actividad 9 p
DESCRIPTION
metodologiaTRANSCRIPT
Actividad 9:¿Qué necesitan desarrollar las nuevas generaciones?
Curso:Diseños de programas educativos basados en competencias
Alumnas:
María Abey Cortes Cortés A01312327
Margarita de Jesús Martínez Martínez A01310146
María Nancy Ojeda Jiménez A01312298
María Elena Vargas Menéndez A01308136
María Cristina Zuluaga Velásquez A01312158
Profesor tutor:
Mtra. Francisca Belem Contreras Martínez
10 de marzo de 2013
1
Introducción
Los diferentes avances en la actualidad han generado grandes cambios a nivel
social, económico, político y cultural. Este cambio se ha sentido en el campo
educativo, el cual exige la apropiación de sistemas avanzados que permitan dar
respuesta a las necesidades del estudiante en la búsqueda del aprendizaje y
apropiación de conocimientos.
De ahí la importancia de enfatizar en el trabajo mediante el enfoque por
competencias, el cual debe ser idealizado en el diseño y planeación curricular desde
una visión integral, donde se promueva la formación de estudiantes autónomos y
comprometidos, capaces de resolver situaciones que aquejen su contexto inmediato.
En función de lo anterior, es primordial reconocer la responsabilidad de la
escuela, el maestro y la comunidad educativa en general, donde se evidencie un
trabajo armónico, interactivo, lúdico y flexible, el cual involucre acciones y
estrategias significativas e innovadoras, con el propósito de generar mayor impacto
en la calidad de la educación y por ende mayor motivación en los estudiantes,
logrando fortalecer de esta manera los distintos procesos de enseñanza-aprendizaje.
En este orden de ideas, las competencias deben emplearse como mecanismos
que ayuden a identificar las condiciones materiales y organizativas actuales, donde se
puedan prever las expectativas, intereses y necesidades de cada uno de los
estudiantes, teniendo como fin principal conseguir el logro de los objetivos previstos.
2
Planteamiento del problema
Con base en la situación hipotética "¿Qué necesitan desarrollar las nuevas
generaciones?", en donde se requiere hallar las diferencias entre algunos de los
diseños curriculares del pasado, teniendo en cuenta el enfoque de competencias
desde una perspectiva integral acorde con la formación de las nuevas generaciones,
se han planteado los siguientes problemas:
¿Cómo diseñar planes curriculares basados en competencias, tomando como
referente un enfoque integral?
¿Qué competencias se debe desarrollar en las nuevas generaciones para mantener
una sociedad en armonía?
Metas
Con el propósito de dar respuesta a los problemas planteados, se establecen las
siguientes metas:
Meta general
Relacionar la importancia del diseño de un modelo por competencias en los
planes curriculares, mediante un análisis detallado del planteamiento “¿Qué
necesitan desarrollar las nuevas generaciones?" y presentar posibles soluciones al
respecto, utilizando el método de Aprendizaje Basado en Problemas (ABP).
3
Metas específicas
Reconocer algunas diferencias entre los modelos curriculares del pasado y los
actuales.
Determinar los factores que inciden en el desarrollo social, cultural y
educativo de las actuales generaciones.
Reconocer el impacto de las competencias en la formación de seres humanos
íntegros, autónomos y participativos, capaces de enfrentar los desafíos de la
sociedad actual.
“¿Qué necesitan desarrollar las nuevas generaciones?”
Importancia de un modelo de competencias en los planes curriculares
El diseño curricular se constituye en la manera como se materializa el proceso
de enseñanza aprendizaje en una institución educativa, por tanto es el eje central de
la educación, es decir, la razón de ser de los procesos formativos. En este sentido, se
considera que “el desarrollo curricular es el proceso de organización sistemática que
permite convertir los principios de aprendizaje y mediación en planes de trabajo,
actividades, recursos de información y evaluación”, lo cual demanda la participación
activa de toda la comunidad escolar (Frade, 2009).
Por tal razón, es necesario planificar, organizar y estructurar las acciones,
programas, planes de estudio, metodología y estrategias didácticas, estableciendo una
relación de armonía entre los aspectos pedagógicos formulados en el proyecto
4
educativo institucional (PEI), donde se asuma el verdadero papel de las competencias
respecto al problema “¿qué necesitan desarrollar las nuevas generaciones? ”,
contribuyendo de esta manera en la formación integral de estudiantes autónomos,
participativos, líderes y competentes.
En este orden de ideas, el diseño curricular permite alinear los componentes
institucionales, ya que incluye algunos elementos como la proyección social y
comunitaria, la visión de la institución, los objetivos particulares de los estudiantes y
docentes, así como el impacto de la labor del egresado en la sociedad a la cual
pertenece. De ahí que el currículo según Mejía (1999), se entienda en la sociedad que
lo organiza, pues hace parte de la cultura de los implicados, quienes determinan el
logro de los objetivos requeridos según el contexto. En este sentido, el currículo no
puede ser pensado fuera de las relaciones de sociedad, educación y desarrollo
(Marista, Bogotá, 1999).
Desde esta perspectiva, es importante comprender los problemas que enfrenta
la educación a nivel local, nacional y mundial, y cómo cada una de estas cuestiones
relacionadas con el medio ambiente, la economía y la política están conectadas en el
medio social. Por lo anterior se requiere la inclusión en los nuevos planes de estudio
de competencias que favorezcan el pensamiento crítico y ético, la resolución de
problemas y conflictos, así como el conocimiento de que la ciencia, las empresas y
los políticos deben trabajar en conjunto. Lo anterior, teniendo en cuenta que estos
mecanismos son la esencia de un programa que intenta concientizar sobre la
relevancia de plano ecológico (Leal Filho, M. & Pace (2009), María Marista, (1999)
Referencia: Si es libro el de María falta la editorial, si es revista falta el volumen, el
número y página y al mismo tiempo demanda una reforma en los planes educativos.
5
De ahí que el currículo cobre fuerza mediante un componente epistemológico,
el cual facilita la orientación educativa hacia el cumplimiento de metas y propósitos
claros, pues como lo manifiesta Freire (año), en su libro: Pedagogía de la autonomía,
"Enseñar exige la convicción de que el cambio es posible". Falta cita y referencia .
Por ende, el modelo pedagógico de los planes curriculares actuales exige una
concepción de cambio, en la que la escuela como institución socio-educativa, debe
ser promotora y líder de una transformación equitativa, en busca del desarrollo
armónico para todos, donde se reconozca y relacione la esencia de todo currículo:
“como intención y como realidad" (Stenhouse, 1987, p. 27), teniendo en cuenta el
qué, cómo, por qué y para qué aprender y enseñar.
El enfoque de las competencias
El tema del enfoque por competencias está cada vez más presente en las
discusiones sobre los distintos niveles del sector educativo, en Estados Unidos,
Canadá, prácticamente todos los países europeos y en muchos latinoamericanos, a tal
grado que se le considera como un discurso pedagógico ampliamente difundido para
el cambio de las instituciones escolares en la sociedad del conocimiento (García-
Cabrero, Loredo, Luna y Rueda, 2008; Luengo, Luzón y Torres, 2008), así como un
medio para lograr la enseñanza de la formación integral, en equidad y para toda la
vida.
Uno de los primeros argumentos utilizados para impulsar el enfoque por
competencias es la existencia de un mundo cada vez más diverso e interconectado
que produce continuamente mayor información, gracias al desarrollo de las
tecnologías de la información y la comunicación, que también responden a los
6
nuevos desafíos para las sociedades que aspiran a lograr un crecimiento económico,
socio-cultural y educativo con equidad.
Ahora bien, desde que el concepto de competencias hizo sus primeras
apariciones, se han formulado diversas argumentaciones, que van desde la exigencia
de alinear el sistema educativo formal a las necesidades del sector productivo, hasta
la idea de contribuir a la formación de individuos para cubrir un conjunto de
necesidades fundamentales, identificadas por grupos de expertos y organismos
internacionales, acorde con los retos de una sociedad en transformación permanente.
De ahí la importancia de identificar la significación de competencias desde la
perspectiva de varios autores (tabla 1).
Tabla 1Definición de competencias (Lozano y Herrera, 2013)
AUTOR DEFINICIÓN
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española(RAE)
Una competencia se define como la pericia, la aptitud o la idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado.
Perrenoud (2001) Considera a la competencia como una aptitud que le permite a la persona enfrentar distintas situaciones utilizando recursos de índole cognitivo: saberes, valores, actitudes, razonamientos, etcétera.
Wheeler y Haertel (1993) Definen una competencia como un conocimiento, una habilidad, una cualidad, una experiencia o cualquier característica aplicable al éxito en la escuela o a la vida laboral.
Zabala y Arnau (2007) Mencionan que es la capacidad o habilidad de efectuar tareas o hacer frente a situaciones diversas de forma eficaz en un contexto determinado. Y para ello es necesario movilizar actitudes, habilidades y conocimientos al mismo tiempo y de forma interrelacionada.
Villa y Poblete (2008) Expresan que una competencia es el buen desempeño por parte de los individuos en contextos diversos y auténticos basado en la integración y activación de conocimientos, normas, técnicas, procedimientos, habilidades y destrezas, actitudes y valores.
UNESCO (1999) Define competencias como: “el conjunto de comportamientos socioafectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar acabo adecuadamente un desempeño, una función, una actividad o una tarea.
Sladogna (2000) Las competencias son capacidades complejas que poseen distintos niveles de integración y se manifiestan en una gran variedad de situaciones de la vida humana.
7
En función de lo anterior, es importante hacer énfasis en el trabajo por
competencias desde el sector educativo, el cual debe ser idealizado en el diseño y
planeación curricular desde una visión integral, donde se promueva la formación de
estudiantes autónomos y comprometidos, capaces de resolver situaciones que
aquejan su contexto inmediato.
Asimismo, es primordial reconocer la responsabilidad de la escuela, el maestro
y la comunidad educativa en general, donde se evidencie un trabajo armónico,
interactivo, lúdico y flexible, el cual involucre en el currículo acciones y estrategias
significativas e innovadoras, con el propósito de generar mayor impacto en la calidad
de la educación y por ende mayor motivación en los estudiantes, logrando fortalecer
de esta manera los distintos procesos de enseñanza-aprendizaje.
De acuerdo a los planteamientos anteriores, y para visualizar la realidad en el
ámbito escolar, es pertinente retomar las siguientes competencias:
Competencia en educación.
Es un conjunto de comportamientos sociales, afectivos y habilidades
cognitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo
adecuadamente un papel, un desempeño, una actividad o tarea. Las competencias
ofrecen un nuevo significado al acto de aprender. En la educación basada en
competencias el que aprende se identifica con lo que produce, reconociendo el
proceso que realiza para construir así como las metodologías que dirigen el proceso
(Argudín, 2006).
Competencias Docentes.
Son aquéllas que permiten visualizar la práctica educativa del maestro, en
determinado contexto (social, político, económico), de manera que pueda analizar y
8
re direccionar su práctica profesional en relación con sus capacidades cognitivas y
conductuales. Desde esta perspectiva se desprenden otro tipo de competencias,
clasificación realizada por Frade Rubio (2009). Frade (2009, citado por Lozano y
Herrera 2013)
Competencia Diagnóstica.
Consiste en detectar necesidades de aprendizaje.
Competencia cognitiva.
Refleja el manejo del conocimiento por parte del maestro.
Competencia ética.
Reconocimiento de los valores, lo cual regirá la conducta laboral y profesional
en pro del mejoramiento de la calidad de vida de los estudiantes.
Competencia lógica.
Consiste en dar un orden lógico a los contenidos que se van a desarrollar con
los educandos, de acuerdo a los requerimientos de aprendizaje (afectivos,
psicomotrices, etc.).
Competencia Lúdico-Didáctica.
Consiste en el diseño e implementación de materiales educativos necesarios en
el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Competencia metacognitivas.
Permite al maestro evaluar su proceso de aprendizaje, reconociendo sus
aciertos y errores. En este sentido puede replantear y diseñar un plan de superación
como educador.
Ahora bien, mediante la clarificación que se ha realizado, es fundamental
referenciar la labor del maestro, quien cumple la función de orientador y guía, es
9
quien dinamiza de manera didáctica las prácticas educativas en la medida que emplea
diferentes recursos y estrategias. Ante esta postura, Porlan (2000), afirma: “El
pensamiento y la acción del Docente debe ser mediadora en el aula, así como
también mediadora de aprendizajes significativos mediante enfoques
constructivistas”. Es así como además de involucrar al estudiante, el profesor está
llamado a innovar, actualizarse, propiciar un ambiente cálido en el que sea evidente
la organización, planificación, adecuación del plan curricular y la generación de
propuestas de investigación relacionadas con sus prácticas pedagógicas.
El reconocimiento de la complejidad de las condiciones actuales de vida llevó
al planteamiento del concepto de competencia, que involucra la habilidad de
enfrentar demandas complejas, apoyándose y movilizando recursos psicosociales
(incluidas las destrezas y actitudes) en un contexto particular (Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico [OCDE], 2005).
A través del enfoque por competencias, se propone desarrollar conocimientos,
habilidades y actitudes orientados a resolver situaciones nuevas, insuficientemente
presentes en los sistemas escolares actuales. Las competencias, incluyen las
inteligencias múltiples e integran el conocimiento conceptual, procedimental y
actitudinal (Cano, 2005). En este sentido, sobresale el intento por acercar la escuela a
las necesidades del mundo laboral, con la pretensión de formar profesionales más
flexibles, creativos e innovadores y contar con ciudadanos más conscientes y
participativos.
En contraste con lo ya señalado, es de vital importancia reconocer que una
competencia es el conjunto de experiencias vividas por cada persona, donde se
desarrolla la capacidad para enfrentar diferentes situaciones en determinado
10
contexto, poniendo a prueba sus actitudes, conocimientos, valores y demás. Por ende,
desde una visión pedagógica, es fundamental relacionar la práctica educativa del
maestro, de manera que éste pueda analizar y redireccionar su experiencia
profesional en relación con sus capacidades cognitivas y conductuales, con la
finalidad de fortalecer los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Diferencias entre algunos diseños curriculares
Por lo anterior, es preciso, generar una transformación del currículo, pasando
de un diseño centrado en lo tradicional a una propuesta innovadora que relacione los
pilares fundamentales de un enfoque holista, donde se involucre e integre un “Saber
hacer”, referido a las habilidades y destrezas, un “saber ser” (actitudes y valores), un
“saber conocer” (conocimientos) y un “saber convivir” (habilidades sociales), ello
con la finalidad de formar estudiantes capaces de enfrentar la realidad que demanda
su contexto inmediato.
En tal sentido, se destaca la pertinencia de identificar un conjunto de
competencias genéricas y específicas que orienten las acciones de los distintos
actores sociales que participan en el sector educativo, empleándolas como
mecanismos que ayuden a sobrepasar las condiciones materiales y organizativas
actuales y a distinguir las necesidades para encaminar las instituciones hacia el logro
de los objetivos previstos.
De la misma manera, se considera necesario apostar al conocimiento integrado
para enfrentar la complejidad del mismo, ya que se reconoce que no responde más a
las divisiones tradicionales entre asignaturas o las clasificaciones de los
11
conocimientos, igualmente, se apunta a la necesidad de una formación integral de las
personas (Cano, 2008).
Papel de las competencias en el ámbito socio-cultural y educativo para la
formación de las actuales generaciones
El desarrollo logrado en el presente siglo tanto científico como de nuevas
tecnologías, los cambios producidos tanto económicos como financieros además de
la aparición de nuevos problemas sociales y culturales han obligado a repensar el
proceso educativo, surgiendo así las llamadas competencias educativas, las cuales
posibilitan el cambio de forma adecuada para responder a las necesidades del mundo
globalizado del siglo XXI (Argudín, 2006).
Aunque los avances realizados en este siglo han sido sorprendentes y rápidos,
no lo han sido menos los desastres, tanto naturales como los producidos por el
hombre, entre ellos guerras, injusticias y desigualdad, lo que demuestra que el
hombre es insolidario. Ante ello, se visualizan los siguientes problemas: falta de
tolerancia, respeto tanto con sus semejantes como hacia la naturaleza, prejuicios
hacia sus congéneres, actos de violencia contra los más desprotegidos, entre otros.
Desde esta perspectiva se enfatiza en la necesidad de desarrollar competencias con
un enfoque más humano y social. (Tobón, Rial, Carretero y García, 2009).
Por todo lo anterior resulta imprescindible que la educación actual, facilite el
desarrollo humano no sólo al utilizar la tecnología haciéndole más fácil el trabajo,
sino también dándole un enfoque más social y humano a la economía, que permita
que la riqueza se distribuyan equitativamente para reducir la desigualdad (Tobón et.
al, 2009).
12
Lo anterior, se justifica y comprende porque en muchos países, entre ellos
México presentan condiciones de extrema pobreza, lo que propicia un rezago
educativo, la proliferación de drogadicción, el pandillerismo, la violencia
intrafamiliar y la incursión de niños y adolescentes en grupos delictivos, entre otros.
De ahí que según estudios de la OCDE en México el 25% se los adolescentes entre
15 y 19 años y el 25% de los jóvenes entre 25 y 29 años no trabaja ni estudia por lo
que son presa fácil para ser incluidos en grupos que se dedican a la delincuencia, a
esto se refieren Lozano y Herrera (2013) cuando hablan de descomposición del tejido
social. Ante ello, ¿qué se puede hacer para combatirla?
Sin duda alguna, actualmente la descomposición del tejido social, se necesita
atender en la educación no sólo en el aspecto “saber conocer” y “saber hacer”, sino
es prioritario atender el “saber ser” (valores y actitudes) y el “saber convivir”, según
determinado contexto. Se requiere incluir competencias para la vida en sociedad con
un carácter de transversalidad en el currículo que promuevan entre otras actitudes y
valores las siguientes: el honor, la justicia, la responsabilidad, la puntualidad, la
verdad, la solidaridad, la tenacidad. Además de desarrollar una cultura del cuidado
del medio ambiente, cultura del ahorro y cultura del trabajo.
13
Conclusiones
En la actualidad, las exigencias sociales no son las mismas que en el pasado,
puesto que las necesidades educativas eran únicamente preparar a los estudiantes a
leer, escribir y hacer cuentas. Ahora, las exigencias sociales requieren que las nuevas
generaciones además de conocimientos, habilidades y destrezas, se desarrollen en
ámbitos del saber ser (valores y actitudes) y saber convivir (interacción con sus
semejantes).
Ahora bien, el enfoque por competencias implica que la enseñanza en las
escuelas de hoy sea integral, esto con la finalidad de atender no solamente la
formación personal sino que se incluya también la social. Esto implica, que el
conocimiento, las habilidades y destrezas deben ir de la mano con principios éticos,
de valores y sociales.
Por lo tanto la transformación de diseño de programas educativos basados en
competencias, están llevando a los cuerpos docentes a revisar sus enfoques y
estrategias de actuación, a una nueva visión de sociedad, con aires de cambio en la
que se le otorga especial valor al conocimiento, se abre la posibilidad de un enfoque
horizontal en la evolución de la formación a lo largo de la vida.
14
15
Referencias
Argudín, Y. (2006). Educación basada en competencia. Nociones y antecedentes. Distrito Federal, México: Trillas
Cano, M. E. (2005). Cómo mejorar las competencias de los docentes. Barcelona: Graó.
Cano, M. E. (2008). La evaluación por competencias en la educación superior. Profesorado. Revista de Currículum y Formación del Profesorado, 12(3).Consultado en: http://www.ugr.es/~recfpro/rev123COL1.pdf
García-Cabrero, B., Loredo, J., Luna, E. y Rueda, M. (2008). Modelo de evaluación de competencias docentes para la educación media y superior. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, 1(3), 124-136.
Lozano Rodríguez, A. y Herrera Bernal, J.A. (2012). Diseño de programas educativos basados en competencias. Monterrey, México: Editorial Digital del Tecnológico de Monterrey.
Luengo, J., Luzón, A. y Torres, M. (2008). Las reformas educativas basadas en el enfoque por competencias: una visión comparada. Profesorado. Revista de currículum y formación del profesorado, 12 (3), pp. 1-10.
Mejía Marco R., (2007). Educaciones en las globalizaciones, Editorial Desde Abajo Colombia.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. (2005). La definición y selección de competencias clave: Resumen ejecutivo. Consultado en: http://www.deseco.admin.ch/bfs/deseco/en/index/03/02.parsys.78532.downloadList.94248.DownloadFile.tmp/2005.dscexecutivesummary.sp.pdf
Porlan, R. (2000). Constructivismo y Escuela. Sevilla, España.
Stenhouse, L. (1987). Investigación y desarrollo del currículum. Madrid: Morata.
Tobón, S., Rial, A., Carretero, M. A. y García. (2009). Competencias, calidad y educación superior. Bogotá, Colombia: Delfin Ltda.
16
17