algunas ideias sobre el desarrollo historico del liberalismo_algunas ideias sobre el desarrollo...

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 A l g u n a s  I deas  S o b r e  e l  D esarr o j u l o  H i s t ó r i c o  d e l  L i ber a l ismo UC. NURY RAVENTOS DE MARIN INTRODUCCION Al hablar de liberalismo debemos enfrentamos al aspecto  pr op ia mente hu m ano de an sia de li b e rt a d y a la d oc tr in a ya el abo- rada y establecida creada por ésta, que culmina como la síntesis de un largo proceso y refleja que a través de las distintas épocas históricas el grito de ‘libertad’ ha resonado constantemente y de muy diversas man eras según el sistema de opresión imperante. Li-  b e rt ad co n tr a la es cl avitud, co n tr a el dominio se no rial, co n tr a el  p od er del mon ar ca , de la Igl esi a, de los grê mi os y, en un sent id o más íntimo, libertad para la expresión del pensamiento, de palabra, de religió n... Este puede ser el grito aislado como el de Sócrates o de un líder que co mo Esp artaco levanta todo un clamor. Su lucha es superior a la vida y para ambos es preferible la muerte a las cadenas intelectuales o reales. Es tos ejemplos que da tan de la an tigüedad se repiten por centenares en las distintas centúrias. Bás tenos recordar, un milênio más tarde, la lucha de los aristocratas contra Juan Sin Tierra por la Carta Magna, las peticiones de los  bur gue ses c o nt ra los nob les y el mo vim ien to com un al. E n el Re na cimiento el afán de libertad se orienta a independizar el pensa- miento, a liberarlo de la fuerte sujeción dogmática medieval y su anhelo se ce ntra en la revalorización del hombre. Movimientos co mo la Reforma, hombres como Erasmo, dan paso a la Edad Moderna y con ella una serie de pensadores que serán los pilares del libe- ralismo, en especial los del siglo XVIII que crean la síntesis ideoló- gica e impulsan las sangrientas revoluciones que la implantarán. Los filósofos del Iluminismo, basándose en la razón (la ma yoría de ellos) pretendieron guiar al hombre a su pleno desarrollo, firmemente convencidos de que el progreso era una realidad para la humanidad. Condorcet uno de los que con más fuerza de fendió el progreso, creia que éste era un movimiento histórico autónomo,  21 9  

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Historia, liberalismo

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  • A l g u n a s I d e a s S o b r e e l D e s a r r o j u l o H i s t r i c o d e l L i b e r a l i s m o

    UC. NURY RAVENTOS DE MARIN

    INTRODUCCIONAl hablar de liberalismo debemos enfrentamos al aspecto

    propiamente humano de ansia de libertad y a la doctrina ya elaborada y establecida creada por sta, que culmina como la sntesis de un largo proceso y refleja que a travs de las distintas pocas histricas el grito de libertad ha resonado constantemente y de muy diversas maneras segn el sistema de opresin imperante. Libertad contra la esclavitud, contra el dominio senorial, contra el poder del monarca, de la Iglesia, de los grmios y, en un sentido ms ntimo, libertad para la expresin del pensamiento, de palabra, de religin. . . Este puede ser el grito aislado como el de Scrates o de un lder que como Espartaco levanta todo un clamor. Su lucha es superior a la vida y para ambos es preferible la muerte a las cadenas intelectuales o reales. Estos ejemplos que datan de la an- tigedad se repiten por centenares en las distintas centrias. Bs- tenos recordar, un milnio ms tarde, la lucha de los aristocratas contra Juan Sin Tierra por la Carta Magna, las peticiones de los burgueses contra los nobles y el movimiento comunal. En el Rena- cimiento el afn de libertad se orienta a independizar el pensamiento, a liberarlo de la fuerte sujecin dogmtica medieval y su anhelo se centra en la revalorizacin del hombre. Movimientos como la Reforma, hombres como Erasmo, dan paso a la Edad Moderna y con ella una serie de pensadores que sern los pilares del liberalismo, en especial los del siglo XVIII que crean la sntesis ideolgica e impulsan las sangrientas revoluciones que la implantarn.

    Los filsofos del Iluminismo, basndose en la razn (la ma- yora de ellos) pretendieron guiar al hombre a su pleno desarrollo, firmemente convencidos de que el progreso era una realidad para la humanidad. Condorcet uno de los que con ms fuerza defendi el progreso, creia que ste era un movimiento histrico autnomo,

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  • lineal e inevitable. En 1795 en su Bosquejo de un cuadro histrico de los progresos dei espritu humano asegura que la naturaleza no ha senalado ningn limite al perfeccionamiento de las facultades humanas.

    La razn como guia enfrenta a este hombre dieciochesco con su interior y con el mundo que lo rodea para plantearse un ordena- miento superior al que le precedi. Del autoanlisis surgir una nueva concepcin dei propio ser. El hombre se siente como un indivduo que tiene derecho a vivir, pensar y actuar libremente. De- rechos propios e inalienables que el mundo externo debe protegerle Derivado de lo cual, como lgica consecuencia, tendremos que si cada uno tiene el derecho de pensar de acuerdo con su razn, justo es establecer la tolerancia de credos, abolir la censura y permitir que el hombre reaccione ante los poderes tanto intelectuales como religiosos que le atan.

    De la visin interna el hombre ha pasado a la externa para negar todo aquello que le impide desarrollar su progreso y, contemplando su mundo y momento histrico, encuentra en la Naturaleza el sostn para lograrlo. La Edad de las Luces tiene una gran deuda con Newton, el creador de la teoria de que el universo est regido por leyes universales inmutables, pues adaptando este principio fsico a todo el quehacer humano, produjo un conjunto de principio universales para aplicarlos a problemas y situaciones determinadas: libertad poltica (base dei Contrato Social de Locke y Rousseau, divisin de poderes de Montesquieu, derecho a autogobernarse o democracia de Rousseau, etc.) libertad religiosa, libertad econmica o fisiocracia, son tan solo unos cuantos de sus planteamientos.

    Las ideas crearon los conflictos armados y el bano de sangre de fin de siglo para llevarlas a la prctica . . . El siglo XIX ser su heredero. Tomando la semilla que les ha sido legada, los hombres de la nueva generacin, la hacen germinar para convertir a su centria en el siglo dei Liberalismo.

    As el liberalismo como doctrina surgir a fines dei siglo XVIII y con autntico vigor a partir de la Restauracin (1815).

    El trmino con el que se le bautiz es tan reciente como su significado. Segn opinin de J. Salwyn Schapire es de origen es- panol; proviene de un partido poltico el primero que se estableci para hacer efectivos los ideales liberales que al iniciarse el siglo

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  • mWinlwa de la Farultad de DcXIX abogaba por el gobierno constitucional en Espana. Luego el vocablo se generalizo.

    ^Qu se entiende por liberalismo? El mismo autor dir: se le puede caracterizar como una actitud mental ante la vida y sus problemas, actitud que destaca el valor de la libertad para los indivduos, minorias y naciones.(1)

    El nacimiento dei liberalismo se debi al momento en que varias ideologias se unieron en una favorable proporcin. As lo ve Gentile. El liberalismo ha sido una feliz dosificacin del jusnatu- ralismo y del romanticismo, del racionalismo y el historicismo, de los derechos de la revolucin y de los de la tradicin. '2'

    Como movimiento tiene su zona de origen y desarrollo en Inglaterra, pas con una amplia tradicin en la lucha por la libertad y los derechos humanos, en Francia y en general la Europa Sur- occidental o Europa dominante, conjuntamente con los Estados Unidos. Por la calidad de la doctrina y por la influencia que ejerci esta zona en el desarrollo mundial durante la pasada centria, las ideas rpidamente se extendieron convirtindose en universales. (Recordemos como en la segunda mitad del siglo XIX un fuerte movimiento que comulgaba con estos ideales realizo toda una reforma en la legislacin costarricense).

    Advertncia previa a su estdio

    Antes de adentrar en su contenido temtico hay tres aspectos que es necesario destacar para su comprensin:

    1.Por la propia naturaleza de la doctrina, sta enfoca todos los aspectos de la actividad humana por lo cual sus postulados se hallan ligados al quehacer poltico, econmico, social, religioso, artstico y literrio de la poca, o como dir Hobhouse, el liberalismo es un elemento que penetra en toda la estructura vital dei mundo moderno. Nuestro objetivo pretende tan slo sintetizar algunos aspectos dei campo poltico-econmico.(1 ) S3lwyn Schapino. Liberalismo, su significado e historia. Editorial Paids, Buenos Aires, 1965.

    Pg. 1.(2 ) G entile, Pnfilo. La Idea Liberal. U tcha,, Mxico, 1961. Pg. 12.

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  • 2.Tambin como algo congnito a su pensainiento, el liberalismo se nos presenta como una doctrina dinmica. Evoluciona para aplicarse a las circunstancias histricas. La poca, el lugar y el marco cultural determinan tanto la velocidad como el mtodo evolutivo. Este modificarse sin cambiar su esencia proviene en parte por motivos internos, es decir, por un proceso de fermenta- cin y de desarrollo de grmenes que estaban ya contenidos en la matriz ideal. . . y en parte por motivos externos, o sea, por una modificacin dei ambiente que condicionaba la posibilidad de una civilizacin liberal.

    La comparacin dei pensamiento de dos de sus adalides en la pasada centria nos mostrar claramente esta aseveracin. El fundamento filosfico dei liberalismo en Jeremias Bentham es de corte utilitarista y eminentemente hedonista. Considera que lo nico que induce al hombre a la accin es el deseo del placer. Si el indivduo se aleja del dolor y busca su propio bien, la sociedad debe tomar como pauta de la poltica y de la economia la felicidad mxima o el mayor bien, que es la suma ms grande de los pla- ceres particulares. Nos presenta Bentham un egosmo individual que es el arranque de todo lo dems, el motor que motiva al hombre. Si hay un inters social este es mediato, dbil y en realidad sin valor propio; se lucha por el bienestar general cuando a la mayora de los componentes de la sociedad les produzca placer o satisfaccin el hacerlo. Anos ms tarde, el problema que existe al inclinarse a una simple valoracin cuantitativa de los placeres y el eludible paso dei bien deseado por cada uno de los yos individuales a la aceptacin dei beneficio social, ser modificado por John Stuart Mill. Su revision y aporte a la doctrina original crea una nueva etapa en el liberalismo. Si esquematizamos sus ms destacados postulados veremos que Stuart Mill lejos de aceptar el principio cuantitativo del placer aboga por el cualitativo y supera el paso entre el egosmo individual que puede oponerse al bien social considerando que el hombre tiene un sentimiento de benevolencia social arraigado por una tradicin histrica que le induce a buscar la felicidad de todos buscando la felicidad de la colectividad pues solo as l lograr la suya.(3 ) G entile, Pnfilo. La Idea Liberal. U tcha, Mxico, 1961. Pg. 42.

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  • Se cumple as la evolucin interna en lo ideolgico del libera lism o radical y de inters individual al liberalismo humanstico y con conciencia del bienestar social.

    3.La aplicacin prctica del liberalismo, como sucede siem- ore que se pretende adaptar lo ideal a lo real, nunca ha podido ser absoluta ni totalmente uniforme porque las circunstancias especficas de las distintas naciones crean variantes y de esto proviene su riqueza de modalidades. Un ejemplo muv sui generis es el que relataba un dia el Dr. Constantino Lscaris refirindose a las vici- s itu d e s polticas por las que haba atravesado Nicaragua. Cuando el partido liberal encabezado por Zelaya triunfo, el nuevo presidente, para impulsar el cambio liberal, lo primero que tuvo que hacer fue convertirse en dictador, o sea, que negaba en su misma estructura la doctrina que l queria imponer.

    Postulados del Liberalismo Clsico y Sntesis de su Trayectoria

    La primera etapa de aplicacin de esta doctrina ha recibido el nombre de Liberalismo Clsico. Desde su origen tiene una incon- movible fe en que la libertad es necesaria para alcanzar cualquier meta que el hombre se proponga o desee; libertad que le permita la autodeterminacin y que sea tan amplia que unicamente est frenada por la de sus semejantes. A ella debe ir unida la igualdad, entendida como similitud de oportunidades para todos, asegurada por una legislacin que elimine cualquier clase de privilgios. Solo por medio de estos dos princpios se reconoce la dignidad humana y se cumple el precepto de que el hombre es un fin en si mismo y no un medio para promover y proveer los intereses de los dems.

    Para garantizar estos derechos al hombre, permitir que ste se desarrolle plenamente y logre su felicidad, debe existir un go- bierno que actuando para el bienestar de cada uno de sus miembros logre una armona general. Su finalidad es conseguir la mxima dicha posible para el mayor nmero de indivduos. Su poder o el fundamento de su poder se halla en la voluntad expresa de los gobernados, porque parte de la libertad del hombre consiste en autogobernarse y son ellos los que delegan en el gobierno su de- recho. Sin embargo, a inicios del siglo XIX, cuando se aboga por esta ideologia, el voto era censitrio; correspondia tan solo a la

  • clase que haba triunfado en la revolucin y la que haba promo- vido ei liberalismo: la burguesia, unida a los privilegiados dei an- tiguo rgimen. Existia la disposicin de que ningn hombre es veniaderamente ciudadano si no es propietario.

    Consecuentemente con el principio de que el indivduo tiene el derecho a regirse, la nacin, como conjunto de estos derechos ParUculares o como indivduo colectivo tiene el derecho y la misin de .Seguir su propia trayectoria independiente de las dems. As ef liberalismo da su apoyo decisivo al nacionalismo y a todos los movimientos que pretendieron afirmarlo en la pasada centria y ls que se jian presentado en el presente siglo.

    En el campo econmico el liberalismo desarrollo las ideas doctrina fisiocrtica. En sntesis fisiocracia (poder de la na-

    turaleza) es una doctrina acorde con las ideas imperante en su p(K'a (siglo X VIII). Segn ella en el universo y tambin en el aspecto econmico como perteneciente a l, existe un orden prees- tablficido, un orden natural, y para que ste no sea alterado o roto, ej Estado no debe intervenir en los asuntos econmicos con eI fiq de orientar su propio fluir pues resultaria contraproducente. Es lo que se resume en la frase atribuida a Vincent de Gournay

    Eifssez faire, laissez passer, le monde va de lui mme.A este principio general Adam Smith agrega un elemento

    nuevo de gran importncia: el indivduo y su configuracin sicol- gica. Todo hombre dejndolo actuar libremente tratar de mejorar su svjgjte y considera asimismo al hombre como creador, por medio de sq esfuerzo, de la prosperidad, pues asegurar El trabajo es la base de la riqueza. Con esto se estableci por primera vez en forma definitiva que el hombre dominaba sobre la creacin de ri- queza. Es l el que disfruta y produce aquello que necesita y le da sq placer. Ya no es el 010 fuente de riqueza como lo fue para los hiercantilistas, ni la agricultura segn los fisicratas. La econom y habia colocado a partir de este momento al indivduo en el cenro de su doctrina.

    Esta teoria econmica va intimamente unida al sistema cap i t a l ^ como forma de organizacin para la extraccin y produc- cin de la riqueza, con una finalidad eminentemente de lucro. En reali

  • haba dado la fuerza econmica a la burguesia para que luchara en su beneficio, y es precisamente esta clase, la favorecida en especial por los fundamentos de las nuevas ideas. Nada habr tan beneficioso para la burguesia como la aplicacin de los modernos mtodos que pone a su disposicin la revolucin industrial, apo- yndose en las normas liberales. En un mundo en que rige la libre competncia y un Estado que se hace a un lado, el burgus puede ejercer todos los medios para enriquecerse.

    Es precisamente desde este momento que se realiza la sim- biosis. Liberalismo y capitalismo quedan intimamente ligados, lo que implicar que las falias que aparezcan en uno de ellos sean imputadas al otro y sea difcil separar ambos conceptos. Union que es todavia ms evidente en nuestros dias.

    La aplicacin prctica dei liberalismo en los pases que ini- ciaron y estaban en pleno desarrollo industrial trajo consecuencias favorables y nefastas. Pertenecen a las primeras: el incremento de la produccin, el rpido enriquecimiento tanto individual como nacional, la revolucin financiera y el inicio dei gran capitalismo (hochkapitalismus). Lo que llam Rene Gonnard la era dei Pro- meteo desencadenado. Como aspectos desfavorables se nos presen- tan: que al radicalizarse los princpios se apoy el triunfo dei ms fuerte, la pauperizacin y explotacin dei proletariado, se cre una nueva era de colonialismo con la consiguiente explotacin de Ias zonas sujetas al neoimperialismo y por ltimo un enriquecimiento excesivo que desemboca en el monopolio, negacin de la propia teoria de la libre competncia, bsica en el liberalismo.

    Al crearse un Estado cuya actividad se reduca al de simple policia y que por definicin dei laissez faire no intervena en asuntos econmicos o sociales, el ms grave de los aspectos negativos en sentirse fue la explotacin de la nueva clase social que se form a raiz de la revolucin industrial: el proletariado. Nueva designa- cin para un grupo social que ve engrosar cada dia su nmero a medida que los comerciantes y pequenos productores no podian competir con los grandes almacenes y las fbricas e industrias mecanizadas o que los campos se vaciaban de pequenos propietarios o trabajadores campesinos para ser absorbidos por una ciudad que les deslumbraba desde la lejana con sus dones y placeres pero que al engullirlos les convertia en esclavos desnutridos, harapientos y

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  • 1

    p ro s t i tu d o s de un rgimen que no permitia escape. Pronto, tal vez no tanto como lo hubieran deseado las vctimas, surge un brote creciente de descontento y una serie de censuras a la injusticia social. Motines, luchas callejeras, destruccin de maquinaria y cie- rre de fbricas sern sus representaciones extremas. En el campo intelectual estas se expresarn en una serie de crticas que se ini- cian en forma aislada pero paulatinamente se vuelven ms fre- cuentes, ms agudas y se van sistematizando para formar una doctrina denominada socialismo. Sus creadores son los socialistas utpicos y desemboca a mitad dei siglo XIX en la figura de Carlos Marx, que pretende crear un socialismo cientfico basado en el materialismo dialctico, concepcin materialista de la historia, lucha de clases, eliminacin de los medios de produccin privados, etc. y con l dar una nueva orientacin a la humanidad con una fina- lidad hedonista. As, las dos doctrinas tienen como meta la felicidad dei hombre, en lo que son radicalmente opuestas es en los medios de como llevarlo a cabo.

    Mientras las crticas socialistas se ensanan con el status quo imperante y los ideales liberales, que en su opinion son los nicos culpables de ello, los partidrios dei liberalismo realizan la campana para que todos los hombres puedan acudir a las urnas electorales y hacer una realidad el principio de autogobierno. (Se logra consolidar el sistema democrtico al menos masculino, pues la aceptacin dei voto femenino quedar pendiente hasta la presente centria).

    La realidad que muestra la misria dei sector mayoritario de la poblacin, el aumento de las diatribas ante esta situacin y la posibilidad del pueblo en intervenir, hizo que prevaleciera la opinion de que se requeria una revision de la doctrina que estamos analizando. Revision y modificacin que se llev a cabo dentro y por el liberalismo en lo que habamos visto como su propio dinamismo.

    A fines dei siglo XIX y principio del XX el liberalismo tiene la conviccin de que sus princpios de libertad e igualdad para cum- plirse necesitan de la intervencin estatal a favor dei ms dbil en la lucha econmica: el proletrio. Slo as se nivelar el privilegio que tienen las clases capitalistas sobre ellos y se impedir la impune explotacin dei hombre. Hace eco, dentro de su seno, de las Encclicas Sociales, de la corriente paternalista y la impulsa, de

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  • las ideas de algunos socialistas y se dictan leyes que prevalecen sobre la libre contratacin de trabajo. Leyes como mximo de horas de trabajo, condiciones laborales especficas para mujeres y ninos, obligacin de establecer ciertas medidas de seguridad en las fbricas, seguro de enfermedad y accidentes, etc.

    Al mismo tiempo que se est gestando una legislacin social, el nacionalismo que haba sido impulsado por la corriente liberal, al afianzarse ms en sus creencias, terminar por oponerse a algunos de los postulados liberales. El sentimiento nacional no contento con darse un gobierno propio y que la nacin fuese libre para construir su futuro pretende convertir su propio pais en la nacin hegemnica. En el campo econmico las naciones fuertemente industrializadas competirn por el dominio mundial, basndose en una nueva intensificacin colonial para la explotacin de matrias primas v nuevos mercados para exportar sus productos, unido a un movimiento de fuerte inversin capitalista acorde al desarrollo finan- ciero de la segunda mitad dei siglo XIX. El deseo de triunfar en la lid poltica-econmica crea una serie de medidas proteccionistas como: prohibiciones a la importacin de ciertos productos, estmulo a la industria, financiacin extranjera y tratados internacionales para proteger el mercado. Medidas que necesitan, como es lgico, dei control estatal. Si nunca existi el librecambio y la libre competncia total producto de las doctrinas econmicas liberales, (ni an Adam Smith lo acept), este viraje fin de siglo aboga por una mayor participacin dei Estado y se separa dei tradicional laissez faire, laissez passer. La rivalidad que surge de la competncia y dei arraigado nacionalismo ser una causa poderosa de la primera guerra mundial.

    Ha llegado 1914 y los cnones de agosto inician una nueva era.El siglo XX recibe de su antecesor el capitalismo, el libera

    lismo, el socialismo, el colonialismo y sentimientos conflictivos porque el desarrollo de una economia ascendente crea optimismo y las rivalidades poltico-econmicas han causado la guerra. Ante esta herencia y las nuevas circunstancias veamos cmo se desen- vuelve la ideologia que nos ocupa.

    El inicio de la guerra, por paradjico que parezca, result un alivio en la tensin de los ltimos anos. Ya la decisin estaba tomada, fue como la quema de las naves de Corts, y una corriente

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  • de vivo nacionalismo y de optimismo sacudi a los combatientes ya que existia la opinion generalizada, salvo en los visionrios ms claros, de que en unas cuantas semanas la guerra terminaria y Europa saldra renovada.

    Esta visin de una guerra relmpago fue precisamente lo que influy a que los Estados no tomaran de inmediato ninguna disposicin que implicara un cambio de direccin en la poltica liberal, tan solo se decreto el servicio militar y se intensifico la produccin de armamentos que se haba iniciado anos antes por el temor de la perspectiva blica.

    Al no cumplirse las previsiones militares y convertirse la guerra en un lento desangre en las trincheras, las naciones se en- frentan al grave problema de mantener los princpios librales que han implantado, y por otro resolver la acuciante necesidad de nutrir imperiosas obligaciones de guerra que se ven agravadas ante la urgncia de establecer una economia autrquica o de self-sufficience por el bloqueo martimo y el paro de las relaciones intercontinentales. Ante la alternativa de modificarse internamente o resultar vencidos militarmente, los gobiernos se inclinan al dirigismo como una medida provisional de emergencia. El Estado interviene cada vez ms en asuntos de la actividad privada. En sntesis la guerra traer unas circunstancias en las cuales se antepone la razn de Estado a la defensa de los derechos del indivduo y se favorece el aumento de la influencia de las fuerzas sociales que el progreso de la democracia obligaba a retroceder.(4)

    El hombre suena con la paz y el status quo preblico. Sueno que parece cumplirse en 1918 cuando los cnones se silencian y Versalles se halla en plena ebullicin diplomtica.

    Sin embargo la guerra ha dejado tras de si su huella apocalptica. Muertes, destruccin, hambre, enfermedades. Las naciones se enfrentan a una reconstruccin econmica de tiempos de paz. Estos cuatro anos funestos no slo han destrudo parte de la riqueza sino que han creado un estancamiento en la produccin de artculos de primera necesidad. La falta de matrias primas y productos alimentcios, as como manufacturados es lamentable. Se precisa de una total reelaboracin de las fuerzas productivas y los(4 ) Crouzct, Maurice. La Epoca Contempornea. T . V II H istoria General de las Civilizaciones. Ed-

    cioncs Destino, Barcelona, 1961.

  • numerosos intentos que se hacen para realizaria se ven frenados por una constante inflacin y fluctuaciones monetarias que atemorizan la iniciativa privada en la inversin industrial europea, lo cual pro- duce a su vez una escasez de demanda de mano de obra que traer un problema muy caracterstico de la economia dei siglo XX: el paro o la desocupacin en grandes cantidades, la creciente masa de hombres que va en pos de un trabajo para encontrarse con todas las puertas cerradas. Si al liberalismo le preocupo la mala situacin dei proletariado en el siglo XIX el problema que le pre- senta nuestra centria es an ms grave.

    Durante la guerra acontecern otros sucesos de gran reper- cusin para la doctrina que estamos analizando. El ms importante es la nueva directriz que tomar Rusia a raiz de las revoluciones de 1917. El movimiento que se haba iniciado como un intento de establecer las medidas liberales en territorio de los zares se con- vierte por el desenfreno de los hechos en un impulso irreversible que llevar al pas a imponer las ideas marxistas (con las modifi- caciones que sus dirigentes creyeron pertinentes). Por primera vez se intentar que los escritos de Marx dejen de ser una utopia. Y por curiosa paradoja dei destino ser precisamente en la zona que segn el propio autor, como lo expresa en su Manifiesto Comunista, era menos propicia para ello.

    A partir de este momento la tradicin demoliberal capitalista se enfrenta al ordenamiento socialista hecho realidad. La pugna de estos sistemas quedar sin desenlace hasta hoy a pesar de que pareciera que la inclinacin recproca de la aceptacin de ciertas modalidades dei contrario ha limado la distancia entre ambas.

    Pero no slo es una lucha internacional la batalla dei liberalismo. En los territrios que tradicionalmente han aceptado la doctrina, las fuerzas socialistas se van fortaleciendo. Al hacerse tan larga la guerra se va creando el descontento. Los pueblos han perdido su fe y optimismo iniciales y ante las penrias sufren un desengano que les enfrenta no slo a la sinrazn de la guerra sino que les lleva a dudar de su forma de regirse. La bsqueda de un nuevo ideal les har inclinarse hacia el socialismo que ver engrosar dia a dia las filas de sus partidos.

    Del crecimiento de los partidos socialistas y dei miedo ante stos, dei nacionalismo que ser exaltado propagandsticamente, dei

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  • temor a la libertad que crea inseguridad (recordar la teoria de Erich From), de una angustia por suplir las necesidades materiales aun a costa del sacrificio de ciertas libertades, del deseo de que se organicen los recursos econmicos, de la serie de mitos sobre la superioridad racial y en fin de toda una variada complejidad causal nacen los sistemas totalitrios.

    Carl J. Friedrich los define as: Frente a otras dictaduras, el totalitarismo se caracteriza por la coalicin de los siguientes elementos: una ideologia totalitaria y su correspondiente partido nico; una policia secreta terrorista; el monopolio de las informaciones y de las armas; un comercio dirigido y centralizado.*5 Para Glasser es un sistema en que el apetito de poder encerrado en el hombre, que debe ser considerado como un fenmeno natural (ya Platn hablaba de la morbosa tendencia a ampliar el poder) puede des- plegarse sin obstculos.*6

    El fascismo de Benito Musolini cumple con todos estos requisitos. Se estableci en Italia bajo consigna de partido: anti- parlamentario, antidemcrata y antisocialista. La marcha sobre Roma de las camisas negras traer su triunfo y en 1925 la dieta- dura. El fascismo era sobre todo un estilo que pretendia ser heroico, arrebatado, militar y altrusta. Como forma de gobierno iba en contra de los ideales de libertad de pensamiento por la fuerte censura imperante; la legislacin rompi el tradicional equilbrio de los poderes estatales para establecer un ejecutivo autoritrio sin contrapeso legal y era obedecido ciegamente por pasin partidaria (basta evocar la cantidad de fascistas hipnotizados por una campana propagandstica dirigida a estimular las masas) u obligados por un cuerpo de policia que se hacia respetar an cuando fuera recurriendo a mtodos violentos y salvajes.

    En Alemania despus de una oleada de desorden y actos de terror, parecidos a los italianos, pero estimulados adems por un fuerte nacionalismo que se sentia humillado por los tratados de Versalles y lo que consideraba la injusticia del pago de las repara- ciones de guerra que cargaban sobre las espaldas de un pueblo(3 ) Friedrich, Carl J . T otalitre D iktatur. Stuttgart. 1957. Tornado de Hcrm an Glaser cn Introduc-

    cin a la Cultura Contempornea. Ediciones iberoamericanas S. A. M adrid, 1968. P ig . 242.(6 ) G laser, H erm an. Imroduccio a la C ultura Contempornea. Ediciones Iberoamericanas. M adrid.

    1968. Pg. 63.

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  • agotado e c o n o m ic a m e n t e por los gastos blicos, unido a la psima situacin por la inflacin agobiante, el partido nazi (N.S.D.A.P.) cor. su lder Adclfo Hitler, mulo de la doctrina de Mussolini, va a tJT.tar de apoderarse dei poder. Su lucha ser larga. Sufrir el encarcelamiento, derrotas electorales y desprestigio, pero su tena- cidad unida a las maniobras polticas y ayudado por las circunstancias econmicas de la crisis dei 29 con su depresin, hacen que se convierta en jefe absoluto en 1933. Su antiguo maestro Mussolini quedar opacado en sus ensenanzas ante la megalomania de su discpulo. Como afirma Vincent Vives En la borrachera dei poder las brumas nrdicas cegaron la visin al hombre que empunaba los destinos de Alemania.(7)

    Las doctrinas que anteceden se separan dei liberalismo. Todas, segn Sabine, Establecen a una entidad colectiva la raza en el caso dei fascismo y nascismo y la sociedad o la comunidad en el caso dei comunismo como poseedora de un valor superior al individual y definan a los seres humanos como agentes y rganos de la colectividad.(8)

    Tres rudos golpes asestados al liberalismo. Por distintos caminos y a travs de aplicaciones diferentes el totalitarismo se ha asentado en Rusia, Alemania e Italia. En la primera de stas, los cmbios polticos y econmicos se establecen a un mismo tiempo, en las otras dos el cambio poltico se presenta para preservar la amenazada estructura econmica, pero paulatinamente lleva tam- bin a la dictadura en este campo. Porque como dir W. Ropke tanto si el Estado comienza por un socialismo antitirnico, como por una tirania antisocialista, la lgica interna de la evolucin con- ducir siempre, ya sea uno u otro el punto de partida, hacia el mismo resultado final: la tirania absoluta, el colectivismo total que abarca todas las esferas de la vida social.(9)

    El mundo liberal ha perdido la posibilidad de desarrollarse o su predomnio en extensos territrios y el peligro se extiende pues estos pueden ejercer una fuerte influencia en las naciones dei mundo, especialmente en las que le son dependientes poltica o econmica-(7 ) Vincent Vives, Jaim e. Historia General M oderna. T . 11. Montancr y Simn. Barcelona, 1968.

    Pg. 327.(8 ) Sabine. George. H istoria de la Teoria Poltica. Fondo de Cultura Econmica. 1968. PAg. 337.tV) Ropke. W ilhelm . La Crisis Social de N uestro Tiem po. Revista de Occidcnte. M adrid, 1947.

    Pg. 112.

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  • mente, en las pequefias o aquellas que atraviesan por desrdenes o reorganizaciones internas.

    Mientras estos acontecimientos sucedan veamos qu ha pa- sado dentro de la propia esfera dinmica de los pases que haban aceptado y acogido el liberalismo como forma de regirse.

    Los primeros anos de la segunda dcada perodo de post- guerra se caracterizan por un deseo de estabilizacin dentro de los cnones preblicos. Al cerrarse la etapa de guerra se impone el recoger las banderas dei dirigismo. Los pases de Occidente (salvo algunas excepciones y sin tomar en cuenta ciertas dictaduras latino- americanas) vuelven por el sendero dei liberalismo tanto poltico como econmico. Las medidas que se haban creado para solucionar la emergencia de casi un lustro de beligerncia ya no son necesarias. Se inicia una lenta recuperacin econmica que va intensificndose a medida que nuevos descubrimientos tecnolgicos y una mayor racional izacin se emplean en los mtodos de pro- duccin. Este progreso ascendente estimula la iniciativa privada y las inversiones son cada vez mayores. Es el boom de los alegres veintes.

    Si bien reducido en territorio, el liberalismo se sentia vitalizado, cuando otro flagelo, esta vez en su seno interior, har tam* balear toda su estructura. Nos referimos a la crisis dei 29 y a la larga depresin que le sucedi. El sistema capitalista estaba acos- tumbrado a los ciclos econmicos pero por primera vez se enfrenta a uno cuyo mbito tendr horizontes universales y cuyas reper- cusiones sern catastrficas. Anos de angustia y de desesperacin que reflejan un desorden catico y un total aislamiento de la economia internacional. Si este descalabro present caractersticas inigualadas, el balance en dolor humano fue inapreciable. De nuevo el hombre padecer desempleo, hambre, muerte y su causa no estar tenida de valor patritico o nacionalismo, de lucha por ideales o de heroico sacrifcio. Si los males de la guerra tenan una cierta justificacin moral que daba al hombre fortaleza interna, los de la depresin le sumieron en la misria material y moral. ^Cul era la razn, cul el motivo de que millones de hombres vagaran clamando por un msero trabajo y otros tantos se envilecieran por un mendrugo de pan?

    La reaccin no se hizo esperar y fue tan dura como la tragdia que cre. Las crticas ms enconadas se lanzan contra los

  • gobiernos, contra el sistema capitalista y contra su aliado el sistema liberal, pidindose una revision total de las legislaciones imperantes. Se exige un cambio. El liberalismo va a sufrir una nueva revision y autovalorizacin saliendo de ella modificado para corresponder a las circunstancias que le han retado.

    A su reestructuracin contribuye la vision de politicos y ecnomos de gran prestigio. Hombres que conscientes de la situa- cin se preocupan por una pronta y eficaz solucin. Hemos escogido dos de ellos que son de los ms caractersticos. Ambos crean y marcan una nueva orientacin.

    El primero de ellos es Franklin D. Roosevelt que con gran esfuerzo se dedic a conjurar la situacin lamentable en que se hallaba su pas a raiz de la crisis. Su vision le llev a establecer el sistema del New Deal que otorgaba un mayor poder de injerencia al Estado en los asuntos econmicos. Al Estado correspondia estimular la iniciativa privada pero a la vez intervenir en la elabo- racin de grandes empresas para el servicio pblico; empresas que tenan la doble finalidad de habilitar nuevas zonas de produccin o mejorar las existentes y conjurar parte de la desocupacin. Esto era aceptar la planificacin econmica por parte del Estado. Estamos muy lejos del laissez faire, laissez passer.

    El segundo pensador que pondremos de ejemplo, menos de accin que el anterior pero ms profundo terico, es uno de los economistas que ms repercusiones ha tenido en nuestro siglo: John Maynard Keynes. Hombre de una gran capacidad y versatilidad, conocedor de los problemas de su poca ya que particip en forma activa en el Tratado de Versalles y a partir de entonces en el campo poltico econmico de su pas. Escribi varias obras, siendo la ms importante su Teoria general del empleo, el inters y la moneda (1936) que algunos comparan por sus repercusiones con La riqueza de las naciones de Smith. Firme creyente de la estructura politico- liberal considera que el capitalismo podra sobrevivir a pesar de sus defectos y que los hombres seran capaces de curar la enfermedad que le acosa al mismo tiempo que defender su eficacia y la libertad. En sntesis su doctrina abog por la intervencin estatal, la parti- cipacin del Estado en grandes empresas y aquellas que se consi- deren de bien general, el estmulo a la empresa privada, el pleno empleo y una idea muy interesante: el impulsar enrgicamente el

  • consumo como medio de subsanar los problemas dei capitalismo (las crisis y el desempleo).

    Esta nueva visin poltico-econmica no tuvo tiempo de flo- recer plenamente ni de consolidarse porque finaliza el perodo entre guerras. Etapa que lejos de traer la tranquilidad ha creado un profundo desasosiego. Es la angustia tpica de un Kierkegaard o de un Kafka o de un Brecht que se refleja en esta generacin. El hombre se siente dominado, agobiado por lo que le rodea, y al replegarse en su interior se siente inseguro an de s. Lejos est la plcida imgen dei hombre que se ensenora sobre la naturaleza y el mundo como rey de la creacin (visin dei hombre dei siglo XVIII) y por el contrario se siente sujeto a fuerzas aciagas, a un destino cruel que le lleva a su destruccin.

    La guerra se impuso nuevamente y por anos imper la ley de la supervivencia entendida en el amplio sentido fsico y moral. Al salir de esta pesadilla el hombre se enfrento a un nuevo mundo y circunstancias.

    De las ideologias de las dcadas dei 20 y 30 slo dos han triunfado: el comunismo y el liberalismo, habindose extinguido el nascismo y el fascismo en las llamas que haban prendido ellos mismos. Si pasada la etapa de vergenza y represin por ser perdedores y por las barbaridades cometidas por algunos protegin- dose bajo la bandera de un partido, existe hoy dia un pequeno brote fenixianista, los que pretenden hacer renacer sus princpios deben reconocer que han quedado opacados en aislados grupos minoritrios. Tambin hay que destacar que de la guerra surgieron Rusia y Estados Unidos como superpotncias, cada una de ellas como adalid de las doctrinas triunfantes.

    De 1945 a nuestros dias se nota en la mentalidad popular una confusin entre sistemas ideolgicos por un lado y relaciones con las superpotncias por otro, culpndose a los primeros o creando antagonismos con ellos por los roces en las relaciones internacio- nales de los dems pases con Estados Unidos o Rusia. De ah que Io que se ha llamado el tercer mundo reacciones ante el neoimpe- rialismo de estas potncias inclinndose a favor de una u otra doctrina; pero esta distorsin es necesario o ms bien obligatorio aclararia. Est en juego un aspecto suprapoltico, es lo que consideramos como valor verdaderamente humano lo que est en entre- dicho.

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  • Hoy dia o nos rcgimos por una forma individualista o por una colectivista y en esto incluimos las nuevas modalidades que se han derivado de cada una de ellas.

    Sin embargo, el liberalismo actual difiere mucho dei clsico. Tanto que algunos autores hablan de una tercera solucin al problema bidoctrinario antagnico dei siglo XIX. Un tercer camino entre la ley dei doble frenesi de que hablaba Bergson. Un liberalismo que para distinguirlo ha recibido diversos nombres: neolibe- ralismo, demoliberalismo, liberalismo revisionista, liberalismo cons- tructivo y an el de humanismo econmico.

    Se trata de una doctrina poltico-econmica que en cierto sentido es conservadora y en otro sentido es radical. Es conservadora en cuanto su mximo o inconmovible objetivo se cifra en conservar a todo trance la oportunidad de la evolucin cultural y en la defensa de los princpios y valores de una cultura basada en la personalidad libre; radical en la crtica dei sistema liberal clsico, la falta de respeto ante privilgios y dogmas desprestigiados y en la falta de prejuicios al escoger los medios para realizarlos.

    Liberalismo Actual o NeoliberalismoEn sntesis sus caractersticas son las siguientes:1.Se parte de que el hombre es un animal poltico (zoon

    politicon de Aristteles) pero visto ms ampliamente a la luz dei pensamiento kantiano dei antagonismo de la sociabilidad insociable dei hombre, o sea, que si bien el hombre por naturaleza necesita vivir en sociedad, su misma naturaleza le pide individualidad. Necesita de los dems pero tambin se necesita a s aislado para auto- rrealizarse. El sistema poltico por lo tanto debe preocuparse por llenar estas facetas sin caer en excesos. Por esto se opone radicalmente tanto a una subintegracin, en cuyo caso el hombre padece desnutricin social, como a una superintegracin o sobrealimenta- cin social como pretenden los sistemas colectivizantes o de tipo comunista.

    Otro aspecto que debe destacarse es que la asociacin es tanto ms benfica cuanto ms lleva el carcter voluntrio. Todas las comunidades forzosas. . . quitan la soledad sin dar la compa-

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  • nia. Palabras de Gentile1101 que reflejan una honda comprensin de la naturaleza humana y que podemos completar con el pensamiento de Ortega y Gasset: La forma que en poltica ha representado la ms alta voluntad de convivncia es la democracia liberal.1111

    2.El hombre necesita libertad. Al colocar al hombre en sociedad se requiere de un gobierno que organice la suma de las libertades individuales para la convivncia comn. Se debe encontrar una solucin eficaz entre el bienestar colectivo y una multi- plicidad de intereses privados, de grupo y de clase. Es precisamente por esto que naci la democracia segn Bertrand Russell; la cual fue concebida como un recurso para conciliar al gobierno (como expresin de fuerza opresiva) con la libertad o tomemos la clsica y clebre frase de Lincoln el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo.(I2)

    As surge la simbiosis de liberalismo y democracia para formar la corriente demolibal. Sobre la infinidad de autores que defienden la democracia, hemos escogido unos cuantos a manera de modelo.

    Dominique Parodi Si una sociedad es un conjunto de hom- bres libres y no una reunion de tendencias ciegas, debe tener su palabra que decir sobre sus propios destinos. . . La democracia es la forma de gobierno de un pueblo adulto. Se define como un conjunto de obligaciones y una reciprocidad de servicios, como un sistema consciente de derechos y deberes.(13)

    Todo cuanto se aduce contra la democracia, afirma Robert Saitschick, vale menos en realidad, que aquello que la democracia puede garantizar: la libertad de conciencia, es decir, la libertad de manifestar las propias opiniones y los pensamientos, con lo cual sigue despierta la responsabilidad individual que, de otra forma, quedaria estrangulada bajo la presin hecha desde arriba. En la democracia afloran demasiado claros los lados sombrios de la naturaleza(10) Gcntilc. Ob. Cit. pg. 63.(11) Ortega y Gasset. Jose. La Rcbclin de Ias M asas. Revista de Occidente. M adrid . 1964. Pg. 140.

  • humana, pero esto mismo permite un diagnstico sencillo de los males, mientras que en cualquier otra forma de gobierno se gangre- naran al quedar ocultos.*14

    Para Walter Lippman este poder de autogobernarse y libertad tienen un sentido ms hondo. He aqui un trozo de su libro La Ciudad Libre: . . . a medida que la dominacin universal del hombre por el hombre haba sido reducida a leyes definidas, fija- doras de los derechos y los deberes recprocos de los indivduos, haba surgido una nueva concepcin del valor de la persona humana . . . De esta manera del esclavo, que era una persona viviente tratada como una cosa, surge una persona que ya no es una cosa . . . ^Sern los hombres tratados como personas inviolables o como cosas de las que se puede disponer? Es en este terreno donde se ha librado siempre la lucha entre la barbarie y la civilizacin, entre el despotismo y la libertad . . . Si la doctrina colectivista estuviese conforme con los datos de la experiencia y con las necesidades humanas, no seria necesario imponer el colectivismo alzando al pueblo, esterilizndolo contra las ideas subversivas, aterrorizndolo, corrompindolo, durmindolo y divirtindolo . . . El senor puede contar con sus bestias, pero nunca puede estar seguro de sus ilo- tas.*15

    Mientras que Sabine dir El marco de los derechos y obli- gaciones lgales que un estado sostiene dentro de una comunidad es un marco y no una camisa de fuerza. . ..*16

    Citemos por ltimo la categrica sentencia de Ortega y Gasset El liberalismo conviene hoy recordar esto es la suprema gene- rosidad: es el derecho que la mayora otorga a las minorias y es, por tanto, el ms noble grito que ha sonado en el planeta.*17

    Aceptada la tendencia demoliberal como la solucin ms eficaz de gobernarse que el hombre ha logrado imaginar hasta el momento, surge como corolrio imprescindible la responsabilidad de los gobernantes con el pueblo. Principio propuesto por los filsofos del siglo XVIII que a travs de siglo y medio ha madurado(14 ) Saitschick, Robert. Der Staat und was m chr ist. Zurich, 1946. De C lasser Ob. Cit. pg. 70.(13 ) Lippman. W alter. La Ciudad Libre. De Panorama de las Ideas Contemporneas. Pgs. 343

    y 344.(16 ) Sabine. Ob. Cit. pg. 542.(17) Ortega y Gasset. O b. Cit. pg. 140.

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  • hasta convertirse en un derecho y una posibilidad constante de control del otorgante del poder al que lo ejerce. Forma parte de esta prohibicin de extralimitarse la division de poderes con funcionesespecificas pero que se frenan entre si, que viene a ser el organismo funcional de la apicacion prctica de esta ideologia.

    3.Si el liberalismo reconoce que la libertad no puede ser total por las circunstancias de la convivncia comn, trata de esta- blecer las menos limitaciones posibles para asegurar el mayor bien- estar posible. Sus partidrios estn plenamente convencidos de que hay una distancia infranqueable entre una doctrina que estable- ce de vez en cuando un prohibido entrar que otra que disponga prohibido salir por ms que ste sea un edn, ya que ni en el original existia esta clusula.

    4.El sentido de la libertad es ms profundo que la que abogaba el siglo XIX. El hombre del XX ha recogido todos los derechos que sus antepasados han logrado a travs de los siglos verbigracia el de asilo de origen medieval y los ha incluido en sus peticiones adaptndolos a las circunstancias actuales. Hoy dia, como antes, pide libertad de pensamiento, libertad de culto, libertad de movimiento, libertad de contraer matrimonio, de establecer su familia, libertad de asociacin, etc. pero agregnsele dos nuevas peticiones: la liberacin dei miedo, rplica a los mtodos coercitivos empleados por los sistemas totalitrios o todos aquellos gobiernos que los emulan, y la liberacin de la necesidad. Esta ltima proviene de que el neoliberalismo ha comprendido que si bien no slo de pan vive el hombre como reza el viejo refrn no es menos cierto que ninguna doctrina poltica, moral o religiosa (ni an con el avance tecnolgico de nuestra poca) ha inventado todavia la forma de vivir sin pan. En 1944 Roosevelt dijo ante el Congreso Los hombres necesitados no son libres. Los hambrientos y desocupados son la materia con que se hacen las dictaduras. '191 Adquiere el postulado un doble sentido humano: material y espiritual; pretende suplir las necesidades corporales y contribuye a preservar la libertad, necesaria a la autorrealizacin del hombre.(18) Montenegro. W alter. Introduccin a las Doctrinas Poltico-Econmicas. Brevirios Fondo de

    Cultura Econmica, 1965. P ig . 62.(19) Roosevelt, Franklin D. Discurso 11 de cnero de 191. Tornado de N O thing to Fear. Boston

    1946, p ig . 396.

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  • 5.La igualdad humana es una utopia, o mejor dicho, es antinatural. Cada hombre es el resultado de sus propias cualidades y defectos. O segn la mordaz frase de Charles Maurras Una sociedad puede tender a la igualdad, pero en biologia, la igualdad slo existe en el cementerio.(20) Es por esto que el neoliberalismo rehusa imponer una igualdad ficticia, o peor, despojar por la fuerza al hombre de su naturaleza propia para intentar una igualdad inal- canzable. Su finalidad es dar igualdad de oportunidades para que florezcan las verdaderas individualidades, para que el hombre se realice en su mximo. Pero como comprende que las circunstancias son menos favorables para un grupo debe el Estado establecer leyes que favorecindoles nivele la situacin. La clebre frase de Cicern adquiere una nueva dimension. Qui autem parti. Pero quien favorezca a una parte de los ciudadanos y perjudique a la otra . . . acarrea a la comunidad el peor de los danos: division y discrdia.(21)

    6.En cuanto al papel que debe jugar el Estado en la vida econmica el liberalismo acepta salvo por unos cuantos doctri- narios aislados que prefieren mantenerse dentro la linea original que ste debe intervenir.

    Para los neoliberales el Estado tiene como primera obligacin el asegurar la libre competencia y por lo tanto impedir la competncia desleal o los acuerdos que quieran establecer los monopolios. Es decir: debe proteger la libertad contra la libertad de suprimiria. As el Estado ya no tiene un papel pasivo como en la poltica dei laissez faire sino por el contrario, uno activo; est actuando sobre lo que antes se crey que se realizaria por s solo, por las leyes naturales de que hablaban los fisicratas. Cuando por las circunstancias se deba establecer un monopolio, ste debe estar en manos oficiales no siendo tolerable el monopolio privado.

    Corresponde tambin al Estado intervenir en asuntos que por sus propias caractersticas son de utilidad general, en los servicios pblicos y en todos aquellos que la iniciativa particular desestima por improductivos o de escasos beneficios, pero que son necesarios a la vida de sus miembros. En fin que la lista de los asuntos en(20 ) M aurras, Charles. Mis Ideas Polticas. Fayard 1937. En Panorama dc las Ideas Contempo

    rneas. Pg. 305.(21 ) Cicern. De officies: 1,25.

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  • los cuales el Estado puede participar depende mucho del ambiente, desarrollo y riqueza de la nacin en particular.

    Ahora es cuando debemos preguntarnos, hay limite para las actuaciones estatales?,

  • Este papel educativo, que constituye por s solo un tema aislado, nos interesa tan slo en este momento para relacionarlo con dos aspectos importantes dei neoliberalismo. Primero: si esta doctrina considera como forma poltica ideal la democracia, es nece- sario educar al pueblo para que el nivel de las medidas que ellos tomen se encamine a un gradual progreso. Segundo: la educacin es tambin imprescindible a la economia porque su lema es que cada indivduo pueda por sus propios medios alcanzar lo mejor para s. La ayuda dei Estado es para cubrir ciertas necesidades pero el ideal es que stas no existan o sean de nivel superior por lo que al Estado corresponde ensenar al indivduo a que pueda cubrirlas. La sentencia de Kuan-Su Regala un pez y dar de comer a un hombre. Ensnale a pescar y le habr ensenado a mantenerse toda la vida
  • s ic io n e s dei socorro pblico, es un Estado que ha fracasado en cuanto a un deber prim ordial. . ..

    8.El liberalismo se enfrenta hoy dia al aspecto internacional como lo hicieron los hombres dei decimonono. Consideran retomando la lnea de pensamiento tradicional que cada nacin, ya lo habamos apuntado anteriormente, tiene derecho a su autonomia y a rechazar cualquier tipo de intervencin fornea, pero debido a las circunstancias actuales ha debido expander su doctrina. Nuestra centria ha padecido en vida de una generacin las dos peores guerras que ha conocido la humanidad y contra ellas claman por la paz. Su papel ha sido y es muy activo para hacerlo posible. Los librales propusieron que las naciones, al igual que los ciuda- danos, tuvieran un organismo por el cual autogobernarse y solucionar sus conflictos. Son pues creadores, propulsores y defensores de la creacin de la Liga de las Naciones y al fallar sta, de las Naciones Unidas.

    Con relacin a la doctrina y prcticas marxistas-comunistas que impulsan la revolucin como forma de cambio y de avance el liberalismo se les opone como ferviente creyente dei valor de los mtodos pacficos. Estn convencidos de que al emplear el sistema democrtico, tanto nacional como internacionalmente, se logra esta- bilidad con progreso. Sereno avance o evolucin benfica por y con el pueblo o las naciones.

    Los anteriores princpios que hemos dejado consignados son los que a nuestro juicio consideramos ms importantes.

    CONCLUSIONPor ltimo, es conveniente hacer lo que nos parece la obser-

    vacin ms importante con respecto a la diferencia que existe entre los movimientos dei siglo XIX y los dei siglo XX. Tanto el liberalismo como el socialismo, se concibieron como ordenamientos universales, como leyes a las que estaba sujeta la humanidad. Para el primero su punto de arranque eran las leyes de la naturalezaque regan en todos los aspectos, an el poltico econmico; para(25) Beveridge, W illiam H enry. Full Employaient in & Frce Society. Nueva York. 1945. Pg. 252.

    En Salwyn Schapiro. O b. C it. pg. 193.

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  • el marxismo, que pretendia ser cientfico, la base era el materialismo dialctico. Hoy dia se considera que son formas ideolgicas que deben realizarse por el hombre. Han dejado de ser compulsivas y se han convertido en partidaristas.

    El hombre se convierte as en el que determina su presente. Tambin creemos que el hombre con sus actuaciones condiciona el futuro. Nuestra generacin es responsable ante las que le suce- dern y desea para ellas lo mejor. Doctrina muy en boga tanto de derechas como de izquierdas, lo mismo en Estados Unidos como en Rusia, en un sistema liberal como en uno socialista. La diferencia est en la actitud o medios para lograrlo. Ahora bien, es fundamental que en la mirada hacia el futuro el hombre no aliene su presente y se sacrifique a un fin que pueda resultar utpico. Slo viviendo plenamente con todas nuestras aptitudes y a travs de ellas escogiendo usado en el sentido propio del trmino, de valorar las oportunidades o hechos y de ellos tomar uno aquello que consideremos ms favorable, podremos lograr un legado positivo. Es precisamente esto ltimo, la posibilidad de escoger, entre muchas cosas, la que nos inclina hacia el sistema que lo permite.

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