anÁlisis del punto muerto
Post on 30-Mar-2016
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Podemos clasificar los costes en fijos, semifijos o semivariables, variables y mixtos.
Costes fijos son aquellos que dentro de determinados volúmenes de producción, y
a corto plazo, permanecen invariables. Los costes fijos están constituidos, en general, por las
denominadas cargas de estructura, que tienen por misión permitir a la empresa mantener su
capacidad de servicio: almacenamiento, fabricación y venta.
Los costes fijos obedecen a la inmovilidad económica de ciertos factores de la
producción; así por ejemplo, la planta y equipo no pueden adaptarse a las fluctuaciones de la
producción, debido a su rigidez o falta de segmentación; las instalaciones iniciales dependen
del volumen de actividad que se espera alcanzar en los próximos años; por esta razón, no
podemos adaptarlos a corto plazo a los cambios de la demanda: una parte de este inmovilizado
permanecerá inaprovechada, en espera del incremento de actividad; no obstante, origina
ciertos costes: mantenimiento, amortizaciones, ... que determinan los costes de la subactividad.
Costes variables son aquellos que varían en función del volumen de producción.
Esta variación puede ser proporcional, progresiva o degresiva. Dentro de los costes que varían
en función del volumen de producción, debemos distinguir también los costes semifijos,
también denominados semivariables o “variables a saltos”. Este tipo de costes está en una
frontera no siempre fácil de definir; así por ejemplo, un pequeño aumento de la producción tal
vez no ocasione ningún incremento en los costes fijos, pero un mayor volumen requerirá la
compra de nuevos equipos, se necesitarán más técnicos, más supervisores, etc.
Se habla de costes semifijos y semivariables en aquellos casos en que su
grado de variablidad se desarrolla dentro de unas límites o intervalos, y al ser resultante de
funciones que no son uniforme-contínuas, se representan por una línea quebrada que no parte
del origen de coordenadas.
El punto muerto o umbral de rentabilidad viene definido por aquel volumen de ventas
que cubre todas las cargas de estructura o costes fijos del período (ejercicio económico) más
los costes variables correspondientes a dicho volumen. En otras palabras, el denominado punto
muerto nos indica el nivel de producción a partir del cual la empresa comenzará a obtener
beneficios.
En el análisis del punto muerto se parte de las siguientes hipótesis fundamentales:
1. El producto o servicio se venden en un mercado de competencia perfecta. Ello significa
que el precio de los productos viene dado por el mercado, sin que el empresario pueda
hacer nada para modificarlos
2. Supone que el coste variable medio o unitario es constante, cualquiera que sea el
volumen de actividad, es decir, se trata de costes variables proporcionales
Fijos Semifijos Variables
La expresión del punto muerto se puede deducir de la siguiente manera:
B = I – C = 0
Por tanto,
I = C
Siendo:
B: Beneficio
I: Ingresos totales
C: Costes totales
Q: Volumen de producción
P: Precio de venta
Cv: Costes variables unitarios
Cf: Costes fijos fotales
La igualdad anterior la podemos expresar así:
P X Q = (CV X Q) + Cf
Por tanto, el volumen de producción que equilibra costes e ingresos (Q0) será:
Q0 = Cf / ( P - CV )
A la diferencia P – CV se le denomina “margen unitario del producto”.
Gráficamente podemos representar este equilibrio en la forma que aparece en la figura,
en dicha figura se han representado las líneas de ingresos y costes totales, costes variables y
fijos, apareciendo las pérdidas y beneficios como zona sombreada, antes y después del punto
de equilibrio que corresponde a la abscisa Q0.
Q0.
Costes fijos Costes totales Ingresos totales Costes variables
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