codoñer, c. & fernández-corte, c. - roma y su imperio
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7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
1/57
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
2/57
Coleccin: Biblioteca Bsica
Serie: Historia
Diseo: Narcs Fernndez
Documentacin cartogrfica: Mercedes Castro
Coordinacin cientfica: Joaquim Prats i Cuevas
Catedrtico
de
Instituto y
Profesor de Historia
de
la
Universidad de Barcelona)
-
del
texto, Carmen Ordoer y Carlos Fernndez Corte, 1991
de
la
edicin espaola, Grupo Anaya, S. A., 1991
Juan Ignacio Luca de Tena, 15.
28027
Madrid
www
anayainfantilyjuvenil. com
e-mail: anayainfantilyjuvenil@anaya. es
Primera edicin, enero 1991
Segunda edicin,
julio 1992
Tercera eccin, marzo
1996
Cuarta edicin, julio
2000
Quinta edicin, febrero
2004
Sexta edicin, octubre
2005
I.S.B
.N .:
84-207-4015-2
Depsito
legal
:
M. 41.143 2005
Impreso en ANZOS , S. L.
La
Zarzuela, 6. Polgono Industrial Cordel de
la
Carrera
Fuenlabrada
Madrid)
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distribuyeren
o comunicaren pblicamente en todo
o en parte
un
obra literaria artstica o cientfica o
su transformacin
interpretacin o ejecucin artstica fijada en cualquier tipo
de
soporte
o
comunicada
a travs de
cualquier medio
s n
lo pr
1
ptlrm nutot l1 ocion
ontenido
El legado de
Roma
1 Italia y Roma
2 Roma
3 Roma y el Mediterrneo:
la Repblica Media
4 La crisis de
la
Repblica
5 El Imperio Romano
6 El Estado
en el
siglo 1
7
El
Imperio
en
el siglo II
8 Los Severos
9 La anarqua militar y el Bajo Imperio
Datos para una historia
Glosario
Indice alfabtico
Bibliografa
4
6
10
20
38
54
80
86
94
96
106
108
110
112
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
3/57
l legado
e
o
Pocas palabras resume1
t
rio Romano que estas de
Si se tratase de puntualizar
el
11
z
mundo
en
que el linaje humano
l
1
sealadamente, nombrarase sin lit 1
\l
desde la muerte de Domiciano hasta 1 lv 1
modo.
Lo sorprendente
de
la
accin de or
la
Historia Universal es que una pequea ciud d del
centro de Italia pudiera llegar a conquist
ar
y do
mi-
nar todos los pases mediterrneos. Otros i
mpe
rios
haban existido antes, como
el
persa o
el
de
Ale-
jandro Magno, que controlaron tambin una gran
extensin de territorio. Pero ningn poder lleg a
ser tan persistente ni a ejercer una labor civilizado
ra tan duradera como
el
romano.
Los mtodos de los que
se
sirvi para imponer
se no
fueron ejemplares. Como sucede con toda
potencia imperialista, las guerras,
con
sus secuelas
de saqueos, pillajes y destrucciones de comunida
des enteras, acompaaban a las legiones romanas.
Pero
, despus de ellas , Roma
supo
dotar de un
marco poltico-administrativo estable a numerosos
territorios que jams haban gozado de perodos
prolongados de paz, imponindoles su lengua
el
latn e introducindolos
en
las ventajas de la civi-
lizacin urbana. Un mismo sistema de educacin,
continuacin innovadora del griego , una a hisp
a-
nos y africanos, a itlicos y britanos.
El Imperio
como
construccin poltica
t
ble
no poda durar. Y
an
as se prolong
dente
por
espacio de cinco siglos. Pero ,
1
paradoja histrica, todos los agente
tl
huyeron a su desintegracin los brb
1 ,
tianismo , las diferencias sociales y J
1
nacionalidades
quedaron pr
ofun
1 t 1 1
dos
por
la accin romana. El n 1
1l1 1
con
todo lo que
ste
implicab , t
poder
poltico.
CI-
5
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
4/57
Las
once regiones
resultantes
de la
divisin
adminis
trat iva
de
Ital ia
realizada por Au
gusto
conserva
ban
todava en
sus
nombres el
recuerdo
de
sus
pobladores origi
narios.
Eran es
as:
1 Lacio y
Campania; 11
Apulia,
Calabria,
Salentinos
e
Hir
pinos;
111
Lucania
Brutios; IV
Sa
binos
y
Samnio;
V) Piceno; VI)
Umbria;
VII)
Etru
ria; VIII) Emilia
Galia
Cisalpina);
IX) Liguria;
X
V
-
neto
e
Histria;
XI)
Galia Traspadana.
En
la
imagen ,
mu -
er campana con
su
esclava.
Italia
y
Roma
Roma estaba situada en el 1 11
Italia,
en
un vado del
r
o 1
.-ib
ricas regiones costeras: Etruri
y 1 1
1
cin en el curso inferior del ro, 1
n
1 ...
desembocadura, le permita adem 1 lt
que una el litoral del Lacio con la ti rr
sistema Apenino Central.
Pero
esta
po i i 1
;>ogr-
fica ,
con
ser buena, no explica que Rorn stuviera
destinada a conquistar toda Italia:
par
a e llo
he.
ca falta
que concurrieran circunstancias histricas fdvorables.
Italia
antes de
la
romanizacin
Antes de que Roma impusiera su hegemona en Ita-
lia, otros pueblos, italianos y extranjeros, haban sido
los
dominadores.
Los ms importantes
fueron
los
griegos y los etruscos. El declive de estas civilizacio-
nes coincidi con el ascenso del poder romano as
Roma se
convirti
en
la
sucesora de
culturas
ms
antiguas, continuando su labor.
La variedad tnica y lingstica de Italia
era
enor-
me
todava en
poca
de Augusto siglo 1a.C.) , en
la
que se reconocan
once
regiones perfectamente dife-
renciadas.
Pero
la formacin de estas culturas fue el
resultado de un largo proceso que dur siglos. Entre
los siglos X y VIII a. C. se acentu
la
definicin de las
diversas culturas italianas , y los etruscos, con un
ritmo de desarrollo ms acelerado que los dems pue-
blos del entorno itlico, aparecieron
plenamente
constituidos como realidad histrica
en torno
al siglo
VII. Pero un poco antes de esta poca un nuevo fac-
tor
vino a sumarse al
panorama
tnico
y
cultural de la
Italia antigua: la colonizacin griega.
Las fundaciones helnicas
en
Italia fueron muy ori-
ginales respecto a las ciudades de
la
propia Grecia
en
el perodo llamado arcaico. Los griegos establecieron
sus centros comerciales ,
sobre
todo ,
en
las costas
occidentales de Sicilia y en las de Italia meridional y
occidental hasta el golfo de Npoles. El impacto de la
colonizacin fue tan fuerte que las ciudades etruscas de
la
costa tirrena, ricas en minerales, compitieron con los
colonizadores griegos y cartagineses en la busca de
mercados por todo el Mediterrneo occidental.
Como
efecto de esta actividad comercial, las ciudades etrus-
cas experimentaron, durante el siglo
VII
a.C., un gran
vigor econmico y cultural, extendindose por el sur
hasta el Lacio y Campania. Antes de sufrir la crisis
definitiva, el
mundo
etrusco orientar sus
energas
hacia
la
costa del mar Adritico y el Norte, penetran-
do en
la
llanura
baada por
el Po, donde fundan ,
entre otras ciudades, Mantua y Bolonia.
El
mundo
helnico
El
nmero
de es
t ab lec imien tos
griegos en
las
costas i ta l ianas
del
sur lleg
a
ser
tan
grande que la
regin recibi el
nombre
de
Magna
,
Graecia. Tarento,
Metaponto, Cro
tona Sibaris ,
10
Rhegion,
Elea
o
Cumas, en el
Gol-
fo de
Npoles,
se
convirt ieron
en
centros
de irra
diacin de la
cul-
tura
griega
arcai-
,
ca
y
clsica.
La
influencia
griega ,
en esta
represen
tacin de
guerre
ros lucanos es pa
tente.
1
1
7
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
5/57
a
crisis
En Etruria, como
en Grecia, se for
maron un gran
nmero de
ciuda
des-estado confe
deradas entre s
por
vnculos
muy
laxos y
goberna
das generalmente
por la aristocra
cia. Las
ms
im
por t n tes er n
Volterra, Arezzo,
Tarquinia,
Veyes,
etc. La
influencia
griega resulta pa
tente
en muchas
de
las
manifesta
ciones artst icas
de es te
pueblo
tan singular. Arri
ba, caballos ala
dos etruscos
que
formaban parte
del templo
llama
do ra della
Re -
gin
en la
acr
polis de Tarquinia
siglo V antes
de
Cristo).
La
crisis de los siglos V
y
IV a.
C.
Durante
los siglos V y V a. C . entraron en
decaden
cia las ciudades-estado helni
cas
v etrusc s ante el
doble
empuje de dos
fuerzas aparente tne n le anta
gnicas: civilizaciones
contin
e
nt
al
es, ms atras
adas,
en
una fase de desarrollo pr eurbano, y
es
tados
territorialmente ms
extensos
, for
mados
como con
secuencia de las conquistas de Alejandro
Magno
siglo V a. C.).
La presencia etrusca
en Roma
, que la arqueologa
databa ya desde finales del siglo V a. C., llega a su
final y sirve como indicio
de una
c
ri
sis
mu
cho
ms
profunda de esta civilizacin. Parece ser que, durante
la primera mitad del siglo V a. C. , sus yacimientos
minerales
se agotaron
y
que
sus rutas comerciales
cayeron en
manos
de los griegos. Y, adems, a esas
dificultades externas e internas vino a sumarse la apa
ricin
en
la historia italiana
de
dos grupos
de
pueblos
que
desempearn
un importante papel: los samnitas
y los galos.
Los
samnitas hablaban dialectos emparentados
con
el latn.
Su
lugar
de
difusin originario
parece
haber sido las tierras altas situadas al Este de Etruria,
Lacio y
Campania
, que miran hacia el Adritico.
Por su parte
, los galos,
como
reflejo de la formida
ble eclosin del mundo cltico en la Europa Occiden
tal, aparecieron
en
la llanura del
Po
, quiz a finales del
siglo
VI
a. C. , y
presionaron constantemente
a los
etruscos durante los siglos
V
y IV a. C. Ocuparon parte
de la costa Adritica,
en el
siglo a. C. , y lanzaron
incursiones hacia el
Sur
,
en una de
las cual
es
saquea
ron e incendiaron
Roma
en
torno
al
390
a . C .
.
Galos y samnitas aceleraron la
de
c
adenc
ia de los
centros tradicionales
de
la civilizaci
n
arcaica helni
co-tirrena e inauguraron un perodo
de predo
minio
de
pueblos
atrasados sobre
pueblos civiliz
dos
que,
por analoga
COn
lo que
SUCed
er
ffiUCh w } lTiS
tarde
,
ha
sido llamado medievo itlic n .
l
a los
siglos V y IV a. C.
Puede
afirmarse ,
en
resum
en,
qu
siglo IV a. C. , Italia atrav
es
un
f
regionales mltiples cartagin ,
tas
as
se
llamaba a l
os
gri
tas, etruscos
y
galos).
Dentro
de esa confusin
comenz a hacerse notar la potencia
militar
de
Roma.
A comienzos del siglo a. C.,
con
siracusanos y
cartagineses disputndose Sicilia, y con la definitiva
decadencia del
poder
etrusco, solamente subsistan
en
la Italia continental
dos
potencias
de
considera
cin: la confederacin samnita, y el Estado
romano
y
sus aliados.
Territorial y demogrficamente los samnitas
eran
mucho
ms poderosos; tambin era grande su fama
guerrera; el hecho de que
no
se realizara la unifica
cin de Italia bajo su hegemona se debi a la impre
vista resistencia de Roma.
a crisis
Desde finales del
siglo
V
a.
C.
Sira
cusa
se
convirti
en
la ms podero
sa
de
las ciudades
griegas de Occi
dente. Regida por
tiranos se opuso
victoriosamente a
cartagineses y
etruscos
y
alent
las incursiones de
los galos cont ra
las ciudades
etrus
cas y Roma.
Sin
embargo,
en
el
si
glo
DI
a.
C.,
Roma
conquistar Sici
l ia , inagotable
fuente
de impre
sionantes hallaz
gos
arqueolgi
cos . En la ima-
gen, rutnas
roma-
nas en
la antigua
colonia
griega
de
Tyndaris ,
en la
costa norte de Si
cilla.
9
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
6/57
a
leyenda
atribu-
y
a Marte
la
pa-
ternidad de
los
gemelos
Rmulo
y Remo.
Confia-
dos
a
las aguas
del Tber
fueron
salvados
y
ali-
mentados por
una
loba.
Ms
tarde
fundaron una
ciu-
dad. Los auspi-
cios concedieron
a Rmulo que
le
diera su nombre:
Roma.
Loba capi-
tolina con los dos
gemelos.
oma
Las fuentes arqueolgicas,
lin
i ti icas y,
sobre
todo, los relatos de histori 1 1 rl os son
fundamentales
para reconstruir J hi
1
1i e Italia
anterior a Roma.
a
historia de Roma
La historia
romana
desde los orgen
es
hasta la Rep-
blica primitiva, debe establecerse a partir de las mis-
mas bases, pero con una importantsima diferencia:
los romanos comenzaron a escribir su propia historia
en griego, a finales del siglo III a. C. , y
en
latn, a
mediados del siglo
II
a. C. Las versiones acerca de los
orgenes de la ciudad que han llegado hasta nosotros
se
deben, sobre todo, a Cicern y a Tito Livio,
entre
los latinos, y a Dionisia de
Halicarnaso
, entre los
escritores griegos. Si tenemos
en
cuenta que, segn
el cmputo del erudito Varrn,
Roma
se fund en el
ao 753 a. C., existe un desfase
de
aproximadamen-
te siete siglos entre la fundacin de la ciudad y los
relatos que la transmiten.
Adems,
en
el siglo I a. C.,
cuando se
escribieron
estas historias, Roma se hallaba sumida en una pro-
funda
crisis poltica y sus historiadores pretendan
encontrar en
el
estudio del pasado una explicacin y
un
remedio para los males del presente. Los legenda-
rios relatos de los orgenes contienen, pues, ms que
la historia de esa poca un interesantsimo reflejo del
pensamiento poltico y de la mentalidad de los roma-
nos del siglo I a. C.
Las leyendas de Eneas, Rmulo y Remo, el rapto
de las Sabinas, el combate de Horacios
y
Curiacios
y
tantas y tantas figuras ejemplares, quedan as despro-
vistas
de
fiabilidad histrica, sin que eso les reste
valor como modelos de comportamiento patritico, o
como bellos relatos literarios. Los griegos observaban
el mundo con mentalidad mitolgica o filosfica. Los
romanos, ms inclinados al verismo, convirtieron los
productos de su imaginacin
en
historia.
La cultura romana tuvo un largo perodo de for-
macin que se prolong desde mediados del segundo
milenio hasta finales del siglo
VII
a. C. Durante ese
tiempo, Roma pas de ser una comunidad preurba-
na,
en
la que la arqueologa nos
ha
permitido imagi-
nar un grupo de aldeas diseminadas por las colinas en
relativo aislamiento, a otra protourbana a partir del
850 a. C. , donde rastreamos los primeros indicios de
organizacin ciudadana.
os orgenes
Segn
Tito
Livio
la ciudad
fundada
por
Rmulo tena
gran
escasez
de
mujeres. Los
ro-
manos
invitaron a
unos JUegos a sus
vecinos
los
sabi-
nos apoderndo-
se
por la
fuerza
de
sus hijas. Cuando
los sabinos
com-
batieron
para
re-
cuperar a
sus
mujeres
stas
se
interpusieron obli-
gndoles a firmar
la
paz.
Las
sabi-
nas
interponin-
dose entre roma-
nos sabinos de
David.
11
-
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7/57
l Los etruscos
Flautista etrusco
perteneciente a
las pinturas
que
decoran la llama-
da Tumba de los
leopardos en
Tar-
quinia Desde la
segunda
mitad
del siglo V a C
se
introduce en
Etruria la influen-
cia del
arte
jonio
con
su
refina-
miento
y
sus ras-
gos suaves y
na-
turalistas Este
momento de
la
pintura
etrusca
tiene
su mejor -
presin en las de-
coraciones pict-
ricas de las tum-
bas de Tarquinia
con sus represen-
taciones
funera-
rias que han sido
de
gran
utilidad
para el conoci-
mientos de los ri-
tuales fnebres
etruscos
La dominacin
etrusc
A partir de esta poca,
Ro 1
l
n1ismo
tiempo en ciudad y
en
ciud d 11 1 1 uscos
aportaron una
concepcin urb
1
l
t 1 Ll
v
y en
correspondencia con ella, una ot g llliz
1
i
1
poltica.
Su presencia
en
Roma dur ms d i
1 y
tnedio
y
sigui los avatares generales de
la civiliz
in tirrena
durante el perodo arcaico
630-450
a. . aproxima-
damente), en el que se produjo una importante comu-
nidad cultural entre Etruria, las ciudades del Lacio y
Campania.
Con los etruscos lleg a Roma
el
alfabeto
y
el arte
de la escritura; tambin sus templos y la representa-
cin antropomrfica de los dioses, cosas todas que
ellos haban recibido de los griegos. En esas condicio-
nes nq resultar extrao que Roma fuera considerada
ms adelante como ciudad no slo etrusca
que lo
era , sino tambin griega. Por supuesto, los latinos
constituan el elemento ms importante de su pobla-
cin, que utilizaba el latn, pero incluso el nombre de
la ciudad Ruma)
y
el de su supuesto fundador latino
Rumilius, Romilius)
parecen procede r de Etruria.
Lo mismo cabe decir de los aspectos ms impor-
tantes de
la vida ciudadana:
en
el
comercio eran
etruscas numerosas corporaciones de artesanos que
trabajaban el metal,
el
cuero, la lana
y
las industrias
del vestido;
eran
etruscas las asociaciones que se ocu-
paban del ocio, como flautistas, danzarines o histrio-
nes; tambin eran un invento etrusco los juegos de
gladiadores, de origen religioso al principio.
Este pueblo aportaba un fuerte componente sacro
a casi todas las manifestaciones de la vida pblica. Es
sabido que los magistrados romanos jams empren-
dan una accin sin consultar los auspicios observa-
cin del vuelo de las aves o de su manera de comer),
y que el arte de observar las entraas de las vctimas
estuvo siempre reservada a expertos etruscos. Los
distintivos y el traje de los magistrados, tan caracters-
ticamente romanos, fueron etruscos en u origen.
La vida social se estructuraba
en
torno la fami-
lia. Adems de los parientes consangune , le fatnilia
inclua tambin a esclavos y cliente .
1
t irnos
eran
ciudadanos libres que, sin
en1b
rgo,
t
o ozc ban
de plenitud de derechos. El
pater familias,
mediante
la patria potestas,
gobernaba sobre hijos, clientes y
esclavos.
Al
morir transmita su posicin al hijo.
Varias familias descendientes de un mismo tronco
formaban una
gens,
poderosa asociacin de derecho
privado , ms fuerte en sus atribuciones que las que
correspondan al
rex,
pues la monarqua no tena
gran importancia. El rey etrusco gozaba de atribucio-
nes en el campo de la religin
y
ejerca tambin
como rbitro
en
las desavenencias entre las
gen tes.
t
,
z. ..
Los etruscos
1
Otro detalle
de la
citada
Tumba
de
los
leopardos
en
Tarquinia.
1
.
13
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
8/57
El repliegue
etrusco
La
Roma de los
reyes
etruscos es
taba
muy
familia
rizada,
a
t ravs
del arte, con las
ms famosas
le
yendas de la
mi
tologa
griega.
Los viajes
de
Uli
ses
y
las hazaas
de
Aquiles, proto
tipo del guerrero
osado, fueron te
ma de numerosas
esculturas
y
pin
turas murales,
co
mo
la que aqu
in
cluimos, quiles
y roilo
550 an
tes de
Cristo).
La
Repblica primitiva
509-265
a.
C.
La tradicin romana fija en el ao 509 a. C. la expul
sin del ltimo rey etrusco y el comienzo de la Rep
blica. En trminos polticos,
el cambio
se
manifest
en que la aristocracia se hizo cargo del gobierno, tur
nndose anualmente sus miembros en
el
ejercicio del
poder. Un reducido nmero de g nt s patricias po
sea todos los derechos polticos y privados,
en
tanto
que una masa importante de la poblacin de la ciu
dad, an s iendo libre, careca de ellos.
En el plano de la poltica internacional,
Roma
pas de ser una ciudad latina de mediana importan
cia,
en el 509 a. C., a cabeza
de
Italia, en el 272 a.
C., con
la
toma de Tarento. En
la
compleja historia
de estos casi dos siglos y medio, el aumento del pres
tigio e influencia
en
la pennsula corri parejo con
una formidable transformacin de las estructuras pol
ticas de la Repblica y con la disolucin de lo que se
ha llamado
el
orden social arcaico. La poblacin y el
territorio romano experimentaron un aumento impen
sable dos siglos antes: en el
5 9
a. C. el territorio
alcanzaba 8 km2, mientras que en el 218 a. C.
comprenda
25.000,
sin contar con el de aliados y
latinos. Y
la
ciudad, preferentemente agrcola y con
una importante actividad comercial bajo la domina-
cin etrusca, se fue especializando en la actividad que
los historiadores del siglo
1
a. C. consideraban como la
verdadera vocacin del pueblo romano: la guerra.
Tras
la retirada de los etruscos, Roma se ali con
otras ciudades latinas
para
defenderse de los monta
eses volscos y de los etruscos del Norte del Tber.
Tras la superacin de fuertes disensiones internas,
la
ascensin romana
en
Italia fue imparable a partir
del
350
a. C. Roma afirm definitivamente su hege
mona sobre las ciudades latinas e intervino luego en
los asuntos de Campania, tradicional zona de influen
cia samnita tras el repliegue etrusco, enfrentndose
con la poderosa liga samnita, a
la que termin derro
tando
en
tres duras guerras (343, 326-304 y 298-
290
a. C. . Paralelamente, se impuso a los etruscos,
galos y umbros en el norte, con lo que hacia el
285
a. C. haba sometido a toda la Italia central. Poco
despus, Roma concluy la conquista de la pennsula
itlica con la toma de Tarento, (272 a. C. , ganando
una guerra que fue famosa pues consiguieron vencer
pese a
no
haber logrado un solo triunfo en ninguna
de sus tres batallas contra el clebre Pirro.
El repliegue
etrusco
Pirro,
rey
griego
de Epiro,
derrot
a los romanos
en
tres combates su
cesivos Heraclea,
Ausculum y Bene
vento)
sin conse
guir triunfar en la
guerra.
Se
cuenta
que despus del
segundo de ellos,
a la
vista
del cam
po de batalla, Pi
rro exclam:
Otra
victoria
ms
como
st
y
es tamos
perdidos Por
es-
ta razn a las vic-
tor ias
parciales
.
con repercuston
negativa en el
re-
sultado final ae la
contienda
se les
denomina victo-
rias
prricas. A la
izquierda, plato
con soldados
so -
bre un
elefante de
guerra.
15
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
9/57
Patricios
y plebeyos
l sociedad
roma
na en
los
tiempos
de la fundacin.
l comunidad ur
bana se
divida
en
grupos
llamados
gen tes, es decir,
uniones
de fami
lias consangune
as
y
clientes,
per
sonas
que depen
dan de ellos.
Exista
una divi
s in en
dos
cla
ses:
patricios
y
plebeyos,
sobre
los que dominaba
,
un
rex Este,
ele-
gido con
carcter
vital icio, estaba
investido de
un
poder religioso y
poltico limitado
por
una oligar
qua
patricia,
for
mada
por
los je
fes patres), que
constituan el
Se
nado.
Exista una
asamblea ms
amplia, los
comi-
cios
curiados de
los
que formaban
parte los
miem
bros de las gen-
tes,
los
cuales
constituan el
po-
pulus romanus
que en un
princi
pio exclua a
los
plebeyos)
Los conflictos
entre patricio
y
plebeyos
No conocemos bien el origen los patricios, ni tam
poco las causas por las que e et can el poder en
exclusiva.
Constituan un
es tamento cerrado
que
tena acceso al Senado , a las magistraturas y a los
sacerdocios, mientras que el resto de los ciudadanos,
la plebe, se vea privado de ejercer cargos pblicos y
de participar
en
la eleccin de los mismos.
No todos los plebeyos eran pobres.
Su
desventaja
respecto a los patricios se derivaba del nacimiento, no
de la riqueza. En el
seno
de la plebe se observaban
diferencias entre los plebeyos ricos, artesanos y
comerciantes sobre todo, y los plebeyos pobres, cam
pesinos a los que la superpoblacin y las malas cose
chas empujaban a las deudas ,
la
ruina y la esclavitud.
El enfrentamiento entre ambos rdenes o estamentos
se plante, por tanto, en un doble plano, poltico y
social: los plebeyos ricos trataban de alcanzar
la
pleni-
lA SOCIEDAD
,
DE
lA
MONARQUIA
uites
patricios que
podan
mantener
un caballo
Plebeyos
campesinos,
comerciantes
y
artesanos
nobles
de
scendi
en
te
de las familias m s riCC l
Senadores 100)
patricios ancianos
1 vo
tud de derechos ciudadanos que les permitieran igua
larse polticamente con los patricios; los pobres busca
ban un alivio a su profunda desigualdad econmica y
hacan responsable
de
ella a la clase gobernante.
El
enfrentamiento entre estamentos permite dis
tinguir dos fases. En la primera hasta el
396
a. C.)
los plebeyos, aprovechndose de la difcil situacin
exterior que converta en indispensable su participa
cin en las guerras, plantearon a los patricios exigen
cias polticas en consonancia con su actuacin en el
ejrcito. Ante su obstinada resistencia, no dudaron
en
recurrir a armas como la secesin, especie de huel
ga por la que se desentendan de sus obligaciones
para
con la ciudad. Como consecuencia
de
la misma,
los plebeyos constituyeron un autntico estado dentro
del Estado, con sus instituciones propias, como el tri
bunado
de
la plebe.
Siempre presionados por la situacin exterior, los
patricios se vieron obligados a hacer ms concesiones
y
de este modo la plebe consigui tres resonantes vic
torias:
1
publicacin del Derecho en la llamada Ley de
las Doce Tablas; 2 constitucin de una nueva divisin
de los ciudadanos basada en la propiedad;
3
derecho
a contraer matrimonios mixtos o us connubii
1
Patricios
y plebeyos
En su lucha polti
ca contra los
pa
tricios,
los
plebe
yos
crearon el
tri
bunado de la ple
be, cuyos titula
res, inviolables en
virtud
de un tab
religioso,
prote-
,
gtan
a sus compa-
eros
contra
los
abusos de
los ma
gis t rados y
po
dan vetar
inter
cessio
los actos
de
los
magistra
dos o
las
resolu
ciones del
sena
do. En el plano
econmico,
los
plebeyos
se ocu
paban
de
labores
agrcolas, comer
ciales y artesana
les. En la imagen,
fresco
de
una
pa
nadera.
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
10/57
Patricios
y plebeyos
La agricultura
re
publicana
pas
pronto de la pe
quea
propiedad
de carcter
fami
liar
a
la
hacienda
rstica. Tenemos
notic ias de ha
ciendas totalmen
te
dedicadas
a
un
solo cultivo.
Cada
hacienda dispona
de
tres parejas
de
bueyes
para
arar
un cen tenar de
ovejas y
de cua
tro asnos con
sus
arreos.
En la ima
gen
rel ieve
,de
los primeros
sur
cos con arado.
En v ~ r t u de la publicacin de las leyes, estaban al
abrigo
de
los abusos de l
os
patricios, que antes
eran
los nicos conocedores del derecho consuetudinario,
fuertemente ligado
a los colegios sacerdotales. La
nueva ordenacin social
en
clases y centurias indica
que los privilegios de nacimiento de los patricios ha
ban
de
ceder
el
paso y ajustarse al poder econmico
y militar
de
cada ciudadano.
Por
ltimo , el
/us
connu-
bii mostraba que los plebeyos ricos pod an emparen
tar
con
los patricios, pues no otra cosa significaban
los
matrimonios
mixtos.Las
reformas
polticas del
siglo V a. C. beneficiaron, sobre todo, a los plebeyos
adinerados, a los
que
slo les faltaba la participacin
en
el
Senado
y
en
las magistraturas.
La conquista
de la
ciudad etrusca
de
Veyes 396 a.
C.) haba aumentado
en
un tercio el territorio
de
la
Repblica , pero
el beneficio social que supuso
la
dis
tribucin
de tierras
qued
anulado
por
la invasin
gala del 390 a.
C.
l saqueo de cosechas arruin a
una
parte
importante de
la
poblacin que
se vio
reducida a la esclavitud
por
deudas, y
eso
puso
en
marcha la segunda fase de la lucha patricio-plebeya,
que se extendi hasta el
287
a. C.
La lucha
entre
estamentos trajo
como
resultado
una serie de leyes que definan los derechos bsicos
del ciudadano en
la
Repblica romana y que han
lle
gado
hasta
nosotros
gracias a los escritores que las
reflejaban
en
los
Anales.
No
existan prcticamente diferencias
legales
entre patricios
y plebeyos: todo ciudadano tena
derecho a votar
en
las asambleas, a ser elegido
para
cualquier magistratura y a
recurrir
ante el pueblo
contra la pena de muerte. Las antiguas instituciones
plebeyas quedaron integradas en el conjunto de las
instituciones de la res publica y asimismo las resolu
ciones de las asambleas obligaban por igual a todos
los ciudadanos.
Los plebeyos ricos, con su acceso a las magistra
turas, pronto se incorporaro n a una nueva nobleza
patricio-plebeya que, desde el Senado dirigi la pol
tica romana. Los pobres tambin recibieron , aunque
en
menor medida, los frutos de
la
conquista, pues el
equilibrio institucional alcanzado
en
torno al
287
a.
e no hubiera sido posible sin los beneficios econmi
cos que trajo consigo la expansin por Italia.
Durante su expansin por Italia, Roma se mostr
muy hbil concediendo la ciudadana romana a mu
chos de sus antiguos aliados o adversarios latinos o
campanos; de esta forma se asegur un caudal de ciu
dadanos prcticamente inagotable que le fue muy til
en las guerras contra los samnitas y Pirro. Si aadi
mos a esto una magnfica red de comunicaciones , que
ligaba las comunidades recin fundadas o romaniza
das , encontraremos algunas de las razones que expli
can no slo el porqu sino tambin de qu modo se
llev a cabo la conquista de Italia.
-
aigualdad
legal
Las
familias
patri-
ctas eran muy po-
cas. Antes del
366 a. C. conoce
mos el nombre de
unas veinte
y
despus
de
esta
fecha
de
veintiu
na.
A pesar
de
ser tan
escasas
.
en
numero
rests-
tieron en
el
poder
durante tanto
t iempo debido a
las relaciones de
dependencia
que
se
establecan en
t re
ciudadanos
li
bres
Todas las
familias patricias
tenan numerosos
d e p e n d i e n t e s
cl ientes)
a los
que dispensaban
proteccin jurdi-
.
ca y economtca a
cambio de apoyo
poltico. En
la
imagen aristcra
tas romanos
en
un
banquete.
19
-
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11/57
Roma y el Mediterrneo
La Repblica
edia
El Senado
refleja
ba
en su organi
zacin los dife
rentes honores en
que
se
divida la
carrera de
las ma
gistraturas Se
era senador
de
rango cuestorio,
tribunicio, edili
cio,
pretorio
y
consular.
Polibio , historiador griego residente en Roma
en
el
siglo
II
a. C., admiraba
la
constitucin de la Repblica
romana porque se
basaba en el equilibrio
de
poderes:
el aristocrtico, que resida en el Senado, el democr
tico,
representado
por
las
asambleas populares, y el
monrquico, radicado en los cnsules. A pesar
de
esta
afirmacin, los principios
en
los
que se fundamentaba
la poltica romana seguan consagrando la desigual
dad de los ciudadanos, incluso
en
el plano jurdico.
Las
magistraturas
El
poder ejecutivo lo
ejercan
los
magistrados. Las
magistraturas
tenan una
doble
vertiente, administrati-
va
y coercitiva. Esta ltima, resumida
en
el
trmino
imperium
solamente la posean los
magistrados
superiores cnsules y pretores), a los que facultaba,
entre otras cosas, para mandar el ejrcito e imponer
a los
ciudadanos
castigos que podan llegar hasta la
pena capital.
Las magistraturas formaban un sistema jerrquico.
El
grado ms alto de
la
escala estaba constituido
por
el consulado, al que se acceda tras haber desempe
ado toda
la serie de cargos inferiores. Dicho sistema
haba quedado
ya
plenamente organizado durante el
siglo III
Todas las magistraturas sufran una doble limita
cin: en el tiempo y en el poder. Segn el tiempo, los
magistrados deban renovarse
en
el cargo todos los
aos, sin que cupiera reeleccin salvo
en
el caso del
consulado). En cuanto al poder, todos los magistrados
estaban sometidos
al
principio de la colegialidad,
segn el cual las decisiones
en
cada escaln deban
tomarse de
comn
acuerdo
entre
collegae as
cada
magistrado tena derecho a vetar las decisiones de su
colega.
En principio, esta necesidad de acuerdo unnime
pareca proteger al pueblo contra los
abusos
del
poder
ejecutivo, pero, en el fondo, vino a favorecer y
reforzar al nico rgano vitalicio y permanente de la
Repblica romana: el Senado.
....----------
Magistraturas
La
c rrer
de
los
honores
Se
co
menzaba ejercien
do
la cuestura
con
atribuciones
emtnentemente
econmicas) ,
se
prosegua por la
edil idad
polica
ciudadana, espec
tculos, etc.), se
continuaba
por la
pretura
adminis
tracin
de
justicia
y administracin
en general)
y
se
coronaba
con el
consulado
pleni
tud del
poder eje
cutivo:
direccin
de los
asuntos
b
licos, convocatoria
del
Senado,
pro
posicin
de leyes a
las asambleas ,
etc.) En la imagen,
retrato de
un
ma
gistrado y su mu
jer,
procedente
de
Pompeya.
2
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
12/57
enado
Cada
cinco aos
se proceda a la
eleccin de dos
censores
de entre
los
antiguos cn-
sules.
Su
funcin
era
realizar el
censo de los ciu-
dadanos y elegir
a
los senadores.
Podan revocar de
su
cargo a los
miembros
del
Se -
nado que llevaran
una conducta
in -
digna. Arriba pa-
tricio
llevando en
procesin las
imgenes
familia-
res. En la
pgina
opuesta comitiva
de senadores de-
talle pertenecien-
te
al Ara Pacis
El Senado
Integrado exclusivamente
por
patricios a comienzos
de
la Repblica, admiti ms tarde en su
seno
a ple-
beyos; y durante los siglos y a. C. se convirti en
una cmara cuyos miembros
nombraban
al censor,
cada
cinco aos, de
entre
los antiguos magistrados.
El
Senado
dado su origen
anterior
al de
las
magistraturas y asambleas,
era una
supervivencia
de
la Repblica arcaica y ejerca
una
influencia sobre
la
poltica muy superior a sus poderes reconocidos.
En teora se
trataba
de un cuerpo meramente con-
sultivo, pero,
dada
la experiencia
en
la vida pblica
de todos sus miembros, atesoraba
una
gran autoridad
a la
que
tradicionalmente se
sometan
los cnsules
consultndole los asuntos de Estado. La decisin del
Senado
no tena fuerza
de
ley, pero, en
la
prctica,
disuada a los cnsules de presentar leyes si no iban
de
acuerdo
con
lo aconsejado previamente.
Entre sus atribuciones positivas estaba
la
direccin
de la
poltica internacional.
El Senado se
encargaba de
recibir embajadas extranjeras, de nombrar comisiones
para
el arbitraje
de
conflictos entre Estados aliados y
de firmar tratados
de
paz.
Tal era la
majestad del Se-
nado
que
el
griego Cineas, enviado por Pirro
para
tra-
tar
de
la paz, le
confes
a su rey que pareca
una
asamblea de semidioses. Administraba, asimismo, los
presupuestos blicos, decida el
nmero
de legiones
que
haba que
enrolar
cada
ao
y
determinaba
las
provincias que corre spondan a los cnsules. Tambin
se ocupaba
de
prorrogar
los nombramientos extraor-
dinarios de cnsules y pretores.
Su carcter vitalicio
le
confera
una
capacidad de
decisin mucho
ms
fundada que la que corresponda
a los magistrados anuales. En caso de guerra queda-
ban
en sus
manos
las decisiones estratgicas, la valo-
racin completa
de
la
marcha
de las operaciones, etc.
De
su
confianza y fortaleza
se
cuenta la siguiente
ancdota: cuando Anbal os presentarse
con
sus tro-
pas ante
Roma y bata
con
el ariete las puertas
de
la
ciudad
el
Senado
imperturbable, decidi enviar
tropas de
refuerzo
nada
menos que a Hispania. Esta
medida
hizo subir
inmediatamente
el precio
de
los
terrenos
ocupados por el cartagins.
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
13/57
Asambleas
La
Repblica ro-
,
mana reconocta
jurdicamente la
diferencia de
ciu
dadanos de dis
t in to rango
al
tiempo
que
subra
yaba la igualdad
de todos los hom
bres
ante
la ley.
Detalle
de La
Conjura de
Cati-
lina, cuadro de
Maccari.
'
La
participacin
poltica
de
los
ciudadanos:
las
Asambleas
Qu papel
le
corresponda a las asambleas popula
res
en
esta constitucin? Los comicios de las centu
rias reflejaban fielmente la sociedad profundamente
desigual y militarista en que haban surgido. Al estar
divididos
en
clases censitarias segn los ingresos de
los ciudadanos y al estar organizadas las clases segn
el modelo militar
de
las centurias dejaban la capaci
dad de
decisin en
manos de
los ms ricos y los ms
ancianos esto
es
de los menos . Los comicios de las
centurias
eran
los encargados de elegir a los magis
trados superiores y de votar la guerra.
Los comicios
de
las tribus
se
llamaban as
por
que la unidad de voto era la tribu. Cada tribu formaba
un
distrito territorial que como nuestras provincias
no contaba con el mismo nmero de ciudadanos. Los
ms ricos eran censados dentro de las tribus rurales
las
ms escasas
en poblacin mientras
que
los
pobres se amontonaban dentro de las urbanas
esca
sas
en
nmero. De esta manera los ricos con menos
votos reales podan ganar
por
estar distribuidos
en
mayor nmero
de
tribus.
En definitiva el voto
en
las asambleas
no era
libre ni igual ni directo ni secreto. El voto secreto se
instituy en el ao
13
9 a. C. El voto directo no exis
ta al computarse
por
unidades: tribus o centurias.
No
haba igualdad
de
voto porque los
ms
ricos y los
ms
viejos
con
ser mucho menores en nmero
ocupaban
ms unidades
de
voto que los
ms
pobres y los ms
jvenes; stos agrupados en las centurias
de
las lti
mas clases estaban casi siempre ocupados
en
la gue
rra o sin posibilidades materiales de trasladarse a
Roma para ejercer sus derechos.
Finalmente el voto
tampoco
era libre
si tenemos
en cuenta los hbitos sociopolticos de las masas.
Vinculadas tradicionalmente a
un
protector o
patrono
perteneciente a la nobleza senatorial las masas
popu
lares proporcionaban a este ltimo sus votos mien
tras reciban
de
l
en
contrapartida apoyo econmi-
co
y
jurdico .
La institucin
de
la clientela inicialmente en
manos
de
los patricios pas a la nobleza patricio-ple
beya y serva para ligar a las clases altas y bajas de la
ciudadana romana por vnculos ms efectivos que los
de las centurias o las tribus.
t
\
' .
. ...
.
_ .
\
Z
. .......
. .. .
.
.
...
"' '.. .
t
.
,
.
r t
1
J
..
.
' '
.
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.
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, f
. -
j
\
'.
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.
,
'
.
.,.
-
..
.
.
.
,
- .
,
.
,
,
.
.
t
El
voto
La asamblea de
las tribus com
tia tributa esta
ba compuesta por
ciudadanos agru
pados segn
cir
cunscripciones te
rritoriales llama
das
tribus.
Cada
tribu aportaba un
voto al cmputo
general. Aparen
temente se trata
ba
de
una organi
zacin
ms
~ g u l i -
taria que
la
de lo s
comicios
centuria
dos
pero
de
he
cho la distribu
cin
de
los ciuda
danos en las tr i
bus
se
realizab
de
manera
desi
gual. En la im a
gen
ciudadano
deposi tando s
voto
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
14/57
as conquistas
-
Tras veinte aos
de campaas bli
cas
intermitentes
las llamadas gue
rras
cel t beras
culminarn con el
sometimiento a
Roma de la
po
blacin del
alto
medio Duero
que
se integran en la
Hispania Citerior.
En la ilustracin
guerreros celtbe-
,
ros
en una
cera-
mica numantina.
a conquista
del Mediterrneo
Entre el
264
y el
133
a. C. , Roma
se
convirti
en
la
primera
potencia
del mundo. Para ello tuvo que ven
cer
a
Cartago
en la
primera
Guerra Pnica
264-241
a. C.), ocupar
Cerdea
y Crcega,
y
conquistar la
Galia Cisalpina
241-218
a. C.).
La
segunda Guerra
Pnica
218-201
a. C.), o guerra de Anbal, dej pro
fundsimas secuelas en la conciencia del pueblo roma
no , que jams se sinti ms cerca de la aniquilacin
colectiva.
La
superacin de Anbal
en
Zama
201
a.
C.) dio
paso
casi sin solucin
de
continuidad, a la
intervencin romana
en
los asuntos de Oriente
y
a la
consolidacin,
en
Occidente de sus conquistas
en
Hispania.
Las monarquas
helensticas
de
los sucesores
de
Alejandro y las ligas
de
las ciudades griegas y las ciu
dades-
estado
del Mediterrneo oriental contemplaron
cmo
Roma
intervena
cada
vez ms en sus asuntos
internos , unas veces por medio de la diplomacia y
otras haciendo uso de la fuerza. El resultado poltico
de la accin romana
en
Oriente fue la desaparicin
de Macedonia como reino independiente y la sumi
sin de la Grecia continental e insular a su poder.
Paralelamente, en Hispania los ejrcitos romanos
se enfrentaron desde mediados del siglo na. C. a las
revueltas
de
lusitanos y celtberos , hasta que,
en
el
134 a. C. , la ciudad de Numancia fue arrasada
por
Escipin Emiliano. Este mismo general haba destrui
do aos antes Cartago 146 a. C. , poniendo as fin a
la tercera Guerra Pnica.
La conquista romana del Mediterrneo , con la
consiguiente romanizacin de los pueblos de la cuen
ca occidental,
fue
un hecho de trascendentales conse
cuencias
para la
historia de la humanidad. Conviene
distinguir, sin embargo, los resultados
de
la conquista
-accin
civilizadora , esto es, creadora de ciudades y
de ciudadanos , del proceso mediante el cual se
llev a cabo. No faltan en ste destruccin de ciuda
des rivales Veyes, Cartago , Corinto , Numancia), ocu
pacin de su territorio, apropiacin violenta de sus
recursos materiales
y
humanos. Pero al lado de estos
mtodos brutales, Roma tambin utiliz
con
xito,
sobre todo en su conquista
de
Italia, la asimilacin
pacfica, la fusin gradual con
el
pueblo vencido o
frmulas flexibles de confederacin.
as
conquistas
El caudillo
lusita
no
Viriato personi-
fica la resistencia
a la dominacin
romana en Hispa-
na. Tras su muer-
te en el 139 a. C.
la rebelin fue
so
focada y
el
pueblo
lusitano
sometido.
a mu rt de -
riato de
Madrazo.
27
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
15/57
l milit rismo
El trmino
pro-
vincia designaba
inicialmente la
misin confiada a
un magistrado
con imperium el
escenarto
en
que
se iban a desarro-
llar las operacio-
nes blicas. Ms
tarde pas a apli-
carse a los terri-
torios conquista-
dos y administra-
dos
directamente
por
Roma.
a guerra. El militarismo en las instituciones
romanas
La guerra y lo militar estuvieron desde muy
pronto
presentes
en el conjunto de la vida poltica y
en
la
mentalidad del ciudadano.
En Roma jams se distingui tan rigurosamente
como en la actualidad
entre
el
poder
civil y el militar.
El
ciudadano poda actuar como
civil
, participando
en
las asambleas,
por
ejemplo , o como militar, enroln
dose en el ejrcito; el
gobierno
de la ciudad estaba,
de
hecho
, en
manos de
militares: los
magistrados
superiores
posean
un
poder de
origen militar
{impe
rium y la asamblea encargada de elegirlos comicios
por centurias)
estaba constituida
por el pueblo en
armas. En dicha asamblea las clases
eran
jerrquicas,
los ciudadanos tenan rango diverso. El orden
en
que
se
votaba es ciertamente significativo: en los comicios
centuriados, las primeras clases las de los
senado
res y
los caballeros
votaban
en primer
lugar,
siguiendo
por
orden decreciente hasta llegar a los sol
dados rasos.
Cnsules
, senadores
y
caballeros ocupaban
constitucionalmente, los puestos ms
destacados
de
la milicia: mandaban
la
legin o eran legados o tri
bunos militares. Los xitos militares , en definitiva ,
eran
fuente de prestigio y capacitaban
para
poder
llegar a
desempear
las
ms
altas magistraturas ciu
dadanas. Desde esta perspectiva, el Senado consti
tua pues un autntico
cuerpo
de antiguos oficiales
super1ores.
De estos rasgos no se deduce, necesariamente,
que Roma estuviera destinada al Imperio. De hecho,
la guerra, tal como
la
ejerci durante la mayor parte
del siglo
v
a. C. , no
tena
miras expansionistas ni -
aspiraba a la eliminacin fsica del adversario. Las
guerras ent re vecinos siglos
V
y IV a. C.) raramente
llegaban a la aniquilacin del rival como Estado inde
pendiente. Cada conflicto sola concluir
con
un trata
do mediante
el
cual se reconocan
al
vencedor ciertas
compensaciones
territoriales
y
econmicas
y una
cierta preeminencia en materia de relaciones exterio
res. Desde el 340 a. C., Roma se mostr generosa
concediendo
la ciudadana, creci en poblacin y
territorio, constituy numerosas colonias militares en
l milit rismo
En el primitivo
ejrcito republica-
no el
armamento
militar
incluido el
mantenimiento
de
los caballos esta-
ba a
cargo
de los
soldados por eso
nicamente s
alistaban en e l
ejrcito aquellos
que por su
patri
monio podan per-
mitrselo. .
9
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
16/57
El
militarismo
El triunfo consti
tua un
acto
de
pblica ostenta
cin del
mri to
militar reservado
a
los
miembros
de la aristocracia
romana. El ejrci
to vencedor desfi
laba por las calles
de
Roma. En pri
mer
lugar
magis
trados
y senado
res; a continua
cin el botn obte
nido
en la campa
a con
cuadros
y
lemas alusivos a
ella. Detrs enca
denados reyes y
generales de los
ejrcitos derrota
dos.
Luego
se
guan las vctimas
para
los
sacrifi
ios. Y
en
ltimo
, el vencedor
un
carro
tirado
cuatro caba
-
blancos.
Italia y, en general, asimil
con
facilidad a las clases
rectoras
de
las ciudades vencidas o aliadas, erigindo
se incluso en representante de sus intereses: hay bas
tantes indicios
de
que la
primera
Guerra Pnica se
emprendi
para
salvaguardar intereses estratgicos y
econmicos de la aristocracia camp ano-samnita en
el
sur de Italia y
en
Sicilia.
En definitiva, hasta la conquista de Italia, la gue
rra , aunque
no
muy desarrollada desde el
punto
de
vista tcnico, se combinaba
con
medidas de tipo pol
ticoadministrativas, siendo asimilada
perfectamente
por
las estructuras de
la
ciudad as
como por
sus cla
ses dirigentes.
Durante la segunda guerra contra Cartago segun
da
Guerra Pnica) aument el nmero
de
legiones.
El
soldado legionario romano
se
vio obligado a combatir
en frentes ca da vez ms alejados Sicilia, Africa, His-
pania), permaneciendo
en
filas durante varios aos,
con lo que la guerra fue perdiendo su carcter esta-
cional campaas de primavera a otoo). Los ejrci
tos de reclutas dieron paso a formaciones de vetera
nos , no slo en los escalones inferiores, sino tambin
en los mandos: a los generales se les prorrogaba el
mando los Escipiones en Hispania, Fabio Mximo en
Italia , Marcelo
en
Italia y Sicilia)
para
asegurar la
coherencia estratgica de la guerra.
Forzados por la necesidad y dando muestras de
gran capacidad de innovacin, los romanos llegaron
a admitir en
el
ejrcito a ciudadanos sin ingresos,
conculcando
el
principio rigurosamente mantenido
hasta entonces de que
en
el ejrcito romano nica
mente
militaban aquellos ciudadanos
que
tuvieran
patria y fortuna que defender.
El militarismo
Publio Cornelio
Escipin, vencedor
de
Anbal en Za
ma
dio
muestras
desde
siempre de
una audacia y
una
conf ianza en s
mtsmo excepcio-
nales .
En cierta
.
ocaston unos es-
pas de Anbal fue
ron sorprendidos
y l levados
a su
presencia.
En
lu
gar de
interrogar
les permiti
que lo
-
companaran
en
su
inspeccin
del
campamento;
or
den que
se
les
diera de comer y
los dej
marchar
indemnes.
Con
es
te
gesto de con
fianza dicen sus
panegiristas aba
ti la moral de los
cartagineses aun
antes de vencerlos
por las armas.
31
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
17/57
El
militarismo
Anbal
fue au
tntico genio de
la
guerra.
Haba
tomado un ejrci
to profesional
adies trndolo
a
fondo en las
gue
rras
de
Espaa.
Los ejrcitos
ro
manos fueron
presa fcil de los
mercenartos
car-
tagineses en Tre
bia, Trasimeno
y
Canoas. Despus
de
esta ltima ba
talla
el
jefe
de su
caballera le acon
sej
marchar
in
mediatamente so
bre Roma; como
el cartagins
se
negara, aqul re
puso:
No
hay
du
da de que los
dio
ses
no
han
conce
dido todos sus
dones
a un mis
mo hombre. Sa
bes vencer,
An
bal, pero no sa
bes explot r la
victoria. Elefante
de
terracota
pro
cedente de Siria
siglos
111-11
antes
de Cristo) .
Pero
no
fue ste el mayor
de
los cambios: la
concepcin de la guerra que imperaba en la poca
helenstica (y
de
la que participaba Anbal) haca
esperar que Roma
se
declarase
vencida
inmediata
-
mente despus de
las
derrotas de
Trebia,
Trasimeno
y Cannas, y que entablara
negociaciones que
presu-
miblemente
terminaran
con
compensaciones
eco -
nmicas y
polticas a
Cartago
,
y no
con la destruc-
cin de la ciudad.
Sin embargo , las cosas no sucedieron
conforme
a
las
expectativas
generalizadas:
Roma
convirti una
guerra ocasional en una lucha por la supervivencia
como
cabeza de
Italia. Y triunf
por
la moral
de
sus
ejrcitos de ciudadanos,
por
su nagotable riqueza en
recursos
humanos
que le permita prolongar las
cam
-
paas) y por la unidad estratgica en la conduccin
de
la guerra, que le asegur la accin del Senado.
Con su triunfo sobre Carta go, la Repblica romana
se asegur la primaca en el Mediterrneo occidental y
dispuso en adelante
de una
formidable mquina
mili-
r
1 .
i
.
.
, iliii
tar en perfecto estado de funcionamiento. La conquis-
ta de
Macedonia y Grecia, su influencia
en
el resto
de
Oriente y sus avances territoriales en Occidente
His
pania)
son
una mera consecuencia de las innovaciones
militares
de
la segunda Guerra Pnica.
En general , a Roma le interesaba
ms
la conquis-
ta
que la organizacin o administracin del territorio
conquistado.
Con un
empirismo plagado
de
vacila-
ciones y errores, conservaba las estructuras poltico-
administrativas de los vencidos , cuando ello era
posible, y transfera
las
suyas propias a los lugares
donde no existan. El gobierno en una provincia se
consideraba
un mero
apndice a una magistratura
urbana , de
forma
que ,
solamente con
Augusto ,
comenz
a formarse una burocracia
para
la admi-
nistracin imperial.
El militarismo
La poltica inter
nacional
romana
se
basaba
en el
concepto
de -
des
Esta divini
dad, La Buena Fe,
garantizaba el ju
ramento prestado
por
los
hombres y
los
pactos
con
cluidos
entre
los
pueblos. Los ro
manos
se
sentan
orgullosos
de su
lea ltad incluso
hacia sus enemi
gos, como
mues
tr
el s iguiente
ejemplo: Atilio
Rgulo, prisione
ro
de
Cartago,
fue enviado a Ro-
ma a
tratar
del in-
tercambio
de
pri
s ioneros
con la
expresa adverten
cia de que deba
volver a Cartago
en caso
de
no te
ner
xi to en
su
misin.
Rgulo
volvi
a Cartago
haciendo
honor a
la palabra dada.
En
la imagen, Rui-
nas
de
Cartago.
33
-
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18/57
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
19/57
Sociedad
El
proceso
de he
lenizacin global
del
mundo
roma
no a partir
del
si
glo 111 a. C. se
acenta en
el
siglo
siguiente
mani
festndose en la
difusin
del cono
cimiento griego
entre las
clases di
r igentes
y
en
la
llegada a
Roma de
numerosos pre
ceptores y
filso
fos griegos.
Aba
jo maestro
y
dis
cpulos.
Cambios ideolgicos artsticos y literarios
La Grecia cautiva cautiv a su feroz vencedor y llev
las artes al inculto Lacio, segn clebre formulacin
del
poeta Horacio
siglo a. C.).
Con
el dinero
de
Grecia,
con
sus esclavos, obras
de arte
,
modos de
vida y sensibilidad artstica , lleg tambin a Roma el
sistema griego
de
educacin
paideia)
y la literatura.
Los soldados
romanos
e itlicos,
en
contacto bli
co co n las ciudades griegas del sur de Italia y de Sici
lia, y
siguiendo una
inclinacin
nacional hacia
lo
cmico y satrico,
demandaban
espectculos cmico
musicales semejantes a los que haban contemplado
en
las
ciudades
griegas.
Artesanos romanos de
la
palabra proporci onaron al pblico
lo
que p eda trasla
dando libremente al latn obras maestras de la come
dia ateniense,
con
supresiones y aadidos
de
su pro
pia cosecha. A este cometido se dedicaron cmicos
como
el
campano
Nevio muerto
en torno
al
200
a.
C.) y
un
autntico genio, Plauto muerto
en torno
al
184
a. C.).
Una
generacin despus, la comedia pro
dujo a Terencio;
de
la farsa incontrolada se
pas
a
la
burguesa comedia de costumbres.
En los tiempos
de
la conquista
de
Italia la aristo
cracia
romana
no apreciaba
la poesa. La nobleza
patricio-plebeya se
ocupaba
del
Estado
y
de
las
magistraturas,
de
la diplomacia y
de
la guerra. La
dedicacin a la poltica
no
dejaba espacio para otro
tipo de realidades.
Pero
con
su gran capacidad de innovacin y adap
tacin, la aristocracia
romana
pronto
comprendi
que aquellos maestros de escuela griegos o heleniza
dos , artesanos
de
la palab ra poetas) y artista s del
gesto actores), reunan condiciones
para
producir
cosas de alguna utilidad. No slo dotaban a
la
ciudad
de nobles antepasados, sino que podan ensalzarlos a
ellos mismos y a sus propias familias. Los registros
con los nombres de los cnsules fastos consulares),
las mascarillas de cera de los antepasados , las inscrip
ciones funerarias y los elogios fnebres , maneras tra
dicionales por las que
la
aristocracia romana perpe
tuaba su pasado y su prestigio, dieron paso a formas
nuevas de notoriedad.
La tragedia encajaba muy bien dentro de los valo
res aristocrticos. Y
la
historia de la poca adquiri
tintes picolegendarios. Fue el
tiempo
del
poeta
Ennio siglo
r -
a.
C.)
y
de las primeras obras histri
cas romanas, a cargo de miembros de
la
aristocracia
senatoriaL escritas en griego.
Sociedad
La literatura com
pendiaba los valo
res
de
la
aristocra
cia
romana.
Pero
para llegar a
este
resultado fue ne
cesario
un
largo
proceso de adap
tacin.
Mientras
las
manifestacio
nes de tipo cmi
co-farsesco atra
an a
toda
clase de
pblico las gran
des
familias
vieron
en la pica y la
tragedia de
origen
griego
los
medios
art s t icos
para
evocar las hazaas
de sus
antepasa
dos. Incluso lleg
a haber una trage
dia
de
contenido
latino la
pr t x-
ta Representa
cin de un poeta y
un actor en
un
mosaico
tunecino. 3 7
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D
D
. CJ
GALIA
C RCEGA
~
J CERDEA _
PRIMER TRIUNVIRATO
Provincias de Csar
Provincias de Pompeyo
Provincias de Craso
O Territorios romanos
O Estados vasallos de Roma
GERMANIA
M A
R
M
>
T E R R A
MAR NEGRO
CHIPRE
N E O
LOS P
Crisis de
la epblica
El
primer
Triunvi-
rato ratific
la
in
fluencia de
Pom-
peyo, que const-
gui distribuir
tie
rras entre los
sol
dados que
le ha
ban ayudado a
conquistar
orien
te
vase mapa)
,
al
t iempo
que
otorgaba
a Csar
las provincas de
las
Gal ias para
que ejerciera all
su
proconsulado .
Craso
el
ter er
socio , recibi Si
ria
en Oriente,
y
muri peleando
contra los partos.
41
-
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22/57
optimates
y
populares
La
codicia de
los
opt im tes y su
capacidad para
dejarse
corrom-
per por
el
oro
de
los
prncipes
ex -
tranjeros se
hicie-
ron proverbiales
durante
el
siglo
11
Yugurta rey de
Numidia
en el
norte de Africa
compro con sus
riquezas huestes
enteras
de
sena-
dores y
generales
romanos. En
la
imagen
estatua
de togado.
ta un sacrilegio quien tocaba a un tribuno de la plebe
y que, adems de la religin que protega al tribuno,
la ley impeda
dar
muerte a cualquier ciudadano
romano
antes de que ste pudiera recurrir
al
pueblo.
A partir
de
este
momento
y hasta el final
de
la
Repblica se enfrentarn, a veces violentamente
y en
otras
ocasiones con medios polticos, dos bloques
opuestos: el de los optimates y el de los
populares.
El primero era compacto y continuo; el segundo, ms
difuso y desorganizado.
Los optimates palabra que significa bueno entre
los buenos, aristcrata) constituan la mayora del
Senado;
eran
ciudadanos
de
los primeros rdenes,
con grandes intereses econmicos y polticos. En sus
manos,
segn
el historiador Salustio siglo
1
a. C.), se
encontraban:
el erario, las provincias, las magistraturas,
la
gloria
y
los
triunfos: el pueblo se senta agobiado por la milicia
y
la
miseria, los generales repartan el saqueo de las campanas
entre
unos
pocos.
De los populares
se podra
decir que, de forma
ms o menos consciente y
nunca
exenta de incohe
rencias, se aproximaron a los verdaderos problemas
que aquejaban a la Repblica. Sus reivindicaciones,
presentadas de forma discontinua, aprovechando cir
cunstancias favorables y recurriendo, cuando era pre
ciso, a la violencia medio que tampoco desdeaban
sus oponentes , se planteaban generalmente a tra
vs de los tribunos de la plebe, se aprobaban
en
los
comicios de las tribus y hallaban un respaldo cada vez
mayor en los jefes militares, que con sus ejrcitos de
ciudadanos pobres tambin se oponan al Senado.
Estas
eran
las propuestas
que
una y otra vez for-
maban el
programa
de los populares: distribucin de
tierras a la p lebe urbana o a los soldados licenciados y
su
asentamiento
en colonias; trigo a precio barato
para la plebe urbana; concesin de la ciudadana
romana a latinos e itlicos; derecho de los caballeros
a formar
parte
de los tribunales que trataban delitos
de extors in abusos econmicos de los magistrados
romanos contra los habitantes de las provincias).
La reforma
del ejrcito
Las reformas de los Gracos fueron estancndose pau
latinamente ante la reaccin de los optimates. Pero
los problemas subsistan. En
el
ao
107
a. C., Mario,
un ciudadano del Lacio sin antepasados que hubieran
desempeado
las ms altas
magistraturas hamo
novus ,
alcanz el consulado pese a la oposicin de
la aristocracia.
Para combatir al
rey
nmida Yugurta, que resista
en Africa al ejrcito romano, Mario puso en marcha
una reforma militar que tuvo enormes consecuencias
polticas: suprimi
el
censo que hasta entonces se
exiga para poder militar en el ejrcito, con lo cual, a
partir de ese momento, a los ciudadanos sin ingresos
se les abri una nueva ocupacin que antes les estaba
vedada.
Apareca as un nuevo tipo de ejrcito desconoci
do en el mundo antiguo. En la legin posterior a
Mario no era el deber cvico el que guiaba a los solda
dos pues eran voluntarios), ni se trataba de un ejrci
to de mercenarios pues eran ciudadanos). En su
mayora
no
procedan de la plebe urbana, sino del
El ejrcito
En
la guerra so -
cial los
itlicos
reclamaban ser
ciudadanos de
un
estado cuyo po-
der estaban
de -
fendiendo
con
sus
armas; servtan
con
doble
nmero
de
infantes y jine-
tes y
no
se les
acoga
con
plenos
derechos s ino
que
eran tratados
con desdn. Alis-
tamiento de
ciu-
dadanos bajorre-
l ieve del siglo
antes
de
Cristo
43
-
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l
ejrcito
campo. Y dado su estado de pauperizacin y el bajo
nivel de los sueldos militares, el pillaje y el
saqueo
complementaban
sus ingresos.
Ignorante
e
inh-
bil
fuera de
los
campos
de bata-
lla, Mario era un
extraordinario ge -
neral Cuando las
tribus germanas
amenazaban
con
asolar
Italia, Ro-
ma volvi
los
ojos
hacia
l conside-
rndolo como el
nico que
poda
salvarla.
Solda-
dos
romanos
en
un
bajorrelieve
del
siglo
a.
C
La
expectacin
de gratificaciones extraordinarias
fomentaba el espritu de grupo y converta a los solda-
dos en clientes de su general, originndose unos peli-
grosos vnculos
de
dependencia recproca.
El
ejrcito
se agrupaba en torno a su
imperator
se volva de
espaldas y se mostraba indiferente, cuando
no
hostil ,
a la sociedad civil, al tiempo que exiga cada vez ms
premios (en metlico o en repartos de tierras cuando
terminaba la campaa), que el general en jefe prome-
ta satisfacer.
A cambio de estas
gratificaciones
los
soldados
daban
su apoyo
a los generales
con
sus armas, sus
votos y su organizacin paramilitar en las colonias de
veteranos o en las asambleas populares, introducien-
do en la ya bastante confusa poltica
romana un
nuevo tipo de clientela, la militar. Dicha clientela ser
aprovechada con xito por generales ambiciosos
como
Mario, Sila, Pompeyo o Csar,
para lograr
imponer sus proyectos polticos por
encima
de la
voluntad del Senado.
a
Dictadura
de Sila
El
conflicto en torno a la ciudadana estall violenta-
mente en el
91
a. C. Los aliados itlicos
se
enfrenta-
ron a
Roma
en
un sangriento conflicto que se prolon-
g durante dos
aos.
Perdieron la
guerra
pero
consiguieron la victoria: a partir del
89 toda
Italia,
con excepcin
de la
Galia Cisalpina, goz de
la
ciuda-
dana romana.
En la guerra contra los itlicos brillaron con luz
propia
un
Mario viejo, pero que an conservaba sus
artes de general victorioso, y sobre todo Sila, arist-
crata
de familia patricia venida a menos, que iba a
imprimir
un
giro violento a la poltica
romana
en los
diez
aos siguientes.
Inteligente , ambicioso y sin escrpulos, Sila propi-
n a la constitucin romana
no
escrita un golpe an
ms fuerte que el que provoc el asesinato de los
Gracos y sus partidarios, o el que supuso la constitu-
cin del ejrcito proletario por parte de Mario. En
efecto
siendo cnsul
en el 88
cruz
el recinto
amurallado de la ciudad de Roma a
la
cabeza de su
ejrcito e impuso su voluntad
por
la fuerza de las
armas. Era la primera vez que un ejrcito romano
tomaba
por asalto su
propia
ciudad.
Esta
accin
encendi la guerra civil entre aristcratas y popula-
res, que termin, tras diversas alternativas,
con
la vic-
toria de los primeros acaudillados por Sila.
Sila fue nombrado dictador, no
por
los cnsules a
propuesta del
Senado
y para un
perodo
de seis
meses
como
en la antigua constitucin romana, sino
por
el pueblo y por tiempo indefinido.
Basndose en estos poderes, introdujo entre las
costumbres polticas romanas la sangrienta prctica
de las proscripciones: se publicaban listas de enemi-
gos pblicos que,
con las
vidas, perdan tambin sus
haciendas. Numerosos delatores contribuan al terror
y mltiples fortunas antiguas cambiaron de manos al
venderse
los
bienes
de los
proscritos
en
pblica
subasta. Ms de mil caballeros perecieron
y
lo que es
peor,
se sent
para el futuro el siniestro precedente
de que
toda
guerra civil llevara consigo perspectivas
de delacin
y
enriquecimiento para
personas
sin
escrpulos.
ita
Tras su abdica-
cin,
Sila
en la
imagen) despidi
a sus
lictores
y se
mezcl entre la
gente
como
un
ciudadano parti-
cular
sin recibir
ningn dao a
causa
del
temor
que inspiraba En
adelante emple
su t iempo
libre
entre
el
estudio
y
el placer.
Tuvo
una muerte horri-
ble, y
su
cuerpo
fue
devorado por
los gusanos. So-
bre su tumba
se
escribi
que ja -
ms hombre
algu-
no
haba sabido,
como l, hacer
ms dao
a sus
.
,
enemtgos y mas
favores
a
sus
ami-
gos
45
-
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24/57
-
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25/57
Los
imperatores
La
carrera
polti
ca de
Pompeyo
est marcada
por
la
excepcionali
dad:
fue
cnsul
por primera vez
sin
haber desem
peado
antes
nin
guna otra magis-
. .
tratura y eJercio
por tercera
vez
el
consulado sin te
ner colega alguno
a
su
lado. Con es
tos precedentes
no
es extrao
que
su muerte fuera
comentada
como
ejemplo de las ve
leidades
de
la
for
tuna. Tras
la
ba
talla de Farsalia
el rey Tolomeo de
Egipto mand
cortarle
la
cabe-
.
za, que envio a
Csar para
con
graciarse con l.
El
final
de la Repblica.
La
aparicin de
gran
des
individualidades
Los treinta y cinco
aos
que transcurren entre la abdi
cacin
de
Sila y el asesinato de Csar 79-44 a. C.),
nos resultan extraordinariamente familiares gracias a
los discursos y cartas
de
Cicern a la obra histrica
de Salustio y de Csar y, tambin, a las alusiones
de
poetas como
Lucrecio o Catulo.
Conquistadores, hombres de Estado, polticos,
escritores y literatos eminentes se agolpan en este
perodo entre dos guerras civiles que conoci, ade
ms,
la sublevacin de esclavos acaudillada
por
Espartaco 73-71 a. C.), la conquista de Oriente
por
Pompeyo
casi toda Asia Menor, Siria y Palestina), la
fallida conjuracin de Catilina
en
Roma e Italia 63 a.
C.), el irregular consulado
de
Csar 59 a. C.),
la
con
quista
de
las Galias
58-50
a. C.), y, finalmente, el
enfrentamiento
armado entre
Pompeyo y Csar 49-
45 a. C.) que supuso la
segunda
guerra
civil
Roma
se
volvi
enormemente
consciente
de su
peculiaridad y de su grandeza, precisamente cuando
senta amenazados los fundamentos de su existencia
pasada. Y esa sensacin de crisis generalizada que,
tras muertes y asesinatos
de
centenas de miles de ciu
dadanos, alumbr un
nuevo
estado
de
cosas, el
de
Augusto,
produjo
tambin,
en
el
campo
espiritual,
algunas
de
las obras ms exquisitas
de
la literatura
latina. Las grandes convulsiones polticas agudizaron
la
conciencia creadora
en
diversos campos, liberando
energas individuales cuando las soluciones colectivas
haban fracasado.
Polticos por encima
de
las leyes como Pompeyo
o Csar,
prosistas geniales
como Cicern,
poetas
mesinicos
como
Lucrecio o
de
una sensibilidad amo
rosa
tan
agudizada
como
Catulo, suponen otras tan
tas
respuestas
individuales en una sociedad que se
haba
despegado
de las costumbres
de
los antepasa
dos sin haber descubierto un nuevo horizonte hacia el
que dirigirse.
A partir de la muerte del dictador Sila, el verdade
ro poder poltico no resida en el Senado ni en las
asambleas populares, sino
en
los jefes militares
con
prestigio
imperatores). Uno de
stos, Pompeyo, que
haba aplastado cruelmente a Espartaco haciendo
crucificar a ms de seis
mil
esclavos, obtuvo el consu
lado
en
el
70
a. C., pese a
no
contar con la edad
legal que Sila haba fijado para su desempeo.
Unos
aos
ms tarde se le concedi un mando
extraordinario para Oriente, con poderes superiores
a los
de
los cnsules. La ascensin de este general
sobre los cnsules
y
la oligarqua senatorial muestr a la
imposibilidad de restaurar el antiguo equilibrio consti
tucional: los generales
estaban
por
encima
de las
leyes
y
de las instituciones republicanas.
En el interior, Cicern consigui reprimir la conju
racin
de
Catilina , un patricio arruinado que aoraba
los tiempos de Sila y se apoyaba en
el
fuerte descon
tento
social existente: veteranos de Sila arruinados,
deudas numerosas, etc.
Los
imperatores
Un pueblo que
haba honrado
a
. sus patr iotas
tambin
dispona
ya
de
antihroes.
Cicern, quizs el
ms grande escri
tor
que
ha
dado
Roma, utiliz su
excepcional talen
to
oratorio
para
t ransmitir a
la
pos ter idad
una
imagen sin
duda
distorsionada de
tres de
sus gran
des adversarios
polticos: Catili
na, Clodio y Mar
co Antonio. En la
imagen, Catilina,
detalle
del cuadro
de Maccari.
49
-
7/21/2019 Codoer, C. & Fernndez-Corte, C. - Roma y Su Imperio
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sar
Un augur le haba
advertido a Csar
que tuviera cuida
do durante
los
prximos treinta
das
el
ltimo de
los
cuales coinci
da
con
los
Idus
de
Marzo.
Como
el azar reuniera a
ambos personajes
en
la
maana del
da trigsimo
C
sar acordndose
de
la recomenda
cin le
dijo: Bue
no
no sabes que
los Idus de Marzo
ya
han
llegado?.
El
augur
Espurina
replic:
S, pero
acaso han pasa
do?. Horas des
pus Csar mo-
ra asesinado.
Primer triunvirato
y consulado de Csar
Cuando Pompeyo
regres de Oriente, cargado de
honores y de riquezas,
habiendo
sometido nuevas
provincias al poder romano,
nada
ms desembarcar
en
Brindisi
y,
contra lo que tema el Senado, licenci
a su ejrcito. A
pesar
de
este
gesto, la oligarqua
senatorial, aferrada a los viejo
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