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AVENTURERA. La perseverante firma AJP por fi

n pone a la

venta un modelo estrella, la PR5 250, con el que

relanzar la

empresa. Una moto de buena presencia, dotada

de corazón

oriental y parte ciclo propia. Algunas ideas son

llamativas,

como la estructura del bastidor, en acero y alum

inio, con el

depósito atrás y la caja del filtro encima del mo

tor. Una buena

opción de aventura.

52 | M O T O V E R D E

> PRESENTACIÓN ENDURO

piedra, bosque de eucaliptos, pasos de agua, praderas verdes… Ideal para montar y estimulante para recibir a la PR5 con buena predisposición.

Llave de contacto, botón de arranque y… tras insistir algo, es-tamos en marcha. Destacamos en la AJP una buena posición ge-neral, no muy radical, bastante cómoda, con un manillar Reikon sin barra y bien colocado, así como un asiento durito, pero con-fortable, cubierto con una funda de buena fijación. Todos los mandos los encontramos rápidamente salvo el pedal del freno trasero, que ocupa una posición demasiado metida hacia dentro.

Los primeros metros sirven para sentir lo que esperábamos: un motor que empuja pero no asusta. Declara AJP una potencia de 25 CV a 8.500 rpm y debe ser la cifra bastante real. Suficiente para lo que se pretende ofrecer al cliente de moto fácil, no cara, destinada al enduro recreativo recuperando el espíritu de los mitos Honda XR y Yamaha XT de moto para todo y todos.

El propulsor se defiende bien en general aunque arriba res-ponde algo ahogado, no terminando de estirar con soltura. En algunos momentos notamos ciertos vacíos en la respuesta del motor debido a pequeños fallos de inyección en estas unidades aún de pre serie. Pero la mecánica oriental tiene rabia y nos pa-rece divertida en su justa medida. Retiene de forma notable al cortar gas pero eso es bueno en una enduro como ésta pues su freno motor lo agradecerá como ayuda el usuario tipo, de nivel medio/bajo de conducción. Además, el sonido del propulsor resulta agradable, muy 4T, clásico pero intenso.

Lo que menos nos agradó del motor fue el cambio, tanto por-que la palanca no deja mucho espacio para meter bien la bota -deficiencia acrecentada porque calzamos un 46- como porque el selector es impreciso y de tacto duro, no agradándole meter marchas dando gas ni tampoco las reducciones rápidas. El desarrollo es bueno, cortito -monta una corona de 50 dientes- y bien escalonado en sus seis marchas.

El embrague tiene un buen tacto y un corto recorrido, pa-reciendo que resiste bastante el maltrato, aunque tampoco tuvimos muchas zonas trialeras, ni son los grandes escalones su objetivo primordial.

AplomoLa parte ciclo rueda sobrada dentro del concepto PR5. El

bastidor nos ha transmitido confianza y nobleza, con loable estabilidad y buenas reacciones generales, tanto en recta como en curvas de todo tipo. Si por él fuese aguantaría un motor más poderoso sin rechistar.

Aunque AJP declara 115 kilos, nos parece una cifra algo op-timista y nos inclinamos más por unos 120 reales, en vacío. No importa el peso en exceso en esta moto si la destinamos a rodar por pistas -ese debería ser su espacio vital- pero sí para moverla en parado si nos atascamos en algún punto complicado -por cierto, dispone de asideros, atrás, para facilitar la tarea-. El re-parto de la masa es bueno y el centro de gravedad también está bien ubicado. Además, la AJP es una moto bastante compacta, con el asiento no muy alto -buena noticia para muchos- y una distancia entre ejes cortita.

En cuanto a las suspensiones, el conocido material Sachs, similar al usado por Gas Gas en su gama Enducross, con hor-quilla de 48 mm y amortiguador sobre bieletas, responde en términos generales de forma satisfactoria, añorándose algo más de precisión y ausencia de rebotes demasiado enérgicos. Pero es material endurero que sabe hacer enduro.

Bien los frenos, con sensacional potencia y mordiente, gracias a dos discos, de 260 mm y 240 mm, respectivamente, aunque el tacto de las bombas AJP podría ser algo más progresivo y detrás, a veces, parecía que la rueda se bloqueaba con facilidad.

Romper la rutina diaria y pasar buenos ratos camperos, sin ambiciones deportivas, es lo que permite la PR5. Bonita moto, con buenos componentes -incluye elementos como la instru-mentación digital, los cubremanetas plásticos y el cubrecárter de aluminio-, que peleará en el mercado con un precio de unos 5.000 euros, aproximadamente. Con la colaboración de Rodrigo Castro TWO WHEEL SOLUTIONS S.L. - TLF.: 91 858 76 71 - E-MAIL: info@twowheelsolutions.com

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