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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
I.N.A.H. S.E.P.
DEMOCRACIA Y CORPORATIVISMO SINDICAL. EL CASO
DE LOS TRABAJADORES DEL METRO - 1970-1987.
T E S I S
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE
LICENCIATURA EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL
PRESENTA GUSTAVO LÓPEZ LAREDO
Director de tesis: Dra. Hilda Iparraguirre Locicero
México, D. F. Mayo 2001
A la memoria de mi madre que fue siempre fuente de
persistencia y optimismo por la vida, a pesar de las
adversidades. A mis hijos Edith e Iván, por su
comprensión y respaldo, por su alegría perenne. A
Eréndira, alejada de las envidias y rencores.
2
“...Nuestra lucha
continuara en la tierra,
continuara en la fábrica, en el
campo, en la calle......”
(Pablo Neruda, Canto General)
“La consigna es joderles el proyecto...
La consigna es vivir a pesar de ellos...
Convivir, revivir, sobrevivir, vivir
Con la paciencia que no tienen los flojos
Pero que siempre han tenido los pueblos”
Mario Benedetti. (* )
* Tomados del boletín Debate, “Trabajadores del metro en lucha”, nº. 6, 20-VI-78.
3
AGRADECIMIENTOS
Al llegar a este apartado, como suele suceder casi siempre, se tiene el temor de
cometer las peores de las injusticias al omitir nombres de quienes han contribuido
de manera directa e indirecta con sus opiniones, sus recomendaciones, sus
críticas, en el proceso de elaboración del presente trabajo; en fin, pareciera que
esto es inevitable, por lo cual de antemano pido disculpas por las omisiones y
asumo que es sólo mi responsabilidad cuando esto sea así.
El presente trabajo de tesis se cristaliza después de varios intentos que hice
de llevarlo a su termino y por diversos motivos me vi en la necesidad de aplazarlo
en más de una ocasión. Lo que ahora presento forma parte de un proyecto mucho
más amplio, pues lo que viví al lado de los compañeros y compañeras
trabajadoras del Metro, generó un cúmulo de enseñanzas tales que no serían
posibles sin el concurso de ellos y de la acción colectiva desarrollada durante
largas jornadas de lucha enmarcadas por el contexto de la insurgencia sindical de
los setentas, por las secuelas positivas del movimiento social de finales de la
década de los sesentas, en particular del movimiento estudiantil de 1968 y por la
dinámica que se impone en el desarrollo de la sociedad para resolver una serie de
necesidades, como es el caso del transporte colectivo en el área metropolitana de
la Ciudad de México.
4
El procesamiento de la información acumulada permitió la sistematización
de la experiencia desarrollada por los trabajadores del metro a lo largo del período
comprendido en el presente trabajo; sin embargo, en más de una ocasión hubo la
necesidad de rehacer los avances alcanzados, para ajustar los planteamientos al
ser sometidos éstos a la crítica de los profesores y compañeros en los talleres del
“Proyecto de Investigación Formativa” (PIF), sobre todo cuando me vencía mi
pasado de activista y ello me alejaba de la objetividad para dar claridad a las
reflexiones. Por ello hago un pleno reconocimiento a los profesores Armando
Cisneros Sosa y a Francis Mestries B., con quienes curse el PIF “Movimientos
Sociales Urbanos, Identidades Colectivas y Ciudadanía”, en donde compartí con
mis compañeros las reflexiones sobre los avances de lo que daría pie a la
presente tesis.
De igual manera debo expresar mi gratitud a mi asesora de tesis, Dra. Hilda
Hiparraguirre, quien en todo momento externo con entusiasmo y rigurosidad las
observaciones pertinentes para que el presente trabajo llegara a las modestas
metas propuestas y, de manera especial, agradezco las sugerencias
metodológicas y las recomendaciones para incorporar textos de autores que han
abierto ricas vetas para abordar el conocimiento de lo que son los trabajadores en
su proceso de formación como clase. De ello me hizo hincapié y sobre todo al
resaltar que al tener como objeto de estudio a los trabajadores, éstos deben verse
tal y como son: sujetos de carne y hueso, portadores y constructores de la Historia
5
Social de la cual se nutre la Antropología Social y otras disciplinas de las ciencias
sociales, que permite abordar desde un panorama multidisciplinario el accionar de
los trabajadores.
No podría dejar de mencionar las aportaciones desinteresadas hechas por
compañeros que me entregaron valiosos documentos, hicieron sus críticas,
sugerencias y observaciones durante el proceso de elaboración de la tesis. En
especial agradezco el entusiasmo que siempre mostró David Chávez Cucué para
la realización de este trabajo; lo mismo que Ariel Macías Valadez, Raúl Roque
Machado, Alfredo Gómez Yánez y todos aquellos que siempre se mantuvieron y
se mantienen fieles a su compromiso de clase, apoyando en todo momento a los
trabajadores, como han sido Stalin González, Guadalupe Castro, Alfredo Gómez
Yánez, Eduardo Osorio, Carmen Camarillo, José Maldonado, Constantino Robles
Peralta, Luz María Rico, Jorge Reza, Gloria Delgado, Guillermo, Adriana,
Anselmo, Danae, Argelia, Cecy, Héctor, Leandro, Alfonso y aquí debo asentar que
la lista sería interminable, mencionar a unos y omitir a otros no es hacerlos más o
hacerlos menos, ellos han sido producto de las circunstancias que nos tocó vivir
en el proceso de la lucha de los trabajadores del metro por alcanzar un trato digno,
por asumir un compromiso que a varios los llevó al despido y otros que aun se
mantienen laborando están dando la batalla, abonando y sembrando la semilla
que hará germinar la democracia en el sindicato y en todos los espacios en donde
nos encontremos, como bien se dice por los poetas.
6
Junio de 2001
ÍNDICE
Objetivos ......................................................................................................... 11
Hipótesis ......................................................................................................... 12
Planteamiento del problema .......................................................................... 13
Justificación ................................................................................................... 17
Características del movimiento sindical en el metro ............................ 17
Temporalidad y espacialidad ........................................................................ 27
Consideraciones teóricas .............................................................................. 28
La presencia de la identidad de clase en el movimiento sindical ....... 29
Sobre la democracia sindical ................................................................. 44
Surgimiento y crisis del corporativismo sindical en México ................... 55
La insurgencia sindical en el marco de los movimientos sociales ...... 65
De la crisis del Estado de bienestar a la implementación del
Neoliberalismo en México .................................................................. 78
Metodología .................................................................................................. 83
I. ORIGEN Y DESARROLLO DE LA EMPRESA. LA RELACIÓN
LABORAL Y FORMACIÓN DEL SINDICATO.
7
1. Origen de la empresa y la organización de los trabajadores ...................... 86
2. Plantilla inicial de trabajadores .................................................................... 93
3. La legislación laboral y el apartado "B” ....................................................... 100
4. La constitución del sindicato......................................................................... 105
II. LAS DEMANDAS LABORALES: ORIGEN DEL
PROCESO DE DEMOCRATIZACIÓN SINDICAL.
1. Rescatar al sindicato como instrumento de lucha y su relación con
la FSTSE .................................................................................................... 116
2. Imposición de la firma del Reglamento de Condiciones
Generales de Trabajo ................................................................................. 123
3. La movilización cancela la imposición del RCGT e inicia la negociación
y se pacta otro diferente .............................................................................. 128
4. “Más vale poco y bueno” o los primeros avances democráticos:
la elección por voto directo, secreto y universal ......................................... 130
5. Organizarse para hacer cumplir lo pactado con la empresa ....................... 134
6. La lucha de la mujer y la basificación de las taquilleras .............................. 136
7. Alcance de trenes y el intento de frenar la democratización ........................ 141
III. DEMOCRACIA, REPRESIÓN Y RESISTENCIA.
1. Con la participación de las bases, se generan los cambios
8
en la estructura sindical ............................................................................... 152
2. Renuncia del Comité Ejecutivo y acción colectiva en la
conducción del Sindicato ............................................................................. 157
3. Demandas que agudizan las contradicciones en las relaciones
con la empresa y activación de los mecanismos de control ........................ 163
4. Primer “charrazo” (febrero de 1978) ............................................................ 176
5. La estructura sindical después del charrazo de 1978 ................................. 185
6. “No hay mal que por bien no venga” o las nuevas formas de
organización para enfrentar la represión: los Comités de Acción
Sindical (CAS) ..................... ....................................................................... 186
IV. REACTIVACIÓN DEL PROCESO DEMOCRÁTICO (1981)
Y RECUPERACIÓN DE LA DIRECCIÓN SINDICAL.
1. La coyuntura que se construye y las elecciones para cambio
de CEG ....................................................................................................... 192
2. El rescate y participación de los trabajadores para
fijar las condiciones de trabajo .................................................................... 196
3. Reactivación y cambios en la estructural sindical ....................................... 198
4. El Sindicato y la solidaridad con el movimiento social
rebasa los marcos de la FSTSE ................................................................... 199
V. EL SEGUNDO CHARRAZO (1983), CIRUGÍA MAYOR
PARA ERRADICAR EL PROCESO DEMOCRÁTICO.
9
1. Neoliberalismo y control sobre el sindicato ................................... ............. 203
2. Adecuación de la estructura estatutaria para el control del Sindicato ......... 203
3. Refuerzo del control sindical con los cambios
en la organización estructural ..................................................................... 204
4. Entonces todos corrieron a sus cadenas... la acción del Estado y el
corporativismo en el Sindicato del Metro ..................................................... 212
5. La resistencia al control corporativo (1987) ................................................ 213
Conclusiones .................................................................................................. 214
Epílogo.
Los esfuerzos para dar continuidad al proceso democrático.
1. Frentes y alianzas de las diferentes corrientes de oposición ..................... 215
2. Jurisprudencia para los sindicatos de empresas
descentralizadas, una esperanza ............................................................... 219
3. Constitución de un Sindicato paralelo, vientos de cambio ......................... 220
Bibliografía .................................................................................................... 222
10
OBJETIVOS:
1) Generales:
Confrontar dos concepciones de la práctica sindical: una, la que se
identifica con la construcción de un proceso encauzado a la democratización de su
organización, frente a la otra, que sostiene y reproduce el corporativismo sindical y
con ello obstaculizar a la primera, así como sus causas y fundamentación de cada
una de ellas.
2) Particulares:
a) Sistematizar y contribuir a difundir la experiencia desarrollada por los
trabajadores del metro en el proceso de la democratización de su
organización sindical, a lo largo de sus 30 años de existencia.
b) A partir de lo anterior, destacar las conquistas tanto en el terreno laboral
como en el sindical, alcanzadas por las luchas emprendidas a lo largo del
período analizado, enfrentando los mecanismos de control que se ejercen a
través del corporativismo sindical.
11
HIPÓTESIS
Las hipótesis en la investigación, son las siguientes:
1. Los rasgos comunes de los trabajadores: salario, centro de trabajo,
condiciones de trabajo, educación, permiten generar una identidad como
trabajador y establecer redes de solidaridad para luchar por sus demandas
comunes, estos rasgos en los trabajadores del metro dieron lugar a un
proceso de construcción de identidad y democratización de su organización
sindical.
2. Las luchas de los trabajadores del metro por mejorar sus condiciones de
vida y de trabajo, han sido el hilo conductor para construir espacios de
participación no institucionales y con ello influir en la democratización de su
organización sindical, al compartir las mismas demandas tanto a nivel
individual como colectivo, tales como la estabilidad en el empleo, dotación
de equipo de seguridad, reducción de los riesgos de trabajo, la libre
elección de sus representantes, un salario justo y ser tomados en cuenta en
la toma de decisiones relacionadas con su trabajo.
3. Los acontecimientos relacionados con la insurgencia sindical en los 70's,
facilitaron la movilización y construcción de espacios de participación de los
trabajadores del metro, generando estructuras horizontales dando lugar a
una amplia democratización, la cual enfrentó contradicciones con los
mecanismos de control corporativo de los sindicatos, por su estructura
12
vertical, y esto al ser un obstáculo limitó e impidió el desarrollo y
consolidación de los procesos democráticos.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
En los movimientos sociales están presentes una serie de acontecimientos,
derivados de la acción de los sujetos que le dan vida a los mismos; esto lo han
abordado desde diferentes perspectivas varios teóricos que se han especializado
en la investigación de estos fenómenos1. En la acción, los sujetos involucrados
son generadores de hechos en los cuales también se refleja la diversidad de
antecedentes de las relaciones entre los sujetos, o bien se ven inmersos en
situaciones nuevas durante su accionar.
Por ello es que en los movimientos sociales en donde los protagonistas son
los trabajadores, se reflejan de diversas formas las relaciones vigentes entre los
grupos sociales y la sociedad, de tal manera que se puede detectar como se
establecen las relaciones sociales entre los trabajadores y las empresas o
contratantes, así como el papel que juega el Estado para garantizar la aplicación
de las reglas que norman esas relaciones.
Otros aspectos presentes son los que se generan a través de las relaciones
a lo interno de las organizaciones de los trabajadores y como se desarrollan
dichas relaciones entre los miembros de un colectivo de trabajadores con respecto
a la vida interna de su organización. Sin embargo, cuando las normas vigentes no
se cumplen, dan lugar al conflicto en las relaciones de los sujetos. Ello puede
1 Cfr. Touraine, Alain La producción de la sociedad, México, UNAM7IFAL, 1995; Melucci, Alberto, Acción colectiva, vida cotidiana y democracia,COLMEX, México, 1999.
13
tener diferentes significados, dando lugar a cuestionamientos que pueden derivar
en cambios en las normas y reglas para dar respuesta al conflicto en cuestión.
En el tema escogido para la tesis se inscribe en un movimiento social
generado por los trabajadores del metro, quienes al momento en que deciden
luchar por la democracia de su organización gremial, se ven inmersos en una serie
de problemas que los llevan a enfrentarse a los mecanismos de control
establecidos por el Estado hacia los sindicatos a través del corporativismo2. Para
explicar e interpretar esto, me lo propongo a través de un cuestionamiento que
considero central: ¿Cómo se vive o se construye un proceso de democratización
de un Sindicato?.
Además, considere otros ingredientes, también inmersos en una práctica
como ésta, lo cual me llevó a tomar en cuenta las siguientes preguntas,
relacionada con la anterior, ¿Cómo se genera la construcción de una identidad
como trabajadores para respaldar una demanda como es la democratización de su
organización sindical? .En el contexto en que se inició el proceso del movimiento
por la construcción democrática de la organización sindical de los trabajadores del
metro; ¿De que manera influyó e incidió la insurgencia sindical en los movimientos
para la democratización de las organizaciones de los trabajadores? y, ante esto,
¿Qué papel desempeña el llamado corporativismo sindical y en que momento
activa sus mecanismos de control para enfrentar movimientos como la
democratización?. Estas preguntas estarán girando alrededor del tema de
2 En el apartado de consideraciones teóricas, se aborda el concepto de corporativismo en la modalidad que se aplica en México, pues para efectos del presente trabajo considero que es de relevancia tener presente estas consideraciones ya que están estrechamente ligadas con otros conceptos que se van haciendo presentes en el desarrollo de la investigación.
14
investigación y la respuesta a las mismas es lo que se intenta encontrar en el
desarrollo de mi trabajo.
Desde luego que las respuestas no pueden estar desligadas de una
propuesta teórico-metodológica, por lo cual en el apartado correspondiente abordo
esta cuestión, misma que se fundamenta en diversos planteamientos que me
permiten no sólo encontrar respuestas y explicaciones a las preguntas formuladas
líneas atrás, sino que pretenden dar sustento al trabajo desde una perspectiva
antropológica en varios sentidos. Uno, a partir de tomar en cuenta mi participación
directa en parte del período del proceso que se analiza (1971-1983), reconociendo
de antemano que esto es un elemento cuestionado por sí mismo, al tener cierta
dosis o nivel e subjetividad, lo que me obligó a tener presente las
recomendaciones de establecer cierta distancia ante los acontecimientos pero, a
la vez, esto también ha representado todo un reto y una ventaja al permitirme
desarrollar lo que se significa ser autor y actor de los hechos aquí analizados.
Otro, se refiere a la oportunidad de analizar fuentes hemerográficas generadas por
los sujetos involucrados y poder contrastar la información con los hechos.
Por último, debo reconocer que en algunos de los planteamientos teóricos,
como es el caso de la identidad, me permitió ubicar en cierta medida el proceso de
ubicación de intereses comunes entre los sujetos, sin embargo, por ser tan
moldeable, tan manipulable este concepto me generó que enfrentara ciertas
limitaciones para explicar el proceso del movimiento analizado en su conjunto,
desde una perspectiva de clase, no obstante esto considere importante recuperar
algunas propuestas en este campo que me permitieron ubicar una pista de
conducción en el análisis y que bien se puede complementar con las propuestas
15
de la investigación histórica sobre el surgimiento de la clase obrera tal como lo
señala E. P. Thompson en su clásica obra: La formación histórica de la clase
obrera. Inglaterra: 1780-1832, en donde aporta una serie de reflexiones y
propuestas para abordar la investigación sobre el surgimiento de la clase obrera
desde una perspectiva dinámica, dando el lugar al sujeto como un ser de carne y
hueso y que es a través de su práctica, de sus relaciones en la sociedad, como va
construyendo y reconstruyendo su identidad a través de intereses comunes y de
ahí saltar a la toma de su conciencia de clase3. Profundizar sobre este aspecto es
necesario para comprender el comportamiento de la clase, más aún cuando ésta
se ve involucrada en instituciones que ya están predeterminadas y simplemente se
le incorpora a ellas como consecuencia de las relaciones dominantes y esto bien
puede ser motivo de recuperación para una mayor reflexión en otro nivel de
investigación, por el momento sólo se hace esta referencia para tener presente
que aun falta mucho por desarrollar en el estudio de los trabajadores, en lo
específico y a través de su práctica concreta.
3 En el prefacio de esta obra, Thompson formula una definición de lo que entiende por clase obrera: “... la clase cobra existencia cuando algunos hombres, de resultas de sus experiencias comunes (heredadas o compartidas), sienten y articulan la identidad de sus intereses a la vez comunes a ellos mismos y frente a otros hombres cuyos intereses son distintos (y habitualmente opuestos a) los suyos....” (.Thmpson, E. P., La formación de la clase obrera en Inglaterra, Crítica, Barcelona, España, 1989, p. XIII-XIV). Esta definición ha permitido romper con los esquemas tradicionales de explicación del origen de la clase obrera, ya que toma al sujeto como un ser activo, en proceso de conformación a partir de su cotidianidad, de sus experiencias, de sus vivencias y, para el caso que abordo , el de los trabajadores del metro, me ha sido de gran valía para confirmar el proceso en la dinámica que le dieron los trabajadores del metro de la ciudad de México.
16
JUSTIFICACIÓN
El tema para la elaboración de la tesis, Democracia y corporativismo sindical, lo
desarrollé en la investigación sobre un caso en concreto: el protagonizado por los
trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, metro, de la Ciudad de México.
Su contenido y desarrollo se dieron a partir de ubicarlo en una formación social
determinada, en este caso la capitalista, ya que tanto lo relacionado con la
democracia y el corporativismo sindical, son fenómenos surgidos en el desarrollo
del capital en México. Por este motivo, considero necesario hacer un rápido
recorrido sobre ámbito de la investigación desarrollada para esta tesis.
Características del movimiento sindical en el metro
Los trabajadores de la empresa descentralizada del Sistema de Transporte
Colectivo (STC), "Metro", de la ciudad de México, han transitado por varias etapas
de un largo y azorado proceso por lograr en su sindicato la aplicación de la
democracia sindical, desde su fundación en el mes de julio de 1970 hasta fechas
recientes. En el trayecto recorrido, han enfrentado una infinidad de obstáculos y
también has sido partícipes directos o indirectos de los periodos de crisis en los
que ha estado inmerso el modelo de desarrollo político y económico del país.
El metro es un espacio en donde sus trabajadores se vinculan de forma
cotidiana con cerca de 5 millones de usuarios del Distrito Federal y del área
metropolitana del Valle de México, lo cual es una gran ventaja y explica a la vez el
férreo control a que se ve sometida su organización sindical.
17
El "Metro" es una empresa descentralizada, administrada directamente por
el gobierno del Distrito Federal. Hoy, como sabemos, por vez primera este
gobierno surge de un proceso electoral en donde el partido de Estado fue
derrotado. Este hecho es indicador del proceso y deseo de cambio que la
población aspira para llegar a ser realidad una transición democrática de la
sociedad. En este proceso están inmersos los trabajadores del metro.
Los más de 14 mil trabajadores de este importante servicio de transporte
han transitado, a lo largo de los casi treinta años de su existencia, por diversas
etapas en la lucha por democratizar su organización sindical. Durante este tiempo
su práctica desarrollada para alcanzar este objetivo los ha llevado colocar en el
escenario de las relaciones sociales vigentes, dentro del sistema, los roles que
han jugado diversos mecanismos para imponer el control sobre los trabajadores y
de esta manera garantizar el modelo de desarrollo impulsado por las clases
dominantes, siendo una de esas expresiones hacia los trabajadores el
corporativismo, que tiene diversas formas de expresión como lo es el llamado
sindicalismo oficial y entre los medios sindicales, cuando llega al uso de la
coerción, la represión, con el respaldo del estado (tribunales laborales, medios
informativos, policía, entre otros) se le da el calificativo de charrismo sindical
A pesar de ello, la lucha sindical de los trabajadores del metro es uno de los
ejemplos típicos de su constancia por remontar las prácticas autoritarias,
verticales, antidemocráticas promovidas por el gobierno para mantener el control
sobre los trabajadores. Es también, uno de los sindicatos en el que los
trabajadores han sido persistentes en las aspiraciones por alcanzar una vida
democrática en su organización. Esto, los han llevado a desarrollar no sólo
18
diversas formas de resistencia, sino también han logrado rescatar en varias
ocasiones a su organización sindical como un verdadero instrumento de lucha y
vida democrática, como sucedió en 1974-1976, 1976-1978 y 1981-1983. Las dos
últimas etapas se vieron abruptamente interrumpidas por la represión ejercida
para desconocer a los legítimos representantes electos por las bases, en forma
directa a través del voto secreto, directo y universal. En la acción represiva
estuvieron involucradas diversas instituciones del gobierno, tanto a nivel local
como federal, perfilando toda una política de Estado con respecto a movimientos
de este tipo.
Hoy, los trabajadores del metro ensayan nuevas formas de organización,
enfrentan nuevos retos, aunque sus demandas son las mismas: democracia y
mejores condiciones de vida y de trabajo. El camino recorrido ha sido largo, con
tropiezos, pero resurge la esperanza. Para comprender la situación actual es
necesario recurrir a la memoria.
En el presente trabajo busco ilustrar como se ha desarrollado el movimiento
de la lucha por la democracia en el sindicato, vista como un proceso de los
trabajadores del metro, proceso en el cual se ha ejercido, se ha practicado esa
democracia de diferentes maneras y que no logra asentarse; pero tampoco ha
sido totalmente derrotada, pues siguen germinando conciencias a través de la
resistencia y respondiendo en momentos coyunturales como el presente.
En esta lucha existe una continuidad que se expresa de múltiples maneras:
en las formas de organización, en la toma de decisiones, en la permanencia de las
demandas por la dignificación del ser humano, en la exigencia para ser tomados
en cuenta en todo lo relacionado con su saber hacer.
19
Sin embargo, el desplazamiento que se dio a partir de mediados de 1983 de
la dirección sindical electa democráticamente y la imposición de nuevo de una
representación sin el aval de las bases, allanó el camino para que se procediera a
implantar el modelo sindical avalado por la fuerza, como se ha señalado, conocido
como charrismo sindical. Desde entonces, se llevaron a la práctica una serie de
adecuaciones y modificaciones estatutarias, mismas que permiten ejercer el
control y hegemonía del grupo que se impuso en la dirección del sindicato,
quienes se han ido rolando los puestos en las diversas instancias de
representación. Ante ello, el rechazo a tal imposición ha sido permanente y esto se
puede constatar a través de las diversas expresiones de oposición. Esto último es
factible darles seguimiento por medio de la prensa interna de los propios
trabajadores y de la prensa comercial, en donde se pueden detectar también los
diferentes intentos de organización que se han desarrollado en el marco de la
resistencia y en la lucha por rescatar a su organización.
En este trabajo traté de incorporar el punto de vista del trabajador, como lo
proponen varios investigadores sociales, entre otros Victoria Novelo y Augusto
Urteaga, quienes advierten que "... el punto de vista obrero a de situarse dentro de
las condiciones específicas de trabajo donde los obreros se integran: usando otra
fase de raíz publicitaria, la clase obrera organizada, con conciencia de tal, no
nace, se hace"4 .¿ Dónde se integran los trabajadores? Desde luego que en el
centro de trabajo, en su área ocupacional, en donde pasa gran parte de su vida,
en donde palpa y vive las consecuencias, negativas o positivas, de las relaciones
que establece hacia "afuera", con la sociedad en general.4 Novelo, Victoria y Urteaga, Augusto, La industria de los magueyales. Trabajo y Sindicatos en Ciudad Sahún., p. 24.
20
Así, al tomar como punto de referencia lo relativo a la democracia, se ha
podido constatar que al ser una aspiración recurrente de los diversos grupos y
clases sociales para ejercerla, ha generado que dicha aspiración tenga un lugar
preferencial en las investigaciones de las ciencias sociales, tanto en sus aspectos
teóricos como empíricos, eso no es casual ya que se ha convertido en una de las
demandas más sentidas en el presente, en donde los individuos luchan para ser
considerados en la toma de decisiones sobre asuntos de competencia de los
sujetos involucrados.
Por ello se considera que a la democracia no siempre se accede de manera
sencilla, ya que sólo es posible llegar a ejercerla a través de procesos en los que
se involucran los sujetos sociales, como protagonistas de esta demanda. Al
involucrarse los sujetos de manera intensa, generan movimientos sociales en los
cuales se pueden observar una serie de elementos que le dan contenido a los
mismos, tales como: recursos empleados, objetivos, comportamientos colectivos,
respuestas del Estado, formas de lucha, formas de organización, mecanismos de
solidaridad, intereses de clase, entre otros.
En los movimientos sociales, se pueden detectar aquellos en donde los
protagonistas son grupos sociales emergentes y que no están considerados en las
reglas o normas que rigen las relaciones establecidas por la sociedad o el Estado
y es a través de su lucha como logran ese reconocimiento. También están los
grupos que son reconocidos por la sociedad o el Estado y que tienen una serie de
normas y reglas que rigen sus relaciones con otros grupos o con el Estado mismo
y, al serles minimizados sus derechos considerados o no en esas normas,
encauzan su inconformidad a través de la generación de movimientos sociales,
21
exigiendo el cumplimiento o modificación de las normas que rigen o regirán sus
relaciones sociales, incluyendo desde luego las de tipo laboral.
Dentro de estos últimos, los grupos reconocidos por la sociedad o
institucionalizados, se encuentran los trabajadores de las diferentes ramas de las
actividades laborales, de bienes y servicios, que se realizan en la sociedad, los
cuales tienen como forma de organización reconocida para la defensa de sus
intereses, al Sindicato. Éste, para llevar a cabo sus objetivos y cumplir con los
intereses de sus agremiados, define las reglas o normas que lo rigen para asignar
obligaciones y responsabilidades de sus integrantes, quienes son los que le dan
contenido y sustento a esta forma de organización.
Sin embargo, los integrantes de estas organizaciones no siempre han
definido de manera democrática los contenidos de sus normas, ya que muchas de
las veces les son impuestas o bien se tienen que sujetar a criterios externos, por lo
general definidos por intereses políticos contrarios a los de los trabajadores, como
suele ser el corporativismo.
Así pues, democracia y corporativismo sindical son fenómenos presentes
en los conflictos sociales y las más de las veces se contraponen. El primero, para
ser llevado a la práctica, requiere de libertades, de dinámicas que tomen en
cuenta a, por lo menos, la mayoría de los integrantes; en tanto, el segundo, para
poder existir, las más de las veces requiere de la extinción o por lo menos de la
minimización del otro. Uno se ejerce de manera horizontal, el otro, de manera
vertical, impositiva, autoritaria.
Para constatar el comportamiento de uno y otro, necesariamente tiene que
ser a través de la práctica de los sujetos sociales que les dan vida, que los ponen
22
en movimiento y en ello se pueden apreciar los diferentes mecanismos que entran
en juego, de uno y otro lado: el papel del Estado, el ejercicio de las normas o
reglas que los rigen, imponen o interponen, las que se van construyendo en un
contexto determinado, donde entran en juego diversos intereses, escenarios y
acciones, que permiten la construcción de identidades, intercambios y
compromisos para poder mantener o eliminar el control, de uno y otro.
Estudiar el comportamiento de estos fenómenos, el de la democracia y el
corporativismo sindical, más allá de una reflexión teórica, significa ubicarlos o
considerarlos en el marco de un proceso en construcción, en movimiento. Por ello,
decidí abordar este tema, tomando como referencia el caso de los trabajadores de
transporte colectivo de una empresa descentralizada, la del Sistema de Transporte
Colectivo (STC) "metro" de la Ciudad de México, agrupados en el Sindicato de
Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (STSTC)5. Esta empresa
actualmente dispone de una plantilla de más de 14, 000 trabajadores de base y
proporciona un servicio de transporte colectivo a una población de más de cinco
millones de usuarios de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM)..
En el estudio de este caso se pueden encontrar varias características de lo
que son los movimientos sociales, sobre todo cuando se relacionan con el proceso
de lucha emprendido durante los casi cinco primeros años de existencia del
sindicato (1970-1975) para pactar de manera bilateral por los trabajadores de esta
empresa su Reglamento de Condiciones de Trabajo (RCGT) para alcanzar
mejores condiciones de vida y de trabajo. Dicho proceso de lucha provocó una
serie de enfrentamientos entre los trabajadores y la empresa, entre el gobierno del 5 El Sindicato ha cambiado su razón social, ahora se denomina Sindicato Metropolitano del sistema de Transporte Colectivo. Una de las razones, es que se ha extendido a varios municipios del Estado de México.
23
Distrito Federal (en ese entonces Departamento del Distrito Federal) y con la
central de los trabajadores que se rigen por el apartado "B" de la legislación
laboral, la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado
(FSTSE), dando lugar a conflictos que generaron diversas respuestas para su
solución. Esto sucedió así durante los períodos de mayor auge y represión del
movimiento (1974-1976, 1976-1978, 1978-1981, 1981-1983 y, de aquí hasta
fechas recientes)
Lo anterior, permitió vivir de manera directa el comportamiento de los
sujetos en esa lucha, la cual los llevó a confrontar dos concepciones de la práctica
sindical: por un lado la que se identificaba con la construcción de un proceso
encauzado a la democratización sindical; el otro, sostener y reproducir el
corporativismo sindical y con ello frenar al primero, al proceso de democratización.
Por otra parte, la experiencia de la lucha desarrollada por los trabajadores
en el proceso de la democratización de su organización sindical, a lo largo de los
más de 30 años que lleva operando el metro, casi no se conoce y, lo que se ha
difundido es muy parcial, por ejemplo, los resultados de investigaciones sobre las
condiciones de salud en que se desenvuelven los trabajadores, o bien por las
noticias de las denuncias que se hacen con respecto a manipulación de parte de
los dirigentes sindicales sobre prestaciones pactadas con la empresa, con relación
a las necesidades de los trabajadores para obligarlos a respaldar las medidas de
los representantes sindicales en turno.
Por lo expuesto, considere que la importancia de llevar a cabo una
investigación sobre este caso, radica en varias razones y circunstancias, entre las
que se pueden destacar las siguientes:
24
1) el metro de la Ciudad de México es el tronco nodal del transporte urbano
del área metropolitana;
2) es una empresa pública descentralizada que para ofrecer el servicio de
transporte como actualmente lo hace, sólo es posible realizarlo con el
respaldo del subsidio del erario público;
3) por lo señalado en el punto anterior, esta empresa es del prototipo del
estado de bienestar, por lo cual el Metro se construyó con el objetivo central
de formar parte de una infraestructura para el desarrollo del capital, como
se constatará más adelante, ofreciendo un transporte rápido y barato,
principalmente de la mano de obra de los centros habitacionales a las
zonas industriales; y,
4) por las relaciones que se establecen al interior con sus trabajadores, las
cuales han sido de permanente intento de control, para evitar su libre
participación en la determinación tanto de la vida interna de su organización
sindical, como en la negociación sobre sus condiciones de trabajo.
Aspecto fundamental a considerar en el periodo de análisis, es el relativo a
la transición que se vive en el país: el agotamiento del modelo del Estado de
Bienestar y el proceso de la implantación del modelo neoliberal. En ambos casos,
se coincide con sendos golpes represivos al proceso de democratización de la
organización sindical. Uno de esos golpes se dio en marzo de 1978 y, el otro, en
julio de 1983.
25
De manera que pretendo contribuir en la sistematización de una práctica
concreta sostenida por un movimiento de trabajadores quienes, a través de sus
acciones colectivas, han sostenido una tenaz lucha para cambiar el estado de
cosas que les limita su desarrollo personal, buscando que les sea respetada su
dignidad como seres humanos y desde luego como trabajadores, buscando la
cristalización de sus aspiraciones en esta sociedad, enfrentando el muro del
corporativismo, como uno de los principales obstáculos para alcanzar nuevas
relaciones sociales de equidad, de democracia y justicia tanto al interior de la
empresa como en el seno de su organización sindical.
Todo lo antes señalado no se puede descontextualizar de lo que acontece
dentro de un sistema determinado, por lo cual las características que aquí se
abordan de este caso, son similares a las que ocurren en otras organizaciones de
trabajadores, tanto de empresas públicas como de las privadas (tal es el caso de
los petroleros, ferrocarrileros, mineros, de la industria automotriz, del sector salud,
por señalar sólo algunos en donde se han dado luchas similares). Por
consiguiente y, en definitiva, considero que el análisis que se hace de un caso,
como el que aquí se aborda, contribuye a comprender y a entender a los demás
conflictos.
26
TEMPORALIDAD Y ESPACIALIDAD
El período de análisis 1970-1987, inicia con la fundación del Sindicato (julio de
1970), pasando por los momentos en que se dieron procesos de amplia
participación de las bases para alcanzar la elección libre y democrática de sus
representantes (1974, 1976 y 1981), siempre relacionada esta acción con la lucha
por el mejoramiento de sus condiciones de trabajo.
Tal proceso se vio interferido en 1978 por el desconocimiento ilegal de la
representación sindical de ese momento, seguida de una escalada represiva que
incluyó el despido de 16 activistas y representantes sindicales, hasta el golpe más
severo que se propinó con el desplazamiento, también ilegal, del Comité Ejecutivo
encabezado por Ariel Macías Válades (julio de 1983), considerado como el último
comité electo democráticamente, y a partir de entonces se generó una profunda
transformación de las normas sindicales y reglas laborales que en lo sucesivo
regirían las relaciones tanto al interior del sindicato como con la empresa, lo cual
ha incidido de manera negativa en el intento por recuperar la organización
sindical, como aconteció en el año de 1987.
27
CONSIDERACIONES TEÓRICAS.
Como ya se ha señalado la investigación de esta tesis tiene como punto de
referencia la existencia de un movimiento social expresado en la lucha de los
trabajadores del metro, el cual se desarrolla cuando éstos se involucran en el
proceso de la construcción democrática de su organización sindical. Para ello, el
sustento para respaldar el presente trabajo lo hice sobre la base de las
consideraciones teóricas siguientes:
1) La presencia de la identidad de clase en el movimiento sindical.
2) Sobre la democracia sindical
3) Surgimiento y crisis del corporativismo sindical en México.
4) La insurgencia sindical en el marco de los movimientos sociales.
5) De la crisis del Estado de Bienestar a la implementación del
neoliberalismo en México.
28
LA PRESENCIA DE LA IDENTIDAD DE CLASE EN EL MOVIMIENTO SINDICAL
Sobre la identidad
Este concepto ha cobrado un creciente interés a lo largo de las últimas cuatro
décadas y, más aun cuando estamos frente al desarrollo de un mundo globalizado
y cuyas consecuencias plantean una serie de retos. El concepto de identidad, en
estos momentos, es un instrumento de análisis teórico al que recurren las ciencias
sociales e incluso se puede hacer un seguimiento del desarrollo que en cada una
de ellas ha tenido dicho concepto.
Así, tenemos que a partir del proceso histórico en la formación de la
conciencia de la clase trabajadora, es justamente a través de la historia social en
donde podemos ubicar la aplicación del dicho concepto para describir, explicar y
analizar el papel en la toma de conciencia de los trabajadores al transitar en los
diferentes estadios del desarrollo de las fuerzas productivas1; de igual manera, se
encuentran las reflexiones que se hacen en torno a él, es en la sociología y en la
antropología en donde abundan materiales sobre el asunto, en los cuales se
puede distinguir la manera de como se trata de rescatar la presencia o el retorno
del sujeto.
La relevancia del concepto cobra mayor presencia cuando enfrentamos un
proceso de desarrollo social en el cual se tiende a la individualización de las 1 Al respecto, se pueden encontrar abundantes referencias en las investigaciones de Thompson, E. P. , La formación de la clase obrera en Inglaterra, Ed. Crítica, Barcelona España, 1988; en Hobsbawan, Eric, Trabajadores: estudios de historia de la clase obrera, Barcelona, España, Ed. Crítica, 1979. Igualmente se han desarrollado trabajos de investigación sobre la historia de la clase obrera mexicana, entre los que se encuentran “Comunidad, identidad y organización de la clase obrera mexicana, 1880-1920” de S. Lief Adleson, Mario Camarena y Gerardo Necoechea, en HISTORIAS 23, octubre 1989-marzo 1990, Revista de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia; Cfr. “Historia Social y Testimonios Orales” de S. Lief Adleson, Mario Camaeran e Hilda Iparraguirre, en Cuicuilco, Mayo 1990, p. 68.
29
relaciones sociales, y entonces se impone la necesidad de recuperar la práctica
del sujeto, sobre todo al estar presente la agudización de una serie de
contradicciones en esas relaciones, como es la desaparición de fronteras
territoriales, la creación de otras; el cuestionamiento de ciertos modelos de
desarrollo, pero también el rápido fracaso de lo que se prometía como "el fin de la
historia", sustentado por el modelo neoliberal. De esta manera, al abordar una
nueva etapa del desarrollo histórico de la humanidad, el sujeto social, el
protagonista real, de carne y hueso, presenta un reto en la reformulación y
transformación de las "nuevas relaciones sociales".
Si bien es cierto que el concepto de identidad tiene su origen en la
diferenciación que se hace de "yo" ante el "otro" y, para que se pueda afirmar la
existencia de una identidad necesariamente tiene que ser a través del
reconocimiento de uno y otro, también lo es que se procede de la misma manera
cuando se trata de un grupo frente a otros, es decir, para que se pueda dar o
hablar de la identidad de un grupo, necesariamente tiene que existir el
reconocimiento del otro. Por consiguiente, siempre que se señale la presencia de
una identidad, de una diferenciación, tendrá que ser a través de ese
reconocimiento del otro o de los otros.
En este sentido, la identidad como instrumento metodológico en la
investigación, trataría no sólo de poner en el centro la atención del sujeto social
como individuo, sino reafirmar su presencia como hacedor de su práctica a través
de las relaciones que establece en la sociedad, más aun cuando esta sociedad,
por el avance que tiene el desarrollo científico y tecnológico, ha provocado que se
tengan que tomar en cuenta las combinaciones de lo que puede ser la vivencia de
30
grupos y colectividades en sociedades tradicionales y sociedades de las llamadas
complejas, todas ellas enlazadas por ese mundo de la comunicación que hoy
vivimos.
Por otra parte, habrá que tener presente que el concepto de identidad
comenzó a ser motivo de preocupación, según los reportes de diferentes autores,
a principios de la década de los 60's en los Estados Unidos, como consecuencia
de las relaciones que se detectaban entre los diferentes grupos de emigrantes que
habían ingresado a la sociedad norteamericana y que seguían manteniendo una
serie de rasgos distintivos para establecer su identidad como grupo étnico y se
resistían a su integración a la sociedad en la que estaban. Más tarde también se
utilizó para tratar de explicar el comportamiento de ciertos grupos sociales
considerados como emergentes y que han llegado a generar movimientos sociales
emergentes como son el movimiento hippie, los adolescentes, la lucha de las
mujeres, los derechos ciudadanos, los gays, lesbianas, entre otros.
En el caso de nuestro país, el concepto de identidad se ha enfocado más al
estudio de los grupos étnicos, lo que ha provocado que en muchas ocasiones se
llegue a confundir el concepto con el de cultura al detectar una serie de rasgos
comunes entre los integrantes de una comunidad, como si fuera sinónimo. Sin
embargo, esta limitación ha sido superada y ahora se amplió su aplicación, sobre
todo por los cambios generados por el mundo de la globalización, siendo de gran
utilidad para explicar a los movimientos migratorios, tanto a nivel interno como
externo, así como el surgimiento o emergencia de nuevos actores sociales:
vendedores ambulantes, deudores de la banca, entre otros.
31
Lo que sí se puede afirmar cuando se habla de la identidad, sea esta
individual, de grupo o colectiva, es que no puede existir como tal sin el
reconocimiento del "otro", que es una autoafirmación del "yo" que, como producto
de una construcción social, donde se pueden ubicar rasgos comunes entre los
sujetos, se genera en un proceso de relaciones sociales y que siempre tendrá un
nivel de conciencia del sujeto, el cual es producto de las relaciones sociales y del
entretejido social en donde está inmerso, es decir, el concepto es
multidimensional. Por lo tanto, el concepto de identidad sería también un concepto
explicativo, y no sólo un concepto descriptivo que se limite a circunscribir un objeto
de investigación (G. Giménez: Versión, 1996, 194)
La identidad de clase en el movimiento sindical.
En primer término habría que señalar que para reconocer la presencia de las
clases sociales, necesariamente tendríamos que remitirnos a una determinada
formación social, en la cual se generen éstas. Esto se puede observar de manera
nítida en la dinámica que se genera en la sociedad capitalista, la cual se da lugar a
las contradicciones antagónicas entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las
relaciones sociales de producción. A riesgo de parecer deterministas, es en esta
formación social, la capitalista, en donde la presencia de las diferentes clases
sociales establecen sus relaciones sociales, como se ha señalado, las más de las
veces antagónicas, por los intereses que las identifican a cada una de ellas: por un
lado se tiene a los poseedores de los medios de producción (la burguesía) y por
otro a quienes carecen de ello y que para subsistir establecen su relación con
aquél a través de la venta de su fuerza de trabajo ( el trabajador, el obrero). Ante
32
esto, el proceso histórico lo que ha registrado es una intensa confrontación entre
estas dos clases fundamentales de esta formación social. Para convivir, en ese
marco de confrontaciones, se han establecido una serie de normas y reglas de
convivencia, unas veces negociadas y otras veces impuestas, que permiten
regular esas confrontaciones.
Para trasladar la convivencia a la participación directa de los sujetos y
poder darle seguimiento a la práctica de éstos para construir su identidad, resulta
de bastante utilidad apoyarse en la concepción desarrollada por diversos autores
sobre el concepto de grupo, el cual tiene múltiples definiciones y, haciendo un
intento de englobar las diferentes propuestas, el concepto se materializa al
reconocer la existencia de un grupo como una reunión, más o menos permanente
de varias personas que interactúan y se influyen entre sí con el objeto de lograr
ciertas metas comunes, en donde todos los integrantes se reconocen como
miembros pertenecientes al grupo y rigen su conducta sobre la base de una serie
de normas y valores que todos han creado o modificado. Para el caso que me
ocupa, algunas de las características que han estado presentes en el grupo de los
trabajadores del metro, se pueden señalar las siguientes:
a) Sus integrantes interactúan frecuentemente.
b) Se reconocen unos a otros como pertenecientes al grupo.
c) Se inclinan por temas de interés común.
d) Se identifican con un modelo que rige sus conductas y que expresa sus
ideales.
33
Es en este contexto donde surge la forma de organización sindical cuyo
concepto, en algunas legislaciones, como la de México, se refiere tanto a patrones
como a trabajadores, a los cuales les es reconocida su forma de organización por
la que opten, siendo agrupaciones, teórica y realmente clasistas.
Así, tenemos que con esta forma de organización estaríamos en el umbral
de lo que varios estudiosos de la identidad, definen como la identidad colectiva:
"es el resultado del modo en que los individuos se relacionan entre sí dentro de un
grupo o de un colectivo social". Para el caso que nos ocupa, la legislación
reconoce esto a través de la figura del sindicato.
Por consiguiente, esto significaría que las identidades no son
independientes de las clases sociales, puesto que de alguna manera las legitima e
interpreta, al tiempo que también las produce, reproduce o modifica a través de la
acción social de los sujetos (Pérez Ruiz, Maya Lobean: 1991,347). Es decir, la
identidad colectiva es consecuencia de un proceso de construcción, en donde el
actor define sus posibilidades y limites de su acción a través de su capacidad de
decidir.
En este marco es donde el sindicato surge como instrumento de defensa de
los intereses de los trabajadores, el cual enfrenta toda una ofensiva de los
patrones, quienes, al ver amenazados sus intereses de clase, como capitalistas,
como burgueses, han dado una larga batalla para lograr el control de la instancia
de los trabajadores. Estos, a su vez, cuando se dan cuenta de tal situación buscan
romper con el control de que han sido sujetos a lo largo de varias décadas, sin
embargo, aún no se ha logrado sacudir ese control, sobre todo porque la lucha se
ha dado en forma , las más de las veces, en forma aislada , sólo como gremio, y
34
ello no ha permitido la existencia de la fuerza y claridad suficiente de como
enfrentar esta situación.
Así, en el proceso de construcción, adaptación y mantenimiento de la
organización sindical, vista como una identidad colectiva, enlaza varias
dimensiones, entre las cuales se destacan, siguiendo a Melucci, las siguientes:
1) formulación de estructuras capaces de conocer los fines, medios y
ámbitos de la acción;
2) activación de las relaciones entre los actores, quienes interactúan, se
comunican, negocian y adoptan decisiones y,
3 ) realización de construcciones emocionales que permiten a los individuos
reconocerse.
Estas dimensiones por lo general están presentes en el momento de la
acción social. Esta, la acción social, es otro ingrediente que caracteriza a la
identidad colectiva, ya que aquélla (la acción social), no es viable sin la presencia
de ésta (la identidad colectiva).
Ahora bien, tales dimensiones dieron lugar a expresiones específicas en
cada una de ellas, expresiones que permiten ubicar aspectos como los espacios
donde se da la comunicación entre los sujetos, tales como las asambleas, mismas
que se efectuaban en los centros de trabajo, como las correspondientes a las
Asambleas Departamentales o bien las Asambleas Seccionales.
En estos espacios de convivencia era donde se debatía sobre los intereses
comunes de los asistentes y esto permitió ir formulando e identificando los signos
35
de identidad y con ello la construcción de ésta. Así, por ejemplo, se comenzó por
compartir una concepción común de lo que significaba ser trabajador (percibir un
salario, cumplir con un horario, cumplir con un nombramiento en el cual se
definían algunas de las condiciones de cómo debería dedicarse al desempeño de
su trabajo, entre otras), reconocer el carácter de un sujeto determinado y por lo
tanto expuesto a la asimilación de una serie de normas y reglas que le imponía
una relación derivada del lugar o rol que desempeñaba dentro de la empresa.
De igual manera se comenzó a diferenciar a partir de la división del proceso
de trabajo, de la organización misma de la empresa, lo cual les permitió
reconocerse como sujetos diferentes al grupo directivo. Más tarde, también se
fueron dando las condiciones para ubicar otro tipo de relaciones que rebasaban el
ámbito de la propia empresa; es decir, se fueron ampliando las relaciones y los
lazos de contacto con la masa de usuarios del transporte colectivo y, por otro, se
dio el intercambio y relación con otros sujetos dentro del ámbito del mundo del
trabajo, esto sucedió así con las demás organizaciones sindicales y la Federación
o central a la que, sin haber sido consultados para definir su pertenencia o no a la
misma, se vieron incorporados a ella.
Por consiguiente, el proceso de construcción de una determinada identidad
colectiva, se dio de manera precipitada, razón por la cual, quizá, no se llegó a
establecer un enraizamiento fuerte de una identidad de clase, duradera, sino que
siempre estuvo vinculada a intereses muy inmediatos, derivados éstos de las
necesidades concretas en las cuales se encontraban inmersos en sus relaciones
laborales cotidianas, como se verá más adelante.
36
La identidad y la acción colectiva en los trabajadores del metro de la Ciudad
de México.
En el procesamiento de la información, he detectado que se pueden enlazar varios
aspectos de las relaciones sociales que los trabajadores desarrollan tanto a lo
interno de su organización sindical como en lo externo; así, por ejemplo, cuando
se establecen las relaciones entre los sujetos de estudio, entre "ellos" (el nosotros,
los trabajadores) y los "otros" (sus patrones / gobierno), es uno de los ejes que
permiten explicar, en gran medida, como se da ese proceso de construcción de la
identidad y la acción colectiva.
La identidad y la acción colectiva han generado una experiencia de lucha
poco conocida en la vida urbana, en donde están presentes relaciones que se
vinculan con el entramado de la estructura social ya existente, en donde los
individuos reflejan sus relaciones de acuerdo a los intereses que cada uno va
detectando y definiendo de acuerdo al lugar o rol que ocupan, tanto en su lugar de
trabajo como en el conjunto de la sociedad en general.
Ante las acciones de los trabajadores, se da lugar al enfrentamiento de
intereses que rebasan la simple explicación de una contradicción entre "patrones y
trabajadores", o entre "funcionarios y trabajadores", sino que van más allá de eso.
En realidad lo que se confronta son visiones y relaciones antagónicas, marcadas
por un modelo de desarrollo social que va más allá de la aplicación de simples
normas laborales, sino que responden a los intereses de ese modelo, el de colocar
por encima de cualquier problema su verdadera preocupación: mantener y
reproducir su esquema de dominio en las relaciones sociales. Es decir, se trata de
ubicar como los trabajadores van construyendo su identidad, pero a la vez
37
detectar en el proceso los elementos particulares que inciden en su conformación
para dar respuesta a esas relaciones antagónicas.
En primer lugar, debemos tomar en cuenta que los trabajadores, en tanto
individuos, están sujetos a diversas dinámicas o procesos coyunturales, a través
de las cuales se dan determinadas relaciones lo que lleva a que, por una parte se
integren a un trabajo y a un grupo o grupos ya definidos con los cuales se van a
encontrar en un espacio también determinado y, por otra, se da de manera
paralela la identificación y relación con esos grupos. A partir de aquí, es cuando
entra en juego la aplicación del concepto de identidad, con el cual se va a hacer
alusión a múltiples ideas, fenómenos y acciones que circundan y constituyen parte
de la realidad social en que los individuos se desenvuelven, interactúan y
establecen lazos de comunicación, sustentados en la identificación de intereses
comunes.
De esta manera, recordando que no estamos hablando de cualquier
individuo, sino de trabajadores, éstos al ir avanzando en la construcción de su
identidad se van encontrando con la complejidad y heterogeneidad del mundo del
trabajo, como parte de su realidad social que les incumbe y, ante las dificultades
que en la vida cotidiana van enfrentando, también han establecido mecanismos de
respuesta, generando la acción colectiva ante las afectaciones de sus intereses
como una de las respuestas en el proceso de la construcción de su identidad.
En segundo lugar, partimos de como se organiza socialmente el proceso de
trabajo en el modo de producción capitalista, el cual determina un proceso de
desgaste en los trabajadores. Esta es una circunstancia a la que no quedaron
ajenos los trabajadores del metro, por lo cual se vieron de inmediato inmersos en
38
las relaciones sociales definidas en este sentido. Por consiguiente, el objetivo de
la creación del Sistema de Transporte Colectivo metro no fue únicamente
solucionar un problema de transporte urbano, sino también dar un servicio en el
cual se proporcionara parte de la infraestructura necesaria para el traslado y
correcto funcionamiento de la fuerza de trabajo empleada por los capitalistas, y
por lo tanto una de sus principales funciones es contribuir a la reproducción del
capital y del sistema social2.
Esta apreciación se refuerza tomando en cuenta varios factores, entre
otros, el diseño que se ha hecho de la expansión de las líneas, las cuales están
orientadas a cubrir el traslado de las zonas urbanas y conurbanas conocidas como
"ciudades dormitorio" y su vinculación con las zonas industriales. También están
las demandas de los propios industriales, como se constata en un estudio
efectuado por alumnos y profesores del IPN, auspiciados por la Asociación
Industrial Vallejo3 , cuando demandan la ampliación del metro hacia esa zona
(actualmente está funcionando la línea cinco, enlazada con otras líneas que pasa
justamente por esta zona), agregando en su argumentación que se pierden 60 mil
horas / hombre por problemas de transporte.
La lógica de la administración de la empresa se orienta a cubrir estos
aspectos y a lo interno, las relaciones con los trabajadores, muy pronto se vieron
envueltos en esas relaciones. Sin embargo, esto en gran medida, también es
cierto, permitió que se diera un proceso de identificación de intereses, a diferentes
niveles, en los centros de trabajo en la medida en que también se iban ampliando
o expandiendo las actividades de la empresa, como fue la creación de diferentes 2 Rodríguez, L. J. “El Transporte obrero” en El obrero mexicano, México, núm. 2 , Ed. Siglo XXI, 19843 Los resultados de esta investigación fueron dados a conocer en el diario El Día, el 28 de marzo de 1974
39
especialidades en el proceso de trabajo.
Al tratar de detectar cuales eran esos intereses comunes, no se puede dejar
de lado el hecho de que cuando surge el Metro, se vive una coyuntura especial, la
cual impacta de diversas maneras a los trabajadores. Esto es, por un lado se vive
la etapa final del llamado por algunos estudiosos de la realidad mexicana, el fin del
"milagro mexicano" y por otro, el proceso de la denominada "apertura
democrática" como respuesta al fuerte cuestionamiento al autoritarismo del Estado
que dejaba como sello la represión del movimiento estudiantil de 1968.
La respuesta a estos fenómenos por parte de los trabajadores fue la
creación y desarrollo del llamado movimiento de insurgencia sindical, lo que
permitió que se viviera un proceso de intensas movilizaciones.
Es en este contexto en donde se pueden encontrar las primeras
manifestaciones de los intereses comunes de los trabajadores del Metro, intereses
que van a permitir afirmar que dieron lugar a la formación de una identidad,
construida a partir de las relaciones que se fueron estableciendo, como ya se ha
señalado y, con ello se dio paso a la acción colectiva como respuesta a las
condiciones imperantes durante los primeros años de operación de la empresa.
Asimilación de nuevas tecnologías y división del trabajo, bases de la
identidad
El Metro surgió a cargo del gobierno del Departamento del Distrito Federal, sin
embargo, es hasta el 4 de septiembre de 1969 cuando inicia sus operaciones 4 con
la inauguración de la línea uno. Para llegar a esto, se dio de inmediato un proceso
4 Espinoza Ulloa, Jorge, La ciudad y el metro, México, Ed. STC, 1973.
40
de capacitación y contratación de personal para atender las distintas actividades.
El personal contratado oscilaba en un promedio de edad de 22 años y con un nivel
de educación promedio de bachillerato.
Así que para los primeros trabajadores, lo que se imponía de inmediato era
dominar el proceso de trabajo que emergía al poner en servicio esta empresa.
Para ello, la capacitación entró a apoyar la asimilación de la nueva tecnología con
la que estaría operando. De esta manera surgen grupos de trabajo que tienen un
primer contacto en los cursos de capacitación, otros, que no requieran de ella, se
integran a las actividades de mantenimiento y de administración.
Entre los trabajadores que fueron objeto de la capacitación para la
asimilación de las nuevas tecnologías y proporcionar el servicio, derivó, en la
mayoría de los casos en que se fuera fijando una muy precisa división del proceso
de trabajo: taquilleras para la venta del boleto, conductores para la operación de
trenes, inspectores encargados de salida de terminales y circulación de los trenes,
operadores (llamados “reguladores”) de los modernos equipo de control
automatizado y de señalización.
Por otra parte, se concentraron actividades en áreas donde los técnicos
asimilaban nuevas tecnologías en la práctica concreta como es el mantenimiento,
chequeo de fallas y reparación de las mismas en los trenes. De igual manera, se
fueron integrando los grupos de trabajo encargados de conservar y mantener el
funcionamiento de instalaciones de vías y equipo eléctrico y electrónico, así como
las actividades de administración (nóminas, compras, almacenes, etc.).
41
Surge así una amplia división del trabajo y una primera aproximación de
relaciones, las cuales se van a profundizar en la medida en que se van dando
elementos de ubicación de intereses comunes.
Las primeras manifestaciones de reconocimiento de sus intereses comunes
se ubican en las condiciones en que se inician las labores: no existe una
estabilidad en el trabajo, no se les proporcionaba equipo de seguridad, se carecía
de los servicios de atención a la salud, las jornadas laborales eran superiores a las
que establecía las leyes vigentes, los salarios se asignaban de manera unilateral,
entre muchos otros aspectos..
Aunado a esto, habría que agregar que no existía el sindicato, como figura
organizativa para la defensa de los trabajadores, siendo que
"La organización social de una clase no es la clase en sí, sino el sindicato. Por
añadidura, organización social puede ser la familia o la empresa, y mientras en la
primera se socializa al individuo y se forma la etnicidad, en la segunda se
constituye la clase social. Así, una clase social sólo constituye una organización
social cuando sus integrantes, por el hecho primario de sus relaciones de
producción, están asociados en organizaciones sindicales por ramas de actividad
productiva donde la defensa de sus intereses como grupo permanece
homogéneamente reunida y reproducida"5.
De esta manera, para los trabajadores del metro se fueron dando las
condiciones para dar los pasos obligados en la formación de su organización
sindical que les permitiera la defensa de sus intereses inmediatos.5 Esteva, Fabregat, Claudi, Estado, etnicidad y biculturalismo, Barcelona, Ediciones Peninsula, 1984.
42
Habría que hacer aquí otra acotación, para ello, siguiendo a Esteva al
advertir que "La distinción entre etnia y clase social es “ ... una distinción por
medio de la cual se clasifican entidades diferentes de la realidad social y de las
relaciones sociales"6 . Es decir, a partir de esto, se llega a tener una identificación
que rebasa la simple relación de un grupo de trabajo, sino que tiene que ver con el
conjunto de toda una colectividad, concentrada y definida por la serie de
relaciones que se establecen tanto a lo interno como a lo externo de su centro de
trabajo, como clase social, como trabajadores asalariados.
Tampoco se podía soslayar el contexto del movimiento sindical a principios
de la década de los 70's, éste se encontraba permeado por el movimiento
estudiantil del 68 y por los nubarrones de la crisis económica que anunciaban
tormentas sociales, "... la crisis ha servido como catalizador para que la inercia en
que vivían las organizaciones sindicales más importantes del país haya sido
desterrada y también para que las viejas direcciones hayan vuelto a levantar una
serie de banderas obreras"7. Por ello, la exigencia sobre el cumplimiento de
condiciones mínimas para el desempeño de las actividades laborales era una
demanda y un reclamo generalizado.
SOBRE LA DEMOCRACIA SINDICAL
6 Idem. P. 887 Woldenberg, José y Trejo Delarbre, José, “Los trabajadores ante la crisis”, en Desarrollo y crisis de la economía mexicana, comp.. Rolando Cordera, México, FCE, col. Lecturas, nº. 39, p. 666.
43
El sentido de la Democracia.
Al hacer referencia a la democracia, de inmediato se enlaza este concepto con
otro que tiene un alcance relacionado: la libertad. En efecto, democracia y libertad
están íntimamente vinculados, el uno no puede existir sin el otro; sin embargo, la
connotación que a ambos se les dé, depende en gran medida al momento
histórico en que se aborden. Por ahora, vamos a ubicarnos en la polémica que se
genera de la democracia en el momento actual, en la sociedad moderna y su
aplicación concreta en la asociación colectiva de los trabajadores agrupados en la
institución sindicato, en donde convergen una serie de intereses que les permiten
a los actores sociales de éste encontrarse en un espacio y tiempos determinados.
Siendo así, entonces queda por establecer el punto de partida acerca del
tipo de democracia a que nos referimos, es decir, como la entendemos hoy en día,
en su interpretación y debate. Para ello, recurramos a la propuesta que hace Luis
Villoro sobre este aspecto debido a que se apega en gran medida a los propósitos
del caso que nos ocupa. Villoro nos señala que al concepto de democracia se le
dan distintos sentidos; sin embargo, para efectos de sistematizar, toma
centralmente dos: a) la democracia como un ideal de asociación política y, b) la
democracia como un sistema de gobierno1.
A la democracia como un ideal de asociación política se le ubica como un
fin de la acción colectiva, tiene valor por sí misma, “... es un ‘poder del pueblo’.
‘Pueblo’ es la totalidad de los miembros de una asociación (en este caso, el
sindicato). ‘Democracia’ designa una asociación en donde todos sus miembros
controlarían las decisiones colectivas, y no obedecerían más que así mismos ”... 1 Villoro, Luis, EL PODER Y EL VALOR. Fundamentos de una ética política, México, FCE/COLMEX, 2ª reimp., 1999, p. 333.
44
Democracia es la realización de la libertad de todos”2 . Con esta definición, se
tiene en gran medida cubierta la aspiración de las luchas de los trabajadores que
se han propuesta incursionar en el proceso de la democratización de su
asociación (organización sindical), tratando de incidir en la toma de decisiones y
en la fijación de las normas o reglas que habrán de definir la puesta en práctica de
esta concepción de democracia.
Además de la anterior concepción, existe la otra, la democracia como un
sistema de gobierno. Con el propósito de establecer cual es su diferencia, Luis
Villoro nos plantea su definición: es “..... un medio para lograr ciertos fines
comunes, tiene valor en la medida en que contribuye a realizarlos ... ‘democracia’
designa un conjunto de reglas e instituciones que sostienen un sistema de poder,
tales como: igualdad de los ciudadanos ante la ley, derechos civiles, elección de
los gobernantes por los ciudadanos, principio de la mayoría para tomar decisiones,
división de poderes”3 . Esto es, su práctica se desarrollaría a través de lo que se
conoce como sistema de partidos como funciona en muchos países occidentales,
incluyendo lo que se ha venido desarrollando en el nuestro. Es decir, acota Villoro,
se abandona la utopía de la democracia como ideal, es simplemente un sistema
de gobierno en la que una multiplicidad de grupos con intereses encontrados
aceptan reglas de convivencia.
Tomando en cuenta las definiciones antes expuestas sobre la democracia,
considero que para el caso de la democracia sindical, es totalmente aplicable la
primera de ellas. Sólo que la práctica parece que desmiente tal definición; sin
2 Idem.3 Idem.
45
embargo, al analizar los movimientos y luchas de los trabajadores por
democratizar su organización, se podrá constatar que el ideal que se persigue se
ajusta a esta concepción de democracia.
No obstante, las dificultades para llevarla a la práctica obedecen a la
intromisión de otros agentes ajenos a los miembros de la asociación política de los
trabajadores. Esos agentes bien se pueden identificar en la esfera de los partidos
políticos que manejan el segundo concepto de democracia, el cual esta muy lejos
de las aspiraciones que se proponen los trabajadores; es decir, en ese tipo o
sentido de la democracia responde más los intereses de grupos de poder, de
clase más relacionada con los intereses ligados a la estabilidad del sistema
vigente.
Por consiguiente, queda por detectar si en la práctica desarrollada por los
trabajadores ha sido posible concretar el sentido de la democracia ligada a sus
intereses.
¿Es posible la democracia sindical?
En el campo de las luchas sindicales, una de las que mayor tradición tienen entre
los trabajadores del país es la referente a la democratización de sus
organizaciones. De esto dan cuenta un sin número de luchas selladas con
grandes movilizaciones, y que sólo han sido detenidas por la represión; a pesar de
ello, en este terreno es donde los trabajadores sostienen una de las mayores
resistencias en su lucha por alcanzar esta aspiración: la democracia sindical.
Si tomamos en cuenta que la institución sindicato hace referencia
necesariamente a una asociación de sujetos, de actores sociales, y su acción se
46
ejerce de manera colectiva, entonces aquí es donde podemos darle seguimiento a
la concreción del concepto de democracia, en primer sentido que hemos
identificado en líneas anteriores, o sea, las decisiones se toman por toda la
colectividad y no se permite que sean otros quienes las ejerzan.
Sobre el tema, muchos investigadores han buscado explicación en sus
trabajos sobre este fenómeno, y lo que de inmediato destaca es la importancia
que ha significado para los trabajadores que han emprendido esta lucha ya que,
como acertadamente lo señala Victoria Novelo: "'Democratizar un sindicato en
México ha tenido como significado esencial, liberar al sindicalismo del control
monopólico que sobre las bases trabajadoras ejercen las burocracias sindicales a
través de la elección de dirigentes y legítimos que representen fielmente los
intereses de los trabajadores" 4 . Es decir, se ha constatado que las
organizaciones sindicales no siempre responden a los intereses de los
agremiados, de ahí que la búsqueda de la democracia en la organización tenga
dentro de sus objetivos la búsqueda de que sea el conjunto total de los integrantes
quienes definan de manera libre y soberana quienes habrán de ser sus
representantes, establecer las reglas internas de su funcionamiento, entre otros.
Por ello, la democracia sindical es, dentro de las demandas de los
trabajadores del país, un ideal de libertad, una de las aspiraciones mas sentidas,
que trasciende sobre las prácticas tradicionales del movimiento obrero y sindical,
pues también ha sido uno de los pivotes en la lucha de los trabajadores exigiendo
respuesta a las demandas que buscan mejorar sus condiciones de vida y de
trabajo. En ese sentido han ubicando que para lograrlas, la democratización 4 Novelo, Victoria, La difícil democracia de los petroleros. Historia de un proyecto sindical, México, CIESAS, 1991, p. 41.
47
sindical les permite mayor seguridad de respuesta al verse involucrados de
manera directa en la toma de las decisiones. Sin embargo, esta aspiración, en la
práctica concreta, esta teñida de enormes dificultades a lo largo de la historia del
movimiento sindical en México.
Las dificultades están vinculadas a las relaciones que el sistema vigente ha
impuesto para preservarse y desarrollarse en los diferentes ámbitos de la vida
política, económica y social. Esas relaciones son producto del ejercicio de
diferentes mecanismos de control que se han tejido a lo largo de varias décadas
para garantizar los intereses fundamentales de la clase dominante, que facilite el
desarrollo de los intereses del capital. Los mecanismos de control incluyen el uso
directo de las fuerzas represivas, la coerción, la coptación de dirigentes, la
aplicación de normas y reglas que han dado lugar a la creación de un marco
jurídico que garantice los intereses de las clases dominantes y, en el menor de los
casos, la conciliación de los conflictos.
Como se ha señalado, una de las características recurrentes y centrales en
la lucha emprendida por los trabajadores para democratizar su organización, tiene
su origen en demandas como la libre elección de sus representantes sindicales, la
exigencia de solicitar cuentas de su actividad, ser escuchados con relación a sus
demandas inmediatas: negociación de la venta de su fuerza de trabajo, mejores
salarios, mejores condiciones de trabajo, prestaciones sociales y económicas,
entre otras; todas ellas tendientes superar su situación inmediata de vida y de
trabajo.
Lo anterior, la ser una constante en las luchas sindicales y, cuando las
demandas están enmarcadas en los limites establecidos por los marcos
48
permisibles -los mínimos que establecen las leyes laborales- las respuestas del
patrón o del gobierno han llegado a ser favorables; pero, cuando las demandas
van más allá de esos limites, sólo con una gran fuerza del movimiento de los
trabajadores se alcanzan las metas y si no, entonces viene la derrota, con la
represión de por medio, donde los patrones, el gobierno y sus aliados, se han
encargado de reducir o controlar esos movimientos.
Cuando la lucha por la democracia sindical rebasa los limites permisibles
por el sistema, el régimen en turno se encarga hacer uso de todos los
mecanismos de control que ha construido para actuar en estos casos. Entonces
aplica una especie de veto a la democracia sindical. Pareciera entonces que no
existieran condiciones favorables para garantizar el ejercicio de la democracia en
el seno de las organizaciones de los trabajadores; empero, han sido los propios
trabajadores quienes se han encargado, con sus movilizaciones y acciones de
resistencia, de abrir sus espacios y avanzar en sus objetivos.
Las acciones que han emprendido también han sido de gran utilidad para
asumir enseñanzas que les permiten ubicar y conocer realmente a que se están
enfrentando, desarrollando con ello alternativas que les permiten abrir los cauces
necesarios para rescatar sus organizaciones y colocarlas al servicio de los
intereses reales de sus agremiados.
Lo dicho hasta aquí, se puede constatar con el seguimiento que se le dé a
cualquiera de los movimientos emprendidos por los trabajadores, sean éstos de
industria o de servicios, buscando la democratización de su sindicato. Las
maneras de enfrentar esta situación tiene múltiples vertientes, las cuales van
49
desde la creación de grupos que ejercen su acción de manera paralela a las
estructuras vigentes, se apoyan en la denuncia a través de la propaganda
(volantes, boletines, “pegas”, pintas, etc.). O bien generan formas de organización
desde las bases, dando lugar a estructuras horizontales de organización para
enfrentar las que se imponen de manera oficial desde las estructuras estatutarias
(reglas de funcionamiento de la organización)5 . Estas práctica han sido
plenamente detectadas, sin embargo, sus resultados sobre los avances que han
significado para los procesos de democratización han sido muy poco analizados.
En este sentido, al hacer referencia sobre este fenómeno social el caso
concreto de los trabajadores del metro, quienes han mantenido una permanente
lucha por rescatar su organización sindical y ponerla al servicio de los
trabajadores, esgrimiéndola como un medio de defensa y lucha para el
mejoramiento de sus condiciones de vida y de trabajo, han desarrollando, en
diferentes periodos de su existencia, una intensa lucha por alcanzar a tener una
vida democrática de su organización y con su práctica han puesto en tela de juicio
los límites que se le imponen a los sindicatos en su accionar dentro del régimen
político actual.
Los límites a la democracia sindical
En el proceso de lucha por la democratización de la organización sindical y la
vinculación con las demandas de los trabajadores, es donde se pueden encontrar
los elementos que prefiguran el cuadro de los límites a los que se enfrenta la
5 Cfr. Bizberg, Ilán, Estado y sindicalismo en México, México, El Colegio de México, 1990. Novelo, Victoria, La difícil democracia de los petroleros. Historia de un Proyecto sindical, México, CIESAS, 1991.
50
democracia sindical. Estos elementos forman parte de los mecanismos de control
que la clase dominante aplica sobre los trabajadores, algunos de ellos, y tomando
como referencia en el caso que me ocupa se pueden señalar, entre otros, los
siguientes:
a) La imposición de un marco jurídico laboral
b) La restricción de la libertad sindical.
c) La sindicalización forzosa.
d) Restricciones en la negociación colectiva para pactar las Condiciones de
Trabajo.
e) La Cancelación del Derecho de Huelga.
f) El respaldo a las prácticas corporativas.
Cada uno de estos elementos tiene impactos diversos en las
organizaciones sindicales en el país, por lo cual los trabajadores se han visto
obligados a desarrollar una serie de mecanismos de respuesta que van desde
ejercer por la vía de los hechos acciones que están totalmente descalificadas por
las normas o reglas vigentes.
Para cada uno de los elementos antes enunciados, se pueden encontrar
respuestas concretas que se han dado por parte de los trabajadores, ejerciendo
en los hechos una práctica democrática. Es decir, por la vía de los hechos se van
construyendo alternativas de participación que garanticen el ejercicio de una
democracia casi utópica, construyendo en el proceso de la lucha nuevas formas
de participación, combinando lo que es la democracia directa y la democracia
51
representativa, asumiendo que la búsqueda del beneficio de los integrantes de la
asociación colectiva (el sindicato), bien se puede identificar con el bien o beneficio
para la comunidad, eludiendo esos mecanismos de control.
Para tener una referencia de como es posible vincular los intereses de la
asociación colectiva con los de la comunidad, basten señalar los intentos que se
hacen por explicar la justeza de las demandas que un movimiento levanta durante
el proceso de lucha y de esta manera evadir los “cercos” que se le imponen con
los mecanismos de control aludidos líneas atrás; por ejemplo, una de las acciones
más recurrentes para evadir la cancelación del derecho de huelga. Ésta se ejerce
a través de los paros y faltas colectivas, práctica a la cual han recurrido distintos
sectores de trabajadores, en general los que están inscritos dentro del apartado
“B”, como es el caso del movimiento democrático de los trabajadores de la
educación, o bien exigiendo el reconocimiento de sus verdaderos representantes
para evitar la imposición, entre otros.
Es decir, en la práctica de la acción colectiva es como se va construyendo
la democracia, en donde los integrantes de la asociación son capaces de ir
estableciendo las normas, formas de organización y mecanismo alternos para
garantizar los deberes y obligaciones de sus integrantes, no sólo como parte del
conjunto de pertenencia asociativa sino también como actores miembros de la
sociedad civil, en donde se expresan los derechos y obligaciones de alcance
general y que tienen en el Estado una vía para que éste garantice el cumplimiento
de los derechos ciudadanos, tanto individuales como colectivos. .
Lo anterior ha generado una serie de cuestionamientos a las prácticas que
se han venido ejerciendo en el Estado mexicano, más aun durante las últimas
52
cuatro décadas, donde han puesto en tela de juicio las medidas para contener el
impulso y reclamos de los trabajadores para ser tomados en cuenta, por
consiguiente, “Las implicaciones de estas cuestiones son profundas: para que la
democracia floresca hoy en día debe ser concebida como un fenómeno de dos
caras: que haga referencia, por un lado, a la reforma del poder del estado y, pot el
otro, a la reestructuración de la sociedad civil (Held y Keane, 1984)”6 En cuanto a
las posibles reformas del poder del estado, éstas se vienen implementando a
cuenta gotas y por, consiguiente lo que tiene que ver con la reestructuración de la
sociedad civil y, más específicamente con los sindicatos, solamente se ven
intentos de “adecuar”algunos procedimientos definidos en las normas laborales
pero más aquellas que tienen que ver con la regulación de la fuerza de trabajo, la
productividad y garantizar ésta.
Se tiene un enorme temor para abrir la compuerta de la reestructuración en
el ámbito político de los trabajadores, en dejar que sean ellos mismos quienes
precisen de manera totalmente libre las normas que los habrán de regir, es decir,
que tipo de democracia se habrá de ejercer. Al igual que otras actividades de la
esfera social, los limites a la democracia sindical sólo podrán ser derrumbados con
la práctica, en donde los individuos sean libres e iguales en la determinación de
sus condiciones de existencia, tanto en su centro de trabajo como en el espacio de
su comunidad donde habite.
6 Held, David, Modelos de democracia, México, Alianza Editorial, 1992, p. 340
53
SURGIMIENTO Y CRISIS DEL CORPORATIVISMO SINDICAL EN MÉXICO.
El corporativismo sindical en México ha jugado un papel de vital importancia, como
forma de dominación política del Estado sobre los trabajadores organizados, lo
cual ha posibilitado impulsar los distintos modelos de desarrollo económico de una
manera tal que, siempre ha resultado garantizado el respaldo a los intereses del
Capital, en sus diferentes modalidades aplicadas por los regímenes en turno y, de
54
manera más evidente a partir de la consolidación del Estado posrevolucionario,
que se alcanza en la tercera década del presente siglo, particularmente a partir del
régimen del General Lázaro Cárdenas.
Como ya se ha señalado en varios estudios sobre este fenómeno, el
corporativismo obrero y sindical en el país ha tenido características peculiares,
mismas que permiten explicar el porqué se ha sostenido durante varias décadas.
En efecto, algunas de ellas es el sometimiento directo al presidente de la república
en turno y dicha relación les permite a los dirigentes sindicales una serie de
componendas a cambio, que van desde la participación en puestos de elección
popular -presidencias municipales, regidurías, diputaciones, senadurías y,
designaciones de gobernadores- hasta concesiones de participación en servicios a
través de empresas contratistas -vivienda, mantenimiento, entre otras-, desde
luego que para poder ejercer su legitimidad como representantes, se les
proporcionaban ciertas prestaciones para sus agremiados.
De esta manera se fue construyendo una dependencia que al paso del
tiempo generó relaciones perversas que más tarde se habrán de revertir en su
contra. Como se afirma por parte de Durand Ponte:
“...son dos los factores de la dependencia. El primero y el más importante es el
papel paternalista que juega el presidente en los asuntos laborales; la alianza
tácitamente establecida de que el movimiento obrero entrega su lealtad y
obediencia al presidente, a cambio de que éste proteja al movimiento obrero y se
comprometa a promover la justicia social para el pueblo. El segundo (factor) es la
55
inclusión del frente popular en el Partido de la Revolución Mexicana (el PRI), que
define, en su forma, el corporativismo mexicano”1
Esta situación generó que los gobiernos en turno agudizaran su influencia
sobre el movimiento obrero y después de Cárdenas se dio un proceso de abierta
ofensiva contra todo tipo de oposición hacía esa política dentro de los sindicatos,
siendo su máxima expresión con la imposición de dirigentes sindicales mediante la
represión y es desde el régimen de Miguel alemán donde se inicia la presencia del
llamado charrismo sindical, manera como se identifica esta subordinación que
además de la represión tiene otros ingredientes que lo han caracterizado2. No
obstante, persiste en el movimiento obrero y sindical la lucha en contra de este
fenómeno, lo cual se puede apreciar de manera muy clara con las jornadas de la
insurgencia sindical registrada, principalmente, en la década de los setentas. Sin
desconocer los movimientos de alcance nacional que se dieron antes de este
período (ferrocarrileros, maestros, médicos, entre otros).
Por lo antes señalado, se puede afirmar que esta relación así construida, ha
dado lugar a que prevalezca un sindicalismo oficial vertical, autoritario,
subordinado no sólo a la figura presidencial y al partido oficial, sino que también a
los distintos modelos de desarrollo económico asumidos e impulsados por el
régimen en turno.
1 Durand Ponte, Victor Manuel, “Corporativismo obrero y democracia”, en “Revista Mexicana de Sociología”, año LII/ núm. 3, jul/sep., 1990, pp 97-110.2 El caso más ilustrativo sobre este fenómeno, se dio en 1948 en el Sindicato de los trabajadores ferrocarrileros, con lo que se conoció como “el charrazo”, con la imposición del secretario general del sindicato con el apoyo de la fuerza pública, el apodado charro Francisco Díaz de León. A partir de entonces, la ingerencia del gobierno en la imposición de representantes ha sido la nota más destacada en la historia de la represión sobre el movimiento obrero. Desde luego que para que esto funcione, se han activado otros factores como es la intervención de las autoridades laborales y los medios de comunicación para “justificar” las acciones que han emprendido.
56
Sin embargo, en la actualidad es reconocido que para el modelo de
desarrollo que se viene implementando desde el régimen de Miguel de la Madrid
(1982), a la fecha, el neoliberalismo, el esquema actual del corporativismo - como
se implantó en el país - aparentemente ya no responde a las necesidades exigidas
por este modelo de desarrollo económico, político y social, debido a que provoca
una serie de contradicciones y afectaciones en todos los niveles que el Estado
neoliberal sostiene con los diferentes sectores de la población.
La situación anterior ha provocado que en el caso de los trabajadores,
organizados en sindicatos y las centrales en se encuentran agrupados, enfrenten
una serie de contradicciones en el marco de las relaciones con el Estado actual, al
grado de llevarlos a reconocer la existencia de lo que se ha denominado como
crisis del corporativismo sindical. Esto tiene su origen y explicación a partir de las
consecuencias que han tenido las acciones emprendidas por los gobiernos
durante las últimas dos décadas. Acciones que, en los hechos, han generado una
serie de transformaciones en diversos ámbitos de la vida política, económica y
social del país y, particularmente en el mundo del trabajo, específicamente en las
relaciones laborales, producto de la reestructuración industrial o reconversión,
como también se le conoce.
Algunos investigadores como Enrique de la Garza, sintetizan este
fenómeno al señalar que
"...Las principales formas que adquiere la reconversión industrial son las
siguientes: cambio tecnológico; cambio en la organización del trabajo; cambio en
la contratación colectiva; cambios en las características de la Fuerza de Trabajo y,
57
cambios en las costumbres de trabajo. sin embargo, las formas más consistente,
sistemática, clara y unificada, es la transformación de los contratos Colectivos de
Trabajo y las relaciones laborales en general"3
Estas acciones han estado encaminadas a apuntalar, a favorecer, más el
desarrollo de las grandes inversiones de Capital en el país, sobre todo el de origen
externo.
Las transformaciones aludidas, en buena medida se han facilitado por el
papel que el corporativismo sindical ha jugado en México. En efecto, lo que se
presenta como una aparente contradicción, al señalar que el actual corporativismo
en estos momentos es un estorbo para el modelo neoliberal, en los hechos no ha
sido así, pues gracias a la existencia del corporativismo es que ha sido más fácil
llevar a la práctica las acciones de la reconversión industrial antes descritas.
¿Cómo ha sucedido esto? Esto ha sido posible a partir de que la gran mayoría de
las dirigencias sindicales han asumido un papel de total sumisión ante los avances
de la reestructuración y que lleva consigo la anulación de una serie de derechos y
prestaciones de los trabajadores, o bien, se pueden encontrar casos en donde las
empresas reconvertidas han contado con la "concertacesión" o aceptación de
ciertos dirigentes sindicales4 .
3 Bensunsan, Graciela (et al), Estado y sindicatos. Crisis de una relación, México, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, 1989, p 10.4 En las últimas décadas, en varios de los conflictos de los sindicatos con los patrones se ha impuesto el interés del Capital sobre el de los trabajadores. Por citar un ejemplo, tipico de esto, es lo que enfrentaron los trabajadores de Volskwagen en la planta de Puebla en 1992, en donde se generó un conflicto que concluyó con la anulación del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) y la aplicación de uno nuevo que lo sustituyo, en el cual se incorporo todo el modelo de relaciones laborales del neoliberalismo. Otro caso es el de los trabajadores ferrocarrileros, quienes en el proceso de privatización de la empresa, vieron como se fue disminuyendo su CCT, que de tener más de 1 200 cláusulas, paso primero a cerca de 250 y finalmente quedo en una especie de convenio con 38.
58
Así las cosas, no se necesita hacer una gran exploración sobre como ha
operado el corporativismo en el país; para ello, basta con hacer un somero
recorrido sobre los elementos que están presentes y configurando lo que es este
fenómeno, el corporativismo. Entre los elementos más reconocidos y
sobresalientes se encuentran:
1. La existencia de un Partido de Estado (PRI) que incorporó a los
trabajadores como un sector más, dentro del partido, a través de las
centrales obreras y sindicales como la Federación de Sindicatos de
Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), la Central de Trabajadores de
México (CTM), Sindicatos Nacionales de Industria (ferrocarrileros,
electricistas, mineros, entre otros), el congreso del Trabajo (CT), entre
otros.
2. El establecimiento de una estructura de mando vertical (autoritario),
teniendo como modelo al presidencialismo, lo cual permitió la concentración
del poder en torno al Ejecutivo Federal y que este es trasladado casi de
manera mecánica hacia las estructuras de mando de las representaciones
sindicales, dando un papel de ejecutor de la “línea” al Secretario General
del sindicato.
3. El establecimiento de una legislación laboral fraccionada (apartado “A” y
”B” del artículo 123 Constitucional), que da lugar a un marco jurídico que
garantiza el control político y social, promoviendo a su vez un trato
diferenciado que impida el acercamiento entre las diversas expresiones de
las organizaciones de trabajadores, tanto de industria como de servicios.
Además, de que en dicha legislación se diseñaron mecanismo de control y
59
supervisión en los sindicatos que en los hechos anula una serie de
derechos constitucionales (libertades individuales) e incluso compromisos y
convenios internacionales, como la libertad sindical signado con la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), por sólo mencionar uno.
4. La ejecución de políticas sociales por parte de los gobiernos, con las
cuales se establecen las bases de sustentación de los compromisos de los
gobiernos para con las dirigencias de los trabajadores, vía el Partido de
Estado y los representantes de las organizaciones sindicales.
Estos elementos están presentes en las relaciones que los sindicatos
corporativos establecen con el Estado. Elementos que se fueron delineando
principalmente desde el origen mismo de las organizaciones de principios de siglo,
generando "...un tipo de sindicato que como medio de relación con el estado tiene
sus principales antecedentes en la CROM y en la CGOM, aunque adquiere su
forma más acabada con la CTM"5 .
Sin embargo, también se ha reconocido que este tipo de sindicalismo
corporativo no ha logrado establecer una relación más que de subordinación hacia
las políticas del Estado, como prueba de ello son los múltiples pactos que se
firman a nombre de todos los trabajadores, cuyas consecuencias son la imposición
de topes saláriales, convenios de productividad, modificaciones a la legislación de
la seguridad social que atentan con derechos ya adquiridos, desempleo masivo,
entre otros y,
5 Garza Toledo de la, Enrique, Ascenso y Crisis del Estado social autoritario, México, Colmex, 1981, p. 34
60
"a diferencia del modelo corporativo moderno, el corporativismo mexicano no ha
llegado a formar una red tan acabada de instituciones formalizadas para la
definición de los asuntos nacionales en los que participe el sindicato... el
sindicalismo reproduce muchas de las prácticas del sistema político electoral: es
un corporativismo poco democrático; en otras palabras, es un corporativismo
autoritario"6 .
Por eso, se afirma, este papel que juega el sindicalismo corporativo en
México, es lo que en cierta forma ha posibilitado al gobierno la aplicación de la
serie de medidas, para acatar las condiciones que los grandes capitalistas e
inversionistas, tanto nacionales como extranjeros, han exigido para establecerse
en el país, tales como cambios en las legislaciones para inversiones, para la
privatización de la tierra y empresas estatales y descentralizadas, privatización de
la Seguridad Social (reformas a la ley del IMSS), entre otras muchas.
Por el avance que tiene el modelo de desarrollo actual, es cuando el Estado
promueve que el viejo corporativismo es un estorbo y por lo tanto busca su
recomposición.
Si tomamos en cuenta que toda relación de orden político y laboral se
define a través de las principales centrales de trabajadores y éstas a su vez se
encargan de aplicarlas en cada una de sus áreas de influencia, a través de la
manipulación y control de sus bases, ahora este tipo de modelo corporativo ya no
le funciona al Estado.
6 Idem., p 35.
61
Como respuesta se ha promovido diferentes intentos para entrar al relevo o
al menos a buscar interlocutores de nuevo tipo (aunque algunos no lo sean, pero
se les da ese carácter) entre los cuales se encuentran el llamado sindicalismo
"blanco”, cuya área de influencia se encuentra en el norte del país y es visto como
el adecuado para "atender" a los trabajadores de las maquiladoras. Otra vía que
se ha estado explorando es a través del llamado neocorporativismo en donde se
agrupan sindicatos que tuvieron una ruptura con la oficialista central del Congreso
del Trabajo como fue el caso del El Foro del Sindicalismo ante la Nación y que, a
su vez han dado lugar a otras rupturas para constituir otros frentes sindicales
como la Unión Nacional de Trabajadores, el Frente Sindical Mexicano, entre otros.
Lo cierto es que hasta el momento no se acaba de definir cual será el
rumbo que tome el sindicalismo en México ante la innegable profunda crisis que
enfrenta el corporativismo de este sector, y que difícilmente logrará reponerse
cuando tiene frente a sí una serie de consecuencias por la actitud asumida
durante décadas y cuyos resultados hacia sus agremiados han sido totalmente
negativos y aún continua el proceso de desarrollo del modelo neoliberal, sin que
todavía toque fondo y los resultados que hasta ahora se han observado no son
más que de incremento a la pobreza, el aumento al desempleo, la salida de la
fuerza de trabajo hacia los EU, en fin con todas las consecuencias que este
modelo ha dejado, el saldo es totalmente negativo para la gran mayoría de la
población, en donde se encuentran, desde luego, los trabajadores, los
organizados maniatados con el corporativismo, aun.
Esto es, estamos ante un fenómeno en donde “... el corporativismo sindical
mexicano, que aseguró la paz obrera durante decenios, ha entrado en crisis y
62
posiblemente este en reestructuración. Esta crisis es, hasta ahora, una crisis por
arriba, es decir, por sus relaciones con el Estado, y aunque ha repercutido sobre
los trabajadores aún no se ha convertido en una insurgencia sindical”7 . Aunque se
tiene destellos de recuperación del movimiento sindical independiente, que se
reflejan a través de las demandas de hacer valer la libertad sindical, en algunos
casos de sindicatos pertenecientes a instituciones o empresas descentralizadas
han logrado el reconocimiento de ser aceptados como trabajadores del apartado
“A” y no del “B” -como estaban considerados- haciendo valer la libertad sindical
derivada de una resolución jurídica que dio lugar a una jurisprudencia sobre la
libertad sindical8. El éxito de estos sindicatos generó una fuerte polémica entre las
principales centrales del sindicalismo oficial (FSTSE, CT), el movimiento sindical
independiente (el democrático, desde luego, y no por parte del sindicalismo
blanco), especialistas laborales y los partidos políticos.
En fin, como lo ha señalado de la Garza,
“El corporativismo también se encuentra en crisis porque ha sido
marginado realmente del diseño de políticas estatales (la política económica, el
nuevo modelo de desarrollo y el salario). También porque su modelo de
contratación colectiva ha sido afectado por protecciones fundamentales de cuya
gestión el sindicato obtenía dividendos de control político sindical. Asimismo, la
decadencia de la política de seguridad social para los asalariados lo muestra como
gestor ineficiente de la fuerza de trabajo en estas instancias”8 .
7 Garza Toledo de la, Enrique, Reestructuración productiva y respuesta sindical en México, México, UNAM7UAM, 1993, p 144.8 Tal es el caso de los trabajadores del Instituto Mexicano del Petróleo y de los trabajadores del Colegio de Bachilleres, ambos pasaron del apartado “B” al “A”.8 Garza Toledo de la, Enrique, Reestructuración...op cit. p. 144
63
Entonces, el surgimiento y crisis del corporativismo sindical en México,
apuntan hacía la recomposición de las estructuras sindicales, colocando en el
centro del debate las expectativas de este importante sector en miras a las
expectativas de la construcción de una respuesta y de un proyecto alternativo que
pase por la desaparición del corporativismo o por lo menos por su recomposición
en donde sea viable la incorporación de las bases en la determinación del rumbo
que tomen sus organizaciones, rescatándolas para asignarles el papel que
originariamente les dio el lugar de su existencia y enfrentar los nuevos restos en el
mundo globalizado, desde una perspectiva de los trabajadores.
LA INSURGENCIA SINDICAL EN EL MARCO DE LOS MOVIMIENTOS
SOCIALES
A principios de la década de los setentas el movimiento sindical y obrero
desarrollo una serie de acciones, cuya amplitud, persistencia y similitud en sus
demandas, se dejó sentir a lo largo y ancho del país. Las acciones emprendidas
cubrieron casi toda la década e incluso, por las características del movimiento, se
puede señalar que se prolongó hasta mediados de 1983. Esto se le ha conocido
como insurgencia sindical. Sobre esto, las investigaciones que se han realizado
dan cuenta del cúmulo acciones de los trabajadores.
64
Así los movimientos sociales de los trabajadores en la década de los
setentas no se pueden entender sin tener como referente los acontecimientos
previos, en especial lo acontecido durante el movimiento estudiantil de 1968, la
represión utilizada por el Estado en su contra y las secuelas que esto generó. A
pesar de que aun no se ha logrado una recopilación completa sobre esas luchas,
los esfuerzos de sistematización de lo acontecido en ese período, no han logrado
incorporar toda la riqueza de sus resultados. Tan solo para tener una idea de esto,
veamos una vertiente, de las tantas que se han dado alrededor del tema, sobre la
caracterización del período aludido:
“Cuando se observan detalladamente la cantidad y variedad de experiencias de
lucha obrera a lo largo de esta década, destaca de inmediato la riqueza política del
movimiento de masas en nuestro país. ....la experiencia obrera incluye lo mismo la
participación en frentes de masas nacionales y/o regionales, la construcción de
comités fabriles, el desarrollo de estructuras de delegados departamentales, el
impulso a corrientes sindicales, etc. Pero ni en las movilizaciones de masas ni en
la revisión de las experiencias sufridas, parecen haberse asimilado las
enseñanzas más significativas del período”1
Una de los destacamentos más renombradas fue, sin duda, el de los
trabajadores electricistas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quienes,
después de que esta empresa pasó a ser propiedad estatal, protagonizaron un
proceso de disputa por la dirección y control de la organización sindical, entre dos
1 “Problemas y perspectivas del movimiento obrero 1970 -1980. Coyuntura nacional. Materiales para discusión”, revista Punto Crítico, mayo de 1980, p. 41.
65
tendencias claramente definidas: una que pugnaba por la democratización de la
organización y, la otra, que trataba de imponer el proyecto del sindicalismo oficial.
Lo anterior, motivo que se colocará en el debate la polémica sobre las condiciones
en que se encontraba el movimiento sindical y obrero y su relación con el Estado.
Esto quedó plenamente descubierto ante el trato de que fue objeto el
movimiento de los electricistas, quienes dieron lugar a la creación de la llamada
tendencia democrática, de la cual se han hecho varios estudios e investigaciones
sobre este caso. Así, por ejemplo, se afirma que:
“ Sin ser demasiado rígidos, puede decirse que la lucha electricista de esta década
atravesó por cuatro grandes etapas: la primera que va desde la expulsión del
00STRM del Congreso del Trabajo en 1970 hasta la firma del pacto de unidad con
el SNESCRM en 1972; la segunda etapa va de 1972 hasta el congreso que
expulsó del SUTERM a Rafael Galván y principales dirigentes democráticos en
1975; la tercera etapa transcurre entre esa expulsión y la ruptura por el ejército del
intento de huelga efectuado a mediados de 1976; la última etapa, va desde esas
fechas hasta finales de 1977 en que la policía disuelve el Campamento de la TD
frente a la Residencia presidencial de los Pinos.”2
Como se ha señalado, la insurgencia sindical se caracterizó por su amplitud
de sus demandas: se exigía el derecho de los trabajadores a elegir
2 Idem. p. 64. Además, sobre esta experiencia, se pueden encontrar abundantes materiales de investigación, tales como el de Raúl Trejo Derlabre, “El movimiento de los electricistas democráticos (1972-78), en Cuaderno Políticos, n. 18, ed. Era, octubre-diciembre de 1978; Cfr. la recopilación de materiales publicados en la revista Solidaridad, órgano informativo de la llamada Tendencia Democrática, de la cual se hizo una recopilación de materiales publicados en el libro titulado La Insurgencia sindical, Ed.. El Caballito 19.... En la prensa nacional, de la época, también se encuentra bastante material al respecto, como son manifiestos, noticias. cfr. revista Estrategia, “La lucha de los electricistas, nueva fase”, Nº. 11, septiembre, 1976.
66
democráticamente a sus representantes y definir libremente su incorporación o no
a una determinada central, el respeto al ejercicio de la huelga, se levantaron
demandas relacionadas con la exigencia del respeto a la autonomía sindical y esto
dio lugar a la creación sindicatos independientes de las centrales obreras oficiales,
se disputaba el registro y la titularidad de los Contratos Colectivos o bien la
exigencia del reconocimiento de derechos conculcados a miles de trabajadores
que se les mantenía en una supuesta indefinición “jurídica”. De estos últimos, se
encontraban los trabajadores llamados “supernumerarios” de la estatal PEMEX -a
quienes con este nombramiento los mantenían en el limbo jurídico al no
reconocerlos ni como de base ni como de confianza-, o bien los trabajadores
universitarios que no se les ubicaba en ningún lugar de los ordenamientos
jurídicos vigentes (apartado “A” o “B” del artículo 123 constitucional), lo mismo
sucedía con los trabajadores bancarios.
De esta manera, las movilizaciones y acciones emprendidas por diversos
núcleos de trabajadores se podían constatar a lo largo y ancho del país. Así,
desde Yucatán donde se desarrollo un gran movimiento con el Frente Sindical
Independiente, a partir de 1973, al calor de las movilizaciones de los electricistas3,
Hasta las luchas emprendidas en varias secciones del Sindicato Nacional de los
trabajadores minero-metalúrgicos: En Monclova, Coahuila, en la empresa Altos
Hornos de México, en Nacozarí, Sonora, en la Compañia Fundidora, de Monterrey
N. L. en la Siderúrgica Las Truchas, en Michoacán, entre otros4 . O bien las
3 El Frente Sindical Independiente Efraín Calderón Lara de Yucatán, 2ª de., México Ed., Macehual, 1979. 4 Bizberg, Ilán, Estado y sindicalismo en México, Colmex, México, 1990, p. 230-234. cfr. Estrategia, “Las luchas populares. Los trabajadores siderúrgicos”, Nº. 8, marzo de 1976.
67
acciones emprendidas por los ferrocarrileros en 1972 con la creación del
Movimiento Sindical Ferrocarrilero (MSF).
Por su parte, los trabajadores del sector educativo desarrollaron acciones
acompañadas de formas de lucha y organización que rompieron parte de los
mecanismos tradicionales de control y sometimiento de las luchas sindicales,
creando en 1979 la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE) para desde ahí agrupar a la oposición al sindicalismo oficial y promoverla
a todo lo largo y ancho del país, en especial entre quienes atendían la educación
básica (preprimaria, primaria y secundaria). En tanto, con los trabajadores de la
educación media y superior, se destacan varias acciones durante este período,
que van desde el movimiento estudiantil y de trabajadores en la Universidad de
Nuevo León que luchan por la autonomía y el reconocimiento del sindicato hasta
la lucha emprendida por los empleados de la UNAM quienes, después de una
huelga de resistencia, lograron el reconocimiento de su organización gremial en lo
que ahora es el STUNAM pero, también fueron les impidieron a los trabajadores
académicos que tuvieran una organización gremial democrática, como se
pretendía con el SPAUNAM, a quienes se les disolvió con la represión. en otros
casos, se avanzó en la organización gremial en instituciones de reciente creación,
como fue el caso de la UAM, de donde derivó el SITUAM, rechazando en los
hechos la imposición de un marco laboral restrictivo, como lo es el apartado “B”.
en cambio en el colegio de Bachilleres, sólo les permitieron constituir su
organización sindical, el SINTCB e imponiéndoles el marco jurídico.5 5 Estrategia, “La lucha del STUNAM: importancia y perspectivas”, Nº. 17, septiembre-octubre, 1977. Igualmente, cfr. Sánchez Noriega, Mª. de los Angeles, “La huelga de la Universidad Nacional Autónoma de México: una cronología” en, Estudios Políticos, México, UNAM/FCP, Nº. 10 abril-junio, 1977.
68
En otros sectores de trabajadores, también estuvo presente la insurgencia
sindical, tales como los trabajadores de la industria textil, entre los que se
encuentran las trabajadoras de la fábrica Medalla de Oro, en Monterrey, N.L. o
bien la de Ayotla Textil, en el Estado de México.
La decisión de lucha y generación de acciones colectivas también se
extendió hacia los trabajadores de la burocracia y de empresas descentralizadas
en donde la relación laboral era a través de la aplicación del apartado “B”, ya sea
el ámbito de los servicios o bien entre los servidores públicos o burocráticas. De
los primeros, se tiene referencia de la lucha de los trabajadores de la salud,
particularmente de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, destacando la lucha
emprendida por la sección XIV del Hospital General, que después de una serie de
movilizaciones exigiendo respuesta a sus demandas, el gobierno respondió con la
represión, destitución e incluso el encarcelamiento de varios de sus dirigentes en
1978. También del área de servicios, estuvieron los trabajadores de Telégrafos,
correos y entre los servidores públicos, se encuentran las acciones de los paros,
movilizaciones, mítines de los empleados de la Tesorería, los del transporte
público, como los del metro.
También, en el ámbito de los servicios -aunque regidos por el apartado “A”-,
surge en 1976 el movimiento de repudio a la dirigencia de Salustio Salgado en
Teléfonos de México, dando como resultado la destitución del Comité encabezado
por este dirigente y después de efectuar elecciones, queda a la cabeza del gremio
a partir del 22 de abril de ese año Francisco Hernández Juárez, como resultado de
la acción de los trabajadores telefonistas. Otros movimientos de la época fueron
69
los protagonizados por los trabajadores del Monte de Piedad, los llamados
“supernumerarios” de PEMEX y la de los trabajadores de la industria nuclear.
Como se puede apreciar, las luchas sindicales y obreras, dieron un repunte
a la acción colectiva de los trabajadores, repunte que ha sido tratado desde
distintas perspectivas en las investigaciones que se han hechos, ya sea en el
análisis de casos, ya sea por su relación con el Estado, los partidos políticos y en
el contexto de la crisis económica en que se vio inmerso el país durante este
período.
Dos cuestiones más habrá que tener presentes para ubicar los alcances y
limitaciones de las acciones colectivas que se desarrollaron en esta década y
principios de los 80’s., por un lado la caracterización que se hace sobre la llamada
insurgencia sindical y, por la otra, la aplicación de la teoría sobre los movimientos
sociales; ésta, desarrollada en el campo de las ciencias sociales para tratar de
explicar a éstos en cuanto a sus aspiraciones y caracterización en una sociedad
como la nuestra.
En cuanto a la insurgencia sindical, ya se ha señalado que esta se dio a
principios de la década de los setentas, habría que añadir la existencia de varios
elementos que tuvieron incidencia para su desarrollo. Baste tomar como ejemplo a
dos de ellos; por un lado, el fin del agotamiento de un modelo de desarrollo
económico que entra en crisis y que para su sostenimiento hubo que recurrir a la
contención de las demandas de varios sectores de la población y, por el otro, la
crisis política derivada del sistema centralista del poder, con gran influencia del
presidencialismo y que desembocó acciones de represión brutal como fue el
movimiento estudiantil de 1968 y 1971 y para tratar de “corregir” estos excesos, el
70
régimen encabezado por Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), impulso la llamada
“apertura democrática”.
En ese marco es donde se inició y desarrollo la insurgencia sindical, la cual
tuvo fases diferentes en sus formas de expresión pero que, sin lugar a dudas, eran
producto de las aspiraciones de amplios sectores de trabajadores, como los ya
mencionados. Las acciones surgían de manera dispersa y las más de las veces
sin coordinación pero que dieron lugar al surgimiento de sindicatos
independientes, nuevas formas de organización y de acción, así como el impulso a
la democratización de varias secciones sindicales de sindicatos nacionales y al
seno mismo de las centrales oficiales (FSTSE, CTM, CROC, etc.)6
Con respecto a la teoría de los movimientos sociales, en este campo,
existen varios planteamientos; sin embargo, dos son, desde mi punto de vista, los
que pueden ser de gran apoyo para explicar el fenómeno de la insurgencia
sindical, sin que esto signifique que de los demás planteamientos no existan
elementos a considerar, sólo que para los propósitos de este apartado de mi
trabajo, las propuestas con las cuales tengo mayor acercamiento para el análisis y
explicación del mismo me apoyare en lo que señalan tanto Alan Touraine como
Alberto Melucci.
Alan Touraine nos advierte:
“No se puede hablar de un movimiento social si no se puede definir a la vez el
contramovimiento al que se opone. El movimiento obrero no es un movimiento
6 Cfr. Delarbre Trejo, Raúl, “Notas sobre la insurgencia obrera y la burocracia sindical”, en MEMORIAS DEL ENCUENTRO SOBRE HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO III, México, Universidad Autonóma de Puebla, 1984.
71
social más que si, más allá de las reivindicaciones contra las crisis de la
organización social y las presiones para la negociación, pone en tela de juicio la
dominación de la clase dirigente”7 .
en este sentido, el de poner en tela de juicio la dominación de la clase dominante,
colocó al Estado en una situación de alerta ante el empuje del movimiento sindical
en la década de los setentas, pues las demandas no sólo se sustentaban en los
reclamos de mejoras en las condiciones de trabajo (salario, estabilidad en el
empleo, vivienda, entre otras), sino que iban más allá de esto al cuestionar las
formas de control existentes para mantener el corporativismo sindical y reproducir
a lo interno de las organizaciones esos mecanismos de control: la imposición de
dirigentes, el uso de los tribunales laborales para desconocer a los representantes
electos desde las bases, el uso de la fuerza pública -encubierta con golpeadores o
de manera directa con los grupos policíacos-, el uso de los medios de
comunicación ya sea para difamar o simplemente guardando silencio sobre los
acontecimientos.
Como recordatorio, habrá que tener presente otro de los elementos
esenciales de los movimientos sociales: el conflicto: En efecto, se puede afirmar
que éste se pudo apreciar con toda nitidez durante el período de la insurgencia
sindical, ya que ésta se desarrollo justamente en los momentos en que
socialmente el sistema tenía que enfrentar serios problemas de legitimidad.
Entonces, el conflicto se presentaba como un problema social, en donde se ponía
en entredicho el control del desarrollo social y los demás elementos del sistema 8 .
7 Touraine, Alain, Producción de la sociedad, México,UNAM-IFAL, 1995, p. 2508 Idem.
72
En tanto, con los actores sociales se desarrolla un movimiento social, que de
acuerdo con lo señalado por A. Touraine, le daban forma a través de tres
dimensiones muy claras, en cuanto a sus principios:
1. El principio de identidad es la definición del actor por sí mismo. Un movimiento
social no puede organizarse más que si esta definición es consciente. ....La
conciencia de identidad forma parte de la definición de una clase o de una fuerza
social de clase, o que las clases sólo se pueden definir en términos de relaciones
sociales y, por tanto, de orientaciones de cada uno de los adversarios
sociales....Los obreros tienen conciencia de ser más que ellos mismos, porque se
enfrentan a un adversario que se apoya en algo más que sus propias fuerzas y
porque tienen objetivos que no les son propios.... No se puede definir la identidad
del actor independientemente del conflicto real del adversario y del reconocimiento
del objeto de lucha.
2. El principio de oposición hay que definirlo de la misma manera. Un movimiento
no se organiza más que si puede nombrar a su adversario, pero su acción no
presupone esta identificación. El conflicto hace surgir al adversario forma a los
actores en presencia....,sólo se puede hablar de principio de oposición si el actor
se siente enfrentado con una fuerza social general en un combate que ponga en
entredicho orientaciones generales de la vida social.
3. El principio de totalidad... el cual no es sino el sistema de acción histórica cuyos
adversarios, situados en la doble dialéctica de las clases sociales, se disputan el
dominio... El movimiento social, por tanto, no es necesariamente global.... No se
puede analizar un movimiento social fuera del campo de la historicidad en el que
se forma. En general se puede decir que contrapone clases o fuerzas sociales que
73
son en último término fuerzas de clase para el control de un sistema de acción
histórica... (por lo tanto)... No se puede reducir al propio movimiento obrero a un
conflicto de intereses económicos o a una reacción contra la proletarización. Al
movimiento obrero lo anima una imagen de la “civilización” industrial, la idea de un
progreso de las fuerzas de producción utilizado para el bien de todos, lo cual es
muy diferente de la utopía igualitarista simple, poco preocupada por las
condiciones del crecimiento 9 .
La anterior estructuración teórica que Touraine hace acerca de lo que es un
movimiento bien puede ser aplicada al análisis del movimiento sindical que se
desarrollo en el país durante más de diez años y dicho movimiento colocó en tela
de juicio muchos de los mecanismos y comportamientos de la clase política
dirigente, también relacionó el agotamiento de un modelo de desarrollo y las
repercusiones que esto traería en lo inmediato. Sus reclamos, sus demandas, sus
justificaciones de la acción colectiva desarrolladas siguen latentes.
Por su parte, Alberto Melucci centra su propuesta de estudio y análisis de
los movimientos sociales en la acción colectiva. Su propuesta tiene muchos
acercamientos con lo que vimos anteriormente con Alain Touraine; sin embargo, la
diferencia estriba en que no es tan estricto en su planteamiento, lo cual no implica
ningún demérito o deficiencia teórica, al contrario, me parece que lo que aporta
Melucci nos permite contar con un mayor acerbo para comprender la acción del
actor social y ubicar en que momento se empata o converge con la propuesta de
Touraine.
Así, Melucci nos indica que: 9 Touraine, Alain, Producción...pp.250,251 y 252.
74
“...la acción no puede analizarse solamente dentro de las contradicciones
estructurales. La acción tiene que considerarse como una interacción de objetivos,
recursos y obstáculos; como una orientación intencional que se establece dentro
de un sistema de oportunidades y coerciones... El modo en que los movimientos
definen su acción es el nexo concreto entre orientaciones y oportunidades /
constricciones sistémicas”10.
de tal forma que, los movimientos sociales son vistos de una manera, digamos
más integral al considerar varios elementos presentes en ellos y que son los que
van a darle forma a lo que este autor denomina sistemas de acción, “en el sentido
de que sus estructuras son construidas por objetivos, creencias, decisiones e
intercambios, todos ellos operando en un campo sistémico”11.
Con esta formulación y teniendo como referente central la acción colectiva,
permite que en los movimientos sociales el sujeto tenga un papel preponderante
como parte de una colectividad, y, en consecuencia habrá que “considerar los
movimientos como sistemas de acción, (lo cual) significa dejar de tratarlos como si
fuesen simples fenómenos empíricos. Lo que empíricamente se denomina un
‘movimiento social’ es un sistema de acción que conecta orientaciones y
propósitos plurales”12 .
Ya en un terreno más propio para el análisis de los movimientos sociales,
Melucci propone una definición, considerando la acción colectiva, que abarca tres
dimensiones:10 Melucci, Alberto, Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, México, 1999, p. 3711 Ibid., p.3812 Ibid., p.38
75
a) basada en la solidaridad, es decir, la capacidad de los actores de
reconocerse a sí mismos y de ser reconocidos como miembros del mismo sistema
de relaciones sociales.
b) desarrollo de un conflicto, o sea una situación en la cual los adversarios
se encuentran en oposición sobre un objeto común, en un campo de disputa por
ambos... El conflicto, en realidad, presupone adversarios que luchan por algo que
reconocen, que está de por medio entre ellos, y que es por lo que precisamente se
convierten en adversarios.
c) romper los límites del sistema, es decir, la ruptura de los límites de
compatibilidad de un sistema al que los actores involucrados se refieren. Romper
los límites significa la acción que sobrepasa el rango de variación que un sistema
puede tolerar, sin cambiar su estructura (entendida como la suma de los
elementos y relaciones que la conforman). Los sistemas de relaciones sociales
pueden ser muchos y muy variados, pero lo importante aquí es la existencia de un
comportamiento que traspasa las fronteras de la compatibilidad forzando al
sistema a ir más allá del rango de variaciones que su estructura puede tolerar13 .
Con lo expuesto en este apartado sobre la insurgencia sindical, se
retomarán varios de los planteamientos aquí considerados para llevarlos al caso
concreto que me ocupa en el presente trabajo. A lo largo de la exposición se podrá
ubicar como se manifiestan algunos o varios de los elementos considerados en la
teoría de los movimientos sociales, en un período determinado.
13 Ibid. p.46-47.
76
DE LA CRISIS DEL ESTADO DE BIENESTAR A LA IMPLEMENTACIÓN DEL
NEOLIBERALISMO EN MÉXICO.
Es quizás en México -en el contexto de los llamados Estados de Bienestar- en
donde se pueden establecer con mayor claridad los parámetros más claros en
relación con este modelo de desarrollo. En efecto, el Estado de bienestar en el
sistema capitalista tiene asignadas una serie de funciones que permiten sentar las
bases adecuadas para el desarrollo del capital sin “sobresaltos”.
El Estado mexicano emanado del movimiento de la revolución de 1910
combina una serie de líneas de acción que le permitió durante un largo período en
donde se puede señalar que se dio en plenitud el llamado Estado de Bienestar -
por lo menos de 1936 a 1982- en donde se dirimieron las contradicciones del
desarrollo capitalista con medidas que iban del populismo a la coerción e incluso
llegó a la represión hacia los distintos sectores de las clases sociales del país, por
una parte. Por otra, con la generación de instituciones de clara tendencia social
77
(IMSS, ISSSTE, INFONAVIT, FOVISSSTE, FONACOT, INI) así como el control y
manejo de los recursos naturales considerados como prioritarios (energía
eléctrica, petróleo, energía nuclear), la aplicación de medidas contra la apropiación
extensiva de la tierra promoviendo el ejido y reconociendo la propiedad comunal,
y, con la creciente intervención en la vida económica en varios sectores de la
economía con la creación de empresas estatales y paraestatales, dieron lugar a
una presencia del Estado bastante fuerte durante el período señalado, el cual sin
lugar a dudas se le puede caracterizar como el prototipo de un Estado de
Bienestar. Hasta 1982 llegó a disponer más de 1200 empresas estatales y
paraestatales, con participación del 50% hasta el 100% del capital.
Los análisis que se han hecho con relación al funcionamiento del Estado
Mexicano han sido muy variados, sin embargo, todos coinciden en que en él se
dio lugar a un tratamiento especial a los diferentes conflictos que surgían
alrededor de las relaciones sociales desarrolladas entre los diferentes segmentos
de las clases sociales.
Por un lado, se consolidó el desarrollo del corporativismo que cubrió tanto a
los trabajadores del campo y de la ciudad, dando lugar a la creación de
organismos que pretendían la representación a través de organismos como la
Confederación de Trabajadores de México (CTM) en donde se agruparían la
mayoría de los trabajadores relacionados con la industria de la transformación,
principalmente; los trabajadores ubicados en la burocracia se les integraba en al
Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), a los
campesinos en la Confederación Nacional Campesina (CNC) y a los relacionados
con otras actividades, identificados como del sector popular (comerciantes,
78
colonos, entre otros) en la Confederación Nacional de Organizaciones Populares
(CNOP). Todos estos agrupamientos se encadenaban directamente con el partido
oficial, el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Por otro lado, a los industriales, insertos tanto en las grandes empresas
como con los pequeños propietarios, a través de las cámaras u organismos
empresariales: Cámara Nacional de la Industria de la Transformación
(CANACINTRA), Confederación de Cámara Nacional de Comercio
(CONCANACO), Confederación de la Cámara Mexicana de la Industria Nacional
(CONCAMIN).
Así, se lograba establecer mecanismos mediante los cuales el Estado se
presentaba ante la sociedad como un ente que tendría un papel de vínculo entre
los diferentes sectores de la llamada sociedad civil y, por consiguiente, tendría un
carácter de garante ante los diferentes conflictos que surgieran en la sociedad..
Sin embargo, lo que se fue perfilando fue la construcción de un Estado al servicio
del capital cuyos postulados, para su funcionamiento, se sintetizan en los
siguientes:
“1. El Estado ampliado es un concepto que incorpora dos dimensiones
nuevas, las del consenso y las de la sociedad civil, y se opone al Estado-
instrumento porque permite entender que el Estado no sólo representa los
intereses de una clase dominante, sino ‘los intereses comunes de todos los
miembros de una sociedad de clases capitalista’ (Offe 1984:177).
79
2. El Estado en sentido gramasciano, no sólo reproduce y mantiene la
dominación de clase, sino también logra conquistar el consenso de los grupos
gobernados, como una expresión de fuerza y hegemonía.
3. El Estado capitalista conforma el espacio de relaciones en donde se lleva
a cabo el proceso de lucha de clases, no como un espacio neutro o de mero
arbitraje, sino con un carácter de clase que estructura un proyecto de dirección y
regulación de las relaciones entre trabajo y capital.
4. La estructuración de las relaciones entre las clases se da en la arena
estatal, cuyo eje central es la contradicción entre la producción social y la
apropiación privada del excedente.
5. La relación de fuerzas y la construcción de la hegemonía se realizan en
el trazo de una materialidad institucional, como la forma especializada que adopta
el Estado, como conjunto de aparatos, que posibilita el ejercicio de sus funciones
de forma cotidiana.
6. Las formas de relación del Estado con las clases sociales se llevan a
cabo de forma diferencial e inestable, y se expresan a través de las instituciones
en donde las clases se reconocen.
7. El ejercicio del poder del Estado no es un mecanismo directo de las
clases dominantes, sino que se lleva a cabo por la representación común del
Estado, que permite una ubicación de posiciones no estables que se expresan en
los proyectos y reacomodos permanentes entre Estado, trabajo y capital”1 .
A partir de los postulados anteriores, nos permite ubicar de manera mucho
más explícita cuales han sido las funciones del Estado capitalista y, para el caso
1 Aziz Nassif, Alberto, El Estado mexicano y la CTM, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología social, 1989, p. 28.
80
de México, las funciones en la etapa identificada como el Estado de bienestar, en
donde, siguiendo al mismo autor que hace los postulados referidos, establece que
“... En este sentido el Estado genera una instancia política burocrática que se
constituye como el grupo especializado cuya función principal es el gobierno”2 . De
tal manera que para observar en la práctica concreta del Estado en una sociedad
capitalista, esta orientada a que cubra:
“1) suministro de condiciones materiales de la producción (infraestructura); 2)
establecimiento y garantía de un ordenamiento jurídico general dentro del cual se
mueven las relaciones de los sujetos jurídicos en la sociedad capitalista; 3) la
reglamentación del conflicto entre trabajo asalariado y capital, y en caso de
necesidad, la represión política de la clase obrera; 4) asegura la expansión del
capital nacional total en el mercado capitalista mundial (Alvater 1984:219)”3
Para el caso que nos ocupa, la democracia y el corporativismo sindical, al
analizar los efectos para los trabajadores de una empresa descentralizada,
podremos observar a través del proceso del conflicto, la manera de como se van
cumpliendo cada uno de los aspectos del funcionamiento del Estado en una
sociedad capitalista, sobre todo en el contexto del llamado Estado de Bienestar y
también como se detectan estas mismas funciones en el llamado Estado
neoliberal, en donde las funciones poco varían.
Lo sintetizado hasta aquí, se tomará como referencia a tener en cuenta en
lo que corresponde dentro del período en que se inicia la construcción y operación
2 Idem., p. 293 Ibid.
81
del Sistema de Transporte colectivo, el metro. Conviene recordar que los
trabajadores del metro enfrentan, durante el proceso de construcción y ampliación
de la empresa las consecuencias de las medidas de dos períodos de desarrollo
capitalista. En efecto, en un primer momento, se inserta la aprobación de la
creación de la empresa e inició de su construcción cuando sé esta en pleno auge
el modelo que se puede caracterizar como típico del Estado de bienestar y
también, en otro período, con otro modelo de desarrollo, comparten también lo que
es el inicio y despliegue del modelo actual, es decir, el Estado neoliberal. En
ambos períodos enfrentan consecuencias que dan lugar a acciones de represión y
medidas de control de diferente tipo, como sé vera más adelante.
METODOLOGÍA
La metodología aplicada en este trabajo se basó en la observación participativa,
respaldado por la ventaja de también haber sido partícipe directo en parte del
proceso que estoy analizando, como activista y militante sindical durante el tiempo
en que laboré (cerca de ocho años, 970-1978) . Por ello, tendré cuidado de no
caer en posiciones personales sobre mi particular forma de interpretar los hechos,
haciendo el esfuerzo de tomar en cuenta las referencias teóricas aquí expuestas y
las adicionales derivadas de los testimonios de los sujetos activos, del análisis de
la información de la prensa, a la cual le di seguimiento a través de seis diarios
durante un lapso de cerca de 10 años1.
1 Los diarios de referencia son el Excelsior, El día (en particular la sección “Metrópoli”), El Heraldo, Uno más Uno, El Universal y la Prensa. Todos ellos fueron consultados en el archivo hemerográfico de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, “Catálago de Microfichas del Instituto Mexicano de Estudios Políticos, 1972-1990 “.
82
De igual manera obtuve un gran respaldo con la información de los
boletines informativos del Sindicato, en particular Trinchera, órgano oficial de esta
organización, boletín que se ha respetado independientemente de quienes estén
al frente de la dirección sindical, así como el análisis de documentos elaborados
por grupos de trabajadores, de circulación restringida, pero de gran valía para
comprender momentos coyunturales
También tuve presente que cuando se trató de abordar el estudio, en las
investigaciones sobre los trabajadores, abundan los modelos predeterminados; sin
embargo, en la mayoría de los casos se tratan aspectos aislados del conjunto de
relaciones que se establecen en el mundo del trabajo, a veces esto se aborda así
por cuestiones de método. Así lo apuntan varios investigadores sobre el tema, por
ejemplo, en la presentación del trabajo de Novelo y Urteaga abordando el caso de
los sindicatos en Ciudad Sahagún, Francisco Zapata, resume esto de la siguiente
manera:
"....podemos distinguir las formas principales de aproximación del proletario
mexicano. Uno de ellos enfoca la organización, el control, la manipulación de los
trabajadores por parte de un sistema político omnipresente; describe los modos en
que surge, se desarrolla y se articula este control a través de los sindicatos. La
preocupación central de esta forma de aproximación nos indica que los márgenes
de maniobra de la clase obrera frente al cumplimiento de sus objetivos son muy
reducidos y que las posibilidades de articular un proyecto autónomo con relación
al sistema político es mínimo para la clase obrera mexicana. Es decir, se subraya
el papel del estado y se reconoce la importancia y debilidad de la sociedad. De
83
cierta manera el movimiento obrero es producido por el estado, es su hijo
predilecto en ocasiones y la oveja negra en otros.
Existe otra forma de aproximación al fenómeno proletario. Esta da por
sentados los aspectos señalados anteriormente y los toma como punto de partida
de su particular reflexión. Se centra en la observación directa del funcionamiento
de este sistema de control político de la clase obrera en sus expresiones
específicas en las empresas y en las fábricas. Trata de determinar y definir como
se vive dentro del control; cuales son las posibilidades de acción que se pueden
articular y cuales son sus márgenes reales, no genéricos, en que existen la acción
y la conciencia obrera. Trata en resumen, de los obreros en su especificidad frente
a los aparatos. Se diferencia así de la primera en cuanto toma como objeto de
análisis no las formas globales y sistémicas en que esta inserto el proletariado
sino los modos de expresión muy particulares de éste en situaciones muy
delimitadas en el espacio social y político del país".2
En este trabajo, busqué seguir la segunda propuesta citada, tomando como
soportes para su realización lo ya descrito en el apartado de las consideraciones
teóricas, desde luego con el respaldo proporcionado en el Proyecto de
Investigación Formativa (PIF), “Movimientos Sociales Urbanos, Identidades
Colectivas y Ciudadanía “.
2
2 Novelo, Victoria y Urteaga, Augusto, op. cit p. 9-10.
84
I. ORIGEN Y DESARROLLO DE LA EMPRESA. LA RELACIÓN LABORAL Y LA
FORMACIÓN DEL SINDICATO
1. Origen de la empresa y la organización de los trabajadores.
El proceso de crecimiento del área metropolitana de la ciudad de México es uno
de los fenómenos que más han llamado la atención por la fuerte concentración
poblacional durante las últimas cuatro décadas, dando lugar a que en la
actualidad sea considerada como la ciudad más grande del planeta, por eso
mismo se han surgido enormes necesidades, siendo una de ellas la del transporte.
Este fenómeno de concentración poblacional en una área territorial tan
pequeña, se acentuó de manera acelerada a partir de la década de los sesentas
debido a la expulsión masiva de los habitantes del interior del país que buscaban
alternativas de empleo y mejoramiento en sus condiciones de vida. Esta situación
no es producto de la casualidad, la ciudad de México al ser el centro político del
85
país, concentra una serie de actividades de diverso índole (económicas, políticas,
sociales, culturales, etc), que provocaron el acelerado crecimiento de los
asentamientos urbanos, para esos años
“....el área metropolitana... concentra el 48 % de la producción bruta total industrial
del país, el 47 % del personal ocupado (407 005 trabajadores) y el 29.9 %de los
establecimientos (24 624 establecimientos). ‘En este año, el Distrito Federal
absorbía el 96 % y el Estado de México el restante 4 % del total de los
establecimientos del Área Urbana de la Ciudad de México, mientras que según la
producción bruta total industrial las participaciones fueron de 80. 3% y 19.7 %
respectivamente’”1 .
Tal situación provocaría que varios de los servicios requeridos por los
habitantes del área metropolitana derivados de sus actividades, exigieran
respuestas inmediatas, entre otros la del transporte. En efecto, en la medida en
que la concentración poblacional se daba de manera acelerada, esto provocaba
serias dificultades para el traslado de las zonas habitacionales a los centros de
trabajo, tanto de tipo industrial como de servicios; sin embargo, contar con un
medio de transporte masivo en una de las ciudades más grandes del mundo,
representó todo un desafío, sobre todo por las condiciones del terreno. En este
sentido quienes mayor dominio tenía sobre esta situación, en ese momento, sin
lugar a dudas era la compañía Ingenieros Civiles Asociados (ICA), la cual había
desarrollado una indiscutible experiencia en el ramo de la construcción y por 1 Navarro Benitez, Bernardo, CIUDAD DE MÉXICO. EL METRO Y SUS USUARIOS,México, Universidad Autónoma Metropolitana, Departamento del distrito Federal, Universidad Nacional Autónoma de México, 1993, 1993, p. 32.
86
consiguiente se abocó a la realización de diversos estudios sobre la necesidad de
crear un servicio de trasportación masivo para la ciudad de México.
Así, “en 1958, esta empresa comenzó a realizar estudios sobre el
transporte de pasajeros. El antecedente directo es el denominado ‘Estudio de vías
rápidas para la ciudad de México’, trabajo que curiosamente desembocó en la
recopilación de información sobre 33 países en materia de transportación masiva
tipo Metro”2 .
Finalmente la decisión se tomó. Los estudios preliminares permitieron
vislumbrar los problemas técnicos para su construcción y colocar en la balanza los
beneficios que se obtendrían para resolver una de las demandas más urgentes
como era el transporte masivo de la fuerza de trabajo del área metropolitana y con
ello garantizar un traslado rápido, seguro y a bajo costo, lo cual redundaría en una
garantía para la reproducción de la fuerza de trabajo. Así, los principios
fundamentales del proyecto ICA, fueron los siguientes:
1. corresponder con las corrientes establecidas de mayores volúmenes de
pasajeros y cubrir las zonas de mayor densidad demográfica.
2. Dar servicio a las zonas más congestionadas, eliminando en gran parte los
medios de transporte de superficie.
3. Abarcar los centros de actividades principales de la metrópoli.
4. Ahorro de tiempo por medio de líneas lo más rectas posibles e interconexiones
múltiples.
5. Preservación del centro monumental e histórico de la capital.
2 Idem. p. 35.
87
6. El trazo de las líneas no podría perjudicar o anular vías de transportación
existente.
7. Evitar el ingreso de los autobuses suburbanos y foráneos al centro de la capital.
8. Eliminar las líneas de tranvías que penetraban a la zona céntrica, destinando
las unidades de estas rutas a reforzar el servicio de las líneas que se
conservarían.
9. Irrigar al máximo la zona central con la red de trenes rápidos, de manera que la
mayor parte del público de dicha zona tuviera acceso a una estación del Metro con
un recorrido a pie 3 .
Así, el 29 Abril de 1967 se pública en el Diario Oficial de la Federación el
Decreto de creación, en el cual se establece:
“ARTÍCULO 1º.- Se instituye un organismo público descentralizado con
personalidad jurídica y patrimonio propios, que se denominará “Sistema de
Transporte Colectivo” y cuyo objeto será la construcción, operación y explotación
de un tren rápido con recorrido subterráneo y superficial, para el transporte
colectivo en el Distrito Federal, principalmente en la ciudad de México”4
Además, habrá que tomar en cuenta que para el momento en que inicia el
servicio el metro de la ciudad de México, ya habían transcurrido más de cien años
de que este tipo de transporte masivo se proporcionaba en ciudades
3 Bernardo, Navarro y González, Evodio, METRO METROPOLI MÉXICO, México, UAM-X/UNAM, 1989, p. 18.4 Tomado de EL METRO DE MEXICO. PRIMERA MEMORIA ,México, Sistema de Transporte Colectivo Metro, 1973. pp 113-117.
88
metropolitanas ( por cierto es de donde se toma el nombre de metro). En efecto,
es en la ciudad de Londres donde nació el primer ferrocarril subterráneo, con una
extensión de 6 Km de largo y la tracción era por medio de locomotoras de vapor,
utilizando carbón como combustible 5 . De manera que al tomar de la decisión de
la construcción del metro, se tenía la ventaja de poder disponer de una tecnología
con una importante acumulación de experiencia en ese ramo.
Por ello las obras de construcción se desarrollaron a un ritmo muy
acelerado, de manera que el 4 de septiembre de 1969 dio inicio el servicio de la
primera línea del metro, cubriendo el tramo de la estación Insurgentes a Zaragoza,
cuya distancia de recorrido era de 12.6 kilómetros y transportaba a 240 mil
pasajeros diarios a lo largo de 16 estaciones.
Este medio de transporte masivo se fue tomando como una medida de
respuesta a la demanda de este servicio en las zonas urbanas que por lo general
rebasaban el millón de habitantes. Por ello, antes de que en el país se dispusiera
de este sistema de transporte, ya existían 35 ciudades en el orbe que lo habían
asumido. Para 1972 existían un total de 40 sistemas en operación y 34 de ellos
atendían su desarrollo de ampliación de las líneas existentes y se reportaba que
ya había en construcción otros 22 y estaban en proceso de estudio otros 35. Las
extensiones que cubren, el número de estaciones, la velocidad que adquieren, las
condiciones de construcción, los niveles de seguridad, son muy variados 6 .
Empero, el metro de la ciudad de México cada vez tiene una mayor
relevancia para el transporte colectivo y ha generado transformaciones relevantes
5 5 Idem. p. 566 Ibid.
89
en varios niveles de la actividad en la vida urbana, que van desde el cambio de la
fisonomía arquitectónica al levantar estructuras de gran ingenio, modificar la
movilidad anexa a las estaciones creando un gran movimiento de comercios y
servicios, generando espacios para la difusión de actividades culturales diversas
(murales, exposiciones de libros, pinturas, fotografía), redes paralelas de
transporte terrestre, descubrimiento de zonas arqueológicas, entre muchos otros
aspectos.
El metro de la ciudad de México también tiene otras características, lo cual
lo hacen ser aun más significativo en cuanto a su importancia estratégica para una
ciudad que centraliza tantas actividades en el país. así, se ha constatado que es
“el único caso en América Latina en el cual una de sus funciones sustanciales es
estructurar el sistema de transporte de fuerza de trabajo (subrayado mío) del Área
Metropolitana de la Ciudad de México. Así, desde su concepción original el
proyecto metro se sustentó en estudios sobre la movilidad de obreros y
empleados, definió una traza que, vinculada a otros modos de transporte, conecta
algunas de las principales zonas de habitación popular con el resto de la urbe y
estableció una política tarifaría acorde al gasto en transporte que en aquel
entonces realizaban los trabajadores”7 .
7 Navarro, Bernardo, El traslado masivo de la fuerza de trabajo en la ciudad de México, México, Departamento del Distrito Federal / Universidad Nacional Autónoma de México / Plaza y Váldez, 1988, p.14
90
En este sentido también los industriales de la zona de Vallejo, levantaron
una investigación para determinar la pérdida de horas /hombre por el tiempo
utilizado para trasladarse de las zonas habitacionales a los centros de trabajo.8
El ahorro de horas /hombre, es un hecho cada vez más indiscutible ya que
“... el metro también proporciona un modo de transporte más rápido... porque
circula a una velocidad (promedio) de 35 km/h. , comparada con los 15 km/h
promedio que alcanzan apenas los vehículos que circulan por la superficie. Los
usuarios del metro de la ciudad de México ahorran 500 millones horas por año”9 .
En estos momentos estas cifras ya han sido ampliamente rebasadas, en la medida
en que sigue el crecimiento del uso del transporte individual y, por consiguiente la
velocidad del transporte individual es cada vez más reducida, ratificando con ello
las ventajas del uso del transporte colectivo del metro.
En cuanto a la organización de los trabajadores para proporcionar la
operación y mantenimiento de la empresa, ésta se alimentó al inicio con una
buena parte de quienes estuvieron contratados por la empresa constructora, pues
ahí se encontraba “... Un ejército integrado por 800 técnicos, 10,000 obreros y
1,600 empleados administrativos, trabajando en jornadas dobles o triples, e
incluso los domingos...”10 . La estructura con la cual iniciaba el servicio del
transporte colectivo, se apega a las disposiciones que se desprenden del decreto
de creación del organismo, siendo el Consejo de Administración la máxima
autoridad, el cual esta integrado por los siguientes Consejeros Propietarios:
8 El Día, 28 de marzo de 19749 M. Bauer, J. Quintanilla, G, Ferrando Bravo y A. Reynoso, “El Sistema de Transporte Eléctrico en el D.F.”, en Revista mexicana de sociología,nº. 3/90, año LII, núm. 3 jul/sep, 1990.10 EL METRO DE LA ... Op. cit. p. 22
91
a) El Jefe del Departamento del Distrito Federal (hoy, Jefe de Gobierno), quien
tendrá el carácter de Presidente del consejo.
b) El Secretario de Hacienda y Crédito Público
c) El Secretario del Patrimonio Nacional
d) El Secretario de Comunicaciones y Transporte
e) Tres representantes que designe el Jefe de Gobierno del Distrito Federal
Por cada Consejero Propietario deberá designarse un suplente11 .
A partir de este Consejo, la estructura de la empresa ha sido muy variable,
dependiendo en gran medida del crecimiento que ha tenido, por lo cual de acuerdo
a las necesidades tanto de operación, mantenimiento y administración, se van
efectuado cambios que tienen impacto en la estructura, por lo cual se mantiene
siempre en constante movilidad.
2. Plantilla inicial de los trabajadores.
Par iniciar el servicio de la transportación colectiva, el personal requerido para tal
fin, se le encuadró en tres grandes categorías: la administrativa, la operativa y la
profesional. A las dos primeras se les estableció como requisito para ingresar, en
general, un nivel de escolaridad mínimo de educación media (secundaria),
derivando de ellos varios niveles de especialidad (técnicos, comerciales, etc.) y
para la otra, se exigen estudios a nivel superior (por lo general en el ámbito de
ingeniería mecánica, eléctrica, electrónica, entre otras). El personal de cada una
de las categorías antes señaladas, se les asigna en las áreas de conducción de
trenes, taquilleras, talleres de mantenimiento de los trenes, mantenimiento de 11 Idem. p. 114
92
instalaciones mecánicas, electromecánicas, atención en la programación y
circulación de trenes, seguridad, vigilancia, mantenimiento de las vías,
instalaciones fijas, señalización, entre otros.
Así, la contratación de trabajadores durante los primeros años de servicio
tiene un acelerado crecimiento, llegando a incorporar la empresa a cerca de 4 mil
trabajadores hacía fines de 1976.
La expansión de la empresa permite que se tenga un permanente ingreso
de personal, el cual sólo tiene un ligero estancamiento durante el período 1972-
1977, donde se mantuvo casi estática la plantilla; sin embargo, en los años
sucesivos sé continuo con un crecimiento considerable, como se puede apreciar
en el siguiente cuadro.
STC-METRO: EVOLUCIÓN DE LA PLANTILLA LABORAL
Cuadro 1
AÑOS DE BASE CONFIANZA EVENTUALES TOTAL
1974 2 444 305 506 3 255
1975 3 345 375 174 3 894
1976 3 438 398 145 3 981
1977 3 733 467 33 4 233
1978 3 914 563 51 4 528
1979 3 980 614 131 4 725
1980 3 903 712 273 4 888
1981 4 686 841 633 6 160
1982 5 484 930 438 6 852
93
1983 5 840 1 212 266 7 318
1984 - - - 8 086
1985 - - - 8 165
1986 7 676 1 486 269 8 424
Fuente: Navarro, Bernardo y González, Evodio, METRO METROPOLI MÉXICO,
UAM/UNAM, 1989, p 66.
A más de 30 años de la inauguración, se han construido 190.48 kilómetros
de túneles, viaductos y tendidos de superficie, en donde se distribuyen 11 líneas y
167 estaciones que cruzan por distintos puntos geográficos a la Ciudad de México
y partes del área metropolitana; con ello, el metro se ha convertido en la parte
nodal del transporte público. Tal crecimiento permite que en la actualidad de
transporten diariamente cerca de cinco millones de usuarios. La actual red, se
puede apreciar en el cuadro dos.
LINEAS, RECORRIDO, DISTANCIA Y NÚMERO DE ESTACIONES DEL METRO
EN EL AÑO 2000
Cuadro 2
Línea Recorrido Distancia Estaciones
1 Pantitlán - Observatorio 18.18 Km 20
2 Cuatro Caminos - Tasqueña 23.4 Km 24
3 Indios Verdes – Universidad 23.6 Km. 21
4 Santa Anita - Martín Carrera 10.7 Km 10
5 Pantitlán - Politécnico 15.7 Km 13
94
6 El Rosario - Martín Carrera 13.9 Km 11
7 El Rosario - Barranca del Muerto 18.8 Km 14
8 Garibaldi – Constitución de 1917 20.1 Km.. 19
9 Pantitlán - Tacubaya 15.4 Km 12
A Pantitlán - La Paz 17.2 Km.. 10
B Buenavista - Villa de Aragón 13.5 Km 13
Total: 11 190.48 Km 167
Fuente: Información de la Dirección de Nuevas Tecnologías del Sistema de Transporte
Colectivo, difundida en la página de Internet. , actualizada al año 2000.
Con esta infraestructura que actualmente tiene el metro, se atiende a un
poco más del 23 % de los 30.8 millones de viajes/persona/día, que se llevan a
cabo en la zona metropolitana del Valle de México, lo cual significa alrededor de 4,
200, 000 de pasajeros, que circulan por las diferentes líneas que proporcionan el
servicio. La afluencia de pasajeros por línea, se ilustra en el cuadro tres:
AFLUENCIA DE PASAJEROS POR LÍNEA. DATOS COMPARATIVOS POR
GRUPOS DE LÍNEAS (en miles)
Cuadro 3
Año Línea 1 y 2 Porcentaje Línea 3 Porcentaje Total
1969 27 861 100 ___ ___ 27 861
1970 139 413 98.4 2 197 1.6 141 609
95
1971 300 111 91.2 28 791 8.8 328 900
1972 352 545 90.5 36 609 9.5 389 154
1973 394 652 90.2 42 571 9.8 437 222
1974 442 112 89.8 50 244 10.2 492 356
1975 496 163 89.9 55 186 10.1 551 348
1976 542 519 89.7 62 271 10.3 604 790
1977 592 285 89.7 67 524 10.3 659 809
1978 656 985 89.5 79 878 10.9 736 862
1979 733 353 87.5 104 146 12.5 837 499
1980 768 844 84.5 140 763 15.5 909 600
Año Líneas 1 y 2 Porcentaje Líneas 3,4
y5
Porcentaje Total
1981 784 554 79.5 292 878 20.5 987 432
1982 769 554 74.5 268 878 25.9 1 037 482
Año Líneas 1,2 y
3
Porcentaje Líneas 4,5 y
6
Porcentaje Total
1983 1 023 859 91.7 92 880 8.3 1 116 739
1984 1 121 774 90.3 120 475 9.7 1 242 250
1985 1 177 004 88.9 147 439 11.1 1 324 444
1986 1 143 701 84.0 218 233 16.0 1 361 934
1987 1 162 391 82.2 251 727 17.8 1 414 117
Fuente: Navarro, Bernardo, LA CIUDAD DE MÉXICO. EL METRO Y SUS
USUARIOS, México, UAM-Xochimilco, 1993, p. 68
96
El cuadro anterior también refleja el proceso de construcción acelerada para
dar respuesta a la demanda creciente de usuarios y por consiguiente se puede
hacer la comparación del ingreso de personal para cubrir las necesidades de tal
demanda y expansión de la empresa a lo largo de estos años, sólo interrumpida
por cinco años, durante la gestión del regente Octavio Sentíes Gómez, en el
sexenio de Luis Echeverría Álvarez, para después ser retomada a partir de 1977
de manera constante hasta la actualidad. Esto se puede apreciar a lo largo de las
siete etapas en que se ha agrupado el proceso de construcción del metro, como a
continuación se sintetiza.
ETAPAS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL METRO
Cuadro 4
Etapa Inicio Terminació
n
Líneas Longitud Estaciones
I (a) 19-junio-
1967
10-junio-
1972
1, 2 y 3 42.4 Km. 48
II (b) 7-sep-1977 agosto de
1982
3,4 y 5 37.1 Km 32
III (c) Principios
de 1983
Fines de
1985
1, 2, 3, 6 y 7 35.2 Km 25
IV (d) Principia en
1985
26 de
agosto de
1987
6, 7 y 9 25.7 Km 20
97
V (e) (s/f) 20 de julio
de 1994
A y 8 37.1 Km 29
VI (f) octubre de
1994
Noviembre
del 2000
B 23.7 Km 21
Por otra parte cabe señalar que la manera del reclutamiento o contratación
del personal se ha hecho de manera muy irregular. Al inicio del funcionamiento
(1969) hasta mediados de 1975, la mayoría del personal fue contratado
directamente por la empresa, sin intervención del sindicato. Este interviene de
(a) En la línea 1, el tramo construido fue de Chapultepec a Zaragoza; en la línea 2, de
Tacuba a Tasqueña y, en la línea 3, de Tlatelolco a Hospital General.
(b) En la línea 3, el tramo fue de Tlateloco-la Raza y de Hospital General-Zapata; en la
línea 4, de Martín Carrera-Santa Anita, y en la línea 4, de Pantitlan-Politécnico.
(c) En la línea 1, el tramo fue de Zaragoza-Pantitlan; en la línea 2,de Tacuba-Cuatro
Caminos; en la línea 3, Zapata-Universidad; en la línea 6, Rosario-Instituto Polítécnico y,
en la línea 7, Tacuba-Barranca del Muerto.
(d) En la línea 6, el tramo fue de Instituto Politécnico-Martín Carrera; en la línea 7, de
Tacuba-El Rosario; en la línea9, de Pantitlan-Tacubaya.
(e) En al línea A, el tramo fue de Pantitlan-La Paz y, en la línea 8, Constitución de 1917-
Garibaldi
(f) En la línea B, Buenavista-Ciudad Azteca.
Fuente: Elaboración propia con datos en Internet y de Compendio de datos
técnicos relevantes del metro, Sección de sistemas de operación, México, febrero
de 1984.
98
manera parcial (con el 50 %) hasta que se firma el Reglamento de Condiciones
Generales de Trabajo y que entra en vigencia (20 de marzo de 1975).
Otro aspecto que cabe destacar es que el personal que se contrata para el
área de transportación (conductores) y taquilleras, son sujetos a un proceso de
capacitación para dotarles de los conocimientos y adiestramiento indispensables
para el desempeño de las actividades propias de la categoría del nombramiento
asignado. De igual manera, la clasificación de base o de confianza del personal
contratado quedó definido hasta que se firmó el Reglamento de Condiciones
Generales de Trabajo (RCGT), como se verá más adelante.
3. La legislación laboral y el apartado “B”.
La empresa del Sistema de Transporte Colectivo (S.T.C.) al momento de
constituirse como un organismo descentralizado, dependiente del gobierno del
Departamento del Distrito Federal, debía de establecer su marco jurídico laboral,
por lo cual se decidió que éste debería ser el estipulado en el apartado "B" del
articulo 123; esto es, a pesar de que dicha empresa se ocuparía de proporcionar
un servicio y no era una oficina o dependencia burocrática, se definió que a sus
trabajadores se les diera el trato de burócratas, apoyándose en el hecho de ser
una empresa dependiente el 100 % del gobierno.
Con esta interpretación del marco jurídico-laboral, los trabajadores de la
empresa de transporte colectivo, recién creada, se enfrentarían a una imposición,
la cual se garantizaba llevarlos de lleno a integrarse al carril del corporativismo
99
sindical, a través de uno de los bastiones más dóciles e identificados con los
gobiernos emanados de las filas del partido oficial, esto es, los sindicatos
burócratas y por consiguiente integrarse a la Federación de Sindicatos de
Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), única central reconocida, por ley,
por las autoridades laborales.
Este primera acción relativa al marco jurídico, daría lugar de inmediato a la
presencia de contradicciones con la empresa, derivadas de la aplicación de los
preceptos considerados para normar la relación laboral y que en los hechos dan
lugar a la configuración de elementos que conforman el cuadro de restricciones
del apartado “B” del artículo 123 constitucional, contenidos en su ley
reglamentaria. A esto se enfrentarían los trabajadores, quienes irían detectado con
mayor nitidez el trato discriminatorio de este restrictivo marco jurídico, como se
podrá constatar al describir los contenidos y efectos de algunas de las acciones
ahí estipuladas y que respaldan los mecanismos de control que a continuación se
señalan; sin embargo, habrá que insistir que éstos son sólo algunos ejemplos,
pues existen muchos otros que se podrán ubicar a lo largo de la exposición de
este trabajo y cuya relación con el llamado corporativismo sindical le dan cierta
legitimidad a éste. Entre los elementos más sobresalientes, se pueden señalar:
La restricción a la libertad sindical. Esta se dejo sentir al momento de
no permitir la libertad de constituir un Sindicato conforme lo establece el articulo
123 constitucional y la Ley Federal del Trabajo, sino que debería sujetarse al
marco jurídico del apartado "B". Así, al dar inicio las operaciones del transporte
100
proporcionado por la empresa STC,12 era evidente que la necesidad de la
organización sindical se presentaría en cualquier momento y para entonces, el
marco jurídico al cual se deberían de sujetar ya estaba definido.
Con esto, quedaba sellado el destino inmediato de los trabajadores, en
cuanto al tipo de organización sindical que los representaría en lo inmediato ante
la empresa, precisando además que sólo les sería permitido adherirse a una sola
central: Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, "...única
central reconocida por el Estado" (artículo 78 de la Ley de Trabajadores del
Estado).
Sindicalización forzosa. El acto de libre filiación a la organización sindical,
conforme a la constitución de la República, corresponde a un ejercicio voluntario,
en el marco de un respeto a los derechos individuales y colectivos; sin embargo,
para el caso de los trabajadores al servicio del Estado y a los que se les impuso el
régimen de excepción del apartado "B", se estipula en el artículo 69 de la Ley de
los Trabajadores del Estado que "Todos los trabajadores tienen derecho a formar
parte del sindicato correspondiente, pero una vez que soliciten y obtengan su
ingreso, no podrán dejar de formar parte de él, salvo que fueran expulsados” 13 . En
los hechos, a los trabajadores ni siquiera se les consulta si desean estar afiliados
o no, sino que de manera automática se les incorpora al Sindicato con el solo
requisito de ser considerado como de base y también de manera automática se le
descuenta la cuota sindical.
12 Castro, Guadalupe, “Nuevo Sindicato Nacional y Democrático de los Trabajadores del Metro”, en Trabajadores, México, diciembre de 1997, enero 1998, núm. 3 pp 11-13.13 Legislación Laboral del Trabajo Burocrático, México, Porrúa, 1971 p. 44
101
Unilateralidad para fijar las condiciones de Trabajo. Una de las razones o
funciones de ser del Sindicato, es de pactar de manera bilateral las condiciones de
trabajo (jornada laboral, salarios, prestaciones económicas y sociales, condiciones
de higiene y seguridad, capacitación, entre otras), esto en lo general para todos
los trabajadores organizados en sus sindicatos. No obstante, quienes están
sujetos al régimen burocrático del apartado "B", este derecho está prácticamente
cancelado, pues quien establece y fija las condiciones de trabajo de manera
unilateral, y facultado por la ley, es titular de la dependencia respectiva, como se
estipula en el artículo 87 de la Ley de Trabajadores del Estado, "...Tomando en
cuenta la opinión del Sindicato correspondiente a solicitud de éste, se revisarán
cada tres años"14 .
Pero además, dichas Condiciones de Trabajo -que pretenden ser el
equivalente a los Contratos Colectivos de Trabajo- están sujetas a otras
condiciones:
"serán autorizadas previamente por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
en los términos de la Ley Orgánica del Presupuesto de Egresos de la Federación,
cuando contengan prestaciones económicas que signifiquen erogaciones con
cargo al Gobierno Federal, y que deban cubrirse a través del Presupuesto de
Egresos de la Federación, sin cuyo requisito no se podrá exigir al Estado su
cumplimiento" (artículo 91)15 .
14 Idem., p. 4715 Idem., p. 48
102
Es decir, el sindicato sólo existe de membrete, pues no tiene más
intervención que el de ser "escuchado" por el titular de la dependencia ya que es
él quien fija las Condiciones de Trabajo y, además, la revisión se hará cada tres
años, si es que el sindicato lo solicita, pero en el mismo marco de referencia, es
decir, "será escuchado".
Cancelación del derecho de Huelga. El Derecho de Huelga, como recurso
de los trabajadores para ejercer presión ante el patrón y exigir cumplimiento a sus
demandas, se ha restringido con los mecanismos que imponen las leyes y los
tribunales laborales. Para el caso de los burócratas, tal derecho prácticamente
queda anulado al establecer como condición previa para ejercer tal derecho
sólo..."cuando se violen de manera general y sistemática los derechos que
consagra el apartado B, del artículo 123 Constitucional", (Art. 94)16 . Esto hace
imposible recurrir a la huelga, sin agregar las demás limitaciones que se imponen
para calificar si es legal o ilegal.
Respaldo a prácticas corporativas. El hecho de imponer el marco jurídico y
ser éste un medio que avala la existencia de una sola central, la FSTSE, y ésta a
su vez al pertenecer al Partido oficial en el poder, el Revolucionario Institucional
(PRI), extiende su control a los sindicatos que lo integran. Así, para el Sindicato
del metro, cuando se constituye de manera vertical se imponen los estatutos y en
ellos se incluye no sólo la pertenencia al partido oficial, sino toda una estructura
que refleja el verticalismo en la toma de decisiones y se dan amplias facultades a
16 Idem., pp 48-49
103
los representantes sindicales, electos en el Congreso Constitutivo de esta
organización17 .
Con sólo tomar en cuenta estos elementos presente en la regulación de las
relaciones laborales de los trabajadores considerados al servicio del Estado, nos
podemos dar cuenta del papel que juega el marco jurídico para facilitar el control
de la organización sindical. No obstante esto, también se puede establecer una
aproximación explicativa del porqué se da este fenómeno, si se recurre a la
historia del corporativismo en México y, en particular, el del sindicalismo, como se
ha detallado al inicio del presente trabajo.
Esto es, desde antes de que se generara una relación laboral ésta ya se
encontraba definida, en el marco restrictivo del apartado “B”. De facto se aplica las
medidas que se desprenden del corporativismo del estado mexicano en el terreno
de los trabajadores, especialmente con los trabajadores al servicio del estado:
afiliación obligatoria, reconocimiento de un solo sindicato en la empresa,
imposición de pertenencia a una sola central sindical como es la Federación de
Sindicatos al Servicio del Estado (FSTSE), la fijación unilateral del Reglamento de
Condiciones Generales de Trabajo (RCGT) en lugar de un Contrato Colectivo de
Trabajo y la anulación del ejercicio del derecho de huelga, entre otros rasgos.
Como ya se ha señalado, el inicio del servicio de transporte a los usuarios
se registra el 4 de septiembre de 1969, a pesar de ello, el Sindicato aún no hacia
su aparición; no obstante, la inquietud de tener este importante instrumento de
lucha pronto se generalizó por las pésimas condiciones de trabajo en que se 17 Ante la ausencia de consulta a las bases, se nombró una representación que carecía de legitimidad ante estas, en cambio, ante la empresa eran representantes con personalidad jurídica y podían establecer con ellos los convenios que fueran, como más tarde sucedió, pero sin tener aval de los afiliados.
104
laboraba. Otro factor que influía, era la edad y nivel de escolaridad del personal
ocupado: las edades fluctuaban entre los 19 y 25 años y la mayor parte de ellos
cubría puestos de técnicos, cuyo nivel de escolaridad era de secundaria,
bachillerato y licenciatura. La administración de la empresa, conociendo esta
situación, promovió y aceleró la formación del Sindicato.
4. La constitución del sindicato.
El contexto del movimiento sindical a principios de la década de los setentas, se
encontraba permeado por el movimiento estudiantil del 68 y por los nubarrones de
la crisis que anunciaba tormentas sociales. "...la crisis ha servido como catalizador
para que la inercia en que vivían las organizaciones sindicales más importantes
del país haya sido desterrada y también para que las viejas direcciones hayan
vuelto a levantar una serie de banderas obreras"18 . Por ello, no era nada remoto
que ante tal panorama, las inquietudes de los trabajadores de esta empresa de
reciente creación, buscaran constituir su organización sindical con una visión
influenciada por el contexto del momento. Por ello, antes de que emergiera
cualquier alternativa de organización surgida desde las bases, que diera lugar a la
creación del Sindicato, los funcionarios de la empresa se adelantaron y
promovieron la constitución del Sindicato de Trabajadores del Sistema de
Transporte Colectivo (STSTC).
Para ello contaron con el respaldo de la Federación de Sindicatos de
Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), quienes emitieron una convocatoria
para que en el mes de julio se realizare un Congreso Constitutivo del Sindicato de 18 Wodenberg, José y Trejo Derlabre, José, “Los trabajadores ente la crisis”, en Desarrollo y crisis de la economía mexicana, comp. Rolando cordera, México, 1981, Col. Lecturas, nº 39. p 666.
105
los trabajadores del "metro". De esta manera el 24 de julio de 1970, en el evento
convocado, se formalizó la constitución del organismo sindical, el cual quedó
asentado en actas que se llamaría Sindicato de Trabajadores del Sistema de
Transporte Colectivo (STSTC), nombrando a su primer Comité Ejecutivo del
Sindicato el cual iniciaría sus gestiones a partir de la fecha antes señalada, con
duración de tres años19 . Quien ocupó el cargo de Secretario General, se decía
que tenía nexos familiares con el director de la empresa. El CE quedó integrado
de la siguiente manera:
“Secretario General, Manuel Pérez González; Secretario de Trabajo y Conflictos,
Luis Gustavo Martínez Bello; secretario de Organización y Estadística, Héctor
López Torres; Secretario de Previsión Social, Gerardo Carriles de Alba; Secretario
de Finanzas, Vicente Cabañas Castañeda; Secretario de Prensa y Propaganda,
Félix Ramón Mendoza Machado; Secretario de Acción Femenil, Enriqueta Landa
Uribe; Secretario de Acción Juvenil, Rolando Rosete López; Secretario de Acción
Social, Actas y Acuerdos, Luis Rabiela Escobar”20 .
Con esta estructura a nivel del Comité Ejecutivo iniciaba su vida la
organización sindical, además se consideraron varias comisiones auxiliares, como
la de Acción Deportiva, Autónomas de Honor y Justicia, de Vigilancia de Escalafón
y Delegados al Consejo de la FSTSE.
Sin embargo, en donde se puede desprender con mayor nitidez la relación
que se pretendía establecer entre funcionarios de la empresa, gobierno del DDF y
19 Estatutos del sindicato de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, México, 1974, pp 2-13.20 Idem. p. 4
106
la central burocrática, la FSTSE, es en los discursos pronunciados por estos
funcionarios en el acto constitutivo del Sindicato, en todos predomina la
orientación de ideológica de los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana;
el discurso que refleja con más claridad esto, fue el del director general de la
empresa, el Lic. Leopoldo González Saenz. Para ubicar la relación de la FSTSE
con el sindicato señala de entrada que:
“Conocido ya el resultado halagador de esta gran asamblea (la constitutiva),
convocada especialmente por la FSTSE para constituir el sindicato de
Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo y elegir a sus primeros
representantes, me honra y me complace, de manera especial, decir unas cuantas
palabras para hacer llegar nuestro rendido y respetuoso mensaje de felicitación,
en primer lugar, para la FSTSE, por el acierto que concibió, preparó y ejecutó todo
el proceso formativo de esta naciente organización”21 (subrayado mío).
De ahí que tanto en el acto como en los procedimientos para la constitución
del sindicato, fueron una demostración plena de la injerencia de las autoridades al
converger los funcionarios de la empresa, del gobierno del DDF y de la Federación
de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado. Para reafirmar la presencia
de los funcionarios, cada uno de ellos externo en sendos discursos pronunciados
en el acto su visión sobre la relación que se daría al surgir este nuevo organismo
sindical. Esto lo expusieron el profesor Edgar Robledo Santiago, líder máximo de
los servidores públicos; el licenciado Alfonso Corona del rosal, jefe del
21 Tomado de “Nace un organismo sindical: el de los trabajadores del “Metro”, Tesis Social y Política de la FSTSE, México, s/f, p. 27
107
Departamento del Distritito Federal y Presidente del Consejo de Administración del
STC; Leopoldo González Saenz El Congreso Constitutivo estuvo presidido por
Alfonso Corona del Rosal, Presidente del Consejo de Administración del STC y
Regente de la Ciudad; el licenciado Leopoldo González Saenz, director del STC,
así como el c. Manuel Pérez González, el dirigente electo en el Congreso
Constitutivo22 . El acto tuvo lugar en el teatro “29 de Diciembre”, de la propia
FSTSE en la Ciudad de México.
Los trámites para dar legalidad ante las autoridades laborales se facilitaron,
dando agilidad para su reconocimiento. Así, los estatutos jamás fueron producto
de una consulta a las bases, simplemente se tomaron como referencia los que
tenía un sindicato perteneciente a la FSTSE . Constituido el sindicato, la primer
acción que se imponía atender era la demanda más inmediata, consistente en
negociar el Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo.
La espera para disponer de una normatividad laboral de inmediato entró en
un proceso de lenta espera, mientras la expansión de la empresa seguía su
marcha. En efecto, para el día 1º de agosto de 1970 se inaugura la línea dos
(azul), iniciando con un tramo que iría de Tacuba-Taxqueña, cubriendo en el
momento 9.5 Km.. de extensión en 11 estaciones de servicio al público, quedando
pendientes 7.8 Km y 11 estaciones más, para cubrir la totalidad de esa línea.
Meses más tarde, el 20 de noviembre, inicia el servicio la línea tres (verde),
cubriendo el tramo Tlatelolco-Hospital General, con una extensión de 4.8 Km.. y
siete estaciones.
22 Idem. p 4 y ss.
108
En cuanto al Sindicato, los representantes seguían sin encontrar la manera
de cumplir con los compromisos adquiridos durante su nombramiento y las bases
presionaban para que sus demandas fueran atendidas,
“Esa primera representación, de hecho fue una imposición aprovechando que no
existía experiencia sobre política sindical en la mayoría de los trabajadores, no
exigió a la Empresa solución a los problemas laborales; dejando claro su papel de
sometimiento a las inquietudes y esperanzas de los agremiados por tener una
verdadera representación que resolviera sus problemas”23 .
Tal situación provocaría que se entrara en un período de permanente
conflicto e inestabilidad en las representaciones sindicales.
Para darnos una idea de esto, habrá que tener presente que de acuerdo a
los estatutos sindicales el tiempo de gestión del Comité Ejecutivo estaba prevista
para cubrirse cada tres años, además era la única representación reconocida
hasta ese momento. Para confirmar lo anterior, tenemos que apenas habían
transcurrido seis meses de haber nombrado al primer Comité cuando el Secretario
de Conflictos, Gustavo Martínez Bello, promovió un referéndum para desconocer
al Secretario General y él ocupar su lugar.
“....En ese contexto, la segunda representación al no dar solución a los
problemas vuelve a sentir la presión de las bases y ante la inconformidad (que se
23 “Documento A”. Proyecto de análisis del movimiento sindical en el STC, mimeo., s/f, de circulación limitada, p 6.
109
generaliza) en los centros de trabajo, decide crear cinco secciones sindicales...” 24.
Quienes se agruparon en dichas secciones fueron trabajadores que se
identificaban en su relación laboral por la estructura administrativa que la empresa
tenía en esos momentos; así, en la Sección I estaban los trabajadores del
Departamento de Vías y Estructuras (responsables de dar mantenimiento a las
instalaciones de vías y estructuras de las estaciones, entre otras); en la sección II,
los del Departamento de Material Rodante (encargados de dar mantenimiento
menor y mayor a los trenes); Sección III, del Departamento de Transportación (en
donde se ubicaba a todo el personal encargado de la operación de los trenes en
servicio); la Sección IV (agrupaba a todo el personal de las oficinas
administrativas) y la sección V del Departamento de Electromecánica (se le
asignaban funciones de mantenimiento tanto de las instalaciones eléctricas como
del mantenimiento y reparación de los torniquetes receptores de los boletos).
Como se podrá deducir, esta acción de ninguna manera fue interpretada como
una medida para democratizar al sindicato, sino como la manera de desviar la
atención sobre las demandas que se venían enarbolando.
Así las cosas, la demanda sobre el establecimiento de las normas laborales
siguió esperando. Transcurrieron 18 meses y no había visos de respuesta. Esto
dio lugar a que en diciembre de 1971 se realizará el Primer Congreso General
Extraordinario, en el evento se destituyó a todo el Comité Ejecutivo General25 .
Nuevamente las pugnas internas por el control del Sindicato afloraron. Los
representantes de las secciones sindicales encabezaron la inconformidad de las
24 Ibid.25 Castro, Guadalupe, “Nuevo Sindicato Nacional y Democrático de los Trabajadores del Metro”, en Trabajadores, México, diciembre de 1997, enero de 1998, núm. 3 pp 11-13.
110
bases y coparan todas las carteras del Comité destituido. No hubo elecciones con
la participación amplia de los afiliados, simplemente ahí, en el Congreso, se
nombraron los sustitutos.
El nuevo comité Ejecutivo General quedó integrado de la siguiente manera:
Secretario General, Humberto Garibay San Miguel (sección III); Trabajo y
conflictos, Enrique Navarro Costales (sección Y); Finanzas, José Luis Loperena
González (sección III); Honor y Justicia, Dionisio Fabian Vergara (Sección III);
Comisión de escalafón, Alejandro Celio Rojas (Sección I)26 . Por la forma en que
fue nombrado el nuevo Comité, se tenía la desconfianza hacía ellos, pues se les
ligaba con interese de la empresa, más que de los trabajadores. Dicha sospecha
se confirmaría más tarde.
Sin embargo, con la salida de varios de los representantes seccionales para
ocupar puestos de representación en el Comité Ejecutivo General, se realizaron
elecciones en las secciones en donde se generaron vacantes y en otras, como en
la Sección de Material Rodante, se destituyó al secretario general de la sección y,
con ello, se dio pauta a un proceso de efervescencia y participación de las bases,
a nivel de cada una de las secciones en donde se dieron estos movimientos.
La situación antes señalada no pasaba desapercibida por la nueva
representación sindical, por lo cual se vio obligada a tomar la iniciativa y aparentar
que estaba dispuesta a cumplir con su papel de representante de los trabajadores.
Así, el 11 de abril de 1972, por vez primera, presenta demandas laborales a la
empresa. Entre otras, se reclama la basificación de las categorías de Supervisor y
26 “Documento A”. Proyecto de ... op. cit. pag. 7
111
de las Taquilleras adscritas a la Gerencia de Finanzas, las cuales se les
consideraba de confianza. Posteriormente, el 21 de abril emite un boletín
informativo anunciando cursos de capacitación para conductores de los trenes y,
el 26 de ese mismo mes da a conocer un listado de trabajadores que deben llenar
una serie de requisitos personales para la asignación de casas habitación que la
constructora llamada "Elefante, S. A." edificaría para los sindicalizados.
En apariencia, los acontecimientos sindicales tomaban su cause, en tanto la
empresa seguía avanzando en sus planes de expansión. En efecto, el día 13 de
septiembre, los principales diarios del país comentaban la prolongada audiencia
de casi ocho horas que sostuvo el regente de la ciudad de México, el Lic. Octavio
Sentíes -quien había sustituido en el cargo a Alfonso Martínez Domínguez, el cual
había renunciado como consecuencia de los lamentables acontecimientos de la
represión de la manifestación encabezada por el movimiento estudiantil del 10 de
junio de 1972-, resaltado que se habían establecido diversos acuerdos, entre los
más destacados se señalaba el relativo a la ampliación del metro, estableciendo el
compromiso de ampliarlo con una extensión de 58 Km. para incorporarse al
sistema del transporte colectivo a las zonas de Mixcoac, la Villa, Azcapotzalco y
también con planeación futura para llegar a centros importantes del Estado de
México, como Ecatepec, Naucalpan, Tlanepantla y Nezahuacoyotl. Se proyecta
que transporte a 3 millones 250 mil usuarios por día27 .
Después de anunciar tales acuerdos, el Presidente de la República, Luis
Echeverría Álvarez, el día 15 de septiembre visitó los Talleres de Mantenimiento
27 El Sol de México, 13 de septiembre.
112
Zaragoza. Los trabajadores buscaron denunciar las difíciles condiciones en que
estaban laborando y por ello, para evitar esta acción, fue secuestrado por guardias
presidenciales y personal de seguridad de la empresa el Secretario de Trabajo y
Conflictos de la Sección II (correspondiente a Talleres), el c. Roberto Espinoza
Islas. Los trabajadores, al darse cuenta de esta acción se concentran ante el
primer mandatario y funcionarios que le acompañaban y exigen la libertad
inmediata de su compañero. Esto lo logran y la vez derivan el compromiso de ser
recibidos en Audiencia en las oficinas de Los Pinos para el día 17 de ese mismo
mes.
La audiencia se llevó a cabo tal como se había establecido, sin embargo,
cuando ésta se desarrollaba, la sorpresa de los trabajadores fue mayúscula ya
que los representantes sindicales (del Comité Ejecutivo General), se dedicaron a
desmentir las denuncias que se hacían con relación a las difíciles condiciones en
que se laboraba y la nula aplicación de los derechos laborales más elementales,
llegando al grado de defender a los funcionarios del STC, demostrando con esto la
corrupción y entreguismo de esos representantes con la empresa28 . La molestia
de los asistentes no paso a mayores, simplemente fue la reafirmación de que los
representantes sindicales no estaban dispuestos a respaldar a sus agremiados.
Otro acontecimiento que se presentó durante la gestión de este Comité fue
el surgimiento de la Sección VI, integrada por personal que había laborado en las
obras de construcción del metro, desde sus inicios, y que se encargaban de dar
mantenimiento a oficinas y edificios relacionadas con la construcción
28 “Documento A”. Proyecto de ... op. cit. p. 8
113
(reparaciones menores en la estructura, plomería, entre otros), sin embargo no
eran considerados de base y se fue dando un proceso de recorte de personal con
despidos injustificados y sin que la representación sindical interviniera en su
defensa. Quienes salieron a brindar su solidaridad fueron los representantes y
trabajadores de las secciones I y II, de Vías y Estructuras y Material Rodante,
respectivamente, para que les fuera reconocida la base y por consiguiente su
estabilidad en el empleo. Una vez que lo lograron, se constituyeron en la nueva
Sección sindical, la VI.
Otra arbitrariedad que enfrentan varios trabajadores es la negativa al pago
del aguinaldo durante el mes de diciembre. Por ello 15 conductores demandan a la
empresa el pago del mismo. Se les niega y la representación sindical simplemente
guarda silencio ante el hecho.
El ambiente que se vivía entre los trabajadores era de una acumulación de
demandas insatisfechas, una ingerencia cada vez más marcada de las
autoridades de la empresa para mantener un claro contubernio con los
representantes sindicales y la presencia siempre “oportuna” de los representantes
de la FSTSE cuando se agudizaban las contradicciones con los representantes
para ofrecer sus “servicios” a los grupos emergentes u oportunistas que se
asumían como representantes de los trabajadores y éstos, los trabajadores se
convencían de que si no tomaban con mayor decisión su participación estarían
sujetos a un control férreo. De inmediato, lo que les permitía compartir una serie
de intereses comunes eran las difíciles condiciones en que se estaba laborando,
114
por lo cual el eje, el hilo conductor de su identidad como grupo asalariado giraba
en torno a la búsqueda de solución de esas demandas.
II. LAS DEMANDAS LABORALES: ORIGEN DEL PROCESO DE
DEMOCRATIZACIÓN DEL SINDICATO.
1. Rescatar el sindicato como instrumento de lucha y su relación con la
FSTSE.
Constituido el Sindicato, éste no cubría las expectativas de los trabajadores ya que
el eje central de las demandas de ellos, en esos momentos, era detener las
arbitrariedades de la empresa quien venía aplicando una serie de medidas de
manera unilateral, como era la imposición y cambios de horarios sin la más
mínima consulta, no proporcionar el equipo ni las condiciones mínimas para el
desempeño de las actividades contratadas, se suspendía la contratación al
personal sin causa justificada, es decir, no existía estabilidad en el empleo, se
asignaban categorías o puestos superiores sin que mediara proceso alguno de
ascenso escalafonario, entre muchas otras acciones.
Las representaciones sindicales impuestas hasta ese momento, más que
atender y encabezar las demandas de sus agremiados, se dedicó a dar evasivas.
115
Ante esto, se inició un proceso de socialización e identificación de las demandas y
se pasó de los reclamos individuales a las acciones colectivas, de grupos de
trabajadores que se relacionaban de manera natural en el espacio donde
desempeñaban sus actividades, teniendo como ejes las demandas arriba
señaladas, además de reclamar salarios justos y las prestaciones mínimas que las
leyes laborales estipulaban como era el servicio médico, estancias infantiles,
comedores, entre otras. Todo lo anterior, se esperaba que se concretara con la
firma del Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo.
Otro los factores de descontento, y era uno de los que más resaltaba era lo
relacionado con la inestabilidad en el empleo. La empresa trasladaba al metro
figuras de contratación que se aplicaban en otros lugares, como la categoría de
supernumerarios en PEMEX, esta categoría se tenía el propósito de generar un
"vacío" jurídico. Argumentaban que estos trabajadores no eran ni de base ni de
confianza, por consiguiente, no podrían ser sujetos de sindicalización, todo ello
para mantenerlos alejados de la organización gremial. Esta situación se
presentaba con varios trabajadores del área de transportación, mientras que a
otros como, las taquilleras, se les consideraba como personal de confianza, y a los
trabajadores que proporcionaban mantenimiento a las instalaciones fijas se les
despedía sin justificación alguna. Estos últimos, a principios de 1973, crearon una
sección sindical más (sección VI) y a través de la movilización lograron su
reconocimiento como trabajadores de base, logrando con ello el derecho a la
estabilidad en el empleo.
Al no participar los trabajadores en la vigilancia directa y la determinación
del rumbo del sindicato, la empresa siguió imponiendo las condiciones de trabajo.
116
No se respetaban ni siquiera los derechos mínimos que las leyes laborales
vigentes establecen. Los representantes sindicales lo facilitaban.
Sin embargo, como se ha señalado antes, esto se prolongó por más de tres
años después de la constitución del sindicato. Mientras esto sucedía, de manera
simultánea, se desarrollaba la organización desde los centros de trabajo: aquellos
identificados en las actividades de la circulación de los trenes (conductores,
inspectores, reguladores y jefes de estación); las taquilleras, empleadas en todas
las líneas en servicio aunque aún no eran reconocidas como de base; los técnicos
encargados del mantenimiento de trenes, mecánicos, electricistas, electrónicos,
entre otros; los trabajadores administrativos, secretarías, oficinistas; así como los
encargados de proporcionar mantenimiento de torniquetes, de las estructuras de
las construcciones y de los tendidos de vías. Ellos participan en sus respectivas
secciones sindicales, eligen a sus comités seccionales, demandan que entreguen
rindan cuentas de su gestión como representantes y en varias ocasiones llegan a
revocar de sus cargos a los representantes que no responden a las expectativas
de los agremiados.
Ante la acción y movilización de los trabajadores, respaldados por su
identidad en las demandas para mejorar sus condiciones de trabajo, aspirando
también a una adecuación de las normas jurídicas para garantizar una mejor
manera de establecer las relaciones laborales, el proceso de organización
avanzaba. En este sentido, la identidad en la acción colectiva de los trabajadores,
permitía tener una visión más amplia de las relaciones a desarrollar entre los
integrantes como una clase social, definida por el rol o lugar que ocupaban dentro
de un sistema de relaciones laborales que se derivaban de este servicio de
117
transporte colectivo y que venía a resolver en gran medida las necesidades del
sistema de producción en el espacio físico del área metropolitana de la ciudad de
México1 .
Asimismo, a través de la identidad, fue posible detectar elementos
aglutinadores o que acuerpan a los sujetos, ubicando los intereses comunes, de
las relaciones que se desarrollaban entre los individuos, más allá de una relación
grupal, es decir, en el terreno de la lucha de clases, situación que se da en las
sociedades complejas y más específicamente en el medio urbano, como es el
caso que me ocupa.
Es así como, desde entonces, se inició entre los trabajadores del metro
agrupados en su Sindicato la resistencia a las imposiciones. Del reclamo de
atención a las demandas laborales, se paso a la construcción de la acción
colectiva a través de varias formas de hacer presencia; esto es, con la promoción
de "alianzas" entre los representantes de las diferentes secciones formadas y
entre grupos de trabajadores de las secciones donde los representantes se
mantenían al margen o indiferentes ante lo que esta aconteciendo para avanzar
en la conformación de un frente común para exigir a la representación general que
fueran interlocutores ante la empresa. Es decir, se proponían el reto de rescatar a
la organización sindical para colocarla al servicio de los trabajadores. Como una
muestra de ello, surge el Frente Jesús Becerril 2 y en un manifiesto señalan:
1 Cfr. Navarro, Bernardo, El traslado masivo de la fuerza de trabajo en la ciudad de México, México, Departamento del Distrito Federal / Universidad Nacional Autónoma de México / Plaza y Váldez. 1988, p 14 y ss.2 Este nombre se tomó en honor de un trabajador del Departamento de Vías y Estructuras (sección I), fallecido en un accidente de trabajo por carecer del equipo de protección adecuado.
118
“...La efectividad de los Sindicatos está condicionada a la existencia de algunos
factores. Siendo fundamentales para el cumplimiento de su función:
1.- La conciencia y la participación directa y constante del trabajador.
2.- La capacidad, integridad y lealtad de los dirigentes hacia los intereses
de los representados.
Estos factores dan al Sindicato la fuerza necesaria para su fortalecimiento,
elemento indispensable para el estricto cumplimiento de la defensa efectiva de los
trabajadores, independientemente del poder político y económico de la
empresa...”3
Esta caracterización era compartida por la mayoría de los trabajadores,
sobre todo por también hacía hincapié de las experiencias vividas en la corta vida
de existencia del sindicato y su relación con las demandas más sentidas entre los
trabajadores. Esto lo sintetizaban así:
“...En la historia de nuestro sindicato se han producido dos destituciones, del
Secretario General primero y del resto del Comité Ejecutivo después. Pensamos
que han sido motivados por la necesidad de resolver los urgentes problemas que
aquejan a los trabajadores del Sistema ( de Transporte Colectivo, metro), como
son:
a) Carencia de Reglamento de condiciones Generales de Trabajo.
b) Falta de Reglamento de Escalafón.
c) Acción limitada de nuestros representantes sindicales ante la Comisión
Mixta de Escalafón.
d) Inexistencia de Comisiones Mixtas de Seguridad e Higiene.3 Frente de Trabajadores del S.T.C. Jesús Becerril, MANIFIESTO, s/f.
119
e) Necesidad de que exista una guardería para los hijos de los
trabajadores.
f) Cambio de calidad laboral de plazas de base a supernumerarios.
Necesidad(es) no satisfecha(s) en períodos de gestión considerables del
Comité Ejecutivo General, provocando inquietudes y corrientes de
inconformidad en la base trabajadora que padece los efectos de la falta de
solución de esos problemas...”4
De esta manera se sintetizaban las demandas más sentidas entre los
trabajadores y, por consiguiente su exigencia hacia los representantes sindicales
para que buscaran solución a las mismas crecía cada vez con mayor ímpetu.
Por otra parte, en este proceso, se dieron enfrentamientos antagónicos con
la central ya establecida e impuesta a los trabajadores del Metro: la Federación de
Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), central a la que
obligatoriamente, de acuerdo con el apartado “B” de la Ley Federal de los
Trabajadores al Servicio del Estado, tenían que estar afiliados (y siguen ahí) los
trabajadores sindicalizados del Sistema de Transporte Colectivo. De esta manera,
entró al escenario otro tipo de relaciones que rebasaron en mucho a las que se
tenían con la empresa. Sin embargo, los trabajadores del metro salieron al paso
de esta situación apoyándose en las declaraciones que el gobierno federal en
turno exteriorizaba para busca legitimar su acción ante la nación, sobre todo
después de los acontecimientos derivados por la represión al movimiento
estudiantil de 1968 y por ello impulsaron la llamada “apertura democrática”. Para
confirma lo anterior, y siguiendo lo expuesto en el manifiesto del FJB, éste se 4 Idem.
120
respaldaba en las siguientes declaraciones del gobierno en turno y se
consideraban aplicables a la situación específica del personal del S. T. C.:
“ ratifico el principio de que la autonomía sindical debe mantenerse intacto,
no solamente por parte del Estado sino también por cualquier otra entidad o fuerza
social que intente poner trabas a la independencia y libre determinación de las
organizaciones obreras.
He manifestado firmemente u principio que sin duda debe de ser norma en
todas las relaciones específicas: la no intervención de las autoridades de cualquier
genero en la vida interior de los sindicatos....
Sé que es perfectible la vida dentro de cada organización sindical y si los
jóvenes quieren ser revolucionarios inconformes en la vida obrera, no dejen de
concurrir siempre llevando su verdad a las asambleas sindicales”5
Por las características de la coyuntura del momento, esas declaraciones
eran un soporte para después ser utilizado y marcar los limites a la FSTSE sobre
su ingerencia en la vida interna del sindicato.
En efecto, con las relaciones que se mantenían con esta central desde la
constitución del sindicato y posteriormente en la celebración del Congreso
Extraordinario y otros eventos similares que se fueron dando, se pudo constatar
como se penetraba para buscar el control de la recientemente creada organización
sindical; esto se hacía a través de diversos mecanismos, entre los que destacaba
la intervención directa de representantes de la central en los “apoyos” brindados
para el ejercicio de la vida sindical, en especial en la toma de decisiones.
5 Idem.
121
Esto generó otro tipo de identidad entre los trabajadores: la que surge a
partir de las relaciones que se establecen a lo externo, identificando las
estructuras sociales y al servicio de quien están, así como el entramado de las
mismas. Situación que quedaba evidenciada a la luz de los propios estatutos
originales del sindicato, en donde se estipulaba que todos los afiliados eran
militantes del PRI, entre otras definiciones que apuntalaban el control corporativo
2. Imposición de la firma del Reglamento de Condiciones Generales de
Trabajo.
Lo que tanto se temía por parte de los trabajadores, con relación al poco
compromiso de los representantes sindicales hacía los agremiados, pronto se
confirmaría. El temor no era mera especulación, estaba fundado en la actitud que
asumían desde la manera de como habían llegado a ser representantes (sin
consulta a las bases); asimismo, con los más recientes acontecimientos
relacionados con las entrevistas ante representantes del Ejecutivo Federal y la
participación de la FSTSE, más las medidas asumidas para distraer la atención de
las bases con la creación de las secciones sindicales, permitían ubicar, con la
conjunción de todos estos elementos, un panorama que prefiguraba la traición en
cualquier momento.
La constatación llegó de manera por demás sorpresiva con el pacto de un
Reglamento que los trabajadores no conocían ni se les consultó sobre el mismo.
El contubernio más descarado de los representantes sindicales con la empresa
salió a la luz pública el 8 de septiembre de 1973, al denunciarse la firma de un
Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo a espaldas de los trabajadores.
122
Esta acción tuvo lugar después de más de tres años de haberse constituido el
sindicato.
El documento aludido contenía normas que estaban por debajo de los
derechos mínimos contenidos en la Ley Federal del Trabajo, tanto del apartado A
como del B. Este hecho provocó de inmediato el repudio generalizado por parte de
todos los trabajadores y llevó a la movilización y creación de mecanismos de
coordinación para exigir la anulación del Reglamento de Condiciones Generales
de Trabajo pactado 6 .
Las iniciativas para repudiar la traición consumada fueron múltiples, entre
ellas es de considerar la expuesta por cuatro secretarios seccionales de las seis
que existían en ese momento. Estos representantes sindicales enviaron un
telegrama a: Lic. Luis Echeverría Álvarez, Presidente de la república en turno; al
Lic. Octavio Sentíes Gómez, regente de la ciudad de México (y Presidente del
Consejo de Administración del STC), al Lic. Humberto Acevedo Astudillo,
Presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje y al c. Diputado Gilberto
Aceves Alcocer, Secretario General de la FSTSE. El contenido del texto era el
siguiente:
“En vista de que el Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo para el
Sistema de Transporte Colectivo se expidió y suscribió a espaldas de los
trabajadores, sin autorización de los mismos y sin la intervención de los comités
ejecutivos seccionales del Sindicato de Trabajadores del sistema de Transporte
6 Por cierto, habría que hacer aquí una acotación un tanto chusca: los denunciantes nunca publicaron el contenido del documento firmado pero, los representantes sindicales tampoco lo desmintieron y el rumbo que tomaron los acontecimientos desembocaron en la destitución de todos los representantes.
123
Colectivo, lo impugnamos por la presente en cuanto a su validez, ya que en el
mismo se contienen condiciones que lesionan los intereses de los trabajadores y
contiene renuncias en perjuicio de los mismos, rogamosle se tome nota de lo que
antecede, ya se procede a solicitar celebración de un congreso general de
delegados” 7 .
A partir de aquí, se generalizaron las movilizaciones y acciones que
reclamaban la realización de un Congreso General Extraordinario para que en
esta instancia se le exigieran cuentas a los representantes y formalizar la
demanda de anulación de lo pactado y proceder a la elaboración de un proyecto
donde se incorporaran las demandas más sentidas para que quedaran integradas
en un Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo avalado por las bases,
es decir, elaborado con la participación de los diferentes grupos de trabajo.
Fue así como se llegó a la celebración del II Congreso General
Extraordinario y, simultáneamente, se demandó a la empresa, a la FSTSE, al DDF
y al Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, la anulación del Reglamento
pactado.
Los resultados de las movilizaciones se concretaron con la anulación del
Reglamento. La convocatoria para la celebración del II Congreso se emitió para
efectuarse los días 10, 11 y 12 de enero de 1974. En este evento, se resolvió
rechazar la intervención de la FSTSE en la coordinación y conducción del
Congreso. Con esta decisión también se conseguía una relativa autonomía del
sindicato ante esta central. Además, se resolvió:
7 El telegrama fue suscrito por los secretarios generales Eliseo Ramírez Pérez, Carlos Steck Díaz, Juan A. tirado T, y Alberto Altamirano Lamadrid, de las secciones I, II, IV y VI, respectivamente.
124
La expulsión del sindicato de todos los integrantes del Comité Ejecutivo General
por haber firmado el Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo.
Que en lo sucesivo las elecciones de los representantes sindicales se harían a
través del voto secreto, directo y universal.
La libre de militancia política de los afiliados, eliminando del estatuto la afiliación
forzosa y corporativa al PRI.
La formación de una comisión de 38 trabajadores mandatados para elaborar el
proyecto de Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo, el cual debería
sustituir al que se había pactado por los representantes destituidos.
El nombramiento de un Comité provisional, para convocar en dos meses a un
proceso electoral para designar a una nueva mesa directiva de acuerdo al
mecanismo aprobado.
Con estas decisiones, se dio un avance en la participación de las bases en
la conducción del sindicato y los comisionados retomaron las diversas demandas
que se venían reclamando para integrarlas al pliego petitorio, y que más tarde
daría lugar al nuevo RCGT .
El movimiento emprendido fue tejiendo en la marcha sus banderas de
lucha: anular el RCGT, exigir el derecho a negociar con la empresa de manera
bilateral, convocar a un congreso Extraordinario y avalar un Pliego Petitorio para
dar lugar a un nuevo RCGT. El marco en que se daban las acciones, era similar al
de trabajadores de otras empresas donde "...el propio carácter de las demandas
hizo necesaria la ampliación del espacio de participación sindical, del espacio de
125
la consulta a la base y por ende de las posibilidades de participación de los
trabajadores, en especial en lo que se refiere a la elaboración de los pliegos
petitorios..."8
Para concretar la ampliación de los espacios de participación, se integró
una Comisión que garantizara la consulta a las bases para elaborar el Pliego
Petitorio con las demandas y prestaciones laborales más sentidas para ser
incorporadas al nuevo Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo, para tal
efecto, trabajaron en tres apartados:
“ 1. Comisión de escalafón: Isaac Rodríguez Pérez, Jorge Pichardo y un
representante de la sección que corresponda. Suplentes: Roberto Espinoza Islas,
César Raúl Peniche y Eliseo Ramírez Pérez.
2. Comisión para la discusión del reglamento de condiciones Generales de
Trabajo: Adán Camacho Martínez, Eliseo Ramírez Pérez, Carlos Steck Díaz,
Amado Gómez Cital y José Luis Esparza Jaramillo. Suplentes: Manuel Medina
Vaquera, Eduardo Osorio Ochoa, Felix Ramón Mendoza Machado y Silvano
Farias Martínez.
3. Comisión de salarios: César Raúl Novel Peniche, Alberto Altamirano Lamadrid,
Roberto Espinoza Islas, Eduardo Manzanero Zapata y Enrique Flores López.
8 Novelo Victoria (et al), Democracia y sindicatos, México, Centro de Estudios Superiores en Antropología Social, 1989, p. 105.
126
Suplentes: Victor Hugo Villegas, Ricardo Martínez Jiménez, Isidro Nakamura
Yosisaki, José Luis Hernández Orozco y Raúl Roque Machado”9 .
La actividad de estas comisiones estuvo respaldada por una asesoría
jurídico-laboral a través del Lic. Próspero López Cárdenas y del c. Pedro Lúa Díaz.
3. La movilización cancela la imposición del RCGT e inicia la negociación y
se pacta otro diferente.
Como se señala más arriba, las medidas de democratización del sindicato
permitieron una mayor participación de las bases; sin embargo, las negociaciones
con la empresa para la elaboración del nuevo RCGT no avanzaban, se
estancaron. Ante esto, se determinó llamar a las movilizaciones. Así, el 1º de
agosto de 1974 se decide realizar un plantón en el Zócalo buscando la
intervención del presidente del Consejo de Administración (el Regente de la
Ciudad, en ese entonces Octavio Sentíes) para avanzar en la firma del
Reglamento. Se intentó disuadir a los trabajadores de la realización de esta
acción, y en su lugar
“... (se) invita a los trabajadores para que se concentren en el local del sindicato
para recibir la propuesta de las autoridades.
Al conocer la propuesta de las autoridades, los trabajadores la rechazan y
exigen a sus representantes a que salgan a la calle para encabezar una marcha y
después instalar el plantón. Las bases sindicales habían rebasado de nueva
9 Ariete, órgano informativo del Sindicato de Trabajadores del sistema de Transporte Colectivo (Metro), número III, agosto de 1976, pp 4-5.
127
cuenta a las instancias de representación e imponían la movilización ante la
pasividad del CEG. Entre los trabajadores e había establecido el compromiso de
que si la acción era reprimida, de inmediato se haría el paro de trenes en las tres
líneas en servicio”10.
Esta acción fue el inicio de otras más que les permitió acumular la presión
necesaria para que en el conflicto se avanzara en la solución de las demandas
que se expresaban en el pliego petitorio. Por cierto, la movilización del 1º de
agosto fue la primera acción de movilización de contingentes de protesta hacia
este lugar después de los acontecimientos del movimiento estudiantil de 1968.
Este hecho dio lugar a que la comunicación hacia los trabajadores se estableciera
a través de la creación del boletín informativo Trinchera, como órgano informativo
del Sindicato de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, cuyo primer
número apareció el día 2 de agosto de 1974, dando pormenores de la acción del
día anterior.
El 15 de octubre se difunde un comunicado avalado por el CEG y Comités
Ejecutivos Secciónales (CES), dirigido al Regente de la Ciudad, quien funge como
Presidente del Consejo de Administración del STC, en el cual se hace una
argumentación detallada sobre la basificación del grupo de taquilleras y otras
categorías, consideradas hasta ese momento como de confianza.
El proceso de las negociaciones se aceleró y fue así como en un
desplegado dirigido al presidente de la república, Lic. Luis Echeverría Álvarez, los
trabajadores señalan que por fin el 25 de octubre de 1974 los representantes
10 López Laredo, Gustavo (et al), La democracia sindical en el metro. Memoria de una lucha desigual, México, Situam, agosto de 1987, pp 20-21.
128
sindicales nombrados para tal efecto habían concluido con el nuevo documento
del Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo11 . En el comunicado
solicita audiencia para precisar lo correspondiente al capitulo de las prestaciones
económico-sociales, debido a que este era parte de las reglas de las
negociaciones impuestas por el marco restrictivo del apartado “B”.
La respuesta a tal petición no fue de inmediato, vamos, ni siquiera se
estableció compromiso alguno para que se realizara la audiencia. Entonces, de
nueva cuenta y con la presión de la movilización, al acudir frente a la explanada de
la residencia Presidencial de Los Pinos con una masiva concentración, lograron
ser atendidos en sus peticiones el 26 de febrero de 1975. En esa fecha el Director
General del Metro, ing. Jorge Espinoza Ulloa, firmó el documento del RCGT, con
vigencia a partir del 20 de marzo de 1975, sellando así un proceso de
negociaciones y movilizaciones que se prolongó cerca de año y medio después de
haber sido rechazado el que se había pactado a espaldas de los trabajadores.
4. “Más vale poco y bueno” o los primeros avances democráticos: la
elección por voto secreto, directo y universal.
Como se menciona en líneas atrás, lo que generalizó el repudio de los
trabajadores hacia los representantes sindicales no sólo fue el hecho de haber
pactado el Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo a sus espaldas, sino
también se expresaba un claro rechazo a la forma en como se venían realizando
en los congresos el nombramiento de los representantes, que se efectuaba en
estos eventos. Por estas razones la exigencia de ser tomados en cuenta para la
11 Excelsior, 3 de diciembre de 1974.
129
toma de decisiones, pasaba necesariamente por el reiterado reclamo de
establecer el voto secreto, directo y universal de todos los afiliados en las
elecciones de sus representantes. Así, la incorporación a los estatutos del
mecanismo de elección y la libertad de militancia política partidaria, sin duda
fueron de las modificaciones más relevantes en el Segundo Congreso General
Extraordinario.
Con respecto al ejercicio de la aplicación del voto secreto, directo y
universal para elegir a los representantes sindicales, el Frente Jesús Becerril lo
interpretaba de la siguiente manera:
“ El voto secreto y directo será una prueba importante para la conciencia de
los trabajadores, los riesgos de ese sistema electoral producto de nuestra
democracia, democráticos principales, producto de nuestro sistema de gobierno,
podrán ser, si se superan, una demostración de que la capacidad política de los
trabajadores ha llegado a un nivel en el que las traiciones, la corrupción y todo
aquello que emana del poder mal ejercido, podrán ser erradicadas en su mayor
parte al basar los trabajadores sus actuaciones en una estructura sindical que
permita la libre participación de todos y las fallas humanas podrán contrarrestarse
en la medida en que los líderes sindicales comuniquen y politicen a los
agremiados”12 .
La exigencia de tener una verdadera autonomía para elegir a los
representantes sindicales, estaba enmarcada en el proceso de la insurgencia
sindical que se vivía en la década de los setentas, siendo una demanda de 12 Manifiesto del Frente Jesús Becerril, enero de 1974.
130
carácter central pues esto apuntaba a rescatar a las organizaciones para que
sirvieran realmente a los intereses de las bases y no ser tomada la organización
como un trampolín para hacer carrera política, sobre todo a nivel oficial o más
precisamente dentro del partido oficial.
Por consiguiente, alcanzar este objetivo se volvía una demanda claramente
“subversiva”, que atentaba contra los mecanismos de control, y para el caso del
metro ya se venían tratando de institucionalizar al promover que en los congresos
fuera en donde se eligiera a los representantes y sobre todo, buscando acallar a
los oponentes ofreciéndoles puestos o “huesos” dentro del aparato de la estructura
sindical.
La determinación de que fueran las bases quienes de manera directa
eligieran a los representantes sindicales quedó asentado en el artículo 36 de los
estatutos y el procedimiento sería a través de la presentación de planillas (Art.
37)13 . Estas mismas condiciones se establecieron para la elección de los
representantes de las secciones sindicales.
Por eso, para los trabajadores fue de suma importancia poner un “hasta
aquí” a las maniobras que se venían realizando en cada uno de los congresos que
hasta ese momento se venían efectuando y lo que se buscaba es que, en lo
sucesivo, ya no se vieran a estas instancias como espacios en donde se podían
concretar las aspiraciones de grupos que buscaban estar en alguna de las
carteras que la estructura sindical tenía previstas, o bien a través de las
13 Estatutos del Sindicato de Trabajadores del Sistema de Transporte colectivo, reformados por acuerdo del II Congreso General Extraordinario celebrado los días 10 ,11 y 12 de enero de 1974, México, 1974, pp.27, 28, 29 y 30.
131
modificaciones a la estructura sindical y con ello tener garantizando un puesto
dentro de ella.
De ahí que se consideró, debido a los procesos del desarrollo del sindicato
hasta esos momentos y por las relaciones del Sindicato con la empresa y la
central burocrática, la FSTSE, “más valía poco pero bueno”. Aunado a lo anterior,
también se establecieron limites a las intervenciones de los “representantes” de la
FSTSE. Por consiguiente, se llegó a considerar que las decisiones tomadas en
este Congreso Extraordinario, eran indudablemente de un significativo avance en
la lucha, tanto por la democracia sindical como por la autonomía como sindicato
con respecto a la manera de como deberían tomar las bases sus decisiones.
Aunque cuantitativamente se podría señalar que eran pocos avances
reflejados en las reformas estatutarias, lo cierto que fue un gran paso cualitativo
tomando en cuenta los férreos controles que se han ejercido hacia los sindicatos y
sobre todo a los directamente relacionados con el gobierno, como es el caso del
STC. Esto permitió abrir camino a otras determinaciones que dieron un sello
particular a las luchas que de inmediato se emprendieron, como fue el caso de las
comisiones nombradas para discutir el nuevo Reglamento de Condiciones
Generales de Trabajo.
El compromiso de llevar a la práctica lo acordado en el Congreso
Extraordinario con relación a la aplicación del voto secreto y directo para elegir a
los representantes, se pudo constatar con la primer elección llevada a cabo por
este medio. en efecto, después de que el comité provisional nombrado en el
Congreso, con duración de dos meses, emitió la convocatoria para las elecciones
del Comité ejecutivo General para cubrir el trienio 1974-1978, se registraron dos
132
planillas para contender. Quien obtuvo fue la planilla encabezada por el C. Enrique
Flores López (regulador del Dpto. de transportación).
5. Organizarse para hacer cumplir lo pactado con la empresa.
Con la firma del nuevo RCGT se pactaron una serie de condiciones de
trabajo que rompían con el estrecho marco del apartado B. Entre los aspectos
sobresalientes destacan:
1) El RCGT pactado y en las sucesivas revisiones del mismo, se harían de
manera bilateral, no sólo "escuchando" al sindicato.
2) Salarios y prestaciones en lo sucesivo serán revisables cada año, y no
cada tres como lo establece el apartado B.
3) La bilateralidad se hace válida en la manera de como se establecerían
las Condiciones de Trabajo para cada área.
Además de las múltiples prestaciones que se lograban, se definía también
que el conjunto del reglamento sería revisable cada año, esto es, tanto
prestaciones como salarios y no cada tres como lo señala el apartado "B" . De los
avances que aun siguen siendo significativos, sobresalen:
La condición de que para laborar tiempo extra, se debería contar con la
anuencia del trabajador, tal como se estipula en el apartado A. (Art. 32, 33 y 34
del RCGT).
Se delimita la contratación del personal de confianza, precisando los puestos
considerados como tales (Art. 8, 9 y 10).
133
Se precisa la bilateralidad en el funcionamiento de las comisiones Mixtas de
higiene y seguridad, reglamentos interiores de trabajo, (Art. 60 y 61).
Se pacta un Fondo de Ahorro, administrado de manera bilateral, con
aportaciones de la empresa y del trabajador en partes iguales al iniciar su
operación (Art. 131)
Se pactan el otorgamiento de estímulos y recompensas por el desempeño en el
trabajo.
Otras prestaciones: transporte para los empleados para el inicio y al final del
servicio, centros de desarrollo infantil, comedores, entre otras.
Se pacta un anexo en el que la empresa se compromete a resolver en un
tiempo perentorio la situación laboral de las trabajadoras de las taquillas (675
en ese entonces), las jefes de turno de taquillera y jefes de reguladores, a
quienes se les daba el trato como personal de confianza y el sindicato
reclamaba su basificación14 .
Así, después de varias jornadas de negociaciones y movilizaciones, por fin
se tenía pactado un RCGT avalado por las bases sindicales y, por otra parte, la
representación sindical procedió a llamar a la celebración del Y congreso General
Ordinario, el cual se llevó a cabo los días 7, 8 y 10 de marzo de 1975. en este
evento, el CEG llegó con la aureola de triunfalismo indiscutible por la reciente
firma del RCGT y con ello consideró que disponía de la legitimidad suficiente hasta
para violar los propios estatutos, de tal manera que en el Congreso se propuso
crear nuevas carteras y ahí mismo nombrar a sus titulares, pasando por alto la
disposición de la elección a través del voto secreto directo, convirtiendo el evento
14 Reglamento de Condiciones Generales de Trabajo, México, 26 de febrero de 1975.
134
en el “I Congreso Ordinario” como charro y electorero. Esta actitud pronto provocó
que afloraran las contradicciones a lo interno de la representación sindical y dos
meses después se expulsa al Secretario General del sindicato y queda en su lugar
de manera provisional el de Trabajo y conflictos, el Lic. Adán de Jesús Camacho,
quien tenía la enmienda de dar continuidad a los pendientes pactados en el anexo
2 del RCGT.
6. La lucha de la mujer y la basificación de las taquilleras.
Sin duda uno de los fenómenos más sobresalientes de la sociedad moderna, es la
creciente incorporación de la mujer en todas las actividades sean estas de tipo
económico, político y social. Sin embargo, esto ha sido a través de procesos en
donde se deja ver la forma discriminatoria en que se trata a la mujer cuando se
incorpora a alguna actividad fuera del ámbito tradicional, es decir del hogar. Por
ello es fácil detectar como la incorporación se ha dado de manera más “tolerable”
en actividades que tienen alguna relación con la extensión de lo que se hace en el
hogar: educación, costureras, secretarias, enfermeras, cajeras, cocineras, por citar
algunas, vinculadas con actividades tradicionales en el hogar.
La situación anterior no podría estar ajena para el caso de un buen número
de trabajadoras que estaban laborando en el metro. En particular esto se presentó
con las taquilleras, contratadas para atender la venta de boletos en las estaciones
y para que los usuarios pudieran tener acceso al servicio del transporte del metro.
Así, se creo el departamento de finanzas al cual estarían adscritas y desde ahí se
les asignan las funciones y supervisión de las mismas.
135
Como la principal actividad consistía en la venta de boletos y, por
consiguiente, reportar el resultado de las ventas de los mismos. Por este solo
hecho, es decir, el manejo de recursos financieros, la empresa definió de manera
unilateral que deberían ser consideradas como trabajadoras de confianza, razón
por la cual tenían que soportar una serie de vejaciones y discriminaciones en su
relación laboral. De ahí, que una de las demandas del Sindicato en relación con la
estabilidad en el empleo era las exigencias de darles el reconocimiento como
trabajadoras de base para tener el derecho a la estabilidad en el empelo así como
tener el derecho de ser sindicalizadas y ser sujetas a todos los derechos y
prestaciones consideradas en el Reglamento de Condiciones de Trabajo que
recientemente entraba en vigencia.
Para resolver sobre esta demanda, se acepto como un primer acercamiento
que se incluyera un anexo en el RCGT para que después del 20 de marzo de
1975 (cuando entró en vigencia el RCGT), el asunto fuera retomado de manera
bilateral. Para tener un respaldo en las negociaciones y alcanzar una respuesta
positiva a esta demanda, se desarrollaron diversas actividades con la participación
de las propias taquilleras y contando con el respaldo de la organización sindical.
En ese marco, una de las más destacadas la presencia de una comisión de
taquilleras en el acto convocado para conmemorar el Año Internacional de la Mujer
en donde se expuso un discurso denunciando las condiciones de discriminación
en que estaban laborando. Su locución inició así:
“Compañeras: Soy mexicana, trabajadora y madre soltera; vengo a solicitar la
solidaridad de todas ustedes para que juntas logremos la solución de problemas
136
que existen en todo el mundo en menor o mayor escala, uno de ellos es la
situación discriminatoria de la mujer dentro del trabajo.
Un ejemplo de estos problemas lo tenemos aquí, en México, un país que se
precia a los ojos de todo el mundo de ser auténticamente democrático.
Y para muestra basta un botón, habemos más de 600 mujeres que
trabajamos en el metro de la ciudad, y que desde hace tres años venimos
solicitando a las autoridades se nos reconozcan los derechos laborales que por ley
nos corresponden...”15
Con acciones como esta, el Sindicato buscaba ganar respaldo de la opinión
pública. Sin embargo, de manera simultánea, otros problemas se estaban
acumulando, derivados del incumplimiento de lo pactado en el RCGT. Por ello, se
procedió a formular un pliego petitorio, el cual estuvo precedido de una consulta a
través de un plebiscito y presentado directamente al Regente de la ciudad
consistente en:
1. base incondicional para las 675 taquilleras.
2. respeto irrestricto y cumplimiento inmediato del RCGT
3. reestructuración de estaciones con el personal ya existente (se estaban
contratando a más personal y considerándolo como de base).
4. reinstalación de trabajadores despedidos.
5. Duplicar el monto del Seguro de vida
15 Reproducido en Trinchera, órgano informativo del STSTC, nº 9, julio de 1975, p.5
137
6. Nivelación de sueldos de los trabajadores del Departamento de
Electrómecanica16 .
Por su parte, las autoridades desplegaron una serie de argumentos que
pretendían justificar su decisión de continuar una relación laboral considerada
como de confianza. Para desmentir tal propósito, las taquilleras respondieron
denunciando las condiciones precarias en que estaban laborando:
“ El C. director aduce que no está dispuesto conceder la base a las
taquilleras porque manejan fuertes cantidades de dinero. sin embargo, lo más que
llega a entrar en los tres turnos de una taquilla terminal (donde se da el mayor
movimiento de ventas) es casi similar a lo que entra en un solo turno en caja de la
tesorería del DF, cuyo empleado es de base.
Se trabaja con un reglamento no registrado, elaborado e implementado
unilateralmente, donde sólo aparecen normas de derechos y obligaciones, pero
absolutamente ninguna prestación.
No cuentan con transporte por lo cual el primero y el tercer turno dejan la
mitad de su salario en taxis, a más de verse expuestos a robos, asaltos y
vejaciones.
No tiene un solo minuto de tolerancia de entrada, salvo por falta de
personal y naturalmente sancionable con suspensión si acumula tres.
No tiene horario para tomar alimentos, lo que trae consigo enfermedades
gastrointestinales,...,ya que tampoco cuenta con examen médico con la
periodicidad que marca la ley.
16 Trinchera, op. cit. nº 11, agosto de 1975.
138
No tiene tiempo disponible para la lactancia, les descuentan los faltantes en
boletos, les aducen auto robo, si falta su relevo laboran hasta más de una hora y
no se les renumera, no tiene escalafón, etc.”17.
Finalmente, con las denuncias y movilizaciones, se logró concretar una
respuesta positiva y el 30 de septiembre de 1975 se pacto un convenio en donde
se asientan varios acuerdos relacionados con el pliego petitorio y, en el caso de
las taquilleras, en el inciso a) precisa tal reconocimiento:
“...Se otorga la calidad laboral de Base a las Taquilleras y por tanto, la
relación laboral de las mismas con el Sistema se regirá por las disposiciones de la
Ley Federal de Trabajadores al Servicio del Estado, el Reglamento de
Condiciones Generales de Trabajo y demás ordenamientos a que se refiere el
propio Reglamento Interior. En tal virtud, procederá el Sistema a hacer los
cambios de registro en las oficinas e instituciones correspondientes, señalando
que dicha categoría ha sido determinada con calidad laboral de Base, haciéndolo
del conocimiento oficial del Sindicato.”18
Con este reconocimiento, el trato en las condiciones de trabajo para este
grupo de trabajadoras fue cambiando y el sindicato sellaba con éxito la resolución
de sus demandas, lo cual desde luego que a los funcionarios de la empresa no les
agradó en lo más mínimo y esto daría lugar a que más tarde se presentara un
hecho de trágicas consecuencias para los usuarios y que provocó amedrentar la
17 Idem.18 Este Documento fue suscrito en la oficina de la Oficialía Mayor del Departamento del Distrito Federal. Por parte del sindicato: Adán de Jesús Camacho Martínez, Alberto Altamirano Lamadrid, Gustavo López Laredo, Fernándo Ulises Romero Romero, Angélica Ortiz de Zárate y Guerra, Horacio Esparza Jaramillo y Carlos Steck Díaz. Por los funcionarios, Ing Renato Vega Alvarado, Oficial Mayor del DDF en representación del Lic. Octavio Sentíes Gómez, Jefe del DDF y Presidente del Consejo de Administración del STC.
139
ascendente lucha de los trabajadores de esa joven empresa de transporte
colectivo.
En cuanto a los avances en el proceso de democratización a lo interno del
sindicato, se fueron tejiendo formas de organización que apuntaban a generar
espacios de participación desde las bases, en donde los afiliados se comenzaron
a organizar en todas las áreas a través de delegados (aún no reconocidos en los
estatutos) para vigilar el cumplimiento del RCGT. Con estas acciones, era
evidente que se vivía una etapa de ascenso en la construcción democrática de la
organización sindical.
7. Alcance de trenes y el intento de frenar la democratización.
Los resultados obtenidos en un lapso relativamente corto, considerado a partir de
que se da el desconocimiento de la firma del RCGT y se pacta otro, con las
ventajas, conquistas y prestaciones descritas, es decir en el transcurso de casi 15
meses, fueron generando un ambiente de recrudecimiento del trato de los
funcionarios de la empresa hacia los trabajadores. De tal manera que la empresa,
a través de sus empleados de confianza, seguía insistiendo en descalificar al
reglamento pactado, llegando a reafirmar su actitud por medio de un documento
emitido hacia las autoridades del DDF donde se señalaba que debido a las
“grandes prestaciones y por la intervención que le daban al sindicato en la
definición de varios asuntos, que se consideraban como de única facultad de la
empresa, se ponía en grave riesgo el servicio de transporte del Metro”19 . Estas
expresiones, se señalaba por parte de los trabajadores, no era nueva pues desde
19 López Laredo, Gustavo (et al). op. cit. p. 24.
140
1974 cuando los trabajadores levantaban sus demandas, sus reclamos por las
arbitrariedades que se cometían, la empresa salía a relucir esa interpretación.
Lo antes señalado se podría quedar en la mera especulación, sin embargo,
a pocos días de haberse pactado la basificación de las taquilleras y otros acuerdos
que se integraron en el conocido “Convenio del 30 de septiembre de 1975”, se
público una sospechosa denuncia a través de una inserción periodística dirigida a
varios funcionarios, entre otros a: Luis Echeverría Álvarez, Presidente de la
República, Francisco Javier Alejo, Secretario de Patrimonio Nacional; ing. Eugenio
Méndez Docurro, Srio. de Comunicaciones y Transporte; Lic. Mario Beteta
Monsalve, Srio. de Hacienda y Crédito Público; Lic. Octavio Sentíes Gómez, Jefe
de Gobierno del DDF; a los trabajadores del STC (Metro); a los usuarios del STC
(Metro) y a la opinión pública. En dicha misiva se destaca:
“La presente tiene por objeto DENUNCIAR ANTE LAS ALTAS AUTORIDADES
DEL PAÍS y del público en general el atentado que se pretende cometer entre el
Secretario General de la FSTSE señor Daniel Espinoza Galindo, y quienes se dice
representan a los trabajadores del STC (Metro) por una parte, y al señor ingeniero
Renato Vega Alvarado, por otra, los que careciendo de personalidad tratan de
alterar todo el funcionamiento administrativo y técnico del Sistema de Transporte
Colectivo (Metro), trastornando el buen funcionamiento y molestias para los
usuarios del STC (Metro).....”20
en el mismo documento, se recurre al clásico cuestionamiento del pensamiento
conservador y derechista al cuestionarse ¿Qué no será una nueva maniobra
20 Excelsior, 19 de octubre de 1975. Los funcionarios a quien se dirige tal comunicado son los integrantes del Consejo de Administración del STC. Las cursivas son mías.
141
política para alterar las instituciones del país?. Y cierra con una advertencia: “ Por
ello elevamos nuestra protesta más enérgica, solicitando la intervención de las
autoridades competentes, a fin de evitar que se consume el atentado que se
denuncia”21. Por lo sucedió al día siguiente, el 20 de octubre, las sospechas se
acrecentaron de que se estaba perfilando la consumación de un hecho grave.
En efecto, el lunes por la mañana del día 20 de octubre de 1975, en la
estación Viaducto de la línea dos del Metro se consumó uno de los accidentes
más graves de que se tenga memoria (el único, por sus consecuencias) en el
transporte colectivo de la ciudad de México. Se dio un alcance de trenes, el tren
identificado con el número 10 se impacto con el número 8 que se encontraba
estacionado, provocando con ello que de inmediato quedaran decenas de muertos
de los usuarios entre los hierros retorcidos y decenas de heridos. Oficialmente se
reconocieron 26 muertos y 69 heridos22. Ante esta situación, la representación
sindical simplemente optó por el silencio, a lo más que llegó a exteriorizar fue
señalar que el accidente fue producto “de la fatalidad”. Actitud que convergía con
la de los funcionarios tanto de la empresa como del gobierno capitalino. estos, a
través de la Comisión investigadora sobre el accidente (Director del STC,
Procurador de Justicia y Octavio Hernández, secretario "A" del DDF) determinan
que es responsabilidad del conductor el accidente. O sea, ante los reclamos de la
opinión pública para que se diera una explicación sobre este hecho, optaron por lo
más fácil: aplicar un juicio sumario y declarar al conductor Carlos Fernández
21 Idem.22 Excelsior, 21 de octubre de 1975. Además, en todos los diarios el hecho cubrió las cabezas de las noticias de todos los diarios.
142
Sánchez como el único responsable, es decir, se le aplico el criterio de que el
accidente fue consecuencia de una falla humana.
Por las dimensiones del accidente, el caso fue ampliamente debatido en los
medios de comunicación. Los diversos cuestionamientos que se hicieron al
respecto trataron de ser silenciados a través de la maquinaria corporativa de
control ejercida tanto hacia el Sindicato como hacia los medios. En el caso del
sindicato, esta situación (la del control) saldría a relucir siete años después,
cuando por la voz (y pluma) del representante sindical (encargado de la prensa
sindical del STSTC) que en 1975 había declarado a los medios que el accidente
fue producto de la “fatalidad”, después (1982) afirma en un testimonio escrito y
presentado en “el Museo Nacional de Cultura Populares que había convocado a
un concurso de Relato Obrero con la intención de recoger las experiencias y
testimonios de los trabajadores manuales del país”, el c. Héctor Manuel Zavala
Bucio presentó “Crónica de un silencio”. Después de hacer una detallada
descripción de como tomó la representación sindical el hecho del accidente, se
determinó hacer una declaración pública que apuntaba a señalar que las fallas
técnicas eran poco probables que fueran la cusa del hecho y habría que
emprender la defensa del conductor del tren 10 (el que se impacto) y se le
encargo al autor de esta crónica que al día siguiente presentara el comunicado de
prensa. Afirma que
“....Poco más tarde llegó Adán Camacho, solicitando la presencia de todos en la
Sala de Plenos y la mía en su privado, a donde acudí predispuesto a recibir la
reprimenda por mi incumplimiento y a exponer mis disculpas.
143
- ¿y el comunicado ? - me preguntó Adán. Espero que no lo hayas dado a
conocer.
- No Adán - le contesté -, es más, no pude hacerlo, la verdad es que ...
Pero no me dejó terminar mi exposición.
- No importa flaco, me dijo, es mejor así, es mejor guardar silencio...
Acto seguido se levantó y abrazándome dijo:
- Ven, vamos con los demás, necesito que me ayudes y me apoyes para echar
marcha atrás sobre lo acordado ayer; nos podemos emboletar y meternos en
broncas gratuitas; ya analice anoche las cosas y es mejor callar, flaco, es mejor
guardar silencio...además - continuó Adán - nos conviene, ya verás, mi querido
flaco.
Una vez en el Salón de Plenos, Adán expuso sus proposiciones.
No recuerdo textualmente su discurso, pero, entre otras cosas, externo la
propuesta de no declarar como sabotaje el incidente de Viaducto y respaldar las
declaraciones de las autoridades de la Ciudad; asimismo hacer declaraciones a
recobrar la confianza del usuario del Metro y a reconstruir la imagen de los
trabajadores....
....Confesó haber estado en contacto con algunos funcionarios, quienes le
recomendaron e hicieron entender que era menester establecer cautela en toda
declaración o agravar la consternación, sobre todo de carácter técnico, para evitar
brotes de pánico o agravar la consternación ciudadana...su propuesta se aprobó”23
.
El contubernio de representantes sindicales con las autoridades, una vez
más mostraba como se ejerce la práctica del corporativismo sindical en el país y,
23 Zabala B., Héctor Manuel, “Crónica de un silencio”, en Relatos Obreros Mexicanos, México, CNFE-SEP, 1984. p. 105. Las cursivas son mías.
144
ante hechos tan escabrosos, donde se juega la estabilidad, la credibilidad del
gobierno, no dudan en activar los mecanismos de coerción para resguardar los
intereses del proyecto político-económico vigente. Lo que se generó con esto fue
amedrentar rápidamente a los trabajadores, la avalancha de acusaciones a través
de los medios no paró por un buen tiempo, al grado que los conductores y
personal de otras áreas, identificados ante los usuarios por la ropa de trabajo, se
vieron obligados a que durante varios meses no portaran dicha vestimenta para
evitar ser agredidos.
No obstante que prevalecía el temor, las denuncias sobre como estaba
funcionando el metro y la indiferencia con la que actuaban las autoridades,
siguieron apareciendo. Así, por ejemplo, en la revista Siempre!. Presencia de
México, en su suplemento cultural se público un artículo de análisis que da cuenta
del estado en que en esos momentos operaba el Metro y se proporcionan datos
sobre accidentes que antes del accidente se había presentado, sin que llegaran a
las consecuencias del alcance de trenes24 . Los datos ahí descritos y el proceso
que se siguió en la defensa del conductor el c. Carlos Fernández Sánchez,
defensa asumida por el Lic. Jesús Zamora Pierce, permitieron que los peritajes
efectuados por especialistas de alto nivel académico, tanto de la UNAM como del
IPN, llegaran a sendas conclusiones, después de cinco meses de intensas
investigaciones, conclusiones que colocaron en tela de juicio a las versiones
oficiales y a las de la representación sindical, siendo éstas:
“ PRIMERA:
24 Cfr. Siempre!. presencia de México!. Nº 1170, noviembre 26 de 1975. p. X.
145
El alcance de trenes ocurrida el 20 de octubre de 1975 en la estación
Viaducto del sistema de Transporte colectivo (Metro), tuvo varias causas y no sólo
una. Estas cusas fueron concurrentes, si una de ellas no se hubiese presentado,
el alcance de trenes no habría ocurrido.
SEGUNDA:
Las causas concurrentes del alcance son las siguientes:
1.- Un error en el diseño de las señales luminosas en su instalación, que
permite que los circuitos de vía de los andenes de las estaciones algunos metros
adelante del lugar en que se encuentran instalados las señales de salida del
andén y las señales de despacho bajo orden. Ello provoca que, en algunas
ocasiones, el regulador del Puesto de Control trate de detener la marcha de un
tren, mediante una señal de despacho bajo orden que el conductor del tren ya no
pueda ver, por haber iniciado su marcha y rebasado el emplazamiento de las
señales, sin que ello se señale en el tablero de control óptico del Puesto Central
de Control, en virtud de que el tren aun no ha entrado a un nuevo circuito de vía,
así ocurrió en el caso de estudio.
2.- Un exceso de trenes en la línea, cuando en la línea 2, que tiene 22
estaciones (en el año de 1975) circulan 22 trenes, como ocurría el día de los
hechos, es necesario una gran sincronización entre ellos a fin de satisfacer la
disposición reglamentaria que especifica una separación mínima de un minuto y
medio entre los trenes. Dado que el diseño actual, en el cual una sección tapón
equivale a un circuito de vía, permite físicamente una separación mucho menor, y
que la reglamentación exige a un tren que en caso de un corte de corriente
continúe hasta la estación más próxima, se puede presentar violaciones muy
frecuentes a esta separación mínima. En el caso a estudio, cuando el tren 10
146
estaba en la estación Chabacano y el tren 8 se encontraba en la estación
Viaducto, ambos se encontraban separados apenas por un minuto.
3. Una falla en la comunicación radiotelefónica. El Regulador del Puesto
Central de Control afirma que ordenó por radio teléfono al conductor del tren 10
que no avanzara, si así es, entonces tuvo una falla en la comunicación
radiotelefónica entre PCC y los trenes, pues los conductores que debieron
escuchar la orden mencionada, afirman que no la escucharon.
4. Una falla de señalización o una falla del sistema automático. Estamos
ciertos de que ocurrió una de estas dos fallas, pero no podemos asegurar cual de
ellas, pues como dejamos explicado en el cuerpo de este dictamen, es imposible
demostrar, a posteriori, si la señal (12) estaba en rojo o en verde. Si la señal
intermediaria dos (12) estaba en verde (vía libre), cuando debería haber estado en
rojo (sección tapón) estamos ante una falla de señalización que pudo haber sido
ocasionada por la excitación intempestiva del circuito de vía correspondiente al
andén de la estación Viaducto. Si acaso se presentó esta falla, el sistema de paro
automático, “engañado”, no tuvo oportunidad de actuar.
Si acaso no se presentó esta falla de señalización, entonces
necesariamente falló el sistema de paro automático el cual estaba “en servicio” y
debió haber detenido el tren 10.
5. Una falla en el frenado. Bien sea porque hubo un frenado tardío o bien
porque el frenado fue oportuno pero el sistema de frenado (incluyendo llantas) no
se encontraba en condiciones normales. No contamos con elementos para optar
entre estas dos alternativas.
147
TERCERA:
Como dejamos dicho, las causas enumeradas únicamente pudieron tener
como consecuencia un alcance de trenes por el hecho de que fueron
concurrentes. Una sola de esas causas no hubiera podido producir ese resultado,
tampoco lo hubieran producido varias de ellas reunidas, solo la coincidencia de
todas pudo tener ese efecto.
La probabilidad de que puedan presentarse conjuntamente una serie de
causas iguales o semejantes alas que dejamos enumeradas, es muy baja. En
consecuencia y a pesar del alcance de trenes ocurrido, consideramos que el
sistema de Transporte colectivo (Metro) es razonablemente confiable, no obstante,
para la seguridad futura del sistema sería aconsejable:
a) Que todos los empleados cumplan con las obligaciones a su cargo, lo
que al parecer no hicieron en el presente caso el empleado de sellar los
conmutadores del tren 10 y aquel otro a cuyo cargo estuvo la colocación de las
cintas de cronotaquigrafo de los trenes 08 y 10.
b) Que se dé adecuado mantenimiento al equipo, no permitiendo por
ejemplo, que los trenes circulen con las llantas en mal estado, o bien que algunos
de los focos del tablero de control óptico se encuentren apagados.
c) Que los trenes circulen con dos operadores como lo exigen los
reglamentos de conducción.
148
d) Que se modifique el emplazamiento de las señales de D.B.O., a fin de
que desaparezca la posibilidad de que estas señales sean intempestivas.
e) Incluir un sistema redundante de detección de trenes en estaciones, los
peritos hemos diseñado un sistema de este tipo, mismo que ponemos a
disposición del sistema de Transporte Colectivo (Metro) en forma completamente
gratuita.
f) Incluir en el sistema de control una medida automática de seguridad que
no permita que en un tren abandone una estación, hasta que la estación siguiente
haya sido desalojada “ 25 .
No había pasado mucho tiempo de la entrega de las conclusiones de los
peritos, cuando se suscitó otro accidente, también espectacular, en las
instalaciones del metro. El hecho se dio en el espacio de comunicación para el
enlace de la las líneas uno y dos, en la estación Pino Suárez, un incendio arrasó
con los comercios que venían operando en esta área.
La secuela que dejaron estos accidentes, tuvieron un impacto devastador
entre los trabajadores. La actividad sindical decayó de manera sorprendente y
esto facilitó la actitud de la empresa para continuar y profundizar sobre los
incumplimientos de las normas laborales pactadas, situación que se facilitaba por
el silencio y complicidad de la representación sindical. El descontento volvía a
25 López Laredo, Gustavo (et al), op. cit. p. 27-28.
149
rondar entre la base y se presagiaban nuevas acciones, pues la primera revisión
del RCGT pronto habría que enfrentarla, a pesar de los acontecimientos descritos.
III. DEMOCRACIA, REPRESIÓN Y RESISTENCIA.
150
1. Con la participación de las bases, se generan los cambios en la estructura
sindical.
Sin duda lo pactado en el nuevo RCGT supero en muchos rubros los limites de la
Ley burocrática. En cuanto a la democratización, también se fueron tejiendo bases
sólidas, durante los procesos de consultas y movilizaciones. Esto daba lugar a la
creación de una estructura de participación de forma muy horizontal, lo cual
permitía garantizar una amplia participación de las bases en la toma de
decisiones.
Ante este panorama, el CEG en el mes de enero de 1976 se entrevista con
el Regente de la Ciudad, Lic Octavio Sentíes Gómez; ahí, se denuncian 68
violaciones al RCGT, incumplimiento al convenio del 30 de septiembre de 1975;
incumplimiento al laudo favorable del 5 de noviembre de 1975 donde se reconoce
la basificación a las taquilleras. También se establece el compromiso de iniciar
pláticas para la 1ª revisión del RCGT. Enseguida, el CEG hace un llamado a los
trabajadores para que hagan sugerencias de como revisar el RCGT 1 .
Así, en marzo de 1976 el sindicato enfrenta su primer revisión del RCGT, lo
haría en un contexto en donde se exige asumir el compromiso de cumplir tanto las
demandas de profundizar en la democratización del sindicato como hacer cumplir
lo pactado en las relaciones laborales, ya que la empresa de manera reiterada lo
incumplía en muchas de sus partes.
Poner en práctica lo pactado resultó una tarea bastante complicada. En
efecto, esto llevó a que los trabajadores siguieran movilizados, creando nuevas
formas de participación. Así, para exigir el cumplimiento de sus derechos se 1 Trinchera, órgano informativo del Sindicato de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (Metro), nº 18, enero de 1976 pp 3,12, 14 y 15.
151
generalizó el nombramiento de los Delegados Departamentales, figura que no se
encontraba reconocida en los estatutos vigentes en ese momento, los cuales se
elegían de manera directa en las asambleas efectuadas en cada área de trabajo,
por turnos o por especialidades y luego se coordinaban en asambleas entre ellos
para dar lugar a un Consejo General de Delegados, en los hechos, y, en esa
instancia surgían comisiones de trabajo que apoyaban y exigían a los
representantes que se tomaran medidas de movilización para obligar a la empresa
a cumplir lo pactado.
De las formas de participación adoptadas para exigir a la empresa el
cumplimiento de lo pactado, en ese período destaca la acción emprendida por los
trabajadores de los Talleres de Mantenimiento de Material Rodante (técnicos de
varias especialidades: electricistas, mecánicos, entre otros, suscribieron un
documento que fue dirigido al Ing. Jorge Espinoza Ulloa Director General y
funcionarios que representan al S.T.C. con fecha 1º de marzo de 1976, en donde
se enumeran 22 artículos del RCGT que la empresa no cumple y se refieren a
prestaciones económicas y sociales: pago de tiempo extra, licencias con goce de
sueldo, estímulos por cumplimiento en el trabajo, ropa de trabajo y equipos de
seguridad, guarderías (cendis) para los hijos de los trabajadores, servicio médico,
surtido de medicamentos, movimientos escalafonarios. Concluyen el documento
señalando que:
“De no cumplir con estas tres cosas:
a) El pago de los estímulos.
b) El pago de tiempo extraordinario siguiendo el procedimiento expuesto.
152
c) Lo referente a servicio médico y farmacia.
Considerando que eso es sólo una parte de lo que deben cumplir y que nos
lo adeudan pues ya nosotros lo desquitamos laborando. Al día siguiente del plazo
establecido ( se fijaron distintos plazos en función de las prestaciones reclamadas,
desde la quincena inmediata hasta 10 días) trabajaremos únicamente el 60% de lo
que trabajamos actualmente, hasta que se regularice lo atrasado, para ser
correspondientes en cumplimiento de obligaciones con el propio Sistema”2
el reto hacia las autoridades de la empresa consistía en el emplazamiento hecho y
además sostenido con la firma de todos los trabajadores de ese Departamento,
situación que genero desconcierto tanto en funcionarios como entre los propios
representantes sindicales, pues de hecho - con la firma de cada trabajador - se
estaban declarando responsables de un acto que de acuerdo con la legislación
laboral implicaba el despido sin mayor trámite; sin embargo, lo que estaba en
juego no era sólo la interpretación jurídica para ser sancionados los trabajadores,
sino la efectividad política de las medidas asumidas.
Con este antecedente, de incumplimientos por parte de la empresa y de
movilizaciones de los trabajadores, se llegó al II Congreso General Ordinario,
mismo que sesionó del 9 al 15 de marzo de 1976. Además, se tenía la presión de
presentar el proyecto de la primera revisión del RCGT para el día 20, lo cual era
otro ingrediente más de presión para el sindicato. En este evento el Comité
Ejecutivo General tomó dos medidas para hacerle frente a esa situación. Primero
2 El documento que consta de cinco páginas de texto y 11 más en donde se asienta los nombres y firma de 261 trabajadores sindicalizados. Entregaron copia del mismo al H. Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, a la FSTSE, al Secretario de Trabajo ty conflictos del CEG y a los representantes de las secciones I, III, IV, V, VI y VII.
153
buscó amortiguar la presión sobre el reclamo del cumplimiento al RCGT y para
ello invitó al regente de la Ciudad a que inaugurara el Congreso quien en el su
intervención señaló el respecto a los derechos sindicales de los trabajadores del
Metro e invitó a que de inmediato se integrara una Comisión para tratar de manera
directa las demandas en el DDF3 . De inmediato el CEG propuso a los delegados
proceder a nombrar tal comisión. Esto les fue rechazado. La otra medida la
externo después de que concluyó su informe de actividades solicitando al pleno
del congreso ser relevados del cargo, es decir, renunciar.
Con ambas medidas el CEG buscó su legitimidad pero acudiendo al
respaldo de las autoridades (invitando a Sentíes a inaugurar el Congreso) y al
chantaje ante los trabajadores (con la renuncia). No les funcionó ninguna de las y
entonces después de las deliberaciones, los delegados resolvieron aceptar el
relevo de todos los integrantes del CEG y asumir la conducción y dirección del
Sindicato todos los delegados, declarado al Congreso en sesión Permanente y
Abierto por el tiempo que fuera necesario. Para fines operativos se integraron tres
comisiones para afrontar esta resolución: 1) Comisión de Asuntos Sindicales, que
se le encomienda atender todos los asuntos relativos a la administración cotidiana
del Sindicato; 2) Comisión de Revisión del RCGT y, 3) Comisión de cumplimiento
del RCGT. A todas se les establecen condiciones para su operación, la primea y
más importante es que ninguna estaría facultad para resolver sobre las propuestas
que los funcionarios de la empresa les hicieran, es decir sólo recibían las
propuestas y éstas serían llevadas al pleno del congreso para su aprobación,
modificación o rechazo.
3 El Día, 12 de marzo de 1976.
154
Se integró el Pliego Petitorio para la revisión de las CGT:
1. Aumento salarial del 40%
2. Despensa alimenticia de $ 400.00
3. Instalación de comedores, pagando el trabajador el 15% y la empresa el
85% del costo.
4. Pase gratuito a los familiares directos para el uso del metro.
5. Duplicar el monto del seguro de vida pactado y que los intereses generados por
las cuotas pasen a integrarse al Fondo de Ahorro.
6. Pago del salario conforme a los días naturales del mes.
7. Compensación por trabajo nocturno de un 30 % sobre el salario base.
8. Compensación por trabajo en áreas insalubres, en un porcentaje del 30%.
9. Ayuda para lactancia en un 100% hasta los 8 meses de edad.
10. Transporte de personal que labora al inicio y fin del servicio del metro 4 .
Además del pliego de demandas por la revisión de las CGT, se exigía el
cumplimiento de lo pactado, que se sintetizaba en el documento presentado por
los trabajadores de los Talleres de Mantenimiento, arriba señalado. Para respaldar
las peticiones, se avaló el plan de acción iniciado por los trabajadores de esta área
de trabajo (laborar al 60%) y se complementó dentro del plan de acción otras
medidas, entre las que destaca la realización de mítines, volanteo a los usuarios y
emplazar a la empresa de que si en 30 días no se daba una respuesta
satisfactoria se estallaría la huelga 5 .
4 Trinchera, op. cit. nº. 22 7 de abril de 1976, pp 1-5.5 El Sol de México, 27 de marzo de 1976, En este diario se público un manifiesto en donde se detallan los acuerdos del II Congreso, lo firman los delegados asistentes al mismo. Para llegar a hacer uso de este derecho, se consideró que debería ser a través de la acción directa, es decir, estallara la huelga de hecho, ya que en el
155
2. Renuncia del Comité Ejecutivo y acción colectiva en la conducción del
sindicato.
Otra línea de acción que se concretó en este II Congreso fue la radical
modificación de los estatutos sindicales para incorporar las prácticas que se
venían ejerciendo desde las diversas áreas de trabajo. Esto es, el reconocimiento
al Delegado Departamental y las Asambleas Departamentales, fueron los ejes de
reformas a los estatutos. Otro elemento presente en estos cambios se centraron
en establecer limites a las facultades de las instancias de representación para la
toma de decisiones y acuerdos con los funcionarios de la empresa. De esta
manera la transformación de la estructura sindical fue a fondo con la inclusión de
120 sustituciones del estatuto original 6 .
Como bien señala Ilán Bizberg en su investigación sobre la democracia
sindical:
"La existencia de una organización departamental con autonomía, aunque
relativa, es fundamental no solo para definir las relaciones entre las bases
sindicales y sus dirigentes, sino para facilitar la gestación de una oposición
sindical, y permitir un juego político más abierto al interior de los sindicatos. Ello
podría llevarnos a considerar que, en cierta medida, este tipo de organización es
efectivamente un elemento que favorece la democracia sindical"7 .
apartado “B”, como se descrito antes, prácticamente es inexiste este recurso de lucha de los trabajadores. 6 López Laredo, Gustavo (et. al), op. cit. p. 297 Bizberg, Ilán, Estado y sindicalismo en México, México, El Colegio de México, 1990, pp 230-231
156
Para reafirmar esto, se generalizaron las movilizaciones, así tenemos que lo
antes señalado, nos muestra como los trabajadores han encontrado distintas
formas de responder a los mecanismos de control, apoyándose en su práctica de
lucha, de resistencia y respuesta, desde las bases, generando sus propios
mecanismos de organización; sin embargo, esto no ha sido suficiente. Algunos
piensan que otra manera de responder y evitar que se siga golpeando y se
faciliten las vías para avanzar en la democratización de los sindicatos, es a través
del apoyo "desde arriba". Esto, seria un engaño, seria confiar en aquellos que han
sido los artífices principales en el diseño de esos mecanismos de control.
Después de activar el plan de acción, se dio inicio a las negociaciones con
la empresa, sin embargo, no hubo avances y casi de inmediato hubo rompimiento
y las pláticas se trasladaron hacia el DDF a partir del 21 de marzo, logrando
avances en casi todas los puntos del pliego de demandas para la revisión y
reparación sobre las demandas de cumplimiento a las violaciones de las CGT8.
Los resultados en este período fueron de gran enseñanza para los
trabajadores. Por una parte las medidas de presión surtieron efectos, a los pocos
días, se acordó con la empresa anular las actas que se había levantado del 15 al
22 de marzo en contra de los trabajadores que sostenían el tortuguismo exigiendo
el cumplimiento de las CGT 9 .
A partir de aquí, se mantuvo una intensa vida sindical provocada por la
estructura provisional que tenía la dirección de la organización, con el Congreso
permanente, el cual sesionaba cada vez que las comisiones que estaban
negociando requerían del aval del pleno de los delegados para pactar los 8 El Día, 22 de marzo de 1976.9 Trinchera, op. cit., nº 21, 25 de marzo de 1976, p 3.
157
acuerdos con la empresa. Esta situación se prolongó por casi ocho meses, hasta
el 24 y 35 del mes de noviembre al declarar concluidos los trabajos de esta
instancia y se resuelve su clausura dando paso a la emisión de una convocatoria
para elecciones de Comité Ejecutivo General.
Al arrancar el proceso electoral, surgen parte de las consecuencias de
haber extendido o prolongado por tanto tiempo la estructura colectiva en la
conducción del Sindicato, el desgaste a que fue sometida la mayor parte de los
activistas sindicales se reflejó al momento en que se agruparon para presentarse a
la contienda electoral. Por su parte, la empresa había logrado reagrupar a un buen
grupo de trabajadores alrededor de tendencias identificadas con la visión del
sindicalismo oficial y buscaban de nuevo retomar la dirección del sindicato. A
pesar de ello, el grupo de democráticos ganó las elecciones pero con un margen
de diferencia muy reducido, lo cual los colocaba en una situación de debilidad ante
la empresa. Los integrantes de la planilla ganadora son: Carlos Steck Díaz,
Secretario General; José Luis Elías Jauregui, Secretario de Trabajo y Conflictos;
Silviano Farias Martínez, Secretario de Organización; Constanza Gutierrez Aguilar,
Secretaría de Finanzas; Manuel A. Mis González, Secretario de Previsión Social;
Juan Berber León, Secretario de Relaciones sociales y Económicas; Raúl Roque
Machado, Secretario de Acción Política, Social y cultural; David chávez Cucué,
Presidente de la comisión de Prensa y Propaganda; Omar Rodríguez Rivera,
Secretario de la comisión de Prensa y Propaganda; Anselmo gonzéz Valderram,
Presidente de la comisión de Escalafón; Eduardo Cedillo García, Secretario de la
comisión de Escalafón; Alfredo Gómez Yañez, Secretario de la comisión de
Escalafón; Héctor Manuel Zavala Bucio, Presidente de la comisión de Acción
158
deportiva; José B. Muñoz Riveroll, secretario de la comisión de Acción Deportiva y,
José Mayorga Ramos, secretario de la comisión de Acción Deportiva.
La manera de como asumía este grupo de trabajadores la representación
sindical, quedó asentada en un comunicada donde destacan:
“El sindicato del metro, en esta fecha inicia una nueva etapa en su
existencia; los trabajadores que lo formamos hemos sido artífices que construimos
lo que hasta la fecha tenemos como sindicato (entiendo al sindicato no a los
representantes, sino todos los trabajadores que lo formamos)
(...) Cuando los funcionarios del sistema (la empresa) han corrompido a
nuestros representantes, los hemos echado del sindicato, destituyéndolos del
cargo y expulsándolos. Cuando nuestros representantes han demostrado
ineptitud, se han cambiado, cuando nuestros representantes han presentado su
renuncia porque se sienten incapaces, éstas se han aceptado y han sido
sustituidos por compañeros que pueden trabajar en su lugar.
(...) Estamos conscientes, que por el cambio de funcionarios en el sistema,
que se empezará a dar con el cambio de Funcionarios en el Gobierno, vamos a
atravesar por una temporada que fluctúa entre un mes o mes y medio, en que
poco se podrá avanzar en los trabajos pendientes ....pero el sindicato aprovechará
ese tiempo para organizarse internamente; se pondrá en marcha su estructura
completa, para que exista una adecuada comunicación entre representantes y
representados, para la mejor atención de los problemas...”10 .
10 Trinchera, op. cit., Nº 48, 9 de diciembre de 1976, pp 10-12.
159
En efecto, se cerraba una etapa en lo interno del sindicato, sin embargo,
hacia afuera, las luchas obreras y sindicales se incrementaban, la represión sobre
las mismas agudizaban contradicciones11 . Por otra parte, se estaba frente al
agotamiento de un modelo de desarrollo económico que apuntaba a la aceleración
de su ineficacia para responder a los efectos de la crisis económica que invadía en
todos los países del mundo capitalista. Las medidas que el régimen en turno se
proponía implantar harían que las relaciones laborales tomaran un rumbo lleno de
contradicciones y también mostraban las limitaciones que el sindicato tenía para
explicar ante sus afiliados este fenómeno.
3. Demandas que agudizan las contradicciones en las relaciones con la
empresa y activación de los mecanismos de control.
El cambio de gobierno recientemente se había efectuado y por enésima vez el
candidato oficial “arrasaba” en las elecciones para dar continuidad a los regímenes
emanados de la Revolución Mexicana. Salía el régimen de Luis Echeverría con
una secuela de actos represivos sobre el movimiento social en general. El
Ejecutivo designan como titular de la Regencia del DDF al Prof. Carlos Hank
González y éste a su vez nombra como Director general del Metro al Ing Julian
Díaz Arias, quien incorpora dentro de su equipo de funcionarios a Rubén Figueroa
Alcocer. Los cambios de funcionarios vislumbraban una conexión de intereses de
los grupos políticos y económicos que más tarde se verían reflejados con las
medidas que tomarían. además en esta ocasión la administración federal entraba
en una fase casi final del Estado de Bienestar. Ya que éste,
11 Cfr. en el apartado de este trabajo sobre la llamada insurgencia sindical.
160
“entendido como un conjunto de actuaciones públicas tendientes a garantizar a
todo ciudadano de una nación, por el mero hecho de serlo, el acceso a un mínimo
de servicios que garanticen su supervivencia (biológica y social) es un concepto
funcional en el crecimiento económico de la economía de mercado (capitalista)
que requiere, cada vez en mayor medida, integrar una clase obrera sana y
defenderla ante la incertidumbre” 12.
siguiendo esta interpretación de lo que implica el funcionamiento del Estado de
Bienestar, en la práctica para el caso del Estado Mexicano, el gobierno en turno
pronto entró en contradicción con este modelo de desarrollo. En efecto, de las
medidas que el gobierno comenzó a implantar para buscar amortiguar los efectos
de la crisis económica, fue el de incrementar la productividad y los servicios. Para
esto, decreto la implantación de horarios escalonados para todos los servidores
públicos y de inmediato la central oficial, la FSTSE, llamó a sesionar a todos los
representantes de los sindicatos afiliados a un pleno para instrumentar tal medida.
El Sindicato de los trabajadores del Metro se manifestaron en contra de tal
disposición, da a conocer sus fundamentos y no acepta acatar las instrucciones
del Ejecutivo Federal. Esta actitud reafirma ante los dirigentes de la central oficial
que el STSTC se mantienen firmes en mantener sus principios de autonomía y no
se prestan a ser simplemente seguidores y legitimadores de las políticas del
gobierno en turno.
12 Rafael Muñoz de Bustillo (comp.), Crisis y futuro del Estado de Bienestar, Madrid, España, Alianza Editorial, 1981, p. 12.
161
Lo que se estaba presentando era un franco retroceso a esta visión sobre el
Estado de Bienestar que había prevalecido por más de tres décadas. La crisis
económica que comenzó a tener sus primeros indicios a principios de los setentas,
avanzaba sin que se vislumbrara de que manera contenerla, pues las fases más
visibles que venía atendiendo: la lucha contra el desempleo; la provisión universal
pública de determinados servicios y la garantía de un nivel de vida mínimo para
todos los ciudadanos, estaba en franca contradicción con la realidad. Por eso es
que algunos estudiosos sobre el fenómeno han señalado que la llamada crisis del
Estado de bienestar “implica una crisis ideológica de confianza en el mismo; ha
sido apreciada tanto desde la derecha, como de la izquierda, y tiene su pretexto
en la crisis económica de los años setentas y la ausencia de instrumentos de
corrección de los graves desequilibrios generados13. Por ello, medidas como
implantar horarios escalonados, encontraban un rechazo que si bien no se
generalizaba, era por el control corporativo que ha prevalecido en las
organizaciones sindicales.
Este es el contexto en que se desarrolla una etapa más de lucha para los
trabajadores sindicalizados del Metro. Así, durante el mes de enero de 1977 se
efectuaron asambleas en todas las secciones sindicales para promover la elección
de los delegados al III congreso General Ordinario y preparar la que sería la
segunda revisión anual de las CGT.
Del 10 al 15 de febrero se efectúo el Congreso y lo central del mismo fue la
preparación del pliego de demandas para la revisión de las CGT. En esto se
centraron los esfuerzos y el resultado se concretaba en la presentación de cinco
13 Idem. p. 13.
162
demandas, en apariencia se ubicaba como muy austero, y al concluirse se
presentó ante la empresa el día 18 de marzo, consistente en:
I. Ajuste al salario en un 25%.
II. Aumento al vale de despensa alimenticia.
III. Establecimiento de una tienda de consumo para los trabajadores.
IV. Base para los trabajadores de limpieza.
V. Inclusión de los acuerdos pactados antes, al cuerpo del RCGT.
La presentación de las demandas ante las autoridades se realizó dos días
antes del vencimiento del plazo fijado, sin embargo, la desventaja con la cual
entraba el Sindicato a la revisión consistía en la limitante derivada del apartado
“B”: no poder emplazar a huelga, esta situación obligaba a buscar diferentes
formas de presión para obtener respuestas favorables. El panorama era sombrío y
la empresa lo sabía de sobra y por lo tanto comenzó a poner en práctica todo un
plan para enfrentar al sindicato. Las primeras acciones que se detectaron y el
sindicato lo denunció, fue lo relativo a las prácticas de operación de trenes que se
realizaban con personal de confianza y policías en el transcurso de la noche,
cuando el metro no estaba en servicio para los usuarios.
Otras medidas se fueron aplicando, todas ellas tendientes a “vaciar” la
fuerza del Sindicato. Por eso se dieron en diferentes acciones, buscando con ello
generar múltiples repercusiones. Por ejemplo, influyó en la elección de los
representantes de la Sección III (integrada por conductores, inspectores, jefes de
estación y reguladores), logrando con ello que los electos fueran los que la
163
empresa respaldaba y, de paso, provocar una división a lo interno del sindicato,
como efectivamente se dio al momento de que todos los representantes de esta
sección fueron suspendidos de sus derechos sindicales por comprobarles
actitudes desleales a la organización y tener vínculos con la empresa.
Para ampliar la división e inconformidad en otras áreas de trabajo, la
empresa intentó poner en práctica un proyecto de calificación de las capacidades
de los trabajadores que buscaban algún ascenso escalafonario, condicionando a
los aspirantes a someterse a un “examen mental” (sic!)14 . Esto, desde luego,
causó un rechazo contundente por parte de los trabajadores y sus representantes
sindicales, lo cual llevó a que las relaciones laborales y más específicamente el
proceso de negociaciones sobre la revisión del RCGT se hicieran cada vez más
tortuosas y tensas, abonando el terreno para profundizar la división al interior del
Sindicato.
Ante las medidas asumidas por la empresa, el sindicato por su parte
discutió e implemento formas de respuesta que le permitían apoyarse incluso en
las propias normas pactadas en el RCGT. En particular lo referente a la negativa
de laborar tiempo extra para exigir que se cubriera la plantilla de personal
faltante15 . Esta acción de presión, el sindicato la promovía bajo la cobertura que le
proporcionaba el propio RCGT y, a su vez, le permitía evidenciar de que lado
estaban las intransigencias para avanzar en la respuesta a las demandas de la
revisión del RCGT. Sin embargo, las negociaciones no avanzan, existe
14 López Laredo, Gustavo (et al.), op. cit. p.3115 Habrá que tener presente que en el apartado “B” se trabaja el tiempo extra sin mediar el consentimiento del trabajador, cosa que no sucede en la Ley Federal del Trabajo, apartado “A”, en donde se tiene que tomar en cuenta la anuencia del trabajador, pudiendo este negarse a laborar. Esta situación, para el caso del metro, se había resuelto en la medida que en RCGT se aplicaba el criterio señalado en el apartado “A”.
164
deliberadamente una intención: desarrollar la idea de que lo democrático no sirve,
es un retroceso, por eso no hay respuesta de los funcionarios. Ante el poco eco y
nula respuesta, la empresa de todas maneras seguía estructurando su plan de
ofensiva. Así el sindicato en comunicado público denuncia y señala que
“Los trabajadores del Sistema de Transporte colectivo (Metro) hacemos del
conocimiento de la opinión pública, los actos de intimidación y provocación que se
le está haciendo padecer al personal de esta empresa, así como el irresponsable
manejo del equipo y de las instalaciones del “Metro”, que se ha estado
promoviendo a través de contingentes policíacos y grupos de individuos ajenos al
persona de este organismo en las últimas semanas.
.....se dieron ordenes de dejar las vías energizadas durante el transcurso de la
noche y a partir de entonces los trenes realizan una rutina, como si se estuviera en
horas de servicio, transportando en las cabinas de 3 a 6 individuos que no son
conductores pertenecientes al STC.
..... en las áreas de conservación del perímetro de Balbuena, se han efectuado
prácticas que consisten en las llamadas artes marciales, complementando estas
destrezas, con saltos sobre las vías de alta tensión, ejecutándolo un grupo de
individuos totalmente ajenos al STC.
Ante este tipo de eventos, trabajadores y representantes sindicales nos
hemos preguntado: ¿a qué obedece la presencia de estos cuerpos paramilitares,
165
por qué o para qué ocupan la instalación del metro?, esta forma de
entrenamientos, y conque objeto están siendo capacitados en el manejo de este
transporte?.
El día 19 del presente mes, un contingente de policías uniformados
pertenecientes a la la Dirección General de Policía y Tránsito y un numerosos
grupo de individuos que marchaban vestidos de civiles, realizaban maniobras
militares, frente al edificio administrativo del sistema, ubicado en Delicias 67, este
contingente respondía a ordenes que se les enviaban por megáfonos; los que al
finalizar la exhibición de fuerza, se oía claramente que se les estaba enviando a
diferentes estaciones del “Metro” para que intervinieran en caso de registrarse
algún suceso (?) en el interior de la línea.
.....Es significativo que ante las reclamaciones que han surgido de la base
trabajadora como justas protestas por las violaciones e incumplimientos a nuestro
reglamento de trabajo por parte de las autoridades del STC y nuestra reciente
presentación del pliego petitorio....en los últimos meses se nos está intimidando
con maniobras de tipo policiaco y paramilitar dentro del Metro...”16
el comunicada también ofrece una detallada descripción del estado en que se
encuentra tanto las negociaciones y los riesgos que implicaría para los usuarios
del metro el hecho de que se siguieran desarrollando las maniobras denunciadas.
Las preguntas formuladas nunca tuvieran respuesta de parte de los funcionarios
de la empresa ni del gobierno del Distrito Federal.
16 Excelsior, 22 de abril de 1977, p. 33-A.
166
Los meses pasan y no hay ningún viso de avance. Las movilizaciones es el
único recurso para presionar, el de la huelga no siquiera se explora como
posibilidad, por lo ya señalado, esta prácticamente vedado este derecho; así, en el
acto del 1º de mayo se hace gala de un despliegue de fuerza del Sindicato y
“detienen” momentáneamente el acto oficial frente al palco presidencial y ahí
realizan un mitin para exigir respuestas a las demandas laborales.
Tres semanas después, el 20 de mayo, se hacen del conocimiento público
la detención de un grupo guerrilleros (siete), de los cuales dos son empleados del
metro: Constantino Robles Peralta P. y José Guadalupe Reyes O. conductor e
inspector, respectivamente; el primero formaba parte de la Comisión Revisora de
las CGT17 . Este hecho se utilizó al máximo por parte de la empresa, utilizando las
prácticas del rumor, la calumnia y la difusión en los medios de comunicación para
desatar una campaña centrada en señalar que el sindicato era un “nido de
guerrilleros”.
Mientras a lo interno, las Comisiones Autónomas y el CGD determinan
suspender de sus funciones y derechos sindicales, como medida de “salud
sindical”, a Horacio Esparza Jaramillo y Mario Ramírez Vistraín, Secretario
General y Trabajo y Conflictos, respectivamente, de la Sección III (transportes).
Esto debido a que ellos encabezaron una serie de acciones (movilizaciones y
acuerdos pactados con la empresa) tendientes a profundizar la división interna del
sindicato.
Como las medidas adoptadas hasta ese momento seguían sin lograr
destrabar las negociaciones, el sindicato determinó profundizar su plan de acción 17 El hecho fue ampliamente difundido en casi todos los diarios de circulación nacional, porque las autoridades policíacas convocaron expresamente a los medios para este fin.
167
y así lo hizo del conocimiento a través de un desplegado, donde presentan cada
una de las demandas pendientes de resolver y al final señalan:
“Pensando en que serán respetadas nuestras garantías constitucionales, el
día miércoles 13 de julio a las 16:00 horas, llevaremos a cabo una marcha que
partirá de la estación Balderas del Metro y llegará al Departamento del Distrito
Federal, marcha a la que invitamos a los trabajadores agrupados en los sindicatos
hermanos con quienes integramos la federación de Sindicatos de Trabajadores al
Servicio del Estado”18
Cuando la empresa conoció tal determinación, llamó al Sindicato para firmar
una serie de acuerdos que formaban parte de las demandas pactadas desde la
revisión de un año antes y que no se habían cumplido: pago de tiempo extra,
cubrir plazas vacantes, inspección de áreas insalubres y peligrosas, pago de
adeudo a taquilleras.
Otra reacción generada por la determinación expuesta en el comunicado,
consistió en el llamado que se hizo el mismo día 12 para celebrar un Pleno
Nacional en la FSTSE, mismo que se realizó y ahí mismo se le propuso al
Sindicato del Metro aplazar la marcha convocada para el día 13. La
“preocupación” de la central burocrática se explicaba en gran medida por las
acciones que el gobierno estaba realizando en contra de las luchas sindicales,
reprimiendo y trataba a toda costa de evitar que se llegaran a vincular a sindicatos
afiliados a esta central, como era el caso del Metro. Sin duda que esto obedecía a
toda una disposición oficial, pues pocos días antes JLP había dado muestras 18 Excelsior, 12 de julio de 1977, p. 21-A.
168
fehacientes de la represión al romper la huelga de los profesores de la UNAM con
la entrada del ejército a Ciudad Universitaria.
La campaña de desprestigio hacia el sindicato se incrementaba, haciendo
uso de todo tipo de recursos, tales como propaganda falsificada (utilizando la firma
del Secretario General) con el claro propósito de confundir a los trabajadores.
Como un botón de muestra es el siguiente texto:
México, D.F. a 12 de julio de 1977
ATREVERSE A LUCHAR
ATREVERSE A VENCER
EL DIA 7 DE JULIO LA PRENSA NACIONAL, VENDIDA AL SISTEMA BURGUÉS QUE
NOS GOBIERNA, EN FORMA OSTENSIBLE INFORMO QUE LA POLICÍA HABÍA
DESALOJADO A LOS HUELGUISTAS DE LA UNIVERSIDAD.
EL ARTERO ATAQUE PERPETRADO CON LUJO DE FUERZA AL ALMA MATER NO ES
SINO RESULTADO DEL CONTUBERNIO ENTRE LAS AUTORIDADES
UNIVERSITARIAS Y EL GOBIERNO CORRUPTO, PARA REPRIMIR AL SINDICALISMO
INDEPENDIENTE, AL SINDICALISMO QUE SE ATREVE A LUCHAR Y SE ATREVE A
VENCER.
LA BURGUESIA Y SUS COMPINCHES EN EL PODER, EN SU AFAN DE ANIQUILAR
LAS TENDENCIAS OBRERAS PROGRESISTAS, OLVIDAN QUE ESO NO ES POSIBLE
YA QUE LA INSURGENCIA ES ESENCIA DE LA CLASE TRABAJADORA QUE SE
REVELA AL SISTEMA DE EXPLOTACION QUE LA OPRIME.
LA TRINCHERA REVOLUCIONARIA DE LA UNIVERSIDAD HA SIDO GOLPEADA, LOS
JILGUEROS DEL PRI, CTM, FSTSE, CNOP Y CNC Y OTRAS ORGANIZACIONES
CHARRAS AL UNISONO FESTINAN Y JUSTIFICAN EL ACTO DE REPRESION EN
169
CONTRA DE NUESTROS HERMANOS DE CLASE, ANTE ESTOS HECHOS LA
INDIGNACION DE LOS TRABAJADORES DEL METRO SE PONE DE MANIFIESTO Y LO
DEMOSTRAREMOS PROTESTANDO PUBLICAMENTE EL DIA 13 DE JULIO, ASISTE A
LA MARCHA.
REPUDIA LA REPRESION A LOS TRABAJADORES UNIVERSITARIOS
APOYA A LOS COMPAÑEROS DE LIMPIEZA
LUCHA HASTA LAS ULTIMAS CONSECUENCIAS, SOLO CON LA PARTICIPACION
ORGANIZADA, UNIDA Y COMBATIVA HAREMOS RESPETAR NUESTROS DERECHOS.
El panfleto fue recuperado cuando un desconocido lo repartía entre los
usuarios del metro en la estación Pino Suárez, al final tiene el lema del sindicato y
sobre él, el sello y al lado las rúbricas (falsificadas) de Carlos Steck Díaz,
Secretario General y José Luis Elías Jauregui, Secretario de Trabajo y Conflictos.
sobre este hecho, decenas de trabajadores levantaron un acta atestiguando lo
sucedido con el repartidor que dijo ser miembro del Partido Comunista, luego que
había sido autorizado por Carlos Steck para difundir el volante y además
mencionaba que la marcha programada para ese día (13) se suspendía. En todo
el proceso de discusión que se dio con el “repartidor” de propaganda, estuvo
presente el inspector de transportación Mario Ramírez Vistraín, también Secretario
de Trabajo y conflictos de la Sección III. Finalmente fue remitido a la delegación
pero en ningún momento se pudo ubicar la identidad del sujeto.
Ante las acciones que el Sindicato estaba realizando, la empresa optó por
pactar una serie de acuerdos tendientes a resolver parte de las demandas e
interviene la FSTSE en la firma de los convenios como testigo. Sin embargo, esto
sólo era una especie de tregua, ya que los planes para golpear al Sindicato
170
siguieron su marcha, particularmente lo relativo la promoción de la división interna,
teniendo como eje una de las demandas del Pliego Petitorio que más provocaba
preocupación a la empresa: la basificación de los trabajadores de limpieza,
quienes seguían siendo contratados por empresas intermediarias, proliferando el
contratismo, práctica vinculada a la corrupción entre funcionarios.
El 1º de agosto inicia el funcionamiento del comedor para los trabajadores
en los Talleres Taxqueña, en cumplimiento a la demanda pactada en 1976. De
esta manera, se seguían concretando los acuerdos pactados desde el año
anterior. También se inician las pláticas para la reglamentación de la "Guardería
Infantil".
Mientras se lograban avances con los acuerdos pactados con anterioridad,
los que correspondían a la 2ª revisión de las CGT no se concretaban. Así que esto
era utilizado para seguir abonando la división a lo interno. Como tal eran las
acciones que se promovían a través de grupos de trabajadores ligados a los
intereses de la empresa y a las posiciones del sindicalismo oficial. De esto último,
uno de los sindicatos de protección ligado a las empresas contratista denominado
Sindicato Nacional de Empleados de Mantenimiento y Aseo de Edificios en
General del R.M. afiliado a la Federación Obrera del Distrito Federal (F.O.D.F)
hacía señalamientos públicos de que los trabajadores de limpieza del metro eran
unos holgazanes (¡qué defensa sindical!), por lo cual éstos (los del metro) en
desplegado dirigido al Presidente de la República, Lic. José López Portillo, al Prof.
Carlos Hank González, Regente de la Ciudad de México y a la opinión pública,
señalan, con relación a comunicado del sindicato aludido, lo siguiente:
171
“....Precisamente porque el pueblo de México, los usuarios del Metro y los
trabajadores que realizamos la limpieza en el Sistema de Transporte colectivo, no
deseamos mantener a más holgazanes y parásitos de empresas descentralizadas,
exigimos la desaparición de empresas contratistas de limpieza, que se nos
conceda la base en el STC Metro y que nuestros compañeros injustamente
despedidos sean reinstalados 19 .”
Otro hecho que se presenta para minar el ánimo de lucha se da con los la
sentencia que se le aplica al conductor del tren 10 recluido por el accidente del
alcance de trenes del 20 de octubre de 1975. Se le condena a una a 14 años de
prisión y el pago de 12 millones de pesos por daños. ante esto el sindicato externo
su indignación por el hecho, pues se consideraba que los elementos
proporcionados por los peritos nunca fueron tomados en cuenta y lo que se
trataba era reafirmar la responsabilidad sobre los trabajadores.
por estas mismas fechas la empresa inicia la operación del servicio de
comedor para los trabajadores de los Talleres Zaragoza.
El 27 de agosto, después de haber “congelado” por varios años las obras
de ampliación del Metro, por fin se concluye e inaugura el tramo Tlatelolco-La
Raza de la línea tres 20.
En tanto esto acontecía, las medidas represivas aumentaban; en efecto, el
1º Septiembre se denuncia el despido de 25 trabajadores de limpieza. El hecho lo
hace saber la Asamblea General de Trabajadores de Limpieza en Lucha por
Nuestra Base 21 .19 Excelsior, 19 de agosto de 1977.20 Excelsior, 28 de agosto de 1977, la misma nota se publicitó en casi todos los diarios.21 El sol de México, 1º de septiembre de 1977
172
Además de lo anterior, otro ingrediente que se agrega para acelerar la
confrontación con al empresa y el gobierno, se presentó con el incremento salarial
que de manera tradicional venía anunciando el Ejecutivo Federal durante el
Informe Presidencia cada 1º de septiembre. Esta acción es una clara referencia
del papel que la central burocrática tenía asignada para “agradecer” la buena
disposición del gobierno hacia sus empleados. Sin embargo, los trabajadores del
Metro que año con año había recibido ese aumento, sin que existiera intervención
alguna por parte del Sindicato, ahora se les negaba y esto motivó que el
descontento creciera. La argumentación que se externaba por parte de los
funcionarios era, en cierta forma cierto, que la empresa ya había adelantado el
incremento salarial al momento de revisar las CGT. No obstante, se siguió
presionando para que se proporcionara también el incremento anunciado por el
Presidente de la República.
Esto tenía varias implicaciones, por un lado el hecho de que un sindicato
afiliado a la central burocrática no estuviera sometido a los ritmos que de ahí
derivaban, en este caso con respecto a los salarios y, por el otro, generar
expectativas ante los trabajadores del Metro de que era posible obtener en el
transcurso de un año dos incrementos saláriales. Mejorar el salario siempre es
incuestionable pero la manera de como se estaba enfrentando esto rebasaba en
mucho las posibilidades de alcanzar buenos resultados, todo ello por la rigidez del
marco jurídico laboral del apartado “B” y su relación clientelar y corporativa de la
central oficial de la burocracia, la FSTSE. De ahí que ésta no se pudiera deslindar
tan fácilmente del conflicto generado por la exigencia de hacer extensivo el
incremento salarial y por ello el 8 de noviembre se realizó una reunión con el
173
Regente, FSTSE y STSTC para plantear el aumento por decreto. No hubo
respuesta clara.
Al no encontrar respuesta clara sobre el incremento salarial el descontento
se canaliza también por parte de la empresa. En efecto, los primeros días de
diciembre, el subdirector del metro Rubén Figueroa Alcocer, al lado del Secretario
de la Sección III, Horacio Esparza Jaramillo, encabezan una marcha de las
oficinas de la empresa ¡ hacia el local del sindicato!, por lo cual éste procedió al
desarrollo de acciones de presión de diversa índole. Así, el 7 de diciembre se
realiza una marcha del local sindical a la FSTSE, la policía intenta impedir que se
efectúe. Se hace mitin en la FSTSE y se denuncia la campaña de prensa para
difamar al sindicato, que también se responsabiliza de hacer “tortuguismo” durante
las horas “Pico” del servicio, pagando los usuarios las consecuencias, esto lo
rechaza la representación sindical y reitera cuales son sus demandas: 10 % de
aumento al salario; base para los 650 trabajadores de limpieza, dotación de
equipo de seguridad, principalmente 22.
Este panorama agudizaba las contradicciones, los enfrentamientos con
funcionarios y trabajadores de base, respaldados por la empresa, eran cada vez
más evidentes. En esto se estaba jugando también la orientación que en lo
inmediato se le siguiera dando al Sindicato ante la proximidad de un Congreso
más para preparar otra revisión de las CGT, cargando el desgaste que implica
entrar a esos procesos sin poder establecer un límite para llegar a los acuerdos,
toda vez que la presión de la huelga no está presente y las partes se vean
obligadas a ponerse de acuerdo en las negociaciones.
22 Uno más Uno, 8 de diciembre de 1977.
174
4.- Primer “charrazo” (febrero de 1978).
El enrarecido ambiente que se fue presentando en los días previos a la
celebración del IV Congreso General Ordinario, apuntaba a la culminación de una
campaña orientada abiertamente a detener el proceso de movilizaciones y de
democratización de la organización sindical.
Esto no era un tratamiento que se estuviera dando únicamente al sindicato
de los trabajadores del metro, no, pues otros contingentes en lucha ya habían
padecido los efectos de la represión que el régimen en turno aplicaba para
contener la insurgencia sindical que amenazaba con desestabilizar el control
corporativo. Uno de los más golpeados y que tuvieron una influencia bastante
fuerte en este período fueron los trabajadores electricistas, agrupados en el
SUTERM en la conocida Corriente Democrática,, quienes después de largas
jornadas de movilizaciones y protestas, culminaban su movimiento en un plantón
frente a la residencia oficial de Los Pinos, al ser desalojados del “campamento de
la dignidad” a principios de diciembre de 1977.
Los preparativos para llegar a la celebración del IV Congreso eran el marco
ideal para concretar el golpe a la organización. La manera de cómo se fue
preparando el terreno para tal propósito se dio a través de la articulación de varias
medidas como era la participación de grupos de presión en las asambleas donde
se estaban eligiendo a los delegados al Congreso, se imponían a sus
incondicionales y cuando no lo podía hacer recurrían a la violencia. Por otra parte,
la empresa aceptaba negociar y pactar acuerdos con representantes seccionales
que no eran de su competencia y que debería ser con el CEG, pero esto era para
175
restarle legitimidad a los democráticos y promover el respaldo a quienes estaban
al servicio de los funcionarios. Esto lo evidencia la representación sindical
democrática en un desplegado al denunciar que
“...la legítima exigencia sindical ha tenido también por parte de la empresa
otro tipo de respuestas. Los directivos del Metro pretenden dividir a los
trabajadores haciendo ofrecimientos diversos y por separado a distintos grupos de
trabajadores incrementos que ascienden hasta en un 7.6 % con el claro objeto de
crear artificialmente un conflicto interno...”23
esta denuncia seria el inicio de otras más que apuntaban sobre lo mismo. Lo cierto
es que la campaña no cesa en ningún momento. El clima de violencia fue en
ascenso, a tal grado que no se detenían ante nada ni ante nadie,
“Los trabajadores del STC, Metro, acusan al director y al subdirector,
ingeniero Julian Díaz Arias y Rubén Figueroa Alcocer, de haber desatado la
violencia para atemorizar al personal, afirmó David Chávez y Omar Rodríguez
Rivera, miembros del sindicato de trabajadores del Metro.
(...)Declararon asimismo que la administración del STC, para tratar de
amedrentar a los trabajadores, los días 25 y 27 de enero anterior, agentes del
director y subdirector, agredieron a 4 compañeros, entre ellos a una mujer en
cinta.
Dijeron que este clima de violencia, lo han suscitado con motivo de que se
aproxima la asamblea general de delegados sindicales”24
23 Uno más Uno, 3 de enero de 1978.24 Excelsior, 3 de febrero de 1978.
176
Lo antes señalado ya no podía dar lugar a sorpresas, simplemente se corroboraba
lo que tanto se veía venir, la ofensiva seguía su curso y no podría ser de otra
manera ya que entre 1976 y 1978, el sindicato se destacaba por una amplia
participación de las bases, la experiencia desarrollada con el funcionamiento del
Congreso permanente, permitió foguear a muchos trabajadores; pues la práctica
fue una escuela de aprendizaje y esto la empresa lo conocía de sobra.
Después de lograr el cumplimiento de sus demandas laborales, se denunció
las corruptelas de escándalo, sobre todo con los servicios de limpieza tanto en las
estaciones del metro como en oficinas. Estos servicios se transferían bajo
concesión a través de empresas intermediarias las cuales, a su vez, contrataban
al personal que hacían las labores de limpieza.
Las condiciones laborales de éstos trabajadores eran deplorables: se les
renovaba contrato cada 28 días y cuando existía alguna inconformidad
simplemente ya no se les recontrataba; no tenían estabilidad en el empleo, se les
impedía sindicalizarse (tenían sindicatos de protección), carecían de la seguridad
social mínima. El sindicato, conociendo esta situación, decidió demandar la
basificación de todos estos trabajadores.
La reacción de la empresa no tardo mucho, el 1º de septiembre de 1977
responde con el despido de 25 trabajadores de limpieza y se niega a responder a
la demanda de basificación. Tres meses después, la ofensiva toma otra
característica: el subdirector del metro, el Ing. Rubén Figueroa Alcocer, encabeza
una manifestación de esquiroles que parte de las oficinas administrativas hacia el
177
local del sindicato para presionar al Comité Ejecutivo para que retire la demanda
de basificación. Esta actitud es denunciada y repudiada por las bases del
sindicato.
La ofensiva no cesó, y culminó en el mes febrero de 1978, cuando se
propinó un golpe más a los trabajadores del metro, imponiendo por la fuerza a una
dirección sindical títere (charros), reconocida por las autoridades de la empresa,
del Departamento del Distrito Federal y por el Tribunal Federal de Conciliación y
Arbitraje en tan solo 24 horas 25 . Adicionalmente, la represión toma forma con el
despido de 16 activistas y representantes sindicales y con ello las amenazas
cotidianas sobre cualquier intento de protesta.
Para ejecutar la acción de represión, en ningún momento dudaron en recurrir a
todo tipo de maniobras. Así, por ejemplo para ejecutar la rescisión de los activistas
a todos se les aplicó la misma acusación, sin que mediara proceso alguno
considerado tanto en las CGT, como en la propia Constitución, donde se
demostrara que se había incurrido en una falta grave que ameritara una sanción
de ese tipo. El recurso utilizado para notificar el despido fue un texto igual para
todos, fechado el 18 de marzo, en donde se señalaba:
“ Por este conducto comunico a Usted que, con fundamento en lo
dispuesto por los artículos 22 del Reglamento de Condiciones Generales de
Trabajo y 46 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, por
haber incurrido en diversas causales (sic!) prevista en dichos preceptos, el
Sistema de Transporte Colectivo. A partir de esta fecha, rescinde la relación de
25 Castro, Guadalupe, “Nuevo Sindicato Nacional y Democrático de los Trabajadores del Metro, en Trabajadores, Nº 3, diciembre 1997-enero 1998, pp 11-13.
178
trabajo que le unía con Usted, cesándole de inmediato (subrayado mío) sin
responsabilidad para el mismo, tomando en consideración que los actos
cometidos por Usted hacen imposible el desarrollo normal de la relación de
trabajo” 26
lo firma el Jefe del Departamento de Personal. Esta notificación la recibieron los
siguientes trabajadores: Raúl Roque Machado, Secretario de Acción Política del
CEG; Victoría Quiroz González, delegada departamental; Angélica Ortiz de Zárate,
Secretaria General de la Sección VII (taquilleras); J. Guadalupe Hernández
Carrillo, integrante de la comisión del Fondo de Ahorro por parte del sindicato;
Juan Ceniceros Salas, delegado departamental; Elsa Guillermina Villanueva,
Secretaria de Finanzas de la Sección IV (administrativos); Roberto Méndez
Sánchez, delegado departamental; Eduardo Osorio Ochoa, Srio General de la
Sección II (Talleres de Material Rodante); Mª Teresa de la Mora González,
delegada departamental; Javier Fonseca Rocha, Jefe de la Sección de Nóminas
del Departamento de Personal; César Cornejo Lugo, delegado departamental;
Amparo Cervantes Gómez, delegada departamental; Gustavo López Laredo,
Comisionado en el Sindicato; Jorge Ramírez González, delegado departamental;
Cristóbal Muñoz Riveroll, delegado departamental.
Los rescindidos tenían diferentes responsabilidades de representación
dentro del Sindicato, por lo cual era evidente que se trataba de una medida
selectiva que buscaba el desmembramiento de cualquier resistencia, retirando a
26 El texto se reproduce en el boletín Debate. Trabajadores del Metro en lucha, nº 1 18 abril de 1978.
179
los y las activistas que la empresa consideraba que podrían organizar la
resistencia a las acciones emprendidas para controlar al sindicato.
A partir de ese momento, la resistencia se comenzó a construir. Las
denuncias sobre lo que estaba aconteciendo en el Sindicato del Metro, ocuparon
durante varios días diversos medios y opiniones de articulistas, así como la
solidaridad expresada por varios sindicatos. Por lo que correspondió a los
representantes sindicales depuestos, éstos procedieron a presentar una demanda
contra los usurpadores ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje; se
hicieron denuncias públicas de la manera como se ocupó el local sindical, la
intervención de la policía apoyando estas acciones de la empresa, proporcionando
los datos respectivos de las patrullas y el número de elementos que participaron
en esto. Todo fue silencio de parte de las autoridades.
En tanto los usurpadores cumplían su papel a través de la difamación y
presentando opiniones públicas a través de inserciones en la prensa nacional, en
donde queda claramente evidenciado cual era su verdadera intención y al lado de
quien estaban. En este sentido, basta tomar en consideración los siguientes
elementos extraídos de un comunicado dirigido a quienes estaban sirviendo: al
presidente de la República, al Secretario de Gobernación, al Jefe del
Departamento del D. F. Al Secretario General de la FSTSE y al director del STC,
dicen:
“El órgano supremo de los trabajadores del sistema de transporte colectivo,
por mandato de nuestros estatutos, o sea el Congreso General Ordinario, pide la
intervención justa del Tribunal de Arbitraje.
180
Antecedentes:
PRIMERO. Los trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, elegimos en
Congreso a un Comité presidido por el Sr. Carlos Steck Díaz, hace dos años.
(falso, fue electo por voto secreto y directo, vía planillas).
SEGUNDO. El Sr. Carlos Steck. Que es anarquista, se dedicó a la agitación y a
establecer relaciones con el Partido Comunista, Tendencia Democrática y otros
agrupamientos. (El delito de ser democrático e identificarse con las luchas del
momento?)
.........
DÉCIMO. Al saberse perdido rompió el Congreso invadiendo (sic!) el auditorio 5
de Mayo de Nonoalco Tlatelolco, el pasado 16 acompañado de personas del
Partido Comunista y de Sindicatos ajenos al Sistema (metro)”27.
En el mismo desplegado, concluyen:
“SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, DISTINGUIDOS
COLABORADORES:
Atentamente pedimos:
27 Universal, 22 de febrero de 1978. En todos los demás “antecedentes”, el desplegado se dedica a dar una versión totalmente contraria a los hechos, como el afirmar que quienes recibieron el apoyo de la policía y estuvieron a su disposición fue Carlos Steck y los golpeados no fueron los democráticos, sino ellos.
181
1º. – Que se aclare por qué ese sospechoso apoyo de algunos miembros de la
FSTSE, a quien violó nuestros estatutos y gangsterilmente trató de romper nuestro
Congreso.
2º.- Que se ordene al Tribunal de Arbitraje una inmediata intervención pero
requiere ser INMEDIATA, por la gravedad que reviste, de que permita agitar a
estas personas que todo lo que quieren es desestabilizar la marcha del país.
3º.- Que se respete la mayoría de la legítima representación sindical externada en
el Congreso. .....”28.
Lo anterior es una muestra de cómo se instrumentó el golpe, el manejo de
medios y el torcer los hechos fue una de las características que se fueron
presentado desde ese momento. Cuando esto no funcionaba, entonces, se
actuaba impunemente con la represión selectiva. Así se podría interpretar el
despido del grupo de activistas antes aludido o bien se puede constatar con lo
sucedido a un trabajador, quien fue víctima de una golpiza y el hecho además de
ser denunciado fue ampliamente difundido en algunos medios, entre ellos por el
articulista Miguel Ángel Granados Chapa:
“ El 7 de mayo anterior, Mario Hernández Coria salió como de costumbre
de su trabajo, en el tercer turno de operación del Metro, estación observatorio.
Menos de una hora después , casi al llegar a su casa, fue asaltado por tres
truhanes, que lo golpearon y despojaron de todas sus pertenencias. Helecho no
hubiera pasado de un atraco vulgar, que en lo inmediato sólo importa a las
28 Idem.
182
víctimas, de no ser porque el jueves siguiente el robado recuperó tales
pertenencias, en circunstancias particulares.
La cartera con los objetos personales y documentos de Hernández Coria
apareció dentro de un sobre dirigido a su compañero de labores Guillermo Ruíz
Castellanos. Acompañaba a esas cosas un ominoso mensaje: ’Sigues tú si no te
aplacas’. ¡ De manera que no se había tratado de un asalto común y corriente,
sino de un acto de represión política!...”27.
Acciones como las descritas se fueron repitiendo una y otra vez. Por su
parte los trabajadores despedidos, se agruparon y publicaron un boletín (seis
números), Debate, a través del cual se establecía la comunicación con los
trabajadores. En su último número, insertan un suplemento especial en el cual
hacen un análisis de los que ha sucedido en el movimiento sindical en el metro y
lo ubican dentro del contexto nacional y la represión que se ha desatado por parte
del gobierno hacia varios contingentes y, concluyen señalando la importancia que
tiene superar la difícil situación a partir de fortalecer la organización desde la
base30.
5. La estructura sindical después del charrazo de 1978.
Se obliga a un repliegue de la participación de las bases y varios activistas
deciden impulsar nuevas formas de participación para evadir la represión y
restablecer la vida democrática del sindicato, toda vez que la estructura que se
27 Granados Chapa, Miguel ángel, “No sólo crecer. Que se midan en el Metro”, en Siempre! Presencia de México,31 de mayo de 1978. 30 “ ¿ Se frenará el proceso democrático ?”, en Debate. Suplemento especial, 20 de junio de 1978, nº. 6.
183
había aprobado en el II congreso Ordinario, se mantenía intacta, es decir, por la
vía “institucional” se podía tener participación, así que se promovía la acción de
los delegados departamentales, eje de la vida sindical.
Para recuperar las prácticas democráticas, se procedió a efectuar una serie
de reflexiones y se tomaron decisiones que apuntaban hacía la recuperación de la
organización sindical desde las bases mismas. Para ello, los despedidos
asumieron que al tener toda una connotación política tal medida, era difícil obtener
un trato imparcial de parte de los tribunales laborales y, por consiguiente, se corría
el riesgo de entrar a una lucha de desgaste. Se concluía que “el ejercicio de la
democracia la debemos entender como un proceso que se resuelve más en la
práctica que en planteamientos formales”31. Así que después de varias
movilizaciones, denuncias y negociaciones con la empresa, se aceptó el retiro a
través de la renuncia al empleo a principios del mes de julio. Pocos meses antes,
se formalizaba el despojo al designar una nueva representación sindical,
encabezada por Fernando Espino Arévalo, a partir del 15 de mayo de 1978.
6. “No hay mal que por bien no venga” o las nuevas formas de organización
para enfrentar la represión: Los Comités de Acción Sindical (CAS).
Las provocaciones y las amenazas llegaron a formar parte de la vida cotidiana de
los trabajadores del metro, por lo cual se dispusieron a seguir dando la batalla
para rescatar de nueva cuenta a la organización sindical y ponerla al servicio de
los intereses de los trabajadores. En la búsqueda de formas de participación, un
amplio grupo de activista se dan a la tarea de crear una organización paralela, 31 “Hacia la evaluación de experiencia e integración de un programa”, en Documento “B”, mimeo. De circulación restringida, octubre de 1978, p. 3.
184
semicerrada, a la que identifican como Comités de Acción Sindical (CAS), los
cuales coordinan a los activistas sindicales actuantes en todas las secciones
sindicales, se busca que sean de los más probados en la lucha.
A través de estos activistas se fueron copando poco a poco todas las
instancias de representación ligadas a las bases vía, los Delegados
Departamentales. La manera de cómo se establecían vínculos con los
trabajadores era a partir de investigar el campo de acción sobre la base de una
serie de parámetros relacionados con la vida cotidiana en las relaciones laborales.
En el documento de análisis donde s propone como desarrollar esto, se propone
detectar:
“1. Condiciones laborales:
a) por áreas: composición de la seccional por departamentos, secciones, áreas,
turnos, trabajadores (que) integran cada uno de estos sectores.
b) fatiga y responsabilidad en el trabajo.
c) Condiciones de insalubridad y peligrosidad.
d) heterogeneidad en las labores: I. División técnica y administrativa en el trabajo
2. relación que guarda el nombramiento y las funciones desempeñadas, y, 3.
diversidad de funciones y/o categorías por área.
2. Importancia estratégica del área de trabajo o actividad desarrollada en relación
con el servicio que presta el STC.
3. Composición del personal: a) nivel de escolaridad, b) Actitudes de compañeros
(¿?).
4. Concepción sobre la vida sindical:
a) Grado de conocimiento en los ordenamientos sindicales y laborales.
185
b) Presencia de concepciones erróneas o vicios, en las relaciones sindicales, tales
como caudillismo, economicismo, legalismo, etc.
c) Ubicar y cuantificar las categorías de participación de los integrantes de la
sección.
d) Grado de representatividad, experiencia, honestidad o corrupción de la dirección
seccional.
5. Alcances organizativos:
a) grado de aglutinamiento o diseminación de elementos significativos
(democráticos).
b) Grado de confianza y representatividad de los elementos democráticos en
relación con la base.
c) Avances en las tareas concretas a desarrollar.
d) Capacidad de lucha.
e) Influencia de elementos corruptos.
f)Alcances sobre el trabajo sistemático en torno a la orientación y formación de los
trabajadores.
6. Relación del STC con los trabajadores:
a) Grado de acercamiento con los funcionarios.
b) Grado de amedrentamiento y atemorización por parte de autoridades y
charros32.
La orientación que asumían los activistas de los CAS, se determinaba por el
conocimiento de los problemas laborales que se vivían en cada área de trabajo, se
hacia un diagnóstico sobre los problemas detectados y luego se procedía a la
32 Idem.. pp. 6 y.
186
denuncia a través de los volantes o donde era posible se realizaban asambleas
departamentales.
Los resultados de esta medida se dejaron ver al siguiente año, en marzo de
1979, cuando se obligó a los charros a convocar la celebración del III Congreso
General Extraordinario. En este evento se llegó a contar con el respaldo de 200
delegados democráticos de 202 que estaban registrados. Sin embargo, el
fantasma de la represión pesó demasiado y no se decidieron desconocer a los
representantes sindicales títeres; en cambio, los delegados democráticos
aceptaron cubrir varias carteras del Comité Ejecutivo General que los charros
tenían "vacantes" por renuncias de algunos de sus integrantes. Para algunos esto
fue un retroceso, para otros, simplemente se trataba de una cuestión e táctica, por
los resultados posteriores, se dio la razón a los primeros. De lo que ahí se
desprendió fue:
1. Se mantiene información a la base por parte de los delegados de manera
directa en los centros de trabajo durante el tiempo que dura el Congreso, lo hacen
a través de visitas directas a las áreas de trabajo.
2. Se nombran a ocho congresistas para ocupar provisionalmente las
carteras vacantes del CEG, por un periodo de tres meses y, al término del plazo,
se convocará a elecciones a través del voto secreto, directo y universal.
3. Se decide expulsar del Sindicato a tres personas: Horacio Esparza
Jaramillo, Juan Briseño Domínguez y Alejandro González Vázquez. Asimismo, se
ratifica la expulsión de cuatro más: Enrique Navarro Costales, Humberto Garibay
San Miguel, José Luis Loperena González y Alejandro Celio Rojas Morales, todos
ex-miembros del 2º. CEG.
187
Sin embargo, el hecho de haber aceptado “compartir” instancias de
dirección con los charros, provocó desconcierto entre las bases. En efecto el costo
de esta acción no se hizo esperar, los charros en la primer oportunidad que
tuvieron desconocieron a los activistas que estaban ocupando las carteras
asignadas en el Congreso y procedieron a solicitar a la empresa el despido de los
mismos. La empresa respondió de inmediato dando de baja a varios activistas,
iniciando así una especie de cacería de brujas sobre cualquier opositor.
Las acciones de represión no quedaron sólo con los despidos de los
activistas, se pusieron en marcha otras medidas para aplicarse en las áreas de
trabajo donde se mantenía mayor resistencia a los charros. Así, por ejemplo, los
trabajadores de los talleres de mantenimiento que tenían horario de las 7:00 las
15:00, se les cambio por horarios mixtos y nocturnos. A los trabajadores de las
áreas de transportación, se les imponían roles de trabajo en donde las funciones
de las cargas de trabajo eran mayores para aquellos que se detectaban como
opositores; igualmente, no se les otorgaban los periodos vacacionales en los
tiempos en que se tenía derecho a disfrutarlas; los prestamos del Fondo de Ahorro
se condicionaban; los ascensos escalafonarios se promovían para los
incondicionales, se les amedrentaba con reportes de incumplimiento para que no
se les pagaran los estímulos. Es decir, se utilizaban las conquistas laborales y
prestaciones adquiridas con la movilización, como instrumentos de represión para
silenciar cualquier inconformidad.
Por otra parte, el CEG recurre a los apoyos de los tribunales y logra su
respaldo para desconocer los resolutivos del III Congreso General extraordinario,
es decir, da marcha atrás a los mismos y por lo tanto no se acepta que los
188
representantes democráticos nombrados en el congreso sean reconocidos y la
empresa resuelve una serie de demandas de tipo económico para dar legitimidad
a los charros: consumo de leche y azúcar en el local sindical; otorgamiento de
medias becas para estudio en diversas escuelas particulares; acceso a ópticas
con descuento; descuento en la compra de calzado; trámite para compra de autos
en el ISSSTE; prestamos hipotecarios del ISSSTE sin limite de solicitantes.
Sin embargo, el movimiento de los democráticos sigue avanzando y así, el
9 de agosto de 1979, en "Asamblea Conjunta" para repudiar las acciones del
CEG, se determina la formación del Frente de Unificación sindical (FUS) y hacen
la denuncia pública sobre la intromisión de la empresa en la vida sindical al
"sembrar el terror" con porros, junto con el líder del sindicato, en contra de los
trabajadores. Los porros - se dice - son controlados por Sergio Ramírez, alias "El
Fish", quien es conocido por el manejo que hizo de grupos de choque en contra
del movimiento estudiantil en 1972.
Las relaciones con la empresa, los charros y los trabajadores democráticos
se fueron tensando, sobre todo porque los trabajadores se apoyaban en la
estructura sindical vigente: esto les permitía exigir cuentas a los representantes y
cuando no cumplían eran revocados del cargo.
189
IV. REACTIVACIÓN DEL PROCESO DEMOCRÁTICO (1981) Y LA
RECUPERACIÓN DE LA DIRECCIÓN SINDICAL.
1. La coyuntura que se construye y las elecciones para cambio de CEG.
En esas condiciones, los despedidos de 1979, Jorge Reza Casahonda, David
Chávez Cucué, Stalin González Osorno, Eugenio Nuño Herrera, Pedro López,
Armando Toledo, entre otros, no se desligaron de las bases; ellos establecían su
relación a través de lo que en los hechos se constituyó como una red creada por
los CAS. Esto les permitía que cada quincena estuvieran presentes con la
distribución del boletín Debate, en su segunda época. Esta acción fue constante y
el descontento que se seguía acumulando llegó a su máxima expresión cuando el
190
28 de abril de 1981 cuando se determinó realizar una falta colectiva para
presionar sobre la solución de una serie de demandas. La falta colectiva fue
acatada por un 80% de los trabajadores.
La combinación entre movilizaciones para presionar a la empresa, la
ratificación del nombramiento de delegados democráticos en casi todas las
secciones sindicales, la denuncia de las condiciones de trabajo en que se estaba
laborando, la presencia de los trabajadores despedidos impulsando estas
actividades, permitieron generar confianza en las bases y la incorporación al
movimiento fue siempre en ascenso, lo cual desesperó al grupo de los charros, al
grado de que éstos se dividieron cuando se aproximaba el relevo del CEG y tenían
que llamar a elecciones. En efecto, al no tener acuerdo entre ellos como participar
en las elecciones, los llevó a que salieran a la contienda electoral con varias
planillas y, sobre todo porque estaban seguros de que los trabajadores
identificados con la Corriente Democrática no iban a participar, pues aun no se
recuperaban de la represión.
Los cálculos hechos por los charros no correspondían con las aspiraciones
de los trabajadores, pues las acciones emprendidas respaldando sus demandas,
dieron seguridad y confianza a las bases; por ello, cuando se emite la
convocatoria para renovar al Comité Ejecutivo en el mes de mayo de ese mismo
año, los democráticos asumieron el compromiso de registrar una planilla. Los
charros les dieron el registro pensando que quizá no iban a tener respaldo pero,
su sorpresa fue mayúscula cuando se llegó a los resultados: la planilla
democrática ganó por abrumadora mayoría, de tal manera que ni sumando los
votos de las cinco planillas igualaban los obtenidos por ellos. El Comité
191
democrático lo encabeza Ariel Macías Valádez, quien asume la dirección sindical
el 17 de mayo de 1981.
Los resultados de la votación fueron más que elocuentes. En el acta
levantada en las oficinas de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al
Servicio del Estado (FSTSE), estos fueron los datos para cada una de las planillas
contendientes:
1. AMARILLA: 1324 VOTOS
2. VERDE: 462
3. NARANJA: 402
4. AZUL: 399
5. ROJA 322
6. GUINDA 186
Estos datos fueron avalados por representantes de la FSTSE y por un
representante de cada una de las planillas contendientes.1
Las elecciones de este Comité, se daban por tercera ocasión permitiendo
una libre participación de los afiliados, pero además, el relevo llegó acompañado
de una serie de movilizaciones que incluía la apropiación de casi todas las
instancias de representación consideradas en los estatutos vigentes, llegaron
incluso a la aplicación de formas de protesta asumidas por una gran mayoría de
los trabajadores sindicalizados. Una de ellas y que más presión ejerció fue la
relativa a la falta colectiva sostenida que provocó la semiparalización del servicio,
esto se registró el 28 de abril, con un respaldo de un 70 % a 80 % de los 1 La referencia se tomó de una copia del acta de escrutinio, fechada el día 13 de mayo de 1987, a las 23.55 horas en el salón de actos “Estatuto Jurídico” de la FSTSE.
192
trabajadores2 , la acción se efectuó para exigir cumplimiento a convenios pactados
desde 1978 y para rechazar las imposiciones que se venían ejerciendo para
aplicar los roles de trabajo, en donde se utilizaba como vía para castigar a todo
aquel que se detectaba que no compartía las posiciones de los dirigentes
impuestos.
Con estas acciones se perdía el temor a los charros, por ello se puede
explicar el gran respaldo que obtuvo la Corriente Democrática y la identificación
con ésta fue claramente retomada por quien encabezó al CEG, Ariel Macías
Valadez, empleado del área administrativa y que logró integrar un equipo muy
compacto para asumir la dirección del sindicato. En el discurso de toma de
protesta, señala dos aspectos centrales, uno sobre la democracia sindical y, el
otro la identificación de las demandas más inmediatas, ambas le dieron una gran
legitimidad para asumir la gestión. En efecto, Ariel lo externo así:
“...una de las principales aspiraciones de los trabajadores es la de mantener sus
organizaciones en respeto irrestricto a las normas de la vida democrática; hemos
insistido también en la democracia sindical no la lograremos con sólo la presencia
de un Comité Ejecutivo honesto; esto no basta compañeros, es necesaria la
participación decidida y consciente de todos los trabajadores....la democracia no
es un gracioso regalo, ni un ejercicio formal, sino difícil conquista ganada en la
participación consciente de las decisiones de la mayoría”3
2 López Laredo, Gustavo (et al), La democracia ...op. cit. P. 383 Discurso de toma de protesta pronunciado por Ariel Macías V., el 27 de mayo de 1981. reproducido por el STSTC y contenido íntegro grabado en cinta magnetofónica.
193
es decir, se estaba asumiendo la concepción de la democracia sindical como una
forma de ser, producto de un proceso emanado de una práctica concreta. De igual
manera, se puede decir con relación a la identificación de las demandas más
apremiantes y que en ese momento había logrado la unificación de la gran
mayoría delos trabajadores. Estas demandas eran:
“1. El establecimiento y funcionamiento de la comisión Mixta de Seguridad e
Higiene. .. , para que se tomen las medidas pertinentes y garantizar mejores
condiciones de trabajo y un mejor mantenimiento en el equipo.
2. La discusión, aprobación y puesta en práctica de los Reglamentos Interiores de
Trabajo, ...para precisar las funciones y evitar los abusos.
3. El cumplimiento de convenios pactados con la empresa, ....15 % de aumento al
sobresueldo decretado por el ejecutivo Federal.
4. funcionamiento ágil del reglamento de Escalafón y la capacitación.
5. Mejoramiento de prestaciones sociales,... a fin de garantizar mejor atención
para la salud de los trabajadores.
6. Reinstalación de los despedidos, ...insoslayable por su justicia e irrenunciable
por razones de dignidad... no se puede permitir que por luchar por la democracia
se tenga que ser castigado”4
de esta manera el Secretario General sintetizaba las aspiraciones de cientos de
trabajadores que habían decidido una vez más incursionar por la práctica de la
democracia sindical.
4 Idem
194
2. El rescate y participación de los trabajadores para fijar las condiciones de
trabajo.
Las condiciones de trabajo se habían deteriorado, no sólo por el incumplimiento de
la empresa con respecto a lo pactado en el RCGT, sino por las medidas de
represión que se habían ejercido en las diferentes áreas de trabajo, como se
señala líneas atrás. Ante esto, la representación sindical de inmediato promovió
una serie de movilizaciones para hacerle frente. Los resultados positivos se
comenzaron a obtener en corto tiempo. Algunos de ellos fueron:
· Participar en la elaboración de los roles de trabajo y presentar mayor equidad
en la distribución de las cargas de trabajo.
· Volver a sus horarios con los trabajadores de los talleres de Mantenimiento de
Material Rodante, anulando los turnos mixtos y nocturnos.
· Reinstalación de seis trabajadores que tenían cerca de tres años despedidos
por su militancia sindical. Ellos eran: David Chávez Cucué, Jorge Reza
Casahonda, Stalin González Osornio, Amado Toledo y Rocha Martínez.
· Participación de las taquilleras en los movimientos escalafonarios, para
ascender a los puestos de operación de los trenes, el cual se les había negado
por el solo hecho de su calidad de ser mujeres. Esto se concreto en el mes de
junio de 1982, cuando el primer grupo de 12 trabajadoras, al concluir su curso
de capacitación, iniciaron sus actividades en la operación de los trenes.
De los aspectos señalados, dos destacan por su trascendencia del
momento. El primero es la reinstalación de los despedidos, dado que la causal
195
para separarlos de su trabajo no tenía nada que ver con alguna falta de orden
laboral y que por lo tanto ameritara tal sanción, sino que se debía única y
exclusivamente por su compromiso con el movimiento de lucha por la democracia
y contra las posiciones oficialistas de los llamados charros. El otro, es el
concerniente a la aceptación de abrir el escalafón para las mujeres trabajadoras
en el metro participaran en igualdad de condiciones laborales en las actividades
de operadoras o conductoras de trenes, la cual estaba asignada exclusivamente
para el sexo masculino.
Además, para respaldar las demandas, en ningún momento se dudo en
promover la movilización y poner en práctica formas de lucha que sólo podrían ser
asumidas y contar con el respaldo desde una posición democrática. Así, por
ejemplo, para exigir solución a una de las demandas que más se había resentido
por el manejo clientelar de los representantes que acataban todo lo que la
empresa aplicaba, era lo relativo a los roles de trabajo, los cuales se exigía que
fueran modificados y al no tener respuesta, entonces el 22 de julio se propusieron
una nueva falta colectiva de los trabajadores de la sección III.
3. Reactivación y cambios en la estructura sindical.
En el campo de lo político-sindical, también se registraron en un corto periodo
varios hechos, entre otros, los siguientes:
· Se procede a la elección de los Delegados Departamentales en todas las áreas
de trabajo.
196
· Las sesiones del Consejo General de Delegados cobran de nuevo vida y
función con la regularidad establecida en los estatutos.
· Las elecciones para la renovación de los representantes en todas las secciones
sindicales (siete en esos momentos) se efectúan sin contratiempos.
· Se realizan cambios en los estatutos creando la cartera de relaciones y
solidaridad en el Comité Ejecutivo, para dar mayor presencia del sindicato hacía
otros movimientos, como fue su decisión de participar en el Frente Nacional
para la Defensa del Salario y Contra la Carestía (FNDESCAC).
· Se aprueba la existencia de la Asamblea General, como órgano de consulta
directa en la toma de decisiones trascendentales.
· En las relaciones laborales, se logra que al Delegado Departamental se le dé
reconocimiento jurídico para tratar los asuntos laborales en sus áreas de
trabajo.
Otra acción es la referente a la relación que el sindicato establecía ante la
central oficial en donde se le obligaba a pertenecer, esto es, dejó claro que no se
estaba dispuesto a someterse a los designios marcados por la FSTSE y una
muestra de ello, fue el rechazo que el Sindicato hizo a la petición que esa central
hizo para "donar" cuatros días de salario para apoyar la indemnización a los
banqueros por la expropiación de la banca. Esta decisión de rechazo fue producto
de una consulta en Asamblea General, pero que sin duda tomaba distancia ante
las prácticas de acatar y someterse a las directrices que venían del ejecutivo
Federal, para respaldar su política.
Por ello es las acciones del sindicato ya representaban una amenaza
constante a los intereses no sólo de la empresa, sino que llegaba más allá. Sus
197
decisiones estaban, de hecho, agudizando contradicciones con el comportamiento
tradicional de la FSTSE y el gobierno. Por ello, se puede explicar la forma tan
apresurada con la que se actúo de facto para dar, por segunda ocasión, el
charrazo. En esta ocasión fueron más burdas las maniobras.
4. El sindicato y la solidaridad social rebasa los marcos de la FSTSE.
En el momento de entrar a una nueva etapa en lucha democrática, el movimiento
social en el país va a enfrentar las medidas de austeridad que traerá una serie de
consecuencias negativas para los trabajadores. Es el momento en que se
inaugura el modelo neoliberal con el régimen de Miguel de la Madrid Hurtado. Las
políticas gubernamentales tendrán una serie de consecuencias regresivas para los
trabajadores en general y, en particular para los trabajadores. La represión se
agudiza y dentro de este contexto es que se desarrolla una práctica por parte del
Sindicato de los trabajadores del Metro que en los hechos rebasa en mucho las
barreras que la estructura jurídica de los trabajadores burócratas se les impone.
Es decir, a través de la central oficial se les trata de normar su práctica política.
Esto jamás fue aceptado por los trabajadores del Metro, por eso, una de las
medidas asumidas para enfrentar esta situación, fue la creación de la cartera de
alianzas y solidaridad y para ello se convocó en el mes de julio de 1982 a las
elecciones para cubrir esa cartera acordada en el V Congreso General Ordinario.
Queda Jorge Reza Casahonda.
Con esta determinación, se impulso la presencia de la organización en el
movimiento obrero democrático e independiente, promoviendo en todo momento
la participación en varios frentes externos que iban más allá de los estrecho
198
marcos del sindicalismo burocrático. En efecto, “se le dio atención especial a las
actividades de solidaridad lo cual llevó a definir su participación en el Frente
Nacional por la Defensa del Salario y Contra la carestía (FNDSCAC)”5. La
participación permitía ampliar la práctica de la lucha de los trabajadores y esto
también aceleraba los preparativos para detener estas prácticas del Sindicato, por
ello, se empezaron a juntar los empleados que se prestaron a servir a los
intereses de la empresa, de la FSTSE, en fin, al régimen.
El 3 de septiembre se denuncia la reaparición de los charros en el
Sindicato, quienes se identifican como grupo “vanguardia” e inician la ofensiva
contra el sindicato. Con lo cual se incursiona a un proceso de desgaste interno
por la confrontación con ellos y, además, tienen que atender las cotidianas
relaciones laborales ante la empresa.
Bordeando una serie de dificultades como las antes señaladas, también se
enfrentan a las medidas unilaterales que el gobierno ordena como fue la
ampliación del horario de servicios y sin que mediara consulta o toma de opinión
del sindicato, la empresa inició pruebas para su operación. Ante esto, no se entró
de lleno a la confrontación, al contrario, se buscó establecer mecanismos de
acercamiento con el fin de recuperar la bilateralidad para fijar las los roles y las
condiciones de trabajo6.
De nuevo, los trabajadores del metro se ven inmersos en una etapa más de
su práctica en las relaciones laborales: prepararse para revisar las CGT (1983).
Con una carga de incumplimientos de los convenios y provocaciones:
5 López Laredo, Gustavo, “El movimiento democrático en el metro, 1983-1984”, en Trabajo y Democracia Hoy (edición especial), México, nº. 25, mayo-junio de 1995, p.87.6 El Día, 10 de febrero de 1983.
199
“Inicialmente en un clima tenso, debido a almenaza del boicot por parte de
los charros, enfrentados a una nueva administración que como su homenaje de
bienvenida había alargado la jornada de trabajo y en general ante un clima de
represión por parte del Estado....celebraron su 6º Congreso General Ordinario del
9 al 12 de febrero.
......El afanciamiento del proceso democrático va en dos vertientes: garantizando
la participación de los trabajadores a través de la asamblea departamental y la
asamblea general y mediante un plan de trabajo que asegure esta participación”7
A pesar de todo lo antes señalado, el sindicato no baja la guardia y además
de abordar los asuntos cotidianos, la vinculación con el movimiento sindical
democrático, incursiona en otros terrenos que antes eran totalmente ignorados: la
relación con los usuarios del metro. En efecto, cuando presentaron su pliego
petitorio para la revisión de las CGT, el sindicato “rechaza enérgicamente la
posición de las autoridades del gobierno capitalino de incrementar las tarifas del
transporte urbano”8. Esta actitud no era más que ratificar una posición sobre la
concepción que se tenía sobre el papel que el servicio del metro tiene en un área
metropolitana como la de la Ciudad de México y que tiene un determinado rol en la
sociedad. Así lo precisaba el sindicato al pronunciarse afirmar que:
7 Punto Crítico, nº. 131, marzo de 1983, pp. 21-22.8 El Día, 19 de marzo de 1983.
200
“...el gobierno debe abandonar el papel de beneficiar a los empresarios mediante
los subsidios al transporte con los impuestos del pueblo; ahora, propuso, el
subsidio al servicio debe incrementarse, pero pagado por los empresarios.
Argumentó Que los industriales capitalinos se benefician con el Metro,
porque transporta a los trabajadores a los centros de trabajo (fabriles) sin
necesidad de aumentos saláriales. Por ello, demandó que sean los ricos quienes
aporten de sus ganancias los subsidios al transporte”.9
Una vez más, las limitaciones que las normas jurídicas imponen a los
trabajadores en el apartado “B”, les perfilaban un panorama lleno de
incertidumbres para avanzar en las negociaciones. No se puede emplazar a
huelga, por lo tanto los plazos serán tan flexibles como se lo permita la presión
que pueda o no ejercer el Sindicato.
V. EL SEGUNDO CHARRAZO (1983), CIRUGÍA MAYOR PARA ERRADICAR EL
PROCESO DEMOCRÁTICO.
1. Neoliberalismo y control sobre el sindicato.
El 28 de julio de 1983, un grupo de incondicionales de la empresa, expulsados del
sindicato por esa actitud, se hacen pasar como Delegados Departamentales y en
asamblea levantan un acta asentando sus acuerdos entre los que destacan dos: el
desconocimiento del Comité Ejecutivo General y el nombramiento de sus
sustitutos. De inmediato se dirigieron ante el Tribunal Federal de Conciliación y
Arbitraje para solicitar su registro como nueva directiva. El tribunal les dio el
9 Idem.
201
reconocimiento solicitado1 y al día siguiente en varios diarios se hacia público este
hecho.
Los trabajadores respondieron de inmediato, llamando a una Asamblea
General, en la cual se determinaron las acciones de repudio y defensa: se
impugnó ante el Tribunal la maniobra, se realizaron faltas colectivas, mítines,
marchas. Plantones en el DDF, pero todo eso fue estéril, la maquinaria, una vez
más, ya se había echado a caminar y sólo dieron tiempo para consumar la acción.
De nada valieron las protestas, las movilizaciones, las denuncias, los
amparos. La decisión estaba tomada y siguieron las medidas de represión. Se
despide a 35 trabajadores, entre representantes y activistas sindicales.
2. Adecuación de la estructura estatutaria para el control del sindicato.
Existe un periodo en el que se editan dos tipos del boletín oficial del sindicato, la
"Trinchera". Uno del Comité depuesto y otro por parte del comité charro. Las
diferencias son claras, mientras en el primero se cuestiona la forma de como se
desconoció al comité encabezado por Ariel Macías, el peligro de un Congreso no
democrático, el problema de seguridad e higiene, etc. ; en tanto, en el segundo, se
destacan los triunfos del equipo de fútbol y se alaba a los funcionarios de la
empresa y de la FSTSE.
Más tarde, se procedió a modificar los estatutos, aplicando una especie de
cirugía mayor pretendiendo con ello erradicar los mecanismos que permitían o
facilitaban la vida democrática de la organización. De una estructura horizontal y
con normas que regulaban las facultades de los representantes, siempre sujetas a
1 López Laredo, Gustavo, “El movimiento democrático...” op. cit. P.87
202
las consultas a las bases, se paso a una estructura vertical, al estilo
presidencialista, corporativa y cuyos efectos aun perduran.
3. Reforzamiento del control sindical con los cambios en la organización
estructural.
La experiencia en el movimiento sindical del Metro no sólo se puede ver del lado
de los grupos democráticos, no, también se debe tomar en cuenta que es lo que
han asimilado los grupos contrarios, los que se han identificado con los charros,
con el sindicalismo oficial. Así, por ejemplo, después del golpe propinado en 1978,
se mantuvo intacta la estructura sindical, la cual permitió el reagrupamiento de la
oposición y desde los espacios “legales” que le permitía el estatuto, los fueron
copando poco a poco hasta lograr desplazar de nueva cuenta a quienes se habían
prestado al contubernio con la empresa y el gobierno.
Otros elemento más era la estrecha vinculación que se daba entre los
representantes sindicales, en todos sus niveles, con las bases, Para ello. Cuando
se realizaban eventos sindicales, se procuraba que se efectuarán siempre en
lugares abiertos y de fácil acceso para los afiliados. En efecto, como una muestra
de lo dicho, durante los días 6,7 y 8 de febrero de 1984, sesiona el VII Congreso
General en el centro vacacional del IMSS "La Trinidad", en Tlaxcala. Es la primera
ocasión en que un evento de esta naturaleza se realiza fuera de la ciudad de
México y por vez primera los trabajadores se enteraron que acudieron 295
delegados, previamente seleccionados, pues no se realizó ninguna asamblea
donde fueran electos. La razón de esa medida era obvia: cambiar de raíz el
estatuto y así lo hicieron. Se anulo prácticamente la presencia del Delegado
203
Departamental. Se crea la figura del Comité de Vigilancia a quien se le faculta
para determinar quien sí puede participar en los procesos de elección para ser
representante sindical. Las Asambleas de delegados que eran mensuales se
trasladan a cada cuatro meses. Se modifica la composición de los mismos y se
incorpora a los órganos que antes eran sólo de observación y ahora se les
facultaba para tener derecho a voz y voto. Con estas medidas, era evidente que
se trató de congelar todo tipo de protesta.
A pesar de ello, durante el año de 1984 se dan diversas acciones que
permiten mantener la resistencia:
Aparece el boletín "Duro", editado por un grupo de trabajadores
despedidos por motivos políticos, que pretenden establecer contacto
con los trabajadores.
Los despedidos de "Duro", son sacados del Taller de Ticoman,
cuando realizaban colecta de apoyo (boteo). Se encargan de esto
personal de confianza y de vigilancia de la empresa.
Se realiza el VII Congreso General Ordinario en Tlaxcala. Por
primera vez en 14 años de existencia del sindicato, se realiza un
congreso de este tipo fuera del Distrito Federal y a puerta cerrada.
Se efectúan modificaciones a los estatutos que limitan la
participación de los trabajadores. Abundan las bebidas alcohólicas y
el despilfarro de las cuotas sindicales (mes de febrero ).
204
Ariel Macías dirige una carta al nuevo director del STC, denunciando
viejos problemas y la solución a los mismos (abril 30).
Durante el mes de mayo:
Trabajadores del Metro participan el 1º de mayo en el acto tradicional
(oficial); mientras que otro grupo lo hace en las filas de los sindicatos
independientes.
Se resuelve el aumento salarial y prestaciones económicas. Cambio
del director del STC. Queda como titular de la empresa Ferrando
Bravo Gerardo.
Un grupo de trabajadores apoyados por el Lic. Cosio Vidaurri (ex-
director del metro) aparece con el nombre de "Movimiento de
Renovación Sindical".
Personal de confianza es basificado de acuerdo a lo estipulado por el
decreto presidencial del 12 de enero de este año. Son
aproximadamente 700 trabajadores.
El nuevo director, Ferrando Bravo, desconoce la basificación del
personal de confianza.
205
Aparece el boletín "Debate", en su época V, editado por el comité de
despedidos. Representa la opinión de los trabajadores democráticos
en el metro.
En los primeros días de junio sucede un accidente en la estación
Zaragoza: un traikmovil se proyecta contra un armón, en el cual se
transportaban varios trabajadores del Departamento de Vías, uno de
ellos resulta gravemente dañado.
Durante el mes de julio:
Accidente en la ínter estación "Panteones-Cuatro Caminos" en
donde se efectuaban pruebas de circulación, previa a la
inauguración. Un tren se consumió por el fuego, después de una falla
eléctrica. Se "descubre" que los trenes están fabricados con mucho
material combustible .
Se realizan elecciones para CEG. Participa únicamente una planilla
(la roja). Con esto buscan dar legitimidad al charrazo perpetuado
contra el CEG democrático encabezado por Ariel Macías Váladez.
Se utiliza al CGD para justificar las acciones ilegales.
Carta abierta de los trabajadores de la Ruta 100, en la que se señala:
"Nos quieren aplicar los asquerosos métodos utilizados en contra de
los trabajadores del metro..."
206
Durante el mes de agosto:
El Primer Tribunal del Primer Circuito Colegiado en Materia Laboral
(Exp. 423/83) revoca la sentencia en que había reconocido al Comité
de Ramírez Vistraín como legales representantes (es decir, se
desconoce a los charros). Esto demuestra la ilegalidad de las
maniobras realizadas contra la organización sindical, más en
concreto contra el CEG, encabezado por Ariel Macías. El Acto del
Tribunal se da cuando ya había concluido el periodo de
representación de este Comité (el de Ariel Macías), el cual había
concluido en mayo de ese año.
Se realizan "elecciones" en la sección Y de Vías. Participa sólo una
planilla (la azul), los charros continúan cubriendo su "legitimidad".
Durante el mes de septiembre:
Sindicato y empresa realizan fiestas para celebrar "el día del
trabajador del metro", efectuando una por cada sección, en el
Deportivo Coyuya, con la intención de distraer y "comprar" a los
trabajadores. Abunda el brandy repartido personalmente por los
seudo-representantes sindicales.
Se realizan elecciones en las secciones II, III, IV y VI. En todas ellas
no se permite que se registren planillas opositoras, argumentando
que no reúnen los requisitos asentados en los nuevos estatutos.
207
Se vuelve a Inaugurar la Cooperativa del Metro de la estación
Balbuena, que se había inaugurado desde el año de 1979.
Aumento salarial de $ 4,000.00 concedido por el gobierno Federal a
los servidores públicos (se da a conocer en el mes de octubre).
1985
Durante el mes de enero:
El Fondo de Ahorro expide cheques sin fondos.
El servicio médico entrega incapacidades médicas de parto por
menos de tres meses, a criterio de los médicos.
Los trabajadores de Material Rodante y de Transportación no acuden
al comedor Taxqueña durante dos días para protestar por el mal
servicio de esta prestación.
Aparece el boletín "Espartaco", editado por un grupo de trabajadores
democráticos, como instrumento de lucha.
Durante el mes febrero:
Se realiza el Y Congreso Ordinario" en la ciudad de Morelia . Mich.
Sobre la base de las modificaciones estatutarias del año anterior,
esta vez no se pueden modificar los estatutos, sino hasta el
208
Congreso General que se realizará cada tres años. Por segunda
ocasión se efectúa a espaldas de los trabajadores.
En marzo:
Las autoridades del STC destinan presupuesto para remodelar
estaciones y oficinas, innecesariamente, haciendo caso omiso de las
peticiones de incremento salarial de ese año y de las necesidades de
mantenimiento de los equipos de trabajo.
En mayo:
El Consejo Seccional de Transportación acuerda tomar medidas para
presionar a la solución del PP. Lo anterior hace suponer un
rompimiento en las relaciones entre los "charros" y la empresa.
La corriente Democrática de los trabajadores del metro, participa una
vez más en las filas el sindicalismo independiente.
1986
Durante el mes de enero:
Ampliación de la línea VII: Tacubaya-Barranca del Muerto.
Más de 150 trabajadores se aglutinan en las oficinas del Fondo de
Ahorro el día primero para solicitar préstamos, como
tradicionalmente se gestionaban. No son atendidos, los
"representantes" ese mismo día comunican el nuevo procedimiento,
amañando para ellos y sus cuates los préstamos.
209
En febrero:
Se lleva a cabo el II Congreso Ordinario, celebrado en Oaxtepec,
Morelos, con las mismas características que los anteriores
celebrados fuera del Distrito Federal.
Entre los años de 1984 y hasta 1997, hubo varios movimientos de
resistencia, pero ninguno ha logrado trascender, el movimiento democrático daba
visos de agotamiento, sin embargo es en este último año, justamente por la
experiencia acumulada y la coyuntura política que ha significado el cambio de
gobierno en le Distrito Federal ha permitido de nuevo la presencia del movimiento
democrático entre los trabajadores del metro, quienes presentan alternativas de
renovación retomando las experiencias y las posibilidades de cambio que la actual
coyuntura ofrece. En este sentido ya han emprendido varias acciones.
4. Entonces todos corrieron a sus cadenas....la acción del Estado y el
corporativismo en el sindicato del metro.
Una vez que se fue anulando la presencia de la oposición y ante la inminente
expansión del servicio de transporte colectivo, seguiría, por ende, el crecimiento
de la plantilla de personal, con ello se presentaron condiciones de amplio respaldo
hacia los representantes sindicales impuestos, quienes en abierto contubernio con
la empresa, comenzaron a instrumentar una serie de medidas de control y
chantaje hacia los trabajadores. Para ello utilizaron todo lo que a su alcance se les
presentaba. Así, por ejemplo las prestaciones se proporcionaban de manera
selectiva, los ascensos escalafonarios también recibían trato similar, los roles de
210
trabajo eran un medio idóneo para premiar o castigar, según por donde se moviera
el trabajador.
Quizá por eso es que se dejó sentir un sentimiento de claudicación en la
lucha, pues a partir de las necesidades de empleo, de hacer uso de alguna
prestación, los trabajadores para garantizar su “estabilidad”, se fueron
doblegando, todos corrieron a sus cadenas, se condenaron, asumían que más
valía asegurar en tiempos de crisis que arriesgar el empleo. Por un buen tiempo
esto les funcionó.
Por su parte el Estado compenso la acción de servilismo al grupo que se
posesionó del sindicato desde 1983. A quien se ha identificado como el líder moral
ha sido premiado en dos ocasiones con cargos de representación popular, como
diputado federal y como diputado para la Asamblea Legislativa del D.F. Solamente
en 1997 perdió ante la avalancha que significó el triunfo electoral del PRD en el
Distrito Federal. Sin embargo, como buen militante disciplinado, supo “aguantar” y
ahora sí tiene la representación popular.
5. La resistencia al control corporativo (1987).
Los últimos intentos hechos por parte de la oposición, los democráticos, por
recuperar a la organización sindical de manos de los charros y del control
corporativo, con respaldo masivo, se dio en el año de 1987, cuando las oficinas
sindicales se encintraban en la estación Cuitlahuac de la línea dos. El descontento
por el trato despótico que vivían los trabajadores tanto por parte de los
representantes sindicales como por la empresa, dio lugar a que se lograra
coordinar toda una movilización que se propuso en aquellos momentos la
211
disyuntiva de recuperar a la organización por dos vías: una a través de entrar al
local y sacar a los repudiados representantes sindicales y, otra, promover la
constitución de un sindicato paralelo. Se impuso la primer opción y esto permitió
que simplemente fracasara el intento y a partir de entonces se afianzó la
consolidación del grupo que se viene rolando la representación desde 1983,
girando alrededor de su “líder” moral, Fernando Espino Arévalo.
Conclusiones.
1.- Los trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo "Metro" desde que la
empresa se constituyó han padecido y enfrentado los mecanismos de control
corporativo del Estado en todas sus expresiones: uso de la fuerza pública para
imponer dirigentes, uso de los tribunales laborales para legitimar a los
representantes espurios, imposición del régimen laboral restrictivo del apartado
"B", injerencia de los funcionarios de la empresa para apoyar a representantes
impuestos, uso clientelar y selectivo de los derechos y prestaciones para reprimir o
apoyar, según su conveniencia, a los trabajadores.
212
2.- Las demandas de democratización de la organización sindical y la lucha por
mejorar las condiciones de trabajo, han logrado avances significativos cuando
desde la base de los agremiados se les toma en cuenta.
3.- En las diferentes etapas en que se asume la dirección sindical de manera
democrática, se han ensayado formas de participación y organización
democráticas que permitieron la concientización y mayor compromiso en la vida
democrática en general de los trabajadores.
Epílogo.
LOS ESFUERZOS PARA DAR CONTINUIDAD AL PROCESO DEMOCRÁTICO
1. Frentes y alianzas de diferentes corrientes de oposición.
Los trabajadores del metro, conscientes de que se están viviendo momentos
definitorios para el futuro de las aspiraciones democráticas en el país, organizaron
una serie de foros para debatir sobre la forma en pudieran insertarse en este
proceso y estar en mejores condiciones para alcanzar la solución a sus demandas
de cese a la represión, reinstalación de despedidos, mejoras en sus condiciones
de vida y de trabajo.
213
Como resultado de esos foros, llegaron a varias conclusiones, entre otras
las siguientes:
Existe inconstitucionalidad del apartado "B" del artículo 123 con
respecto a la relación laboral de organismos descentralizados y sus
trabajadores. Esto en base a la jurisprudencia ya existente y que ha
dado lugar al reconocimiento de cambios de apartado de organismos
descentralizados, como son el Instituto Mexicano del Petróleo y más
recientemente el caso del Colegio de bachilleres.
Se hace necesario la creación de una organización de trabajadores
independiente de las autoridades, retomando el espíritu del artículo
123 constitucional que es el de la libre asociación.
El convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo que
signó México en 1951, y que adquiere rango de Ley constitucional,
protege la libre asociación de los trabajadores, señalando que no se
requiere autorización de autoridad para la organización de los
trabajadores como más les convenga.
Asumiendo estas conclusiones y consecuentes con ellas, el 2 de diciembre
de 1997 se decidió formar el Sindicato Nacional de Trabajadores Democráticos del
Metro. para lo cual se propusieron buscar el registro del mismo en el apartado "A"
del artículo 1231 . De esta manera, los trabajadores democráticos incursionan en
1 Estatutos del Sindicato Nacional de Trabajadores Democráticos del “Metro”. Presentados por la Comisión Organizadora de la Asamblea Constitutiva el 2 de diciembre de 1997.
214
una nueva etapa, cuyas perspectivas no se vislumbran sencillas, sin embargo, lo
que sí es alentador es que llegan con una acumulación de experiencias, producto
de muchos años de resistencia y que en estos momentos de prueba serán de gran
utilidad.
Como muestra de la continuidad y experiencia de las aspiraciones en esta
nueva organización, se puede observar a través de los estatutos que aprobaron el
día dos de diciembre. Algunos ejemplos de esto:
Artículo 4.- objetivos:
a) La participación organizada y democrática de los trabajadores que lo
integran y prestan sus servicios para el SISTEMA DE TRANSPORTE COLECTIVO
"METRO", en el Distrito Federal y en el Estado de México, para intervenir
directamente en la negociación, establecimiento, ejercicio, cumplimiento y defensa
de las condiciones de trabajo a las que deban sujetarse, en sus relaciones de
trabajo, con el Sistema de Transporte Colectivo "Metro"2 .
Con este planteamiento, se expresa no solo una legitima aspiración de la
nueva organización, sino que sintetiza parte de la práctica efectuada a lo largo de
casi tres décadas de lucha por la democracia sindical en este centro laboral. Pero
si alguna duda quedara de como se propone establecer la relación entre los
miembros del sindicato, se disipa con lo señalado en el inciso c) de este mismo
artículo:
2 Idem.
215
c) Reflexionar, analizar, estudiar, dialogar y proponer, entre todos los
agremiados, las medidas más convenientes para lograr la participación
permanente de sus integrantes, directa o indirecta, personal o por escrito, en las
decisiones internas de la organización sindical, con objeto de que las medidas
adoptadas y tareas emprendidas, sean resultado del consenso de sus integrantes,
como si fueran propias o propuesta por cada uno de ellos3 .
Así, queda plasmada una propuesta que no es producto del discurso, es
parte de lo que en la práctica se ha ejercido, como parte de una forma distinta de
hacer la política sindical desde una perspectiva democrática, donde son las bases
las que marcan el rumbo a seguir.
Siguiendo con las propuestas de como deberá funcionar esta organización
sindical, se reivindica, en su estructura organizativa, los mecanismos de
organización participativa, desde la base, de manera horizontal y asignando las
responsabilidades de manera colectiva. Esto queda claro cuando se señala en
artículo 14 que la participación directa primaria de los agremiados del
SI.NA.TRA.DE.ME.se llevará a cabo en las ASAMBLEAS
DEPARTAMENTALES, .... y, en cuanto a los órganos directivos se proponen
desarrollar una modalidad de responsabilidad colectiva en la dirección del
sindicato al dejar en manos de un CONSEJO DIRECTIVO NACIONAL
(compuesto de seis trabajadores) la representatividad del mismo, señalando que
funcionara de manera colegiada asignándose las mismas atribuciones y
obligaciones, distribuyéndose éstas, para efectos prácticos, de acuerdo a sus
3 Idem.
216
necesidades y posibilidades...además, para evitar la centralidad en la dirección de
este consejo, se establece que estará presidido por un Presidenta o Presidenta,
cargo que será ocupado rotativamente por cada uno de los seis consejeros que
tendrán dicha responsabilidad por un periodo de dos años.
Más recientemente, la búsqueda de nuevas alternativas de organización
pareciera que apuntan en un sentido inverso a lo pretendido. Es decir, ante la
cerrazón que se vive en la estructura actual del sindicato, se están desarrollando
otras acciones, tanto por los trabajadores democráticos como por los charros. Así,
éstos últimos recientemente han tomado la decisión de cambiar de nombre a la
organización, y promovieron su registro en los tribunales laborales, llamándole
Sindicato Metropolitano del STC, tratando de cubrir los espacios territoriales en los
cuales se expande el servicio del metro al vincular al D.F. con municipios del
Estado de México a través de la ampliación de algunas de sus líneas.
En tanto que dentro del movimiento de oposición, ha dado lugar a la
creación de un sindicato de empleados de confianza y, por otra parte, trabajadores
de base constituyeron recientemente otro organismo. Esto, por el momento,
parece que en lugar de avanzar en la unidad del movimiento de oposición, éste se
pulveriza ante el señuelo de la libertad sindical. Sobre esto, se hace necesario
debatir un poco más, lo cual me permitirá cubrir parte de la información necesaria
con el trabajo de campo en los siguientes meses.
2. Jurisprudencia para los sindicatos de empresas descentralizadas, una
esperanza.
217
El revuelo que causó la posibilidad de hacer valer la libertad sindical a través de la
aplicación de la jurisprudencia, permitiendo que esta se aplicará a los organismos
y empresas descentralizadas, no era para menos. Esta medida colocaba en el
debate sobre como ha funcionado el corporativismo sindical en el país, ya que se
rebasan los marcos normativos nacionales al poder ejercer el convenio 187 de la
Organización Internacional (OIT) suscrito por el gobierno de México, pero que en
la práctica se convertía en mera declaración de buena voluntad hacia fuera.
Además de lo anterior, también se generaron expectativas con el cambio de
gobierno a nivel local cuando por primera vez llegaba al gobierno un partido con
amplio respaldo de la población para desplazar al partido oficial. De inmediato
varios activistas identificados con el movimiento democrático de los trabajadores
del metro, se dieron a la tarea de promover la constitución de un sindicato,
haciendo uso de esa posibilidad que despertaba una esperanza para sacudirse el
control que el charrismo ha ejercido desde hace más de quince años.
Se impulsaron reuniones, consultas, foros, se elaboraron proyectos y
finalmente se constituyeron en un Sindicato paralelo al existente y procedieron a
tramitar su registro; sin embargo, la realidad ha sido cruel, no bastó el cambio de
gobierno. La maraña de trabas burocráticas para resolver sobre el registro, hacer
valerla libertad sindical, indica que toca intereses muy arraigados y hace falta más
que la generación de una jurisprudencia para aplicar estos derechos. La unidad y
movilización de los trabajadores organizados será el único antídoto para concretar
estas demandas.
3. Constitución de un sindicato paralelo, vientos de cambio.
218
Al momento de decidirse por la formación de un nuevo sindicato, no sólo está la
posibilidad de buscar nuevas formas de organización para los trabajadores del
metro, sino que también es el momento de contribuir, con su experiencia, en la
creación de vías alternativas para sacudirse la opresión del corporativismo que
tanto daño ha causado a los trabajadores y recuperar a los sindicatos como
verdaderos instrumentos de lucha.
Ante la presente coyuntura, no sólo se esta en posibilidades de ensayar
nuevas formas de organización sindical, sino que se estará poniendo a prueba la
capacidad de responder a las expectativas de verdaderos cambios en el proceso
de transición democrática en todos los niveles, esto es, no sólo en lo que respeta
a la organización de los trabajadores, sino también en la forma de ejercer la
administración de esta empresa tan importante para la Ciudad de México. Se
deberán erradicar las corruptelas y contubernios que se han engendrado durante
más de 15 años de sometimiento de los trabajadores. De nuevo, el tiempo será el
gran juez.
219
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