ediciones universitarias de valparaÍso ancla polar
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Jaime Reyes Gil
Poeta. Nació en Santiago en 1969. Terminó sus estudios de Diseño Industrial en la Escuela de Arquitectura y Diseño pucv en 1994. Ese mismo año ingresó como profesor a esta Escuela donde trabaja hasta hoy. Es Magíster en Historia de la pucv y Doctor en Diseño de la puc de Río de Janeiro. Actualmente es el director del Archivo Histórico José Vial Armstrong. Desde 1996 es miembro de la Ciudad Abierta de Amereida. Ha publicado el libro de poemas Sponsalia o la Fiesta de los Esposos (2001) y el ensayo Carta de Alemania (2010).
EDICIONES UNIVERSITARIAS DE VALPARAÍSOColección Arquitectura y Diseño
Construcción FormalFabio Cruz P. - Valparaíso 2003 2a. ed. 2012
Amereida-Palladio: Carta a los Arquitectos EuropeosAlberto Cruz C. y Bruno Barla - Valparaíso 2004 2a. ed. 2008
Embarcación Amereida. Y la épica de fundar el mar patagónicoBoris Ivelic K. - Valparaíso 2005
Diseño, acto y celebración. La diversión del hábitoRicardo Lang V. - Valparaíso 20082a. ed. 2013
Libro de torneosManuel Casanueva C. - Valparaíso 2009
Trece cachalotes. O la dimensión poética de un paísJosé Balcells E. - Valparaíso 2009
El acto arquitectónicoAlberto Cruz C. - Valparaíso 2010
AmereidaVarios autores - 3a. ed. Valparaíso 2011.
Visión de Valparaíso [1953-2011]Juan Purcell F. - Valparaíso 2013
La observación arquitectónica de Valparaíso:Su periferia efímeraMauricio Puentes R. - Valparaíso 2013
Triángulo de Pascal. Cual arma de visibilidad para acceder al &c de NewtonIsabel Margarita R. - Valparaíso 2014
Estructura esencial: Curso de geometría para pensar construyendo un cuerpo estableMiguel Eyquem - Valparaíso 2014
La observación: El urbanismo desde el acto de habitar/ The observación: Urbanism enactedDavid Jolly M. - Valparaíso 2016
ancla polarJaime Reyes
Jaime Reyes Gil
Poeta. Nació en Santiago en 1969. Terminó sus estudios de Diseño Industrial en la Escuela de Arquitectura y Diseño pucv en 1994. Ese mismo año ingresó como profesor a esta Escuela donde trabaja hasta hoy. Es Magíster en Historia de la pucv y Doctor en Diseño de la puc de Río de Janeiro. Actualmente es el director del Archivo Histórico José Vial Armstrong. Desde 1996 es miembro de la Ciudad Abierta de Amereida. Ha publicado el libro de poemas Sponsalia o la Fiesta de los Esposos (2001) y el ensayo Carta de Alemania (2010).
EDICIONES UNIVERSITARIAS DE VALPARAÍSOColección Arquitectura y Diseño
Construcción FormalFabio Cruz P. - Valparaíso 2003 2a. ed. 2012
Amereida-Palladio: Carta a los Arquitectos EuropeosAlberto Cruz C. y Bruno Barla - Valparaíso 2004 2a. ed. 2008
Embarcación Amereida. Y la épica de fundar el mar patagónicoBoris Ivelic K. - Valparaíso 2005
Diseño, acto y celebración. La diversión del hábitoRicardo Lang V. - Valparaíso 20082a. ed. 2013
Libro de torneosManuel Casanueva C. - Valparaíso 2009
Trece cachalotes. O la dimensión poética de un paísJosé Balcells E. - Valparaíso 2009
El acto arquitectónicoAlberto Cruz C. - Valparaíso 2010
AmereidaVarios autores - 3a. ed. Valparaíso 2011.
Visión de Valparaíso [1953-2011]Juan Purcell F. - Valparaíso 2013
La observación arquitectónica de Valparaíso:Su periferia efímeraMauricio Puentes R. - Valparaíso 2013
Triángulo de Pascal. Cual arma de visibilidad para acceder al &c de NewtonIsabel Margarita R. - Valparaíso 2014
Estructura esencial: Curso de geometría para pensar construyendo un cuerpo estableMiguel Eyquem - Valparaíso 2014
La observación: El urbanismo desde el acto de habitar/ The observación: Urbanism enactedDavid Jolly M. - Valparaíso 2016
ancla polarJaime Reyes
a Sofía y Tomás
ancla polarJaime Reyes G., 2018
© Derechos ReservadosInscripción ® 283.774ISBN 978-956-17-0746-7
euvEdiciones Universitarias de ValparaísoCalle Doce de Febrero 21Casilla 1415, Valparaíso - Chile+ 56 32 227 3902euvsa@pucv.clwww.euv.cl
e[ad] EdicionesEscuela de Arquitectura y DiseñoPontificia Universidad Católica de Valparaíso
Impreso por Salesianos S.A.
Valparaíso, diciembre 2018.
Este libro ha sido editado por laVicerrectoría Académica de laPontificia Universidad Católica de Valparaísobajo un comité de evaluadores externos delConcurso de Publicaciones pucv, Serie Arbitrada.
ancla polarJaime Reyes
«También el olvido es bello, olvidar, por ejemplo, que el arrojo es la travesía y no la vida de un obstáculo, en este caso, el perro. Pero la hermosura cuenta menos que la ruta y esto sí que es difícil aprenderlo. ¿Qué es la ruta? Es solo seguir partiendo siempre, es mantener el rumbo abierto. ¿Será un comienzo sin fin, como el amor? Hacer tal ruta, abrir tal rumbo, tal vez de tales cosas, interrogaba Kant a los capitanes de barcos balleneros, aquellos que Melville dijo que buscaban la ballena blanca y tal vez Ahab sea el nombre de la musa de toda pura travesía.»
Amereida vol. II Nota 46, p. 213
11
Mucho habíamos estado lejos del fin del mundo
vinimos a aminorar el ritmo de la demora
sin embargo los gigantes Hijos de Gea despertaron
con nuestro desembarco
y convirtieron la isla en abismo
ya sabíamos su sueño delicado para cuidar el sur aún
sin nombre ya sabíamos el riesgo voluptuoso de
interrumpir ese sueño sagrado pero era la hora
–la nueva y severa–
he aquí nuestra excusa
travesía
12
entonces nos hundimos
y nos fue gobernado el presente
cada lugar y cada instante
volvimos al fondo inicial la condición
oh humanos
sin adelantos sin progreso
antes de la evolución
el abismo nos despojó de la historia
y comenzamos y fuimos los primeros
en levantar la casa
en ordenar la figura de las piedras
en contemplar la soledad de los bosques
nadie había oído a los animales invisibles
en el seno de la creación fue reconocida nuestra risa
el abismo nos tuvo perplejos
en la prueba exquisita de su propia existencia
fuimos un reflejo brote del mundo
la civilización otra
la correspondecia de la gracia amable
y el dolor
13
el abismo nos mostró el principio virginal de la belleza
en el instante radical de su nacimiento
belleza humana el rostro del abismo joven
transfigurado en piel rosada infantil
en sudores dulces que suavemente
oímos
al viento del abismo convertirse
en voz femenina acunando la furia
de los huracanes convirtiendo en canto
los gritos de la locura
mediante una celada exquisita
vimos los ojos del abismo
interior calmo donde leímos a viva voz los signos
conmovedores que nos llamaban clamando aventura
leímos secretos que surgen y urgen solo una vez
en la vida leímos transparencia
que el pudor reserva solo a los amantes
leímos partidas que la eternidad marca en la carne
como una fiesta
cuando se han cruzado miradas con el abismo todos los
cauces extravían su costumbre
sus alcances ahora vigilan todos los cursos
cada gesto deberá responderle cada acto
14
deberá atenderlo y servirlo
cada palabra deberá guardar
–en algún fondo– su nombre
hoy nos presentó su faz imposible
reveló nuestros propios e íntimos cambios
aquel cuyos ojos no se olvidan
cuyo color hondo indica el espesor del tiempo distinto
hemos venido a conocerlo
comprendemos la dura medida del soy otro
marca de amor que nos convirtió en mujeres
y en hombres preparados
para el rigor extraordinario del mundo
¡ven entonces oh poderoso!
que el mar sean tus mantos feroces
abrazando nuestro regocijo
que el viento gélido nos cale tu música en los huesos
y que las selvas profundas y las lluvias sin fin
nos atraviesen la sangre
¡aquí te aguardaremos!
sumidos en la mansedumbre de la espera
15
alzando nuestros cuerpos al vilo de la noche
para que su regalo te demuestre enfrentado
a las estrellas que aquí
–en medio de tu vientre tumultuoso–
residimos las mujeres y los hombres
aquellos cuyo espíritu es acaso tan grande
y vasto como la infinitud magnífica de tu porte.
16
Ya bajan aguas desde las cimas de los árboles
nacen los ríos
la niebla eterna y la lluvia y las nieves
mandan a sus almas surcar la tierra
mandan que el mar sepa
que su vastedad se alimenta fluvial
que sus orillas atravesadas serán por otras aguas
aquí no se debe hablar sólo oír
la soledad transmuta cosas en recuerdos
golpes lentos siempre efectivos
éxito de sus enfermedades
pero tus aromas salvan toda distancia
tu templanza disipa siglos
mientras el último abrazo del sol
copa el cuerpo desnudo
mientras el río consuena en mis canciones
tu voz llama en paz
endurecida en la separación
reconforta y calma
sin comprensión apegado al fondo
una primera vez sencilla y radical
17
elabora existencias adueñando los deseos
en la vastedad preciosa de una familia
que se alimenta en tu seno
mientras el candor extraño de la tarde
absorbe la escasez de los días.
18
Llegarán las salidas
para que el tiempo encuentre su espesor
de completitud al ciclo necesario
sobre el cual descansaremos
hasta la aparición de las señales celestes
en la hora final de la aventura
se vuelve todo inocencia
la turba contenida de las energías
explotarán sin sentido
diseminando fuegos incontrolables
sobre el espíritu del país
cae la noche agotada e inútil
que resguarda una redención
pues sabemos que la familia nos acogerá
dentro de un seno generoso
hasta que se laven las heridas
un instante en la tirada del silencio
el semblante pagano de la fiesta
la colisión es la marca del hallazgo
su potencia descomunal ha de liberarse
para que nada se pierda y todo se transforme
19
para que el peligro llegue a la tempestad
para la paz y la pausa de los hombres
alguna vez seremos solo testigos
antes ser del desquite y la paciencia
sin arbitrio en la catarsis humana
configurada como abrazo tumultuoso e informe
cuando eros emerja maldiciendo y bendiciendo
doquier como lo imperfecto
pues los poetas no dominan el caos
que reina en los corazones
no obligan el curso de los actos
los hermosos desdichados nos enseñan
el verdadero rostro de la alegría.
20
¿Tiempo de suerte en los cambios difíciles?
¿sabemos atenuados los destellos del iluminado
fondo terso de los rostros?
poco importa
al fin y al cabo los residuos moran en nuestra historia
durante una tarde no lejana amaneciendo en tus sueños
mientras el mar te cuidaba todavía
dijiste
con esa voz comprometida en otras vidas imaginarias
enlazar las llanuras que repletan el hueco
de los universos
incluir las fuerzas macrocósmicas
las magnitudes tiernas y feroces
con que la materia forma mundos
un lazo apenas audible leve como viento de orilla
permanece incrustado más allá
de mis humanas memorias
y hasta en el más oculto recodo abunda un aroma
fantástico que quiebra todos los planes
y las apuestas malditas que corrompen el futuro
21
en la frontera delicada los hechos sucumben de pronto
así volveríamos a conocernos
desde antes de antes
¿cuántas veces he sido derrotado?
tantas he perdido los hilos de Ariadna
agraciados sobre las salidas
a merced de los monstruos toda cuenta dice
las crueldades que nos aguardan
no han de saberse
porque semejante estremecimiento
sería mortífero
porque no existe el futuro
solo el presente
he ahí a pesar de los extravíos
las partidas hacia la maravilla
entre la tensa bruma de la sorpresa
la espera en dulce cautela
prendida como el hueco apenas.
22
El tono distinguido de las ubicaciones
la voz viaja entonada en giros propios
visiones comunes arraigan una marcha
los días claros sobre la arena
tardes irrecuperables solo sobre la risa
un paseo durante los bosques antiguos
las caricias del mar a los pies
con el son frío de sus cuentos
he visitado los bordes insondables
sumidos en la bruma hermana
limpio en la vastedad sublime del mundo
las ciudades se rompen contra el día
la jornada empapada en mansedumbre
volver a ser los príncipes
el fragor intenso no amanece
erigiéndonos desde la nada
reinaremos más allá
de toda simple coincidencia
volver a ser príncipes es la seña.
23
27
Desde las palabras que renazca un canto
nunca olvidaremos el cruce perverso de la duda
sus preguntas en medio de las caricias
nos perdimos solos
el trastorno solitario fue una respuesta
comenzó a derrumbarse un horizonte
tronando cataclismos de universo
fugazmente
la chispa inicial de la creación
vale el llamado de lo distinto
la certeza de un mundo
28
en sus pies sí se oye
y se oye aquella canción
que a pesar de todo renueva los rumbos
habrá viajes aún
otros horizontes y amaremos sus vuelos
deslumbrante precisión en las horas de la víspera
algunos pueblos marchan cantando
siempre cantando
nos pertenece la espera
tiempo en fiesta rondando una familia
en los niños desde la nada
comienza el mundo cada mañana
con residuos finos del pasado
sin futuro
juego puro eterno y amante
cuerpos de disposición y ronda
abrazos besos caricias
sospechas corrompen al tiempo
imposturas mienten al gesto
jugar sin objeto
y los blancos desaparecen
29
la palabra nace hirviendo
entre labio y labio
la flor de la lengua
bajo el sol-roca
calado entre árboles antiguos
como el pulso más paciente
una voz que conoce sus alcances y aguarda
al viento poseso que la doma
el denuedo sirve mientras los ríos demuestran
que hay un pueblo hijos míos
vean allí
los caudales fabulosos
limpian las almas bebiendo sus anhelos
esta es la referencia el goce
abiertas las puertas
donde una estirpe halla su primer grito
ahogado entre raíces violentas y abúlicas
en el paisaje quieto sin sueños
ah los extremos que se hallan
a miles de kilómetros y a cada paso
al golpe fenomenal que rasga en grieta
bajo los exclusivos pies
30
hasta el núcleo de las primitivas preguntas
hasta el cobijo donde asoman los nombres
los nombres al preludio
la lengua de mundo
dulce cargada la espalda
la obra de la primera morada
¿quién antes ha gobernado un hogar?
¿dónde confluye la intocable historia
en la hora de la pura creación?
la he buscado cuando andábamos
paseando al continente
el aroma flotaba en las fronteras
su rigor atrasaba itinerarios
su manto cegó pueblos enteros
una leyenda y sus cantos de cuento
extendiéndose antes que el registro
rebote contra su propia evidencia
de inutilidad
que registrar vale cuando deja
de obligar al número
para que prescriban clases de olvido.
31
Esa hora que anda en secreto
sobre la retina de las peores tormentas
vivida por cada humano poblador
no es el trance del trabajo
ni el turno de la audacia
es la obsesión por el comienzo
es cuando los nombres se reúnen
apenas asomados sobre la ráfaga
aguardando señales para partir
hasta el umbral de la boca
como un beso
ya estamos allí dentro
agazapados entre las arenas del borde
observando sin armas desnudos saludando
a las mariposas ciegas
por la luz y la sed de la estrella
el vuelo quebrado y anhelante
que nos invita que poco importa
y que se juega nuestras vidas
en el fogonazo imperdible
32
pero ese tiempo perdura
sobre el lago de los corazones
como un jardín secreto
en la piel de los amantes
todos los personajes
el libro entero
los escritos grabados por la explosión
en la frente de un escogido
las huellas de lodo pétreo
y la migración de la naturaleza
caen
al fuego azul de la pregunta
cambiando el giro de los carruajes
la derrota de las naves
entonces vuelven los héroes
enfigurados como efigie familiar
hinchando la imagen y el sabor
del hogar de la estancia a la paz
héroes que abandonaron la guerra
para jugar en figuras
eludiendo sus trágicas prestancias
33
como las espinas florales
que cuelgan al cuello
hermosas
vacilan como hombres
y riman como dioses
anulando la idea del paisaje
dejándonos frente a frente mortales
embebidos por la fuente imposible
cuando emana desde la cumbre
hacia todos los mares
y nos quedamos junto a ellos
guardados en el filo de sus espaldas
como parásitos benéficos.
34
Es también dulce el fragor de las despedidas
cuando la mano amiga se desvanece
entregada al espíritu
al cuidado de un tiempo eterno
que florece solo en el presente
la residencia más allá de los transcursos
plena sobre los egoísmos
de los bellos recuerdos
hay un brindis calmo y secreto
reservado sin melancolía
cuyo gusto no se conoce solo se sabe
trabajan lentamente los días y las noches
a pesar de los nombres
sin embargo el aroma perenne
traducido en signos ordinarios
para que las estaciones se detengan
una y otra vez
apenas el negro vacío insondable
que reúne a las estrellas
y un cielo perfecto nos abraza sin llanto
en la bella lejanía.
35
Acaso hayan más pasos
siempre rondando el cuerpo
pedidos e invisibles
pero prístinos y delicados
no es posible que el rumbo nos abandone
nos desvíe nos aleje
solo la rutina desquicia la vista
y la suerte se desvanece
no hay un furor entre los labios
que no abra todo cerrojo
allí la vuelta de llave que otorga
más que silencio
para que un niño nos encuentre.
36
La ruta pendiente de una historia antigua
para soportar las frases del trabajo
hablar también es un deber mayor
que se consume delicadamente
aun cuando el pueblo cautivo lo padezca
si en verdad existe la floración de los oídos
a través de las centurias
no es asunto nuestro
solo importa el deber del bien decir
para que la palabra exista apenas
hasta como un rumor perenne e incansable
para oír las mismas cosas humanas
que siempre han sido presentes
entonces
el rigor del trabajo cotidiano
es contarles un cuento.
37
Durante una tarde rotunda
llegada hasta el verano de la familia
estuvo el placer
del sol atenuado por la brisa
de la apertura de las aguas sabias
como si hubiese también una cultura
que sabe sus propios cantos
en occidente
luego las bandadas permitidas
crudas y niñas
porque al final el ruedo de la inocencia
salva todos los rigores
de la muerte
¿dónde quedaría el anuncio preciso de los olvidos?
el conocimiento prevalece
como el sabor de lo incógnito
y su paradoja celebra
la razón y emoción de su existencia
pero el conocimiento vale
mientras las condiciones del alma
sean perturbadas por el sentimiento.
38
Franja de aguas leve
árboles estallan contenidos
sobre el lomaje
el viento arranca tibiamente
tras los saltos infantiles
hay un eco impreciso
formado en los muelles
un rumor de lance
calcinado en la lumbre del destino
desnudos imaginamos
cuerpos amantes pasando a través de la música
y la tarde desfondaba sus caricias
en latidos secretos que solo hienden
la piel extendida más allá de la convivencia
para que los amigos se hagan hermanos
sobre la umbría de orillas
exponiendo la riqueza
como un fruto
aquel parque de espesuras
allende el dominio humano
sobre el crecimiento
donde se aclaraba un fervor remoto
por la belleza
39
en el ciclo de las estancias
vida y muerte
turnadas en resultar
la cadencia madre del ritmo
para que un tiempo admita
calma y redención
a pesar de las figuraciones
un jardín es puro reflejo
del paraíso
el nombre formado en las playas
cuyo viento candela batalla
en la cicatriz de todo juego
hasta en la bondad
que custodia como un alba
la canción de la Demora.
40
Mientras el viento cuidaba la noche
anduvimos un lugar como un mundo
todo hecho de vida
relatos solo de risa
bailando apenas sobre los pies
de giros y rondas en delicia
lloramos estremecidos
por el extravío de dibujos
descansamos unos sobre otros
cantando apenas murmullos
tardíos e inventados con prisa
estuvimos dentro de un cuerpo
para que el padre fuese mi suerte
eterna y feliz ante los mares
así mis hijos pasan tardes
sin contarlas sin futuro.
41
Aquello que oímos
como un borde maltrecho
nos olvida
la podredumbre invade la orilla
la playa invisible perece
ahogada en su orfandad
más temprano que tarde
recordaremos la salvación apartada
que sin perdón nos condena
cuida más allá de la vista
la piel soberbia de las armas
embriágate con el aroma perfecto
del océano sin límite paseando márgenes
que así solo así
la distracción juega su extrañeza
su mundo precioso y adivino.
42
Para dar comienzo
casi la luz falsa
en la tormenta oscura
como una ciudad convulsa
al parque ausente
mis niños
que vinieron y vinieron
una risa los alimenta
estas páginas siempre han abierto
nuestro duelo se mantiene preparado
y el cuerpo celoso de la mariposa
cayendo en su vuelo fúnebre
a esa la estrella entonada
sola
cuya memoria es jardín
que florece los secretos
así cambia la naturaleza
el rumbo del universo
43
en una vía fulgurante
canta el rumor marino
eterno eterno
un regalo precioso
será siempre inapreciable
su danza
sin transcurrir
acontece sin medida
sin quiebres
la fianza tomada y enceguecidos
aquella valentía portentosa
el nido de los que quedaron
sumidos
la marisma parlante
sus seres paridos por la leyenda
atrás muy atrás
mientras crecimos de cerros
los guardianes del aire
44
sumidos
nadie regresa solo por el odio
hay entonces un triunfo
una musa que espera
y asalta como el miedo
los hielos purpúreos cardinales
entonan al caos
que ellos vuelven y redimen
las aguas geológicas manchadas
al paso humano
hundido tras la transparencia
es el bosque convertido
en gigante hijo
besando a sus madres tierras
el adelanto de las eras
amanece congelado
sobre la trampa exquisita
andando rigores aún crueles
45
de férreo mandato
héroes de la propia historia
en la noche de los fuegos
al cielo gélido límpido
hasta abrazarnos en la cuerda sublime
pétreos contra el curso de los ríos
con una conversión que perdura
en el lago de los corazones
todas nuestras puertas abrieron
el cuerpo
leve
en los gemidos y los llantos
somos la primera marca
signatura imborrable
del hallazgo del mundo
llegan los saludos
las advertencias llegan
los banquetes de los justos
escondidos tras la tarde de gloria
46
como la fuerza de solo el elogio
consentimiento que extiende
cambia y renueva
porque lejos de las olas
el silencio crea montañas
el vuelo de aves en majestad
de la palabra alta
cúlmine de prodigio
la mano embellece la seña
que miente tal vez
pero cursa el destino
en la postura joven
cuida a la primavera
pero hay que salir de partida
sin encubrir golpes
astucias logradas en la valentía
el talento
aburre al trabajo
y se desdice en la flor de los labios
el ardid entregado
que delata como el humo
47
en la cabeza de los lagos
equívocos y alejados
porque la noche conduce
en alimentos
y fragua en las alianzas
el círculo que encauzó a los cataclismos
inquieta al presente
ofrece aventura
en la mano mendiga
en el externo álgido comparece
su cruz
de pobreza
¡estamos advertidos por estas señales!
¡que comience la fiesta!
48
La recompensa infértil
derrama el llamado
sobre la borda vacía
así cobra sus ocupaciones e insistencias
en la mirada el engaño desvía
la vigilia
pero las armas se desvanecen
con el canto
aquella noche acantilada
del humo lento
sobre el cielo negro
al silencio indeciso virgen
los ángeles que conocimos
ronda feliz durmiente como bella
porque siempre un cuento nos rescata
nos entrega
con un beso.
49
53
(Sentado sobre la amplia toldilla de popa
diviso un carguero lejano
pronto se pierde en el mar abierto)
reconciliación en emergencia
de sal que moja páginas
atestiguando la salida
partida en rumbo sur
anhelando nuestra estrella
esclarecedora
para que sepamos un pueblo
54
que la ultra luz
prepara en la palabra
esta la compañía la única sonrisa
en este ángulo final de América
el mar se sume en el color de su abismo
mar de humanos apenas en la máquina de armas
gris como el cielo
como la distancia
las aves hacen espejos
de todo habitar terrestre
dura la lejanía de la tierra firme
se convierte en olas espumas
mientras el tiempo se aísla detrás de los empeños
ya no hay premura
el tiempo convertido en oro se abre a la espera
así el residuo motor mueve su llanto
y vamos
y vamos
las escotillas cerradas el clima desenvuelto
dejan un exterior en llamas gélidas
que encienden el presente
55
sabemos la familia abandonada
el amor abandonado
el mundo anterior
abandonado
¿es la renuncia siempre renacimiento?
¿se cubre así la aptitud para volver? pero
¿qué abandono es otra cosa que la novedad?
reconocer por la convención de los oficios
la falta el exceso y la pausa restringida
que los desbordes de las almas claman
y se despiden atareados en la espera
es la hora de la espesura
y entre hombre y hombre
solo la voz orienta
la voz sustancial como un rumor merecido
los abrazos estrechos en el Olimpo
y nuestros cuerpos colosales sobre las aguas
el sol se cuida en los labios
mientras cierran las tempestades.
56
Hemos confirmado el raudal de los ojos
cayendo por los cuerpos
al desnudo de fríos
y sin embargo
llorabas
al ardid de mis cartas insuficientes
en la caricia escasa
por los años nuestros como abrigos
pero hay algo fuera del marco
que sobresale
como si el negro del mar
cayera poseso en fiebres rojas
que brillan en las noches
como si nuestra bandada testigo
se convirtiera en fantasmas
enviados por una naturaleza
a velarnos a adoptarnos
sobre la térmica estela
de nuestro rumbo incierto.
57
Más atrás de los horizontes
inalcanzables al sentido
los jardines remotos de la creación
quedan iluminados y aún geológicos
por el curso gigante del abismo
pero sin confines
sin confines
nos repetía la voz
durante los sueños cumbres
que pueblan el trance desterrado de la vigilia
al través de un continente
con las hechuras pulidas en la guardia
se nos abre la estancia
como un tiempo nuevo
prestancia en el oído
claridad en los ojos
y todo el destino despertará mansamente
quedamos al juego solo disponibles
cada cual sumado en su coraje
cada cual íntimo y sagrado
cada cual convertido en otro
58
por la ardiente paciencia
de las espléndidas ciudades
¡seguimos advertidos por estas señales!
esta es la hora nueva la severa
¡que recomience la fiesta!
59
Vuelta hacia el curso de alas náuticas
el equívoco en la ocasión
mientras celebramos la cruda primavera
nos perdimos un instante
pero la fuga exquisita perdura en los anhelos
y la deuda crónica produce mundos
nunca el cuerpo se abastece solo pregunta
y canta
voy oyendo lento en las jornadas
el ruego de tu música
atenderé las costas el precio del juicio
ahora que quedas gentil
sobre la frente del mundo.
60
Pero nosotros no nos traicionamos
no fuimos condenados
y en medio de la calma el abismo agazapado
asalta
cuídense cuídense
de la flor de la tormenta
que en las queridas tardes gira sus perfumes
y como toda musa interpreta el dolor
en la causa de su risa
oh mortales indignos
aprecien el robo de la belleza y mueran
mutilados por su gesto tal vez
solo tal vez
aquellos ojos verán un hijo
para que el estigma de una madre
alcance a salvarnos
a salvarnos
cada pausa aflige desde la prueba
que tensa su ausencia
el rigor sonríe como la angustia
en las arcanas guaridas donde se refugia
61
clamamos su estancia atrevidos
hemos cumplido con descubrirla
aún niña y oculta
detrás de sus propios ojos sabemos la claridad
que incuba en su mirada
se nos debe al menos el padecimiento
la cuenta de sus manos
el toque de su aliento
en el sueño mortal de la sospecha
como el cuerpo sufrido en la lentitud de su gusto
que nos alimenta enormes posados
en la horrible confusión
el suelo de los muertos
en horas a nuestros pies y las rocas de la playa crujen
bramando alegría para recibirla
víctimas celebramos su llegada
a salvarnos
a salvarnos.
62
Fondeados en una cumbre de milagros
encubiertos sobre la blancura sitiada
tus manos anguladas trozaron
al perfil roca de tu semblante
a la triza más azul del ojo
mientras los rumores atenúan
el susurro hirviente de los besos ausentes
nos culpa y nos rasga al andar de tu roce
supe tu resguardo de lugares
de ejes gigantes y calmos
del continente tendido a la piel que se ofrece
a la flor de la herida que nace
la montaña como las olas en ristre
cayendo hacia los lagos ocultos
contra los cielos heleros
a la hechura tibia de orillas
al verbo hecho carnes bellas
y tus ojos traslúcidos
que escriben y velan hados
mientras bailamos sobre sombras
al ritmo terso de la gentileza
63
al calor amante de los abrazos
serás el último recuerdo
que amamos de la leyenda.
64
(Si es cierto que la musa no es pensable
y que los signos hablan e indican
que ella no olvida y que no está lejos)
musa el cambio de aires de pronto la mutación del
sol en hielo sobre los vientos la acometida del riesgo
común por un instante el llamado glaciar de los
montes la confluencia precaria de los cuatro elementos
sobre el número de nuestros ejes
musa la luz gris que se apacigua en los caminos el
aroma verde que cruje en la ausencia el largo azul
dormido sobre las sombras el rostro blanco en la
corona de la tierra la traza sin riberas que miente como
un niño
pero los niños no mienten
solo recomienzan cada día el mundo
musa la jornada infante que devuelve a la mirada el
principio del mundo el juego pequeño que cuida
el secreto de la vida la risa creadora de infinitos
65
horizontes la inocencia curiosa que pasea en el peligro
la plaza abierta en los recodos imposibles
musa el cuento que descubre temperies decididas
durante el trabajo la palabra de la poesía que calza el
desfase en las mitades del universo
y nombra a la realidad escondida para
que emerja al claro de los hombres
musa cada vista que indaga el habitar como el vigía
abandonado ante el negro de la noche el tiempo lento
que jamás descuida el paseo el corpus sin familia que
igual salva los afectos la fiesta continua que consuela
toda espera
la espera que sostenemos
como una herramienta
que se hunde en la materia
la espera por la musa
musa el vacío que da cabida al porte y estatura de los
bailes nuestra espada que desenfunda el ha lugar
de los pueblos los ángeles de la guardia ocupados
66
con nuestro vértigo el extremo de la tierra que recibe
nuestros viajes el clima mutante que modifica el
gesto de los cuerpos la transfiguración de la historia
lentamente
y si es cierto que América no tiene pasado no tiene
historia y que la historia no es historia de voluntad
¿cómo liberarse de la insistida creencia de que basta la
voluntad para que se haga historia?
el poema nos dice sabiendo lo que es la historia o
creyendo en la musa
musa el rostro niña turbado por su propia belleza el
aprendizaje ejecutado en las manos por la extensión de un
continente la gracia gentil de alguien cuando
simplemente acompaña
y pregunta
pues solo la pregunta habla
para que crezcan los lenguajes
musa el ruedo joven que renueva el ánimo cuando
partimos la soledad extensa que no aísla la voz
fémina cantando un poema como una madre que arrulla
a sus hijos como una amante distraída caminando del
67
brazo como una niña adorable salvaje ardiente
despiadada como una joven atemorizada por su
destino sonriente
musa nuestra invertida rosa de los vientos que señala
siempre hacia un Nuevo Mundo el saludo breve y duro
que ensancha las veredas la distancia insalvable del
hogar que nos amenaza con melancolía
y esas fiebres mortales
cuyo delirio desaparece
solo sobre las olas
musa la seña incrustada en el lado oscuro de la piedra
de los caminos la pobreza sencilla que es paz humilde
un compañero de ruta que prefiere el andar –el partir– a
la hermosura
para no creer en los paisajes
ni en las fotografías con nombre
que pretenden salvar la memoria
musa entonces la memoria que cultiva en sus jardines
secretos del alma la cuenta de estos viajes para que
nazcan como frutos los tiempos de la leyenda
68
y así América tenga pasado
tenga historia
y florezca su destino.
69
El camino calado como un hilo en montes de roca y de
selva la puerta de los pueblos atravesada hacia el cielo
como el espesor de una venia la puerta de entrada
clavada sobre el paso musicado de la ronda la puerta
mayor frontera de dimensiones puente ¿el beso?
resuenan palabras
pórtico torres
plaza umbrales
orden sentido sobre su hacerse palabras habitables
el nombre el nombre
insistía la mujer paralizada sobre los armazones y
su clamor abrazaba al poeta como una fiebre tórrida y
extenuante
sabor del delirio que ya es alimento
basta su existencia
solo el nombre compromete realidad
solo el nombre permanece
70
las cosas esperan en un campo ruidoso e inaudible
un niño nace
y lo primero es su nombre.
71
Y nos dominaba el rojo ausente
al frío de todas las lluvias
el país de los mares
ciego en la niebla cruda
donde perecidas las huellas
cedimos
apenas al tanto de la locura
y sin peligros pequeños
rodeamos los ojos en callada postura
hasta el eco trabado de maderas
transparente aún en las olas
como un bajo violento
que alababa
y decía
regresad oh sencillos
porque se avecinan vuestras tempestades
y mi muerte ha despertado a los colosos
he aquí el manantial de las devastaciones
que se procrean como estrellas fulgentes
72
he aquí la fuente inicial del mundo
vertiendo la música inaudita
¿vais acaso a beber de estos cristales?
porque la sangre soporta solo un arrojo
breve
atrevido
y no abunda el coraje
sin embargo
desde la oscuridad
reconozco no pocas señas
y he aquí un lugar donde todo encuentro se vuelve
comienzo y los ángeles cruzan agitados alzando las
llamas creadoras los umbrales vastos que se tragan a
los hombres.
73
(El poema hecho por todos)
cada signo
como isla de ausencia
sin imposiciones
cada zarpe
hacia el continente
y una peluca de contorno palta
hacia ese destello en la lejanía
–duro futuro de temblor–
sobre la sombra que traspaso tu figura
durante una magnitud puente
hasta el mar propio donde partimos
tras aquel gimnasio todo lo continente
otro temblor llana lo espeso
y los tizadores del mar
según retrasa el enfrentar
porque desde Valparaíso hasta Aysén
el suelo móvil es las dos planas
la trama de estela
de cada travesía.
77
Desde entonces la llegada
en cuanto cada rayadura
como la teoría especial y radical
la trampa
atascados sobre mesas
esperando el comienzo
las piezas en bienvenida
mientras cuidábamos el espacio
de la guarda y la aventura perdida
la zona petrificada en el calor
que los hombres destinan a sus horas
y supimos la cuadra joven
78
el Atlántico bordeando el horizonte
mientras la que ahora crece
oh Tierra del Fuego y los príncipes
y todos aquellos versos
que oímos como un cobijo más
de los propios que jamás ceden
quedándose
antes fueron barcos
hoy carreteras
el movimiento cumple su letra
el perfil del horizonte es el mismo
al fin y al cabo es esta una isla
cámbianos una vez más
mientras bailamos con tus musas
albergando el dilema de la lengua
de todos los ancestros
y así olvídanos
un instante
antes de los motores
el grito animal
que atravesaba las estepas rubias
para llegar para llegar
79
al último cabo del mundo
el amarillo guía
suelto y silvestre avecindado
allá en lo más lejos de miles de años
confundidos con el canto rojo del atardecer
interminable la línea doble
calzada con el viento
este lar pertenece enteramente al viento
y percibimos su venida
cuando arrasó verdores prometidos
con el gélido aullido acristalado
en el cauce de los ojos
el polvo inmenso anidado
en el trance de los viajes
el amarillo primitivo cantado
como la claridad de los tiempos
y nuestra humilde reserva de luces
se expande en el seno pequeño de la noche
la lluvia nos oye tomándonos
se ha curado la única salida
el coro completo nos reclama
elogios y elevaciones
80
no hay peligro en los raudales
la roca brota perdida
la frente de pampa estalla
y sus esquirlas hieren esta hora
escrita la planicie
donde incluso el mar parece su ruedo.
81
Un día abrí los ojos y habían nacido los bosques
millones de mantos purpúreos
extendidos sobre la estepa
como si el fin de mundo fuese solo desenlace
y detrás nacieron las montañas preñadas
con el curso portentoso de los ríos
blancos como cicatriz de un ángel
nosotros no conocimos el marfil
que brotaba en las piedras imperiales
ni fuimos absueltos
por la espantosa maldición del conocimiento
apenas teníamos el abra
de lenguas bravas
solidificadas sobre el ritmo de las mareas
y unos pueblos atrevidos
en el súbito clamor de la naturaleza
tierras de fuego cielos de mar
y así todas las cruzas terribles
pariendo memorias nuevas
en el caudal de las estaciones
anotamos la irradiación de semanas caídas
82
más allá de la cordura
enfundadas en el planeo de la soledad
sobre el cuarto personal atiende
y nuestra esquiva coincidencia para salvar
¿dónde estabais vosotros cuando el mundo cambió de
signos?
allí también
en los recodos estrictos de la familia
que intervinieron con señales
desatendidas y adventicias
oh sometidos y esbeltos
reducidos por la belleza del rostro
como una ceniza fraguada en el viento
reabrimos huellas de piel
y entramos palpando la tibieza
un suave recorrido perpetrado
en la espera en el beso
y tus ojos raudos quietos
atravesados sobre una mesa
83
mientras el duro filo nocturno
callaba.
84
La mañana temprana repara los trabajos
a gemir la melodía de la esperanza
mientras alguien camina hacia mí
retornando
se concentra la lentitud del universo
en la expresión del mediodía
y apenas sabemos lo que sucede
alza tu figura en medio de las juntas
de esos juegos infantiles que nunca olvidamos
es el turno dramático desenvuelto
cuando la calma es aparente sobre la orla
no sabemos de arribos sino de esperas
(invitad al susurrante para la Demora).
85
Hay el lúcido desvío
por donde los hombres pasan
advertidos
débiles palabras resonando
como el eco tardío de huestes fantasmas
marcas adheridas en la suerte espantosa
de los animales antiguos
cuando petrificaron sus soles
sus lunas
sus estelas universales bajo el cataclismo
que nos obliga y nos dirige en la jornada
en los mares cocidos al viento
en la isla de los ríos destapados
sobre el fuego voraz y sincero
que sirve a nuestros lares
(en tanto toda voz que nos llega blanca cobre un tono
familiar que nos arrulle solos serios no llegaremos
hasta ningún lugar y la permanencia será inútil y vacía
siempre habrá un fin de mundo más lejano).
86
El río aguas a las aguas en las gélidas mitades jugadas
como respiración que extravía el silencio del mar
del canal aquella canción inevitable en la nostalgia
distinta
como las flores en la sombra húmeda y estéril
que marca vestiduras de bosque
como el orden nuevo y crudo de esta estancia
ruda
como la pobreza triste como la miseria
pero un curso de árboles grises girando
sobre la muerte líquida emerge
despuntando marmóreos perfiles truncados
sobre aguas níveas que arrastraron furiosas la sutileza
arbórea de sus orillas hasta convertirlas en el sinuoso y
cenizo esqueleto que ahora reluce y traspasa
y bordea y acompaña
sobre el río se filtra un bosque vivo verde
enraizado
y otro bosque antepasado descansa allí muerto
y sus gritos de quebrajos y rajaduras blancas y verdes
susurran el cuento desnudo soberbio
de los cataclismos fundacionales
acaecidos y por acaecer
cada vez durante el rigor aterrador
87
de las estaciones brazos troncos manos
deformes de sequedad glacial erguidas
y gestuales arman la clave de los remansos
donde duermen sus seres secretos
pequeños médanos de hundimiento se tragan
sus reliquias esos árboles muertos esqueletos
son los huesos nutrientes sus pastos raídos
en la ventisca desnudando los sueños
desde la hondura largada como un poeta
sin arcilla en la locura cuando en vano perdura
su barro de maravilla despedido en lo bebido
a las horas del intento que fecunda lo cierto
encendidos los calores mientras éramos alimento.
88
Es el día final de caminos de durezas
que lloramos sagradamente
en tributo a los oídos que descifraron
los murmullos remotos
volando apenas sobre el polvo
esparcido como abrazos
en el cuerpo perfecto de los amigos
es el día final de un tiempo amante
que celebramos sigilosos
como el ruido de los libros
que esperamos yendo al habla
en la conversación impresa entre nuevos huesos
que corren ensangrentados
entonces es el día de lo distinto
henchido de lo solitario y sabio
que existe naciente de aromas en las árticas flores
largamente en la pobreza.
89
Mientras vaya quedando lo de menos
estacionado quieto
como las aves investidas al borde del mar
entre la lucidez justa de los ruegos
que nunca sobran
atrapado en verso
allá donde saltas y suspiras
estuvimos resguardados por la ausente razón
atrapada tu danza
abolidos los golpes naceremos en otra historia
fundidos al relato de la mariposa
ciega en la luz de la estrella
cubrimos la aflicción de la eternidad
elegidos los ojos
y el monstruo vulgar
diferentes en el inseparable episodio
como una doncella lavando sus ríos
arcaica claridad
conservada en una isla resplandeciente
iluminada y feroz allende el vacío
90
que se incendia en los errores
y las bocas tendidas como la vana ceguera
–ofrecidas y mudas–
refulgentes al beso que absorbe a los amantes
hasta la exaltación de una quietud incandescente
ha surgido la fiebre triunfal
vigía
de las separaciones de la tiniebla
nuestras vértebras boscosas se estremecen
dóciles dentro de la altitud de los llantos
y ebrios de turbación conocimos habitaciones
de espíritus
en el frío de cada sombra
hay un nudo pálido antiguo
tras el vidriado eco de las mujeres
–ved–
son las pieles bruñidas dispares
limpias y gigantes y unidas
cuyo fragmento fantasma es plácido
y lúgubre y débil
91
ved también los rostros atentos
cuando se apegan negando el hueco
–el hueco apenas–
que algunos sabemos absoluto
centelleante certeza apaciguada en lo alto
corona de latidos
nos libera en exceso
aquellas joyas del poeta
abandonando las señales auténticas
nos queda la ruda agonía venenosa
de la melancolía
pero la Demora…
ah la Demora
y su voracidad lívida
atrapando la vejez de la princesa
dentro de los hielos tejidos en tu piedra
para que un nombre retorne
hasta el anillo de mis labios
vagos de canción en canción
desde las edades olvidadas
en el horror primero de las eras
corren tus animales perdidos atrás e inmortales
92
sus huellas florecen en la mañana de cortezas desoladas
¿será una nueva prisión el saludo de nuestra fiesta?
¿liberaremos el beso traidor del dios de los hombres?
o un impulso lejano que agoniza en la belleza
perfuma la creación sellada en signos de mar puro
y solo los silenciosos serán los indómitos predilectos
llamados a la figura de este mundo
en la estampa una manera de entrega
a los accesos
las apariciones sustituyen
y solo caben los humildes
que siempre prefieren la pregunta
en vez de la certeza
ánimos de infancias voluptuosas
brillando en la mirada
al habla vertida sacrificando incluso
el propio vértigo
en la ayuda cualquiera y necesaria
ellos arderán como la sedienta mariposa
cuando reine la musa
93
oh preciosos
la palabra conoce vuestros gestos
aún abruptos al fragor de las lámparas
metalizadas durante los inviernos inertes
sobre el reposo que abrigaron danzando
más allá de la ronda
y les concederá la victoria y la sangre
en la carga de los sacrificios
la palabra ha oído
la fertilidad que cultivan en los astros rojos
de vuestra carne
el fruto presentido que se desastra pupilar
como manantial lastimado
el interior impedido que lucha
por dar con su cima
franqueando los ídolos de columna
la palabra
desde ahora anda gigante en vuestros corazones
ocurriendo como abismos
en el signo dorado del rostro
para conocer el azul de este país
meciendo los mantos fríos del follaje
94
extrañados
como una exhalación crepuscular y virgen
del fin del mundo
la palabra nos pregunta
oh vosotros los idólatras
¿acaso habéis reservado algún espejo donde mi reflejo
sereno os emancipe una eternidad?
¿habéis provisto milagros límpidos para curar la dureza
perenne de vuestros malditos corazones?
o tal vez habéis intuido a la musa
la que se aleja sumida en retiros
sin conocer el ardor de las gargantas gimientes
ella vuestra desconocida hermana
que ha dormido los siglos ancianos
en la atormentada piedad de la isla
ahora nos ronda
adivinando que hemos venido a erigir sus altares
a jugar en sus prohibidos y egoístas jardines
alucinantes como la raíz líquida de los ojos
vestidos en el desvelo que celebra y enaltece
95
incendiando los antros
arrasando a los incrédulos
envenenando a los imbéciles de siempre
ella fatalmente radiante
en el verano de las campanas
que tañendo nos descubría
como una estrella deliciosa bebida en jóvenes cálices
yo la he oído siguiendo los pasos
desde que nacimos continente
floreciendo en el caudal de los pudores
que extraviamos solos antes del edén-paraíso
antes de subir los nombres
yo la he oído
bebiéndose nuestro pasado
abrazada a la tristeza inmóvil
pidiéndonos una atención oscura
y extrema ignorancia
y así pulsaba una inmortal
sobre sus torres vivas y ofrecidas
como una sacrílega adoración
que nos toca la piel siniestra e impíamente.
96
Recuérdanos la dura maravilla mientras viajamos
esperando el cruce
las notas de los poetas
divididos como el cuerpo vencido
ante una muerte prematura
nuestra música esquiva sobrevive
a pesar de la estampida nocturna
el frágil rumbo acometido tiembla
enmudece estremecido
esperando la llegada creadora
de las aguas lentamente
ved esos rostros allí
como la faz de las virtudes esenciales
ayudando a la calma
ved el estremecimiento lúdico
oculto en el sino de los lirios libres
unánime
bailando trágicos en el filo ebrio
corrimos la captura hasta una noche deshabitada
que responda glaciar el trance de la espera
el arte de la espera.
97
(Estaban resguardados en la crudeza ígnea de mi cuerpo
–mis hijos–)
supimos entonces esa crudeza corpórea que subía
arrebatada por la marea indeleble que aquella voz nos
dejó en las venas la voz anciana-nueva recitada en
cualquier casa y desaparecida frente al mar desde
aquel primer instante se ejerció nuestro destino es
todo cuanto pudimos hacer al acecho violento de
cantos y vientos nunca dudamos suspendida toda
incredulidad nunca desistimos eso también se llama
coraje
avanzar sobre la obvia resistencia de las ciudades
vacíos los anteriores preceptos anuladas las
expectativas y cálculos futuros someterse a la leyenda
como los lirios del campo
concebimos la invasión de las hogueras que en grises
amortajados lloraremos nuestras rasgaduras seniles.
98
Abrimos aplausos al puerto
al resguardo indolente
pidiendo el fin de la espera
y efectuar los llamamientos
que abren designios para el estruendo saludo
cuando ríe aniquilando a la nostalgia
ocupados en la restitución de toda memoria
oh reina fantasma
no has cubierto tus vestiduras de alba
y una rama quebradiza te delata
detrás de mi noche de inviernos
con tus manos en vapores
congelados sobre el vaho correntoso
ya no sabemos tu figura
apenas intuida en el recuerdo
pero la lejanía también nos ahuyenta
retirándonos hasta el último refugio.
99
¿Dónde está la huella?
desconsuelo del trabajo
en años de marca
ciegamente verdadera
pero la recordamos
porque he aquí los animales fabulosos
cantando en la boca de bellas sirenas
contando legendarios viajes
y espantosos encuentros
con los hombres
en las profundidades de las selvas intocadas
en los confines de las cimas nunca vistas
en la hondura oscura
y terrible de los mundos submarinos
animales que comparecen
con su magnífica dueña
y toda la poesía abraza sentido
sin fe sino el gusto
los aromas el tacto
100
sutil el roce de las pieles hirvientes
prestas al giro
la dueña cuya aquiescencia solícita nos cubre
desde el comienzo de nuestros viajes
como la quimera espectral y todopoderosa
que se convierte y transmuta y destraza
rostro por mapa
herida por boca
amargura por beso
y nos reconforta en la inquietud
de su extraña compañía
que no abunda
que no domina
en sus ojos
hemos visto adorado el cruce de los mares
para que nazca una tierra
para que exista el continente.
101
De instrumentos el bajo
que interpretaba las imaginaciones inauditas
que trepaban río arriba
como los brillos en el ojo viejo de los peces
de instrumentos el filo
que abría la médula de las espesuras
que rogaban por el nuevo Sur
como un dibujo en las manos del mapa
de los pequeños gritos el aullido
en el eco de los seres diminutos
que arrastraron nuestra suerte
en la recóndita tiniebla
como alas ciegas golpeando ráfagas gélidas
como el llanto del apego y la devoción
anidado en las cunas mientras nacíamos
de la comprensión del reflejo lejano
que nos demostraba nuestra costa escasa
que como un tajo surcaba el vientre del monte
en la cadena de los canales
y comprendimos un tiempo inexistente
102
sucedido y sucediente apenas
una escisión
que se abre fulgurante como una mano
sobre el rostro de un niño perdido
sobre una estela de rocas
extendida en medio del mar
devastada por la crueldad del viento
intermitente por la sed de las mareas
nos visitó el ave de los poetas
un albatros
que después de tanto símbolo
no disimula su porte
y rasante como un susurro venenoso
atravesó la estela de rocas
se detuvo sobre mi espalda
y desapareció en el interior atroz y soberbio
del canal enardecido
mientras parados en medio del mar
como en el milagro
pasaron luego las ballenas lentamente
sin notar furia de oleaje sin vernos
103
oh seres ínfimos
parados sobre un hilo terrestre
a mitad de las aguas de aguas
admirados del tránsito mamífero
del absoluto silencio
de la tregua de la ondulación calma
que turna cielo y océano
mudando al monstruo en la musa
al miedo en belleza
al pasar nadando exactas en el dolor del frío
que modifica el glaciar tamaño del continente
hasta aquí América
el límite de tu goce
desmembrados como el llanto
volveremos
volveremos.
Estos poemas fueron escritos en los viajes de Travesía de la Escuela de Arquitectura y Diseño pucv al Mar Nuevo de Aysén, entre los años 2003 y 2006.
colofón La presente edición de Ancla Polar, estuvo a cargo de las
Ediciones e[ad] de la Escuela de Arquitectura y Diseño pucv, y fue diseñada y compuesta por Luis Romanque, quien también
realizó las cuatro ilustraciones que acompañan el poema.Se utilizaron las tipografías de las familias Tribute OT para los
poemas y League Gothic para títulos.Se tiraron 250 ejemplares sobre papel Bond Ahuesado Dipisa de
80 gr. para el interior, y Couché opaco de 350 gr. para la portada. Se terminó de imprimir en el mes de agosto en los talleres de
Imprenta Salesianos.Valparaíso - Santiago, diciembre 2018.
Jaime Reyes Gil
Poeta. Nació en Santiago en 1969. Terminó sus estudios de Diseño Industrial en la Escuela de Arquitectura y Diseño pucv en 1994. Ese mismo año ingresó como profesor a esta Escuela donde trabaja hasta hoy. Es Magíster en Historia de la pucv y Doctor en Diseño de la puc de Río de Janeiro. Actualmente es el director del Archivo Histórico José Vial Armstrong. Desde 1996 es miembro de la Ciudad Abierta de Amereida. Ha publicado el libro de poemas Sponsalia o la Fiesta de los Esposos (2001) y el ensayo Carta de Alemania (2010).
EDICIONES UNIVERSITARIAS DE VALPARAÍSOColección Arquitectura y Diseño
Construcción FormalFabio Cruz P. - Valparaíso 2003 2a. ed. 2012
Amereida-Palladio: Carta a los Arquitectos EuropeosAlberto Cruz C. y Bruno Barla - Valparaíso 2004 2a. ed. 2008
Embarcación Amereida. Y la épica de fundar el mar patagónicoBoris Ivelic K. - Valparaíso 2005
Diseño, acto y celebración. La diversión del hábitoRicardo Lang V. - Valparaíso 20082a. ed. 2013
Libro de torneosManuel Casanueva C. - Valparaíso 2009
Trece cachalotes. O la dimensión poética de un paísJosé Balcells E. - Valparaíso 2009
El acto arquitectónicoAlberto Cruz C. - Valparaíso 2010
AmereidaVarios autores - 3a. ed. Valparaíso 2011.
Visión de Valparaíso [1953-2011]Juan Purcell F. - Valparaíso 2013
La observación arquitectónica de Valparaíso:Su periferia efímeraMauricio Puentes R. - Valparaíso 2013
Triángulo de Pascal. Cual arma de visibilidad para acceder al &c de NewtonIsabel Margarita R. - Valparaíso 2014
Estructura esencial: Curso de geometría para pensar construyendo un cuerpo estableMiguel Eyquem - Valparaíso 2014
La observación: El urbanismo desde el acto de habitar/ The observación: Urbanism enactedDavid Jolly M. - Valparaíso 2016
ancla polarJaime Reyes
Jaime Reyes Gil
Poeta. Nació en Santiago en 1969. Terminó sus estudios de Diseño Industrial en la Escuela de Arquitectura y Diseño pucv en 1994. Ese mismo año ingresó como profesor a esta Escuela donde trabaja hasta hoy. Es Magíster en Historia de la pucv y Doctor en Diseño de la puc de Río de Janeiro. Actualmente es el director del Archivo Histórico José Vial Armstrong. Desde 1996 es miembro de la Ciudad Abierta de Amereida. Ha publicado el libro de poemas Sponsalia o la Fiesta de los Esposos (2001) y el ensayo Carta de Alemania (2010).
EDICIONES UNIVERSITARIAS DE VALPARAÍSOColección Arquitectura y Diseño
Construcción FormalFabio Cruz P. - Valparaíso 2003 2a. ed. 2012
Amereida-Palladio: Carta a los Arquitectos EuropeosAlberto Cruz C. y Bruno Barla - Valparaíso 2004 2a. ed. 2008
Embarcación Amereida. Y la épica de fundar el mar patagónicoBoris Ivelic K. - Valparaíso 2005
Diseño, acto y celebración. La diversión del hábitoRicardo Lang V. - Valparaíso 20082a. ed. 2013
Libro de torneosManuel Casanueva C. - Valparaíso 2009
Trece cachalotes. O la dimensión poética de un paísJosé Balcells E. - Valparaíso 2009
El acto arquitectónicoAlberto Cruz C. - Valparaíso 2010
AmereidaVarios autores - 3a. ed. Valparaíso 2011.
Visión de Valparaíso [1953-2011]Juan Purcell F. - Valparaíso 2013
La observación arquitectónica de Valparaíso:Su periferia efímeraMauricio Puentes R. - Valparaíso 2013
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Estructura esencial: Curso de geometría para pensar construyendo un cuerpo estableMiguel Eyquem - Valparaíso 2014
La observación: El urbanismo desde el acto de habitar/ The observación: Urbanism enactedDavid Jolly M. - Valparaíso 2016
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