el pulpo revista de cultura / n° 3 - enero, febrero, marzo 2013
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EL PULPOEL PULPOEL PULPO REVISTA DE CULTURA
2. Mariposas Muertas
Fernando Sousa
3. Poesía Nadia Gerbaudo
3. Humor
Charlie Martínez
4. La séptima estación Gonzalo Nogueras
10. Fotografía Constanza Curia
11. Sino Alex Estragón
12. La reina batata
Camila Callate
Año I Núm. 3 Enero / Febrero / Marzo 2013
“U N B L U E S” - Autora : Camila Callate
LA ENTREVISTA Maybe Uhu!
que todo esto le resultará triste y hermoso de
tan simple. Querrá eternizar a la mariposa
muerta, que todo el mundo pueda verla, lo ne-
cesitarán.
Podrá creerse que así finaliza la evolución, pero
la muerte de una mariposa es el nacimiento de
otra. Todo lo visto no es más que una oruga
subterránea que al ser advertida por un único
testigo toma inmediatamente la forma de crisá-
lida en la mente del sujeto. Es sin duda el pe-
ríodo más largo y silencioso del proceso, la idea
crisálida se gesta lentamente pero llega el día
en que querrá ver la luz y ese día es hoy, el ma-
ravilloso espectáculo de dar vida a la mariposa
a través del texto. Espectáculo para uno, nadie
conocerá el privado placer del redactor, cómo
dos alas coloridas se sacuden entre un puñado
de palabras y llenan todo de una belleza tan
breve que produce un gran dolor. Esta maripo-
sa estará muerta mañana.
Entonces alguien la encontrará en el suelo y tal
vez la levante y la vea con una perspectiva iné-
dita y encuentre fealdades que hoy pasan desa-
percibidas y la vea alejarse en su último vuelo
ayudada por un viento súbito. Pero tal vez, ade-
más del insecto pueda ver la hermosura de las
alas de lo que alguna vez fue una mariposa vi-
va. Una mariposa real viva. ♦
AÑO I NÚM. 3
D uro es el camino para entender la última
evolución de una mariposa. Se comienza
saliendo un día de la casa con cierta prisa,
mirando al suelo casualmente y viendo a la
mariposa muerta sobre una baldosa. La belle-
za es efímera. Ese ser inasible y deiforme que
algunos persiguen con redes y cierta destreza,
ahora se deja agarrar por dos dedos de una
mano, depositar sobre la palma de la otra,
sentir su tacto sin peso y contemplar. Se nota
que no es distinto de otros héroes, de otros
dioses; la hermosura reside en la perspectiva.
Ahí, tendido sobre las líneas de la mano, no es
más que un insecto entre dos alas hermosas,
perfectas, sí, pero insecto. Su torso y su cabeza
contrastan horribles con las alas y humanizan
la imagen. Hay que darse cuenta en este mis-
mo instante de que la mariposa ha vuelto a
evolucionar y se encuentra con su propia natu-
raleza, contradictoria como todas pero irrever-
sible y ajena a su voluntad. Tan cerca y tan
lejos, no puede escapar para ocultar su feal-
dad secreta pero tampoco puede negar su pro-
pósito, su ser mariposa, porque apenas se le-
vanta una brisa la mariposa vuela de la mano.
Es libre, es eterna por unos segundos, antes
de volver al suelo.
Es seguro que ese espectáculo no se brindará
a más de una persona y eso parece injusto por-
RECEPCIÓN DE MATERIAL
EL PULPO REVISTA
Convocatoria a artistas underground
Si sos escritor/a, poeta, dibujante, músico/a, periodista o fotógrafo/a,
podés enviarnos tu material para que sea publicado.
Más información: elpulpo.revista@gmail.com
Mariposas muertas > Autor: Fernando Sousa
PÁGINA 2 EL PULPO
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AÑO I NÚM. 3
EDITORIAL > Por Nadia Gerbaudo
PÁGINA 3 EL PULPO
07 > Autora: Nadia Gerbaudo
Director:
Charlie Martínez
Editora:
Noelia Gerbaudo
Jefa de redacción:
Nadia Gerbaudo
Arte y diseño:
Grabarte Bs.As.
www.grabartebsas.com.ar
Colaboradores
en este número:
Camila Callate
Maybe Uhu!
Fernando Sousa
Simón Jatip
Alex Estragón
Charlie Martínez
Constanza Curia
Gonzalo Nogueras
Licencia
Creative Commons
Usted es libre de: Compartir, copiar, distribuir y
ejecutar públicamente esta obra
y hacer obras derivadas.
S T A F F
Necesidad imperiosa de definir qué es el arte. Diccionario. Real Acade-
mia Española. Manifestación de la actividad humana mediante la cual
se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o
imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. No convence.
Internet. Wikipedia, por qué no. Cualquier actividad o producto realiza-
do por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, median-
te la cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión
del mundo, mediante diversos recursos como
los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. Mejor, pero falta algo. Au-
sencia de vida, tal vez. No. Carencia de arte. No hay definición. El arte
se define a partir de si mismo. No hay límite, no hay barrera, no hay fin.
Arte autodefinido. Entonces... hoy, aquí, en estas hojas, qué es. Es Blues
o un dibujo; es un niño que juega; es la conexión existe entre tres escrito-
res que no se encontraron jamás, pero que sin embargo decidieron escri-
bir con una temática común; es ver a través de los ojos de otro; es una
banda, cuatro discos; es saltar la barrera de lo cotidiano para mostrar
algo más; es ver el otro lado de las cosas. Eso es, eso somos. Una revista
sobre arte, para el arte. Una revista sobre artistas, para artistas. Una
revista sobre el mundo, para el mundo. Una revista. Un arte. ♦
Comenzar sin ver, abismo entre lo oscuro y la luz. Ir y venir, juego que jamás existió.
Partir antes del fin, simular que alguna vez hubo un tú y yo.
R ecuerdo aún como si fuera
ayer el día en que conocí a la
mujer más bella de todas. En
realidad no era la más bella ni la
más inteligente, claro está. Si
bien no tuve el placer o quizás el
disgusto de conocerla más en
profundidad, puedo garantizarles
con absoluta certeza que algo en
su mirada modificó aquella tarde
lluviosa de Agosto.
Todos parecían haber sido ataca-
dos por el temporal que azotaba a
los transeúntes que, como cucara-
chas corriendo hacia su escondite
tratando de escapar del yugo de
un zapato cargado con sed de
tripas amarillentas, se refugia-
ban bajo aquellos pequeños esbo-
zos de arquitectura que sobresa-
lían de edificios construidos anta-
ño por algún olvidado, llorado y
enterrado profesional de la cons-
trucción. Como bien dije, todos
parecían haber sido atacados,
todos menos ella.
Su inmaculado atuendo lucía
resplandeciente en contraste con
el violáceo y brillante suelo del
tren estacionado en el anden nú-
mero cinco. Su piel trigueña real-
zaba sus ojos color miel. Su chale-
co de jean, abierto al medio, deja-
ba entrever unos pequeños pero
turgentes rastros de maduración
en su cuerpo, tan suaves y tan
bellos. Los imaginaba como una
criatura de algodón que vaga
libre por los senderos de una
mente que vive perdiéndose en el
éxtasis de las ilusiones.
El tren comenzó su camino y no
podía dejar de observarla. Reco-
rrer con la mirada sus pies, sus
uñas color beige, subir un poco la
vista para encontrarme con sus
delgados tobillos, deleitar mi
extraño placer por sus rodillas y
hasta quizás encontrarme con el
fruto que yace al fin de sus muslos,
me tomaba en total unos diez se-
gundos. La primera estación se
encontraba a siete minutos en el
tiempo, razón por la cual, si la
matemática no me falla, tuve la
oportunidad de recorrer dicho tra-
mo unas cuatrocientas veinte veces
de manera ininterrumpida, dado
que ella ni siquiera notaba la pre-
sencia de mis pupilas sobre su
cuerpo.
Su indiferencia me excitaba, hacía
que todo mi interior se estremecie-
ra de odio. Mi sed irrefrenable
clamaba por su cuerpo entero, una
parte, un pecho, un ojo, su abdo-
men íntegro, algo. Algo de ella era
lo que necesitaba. No consideraba
este pensamiento como algo morbo-
so. Al fin y al cabo, todos buscan
obtener algo de alguien. Quizás mi
planteo nos los convenza y sigan
pensando que estoy enfermo, que
necesito ayuda. Sí, necesito ayuda.
Necesito ayuda para hablarle. No
puedo hablarle, no podría hablarle.
¿Cómo la dulce Afrodita podría tan
siquiera voltear su bello semblante
ante el desfigurado Efestos? La
realidad escupía en mi cara la in-
seguridad de la agonía.
En la segunda estación nuevos
pasajeros subieron al tren de violá-
ceo suelo. Aún con la cantidad de
gente que el transporte albergaba,
la vista me era casi perfecta. Me
encontraba en un ángulo de ciento
ochenta grados en relación a su
asiento, si es que tenemos en cuen-
ta como vértice la parte más aleja-
da del mismo. Con esta posición
me aseguraba poder ver absoluta-
mente todos sus movimientos con
un mínimo de discreción y cuidado
para no revelar la intención de mis
planes.
Al llegar a la tercera estación, el
conglomerado de personas au-
mentó y creció hasta cubrir por
completo mi visión de su escote,
muslos y mitad de su rostro. Solo
podía observar su cabello rubio
apagado por el tiempo y quizás
por alguna tintura que habrá
utilizado en su juventud cercana.
El deseo por volver a ver su ros-
tro aumentaba. Imaginaba la
imperfección de sus dientes blan-
cos como la sal tan minuciosa-
mente ordenados que cada uno
tomaba un protagonismo único
dentro de ese teatro que contaba
con su propio telón recubierto de
papilas gustativas y su amplia
cúpula repleta de saliva dispues-
ta a engañar al estómago con el
único actor presente en aquél
escenario: un chicle.
Llegada la cuarta estación solo
podía pensar en el morbo que me
provocaba el preguntarme qué
estaría sintiendo ese chicle. So-
ñaba ser aquel trozo de goma
dañina para el esmalte de los
dientes, para así poder ser tritu-
rado por aquellas perlas blancas
tan correctamente colocadas por
quien sabe qué hada madrina de
los dientes. Más gente continua-
ba sumándose a la formación y el
panorama parecía no cambiar.
Aún pensando en cómo sería mi
vida nadando en la saliva de su
boca en forma de caramelo, el
agua del cielo cesó su llanto y
poquito a poco las nubes comen-
zaron a dar espacio a la luz del
sol. En ese momento comencé a
imaginar cómo la luz actuaría
sobre los costados más brillosos
de su cabello realzando aún más
el color de este y tirité del placer
hasta cerrar mis ojos y hundirme
en un profundo sueño.
La Séptima estación > Autor: Gonzalo Nogueras
PÁGINA 4 EL PULPO AÑO I NÚM. 3
Desperté en la séptima estación
justo cuando el tren detuvo su
marcha. Unos tantos comenzaron
a bajar al mismo tiempo que
otros muchos comenzaron a
subir. La chica de delgados tobi-
llos y torneadas rodillas se en-
contraba descendiendo del vagón.
Sin duda alguna no podía dejar
mis deseos en aquél asiento cuyo
relleno había sido removido qui-
zás por algún indigente o rebelde
que a fin de saciar su sed de des-
trucción destruye lo que no le es
propio para sentirse mejor. ¿Pero
quién era yo para culparlo?
¿Acaso estaba en posición alguna
de emitir algún juicio al respec-
to? Claro que no. Yo era como él:
deseaba lo que no podía tener
para así destruirlo y sentirme
mejor.
Avancé hacia la puerta de salida
del tren y comencé a caminar con
cautela detrás de la joven del
chaleco de jean entreabierto.
Observaba su andar despreocu-
pado y descuidado. Caminaba
como si nadie la estuviese si-
guiendo. Su inocencia, su inge-
nuidad incrementaban aún más
mi ya exacerbado morbo. ¿Cómo es
que acaso no sentía mi presencia?
Dejé las preguntas de lado y seguí
mi camino hacia su camino. Al
salir del anden y de la estación en
sí, comenzó a alejarse en sentido
al tren en el que íbamos. Dos cua-
dras caminó derecho hasta llegar a
un puesto de diarios donde pre-
guntó si aún tenía la edición del
diario de hoy. Pagó con cambio
mientras me ocultaba tras unos
pequeños árboles que se encontra-
ban sobre la vereda. Simulé estar
buscando algo en mis bolsillos
para pasar desapercibido.
El camino siguió dos cuadras más
hacia adelante, una a la izquierda
y tres a la derecha, cuando de re-
pente la muchacha de rubios cabe-
llos ingresó a una confitería clási-
ca, ubicada en una esquina, con
dos grandes macetas colocadas en
su entrada. En un principio tuve
el leve presentimiento de conocer
el lugar, pero aquella sensación
pasó a ser secundaria cuando vi
que ella corrió la silla de una me-
sa, colocó la cartera sobre el res-
paldo de ésta, dejó el diario so-
bre la mesa y, una vez que todo
estuvo en su lugar, tomó el
asiento y reposó sus piernas.
Era mi oportunidad para acer-
carme a ella de una forma ami-
gable y comenzar a hablar. Sé
que no podía, era imposible. La
fealdad me invadía, una sensa-
ción mortuoria me decía que ella
no me correspondería. La trage-
dia estaba marcándome el ca-
mino que no debía seguir, pero
decidí enfrentar el destino im-
puesto por los mismísimos dio-
ses, enfrentar a las moiras que
entretejen un futuro ya pautado,
irreversible, inamovible, inque-
brantable, aquél que es imposi-
ble torcer, engañar o evadir.
Crucé la calle con determinación
y comencé a notar como su mano
izquierda y derecha se unían en
su frente. Los dedos de ambas
manos se entrelazaban buscan-
do un consuelo. El morbo que
provocaba aquella inocente per-
sona se evaporaba de mi como lo
hace un hielo al ser tocado por el
calor y el abrazo de una gota de
agua caliente. La sensación mor-
tuoria que me rondaba comenza-
ba a desaparecer al mismo tiem-
po que un aliento humano volvía
a mi ser y tomaba forma corpó-
rea incluso dentro de mi propio
cuerpo. Me acerqué a ella por el
costado y la envolví con mis bra-
zos en un cálido y relajante
abrazo. Ella no se inmutó. Sus
lágrimas continuaban derra-
mándose sobre el frágil papel
del diario. Mi vista, obnubilada
por sus rubios cabellos corroídos
por el tiempo, comenzó a desva-
necerse en el instante en que se
posó sobre la hoja que ella leía.
En aquél pedazo de papel se
observaban varios avisos fúne-
bres, entre ellos, uno con mi
nombre. ♦
PÁGINA 5 EL PULPO AÑO I NÚM. 3
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La entrevista: Maybe Uhu!
PÁGINA 6 EL PULPO AÑO I NÚM. 3
¿Cómo se les ocurrió la idea de
formar una banda?
La idea surge después de tocar a pedido, unos temas en un cumpleaños. Ese día notamos una conexión muy grande, a nivel humano sobre todo, que nos decidió a proyectar algo permanente.
Antes de Maybe,
¿tocaban en otros conjuntos?
Todos veníamos de tocar en otros grupos, pero en general eran bandas muy primigenias, sin otra expectativa que la de juntarse, ensayar, y no mucho más que eso. Hubo varios cambios hasta que se formó la banda definitiva, desde ese momento seguimos los mismos.
¿Podrían definir el secreto de su convocato-ria y cómo hace una banda de rock under
para alcanzar su propio público?
Bueno, en realidad nosotros siempre tuvimos un público bastante grande para lo que es Lobos, pero siempre parejo en cuanto a cantidad. Los shows y la banda han sido el medio para la unión de muchas personas; se han forjado muchas amistades, y pare-jas, je. Si algo tenemos de magnético, es el hecho de no ser una banda “personaje”; nunca estamos en camarines, sino mezclados entre la gente.
Aproximadamente, ¿cuantas bandas de rock estiman
que hay en Lobos?
En Lobos siempre estuvo presente el rock, pero lo que nunca se pudo lograr es la proyección de una banda a nivel nacional. Hay grupos de muy buena calidad tanto en vivo como en material de grabación, pero la división que existe determina que no se genere un movimiento que atraiga a público en general.
Si algo tenemos de magnético,
es el hecho de no ser una
banda “personaje”; nunca
estamos en camarines, sino
mezclados entre la gente.
Autor de esta entrevista: Charlie Martínez
PÁGINA 7 EL PULPO AÑO I NÚM. 3
FUENTE: www.discosunder.com.ar
LOS DISCOS DE MAYBE UHU!
Maybe Uhu 2008. Disco debut de la banda mas famosa de Lobos (Prov. de Bs As, Argentina). El disco contiene canciones que la banda sigue tocando hasta el día de hoy, como El loro que silba la marcha peronista y Budín de Punk, o la recientemente reversionada Re Menor. Letras conceptuales, gran sentido del humor, solos distorsionados y guiños sonoros hacia grandes bandas internacionales en una banda que no por estar de fiesta cae en el facilismo de condimentarlo todo con ska (de hecho, por momentos, hasta parecen Nirvana). Liderada por los hermanos Re, Maybe es una banda con un estilo muy particular, bien marcado ya desde este primer disco que envejece muy bien, grabado por el ingeniero Char-lie Martínez en los inicios del Estudio Grabarte de Bs As.
Viva la amistad 2010. Allá por el año 2010 salía esta joya grabada en Estudio El Castillo de Villa Devoto, por Marcelo Zoloa. Manteniendo su sonido característico, esta vez con guiños más cercanos al pop (dejando de lado el grunge de su primer álbum). Con letras que nunca dejan de sorprender (¿cuantas bandas comienzan dedicándole un tema a un perro?), acaso este CD pudo llamarse Viva el fútbol acaso por su temática recurren-te, primero en forma de reclamo en Es un plato que se sirve frío, luego en la canción más lograda del álbum: El 9 que buscan y finalmente en el título Tirame un centro (aunque esta última tiene que ver con el amor). Y a propósito de Tirame un centro, es en este tema en donde Maybe dejaba
entrever lo que se venía... un estilo más melancólico de poesía madura ideal para musicalizar esas historias que ocurren cuan-do la fiesta ya terminó, sale el sol en el boliche y empiezan a sonar esos temas de rock no bailable como para digerir la cerve-za. Como perlita: el primer rock 'n roll grabado por la banda: Rock de Bombones, crónica policial acerca de un hecho ¿real?
El verano de mi ojota izquierda 2012. Con este EP (que abre el camino al mejor disco hasta el momento de la banda: Esquivando el derroche) los amigos de Maybe ingresaban en Estudio Del Mate e incursionaban en los arreglos vocales al tiempo que comenzaban a despedirse de cierta "futbolización" a la que habían arribado en su segundo álbum (Viva la amistad). Ideal para ser escuchado en vivo, en una boat de los años 60, wisky en mano y es que Maybe parece jugar en este breve álbum a ser los teloneros de Jonny Rivers (hermoso fade out retro en el segundo tema!). Un discazo, breve, pero genial.
Esquivando el derroche 2013. Salido del horno en Enero de este año, nacido también en Estudio Del Mate arranca, sin duda, con el mejor tema de la banda, tanto por su letra como por sus arreglos, armonías, mo-dulaciones, producción y sonido: Hay algo más (que finaliza con un hermoso homenaje a la mejor época de la ya disuelta banda Turf). Inmediatamente después de esa canción, dan unas ganas tremendas de escuchar Smile en vivo, de Brian Wilson. Los faná-ticos estarán contentos por encontrar por primera vez en un disco una canción que ya es un clásico de Maybe, Mi chica soña-da (por primera vez en versión no-acústica, con toda la banda a full, pandereta y piano incluidos), aunque tendrán (tendremos) que seguir esperando lo mismo para Buscando. Maybe parece haber recobrado el espíritu de su disco debut, con grunge inclui-do (Cómo un pez) pero con la madurez artística de una banda que hace años que no para de crecer, tal cual lo demuestran en la crítica "redoxón" (desgarrador retrato de consumismo e indigencia). Muy acertada la remake de Dm (definitivamente tenía que estar en este disco).
¿Cuáles son las diferencias más importantes entre Esquivando el derroche y los discos anteriores? Tuvimos la oportunidad de grabar 3 discos, a los cuales queremos como verdaderos hijos. Tenemos la costumbre de ir probando con distintas personas el tema de la grabación y el aporte en la mezcla, para darle a cada disco un toque distintivo. A este disco llegamos a la sala con muchos temas, de los cuales elegimos los 10 mejores. Lo grabamos en el estudio Del Mate, y realmente fue un placer, tanto por lo que aprendimos como por el resultado.
¿Componen entre todos? Componemos cada uno por separado, acercamos las ma-quetas al ensayo y allí se disparan los temas con la ayuda de todos.
¿Cómo elijen los temas
que van a ir a parar
a un disco? La elección es siempre democrática, sale de una decisión que se discute y contrasta entre todos, y que se vuelca al con-tenido tanto de los discos, como de cualquier otra cuestión relacionada a la ban-da.
¿Cuanto hay de autorreferencial
en sus letras y cuánto
de empatía con el
que escucha? Digamos que 50 y 50. No somos tipos que la vendamos de lite-ratos ni de reflexivos. Tratamos de contar las cosas de una manera simple, sin códigos. No nos cabe la pretenciosidad, pero tampoco lo burdo; nos gusta mucho retratar a antihé-roes reales y describir situaciones que se dan acá en Lobos siempre con un toque de hu-mor a partir, casi siempre, de la exageración.
¿Qué esperan
a futuro?
En principio seguir los 5 unidos, eso sería lo mejor que nos podría deparar el futuro; seguir juntándonos para tocar, salir y hacer temas, eso es básicamente lo que nos moviliza como banda. Lo demás nos es totalmente su-perfluo. No somos una banda con ambiciones de estrellato o grandísimas convocatorias, defi-nitivamente no somos divos rockeros.
Son pocas las bandas under que permanecen unidas durante largo tiempo, algunas se separan después del primer disco o ni siquiera llegan a grabarlo:
¿cuál es el secreto para permanecer unidos? ¿alguna vez estuvieron cerca de la disolución?
El secreto quizás este en eso último. Al ser tipos que compartimos esa visión de anti-estrellas, no tene-mos conflictos por la composición o por el protagonismo. Somos 5 amigos en el mejor sentido de la palabra. Venimos de palos distintos de la música, pero sin embargo todos cedi-mos cosas en algún momento, y absorbimos otras de esos lugares a los que pertenecían los otros. Eso definitivamente forjó nuestro estilo desprejuiciado y nos mantuvo estos 8 años sin cambios.
¿Cuál es el mejor consejo para una banda
que recién arranca?
Es raro dar consejos… quizás a partir de nuestra experiencia, lo mejor es encontrar un gru-po más allá de lo musical. La clave está ahí. También la cons-tancia en el ensayo es fundamental porque, además de la importancia en lo respectivo a la música, fija inconsciente-mente todos los roles y ayuda a reconocer las debilidades y fortalezas de los compañeros. Después, dejar en claro todo, desde lo económico hasta lo organizativo.
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En El Pulpo Revista creemos en la capacidad del arte como agente movilizador y
revolucionario. Si Maybe tuviese el poder de transmitir un
mensaje a nivel mundial ¿cual sería ?
En primer lugar les queremos agradecer por la nota. Nuestra postura con respecto al periodismo artístico, es que quien lleva adelante tales tareas, en respeto a su profesión, debe estar persiguiendo a los protagonistas, y no a la inversa. En este sentido, nunca golpea-mos la puerta de ningún medio para que nos publique una nota, a pesar de que es lo que se acostum-bra a fines de difusión. Por eso valoramos muchísimo que se interesen por lo que hacemos. Contestando a la pregunta, no tenemos ningún tipo de ad-hesión desde la banda, a banderas políticas. Si, en cambio, apoyamos sin tapujos a todas aquellas lu-chas que consideramos nobles, independientemente de quien las lleve adelante. Nuestro mensaje, por último, es el de vivir el presente. Esa es para nosotros la revolución que queda por realizar; disfrutar.
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Abrimos el ALTAVOZ Para que digan lo que quieran,
con absoluta libertad y
SIN EDICIÓN.
Por favor que alguien le diga a la que hace de
Gatúbela en la última de Batman,
que está buenísima.
Autora de esta entrevista: N o e l i a G e r b a u d o
FOTOGRAFÍAS > Constanza Curia > www.constanzacuria.com.ar
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< Bobe
Homero
Manzi >
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Sino > Autor: Alex Estragón
U n aviso llegó a mis ma-
nos. Nunca los leía y
este iba a terminar con la
misma suerte, pero una pala-
bra llamó mi atención: Tarot.
Me reí por dentro pensando
en esa gitanería de desespe-
rados y viejas chifladas. Ad-
mito que la curiosidad de sa-
ber cómo era ese ritual me
llamaba desde hace tiempo.
Media tarde y la ciudad con
su constante deambular de
gente y vehículos. Sentí ga-
nas de caminar, el clima era
espléndido. Decidí guiar mis
pasos hacia la adivinadora de
cartas.
Mientras recorría las calles,
observé la ciudad y su carac-
terística falta de limpieza.
Pensé en los barredores y
basureros que no tienen más
que cumplir su trabajo. Es
sólo pasar la escoba y correr
hacia los canastos. Seguí en-
tre botellas, bolsas, papeles y
perros husmeadores de poli-
etileno, que me desafiaban
con una mirada diabólica.
El cuchitril se encontraba
cerca de la estación de tre-
nes. El lugar más propicio
para el tipo de clientes de
estas sanaterías, reflexioné a
media voz. Un cuartito que,
entre luz sombría y sahume-
rios baratos, dejaba ver su
poco éxito. No había nadie en
la parte de adelante y llame
golpeando las manos. Una
voz aguardentosa y grosera-
mente sexy pronunció que ya
sería atendido. Salió una mu-
jer de mediana edad, con una
profusa cabellera azabache
que caía enrulada. Bueno,
pensé, por lo menos se esme-
ran en la atención.
Salud, dinero, amor. Lo bási-
co, le dije a la tarotista. Con
una mirada desdeñosa y pun-
zante preguntó: ¿hay algo
que no lo deje descansar
bien? Asombrado, reflexioné
y conteste que sí. Vivía cerca
de una avenida y el ruido de
los autos molestaba bastante,
pero sobre todo recordé el
camión de la basura, máqui-
na infernal con su chirrido
triturador insoportable a la
misma hora. La mujer no
respondió y siguió con las
cosas pedidas. Amor, andaba
mal y no me interesaba. Sa-
lud va y viene, le dije mor-
dazmente antes de que ella
siguiera. Dinero, en esto me
miro fijo y dijo: por lo menos
tiene para pagarme. Largué
la carcajada, me causo gra-
cia, y le dije que era bastante
buena. Recogió las cartas y
se hizo un silencio incómodo.
Algo indignado grité:
¡ninguna sorpresa!, ¿nada
más? No, de eso se encarga la
vida y es otro precio, soltó
ella sarcásticamente
acompañando con la
mano extendida y el infa-
lible gesto de deuda. De-
posité y me alejé algo
decepcionado. Reflexioné
que tenía razón, era una
farsa.
La noche ya estaba insta-
lada cuando salí del local.
Caminaba sin rumbo fijo
cuando de pronto sentí
pasos que se acercaban
rápidamente. Llegué has-
ta una esquina y escuché
maniobras de camión. Me
di vuelta y vi uno, con su
sirena cada vez más cer-
ca. El espanto del mo-
mento me impidió reac-
cionar y unos brazos me
llevaron hacia el interior
del contenedor como una
gran bolsa. Entre basura
húmeda, plásticos y res-
tos irreconocibles distin-
guí cuerpos en descompo-
sición. Rostros gimientes,
en lamento. El infierno,
imaginé, eso era lo que
escuchaba todos los días,
lo que pasaba bajo mi
ventana: los gritos tritu-
rados del suplicio en el
camión recolector que
vagaba por la ciudad.
Mientras iba siendo devo-
rado retumbaba el eco de
la voz aguardentosa di-
ciendo: Sorpresa. ♦
Ejemplar disponible también en nuestro
sitio web: www.elpulporevista.com.ar
Con gusto recibiremos tus comentarios, críticas, reflexiones y las publicaremos a partir del próximo número.
elpulpo.revista@gmail.com
“ LA REINA BATATA ” - Autora : Camila Callate
CORREO DE LECTORES
Alebrijes
Por Charlie Martínez
Quién diría que el olvido es pasajero
mil poemas llevo escritos vuelvo al primero
resistir la tentación sangrar en el alma
desnudar la estupidez de las palabras.
Caigo, corto y me aferro
fuerte a una vida siete llaves de una puerta:
la melodía. Universos que se incendian
en las miradas de la gente, indiferente
guerra a la nada.
Alebrijes vengan por mí estoy muriendo por dentro
Alebrijes del corazón en tus abriles de enero.
Cada día un día menos
pierdo la cuenta me equivoco, luego acierto
busco tu cuerpo pies descalzos, dulce infierno
fotografías abrazado a la memoria
espero el día en que los...
Alebrijes vengan por mi
estoy muriendo por dentro alebrijes del corazón
En tus abriles de enero Alebrijes do, mi fa, sol
Juglares, magos y miedos Alebrijes vengan por mi
Que estoy sufriendo el invierno Alebrijes color del sol.
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