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) ALICIA DU]OVNE ORTIZ Descubrimiento del caracol .y la naranja POEMAS Dante Milano, Adrienne- Ricb, Eleazar León Leopoldo Cbariarse NOTAS - COMENTARIOS Poesía francesa contemporánea NOVIEMBRE - DICIEMBRE

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)•

ALICIA DU]OVNE ORTIZ Descubrimiento del caracol

. y la naranja

POEMAS

Dante Milano, Adrienne-

Ricb, Eleazar León

Leopoldo Cbariarse

NOTAS - COMENTARIOS

Poesía francesa contemporánea

NOVIEMBRE - DICIEMBRE

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POESIA poemasde dante milano

No. 21 noviembre-diciembre 1974 Vol. IV No. 3

Dante Milano Poemas

5 Leopoldo Chariarse Poemas

11 Adrienne Rich Traducciones / Sueño que soy la muerte

de Orfeo

13 Eleazar León Poemas

15 Alicia Dujovne Ortiz Descubrimiento del caracol y la naranja

PIEDRA

Piedra, cosa del suelo, faz parada,Indiferente a la caricia de la mano,Figura inerte que no siente nada,Cuerpo con el cual puedo abrazarme en vano.

28 .Eugenio Montejo Poesía francesa contemporánea

NOTAS COMENTARIOS

ILUSTRACIONESCOMIENZO DE LA NOCHE

16 Francis Ponge yo iba perdido en mí, pensando en mí.La existencia desierta.La calle oscura.27 Ilustración de Jean DubuHet para "El hojal", de Ponge

Sentía la tristeza de los felicesViendo reir sola a la estrella de la tarde ...

¡En qué altura estaba!El resto era inmenso.

Todo es exilio.

REDACCION: Alejandro Oliveros / Eugenio Mon tejo

POESIA, revista bimestral de poesía y teoría poética editada por el

Departamento de Literatura de la U. C. - Apdo. 3052 . Valencia, Venezuela

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dante milano dante milano

IMAGEN

U na cosa blanca,Es mi deseo,

Una cosa blancaDe carne, de luz,

Tal vez una piedra,O una cabeza,

Una cosa blancaDulce y profunda

EL CONDENADO

En esta noche hondaFría y sin Dios.

Luz de la madrugada,Luz que absuelve el pecadoy me aclara el sentido oscuro de la existencia,Luz que de lejos transfigura al mundoAhuyentando las sombras y los fantasmas.Luz que camina por los descampados,Luz que deja el palacio en la semioscuridady viene a dorar la primera grada de la escalera.

Una cosa blanca,Es mi deseo,

Que quiero besarQue quiero abrazar,

Una cosa blancaPara recostarme

La miro como un condenado a muerte en esa horaDe todas la más suave, la más consoladora,Por última vez contempla el mundoEn la luz nueva a sus ojos,La luz de nuevos días,La luz de la nueva humanidadDe la que él no forma parte,La luz que lo expulsaDe su Paraíso ...

y hundir el rostro.Tal vez un seno,

Tal vez un vientre,Tal vez un brazo,

Donde reposar,Es mi deseo,

Una cosa blancaBien junto a mí

Para hundirme,Para olvidarme,

En esta noche hondaFría y sin Dios.

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poemasde Íeopoldo chariarse

NOTA

1

EVA

El Instituto Nacional de Cultura de Lima reunirá próximamen-te en un volumen la obra édita e inédita de Leopoldo Chariarse( 192~ ), u~o de los poetas vivos más importantes del Perú, peroal mismo tiempo uno de los secretos y desconocidos no sólo en el.. ., ,extranjero sino en su propio pais.

Porque los restos de antiguos caminantes todavía te sonrojanasí te inclinas y tus manos son la lluvia, la abundanciadel tiempo cuyos frutos enternan:ente das al hombre.Tu mirada es piedad en las humildes fogatas apartadasy el niño en los suburbios sabe reir cuando amaneces: tú e~es

( fiel.Aun destruida, te muestras y sostienes tu espacü?, tu certeza;de amargura y hojarasca te saben cargada l~s corrientes:estás sola. En medio del bosque tus entranas se levantany la tierra se cubre de tu antiguo terror cuando floreces,Santamente te entregas a la acción de los hombres, sin llorar,pues aunque sean ellos siempre. i~uales . , .tú en cada uno sientes que es distinto el dolor. que a n te hiere.y descubres que todos, tallos años, son el mismo.Siempre el mismo: tu ceniza renovada en cada huerto, en ca.da

( estancia;siempre tú, solitaria, y tus frutos s,iemp~e inútiles.Empero, todo esto piadosar,nente tu lo Ignoras .cuando cubierta por hostiles fantasmas, tu pensamlen.to es

, (una higueralejana cuyos brazos se tienden extrañadamente generosos.En td seno marchito los muertos se levantan del humus y .~on

(niños

que, esta vez sin maldad, te desgarran y te absorben, insacia-(bles.

Más el viento es tu muerte: él te libera. Sin embargo,tú amas lo fugaz la estación que te cubre de guirnaldas y

, (perece.y lloras a los tuyos que son desarraigados .y en su sitio abres tumbas, y guardas sus objetoscomo queriendo retener perdurablemente su contacto.y es en vano: lo sabes y cada año reverdecesy olvidas brevemente porque otros vienen en tu busca.Que el canto reflorece con otras notas y otras voces.cuando vuelves, sombríamente hermosa otra vez, hacia el amor.

(De LOS RIOS DE LA NOCHE, Lima, 1952)

5

Ausente del Perú desde hace 22 años, Chariarse ha realizado lamayor part~ de su obra durante su estada en Europa, donde ha lle-vado una VIda transhumante, n;arcada por .ocupaciones diversas y apa-rentemente contradictorias -mstrumentahsta de laúd, profesor dekarate, actualmente ~aestro internacional de yoga-, ocupaciones quen? han perturbado . s~no muchas veces enriquecido su labor primor-dial, que es el ejercicio permanente de la creación poética.

Voluntariamente desvinculado de grupos, escuelas, movimren-tos o cenáculos -salvo en una breve época en que frecuentó a lossurre~hstas franceses de los años 50- su poesía es esencialmentemarginal, 'fruto de un trabajo tenaz y solitario más que de los estí-mulos y emulaciones de una actividad corporativa.

La breve selección que publica POESIA ha sido tomada desu único libro impreso, LOS RIOS DE LA NOCHE (1952) y delos inéditos LA CENA EN EL JARDIN y SONETOS DE SPOLETO(1974), libros muy diferentes entre sí por la época en que fueroncompuestos, su inspiración y su estructura, pero en los que se ad-VIerte un elemento común: emotividad e imaginación contenidas poruna conciencia vigilante, que frena el impulso inicial y lo reduce aformas rigurosas, sentenciosas y hace de cada poema un objeto lu-minescente, que sigue vibrando en nosotros cuando la palabra se hadesvanecido (J .R.R. ) .

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leopoldo chariarse leopoldo chariarse

II

LOS JOVENES LUNA DE AGOSTO

Felices quienes se encuentran en los años justoscuando todavía es tiempopara cuanto transcurre fuera del tiempocuando todavía hay espaciopara cuanto vibra más allá del espaciofelices quienes empiezan la únicasiempre nueva tarea acabada desde el origeny al terminarla no se separanfelices quienes no buscanni repetición ni substitución ni precioy reconociénose ni se persiguen ni huyenaquellos a quienes todavía amor llamay en noches juntos o a solas no temenni desean el alba

otra vez decrece la luna y se alejamás allá de los techos y el aullido de las sirenaserrante cautiva su sangre enrojece las playassu mirada ambigua recorre los barrios amenazadossu lengua de muerte privilegio perdidotú extranjero en el estupor de tus nuevas nochessin nombre como tu imagen en el espejo, .como un pez en la red para q~é volver para. que haber partidotras las montañas la luna despierta ya el remo de las sombrasquien no halló aquí lo que buscatampoco lo encontrará allá

(De LA CENA EN EL ]ARDIN, París 1974).

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leopoldo chariarse leopoldo chariarse

III

LA DILIGE~CIADEL HURACAN

~ o me detienen voces ni paisajesnr la sed en durmientes pulperíasme hace bajar ni por plazas baldíasver las dueñas de dulces hospedajes

Las bancas a mi lado están vacíasy hace tiempo la ruina de equipajesabandoné y las tiendas de los viajesy las luces lejanas de los guías

Lanzo al galope endomoniado auriga!lluert?s caballos y averiado cocheinsensible al espanto y la fatiga

Persiguiendo hasta el último derrochela cita mcierta de insensata amigala nostalgia del vértigo y la noche

voy conduciendo un automóvil rotoque a aceite rancio y moho y ruina hiedey humo levanta y trágico alborotoy ante la tempestad ni frenar puede

y avanzó más andante que con motocontra el vórtice el pie que retrocedeya del pedal y de cuanto sucedefuera de mí y en mí quieto piloto

Para qué acelerar si todo avanzaconmigo y alza en instantáneo vuelosobre mi frente suspendida lanza

o espada amenazante que del cieloadonde quiera huir al fin me alcanzaque huya a pie o que me arrastre por el suelo

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'Ieopoldo chariarse

poemasde adrienne rich

TRADUCCIONES

EL LABERINTO

De una mujerde mi edad o quizás más jovenme muestras poemastraducidos de tu lengua

Hay ciertas palabras: enigma, horno, dolorsuficientes para convencermeque es una mujer de mi tiempo

ObsesionadaYa ni prisión ni . libertad me ofuscani correr ni estar quieto me es distintoni beber agua ajena o vino tintoni fortuna me encuentra ni me busca

por el Amor, nuestro tema:lo hemos tejido como yedra a nuestros muroscocido en el horno como pan .cargado como plomo en los tobillosvisto con binocularescomo si fuera helicópterotrayendo alimento a nuestra hambreo el satélitede un poder hostil

Ni presente ni ausente el laberintode mis vidas recorro en tierra etruscagriega o romana siempre a la rebuscade un retrato que pinto y que des pinto

Por qué he de darme prisa o demorarmeni saber si estoy vivo o si despiertome hundo en la oscura luz de un alba malvaSi ya solo catástrofe me salvasi ya es igual que viva o que esté muertosi solo en sus ojos he de hallarme

Comienzo a ver a esa mujerhaciendo cosas: cocinando el arrozplanchando la falda .pasando a máquina un manuscrito hasta el

intentando llamardesde una cabina

En el cuarto de un hombreel teléfono suena sin respuestaY se le oye decir

" "S ,,,"No te preocupes, e cansararepetir la historia a su hermanaque se vuelve enemigay que en su p,topio t~empo velarásu propio camino hac~a el dolorignorante que e~e camm~ atrozes compatrido, mnecesanoy político.

alba

(JO ( "

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adrienne rich poemasde eleazar león

SUEÑO QUE SOY LA MUERTE DE ORFEO

Estoy caminando aprisa por las estriaciones de luz y oscuridadtiradas bajo una arcada.

Soy una mujer en la plenitud de la vida con ciertos poderes,yesos poderes severamente limitadospor autoridades cuyas caras raramente veo.Soy una mujer en la plenitud de la vidamanejando a su poeta muerto en un negro Rolls-Roycea través de un paisaje de crepúsculos y abrojos.Una mujer con cierta misiónque obedecida al pie de la letrala dejará intacta.Una mujer con nervios de panterauna mujer de contactos entre Hell's-Angelsuna mujer sintiendo la abundancia de sus padresen el momento preciso en que no debe usarlosuna mujer juramentada con la lucidezque ve a través de fuegos humeantesy de mutilaciones criminales de estas subterráneas callesa su poeta muerto aprendiendo a caminarhacia atrás contra el vientoal otro lado del espejo

NAUFRAGIO EN LAS COLINAS

Contempla el suave ascenso de las colinasy entrégate a esa fuerza. Despué~ del aire desco?ocenqué podría ocurrir, pero van hacia todo con claridad,y tienen como propio 10 que da vueltas en su espacio.Sé dócil a tu causa, busca en tí el abandonodel agua al ofrecerse en el torrente. Más alláde tu mar y tu sueño nada habrá que no seaprecioso, así naufragues.

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eleazar le6n DESCUBRIMIENTO DEL CARACOL Y LA NARANJA:FRANCIS PONGE y LA POESIA DE LAS COSAS

Alicia Dujovne Ortiz

CAVAR EN EL MURMULLO

oar una conferencia sobre poesía, aquí y ahora, es demostrar,dicho sin ninguna modestia, un coraje similar al del mismo Pongecuando, tan reiteradamente a través de su obra, declara aceptar eldesafío de las cosas al lenguaje, convertirse en testigo del mundomudo, y hablar: "Mal que les pese a las palabras mismas, en vistade los hábitos que han contraído en tantas becas infectas, se nece-sita cierto coraje para decidirse no sólo a escribir, sino también hastapara hablar", dice en Le partí pris des choses. Y digo que para daresta conferencia hay que tener coraje, no sólo porque la poesía es,en medio de tanto ruido, un mundo silencioso, sino porque, además,me dedicaré a hablar de un poeta que de manera muy especial datestimonio del silencio y lo rompe, por sentido del deber, con pala-bras también silenciosas en la medida en que son palabras obedientes,puestas al servicio de ese mundo callado.

Cada cosa murmura: oye sus voces de otra orillacada vez que desciendes con tu vasija desolada.El día y su prisión sin cautiverio. El rostro ciegoy vasto de la noche, que nada ve pero conocelos erantes misterios. Esa ventanapuesta ante el mar, que la memoria cierra. Adentro,al cabo de tu día y tu noche y tanto mar batientedesde otra playa, el términoinfinito de tu suerte: cavar en el murmullode todo, y saberte silencio.

Pero podríamos preguntarnos qué sentido tiene hablar de to-dos estos silencios en medio de tantísimo ruido. Creo que una ade-cuada lista de las cualidades de Ponge (poeta francés nacido en 1899y autor, entre otras obras, de Le parti pris des cboses, 1942, La Seine,1950, La rage de l'expression, 1952, Lyres, Méthodes y Pieces, 1961,Le Sauon, 1967, La fabrique du pre, 1971, y consagrado durantetoda su vida a la descripción - definición minuciosa de las cosas delmundo), una lista que me permita llegar a una descripción - defini-ción del fenómeno Ponge, tal como él mismo procede con los objetosestudiados, me permitirá también justificar la molestia que yo mis-ma me tomo en ser tan valiente, y la que se toman ustedes en serno menos corajudos y escucharme.

Empieza la lista:

1) Ponge es un constructor que recomienza, que vuelve a jun-tar los pedazos de un mundo destruído, que arma nuevamente el rom-pecabezas, pieza por pieza, como si escribiera después de Hiroshima,en una atmósfera matinal, clara, neutra, sobria, o como Robinson Cru-soe después del naufragio. Naturalmente, un hombre con semejantet~rea por delante no puede ser ni muy efusivo, ni muy sentimental,ru puede hablar de sí mismo, ni puede permitirse una serie de lujos

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propios de épocas anteriores al cataclismo. Tiene que obrar con sen-tido práctico, porque le ha sido encomendada la misión de no equi-vocarse con los pedazos. Pero ¿de qué pedazos se trata, de qué rup-tura? Hablemos solamente del arte, busquemos el ejemplo de la cla-ra imagen de ese proceso de ruptura, dibujada nítidamente a travésde la historia de la pintura europea a partir del Renacimiento. (Elijola europea, porque Europa es el continente en el que, hasta ahora,la historia se ha precipitado con mayor rapidez). Si recordamos, en-tonces, que, a partir del Renacimiento, cuando el pintor deja de serartesano y se convierte en grande artista, las figuras de los cuadrospierden la equilibrada verticalidad medieval, engordan, se inflan, secontorsionan, adoptan en el Barroco actitudes apopléticas, sacudidaspor un frenesí autodestructivo, se vuelven un enorme globo despuésmisteriosamente pinchado, que empieza a perder gas y que, ya enplena pérdida de ese aire de nostalgia por quién sabe qué ausencia,pasa por el Romanticismo, alcanza su grado de volatilización en elImpresionismo, para ver atacadas sus mismas paredes en el cubismoy verse disuelto finalmente, todo él, en el Informalismo y en elúltimo chorro de pintura tristemente licuada que dejó su rastro debabosa en la última tela blanca, antes de que, de nuevo, algún hom-bre solo y aislado dijera "voy a pintar", o sea, antes de que se reini-ciara una nueva curva de la espiral; si recordamos esta instructivahistoria de un proceso que pareciera haber tendido, guiado por unaoscura conciencia, a los trozos de estatuas blancas y rotas, a la ruinade la armonía de la curva anterior (la griega), como si los europeosvinieran de una madre muerta en el parto y todos sus esfuerzos es-tuvieran minados, desde el principio, por la memoria de esos pe-dazos caídos al final de la curva anterior y que predestinaron el finde la nuestra ... , entonces Ponge aparece muy sobria, práctica, obje-tivamente, como un recolectar de brazos, de piernas, de cabezas, detorsos. Ahora bien, ¿es posible, en poesía, armar el rompecabezas?esta historia del arte europeo (aparte de su formulación medio cós-mica), esta expresión visible de un proceso de fracturar más hondo,relacionado con la pérdida de contacto del hombre artista con su raízcampesina ¿puede, si no terminar bien, por lo menos recomenzar bien?Los pintores ingenuos conservaron, a través de tanto "pinchazo" delmundo culto, las formas elementales de un árbol -siempre el mis-mo- de una figura humana- siempre la misma. Pero la poesíapopular (más adulterada, ya que las palabras contienen un ingre-diente idea más difícil de aliarse a la inocencia que la imagen pinta-da, porque es menos materia) conservó, más bien, el sonsonete dela ingenuidad, pero perdió la frescura de las formas elementales.

Ponge -segunda cualidad agregada a la lista- es un ingenuo,no en el sentido de volver al aspecto de la inocencia, imitando son-sonetes infantiles, sino en el de trabajar concretamente con los ele-

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mentas cotidianos. Ingenuo, porque cree en las cosas, porque no des-confía de su propia mirada. Cree que cada trozo encontrado tendrásu lugar preciso en el rompecabezas, su razón. Cree que las cosas exis-ten, que están allí. Cree que él también está allí, distinto de las cosassin identificar~e con ellas, conservando distancia y, sin embargo, ve~nerando. Es J?genu? porque no ha perdido las cosas, aunque lasuya sea una ingenuidad de regreso, una sabia y vieja ingenuidad dereencuentro. Schiller, en Poesía ingenua y poesía sentimental diceque el sentimental es el que busca la naturaleza, y el ingenuo, el que esnat~:aleza. Como ~i describiera anticipadamente al propio Ponge, agre-ga: La seca veracidad con que el poeta ingenuo trata al objeto parece,no 'p?cas v~ces, insensibilida1". Y declara que los poetas ingenuos sonC~Si imposibles en nuestra epoca, y que, si aparecen, lo hacen "másbien como desconcertantes forasteros". Otra vez buena definiciónanticipada de Ponpe, que ha crecido silenciosamente: en la poesía fran-cesa y cont~mporanea ~n. general, como una excrecencia extraña, origi-nal en medio de los originales precisamente porque su esfuerzo tendióa no sr original, es decir, a no encerrarse en su subjetividad a plegarseobedientemente al mandato del mundo mudo. Desconcer~ante foras-tero con todas las características del verdadero ingenuo: el humorpor ejemplo, la malicia con que se complace en desconcertar en se~forastero escribiendo poemas acerca de una papa, de una estufa, deun colchón, de un teléfono; la prolijidad con que se aplica a dibujar-lo ~odo. gota a got~,. como Hokusai en su. ola, de modo que casi noslo nnagmamos escribiendo, como un colegial, sus composiciones tema"la naranja", tema "el caracol", con el lápiz bien apretado entre losdedos y sacando ligeramente la puntita de la lengua en señal deconcentración. Como un ingenuo, Ponge "hace buena letra" y tam-bién a veces, como un ingenuo, llega a la crónica de costumbre seconvierte casi en un "pobrecito hablador' 'cuando, a fuerza de alejarsede lo "poético", describe, ya no una cosa, sino una escena entre horn-b;-es. Y tamb~én. en esto, repito, es ingenuo, porque la poesía espon-t~nea fue periodismo cantado antes de que el periodismo de los dia-nas reemplazara al poeta de la plaza medieval, que narraba críme-nes y amores. (Y recordemos que un payador de Buenos Aires im-provisaba sobre la base de los editoriales de "La Prensa"). Así Pon-ge , r~úne ~n sí mismo t?d<?s los. rasgos que componen la inge~uidadpoetica: fielmente descriptivo, introductor de elementos cotidianosperiodista. Y, muy a menudo también, obvio y con el coraje inaudi-to de escribir la poesía del huevo de Colón, la poesía de lo que todossabemos, pero olvidamos continuamente.

cual ha logrado entrar en una manzana. Ponge jamás nos descubre suproceso, se limita a entregarnos el resultado de su experiencia, quees la manzana misma). Naturalmente, se declara enemigo violentode las religiones y, en una entrevista radial en la que contestó pre-guntas junto a Pierre Reverdy y André Breton, fue más lejos queeste último en su deseo de destrucción de los valores religiosos es-tablecidos. "Los valores, en toda sociedad, llegan a la dogmatización,y por lo tanto es necesario abolirlos en todo momento, apenas surgen,y ésta es la función social de la poesía", dijo. Pero es un místico,porque trabaja con la certeza del descubrimiento, no con la imaginación.Porque no sueña ni fantasea, está despierto. Porque, frente al mun-do mudo, se pone en el estado de alerta que los Padres del desiertollamaban "sobriedad de corazón". Sobrio de corazón, Ponge escapaal peor de los males para la Filocalia, es decir, para el "amor a labelleza" de los monjes entregados a la plegaria íntima :ese mal es ladistracción. "Personalmente, son las distracciones las que me mo-lestan -dice-; es en prisión o en celda, solo en el campo, como menosme fastidiaría". Cuando imaginamos, estamos solos, presos en nues-tra subjetividad; cuando descubrimos en estado sobrio, estamos enel mundo y en su fuente, en su origen. Por eso, los descubrimientosde los místicos de todos los tiempos y lugares son exactamente losmismos, y así como los pintores ingenuos siempre pintan el mismoárbol desnudo, en todos los lugares y tiempos, los poetas místicossiempre se parecen, siempre dan testimonio de un árbol del alma enidéntica actitud de llamado. Ponge, que desconfía de las ideas, delos sistemas filosóficos, basa su desconfianza en que cualquier ideao sistema filosófico puede convencerlo igual que otro, y se atiene,en cambio, a 10 experimentable, a lo comprobable de las cosas. Esla actitud del místico que se atiene a lo experimentable de su muyconcreta relación con el origen de las cosas. Ponge, franciscano, eligelas manifestaciones terrestres de ese origen. Recuerdo a un poeta sufí,Sehabi, que escribió poemas divididos en dos estrofas. La primeraera la descripción detallada, tipo Ponge, de una gota, de una bu~-buja, de un insecto. La segunda era la expansión amorosa a partirde ese impulso generador, de ese peldaño: el ser o la cosa creadosque lanzan hacia la contemplación. Ponge no escribe la segunda es-trofa (así como nos ahorra el proceso de entrada a la manzana deHenri Michaux), la insinúa, a veces, con alguna exclamación, conalgún "basta, no hablemos más", con algún chiste pudoroso. En par-ticular adopta esa forma de contención, tan suya, cuando enfrenta oroza una de las maneras más agudas de percepción de 10 sagrado, segúnRudolf Otto: cuando bordea el terror, el horror, aún la repugnancia.Por ejemplo, al descubrir que los peces tienen l~ misma expresiónde angustia de los hombres, dice "¡sh!, no mencionernos la. cuerdaen casa del ahorcado", y así corta el poema. C? ~uando advierte :1aspecto jadeante de un trozo de carne en la vidriera de una carrn-

Tercer punto de la lista: Ponge es un místico. No, naturalmente,no habla de Dios, ni describe sus propias visiones, su relación per-sonal ~on lo divino. (Es interesante, con respecto a esto, compararcualquier texto de Ponge con un poema de Henri Michaux, "Magie",de Plum e, en el que este poeta narra paso a paso el proceso por el

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cería, también se detiene en el límite de ese abismo a través del cualhumea demasiado fuerte, demasiado asquerosamente el misterio de lavida. (En otro poema dice que la primavera le da asco como una he-morroides). Pero, ¿por qué se detiene? Tal vez una explicación iró-nica, sería la de Rimbaud, que suspiraba: "El terror no es fra~cés".y Ponge, indiscutiblemente, es muy francés. Pero creo que otra ex-plicación podría ser más satisfactoria. Ponge siente la necesidad abso-luta de concretar, de definir su territorio y de cumplir estrictamentesu plan de moralista. Por sentido del deber, por responsabilidad frentea sí mismo y a los llamados del mundo mudo, no puede pasar el um-br~l del terror, ni el del .amor, que es lo mismo. Queda, pues, en laprimera estrofa del Sehabi, pero, desde esa estrofa descriptiva, venera,adora. Y aclara: "Entre una descripción perfecta y un grito, no haytanta diferencia. Una descripción perfecta es una forma de apretarlos dientes, de no gritar". Este grito, este ardiente salmo contenidopalpita en la poesía de Ponge quien, al evitados, cumple con su deberde escribir -definir las cosas y, a la vez, permanece místico en su mis-mo afán de concretización. Ya 10 hemos dicho el místico es el me-nos aficionado a ideas, a sueños: el más concreto. En el Zohar, Librod.e los Esplendores de los .cabalist~s, se incluye una descripción pre-cisa de la barba, de la nanz de DlOS. Swedemborg describe la formahumana del Universo y de Dios. La precisión, lejos de no ser mística,es un rasgo sobresaliente de la mística. Comparemos ahora estas pa-labras de Ponge: "Es, en verdad, desde muchos puntos de vista, inso-portable pensar en qué ínfimo manejo, desde hace siglos, giran laspalabras, el espíritu, en fin, la realidad del hombre. Para darse cuentade esto, basta con fijar la atención sobre el primer objeto tomado alazar: uno advertirá enseguida que nadie lo ha observado nunca, yque acerca de él las cosas más elementales quedan por decir. .. ¿Enqué nos hemos ocupado? En todo, salvo en progresar; salvo, en suma,en acrecentar la cantidad de las cualidades. Porque millones de senti-mientos, por ejemplo, tan diferentes del pequeño catálogo de los queexperimentan actualmente los hombres más sensibles, están por co-nocerse, por experimentarse. Pero ¡no! El hombre se contentará pormucho tiempo todavía con ser "orgulloso" o "humilde", "sincero" o"hipócrita", "alegre" o "triste", "enfermo" o "sano" ... con todaslas combinaciones posibles de estas lamentables cualidades; compare-mos estas palabras, decía, con estas otras de Gurdjeff, transmitidaspor Ouspensky en "Fragmentos de una enseñanza desconocida": "Us-tedes no tienen ni siquiera una idea de lo que un hombre es capazde alcanzar. Pero nada puede alcanzarse en el sueño. En la concien-cia de un hombre dormido, sus ilusiones, sus sueños se mezclan conla realidad. El hombre vive en un mundo subjetivo del cual no puedeescapar. Esta es la razón por la cual nunca puede hacer uso de todoslos poderes que posee, y por la cual vive solamente en una pequeñaparte de sí mismo"; y volvamos a comparar a Gurdjeff con Ponge,

cuando éste dice: "La contemplación de objetos precisos es tambiénun reposo, pero es éste un reposo que carga frutos. Fru~os especia-les. .. diferentes de los frutos del otro reposo, el dormir, que sonllamados los sueños, formados únicamente por la persona y, en con-secuencia, indefinidos, informes, sin utilidad; por esto, no son frutosverdaderamente", y advirtamos, en estas citas, un estremecedor len-guaje común. Ahora bien, los hombres están dormidos, los poetasno pueden dar testimonio de otra cosa que de sus sueños. Pero, ade-más, los poetas suelen valorizar exageradamente sus sueños, consi-derados frutos verdaderos. Yo no sé si puede decirse que Ponge haalcanzado cierto grado de la conciencia objetiva de que hablaba Gurd-jeff, pero ciertamente sí puede decirse que, por lo menos, distingueentre frutos del sueño y de la vigilia, y que compone su obra única-mente con chispazos de conciencia objetiva, desdeñando fantasías per-sonales. No es un despierto total, ¿quién lo es?, pero muestra uncamino un esfuerzo una fidelidad, abre una posibilidad humana ypoética' de desperta/ Si dormimos hasta el punt? de .no ?ist~nguirentre un sueño y una naranja real, entre una niebla imagmatrva yun caracol verdadero, entonces una poesía hecha de chispas claras,como la de Ponge, puede hacer por nosotros algo más importanteque gustamos, puede ayudamos a recordar. Poesía despierta y, ade-más, presente, poesía del ahora, del instante absolu~o, como lo acla-ra él mismo en un muy pongiano poema sobre el cajón de su ropero:el cajón ha chirriado, y Ponge dice: "Otras veces esto no tiene nin-guna importancia, cuando yo soy sólo un. h~m~re como !~s otrosy él entonces, no es ngurosamente nada, ni siquiera un cajón. Perohe aquí que hoy -y dense cuenta de lo que significa hoy en un textode Francis Ponge- he aquí que hoy, por la eternidad, hoy en la eter-nidad, ese cajón habrá chirriado".

Cuarto punto de la lista: Ponge es un moralista (lo gue, p<;>rlodemás, rima muy bien). Aquí volvemos al tema de. la mgenUl?~d,y a Schiller, quien, al hablar del poeta ingenuo, menciona ~l espíritumoral y dice que para el ingenuo "la naturaleza obedece sin estorboa su contextura moral, es decir, a la ley de la armonía. "La razón-agrega- está de parte de la naturaleza en cuanto expresa la ver-dad". Ponge es un moralista porque extrae una lección de las cosasy porque no hace concesiones a su belleza, sin.o que se guía por suverdad. Su misma fidelidad al camino emprendido, su manera de ha-berse propuesto una meta y de cumplida paso a paso, su testarudezmachacona, didáctica, de maestro de escuela, hablan de su fondo demoralista. La comparación con La Fontaine -parente;co profundoy no relación exterior ni formal- surge, pues, espontaneamente. Yde ese modo, Ponge es digno de fe. Tanto los que pretendemos .co-nacer algo de poesía, como los que no, alguna vez hemo,s tenidoque preguntamos, frente a un poeta, SI sus palabra estaran avala-

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das por alguna experiencia, y si, en definitiva no nos estará adobandoun vacío pa~a hacérnoslo tragar como cosa ¿omestible, nutricia. Pero~e Ponge, SI yo 10 vendier~, les diría: "llévenlo con confianza", ys~ yo fuera casamentera y el, el candidato, les aseguraría: "No esningún seductor, es un buen partido", porque ha tomado el parti-do de la razón, de la profunda moral de las cosas.

Quinto. Ponge es un clásico. Esto significa que, además de creeren las cosas, cr~e en las palabras. Y cree, porque no les asigna másvalor del que t1e~en, porque no espera de las palabras más de loque las palabras mismas pueden dar. Entonces su relación con el len-gu~je es. satisfecha y ~ranquila .. Con una fe 'envidiable, dice lo quecasi nadie se ha atrevido a decir: soy capaz de describir un objetocon la~ palabras justas, adecuadas al objeto; soy capaz de respondercon mIS palabras al desafío de las cosas. En esto una vez más Pongese sitúa en una posición completamente opuesta a la de los' poetascontemporáneos que, a partir del Romanticismo, comenzaron a dudarde la palabra precisamente p.orque la exaltaron hasta el punto de pre-tender que el .lenguaje realizara 'procesos que no son del lenguaje:que son por ejemplo, de la magia. El Romanticismo alemán insistióparticularmente en esa actitud de Victoria de Samotracia sin brazosque hace de cierta poesía una anhelante indicación de lo inalcanzable.Esperanza de lo imposible y desesperación: esta dualidad aparece clarae? dos poemas de Holderlin en los que la palabra se muestra suce-srvamente como el velo que nos aisla de la realidad, y como lo mismoque construye nuestra existencia: "Invocaros lo hacía, es cierto sinnombres, y vosotros no me dábais tampoco esos nombres que se' danlos hombres creyendo conocerse", dice en uno, y en' el otro: "Exis-timos co.?:o lenguaje, y. podemos oir?o.s. los unos a los otros". Pongees un clásico porque, m ruega la posibilidad de los nombres ni existecomo .lenguaje. Entre uno y o~r<? extremo, utiliza simpl~mente ellenguaje, no le otorga poderes magicos y, en consecuencia no se que-ja del fracaso de un intento fatalmente condenado por hallarse des-plaza,do. de su. verdadero ~entro. El lenguaje, para él, es un utensiliodoméstico, SO~idiano, precioso por su fragilidad, pero sometido a lasleyes de lo útil, tal como aparece en el poema "La cruche" en Piéces:como el c~ntaro, el lenguaje está ~~cho para servir . "Yo no quiero serpoeta -chce, en otro lado--, utilizo el magma poético para desem-ba~azar~e de. él. No se trata de escribir un hermoso poema, sino dedejarse invadir I?or el mundo. mudo, ser sus embajadores y perderla palabra para Inventar una Jerga que pueda dar testimonio de esemundo mudo". ,r:sto de "perder la palabra" también es importante:Ponge es un clasI.co porque cree en las palabras, pero no un clásicoen el formal sentido del respeto a un lenguaje tradicional, así comon? es, I~genuo porque nos haga batir palmas con un sonsonete intantil,m mIstICO porque nos hable de Dios. Ponge ataca las palabras, las

destruye, escribe contra las palabras, cr~a ordenamiento s nuevos 'parasuscitar impresiones de novedad que quiten el polvo a nuestra miraday nos dejen r~descubrir los objeto~ cotidia~os. ,Trabaja sobre el len-guaje, al trabajar cont~a el lenguaje; yero jarnas 10. hace de mane~aunilateral. Nunca convierte al lenguaje en protagonista. El lenguajees perfecto, acabado y justo en la medida en .que se p~ega a la.sórdenes del mundo mudo. Así, crea textos que tienen la rnisrna reali-dad el mismo espesor de las cosas; palabras consistentes, pero nopro~agónicas. "Se trat~ de saber --dÍce- si un~ q.uiere hacer unpoema, o dar testimonio .de algo. Es el segundo termino de la alter-nativa lo que un gusto VIOlento por las cosas y por los progresos delespíritu me hace elegir". A veces, los textos resultantes de ese gustoviolento son relativamente oscuros (nunca tanto como los que surgende una subjetividad en pleno goce de sí misma), pero, como diceGeorges Moun~e~ al justificar l~ oscurid~d d~ René Ch~~: "La ex-presión matematica de. los ~rabaJos de EI??teIn es hermética p.or. suobjeto, no porque el Investigador haya disimulado ~u.s descubrIIll:I~n-tos al profano o querido estimular a su lector con dificultades adIcI~-nales: el verdadero hermetismo es el de la naturaleza de las cosas .No estoy muy segura de que esto sea c~erto en relación C(;lll Char,pero, en lo que se refiere a Ponge, es evidente que .su relativa oscu-ridad no viene de la sombra proyectada sobre el objeto por su pro-pia persona, o por el espesor de un lenguaje infiel, es decir, protagonista,sino de la oscuridad misma de esas cosas ante las cuales Ponge y sulenguaje son transparentes. Como él mismo dice: "Retorno a lascosas de una manera aceptable por las cosas. No las lesiono, las des-cribo desde su propio punto de vista". He leído recientement~ untrabajo de Jean-Max Teixier, en el Courier du Centre Internatzonald'Etudes Poétiques de Bélgica. Se titula "Logique du p~eme" y de-muestra con muchas citas de Phillipe Sollers y de la impenetrableJulia ~isteva, nueva .estrella ~el "di~icilis~o" ,f~ancés, 9ue la l?o~sí~de los últimos años tiende hacia el rigor científico, hacia la oblet~v~-dad de las matemáticas (aunque en un plano de rigor y objetivi-dad estrictamente poéticos). Para esto, se apoya mucho en textosy declaraciones de Ponge, quien, por otra parte, en U? ar~~culo delaño 1971 también dice que la poesía avanza en esa dirección .. Aun-que le te~go cierto terror a dich? "dificil~smo", pienso que, SI porrigor científico se entiende una actitud despierta en lugar de una zam-bullida en las complacencias del sueño, podemos esperar ~tentos la lle-gada de los nuevos poetas diligentes, dispuestos a olVIdarse. de susespesores personales para acordarse de su transparente esencia, y aponer su lenguaje al servicio del estudio inocent~. ,un poema de Pongesobre las papas hervidas con cáscara me servira ~ara poner puntofinal al tema del lenguaje en relación con esta poesía (y con lo queespero, en general, de la poesía). Aunque parece abs~rdo relatar el"argumento" de un poema, lo voy a hacer para abreviar. Ponge des-

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cri?e el ~roceso del hervor de las papas con cáscara, hasta llegar als~tlsfactorlO momento de. pelarlas con singular facilidad, porque lacascara se ha vue~to una 'pIel arrugada, que se desecha por inútil, (pe-ro que ha cumplido el importante papel de mantener la consistencia~e esa carne ~lanquísima), mientras la carne blanquísima está ahoralibre. de su acidez, de su dureza, lista para los dientes del hombre.y digo yo: ,las cosas del mundo no están listas para los dientes delhombre, estan crudas hasta que su paso a través de una concienciade un lenguaje humanos, las realiza en plenitud. Una vez cumplidoese proceso de "hervor" poético, el lenguaje es la cárcara que se de-s~cha: Entonces aparece, nítidamente, la cosa revelada por la con-c~encla, la cosa "a punto", "al dente", lista para que otras concien-eras puedan captada en profundidad.

el camino. "Pero esto es un término, o una perfección, imposible-dice Ponge-. Si esto pudiera alcanzarse, cada poema gustaría atodos y a cada uno, a todos y a cada mom~nto, c?mo gustan los ??-jetos sensoriales mismos. Pero eso no es posible: siempre hay relaciónal hombre... No son las cosas las que hablan entre ellas, sino loshombres entre ellos quienes hablan de las cosas y uno no puede, deninguna manera, salir del hombre". Agreguemos: salir d~l hombre ...dormido: ¿acaso todo el plan, toda la tarea que. se ha lI?puesto estevoluntarioso obsesionado por las cosas no han sido, precisamente, al-canzar atisbo s de esa perfección: al dar chispazos de conciencia obje-tiva, lograr que cada poema guste a. todos y .a cada uno, y aceptarel desafío, no sólo de las cosas al lenguaje, SIDO de todos los hom-bres al hombre solo? Ni es posible entender lo que ya no se sabíade antes, ni es posible comprender (a fondo) y no estar de acuerdo:si un poema de Ponge nos hace exclamar a todos, antes de haberleído su título: "¡Esto es una naranja! ¡Esto es un caracol!", si reco-nocemos allí 10 que intuíamos y le agradecemos haber encontrado pornosotros las palabras justas, porque nosotros, al no haberlas hallado,también somos en cierta medida, el mundo mudo, entonces Pongeno ha llenado a esa perfección imposible, no se ha reinsta1ado total-mente en" una nueva plaza medieval donde la poesía es bien de todosa través de la voz de uno solo que canta obedeciendo a todos, perole anda muy cerca.

, Número seis .. Ponge es un o?jetivo. Este punto podría estar in-cluído en el anterior, pero cualquiera de estas cualidades está relacio-nada con las demás y se agrega a una lista de absoluta coherencia:otra de las asombrosas caracte.rís~~cas de Ponge es que no se le pue-de encontrar una sola contradicción, dentro de esa marcha de cuadri-ga romana, que han sido s~ poesía y s~ 1?ensamiento sobre la poesía.Ponge, decía, es lo contrario de un subjetivo, es alguien que ha reali-zado, una profecía de Lautréamont sobre la poesía impersonal laP?eSla como "la geometría por excelencia"; alguien que ha respon-~hdo. al ,11.amado,-queja de Apollinaire, cuando decía: "Ya el lengua-Je clentifl~o esta en profund? .desacuerdo con el de los poetas. Laspreocupaciones de los matematicos sobrepasan esas imaginaciones ras-==. ~os poetas deben decidir si no quieren entrar resueltamente enel esplt1!u nuevo, fuera, ~el cual sólo pueden abrirse tres puertas: la~el past,~che, la, de la sátira y la de. la lamentación, por sublime queesta sea . Y asr como Ponge ha manifestado su cansancio de las ideas~ acaso no podemos extender este desaliento a la agobiante origina-Iidad de muchos poetas convertidos en islas geniales cada una de lasal " "bll 'cu es nos convence con su e eza -verdad distinta de la otra

sospe~hosamente dis.tinta. Desde l~ego, no existe "el árbol"; existe~los pinos, 10~ eucaliptus, los paraísos. Pero cada árbol realiza, a sumanera, el mls.mo proceso de los demás, con diferente forma, con di-ferente olor .. SI los poet~s fueran un bosqu~, yo no pediría que todosfuer~n eucaliptus, pero SI 9ue todos se atuvieran a recibir determinadacant!d~d de luz. en las hojas, a conservar ~ierta actitud de llegada ocrecrmiento hacia algo, porque en esas actitudes y procesos distingou,!a razón; Una razón que fue de la poesía, cuando la poesía era unbien c~mun, antes de que "el poeta laureado" renacentista empezaraa recluirse en su orgullosa (y anticampesina ) subjetividad .Y cómop.o,r qué medios ascender hacia una objetividad que no s~ae la imita~c~on, el regreso a un esfuerzo meramente exterior de claridad formal?SI no tenemos la receta, por 10 menos tenemos la necesidad: de allí,

Y número siete. (Aquí también, en la lista de cualidades dePonge, parezco estar aludiendo al Zohar). ~úmero siete, Ponge esun espíritu práctico. Práctico como Jean Giono, o como Thoreau,cuando al describirnos un paisaje, no nos hablan de su belleza des-gajada: suelta en el viento, sino de detalles de utilidad que le dansentido a la belleza y la asientan, la arraigan, la traen de vuelta deese suspiro romántico que la tenía levantada en el aire. O bien, comoSaint-Pol Roux le Magnifique, que nos muestra la naturaleza c.omouna inmensa comida en la que va distinguiendo sopas, carnes, VID~S,postres. Y tampoco esta alegría campesina se parece a la nostalgIa.Son los verdaderos habitantes del paisaje. Y Ponge, como ellos, espráctico, pero me resulta difícil, pese a esas comparaciones, en~o~traren la escasa, en la muy breve familia de poetas ingenuos, obJ.etlvos,prácticos, con que contamos en la historia de las letras, un~ Imagentan pura, equilibrada y lograda como la que se da en Fra?':ls Ponge.Tal vez exista otra, equiparable: la de William Carlos Wtlhams, queha sido capaz de escribir poemas aprovechando momentos de desper-tar en los que un carro abandonado en una calle, un papel que vuelaen el viento o una muchacha que se saca el zapato porque le molestaun clavo, aparecen recortados contra. la noche, únicos en el mundo,brillando con la nitidez de la revelaCIón y, a la vez, concretos, reales,frutos de la perfecta vigilia.

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Así termina la lista de las cualidades de Ponge, y entonces sudescripción-definición sería la siguiente: constructor que recomienzadesde el principio, para ver con qué elementos contamos; ingenuoque cree en las cosas; místico que se apoya en la certeza, que estávigilante y en sobriedad de corazón, que no se distrae con la imagi-nación, que está despierto; moralista que extrae una lección delmundo mudo y se impone a sí mismo dar testimonio de ese mundo;clásico que cree en las palabras, las utiliza sin atribuirles valor mágicoy las pone al servicio de un sentido preciso; objetivo que desdeña lasnieblas de su yo y aspira a ser el creador de nuevos lugares comunes;práctico que habita verdaderamente el paisaje.

Pero queda una sorpresa. Al margen de la lista y junto a lapregunta "¿cuál es el límite entre la poesía y la mística, la poesía ylas matemáticas, la poesía y el descubrimiento?", voy a hacerles unaasombrosa revelación: Ponge es un poeta. Quiere decir que su mística,sus matemáticas, sus descubrimientos operan en un campo estricta-mente poético, literario, aunque su autor declare que no le interesaescribir un hermoso poema, o precisamente a causa de su preocupa-ción por escribir en contra de las palabras. El terreno delimitado parasu acción es poético y, en ese sentido, nuevamente, Ponge, mora-.lista, nos da una importante lección. Ocurre que el cansancio de lapoesía suele venir en un interés más activo por nuestra salvaciónpersonal, por zonas capaces de aportarnos más claridad que la poesíatal como la conocemos, capaces de ayudar al efectivo progreso denuestro espíritu. Pero Ponge muestra que esa claridad y ese efectivoaporte a nuestro progreso interior pueden venir desde el campo de lapoesía, pueden ser, inclusive, el trabajo poético por excelencia. Mues-tra que se puede trabajar con el testimonio, sin renegar de la poesía,en el espacio mismo de la poesía, a condición de ser, como él mismolo dice, "testatrudos y obedientes". Ese abrumador conjunto de ob-jetos lingüístico s que él ha creado nos obliga a replanteárnoslo todoacerca del sueño y la fantasía, de la conciencia y el despertar. Nosobliga a considerar urgente la necesidad de aprovechar todos los chis-pazos lúcidos que alguien nos regala con mayor o menor prodigali-dad, a ponernos receptivos y transparentes frente a esos chispazos, sintemer que ellos nos conduzcan al silencio frente a los hombres. Porel contrario, esos atisbos de divinidad nos devuelven la lengua delos hombres.

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notas y comentarios

poetas franceses contemporáneos

El recuento de esa aproximación más directa, y de su irradiaciónposterior, lo intentan varias antologías, de alcance diverso, que hanvertido no poco de su esplendor a nuestra lengua, mediante un mo-vimiento de indagación y devoción que se continúa hasta nuestros días.Dentro de éste, los Poetas Franceses Contemporáneos, de Raúl Gus-tavo Aguirre, que da término a un esfuerzo de muchos años, puedesaludarse como un logro memorable en sus mejores hallazgos. Su mé-rito, sin embargo, no es sólo técnico, aunque refleje una competenciamás que cabal. Es una obra distinta, que, sin proponerse maravillar-nos, viene a nuestro encuentro como una prueba humana, fraternal.

Selección, Versión y Notasde .Raúl Gustavo AguirreEdit. Fausto - Buenos Aires.

Af~~s d~l pas~~o siglo, la poesía francesa, como se sabe, a través dela or~~Inal I~r1!pc~on a que dieron fo~ma. sus ,:oces mayores, conquistóun sitial .prIV:~egIado, ~e. convergencIa IneludIble para toda tentativade aproxImaclO.n a la lmca de hoy. Cualquiera sea la senda que seaborde para O~le?tar una mirada a l~ poética de los últimos tiempos,su. decurso objetivo lleva a situar, SI no sus fuentes, su cristalizaciónonginana en aquellos creadores, sobre todo a partir del momentoque ~nauguran Las Flores del Mal, en 1857. Ha transcurrido más deun SIglo desde entonces. Su gravitación, desplazada hacia nuevas co-ordenadas de sensibilidad, en otras esferas y lenguas, está demasiadoc~rca de nosotros para que sepamos si ha sido un siglo de oro o dedlaman~~, baste recox:o~erlo e? la ,prueba de dos guerras, tal comono~ ,forja para sobrevivirlas, SIn. ~as inocencia que su grito de muti-lación ,el cu~, e~ ver~ad, también nos ha servido de coraza. Podrá,SIn du~a" discutirse SI su proyección, en las variadas formas quelo COnt1J:lUan,~a logrado preservar el hechizo de los iniciadores' si~e, ~antIenen I,ncólumes los hitos fijados o aguardan demarcaci~nesinéditas, No as} el despunte, tempranamente advertido, de ese [rissonnouveau 9ue. aun hoy nos estremece. Por ello, un crítico experto comoHugo ,Fnednch, nada sospechoso de novelerías, puesto que se recla-ma mas ~erca de Goethe que de T. S. Eliot, al precisar "los síntomasde audacia y ~e dureza del ~rte moderno", afirma que "los funda-dores, y todavía hoy los contInuadores de la lírica moderna, son al-gunos"poetas franceses del siglo XIX,. especialmente Rimbaud y Ma-llarme (* ). Este aserto, en lo que trene de verídico, justifica a suvez la te~prana ape~tura en nuestra lengua hacia esas fuentes, másp~r ernpeno de asimilar .una nueva estructura poética, que por vano~ImetIsmo, aunque los Intentos, múltiples y dispares, no se hallenlibres de fatales excesos.

Desde las líneas de su prefacio, Aguirre nos aclara sin equívocosel móvil de su intención, que deja a un lado atributos informativos odidáctico s a los que cede con frecuencia el trabajo del antólogo. El libroque nos entrega compendia primordialmente un haz de encuentros, po-sibles desde la poesía y realzados por el poder de revelación que en-carnan las palabras. Por esto, sus traducciones, que han sido verifi-cadas a partir de su propia experiencia, no nos dan cuenta, tan sólo,de una simpatía con una sensibilidad más o menos próxima o inte-resante. Son centros esenciales de demarcación existencial en los queha logrado reconocerse. "Por encima de todo -nos dice en su pró-lago- están los poemas que significan algo para mí. Me parece, conello que ofrezco al lector, en compensación por los faltas y omisionesque' se me puedan censurar, los poemas que me ayudaron a vivir, conla esperanza de que, si para alguien tuvieron ese sentido, pueda te-nerlo también para otros". A la sofistificación, como se ve, Aguirreopone la fraternidad; al deslumbramiento, la visión desnuda de quiensabe que las palabras valen, a fin de cuentas, por el hombre que enellas se transparenta. La traducción que nos confía se torna, de estemodo, un acto de verificación, una experiencia confrontada palabra apalabra desde la vida misma del antólogo.

Hemos de reparar en que, para una empresa así concebida, lafidelidad al texto original, siempre azarosa y condicionada, es la prue-ba suma el deseo de confrontación más inmediato. Aguirre nos se-ñala que' ha preferido omitir ciertos textos claves, antes que falsear suresonancia o quebrantar su revelación. Como poeta, ~.abe que la ver-sión en poesía, a fuer de imposible, se vuelve espejisrno, o se con-funde con el acto de creación pura, con lo cual cesa de se.r ~ra~,;c-ción. Los antiguos, que de esto sabían, prefería~, hablar de. imitacton.Entre uno y otro extremo, a sabiendas de que .. e} poeta nene todoslos privilegios, menos el de mentir", como escribió ?erbert Read, hapodido elaboramos un panorama rigurosame?te preCISO de. la mod.=r-na poesía francesa, al cual el tiempo y la seriedad de trabaja han ana-dido esa claridad que tan cálidamente lo recorre.

(*) H. Friedrich / Estructura de la Lírica Moderna. Edit. Seix Barral. Bar-celona, 1959.

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He escrito seriedad porque me regocijo de constatada en estaobra, a despecho del descrédito que se ha apropiado del vocablo. Taldescrédito nos advierte sobre el peligro de acartonar se que acecha alcreador. Contra éste, la ironía y el humor son antídotos a menudoinvocados como necesarios disolventes. ¿Deberé confesar que, de tantorehuida, creo que casi la hemos desterrado del arte? En un ensayode años recientes, el crítico A. Alvarez señalaba a la poesía inglesala necesidad de conquistar una nueva seriedad. No hay que añadir quesu exigencia comporta una meditación útil a la actual creación poéticaen nuestra lengua, menos en vecindad que la sajona con la reflexiónsobre la obra. Quisiera agregar algo más: en otras lenguas se locali-zan versiones inmejorables de autores nuestros, que señalan una tra-dición atenta en divulgar el hallazgo lírico donde éste se manifieste.También en esto es mayor nuestra deuda. No reservamos igual tratoa autores extranjeros, por relevantes que se hayan considerado suscreaciones. Las de Montarle, Cavafi, Celan, Ekelof, W. H. Auden ytantos otros, apenas entrevistas en versiones limitadas y ocasionales,aguardan el fervor que sólo desde una nueva seriedad podría hacerseposible.

Cierto, el panorama que Aguirre nos entrega desafía el ámbitode predilecciones común a las antologías. Le son así oponibles los re-paros de toda escogencia, que puede no sintonizar la propia de cadalector, o sintonizarla a medias, según el plano, siempre fortuito, quecada uno toma para sí. A tal imposible su libro no responde con unacomplacencia ubicua. Aguirre se atiene a su saber de creador y, sobretodo, a su experiencia de hombre, y convoca a los poemas bajo prue-ba de vida, con la esperanza de que a otros puedan ser útiles tam-bién. Esta asunción de la labor antológica, tan distinta, tan próxima,se halla en la base del fraterno destello que prestigia sus páginas.

EUGENIO MONTEJO

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TEXTOS Y AUTORES

L os poemas del notable lírico brasileño Dante Milano (1899). fue-tomados de su único libro Poesías (1948 y 1958). Las versiones

~~~ de nuestro fiel amigo, el poeta Rodolfo Alonso.

Los textos de Leopoldo Chariarse fueron, gen~ilmente cedidos,para su publicación en POESIA, por julio Ramón Ribeyro.

Con Diving into the Wreck (Buceando en el naufragio), a~ cuJI

Pbrtenece tI"}f:tTo~~T~~~kc1::;J,,A1;4e~~c~~~es~,19:9,~Su~~0 aqU~~O);e~e~~erte de Orfeo" fueron tradu~idos especialmente para POESIApor Beth Miller.

a la más reciente promoción depublicamos son de su primer li-

Eleazar León (1946) pertenecepoetas venezolat;~s. Los poemas quebro en preparaclOn.

La poetisa argentina Alicia Dujovne Ortiz (Recetas, fl?reci~asy otros contentos) nos cedió el texto de ~u hermosa conferencia so rePonge para su publicación en nuestra revista,

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Me han tenido siempre por un hombre extraordinariamente favoreci-do por la suerte; no quiero quejarme ni maldecir el curso de mi vida.Pero, en sustancia, mi vida no ha sido otra cosa que fatiga y trabajo,y puedo asegurar que en los setenta y cinco años que llevo en el mun-do no habré gozado cuatro semanas de una dicha propiamente tal.Mi vida ha sido el constante rodar de una piedra que quería siem-pre volver a erguirse. Mis anales expresarán lo que esto quiere decir.Lo que se exigió de mi actividad, tanto de adentro como de afuerafue excesivo.

]. W. Goethe"Conversaciones con Eckermann".

(27 de enero de 1824)

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UNIVERSIDAD DE CARABOBODIRECCION DE CULTURA

Rector

Vice-Rector Académico

Vice-Rector Administrativo

Secretario

Director de Cultura

ANIBAL JOSE RUEDA

LUIS CARRILLO

LUIS DELGADO FILARDO

EZEQUIEL VIVAS TERAN

GABRIEL DE SANTIS

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Page 19: ALICIA DU]OVNE ORTIZservicio.bc.uc.edu.ve/educacion/poesia/21/poesia21.pdfpor el Amor, nuestro tema: lo hemos tejido como yedra a nuestros muros cocido en el horno como pan . cargado

EN LOS PROXIMOS NUMERaS TEXTOS DE

LUDOVICO SILVA

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HOMENAJE A ANTONIO MACHADO

ENCUESTA SOBRE POESIA VENEZOLANA