaba eso.

    Despreciado an ms porque ella lo haba hecho trabajar muy duro para cortejarla, mientras le daba su afecto libremente a un mortal sin

    valor.

    Morfeo reprimi un gruido. No poda darle sentido a la suerte de

    Jebediah, cmo un ser humano poda ejercer tal poder sobre una reina de los habitantes del Inframundo? Cmo un simple muchacho podra aprovechar un mestizo corazn real tan multifactico, un espritu

    propenso al caos y a la locura? Jebediah estaba arruinando a Alyssa,

  • 9

    encadenndola con el aburrimiento y las trivialidades del reino humano.

    Ella debe ser liberada.

    Morfeo haba considerado matar a su rival, pero Alyssa nunca lo

    perdonara. No. Haba llegado el momento para medidas creativas.

    Si Morfeo saba lo qu Jebediah haba estado pensando durante su viaje a travs del Pas de las Maravillas todos esos momentos en los que el chico haba estado en su mayora aterrado, en su mayora desalentado conocera sus fortalezas y debilidades, ntimamente. Vera cmo se vena abajo Jebediah, enfrentndose contra l.

    Esas debilidades le derrotaran mejor de lo que Morfeo poda. Luego, cuando hubiera destruido la fe de Alyssa en su mortal caballero, Morfeo

    estara all para consolarla y conquistarla.

    l volvera a or su risa como cuando eran nios, una vez ms sera el destinatario de su deslumbrante sonrisa.

    Una vez ms estara completa.

    Por aqu, por favor. El escarabajo le hizo seas a Morfeo para que lo siguiera.

    Morfeo se quit el sombrero y se pas una mano por el cabello. Cuando el insecto abri la puerta a un compartimento de recuerdos sin

    ventanas, el olor de las almendras emanaba de un plato de galletas recin horneadas sobre una mesa lateral. Un divn color crema estaba clavado

    contra una pared, y una lmpara de pie de bronce adornado iluminaba el espacio con un suave resplandor.

    La atencin de Morfeo se bloque en el pequeo escenario a travs

    del compartimiento. Su corazn lata con anticipacin, un ritmo profundo y constante. Las cortinas de terciopelo rojo esperaban para abrirse en cualquier momento, para reproducir las memorias de Jebediah sobre una

    pantalla plateada.

    Ya que vas a andar por la cabeza del chico para visitar sus recuerdos perdidos dijo el escarabajo, por poltica estoy obligado a advertirte... Las emociones humanas pueden ser una cosa muy poderosa. Pueden hacerte ver las cosas bajo una luz totalmente diferente.

    Estoy contando con eso. Morfeo Sonri. Has odo el dicho acerca de los amigos y enemigos?

    El escarabajo se rasc su piel peluda. Um... mantn a tus amigos cerca y a tus enemigos ms cerca?

    Morfeo se acomod en el silln acolchado, alisando su pantaln de

    raya diplomtica mientras cruzaba los tobillos. Incluso mejor, dar un paseo en los zapatos de tu enemigo. Es la mejor manera de controlar sus pasos. O borrarlos por completo, si se presenta la oportunidad.

  • 10

    El escarabajo, temblando de nuevo, apret un botn en la pared con

    un brazo largo y delgado. Las cortinas del escenario se abrieron, revelando una pantalla de cine.

    Imagina la cara del chico en tu mente mientras miras a la pantalla vaca, y experimentars su pasado como si fuera hoy.

    Su perorata era ensayada mecnica, incluso, pero el pulso de Morfeo se aceler. Esper a que el escarabajo apagara la lmpara. Tan pronto como el insecto sali de la habitacin y cerr la puerta, el cuerpo de Morfeo se hizo pedazos, flotando en la oscuridad, como si estuviera hecho

    de motas de polvo. Todas las piezas se reagruparon en la pantalla en vividos y cinematogrficos colores, hasta que estuvo en la cabeza de

    Jebediah Holt, usando su cuerpo, sintiendo sus emociones.

    En ese momento, Morfeo se entreg a la experiencia, viendo las cosas como un humano por primera vez en su vida.

  • 11

    2 Recuerdo Uno: Kriptonita

    Traducido por Niki

    Corregido por NnancyC

    Jeb se despert en una cama oscilante.

    Estaba desnudo. Por qu estaba desnudo?

    Antes de que pudiera registrar bien ese hecho, treinta o ms

    espritus de la naturaleza del tamao de una polilla se lanzaron sobre l, acaricindolo y susurrando sobre cada parte de su cuerpo. Trat de mover

    los brazos y las piernas. Las alas de los espritus zumbando a la velocidad de alas de los colibres liberaron partculas como pelusas de diente de len que de alguna manera lo inmovilizaron. Las semillas

    desprendieron una fragancia a canela y vainilla que inund su consciencia hasta que la habitacin se hizo borrosa.

    Cuando la bruma se levant, se encontraba en casa, en su cama. La noche se filtraba por la ventana y Taelor se hallaba a horcajadas sobre l, medio vestida. Unos dedos con manicura francesa bajaron por el vello de

    su pecho y por su abdomen hasta la cintura de sus vaqueros.

    Esto no poda ser correcto. l y Taelor haban tenido una pelea antes del baile, haban terminado.

    Gentilmente la volc debajo de l y se apoy en los codos, quitndole el cabello de la cara. Pero los ojos de Taelor no se encontraron con los

    suyos. Lo hicieron los ojos azul hielo de Alyssa, mirndolo de una manera soadora e inocente. Sus dedos se volvieron gordos y torpes sobre las sienes de ella.

    Al estaba en su cama?

    No. Esto no poda suceder. Alyssa ni siquiera haba besado a un

    chico. Y Jeb nunca haba sido el primero de ninguna chica, en nada.

    Al era intocable para l. Ella haba experimentado suficiente turbulencia en su vida. Y l no era exactamente la representacin de la

    estabilidad.

  • 12

    Alejando las manos de un tirn, se puso de rodillas.

    Jeb, no me deseas? pregunt Al, frotando una palma sobre su pecho.

    No pudo responder. Le dolan los dedos y se sentan apretados, como si estuvieran creciendo. Los sostuvo en alto a la luz de la luna, viendo con horror cmo se caan uno a uno y se transformaban en orugas. Luego las

    orugas se arrastraron hacia Alyssa, y l no poda hacer nada para detenerlas. Cay en la cama sobre su espalda, con las manos encima de la cara, viendo con incredulidad los sangrientos muones en carne viva que

    una vez haban sido sus dedos.

    Gritando, Alyssa trat de salirse como pudo del colchn, pero las

    orugas la atraparon, trepando sobre su piel y tejiendo redes hasta que slo quedaba su forma retorcindose dentro de un capullo.

    Djenla ir! grit Jeb. Una luz destell en frente de sus ojos, y despus ya no segua en la cama de su habitacin. Estaba en algn lugar de la mansin de Morfeo, y los espritus de la naturaleza se agitaban sobre

    su piel, hipnotizndolo usando alguna clase de feromonas alucingenas.

    Me estn manteniendo cautivo para que Morfeo pueda estar a solas con Al. En el instante en que esa realidad lo golpe, el hechizo se rompi.

    Jeb cay del colchn oscilante y se alej de la neblina seductora de sus captores. Sujetando una almohada, se cubri a s mismo. Denme algo para vestirme!

    Los espritus de la naturaleza flotaron en medio del aire, sus ojos de liblula observndolo.

    Haba varias canastas doradas colocadas en el suelo a sus pies. Jeb pate una. Sus pequeos captores se abalanzaron por la habitacin en una histeria masiva.

    Gossamer, el preciado espritu de la naturaleza de Morfeo, le indic a cinco de ellos que recogieran las fresas derramadas. Contaron las frutas

    una por una y las ubicaron de regreso en el contenedor.

    Jeb pate otra canasta, llena con cuentas que contenan aceite perfumado. Cinco espritus ms se dejaron caer al suelo para limpiar,

    parando para contar cada una antes de guardarlas.

    Pronto, haba volcado todas las canastas. Algunas llenas de ptalos,

    otras de locin, otras con uvas. Al tirarlas, logr preocupar a la mayora de sus captores. Slo Gossamer y otros dos seguan revoloteando sobre su cabeza.

    Denme algo para vestir repiti, o comenzar a destrozar las almohadas de plumas. No hay suficientes de ustedes para limpiar ese desastre.

  • 13

    No est respondiendo a nuestro encanto le murmur uno de los espritus a Gossamer, sus ojos cobrizos de insecto giraron en direccin a Jeb.

    O a nuestra magia agreg la otra con una mueca. Conjur a una chica de sus recuerdos, pero su subconsciente se abri paso.

    S, este es definitivamente un reto concord Gossamer con una voz que son como campanadas. Despus de enviar a otros dos espritus a recoger los contenidos de las ltimas canastas, le ofreci a Jeb una bata de seda.

    Se dio la vuelta y se puso la bata para cubrirse; asimilando su entorno.

    Morfeo lo haba puesto en una prisin opulenta. La habitacin era redonda con pisos de mrmol negro que reflejaban la luz anaranjada de las velas. Ya estaba ntimamente familiarizado con el punto focal: un colchn

    circular que se balanceaba unido al centro del techo abovedado por cadenas de oro. Pieles y cojines amortiguaban la cama, perfumada con

    ptalos de rosa.

    A pesar de todas las comodidades, a este cuarto le faltaba algo muy importante. Una salida. No haba puertas ni ventanas, o cualquier otro

    tipo de abertura a la vista.

    Paredes convexas pintadas de un color lavanda oscuro tenan vides extendindose alrededor de su circunferencia, serpenteando dentro y

    fuera de la escayola y entrelazando candelabros encendidos. Las frutas brotaban de la vides. En intervalos aleatorios, las uvas reventaran

    espontneamente y derramaran su jugo en vasijas de piedra acomodadas junto a las paredes para atraparlo. Desde all, el rico lquido prpura se drenaba hacia unas fuentes, una constante provisin de vino de hadas con

    un dulce olor.

    Vagamente record probar el vino cuando lleg por primera vez.

    Sospechando de ello, haba tratado de resistirse, pero haba tenido tanta sed. No haba modo de saber qu clase de magia contena el lquido.

    Gru y se frot la cara. Cunto tiempo haba estado ebrio y

    hechizado? Se haba vuelto intil para Alyssa, justo como lo hubiera hecho su viejo.

    Dnde est? pregunt, ignorando el arpa que se tocaba sola, la cual alz su volumen, tratando de amortiguar su voz. Dime lo que Morfeo le est haciendo.

    Gossamer, minscula, brillante, y confiada, se sent sobre una almohada de satn. Palme el colchn junto a ella y entrelaz sus tobillos verdes. Quiz no te das cuenta de lo que nosotros, los espritus de la naturaleza, somos capaces de hacer. Hemos tenido siglos de prctica.

  • 14

    Podemos mostrarte gozo con el que solo has soado.

    Jeb la examin de pies a cabeza, luego se ajust el cinturn de satn en su cintura. Lo siento. No sueo en verde.

    Encontr la mochila de Alyssa bajo la cama y la arrastr hacia afuera. Antes haba notado algo cuando haba estado hurgando en ella: un brazalete forjado de hierro que ella probablemente haba metido ah en la

    escuela, y que haba olvidado. l haba hecho una buena parte de investigacin sobre hadas cuando empez a pintarlas por primera vez, y saba que no les gustaba el hierro, si es que el mito era cierto.

    Estamp la mochila contra el colchn. Las sbanas de piel se agitaron como una gran ola y sacaron a Gossamer de la almohada.

    Poniendo en marcha sus alas, aterriz suavemente en el hombro de Jeb.

    Si es Alyssa la que inspira tu pasin, podemos satisfacer esa fantasa. Gossamer aplaudi. Los otros espritus de la naturaleza dejaron sus puestos de limpieza y formaron un crculo alrededor de Jeb. Un espasmo enfermizo se anud en sus entraas mientras cada uno de los

    espritus tomaba la forma de Alyssa; completas rplicas en miniatura con cabello platinado y sexys atuendos glamorosos. Liberaron sus semillas de feromonas de nuevo, cegndolo con la dulce esencia del nctar de Alyssa.

    Agitando una almohada, hizo aicos la ilusin y dispers las semillas. Los espritus chillaron y se escondieron tras las vides en las paredes, sus cuerpos brillaban como filamentos de luces centellantes.

    Gossamer vol sobre las cabezas de los dems, frunciendo el ceo. Suficiente! Reprtenle al amo que el mortal es fiel a la chica. No lo podemos seducir para que regrese a su mundo sin ella.

    Jeb maldijo mientras los espritus se escabullan a travs de unos hoyos del tamao de guisantes en la pared, donde las enredaderas de vid

    se movan dentro y fuera. Si tan slo l tambin pudiera caber a travs de esas salidas diminutas. Pens ligeramente en usar la bebida para

    encogerse oculta en la mochila que l y Alyssa haban encontrado cuando llegaron al Pas de las Maravillas, pero eso lo volvera tan pequeo como sus actuales captores, y estara indefenso ante Morfeo. El desamparo

    quem en sus entraas, tan profundo como lo que sola sentir de pequeo, escondindose en el armario hasta que los episodios de su padre pasaban.

    Apret los dientes. Tena que haber una puerta escondida en algn

    lugar detrs de las vides. Lo haban llevado ah dentro, tena que haber una forma de escapar.

    Dio un salto, corriendo hacia la pared ms cercana, y arranc algunas de las enredaderas, lanzndolas a cualquier parte. El pequeo chillido de sorpresa de Gossamer no lo desconcert.

    Las uvas reventaban en sus manos, liberando su esencia pegajosa y

  • 15

    potente. Las plantas filamentosas cortaron sus dedos como cables. Abraz

    el dolor. Esto era algo que poda controlar, a diferencia del tormento de su viejo enterrando cigarrillos encendidos en su piel, o los puos moliendo su

    cara y sus entraas. El olor a nicotina, el sabor de la sangre. Imaginado o no, alimentaban el salvajismo en su alma.

    Se sumi en un tnel rojo de ira y destroz el cuarto. Cuando por fin

    volvi en s y se acost en la cama, se sorprendi por el desastre que haba causado.

    Sin aliento y sudando, atendi los cortes sangrantes en las

    curvaturas de sus dedos y busc a Gossamer entre los escombros. La haba lastimado? En ese caso, tal vez en verdad era el hijo de su padre.

    Jeb apret las manos, asqueado consigo mismo.

    Gossamer? Se estremeci por el sonido de su voz, tosca y cruda con emocin.

    Un suave aleteo se movi sobre una de las cadenas que suspendan la cama del techo. Exhal, aliviado de ver al espritu. Aunque pareca

    estpido preocuparse, ya que iba a tratar de usar el brazalete de hierro de Alyssa contra ella.

    Gossamer se sent en el suelo, junto a las enredaderas desgarradas

    y los cestos que l haba volcado de nuevo. Sus hombros se encogieron en derrota. Probablemente no saba por dnde empezar a contar las cosas derramadas.

    Jeb comenz a rebuscar en la mochila. El arpa haba dejado de tocar, y el silencio se mofaba de l como las manecillas de un reloj

    haciendo tic tac. Cada segundo que pasaba lejos de Alyssa la dejaba ms vulnerable ante Morfeo.

    El metal fro por fin encontr sus dedos. Le lanz el brazalete de

    hierro a Gossamer a unos centmetros de distancia, esperando asustarla sin lastimarla. Ella grit y se movi con rapidez por los aires. Por favor aleja eso.

    No hasta que obtenga algunas respuestas. Jeb pellizc una de sus alas entre su pulgar y su dedo ndice. La carg hasta la cama y la

    acomod en una almohada, manteniendo el brazalete lo suficiente cerca para intimidarla. Slo coopera, y no te lastimar.

    Ya duele gru, su piel verdosa se ti de turquesa. No debo usar mi magia... Se abofete. Me har horrible. Impotente. Su voz se suaviz como si estuviera convencindose. Impotente hasta que la amenaza de dolor y contaminacin se hayan ido. Rechin sus dientes.

    Jeb frunci el ceo. As que, el hierro hace que tus poderes se vuelvan en tu contra? El arma perfecta para usar en contra de tu jefe.

    Una pieza tan pequea slo funcionar con los ms pequeos de

  • 16

    nuestra clase.

    Jeb se agach, sosteniendo la pulsera de hierro cerca de ella. Bien, entonces considera esto como un detector de mentiras. Cada vez que

    sienta que ests ocultando algo, el hierro se acercar. Dnde est Al, y que le est haciendo tu horripilante jefe?

    El color del espritu cambi a un azul intenso. Rod sobre la

    almohada, sus alas esforzndose para aletear. Tir de ellas sobre sus hombros y a lo largo de su pecho, como si fueran a restringir su magia.

    Tu Alyssa esta cmoda y cuidada. Morfeo la est vigilando mientras duerme

    Jeb gru. La noche anterior, l la haba observado dormir en el

    bote. La haba hecho girar para estar cara a cara, para que le pudiera hacer una promesa, incluso si ella permaneca demasiado somnolienta como para escuchar. Le haba prometido cuidarla, llevarla a casa a salvo.

    No iba a romper su palabra ahora. Tena que pelear contra el impulso de destrozar todo una vez ms.

    Cmo salgo de aqu?

    Slo Morfeo tiene los medios para abrir la entrada.

    Jeb se inclin, su nariz casi tocando el rostro de Gossamer mientras

    sostena el brazalete encima de su cabeza como un murdago corrosivo.

    Me ests diciendo que estoy atascado aqu hasta que esa cucaracha decida dejarme salir? Va a hacer que Al se enfrente sola al Pas de las Maravillas?

    Ella gimote, ponindose una mano sobre la frente. No. Ya que has probado ser tan leal, te permitir acompaarla en su travesa. Asistirs a su banquete y seguirs el plan.

    Banquete?

    La presentacin de Alyssa. Morfeo desea ponerla en exhibicin para los otros.

    Qu otros?

    Gossamer se desplom en un montn prpura, deslizndose de su posicin. Arrastr algo fuera de la funda de la almohada, un boceto de Al

    que Jeb no recordaba haber hecho. Poco a poco, Gossamer se acomod sobre sus rodillas y estudi las lneas.

    Hiciste esto mientras te tenamos bajo nuestro hechizo. Tienes poder en tu corazn de artista, una luz que puede atravesar cualquier oscuridad. Has capturado el verdadero yo de Alyssa a la perfeccin.

    Ese bosquejo es pura fantasa gru Jeb. Dej la pulsera sobre el papel junto a Gossamer.

  • 17

    Ella rod hasta el medio del dibujo, tratando de escapar del metal.

    Hay ms verdad en este retrato de Alyssa que en cualquier cosa que me puedas forzar a decir.

    Jeb tir del dibujo, rodando a Gossamer y al brazalete de hierro sobre las pieles. Estir el boceto sobre un cojn y traz las lneas en carboncillo. Esta representacin era como todos los otros dibujos de hadas

    que haba hecho de Al durante aos, pero no poda ser ms diferente de la chica que l conoca.

    La haba dibujado con su cabello recogido. Nunca lo usaba de esa

    manera. Un vestido negro de tirantes finos favoreca sus curvas. Ni muerta la atraparan en semejante vestimenta convencional. La nica cosa que

    luca como ella eran los mitones de cuero negro que cubran las cicatrices de sus palmas.

    Aparte de eso, el dibujo era una completa invencin. Al estaba

    sentada sobre la banca de un parque. Sostena una rosa. El rmel y las lgrimas se derramaban en agraciadas curvas por su cara. Pensndolo

    bien, era similar a la forma en la que su maquillaje haba lucido la ltima vez que la vio.

    Todava no poda averiguar por qu, despus de casi ahogarse en un

    ocano de lgrimas, su rmel no haba desaparecido. Mirando de soslayo, estudi el conjunto de alas traslcidas extendidas detrs de ella. Las delgadas membranas brillaban en un solo rayo de luz solar que cortaba a

    travs de las nubes. Las alas lo inquietaban, a pesar de que no saba por qu.

    Quiz porque le recordaban a las alas de Morfeo, aunque de un color completamente diferente. Las sienes de Jeb dolan mucho. Nada poda ser peor que estar a solas con ese hombre insecto. Ese fenmeno tena una

    cosa por ella, se haba metido en su cabeza cuando era pequea. El subconsciente poda ser muy poderoso, y si Morfeo todava tena acceso a

    los sueos de Al

    Cmo puedo vencerlo? pregunt Jeb a travs del nudo en su garganta.

    Los ojos abultados de Gossamer se encontraron con los de l. Se vea muy dbil para gatear lejos de la pulsera, la cual ahora se presionaba en su muslo. No ser derrotado. Ha esperado aos por este da.

    Jeb hizo una mueca. Bien, as que es Superman. Pero todos tienen su kriptonita. Algo que temen.

    Confinamiento solt Gossamer, oscurecindose del color de un moretn ante su confesin.

    A qu te refieres?

    Gossamer se presion la palma de la mano sobre la frente.

  • 18

    Por favor la ests sosteniendo demasiado cerca el hierro est absorbiendo mi energa.

    Jeb cay sobre el colchn y apart el brazalete del espritu.

    Balancendolo entre sus dedos, estudi el hierro ante la luz de las velas. Le recordaba a su arete de hierro y a la primera vez que Al lo haba visto, su entusiasmada reaccin. Ella le haba rogado tocarlo, hacindole una

    pregunta despus de otra sobre el proceso de hacerse una perforacin. Su entusiasmo e inocencia. Sus inseguridades. Morfeo no dudara en usar cualquiera de estos o todos para manipularla.

    Jeb tena que convencer a Al de dejar el Pas de las Maravillas, olvidar esta misin de romper la maldicin de su familia a toda costa. Algo

    oscuro la esperaba a la vuelta de esquina, como en su sueo. l lo poda sentir avecinndose.

    As que, quieren que repare los errores originales de Alice, cierto? Qu si yo los reparo en su lugar? Jeb trat de razonar. Mandan a Al a casa y me dejan encargarme de las cosas.

    Imposible respondi Gossamer con un suspiro entrecortado, su color verde claro comenzaba a regresar. Trepando por el boceto, pas sus diminutas palmas por la rosa. Ella ya ha pasado las pruebas y prob ser la indicada.

    Pruebas? Te refieres a encontrar la madriguera del conejo hacia el Pas de las Maravillas y secar el ocano de lgrimas?

    Asinti.

    Pero ayud con eso.

    l la esperaba a ella, no a ti.

    Jeb sostuvo el brazalete de hierro sobre ella una ltima vez.

    Qu es lo que en verdad quiere de ella?

    Antes de que Gossamer pudiera contestar, el techo abovedado empez a temblar. Pedazos de yeso se cayeron en trozos gruesos y blancos.

    Jeb mantuvo una almohada sobre la cabeza y una de sus palmas sobre Gossamer para protegerla de los escombros que caan. El techo se despedaz en las uniones, sacudiendo la cama y tirando de las cadenas en

    diferentes direcciones, por lo que el colchn se alz un par de metros.

    Despus de que los temblores cesaran, Jeb alz la mirada. La silueta

    oscura de Morfeo apareci en la mellada abertura sobre sus cabezas. La sutileza era lo ltimo en la lista de prioridades de este tipo.

    Alguna vez te han dicho que eres una reina del drama? gru Jeb.

    Morfeo descendi para apreciar el desastroso cuarto. Alguna vez te han dicho que eres un husped deplorable?

  • 19

    La gran entrada de su captor era parcialmente responsable por el

    desastre, pero Jeb se mordi la lengua, incapaz de arriesgar su oportunidad de ver a Al.

    Morfeo retrocedi. Alyssa te espera en el saln de los espejos. Y, por todos los cielos, bate y afitate. Vas a ser presentado a nuestros invitados como un Caballero lfico, as que tienes que aparentar ser uno.

    Gossamer te dar consejos sobre el comportamiento apropiado. Morfeo le arroj algo de ropa y unas botas. Estas golpearon el suelo con un ruido fuerte. Aqu est tu uniforme. Hizo una pausa y gesticul hacia las cadenas. Qu mal que no tengas alas o magia del Inframundo. Tendrs que trepar para salir. Y te puedo asegurar que no ser un camino fcil.

    Los msculos de Jeb se tensaron mientras Morfeo se desvaneca ante l; saba que la advertencia se refera a mucho ms que su salida de esa habitacin.

  • 20

    3 RecuerdoDos: Matanza

    Traducido por Moni

    Corregido por Sof Fullbuster

    Jeb se sec el sudor de la frente. Morfeo haba tenido razn sobre lo difcil que sera trepar fuera de su prisin dorada. Pero eso no era nada

    comparado con la caminata a travs del Pas de las Maravillas que Alyssa y l haban hecho desde entonces. Todo el da haba sido un loco reto tras otro, con el peligro y la muerte al doblar cada esquina. Y ahora haba

    perdido a Al. Se separaron justo antes de cumplir con la prueba final. Ella se encontraba enfrentndose sola al cementerio de las Hermanas Twid, y l

    se hallaba atascado all, en el fondo de un abismo.

    La noche cay al instante en que toc tierra, una transicin tan rpida, que era como si alguien hubiera encendido una luz.

    Los pliegues en sus msculos se apretaron. Odiaba la idea de Al estando sola en este retorcido mundo despus del anochecer. Por otra parte, ella prob que era lo suficientemente fuerte para enfrentar casi

    cualquier cosa. Fue ella quien termin salvndolo, en ms de un sentido

    Pens en cmo luca, flotando por encima de l, brillante y salvaje,

    agitndose con la gracia de una liblula. Ver sus alas extenderse fue tan aterrador como milagroso al mismo tiempo. No poda respirar mientras miraba la transformacin.

    Si fuera honesto, an no haba recuperado el aliento desde el momento en que lo baj al abismo y l grit: Eres mi salvacin! antes de que saliera disparada por lo alto en el cielo. No debi haber puesto tanta presin sobre ella para salvarlo. Tena que hacer lo que pudiera para

    salir por s mismo, encontrarla a mitad del camino. De otra manera, ella nunca se perdonara si algo saliera mal.

    El cadver de un ave Jubjub haba interrumpido su cada. Se limpi

    la sustancia pegajosa de entre sus dedos en los pantalones, girando la nariz hacia los restos del ejrcito que estuvo persiguindolos, y tropez dentro del abismo. Se levant en la oscuridad. Sus botas hacan sonidos

    cuando caminaba. Nunca fue escrupuloso; no tena ninguna aversin a la

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    sangre, tanto a la suya como la de cualquiera; una desensibilizacin

    gradual se reforzaba cada vez que se miraba al espejo para encontrar sus mejillas y ojos hinchados, gordos y sangrientos como carne cruda.

    Pero sin una mota de luz para pasar, la matanza a sus pies se senta ms viva que muerta. Su imaginacin sacaba archivos sobre todo, desde pelculas de zombis hasta demonios y fantasmas. La nusea quemaba su

    estmago. Tom consuelo en que solo el viento silbaba a travs del abismo. No poda escuchar ninguna cadena fantasmal o gemidos de los no-muertos.

    Adems, el tiempo era el enemigo real aqu, ms peligroso que cualquier cosa que pudiera imaginar. Al an tena que completar la tarea

    final en el cementerio. Y luego tenan que encontrarse de nuevo.

    Se oblig a s mismo a ir a ciegas hacia delante, hasta que sus palmas rozaron las paredes del abismo. Antes de haber cado hasta el fondo haba

    visto de reojo la mochila de Al enganchada en una roca a metro y medio en direccin norte. Si la pudiera encontrar, tendra una linterna. Sus manos

    rasparon la superficie crujiente de la piedra, y levant los pies sobre los obstculos, tocando con los dedos los cadveres, para determinar qu tanto deba estirarse a cada paso.

    Frotando los araazos de sus codos, estudi el cielo. Un puado tmido de estrellas luchaba contra las nubes y se abran paso a la luz tenue de su entorno, permitindole continuar alrededor del ejrcito muerto

    de la reina. Una brisa hmeda gir polvo como pequeos tornados. Iba a llover. Y en este lugar, era posible que llovieran, literalmente, perros y

    gatos, de la variedad que siseaba y ladraba.

    Un escalofro que no tena nada que ver con la inminente tormenta se arrastr por su alma y ensombreci cualquier humor que podra haber

    encontrado en el pensamiento. Qu pasaba con todas las pruebas de Morfeo? Cada vez que Al completaba una con xito, su forma de habitante

    del Inframundo se volva ms prominente. El objetivo la alterara completamente, y as no podra volver al reino humano?

    Unos mechones de cabello le cayeron en la cara, y los apart.

    Morfeo le haba dicho que todo lo que siempre haba querido era traer de vuelta a Alyssa a su lugar adecuado. Su hogar. Jeb haba esperado que eso significara de vuelta a su mundo, al reino humano. Pero, y si Al no tena una maldicin sobre ella?

    Recordaba, de sus investigacin de cuentos de hadas, que existan

    unas criaturas llamadas Cambiados, la descendencia de hadas secretamente dejadas en lugar de los bebs humanos robados. Haba sido la ttara-ttara-ttara-abuela de Al, Alice Liddell, una Cambiada? Tal vez

    as fue como encontr el hoyo del conejo cuando era nia, por instinto. Eso significara que este era el hogar de Al, de una manera retorcida.

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    Jeb se sacudi las especulaciones. Ellas slo generaban ms

    preguntas.

    Haba alcanzado la mochila. Abrindola, busc la linterna y la

    encendi.

    Mientras cerraba la mochila, llen el paisaje con franjas de luz. Los guardias parecan andrajosas cartas arrugadas. Juguetes desechados.

    Incluso las aves Jubjub reventadas podran pasar por juguetes de nios con el relleno retirado.

    Con la mochila en la espalda, Jeb camin la circunferencia del abismo

    sin encontrar ninguna abertura. Rocas desplazadas llenaban cualquier posible pasaje que podra haber intentando tomar. Bien podra haber cado

    en un tubo gigante. No haba otra salida ms que ir hacia arriba.

    Apunt la luz hacia la percha de csped a unos veinte pisos de altura, el claro donde Alyssa haba aterrizado. Estaba determinado a encontrarla

    antes que Morfeo, incluso si tena que escalar las rocas que sobresalan en la oscuridad sin una cuerda de seguridad.

    Apenas haba encajado la linterna en su boca y ladeado su pie sobre un peasco para impulsarse hacia arriba cuando una familiar voz britnica reson.

    Manos a la obra hombres. Necesitamos un recuento exacto antes de que las Hermanas Twid enven a su brigada de duendes para recoger a los muertos.

    Morfeo.

    Jeb dio un paso hacia abajo y casi choc con un habitante del

    Inframundo que haba aparecido de la nada, como si hubiera abierto una entrada en el aire y se hubiese deslizado a travs de ella. Entre veinte y treinta caballeros lficos se presentaron detrs de l, sosteniendo linternas

    y usando el mismo uniforme que Jeb, aunque mucho menos desgastado y sucio. Caminaron a un lado sin darle a Jeb un segundo vistazo, demasiado

    concentrados en el conteo de los muertos.

    Bueno, hola, pseudo caballero. Sonri Morfeo.

    Cada parte de Jeb mora de ganas de arrancarle la sonrisa arrogante

    y destrozar su cara. Pero lo superaban en nmero. Si quera salir de este pozo y encontrar a Al tendra que hacerlo bien.

    Odio decirlo, pero es bueno verte, Sr. Cambia-mucho1. Jeb guard la linterna. Tomaste la ruta del espejo, ya veo.

    El espejo es la nica manera de viajar. Morfeo alz su farol y examin las ropas arruinadas de Jeb. Para variar, es mucho ms amable con el vestuario. Y te dejar saber otro secreto. Al mantener mis alas en

    1Juego de palabras por el nombre de Morfeo (Morphs-a-lot).

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    ese otro plano seal con su pulgar hacia su espalda, donde la mitad de sus apndices no eran visibles, la apertura se mantiene accesible para nuestro viaje de regreso.

    Jeb forz una sonrisa. Es bueno saberlo. Perfecto, de hecho. Poda volver con esta tropa de hadas, luego tomar el expreso del saln de los espejos para encontrar a Al. Aunque primero tendra que distraer a

    Morfeo, hacerle bajar su guardia. Y bien, es ese un nuevo sombrero?

    Morfeo prcticamente brill. Que amable de ti el notarlo. Es mi Sombrero de Insurreccin. Nunca he tenido ocasin de usarlo hasta hoy. Movi varias de las polillas rojas que formaban la guirnalda en el ala del sombrero, se inclin hacia delante y tom la oreja de Jeb para murmurarle

    un secreto. Sus alas rojas representan el derramamiento de sangre susurr.

    Uh-huh. Jeb apret su mandbula ante el desagradable y clido aliento a lo largo del lbulo de su oreja. Mir a los caballeros, perceptibles slo por sus faroles flotando en la oscuridad detrs de l. Entonces, ests planeando una revuelta con el ejrcito de la Reina Ivory.

    Morfeo apret el hombro de Jeb. Siempre supe que eras ms inteligente que un mortal comn.

    Los msculos de Jeb se contrajeron ante el contacto. Lo cual significa que slo enviaste a Al en una bsqueda intil para tu propia

    diversin. Ten cuidado. No poda permitir que su desconfianza se mostrara. No an. En vez de eso, se inclin hacia abajo para ajustar los cordones de sus botas y tomar una respiracin profunda antes de

    enderezarse.

    Morfeo apret su corbata carmes. Cada tarea que le he pedido a Alyssa ha tenido un propsito. Camin hacia un lado mientras alguien nuevo se deslizaba por el portal del espejo, un esqueleto enano con cuernos y ojos brillantes de color rosa, embutido en un chaleco rojo.

    Rabid White? susurr Jeb con incredulidad. Nada de esto tena sentido. Rabid era de la Corte Roja. Por qu se encontraba aqu?

    Cul es el reporte? Morfeo se agach a la misma altura de Rabid, manteniendo las puntas de sus alas en el portal del espejo invisible.

    El pequeo habitante del Inframundo amas sus manos enguantadas

    y mir a Jeb, su calva cabeza reflejando el brillo suave del farol de Morfeo. Uno de nosotros, eres?

    Morfeo sonri y respondi por Jeb. Por supuesto que s. Ayud a nuestra Alyssa a conquistar al gran ejrcito rojo malvado, no es as?

    Rascndose el cuerno izquierdo, Rabid asinti. El Rey Grenadine, neutralizado est. Tanto las puertas delanteras como las traseras, el castillo custodiado por regimientos de tres y siete. Flanqueando a la reina,

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    un crculo de cinco. Y no hay que descartar a la corona y su guardin.

    Ah, s. El bandersnatch. Bueno, una vez que Alyssa me traiga su premio del cementerio de las hermanas Twid, no tendr nada ms que

    temer de esa bestia miserable. Lo ha hecho muy bien, Sir White. Morfeo inclin su sombrero.

    Rabid chasque sus tobillos cadavricos e hizo una reverencia, luego

    le dio una penetrante mirada rosa final antes de saltar a travs del portal.

    Es tu espa murmur Jeb, sintindose como un idiota por no adivinarlo antes.

    S.

    Entonces, todas esas veces que el pequeo tonto amenaz a Al, la asust, era para mantener la apariencia de lealtad hacia la Reina Grenadine?

    Los mejores espas son los que juegan en ambos lados con el mismo vigor.

    Jeb estudi los faroles balancendose en la distancia. El chirrido de

    las manijas de metal y las botas arrastrndose eclipsaban el gemido suave del viento. De acuerdo. Ya que estamos mostrando las cartas

    El resoplido de Morfeo lo interrumpi. Qu maravilloso juego de palabras, considerando donde estamos. Su farol seal a todos los cuerpos de la guardia de la baraja.

    Jeb ignor la broma morbosa. Iba a preguntarte por qu Rabid se volvi en contra de la Corte Roja.

    l era el leal consejero de la Reina Roja durante la visita de Alice. Quiere ver al verdadero heredero al trono casi tanto como yo.

    Verdadero heredero. Jeb levant una nube de polvo con la bota, su pecho apretado. Entonces todo esto ha sido para destronar a Grenadine y hacer espacio a una nueva reina.

    S. El farol acristal la cara de Morfeo en una expresin de indulgencia soadora. Y estamos tan cerca. Pronto estar en su trono, donde siempre ha pertenecido. El lugar que le corresponde.

    El lugar que le corresponde. Una hiptesis se form en la mente de Jeb, indignante e incomprensible, aunque, de alguna manera, la respuesta obvia a todas las preguntas anteriores arremolinndose en su mente. Cada

    pregunta excepto una

    Pero primero dijo Morfeo con un desdeoso barrido de su mano, tenemos que estar seguros de qu es a lo que nos enfrentaremos antes de

    atacar el castillo. T y Alyssa se las arreglaron para acabar con una buena parte de la oposicin con sus malabarismos. Nosotros estamos aqu para evaluar si los nmeros coinciden con los que Rabid report. Debemos

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    asegurarnos de que Grenadine no tiene ninguna carta oculta bajo la

    manga. Golpe a Jeb en la espalda. Viste lo que hice? Carta bajo la manga? Se ri.

    Jeb no sonri.

    Oh, vamos. Ella tiene cartas como guardias. Es un juego de palabras, como el que hiciste antes, pero mucho ms inteligente.

    Seh, seh, lo entend. Jeb frunci el ceo.

    La sonrisa de Morfeo se desvaneci. No eres una compaa divertida.

    Es que nunca tomas nada en serio? dijo Jeb entre dientes. Al est en peligro ah afuera.

    Tonteras. Ella es gloriosamente capaz! No la viste volando antes? Por supuesto que s! Estabas colgando al final de su cadena. Morfeo balance su farol sobre su cabeza en un movimiento de celebracin. No era una visin, convirtindose en ella misma? Justo como una princesa de hadas. Le dio una mirada tmida a Jeb. No te parece?

    Hada princesa. Ah estaba, de la propia boca de Morfeo, burlndose de Jeb por no darse cuenta desde el principio. Jeb apret las manos en las correas de la mochila para evitar estampar su puo en la laringe de

    Morfeo.

    Morfeo baj su farol y luego sac unos guantes de plata de su solapa.

    No te sientas menospreciado, caballero mortal. Tu contribucin no pas desapercibida. Y yo siempre pago mis deudas. As que voy a sacarte de este barranco de la muerte para demostrarte mi gratitud.

    Puedes agradecerme dejndome ayudar a Al dijo Jeb, con las cuerdas vocales apretadas. Terminar su tarea mucho ms rpido conmigo a su lado. Si pudiera llegar hasta ella, tal vez podran esconderse juntos de Morfeo en el cementerio de las hermanas Twid hasta que descubrieran una forma de salir de all.

    Lo siento dijo Morfeo, ponindose los guantes mientras le haca un gesto a los Caballeros lficos. Ella necesita hacer esto por su cuenta. La vers pronto; estaremos todos reunidos. Una gran familia feliz.

    No! El control de Jeb se desat. Se abalanz, pero los elfos fueron muy rpidos y se lo impidieron, los dedos lastimaban sus codos heridos. Slo djala salir del Pas de las Maravillas, hijo de insecto

    Morfeo presion un dedo en la boca de Jeb. Ah, ah, ah. Ya usaste esa.

    Jeb inclin la cabeza hacia atrs, dejando el dedo del habitante del Inframundo colgando en el aire.

    Las joyas en los bordes de los tatuajes de Morfeo se oscurecieron

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    como el color de la sangre seca a la luz del farol. Vamos, vamos. Es esa la manera de tratar a tu salvador? Hizo un puchero. Adems, cmo puedo dejar a Alyssa ir si no la tengo? Lo ltimo que escuch fue que estaba entrando al jardn de las almas. Pero una vez que termine all, me encontrar. Tiene un rol muy importante que todava tiene que jugar.

    Claro. Porque ella es la heredera al trono. Jeb escuch, incrdulo, sus propias palabras resonando como si se deslizaran de la boca de alguien ms. No s cmo, pero es ella.

    Oh! Morfeo aplaudi. Ven lo que les dije, hermanos caballeros? Mirando por encima de los hombros de Jeb a los elfos, Morfeo palme su pecho sobre la corbata roja, como si estuviera abrumado

    por la emocin. Ms inteligente que el mortal comn. Qu mal que todava tenga las limitaciones fsicas de uno.

    No importa gru Jeb. Ella est fuera de tu alcance. Tirone contra los elfos, pero haba demasiados sostenindolo. Debe estar dentro del cementerio ahora, y no puedes obligarla a hacer nada. Lo dijiste t

    mismo: las Twid no te dejaran entrar.

    Es cierto. Pero ella encontrar el camino hacia el castillo por su cuenta. Al momento en que se d cuenta de que tengo cautivo a la nica cosa que ella atesora por encima de todo el mundo, vendr arrastrndose hacia m, alas a cuestas. Morfeo alz la mano en algn tipo de seal.

    Los Caballeros lficos soltaron a Jeb. Gir sobre sus talones y les lanz la mochila, dispersando al grupo como si fueran bolos. Lanzando su puo, golpe la frente de Morfeo y lo desequilibr. Uno de los caballeros se

    levant para mantener la apertura del espejo. Antes de que Jeb pudiera catapultarse tras l y saltar a travs, crepitaciones azules de relmpagos

    se engancharon de su piel y ropa como electricidad esttica. Lo arrastraron, controlndolo como una marioneta, hasta que estuvo de frente a Morfeo una vez ms. Los relmpagos venan de los dedos del

    habitante del Inframundo.

    Morfeo se acerc. Jeb trat de dar un paso atrs, pero sus msculos se congelaron, paralizados.

    Duerme dijo Morfeo simplemente, y puso una palma azul brillante sobre la cabeza de Jeb. Un pulso de luz se extendi sobre Jeb. Prob algo

    dulce, como miel y leche, luego oli la esencia de lavanda. Sus dedos se agarraron del tejido sedoso de la camisa de Morfeo, Jeb luch por mantenerse despierto. Pero la luz era demasiado reconfortante demasiado suave demasiado clida. En contra de su voluntad, sus prpados se volvieron pesados y cay al suelo, profundamente dormido.

  • 27

    4 Recuerdo Tres: Capturado

    Traducido por Gaz W. Finley

    Corregido por Melii

    El crneo de Jeb palpitaba, y la sangre le caa desde el nacimiento del pelo a los ojos.

    Alej la rigidez para centrarse en sus alrededores. Morfeo le haba trado al Castillo Rojo despus de poner el hechizo para dormir en l. Lo arrojaron dentro de una jaula de pjaros, en el calabozo. Jeb dese no

    haber bebido el lquido cuando se despert, pero el hombre bicho le haba dado un ultimtum.

    Al principio, l haba amenazado con matar a Al. Pero Jeb lo haba llamado un farol, a sabiendas de que ella era indispensable. Entonces Morfeo haba sacado otra gran arma, amenazando con volver

    completamente loca a la frgil madre de Al. Eso s lo hara.

    Al haba luchado tan duro para salvar a su madre. A ella la matara perderse por su locura. As que Jeb no dud en ponerse la botella en los

    labios.

    Su cuerpo se tambale, pero no era de las secuelas de la pocin. La

    plataforma por debajo de l se balanceaba por sus intentos de abrirse camino a cabezazos por entre las barras, un movimiento desesperado que no le haba dado nada ms que la herida en el nacimiento del pelo. Un

    pedazo de la magia de Morfeo un hilo azul elctrico mantena la jaula de alambre inamoviblemente cerrada.

    Bueno, lo hizo bien, no? enton una voz femenina en un regao. Morfeo decide quien tiene el poder de liberar su magia. Obviamente, no eres el elegido.

    Jeb hizo una mueca a su compaera de cautiverio. Ella era una lory, un habitante del Inframundo semejante a un periquito, normalmente del tamao de un ser humano. Dado que ambos haban sido capturados, lo

    nico que la distingua de las aves en su mundo eran las tnicas de raso crema y rojo sobre sus alas, cuerpo y patas de ave, y su rostro humanoide

  • 28

    estaba lleno de plumas carmes como si se tratara de una mscara. Un

    pico que era ms como un cuerno de rinoceronte se clavaba donde una nariz debera haber estado, y sus labios se agitaban furiosamente.

    Lo peor de todo: su voz podra derribar la Torre de Pisa con una slaba. Cada vez que hablaba, era como si alguien hubiera implantado quirrgicamente altavoces en los odos de Jeb y lo dejaba ms sordo que una estatua de piedra. Ella era una de las muchas razones por las que haba estado tratando tanto salir de esa prisin para aves.

    El parpadeo de la luz de las velas en la pared exterior de la jaula

    ilumin su ceo y puso el resto de la mazmorra en la sombra.

    Escucha, Lorina dijo Jeb despus de que su voz dej de hacer eco. No estaramos aqu si no fuera por tu marido. Seal a la criatura roncando debajo de la caja, que era de tan extrao aspecto como su esposa, con el cuerpo de un dodo, la cabeza de un hombre y las manos

    que sobresalan en la punta de las alas rechonchas. l dejo a Alice Liddell en una jaula como esta hace un montn de aos. Es su culpa que

    mi novia tenga todo lo necesario para destronar a su reina. Se te ha ocurrido pensar que esto es lo que ustedes dos se merecan?

    Charlie no hizo tal cosa! chill el lory, revoloteando en el aire en la jaula. Se te ha ocurrido pensar que Morfeo es un mentiroso con cara?

    Slo cada minuto de cada hora. Jeb se apoy en los barrotes. Sus rodillas cedieron, debilitadas por sus esfuerzos con las duras barras. Baj

    al suelo metlico, poniendo una rebanada de pera a su lado como si fuera un pequeo sof. La jaula era una fortaleza inexpugnable en su estado en miniatura. Pero eso no importaba. Las barras podran haber sido hechas

    de espagueti crudo, y l todava no sera capaz de ayudar a Al. Incluso si se escapaba, en ese tamao no poda ayudar a nadie.

    Charlie, el marido dodo de Lorina, no era de mucha ayuda. Estaba

    atado con esposas de hierro y grilletes, echndose una siesta contra la pared. Aunque la jaula colgaba en una percha a unos centmetros por

    encima de la cabeza del dodo, no haba nada que Charlie pudiera hacer al respecto.

    Morfeo debi haber tratado el hombre pjaro gigante con el mismo

    hechizo de sueo que haba lanzado sobre Jeb anteriormente, aunque Charlie estaba empezando a salir de l.

    Lorina se instal en la percha en el centro de la jaula, balancendose

    sobre la cabeza de Jeb como un acrbata en el trapecio. Su cara ardi abrasadoramente como sus plumas, lo que provoc que la pica y el

    corazn rojo estarcidos en sus mejillas se desvanecieran en comparacin. Ya que vamos a ser exiliados en esta instalacin con olor ftido grit, tendrs mucho tiempo para escuchar la verdad.

  • 29

    Jeb se frot la cabeza para aliviar el terrible dolor. Si pudieras bajar la voz alrededor de dos decibelios, te lo agradecera.

    Bajar la voz?

    Augh. Jeb se acun el rostro entre las manos.

    El trapecio en miniatura chirriaba con cada oscilacin, aadiendo contaminacin acstica. Para tu informacin, mi reina adora el sonido de mi voz. Me felicita, de hecho.

    Los ronquidos del dodo se detuvieron y chasque los labios. Eso sera porque tapa sus odos con cera de abejas.

    Gordo mentiroso espet Lorina, oscilando tan rpido que Jeb pens que podra marearse.

    Llevo cadenas de hierro dijo Charlie con un bostezo. No tengo la fuerza para mentir. Luego se dej caer de nuevo en un sueo.

    Eso pareci callar Lorina, al menos temporalmente.

    Jeb aprovech el silencio para pensar. Morfeo ya deba haberle dicho a Al sobre su verdadero linaje, sobre lo que se esperaba de ella. Ella

    debera estar tan sorprendida... tan aterrorizada. Jeb ansiaba abrazarla, hasta tal punto que sinti su pecho como si un yunque se hubiera asentado sobre l.

    Ese monstruo polilla deba haberle dicho la verdad desde el principio. Ella nunca habra elegido quedarse. Pero Morfeo lo haba sabido,

    por lo que la haba engaado con la excusa de que poda curar una maldicin sobre su linaje. Jeb quera arrancar las alas negras de Morfeo y metrselas en la garganta por engaarla, porque no haba cura para la

    familia, como l saba muy bien.

    Fue Roja quien puso a Alice en una jaula. Lorina estaba en marcha de nuevo. No Charlie.

    Pero tu marido eligi mantenerla enjaulada intervino Jeb en contra de su mejor juicio. Se tap los odos para la retumbante respuesta,

    pero Lorina slo suspir.

    No. Charlie trat de hacer lo correcto por la nia dijo, mucho ms suave ahora. l planeaba enviar a Alice de nuevo al reino de los humanos a espaldas de Roja, pero la reina se enter y los arrastr a una cueva en los acantilados ms altos de las tierras salvajes del Pas de las

    Maravillas sin que ninguno de nosotros lo supiera. Ella dej a Charlie con su vctima, para que pudiera promulgar su plan maestro, sabiendo que Alice sera atendida por un cautivo que nunca podra escapar. Porque, por

    supuesto, los dodos no pueden volar. Ella me rob a mi marido durante aos. l era un prisionero, al igual que la mortal.

    Lo que te ayude a dormir por la noche, pajarraco.

  • 30

    Una rfaga de alas de polvo perfumado y satn se dej caer y lo

    atac. Muestra respeto y escucha!

    Jeb levant las manos en defensa propia. Muy bien. Agh. Voy a escuchar.

    No era como si hubiera algo ms que pudiera hacer. Morfeo le haba dicho que tan pronto como Alyssa fuera coronada reina, podra abrir el

    portal al reino humano. Si Jeb lo crea o no, no poda hacer otra cosa que tener esperanza. No tena ningn poder aqu. Ese conocimiento roa sus entraas con cada minuto que pasaba.

    Frente a Jeb, en lo alto de una montaa de exuberante tela, el lory mir a travs de los barrotes y se quej a su esposo dormido: Viejo sin valor. Djame hacer toda tu defensa. No s por qu me he casado contigo.

    El dodo resopl y murmur adormilado: Porque casarse con el bufn de la corte era la nica manera en que podras tener un puesto en la

    Corte Roja, oh Querida Endecha. Se reanudaron los ronquidos.

    Mira lo bien que result gru ella, sus labios con forma de corazn se fruncieron bajo la curva de su pico. El huesudo conejo Rabid y su pequeo corazn negro de piedra. Se arregl las plumas en la parte posterior del cuello y meti una red de lentejuelas a su alrededor.

    Jeb se inclin para recuperar el dedal de agua que su captor haba dejado al lado de la rebanada de pera. Era del tamao de una taza grande de caf. Se la entreg a su compaera de celda, que lo tom con sus alas y

    bebi un poco.

    Dime algo, Lori. Si lo que dices es cierto... Leyendo la actitud defensiva en su cara aguilea reformul su pregunta para salvar sus odos: Puesto que has elegido compartir tu versin de la historia, tal vez podras decirme qu papel jug Morfeo en el cautiverio de Alice.

    Ella se quit las gotas de agua de sus labios. l no jug ningn papel en absoluto. Quera mucho a Alice y habra hecho cualquier cosa por

    verla en su casa sana y salva. Pero al mismo tiempo en que ofreci su consejo como oruga, advirtindole que evitara a la Reina Roja a toda costa, su metamorfosis se apoder de l. Cuando sali, totalmente transformado,

    y se enter de lo que haba pasado con Alice, estaba furioso.

    Ests tratando de decirme que en realidad tiene consciencia?

    En lo que concerna a Alice. El lory ajust el manto regio que se deslizaba por su falta de hombros. Morfeo us todos sus recursos como un duende solitario, y finalmente la encontr con mi marido escondida en

    las cuevas de los acantilados ms altos del Pas de las maravillas. Por desgracia, ya era demasiado tarde para Alice. Lorina devolvi el dedal a Jeb, medio lleno ahora.

    Jeb se enderez, haciendo que la jaula se moviera. Entonces, por

  • 31

    qu quiere ayudar a la reina Roja a poner a otra reina en el trono, cuando

    debera odiarla por poner a Alice en una jaula durante todos estos aos?

    Tal vez est enojado porque Grenadine no trat de encontrar a Alice una vez que la nia fue capturada. Pero Grenadine perdi su cinta de la memoria y se olvid de la nia.

    Un buen gobernante habra tenido ms de una cinta para recordarla, se hubiera asegurado de que todos y todo estuviera en su lugar.

    Mi reina es una buena gobernante!

    Jeb se estremeci ante el rugido ensordecedor.

    Los ronquidos del dodo se detuvieron. Mi esposa vociferante dice la verdad, muchacho. Morfeo parece estar guardando rencor por lo que percibe como negligencia, incluso si se trataba simplemente de un descuido.

    Jeb neg con la cabeza ante los agujeros en el razonamiento de todos. No. Hay mucho ms que eso.

    Tienes buenos instintos, caballero mortal.

    Jeb se anim ante la voz. Una luz resplandeciente flot a travs de la pequea ventana de la pesada puerta de madera de la mazmorra. Jeb se

    puso de pie y agarr las barras, inclinando la cabeza para ver mejor.

    Gossamer.

    El pequeo espritu revolote y le susurr algo al hilo azul mgico fijo alrededor de la puerta de alambre, entrando en la jaula. El hilo se at en un nudo de nuevo despus de que ella puso el pestillo otra vez. Ella

    brillaba como la mecha encendida de una vela romana mientras flotaba en el lugar, estudiando a Jeb con una expresin comprensiva.

    El ser del mismo tamao le trajo a la mente una pintura que Jeb vio

    una vez, hecha por un artista checo llamado Viktor Olivia. l era famoso por su representacin de un hada que seduca a los hombres a

    emborracharse con absenta. Gossamer encarnaba a esa criatura: la forma perfecta de una mujer, cubierta de polvo verde, desnuda, y con relucientes escamas que la cubran como si fueran un bikini.

    l haba sentido, cuando abandon la sala de los espejos, que ella estaba de su parte.

    Viniste a ayudar dijo, esperanzado.

    Una de las llaaves de cobre, del mismo color que sus ojos y casi toda la longitud de su torso, se balanceaba en su cuello. Su mirada cay sobre

    sus delicados pies, como si estuviera luchando consigo misma.

    Habra estado aqu antes, pero Morfeo siempre est mirando en el

  • 32

    espejo. Ahora que est con Alyssa, preparndola para su coronacin,

    estar demasiado ocupado para mantener un ojo en el resto de nosotros... hasta el final.

    El final? Jeb se apoder de la barra junto a ella, mirando intensamente a sus ojos de liblula. Tienes que contrmelo todo.

    El espritu mir a Lorina, que haba estado avanzando lentamente

    hacia la puerta de alambre. Bien sabes que no tienes el poder para salir de esta jaula a menos que lo abra para ti.

    Jadeando, el lory revolote hasta el trapecio de nuevo.

    Gossamer llev a Jeb a la rebanada de pera y ambos se sentaron. El aroma afrutado subyugaba el hedor de la mazmorra, y lo calm lo

    suficiente como para escucharla. Curv sus manos sobre las de Jeb, apoyadas sobre sus rodillas apretadas. Ya he traicionado a mi amo lo suficiente por estar aqu, y su ira ser grande. Todo lo que puedo decir es

    que, dentro de una hora, Alyssa se ver obligada para siempre atada al Pas de las Maravillas por toda la eternidad. Morfeo ha planeado todo el

    tiempo enviarte de vuelta, caballero mortal... pero sin ella.

    Una vena en la sien de Jeb empez a retorcerse como una serpiente en un plato caliente. Se levant de un salto y golpe la cabeza contra los

    barrotes de nuevo, tratando de soltar el hilo azul, incapaz de controlar la furia impotente hirviendo a travs de l. Ms sangre goteaba de su cabeza.

    Tienes que sacarme! Tengo que parar esto!

    S, s! A nosotros tambin! intervinieron el dodo y su esposa. Debemos ayudar a la reina Grenadine a mantener su corona!

    Por supuesto dijo Gossamer, agarrando la mano de Jeb para arrastrarlo de nuevo a su lado. A todos ustedes se les dar la oportunidad de luchar por sus lealtades.

    Pero no puedo pelear as. Jeb pate una semilla de pera del tamao de su pie. Has trado un pastel de aumento?

    No. No es la fuerza de tu cuerpo lo que salvar a Alyssa, sino la fuerza de tu corazn de artista. Aunque puedo asegurarte que no vas a dejar este lugar en tu forma actual.

    El lory se dej caer desde su posicin y frunci el ceo ante el espritu de la naturaleza. Ahora, escchame, t pequea lepisma. Este chico no tiene un papel que desempear. l es secundario, en el mejor de

    los casos. Soy esclava de la reina, y Charlie es el bufn de la corte. Nosotros debemos ser tu prioridad. Somos miembros de honor de la corte real, los nicos que pueden poner fin a esta farsa!

    Acelerando sus alas hasta una bruma, Gossamer flot y se coloc las manos en las caderas. Por tu parte, Lorina, puedes soltar las cadenas de tu marido, ya que tengo que hablar con el mortal a solas y tengo poca

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    tolerancia al hierro. Abri la puerta de la jaula y le dio la llave.

    El lory pas revoloteando en una rfaga de extravagancia y temperamento enfermo.

    Vamos, vamos, Salvaje Dulzura anim Charlie a su esposa mientras ella revoloteaba a su alrededor, saltando, incapaz de mantener la altitud. Date prisa, quieres? El hierro pica. Oh, de veras! No es tan difcil... Vuelve a intentarlo!

    El rostro de Lorina se puso an ms rojo. Trata de usar una llave del mismo tamao que tu cabeza con una punta de ala, t, gran idiota!

    Algunos de nosotros no fuimos bendecidos con dedos, sabes?

    Mientras que la pareja estaba preocupada, Gossamer se sent junto

    a Jeb de nuevo.

    Dijiste que mi corazn de artista puede salvar a Alyssa susurr l. En la habitacin en la mansin de Morfeo tambin... dijiste que tengo el poder dentro del corazn, que mi luz de artista puede perforar cualquier oscuridad. Mi novia est a punto de morir por m y por su familia. No hay

    nada ms oscuro que eso. Lgrimas de frustracin chamuscaron las esquinas de sus ojos.

    Moriras por ella, caballero mortal?

    La columna vertebral de Jeb se puso rgida. En el pasado, cada vez que haba protegido Alyssa, solo saltaba sin pensarlo. Morira por ella?

    Cuando su padre muri en un accidente, Alyssa lo salv. No poda creer que alguna vez hubiera considerado vivir en Londres sin ella. La necesitaba, todos los das. Su comprensiva sonrisa, la forma en que haca

    que sus cicatrices se sintieran como medallas de guerra bajo su toque, y sus ojos increbles. A pesar de que haba visto mucha decepcin en su vida, haba una luz en su interior que nunca se atenuaba. Y no slo era

    bella por fuera, sino que esa misma luz le permita dar vida a los increbles mosaicos que haca.

    Era esa luz tanto interior como exterior lo que le haba impulsado a dibujar y pintar una y otra vez.

    Mir a Gossamer, casi sin poder contener sus emociones ahora que

    les haba dado una salida. Ella es mi mejor amiga. Mi musa, mi pincel, mi arte, mi corazn. Todo eso est muerto sin ella. La amo. Frotndose la cara, quit la humedad que se haba deslizado de sus ojos a lo largo de sus mejillas. S, morira por ella. Eso es lo que tengo que hacer?

    El espritu de la naturaleza le devolvi la mirada sin pestaear.

    Ests dispuesto a ir ms all de la muerte? A estar perdido para todos, incluso para ti mismo, en un lugar donde los recuerdos de vierten

    en una oscura marea de tinta? Porque, con el fin de liberar a Alyssa, tendrs que tomar el lugar de la Reina Ivory en la caja Jabberlock donde

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    est atrapada.

    Jeb imagin la oscuridad del agua en la caja que haba visto en el saln de los espejos en la mansin de Morfeo con la cabeza fantasmal en su interior, y su corazn se tambale. El instinto de conservacin lo pate, su mente corriendo a buscar otro camino. Pero en lo ms profundo saba que no haba alternativa, y el tiempo se agotaba para Al. Lo nico

    que lamentaba era que no iba a llegar a decirle cmo se senta una sola vez con su propia voz antes de ser encerrado para siempre. Lo har.

    Y as ser. Gossamer se puso de pie y le tendi los brazos. Dbil y entumecido, Jeb entr en su abrazo. Ella lo aferr con fuerza y lo sac volando de la jaula, aterrizando en el suelo. El mortal ha aceptado ser el hroe de tu reino dispar las palabras hacia Lorina. Honra su valenta.

    Lorina haba logrado desencadenar a su marido. Se sent sobre su hombro, abanicndose con un ala. Con los ojos abiertos, asinti en

    silencio, el galardn ms sentido que podra haber ofrecido. El dodo se arrodill junto a Jeb, una enorme presencia emplumada. Estaremos siempre en deuda, muchacho. Qu podemos hacer para ayudar?

    Gossamer seal una esquina de la mazmorra, donde una manta de arpillera cubra una cuna, colgando hasta el suelo. Treme lo que hay debajo de la cama.

    Jeb mir, entumecido por una mezcla de incredulidad y temor, mientras el dodo destapaba la caja Jabberlock.

    Lorina qued boquiabierta. Morfeo tena escondida a la Reina Ivory aqu abajo?

    Gossamer asinti. Por sugerencia de Rabid. Dijo que este era el nico lugar del castillo donde nadie la buscara.

    Despus de pedir a Charlie que abriera la tapa y les arreglara una

    piedra para colocarla y poder ver el interior, Gossamer llev a la extraa pareja a un rincn alejado de la mazmorra.

    Jeb acariciaba las rosas de terciopelo blanco congregadas a lo largo del exterior de la caja, hipnotizado por el hermoso rostro de Ivory, que se balanceaba en la superficie. Su encantada mirada cristalizada iba entre l

    y Gossamer, y viceversa. Se estremeci ante la idea de llevarlo a cabo.

    De verdad tena que hacer esto?

    Sinti a Gossamer observando a su perfil. Tengo que preguntar una vez ms si est seguro dijo ella. Porque, vers, ests eligiendo estar encerrado dentro y sellars la eleccin con tu sangre, la caja nunca

    te dejar salir. Nadie puede salvarte. Ests firmando tu eternidad por Ivory, una reina a quien ni siquiera conoces.

    Jeb trag el nudo de su garganta. No. Estoy intercambiando mi eternidad por la de Al.

  • 35

    Gossamer sonri tiernamente. Una vez vi en sueos tu miedo de no ser lo suficientemente bueno para la chica. Despus de tal sacrificio, nadie podr cuestionar tu vala como hombre, o tu amor por ella. Lo bes en la mejilla, dejando que el calor corriera por su corazn, y se las arregl para fundir una pequea porcin del terror helado all. Gossamer le entreg un pincel y se ech hacia atrs. Ahora, usa el poder que solo t puedes ejercer. Pinta las rosas con tu sangre.

    Un mareo se precipit sobre l. Murmur sin sentido cosas terribles... agonizantes palabras que saba que seran sus ltimas. Luego

    canaliz toda la ira, el terror y el anhelo de un futuro que nunca tendra en el movimiento y el dominio del pincel. Ti cada nvea flor de color rojo

    hasta que se perdi dentro de las sombras de su trabajo, y se convirti en uno con su obra maestra.

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    5 La Resolucin de Polilla

    Traducido por florbarbero

    Corregido por Aimetz

    La escena se estir y se hizo borrosa cuando Morfeo sali de los

    recuerdos de Jebediah y se acomod de nuevo en el divn. La oscuridad pesaba fuertemente en la habitacin, sin embargo, no se movi para encender la lmpara. El entorno negro pareca satisfacer los pensamientos

    turbios de su cabeza.

    Se pas un dedo a lo largo del muslo, trazando las arrugas de la tela

    de raya diplomtica y alisndolas.

    Por qu se senta tan fuera de s? Haba encontrado exactamente lo que haba esperado encontrar. Las debilidades de Jebediah haban estado

    all: una rabia que haca que fcilmente pudiera ser engatusado y manipulado, un sentido de inutilidad alimentado por un padre violento y

    crtico, unos celos que provocaban una actitud protectora temeraria, incluso a costa de su propia vida.

    Sin embargo, lo que no haba esperado descubrir Morfeo era lo

    similares que l y el chico eran. Los demonios del pasado atormentado de Jebediah no eran diferentes a los suyos. A menudo se haba encontrado a s mismo celoso de los seres humanos... ya que nunca haba tenido un

    padre o la ternura de una madre. Tambin senta el mismo temor de que nunca podra sentir completamente la confianza y el afecto de los dems,

    basado simplemente en su lugar en el mundo.

    Aunque en el pasado Morfeo nunca lo haba considerado como una cosa mala. Haba disfrutado de ser un alma solitaria y autosuficiente. A

    veces era vanidoso, por supuesto, cuando convena que fuera el centro de atencin. Pero atencin, afecto, confianza, no eran cosas que necesitaba. No hasta que Alyssa lleg. Cuando ella decidi ignorarlo, l no pudo funcionar... se senta torpe e incompetente.

    Y ahora, despus de estar en los zapatos de Jebediah, Morfeo

    entendi ms de lo que quera acerca de cmo funcionaba el lado humano de Alyssa. Aunque la mitad de ella tena alas y poda flotar al ms all de

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    las triviales y mortales inseguridades, la otra mitad de estaba conectada a

    tierra y anhelaba lo que cualquier otro humano pudiera desear: tranquilidad y fiabilidad.

    Despus de haber visto el coraje, ingenio, y lealtad de Jebediah a Alyssa de primera mano, Morfeo saba, sin ninguna duda, que eso era exactamente lo que le ofreca el chico: una red de seguridad emocional que

    evitara siempre que cayera demasiado fuerte.

    No era de extraar que estuviera tan cautivada por l. No era de extraar que la mantuviera como su esclava. Infiernos, el mismo Morfeo

    estaba fascinado morbosamente por los rasgos honorables del chico, inusuales en un ser humano tan daado. Morfeo tuvo la tentacin de dar

    un paso atrs y dejar que Jebediah tuviera su momento de felicidad. Incluso algunos podran decir que haba ganado, por estar dispuesto a renunciar a su futuro, a sus recuerdos, a su vida, por Alyssa.

    Morfeo gru y cay hacia delante, con las manos apretadas, tratando de aligerar el peso desconocido que senta en su pecho. No era

    como si el chico estara ah para siempre. Era mortal. Algn da iba a morir de viejo, por lo menos, y Alyssa sera un juego limpio, otra vez.

    Juego limpio.

    La mandbula de Morfeo se apret. El romance no era limpio. Tampoco era un juego. Era la guerra. Y, como en cualquier otro campo de batalla, la compasin y la misericordia no tenan lugar.

    El escarabajo de alfombra haba tenido razn. Las emociones humanas eran cosas impredecibles y potentes. Se haban metido en la

    cabeza de Morfeo, debilitando su resolucin.

    Con los codos sobre las rodillas, se llev las palmas de las manos hacia arriba, haciendo imposible ver su silueta en la oscuridad. Conjur

    una pequea cuerda mgica, recolectando con las puntas de los dedos bolas elctricas de plasma del tamao de guisantes, luego envi las esferas

    a todos los rincones de la habitacin, desparramando relmpagos azules, como electricidad esttica. Subieron las paredes antes de reunirse y tomar la forma de una mujer. La luz pulsaba hipnticamente.

    Imaginando a Jebediah con Alyssa, mostrndole los caminos del amor, domando su espritu salvaje con sus convenciones humanas comunes, la garganta de Morfeo se llen con el amargo sabor de la envidia.

    No quera que el lado salvaje de ella fuera sometido por ningn otro hombre, no quera compartir ninguna parte de ella. Quera ambos lados:

    su inocencia y su espritu desafiante.

    Dnde estaba la emocin en la fiabilidad? Dnde estaba la espontaneidad en un mundo predecible? l poda ofrecerle una eternidad

    de retos y pasin, de momentos de tranquilidad, de tiernos momentos robados en las profundidades de las llamas desenfrenadas y devastadoras

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    tormentas; tranquilidad en medio del caos.

    Ella deba estar con l, luciendo vestimentas de la realeza. Tena mucho que ensearle sobre el reino del Inframundo, acerca de las glorias

    de la manipulacin y la locura. Si alimentaba su lado oscuro, como el de los habitantes del Inframundo, sus inseguridades humanas e inhibiciones se desvaneceran y, con el tiempo, desapareceran por completo. Ya no

    anhelara el amor de Jebediah.

    Morfeo llam a su magia de regreso, enrollando los espirales de luz

    azul hasta que estuvo rodeado por la oscuridad una vez ms. Sus alas barrieron el piso mientras se levantaba. Las levant tan alto que casi tocaban el techo.

    No ms deliberaciones. Haba intentado hacer lo correcto en otros casos anteriormente, y siempre, sin falta, el pasado haba vuelto para

    perseguirlo. Reprimi una punzada de culpa en su pecho, pero no poda renunciar a sus necesidades por las de Jebediah. l nunca sera el mismo sin Alyssa a su lado, era la llama de su polilla. No se detendra hasta que

    ella estuviera de nuevo donde perteneca, en el Pas de las Maravillas.

    Para ganar, luchara sucio, obtendra como trofeo el corazn de ella

    fuera como fuera, no importa lo que le costara al muchacho mortal. Era como actuaban los habitantes del Inframundo, despus de todo. Hacer menos hara humano a Morfeo. Y saba, ahora ms que nunca, que esa era

    la ltima cosa que quera ser.

    Fin

  • 39

    Sobre el autor

    A.G. Howard escribi Splintered mientras trabajaba en la

    biblioteca de una escuela. Siempre de pregunt que habr

    pasado si Alicia hubiera crecido y el escalofro sutil de Las

    Aventuras de Alicia en el Pas de las Maravillas hubiera

    sido el centro de su historia, y espera que su oscuro y

    vibrante tributo a Carroll inspirar a los lectores a buscar

    esas historias que a ella le ganaron su corazn cuando era

    nia.

    Vive en Amarillo, Texas.

  • 40

    Traducido, Corregido y

    Diseado en:

    http://www.librosdelcielo.net/forum