apuntes acerca del estado contemporÁneo
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UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y
SOCIALES
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
POSTDOCTORADO EN POLÍTICAS PÚBLICAS
Teorías sobre el Estado y las políticas públicas en la
actualidad
Dr. Emmanuel Borgucci.
Maracaibo, julio 2011
Introducción
En la actualidad, dos acontecimientos y procesos han sido determinantes en
la configuración y desafíos de los Estados contemporáneos: 1) el hundimiento
de la primera fase del comunismo y la consiguiente crisis del socialismo como
lo concibieron Karl Marx, Friedrich Engels, Vladimir I. Lenin; y 2) la creciente
red de intercambios de carácter comercial financiero y cultural entre las
naciones y que algunos denominan transnacionalización de la economía o como
se denomina también como globalización.
En efecto, el hundimiento del socialismo marxista y la consiguiente crisis de
todas las formas de socialismo ha sido el debate acerca de las dimensiones del
Estado. Sin embargo, tampoco se ha podido sostener las tesis del Estado
mínimo, por cuanto los efectos de las crisis del sistema económico capitalista
son de difícil aceptación por las sociedades modernas.
La multiplicación sin cesar de las interconexiones económicas y culturales de
carácter planetario ha trastocado la soberanía legal internacional y la ha
sustituido por un esquema en que las fronteras se están difuminando desde el
punto de vista financiero-económico.
En consecuencia, este trabajo constará de dos bloques. El primero referido a
cual es el tipo de Estado totalitario que ha entrado en crisis en el mundo
occidental y en oriente, según el criterio de alguno de los enemigos más
acérrimos del socialismo como Ludwig von Mises. En segundo lugar, se
mostrará en qué los Estados han perdido soberanía a favor de procesos
crecientes de vinculación económico-cultural a escala planetaria y cómo es el
proceso de circulación de discursos a favor de una economía más abierta. En
tercer lugar, se expondrá dos tipos de aportes teóricos que tratan de dar cuenta
de las vicisitudes de los Estados contemporáneos: 1) la visión desde la ciencia
política de carácter neo-marxista; 2) la visión conservadora-libertaria
comúnmente conocida como “neo-liberalismo”; 3) se abordará tres visiones
desde la sociología tales como las de Pierre Bourdieu, Anthony Giddens y
Jürgnen Habermas.
El tipo de Estado totalitario que ha entrado en crisis
En esta apartado simplemente quise exponer, el tipo de totalitarismo o
estatismo que de derecha o de izquierda han entrado en crisis en el siglo XX. En
este sentido, se analizaron: Bureaucracy, The Human Action y Omnipotent
Government.
Ludwig von Mises
Bureaucracy
El principal aporte de Mises radica específicamente en movilizar las
representaciones sociales de burocracia, resemantizarlo.
Mises reconoce que las palabras burócrata, burocrático y burocracia son
términos claramente construidos, con connotaciones negativas tanto por las
teorías de inspiración capitalista o socialista (Mises, 1983[1944]) y que ya se
hablaba de ella desde los imperios egipcios, chino o la Prusia de Federico II el
Grande; sin embargo, llama la atención acerca de lo que realmente significa
burocracia.
Aún cuando cierto grado de burocracia es indispensable en la sociedad, ésta
se convierte en algo pernicioso, cuando forma parte de un Estado totalitario. La
razón para esta afirmación la expresa Mises de esta manera: “El totalitarismo es
mucho más que la mera burocracia. Es la subordinación de la vida, ocupación y
tiempo libre del individuo a la orden de quienes detentan el poder. Es la
reducción del hombre a ser un engranaje de la maquina de coerción”
(1983[1944]: 18). Es decir, la burocracia se convierte en un instrumento de
ejecución de los objetivos de quienes la controlan.
Ahora bien, el sistema de libre mercado admite la existencia de la
burocracia, afirma Mises; sin embargo, la burocracia se encuentra sometida a la
democracia que es lo mismo que decir la supremacía de la ley y del control
presupuestario (Mises, 1983[1944]: 47). Luego la ley debe ser diseñada con la
finalidad de establecer límites al poder de las autoridades y proteger los
intereses de los ciudadanos como acreedores de derecho/deberes y de su papel
como consumidores/productores. En la siguiente tabla se muestra cuáles son las
características más importantes del desempeño de la gerencia pública
burocrática.
Tabla 1Características de la gerencia burocrática
No Gerencia burocrática1 No tiene como motivo principal la generación de efectivo y la ganancia (Mises, 1983[1944]: 51)2 No hay conexión entre ingresos y gastos (Mises, 1983[1944]: 51). 3 La administración pública solamente gasta dinero.4 Sus ingresos provienen de impuestos, el endeudamiento o impresión de dinero (Mises, 1983[1944]: 51).5 La fuente de ingresos lo facilita la ley. Es decir, el recaudador no tiene méritos al recaudar. 6 No tiene precio de mercado por sus logros.7 La gerencia burocrática es la gerencia que no puede ser vigilada por medio del cálculo económico.8 El resultado de la acción gubernamental no tiene precio en el mercado.9 La mayor parte del tiempo ocupa labores subordinadas, siguiendo reglas preestablecidas.10 La promoción depende de los años de servicios y las promociones que están implícitas. 11 Por lo anterior, existe poco incentivo para la creatividad, la inventiva y atreverse a cuestionar procedimientos.12 La principal tarea de la administración consiste rendir servicios útiles a la comunidad.
Fuente: Mises (1983[1944]: 50, 51)
Si la gerencia pública tiene tantos problemas para ser vigilada y además se le
considera ineficiente lenta, ¿Porqué no adopta los métodos probados de la
administración privada? Precisamente respondería Ludwig von Mises debido a
que la administración pública no tiene como fin las ganancias y sus fuentes de
financiamiento son facilitadas por ser el portador de la soberanía del Estado.
Pero además, la calidad de un empresario no depende de su personalidad como
empresario, sino que es inherente a la posición que ocupa en la estructura de
mercado de la sociedad. Mientras que la calidad del burócrata no depende de
su papel dentro de la estructura de mercado, sino de su capacidad de cumplir y
hacer cumplir leyes, normas, regulaciones o reglamentos. Por eso dice Mises:
“Es una ilusión muy popular el hecho de que la eficiencia del gobierno puede
ser mejorada por ingenieros de la gerencia y sus métodos de gerencia científica”
(1983[1944]: 54).
Una vez que Ludwig von Mises analizó las burocracias tanto en el sector
público como en el privado, se dedicó a estudiar las características y
comportamiento de la burocracia en un sistema socialista y en un sistema de
libre empresa.
Mises caracteriza a la burocracia socialista: “Como el control gubernamental
de todas las actividades económicas y en donde existe carencia del instrumento
intelectual indispensable para la planificación y diseño económico: el cálculo
económico” (Mises, 1983[1944]: 62). Para Mises, la negativa a considerar el
sistema de precios de mercado es lo que ha llevado al socialismo al caos. Mises
considera que esa negativa ha convertido el tema de los precios como uno de
los problemas más grandes que debe enfrentar el marxismo en todas sus
variantes (Mises, 1983[1944]: 63). Este problema se presenta en la
administración de empresas propiedad del Estado en el mundo occidental.
Cuando una empresa pública tiene pérdidas, la capitalización de la empresa se
hace vía presupuestaria, bien sea con aumento de los impuestos, las tarifas o el
endeudamiento. En otras palabras, lo que ahorra un consumidor por vía de los
subsidios directos o indirectos, se gasta en el incremento de los impuestos o la
tasa de interés (Mises, 1983[1944]: 65).
Si bien es cierto que la empresa pública busca ofrecer servicios útiles a la
comunidad, el problema consistirá en ¿Quién decide lo que es útil para la
comunidad? O si algún servicio es útil o no y mucho más importante: ¿Cómo
saber si un determinado servicio público tiene un costo de realización alto, si los
factores de producción absorbidos para realizar el servicio son sacados de otros
servicios que desarrolla el organismo público y que pueden ser más útiles en su
empleo? (Mises, 1983[1944]: 65). En el sector privado, esta pregunta se responde
por medio de las actitudes positivas o negativas del público. Sin embargo, en el
sector público, el comportamiento del público no provee un criterio certero de
la desutilidad ó utilidad del servicio ofrecido y tampoco el burócrata es
responsable por el resultado.
Una vez hecha la caracterización de la burocracia tanto en los sistemas
capitalistas y socialistas, pasó a analizar los fundamentos de la filosofía del
burocratismo y las consecuencias psicológicas.
Los conflictos políticos, según Ludwig von Mises, surgen de la batalla entre
dos principios, el bien y el mal (Mises, 1983[1944]: 81). Para Mises, la filosofía
del burocratismo o como él la denominaba la “Philosophy of Statolatry”, visto
desde la superficie, se reduce a lo siguiente: “El bien está introducido en el seno
del Estado, la materialización de la eterna idea de moralidad y que lo malo es
patrimonio del individualismo. En este antagonismo, el Estado personifica el
bien y el individuo el mal; el Estado es representante de la justicia, la
civilización y el juicio superior” (Mises, 1983[1944]: 81). Ahora bien, la esencia
de la filosofía del burocratismo es: “Las leyes escritas que, ante los ojos de los
administradores, se constituyen en barreras levantadas por personas de mal
proceder en contra los justos reclamos de la sociedad” (Mises, 1983[1944]: 82).
Sin embargo, Mises rechaza la idea que busca eliminar leyes imperfectas, ya que
eso sería la vía más expedita al totalitarismo. Por esta razón afirmó que: “La
peor ley es mejor que una tiranía burocrática” (Mises, 1983[1944]: 83). Por eso la
elaboración de las leyes no puede dejarse a merced de algunos hombres. Las
leyes deben ser diseñadas para convertirse en leyes basada en reglas, ya que:
“La alternativa a las leyes basadas en reglas son las reglas basadas en el
despotismo” (Mises, 1983[1944]: 83).
The Human Action
En esta obra Mises precisa más aún las ideas que sustentan la forma
socialista de hacer las cosas en materia de gerencia pública y en tal sentido dice:
“A socialist advocates socialism because he is fully convinced that the supreme
dictator of the socialist Commonwealth we will reasonable From his point of
view, that he will aim at those ends of which he fully approves, and that he will
try to attain these ends by choosing means which he would also choose”
(1996[1949]:670-671). Es decir, el gerente o dirigente socialista esta en capacidad
de decidir qué es lo que la sociedad necesita y sabe como obtener los medios
para lograr los fines sociales. Por esta razón Mises más adelante plantea la
necesidad de que en el régimen administrativo socialista se establezca o
imponga lo que él denominó como Gleichshaltung, es decir, la uniformidad de
criterios o de pareceres. Para Mises, el socialismo es otra forma de religión con
sus deidades, en la cual, por ejemplo, “Para los planificadores es el estado o el
gobierno, para los nacionalistas es el pueblo, para los marxistas la sociedad o
para el positivismo de Comte es la humanidad” (1996[1949]:671). Para Mises,
estas deidades, no son: “sino meros nombres que contiene solamente los deseos
del reformador” (1996[1949]:671).
Según Mises (1996[1949]), existen dos formas para la realización del
socialismo: 1) los que él denominó como el modelo ruso; 2) el modelo alemán.
El modelo ruso se sustenta en las nacionalizaciones (verstaatlicht), en que los
departamentos del gobierno es operado por “sirvientes civiles” (1996[1949]:
697) y en que cada unidad del aparato establece con su centro una relación de
subordinación. El modelo alemán, preserva la propiedad privada sobre los
medios de producción y mantiene la apariencia de una economía de mercado;
sin embargo, existen pocos empresarios que conviven con funcionarios
gubernamentales que Mises denominó como los Betriebsführer. Estos
funcionarios: “Compran, venden, contratan, despiden trabajadores y remunera
sus servicios; contratan préstamos, pagan los intereses y la amortización de los
créditos. Sin embargo, todas sus actividades se basan en la obediencia
incondicional de la oficina suprema de gerencia de producción del gobierno,
que en la terminología nazi se le denomina Reichswirtschaftsministerium” (Mises
1996[1949]697-698). Este ministerio de la economía le establece a sus
funcionarios: 1) qué y como producir bienes y servicios; 2) a qué precios y la
forma de distribución de esos bienes y servicios; 3) establece la remuneración a
los trabajadores; 4) establece en qué términos los capitalistas deben confiar sus
recursos al gobierno; 5) el mercado cambiario es controlado; y 6) el gobierno
dirige todas las actividades de producción. En este sistema los funcionarios,
supervisores y gerentes están sujetos al gobierno, no a la demanda de los
consumidores y la estructura de precios del mercado1.
Así, un gerente en el socialismo dispone de todos los medios tecnológicos,
humanos y materiales necesarios lo obliga a tomar decisiones dentro de una
infinita variedad de proyectos. Es posible que deba dedicar recursos a proyectos
que considera no son prioritarios para satisfacer necesidades sociales y
viceversa. Es decir, la actuación del gerente en este sistema no necesariamente
tiene que ver con la valoración con relación a los fines últimos de la sociedad.
Según Mises, se refiere solamente a los medios empleados para alcanzar los
fines últimos.
Si el problema es acerca de los medios para alcanzar fines dentro de un
marco en donde el mercado no es referente en materia de precios o la ganancia
no es un criterio de toma de decisiones, aunque un gerente en el socialismo
puede contar con infinidad de recursos materiales y humanos para desarrollar
iniciativas puede establecer cualquier combinación de factores. El problema no
es establecer cualquier combinación de factores, sino aquella combinación que
permita cumplir con sus objetivos con los recursos disponibles. Esto es lo que
Mises denomino como “calculo económico”. Se debe establecer una iniciativa
que en términos de costos, tiempo y calidad del resultado peritan cumplir con
los fines planteados.
Mises acepta la crítica socialista de que el más elaborado cálculo económico
puede presentar serias fallas si las expectativas referidas al futuro no coinciden
con la realidad. Para Mises, los gerentes, en el sistema capitalista, solo hacen sus
cálculos económicos a la luz del conocimiento presente y la anticipación
también en el presente de condiciones futuras de la situación económica-social.
1 Según Mises: “This is socialism under outward guise of the terminology of capitalism. Some labels of the capitalistic market economy are retained, but they signify something entirely different from what they mean in the market economy. (1996 [1949]: 698).
Es decir, el problema no se trata de si el gerente tiene habilidades o no de
predecir el futuro. Lo que Mises trata de expresar es que el gerente en el sistema
socialista no puede calcular desde el punto de vista de su propio presente y de
su juicio acerca del futuro. Su problema con el futuro, quizá, sea similar al del
gerente en el sistema capitalista; pero su problema con el presente es la
inexistencia de un sistema de precios que le permita, ya no tomar la “decisión
óptima”, sino una buena decisión en términos de costos y con relación a los
recursos disponibles. Porque si el socialismo busca satisfacer necesidades
sociales prioritariamente, un sistema que tienda al desperdicio por falta de
cálculo económico será aquel que contaría con menores recursos para
emprender nuevas iniciativas. Pensar en planificación (indicativa o
centralizada) sin cálculo económico es suponer que los bienes son “libres”. Si
los bienes son libres entonces no habría cálculo económico y mucho menos
Economía. Por esta razón, Mises plantea la “paradoja de la planificación”, ya
que en ausencia de cálculo económico no puede haber plan. Más aún, la
gerencia solamente serviría para hacer cumplir lo decidido en instancias
extraeconómicas y reproducir el orden de cosas existentes. Mises (1996[1949])
ha expuesto que los defensores del socialismo han intentado: 1) introducir el
cálculo económico con base de bienes por sobre el dinero; 2) utilizar la hora de
trabajo como unidad de medida; 3) el establecimiento de lo que denominó como
“Quasi-market”; 4) aplicar el método del ensayo y el error. A pesar de todas
estos arreglos, para Mises: “el problema del calculo económico socialista es este:
que en ausencia de precios de mercado para los factores de producción, un
computo de ganancias o pérdidas no es factible” (1996[1949]: 684). Según Mises
(1996[1949]): 1) es como desfragmentar lo fragmentado, es decir, sumar o restar
cosas de diferente naturaleza y origen; 2) no se considera las diferentes
cualidades del trabajo, los diferentes orígenes de los insumos y que las
productividades laborales para, incluso una misma, tarea son diferentes; 3) para
Mises es paradójico que un sistema que quiere eliminar el mercado y la
propiedad privada y al mismo tiempo establecer algún tipo de mercado, ya que
la existencia misma del mercado refuta al socialismo; y 4) esto es solo aplicable
en todos los casos en el cual la solución correcta es reconocible y no depende de
la aplicación del método en si.
Mises tanto en Bureaucracy y en Human Action reconoció la existencia de un
sistema de administración pública que no es precisamente socialismo. Dentro
de la economía de mercado puede existir lo que Mises denominó como
intervencionismo (Interventionism). En este tipo de sistema, se respeta la
propiedad privada y el mercado, pero el gobierno interviene en su
funcionamiento. La conducta intervencionista busca incidir sobre el aparato
productivo por medio de órdenes y prohibiciones2, aplicadas, en muchos casos,
de manera coercitiva. Según Mises: “Se busca preservar el dualismo entre la
esfera de las actividades gubernamentales de una parte y la libertad económica
bajo el sistema de mercado por la otra” (1996[1949]: 698).
Sin embargo, Mises muestra cómo el monopolio no es patrimonio exclusivo
del sistema capitalista. Tanto el socialismo (en el modelo ruso como en el
alemán) y en el intervencionismo el monopolio surge como la herramienta para
beneficiar a la sociedad, bajo el lema “La ganancia del monopolio son los fondos
que generan la ganancia social” (Mises 1996[1949]:407-408). Para Mises, un
fenómeno de la economía y la administración contemporánea es que el
gobierno promueve el intervencionismo y los monopolios y apunta que el
problema no es la correcta delimitación de lo “natural”, lo “justa” o
“apropiadas” tareas del Estado o el gobierno, sino ¿Cómo funciona un sistema
de intervencionismo? (1996[1949]: 703). Según Mises, el sistema funciona de
acuerdo a lo que el gobierno considera que es “socialmente deseable”
(1996[1949]: 704). Esto significa, según Mises:
2 Alguna de las estrategias por medio de los cuales la burocracia gubernamental controla a las empresas son: 1) influencias en la selección de juntas directivas de, refiriéndose el Reino Unido (Mises, 1983[1944]: 77); 2) medidas discrecionales adoptadas por organismos públicos de promoción o control (Mises, 1983[1944]: 78); 3) el control del mercado de divisas (Mises: 1983[1944]: 79); o 4) el uso de la diplomacia o el soborno (Mises, 1983[1944]: 79).
“Que el mercado es libre si hace precisamente lo que el gobierno desea hace. Esto es “libre” de hacer lo que las autoridades consideran que es “bueno”, pero no lo que ellos consideran que es “malo”; la decisión acerca de lo bueno y lo malo descansa en el gobierno. Así la doctrina y la práctica del intervencionismo finalmente tiende a abandonar lo que originalmente lo distingue del socialismo y adopta completamente los principios de la planificación totalitaria” (1996[1949]: 704).
Omnipotent Government
En el capítulo III denominado Estatism, Mises observa que el principal
acontecimiento de las últimas décadas fue el desplazamiento del liberalismo
por el estatismo. Al igual que en Human Action, Mises considera que el
estatismo aparece en dos formas: socialismo e intervencionismo. Sin embargo,
el socialismo y el intervencionismo comparten un mismo fin: subordinar al
individuo incondicionalmente al Estado, el aparato social de compulsión y
coerción” (Mises, 1944: 54).
Para Mises, el Estado es un aparato de compulsión, pero no todo aparato de
compulsión se puede llamar Estado. Para adquirir el derecho de existir, un
Estado, aparte de contar con población, territorio, se requiere contar con el
suficiente poder político para mantener su existencia (soberanía) al menos por
un tiempo más o menos prudencial sin interferencia de otras fuerzas exógenas a
ese poder. El total de reglas que garantizan el poder son las leyes y son
aplicadas por el gobierno como representación del Estado.
El sistema socialista es, para Mises, una de las formas más acabadas de
estatismo surgidas en el siglo XX. Considera que hablar de Estado socialista es
un pleonasmo, ya que socialismo necesariamente implica propiedad
gubernamental de los medios de producción de la sociedad. Esto es la
existencia de empresas del Estado en casi todo tipo de negocio, se substituye al
empresario por el burócrata o el Betriebsführer. De hecho, Mises apunta que el
gerente en una economía socialista no tiene necesidad de ajustar las operaciones
de la empresa o Sovjos, Kombinat o, como dice Voslensky (1981), el “ultra-
monopolio” a los requerimientos del mercado3, ya que de hecho funcionan
como monopolistas de oferta o monopolistas de demanda. La toma de
decisiones empresariales no está sujeta a los cambios previstos o no en la
conducta de los consumidores. La empresa estatal, según Mises, es la autoridad
de conceder favores como hermano mayor o padre de familia. En el sistema
socialista las empresas del estado encuentra un fuerte dificultad, dice Mises, de
someterse al control parlamentario, debido a que su presupuesto público debe
ser aprobado en una instancia también pública que forma parte del Estado. La
solución que se ha encontrado es establecer un sistema de planificación
centralizada que, en un régimen de partido único, bajo el concepto de
“centralismo democrático” obvia, ignora o permite la aprobación de
presupuestos que posteriormente no soportarían los cuestionamientos de un
sistema parlamentario de partidos diferentes al del gobierno. Estas aparentes
ventajas para los planificadores son en realidad, para Mises, verdaderas
debilidades del sistema debido a que los planificadores: 1) no pueden saber si
aquello que están planeando y ejecutando es razonable desde el punto de vista
económico; 2) no cuentan con medios para discernir acerca de qué medios y
métodos de producción son los más adecuados; 3) no pueden hallar una
genuina base de comparación entre las cantidades de los diferentes insumos,
servicios y factores de producción; 4) con lo anterior, los planificadores
socialistas no puede comparar los desembolsos necesarios con los resultados
anticipados, ya que eso solo lo puede ofrecer los precios de referencia del
mercado para los productos directamente involucrados en el trabajo a realizar.
En conclusión, prevalece el criterio de que es más importante culminar la
obra, tarea, actividad o lo que sea sin importar el costo asumido. Es por esta
3 En esta cita que Michael Voslensky tomo de Kommunist, se expone el papel de los administradores y los trabajadores en la economía socialista: “La disciplina del trabajo socialista comporta, por un lado, la obligación, de parte de los administradores, de organizar racionalmente el trabajo; por otro lado la obligación por parte de los obreros y los empleados, de consagrar todas sus fuerzas al trabajo […]. En cuanto a la organización racional del trabajo es: La aptitud para organizar el trabajo exige la utilización máxima de las horas de trabajo, la creación de una atmosfera al trabajo, la contabilidad y el control” (1981: 156).
razón que según, Mises, se impone un sistema de burocrático al estilo ruso4 o el
sistema alemán de Zwangswirtschaft (economía de la coacción).
Ahora bien, en ocasiones parece ser que los sistemas como los descritos por
Mises obvian el papel de la escases de recursos en relación a los fines. En primer
lugar, para Robbins: “La condición de escases de los bienes no es “absoluta”. La
escasez no significa una mera falta de frecuencia, sino limitación con respecto a
la demanda” (1980 [1944]: 74). En segundo lugar, independientemente de las
críticas que se puedan levantar en contra de Robbins: “El mundo externo no
ofrece oportunidades cabales para su logro completo. La vida es corta. La
naturaleza es mezquina. Nuestros semejantes tienen otros propósitos…” (1980
1944: 35). En consecuencia, las observaciones de Mises apuntan al intento de
convertir a la Economía concebida: “Como parte de la Ética o la Estética, es
decir, como disciplinas que estudian los fines por sí mismos” (Robbins, 1980
[1944]: 57).
Tiempos de globalización
Numerosos autores han abordado el concepto de globalización desde
diferentes puntos de vista. Para autores como Ulrich Beck (1998) la
globalización: “… significa la pérdida de fronteras del quehacer cotidiano en las
distintas dimensiones de la economía, la información, la ecología, la técnica, los
conflictos transculturales y la sociedad civil” (1998: 42). Para Mathews (1997),
Wriston (1997) y Roseneau (1990) la globalización se trata de una pérdida de
soberanía, toda vez que los Estados son incapaces de regular los flujos de
4 Según Voslensky (1981) Vladimir I. Lenin así como Levenstern, Poliakov, Trotsky, Pankin y especialmente Alekséi Gastev (quien introdujo los métodos de trabajo y entrenamiento de obreros basados en procesos psicológicos y biológicos en el trabajo) eran partidarios de la Organización Científica del Trabajo o Nauchnaia organizatsia truda (NOT) o en otras palabras de los principios Frederick Winslow Taylor. Para tal fin, el Consejo Central de Sindicatos creó en 1920 el Instituto Central del Trabajo (ICT). Lenin propuso en diciembre de 1917 la “organización de la emulación socialista del trabajo” y en abril del mismo año surgió la llamada gran iniciativa conocida como el “Subbótniki/Voskrésniki” (días de trabajo voluntario sin remuneración salarial), el movimiento stajanovista (movimiento que comenzó en 1935 como forma de generar la emulación o competencia dentro del socialismo o sotsialsticheskoie sovevnovanie con aumento de la productividad de los trabajadores por su iniciativa. Su nombre proviene del minero del Donetsk Alekséi Stajánov. Este movimiento supuso la eliminación del koljoz en el sector industrial), las brigadas de trabajo comunista, el movimiento de trabajadores de choque (Udarniki), la creación de brigadas del Konsomol (Unión de Jóvenes Comunistas, fundada en 1918 y agrupaba jóvenes entre 14 y 28 años de edad y eran un mecanismo para propagar las ideas del socialismo).
bienes, servicios, divisas, personas, enfermedades o productos contaminantes a
través de las fronteras políticas. Para Krasner (2001), los flujos de bienes e ideas
a través de las fronteras nacionales provenientes del exterior afectan más la
soberanía interna (nacional) concebida como control que como autoridad. Es
decir: “El incremento de los intercambios entre las naciones no ha dejado
impotentes a los Estados para proseguir sus agendas de política nacional; el
aumento de los flujos transnacionales no ha minado necesariamente el control
estatal. Más aún, a partir de la década de los cincuenta, el nivel de gastos
gubernamentales en los países desarrollados se ha incrementado en paralelo a
diferentes medidas de globalización” (Krasner, 2001: 27).
Lo que si ocurre es que con el progreso en la tecnología de comunicación e
información, los Estados se ven en la necesidad, por razones de conveniencia
económica (obtención de recursos materiales o financieros) o política (apoyos
políticos o ideológicos), a firmar acuerdos (en ejercicio de su soberanía legal
internacional) con la finalidad de crear instituciones internacionales que
eventualmente podrían afectar el grado de control y autoridad internos.
Es decir, el Estado y su autoridad no han desaparecido. “… el Estado
nacional ha conservado gran parte de su vitalidad y poderes en materia de
política social, monetaria, de defensa, educación y cultura” (Smith, 1997: viii).
Además, el Estado es la arena de la lucha política para aquellos actores que
logran el reconocimiento como agentes del Estado y adquieren una legitimidad
que obliga a sus adversarios a aceptar los procedimientos que autoriza el
aparato estatal. Por lo tanto, continua siendo el regulador de la lucha, buscan
establecer un poder único a partir de las exigencias de la diversidad de actores
sociales.
Ahora bien, las posturas antes expuestas muestran a la globalización como
generadora de consecuencias adversas o favorables a la existencia de los
Estados nacionales o sus sociedades. Atribuir a la globalización tales
propiedades es lo que Mato (1999b) denominó como “fetichización de la
globalización”. De acuerdo con Mato (1999b), la “fetichización de la globalización”
consiste en representar a “la globalización” como un fenómeno exógeno a la
voluntad humana. Según Mato (1999b, 2002, 2004, 2005), tal forma de concebir
“la globalización” cancela toda posibilidad de estudiarla y de relacionarla con
diversos procesos sociales, debido a que se convierte en un obstáculo
epistemológico5.
Para evitar el uso apriorístico de la idea de “globalización”, Mato (1999b,
2002, 2004, 2005) propone lo que denomina como aproximación analíticamente
más fértil de esta categoría. Esa aproximación tiene como características más
importantes: 1) de que no es una aproximación a un conocimiento “objetivo” de
la globalización o de su realidad; 2) se relaciona con la existencia, desarrollo y/o
intensificación de interconexiones económicas, migratorias o culturales de
carácter planetario; 3) es una tendencia inacabada a la interconexión de actores
sociales dispersos por el mundo anteriormente no vinculados; 4) los actores
sociales involucrados se forman, transforman, entran en conflictos o negocian
en función de sus intereses; 5) según Mato (1999), las relaciones entre actores
pueden ser de carácter internacional (cuando son sostenidas por gobiernos) o
transnacional (si algunos de los actores sociales involucrados son no
gubernamentales.
Para Daniel Mato hablar de globalización: “solo prueba que existe una
conciencia de la globalización” (1999b: 133). Para el autor lo importante es que
los actores sociales desarrollan sus prácticas en el marco de conciencias de
globalización. La existencia de estas conciencias de globalización constituye un
primer rasgo distintivo de lo que el autor ha denominado como tiempos de
globalización. Otro rasgo distintivo de los tiempos de globalización, agrega
Mato (1999b), es que las interconexiones entre diversos actores sociales tiene un
alcance “cuasi-planetario”. Un tercer rasgo distintivo lo constituye el creciente
5 Gastón Bachelard consideraba que: “Para un espíritu científico todo conocimiento es una respuesta a una pregunta […]. Nada es espontáneo. Nada está dado. Todo se construye” (1997: 16 [1948]).
desarrollo de organizaciones inter y transnacionales, que desarrollan prácticas
sociales más allá de sus espacios nacionales.
Ahora bien, en estos tiempos de globalización se presentan procesos de
globalización: “… que crean, extienden, y/o intensifican las interconexiones a
nivel planetario…” (Mato, 1999b: 135). Estos procesos de globalización se
materializan según Mato (2001, 2003, 2004) en la actividad desplegada por los
actores sociales transnacionales y que los agrupa en: actores globales, actores
regionales transnacionales y actores nacionales y locales que ocasionalmente o
habitualmente participan en redes transnacionales. Los actores globales son
aquellos cuya actividad principal cubre el mundo (Fondo Monetario
Internacional o la Organización Mundial de Comercio). Los actores regionales
transnacionales cubren espacios político-geográficos dentro de un continente (el
Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Africano de Desarrollo o la
Corporación Andina de Fomento). Los actores nacionales y regionales tales como
gobernaciones o alcaldías cuentan con departamentos que establecen relaciones
con redes transnacionales.
Con referencia a las redes transnacionales, según Mato (2002, 2005),
comprenden un conjunto de actores sociales dedicados a una amplia gama de
formas y propósitos de acción social y que se vinculan entre sí de forma
habitual o permanente. La vinculación de los actores sociales transnacionales,
nacionales y locales se materializa en relaciones transnacionales en el contexto de
complejos de relaciones transnacionales (Mato, 1996, 2001, 2005) en donde se hace
posible la producción y circulación de representaciones sociales.
La visión del Estado desde la sociología neo-marxista
Para la sociología del Estado neomarxista, se observa una ausencia de una
teoría del Estado y las clases sociales tal y como se ha observado en el marxismo
de Karl Marx, Friedrich Engels o Illich. Sin embargo, según Jiménez (1999), los
neomarxistas se innovaron en los siguientes aspectos: 1) superación de la idea
del Estado como instrumento de clase; y 2) la idea de la relativa autonomía del
Estado frente a la sociedad.
En el primer caso, el Estado ya no es el instrumento de dominación de clase.
Más bien es la utilización instrumental del poder estatal por parte de conjuntos
heterogéneos de la “clase dominante”. Por otra parte, en la década de los
setenta surgió una perspectiva estructuralista, que visualiza al Estado como
factor de cohesión nacional, ya que su estructura sigue la evolución de la
sociedad en donde está inserto. Es decir, las transformaciones del Estado
(elemento de la súper estructural) son más importantes que la base económica.
Con relación a la segunda idea, desde la aparición de Poder Político y Clases
Sociales en el Capitalismo de Poulantzas (1978 [1968]), solo la relativa
autonomía de las diversas instancias de los componentes del Estado es uno de
los sellos característicos del sistema capitalista.
Como consecuencia de lo antes expuesto, en este trabajo se expondrán los
trabajos que en sociología del Estado desarrollaron Antonio Gramsci, Nicos
Poulantzas, Luis Althuser, Ralph Miliband.
Antonio Gramsci y Luis Althuser
Este autor privilegia la superestructura por sobre la base económica, ya que
considera que los problemas que se presentan en esta último solo se resuelven
en la superestructura. Por tanto, la superestructura no es un simple reflejo de la
base económica, sino el escenario en donde ocurren los verdaderos cambios
sociales.
De acuerdo a lo antes expuesto, el Estado en Gramsci considera dos
categorías: hegemonía y bloque histórico (Anderson, 1978). Para Gramsci, el
Estado ejerce su hegemonía porque detenta la soberanía. Sin embargo, no existe
sociedad donde el consenso sirva de única base de la hegemonía, ni Estado en
donde un determinado grupo social pueda mantener la hegemonía por largo
tiempo (Anderson, 1978).
Por tanto, Gramsci divide la sociedad en dos grupos: la sociedad civil
(dirección intelectual y moral de la sociedad y sus instituciones, ejemplo,
iglesia, escuela, etc.) y la sociedad política (es el Estado propiamente dicho: la
maquina administrativa coercitiva que protegen a los grupos dominantes). Esa
división implica que ambas sociedades tienen relaciones y cooperan para
mantener la hegemonía. Esas relaciones están lideradas por la sociedad civil, ya
que es la portadora de la ideología en el sentido más amplio del término (desde
la filosofía hasta el folklore). Esto es la garantía de que la hegemonía no es
coerción pura y simplemente.
La hegemonía del Estado ocurre en un momento histórico determinado. Esto
es lo que Gramsci denominó como Bloque Histórico (Anderson, 1978): las
fuerzas sociales se encuentra en un determinado nivel de relación en un
intervalo de tiempo determinado.
Por su parte, Althuser (1980) distingue entre poder del Estado (el que
detenta y ejerce la clase dominante en un sistema de producción determinado)
con aparato del Estado (instrumento para el ejercicio del poder del Estado. Es
interesante destacar las siguientes características del aparato del Estado: 1) no
necesariamente lo ejerce los miembros de la clase dominante; 2) existen los
aparatos represivos del Estado (gobierno, administración pública en todos sus
niveles, ejército, policía, tribunales, cárceles, servicio secreto, entre otros
organismos; y 3) existen los aparatos ideológicos del Estado (que funcionan
mediante la ideología y pueden ser: religioso, escolar, familiar, jurídico, político,
sindical, de información, o cultural.).
En su conjunto los aparatos ideológicos y represivos del Estado conforman
una unidad que no siempre trabajan en forma coherente. Sin embargo son el
instrumento de la reproducción social
Nicos Poulantzas
Para este autor, los actores realizan prácticas políticas, pero inmersos en las
relaciones sociales. Es decir, en el modelo de Estado de Poulantzas, las
relaciones sociales determinan las prácticas de los actores (Poulantzas, 1978
[1968]). Como el Estado es una relación social, éste determina las prácticas
políticas de los actores. Entonces, las relaciones sociales generan estructuras y
prácticas políticas. Estas últimas, forman las clases. Por tanto, las clases efectúan
prácticas sociales de clase (es decir, la manera que tiene Poulantzas para
referirse a la lucha de clases). Lo anterior disuelve el determinismo económico
característico del marxismo del siglo XIX y la idea del la relativa autonomía del
Estado con relación a las clases dominantes (Poulantzas, 1978 [1968]).
Por otra parte, las clases sociales no son grupos homogéneos de personas
dentro de relaciones sociales. Poulantzas más bien creía que las clases, a su vez,
se subdividen: 1) en fracciones de clase tales como los comerciantes, banqueros
o industriales; 2) categorías sociales tales como los burócratas, los intelectuales;
y 3) las capas sociales (jerarquías burocráticas o laborales). La combinación
conflictiva entre estos grupos de personas y sus relaciones sociales, cuando
ocupan una posición dominante, es lo que Poulantzas denomina Bloque de
Poder.
Dentro del bloque existe una fracción dominante que establece las reglas de
acceso, permanencia y promoción que permiten la traducción de los intereses
económicos a intereses políticos dentro del bloque; es decir, la capacidad que
tiene la fracción dominante de establecer relaciones de
dominación/subordinación). De igual manera, establece las reglas de exclusión
de intereses de quienes conformarán, según Poulantzas (1978 [1968]) las clases
subalternas. Quien tiene capacidad de establecer las reglas de juego es la
fracción reinante y es acompañada por las clases aliadas (quienes se benefician
de ciertos compromisos) y las clases de apoyo (quienes sostienen los ideales del
Estado por “ilusión ideológica” sin buscar un provecho particular).
En otras palabras, para Gramsci, Althuser y Poulantzas, el Estado
contemporáneo se caracteriza por ser menos monolítico de lo que aparenta y
que en su seno el conflicto de intereses es permanente. Eso hace que el estado
sea el elemento de cohesión, árbitro o promotor de soluciones que satisfagan a
los diferentes grupos humanos de la sociedad. Sin embargo, la pregunta es
¿Hasta qué punto el estado podrá dominar el conflicto sin debilitarse y dejar de
ser la referencia desde el punto de vista de la legalidad y la legitimidad?
Ralph Miliband
Para este autor existe una pluralidad de élites (conjunto de funcionarios,
directores, jefes y demás autoridades que se encuentran en puestos clave de
toma de decisiones en al Sistema del Estado) (Miliband, 1969[1976]), cuyas
acciones transciende sus diferencias y desacuerdos particulares. Este autor se
preguntaba si contar con gran poder económico necesariamente implicaba
contar con un gran poder político. Para esto Miliband introdujo la distinción
entre poder de clase y poder del Estado (Estado que él definió como “Sistema
del Estado”6 para dar a entender que es un conjunto de instituciones
particulares que establecen relaciones particulares (Miliband, 1969[1976]). De
esta manera, aceptando la tesis de la relativa autonomía del Estado, Miliband
dedujo que contar con un gran poder de clase no implica contar con poder de
Estado. Además, no se puede establecer una relación entre clase dominante y
Estado como si éste último fuera su agente. Es decir, a pesar de que el Sistema
del Estado actúa en nombre de las clases dominantes no necesariamente está a
sus órdenes.
Esta relativa autonomía del Sistema del Estado se manifiesta en la
intervención en la sociedad civil. Esa intervención implica unas funciones del
Estado de orden represivo, ideológico-cultural y en su papel en el escenario
internacional6 Para Ralph Miliband, el Sistema del Estado está conformado por: el gobierno, la administración, las fuerzas armadas, el poder judicial y los gobiernos locales.
En consecuencia, dada la heterogeneidad de las élites del sistema del Estado,
la tarea de lograr consensos y aplicar políticas para lograr la reproducción y
consolidación del sistema enfrenta gran cantidad de dificultades.
El Estado contemporáneo en la era del “Neocapitalismo”
La crisis económica de los años 30 significó un punto de inflexión en el papel
del Estado en la sociedad que denominamos como capitalista. Ese punto de
inflexión, conocido para mí como el New Deal, abrió la entrada en escena de un
Estado más decidido a intervenir en los sistemas económicos para rescatar de
las secuelas negativas al capitalismo. Después de la Segunda Guerra Mundial,
los Estados capitalistas más avanzados desarrollaron programas de bienestar y
cohesión social, con la finalidad de reconciliar el capitalismo con la idea de
democracia política y que fueron conocidos como Welfare State en el Reino
Unido, el Fair Deal de Harry S. Truman, el New Frontier de John F. Kennedy o el
New Federalism de Richard Nixon en los Estados Unidos de América. Estas
iniciativas seguirían contando con la colaboración del Estado y la esperanza de
un crecimiento económico sostenido.
Sin embargo, una serie de factores de orden económico, la inconvertibilidad
del US Dollar en oro, los déficit fiscales estadounidenses, la Guerra de Vietnam
y después la crisis del petróleo en la década de los años setenta configuraron un
crecimiento asombroso del gasto público, que implicó el afrontar grandes
déficit en las cuentas públicas y el consecuente debilitamiento del Welfare State.
Que al sumar, la creciente inflación, las elevadas tasas de interés y la creciente
limitación de la sociedad civil para afrontar las secuelas de las dificultades
económicas y fiscales, llevaron a una creciente despolitización del sistema social
y una creciente desconfianza en la idea del Estado providencial. Frente a esta
crisis, se presentarán una serie de enfoques: el denominado “Neo-liberalismo”,
la propuesta liberal pluralista, la teoría del capitalismo monopolista de Estado,
la hipótesis neocorporativista, la tesis de la nueva reestructuración social de
Claus Offe, la tesis de la crisis de legitimidad de Alan Wolfe, y las tesis de
Norberto Bobbio referidas al problema de la democracia.
La visión conservadora-libertaria (“neo-liberalismo”)
La visión conservadora tradicionalista
Peter Viereck7
Tanto Peter Viereck como Russell Kirk y William Buckley no formaban parte
de la tendencia del liberalismo moderno conocida como libertaria, de la que
formaban parte Friedrich Hayek y Ludwig von Mises (Nash, 1987[1976]). Para
Nash (1987[1976]) Viereck, Kirk y Buckley representaban lo que él denominó
como conservadores tradicionalistas.
La importancia de Conservatism Revisited de Viereck radica en que trascendió
el interés histórico renovado por Klemens Metternicht8. Según Nash
(1987[1976]) Conservatism Revisited, aparte de ser una continuación de Richard
Weaver y de los libertarios, contribuyó de manera decisiva en la creación del
movimiento intelectual (neo) liberal como una fuerza autoconsciente.
En el capítulo 3 de ese libro, Peter Viereck expuso que los fundamentos de la
libertad son: el orden, la evolución de las instituciones sociales, la
descentralización (para evitar los peligros del pangermanismo y el
paneslavismo), el consenso social y el rechazo de las ideologías radicales
Por último, para Peter Viereck el movimiento del cual formaba parte (los
tradicionalistas) en los Estados Unidos tenía una serie de defectos:
7 Peter Edwin Robert Viereck, nació el 5 de agosto de 1916 y murió el 13 de mayo de 2006 en la ciudad de New York. Se graduó con honores de summa cum laude en la Universidad de Harvard en 1937, obtuvo su titulo de Magíster en 1939 y su doctorado en 1942. Fue galardonado con el premio Pulitzer de poesía. Fue hijo de George Silvestre Viereck, el polémico autor germano-norteamericano, propagandista del Kaiser durante la primera Guerra Mundial y que defendió a Adolf Hitler en 1940. Sin embargo, Viereck rompió con su padre. 8 Klemens Wenzel Lotahar Príncipe Metternicht (1773-1859), estadista de origen austriaco. Se desempeñó como asistente al Congreso de Rastatt (1797), embajador en Sajonia (1801), en Prusia (1803) y Francia (1806). En 1809 ocupó el cargo de Ministro del Exterior de Austria. Desarrolló una política francófila y promovió el Congreso de Praga, la Cuádruple Alianza (entre Francia, Holanda, Reino Unido y Austria), se opuso a la unificación de Alemania y diseñó un frente conservador para hacer frente a los brotes del liberalismo y el nacionalismo revolucionario adoptando una doctrina intervencionista. Al respecto de esto último, fue líder de una serie de congresos tales como los de Viena (1815 y 1820), Aquisgran (1818) (para poner fin a la Guerra de Sucesión austriaca o de la Pragmática Sanción), Karlsbad (1819), Troppau (1820), Leibach (1821) y Verona (1822) para restablecer a Fernando VII en España. Su política interna dio lugar a un movimiento revolucionario en 1848 que lo obligó a renunciar y exilarse.
1. El más importante consiste en la nostalgia casi romántica por las raíces. Tal es el caso del Federalista de James Madison, la Defensa de la Constitución de John Quincy Adams, Democracia y Liderazgo de Irving Babbitt, la Disquisición y Discurso de Calhoum o el manifiesto intelectual del simposio del sur denominado I´ll Take My Stand de 1930.
2. Que muchas de esas raíces son extranjeras, especialmente de Edmund Burke y John Locke
Sin embargo, hay que reconocer –expresa Peter Viereck– esas influencias,
especialmente de Europa, que deben ser balanceadas con una nueva propuesta
liberal cuyos elementos principales son: la crítica al discurso tradicionalista
(Viereck, 2006 [1949]: 136), el “liberalismo manchesteriano” (Viereck, 2006
[1949]: 136), y el totalitarismo de la derecha europea.
En conclusión, la obra de Peter Viereck constituyó un enlace entre Richard
Weaver, Russell Kirk y William Buckley en lo referente a la consolidación de un
liberalismo desvinculado definitivamente del Nuevo Trato. Por otra parte, su
obra rindió un fuerte reconocimiento intelectual, no a un académico sino a un
político como Klemens von Metternicht. Viereck se convirtió también en un
divulgador y seguidor de las ideas de José Ortega y Gasset.
Russell Kirk
Por su parte, la contribución de Russell Kirk con The Conservative Mind fue la
de dar a conocer la existencia de una tradición liberal estadounidense más allá
de los aportes de John Locke o Edmund Burke.
El plan de la obra comienza exponiendo lo que Russell Kirk denominó como
los cánones de la versión del tradicionalismo conservador cuyas, raíces se
situaron en Edmund Burke, John Quincy Adams9, John Randolf of Roanoke10, 9 John Quincy Adams (1767-1848) hijo del Presidente John Adams y Abigail Adams. Se desempeñó como diplomático, político y Presidente de los Estados Unidos (1825-1829). Perteneció al Partido Federalista, al Democrático-Republicano, al Nacional Republicano y al Partido Whig. Como diplomático colaboró en la formulación de la Doctrina Monroe siendo secretario de Estado, se desempeñó como embajador de Estados Unidos en La Haya, Berlín, Londres y San Petersburgo.10 John Randolf (1773-1833), conocido como John Randolf of Roanoke, fue un líder del Congreso de los Estados Unidos por el Estado de Virginia y vocero de los antiguos republicanos. Nació en Cawson Estado de Virginia. Fue hijo del plantador y tuvo descendencia directa con el famoso príncipe aborigen Pochahontas. Estudió Derecho en la ciudad de Filadelfia. En política estuvo influenciado por las ideas del antifederalismo del sur, que proponía una versión
John Caldwell Calhoum11 y Benjamín Disraeli12. Por último, Russell Kirk estudió
los aportes dados por un grupo de pensadores, denominados los
“Conservadores Críticos”, específicamente Irving Babbitt13 (por su crítica a
Francis Bacon y el relativismo) y Paul Elmer More14 (por su rechazo a la idea de
justicia social del radicalismo).
Los seis principios que Russell Kirk consideró que constituyen un cuerpo de
convicciones con cierta consistencia desarrollados en los dos últimos siglos son:
1. “Los problemas políticos, en el fondo, son problemas morales y religiosos” (Kirk, 1985 [1953]: 8).
2. La sociedad es una diversidad de seres y prácticas humanas.3. Existe la convicción de que la sociedad requiere orden. 4. La presunción de que la libertad y la propiedad están vinculadas.5. La fe en la prescripción y desconfianza en quienes desean reconstruir
la sociedad sobre diseños abstractos.6. Sólo el cambio prudente permite la preservación social (Kirk, 1985).
Estos principios, según Nash (1987[1976]) llevaron a Russell Kirk a proponer
un sistema descentralizado de organización del Estado para evitar el
absolutismo, la manipulación de las leyes positivas y el control de las mayorías,
así como para promover que libertad e igualdad son compatibles y garantizar
un sistema de equilibrios que sea el producto del acuerdo de los intereses
involucrados.
republicana de sociedad patriarcal al estilo de la elite del Estado de Virginia para preservar la estabilidad social con un mínimo de interferencia federal.11 John Caldwell Calhoum (1782-1850) Nació en el seno de una familia de inmigrantes de Escocia e Irlanda. Vivió en Carolina del Sur y estudió leyes en Tapping Reeve Law School en Litchfield Connecticut. Se desempeñó como Vicepresidente de los Estados Unidos en el gobierno de John Q. Adams. Como líder de los políticos del sur, fue mejor conocido por ser el vocero de los esclavistas y del derecho de las minorías. En política internacional favoreció la entrada en la guerra contra Inglaterra en 1812, promovió la teoría de la nulificación y como Secretario de Guerra en el gobierno de James Monroe ayudó a diseñar la Doctrina Monroe.12 Benjamín Disraeli Conde de Beaconsfield (1804-1881). Político y escritor británico considerado como el segundo fundador del partido conservador británico. Se convirtió en primer ministro entre 1874 y 1880. promovió la anexión de las islas Fiji en 1874, logró el 40% de las acciones del canal de Suez, en 1876 proclamó a la reina Victoria como Emperatriz de la India y se anexionó la provincia del Transvaal en África del Sur. Por otra parte, con el tratado de Berlín de 1878, logró reducir las ventajas obtenidas por Rusia en el Tratado de Santo Stefano. Sin embargo, la derrota de la Gran Bretaña en manos de los zulúes y de los afganos y la crisis agrícola y financiera contribuyeron a su derrota política en 1880.13 Irving Babbitt (1865-1933), nació en Dayton Ohio. Studio en Harvard College. Posteriormente, se desempeñó como académico y crítico literario. Fundó el movimiento “Nuevo humanismo”. Desde el punto de vista político, fue seguidor de las ideas de Platón y Edmund Burke y fue un consistente adversario del romanticismo.14 Paul Elmer More (1864-1937) fue un crítico literario y ensayista norteamericano. Fue educado en la Washington University en Saint Louis y en Harvard University. Trabajó como periodista en The Independent, el New York Evening Post y la Nación. Colaboró con Irving Babbitt en su proyecto de “Nuevo humanismo”.
Frank Meyer15
Frank Meyer trató de sintetizar en In Defense of Freedom la tendencia hacia la
desintegración del movimiento libertario y tradicionalista. Ese intento tiene
como una de sus razones proponer una alternativa ante la bancarrota del
movimiento de partidarios del Nuevo Trato que ha dominado en los últimos
treinta años en el pensamiento político estadounidense.
El credo libertario-tradicionalista de Frank Meyer es presentado junto a sus
afirmaciones acerca de lo que él consideró que era el liberalismo y el
conservadorismo del siglo XIX y los del siglo XX. Este credo estaría conformado
por los siguientes elementos:
1. El liberalismo del siglo XIX fue una suerte de doctrina plagada de errores que condujo hacia el colectivismo y totalitarismo en nombre de la libertad.
2. Por otro lado, Frank Meyer criticó al conservadurismo del siglo XIX por su carácter estático y concentrase solamente en la lucha en contra de las ideas de utilitarismo, el positivismo y pragmatismo.
3. Observa que el movimiento tradicionalista se nutre de las ideas de los conservadores del siglo XIX especialmente del pensamiento de Edmund Burke. Esta visión no considera al individuo y a la libertad como el centro de sus ideas. Sin embargo, precisa Frank Meyer, el tradicionalismo contemporáneo si acepta que el individuo busque su bienestar mediante el respeto de las normas vigentes y que la libertad individual es esencial para el ser humano.
4. Junto al individuo, Frank Meyer consideró que las instituciones sociales son un punto cardinal en el desarrollo de cualquier doctrina política-económica.
5. Frank Meyer consideró que: “existen verdades y valores absolutos hacia los cuales el hombre debe dirigirse” (Meyer, 1996: 69).
Aunque recibió críticas tanto del lado tradicionalista como del lado
libertario16, las tesis fusionistas de Frank Meyer estaban ganando terreno. Para
15 Frank Meyer Strauss (1909-1972) Nació en el seno de una familia Judía Ortodoxa de Newark, Nueva Jersey. Fue un antiguo comunista y cofundador de la revista National Review.16 Entre los personajes que criticaron In Defense of Freedom se encontraron: Willmoore Kendall (quien sugería que Frank Meyer era un doctrinario), John Hallowell, Richard Weaver (quien consideraba que su crítica al valor (neo) liberal de la comunidad lo acercaba al individualismo anárquico), Felix Morley (quien aseguraba que Frank Meyer había
Nash (1987[1976]) la labor de Frank Meyer estaba llevándose a cabo por lo que
él denominó como ósmosis y que se había transformado en un consenso de
facto. De esta manera, muchos tradicionalistas adoptaron el fusionismo (unión
de las ideas libertarias y tradicionalistas), porque deseaban hacerlo. Además, la
Guerra Fría fue de gran ayuda, entre otras razones, por que ésta era una guerra
primordialmente por las ideas y por captar la imaginación y apoyo del público.
Por último, no era difícil aceptar las tesis tradicionalistas que defendieran la
familia, la libre empresa y, el Estado benefactor pero limitado o que respetase la
propiedad privada.
Barry Goldwater
Ahora bien, con la acción política de Barry Goldwater17 y la publicación de
su libro La Conciencia de un Conservador, el movimiento fusionista tuvo una
expresión política concreta (Nash, 1987[1976]).
El núcleo del discurso de Goldwater consistió en aceptar como dadas
representaciones de burocracia, gobierno descentralizado, capitalismo como
forma adecuada de organizar la sociedad y las relaciones económicas. Sin
embrago, se concentró más en los aspectos relacionados en las personas que en
los elementos materiales. En tal sentido, consideró que los “Libertarios”, de
quienes compartió sus ideas económicas: “se concentraban demasiado en los
aspectos materiales de la naturaleza del hombre” (Goldwater, 1990: 4) y agregó:
“el hombre es, en parte, una criatura animal; pero también una criatura
espiritual con necesidades espirituales y deseos espirituales” (Goldwater, 1990:
4-5).
En materia de descentralización, Goldwater consideró que los demócratas y
los republicanos han coincidido en el fomento de políticas que han
desembocado en una mayor interferencia del gobierno federal en el subnivel
alcanzado un consenso teórico), Brent Bozell (su crítica se enfilaba a la excesiva carga que Meyer daba a la libertad). 17 Barry Morrys Goldwater (1909-1998) fue un político norteamericano nacido Phoenix Arizona. Fue senador en cinco oportunidades (1953-1965) y (1969-1987). Fue nominado candidato presidencial por el Partido Repúblicano para competir en contra de Lindon B. Johnson.
nacional. Prosigue diciendo que uno de los métodos más utilizados para el
incremento de la intervención del poder federal lo constituye los Grant-in-aid en
un creciente número de áreas que la constitución de 1787 considera como de
competencia exclusiva de los estados y afirma: “Esos grants son denominados
Matching funds y son designados para ‘estimular’ los gastos de los gobiernos de
los estados en salud, educación, seguridad social, conservación o cualquier otra
área en la cual el Gobierno Federal decide que es necesaria la acción federal”
(Goldwater, 1990: 19).
Goldwater observó dos cosas en relación con esos programas en los cuales
participaban los Gobiernos estatales y el federal. En primer lugar eran
programas federales, es decir, concebidos desde Washington. En segundo lugar,
esos programas eran lo que el autor denota como un “chantaje”18. Una vez que
el gobierno federal ha ofrecido los fondos, es difícil negarse a utilizarlos y
menos aún cancelarlos en el futuro, debido a que políticamente sería un suicidio
para el político dentro del estado que lo plantee. En tercer lugar, existía un
método más directo de coerción que consistía en remover los fondos federales a
menos que los gobiernos de los estados no adoptaran aquellas medidas que
Washington consideraba como apropiadas.
Para Goldwater, el problema con la intervención del Gobierno Federal con
los asuntos de los gobiernos estadales radica en que se abre la posibilidad de
mayor intervención del Gobierno Federal en detrimento de los miembros de la
federación. Para Goldwater, la décima enmienda a la Constitución de 1787
establece una regla prohibitiva para el Gobierno Federal, debido a que ésta
reconoce la jurisdicción de los miembros de la federación en ciertas áreas. Para
Goldwater, corresponde al pueblo de los estados miembros de la federación
ejercer el derecho de actuar o no actuar en sus áreas reservadas. En otras 18 Un ejemplo de estas prácticas, según Barry Goldwater lo constituyó el Joint Federal State Action Committee, que en 1957 recomendó que ciertos fondos Matching Fund Programs sean retornados a los estados sobre la dudosa base de que los miembros de la federación, desde la perspectiva del comité, han aprendido a vivir de sus responsabilidades. Esas áreas en las cuales los estados han aprendido, de acuerdo al comité de acción conjunta Federal, son: educación vocacional, programas de agricultura, economía del hogar, enfermería y comercio de pescado, renovación urbana, tratamiento de desperdicios, apoyo a la salud, establecimiento de normas relacionadas al programa de energía atómica del gobierno federal y proyectos de construcción de depósitos de desperdicios. (Goldwater, 1990).
palabras, los recursos interpuestos por el Gobierno Federal para ejercer su
intervención no descansan en la federación, el cual no es soberano, sino que
descansan en el pueblo de las entidades que componen la federación, que es
quien tiene todos los derechos para tomar acciones disciplinarias. Si el pueblo
de un estado no está de acuerdo con determinado programa, en las elecciones
puede pedir rendición de cuentas a la administración y, eventualmente, solicitar
la remoción de la administración estatal.
Milton Friedman19 en Capitalismo y Libertad
Producto de la recopilación de una serie de conferencias patrocinadas por el
Volker Fund y de sus trabajos en macroeconomía, Milton Friedman publicó en
1962 el libro titulado Capitalismo y Libertad.
Al igual que Hayek, la preocupación cardinal de Milton Friedman era la
libertad política y la libertad económica. En su obra Friedman realiza un acto de
reconocimiento de la libertad como concepto articulador de la sociedad y de
justificación del libre mercado para que la libertad política sea posible.
Friedman vinculó su representación de la idea de libre mercado a los procesos
monetarios. Sostenía que cuando el Estado interviene en la sociedad como
prestatario genera un crecimiento de la oferta de dinero y un efecto de
desplazamiento de la actividad privada. El desplazamiento de la actividad
privada por la intervención del Estado provoca, según Friedman un
debilitamiento de la libertad económica e inflación.
Friedman propuso la promoción de la libertad económica como condición
necesaria para el logro de la libertad política (Friedman, 2002 [1962]: 9-10). La
condición suficiente para que la libertad económica sustente la libertad política
es resolver el problema de coordinar las actividades económicas en una gran
19 Economista de la Hoover Institution de la Universidad de Stanford, California y del Paul Snowden Russell Distinguished Service. Fue profesor emérito de Economía en la Universidad de Chicago y en 1976 recibió el Premio Nóbel de Economía.
masa de personas con la libertad individual. Para Friedman el mejor sistema de
coordinación es el capitalista, basado en la cooperación voluntaria que implica
la técnica del mercado dentro de un marco de “reglas de juego” (Friedman,
2002 [1962]: 15).
Lo anterior obligó a Milton Friedman a proponer una serie de
consideraciones para hacer posible que el Estado cumpla con su papel en la
sociedad: 1) el poder del Estado debe estar disperso en forma vertical y en
forma horizontal, es decir, el Estado debe estar descentralizado; 2) debe existir
una definición clara del concepto de derechos de propiedad; 3) debe haber un
sistema monetario; 4) debe promoverse la libre entrada en el mercado a fin de
establecer un control de los monopolios; y 5) en el problema de las
externalidades, la intervención del gobierno genera más efectos externos que los
que resuelve, además de ser una amenaza para la libertad.
En resumen las propuestas (neo) liberales de Milton Friedman se condensan
en lo siguiente:
1. En materia monetaria, promover lo que denominó como “un programa para la estabilidad monetaria” (Friedman, 1968: 14).
2. Beneficios, contratos de alquiler, préstamos y salarios ajustados a la tasa de inflación.
3. La eliminación de los controles de precios y salarios para evitar caídas en los niveles de producción y de eficiencia en el aparato productivo.
4. Búsqueda de una política de equilibrio presupuestario y rechazar la idea keynesiana de que el endeudamiento del Estado por vía de la emisión de papeles no tiene efectos sobre el gasto20. Ese equilibrio fiscal debe pasar por promover, por ejemplo: 1) la educación privada; 2) abandonar el programa de construcción de de “viviendas públicas” (Friedman, 2002 [1962]: 180); 3) evitar la legislación relacionada al salario mínimo; 4) eliminar los subsidios en la agricultura; 5) favorecer los programas de retiro administrados por empresas privadas o públicas; 6) reformas en los sistemas del Medicare y el Medicaid
20 El sector público cubrirá sus gastos con impuestos aplicados a los agentes y con la emisión de dinero se reflejará en la base monetaria en términos reales. Luego, el gasto público “G” será equivalente a: G = T + [(BM2 – BM1)/P], donde “T” es volumen de impuestos, “P” el nivel agregado de precios y “BM” la base monetaria en el período 1 y en el período 2. De esta manera, la crítica (neo) liberal apunta al argumento de que cuando el presupuesto nacional se financia, en parte, con la emisión de dinero, aumenta la base monetaria que, por medio del multiplicador de la liquidez, hace incrementar la oferta de dinero.
(Friedman, 1993: 4-5); 7) promover programas que ataquen directamente a la pobreza (Friedman, 2002 [1962]: 191).
Como se podrá apreciar, la contribución de Friedman a consolidar el
discurso (neo) liberal se sustenta en los siguientes elementos: 1) sustituir el
concepto de ingreso real y tasa de paro real por el de ingreso permanente y tasa
de paro natural; 2) reforzar la representación que de libertad lanzaron en la
década de los cuarenta Ludwig von Mises y Friedrich von Hayek; y 3) proponer
nuevas o reforzadas representaciones acerca del papel del Estado en la
sociedad.
Michael Novak21 en el Espiritu Del Capitalismo Democrático
Michael Novak se constituyó junto a George Gilder, en uno de los
divulgadores de las ideas (neo) liberales más importantes desde 1940 (Nash,
1987[1976]). Michael Novak orientó su discurso a explicar qué y cómo es el
espíritu que orienta a lo que él denomina capitalismo democrático.
Para Novak el capitalismo democrático tiene cinco componentes: la
economía de mercado, el respeto del derecho a la vida, la libertad; la felicidad; y
un sistema de instituciones movidos por los ideales de justicia y libertad para
los ciudadanos.
Por otra parte, estableció como línea central de su argumentación una
relación entre la existencia de un sistema político democrático y la economía de
mercado. Ese vínculo debe respetar ciertas premisas:
1. La limitación y separación del poder del Estado como mecanismos de defensa en contra de la tiranía y el estancamiento.
2. La liberación de las energías de los individuos y las comunidades.3. La libertad laboral, la creatividad o el uso de la razón, el
emprendimiento continuo y un sistema legal que garantice la toma de riesgo razonado.
21 Michael Novak, nació en Johnstown Pensilvania en septiembre de 1933. De confesión católica y filósofo con Maestría en Historia y Religión, se graduó de Teólogo en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.
4. Introducir un nuevo pluralismo: la libertad de expresión, libertad de prensa, la libre indagatoria de las cosas y la posibilidad de que la diversidad florezca (Novak, 1982: 54).
Para Michael Novak un sistema capitalista democrático necesariamente debe
estar de la mano con formas de gobiernos descentralizado, debido a que esta
forma de gobierno es contraria al orden unitario que es típico de la tiranía
(Novak, 1982: 51). Según su opinión los gobiernos como el soviético basados en
el principio leninista de centralismo democrático no es sino una forma de
unitarismo que, obviamente, degeneró en totalitarismo. Es así que dentro de un
sistema descentralizado de poder en un régimen de capitalismo democrático, el
progreso económico se puede sustentar más firmemente en la capacidad de
inventar e innovar de la nación.
Sin embargo, no se debe pensar que el solo hecho de existir un sistema
político descentralizado y con un sistema capitalista es garantía automática del
bienestar. En otros términos, así como la democracia política depende del
sistema de libre mercado, éste depende para su existencia de la democracia.
En conclusión, con Michael Novak se abre la discusión acerca de las
bondades del capitalismo democrático como representación de la economía de
mercado y como condición básica que posibilita el desarrollo de procesos de
descentralización política y administrativa en los Estados nacionales.
Otras propuestas que desde la sociología política aborda la crisis del Estado contemporáneo
A continuación en la siguiente tabla se mostrará los aportes que autores
como Claus Offe, Norberto Bobbio o Alan Wolfe han hecho para dar cuenta de
la crisis del Estado contemporáneo.
Tabla 2Algunos autores que desde la sociología política han dado cuenta de la crisis
del Estado contemporáneoAutor/postura Propuestas
Liberal populista 1. El Estado como proveedor de reglas y mediador para el desenvolvimiento de las fuerzas sociales.
2. La intervención del Estado genera desajustes sociales.3. La democracia es un método político ajeno a los valores de las
comunidades. Es un ordenamiento institucional y es neutral.4. Las relaciones de poder son plurales, que se basan en la negociación en que
los actores promueven sus intereses.Capitalismo monopolista de Estado
1. Se basa en los trabajos de Rosa Luxemburgo en Acumulación de el Capital de 1912; Rudolf Hilferding en Capital Financiero de 1910 y Vladimir I. Lenin en Imperialismo fase superior del Capitalismo de 1916.
2. Existe una alianza entre capital monopolista, capital bancario y el Estado.
3. Se admite un sector estatal, competitivo y monopolista.4. Las organizaciones internacionales tipo FMI o BM contribuyeron a la
expansión del capital financiero a escala planetaria.5. La transnacionalización del capital ha trastocado la armazón jurídico-política
de los Estado a través de la soberanía interdependiente.Neo-corporativismo 1. La acción del Estado se ve interferida por las corporaciones.
2. El Estado, en el “Capitalismo post-liberal avanzado” reconoce y avala la participación de diversas organizaciones con intereses, funcionales, organizados jerárquicamente y de carácter no competitivo que aseguran la conciliación de intereses.
3. Lo anterior ha engendrado: a) despolitización; b) exclusión de los ciudadanos; c) acuerdo de élites.
4. La respuesta de la sociedad no política es la configuración de formas alternativas de mediación que sustituya a los partidos.
Claus Offe 5. Las estructuras de producción han modificado la acción mediadora del poder estatal.
6. En el “Capitalismo tardío” no existe solo por factores económicos.7. La crisis del Estado o la crisis de la gobernabilidad se manifiesta en: a)
pérdida de la mediación de los particos; b) desideologización; c) erosión de la identidad colectiva; y d) burocratización.
8. Hay un surgimiento de movimientos sociales que no persiguen representatividad, sino cierta autonomía frente al Estado, por lo que su acción se mueve lejos de la “Democracia competitiva”.
Alan Wolfe 1. La función integradora y de legitimidad del Welfare State ha permitido el desplazamiento de lo económico a lo político.
2. El problema de la legitimidad política está en contradicción con la lógica del capitalismo en los Estados contemporáneos.
Norberto Bobbio 1.Defensa de la democracia frente a las dictaduras.2. Obstáculos: 1) tamaño y complejidad de la sociedad moderna; 2)
burocracia; 3) la tecnología que ha complicado el proceso estatal de toma de decisiones; 4) despolitización por las industrias culturales; 5) presiones corporativas; 6) aislamiento de los tecnócratas; y 7) sistemas de elección mayoritaria.
3. La crisis de la institucionalidad en el estado contemporáneo se presenta por: 1) no cumplimiento de promesas; 2) no ha limitado a las élites; 3) no ha atendido a las promesas de autogobierno; y 4) no ha integrado la igualdad formal con la sustancial.
4. Los problemas específicos son: 1) ingobernabilidad (demanda mayores que las ofertas, no hay soluciones duraderas y las soluciones son lentas y débiles); 2) privatización de lo público; y 3) falta de transparencia en la gestión.
5.La solución para Bobbio es: 1) para la ingobernabilidad, el autoritarismo o la socialdemocracia; 2) para los poderes invisibles y la privatización la crítica libre y el desacuerdo.
Raymon Aaron 1. La sociedad de hoy es industrial sea socialista o capitalista.2. En ambas sociedades las iguala el deseo de obtener crecimientos en el
producto nacional bruto.3. Lo que diferencia a las sociedades es la organización política.4. El régimen político o la organización del poder y la concepción que tienen
los gobernantes de su autoridad determina la existencia de clases.Elaboración propia basada en Jiménez (1999), Lenin (1975), Baran y Sweezy (1979[1968]) y Rama (2006).
Visiones del estado contemporáneo desde la sociología
El Estado contemporáneo desde la visión de Pierre Bourdieu
La teoría de las representaciones sociales, en sus diferentes vertientes,
contribuyó a: establecer puentes entre el universo construido de la ciencia y el
universo convencional del sentido común; trascender la relación sujeto-objeto;
trascender conceptos individualistas como el de actitud; o abordar formas de
conocimiento grupales, socialmente compartidos y recreados en el curso de las
interacciones (conversaciones) [Álvaro y Garrido, 2003].
Ahora bien, como lo expresa Pierre Bourdieu: “Las representaciones sociales
de los agentes varían según su posición (y los intereses asociados) y según su
hábitus, como sistema de esquemas de percepción y de apreciación, como
estructuras cognitivas y evaluativas que adquieren a través de la experiencia
duradera de una posición en el mundo social” (1996: 134). Al vincular Pierre
Bourdieu las representaciones sociales con el concepto de hábitus, el autor,
según mi punto de vista, estableció un puente entre las consideraciones de
carácter psicosocial y las de carácter social. De esta manera:
“La correspondencia que se establece, por intermedio de los hábitus, de las disposiciones, de los gustos, entre las posiciones y las prácticas, las preferencias manifestadas, las opiniones expresadas, etc., hace que el mundo social no se presente como un puro caos, totalmente desprovisto de necesidad y susceptible de ser construido de cualquier manera” (1996: 135).
Además, el autor agrega: “Pero este mundo ya no se presenta como
totalmente estructurado y capaz de imponer a todo sujeto que percibe los
principios de su propia construcción. El mundo social puede ser dicho y
construido de diferentes modos según diferentes principios de visión y
división” (Bourdieu, 1996: 135).
Lo antes expuesto sugiere que los procesos de construcción y circulación de
representaciones sociales, como lo expresa Bourdieu (1996), están encuadrados
dentro de lo que él denominó como habitus22 y campus (de ahora en adelante
campo). Para Bourdieu (1996) el habitus es:
“. . . a la vez un sistema de esquemas de producción de prácticas y un sistema de esquemas de percepción y de apreciación de las prácticas. Y, en los dos casos, sus operaciones expresan la posición social en la cual se ha construido. En consecuencia, el habitus produce prácticas y representaciones que están disponibles para la clasificación, que están objetivamente diferenciadas; pero no son inmediatamente percibidas como tales más que por los agentes que poseen el código, los esquemas clasificatorios necesarios para comprender su sentido social” (1996: 134).
En otras palabras, el habitus desde el punto de vista del sujeto, es un
conjunto de esquemas clasificatorios que son socialmente condicionados y que
dependen de las condiciones de existencia. Esas condiciones de existencia están
constituidas por prácticas que, a su vez, están conformadas por configuraciones
sistemáticas de propiedades que expresan sistemas de valores diferenciales.
Además, según Bourdieu los actores sociales: “[. . .] son capaces de ver la
relación entre las prácticas o las representaciones y las posiciones en el espacio
social. Así, a través del habitus, tenemos un mundo del sentido común [. . .]”
(1996: 135). Además el espacio social, gracias a la presencia de actores sociales
con propiedades diferenciales (con poder de diferenciación) y ligados
sistemáticamente, da lugar a grupos de interacciones de diferente categoría y
que responden a diferentes principios de visión y división. De esta manera las
representaciones y las prácticas sociales no se presentan como totalmente
estructuradas y, por lo tanto, capaces de imponer a todos los actores sociales los
principios de su construcción.
22 Para Bourdieu (2001), el habitus son estructuras constitutivas de un “entorno”, son lo que él denomina como “regularidades asociadas”, que constituyen un sistema de disposiciones duraderas de acciones organizadas por actores sociales y son estructuras estructuradoras que funcionan como estructuras estructurantes de prácticas sociales. El concepto de habitus en Bourdieu es similar al de figuración de Norbert Elias (1995). La figuración es una forma de pensamiento, actuación e interacción en un momento histórico determinado y que definen lo normal y lo anormal. Es decir, en la estructura social se presentan condiciones de posibilidad y limitaciones a la interdependencia de los individuos.
En resumen, el concepto de habitus en Pierre Bourdieu implica:
1. Que las percepciones y representaciones no son libremente motivadas. El autor además agrega, que el habitus se adquiere inconscientemente, pero no es el inconsciente en el sentido freudiano. No es mecánico o espontáneo, debido a que no está estructurado según una lógica de referencia a un fin.
2. Proviene de un proceso de inculcación que transforma lo cultural en natural. En tal sentido, el autor señala en el proceso de inculcación se genera un habitus primario proveniente del entorno familiar (disposiciones duraderas y no inmutables que condicionan la adquisición de nuevas disposiciones y la realización de prácticas), un habitus secundario (que se constituye en la escuela) y un habitus de clase (es el habitus individual que refleja el del grupo).
3. La transferibilidad del habitus da origen a un principio generador de prácticas y de enjuiciar las prácticas sociales que permiten actuar al habitus en el tiempo. Por lo tanto, ante situaciones cambiantes en el contexto social, se produce el efecto histéresis. Es decir, aunque desaparezca las condiciones objetivas que permitieron reproducir prácticas socialmente válidas, se produce un desajuste (décalage) entre el principio que permitió enjuiciar las prácticas pretéritas y el contexto presente.
4. Existe un conjunto de disposiciones perdurables que adaptan las percepciones, pensamientos y acciones de los actores sociales a determinadas situaciones.
5. Tales disposiciones afectan y estructuran diferentes campos de actividad. Esto ocurre debido a que las propiedades diferenciales de los actores sociales distribuidos en el espacio social se expresan en signos distintivos y signos de distinción. Por lo tanto el espacio social es de carácter simbólico en donde se pueden presentar consensos o disputas simbólicas.
Con referencia al escenario donde opera el habitus, Bourdieu (1996) lo
denomina campo. El campo son los espacios de juego históricamente
constituidos con su estructura de actores, relaciones, instituciones específicas y
leyes de funcionamiento. Bourdieu (2001) subdivide el espacio social y dentro
de lo social el Estado en un conjunto de campos sociales (microcosmos)
vinculados por sistemas de relaciones y sistema de posiciones. En forma
resumida, el campo social se estructura y funciona de la siguiente manera:
1. Está conformado por espacios estructurados de posiciones de un conjunto de actores sociales (agentes) con una situación actual y potencial. En la sociedad existirán tantos campus como áreas de la cultura humana (se habla de un campus científico, literario, económico o político entre otros).
2. Por otra parte, dentro de cada campo existen grupos que: “… tienen sus dominantes, y sus dominados, sus conservadores y su vanguardia, sus luchas subversivas y sus mecanismos de reproducción” (Bourdieu, 1996: 143). Es decir, los actores sociales compiten con su capital (económico, político, social, cultural o simbólico) para establecer las reglas y códigos que aseguran la posesión y acceso al capital o poder que regulan al campo. Además, el autor utiliza la metáfora del mercado para detallar el tipo de actores involucrados. Por una parte se encuentran los productores, los consumidores y los mediadores que representan las instancias de consagración y legitimación específica del campo.
3. El control sobre las formas de capital, reglas de juego y/o códigos permiten establecer las normas de adhesión y poder motivador (investissement) que impulsan la acción. Se trata de una participación de un juego estratégico. De esta manera, cada campo engendra su interés (illusio) que le es propio y cada interés es la condición de funcionamiento del campo. Es decir, que los actores sociales dentro de un campo determinado están de acuerdo que lo que ocurre dentro del campo tiene sentido, que sus apuestas como jugadores son importantes. Por lo tanto, los actores estarán dispuestos a luchar dentro del campo por lo que en ese campo se lucha y obtener beneficios (que pueden ser de carácter económico o simbólico) de ello.
4. Cada campo se organiza según el capital obtenido por las personas y/o grupos que lo componen en forma coaligada o no en luchas anteriores y que orienta la estrategia de los actores comprometidos. Es decir, dentro de cada campus, los actores sociales cuentan con diferentes formas de capital de tipo económico (bienes y servicios), cultural (conocimiento adquirido por medio del sistema educativo) o simbólico (a través del prestigio y la credibilidad).
5. En cada campo se presentan tensiones de campo y luchas de poder por la distribución de las formas de capital y las prácticas sociales adecuadas. Tales tensiones, en algunos momentos puede favorecer a alguno de los actores involucrados en un momento determinado y desfavorecerlo en otro
momento. Sin embargo la acumulación de capitales simbólicos, políticos o económicos favorecerá a quien haga mejor uso de ellos. Lo anterior es así porque el campo es el escenario de luchas destinadas a conservar o transformar ese campo de fuerzas. En él, los que han acumulado más capital adoptan estrategias de ortodoxia y los que poseen menos capital tratan de aplicar estrategias de herejía (Gutiérrez, 2002). En otras palabras, en cada campus existen agentes poseedores mayoritarios del capital, existen agentes autorizados a emplear el capital del agente principal y existe un conjunto de agentes más o menos separados que compiten por la posesión del capital.
6. Según Gutiérrez (2002), para que funcione el campo se requiere gente que esté dispuesta a jugar el juego que es propio del campo, que esté dotada del habitus (conocimiento y reconocimiento de las leyes inmanentes del juego, que crea en el valor de lo que en el campo está en juego).La creencia no es voluntaria, sino de una adhesión inmediata e incondicional.
7. Por lo antes expuesto, el campo es dinámico. En él se producen constantes definiciones y redefiniciones de las relaciones de las fuerzas entre los actores comprometidos en el juego. Es decir, a medida en que los actores sociales modifican parcial o sustancialmente sus representaciones sociales, también cambiaran el sentido en que interactúan las diversas fuerzas comprometidas dentro del campo.
8. Los límites entre los diferentes campo sociales son de carácter legal o con barreras de entrada explícitas o tácitas. Por ejemplo, Bourdieu (2001) sugirió la posibilidad de relaciones entre el campus social y el campus del poder, debido a que este último es el lugar en donde las relaciones de fuerzas de diferentes formas de poder luchan por el principio de “dominación dominante” (Bourdieu, 2001) o de dominación legítima.
Dentro del campo tiene lugar luchas simbólicas por la producción del sentido
común, es decir, por alcanzar el monopolio de la nominación legítima de la
experiencia. Esa lucha simbólica tiene dos aspectos: de carácter objetivo y de
carácter subjetivo. En el primer caso, consiste en actuar por medio de
representaciones (individuales y/o colectivas) para hacer ver y valer que ciertas
manifestaciones, situaciones y decisiones son de carácter asertórico. En el
segundo caso, existe una lucha por cambiar las categorías de percepción y
apreciación de la experiencia, por medio de la introducción de estructuras
cognitivas y evaluativas.
El resultado de la lucha simbólica dentro de cada campus, luego que los
actores sociales involucrados en las luchas simbólicas aplican sus formas de
capital adquirido, es que algún grupo o coalición de grupos legitimen cierto
orden social, es decir, la aplicación de representaciones sociales que promuevan
estructuras de percepción y apreciación. Tales representaciones deben propiciar
categorías inherentes y juicios asertóricos (incluso apodícticos por medio del
efecto teoría, es decir, la capacidad de una representación o discurso de ser útil,
adecuada o verificable) con la finalidad de crear en las personas auténticas
creencias.
Resta solamente el proceso de conversión de un discurso no oficial en un
discurso oficial sobre la base de las nuevas representaciones sociales y
estructuras de percepción y evaluación vigentes. Este proceso, según Bourdieu
(1999) se desarrolla por medio de los que él denominó como proceso de
“inculcación simbólica” o de “impregnación gota a gota”. De esta manera, el
discurso oficial adquiere un poder simbólico oficial.
Lo anteriormente señalado, conduce a lo que Bourdieu denominó como
campus jurídico, que lo definió como:
“…el lugar de una concurrencia por el monopolio del derecho de decir el derecho, esto es, la buena distribución (nomos) o el buen orden en el que se enfrentan agentes investidos de una competencia inseparablemente social y técnica, que consiste esencialmente en la capacidad socialmente reconocida de interpretar (de manera más o menos libre o autorizada) un corpus de textos que consagran la visión legítima, recta, del mundo social” (2001: 169).
Bourdieu (2001) caracterizó a este campus como la de un universo
relativamente independiente (y neutral) de prácticas externas y que ejerce una
violencia simbólica legítima por medio de la razón jurídica. Es decir, la razón
jurídica es la representación recta (droite) de esquemas acordes con las
estructuras del mundo que son el producto de consagrar un determinado orden
establecido.
Ahora bien como discurso, en el campus jurídico se asegura una unidad de
significación por medio de prácticas enunciativas23 y el poder nominativo que
asegura el reconocimiento de la visión dominante como objetiva. Como espacio,
es el conjunto de órganos especializados (organizados según una estricta
jerarquía) que sirven de soporte al campus que negocia el discurso jurídico y
donde se ejerce el poder simbólico por antonomasia.
De esta forma, se establece una relación entre la norma jurídica y las
prácticas sociales. La norma opera como un principio de determinación de las
prácticas y que traduce en forma simbólica lo que existe en forma de habitus. Es
decir, la razón jurídica somete una situación eventualmente poco conveniente
para los agentes que detentan en monopolio del poder legítimo a límites
codificados positivamente. Así el interés por obedecer (aceptar o adherirse) la
norma es mayor al interés en desafiarla.
Además de lo anteriormente expuesto, la eficacia del campus jurídico radica
en que combina la lógica política (donde se establece la relación aliados versus
rivales con exclusión de un árbitro) y la lógica del campus científico (cuyo
principio rector, en este caso, es la lógica del deber-ser positivo), lo que le
confiere un poder arbitral avalado por el Estado.
En conclusión, las relaciones de poder tienden a reproducirse en las
relaciones de poder simbólico oficial por medio de la adquisición de títulos de
propiedad simbólica. Estos títulos no solamente otorgan derechos, ventajas o
reconocimientos sino que acrecientan el capital simbólico del grupo y refuerzan
la eficacia simbólica del poder simbólico establecido.
23 Según Bourdieu (2001), el lenguaje jurídico se produce por la concurrencia de dos efectos: El efecto neutralización y el efecto universalización. El efecto neutralización se obtiene por medio del uso de instrumentos sintácticos tales como la voz pasiva y los giros impersonales. El efecto universalización se obtiene a través de: el uso de verbos en modo indicativo para enunciar las normas, los verbos conjugados en tercera persona del singular, el uso del pretérito perfecto y el uso de pronombres o adjetivos indefinidos
El Estado contemporáneo desde la perspectiva de la estructuración socias de Anthony Giddens
La estructuración social o la doble estructuración social de Giddens (1995) se
sustentan en la relación entre los actores que realizan prácticas sociales y los
sistemas sociales. Los actores sociales cuando realizan sus prácticas de manera
discreta, digamos de manera agregada, ponen en acción sus prácticas sociales.
Los sistemas sociales son estructuras que posibilitan y/o limitan las prácticas
sociales. Los actores sociales pueden realizar sus prácticas de una manera
directa actor-actor y de una forma externa cuando la interacción se produce
entre el actor y el sistema social.
Los actores sociales, al realizar sus prácticas, movilizan lo que Giddens
(1995) denominó como consciencia práctica. La conciencia práctica implica: 1)
la motivación de la acción, que son los deseos que orientan las acciones, es
decir, las personas siempre actúan sobre la base de algún interés manifiesto o
no; 2) un registro reflexivo de la acción, que consiste en el conjunto de
conocimientos para orientar las acciones; 3) la racionalización de la acción o la
capacidad de comprender el sentido de las acciones aún cuando el actor no
pueda expresarlo de manera discursiva. Así, el primero de los aspectos que da
cuenta de las prácticas sociales es de carácter motivacional, que forman parte de
la conducta del actor. Cuando esa práctica se manifiesta de manera discursiva,
se denomina conciencia discursiva. Los dos restantes son aspectos cognitivos
que el actor activa de manera consciente o inconsciente.
Los actores sociales, en el esquema de Giddens (1995) están insertos en dos
procesos: la Rutinización y la Reflexibilidad. La rutinización es la realización
de determinado comportamiento social sin el concurso de la motivación. Lo
anterior implica que las prácticas sociales pueden o no estar motivadas. En este
sentido, la rutinización se caracteriza por el carácter habitual y dado por
supuesto de mucha de las actividades que conforma la cotidianidad de los
actores sociales. Por último, la rutinización consiste en formas tradicionales y
convencionales de comportamiento que dan un sentimiento de “seguridad
ontológica” cuando los actores realizan sus prácticas.
La reflexibilidad consiste en el aprendizaje que los actores sociales adquieren
en su práctica en determinados contextos sociales. Los actores sociales
internalizan las reglas y las experiencias que surgen de las interacciones con los
demás actores y el sistema social. Según Giddens, la reflexibilidad funciona en
el fluir de la rutinización. Lo anterior significa que el saber y el conocimiento
son fundamentales para la “Autorregulación reflexiva”, que se produce por
una serie de enlaces causales que retroalimentan la reproducción del sistema y
que depende del conocimiento de los actores sociales de los mecanismos de la
reproducción social.
Como consecuencia de lo anterior, la relación dual entre actor social y
sistema social trae dos efectos: 1) las condiciones inadvertidas de la acción; y 2)
las consecuencias no intencionadas de la acción. Las condiciones inadvertidas
de la acción hacen referencia a las condiciones que operan más allá de la
capacidad de conocimiento de los actores sociales. Las consecuencias no
intencionadas de la acción se refieren a los efectos o secuelas, sean de orden
favorable o desfavorable que no son conocidos por los actores.
De esta manera, actor social, sistema social, condiciones inadvertidas de la
acción y consecuencias no intencionadas de la acción contribuyen a la
reproducción social y al cambio social o capacidad de transformar que tienen
los actores sociales de modificar su vida social.
Para Giddens (1995), la vida social se refiere a la contextualizad espacio-
temporal de las prácticas sociales y que implica un escenario de interacción.
Para Giddens (1995), ese escenario consta de una estructura social que él
denominó “Paradigma-estructura” y de “Sintagma”. Lo primero es el conjunto
de reglas y recursos de significación (que otorgan sentido discursivo y nominan
la realidad social), dominación (esquema de poder institucionalizado) y
legitimación (aceptación del orden establecido y que se manifiesta en la
estructura, especialmente del orden jurídico-político del Estado).
Ahora bien, la estructuración social y el Estado, que forma parte de ese
entramado se desarrolla en lo que Giddens (1999) denominó como
“Modernidad tardía”. La modernidad tardía es un contexto social de cambios
radicales a nivel ontológico del conocimiento y en las condiciones del saber. En
este contexto, el espacio-tiempo se ha modificado por los efectos de lo que
Giddens (1999) denominó como la “Deslocalización” o “Desanclaje” y que
consiste en cambios en el entorno desde donde los actores sociales construyen
sus identidades (desde donde los actores realizan sus prácticas de manera
rutinaria y cómoda, s decir, se presenta un extrañamiento del actor respecto a lo
que lo rodea en términos de cambio de prácticas). Ese entorno también está
constituido por lo que Giddens (1999) denominó como el sistema mundial en
que el espacio-tiempo se ha reorganizado.
Para Giddens (1999), la sociedad moderna o modernidad tardía, y con ello el
Estado contemporáneo, está relacionada, para no decir afectada, por los
fenómenos económico-sociales asociados con procesos a escala planetaria. Para
Giddens (1999), la globalización tiene cuatro dimensiones: 1) el sistema de
Estado nacional; 2) la división internacional del trabajo; 3) la existencia de un
orden militar internacional; y 4) la economía capitalista mundial, con una
presencia significativa de las corporaciones.
Dentro de los fenómenos socio-económicos de escala planetaria se presenta
lo que él denominó como “Reflexibilidad institucional”. Esa reflexibilidad se
manifiesta en: 1) la separación o vaciamiento de la relación espacio-tiempo.
Para Giddens (1999) la globalización ha creado relaciones sociales que ya no
están mayoritariamente fijadas a unas circunstancias locales. Se presenta
además una radicalización y universalización de los rasgos institucionales que
se han establecido en la modernidad, en donde la coordinación de muchas
personas e instituciones se presenta en medio de ausencias. Por último, se
presenta un alargamiento de los métodos de conexión entre los diferentes
contextos sociales o regiones que se convierten en una red planetaria.
Por otra parte, Giddens (1999) introdujo el concepto de desenclave, es decir,
experiencias mediadas en los que no hay un contacto directo con el lugar en
donde surge el contacto inicial. En este sentido, el poder del estado están siendo
desafiado por los medio masivos de comunicación así como por las redes
sociales, por cuanto contribuyen con la separación del tiempo, espacio y la
introducción de estilos ajenos a las experiencias de los individuos. Estas
experiencias, Giddens (1999) las denominó como “Experiencias
mercantilizadas”, que se consolidan por medio de las señales simbólicas y de
los sistemas expertos.
En el primer caso, el Estado contemporáneo debe enfrentarse a la sociedad
de riego en el sentido no de que es más riesgosa, sino que es una sociedad que
sistemáticamente trata de prever los riesgos o minimizarlos.
Con relación a los sistemas expertos, su creación expresa la creciente
división del trabajo en la sociedad y sobre todo en el estado contemporáneo. La
creciente variedad de problemas ha obligado a las organizaciones públicas y
privadas a crear instituciones, agencia o departamentos para convertir
problemas desconocidos en conocidos y solucionables. El diagnóstico y
solución de los problemas tendrá que ir de la mano de expertos, laboratorios o
centros de investigación y desarrollo. Para Giddens (1999), la sociedad delega
en estos expertos la solución de problemas y por eso se les otorga la debida
confianza. La confianza es tal que los Estados principalmente les dan un status
de confianza plena, creencia, por cuanto suponen que estos sistemas trabajan
con una lógica de constante renovación e innovación. Esto le ha permitido a
Giddens (1999) afirmar que la seguridad ontológica de la sociedad y sobre todo
el Estado moderno se sustentan en los sistemas expertos.
El Estado y la Teoría de la Acción comunicativa de Jürgnen Habermas
Para Jürgen Habermas, los problemas sociales y del Estado contemporáneo
corresponden a los problemas de la del “Proyecto de la modernidad”24. El tema
de la modernidad fue enfrentado por este autor por medio de dos interrogantes:
1) sin abandonar el proyecto de la modernidad, pero que la observa como un
proyecto que violó su promesa y concluyó en la sin razón, en la pérdida de la
libertad y de la autonomía individual, ¿Cómo entender las contradicciones del
proyecto de la modernidad y estimar su significado y valor? Y 2) ¿Qué tipo de
racionalidad es la que surge de las potencialidades del lenguaje?
La respuesta a la primera interrogante es su teoría de la acción
comunicativa (Habermas, 2002 [1981]) (en adelante TAC). De este modo,
Habermas:
1. Habla de una racionalidad comunicativa.2. Introduce un concepto de sociedad que la asocia a lo que él denominó
como mundo de vida.3. Introduce su explicación de la modernidad y sus patologías.4. Trata de responde a la interrogante acerca de la acción social ¿Cómo y
porqué de la acción social?5. ¿Cómo captar la realidad que trasciende al individuo?6. Diagnosticar las tendencias de la sociedad contemporánea.
Lo anterior implica abordar alguna teoría de la acción. Es decir, una teoría
que responda a la interrogante de ¿Porqué las personas hacen lo que hacen?
En qué medida las acciones y decisiones personales se convierten en sociales,
pasar de lo micro a lo macro. En definitiva, al conocer de alguna manera la
acción social se está, de alguna manera, abordando el problema del orden
social.
24 Para Habermas el proyecto de la modernidad consiste en un movimiento intelectual complejo y diverso, que surgió en los siglos XVII y XVIII, se relaciona con las ideas de la ilustración y tiene a la razón como el principio rector de la vida individual y de la organización social.
De esta manera la TAC es una categoría de la acción social en que se pode en
juego un tipo específico de racionalidad, a saber, la racionalidad comunicativa.
Ahora bien, las personas al actuar lo hacen desde algún acervo de
conocimiento sobre el mundo; el comportamiento humano no es enteramente
un comportamiento instintivo. Las personas adquieren datos del mundo para
hacer sus interpretaciones y en consecuencia actuar. De esta manera actuar
implica conocer y conocer implica también una determinada racionalidad del
conocimiento.
Esta concepción del conocimiento difiere, por ejemplo, de la concepción
descartiana. Para Descartes, por ejemplo, el conocimiento/racionalidad residía
en la conciencia. La conciencia cognoscente establece una relación sujeto-objeto.
El primero es activo y el segundo es pasivo; por tanto, el primero invade el
ámbito del segundo y el conocimiento del sujeto estaba en función de lo que
podía develar del objeto. Ese conocimiento se traducía en operaciones de la
conciencia (ideas, imágenes, proposiciones, raciocinios, entre otras) y la
presencia de los a priori kantianos.
Esta concepción de la conciencia fue criticada porque no contemplaba el
papel del lenguaje, por cuanto al conocer y realizar las operaciones mentales
antes descritas se debe hacer desde un marco de comprensión. Este marco es el
lenguaje, ya que no hay lenguaje privado y ni ostensible (Wittgenstein, 2002
[1953]). Sin embargo, se presentan nuevos problemas: 1) el lenguaje es una
convención social y por tanto sus reglas no son estrictamente las de la lógica; 2)
no es unívoco; 3) no es claro en el sentido descartiano; 4) implica problemas
sociales, ya que el lenguaje es un hecho social; 5) como el lenguaje es social,
también es un hecho cultural25; 6) Habermas se preguntaba ¿Cómo con el
25 El lenguaje determina el pensamiento, pero en el sentido de que son los intereses de los pueblos, de sus culturas los que hacen uso de la lengua para dar cuenta de lo que los afecta, la experiencia. Loa anterior no es según los parámetros de la lengua, sino de los intereses de la cultura. Es decir, todo aquello que es aprendido, todo lo que hace al hombre: conjunto de creencias, valores, normas, actitudes, conductas, que están sometidas a una permanente evaluación y que constituirán en un aprendizaje asimilado o negado, hasta formar la conciencia de las cosas. Luego, es importante conocer de lingüística histórica (estudio del cambio lingüístico). Esto se sustenta en la famosa hipótesis Sapir-Whorf (por Edward Sapir y Benjamin Lee Whorf) en que la estructura de la lengua debe determinar, en cierta medida, la forma de percibir el mundo.
lenguaje se puede acceder a la verdad? Su respuesta fue mediante: a) la sintaxis
(reglas); b) la semántica (estudio del significado); y c) la pragmática (uso del
lenguaje).
Para Habermas hay aspectos pragmáticos de carácter universal26 y que son
competencia del hablante en cualquier lengua con independencia de los
aspectos sintácticos y semánticos. Lo anterior permite el acuerdo y el
entendimiento entre los hablantes y que denominó “Pragmática universal”
(Habermas, 2002 [1981]).
Desde el contexto de la pragmática universal, un acto de habla, es un acto
cualquiera en que se establece relaciones reales o potenciales entre uno o más
actores. Así, hablar es establecer relaciones efectivas o potenciales con un
oyente (relación comunicacional que es bilateral). Pero también hablar es
establecer relaciones con el mundo o mundos diferentes formados por hechos y
acontecimientos. Para Habermas, se dice algo sobre algo en el mundo y por esta
razón hace una clasificación de los hechos del mundo: 1) hechos del mundo
objetivo o hechos constatativos; 2) en el mundo social en donde hay normas e
instituciones se presentan hechos regulativos; y 3) en el mundo subjetivo en
donde hay ideas, emociones y sensaciones se presentan hechos expresivos.
Pero además de lo antes expuesto, hablar implica intercambio de
información y presencia de intereses. Habermas establece que los hablantes
tienen pretensiones denominadas “Pretensiones de validez” (Habermas, 2002
[1981]). Según el mundo que se aborde cambia la pretensión: 1) en el mundo
objetivo, en donde se presentan hechos constatativos, la pretensión es la
búsqueda de la verdad; 2) en el mundo social, en donde hay hechos regulativos,
la pretensión es por la rectitud; y 3) en el mundo subjetivo, en donde prevalece
la expresividad, la pretensión es la sinceridad o la veracidad.
26 Autores como Franz Bopp (1791-1867), Rasmus Rask (1787-1832) o Jakop Grimm (1785-1863) se percataron que ciertas lenguas exhibían semejanzas sistemáticas que debían derivarse de un antepasado común, del cual habrían divergido a través de los cambios sociales.
Sin embargo, las pretensiones no se presentan en forma mecánica. Por esta
razón Habermas cree que es más una puesta en juego. Se puede mentir
deliberadamente, se puede no creer lo que un hablante dice o puedo no ser
verás.
Por esta razón, según Habermas, hablar es un querer estar de acuerdo
(pragmática universal) (Habermas, 2002 [1981]). Es decir, no dice que en el uso
del lenguaje impera la razón o relaciones de poder, sino que en el lenguaje
reside la potencialidad de un entendimiento racional, que está respaldado por
la sintaxis, la semántica y la pragmática. Para Habermas, el querer estar de
acuerdo es en un sentido sustantivo y no solamente intencional. Sustantivo
porque hay uso del lenguaje, (algo universal) y por el hecho de que hay un
potencial de racionalidad que es la base para que el desacuerdo se convierta en
acuerdo. Lo anterior implica una argumentación que es, a su vez, uso de la
razón. En resumen, ¿Cuál es la racionalidad que surge de las potencialidades
del lenguaje? Y la respuesta de Habermas es la “Racionalidad comunicativa”
(Habermas, 2002 [1981]).
La racionalidad comunicativa
Para Habermas, la racionalidad comunicativa es una racionalidad limitada y
no a una racionalidad instrumental en el estilo de Max Horkheimer o Theodor
Adorno. Es una racionalidad de medios y no de fines, por cuando si fuese una
racionalidad de medios se estaría hablando de instrumentos para la acción, de
instrumentos para la burocracia o la ciencia. Esta racionalidad, dice Habermas
complementa a la racionalidad instrumental del proyecto de modernidad. Así,
lo racional de la racionalidad comunicativa se encuentra en: 1) la fuerza del
mejor argumento surgido de un proceso cooperativo de argumentaciones en
que las pretensiones de validez pueden ser criticadas por los oyentes; es decir,
se produce un acuerdo racionalmente motivado; y 2) lo racional también se
refiere a la eficacia técnica de una acción que busca un fin determinado. De esta
manera, de una parte, se busca un entendimiento: llegar a un acuerdo sobre
determinado estado de cosas del mundo. De otra parte, se busca determinado
comportamiento exitoso en el sentido de que se produzca un determinado
estado de cosas.
Acción comunicativa como teoría sociológica de la acción27
Para Habermas (2002 [1981]), la acción comunicativa se refiere a la
interacción de dos sujetos con competencias lingüísticas y con capacidad de
acción y que entablan relaciones interpersonales. Los actores buscan entenderse
sobre determinada situación de acción para coordinar de común acuerdo sus
planes de acción y sus acciones concretas. Aquí el concepto fundamental es el
de “interpretación” que se refiere a la negociación de definiciones susceptibles
de consenso. La relación entre los hablantes pone en juego una racionalidad que
es, según Habermas (2002 [1981]), la base del “orden social”. En consecuencia,
el orden social es una regularidad no solo de los comportamientos, sino de la
cadena de comportamientos o de las interacciones entre los hablantes que
agencian pretensiones de validez y motivados para realizar determinadas
acciones.
Por tanto, el orden social producto de la coordinación de los proyectos o
acciones de los actores se motoriza por, al menos, dos formas de coordinación:
el acuerdo y la influencia.
El acuerdo se caracteriza por:
1. No tiene su origen en el poder, viene del conocimiento común de los actores sobre determinada situación de interés.
2. Los actores tienen determinadas visiones de las cosas (representaciones sociales) y saben que otros actores también tienen visiones o representaciones sociales de ideas que son de interés mutuo.
27 Para Habermas existen al menos cuatro teorías de la acción: 1) la teológica con su lógica medio fin, liderada por Max Weber; 2) la normativa liderada por Talcott Parson; 3) la dramatúrgica o de adaptación de los roles a intereses de los actores de E Goffman; y 4) la hermenéutica liderada por George Mead, H Garfinkel y A. Cicurel.
3. Lo anterior les permite a los actores actuar en consideración de las acciones de otros y ensamblar consecuentemente su acción con las acciones de los demás. Por ejemplo, compartir la visión de que “El petróleo de de todos los venezolanos”
La influencia, por su parte, reside en el poder, pero no es solo imposición. Es
una imposición amplia: hacer con la propia acción lo que otros hacen. Por
ejemplo, cuando el Gobierno Nacional decreta aumento general de sueldos y
salarios, se desencadena otra serie de acciones por parte de los ciudadanos en
las cuales es conveniente adscribirse, tales como ir al mercado a al
supermercado a comprar, lo antes posibles, bienes de primera necesidad antes
que otros acudan y comience a faltar en los anaqueles.
La sociedad según Habermas
Para esta autor, la sociedad está básicamente conformada por dos elementos:
el sistema social y el mundo de vida. El mundo de vida es la red de creencias,
valores y significados que dan unidad y consistencia a la sociedad. Es el fondo
implícito de conocimientos y supuestos que dan sentido a la acción de los
actores, es un marco de referencia incuestionable (basada en la experiencia
práctica y cotidiana de los actores sociales) que ayuda a resolver problemas
desde la perspectiva del actor.
Por su parte, el sistema social es el conjunto armónico de estructuras
relativamente estables en donde los actores sociales cumplen funciones y que
ayudan a dar cuenta del orden social.
Por otra parte, la sociedad tiene dos tendencias: la diferenciación entre
sistema social y mundo de vida y la evolución del sistema social hacia una
racionalización del mundo de vida. Es decir, hay un sobredimensionamiento de
las funciones sistémicas en perjuicio del mundo de vida.
La tesis de Habermas (2002 [1981]) acerca del sistema social y el mundo de
vida es que en las concepciones tradicionales, ambas categorías se consideraban
separadamente; mientras que Habermas considera que ambas en conjunto
sirven para dar razones acerca del funcionamiento de la sociedad. Según
Habermas, la idea de sistema social y mundo de vida como categorías
separadas no son suficientes para explicar las sociedades modernas que son
complejas, por cuanto la sociedad es una red de significados y sentidos vividos
por los actores. Habermas (2002 [1981]) propone utilizar la categoría de sistema
social para explicar el mundo de vida e insertar la categoría mundo de vida en
el sistema social. Es decir, los tres subsistemas de Talcott Parsons (cultural, de
personalidad y de sociedad) considerarlos como mundos de vida, sería
subsistemas desde adentro, desde los propios actores que serían los
componentes estructurales del mundo de vida.
Para que el mundo de vida, los significados y valores tácitamente
compartidos cumplan las funciones de consenso y coordinación social es
necesario que se reproduzcan los componentes estructurales del mundo de
vida. De esta manera la acción comunicativa sería la base de la reproducción
social, ya que es el medio a través del cual se reproducen los componentes
estructurales del mundo de vida. En conclusión la reproducción del mundo de
vida implica la reproducción del sistema social.
Tendencias de la sociedad moderna
Para Habermas, el mundo de vida y el sistema social se desarrollan en el
tiempo. Siendo lo anterior correcto, el paso de las sociedades pre-modernas a
las modernas implica una mayor complejidad de las sociedades, un retroceso de
las instituciones y creencias indiscutibles o ungidas y en su lugar se instala la
duda, la crítica y la argumentación. Todo lo anterior implica un cambio en el
sistema social que implica un cambio en el mundo de vida. Es decir, se produce
una racionalización del mundo de vida o una racionalización comunicativa
del mundo de vida. Esta racionalización en concreto consiste, según Habermas
en la racionalidad instrumental referido a lo técnico y la lógica medio-fin.
En el ámbito del sistema se verifica que s relaciones económicas en las
sociedades actuales son racionales en el sentido de que los actores se mueven
con un espíritu de maximización. Lo anterior se evidencia, por ejemplo, con el
uso de la contabilidad y el cálculo, las telecomunicaciones y las computadoras.
De esta manera, los mercados, que anteriormente era el lugar de las
transacciones en un parquet, ahora se realizan por medio del sistema NASDAQ
(National Association of Securities Dealers Automatic Quotations). Es decir, el
sistema de mercado de capitales mostró un alto nivel de complejidad.
Este ejemplo que sirve en el mercado de capitales se está dando en otros
ámbitos sociales y por eso Habermas (2002 [1981]) caracteriza este proceso de la
siguiente manera:
1. La complejidad de la sociedad viene de procesos independientes.2. Se produce un aumento de la diferenciación y desacoplamiento entre
el sistema social y el mundo de vida.3. Se produce un desplazamiento de las funciones de coordinación y
cohesión social desde el mundo de vida al sistema social.
Lo anteriormente caracterizado ha llevado a Habermas (2002 [1981]) a
proponer su famosa tesis de “Colonización sistémica del mundo de vida”.
El término colonización sistema del mundo de vida trata de responder a la
interrogantes de ¿Cuál es la patología de la modernidad tardía? La respuesta de
Habermas: diferenciación, desacoplamiento e injerencia de la lógica del sistema
en la lógica del mundo de vida.
Este proceso de colonización se produce cuando la forma de coordinación
del sistema social, basada en la influencia, se ha insertado en la lógica del
consenso del mundo de vida. Un ejemplo, se produce cuando la lógica de
producción de los pueblos indígenas delas zonas apartadas y selváticas del
amazonas, basadas en la madre tierra proveedora de “sustento” y en donde se
produce toda una serie de lazos vitales, emocionales, y religiosos compartidos
por las comunidades que la usufructúan debe dar paso a la ley que regula la
tenencia de la tierra y a la producción mecanizada. Según Habermas (2002
[1981]), la lógica del sistema (por ejemplo, jurídica o productiva) disuelve los
vínculos basados en las vivencias y en la experiencias no sistematizadas.
Sin embargo, según Habermas (2002 [1981]), ejemplos como el anterior no
implican un retroceso efectivo de la vida social, sino que representa un
retroceso de la racionalidad comunicativa. Es decir, la racionalidad
instrumental supera a la comunicativa. Las consecuencias de este proceso son:
1. Vaciamiento de la vida política.2. Paso de un discurso persuasivo a uno disuasivo.3. Se reduce los límites de lo discutible y argumentable. 4. No implica que las instituciones sociales del sistema social no
cometan errores considerables.5. De acuerdo al punto anterior, el Estado que en la modernidad tardía
tiene un papel crucial en el mantenimiento de la producción y reproducción del sistema social no se victima de errores graves en su funcionamiento.
Con relación al segundo punto, es común observar el uso inicial de alusiones
perifrásticas o lenguaje eufemístico para referirse a problemas agudos de la
sociedad. Es decir, la sustitución de conceptos y adjetivos que pueden resultar
chocantes por otros conceptos y adjetivos que sean provoquen un menor
descontento social. Por ejemplo, cuando se habla del plan de ayuda de la Unión
Europea a Grecia, realmente eso sería un plan de estabilización
macroeconómica. Al público no le gusta o le crea descontento la idea de plan
(que es asimilable a régimen, dieta severa, apretarse el cinturón, etc.),
estabilización macroeconómica al publico le crea, aparte del desconcierto por el
uso de una palabra compuesta de raíz griega, la idea de que se van a meter con
el bienestar de las personas, especialmente recorte de salarios y de pensiones.
También se hace uso de adjetivos resignativos como para indicar que algo es
endémico y que no hay posibilidad de evadirse de las consecuencias negativas
de algún acontecimiento
Los adjetivos disuasivos presentan los problemas que no han sabido resolver
como algo irreversible, necesario, insoslayable o incuestionable. Es necesario
adoptar las medidas de política económica recomendadas por organismos
internacionales, por cuanto va en juego nuestro futuro como economía y
nuestro desarrollo. Es inevitable que la gasolina deba aumentar a costa de que
el desabastecimiento sea permanente.
Más común es la traslación lingüística, es decir, crear una palabra para
condensar en ella algún determinado problema que el sistema social o el Estado
es incapaz de resolver. Es muy común utilizar el comodín de los Estados
Unidos o el “Imperialismo Americano” para explicar todos los males nacionales
o valerse de la “oligarquía” en el caso de los asuntos de tierra. Realmente puede
ser que el imperialismo sea del gobierno nacional con sus decisiones
desacertadas o que la oligarquía debe eliminarse para instaurar otra oligarquía.
El Estado contemporáneo o en el capitalismo tardío (Spätkapitalismus)28
Según Habermas (1995 [1973]), quienes emplean la expresión de capitalismo
tardío suponen que el capitalismo regulado por el Estado sufre de severas
contradicciones y crisis. Para Habermas, las crisis surgen cuando la estructura
de un determinado sistema social admite menos posibilidades de resolver
problemas que las demandas de solución. De esta manera, las crisis atacan la
integración sistémica, debilitando las capacidades de autogobierno29. Además,
hay una pérdida de la identidad social (ejercicio de su soberanía y capacidad
para conquistar su libertad por parte de los sujetos) lo que podría desembocar
28 Título de un libro de Claus Offe llamado Spátkapitalismus. Versuch einer Begriffsbestimmungs, Strukturprobleme des kapitalischen Staates (Habermas, 1995 [1973]).29 Para Habermas autogobierno se traduce en alemán, pienso yo mejor que en castellano, como Steuerungskapazitäten o capacidad de conducir en este caso el sistema social por un camino con la menor cantidad de obstáculos (problemas insolubles). Es adaptar la acción gubernamental a los problemas del camino.
en una erosión de la integración social. Para Habermas, el sistema normativo
realiza sus funciones de la siguiente forma:
1. El sistema político-administrativo, por la recaudación fiscal provee al sistema económico de rendimientos30 de autogobierno y al sistema socio-cultural le provee rendimientos sociales del Estado.
2. El sistema socio-cultural provee al sistema político-administrativo con lealtad de masas.
Ahora bien, en el capitalismo tardío, como lo llama Habermas, el proceso de
crecimiento económico y la complejidad de la sociedad han trastocado una serie
de equilibrios son:
1. Desequilibrio ecológico asociado a una mayor demanda de energía cuyo destino es el incremento de la productividad del trabajo.
2. Un aumento de lo que Karl Marx denominó como alienación y que Habermas denomina como la quiebra de los requisitos de congruencia del sistema de personalidad. En este sentido, se han la organización comunicativa de la conducta ligada a las normas que garantizan la identidad puede encontrarse con obstáculos para sistemas sociales que deben tomar decisiones en medio de la complejidad. El equilibrio se rompe cuando la capacidad de autogobierno aumente en la medida en que las instancias de decisión adquieran independencia funcional respecto de las motivaciones de los miembros del sistema. Para que el autogobierno rinda, las normas deben ser legitimadas y que la motivación de los actores sociales dependa de interpretaciones convincentes
3. Incremento de la complejidad y dificultades en las relaciones internacionales de las naciones.
Por último, Habermas establece una clasificación de las posibles tendencias a
la crisis que debe afrontar el Estado contemporáneo:
30 En alemán la palabra rendimiento o Leistung se trata de operaciones en que el sistema trata de reducir la complejidad dentro de un ambiente inestable.
1. Si el lugar de la crisis es el sistema económico, la crisis sistémica sería económica. El sistema económico requiere un input que es trabajo y capital principalmente. El output son bienes y servicios. La crisis en el sistema económico pueden ser de output o input. Si la en el capitalismo tardío persiste la crisis significa que el Estado es incapaz de interpretar o adoptar medidas dentro de la lógica de la acumulación de capital para un gran sector de los grupos de interés económico. En su lugar atiende o es representante de un grupo más asociado a los monopolios y aprovecha el sistema de acumulación en un arma de planificación política.
2. Si la crisis se origina en el sistema político-administrativo, la crisis sistémica sería de racionalidad y la crisis de identidad sería de legitimación. El input de este sistema es la lealtad de masas lo más difusa posible. El output consiste en decisiones de políticas públicas impuestas con autoridad. La crisis del sistema es de racionalidad: no se logra compatibilizar, ni cumplir los imperativos de autogobierno. Las crisis de input son crisis de legitimación en el cumplimiento de los imperativos de gobierno. De esta manera la desorganización del aparato estatal se convierte en tragedia de legitimación. En concreto la racionalidad se enfoca en que el Estado debe planificar y aplicar lo planificado vía políticas públicas; sin embargo, el sistema de propiedad impone un límite a la acción del Estado e impide una coordinación planificada de los intereses contradictorios de los diversos actores económicos
3. Si la crisis se presenta en el sistema socio-cultural, la crisis de identidad sería de motivación (anomia). El sistema sociocultural adquiere su input de los sistemas económico y político-administrativo: bienes y servicios, actos legislativos o políticas públicas, entre otros. Las crisis de output de los otros dos sistemas son, al mismo tiempo, perturbaciones en el input de este sistema, que se traducen en crisis de legitimidad. Habermas apunta que la ruptura del sistema global solo se produce en el sistema sociocultural. Esto es así porque la integración de la sociedad depende del output, es decir: directamente las motivaciones que produce para el sistema político en forma de legitimación e indirectamente de las motivaciones de rendimiento que produce para el sistema de formación y de profesiones
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