clasificación de los antibióticos
Post on 24-Jul-2015
137 Views
Preview:
TRANSCRIPT
Clasificación de los antibióticosBETA LACTAMICOS
MECANISMO DE ACCION
La actividad antibacteriana de los betas lactámicos se debe a la inhibición de la síntesis de la pared
celular bacteriana. Sin embargo, afirmar que los beta lactamicos matan a las bacterias simplemente
mediante el bloqueo de la síntesis de la pared celular sería una simplificación exagerada. El
mecanismo exacto es desconocido hasta la fecha.
PENICILINAS
Naturales:
Penicilina G (vía oral o intramuscular).
Penicilina G Sódica o Potásica (endovenosa).
Penicilina V (vía oral).
Penicilinas resistentes a las penicilinasas.
Meticilina (vía parenteral).
Nafcilina (vía parenteral).
Isoxazolilpenicilinas.
Cloxacilina (vía oral).
Dicloxacilina (vía oral).
Flucloxacilina (vía oral).
Oxacilina (vía parenteral u oral).
Aminopenicilinas.
Ampicilina (vía parenteral).
Amoxicilina (vía oral).
Penicilinas antipseudomonas:
Carboxipenicilinas e Indanilpenicilinas.
Indanilcarbenicilina (vía oral).
Ticarcilina (vía parenteral).
Ureidopenicilinas de espectro extendido.
Azlocilina (vía parenteral).
Mezlocilina (vía parenteral).
Piperacilina (vía parenteral).
CEFALOSPORINAS
De Primera Generación:
vía oral:
Cefalexina.
Cefadroxilo.
vía parenteral:
Cefalotina (EV).
Cefazolina (EV o IM).
Cefapirina.
Cefradina.
De Segunda Generación
vía oral:
Cefaclor.
Cefuroxima.
Cefprozil.
Loracarbef.
vía parenteral:
Cefuroxima.
Cefamicinas.
Cefoxitina.
Cefotetan.
Cefmetazole.
Cefamandole.
Cefocinid.
De Tercera Generación
vía oral:
Cefixima.
Cefpodoxima.
Ceftibuten.
Cefdinir.
vía parenteral:
Cefotaxima.
Ceftizoxima.
Ceftriaxona
Ceftazidima
Cefoperazona
De Cuarta Generación
Cefepime.
Cefpirome.
* Activos Contra Pseudomonas.
MONOBACTAMICOS
Aztreonam.
CARBAPENEMAS
Imipenem.
Meropenem
Ertapenem.
Doripenem.
INHIBIDORES DE LAS BETA LACTAMASAS
Ácido clavulánico.
Sulbactam.
Tazobactam.
MACROLIDOS
ANTIGUOS MACROLIDOS
Eritromicina.
Oleandomicina.
Espiramicina.
NUEVOS MACROLIDOS
Claritromicina.
Azitromicina.
Roxitromicina (fármaco de uso en investigación).
Diritromicina.
Josamicina.
Miocamicina.
Midecamicina.
CETOLIDOS
Telitromicina.
AMINOGLUCOSIDOS
PRIMERA GENERACION
Estreptomicina.
Dehidroestreptomicina.
Neomicina.
Paromomicina.
Aminosidina.
Kanamicina.
SEGUNDA GENERACION
Gentamicina.
Amikacina.
Dibekacina.
Sisomicina.
Netilmicina.
Tobramicina.
Ribostamicina.
Espectinomicina.
QUINOLONAS
ANTIGUAS QUINOLONAS
Ácido Nalidíxico.
Cinoxacina.
Ácido Pipemídico.
Ácido Piromídico.
NUEVAS QUINOLONAS
Norfloxacina.
Pefloxacina.
Ciprofloxacina.
Ofloxacina.
Levofloxacina.
Gatifloxacina.
Moxifloxacina.
Gemifloxacina.
Trovafloxacina (se retiró del mercado).
Temafloxacina (se retiró del mercado).
SULFONAMIDAS
La era moderna de la quimioterapia antimicrobiana comenzó en 1932, con la sulfacrisoidina. Esta
ejercía su acción antibacteriana a través de la liberación in vivo de paraaminobencenosulfonamida
(sulfanilamida).
MECANISMO DE ACCION
Son bacteriostáticos, ya que inhiben el crecimiento bacteriano por interferencia con la síntesis de
ácido fólico microbiano. Inhiben de forma competitiva la incorporación de PABA en el ácido
tetrahidropteroico. El resultado final del descenso de la síntesis de ácido fólico es una disminución
de los nucleótidos bacterianos, con la subsiguiente inhibición del crecimiento bacteriano.
CLASIFICACIÓN
La sulfamidas más utilizadas se remarcan en letra itálica.
De eliminación rápida:
. Sulfisoxazol: utilizado en las infecciones urinarias.
Sulfametizol.
Sulfametazina
De eliminación media.
.Sulfametoxazol: de uso frecuente combinado con la trimetroprima .como bactrim
Sulfadiazina.
Sulfametoxazol
De eliminación lenta.
Sulfadimetoxina (no se comercializa).
Sulfameter (no se comercializa).
Sulfametoxipiridazina (no se comercializa).
De eliminación ultralenta.
Sulfaleno (no se comercializa).
Sulfadoxina.
De acción intestinal.
Sulfaguanidina.
Succinilsulfatiazol.
Sulfasalazina: utilizado en el tratamiento de la colitis ulcerosa.
De uso Tópico.
Sulfacetamida: se utiliza en solución oftálmica para las conjuntivitis.
Sulfadiazina argentica: se utiliza mucho en quemaduras.
TRIMETROPRIMA
Mecanismo de acción: La trimetroprima inhibe la enzima dihidrofolato reductasa, provocando una
interferencia en el ácido fólico y con la posterior síntesis de pirimidina en la celula bacteriana.
TETRACICLINAS
PRIMERA GENERACION
Naturales
Clortetraciclina.
Oxitetraciclina HCL.
Demeclociclina HCL.
Sintéticas
Tetraciclina HCL.
SEGUNDA GENERACION
Semisintéticas:
Metaciclina.
Doxiciclina.
Minociclina.
TERCERA GENERACION
Glicilciclinas.
Tigeciclina (9-t-butilglicilamido derivado de la minociclina).
FENICOLES
Cloranfenicol.
Tianfenicol.
NITROIMIDAZOL
Metronidazol.
AZUCARES COMPLEJOS
Lincomicina.
Clindamicina.
FARMACOS PARA EL TRACTO URINARIO
Nitrofurantoina (es un nitrofurano).
Metenamina.
POLIMIXINAS
Polimixina B.
Colistin o Polimixina E.
OXAZOLIDINONAS
Linezolid.
Eperezolid.
GLUCOPEPTIDOS
Vancomicina.
Teicoplanina.
ESTREPTOGRAMINA Y LIPOPEPTIDOS
ESTREPTOGRAMINAS
Quinupristina - dalfopristina.
LIPOPEPTIDOS
Daptomicina.
RIFAMICINAS
Rifampicina.
Rifabutina.
Rifapentina.
Concepto
Es una sustancia química producida por un ser vivo o derivado sintético, que mata o impide el
crecimiento de ciertas clases de microorganismos sensibles, generalmente bacterias. Los
antibióticos se utilizan en medicina humana, animal y horticultura para tratar infecciones provocadas
por gérmenes. Normalmente los antibióticos presentan toxicidad selectiva, siendo muy superior para
los organismos invasores que para los animales o los seres humanos que los hospedan, aunque
ocasionalmente puede producirse una reacción adversa medicamentosa, como afectar a la flora
bacteriana normal del organismo. Los antibióticos generalmente ayudan a las defensas de un
individuo hasta que las respuestas locales sean suficientes para controlar la infección. Un antibiótico
es bacteriostático si impide el crecimiento de los gérmenes, y bactericida si los destruye, pudiendo
generar también ambos efectos, según los casos.
En términos estrictos o históricos, un antibiótico es una sustancia secretada por un microorganismo,
que tiene la capacidad de afectar a otros microorganismos. El término antibiótico fue utilizado por
primera vez por Selman Waksman en 1942 para describir ciertas «influencias antibióticas», es decir,
aquellas formulaciones antagonistas al crecimiento de microorganismos y que son derivadas de
otros organismos vivos. Esa definición, por ende, excluye a aquellas sustancias naturales, como
el jugo gástrico y el peróxido de hidrógeno, que pueden matar a un microorganismo y que no son
producidos por otros microorganismos. En la actualidad la definición de un antibiótico está siendo
usada para incluir a los antimicrobianos sintéticos o quimioterapéuticos antimicrobianos como
las quinolonas, sulfamidas y otros agentes antimicrobianos derivados de productos naturales
GENERALIDADES DE LOS ANTIBIÓTICOS
El término antibiótico fue propuesto por Selman A. Waksman, descubridor de la estreptomicina, para
definir sustancias dotadas de actividad antimicrobiana y extraída de estructuras orgánicas vivientes.
La búsqueda de antecedentes previos demuestra que en 1889 Jean Paul VUILLEMIN, en un trabajo
titulado "Symbiose et antibiose", crea el término antibiosis para describir la lucha entre seres vivos
para la supervivencia. Más tarde, WARD adopta esta palabra para describir el antagonismo
microbiano. Con posterioridad, ya en plena era antibiótica, el término significó, durante algún tiempo,
sustancia extraída de seres vivos, ya fueren bacterias, hongos, algas, con capacidad para anular la
vida de diversos microorganismos.
El antibiótico viene de un mundo vivo. Pero el avance de la técnica, el conocimiento progresivo de
las fórmulas de diversos antibióticos, la posibilidad de su preparación sintética partiendo de bases
químicas desdibujaron valor del origen de los mismos.
ANTIBIOTICOS.
Son sustancias medicinales seguras que tienen el poder para destruir o detener el crecimiento de
organismos infecciosos en el cuerpo. Los organismos pueden ser bacterias, virus, hongos, o los
animales minúsculos llamados protozoos. Un grupo particular de estos agentes constituyen las
drogas llamadas antibióticos, del Griego anti ("contra") y bios ("vida"). Algunos antibióticos son
producidos por organismos vivientes tales como bacterias, hongos, y esporas. Otros son en parte o
totalmente sintéticos es decir, producidos artificialmente. La penicilina es quizás el mejor antibiótico
conocido. Su descubrimiento y su posterior desarrollo han permitido a la profesión médica tratar
efectivamente muchas enfermedades infecciosas, incluyendo algunas que alguna vez amenazaron
la vida.
Antibiosis
La relación general entre un antibiótico y un organismo infeccioso es de antibiosis. Esta palabra
refiere a una asociación de dos de organismos en la que uno es dañado o es matado por el otro. La
relación entre seres humanos y la enfermedad que ocasionan los gérmenes es de antibiosis. Si una
persona es afectada por gérmenes, éste es el organismo lastimado; si el ataque de germen es
repelido por las defensas del cuerpo, los gérmenes son los organismos lastimados. Cuando el
sistema de defensa de una persona no puede controlar la antibiosis a su propio favor, se usan los
antibióticos para desequilibrar la balanza hacia la salud.
Homeostasis
El balance del cuerpo entre la salud y la enfermedad se llama homeostasis. Esto en su mayor parte
depende de la relación del cuerpo con las bacterias con las que convive. Por ejemplo, las bacterias
que siempre están presentes sobre la piel humana. Cuando la piel es cortada, las bacterias son
capaces de penetrar dentro del cuerpo y pueden ocasionar una infección. Comúnmente las bacterias
invasoras son destruidas por las células de sangre llamadas fagocitos (phagocytes) y por diversas
acciones del sistema inmunológico. Cuando hay demasiadas bacterias como para ser manejadas
por el sistema, o la persona infectada tiene una baja resistencia a la infección, se produce la
enfermedad y son necesarios los antibióticos para ayudar a restaurar la homeostasis
La acción de Antibióticos
Los antibióticos pueden ser bacteriostáticos (bloquean el crecimiento y multiplicación celular) o
bactericidas (producen la muerte de las bacterias). Para desempeñar estas funciones, los
antibióticos deben ponerse en el contacto con las bacterias.
Se cree que los antibióticos se inmiscuyen con la superficie de células de bacterias, ocasionando un
cambio en su capacidad de reproducirse. La prueba de la acción de un antibiótico en el laboratorio
muestra cuanta exposición a la droga es necesaria para frenar la reproducción o para matar las
bacterias. Aunque a una gran cantidad de un antibiótico le tomaría un tiempo menor para matar las
bacterias que ocasionan una enfermedad, tal dosis comúnmente haría que la persona sufra de una
enfermedad ocasionada por la droga. Por lo tanto, los antibióticos se dan en una serie de cantidades
pequeñas. Esto asegura que las bacterias son matadas o reducidas a un numero suficiente como
para que el cuerpo las pueda repeler. Cuando se toma una cantidad insuficiente de antibiótico, las
bacterias pueden frecuentemente desarrollar métodos para protegerse a sí mismas contra este
antibiótico. Por lo cual la próxima vez que se utilice el antibiótico contra estas bacterias, no será
efectivo.
Administración de Antibióticos
Para actuar contra organismos infecciosos, un antibiótico puede aplicarse externamente, como en el
caso de una cortadura sobre la superficie de la piel, o internamente, alcanzando la corriente
sanguínea dentro del cuerpo. Los antibióticos se producen de varias formas y en diferentes
maneras.
Las formas de administrar antibióticos son:
Local. La aplicación local significa "a un área local" tal como sobre la piel, en los ojos, o sobre la
membrana mucosa. Los antibióticos para el uso local están disponibles en forma de polvos,
ungüentos, o cremas.
Oral. Hay dos formas de acción para la aplicación por vía oral.
Las tabletas, líquidos, y cápsulas que se tragan. En este caso el antibiótico se libera en el
intestino delgado para ser absorbido en la corriente sanguínea.
Caramelos o pastillas, que se disuelvan en la boca, donde el antibiótico se absorbe a través de
la membrana mucosa.
Parenteral. Las aplicaciones fuera del intestino se llaman parenterales. Una forma de aplicación es
mediante una inyección, que puede ser subcutánea (debajo la piel), intramuscular (en un músculo), o
intravenosa (en una vena). La administración Parenteral de un antibiótico se usa cuando un médico
requiere una concentración fuerte y rápida del antibiótico en la corriente sanguínea.
Fabricación
Naturales.
Hasta un tiempo todos los antibióticos se hacían a partir de organismos vivos. Este proceso,
conocido como biosíntesis, se usa todavía en la fabricación de algunos antibióticos. Realmente los
organismos son los que fabrican el antibiótico. La gente involucrada meramente provee condiciones
favorables para que los organismos puedan hacer su trabajo y luego extraen la droga.
Actualmente la mayoría de los antibióticos naturales son producidos por fermentación por etapas. En
este método se hacen crecer cepas de alto rendimientos de los microorganismos bajo condiciones
óptimas y en un medio nutritivo, dentro de tanques de fermentación de varios miles de liítos de
capacidad. Esto forma un caldo que se que se mantiene a una temperatura de 25 C ( 77 F ) y es
sacudido por más de 100 horas. A continuación las cepas son retiradas del caldo de fermentación y
luego se extrae el antibiótico del caldo mediante filtrado, precipitación o algún otro método de
separación
Sintéticos.
Todos los tipos de penicilina poseen un núcleo químico idéntico llamado anillo. La cadena química
que está adjunta al anillo es diferente en cada tipo. Cambiando las moléculas de la cadena, los
científicos diseñan drogas con efectos potencialmente diferentes sobre organismos diferentes.
Algunas de estas drogas son útiles para tratar infecciones, algunas no lo son.
Los fabricantes farmacéuticos ahora utilizan imágenes generadas por computadora de los anillos y
experimentan con una variedad interminable de cadenas posibles. Los investigadores han
desarrollado antibióticos con vida media larga (el período de eficacia), que permite tomar la
medicación una vez en 24 horas en vez de cada pocas horas. Los antibióticos más nuevos son
también más efectivos contra una gama más amplia de infecciones de lo que eran las drogas
anteriores.
Espectro bacteriano.
La acción de un antibiótico se mide en términos de espectro bacteriano. Se observa que algunos
antibióticos como la penicilina actúan en un sector restringido: cocos Gram negativos y Gram
positivos, espiroquetas y bacterias Gram positivas. Por esta razón se la denomina de espectro
limitado. Otros antibióticos como las tetraciclinas y el cloranfenicol, lo hacen en múltiples sectores y
por eso se les adjudica el nombre de amplio espectro. Otros antibióticos actúan sobre una fracción
muy limitada, por ejemplo, nistanina sobre la cándida albicans. A este tipo de antibiótico se lo llama
de espectro selectivo.
Antibiograma.
El antibiograma es un test de resistencia o sensibilidad de las bacterias bajo la acción de diversos
antibióticos. Si un microorganismo está en contactado con la droga y aún así persiste su capacidad
vital, se deduce la inoperancia farmacológica del producto para tal germen. Hay resistencia al
antibiótico. Inversamente si la zona que rodea al antibiótico está totalmente libre, o sea, que no hay
desarrollo de la bacteria: esta es sensible a la droga.
Esta zona circundante al antibiótico, llamada halo de inhibición, es de gran valor clínico para iniciar,
continuar o modificar una terapia.
Técnica: El laboratorista realiza comúnmente la técnica de difusión en placa de Petri, porque es más
sencillo y menos costoso que la técnica de dilución en tubo.
Este método fue descrito inicialmente por Vincent y Vincent en 1944 y modificado parcialmente por
otros investigadores. Al medio de cultivo para las bacterias colocado en cápsulas de Petri, se le
adicionan discos o comprimidos de antibióticos, separados entre sí convenientemente, se incuban
durante 12 horas a 18 horas a 37ºC , al cabo de las cuales se efectúa la lectura.
Las técnicas de un antibiograma requieren experiencia en el laboratorio y conocimientos
bacteriológicos adecuados, de lo contrario se cometen errores importantes de repercusión clínica.
Factores a tener en cuenta que podrían causar problemas a la hora de la terapéutica.
1. Consistencia del medio de cultivo;
2. Cantidad de antibiótico contenida en cada disco ensayado;
3. Material infeccioso fresco;
4. Tiempo de incubación y espera para efectuar la lectura;
5. Medición correcta (en milímetros) del halo inhibitorio;
6. Calidad de la inhibición;
7. Prever contaminación (posible) del antibiograma por empleo de técnicas defectuosas.
Variedades
Hay docenas de antibióticos. Los siguientes son de uso común:
Las penicilinas. Los diversos tipos de penicilinas constituyen un gran grupo de antibióticos
antibacteriales de los cuales los derivados de la benzil penicilina son los únicos de que se produce
naturalmente a partir de cepas. La Penicilina G y ampicilina están en esta clase. Otra penicilina,
llamada piperacillin, ha mostrado ser efectiva contra 92 por ciento de las infecciones sin ocasionar
efectos colaterales serios. Las penicilinas se administran frecuentemente en combinación con
algunas otras drogas de las siguientes categorías.
Cefalosporinas. Parecidas a las penicilinas, las cefalosporinas se utilizan frecuentemente cuando
una sensibilidad (reacción alérgica) a las penicilina se conoce o es sospechada en un paciente.
Ceftriaxona sódica es un tipo de Cefalosporina que es muy efectiva para combatir infecciones
profundas tales como las que ocurren en los huesos y como resultado de una cirugía.
Aminoglicósidos. Los aminoglicósidos incluyen la estreptomicina y la neomicina. Estas drogas se
usan para tratar tuberculosis, la peste bubónica, y otras infecciones. A causa de los efectos
colaterales potencialmente serios que genera, tal como interferencia a la audición y sensibilidad a la
luz del sol, estas drogas se administran con cuidado. (Todos los antibióticos se administran con
cuidado; el cuidado especial se toma por las posibles consecuencias negativas superiores a las
usuales de administración de una droga.)
Tetraciclinas. Las tetraciclinas son efectivas contra la neumonía, el tifo, y otras bacterias que
ocasionan la enfermedad pero puede dañar la función del hígado y riñones. La tetraciclina en un gel
base especial se usa para tratar muchas infecciones de ojo.
Macrolidos. Las macrolidos se usan frecuentemente en pacientes que resultan ser sensibles a la
penicilina. La eritromicina es la mejor medicina conocida en este grupo.
Polipéptidos. La clase de antibióticos llamado polipéptidos es bastante tóxica (venenosa) y se usa
mayormente sobre el superficie de la piel (tópicamente). La Bacitracina está en esta categoría.
Sulfo Drogas
La Sulfonamida fue la primer droga antimicrobial que fue usada. Las Sulfo drogas, que se hicieron a
partir de químicos, tienen en su mayor parte los mismos efectos que las penicilinas posteriormente
desarrolladas. Aunque las sulfo drogas pueden tener efectos nocivos sobre los riñones a la vez son
efectivas contra infecciones de riñón por ello se toman siempre con grandes cantidades de agua
para impedir la formación de cristales de la droga. Gantrisin es todavía la más útil entre estas sulfa
drogas.
Otros Antimicrobiales
Otros antimicrobiales incluyen furazolidone y tritethoprim. El primero se usa primariamente en
infecciones gastrointestinales; el posterior, cuando se combina con una de las sulfonamidas, es
efectivo en infecciones urinarias y respiratorias
Antifungales. Los Antifungales combaten la enfermedad ocasionada por hongos tal como cándida.
El hongo que ocasiona la infección requiere tratamiento a largo plazo. Las drogas tales como
griseofulvin se toman frecuentemente por seis meses. La mayoría de la infección funginales ocurren
sobre la piel o la membrana mucosa.
Antivirales. Muy pocas se conocer sobre tratar infecciones virosas (el frío común es un ejemplo). Un
virus es el pensamiento para ser el agente infeccioso más pequeño con la capacidad para duplicarse
(reproducirse) a sí mismo. Además, posee capacidades de mutante, o cambio, con gran rapidez. Las
pocas drogas que son efectivas contra infecciones virosas inmiscuidas con la formación de nuevas,
células normales y se usan por lo tanto con extremo cuidado. Otras drogas micróbicas tienen poco
efecto sobre un virus y se dan únicamente para tratar infecciones bacteriológicas que acompañan o
resultan desde la infección virosa primaria.
Resistencia bacteriana a antibioticos
La síntesis de quimioterápicos artificiales y el descubrimiento y mejora de los antibióticos han
supuesto en este siglo una auténtica revolución médica en el tratamiento de enfermedades
infecciosas. Sin embargo, la extrema versatilidad y adaptabilidad de los microorganismos ha
impedido que la victoria humana sobre las bacterias patógenas haya sido total: muchas bacterias
han ido desarrollando en los últimos decenios mecanismos que las protegen frente a muchos
fármacos.
Ya el mismo Paul Ehrlich, al introducir por primera vez la quimioterapia en protozoos, se dio cuenta
(1907) de que algunas cepas desarrollaban resistencia a la droga durante el curso del tratamiento.
Tras el optimismo inicial que acompañó a los éxitos de la introducción de las sulfamidas y penicilinas
(años 40 y 50), se constató igualmente un fenómeno de surgimiento de resistencias bacterianas a
estas drogas. Si bien la quimioterapia ha doblegado las grandes epidemias bacterianas del pasado,
las enfermedades infecciosas siguen con nosotros, constituyendo un serio problema.
De hecho, desde la introducción de la antibioterapia en todo el mundo, estamos realizando un
gigantesco "experimento" de intervención genética en los seres vivos más abundantes del planeta:
las bacterias. Estamos "sufriendo" la verdad de la supervivencia darwiniana de los más aptos, ya
que la presión selectiva que representa la aplicación a gran escala de los quimioterápicos ha
permitido la diseminación de cepas microbianas con mecanismos de resistencia que, en muchas
ocasiones dificultan el adecuado tratamiento clínico.
Al cabo de 6 años de introducir la penicilina G, la frecuencia de cepas deStaphylococcus
aureus resistentes en los hospitales ingleses pasó de menos del 10% a un 60%.
Actualmente el valor ronda el 90%.
Con los nuevos ß-lactámicos también han empezado a surgir cepas bacterianas resistentes,
aunque aún con frecuencia relativamente baja.
Actualmente existen problemas de tratamiento con las enterobacterias, e incluso con el
gonococo y el meningococo, que tradicionalmente habían sido muy sensibles a las
penicilinas.
Recientemente se ha dado la voz de alarma por la diseminación de cepas de bacilo
tuberculoso resistentes a los quimioterápicos de elección a los que eran sensibles. La
capacidad de las bacterias de desarrollar resistencias constituye una seria amenaza al
futuro uso de los antibióticos, y hace que se tengan que invertir grandes sumas de dinero y
esfuerzos de investigación adicionales para intentar hacer frente al problema. Algunos
autores han comparado este problema con el episodio de Alicia en el País de las
Maravillas en el que la Reina Roja tenía que correr cada vez más deprisa para quedarse en
el mismo sitio.
Sin embargo, algunos quimioterápicos de última generación han vuelto a levantar esperanzas: las
fluoroquinolonas están manteniendo e incluso incrementando su efectividad. Por otro lado, hay que
pensar en un dato de tipo evolutivo: la mayor parte de las especies bacterianas han sido
seleccionadas de modo natural con fenotipos sensibles a antibióticos; los cambios genéticos
mutacionales que las convierten en resistentes puede que disminuyan su adaptación a otros factores
ecológicos, de modo que probablemente la presión de los antibióticos en realidad conduzca en
muchos casos a un equilibrio entre cepas sensibles y cepas resistentes. De hecho se ha
comprobado un descenso en la frecuencia de cepas resistentes a los antibióticos que se introdujeron
hace más tiempo, lo que quizá indique que para ellos se está alcanzando dicho equilibrio.
Aclaraciones de nomenclatura:
llamamos cepa insensible a aquella cuyo fenotipo silvestre le permite "resistir" de modo
natural a un determinado antibiótico. La base de esta insensibilidad suele ser alguna
estructura de la bacteria que actúa como barrera (como por ejemplo, la membrana externa
de Gram-negativas, que dificulta el paso de muchos agentes antibacterianos).
Llamamos cepa resistente a una variante surgida por cambios genéticos a partir de un
fenotipo silvestre originalmente sensible.
2. BASES GENÉTICAS DE LA RESISTENCIA
Una de las aplicaciones prácticas más interesantes de los avances realizados en las últimas
décadas en el campo de la Genética Bacteriana ha sido comprender los mecanismos genético-
moleculares de la resistencia a antibióticos, lo que está permitiendo un "ataque" más racional a este
problema clínico. Una cepa bacteriana puede volverse resistente a un antibiótico por dos tipos
principales de mecanismos:
1. mutación en un gen cromosómico
2. introducción de un plásmido R de resistencia. Este segundo mecanismo supone el problema
más serio, ya que:
a. está muy extendido;
b. puede conferir resistencia a varios antibióticos a la vez
c. a diferencia del mecanismo mutacional, no suele suponer una desventaja adaptativa
(no disminuye la tasa de crecimiento de la bacteria ni le hace perder sus
propiedades de virulencia).
2.1. SELECCION DE MUTANTES RESISTENTES
Como veremos en la sección de Genética, las mutaciones génicas se dice que son espontáneas
cuando ocurren sin intervención de procedimientos mutagénicos experimentales. Las mutaciones
bacterianas espontáneas son aleatorias, y afectan a un gen cualquiera con frecuencias dentro del
rango de 10--5 a 10--10 por célula y división.
En los años 50 se observó el siguiente fenómeno: cuando un cultivo bacteriano de una cepa sensible
a un antibiótico se pone en contacto con ese antibiótico, al cabo del tiempo se comprueba que todo
el cultivo consta de bacterias resistentes. ¿Acaso las bacterias son organismos "lamarckianos" en
los que el antibiótico provoca al cambio de carácter heredable? A través de experimentos que
veremos oportunamente quedó demostrado que lo único que hace el antibiótico es seleccionar los
mutantes resistentes espontáneos que surgen en la población independientemente de la
presencia del agente selectivo.
Esta es precisamente la base genética del surgimiento de ciertas cepas patógenas resistentes a
antibióticos: el fármaco inhibe o mata las bacterias silvestres sensibles, pero no afecta a los pocos
individuos que por mutación espontánea hayan adquirido un alelo resistente; estos individuos se
multiplican, de modo que al final son los más prevalentes.
El conocimiento de la frecuencia de aparición de mutación a resistencia a un quimioterápico o
antibiótico en una determinada especie bacteriana, así como el sitio de acción de dicho fármaco, son
factores importantes para una aproximación racional a la quimioterapia.
Así por ejemplo, el bacilo tuberculoso produce frecuentemente lesiones en el pulmón, donde se
concentran enormes cantidades de la bacteria. Aquí, la quimioterapia con un solo agente no da
éxito, ya que aunque ese agente mate a casi todos los individuos de esta especie bacteriana, no
afectará a la pequeña subpoblación que posea el alelo resistente; estos pocos individuos
sobrevivirían a este tratamiento, y recolonizarían el resto del pulmón, por lo que la infección
persistiría. Así pues, en este tipo de casos hay que tratar con varios quimioterápicos
simultáneamente (la probabilidad de resistencias múltiples basadas en mutaciones espontáneas
equivale al producto de las probabilidades individuales).
En la sección 3 de este capítulo veremos algunos ejemplos concretos de resistencia a antibióticos
debida a mutaciones en genes cromosómicos.
2.2...RESISTENCIA POR INTERCAMBIO GENÉTICO
La principal amenaza al éxito de la quimioterapia está representada por la transmisión genética
de plásmidos de resistencia a antibióticos (plásmidos R).
Veamos un poco de historia: en los años 50, poco después de la introducción de los primeros
antibióticos, se detectó en Japón un espectacular aumento de pacientes de disentería bacilar
resistentes al tratamiento con varios de estos antibióticos. Las cepas deShigella dysenteriae aisladas
de estos pacientes poseían el fenotipo SuR, StrR, CmR, TetR. Se comprobó que los genes
correspondientes a esas resistencias formaban parte de un gran plásmido. Los plásmidos de este
tipo se denominan plásmidos R. Pero aún más: los mismos pacientes tenían en sus intestinos cepas
de Escherichia coli (que como sabemos ya, es un simple comensal que forma parte de nuestra flora
endógena) que eran igualmente resistentes a esos antibióticos. Ello sugería que este tipo de
plásmidos se podía transferir de unas especies a otras. La explicación estribaba en un fenómeno de
intercambio dependiente de contactos célula-célula, llamado conjugación.
En resumidas cuentas, se descubrió que existen plásmidos R capaces de diseminarse por
conjugación no sólo entre células de la misma especie, sino entre especies distintas, incluyendo
bacterias patógenas.
Al poco tiempo comenzaron a aparecer en Occidente cepas patógenas resistentes a uno o varios
antibióticos. Actualmente las cepas con resistencias múltiples codificadas por plásmidos son muy
abundantes en todo el mundo, lo que complica (y a veces desaconseja) la quimioterapia.
Existen plásmidos R de distintos grupos de incompatibilidad. Son abundantes en Pseudomonas y en
Enterobacterias, desde donde pueden ser transferidos a una amplia gama de bacterias Gram-
negativas (plásmidos promiscuos). Daremos detalles de cómo están organizados y cómo se
transmiten por conjugación los plásmidos R
Aparte de los plásmidos R conjugativos existen otros no conjugativos, que sin embargo pueden ser
transferidos entre distintas bacterias por otros medios:
los plásmidos no conjugativos movilizables pueden ser transferidos por otro plásmido
conjugativo compatible residente en la misma célula
. Por transducción (mediante bacteriófagos
por transformación (ADN desnudo del plásmido puede ser captado por una bacteria
sensible receptora
Ventajas adaptativas de los plásmidos R
1. Los plásmidos R han evolucionado en respuesta a presiones selectivas ambientales
(antibióticos usados por los humanos o inhibidores presentes en los medios naturales de las
bacterias).
2. Son capaces de conferir varias resistencias simultáneamente a las bacterias que los
adquieran.
3. Tienen capacidad de diseminarse epidémicamente de modo "horizontal" (es decir, entre
células distintas de la misma especie o -en el caso de los promiscuos- distintas especies).
4. Están constituidos por "módulos" móviles (transposones: de modo que tienen flexibilidad
para adquirir nuevos módulos a partir de otras especies.
5. Economía: cuando no existe presión selectiva, pueden perderse de la mayor parte de las
bacterias de una determinada población (curación espontánea), pero su modo de
transmisión "epidémica" los capacita para diseminarse rápidamente a la mayoría de la
población cuando la ocasión lo requiere (cuando vuelve la presión selectiva).
6. No tienen apenas efectos negativos sobre los demás caracteres de la bacteria (incluyendo,
en las patógenas, su poder virulento).
7. Muchos de ellos responden a mayores concentraciones del antibiótico aumentando su
número de copias (amplificación del número de copias en los plásmidos de control relajado:
repasar.
Otro ejemplo de esta facultad de diseminación y evolución lo tenemos en que desde que los
hospitales hacen uso frecuente de detergentes catiónicos como desinfectantes, ha crecido la
proporción de cepas de Staphylococcus resistentes a dichos agentes.
Como se puede comprender, el estudio epidemiológico de los plásmidos R reviste actualmente un
gran interés de cara a la salud pública. Este tipo de estudios recurre principalmente a dos tipos de
enfoques:
por detección de grupos de incompatibilidad (algo complejo);
o análisis de restricción y comparación de mapas físicos (más fácil y rápido).
3...MECANISMOS BIOQUIMICOS IMPLICADOS EN LA RESISTENCIA A ANTIBIOTICOS
Los principales mecanismos se pueden agrupar de la siguiente manera:
1. Disminución de la permeabilidad hacia el antibiótico.
2. Inactivación enzimática del antibiótico
3. Modificación química de la diana sobre la que actúa el antibiótico
4. Síntesis de una enzima resistente.
3.1... DISMINUCION DE LA PERMEABILIDAD CELULAR HACIA EL ANTIBIOTICO
Modificación de una barrera preexistente
Como ya sabemos, la membrana externa de Gram-negativas supone una barrera natural que hace
que muchas bacterias de este grupo sean insensibles a varios antibióticos (p. ej., la vancomicina y
la bacitracina no pueden atravesar las porinas).
No todas las bacterias Gram-negativas son igualmente impermeables a los mismos antibióticos:
Entre las menos impermeables están Haemophilus y Neisseria, que dejan pasar a
numerosos ß-lactámicos.
Las Enterobacterias suelen ser intermedias.
Las bacterias del gen. Pseudomonas son insensibles a la mayoría de antibióticos ß-
lactámicos, porque no pueden pasar a través de la membrana externa. Se han aislado
mutantes que se han vuelto resistentes a los ß-lactámicos de última generación: el cambio
ha afectado a una determinada porina que ahora no deja pasar a estos nuevos antibióticos.
En otros casos, la resistencia se debe a alteraciones en la cápsula: algunos neumococos resistentes
a estreptomicina y eritromicina dependen de este tipo de mecanismo.
Mecanismo de extrusión activa del antibiótico
El ejemplo más típico estriba en la resistencia a las tetraciclinas desarrollada por muchas bacterias.
Como sabemos, el efecto inhibidor de las tetraciclinas depende de la acumulación activa de este tipo
de antibióticos por parte de las bacterias. Pues bien, ciertos plásmidos R poseen transposones
(como el Tn10 o el Tn1721) que codifican un sistema para "bombear" tetraciclina desde el interior
bacteriano hacia el exterior, en contra del gradiente de concentración.
Igualmente se conocen resistencias a sulfamidas dependientes de un mecanismo específico de
impermeabilidad.
Alteración del mecanismo de transporte del antibiótico
Cuando el antibiótico accede al interior bacteriano por algún mecanismo de transporte específico,
una mutación que afecte a dicho sistema de transporte supondrá una mayor resistencia al
antibiótico. Por ejemplo, en E. coli la cicloserina entra aprovechando el sistema de transporte de la
valina o la glicocola. Determinados mutantes incapaces de transportar estos aminoácidos son
resistentes a la cicloserina.
3.2...INACTIVACION ENZIMATICA DEL ANTIBIOTICO
Este tipo de mecanismo depende en muchos casos de plásmidos R. Los ejemplos típicos son las
resistencias a ß-lactámicos, la resistencia al cloranfenicol y las resistencias a aminoglucósidos.
Resistencia a ß-lactámicos por acción de ß-lactamasas
Como ya sabemos, ciertas bacterias producen penicilinasa (ß-lactamasa), capaz de abrir el anillo
ß-lactámico de la penicilina para dar ácido peniciloico, que carece de actividad antibacteriana. Lo
mismo ocurre con las cefalosporinas, donde la ß-lactamasa (cefalosporinasa) genera un producto
inestable inactivo que se descompone rápidamente. Sin embargo, la naturaleza de la cadena lateral
(grupo acilo, R) influye notablemente en la susceptibilidad de rotura del anillo ß-lactámico por las
lactamasas.
ß-lactamasas codificadas por cromosoma y de bajo nivel (ß-lactamasas de tipo TEM).
Están muy distribuidas entre bacterias Gram-negativas, y confieren resistencia a cefalosporinas y
penicilinas. La base de la resistencia en muchos casos es la siguiente: cuando se expone la bacteria
al ß-lactámico durante mucho tiempo, pueden seleccionarse determinadas mutaciones en genes
cromosómicos que codifican proteínas parecidas de tipo PBP, de modo que adquieren un fuerte
promotor que permite su expresión a alto nivel. Este tipo de ß-lactamasa es excretada al medio,
donde inactiva al antibiótico.
ß-lactamasas de origen plasmídico.
En la Gram-positiva Staphylococcus aureus existen cuatro variantes, responsables del espectacular
aumento de cepas resistentes de esta especie surgidas en los años 50. Se trata de
enzimas inducibles: el gen que codifica la ß-lactamasa se induce por pequeñas cantidades de
penicilina o cefalosporina, y se producen enormes cantidades del antibiótico, que se excreta, de
modo que inactiva al ß-lactámico en el entorno de la bacteria. El gen responsable es portado por
plásmidos de tipo R (que llevan genes de resistencia para otros antibióticos).
En las Gram-negativas se han descubierto unos 20 tipos de ß-lactamasas de codificación
plasmídica. Suelen ser enzimas de síntesis constitutiva que se expresan a bajos niveles, y cuya
localización es periplásmica; esta localización permite que el antibiótico sea inactivado antes de
que llegue a la membrana citoplásmica, donde se localizan las proteínas diana de los ß-lactámicos.
Algunas de ellas vienen codificadas por genes plasmídicos que forman parte de transposones.
¿Cuál es el origen de las ß-lactamasas?
Aunque la prevalencia de cepas (sobre todo patógenas) resistentes a ß-lactámicos es un fenómeno
que se "disparó" desde los años 50 con el uso masivo de estos antibióticos, está claro que la
resistencia debía de existir previamente al uso humano de los antibióticos. La aplicación clínica a
gran escala (incluyendo el abuso) de las penicilinas y cefalosporinas sólo ha permitido que veamos
en acción un caso "acelerado" de evolución bacteriana, donde las cepas más aptas han sobrevivido
y se han multiplicado, y en el que, merced a los procesos de intercambio genético y a la construcción
"modular" (transposones) de muchos plásmidos R, las entidades genéticas responsables se han
diseminado de unas especies bacterianas a otras. Se supone que en la Naturaleza (p. ej., en los
suelos), ciertas cepas bacterianas, antes de la aparición de la Quimioterapia, poseían ya
mecanismos para destruir los ß-lactámicos segregados por hongos con los que coexistían.
Profundizando más en el tema, parece que las propias ß-lactamasas proceden evolutivamente (por
mutaciones sucesivas) de alguno de los genes que originalmente codificaban algunas de las
"autolisinas" (PBPs) que intervienen en la maduración del peptidoglucano. Es decir, las ß-
lactamasas serían formas modificadas de las mismas dianas (p. ej., las transpeptidasas) sobre las
que actúan los ß-lactámicos.
Como sabemos, los ß-lactámicos forman complejos covalentes estables con
algunas de las PBPs (peniciloil-PBPs), que hacen que estas autolisinas se inactiven.
Pues bien, existen indicios de que las ß-lactamasas serían unas "autolisinas"
evolucionadas que en vez de formar complejos estables con los ß-lactámicos, se
habrían especializado en cortar el anillo lactámico (dando peniciloico) a expensas de
su actividad transpeptidasa original.
Resistencia al cloranfenicol
La resistencia al cloranfenicol suele deberse a una enzima inactivante de dicho antibiótico,
denominada cloranfenicol-acetiltransferasa (CAT), que normalmente está codificada por genes
plasmídicos. Uno de los genes de CAT de Gram-negativas más estudiados forma parte del
transposón Tn9.
La CAT convierte el cloranfenicol en su derivado 3-acetoxi, usando el acetil-Coa; a continuación una
reacción química (no catalizada por enzima) hace que el grupo acetoxi pase a la posición 1;
finalmente ocurre una segunda acetilación catalizada enzimáticamente, que genera el producto final,
1,3-diacetoxi-cloranfenicol. Los derivados mono o diacetilados del cloranfenicol son inactivos como
antibióticos.
Resistencia a ciertos aminoglucósidos
Como ya vimos en el capítulo anterior, los aminoglucósidos son un grupo amplio y abundante de
antibióticos, por lo que no es sorprendente que las bacterias hayan evolucionado distintos
mecanismos para inactivarlos; se pueden agrupar en tres tipos:
Fosforilación
Adenilación
Acetilación
Las fosforilaciones y adenilaciones se dan sobre grupos -OH susceptibles, mientras que las
acetilaciones recaen sobre determinados grupos -NH2.
La modificación enzimática de los aminoglucósidos ocurre en el espacio periplásmico o en la
membrana citoplásmica, y produce un doble efecto:
el antibiótico modificado covalentemente ya no puede usar el mecanismo de transporte
facilitado a través de la membrana; por lo tanto, accede en menor cantidad al citoplasma;
el compuesto modificado ya no puede afectar al ribosoma, por lo que no ejecuta acción
inhibitoria sobre el crecimiento de la bacteria.
3.3. MODIFICACION QUIMICA DE LA DIANA DEL ANTIBIOTICO
Resistencia a la estreptomicina
La mutación cromosómica strA produce una proteína ribosómica S12 alterada que impide la unión
de la estreptomicina.
Resistencia a la eritromicina
Ciertos plásmidos de cepas de Staphylococcus aureus y de Streptococcus codifican una metilasa
de ARN inducida por la presencia de eritromicina: esta enzima modifica por metilación un
determinado nucleótido del ARNr 23S de la subunidad grande del ribosoma. Concretamente
introduce dos metilos en el N de una determinada adenina, usando S-adenosilmetionina (SAM)
como donador. Esto produce un cambio conformacional en el ribosoma que disminuye su afinidad
hacia la eritromicina y hacia la lincomicina (resistencia cruzada a los dos antibióticos).
El mecanismo genético subyacente al carácter inducible de la metilasa es muy interesante; en lugar
de un mecanismo a nivel transcripcional, como es habitual en las bacterias , se trata de un
mecanismo de regulación traduccional: en las bacterias en ausencia de eritromicina el ARNm de la
enzima posee una estructura secundaria que evita su traducción por los ribosomas, pero en
presencia de eritromicina este ARNm cambia de conformación y puede ser leído, produciéndose la
metilasa que inactivará la diana del antibiótico.
Resistencia a las rifamicinas
Las rifamicinas actúan uniéndose a la subunidad ß de la ARN polimerasa eubacteriana. La
resistencia a estos antibióticos depende de una mutación cromosómica que altera dicha subunidad,
haciéndola insensible a estos inhibidores.
Resistencia a las quinolonas, novobiocina y coumermicina
Las mutaciones cromosómicas que interesan a la subunidad A de la ADN-girasa bacteriana
producen resistencia al ácido nalidíxico. Sin embargo, las quinolonas de última generación
(fluoroquinolonas como el ciprofloxacino) no se ven afectadas, quizá debido a la enorme potencia de
estos quimioterápicos.
Las mutaciones cromosómicas que afectan a la subunidad B de la girasa rinden resistencia a la
novobiocina y a la coumermicina
3.4. SINTESIS DE UNA NUEVA ENZIMA RESISTENTE
Resistencia a sulfamidas
Determinados plásmidos R portan genes de resistencia a sulfamidas (SuR), que codifican una
dihidropteroico sintetasa muy resistente a la acción de estos quimioterápicos, debido a que tienen
una afinidad 10 000 veces menor que la enzima normal codificada por el cromosoma.
Resistencia a trimetoprim
Muchos plásmidos R llevan un gen que codifica una dihidrofolatorreductasa (DHFR) muy resistente
al trimetoprim.
Resistencia a meticilina
En muchos hospitales medran cepas muy peligrosas de Staphylococcus aureus resistentes al ß-
lactámico meticilina. Estas cepas producen una forma especial de proteína PBP2 (la llamada
PBP2a) que posee una baja afinidad por los ß-lactámicos, incluyendo la meticilina. Parece que el
gen codificador correspondiente reside en un transposón.
Mecanismos de acción
La acción del agente antibacteriano es lograda mediante los siguientes mecanismos de acción:
inhibición de la síntesis de la pared celular
inhibición de la síntesis de proteínas
inhibición del metabolismo bacteriano
inhibición de la actividad o síntesis del ácido nucleico
alteraciones en la permeabilidad de la membrana celular
Con cualquiera de estas acciones o con una combinación de ellas, el germen es incapaz de
sobrevivir.
Mecanismos de resistencia
Un germen puede desarrollar resistencia ante un antibiótico. Esto quiere decir que será incapaz de
dañar a dicho germen. La resistencia puede desarrollarse por mutación de los genes residentes o
por adquisición de nuevos genes:
Inactivación del compuesto
Activación o sobreproducción del blanco antibacteriano
Disminución de la permeabilidad de la célula al agente
Eliminación activa del compuesto del interior de la célula
La resistencia de los gérmenes a los antibióticos es en la actualidad uno de los grandes desafíos
para las autoridades de salud.
Mecanismo de acción de los antibióticos
Representación de un péptido corto (verde) precursor de la pared celular de una bacteria unido al
antibiótico vancomicina (azul). El péptido en cuestión se une a la vancomicina por cinco enlaces de
hidrógeno (líneas punteadas).
Debido a que los antibióticos tienen efectos sobre una diversidad de bacterias, sus mecanismos de
acción difieren basados en las características vitales de cada organismo y que, por lo general, son
objetivos que no existen en las células de mamíferos.
Pared celular
Algunos antibióticos ejercen su función en regiones y orgánulos intracelulares, por lo que son
ineficaces en bacterias que contengan una pared celular, a menos que se logre inhibir la síntesis de
esta estructura exterior, presente en muchas bacterias, pero no en animales. Muchos antibióticos
van dirigidos a bloquear la síntesis, exportación, organización o formación de la pared celular,
específicamente los enlaces cruzados del peptidoglicano, el principal componente de la pared
celular, sin interferir con los componentes intracelulares.18 Esto permite alterar la composición
intracelular del microorganismo por medio de la presión osmótica. Como la maquinaria intracelular
permanece intacta, ello aumenta la presión interna sobre la membrana hasta el punto en que ésta
cede, el contenido celular se libera al exterior, y la bacteria muere. También permiten la entrada de
otros agentes antimicrobianos que no pueden atravesar la pared celular.3 Algunos ejemplos clásicos
son:
la bacitracina: del grupo de los péptidos, inhibe al transportador lipídico del peptidoglucano hacia
el exterior de la célula.
la penicilina: en el grupo de los betas lactámicos, inhibe la transpeptidación, una reacción en la
que se producen los enlaces cruzados de la pared celular y bloquea los inhibidores de las
autolisinas.
las cefalosporinas: otro tipo de moléculas que inhiben la transpeptidación, por unión a las
proteínas PBPs, implicadas en la última fase de la formación de la pared celular.
Membrana celular
Ciertos antibióticos pueden lesionar directa o indirectamente —al inhibir la síntesis de los
constituyentes— la integridad de la membrana celular de las bacterias y de ciertos hongos.
Las polimixinas, por ejemplo, son antibióticos que actúan como surfactante o detergente que
reacciona con los lípidos de la membrana celular de las bacterias. Ello destruye la integridad de la
permeabilidad de la membrana. Los elementos hidrosolubles y algunos que son tóxicos para el
germen, pueden así entrar sin restricción al interior celular. La gramicidina A forma poros o canales
en las bicapas lipídicas.
Acción sobre ácidos nucleicos (ADN y ARN) y proteínas
Algunos antibióticos actúan bloqueando la síntesis del ADN, ARN, ribosomas, ácidos nucleicos o
las enzimas que participan en la síntesis de las proteínas, resultando en proteínas
defectuosas. La mitomicina es un compuesto con estructura asimétrica y que se fija a las hélices del
ADN e inhibe o bloquea la expresión de la enzima ADN polimerasa y, por ende, la replicación del
ADN y el ensamblaje de las proteínas. La actinomicina, por su parte, ejerce su mecanismo en la
misma manera que la mitomicina, solo que es una molécula simétrica.
Las sulfamidas son análogos estructurales de moléculas biológicas y tienen parecido a las moléculas
normalmente usadas por la célula diana. Al hacer uso de estas moléculas farmacológicas, las vías
metabólicas del microorganismo son bloqueadas, provocando una inhibición en la producción
de bases nitrogenadas y, eventualmente, la muerte celular.
Las quinolonas y fluoroquinolonas actúan sobre enzimas bacterianas del
tipo girasas y topoisomerasas del ADN, responsables de la topología de los cromosomas, alterando
el control celular sobre la replicación bacteriana y produciendo una alteración en la lectura del
mensaje genético .
Acción sobre los ribosomas
Aproximadamente la mitad de los antibióticos actúan por inhibición de los ribosomas bacterianos, los
orgánulos responsables de la síntesis de proteínas y que son distintos en composición de los
ribosomas en mamíferos. Algunos ejemplos incluyen los aminoglucósidos (se unen de forma
irreversible a la subunidad 30S del ribosoma), las tetraciclinas (bloquean la unión del aminoacil
ARNt al complejo ARNm-ribosoma), eritromicina (se fijan de manera específica a la porción 50S de
los ribosomas bacterianos) y la doxiciclina.
top related