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RICARDO LUQUE NÚÑEZ
ANÁLISIS SOBRE USO DE CONDÓN Y SUS DETERMINANTES PARA LA INFECCIÓN
POR EL VIH, EN HOMBRES QUE TIENEN RELACIONES SEXUALES CON OTROS
HOMBRES EN SIETE CIUDADES DE COLOMBIA.
Bogotá D. C., Junio de 2012
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ANÁLISIS SOBRE USO DE CONDÓN Y SUS DETERMINANTES PARA LA INFECCIÓN
POR EL VIH, EN HOMBRES QUE TIENEN RELACIONES SEXUALES CON OTROS
HOMBRES EN SIETE CIUDADES DE COLOMBIA.
INTRODUCCIÓN
Onusida, establece que la epidemia de VIH es concentrada, cuando la prevalencia es
sistemáticamente superior al 5% en por lo menos una subpoblación definida que cuenta
con factores de vulnerabilidad, tal como la de hombres que se relacionan sexualmente
con otros hombres, usuarios de drogas intravenosas o trabajadores sexuales, entre otras,
mientras que en mujeres gestantes de zonas urbanas, la prevalencia no es superior a 1%.
Dentro de esta clasificación se ubica a Colombia, y en general a Latinoamérica.
(ONUSIDA , 2009)
La epidemia de VIH/Sida en Colombia se mantiene concentrada en poblaciones de mayor
vulnerabilidad, en particular en hombres que se relacionan sexualmente con hombres
(HSH), y en mujeres trabajadoras sexuales (MTS). A pesar del subregistro y el retardo en
la notificación, dentro de los casos reportados a través del Sistema regular de Vigilancia
epidemiológica – SIVIGILA, existe una proporción creciente de mujeres infectadas. No
obstante, de acuerdo con los resultados del 7º estudio centinela, realizado en el año 2009
mujeres gestantes, este sector de la población cuenta con una prevalencia de 0,22%.
(Ministerio de Salud y Protección Social, 2012)
La prevalencia nacional en Colombia se estima en 0.59%, lo que equivale a 140.125
casos de infección para la población entre 15 y 49 años de edad. Este dato es un tipo de
promedio que se obtiene al combinar la prevalencia hallada en mujeres gestantes, con
datos de estudios realizados en poblaciones vulnerables como HSH dónde ―según el
estudio realizado en el año 2010 por el Ministerio de Salud y Protección Social / UNFPA
con el apoyo de Onusida, OPS y la Secretaría de Salud de Bogotá―, se alcanzaron
prevalencias superiores al 5%, (Barranquilla: 13.6%; Cartagena: 10.0%; Medellín: 9.1%;
Pereira 5.6%; Bogotá: 15.0%; Cali: 24.1% y Cúcuta: 10.9%) (Ministerio de Salud y
Protección Social - Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2012) o en mujeres
trabajadoras sexuales dónde, según el estudio realizado en el año 2008 se alcanzaron
ESTABLE OCASIONAL
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prevalencias superiores al promedio nacional (Medellín: 1.19%; Cali 1.67%,
Bucaramanga: 3.82% y Barranquilla: 4.54%), (Ministerio de Salud y Protección Social /
UNFPA, 2010), Según el Objetivo del Milenio 6 (Combatir el VIH / SIDA, el paludismo y
otras enfermedades), la meta al 2015 para población general es haber mantenido la
prevalencia de la epidemia por debajo de 1% en población entre 15 y 49 años.
(Departamento Nacional de Planeación, 2011)
Por otra parte, se disponen de los datos de notificación obligatoria de casos través del
Sistema de Vigilancia Epidemiológica – SIVIGILA. Desde 1983, cuando se reportó el
primer caso de infección por el VIH en Colombia, y hasta diciembre de 2011 se han
notificado un total de 86.990 casos de infección por el VIH, casos en estadio de sida y
fallecidos. (Ministerio de Salud y Protección Social, 2012)
Igualmente, a través del SIVIGILA, en el año 2011 se notificaron 7.991 personas con el
VIH/sida o muerte, de los cuales 5.685 fueron hombres [71.1%] y 2.306 mujeres [28.9%].
De estos casos, el 97.7 % corresponde a transmisión sexual. De acuerdo con los casos
notificados en el 2011, el grupo poblacional más afectado, por grupos quinquenales —al
igual que en años anteriores—, fue el grupo de 25 a 29 años con 1.437 personas
reportadas lo que equivale al 17.98 % del total, seguido muy de cerca con 1.315 registros
para las personas entre 30 a 34 años de edad [16.46 %]. (Ministerio de Salud y
Protección Social, 2012)
En el año 2011, como parte de la estrategia para la eliminación de la transmisión materno
infantil del VIH, se tamizaron 607.682 gestantes, alcanzando una cobertura del 66% con
respecto a las gestantes estimadas (915.835). No obstante, esta cifra puede deberse más
a fallas en el reporte de los exámenes realizados que a una real falta de acceso a la
prueba. Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2010, el porcentaje de
mujeres gestantes a las que se le ofreció y aceptaron hacerse la prueba de anticuerpos
contra el VIH durante atención prenatal, alcanzó un 83.5%. De las gestantes tamizadas
que se tiene reporte, 554 gestantes fueron diagnosticadas con el VIH (0,09%) a las cuales
se suman 106 gestantes que tenían diagnóstico previo de VIH, para un total de 660
gestantes con el VIH atendidas. La estrategia de reducción de transmisión materno infantil
del VIH incluye: asesoría, diagnóstico, tratamiento antirretroviral ante-parto e intra-parto,
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exámenes de seguimiento y suministro continuo de fórmula láctea hasta los seis meses
de edad.
Según las metas planteadas para el Objetivo del Milenio 6 (Combatir el VIH / SIDA, el
paludismo y otras enfermedades), la meta el porcentaje de transmisión materno infantil
del VIH se debe reducir al 2% o menos. La línea de base del porcentaje de transmisión
materno infantil del VIH será la del año 2008 que alcanzó un valor del 5,8%. (Ministerio
de Salud y Protección Social, 2011).
Por otra parte, en el mundo, la epidemia global de sida se caracteriza por la afección de
poblaciones en contextos de vulnerabilidad, lo que obliga a un enfoque diferencial en el
desarrollo de estrategias de promoción y prevención que se realizan a efectos de
controlar la pandemia. En Colombia, como ya se mencionó se ha caracterizado
epidemiológicamente la afectación de grupos tradicionalmente segregados y excluidos
política y socialmente como son los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres
(HSH), las mujeres trabajadoras sexuales y los usuarios de drogas intravenosas
(Ministerio de Salud y Protección Social, 2012). Sin embargo, al igual que en Colombia, a
nivel global son las comunidades homosexuales las que cuentan con mayores
prevalencias de infección1. Según Saavedra & Chris (2008), aún en países africanos con
epidemias generalizadas los homosexuales cuentan con tasas más altas de infección.
Adicionalmente, factores como el machismo, la homofobia o la violencia sexual, entre
otros, favorecen la adquisición de la infección y su diseminación (Aristizabal, 2011). El
estigma y la discriminación de la que son objeto los hombres homosexuales configuran un
escenario donde los programas preventivos se ven abocados a superar una serie de
trabas e inconvenientes entre los que se cuentan la medicalización del cuerpo
1 A través del Ministerio de Salud y Protección Social, en convenio con el UNFPA, se desarrolló el
protocolo de prevalencia en VIH y comportamientos para mujeres Transgénero. El estudio se
desarrolla en estos momentos (2102) con el Concurso de CHF como receptor principal de los
recursos del Fondo Global para el proyecto de VIH aprobado para Colombia. Allí se espera
encontrar unas prevalencias más altas de infección, inclusive que en los HSH. No obstante, por el
tamaño de las poblaciones ―sin desconocer la altísima vulnerabilidad en que se encuentran las
mujeres transgénero y la importancia de focalizar esfuerzos para prevenir la infección en tal sector
de la población―, es a través de las intervenciones que se hagan en el sector de los HSH, donde
en términos epidemiológicos se espera tener un mayor impacto.
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homosexual, la criminalización de los actos sexuales entre personas del mismo sexo y la
condena social ligada a atávicas concepciones morales que vinculan a la homosexualidad
con el pecado y lo impuro. Estas concepciones generan dificultades para llegar a muchos
de los hombres que mantienen este tipo de relaciones, con establecimientos sanitarios
insuficientes o inadecuados y falta de interés político para apoyar y sostener los
programas de prevención dirigidos a los HSH (Ministerio de Salud y Protección Social,
2011).
El rechazo y la condena a las relaciones sexuales consensuadas entre adultos del mismo
sexo, conlleva a que las actividades sexuales se lleven a cabo en la clandestinidad, con
parejas anónimas o a que se fluctúe entre el deseo homoerótico y las relaciones
heterosexuales como una forma de ganar aceptabilidad social (Panamerican Health
Organization, 2010)
Por lo mismo es necesario, tener una mirada más cercana a los contextos de
vulnerabilidad por los que transitan las personas homosexuales y que tienen que ver con
un complejo sistema de creencias, invisibilización social, barreras de acceso a servicios
sociales y de salud, vulneración de derechos y representaciones sociales que existen en
torno a las conductas homosexuales. Pero igualmente, es necesario generar una reflexión
al interior de las propias comunidades homosexuales donde se analicen las circunstancias
que determinan el curso de la epidemia en este sector de la población.
En tal virtud, los resultados del presente estudio deben invitar al cuidado de sí, no
entendido como un simple cuidado del cuerpo sino como verdadera observancia de las
actitudes y los comportamientos, de forma que la prevención del sida sea posible no tanto
por una práctica represiva sino por una práctica de autotransformación que siempre tenga
en consideración el cuidado del otro (Luque, 2011).
JUSTIFICACIÓN
Aunque no siempre es fácil definir el denominador poblacional (en Colombia se calcula
que entre el 5% y el 7% de la población masculina pudiese entrar en esta categoría), los
hombres que tienen relaciones sexuales con otros Hombres (HSH) vienen siendo uno de
los grupos con mayor prevalencia de infección por el VIH. La categoría HSH responde a
un marco de comprensión epidemiológica, que abarca las personas con identidad gay u
homosexual, a los hombres bisexuales y a aquellos hombres que, así se identifiquen
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como heterosexuales o no manifiesten una condición identitaria particular, tienen prácticas
sexuales con personas de su mismo sexo.
No obstante, las altas tasas de prevalencia que se presentan en Colombia y en otros
países entre hombres que se relacionan sexualmente con otros hombres y de las
campañas preventivas que se focalizan hacia los mismos, las tasas de utilización del
condón no alcanzan unos niveles mediante los cuales se pueda cortar eficazmente la
cadena de transmisión. Este hecho, añadido a una mayor vulnerabilidad epidemiológica,
es decir, a que hay una mayor probabilidad de exposición al VIH al interior de este grupo
poblacional, redunda en unas mayores tasas de infección.
La utilización o no del preservativo en relaciones sexuales de tipo penetrativo (a boca, ano
o vagina), es el determinante último de infección y es un comportamiento que depende
en últimas, de decisiones individuales. En un estudio realizado en la ciudad de Buenos
Aires, donde se utilizó metodología RDS, se halló que un 41% de los HSH no habían
utilizado condón en alguna de las relaciones que habían mantenido en los 2 últimos
meses (Carballo-Diéguez A, 2011). Si bien este indicador es útil, la prevalencia de uso de
condón en la última relación sexual es la medida que permite comparabilidad entre
diferentes grupos poblacionales y entre diferentes países. Así, mientras en Estados
Unidos de América, en un estudio realizado en más de 50 Estados y con una muestra de
14.750 HSH, el no uso de condón en la última relación sexual de tipo penetrativo se ubicó
en el 2.5% (Rosenberger JG, 2012), en el estudio realizado en las 7 ciudades
colombianas el no uso del condón en la última relación sexual estuvo entre el 37.5% y el
53.8%. (Ministerio de Salud y Protección Social - Fondo de Población de las Naciones
Unidas, 2012). Los determinantes que influyen en que un individuo particular tome la
decisión o no de usar el preservativo son de carácter social, cultural o económico e
intervienen factores como las creencias, actitudes y prácticas que se tienen a la hora
específica de mantener un encuentro sexual.
Adicionalmente, dada la naturaleza de las prácticas sexuales que se realizan entre HSH,
la penetración anal receptiva sin protección supone un evento de máximo riesgo, que se
potencializa dadas las altas prevalencias de infección por el VIH al interior de éste sector
poblacional. Igualmente, una alta prevalencia de otras ITS puede ser un factor
relacionado, pues principalmente las infecciones de tipo ulcerativo implican una vía de
entrada que facilita el ingreso del VIH al organismo.
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Por otra parte, el estigma y la discriminación que pesan sobre los varones homosexuales,
pueden tener un profundo impacto, especialmente en su salud sexual y mental.
Igualmente, la homofobia a que se ven sometidas las personas en razón de su orientación
sexual, puede limitar la disposición de los HSH para buscar recursos para la prevención y
el tratamiento, aislarlos del apoyo familiar y comunitario y crear barreras culturales que
inhiben su integración a redes sociales. (Centers for Disease Control, 2010).
En el caso específico de los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres,
se sabe por ejemplo, que el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas influyen
de forma negativa a la hora de mantener relaciones sexuales protegidas, repercutiendo en
la aparición de ITS, incluyendo la infección por el VIH. En un estudio realizado en Estados
Unidos entre una muestra de hombres latinos se encontró significancia entre el no uso del
preservativo y falta de comunicación acerca del uso del mismo y que la misma carencia
era más probable de ocurrir cuando el encuentro sexual se daba con la pareja principal,
cuando había un deseo sexual más alto o cuando se estaba bajo intoxicación secundaria
a consumo de substancias psicoactivas (Lo, Reisen, Poppen, Bianchi, & Zea, 2011)
Igualmente, un estudio realizado en inmigrantes latinos en Miami, señala que entre los
factores que se relacionan más frecuentemente con el asumir penetraciones
desprotegidas entre HSH, están los problemas psicológicos, el mayor número de parejas
sexuales y el consumo de drogas recreacionales, entre otros (Akin M, 2008).
De manera análoga, el uso del preservativo es más probable con parejas ocasionales. En
un estudio realizado en Croacia, la mayoría de los participantes enrolados (81%) reportó
haber usado condón con una pareja casual. Sin embargo, tan sólo el 56% reportó el uso
del peservativo cuando la pareja es femenina. Esto de alguna forma revela que existe un
mayor temor cuando la pareja es un hombre que cuando se trata de una mujer (Stulhofer
& Bacak, 2008).
A la par, se sabe que las relaciones de confianza y credibilidad al interior de la pareja,
impulsan a muchos individuos a mantener relaciones sexuales penetrativas (ya sea como
insertivos o receptivos) sin el uso de preservativos. En una encuesta realizada en la
ciudad de Mérida en Yucatán (México), el 100% de los HSH entrevistados reconocieron el
uso del condón como medida preventiva, pero sólo 70% refirió usarlo siempre. Los
restantes no lo usan por confianza en su pareja. (Ligia Vera-Gamboa, 2004).
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En ocasiones, el uso del preservativo se omite por saber la situación serológica de la
pareja ante el VIH, de forma que dos personas que se saben infectadas o de manera
similar, que se saben no infectadas pueden preferir no usar condones, pues no
consideran estar en riesgo. En un estudio realizado en Ámsterdam, los HSH con parejas
con resultados concordantes tuvieron mayor probabilidad de mantener relaciones
penetrativas desprotegidas que aquellas parejas de hombres serodiscordantes o cuyo
estado serológico se desconocía (P < 0.001). (Kolader, de Vries, Prins, & Coutinho, 2007).
Sin embargo, en muchas ocasiones los HSH mantienen relaciones sexuales
desprotegidas sin saber el estado serológico de su pareja ya sea esta estable u ocasional.
De hecho, varios estudios señalan que por diferentes motivos, un buen porcentaje de
HSH no ha accedido al diagnóstico. En un estudio realizado en Beijing, se demuestra que
no más del 49.7% de los HSH conocían su propia condición frente al VIH y sólo el 22.8%
conocían si su última pareja estaba o no infectada. (Fan S, 2012). En el estudio que
sustenta la presente investigación, tan sólo el 12% de los menores de 25 años y el 16%
de los mayores de 25 años se habían realizado la prueba en los últimos 12 meses por
iniciativa propia y conocían el resultado. (Ministerio de Salud y Protección Social - Fondo
de Población de las Naciones Unidas, 2012)
Análogamente, se pueden mantener relaciones sexuales desprotegidas por creencias que
tienen que ver con falsas percepciones de seguridad como la percepción de que la
persona está sana o simplemente se asume el riesgo, pues la utilización de barreras de
látex implica un costo muy alto en términos de intimidad y confianza con la pareja sexual.
Dentro de las barreras socioculturales que se han encontrado para el uso del condón se
sabe que el deseo del contacto físico y del erotismo se considera como algo propio de la
subcultura gay. Según un estudio realizado entre HSH de la ciudad de Guangzhou en
China, algunos HSH encuentran el uso del preservativo como algo que impone una
distancia e implica una barrera considerable en la relación erótica, al punto que algunos
HSH reportaron ganar un autoconcepto positivo relacionado con la identidad homosexual
a través del sexo desprotegido (Li, Laua, & Yid, 2010).
Por otra parte, el uso de internet y de las redes sociales puede estar influyendo en que se
tengan encuentros sexuales desprotegidos. En una publicación hecha recientemente por
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el Kensington Research Institute, se halló que los HSH de mayor edad que usan el
internet para encontrar parejas para tener sexo desprotegido, se involucran con más altas
tasas en comportamientos que los ponen en riesgo de adquirir o transmitir el VIH. (Klein,
2012)
También pueden existir barreras de acceso a los preservativos que tienen que ver con el
costo o simplemente, con su disponibilidad en el momento y en el lugar adecuado. En un
estudio realizado con más de 2.594 personas homosexuales en 8 ciudades de Ecuador, el
precio del condón fue altamente correlacionado con la frecuencia de uso, sugiriendo que
un costo más alto reduce significativamente su uso (Juan-Pablo Gutiérrez, 2006). El
estudio en mención señala que esto ocurre teniendo en cuenta que el modelo incluye el
estrato socioeconómico y que por lo tanto el tema no tiene que ver tanto con el precio
absoluto del preservativo, sino con su precio relativo.
Adicionalmente, puede existir una baja percepción del riesgo, principalmente en personas
jóvenes quienes ―debido a la mejoría clínica y aumento significativo de la sobrevida de
las personas infectadas bajo tratamiento antirretroviral―, no visualizan las consecuencias
de deterioro físico, que en otras épocas impulsaron a muchos a evitar la infección a toda
costa (Wolitski, 2005).
Por otra parte, la clave del preservativo como medio eficaz de prevención está en usarlo
correcta y consistentemente (100%). No obstante, parece haber un mayor uso de condón
con parejas ocasionales que con parejas estables. En un estudio que comparó el uso del
condón en parejas estables vs. no estables en los últimos tres meses, se halló que el
45% de los que estaban involucrados en una relación estable, no lo usaban mientras que
tan sólo el 21% de los que se relacionan con parejas ocasionales, no lo usan.
Adicionalmente, 14% de los hombres que refirieron tener ambos tipos de pareja refirieron
tener sexo desprotegido tanto con las parejas estables como con las ocasionales
(Mansergh & al., 2006). Similarmente, en Sudáfrica se encontró que independientemente
de si la relación es estable u ocasional existen relaciones sexuales desprotegidas. El
8.6% de los hombres que tenían una relación estable de más de un año reportaron tener
relaciones penetrativas desprotegidas, donde actuaron como receptivos con más de tres
hombres en los últimos dos meses y de nuevo, menos de la mitad de ellos (39.5%)
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reportaron saber si el hombre o los hombres que los penetraban eran negativos para el
VIH (Justin Knoxa, 2010).
Otros factores se han correlacionado con el hecho de mantener relaciones sexuales
desprotegidas. En Senegal se realizó un estudio donde se encontró clara significancia
entre situaciones de contexto y el hecho de no usar condón. Uno de ellos fue el tener
sexo en lugares públicos como parques, playas, cinemas, etc. Igualmente, el hecho de
estar desempleado o el no haber participado de programas preventivos específicos para
el VIH ─entre los cuales el haber accedido a un servicio de Asesoría y Prueba Voluntaria
(APV), que se correlaciona claramente como factor protector─, son factores que influyen
en el no uso del preservativo (Larmarange J, 2010).
En la India, en un estudio que valoró prácticas y creencias de la población de HSH en
Kolkata, tan sólo el 22,2% había utilizado alguna vez preservativo durante los actos
sexuales del último mes. Sólo el 33,3% sabía acerca de la transmisión del VIH por vía
anal, mientras que sólo el 35,2% sabían la forma correcta de usar un condón. También se
considera alarmante que el 44,4% consideró que se deberían tener relaciones sexuales
desprotegidas si su pareja sexual era extremadamente atractiva, el 88,9% consideró que
el uso del condón no era necesario si su pareja hombre estaba limpio e higiénico, el
69,4% consideró que el sexo anal es para diversión, por lo que no se requería del uso de
preservativos, mientras que el 43,5% consideró que, contraer el VIH, era una cuestión de
mala suerte (Soumya Deb, 2009).
Por otra parte, en Estados Unidos se han estudiado las razones para no usar el
preservativo en la última relación sexual hallando que los hombres que se conocieron a
través de Internet eran más propensos a informar que los motivos de no usar
preservativos estaban relacionados con la preferencia individual y el acuerdo mutuo de no
utilizarlos (bien por preferencia por el bareback o bien por sereconcordancia con la
pareja). Por el contrario, si los hombres se conocían a través de otros medios (bares,
saunas, etc.), era más probable que los hombres señalaran motivos relacionados con el
contexto (como la disponibilidad de los preservativos o el uso de alcohol y drogas) y las
relaciones interpersonales (como familiaridad, confianza y reciprocidad o factores como el
amor la intimidad y el deseo) (Jenny E. Ostergren, 2011).
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Por último, parece existir una contra-reacción negativa a muchos de los mensajes
preventivos que se agencian desde el sector salud y que son percibidos como una forma
más de control y normalización de los cuerpos y de la sexualidad gay, dónde las personas
simplemente mantienen relaciones sexuales desprotegidas (bareback o sexo a lomo
pelado, sin condón) como una forma de mantenerse por fuera del ordenamiento social y
que apuntan a “una mayor sensación física” o “una conexión más cercana e intima” y
donde se intenta liberarse de las barreras impuestas en el sexo. Se trata de barreras en
parte materiales, fundamentalmente el preservativo; pero también de barreras semióticas
como lo es la presión de seguir un modelo hegemónico de salud sexual, esto es, la
necesidad de practicar sexo seguro para poder definirse y ser definido como un buen
homosexual (Rodríguez & Martínez, 2011).
A esto hay que añadir que si bien el hecho de conocer el propio diagnóstico como positivo
para el VIH, genera en un buen porcentaje de las personas infectadas un sentido de
responsabilidad, altruismo y de cuidado por el otro, no necesariamente todas las personas
seropositivas protegen a sus parejas sexuales ya sean estas parejas estables u
ocasionales. De forma típica los hombres que reportan haberse involucrado en relaciones
sexuales desprotegidas, esgrimen como causa el querer expresar emociones
relacionadas con el amor o porque estaban sexualmente excitados por sus parejas. En un
estudio realizado en Holanda el 51.1% de las personas infectadas mantenían relaciones
penetrativas con sus parejas estables y de éstos el 48.4% sin protección. Ahora bien, si la
pareja se definía como ocasional, el 74.8% de las personas entrevistadas mantenían
relaciones sexuales penetrativas, de las cuales el 45.6% eran sin protección (Kesteren,
Hospers, Empelen, Breukelen, & Kok, 2007).
OBJETIVO GENERAL: Realizar un análisis sobre las razones que inciden en la
utilización o no del preservativo a fin de profundizar sobre los determinantes para la
infección por el VIH, en hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, en
siete ciudades de Colombia.
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
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1. Revisar la base de datos del estudio de HSH realizado en Colombia en el año
2010 a efectos de extractar información relevante sobre uso de preservativo e
infección por el VIH.
2. Realizar análisis de variables que inciden sobre la no utilización del preservativo
en la población de Hombres que tienen relaciones sexuales con Hombres.
MARCO DE REFERENCIA: En el año 2010 el Ministerio de Salud y Protección Social
―en concordancia con las recomendaciones dadas para la vigilancia de segunda
generación para el VIH—, realizó un estudio de prevalencia ligado a comportamientos en
la población de Hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en siete (7)
ciudades del país. (Barranquilla, Cartagena, Medellín, Pereira, Cali, Cúcuta y Bogotá). El
estudio se realzó siguiendo la metodología de RDS (Respondent Driven Sampling), una
técnica que combina el "muestreo de bola de nieve" (escogiendo individuos que refieren a
quienes conocen, estos individuos, a su vez se refieren a quienes conocen y así
sucesivamente) con un modelo matemático que compensa el peso de la muestra con el
hecho de que la muestra inicial fue recogida en una forma no aleatoria. La metodología
RDS permite alcanzar individuos que se hallan ocultos y que no necesariamente
frecuentan sitios de homosocialización, como bares, saunas o videos. El muestreo en
todas las ciudades alcanzó la cifra de 350 personas a excepción de Bogotá donde se
entrevistaron 500 individuos. El estudio aplicó una encuesta de conocimientos y prácticas
y tras obtener el consentimiento informado respectivo realizó toma de pruebas para el
diagnóstico de la infección por el VIH. Las prevalencias obtenidas una vez confirmados
por laboratorio y ajustados los modelos estadísticos fueron las siguientes: Barranquilla:
13.6%; Cartagena: 10.0%; Medellín: 9.1%; Pereira 5.6%; Bogotá: 15.0%; Cali: 24.1% y
Cúcuta: 10.9%. (Tabla 1 y Gráfica 1). Igualmente, los datos del estudio revelan que el uso
del condón al interior de la población escasamente alcanzan en promedio el 50%. No
obstante, en el análisis realizado, se agruparon las razones de no uso de condón en
categorías que no discriminan cada una de las variables definidas en el cuestionario
inicial. Las categorías que se formularon fueron: a) Motivos personales y opinión sobre
uso del condón, b) Motivos relacionados con la pareja y su condición, c) Problemas de
acceso al condón y d) Otros (La relación sexual fue sin su consentimiento / Desean tener
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hijos)2. En el presente estudio se pretende realizar un análisis en profundidad de los
hallazgos del estudio en lo relacionado con el no uso de condón y sobre esta base,
deliberar sobre los determinantes de la infección por el VIH al interior de éste grupo
poblacional, de forma que se puedan orientar de mejor forma los mensajes preventivos.
Tabla 1. Prevalencia de VIH/Sida en hombres que se relacionan sexualmente con otros hombres de siete ciudades de Colombia, 2010.
CIUDAD PREVALENCIA GENERAL DE INFECCIÓN POR EL VIH
N n % Ajustado (IC 95)
Barranquilla 350 49 13.6 (8.9-19.7)
Cartagena 350 32 10 (5.9-14.7)
Medellín 349 39 9.1 (5.1-14.2)
Pereira 345 26 5.6 (2,7-8,7)
Bogotá 485 79 15 (10,9-19,9)
Cali 333 76 24,1 (18,1-30,4)
Cúcuta 350 28 10,9 (6,8-16,4)
2 Para la presentación de los resultados del estudio se establecieron 3 categorías pero la
distribución de las motivaciones fue un tanto arbitraria y en realidad temas como creer que la
pareja no tiene el VIH o alguna ITS, al igual que confiar en la fidelidad de la pareja (catalogados
como relacionados con la pareja), pudieran catalogarse como temas de motivación personal. Dada
las condiciones en que se presentaron los resultados, se decidió realizar el presente estudio. La
presentación de los resultados originales realizó la siguiente categorización:
MOTIVOS PERSONALES Y DE OPINIÓN PARA NO USAR EL CONDÓN se incluyeron allí las
opciones: “Usted creía que disminuiría el sentir placer”, “Usted estaba bajo los efectos del alcohol”,
“Usted estaba bajo los efectos de las drogas”, “Usted estaba excitado”, “Creía que no era seguro”,
“Sintió vergüenza de pedir el condón”, “Nunca lo ha pensado”, “No quiso usar condón a pesar de
conocer los riesgos”, “No los conocía”.
MOTIVOS RELACIONADOS CON LA PAREJA O SU CONDICIÓN se incluyeron las opciones: “La
pareja no estaba de acuerdo en usarlo”, “Creía que la pareja no tenía el VIH o alguna ITS”,
“Confiaba en la fidelidad de su pareja”, “No quiso usar condón por erotismo”, “La pareja estaba
bajo los efectos del alcohol”, “La pareja estaba bajo los efectos de las drogas”, “La pareja está
tomando tratamiento antirretroviral”, “Había sentimientos de afecto”.
MOTIVOS RELACIONADOS CON PROBLEMAS DE ACCESO AL CONDÓN incluyeron las
opciones: “Eran difíciles de conseguir”, “Eran caros”, “Se habían terminado”.
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Gráfica 1. Prevalencia de VIH de HSH, en siete ciudades de Colombia, 2010
Fuente. Minsalud- UNFPA. Estudio de comportamiento sexual y prevalencia de VIH en
hombres que tienen sexo con hombres en siete ciudades colombianas usando el método
de muestreo dirigido por entrevistados “Respondent-Driven Sampling” (RDS) ―2010.
La mayoría de los participantes en las siete ciudades tenían entre 18 y 24 años, con una
media de 27.39 años para todos los participantes en el estudio (Gráfica 2).
Gráfica 2. Frecuencia de edad en años de los HSH participantes en el estudio de comportamiento
sexual y prevalencia de VIH en hombres que tienen sexo con hombres en siete ciudades
colombianas.
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En términos del estrato socio-económico, se destaca que en promedio el 86.2% de la
muestra de estudio se ubicó en los estratos uno, dos y tres.
En cuanto a la auto-identificación por orientación sexual, se identificaron a sí mismos
como homosexuales y por ciudades así: en Cali el 72,2%, en Bogotá el 69,5%, en
Medellín el 69,4% y en Pereira el 64,1%. Cartagena fue la ciudad con mayor porcentaje
de HSH que manifestaron identificarse como heterosexuales con un 28,4%; mientras que
en Barranquilla un 49,9% y en Cúcuta un 41,7% se identificaron como bisexuales (Gráfica
3). (Ministerio de Salud y Protección Social - Fondo de Población de las Naciones Unidas,
2012)
Gráfica 3. Autoidentificación de orientación sexual en HSH en siete ciudades de
Colombia, 2010
Fuente. Estudio de prevalencia de VIH de HSH, en siete ciudades de Colombia, 2010
En todas las ciudades del estudio, los HSH tuvieron una iniciación sexual temprana. Entre
un 32.1% (Barranquilla) y un 45.9% (Cúcuta) de los HSH entrevistados se iniciaron
sexualmente a los 14 años o menos; una proporción importante de ellos, entre el 53% y
77%, tuvo su primera relación sexual con un hombre, y el inicio de las relaciones
homosexuales se dio principalmente con hombres mayores. En las ciudades del estudio,
el no uso del condón en la última relación sexual se presentó de la siguiente forma: En
Barranquilla el 46.2% no lo utilizaron; en Cartagena el 52.1%; en Medellín el 53.8%; en
Pereira el 40.9%; en Bogotá el 41%; en Cali el 37.5% y en Cúcuta el 44.4%. (Ministerio
de Salud y Protección Social - Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2012)
16
La mayoría de los HSH encuestados reportaron que la última relación sexual penetrativa
ocurrió con una pareja hombre; y que esa pareja era principalmente ocasional. El
porcentaje de HSH con pareja estable en la última relación sexual osciló entre 27,9% y
39,5% en las siete ciudades del estudio. Entre el 25% al 31% de los HSH reportaron tener
prácticas sexuales con más de un hombre a la vez. (Ministerio de Salud y Protección
Social - Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2012).
Adicionalmente, a través del estudio realizado por el Ministerio de Salud y el Fondo de
Población de las Naciones Unidas fue posible determinar las diversas formas en que los
hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que se beneficiaron de los
programas de prevención del VIH. Básicamente se mide el acceso a servicios preventivos
mediante el conocimiento de acceso a prueba y el acceso a preservativos (Tablas 2 y 3).
¿Sabe donde puede acudir si desea hacerse la prueba del VIH?
Tabla 2.
Ciudad Barranquilla Cartagena Medellín Pereira Bogotá Cali Cúcuta
Sí 160 155 190 147 272 220 190
Total 217 196 241 208 344 253 234
Porcentaje 73,7 79,0 78,8 70,7 79,0 86,9 81,1
¿Ha recibido preservativos en los últimos doce meses? (p. ej., a través de un servicio
de divulgación, centro de consulta o un dispensario de salud sexual).
Tabla 3.
Ciudad Barranquilla Cartagena Medellín Pereira Bogotá Cali Cúcuta
Sí 286 218 248 219 309 230 191
Total 327 336 331 327 465 322 333
Porcentaje 87,4 65,8 74,9 66,9 66,4 71,4 57,3
Fuente. (Tablas 2 y 3): Ministerio de Salud – UNFPA. Estudio de comportamiento sexual y
prevalencia del VIH en hombres que tienen sexo con hombres en siete ciudades colombianas
usando el método de muestreo dirigido por entrevistados “Respondent-Driven Sampling” (RDS)
―2010.
17
No obstante, la proporción de HSH que se han realizado la prueba de anticuerpos para el
VIH en los últimos 12 meses y conocen sus resultados es relativamente baja (Tabla 4).
Tabla 4. Porcentaje de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que se han
sometido a la prueba del VIH en los últimos 12 meses y que conocen los resultados.
Prueba del VIH en
los últimos
12 meses
Barranquilla Cartagena Medellín Pereira
N n %
ajustado (IC 95%)
N n %
ajustado (IC 95%)
N n %
ajustado (IC 95%)
N n %
ajustado (IC 95%)
Si 345
78 20,7
(15,2-26,5) 315
52 13,6
(9,3-18,6) 342
124 30,7
(23,2-38,2) 338
93 21,7
(16,2-28,0)
No 267 79,3
(73,5-84,8) 263
86,4 (81,4-90,7)
218 69,3
(61,8-76,8) 245
78,3 (72-83,8)
Bogotá Cali Cúcuta
N n %
ajustado (IC 95%)
N n %
ajustado (IC 95%)
N n %
ajustado (IC 95%)
Si 483
125 24,7
(19,7-30,5) 327
78 21,9
(17-28,1) 344
63 16,4
(10,5-21,1)
No 358 75,3
(69,5-80,3) 249
78,1 (71,9-83)
281 83,6
(78,9-89,5)
Fuente. Estudio de comportamiento sexual y prevalencia del VIH en hombres que tienen sexo con hombres
en siete ciudades colombianas usando el método de muestreo dirigido por entrevistados “Respondent-
Driven Sampling” (RDS) ―2010.
El presente estudio apunta a determinar ―en las relaciones sexuales mantenidas con otro
hombre―, los patrones de respuesta para no utilizar el preservativo, tanto en relaciones
sexuales permanentes como en relaciones sexuales ocasionales, teniendo en cuenta que
en la mayoría de los casos los entrevistados seleccionaron más de un motivo.
MÉTODO
El diseño metodológico es de tipo transversal descriptivo pues se trata de un estudio en el
que se describen asuntos en un momento específico, (Hernández, Sampieri & Baptista,
2006).
18
Participantes
Los participantes del estudio son Hombres que tienen relaciones sexuales con hombres
(HSH) con edad por encima de 18 años (mayores de edad) y un promedio de 27 años y
desviación estándar de 9,6. En total la muestra estuvo compuesta de 876 que contestaron
tener relaciones de tipo anal, de los cuales 414 reportaron no haber usado preservativo en
su última relación anal con pareja estable y 462 reportaron no haber usado condón en su
última relación sexual anal con pareja ocasional. Al momento de contestar la entrevista,
los HSH residían en su mayoría en las ciudades de Bogotá, Cali, Barranquilla, Cartagena,
Medellín, Pereira y Cúcuta. Por último, de los 2.603 casos, 824 reportaron tener pareja
estable (31,7%), 1.743 reportaron tener pareja ocasional (67%) y tan solo 36 de ellos
(1,4%) tenían parejas con fines comerciales. (Ministerio de Salud y Protección Social -
Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2012)
Los criterios de inclusión fueron “ser mayor de 18 años de edad, que el invitado hubiera
sido referido por un conocido que ya hubiera participado en el proceso, residir en una de
las ciudades donde se adelantó el estudio, que el referido fuera un hombre que tiene
relaciones sexuales con hombres y finalmente, que se hubiese firmado el consentimiento
informado. Los criterios de exclusión que se tuvieron en cuenta fueron los siguientes:
a) Persona que, a juicio del encuestador, no comprendiera la información que se
suministró para el desarrollo de la encuesta como consecuencia de estar bajo los
efectos de alcohol o sustancias psicoactivas, que alteran el estado de conciencia e
impidan el desarrollo normal de la encuesta.
b) Que se hubiese presentado con un cupón ilegible o falsificado
c) Persona que no respondiera la mayoría de preguntas solicitadas por el
encuestador.
Instrumentos
La encuesta HSH indagó aspectos como características sociales y demográficas, salud y
acceso al Sistema General de Seguridad Social en Salud, Historia sexual y reproductiva,
última relación sexual, pareja estable hombre, parejas ocasionales o contactos casuales,
relaciones sexuales con mujeres, entre otros. Los detalles del formulario de preguntas
usado pueden ser ampliados en www.minsalud.gov.co
19
Análisis estadístico
Primeramente se calcularon estadísticos descriptivos de la muestra de HSH según
reporten tener pareja estable u ocasional e incluyendo aquellos que no hayan usado
condón en su última relación sexual de tipo anal. Se establecieron las frecuencias y
proporciones de cada uno de los motivos de no uso de condón en la última relación
sexual anal con pareja estable y ocasional. Por último, para establecer cuáles de los
grupos (con pareja estable u ocasional) diferían significativamente en sus motivos por los
cuales no habían usado condón se hallaron análisis de diferencia de proporciones para
dos grupos independientes utilizando el software estadístico Stadisk versión 9.5 (Triola
2003, 9ª ed.). El instrumento base de análisis estadístico fue el SPSS versión 17.0.
Finalmente se establecen las diferencias significativas de los motivos de no uso de
condón para cada ciudad.
Procedimiento
Los procesos relacionados con la recolección de la información fueron:
Diligenciamiento de la encuesta.
Asesoría pre prueba.
Recolección de la muestra de sangre en papel filtro.
Entrega de los resultados de la prueba diagnóstica del VIH con la asesoría post
prueba correspondiente y direccionamiento a la entidad correspondiente del
Sistema General de Seguridad Social en Salud.
Entrega de los incentivos de compensación (bono y kit de lubricantes y condones).
Inducción para la invitación de pares al estudio y entrega de los cupones de
invitación (reclutamiento).
La sede del estudio fue un lugar adaptado para tal fin, distinto a la infraestructura de los
servicios de salud o de las ONG de las ciudades contempladas en el estudio, de manera
que aseguraron la confidencialidad y privacidad del participante. La selección, adecuación
ubicación de la sede fue clave en el éxito del proyecto y, por esto, aseguró que esta
20
selección se realizó con base en los resultados del estudio cualitativo previo y con la
asesoría de las ONG que conocen la ciudad.
ASPECTOS ÉTICOS
El estudio propuesto se ajusta a principios de ética pública e individual, en particular el
principio de beneficencia y no maleficencia tanto en el ámbito individual como público.
Según la Resolución No. 8430 de 1993, es una investigación con riesgo mínimo para los
individuos, pues a pesar de indagar por aspectos sensibles del comportamiento, la
información resultante será de un enorme beneficio para la sociedad y los individuos, por
tratarse de un diseño anónimo-ligado en el cual se garantiza el respeto y confidencialidad
de la información solicitada así como la posibilidad de decidir en forma libre, autónoma y,
sobre todo, informada (con pleno conocimiento de los pro y los contra), si participa o no
en una investigación.
RESULTADOS
Sobre la base de datos del estudio se determinaron todas las personas que habían
respondido negativamente a la pregunta “La ÚLTIMA VEZ que tuvo sexo anal con su
pareja estable ¿usaron condón?” (Tabla 5)
Tabla 5. La ÚLTIMA VEZ que tuvo sexo anal con su pareja estable ¿usaron condón?
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido
Válidos Si 324 12.4 43.9
No 414 15.9 56.1
Total 738 28.4 100.0
Perdidos Sistema 1865 71.6
Total 2603 100.0
Igual ejercicio se realizó para las personas que habían contestado negativamente a la
pregunta La ÚLTIMA VEZ que tuvo sexo anal con la pareja ocasional o ese encuentro
casual ¿usaron condón? Tabla 6.
21
Tabla 6. La ÚLTIMA VEZ que tuvo sexo anal con la pareja
ocasional o ese encuentro casual ¿usaron condón?
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido
Válidos Si 911 35.0 66.4
No 462 17.7 33.6
Total 1373 52.7 100.0
Perdidos Sistema 1230 47.3
Total 2603 100.0
Adicionalmente, se halló que las personas que respondieron a cualquiera de estas dos
preguntas tenían, contadas excepciones, un patrón múltiple de respuesta. Es decir, que
sobre las 24 opciones presentadas para justificar el no uso del preservativo muchos de
los entrevistados escogían 2, 3 o más opciones, lo que dificulta el análisis de las
variables. En consecuencia, se optó por contabilizar el número de veces que una misma
variable era seleccionada, independientemente de la persona, para realizar una
comparación y determinar mediante nivel de significancia las razones que conllevan al no
uso de condón dependiendo de si se está en una relación estable o en una ocasional
(Tabla 7).
Igualmente, se determinó la media de edad para cada una de las poblaciones que no
usaron condón en la última relación sexual, encontrando que quienes tienen pareja
ocasional tienen una media de 25.6 años mientras que quienes mantienen una relación
estable cuentan con una media de 28.1 años (Gráfica 3)
22
Gráfica 3. Media de edad para quienes no utilizaron condón en la última relación sexual
de tipo anal según pareja estable y según pareja ocasional.
23
Tabla 7.
Razones para no uso
n % n % p
A la pareja no le gusta 62 9,61 43 6,83 0,0703
La pareja no estaba de acuerdo en usarlo 33 5,12 23 3,65 0,2017
A usted no le gusta 51 7,91 66 10,48 0,1121
Usted cree que disminuiría el sentir placer 11 1,71 7 1,11 0,3685
Son difíciles de conseguir 1 0,16 10 1,59 NA
Usted estaba bajo los efectos del alcohol 5 0,78 35 5,56 0,0000*
Usted estaba bajo los efectos de las drogas 1 0,16 2 0,32 NA
Usted estaba excitado 18 2,79 78 12,38 0,0000*
Cree que no es seguro 1 0,16 1 0,16 NA
Cree que la pareja no tiene VIH o alguna ITS 62 9,61 52 8,25 0,3954
Confía en la fidelidad de su pareja 264 40,93 99 15,71 0,0000*
Son caros 0 0,00 2 0,32 NA
No consiguió en ese momento 18 2,79 103 16,35 0,0000*
Siente vergüenza de pedir el condón 0 0,00 0 0,00 NA
Le causa irritación 5 0,78 6 0,95 0,73
Nunca lo ha pensado 6 0,93 15 2,38 0.0419*
La pareja estaba bajo los efectos del alcohol 1 0,16 8 1,27 NA
La pareja estaba bajo los efectos de las drogas 1 0,16 0 0,00 NA
Porque ambos viven con el virus 1 0,16 1 0,16 NA
La pareja está tomando tratamiento antirretroviral 0 0,00 0 0,00 NA
No quiso usar condón a pesar de conocer los riesgo 8 1,24 26 4,13 0,0014*
La relación sexual fue sin su consentimiento 1 0,16 0 0,00 NA
Hay sentimientos de afecto 88 13,64 43 6,83 0,0001*
No quiso usar condón por erotismo 7 1,09 10 1,59 0,43
TOTAL 645 100 630 100
* p<0,05
Motivos asociados a no uso de condón en la última relación sexual anal en HSH según pareja estable y ocasional. Año 2010
Pareja estable Pareja ocasional
DISCUSIÓN
Para las personas que no usaron el preservativo con la pareja estable el factor más
significativo (p<0.05) sobre las personas que no lo usaron con pareja ocasional es el
hecho de confiar en la fidelidad de la misma (40.93% vs. 15.71%), seguido del tener
sentimientos de afecto (13.64% vs 6.83%). Allí el uso del condón en las parejas estables
pudiera transformarse en un factor de desconfianza o de sacrificio a las emociones de
apego, amor o ternura y en últimas a la intimidad, ligados al acto sexual, incluido un buen
porcentaje de las personas para quienes el encuentro fue ocasional.
Para las personas que no utilizaron el preservativo en la última relación sexual anal con
pareja ocasional los factores que tuvieron un nivel de significancia (p<0.05) sobre las
24
razones que esgrimen quienes tuvieron la última relación anal con una pareja estable en
su orden de frecuencia son: el hecho de no conseguir condones en ese momento (16.35%
vs. 2.79%); el estar excitado (12.38 vs. 2.79%); el estar bajo el efecto de alcohol (5.56%
vs. 0.78%); el no querer usar el preservativo a pesar de conocer los riesgos (4.13%, vs.
1.24%), lo que pudiera dar indicios acerca de la contracultura del bareback ingresando de
manera incipiente en la ciudades donde se realizó el estudio; y el no haberlo pensado
nunca (2.38% vs. 0.93%), que pudiera estar correlacionado con factores de
desinformación o de una identidad sexual que considera que los preservativos son para
los homosexuales.
Por otra parte, aunque no existen diferencias significativas entre quienes no lo usaron con
pareja estable y quienes no lo utilizaron con parejas ocasionales, el hecho de no creer
que la pareja tenga el VIH o alguna ITS (9.61% para relaciones con pareja estable y
8.25% para relaciones con pareja ocasional), debe llamar la atención sobre el nivel de
creencias que se dan por parecer la persona de aspecto atractivo o saludable.
Otro factor que parece estar pesando como razón para no utilizar el condón, tanto para
quienes no usaron el preservativo con pareja estable como para quienes no lo usaron con
pareja ocasional, es el tema del no gustar uno mismo del preservativo (7.91% si la
relación se da con pareja estable y 10.48% si se da con pareja ocasional). A esto se
suma el hecho de que tanto parejas estables y ocasionales parecen negarse al uso del
preservativo dado que tampoco les gusta (9.61% y 6.83% respectivamente) o
simplemente, por no mostrase de acuerdo en usarlo (5.12% y 3.65%). En definitiva, el
tener al preservativo como única herramienta factible de prevención para los hombres que
se relacionan sexualmente con otros hombres parece estar generando agotamiento en las
personas, con una mella significativa en las estrategias de prevención. En las ciudades
del estudio existe un buen porcentaje de personas que parecen estar orientadas a
convencer al otro de no usar condones con una buena posibilidad de encontrar personas
dispuestas a dejarse convencer.
25
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El presente estudio, realizado utilizando la base de datos del estudio de Comportamiento
Sexual Y Prevalencia del VIH en Hombres que Tienen Relaciones Sexuales con Hombres
en 7 Ciudades de Colombia -2010, ha discriminado una por una las razones de no uso de
condón contrastando las razones esgrimidas por quienes manifestaron no haber usado el
preservativo en la última relación sexual con pareja estable versus quienes lo hicieron con
pareja ocasional. Este análisis no fue realizado en la presentación de resultados propia
del estudio, dada la alta variabilidad de patrones de respuesta presentes en el
cuestionario. Existen diferencias significativas para determinadas de las razones
expuestas para el no uso de protección entre los grupos comparados. En las personas
que no usaron el condón con su pareja estable priman las razones de confianza en la
fidelidad y el afecto y en definitiva parecen estar menos expuestos a ciertas condiciones
de vulnerabilidad que se reflejan en las razones que esgrimen quienes asumen el mismo
comportamiento desprotegido con parejas ocasionales. En estos últimos, juegan un rol
importante la no disponibilidad de preservativos, la excitación del momento, el uso de
alcohol y cierto tipo de anomia que se presenta al tener relaciones sexuales
desprotegidas a pesar de conocer los riesgos, a la manera de quien juega una especie de
ruleta rusa.
Sea por la razón que sea, la vulnerabilidad existe en unos y otros. Ahora bien, la mayoría
de las personas que respondieron la encuesta son personas nacidas en los años 80 y 90,
(Hoy tienen una edad media de 27 años), es decir que por tener muy corta edad o
sencillamente por no haber nacido aún, no estuvieron expuestas a las consecuencias
devastadoras de la epidemia de los años 80 y aunque el virus continúa afectando de
manera severa a las comunidades homosexuales, parece existir una especie de
cansancio preventivo donde la utilidad de los condones a largo plazo no se contrasta con
los costos que implica asumir su uso en el corto plazo y que tienen que ver con pérdida de
la confianza o de los sentimientos afectivos para unos, y con la oportunidad del momento,
y el contexto de excitación combinado con el uso de alcohol que ofrecen los sitios de
encuentro sexual, para otros. La escasa disponibilidad de condones en los entornos de
encuentro parece jugar un rol fundamental a la hora de las decisiones. Los preservativos
parecen fáciles de adquirir pero no en el momento en que se requieren. Adicional a lo
anterior, en más de un 20% de quienes no lo usaron (20.95% para los de pareja ocasional
26
y 22.64% para los de pareja estable) parece existir poca actitud positiva para proponer su
uso como parte del juego erótico en las relaciones, reflejado en que parecen disgustar a
unos y a otros, convirtiéndolos si no en un elemento extraño a la relación sexual por lo
menos en algo molesto y aburrido.
Lo anterior representa un reto importante en la forma como se desarrollan las estrategias
preventivas que se dirigen a la comunidad de hombres que se relacionan sexualmente
con otros hombres. La disponibilidad real de condones en los sitios de encuentro es
fundamental, pero la misma debe ir acompañada de mensajes que rescaten al condón
como parte de la relación y del juego erótico y no simplemente como elemento de higiene
o de prevención de las ITS. Pero más allá del condón y los mensajes, es bueno
cuestionarse, que tipo de espacios se brindan desde la sociedad para el rescate del
afecto y la conformación de espacios de convivencia, de forma que el utilizar un
preservativo no se transforme en un sacrificio sin par a la conceptualización del afecto.
En tanto amor, afecto o ternura no se puedan manifestar en el espacio de lo público y el
cuerpo homosexual esté conminado al gueto, la vulnerabilidad de las personas
homosexuales persistirá en unos y otros espacios. Los resultados del presente estudio
sugieren que se requieren espacios de reflexión más amplios en torno a lo que implica la
sexualidad entre hombres que no excluya una mirada en torno a temas como las
masculinidades, los derechos humanos y la reducción de cualquier forma de violencia o
discriminación que se agencie en contra de los hombres que dirigen su afectividad y su
libido hacia personas de su mismo sexo.
27
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