algunas muestras de textos para salomas i.-canto de...

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ALGUNASMUESTRASDETEXTOSPARASALOMAS I .-Cantodesalinero .- Metienenenagonía losojosdeesamorena ; ayhombe!morena,ayhombe! ahmalhaya!quiénpudiera!( 1) Yoconmirodo( 2 ) enlamano lavidameséganar, aunquenotrabajomucho todolosérealizar. Cuandoelaguajeyaviene aguatengopacoger, muchasalvoyasacar yplatavoyatener . Mañanaempiezoalimpiar lostercios( 3) decabecera, ylasorillasdeafuera yolasvoyatrabajar . Allápasalamorena quevabajandoalamar, porlaorilladelaalbina yolavoyaenamorar . (1) Nohadeextrañarseencontrarenlostextosdecualquiersalomadetrabajo,coplas detipogalante,segúnquedaindicadoenelestudiorespectivo . (2) Rastrillosalinero . (3) CanalesPrincipalesdelassalinas . 226

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ALGUNAS MUESTRAS DE TEXTOS PARA SALOMAS

I.-Canto de salinero .-Me tienen en agonía

los ojos de esa morena ;ay hombe! morena, ay hombe!ah malhaya! quién pudiera!( 1 )

Yo con mi rodo( 2 ) en la manola vida me sé ganar,aunque no trabajo muchotodo lo sé realizar.

Cuando el aguaje ya vieneagua tengo pa coger,mucha sal voy a sacary plata voy a tener .

Mañana empiezo a limpiarlos tercios( 3 ) de cabecera,y las orillas de afuerayo las voy a trabajar.

Allá pasa la morenaque va bajando a la mar,por la orilla de la albinayo la voy a enamorar .

(1) No ha de extrañarse encontrar en los textos de cualquier saloma de trabajo, coplasde tipo galante, según queda indicado en el estudio respectivo .

(2) Rastrillo salinero .

(3) Canales Principales de las salinas .

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11.-Faena de Molienda .

Dende( 1 ) que raya la auroray cantan los pajaritos,arranco a meter la cañay da vuelta el trapichito .

Dende que raya la auroray la lana palideceen el valle que florecela neblina se evapora .

Muele, muele caballito,antes de salir el sol ;la morena que yo quierome está matando de amor .

Jala, jala( 2 ) caballito!que ya estamos acabando ;te tengo lleno el borsico( 3 )y el cogollo( 4 ) está esperando .

III.-De Caminante.

Qué sabroso es caminarpor sierras del Canajaguagozar de sus lindas aguasy del canto del turpial .

El que no tiene un rincónno sabe de sentimiento :como las hojas del vientono tiene una dirección .

(1) Pordesde,

(2) Por hala del verbo halar .

(3) Bolsa en que se le da maíz a la bestia .

(4) Cogollo de la caña, pasto favorito en el verano.

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Dejé mi tierra por verel mundo de otra manera ;no dejaré más mi tierrasí yo volviera a nacer.

Camino, viejo camino,camino del alma mía,dejé tus flores un díahoy vengo a tí, peregrino .

Al que tiene su mamitanunca le falta una idea,porque tiene quien lo veade tarde y de mañanita .

Un veintiuno de mañanade mil novecientos dos,conocí las colombianas .

Aquí paso con dolorpor saber si es cosa ciertaóyeme si estás despiertay puedo esperar tu amor .

IN-De Amores o Requiebros .

Mañana voy a morirmi bien si Ud . no lo cura .hecha está la sepulturaya me vengo a despedir .

Saliendo a la calle un díala vi por felicidad ;parecía una Majestadque de la iglesia salía .

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Amada prenda queridadígame si Ud . me quiere,que aunque muerto yo estuvierela amaré como hoy en vida .

María quítate esas flores,nunca más te las pongai .cada vez que te las ponesmuertecito me dejai .

Oye luz encantadorase va tu amante rendidoa llorar su desventurapor las tierras del olvido .

No perderé la esperanzamientras yo exista en el mundo,que en el candil(') más profundola soga más corta alcanza .

Esta noche es mi partidapara volver no sé cuándo ;en tí viviré pensandomientras me dure la vida .

Hoy con el alma partidaamante me voy de aquíno sé qué será de mísí va sangrando la herida .

Nota : En las salo mas de fiesta los textos apropiados son los galantes y de requiebros .En la vigorosa faena de la socuela no hemos encontrado coplas alusivas y hemosvisto que se cantan amorosos o las de reflesión, tan comunes en el decimero pana-meño. En ningún caso se estilan con las pugnaces o zahirientes, como en las can-

tadoras.

(i) Honduras ancha y profunda.

- Tambor y Socavón - .

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LA BANDERA DE LA PATRIA :COMPROMISO CIVICO . . .

Por JOSE ISAAC FABREGA

Honorable Presidente del Consejo Municipal ; Honorables Muní-cipes; Distinguidos Miembros de la familia Amador ;Señores :

Celébrase hoy el centenario del natalicio de don Manuel E,Amador, un panameño preclaro, de concepciones felices y eje-cuciones adecuadas, quien, plasmando en las interioridades desu espíritu y luego sobre una hoja de papel un magnífico sím-bolo dicente, nos entregó, con intención de eternidad, la ban-dera de la República .

Tener aquí presente ahora, en el recuerdo admirativo, a donManuel Amador, es tener, por asociación clara y directa, a sucreación majestuosa, o sea al emblema . Y el afianzar ahora ennuestras mentes la realidad, las formas, los colores de la enseña,es la manera natural y podría decirse lógica, de rendir nuestrotributo al hacedor meritísimo . Y por ello, precisamente, yo quie-

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ro decir aquí ahora, en esta Casa Municipal ya prestigiada por laHistoria, que ese legado que nos dió el ínclito Amador a los im-pulsos de inspiración trascendente, no debe seguir siendo única-mente, como lo ha sido hasta ahora de una manera general, ele-mento rutinario del desfile estudiantil ; ornamento de fachada enel edificio nacional ; prenda que va con la alegre cabalgata comoelemento tradicional, vistosamente colorido, en los festejos colec-tivos . La enseña de nuestra patria puede ser, y ello se explica,acostumbrada nota de alegría o forma de solemnidad indispensa-ble para los actos oficiales .

Un sentido halagador de nuestro emblema

Pero la bandera de la patria no fue ideada por don ManuelAmador, el muy venerado artífice, especialmente para esos me-nesteres restringidos en que se hace necesario una nota de grave-dad o un toque de lo risueño . Esa enseña nacional, con sus cua-tro cuadriláteros y sus estrellas en azul y rojo, se identifica con lapatria. La bandera va pasando por los espacios de la patria . Pero,ante todo, la patria está en esa bandera en la forma de una sínte-sis. Y por ser ello de tal suerte, debo expresar esta noche que lapatria es halago y atractivo . Pero es también, y especialmente,compromiso cívico . La patria es el privilegio de poseer nuestrohuerto y de andar cotidianamente por las veredas preferidas . Yde abrir nuestro suelo promisor con la ilusión de la cosecha, Y dever, agradablemente, cómo corren las aguas espumantes por el ria-chuelo cercano a la heredad centenaria . Y de amar apasionada-mente a la mujer preferida en la ciudad o el caserío lugareño . Yde ver amorosamente, con unos ojos de emoción, cómo va cre-ciendo el hijo a la manera de la espiga recta . y de tararear la can-ción vieja cuyos ecos se van perdiendo por nuestros ámbitos di-lectos. Y de contemplar el árbol secular con cuyas ramas fue fa-bricada nuestra cuna . Y de observar también al otro árbol aquel,surgente apenas, que ofrecerá un día la madera para formarlacruz como un signo piadoso en nuestra tumba . Pero esto es losentimental y lo sencillo que hay en la patria representada en la

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bandera de don Manuel Amador, el panameño augusto . Esta es lapatria de querencia tierna que cantó Ricardo Miró en aquellos susperennes alejandrinos nostálgicos .

La Patria : Imperativo Cívico

Junto a esa patria delicada, y podría decirse sedante, o másbien quizás llamarse suave, existe el complemento inexorable dela patria dura o recia que necesita y que reclama . Y cuando fla-mea frente a nosotros la bandera que Aviador nos entregó conuna racha de inspiración que movió espíritu y mano, no está enella solamente la generosa patria fácil sino también, en unidad, laque exige con exigencia perentoria . La patria da, pero ella pide .Y no ello en un sistema mercantil de trueque sórdido . Sino, porrazón muy explicable, de compensaciones justicieras que po-drían simplificarse en esta fórmula : "Para seguir dándote mi vida,yo, esta tu patria en que naciste, necesito imprescindiblementeque tú alientes y fortifiques a esa vida!" . Y este último mensajedel emblema de Aviador, que nos viene entre los pliegues y elondear de nuestro lienzo desde hace más de seis decenios, es elque en nutridas ocasiones no ]reinos sabido recibir, o no hemosquerido recibir, esquivándonos y escurriéndonos con gitanadasfrecuentes.

La patria es suelo . Pero ante todo es hombres que moran so-bre la costra de ese suelo. Es decir, que la patria es materia física,pero ante todo es espíritu . Y la actitud, más la aptitud, del espí-ritu de esos hijos de la patria, es lo que ofrece a ella su decoro ; suprestigio ; su progreso ; su seguridad para evitar sacudimientos ycaos, en cancelaciones abruptas. Y esto es lo que no hemos en-tendido, o no deseamos entender, o no podemos entender aun,los no pocos que contamos solo con la patria como elemento quenos fue donado para recreos y prebendas . En los primeros tiem-pos de República, había más comprensión de la verdad que es esaPatria. Pero después, salvo en el caso de varones nobles y de lap-sos gratos que se deben mencionar con honradez categórica, el re-cibir y el no entregar, el apropiarnos del goce con exclusión del

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sacrificio, han sido calladamente, para muchos, nuestro lema aco-modaticio y nuestro porte funesto .

Ausencia de Plan Auténtico

Pese a la preparación intelectual de no pocas unidades pana-meñas, raras veces nos hemos trazado un plan gubernamentalabarcador , con un sistema de prioridades adecuadas que vayandesde el problema de más urgencia al que se puede postergar tem-poralmente . Un plan que vaya recorriendo intensamente de laciudad a las aldeas, Un plan que sea preocupación en lo atinentea la salud del labrador y al mismo tiempo, al bienestar completodel obrero en las empresas de la industria . Un plan que corra sinninguna intermitencia desde el relleno de la charca donde amena-zan los insectos mensajeros de enfermedades trasmisibles, al siste-ma de regadío que infunda fertilidad, y dé el milagro de la siem-bra en pardas regiones secas . No hemos hecho labor para los más .Hemos tenido una cazurra y egoísta reducción de números . Noha sido ello nota permanente . Pero sí ha sido, y bien se sabe, deuna creciente frecuencia . En la escuela, por ejemplo -y yo hesido Ministro de este ramo, y yo soy de los culpables- no hemosquerido darnos cuenta de que la Educación es unidad eslabonadaque parte severamente desde las aulas campesinas . Y de que siguerigurosamente con una rígida y metódica enseñanza secundaria .Y se enlaza, armónicamente, con la Universidad, en que a lo espe-cial de la profesión se adicionan, desde el humanismo progresiva-mente acumulado en los años de anterior aprendizaje, a la esme-rada investigación nutricia de nuestro acervo cultural istmeño .He conocido, por rareza, en nuestros montes, algunos mozos conla práctica preparación indispensable para bregar victoriosamen-te por la vida. He tenido en la Universidad alumnos sobresalien-tes que son hoy prez de la República . Pero afirmo que, muchasveces, quienes se hallan en capacidad de realizarlo, o podemos,como yo, proporcionar siquiera su modesto aporte para esa reali-zación, no hemos fraguado aún totalmente en las escuelas nacio-nales al hombre en su plenitud, con la conciencia de su ser moral

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y su intangible dignidad, armado intelectualmente y con un sen-tido real para luchar en la existencia y ser aporte de creacionesredentoras, en vez de un desesperado, amargado y cabizbajo ensu derrota y desaliento, frente a un muro de imposibles . Lo quedigo no es una crítica a todo lo que se ha hecho en el pretérito .Lo que digo es la visión de mis ojos y mi espíritu retrospectiva-mente radicados sobre sección no pequeña en la extensión de loque ha sido . Y he citado a la educación como un ejemplo, a ma-nera de demostración de que liemos sido fragmentarios en la vidapública. Porque lanzarnos a lo angular es evitar el esfuerzo . E ira retazos significa o incapacidad, o irresponsabilidad y pereza .Con una exagerada profusión de diplomas, y de fotografías sobreactos oficiales, disimulamos nuestra abulia frente a la obligacióndel actuar totalmente abarcador en beneficio público . Pero ni di-plomas ni fotografías son en sí mismos, o por sí, exclusivamente,aportes a la patria panameña. Y ni en los unos ni en las otras hayun real homenaje a la bandera .

Cl Derroche

De mil novecientos tres hasta el pesente el presupuesto nacio-nal ha sumado bastante más de mil millones de balboas . Y con elacervo económico de entidades estatales autónomas o semi-autó-nomas, el citado presupuesto asciende casi exactamente a dos ni¡¡millones líquidos . ¿Qué se hicieron los dos mil millones reparti-dos con desgreño, cuando no ha sido con malicia? ¿Se ha cons-truido para el país, se ha adelantado para este país, entre manode obra y material y en los servicios públicos de resultados apre-ciables, lo concerniente a esa suma? No pocas veces las entradascorrespondientes al erario público han sido manejadas con pulcri-tud absoluta y con felices aciertos . Mas, pese a tales paréntesis ha-bidos, de limpieza moral y de creación fecunda, yo expreso antevosotros con vehemencia : Cuando pasa frente a nosotros la ban-dera que creó Manuel Amador con un impulso genial, no sigamosimaginando que ella nos dice cariñosamente : "Qué amor y qué

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gratitud siente para vosotros la patria que simbolizo!" Acercán-donos a la realidad cruda y honesta, pensemos que la bandera nosexpresa sin rodeos, con el ondear ele su lienzo : "La patria ha sidodefraudada. Y yo lo expreso a nombre de ella, por ser su tesis ysímbolo! Y como símbolo y síntesis os pregunta, panameños!, siese derroche, ya consciente o inconsciente, continuará su méto-do!" . Sí. Eso diría nuestra bandera en severa interrogación y nocon desbordes amables. Nó. No interpretemos habilidosamentesu decir para nosotros de una manera distinta .

Los partidos políticos

Ya he expresado, y es bien sabido, que la patria no es sólo sue-lo sino también, y sobre todo, reunión de hombres asentados ensus predios. Tales hombres constituyen la gran familia de la pa-tria . Y en la familia de la patria es imposible, humanamente, queexistan unidad de pensamiento y sentimiento en lo social, en 10económico y político. Las diferentes inclinaciones sobre fórmu-las gubernamentales para una patria dichosa, conducen a la crea-ción espontánea y necesaria de los partidos nacionales, pues,siempre hay una diferencia : Los distintos programas como méto-do para actuar desde el Gobierno en mayor beneficio de la patria,y hay también, al mismo tiempo, por razón lógica, una comúnvinculación pese a tales normales diferencias : El anhelo de cadanúcleo en el acierto de gobernar con su programa propio para queesa patria, muy amada, sea más feliz y más próspera . Pero no ha-bían pasado muchos años desde el surgir de la República cuandoya nuestros partidos comenzaron a iniciar combinaciones con in-tereses equívocos. Y vinieron entonces los partidos nuevos . Y sejuntaron unos y otros por conveniencias del momento . Y hubolapsos de separaciones y rupturas por razones secundarias. Y vi-nieron los juegos y rejuegos, hasta el punto de que ya hemos al-canzado, con el tiempo, más o menos a una docena de partidosen la política vernácula, cada cual con un nombre llamativo, cadauno con sus dueños, cada uno con una sigla debidamente estudia-da para imprimirla en la memoria pública como una hábil propa-

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manda . Esos partidos políticos -me refiero a muchos de esos quese han venido acumulando, multiplicando y transformando demanera rápida en unos cuantos decenios- raras veces han tenidoalgún ideal, algún destello de espíritu, algún motivo de supera-ción en un anhelo especial relacionado con el bien de la Repú-blica. Esos partidos han sido, frecuentemente, como una agrupa-ción de beneficios mutuos o, más aún, como una sociedad anóni-ma de simples fines lucrativos . Y salvo algunas excepciones, en-tre los cuadros que ellos forman para las luchas transitorias el fac-tor aglutinante ha sido siempre un candidato presidencial, sea élquien sea, cuyos resortes pasajeros hagan propicio el lograr a todacosta las ventajas que se obtienen en las cumbres públicas .

Patria hecha hipódromo

Un pensador francés contemporáneo, profesor hoy de CienciaPolítica en la Universidad de París, expresa en reciente libro sus-tancial que esos partidos de estas tierras, y de parte de Asia y deAfrica, no han salido todavía de lo sombrío de la Prehistoria .Pero yo creo que los partidos panameños si han salido de la tor-peza prehistórica. Ellos han sido -no digo todos- unas cómodasy bien dotadas asociaciones de elementos perspicaces que formancombinaciones entre sí, para enfrentarse astutamente a similarescombinaciones adversas. Cada conjunto, -ya lo he dicho en otrafrase- ensaya por lo común llegar hasta la victoria sin una ideafundamental relacionada con la patria . I-la habido en esos parti-dos de tipo personalista, atomizados más y más según cada con-veniencia, la creencia más o menos arraigada en no muy pocos deque la política es el arte de triunfar, y de que quien anda en talempeño, puede ir saltando sin rubores todos los obstáculos yasea el legal o ya el ético. El Istmo ha sido así una cancha en quelos ojos penetrantes han escogido frecuentemente su boleto paraapostarlo a aquel equino con mayor promesa de resultar el gana-dor en la carrera. Y así el proceso democrático en que la patriadebe ser meta decisiva, se ha tornado en una escena jamelga . ¿Y

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esa patria? Es patria ha sido un hipódromo para el torneo de losequinos. ¿Y la bandera nacional? La bandera que trazó Amadoren sus impulsos férvidos ha sido, en no escasas ocasiones, símbolode ese hipódromo al cual hemos reducido indolentemente a la pa-tria!,

Un cristianismo de rencores

Nuestra nación fue católica, y lo sigue siendo aún. Pero esecatolicismo ha venido perdiendo más y más su pura esencia cris-tiana. Encendemos nuestros cirios en los altareas de los templos .Y caminamos las procesiones por las calles y las plazas hasta lle-gar al cansancio por rendición de los músculos . Pero entre tantoen repetidas veces olvidamos al Señor del Tiberiades y del Ser,món de la Montaña ; y del Huerto de Getsemaní ; y del Calvarioque se erguía junto a los valles del Cedrón para perpetuarse lue-go como un signo de grandeza eterna en la mitad de los milenios .Y cumplimos el rito fácil y habitual dejando lo fundamental dela doctrina más severa y más profunda y más hermosa que se haescuchado entre los hombres desde los tiempos del Génesis . En-tre los signos de ese rito externo y ostentoso, odiamos sin mise-ricordia, alimentamos resentimientos que ni fenecen ni declinancon el esmero cariñoso con el cual mimamos a nuestras plantaspredilectas. Y aguardamos, a largo plazo, con los dientes apreta-dos y mirada torva, la ocasión de la venganza negra con una espe-ranza tóxica, irónicamente opuesta a la esperanza divina que pre-dicaba el Mesías. Y así ese cristianismo fácil, distinto al del per-dón y al del olvido que enseñaba el Galileo con su voz de dulce-dumbre, ha venido con los años, haciendo más numerosas y pro-fundas las grietas sentimentales de la patria istmeña . Dentro deunos cuantos meses, al llegar las fiestas patrias para los días deNoviembre se liarán los clásicos paseos con la bandera que trazóAmador como un hermoso brote férvido . Y cuando ella vengapasando, nosotros, los de esos odios cavernarios ; nosotros estoscristianos que arrojaríamos a Jesús, si él viniera a nuestra tierra,como se arroja a inoportuno maníaco, doblegaremos la cabeza

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frente a esa nuestra bandera traicionada con frecuencia diciéndo-nos a nosotros mismos como en fórmula vacía : "Ya me inclinérespetuosamente ante la enseña nacional que iba flotando porlas vías . Ya cumplí con mi deber de panameño!" . Y seguire-mos, no pocos, con el odio bárbaro. Y formaremos nuevas grie-tas anchurosas, aun cuando la patria se desmorone con estruen-dosa catástrofe y se hunda en ella nuestro emblema! .

Disminución y deformación de losvalores humanos

Al pasar de los decenios y cada vez acentuando el mal, he-mos venido confundiendo, o reemplazando, las escalas de losvalores humanos. Ala arrogancia del ignorante la denominan co-raje. La picardía resulta hoy habilidad admirable . Pensamos -ylo pensamos no pocos- que la honradez consiste exclusivamenteen no ponerse una máscara en las noches y en no abrir puertasajenas con ganzúa . Y ya hemos olvidado muchas veces que lahonradez total auténtica encierra múltiples facetas que van desdela lealtad a toda prueba hasta el cumplimiento inexorable de lapalabra empeñada . Con una lamentable cobardía practicamos enprecavido cuchicheo, cerca al hombre poderoso, la crítica del"sotto vote", para abrazar sonrefdamente, a los minutos, a esemismo potentado si él se acerca a nuestro círculo con su atuen-do inconfundible de dispensador de favores . Para muchos la po-lítica -ya lo he dicho en otros términos- es un afán de trastien-da, Y no pocos, en lo oficial, nos doblegamos con servilismo re-Pugnante ante el sol que está naciendo, volvemos despuéstranquilamente las espaldas para siempre, cuando declina ese sol .Cuando antes desempeñar un cargo público significaba en nuestromedio nacional obligación insoslayable ante la patria y la con-ciencia, desde una época a esta parte -insisto en que hay no po-cas excepciones- ese puesto oficial es un filòn para tornarse ricoen unos días con una especie de ambición desesperada y enferma .Pues ya no importa para nada el perder un nombre limpio si ad-quirimos, como pago, una hermosa mansión soberbia en que lue-

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go recibiremos la admiración comunal . Y para ser un personaje,con derecho a los tributos del respeto ¡límite, muchos tenemoscomo medida pobremente peculiar algún carruaje de último mo-delo y un traje de paño inglés originado en los talleres de Man-chester. La sencillez de exposición es ausencia de saber. Y la pe-tulancia en la expresión tiene carácter científico. La polémicaelevada es producto fastidioso de contendores sin ímpetus. Ylos insultos soeces, y hasta de frases hilvanadas sin reglas grama-ticales, tiene hoy, para cierto público , sediento de truculencias,las condiciones de una atractiva lucha varonil . La caballerosidadindeclinable que practicaban antes los abuelos, se ha tornado,más y más, en cuantía de la ganancia adquirida. Abrigamos lamalicia de que todas las cartas del jugar están marcadas, y nues-tros dados cargados. Se ha destrozado la confianza mutua, y seempieza tristemente a no creer en nada ni en nadie . La cuestión,para no pocos, es el hacer dinero y más dinero como meta exclu-siva de la vida. Para muchos, el brillo de las monedas se confundecon el brillo de la gloria ilustre . Y todo ello significa el comienzodel derrumbe de los valores espirituales que han hecho fuertes alas patrias a través de las centurias . Nuestra bandera tiene un as-ta . El asta se apoya siempre en un firme pedestal que, muchomás que de mármol, ha de estar constituido por el espíritu social .Pero, pobre bandera istmeña, ésta que hizo Manuel Amador conun destino manifiesto de firmeza y afianzamiento permanentes!No puede haber afianzamiento para el asta del emblema nacional,porque estamos en la pronunciada iniciación de una triste deca-dencia en el espíritu común, sano y fecundo, que ]la de servir depedestal!La Niñez y la Esperanza

En los niños están las esperanzas patrias . Están ellas en loshogares en que surgen los retoños de los cuales deberíamosaguardar esperanzados el reemplazo halagador de las actuales ge-neraciones que declinan. Pero el ser que va abriendo su espírituincipiente a los cuadros de la vida es un constante receptor quealmacena en las honduras inconscientes las realidades circundan"

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tes . El ámbito hogareño entra en el niño . El párvulo, al pare-cer despreocupado, va absorbiendo insensiblemente lo que vé,lo que siente, lo que escucha entre los suyos, desde el nacer delas auroras hasta que en las primeras horas de la noche se echa aldescanso de su cuna . Y cuando en la tónica familiar, como suelesuceder ya con bastante frecuencia entre nosotros, está imperan-do diariamente la imagen groseramente inmoral del superhombrede Nietzsclie, según la cual el aplastar y seguir hacia adelante sindetenerse ante ningún obstáculo es la fórmula completa para lavida perfecta, en aquel niño risueño, con el rostro de ángel, seestá incubando peligrosamente el futuro ciudadano sin escrúpu-los, para quien la talega rebosante de oro, venga el metal de don-de venga, es el único sentido de la existencia humana y el exclu-sivo signo de victoria . Posiblemente ese infante esté inclinado,casualmente, sobre un trozo de papel, con una caja de lápices,dibujando risueñamente con su manecilla aún temblorosa, loscuadros y los luceros de la bandera panameña . Pero mientrasél acá en el exterior está trazando nuestro emblema, adentro,entre los repliegues del alma aún en formación, se está engen-drando lentamente el deformado ser espiritual que despuésconstituirá otro elemento disolvente para la patria del mañana .Quien no quiera aceptar tal realidad, que es un retazo acrecen-tado poco a poco en los años en el devenir de la República, oestá flotando en una nube o, mucho peor aún, está ya él per-sonalmente sumergido en ese mismo tremedal que hemos veni-do formando lentamente en nuestra patria con nuestras repeti-das actitudes ya torpes, ya desidiosas, ya un poco ajenas al es-crúpulo .El Retorno

¿Por qué hablo así en esta forma? Porque los tiempos quehan sucedido poco a poco por un período acentuado no inspi-ran un alegre canto a la bandera, sino una voz de contrición . ¿Cri-tico con la pasión del amargado? Yo no soy un amargado, por-que mucho me ha dado y me sigue dando mi país, que nada meha debido nunca, y sin embargo me ha sido fuente de inmerecida

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distinción continua . No soy tampoco un predicador. No consti-tuyo un ejemplo . No tengo misión de apóstol . Soy solamente unpanameño que al recordar en estas horas especiales a don ManuelE. Amador, el autor de la bandera, se siente en el deber de repetira tono recio, que repercuta en la República el clásico grito deHamlet sobre las losas de Elsinor : "Ser o no ser es la cuestión!"Una vez fuimos . Una vez vivíamos todos llenos de esperanzas .Una vez en nuestra patria había un risueño porvenir . Y la mejorpleitesía a don Manuel Amador está, más que en el elogio a suobra de unas formas inmortales, en el propósito formal, al cualyo invito, de que un espíritu limpio sea nuestro próximo rumbo ;de que dejemos rencores por una sólida unión de los hombres dealma recta que existen en nuestra tierra ; de que borremos y corri-jamos los pecados cometidos en la vida pública ; de que nuestraconciencia se haga clara y nuestra senda sea exacta ; de que os

nios en ascenso nuestro reciente descender continuo; de que pen-semos menos en nosotros mismos, pensando más en el país . Eshora ya de que empecemos a considerar de nuevo que en la vidade los hombres hay motivos superiores e idealistas que dan a esavida más prestancia, sentido de mayor altura, y actuemos des-prendidamente, despojados de egoismos y de cálculos, arraigandoy fortaleciendo a la comunidad de la nación, impulsando cadacual sin mezquindades para obtener una mejor y más sólida Re-pública . Contamos aun con las reservas espirituales para hacerlo,pese a que esas reservas no están aflorando mucho todavía demodo pleno a la superficie de la patria . Echemos mano a esas re-servas de una manera total con toda fé, sin vacilación y sin tar-danzas. Y cuando llegue ese día -día que yo aguardo esperanza-do- de la rectificación total, definitiva, se efectuará milagrosa-mente otro homenaje como una prolongación del de esta nochememorable. Pues, entonces, esa bandera panameña que en el ilus-tre compatriota fue creación y fue pasión, se agitará graciosamen-te en las ciudades y en los campos, en las avenidas y las rúas, enlas llanuras y en las cumbres, orgullosa de ser el símbolo perfectode una pujante y renaciente fuerza creadora nacional . Y podre-mos manifestar en ese día jocundamente ; "Cumplimos ya con la

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República . Hemos cumplido con Manuel E . Aviador, en formaplena . Hemos honrado a este emblema de la patria en un com-pleto cumplimiento de un muy sagrado y muy gozoso compro-miso cívico . . .!"

25 de Marzo de 1969 .

- Escritos. Tomo 1 . -

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A TRES SIGLOS DEL DISCURSO

Por DIOGENES DE LA ROSA

LA TRAGEDIA es la misma y una la angustia que oprimenuestra conciencia . El hombre quiere saber qué es él y qué elmundo circundante . El universo, la vida, el pensamiento ¿tienenun sentido y un destino o carecen de toda dirección? ¿Podemosdescifrar su huraño y evasivo secreto? ¿Somos incapaces de pe-netrarlo, aprehenderlo, señorearlo? En la búsqueda de una res-puesta, de una certidumbre, de una evidencia, el hombre se arras-tra, se empina, se remonta y al final de la peripecia le parece queha estado recorriendo siempre el mismo camino . Del mundo a sí,de sí hacia el mundo. Llega a la realidad exterior, a la naturalezala observa, la interroga, cree hallar algunas respuestas . Pero no lesatisfacen porque se percata de que frente a la naturaleza, al mun-do, al universo enorme, está su propio yo como otro problema in-franqueable y entonces se decide a violar el misterio que defien-de . Una y otra vez tienta una y otra empresa . ¿La tarea es vana?¿La meta inasequible a nuestro anhelo? ¿El secreto no nos con-siente más que la visión, la vislumbre de su faz? ¿Todo es un ir y

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volver vitalicio y gratuito? ¿No se llega jamás a parte alguna por-que no hay tampoco punto de partida? No . La ruta es la misma,ciertamente : del rnundo al hombre y vuelta atrás . La necesidad,el anhelo, la voluntad que conduce al hombre, una misma tam-bién : saber, porque quien sabe, sabe vivir . Pero la senda no es unyermo donde no fructifica nada ni nada cosecha el hombre . Noes un círculo inútil el que dibujan sus empeños, sino una sucesiónde etapas en el camino hacia el conocimiento del mundo y de sí .Cada punto de llegada se convierte así en un punto de partida . Ycada vez parte a la aventura con una nueva certidumbre que leilumina el camino de una nueva luz de esperanza . Veamos la luzque encendió Renato Descartes .

El mundo del hombre

DESCARTES es hombre de su tiempo. Ve en su tiempo nosólo -y no tanto- el mundo que es y deja de ser, sino el que na-ce y pugna por ser. Como tal hombre, cree que lo que va a serdebe ser y que es preciso trabajar porque lo sea . Renato Descar-tes, fijodalgo de Poitou, Señor de Perrón, advierte en una ilustrecoyuntura de la historia . El Renacimiento y la Reforma habíanapresurado la parcelación y. disolución de un mundo que cuatrosiglos antes aparentaba una solidez indemne : el mundo feudal ysu culminación, la República Christiana. Ingredientes corrosivoshabían venido minándolo, cada vez más tenaz e irresistiblemente,a partir del fondo de la decimatercia centuria . El feudalismo ha-bía sido, indudablemente, un mundo, una totalidad . El hombre,cada hombre, nacía con un puesto ya señalado en aquel aparatointocable, en cuya cúspide esplendía la Iglesia de Roma . El sigloestaba subordinado a la eternidad, el hombre a Dios y la autori-dad divina delegada a la Iglesia . La teología era el saber suprerno,servida por la filosofía, que era a la vez filosofía y ciencia .

Ese mundo no se derrumbó de repente ni miró indiferente laspretensiones y las tentativas de sus expugnadores . Al contrario .Los denunció, los combatió enérgicamente, los ajustició . Quisoaniquilarlos . Pero no pudo. Esos gestores del nuevo mundo -

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oscuros y luminosos, tímidos y audaces, confusos y de una sor-prendente claridad- traían y expresaban una nueva e irresistiblefuerza de organización y progreso . Constituían una clase que,en el agro y en la urbe, se había diferenciado del seno del feuda-lismo. Poseían una riqueza móvil y subyugadora, que traspasabalos límites de los feudos y las ciudades, arrastraba y concentrabaa los hombre y proclamaba su derecho a regir el mundo. El feu-do y su sistema de usos e ideas estorbaba sus movimientos y ha-bía que aventarlo lejos . Cuando el hombre no ve su anhelo satis-fecho inmediata y naturalmente, busca por la reflexión cómo sa-ciarlo, El comerciante-empresario de fines de la Edad Media de-dujo de su necesidad razones para vencer los obstáculos . Fuésecreando un repertorio ideológico que, en su lucha contra las ideasimperantes, se organizó poco a poco en sistema . Su necesidadaparecía ante sus propios ojos como una necesidad natural y susfines se sublimaron en su conciencia como fines mismos de la natu-raleza. Pidió a la realidad externa la confirmación de sus presun-ciones. Su tenaz escrutinio quiso penetrarlo todo, porque cuan-do el hombre se dirige hacia la naturaleza se encuentra de inme-diato ante un problema de totalidad. Pero la totalidad es a la vezuna diversidad desde cuyas vertientes remontan los hombres ha-cia la cumbre. Un problema encadena otros y cada solución espe-ja los contornos de nuevas incógnitas . De este modo se cumple lapromoción de las ciencias . El nuevo hombre que engendró elMedioevo, y que al emerger totalmente del seno matriz fue elhombre burgués, buscó en las ciencias y en la filosofía la justifi-cación de sus postulaciones a la riqueza, al poder, a la direccióndel mundo. Pero todo aquel mundo medieval le era dado, La fi-losofía --y con ella las ciencias- era la de la Escuela, la de la Igle-sia, y su máxima autoridad Tomás de Aquino, discípulo, restau-rador y continuador de Aristóteles . la Escuela había diseñadoun contorno de Dios, del universo y del hombre que era inmune .El dogma lo custodiaba y tras el dogma el poder concreto de lacárcel, la hoguera o el hacha . Y sin embargo, el nuevo hombredel Medioevo trabajaba por desmontar aquel mundo incómodo y

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hacerse uno a su medida. La filosofía y las ciencias ensayabanemanciparse de la tutela religiosa, abandonar las regiones ultra-mundanas y ahincarse en la nuda tierra . Pero no lograban pur-garse totalmente de sus humores teológicos y adoptaban formassupersticiosas, místicas, herméticas y hechizantes . El procesoavanzaba dolorosa y confusamente y en medio de un estruendode disputas, querellas, guerras . Ningún sistema económico social-inclusive la ideología que es un remate y ambiente- nace sinsangre ni ahorra la ajena para no morir. A pesar de todo, la filo-sofía y la ciencia seculares lograban ya por los siglos XV y XVIdisponer los fundamentos de una nueva concepción y un mundonuevo que lograrían definitiva contextura en el XVII y XVIII .El Renacimiento- y la Reforma como derivación renacentista-habían creado la atmósfera y las condiciones previas a este ad-venimiento. En esta inflexión histórica surge Descartes .

Acto de Conciencia

EN EL Discurso Sobre el Método nos ofrece Descartes nítidoesquema de sí mismo y de las ideas madres de su concepción . Nose podría, sin duda, aprehender toda la extensión de su pensa-miento si dejásemos de buscar complemento en sus demás obras .Pero desde allí podemos otear el panorama de sus aciertos y susfalacias. Es porque el Discurso no es sólo una exposición filosófi-ca más o menos helada y atmosférica. Es también, y esto le co-munica sabor vital, inextinguible calor humano, el testimonio deun hombre trizado de ilusiones y anhelos. Bajo la uniformidadde su razonar medido y ecuánime, alienta, hierve la pasión de unhombre que vivió su época . Es la confesión de un hijo de eseimpetuoso y zahorí siglo XVII . Habla un filósofo que es un sabioy un sabio que es un hombre. El lenguaje es sobrio, precavido,tasado . Reiterado en ocasiones y otras simplemente alusivo .Pero el hombre dice, si no todo lo que cree, por lo menos todo loque encuentra necesario decir ya que, después de muchas cavila-ciones, se decidió a hablar . Siguiendo atentamente su pensamien-to, se ve que la obra es la expresión breve pero intensa de una

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vida . No es sólo una experiencia mental, metafísica, sino unadramática aventura, una aguda peripecia lo que allí se relata .Descartes no se limita a postular las reglas del método que le guíaen sus investigaciones. Nos da, junto con la exposición de algu-nos resultados adquiridos, su biografía espiritual . Las preocupa-ciones que desde temprano pueblan su mente . El desencanto ylas dudas respecto a la validez de la enseñanza que recibió en elcolegio y le dieron los libros. Sus andanzas y sus estudios . Lascertidumbres que obtuvo investigando por sí mismo . El hombredescribe su conciencia y el sabio expone sus conocimientos yconcepciones. Este testimonio y esta exposición operaron en suépoca los efectos de una revolución en el ámbito del pensamien-to. ¿Porqué?

El sentido común

EL MUNDO de Descartes está erizado de peligros . La filoso-fía y la ciencia no escapan aún de la prisión escolástica . La Igle-sia romana impera todavía en la mayor parte de Europa . El reba-ño humano que huye de su aprisco cae en el de los reformados .Pero estos no son menos intolerantes y dogmáticos . El dogma seduplica. Lutero no admite más herejía ni se explica otra rebeldíaque la suya. Cuando los campesinos germanos, que habían creí-do en la sinceridad de sus incandescentes palabras liberadores, serebelan contra los señores feudales, Lutero los declara cerdosapestados y clama por su exterminio . Calvino, fanático de sí mis-mo, quema a Servet porque considera herética su negación deldogma de la trinidad. Roma contra Wittemberg y Ginebra . Dog-ma contra dogma. Se argumenta invocando las Escrituras y al Es-tagirita. Biblia contra Biblia, Aristóteles contra Aristóteles : citacontra cita . Pero siempre la autoridad y la palabra del pasadocontra la autonomía y el porvenir de la filosofía y la ciencia .

Descartes comienza su Discurso dándole la espalda a los doc-tos, a los libros, a la Escuela. Se dirige a todos los hombres, albuen sentido de cada uno de ellos : " . . .la facultad de juzgar rec-tamente y distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamen-

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te lo que llamamos buen sentido; sentido común o razón, es na-turalmente igual en todos los hombres" .( 1 ) Y para que todoslos hombres le entiendan escribe en francés, "que es la lengua demi país, en vez de hacerlo en latín, que es la de mis preceptores,porque espero que los que se sirvan de su pura razón natural juz-garán mejor mis opiniones que los que sólo creen en los librosantiguos" .( 2 ) Ese "todos los hombres", traza una línea de sepa-ración. Dirigirse a ellos es, indudablemente, desconocer la auto-ridad de los "doctos" . Descartes parece, si no por su origen, sipor su actitud un hombre de aquella clase que por los años mis-mos de su muerte da ya su primera gran batalla por el dominiodel mundo . Es un hidalgo aburguesado . El sentido común alcual apela, es el sentido colectivo de esa clase y los hombres engeneral, los de esa clase tomados como representación de la hu-manidad. El buen sentido, la "razón natural", la `luz natural dela razón" son expresiones que, no obstante la medida fraseolo-gía de Descartes, tienen una clara intención excluyente y anti-autoritaria. La Razón será, siglo y medio después, enseña y arieteen el asalto del pueblo francés al bastión del feudalismo. Cierta-mente, la "luz natural de la razón" no es una expresión acuñadapor Descartes. No hay duda de que la igualdad espiritual es unaidea madre del cristianismo primigenio que proclama que el es-clavo tiene un alma igual a la del señor . Pero esta especie de "na-turalismo revestido de un ropaje religioso" queda parcialmentesepultado al constituírse la filosofía patrística como puntal yteoría del dogma católico . Ya desde Orígenes son los Doctoresde la Iglesia quienes deben discurrir y dictaminar sobre las cues-tiones fundamentales de la fé, expuestas por los Evangelios enforma asequible a los simples . Descartes le vuelve la espalda alos doctores y se dirige al vulgo que no sabe de Escuelas ni libros,pero que usa de su "razón natural" . Es, sin duda, una actitud

(1) Discurso del Método, editorial "Claridad", página 21 .

(2) Op. cit., pág. 99 .

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plena de intención que, no por ser filosófica, sino precisamentepor ello, tendría lejanas resonancias políticas . Descartes quierereducir a un orden racional las ciencias. Los philosophes y revo-lucionarios del XVIII francés tratarán de someter la sociedad y elEstado a leyes científicas, naturales, descubiertas por la razón,por una razón que a ellos les parecía natural y eterna .

Cautela, vía segura

DESCARTES ES hombre esforzado, pero no temerario . Eldiscurso lo ilustra . La filosofía, el método de Descartes, se dicecomúnmente, es un procedimiento cauteloso . De seguro. Peroesta cautela, que preside toda la existencia de Renato, precisapara avanzar con seguridad . El filósofo ha vivido plenamentedentro de su mundo, lo ha atravesado, lo ha deglutido . El ansiade conocer le aguija desde sus años infantiles . La enseñanza de laescuela jesuita de La Fléohe no deja en su ánimo sino "desencan-to" : "Todo esto (la enseñanza escolástica) me inducía . . .a pen-sar que no había en el mundo una doctrina capaz de satisfacermepor completo, de darme la certidumbre a que mi espíritu aspira-ba" . Cuando se "liberta de la tutela intelectual" de sus precep-tores, recusa los textos y se va a leer en "el gran libro del mun-do." Toma parte en las guerras que libran los hombres escon-diendo sus intereses tras banderas de principios religiosos . Vepueblos, costumbres, ideas en fermentación y reyerta . Escuchalas polémicas interminables de los doctos . Las escuelas se com-baten sañudamente . Las ciencias se cultivan junto a las supersti-ciones. El poder decide en última instancia de la validez de lasideas . La herejía es un crimen y el derecho a ella se resuelve,como dijo alguien, en el derecho a la hoguera . Descartes recorretodos los caminos. El mundo es un caos y él, "hombre que mar-cha solo en las tinieblas". Debe andar con "lentitud y circuns-pección." Puede que no avance, pero al menos "evita el peligrode caer," Cada frase, cada palabra en este Discurso tiene den-so significado biográfico . El hombre pasa a través del mundo es-tudiando, meditando, desconfiando y cuando vuelve trae ya una

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concepción que se detiene a repensar y comprobar . Repasa lasciencias desde las matemáticas a la anatomía . Trabaja, trabaja ensu propósito. De pronto, lo abandona. La precaución lo impone .El poder católico no tolera la herejía que él mismo define . Gali-leo es condenado en Roma. Se le prohibe profesar las doctrinascopernicanas, declaradas, "heréticas y absurdas" . Descartes seocupaba, precisamente, en escribir una "Fábula" o "Tratado delMundo", una especie de cosmología que reconstruía o recreabael universo, siguiendo muy de cerca el pensamiento de Copérni-co. Iba camino de la "herejía". Son esas las razones de "índolemuy delicada" que le aconsejan dejar yacer y no publicar el Tra-tado. Pero si no revela totalmente el resultado de sus investiga-ciones, decide, al cabo de cuatro años exponer el método que locondujo en sus investigaciones, y sirvió "de guía a su razón" .Porque sería posible que siguiendo la misma ruta pudiesen otrosllegar al hontanar que él había alcanzado y quizás más lejos .

Dudar para comprenderDESCARTES NO renuncia a comprender, no piensa imposi-

ble el conocimiento, la inteligencia del mundo . Su método su-pone y afirma, precisamente, lo contrario . No es que prefierano errar a no saber, Es que procura no errar para adquirir unamayor certidumbre . Equivocarse es no saber o saber incomple-to . El quiere no equivocarse para acercarse seguramente al co-nocimiento. Su método es una guía confiable . Las reglas basa-mentales sencillas. La primera es la de "no admitir como verda-dero cosa alguna, que no la reconociese con evidencia como tal ;es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y los prejuicios,y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presenta-se tan clara y tan distintamente a mi espíritu que no tuviese oca-sión alguna de ponerlo en duda."(3) ¿De qué duda? De todo loque han sentado la Escuela y sus autoridades. Descartes no niegaexplícitamente todo lo que dijeran los "doctos" . Pero no loacepta. Y no aceptar, no recibir como cierta su enseñanza, dudar(3) Op. cit., pág. 38.

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de ella, es una forma cautelosa de negarla . Duda Descartes provi-soriamente, para encontrar la certidumbre mediante el ejerciciode su razón . No profesará aquello que otros hayan defendido odejado de defender, sino lo que "su razón le dice como verdade-ro". Esta declaración de primacía de la duda ¿no era, acaso, enaquellas horas en que la razón debía someterse a la fé, un actorealmente revolucinario? ¿No envolvía, aunque Descartes se hu-biese prevenido de ello, la inevitabilidad de que el hombre some-tiese al examen de su razón los artículos y fundamentos de la fé?Y una vez que fuesen (tallados falsos ¿no derogaría en la con-ciencia del hombre la voluntad de creer en ellos? ¿No le es siem-pre más fácil al hombre creen en el absurdo por ignorancia queaceptar lo absurdo por voluntad de creer? ¿El acto movido porla creencia no es siempre más decidido y firme que la creenciaadmitida por acción de voluntad? Todo esto iba implícito en ladeclaración del primado de la duda y el raciocinio . El racionalis-mo -como todo el sistema de ideas político-sociales que engen-dró y configuró la lucha contra el feudalismo— llegó en sus con-secuencias más allá de los intereses y previsiones de sus genitores .

More Geométrico

LAS REGLAS siguientes del método son igualmente breves ysencillas . Descomponer el problema en sus elementos . Ir de losimple a lo complejo . Sistematizar . Generalizar. Descartes tras-lada a las ciencias las reglas de la geornetría. Su modelo son "esaslargas cadenas de razonamientos, tan sencillos y fáciles, de que sesirven los geómetras para sus demostraciones más difíciles" .Geómetra antes que filósofo, físico más que metafísico, instalaen las demás ciencias y en la filosofía los procedimientos de laprimitiva ciencia de la extensión. Como geómetra se mueve, des-de luego, dentro de los límites euclidianos . Todo en esa geome-tría se encuentra por deducción de unos pocos axiomas funda-mentales, que "son la evidencia misma", leyes de validez absolutay absolutamente legítimas que no necesitan demostración, comodice IJans Reinchenbak. De aquí emergen lógicamente los dos

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principios que, ya en las Reglas para la dirección del espíritu, for-mula Descartes como básicas : la intuición y la deducción . La in-tuición que nos da la evidencia inmediata, "clara", "distinta",impenetrable a la duda . La deducción que nos permite llegar acomprobaciones y conocimientos "mediante el ejercicio de la in-teligencia" . El mundo cartesiano está reducido a figuras, cuer-pos, planos, superficies, ángulos . Todo está situado, localizado,delimitado, corno en sistemas de abcisas y coordenadas . Diosmismo, ese Dios cartesiano ni muy firme ni muy omnipotente,queda descantado en su concepción como una pura lineación geo-métrica : "volviendo a examinar la idea que yo tenía de un Serperfecto, encontraba que su existencia estaba comprendida enella, del mismo modo que en la idea de un triángulo estaba com-prendido que sus tres ángulos fueran iguales a dos rectos, o en lade una esfera el que todos sus partes estuvieran igualmente dis-tantes del centro y hasta aún más evidentemente, y que, por con-siguiente, es por lo menos tan cierto que Dios, que es ese Ser tanperfecto, es o existe, como una demostración geométrica podíaserlo" .( 4 )

De si a Dios y vueltaES METAFISICO, es decir, filósofo Descartes? Más de una

frase desdeñosa endilga en sus escritos a la filosofía y los filóso-fos . En alguna de sus cartas confiesa que la metafísica le causacansancio. Sólo se mueve placenteramente entre sus figuras ysus máquinas y sus animales disecados. "El gran libro del mun-do" merece toda su atención. La "fábula del mundo", "el tratadode la luz" fueron las empresas que suscitaron en su espíritu esesentimiento de plenitud que anega al hombre cuando crea con sumano y su mente, Sus primeras y más constantes preocupacionesson para las ciencias. La filosofía queda diferida . En el Discursodedica seis escasas páginas a tratar de la existencia de Dios y delalma humana y más del doble a exponer en claro resumen susconcepciones cosmológicas, físicas y anatómicas en las cuales,

(4) Op. cit . pág. 58 .

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como en el sistema de Laplace, la "hipótesis" de Dios es innecesa-ria. De las seis Meditaciones metafísicas sólo tres tratan de Diosy el alma. Descartes hizo metafísica como a disgusto . Y ello pordictado de su tiempo . Ciencia y filosofía no habían delimitadosus provincias, mediante esa zona mudable de problemas fronte-rizos, con esa elástica y siempre provisoria línea con que hoy selas separa . Los problemas del ser invadían todas las incipientesespecialidades científicas . El investigador los encontraba en elprimer plano de sus preocupaciones . Dios estaba siempre a la vis-ta, para decirlo con una metáfora de Ortega y Gasset . Descartesno podría evadirlo . Es un filósofo forzado, como dos siglos des-pués su descendiente Augusto Compte. Y, además, era suma-mente peligroso para el científico desentenderse de Dios y nohacer previa profesión de fidelidad a la Iglesia . Descartes le rin-dió pleitesía .

Pero lo que perdura y vale todavía de su obra no es, cierta-mente, su alegato ontológico, en el cual su pensamiento es inse-guro, vacilante y reticente . No supo él defenderse eficientemen-te, entre otras, de las objeciones de Gassendi y Hobbes . Su res-puesta fue evasiva y precavida a un tiempo mismo : resonaba enella un eco de la teoría de las dos verdades . El científico Descar-tes vislumbra las implicaciones antidogmáticas de la "luz naturalde la razón" y le recomienda al creyente Renato dejarla velada ala puerta del templo de la fe . . . La prueba ontológica de Des-cartes, insinuada ya por Anselmo y Agustín, es sencilla . Des-cartes encuentra que esta es la primera verdad "firme y se-gura", pienso, luego existo . No es un raciocinio, un resultadológico, sino una evidencia inquebrantable, un axioma . La medi-tación, las dudas sobre sí mismo le descubren que él es un ser im-perfecto y le llevan a la idea de perfección . Como era imposibleque esta idea procediese de si mismo, de su naturaleza imperfec-ta, debía proceder de un ser perfecto : ahí está Dios . La existen-cia de Dios garantiza luego la certidumbre de sus conocimientosporque Dios, ser veraz, no puede permitir que su inteligenciaengañada. La inconsistencia del razonamiento ha sido exhibida

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incontables veces, incluso por Kant . De la idea de su propia exis-tencia, o más bien, de la existencia de su pensamiento deduce laexistencia y veracidad de Dios . Parte de sí a Dios y regresa conuna certidumbre que no lo es porque desplaza el problema a otracuestión no respondida . Descartes se abstuvo en realidad de con-ducir hasta allá su poderosa mentalidad analítica . Ya algunoscontemporáneos suyos le reprocharon que su Dios fuese una sim-ple admisión cómoda, un Dios del cual podría prescindir tan fá-cilmente como le reconocía .

Su metafísica carece por ello del rigor lógico de su método .Por ella está unido todavía a la Escolástica, no obstante divergen-cias incidentales y a pesar de la ascendencia platónica de algunasde sus ideas. Su concepto del ser y del pensamiento, su idea desustancia y su dualismo extremista, su distinción irreductible en*tre el animal y el hombre, la oposición polar entre sensación qpercepción e inteligencia, su teoría del conocimiento, en fin,todo aquello que no le aleja decididamente de la Escolástica, hasido dejado atrás por tres siglos de labor científica .

Universo, hombre, pensamiento

LOS RESULTADOS más seguros de la investigación científi-ca confluyen hoy en la concepción de un universo único regidopor leyes naturales. La existencia, la vida y el pensamiento sonuna unidad. La materia es lo primario . La vida, una especial or-ganización de la materia, constituida en cierto momento de laevolución del universo . El pensamiento, una función de la ma-teria viviente que se ha ido integrando y complicando, en res-puesta a reclamos vitales, a través de la evolución de las especies,de las sociedades y de los individuos . El hombre es sólo el animalmás diferenciado o evolucionado de una larga cadena zoológica .Nada en su constitución material le desvincula de los demás ani-males. El pensamiento mismo no es una distinción . Las funcio-nes mentales se integran a través de una larga evolución que ce'linda con el tropismo elemental del gusano y asciende hasta lasaltas operaciones de la abstracción y el análisis en el cerebro hu -

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mano . Parte de la materia él mismo, no puede el hombre conce-birla y comprenderla mentalmente sino en cuanto ser material .El pensamiento, la idea, sólo es la representación mental delmundo exterior. La idea puede corresponder o no exactamenteal objeto representado : de ello decide la experiencia . El hom-bre conoce el mundo no sólo porque reciba pasivamente las im-pr esiones del objeto, sino también porque actúa sobre él. Obrar

es conocer y conocer obrar. La necesidad mueve al hombre asatisfacerla y sólo puede lograrlo a costa de la naturaleza . La na-turaleza como objeto es para el hombre necesidad y límite . Parasatisfacer la necesidad, para vencer el límite ha de penetrarla,comprenderla, inteligirla . Así se engendra y desarrolla el conoci-miento en función de la necesidad, quiere decir, empíricamente .Del conocimiento por la acción pasa el hombre al conocimiento .por la reflexión, a la teorización, y, más tarde, a pensar su propiopensamiento, a la teoría del conocimiento, gnoseología o episte-mología. En ello interviene el hecho de que el hombre es un sersocial y como tal se enfrenta en cuanto sujeto no sólo a la natura-leza sino a los demás hombres . La conciencia de sí mismo se afir-ma en él frente a la conciencia que tiene de los demás, de igualmodo que la conciencia de la existencia de la naturaleza precisala conciencia de su propia existencia. En el instante en que elhombre como ser social supo tanto de la naturaleza -y porconsiguiente de sí mismo- que ya no esperó de ella pasivamentesus medios de vida, sino que comenzó a producirlos transforman-do los medios naturales o interviniendo en su producción natural,en ese instante se distinguió el hombre del animal y allí comenzóla historia humana . El medio transforma al animal, el hombretransforma el medio y con ello se transforma a sí mismo . Así res-ponde la ciencia actual las cuestiones metafísicas que Descartesno podía entonces absolver . Es, desde luego, una respuesta queplantea cada vez nuevos problemas que la mente humana resuel-ve y resolverá progresivamente, ya que existe desconocido, perono lo incognoscible en un mundo en constante cambio .

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¿Y ahora?

DESCARTES ES el primer hombre de ciencia realmente mo-derno.(5)El principio de la duda precautoria y provisional,y

su consecuencia, la necesidad de la reflexión personal y la propiacomprobación, son los antecedentes del método científico con-temporáneo . Pero si el rigor metódico que aconsejó es eficaz to-davía hoy más permanente y actual es la' lección humana delDiscurso . La declaratoria de la primacía de la duda cono condi-ción del saber, tuvo entonces claro sentido e indudable efectoliberador. Contribuyó a emancipar a los hombres de la tutelade una autoridad que había dejado de serlo porque tenía origeny fundamento en una etapa superada del proceso de la humani-dad. La reivindicación de la luz natural de la razón y del sentidocomún -aunque luego se identificase demasiado con la razónnatural y el sentido común de una clase, la burguesía- era unaenseña y un grito de combate contra el dominio de quienes de-fendían los privilegios de su posición mediante el privilegio de lasabiduría, o como diríamos hoy, el privilegio de la cultura . En-señando a examinar el mundo de la extensión a la luz de la razónabrió camino a los que después escrutaron con su razón el mundodel hombre -la sociedad, el estado- y combatieron por irracio-nal el sistema político-social que les circuía como una prisión .Su voz vuelve hoy, tres siglos después del Discurso, a ser actual,una vez exonerada de sus resonancias teológicas . Corno diceCastellio, antecesor de Descartes, en la cita con que inicia su bio-grafía Stefan Zweig : "La posteridad no podrá comprender jamásque de nuevo hayamos tenido que vivir en tan densas tinieblasdespués de haberse hecho ya la luz". Pugna por imponerse unanueva Edad Media que como toda copia, será falsificación de laotra . Tiene gestores poderosos e ideólogos sutiles. Pretendenunos y otros someter de nuevo y para siempre a los hombres al

(5) Obligado parece recordar aquí a Francis Bacon . Lamentamos que los límites su-mamente estrechos de este breve ensayo nos impidan extendernos en una adecua*da consideración de las analogías y diferencias entre estos dos sabios .

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arbitrio de una autoridad intangible y entrabarlos dentro de unajerarquía impuesta desde arriba . Pretenden condenar la críticacomo herejía y castigar la herejía con la muerte . Desean restable-cer la primacía de la fe sobre la razón y reducir la ciencia a un ar-tificio pueril, incapaz de darnos certidumbre sobre el mundo . In-tentan enclaustrar, circunscribir la ciencia dentro de límites mi-noritarios para prevenir toda posibilidad de que, en contacto conla vida, quiera llevar su análisis hasta los fundamentos de una so-ciedad escindida y caótica y se convierta al ser asimilada por elhombre común -declarado por ellos sujeto irracional-- en fuerzade liberación y reordenación del mundo . El principio de la dudasigue, pues, a la orden del día . Sólo ha de creer y combatir elhombre por aquello que su raciocinio le señale como verdadero,es decir, como coincidente con las necesidades del progreso ulte-rior de la humanidad . El hombre necesita una fe . Pero tiene elderecho a poner su fé sólo donde se lo indique su razón -la razónde esas necesidades-- y el deber de llevar su pasión a donde estásu fe terrenal y razonante .

JUNIO, 1938 .

- Ensayos Varios-,

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LA GRAMATICA Y SUS LIMITACIONES

Por BALTASAR ISAZA CALDERON

1 . Una definición y sus consecuencias.-La enseñanza dellenguaje, sobre todo en los grados elementales, tropieza con ungrave escollo, que procuran sortear de maneras a veces pintores-cas los encargados de trasmitirla, acudiendo a expedientes peda-gógicos que parten todos de una premisa bien conocida : la gra-mática es una asignatura de asimilación difícil para los alumnose importa cambiarle su exterior poco amable con el fin de hacerlamanjar más grato al apetito estudiantil .

En casi todos los manuales destinados a la enseñanza circula,con ligeros retoques a gusto del autor, la siguiente definición :"Gramática es el arte de hablar y escribir correctamente" . Porsupuesto, los que así proceden nada añaden de sustancial a unconcepto cuya procedencia es muy antigua y que se trasmitecomo patrimonio común a quienes, pretendiendo escribir textos,se preocupan menos de la verdad científica de sus afirmacionesque de la utilidad económica que puedan obtener en el mercadoescolar. (1 )

(1) Hago una salvedad respecto al texto Ejercicios de Lenguaje y Gramática Elemental,por Octavio Méndez Pereira, que está orientado, como otros similares, dentro deuna acertada concepción pedagógica y Iingûistica .

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Esta ausencia de critica, que debiera encaminarse conscien-temente a determinar si la materia expuesta es o no deleznable,ha contribuido en gran parte a crear una mentalidad profesionalque repite invariablemente los mismos conceptos recibidos, sindiscutirlos ni valorarlos . De aquí el criterio tan difundido entrequienes enseñan el castellano en el sentido de conceder a la gra-mática la misión capital de trasmitir los conocimientos indispen-sables para "hablar y escribir correctamente"

Elevado a tan exclusiva importancia el aprendizaje de lagramática, nada tan natural corno convertirla en centro de todaslas disciplinas que comprende el estudio del idioma, de suerteque todas conserven respecto de ella una posición subordinada .Pero como lo de más trascendencia en este caso es lo más difícil,la enseñanza del idioma, gravitando en torno a la gramática, hallegado ha convertirse en serio problema metodológico .

Los estudiantes sólo alcanzan a percibir el aspecto puramenteexterno del complicado engranaje gramatical . De modo que suprimer intento de asimilación se detiene en clasificaciones, reglasy numerosas excepciones que no pueden confiar al razonamientosino a la memoria. Si no cuentan con un profesor cuya compe-tencia filológica le permita aclararles un tanto, mediante explica-ciones dirigidas a la capacidad reflexiva del alumno, las dogmáti-cas afirmaciones contenidas en el texto, no pueden hacer otracosa que retenerlas en forma mecánica para luego devolverlas alser interrogados, sin ningún esfuerzo de comprensión inteligente .

Pasado algún tiempo y alejada la preocupación de obtenerlas calificaciones indispensables para la promoción, en torno a lascuales giran por lo general los afanes estudiantiles, los conoci-mientos de gramática quedan relegados al desván del olvido, ha-bida cuenta de la superficial adherencia con que prendieron enla memoria de alumnos escasamente interesados en adquirirlos .

Tales resultados, como es fácil colegir, no pueden constituirel desideratum de una enseñanza consciente del idioma . precisaintentar una reforma que mida más de cerca el haber permanen -te para el manejo de la lengua que aparejen los conocimientostrasmitidos en escuelas y colegios, de modo que se incorporen a

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la vida misma como savia intelectual pronta a servir allí donde elproblema del momento hinque la urgencia de una respuestasalvadora .

2 . Origen y trayectoria de la hegemonía gramatical .-No esde justicia cargar sobre los preceptistas de ayer o de hoy la res-ponsabilidad de haber encauzado en moldes tan rígidos los estu-dios que atañen a la lengua . Hay que buscar muy atrás la causageneradora de todo el proceso que ahora nos ocupa . Se trata desorprender a los humanistas del Renacimiento en el primer inten-to de construir una ciencia del idioma romance, basada en la téc-nica empleada para la gramática latina .

Hay por entonces una curiosa pugna entre lengua culta y vul-gar, que reserva al latín el privilegio de constituír el único instru-mento de expresión refinada para la ciencia o el arte ; de modoque ninguna obra con pretensiones podía ser escrita en otro idio-ma que el usado por los clásicos latinos, modelos indiscutibles debuen decir . Las lenguas romances, derivadas de aquél, eran, encambio, medio de expresión de gente zafia, sin ninguna cultura,que no había barruntado, por falta de estudio, las delicias y deli-cadezas inherentes a los grandes maestros latinos .

Existe, sin embargo, el empeño de dignificar el romance, porparte de algunos escritores distinguidos, más o menos conscientesde la necesidad de proporcionarse un idioma literario de propiaraigambre; creyendo, por lo demás, que, a fuerza de cultivo, con-seguirán equipararlo al modelo clásico y hacerlo apto para cual-quier empresa de cultura estética. De aquí deriva la idea deadaptar al castellano y a otros dialectos hermanos los cánonesgramaticales establecidos para el latín, con la mira de ajustar anormas aceptadas por todos la corriente lingüística, en procesode crecimiento, que representaban los romances europeos . Naceasí la primera gramática en lengua española, publicada por An-tonio de Nebrija en 1492, que señala el momento interesantísi-mo en que el hombre de Europa inicia el divorcio con la lenguamadre y se dispone a crearse un instrumento de pensar alejadode tutelas extrañas .

Si tal es la primera tarea consciente encaminada a facilitar

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el conocimiento del romance castellano, la consecuencia no sehace esperar : la gramática constituye desde entonces el métodoindicado para entrar en contacto con los problemas lingüísticosy adquirir el dominio del idioma .

Un segundo momento en el afianzamiento de esta tradiciónestá representado por la Gramática general y razonada que publi-can en Francia los jansenistas que forman la escuela de Port Ro-ya¡ (1660) . Ella es el fruto de una particular concepción según lacual se da por aceptada la existencia de una relación estrecha en-tre las leyes del pensamiento y las del lenguaje ; de suerte que sies una misma la lógica de que se sirven los hombres para expresarsus ideas, ha de ser también válido el reconocimiento de una solagramática para regular los fenómenos lingüísticos . Con lo cualquedan suprimidas las divergencias entre la estructura de unos y

otros idiomas y se establece la peregrina teoría de que con apren-der la gramática general se adquiere una técnica que hace innece-sario el estudio especial de cada lengua, ya que todas obedecen aprincipios comunes .

La rectificación esencial de este sistema no la encontramos,al menos por lo que respecta al castellano, sino en el siglo pasado,con la magnífica labor que don Andrés Bello realiza en el campode la filología . En el prólogo de su obra fundamental (1847) de-fine con toda claridad su posición y afirma que "cada lengua tienesu teoría particular, su gramática" . Sus esfuerzos se dirigieronconcienzudamente a la tarea de liberar el idioma castellano delyugo de la gramática general y de la nomenclatura latina, con unafán renovador apoyado en sólidas y pacientes investigaciones .Pudo así escribir la mejor obra sobre el español hasta entoncesconocida y legar a la posteridad una fuente de admirable informa-ción, sujeta, claro está, a las transformaciones implicadas en losnuevos avances de la ciencia filológica .

Pero Bello tampoco pudo sustraerse del todo al imperio dela tradición . Compuso su Gramática con el laudable propósitode proporcionar a los americanos de habla española una guía queles preservase de caer en la desorientación idiomática, presintien -do que el castellano sufriría con el tiempo una desintegración en

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nuestros países, si continuaban sometidos a la anarquía lingüísticaque reinaba en su tiempo . Su Gramática contuvo, es justo reco-nocerlo, la corriente disgregadora ; mas llegó a convertirse encódigo inflexible, merced al prestigio singular que su autor con-quistó en el mundo hispánico; y la enseñanza se introdujo poco apoco en el cauce de la venerable rutina que tanto combatió elpropio Bello, reduciendo sus proporciones a la vigencia invariablede los cánones gramaticales .

3 . La Gramática no es "arte de hablar y escribir correcta-mente".-En todas las gramáticas elaboradas según los moldes tra-dicionales, se viene repitiendo la definición anteriormente citadasin crítica de ningún género . Hoy no puede aceptarse, a la luz dela ciencia del lenguaje, una afirmación semejante .

En primer lugar, la gramática no es un arte. Bajo esta palabraarte debe comprenderse un conjunto de reglas o principios parahacer bien una cosa . Por ejemplo : mediante el aprendizaje cui-dadoso de las reglas relativas a la encuadernación, una personapuede adiestrarse en el arte de encuadernar libros . Ello supone,como es natural, la enseñanza impartida por un técnico en la ma-teria, y luego el aprovechamiento del alumno mediante una largapráctica .

No podemos afirmar lo mismo respecto de la gramática ydel idioma. El lenguaje no es algo que se encuentra aislado de lagramática de tal modo que una persona pueda llegara hablar conprescindencia de ella, y viceversa, la gramática no es algo tanseparado del idioma que se pueda pretender estudiarla antespara luego escribir y hablar correctamente .

El error de tal definición consiste en suponer que no hablangramaticalmente ni escriben su lengua con atención a las reglasde la gramática quienes, no habiéndola estudiado previamente,hablan o escriben con mayor o menor corrección. Esto es unafuente de graves errores cuyas consecuencias se palpan fácilmen-te desde el momento en que la gramática llega a convertirse, pordecirlo así, en una especie de código inflexible o camisa defuerza dentro de la cual ha de introducirse necesariamente todaPersona que pretenda conocer su propio idioma .

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Para decir verdad, no existe el idioma porque exista la gra-mática, sino que esta última se ha elaborado, en rigor, porqueaquél estaba ya previamente formado . En este sentido se puededecir que la gramática no viene a ser en el fondo otra cosa queun conjunto de leyes y principios relativos a una lengua determi-nada, que fueron estructurados mediante una observación atentade las normas que inconscientemente observa todo individuo quehabla con alguna propiedad su propio idioma . Esto quiere decirque la gramática existe ya implícitamente en todo lenguaje queha llegado a la plenitud de su desarrollo y tiene monumentosescritos que reflejan cumplidamente el grado de evolución obteni-do . Según ésto, toda persona que vive en un medio social más omenos culto sabe hablar su lengua con bastante corrección, notanto por saber gramática sino por el hecho simple de la convi-vencia con hombres que conocen y hablan bien la lengua ma-terna .

De conformidad con lo ya expuesto podemos afirmar que ellenguaje es un fenómeno de contagio social, mediante el cualtodas las personas que viven dentro de una comunidad idiomáticaaprenden, hablan y escriben la lengua que les sirve de instrumentode expresión, sin necesidad de someterse a un estudio rigurosode la gramática .

Esta posesión o dominio de la propia lengua da a todo indi-viduo que la hable una habilidad especial para percibir cuándo sepronuncia correcta o incorrectamente, para advertir la condiciónde extranjero de una persona que pretende servirse de una lenguanueva, no siendo la suya propia . Es fácil comprobar este hechosi nos representamos por ejemplo, el caso de los norteamericanosy jamaicanos que intentan hablar el español. Cualquiera personaque tenga este último como lengua materna puede sin dificultadadvertir los errores de pronunciación que cometen, sin que ellosuponga un dominio perfecto de la gramática que le permita hacertales correcciones. Una sensibilidad lingüística suficientementedesarrollada le capacita, eso sí, para, en un momento dado, distin-guir entre sus conterráneos y los extranjeros que desconocen sulengua vernácula .

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¿Cuál es, entonces, la función de la gramática en el estudiodel idioma?

De una manera general puede decirse que la gramática con-vierte en consciente el dominio inconsciente de la lengua materna .

Con el pensamiento anterior queda reducida a sus justos lí-mites la función que tiene la gramática en el estudio del idioma .No se trata de un arte de escribir y hablar correctamente . Con lasobjeciones formuladas antes queda destruida tal presunción. Enrealidad el estudio de la gramática nos sirve para adquirir un do-minio más completo de los fenómenos propios del lenguaje ; esdecir, al conocimiento que todos tenemos de nuestra lengua porel hecho de hablarla desde la infancia, se une después la técnicanecesaria para discriminar sobre las correcciones idiomáticas .

Los grandes escritores casi nunca son grandes gramáticos.Ellos tienen una capacidad prodigiosa para expresar en la forma,más elegante y correcta sus propios pensamientos ; pero este do-minio de la lengua no implica necesariamente estudio pormenori-zado de leyes gramaticales . El idioma fluye espontáneamente dela pluma de un escritor excelente, del mismo modo que el aguade un surtidor vierte constantemente su influencia bienhechorasobre el pequeño mundo que la rodea . Un artista del idiomacumple, no obstante, una función más noble y duradera, que con-siste en crear modelos de buena literatura en cuyo estudio y delei-te puedan educarse las generaciones del porvenir . Por ello es tanindispensable que quienes pretendan conocer y manejar su lenguacon alguna destreza, se acerquen devotamente a los grandes surti-dores, que son en todo momento una fuente fecunda de inspira-ción y belleza artística .

4 . La gramática como ciencia histórica del idioma .-No yaen su carácter funcional de técnica para el aprendizaje sino en elproceso de su elaboración, la Gramática se ajusta a los paradigmasdel método inductivo .

Limita su objeto a los hechos del lenguaje ya encuadradosdentro de una tradición que les asegura una relativa estabilidady procede luego al examen comparativo que reune los casos simi-lares y establece las reglas correspondientes .

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Ante la necesidad de construir sobre una realidad idiomáticano susceptible de variaciones radicales, restringe su campo de ope-raciones a los modelos literarios de mayor aceptación, que analizacuidadosamente y proclama como las fuentes más autorizadasdel buen decir . Es, por tanto, una ciencia histórica, con base do-cumental, que se apoya en la parte estática del idioma y rehuyetoda aventura que adopte como punto de arranque la superficieinsegura del habla cotidiana.

De aquí el carácter eminentemente conservador que sueledistinguirla . Frente a toda corriente innovadora, es una valla decontención que impide las precipitaciones . La lengua culta vienea ser entonces aquella cuyos cánones están definitivamente con-sagrados en el cuerpo de la gramática . Por tal razón esta últimaviene a constituir la más firme garantía de estabilidad contra lacondición cambiante de los dialectalismos .

Más la circunstancia anotada nos revela una característicade singular importancia en el idioma, que delimita con toda clari-dad dos realidades bien diferenciadas : de una parte se nos ofreceel dominio de la gramática, que opera sobre el lenguaje histórico,circunscrito a las producciones de los buenos escritores y nosusceptible, por tanto, de ulteriores rectificaciones ; de otra parte,la lengua viva, de extraordinaria movibilidad, que no está divor-ciada de la literaria pero rehuye sometérsele pasivamente, porquesu fuente generadora reside en el dinamismo de la vida, que comoel agua en perpetuo correr, es diversa a cada instante .

Todo el movimiento renovador que desde el siglo pasado vie-ne actuando sobre la ciencia del lenguaje, encuentra su más firmebase en la dualidad anotada, cuya decisiva importancia ha deter-minado la formación de una disciplina especial que con el nombrede Lingüística opera sobre ese aspecto del idioma que representala corriente vital, en pleno desenvolvimieto, no sujeta a la rigidezde los esquemas gramaticales . Las clases populares, con escasa oninguna cultura, hablan conformándose en lo esencial a la estruc-tura sintáctica del lenguaje culto, mas gozan de un amplio margenpara introducir términos y expresiones de libre invención que,aún cuando contravienen las normas establecidas, sirven al lin-

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güista como interesante material de investigación para determinarlos principios que rigen las transformaciones idiomáticas .

5 . Lo individual y afectivo en el lenguaje.-¿Nos es dablepenetrar, con el arma de la gramática, en el secreto espiritual delos grandes escritores? Con el análisis externo de sus giros, quenos permite comprobar si coinciden con los paradigmas gramati-cales, ¿lograremos introducirnos en el mundo estético donde semueve, como en casa propia, el artista ante cuya obra nos coloca-mos en ademán admirativo?

No puede la gramática, en verdad, aspirar a cubrir bajo sualero el vasto panorama que abarca el lenguaje de un escritor .En otras palabras, con el conocimiento de aquélla no acertamosa percibir el verdadero dominio del idioma que cabe en el artede un buen literato . Ello se explica porque la gramática restringesu función a codificar las características que son comunes a losdistintos cultivadores del lenguaje escrito ; de suerte que, como laafinidad reside únicamente en las leyes que rigen las combinacio-nes sintácticas, tan pronto se traspasa el límite externo que se-para la incorrección del acierto desde el punto de vista gramatical,se entra en predio vedado a quien sólo entiende de reglas y clasi-ficaciones más o menos convencionales .

Como aquello que distingue y singulariza a un buen escritores su estilo, es decir, justamente la causa que le impide identificar-se con otros artistas de la lengua, la gramática, que busca regula-ridad y acoplamiento a normas generales, se encuentra imposi-bilitada para valorar críticamente la individualidad literaria .

Esta dificultad nos coloca ante una grave sospecha: que ellenguaje presenta una vertiente rebelde al tratamiento objetivode la gramática y que con ser un instrumento de uso común tieneuna raíz hincada profundamente en el alma de cada hombre queniega el derecho a ser confundida en apreciaciones de valor co-lectivo .

En último término, la palabra humana obedece a un impera-tivo de sensibilidad. Brota de los labios con una carga afectivaque le proporciona suavidades de caricia o mordacidad de dardoemponzoñado; adopta la solemnidad del tono doctoral o se hace

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humilde en boca del menesteroso ; envuelve la conminación de laorden severa o se ablanda hasta el fervor de la súplica ; busca lacurva ondulante de la interrogación o se dispara rápidamente en elacento admirativo ; se tuerce para expresar la inquietud de la dudao muestra la serena majestad de la certidumbre .

Cada hombre la ejercita según la modalidad peculiar de sutemperamento y está sujeta a variaciones en virtud de los diferen-tes estados emocionales que requieran expresión hablada. Hay,por tanto, una amplia zona del lenguaje que escapa a las reglamen-taciones más cuidadosas, que repele el rigor de un análisis previoy tiene como carácter distintivo la espontaneidad individual . Porlo cual la gramática, que es técnica de razonamiento y abstrac-ción, que persigue las características comunes para establecerprincipios de aplicación uniforme, encuentra considerablementelimitada su esfera de acción y no llega a explicarnos el contenidoíntimo de ese mensaje que el alma trasmite a través de las palabras .

Panamá, 27 de abril de 1938 .

- "Universidad, No. 15, de noviembre de 1939 -,

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