el pensamiento reformado: algunos desarrollos hisóricos
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EL PENSAMIENTO REFORMADO: ALGUNOS DESARROLLOS HISTÓRICOS. TRES EJEMPLOS
Leopoldo Cervantes-Ortiz
Semana de la Reforma ProtestanteIglesia Presbiteriana Dios con Nosotros26 de octubre de 2015
1. El “principio protestante”: crítica radical
de todos los absolutos humanos
PAUL TILLICH (1886-1965)
La era protestante (1948)
a) Este [el protestantismo] tiene un principio que está más allá de todas sus realizaciones.
b) Es el fundamento crítico y dinámico de todas las realizaciones protestantes, pero no es en sí una realización. […] Las trasciende como trasciende cualquier forma cultural.
c) El principio protestante, nombre derivado de la protesta “protestante” destinada a contrariar las decisiones de la mayoría católica, contiene las protestas divinas y humanas contra cualquier exigencia absoluta referente a una realidad relativa, y se opone a la misma aun cuando la efectúe una iglesia protestante.
d) El principio protestante es juez de toda realidad religiosa o cultural, incluyendo la religión y la cultura que se denominan a sí mismas “protestantes”.
2. Libertad cristiana, sacerdocio universal
y desclericalización
JÜRGEN MOLTMANN (1926)
“El cristianismo como
religión de libertad” (1967) J
a) …podemos calificar a la Reforma como el movimiento libertas christiana contra el movimiento libertas ecclesiae ─pensemos en el tratado de Lutero “Sobre la libertad de un hombre
cristiano” [1520] y en el capítulo de Calvino, De libertate christiana (Institución, III, 19)─.
b) Con todo, la Reforma no es únicamente una protesta contra la clericalización de la libertad sino, a su vez, el nacimiento de un nuevo hombre. De la palabra que justifica nace la libertad de un hombre cristiano.
c) El cristiano pasa a ser señor de todas las cosas y hombre libre de toda sumisión porque tiene en Cristo el fundamento mismo de su libertad.
d) Con esto la libertad cristiana pierde su carácter de privilegio de clase y se convierte en fundamento de las decisiones libres en la obediencia de la fe.
3. La fe insumisa ante el absolutismo
autoritario y de corte fundamentalista
RAPHAËL PICON (1968)
Y LAURENT GAGNEBIN (1939)
El protestantismo. La fe insumisa
(2005)
a) Los reformadores, Lutero, Zwinglio, Calvino, Bucero, Farel y otros, por unanimidad compartieron la convicción que ahora resuena en el corazón del protestantismo: ¡sólo Dios nos puede llevar a Dios!
b) Ninguna institución eclesiástica, ningún papa, ningún clérigo nos puede conducir a él: porque, en primer lugar, Dios es quien viene a nuestro encuentro.
c) Ninguna confesión de fe, ningún compromiso en la Iglesia, ninguna acción humana nos puede atraer la benevolencia de Dios: sólo su gracia nos salva. Ningún dogma, ninguna predicación, ninguna confesión de fe pueden hacernos conocer a Dios: sólo su Palabra nos lo revela.
d) Dios no está sujeto a ninguna transacción posible, su gracia excede cualquier posibilidad de intercambio y reciprocidad. En el protestantismo, Dios es precisamente Dios precisamente en la medida en que nos precede y permanece libre ante cualquier forma de sumisión.
4. La “doble estirpe” del protestantismo:
entre el fundamentalismo y el liberalismo
JEAN-PAUL WILLAIME (1947)
La precariedad protestante
(1992)
a) Por su insistencia en la Biblia como única autoridad en materia de fe y de vida eclesial, el protestantismo es un fundamentalismo,
b) mientras que por su insistencia en el libre examen y el rechazo de todo magisterio eclesiástico es un liberalismo.
c) [Esta tensión] se traduce, en el plano psico-social, por la interferencia de dos tendencias: una que conduce sin cesar a estrechar el grupo alrededor de una verdad circunscrita y a reforzar el control social de los actores […] que se le puede calificar de “sectaria”, […]
d) y la otra que tiende al contrario a relajar constantemente el paquete colectivo y reivindica la autonomía de la conciencia creyente.
Bibliografía
Jürgen Moltmann, “El cristianismo como religión de libertad” [1967], en
www.raco.cat/index.php/convivium/article/viewFile/76338/98937.
Raphaël Picon y Laurent Gagnebin, Le protestantisme. La foi insoumise.
Champs, Flammarion, 2005.
Paul Tillich, La era protestante. Trad. de M. Horne. Buenos Aires, Paidós, 1965(Biblioteca de ciencia e historia de las religiones), pp. 245-246.
Jean-Paul Willaime, La precarité protestante. Ginebra, Labor et Fides, 1992.
_____, “Del protestantismo como objeto sociológico”, en Religiones y Sociedad,México, Subsecretaría de Asuntos Religiosos, Secretaría de Gobernación,
núm. 3, mayo-agosto de 1998, p. 126. Traducción: Roberto Blancarte.
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