el libro como mito de la modernidad literaria
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El Libro como mito de la modernidad literaria
Luis MARTNEZ-FALERO Universidad Complutense Madrid
lmartinezfalero@filol.ucm.es RESUMEN
Tras el proceso de desacralizacin llevado a cabo en Europa desde mediados del siglo XIX, se
ha producido una progresiva resacralizacin de la palabra, sobre todo en la poesa. Por tanto, el
vaco dejado por la muerte de los dioses ha sido ocupado por la palabra potica que busca la
esencia del ser. En este contexto, el tema del Libro juega un papel fundamental, pues esa
esencia se muestra a travs del lenguaje simblico, construyendo los textos un simulacro lo ms
cercano posible al mundo interior del poeta, para reconstruir esa verdad existencial en la que
reconocernos.
Palabras clave: Tematologa, poesa, pensamiento occidental.
ABSTRACT
After the process of desacralisation taken place in Europe since the middle of the nineteenth
century, a continuous resacralisation of the word has been produced, especially in the field of
poetry. This, the emptiness left by the death of the gods has been replaced by the poetical word
looking for the essence of human being. In this context, the theme of the Book plays an
important role, since essence itself is shown though the symbolical language, so that the texts
make up a semblance the nearest possible to the poets mind, in order to rebuild that existential
truth in which we can be recognized.
Key words: Thematology, poetry, western thought.
En el presente trabajo quisiera plantear un sucinto anlisis de un tema literario,
la bsqueda del Libro, centrndome en dos grandes literaturas: la francesa y la espaola.
Por tanto, cabra inscribir este trabajo en la tematologa comparatista, sirvindome de un
mtodo interdisciplinar, comn como sabemos- tanto a la Semitica literaria como a la
Literatura Comparada.
La definicin de tema no es sencilla, pues existen propuestas divergentes a este
respecto. Tomo como punto de partida la definicin ofrecida por Claudio Guilln en
Entre lo uno y lo diverso:
Lo que denominamos tema en la prctica se vuelve sinnimo de tema
significativo y sobre todo de tema estructurador o tema incitador. El elemento
temtico, como el elemento formal [], desempea as una funcin utilitaria, la de
propiciar una escritura y una lectura literarias.
[] Claro que el tema no es todo el contenido. No es lo que dice el poema, sino
aquello con lo cual o desde lo cual se dice. Esta concrecin adquiere diferentes perfiles
formales [] Los lmites del tema, si es que lo es, son muy relativos. Ello est ms claro
cuando se modifica, se extiende o se repite. El Motiv as llega a ser un Leit-motiv,
apoyado en el dinamismo de la reiteracin.1
Publicado en GARCA JURADO, F., VILLAR DGANO, J. F. y READERS, M.(eds.), Claudio
Guilln, Lecciones de un maestro, Madrid, Editorial Complutense, 2009, pp. 189-209. Ofrezco la versin
original, sin las molestas erratas que hacen algo farragosa la lectura en la versin impresa. 1 Guilln 2005: 231 y ss.
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As pues, el tema es una instancia creativa, que incide en la estructura de la obra
y que posee una relacin inherente con la literatura (tradicin / ruptura), con las formas
(relacin forma / contenido2) y con el mundo. Adems, es fundamental en la recepcin
del texto, al deducir el lector el contenido. Ahora bien, en la definicin que hemos
tomado como punto de partida, Claudio Guilln ya nos habla de la relacin entre tema y
motivo, cuya delimitacin define en trminos de la mayor extensin del tema respecto
del motivo, aunque algunos especialistas consideran esta proporcin al contrario3. Para
Claude Bremond, el tema es ms concreto, mientras que el motivo es ms abstracto4.
Por su parte, Menachen Brinker considera que el tema se corresponde con la estructura
profunda y el motivo con la estructura de superficie5. Como podemos apreciar, estas
definiciones no contradicen las palabras de Guilln, sino que las complementan. Las
variantes (los rasgos particulares de cada texto o de cada grupo de textos) introducidas
en un tema forman su campo temtico6. ste ser, por tanto, nuestro punto de partida a
la hora de concretar nuestro tema, el Libro, y de analizar los motivos con que se ha
desarrollado en las diferentes poticas.
Uno de los campos temticos ms desarrollados por la Literatura Comparada es
el de los mitos. El carcter arquetpico del mito se convierte en la fuente del imaginario
de todas las pocas7. Raymond Trousson establece una tipologa de estos arquetipos, de
acuerdo con su diferente procedencia: mitos clsicos, como Orfeo; bblicos, como
Sansn; histricos, como Csar; y literarios, como Fausto8. No obstante, la polisemia
del concepto de mito abre el campo de estudio a otras posibilidades, tanto a las ficciones
humanas que suponen una utopa (y que seran encuadrables en el concepto de
constructo), como a nuevos temas introducidos por los creadores en sus textos, y que
suponen una novedad respecto de la tradicin. Soy consciente de que trminos como
influencia, convencin o ruptura pueden ser problemticos9, pero existe la posibilidad
de situar una serie de producciones literarias (en el caso que nos ocupa, poticas) como
constituyentes de una continuidad temtica, configuradora de la modernidad literaria.
As, Gilbert Durand considera cuatro mitemas sustanciales en la obra potica de
Baudelaire: la alteridad (sombra / luz), la dualidad (mal / esperanza), el hermetismo
(como interiorizacin de la dualidad que genera los poemas) y la Gran Obra10
. En estos
casos existen unos referentes clsicos (los Discuros o Epimeteo, Pandora,
Hermafrodito y la copa mgica, respectivamente), si bien se ha producido una
transformacin tan radical de sus referentes clsicos que han adquirido la categora de
temas, que constituyen una nueva tradicin.
De acuerdo con esta nueva tradicin, es muy posible que nuestras ideas y
nuestro cuestionamiento sobre qu es poesa, nuestra concepcin del lenguaje potico
como lenguaje esencial, tengan sus races en la obra de Mallarm, en el proyecto
inconcluso del Libro. Si Durand destacaba cuatro mitemas en Baudelaire, podramos
establecer otros tres en Igitur o la locura de Elbehnon, drama articulado en cuatro
2 En las relaciones entre tema y forma, entre otros, Trousson 2003: 93-94.
3 Guilln 2005: 234. Para la definicin contraria, p.ej., Wolpers 1993: 80-91.
4 Bremond 2003: 171.
5 Brinker 1993: 23.
6 El concepto de campo temtico, propuesto por Claude Bremond, procede de Ludomir Doleel (Le
triangle du double, en: Potique, 64 (1985), 463-472), aunque modifica su definicin original; Bremond
2003: 174. 7 Guilln 2001: 110. Sobre la relacin entre mito y tema, y los problemas que se derivan de ella, Brunel
1992: 27-37. 8 Trousson 2003: 91.
9 En este sentido, Guilln 1979: 87-97.
10 Durand 1993: 278.
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partes: La medianoche, La escalera, La tirada de dados y El sueo sobre las
cenizas tras haber apagado la buja, de los que slo concluy La tirada de dados
(1897, aunque se public en 1914). Consideramos como primer mitema el deseo del
Libro, aqul que sera el definitivo, el que hara intiles los dems libros, la obra
perfecta. El segundo sera el blanco, como smbolo del vaco, como un reflejo de la
existencia humana11
. Finalmente, como tercer mitema encontramos el azar, la imagen
hecha palabra que se une a otras imgenes. Mallarm parte de un imaginario religioso
para fundar, tras la desacralizacin de los smbolos cristianos, una tradicin donde el
vaco y el azar conjugan la existencia humana. Como afirma Ernesto Grassi12
, ese Igitur
que da ttulo a la obra, al proyecto de Libro, nos remite al canon de la misa que
comenzaba con la secuencia Te igitur, cuya T se imprima en los misales con una letra
capital en forma de cruz. Frente al sufrimiento de la Cruz, se antepone el dolor de la
existencia humana, el vaco existencial. No hay ruptura con la tradicin13
, sino el
establecimiento de una nueva tradicin en que la palabra humana da cuenta de una
trascendencia en la que no hay verdades inmanentes, sino la frgil verdad del hombre.
En este aspecto, no slo influye esta propuesta de Mallarm, sino tambin esa muerte de
Dios formulada por Nietzsche en La gaya ciencia (1882). Por tanto, la palabra esencial
pasa a ser la palabra humana, convertida en imagen o metfora como expresin de lo
inefable. Y es el azar el que dispone la palabra (algunos crticos consideran que hasard
y parole son trminos intercambiables en el poema de Mallarm), pero ese azar es slo
el origen del texto, la imagen surgida del subconsciente y transformada en palabra
potica, y que atrae otras imgenes y otras palabras por analoga o por anttesis, que
crean la textura del poema a travs de una sintaxis del imaginario14
, la creacin como
puesta en texto de las experiencias, los miedos o los deseos que constituyen nuestra
verdad ms ntima. Los libros, en tanto que son reflejo del Libro, representan slo una
tentativa de explicacin del ser que nos conduce a un mundo interior, a la bsqueda de
la palabra primigenia, de la palabra esencial15
.
Este deseo del Libro se manifiesta en la gestacin de cada libro, en el rumor
inicial en que el lenguaje an no es palabra potica, sino slo la intuicin de esa palabra:
De hecho, en el momento de comenzar un libro y sin duda no sea el nico-, me
encuentro literalmente sumergido por su materia. Es como si una multitud de posibles
libros esperasen ver la luz.
Quizs, esta materia sea el libro absoluto, aqul en el que se fundieran todos los libros
de los que fusemos capaces. sta no es, en verdad, ms que un vasto rumor ininteligible,
al no ser formulable pero que, al menos, parece poder serlo16
.
11
En Divagations: Appuyer, selon la page, au blanc, qui linaugure son ingnuit, soi, oublieuse mme
du titre, qui parlerait trop haut : et quand saligna, dans une brisure, la moindre, dissmine, le hasard
vaincu mot par mot, indfectiblement le blanc revient, tout lheure gratuit, certain maintenant, pour
conclure que rien au-del et authentiquer le silence, Mallarm 2003: 288. 12
Grassi 2003: 13 y ss. 13
Le papier intervient chaque fois quune image, delle-mme, cesse ou rentre, acceptant la succession
dautres et, comme il ne sagit pas, ainsi que toujours, de traits sonores, rguliers ou vers plutt, de
subdivisions prismatiques de lIde, linstant de paratre et que dure leur concours, dans quelque mise en
scne spirituelle exacte, cest des places variables, prs ou loin du fil conducteur latent, en raison de la
vraisemblance, que simpose le texte [] Jaurai, toutefois, indiqu du Pome ci-joint, mieux que
lesquisse, un tat qui ne rompe pas de tous points avec la tradition, Mallarm 2003: 442-443. 14
Burgos 1982: 139-174. 15
Con una divisin violenta, Mallarm ha escindido el lenguaje en dos formas casi sin relacin: una, la
lengua bruta; otra, el lenguaje esencial. Tal es quiz el verdadero bilingismo. El escritor est en camino
hacia una palabra que ya no se da nunca: que habla, esperando hablar, Blanchot 1976: 134. 16
Jabs 2000: 65-66. Estas manifestaciones se corresponden con su obra de creacin, p.ej.: Aurora,
immense dsir du livre, en Jabs 1987: 142. Esta obra pertenece al ciclo Le livre des limites.
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Esta intuicin del libro que ser se materializa en la obra de Jabs en una
cuidadosa planificacin del libro o del grupo de libros17
, donde la cuestin o cuestiones
que se plantean18
giran siempre en torno a una ausencia, a un desarraigo, pues el
innombrable (YHWH, para la tradicin juda) determina ya un vaco que slo la palabra
humana puede atenuar:
Ainsi sommes-nous dabord conduits puis abandonns par chaque fraction de seconde de
notre vie. De sorte que nous ne pouvons, enfin de compte, tmoigner que de cet
abandon19
.
Slo la certeza de esta soledad esencial puede llevar a la palabra20
. Edmond
Jabs desarrolla sus libros mediante una reflexin expresada en poemas en prosa y en
verso y a travs de los dilogos de rabinos ficticios21
, que debaten sobre el ausente o el
extranjero (el judo, el aptrida), donde -desde Baudelaire- se encuadra tambin el
poeta. Jabs, judo egipcio exiliado en Francia desde 1957 hasta su muerte en 1991,
participa de ambos destierros, como sucede tambin con Paul Celan o los escritores
exiliados espaoles del 2722
. Existe una necesidad de trascendencia, que slo la palabra
puede proporcionar, ante el silencio del ausente. Por ello, Jabs resacraliza la palabra, le
devuelve sus races profticas, a travs del verso y del aforismo, haciendo retornar la
poesa a sus orgenes, al orculo del dios que habla a los hombres con palabras de los
hombres, que se hace inteligible mediante la intuicin de su existencia en la palabra
(Tout livre ne serait que trouble ressemblance avec le livre perdu23
). Pero la ausencia,
lo innombrable, lleva a que lo trascendente sea la palabra misma, pues la no-palabra es
el vaco, la inexistencia absoluta. De este modo, el desierto, que Jabs rememora al
hablar de su infancia y su juventud en Egipto, se convierte en el smbolo central de sus
textos (implcita o explcitamente), pues marca tanto la fase previa a la escritura como
los mrgenes de esa escritura. La palabra que busca la trascendencia es una palabra
errante24
, nacida de la necesidad interior de vencer un vaco (Cruzo un desierto y su
secreta / desolacin sin nombre, escribi Jos ngel Valente en el comienzo del
primer poema de su primer libro25
). La palabra hace presente lo que es una ausencia, la
17
Les textes se groupent en avant-propos et en avant-livres (parfois mme en avant-avant-livres) comme
si le livre prennait une allure obsessionnelle et srigeait en souverain matre, Fernndez Zoila 1978:
107. 18
ste es el origen del ciclo de libros reunidos bajo el ttulo Le livre des questions. 19
Jabs 1984: 9. 20
Lcriture est absente du Livre, tant labsence non absente partir de laquelle, stant absent delle,
le Livre ( ses deux niveaux : loral et lcrit, la Loi et son exgese, linterdit et la pense de linterdit) se
rend lisible et se commente en enfermant lhistoire : fermeture du livre, svrit de la lettre, autorit de la
connaissance, Blanchot 2006: 631. 21
La lecture exige un retour constant au noyau narratif pour en suivre les dveloppements. Ce
systme voque les livres des rabbins de langue arabe rompus la practique du midrash ,
Fernndez Zoila 1978: 113. Sobre el carcter judo de la obra de Jabs, Derrida 1989: 90-106. 22
El yo siente como rota y fragmentada su propia naturaleza psicosocial y su participacin en los
sistemas de signos en que descansa la vida cotidiana. Es la crisis que vivi Ovidio, y siglos despus,
tantos otros, como sobre todo el moderno poeta o intelectual exiliado sin salir de su pas, Guilln 1998:
30. 23
Jabs 1989: 49. 24
La palabra proftica es una palabra errante que retorna a la exigencia originaria de un movimiento,
oponindose a toda estancia, a toda fijacin, a un enraizamiento que fuese reposo, Blanchot 2005: 106;
tambin en 1992: 45-50. 25
Valente 2001a: 15.
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prdida a la que slo el poema o el aforismo devuelven fragmentariamente su origen
material, transformndola en algo tangible:
crire est un acte de silence, se donnant lire dans son integralit.
Cest parce que tout geste de Dieu est silencieux, quil est crit , ensegnait un sage
(Langue source Langue cible).26
Por ello, la palabra pasa a ser cobijo, refugio ante el abandono, pero tambin
lugar de encuentro entre autor y lector, entre escritor y reescritor de la obra, partcipes
del mismo abandono:
Ainsi, la chose transmettre ntait que poussire de sable et le livre,
poussire de vocables.
Tout est rcrire.
Naissance de lhospitalit.
Incommensurable est lhospitalit du livre.27
Este reescribir tendra su correlato en un releer (relegere), lo que desde el
punto de vista etimolgico- nos remite a recoger, reagrupar. Este recogimiento nos
lleva hacia la unin con los otros, quienes tambin comparten la prdida. La expresin
de lo inefable, esa prdida originaria que es el motivo de la escritura, slo se puede
expresar de manera fragmentaria, pues es imposible manifestar su totalidad. Nos
hallamos as ante dos conceptos fundamentales de la filosofa actual, compartidos con el
texto potico moderno, y muy presentes en la obra jabsiana: la alteridad y el
fragmentarismo. Se escribe para el otro y por el otro, pero debemos considerar a qu o a
quin nos referimos con ese indefinido.
En la misma tradicin juda en la que Jabs inscribe su obra, Emmanuel Levinas
considera la alteridad desde una doble perspectiva. Por una parte, resuelve el virtual
conflicto entre ipseidad y alteridad en la bsqueda del Otro, por lo que esta dicotoma
deja de plantearse en trminos de incompatibilidad, para desembocar en el Mismo y el
Otro28
. Esta aproximacin al Otro, identificado con una trascendencia divina, supone
tambin la idea de infinito (frente a totalidad), relacionada con la creacin29
. Existe, por
tanto, un deseo del Otro, una bsqueda del Otro en la creacin, donde el discurso
desempea un papel fundamental, por cuanto permite el reconocimiento del Otro
histricamente, establecindose, de este modo, una ligadura entre ambos, que Levinas
denomina religin30
. En ese mismo sentido apunta Maurice Blanchot, al trazar los
cauces entre Dios (el Uno) y el hombre (lo mltiple) en torno a la Ley31
. Pero, por otra
parte, Levinas concibe tambin la alteridad en trminos de aproximacin a los otros, por
lo que cabra hablar de una perspectiva tica, aunque partiendo siempre de estas
precisiones que acabamos de considerar. Es una idea compartida, por ejemplo, con
26
Jabs 1987: 46. 27
Jabs 1991: 96 y 100, respectivamente. 28
Levinas 2006: 57 y ss. 29
El infinito es inapresable en la idea de infinito, es la trascendencia. Quizs esta nocin tenga que ver
tambin con uno de los nombres divinos segn la Cbala, el de Einsof, que indica la infinitud y propone la
creacin a partir de una contraccin o tzimtzum del infinito creador para dar lugar a la creacin separada,
Rabinovich 2005: 145. 30
Proponemos llamar religin a la ligadura que se establece entre el Mismo y el Otro, sin constituir una
totalidad, Levinas 2006: 64. 31
Blanchot 2006: 635-636.
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Octavio Paz, Paul Ricur o, una vez ms, con Blanchot32
, si bien en el poeta mexicano
aparece tambin la idea del desdoblamiento efectuado por el ser humano entre su vida
cotidiana y su vida como creador33
. En esta perspectiva tica acerca de la alteridad, la
escritura, la intersubjetividad basada en el lenguaje (en el intercambio comunicativo,
por tanto), es siempre un ncleo esencial, en tanto que prdida de la subjetividad (la
ipseidad), por lo que la escritura pasa a ser exterioridad compartida con los otros, reflejo
y pregunta, memoria de una escritura compartida:
Que ta mmoire soit ma maison
34
Identificacin a travs de la memoria, mediante el discurso que explicita esa
memoria. La memoria es fragmentaria (lo contrario, una memoria continua y lineal
sera, amn de poco operativa, un arsenal de hechos intrascendentes) y, por ello, lo es
tambin la poesa o el pensamiento que manifiesta. Pero debemos considerar dos vas de
influencia de la memoria. En primer lugar, la memoria es una instancia creativa, que
parte de la actividad lectora, ya que acta como memoria textual, que permite relacionar
textos y deducir las convenciones literarias (genricas, temticas, formales, etc.)35
. Por
otra, la memoria recupera imgenes, sensaciones o experiencias de todo tipo
susceptibles de ser materia potica, a travs de la actividad del subconsciente, que
actualiza hechos pasados. La obra potica se convierte as en el Libro de la memoria del
autor:
Lo escrito sustituye a la memoria, es por lo que no existe escrito sin recuerdo. Todo libro
es libro de la memoria. Conservamos intacta la memoria de toda una vida?
Evidentemente no. Por esta razn somos nosotros los primeros en atacar
involuntariamente la duracin fragmentndola, alzndose cada uno de los momentos
vividos contra los dems, con la esperanza de sobrevivirlos.36
Ahora bien, la escritura borra esas imgenes o las reduce al mximo, para que
sean ya slo palabra, relacionando hechos y conceptos. Reescritura del Libro o
reescritura de la memoria, pues ambos aspectos se identifican. La huella de la palabra es
la huella de una imagen que se hace presente slo en el momento de la escritura y en el
de la lectura37
. Presente incierto o inestable, o ceniza del pasado que recobra la llama
para ser de nuevo ceniza:
Comment lire une page dj brle, dans un livre qui brle, sinon en faisant appel la
mmoire du feu , disait un sage.
Il dissait aussi : La trace laisse par un livre nest, peut-tre, quune tenace odeur
dinstants brls .38
Es la memoria de la escritura la que produce la escritura y, por tanto, la que
determina el fragmento. Quiz el texto ms fragmentario de Jabs sea su libro Des deux
32
Levinas 1993. Octavio Paz 1998: 137 y ss. Ricur 1996: 328 y ss. Blanchot 1990: 23 y ss. 33
En esta lnea, asegura Raffaele Bruno: In quanto possibilit dessere del suo stesso essere; in quanto ne
cio lattuazione, la messa in opera, ogni singola poesia racchiude il proprio Altro come la sua stessa
possibilit dessere, Bruno 2000: 32. 34
E. Jabs 1991: 59. 35
Dubuisson 1996: 36. 36
E. Jabs 2000: 61. Sobre el concepto de fragmento, Blanchot 1994: 81 y ss. 37
Acerca de la conexin entre presente y pasado en el poema, Eliot 2004: 80; Cuesta Abad 2001: 51 y ss.;
o Barone 1999: 57 y ss. 38
Jabs 1987: 136.
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mains (1975), donde la memoria de la escritura se encarna en las manos que escriben,
desarrollando el tema del lenguaje potico, donde la palabra, el espacio en blanco y el
concepto de libro se complementan en la disposicin del texto:
Le vocable spare la main, de la main qui le
forme.
Une main suffit au livre.
la main qui sest substitue la main et dont
le vocable dit lappartenance.39
Pero tambin la reescritura busca el Libro al revisar los poemas anteriores para
dar coherencia a la obra, para que la obra refleje con total exactitud el mundo interior
del poeta. Sabemos que, por ejemplo, Antonio Gamoneda reescribi varios poemas en
2003 para ofrecer su poesa completa de acuerdo con su propia lectura, actualizando
libros muy anteriores en el tiempo40
.
Por otra parte, como hemos dicho, la escritura permite reconstruir la memoria,
recobrar el tiempo. Jacques Roubaud, abandonando provisionalmente la literatura
experimental del Oulipo (Ouvroir de Littrature Potencielle), plantea su libro Quelque
chose noir (1986) como una sucesin de recuerdos y pensamientos para recuperar a su
esposa muerta en un accidente de trfico (con todas las reminiscencias mticas, rficas,
que se quiera). El libro se considera, de este modo, una contra-cronologa:
Je me trouvais devant ce silence inarticul un peu
comme le bois certains en de semblables moments
ont pens dchiffrer lesprit dans quelque rmanence
cela fut pour eux une consolation ou du redoublement
de lhorreur pas moi.
Il y avait du sang lourd sous ta peau dans ta main
tomb au bout des doigts je ne le voyait pas humain. []
Voil le bout le bout o il ny a aucune vrit
quune palme de feuilles en espace avec ses encombrements.
(Mditation du 12 / 5 / 85)41
O, al contrario, la identificacin entre libro y existencia, hasta que el final del
uno suponga el final de la otra (o viceversa). Jos ngel Valente dispuso los poemas de
sus Fragmentos de un libro futuro (2000) de manera cronolgica, sin articulacin
temtica o dialctica entre los poemas, creando as un paralelo entre poesa y existencia.
Con ello, alcanzaba la cumbre de su obra, iniciada casi cinco dcadas antes.
La obra de Valente se sustenta en el imaginario de la mstica, con la obra de San
Juan de la Cruz y la de Miguel de Molinos como planteamiento inicial, por lo que la
idea de Libro parece estar presente. Nos hallamos de nuevo ante el misticismo de la
palabra, que desarrolla la meditacin sobre el amor, la muerte o la palabra misma42
. El
poeta, como el mstico, se encuentra a la espera del acontecimiento, de la palabra
esencial:
39
Jabs 2003: 359. 40
Gamoneda 2004: 631-662. 41
Roubaud 1986: 11-12. 42
Garca Berrio 1995: 17.
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Experiencia potica y experiencia mstica convergen en la sustancialidad de la palabra, en
la operacin radical de las palabras sustanciales. Ambas acontecen en territorios
extremos; la expresin de ambas sera, desde nuestra perspectiva, resto o seal
fragmento- de estados privilegiados de conciencia, en los que ste accede a una lucidez
sobrenormal.43
Para alcanzar esa lucidez, como en el iluminismo quietista de Miguel de
Molinos, es necesario mantenerse a la escucha de lo que acontece a nuestro alrededor y
en nosotros mismos, alcanzar una asthesis donde la percepcin va ms all de nuestros
sentidos, uniendo los dos valores de este sustantivo griego: percepcin y
conocimiento. Esta asthesis se sostiene en la memoria, por lo que la poesa nacera de
la reminiscencia, lo sustancial de la percepcin como ncleo del conocimiento:
ESCRIBIR es como la segregacin de las resinas, no
es acto, sino lenta formacin natural. Musgo,
humedad, arcillas, limo, fenmenos del fondo, y no
del sueo o de los sueos, sino de los barros oscuros
donde las figuras de los sueos fermentan. Escribir
no es hacer, sino aposentarse, estar. (Mandorla)44
La espera en el silencio, la negacin del lenguaje como esencia humana, sera la
negacin del Libro, el momento en que la palabra no es necesaria porque el
innombrable se hace presencia, ya que el dios slo se manifiesta en el silencio del
hombre: Borrarse. / Slo en la ausencia de todo signo / se posa el dios45
. Por otra
parte, este concepto de espera, de escucha, no pertenece slo a una mstica cristiana,
sino que es comn con otras msticas del Libro (juda, cristiana y rabe), como podemos
hallar en la potica de races judas de Jabs, en la que el lenguaje ocupa como hemos
visto- un lugar fundamental:
Comment seffectue le passage du silence lcrit ? Un tremblement de lcriture,
parfois, le rvle ; ce tremblement est provoqu par lcoute, lultime et immmoriale
coute qui fait, quelque part, basculer la langue et la pense. Mais le miracle est que la
langue, loin den tre entame, sen trouve enrichie.46
En cualquier mstica, la palabra remite a un absoluto. Quiz en la obra de
Valente sera necesario aadir la influencia de Mara Zambrano (la de Jabs resulta
evidente, puesto que, adems, tradujo varios de sus textos y le dedic de manera
monogrfica tres breves estudios47
), al identificar la escritura con lo absoluto, la
43
Valente 2000a: 69. Tambin en Cmo se pinta un dragn (1992): Se escribe por pasividad, por
escucha, por atencin extrema de todos los sentidos a lo que las palabras acaso van a decir, Valente
2001b: 12. Varios poemas nos remiten a esa espera: Aguardbamos la palabra, de Mandorla (1982);
Estar. / No hacer, de Al dios del lugar (1989), etc. 44
Valente 2001b: 115. 45
Valente 2001b: 192 (Al dios del lugar). 46
Jabs 2003: 11. 47
Valente 2002b: 315-351; y, para los ensayos, 2000a: 251 y 2004: 55-58 y 89-101. Junto a la influencia
de Jabs es necesario indicar la de Paul Celan, de quien tradujo varios poemas (2002b: 231-291), de quien
toma la cita introductoria del poema Fnix (Al dios del lugar) e incluso la cita inicial y el ttulo del libro
Mandorla se corresponden con el ttulo y un segmento (referente a la Nada) de uno de los poemas ms
conocidos del poeta rumano, a quien tambin dedic breves artculos monogrficos (2004: 152-155 y
209-211.
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9
individualidad con una trascendencia en la palabra48
. Para Valente, esa lengua perfecta,
que nos remite al absoluto, es la lengua de los pjaros, la lengua del Paraso, que se
manifestaba en verso, segn una tradicin islmica, por lo que la poesa era asimismo la
lengua de los libros sagrados49
. No obstante, esta referencia al misticismo islmico
(cuya mxima expresin es el taawwuf o sufismo) es ms una referencia cultural que
una influencia rastreable en la obra potica de Valente, habida cuenta adems- de que
la poesa suf, desde los medievales Ibn Arab o Ibn al-Farid hasta el contemporneo
Javad Nurbakhsh, repite los mismos motivos (en torno a un tema nico), procedentes del Corn o de las exgesis cornicas, por lo que la originalidad creativa se halla ms
bien en la disposicin de la materia potica o en la introduccin de motivos
complementarios.
La bsqueda de Valente (manifiesta sobre todo a partir de Material memoria,
1979) se dirige hacia la palabra total y la palabra inicial: la palabra matriz, como raz
misma del lenguaje, que nos hace descender a nuestro propio origen50
. En este sentido,
el poeta orensano identifica lenguaje y existencia, por lo que ese descenso antiguo a la
memoria es tambin un descenso a la memoria del lenguaje, que nos remite al Libro. Si
la Torah es anterior a la creacin del mundo, su lenguaje se halla en las races mismas
del lenguaje. Por ello, las Tres lecciones de tinieblas (1980), inspiradas en el alfabeto
hebreo y el Zohar, con su consiguiente simbolismo en la Cbala, buscan ese punto
inicial desde el que construir el ser (desde el aliento primero hasta la forma), que es
lenguaje:
BET
Casa, lugar, habitacin, morada: empieza as la oscura
narracin de los tiempos: para que algo tenga duracin,
fulguracin, presencia: casa, lugar, habitacin,
memoria: se hace mano lo cncavo y centro la
extensin: sobre las aguas: ven sobre las aguas: dales
nombres: para que lo que no est est, se fije y sea estar,
estancia, cuerpo: el hlito fecunda al humus: se
despiertan, como de s, las formas: yo reconozco a
tientas mi morada.51
El lenguaje y la memoria adquieren as el carcter de morada, con unos ecos
heideggerianos que no podemos soslayar52
. El lenguaje y la memoria, la memoria
transformada en lenguaje, construyen el mundo interior, dan forma al limo que ser el
ser, el fondo de una materia que se expresa mediante el smbolo. Este movimiento
originario del lenguaje, que pretende la expresin de lo inefable, se refleja en una
trascendencia explicitada en la creacin. Partiendo del concepto de imaginacin
48
P.ej.: El arte lejos de ser forjador de sombras y fantasmas, es la revelacin de la verdad ms pura, es la
manifestacin de lo absoluto. En vez de pretender eternizar lo que es contradictorio, es la manifestacin
ms inmediata de la identidad, Zambrano 2001: 78. 49
Valente 2002a: 63 y ss. 50
Toda palabra potica nos remite al origen, al arkh, al limo o materia original, a lo informe donde se
incorporan perpetuamente las formas, Valente 2000a: 63. Esta reflexin la hallamos tambin en el
siguiente poema de Material memoria: COMO EL OSCURO PEZ del fondo / gira en el limo hmedo y
sin forma, / desciende t / a lo que nunca duerme sumergido / como el oscuro pez del fondo. / Ven / al
hlito, Valente 2001b: 34. 51
Valente 2001b: 54. 52
El lenguaje es la casa del ser. En su morada habita el hombre. Los pensadores y poetas son los
guardianes de esa morada, Heidegger 2004: 11.
-
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trascendental (Kant, Sartre), podramos considerar, con Richard Kearney53
, la creacin
artstica como un xtasis temporal e intencional (regido, por tanto, por la voluntad de
crear), uno de cuyos resultados es la figuracin, identificada con obra de arte, que, en el
caso de la escritura, supera el discurso consciente del autor y genera nuevos sentidos en
el lector54
. El autor desaparece despus de la escritura, mxime cuando tratamos las
huellas del Libro, su presencia en la modernidad literaria. El autor cede sus palabras, las
deja en la pgina para que sean palabras de nadie, palabras de todos. El destino de esa
palabra es el destino de su tiempo, de su mundo. Por eso la palabra crea un espacio
vaco55
, donde la creacin es creacin compartida, margen para que el smbolo tome
forma. De ah que este espacio sea el de la profeca, el del que habla sin decir realmente,
porque su lenguaje est ms all del lenguaje.
NO DEJIS MORIR a los viejos profetas pues alzaron
su voz contra la usura que ciega nuestros ojos con
xidos oscuros, la voz que viene del desierto, el animal
desnudo que sale de las aguas para fundar un reino de
inocencia, la ira que despliega el mundo en alas, el
pjaro abrasado de los apocalipsis, las antiguas
palabras, las ciudades perdidas, el despertar del sol
como ddiva cierta en la mano del hombre. (No
amanece el cantor)56
Por tanto, el poema o el libro (reflejo o huella del Libro) nos remite al enigma, al
lenguaje mtico cuyas races quedan ocultas en la memoria del tiempo, pero se hacen
tangibles en cada tentativa de libro. Porque el Libro que habla del ausente slo se
reconstruye mediante el libro que habla del ser, meditacin o poesa que desoculte al
ser, que diga su verdad (aletheia)57
. Quiz, por ello, la nica posibilidad de hallazgo se
encuentra en la raz misma de lo humano, en el descenso a lo ms profundamente
humano (nueva referencia a los ritos y mitos rficos), en la experiencia inefable donde
el lenguaje requiere la negacin de s mismo para ser smbolo, forma que escapa al
propio lenguaje58
:
LA memoria nos abre luminosos
corredores de sombra.
Bajamos lentos por su lenta luz
hasta la entraa de la noche.
El rayo de tiniebla.
Descend hasta su centro,
53
Kearney 1984: 22 y ss. 54
Kearney 1984: 175. 55
Crear es generar un estado de disponibilidad, en el que la primera cosa creada es el vaco, un espacio
vaco. Pues lo nico que el artista acaso crea es el espacio de la creacin, Valente 2001b: 41 (Cinco
fragmentos para Antoni Tpies). 56
Valente 2001b: 247. 57
Pero qu ocurre si el ser usa en su esencia la esencia del hombre? Qu ocurre si la esencia del
hombre reside en pensar la verdad del ser? Entonces, el pensar tendr que hablar poticamente desde el
enigma del ser, Heidegger 2005: 277. 58
En su denominacin neutra, lo enigmtico permanece suspendido entre la indeterminacin de una idea
puramente positiva del lenguaje y la determinacin negativa de la comprensin posible de dicha idea []
Lo enigmtico es la forma, Cuesta Abad 1999: 25.
-
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puse mi planta en un lugar en donde
penetrar no se puede
si se quiere el retorno.
Se oye tan slo una infinita escucha.
Baj desde m mismo
hasta tu centro, dios, hasta tu rostro
que nadie puede ver y slo
en esta cegadora, en esta oscura
explosin de luz se manifiesta.
(Tanquam centrum circuli)59
Descenso en la memoria del ser hasta su origen. En el encuentro con el enigma
slo cabe la pregunta: Qu cantas cuando cantas?60
Esta duda planteada por Blanca
Andreu slo puede tener una respuesta: [la] aoranza de ser lo que es, un nuevo enigma
que nos abre el misterio de la existencia, el Libro de los libros. Blanca Andreu, en La
tierra transparente, recoge varias tentativas de libro en un solo volumen, ofrecindonos
los diversos registros de la experiencia humana. La estructura, que articula tanto un rico
imaginario como varias perspectivas temticas y tcnicas, de la elega a las marinas, de
la espiritualidad rabe e hind a los ecos mitolgicos, se constituye en una encrucijada
donde lo humano y lo trascendente se complementan, haciendo posible ese
acercamiento imposible de las edades de la palabra61
.
De este modo, tras la desacralizacin efectuada por Mallarm en su proyecto de
Libro, hemos asistido a una progresiva resacralizacin de este concepto, donde la
mitologa judeocristiana ha sido sustituida por unos mitemas estrictamente literarios y
donde el dios o los dioses han dejado de representar la trascendencia para que la palabra
del hombre ocupe ese lugar en busca del absoluto, no ya divino, sino humano. El
proyecto de Libro es un proyecto inacabable, porque slo nos ofrece la verdad del
hombre, siempre incompleta y siempre con una forma imperfecta para el autor. De ah
la necesidad de reescribir y de reescribirse para buscar un camino hacia el Libro. Este
camino, siempre por construir por ms que se construya, es la nica posibilidad de
salvacin (Inutile est le livre quand le mot est sans esprance62
) ante la soledad
esencial del ser humano, aunque se escriba entre el perfume y la muerte63
o, como
Paul Celan, en las cenizas del horror.
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Qu cantas cuando cantas? / No es verdad que has hablado de un olivo / que hay en medio del
cielo? / Qu aoranza de ser lo que se es, Andreu 2002: 63. 61
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