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18/1/2015 Alicia Alted Vigil, Lucienne Domergue, La cultura del exilio anarcosindicalista en el sur de Francia http://framespa.revues.org/2991 1/4 Les Cahiers de Framespa Nouveaux champs de l’histoire sociale 17 | 2014 : Le prix de l'Homme Recensions Alicia Alted Vigil, Lucienne Domergue, La cultura del exilio anarcosindicalista en el sur de Francia Madrid, Ediciones Cinca, 2012, 256 p., ISBN : 978-84- 15305-36-1 MICHELE D’ANGELO Référence(s) : Alicia Alted Vigil, Lucienne Domergue, La cultura del exilio anarcosindicalista en el sur de Francia, Madrid, Ediciones Cinca, 2012, 256 p., ISBN : 978-84-15305-36-1 Texte intégral Hojeando la bibliografía de las dos autoras, y más aun leyendo sus publicaciones, se tiene la impresión de que este libro no podía llegar en otro momento que en el actual. Las dos décadas de colaboración previa entre ambas parecen ser casi la propedéutica a la escritura de esta obra novedosa acerca de las formas y de los contenidos de la cultura de los anarcosindicalistas españoles asentados en el sur de 1

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  • 18/1/2015 Alicia Alted Vigil, Lucienne Domergue, La cultura del exilio anarcosindicalista en el sur de Francia

    http://framespa.revues.org/2991 1/4

    Les Cahiers de FramespaNouveaux champs de lhistoire sociale

    17 | 2014 :Le prix de l'HommeRecensions

    Alicia Alted Vigil,Lucienne Domergue, La culturadel exilio anarcosindicalista enel sur de FranciaMadrid, Ediciones Cinca, 2012, 256 p., ISBN : 978-84-15305-36-1

    MICHELE DANGELORfrence(s) :Alicia Alted Vigil, Lucienne Domergue, La cultura del exilio anarcosindicalista en el sur de Francia, Madrid,Ediciones Cinca, 2012, 256 p., ISBN : 978-84-15305-36-1

    Texte intgral

    Hojeando la bibliografa de las dos autoras, y ms aun leyendo sus publicaciones,se tiene la impresin de que este libro no poda llegar en otro momento que en elactual. Las dos dcadas de colaboracin previa entre ambas parecen ser casi lapropedutica a la escritura de esta obra novedosa acerca de las formas y de loscontenidos de la cultura de los anarcosindicalistas espaoles asentados en el sur de

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    el desarrollo de las artes, los medios y otras formas simblicas que exponen varios aspectos delsistema de dominacin y las contrastan con un sistema de valores basado en la libertad y lacomunidad2.

    Francia a raz de la Retirada debida a la derrota de la Guerra Civil.La novedad est en que el sujeto no son los anarquistas, sino su cultura. Es cierto

    que no faltan, a pesar de ser una nfima minora, por lo menos en Europa y adiferencia del mundo anglosajn y latinoamericano, grupos de estudio einvestigaciones acerca de la praxis y del pensamiento anarquista. En Espaa son yafamosas las investigaciones de Juan Avils, que si bien rompen el olvido cientficoque rodea dicho colectivo, que fue de hecho una fuerza de remolque del movimientoobrero revolucionario entre los siglos XIX y XX, sin embargo se concentran en suvertiente ms mediatizada: el atentado, contribuyendo a alimentar el prejuicio deque el anarquismo empieza y termina ah, en el fenmeno de la violencia poltica.

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    En una trayectoria histrica-evolutiva, este libro puede leerse como lacontinuacin del recin publicado Cultura y poltica del anarquismo en Espaa eIberoamrica1, compilado por Clara E. Lida y Pablo Yankelevich, donde en losprimeros tres captulos se perfilan las prcticas culturales y las orientacionesideolgicas del anarquismo espaol hasta la fundacin de la Confederacin Nacionaldel Trabajo (CNT) en 1910. La cultura del exilio anarcosindicalista en el sur deFrancia de Alicia Alted y Lucienne Domergue cuenta lo que pas despus.

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    Idea, Solidaridad, Cultura. Es sta la triada, sealada por las autoras, que mejorcaracteriza el sindicalismo anarquista exiliado en el sur de Francia tras le derrota dela Guerra Civil espaola. Y a quienes no se rinden a un sindicalismo anarquista sinaccin, las autoras les muestran que se encuentra aqu, en esta triada, la tanaorada como estereotipada idea de la accin directa, como intentan demostrar alo largo de las 256 pginas que componen este culto texto.

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    Y se trata de una tarea nada sencilla, porque estamos acostumbrados a identificarel anarquismo con el estallido de las bombas, las expropiaciones y los robos debancos que acecharon media Europa durante el siglo XIX, al punto de justificar lacumbre antianarquista de Roma en 1898 entre Inglaterra, Francia, Italia y Espaa.

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    Este denso libro ensea cmo, en las circunstancias posteriores a la derrota de laGuerra Civil y al desinters de las democracias occidentales en acabar con el rgimenfranquista, lo nico, o mejor dicho, lo ms oportuno que les qued por hacer a losanarquistas fue recobrar su tradicin, hoy en da lamentablemente desconocida, deformacin pedaggica y cultural.

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    Pero esto no puede confundirse con lo que hizo Lenin tras la intentonarevolucionaria fallida de 1905: esperar, exiliarse, estudiar y... esperar condicionesmejores para relanzar la lucha. Los anarquistas se opusieron siempre a estefatalismo y a la dictadura de las condiciones objetivas , como testimonia laorganizacin clandestina anarquista Primero de Mayo.La capacitacin de losmilitantes y la propagacin de las ideas son por s mismas parte del procesorevolucionario, que en el caso anarquista no se limita a un cambio de las cpulas delpoder, sino ms bien a un derrocamiento del mismo y a un cambio, esto s, de lospatrones de comportamiento de los individuos. Como afirma John P. Clark, elanarquismo cultural implica:

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    Por tanto esta transformacin debe realizarse conforme a los propsitos de unasociedad antiautoritaria: es decir tiene que ser colectiva y horizontal.

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    Esto plantea un problema: cmo se sustancia una cultura colectiva?9Este adjetivo no significa, de forma banal, que la cultura pertenece a todos o

    tiene que ser asequible para todos; ms bien que es desarrollada por todos.10

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    El concepto de vanguardia tiende a desaparecer entre los anarquistas y, por ende,la figura del artista o del hombre de letras que se erige por encima de las masasdispensando sabidura. Esto se traduce en la desaparicin del artista profesional,del literato profesional, y en la creacin de un sujeto colectivo cultivado.

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    Las dos autoras aclaran este recorrido en los nueve captulos que componen ellibro, acompaados por dos extensos anexos sobre las producciones/actividadeseditoriales y teatrales de las organizaciones del Movimiento LibertarioEspaol (MLE). Ya desde la primera lectura se tiene la impresin de ser llevados dela mano por el microcosmos del exilio libertario en el Medioda francs, en un viajeen que nada se deja al azar. Es un acercamiento dosificado sabiamente que,empezando por consideraciones generales acerca del binomio exilio-migracin,recorre el papel del anarquismo organizado en la Guerra Civil, sus peripecias en lasdcadas siguientes y sus mltiples expresiones culturales a travs de unareconstruccin histrica que huye de una supuesta asepsia.

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    Las simpatas hacia este colectivo de luchadores antifranquistas son evidentes a lolargo del texto, pero no tienen un carcter faccioso. La reconstruccin histrica serealiza a travs del anlisis de un amplio espectro de fuentes documentales,principalmente discursos pblicos, peridicos, estampas varias, testimoniosgrficos, testimonios orales, sin miedo a incluir las voces crticas hacia la labordel MLE-CNT, al igual que hacan sus militantes en aquellos aos.

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    Y este planteamiento es vlido a lo largo de los nueve captulos, tanto cuando noshablan de la organizacin de la prensa, como de los ensayos y novelas, tanto en loreferente a las artes plsticas cuanto a las grficas.

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    Solo entonces, finalizada esta apasionante lectura, podremos entender cmo hasido posible crear una cultura colectiva en la cual apenas tiene sentido hablar delautor o de la autora de tal o cual obra, donde lo que cuenta no es la perfeccin delestilo, sino que todos y todas hayan aportado algo desde su perspectiva personal yrecorrido vital particular.

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    No era esto lo que pregonaba la Escuela Moderna de Francisco Ferrer i Guardia?Es esta misma sensacin de continuidad con el pasado, con las dcadas anteriores alestallido del conflicto, otro de los objetivos apuntado por las autoras y que confirmacmo la eleccin de la capacitacin de los militantes no fue un parche parareemplazar la accin desempeada en las calles dificultada por las nuevascondiciones polticas. El otro es, como ya hemos sealado, rescatar del olvido y de laignorancia, no siempre inocente, la historia de este movimiento tan vasto yfuertemente arraigado en toda la Pennsula ibrica hasta la victoria de las dosdictaduras que marcaron la vida de este territorio hasta mediados los aos setenta.

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    Pero no hay que olvidar que nos encontramos frente a una historia-memoriadonde el segundo trmino a menudo pesa ms que el primero entre los militantesurgidos por la necesidad de evitar que sus mismos hijos e hijas olviden lo quesignific la CNT. Esta urgencia llev demasiadas veces a la construccin de unaimagen de s mismos por parte de los viejos anarcosindicalistas que las nuevasgeneraciones de anarquistas no comprobaron en la cotidianidad y que llev amenospreciar las reclamaciones polticas de las Juventudes Libertarias (JJLL). Algoparecido a lo que ocurra en aquellos mismos aos entre los socialistas. Hay aqu untpico caso de heterogeneidad de los fines, cuyas consecuencias fueron mucho peoresde lo que transparentan las pginas del libro. Porque esta misma urgencia dememoria ha llevado a las dos autoras a subestimar el conflicto intergeneracional delque vamos hablando e ignorar las aportaciones tericas provenientes de las JJLL. Dela misma manera que en aras de la tranquilidad poltica y la profundizacin terica,

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    Notes

    1 Clara E. Lida y Pablo Yankelevich (eds.), Cultura y poltica del anarquismo en Espaa eIberoamrica, Mexico D. F., El Colegio de Mxico, 2011.

    2 John P. Clark, The Anarchist Moment: Reflections on Culture, Nature and Power,Montreal, Black Rose Books, 1984, p. 31, traduccin propia.

    3 Octavio Alberola, Ariane Gransac, El anarquismo espaol y la accin revolucionaria (1961-1974), Barcelona, Virus Editorial, 2004; Salvador Gurucharri; Toms Ibez, Insurgencialibertaria. Las Juventudes Libertarias en la lucha contra el franquismo, Barcelona,Virus Editorial, 2010.

    Pour citer cet article

    Rfrence lectroniqueMichele DAngelo, Alicia Alted Vigil, Lucienne Domergue, La cultura del exilioanarcosindicalista en el sur de Francia , Les Cahiers de Framespa [En ligne], 17 | 2014,mis en ligne le 31 dcembre 2014, consult le 18 janvier 2015. URL :http://framespa.revues.org/2991

    Auteur

    Michele DAngelodoctorando en Historia Contempornea por la Universidad Autnoma de Madrid (UAM), esMiembro del grupo de investigacin UAM-CSIC del proyecto La Espaa imaginada y laimagen de Espaa (1898-2012), [email protected]

    Droits d'auteur

    Tous droits rservs

    las cpulas del MLE-CNT sabotearon los acuerdos orgnicos acerca del organismoclandestino de lucha Defensa Interior y negaron su apoyo a la revista Presencia, quellegar, a partir de 1965, a ser referencia de la nueva izquierda espaola exiliada enFrancia3, como se testimonia en los libros de ex militantes de las JJLL. Prueba sta,por otro lado, de la continuidad y efectividad de la labor de capacitacin llevada acabo entre los militantes.

    Es esta una aclaracin que de todas maneras no menoscaba la validez y el valor deeste libro, que por su carcter pionero por supuesto no puede abarcarlo todo, y quesin embargo brinda una perspectiva muy amplia sobre las conflictivas y dinmicasrelaciones internas del movimiento libertario que justificaron la eleccin de este tipode memoria histrica.

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