estados de excepción román
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ESTADOS DE EXCEPCIÓN Y EL CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD EN COLOMBIA
Alexander Javier Roman Echeverria
Derecho y Garantías Constitucionales (TJC-0365) Secc NP03N0S 2015-3
Octubre 2015
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INTRODUCCIÓN
El vocablo Estado de Excepción de ese título de la Constitución de 1999, no
tiene antecedentes en reformas constitucionales anteriores y viene a remplazar a
otros, como Suspensión y Restricción de Garantía y el de Estado de Emergencia en la
Constitución de 1961. En la Constitución actual se refiere a los estados de
intranquilidad pública, que debe calificarse según los casos, de Estado de Alarma o
Estado de Sitio; también se habla de Medidas de Emergencia para referirse a las
disposiciones provisionales en casos de necesidad, urgencia o de excepción, como se
le denomina actualmente en el Capítulo II del Título VII de la Constitución Nacional.
Con palabras de Maurice Hauriou se puede decir que el Estado de Sitio “Es una
institución legal preparada de antemano, que con el fin de asegurar la paz pública,
organiza el robustecimiento del Poder Ejecutivo, transfiriendo de la autoridad civil a
la militar una parte de los poderes de policía y una parte del poder represivo sobre la
población civil. Este robustecimiento tendrá lugar en caso de peligro eminente
resultante de guerra extranjera o de insurrección armada, y en virtud de decisiones
declarando el estado de sitio, el cual llegado el caso se levantará mediante decisiones
de igual naturaleza”
El Presidente de la República, en Consejo de Ministros, en uso de las facultades
que le otorgan los artículos 337, 338 y 339 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, podrá decretar el estado de alarma, en todo o parte del
territorio nacional, cuando se produzcan catástrofes, calamidades públicas u otros
acontecimientos similares, que pongan seriamente en peligro la seguridad de la
Nación, de sus ciudadanos y ciudadanas o de sus instituciones.
El decreto que declare el estado de alarma establecerá el ámbito territorial y su
vigencia, la cual no podrá exceder de treinta días, pudiendo ser prorrogado hasta por
treinta días más a la fecha de su promulgación.
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CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD EN LOS ESTADOS DE
EXCEPCIÓN
Los estados de excepción en particular, como una de estas herramientas, y por
primera vez en nuestra tradición constitucional, encuentran un vasto desarrollo en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la que se definen
expresamente las circunstancias que originan cada una de sus modalidades (estado de
alarma, de emergencia económica, de conmoción interior o exterior), al tiempo que le
impone precisos límites en aras de minimizar su grado de afectación, no sólo en la
esfera de actuación de los órganos del Poder Público, sino en la vida de los
ciudadanos, en cuyo favor no sólo se instaura un catálogo abierto de derechos no
susceptibles de restricción (como se infiere de la frase «derechos humanos
intangibles»), sino que se preserva -aun en tales condiciones de excepción- el
principio de responsabilidad de los órganos que estructuran al Poder Ejecutivo.
Se reconoce, por tanto, la existencia de un derecho de necesidad con miras a
enfrentar aquellas «circunstancias de orden social, económico, político, natural o
ecológico, que afecten gravemente la seguridad de la Nación, de las instituciones y de
los ciudadanos y ciudadanas, a cuyo respecto resultan insuficientes las facultades de
las cuales se disponen para hacer frente a tales hechos» (artículo 337).
Artículo 1. La presente Ley tiene por objeto regular los estados de
excepción, en sus diferentes formas: estado de alarma, estado de
emergencia económica, estado de conmoción interior y estado de
conmoción exterior, de conformidad con lo establecido en el artículo 338
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; así como,
el ejercicio de los derechos que sean restringidos con la finalidad de
restablecer la normalidad en el menor tiempo posible.
Responsabilidad de Garantías constitucionales en los estados de excepción.
Así, por ejemplo, en ellas se instaura la jurisdicción constitucional y las
principales herramientas de justicia constitucional; se perfilan los regímenes de
excepción y -a la vez- se imponen límites y controles al ejercicio de tal facultad como
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mecanismo de interdicción de los actos de fuerza y arbitrariedad (interior o exterior) o
imprevistos calamitosos que amenacen menoscabar el orden estatal.
Para ello, se le otorga al Presidente de la República la excepcionalísima
potestad de restringir temporalmente derechos y garantías constitucionales, salvo los
denominados derechos humanos intangibles, lo que si bien supone un reforzamiento
de las potestades brindadas en condiciones de normalidad al Poder Ejecutivo,
encuentra justificación «cuando concurran elementos de necesidad y urgencia
derivados de circunstancias fácticas que requieran una pronta intervención normativa
que se dicte y aplique con una celeridad que supere al tiempo en que se tarda el
riguroso proceso de formulación de las leyes» (stc. n° 1507/2003, caso: María Ríos
Oramas). Aunque ello deba siempre efectuarse respetando las restricciones de nuestro
ordenamiento constitucional, incluyendo aquellas preceptuadas por los principales
instrumentos de derechos humanos suscritos por la República: el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos (artículo 4.1) y la Convención Interamericana de
Derechos Humanos (artículo 27.1)”.
Establece además el precitado artículo que en casos de estados de excepción,
podrán restringirse de manera temporal las garantías consagradas en la Constitución,
salvo las referidas a los derechos a la vida, prohibición de incomunicación o tortura,
el derecho al debido proceso, el derecho a la información y los demás derechos
humanos intangibles.
La seguridad de la sociedad civil
“El estado es el protector de la vida de sus súbditos, el último fundamento
racional de su seguridad colectiva, es decir, que frente a la inminencia colectiva de la
propia muerte, allí donde reina la guerra de todos contra todos, la fundación del
Estado instaurando la paz y la seguridad física de la sociedad civil”. (Hobbes)
Ahora bien, una guerra extranjera no es el único peligro cierto para la Nación y
sus instituciones, puede presentarse también una sublevación armada de los propios
nacionales, en la cual puede o no existir ayuda extranjera. En estos casos totalmente
anormales para la coexistencia pacífica de la República, no bastan para imponer el
orden la policía municipal o estadal, sus leyes ni sus tribunales, se necesitan medios
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extraordinarios para hacerle frente a la rebelión armada y poder contrarrestarla,
impidiendo así que las fuerzas brutas puedan imponerse sobre el Estado legal. Pero
las anomalías pueden tener otros orígenes, como lo sería un terremoto, donde hay que
suspender las Garantías de inmediato para poder asistir a los damnificados dentro de
sus propios hogares o impedir el pillaje que se desborda de inmediato con saqueos u
otros actos vandálicos. También se puede suceder una peste, donde la suspensión de
las Garantías es necesaria para la asistencia de los enfermos y trasladarlos a sitios
donde no se propague la enfermedad, aun en contra de la voluntad del enfermo o de
sus familiares.
Garantías
Existen garantías que perduran ante situaciones de estado de excepción. Estas
Garantías son a nuestro juicio:
1. La vida.
2. El reconocimiento a la personalidad jurídica.
3. La protección de la familia.
4. La igualdad ante la ley.
5. La nacionalidad.
6. La libertad personal y la prohibición de práctica de desaparición forzada de
personas.
7. La integridad personal física, psíquica y moral.
8. No ser sometido a esclavitud o servidumbre.
9. La libertad de pensamiento, conciencia y religión.
10. La legalidad y la irretroactividad de las leyes, especialmente de las leyes
penales.
11. El debido proceso.
12. El amparo constitucional.
13. La participación, el sufragio y el acceso a la función pública.
14. La información.
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El estado de sitio
Se ha señalado que fue Napoleón Bonaparte quien comenzó a desnaturalizar la
institución del estado de sitio al utilizarla contra las ciudades de Brest y Arrás, las
cuales no se hallaban en la situación prevista en la ley de 1791, y en 1811 hizo
aplicación del estado de sitio en ciudades en donde ni siquiera había instituciones
sino simples revueltas sediciosas.
Según el tratadista colombiano Jacobo Pérez Escobar, “en cuanto al origen
remoto del estado de sitio, se han señalado las facultades extraordinarias que se daban
a los dictadores romanos en la época de la República, como una excepción justificada
dentro de cierto tiempo, para salvar la ciudad de cualquier peligro que pudiera
amenazarla. Pero fue la Convención Francesa de 1791 la que empleó por primera vez
la expresión ‘estado de sitio’, que luego han utilizado la mayor parte de las
Constituciones de los siglos XIX y XX. Dicha Convención declaró el estado de sitio
como una medida puramente militar, al llevarse a cabo la invasión de fuerzas
extranjeras, con el solo objeto de organizar la defensa”.
Nació, como una medida de carácter bélico que le permitía a los jefes militares
ejercer ciertas facultades en sus respectivos puestos militares. Fue después de la
Revolución Francesa cuando esa institución se trasladó al Ejecutivo, permitiéndole
aumentar temporalmente sus facultades constitucionales y legales para restablecer el
orden turbado.
Desde entonces, son muchos los países del mundo que han consagrado esta
institución en sus Constituciones. Desafortunadamente, con el transcurso del tiempo,
como lo expresa Sánchez Viamonte, citado por Pérez Escobar, “(…) si siempre o casi
siempre es un pretexto para ejercer la dictadura y quebrar el orden jurídico, ello se
debe a la incultura de los individuos y colectividades y no a la naturaleza puramente
previsora y defensiva de la institución”.
El Gobierno declarará restablecido el orden público luego que haya cesado la
perturbación o el peligro exterior; y pasará al Congreso una exposición motivada de
sus providencias. Serán responsables cualesquiera autoridades por los abusos que
hubieren cometido en el ejercicio de facultades extraordinarias.
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Estado de alarma
En el caso de la Ley de la Organización Nacional de Protección Civil si bien se
regulan los estados de alarma y emergencia -numerales 3 y 4 del artículo 4-, su
contenido, alcance y consecuencias jurídicas, no se corresponden con la regulación
vinculada a los estados de alarma o emergencia económica contendida en la Ley
Orgánica sobre Estados de Excepción y la Constitución.
Del estado de alarma o emergencia
Artículo 8. El Presidente de la República, en Consejo de Ministros, en
uso de las facultades que le otorgan los artículos 337, 338 y 339 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, podrá decretar el
estado de alarma, en todo o parte del territorio nacional, cuando se
produzcan catástrofes, calamidades públicas u otros acontecimientos
similares, que pongan seriamente en peligro la seguridad de la Nación, de
sus ciudadanos y ciudadanas o de sus instituciones.
Artículo 9. El decreto que declare el estado de alarma establecerá el
ámbito territorial y su vigencia, la cual no podrá exceder de treinta días,
pudiendo ser prorrogado hasta por treinta días más a la fecha de su
promulgación.
Así, en el caso de la declaratoria del estado de alarma o emergencia conforme a
la Ley de la Organización Nacional de Protección Civil, será “activado el Plan
Nacional de Emergencias, el Órgano de Protección Civil y Administración de
Desastres procederá a elaborar un Plan de acción Específico para el retorno a la
normalidad. Cuando se trate de situaciones estadales o municipales, el plan de acción
específico será elaborado y coordinado en su ejecución por la Coordinación Estadal o
Municipal respectiva, de acuerdo con las orientaciones establecidas por la
Coordinación Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres (…).
En la declaratoria de estado de alarma o de emergencia se señalara, según su
naturaleza, las entidades y organismos que están obligados a participar en la
ejecución del Plan de Acción Específico, las labores que deberán desarrollar y la
forma como se someterán a la dirección, coordinación y control por parte de la
entidad o funcionario competente. Igualmente, se determinará la forma y modalidades
de participación de las entidades y personas privadas y los mecanismos para que se
sometan a la dirección, coordinación y control por parte de la entidad o funcionario
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competente” (Cfr. Artículos 35 y 36 eiusdem); por lo que en estos casos, el
Presidente, los Gobernadores o Alcaldes, no pueden afirmar una amplia
discrecionalidad en las medidas para afrontar la respectiva crisis y deben someterse al
contenido de los correspondientes planes.
Artículo 10. El estado de emergencia económica podrá decretarse cuando
se susciten circunstancias extraordinarias que afecten gravemente la vida
económica de la Nación.
Artículo 11. El decreto que declare el estado de emergencia económica
dispondrá las medidas oportunas, destinadas a resolver satisfactoriamente
la anormalidad o crisis e impedir la extensión de sus efectos.
Artículo 12. El Presidente de la República, en Consejo de Ministros,
podrá decretar el estado de emergencia económica en todo o en parte del
territorio nacional. Su duración será hasta sesenta días, prorrogable por
un plazo igual, de conformidad con la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y la presente Ley.
En tanto, que declarado el estado de excepción en cualquiera de sus
modalidades -estado de alarma, emergencia económica y conmoción interior-
conforme a la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción, el Presidente de la
República en Consejo de Ministros asume amplias facultades para afrontar la
emergencia o crisis, en los siguientes términos:
“Artículo 15. El Presidente de la República, en Consejo de Ministros,
tendrá las siguientes facultades:
a) Dictar todas las medidas que estime convenientes en aquellas
circunstancias que afecten gravemente la seguridad de la Nación, de sus
ciudadanos y ciudadanas o de sus instituciones, de conformidad con los
artículos 337, 338 y 339 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela.
b) Dictar medidas de orden social, económico, político o ecológico
cuando resulten insuficientes las facultades de las cuales disponen
ordinariamente los órganos del Poder Público para hacer frente a tales
hechos.
(…)
Artículo 19. Decretado el estado excepción, se podrá limitar o racionar el
uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad, tomar
las medidas necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y
el funcionamiento de los servicios y de los centros de producción.
Artículo 20. Decretado el estado de excepción, se podrán hacer
erogaciones con cargo al Tesoro Nacional que no estén incluidas en la
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Ley de Presupuesto y cualquier otra medida que se considere necesaria
para regresar a la normalidad, con fundamento en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y la Presente Ley.
Artículo 21. El decreto que declare el estado de excepción suspende
temporalmente, en las leyes vigentes, los artículos incompatibles con las
medidas dictadas en dicho decreto”.
MODALIDADES DE LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN
En Venezuela, los estados de excepción cuyos supuestos están taxativamente
enunciados se definen como circunstancias de orden social, económico, político,
natural o ecológico, que afectan gravemente la seguridad de la Nación, de sus
ciudadanos o de sus instituciones.
En tal situación resultando insuficientes, las facultades de las cuales se
disponen para hacer frente a tales hechos, el Presidente de la República, en Consejo
de Ministros, puede decretando el estado de excepción restringir temporalmente las
garantías constitucionales, salvo las referidas al derecho a la vida, prohibición de
incomunicación y tortura, el derecho al debido proceso, el derecho a la información y
los demás derechos humanos intangibles.
Los artículos 337, 338 y 339 de la Constitución de la República (…) que
atribuyen al Presidente de la República en Consejo de Ministros, la facultad de
decretar estados de excepción en circunstancias de orden social, económico, político,
natural o ecológico que afectan gravemente la seguridad de la Nación (…). Dichos
estados de excepción pueden ser entre otros, el estado de alarma en los casos de
catástrofes, calamidades públicas y otros acontecimientos similares que pongan en
peligro la seguridad de la nación o de sus ciudadanos,
Tres son los tipos o formas del estado de excepción previsto en Venezuela:
estado de alarma, estado de emergencia económica y estado de conmoción interior o
exterior. Estado de alarma cuando se produzcan catástrofes, calamidades públicas u
otros acontecimientos similares que pongan seriamente en peligro la seguridad de la
Nación, o de sus ciudadanos. Estado de emergencia económica cuando se susciten
circunstancias económicas extraordinarias que afecten gravemente la vida económica
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de la Nación. Estado de conmoción interior o exterior en caso de conflicto interno o
externo, que ponga en peligro seriamente la seguridad de la Nación, de sus
ciudadanos o de sus instituciones.
DE LOS DIVERSOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN
Y SUS DISPOSICIONES COMUNES
Capítulo I
Del estado de alarma
Artículo 8. El Presidente de la República, en Consejo de Ministros, en uso
de las facultades que le otorgan los artículos 337, 338 y 339 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, podrá decretar el
estado de alarma, en todo o parte del territorio nacional, cuando se
produzcan catástrofes, calamidades públicas u otros acontecimientos
similares, que pongan seriamente en peligro la seguridad de la Nación, de
sus ciudadanos y ciudadanas o de sus instituciones.
Artículo 9. El decreto que declare el estado de alarma establecerá el
ámbito territorial y su vigencia, la cual no podrá exceder de treinta días,
pudiendo ser prorrogado hasta por treinta días más a la fecha de su
promulgación.
ESTADO DE ALARMA Y CONMOCIÓN INTERIOR Y EXTERIOR
Del estado de conmoción interior
Todo gobierno tiene derecho a defenderse, máxime si este ha sido el producto
de unas elecciones libres y por tanto legalmente constituido, cuyas actuaciones sean
del consentimiento de las mayorías, como sucede con los gobiernos legítimos. En
Roma, durante la República, existía una institución que venía a desempeñar lo que
hoy se conoce con el nombre de Suspensión o Restricción de Garantías. Bien se sabe
que en esa época de la Historia los poderes en Roma estaban divididos, cada uno
tenía sus funciones específicas. Empero, en los casos de guerra, o de cualquier otra
anomalía, se investía al jefe del Estado con plenos poderes. Poder que nosotros
conocemos en el Derecho Romano por dictadura. Esa dictadura romana siempre fue
transitoria, ya que dichos poderes se le conferían al jefe del Estado en caso de suma
necesidad. Mas, una vez terminados los motivos y ya consolidada la paz, cesaban los
poderes dictatoriales.
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El gobierno constitucional, solamente puede usar facultades de excepción en
defensa de la constitucionalidad cuando ésta sea atacada de tal manera que al
Gobierno se le imposibilita defenderla con los medios a su alcance y dentro de la
legalidad. Entonces, el gobierno debe declarar el estado de sitio. Con la fuerza militar
se combatirá a los rebeldes que quebranten el orden. Pero la suspensión de garantías
debe ser algo sumamente excepcional, es el último recurso al cual se debe apelar, y
tiene que ser así, porque significa la dictadura, y en América Latina, la dictadura es
símbolo de tiranía, amén de que más de una vez, el gobierno de turno, el gobierno de
turno la ha invocado para perpetuarse en el poder.
Del estado de conmoción exterior
Capítulo III
Del estado de conmoción interior
Artículo 13. Podrá decretarse el estado de conmoción interior en caso de
conflicto interno, que ponga seriamente en peligro la seguridad de la
Nación, de sus ciudadanos o ciudadanas y de sus instituciones, el cual no
podrá exceder de noventa días,siendo prorrogable hasta por noventa días
más.
Constituyen causas, entre otras, para declarar el estado de conmoción
interior, todas aquellas circunstancias excepcionales que impliquen
grandes perturbaciones del orden público interno y que signifiquen un
notorio o inminente peligro para la estabilidad institucional, la
convivencia ciudadana, la seguridad pública, el mantenimiento del orden
libre y democrático; o cuando el funcionamiento de los Poderes Públicos
esté interrumpido.
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DE LOS ESTADOS DE EMERGENCIA ECONÓMICA
Durante la vigencia de la Constitución de 1999 nunca se ha decretado el estado
de excepción. Sin embargo, el gobierno constantemente ha informado sobre
numerosos planes de desestabilización, sabotaje, golpes de estado, magnicidio, y
huelgas insurreccionales.
A nuestro juicio, el gobierno ha recurrido con frecuencia a la implantación de
un estado de excepción de facto que no declara por considerarlo inconveniente
políticamente ya que significaría reconocer expresamente la inestabilidad política.
Por el contrario, cuando efectivamente se han producido situaciones irregulares
manifestaciones se le informa a la población que la situación es absolutamente
normal para luego al recuperarse ésta proceder a denunciar los intentos
desestabilizadores ocurridos.
MEDIDAS JURÍDICAS Y ADMINISTRATIVAS ANTE LA DECLARACIÓN
DE LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN
Todos los jueces o juezas de la República, en el ámbito de sus competencias y
conforme a lo previsto en esta Constitución y en la ley, están en la obligación de
asegurar la integridad de esta Constitución. (CRBV-Artículo 334)
LEY ORGÁNICA DE SEGURIDAD DE LA NACIÓN
Artículo 29. Decretado el estado de excepción, el Presidente o Presidenta
de la República podrá ordenar la movilización total o parcial en cualquiera
de los ámbitos que establece la Constitución y las leyes respectivas, en
todo o en parte del territorio. La movilización de la Fuerza Armada
Nacional se regirá por las disposiciones que sobre ella establezcan la Ley,
sin que sea necesario decretar el estado de excepción.
El reglamento respectivo dispondrá las medidas necesarias para la
preparación, movilización, aplicación eficiente del poder nacional y
desmovilización.
La Seguridad jurídica que se manifiesta mediante el principio "non bis in
ídem", siendo imposible, así bien necesario, la no apertura de la misma causa una vez
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concurren identidad de sujeto, objeto y causa. Asimismo, permite poner un punto
finito a la labor cognoscitiva, en tanto, el perdedor de la litis siempre le considerará
injusta y querrá un fallo distinto. Mediante la autoridad de cosa juzgada se pone un
límite a la revisión del proceso y a las relaciones que se han constituido o declarado.
La incomunicación del detenido en las dependencias de los cuerpos del Estado,
que se necesita autorización judicial, lo cual implica un aislamiento. Mientras se halle
incomunicado, sucede que el detenido no puede comunicar la detención al familiar o
persona que desee, se pierde este derecho y el derecho a una entrevista reservada con
su abogado, en estos supuestos se nombra un abogado de oficio.
Lo que se suspende, pero se debe saber cuál es el contenido del derecho que es
que la policía no puede entrar en un domicilio sin autorización previa, sin
consentimiento. Lo que sucede es que con motivos excepcionales y urgentes la
policía puede entrar en cualquier domicilio, sin necesidad de cualquier autorización
previa, una vez ha entrado la policía lo debe comunicar al juez exponiendo los
motivos, los resultados y las detenciones practicadas en el domicilio, pero esto es
posterior.
Suspensión del Hábeas corpus, surge como consecuencia de termino a
emplear durante la declaración de los Estados de Excepción, es una frase latina
adoptada por el inglés y admitida en castellano, con la cual se hace referencia, según
la definición de la Academia, al “derecho de todo ciudadano, detenido o preso, a
comparecer inmediata y públicamente ante un juez o tribunal para que, oyéndolo,
resuelva si su arresto fue o no legal, y si debe alzarse o mantenerse”.
Dicha actuación de tales personas es generadora de responsabilidades, que todo
esto resume la colectividad social.
De las disposiciones comunes
Artículo 15. El Presidente de la República, en Consejo de Ministros,
tendrá las siguientes facultades:
a) Dictar todas las medidas que estime convenientes en aquellas
circunstancias que afecten gravemente la seguridad de la Nación, de sus
ciudadanos y ciudadanas o de sus instituciones, de conformidad con los
artículos 337, 338 y 339 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela.
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b) Dictar medidas de orden social, económico, político o ecológico
cuando resulten insuficientes las facultades de las cuales disponen
ordinariamente los órganos del Poder Público para hacer frente a tales
hechos.
Artículo 16. Decretado el estado de excepción, el Presidente de la
República podrá delegar su ejecución, total o parcialmente, en los
gobernadores y gobernadoras, alcaldes y alcaldesas, comandantes de
guarnición o cualquier otra autoridad debidamente constituida, que el
Ejecutivo Nacional designe.
Artículo 17. Decretado el estado de excepción, toda persona natural o
jurídica, de carácter público o privado, está obligada a cooperar con las
autoridades competentes para la protección de personas, bienes y lugares,
pudiendo imponerles servicios extraordinarios por su duración o por su
naturaleza, con la correspondiente indemnización de ser el caso.
Artículo 18. El incumplimiento o la resistencia a la obligación de
cooperar establecido en el artículo anterior, será sancionado con arreglo a
lo dispuesto en las respectivas leyes.
En todo caso, si estos actos fuesen cometidos por funcionarios, las
autoridades podrán suspenderlos de inmediato en el ejercicio de sus
cargos y se notificará al superior jerárquico, a los efectos del oportuno
expediente disciplinario. Cuando se trate de autoridades electas por
voluntad popular, se procederá de acuerdo con lo contemplado en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en las leyes.
Artículo 19. Decretado el estado de excepción, se podrá limitar o racionar
el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad, tomar
las medidas necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y
el funcionamiento de los servicios y de los centros de producción.
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CONSECUENCIAS DE LA DECLARACIÓN
A- Excitación a la
rebelión
Una de las varias formas en
que puede incurrirse en
violación de la ley penal,
mediante la acción de quien
públicamente instigare a
cometer el delito de alzarse en
armas contra el Estado
nacional como persona del
Derecho Público (Masi).
B-Estado militar
La locución estado militar
tiene proclividad a la
confusión, pues se utiliza con
respecto a cierta especie de
desviación del poder estatal, o
se identifica con una
circunstancia temporal en el
orden jurídico de un país
cuando rigen disposiciones de
ley marcial, o también referida
a una situación jurídica a favor
de los agentes del ejército
(Fiorini).
C-Desconocimiento
El desconocimiento, al cual
alude el Art. 350, implica la no
aceptación de cualquier
régimen, legislación o
autoridad que se derive del
ejercicio del poder
constituyente originario
cuando el resultado de la labor
de la entonces Asamblea
Constituyente contraríe los
valores, principios, y las
garantías democráticos o
menoscabe los derechos
humanos.
D-Suspensión del Hábeas
corpus:
Hábeas corpus quiere decir
tanto como “que tengas el
cuerpo”, y tiene su origen en
las actas y el writ que en
Inglaterra garantizan la
libertad individual,
permitiendo no solo a
cualquier persona presa
ilegalmente, sino asimismo a
cualquier otra que se interese
por ella, acudir a la High Court
of Justice en demanda de un
auto por el cual se ordene la
presentación, ante el tribunal
requirente, del cuerpo del
detenido por quien o quienes
lo hubieren privado de
libertad. Queda
sobreentendido que el
requerimiento va dirigido a
toda clase de autoridades,
porque lo que se trata de
aclarar es, precisamente, si
ellas han adoptado o no esa
medida dentro de su
competencia y de manera
legal.
E-Suspensión de las
garantías constitucionales
Bajo ningún concepto,
pueden ser suspendidas
garantías constitucionales
como: el derecho a la vida, la
integridad personal,
prohibición de tortura,
prohibición de
incomunicación, prohibición
de desaparición forzada de
personas, el derecho a la
presunción de inocencia, el
derecho a ser juzgado por el
juez natural, el derecho a la
asistencia legal en cualquier
estado y grado de proceso,
derecho a no ser obligado a
declarar contra sí mismo ni a
declararse culpable y el
derecho a que la confesión del
inculpado sea válida, siempre
y cuando sea hecho sin que
medie coacción de ninguna
naturaleza.
F-Estado de sitio
Medida que adopta el poder
público para reforzar las
facultades del Poder Ejecutivo
en desmedro de las garantías
individuales, a fin-y a veces so
pretexto-- de mantener el
orden interior en casos de
revuelta dentro de la nación o
de una parte de ella o de
agresión exterior.
El estado de sitio
representa un concepto
equivalente al de estado de
guerra y por ello se dan a las
fuerzas armadas facultades
preponderantes para los actos
de represión. Durante el estado
de sitio quedan en suspenso las
garantías constitucionales, con
mayor o menor extensión,
según las legislaciones.
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SANCIONES POR INCUMPLIMIENTO DE LAS LEYES
El Presidente y los ministros serán responsables cuando declaren los estados de
excepción sin haber ocurrido los casos de guerra exterior o de conmoción interior, y
lo serán también, al igual que los demás funcionarios, por cualquier abuso que
hubieren cometido en el ejercicio de las facultades a que se refieren los artículos
anteriores.
Aun cuando es declarada el estado de excepción, ello no impide el poder
hegemónico constitucional de los poderes ejecutivo tal cual lo señala la LEY
ORGÁNICA SOBRE ESTADOS DE EXCEPCIÓN en su articulado Artículo 3. El
Decreto que declare los estados de excepción no interrumpe el funcionamiento de los
Poderes Públicos, los cuales deben además cooperar con el Ejecutivo Nacional a los
fines de la realización de las medidas contenidas en dicho decreto.
También establece el margen de duración de la misma en su Artículo 5. Toda
medida de excepción debe tener una duración limitada a las exigencias de la situación
que se quiere afrontar, sin que tal medida pierda su carácter excepcional o de no
permanencia.
El principio de personalidad de las penas, de pena humanitaria y de un límite
máximo de 30 años, para aquellas personas condenadas por la comisión de algún
delito tipificado en Venezuela (Ord. 3 Art. 44 CBV); Prohibición para las autoridades
del Estado de desaparecer forzadamente a las personas so pena de ser sancionados
penalmente (Art. 45 CBV). Todas estas garantías diseminadas a lo largo del texto
constitucional de una manera difusa se refieren a garantías procesales y sustantivas de
carácter jurídico penal y tienen la finalidad de limitar el ejercicio del Ius Puniendi del
Estado a favor del Derecho a Libertad personal de los ciudadanos.
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CONCLUSIONES
Conforme a la Constitución y la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción, los
estados de excepción “son circunstancias de orden social, económico, político, natural
o ecológico, que afecten gravemente la seguridad de la Nación, de sus ciudadanos o
de sus instituciones.
Los estados de excepción solamente pueden declararse ante situaciones
objetivas de suma gravedad que hagan insuficientes los medios ordinarios que
dispone el Estado para afrontarlos” (Cfr. Artículo 2 de la Ley Orgánica sobre Estados
de Excepción) y, su declaración, corresponde exclusivamente al Presidente de la
República en Consejo de Ministros (Cfr. Artículo 15 eiusdem, en concordancia con
los artículos 337 al 339 de la Constitución), lo cual posibilita en términos generales,
que el Presidente de la República dicte de forma proporcional -en lo que respecta a
gravedad, naturaleza y ámbito de aplicación- todas las medidas de orden social,
económico, político o ecológico que estime convenientes para afrontar la situación de
crisis.
Así, entre otras medidas el Presidente de la República puede limitar o racionar
el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad, tomar las medidas
necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y el funcionamiento de
los servicios y de los centros de producción, hacer erogaciones con cargo al Tesoro
Nacional que no estén incluidas en la Ley de Presupuesto y cualquier otra medida que
se considere necesaria para regresar a la normalidad, con fundamento en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley Orgánica sobre
Estados de Excepción, e incluso “delegar su ejecución, total o parcialmente, en los
gobernadores, alcaldes, comandantes de guarnición o cualquier otra autoridad
debidamente constituida” que el Ejecutivo Nacional designe -Cfr. Artículos 17, 19 y
20 eiusdem-.
18
19
H
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD YACAMBÚ
NÚCLEO ARAURE - PORTUGUESA
DECLARACIÓN DE LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN
MEDIDAS JURÍDICAS Y ADMINSITRATIVAS ANTE LA DECLARACIÓN DE LOS ESTADOS DE
EXCEPCIÓN SANCIONES POR INCUMPLIMIENTO DE LAS
LEYES
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