abuelos que cuentan 5º-2

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LA BRUJA

Mi abuelo me cuenta que en el pueblo, cuando él era niño, vivía una bruja malvada que se divertía muchísimo asustando a los niños. Por las noches aparecía cubierta con un manto amarillo, sombrero rojo y una larga cola negra. Su nariz larga tenía, tenía una verruga peluda y de su boca inmensa salía una gran carcajada. Y sus ojos eran pequeños y rojos ¡Qué fea era!

A veces ponía sapos entre las sábanas o escarabajos en las toallas. Una vez llenó con culebras y arañas la piñata de un cumpleaños y todos los niños terminaron llorando.

Pero resulta que en el pueblo había un grupo de niños muy bandidos y traviesos.

Una de esas noches oscuras en que la bruja salía a divertirse, los niños más traviesos la estaban esperando con los bolsillos llenos de piedras. La atracaron y la bruja salió rodando por el suelo; con tan mala suerte, que perdió su varita mágica y con ella todos sus poderes.

La bruja salió corriendo y los niños la persiguieron hasta arrinconarla en la plaza. Se formó un gran alboroto y los niños buenos se acercaron para ver qué pasaba. Ella les dijo que un grupo de niños le habían perdido su varita. Les pidió que la ayudaran a buscar su varita, pero los niños se negaron. Y la bruja se quedó sin su varita para el resto de su vida. La bruja sin su varita era una mujer normal y no volvió a asustar más a los niños.

Recopilado por Ariadna Romero. Se lo contó su abuelo

EL PATITO FEO

En una hermosa mañana de verano, mamá pata estaba empollando. De repente, los huevos se rompieron, menos uno. De ellos salieron unos hermosos patitos. A la hora siguiente se rompió el último huevo. De él salió un feo patito al que nadie quería, ni siquiera su madre; asique solo y triste se fue a otra granja. En ella encontró a su abuela. La abuela lo cogió y lo llevó a su granja. Pocos días después, el patito feo se dio cuenta de que la abuela era mala y que solo lo quería engordar para luego comérselo. Rápido se fue de la granja y emprendió viaje. Ya iba a llegar el invierno y el frío. El patito lo pasó muy mal hasta que llegó la primavera. Al poco tiempo de llegar la primavera, encontró un estanque en el que vio dos hermosos cisnes. Les preguntó si se podía bañar con ellos. Los cisnes le dijeron:

- Pues claro, si eres uno de los nuestros.

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El pato no se lo creyó y los cisnes le dijeron que se mirara en el reflejo del agua. Al mirarse , el patito se quedó con la boca abierta y sin palabras. Y el patito se dio cuenta de que era un cisne y feliz y contento se fue con ellos.

Recopilado por Luis Robles. Contado por su abuelo.

EL LEÑADOR

Érase una vez un leñador que estaba cortando una rama subido a un árbol. Un hombre que estaba montado en un burro le dijo:

- ¡ Ten cuidado, que te vas a caer!- ¡ No ¡, te vas a caer tú cuando el burro ventosee.

El burro así lo hizo y el hombre se dejó caer y se hizo el muerto. El leñador llamó a su mujer y le dijo:

- Señora, su marido ha fallecido. Lo siento mucho.- ¡Ay!, que me desmayo ¿ Cómo que se ha muerto?- Sí, está ahí tirado en el suelo. Se ha caído del burro. - Pues voy para allá. ¡ Espéreme!-

Cuando llegó la mujer, el leñador le dio un beso para consolarla . Y el hombre, que lo vio, dijo en silencio:

- ¡Vaya momento para estar muerto.

Recopilado por Raúl Castañeda. Contado por su abuela

EL RATONCITO QUE QUERÍA IR A LA LUNA

Érase una vez un ratoncito que se llamaba Rompi. Un día por la noche, Rompi vio una cosa brillante en el cielo. Al día siguiente , Rompi le dijo a su profesor:

- Ayer vi algo brillante y raro en el cielo

El profesor, que era muy sabio, le dijo

- Eso es la luna.

El ratoncito, sorprendido, desde ese día quiso subir a la luna. Día tras día, le decía a todo el mundo donde quería viajar. Tan cansino se puso, que sus amigos le propusieron al águila que subiera a Rompi a la luna; pero el águila se negó. Los amigos insistieron tanto, que el águila al final consintió. Rompi se subió sobre el águila, pero cuando iban a mucha altura, ésta le dijo

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que ya no podía subir más y lo bajó. Los amigos no paraban de darle vueltas a la idea, hasta que a un ratoncito se le ocurrió una idea: le dijeron a Rompi que lo llevarían a la luna, con la condición de que tenía que llevar los ojos vendados. Lo sacaron al campo, le taparon los ojos y colocaron cerca un espejo enorme. Pusieron a Rompi en el espejo y como se reflejaba la luna en el espejo, a Rompi le pareció que estaba allí. Desde ese día Rompi no volvió a hablar de la luna.

Recopilado por Elena Molina. Inventado y contado por su abuelo.

LOS TRES CERDITOS

Erase una vez tres cerditos que se mudaron; la casualidad quiso que también lo hizo el lobo.

Los cerditos habían llegado al pueblo en busca de paz y amistad, en cambio, el lobo lo había hecho en busca de comida.

El mayor de los cerditos vio al lobo, y mientras sus hermanos se preparaban para hacer las casas les advirtió que hicieran las casas resistentes porque se acercaba el lobo; pero los hermanos no hicieron caso . El pequeño hizo una de paja, el otro de madera y el mayor decidió hacer una de ladrillo.

El lobo que escuchó el barullo, se acercó a ver lo que pasaba. Se encontró tres casas con tres cerditos dentro. El pobre lobo, desesperado por comida dijo:

- Preparaos, cerditos.

Primero sopló la casita de paja, que sin esfuerzo se hundió. El cerdito pequeño salió corriendo a casa del cerdito mediano. Esta vez el lobo tuvo que

soplar algo más fuerte, pero también consiguió derribar la casita del cerdito mediano. Los dos cerditos se trasladaron a la casa del cerdito mayor, porque

en ella el lobo, por más que soplara no conseguiría que esta casa volara. El lobo, rendido y derrotado se marchó del lugar. Y mientras se alejaba, los tres

cerditos se reían así:

- Jiiijiiijiii( ronquido), Jiiijiiijiii (ronquido)Recopilado por Ana Ramírez de 5º. Contado por su abuela

EL RATONCITO BORRACHO

Esta es la historia de un gato y un ratón. El gato, como en todas las historias, persigue al ratón, que es más rápido y astuto.

Un día, en una de las aventuras del ratón por la casa donde habitaban, tuvo la mala suerte de caer en una tinaja de vino. El pobre ratón, a duras penas conseguía mantenerse a flote, pedía

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auxilio. y ¿ A qué no sabéis quien le oyó? Pues su “amigo de persecuciones”: el gato. El gato al verlo allí tan triste, tan desprotegido, tan débil…, pensó: éste es mío. Se relamía pensando en el banquete que se iba a dar.

-¿Qué pasa, ratón? Ahora no te ríes de mí, ahora estás en mis manos

- ¡Oh! Lindo gatito, sálvame, sácame de aquí, ya no puedo aguantar más, mis patitas no resisten. Te prometo que si me sacas, soy tuyo y ya no tendrás que correr más para poder atraparme.

- No me lo creo, pero como eres un ratón de palabra, espero que no me engañes.

El gato pensó que su banquete estaba cerca ya, que el ratón, que no dejaba de suplicarle, estaba a punto de ahogarse; asique decidió concederle su último deseo y lo sacó. El ratón, agradecido, lo besó y lo dejó hablar, hasta que de pronto…echó a correr, dejando a su salvador con la boca abierta.

- ¡Me has engañado! Me prometiste entregarte si te salvaba.- Pero bueno, señor gato ¿va a hacer usted caso de un ratoncito borracho?

El gato se quedó con un par de narices, reconociendo lo tonto que había sido y lo listo que era el ratoncito. Asique volvieron a subida normal, todo el día “ ratón que te pilla el gato”

Recopilado por Miguel Blanco de 5º .Contado por su abuela

GARBANCITO

Éranse una vez tres hermanos. El más pequeño se llamaba Garbancito; se llamaba así porque era tan pequeño como un garbanzo.

Un día, el padre se fue al campo y se le olvidó la comida en casa. La madre mandó a Garbancito a llevarle a comida al padre.

Garbancito fue, pero se perdió entre la hierba. En ese momento llegó una vaca y se lo comió.

Cuando el padre regresó a casa, la madre le preguntó por el niño y el padre le contó que no lo había visto. Se fueron a buscarle por el campo gritando.

-“ Garbancito””Garbancito”¿ Dónde estás?

Y el niño contestaba:

- En la barriga del buey, donde llueve y no se moja.

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El padre mató a la vaca y sacó a su niño. Se fueron felices a su casa. Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

Recopilado por Paula Moreno de 5º. Contado por su abuelo

UN MILAGRO DE LA FIEBRE

Era un caserío donde vivía mi abuela. Allí su padre le contó una historia que le pasó a ella.

Le daba fiebre y su padre, como era muy antiguo sabía una oración que jamás se la dijo. Por la noche fue al campo, donde encontró cuatro caminos. Allí dejó una caja de cerillas. La cogió una sobrina de su padre que iba a la fuente a por agua.Al día siguiente, le dio fiebre a ella. Su padre volvió a rezar la oración y la fiebre le desapareció.

Recopilado por Carla de 5º. Contado por su abuela.

PATO AL AGUA

Mi abuelo me contó que una vez fueron al campo que tenían ellos. Fueron con mi tía Ana, que era la hermana pequeña. Ana estaba paseando por la piscina tranquilamente. De repente, no pisó bien el suelo y se cayó al agua. Mi abuelo se dio cuenta de lo que pasaba y antes de que se hundiera, la cogió y tiró de ella. La sacó de la piscina y como era invierno la llevó dentro de la casa y la secaron. Le pusieron un jersey, unos pantalones y unas deportivas que había por allí. Gracias a mi abuelo, mi tía Ana todavía vive.

Recopilado por Miriam Rodríguez de 5º. Contado por su abuelo

LA LOBA PARDAEstando yo en mi majada, vi venir una loba parda que tenía dos

colmillos como puntas de navaja. Tres vueltas le dio a la red y no pudo enganchar nada. La última vuelta que dio, enganchó a una cordera blanca y sana que tenía mi amo para la noche de pascua.

Loba: Toma, toma tu cordera, que yo no quiero nadaPastor: Yo no quiero nada, lo que quiero es que me des la piel para hacer una

zamarra, para hacer una zambomba, para que mis chicos celebren la noche de pascua.

Recopilado por Alberto García. Contado por su abuelo

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LA BRUJA QUE SE COMÍA LAS PALABRAS BONITAS

Un día que mis hermanos y yo estábamos discutiendo, mi abuela nos contó una historia…Cuando yo iba a la escuela había un niño muy tímido al que le costaba hablar delante de los

demás. Solo hablaba con su perro, pues descubrió que entendía el lenguaje de las personas; por eso le hablaba y le leía cuentos como éste: Había una vez un colegio que vivía aterrorizado porque cerca de allí estaba el castillo de la bruja Curuja, que se comía todas las palabras bonitas y solo dejaba las feas; asique en las clases no se oían nunca palabras amables, solo insultos, burlas y amenazas. Pero como todos los niños tienen un ángel de la guarda, éstos se dieron cuenta que sus niños no eran felices. Un angelito valiente se atrevió a ir al castillo de la bruja

- ¡Señora Curuja, que cara de buena tiene! Claro, como siempre come paz, alegría, amistad, ilusión, respeto…, parece más un hada que una bruja.

- ¡Eso no puede ser las brujas tenemos cara de vinagre! Asique desde mañana mismo comeré envidia, rencor, mentira, pelea…

El niño se quedó pensando en el cuento que había leído a su perro. Y esa noche soñó que en su clase todos eran amigos, nadie discutía y ayudaban a los que lo necesitaban:

- ¡Eso es lo que vosotros tenéis que hacer- dijo mi abuela.

Recopilado por Luis Mariscal de 5º. Contado por su abuelo