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Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas

cerradas, por miedo a los judíos.

En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

Diciendo esto les enseñó las manos

y el costado.

Paz a vosotros

Dicho esto, Dicho esto, exhaló su aliento sobre ellosexhaló su aliento sobre ellos y les dijo:y les dijo:

Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados

les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos.

Jn. 20, 19-22Jn. 20, 19-22

UN AMIGO IGNORADOUN AMIGO IGNORADO

La liturgia de este domingoLa liturgia de este domingo nos recuerda la figuranos recuerda la figura y las actitudes de y las actitudes de

Muchas veces hemos tratado de defenderle Muchas veces hemos tratado de defenderle de la acusación de incredulidad que se le imputa.de la acusación de incredulidad que se le imputa.

Sabemos que él fue el único discípuloSabemos que él fue el único discípulo que animó a los demás a subir con Jesús a Jerusalén, que animó a los demás a subir con Jesús a Jerusalén,

aun previendo la suerte que allí le esperaba.aun previendo la suerte que allí le esperaba.

No parece creer que Jesús haya resucitado. Quiere tocar sus llagas.

Se lo hemos echado mil veces en cara.

Sólo está molesto por el entusiasmo de sus compañeros.

Los que antes rechazaban la cruz,

ahora aceptaban apresurados la gloria.

Le parecen unos oportunistas demasiado frívolos y descomprometidos.

Tal vez Tomás también está molesto con Jesús.

Él fue el único que estaba dispuesto

a seguir a su Maestro hasta el final.

Y ahora Jesús se muestra a todos

los demás precisamente cuando él ha tenido

que alejarse del grupo.

“ Eso no se hace a un amigo”

Eso es lo que parece pensar.No es un incrédulo.

Es un amigo que se siente ignorado.

Sea como sea, su postura ha dado pie a la última bienaventuranza evangélica:

Señor Jesús, “tú, vencido el aguijón de la muerte,

abres a los creyentes el reino de los cielos”.Te alabamos y te glorificamos por ello.

Y creemos en ti sin haberte visto en tu carne mortal.Aleluya.

José Román Flecha Andrés Palabra del Señor, Salamanca , Editorial.Secretariado Trinitario,2007

Presentación: Antonia Castro Panero

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