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Creando un fantasmaLas historias de apariciones son comunes entrealpinistas, exploradores, supervivientes, en personas que han perdido a su parejay tambin en pacientes con trastornos neurolgicos o psiquitricos.Usando como voluntarios a pacientes con epilepsia, migraa y otro tipo de dolencias, los neurocientficos suizos disearonun robot que los sujetos, con los ojos vendados, movan con su dedo ndice y tena su reflejo en otro robot esclavo que reproduca los movimientos detrs del individuo, dndole toques en la espalda. Cuando ambas acciones (tocar el primer robot y ser tocado por el segundo) eran simultneas, no suceda nada extrao. Pero si estaban separadas por una fraccin de 500 milisegundos, los voluntarios tenan la sensacin, al cabo de tres minutos, de que alguien haba vuelto a tocarles la espalda. Cuando realmente no haba sido as.El equipo de Olaf Blanke vio que los voluntarios sufran alteraciones en tres reas del cerebro, el crtex insular, el frontoparietal y el temporoparietal, involucradas en la percepcin del propio cuerpo.As pues, los fantasmas son, en realidad, el resultado de una integracin defectuosa de las seales sensoriomotoras: tacto, posicin del cuerpo y movimiento.Estas seales sonfundamentales para crear la conciencia de nosotros mismosal integrarse en el cerebro la informacin procedente de nuestros movimientos y la posicin de nuestro cuerpo en el espacio. Si esta integracin falla, como en el caso de cansancio extremo, miedo o desrdenes neurolgicos, se crea en el cerebro la sensacin de una presencia extraa.EsquizofreniaAdems de explicar un fenmeno comn a muchas culturas,el objetivo de esta investigacin es comprender mejor algunos de los sntomas de los pacientes que sufren de esquizofreniay que a menudo experimentan alucinaciones o delirios asociados con la presencia de una entidad extraa cuya voz pueden or o cuyas acciones pueden sentir. Muchos cientficos atribuyen estas percepciones a un mal funcionamiento de los circuitos cerebrales que integran la informacin sensorial relacionada con los movimientos de nuestro cuerpo.Es poco probable que este hallazgo sirvan para la gente deje de creer en fantasmas. Sin embargo, para los cientficos, es una evidencia ms de quelos fantasmas slo existen en nuestras mentes.